• historias de un agente inmobiliario libro - Jacobo Armero

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    UNA NOVELA PARA ENTRAR A VIVIR

  • Historias de un agente inmobiliario (Narrativa) : Armero, Jacobo

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  • Historias de un agente inmobiliario Versión Kindle - Amazon.es

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  • HISTORIAS DE UN AGENTE INMOBILIARIO - Casa del Libro

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  • Historias de un agente inmobiliario | Penguin Libros

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    UNA NOVELA PARA ENTRAR A VIVIR «Un estilo de la felicidad probablemente innato.»Enrique Vila-Matas.

  • Historias De Un Agente Inmobiliario - Agapea

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  • historias de un agente inmobiliario - Librería Sinopsis

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  • historias de un agente inmobiliario - Margen Libros.

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  • El acuerdo (Terciopelo), Melanie Moreland de Melanie Moreland

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  • Amar a Jason Thorn de Ella Maise

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    Jason Thorn... El amigo de la infancia de mi hermano...

  • La Aventura de mi Vida y un Amor de Olivia Saint

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    Cuando el amor de tu vida esta frente de tus ojos, todo confabula para que el encuentro sea inevitable y puedan vivir momentos unicos juntos.
    Anna es una chica comun, con una vida rutinaria en Londres, su vida sigue el transcurso que su familia y la sociedad esperan de ella, pero de repente alguien irrumpe en su rutina de una manera sumamente curiosa y creativa. Sucesos inesperados llevaran a Anna a descubrir al amor de su vida que la envolvera en un espiral de deseo y pasion que jamas olvidara.

  • La dama del acantilado de Camila Winter

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    Novela de romance y misterio del siglo XIX ambientada en el pueblo de Clare, Irlanda.

  • Tentacion y laberinto de Paola Rimieri

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    Luego de haberse encontrado frente a frente con la historia de amor mas apasionante de su vida, Valeria se esta acostumbrando a la vida despues de Nickie. En poco tiempo, muchas cosas cambiaron en su vida: desde su dieta hasta las condiciones en su trabajo. Ninguno de los que vivieron la tempestad son los mismos: ni Valeria, ni Martin, tampoco Nickie. Afortunadamente, Valeria tiene el mundo de los suenos. Sin embargo, a veces algunos suenos se convierten en pesadillas. Valeria quiere avanzar en los casilleros de su vida, pero se siente en un laberinto. Como Teseo, reconoce incluso que, de un lado no encuentra la salida, y del otro hay una bestia a la que teme. Se pregunta ?quien sera el heroe que mate a la bestia y la ayude a escapar del laberinto? Y siente, constantemente, que no encuentra salida, ni respuestas. Valeria se siente presionada y temerosa ante las decisiones que debe tomar, hasta que se siente iluminada nuevamente. Nickie aparece en su vida una vez mas. Y esta vez, ese amor viene por todo. Pero nada es para siempre. O al menos, esa palabra es tenebrosa para ella. Valeria cree que perdio todo, definitivamente. Y debera apresurarse a encontrar una salida del laberinto. ?Podra Valeria sobrevivir la tempestad? ?Podra salir del laberinto Valeria, una mujer comun, sin los dones del heroe? ?Cuantas veces te sentiste dentro del laberinto?

  • Amor en motocicleta de Nicolette Miro

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    Senti que el whisky me quemaba mientras bajaba por mi garganta. Todavia podia recordar cuando papa me dio mi primer trago. Tenia once anos. El agua de vida, dijo. --?Sigues pensando en la rubia con la que te acostaste ayer? -- Cobra interrumpio mis pensamientos, golpeandome la espalda tan fuerte; que casi derramo el whisky de mi vaso. Cabron. --?Cual? -- Pregunte, girando en mi taburete del bar hacia ellos. Los otros se rieron, Cobra sonrio. --Anoche solo habia dos rubias--dijo, y en mis labios aparecio una sonrisa. Cobra era un bromista, pero no era bueno para aceptar los chistes de vuelta. Aunque, no estaba bromeando. Quise decirselo antes, pero luego lo olvide. --Exactamente-- dije, y el se abalanzo sobre mi, arrancandome el vaso de las manos. Anoche habia dos rubias. Claire o algo asi, la de las tetas grandes, y ni siquiera recuerdo el nombre de la otra. Tenia labios rojos y gruesos y recuerdo que me calzaban como un guante de latex alrededor de mi pene. Ella era la unica chica en la que Cobra habia estado interesado durante toda la semana. Slash y Reyes me lo quitaron de encima, mientras el apretaba los dientes y me abria las fosas nasales. No iba a pelear con el. Me estaba divirtiendo, el era de la familia. No habia razon para que yo recibiera un punetazo. Respiraba con dificultad cuando me lo quitaron de encima e hizo un rapido tiron con las manos para bajarse la camisa que se le habia subido hasta el pecho. --Mas vale que sea tu idea de una broma, Dio--dijo, y yo mire timidamente a los demas. Estaban sonriendo, pero yo sabia que secretamente esperaban que fuera una broma. ?Le digo que grito mi nombre mientras me estrellaba contra ella por detras? ?Que me dejo tres mensajes de voz esta manana? Era tan facil irritar a Cobra. En el ultimo ano desde que tomo el lugar de Calavera en el Club, se convirtio en el tipo que usabamos de saco de boxeo. No era como si fuera un hermano para mi. Me hubiera encantado ver su cara si le dijera que la chica que le gustaba era de las que se corria a chorros. --Solo bromeo, hermano--dije en su lugar y me vacie el whisky en la garganta. Cobra se tomo un momento para analizar lo que acababa de decir. Paso de fruncir el ceno y resoplar a sonreir y reir en cuestion de segundos. Llame la atencion de Reyes mientras Cobra se sentaba en un taburete a mi lado y ordenaba otra ronda para todos nosotros. Reyes sabia lo que habia pasado. Me vio ir a la parte de atras del Club con las dos mujeres. Me advirtio con una senal de que era mala idea. Le alce mi vaso vacio y le sonrei. ?Que era la vida si no estaba hecha para follar con cualquiera disponible? Y esa rubia estaba disponible anoche. Yo no hubiera dicho nada si Cobra se hubiera acostado con ella anoche. Siempre y cuando llegara a ella primero. --Saben, podrian darme una mano con esto--Big T nos trajo nuestros vasos. Siempre habia trabajado en el Club. Se decia que antes se le conocia como "El Psicologo", porque aparentemente, solia recostarse en una de las bancas y escuchar a estos hombres tatuados derramar sus corazones sobre el. Ahora que estaba retirado, era el mejor cantinero del Club. Reyes le silbo a Slash como si estuviera llamando a un perro. --Puedes usar a este--dijo y todos nos reimos a carcajadas. Big T puso los ojos en blanco, dando al mostrador un golpe con el trapo que tenia en el hombro. --?Quieres poner a los dos tipos mas grandes aqui detras de la barra? -- dijo y cruzo sus voluminosos biceps sobre su pecho. Todavia no podiamos dejar de reirnos. Solo pensar en Slash y Big T detras de la barra, apretandose. --Contrataremos a otro mesero, Big T, y no dejes que estos chicos te afecten con sus idioteces--fue la voz de papa la que interrumpio nuestras risas. Estaba sentado al final del mostrador, rodeado por Coronado y los otros miembros mayores del club. Habia escuchado la conversacion y habia hablado con su voz profunda, que tenia el poder de silenciar a todos en la habitacion. Estas eran las cualidades mas importantes para el: Poder Respeto Las motocicletas Mujeres Habia hecho todo lo posible para inculcarme esas cualidades, para prepararme para cuando fuera mi turno de ser presidente de los "Outlaws". Era solo que a veces se me confundia el orden en que iban esas cosas. --Si, senor--dijo Big T y volvio a trabajar en el bar. A mucha gente le gustaba llamar a papa "Senor" o solo "Angello". Nunca los corrigio. Eramos una gran familia, una familia de hermanos como Coronado solia decir, pero papa se aseguro de que todos supieran quien era el jefe de la familia. Era el. Y luego iba a ser yo. Nos llamo la atencion y levanto un vaso a modo de saludo, yo hice lo mismo, brindamos y bebimos. --Entonces, ?como estaba ella? -- Cobra se habia acercado a mi mientras yo no miraba. Me volvi hacia el, un poco confundido. ?De quien estaba hablando? --Las tetas que te anotaste anoche. !Hombre, la escuche gritar! -- dijo con una risa y bebio un poco de su cerveza. No pude evitar preguntarme cuales fueron los gritos que escucho. --?Quieres que te invite a ver la proxima vez que tenga a una chica inclinada sobre mi motocicleta? -- Pregunte. Reyes y Slash se rieron. Cobra se encogio de hombros y se sento en su silla, inclinandola peligrosamente hacia atras, pero manteniendola perfectamente equilibrada. --Tal vez aprenda algo--dijo con una risa y yo sacudi la cabeza. Cobra era un buen tipo. Era nuevo en el Club, solo un cachorro, pero me cubria las espaldas. Lo que significaba que yo siempre cubriria la suya. [?][?][?] Estabamos jodidos. ?Cuanto tiempo habiamos estado bebiendo? El tiempo se habia solapado y entrelazado, para transformarse en un largo chorro de alcohol y chistes malos. --?Quien de ustedes va a arropar a mi hombre esta noche? -- La voz de una mujer nos interrumpio. Todos nos volvimos a la puerta del bar al unisono y vimos a Ruby de pie, con las manos en las caderas. Sus rizos marrones rizados enmarcaban su cara, y sus ojos eran severos. Mama. --Angello, tu vieja esta aqui para recogerte--escuche a Coronado bromear y papa le dio una sonrisa. La mirada de mama me busco en la oscura multitud del bar y puso los ojos en blanco. Se habia casado con un motociclista. Habia criado a un motociclista. Esta era la vida con la que se habia conformado, no la que habia elegido y, a veces, me daba pena. Vi a papa deslizarse perezosamente de su taburete y alcanzar su chaqueta de cuero, mientras que mama permanecia de pie en la puerta, observando cada movimiento de papa. Se necesito mucha confianza y muchas agallas para forjar el solido matrimonio que mama y papa compartian. No habia sido facil para ella. El codigo de vida de papa incluia a las mujeres. Estaban al final de su lista de prioridades, pero estaban ahi. No tuve que estrujarme el cerebro para recordar cuantas veces lo habia pillado con otra mujer, y cuantas veces mama habia amenazado con irse. En ese entonces culpe a papa. Lo culpe por el dolor que le causo a mama, y jure que nunca haria pasar a otro ser humano por eso. No haria pasar a mis hijos por el dolor de ver a una familia desmoronarse. Por eso Miriam nos dejo a la primera oportunidad que tuvo. No podia soportar ver a mama destrozada, una y otra vez. Aunque papa no le habia sido infiel en mas de ocho anos, Miriam siempre creyo que volviera a suceder. No queria estar cerca cuando eso sucediera. Ahora vivia en la otra parte de la ciudad, y en secreto me alegraba que se mantuviera alejada del Club. Los chicos no estarian babeando en cada oportunidad que tuvieran de verla. Algunos de los chicos gritaron y vitorearon cuando papa se acerco a mama. Habia visto fotografias de los dos juntos cuando se acababan de conocer, antes de que Miriam y yo nacieramos. Eran muy atractivos y probablemente todavia lo eran. Papa la agarro por el culo y la tiro hacia si, antes de besarla. Puse los ojos en blanco y mire hacia otro lado. Creci viendo a los dos babeando el uno sobre el otro. Que asco. --!Vayanse a casa! -- Les ladre, y los demas siguieron animando. Cuando papa la solto, me miro directamente y arqueo las cejas, antes de volverse hacia los demas. --Todos ustedes deberian irse a casa. Es tarde, chicos--dijo, con una voz amenazante y autoritaria. A lo largo de los anos, se habia desempenado bastante bien en su papel de matriarca, y yo sabia que eso solo habia fortalecido el matrimonio entre los dos. --Ruby es una gema, ?entiendes? -- Cobra bromeo y yo sacudi la cabeza con indulgencia. --?Como esta Miriam? -- Slash pregunto, sabiendo exactamente el efecto que tendria en mi. Mi cabeza ya nadaba en alcohol y luchaba contra las ganas de seguir el consejo de mama. --A salvo ahora que esta lejos de ti--le dije y se rio. Miriam estaba fuera de su alcance y todos lo sabian, pero eso no les impidio tomar fotos en mi ausencia cada vez que podian. --Oye, ?no estas satisfecho con una hermana que preguntas por otra? -- Cobra se apresuro a intervenir. Slash habia empezado a ver a Sofia, la hermana de Cobra, y se habian embarcado en una extrana vida juntos. Una relacion que ninguno de nosotros pensaba que iba a funcionar. Sofia era dulce y sabia lo que queria. Slash era joven y desalinado y tenia demasiadas cosas en el pasado de su familia como para reconocer que tenia algo bueno con ella. Pero disfruto de lo mucho que esto molestaba a Cobra, sin embargo. Reyes se puso de pie. Pude ver en su cara que estaba acabado. Desde que papa lo tomo bajo sus alas hace cuatro anos, fuimos los mejores amigos. --?A donde vas? -- Slash le pregunto y Reyes senalo su reloj. Eran las tres de la manana. --?Tienes que decir tus oraciones matutinas? -- Cobra dijo con una risa, y Slash, Reyes y yo le disparamos miradas amenazantes. La religion de Reyes estaba fuera de discusion, al igual que Miriam. Incluso yo pense que era un poco raro cuando lo conoci, pero ya sabiamos que era lo que lo mantenia cuerdo. Solia ser un chico de la calle, la pandilla iba a matarlo si no salia y creia que era su religion la que lo habia traido a Angello. Respetamos sus creencias. Cobra parecia ser un estudiante lento y no se habia dado cuenta lo importante que era respetar los limites. --Recuerda lo que dijo tu madre-- me dijo Reyes, y me hizo un gesto de despedida con dos dedos. Le sonrei. --Reyes descansa-- lo llame mientras lo veia salir del bar, despidiendose de los demas mientras se iba. Ahora solo estabamos Slash, Cobra y yo en este extremo del mostrador, todavia revolviendo nuestras bebidas. Al menos Slash tenia a Sofia esperandolo en casa. Todo lo que yo tenia era a Roxana, y no era exactamente un ser humano. Era tarde y habia bebido demasiado, pero tambien era demasiado temprano para irme a dormir. Saque el telefono del bolsillo de mis jeans y me desplace por los mensajes. Encuentrame detras de la barra Le envie un mensaje a la rubia. La que sin duda Cobra habia estado llamando toda la noche. Pude ver por la mirada furtiva de sus ojos a su movil que estaba esperando que ella respondiera a sus mensajes. "Estare alli en diez minutos. " Ella respondio casi instantaneamente.

  • Con R de Rock de Judith Romero Baeza

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  • Las pioneras de Rita Levi-montalcini

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    “Este libro -escribe la mitica biologa Rita Levi-Montalcini, Premio Nobel de Medicina- esta destinado a las nuevas generaciones. Su objetivo es hacerlas conscientes de las fundamentales aportaciones cientificas que hicieron sus antepasadas desde dos siglos antes de la era cristiana hasta el siglo XX. Durante siglos las mujeres estuvieron excluidas. En el pasado las que destacaban por su sabiduria se consideraban brujas y eran enviadas a la hoguera, e incluso cuando se abolio esta persecucion, tan feroz como absurda, los filosofos y los cientificos, incluidos los conocidos como ‘ilustrados’, siguieron alimentando el mito de la absoluta superioridad intelectual del hombre”. Para demostrar que las mujeres tambien tienen un pasado, y un presente, cientifico, mostrando al mismo tiempo las injusticias y dependencias que tuvieron que sufrir a lo largo de siglos, el procedimiento que Rita Levi-Montalcini y Giuseppina Tripodi han seguido en este apasionado y apasionante libro es presentar la incuestionable evidencia que proporcionan sucintas biografias de mujeres cientificas como las matematicas Hipatia, Sophie Germain, Sofia Kovalevskaia y Emily Noether, las astronomas Caroline Herschel, Williamina Fleming, Henrietta Leavitt, Cecilia Payne Gaposchkin, Margaret Burbidge y Vera Rubin, Mary Wortley Montagu, a la que tanto debe la vacunacion moderna, las fisicas Emile du Chatelet, Marie Curie, Lise Meitner, Irene Joliot-Curie, Maria Goepper Mayer y Chien-Shiung Wu, quimicas como Rosalind Franklin y biologas como Gerty Cori, Barbara McClintock, Dorothy Crowfoot Hodkin y Christiane Nusslein-Volhard .

  • Cuando el emperador era Dios de Julie Otsuka

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    En un dia soleado de 1942, en California, una mujer se detiene ante un cartel en la oficina de correos. Despues de leerlo, regresa inmediatamente a casa y comienza a preparar un equipaje con todas sus pertenencias. El gobierno de Estados Unidos la ha declarado a ella y a su familia, como a otros miles de americanos de origen japones, <> en su propio pais y estan a punto de ser arrancados de su hogar. Un campo de internamiento, en el desierto de Utah, les espera.

  • El secreto de Julieta (Mi jefe 1) de Dylan Martins

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    Observe tras los cristales de mi despacho que el sol comenzaba a brillar con mas intensidad de lo habitual, se asomaba la primavera en su maximo esplendor. La taza de cafe en la mano era mi mejor aliada para afrontar un nuevo dia lleno de trabajo y, ademas, una entrevista para ocupar la vacante de secretaria. Mi anterior secretaria se habia casado con un chico militar y a este lo habian destinado fuera por lo que perdi a la joya mas valiosa de mi dia a dia y fue justo en ese momento cuando me di cuenta de que encontrar otra igual iba a ser mision imposible. Victor, mi amigo de toda la vida me pidio el favor de echarle un cable a la hermana de su novia, o sea, a su cunada que se habia quedado en paro despues de trabajar tres anos en una empresa que ahora habia quebrado, por lo que al menos experiencia tenia, solo quedaba entrevistarla. Faltaban cuatro dias para el sabado, el dia de mi cumpleanos. Al cumplir cuarenta anos iba a celebrarlo como Dios manda y por todo lo alto. Lo estaba preparando todo con mucho ahinco, no iba a permitir que faltara detalle y para eso era muy meticuloso. Habia invitado a todos mis amigos, compromisos de trabajo, familiares... En total, unas doscientas personas. Ya que no tenia planes de casarme y mucho menos pareja, al menos lo haria en plan bodorrio y a lo grande. Mi empresa era una de las redes sociales mas importantes del mundo, por lo que habia tenido una suerte impresionante cinco anos atras y ahora contaba con un equipo de mas de cien trabajadores en diferentes partes del mundo, ademas de la oficina central donde yo tenia mi despacho y una parte del personal. Ademas de haber conseguido el sueno de mi hermana Estibaliz: ser influencer. Llevaba dos anos en ello y ahora a sus veinte era una de las mas codiciadas y cotizadas. Ni que decir tiene que hicimos cuanto pudimos para que tuviera la mayor visibilidad del mundo y que en menos de un mes contara con millones de seguidores. Ella era veinte anos menor, y es que, como decian mis padres, habia venido de sorpresa, pero eso si, se convirtio en la princesa de la casa, era la nina de todos, hasta casi la crie como si fuera mi propia hija. Mis padres estaban jubilados, los dos habian sido profesores y ahora estaban mejor que nunca viviendo en unas infinitas vacaciones, donde cada dia hacian algo. Era un matrimonio de esos unidos para toda la vida, donde el respeto, el amor y el carino los mantenian en un absoluto enamoramiento. Yo creia en el amor de los de antes, aunque no me lo aplicaba, era estar con una chica viendome mas de una semana y me entraba el agobio, me alejaba fulminantemente, era como no querer afrontar mi vida ligada a la de otra persona. Queria ser libre. Mi amigo Victor era como yo hasta que conocio a Susy, en la sala de urgencias cuando fue por un colico nefritico y alli trabajaba ella como enfermera. Segun el, fue un flechazo a primera vista, yo no me lo crei, pero la broma ya lleva casi un ano, asi que por lo visto tenia razon. Poco me habia durado la paz esa manana, por la puerta aparecio mi hermana, sin llamar siquiera, tipico en ella. --Buenos dias, hermano --entro directa a sentarse en uno de los sillones de mi mesa. --Buenos dias --sonrei mientras le senalaba mi taza por si queria un cafe. --No, ya sabes que no tomo mucha cafeina --volteo los ojos--. Vengo a pedirte un favor. --Que raro... --ironice. --Bueno, ?a quien mejor que a tu hermana favorita? --Eres a la unica que tengo --voltee los ojos. --Pues blanco y en botella... --Pide por esa boca --solte el aire viendo venir que tantos rodeos no eran buenos. --Necesito que me acompanes esta noche a un evento que me han invitado. Me entere de que va un influencer que me gusta y quiero darle celos contigo. --?Tu estas loca? --resople negando. --Un poquito, pero ya a estas alturas no me podeis devolver. --Ni suenes que ire --le adverti senalandola con el dedo. --Si que iras --se levanto--. Recogeme a las ocho en casa de nuestros padres. --Claro, ?donde si no? !A ver cuando te independizas! --?Yo? --Se senalo a ella misma desde la puerta haciendo un gesto de lo mas exagerado--. Ni que fuera tonta. ?Donde voy a vivir mejor que alli? --me saco la lengua y dio un portazo que debio resonar en todo el edificio. Lo peor de todo es que a las ocho en punto estaria el "menda" en la puerta de casa de mis padres esperando a que la nina saliera para acompanarla a darle celos a un chico, que seguro seria de esos que solo sabian hacer poses en las redes. Vamos, que lo tenia claro. Dos golpes en la puerta y no podia ser mi hermana porque se hubiese dejado algo, ella no llamaba. --Adelante. --Hola --sonrio una joven preciosa con un gesto entre despiste y nervios. --Hola, buenos dias --me levante para dale la mano--. Soy Lorenzo y tu debes de ser Julieta. --Claro --se sento sin darme tiempo a ofrecerle asiento--. Vengo a firmar el contrato que me consiguio mi cunado Victor, menos mal que sirve para algo --dijo con indiferencia causandome una carcajada. --?Como que para el contrato? Lo de Victor hare como que no lo he escuchado, te recuerdo que es mi amigo --carraspee aguantando la risa--, pero esto es una entrevista --arquee la ceja. --Bueno, pero estoy recomendada, ademas, como sabras vengo de trabajar tres anos de secretaria, a lo que hay que anadir que tengo unos trillizos que mantener y soy viuda con treinta anos. --Vaya, lo siento... --No sabia si estaba intentando convencerme, puesto que era una descarada, o es que Victor casi le habia garantizado el empleo, pero cualquiera le decia que no. !Menudo genio gastaba la senorita! --Entonces, ?firmamos el contrato? --Claro, empezaras con seis meses de prueba y si funcionas se te pasara a la plantilla fija. Manana a las ocho puedes comenzar y tendre preparado el contrato para que lo firmes. Deja a mi companero de la primera puerta del pasillo una copia de tu documento de identidad. --?Horario? --De ocho a tres --sonrei negando. --Pues me voy, he dejado a los ninos con mi madre, hoy no fueron al colegio porque tenian pediatra, asi que me aligero que deben estar volviendola loca. --Claro --madre mia, esta mujer era puro nervio. ?Donde me habia metido Victor? Se fue dando un portazo como habia hecho un rato antes Estibaliz, aqui parecia que tenian algo en contra de la puerta y al final iba a tener que quitarla por la seguridad del edificio. Trabaje esa manana revisando graficos y datos que me habian enviado de la semana, la verdad es que todo crecia a la velocidad de la luz y no habia un solo dia que no me impresionara la cantidad de nuevos clientes que entraban para ver su publicidad plasmada en nuestra pagina. Llame a Victor para darle mi primera impresion. --Hola, hermano, ?que tal? --pregunto con ese tono de felicidad que siempre le acompanaba. --Hola, bien, ya entreviste a Julieta. --?Viste que es la perfecta? --Bueno, que quede entre nosotros, la vi un poco descarada. --Pero en su trabajo es profesional, es un poco alocada, pero responsable. --Se fue rapido porque tenia que recoger a sus trillizos que los habia dejado en casa de su madre. --?Sus trillizos? --Si, ya me conto que era viuda. --Yo la mato... --?Pasa algo? --Obviando que no tiene hijos, nunca estuvo casada y no le duro un novio dos telediarios, nada mas... Bueno si, vive con sus padres. --?En serio? --me eche a reir, no me quedaba otra, me la habia colado sin venir a cuento de nada. --Nada, esa es Julieta en su estado puro, bromista y alocada, pero de verdad, en el trabajo es profesional, por lo demas no le hagas ni caso. --Vale, es bueno saberlo --trague saliva y ladee la cabeza. Quedamos en vernos el sabado en mi cumpleanos, asi que, segui trabajando pues la manana se iba de forma veloz y queria terminar de revisar varias cosas. Dos golpes en la puerta y volvio a aparecer Julieta. --Dime --sonrei. --Nada, que ya deje mi documento ahi, para que veas que soy eficaz --un gesto de adios con sus dedos y otro portazo mas. Estaria bueno que dejar un documento fuese digno de eficacia y no de responsabilidad para poderle hacer su tan ansiado contrato, pero bueno, se veia que ella vivia en su mundo y yo me iba a tener que adaptar a el, por el bien de mi tranquilidad mental, al menos iba a intentarlo. Para colmo esa noche tenia un evento con mi hermana, el dia parecia que habia comenzado movidito e iba a terminar de igual manera...

  • Uno de los tres Algo para recordar de Lucy Morton

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    Una nina de ocho anos no deberia acudir al funeral de su padre. No todavia. Para eso deberia estar realmente preparada; tener veinte anos mas como poco o, con un poco de suerte, cuarenta. Una nina de ocho anos aun necesita a su padre y su padre, necesita y merece verla crecer y disfrutar de todas y cada una de las etapas de su vida. Compartir con ella momentos. Conservar esos recuerdos hasta la vejez. Eso seria justicia; esto, no lo es. Los padres son fundamentales durante los primeros amores de sus hijas. ?Quien si no, le va a asegurar de que si hay chicos buenos cuando de adolescente grite y llore diciendo que todos son malos? ?Quien si no va a poner malas caras cuando venga a casa un adolescente con los pantalones caidos y el cabello sucio? ?Quien va ahora a protegerla de todos los monstruos que estan debajo de la cama? Acaricio el cabello rubio de mi hija. Cabizbaja y con los ojos llorosos, manosea el petalo de la amapola que lleva entre sus manitas. No ha querido ponerse el vestido oscuro, ha dicho que el preferido de papa es el rosa de flores y ese es el que lleva en el funeral. ?Como negarle algo asi? A el no le hubiera gustado el vestido azul oscuro. Me hubiera dicho: --Jean, no resalta su preciosa cara. Ponle otro. Le hubiera guinado un ojo a su hijita y, de inmediato, la hubiera subido a caballito. A mi siempre me duele la espalda y no puedo hacerlo. April ya pesa demasiado para mi. No escucho las palabras del parroco. Me niego a estar pendiente de los lamentos y las lagrimas de los asistentes al funeral del padre de mi hija. Me niego a creer que el que esta en el interior de ese ataud de madera de abedul sea el, cuando estaba tan lleno de vida. Prefiero pensar, mientras me concentro en el murmullo del viento, que el que esta dentro de la caja es un desconocido. O estoy aqui por simple compromiso. Un amigo mayor de mi padre o algo asi. Pero luego, miro a mi lado y no lo veo a el pasando el brazo por mi hombro, sonriendome y diciendome que todo ira bien. --?Existen los fantasmas, mama? --me pregunto April la noche anterior, solo unas horas antes de enterarnos del fallecimiento de papa. No supe que decirle. En vez de eso, me vi en la obligacion de decirle a mi madre que se quedara un rato con April y me encerre en el cuarto de bano a llorar durante dos horas. Me quede bien a gusto. Luego vino mi madre con una taza de te y me dijo que April se habia quedado dormida. --Tranquila, carino. Los ninos a esta edad son fuertes, lo superan todo. --No sabes lo unida que estaba April con su padre, mama --le dije yo, aceptando el panuelo que me estaba ofreciendo. --Todo pasara, Jean. Todo pasara. Cuando alguien te dice algo asi, es porque no sabe que decirte. Porque entiende todo el dolor que sufres en esos momentos y estupidamente cree que puede consolarte diciendote que el tiempo pasa y que, gracias a eso, las heridas se curan. Se van haciendo mas pequenas. Cicatrizan. Pero solo lo creen y quieren hacertelo creer a ti cuando sabes que, en realidad, mienten. Que todo es una farsa, un complot que se cierne a tu alrededor por tu propio bien. Por tu salud mental. Porque llega un momento en el que te escuecen los ojos de tanto llorar y te salen heridas en la nariz de tanto refregarte el panuelo en los orificios nasales. Porque llega un momento en el que te pesa hasta el alma y sientes que los latidos de tu corazon se han ralentizado hasta tal punto, que dudas hasta de si seguiran latiendo a la manana siguiente. Y aun asi, por mucho que te digan que el tiempo pasa, no pasa nada. No pasa nada. El tiempo pasa, pero el dolor no. El dolor sigue consumiendote, sobre todo cuando ves a tu hija, inocente y pura, preguntar que le ha pasado a papa y si ahora es un fantasma. Mi madre me da un codazo. El parroco ha dejado de hablar y me mira; puede que lleve asi varios minutos y yo no me haya dado cuenta. Miro a mi alrededor perdida y cojo la mano de April para acercarla hasta el ataud en el que deja la flor. Es entonces cuando el silencio se ve entorpecido por los llantos histericos e inconsolables de una nina que, al igual que yo, no puede creer que papa este dentro de ese ataud. Muerto. Quieto. Sin vida. Sin alma. Sin poder verla. Sin poder acariciarla. Sin poder hacerla reir. Sin nada. Nada. Nada. Nada. Ya no nos queda nada. --Hija... Se me parte el alma. Trato de cogerla, pero la nina se resiste a separarse del ataud. Todos los presenten exclaman palabras como: <>, <>, <>, <> y, mientras tanto, yo tengo ganas de gritarles que se vayan a la mierda; que me dejen estar sola con mi hija y que ambas, en cierta manera, al compartir el dolor, podamos ser capaces de consolarnos mutuamente y recomponernos. Con el tiempo. De nuevo el maldito tiempo. CAPITULO 2 -- Que la tristeza desaparece cuando dejas de pensar en ella, decian. Mentira. Que cuando sonries, tus ojos lo ven todo de otro color. Mentira. Que cuando proyectas pensamientos positivos el universo se confabula para concedertelos. Mentira, patranas. ?Que sabran ellos? Ilusos optimistas con una sonrisa boba en sus rostros. Hoy todo es de color negro. Hoy no ha salido el sol. Hoy, la "princesa" que se niega a ser como el resto de ninas y prefiere ser un caballero, un minero o todo lo que acabe en -ero en vez de en -esa, es solo la sombra de lo que fue. Porque su padre no esta con ella. Porque yo ya no se que hacer. DOS MESES MAS TARDE AHORA La mirada de April me dice que hoy tampoco esta bien. Sigue confundida, quiere saber que le paso a su padre y yo, imbecil de mi, sigo sin saber como decirle que su muerte fue del todo injusta. Que todo fue culpa de un destino o de un universo cabron. No, no deberia hablar asi. No deberia transmitirle toda mi frustracion y cabreo a mi hija. Por ella y solo por ella, deberia sonreir y tratar de estar bien. Ser mas amable, decir menos tacos y no dejarme llevar por los impulsos, que no son mas que el enemigo traidor del cabreo monumental que tengo en estos momentos. En todos y cada uno de los dias de estos largos y penosos dos meses desde que murio el padre de mi hija. --Te he preparado zumo de naranja y tortitas, ?quieres? April niega lentamente con la cabeza sin mirarme. --Tienes que comer algo. Ha perdido peso. Estoy empezandome a preocupar de verdad; quiza si seria buena idea ir a visitar a un psicologo tal y como me ha recomendado su tutora. --?Chocolate? Ni con esas. --?Que miras con tanta atencion? ?Tan fea me he levantado esta manana que no eres capaz de mirarme? --pregunto riendo. Tampoco funciona. --?Te ha mordido la lengua el gato? Demasiado mayor para gilipolleces. --Bueno, coge la mochila. Vamos al cole. La miro mientras recoge sus cosas para ponernos en marcha. Llegamos tarde, pero da igual. Hace tiempo que April no se pone un vestido, ahora prefiere llevar tejanos y camisetas de algodon como todas las ninas de su edad. !Con lo que le gustaban los vestidos! Ahora no son mas que un cumulo de polvo y una atraccion irresistible para las polillas que habitan secretamente en el armario. La ultima vez que la vi con un vestido fue en el funeral de su padre; a el le encantaban. <> Con la frustracion marcada en la expresion de mi rostro, lanzo el zumo de naranja que le habia preparado por el desague y las tortitas van directas a la basura. April sigue ignorandome, ya lista y esperando para salir. El viento de noviembre golpea nuestro rostro nada mas poner un pie en la calle. April se coloca bien el gorro e ignora mi mano. Ya no me da la mano. Caminamos a paso rapido cinco manzanas hasta llegar al colegio y, una vez alli, no me da un beso en la mejilla. Se limita a decirme adios con la mano y a reunirse con Sam y Lucy para entrar juntas al colegio. Me fijo en como un nino de su edad la mira y ambos se sonrien mutuamente. Pienso, pienso, pienso. Pienso en como conoci a su padre. Cuando April desaparece de mi vista, soy yo la que entra en el colegio justo cuando suena el timbre. Subo hasta direccion y toco dos veces a la puerta de la tutora de April, por si tengo suerte y aun la pillo dentro. --Jean --me saluda con prisas--. ?Hay algun problema? --No, ninguno. Bueno, lo de siempre, Ingrid. Ya sabes. He venido para pedirte el numero del psicologo de la escuela. --No creo que haga falta, Jean. --Hasta hace dos dias creias que si. --April necesita a su madre --dice sonriendo. --Su madre siempre esta ahi --respondo molesta. --Lo se, lo se... Tambien ha sido un golpe duro para ti, estoy convencida de que en cuanto tu lo superes, April tambien lo hara. --Han pasado dos meses. --?Por que no le cuentas la historia?

  • El mensaje del multimillonario (Los Sinclair 3) de J. S. Scott

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    Evan y Randi no se soportan, pero la pasion unira sus destinos.

  • No te atrevas a dejarme de Kris O'coneill

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    Exigente, alocada y sumamente sensual, asi es Blanca. Una Sexologa con un pasado que ha hecho de ella lo que es, una mujer fuerte, que sabe lo que quiere y cuando lo quiere, principalmente en el ambito sexual.
    Una fotografia marco un antes y un despues entre ella y el guapo dueno de un Sex Shop, pero tambien hay algo mucho mas fuerte que siempre los ha unido, ?o no?
    Blanca no cree en el amor y por eso no esta dispuesta a decirle a nadie “No te atrevas a dejarme” porque ahora la que deja, exige y domina es ella y nadie mas.
    Adictiva, ardiente y divertida como ella misma, asi es esta historia

  • Belleza Embrujada de Rocio Verdejo

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    Desde siempre, Bridget Maxwell se habia caracterizado por tener un espiritu libre y muy aguerrido, siempre enfocada en la lucha por los inocentes, ayudar a los pobres, y que la justicia siempre se ejecutara de manera adecuada, beneficiando a quienes realmente lo merecian. Era posible que este pensar estuviese en su interior de manera genetica debido a la Fortaleza de su espiritu, pero no habia momento mas preciso para poner en practica todos sus pensamientos mas que en los anos 60's. Bridget tenia una vida feliz, era soltera, joven, guapa y muy deseable, por lo que, habia tenido algunas relaciones casuales con diferentes chicos, pero no habia sido sino hasta que habia conocido a Allen Black, cuando realmente habia entendido lo que era el amor. Se trataban de polos totalmente opuestos, Bridget, era una chica hippie de cabellos frondosos, claros, ojos cautivadores y unos labios provocativos que realmente invitaban a ser besados con locura. Allen era un joven empresario, emprendedor, lider y dominante, inspiraba respeto a pesar de sus 25 anos de edad, ya que, estaba involucrado en grandes negociaciones y aspiraba a alcanzar la cuspide del exito tarde o temprano. Bridget y Allen se habian conocido en condiciones totalmente extranas, ya que, esta, en medio de una protesta posterior a la muerte de Kennedy a mediados de los sesentas, esta, habia atacado a grupo de politicos en Londres, ya que, se decia que una conspiracion habia sido la que habia desatado la muerte del presidente norteamericano. Se hablaba de mucha inestabilidad politica y social, que la economia se desplomaria, y que de alguna u otra manera, la muerte de este mandatario, desataria un vacio de poder que desestabilizaria al mundo entero. Bridget se movilizaba con un grupo de hippies, los cuales, solo buscaban la paz, pero no eran ignorantes, no se dedicaban unicamente a fumar marihuana y a tocar la guitarra durante todo el dia. Buscaban una razon para luchar, defender sus convicciones, imponer sus ideales y tratar de hacer del mundo un lugar mejor. El movimiento hippie, comenzo a crecer de manera avasallante por todo el mundo, y Bridget se sentia conforme de haber sido una de las precursoras de este movimiento que tenia como unico objetivo la busqueda de la paz. Era una manera bastante particular de darle un poco de equilibrio a un mundo que estaba completamente en caos, asi que, la musica, la hierba, la paz y el amor carnal, se habian convertido en la principal forma de neutralizar toda la maldad que viajaba por el mundo, creando guerras, conflictos y luchas innecesarias que dejaban muertes de forma masiva. Quiza habia sido toda esta pasion, entrega y fortaleza la que habia enamorado a Allen, ya que, este habia recibido un ataque nada comun, pues saliendo de una conferencia en una sala de reuniones, este habia sido banado con una pintura roja, la cual, habia manchado por completo su traje. Habia sido acusado de asesino en conjunto con sus companeros, pero al ver como aquella chica de cabellos claros corria hacia una pequena minivan, en lugar de sentir desagrado o molestia, le habia causado un poco de curiosidad. Aquella belleza, anarquia, combinada con inocencia y conviccion, habian captado la atencion de Allen Black en ese preciso instante, asi que, se separo de sus companeros y se dedico a seguir a la minivan. Cuando conocio a Bridget, todo habia sido muy hostil, ya que, esta habia tratado de resistirse ante los intentos de este hombre por conquistarla, pero sin saber por que ni como, Bridget habia caido rapidamente en las redes de Allen. En tan solo una semana, ya se habia hecho con la chica, y salian a todas partes, compartian en diferentes lugares sofisticados de la ciudad, y parecia que Bridget comenzaba a dejar atras sus verdaderos ideales, aunque su corazon era hippie. Rapidamente comenzo a enamorarse a un ritmo muy acelerado de Allen, ya que, nunca antes habia sentido algo tan fogoso. Su corazon ardia de pasion por este sujeto, en su pecho, sentia esa emocion caracteristica del primer amor, a pesar de que no era la primera vez que Bridget Maxwell se enamoraba, pero si con una intensidad tan avasallante que era capaz de dejar todo atras por este nuevo amor. Dejo de asistir a las reuniones y a las protestas en conjunto con sus amigos, se dedico por completo a Allen, quien le prometia Villas y Castillas. El futuro que el habia estructurado juntos, parecia bastante atractivo, y aunque Bridget no era precisamente del tipo de chica que busca bienes materiales, tener una vida estable junto a un chico, comenzaba parecer una buena posibilidad. Allen es un hombre alto, casi 2 metros de altura, con una figura estilizada, alargada, con brazos muy fuertes, manos robustas, una piel blanca que deja ver sus venas claramente en sus antebrazos, su cuello es alargado, fuerte y ancho. Tiene el aspecto de un deportista, pero Allen le habia asegurado que nunca antes habia ido a un gimnasio o habia practicado alguna disciplina deportiva. Siempre habia tenido una buena genetica, y habia sido premiado con musculos grandes, un cuerpo ardiente, y muy bien dotado y complaciente, ya que, mas alla del misterio, lo enigmatico que podia ser, y lo tierno que resultaba con Bridget, este chico habia sido una maquina del placer para esta mujer. En muchas ocasiones, Allen la habia presionado para que se casara, apenas habian salido tres meses y este ya estaba insistiendo en que se embarazara y formaran una familia. Pero esto, de alguna manera, hacia entrar a Bridget en un estado de panico, ya que, no sabia si realmente estaba preparada para enfrentar una etapa como esta en su vida. Cuando Allen abordaba este tema, ella simplemente lo evadia con facilidad, tocaba otros puntos, o planificaba algun viaje, ya que, esta era una de las actividades favoritas de Bridget. Mientras estuviesen juntos, no habia nada que los perturbara, pero la curiosidad comienza afectar a la chica, ya que, durante algunos dias, Allen se ausentaba de manera misteriosa sin dar explicaciones, aseguraba que eran temas de trabajo. Pero ella tenia la conviccion de que este tenia vinculos peligrosos con algunas organizaciones misteriosas, ya que, era muy celoso con documentos, archivos, y en su despacho personal nunca recibia visitas. Bridget decidio irse a vivir junto a Allen cierto dia y sin pensarlo demasiado despues de una salida por el parque. Habia recibido la propuesta de manera inesperada, ya que, parecia que Allen estaba muy interesado en pasar mucho mas tiempo junto a ella. Tomo sus cosas, y se habia mudado a la gran residencia donde vivia este joven, el cual, no parecia tocar el suelo cuando caminaba de la alegria, ya que, al tener a Bridget Maxwell cerca de el, finalmente habian materializado uno de sus suenos mas fantasticos. Pero a pesar de que hacian el amor con mucha frecuencia y compartian momentos muy agradables, las ausencias repentinas de Allen sin dar ninguna explicacion, habian comenzado a incomodar a Bridget, la cual, habia abandonado su vida simplemente por entregarse a la compania de este atractivo sujeto. No recibia una retroalimentacion, no le proporcionaba ninguna explicacion, no parecia haber la confianza equivalente que esta chica habia depositado en el. Las reglas eran muy especificas, el estudio personal de Allen era completamente impenetrable, bajo ninguna circunstancia debia intentar entrar alli. Para evitar esto, generalmente siempre el lugar estaba completamente cerrado, con doble cerradura y con un candado en la parte superior. Cuando Bridget se encontraba sola en casa debido a estas ausencias repentinas de Allen, aquella puerta parecia palpitar de una forma fuerte, retumbaba en la cabeza de aquella chica. La curiosidad trataba de llevarla hasta la apertura de aquella puerta pero Bridget trataba de contenerse. Sabia que habia pocas reglas para ella, Allen la dejaba hacer todo lo que quisiera, podria gastar dinero, cosa que no hacia, podia salir de compras, salir con amigos, no habia ningun tipo de limitantes, ya que, este hombre no era posesivo ni celoso, algo que habia permitido que la relacion avanzara con bastante fluidez. Pero las reglas establecidas por este hombre, eran muy extranas, las pocas normativas establecidas en casa, no tenian sentido para Bridget, quien tarde o temprano, se dejaria influenciar por esa necesidad de ver que habia mas alla de aquella puerta negra. En ocasiones, bajaba a la cocina, tomaba algo de cenar, y regresaba a su habitacion, pasando justo enfrente de aquella puerta, siempre verificando que el candado estuviese puesto, ya que, sentia que habia algo extrano, paranormal, irregular con aquella puerta, sentia que alli en su interior habia algo que la superaba, que era mucho mas extrano de lo que ella podia manejar. Cuando Allen volvia a casa, las sesiones de sexo eran prolongadas, se follaban descomunalmente, pero el deseo, era algo desgarrador. Se encerraba durante al menos tres dias sin salir de la habitacion, comian lo que podian, ingerian el liquido necesario para hidratarse, y volvian de nuevo a la cama, a follar como bestias. La pasion que irradiaba Allen, despertaba en Bridget algo completamente anormal, ella no era asi, pero con este hombre, se habia despertado una lujuria que nunca en su vida habia experimentado, y esto le agradaba. Habia tenido relaciones muy romanticas en el pasado, la habian tratado como una princesa, pero nunca habia sentido algo tan intenso y demoledor como lo que habia despertado Allen, cuya naturaleza misteriosa, oscura e intensa, hacia que aquella chica se sintiera deseada y corrompida, como si entrara en su alma y se aduenara de cada molecula de su ser, dejaba de ser quien era para convertirse en un objeto de placer para Allen Black. Una caravana del grupo de protesta de Bridget, cierto dia habia llegado a la residencia mientras Allen no se encontraba, estos, habian sido insistentes en la necesidad de contar con ella para una protesta que se llevaria a cabo en el centro de la ciudad de Londres. Posteriormente, tendrian la oportunidad de viajar a Italia, ya que, en Roma se llevaria a cabo la mayor concentracion activista de la historia. Sin pensarlo demasiado, y llena de ilusiones ante la posibilidad de volver a sus andanzas, habia dejado una nota sobre la mesa, informando a Allen acerca de su viaje. Se ausentaria durante al menos una semana, ya que, entre viajes y traslados, estaria fuera de casa el tiempo suficiente como para darle un poco de espacio y tiempo libre a su amado. Sabia que este, a pesar de extranar la presencia de esta en casa, tambien buscaba su espacio personal, asi que, la chica simplemente tomo parte de su equipaje y se marcho con su grupo de protesta. Esa tarde, Allen llego a casa, y al ver la nota, simplemente sonrio, ya que, sabia que la chica tambien estaba en busca de distraccion, no tenia porque sentirse incomodo o amenazado, estaba muy seguro de lo que sentia ella por el. Estaba completamente convencido de que era suya, que le pertenecia, asi que, no habia nada que pudiese amenazar aquella relacion tan carnal e intensa que habia nacido entre ellos. Durante dos dias, Allen no supo absolutamente nada de Bridget, la cual, andaba de un lugar al otro, en compania de su grupo de amigos, los cuales, tenian los mismos ideales y la conviccion que esta chica. Pero esta, antes de viajar a Roma, habia sentido una ausencia tremenda de Allen, lo extranaba, y sentia que no podria estar demasiado tiempo alejada de el. Parecia que su corazon estaba dividido entre su pasion por liderar concentraciones de protesta, y el amor que habia despertado hacia Allen. Este, se habia convertido en la columna vertebral de aquella chica, en su oxigeno, en sus ganas de vivir, y desea disfrutar de lo que el universo le habia proporcionado, asi que, esta simplemente habia renunciado a la posibilidad de viajar a Italia, y se quedo en la ciudad de Londres.

  • La apuesta del padrino de boda de Liz Levoy

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    La Apuesta del Padrino de Boda

  • El lado oscuro de Oscar White de Annabel Vazquez

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    Oscar se sento en su butaca reclinable y cogio el cafe que se habia preparado en el office minutos antes. Con movimientos perezosos, extrajo el curriculum del sobre y leyo vagamente la experiencia profesional de su nueva secretaria. Nada parecio fuera de lo normal, entonces se detuvo a leer su nombre. <>. Un estremecimiento le recorrio el cuerpo de arriba abajo al leer ese nombre tan familiar: Alexia Ma Airis Gala. No la conocia. Jamas se habian visto; sin embargo, el sabia quien era ella y no la queria ahi. Dos personas que mantienen un vinculo oculto, un escenario inverosimil, un choque de sentimientos… forman parte del lado oscuro de Oscar White.

  • Divorcio de Noe Casado

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    Una chica perteneciente a una familia aristocratica venida a menos porque su padre no ha sabido o no ha querido adaptarse a los nuevos tiempos tiene que casarse con uno de esos que llaman ?nuevos ricos?. Ella, que no piensa en el matrimonio, intenta buscar una salida pero todo parece estar en su contra, asi que Maddy termina casada con un banquero. Para su sorpresa el aceptara sus propuestas a cambio de que ella solo cumpla un objetivo: ser la esposa trofeo de buena cuna que el necesita para ser aceptado en ciertos circulos.

  • En cuestion de segundos de Abraham Stern

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    ?Hasta que punto puede una mala decision cambiar el destino de nuestras vidas?

  • Atrevete a enamorarte de Estelle Maskame

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    MacKenzie esta enamorada de Jaden. Pero, tras un tragico acontecimiento, ella no sabe como acercarse a el. Quiza ambos solo teman perder lo que mas les importa. O quiza valga la pena arriesgarse y saborear los detalles, descubrir el placer de las pequenas cosas juntos y enamorarse.

  • Jardin de invierno, Kristin Hannah de Kristin Hannah

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    Una gran historia de amor ambientada en la Segunda Guerra Mundial de Kristin Hannah, la autora de El Ruisenor.

  • Nico, por favor (Los libros de Nico y Carla 1), A. M. Irun de A. M. Irun

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  • Nunca fuimos heroes de Fernando Benzo

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    Gabo es un comisario de policia retirado que ha dedicado toda su carrera a la lucha contra el terrorismo. Harri es un terrorista que ha pasado los ultimos veinte anos en Colombia tras conseguir escapar de numerosos intentos de captura.
    Cuando los servicios de inteligencia espanoles descubren que Harri ha vuelto a Madrid, el comisario general de Informacion le pide a su antiguo amigo y subordinado, Gabo, que averigue extraoficialmente el motivo de su regreso. Aunque se habia prometido mantenerse alejado de su antigua vida, la vieja fijacion por detener a Harri y saldar cuentas pendientes arrastra a Gabo a iniciar una investigacion en la que se cruzara con las redes internacionales de narcotrafico, el crimen organizado, el yihadismo y el oscuro mundo de los confidentes.

  • Desde mi ventana (Juntos y revueltos 2) de Eleanor Rigby

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    Cuando quieres estar cerca de alguien, ser solo su vecina puede no ser suficiente.

  • El pais de los vientos frios de Yolanda Revuelta

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    El monje se acerco a su pollino y le ofrecio una brizna de hierba que crecia en la inmensa pradera de verdes intensos tras una primavera lluviosa. El animal, encantado, la atrapo entre los dientes y comenzo a mascarla despacio, sin prisa alguna, mientras oteaba de forma desinteresada el horizonte. El religioso, que en ese momento se encontraba con los brazos alrededor de una conocida planta de uso medicinal, lo imito, se irguio intentando obviar el dolor de lumbares que en ese instante le traspasaba la espalda como un aguijonazo y alzo mas la cabeza, centrando su mirada en la grandiosa masa de agua que se abria ante sus ojos. El mar parecia una balsa, solo unas pequenas olas se atrevian a romper en los salientes de las rocas, la calma era absoluta. El dolor parecio desvanecerse y no pudo evitar soltar un suspiro de alivio. Esa calma no hacia presagiar lo que iba a ocurrir unos minutos despues. Observo la grandeza del mar y dio gracias al Senor por tan maravilloso regalo, coloco su mano derecha sobre las cejas y centro toda su atencion en un pequeno punto que destacaba a lo lejos. Entrecerro mas los ojos hasta que pudo identificar aquel objeto flotante que se movia con suma rapidez, surcando el oceano a una velocidad pasmosa. Su intuicion le indicaba que esa extrana embarcacion de una inmensa vela rectangular desplegada y con un mascaron de proa que simulaba la cabeza de una bestia inmunda, no podia traer nada bueno. Parecia mas bien una obra del diablo que cualquier otra cosa. Desvio su atencion al monasterio, que se alzaba hieratico y majestuoso frente al mar; su mirada, sin poder evitarlo, volvio de nuevo a la nave. El viento azoto con fuerza su habito, de tono oscuro y raido por el paso del tiempo; sin embargo, el parecio no notarlo. Despues de aquella misteriosa embarcacion, aparecieron otras que parecian seguir el surco que dejaba la primera. Abrio una mano despacio, hipnotizado por aquellas extranas naves que iban aumentando de tamano a medida que se acercaban a tierra y tiro las plantas medicinales sobre la verde hierba, a la vez que en su mente se formaba una idea desoladora. El pollino movio de forma incesante sus enormes orejas, como si pudiese percibir la intranquilidad del hombre que se hallaba a su lado, rebuzno con poderio para hacerse oir y obtener otro bocado extra pero, para su sorpresa, esta vez no dio resultado. El monje, sin perder detalle de lo que acontecia, se temio lo peor. Las embarcaciones se dirigian a tierra firme y alli no habia nada mas que el monasterio. Con una rapidez que le sorprendio incluso a el mismo, monto a su pollino, tiro de la cuerda que hacia las veces de bocado, e hizo apretar el paso a su montura; como respuesta, el animal de carga rebuzno con mas brio, pero no desobedecio las ordenes y comenzo su andadura con paso energico. Si la situacion hubiera sido otra, hasta podria haberse definido como divertida. Los misteriosos barcos se abrian paso entre las aguas a gran velocidad, su tamano aumentaba a medida que se iba acercando a la playa y, si de lejos le parecio que eran misteriosos y sombrios, a distancia corta no pudo menos que definirlos como tenebrosos. Espoleo con el talon el flanco de su rucio para que aumentase su paso, este obedecio a la orden en el acto y se puso, no sin esfuerzo, a la par de la primera embarcacion. Sin duda era una competicion desmedida, pero el monje, atemorizado por las circunstancias, no penso ni por un momento en su montura. La embarcacion, como era de suponer, les adelanto. Por primera vez, se dejaron oir los gritos de los hombres que la manejaban; solo se escucho un rugido que no tenia traduccion alguna y, al mismo tiempo, comprensible a todas las razas que poblaban la tierra. Eran gritos de guerra. El viento del norte cortaba su piel como el filo de un cuchillo, pero lo ignoro y apreto con mas fuerza los lomos de su pequena montura. Las campanas del monasterio comenzaron a escucharse a un ritmo alarmante. El tintineo era cada vez mas fuerte e insistente. Era el toque de alarma, de lo desconocido. Sus hermanos ya habian advertido el peligro, pero no por eso disminuyo la marcha. Necesitaba llegar cuanto antes y estar asi junto a los suyos. El repiqueteo se entremezclaba con el ruido que hacian los remos al tocar el agua. Era atrayente como el canto de una sirena, pero igual de peligroso. El barco llego a la orilla, y el y su montura, extenuada por el recorrido, se acercaron hasta el monasterio. Desmonto y observo como aquellos hombres pisaban tierra. Su aspecto era dificil de definir, pero llego a la conclusion de que solo podia describirlos como sucios y salvajes. Uno de ellos le llamo la atencion, quizas fuese el de mas edad; era alto, de torso robusto, de melena rubia y barba trenzada. Hablaban una lengua desconocida, sin embargo lo que mas le impacto fueron las armas que portaban sus manos: hachas, escudos de madera y espadas. No venian en son de paz. La puerta del monasterio se abrio de repente. --!Hermano Gilbert!--exclamo al verlo uno de los monjes sobre el estridente redoble de las campanas --. ?Quienes son? Su respuesta quedo suspendida en el aire al escuchar los aullidos de guerra que venian desde la playa. Como caido del cielo, llego el caos. El averno. Horas despues, herido de gravedad, con una mano ensangrentada en el abdomen intentando que sus intestinos se mantuvieran en su sitio, obtuvo la respuesta. Dejo caer la cabeza a un lado hasta tocar el frio suelo de piedra y tosio con fuerza, ya que el denso humo taponaba sus vias respiratorias y respiraba con dificultad. El monasterio ardia envuelto en llamas, profanado y ultrajado. Aquellas bestias eran la personificacion del demonio. Habian asesinado, saqueado y no habian dejado nada de valor en el monasterio; solo unas miseras vidas que se iban apagando poco a poco. El dolor se volvio insoportable a la vez que la hemorragia se escapaba con mas fuerza entre sus dedos. Le quedaba un hilo de vida y lo sabia. Se encomendo al Senor y le pidio que lo sacase de aquel infierno y lo llevase al paraiso; pero esa vez, Dios parecio desatender la suplica.

  • Loca aventura hacia sus labios de Lisa Sune

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    Una novela romantica ambientada entre Barcelona y el mundo del cine de Los Angeles.

  • Las rosas de las espinas de Alexandra Martin Fynn

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    Elizabeth Colt, la propietaria de la fabrica de revolveres mas importante de los Estados Unidos, se hallaba trabajando frente al pequeno escritorio que habia dispuesto en su alcoba. A traves de los enormes ventanales, enmarcados por cortinas satinadas, se atisbaba el hilo ceruleo que comenzaba a ganar la batalla a la noche. Una lampara de aceite iluminaba el gesto concentrado de la mujer, que respondia a la carta que le habia enviado Abraham Lincoln. Desde que iniciara la Guerra de Secesion, un ano atras, la demanda de armas se habia duplicado y la compania recibia permanentes presiones por parte del Gobierno. La elegante caligrafia de la <>, tal como la llamaban, ornaba las paginas de la misiva que dirigia al jefe de Gobierno: Respondiendo a su inquietud, senor presidente, confie en que la compania Colt seguira funcionando al maximo de su capacidad para apoyar su magnifica gesta. Si los mas de mil empleados con los que cuento no alcanzan para sostener la produccion, contratare a mil mas. Debemos ganar esta guerra, para que el sueno de la libertad de los esclavos se vuelva realidad. Si los estados del sur se independizan de los Estados Unidos y fundan una nacion basada en el trafico de personas, la humanidad toda habra fracasado. Esta fabrica no descansara hasta que la Union se alce victoriosa. La mujer debio abandonar la tarea por un momento para limpiarse la enrojecida nariz. Desde hacia dos dias no paraba de toser y estornudar. Sin duda, aquella indisposicion era consecuencia de todos los pesares que habia debido sobrellevar en los ultimos diez meses: su esposo habia fallecido el pasado enero, victima de la enfermedad de la gota y, en agosto, debio afrontar la perdida de su embarazo, que se encontraba en estado avanzado. Aquella criatura que llevaba en el vientre habia sido el unico consuelo frente a la muerte de Samuel. Pero el destino se llevo tambien a su pequena nina, dejandola devastada. En aquel momento, entro en el cuarto la senora Witts, el ama de llaves de la mansion. Cualquiera la hubiera confundido con la duena de la casa, de tan orgullosa y augusta que era su postura. --Buenos dias, senora --saludo--, ya son casi las seis de la manana, ?desea que le haga traer una taza de chocolate? --Buenos dias, querida. En un rato, por favor. Aun no termino con esto --respondio Elizabeth, entre toses. --En media hora le hare subir el servicio. La mujer ya se retiraba, pero se volvio y dijo: --No lo tome a mal, senora, pero, ?me permite hacerle una sugerencia? --Por supuesto. --Quiza le convendria guardar cama, al menos por un par de dias. Y llamar al medico. Aunque usted insista en ignorarlo, es evidente que esta cursando un fuerte constipado. Elizabeth desestimo aquello con un ademan y replico: --Querida, agradezco mucho su preocupacion, pero no tengo tiempo para caer enferma. Estamos en guerra; no puedo permitirme ni la debilidad ni el descanso. --Lo se, senora, pero… --Tengo apenas treinta y cinco anos. Dormire cuando sea vieja. En aquel momento, una doncella entro a la habitacion. --Senora Colt, disculpe la interrupcion --dijo--. Acaba de llegar un jinete; un soldado. Dice que trae una carta urgente de parte del comandante del Ejercito del Potomac, el general George McLellan, y que debe entregar el sobre en mano. Le dije que usted no estaba en condiciones de recibirlo, pero el insistio mucho. Ante la mencion de su viejo amigo, Elizabeth se envolvio en su pesada bata e indico: --Que pase a verme. --Pero... !usted esta en ropa de cama! --reclamo el ama de llaves. --El cabalgo tres dias seguidos desde Arlington Heights para llegar aqui y no lo voy a tener esperando. Hagalo subir y prepare un cuarto para que el pobre se asee y descanse. Las dos empleadas se retiraron y cerraron la puerta tras de si. El joven militar se mostro avergonzado cuando sus botas dejaron un reguero de barro en la lujosa alfombra Aubusson. Estaba tan sucio que el azul de su uniforme casi no se distinguia bajo las capas de polvo que lo cubrian. No acepto la invitacion a sentarse, por temor a dejar inservible la silla que le ofrecian. --?Cual es su nombre, muchacho? --se intereso Elizabeth. --Gregory Hall, senora. --Muy bien, Gregory. Digame, ?cual es el mensaje que desea entregarme personalmente? --El comandante McLellan me pidio que le de esta carta. Debo aguardar a que usted escriba la respuesta, para llevarsela a el lo antes posible. --La leere en este mismo instante. Ahora, vaya con la senora Witts. Ella le esta preparando un cuarto para que pueda lavarse, comer y descansar un poco. --Le agradezco su generosidad, senora Colt, pero debo partir lo antes posible. Si tengo sueno o hambre, no tiene importancia. Debo responder a mi comandante. Elizabeth sonrio. Era sabido que McLellan era idolatrado por sus tropas. --Si no come ni duerme, caera rendido en el camino y no podra cumplir la orden de su superior --la mujer tiro del cordel que llamaba al servicio--. El ama de llaves lo acompanara. El muchacho agradecio y siguio los pasos de la empleada. Cuando se encontro a solas, Elizabeth rompio el sobre con el sello del Ejercito y leyo la carta que contenia. De inmediato comprendio porque McLellan no habia utilizado ni el correo militar ni el telegrafo para comunicarse con ella. Arlington Heights, Campamento General del Ejercito del Potomac, 5 de octubre de 1862 Querida E.: Espero que te encuentres muy bien y que el pequeno Caldwell este creciendo sano y fuerte. Lamento mucho no haber podido visitarte luego del fallecimiento de tu esposo. Bien sabes el afecto y el agradecimiento que le he profesado a lo largo de estos anos, pues el ha sido para mi una fuente invalorable de inspiracion y apoyo. Yo me encuentro bien, aunque mi alma sangra por el resultado de la batalla de Antietnam. Obtuvimos una victoria sobre el ejercito que comanda el general Lee, pero eso no me brinda mas que la tibia satisfaccion de haber cumplido con mi deber. En un solo dia perdi a 12 000 soldados, entre muertos, heridos, prisioneros y desaparecidos. Desde el parapeto en el que me encontraba mientras se producia la lucha, vi a mis muchachos caer y amontonarse como pilas de carne inerte. Y observe a los sobrevivientes, arrastrando sus maltrechos espiritus, con los miembros agarrotados y los ojos secos de tanto llorar a sus companeros. Al final de aquella dramatica jornada, recibi ordenes de Lincoln en las que me instaba a lanzarme, de inmediato, tras las tropas confederadas. Su plan era cortar la retirada a Lee, antes de que el pudiera reponerse de sus perdidas en el campo de batalla. Sin embargo, desoi sus demandas, pues hacer aquello hubiera implicado sacrificar miles de hombres mas. El se niega a comprender que hoy no cuento con los recursos necesarios para asegurar una victoria: los regimientos estan mermados y las municiones escasean. Tambien tenemos una urgente necesidad de nuevas armas, pues muchas de las que teniamos se averiaron en la refriega y hemos perdido miles a manos de los rebeldes. Tengo la conciencia tranquila, pues se que mi decision fue acertada. Sin embargo, todos se han vuelto en mi contra: los politicos, los oficiales y los periodistas opinan que soy indeciso y cobarde. Peor aun; me llaman traidor, por haber dejado escapar a Lee. Y Lincoln sigue presionandome para que lance mis tropas al campo de batalla, aun en la precaria situacion en la que se encuentran. Yo resisto en mi conviccion, pero se que, mas temprano que tarde, seran sus ordenes las que se ejecuten. Por ello, me urge recuperar mis recursos. Nuestro ejercito sera arrasado si no contamos con armas suficientes antes de una nueva lucha. En suma, necesito tu ayuda. No te pedire nada en concreto, pues lo ultimo que deseo es comprometerte. Si lo unico que puedes enviarme son palabras de aliento, estas seran para mi un tesoro en este escenario de desolacion. De mas esta decir que esta comunicacion y todas las que sigan, sea cual fuere su naturaleza, deben mantenerse en el mayor de los secretos. Si envias a alguien a reunirse conmigo, asegurate de que sea una persona de nuestra mutua confianza. Recelo de todo el mundo. Tuyo, G. Elizabeth dejo la carta sobre el escritorio y se tomo el rostro con las manos. Penso que McLellan debia estar realmente desesperado para ponerla en una situacion tan delicada como aquella. El no podia ignorar que, si se descubria que ella le habia enviado armas de manera ilegal, aquel seria el fin de la compania Colt. Y habia sido inteligente al elegir las palabras que estampara en su carta: ?como podria alguien negarse a brindar una ayuda que evitaria la muerte de miles de seres humanos? La mujer se restrego los ojos, como si de ese modo pudiera aclarar su vision. Pero solo un cumulo de ideas contradictorias se enredaron en su mente. --Si tan solo Sam estuviera aqui… --susurro. Entonces, se puso de pie y se acerco a la enorme pintura en la que estaba plasmada la figura de su esposo. Y con un suave ademan, extendio la mano para acariciar el marco dorado. --?Que debo hacer, querido mio? --le pregunto a la imagen del retrato. Elizabeth sabia muy bien que el padre del comandante habia sido una persona muy importante para Samuel Colt. Su apoyo habia sido clave en un momento en el que el contexto economico y politico se presentaba muy adverso para el inventor de armas. Tan estrecha se volvio la amistad entre ambos que, en el lecho de muerte del anciano doctor McLellan, Samuel le juro que velaria por el porvenir de sus dos hijos varones. Dado ese compromiso, Elizabeth estaba segura de que su esposo hubiera deseado que ella honrara la promesa hecha a un moribundo. Aquella certeza la inclinaba en favor de enviar la ayuda que el militar le solicitaba. Por otra parte, ella no dudaba de que McLellan ansiaba salvar la vida de miles de soldados; una gesta que apoyaria cualquier persona con corazon. Sin embargo, comprendia cabalmente que enviarle armas al comandante, sin la anuencia del Gobierno, era una jugada que podia poner en riesgo el futuro de su fabrica y de todo aquello por lo cual ella y su esposo habian luchado tanto. Urgida por resolver su conflicto interior, la mujer unio las manos en oracion. Su padre, el reverendo William Jarvis, le habia inculcado el camino de la fe, y ella lo transitaba cada vez que necesitaba reunir fuerzas para salir adelante. En aquel momento, requeria mas que nunca la guia del Senor, pero de El solo obtuvo un angustioso silencio. Agobiada por la roca que le pesaba en la espalda, volvio a dirigir la mirada a la imagen de su amado. Fue entonces cuando los primeros colores del alba iluminaron la habitacion y un reflejo rojizo parecio dar vida al retrato de Samuel Colt. A Elizabeth se le empanaron los ojos y, por un instante, tuvo la impresion de que el le sonreia. Entre lagrimas, tomo aquello como la senal que estaba esperando y se sintio algo mas aliviada. En su corazon y en su mente, la decision estaba tomada: no ignoraria el pedido del general McLellan, en honor a todo lo que su padre habia hecho por Samuel Colt. Y, menos aun, dejaria indefensos en la batalla a miles de soldados que luchaban por una causa noble. Estaba dispuesta a correr los riesgos que fueran necesarios. Con la decision asumida, regreso a su escritorio, coloco la mano sobre la carta que habia estado escribiendo a Lincoln y dijo, en voz alta: --Perdoname, Abraham, por hacer esto a tus espaldas. Es en beneficio de tu causa. Con algo de alivio por la resolucion adoptada, era menester reflexionar acerca de como instrumentar la ayuda que le ofreceria a McLellan. Lo primero que debia decidir era que tipo de armamento enviar. Sabia que al comandante le convendria recibir rifles Springfield, los mismos que el Ejercito distribuia entre los soldados; pero aquello no seria posible. Deshacerse de un gran numero de armas largas implicaria incumplir el contrato que la Colt habia firmado con el Gobierno y aquello resultaria en multas monstruosas para la compania. Elizabeth decidio, en consecuencia, entregar revolveres que, ademas, serian mas simples de transportar de incognito. George habia mencionado que muchas de las armas con las que contaba se habian averiado en batalla. Ella sabia que algunas podrian ser reparadas por sus empleados, pero la fabrica no podia prescindir de los brazos de sus operarios, dada la enorme cantidad de trabajo que tenian pendiente. Sin embargo, si se reordenaban los turnos y se ajustaban algunos procesos, podia hacer el sacrificio de enviar algunos hombres. Pero solo serian unos pocos; los suficientes para sacar del aprieto a McLellan. La idea era que los enviados permanecieran unos dias en el campamento militar, tratando de arreglar la mayor cantidad de revolveres y rifles que fuera posible. Ahora Elizabeth debia pensar en quienes serian las personas idoneas para realizar semejante labor. Sin duda, deberian ser excelentes trabajadores, ademas de hombres de su entera confianza. Casi sin proponerselo, tres nombres acudieron a su mente: William Green, George Arlen y Jim Carson, tres obreros que, ademas de ser excelentes personas, eran incansables y muy capaces. Los tres habian sido esclavos fugitivos que, tras su huida, se refugiaron en la fabrica de Colt, al amparo de Samuel y de ella. Y Elizabeth sabia que el honor de aquellos hombres haria que dieran su vida por cualquier causa en la que ella se embarcara. Por ultimo, McLellan habia enfatizado que, si ell

  • Los dias que nos separan de Laia Soler

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    Abril esta obsesionada con sus suenos. Desde que se cruzo con ese desconocido en la biblioteca, el se le aparece cada vez que se queda dormida. En su mundo onirico, el chico es Victor, un burgues de la Barcelona de 1914, y ella… Ella ni siquiera es ella misma, sino Marina, una obrera que vive en el mismo edificio que Victor. Mientras la historia de los dos jovenes del pasado avanza noche tras noche, Abril lucha por mantenerse al margen de las emociones de Marina e intenta descubrir que significan esos suenos. “Los dias que nos separan es un asombroso debut, tanto por la juventud de su autora como por la elaborada magia que emana esta novela.

  • No llores, princesa de Nuria Rivera

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    Dicen que de una boda siempre sale otra… y esto encontraremos en esta apasionante novela romantica de Nuria Rivera.

  • Princesa La Hija Prometida de de Alena Garcia

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    Los pasos de Eva sobre la nieve hacian a esta crujir como si fueran cristales aplastados. Una vez, un amigo de su padre, un ruso de origen cosaco, del Don, le dijo que aprenderia a conocer la intensidad del frio en cuanto diese dos pasos por la nieve. Y asi era. Cuando la nieve cruje mucho, es que el frio se acerca o pasa de los veinte grados bajo cero. Hacia veintiseis grados bajo cero aquella tarde de febrero en Moscu. Eva caminaba ensimismada, hipnotizada por el sonido de cada uno de sus pasos sobre la durisima y crujiente nieve. Tras una caminata de mas de veinte minutos, entro en un cafe para calentarse un poco y descansar. La cafeteria era pequena, coqueta y acogedora. Habia entrado alli sin saber muy bien por que; algo atrajo su atencion. Se sento en una mesa de la esquina, la mas alejada de la puerta. De inmediato aparecio un camarero para preguntarle que deseaba. El chico era alto, rubio, de grandes ojos verdes un tanto rasgados, con salientes pomulos casi mongoles. El tremendo atractivo fisico del muchacho no pudo pasar desapercibido a Eva, a la que le subio un leve rubor a las mejillas. Una cara como aquella era mas apropiada para el teatro o para el cine que para estar en aquel diminuto cafe de Barvija, a las afueras de Moscu. El joven le entrego a Eva la carta, pero ella la rechazo con un gesto de la mano. --No hace falta, gracias. Solo quiero te, te negro. Que este ardiendo, por favor. He entrado solo para calentar un poco el estomago y la garganta -- dijo ella elevando imperceptiblemente las comisuras de sus labios en un intento, vano, de sonreir. --Ahora mismo se lo traigo, senorita -- dijo el amable camarero con una franca y preciosa sonrisa que dejo ver las dos filas de dientes perfectos y blancos. Eva se sentia a gusto en ese lugar, como no se habia sentido desde hacia anos. No queria irse. Pidio otro te y un trozo de pastel casero que le recomendo el guapisimo camarero. Algun ingrediente no identificable por su paladar la traslado a su infancia. Recordo las fiestas en su casa de Marbella, en el sur de Espana, en la luminosa y sin par Andalucia, su amada tierra de adopcion. Su padre le preparaba unas fiestas de cumpleanos que eran la envidia de todos los ninos ricos de la zona de San Pedro de Alcantara, casi todos ellos hijos de extranjeros de todas las partes del mundo afincados en ese paraiso natural que es la Costa del Sol. Tantos recuerdos provocaron que Eva perdiera la nocion del tiempo. Se quedo alli sentada, como un barco anclado en alta mar, con el tenedor en la mano derecha y el ultimo trozo de pastel pinchado, pero sin terminar de llevarselo a la boca. El camarero noto que algo le ocurria a aquella extrana chica. No pudo dejar de percibir que era millonaria. El abrigo de pieles y el anillo de diamantes que lucia bastaban. --Senorita, ?se encuentra usted bien? ?Necesita que le llame un taxi? --Si, si, estoy bien, gracias -- contesto ella saliendo del letargico bucle de recuerdos que se habia apoderado de su mente. --Es que tengo que cerrar. Hace tiempo que dieron las once. No queria interrumpirla, lo siento, pero he de cerrar y marcharme a casa, es tarde. Son casi las doce. --Oh, perdoneme. ?Por que no me dijo nada? Estoy tan bien aqui, tan a gusto… Se me ha pasado el tiempo volando. Eva se levanto de la silla con apresuramiento. Rebusco en su bolso, saco la cartera y dejo un billete de cinco mil rublos sobre la mesa. La cuenta de los dos tes y el pastel no pasaban de los setecientos rublos, por lo que el camarero se apresuro a ir a la caja para darle el cambio. Cuando volvio a la mesa, Eva ya salia, diciendole buenas noches y dejandole alli con una propina de mas de cuatro mil rublos. Sasha salio a la calle. --Senorita, oiga, el cambio, se deja el cambio -- grito el. Eva estaba a punto de entrar en un Mercedes negro, de lunas tintadas, con un hombre de mas de dos metros que le abria la puerta. Ella se giro y le dijo, con una sonrisa: --Por las molestias. Sasha se quedo mirando, con la boca abierta, como desaparecia la berlina de lujo a toda velocidad, pero sin hacer un solo ruido. Se habia quedado con las ganas de decirle algo mas. Eva le parecio la mujer mas bonita que habia visto nunca. Y tambien la mas triste. * * * * --Me habeis seguido, ?verdad? – inquirio Eva tanto al chofer que conducia como al copiloto. --Esta zona, de noche y con esta helada, no es apropiada para una mujer joven -- contesto severo y frio Andrei, el copiloto. --Solo he salido a estirar un poco las piernas, a pasear. Os lo he dicho. Que salia a pasear. Me habria gustado volver andando a casa. --Tenemos ordenes, Eva Valerievna -- respondio Andrei con el tratamiento formal de nombre mas patronimico. --Si, lo se, lo se. Soy su esclava. No hace falta que me lo recordeis a cada paso. Yo misma renuncie a mi libertad -- le corto Eva, apretando los labios mientras intentaba contener una lagrima que pugnaba por precipitarse por la mejilla. * * * * El Mercedes llego al palacio de Viktor Sokolov, tras pasar tres controles de seguridad donde, en cada uno de ellos, salieron dos hombres con chalecos antibala y armados con fusiles de ultima generacion. Eva salio del vehiculo, entro en la casa y se dirigio a su habitacion, subiendo por las escaleras de madera. Una voz la interrumpio en su ascension. --!Eva! --Si, Viktor, dime… --?Por que has vuelto tan tarde? Hace mucho frio, te puedes resfriar. No estas acostumbrada a estos inviernos. --Solo he salido a estirar un poco las piernas. Queria andar. Finalmente he entrado en un pequeno cafe que hay a veinte minutos de aqui, en la carretera. Alli he perdido la nocion del tiempo. No me diras ahora que estabas preocupado por mi. Viktor subio unos pocos escalones y se quedo a dos metros por debajo de ella. La miro a los ojos, con intensidad, con una mirada que Eva aun no era capaz de descifrar. No sabia si la mataria algun dia o la forzaria como un salvaje cualquiera, amparado en su poder y su "trato". Pero Eva no bajo su mirada y se la sostuvo con firmeza. Finalmente, Viktor dijo: --Esta bien, haz lo que quieras. Despues, bajo las escaleras y se introdujo en su despacho, un cuarto al que Eva tenia prohibido el acceso. Ella entro en su dormitorio, una estancia de casi cien metros cuadrados, con bano propio y muebles italianos de lujo. La habitacion estaba demasiado recargada para su gusto. No se podia decir que fuera hortera, como sucedia en muchas casas de nuevos rusos (nuevos ricos), pero con menos de la mitad, se decia Eva, habria quedado mas elegante y espaciosa. Se tumbo en la cama sin quitarse la ropa y cogio el libro que estaba leyendo desde hacia unos dias. Doctor Zhivago, de Boris Pasternak. La pasion por los libros de Eva le venia de su madre, Natalia, poetisa y critica de arte, especialista en el Siglo de Plata de la literatura rusa, con varios ensayos publicados sobre el tema. Pero Natalia se caso con Valeri Novikov, un inteligente hombre de negocios que acabo metido en asuntos sucios de mafias. Se trasladaron a vivir a Espana y alli nacieron sus dos hijas: Yevguenia y Eva. Natalia dejo de escribir ensayos, mas nunca abandono la lectura, un habito que lego a la menor de sus hijas: Eva. Eva leia y leia. La lectura de los clasicos rusos suponia su unico consuelo y un eficaz antidoto contra la depresion y la amargura que amenazaban con instaurarse para siempre en su alma. Pensaba en el camarero que habia conocido esa tarde, y en el acogedor cafe donde se sintio libre por unas horas. Manana volveria a ir, se dijo, mientras recorria con la mirada las peripecias que les sucedian a Yuri y a Larisa. Al dia siguiente, hacia las cinco de la tarde, se disponia a salir de la mansion para tomar te en la pequena cafeteria que habia descubierto. Cuando cogia del perchero su abrigo de vison blanco, Viktor salio de su despacho para interesarse por su repentina salida. --?Adonde vas ahora? – inquirio groseramente. --A dar un paseo y a tomar un te. Llevo aqui todo el dia sin estirar las piernas, me duele la cabeza y necesito aire -- contesto Eva. Esta tarde vienen unos amigos a cenar y quiero que estes en casa. La cena es a las ocho en punto. No vengas mas tarde de las siete y media. --Podrias haberme avisado -- senalo ella. --Si, podria haberlo hecho. Pero ya ves que no ha sido asi -- zanjo el entrando en su despacho. Eva agarro el abrigo con rabia y salio al frio exterior donde la helada le golpeo en la cara nada mas abrir la puerta. Seguia haciendo veintiseis grados bajo cero, y ademas habia una leve brisa que metia el frio por el cuerpo a traves de los ojos. A Eva, de todas formas, le gustaba respirar la helada, sintiendo como el aire descendia hasta sus pulmones, siendo por vez primera consciente de tener esos organos

  • Descubriendo el Nirvana (Nirvana 3), Arantxa Anoro de Arantxa Anoro

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    La fortaleza de las personas no se mide por la cantidad de fragmentos en los que te rompes sino por la capacidad de unirlos tantas veces como sea necesario.

  • Libertin de Olivier Moon

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    No lo vi venir. No se si sucedio en el acto o fue poco a poco, imperceptiblemente. El hecho es que llego y arraso con todo: pasado y presente. Cambio mi forma de ser, mi forma de actuar, mi forma de ver y sentir la vida. Lo conocido hasta entonces quedo inservible; insignificante. Entraron en juego otro tipo de emociones y sensaciones desconocidas. Mis mascaras fueron arrancadas, una por una, hasta dejarme completamente desnudo en cuerpo, pero sobre todo en alma. No lo vi venir y no estaba preparado. A lo mejor por eso llego con tanta fuerza e intensidad, porque estaba desprevenido. Y no es que no creyera. Solo, no entendia. Lo trajo la persona que menos pensaba. Pero me consuela saber que fue reciproco; que mi tormenta se equiparo a la suya; que ninguno de los dos saldriamos ilesos cuando todo acabara. Porque acabo, ?verdad?

  • Las cenizas del califato de Mikel Ayestaran

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  • La clase de piano de Gabriel Katz

    https://gigalibros.com/la-clase-de-piano.html

    Una inolvidable novela de superacion para aficionados a historias como Intocable y El indomable Will Hunting.

  • Mas alla del bien y del mal de Virginia Barber

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    La doctora Barber nos descubre que el mal tiene un rostro dolorosamente humano.

  • Regalo Inesperado: Un Amor Para Compartir, Ruby Martinez de Ruby Martinez

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    Hay diferentes tipos de amor, el que les vengo a presentar es uno de los mas puros y verdaderos que pueda existir.
    Todo fue tan inesperado, y aunque los acontecimientos en cierta forma avisaban, nadie lo vio venir. La muerte de Christina Gracia nadie la vio venir. Pero no estaba sola, dentro de ella habitaba una vida que cambiaria por completo el mundo de Eralda, su sobrina.
    Eralda, una joven universitaria apasionada por las letras y la poesia, se ve en la necesidad de truncar sus estudios, pues su fallecida tia la deja como heredera y, sobre todo, encargada de su recien nacida hija Becky.

  • Olvidame tu de Vanessa Lorrenz

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    Alexa pensaba que la vida no tenia ningun sentido despues de que su matrimonio fracasara, su perfecta vida planeada al lado del amor de su vida de un momento a otro se vio derrumbada. ?Que sucede cuando el hombre al que juraste amar, de pronto decide que la vida a tu lado no es lo que esperaba?, ?hay segundas oportunidades? Como continuar tu vida con el corazon destrozado en mil pedazos. Descubre si Alexa es capaz de decir Olvidame tu...

  • Dulce camino espinoso (Serie Rohard 1), Rita Morrigan de Rita Morrigan

    https://gigalibros.com/dulce-camino-espinoso-serie-rohard-1-rita-morrigan.html

  • Diez suecos han de morir (Max Anger Series 2) de Martin Osterdahl

    https://gigalibros.com/diez-suecos-han-de-morir-max-anger-series-2.html

    ?Quien sera el siguiente en caer en este thriller apasionante y adictivo?

  • Deseo y traicion (Jazmin secretos y mentiras) de Heidi Betts

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    Disenadora secreta.

  • Un ardiente y largo verano, Kat French de Kat French

    https://gigalibros.com/un-ardiente-y-largo-verano-kat-french.html

    Estar casada con un actor famoso no era para tanto, sobre todo si ese famoso tenia una aventura muy sonada con la protagonista femenina...

  • La mitad de la verdad (Fiscal Szacki 2) de Zygmunt Miloszewski

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  • No mires atras, amor, Manuel Navarro Seva de Manuel Navarro Seva

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    Una noche de primavera del ano 1983 muere asesinada en su casa de Madrid la reconocida pianista Alicia Pardo, con treinta y ocho anos y una trayectoria brillante en el mundo de la musica clasica.
    La investigacion policial, a cargo de los inspectores Contreras y Moreno, se alarga sin resultados satisfactorios por la falta de pruebas concluyentes.
    Julian, unico hijo de Alicia, se empena en averiguar como era su madre, que secretos guardaba, quien la mato.
    Mientras tanto, el asesino de Alicia vuelve a matar.
    Una novela de intriga tejida con el crimen, la musica, la literatura y el amor.

  • Adiccion (Hermanos Duncan 1) de A.g. Keller

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    Max es el hermano mayor de los Duncan, es alto, guapo, de ojos grises y actitud despreocupada. Odia los trajes elegantes hechos a la medida, las declaraciones a la prensa y perder una apuesta. Aunque su apariencia demuestre lo contrario, el es un exitoso empresario, en el mundo de los Video Juegos. Adora los tatuajes que adornan su cuerpo, las mujeres faciles, un buen cigarro y un trago de whisky. A sus treinta anos, Max todavia no se ha casado, no tiene pareja fija y mucho menos hijos. El tiene un defecto, a pesar de lucir como el partido perfecto para cualquier chica inteligente. tiene una adiccion que esta a punto de arruinarlo. Una noche conoce a Nicole Calaway, de manera accidentada en un bar cercano a su oficina. Max queda prendado de su generosa sonrisa, el color castano de sus ojos, y el aleteo coqueto de sus pestanas. Al instante supo que esa mujer era especial. Sin imaginarse de quien realmente se trataba.

  • Normal de Warren Ellis

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    Normal es un centro para el tratamiento de trastornos psiquicos de cientificos, economistas, estrategas mentales… Todos tienen en comun el haberse dedicado a analizar que pasara en el futuro. Bajo una estricta vigilancia y sometidos a una medicacion intensa, estan divididos en dos grupos que no se comunican entre si: el de los que se dedican a la ” prevision estrategica ” , que dependen de instituciones sin animo de lucro y que buscan como evitar los desastres que se avecinan (cambio climatico, guerras devastadoras, rapaces gobiernos disfuncionales…); y los de ” prediccion estrategica ” , a sueldo de empresas y ” think tanks ” de seguridad, que dan por hecho tales desastres y buscan metodos para sobrevivir a los mismos. Adam Dearden, un especialista en ” prevision estrategica ” , tras sufrir una crisis nerviosa, es internado en Normal.

  • Cuentos Descorteses de Leon Bloy

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    Leon Bloy, coleccionista de odios, no excluyo de su amplio museo a la burguesia francesa. La ennegrecio con lobregas tintas que justifican el recuerdo de los suenos de Quevedo y de Goya. No siempre se limito a ser un terrorista; uno de sus mas curiosos relatos "Les captivs de Longjumeau" prefigura asimismo a Kafka. El argumento puede ser de este ultimo; el modo feroz de tratarlo es privativo de Bloy. (...)

  • La sombra de una mentira (Bilogia Skye 1) de Yolanda Revuelta

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    Madison McAllen vive en Georgia. Es pintora y su mundo se tambalea cuando descubre una carta que su madre le ha dejado antes de morir. Su primera opcion es olvidarla y seguir con su vida, pero la necesidad de saber de donde viene y quien es su familia es cada vez mayor.
    Madison emprendera un viaje del que quiza no pueda regresar jamas.

  • Un dia de diciembre de Josie Silver

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    Una novela magica y emocionante que nos recuerda las inexplicables vueltas que da la vida de camino a la felicidad.

  • Mi paraiso eres tu (HQN), Arwen Grey de Arwen Grey

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  • Los besos que quiero darte de Priscila S

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    Lara, Belen y Luisa. Tres amigas inseparables, de esas que se apoyan en los peores momentos de la vida.
    Diferentes y a cual mas loca, pero ?que pasa cuando en sus caminos se cruzan tres hombres igual o mas locos que ellas?
    Tres uniformados que las sacaran de sus casillas.
    Secretos, mentiras, deseo, pasion y amor son los ingredientes para esta trilogia.
    No te pierdas la historia de cada una de ellas.

  • Las dos bodas de Cloe (Rebecca) de Grace Marie March

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    Cloe llevaba una vida muy sencilla, trabajaba unas horas en un supermercado y cuidaba de su sobrina Phoebe, a la ultima persona que esperaba ver como la ayudaba, era precisamente al padre de Phoebe, pese a que su hermana le dijo muchas veces que el vendria tan pronto como supiera que iba a ser padre, habia tardado seis anos en hacer acto de presencia.
    Aidan acababa de descubrir que supuestamente tenia una hija, despues de que su abogado le hiciera leer una carta extraviada entre sus papeles, ahora veia frente a el que no solo la nina necesitaba su ayuda, sino tambien la mujer que la cuidaba, y claro, no pudo evitar actuar como su heroe.
    Angeline vio como de un dia para otro, pasaba de trabajar para un hombre al que igual estaba meses sin ver, a trabajar para un hombre que estaba en casa cada vez que podia, los cambios en el se producian debido a las dos personas que se habian instalado en la casa, principalmente por una de ellas, pero tenia miedo de que con su comportamiento acabara perdiendola finalmente.
    ?Conseguiran su ‘y fueron felices para siempre’?

  • Mark y Alice: el futuro perfecto (Hermanos Sullivan 4), Abril Camino de Abril Camino

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  • Aprendiendo a amar (Bilogia 1), Anne Marie Warren de Anne Marie Warren

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