• furia poderosa wow - D. Martin

    https://gigalibros.com/furia-y-poder.html

    Sebastian Costa llega a la ciudad paradisiaca de Los Cabos, en Mexico. A primera vista parece un hombre normal que disfruta de sus vacaciones, pero oculta un siniestro pasado. Un pasado en el que era un brillante medico que trabajaba bajo las ordenes de la Familia Di Tella, una de las mafias mas poderosas de Italia. Tras una cirugia de rutina termina ocasionando la muerte de uno de los miembros mas influyentes de la organizacion. Su complice y amante tambien se ve inmiscuida y juntos idean el plan de escape, solo que todo resulta terriblemente mal y la situacion se convierte rapidamente en una carrera contra el tiempo, en la que un misterioso amuleto podria ser la clave para salvar sus vidas…

  • Poción de ira poderosa - Objeto - World of Warcraft Clásico

    https://es.classic.wowhead.com/item=13442/poci%C3%B3n-de-ira-poderosa

    En la categoría Pociones. Un(a) objeto de World of Warcraft Clásico. Siempre al día con el parche más reciente. ... Poción de furia poderosa.

  • Furia poderosa - Hechizo - World of Warcraft Clásico - WOW ...

    https://es.classic.wowhead.com/spell=17528/furia-poderosa

    Aumenta la ira en 45 to 75 p. y la fuerza en 60 p. durante 20 sec. En la categoría Hechizos de Sin categoría. Añadido en World of Warcraft Clásico.

  • World of Warcraft: Classic – Guía de Alquimia - Sombras en ...

    https://www.sombrasenazeroth.com/2019/06/10/world-of-warcraft-classic-guia-de-alquimia/

    10 jun 2019 — 3 Creando con Alquimia; 4 Subiendo Alquimia en World of Warcraft: Classic ... Elixir de detección de demonios · Poción de furia poderosa.

  • Furia (Serie Crave 2) (Planeta Internacional) Tapa blanda

    https://www.amazon.es/Furia-Serie-Crave-Planeta-Internacional/dp/8408240110

    Wow. Debo decir que este libro mejora al cien por ciento. Sus personajes evolucionan un montón y se explican un poco más sobre los seres sobrenaturales que hay.

  • Guía de Clase en Classic: Guerrero Armas y Protección

    https://altertime.es/guia-de-clase-en-classic-guerrero-armas-y-proteccion

    26 sept 2019 — Nunca debemos olvidar que World of Warcraft Classic es una experiencia ... Tanto la especialidad Armas como Furia son más que viables en ...

  • Cómo conseguir los Legendarios del Druida en Shadowlands

    https://altertime.es/guia-completa-como-conseguir-los-legendarios-del-druida-en-shadowlands

    12 nov 2020 — Alter Time - Fansite de World of Warcraft en español con noticias, guías, ... Guardián, Furia de Ursoc recordada, Piernas, Espalda ...

  • World of Warcraft - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/World_of_Warcraft

    World of Warcraft (abreviado como WoW, literalmente en español Mundo de Warcraft) es un ... Thrall, jefe de guerra de la Horda y chamán más poderoso de Azeroth, ...

  • Tercer extracto de la novela Shadows Rising que involucra a ...

    https://www.wowchakra.com/wow/nuevo-extracto-de-la-novela-shadows-rising-que-involucra-a-nathanos

    22 jun 2020 — La información que teníamos de este libro ha ido saliendo poco a poco durante ... Suh' santuarioh' están protegidoh' por poderosa magia, ...

  • Criaturas de la Noche de D. Martin

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    En esta visionaria novela ambientada en un futuro apocaliptico y distopico un nuevo ciclo de horror despierta desde las entranas de la tierra cuando unos seres misteriosos que parecen surgir de ningun lugar comienzan a utilizar a los humanos como materia prima para su propia subsistencia. Utilizarlos como fuente de alimento y fines reproductivos no sera suficiente, pues en medio de los horrores una guerra tan antigua como la creacion misma esta por desatarse, poniendo a la humanidad al borde de la extincion y enfrentando nuevamente a las fuerzas del bien y del mal en una epica y aterradora batalla, en la que el mal podria resultar vencedor…

  • El diablo en primavera, Lisa Kleypas de Lisa Kleypas

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    La mayoria de las debutantes suenan con encontrar marido,
    pero Lady Pandora Ravenel tiene otros planes. Tan
    joven y bella como ambiciosa, preferiria quedarse en casa
    y planear su nueva empresa de juegos de mesa en vez de
    asistir a fiestas en los salones londinenses. Pero una noche,
    durante un deslumbrante baile de sociedad, se ve envuelta
    en un escandalo con un apuesto desconocido… Tras
    anos de eludir el matrimonio, Gabriel, Lord St. Vincent,
    por fin ha sido atrapado por una muchacha rebelde que no
    podria ser menos adecuada. De hecho, ella no quiere saber
    nada de el, pero Gabriel encuentra irresistible a la fogosa
    Pandora, de modo que hara lo imposible por poseerla.

  • Poder y fortuna de Michelle Smart

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    Tentada por su protector multimillonario…

  • Se mi verano en un dia de invierno de Priscila Serrano

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    ?Se puede tener todo un dia y al siguiente no tener nada? Savannah lo sabia muy bien. Sus veranos siempre eran importantes, esos meses en los que todo lo demas sobraba; los problemas no existian y las risas y alegrias estaban aseguradas.
    Pero, el verano de 2017 fue el ultimo y el sol ya no alumbraba con tanta intensidad como cada manana, provocando en ella una tristeza tan grande que no lograria superarlo ni con recuerdos.
    Sin embargo, todo cambia cuando Savi se ve obligada a viajar a otra ciudad, una que podra cambiarle la vida.

  • El matrimonio amateur de Anne Tyler

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  • La hazana secreta de Ismael Grasa

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    Me dispongo a escribir sobre algunas cosas sencillas. Entiendo que cada cierto tiempo es preciso decir aquello que consideramos bueno, o lo que nos dijeron a nosotros y que pensamos que nos hizo bien. Me refiero a decirlo en voz alta, a decirlo a otros. En ocasiones nos quedamos con la sensacion de que deberiamos haber dirigido unas palabras a alguien en lugar de quedarnos callados. O con la sensacion de que con nuestro silencio fuimos complices de algo que se dijo a nuestro lado, y que en el fondo desaprobamos. Desde luego, no faltan tambien las ocasiones en que hablamos de mas. Pero la cuestion es que entre nosotros se suele criticar eso, el hablar de mas, y rara vez el haber hablado de menos. Algunas de las cosas sobre las que me propongo escribir en estas hojas son asuntos que damos por hecho, hasta el punto de que puede parecer tonto que alguien se incline sobre un papel para tratar de expresarlas. Una de ellas es que las personas, a veces, decimos la verdad, o mas o menos la verdad. El mundo es complejo, grandes intereses se mueven tras las apariencias de lo que sucede, entramados economicos y corporaciones hacen valer sus influencias. Pero eso no debe abocarnos a la idea de que la verdad es entonces algo inalcanzable, algo que se oculta tras un laberinto en el que hace mucho tiempo que todos nos perdimos. Las democracias en que deseamos vivir son las formas mas complejas de gobierno, pero a un tiempo se apoyan sobre lo mas simple, que es la confianza en las otras personas y en la verdad. Es asi como nuestra vida empieza a hacerse mejor. Quiero tratar tambien en estas hojas sobre el aspecto que ofrecemos y la urbanidad. Uno ha de atender a su forma de vestir, y ha de respetar ciertas normas y tratar a los demas sin rudeza. Puede ser una fuente de placer el aprendizaje sobre los tejidos y los cortes, o el cuidado de los objetos que uno luzca, sean unos zapatos de piel o la cartera en la que guarde el dinero. Uno ha de saber disfrutar eligiendo unas gafas de sol o llevando un reloj heredado. Es una frivolidad tratar la moda como una frivolidad. Cada uno es libre de interpretar la elegancia como quiera, pero no es aceptable la dejadez. Cada vez que uno se viste ha de procurar ofrecer algo a los demas, una prenda escogida, alguna clase de delicadeza. Ese exceso intencionado de tela que hay en una linea de corte, cualquier detalle gratuito, manifiesta una disposicion a la alegria de vivir. El escritor Salman Rushdie senalo la moda como una de las maneras que los ciudadanos teniamos de combatir el integrismo. Uno no ha de privarse de entrar de vez en cuando en una tienda bonita. A modo de introduccion, copio aqui la frase de Rushdie a la que me referia: "El integrista cree que nosotros no creemos en nada. Segun su vision del mundo, el tiene sus certezas absolutas, mientras que nosotros nos sumimos en excesos sibariticos. Para demostrarle que se equivoca, primero debemos saber que se equivoca. Debemos ponernos de acuerdo en que es importante: besarse en publico, los bocadillos de beicon, las discrepancias, la moda de rabiosa actualidad, la literatura, la generosidad, el agua, una distribucion mas equitativa de los recursos del mundo, el cine, la musica, la libertad de pensamiento, la belleza, el amor. Esas seran nuestras armas". Es preciso amar el centro de nuestra ciudad. No digo que uno haga mal en vivir en una casa con jardin de las afueras, en una zona residencial, me refiero a que no se ha de perder de vista el centro. No se puede ser feliz si uno vive simplemente protegido tras el muro de una urbanizacion. Se ha de tener el centro como referencia, con su pasado, sus plazas publicas y sus edificios antiguos y algo deteriorados. Se han de considerar afortunadas las personas que se alojan en alguna de las calles o avenidas del centro, o en el mismo casco historico. Las que viven en otros lugares han de pasear esos espacios del centro y hacerlos tambien suyos. Uno elige una prenda que ponerse, coge de la mano o del brazo a alguien querido y camina por una de esas aceras con firmeza. Porque esas avenidas o bulevares no dejan de ser la continuacion de la calle mas bella de Budapest, de Nueva York o de Buenos Aires. Todos los centros de las ciudades, si son ciudades, forman un centro comun. No es necesario ir muy lejos para hacer mejor el mundo, porque tal vez uno deberia empezar por el centro de su ciudad. Como primer paso uno deberia recorrer tranquilamente, ejemplarmente, una calle arbolada. Despues hay que sentarse en un banco, hay que entrar en una heladeria o en una tienda de nuestro gusto, aunque no podamos comprar nada, y hay que detenerse a mirar una fachada o la cartelera de un cine. Quiza muchas de las calles historicas de nuestras ciudades esten degradadas o no ofrezcan un aspecto invitador, pero eso no deberia apartarnos de ellas o hacernos renunciar a ese espacio antiguo y central. Uno no deberia detener ahi su paseo. Porque la realidad no solo es lo que es, sino tambien el modo en que la miramos. Y es sabido que el modo de mirar transforma ya las cosas. Quienes se desplacen en bicicleta, por su parte, no deben circular entre los peatones ni sobresaltar su paseo con adelantamientos o timbrazos, porque la vida que queremos se sostiene en ese paseo de los peatones sobre la acera, ese detenerse a contemplar algo, un tipo particular de conversacion. La cita que copio hoy es de Aristoteles. Se refiere a la simplicidad ultima de la que trataba en el texto anterior. Dice este filosofo que verdad es decir que es lo que es, y que no es lo que no es, y lo contrario es la mentira. Tambien lo expresa con estas palabras: "Hay en los entes cierto principio acerca del cual no es posible enganarse, sino que necesariamente se hara siempre lo contrario, es decir, descubrir la verdad; a saber: que no cabe que la misma cosa sea y no sea simultaneamente". Como escribio en una de sus sentencias el pintor Pepe Cerda, un dia es una cosa muy seria. Es nuestra unidad de medida de vivir. No tenemos otra cosa que unos cuantos dias, un numero concreto. Para los que trabajan de modo autonomo un dia es ademas el tiempo para ganar el sustento de otro dia. Y para los que tenemos un sueldo un dia deberia ser lo mismo, si somos honestos. De joven me dijeron que debia hacerme la cama al levantarme, y lo mismo he dicho luego a otros. Si uno no tiene ninguna tarea, si uno esta triste, quiza deba sentarse en la cama que acaba de hacer y respetar asi la estructura del dia. Es posible que sea su ocupacion ese estar sentado. Tal vez le sobrevenga entonces alguna clase de luz. Cuando llegue la noche uno vuelve a deshacer aquella cama. Igual que el artista espera la inspiracion en su estudio, o el escritor en su silla, conviene esperar lo que traiga el dia con la cama hecha, por decirlo de algun modo. Y si no es gran cosa lo que trae, no deberia poder decirse lo mismo de nuestra disposicion. Otra cosa que me ensenaron es a empezar el dia por ducharse y, en el caso del varon, por afeitarse. Uno se ha de arreglar el pelo y ha de cepillar unos zapatos. Uno ha de mirarse en un espejo de cuerpo entero -en toda casa deberia haberlo-. Es posible que la imagen que nos devuelva el espejo sea la de una persona sola, pero otros tal vez se hagan sitio en ese reflejo junto a nosotros en el futuro. Uno lleva a cabo sus tareas, sus obligaciones. Uno lee el periodico de esa manana y dice delante de otros, en voz alta, una opinion que no suene demasiado destemplada. Pasan las horas y uno procura no perder el respeto a lo que quede de dia. Sucede que a ratos nos sentimos alegres, como una brisa que nos atraviesa. Copio hoy una cita de Albert Camus, de Cartas a un amigo aleman. El autor, previendo que los nazis van a perder la guerra, escribe a uno de ellos: "Vosotros habeis escogido el heroismo sin direccion, porque es el unico valor que queda en un mundo que ha perdido su sentido. Y al escogerlo para vosotros, lo habeis escogido para todo el mundo y para nosotros. Hemos sido obligados a imitaros con el fin de no morir. Pero nos hemos dado cuenta entonces de que nuestra superioridad sobre vosotros era la de tener una direccion. Ahora que esto se va a acabar, podemos deciros lo que hemos aprendido: es que el heroismo es poca cosa, que es mas dificil la felicidad". Hay un tipo de ebriedad que nos embrutece, nos empequenece y nos hace mas previsibles. Hablo del alcohol y de las drogas, aunque no solo de eso. Desde luego, la mayoria de nosotros dejamos un espacio en nuestras vidas a ciertos grados de ebriedad, pero puede llegar un momento en que uno deba saber apartarse de su modo habitual de actuar. Puede ser preciso, incluso, cierto morir en vida -porque es la muerte lo que nos parece entonces prescindir de aquello-. Uno, como suele decirse, ha de tener el valor de mirar al vacio, a la oquedad a la que ha ido dejando paso a su alrededor. Por recurrir a la metafora comun: no se levanta un edificio sobre suelo raso. En todo caso, aquello que buscamos con nuestra recuperacion no es un mero encontrarnos bien, sino el privilegio de estar realmente tristes, aquella puerta a la verdad y al paraiso que contiene la vida. Se nos dice que desde la adolescencia los hombres toman decisiones en la vida porque sufren crisis. Por eso, nos explicaban, no se deben evitar los conflictos buscando el cobijo de los falsos refugios. Los pasos equivocados nos llevan a privarnos de cierta tristeza, de una clase de melancolia que es la que nos hace merecedores de la amistad y de la fraternidad. O lo que es lo mismo: no se trata de alcanzar un bienestar o una clase de salud psiquica, por utilizar una expresion actual. Esa salud es sin duda deseable, pero, si hablamos de dignidad humana, no es un fin. El fin es ser un hombre. Porque la dignidad empieza en la consciencia de la muerte y en cierta clase de desesperacion. Y asi es como buscamos la felicidad. Es en ese punto, una vez que hemos dejado un lugar a la desesperacion, cuando las personas encuentran la razon de amar a otros, de lavarse la cara en la pila del bano y de ponerse de pie frente al espejo de cuerpo entero del vestidor. Empezamos entonces el dia como si realmente fuesemos cierta clase de divinidad, y cada cosa que nos dispusiesemos a hacer fuese algo extraordinario. Esa es la verdad a la que se llega. Un dios, contemplandonos, bien podria postrarse ante nosotros, un gesto que evitariamos cogiendole de los hombros e invitandole a tratarnos con camaraderia. La cita de hoy expresa la idea de que lo realmente extraordinario esta en lo inmediato. Es del escritor Mariano Gistain. Hablando de que cada hombre contiene el universo, dice: "Escuchar equivale a buscar vida extraterrestre, pero en la cocina". Es preciso sacar un tiempo para leer, pero uno no debe tener los libros por cualquier lado. Se ha de contar con un mueble o, si se puede, con una habitacion, una biblioteca, donde guardarlos. En las casas de los lectores los libros no deberian estar dispersos por todas las habitaciones, como si la vida que tuviesemos en ellas no fuese algo real o valido por si mismo. Las lecturas forman parte de la vida buena, pero, llegado el caso, uno no debe atrincherarse tras ellas. Es facil caer en la tentacion de presumir de ser lector, o de sumarse a campanas mas o menos publicas a favor de la lectura, cuando quiza la mejor campana por la lectura sea un hombre que lee a solas y guarda luego su libro, si considera que merece ser guardado, en la balda de su biblioteca. Me refiero con esto a que antes que esforzarnos en que a otros les parezca la lectura algo atractivo, deberiamos ocuparnos de que nuestras vidas -leyendo, si, tal vez- sean ciertamente atractivas. Aunque uno lea en aparatos electronicos, hay un valor en tener a nuestro lado algunas primeras ediciones en papel o volumenes que por alguna razon valga la pena conservar. Cualquiera dira que lo importante es el contenido y no el continente, y no le faltara razon, pero hay que tener presente que el continente, lo bibliografico, esos objetos que sostenemos entre las manos, son cosas que tambien nos incumben. El coleccionismo, cuando obedece a un impulso bien ordenado, es un modo de virtud antes que una deformacion del caracter. Una casa con una biblioteca, por reducida y sencilla que sea, tiene algo de ejemplar. El dueno ha de saber entonces dar razon de aquellos volumenes, de cuales son antiguos o heredados, o raros o valiosos por alguna razon. En todo caso, parece que nunca se deba abandonar la actitud de seguir aprendiendo.

  • Sabor Frambuesa de Priscila Pacheco

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    Tras ser despedida de su trabajo, Evelyn siente que su vida es un caos, su mejor amiga Dora la anima a salir de fiesta ese dia y el destino hace que esa misma noche encuentre un nuevo trabajo y tras un pequeno accidente conozca a Samuel, un hombre guapisimo del que se queda prendada con solo verlo, pero el hecho de que lleve una alianza en su mano hace que no quiera saber nada de el...

  • Con aroma a madera de Luz Barreras

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    Una historia que nos recuerda que cada dia tiene mil cuatrocientos cuarenta minutos para vivirlos, que las cosas sencillas de la vida pueden obrar magia y que hay muchos caminos para llegar al hogar.

  • Calle Dublin de Samantha Young

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    Jocelyn Butler se ha estado escondiendo de su pasado durante anos. Pero todos sus secretos estan a punto de ser descubiertos?
    Hace cuatro anos, Jocelyn dejo atras su tragico pasado en los Estados Unidos y comenzo de nuevo en Escocia, enterrando su dolor, haciendo caso omiso de sus demonios y avanzando sin ataduras. Su vida solitaria esta funcionando bien hasta que se muda a un nuevo apartamento en Dublin Street, donde

  • Mas alla del hielo de Douglas Preston

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    El descubrimiento de un meteorito gigantesco que lleva millones de anos enterrado en una isla de la costa sur de Chile atrae la atencion de Palmer Lloyd, un coleccionista multimillonario que es capaz de pagar cualquier precio con tal de conseguir algo unico y valioso.

  • El asesinato de Harriet Krohn (Inspector Sejer 7) de Karin Fossum

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    La septima entrega de la serie del inspector Konrad Sejer.

  • Bajo el mismo techo de Viqqii Galiano

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    Abi Bennet jamas tuvo una familia, se la pasaba en casas de acogida. Sin embargo, toda su vida se puso patas arriba cuando a tan solo un ano de cumplir sus dieciocho anos, una familia decide mantenerla temporalmente. Lo que no pudo imaginar es que iba a tener que compartir semejante mansion con cuatro hermanos. Y lo que menos sospechaba, era enamorarse de uno de ellos.

  • Tres anos antes de Josep Aguilella

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    – ?Que por que os cuento esta historia?

  • La muerte tambien juega al ajedrez de Luis Ablanque Ramirez

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    Daniel, un joven estudiante de Derecho, se ve en la situacion de jugar la partida de ajedrez mas importante de su existencia. Mientras la partida transcurre, la novela nos desplaza por una serie vertiginosa de sucesos en los que los cambios de circunstancias van de la mano del descubrimiento de la intensidad y riqueza de la vida. Acompanado por su abuelo y por su hermana, Daniel participa en una insolita rebelion antifranquista, se involucra en la lucha de los guerrilleros guatemaltecos, es victima y testigo de un catastrofico terremoto en Ciudad de Guatemala y se embarca en la busqueda del legado de un fabuloso pueblo maya en las selvas de El Peten. Detras de esta dinamica esta la historia, pero mas alla de ella, la logica del destino encarnada simbolicamente en una diminuta talla que por azar llega a manos de Daniel y que determina el curso de sus pasos. Huidas, encuentros amorosos, revelaciones y un despliegue epico, que llega a ser extraordinario, nos hablan del hombre de todos los tiempos, leve y profundo, anhelante y lucido mientras se acerca al destino que tambien es el sentido del juego.

  • Magia Elemental, Lucia Herrero de Lucia Herrero

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  • Objetivo Madeleine de Alfredo De Braganza

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    Paris, 1943. Noor, una princesa india convertida en espia aliada para luchar contra los nazis, es apresada y torturada en un edificio del que nadie ha salido con vida. En su poder, la informacion que puede hundir la reputacion del Vaticano y descalabrar el proyecto de Hitler.
    ?Sera capaz de soportar el infierno para cumplir con su mision?

  • Aniquilame (Volumen 4) de Christina Ross

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    Alex y yo llevabamos un mes viviendo en una isla minuscula cerca de Bora Bora, tan pequena que no tenia nombre. Yo la bautice como la Isla Wenn. Alex la llamaba la Jungla de Jennifer. En cierta manera creo que tenia razon porque cuando no estabamos trabajando, especialmente temprano en la manana, me dedicaba a recorrer la isla, disfrutando su belleza agreste, sin paralelo, y sus impresionantes vistas del mar, y maldiciendola por las razones que nos obligaban a estar alli. A causa de las amenazas de muerte, una de ellas casi materializada en Alex, estabamos lejos de nuestros amigos, lejos de Manhattan y lejos de la Wenn. Lejos de la vida que hasta entonces habiamos disfrutado. Viviamos en la cabana principal. Aunque dificilmente podria llamarse cabana dado su tamano. Impresionante. Para mi era una casa pero, al menos, el techo de paja, los suelos de bambu, su aire polinesio y sus paredes de cristal, que se abrian completamente para dejar entrar la brisa salina del mar, le daban un cierto aire a cabana. Teniamos todas las comodidades del mundo moderno excepto agua potable. Eso, junto a otras necesidades, nos llegaban a traves de la Wenn cuando lo necesitabamos. Por todo lo demas, la casa era autosuficiente. Paneles solares y, en caso de necesidad, generadores suplian electricidad. Dada la cantidad de lluvia, a veces torrencial a intervalos breves, el agua se recogia en un tanque gigantesco, se filtraba a traves de un complejo sistema que vertia en otro tanque y esta agua se utilizaba para las duchas, la cocina, los suelos, la ropa. Internet y television nos llegaban a traves de una poderosa antena instalada a un lado de la casa. Alex y yo llevabamos los asuntos de la Wenn desde una oficina de diseno con vistas al mar, como todas las habitaciones de la vivienda. La oficina incluia varios ordenadores y una pantalla grande de television para usar con Skype cuando habia alguna reunion, teniamos que hablar con la junta, contactar con Blackwell y Tank, o cuando yo queria hablar con Lisa. La situacion no era ideal, pero nos teniamos el uno al otro, estabamos en un lugar maravilloso, un mar calido y tentador, y, lo mas importante, estabamos a salvo. Con nosotros estaban tambien la asistente de Alex, Ann, su marido, Mark, y su adorable hijo Max, de ocho anos. Vivian en una casa mas pequena, pero preciosa, al otro lado de la isla, para que todos tuvieramos nuestra privacidad. Cada uno de nosotros tenia un Jeep, excepto Max, quien se preguntaba, frecuentemente en voz alta, cuando iba a tener el suyo. Cuando Alex ofrecio comprarle uno, Ann, Mark y yo nos miramos con resignacion. -- Ah, ?si? --pregunte. -- Todos necesitamos un Jeep --dijo Alex. -- Quizas dentro de ocho anos --replico Ann--. Cuando sea legal. -- Hecho. Cuando sea legal. Despues de un mes en la isla, aun no habian encontrado a quienquiera que nos tenia amenazados a pesar de los contactos de Alex y de la presion que estos ponian en el FBI y la policia. Alex me dijo varias veces que el y la Wenn habian hecho muchos enemigos a lo largo de los anos. Algunos de ellos de cuando su padre estaba a cargo de la compania. -- Puede que no tenga nada que ver conmigo --me dijo--. Puede ser que, una vez muerto mi padre, la vendeta sea contra mi. Represento el legado de mi padre. Recuerda que es posible. En este momento no se si tiene algo que ver conmigo o no. Si asi era, ?como ibamos a saber nunca quien estaba detras de todo? La lista de invitados a la fiesta de Peachy Van Prout era la clave y aun la estaban investigando. Alguien habia tomado nuestra fotografia en esa fiesta y nos la habia enviado. Pero habia doscientas personas alli esa noche. ?Quien seria ese alguien? ?Y realmente se necesitaba un mes para averiguarlo? En Skype, Blackwell me dijo que tuviera paciencia, pero se nos estaba haciendo dificil a todos, Ann y su familia incluidos. Sabia que este aislamiento no seria algo permanente, pero aun asi echaba de menos a Lisa, echaba de menos a Blackwell, y echaba de menos nuestra vida urbana, al igual que Alex, Ann, Mark y Max la echaban de menos. Por lealtad a Alex, Ann habia acarreado a toda su familia con nosotros durante este tiempo transitorio. ?Pero cuanto iba a durar? A pesar de lo generosamente que Ann estaba siendo recompensada, ?quien podria culparla a ella o a Mark si un dia decidieran que aquello no era para ellos? Ni Alex ni yo sabiamos lo que Ann y su familia pensaban de todo aquello. Parecia que estaban disfrutando su estancia en la isla, pero eso se acabaria algun dia. Era solo cuestion de tiempo. Alex espero hasta un dia despues de llegar a la isla para hacer publico que estaba vivo. La Wenn emitio una nota de prensa anunciando que Alex se encontraba bien y dirigiendo la compania desde un lugar secreto por razones practicas. No se ofrecieron mas explicaciones. Un aluvion de rumores hizo bajar la cotizacion en bolsa de la Wenn. Finalmente, decidieron que Alex debia aparecer en un video para probar que, de hecho, estaba vivo. Con mi iPhone grabe el video contra una pared desnuda de nuestra oficina para que no hubiera forma de que nuestra ubicacion pudiera ser adivinada. Alex se dirigio a sus inversores apaciguando sus temores y prometiendo que pronto estaria de vuelta en Manhattan. -- Ahora no es el momento --les dijo--, pero tengan por seguro que sigo dirigiendo la Wenn, algo facil con la tecnologia a nuestra disposicion. Quienquiera que nos tenga a mi prometida, Jennifer Kent, y a mi como blancos sera entregado a la justicia. Regresaremos a Manhattan cuando sea seguro hacerlo. Les agradezco su preocupacion y su apoyo constante. Sepan que sigo siendo, a todos los efectos, el director de la compania. Y asi, el video fue viral y los valores de la compania volvieron a subir. Ahora estaba en la playa, con mi bikini, secandome el pelo y viendo a Alex salir del agua, desnudo. Era mucho mas atletico que yo y habia pasado mas tiempo que yo en el agua hasta que decidio volver a la playa, dirigiendose a mi con esa sonrisa que me cautivaba. Lo amaba de verdad. En algun momento, pronto, nos casariamos. Pero los dos estabamos de acuerdo en que necesitabamos esperar a que todo pasara para volver a Manhattan. -- Aparentemente el agua no esta fria en absoluto --dije, a medida que su desnudez emergia del agua. -- Aunque el agua estuviera a diez grados podria llevar con dignidad que me encogiera. -- Habra que comprobarlo algun dia. -- ?Donde? -- ?En Islandia? -- Muy bien. En Islandia entonces te lo demostrare. -- ?O quizas en tu casa de Maine? ?Podrias darte un chapuzon en febrero? El agua en sus hombros brillaba al contacto del sol, le brillaba el pelo, el vientre cincelado, su torax terso y ligeramente cubierto de vello... -- La ultima vez que estuvimos alli lo hicimos en la playa. -- ?Y por que no ahora? --pregunte. No bien hice la pregunta vi como, poco a poco, a medida que se acercaba, se le fue enderezando el pene. Nuestra forma de hacer el amor habia cambiado durante el ultimo mes. Nuestra union se habia hecho mas fuerte, mas solida que nunca. Cuando me hacia el amor era intenso, a veces delicado y, de alguna manera, me sentia profundamente protegida. Cuando me penetraba y me sostenia entre sus brazos, sentia con cada empuje que no queria que me separara de el nunca. Asi era ahora. Me quite el bikini y me tumbe en la arena, justo al limite hasta donde se arrastraba el agua, y lo mire, de pie a mi lado, recorriendo mi cuerpo con la mirada, y enderezandose mas y mas. El sol le caia encima pero por debajo del cuello, dejando su cara en penumbra. -- !Que increible eres! --dijo, apoyansdose una rodilla para besarme los labios, los pechos, el vientre, el sexo--. Para mi, eres perfecta en todo. Sepulto la cara entre mis piernas y yo me arquee de placer. -- Tomame --le dije. -- ?Como? -- No me importa. Te necesito. -- Pero, ?como? Me mordi el labio inferior. -- Ya sabes como --dije. -- ?Lo se? -- Por favor. -- ?Asi? Una vez mas jugo con la lengua. Me la restrego tan a ras del clitoris que fue una especie de agonia. Incapaz de soportarlo por mas tiempo, levante las piernas y presiones los talones contra sus gluteos. Con suavidad, lo empuje hacia mi hasta que su lengua me penetro. Fue demasiado. Volvi lo ojos hacia el cielo azul, senti olas de calor envolviendonos, y los cerre cuando su lengua empezo a entrar y salir en una danza continua que no paro hasta que empece a temblar de agitacion. Con entrega, se retiro y me penetro de un golpe certero que me obligo a contener el aliento y a contraerme por el leve dolor. Aunque el me habia preparado para recibirlo, aun no estaba del todo acostumbrada a su longitud y su calibre. Me presiono el cuello con sus labios y me beso, sintiendo los canones de su barba en el labio superior y el menton, algo que siempre era superior a mis fuerzas. Me provoco un poderoso estremecimiento que me llevo casi al borde del climax. Con habilidad, me mantuvo en una casi imposible prolongacion de extasis. Puse las manos alrededor del cuello y me colgue de el, siguiendo su ritmo, arqueando la espalda mientras que el me llevaba al orgasmo una y otra vez, siempre pegado a mi, intentado mil posturas bajo el cielo de una tierra tropical y extrana que, hasta el momento, no parecia ser la casa que ninguno de los dos queriamos. * * * Cuando ambos terminamos, Alex rodo a un lado y se dejo caer en la arena, riendose. Gire la cabeza y le hice una mueca de extraneza. -- ?Por que te ries? -- Porque fue divertido. -- ?Que diria Steinbeck? -- Me diria que no te perdiera nunca, y nunca lo hare. Al menos mientras dependa de mi. Me acerco mas a el. Con mi cabeza recostada en su pecho, recuperamos el aliento y permanecimos en silencio. Me habia provocado tres orgasmos y, por ahora, lo habia dejado ahi. Sabia que luego habria mas. Siempre era asi. Nuestra intimidad fue lo que nos mantenia con los pies en la tierra a pesar de todo lo que teniamos encima. Por algun tiempo estuvimos tumbados sin decir nada, escuchando a las gaviotas y las olas alejarse con la marea baja, mientras que me recorria el pelo mojado con una mano y yo le acariciaba el torso con otra. -- ?Eres feliz, Jennifer? -- Estoy feliz de estar contigo. -- ?Pero no aqui? Me abrace mas a el y pense la respuesta. Nunca le mentiria, asi que le dije la verdad. Pero lo hice con delicadeza. -- En estas circunstancias, no. Pero me imagino que tu sientes lo mismo. -- Quiero que esto acabe. No va conmigo huir y esconderme de nada. Todo esto es por tu seguridad, no la mia. -- Supongo que somos tal para cual, porque el que yo este aqui es para asegurarme que tu estas a salvo, no yo. Asi que cada uno esta aqui por una razon particular, que no es otra que por amor. Todo esto terminara, Alex. Tendremos respuestas. No vamos a estar aqui siempre, aunque a veces nos parezca que es el caso. -- ?Hay algo que te guste de vivir aqui? Me parecio que era importante para el que asi fuera y, francamente, era facil enumerar las muchas cosas que me gustaban de la vida en la isla. -- Me encanta escarbar en la arena buscando conchas y encontrar toda clase de vida marina cuando buceamos juntos. Estoy disfrutando la intimidad que empiezo a tener con Ann y su familia, las dos tenemos mucho en comun y nos estamos haciendo buenas amigas. Estoy mas que agradecida por tenerlos aqui con nosotros. Me gustan los repentinos e imprevisibles cambios de tiempo. Me ha gustado convertir nuestra cabana en un hogar y, ciertamente, no me importa estar tan bronceada. No recuerdo cuando fue la ultima vez. Siendo de Maine, tienes como dos meses en el verano para coger algo de color antes de palidecer de nuevo. Pero sobre todo, Alex, me encanta estar contigo. No quisiera estar en ningun otro sitio si no es contigo. Espero que lo sepas. -- Se que no es ideal. -- Volveremos pronto a casa. Pero dejame hacerte la misma pregunta. ?Hay algo que te guste de estar aqui? Lo penso por un momento.

  • El secreto de los Assassini de Mario Escobar

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    Roma, ano 813. Una expedicion se dirige a la boca del Nilo. Su mision es descubrir un secreto que los faraones negros de Meroe ocultan desde hace siglos. El Cairo, ano 1075. El Gran Visir recibe un extrano regalo que protegio a la peligrosa secta de los Assassini. El arma que les ayudo a resistir a las fuerzas cruzadas y el ataque de Saladino. Estambul, ano 1914. Una misteriosa princesa arabe esconde un secreto que puede cambiar la historia de la humanidad, pero tendra que recorrer con Hercules Guzman Fox y sus amigos George Lincoln y Alicia Mantorella el desierto de Egipto, luchar a los pies de la Acropolis y atravesar una Tur-quia en guerra para llegar al Valle de los Asesinos, donde se esconde un misterio que podria provocar la ultima cruzada contra el islam.

  • Chaman de Kim Stanley Robinson

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    Chaman es una novela ambientada en la Edad de Hielo. En ella Robinson viaja por primera vez al pasado, pero las claves de su obra siguen siendo las mismas: la supervivencia de la humanidad.

  • La Edad de la Duda de Andrea Camiller

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    Con las primeras luces del alba, el comisario Salvo Montalbano se despierta sobresaltado por una pesadilla angustiosa. En ella, la capilla ardiente de su propio funeral se instala en su despacho y todos sus companeros de trabajo le dan las condolencias por su reciente fallecimiento. Y lo peor es que Livia le comunica que no tiene intencion de asistir al entierro, pues aunque lo ha amado tanto en vida, no puede <>. Pero las zozobras intimas del comisario quedan en segundo plano cuando la llegada al puerto de Vigata de un misterioso velero de lujo coincide con el hallazgo de un cadaver con el rostro desfigurado. Montalbano se pone manos a la obra y pronto se vera inmerso en una investigacion de muy hondo calado, en la que el trafico de diamantes africanos desempena un papel fundamental. En palabras del propio autor, esta no solo es la aventura mas <> del comisario, sino que por primera vez trabaja codo a codo con una mujer policia. !Y que mujer! La joven teniente Laura Belladonna es de una simpatia irresistible y una belleza magnetica. Igual que Petrarca, para Montalbano Laura es el <>, el deseo nunca consumado, aunque si correspondido, que lo situara frente a frente con su conciencia. La proverbial lucidez de Salvo no le bastara esta vez para librarse de algunos de los fantasmas que lo atenazan, por lo que debera acudir en busca de consuelo a la trattoria de Enzo, quiza con mas frecuencia de la habitual.

  • Para siempre contigo de Maria Ferrer Payeras

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    Un intenso y apasionado amor de verano en Mallorca no acabara como Amanda espera… pero la vuelta a la rutina le traera nuevas sorpresas.

  • La dama y el misterio de Stephanie Laurens

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    Montague ha dedicado su vida a gestionar el capital de la elite londinense, pero pagando un precio muy alto por ello: no poder disfrutar de una familia propia. Hasta que aparece en su vida la encantadora Violet Matchman, buscando su ayuda. Ante el enigma que le presenta, Montague encuentra un intrigante desafio tanto profesional como personal.

  • November 9, Colleen Hoover de Colleen Hoover

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  • Tan poderoso como el amor de Cesar Antonio Molina

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    Cien son las premisas que encontramos en este libro, y cada una de ellas es una afirmacion sobre los poderes o caracteristicas que tiene el amor, justificada a traves de la cultura. Partiendo de 100 peliculas y de otras tantas obras literarias de referencia, el autor nos argumenta por que el amor es el sentimiento mas poderoso del ser humano.
    A partir de peliculas tan celebres como Casablanca, El ultimo tango en Paris, Jules y Jim, Secretos de un matrimonio o Hiroshima, mon amour; tan sugerentes como Lolita, Bella de dia, Infiel o El imperio de los sentidos; tan asequibles como Los amantes del circulo polar, Delitos y faltas o Los puentes de Madison, este es un libro que recorre un paisaje cinematografico apto para todos los publicos y que enriquecera, gracias a sus multiples niveles de lectura, a cualquiera que se le acerque.
    En una muestra de dominio cultural impresionante, Cesar Antonio Molina nos sumerge en un mar de dudas con sus respuestas, totalmente argumentadas y deliciosamente plasmadas a traves del analisis de obras cinematograficas de primer nivel.

  • La chica de ayer de Erina Alcala

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    Lia, tenia una empresa de eventos, junto con su socia y amiga americana Aby. la montaron cuando vinieron de Espana y empezaba a funcionar cuando Lia, al venir de dar un presupuesto de un rancho cercano para una fiesta, paro en el bar de un motel de carretera. Alli conocio a la unica persona que habia, un vaquero guapo y alto, llamado Taylor y se acosto por primera vez con un hombre.
    Al cabo de los anos coincidieron para hacer un evento en el rancho de los padres de Taylor. El, estaba comprometido y a punto de casarse y ella conocio en esa reunion a su hermano Will. Y se dio cuenta de que lo que habia pasado con Taylor anos antes, habia sido…
    Estaba en una encrucijada y Taylor tambien. Sin embargo Will, lo tenia muy claro…
    ?Que pasaria entres los hermanos y Lia? ?lucharia Taylor por ella? o ?Lucharia Will por la mujer de su vida sabiendo que habia sido de su hermano antes?

  • Sirens 4 de Lena Valenti

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    Historia original de Lena Valenti y Valen Bailon.

  • Aumenta el calor (Serie Castle 3) de Richard Castle

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    En la tercera novela de la <> la sexy e intrepida detective Nikki Heats se encuentra en graves problemas… El famoso periodista James Rook es el unico que puede ayudarla y hacer que el calor aumente.

  • El Bosque de los Pigmeos (Memorias del Aguila y del Jaguar 3) de Isabel Allende

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    Con El Bosque de los Pigmeos, Isabel Allende cierra la trilogia <>.

  • En busca del silencio de Adam Ford

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  • Tubing de K.a. Mckeagney

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    ?Que pasaria si las miradas matasen?

  • Tinisima de Elena Poniatowska

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    Convertida en leyenda, tanto por su vida como por su obra, Tina Modotti tuvo una existencia llena de pasion y de furia, que encontro en la fotografia el medio ideal para expresar su disconformidad y compromiso con el tiempo que le toco vivir.

  • Caliban (Infierno 1) de Aurora Reglero

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    Caminaba en silencio por las largas dependencias de su pequeno reino. Alli era el rey, el amo del mas selecto club de fantasias sexuales e intercambio de parejas del pais. Un club con socios que pagaban una altisima cuota con el fin de controlar lo que alli sucedia, pero donde todo podia suceder en materia sexual. Pero eso si, bajo sus reglas, porque el nunca hubiera permitido que en su reino alguien rompiera sus normas. Era un sitio de calidad, donde los seres humanos que traspasaban sus lindes cumplian a rajatabla cada una de esas reglas. Sobre todo, la de la libertad. Nadie era coaccionado a hacer nada que no quisiera. Y nadie entraba a la fuerza o sobornado de alguna manera. Y precisamente, alli estaba, cabreado hasta la medula, porque ahora le tocaba lidiar con un tocapelotas que habia roto una de sus normas: intentar forzar a una de las camareras. Y encima era uno de los porteros del local. Habia mananas que simplemente le tocaban las pelotas, y esta era una. Todos sabian que las chicas no se tocaban, si ellas no querian que las tocasen. Todas eras espectacularmente bellas, todas de al menos metro setenta y largas y estilizadas piernas. Todas tenian un tipo estupendo, pues iban vestidas con corpino, ligueros y medias de rejilla. Ese era el uniforme del local para las camareras y las chicas que atendian las necesidades de los clientes. Pero no las sexuales. Porque en aquel club la mayoria de los que entraban lo hacian con alguna pareja, ocasional o fija, o senoritas que eran socias y querian un sexo libre y sin complicaciones. Y por eso las trabajadoras no se tocaban. Nunca. A no ser que ellas quisieran. Todas tenian largas melenas leoninas, cada una de un color diferente. Las habia morenas, rubias, pelirrojas e incluso una tenia el pelo de color rosa chicle. Habia una oriental y una mulata brasilena espectacular. Y todas tenian generosas curvas y pecho exuberante. Porque era lo que a el le gustaba. Las mujeres voluptuosas de generosas proporciones. Nunca le habian gustado delgadas, aunque en su cama habia habido mujeres de todas las clases. Tantas que ya habia perdido la cuenta. Cuando habia atravesado las puertas de "El Purgatorio", el nombre de su reino ya sabia lo que habia sucedido pues por algo tenia ciertos poderes que iban intrinsecos a su rango. No, el no era un hombre como todos los demas. El era un demonio de un alto rango. Y aunque a ojos de la humanidad tenia que adoptar una forma humana normalizada, en privado tenia otros atributos tipicos de un demonio de su estirpe. Porque el, Caliban el Grande, o Caliban Insignu, Caliban el Distinguido, era un demonio del fuego y la batalla, con cinco legiones de demonios a su cargo, y se habia distinguido siempre, desde tiempos ancestrales en multitud de batallas contra el bien. Hasta que se canso, hacia ya unos anos, y se gano a pulso su relativa libertad para hacer lo que le diera la gana. Un retiro al mundo de los humanos en forma de empresario de un club de sexo pervertido, lascivo y divertido. Pero libre. Una cosa era la seduccion siempre divertida, intentar llevar a alguien al lado oscuro del pecado y del placer, y otra cosa era forzar. Eso no podia soportarlo. Tenia muchos anos, era demasiado viejo para consentir ciertas cosas. No en su reino. Siguio caminando por las largas dependencias, cada vez con mas cabreo, hacia su despacho, vestido con unos vaqueros que le quedaban ajustados, mostrando un perfecto trasero y una camisa de seda negra semi abrochada que mostraba un pecho bien torneado, sublime. Tenia la piel color canela, de una tonalidad algo mas fuerte que la media. Y era alto, un metro noventa y cinco de pura fibra y musculos bien definidos. Una larga melena que siempre recogia en una coleta, un mono e incluso dos trenzas que no le restaban ni un apice de virilidad, y una barba de tres o cuatro dias que le quedaba perfecta en aquel rostro bello, varonil y anguloso. Y unos ojos del color del ambar, que cuando se excitaba o enfadaba podian llegar a parecer amarillos brillantes. Como ahora. Hoy se habia cogido dos trenzas, y las dos, del color del chocolate caliente reposaban sobre sus hombros, dispuestas como el, para la batalla. Pero esta batalla seria muy facil de ganar. Entro en su despacho, una habitacion amplia con un sofa cama, aunque rara vez se quedaba alli a dormir, pues en el propio local tenia su habitacion privada, exclusivamente para el, un armario con algo de ropa, una amplia mesa con sillas ergonomicas y un ordenador, asi como material de oficina. Tambien un mueble bar con botellas y vasos. Su refugio. Cuando entro Saura estaba alli. Su amiga, su companera en miles de batallas durante mas de dos mil anos, su mano derecha, la sucubo a la que confiaria toda su vida, todo cuanto el era, la unica que le habia seguido como habia hecho siempre cuando el habia decidido marcharse, abandonar el averno para empezar una nueva aventura, la unica que logicamente conocia su verdadera condicion. Nadie mas sabia quienes eran ellos. Lo unico que veian era una pareja muy atractiva y exotica. Ella era muy bonita, con una piel color avellana y unos grandes ojos color violeta. Era alta, no tanto como el, pero mucho mas que la media, y sus formas bien definidas. Cuando le vio entrar ya sabia que venia encendido. Le conocia bien para adivinar sus emociones, y la de hoy era caliente, muy caliente. --Buenos dias --le dijo Saura. --Hola. Y se sento en su despacho, mirando a la sucubo con atencion. Ella enseguida supo que le estaba dando margen para que le contara como se habian desarrollado los hechos. --Se excedio, esta claro. Entro cuando estaban recogiendo todo al final de la noche. Pillo a Laura en los vestuarios, cuando se estaba cambiando de ropa para marcharse. Ella tuvo la mala suerte de estar sola, siempre es la ultima que termina...y la intento forzar. Los gritos alertaron a Saul y a mi, que nos dirigimos hacia los vestuarios. Cuando llegamos el estaba encima de ella en el suelo, intentando besarla. Laura tenia la blusa desgarrada y un golpe en un ojo. Le habia dado un punetazo para que se callara. Le apartamos enseguida de ella y le encerramos en la mazmorra. A ella intentamos calmarla y llamamos a nuestro medico de confianza para que le inyectara un calmante. Le habia dado una crisis de ansiedad. Saul la llevo a casa y la cuido Jennifer, ya sabes que la camarera y ella comparten piso. A Laura le he dicho que se tome unos dias libres, los que necesite, que no se le van a descontar del sueldo, y que ya nos encargabamos de el. No ha preguntado como. Eso es todo a grandes rasgos. Saura espero a que el hablase, pero parecia sumido en sus propios pensamientos. Pasaron unos largos segundos que a ella se le habian hecho eternos. Parecia una estatua de sal, fija la mirada en algun lugar lejano. Ella sabia que se estaba intentando controlar. --Ha roto las reglas. --dijo al fin. --Y debe pagar por ello --concluyo Saura. --?Donde esta esa rata? ?En la mazmorra? --Si. --Pues vamos. Se levanto con la agilidad de un felino y camino hasta las escaleras que le llevaban a su particular inframundo, seguido de cerca por la sucubo. Descendieron hasta el pasillo donde estaban las mazmorras, lugar que utilizaban para algunos clientes exigentes que necesitaban un espacio que reprodujese las antiguas carceles medievales. Cuando abrieron con su llave la puerta se encontraron con el individuo hecho un ovillo sobre si mismo, atado a una columna de pies y manos. Ya no quedaba nada de la soberbia de antano en el. Ahora parecia mas bien un animal acorralado y temeroso que sabia lo que le esperaba. --Yo...lo siento, Caliban. No queria... --No hables --y le dijo estas dos palabras con tal determinacion en la voz que el deshecho se callo inmediatamente--. No se te ocurra hablar al menos de que yo te lo exija. Tu ya no puedes decir nada. El deshecho se echo a llorar y a Caliban aquello le parecio la gota que colmo el vaso. No soportaba la cobardia, era superior a sus fuerzas. --!Ten al menos un poco de dignidad! --grito atronando las cuatro paredes con su profunda y grave voz. --Levantate --le exigio ahora Saura. Se levanto a duras penas y los miro con mirada suplicante. --?Tienes una ligera idea de lo que te va a pasar? --Le pregunto poniendose mas cerca de el. --No. Yo... --!Silencio! No lo repetire mas... En un momento vas a freirte como una sardina y despues te enviare con mi padre, donde arderas por toda la eternidad. ?Que te parece el plan? El individuo se le quedo mirando sin entender muy bien, pero entonces tanto Saura como Caliban abandonaron su forma humana y los dos mostraron sus verdaderos atributos. Crecieron sus musculos y sus estaturas y unos cuernos en forma de espiral como los de los machos cabrios les asomaron por las sienes retorciendose hacia abajo. Una larga cola terminada en una uve les asomo chasqueando el aire, como un perfecto latigo. Su piel adquirio una tonalidad mas cercana al granate y antiguos y extranos tatuajes les recorrio todo el cuerpo. La ropa quedo hecha jirones a sus pies. El deshecho se meo en sus pantalones. --Ahora si... ?tienes algo que decir? --Pregunto Caliban. Pero el deshecho no podia hablar. Se habia quedado en shock.

  • Rendicion (Premio Alfaguara de novela 2017), Ray Loriga de Ray Loriga

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  • ?Todavia suenas conmigo? (Destino 1) de Lina Galan

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    Mario, rico y atractivo empresario. Su tipo de vida no admite relaciones largas ni estables. Incontables mujeres pasan por su vida atraidas por el y el misterio que parece envolverle.

  • No me importa tu nombre de Erika Fiorucci

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  • El hombre que miraba al cielo de Hernan Rivera Letelier

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    Fue un lunes de aluminio --los lunes son de aluminio-- cuando la figura del hombre aparecio entre la gente. Se paro en una esquina del paseo Prat, alzo la cabeza y se puso a mirar al cielo. Eso fue todo. Era mediodia. El paseo, como siempre a esa hora, desbordaba de gente y, entre la gente, personajes de todas layas y pelajes hacian su agosto: comerciantes, musicos, malabaristas, pordioseros --cojos, mancos, ciegos--, y mas de algun predicador de Biblia en ristre anunciando el fin de los tiempos tal como se anuncia un espectaculo circense. Ademas, ahora ultimo habian aparecido grupos de personas que se paraban en las esquinas mostrando un letrero: se regalan abrazos. Pocos eran los que se acercaban, la gente parecia temer al abrazo de un desconocido o desconocida, asi tuvieran cara de pan de dios. Sin embargo, nadie podia decir que anunciaba el hombre que aparecio aquel lunes en la esquina mas concurrida del paseo. O que vendia. O que regalaba. Ni siquiera si anunciaba o vendia o regalaba algo. Lo unico que hacia era mirar al cielo. Nada mas. 2 Parado en la esquina, ajeno por completo al trafago de mediodia, el hombre mira hacia lo alto. Al pasar junto a el, los transeuntes alzan la vista de reojo y al no ver nada extrano apuran el tranco y siguen su camino. Algunos se detienen, hacen visera con las manos e inquieren hacia arriba en busca del consabido objeto volante no identificado, pero como el cielo se ve limpio --ni una nubecita exposita dibujando alguna alegoria--, fruncen el ceno y se van haciendo claros gestos de contrariedad. Y estan los que, entre serios y divertidos, terminan por acercarsele con aire condescendiente y le hacen preguntas que el hombre, ensimismado en su afan, no oye o no le interesa responder. Pasado el tiempo que demoraria una predica, cuando ya hay varios con la cabeza levantada al cielo, el hombre baja la suya, se pone las manos en los bolsillos y, tan sosegado como su mirada, echa a andar hasta la otra esquina. 3 La primera vez que vi al hombre parado en mi esquina --la esquina mas preciada por pediguenos y artistas de la calle--, yo me hallaba de rodillas en el pavimento pintando con mis tizas de colores. Pintaba el barco pirata. Pintaba y silbaba. Los ovolos esa manana habian sido escasos y yo, sin alzar la cabeza del dibujo, me demoraba en la calavera y los huesos cruzados, detalle que siempre dejaba para el final. Penelope tejiendo y destejiendo, me tardaba todo lo que podia en espera de oir el sonido de las monedas al caer en el tarro. Ese primer dia no hice mucho caso del hombre que miraba al cielo. En verdad no le hice nada de caso. Apenas levante un tanto la vista para verificar que no venia ningun avion en llamas cayendo sobre mi cabeza y segui coloreando. El segundo dia, un martes de plomo --los martes son de plomo--, deje de lado un momento mi dibujo despues de guardar las pocas monedas depositadas en el tarro, y me acerque a fisgonear que carajo era lo que miraba el hombre. Junto a varias personas que habia en torno a el escudrinando las alturas, levante la vista y escrute un buen rato la lonja azul sobre mi cabeza. No se veia nada. Ni un miserable jote rayando la pizarra del cielo. Otro cristiano tan loco como yo, me dije. Y segui coloreando mi papagayo. 4 El hombre, alto y flaco, pelo blanco ceniza peinado hacia atras, lucia una hirsuta barba de quince o mas dias, tambien blanca ceniza. Su cara era alargada, como la de los caballos. Si se tuviera que adivinar su edad, se tendria que decir que estaba entre los sesenta y la eternidad. Vestia un terno a rayas, roido y anacronico, y una despercudida camisa blanca abrochada hasta el ultimo boton. En vez de corbata, llevaba un panuelo negro anudado al cuello, de esos que se usaban antes para guardar luto. El cuero de sus zapatos gastados aun guardaba un unto del color bayo con el que alguna vez brillaron. Parecia enfermo. Tenia la piel reseca y pegada al hueso. Sin embargo, lo que llamaba la atencion no era su aspecto fisico sino su actitud de suave mansedumbre. Y sus ojos color de agua limpia, que parecian lo unico vivo de su rostro. 5 Era diciembre del 2015. El mundo aun se conmovia por el ataque terrorista en Paris. En Chile se habia descubierto otro foco de corrupcion a nivel gubernamental (la metastasis de este cancer alcanzaba a la politica, al comercio, al empresariado, al gobierno, al ejercito, a la iglesia y ahora al futbol). No hay para donde arrancar, decia la gente, y aqui en Antofagasta seguian muriendo personas a causa del arsenico en el agua y del concentrado de cobre en el aire. Al tercer dia de ver al hombre mirando al cielo, un miercoles de bronce --los miercoles son de bronce--, una idea chispeo en mi mente, una idea que quiso ser metafisica y apenas quedo en perogrullada: si el hombre y yo estabamos locos, nuestras locuras eran directamente opuestas; el, con su actitud, hacia a la gente mirar para arriba; yo, con mis tizas, los hacia mirar hacia abajo. Lo mio era terrenal, lo suyo celestial. Lo mio costaba algunas monedas, lo suyo era gratis. Eso era lo otro extrano en el hombre, no mendigaba. No estiraba la mano ni tenia receptaculo alguno --sombrero, tarro, caja-- para recibir ninguna clase de ovolo. A veces algun paseante de buen corazon le ponia un billete en el bolsillo de su paleto oscuro; luego venia otro, le metia la mano y se lo birlaba. El parecia no darse cuenta de nada. O de verdad el dinero le importaba un carajo. Tampoco le preocupaba la aparicion de inspectores municipales o de carabineros. No anunciaba ni vendia ni regalaba nada. Por lo mismo, no tenia que andar arrancando como ocurria con artistas y comerciantes ambulantes. Incluidos yo y mi amiga, la Saltimbanqui. 6 A mediodia del jueves --los jueves tienen el brillo metalico del acero--, cuando el hombre llego a la esquina, yo coloreaba el cuadro que mas monedas me daba, La Virgen y el nino. Como siempre, esperando mas contribuciones, me regodeaba en delinear, borrar y volver a delinear los pliegues de la panoleta de la Virgen cayendo virtuosamente sobre sus hombros. El ruido intermitente de las monedas en mi tarro eran como palmaditas en el hombro: Te esta quedando bien, muchacho. Tres dibujos agotaban mi repertorio: el barco pirata. el papagayo. la Virgen y el nino. Yo no era Kurt Wenner, el padre de la pintura con tiza en el pavimento. Mis pinturas --mas bien mis dibujos-- no eran tridimensionales ni contenian critica social alguna; en verdad no le llegaban ni a los talones a las del artista norteamericano. Lo mio era la escritura, pero nadie lo sabia. Los dibujos solo me daban de comer. Mientras rayaba el pavimento sin levantar la cabeza, silbando bajito como los pajaros, mi concentracion estaba en el argumento de mi futura novela, obra que --sueno de todo escritor-- cambiaria la historia de la literatura universal. En menos de diez minutos, el Mirador, como habia comenzado a llamarlo la gente, logro juntar alrededor suyo a una decena de personas que miraban hacia lo alto con uncion de acolitos. Como esperando la segunda venida de Cristo, me dije pensativo. Ese dia, casi sin notarlo, presa de una curiosidad urgente, di por terminada mi obra, recogi las monedas, guarde mis tizas y me puse a esperar. A esperar que bajara la vista. Cuando lo hizo y echo a andar sin decir nada a nadie, sin responder ninguna pregunta, lo segui. El anciano, con pasos despaciosos, camino hasta la esquina siguiente y, alli, igual que en la anterior, sin decir esta boca es mia, alzo la vista y se quedo mirando hacia arriba.

  • Los vigilantes del faro (Los crimenes de Fjallbacka 7), Camilla Lackberg de Camilla Lackberg

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    Una historia de antiguas leyendas y tragedias familiares entre la decada de 1870 y la epoca actual. La novela mas espectral de la serie Los crimenes de Fjallbacka (Novela negra)

  • Una Atraccion Enmascarada (Romance En Londres 2) de Emily Jo Cooper

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    --!Clarissa! --grito espantada lady Honoria Bladesdton, como sucedia a menudo, cuando vio ingresar al salon a su pequena hija. La rubia nina la ignoro por completo y se dirigio decidida hacia donde su padre leia el periodico. Cuando escucho el alarido de su esposa, el duque miro a su hija y sus ojos se abrieron por sorpresa. Ella se paro frente a el, acomodando la cola del vestido de novia que la duquesa habia usado cuando se caso con el duque y, embutida en metros de tela, lo contemplo muy seria. --Padre, ?puedes concederme un minuto, por favor? --le dijo con su dulce voz y sus enormes ojos azules expectantes. --Claro, princesa, dime lo que esta tramando esa preciosa cabecita -- respondio su padre, luego de una pausa en la que intento reprimir la risa. --?Recuerdas que me dijiste que cuando me casara yo podria escoger a quien seria mi esposo? -- Siguio la pequena mirandolo fijamente, sin inmutarse ante la exclamacion de su madre. --Mmm si, por supuesto --asintio el duque, ocultando una sonrisa tras su taza de te. --Bien, vengo a informarle de que ya lo he decidido --anuncio Clarisa, repasando a sus padres con la mirada. --?Que has decidido? No te entiendo, hija --inquirio perplejo. --Quiero decir que ya elegi a quien sera mi esposo --aclaro ella con voz impaciente. --Ah, ?si?, pero ?no crees que aun eres muy pequena para pensar en casarte? --pregunto el duque muy divertido ante las ocurrencias de su hija. --Noo, no lo creo. Ayer celebre mi sexto cumpleanos. Ya soy grande, padre --contesto ella negando con su cabeza repetidamente. --Clarisa, hija, por favor, de don... --comenzo a decir su madre, pero se interrumpio al ver la sena imperceptible que le hacia su esposo. --?Por eso estas vestida asi, hija? Aunque tu lo decidas, todavia debes contar con mi permiso y mi bendicion. Puedes decirme quien es el nino --dijo el hombre con los ojos que brillaban de hilaridad. --Clayton..., no le sigas el juego en todas sus ocurrencias --le advirtio Honoria afligida, aunque se veia que trataba de no mostrar su diversion. --No es un juego, madre. Me he enamorado. Y tampoco es un nino, sino un caballero. Hoy mismo me casare; si quieren, pueden asistir a mi boda --los corto la nina. --Asi que un caballero. Pues no puedo prometer que ire, si antes no me aseguro de que es el hombre adecuado para ti --replico Clayton fingiendo meditarlo. La nina los miro sonadora, y con voz solemne anuncio: --!Ohh, es mas que el adecuado! El hombre que escogi es un conde: me casare con lord Steven Hamilton. Capitulo 1 Recuerda que la atraccion no siempre ocurre a primera vista... Capitulo uno del libro Consejos para un romance exitoso Los celos, a menudo, son el comienzo de la atraccion… Capitulo dos del libro Consejos para un romance exitoso Londres, Inglaterra, 1815 Sentada en la ventana de su sala favorita de la casa, Clarissa Bladeston miraba, con melancolica expresion, la profusion de rosas que decoraba el hermoso jardin de su madre. La primavera estaba en su esplendor; mayo llegaba con aire de romance y amor, contagiando a todo aquel que pululaba por la bella Londres. La temporada social estaba a pleno en esos momentos: cada noche se celebraban multiples fiestas, por lo que las anfitrionas debian competir para tratar de atraer a la multitud noble a su evento, y asi garantizar el exito del mismo. Para cualquier persona, ser la hija de un duque y pertenecer a la clase noble y privilegiada, estar en su primera temporada, asistir cada noche a un baile distinto, pasar sus tardes paseando por Hyde Park o en meriendas campestres y tener como pasatiempo ir de compras por Bow Street seria el paraiso absoluto, un sueno cumplido. Para cualquiera menos para ella. Poniendose de pie, salio de la sala de estar para subir a su cuarto. Una vez alli, se sento en su tocador y observo su reflejo en el espejo. Su imagen era la de siempre: su cabello rubio claro seguia impecablemente peinado, sus ojos azules y sus largas pestanas la miraban con fastidio, y una mueca de enojo se percibia en sus labios con forma de corazon. No era que su apariencia le molestara, o que no estuviera agradecida por ser considerada hermosa; lo que le fastidiaba era que su imagen era la de una joven candida e inocente, la de una fragil flor. Por supuesto que su aspecto fisico coincidia con su edad, ya que no hace mucho habia cumplido sus dieciocho anos, pero no por eso le molestaba menos parecer tan nina y poco mujer. A pesar de ser considerada una beldad y un exito en su temporada, y de tener a una joven corte masculina suspirando por ella, nada de eso la satisfacia o hacia feliz. Porque cambiaria todo eso, sin dudarlo, por una sola mirada de ese hombre, el caballero al que le pertenecian sus pensamientos, sus suspiros y su amor, y al que no podia olvidar ni quitarse de la cabeza. Lo habia intentado cientos de veces a lo largo de los anos, pero su corazon se negaba a resignarse. No podia aceptar que su amor por el fuera un completo imposible, por lo que se dedicaba a anorarlo, desearlo y quererlo en silencio. Ese era su secreto: amaba como una loca a un hombre que no la veria nunca como ella queria, aunque por lo menos tenia su amistad, su cercania y su carino, y con eso debia conformarse, porque era a lo maximo que podria aspirar. Para el solo era una agradable jovencita, alguien a quien cuidar, proteger y querer. Tal y como a una de ellas, el la veia como a una de sus tres hermanas. La miraba como a una nina y ella odiaba eso. <>, penso Clarissa mas fastidiada aun. Un golpe en la puerta interrumpio sus tortuosos pensamientos. --Adelante --dijo, girandose en la banqueta para recibir al visitante. --Hija, ?que haces vestida asi todavia? Anda, debes cambiarte o llegaremos tarde al baile de lady Asthon --dijo su madre, con su acostumbrado tono quejoso, cuando la vio. Clarissa la observo unos segundos. A pesar de ya no ser una jovencita, Honoria era realmente bella: conservaba su rubio cabello con apenas unas canas y su gracil y esbelta figura estaba intacta. Ella, como su hija, era su vivo retrato. Eran practicamente iguales, con la diferencia de que su madre no tenia ojos azules, sino que eran de un raro color gris verdoso. --Madre, ?no puedo quedarme en casa hoy? --le pregunto, sabiendo lo que responderia. --Clarissa, no lo repetire. Ya bastante tiempo perdimos yendo a visitar a Bath a mi hermana, y luego con todo lo que sucedio con Nicholas. Esta es tu primera temporada; casi se arruina y caemos en desgracia. Y ya que por un milagro todo se soluciono, debemos aprovechar para conseguirte un buen marido, ?esta claro, hija? --Termino su madre, lanzando una de sus miradas intimidantes. --Si, madre. Estare preparada --respondio, reprimiendo un bufido exasperado. --Bien, llamare a tu doncella. Ponte el vestido lavanda --le ordeno Honoria y luego salio. Suspirando frustrada, Clarissa observo su retirada. Por mas que lo intentase, ella no podia imponerse a su madre. Honoria tenia un caracter dominante e intimidante a partes iguales. Era una madre dedicada y presente, pero tenia la tendencia al drama y a la exageracion. Rara vez sonreia, porque habia sido criada con las reglas inflexibles de la etiqueta y el decoro de la mas exigente alcurnia inglesa. Sin embargo, hacia gala de un gran sentido del humor cuando queria, y Clarissa pensaba que secretamente disfrutaba de la irreverente actitud que siempre tenian Nick y ella. Su familia estaba compuesta por su hermano mayor y actual duque de Stanton, Nicholas; su segundo hermano Andrew, vizconde de Bradford; y su madre, duquesa viuda de Stanton desde que su padre hubo fallecido, hacia ocho anos. Su hermano mayor se habia casado dos dias atras, luego de haber protagonizado el escandalo mas rutilante de los ultimos anos, cuando huyo con una mujer comprometida, lo que hizo que, por poco toda la familia cayese en la ruina social. Si no fuera porque finalmente se casaron dando relativa respetabilidad a esa relacion, y porque a un duque pocas cosas no se le perdonaban, la historia seria otra: estarian sufriendo total ostracismo y ningun apellido o dote alcanzaria para lograr que un caballero pidiese su mano, o siquiera se le acerque, para el caso. Pero como eso no paso, era hora de volver a los salones de baile y hacer de tripas corazon para intentar conseguir un esposo, mientras veia al dueno de su corazon reir, bailar, admirar y, tal vez, seducir a otras mujeres. Y pensar que su reciente amiga y recien estrenada cunada, Elizabeth, habia conseguido el corazon de su duque en un mes, y ella en dieciocho anos no habia logrado ni un beso de su conde. <>. De vuelta en Londres, Steven Hamilton, sexto conde de Baltimore, debia volver a la rutina diaria: divertirse y gozar de los placeres que Londres ofrecia. Su vida si que era buena, de verdad no podia quejarse. Se le habian concedido todas las virtudes: linaje, dinero, apostura y simpatia. Eso no debia sonar muy humilde, pero era cierto. Y no era que el se habia endilgado a si mismo aquellas caracteristicas, sino la propia sociedad inglesa. No seria el quien se lo discutiera; no cuando se habia beneficiado veintiocho anos de ello. Por supuesto, no era tan frivolo para no ver que lo que lo hacia de verdad afortunado era su familia y sus amigos. Luego de la repentina y tragica muerte de sus padres, producida diez anos atras, debio hacerse cargo de sus hermanitas. Se sentia realmente orgulloso de sus tres hermanas pequenas, quienes ya no eran tan ninas, aunque le enfermara admitirlo. Las gemelas Rose y Violet habian cumplido sus dieciseis anos; por esto decidieron retrasar un ano la presentacion de Daisy, la hermana del medio, la cual ya habia cumplido la mayoria de edad, y asi entrar en sociedad juntas. <>, penso Steve atribulado. Asi que, por lo menos, le quedaba un ano para disfrutar de su vida de soltero irresponsable y pensaba aprovecharlo; no como su mejor amigo Nicholas, que ya se habia echado la soga a su cuello ducal. No, el compromiso no era para el conde. El no podia imaginar su vida atada a una sola mujer. Definitivamente no; el tenia un corazon generoso y grande, amaba a todas las mujeres y ellas, a el. El amor y el matrimonio eran demasiado complicados para Steve. ?Para que arruinar su perfecta existencia?: tendria que ser necio para hacerlo. <>, le susurro ese molesto tipo que vivia en su interior. --!Tu, callate! --refunfuno en voz alta justo cuando su carruaje se detenia. --?Milord? --pregunto su lacayo, parado junto a las puertas del coche, intentando ocultar su perplejidad. --Olvidalo, Tim. Te vere mas tarde --respondio Steven, bajandose del vehiculo y dirigiendose a las escalinatas de la gran mansion. El baile de lady Asthon estaba en su auge cuando Steven hizo su entrada. Las parejas se esforzaban girando en la pista y las conversaciones se volvian estridentes, intentando hacerse oir. Con Nick en Edimburgo quien disfrutaba de su luna de miel, se veia obligado a buscar distraccion por su cuenta. Tomo una copa que un lacayo le habia ofrecido, y decidio ir a la sala de juegos, ya que los carnet de baile de las mayoria de las damas estarian llenos a esa altura de la velada. Saludando a sus amistades, que lo detenian a cada paso, comenzo a sentirse sofocado por el agobiante calor que reinaba en la estancia. Asi que, valiendose de su gran estatura, ubico los ventanales que, seguramente, daban paso al jardin de la casa. Cuando se abria paso hacia las puertas ventanas, vio salir a una pareja, ambos altos y rubios, por ellas. De inmediato le llamo la atencion la mujer; sabia de quien se trataba, pues no eran muchas las damas que hacian gala de esa altura. Dejando a un colega con la palabra en la boca, apresuro el paso hasta salir al exterior. La pareja bajaba las escaleras de la terraza, y pronto se perdieron por los altos setos del jardin. <>, penso molesto y frustrado, acelerando la marcha tras de ellos. Luego de un momento de infructuosa busqueda, dio con ellos y lo que vio lo dejo petrificado y furioso. Ellos no habian notado su presencia, asi que camino hasta posicionarse bajo la luz nocturna que la luna les proporcionaba. --Si no apartas tus manos de ella en este instante, puedes darte por muerto, Gauss. --Su voz resono con tono mordaz y amenazante, lo cual logro intimidar mas que su mirada letal y su postura tensa. Capitulo 2 Aveces, intentar desviar la atencion del objeto de su deseo puede resultar una buena estrategia para despertar la atraccion... Capitulo tres de libro Consejos para un romance exitoso En ocasiones, el antagonismo que surge entre dos personas solo es un intento de camuflar la mutua atraccion... Capitulo cuatro del libro Consejos para un romance exitoso Luego de bailar su cuarta cuadrilla, Clarissa se sentia acalorada y un poco mareada; su companero de baile la llevo hasta su madre y se alejo con una reverencia. <>. --Si sigue arrugando asi su linda cara, le quedara una marca --dijo una voz muy grave y masculina justo en su oido, que la hizo sobresaltar. --!Lord Gauss!, !que placer volver a verlo! --Lo saludo cuando giro y vio a Sebastien Albrigth, conde de Gauss, el hermano mayor de su reciente cunada Elizabeth. El se inclino sobre su mano enguantada y deposito un beso un poco mas largo que el permitido por el protocolo. Clarissa de inmediato se ruborizo. El conde era muy apuesto y extremadamente masculino; tenia el pelo muy rubio, como el de ella, pero lo mas fascinante de su apariencia eran sus increibles ojos purpuras, enmarcados por unas largas pestanas muy claras. Gauss se enderezo, dejando ver su gran altura; su contextura era poderosa, con una espalda muy ancha. El la miraba con un brillo travieso en sus ojos y una sonrisa indolente aparecio en su rostro de mandibula cuadrada. --El placer es mio, lady Bladeston, estaba buscandola --comento con voz ronca. !Ohh, Dios!, esa sonrisa era fascinante, pero no le quitaba el aliento ni la hacia sonreir como tonta. ?Por que?, !Por que no podia sentir ni de cerca lo que Steven le provocaba! --?En que puedo servirle, milord? --Se apresuro a responder, antes de que pensara que era lenta o tonta. --Queria saber si ha tenido noticias de mi hermana; desde que la deje en su casa, no he sabido mas de ella --dijo el, luego de saludar a la duquesa viuda, que se habia vuelto hacia ellos para marchar a la sala de bebidas, y dejarla asi con el conde. --Si, milord. Despues de que usted partiera, Lizzy paso la noche en casa. Y al dia siguiente decidio partir con mi hermano hacia Escocia --contesto ella, intentando sonar tranquila. No sabia como reaccionaria el conde si se enteraba de que su hermano habia raptado a la suya. --?Escocia dijo? --respondio perplejo, mostrandose serio de repente. --Mmm... Milord, vera, como le explico... --Empezo a tartamudear incomoda. <>. --No se inquiete, lady Clarissa. ?Le parece que salgamos al jardin para poder hablar mas tranquilos? --La interrumpio el conde al ver su apuro; cuando ella asintio le ofrecio su brazo e iniciaron la marcha. El aire fresco les dio la bienvenida cuando salieron por las puertaventanas, llevandose su sofoco y acaloramiento, pero no su nerviosismo. --Milady, no debe sentirse nerviosa. Puedo asegurarle que no me enfadare con usted por las acciones de su hermano --aseguro el, interrumpiendo el silencio. --Esta bien, milord --asintio Clarissa, mirando su perfil--. Nicholas y Elizabeth decidieron viajar a Gretna Green, hace dos dias se casaron y ahora estan pasando su viaje de novios en Edimburgo. --Termino rapidamente antes de arrepentirse. --Bien, creo que, dada la situacion, es mejor que este alli que en Londres --cavilo el mientras bajaban las escalinatas del hermoso jardin. --Si, ?como esta su padre? --pregunto ella, observando como su expresion se ensombrecia. Dias atras, el padre de su cunada, el marques de Arden, habia sido detenido por la Corona bajo graves acusaciones de espionaje y traicion. --Mi padre esta como cabria de esperarse de un hombre al que lo han injuriado poniendo en duda su honorabilidad. Pero ya ha sido liberado, aunque no puede abandonar Londres hasta que su nombre y su inocencia sean probados --respondio el conde con tono y mirada indescifrables. Clarissa no sabia si Gauss seguia enojado con su hermano y con Steven por haber participado en la investigacion que habia terminado en la detencion del marques. --Lo siento, milord --se disculpo, afligida por aquella situacion, en la que se sentia involuntariamente involucrada. --Aceptare tu ofrenda de paz si me explicas por que Hamilton nos esta siguiendo con un ceno feroz en su rostro --propuso Gauss, volteando a mirarla con una sonrisa divertida. Clarissa tropezo al oirlo y, ayudada por el, retomo el equilibrio, devolviendo su mirada con los ojos abiertos como platos y con las mejillas sonrojadas furiosamente. Incredula, intento girar su cabeza hacia atras para comprobar si su comentario habia sido real. --No lo hagas, o nos delataras --le advirtio el noble, impidiendole mirar y haciendola doblar a su derecha por el camino de setos verdes, perfectamente recortados. --Milord, creo que es mejor que regresemos. No quiero que tenga problemas con lord Baltimore --respondio con repentina inquietud y con la voz temblorosa, tratando de calmar el loco retumbar de su corazon. --No se preocupe; aunque sea evidente que no les agrade a su hermano, el duque, y a su amigo conde, no por eso debo cortar con esta incipiente amistad que esta naciendo entre nosotros, ?no cree? --inquirio Gauss con tono intimo, poniendo una mano sobre la suya, lo cual logro que su sonrojo llegara hasta la raiz de su cabello. --Mmm... si, usted me agrada y, despues de todo, ahora somos familia -- acepto Clarissa tras reflexionar sobre sus palabras. --Que bueno que coincide conmigo. Entonces, ?me dira por que Steven Hamilton nos esta siguiendo? --repitio el conde hilarante. --No lo se, milord. Seguramente se lo pidio mi hermano, siempre actuan asi. Si Nicholas no puede cuidarme, lo hace Steven. No entienden que ya no es necesario: creci y ya no soy una nina --respondio, sin poder ocultar su enojo. El conde la guio hacia un banco de piedra que estaba ubicado junto a una hermosa fuente. Clarissa miro hacia el camino y no vio a Steven, por lo que respiro tranquila, aunque seguia molesta. Estaba harta de ser tratada como una nina. Negandose a admitir que tal vez se estaba comportando como una al esconderse de Steven y permitir que Gauss, quien era conocido por ser un libertino seductor, la alejara de la vista de los demas invitados. Se concentro en su acompanante, que la miraba con una sonrisa indolente y algo perturbadora. --Me parece que es justo, porque lo entendieron, que la protegen tanto, milady --vaticino el, deteniendo sus pensamientos. --?Que quiere decir, milord? --pregunto ella, sin llegar a comprender el sentido de sus palabras. --No, llameme Sebastien, por favor --solicito el, negando con la cabeza y tomando su mano con delicadeza. Sin poder evitarlo, Clarissa se sentia hipnotizada por esos ojos violetas; no era que lo queria, pero no podia negar que se sentia atraida.

  • Salvando el Para Siempre 3 de Lexy Timms

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    Charity Thompson esta encontrando su camino en la vida. El Dr. Elijah Bennet esta demostrando ser la tentacion consumidora que ella no quiere perder. Charity todavia esta tratando de demostrarle a su obstinado padre que tiene exito, que no tenia derecho a estar decepcionado de ella por haber abandonado la facultad de medicina.

  • Emperadores y barbaros de Peter Heather

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    Peter Heather, autor de La caida del Imperio romano, nos propone una vision innovadora de la historia de los barbaros. Basandose en los nuevos hallazgos de la arqueologia, combate el topico de una Europa dividida en la antiguedad entre un Imperio romano prospero y cultivado y unos espacios habitados por tribus de barbaros pobres e incivilizados.

  • No volvere a tener miedo, Pablo Rivero de Pablo Rivero

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    El reconocido actor Pablo Rivero da el salto a la literatura con una opera prima perturbadora, hipnotica y genuina.

  • Operacion Munich de Rosa Tellez

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    Cuando Elena se reencuentra con Nando tras siete anos sin saber nada el uno del otro, la pasion que desbordaban cuando se conocieron resurge cual Ave Fenix de sus cenizas.
    Su historia comienza cuando Nando salva la vida a Elena tras un atentando de los insurgentes en la base de PRT en Afganistan, donde se encontraban realizando labores de reconstruccion del pais por encargo del Ministerio de Defensa de Espana.
    Tras aquel acontecimiento, nada sera igual. Elena y Nando emprenderan un camino juntos que cambiara sus vidas para siempre y que les adentrara en situaciones extraordinarias, teniendo que llevar a cabo acciones extremas de las que dependeran sus vidas.
    Nada, ni nadie, es lo que parece.
    Pasion desenfrenada, intrigas, mentiras. todo para conseguir un objetivo incierto.
    Adentrate en esta aventura que no te dejara indiferente.

  • El Gringo de Charlotte Bennet

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    Cada vez que regreso a Granville revivo una parte triste de mi ninez. Aquella en la que la enfermedad de mi madre Norma nos mantuvo en vilo a mi padre Bill y a mi. Ella padecia un tumor maligno en la cabeza. Una noche se acosto y no se desperto. Recuerdo que mi padre me abrazo mientras yo lloraba desconsoladamente. Fue asi como el y yo iniciamos una larga travesia por un desierto lleno de tristeza. De este modo tuvimos que aprender a encajar su perdida como mejor supimos, aunque nos costo mucho hacerlo. Mi padre se refugio en mi y en el cuidado de nuestro rancho, Lemon Creek. Ello lo distraia y mantenia ocupado parte del tiempo. Lucho e invirtio su dinero para hacer que fuera el lugar idoneo en donde vivir. Yo le ayudaba en todas las tareas, especialmente en cuidar y dar de comer a los caballos y al resto de ganado, asi como limpiar las caballerizas. Ello me hacia sentir util y, al mismo tiempo, queria que mi padre se sintiera orgulloso de mi y conseguir que no se sintiera solo ni triste... El me enseno a sentir pasion por los caballos y a domarlos para que fueran agiles como el viento. Mi padre era un extraordinario jinete que participaba en las distintas competiciones estatales. Casi siempre nos haciamos con el primer puesto...Otras, nos conformabamos con un segundo lugar. La idea era ganar un dinero extra que nos venia bien al rancho, aunque la ausencia de mi madre seguia ahi vigente a pesar del paso de los anos. Mi padre volvio a recuperar la ilusion con la venta de productos agricolas. Dicho negocio empezo a dar su fruto, pero necesitabamos personal en el rancho. Asi fueron llegando distintos peones y capataces mientras yo iba a la escuela. No queria dejar a mi padre solo, tenia que estar ahi, al pie del canon y velar por los intereses de nuestra familia, pero para mi padre que fuera a la escuela era lo mas importante. Mi padre le contaba sus logros a mi madre cuando le llevabamos flores a su tumba una vez por semana. Podria decirse que ella velaba por nosotros desde la otra vida y nos ayudaba a seguir adelante, pero una mala inversion hizo que toda esa estabilidad economica se rompiera en mil pedazos. Mi padre tuvo que pagar a los empleados y prescindir de sus servicios... Las deudas nos asediaron y esto provoco que mi padre pusiera en venta una parte de nuestras tierras. Era de esperar que nuestros vecinos los Holland pujaran por ellas. Ello origino que su malvado hijo Jared se burlara de mi en la escuela y yo le diera un punetazo por el que fui enviada al despacho del director, que llamo a mi padre para que tomara cartas en el asunto. El no me regano, sino que me felicito por haberme defendido. A decir verdad, nuestra relacion era excelente. Nos entendiamos con solo mirarnos a los ojos, pero he ahi que Penney Montgomery, duena de uno de los bares de la zona, le echo el ojo a mi padre porque ella tambien habia enviudado y tenia dos hijas de mas o menos mi edad, Liss y Flora. Mi relacion con ellas en la escuela era buena, pero no me hizo ninguna gracia que Flora insinuara aquello de que pronto seriamos hermanas. Recuerdo que le monte un pollo a mi padre, el cual me dijo que era solo una buena amiga con la que conversaba mientras tomaba un trago en la barra de su bar. Yo no le creia y para demostrarmelo dejo de frecuentar su negocio. Desde ese dia las hermanas Montgomery se aliaron con Jared Holland para hacerme la vida imposible en la escuela. Siempre llegaba a casa con la ropa manchada y con rasgunos...Mi padre llamo la atencion de los Holland y a la senora Montgomery, que me echo la culpa a mi. Mi padre recurrio al director y eso hizo que ya no volvieran a molestarme, pero me converti en la nina repudiada de la clase. Solo Taylor Sullivan quiso ser mi amiga. Ella y yo eramos como una y carne. Yo iba a su casa y ella venia a la mia. Haciamos los deberes juntas y le gustaba ayudarme en el rancho. Por otra parte, Jared seguia intentando amargarme la existencia, pero siempre salia mal parado. En cuanto a mi padre, supo gestionar mejor nuestro negocio y, poco a poco, volvimos a recuperar la estabilidad economica. Aquellas competiciones nos dieron el prestigio que los Holland no tenian y por eso nos declararon la guerra. A veces, su ganado invadia nuestras tierras rompiendo las vallas de separacion, pero hacian como que la cosa no iba con ellos. Mi padre llamaba al sheriff y el se encargaba de poner orden porque conocia a los Holland y como actuaban. Esto, al menos, nos permitio vivir en paz durante un tiempo durante el cual yo deje de ser una nina y me converti en mujer. Tenia preguntas que mi padre, por pudor, no se atrevia a responder asi que hizo venir a Georgia, la madre de Taylor, la cual me salvo del desastre aquel dia cuando tuve mi primera regla. Mi amiga de la infancia y yo fuimos a otro instituto. Alli el ambiente era totalmente distinto al de la escuela. Tanto Taylor como yo nos arreglabamos para no parecer unas anticuadas ante aquellos chicos guapos que habia, pero a mi padre no le hacia ninguna gracia que usara minifalda. A el le costaba entender que yo ya no era una nina sino una adolescente que estaba experimentando nuevas emociones y que estaba descubriendo el mundo, siendo la moda mi gran pasion. Veia en la television a aquellas modelos y sonaba con ser como ellas algun dia. Taylor, en cambio, se conformaba en cuidar de que su novio, Rush Prawner, no la enganara con alguna de las animadoras, pero lo hizo y Taylor quiso matarle, y aunque no llego la sangre al rio, rompio con el. Yo me aparte de esa clase de movidas y me concentre en cuidar mi aspecto. Yo habia heredado los rasgos de mi madre. Era alta, esbelta y tenia el cabello rubio y ondulado, asi como su piel tersa y palida. De mi padre solo herede su caracter obstinado pero luchador. Me encantaba maquillarme y vestir a la moda y aspiraba a llegar a lo mas alto como disenadora. Por eso cuando acabe el instituto envie solicitudes a diferentes universidades esperando que me escogiera alguna junto a Taylor. Nuestra sorpresa fue que nos aceptaron en la de Nueva York. Era de esperar que mi padre se opusiera. No queria que me fuera tan lejos, sino que estudiara a distancia. Detestaba las grandes ciudades por el peligro que entramaban, pero queria dar el paso y conseguir cierta independencia. Granville se habia convertido en una jaula para mi. Queria forjarme un futuro, pero mi padre no estaba de acuerdo. Queria que me quedara en Granville. Tuvo que ser la madre de Taylor quien le disuadiera sutilmente, aunque al principio no fue facil convencerle fue el quien nos llevo a Taylor y a mi y aprovecho para conocer el lugar donde ibamos a alojarnos. Era un pequeno apartamento con bano y cocina incluidos. Todo estaba ordenado y limpio y quedaba a unas cuantas manzanas de la Escuela de Diseno, aunque a mi padre no le gusto la zona. Pero me hizo prometer que le llamaria todos los dias y que no nos fiariamos de nadie, por no decir que me dio una lista de cosas que no debia hacer. Yo acepte sin dudarlo. Asi fue como me permitio quedarme. Estar lejos de mi padre me hizo reflexionar y madurar mas de lo que lo hubiera hecho en el rancho. Bien es cierto que le echaba de menos tanto como el a mi, pero me hacia la fuerte cada vez que hablabamos por telefono. Luego, al colgar, me ponia a llorar. Habia momentos en lo que queria renunciar a todo y volver a su lado, pero yo tenia una meta que debia de alcanzar. No podia rendirme, sino luchar para lograr mi sueno. Pero nadie dijo que fuera a ser facil. Durante aquellos intensos meses me vi desbordada con tantos examenes y trabajos. Taylor, en cambio, se lo tomaba todo con calma. Le cundia el tiempo incluso para distraerse los fines de semana. Yo no podia decir lo mismo. Queria sacarlo todo adelante. Pronto mi concepto de la vida cambio drasticamente y me di cuenta de que debia esforzarme el doble para lograr las cosas que queria. Y eso fue lo que hice mientras Taylor compaginaba la diversion con estudiar. No se perdia ninguna de las fiestas que habia en el campus. Yo estudiaba, y como el dinero que mi padre me enviaba apenas cubria pequenos gastos, me puse a trabajar como camarera en un pub nocturno. Nunca se lo conte a mi padre por temor a que se enojara y me obligara a volver a Granville. Ganaba buenas propinas, aunque los clientes, en su mayoria universitarios eran autenticas lapas. Taylor penso que deberia pedirle mas dinero a mi padre en lugar de tener que soportar a esos pesados, pero yo preferi no hacerlo. Queria demostrarme que podia valerme por mi misma sin tener que depender de mi pobre padre. Aunque salia tarde del trabajo y me sentia muy cansada parte del tiempo, jamas deje de luchar para llevarlo todo adelante. Un dia entro un cliente en el pub que resulto ser un cazatalentos. Me vio y le agrade, asi que me facilito la tarjeta de una conocida agencia de modelos de la ciudad. Debia preguntar por un tal C.J. y decir que me habia enviado Reynaldo. Recuerdo que le di las gracias y segui trabajando como si nada. A la manana siguiente tras salir de clase probe suerte y marque ese numero desde una cabina. Estaba nerviosa, pero respire hondo. Dicha llamada cambio el rumbo de mi vida porque, sin que mi padre lo supiera, pase a formar parte de dicha agencia de modelos despues de hacerme una prueba. Solo tenia que pagar unas cuotas mensuales. Era una locura, pero me organice y compagine mis estudios con tomar clases de modelo. Algo a lo que queria aspirar cuando solo era una nina. No podia creer que diera el paso. Era de locos...

  • Las pruebas del amor de Liah Jones

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    Una pareja joven, en plena crisis, decide hacer un viaje para solucionar sus problemas de convivencia. Alli conoceran a un matrimonio liberal y muy experimentado, que pondra al limite la relacion de los jovenes con nuevas y peligrosas tentaciones.

  • Complaciendo a la dama de Tania Villar

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    Sientes que tu carrera esta a punto de terminar antes de que empiece, hasta que llega la oportunidad que puede cambiar tu vida.

  • Cielo en llamas de Leila Mila

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    Desde que la Tierra fue invadida, la vida se ha convertido en una lucha constante por la supervivencia. En un ultimo intento por recuperar su mundo, la especie humana esta inmersa en una cruenta batalla que decidira el destino de toda la humanidad.
    Es en medio de la voragine cuando, entre las ruinas de una nave abatida por la Resistencia, aparece Makensi. Desorientada, magullada y aterrada, se ve arrastrada a la base de la faccion de Maverik, un lugar hostil donde la tratan como a un enemigo mas. Alli descubre dos cosas.
    La primera: ella tambien desconfia de si misma.
    Y la segunda: tiene en sus manos la llave para lograr la victoria.

  • En las fauces del leon (Hanne Wilhelmsen 4) de Anne Holt

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    La primera ministra noruega ha sido asesinada. Tras apenas seis meses de mandato, su cadaver aparece en el despacho oficial con un tiro en la cabeza. ?Se trata de un asesinato politico o de una venganza personal?

  • Una rosa en la batalla de Brenda Joyce

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    Alana le Latimer era hija bastarda de un noble y, por esa causa, su poderosa familia, los Comyn, la habia olvidado y abandonado. Su abuela la habia criado en soledad, y siempre habian vivido a cierta distancia de la guerra de Escocia. Sin embargo, cuando la batalla se acerco a su hogar y se vio obligada a salvar de la muerte a un guerrero enemigo, su vida empezo a correr peligro.

  • La eleccion de Esther de Carlos Portela , Purita Campos

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    Esther acaba de cumplir cuarenta anos.

  • El asesino de Alcasser de Teresa Ortiz-tagle

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    Gloria Goldar es una periodista de investigacion ligada a asociaciones de victimas que se oponen a la excarcelacion de Angles. De forma inesperada, recibe una extrana oferta del abogado del preso: Un contrato en el que se compromete a no pedir el tercer grado, a permanecer encerrado los cuatro anos que le quedan y morir en prision, ya que esta gravemente enfermo.

  • Pasion Indomita (Kavanagh 1) de Emily Blayton

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    Sophia Carrington parecia destinada a la solteria. Sus escasos talentos para el flirteo, su dote escasa y una madre recalcitrante y enfermiza que trata de convencerla de que ella no esta hecha para el matrimonio, todo parece conspirar para que se convierta en la solterona de la familia.
    Hasta que conoce a Ephraim Kavanagh, el irlandes. Un caballero guapo y fascinante pero con un oscuro pasado.
    Los lugarenos huyen de ese hombre y se santiguan a su paso. Aseguran que tiene una pesima reputacion y que en verdad esta maldito.
    Todos le advierten que es muy mala idea tener amistad con ese irlandes, pero ella esta harta de hacer siempre lo correcto…

  • Belle de Amaya Evans

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    Despues de que la vida a la que estaba acostumbrada se le escapa de las manos, Belle Dwan asume un puesto imposible: ser una criada en casa del baron Clarence. Ella no tiene a donde ir y con una situacion desesperada no le queda mas remedio que aceptar trabajar con aquel hombre malhumorado y su esposa, una coqueta insufrible. Pero en un giro del destino, Belle se da cuenta de que el baron no es el hombre terrible del que todos hablan y sabe que la unica forma de ayudarlo, es llegar a su corazon sin poner en riesgo el suyo.
    Gabriel Devonte, baron de Clarence, es un hombre atormentado por un matrimonio que es solo una farsa y una mujer hueca, que solo quiere vivir de fiesta en fiesta y volverlo un cornudo. Cada dia que pasa su temperamento es mas hosco y amargo hasta que conoce a la nueva criada de la casa; un pequeno raton que se encuentra donde quiera que va. Siempre esta en los lugares equivocados y enciende su temperamento de una forma inexplicable, aunque tambien por mas loco que parezca, enciende su deseo.

  • Guardia de mi corazon (Ritmo cardiaco 2) de Larissa De Silva

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    No creia que el hombre de aspecto perfecto existiera. Sabia que no existia. Sin embargo, levante la vista de mis deberes y alli estaba, fuera de mi ventana, trabajando. No llevaba camisa, y sus abdominales estaban cincelados, y aunque su pelo se le metia en la cara, no queria nada mas que ir alli y besarle. No hice nada de eso. Lo mire, lo salude y espere que me devolviera el saludo. Nos conociamos desde ninos, y el siempre fue amable conmigo. Se habia ido durante el verano, y cuando volvio, se habia hecho alto, su espalda se habia ensanchado, y de repente tenia definicion en sus abdominales. Lo recordaba como el nino malhumorado con cinturones de taches y las camisas de manga larga debajo de las blancas sueltas. Ahora parecia que apenas salia de casa, y cuando lo hacia, siempre llevaba pantalones cortos cargo y poco mas. Parecia que solo salia de casa para hacer trabajo de campo, y aunque fuimos juntos a la escuela, ya no lo vi mas. No habia ninguna valla entre nuestras casas, lo unico que las dividia eran unos robles dispersos entre los limites de la propiedad. Habiamos plantado algunos juntos, cuando apenas eramos mas altos que las rodillas de nuestros padres. Asi era nuestra relacion. Habiamos estado muy unidos. Habiamos crecido juntos, a un tiro de piedra del otro. Cuando eramos mas jovenes, antes del verano, solia acompanarme a la escuela. Pasaba las tardes en mi casa, y hablabamos y jugabamos, y haciamos los deberes juntos. Nunca se sintio de otra manera que como deberia haber sido, asi que cuando dejo de venir, las cosas se sintieron mal. Se sentian mal. Nuestro primer beso habia ocurrido hace unos pocos veranos, tambien, y habia sido tan breve, y tan tonto. Me habia preguntado si queria intentarlo, si queria ver lo que se sentia. No habia sido magico. Habia sido practico, cientifico, divertido. Y luego no lo habiamos vuelto a hacer, y todo habia estado bien. Nunca habiamos hablado de ello. Lo intentamos, y nunca afecto nuestra amistad. Eramos ninos y pasabamos por un momento extrano de nuestra vida juntos. Pero siempre fuimos parte de la vida del otro. Eso era una certeza. Despues del verano, cuando dejo de venir, fue cuando las cosas empezaron a sentirse tan raras. Y en ese momento, ni siquiera me estaba saludando. Me estaba ignorando, dandome la espalda, y yo no podia evitar estar furiosa. Aunque no me hubiera visto, normalmente me saludaba, me buscaba. Sabia que no podria volver a mis deberes antes de aclarar las cosas con el, porque no iba a ser capaz de concentrarme. Necesitaba que me dijera como le habia ofendido, o que diablos habia pasado durante el verano que le habia hecho sentir que era mucho mejor que yo. Me levante, sali por la puerta lateral de mi casa, me salte los dos pasos de la entrada trasera y me acerque a donde estaba el, con los punos a los lados. Se alejo de mi hasta que practicamente tuve que correr para alcanzarle, mis chanclas se movian bajo mis pies. Sus piernas eran mas largas que las mias, y sabia que estaba tratando de conseguir estar lejos de mi. Fingia no oirme y yo no queria gritarle. No queria tener que exigir su atencion. Cuando finalmente llegue a donde estaba, puse una mano en su hombro y el levanto su cuello para mirarme. Sus ojos azul claro, que parecian crecer cada ano, se estrecharon. Se quito los auriculares de los oidos rapidamente, lo suficientemente rapido como para que pareciera que le dolia. “?Que quieres, Cicatriz?” Levante las cejas, tocando mi barbilla, donde estaba mi cicatriz. El tambien habia estado alli para eso, y sabia lo devastada que estaba cuando el corte no parecia desvanecerse. Ya no se me consideraba una chica particularmente guapa, y la cicatriz se sentia como si fuera la sentencia de muerte de cualquier belleza potencial que pudiera poseer mas tarde. “?En serio? ?Cicatriz?” “?Que quieres?” repitio, mirandome de arriba a abajo. “Quiero saber que diablos te pasa”, le dije con los dientes apretados. No queria llorar, pero mis sentimientos estaban heridos. Incline la cabeza hacia atras para que no pudiera ver mis lagrimas y me aclare la garganta para que pudiera mantener la voz. “Por que no puedes ni siquiera saludarme”. Se arrugo la nariz, se rizo el labio superior y revelo un diente. Sus auriculares colgaban alrededor de su cuello. “?Por que necesitas que te salude?” pregunto. “?Que quieres decir?” Pregunte, lloriqueando a pesar de mi. Intentaba mantener la cabeza en alto, pero estaba disgustada, a pesar de mi misma. “?Por que necesitas que te salude?” pregunto de nuevo, esta vez con los dientes apretados. “?Que quieres decir con que necesito que me saludes?” Me escuche a mi mismo preguntando. Las palabras sonaban extranas en mis propios oidos. Habia incredulidad alli. No estaba segura de como se suponia que debia sentirme al respecto, y el odio que salia de su boca, y la forma en que me miraba… todo me desequilibraba. Me estaba haciendo sentir nauseas. Queria preguntar mas, pero no me respondia. No iba a decirme nada. Venir aqui, pedirle una explicacion, no habia sido absolutamente inutil. Habia sido una idea terrible. El no queria tratar conmigo, y yo tenia que estar de acuerdo con eso. Me senti ridicula. No era un buen amigo, no lo habia sido durante un tiempo, y no me debia una explicacion. No me debia nada. Habiamos sido amigos una vez, pero ya no lo eramos. Lo habia dejado muy claro. No importaba lo que yo quisiera, por mucho que quisiera que fueramos amigos. Habiamos sido tan cercanos una vez, y ahora… Debo haberlo mirado demasiado tiempo, porque se burlo de mi, sus ojos azules helados se veian aun mas brillantes y claros a la luz del sol. Con su cara retorcida asi, no se veia tan atractivo como desde mi ventana. “?Por que estas tan necesitada, Cicatriz?” pregunto. Era mi turno de burlarme. No queria llorar; todavia estaba herida y no sabia si iba a ser capaz de detenerme. Sacudi la cabeza, consciente de que era poco probable que obtuviera una respuesta directa de el, y me prepare antes de volver a mi casa. Antes de que pudiera alejarme de el, me agarro la muneca y me impidio seguir caminando. Me eche atras para mirarle, lista para darle un punetazo en la cara. En algun momento, el habia decidido que era demasiado bueno para mi, y fue entonces cuando me dije a mi misma que era hora de dejar de preocuparme oficialmente. Tenia tantas preguntas sobre lo que habia pasado, lo que le habia hecho, sobre nuestra relacion, pero con el insulto, y la forma en que me miraba, no queria tener nada que ver con el. Intente apartar mi mano. “Sueltame”, dije con los dientes apretados. Se ilumino, su cara se acerco a la mia. Podia oler su locion para despues de afeitar, y su pasta de dientes de menta, y podia ver las pecas salpicadas en su nariz. Sus fosas nasales estaban ensanchadas. “Tienes que alejarte de mi”, dijo. “Tienes que mantenerte alejada, Cicatriz. ?Me oyes?” Lo mire con atencion, y luego mi mirada se deslizo entre su mano en mi muneca y su cara. “Te escuche”, dije. “Lo comprendo. Te dejare en paz, dejame ir. ” Me agarro con fuerza. “Necesitas alejarte”, dijo, su voz bajando a un susurro. “Nadie te quiere aqui. Yo no te quiero aqui, tus padres no te quieren aqui. No tienes otros amigos. Deberias huir, Billie. Huye y no vuelvas”. Me torci el brazo para que me dejara ir. “?Que diablos te pasa?” Pregunte, sosteniendo mi mano sobre mi cuerpo. Sabia que se iba a magullar. “Hablo en serio”, escupio. “Entiendo”, respondi, frotando mi muneca, tratando de ignorar las lagrimas que caian por mi cara. Estaba llorando, y no estaba segura, pero senti que el se iba a alegrar por ello. “Hablas en serio. No te preocupes, te escucho alto y claro”. Abrio la boca para hablar, pero no dijo nada. Cerro la boca, se dio la vuelta y empezo a alejarse de mi otra vez. Quise gritar, pero no lo hice. No hice nada, no dije nada. Volvi a mi casa, con el corazon roto, e hice una nota mental para no volver a molestarlo. *** 2020 Me puse el pelo en un mono y me mire en el espejo. Solo podia robar unos minutos aqui y alla entre pacientes, y parecer cansada nunca habia sido un buen refuerzo de confianza para ninguno de ellos. Ya me veia demasiado joven, y los pacientes dudaban mas en escuchar a una mujer joven. Me asegure de tapar las ojeras con un poco de base y crema BB, y me limpie las puntas de los dedos con una toallita para bebes antes de tirarla al cubo de basura junto al fregadero. Abri la puerta del bano y, usando mi tableta, mire al siguiente paciente de mi lista. Su nombre, Eric Brown, no me resultaba familiar y parecia menor de edad. No sabia por que estaba aqui en lugar de en un centro de atencion sin cita previa o incluso en una sala de emergencias, y no sabia por que no estaba viendo a su medico de atencion primaria, el Dr. Milburn. Mire su historia, pero parecia estar perfectamente sano. No habia nada que indicara por que podria estar alli. La enfermera le tomaba los signos vitales y yo no me retrase en absoluto, lo cual era algo milagroso considerando el dia que habia tenido. Llame a la puerta y la abri cuando oi una voz profunda que me decia que entrara. “Hola”, dije mientras miraba a mi paciente, un chico alto que no me miraba. Llevaba una sudadera con capucha, y se desplomo en la silla, con los pies apuntando en direcciones completamente diferentes. Apenas miro hacia arriba, asi que me aclare la garganta otra vez. “Hola, Eric”, le dije, mirando la historia para asegurarme de que tenia su nombre correcto. “?Estan tus padres aqui?” Me miro entonces y dijo algo, pero no lo escuche en absoluto. Sus ojos eran azules, con un toque de verde. Nunca quise pensar en ello, pero por una fraccion de segundo, la cara de Misha aparecio en mi cerebro, y el era todo lo que podia ver. Sus brillantes ojos azules, sus rasgos infantiles, la forma en que la luz del sol ilumino su cabello oscuro. Cerre los ojos, respire profundamente y volvi a mirar a mi paciente.