• hijos de sangre y hueso - Tomi Adeyemi

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    Zelie Adebola recuerda cuando la tierra de Orisha desprendia magia. Pero todo cambio la noche en que esta desaparecio. Por orden del rey, los maji fueron perseguidos y aniquilados.
    Ahora, Zelie tiene una oportunidad de devolver la magia a su gente, pero para ello debera ser mas rapida y astuta que el principe heredero del trono, que esta dispuesto a todo con tal de erradicar la magia para siempre.
    El peligro acecha en Orisha, donde los leopardarios de nieve campan a sus anchas y los espiritus vengativos esperan escondidos bajo el agua. Sin embargo, el mayor peligro puede ser la propia Zelie en su lucha por controlar sus poderes.
    ES EL MOMENTO DE QUE ZELIE RECUPERE SU LEGADO. ES EL MOMENTO DE QUE UN PUEBLO RECUPERE LA ESPERANZA.

  • Hijos de sangre y hueso (El legado de Orïsha 1) Tapa blanda

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    Todos los jovenes de Nigeria deberían leer este libro. La influencia de su folclore, evidente en las ciudades, los dioses, personajes y las costumbres, ...

  • Hijos de sangre y hueso (El legado de Orïsha 1) - Amazon

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  • HIJOS DE SANGRE Y HUESO (LEGADO DE ORISHA 1)

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  • Reseña: 'Hijos de sangre y hueso', una novela de fantasía ...

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    17 abr 2018 — Hijos de sangre y hueso es el brillante debut de la escritora nigeriana Tomi Adeyemi. Tras posicionarse en el primer puesto de superventas ...

  • Libro Hijos de Sangre y Hueso, Tomi Adeyemi, ISBN ...

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  • HIJOS DE SANGRE Y HUESO - TOMI ADEYEMI | Alibrate

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  • HIJOS DE SANGRE Y HUESO. Tomi Adeyemi - Afroféminas

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    HIJOS DE SANGRE Y HUESO. Tomi Adeyemi. 18,00€. Zélie Adebola recuerda cuando la tierra de Orïsha desprendía magia. Pero todo cambió la noche en que esta ...

  • Hijos de sangre y hueso - Tomi Adeyemi -5% en libros | FNAC

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    12 abr 2018 — Hijos de sangre y hueso, libro o eBook de Tomi Adeyemi. Editorial: Rba molino. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • La vida son los miercoles de Mariela Michelena

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    Susana, Eva y Marina, tres mujeres al borde de los cuarenta, amigas desde su juventud y aparentemente <>, tendran que afrontar una serie de reveses -amorosos, laborales, familiares.- que pondran a prueba su amistad pero, sobre todo, las obligaran a replantearse su forma de estar en el mundo.

  • Deja de torturarme de C. J. Benito

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    Una proposicion indecente
    Un amor imposible
    Una herencia robada
    Un hombre con secretos

  • Despertando al Amor de Libby Alvarez

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    Sofia Beltran, una mujer completamente antisocial, repudia la gente y evita cualquier tipo de sentimientos que involucren emociones ajenas.
    Erick Ruiz, un hombre que siempre le sonrie a la vida, ve el lado positivo de las cosas y sigue ciegamente su corazon.
    Una mala noticia y un destino que se encargara de cruzar la vida de ambos, esperando que por primera vez el amor sea suficiente.

  • LA APUESTA de Sabina Rogado

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    Erika, vive recluida en su apartamento de Dublin, a causa de una agresion que la ha convertido en una joven sin ganas de vivir y con un miedo atroz.
    Hugo, un rompecorazones cuyo lema en la vida es: su moto y no esperar por ninguna mujer mas de cinco minutos. Vive en la sierra de Madrid.
    Una oferta de trabajo, inesperada, que llevara a Erika a reencontrarse consigo misma, pero tambien con lo que quiere olvidar…
    Y una apuesta, que empezo como un juego, y que sera la artifice de que todo pueda cambiar… ?O no?
    Sumergete entre las lineas de esta apasionante historia y dejate llevar a un mundo lleno de sensaciones en las que, la ternura, el enfado, la intriga, la pasion, y sobre todo el amor, te llegaran al corazon.
    ?Te atreves con LA APUESTA?

  • Jueves (Atemporal 4) de E. L. Todd

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    Conozco a Marie de toda la vida. Ha sido la amiga excentrica de mi hermana desde que tengo memoria.

  • Una palabra tuya de Elvira Lindo

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    Rosario y Milagros son barrenderas y se conocen desde ninas. Tan vulnerable en apariencia como firme pese a sus contradicciones, Rosario relata los anos transcurridos junto a esa fuerza de la naturaleza que es Milagros; anos de tropiezos, ilusion, miedo y realidades que han dado forma al temor de no merecer ser felices.

  • FRANKCO HONOR-CODIGO-LEALTAD (Paraiso 4) de Claudia A. Perez R

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    Sin duda hay muchas personas a las que tengo que agradecer. En este camino literario me he encontrado con grandes personas que me han brindado su amistad y apoyo incondicional, una de ellas sin duda mi querida Swedhen, desde hace 2 anos hemos compartido recomendaciones literarias, de series, compartido alegrias, tristezas, te pegue mi aficion por los vampiros y has sido parte fundamental en la publicacion de esta serie que al dia de hoy esta formada por 4 libros, muchas gracias por no rendirte, por ser una inspiracion, por seguir sonriendo a pesar de que "Nadie dijo que la vida fuera facil", por el carino y apoyo a traves de la distancia, nunca dejes de luchar mi Rocky, !!Llevamos 4 y vamos por mas!! Otra gran amiga y companera de aficion, con la que tengo el placer de conversar practicamente a diario y se ha ofrecido a echarle un 3er. Ojo a las palabras resultantes de las voces en mi cabeza ha sido Wen, tiene las mejores puntadas y la cualidad de resenar los libros que te dejan con ganas de leerlos, sin duda un gran ser humano lleno de fortaleza y espiritu, ademas esta igual o peor de pirada que yo, creo que por eso nos caemos bien. Una chica que no ha dejado de pedirme que siga escribiendo desde la primera vez que leyo las primeras 11 paginas que escribi y desde entonces me ha brindado su amistad y carino es Aury, espero pronto tengamos la oportunidad de conocernos personalmente y si es en el Paraiso, aun mejor. A mis 3 hermosas administradoras del grupo de "El Sr. del Paraiso" que diariamente mantienen activo el grupo, lo llenan con sus bellos edits, y me ayudan a compartir las publicaciones mil gracias por todo el apoyo chicas Areli Avah, Rous Torres, Maria Vidal Parada y aqui tambien entras tu Lucy que has compartido con nosotras tus lindas obras. Se vuelve una tarea complicada que mis libros lleguen a otros paises, pero Yubi que me ha brindado su amistad ha sido un puente para que mis lectoras chilenas, tengan la oportunidad de tenerlos fisicamente, al igual que Gaby en Argentina con ese animo y ese acento "che", no cualquiera se ofrece para llevar a cabo esta tarea y yo se los agradezco infinitamente. Y por supuesto a mi querida Liz que junto a su comunidad de LQDH le dio la oportunidad a mi primer libro a pesar de tener cientos de pendientes de reconocidos escritores y editoriales en su lista, desde entonces no hemos parado de echar chisme y compartir un sin numero de aventuritas. Todas ustedes mujeres, fuertes, trabajadoras, sonadoras, de diferentes nacionalidades, pero con una gran aficion en comun, el amor por la lectura, de la sensacion de transportarte a otro mundo y sentir en carne viva los sentimientos a traves de las palabras, es un placer de conocerlas. !Las quiero! Cuando los personajes hablan por si mismos, es imposible callarlos, cuando lo que expresan te llena el alma, lo demas simplemente fluye, a mi No sueno, no le han importado los obstaculos, ni el tiempo, ni la logica, sigue aferrado a crecer tras cientos de horas de trabajo, placer y una infinita ilusion. "Play List" Californication Red Hot Chili Peppers From this momento Shania Twain 1 CAPITAN FRANKCO HARPER Informacion clasificada. Objetivo: "Rescate de Lady Margot Chapman" Ubicacion: E 108deg1’0.01″ N11deg10’0.01″ Mision 22STV102009: Rescatar a Lady Margot Chapman, secuestrada durante sus vacaciones, ha estado retenida los ultimos 2 meses por mercenarios, evitar enfrentamiento con los hostiles, sin relaciones diplomaticas con el anfitrion. Teniente Coronel Herbert Conclusion: Convertirnos en hombres invisibles, rescatar a la nina de papi y que nadie se entere, piece of cake (Facil). Di aviso inmediatamente a mi unidad elite conformada por 6 integrantes unicos en su tipo, unos malnacidos con un sentido del compromiso digno de un ingles, personalmente reclute a cada uno de ellos, con sobresalientes habilidades en las diferentes pruebas y entrenamientos dentro de la SAS (Special Air Service, Servicio Aereo Especial) ademas de una camaraderia excepcional y un instinto letal casi equiparable con el mio. Algunos eran mas testarudos que otros, pero me habia ganado el respeto y confianza del equipo entero a base de decisiones, trabajo, esfuerzo, sudor y sangre. Siempre me habia gustado decir que eran los peores hijos de puta, pero iria con ellos a la peor guerra toda la semana y dos veces en domingo. Era mi unidad, eran mis hombres y cada uno me confiaba su espalda al igual que yo lo hacia con ellos. Una vez listos, salimos a cumplir con nuestra mision, y aqui estabamos en medio de la selva, con insectos revoloteando a nuestro alrededor, una temperatura de 38deg centigrados y una humedad del 92%, brutal, con el equipo tactico encima con un peso de alrededor de 35 kg. Introduciendonos a una zona gobernada por mercenarios, que aunque no contaban con entrenamiento militar, no se iban a detener a dialogar al ver amenaza en su territorio. Todo para rescatar a una Lady de la nobleza que se metio en este lugar por voluntad propia de vacaciones, seguramente aburrida despues de recorrer las grandes ciudades del mundo, utilizando tiempo, recursos y personal entrenado para misiones estrategicas contra terrorismo, para rescatarla. Pero ?Quien es? o ?Por que esta aqui? No es asunto mio, mi unico objetivo: Extraer al rehen evitando enfrentamiento hostil, nada que no hubiera hecho antes. Alfa 2: ?A quien estamos rescatando? Frankco: Es clasificado soldado. Hace algun tiempo estuve en sus puestos y tambien odiaba exponer mi vida sin saber ?Por que? o ?Por quien?, pero seguir ordenes sin hacer preguntas es fundamental en la vida militar que habiamos elegido. Una vez que llegamos, identificamos la zona y permanecimos ocultos, tras el fango y la espesa vegetacion, observando la cantidad de hombres que resguardaban el lugar por varias horas, aguardando el momento indicado para proceder, no eran demasiados hombres, si todo salia segun lo planeado podriamos salir de aqui sin haber desperdiciado una sola bala. Localizamos a los rehenes, encerrados en pequenos cuartos improvisados de madera. Identificar a la victima no fue tan complicado a pesar de toda la suciedad que ocultaba su belleza, era la unica mujer que habia logrado ver, eso explicaba el porque a pesar de pertenecer a una familia adinerada, no pidieron ningun rescate, por lo tanto, seguramente su estadia en este lugar los ultimos 2 meses debio ser peor que el maldito infierno.

  • Una Virgen Para El Jeque de Kate Simmons

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    El dia de calor sofocante acabo en tormenta, una tormenta de polvo sulfuroso que oculto el sol y rugio toda la noche hasta el amanecer, dejando una estela de naranjos y datileros devastados. Las persianas de la casa de la plantacion se habian roto, las lamparas y floreros se habian estrellado al caer y el agua de la torre de irrigacion habia inundado el suelo. Agnes se detuvo en la galeria y sintio un desamparo mas alla de las lagrimas. Estas le habrian servido de consuelo al comprobar como el agua anegaba tambien el pasillo y al oir el intermitente ulular del viento rompiendo la quietud que habia seguido a la frenetica noche del siroco. Los dias precedentes habian sido de calor bajo un cielo plomizo, que habia trocado el desierto en un paisaje siniestro. Todavia en aquel momento el bochornoso calor parecia resecar las paredes de la maltrecha vivienda y Agnes podia sentir el sudor bajando por su espalda. Con su valor casi tan abatido como la casa se apoyo en la barandilla con la boca seca, los ojos chispeantes, y su espiritu destrozado. Una persiana suelta seguia golpeando; era como si algo extrano tratara de llegar a ella, atacando sus nervios. Se encontraba sin energias para acercarse a sujetar la persiana. Tensa como un gato, sin ningun sitio donde esconderse, trato en vano de no pensar en la silenciosa figura que yacia en la cama del dormitorio principal. Agnes se estremecio, a pesar del calor; el azul sorprendente de sus ojos estaba velado por los sucesos de la noche. Se trataba de un azul semejante al de las vidrieras de una capilla. Recordo la capilla anexa al colegio del convento donde ella habia pasado su ninez. Alla, los instintos de Agnes Lacroix se habian rebelado frecuentemente en contra de la disciplina; de los dormitorios, donde la intimidad era un factor desconocido; de la comida, que era sencilla y sin sabor. Las buenas hermanas habian decretado que la carne debia someterse al espiritu. Apenas cumplidos los diecisiete anos la llamaron al despacho de la Madre Superiora y le dijeron que tenia que irse a vivir con su abuelo. Hasta aquel momento, Agnes Lacroix habia ignorado su existencia, pero desde el dia en que Agnes llego a El Oasis, se sintio como si hubiera entrado en el hogar que siempre habia deseado. Un fascinante hogar en la umbria de una posesion de arboles frutales, donde el continuo rumor del agua en las acequias hacia que incluso el dia mas torrido pareciera fresco. Resulto cautivada por el desierto y salir a montar al amanecer o cuando las estrellas brillaban en el cielo, fue un placer del que nunca antes habia disfrutado ni sonado. En aquel instante estaba sola y temerosa, detenida en la amplia galeria de madera que dominaba el pasillo. Sola, porque el dia anterior los criados habian huido asustados, tanto por la tormenta de arena como por el anciano que yacia muerto dentro de la casa del Viejo Leon. Sadik habia sido el ultimo en marcharse, conmovido por la presencia de Agnes al lado de la cama del gigante sin vida; del hombre al que la joven habia llegado a amar en los dos anos que vivio en El Oasis. Se habia acostumbrado a su aspera arrogancia y habia aprendido a aceptar su implacable actitud hacia su madre, a quien nunca llego a perdonarle haberse casado con un ingles. De repente, en el dormitorio con altas puertas de palo de rosa, algo se estrello contra el suelo y el poco control que aun tenia sobre si misma desaparecio. Hubiera querido correr a los establos y saltar a los lomos de Firefly, pero parecia cruel huir cabalgando y dejar a su abuelo solo en la casa destruida por la tormenta. La habia cuidado, a su manera tratandola mas como a un muchacho que como a una mujer. Sus labios se movieron y se encontro murmurando una de las oraciones que las hermanas habian hecho que sus alumnas rezaran manana y tarde. Pero la oracion no borraba de su mente la convulsa cara de su abuelo ni la forma en que el se habia arrastrado hasta su aposento, gritando algo, pero no se habia recobrado del ataque y finalmente, le cubrio el distorsionado rostro con la sabana. Con frialdad, Agnes clavo la mirada en el pasillo. Su cabello denso rubio claro, se aparto de su pomulo cuando se inclino sobre la barandilla tratando de identificar un sonido ajeno al viento. El golpeteo de cascos sobre la piedra, la hizo preguntarse si algun criado habia regresado. Aun cuando era lo que esperaba, un instintivo temor la hizo retirarse de la escalera. Una figura alta, encapuchada, se movio abajo, poniendose deliberadamente ante su vista. El manto la cubria desde los hombros hasta los pies. Agnes clavo sus ojos en los del visitante, en tanto que este ponia su bota en el primer peldano de la escalera. --?Que quiere? ?Como se atreve a venir aqui? --sus palabras surgieron con prisa y, en su agitacion, hablo en ingles--. No tiene derecho a entrar en esta casa. --Se sorprenderia si conociera todos mis derechos --su voz era profunda, la pronunciacion de las vocales en ingles sonaba extrana en sus oidos. Y entonces lo reconocio… Aquel hombre habia estado alli una noche. Acababa de regresar de montar y estaba a punto de entrar en el estudio de su abuelo, cuando sorprendio voces iracundas que hicieron que se retirara por el pasillo, desde donde le vio salir a grandes zancadas, con visible rabia en sus facciones. Despues, durante la cena, Guillaume Lacroix le habia dicho que no hiciera preguntas. Sus asuntos con Razul al Kebir Bey no tenian nada que ver con ella. --No regresara aqui otra vez --aseguro--. Es muy orgulloso y le indigna que mi plantacion este en su territorio, como el lo llama. Tengo permiso por escrito del viejo cadi. El todopoderoso Razul Bey es solo un sobrino que se apodero del poder cuando surgio la ocasion. --Se dice en Bar Soudi que su abuelo ha muerto. La imperiosa voz resono en los ya destrozados nervios de Agnes y cuando el individuo empezo a subir la escalera, ella retrocedio hacia el dormitorio donde yacia Guillaume Lacroix. Lo unico en que podia pensar era en la enemistad existente entre ambos hombres y en que habia una pistola en la alcoba del anciano. Con rapidez, abrio de un tiron las puertas y cruzo la habitacion a la carrera; sus sentidos estaban puestos en la sombra con manto rojizo que la perseguia. Por alguna razon irrefrenable, tenia la idea de que aquel manto le seria arrojado sobre la cabeza por lo que, con manos temblorosas, abrio un cajon y empuno firmemente la pistola. Se volvio y vio a Razul Bey en la puerta. --Deje ese arma --habia rudeza y un dejo de mofa en su voz--. He venido a El Oasis a ayudarla. --?Ayudarme? --desdenosamente, siguio apuntandole--. Se como eran las relaciones entre usted y mi abuelo. Soy una Lacroix y estoy enterada de que cuando uno de ustedes odia a alguien, incluye a todos los miembros de la familia. --La justicia del bey --al pronunciar tales palabras, Razul dio un paso hacia ella--. Puede estar segura que tengo mis razones para estar aqui. --?Para regocijarse con la muerte de Lion? -- Agnes le miro fijamente--. Ya me hablo de lo mucho que lo odiaba porque El Oasis esta en tierras que usted afirma que son de su propiedad. !Si ha venido para arrojarme de la finca de mi abuelo, puede pensar en otra cosa! Los ojos de Agnes se tornaron azul oscuro, mientras se quitaba de la cara el alborotado cabello. Si tenia que disparar, queria hacerlo con tino, de la forma en que Lion le habia ensenado. Nunca antes habia sentido aquella tension animal; su cuerpo se estremecio al enfrentarse a Razul Bey, un extrano para ella, casi un barbaro en su apariencia y actitud. En los dos anos transcurridos en El Oasis, habia aprendido algo sobre la gente. Sabia que los odios familiares pasaban de generacion en generacion. --No voy a discutir los detalles de propiedad de la tierra con una muchacha --su misma postura parecia significar un reto, en tanto la miraba de arriba abajo--. Le advierto que, si no deja el arma, me vere obligado a quitarsela. Su imperiosa mirada y el tono amenazante la enfurecieron de tal modo, que Agnes olvido su vulnerabilidad. --Salga de esta casa --espero que algo del aspero orgullo de Lion se notara en su voz--. !Vayase, fuera! --?Puedo hablarle sobre su abuelo, ese hombre que usted veneraba y cuyo cuerpo ha velado durante toda la tormenta? --?Que hay que decir? --Tal vez lo suficiente para que lo odie. --Nunca podria hacer tal cosa --el solo pensamiento la hizo estremecerse y la pistola se movio en su mano. Lion estaba muerto y ya no existia nadie que pudiera cuidar de ella. --!No oire sus mentiras! --No acostumbro a mentir --refuto--. Si Guillaume Lacroix la hizo creer que la trajo a El Oasis por amor e interes hacia usted, el si era el mentiroso. --Me queria --reto al hombre--. ?Como puede usted decir lo contrario? --Porque lo se. Agnes no podia separar los ojos de su impenetrable interlocutor. --Y creo que usted deberia saberlo --dijo el deliberadamente--. Lacroix estaba tan determinado a permanecer en El Oasis que, cuando el arrendamiento vencio hace dos anos, me ofrecio a su virginal nieta a cambio. <>. Intocada, pura como la nieve de las montanas del Atlas, la clase de joven que valdria una buena bolsa de oro en los mercados en los que aun existen subastas de mujeres. Lugares prohibidos del corazon del desierto, donde su reverenciado Lion la hubiera puesto en exhibicion para no ser despojado de la unica cosa en la vida que significaba algo para el: esta casa y cuanto la rodea, y que el viento ha convertido en ruinas. Hizo una pausa, para dejar que las palabras penetraran en el cerebro de la joven, quien sostuvo su penetrante mirada que parecia querer grabar tan increibles palabras. --!Que increiblemente malvado es usted! ?Como puede decir tales falsedades? --La maldad no es mia, senorita --Razul Bey hablo curvando sus labios. Inesperadamente, tan peligrosamente agil como cualquier felino, le agarro la muneca forzandola a soltar la pistola. Resono contra el piso y el le dio una patada, alejandola de su alcance. Un grito involuntario escapo de los labios de Agnes, cuando se encontro entre sus garras. --!Maldito bruto! --peleo con furia, pero no era contrincante para un hombre tan fuerte como aquel--. !Mentiroso! !Quiteme sus sucias manos de encima! El la arrastro fuera del aposento de Lion hasta la galeria. --Deje de resistirse o le dare unos azotes. Necesita botas y una capa. ?Cual es su habitacion? --!Dejeme en paz! Agnes nunca se habia encontrado en tal situacion, sin nadie que pudiera ayudarla. Aunque gritara hasta tirar la casa abajo, no habria quien la oyera. Aun asi, un grito se le escapo de su garganta, mientras el trataba de reducirla. --Las mujeres histericas colman mi paciencia. Recupere la razon o me vere obligado a infundirle algo de cordura. El Oasis ha sido devastado por la cola de la tormenta, pero esta aun no ha terminado. Se revolvera y entonces regresara. ?No ha sido suficiente esta prueba para usted? ?Acaso desea mas de lo mismo, sola en esta casa, con el cadaver de su abuelo? --Dira y hara cualquier cosa para sacarme de aqui. Le lanzo una mirada venenosa y odio el temor que se anidaba dentro de ella, cuando encontro sus ojos. Ojos de color ambar bajo un par de cejas intensamente negras. --?Cual es su habitacion? --insistio. Reacia y con resentimiento, le indico una puerta mas alla en la misma galeria en que se hallaban. Fueron hasta el lugar y Razul Bey la observo mientras se calzaba sus botas de montar y se ajustaba la capa que utilizaba por el desierto. --?Me lleva a Bar-Soudi? --?Es donde quiere ir? Agnes asintio y lo vio reaccionar con un leve encogimiento de hombros. Ella se volvio hacia la mesa donde la lampara de petroleo aun lanzaba sus llamas. Mientras recogia el latigo, recordo el pasaje de un libro que habia leido sobre un funeral pagano que dos jovenes soldados habian preparado para su hermano muerto en la batalla. Agito el latigo y la lampara fue barrida de la mesa, derramando su contenido por el suelo de madera, que se inflamo inmediatamente. Las llamas saltaron al instante, tratando de alcanzarla, pero un brazo la rodeo por la cintura y tiro de ella hacia la galeria. --!Lo ha hecho a proposito! --los ojos la miraban tan ardientemente como el fuego que se habia apoderado de la habitacion. --Si, Lion apreciara este funeral pagano y el hecho de que todo lo que obtenga de El Oasis sea un monton de cenizas. Solo falta una cosa y es un perro a sus pies. !Deberia ser usted! Durante un buen rato, en tanto que las llamas se avivaban y consumian las cortinas de muselina alrededor de la cama, Razul Bey tenia una vaga mirada en los ojos. No habia senales de ira; sin embargo, Agnes estaba segura de que su comentario lo habia herido. --!Venga! --la llevo apresuradamente por la escalera, ya que pronto el fuego se extenderia. La casa de la plantacion era de madera y no tardaria mucho tiempo en desaparecer bajo el voraz incendio. La joven no sentia el menor remordimiento por lo que habia hecho. Lo que contaba era que habia asestado un golpe a las crueles y despiadadas mentiras que aquel hombre habia manifestado. A la incierta luz del dia, el viento azotaba las palmeras frente a la casa, doblandolas hacia atras y hacia adelante como si fuera a arrancarlas. Agnes se puso la capucha de su manto sobre la cabeza, doblando el cuerpo para vencer la fuerza del viento cargado de arena, mientras seguia a Razul Bey, el cual se dirigia a un grupo de hombres que estaban resguardados tras las protectoras jorobas de sus camellos. Cuando comprendio que se esperaba que cabalgara uno de aquellos animales, que durante una tormenta de arena podian cerrar los orificios de la nariz para evitar la entrada del polvo, grito que queria montar a caballo para ir a Bar-Soudi. Se dirigia hacia los establos cuando una mano cayo sobre su hombro. --Sus caballos se desbocaron anoche. --?Se ha escapado Firefly? --lagrimas ardientes rodaron por sus mejillas, pues a duras penas podia soportar aquella nueva perdida. Acalorada, se enfrento al bey--. ?Me esta diciendo mas mentiras? ?Ha dejado sueltos los caballos en su desierto abandonado de Dios? !Oh, eso si que no se lo tolero! --En su miedo a la tormenta, rompieron las puertas y salieron de los establos --replico--. No correran sueltos mucho tiempo, pronto encontraran un amo. De alguna manera aquellas palabras la hicieron vacilar. <>, penso. <>. Una repentina llamarada, surgida de una de las ventanas del piso superior de la casa, hizo que Razul Bey, con una corta palabra de mando, ordenara a su sequito que se pusiera en pie. Agnes fue conducida a uno de los camellos rojizos, aun arrodillado para que pudiera subir a la silla; cada centimetro de su cuerpo temblo contra el arzon, cuando el bey monto detras de ella. Una vez el animal se puso en pie y echo a andar, los demas lo siguieron con largas zancadas, a traves de las puertas de El Oasis, hacia el desierto. --Ahora vamos rapidos --la voz de Razul Bey resono a traves del gemido del viento. Hablo en ingles, pero cuando volvio la cabeza para dar una nueva orden a sus hombres, hablo en su propio idioma. Era una lengua que Agnes no habia podido dominar durante su estancia en la casa de su abuelo. El no habia alentado el uso de aquellas palabras de sonidos barbaros, sino que se habia aplicado a corregirle su frances hasta que fue casi tan correcto como el suyo. Entonces le dijo: <>. Con el tiempo, la joven la habia perdonado el desprecio hacia su padre. Como Razul Bey, Lion habia sido duro y tirano, creyendo en su propia invulnerabilidad, y mostrandose egoista en lo que respecta a los demas. Tales hombres rara vez desean piedad para ellos o se la conceden a sus semejantes. Con la cabeza protegida por la capucha, observo la casa en llamas, que pronto seria la pira de su abuelo. Queria llorar, pero estaba demasiado pendiente de la proximidad del hombre. El vaiven del camello hacia que sus cuerpos entraran en contacto y cuando esto sucedia ella se encogia pensando en las cosas horribles que el habia dicho y ansiando que el viaje hubiera terminado ya. <>, se dijo, <>. No dudaba de que la dejaria en el Hotel Ramis. No tenia dinero, pero sabia que la cuenta del viejo Lacroix estaba en el banco local. Esperaba tener acceso a ella, como la unica beneficiaria de Lion. Aquel pensamiento la esperanzo e inyecto nuevos animos. Aquellos individuos eran tan enigmaticos como el desierto mismo y apenas podia tolerar la insufrible cercania del que iba junto a ella, pero nada podia hacer para evitarlo, tendria que soportarlo hasta que llegara a Bar-Soudi. Capitulo 2 Agnes desperto de repente; medio ofuscada aun, se dio cuenta de que el vaiven del animal la habia adormecido en la silla. No sabia durante cuanto tiempo. ?Tal vez solo un momento, o habian transcurrido horas? La fila de camellos avanzaba a lo largo de un camino empedrado que gradualmente ascendia por una colina hasta desembocar en unas altas murallas frente a una puerta almenada, que fue abierta por hombres uniformados. Agnes espio a traves de la niebla causada por el polvo, que aun giraba en el aire y se pregunto si serian guardias. Pero, que ella recordase, no habia guardias en Bar-Soudi. Entonces, ?en donde se encontraba? Su ahogado grito debio de transmitirse al hombre, cuyos brazos, mientras conducian el camello, se mantenian alrededor de su cuerpo como un lazo. --Es El Karah --explico--. Estamos entrando en el patio de mi palacio. --?Su… que? --exclamo. Estaba aun un poco adormilada y se sentia inclinada a imaginarse que todo aquello era un mal sueno--. ?No puede dejar de bromear? --Le aseguro que tiene siempre mejor aspecto a la luz del dia --la voz, sobre su cabeza, era impersonal, como si se tratara de un guia y ella una turista--. Su arquitectura es algo confusa en este momento, pero, en mi opinion, se trata de uno de los mejores ejemplos de artesania de la region. Fue construido por uno de mis antepasados, sobre las ruinas donde varios ejercitos lucharon y murieron, cada uno de ellos tan convencido como los otros de que su bandera y su fe eran las verdaderas. Existen camaras aun intactas debajo, donde los prisioneros eran… alentados a cambiar su forma de pensar. --No me importa lo que haya dentro, alrededor o debajo de su palacio --dijo Agnes furiosa; su cuerpo se retorcio en la silla para poder lanzarle las palabras a la cara--. Usted me hizo creer que ibamos a Bar-Soudi. !Es infame que me haya traido aqui! Este es el ultimo lugar de la tierra donde deseo estar. ?Me oye? --Con claridad, mon enfant. --Yo no soy su pequena --estallo--. !No soy nada de usted, ni nunca he querido serlo! !Exijo que me lleven al Hotel Ramis! --?Exige? --una sonrisa entreabrio sus labios, pero no precisamente una sonrisa divertida--. Es usted, sin duda, una costilla del viejo Lacroix. El tambien era un saco lleno de exigencias. --Callese y dele la vuelta al camello --replico furiosa. El entrecerro los parpados ante el tono de voz de la joven, pero esta capto un extrano brillo en aquellos ojos color ambar y sintio la fuerza del hombre que gobernaba El Karah. Un hombre para quien una mujer podia significar menos que un semental entrenado para todos sus caprichos. La autoridad de su alta posicion estaba estampada en sus facciones y Agnes se percato de los grandes peligros que podian acecharla, unos peligros sobre los cuales apenas habia pensado ni siquiera cuando cabalgaba sola por el desierto. --Hay otra cosa historica notable en El Karah --manifesto arrastrando suavemente las palabras--. El viejo mercado de esclavos, con una plataforma de piedra asperamente labrada sobre la cual se realizaba la venta. Acudian de todos los puntos cardinales para contemplar la mercancia y quienes alcanzaban los mas altos precios eran los jovenes vigorosos y las muchachas virgenes. Los camellos se habian detenido y los hombres de la tribu del bey esperaban su orden para desmontar. La joven sintio el latir de su corazon cuando Razul se inclino, acercandose a ella, y descubrio su aturdimiento. Ella habia oido decir que el tiempo se detenia en el desierto, y que, en cierta forma, su gente y sus costumbres permanecian iguales a como habian sido durante incontables anos. Pudo creerlo cuando miro al bey de Karah. Intuyo, con un enorme sobresalto, que, si se hubiera acogido a su oferta original de ayuda, podria ahora estar a salvo en el hotel en Bar-Soudi. Su cultura occidental lo habia mantenido controlado hasta que ella, impetuosamente, habia prendido fuego a la casa de la plantacion. Ahora, el lado barbaro de su naturaleza se habia apoderado de el, por lo que Agnes se dijo que era preciso hallar una formula razonablemente aceptable para convencerle. Las palabras suplicantes la mortificarian no podia rogarle que la llevara a Bar-Soudi y como era mucho mas rico que ella, resultaria absurdo ofrecerle dinero, en especial cuando este dinero deberia salir del legado de Guillaume Lacroix. --La gente de Bar-Soudi se preguntara que me ha pasado --comento--. Las autoridades le acusaran de secuestro, si me retiene contra mi voluntad. --Las autoridades probablemente pensaran que perecio usted en el incendio, junto con el viejo. Usted encendio la llama, pero supondran que la lampara se cayo de la mesa a causa de una rafaga de viento. --Sus hombres saben que me ha traido aqui --Agnes se esforzo por ocultar su panico. --Mis hombres estan atados por una lealtad tal que no puede imaginarla --ahora sus ojos se mostraban burlones--. Ellos nacieron en el desierto; usted no es mas que un terron de azucar en la boca del Kismet. Cuando Razul Bey ordeno a su camello que se arrodillara, la joven contuvo el aliento, abrumada por un sentimiento de angustia, y en el momento en que, una vez en el suelo, intento agarrarla, ella se sujeto fuertemente al arzon, sin lograr otra cosa que la risa de su antagonista a la que hizo coro la de sus hombres. Sintio sus mejillas enrojecer. Un terron de azucar, habia dicho el, como si en El Karah pudiera esconderla, tratarla como se le antojara y pisotear sus derechos. --Es… esto ha ido demasiado lejos --dijo--. Ya esta bien de bromas. Ya se ha desquitado de lo que hice… --?De verdad cree que se trata de una broma? --la arranco energicamente de la silla--. Nadie, senorita, me llama perro, sin pagar por el insulto. Ninguna mujer me llama mentiroso sin aprender algunas dolorosas verdades. Nadie en la ciudad de El Karah movera un dedo si traigo una mujer a mi serrallo, aunque su pelo sea de oro fino. Agnes lo miro fijamente a traves del polvo que el viento habia esparcido por el cielo. Existia algo fatal y como prohibido en el aire, algo que parecia inclinar una parte de su ser a pensar que lo que estaba sucediendo se hallaba escrito en las ardientes arenas. !Pero no! !Aquello solo eran supersticiones tontas! Lo arranco de su mente y se echo atras la capucha.

  • Hasta que me recuerdes (Fragiles 1) de Valentina R. Anderson

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    Mis dos amigos y un chico, ?Un chico? No, no. Bueno, si.Ya me estaba resignando y perdiendo la esperanza de hablarle. Porque Dorian no hablaba nunca, y eso complicaba las cosas.Hasta que un dia, todo cambia. Y cuando digo todo es TODO, porque a partir de ese momento, lo que sucede empieza a tener una razon mas que clara. Eso asegura una excelente explicacion en el segundo en que esa mascara de perfeccion se rompe. Ya no existian los recuerdos, y los que quedaban eran dolorosos.

  • Tu eres tierra firme de Maira Varea

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    El mundo se habia vuelto oscuro. Negro. Sus parpados, tercos, se afanaban por permanecer cerrados. El dolor se expandia por su cuerpo como el fuego en una mecha. Tenia sed y mas frio del que hubiese tenido que soportar jamas. No lucho. Habia agotado sus fuerzas en el ataque, y habian quedado desparramadas sobre la cubierta del barco, resquebrajado por la tormenta y por las pisadas de los asaltantes. Sin vapor, sin velas y sin ancla. Se rindio y se dejo mecer al ritmo del mar, resacoso tras la tempestad. Supuso que la muerte llegaria en cualquier momento y lamento, con su escasa consciencia, no recordar si la criatura de carne brillante y humeda que lo habia arrojado al agua era humana o no; si era una sirena, una serpiente mitologica o el mismisimo kraken. Quizas habia tenido muy cerca a un monstruo marino, despues de tantos anos de busqueda pertinaz. Se maldijo varias veces, por mil motivos: por no haber salvado a sus companeros, por no haber luchado mas; por no haber podido acabar tampoco aquella expedicion, ni dibujado el mapa con James o escrito su propio libro de leyendas; por no haber garabateado una carta para su familia desde hacia mas de seis meses. Por no haber logrado ni una triste empresa mas alla de haber intentado escapar de su destino. Por no ser nadie. Solo un hombre que tiritaba en una balsa a la deriva. Perdio el sentido y llego la nada. No iba a despertar, ?para que? Pero oyo una voz y regreso, a bocanadas, al oxigeno y a la vida. Abrio los ojos y vio a la sirena, que lo atraveso con sus ojos grises como el Mediterraneo en invierno y lo cubrio con un manto de pelo dorado. Ella acerco su rostro, palido, translucido, y le canto. A el. Y, en un instante, la inmensidad del mundo que habia recorrido durante anos quedo reducida al regazo en el que lo acunaba. Quedo preso. Encadenado. Hechizado. Cuando volvio a cerrar los ojos, se dio cuenta de que el Arthur que habia sido hasta entonces se habia quebrado en mil astillas contra el acantilado. Capitulo 1 LA MUJER DE SAL Formentera, 1862 Lena habia vivido tres abandonos, y habia aprendido que el mejor modo de superar el dolor que provocaban era saborearlos. Despacio y sin descanso, hasta volverlos insipidos. El primero, casi de nina, habia sido amargo. El segundo, acido. El tercero habia resultado muy salado. Sal de lagrimas. El ultimo todavia le escocia en la lengua, a pesar de que su corazon habia comenzado a limpiarse por fin. A veces, el graznido de una gaviota, el tacto de la arena en los tobillos o la primera estrella de la tarde le recordaban que en ese instante podria haber sido una mujer muy diferente. Cogio aire, y el frio de enero le quemo la garganta. --Este cielo me recuerda al dia en que se marcharon. El pensamiento se le escapo en voz alta, y ni el fuerte viento de llebeig que soplaba aquella manana evito que su amiga Marina, que caminaba a su lado, se volviera con una sonrisa y le preguntara: --?Quienes? Lena no contesto, pero Marina, que sabia leer sus silencios mejor que nadie, no tardo en comprender. Se puso seria, se cambio de mano el cesto que transportaba y enlazo su brazo al de ella, a la espera de una respuesta. --Todos --dijo Lena al fin--. ?Que mas da quienes si todos se marchan? Siempre es igual: sopla el viento, el cielo se vuelve gris, casi blanco, llega la bruma y… huele a perdida. --Las perdidas no huelen, Lena. Y no ha sido asi todas las veces; cuando Joan se fue, era verano. --Pero el cielo estaba blanco --insistio. Marina sacudio la cabeza, confusa. Lena se sintio culpable por rememorar momentos tristes; su amiga irradiaba felicidad desde su reciente compromiso y no se merecia que ella enturbiara su alegria recordando sus miserias. Una fuerte rafaga le descoloco el panuelo con el que se cubria el pelo. Se lo sujeto con la mano libre y aprovecho para mirar hacia arriba. --Es el cielo de la perdida. La despedida de los que se van para no volver. --Contuvo el aire un momento para que la emocion no dominara su voz--. De los que me dejan atras. Marina le estrecho el brazo con carino. --Un dia vendra alguien y se quedara contigo. Ya lo veras. --A esta isla no viene nadie, Marina; de aqui solo se puede salir, y no siempre, por mas que lo desees. --Lena… --Mira --la interrumpio incomoda--, ahi esta Toniet. El muchacho se les acerco corriendo, casi a saltos. Vestia su ropa de domingo, muy distinta a su habitual traje de payes, y se habia limpiado los zapatos y la cara. A Lena le llamo la atencion la sombra oscura que cubria su rostro, ya de por si moreno; se habia hecho un hombre, y no estaba segura de que eso le agradara. --?A donde van las dos mujeres mas hermosas de la isla? --pregunto con su perpetua sonrisa. Marina rio con escandalo y fingio estar avergonzada. Lena, en cambio, se acerco a el y le dio un beso en la mejilla, como hacia desde que era pequeno. --?Tu no vas a darme uno? --le pregunto Toniet a Marina con picardia. --Lo siento, pero yo ya tengo novio --le recordo Marina con orgullo. --Es verdad. Una lastima. Pero me queda mi Lena; ella si me querra. Ella le saco la lengua con una mueca jocosa, pues sabia que Toniet estaba bromeando. Sus familias eran vecinas, por lo que habian crecido juntos, y, aunque la diferencia de edad entre ambos no era muy grande, Lena habia visto como le cambiaban muchos panales. A sus ojos, Toniet seria siempre un nino. --?Por que te has puesto tan guapo? --le pregunto curiosa. El se miro de arriba abajo. --Porque acaba de llegar el nuevo farero --respondio avergonzado, con tono inocente--, y voy a presentarle mis respetos; con suerte, me dara trabajo. --?Un nuevo farero? Lena se volvio hacia Marina de inmediato, inquisitiva. Su amiga solo asintio y echo a caminar de nuevo, con Toniet a su lado. Los siguio con el animo abatido y con un nudo apretado en la boca del estomago, como cada vez que se acercaba al faro. Recorrieron aprisa los escasos metros que restaban hasta la torre, que fue creciendo frente a ellos, fuerte, blanca, ruda y poderosa. Imponente en medio de la desolacion del paisaje rocoso, apenas vestido con algun pino diseminado y ariscas chumberas. Desde que lo habian terminado de construir y habian culminado su altura con la cupula de cristal, Lena lo observaba fascinada todas las noches desde la ventana de su habitacion. Hasta entonces, su casa habia sido el ultimo vestigio de vida humana de la meseta de la Mola, antes de que esta se truncara en el abismo de un acantilado que parecia no tener fin. Por las noches, mas alla de las velas que descansaban en el alfeizar, solo se habia extendido la oscuridad, el fin del mundo o el vacio, iluminado apenas por la luna timida. En ese momento, en cambio, le parecia que su corazon palpitaba al ritmo de la luz del faro. Como si fueran dos extremos de un mismo ser. Porque ambos pasaban las horas buscando vida en la penumbra, la sombra de algun barco que regresaba al hogar. Cuando llegaron al edificio, salieron a su encuentro dos hombres. Rafael, el novio de Marina, se acerco a la joven e hizo amago de darle un beso en la mejilla, pero ella se lo impidio con una risita y fingio que recolocaba en la trenza sus preciosos rizos oscuros. Se sonrieron como bobos. Acababan de prometerse y vivian presos el uno en el otro. Marina no hablaba de otra cosa mas que de su enamorado, y contaba los dias que le quedaban para casarse y trasladarse a vivir al faro con el. Lena la escuchaba con carino sincero, pero a la vez la envidiaba hasta el dolor; porque era feliz y libre, amaba el mar y tenia un companero. Y porque pronto podria recorrer aquel impresionante torreon y asomarse a curiosear el infinito. Por suerte, el otro hombre hablo y la saco de su ensimismamiento. --Soy Quim. Y tambien me siento un poco ignorado por ese par. Lena no pudo contener la risa. Tenia un acento peculiar, exotico, e imagino que debia de haber llegado desde muy lejos. Si de algo estaba segura era de que, en aquella isla, no nacian fareros. --Yo soy Lena. --Lena… --Lo repitio en voz baja, despacio, como si paladeara una cucharada de miel. --De Magdalena --aclaro. Se mordio la lengua antes de decirle que sus lagrimas frias en las noches de tormenta hacian honor a su nombre. --?Vienes a menudo por aqui? Porque, mientras recorria ese camino infernal hasta este lugar apartado de todo, ha empezado a asustarme la posibilidad de no volver a hablar con ningun otro ser humano. --Con Rafael… --apunto ella. --?Tu crees? Miralo. Lena le hizo caso y descubrio a los novios mirandose sin decir nada, embelesados. La envidia la golpeo de nuevo, y fijo su atencion en el rostro de Quim. Le sorprendio que fuera guapo, porque Rafael no lo era en absoluto; y Lena, que no entendia de fareros y que apenas conocia a nadie de fuera de la isla, habia dado por hecho que todos eran feos, como si fuera un requisito de la profesion. Aquel, en cambio, tenia unos bonitos ojos marron oscuro y el pelo negro y ensortijado. --Yo soy Toniet. --El muchacho habia permanecido callado hasta entonces, pero aprovecho el momentaneo silencio para colarse entre ambos y tenderle la mano al nuevo farero--. Si tiene algun trabajo o lo puedo ayudar en algo, estoy a sus ordenes. Quim hizo una mueca a Lena que le parecio de fastidio. Luego, le sonrio. Ella tambien. El tenia una sonrisa bonita. --?Que tal si vacias aquella carreta mientras yo acompano a Lena a ver el faro? Al principio, se asusto. La idea de entrar en aquel coloso la abrumo. Pero antes de que la Lena prudente, recatada y responsable que llevaba siendo desde nina se hiciera con el control, acepto la invitacion y se dispuso a otear el horizonte junto a aquel hombre, que parecia haber llegado como una senal del destino. Porque los fareros no se marchaban. Los fareros no se echaban al mar. Los fareros se quedaban en tierra. *** Conto cien escalones y llego a lo alto con las piernas temblorosas. No por el cansancio, pues estaba acostumbrada a caminar cuesta arriba, cargada de sacos de trigo y carbon o tirando de la mula, sino por la expectacion. Mientras seguia a Quim, imagino lo que iba a ver, y el corazon le trono con fuerza en el pecho. No se habia atrevido a preguntarle a su guia por que motivo la estaba conduciendo hasta alli, y no tuvo fuerzas para pararse a pensar si era apropiado quedarse a solas con un desconocido. Ni siquiera Marina habia subido, y eso que llevaba tiempo cortejando con Rafael y visitaba la zona del faro con frecuencia. Contuvo la respiracion cuando abandonaron el corredor de las escaleras y salieron a la luz del dia. Sobre sus cabezas, una enorme cupula de cristal proyectaba destellos, de un extremo de la estancia circular a otro, y protegia de la intemperie la inmensa lampara que, apagada a aquellas horas, ocupaba la parte central. Quim se aproximo hipnotizado hasta el artilugio y empezo a explicarle algo sobre su funcionamiento con su extrana forma de pronunciar las palabras. Lena no le presto atencion, aunque su voz sonaba agradable. Se acerco mucho hasta el cristal, puso las manos con cautela sobre el y se asomo al mar. Y no vio nada. Solo agua. Mar. Olas grises coronadas de espuma. El lugar donde no se atreveria nunca a poner un pie. Entorno los ojos y forzo la vista, sin resultado. Percibio como Quim se acercaba y se detenia a su lado. No le veia la cara, pero Lena estaba segura de que sonreia. --No se ve America --musito decepcionada. --?America? Eso esta muy lejos. --?Tanto? La tristeza la abatio. Porque, si desde el punto mas alto de la isla, desde donde parecia que podria dominarse el mundo y su inmensidad, no se veia America ni se veia nada, entonces no podria seguir conservando ninguna esperanza de recuperar lo que habia perdido. Jamas obtendria lo que habia ahi fuera. Salvo, quizas, a un hombre dispuesto a quedarse encerrado en el mismo minusculo punto del universo en el que ella vivia. --?Querias ver America? Lena percibio burla en su voz, pero no le dio importancia. El venia de lejos, el tenia un trabajo importante. Habria estudiado y sabria miles de cosas mas que ella. --Una tonteria. --Reunio valor para iniciar una conversacion y disimular su ingenuidad--. ?De donde eres, Quim? --Naci y creci en Tarragona, pero llevo varios anos viviendo en diferentes faros del pais. --Se volvio y la miro a los ojos, y Lena se puso nerviosa--. Como aprendiz, ya sabes. Estaba buscando un lugar en el que establecerme. --?Vas a ayudar a Rafael? --Si. Nos encargaremos los dos de esto. ?Vienes a menudo por aqui? --Solo cuando Rafael no puede ir a ver a Marina a su casa y esta no soporta mas su ausencia. --Le parecio ver decepcion en su rostro, y eso la alento--. Pero vivo muy cerca; mi casa es la ultima de la Mola, esta justo antes de llegar a los acantilados. El abrio los ojos con admiracion y sorpresa. --Me parece increible que alguien quiera vivir en un sitio asi. --A mi tambien --confeso. Quim rio, pero ella no encontro cual era la gracia. Le habria gustado ver si seguiria riendo despues de haber pasado toda su vida cercado por el agua, tan terrorifica y tirana, sin atreverse a poner un dedo en ella. --?Tienes novio? Estuvo a punto de mentirle, pero vio un brillo de ilusion en sus pupilas y decidio ser sincera. --Tengo tres, pero no se donde estan. Se lo dijo porque era su verdad, porque dolia como un golpe en el vientre cada vez que lo recordaba. Y porque, si iba a quedarse en la isla, tarde o temprano alguien del pueblo se lo contaria. Tal vez, incluso le hablarian de la maldicion; eran todos muy ridiculos. El volvio a romper en carcajadas. --Eres muy graciosa, Lenita, ?sabes? --Es verdad --insistio--. Queria subir aqui para averiguar si podia ver a alguno. O a mi padre. Le dio la impresion de que iba a preguntarle algo, pero ella se pego mas al cristal y volvio a buscar en la lejania. Nada. Ni America, ni Denia, ni algun islote en el que pudiera haberse perdido la barca de un pescador. Le parecio todo mucho mas inmenso, y su isla, mas pequena. Se sintio mas encerrada. Aunque habria deseado echar a caminar, a correr, a nadar, se quedo inmovil y se lamento en silencio mientras era consciente de la inmensidad que tenia frente a si; pero tambien de la carga que le pesaba detras, en tierra, a la espalda. Se quedo sin fuerzas, petrificada; sacudida por un anhelo danino que la llamaba a escapar, por una curiosidad infinita por averiguar que podria esperarla mas alla, adonde nunca podria llegar; blanca y quieta, contemplando lo prohibido, la tentacion. Como una estatua de sal. Y entonces, entre la bruma, percibio una sombra, diminuta y solida. --Alli hay algo --dijo. Quim siguio la direccion de su dedo y entorno los ojos. --Son las olas --aseguro. --No, mira. Esperaron unos segundos, y lo que parecia un espejismo fue tomando forma conforme la marejada lo empujaba hacia la costa. Su contorno se definio y sus colores se dibujaron. Entonces, Quim se aparto de su lado y corrio hacia la salida con un grito que retumbo de un lado a otro de la cupula. --!Un hombre! !Se acerca un hombre! !Un naufrago! *** Lena siguio a Quim escaleras abajo, tan rapido que se quedo sin aliento; pero el saltaba los peldanos de dos en dos, y lo perdio de vista de inmediato. Cuando llego a la sala de la planta baja, se detuvo un instante, indecisa y desorientada. Entonces oyo gritar a los hombres y salio al exterior. Los vio alejarse del faro y de las pequenas viviendas colindantes, y correr a lo largo del acantilado. Marina, asustada, se aproximo hasta ella. --?Que ocurre? --pregunto. --Un naufrago. Hay un hombre en una balsa, a punto de estrellarse. Su amiga se tapo la boca para contener una exclamacion. Ambas se quedaron paralizadas, sin saber que hacer. Vieron como los dos fareros corrian hacia el unico punto por el que se podia descender, y Toniet entro al edificio despues de que estos le dieran alguna orden que ellas no habian alcanzado a oir. Una fuerte rafaga de viento les trajo el olor y rugido del mar contra las rocas, y Lena le puso al desconocido que habia avistado en la distancia el rostro de todos los hombres a los que ella habia perdido. El de su padre, que habia partido rumbo a America; el de Guiem, su amor de sonrisa dulce que la habia dejado con el corazon roto; el de Sebastia, su futuro sereno, que habia desaparecido una manana de otono en la que habia salido a pescar; tambien, el de Joan, su anhelado companero, aunque a el todavia le guardaba un poco de rencor. Y, sin pensarlo, echo a correr en direccion al lugar por donde habian desaparecido Quim y Rafael. Marina la llamo a voces y la siguio. Cuando, muchos metros mas alla, llego hasta el inicio de la escalinata tallada en la roca que descendia hasta el mar, oyo que le preguntaba si se habia vuelto loca. Lena se agarro la falda y bajo la pendiente con pasos seguros, a pesar de la inclinacion y la humedad que volvia la piedra resbaladiza. Era la primera vez que se atrevia a hacerlo, pero no dudo. En unos minutos, se encontro, sofocada, sobre el pequeno varadero que remataba una cala minuscula. El temporal mojaba sin descanso los tablones de madera y le salpicaban la ropa, los zapatos y la cara. Se le habian caido el panuelo y el lazo de la trenza, pero no se habia detenido a recuperarlos. Su peinado se deshizo y el fuerte viento le metio el pelo en los ojos y en la boca. Cuando consiguio apartarselo, los dos fareros se habian subido a una barca y remaban en direccion a la balsa, que se dirigia implacable hacia las rocas cercanas. Gritaban para alertar a su ocupante, pero este parecia inconsciente. Uno de ellos se lanzo al agua, Lena no pudo distinguir quien. Si vio como se agarraba a la barca y el otro le tiraba un remo y un cabo, con el que rodeo su propio cuerpo de inmediato. Le costaba nadar y se hundia en las olas de forma intermitente. Logro subir sobre la balsa del naufrago y empezo a remar desde alli. Su companero, unido a el por la cuerda, hizo lo mismo. Tardaron una eternidad en llegar hasta el pequeno muelle. Otra mas en amarrar las barcas. Lena se acerco a ayudarlos, pero la ignoraron. Solo queria ver al hombre al que acababan de rescatar. Se le habia pasado por la cabeza la idea absurda de que pudiera tratarse de uno de los suyos, e intento distinguir su cara. Lo sacaron inconsciente de la balsa; uno lo agarro de los hombros y el otro, por los pies. Lo soltaron sin miramientos sobre un pequeno reducto de arena y posidonia; cayo a plomo, con un sonido hueco al golpearse y con un gemido que les dejo claro, al fin, que estaba vivo. --Necesitamos algo para subirlo --dijo Rafael--. A peso es imposible, ni siquiera entre los dos. --Unas tablas --respondio Quim con seguridad--. Vayamos a por unas tablas y unas cuerdas. Se fueron a toda prisa y Lena se quedo alli abajo, con el mar que la amenazaba a escasos centimetros y con un hombre inerte sobre la arena. Lo observo de lejos, temerosa, y le parecio enorme. Fragil. Su ropa era ligera y estaba hecha harapos. Se acerco un poco y vio que se movia. La sacudio la compasion; estaria helado y dolorido. Se aproximo mas y estudio su rostro. Era joven, y su frente y sus mejillas estaban cubiertas de sangre seca que apenas la dejaba adivinar sus rasgos. Se agacho y se arrodillo a su lado. Quiso hacer algo, decir algo, pero ella no entendia de naufragos. Se pregunto que se sentiria al creer que ibas a morir ahogado, que nunca mas verias a tus seres queridos. Contuvo un sollozo al pensar que, en algun lugar del mundo, habria alguien que lo esperaria por siempre. Deseo hacer que volviera, que viviera por si quien lo aguardaba era tal vez una mujer, una muchacha ilusa que, como ella, sonaba con un futuro mejor. Le temblaban las manos cuando se arrastro hacia el sobre la arena mojada; tomo su cabeza con suavidad y la poso sobre sus piernas, sobre su delantal. El volvio a gemir. Y Lena, que de verdad no entendia de naufragos aunque lo deseara, simplemente le canto. Porque no sabia que otra cosa hacer. Le canto suave, lento, desde el nudo asfixiante de su garganta. Una cancion de cuna. Y luego, una tonada de amor. Canto y canto y lo consolo, como querria que alguien hubiera hecho con los suyos. El, entre suenos, murmuro algo, pero Lena no se asusto. Le aparto el pelo, oscuro y demasiado largo, del rostro. Le acaricio las mejillas heladas. Rozo sus labios agrietados con los nudillos y, aunque estaban amoratados y frios, su tacto le hizo recordar el sabor de su primer beso. Y el abrio los ojos. De golpe y oscurecidos por la sorpresa, confusos. Su expresion se suavizo en cuanto la miro a la cara. Lena enrojecio y quiso salir corriendo. Pero el sonrio, complacido, y volvio a cerrar los parpados con un suspiro de placer. Lena siguio cantando. Lo acuno con ternura. Y penso, como una ilusa, que no siempre era malo que azotara el temporal.

  • De Vuelta Al Inicio de Dani Capdevila

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    Pese a que ya habia estado buscando alguna vez por el despacho del papa, tal y como le ordenaron, Hugo aun no habia sido capaz de hallar ningun indicio de ese plan del que le hablaban sus superiores. La puerta se abrio. --?Ya esta todo dispuesto? --pregunto el papa. --Si, su santidad. Todo listo. --Entonces ha llegado el momento. Me puede gustar mas o menos, pero no queda otra alternativa. Al escuchar aquellas palabras, el cuerpo de Hugo se estremecio. Un hormigueo le subio por la columna vertebral. <>, pensaba mientras tragaba saliva para contestar. --Si usted lo estima preciso, seguro que es el deseo de Nuestro Senor. --Asi es, hijo mio. Asi es. --?Quiere cambiarse? --No hay tiempo --contesto el papa--. Lo hare en el aeropuerto. A traves de las amplias vidrieras de su despacho, contemplaba la plaza de San Pedro. Siempre le invadia la tristeza cuando, caida la noche, la veia vacia. El bullicio de la muchedumbre que habitualmente se formaba en ese lugar le reconfortaba. Le hacia sentir que su mision en la tierra tenia sentido, que todas las almas que se apinaban alli esperaban que la cumpliera. Acababa de celebrar una de las nuevas misas que habia instaurado. Quince feligreses eran elegidos al azar entre los millones de solicitudes que llegaban a traves de la pagina web del Vaticano. Los agraciados asistian a una misa privada celebrada por el mismo. Hugo le ayudo a ponerse el abrigo, que cubria por completo la sotana papal. Cogio un paraguas negro --pues amenazaba tormenta--, las llaves de un coche y espero. --Cuando usted quiera --dijo tras ver que el papa no se movia. Dando un profundo suspiro, el pontifice se acerco a la libreria donde tenia una de las colecciones mas valiosas del mundo y tiro de los Evangelios de Enrique el Leon hacia el. Detras de la gran mesa de roble negro, la pared giro para descubrir un pasillo oscuro en el que no se veia el final. --Vamos. Empezaron a caminar. Hugo acciono una palanca que habia justo en la entrada y la pared volvio a recuperar su posicion inicial. Unos focos halogenos se encendian y apagaban a su paso, iluminando el pasillo unicamente por el trecho que recorrian. Cada vez que entraba en ese pasadizo temia que fuera la ultima. Llevaba ya bastante tiempo trabajando como secretario papal y ya lo habia utilizado mas de veinte veces. Don Santiago le coloco en ese puesto tras convencer al nuevo papa de que era el candidato perfecto. Caminaron unos diez minutos hasta que se toparon con el muro de salida. A la derecha otra palanca y en el centro un pequeno agujero que hacia las veces de mirilla. Hugo observo a traves de ella. --Podemos continuar. No se ve a nadie. El pasaje llevaba al bano de discapacitados de un restaurante que estaba a unas cinco manzanas del palacio. --Nunca me ha terminado de parecer correcto que el representante de Dios en la tierra tenga que salir de su casa a hurtadillas. Creo que nunca me acostumbrare. --Es por su seguridad. --Lo se, hijo mio. Lo se. Hugo acciono la palanca y la pared giro. El santo padre encajo un sombrero negro en su cabeza pelada y se abrocho todos los botones del abrigo para que no se viera la sotana. Los dos salieron del servicio con la mayor naturalidad del mundo, como si lo hicieran todos los dias. Con un movimiento leve de cabeza, el secretario saludo al camarero que estaba en la barra del bar y este le correspondio con el mismo gesto. Siempre se preguntaba que favores recibiria el dueno del restaurante a cambio de no haber desvelado esa puerta oculta a nadie. Se marcharon por la puerta trasera, que les llevo a una calle llena de cubos de basura, donde iban a parar los desperdicios del restaurante. Al fondo, un Hummer negro con las lunas tintadas. El agua caia muy intensamente. Llevaba lloviendo un par de dias, pero ahora diluviaba con mucha fuerza. Los relampagos iluminaban el callejon. Hugo saco el mando del bolsillo y apunto al coche. Desplego su paraguas para que el papa no se mojara y abrio la puerta trasera del vehiculo con gesto servil, pero el santo padre le cedio el paso. Cogio el mando y el paraguas. Hugo lo miro con cara de extraneza y levanto los hombros en senal de aceptacion. Los ojos negros y profundos del papa lo observaban fijamente. Con un movimiento de sus pobladas cejas le indico que subiera al coche. Obedecio. <>, se dijo. Llegaron al aeropuerto de Roma-Fiumicino y aparcaron dentro del garaje privado, situado en las mismas pistas de aterrizaje. --No bajes del coche, tengo algo que contarte. Se sento junto al secretario en la parte de atras. <>. El papa comenzo a hacerle preguntas sobre religion y sobre Dios. Hasta que senalo al fondo del garaje. --Entonces, hijo mio, estas listo. ?Ves la caja que esta al lado de la mesa, alli al fondo? --Si. <>. Se giro para mirarla y de repente empezo a notar una presion en el cuello. Se estaba quedando sin oxigeno. Trato de liberarse. Noto un cordel, pero no lograba quitarselo. Cuanta mas fuerza hacia para soltarse mas presion notaba en la garganta. Desesperado, decidio hacerse el muerto. No tenia nada que perder, ni ninguna otra alternativa. Tomo el aire que pudo y poco a poco fue dejando caer su cuerpo, como si ya no tuviera vida. El papa siguio tirando del cordel pero cada vez con menos fuerza. Hugo no respiraba. Contaba con, al menos, un minuto de oxigeno en sus pulmones. <>. Tenia que quedarse totalmente quieto para intentar que el santo padre no se diera cuenta del engano. Era la unica forma de salvar su vida. Paso medio minuto y Hugo no se movia, se habia desplomado sobre el asiento. Noto como su agresor bajaba del coche, pero por precaucion siguio sin moverse. La puerta se volvio a abrir y sintio que le tapaba con una manta y lo empujaba para que cayera a la zona de los pies. Escucho la puerta del aparcamiento cerrarse de golpe. El papa, ahora vestido con unos vaqueros y una sudadera con capucha, subio a su avion, que le esperaba cerca. Con esa ropa tenia un aspecto aun mas juvenil del que aparentaba. Los cuarenta y dos anos que acababa de cumplir lo convertian en uno de los papas mas jovenes de la historia. Dentro del coche, el secretario dejo pasar un tiempo prudencial antes de volver a moverse. <>. Poco a poco fue incorporandose para asomar por la ventana. Estaba todo a oscuras. Tras volver a pensarlo se animo a bajar del coche. Saco el movil del bolsillo mientras pensaba en cuanta prisa debia de tener el papa. Ni siquiera le habia tomado el pulso para confirmar su muerte. Hizo una llamada. --?Don Santiago? --Si, dime. --Tenian razon. Ha intentado matarme. --Te lo dijimos. ?Donde estas? --En su garaje privado del aeropuerto. --Vale. Envio ahora mismo a alguien para que te saque de alli. Ten en cuenta que habra muchas camaras grabando, asi que intenta ser todo lo discreto que puedas. --No creo que tenga ningun problema --decia mientras abria la bolsa que habia en el maletero del coche--. Tengo su sotana y su sombrero. Creo que pasare por el perfectamente. --Mejor. --Por cierto, ?sabe donde estaba guardada la famosa caja que recibio el mes pasado desde Kufstein? --!No me lo puedo creer! --Si, voy a ver que es lo que hay dentro. Se acerco a la caja de carton y rompio el embalaje. --!Informa! --Efectivamente, no se lo va a creer. Le mando una foto al telefono para que lo vea usted mismo. Al recibirla, don Santiago abrio los ojos como si estuviera viendo un fantasma. Se trataba de una cruz de madera de tamano natural y estaba casi seguro de que era la misma que robaron del Museo Egipcio de El Cairo hacia un par de meses. Decian que esa era la cruz donde murio Cristo y que habia estado oculta hasta que una banda de criminales asalto un chale de las afueras de Berlin y, por casualidad, la encontraron alli. La habian intentado vender en el mercado negro a un coleccionista, pero un chivatazo puso a la policia en alerta y consiguieron recuperarla. --Van a ir a buscarte con una furgoneta. Cargad la caja y sacadla de alli. Luego ya veremos como procedemos. Tu, de momento, haz caso a la persona que mandemos a recogerte y estaras seguro. --Muy bien, don Santiago. Estare preparado. Hugo se puso la ropa papal, se ajusto el sombrero y siguio registrando el garaje por si encontraba algo interesante. Pasada media hora sono un claxon fuera. Dos horas mas tarde, el avion del papa aterrizaba en Madrid-Barajas. Alli le esperaba otro Hummer, esta vez blanco impoluto. --Su santidad --empezo a hablar el conductor sin mirar por el espejo--, me han pedido que le dijera que todo esta dispuesto, tal y como solicito. El senor Torres y el senor Ortega le estan esperando. <>, penso mientras miraba por la ventana. Tras mas de una hora y media por los atascos habituales de la capital, llegaron a un hotel. El coche bajo una rampa cercana, donde habia plazas de aparcamiento individuales y cerradas. Entraron en una de ellas y una persiana metalica bajo tras ellos. El chofer salio del coche y abrio la puerta trasera, echandose a un lado y bajando la mirada para no encontrarse con los ojos del pontifice. --Le voy a hacer una pregunta y espero que sea totalmente sincero, porque conozco la respuesta. ?Que piensa el mundo de los cristianos? --?Eh? --Trago saliva--. No... No lo se. --?Usted cree en Dios, nuestro senor todopoderoso? --suspiro. --Por supuesto. Acompana mis acciones y me guia en mi camino. --Asi es, hijo mio --contesto el santo padre mientras ponia su gran mano en su colleja--. Asi debe ser. El chofer se relajo. Se habia quitado un peso de encima porque sabia del caracter del nuevo papa. Miro como se encaminaba al ascensor que habia dentro del aparcamiento. El pontifice pulso el unico boton que habia en la cabina. Las puertas se cerraron y comenzo a subir. Cuando se abrieron vio una gran sala con tres sillones, una mesita perfectamente encuadrada entre ellos y una cristalera enorme desde la que se veia toda la ciudad. A su derecha, un mueble bar en el que estaban tomando una copa dos hombres, que dejaron los vasos para acercarse a recibirle. <>, penso. Primera Parte Capitulo 1 --Me gusta estar tan alto. Es como estar mas cerca de Dios. Si se afina el oido, incluso se le puede escuchar --decia el papa mientras miraba por la inmensa cristalera--, ?no creen? --Por eso mismo compre este edificio, su santidad. ?Sabe que en este momento esta en el lugar mas alto de Madrid? --se pavoneaba Ortega con aires de prepotencia. --La cercania a Dios no es suficiente para que nos ame, hijo mio. Usted puede creer que esta muy cerca de El y El, quiza, ni siquiera le mire. No tengo mucho tiempo. Quiero ver todos los detalles antes de proceder. Tengo asuntos que tratar en el Vaticano y cuanto mas rato estoy aqui, mas quedo al descubierto --dijo sin quitar los ojos de la panoramica que le ofrecia la ventana--. Contadme. Ortega se acerco al mueble bar para recoger su copa. Quito el tapon a la botella mas robusta y oliendolo le pregunto al santo padre: --?Querra probarlo, su santidad? --Le enseno la botella de Yamazaki, uno de los mejores wiskis del mundo. --Por lo que veo siguen siendo de gustos caros... No, prefiero un poco de vino. Se acomodo en el sillon mientras Ortega descorchaba una botella de Vega Sicilia que saco de la vinoteca y le sirvio una copa. El papa olio el caldo y lo cato. Una ligera sonrisa se dibujo en su cara. Ortega se sento en el sillon de la izquierda. Torres tambien recogio su copa y abrio un ordenador portatil junto a las bebidas. Con un mando a distancia oscurecio los cristales y desplego una pantalla que ocupaba toda la pared de la puerta por la que se entraba al atico. Apunto al techo y bajo un proyector. Dejo el mando en la mesa y tomo el control del portatil. Varias imagenes de una chica se veian a la derecha de la gran pantalla. --Tras varios meses buscando creemos que ella se ajusta perfectamente al perfil. Se llama Maria Jesus, tiene veintiun anos, es huerfana desde los dos y no tiene familia conocida. Ha vivido entre casas de acogida y conventos toda su vida y el ano pasado decidio independizarse. --Muy bien --asintio el papa. --Empezo a trabajar de cajera en un supermercado y a los seis meses la echaron. Vive alquilada en San Pablo, un barrio de Zaragoza --continuo Torres--. Ahora no tiene empleo. Se costea el alquiler trabajando para el dueno del edificio en la limpieza de las zonas comunes y como su asistenta durante cuatro horas al dia. --Pero no recibe ni un euro --anadio Ortega--. Todo es para pagar el alquiler. Yo creo que mantienen una relacion. Las fotos de la chica pelirroja iban pasando en el proyector. --Le gusta salir por las noches a ligarse a hombres mayores con el animo de que le inviten a cenar y asi llevarse algo de alimento a la boca. Su unica posesion material, aparte de la ropa, que sepamos, es un movil que robo hace un par de meses de la mesa de un restaurante. No puede llamar porque no tiene saldo, pero lo utiliza para buscar trabajo en Internet segun sus registros de navegacion. --Gracias a la red wifi de su vecino --volvio a matizar Ortega. --Exacto. No depende de nadie, ni nadie depende de ella. Entiendo que deberia ser muy facil. Se produjo un silencio. --Para ser sinceros, tras encontrarla no hemos buscado mas porque a nuestro entender es perfecta. ?Que opina? --le pregunto al santo padre, deteniendo el proyector. --Es una mujer muy bella, puede que demasiado. Eso nos puede ocasionar problemas. Pero su entorno y su pasado son los adecuados. --Eso pensamos. --?Y el hombre? --Ayer por la manana, el ordenador nos aviso de una alta nueva en la web Life, otra de las redes que vigilamos. El perfil se acercaba al que nos pidio --dijo Torres cambiando las diapositivas--. De momento no sabemos el nombre real. Se hace llamar <>, tiene veinticuatro anos y en el formulario de acceso dice que es de Barcelona, pero que ha vivido casi toda su vida en Argentina. Es de prever que aqui no tenga mucha familia. Habria que investigar mas. --Esta misma manana le hemos seguido. --Ortega se levanto del sillon y se sirvio otra copa antes de continuar la explicacion--. Hemos preguntando por los lugares que frecuenta y nos han dicho que trabaja media jornada repartiendo publicidad de una tienda de compraventa de oro por las Ramblas. --No consta en ningun registro que haya terminado los estudios basicos. Al parecer tiene alquilada una habitacion en un piso de inmigrantes. Torres dejo de hablar para mirar la cara del papa. Esperaba aprobacion, pero este permanecia absorto en la imagen de la pantalla. Parecia que no habia escuchado nada de lo que le habian estado contando. --Es atractivo --dijo al fin, levantandose del sillon--. No tiene cara de ser muy inteligente. Quiero saber si tiene algun familiar en Espana. Si no lo tuviera, activen el protocolo tres inmediatamente. Quiero el informe diario de como transcurre todo antes de las nueve de la noche. --Asi sera. --Regreso al Vaticano. Tengo otros asuntos importantes que he dejado sin terminar. Alzo la mano y ambos besaron el anillo papal con gesto de sometimiento. La pantalla se replego sobre el techo y el papa salio por la puerta sin despedirse. Abajo estaba esperando el chofer. Le abrio la puerta con la cabeza gacha y lo llevo de nuevo al aeropuerto. Ortega y Torres se miraban con cara de satisfaccion. Sabian que si el santo padre estaba contento su camino iba a ser mucho mas sencillo. Tenian la sensacion de que la reunion, pese a ser una de las mas cortas que habian tenido con el, fue tambien de las mas productivas. Ortega tenia multiples negocios por todo el mundo en los que su principal y practicamente unico cliente era la Iglesia catolica. Desde comedores sociales hasta empresas de reciclaje de ropa, pasando por los terrenos en los que se levantaban los nuevos templos o las empresas que los construian. El papa se puso en contacto con el directamente para encargarle un proyecto unico, y obviamente acepto. Por otro lado, era la primera vez que Torres trabajaba para el Vaticano. Esperaba que este trabajo fuera el mas importante de su vida pese a contar ya con innumerables exitos profesionales a sus espaldas. La envergadura de lo que tenian entre manos era tal que incluso se habia separado de su familia. Su mujer se habia tenido que ir a Alemania por motivos de trabajo llevandose a su hijo con ella, pero el decidio quedarse en Madrid para atender la peticion del Vaticano. Ortega le pidio, como favor personal, que trabajara en cuerpo y alma en este encargo y no dudo ni un segundo en dejarlo todo por su nuevo cliente. Su mujer no lo entendio. No le pudo dar ningun detalle de la peticion papal y, debido a que en tema de ambiciones eran iguales, hizo las maletas y se marcho. Torres sabia que cuando todo terminara su mujer lo comprenderia y volverian a estar juntos.

  • Luz perfecta de Marcello Fois

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  • Secuestro en el tiempo de Cristina Gomez Esquius

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    Julia es una joven con una vida tranquila y monotona que vive en la Barcelona del 2013 y que, por un cambio fortuito del destino, desaparece sin dejar rastro. Mientras su familia, con su hermano Santi a la cabeza, la busca desesperadamente, ella se encuentra en otro lugar que, de alguna forma, no le es desconocido del todo. Su alma habra de revivir de nuevo en el Londres desapacible, oscuro y humedo de 1685, y su vida dejara de ser gris, para convertirse en una gran aventura en la que debera descubrirse a si misma en un contexto tan desconocido para ella como es el siglo XVII Anos mas tarde y al borde de la muerte, la madre de Julia comprende al fin que su hija no desaparecio nunca… fue secuestrada por el tiempo.

  • Odiame de dia, amame de noche (Un romance en Londres 2) de Nieves Hidalgo

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    En esta segunda entrega de la trilogia <<Un romance en Londres>>, Nicole intenta salvar el abismo que le separa del hombre que despierta su pasion y convertir el odio en amor. Jason Rowland, vizconde de Wickford, se casa enamorado de Cassandra sin importarle sus origenes. Sin embargo, ella solo busca su titulo y su posicion. Caprichosa y despota, convierte su vida en un infierno. Cassandra ha cometido un desliz por el que puede perder cuanto tiene, por eso busca la ayuda de quien nunca le ha fallado: su hermana gemela, Nicole.

  • El jardin de las sonrisas eternas, Diana G. Romero de Diana G. Romero

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    Sofia es una joven sonadora que, por una serie de coincidencias, acaba adentrandose en el jardin de una casa por la que pasa todos los dias y que le atrae irremediablemente.
    Alli conoce a Cristian, el hurano a la par que misterioso chico que pasa las horas junto a la ventana de su habitacion, que da al jardin.
    Dia tras dia, se adentraran juntos en una historia escrita por el padre de Sofia, que les transportara a una isla perdida en la que se elaboran los suenos humanos.
    Mientras se sumergen en la historia, iran surgiendo sentimientos entre ambos que les eran desconocidos al tiempo que tendran que enfrentarse a sus secretos y temores.

  • Las mutaciones de Jorge Comensal

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    Ramon Martinez es un abogado de exito, un ateo convencido y un padre de familia como otro cualquiera. Pero todo cambia el dia que Ramon tiene que ser operado y pierde la lengua -y con ella la capacidad de hablar- y comienza para el una silenciosa tragicomedia. Carmela, la mujer de Ramon, comenzara a tener discusiones diarias con un marido que no puede contestarle; Paulina y Mateo, sus hijos adolescentes, tendran que afrontar la nueva situacion mientras lidian con sus propias obsesiones (la obesidad y el onanismo). Elodia, la asistenta supersticiosa, busca una cura milagrosa para su jefe, que acude a terapia con Teresa, una psicoanalista, que cultiva marihuana en su atico. En medio de todo este barullo, Benito es el nuevo miembro de la familia: un loro de una especie en peligro de extincion con el que, paradojicamente, Ramon se comunica mejor que con sus seres queridos y que es capaz de blasfemar y gritar todo lo que Ramon no puede.
    Contada con un humor tierno y a veces un poco negro, esta tragicomedia nos muestra una familia como todas: con su dia a dia, con sus problemas, con su dosis de amor y de risas, y tambien, como en la vida misma, con su dosis de mala suerte y de lagrimas. Y con un loro.

  • El final del ave Fenix (Los Lamarc 1) de Marta Querol

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    Lucia Company acompana a su madre en los ultimos dias de su vida. Sabe que el tiempo se acaba y hay mucho por solucionar. En esos momentos finales, intimos, se despliega ante ella la compleja y apasionante vida de su madre, Elena Lamarc, una mujer excepcional adelantada a su tiempo y cuya lucha por hacerse un hueco en una sociedad de hombres pone en peligro su batalla mas importante: la del amor de los suyos.

  • EL MISTERIO DEL A-380 de Margotte Channing

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    espues de acceder a la sala de embarque y de ver la cantidad de gente que habia en la cola esperando para entrar en el avion, decidieron sentarse en unos asientos que habia junto a un gran ventanal. --Voy a aprovechar para decirle a Bob que estamos embarcando--Natalia miro con las cejas enarcadas a Isabel, en una pregunta sin palabras que esta contesto, --Es su amigo del F.B.I.--suspiro al ver que Natalia no se conformaba con una explicacion tan parca. Queria saber mas, como siempre, y eso muchas veces chocaba con la forma de ser de German, que casi nunca contaba lo que le pasaba por la cabeza--nos ha buscado un hotel al lado del rio, al parecer es de un primo suyo que nos va a hacer un buen precio. Ademas, Bob va a ir a recogernos al aeropuerto para llevarnos alli y presentarnos a su primo. Pero en cuanto estemos instalados alquilaremos un coche--Roberto y Natalia asintieron, y todos se giraron hacia German que leia en voz alta un mensaje de su amigo, --Me pide que le disculpemos, pero que nos va a llevar al hotel un companero porque el tiene que salir de Washington, --?Un companero? --German asintio y se puso de pie mirando a su alrededor, luego, volvio a mirar la pantalla de su movil durante unos segundos, y levanto la vista para observar de nuevo a las personas que esperaban en la fila de embarque. --Esperad un momento--se dirigio al final de la fila, deteniendose ante un chico alto y rubio. Le dijo algo que hizo que el otro lo mirara asombrado y que sacara el movil del bolsillo de su chaqueta; leyo algo en la pantalla y, sorprendido, sonrio a German y le dio la mano; un momento despues, los dos se dirigian hacia ellos charlando amigablemente, --Pero bueno ?y ese quien es? --Isabel queria mucho a su amiga, pero a veces era muy pesada. --No tengo ni idea--ella tambien estaba extranada de verlos hablar en ingles como si se conocieran de toda la vida. Cuando llegaron junto a ellos, German les presento, --Este es Fred, el amigo de Bob--todos se levantaron para saludarle--el tampoco lo sabia, pero tenia un mensaje de Bob pidiendole que nos lleve al hotel --el americano parecia totalmente desconcertado, pero tambien que intentaba asumir lo ocurrido con la mayor naturalidad posible--ya le he dicho que podemos coger un taxi, que no se preocupe. --Bob me ha mandado el mensaje hace bastante rato, pero estaba despidiendome de mi novia y no lo he visto--Isabel sonrio al contemplar sus sonrientes ojos azules-- no me importa llevaros, me pilla de camino a casa, ademas, el hotel esta bastante lejos del aeropuerto. Pero la razon mas importante por la que teneis que venir conmigo es que, si no lo haceis, Bob me mata, segun sus propias palabras--todos rieron, y Natalia dijo: --?Que os parece si nos colocamos en la fila?, ya no hay tanta gente-- todos se movieron hacia el mostrador, y Natalia no desperdicio la oportunidad. --?Tu novia es inglesa? --Isabel la miro intencionadamente para que no siguiera cotilleando, pero al americano no parecio molestarle. Afortunadamente la cola se movia rapidamente, por lo que Fred no estaria a su disposicion mucho tiempo. --Si, trabaja en la biblioteca britanica en Londres, y como ella habia venido dos veranos a mi casa durante las vacaciones, ahora me tocaba a mi viajar aqui. --Mirad, un mostrador solo para los de primera--senalo Isabel --no me extrana, con lo que cuesta el billete--miro a Natalia que asintio, porque habian mirado los precios para ver si se los podian permitir, aunque fuera por esta vez. Lamentablemente no era asi, y despues de recuperarse del ataque de ansiedad que habian sufrido al ver lo que costaban, decidieron que para ellos viajar en business era mas que suficiente. Ya casi estaban en el mostrador y justo en ese momento pudieron ver por primera vez el avion, --Pero !este bicho es enorme! ?cuantos pasajeros caben ahi? -- German sonrio al escuchar la pregunta de Isabel, mientras aceptaba un chicle de Natalia, que los repartia entre el grupo incluyendo a Fred, para aliviar la presion de los oidos en el despegue. --Unos 600, se puede montar con diferentes configuraciones desde fabrica, segun las especificaciones de la compania que lo compre--Roberto se habia puesto en plan enciclopedia; con sus gafas nuevas y la mirada tan seria parecia mas empollon que nunca, incluso mas que en el colegio cuando ya le llamaban asi. German recordaba la de veces que se habia peleado con algun companero porque le llamaban cuatro ojos. Isabel echo a German una mirada divertida como si supiera lo que estaba pensando, mientras Roberto seguia hablando sobre las caracteristicas del avion--en el que vamos a viajar nosotros no esta al maximo de su capacidad, porque han dejado bastante espacio para primera y para business. Aunque no lo creais, hay alguna configuracion con la que pueden viajar mas de 800 personas. --?Y eso, como lo sabes? --ante la pregunta de Isabel, Natalia puso los ojos en blanco, porque ya estaba harta del avion y todavia no habian subido. Ella habia tenido que escuchar a Roberto toda la retahila en casa desde hacia dias, incluso lo habia amenazado con dejarlo dormir solo con el folleto del avion y ella irse a otra habitacion, de lo plasta que se habia puesto. --Internet --afortunadamente tuvo que callarse porque le pidieron su tarjeta, entonces, Natalia e Isabel senalaron a una pareja que paso ante ellos con gafas de sol, y que se dirigia al mostrador de primera. La azafata muy sonriente, despues de comprobar sus tarjetas de embarque, les dejo pasar. Todos los miraron fijamente especialmente Natalia ya que, si su novio era un friki con todos los inventos y aparatos que creaba el hombre, ella lo era con los famosos. --!Arlena Star, y Mad Brake! --Roberto la miro de reojo, porque por su tono de voz era como si de golpe hubiera vuelto a ser una adolescente. Miro luego a German, pero este estaba observando sonriente a las dos mujeres que cuchicheaban sobre la pareja. Roberto decidio pinchar un poco a Natalia, al fin y al cabo, hacia horas que no lo hacia. --?Quienes son? --Isabel y Natalia se volvieron indignadas, como si el que no los hubiera reconocido fuera una afrenta personal. --!Roberto!, no me creo que no los hayas reconocido--inspiro profundamente para poder seguir hablando, porque la indignacion hace que consumas mas oxigeno--!son dos actores famosisimos! --Bueno...tampoco te pases Natalia, ella puede, el...lo fue hace muchos anos. Pero tambien hace mucho que no sale en los medios por su trabajo, precisamente--German echo un capote a su amigo porque era muy consciente de la fuerza que tenian Isabel y Natalia juntas. Y los hombres se tenian que ayudar para poder sobrevivir en determinadas circunstancias. --Pues yo creo que es un logro que haya conseguido mantenerse en la industria y que no terminara siendo un alcoholico o drogadicto, despues de la infancia que tuvo siempre entre camaras y alejado de su familia--Natalia justificaba a aquel desconocido como si fuera algun pariente suyo, pero Isabel lo miro con los ojos entrecerrados porque sabia lo que estaba haciendo, y German le devolvio la mirada sonriente,

  • La princesa de la mafia de Wilson Tovar

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    “Nunca habia visto nada mas atractivo”, dice su hermano gimiendo jaja. Lo encendi. El tiene un boleto de ida para blu … No terminare ese pensamiento. “Casate conmigo”, dice y me rio, pero cuando el no se rie, me detengo. “?Hablas en serio?” Le pregunto dibujando una carita sonriente en la alfombra usando la sangre de los cadaveres. “Mortal” dice con una sonrisa Emilia Costello hermana de Emilio Costello, lider de la mafia italiana. Emilia es una verdadera psicopata, felizmente te matara con una sonrisa. !Ace Martinez, tambien conocido como el lider de la mafia mexicana! Tiene una gran sed de sangre, todos lo llaman psicopata, pero ella lo llama unico. Ella es psicopata Pero el tambien Se llama Smiley Mientras se llama El Rey de la Mafia ?Que pasa cuando estos psicopatas se encuentran? !Dios bendiga a este amor psicopata! Capitulo 1 Emilia Sonrie siempre sonrie. Levanto la cabeza y sonrio mirandome al espejo. Golpeo el espejo rompiendo el cristal y mantengo mis ojos en el espejo que ahora esta roto y roto. Salgo del vestuario con mi mano sangrando y fragmentos de vidrio en mis nudillos. “Estas atendiendo la sala VIP, hay chicos alli que no dudaran en matarte, buena suerte”, dice mi jefe y sonrio. Sonrio cuando estoy enojado, feliz, triste SIEMPRE sonrio. Trabajo en un club como camarera y, a veces, como camarero, especificamente de Sam aparece el camarero habitual. Entro en la sala VIP y todos los hombres me miran con lujuria. “?Eres una stripper?” Un chico me pregunta y sacudo la cabeza. “No, soy una mesera, ?que les puedo traer del bar?”, Digo, y todos me dicen que hay ordenes de bebidas que no escribo. Asiento sonriendo antes de salir de la habitacion dirigiendose directamente hacia el bar. “Hola linda” dice Sam y yo realmente sonrio. Sam es como un hermano mayor. Tengo un hermano mayor, aunque se llama Emilio. Se que conozco a Emilia y Emilio … que cursi. De todos modos, Sam siempre me protege, incluso cuando sabe que puedo protegerme. Le digo la orden y el pone todas las bebidas en una bandeja y me la entrega. Tomo la bandeja y regreso a la sala VIP, entrego todas las bebidas. Estoy a punto de irme cuando uno de ellos tira de mi brazo con fuerza. “No estas en voz alta para tocar las camareras”, le dije quitandole el brazo al chico. “Aw, vamos a vivir un poco”, dice tocando mi muslo y le doy una palmada. “!Maldita perra!” El dice y los chicos a su alrededor se levantan y se paran a mi alrededor. Tomo el cuchillo que sostenia mi mono y me preparo. “!Matala, nadie me falta el respeto!” El tipo que abofetee dice y los hombres saltan sobre mi. Los apunalo y pateo a todos mientras el jefe se escapa. Yo mato a los 5 hombres y dejo mi firma, que es una enorme cara sonriente en la pared hecha de sangre. Me limpio todo de las huellas digitales y salgo de la habitacion. Regreso al bar donde esta Sam y por la expresion de su rostro el ya sabe que hice algo. “Hare que alguien lo limpie”, dice besando mi frente antes de salir de su lugar detras de la barra. Sam trabaja para su hermano, que es el lider de la mafia mexicana, pero nunca lo ha visto antes. “No entiendo por que te disculpas”, le dije abrazandolo. “?Que pasa si trata de lastimarte? No puedo protegerte de el”, dice Sam y le levanto una ceja. “Sam, sabes que apenas siento dolor” dije con una pequena sonrisa en mi rostro. “No, quiero decir matarte, lastimarte y de cualquier manera no quiero que sientas dolor en absoluto”, dice Sam con el ceno fruncido y beso su mejilla. “Puedo manejarme y si tu hermano despierta a la bestia, no la detendre”, le advierto y el asiente vacilante. Continuo trabajando mi turno hasta que termine. Luego espero a que termine el turno de Sam para que pueda llevarme a casa a pesar de que no es donde me voy a quedar. Tan pronto como llegue a casa, me cambiare y luego me ire al metro. Necesito liberar la oscuridad en alguna pobre alma desprevenida. Sam me deja en casa, pero antes de que salga me exige que no vaya al subsuelo y yo asiento. Odio mentirle a Sam, pero realmente necesito que esta pelea sea mi escape de la realidad. Me quito la ropa de trabajo y me pongo unos leggings negros y un sosten deportivo blanco con un sueter corto negro. Me puse un panuelo que dice mantener la sonrisa en mi rostro antes de salir de mi casa con la capucha puesta y comenzar mi larga caminata hacia el metro. Una vez que finalmente llego alli, la seguridad me permite instantaneamente no querer morir. Habia un guardia que lo mate, que es practicamente todo lo que hay en la historia. Camino con confianza irradiando de mi cuando voy a buscar a Johnny para que pueda conseguirme una pareja. “Si no es mi mejor luchador y dado que eres el mejor, solo obtienes lo mejor, tu oponente esta noche se llama Trueno”, dice y yo asenti con la cabeza. Me subo al ring con mi sudadera con capucha y mi panuelo cubriendome la cara. Miro a la multitud y veo a Sam que asiente con la cabeza. Sabia que iria sin importar lo que dijera. Me alegra que me conozca tan bien. Suena la campana, lo que significa que el partido ahora esta comenzando. Dejo que este perdedor tome el primer golpe y barre mis pies y me envia al suelo. ?Es eso realmente lo mejor que tiene? Gruno y ruedo hacia un lado antes de que su puno pueda venir conmigo. Me levanto rapidamente y le doy una patada en la cabeza. Primero cae con la cara dura en la colchoneta que es mas baja para aliviar el estres. Lo pateo en el estomago y el costado varias veces. Podria terminarlo, pero me estoy divirtiendo mucho. Lo pateo en las bolas solo porque me da la gana. Bien podria terminar con su miseria, hemos estado aqui por media hora. “Adios”, le digo antes de golpearlo en la cara, lo que hace que un crujido repugnante fluya a traves de la multitud ahora tranquila. “Um um …!ganador Smiley!” El locutor dice tartamudeando. Lo miro con mis frios ojos grises, lo que lo hace alejarse. Le arrebate mi dinero a Johnny y sali por la puerta sabiendo que Sam me estaba siguiendo. “Te dije que no vinieras”, se queja mientras sube a su auto. “Entra” Exige, asi que me subo al auto. “Algun dia quizas me escuches” dice y me encojo de hombros sabiendo que lo mas probable es que nunca suceda. Me lleva a casa de nuevo y entro directamente a mi habitacion. Me quito la sudadera y me acuesto en la cama para dormir.

  • Alfheim Seul (Servicio de Paquete de Magia 1) de Chris J Coleman

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    Nunca negocies con un hada – Es demasiado peligroso.

  • Lady Tessa de Hugo Sanz

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    Presa de un matrimonio de conveniencia que la arrojaba al abismo de la desdicha, la vida de la joven Lady Tessa parecia haber entrado en una espiral sin salida. Sola en la “jaula de oro” en la que su cruel marido la habia encerrado, buscaba desesperadamente una luz que le sirviera de faro en aquella situacion que la colocaba al borde la locura.
    El destino quiso que Henry se cruzara en su camino y entre ambos surgio una fuerte atraccion que daria paso a un elaborado plan disenado para devolver a Tessa su bien mas preciado: la libertad.
    ?Seria suficiente la union del esfuerzo de varios de sus allegados y la valentia de la aristocrata para poner fin a tan tortuoso precipicio? ?Podrian ambos vivir su amor lejos de las cadenas de su anterior vida?
    Una historia vibrante con un final cautivador.

  • Cuentos de buenas noches para adultos estresados de Lucy Mangan

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    Un maravilloso companero nocturno para calmar mentes inquietas.

  • El destino Ranieri (El arcangel de luz 2) de Raquel Cruz

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    Dana llega a Roma dispuesta a cumplir la promesa que hizo al arcangel Rafael. Pero pronto entendera que en el mundo de la magia nada es como habia imaginado y debera acostumbrarse a un sinfin de acontecimientos que trastocaran su vida. Nuevas normas, nueva familia, nuevos enigmas, nuevos enemigos...

  • Noches de tormenta de Nicholas Sparks

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    Adrienne Willis es una mujer cuya vida esta sumergida en el caos, por lo que decide pasar unos dias en la pequena localidad costera de Rodanthe, en Carolina del Norte, con el motivo de hacerse cargo del hotel de su amiga Jean durante un fin de semana. Adrienne espera encontrar la tranquilidad que tanto anhela para poder reflexionar y resolver los conflictos presentes en su vida: su marido que le ha sido infiel quiere volver a casa y su hija Amanda cuestiona absolutamente todas sus decisiones. Al mismo tiempo que Adrienne se instala en Rodanthe se pronostica la llegada de una gran y peligrosa tormenta. El Dr. Paul Flanner llega justo antes de que la tormenta haga su aparicion, pero el doctor no se alojara en el hotel por vacaciones, sino para enfrentarse a su conciencia. Cuando la tormenta llega, Adrienne y Paul quedaran incomunicados en el hotel durante el fin de semana, un fin de semana magico en el que encontraran consuelo y que no solo cambiara sus vidas, sino que les marcara para siempre.

  • La ciudad sentida de Manuel Longares

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    Un juego de ficciones y certezas, originalidad y vanguardia. Una ciudad que alberga un secreto…

  • Perdida, Gillian Flynn de Gillian Flynn

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  • La Sangre del Vikingo de Manuel Losada

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    Desde las costas de Escandinavia, los despiadados vikingos han partido con sed de sangre. Galicia ha sido el lugar escogido para esta expedicion en la busqueda de nuevas conquistas. Ivar, un despiadado caudillo que ansia las riquezas de las tierras gallegas y su comandante Karl, que dirije a las tropas hacia la victoria siguiendo su lema ganar o morir en el intento. Dejan a su paso un reguero de sangre, de miedo y centenares de cadaveres de hombres, mujeres y ninos. La destruccion es implacable. Un error fatal, puede poner en peligro el exito de su cruzada y con ello, la caida del caudillo y sus soldados.

  • En una selva oscura de Nicole Krauss

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    Avalada por autores de la talla de Joseph Brodsky, Philip Roth y Susan Sontag, Nicole Krauss es sin duda uno de los grandes nombres de la narrativa norteamericana actual. Tras su sensacional debut en 2005 con La historia del amor -novela traducida a mas de treinta idiomas y de la cual se han vendido mas de un millon y medio de ejemplares en todo el mundo-, su prestigio no ha hecho mas que aumentar entre el publico y la critica. En esta ocasion, Krauss nos invita a compartir las peripecias de dos personajes que, como en los celebres versos del Infierno de Dante -de ahi el titulo del libro-, buscan con ahinco escapar de la oscura selva en la que viven atrapados.

  • Siempre fuiste mi secreto de Shelly Kengar

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    Ayleen Macleod es una mujer independiente entregada a su trabajo, pero tiene un secreto.... Adrien Legrand, atractivo, autoritario, recto, alguien oscuro que esconde una falsa moral. El ha luchado contra la atraccion que siente por la mejor amiga de su hermana pequena. Ella es alguien prohibido para el, siempre la ha deseado en las sombras, ha luchado contra la lujuria y las ganas de tocarla. Pero una noche todo cambio en la oscuridad, Adrien Legrand le arrebato algo importante a Ayleen. Han pasado seis anos y vuelven a encontrarse frente a frente. Ambos lucharan con esa atraccion intensa que les incita a tocarse. ?Ganara la resistencia o el deseo? Una celebracion, una boda y muchos secretos que saldran a flote en el transcurso de esta historia que te envolvera en sus tentaculos. Mentiras, atraccion, gente que no es lo que parece y un secreto que amenaza con salir a la luz de un momento a otro...... Prologo --Lo tienes que hacer please, por favor Ayleen --. Los ojos suplicantes de Marinet siempre lograban convencerme de acompanarla en cualquier locura. --Caray, no entiendes que si tu hermano me pilla querra mi cabeza servida en bandeja de plata --. adverti con el ceno fruncido. Pero claro, mi amiga no se amilano ante esa advertencia, posiblemente porque no es a ella la que tiene la posibilidad de ser pillada infraganti sino yo. --Ayleen si mi hermano llega a ver ese video, es capaz de matarme, que digo, quemarme en la hoguera viva --. exclamo dramatizando. Si alguna vez mi amiga se cansaba de estudiar administracion y direccion de empresas, creo que tendria un lugar asegurado en el elenco de actores internacionales. El dramatismo fluye por sus venas de forma espontanea. --Okay esta bien, necesitare la contrasena del movil, para poder desbloquearlo y eliminar el video --. solicite. Caminar en mitad de la oscuridad, descalza y en pijama no era lo que yo tenia pensado para mis vacaciones en el castillo de Cheverny. Pero como venia siendo habitual, me veia envuelta en la situacion de sacarle las castanas del fuego a mi amiga, Marinet Legrand. Por esa razon alli estaba andando, movil en mano, como unica ayuda para guiar mis pasos en mitad de la tenebrosidad de la noche. Los angostos pasillos del castillo de dia eran un espectaculo maravilloso, pero de noche, era otra escena totalmente diferente. El silencio sepulcral y la densa negrura, lo dotaban de un aspecto tetrico que coronaban los cuadros de los ancestros, de la familia Legrand, que cubrian sus paredes. Un escalofrio recorrio mi nuca erizando los pelos de la misma, tanta quietud no me ayudaba a no sentir miedo. Odiaba la oscuridad, desde bien pequena ese miedo me habia perseguido y creo que, aun en la actualidad, no lo tenia superado. Estaba acostumbrada a los castillos, yo misma habia vivido en uno desde que naci, por lo que ese no era el problema. Aunque El Castillo de Cheverny era mucho mas grande que Eilean Donan, mi hogar. --Me debes una, no mil --. susurre en mitad del silencio de la noche. Marinet y yo nos conocimos en un internado de Paris, donde ambas estudiabamos. Nos habiamos convertido en amigas inseparables por lo que incluso pasabamos las vacaciones juntas. Cada ano en casa de una, ese verano me habia tocado desplazarme a la residencia estival de los Legrand en Orleans. Como siempre Marinet se habia metido en lios, era unica a la hora de liarla parda, que se dice... Marinet y Mateo, su hermano es de la misma edad porque ellos son mellizos. Se quedaron sin padres cuando eran pequenos asumiendo su tutoria su hermano diez anos mayor, pero este era demasiado estricto con ellos. Sin embargo mis amigos siempre se las ingeniaban para saltarse las normas de Adrien Legrand. Tan solo escuchar su nombre me producia grima, habiamos coincidido en tres ocasiones a lo largo de los anos, pero el siempre me habia mirado como si fuese una polilla. A pesar de que queria mucho a Marinet, no se bien como mi amiga se lo hacia que, siempre acababa metida en lios, de los cuales yo tenia que sacarla. Su caracter extrovertido e impulsivo lograba que fuera la reina de cualquier fiesta, pero tambien le ocasionaba danos colaterales. Teniendo en cuenta que su tutor y querido hermano mayor era un estirado con la rectitud de un coronel del ejercito, por los tanto Marinet como Mateo debian estar siempre borrando sus malas conductas y excesos. Pues nada alli estaba en mitad de la noche para colarme en la habitacion de Adrien Legrand, coger su movil y borrar un video enviado por un ex novio enfadado de Marinet, mostrando a mi querida amiga en actitud perjudicada. Un temblor recorrio mi cuerpo al acercarme a la puerta de la habitacion, gracias a dios, segun Marinet el aun estaba en la terraza tomando el aire de verano por lo tanto mi mision en principio no tenia mucho riesgo. Entrar a su habitacion coger el telefono borrar el video y salir sin ser vista. Dicho asi era una hazana de lo mas sencilla. Gire con cuidado la maneta haciendo presion sobre la puerta para que no chirriara, las puertas viejas lo hacian por esa razon opte por evitarlo. Un ruido ensordecedor de las resecas bisagras podria alertar a cualquiera. Con pasos suaves entre en la habitacion sin encender ninguna luz, a oscuras con la simple claridad que me otorgaba la linterna de mi movil, y el resplandor de la luna llena que entraba por la ventana. Mis pies notaban la mullida moqueta que cubria el suelo de la estancia, lo cual agradeci en silencio. Otee la habitacion para localizar la mesita junto a la cama que era donde, Marinet me habia informado que su hermano solia dejar el movil. Localice el aparato junto a la cama de estilo renacentista con dosel incluido. << !Dios! que agobio dormir ahi>> pense mientras avanzaba. Agarre el movil entre mis manos y coloque el patron que Marinet me habia indicado, retuve el aire en mis pulmones a la espera de que se desbloqueara el telefono. --Bien --. susurre al ver que el movil mostraba la pantalla de inicio. Y sin dudar me apresure a buscar la aplicacion de WhatsApp, localizando el video comprometido con rapidez. --!Bingo! --. exclame con voz queda. Sin pensar presione el boton de papelera. En el preciso momento en el que se ilumino la habitacion supe que estaba en problemas y de los gordos. La sorpresa inicial provoco que mis manos temblaran dejando caer el movil de entre mis dedos, para acabar estrellado contra el suelo enmoquetado. Cerre los ojos ante el sonido de la pantalla resquebrajandose. Con prisa corri hacia la puerta para poder salir escopeteada. <> pense. Cuando mis ojos se cruzaron con la mirada turquesa del imponente Adrien Legrand, mis rodillas comenzaron a temblar y mi mente se quedo en blanco. --Espero que tengas una buena excusa para estar en mi habitacion, Macleod. Su voz ronca imperterrita ocasiono que no solo mis rodillas temblaran sino que mi estomago diera un vuelco intenso. Alli parado en el vano de la puerta con porte intimidante, atravesandome con su mirada critica. Tan cerca, Adrien imponia mas que en las pocas ocasiones que lo habia visto de soslayo. Una figura imponente con su altura de casi dos metros junto con un cuerpo delgado, pero fibrado que se vislumbraba a traves de la camiseta de algodon que llevaba, y un pantalon largo de tergal que descansaba sobre sus caderas. En definitiva en las distancias cortas Adrien Legrand provocaba miles de calambres en mi cuerpo abrumandome de forma extensa. Lentamente recorri con mis ojos su figura hasta llegar a su rostro, ese que cualquier modelo desearia tener, anguloso, pero firme, con una nariz recta y sobria. A conjunto con esos ojos rasgados engalanados con unas pestanas rubias que hacian mas intenso el color azul de sus pupilas. Mirar con fijacion ese azul te transportaba a los mares del pacifico. Senti otro escalofrio atravesando mi columna vertebral. Estatica asi estaba sin ser capaz de mover un solo musculo de mi cuerpo, embobada y embelesada con su imponente presencia. --?Estas sorda? Aquella pregunta me saco de mi estado de transicion, pestaneando sorprendida. --Lo siento me equivoque de habitacion, todavia no me acostumbro a este castillo --. Me excuse acelerando mis pies para salir rapido de alli. Pero cuando pase por su lado en un movimiento rapido el aferro uno de mis brazos y sin ni siquiera darme cuenta me acorralo entre su cuerpo y la puerta de la estancia. Sus manos sujetaban mis brazos con presion, note como la piel bajo sus dedos se calentaba y picaba. Mis ojos se clavaron perplejos en los suyos. Sabia que deberia estar aterrada, pero por alguna extrana razon no es lo que sentia. Por el contrario miles de hormigas subian por mis piernas juntandose con cientos de mariposas que aleteaban en mi estomago. --Macleod, mas te vale explicarme algo mas convincente --. siseo con los dientes apretados, sin apartar sus pupilas de las mias. Esa forma ruda en la que pronunciaba mi apellido, lograba arrancar mi enfado, pero a la vez se mezclaba con una suave excitacion desconocida hasta el momento. Ahora ya no parecia tener el pacifico en sus ojos. mas bien se han vuelto un pelin mas grises que azules, como si una tormenta se estuviera fraguando en ellos. --Macleod, estoy esperando --. insistio frunciendo el ceno. Una punzada de rabia se encendio den mi interior, al escuchar de nuevo como se dirigia a mi por mi apellido. Sabe perfectamente mi nombre, pero no lo pronuncia. Esa afirmacion se cuela en mi cabeza avivado mi enfado. --Ya te he dicho que tengo mal sentido de la orientacion --. conteste. Esta vez mi voz no sono temblorosa animada por la ira de sentir su desprecio al hablarme. --No me fio de ti, con esa cara angelical, como si realmente fueses una nina buena. Ese papel que representas ante el mundo yo no lo compro. Se que en tu interior se esconde algo que no dejas ver y demasiado peligroso --. expreso mas para si mismo que para mi, pero sin quitar su atencion de mi rostro. Note la sensacion como si me faltase el aire, una gran fuerza intangible oprimia mi pecho. De repente mi garganta se habia secado. Humedeci mis labios de forma involuntaria sin apartar mis ojos de el. Algo cambio en su rostro al segundo, como si un rayo lo hubiese atravesado, abriendo los ojos de par en par. El aire desaparecio de entre nuestros cuerpos. Los pectorales de Adrien estaban pegados a mi pecho oprimiendo. Un calor extremo se habia instalado en la habitacion y en mi. Taladrada y excitada esos sentimientos me atravesaron sin medida al tiempo que podia sentir el cambio de ritmo en la respiracion de Adrien. No es que contara con mucha experiencia en hombres, aparte de varios besos subiditos de tono, a pesar de tener a mi amiga Marinet dandome la tabarra para que al fin pasar al club de las adultas, dando el paso final con alguno de los chicos que siempre me rondaban Aun asi yo siempre me habia resistido porque en realidad esos chicos no despertaban en mi mas que unas cuantas ganas de besos. Ahora lo comprendia, esa revelacion cruzo mi cerebro en ese preciso momento, mientras estaba pegada al cuerpo de Adrian consumiendome de excitacion bajo su escrutinio. Mi barriga se tensa y noto cierta humedad en mis bragas. Toda yo sentia como si estuviera en una gran batidora de emociones. Tentacion, sus carnosos labios, excitacion, el roce de su pecho y anticipacion, esta ultima la podia ver bailando en sus pupilas. Sin pensar mucho abri mi boca para rebatir su comentario, pero al minuto fui consciente de mi error. La boca de Adrien se abalanzo sobre mis labios con ferocidad, presionando con fuerza, abriendole paso a su irracional lengua para devorar el interior de mi boca de manera hambrienta. Sabia que, deberia sentirme saqueada e incomoda, pero mi sorpresa mi cuerpo reacciono con la misma intensidad que el, facilitando su entrada para profundizar aquel beso que me excitaba de forma exagerada. Un beso salvaje que humedecio mi sexo en cero coma a segundos. Mis manos volaron a su nuca y sin preambulos lo aprieto para pegarlo mas si cabia a mi boca. Relegados al subsuelo quedaron los besos que hasta la fecha habia experimentado. Nada era comparable a la destreza con la que Adrien Legrand devoraba mi boca. Cada fibra sensible de mi cuerpo se encendio ante ese beso abrasador, las manos de Adrien apretaron con fuerza mis nalgas pegando mi centro a su dura ereccion. Sin despegar sus labios de mi boca ni detener el ardiente escrutinio de su lengua. La prisa y el apremio guiaba nuestros cuerpos, en ese momento no habia lugar para ningun pensamiento coherente. Por esa misma razon acabe desnuda sobre el mullido colchon coronada por aquel horrible dosel. Fue el unico momento en el que Adrien se permitio detenerse y repasar con su mirada cada centimetro de mi cuerpo. Y yo me derreti ante sus pupilas de turquesa liquida. Pero el repaso no duro mucho mas, se abalanzo sobre mi cuerpo con ansia y tremendamente excitado. Mi cuerpo respondia a sus caricias con intensidad entregandose sin barreras. Sus dedos acariciaron mis labios inferiores lubricandolos y yo me retorcia de placer con ese simple gesto, nada que ver, cuando yo misma me habia tocado en la soledad de mi habitacion. Con suma destreza Adrien se deshizo tambien de sus prendas mostrandome su cuerpo arrebatador, sin un apice de grasa, definido y fuerte, coronado por su verga alzada y lista para ensartarme. El miedo y el deseo se entremezclaron en mi interior, pero el se encargo de borrarlos. Se coloco entre mis piernas las cuales le facilitaron complacientes el acceso. Sin dejar de calentarme con su profunda mirada. Coloco su ereccion en la entrada de mi vagina y presiono con suavidad arrancandome un gemido, sus dedos acompanaron a su falo en mi canal estrecho acariciando mi boton para facilitar el acceso. Consumida por el deseo como estaba apenas note una punzada de dolor cuando mi membrana de virginidad se rasgo a ante la embestida de Adrien. Cerre los ojos y el se detuvo durante unos breves segundos que a mi cuerpo se le antojaron eternos. --Hote. Esa maldicion en frances retumbo en toda la estancia y la desilusion comenzo a hacer mella en mi corazon. Aunque pronto fue reemplazada por los espasmos de placer que subian por mi cuerpo ante la continuacion de las embestidas ritmicas de Adrien. Nunca crei que fuese posible experimentar un placer tan desbordante, pero alli estaba envuelta en mis gemidos a ritmo de los empujes de Adrien que con velocidad me estaban acercando a tocar el cielo. Y como si de una supernova se tratase ambos culminamos en el sumun del orgasmo. Con la respiracion descompasada todavia y el cuerpo sudoroso, Adrien se aparto de mi lado dejandose caer sobre el colchon. Por el rabillo del ojo observe como pasaba sus manos por su rostro y entonces lo supe. Adrien Legrand me iba a romper... --Macleod, esto no deberia haber sucedido. Te pido por favor que me disculpes. Y me rompio... Con aquella simple frase impersonal y fria partio mi corazon. No consiguio mirarme a la cara, se mantuvo tumbado con la mirada en el techo. Pero si algo caracterizaba mi caracter era la dignidad y a pesar de mis dieciocho anos y mi ingenuidad, no iba a dejar que el capullo de Adrien Legrand supiese el dolor que me estaba causando. --Tranquilo, en definitiva te estare eternamente agradecida por librarme de mi virginidad. Hasta el momento no confiaba mucho en los chicos de mi edad para realizar esa hazana. Al menos con alguien maduro como tu has sido suave --. informe de espaldas a el, en tanto recogia mis prendas y me las ponia dispuesta a salir lo antes posible de aquella maldita habitacion. Ni siquiera me atrevi a mirarlo y sali con gracia, con la espalda recta y la cabeza alta como una reina. Porte que perdi cuando cerre la puerta tras de mi. Solte todo el aire que habia retenido en mis pulmones y una solitaria lagrima cayo por mi mejilla. En ese preciso momento Adrien Legrand junto con lo sucedido esa noche pasaron a ser mi secreto mejor guardado.

  • Cosas que pasan cuando te enamoras por internet de Belen Peralta

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    “Cosas que pasan cuando te enamoras” es una comedia romantica fresca y divertida, historias comicas sobre las citas a traves de internet y redes sociales. Una reflexion acida en uno de los mejores libros divertidos para adultos.

  • Un episodio nacional de Carlos Mayoral

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    El conocido periodista cultural Carlos Mayoral, especialista en la literatura decimononica espanola, recupera en su primera novela un episodio poco conocido de nuestro pasado literario: los amores secretos entre dos de las principales figuras de nuestra narrativa, Benito Perez Galdos y Emilia Pardo Bazan.

  • La urbanizacion de Carlos Alvarez Parejo

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    Emma huye de la mafia rusa junto a su hija Anna por la costa de Espana. Su marido las ha abandonado a su suerte al contraer una gran deuda. Ahora, no tienen nada. Ni trabajo, ni casa, ni posesiones, ni dinero.
    Su huida las lleva hasta La Urbanizacion, un lugar paradisiaco y oculto en la ladera de una montana, cerca del mar. Alli solo existe la riqueza.
    Vanesa, su nueva y unica amiga, sera la encargada de presentarles a los hombres mas influyentes del lugar, ademas de mostrarles la unica y extrana norma que deben cumplir si quieren permanecer en este paraiso terrenal.
    Ni Emma ni Anna son capaces de imaginar que el eden en el que acaban de aterrizar puede convertirse en una autentica trampa.

  • Las manos van al pan de Meg Ferrero

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    --!Perdon! --se disculpo la camarera por el leve empujon propinado sin intencion y paso de largo con prisas, sin esperar a ver si su justificacion era aceptada. !Joder! Menuda educacion. Vale que el estuviera acostumbrado a otro tipo de lugares para comer, pero esto era el colmo. La chica, que habia pasado a su lado dejando un aroma intenso a curcuma, a canela y pudiera ser que tambien a curry, le habia lanzado, de manera literal, el plato a la mesa. Lo curioso habia sido el modo de hacerlo. Habia girado de tal manera la muneca que un plato asi lanzado, sin ese giro, hubiese acabado encima del comensal, pero ella lo habia dejado con maestria justo en su sitio, aunque con un estrepitoso repiqueteo, mientras el plato terminaba de asentarse en la mesa. Quiza fue ese gesto el que lo dejo tan descolocado que ni siquiera fue capaz de decirle a la camarera lo que pensaba de su escasa educacion. Y, encima, el empujon en el hombro. Aunque tenia que aceptar que eso no le habia molestado tanto como le gustaria reconocer. !Menuda cadera! Se giro de forma casi imperceptible para no ser descubierto en su curiosa inspeccion visual. Si, aquella mujer que contoneaba su generoso trasero de forma casi infantil era justo el tipo de muchacha por el que el, en cualquier otro momento de su vida, se hubiese sentido atraido. !Mentira! Se sentia profundamente atraido. Tanto, que su miembro viril comenzo a cobrar vida propia. !Habia que joderse! ?Cuanto tiempo llevaba sin estar con una mujer? Tampoco tanto como para ponerse asi. !Mierda! En otro momento no hubiese dudado en lanzarse al ataque, insinuarse con un despliegue indecente de todos sus encantos, que eran muchos, y conseguir su numero y una cita. Una cita que, estaba seguro, ambos tardarian en olvidar. Y eso con solo ver su silueta de espaldas. Su larga melena rubia ondulada, brillante y sedosa que, hubiese jurado, llevaba recien lavada con un algun champu de rosas, otro olor que lo seducia, llamaba de manera poderosa su atencion. Su ancha y fuerte silueta lo cautivo como hacia tiempo no le sucedia. Siguio mirando un instante mas, tan solo un segundo en el que se permitio volver a ser el mismo de siempre, el hombre que el creia ser, pero desistio al momento ya que la camarera no parecia que se fuese a volver para que el pudiese apreciar su rostro. No queria parecer un imbecil embelesado por una mujer delante del resto de los comensales, que no tardarian en seguir la direccion de su pose y su curiosa mirada. Ataco sin demasiado interes el rapido bocadillo que habia pedido y... sin previo aviso, el cumulo de sensaciones del sabor de aquel mordisco lo dejo sin respiracion. Paro incluso de masticar, con todo el bocado aprisionado en el interior de la boca, para no perderse ni uno solo de los diferentes sabores y aromas que llegaban a sus fosas nasales a traves de su cavidad bucal. !No podia ser! Pero si el habia ido a un bar "de mala muerte" en busca de alimento, mas que comida, en una rapida escapada desde el hospital. ?Quien se iba a imaginar que en un restaurante de menu del dia iba a encontrarse con semejante delicatessen? !Y encima en un bocadillo! Comenzo a masticar, ahora mas relajado, con todos sus sentidos puestos en el interior de su boca. Hasta se permitio el lujo de cerrar los ojos y dejarse atrapar por el instante. !Estaba exquisito! Tenia que apuntar todos los sabores, olores y sensaciones que el bocadillo le estaba haciendo experimentar. Saco de su pequena mochila, con rapidez, una ajada libreta de cuero sujeta por una goma y con innumerables papeles con notas dentro. Incluso se excito con el sonido del "click" de su boligrafo favorito, que era el que siempre daba el escopetazo de salida para alguna de sus creaciones, para algo que el adoraba hacer, para escribir. Y eso mismo fue lo que se dedico a hacer: escribir. Mordia, masticaba con cara de placer, tragaba y escribia. !Echaba de menos su trabajo! En cuanto volviera, esa seria su primera critica. La revista gastronomica para la que trabajaba le habia dado un largo permiso, pero el echaba en falta escribir y conquistar a la gente con sus palabras y piniones. Si, el era un critico gastronomico relativamente famoso. Trabajaba en la revista Tapas, nam,nam magazine, una revista mensual del grupo editorial de revistas como Esquire, Forbes o L'Of iciel. La definian como una revista de estilo de vida y gastronomia dirigida principalmente a foodies y urbanitas adictos a la cocina, de unos treinta y cinco anos y de clase media-alta o alta. !Adoraba su trabajo! Dejo un instante el boli sobre la mesa para atacar los ultimos bocados de su comida y giro la muneca para comprobar la hora. !Joder! Tenia que irse. Se limpio de manera descuidada y recogio todas sus cosas. La sonrisa en la cara, al salir del establecimiento, le recordo por un instante que estaba vivo y le devolvio las fuerzas que necesitaba para continuar. Volvio a girarse para buscar con la mirada a la camarera que le habia dejado, o practicamente arrojado, el plato con aquel bocadillo sobre la mesa. Tan solo pudo apreciar en la distancia su perfil, estaba claro que era lo mas que iba a conseguir evaluar de ella. Tenia que irse, pero ahora sabia donde habia una camarera con rostro desconocido que lo habia embaucado con sus curvas y su olor, y donde podia comerse un bocadillo de cinco estrellas de manera rapida y por unos pocos euros. ?Recordaba la felicidad? Si, ahora si, aunque fuese efimera y en forma de una desconocida con un bocadillo. No era un hombre muy exigente, ?no? Capitulo 2 El hospital estaba casi en frente del restaurante, asi que no tardo mucho tiempo en llegar. Lo dificil era encontrar la habitacion de su hermano. Los hospitales de la capital eran inmensos y, cuando comenzabas a recorrer los pasillos, era como ir de compras a Ikea: entrabas, pero no sabias por donde ibas ni cuando llegarias al lugar deseado. Se ponia malo con todo el trafico de gente de esos lugares, que parecian ponerse de acuerdo en ir en el sentido contrario a su marcha e impedirle llegar a su destino. --!Ya he vuelto! --dijo Carlos entrando a la vieja habitacion donde, por suerte, solo habia otro paciente con un familiar. --!Buenas! --saludo al resto de la gente. --Buenas tardes --contestaron, educados, los demas. --?Por que comes tan rapido? --comento molesto su hermano--. Ya sabemos que me voy a morir, pero no va a ser precisamente ahora, no tienes que ir con prisas a los sitios y volver como si te fuera la vida en ello. Carlos se quedo sin respiracion. ?Por que tenia que morirse? La vida no podia ser una puta mierda tan grande. Su padre acababa de morir de cancer y hacia un ano que lo habian hecho su madre y sus otros hermanos por el mismo problema. ?Seria algo genetico? !Joder! No se podia creer que su hermano lo banalizase de aquella manera. Ademas, todavia no estaba diagnosticado. Aunque todo apuntase a ello, lo habian ingresado para hacerle pruebas y descartar un tumor cerebral. Carlos era el hermano menor de una familia de cuatro hermanos. Habia nacido cuando su madre tenia cuarenta y seis anos, y en aquella epoca a eso se le llamaba "hijo de madre aneja", vamos, que fue el "goma rota" de turno, el error, un fallo de calculo por asi decirlo, ya que sus hermanos ya tenian mas de veinte anos cuando el nacio. Su infancia habia sido muy feliz, de eso no tenia ninguna queja. No habia tenido hermanos, eso si, habia tenido cinco padres. Un poco malcriado si que habia salido, si. Lo unico malo de toda esa infancia llena de dicha, en la que el habia sido el "juguetito" de la familia, era que todos habian sido muy mayores para el y la desgracia se cernio sobre sus vidas cuando el cancer los envolvio como un manto gris del que no se puede salir. No podia quejarse de sus padres, habian vivido muy bien y muchos anos hasta que murieron, pero no podia decir lo mismo de sus hermanos, y menos de Alfredo, el que ahora estaba tumbado en aquella triste cama de hospital. Apenas pasaba los sesenta y no parecia tener muchas esperanzas de un buen pronostico. Habia sufrido demasiado las demas perdidas de su familia y ese era su ultimo familiar cercano vivo. Bueno, estaban sus sobrinos y sus cunadas, pero las muertes de sus hermanos tambien los habian distanciado, amen de la diferencia de edad. --!Quiero estar aqui! ?Vale? --contraataco molesto--. ?Ha pasado el medico? --Pero si hoy no nos va a decir nada definitivo --amonesto con rapidez Alfredo. --Eso no lo sabemos. !Mierda! Esta espera me esta matando... --!No, chaval, me esta matando a mi! --se carcajeo su hermano. --No tiene ni puta gracia --protesto enfadado Carlos. --Si que la tiene, al menos reconocemelo. Alfredo siempre habia sido el mas simpatico de sus hermanos. No es que los demas hubiesen sido malhumorados, pero este era con el que mas afinidad habia tenido, quiza porque era el menor de los tres y el de una edad mas cercana a la suya. Era muy amable y campechano, afectuoso y muy sociable, risueno y siempre bromeaba, aun en las peores circunstancias. Los dos habian sufrido juntos las muertes de sus familiares y Alfredo era el que siempre habia tirado de el. La enfermera que entro en la habitacion interrumpio su conversacion. Hora de las constantes. Era una vieja estirada con la que Carlos no podia, le superaba que "una sota" como ella estuviese en una planta como la de oncologia. ?Se podia ser mas antipatica y desagradable? Lo malo, o lo bueno, segun se viese, de haber pasado tanto tiempo en esa planta era que ya se conocia a todo el mundo. --?Pueden salir los familiares? Ni un triste "por favor" o "?les importaria?". No. Esta entraba y pontificaba. Carlos no la podia ver ni en pintura. Salio de bastante mal humor de la habitacion y se planto en la entrada a esperar. Cuando "su majestad, la reina de Saba", salio de la habitacion sin decir ni una sola palabra, Carlos volvio a entrar y se sento en el incomodo ?sofa?, ?sillon?, ?silla? !?Como demonios se le podia llamar a aquello?! Desde luego, era de todo, menos comodo. Dejo que su hermano durmiera un rato la siesta mientras el aprovechaba para escribir sobre "su bocadillo". Aunque, junto con todo el despliegue de sabores y olores que el bocata le rememoro, se mezclo el deseo por la empleada de generosas caderas. !Joder! Otra vez su miembro viril lo importunaba con sus demandas cuando estaban fuera de lugar. Llego la noche y con ella el cambio de turno. Por fin se iba a ir la petarda de la enfermera de la tarde. La suerte que habian tenido era que tanto su hermano como su companero de habitacion estaban solamente para hacerse pruebas y lo cierto es que las enfermeras no tenian que entrar mucho, ya que los pacientes no precisaban medicacion. Comprobaban constantes y poco mas. El problema real que se le presento a Carlos fue su sorpresa cuando la enfermera del turno de noche entro para preguntar a los pacientes como estaban. Y esta, ?de donde cono habia salido? !Pero si el se conocia a todos los trabajadores de ese hospital! Que tia mas buenorra. !Vaya por Dios, esta no tenia que estar entrando y saliendo! --?Todo bien? --pregunto con voz dulce, mientras se sentaba y acomodaba de manera informal sobre la cama de su hermano y procedia a tomarle la tension de forma manual. !Pero si todas usaban el tensiometro automatico! Vale, no importaba, se supone que de esta manera era una tension mucho mas fiable y exacta, y el podria mientras devorarla con la mirada a sus anchas. Si, tambien se consideraba un experto erudito en el arte de la enfermeria y la medicina debido a todo el tiempo vivido en los hospitales. --Perfecto --contesto Alfredo ante su espectacular sonrisa. Carlos no pudo ni contestar, aunque la pregunta, entendia, no iba dirigida a el. Rubia, con el pelo mas que estirado en una altisima coleta y fuertota, como a el mas le gustaban. Esas mujeres con curvas en las que te puedes perder explorando... !Joder, que tetas! Queria hundir la cara ahi hasta perderse por completo. Y esas caderas anchas, esos muslos fuertes, pero prietos. !Dios! ?Estaria mal si le pedia el telefono? No era una nina, tampoco es que se fuera a asustar, ?no? Calculaba unos treinta y pocos, no veia anillo por sus dedos, aunque eso, en una enfermera, no era indicio de nada. Las buenas enfermeras no llevaban anillos ni las unas pintadas porque era antihigienico y porque se tenian que lavar las manos de forma continua. Si, Carlos sabia mucho de enfermeras, y en el mas amplio sentido de la palabra, ya que habia terminado liandose con alguna que otra. Y esta era una de las buenas. Sus perfectas unas limpias y bien recortadas junto con su accion de tomar la tension manual se lo decia a gritos. !Joder! ?Como iba a saber si estaba casada? Bueno, !a las trincheras! --!Hombre, enfermera nueva! --comento con un enorme despliegue de encanto. !Cono! Menuda mirada de reproche recibio a cambio. Fue entonces cuando se dio cuenta de que, si hablaba, no le dejaria oir la tension. Sus mejillas enrojecieron. ?Alguna vez le habia pasado? !Joder! No recordaba nunca antes un bochorno igual. La enfermera termino y le dirigio una mirada algo sorprendida. --Nueva... en esta planta. --Y volvio a dirigirle la mirada a Alfredo. -- Me llamo Lucia, he visto que estareis por aqui esta semana mientras te hacen pruebas --afirmo con una dulce sonrisa, que hizo que Carlos se removiera incomodo en esa mierda de silla-sillon-sofa--. No te preocupes, ya veras como no es nada y en una semanita estas de nuevo en tu casa. Tomate estos dias como un descanso merecido del trabajo, te relajas, lo disfrutas y ya veras que feliz. --Feliz, lo que se dice feliz... --contesto Alfredo embobado--, no lo se. Y dime tu como se descansa en una cama con estas sabanas que parecen esparto y con esta maravillosa comida que ofreceis. La carcajada de la enfermera dejo pasmados y boquiabiertos a los dos hermanos. ?Se podia ser mas preciosa y espontanea? --!Es cuestion de actitud! --afirmo guinando un ojo, como si le acabase de revelar el misterio del Santo Grial. Y se fue. Se fue sin que ninguno pudiese articular ni una palabra mas. Alfredo miro a su hermano automaticamente y comenzo a descojonarse. --Esta es de las que a ti te gustan, ?eh? Imaginate que de esta mierda conseguimos que por fin sientes la cabeza... Carlos lo miro molesto. --?Pero que sentar ni que sentar la cabeza? A mi dejame de tonterias. --Y bajando la voz, para que no lo oyesen los del al lado le dijo--: !Pero no jodas que no tiene el polvo del siglo! --Vaya que si lo tiene --contesto su hermano entre risas, mientras el otro paciente, espectador de la situacion, se quedaba con dos palmos de narices y sin la tension tomada.

  • Un dia de playa de Nina Klein

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    L U N O a brisa del mar me acaricio la piel, cerre los ojos y respire hondo. Estaba mucho mejor en la playa que en la oficina, donde iba a parar. Habia decidido que ese dia --un miercoles por la manana-- era el dia perfecto para ir a la playa. Llegue a esa conclusion despues de ver el dia que se habia presentado en mi ventana nada mas levantarme: soleado y agobiante. La ola de calor duraba ya mas de una semana, y se me estaban agotando las fuerzas. Podia sentir mis neuronas derritiendose ya desde primera hora. Me habia vestido para trabajar, pero la blusa beige y el traje de chaqueta, las medias y los zapatos de tacon de tres centimetros que me habia puesto para ir la oficina se me pegaban al cuerpo. Y solo eran las siete y media de la manana. Asi que hice lo que nunca habia hecho: llame al trabajo diciendo que estaba enferma. No era la primera persona que lo hacia en la oficina aquella semana, pero si era la primera vez que yo lo hacia. Llevaba cinco anos en aquel trabajo y no me habia cogido ni un dia por enfermedad, tambien era verdad que habia tenido suerte y no habia estado enferma, pero tampoco me habia cogido ningun dia para ir al dentista, o de asuntos propios, ni nada por el estilo. Era, y siempre habia sido, la persona mas responsable del mundo. Sin embargo, de repente la sola idea de pasar un dia como aquel metida en la oficina, a pesar del aire acondicionado, se me hacia insoportable. Asi que no tuve ningun problema cuando llame, incluso la secretaria se mostro comprensiva, mejorate, me dijo, mientras yo fingia una tos y tiraba de topicos para hacerlo todo mas creible: el aire acondicionado, ya sabes. Los cambios de temperatura. Sonrei un poco mientras me extendia el protector solar de coco por el brazo derecho, luego el izquierdo. Factor 50. No habia mucha diferencia entre el color de la crema y el de mi piel. No solia ponerme morena, pero siendo abril, estaba casi fosforescente. Aunque tampoco destacaba mucho entre los otros cuerpos diseminados por la arena. Pocos, muy pocos, apenas una docena de personas repartidas por toda la playa: era un miercoles laborable de abril, y eran las diez de la manana, por mucha ola de calor que hubiese. Todos los cuerpos tenian un tono similar al mio, iban desde blanco puro hasta alguna tonalidad de rosa, exceptuando los de los chicos jugando al voleibol a unos metros de donde me encontraba tumbada en la toalla. Suficientemente lejos como para que no me diesen un pelotazo sin querer, suficientemente cerca como para poder deleitarme con el espectaculo. Volvi a mirar en su direccion al oir sus bromas y risas. Universitarios, o al menos esa era la edad y el aspecto que tenian, saltandose las clases. Aunque a juzgar por la piel morena, no era el primer dia que se las saltaban, tampoco. Amparada por las gafas de sol, admire los cuerpos bronceados, ligeramente brillantes de sudor, los musculos de los brazos al golpear la pelota. Eran tres, dos a un lado de la malla, uno al otro lado, al que le estaban pegando una paliza mientras reian. Uno de los chicos del equipo de dos se retiro un poco y saco una botella de agua de una pequena nevera que tenian junto a sus toallas. Habian ido mas preparados que yo, que estaba muriendome de sed, el agua que habia metido en la bolsa de playa se habia recalentado casi antes de salir de casa. Le observe mientras bebia, me fije en su garganta, en su cuello. Le hacia falta un corte de pelo. Se le rizaba un poco en la nuca y le caia sobre la frente. Al terminar de beber me parecio que miraba en mi direccion --el chico tambien tenia gafas de sol-- y sonreia ligeramente. Pero no estaba segura, estaba demasiado lejos para saberlo. Quizas habia visto a alguien detras de mi. Algunas chicas tambien universitarias, quizas, rubias, bronceadas y en forma, que venian a jugar con ellos. Gire la cabeza y mire por encima de mi hombro. No habia nadie, mas que un hombre de unos sesenta anos tirandole un frisbee a un perro. No habia nada de malo en mirar, me dije. Era mi dia de hacer cosas que normalmente no haria. A esa hora --mire mi reloj de pulsera, ya eran casi las once-- estaria en alguna reunion aburrida y horrible, rodeada no de cuerpos jovenes y hermosos, sino de mis companeros de oficina, hombres de mediana edad que habian perdido el pelo --solo el de la cabeza, lamentablemente-- hacia mas de una decada y si su forma de peinarse no me enganaba, todavia no se habian resignado. Con sus barrigas sobresaliendo por encima del cinturon del traje, enganando a sus mujeres habitualmente. No conmigo: ademas de no dejar que me tocasen ni con un palo, y de no creer en las relaciones en el trabajo, increiblemente, con treinta y cinco anos, era demasiado vieja para aquellos tipos de cuarenta y pico y cincuenta, que sonaban con liarse con jovencitas de veinte. Vivir para ver. Asi que decidi seguir alegrandome la vista. No solia ir por ahi acosando a hombres con la mirada, mucho menos a jovenes a los que sacaba probablemente diez anos, quizas algo menos, pero no hacia dano a nadie, recogia material para mis fantasias y, repito, era el dia en el que estaba haciendo cosas que no solia hacer nunca. Asi que le devolvi la sonrisa al chico del voleibol. Vi como volvia a inclinarse sobre la nevera, cogia otro botellin de agua y empezaba a andar hacia mi. Resisti la tentacion de volver a mirar por encima de mi hombro, en caso de que no se estuviese dirigiendo a mi, sino a alguien detras de mi. El joven atractivo se acerco. Abdominales marcados, musculos en los brazos y en las piernas. Se dio la vuelta para lanzar la pelota que tenia en la mano hacia donde estaban sus amigos, y pude admirar la espalda musculada y los biceps flexionandose. Los amigos siguieron jugando mientras el joven se acercaba. Llevaba un banador negro, no uno de esos ajustados --menos mal-- sino uno suelto que le llegaba a la mitad de los muslos musculados y morenos. Mejor no mirar muy fijamente. Volvi a alegrarme, por enesima vez, de tener las gafas de sol puestas. --Hola --dijo, con una voz grave y profunda. --Hola --sonrei. Me tendio el botellin de agua helada.

  • Los ladrones de seda de Dirk Husemann

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  • El otro proceso de Elias Canetti

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    El otro proceso. Las cartas de Kafka a Felice es uno de los ensayos mas lucidos de Elias Canetti. Nadie mejor que Canetti, premio Nobel de Literatura, para comentar las Cartas a Felice de Franz Kafka. Canetti, quien, como Kafka, ha descrito magistralmente las funciones del poder, nos ofrece en este lucido ensayo un detallado analisis del sufrimiento del escritor durante los cinco anos de su correspondencia con Felice Bauer.

  • La Importancia de llamarse Ernesto de Oscar Wilde

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    Gran Bretana, 1890. Jack tiene un secreto. Por un lado, disfruta de una vida tranquila y respetable en el campo, donde ejerce como protector de la bellisima Cecilia. Pero, por otro, cuando necesita ciertos alicientes, se escapa a Londres, donde se hace pasar por su imaginario hermano Ernesto Worthing, un hombre tan disoluto y extravagante como su intimo amigo Algy. Sin embargo, el objetivo de su ultimo viaje a Londres es proponer matrimonio a Gundelinda, la prima de Algy. La chica, que ignora la identidad de Jack, acepta la propuesta; pero su madre, la temible Lady Bracknell, que tiene otros planes para su hija, descubre la verdad sobre el origen social de Jack: que, siendo un bebe, fue hallado en una bolsa abandonada en la Estacion Victoria. Mientras tanto, Algy, aprovechandose de la preocupante situacion de su amigo, decide visitar a Cecilia. Cuando se presenta como Ernesto, descubre encantado que Cecilia hace tiempo que suena con casarse con el hermano errante. Pero, cuando Jack regresa con la noticia de que su hermano ha fallecido, las cosas empiezan a complicarse seriamente.

  • Un Hombre Al Que Odiar de Miriam Formenti

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    Amor y aventura en un romance ambientado en la Edad Media.
    El quiere amarla, ella solo quiere odiarlo.
    Estamos en el ano 1158, Federico I de Suabia asedia y conquista Milan. Se toma el control de los feudos milaneses, se asesina o se encarcela a los nobles y las mujeres se consideran mercancia de cambio.
    La noble Regina Celeste Balestrieri, tras la tragica muerte de sus familiares, es solo una presa de guerra y se la ofrecen como regalo a un baron suabo.
    El, Stephan Deinburg de Hezen, el conquistador, no la considero un regalo interesante cuando la vio. La chica es atractiva, si, pero es muy rebelde y orgullosa, demasiado para el que pertenece a un pueblo de vencedores. Sin embargo, es un desafio que no quiere perder y decide que sera su esposa. La quiere en cuerpo y alma, sin saber que ya habia perdido su propio corazon con una sola mirada.

  • El camarero de El gato que ladra de Elena Camacho Rozas

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    Subi al cabrete con la intencion de cambiar mi camisa de cuadros por la blanca, y la chupa de cuero por la chaquetilla negra que junto al pantalon a juego, de caduco estilo, componian mi uniforme de guerra. Me habia puesto esa manana una corbata negra, la que compre para el entierro de mi abuela, con el fin de ahorrarme un paso, quiza un minuto, en la transformacion de mi aspecto: de joven semidesalinado a profesional del duro curro de la hosteleria. Asi vestido, mi juventud en retirada se amilanaba, y las incipientes entradas que solia disimular con el largo corte de pelo y los rizos desplomandose sobre ellas me revestian de una cierta solemnidad. Con esta presuncion de entendido en nada e inocente en todo, dia si y dia tambien un espontaneo o un asiduo me confesaba algun cataclismo interior, algun miedo, algun yerro, alguna duda. Todo se repetia una y otra vez. Desde el insistente dolor de pies que tanto paseillo entre las mesas y la barra me dejaba al acabar la jornada hasta las habituales bromas de los parroquianos. Sin embargo, aparte de esto, lo identico se difuminaba y ninguna jornada era igual a otra mas alla de las pequenas semejanzas. Las diferencias se multiplicaban y no se limitaban a algun que otro servicio inusual. Los semblantes cambiaban como la luz a lo largo del dia. Las conversaciones asomaban con nuevas y secretos. Personas nunca vistas se sumergian en sus pensamientos, solas y acodadas en la barra o dejando ir la imaginacion en una mesa incompleta. Grupos aqui y alla que habian quedado en el local se palmeaban la espalda o se saludaban con distintos grados de calidez, salvo fortuitos desencuentros. Los desconocidos arribaban por casualidad a El gato que ladra con sus propias aspiraciones y necesidades y yo jugaba a desvelarlas como quien gusta de rellenar un sudoku. Los de siempre nunca hacian exactamente lo de siempre, sino que o llegaban a deshora o marchaban antes de tiempo o mostraban un gesto extrano que apartaba lo diario de lo cotidiano. A veces, las caras de quienes vienen y van son perfectamente intercambiables. Otras, algunas poseen un aire inconfundible que las hace unicas. A estas es a las que miro con disimulo, a las que no puedo dejar de mirar, las que nunca empachan mi retina, las que siempre muestran una leccion que dar, un secreto que confesar, una mania que esconder o un misterio que indagar. Lo mismo me ocurre con las palabras. Todos mis clientes suelen usar el mismo idioma, este bar no esta en la ruta de las visitas turisticas. La mayoria se expresa como seres de pensamiento clonico y usa metaforas manidas, expresiones hechas, burlas sin novedad, chistes archiconocidos… Entonces, me desconecto y aprovecho para hojear el periodico del dia entre la intermitente peticion de consumiciones. Los menos, con identicas letras y distintas entonaciones, crean mensajes del todo impares. Es entonces cuando mis oidos hacen frente comun con mis ojos y, entre ida y vuelta, escucho conversaciones deshilvanadas a las que mi curiosidad o mi invencion dan textura. Ya me dijo el jefe en una ocasion que no hay mejor psicologo que un buen barman. Y tendra sus rarezas, pero es un tipo honesto que sabe de lo que habla, por algo lleva casi medio siglo al frente del negocio. Supongo que no se ha jubilado aun porque El gato le da vidilla, y no le resta la suficiente para imponerse actividades que nunca ha hecho. Tambien supongo que por su edad tiene que estar cansado del trajin, los madrugones y los borrachos, y que por eso cada vez delega mas en mi, su mano derecha a falta de hijo que herede su pasion por el bar. Es curioso como pasa el tiempo y nos hermana a quienes antes veiamos con edad de abuelos. Cuando yo llegue a su vida, el tendria diez u once anos mas que yo ahora y lo veia como a un anciano o un dinosaurio a punto de extinguirse. 2 Mas domingo 22-6-2014 Los dialogos de los clientes escogidos rara vez me resultan tediosos. Algunos son triviales y otros serios. Unos dramaticos y otros jocosos. A veces incongruentes y otras la mar de formales. Pero nunca aburridos como para no escucharlos al pasar igual que quien se deja aturdir por un aroma. De ayer, sin ir mas lejos, recuerdo retazos de dos de ellos. --?Tu crees que nos llamaran? --preguntaba un muchacho a su acompanante, con aspecto de treintanero como yo. Le habian quitado el puesto a mi diosa, Z, sentados en la primera mesa. Me he acostumbrado a escribir sobre la mujer de blanco, una asidua intermitente que siempre se sienta donde ellos estaban hoy, designandole con esa unica grafia, como si fuera una incognita. --A ver, si por la calidad fuera, seguro, pero date cuenta de que la competencia es atroz y el nivel estaba muy alto. --Bueno, sonar es gratis --susurro el primero. --Con esa actitud no vamos a ninguna parte. A la inspiracion hay que pillarla trabajando, ?quien lo decia? Fue un artista, un escritor o un pintor, ?o seria un filosofo? --y se veia que queria impresionar al joven sentado enfrente, a pesar de hablar de oidas--. Debes mantener la moral alta, y que no falten el rigor y la preparacion. Solo el fuerte convence y gana. --Es que no me voy a hacer pajas mentales, que luego me ocurre como a la lechera del cuento. *** --Te he dicho que ya no aguanto mas. --Pero ?por que? ?Que nos ha pasado? Antes de convertirnos en pareja fuimos los mejores amigos... --Quiza sea esa la cuestion. No debimos haber cambiado de estado. Como amigos eramos perfectos, pero... --Ya. Como amantes, no. Eso quieres decir. --No exactamente, no me malinterpretes, no me refiero a cuestiones amatorias. O al menos no solo a eso. Eres... demasiado puntilloso y yo... no estoy acostumbrado a que me controlen ni se irriten por cada paso que doy. --Que necesitas espacio, vam... --... --... <>, pense. Tras servir a los de la tercera y ver como intercambian un par de intervenciones mas, me di prisa en volver a pasar por su mesa. Aun regrese a tiempo de escuchar algunas frases sugerentes mientras limpiaba con la bayeta amarilla la numero uno. --?...mos compatibles? --No lo entiendo. ?Antes congeniabamos a las mil maravillas y ahora no somos compatibles? --se resistia uno de ellos a admitir la derrota--. Algo no me cuadra... --Quedemos simplemente como amigos --le suplico el primero--. Si no..., tendremos que cortar por lo sano... y eso si que nos danaria a los dos. *** --Te esta sonando el movil. Mira a ver... --sugirio el mayor. --?Tan pronto? !Imposible! Me pregunte si esperaban la resolucion de una entrevista de trabajo o la respuesta a la participacion en un casting. Pero... ?en domingo? !Cualquiera sabe! Sus caras anodinas no me aportaban datos con los que deducirlo. Recuerdo que reflexione sobre las aspiraciones de la gente, y que llegue a la conclusion de que tener las esperanzas puestas en una llamada de movil no era loable sino insensato. --?Ves? --senalo hacia la pantalla--. Numero desconocido. Igual... --Igual es alguien que me quiere vender algo. Hasta las narices me tienen. Pero no se hizo de rogar demasiado. --?Si? --espero un momento y acto seguido insistio--. ?Digame? El joven miro el aparato de frente como si este le fuera a contestar y se lo volvio a colocar sobre la oreja antes de repetir la pregunta. Tras un breve silencio... --Se ha confundido. --Seria un pesado. ?Sabes?, antes, como me daban pena los que trabajan de teleoperadores -- retomo la conversacion su acompanante--, era educado con ellos. Ahora les contesto que no me viene bien atenderlos, que estoy trabajando, o me invento otra excusa. Si insisten, me deshago de ellos sin contemplaciones. --!Viva la asertividad! --Claro, si no me interesa lo que me van a ofrecer, vamos, lo habitual, y siguen dando la barrila... pues yo les cuelgo. Que aprendan a respetar el oro ajeno, el tiempo, digo --y se reia de su propia ocurrencia con una risa que no sabria calificar si era ratonil o de hiena. --Yo he desarrollado un sistema que no falla. Ademas me sirve para meterme en la piel de otros, ya sabes, en plan personaje... --?Y en que consiste? --Me enrollo con las maravillas de tal o cual servicio, o pretendo venderles yo otra cosa. Acaban por colgar ellos --se carcajearon al unisono.

  • La sabiduria de lo incierto de Joan-carles Melich

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    Este ensayo explora la permanente necesidad que los seres humanos tenemos de vivir envueltos en historias y ficciones. Segun Melich, los grandes maestros de la literatura universal lo son no porque en sus obras nos expliquen como hay que vivir, sino porque desvelan sin ambages la precariedad, la ambiguedad y la inasible fragilidad de nuestra existencia. Lejos de los manuales de autoayuda, este apasionado y apasionante ensayo defiende la capacidad transformadora -para bien o para mal- que los grandes textos literarios pueden ejercer sobre nosotros. La lectura, entendida como una actividad de riesgo.

  • Amistad inesperada (Sweet love 1) de Moruena Estringana

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    El nino corrio tras su madre, incapaz de aceptar que esta los abandonaba a su suerte. El, inocente, no entendia que una madre que te quiere pudiera hacer lo que esta les habia estado haciendo a el y a su hermano desde que los tuvo; pero en la inocencia de este nino estaba el deseo de que su madre lo quisiera. De que se quedara por el. La estuvo llamando hasta que su padre se volvio y le cruzo la cara, haciendo que su ceja se partiera por la mitad. Del impacto cayo al suelo y observo a su madre implorandole que fuera hacia el. Que lo abrazara fuerte. Que le aliviara el escozor y el miedo de quedarse solo. Su madre solo lo miro un instante, antes de coger la mano de su padre e irse con el lejos para no volver. --Yo cuidare de ti, como siempre --dijo su hermano Kevin acariciando su ceja--. ?Neill? --Quiero que regrese mama. --No va a hacerlo, y estamos mejor sin ella. Neill asintio, pero en lo mas profundo de su corazon sintio como la pena lo envolvia. A su tierna edad no comprendia por que no era capaz de hacer que su madre lo quisiera. Y aunque era pequeno y entre risas y sonrisas todos creian que habia olvidado este episodio de su vida, lo cierto era que habia marcado su existencia, pues desde entonces no se permitia el lujo de amar, porque subconscientemente pensaba que, si una madre que debe quererte se habia ido para siempre sin mirar atras, nadie podria quererlo. Nadie era capaz de adivinar que, tras su sonrisa, se escondia un corazon herido que se conformaba con poco y en el fondo lo anhelaba todo. * * * Por otro lado, Debbie, de apenas seis anos, veia como el mundo de su amiga se destruia. Como todo cambiaba. Era tal el dolor que podia palpar mientras abrazaba a su amiga Kelly que, cuando regreso a su casa, ya no miro a su madre de la misma forma. Sin darse cuenta de que ese hecho que no le tocaba directamente habia cambado la vida de una inocente criatura. Y es que la mente de los ninos esta llena de suenos, de ilusion, de felicidad, pero tambien de muchos miedos que, si no se expulsan, pueden llegar a condicionar tu vida... y tus decisiones... Capitulo 1 DEBBIE Sigo a mi madre a la casa de la fraternidad. Y solo estoy aqui porque se lo prometi. Y por eso no digo nada cuando mi madre, de casi cuarenta anos, mira todos los cuartos como si fuera esa adolescente que disfruto como nadie de la universidad. Tanto es asi que parece que se ha quedado anclada en esa epoca. Para ella una cancion de cuna era un grito de guerra de las animadoras, y desde nina mis animos para los examenes tenian siempre un <> al que no le faltaban los pompones. Pero no se en que punto dejaron de hacerme gracia las canciones y los bailes. Yo no me parezco en nada a ella. Debe de ser que se quedo toda la efusividad para ella y no me cedio ni un apice cuando naci. De hecho, no se moverme con su gracia, y no digamos lo patosa que soy moviendo pompones; parece mas bien que estoy quitando el polvo. Y ni hablar de volteretas. A lo maximo que llegaba en educacion fisica era a dar una voltereta en la colchoneta que nada tenia de elegante. --?A que es precioso, Deb? --No --le digo sincera, y mi madre me mira de manera recriminatoria--. Solo estoy siendo clara, mama. --Y yo solo espero que no te cierres en banda. Es tu primer ano en la universidad. Toca disfrutar. Me abraza y sigue revisando la casa. Es la primera vez en muchos anos que siento que tenemos algo en comun y no quiero perderlo. Como si temiera que ahora que me marcho de casa ya no habra retorno. Tal vez si vivo en su fraternidad aprenda a conocerla. Aunque en diecinueve anos no lo he logrado. O puede que, cuando era pequena, si. De mis primeros anos solo recuerdo el ir tras mi padre a sus partidos, y los fans de mi padre... Siento un escalofrio. Algunas cosas cuesta olvidarlas, aunque lo intentes. --?Usted es Yovanna Smit? --mi madre, emocionada, mira a la joven de unos veinte anos que la observa desde la escalera. --!Si! Esa soy yo. La joven rubia de grandes ojos azules la mira ilusionada, como si acabara de ver a su idolo, y grita que Yovanna esta en la casa. Y es decir eso y cientos de chicas salen a recibirla. Todas del equipo de animadoras, como lo era mi madre, lo se por sus uniformes. Es una fraternidad de animadoras... Y yo, que voy a estudiar Historia Contemporanea y si muevo un pompon es para alejarlo al maximo de mi, no pinto nada aqui. Me siento fuera de lugar y presiento que me va a costar mucho adaptarme a la universidad. Y, por si esto fuera poco, echo de menos a mis amigas de toda la vida, sobre todo a Kelly. Se ponen a cantar y a saltar y saco el movil para contarlo en el grupo de mis amigas, que, como yo, alucinan con esto. Las canciones que creo mi madre siguen siendo un icono para la universidad. De hecho, al mirar hacia el salon veo una foto de mi madre animando. Era, y es, preciosa. Con su pelo rubio y sus grandes ojos verdes. Solo nos parecemos en los ojos verdes. Su cuerpo estaba lleno de curvas bien puestas y el mio parece una carretera nacional mal construida. No es algo que me moleste. No soy fea, mi pelo es mas castano y no mido el metro setenta de mi madre. Mido apenas uno sesenta. Aunque siempre pienso que soy alta, sobre todo cuando voy a comprar al supermercado, donde casi todo el mundo es mas bajito que yo. Aunque, como dice mi padre, es porque la mayoria han empezado a encoger. Le gusta meterse conmigo por lo de la altura, carinosamente, eso si. El mide casi un metro noventa y mi hermano pequeno va por el mismo camino. A veces me pregunto si me he equivocado de familia. A mi hermano, por supuesto, le encanta el futbol y parece que seguira los pasos de mi padre. En su epoca fue uno de los mejores delanteros y capitanes. Llego a la liga profesional, pero lo dejo todo para heredar la empresa de mi abuelo y cuidar de su familia. Un dia me confeso que en verdad todo tiene sus etapas y que la suya como futbolista habia pasado. Yo a veces siento que tengo parte de culpa en su decision. Y, aunque mi padre no ejerce de futbolista, le encanta escaparse a ver partidos y jugar cuando puede con sus antiguos companeros. Mi madre es como si no hubiera dejado la universidad; su espiritu sigue siendo el de una adolescente. Y eso me asusta un poco. A veces temo que este tan metida en el pasado que no sea capaz de mirar hacia delante o que cuando mire tome una decision drastica... Los anos pasan y ella es la misma. Algo genial, pero siempre crei que las personas adultas se comportarian como adultas y cada ano que pasa su locura se acentua. A veces me siento la mas madura de las dos y eso me hace sentir rara. Tener que decirle a mi madre que guarde la fila y no se cuele, o que no haga el ridiculo cuando no es necesario, deberia ser algo de sentido comun. Es como si cada ano que cumple acabara mandando la verguenza mas a paseo y le diera igual todo. --Ven, Deb, ensenales como mueves la cadera. La muevo como el punetero culo. Y mi madre lo sabe. ?Que hace? La ultima vez que intente bailar como una animadora acabe haciendo la croqueta en el suelo del salon y mi hermano se meaba de la risa mientras yo intentaba hacer algo decente. Todas me miran, y yo espero que se abra la tierra y me saque de esta pesadilla. --No, gracias. Sonrio y guardo dentro de mi la rabia. Es mi madre, deberia conocerme. Estoy aqui, pero no soy como ella. --Vamos, animate --las demas me miran y me evaluan. Se lo que estan pensando: <>. Si, lo soy, aunque no lo parezca. --No --le digo mas seria, y parece que lo pilla. Lo peor es que se pone triste. Me siento fatal; es como si mi madre hubiera esperado que, al entrar en esta casa, que se sabe de memoria y de la que me se cientos de historias, algunas de ellas que ojala no conociera, porque no son para ninos, yo cambiara de golpe y me pusiera a dar saltitos como si me hubieran metido un petardo por el culo. Se van con mi madre al salon y la acribillan a preguntas. Por supuesto, casi todas tienen que ver con mi padre, de como se enamoro del capitan del equipo y vivieron una intensa historia de amor y como lo dejo todo por irse tras el y se ha dedicado a el todos estos anos. La verdad es que las historias de mi madre siempre comienzan desde que conocio a mi padre. Es como si lo anterior no hubiera tenido trascendencia en su vida. Me se todo esto de memoria, por eso me marcho a ver el resto de la casa. Es enorme. Un gran salon con una cocina separada por una isleta. Salgo al jardin: la piscina no es muy grande, pero invita a banarse y con este calor no seria mala idea, pero no lo hare, por supuesto. Ya es demasiado vivir en una casa de mujeres perfectas, como para ponerme a su lado y ver todos estos defectos que nunca me han importado. Es como si, al entrar en esta casa, mi autoestima, por lo general alta, hubiera empezado a descender. No me gusta el camino que esta tomando, pero en parte es debido a todos estos cambios y a tener que compartir casa con personas que no son afines a mi. Pienso en la historia de mis padres. Es cierta. A el le salio un contrato en otra universidad y se fue, y mi madre lo siguio sin pararse a pensar en su carrera. Y dejo los estudios a la mitad. Enseguida se quedo en estado de mi y ya se olvido de lo que ella queria en la vida. Se pasa el tiempo en casa, dando ordenes a la chica que viene a limpiar, y visitando a las vecinas. Trabaja haciendo encargos de customizaciones de ropa. Le encanta dar su estilo a las prendas y recibe encargos de la gente del barrio para que les de un toque unico. No digo que no sea feliz, pero me pregunto si renuncio a demasiado por seguir a mi padre. El amor no deberia basarse en que uno de los dos renuncie a sus suenos, sino en que ambos cumplan sus metas y encuentren el camino para poder compaginarlas con la vida. A veces temo que un dia sea insoportable el peso... Por eso tengo claro que no pienso dejar nunca que el amor domine mi vida. Creo en el amor y tambien se que hay muchos idiotas que te prometen todo con tal de conseguir algo de ti. Eso lo aprendi a base de besar a un par de sapos; el regusto amargo que me han dejado me sigue dando arcadas cuando los recuerdo. Por eso prefiero hacer como si nada. Es mejor no recordar los errores. --Hija --mi madre me abraza por detras--, me voy, pero llamame para contarmelo todo. Y cuando digo todo es todo --me da un codazo complice. Si, mi madre espera que le cuente si me lio con un tio o si me acuesto con el. De hecho, me ha obligado a meter en la maleta varias cajas de preservativos. --Claro. --Y, por favor, pasa las pruebas. Es importante para mi que estes aqui. Es importante para ella porque es como si viviera por segunda vez su paso por la universidad. Asiento y me abraza hasta dejarme sin aire. --Te quiero, osita. --!Mama! --se rie y se aleja. La miro irse y no lo reconocere, pero la voy a echar de menos. Es la primera vez que voy a vivir sola y, aunque a veces me cansan sus excentricidades o que mi padre hable todo el dia de futbol con mi hermano, los quiero. Pestaneo varias veces para secarme los ojos y evitar que asomen las lagrimas y miro a las que seran mis nuevas companeras de casa. --Ven, te ensenaremos donde dormiras hasta que pases la prueba y te asignemos un cuarto. --Las sigo y me llevan a un dormitorio comun con varias candidatas a entrar. Todas me miran y casi todas parecen animadoras, con cuerpos perfectos y sonrisas enormes para impresionar a la capitana, que ni siquiera se como se llama, pero lleva escrito en su camiseta que es capitana. Esta claro que no le gusta nada presumir de ello... Mi madre tiene la misma camiseta, claro--. Deja tus cosas en esa cama vacia. --Asiento--. ?De verdad eres su hija?

  • El verano de la lluvia de Maria Herreros

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    El verano de la lluvia es la historia de una busqueda y de diferentes encuentros. Su protagonista, Soledad, vive en la carcel que una madre maltratadora y opresiva ha tejido a su alrededor. La muerte de su progenitora y el descubrimiento de un gran secreto suponen el punto de inflexion que la saca del abismo de su triste vida. Es entonces cuando emprende un viaje que la llevara a reencontrarse con su familia perdida y reconciliarse consigo misma.

  • Un amor real, Marion Marquez de Marion Marquez

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  • Nunca llueve eternamente de Silvia Cruz

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    Samantha es detective en Chicago, pero un peligroso caso le hace tener que ir al pueblo de su infancia, Red Stone Lake, para ocupar el cargo de ayudante del sheriff por un tiempo. Alli, el misterioso asesinato de su madre, unas escabrosas desapariciones de algunas habitantes del pueblo y su amor platonico de la infancia, haran que viva los momentos mas tensos, emocionantes y apasionantes de toda su vida, para convertirla en una persona completamente diferente de la que llego.

  • Su cuerpo y otras fiestas de Carmen Maria Machado

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    Una mujer se niega a permitir que su marido le quite una misteriosa cinta verde que lleva alrededor del cuello; otra mujer relata sus encuentros sexuales mientras una letal plaga se extiende por el planeta; una intervencion quirurgica para perder peso tiene unos resultados siniestros; un par de detectives investigan varios crimenes acompanados por los fantasmas de las chicas asesinadas; una mujer es capaz de oir los pensamientos de los actores de las peliculas porno… Los ocho cuentos que componen este libro exploran el universo femenino mezclando sin complejos terror, realismo magico, erotismo, ciencia ficcion y comedia. Aqui la sexualidad confluye con lo siniestro, el deseo se torna perturbador, el humor deriva hacia lo grotesco y el cuerpo y la carnalidad se convierten en el sugestivo e inquietante centro de la creacion literaria.

  • Todos queremos ser Hippies en verano de Esther De La Torre Gordaliza

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    A Micaela le ha dejado su novio y acude a una bruja mexicana para que le ayude a ser duena de su destino. Unas senales le llevan a viajar sola desde Madrid hasta la Isla de Ons, en Pontevedra, Galicia. La Isla de Ons es famosa por tener un agradable campamento hippie. Pero tambien por ser el lugar donde acontecieron antiguas historias sobre hadas y brujas y donde lo real y lo sobrenatural se confunde. Al llegar a la isla, Micaela camina a traves de un impresionante bosque hasta una playa solitaria frente al Atlantico, donde le esperan el misterio y la magia.

  • No dejes que me vaya de Lorena Concepcion

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    Autumn es una chica enfrascada en sus estudios en la universidad y, en lo que menos piensa es en empezar una relacion. Un viaje inesperado la lleva junto con su hermana a vivir unas vacaciones de relax en un balneario donde conocera a un guapo masajista que volvera del reves todos sus planes.
    Jake es masajista en un balneario situado en un pueblo pequeno en las montanas, no tiene previsto enamorarse pero un encuentro un tanto vergonzoso con una de sus clientas, lo hara cambiar de opinion. Entre ellos nacera una atraccion que no podran ignorar, no obstante, las vacaciones de Autumn se acaban y todo se complica.

  • La llegada del duque de Elisabeth Boyle

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    El dia amanecio como siempre lo hacia en mayo en la aldea de Kempton, con una brillante llovizna de rayos de sol, un toque de rocio en la hierba y los pajaros cantando alegres melodias en el jardin. Nada indicaba que aquel dia la senorita Tabitha Timmons no solo se veria prometida, sino que ademas se enamoraria locamente. Y no necesariamente seria todo con el mismo hombre. No, lo unico que Tabitha pensaba mientras salia aquella tarde de la casa del vicario, cerraba la puerta con cuidado detras de ella y se dirigia a su reunion de los martes de la Sociedad para la Templanza y Mejora de Kempton era que por fin podia escapar de las ordenes de su tia y de las quejas de su tio por tres maravillosas horas. --Ah, aqui estas --dijo la senorita Daphne Dale alegremente desde la cancela del jardin, donde esperaba a Tabitha--. Estaba empezando a temer que ella no te dejara venir --continuo hablando Daphne en un susurro mientras se agachaba para rascar detras de las orejas al Senor Muggins, el perro que siempre acompanaba a Tabitha. El gran terrier irlandes levanto la cabeza hacia Daphne y le dedico una mirada de pura admiracion con sus enormes y expresivos ojos marrones. --Entonces la tia Allegra tendria que ir en mi lugar, y que Dios la libre de que le encarguen alguna tarea --dijo Tabitha. Miro por encima del hombro y agradecio que las cortinas siguieran echadas, lo que significaba que su tia no estaba mirando, buscando alguna excusa para hacerla volver. --Que idea tan horrible --afirmo Daphne. Enlazo un brazo con el de su amiga y tiro de ella para alejarla de la casa del vicario, que una vez habia sido el hogar feliz de Tabitha. Todavia deberia serlo, situada donde estaba, baja y maciza a la sombra de la iglesia de Saint Edward, una enorme reliquia de la epoca normanda. La iglesia tenia altos muros de piedra, una nave larga y un campanario solo empequenecido por las alturas de Foxgrove, la propiedad cercana del conde de Roxley. Sin embargo, despues de que muriera su padre dos anos atras victima de una dolencia cardiaca y de que su tio se instalara alli como el nuevo vicario, ahora el amado hogar de infancia de Tabitha era un lugar deprimente y sombrio. Por lo menos, penso ella, todavia se le permitia asistir a las reuniones de la Sociedad, aunque solo fuera porque a su tia le parecia que la mision de proporcionarles cestas de caridad a las numerosas solteronas de Kempton era una tarea aburridisima. Caminaron sin prisa por Meadow Lane, el sendero estrecho que iba desde la casa del vicario a High Street, mientras Daphne parloteaba, poniendo a Tabitha al dia de los cotilleos del lugar. --… y lady Essex nunca permitira que Louisa y Lavinia se salgan con la suya en ese tema. Los banderines para el baile del solsticio de verano siempre han sido de color lavanda. !Verde manzana, imaginate! Tabitha sonrio y dejo que la chachara cayera sobre ella como si fuera un balsamo, porque cuando estaba con Daphne o en las reuniones semanales de la Sociedad, era facil creer que no habia cambiado nada en su vida, que una vez fue idilica. --Ayer, incluso fui a visitar a las gemelas e intente, muy educadamente, explicarles que, si insistian, solo conseguirian aumentar la ira de lady Essex. --Daphne suspiro--. !Oh, como les gustan los problemas a Louisa y a Lavinia! Tabitha miro a su amiga. --?De verdad pensabas que podrias hacerlas desistir de su empeno? --Tenia la esperanza --le confeso Daphne--. Y si eso no funcionaba, pense que mi nuevo sombrero las distraeria. Inclino la cabeza para ensenarle el sombrero de seda verde, que tenia un lazo gris que llamaba la atencion. Tabitha estaba acostumbrada a ver pavonearse a Daphne y se rio. --Has convencido a tu padre para que te adelante la asignacion, ?verdad? Su amiga sonrio sin mostrarse arrepentida. Le brillaron los ojos azules cuando levanto una mano enguantada para tocarse el estiloso borde del sombrero. --Si, y cada chelin ha merecido la pena --afirmo Daphne--. Tenia miedo de que papa no cediera antes de que la senorita Fielding lo descubriera y me lo arrebatara, !y ya sabes lo mal que le sienta el verde! Tabitha se rio. La rivalidad entre Daphne y la senorita Fielding aumentaba con cada ano que pasaba. --Creo que a ti te quedaria perfecto --dijo Daphne de pasada--. Podrias probartelo cuando lleguemos a casa de lady Essex. Miro a Tabitha con amabilidad y se mordio el labio inferior mientras esperaba su respuesta. Como sabia bien lo que pretendia hacer su amiga, Tabitha nego con la cabeza. --Sabes que ni siquiera puedo plantearmelo. ?No recuerdas como se puso mi tia cuando me diste esos guantes el invierno pasado? --No era caridad --afirmo Daphne frunciendo el ceno--. Y esto tampoco lo seria. Es solo que no tienes un sombrero nuevo desde… --Desde hace dos anos --replico Tabitha. Ni un vestido nuevo. Ni zapatos. Ni medias--. La verdad es que no me importa. --!Pues a mi si! --le espeto Daphne--. A tus tios deberia avergonzarles la forma en que te tratan, dandote migajas de mala gana. ?Que podia decir Tabitha? Todo era cierto. Su tia y su tio se habian alegrado mucho de adquirir la posicion elevada del estilo de vida de su padre cuando este habia muerto, pero ?se podia decir lo mismo de conseguir la custodia de su sobrina pobre? En lo mas minimo, sobre todo teniendo en cuenta que no tenian hijos. A la tia Allegra, que no tenia ni una sola celula maternal en todo su cuerpo, incluso le gustaba quejarse de que su sobrina ocupaba demasiado espacio en el rincon del desvan que le habian asignado gentilmente para dormir. A Tabitha no le importaba vivir en ese escondite, porque era donde se guardaban los baules de su madre. Esa cercania le permitia captar de vez en cuando una nota del perfume de violetas que habia usado. Eran unos momentos tan vagos como los recuerdos que tenia de la gracil belleza que habia muerto de unas fiebres cuando ella aun era muy pequena. --Cada vez que tu tio da un sermon sobre la caridad, me dan ganas de levantarme y de decirle que es un hipocrita controlador --afirmo Daphne. --Eres incorregible --la regano Tabitha, aunque con poco entusiasmo, porque si habia alguien que velara por sus intereses, esa era Daphne. --?Quien es incorregible? --pregunto la senorita Hathaway cuando se unio a ellas en el punto en el que Meadow Lane se cruzaba con High Street. Fiel a su aspecto habitual, Harriet llevaba el borde del vestido lleno de barro, la ropa ligeramente arrugada, el sombrero torcido y en una de sus mejillas sonrosadas habia una mancha de algo. Probablemente se le habria hecho tarde y habria salido corriendo de los establos de Pottage sin haberse mirado en un espejo. Estaba claro que lady Essex se molestaria por la apariencia descuidada de su pupila. Su senoria estaba poniendo muchas esperanzas en llevar a Harriet a Londres y encontrar para ella un buen partido, aunque casi nadie en Kempton le daba mucho valor a tales ideas. Despues de todo, estaban hablando de <> Hathaway. --Yo --le dijo Daphne, y cambio de tema con habilidad--. Me he comprado un sombrero nuevo. Harriet le echo una mirada. --Oh, si, es verdad. ?No es el que me ensenaste la semana pasada en el escaparate de la senora Welling? Daphne asintio. --Es bonito, ?no te parece? Harriet lo volvio a mirar y dijo: --Si, pero creia que estaba adornado con una pluma. --La he quitado --contesto Daphne en voz baja, inclinando la cabeza con aire despreocupado hacia el Senor Muggins. Tabitha se avergonzo. Queria muchisimo a su perro, pero el pobre era incapaz de darse cuenta de que un ribete emplumado de una pelliza o una pluma de ave en el borde de un sombrero no formaba parte de un pajaro de verdad. Despues de haber destrozado tres sombreros de la tia Allegra poco despues de la llegada de esta, la dama habia amenazado con expulsar al perro barbado… solo para descubrir que toda la aldea de Kempton y buena parte de la poblacion de las aldeas cercanas se habia negado a encargarse de <>, para alivio de Tabitha. Al final, la dama indignada habia hecho lo mismo que Daphne y habia quitado todas las plumas de sus sombreros. Incluso la indomita lady Essex retiraba las plumas de su turbante favorito antes de ponerselo en una reunion de la Sociedad. Ninguna pluma estaba a salvo cuando el Senor Muggins se encontraba cerca, para disgusto de Tabitha. ?Por que no sentia tal hostilidad por las ardillas o las ratas, como otros terriers? Tabitha se sentia obligada a llevarse a su travieso companero a todas partes, por miedo a que el tio Bernard encontrara a algun transeunte desprevenido lo suficientemente ignorante como para que se llevara al perro. --Pareces cansada, Tabitha --comento Harriet--. Y mas delgada. Trabajas demasiado. Tabitha aparto la mirada. --Tuve que fregar antes de salir, asi que me he levantado temprano. Daphne la miro de lado. --Y supongo que tambien has abrillantado la plata, has lavado los platos, has dejado la mesa puesta para la cena y le has cortado las verduras a la senora Oaks. Eso no era todo, porque tambien habia planchado. Aun asi, quiso hacerle frente a la preocupacion de sus amigas. --No me mireis asi. No me importa trabajar. Harriet apreto la mandibula y dijo: --Alguien tiene que recordarle a tu tia que eres una dama, no la mujer de la limpieza. --Preferiria que nadie lo hiciera --contesto Tabitha. Por lo menos, tenia un techo sobre su cabeza, algo que a sus tios les gustaba recordarle todos los dias. --Siempre puedes venir a vivir… --empezo a decir Harriet, pero Tabitha la interrumpio sacudiendo la cabeza con vehemencia. <> Lady Essex tambien le habia ofrecido un lugar donde vivir en Foxgrove y, Daphne, una habitacion en Dale House, pero sus tios se habian negado a permitir que se mudara, convencidos de que se dedicaria a llevar una vida disipada y licenciosa sin su constante proteccion. Eso, y perderian a una doncella que trabajaba gratis. Pero tambien estaba el hecho de que a Tabitha le encantaba la vicaria. Siempre habia sido su hogar. Y aunque ahora solamente tenia un pequeno rincon bajo el alero y comia en la cocina, por lo menos todavia podia ocuparse de las flores de su madre en el jardin y mirar la firme caligrafia de su padre cuando anotaba alguna entrada en el registro de la parroquia. Era lo mas parecido a un hogar que tendria nunca. --Si por lo menos no fueramos de Kempton… --dijo Daphne, suspirando audiblemente--. Entonces podrias casarte y escapar de las exigencias de tu tia. --Pensemos en algo mas alegre --propuso Harriet como si hubiera visto la sombra que habia cruzado la cara de Tabitha--. Como, por ejemplo, en lo roja que se pondra lady Essex cuando las gemelas Tempest propongan su ridicula idea, otra vez, de cambiar el color de los banderines del baile del solsticio de verano. Las tres se rieron y siguieron caminando contentas, de lo que Tabitha se alegro. Por lo menos, algunas cosas no cambiaban nunca. Se estaban acercando a la herreria, donde resonaba el martillo del senor Thury con fuerza mientras trabajaba incesantemente en alguna tarea. A pesar de que el sonido les resultaba familiar, Daphne se detuvo con brusquedad. --!Oh, cielos! Al oir su exclamacion Harriet se paro, trastabillando, mientras hundia en la gravilla los tacones de sus botas. Dejo escapar un juramento que seguramente habia aprendido de alguno de sus cinco hermanos y termino con la frase, nada propia de una dama: --!Eso si que es un equipo condenadamente bueno! Tabitha se detuvo, las miro, se llevo una mano a la frente y entorno los ojos contra el sol hasta que fue capaz de ver lo que habia cautivado a sus amigas. Alli, frente a la forja del senor Thury, habia un sofisticado carruaje, un faeton, segun le parecia, pero dejaria que fuera Harriet quien lo asegurara, porque estaba mucho mas informada de tales asuntos. Fuera lo que fuera, el caro vehiculo estaba caido porque le habian quitado una rueda, y probablemente el herrero lo estaba reparando. Era una enorme rareza que no solia verse en Kempton. Porque, mientras que en Kempton abundaban las solteronas y las damas que no se habian casado, faltaban caballeros, y por eso era muy raro ver esos articulos masculinos. --Dios mio, ?habeis visto alguna vez algo mas admirable? --susurro Daphne. Tabitha miro a su amiga. --Creo que ni siquiera tu padre usaria ese medio de transporte. --No estaba mirando el carruaje --confeso Daphne--, sino al caballero que lleva esa chaqueta tan esplendida.

  • El chico bajo la lluvia de Ami Mercury

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    Relato corto con un comienzo ambientado en un suceso real. El treinta de septiembre de 1997, Alicante sufrio una de las peores inundaciones del siglo XX. La intensa tromba de agua anego barrios enteros, destruyo propiedades y se llevo la vida de cinco personas.

  • La forma del agua de Guillermo Del Toro

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    El visionario cineasta Guillermo del Toro y el renombrado autor Daniel Kraus combinan su formidable talento en una historia de amor tan conmovedora como fascinante."La forma del agua" esta ambientada en la ciudad de Baltimore en plena Guerra Fria, en el centro de investigacion aeroespacial Occam, al que hace poco ha llegado un ser tan extraordinario como potencialmente valioso: un hombre anfibio capturado en el Amazonas. Lo que sigue es una emotiva historia de amor entre este ser y una de las mujeres de la limpieza en Occam, quien es muda y se comunica con la criatura por medio del lenguaje de signos.Desarrollada desde el primer momento como un rompedor lanzamiento simultaneo –una misma historia recreada por dos artistas en los medios independientes de la literatura y el cine–, "La forma del agua" entreteje la fantasia, el terror y el genero romantico a fin de crear un relato que resulta tan trepidante en el papel como en la gran pantalla. Preparate para una experiencia distinta a todo cuanto has leido o visto.

  • El marido de mi madrastra de Aurora Venturini

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    Como escribir un prologo cuando el libro colma todo lo que debe existir y nada mas se necesita? Me viene a la mente la sentencia filosofica de algunos prisioneros de guerra: no mas palabras, no mas palabras. Como los cantantes celebres con banda soporte, la gente los escucha solo con el deseo de que terminen cuanto antes. O las parejas miticas, Beauvoir y Sartre, donde un hijo estorbaria. Un prologo entonces tiene que ser como los cementerios de Estambul, con sillas de hierro al lado de las tumbas mientras cae la nieve; una conversacion entre los visitantes y los muertos. ?Que pasaria si Aurora Venturini viajara en tren con madame de Sevigne, que pasaria si Aurora Venturini charlara toda una velada con Edith Wharton? Escuche el nombre de Aurora Venturini por primera vez en 2007, en el largo trayecto hacia Francia. El mismo ano y el mismo mes, ella levantaba el tubo en su casa de La Plata y oia lo que habia deseado toda su vida: el reconocimiento. Yo me estaba yendo a buscar la escritura en otra lengua, a una Paris que solo existe en el arte, ahi donde Aurora se autoexilio y vivio en frances junto a Violette Leduc, Camus y la pareja mitica. Cuando lei a Aurora fue un verdadero descubrimiento, eso que describe Pascal en Memorial. Leer, leer de veras, es el sindrome de Stendhal, un bombardeo, Aurora Venturini lo es. Este libro de cuentos se divide en dos, como esos juegos de terror de los parques de atracciones. La puerta numero uno lleva por un pasadizo secreto a la puerta numero dos, el segundo libro dentro del libro. Puerta perversa que invierte-pervierte lo horroroso y abyecto. Pero ?que no es horroroso y abyecto? <>, dice Venturini. <>, escribe ella. Venturini es capaz de escribir sobre la familia con la tecnica de heliografia de 1826 o las fotografias post mortem de ninos con las madres tras un cortinado sujetando el cuerpo inerte del bebe. Este libro es una de esas casas burguesas donde no se sabe quien esta muerto y quien no, los cadaveres con largos vestidos blancos en movimiento o simulando dormir. El marido de mi madrastra es esa luz espectral y escalofriante. En El marido de mi madrastra no encontraran, oh, lectores, esposas felizmente casadas, sino mujeres que fajan a las hijas. Encontraran criptas, fosos, sotanos, ninos-monstruo, viejos-travesti, viejas-joven, familia-gitana, hombre-momia, fantasmas, salones con muertos en las vitrinas. Como las mujeres shakesperianas, las muertas vivas, las jovenes viejas, las castas libidinosas. El marido de mi madrastra es una escritura de caida de los prototipos. Una caida politica, como descolgar el cuadro de un genocida o una horda derribando la estatua de un tirano. Venturini no es Puig porque vuelve otra cosa el habla popular. Venturini nos senala, como Osvaldo Lamborghini, como Correas, que todo es una mierda pero que es fascinante. Y que no hay mensaje para la juventud. Arreglenselas solos, che. Aurora escribe contra el lenguaje, contra las convenciones de lo escrito, como en Las primas, como en Las amigas; hay una oralidad precaria en el sentido de una filosofia donde lo que se precariza es la lengua que es hablada, la lengua del control automatico. Con su voz disidente y a destiempo, Aurora supo ponerse en la boca de todos. Tan a destiempo que se estan reeditando sus libros cuando ya murio, una paradoja que bien podria sucederle a la Chona, una de las protagonistas del cuento <>: <>. Hermanada con sus personajes, Venturini no esta muerta del todo. El marido de mi madrastra es liminal, no tanto un No Man's Land, sino un lugar descentrado, ahi donde la verdad de la literatura no se puede legislar. En estos relatos Aurora no elige entre literatura alta y literatura baja, sino que se posiciona en una enunciacion periferica, en la unica posicion de enunciacion posible para una escritora como ella. Escuchen la musica de <>, que comienza asi: <>. Como los dos personajes de Kafka, Karl Rossman en la novela America al salir del circulo familiar para ir a dar en territorio lejano e ignoto y el artista del relato Un artista del hambre, muerto de hambre en una jaula, los personajes de Venturini responden a la premisa kafkiana: <>. ARIANA HARWICZ EL MARIDO DE MI MADRASTRA Carbuncula Carbuncula Tartaruga sale al anochecer apoyada en sus gruesos bastones de madera durisima, acaso sea roble. De otra manera, esos soportes se hubieran doblado y hasta se hubieran quebrado, tal la enormidad seudohumana de la usuaria, porque Carbuncula es inmensa. Carbuncula es torpe en su caminar lentisimo. Tan lento... Avanza con tal lentitud que se dijera se desliza como los caracoles y las babosas. Deja tras ella un lampo blanquecino y fofo. Viene con su resbaloso modo susurrando algo ininteligible. Asegura que reza. No aclara a quien dirige su oracion. Carbuncula nunca aclara nada a nadie; es sombra redonda, robusta, olorosa, inquietante de si misma. Resulta horrenda, pero se acepta, ella lo hace con aparente goce y satisfaccion. <>, comienza sus chacharas feas. Digo feas porque son en contra de alguien. Ella, segun ella, es perfecta y no habra juez que se atreva a juzgarla, <>; y ahi se saldan la teoria, la tesis y la conclusion. Lleva grabadores en todos los bolsillos de sus chaquetas y en su casa los hay hasta en los arboles del parque. <>, repite al oido temeroso de aquellas mujeres a las que ella supone amigas. Alguna, remisa, intento zafarla: <>. Siempre procede de tal suerte. Se viste con la ropa de hombre que heredo de su papa, un ser tan raro como ella. Aseguran que Carbuncula mato a su mama. En mis momentos de gran melancolia, pienso que tuvo una buena razon para aniquilar a su vieja: el hecho de traerla al mundo. Vive sola en la mansion de habitaciones barrocas, muebles barrocos, cuadros y estatuas. Tiene la casa un altillo al cual se sube por una escalerilla caracol de hierro ya muy herrumbrado. Suele alquilarlo, pero los inquilinos duran poco. En su cocina mugrienta, cocina potajes y sopas. A veces compra las vituallas y entonces se sirve a si misma en el comedor barroco, tan que en cada uno de los motivos florales o rostros hay tierra apelmazada por anares. Cuando la mugre invade, ella acude a una sirvienta a la que le paga unos pesos por hora. En mis momentos de gran melancolia, me he interrogado a mi misma acerca de por que las sirvientas que lo fueron de Carbuncula jamas han contado aquello que les borro las ganas de ofrecerse para trabajar afuera o con cama adentro. Y yo inquiri a mas de una. Y mas de una exclamo: <>. Ninguna quiso contar. Las paredes de la mansion Tartaruga estan tapizadas de libros. Posee infinidad de libros, uno al lado del otro, inmoviles, con esa inmovilidad confesa de los objetos que aseguran que no han sido tocados nunca. Se ve que no lee. Mira los cuadros con las caras y el cuerpo hasta la cintura, al oleo, de sus antepasados, y resuella. Ella supone suspirar, pero no. Las piezas, seguiditas, forman como una via de ferrocarril interminable. No es posible contarlas. En la mansion, la monstruosidad elude cualquier logistica. Hay un bano; en el hay una banera no instalada. Adentro de la banera hay trastos inservibles: ropa, palanganas y escupideras desfondadas, zapatos antiquisimos, sombreros, etcetera. Junto al inodoro, un balde

  • La suerte del bufon (El Profeta Blanco 3) de Robin Hobb

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    El desenlace de la trilogia “El profeta blanco”.