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herencias colaterales libro - Lluis Llort Carceller
https://gigalibros.com/herencias-colaterales.htmlEl abogado Ernest Claramunt ha llegado a un acuerdo con la anciana Francesca Puigmajor: a cambio de pagarle una pension mensual vitalicia, el magnifico piso de la mujer en el centro de Barcelona pasara a ser de su propiedad. Francesca tiene casi ochenta anos. El negocio es seguro; rentable lo dira el tiempo. Lo malo es que no todo el mundo respeta las leyes, ni siquiera las relativas a la esperanza de vida, y que el pasado nos puede explotar en la cara en forma de herencia colateral. Una obra de ritmo agil, dialogos fluidos, humor negro, giros argumentales imprevisibles y una protagonista principal que deja huella.
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HERENCIAS COLATERALES | LLUIS LLORT CARCELLER
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Herencias colaterales - Lluís Llort (Cast) | Alrevés Editorial
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Herencias colaterales (NOVELA NEGRA) - Libros - Amazon.es
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"Herencias colaterales" - Lluis Llort - Libros que hay que leer
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herencias colaterales - Antonio Machado Libros
https://www.machadolibros.com/libro/herencias-colaterales_569823HERENCIAS COLATERALES, LLORT, LLUIS (1966), 18,00€. El abogado Ernest Claramunt ha llegado a un acuerdo con la anciana Francesca Puigmajor: a cambio de ...
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HERENCIAS COLATERALES - LLORT LLUÍS
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Herencias colaterales - Llort - Babelio
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HERENCIAS COLATERALES - LLUÍS LLORT CARCELLER
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No hay vuelta atras (del infierno) de Eduardo Arias
https://gigalibros.com/no-hay-vuelta-atras-del-infierno.html--ENTENDIDO. AHORA mismo me pongo con ello. --Y procura no cagarla esta vez. --Descuida. Jodido mamon. Colgue el telefono acordandome de la madre de aquel gilipollas y conduje todo lo rapido que pude. Estaba acostumbrado a aquel tipo de encargos y sabia que cuanto antes llegase, antes terminaba y antes cobraba. La direccion no me era desconocida. Un bareto de mala muerte en la periferia de la ciudad. La descripcion era somera pero suficiente: un tio alto, con la cabeza rapada y una cicatriz que le atravesaba toda la mejilla izquierda. No tenia perdida. Era viernes y el local estaba bastante lleno, lo cual era bueno y malo. Malo porque podia costarme localizar al tipo; bueno porque luego seria facil esfumarme sin que nadie reparase en mi. Me acerque a la barra y pedi un whisky. Tome un sorbo y mire discretamente a ambos lados. Me gire y me quede sentado de medio lado mirando al infinito. Deje que pasasen unos minutos mientras observaba de refilon a la gente que entraba y salia. Estaba valorando pedir una segunda copa cuando le vi. El tio era mas grande de lo que yo pensaba. Me acerque mirandole directamente a los ojos, de forma desafiante. Capto el mensaje y me espeto el clasico: --?Tu que miras? --?Es a mi? --No, a tu padre si te parece. --No quiero problemas. --Pues parece lo contrario. Me empujo, echandome ligeramente hacia atras. Yo no queria montar la tipica escena de pelicula del oeste, asi que me marche del bar sin responder a los insultos que me dedicaba. A la puerta del local me puse a contar mentalmente hasta diez mientras cogia la gran mojadura porque estaba lloviendo a cantaros. No habia llegado al siete cuando el calvo de la cicatriz aparecio por la puerta. Mi plan habia funcionado. --Te decia --dijo levantando la voz innecesariamente, pues eramos las dos unicas personas alli fuera-- que si buscas problemas. Estuve tentado de responderle que si, que eso era justo lo que andaba buscando y que resolviesemos aquello como hombres. Sin embargo, permaneci mudo. Me cogio por las solapas sin saber la que se le venia encima. Le pegue una patada en los genitales. Lo se, estaran pensando que esa no es manera de comportarse, que es un acto artero y ruin, que los hombres de verdad se pelean a punetazos y todo eso. Cuestion de opiniones. El caso es que le di otro par de patadas, en la boca del estomago y en la otra boca, la de los dientes. Despues lo meti en el maletero de mi coche con algo de dificultad, todo hay que decirlo, porque el tio debia andar por los cien kilos. Conduje hasta un descampado y le di la mayor paliza que le hubiesen dado nunca. Para terminar le meti tres tiros entre pecho y espalda. Una vez muerto, me afane en desmembrarlo, tal cual me habian pedido. Le separe los brazos y las piernas con la ayuda de unos afiladisimos cuchillos muy parecidos a los que usa el carnicero de su supermercado. Menudo psicopata estas hecho, estaran pensando. Podria decirles que me limito a cumplir con los encargos... pero mentiria. Mato por encargo, las palizas las doy por placer. Lo primero me reporta unos cuantiosos ingresos, digamos que es una forma de ganarse la vida como otra cualquiera. Lo segundo... en fin, ya les ire contando. El telefono comenzo a vibrar. Que oportuno. --?Si? --?Puedes hablar? --Si, dime. --Creo que sospechan algo. Tienes que andar con cuidado. --?Crees o sabes? --John me ha dicho que creen que hay alguien infiltrado, no ha salido explicitamente tu nombre, pero eres el que mas papeletas tiene. --Conforme. Procurare estar alerta. --Ya hablamos. Colgue sin despedirme. De todas maneras, mi companero estaba acostumbrado a mi brusquedad. Formaba parte de mi papel. Los polis infiltrados nunca descansamos. II La opcion numero 2 <
> Dulce condena (Los Rodriguez) LA NOCHE HABIA sido larga y dura y me habia ganado unas horas de tranquilidad. O eso pensaba. Tengo telefono fijo pero como si no. Solo lo uso en contadas ocasiones y la gente que lo conoce se cuenta con los dedos de una mano. Si alguien tiene que ponerse en contacto conmigo, una de tres: o bien me llama al movil, o me deja un mensaje por Internet, o sabe donde encontrarme. La tercera opcion es la menos deseable, sin duda, pues de lo contrario mi tapadera se resentiria. Estaba cansado y me acoste sin poner el movil en modo avion. Craso error. A las tres y cuarto de la manana una llamada me saco de un sueno muy refrescante en el que salia Scarlett Johansson y... bueno, supongo que se imaginan el resto. Numero desconocido. --?Diga? --Vamos a por ti. Estas jodido. Una voz de hombre, muy grave, posiblemente de mediana edad. --?Quien es? --Procura mirar por encima de tu hombro. El dia menos pensado... !zas! Antes de que tuviese opcion a la replica colgaron. Es curioso como el cerebro humano asocia ideas, el caso es que apenas pegue ojo el resto de la noche y encima no podia de dejar de tararear internamente el Over my shoulder de Paul Carrack. Me levante con la boca seca, un regustillo amargo en el paladar y de un humor de perros. Por lo general, no solia inmutarme por las amenazas gratuitas que recibia en mi trabajo... pero mi companero me habia puesto sobre aviso y, solo unas horas despues, un desconocido me llamaba a deshora para tratar de meterme el miedo en el cuerpo. Lo paradojico es que realmente no estaba asustado, solo cabreado. No me habian dejado dormir y eso era algo que no solia sentarme muy bien. Me tome mi tiempo bajo la ducha mientras trataba de ordenar mis ideas. Pense en llamar a mi jefe para ver si ya estaba al tanto del exito de mi trabajito de anoche. Lo pense mejor y decidi esperar a vernos, era el protocolo habitual. Tras vestirme, desayunar y meter la pistola bajo la cintura, cogi el coche y conduje hasta La Fabrica. En realidad, hacia bastantes anos que no era una fabrica, pero todo el mundo se referia a ella asi y ?quien era yo para cambiarle el nombre? Entre por la puerta de atras y salude a Tony y Manny. Consulte mi Rolex de imitacion. --?No ha venido aun Tyler? --No, pero te ha dejado un sobre --dijo Tony, un mexicano mal encarado, de melena oscura y con la cara picada de viruela, y que siempre me habia recordado bastante a Danny Trejo--. En la oficina. Fui a la oficina y salude a Forrest, que estaba con la vista fija en una pantalla de ordenador donde unas chicas semidesnudas bailaban al ritmo de una musica latina que me desagradaba en grado extremo. Forrest no era hispano, aunque tambien tenia cara de malas pulgas. Bueno, en realidad alli todos la tenian y, de no ser asi, disimulabas para poder formar parte de la banda sin desentonar. --Me ha dicho Tony que Tyler ha dejado algo para mi. Levanto la vista de la pantalla, cogio un sobre de encima de la mesa y me lo paso. Despues volvio a concentrarse en las chicas despelotadas. --Gracias --dije mas por costumbre que a proposito. La buena educacion alli solia estar de mas. Abri el sobre: aparte del dinero acordado, habia una carta. La lei. Joder, se avecinaban problemas. La carta me daba dos alternativas. La primera era aceptar la sugerencia de mi jefe y hacer como --mas adelante volvere a este punto-- aparentemente habia hecho el: mandarlo todo al carajo, desaparecer, huir y comenzar de cero en cualquier otra ciudad de cualquier otro pais y evitar meterme en jaleos. Evidentemente, como se pueden imaginar, escogi la opcion dos. Sali de La Fabrica sin despedirme de nadie. Tampoco me hacia falta: yo era, a todos los efectos, el numero dos de la organizacion. Tres largos anos como agente encubierto me habian permitido ir subiendo en el escalafon y alli, en ausencia de Tyler, se hacia basicamente lo que yo queria. Tampoco es que fuese el mas popular del lugar, pero lo de jugar a dos bandas, o incluso a tres (pero eso ahora mismo no viene al caso), suele traer aparejadas estas cosas. Puede que no me respetasen en el sentido estricto de la palabra, pero me tenian un miedo atroz porque sabian de lo que era capaz. Lo que me planteaba una inquietante duda: si mi jefe se habia marchado por piernas, ?por que narices alli estaban todos tan tranquilos? Algo olia muy mal pero aun no sabia a que me enfrentaba. Me dirigi a la direccion que me habia pasado hacia meses mi companero, ?o habia sido mi otro jefe? Bueno, es igual, el caso es que aparque a unos cien metros de la casa. Realmente no era una casa, sino un pedazo de mansion. Alli vivia el Ruso, un tipo muy poco recomendable. Deje la pistola en la guantera del coche y me apee. Me plante ante la verja y toque el timbre. Llegaron un par de dobermans y un par de matones. Se distinguian porque los primeros tenian las orejas mas puntiagudas. --?Que cono quieres? --me dijo uno. De los matones, no de los dobermans. -
La epopeya de una derrota de Luis Gonzalo Diez
https://gigalibros.com/la-epopeya-de-una-derrota.htmlEste ensayo sobre los Episodios nacionales de Galdos no es un estudio literario, ni historico. Su objetivo, al margen de convenciones academicas, consiste en abordar esa obra como un laboratorio donde Galdos puso a prueba su pensamiento respecto de un asunto que le obsesionaba: la politica convertida en enfermedad, en el padecimiento de una sociedad y unos hombres que han sido seducidos por un demonio contemporaneo y terrible.
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Las verdades infames de Damian Comas
https://gigalibros.com/las-verdades-infames.htmlEduardo Antonio Parra
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Atrapados por el deseo de Mireia Hernandez Bellavista
https://gigalibros.com/atrapados-por-el-deseo.htmlMartina es una pastelera algo desorganizada. Lo unico dulce en su vida es lo que toca con sus manos. Ella no cree en el amor, y menos en el que nace <>.
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Nunca mas sere tu puta de Rosana Ample
https://gigalibros.com/nunca-mas-sere-tu-puta.htmlLlego a la productora sin ningun sentido del ridiculo, con la intencion de convertirse en directora de arte, con una formacion unicamente teorica y algo obsoleta, ademas de unas maneras un tanto pueriles. Pero hubo algo en Manuela Murillo que cautivo a Lupita. Su fuerza, escondida entre su fragilidad, su caracter sonador, su inocencia. Lupita precisaba de una asistente bilingue; observaba el curriculumde Manuela: Manuela nacio en Alemania, curso estudios de audiovisuales finalizados en el ano 2004. Justo hacia unos diez anos. Nada mas y nada menos que en la Escuela Superior para Television y Cine de Munich . Su unica experiencia, la de trabajar en una ferreteria de un pueblo de Asturias. Lupita levanto la cabeza y la observo con detenimiento. Manuela era una joven esbelta, elegante, fotogenica, con un excelente gusto vistiendo. Tenia trazas de haber trabajado como modelo, sabia marcar sus pasos, mover las caderas, conocia el significado de la seduccion. --Senorita Manuela Murillo. ?Como es que nacio en Munich, se traslado a Asturias y ahora esta de nuevo de vuelta en su ciudad natal? --Mis padres se trasladaron aqui de recien casados ; cuando cumpli la mayoria de edad y termine de estudiar Audiovisuales, deseaban volver a Asturias. Mis abuelos llevaban la ferreteria del pueblo, mi abuela tenia alzheimer y mi abuelo reuma; querian cerrar la tienda. Mi padre sintio el impulso de hacerse cargo de la ferreteria y disfrutar de los pocos anos de vida que les quedaban a mis abuelos. Yo no queria vivir en Asturias, pero tampoco me resultaba atractivo quedarme sola en Munich. Ellos prometieron que, con los anos, podria volver, si lo quisiera, que ellos me ayudarian economicamente. Era una mas de tantas chicas guapas y superficiales que aparecian por la productora. Pero esta ultima hablaba perfectamente espanol y aleman. Su inocencia le daba mucha ventaja. Carecia de maldad, de picardia. Lupita sentia que era la candidata perfecta, un diamante bilingue por pulir. Le solventaria la papeleta de redactar, revisar y negociar contratos, facturas, presupuestos y defenderse de algun que otro tiburon germano --aunque esto ultimo solia ser tarea de su marido y socio, Adam Ziegler, pero este no estaba siempre enganchado a sus faldas, por suerte--. Apesar de que acababa de alquilar un piso en pleno centro de Munich, Manuela no puso objecion a incorporarse con motivo del viaje a Los Angeles. !Viajar a Los Angeles para rodar La siguiente Top Model alemana! !Ser la asistente de una conocida productora de cine! No estaba mal para empezar. Sentia que comenzaba a vivir. !Por fin! El trayecto en el interior de un avion con destino a Los Angeles, California, iba a ser el mas emocionante , tierno y conmovedor para Lupita Valenzuela. Habia observado a su nueva asistenta comportarse en las tiendas del aeropuerto. Como siempre, presumia de una imagen impecable y un gusto exquisito por las marcas de lujo. Mientras se dejaban arrastrar por los pasillos sobre una cinta mecanica, habia sometido a un tercer grado con esos anchos ojos grises de gato a cualquier ser que vistiera desastroso o poco a la moda. Esa muchacha de veintiocho anos la tenia desconcertada. Vestia un pantalon cenido, le encantaba presumir de un buen trasero respingon y de su delantera, como no, marcada con un top de licra que dibujaba su cintura de avispa con marcas de abdominales --a pesar de no saber siquiera como se hacen, bendita genetica, a veces--. Tan pronto como el avion despego, Lupita olvido sus maneras coquetas tan infiltradas en sus celulas; con una toallita humeda se retiro el maquillaje y unto su rostro de crema hidratante. Se quito los tacones de aguja y coloco los calcetines que se encontraban en el neceser que la compania aerea les habia entregado. Dejo sus pesados pendientes en un compartimento del bolso y rescato dos paquetes delgados y transparentes con una mascara que coloco en su boca. --Toma, pontela: en un avion es donde mas bacterias compactas hay y menos defensas tenemos. Manuela la miraba con vehemencia; esa increible mujer le estaba dando una nueva vida. Sentia admiracion por su nueva jefa. Con cuarenta y tres anos, todavia se podian detectar sus maneras y costumbres adquiridas el dia de su coronacion como Miss Mexico. Era una de esas bellezas mexicanas de ojos negros profundos y pestanas interminables, oscura y poblada melena y andares garbosos, que dejaba a la gente igual de traspuesta que el paso efimero de un huracan ante sus ojos. Lupita tenia curiosidad por saber que pasado escondia esa muchacha. En ocasiones la observaba y era como si acabara de salir del interior de una flor, con su frescura, con su vitalidad. En otras, parecia que acabara de liberarse del mismo Satanas. --Cuentame, Manuelita. ?Que diablos hiciste metida en una ferreteria por tantos anos? --pregunto Lupita. --Fue un secuestro voluntario, Lupita, una historia muy triste. Si padeces insomnio en el avion, te la contare. --Si lo deseas... Tenemos diecisiete horas y veintinueve minutos, no mas -- dijo Lupita, con su dulce acento y sonriendo. Capitulo 2 Habia contemplado su nueva silueta. Se habia sentido segura de volver a estar con otro hombre. Los implantes mamarios le habian dado la armonia fisica que su cuerpo necesitaba. !Con que rapidez se habia dado cuenta! Justo la misma semana que habia roto con Cristobal. Liberada de su dueno, por primera vez, con veintisiete anos se habia mirado en el espejo y se habia sentido, por fin, mujer. Habia notado como nacia una parte salvaje de su interior, una parte que desconocia de su existencia, que le pedia convertirse en la mujer mas sexy del planeta. Fue cuando se pregunto a si misma: --Manuela, ?que necesitas para sentirte mas completa por fuera? Se respondio tocandose los diminutos pechos que no hacian juego con su atletica espalda, anchos brazos y prominentes caderas. Esa misma semana, sin importarle demasiado la opinion de sus tradicionales y dictadores padres, habia visitado una de las mejores clinicas de cirugia estetica de Oviedo. Habia tardado nueve anos en romper con la vida que le unia a Cristobal; sin embargo, la decision de operarse los pechos la habia tomado en menos de dos horas. Ese iba a ser, a partir de entonces, su nuevo ritmo en tomar decisiones. No le iba a importar dejar a la gente atras y seguir caminando sola. El tren pasa mas de una vez, solo habia que ser agil y subirse. Durante nueve anos, con la sencillez con la que un ser humano enciende un televisor desde el sofa y cambia de canales, un energumeno le habia dado al boton pausa del control remoto de su ser, paralizando su futuro. Miraba atras: no recordaba que fue de sus veintiuno, veintidos, veintitres anos, por mucho que se esforzaba en pensar. No existian hitos en su vida, no habia alcanzado ninguna cima, ningun proposito. Habia entrado al quirofano con la misma sensacion que una mujer tendria si le abrieran una noche las puertas de Harrods y la hubiesen conminado a llevarse todo lo que quisiera, gratis. No sintio miedo a no despertar de la anestesia, no tenia una pizca de respeto por la vida que le quedaba por vivir. Nunca temio a la muerte. La operacion fue todo un exito y el postoperatorio, semejante a una dura gripe. Tres dias despues de la intervencion, le quitaban los sueros y vendajes y descubria su nuevo torso. La reaccion, al ver en el espejo esas dos nuevas y perfectas formas, no fue tan positiva como esperaba, a pesar de los elogios de las enfermeras por el bello y armonioso resultado. Sintio rechazo de su nueva yo. Era algo comun, segun la doctora: el paciente no se reconoce y se abruma. La primera tarea tras salir de la consulta del medico, fue visitar las tiendas de lenceria del centro comercial mas proximo. Su habitacion se convirtio en una pequena intima pasarela --que bautizo como Manuela's Secret--. Ahora que sus ojos ya se habian familiarizado con su nuevo aspecto, se sentia tremendamente orgullosa de ellas. Solo faltaba usar esa valiosa y nueva herramienta. Ensenarlas, disfrutarlas, coquetear... No podia esperar mas, no veia el momento de no tener miedo escenico por su desnudez, poder retozar con algun chico y, por primera vez en muchos anos --o quiza no sucedio nunca--, sentirse deseada. --Si Cristobal me viera ahora, seguro que me llamaria puta --le dijo a su mejor amiga, Laura, con la que volvia a llevarse bien. --Si, pero ya no te doleria, ?verdad? --No, porque sabria que no lo soy, que en el fondo se moriria de envidia de no estar conmigo. En fin, afortunadamente, eso no va a suceder. La distancia entre Asturias y Madrid nos sostiene bien lejos el uno del otro y por mi parte, espero no pisar Madrid en lo que me queda de vida. Por cierto, ?no me notas nada hoy?, !mirame bien! --Que has adelgazado, ya te lo dije la semana pasada. Si, estas mas delgada, Manuela, y mas guapa. --Nooooo, !no es eso! !Mirame bien! De arriba abajo. --!Ah, ya se! Se te ha curado la psoriasis --contesto Laura con mente esclarecedora. --Tampoco, jooo --protesto. --Pues no se, chica, me pillas despistada. !Dimelo tu! --Laura, llevo minifalda. !Es la primera vez en nueve anos que me pongo minifalda!
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Un contrato de seduccion de Janice Maynard
https://gigalibros.com/un-contrato-de-seduccion.htmlTumor. Incurable. Cancer. Jonathan Tarleton apretaba con fuerza el volante y miraba sin ver por el parabrisas. El trafico en la carretera 526 de circunvalacion de Charleston era ligero a aquella hora del dia. Aun asi, no deberia estar conduciendo. Seguia impactado y lo unico que queria era llegar a casa. Como un animal herido en busca de su guarida, necesitaba esconderse y asumir lo inimaginable. Por suerte, su hermana acababa de casarse y vivia con su marido, el mejor amigo de Jonathan. Si se hubiera dado de bruces con Mazie en la enorme casa de la playa, se habria dado cuenta al instante de que le pasaba algo. Los hermanos estaban muy apegados. En circunstancias normales, ni Jonathan ni Mazie seguirian viviendo en la casa en la que se habian criado, pero su padre era viejo y estaba solo. Muchos de sus amigos se habian ido a vivir a residencias en las que estaban acompanados y atendidos, pero Gerald Tarleton se aferraba a aquella fortaleza que era su casa en una isla barrera. Jonathan entro en el garaje y apoyo la frente en las manos. Se sentia debil, asustado y furioso. ?Como demonios iba a sacar aquello adelante? Era el unico que se ocupaba de la compania familiar de transportes. Aunque el nombre de su padre todavia figuraba en el membrete, Jonathan era el unico que se encargaba de aquel imperio. Su hermano gemelo deberia estar alli para ayudar, pero no se sabia nada del paradero de Hartley. Despues de robar varios millones de dolares a la compania, su padre lo habia desheredado y apartado de sus vidas. Su traicion le habia afectado mucho. Era un dolor interno que le reconcomia de la misma manera que la enfermedad. Su padre y el eran los unicos que sabian lo que habia pasado. No habian querido entristecer a Mazie https://www.facebook.com/novelasgratis 5 ni alterar la opinion que tenia de su hermano. Con mano temblorosa, Jonathan apago el motor, y en cuanto el aire acondicionado dejo de funcionar la humedad empezo a filtrarse en el coche. Los veranos en Carolina del Sur eran muy calurosos. Recogio sus cosas y subio a la casa. Por razones de seguridad, los Tarleton tenian alli dos despachos con la tecnologia mas puntera, ademas de los que tenian en la sede de la compania. No solo era una forma de garantizar la privacidad, tambien de que Jonathan mantuviera informado a su padre. No se sentia comodo en aquella situacion, y tenia un apartamento en la ciudad al que se escapaba de vez en cuando. Para un hombre de treinta y un anos, casi treinta y dos, su vida social era practicamente nula. De vez en cuando salia con alguna mujer, pero pocas de ellas comprendian sus exigencias. Dirigir el impresionante imperio familiar era para el todo un privilegio y tambien una maldicion. Ni siquiera recordaba la ultima vez que se habia sentido unido a una mujer, ya fuera emocional o fisicamente. Pero hacia aquellos sacrificios con agrado. Estaba orgulloso de lo que los Tarleton habian logrado alli en Charleston y queria ver su ciudad prosperar. Se detuvo unos segundos en el salon para contemplar el oceano. El sol de junio se reflejaba en sus aguas y la vista desde aquellos enormes ventanales siempre le habia parecido espectacular. Hasta aquel dia. En ese momento, la inmensidad del mar parecia estar burlandose de el. Los seres humanos no eran mas que pequenas particulas del universo infinito. Los viejos cliches eran ciertos. Afrontar la mortalidad de uno mismo lo alteraba todo. El tiempo, ese recurso que siempre habia considerado una materia prima inagotable, era de pronto mas preciado que cualquier cosa atesorada en la camara acorazada de un banco. ?Cuanto tiempo le quedaba? Los medicos le habian dicho que seis meses, tal vez un poco mas, tal vez un poco menos. ?Como iba a contarselo a su hermana? ?Y a su padre? ?Que pasaria con la empresa familiar? Mazie tenia sus propios intereses, su propia vida. Ella seria la unica duena del negocio, una vez que Jonathan y Gerald desaparecieran. Teniendo en cuenta que nunca habia demostrado el mas minimo interes por participar en la gestion de Tarleton Shipping, tal vez acabara vendiendo el negocio. Eso supondria el final de una era, pero quiza fuera lo mejor. La idea le resultaba dolorosa. Hasta ese dia no se habia dado cuenta de lo https://www.facebook.com/novelasgratis 6 vinculado que estaba emocionalmente a la compania. No era solo un trabajo para el. Era un simbolo del lugar que ocupaba su familia en la historia de Charleston. Momentos mas tarde encontro a Gerald Tarleton dormitando en un sillon del cuarto de estar y no quiso despertarlo. Se sentia devastado y fuera de control. Ademas, le dolia mucho la cabeza. Aquellos dolores habian comenzado hacia un ano. Al principio, eran esporadicos, pero poco a poco se fueron incrementando. Un medico le habia llegado a decir que eran por el estres, otro los habia calificado de migranas. Habia seguido una docena de tratamientos sin conseguir mejorar. Ese dia, su medico le habia dado un punado de pildoras y la receta para conseguir mas. Podia tomarse una, meterse en la cama y dormir hasta que aquel dolor punzante desapareciera. Pero eso no resolveria los grandes problemas. La idea de dejarse llevar por el efecto de los medicamentos era muy tentadora. No queria soportar un minuto mas de aquel dia tan horrible. Pero se dirigio a la cocina, tomo un vaso de agua y se tomo un par de pastillas de acetaminofen. Tenia responsabilidades, responsabilidades que no le llevaban a ninguna parte. Lo unico que habia cambiado era el tiempo que le quedaba. Jonathan siempre habia crecido trabajando bajo presion. La descarga de adrenalina por conseguir lo imposible le hacia esforzarse al maximo. Esa cualidad lo ayudaria a soportar los siguientes meses. Acababa de tomar su primera decision despues del diagnostico: mantendria en secreto la noticia por el momento. No habia razon para entristecer a su familia y amigos. Lo primero que tenia que hacer era trazar un plan. Una serie de ideas empezaron a formarse en su cabeza, cada una mas absurda que la anterior. Tenia que haber una respuesta. No podia permitir que cuando llegara el ocaso final, todo se fuera a la ruina. Necesitaba tiempo para asimilar aquella espada de Damocles que colgaba sobre su cabeza. Ni su dinero ni su poder ni su influencia podian salvarle de aquello. Lisette Stanhope introdujo el codigo de la alarma, espero a que la verja se https://www.facebook.com/novelasgratis 7 abriera y avanzo lentamente con su coche por la propiedad de los Tarleton. A pesar de que llevaba seis anos trabajando para Jonathan Tarleton, no dejaba de maravillarle aquella casa. Los Tarleton llevaban decadas viviendo en la punta de una pequena isla barrera al norte de la ciudad. En sus seis hectareas se levantaban la casa principal y varias construcciones repartidas a su alrededor. Una imponente verja de hierro protegia el enclave. El acceso desde el mar era imposible por el enorme muro de ladrillo que se habia levantado en la arena. Aunque la playa era publica, impedia que se pudiera acceder a la propiedad de los Tarleton tanto para evitar curiosos como por motivos de seguridad. Los huracanes y la erosion hacian que el mantenimiento del muro fuera muy caro, pero el actual patriarca de los Tarleton era por naturaleza paranoico y desconfiado, por lo que la seguridad era una preocupacion constante. Cuando vio el coche de Jonathan aparcado, el corazon se le encogio. Normalmente no estaba en casa a esa hora del dia. Tenia pensado entrar, saludar a Gerald y dejar el sobre que llevaba en el bolso en el escritorio de Jonathan. Podria haber llevado a cabo aquel tramite en las oficinas de la sede donde trabajaba, pero preferia hacerlo en un entorno mas discreto. La decision de presentar su renuncia le producia un nudo en el estomago. Jonathan se quedaria perplejo o se pondria furioso. Cuando leyera su carta, le pediria una explicacion. Ya lo habia pensado y habia estado practicando su discurso: la rutina, nuevos desafios, mas tiempo para viajar... Frente al espejo, le habia resultado casi convincente. Aquello le provocaba una gran desazon, teniendo en cuenta lo buenos que habian sido con ella Jonathan y su familia.
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Cielo y Tierra (La isla de las Tres Hermanas 2), Nora Roberts de Nora Roberts
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No soy un experimento de Melania Virues Morilla
https://gigalibros.com/no-soy-un-experimento.htmlNos encontramos en un futuro no muy lejano en el que la ciencia crece dia a dia a pasos agigantados. Africa acaba de cumplir 19 anos y es un experimento. El doctor Flynn, es un cientifico que consiguio clonar a Alba; y Africa, es el resultado de aquello, de su experimento. Africa esta cansada de estar encerrada, cansada de ser una ‘rata de laboratorio’, por lo que decide escapar.?Que sera de Africa cuando consiga escapar sin una identidad ni sitio a donde ir? ?Y si ella no es el unico clon?
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No me busques mas de Mabel Diaz
https://gigalibros.com/no-me-busques-mas.htmlElena esta loca. Loca de amor por Santi.
Pero el no se considera digno de ella y por eso frena todos sus avances.
Santi cree que Elena deberia buscar a un hombre que pueda darle lo que ella necesita para ser feliz.
Elena no esta de acuerdo, asi que como dicen que en el amor y en la guerra todo vale, ella jugara todas sus cartas para conseguirle.
Santi es un angel y Elena es el demonio que se ha propuesto seducirle.
?El fin justifica siempre los medios?
Tendras que leer esta historia para saberlo. -
Eclipses de Jose Maria Maza Sancho
https://gigalibros.com/eclipses.htmlLos fenomenos astronomicos nos han obsesionado desde tiempos inmemoriales, en especial los que se vinculan con el Sol, fuente principal de energia de nuestra Tierra. Por eso los eclipses tienen un lugar especial en la historia de la humanidad, y el hecho de que ocurran dos durante los proximos anos ha motivado al profesor Jose Maza a introducirnos en el tema.
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El amor no se puede pintar de Miranda Bouzo
https://gigalibros.com/el-amor-no-se-puede-pintar.html“Cuando me dejes abrazarte, la nieve se fundira a nuestro alrededor”
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Las genealogias de Margo Glantz
https://gigalibros.com/las-genealogias.html<
> Sergio Pitol -
Arturo Losada, entre tu ausencia y la mia (Mundo Elisa 3) de Beatriz Velasco
https://gigalibros.com/arturo-losada-entre-tu-ausencia-y-la-mia-mundo-elisa-3.htmlArturo Losada, profesor de reputacion intachable en la Universidad de Valladolid, se ve envuelto en una inesperada historia de amor que tambalea los cimientos de toda su vida.
En este tercer volumen de la trilogia "Mundo Elisa": Arturo Losada entre tu ausencia y la mia, sera Arturo quien nos desvele como vivio en primera persona aquella relacion.
Intriga, imprevistos, nuevos personajes, nuevas perspectivas de la palpitante historia de la vida de Elisa. -
Pasiones prohibidas de mi pasado 3 de Mercedes Franco
https://gigalibros.com/pasiones-prohibidas-de-mi-pasado-3.htmlIsabella decide aceptar el trabajo que le han ofrecido en Espana sin saber las consecuencias que esta decision traera a su vida.
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Entre la venganza y el deseo de Jennifer Hayward
https://gigalibros.com/entre-la-venganza-y-el-deseo.htmlEl magnate Alejandro Salazar estaba dispuesto a aprovechar cualquier oportunidad de desvelar el delito que la familia Hargrove habia cometido contra la suya, incluyendo aceptar hacerse pasar por un mozo de cuadra. Resuelto a conseguir su objetivo, no podia consentir que la bella heredera de los Hargrove lo distrajera.
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La chica que colgaba del arbol de Cesar Terradas
https://gigalibros.com/la-chica-que-colgaba-del-arbol.htmlEl 15 de agosto de 2017, en un bosque de castanos de Viladrau, aparece el cadaver desnudo de una chica. Cuelga del arbol mas famoso del pueblo y no hay indicios de que haya sido por voluntad propia. El policia local Evaristo Sanchez, a las puertas de su jubilacion, se encuentra con el caso mas dificil de su carrera y pide ayuda a los Mossos d’Esquadra. La verdadera identidad del cuerpo trae de cabeza a la pareja de inspectores Luis Garriga y Laura Rodriguez. El tiempo corre en su contra, los medios presionan y las pruebas para descubrir al asesino son circunstanciales. El terrible suceso sacude al pueblo, desentierra rencillas del pasado y enfrenta a clanes familiares rivales. El culpable no ha dejado nada al azar y esta mas cerca de lo que sospechan.
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Lo que sea, pero contigo de Tessa C. Martin
https://gigalibros.com/lo-que-sea-pero-contigo.htmlEstoy en el lujoso vestibulo del hotel con el. Con un hombre que acabo de conocer.
?Como he podido llegar hasta aqui?
Esto es una locura. ?Por que habre aceptado?
Podria dar la vuelta y regresar con mis amigas…
No.
Voy a hacerlo. Quiero hacerlo.
Las puertas del ascensor se abren.
Entramos.
No hay marcha atras… -
Mientras Dormian de Donna Leon
https://gigalibros.com/mientras-dormian.htmlLa existencia del comisario Guido Brunetti se ve alterada por la irrupcion en su vida de ciertos elementos religiosos inquietantes. Durante un almuerzo familiar descubre que las clases de religion que recibe su hija, la adolescente Chiara, son impartidas por un sacerdote que da signos de un comportamiento poco menos que inadecuado. Al mismo tiempo, una monja que Brunetti conoce (Vestido para la muerte) llega a la questura de Venecia para exponer sus sospechas sobre las circunstancias de la muerte de unos ancianos en una residencia. En una aventura, la sexta que protagoniza el comisario, impregnada del pesimismo que envuelve a Venecia, Brunetti se enfrenta a poderes que se creen por encima de la ley de los hombres, por el hecho de asentarse sobre un entramado de intereses economicos e ideologicos. La acerada mirada de Donna Leon denuncia en esta ocasion las perversas practicas sexuales que llevan a cabo algunos miembros de la Iglesia Catolica, asi como la corrupcion que afecta a las esferas mas influyentes de la institucion ante el Papa.
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Sabotaje de Arturo Perez Reverte
https://gigalibros.com/sabotaje.html?Es el Guernica que conocemos el verdadero cuadro que pinto Picasso?
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La otra lepra, Chufo Llorens de Chufo Llorens
https://gigalibros.com/la-otra-lepra-chufo-llorens.htmlLa otra lepra es la historia de dos familias en la segunda mitad del siglo XX, un fresco historico lleno de claroscuros, una indagacion en los rincones del corazon humano, en los limites del odio y el sufrimiento.
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Seb Damon 3 14 (Seb Damon 1) de Martin Mccoy
https://gigalibros.com/seb-damon-3-14-seb-damon-1.html?Imaginas vivir una historia digna del cine negro en una ciudad de la Luna? Tal vez te cueste imaginarlo, pero puedes leerlo.
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Voces color canela de Lola Cabrillana
https://gigalibros.com/voces-color-canela.htmlEn mi familia, las discusiones por la defensa de nuestras costumbres son brutales. Los que no quieren romper las tradiciones, se encuentran de frente a los que queremos avanzar y crecer sin vernos atados a un patrimonio ancestral, que no se adapta a nuestros dias. En mi bando, aceptamos las costumbres heredadas, en la medida que no pisotean la dignidad de nadie. El contrario, aboga con vientos huracanados por las tradiciones, sin importar lo que arrastre. A los dos equipos nos une una cantidad ingente de sangre caliente. La misma que nos empuja a luchar por nuestras ideas hasta el final. Una sola chispa puede organizar una disputa que ardera durante horas antes de apagarse. Si es que lo hace. Algunas llevan una decena de Nochebuenas dando vueltas, un buen numero de cumpleanos haciendose un hueco y un par de bodas siendo defendidas despues de la barra libre. No siempre es la edad la que divide a los participantes de ambos bandos. Eso facilitaria las cosas con premisas cargadas de "la culpa la tiene la pasividad de la senectud" y "la pasion de la juventud". Se entremezclan las personas jovenes que se aferran a tradiciones ancestrales, impulsados por la comodidad y facilidad que les promete, y miembros de avanzada edad que evolucionan a un ritmo rapido, abriendo los ojos a los nuevos tiempos con una carga importante de sentido comun. La ultima disputa fue en un cumpleanos. Mi prima Marina, maestra y abanderada honorifica de causas perdidas, se enfrento, ella sola y sin mas armas que su palabreria, al regalo de cumpleanos de nuestro sobrino de cinco anos. Un regalo muy peculiar, y adecuado para tan tierna edad. Una fabulosa pistola de balines. Reluciente. Negra, con un brillo que parecia recien pulida. No le cabia al chiquillo en la mano. Necesitaba de la fuerza de ambas para dominar el endiablado juguete. El moraton del primer disparo no dolio. Lo recibio el generoso tio que se habia gastado la mitad de su sueldo en conseguir las balas supuestamente inofensivas. El destino tiene a veces una forma muy simpatica de mostrarnos los errores cometidos. A mi prima, aquel artilugio, le parecio inaceptable. Repartio argumentos, desplego sus encantos y creo discursos llenos de dramatismo. En el campo de batalla, lo unico que funciono fue, en estraperlo, el cambio de la pistola de balines por un libro. Un atractivo regalo presentado en brillante papel de plata. No era un libro cualquiera, era un ejemplar original y diferente que habia comprado una y otra vez, para regalar siempre, en la pequena libreria donde trabajo hace anos. Un cuento de un raton y una luna con doble texto, uno visible con luz y otro que solo se podia leer en la oscuridad mas absoluta. Sus letras fluorescentes fascinaron al chiquillo que se olvido de la pistola de balines, aceptando el cambio con agrado. El juguete maldito quedo olvidado en la guantera de mi coche. Sacarlo de la casa sin ser visto por sus fieles defensores, se presento como una mision complicada. No entraba en nuestros bolsos, e ir con un arma tan parecida a una real en una bolsa de plastico, tampoco era un plan muy apetecible. Suerte que las fiambreras siempre estaban invitadas a nuestras fiestas familiares. Lo normal es que sobrara una gran cantidad de comida que nos llevabamos a casa para el dia siguiente. El invitado que no proporcionaba los recipientes para transportar las sobras, cocinaba al levantarse con la consiguiente resaca. A nadie se le olvidaba traer los envases. Metimos la pistola en una fiambrera espaciosa. Y la llevamos al coche, como si estuvieramos cometiendo un delito. Que se quedara a vivir en mi inhospita guantera fue fruto de la casualidad, y de la mala memoria que compartimos por genetica. Alli descanso en paz, enterrada bajo capas de recibos de gasolina y de supermercados varios. Nada tendria de especial esta historia, sin los hechos que acontecieron una manana de octubre. Un capitulo olvidado de nuestras reuniones familiares, se convirtio en el climax de una fascinante madrugada. Mi hermano y yo trabajabamos en el mismo tablao. El tocaba la guitarra y yo bailaba. Tambien podemos hacerlo al reves, con el mismo aplomo. Pero a los extranjeros les gusta mas mi vestido de faralaes dando vueltas en el aire que el arte de los pies de mi hermano. Que dicho sea de paso, es inigualable. Nos llevamos muy bien. Merito acerrimo suyo. Sabe torearme hasta en las plazas mas dificiles. En el reparto en el saco amniotico se llevo la racion de paciencia de los dos, sin compartir conmigo la parte correspondiente. Cierto es que me facilita mucho la vida. Siempre se situa detras de mi, sin grandes jaleos. Sin su apoyo no hubiese caminado en mi vida ni la mitad de segura. Al terminar la temporada de verano nuestro volumen de trabajo baja de intensidad. Es el momento que aprovechamos para hacer un viaje. Siempre en mi coche. La mayoria del tiempo conduzco yo, pero en cuanto la fatiga me visita, mi hermano coge el timon. Teniamos una esplendida semana de vacaciones por delante. Partimos a las cinco de la manana, con la tranquilidad de ir en la carretera solo nosotros, dos pequenas maletas y un destino por decidir. Iriamos a un parque de atracciones, eso lo sabiamos, pero no acababamos de ponernos de acuerdo a cual. Las emociones fuertes, que nos separan del suelo y nos suspenden en el aire, nos fascinan a los dos. La musica flamenca de la radio, nuestros animos mas alegres que castanuelas en bulerias, y la perspectiva de siete dias sin trabajar, configuraban el comienzo del viaje, en una madrugada negra como el hollin. Mi hermano queria ir al parque de atracciones de la Warner, por cercania. En cambio mi preferencia apuntaba mas al norte, a PortAventura. Una semana era tiempo de sobra para pasar unos dias en la zona. En plena negociacion, en la oscura carretera de Sevilla, sentimos como un coche se pegaba indecentemente a nuestro maletero. La guardia civil nos echo las luces deslumbrandonos. Con senas nos indicaron que nos detuviesemos en el arcen. Un silencio sobrecogedor se acomodo entre nosotros. Es ver a la Guardia Civil y no controlarme. Sufro un nerviosismo que no tiene base cientifica ninguna, pero que a mi me recorria de arriba abajo con una sensacion centrifuga muy desagradable. Ocurre en mi familia desde generaciones ancestrales. Este Cuerpo de Seguridad del Estado nos crea una inquietud dificil de describir. Mantenerlos lejos es vital para un estado de vida sosegado y sin grandes sobresaltos. El guardia civil asomo la cabeza por la ventanilla y nos pregunto, despues de darnos las buenas noches, a donde nos dirigiamos. Y nos lucimos mas que en nuestros espectaculos. Yo conteste que a PortAventura y mi hermano que a la Warner. A la misma vez. Ya la habiamos liado. Ni cantando flamenco nuestras voces se unian tan sincronizadas. Con una linterna pequena, y media cabeza metida por la ventanilla, ilumino todo el interior del coche. El senor, de manera muy seca y manida, me pidio la documentacion del vehiculo. Madre del amor hermoso. En ese momento aparecio en mi mente, con vida propia, la pistola de balines. Dos segundos me sobraron para calcular que si sacaba los papeles y la pistola se caia, o simplemente esos senores la veian con la linterna, que con lo chiquitilla que era podia iluminar hasta el ultimo rincon, las consecuencias serian irremediables. No me daria tiempo a explicar la historia completa. Asi que hice lo que tenia que hacer. Una declaracion en toda regla. Les dije a los senores que iba a coger los papeles. Pero que en la guantera habia una pistola. La palabra "juguete", que en mi cabeza se pronunciaba inmediatamente despues de pistola, no llego a salir de mi boca. No me dio tiempo. Yo queria decirla. Era mi intencion. En tres segundos estaba fuera del coche, con las manos puestas sobre el techo y las piernas abiertas. Mirando de frente a mi hermano que resoplaba palido en la misma posicion que yo. Sus ojos brillaban. La noche cerrada no nos dejaba ver nada de lo que habia alrededor. El paisaje parecia cortado de cuajo, y cercado en negro, como escenario de una pelicula de terror. Olia a tierra mojada, a retama agria y humedad. El miedo era compartido por los cuatro. Y se acentuaba por el hecho de estar en un descampado en medio de la nada. No percibimos muy espabilados a los senores de verde, la carrera uniformada no les habia "iluminao" demasiado en el camino de las situaciones dificiles. Se preguntaban el uno al otro, mostrando inseguridad. Mis manos sobre el techo del coche temblaban tanto que no era capaz de mantenerlas quietas. Ni tocando la caja se movian tanto. Mi imaginacion, que corria como las balas, me ofrecio cientos de opciones donde, si no conseguia dominar el temblor, no saldria bien parada. El moreno de la cara de mi hermano se esfumo para presentar una palidez que no habia visto en mis veinte anos a su lado. Lo miraba, me miraba. Intentaba saber que me decia con la mirada. El buscaba las mismas respuestas en mi. En este dialogo de besugos mudos, su miedo y el mio, hechos un nudo, no ayudaron a gestionar soluciones. Enmudecidos con la certeza que dijeramos lo que dijeramos, empeorariamos la situacion. Dos segundos de silencio. Se escucha una voz que pide refuerzos. Los ojos de mi hermano se abrieron como platos. Necesitaban pedir refuerzos. Pensarian los pobres hombres, que lo importante alli, era no perder la custodia de ninguno de los dos ni un instante, fuera a ser que tuvieramos armas de destruccion masiva en el maletero. O superpoderes para deshacernos de las pistolas que nos apuntaban. O un cadaver escondido, que habiamos matado previamente con la pistola de balines. Vete tu a saber. La chica que llego en otro coche, el de refuerzo, me registro con esmero. A la muchacha no le quedo la menor duda que no tenia nada encima. Mi cuerpo no habia sido objeto de tanto paseo ni en mis anos de instituto. En el mismo momento que cogieron la pistola de balines, se dieron cuenta que era de juguete. Que gracia les hizo. No paraban de reir, pero mira por donde a nosotros no nos hacia ni "mijita" de gracia. El mal rato de los refuerzos, de las manos arriba y el escaneo corporeo, nos habia cambiado el buen humor que traiamos por una mala leche concentrada, que se podia verter en un jarrillo de lata. A trozos desordenados, contamos la historia de mi prima, la pistolita y la madre que la pario. Cuanto mas reian ellos, mas verguenza tenia yo. Nos invitaron a una tila en una venta cercana. La tila paso al vinito, y desemboco en una fiesta improvisada. Intentando calmarme y disculparse, la confianza se abrio paso. Cuando los senores terminaron su turno, demostraron ser unos entendidos del arte y el flamenco. Sin el uniforme era yo capaz de verlos mas cercanos. Hasta el tercer vaso mi tension no se disipo y me uni al festivo sarao. No puedo resistirme a dejarme llevar por una juerga donde se vierta el vino y la musica a partes iguales. Yo tenia el pulso, de los nervios acumulados, como para robar panderetas Tuve que sujetar el vino con las dos manos, para que el suelo no se emborrachara antes que yo. Bailando llego el dia y con el continuamos nuestro camino. Al final los tres, mi hermano, la pistola y yo, pasamos por los dos parques tematicos. Disfrutando de esa semana que empezo accidentada y termino con un regreso acelerado. Una propuesta laboral, que de un zarandeo nos cambiaria de lugar en el mundo. Nos llevaria a cruzar el charco, llevando nuestro arte y alegria, como unico equipaje. CAPITULO 2 BEATRIZ LA FORMA INCORRECTA DE GUARDAR Antes de conocerlo yo guardaba. No es que me sienta muy orgullosa de esta parte de mi vida. Caer es muy facil cuando las necesidades aprietan el monedero y las facturas se amontonan en el cajon. Para colmo, todo tu alrededor, se empena en demostrarte lo facil que es ejecutarlo y salir impune. Siempre he vendido en el mercadillo, desde que era nina. Teniamos un puesto fijo los domingos. Estaba muy bien situado, en la parte central. Mi abuela se lo dejo a mi madre y seria la unica herencia que me dejaria mi madre a mi. Mis bragas eran conocidas por ser las de mejor calidad de todo el mercado. No es que lo diga yo, puedes preguntar a cualquiera. Mujer que paraba en mi puesto, mujer que salia con muda limpia. No vayas a pensar que soy de esas que grita como una "condena" a toda la que pasa. Tengo otro estilo. Mi puesto es bonito, con la mercancia bien "planta". Y en cuanto se acerca una senora, ahi estoy yo, para ponerle por delante lo que ella no sabe que necesita. Las bragas no me daban para pagar el alquiler. Ganas dinero si, pero tienes que volver a emplear en mercancia. Y el margen de ganancia es muy pequeno. No daba para sobrevivir. Asi que o me bajaba las bragas y me dedicaba a la prostitucion o guardaba. Lo primero era para mi impensable. La primera vez que guarde los nervios me comian. No podia estarme quieta. Y eso que me dieron a guardar dinero. Tenia que esconder en casa una pila de billetes de los grandes. No habia visto tanto dinero junto en mi vida. Que la policia viniera a mi casa y me llevara detenida era una idea que no me dejaba ni respirar. Pense en los escondites perfectos. Dividi el objeto del deseo en tres partes mas o menos iguales. Una parte la meti dentro de una bolsa de guisantes en el congelador. La otra dentro de una zapatilla de estar por casa que llevaba puesta. Y la ultima parte estaba en un doble fondo en un paquete de detergente para lavar la ropa. Antes de encontrar los escondites perfectos los guarde y saque tantas veces, que estaba segura que no me iba a acordar del ultimo sito donde los habia guardado. Me hice un pequeno mapa, por si acaso. Luego escondi el mapa y no lo encontre. El chico que vino a recoger el dinero tuvo que esperar media hora a que encontrara el tercer monton, que tenia bajo mis pies. Tengo que reconocer que la angustia se me pasaba cuando podia pagar con desahogo mis deudas. A los pocos meses me ofrecieron doblar los beneficios si guardaba una bolsa de pastillas. Cai y dije que si. Un par de "guardaos" mas y lo dejo, me dije a mi misma. Para que nos vamos a enganar. A todo se acostumbra una. La posibilidad de poder pagarme un alquiler fuera del barrio, me lanzaba veloz por el objetivo. Necesitaba alejarme. Queria vivir en un pueblo costero, cerca del mar. Alli vivian mis amigas y cuando las visitaba sentia que era mi sitio. Me fui cuando la suerte jugo de mi lado y me libre de una buena. Tenia ahorrado lo suficiente para pagar un ano de alquiler. Con lo que sacaba del mercadillo iria tirando. Con 20 anos ya estaba fuera del barrio. Me sentia orgullosa de una parte de mi. De la otra no queria acordarme. Mi nuevo sitio olia a mar, a lejia y a limpio. Algo totalmente nuevo para mi. Tener un vecino que me cortaba la respiracion cuando lo veia, fue el aliciente perfecto para adaptarme a mi nueva vida. Era moreno, alto, con un semblante simpatico, de esos que al mirarlo no puedes dejar de sonreir. Siempre iba con prisas. Me saludaba de forma cercana. Notaba como me miraba cuando me alejaba. Sabia que tenia posibilidades. Era algunos anos mayor que yo, pero no me importo. No fue facil. Tuve que bajar y subir cientos de veces para coincidir con el en el ascensor. El senor mayor que siempre estaba en la puerta del portal pasando el rato, tuvo serias dudas si era mi vejiga o mi cabeza la que tenia incontinencia. Le sacaba conversacion cada vez que, por casualidad, nos encontrabamos. Un dia tomamos algo, al otro repetimos, y poco a poco me lo fui trayendo a mi terreno. Me lo traje tantisimo que nos casamos a los 12 meses justos de conocernos. Tuve una boda como Dios manda. En una caseta de la feria, que lucio espectacular para la ocasion. Mil farolillos de colores hicieron de techo. Sillas y mesas dieron paso mas tarde a una zona para bailar. Mi padre y mi padrino no escatimaron en gastos. No falto de nada. Los invitados comieron y bebieron hasta reventar. El broche final lo pusieron mis amigos Cristina y Raul, que bailaron y cantaron dejando a los asistentes boquiabiertos. Hasta mi suegra, que no encontro nada de su agrado, felicito a los artistas por su actuacion. Nos llevabamos muy bien. No discutiamos demasiado y no teniamos que esforzarnos por hacernos felices. Siempre he sabido que donde mejor sintonia teniamos mi marido y yo era en la cama. Para mi, que el habia tenido una vida muy insulsa en ese aspecto. Al conocerme descubrio todas las posibilidades en una gama amplia de actividades variadas dentro y fuera del lecho conyugal. Las reconciliaciones eran muy faciles, en el momento que nos ibamos a dormir. Despues de casada, segui ayudando a mi madre en el mercadillo. No es facil montar y desmontar un puesto sola. Hay que cargar cajas, sacar mercancia y volverla a guardar. Desde que lo conoci, mi marido trabajaba reparando ascensores. Tres turnos de noches a la semana. Y otros tres turnos de dia, 12 horas seguidas. Descansaba un dia a la semana que a veces coincidia con el que trabajaba yo en el mercadillo. No entendia mucho de lo que me contaba. Me hablaba de motores y mecanismos que me sonaban a chino. Lo unico importante es que era feliz.
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Objetivo principal de Jessica Andersen
https://gigalibros.com/objetivo-principal.htmlCuando un paciente suyo murio de manera misteriosa, la doctora Ripley Davis comenzo a buscar respuestas… Pero entonces aparecio Zachary Cage, agente de seguridad en cuestiones de radiacion, y le lanzo un sinfin de acusaciones. Ripley no disponia de tiempo para demostrarle su inocencia a aquel atractivo hombre. Lo unico que la preocupaba era salvar a sus pacientes y mantenerse con vida.
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La guerra perdida de Jordi Soler
https://gigalibros.com/la-guerra-perdida.htmlEste volumen reune tres novelas donde Jordi Soler indaga en hechos historicos y en la forma en que estos inciden en la vida de una familia de exiliados, la suya, que trata de sobrevivir en el corazon de la selva.
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El otro Hollywood de Eve Babitz
https://gigalibros.com/el-otro-hollywood.html<<Me parecia a Brigitte Bardot y era la ahijada de Stravinsky.>> Asi se definia Eve Babitz, musa del Los Angeles de los sesenta y setenta que con apenas treinta anos publico estas memorias dignas de una estrella de Hollywood.
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Sera esta vez de Aili Evans
https://gigalibros.com/sera-esta-vez.htmlLondres, en la actualidad Me llamo Margaret Jones. Mi padre es dueno de unas de las empresas de textil mas importantes de Londres. Callum Jones, magnate de la empresa que antes habia pertenecido a mi abuelo, siempre quiso tener un varon a quien dejarle al frente del negocio. Por eso se puso a la labor de crear hijos, pero tras tres embarazos y tres abortos, mi madre dijo basta, asi que somos tres mujeres. Como yo soy la mayor, no me quedo mas remedio que resignarme y aceptar que seria la heredera. Por eso estudie Empresariales. A mi me hubiera encantado estudiar Arqueologia, pero no pude. Mis hermanas si tuvieron suerte. Isla era pediatra, siempre le encantaron los ninos y llevaba dos anos ejerciendo. Y mi hermana pequena, Madison, estudiaba Derecho en la Universidad de Oxford, vivia en la residencia y era muy dejada. Apenas le veiamos el pelo, solo en acontecimientos familiares. --Margaret, tu padre te espera en la sala de juntas, tiene algo que comunicarte. --Gracias, Florence, enseguida voy. ?Por que mi padre estaba tan raro? Hacia dias que le notaba como ausente. Esa manana se habia metido en su oficina y se habia reunido con Florence para hablar de algo. No me habian querido decir nada, y yo ya llevaba un rato mosqueada. --Papa, a ver, ?me vas a decir que demonios pasa? --Margaret, hija, llevo un tiempo bastante preocupado, y no he querido decirte nada hasta no estar seguro. --Adelante, cuentame. --Se trata de Thomas. Hace unas semanas se fue a Irlanda para firmar el contrato con la otra empresa a la que nos asociamos, y no se nada de el. --?Pero le has llamado?, ?has mandado a alguien a Irlanda? --Si, hija. Le he llamado a su telefono personal, al del trabajo, y me sale que ese numero no existe. Y los correos no se si los habra visto, pero no me digas que no es para preocuparse. Ademas, Margaret, hoy nos han contactado los abogados de Evans&ns y me han dicho que, o les pagamos lo que les debemos, o nos llevan a juicio y nuestra empresa quedaria en la quiebra. Entonces hemos visto las cuentas... !Thomas nos ha estado robando durante anos! --Dios mio, papa, ?que vamos a hacer?. Tenemos que buscar a Thomas hasta debajo de las piedras. --En la Scotland Yard ya estan metidos de lleno en el asunto, no voy a parar hasta que nos devuelva hasta la ultima libra. Me volvi a mi despacho, no podia entender lo que estaba ocurriendo. ?Por que Thomas haria algo asi? --Florence, ven a mi despacho, por favor. --Dime, ?en que puedo ayudarte, Margaret? --Estoy muy preocupada por mi padre. Necesito que me pases los telefonos de la empresa Evans&ns de Irlanda. Necesito urgentemente hablar con el dueno, tengo que aclararle las cosas. --Enseguida te los paso, pero hemos intentado por todos los medios hablar con el y nos ha sido imposible. Hemos hablado con su secretaria, con sus abogados..., hasta con su hermana, pero con el, nada de nada. Segun tengo entendido, el senor William Evans es muy duro, muy estricto, y esta siempre muy ocupado como para atender llamadas. --Pues como si tengo que ir a Irlanda y presentarme en su casa, pero voy a hablar con el; si es estricto, mas lo soy yo. --Enseguida te los paso. --Gracias, Florence, que hariamos sin ti. --Gracias a ti, Margaret. Eres mi mejor amiga, no me tienes que agradecer nada. ?Salimos luego a tomarnos unas copas? --No puedo, hoy llega Charles de Escocia. Hace una semana que no le veo, y le extrano. --?Como os va? ?Ya llevais dos anos juntos, no? --Si, es un amor, la verdad, le adoro. --Tienes suerte al tener un hombre como el. Es guapo, bueno, trabajador, y te adora. --Si, Charles es un amor. --?Como le va en su trabajo? --Genial, abrio su empresa de arquitectura y le va de maravilla. Va creciendo poco a poco, y quiere que dentro de un ano nos casemos. --!Eso es maravilloso! --Manana si quieres nos tomamos esas copas. --Perfecto. --Ahora te paso por correo los contactos de ese tal William Evans. !Hasta luego! --Hasta manana, Florence. --Me voy corriendo a buscar a Charles al aeropuerto. El no lo sabe, mando a un chofer a recogerle, pero le he dicho al chofer que quiero sorprenderlo... Pero como llegue tarde, si que se va a sorprender. Una hora despues llegue al aeropuerto. El vuelo de Charles se habia retrasado, menos mal que tuve tiempo. El aeropuerto estaba a reventar de gente. Habia muchas fans esperando por un equipo de futbol que jugaba ese fin de semana en Londres. Cuando empezo a salir gente, tuve que pegar saltos para tratar de ver a Charles entre la multitud (no es que yo sea superalta). Asi estuve un buen rato hasta que me canse y, al darme la vuelta, Charles estaba detras de mi mirandome y riendose. --Mi amor, ?que haces aqui? --me dijo riendose. --Queria darte una sorpresa, pero me ha salido mal, jo. --Puse carita de nina triste. --Amor mio, nunca paras de sorprenderme. Dame un beso, ?no? Llevo una semana extranandote. --Claro que te doy un beso... Me lance sobre el y me lo comi a besos, pero la gente nos miraba, y a Charles, que esas cosas jamas le han gustado, se aparto. --Carino, un besito, no hace falta que me comas... --Perdona, es que te extrane mucho, y tu tampoco te has quedado corto. --No te enfades, pero ya sabes que nunca me ha gustado dar el cante. --A mi tampoco, pero que te bese y te demuestre que te quiero no es dar el cante... En fin, ya se... Asi eres y no vas a cambiar. Me fui caminando hacia adelante algo enfadada. No me gustaba cuando se ponia asi. En la intimidad era tan tierno y romantico… --Ven, anda, dame la mano. --No, que nos ven y te molesta. --Carino, en serio, no seas nina. Charles era muy guapo. Rubio, con unos ojos azules muy bonitos y esa cara de nino inocente, pero era muy inexpresivo, frio y controlaba de una forma exagerada sus sentimientos. 2. -- Margaret -- Llegamos a nuestra casa. Si, viviamos juntos desde hacia unos cuatro meses. No es que me entusiasmara la idea de irnos a vivir juntos, porque yo siempre he sido bastante independiente, y con Charles, no es que no tuviera independencia, pero otra de sus manias es que era demasiado meticuloso. No soportaba el desorden. Si un libro estaba fuera de su sitio en la estanteria se ponia intenso. Le gustaba colocarlos por orden alfabetico y por colores. Yo no era desordenada, mas bien al contrario, pero no llegaba a esos extremos. Abrimos una botella de vino. --?Quieres una copa? --me ofrecio Charles. --Si, por favor. --En serio, ?todavia sigues enfadada? --No, bueno, si. Fui a buscarte con toda la ilusion y me pegas ese corte delante de todos. Me ha molestado, la verdad... --Lo siento, pero no me gustan esas cosas. --Ni a mi esas reacciones. Me levante para ir al bano, pero entonces me agarro por la cintura y me beso en el cuello. --?Puedo hacer algo para que me perdones? --Y me siguio besando por el cuello. --Vas por buen camino... Me dio la vuelta hacia el y me beso en los labios. Sus manos fueron directas a mi falda, que fue desabrochando poco a poco. Yo le quite la camiseta y le acaricie. Charles me bajo la falda y, a horcajadas, me llevo hasta la cama. Otra cosa de el es que siempre queria hacer el amor en la cama. A las dos de la manana no podia dormirme y me levante. Fui directa a mi ordenador, me meti en mi correo y vi los mensajes con el contacto de la empresa de los Evans. Mande un correo electronico directamente a William Evans. Adoraba a Florence, no habia nada que no consiguiera. Muy buenos dias. Mi nombre es Margaret Jones. Soy una de las propietarias de la empresa RetJones. Necesito urgentemente hablar con usted. Lo que ha pasado entre su empresa y la mia ha sido un error y estamos solucionandolo. Esperamos que proximamente podamos volver a hacer negocios. Por favor, me gustaria que me respondiera y pudieramos hablar. Un saludo. Margaret Jones Despues de enviarle el email me fui a dormir, necesitaba descansar. A las ocho de la manana estaba en mi oficina tomandome un cafe. Me preocupaba mucho la situacion de la empresa. Siempre habiamos sido serios y respetables y no queria que ahora, por un incompetente, nos ganaramos mala fama. --Senorita Margaret, su padre la espera a las 9:00 en la sala de juntas --anuncio Olive asomandose a mi despacho. --Gracias, Olive, ahi estare. Revise mi correo y ahi estaba la respuesta de William Evans. Buenos dias. Creo que mis abogados fueron bastante claros cuando les dijeron que si no nos devuelven el dinero los llevaremos a juicio. Si no cumplen con ello, su empresa estara perdida. No pierda el tiempo en mandarme emails, mejor ocupese de su empresa; va a necesitar ayuda cuando acabemos con ella. Buen dia. William Evans <
>, pense. < >. --Olive, contactame con este numero de telefono. Me urge hablar con William Evans ahora. Y no pares hasta que te lo pasen, como si tienes que llamar y llamar durante todo el dia. A las 9:00 estabamos en la sala de juntas. --Callum, Margaret, les reunimos porque tenemos algo que comunicarles. Hemos dado con Thomas. --Menos mal --dijo mi padre--, seguro que ha sido un error. --No tan rapido, Callum. Florence abrio la puerta y pasaron dos hombres. Eran los detectives que papa habia contratado. --Senor Jones, fuimos hasta Irlanda para dar con Thomas, no tenemos buenas noticias. Veran, el senor Thomas realmente no se llamaba asi. Se llamaba Alfred. Y no era de Londres, sino de Irlanda. Era un famoso estafador que estaba metido en negocios turbios desde hace anos. --?Pero como es posible? --pregunto papa--. Deben estar confundidos. Conozco al senor Thomas Jonhson desde que Margaret era una nina. --Si, senor. El siempre llevo una doble vida. Era un jugador y estaba metido en negocios de blanqueo de dinero, por eso tenia otro nombre y vivia aqui. --?Y donde esta? Quiero que me explique por que me ha robado, porque era un amigo y siempre le ayude. --El senor Thomas, o Alfred, como quiera llamarle, esta muerto. Aparecio muerto en su casa hace dos dias. --?Que? No, no puede ser. --Asi es, senor. --?Y nuestro dinero? --pregunte yo. --Senorita, su dinero se lo quedaron los socios que le mataron. --Pero tenemos que recuperar ese dinero, nuestra empresa esta al borde de la quiebra. --No podemos hacer nada. --?Y ahora que va ser de nosotros? Esta manana recibi un correo del famoso William Evans. Me amenazo: o le pagamos lo que le debemos o nos arruina... Olive, ?has llamado a la empresa de los Evans? --Si, me han dicho que, de parte de William Evans, o se le paga o a juicio, y que no le llamemos mas. --Olive, sacame un billete para ya, me voy a Irlanda. Este tipo me va a oir. --Hija, ?que vas a hacer? --Hablar con ese pedante de William Evans. Esto no se va a quedar asi. -
El reloj de bolsillo de Ceci Giltenan
https://gigalibros.com/el-reloj-de-bolsillo.htmlCuando Maggie Mitchell es transportada al las Tierras Altas del siglo XIII, ?sera Lord Logan Carr capaz de reparar su corazon roto o lo pondra en mayor peligro que antes?
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Cuentos clasicos para conocerte mejor de Jorge Bucay
https://gigalibros.com/cuentos-clasicos-para-conocerte-mejor.htmlA partir de los cuentos clasicos podemos conocer mucho sobre el comportamiento humano. Nuestros miedos, fantasias e ilusiones; los objetivos propuestos y logrados, y los retos y obstaculos a que tenemos que enfrentarnos. Jorge Bucay relata a los lectores, en un lenguaje moderno y lleno de magia, 15 cuentos e historias clasicos (El patito feo, La bella durmiente, La sirenita, etc.), con la moraleja tradicional y una nueva interpretacion personal que va mas lejos para ahondar en lo peor y lo mejor de nosotros y nuestros comportamientos.
Un libro lleno de ensenanzas para conocernos mejor, pero tambien una relectura deliciosa de los cuentos de nuestra infancia con muchos datos curiosos sobre como surgio cada relato y se ha mantenido a lo largo del tiempo y en las diferentes culturas. -
Guerrera Alfa de Daniel Santos
https://gigalibros.com/guerrera-alfa.htmlAina era una mujer diferente a las demas.
Ella no era la esposa de nadie.
Ella era una guerrera. La mejor de todas.
Y como tal. la mas deseada. -
Siempre tu de Marta Monroy
https://gigalibros.com/siempre-tu.htmlSI ESTAS AQUI ES PORQUE TE GUSTO ENTRE TU Y EL DINERO
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Territorio de luz de Yuko Tsushima
https://gigalibros.com/territorio-de-luz.htmlEl apartamento tenia ventanas a los cuatro lados. Cuando mi hija era todavia pequena, vivimos durante un ano en el ultimo piso de un viejo edificio de tres plantas; eramos las unicas inquilinas, y por esa razon teniamos la planta entera para nosotras, asi como la azotea. En el bajo habia una tienda de fotografia, y las dos siguientes plantas albergaban oficinas. Una pertenecia a una empresa que fabricaba y enmarcaba escudos familiares de oro macizo; la segunda era una asesoria contable, y la tercera, una escuelita para aprender a tejer. En todos los meses que pase alli, solo hubo una oficina que no se ocupo nunca: una de la segunda planta que daba a la avenida. A veces, por las noches, mientras mi hija dormia, me colaba alli a hurtadillas, abria un poco la ventana y disfrutaba de las vistas, ligeramente distintas a las del tercero. Otras veces me limitaba a pasearme por las habitaciones vacias; era como estar en un lugar secreto que nadie mas conocia. Por lo visto, antes de mi llegada, toda la tercera planta habia sido la vivienda del antiguo propietario del edificio, lo cual explicaba que solo se pudiera acceder a la azotea desde mi apartamento y que en esa azotea hubiera un cuarto de bano enorme. Eso estaba muy bien, pero por esa misma razon parecia que el cuidado de la torre de agua y de la antena de television habia recaido sobre mi, y la nueva propietaria dio por hecho que yo me ocuparia de bajar las escaleras para cerrar la persiana mecanica de la entrada por las noches, cuando la gente de las oficinas ya se hubiera marchado. La empresaria que habia comprado el bloque se apellidaba Fujino y era bastante conocida en la ciudad. Rebautizo su adquisicion como <
>, con la idea de empezar a alquilarlo con fines residenciales y no para albergar oficinas, como habia sido el caso hasta entonces. Yo fui su primera inquilina. Al parecer, como no estaba segura de si lograria alquilar el piso --al fin y al cabo, se trataba de un edificio bastante deteriorado y los apartamentos no tenian una distribucion normal--, le puso un precio muy bajo, para tantear el mercado. Tuve mucha suerte, porque fue una tremenda casualidad que yo lo encontrara justo en ese momento, como tambien fue casualidad que el edificio hubiera sido bautizado con el apellido del hombre que todavia era mi marido. A esto se debio que la gente me confundiera constantemente con la propietaria. Al subir por las escaleras rectas, estrechas y empinadas, se llegaba a una puerta de aluminio, que quedaba justo enfrente de otra puerta, esta vez de hierro: era la salida de emergencia. Habia muy poco espacio en el descansillo entremedias, y para abrir la puerta del piso habia que, o bien bajar un peldano, o bien inclinar el cuerpo hacia el umbral de la salida de emergencia. La llamaban < >, pero en realidad no era mas que una serie de barrotes de hierro perpendiculares al suelo; de ocurrir alguna emergencia, habria sido mas seguro rodar escaleras abajo con mi hija en brazos. Sin embargo, en cuanto abria la puerta, me encontraba en un apartamento que derrochaba luz a cualquier hora del dia. El parque rojo que se extendia desde la entrada hasta el fondo del salon hacia que la sensacion de luminosidad resultara especialmente intensa, hasta tal punto que tenia que entornar los ojos cuando llegaba con la vista acostumbrada a la penumbra de las escaleras. --!Anda, que calentito! !Que bonito! Mi hija, que estaba deseando cumplir los tres anos, se puso a soltar grititos la primera vez que se sumergio en aquel bano de luz. --Es muy calido. El sol es una maravilla, ?verdad? --le dije. Mi hija empezo a corretear por el salon y respondio, toda orgullosa: --Claro que si, ?es que no lo sabias? Me di cuenta entonces de que aquella luz me estaba permitiendo, ya desde el primer momento, proteger a mi hija del gran cambio que acababa de producirse en su vida, y senti el impulso de darme a mi misma una palmadita en la espalda. La ventana que recibia la luz de la manana estaba situada en una pequena habitacion de menos de dos tatamis, contigua a la entrada. Decidi que ese seria mi dormitorio. Al asomarme por aquella ventana orientada al este podia ver el vecindario, los tendederos de ropa y las azoteas de otros edificios mas pequenos que el Fujino. Se trataba de una zona comercial ubicada enfrente de la estacion de tren y no habia casas con jardin, pero daba gusto ver las macetas y las tumbonas que la gente colocaba en alfeizares y azoteas, donde de vez en cuando aparecian personas mayores envueltas en sus yukata.[1] Habia ventanas orientadas al sur en cada una de las habitaciones que se sucedian en fila --en la pequena, en el salon y en el cuarto de seis tatamis--; al asomarse, uno podia ver parte del tejado de una casa vieja y una callejuela con bares y restaurantes de yakitori. El trafico era intenso a pesar de lo estrecho de la calle, y el estruendo de las bocinas llegaba hasta el salon. Al oeste, es decir, al fondo de aquel piso tan angosto y alargado, habia una gran ventana por la que el sol y el ruido se infiltraban sin piedad. Desde esa ventana se veia la avenida, con sus autobuses y su rio de cabezas negras atravesando el paso de cebra, hacia la estacion si era por la manana, hacia el lado contrario si era por la tarde. Tambien se veia a la gente esperando el autobus en la parada situada frente a la floristeria, al otro lado de la carretera. Cada vez que pasaba el autobus, o algun camion, el piso entero se ponia a temblar y los platos tintineaban dentro del aparador. En la esquina de mi edificio confluian tres vias, dibujando una interseccion en forma de cruz si se tenia en cuenta la callejuela que se extendia al oeste. Varias veces al dia el semaforo y el trafico se sincronizaban, dando lugar a un breve silencio que apenas alcanzaba a disfrutar: desaparecia enseguida cuando el semaforo se ponia en verde y los coches aceleraban impacientes haciendo tronar sus motores. Desde el extremo izquierdo de esa misma ventana tambien se atisbaba el bosque, un parque extenso que antano habia formado parte de la mansion de un daimio. Solo se veia un trocito, pero ese pedazo de verde era fundamental para mi. Suponia el principal atractivo de la ventana. --?Eso? Eso es el Bosque de Bolonia --les decia a las visitas cuando me preguntaban al respecto. Aquel parque situado a las afueras de Paris me sonaba a cuento de hadas, aunque solo fuera por el nombre, como Bremen o Flandes. El mero hecho de pronunciarlo me resultaba de lo mas divertido. A lo largo de la pared norte del salon se alineaban un armario, un aseo y las escaleras para subir a la azotea. El aseo tenia su propia ventana, por la que se veian los trenes y la estacion. A mi hija le encantaba aquella pequena ventana. --!Se ven los autobuses y los trenes! !Toda la casa se echa a temblar! --empezo a presumir en la guarderia delante de sus maestras y amigos. Sin embargo, nada mas mudarnos, le subio la fiebre y se paso en cama casi toda una semana. La tuve que dejar en casa de mi madre, que vivia sola en otro barrio, no muy lejos de alli, para poder ir al trabajo. La biblioteca estaba dentro de las oficinas de una emisora de radio, y yo me encargaba de organizar los documentos relacionados con la programacion, ordenar las cintas, tramitar los prestamos, etcetera. Despues del trabajo me acercaba a casa de mi madre, me quedaba con mi hija hasta pasadas las nueve y finalmente volvia sola a mi edificio. Estoy segura de que, si hubiera llamado a mi marido, me habria ayudado sin dudarlo, pero yo preferia importunar a mi madre antes que depender de el. No dejaba de sorprenderme el miedo que tenia a que mi marido volviera a acercarse a mi. Me aterraba mi exceso de dependencia. Mi marido me sugirio repetidas veces que regresara a casa de mi madre. --Tu madre esta sola, debe de sentirse triste, y para ti tambien es duro cuidar a la nina por tu cuenta. Me quedaria mas tranquilo si supiera que, despues de nuestra separacion, vas a estar con tu madre. El ya habia encontrado un apartamento a orillas del ferrocarril. Tenia previsto mudarse al mes siguiente de que el piso se quedara libre. Yo, en cambio, no sabia adonde ir, no podia pensar, todavia no habia sido capaz de asimilar su decision. Seguia albergando la esperanza de que quiza, al dia siguiente, me dijera entre risas que todo habia sido una broma. ?Para que entonces iba a preocuparme de si me mudaba o no me mudaba, y adonde? --No pienso volver a casa de mi madre --respondi--. Cualquier cosa menos eso. No quiero tratar de disimular asi tu ausencia. Fue en ese momento cuando me dijo que me ayudaria a buscar piso. --Si intentas hacerlo sola, seguro que te enganan. Y si terminas mudandote a un sitio raro me quedare intranquilo y no podre dormir. Asi que no te preocupes y dejamelo a mi. Estabamos a finales de enero y llevabamos varios dias de buen tiempo cuando empece a visitar inmobiliarias con mi marido. Nos citabamos a la hora de comer en alguna cafeteria cercana a mi trabajo y preguntabamos en las agencias de los alrededores. Lo unico que yo tenia que hacer era estar callada y seguirlo a el. Mi marido les explicaba a las inmobiliarias las caracteristicas que queria: un piso de dos habitaciones con mucha luz y un bano completo, y que no costara mas de 30 000 o 40 000 yenes al mes. -
Una ventana frente al mar de Vanessa Freiria
https://gigalibros.com/una-ventana-frente-al-mar.htmlEn su perfectamente estructurada vida como abogada de exito, Alicia no cuenta con el cambio que sufrira al conocer “accidentalmente” a Marco. El pondra su mundo patas arriba y la hara dudar de que lo que ella consideraba perfecto, como su matrimonio, tal vez no lo sea.
Una novela de agil lectura y ritmo trepidante que no te dejara indiferente. -
Un ogro en rehabilitacion (Principes 2) de Virginia Camacho
https://gigalibros.com/un-ogro-en-rehabilitacion-principes-2.htmlTodos dicen que es un ogro. Y, actualmente, las mujeres que lo conocen intimamente solo pueden decir que es un amante atento, pero que fuera de la cama, no es mas que un hombre hermoso desprovisto de las mas elementales emociones. Muchos podrian decir que la sed de venganza y el odio han podrido para siempre su alma.
Pero hay esperanza.
Robert Blackwell todavia puede ser rescatado.
Sera un proceso duro, y el mismo se rehusara a sufrirlo, pero no tendra otra alternativa mas que responder con un si cuando el amor, otra vez, toque a las puertas de su corazon, y ahora, para quedarse alli por siempre.
Sera la mejor terapia, su rehabilitacion. -
El corazon de una dama de Olga Salar
https://gigalibros.com/el-corazon-de-una-dama.htmlEl mayor tesoro que un caballero debe anhelar es, sin duda, el corazon de una dama.
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Ni un segundo mas (Con J de 3) de Lucia Blanco
https://gigalibros.com/ni-un-segundo-mas-con-j-de-3.htmlJ oseph? --consegui pronunciar su nombre pese al temblor de mi voz. Esa vez fue mas claro. Pudimos darnos cuenta de que queria hablar sin ser consciente del tubo que tenia en su garganta y, aturdido, intento mover la mano para ver que se lo impedia. Se la agarre, fruncio el ceno, movio lentamente la cabeza hacia los lados e intento abrir los ojos. Un nuevo gesto de dolor hizo que se quedara quieto, y yo, con los ojos llenos de lagrimas, mire a Marcos, que parecia estar paralizado. --Hola, mi nino --consegui hablar a la par que lloraba--, hola, mi nino --repeti besando su frente. Pudimos ver otro leve movimiento y consiguio entreabrir los ojos, vacilante, levanto su mano y rozo mi cara. Cerre los ojos, feliz. Pese a mis intentos por parar, seguia llorando. Miraba a Marcos con una enorme sonrisa banada en lagrimas. --Hay que avisar al doctor Gunnar --dijo saliendo de su estupor. No tardo ni cinco segundos en aparecer. Joseph parecia haberse vuelto a dormir y no sabia si eso era buena o mala senal; agarre su mano nuevamente, pero no habia mostrado mas actividad. --Senor Levi --dijo en voz alta mientras con una linterna encendida apuntaba al ojo de Joseph que mantenia abierto con su otra mano. Movio la linterna varias veces, la apago y la encendio sobre su ojo derecho--. Senor Levi --repitio haciendo la misma maniobra en su ojo izquierdo. Marcos y yo lo mirabamos sin respirar. Intentaba valorar la expresion de su cara, pero su seriedad no me resultaba especialmente tranquilizadora. >>Senor Levi --insistio aun mas alto tocando su cara--, ?me oye, senor Levi? --Otro leve movimiento fue su respuesta, y tanto Marcos como yo soltamos a la vez todo el aire que teniamos dentro. Intento abrir los ojos y un gesto de dolor aparecio en su cara al intentar mover la cabeza. >>Senor Levi --siguio hablando en voz alta el doctor Gunnar--, por favor, no intente hablar. Con un gesto digame, ?sabe donde se encuentra? --Un tenso silencio lleno el cubiculo y cuando me di cuenta yo estaba moviendo los labios dictandole la respuesta. >>?Sabe donde esta, senor Levi?, ?esta en su casa? --Tardo unos segundos, pero su cabeza se movio levemente hacia los lados, a la vez que yo negaba tambien con la mia. >>?Esta en un hospital? --siguio preguntando. Volvi a contener la respiracion, pero esta vez no tardo tanto en responder y asintio a la par que yo. >>?Hay alguien con usted? --Mis dientes se clavaron en mi labio tan pronto oi la pregunta que el doctor Gunnar le hizo mirando hacia mi. Asintio al instante, y yo di semejante suspiro que por un momento temi haber dejado sin aire el resto del cubiculo. >>?Sabe quien es?, ?se llama Ana? --Nego al instante con la cabeza--. ?Carmen? --Volvio a negar, y yo lo miraba empezando a cabrearme. <>, pense bufando para mis adentros. >>?Se llama Julia? --Mi corazon volvio a dejar de latir al oir esa pregunta. Vi como sus labios se intentaban curvar en un amago de sonrisa cuando asentia. Marcos me abrazo y, en silencio, rompi a llorar de alegria. >>Dentro de un par de horas lo valorare de nuevo --hablo el doctor Gunnar al ver que Joseph parecia haberse vuelto a dormir--. De momento, todo parecer ir bien, pero tengo que hacerle una exploracion neurologica mas completa. Lo que vamos a hacer ahora es empezar a dejar que respire por si mismo pese a mantenerlo conectado al respirador. Si lo consigue, y no se presenta ningun problema, lo extubaremos. Marcos aprovecho ese parentesis para sacarme a rastras del cubiculo y hacerme cenar un poco. Me habia olvidado de ellos, pero seguian ahi, dando vueltas alrededor los unos de los otros. Se abalanzaron a nuestro alrededor y hubo mas de una lagrima de emocion cuando Marcos les relato el leve despertar de Joseph; mientras yo tragaba dos bocados, aprisa y de mala gana, todos quisieron seguir esperando para ver si las noticias seguian siendo buenas. Aun no habian pasado las dos horas cuando el buen doctor aparecio de nuevo. Joseph seguia tranquilo y, en apariencia, dormido. --Senor Levi, ?me oye? --volvio a preguntar sentandose en su cama y tocandole la cara--. Venga, senor Levi, ya ha dormido suficiente --hablo repitiendo la maniobra de apuntar con una linterna encendida a los ojos de Joseph. Parpadeo molesto e hizo el ademan de girar la cabeza, pero paro con un claro gesto de dolor. >>?Le duele la cabeza? --pregunto el doctor sin tener necesidad de elevar tanto el tono de voz. Joseph asintio. >>Eso es normal, no se preocupe; para eso estan los analgesicos. Pero ahora vamos a ver si es capaz de respirar por si solo --le indico y, auscultandolo, nos mando salir con un gesto. La que no pude respirar hasta que nos dejaron entrar de nuevo fui yo y, cuando entramos y lo vimos sin el tubo que antes salia de su garganta, tanto Marcos como yo contuvimos la respiracion hasta que vimos que su pecho se movia con total normalidad, aunque tuviera la ayuda de unas gafas nasales. Aun no sabia como estaria todo lo demas, sin embargo, tenia la sensacion de que habiamos dado un paso de gigante. Me acerque y, tras un permiso mudo del doctor, pude besar sus labios, entreabiertos, y me supo a gloria. Consiguio abrir los ojos, unos segundos y su boca se movio. Grandes lagrimones comenzaron a rodar por mi cara al darme cuenta de que intentaba pronunciar mi nombre. --ulia..., ulia... --no conseguia decirlo bien, pero a mi me daba igual. --Estoy aqui, mi nino, estoy aqui, a tu lado, como te prometi, te quiero, mi nino, te quiero. --Me costaba trabajo hablar con tanto sollozo y tenia que parar para respirar cada dos segundos. Sus grandes y espesas pestanas se movieron lentas, intentando abrir los ojos. --ulia... --repitio en un murmullo ronco. --Estoy aqui, mi nino, estoy aqui --repeti, lo volvi a besar y, con suavidad, me abrace a el para que pudiera sentirme--. Joseph, mi amor, estoy aqui, contigo, siempre contigo. --Me habia olvidado de la presencia de Marcos y del doctor, y un leve carraspeo por parte de Marcos me lo recordo. --?Donde esta? --volvio a preguntar el doctor Gunnar tras guardar un prudente silencio. --Hos.... ital --balbuceo con dificultad. --?Quien esta aqui con usted? --ulia... Saltaba de alegria al oirlo. Parecia mentira que una palabra mal dicha pudiera traer tanta felicidad. --?Recuerda lo que le paso?, ?le duele algo? --volvio a preguntar. Hizo ademan de asentir, pero paro con un gesto de dolor. --Ca... eza --volvio a balbucear. --No se preocupe, es normal. Ahora le pondran algo para el dolor; descanse, todo va bien. --Y, dirigiendose a nosotros en un tono mas bajo, continuo--. Antes de salir de guardia volvere a valorarlo. Si hay alguna novedad avisen, pero parece que, afortunadamente, todo sigue su curso. --Pero --hable bajito-- no habla bien. --Ah, eso no me preocupa --anadio relajado volviendo a limpiar sus gafas--. Es mas por la confusion que provocan los sedantes que por otra cosa. Las pupilas son normorreactivas, esta orientado, reconoce..., en resumen, parece que todo va bien, pero aun no esta en condiciones de un examen neurologico mas exhaustivo. Dejemos que descanse esta noche y manana, tan pronto como se despierte, me avisan, y lo examinare con mas detenimiento. Un agotado Marcos se fue, una para descansar y otra para que los demas tambien se fueran con el para casa. Hasta el dia siguiente esperabamos no tener ninguna novedad y empezabamos a albergar mas esperanzas de que, al final, todo iba a salir bien. Capitulo 2 Por fin nos quedamos a solas. Tenia pensado decirle tantas cosas, queria decirle tantas cosas y, sin embargo, era incapaz de pronunciar una sola palabra. Me limite a apretarle la mano en nuestro codigo secreto: dos apretones, pausa, tres apretones mas. Mi sonrisa estuvo a punto de partirme la cara en dos cuando note, aunque debilmente, su respuesta: dos leves apretones, pausa y tres debiles apretones mas. Lo mire y en la penumbra pude ver como el, pese a tener los ojos cerrados, tambien sonreia. Respire hondo y llena de felicidad me dormi. Dormimos toda la noche y cuando desperte tenia la mano entumecida de estar tanto tiempo en la misma posicion; ni durmiendo nuestras manos se habian soltado. Me levante despacio y me desperece. De repente, me di cuenta de que el mundo seguia alli y que volvia a ponerse en marcha, pero un leve gemido me hizo volver rapidamente a su lado. Esa vez consiguio abrir sus hermosos ojos y pude volver a verlos despues de tantos dias de sufrimiento. Clavo su mirada en mi como si me quisiera envolver en ella. Yo, para variar, empece a llorar. --Hoo... la, mi ni... na. --Tenia la voz algo ronca y aun le costaba hablar, pero note como ya habia mejorado. --Hola, mi nino --conteste a la vez que sorbia los mocos--, te quiero. --Y yo..., graaciass or estar aqui --balbuceo. --Ya sabes que, por ti, lo que haga falta y mas. --Reia y lloraba a la vez mientras lo besaba suavemente; entreabrio los labios y dejo escapar un ronco gemido. Sintiendolo mucho, tuve que parar ese ansiado momento para avisar al medico, que lo examino con calma. Le hizo contar varias series de numeros, le pregunto donde estaba, que mes era, como se llamaba, como me llamaba yo, le volvio a mirar las pupilas, seguir su dedo con la mirada, apretar las manos, hacer fuerza con brazos y piernas, pruebas de fuerza, de reflejos, de coordinacion... Cuando al fin se dio por satisfecho, me dolia todo el cuerpo de lo tensa que habia estado contemplando su examen. --Francamente, tengo que decir que estoy gratamente sorprendido por su rapida recuperacion --empezo a hablar tras volver a limpiar sus gafas y sentarse en un extremo de la cama--. Esta un poco bajo en cuanto a tono muscular, pero es normal, se recuperara en cuanto empiece a moverse. --Le duele mucho la cabeza y aun le cuesta hablar --apunte preocupada. --Eso tambien es normal --contesto serio--, incluso se puede quedar con dolores de cabeza de manera permanente. Pero, dada su capacidad de recuperacion, me inclino a pensar que iran desapareciendo paulatinamente, al igual que la dificultad para pronunciar ciertos sonidos. Se quedo en silencio mirandolo un rato. Joseph apenas se habia movido, y yo sabia que se encontraba incomodo con tanto toqueteo. --? Fueedo ir a caasa? --hablo ronco. --Bueno, de momento, eso tendra que esperar --respondio mirandolo con una sonrisa--. Vamos a empezar por valorar la tolerancia a la alimentacion y a comenzar su movilizacion. --? Dusha ? --le interrumpio. --Hoy es domingo --comenzo a hablar el doctor Gunnar tras meditar unos segundos--. Si no se presenta ninguna complicacion, manana le retiraremos el vendaje y, si no se marea, podra darse una ducha rapida sentado e incluso empezar a ir al bano, pero, de momento, nada mas. Lo que podemos hacer es esta tarde subirlo a una habitacion individual para que este mas comodo y comenzaremos por darle liquidos para que pueda empezar a beber. --?Cuantos diaas? --insistio echandose la mano a la garganta en un claro gesto de dolor. --Veremos como va todo hasta el viernes y entonces podremos hablar de dejarlo ir para casa bajo ciertas condiciones. Pero no se apure. --Se levanto y se situo frente a el--. Senor Levi --hablo con voz solemne--, aunque no lo crea, ha tenido usted mucha suerte. Si no hubiera girado la cabeza en el momento del disparo, la bala le habria atravesado el cerebro de un lado a otro y le aseguro que ahora no estariamos aqui hablando. Con ese giro, usted consiguio que la bala entrara tangencialmente en su cabeza y que penetrara solamente un centimetro en el interior de su cerebro, minimizando los posibles danos. Creo que es algo que algun dia lo deberian celebrar. --Se me encogio el corazon al pensar lo que pudo haber sido y, afortunadamente, no fue. Por mas que lo intente, no pude evitar que los ojos se me llenaran de lagrimas. Note como su mano buscaba la mia y me la apreto suavemente mientras yo tragaba saliva intentando no llorar. >>Voy a mandar que le traigan algo de agua, que se la tomara, al principio, con un espesante para evitar atragantamientos y broncoaspiraciones, y empezaremos a sentarle. Si todo va bien, hoy a la tarde lo subiran para una habitacion que el doctor Figueroa ya le tiene reservada. A partir de manana, vamos a empezar a dejar esa herida al aire, ?de acuerdo? --comento tras levantar el pequeno vendaje y contemplar la herida de Joseph. Con gesto serio, hizo un leve gesto de asentimiento, quizas pensando en lo que podria haber pasado. Murmuro algo en voz baja, pero ni el doctor ni yo lo entendimos. --? Fara ir al bano? --lo tuvo que repetir y se sintio tan incomodo que hasta hablo mas rapido. --De momento no le hace falta. Vamos a esperar a que empiece a beber y, si no surgen problemas, antes de subirlo a su habitacion le retiraran la sonda y manana podra empezar a ir al bano, siempre y cuando no se maree. Bueno... --Suspiro cansado--. Me voy a casa. Vendre manana de nuevo y he dado orden de que me llamen en caso de ser necesario, que no creo --se apresuro a vaticinar. Tan pronto se fue el doctor le di un fuerte beso para celebrar tan buenas noticias. Levanto su mano y me acaricio la cara; cerre los ojos y suspire de satisfaccion, ni yo misma era consciente de que lo necesitaba tanto hasta que paso lo que paso. --Tee quiieero, lo sabees, ?verdad? --hablo lento y con dificultad, pero a mi me parecieron las palabras mas maravillosas que habia oido en mi vida. --Yo mas, tambien lo sabes, ?verdad? --Aun con los ojos llenos de lagrimas lo bese como hacia tiempo que no podia hacerlo. Mis labios rozaron los suyos y la punta de mi lengua los acaricio con suavidad. Cerro los ojos por unos instantes y un suspiro de satisfaccion salio de su garganta. Cuando los abrio y me miro me quede sin respiracion ante la intensidad de su mirada. En ese momento, entro una enfermera con su primer alimento en muchos dias, un hermoso vaso de agua gelificada. --Para que no se atragante --le explico la enfermera al ver su cara --. Si le sienta bien, al mediodia le daremos un yogur --hablo como quien dice que le iba a traer un delicioso manjar. --?Tienes hambre? --pregunte mirando su <
> desayuno. --No --contesto cansado. --Pues vas a tener que comer, has adelgazado --comente. --Tu taambieen. --Y, tras tragar sin problema tres buenas cucharadas de esa gelatina de agua, se quedo dormido. -
La Costa de Alabastro de Victoria Alvarez
https://gigalibros.com/la-costa-de-alabastro.htmlUna enfermera llega a una mansion ruinosa en la costa normanda para cuidar de la joven Sophie Clairmont, una nina inteligente y un tanto especial, durante los ultimos meses de su vida. La Segunda Guerra Mundial acaba de terminar y las huellas de la ocupacion nazi son visibles por todas partes, pero no son solo los soldados alemanes los que todavia parecen rondar por Monjoie. La difunta madre de la nina, tan perfecta y querida, hace sentir su presencia en las vidas de todos. Y cuando la pragmatica enfermera llegue para cuidar a Sophie ira descubriendo que el retraido senor Clairmont tambien esta abrumado por sus propios fantasmas.
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1775 Calles de Jose A. Gomez Iglesias
https://gigalibros.com/1775-calles.htmlImagina que toda la inmensidad de tus suenos y anhelos, tus sentimientos y emociones, buenos o malos, pudieran ponerse en fila ante tus ojos. Imagina pasarles revista, ponerles nombre y descubrir que cada nombre tiene un lugar y cada lugar una calle. 1775 son las calles de Vigo, 1775 formas de ponerle un nombre al amor.
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El hostal de las ilusiones, Debbie Macomber de Debbie Macomber
https://gigalibros.com/el-hostal-de-las-ilusiones-debbie-macomber.htmlUna deliciosa novela de amistad, perdon y nuevos comienzos.
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Los Caballeros de la Ciencia: El secreto mejor guardado de la Iglesia, Juan Soto Miranda de Juan Soto Miranda
https://gigalibros.com/los-caballeros-de-la-ciencia-el-secreto-mejor-guardado-de-la-iglesia-juan-soto-miranda.htmlLa aparicion de tres cadaveres reproduciendo la escena de la crucifixion de Cristo, con referencias a versiculos de la Biblia perfectamente talladas en la madera, da comienzo a un caso sin precedentes. El protagonista de la escena es Jesus Lopez, un famoso misionero benedictino criado al amparo de una todopoderosa familia, con el cardenal Gabriel Harrington a la cabeza, sin ninguna relacion aparente con los otros dos crucificados.
La investigacion llevara a la sargento Maria Ballesteros al misterioso diario del misionero, cuyas extranas anotaciones constituyen un nuevo enigma que pondra en el punto de mira a Los Caballeros de la Ciencia, un desconocido grupo al que el manuscrito hace referencia, y al cardenal Gabriel Harrington, que esta siendo amenazado en relacion a un antiguo y controvertido proyecto empresarial, y cuyas condicionadas respuestas no dejaran satisfecho a nadie.
El padre Daniel, mentor del misionero, y el hermano Federico, su mejor amigo, colaboraran con las autoridades en una trepidante historia en la que la conjuncion de religion y ciencia, intereses economicos y espiritualidad, asesinatos, misterio… les llevara en un viaje hasta los mas altos estamentos eclesiasticos en el Vaticano, donde se desarrollara la partida final que revelara los motivos de una renuncia papal y el secreto mejor guardado de la Iglesia.
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El camino de Miguel Delibes
https://gigalibros.com/el-camino.htmlLAS cosas podian haber sucedido de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron asi. Daniel, el Mochuelo, desde el fondo de sus once anos, lamentaba el curso de los acontecimientos, aunque lo acatara como una realidad inevitable y fatal. Despues de todo, que su padre aspirara a hacer de el algo mas que un quesero era un hecho que honraba a su padre. Pero por lo que a el afectaba... Su padre entendia que esto era progresar; Daniel, el Mochuelo, no lo sabia exactamente. El que el estudiase el Bachillerato en la ciudad podia ser, a la larga, efectivamente, un progreso. Ramon, el hijo del boticario, estudiaba ya para abogado en la ciudad, y cuando les visitaba, durante las vacaciones, venia empingorotado como un pavo real y les miraba a todos por encima del hombro; incluso al salir de misa los domingos y fiestas de guardar, se permitia corregir las palabras que don Jose, el cura, que era un gran santo, pronunciara desde el pulpito. Si esto era progresar, el marcharse a la ciudad a iniciar el Bachillerato, constituia, sin duda, la base de este progreso. Pero a Daniel, el Mochuelo, le bullian muchas dudas en la cabeza a este respecto. El creia saber cuanto puede saber un hombre. Leia de corrido, escribia para entenderse y conocia y sabia aplicar las cuatro reglas. Bien mirado, pocas cosas mas cabian en un cerebro normalmente desarrollado. No obstante, en la ciudad, los estudios de Bachillerato constaban, segun decian, de siete anos y, despues, los estudios superiores, en la Universidad, de otros tantos anos, por lo menos. ?Podria existir algo en el mundo cuyo conocimiento exigiera catorce anos de esfuerzo, tres mas de los que ahora contaba Daniel? Seguramente, en la ciudad se pierde mucho el tiempo --pensaba el Mochuelo-- y, a fin de cuentas, habra quien, al cabo de catorce anos de estudio, no acierte a distinguir un rendajo de un jilguero o una boniga de un cagajon. La vida era asi de rara, absurda y caprichosa. El caso era trabajar y afanarse en las cosas inutiles o poco practicas. Daniel, el Mochuelo, se revolvio en el lecho y los muelles de su camastro de hierro chirriaron desagradablemente. Que el recordase, era esta la primera vez que no se dormia tan pronto caia en la cama. Pero esta noche tenia muchas cosas en que pensar. Manana, tal vez, no fuese ya tiempo. Por la manana, a las nueve en punto, tomaria el rapido ascendente y se despediria del pueblo hasta las Navidades. Tres meses encerrado en un colegio. A Daniel, el Mochuelo, le parecio que le faltaba aire y respiro con ansia dos o tres veces. Presintio la escena de la partida y penso que no sabria contener las lagrimas, por mas que su amigo Roque, el Monigo, le dijese que un hombre bien hombre no debe llorar aunque se le muera el padre. Y el Monigo tampoco era cualquier cosa, aunque contase dos anos mas que el y aun no hubiera empezado el Bachillerato. Ni lo empezaria nunca, tampoco. Paco, el herrero, no aspiraba a que su hijo progresase; se conformaba con que fuera herrero como el y tuviese suficiente habilidad para someter el hierro a su capricho. !Ese si que era un oficio bonito! Y para ser herrero no hacia falta estudiar catorce anos, ni trece, ni doce, ni diez, ni nueve, ni ninguno. Y se podia ser un hombre membrudo y gigantesco, como lo era el padre del Monigo. Daniel, el Mochuelo, no se cansaba nunca de ver a Paco, el herrero, dominando el hierro en la fragua. Le embelesaban aquellos antebrazos gruesos como troncos de arboles, cubiertos de un vello espeso y rojizo, erizados de musculos y de nervios. Seguramente Paco, el herrero, levantaria la comoda de su habitacion con uno solo de sus imponentes brazos y sin resentirse. Y de su torax, ?que? Con frecuencia el herrero trabajaba en camiseta y su pecho herculeo subia y bajaba, al respirar, como si fuera el de un elefante herido. Esto era un hombre. Y no Ramon, el hijo del boticario, emperejilado y tieso y palido como una muchacha morbida y presumida. Si esto era progreso, el, decididamente, no queria progresar. Por su parte, se conformaba con tener una pareja de vacas, una pequena queseria y el insignificante huerto de la trasera de su casa. No pedia mas. Los dias laborables fabricaria quesos, como su padre, y los domingos se entretendria con la escopeta, o se iria al rio a pescar truchas o a echar una partida al corro de bolos. La idea de la marcha desazonaba a Daniel, el Mochuelo. Por la grieta del suelo se filtraba la luz de la planta baja y el haz luminoso se posaba en el techo con una fijeza obsesiva. Habrian de pasar tres meses sin ver aquel hilo fosforescente y sin oir los movimientos quedos de su madre en las faenas domesticas; o los grunidos asperos y secos de su padre, siempre malhumorado; o sin respirar aquella atmosfera densa, que se adentraba ahora por la ventana abierta, hecha de aromas de heno recien segado y de resecas bonigas. Dios mio, !que largos eran tres meses! Pudo haberse rebelado contra la idea de la marcha, pero ahora era ya tarde. Su madre lloriqueaba unas horas antes al hacer, junto a el, el inventario de sus ropas. --Mira, Danielin, hijo, estas son las sabanas tuyas. Van marcadas con tus iniciales. Y estas tus camisetas. Y estos tus calzoncillos. Y tus calcetines. Todo va marcado con tus letras. En el colegio sereis muchos chicos y de otro modo es posible que se extraviaran. Daniel, el Mochuelo, notaba en la garganta un volumen inusitado, como si se tratara de un cuerpo extrano. Su madre se paso el enves de la mano por la punta de la nariz remangada y sorbio una moquita. <
>, penso el Mochuelo. Y sintio unos sinceros y apremiantes deseos de llorar. La madre prosiguio: --Cuidate y cuida la ropa, hijo. Bien sabes lo que a tu padre le ha costado todo esto. Somos pobres. Pero tu padre quiere que seas algo en la vida. No quiere que trabajes y padezcas como el. Tu --le miro un momento como enajenada-- puedes ser algo grande, algo muy grande en la vida, Danielin; tu padre y yo hemos querido que por nosotros no quede. Volvio a sorber la moquita y quedo en silencio. El Mochuelo se repitio: < >, y movio convulsivamente la cabeza. No acertaba a comprender como podria llegar a ser algo muy grande en la vida. Y se esforzaba, tesoneramente, en comprenderlo. Para el, algo muy grande era Paco, el herrero, con su torax inabarcable, con sus espaldas macizas y su pelo hispido y rojo; con su aspecto salvaje y duro de dios primitivo. Y algo grande era tambien su padre, que tres veranos atras abatio un milano de dos metros de envergadura... Pero su madre no se referia a esta clase de grandeza cuando le hablaba. Quiza su madre deseaba una grandeza al estilo de la de don Moises, el maestro, o tal vez como la de don Ramon, el boticario, a quien hacia unos meses habian hecho alcalde. Seguramente a algo de esto aspiraban sus padres para el. Mas, a Daniel, el Mochuelo, no le fascinaban estas grandezas. En todo caso, preferia no ser grande, ni progresar. Dio vuelta en el lecho y se coloco boca abajo, tratando de amortiguar la sensacion de ansiedad que desde hacia un rato le mordia en el estomago. Asi se hallaba mejor; dominaba, en cierto modo, su desazon. De todas formas, boca arriba o boca abajo, resultaba inevitable que a las nueve de la manana tomase el rapido para la ciudad. Y adios todo, entonces. Si es caso... Pero ya era tarde, hacia muchos anos que su padre acariciaba aquel proyecto y el no podia arriesgarse a destruirlo todo en un momento, de un caprichoso papirotazo. Lo que su padre no logro haber sido, queria ahora serlo en el. Cuestion de capricho. Los mayores tenian, a veces, caprichos mas tozudos y absurdos que los de los ninos. Ocurria que a Daniel, el Mochuelo, le habia agradado, meses atras, la idea de cambiar de vida. Y sin embargo, ahora, esta idea le atormentaba. Hacia casi seis anos que conocio las aspiraciones de su padre respecto a el. Don Jose, el cura, que era un gran santo, decia, a menudo, que era un pecado sorprender las conversaciones de los demas. No obstante, Daniel, el Mochuelo, escuchaba con frecuencia las conversaciones de sus padres en la planta baja, durante la noche, cuando el se acostaba. Por la grieta del entarimado divisaba el hogar, la mesa de pino, las banquetas, el entremijo y todos los utiles de la queseria. Daniel, el Mochuelo, agazapado contra el suelo, espiaba las conversaciones desde alli. Era en el una costumbre. Con el murmullo de las conversaciones, ascendia del piso bajo el agrio olor de la cuajada y las esterillas sucias. Le placia aquel olor a leche fermentada, punzante y casi humano. Su padre se recostaba en el entremijo aquella noche, mientras su madre recogia los restos de la cena. Hacia ya casi seis anos que Daniel, el Mochuelo, sorprendiera esta escena, pero estaba tan solidamente vinculada a su vida que la recordaba ahora con todos los pormenores. --No, el chico sera otra cosa. No lo dudes --decia su padre--. No pasara la vida amarrado a este banco como un esclavo. Bueno, como un esclavo y como yo. Y, al decir esto, solto una palabrota y golpeo en el entremijo con el puno crispado. Aparentaba estar enfadado con alguien, aunque Daniel, el Mochuelo, no acertaba a discernir con quien. Entonces Daniel no sabia que los hombres se enfurecen a veces con la vida y contra un orden de cosas que consideran irritante y desigual. A Daniel, el Mochuelo, le gustaba ver airado a su padre porque sus ojos echaban chiribitas y los musculos del rostro se le endurecian y, entonces, detentaba una cierta similitud con Paco, el herrero. --Pero no podemos separarnos de el --dijo la madre--. Es nuestro unico hijo. Si siquiera tuvieramos una nina. Pero mi vientre esta seco, tu lo sabes. No podremos tener una hija ya. Don Ricardo dijo, la ultima vez, que he quedado esteril despues del aborto. Su padre juro otra vez, entre dientes. Luego, sin moverse de su postura, anadio: --Dejalo; eso ya no tiene remedio. No escarbes en las cosas que ya no tienen remedio. La madre gimoteo, mientras recogia en un bote oxidado las migas de pan abandonadas encima de la mesa. Aun insistio debilmente: --A lo mejor el chico no vale para estudiar. Todo esto es prematuro. Y un chico en la ciudad es muy costoso. Eso puede hacerlo Ramon, el boticario, o el senor juez. Nosotros no podemos hacerlo. No tenemos dinero. Su padre empezo a dar vueltas nerviosas a una adobadera entre las manos. Daniel, el Mochuelo, comprendio que su padre se dominaba para no exacerbar el dolor de su mujer. Al cabo de un rato anadio: --Eso quedalo de mi cuenta. En cuanto a si el chico vale o no vale para estudiar depende de si tiene cuartos o si no los tiene. Tu me comprendes. Se puso en pie y con el gancho de la lumbre desparramo las ascuas que aun relucian en el hogar. Su madre se habia sentado, con las bastas manos desmayadas en el regazo. Repentinamente se sentia extenuada y nula, absurdamente vacua e indefensa. El padre se dirigia de nuevo a ella: --Es cosa decidida. No me hagas hablar mas de esto. En cuanto el chico cumpla once anos marchara a la ciudad a empezar el grado. La madre suspiro, rendida. No dijo nada. Daniel, el Mochuelo, se acosto y se durmio haciendo conjeturas sobre lo que querria decir su madre, con aquello de que tenia el vientre seco y que se habia quedado esteril despues del aborto. -
Contigo, una y otra vez de Cesar Poetry
https://gigalibros.com/contigo-una-y-otra-vez.htmlCesar Poetry presenta una novela sensible y elegante sobre el amor, la soledad y la felicidad, acompanada de las bellas ilustraciones de Ana Santos.
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Otras maneras de usar la boca de Rupi Kaur
https://gigalibros.com/otras-maneras-de-usar-la-boca.htmlOtras maneras de usar la boca habla, de una forma contundente y poderosa, de como superar los golpes de la vida: el abuso, el desamor, la perdida y las ideas preconcebidas sobre la feminidad. Siempre impactantes, los versos de Kaur llenan de fortaleza al lector, que siente esas palabras como suyas y la necesidad de transcribirlas y compartirlas.
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Un asesino enamorado (Atraccion peligrosa 1) de Alina Covalschi
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Cartero de Charles Bukowski
https://gigalibros.com/cartero.htmlCartero es la primera novela publicada de Charles Bukowski, considerado uno de los autores mas influyentes e imitados de la generacion actual de escritores estadounidense gracias a su particular estilo, propio del realismo sucio y la literatura independiente. Con una prosa plana, sobria y precisa, Bukowski ha producido algunas de las piezas mas hermosas de la literatura contemporanea, no por la belleza de su lenguaje sino por la sinceridad de sus ideas malsonantes que consiguen reproducir magistralmente los ambientes pestilentes y marginales que frecuento durante su juventud. La novela describe, a traves de su alter ego Chinaski, los doce anos que estuvo empleado en una sordida oficina de correos del Servicio Postal de Estados Unidos, hasta que un editor, deslumbrado por su fuerza poetica, le ofrecio cien dolares mensuales de por vida para que dejara el trabajo y escribiera a tiempo completo. Bukowski, con 49 anos encima, decide aceptar y abandona la miserable seguridad de su empleo para escribir Cartero, su primera novela, en menos de un mes. Una satira brillante destinada a convertirse en clasico de la literatura moderna pues gracias al tiempo libre que obtiene con su nuevo trabajo de escritor, el alcoholismo y su adiccion por las carreras de caballos, Bukowski empieza una serie de novelas autobiograficas que lo convertirian, muy a su pesar, en heredero indiscutible de la generacion beat.
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Sin compromiso (Tessa Leoni 2) de Lisa Gardner
https://gigalibros.com/sin-compromiso-tessa-leoni-2.htmlLa nueva reina del suspense vuelve con un nuevo caso de la investigadora Tessa Leoni.
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No te enamores de mi de Loles Lopez
https://gigalibros.com/no-te-enamores-de-mi.htmlNatalia es una respetada forense. Trabaja en Nueva York y es adicta al trabajo. Su hermana pequena, Jessica, va a casarse y le pide que vuelva a Toledo para conocer a su prometido, Alfredo. Natalia no cree en el amor. Pero cuando conoce a Ewan, un amigo de la infancia de Alfredo algo cambia. Cualquier chica estaria encantada de contar con sus atenciones, pero ella no esta dispuesta a saltarse la norma inquebrantable de repetir con el mismo hombre. Con el vivira situaciones alocadas e incluso peligrosas, pero intentara por todos los medios que Ewan no se enamore de ella.
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El gran miedo de James Harris
https://gigalibros.com/el-gran-miedo.htmlLa historiografia sobre el gran terror de los anos treinta en la Union Sovietica se ha dividido entre quienes han responsabilizado principalmente a Stalin y quienes han buscado lineas de continuidad respecto de una actuacion tipica del ejercicio del poder en Rusia y/o han hecho recaer las culpas sobre la sociedad en general y la cupula bolchevique en particular. El profesor James Harris, discipulo directo de autores comprometidos con la segunda interpretacion como Arch Getty o Sheila Fitzpatrick, se situa en la corriente de responsabilidad compartida. Dentro de ella, sin embargo, da un paso mas alla y a traves de documentacion original otorga un nuevo sentido a la expresion <
>, convirtiendolo en un concepto bidireccional. Es decir, a la de nicion clasica como eufemismo de la gran purga incorpora el terror real que la cupula bolchevique tenia --a veces fundadamente, a veces sin base alguna-- a ser derrocados, saboteados y/o asesinados. -
Por un beso de tu boca de Maria Cuadrado Villadiego
https://gigalibros.com/por-un-beso-de-tu-boca.htmlDespues de la gran revelacion, Elizabeth no cree en las segundas oportunidades, para ella no valen la pena. Motivada por sus desaciertos, hara grandes cambios en su vida; la soledad sera su mejor consejera.
En esta nueva etapa, su vida es mas solitaria y oscura. A pesar de ello, aparecen personas indeseables que lo complican todo, volviendo mas tormentosa su vida; en medio de tanta odisea y en el momento menos esperado, llegara alguien a demostrarle lo feliz que puede llegar a ser. -
No puedes ser mi jefe de Dina Reed
https://gigalibros.com/no-puedes-ser-mi-jefe.htmlAudrey entro en el despacho del senor Stone, en uno de los rascacielos mas elegantes de Midtown, a las ocho de la manana en punto, de un lunes de primeros de febrero, y saludo al joven que estaba mirando por el ventanal como no paraba de nevar. --!Buenos dias! --saludo Audrey, convencida de que ese joven no podia ser el senor Stone. Y es que, a pesar de que era un misterio todo lo que rodeaba a la figura de Duncan Stone, porque no concedia entrevistas, no habia publicada ni una sola foto suya y ni siquiera tenia perfil profesional en LinkedIn, Audrey suponia que ese hombre tendria unos sesenta anos y, en cualquier caso, jamas tendria la planta del tio que tenia delante. Porque era un joven de unos treinta anos, alto, moreno, con un cuerpazo espectacular, buen corte de pelo, abundante y liso, y una voz profunda que era como para derretirse ahi mismo. Pero Audrey no se derritio, porque no estaba ahi para eso... --!Buenos dias! !Menudo dia! ?Le ha costado mucho llegar? --pregunto el senor Stone sin despegar la vista del ventanal y con cierto desden. No en vano, esta era la octava asistente que iba a contratar en seis meses y estaba mas que harto. Desde que la senora Carter se habia jubilado no habia vuelto a encontrar a nadie que estuviera a su altura. De hecho, todas las asistentes que habian venido despues de ella, por desgracia, habian salido despavoridas a las pocas semanas de trabajo duro y muy intenso. El no sabia hacerlo de otra manera... Y suponia que con la chica que acababa de enviarle la agencia iba a pasarle lo mismo. Tanto era asi, que ni se habia molestado en ojear su curriculum, para que, si ya sabia lo que iba a suceder con ella. --He venido en metro --respondio Audrey a ese tio que no tenia ni idea de quien era. ?Tal vez el hijo del senor Stone? Porque el traje azul oscuro que llevaba, y que le quedaba perfecto, tenia pinta de ser carisimo. El caso fue que ese joven replico, sin demasiado entusiasmo, justo antes de darse la vuelta: --Es lo mas inteligente que se puede hacer estos dias. Nueva York cuando nieva es... Duncan no pudo acabar la frase, ya que en cuanto se giro y comprobo quien era la chica que tenia en frente se quedo atonito. --!No! --exclamo Audrey que estaba tan perpleja como el. Y es que no podia creerlo. Aquello no podia ser. Era imposible. Y Duncan estaba pensando otro tanto de lo mismo, porque la chica que tenia enfrente no podia ser ella. La mujer con la que habia pasado el mejor verano de su vida... --?Audrey? ?Tu eres la Audrey que me envia la agencia como asistente de direccion? Audrey se encogio de hombros, resoplo y luego asintio sin salir de su asombro: --Yo soy Audrey Lacer. Pero tu no puedes ser el senor Stone. O al menos, el senor que Stone que es dueno de la compania. Tu debes ser Duncan Stone, hijo; o el sobrino del senor Stone, o... Duncan sonrio divertido, pues se alegraba muchisimo de que Audrey estuviera de nuevo en su vida, y replico: --Soy el unico Duncan Stone, soy el dueno de la compania Dunfly. Audrey se quedo boquiabierta, puesto que no podia ser que el chico con el que habia pasado la mejor semana de su vida fuera a ser su maldito jefe: --No, o sea, no. Es que no me lo puedo creer. Duncan se cruzo de brazos y pregunto sin dejar de sonreir: --?Por que te cuesta tanto creer que la compania sea mia? Audrey sabia que era un chico listo, pero habia tantos chicos en Nueva York que estaban sirviendo mesas que replico: --Estaba convencida de que el senor Duncan tendria la edad de mi padre o mas. ?Como demonios puedes tener una compania de aviones privados con treinta anos? Duncan se quedo mirandola, con esa coleta tirante, un traje sastre marron, botines de tacon cuadrado y un bolso de lo mas anodino, y no pudo evitar preguntar: --?Y tu? ?Como has podido vestirte asi? Audrey le miro con el ceno fruncido y replico mosqueada: --?Asi como? --Como si fueras una chica aburrida, formal y gris. --Es un traje de corte recto, elegante y serio. Visto como se supone que tiene que hacerlo una asistente de direccion. Te recuerdo que esto no es Malibu. A Duncan se le encendio la mirada y se le fue la sangre a la entrepierna de solo escuchar la palabra Malibu. --Si esto fuera Malibu, ahora mismo estariamos follando contra esa pared --mascullo Duncan, sin dejar de mirarla. Audrey sintio que un calor subito se le subia hasta el rostro y repuso: --?Que? --Lo que paso entre nosotros fue muy intenso. Una atraccion salvaje. La mas bestia que he tenido en mi vida. Asi que si esto fuera Malibu... --Ya, pero no lo es --se apresuro a decir Audrey. --No. No lo es. Y ademas estoy prometido --dijo Duncan, clavando la mirada en la de ella. Audrey sintio un escalofrio extrano al notar la mirada de Duncan, trago saliva y replico forzando la sonrisa: --Eso es genial. Pero ?tu no eras el que no creias en el amor? Duncan, que no podia dejar de mirarla, sintio tambien algo extrano y unas ganas absurdas de volver a besarla. Pero no le dio la menor importancia y replico sonriendo tambien: --No me caso por amor. Me caso por placer y por negocios. Audrey levanto una ceja de pura perplejidad y repuso: --Lo del matrimonio por interes ?no es algo que esta pasadisimo de moda? --Yo no sigo las modas. Y ahora sientate, por favor, y echemos un vistazo a tu curriculum. Duncan le senalo la silla que estaba frente a el, Audrey se sento y el hizo lo mismo en su sillon giratorio de piel negra, moderno, funcional y elegante. --?Todavia no te ha dado tiempo a echarle un vistazo? Duncan abrio la carpeta donde estaba el curriculum de Audrey y respondio con la misma sinceridad que ella estaba gastando con el: --Las asistentes no me duran demasiado y pense que tu serias una mas. --?Que pasa que en la agencia te mandan a todas las incompetentes o es que tu eres un jefe tocapelotas que no hay Dios que te aguante? Duncan levanto la cabeza de la carpeta y se echo a reir, porque le encantaba como era esa chica. --?Ves? Tu ropa no tiene nada que ver con como eres. Una chica que no tiene pelos en la lengua jamas se pondria ese traje marron tan feo. ?De donde diablos lo has sacado? Audrey bufo, dio un manotazo al aire y replico tras fijarse en que Duncan seguia llevando en su muneca las pulseras de cuentas de madera que le habia comprado en un puesto callejero en Malibu: --!Que pesadito estas con mi traje! Y ahora responde: ?por que no aguantan las asistentes ni dos tardes? --No te pases, tampoco salen por piernas en cuanto me ven, pero si al cabo de unas semanas porque soy un jefe cabron, exigente, duro y si, muy tocapelotas. Audrey que no daba credito, porque la verdad era que le costaba creer que el surfero jodidamente divertido y sexy que habia conocido en Malibu fuera todo un senor don importante, replico: --Supongo que por ser como eres has logrado el exitazo que tienes con tu compania. --Trabajo muy duro, pero tambien he tenido suerte. --Me temo que en tu caso la suerte tiene que ver mucho con el talento tambien --observo Audrey. Y es que le habia conocido lo suficiente como para saber que era un tio muy talentoso, y no solo en la cama... --?Me estas haciendo la pelota, senorita Lacer? Por cierto, si supieras la de veces que me pregunte como te apellidarias... --Jajajaja. A mi tambien me despertaba mucha curiosidad saber cual seria tu nombre completo. Pero como decidimos que era mejor que lo nuestro fuera sin preguntas... Duncan sonrio de solo recordar otra vez aquellos dias tan felices y afirmo: --Y fue genial. Pero ahora que vas a ser mi asistente voy a tener que hacerte unas cuantas preguntas. Audrey sonrio de oreja a oreja y repuso: --Y yo a ti, senor Stone...
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?Te acuerdas de McKenna? de Maria Ferrer Payeras
https://gigalibros.com/te-acuerdas-de-mckenna.html?Que si me acuerdo de McKenna? !Como para no acordarme!
El es el responsable de que me pirren los pelirrojos y todo lo relacionado con
Escocia. Fue mi primer amor cuando solo tenia dieciseis anos, y eso nunca se olvida.
?Acaso vosotros habeis podido hacerlo? Porque yo no.
Me rompio el corazon en mil pedacitos, y ahora, a una semana de la boda de una
de mis mejores amigas, me entero de que no solo esta invitado, sino que ademas es el
padrino del novio.
Menos mal que la semana pasada me hice con un calendario de esos de frases
motivadoras, para poner un poco de cordura en mi vida (ya sabeis a que me refiero);
solo espero que la que me ha tocado hoy no sea cierta:
<equivocamos>>. -
Algo inesperado de Pilar Cabero
https://gigalibros.com/algo-inesperado.html -
Lo que tarda en morir un idiota de J.m. Aguilar
https://gigalibros.com/lo-que-tarda-en-morir-un-idiota.htmlUn abogado es asesinado de forma brutal y sin motivo aparente…