• frances stone interiors - Frances Stone

    https://gigalibros.com/desde-ayer-y-para-siempre-casi-como-hermanos-2-lgbt.html

    Anthony y Marc estan mejor que nunca.
    Kyle esta conociendo cada vez mas a Noah.
    Todos estan felices, todo es perfecto.
    El sexo es increible.

  • Frances Stone Interiors - Home | Facebook

    https://www.facebook.com/francesstoneinteriors/

    But so pleased with the final outcome ! A huge thank you to Rosie Stokes for making my designs into the book covers so beautifully ! ❤️.

  • Frances Stone: Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Libros-Frances-Stone/s?rh=n%3A599364031%2Cp_27%3AFrances+Stone

    Envío GRATIS en tu primer pedido elegible enviado a España. Más opciones de compra 11,66 €(12 ofertas usadas y nuevas) ...

  • Libros y Ebooks de Frances Stone - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Frances-Stone/e/B07JCLL98P

    por Frances Stone · ( 29 ). 3,99 € 15,90 €. Spin off de la bilogía Casi Como Hermanos. Esta descripción de producto puede contener spoiler de esos libros.

  • frances stone interiors

    https://www.stoneinteriors.org/

    FRANCES STONE INTERIORS ... Bespoke Hand embroidered designs. A Graduate of the Royal School of Needlework Frances produces a wide range of products from Interior ...

  • DIMENSION W 10 - Biblioinforma

    https://biblioinforma.com/1846/DIMENSION-W-10-

    Libro de historietas de estilo manga y de género seinen (orientado al público adulto) encuadernado en rústica de 232 páginas interiores en blanco y negro ...

  • Stone Age - Ancient Castles of Europe por Frédéric Chaubin

    https://www.metalocus.es/es/noticias/stone-age-ancient-castles-europe-por-frederic-chaubin

    23 abr 2021 — Este libro es un estudio fotográfico sobre la decadencia y la resistencia de algunas estructuras a lo largo de la historia que todavía hoy ...

  • DISEÑO DE INTERIORES. MANUAL PARA LOS FUTUROS ...

    https://www.teogalansl.es/libro/diseno-de-interiores_145345

    DISEÑO DE INTERIORES. MANUAL PARA LOS FUTUROS PROFESIONALES DEL SECTOR, BROOKER, GRAEME; STONE, SALLY, 19,95€. Apuntes: sección que describe la historia de ...

  • Descubre los mejores libros sobre diseño de interiores

    https://www.campustraining.es/noticias/libros-sobre-diseno-interiores/

    2 dic 2019 — Graeme Brooker y Sally Stone. Ed. Océano Ambar. Además de explicar de forma amena e interesante la historia del diseño de interiores, este libro ...

  • A partir de ahora (Casi como hermanos 1) (LGBT) de Frances Stone

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    Anthony espera feliz la llegada de su nuevo HERMANITO adoptivo, pero cuando su madre abre la puerta le presenta a su nuevo HERMANO MAYOR, que llega directamente desde el orfanato y no parece tener muchas ganas de hacer amigos.

  • Piel de Cebolla de Nieves Rodriguez Rivera

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    La relacion con mi madre nunca habia sido buena. Eramos dos mundos opuestos e irreconciliables. Toda mi vida habia sido una lucha constante contra su autoridad. Mi madre habia sido una mujer educada en las mas estrictas normas y costumbres; mientras que yo siempre fui una rebelde contestataria que me habia dejado la piel en luchar contra ellas. Sin embargo, con los anos habiamos aprendido a mantener una pacifica guerra fria.

  • Diez (Maeva Young) de Gretchen Mcneil

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    Una lectura llena de suspense, mezcla de terror, venganza y romance.

  • Ratas en el subte de S. Alfredo Gallone

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    Cuando Gabriel salio de su departamento se encontro con una manana tenida de un gris oscuro, desde la madrugada que la lluvia no cesaba. Observo como el viento sacudia las ramas de los arboles produciendo un sonido crepitante cuando las hojas chocaban entre si. Penso que la tormenta persistiria todo el dia. Resignado levanto el cuello de su campera, introdujo las manos en los bolsillos y camino con brio hacia la avenida. Era un dia muy frio del mes de mayo de 2012 en la ciudad de Buenos Aires, y como casi todos los dias se tomo su tiempo para pasar por el tradicional bar de la calle Corrientes, lugar al que concurria con su padre desde su adolescencia. Pero ahora que su padre ya no estaba lo hacia solo para saludar a Manuel, el viejo policia retirado a quien desde horas muy tempranas se lo podia encontrar tomando un cafe apenas cortado con un poco de leche, en el fondo del anejo y descascarado local. Gabriel sentia que Manuel siempre lo estaba esperando, es por ello que a pesar de estar a menudo apremiado por el tiempo, lo mismo disponia de un momento para pasar a saludarlo, compartir un frugal desayuno y contarle algo sobre su amada policia. El reloj del joven marcaba las diez y treinta de la manana justo en el momento en que salia presuroso del bar. Se encorvo, apreto la solapa de su campera contra su pecho y comenzo a caminar contra la pared de los edificios y comercios tratando de protegerse del agresivo temporal de viento y lluvia. Lamento olvidar su paraguas y el no haberse puesto unas botas. Sus clasicos mocasines marrones al momento de llegar a la entrada del subterraneo estaban completamente empapados. Gabriel Tomasini tenia veintiseis anos. Hacia dos meses que habia fallecido su padre, policia Federal retirado, unico familiar vivo que le quedaba y hombre al que amaba y admiraba profundamente. Es por ello que al hondo pesar se le sumaba la tremenda soledad. Alto, de porte imponente, sus cabellos largos y ondulados tenian un color dorado tirando a rojizo. Desde su graduacion, cinco anos atras, de la academia de policia, estaba asignado a la division homicidios de la superintendencia de investigaciones de la policia Federal Argentina. Por alguna amistad importante que en su momento tuvo su padre dentro de la fuerza, pudo elegir ese destino. Desde muy chico sonaba con ser un investigador de homicidios, y ahora, con su sueno ya cumplido, solo restaba perfeccionarse, acumular mas conocimientos y experiencias a los ya adquiridos en estos cinco anos. Bajo con cautela las escaleras de la estacion Malabia de la linea B del subterraneo. Los escalones con terminacion de metal simulaban una cascada de agua turbia que arrastraba consigo las hojas caidas de los arboles y panfletos que generalmente se reparten en la zona y la gente los termina arrojando descuidadamente a la acera. Todo esto era un condimento ideal para resbalar y darse un buen golpe. Llego a los molinetes, paso la tarjeta por la ranura lectora y empujo con sus piernas la barra de metal que giro hacia adelante permitiendole el acceso a un anden que se encontraba extranamente desierto. El joven policia sentia algo especial en ese lugar, como cuando era nino y se escondia en algun sitio tratando de que nadie lo encontrara, era como una sensacion de aventura que le producia un agradable hormigueo en su estomago... En el subte, esta sensacion era inexplicablemente similar a aquella, muy placentera. De alguna manera esto hacia que se olvidara momentaneamente de la incomodidad que le producia el estar empapado hasta los pies. Podia ver el vaho de su aliento delante de su cara mientras pensaba resignado que hasta la noche no regresaria a su departamento. Micaela Paez tenia veinte anos, sus familiares y amigos le decian Micky. Desde los diecisiete vivia en un hospedaje de senoritas en la calle Malabia. Oriunda de la Ciudad bonaerense de Chivilcoy, hija de chacareros en muy buena posicion economica. Estudiaba medicina en la UBA. Habia sido dotada de un fisico privilegiado, de estatura media, cabellos renegridos largos hasta su cintura, su tez daba la impresion de estar permanentemente bronceada, lo que hacia resaltar sus enormes ojos claros, a estos atributos se le sumaban grandes senos dificiles de ocultar. Compartia su cuarto con otra estudiante, Carina Braco, seis anos mayor que ella. Esta joven carecia completamente de atributos fisicos femeninos, sus modales parecian mas los de un hombre que los de una mujer, estaba mucho mas adelantada que Micaela en la carrera de medicina, reconocida por sus pares y profesores como una alumna brillante, siendo para Micaela una ayuda importante, siempre y cuando no estuviera de mal humor. Carina nunca hablaba de su vida privada, no se sabia si tenia familia ni de donde provenia, solia cambiar rapidamente de tema cuando se le mencionaba algo al respecto. Trabajaba en una farmacia de una amiga en el centro de la ciudad, acomodando sus horarios a conveniencia. Acostumbraba ser muy amable y servicial en los pocos momentos en que no se encontraba estudiando. Ese dia Micaela tenia que rendir un parcial y quedo en encontrarse en la esquina de Malabia y Corrientes con Roberto, quien cursaba con ella. Ambos oriundos de la misma ciudad, en el caso de Roberto de un pueblito cercano a Chivilcoy. Roberto Spada tenia veinticinco anos y estaba un poco atrasado en sus estudios. Micaela cumplia un rol fundamental en su vida. Cuando este se deprimia y queria dejar la facultad, ella le trasmitia confianza, dandole la fuerza necesaria para continuar un poco mas. Roberto vivia en un caseron alquilado por varios estudiantes en la zona de Chacharita. Trabajaba algunas horas por la tarde en un importante laboratorio en el barrio de Barracas. Era un joven muy extrovertido, simpatico, de cara redonda, con una permanente sonrisa como dibujada en su rostro, de mediana estatura, sus cabellos lacios castanos claros le caian permanentemente en su frente estorbandole la vision y en un acto reflejo los acomodaba con su mano hacia atras. Tenia manos pequenas y muy bien cuidadas, se preocupaba mucho en mantenerlas asi, decia que para ser un buen cirujano sus manos deberian estar siempre impecables. Desde el dia en que se conocieron se sintio muy atraido por ella, pero nunca se atrevio a decirle nada. Con el paso del tiempo se fue forjando una sana amistad que el nunca se atrevio a arriesgar; es asi que desde entonces, aparentemente resignando, pareciera conformarse con esa relacion. Roberto la estaba aguardando debajo del alero de un banco HSBC que se encontraba justo frente a la bajada del subterraneo de la linea B que recorria de Leandro. N. Alem a la avenida De los Incas. Cuando la vio venir corriendo con la cabeza gacha en su direccion, se apresuro en ir a su encuentro para protegerla de la copiosa lluvia. Se saludaron con un beso en la mejilla y cruzaron juntos la avenida Corrientes para acceder al subte en direccion al centro. Arreciaba de tal manera el viento y la lluvia que llegaron mojados al anden. Micaela miro la hora y se tranquilizo, venian bien con el tiempo. Escucharon a lo lejos una formacion que se acercaba. Las unicas tres personas que se encontraban en la estacion se aproximaron a las vias para ver de que lado venia el tren. Fue inevitable para el joven policia no prestarle atencion a aquella morocha de cabellos largos renegridos y de grandes ojos claros que se encontraba tan solo a tres o cuatro metros de el, tambien advirtio que un joven la acompanaba. Como el decia ser un hombre de codigos, jamas podria mirar a una mujer que estuviese acompanada por un hombre... Pero, en este caso en particular le costaba abstraerse, pensaba que no podia dejar de admirar tanta belleza. Es asi que en un determinado momento en que muy discretamente la estaba observando de reojo, sus miradas se cruzaron y entonces, algo magico ocurrio, la joven aparto rapidamente la suya un tanto confundida y ruborizada. En ese preciso momento distrajo su atencion un tren que gruno a la distancia y un olor rancio los asalto casi de inmediato. Se acercaron a las vias para comprobar que una formacion se acercaba rapidamente. El tren inundo la estacion con un chirrido insoportable, era el sonido de hierros rozando entre si al aplicarse los frenos. Cuando la formacion finalmente se detuvo accedieron, por distintas puertas, los tres al mismo vagon. La mayoria de los asientos se encontraban vacios. El joven policia aguardo disimuladamente a que la pareja se ubicara, luego lo hizo el de frente a ellos a no mas de tres metros y junto a una de las puertas. A Gabriel todo le parecia muy loco, pero necesitaba cruzar de nuevo una mirada con esa joven, aunque sea una vez. Queria corroborar si lo experimentado en el anden se volvia a repetir, --?o tan solo se trato de un momento unico e irrepetible? --se preguntaba. Pasaron varias estaciones sin que Micaela prestara atencion a otra cosa que no sean los apuntes que tenia entre sus manos. Gabriel se desesperaba tratando de buscar su mirada, debia hacerlo muy discretamente para no llamar la atencion y ofender al hombre que la acompanaba. Pero nada ocurrio, la joven seguia inmersa en sus papeles. Micaela se sobresalto con el suave codazo de Roberto advirtiendole que debian bajar en la proxima estacion. Cuando el tren se detuvo la joven doblo rapido sus apuntes, los coloco bajo sus axilas, se levanto, tomo la cartera que habia dejado en el asiento contiguo y giro para ver donde estaba Roberto, quien ya se encontraba parado frente a una de las puertas de salida, (casualmente junto a la que estaba sentado Gabriel). Micaela se apresuro y se ubico detras de el. Cuando las puertas se abrieron y Roberto dio un paso hacia adelante, Micaela y Gabriel quedaron enfrentados, sus miradas nuevamente se cruzaron, ella tuvo que esforzarse para avanzar, se sintio nuevamente confundida y ruborizada, ninguno de los dos podia dejar de mirarse, esta vez la sensacion fue mucho mas profunda que la anterior, Gabriel solo pudo esbozar una timida sonrisa que Micaela no pudo evitar devolver mientras pasaba lentamente junto a el. Ni bien accedio al anden tropezo de frente con Roberto, quien evidentemente habia sido testigo de lo ocurrido. Le costo seguir el ritmo de su companero, quien contrariado, dio media vuelta y salio como disparado vertiginosamente hacia la salida. Gabriel descendio en la estacion Florida. Entretanto caminaba como un sonambulo por la estacion en busca de la salida, una voz estridente pronunciando su nombre lo hizo salir de su agradable letargo. --!Gabriel!

  • Alados. Renacer oscuro de Alissa Bronte

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  • La vida al fin y al cabo, Fernando Garcia Lobo de Fernando Garcia Lobo

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  • Las calicatas por la Santa Librada de Gaston Segura

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    Un hecho real --la desaparicion de una locomotora en la inmediata postguerra espanola y su busqueda por parte de un teniente y un par de soldados, durante dos anos-- es el origen de Las calicatas por la Santa Librada; un retrato, por momentos sarcastico y, por momentos, con-movedor, de tan aciago periodo de la reciente historia de Espana.
    Las calicatas por la Santa Librada desborda las convenciones de la novela al uso, por la variedad de materiales (documentos administrativos, sentencias judiciales, articulos de prensa, cartas...) que la constituyen, y por el punado de relatos que la van trenzando hasta plasmar una vivida estampa de la epoca, concebida siempre desde el humorismo, a veces, descarnado y, otras, de una emocionante ternura.
    Dracena publica por fin este prodigioso y desmesurado relato que resulto finalista del XXIII Premio Azorin de novela.

  • Esposa de resaca (Los peligros del amor 1) de Peter Albert

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    Siempre es agradable despertar junto a una bella mujer. ?Siempre? No, no lo es cuando dice ser tu esposa, no habla tu idioma y no estas en tu pais. Y no, no estoy en Las Vegas. Estoy en Turquia, junto a una bailarina llamada Havva. ?Tendra que venirse conmigo? ?A mi casa? ?Y luego que? ?Es solamente una bailarina…?

  • Corazones en la arena (Cuidarte el alma 4), Dante Aviles & Mariel Ruggieri de Dante Aviles , Mariel Ruggieri

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    Elegi llamarme Dante, porque un amor armado en el cielo me condujo al infierno.
    “Corazones en la arena” es una novela autobiografica, pero tiene dos versiones. La primera tuvo el desenlace que marco mi desesperacion, no mis deseos. La segunda es esta, la verdadera, la que surgio despues de que purgue mis culpas y el destino me brindo otra oportunidad junto a ella.
    Esta historia no tiene principio ni tiene final, porque desde ninos creemos que este amor se gesto antes que nosotros y que en cada nueva existencia nos volveremos a encontrar. No se como se llamaba ella en sus vidas pasadas, ni como se llamara en las futuras.
    Lo que si se es que en esta vida, mis corazones en la arena llevaran siempre el nombre de Eva.

  • Una semana basta de Luna Austin

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    Somos buenos en lo que hacemos, dos vendedores de vienes raices con experiencia, pero no nos soportamos.
    Ella es una engreida, no me deja hacer mi trabajo con sus juegos sucios, pero eso no impide que yo me destaque. Tengo un proposito y nada me hara distraerme.
    Basta con que nuestro jefe nos de la oportunidad de hacer la venta del siglo con un bien raiz de mucho valor para que esta guerra se desate...
    Ego, dinero y orgullo se ponen en accion... pero su cercania me hace descubrir puntos que tenemos en comun y asi como es de facil odiarla, tambien se me hace facil encantarme de ella.
    Y ahora no solo la comision de la venta es lo que ocupa nuestros sentidos.
    Mi mente y mis manos se pierden en su falda y me hacen volverme loco por ella. Todo es una mezcla de lujuria y drama romantico con esta mujer que me hace dudar de todo... junto a ella los objetivos cambian...

  • El titan de Wall Street de Anna Zaires

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    Un multimillonario que busca la esposa perfecta…

  • Vuelveme a enamorar de Sarah Rusell

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    Martina despierta sin poder imaginarse que lleva un mes en el hospital, en coma, tras un accidente. No solo ha perdido la memoria, tambien todo su mundo.
    Nelson, un chico que va a verla al hospital y al que ella no reconoce, la ayudara.
    Nelson y Martina mantenian una relacion y el estara alli en cada momento para ayudarla a que los recuerdos vuelvan a su mente.
    ?Volvera a enamorarse de el?

  • Libre te quiero de Jorge M. Reverte

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    Manolo y Yolanda, dos jovenes humildes en busca de su lugar en el mundo, se conocen unos meses antes del estallido de la Guerra Civil. Las ansias de libertad y de justicia que comparten no seran suficientes para mantenerse unidos en un tiempo tan convulso, y sus vidas tomaran rumbos diferentes: Madrid, Galicia, Paris, Asturias, Barcelona, Nueva York.
    Hasta que llega el Dia D (6 de junio de 1944), que permitira a Manolo retomar la vida que el horror de la guerra y las injusticias le impidieron. Por su parte, Yolanda, que ha sido testigo del dolor y de la desesperanza, tambien hallara el modo de saldar cuentas con el pasado.
    Los dos, cada uno a su manera, asistiran a algunos de los episodios mas importantes de la historia de la Europa del siglo xx, y hallaran las fuerzas necesarias para aduenarse de sus propios destinos.

  • Driven. Cegados por la pasion de K. Bromberg

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    Que ocurre cuando la persona menos esperada se convierte en tu razon de ser?

  • Cria cuervos de Carmen Galvez

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    Faltaban algunos dias para las fiestas. Madrid lucia nevada al amanecer, como si el tiempo quisiera regalar a sus habitantes una Navidad de postal. Monsalve se desperto al alba despues de una noche larga, repleta de momentos de insomnio que convivieron con otros tantos de pesadillas. En la pared, se reflejaban los primeros rayos de luz ambar que se colaban entre las rendijas de la persiana. Despues de dar algunas vueltas en la cama, logro vencer el sopor. Sin encender la luz, se dirigio a la cocina. La manana comenzaba a invadir de luz la estancia, embadurnando los blancos baldosines que cubrian las paredes y dejando entrever el frio de fuera. Puso en marcha la cafetera y, mientras, miraba su reflejo en el espejo del bano con una mano en la barbilla, moviendo la cabeza de un lado a otro. Aquel reflejo no enganaba. Sus sienes habian sido invadidas por un sinfin de cabellos blancos que proyectaban sin piedad la edad del inspector. Se veia mayor, se sentia mayor. El avisador de la cafetera interrumpio sus pensamientos. Se tomo el cafe en un abrir y cerrar de ojos y se dirigio a la comisaria. Andres Monsalve ocupaba el cargo de inspector de policia en una comisaria madrilena. De aspecto bonachon, gastaba bigote y barba incipiente. Sus pequenas gafas de lectura le daban un aire interesante. De complexion fuerte y altura media, podria pasar inadvertido si no fuera por un fuerte caracter que contrarrestaba con creces su aspecto. Se habia ganado a pulso su buena fama trabajando incansablemente desde unos ya lejanos veinte anos. En la comisaria, Monsalve era admirado y respetado por la implicacion en sus casos. Un inherente sexto sentido lo acompanaba en la resolucion de la mayoria de los desafios que se le presentaban. Sin embargo, los ultimos anos se presentaron algo complicados, hasta el punto de sentirse cansado y deseoso de disfrutar de una jubilacion dorada. No sabia que el dia que comenzaba pondria patas arriba su decision. * Ya en su despacho, miro a traves de la ventana, con la vista perdida entre los arboles cubiertos de blanco. El inspector miraba sin ver, escribiendo palabras sueltas en los cristales empanados por el vaho de su respiracion. Desde que habia tomado la decision de jubilarse, meses atras, no era el mismo. Una tormenta de sentimientos encontrados aparecia sin avisar en su interior dia si y dia tambien. Creia que era lo que necesitaba, mimetizarse en el entorno de un pueblo pequeno de la sierra madrilena. Alli se olvidaria de los criminales, asesinos sin escrupulos y la multitud de victimas traumatizadas dificilmente recuperables. Se dedicaria a escribir sus memorias, pasear y jugar al mus con sus vecinos sin que el reloj interfiriese mas en su vida. Aquel pensamiento le arrancaba una vaga sonrisa en su rostro de facciones endurecidas. Pero esa sensacion mudaba de pronto por otra de panico. Era dura la idea renunciar a todo lo que habia sido su vida, lo que nadie como el sabia hacer, para lo que consideraba que habia nacido. Y la pena de dejar a unos companeros que podian considerarse su familia: Marin, Lopez, Dolores Ramirez, la doctora Martinez... y la ultima incorporacion: Jimena. Con ella mantenia una relacion muy especial. La habia acogido y protegido desde que anos atras tuvo que investigar el asesinato de sus progenitores. Retrocedio a aquel 25 de junio de hacia quince anos. Recreo en su mente la escena del crimen de los padres de Jimena. Ambos se encontraban arropados por un gran charco de sangre, inertes, el uno a poca distancia del otro. No era una escena especial, mas bien una de tantas, pero para Monsalve cambio la perspectiva cuando averiguo que la nina, fruto del matrimonio, habia desaparecido. Apenas tenia ocho anos. A partir de aquello unos fuertes lazos unirian al inspector con la pequena. Jimena se habia convertido en una encantadora joven, sumamente atractiva, de belleza natural, con unos ojos del color del trigo maduro que acompanaban el tono de su pelo. La chica habia revolucionado al equipo con su inteligencia, sencillez y simpatia. La inspectora Jimena era mucho mas que eso, era su mano derecha, quien ocuparia su lugar el dia en que se jubilara. Penso luego en Marin, su leal companero, siempre dispuesto a cumplir sus ordenes. Tenia mas o menos su edad, o quiza algo mas joven, pero su figura rechoncha lo hacia lucir mayor. Marin, por su parte, se definia como un excelente sabueso que sabia tratar con los delincuentes mas indeseables, sacarles informacion y servirse de ellos como confidentes a cambio de pasar por alto algun que otro desliz. Trabajaba sin contar las horas y dedicaba su vida a atrapar malhechores. Tambien, reconocio el inspector, lo echaria de menos. Los pensamientos agolpados de Andres Monsalve se vieron interrumpidos por una llamada a la puerta. --Buenos dias, Jimena-- saludo amablemente el inspector--. ?Algo nuevo? --Me temo que si --respondio con solemnidad--. Un homicidio a escasos diez minutos de aqui... --informo, al tiempo que entregaba a Monsalve un sobre cerrado. --?Que es esto? --pregunto el inspector enarcando las cejas. --!Ah!, no se. Llego en el correo esta manana y han pedido que te lo entreguen cuanto antes en mano. Parece importante. El sobre, apaisado y con un elegante color crema, mostraba un membrete que al inspector le era conocido, no sabia bien donde lo habia visto, pero no era la primera vez que tenia un sobre asi en sus manos. Leyo en voz alta el remite: Miguel Aguirre Donaire. --!No me lo puedo creer! --exclamo, para volverse a sentar con parsimonia en el sillon frente a su escritorio--. !Despues de tanto tiempo ha decidido bajar al mundo de los mortales! Miguel Aguirre habia sido companero de Monsalve en los anos de primaria y de instituto. Le perdio la pista cuando, al terminar la universidad, Aguirre heredo una multinacional con sede en Madrid y factorias en varios puntos de Europa. El nino simpatico y timido que conocio en su etapa de estudiante se habia convertido en una de las fortunas mas elevadas del mundo, segun la revista Forbes. Recordo la ultima vez que se encontro con el, por casualidad, en el aeropuerto de Barajas. Monsalve iba a coger un avion para ir a visitar a sus padres en las islas Canarias y, al reconocer entre una multitud arremolinada de viajeros al que consideraba un buen amigo de la infancia, se le acerco. --!Que alegria verte! --lo saludo de forma entusiasta--. ?Que haces por aqui? ?No iras a Tenerife por casualidad? --No --contesto con frialdad y mirando hacia otro lado--. Espero a mi piloto. Viajo en mi propio avion --le espeto, mientras se alejaba del que fue su companero durante tantos anos. Desde entonces no se habian vuelto a ver. Solo sabia lo que de vez en cuando publicaban las revistas de economia o veia en la television. Ahora, con aquel sobre en las manos y su mas absoluta extraneza, se preguntaba que habia podido hacer que aquel altivo caballero se dirigiera a un detective del monton como el. Con sumo cuidado y ceremonia, libero el contenido del sobre con ayuda de un vetusto abrecartas y leyo: Estimado Andres, Te parecera extrano que te mande esta peticion. Creeme si te digo que a mi tambien. Y despues de como me he portado contigo, no lo habria hecho si no fuera cuestion de vida o muerte. No puedo confiar en nadie mas. Te estaria muy agradecido si me dieras la oportunidad de disculparme y exponerte lo que necesito de ti. Si lo tienes a bien, te espero esta tarde en mi residencia de La Moraleja. Un chofer te recogera en tu despacho a las cuatro y te acompanara de vuelta cuando desees. En espera de que aceptes mi invitacion, Recibe un cordial saludo Miguel Aguirre Despues de leer varias veces aquellos parrafos, Monsalve doblo la cuartilla con esmero, haciendo coincidir cada doblez hasta dejarlo en un rectangulo perfecto. Hecho esto, lo guardo bajo llave en el primer cajon de su escritorio y salio en busca de Marin y Jimena para desplazarse al lugar del homicidio. --?Te pasa algo, Andres? --se preocupo Jimena. --Nada importante --respondio de forma algo automatica--. Pero quiza me ausente unas horas esta tarde. Tendras que ocuparte de todo. Aunque, tanto Marin como Jimena sabian que algo extrano pasaba, ninguno de los dos se atrevio a preguntar al inspector. Cuando llegaron a la escena del crimen, la policia habia precintado el lugar de los hechos, lo que impedia el paso a cualquier persona ajena a la investigacion. Una pareja de agentes mantenia a los curiosos lejos e impedian, en la medida de lo posible, que nadie sacara fotos con sus telefonos moviles. El fallecido se encontraba tumbado boca abajo en el portal de acceso a su vivienda, ubicada un edificio de cuatro plantas de un buen barrio madrileno. En la fachada, pintada de un blanco reluciente, podia leerse el numero 15. Debia de haberse construido a mediados de los anos sesenta, pero se encontraba en un excelente estado. Cubrieron a la victima con una sabana blanca que hubo que retirar para que los inspectores analizaran el cadaver. A primera vista, habia muerto de un unico disparo por la espalda, pero habria que esperar el resultado de la autopsia para corroborarlo. --Todo tuyo, Jimena. ?Que ves? --pregunto Monsalve. Jimena introdujo su larga melena dentro de su gorro de lana para no obstaculizar la inspeccion y evitar contaminar la escena del crimen y, arrodillandose junto al cuerpo, comenzo su examen. --Varon blanco, de entre 25 y 35 anos --canto en voz alta--. Presenta un disparo en la espalda, con orificio de entrada, pero no de salida. No se ha encontrado ningun casquillo en las inmediaciones. Quiza se lo haya llevado la persona que disparo. --?Que nos indica eso? --la interrumpio el inspector. --!Ay, Andres! Me sigues tratando como una nina y llevo contigo varios meses... --Cierto --encajo el detective--. Estas mas que preparada para comenzar tu camino en solitario. --No, eso no. No me hables de irte que sabes que no quiero que nos dejes tan pronto. --Bueno, bueno. A lo que vamos... --De todas formas, una vez extraida la bala, tendremos algo para empezar. --?Algun detalle mas? --Si --apunto Jimena--. Tiene marcas de jeringuillas por todo el cuerpo, brazos, pies, incluso en las rodillas. Sin duda era consumidor de estupefacientes. No lleva documentacion. Nadie sabe quien es. --Sigue observando Jimena --inquirio Monsalve--. ?Algo fuera de lugar? --Yo diria que lo unico que hay fuera de lugar es el fallecido --respondio Jimena. --Asi es. Definitivamente estas mas que preparada. De todas formas, que tomen huellas y recojan muestras. Mientras no tengamos otra escena, esta es la del crimen. !Marin! --llamo Monsalve--. Pregunta entre los curiosos si alguien ha visto u oido algo. --Enseguida, jefe --respondio Marin con diligencia. Marin realizo las preguntas de rigor a los habitantes del inmueble que en aquel momento se encontraban en sus domicilios. Todos coincidian en que la victima no era vecino del lugar. No sabian quien era ni lo habian visto nunca por alli. Todo parecia indicar que, tal y como imaginaban Jimena y el inspector, aquello no era la escena del crimen. Los primeros analisis del cuerpo y los alrededores apuntaban a que le habian disparado en otro lugar y posteriormente habian trasladado el cadaver alli por alguna razon, pero... ?que razon? Monsalve ordeno investigar a todos y cada uno de los habitantes del edificio con objeto de averiguar si alguno de ellos ocultaba algo o tenia alguna relacion con el desconocido. Los hechos esconden siempre una razon de ser, aunque de momento no supieran cual. En la comisaria, el equipo de investigacion de Monsalve se encontraba reunido para comenzar con los primeros tramites y las primeras averiguaciones. Podia respirarse un ambiente mas alborotado del normal. Se encontraban todos enfrascados en sus quehaceres. Lo unico que seguia, como siempre, descansando en una de las mesas, era una caja de donuts, companera en los dias de trabajo. Los agentes no daban respiro a sus respectivos telefonos y los cuadernos de notas se iban completando con frases inconexas que para ojos ajenos carecerian de sentido pero que, finalmente, en unos dias, darian luz sobre el caso del homicidio del desconocido. Mientras tanto, en su despacho, Monsalve releia la nota recibida esa misma manana. Penso en declinar la invitacion y despedir al chofer con una frase de disculpa, pero su curiosidad y los terminos de <> incluidos en la carta le hicieron reconsiderar su decision. Almorzaria algo por ahi y esperaria a ser recogido por el conductor que lo llevaria a casa de Miguel Aguirre.

  • Mirame, el juego de Marina (Mirame 1) de Marissa Cazpri

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    Repite conmigo --dice con determinacion Veronica--, necesito estas vacaciones y voy a pasarmelo bien. --Eres una pesada... --!Repite! !Vamos! --Agarra con fuerza mis hombros. --Necesito estas vacaciones y voy a pasarmelo bien --digo con desgana y poniendo los ojos en blanco. --Venga, Marina --murmura cansada--. Han pasado ya seis meses y tienes que empezar una nueva vida. No puedes limitarte a ir de casa al trabajo y del trabajo a casa. --Tambien quedo contigo. --La miro de reojo para que no me regane mas. --Si, para tomar un cafe y ya esta... tienes que empezar a hacer vida social, eres muy joven todavia, carino. --Vale, vale. --Levanto las manos desesperada por terminar esta conversacion--. Por una vez te voy a hacer caso, tengo una semana por delante y lo voy a intentar. !Que remedio!, ella ya se habia encargado de todo. Mi mejor amiga me ha reservado una semana de vacaciones para mi sola en un hotel en las Islas Canarias. Llevaba un mes dandome la tabarra para que fuese sola y asi poder desconectar de mi aburrida vida y hacer amigos nuevos y, con amigos, se refiere a ligues. Y yo, con tal de no aguantarla mas, le hice caso. Creo que me estoy arrepintiendo ya de haberlo hecho. --!Bien! --Aplaude dando saltitos mi loca amiga. Hace seis meses que mi marido y yo nos divorciamos. Lo pille en nuestra cama con una chica que no tendria mas de veintidos anos. Y el muy gilipollas, me dijo que eso habia ocurrido porque yo ya no le ponia en la cama, que habia engordado un poco y que eso, sumado a la rutina, lo habia empujado a hacerlo. El muy... queria hacerme sentir culpable de que el no pudiese tener su bragueta quietecita. Juan y yo nos conocimos en el instituto y fue un flechazo a primera vista. Fue mi primer amor, mi primer novio... mi primero en todo. A las pocas semanas de pillarlo en su infidelidad, me entere de que para el no fui la primera en nada; en eso tambien me mintio. ?Como pude estar tan ciega? Pues si que se puede, yo lo estuve quince anos. Y aqui estoy, con casi treinta anos, divorciada y sin experiencia con los hombres. Por eso siento panico cada vez que mi mejor amiga me invita a salir a ligar por ahi, pareceria una nina asustada y seguramente se reirian de mi. Veronica siempre me ha dicho que pienso demasiado las cosas, que tengo que desinhibirme un poco y dejarme llevar. <<--Ademas, eres guapisima y, a pesar de lo que te dijo el gilipollas de tu ex, tienes unas curvas de vertigo y eso a los hombres les gusta>>. Es muy facil decir eso desde el pedestal de la belleza pura. Ella siempre arrasa por donde va, rubia natural, ojos verdes, alta, esbelta y un glamour que mas quisieran muchas de las que salen en las revistas del corazon. Hija de padres bien situados y acostumbrada a estar siempre a la ultima, en su armario nunca le falta un modelito distinto para estrenar en cada ocasion. En cambio, yo soy todo lo contrario, morena, con unos kilitos de mas, no tan alta y sin sentido de la moda. Bueno, mis ojos si que me gustan. Aunque no sean claros, me encantan. --!Te voy a echar de menos, guapi! --grita y me abraza fuerte. Todo el mundo nos esta mirando y yo me sonrojo. Estamos en la cafeteria de la empresa terminando el desayuno. Manana, uno de agosto, comienza nuestro mes de vacaciones. Siempre se las apana para coincidir en nuestras vacaciones, dice que se aburre sin mi en la oficina. Desde que nos conocimos hace cinco anos, somos una y carne. Yo tenia una entrevista en cuanto me mude a Madrid. Era en la multinacional Tolson, una compania de renombre y conocida internacionalmente, dedicada al alquiler de vehiculos. El puesto al que optaba era de secretaria de direccion, trabajaria para la directora de la delegacion de Madrid, Carmen Salas. Veronica, es secretaria del gerente de recursos humanos y fue la que me atendio para la entrevista. Congeniamos muy bien desde el principio y, estoy completamente segura, que ella tuvo mucho que ver con mi ingreso en la empresa. Siempre lo ha negado pero yo se que me ayudo un poco. Se lo agradecere eternamente a pesar de que no soporto muchas veces a mi jefa. Es una cuarentona atractiva y engreida que se cree por encima de todo el mundo. --?Has hecho la maleta? --pregunta emocionada Veronica cuando nos dirigimos de vuelta a la oficina, que se encuentra en la decima planta del edificio. --A medias, esta noche la terminare. --Habras incluido el par de conjuntitos que te regale, ?verdad? --dice con una sonrisa picara. --Si. --Pongo otra vez los ojos en blanco. Me regalo un par de conjuntos de lenceria sexy por si ligo en vacaciones. No quiero quitarle la ilusion pero, seguramente, vendran de vuelta con la etiqueta puesta. De vuelta en mi mesa, me encuentro con una nota de la bruja del Oeste, asi apoda Veronica a mi jefa, por la nariz que tiene. En ella, me indica que antes de irme de vacaciones, tengo que fotocopiar todos los contratos del mes de julio. !Creia que de eso se encargaban en administracion! Miro mi reloj, las nueve y media de la manana, eso me va a llevar todo el dia ocupada en el archivo. Seguramente quiere librarse de mi y no sabe como. Cuando viene una visita importante, siempre intenta que yo no este por aqui. Parece que se averguenza de mi o algo parecido. Resignada, rebusco en mi bolso el mp3, no se trabajar sin musica, y me encamino hacia el archivo. Se encuentra en el sotano del edificio, junto al departamento de informatica en el que me encuentro con un concentrado Ricardo, jugando a un juego de rol online. --!Hola Ricardo! ?Como va tu mago? --le pregunto amablemente, mientras miro por encima de su hombro la pantalla del ordenador y veo a un munequito vestido con una tunica morada y un baston que reluce, dentro de una especie de casa y moviendose como un poseso. --!Marina! Bien, bien, le estoy subiendo las habilidades. --Me sonrie con la ilusion de un nino pequeno con su juego de rol online. En cambio, Ricardo tiene unos treinta y cinco anos, casi no tiene pelo, delgado y vestido con vaqueros gastados y camisetas de algodon de manga corta con dibujos de super heroes o algun comic-. Por cierto, ?como va tu bicho? --Se refiere a mi portatil. --!Estupendo! Gracias de nuevo por arreglarmelo --respondo con una amplia sonrisa. Me salvo la vida cuando se ofrecio a echarle un vistazo a mi ordenador cuando pense que habia muerto. --Por mi chica, lo que sea. --Me guina un ojo. Yo me ruborizo, desde que se entero que estoy libre, ha intentado varias veces invitarme a cenar. Para ser informatico es muy extrovertido. Sigo adelante por un pasillo y, al fondo, esta la puerta de acceso al archivo. Al entrar, me encuentro con Rita, una mujer de unos sesenta anos muy amable que se encarga de todo el recinto. Esta sentada en su mesa escaneando documentos. --Buenos dias, querida. --Me saluda al levantar la vista--, ?en que puedo ayudarte? --pregunta en su peculiar tono de voz dulce. --Buenos dias, Rita. Necesito que me indiques donde se archivan los contratos de julio, Carmen me ha mandado fotocopiarlos. Rita me mira compasiva, conoce a mi jefa desde hace muchos anos y sabe que me tiene un poco explotada. Busca en su ordenador la ubicacion del mes de julio y me indica en que pasillo y seccion esta. Cojo un carrito para cargar las cajas y me adentro por el laberinto que conforman las estanterias que contienen cajas apiladas, llenas de documentos y que llegan hasta el techo. Doblo dos veces a la derecha y una a la izquierda y, finalmente, encuentro el mes de julio. Al verlas casi me da un patatus, esto me llevara mas tiempo del que crei. Parece que mi jefa no quiere que salga a mi hora hoy. Cargo todas las cajas en el carrito y lo llevo todo junto a las fotocopiadoras. --?Como va la digitalizacion de los archivos? --le pregunto esperanzada a Rita. --Por el mes de mayo, querida --responde en tono de disculpa--, desde que me han quitado a los chicos de practicas, voy muy atrasada. --Todos los estudiantes en practicas protestaban cada vez que les mandaban con Rita porque lo unico que hacian eran fotocopias, escaneos y archivar. Yo los entiendo pero ella me da mucha pena. Es el ultimo eslabon de la empresa y apenas si nadie se acuerda de que esta aqui. --No te preocupes, no pasa nada. --Le sonrio triste--. ?Te importa que escuche musica mientras fotocopio? --le pregunto ensenandole mi mp3. --No, claro que no. Me pongo los auriculares, enciendo mi mp3 y empiezan las notas de una cancion que esta siendo un exito ahora en la radio, Feel So Close de Calvin Harris y empiezo a moverme al ritmo de la cancion. Cuando llevo diez minutos, miro hacia las cajas y resoplo, parece que no he hecho nada. Entonces noto que me tocan suavemente en el hombro. --Si quieres, te ayudo a fotocopiar --dice Rita con una sonrisa. --No quiero meterte en un lio... --digo mientras me quito los auriculares. --!Tonterias! --Hace un gesto con la mano para quitarle importancia y se agacha para coger una caja--. Nadie se va a enterar y asi me entretengo un ratito. Nos ponemos manos a la obra las dos, contandonos anecdotas y riendo. Eso hace que pase el tiempo rapido y comprobamos, ante nuestro propio asombro, que terminamos en unas tres horas, a falta de treinta minutos para la hora de la comida. Me daria tiempo a subirlos, darselos a mi jefa y comer con mi mejor amiga en la cafeteria puesto que ya no la voy a ver hasta mi vuelta de las vacaciones; esta tarde quiero descansar bien, mi avion sale temprano manana. --Muchas gracias Rita, me has librado de quedarme hasta muy tarde hoy. --Aprieto su mano en senal de agradecimiento. --Ha sido un placer y me lo he pasado genial contigo, como siempre. --Se despide con esa sonrisa tan especial que tiene la mujer--. Que disfrutes de tus vacaciones. Le doy las gracias. Cojo prestado otro carrito mas pequeno para poder llevar todos los papeles hasta mi planta y, cuando voy de camino hacia el ascensor, escucho unos gemidos. Aqui abajo no hay nunca un ruido, asi que se esta mas alerta si se escucha algo anormal. Identifico la direccion de donde provienen: el cuarto de mantenimiento. Paso junto a el, no puedo evitar la curiosidad y pego la oreja a la puerta. !!Son gemidos de mujer!! --!Oh! Si... siiii... --Me tapo la boca con la mano por la sorpresa, !es Veronica! Pero, ?con quien esta? Sigo escuchando y oigo los gemidos varoniles de su acompanante pero no consigo distinguir quien es. Examino la puerta por si hay alguna rendija o algo y, contenta de mi, encuentro un pequeno agujero junto al pomo de la puerta. Miro a mi alrededor para que nadie me pille espiando y me agacho hasta ponerme a la altura del agujero. La imagen que veo hace que empiece subirme la temperatura. Mi amiga, subida a una pequena mesita, con la falda recogida en la cintura, con la camisa desabrochada dejando al descubierto sus pechos y abierta totalmente de piernas. !Madre mia! Me escandalizo y dejo de mirar pero mi curiosidad me puede y vuelvo a poner el ojo en el agujero. Entre sus piernas, veo una cabeza de pelo moreno, que se separa un poco, sonrie y la mira. Es nada mas y nada menos que el chico de practicas que tiene a su cargo. A mi se me cae la mandibula por la sorpresa. Le esta haciendo una buena faena porque ella tiene los ojos en blanco debido al placer y le agarra con fuerza el cabello. Se me acelera la respiracion al verlos ahi retozando. De pronto, el chico, que no tendra mas de veintiun anos, se incorpora, se saca un preservativo del bolsillo del pantalon y se lo pone en su miembro erecto. !Vaya con el yogurin1! Puede estar contento con dar la talla. Me abanico con la mano, estoy empezando a tener mucho calor. Se besan con pasion y Veronica enrolla sus largas piernas en la cintura del joven para atraerlo hacia ella con una sonrisa lasciva. Entonces el, sin previo aviso, la ensarta de un golpe, con el consiguiente gemido de sorpresa de mi amiga. A continuacion, el chico comienza a mover sus caderas lentamente, eso hace que ella empiece a suspirar y a moverse siguiendo su compas. Siguen besandose con violencia, Veronica gime cada vez mas alto y eso vuelve loco al de practicas que acelera las embestidas a la vez que baja la cabeza y le muerde los pezones. !Por Dios! A ella no parece dolerle, al reves, eso hace que se excite mas. Lo agarra del trasero y lo aprieta mas contra ella. Hasta que juntos llegan al climax, ella casi gritando y el grunendo. En ese momento, yo gimo de placer tambien. No me he dado cuenta pero he bajado mi mano hasta mi entrepierna y me estaba tocando. !Que hago! !Joder, Marina! !Que es tu amiga! Avergonzada por lo que acabo de hacer, me incorporo y salgo corriendo hacia el ascensor. Por el camino, intento calmarme. Me he excitado con mi mejor amiga, !que verguenza! Si no soy capaz ni de ver una pelicula porno... Por suerte, cuando llego a mi departamento, ya no queda un alma en la oficina, se han ido todos a comer. Asi nadie podra verme tan acalorada.

  • Papel de Armenia de Antonio Sanz Oliva

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    Una historia de aventuras e intriga donde una decision puede cambiarlo todo.

  • Seduciendo al principe de Amanda J. Queiroz

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    Ella solo busca que la quieran en su forma, y no en las millones que existen. Quiere que la quieran unica y no cualquiera. Vive la vida despeinada, fumandose un peta en cada esquina, llorando en la barra del mismo bar que lleva su nombre, yendo de taxi en taxi detras del amor de su vida que olvido decirle cuando iba a ser la proxima cita. Tiene la mirada clavada donde todos, pero mira como nadie. Es una chica sin filtros, sin pelos en la lengua, sin ataduras en el corazon. Dice lo que tiene que decir y siente lo que no quiere sentir. Es la gata que camina por los tejados a medianoche en busca de una caricia y huye al primer roce. Es tan unica que ni siquiera la encuentras en un libro, ni en una fragancia ni en un paisaje. Lo de sus ojeras ya nos lo cuentan las canciones, lo de su sonrisa ya nos lo cuentan las interminables veces en las que tuvo que partirse para ser la chica valiente que ahora es, porque eso si: un dia tuvo tanto miedo, que no tuvo otra opcion que secarse las lagrimas y tomar al toro por los cuernos que dicho sea de paso: ya los llevaba clavados en el pecho. Ella es el sol de The Beatles, la paciencia de Guns N' Roses, la satisfaccion de los Rolling Stones; la voz rota de Kurt, la sonrisa fugaz de Amy, la mirada perdida de Jim, el espiritu rebelde de Janis. Jamas se ha rendido por nada, aunque muchas veces lo ha hecho por alguien. Lo ha dejado todo por un abrazo y ha hecho estallar esa presion del pecho contra otro pecho. Dos corazones que laten al compas es musica para cualquier sentimiento. No la catalogues como una chica rota, porque no lo es, lo que si es: una chica que lleva mil guerras perdidas en la mirada y mil cicatrices bajo la sonrisa." Benjamin Griss Esa manana cuando me desperte, lo ultimo que me esperaba era tener una resaca de mil demonios, y un dolor de cabeza infernal. ?Por que tendria que beber? Eso me pasa por hacer caso a Serena. ?Por que siempre hago caso a esa loca? Mi cabeza palpitaba fuerte y tenia la boca seca, me costaba incluso abrir los ojos o tragar. Aun asi muy despacito abri los ojos, me encontraba en la cama de un hotel que no era el mio. De hecho era como un palacio en comparacion con la choza que Serena y yo habiamos pagado para pasar el fin de semana por mi cumpleanos. Ay, mi cabeza. Me lleve las manos a la cabeza y suspire con pesar. Cuando viera a mi mejor amiga la pensaba matar. Aquel maldito dolor de cabeza se debia a los veintitres chupitos de Vodka que me hizo tomar anoche, uno por cada ano de mi vida. ?En que estaria pensando? Nunca bebi en mi vida, y ahora me pasaba esto. A mis veintitres anos tenia que estar muy gilipollas para hacer caso a Serena. Era una mala influencia y lo sabia, mis padres me lo habian repetido mil veces. Pero no… Tenia que seguirle el rollo a la condenada esa. Tenia pequenos fragmentos de anoche pero todo sonaba tan confuso en mi mente. Creo que vomite sobre alguien… ?O fue Serena? Puede que tambien me cayera sobre algo duro… de ahi que me duela tanto el culo. Arg. Frote los ojos pero algo aspero que me raspaba la cara me freno. Abri los ojos y mire con estupor mi mano izquierda en la que descansaba un anillo de plata sencillo sobre mi dedo anular. ?Pero que…? Me incorpore tan rapido que senti vertigo y ganas de vomitar. Cerre los ojos con fuerza intentando luchar contra el mareo y la resaca. Unos minutos despues, cuando se me paso por fin la sensacion de malestar, abri los ojos y estudie la habitacion. Era una suite francesa, las paredes tenian un color crema suave, y las molduras del techo estaban pintadas de un oro brillante. Todos los muebles eran de color caoba y en el suelo habia varias alfombras egipcias adornandolo. Todo era tan precioso que me quede anonadada. En mi ciudad no se solia ver nada tan bonito, lo unico que se podia apreciar en la granja de mis padres era el paisaje rustico, las vacas, los caballos… Poco mas. No podia creer que todo aquello fuera real, con que tuve que pellizcarme para tener la certeza de que no se tratara de un sueno mas. --Buenos dias princesa.-- una voz ronca y profunda inundo la habitacion captando toda mi atencion. Gire la cara y de una de las puertas de la suite aparecio un hombre desnudo. Si, completamente desnudo. Senti como el calor se subia a mis mejillas dejandolas coloradas al instante. El me sonrio y siguio su camino hacia otra puerta de la suite, yo me limite a seguirle con la mirada. Que culo, Jesus. Solte una risilla nerviosa y me tape los ojos. Si mi madre me hubiera visto en aquel momento… Lo mas seguro era que dijera que iria al infierno por ver a un hombre desnudo. Me destape la cara y volvi a mirar al anillo de mi dedo. Y lo quede mirando y mirando hasta que mi cerebro hizo un pequeno clic y abri los ojos de par en par otra vez. --Oh… No, no, no…-- empece a decir estupefacta y retire la sabana de encima. Estaba desnuda. Desnuda, en una habitacion que no era la mia, con un sexy hombre que ni siquiera conocia. Oh Dios, mi madre me va a matar. Mis padres eran muy religiosos, como se enteraran de esto… Me mataban. ?Como habia podido pasar? ?Me habia acostado con un completo desconocido? Definitivamente estaba muerta, y quiza desheredada a los ojos de mis padres. Eran demasiado religiosos para aceptar lo que acababa de hacer. Me iba explotar la cabeza, la tenia como un bombo, me levante tapandome con la sabana y empece a caminar de un lado al otro en busqueda de mi ropa pero no estaba por ninguna parte. -- ?Buscas tu ropa? Me gire hacia la voz masculina y le vi otra vez. Ahora iba vestido, con un pantalon de mezclilla claro, una camisa azul cielo y mocasines. Bastante apuesto, la verdad. Sus ojos azules se veian de lejos como un maravilloso cielo de primavera. Perfecto. -- Si. -- mi voz sono baja y quebradiza. Tenia tanta verguenza que casi no podia mirarle a los ojos. Aquella situacion era demasiado violenta para mi. Mis padres no me habian educado para hacer algo asi, ir acostandome con cualquier hombre por la vida. --Anoche la vomitaste por completo. --Sonrio y fue hacia una mesita que estaba al lado de la cama. Cogio un reloj que parecia bastante caro a simple vista y se lo abrocho en la muneca izquierda. Donde de hecho llevaba el mismo anillo que yo. Se me hizo un nudo en el estomago y senti fuertes ganas de vomitar. --He pedido que te compraran algo de ropa, esta en el bano, supongo que querras ducharte antes de que bajar a desayunar. --Yo… Gracias. --De nada princesa… Te espero abajo. -- me sonrio ampliamente y se fue de la habitacion como si nada.

  • Escrito con la sangre de mi corazon (Forastera 8) de Diana Gabaldon

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    Junio de 1778. El mundo esta completamente revolucionado: la armada inglesa se esta retirando de Filadelfia en busca de George Washington y, por primera vez, parece que los rebeldes pueden ganar. Pero a Claire Fraser y su familia les estan afectando peores revoluciones. Su anterior marido, Jamie, ha vuelto de entre los muertos, y le exige saber por que, en su ausencia, se caso con su mejor amigo, Lord John Grey. El hijo de este, el noveno conde de Ellesmere, parece no sorprenderse al descubrir que su padre es en realidad el resucitado Jamie, cuyo sobrino descubre que su nuevo primo tiene mucho interes en la mujer que esta a punto de casarse con el. Mientras Claire piensa que uno de sus maridos es capaz de matar al otro, sus descendientes deben afrontar cambios importantes en el siglo XX. Su hija Brianna intenta proteger a su hijo de un terrible criminal, mientras su marido Roger ha desaparecido en el tiempo.

  • El hundimiento del Titanic de Hans Magnus Enzensberger

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    El hundimiento del Titanic es un magistral poema epico -una hazana desacostumbrada en estos tiempos- en torno a una historia que, aunque conocida, no ha perdido un apice de su tension dramatica. En efecto, el enorme transatlantico, gigantesca maravilla del mundo que naufrago una gelida manana del ano 1912, no fue solo un buque, sino tambien un mito: la encarnacion del progreso tal como se entendio en el siglo XIX, un concepto cuya vigencia ha sufrido un serio reves tras los avatares de la historia reciente. A lo largo de treinta y tres cantos, en este poema -explicitamente inspirado en La divina comedia de Dante, escritor que retorna a menudo entre los fantasmas evocados por Enzensberger- se efectua una soberbia recreacion de la catastrofe. Los alaridos de los naufragos, las rememoraciones nostalgicas de los muertos, los inarticulados mensajes de los supervivientes; pero tambien fragmentos de telegramas, las ultimas informaciones meteorologicas, las desesperadas peticiones de auxilio. Asimismo, las minuciosas descripciones de los menus de a bordo, la arquitectura del buque, la decoracion y las pinturas kitsch de sus salones, las inoportunas alegorias de la Paz y del Progreso.

  • Perderte para volver a encontrarte de Dana Darius

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    Emma creia que lo tenia todo. Estaba a punto de cumplir sus suenos junto a Sergio y era feliz, pero el dia antes de su boda descubrira algo que hara tambalear su mundo y que deje de creer en el amor.

  • Como el fuego de Jennifer Armentrout

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    En ocasiones, la vida te quema en las manos.

  • Nunca juegues con los cambia formas (Sumisas 3) de Saray Gil Diaz

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    Carla es una mujer obesa adicta a las hamburguesas y la comida chatarra, dietista de famosos deportistas acaba de terminar su ultimo contrato, cuando viaja a ver a su padre tres boxeadores que estan dispuestos a compartirla tratan de contratarla, pero al negarse ellos enfurecen, llaman a todos los deportistas del mundo y la hacen verse sin un trabajo a largo plazo. Pero ellos no conocen bien a Carla, ni Carla a ellos.

  • Amor ciego de Alina Covalschi

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    No eran amigos y tampoco novios, sino todo lo contrario. Tenian una relacion complicada y destinada al fracaso.
    Se separaron y tomaron caminos opuestos.
    Pasaron anos y el hilo invisible que los mantenia conectados se enredo y se rompio.
    Pero el primer amor nunca se olvida y siempre deja huellas imborrables.
    Angelica y Raul aprendieron que hay segundas oportunidades, y que son las definitivas.

  • La ultima noche en Tremore Beach de Mikel Santiago

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    La fascinante historia de un compositor que intenta recuperar la inspiracion en una casa en la costa de Irlanda.

  • Samantha de Maryam Anastasia

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    Samantha es una chica de veintiseis anos mitad musulmana mitad estadounidense. Reside en Las Vegas junto a su padre, Nathan O’connell, y Tay, Aaron, Dereck, Helena y Salvador, un grupo de personas que velan por la seguridad de ambos.
    En los ultimos cinco anos se ha estado preparando mental y fisicamente para llevar el negocio de su padre, aunque su deseo mas profundo no es este, sino el de vengarse de Sharaf, padrastro y marido de su madre, que murio a manos de este. Tanto es su empeno que ni siquiera Ian, un atractivo Adonis dispuesto a protegerla bajo cualquier circunstancia, podra hacer que olvide sus planes de venganza. La vida de Sam estara marcada por ser hija bastarda, y su padrastro se encargara de obstaculizar el camino para llegar a su felicidad plena.

  • El secreto del galeon de Ana Alcolea

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    Principios del siglo XIX: Marina viaja junto a su familia a Espana desde las colonias americanas. Ella no se parece en nada a sus hermanas: no piensa en casarse ni en bordar su ajuar, solo desea vivir en el mar, convertirse en marinero; algo del todo imposible. De sus pensamientos y anhelos sabe mucho su esclava Ramira, una mujer a la que le han arrebatado todo lo que alguna vez ha amado y que oculta un gran poder heredado de sus antepasados africanos.

  • El diablo en primavera, Lisa Kleypas de Lisa Kleypas

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    La mayoria de las debutantes suenan con encontrar marido,
    pero Lady Pandora Ravenel tiene otros planes. Tan
    joven y bella como ambiciosa, preferiria quedarse en casa
    y planear su nueva empresa de juegos de mesa en vez de
    asistir a fiestas en los salones londinenses. Pero una noche,
    durante un deslumbrante baile de sociedad, se ve envuelta
    en un escandalo con un apuesto desconocido… Tras
    anos de eludir el matrimonio, Gabriel, Lord St. Vincent,
    por fin ha sido atrapado por una muchacha rebelde que no
    podria ser menos adecuada. De hecho, ella no quiere saber
    nada de el, pero Gabriel encuentra irresistible a la fogosa
    Pandora, de modo que hara lo imposible por poseerla.

  • Babilonia de Yasmina Reza

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    Esta pegado a la pared, en la calle. De pie con traje y corbata. Tiene orejas de soplillo, la mirada asustada, el pelo corto y blanco. Esta flaco, los hombros estrechos. Sostiene bien visible una revista donde puede leerse la palabra Awake. El pie de foto reza Jehovah's Witness, Los Angeles. La foto es de mil novecientos cincuenta y cinco. Parecia un chiquillo. Murio hace tiempo. Vestia con decoro para repartir sus folletos religiosos. Estaba solo, penetrado de una perseverancia triste y torva. A sus pies se adivina una cartera (se ve el asa), con decenas de folletos impresos que nadie o casi nadie le cogera. Son tambien esos boletines impresos en un numero irrazonable los que recuerdan la muerte. Esos arrebatos de optimismo -demasiadas copas, demasiadas sillas…- que nos hacen multiplicar las cosas para volverlas de inmediato inutiles. Las cosas y nuestros esfuerzos. La pared ante la que se halla es gigantesca. Se adivina por su opacidad recia, por el volumen de la piedra tallada previamente. Debe de seguir alli, en Los Angeles. El resto se difumina en algun lugar: el hombrecillo con un traje holgado y orejas picudas que se habia colocado delante de el para repartir una revista religiosa, su camisa blanca y su corbata oscura, su pantalon raido en las rodillas, su cartera, sus ejemplares. ?Que importa lo que somos, lo que pensamos, lo que sera de nosotros? Estamos en algun lugar del paisaje hasta el dia en que dejamos de estar en el. Ayer llovia. He vuelto a abrir Los americanos de Robert Frank. Andaba perdido por la biblioteca, arrinconado en un estante. He vuelto a abrir el libro, que no abria desde hacia cuarenta anos. Recuerdo al tipo que vendia una revista, de pie en una calle. La foto es mas granulosa, mas palida de lo que esperaba. Queria volver a ver Los americanos, el libro mas triste del mundo. Muertos, surtidores de gasolina, gente sola con sombreros de cowboy. Al volver las paginas se ven desfilar las maquinas de discos, los televisores, los objetos de la nueva prosperidad. Se muestran tan solitarios como el hombre esos recien llegados sobredimensionados, demasiado pesados, demasiado luminosos, colocados en espacios no preparados. Un buen dia, se los llevan. Se daran otra vueltecilla, tambaleandose hasta el desguace. Estamos en algun lugar del paisaje hasta el dia en que dejamos de estar en el. Me ha venido a la mente el Scopitone del puerto de Dieppe. Saliamos, en el Dos Caballos, a la tres de la manana para ir a ver el mar. Yo no tendria mas de diecisiete anos y estaba enamorada de Joseph Denner. Ibamos siete en el coche, que rozaba el suelo con el culo. Yo era la unica chica. Conducia Denner. Ibamos a todo gas hacia Dieppe bebiendo cerveza Valstar roja. Llegabamos a las seis al puerto, entrabamos en la primera taberna y pediamos Picon con cerveza. Habia un Scopitone. Nos desternillabamos mirando a los cantantes. Una vez Denner puso Le Boucher de Fernand Raynaud y llorabamos de risa por el sketch y por el Picon. Luego volviamos a casa. Eramos jovenes. No sabiamos que era irreversible. Ahora tengo sesenta y dos anos. No podria decir que he sabido ser feliz en la vida, no podria puntuarme con un siete a la hora de mi muerte, como ese colega de Pierre que dijo bueno, pongamos un siete, yo diria mas bien un seis, porque me daria menos la impresion de ser ingrata o de herir a alguien, diria un seis haciendo trampa. ?Cambiara eso algo cuando este bajo tierra? A todo el mundo le importara un pito el que haya sabido o no ser feliz en la vida, y a mi tambien me traera importara un pito. El dia que cumpli sesenta anos, Jean-Lino Manoscrivi me invito a las carreras de Auteuil. Nos encontrabamos en las escaleras, los dos subiamos andando, yo para conservar un tipo pasable, el por su fobia a los sitios cerrados. Era flaco, no muy alto, el rostro picado, una larga frente que se extendia hacia atras y un mechon peinado hacia un lado con la famosa cortinilla de los calvos. Llevaba gafas de montura gruesa que lo envejecian. El vivia en el quinto, yo en el cuarto. Nos creaban cierta complicidad esos encuentros en la escalera que nadie usaba. En algunos edificios modernos, la escalera es independiente y fea, y solo sirve para las mudanzas. De hecho, los inquilinos la denominan escalera de servicio. Durante un tiempo, no nos conocimos del todo, yo sabia que el trabajaba en el ramo de los electrodomesticos. El sabia que yo trabajaba en el Institut Pasteur. El nombre de mi profesion, ingeniera de patentes, no le dice nada a nadie, y ya no intento explicarlo de manera atractiva. En una ocasion, Pierre y yo tomamos una copa entre parejas en casa de ellos. Su mujer era una especie de terapeuta new age despues de haber regentado una zapateria. Llevaban poco tiempo casados, quiero decir en comparacion con nosotros. Al cruzarme con JeanLino en nuestra escalera la vispera de mi cumpleanos, le habia dicho, manana cumplo sesenta anos. Me demoraba un poco y me salio asi. ?Usted no ha cumplido aun sesenta anos, Jean-Lino? Contesto que en breve. Yo veia que intentaba decirme algo amable pero no se atrevia. Al llegar a mi rellano, anadi, para mi se ha acabado ya todo, me retiro. Me pregunto si ya habia ido a las carreras. Le dije que no. Balbuceando, me propuso que, si estaba libre, nos vieramos al dia siguiente en Auteuil a la hora de comer. Cuando llegue al hipodromo, me lo encontre sentado en el restaurante, pegado a los cristales desde los que se domina el paddock. En la mesa, una botella de champan en un cubo, las revistas de turf esparcidas, cubiertas de anotaciones, cacahuetes desperdigados mezclados con boletos caducados. Me esperaba con el aspecto de quien recibe distendido a alguien en su club, en total contraste con lo que yo sabia de el. Nos zampamos no se que cosa grasienta que el habia pedido. Se exaltaba en cada carrera, levantandose, rugiendo, tenedor en ristre, arrastrando fragmentos de puerro oscilantes. Cada cinco minutos salia a fumar medio pitillo y regresaba con nuevas ideas. Nunca lo habia visto con semejante cantidad de energia y menos aun de alegria. La gente apostaba sumas insignificantes a caballos de potencial desconocido. El los sentia, tenia sus intimas convicciones. Gano algo, tal vez el precio del champan (dimos cuenta de toda la botella, sobre todo el). Yo me embolse tres euros. Me dije, tres euros el dia de tu sesenta cumpleanos, bueno. Comprendi que Jean-Lino Manoscrivi estaba solo. Un tipo a lo Robert Frank pero actual. Con su Bic, su periodico y sobre todo su sombrero. Se habia creado un ritual, habia aislado en el tiempo un espacio que lo subyugaba. En las carreras se crecia, incluso la voz le cambiaba

  • El hilo rojo del destino (Un mundo para Hector 2), Estefania Yepes de Estefania Yepes

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    Hector ha cruzado una barrera invisible, demostrando una vez mas el alcance del amor incondicional de una madre por un hijo. Sin embargo, su pequeno mundo ahora se tambalea de nuevo, mientras trata de recomponerse de un pasado que todavia le persigue.

  • Una esposa obediente (Novias Del Oeste 1) de Amaya Evans

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    Tiempo Presente --Tierra llamando a Ellie--dijo alguien a su lado. Era su hermana, que estaba ese dia acompanandola en la floristeria. -- ?En que pensabas? --Solo agradecia lo que tengo--le dijo sonriendo. -- ?No te gustaria ser la duena de este sitio?--le pregunto senalando con su mano todo a su alrededor. Ellie se rio--Claro que si tontica, pero ahora me conformo con estar administrandolo. --No veo la hora de que podamos trabajar juntas en la floristeria. -- ?De verdad te gustaria?--no se imaginaba a su hermanita en una floristeria, la veia mas con un salon de belleza o una tienda de ropa. Siempre la veia pendiente de su atuendo, comprando cosas de maquillaje y mirando canales y revistas de moda. -- !Claro!--hablo emocionada--siempre he querido trabajar contigo en un sitio que sea de las dos. --Pero si estas estudiando Peluqueria, ?como vas a tener una floristeria? --Podemos tener algo que incluya las dos cosas ?No te parece? --Umm, no lo se...ya veremos, primero necesito que termines esa carrera. --No falta mucho y mientras te sigo ayudando aqui--se acerco a ella--hablando de otra cosa, tengo algo que decirte. -- ?Que sera?--la miro con ojos entrecerrados. Conocia bien a su hermana y sabia que habia hecho alguna travesura. --Es que ayer estaba con mi amiga Wendy en el mall y vimos un local, donde hay una agencia de novias. -- ?Si?--he escuchado de esos sitios, que locura que haya gente que se presta para eso. --No me parece nada malo, de hecho hay gente que no tiene mucha vida social y es por eso que van alli. De hecho... yo entre. -- ?Que tu hiciste que? --Lissi, tu no necesitas estar en un sitio asi, eres una chica joven, tienes amigos y Dios sabe que tienes una agitada vida social. --Si, es verdad, pero es que yo no fui alli por mi, fui por ti. Un silencio sepulcral se hizo en el local. Luego de un minuto Ellie le pregunto con cierto temor--: Era para ayudar a alguien, me imagino. --Si, era para ayudarte a ti. -- ?Pero es que te has vuelto loca? Yo nunca he dicho que necesite un esposo o novio. --No lo dices, pero se que necesitas una vida amorosa. Estas muy sola hermana y no quiero verte asi. --Pues da la casualidad de que no necesito nada de eso y me haces el favor y vas a ese sitio y sacas de alli todo lo que tenga que ver conmigo. --Pero Ellie. --Ya te lo dije, no quiero saber nada mas de eso--se alejo furiosa de alli y entro a la bodega. Lissi, se dio la vuelta y salio furiosa tambien por haberle dicho a su hermana, mejor se hubiera quedado callada y no se habrian peleado, ahora tendria que ir a ese sitio a cancelar todo. Dias despues... --Ellie, tienes una llamada--le dijo una de las trabajadoras del lugar. --Ya la tomo--estaba terminando de atender una clienta. Un momento despues llego a la oficina-- ?Bueno?--contesto la llamada. --Buenas tardes, hablo con la senorita Ellie Drum. --Si, con ella habla. ?En que puedo ayudarla? --Habla con Madeleine Crawford. Hemos recibido su perfil hace unos dias en nuestra agencia matrimonial y tenemos algunos buenos prospectos para usted, de hecho hay varios caballeros interesados. --Disculpe--interrumpio a la mujer, antes de que siguiera hablando. Yo no he dado permiso para que mi perfil este en su agencia. -- ?Perdone? Creo que no entiendo. --Si, es que mi hermana fue la que llevo mis datos y me inscribio alli, pero yo no he dado mi consentimiento para eso. --Me apena mucho escuchar eso. Somos una agencia muy seria y no estanos acostumbrados a este tipo de incidentes. No se como pudo pasar, ya que por lo general necesitamos la firma de la persona para que podamos hacer todo esto. Le pido disculpas por el inconveniente. --No se preocupe, solo necesito que quiten mi perfil de su agencia, de hecho le dije a mi hermana que lo hiciera, pero veo que no me hizo caso. --No se preocupe, lo haremos inmediatamente. De todas formas, le pido el favor de que pase por la oficina de la agencia para que la conozca y de paso pueda ver con sus ojos que eliminamos su nombre de nuestra base de datos. --Pues no lo se...la verdad estoy algo ocupada. La mujer insistio--sera solo un momento, le aseguro que no tardara nada y en cambio podra quedar tranquila sabiendo que usted misma vio como sus datos se eliminan y quedan seguros. --Bien, tratare de pasar esta misma tarde un momento. ?Podria por favor enviarme su direccion en un mensaje de voz a mi celular? -- Muy bien, asi lo hare. La estaremos esperando. Que tenga un buen dia. En la noche, Ellie, fue a la dichosa agencia, que estaba bastante lejos de donde trabajaba, todo estaba oscuro y penso que no habia nadie. Seguramente ya era muy tarde y no se iban a quedar esperando hasta que ella fuera. Cuando se daba la vuelta para irse, escucho un ruido desde adentro y vio una luz, que venia de una oficina. Que raro, penso haber visto que esa oficina estaba oscura. Una mujer sonriendo se asomo--Buenas noches. --Buenas noches, soy Ellie. -- ?Como estas querida? Soy Madeleine. Estamos en obras y parece que se ha quemado un fusible y nos ha dejado a oscuras. Sigue por aqui--le dijo ensenandole el camino. Llegaron a una oficina bastante bonita con fotos de varias parejas en la pared. Habia algunas vestidas con ropas como del oeste e incluso habia unas vestidas con ropas de la edad media. Que extrano--penso. --Esas son fotos de parejas que se han conocido en la agencia--dijo emocionada--No me canso de mirarlas y pensar en que esta agencia ha ayudado a tantos a conocer el amor de su vida. --Me imagino que eso la hace feliz--dijo tratando de disimular si incomodidad ante el hecho de que ella no queria estar alli, ni tenia intencion de aparecer en una de esas fotos con cara de pastel. --Bueno, linda. Vamos a ponernos manos a la obra, quiero que llenes este papel y me des tu firma. Miralo detenidamente para que veas lo que dice, alli estas dando consentimiento para eliminar tus datos de nuestra agencia. Ella lo leyo y estuvo de acuerdo. Luego de firmar, la mujer la dejo sola un momento y le dijo que ya volvia. Ella se quedo viendo nuevamente las fotos un rato, hasta que se oyo un estruendo y la oficina quedo totalmente a oscuras. !Grandioso! ?Ahora como diablos saldria de alli? -- ?Hola? ?Hay alguien alli? Senora Crawford--llamo. Nadie le contesto. Comenzo a sentir frio y decidio salir de alli para ver que pasaba. Abrio la puerta y se encontro con que afuera si habia luz y habia una especie de cuarto antiguo. Dio unos pasos por curiosidad y la puerta detras de ella se cerro y ante sus ojos aterrados, desaparecio sin dejar evidencia alguna, de haber estado alli. Donde antes estaba la manera de salir de alli, habia una solida pared y la puerta de esa habitacion, ahora estaba del otro lado. --Pero... ?Que diablos sucede aqui? Madeleine, esto no es gracioso. Senora hagame el favor de dejarme salir de aqui--grito alto--Oh Dios, y ahora ?Que podia hacer? ?Esa mujer era una loca? Miro hacia todos lados y se asomo a la ventana. Habia mucha vegetacion, pero mas adelante el terreno se veia arido. Habia una especie de carreta vieja y un caballo pastando muy cerca. Salio de alli, para encontrarse con una enorme bestia que se le tiro encima haciendola gritar. -- !Auxilio! !Esta cosa va a matarme, alguien que me ayude! De repente, la cosa encima de ella se retiro y un hombre aparecio frente a ella-- ?Que demonios hace usted en mi casa? -- ?Quien es usted? ?Donde esta la senora Madeleine?--miro para todos lados, encontrandose con un perro enorme, que parecia un lobo y que la miraba con curiosidad. -- ?Quien es Madeleine? --La senora duena de la agencia, estabamos hablando y se fue la luz. Todo quedo a oscuras. Lo siguiente que supe es que estaba aqui--volvio a mirar al perro--Esa bestia deberia estar amarrada, puede matar a alguien. --Mire, senorita--le dijo de una forma como si lo dudara--No se quien es usted y que quiere, pero le agradezco que salga de mi casa, antes de que deje de portarme como un caballero. Ademas esta bestia es mi perro, se llama Goliat y lo unico que hacia era saludarla, porque afortunadamente le cayo bien. No quiero decirle lo que puede hacer con un extrano en la casa. Ella se sintio tonta--Muy bien, entonces debo agradecer a Goliat que no me haya matado--dijo mirando al perro con ojos entrecerrados--. En cuanto a irme, no puedo hacerlo. ?Que quiere que le diga? la agencia matrimonial estaba aqui hace un momento. -- ?Agencia? --Si--lo miro como si fuera idiota.

  • Kilometro 93 de Patricia Moreno Raya

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    Ya lo dijeron dos maestras, las grandes senoras del crimen, Agatha Christie y Patricia Highsmith: todo escritor debe individualizarse, aportar algo diferente, hacerse a si mismo. Y Patricia Moreno Raya no imita a nadie. Su estilo fresco y desenvuelto es unico. Quienes han leido su primera novela, La tercera planta, y sus relatos negros lo saben; Patricia es una despiadada fabricante de homicidios, como en su dia lo fueron las creadoras de Poirot y de Ripley. Con ambas coincide en sus tempranos inicios en la escritura, de adolescente; curiosamente con Agatha Christie tambien en su trabajo como farmaceutica (durante la primera y la segunda guerra mundial Agatha aprendio todo sobre el arsenico y la estric nina, y en la farmacia de la Cruz Roja nacieron sus primeras historias). Decia la autora de La ratonera y Asesinato en el Orient Express que hay tres tipos de historias <>: la pasional, la intrincada y la desenfadada. Siguiendo su particular definicion podriamos califi car Kilometro 93 como una novela negra <>, si bien dentro de la tradicion literaria del enigma por descubrir, de la hipotesis que debe cons truirse para descifrar la identidad del culpable. Algo que se remonta a Edipo rey de Sofocles y al Libro de Daniel en el Antiguo Testamento. Sin embargo, como toda novela de genero negro, mas que de la resolucion del crimen en si, Kilometro 93 trata de ahondar en nuestras sombras, en nuestra cara oculta, en el mal que albergamos dentro: somos capaces de matar. Lo revela la cita liminar de Patricia Highsmith: <>. Todo comienza un primero de agosto de 2017 a las seis de la tarde. Cinco desconocidos en el kilo metro 93 de la A44: el propietario de un vehiculo, un juez jubilado, una chica de veintipocos anos, un hombre, una mujer. Uno debe morir. En torno a ellos gravitan hijos, padres, abuelos, parejas, perros. El inspector jefe de la policia judicial sera el encargado de investigar si la muerte se produce accidental mente o es un homicidio. La historia comienza... Las primeras palabras de una novela siempre son las mas dificiles; por eso decia Agatha Christie que no habia dolor semejante: <>. Al leer el co mienzo de Kilometro 93 quien pensara que su autora ha sufrido, mordido boligrafos ni contemplando con desesperacion la pantalla de un portatil, porque la novela arranca con un inquietante flashforward que parece brotar facilmente de la mente de Patricia: <>. Como Patricia Highsmith, Moreno Raya hace gi rar la historia en torno a la culpa, la mentira y el cri men, aderezados con un sabroso ingrediente, la am nesia, y con el telon de fondo de una Granada her mosa pero imperfecta. Kilometro 93 es un vivido re trato moral, social, colectivo y critico de nuestra ciu dad, pero tambien una novela fresca y actual. Humor y autenticidad. Vida y crimen. Eso es Patricia. Como Mary Higgins Clark, Moreno Raya se ca racteriza por sus protagonistas femeninas. Sus muje res se encuentran en medio de un dilema, enfrenta das a sus miedos, a sus angustias, a sus fantasmas. Susi, Amelia, Carolina, Cristina, Eva y Fernanda to man las riendas, deciden resolver sus problemas. Y los resuelven con contundencia. Borges y Bioy Casares, padres del escritor apo crifo de relatos detectivescos Bustos Domecq, decian que los criticos negaban al genero policial la jerar quia que le corresponde solamente porque le falta el prestigio del tedio. Y aventuraban una teoria: <>. Critica y publico se dan la es palda; si los primeros buscan lo soporifero, los se gundos lo ameno. Highsmith lo corrobora:<>. Pues bien, Kilometro 93de Patricia Moreno Raya cumple esos requisitos: huye del tedio, es una histo ria entretenida, inusual, que estremece (si, usted tambien adquirira la conciencia de que en cualquier momento puede matar) y hace reir (el particular sen tido del humor de la autora es uno de sus grandes meritos), es algo sobre lo que podra conversar y hasta podra, como hago yo, recomendarla a sus ami gos. Ana Morilla Palacios 1 de Agosto de 2017 El coche en el que se produciria la muerte de uno de sus pasajeros minutos mas tarde se encontraba dete nido en la parte mas alejada de la rotonda. El sol asfixiante de las seis de la tarde del mes de agosto derretia Granada sin ningun tipo de conside racion. El asfalto se adheria a los neumaticos de los coches que sin remedio necesitaban transitar por aquella circunferencia eterna siempre con trafico, sin que algun tipo de sombra se apiadara de los cortos segundos en los que se tardaba en cambiar de sen tido. El propietario del vehiculo esperaba dentro, con el aire acondicionado a maxima potencia, consu miendo la gasolina que le quedaba en el deposito mientras escuchaba a los perros quejarse del insufri ble calor en el diminuto remolque que llevaba en ganchado a su coche. El primer pasajero en llegar fue un anciano, de unos setenta y cinco anos de edad, algo desorientado por ser la primera vez que reservaba un coche com partido para viajar a Madrid, su ciudad natal, donde vivia desde siempre y de la que salia unicamente en ocasiones puntuales. El coche que estaba a punto de coger era el viaje de vuelta, y a pesar de haber lle gado a Granada sano y salvo el dia anterior, seguia sin confiar demasiado en esa forma de viajar. El conductor salio del habitaculo y saludo amablemente a su primer acompanante ofreciendole el asiento del copiloto. Acto seguido llego una chica de poco mas de veinte anos. Tenia una corta melena castana y un rostro salpicado de las pecas que se dejaban ver con mayor intensidad en verano como consecuencia de la exposicion al sol. Llevaba poca ropa y mucho ma quillaje. Finalmente llegaron los dos companeros del tra yecto que faltaban, aparentemente desconocidos, que coincidieron en el paso de peatones que necesitaban cruzar para llegar hasta el coche. El iba vestido de deporte, de aspecto descuidado, con el oscuro cabello enmaranado y demasiado largo para el corte de pelo que llevaba. La mujer que lo acompanaba iba muy arreglada para un viaje de unas cinco horas en un espacio tan pequeno, con el aliciente de ir con otras cuatro personas mas. Llevaba un ajustado vestido veraniego de color mostaza y unas altisimas sandalias. Desentonaba su aspecto junto al del hombre que caminaba al lado de ella, ambos en silencio, pese a saber que tendrian que compartir conversaciones incomodas y prefabricadas y que llevaban preparadas cada uno en su cabeza para que el tiempo que iban a pasar juntos fuera lo mas ameno posible. Se saludaron los cinco, algunos sonriendo, otros avergonzados. Acomodaron los equipajes en el ma letero, y todos miraron el remolque preguntandose que habria dentro. Julian, el conductor, arranco una vez que estuvieron todas las puertas cerradas y em prendio la marcha. --Y bueno..., contadme, ?a que os dedicais? Los pasajeros de la parte de atras del coche se miraron entre ellos esperando que fuera otro el que respondiera a la pregunta, pero fue el copiloto el que tras carraspear para aclararse la voz comenzo a rela tar una parte de su vida. --Como imaginareis, yo estoy jubilado ya, aun que todavia ando metido en algunos negocios... He sido juez durante mas de treinta anos, ?sabeis? Y ademas de los buenos... --?Juez? !Que interesante! --dijo Julian, para in tentar darle un poco de vida a la conversacion y animar al resto a participar en ella. --Si si, mucho. Os podria contar tantas historias, pero claro, no debo..., ademas no os conozco de nada... Es la primera vez que uso una cosa de estas tan modernas para viajar, me ha convencido mi hija, me ha dicho que es lo mas comodo, aunque no os voy a enganar, voy un poco asustado..., ?no seras un violador ni nada de eso? --pregunto dirigiendose a Julian. --!Ja ja ja! !No, hombre! !Claro que no! Se oyo entonces una risa timida de la chica joven que iba sentada en medio en la parte de atras. --Y tu no te rias, jovencita, que peores cosas se han visto... Estamos confiando nuestra vida a un desconocido del que no sabemos nada, ni sabremos con certeza nada despues de este trayecto... En serio, espero que no nos hagas nada... Oye, por cierto, pararas a mitad de camino, ?verdad? Que no es legal conducir mas de dos horas seguidas... La chica joven fruncio el ceno al oir estas pala bras, y el hombre sentado a su derecha resoplo, pen sando que el viaje seria mas largo de lo que esperaba. --Pues yo me dedico a criar pastores alemanes --dijo Julian, retomando una conversacion que pare cia interesarle unicamente a el--, de hecho llevo en el remolque cuatro. --?Como? --dijo la chica impresionada--, !que guapo! ?Podemos verlos despues? --Si claro, luego os los enseno. Son preciosos. Llevo dos cachorros y dos adultos. --?Y para que los llevas a Madrid? ?Para algun concurso o algo asi? --dijo la mujer, hablando por primera vez. --!No! Voy a visitar a mi novia, y los llevo con migo. --?A los cuatro? --dijo la chica semivestida, con los ojos como platos. --Si, ?por que no? Mi pareja vive en una casa grande con jardin, y alli se lo pasan genial; ademas, estan acostumbrados a viajar. --Pero tio, que agobio ahi dentro, con el calor que hace y todo... --No les pasa nada... --?Y te ganas la vida con eso? --pregunto Zaca rias, el anciano. --!Claro que no! Es solo un hobbie..., soy fun cionario, trabajo en el ayuntamiento. El hombre sentado detras de Zacarias volvio a resoplar; parecia estar incomodo con aquella situa cion que podria haber evitado sencillamente via jando en autobus. Observaba en silencio el paisaje, no le gustaba demasiado hablar con gente descono cida, y maldecia la baja velocidad a la que iban por culpa del remolque con los perros. --Si no os importa voy a parar unos segundos a echar gasolina.

  • Cinder y el principe de Medianoche de Susan Ee

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    Una joven huerfana.
    Un reino oscuro y retorcido.
    Una guerra en la sombra con el fin de esclavizar hadas y despojarlas de su poder...

  • El favor de la sirena de Denis Johnson

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    El ultimo libro de relatos de Denis Johnson.

  • El club de Trebol de Lee Vincent

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    Supe que estaba perdido tan pronto el joven crupier comenzo a recoger las fichas. Solo un idiota como yo apostaria los ultimos veinte mil dolares para perderlos en cuarenta y cinco minutos. <>, me dije, mientras apuraba la copa de whisky que sostenia en mi mano derecha. Unicamente me consolaba la mirada inquisitiva de una mujer pelirroja, muy parecida a la caricatura de Jessica Rabbit, que no me habia apartado su mirada en toda la noche. Me agradaba que las mujeres aun me encontraran atractivo, pese a que, hacia dos semanas, habia cumplido los cincuenta y cinco anos. (Si, como acaban de leer, cincuenta y cinco. ?Que creen? Todavia puedo ser el galan de una novela). Bueno... creo que mi estatura, de un metro noventa y tres, mis atractivos ojos azules y mis noventa y un kilogramos de masa muscular, suelen ser un magnifico cebo para algunas mujeres, pero mi arma mortal es mi voz, masculina y atronadora. Cuando les hablo se derriten como mantequilla. A muy temprana edad aprendi, gracias a mi hermano mayor, Nelson, que un conquistador debe tratar a las mujeres como reinas. Y asi actuaba frente a ellas, haciendome el galante. No entendia como despues de un tiempo me resultaban tan aburridas e insipidas que tenia que buscar una nueva conquista, por eso ya contaba con cuatro matrimonios fracasados y algunas misas sueltas. Todas ellas extraordinarias mujeres, excepto la ultima. Pamela fue el gran error de mi vida. ?Saben que a los hombres nos ataca una condicion que se conoce como andropausia? Es lo mismo que la menopausia, pero con sintomas un poco diferentes, asi que cuando comence a padecerla, me inicie con Pamela, una rubia despampanante, Treinta anos menor que yo. Me enloquecio porque olia a Conejita de Playboy. !Ja...! (Ahora se estaran preguntando como huele una de esas conejitas, he de decir que a… !GLORIA!…) Hare un parentesis (Me gustan las mujeres jovenes pues me encanta la piel tersa, que los pechos no hayan sido afectados por la gravedad, pero sobretodo, que no haya rastro de celulitis). Por eso no saldria con una vieja ni, aunque me pagaran. Esa habia sido mi filosofia de vida hasta esa noche, cuando al finalizar el partido de poker, regrese a mi habitacion del noveno piso en el hotel Borga de Atlantic City. Ver dos gigantes corpulentos, con cara de pocos amigos, flanqueando la puerta de mi habitacion, me hizo presagiar que algo muy malo estaba por acontecer. Les sonrei para disminuir la tension, pero ni tan siquiera se inmutaron en contestar. Asi que apresure mis manos para abrir la puerta. Cuando logre acceder a la habitacion todas mis dudas se disiparon, no era mi imaginacion. El ambiente en el interior era diferente. Un olor rancio, como a azufre, inundaba el lugar. Y ta-ra-tatan... Alli estaba el mismisimo diablo encarnado, Gerry Rhys-Meyers. Sentado como un leon que espera a su presa. Literalmente parecia un leon con su melena abundante de color gris. Llevaba un traje negro, camisa negra, corbata negra... Apostaria que hasta su corazon era negro. El desgraciado sonrio sin mostrar su dentadura perfecta. Sospechaba que ya utilizaba caja de diente porque debia rondar los sesenta y tantos, aunque se conservaba muy bien. Tal vez habia descubierto el misterio, casi mistico, del Agente 007, Sir Sean Connery, que, entre mas viejo, mas sexy lo encontraban las mujeres. Envidio a ese tipo, no saben cuanto. Deje la billetera y el movil sobre la comoda y me voltee para mirarlo. La ultima vez que hablamos, hacia mas de un mes, el magnate de la bolsa de valores de Wall Street, exigio su paga de seis cifras. Debo admitir que las apuestas me han llevado por un camino muy tenebroso. No era a este hombre al unico que le debia dinero, pero sabia que Rhys-Meyers era peligroso. --Por tu cara puedo imaginar que no ganaste un penique, Liam --dijo con un sarcasmo que me saco de quicio y, aunque me vi tentado a golpearlo, me contuve--. ?Cuanto perdiste? No le conteste de inmediato, por el contrario, me tome mi tiempo y camine hasta el mini bar para sacar del botellero una cerveza Guinness. ?No lo he mencionado? !Ah! Si, soy irlandes, radicado en Estados Unidos desde hace casi cincuenta anos. Mis padres me trajeron en una de las ultimas grandes olas migratorias y nos establecimos en Queens, Nueva York, asi que guardo algunas costumbres irlandesas muy bien afianzadas. --No tengo el dinero --conteste. --Ultimamente es lo unico que sabes decir, Liam. El hombre se levanto para enfrentarme. Ya mencione que tengo gran estatura, pero Gerry no se quedaba corto, era un hombre de casi un metro noventa. Nos sostuvimos la mirada por unos segundos. Me enfermaba que el tipo se creyera con todo el derecho del mundo a amedrentarme, aunque se rumoraba que, en algunas circunstancias, cuando alguien le jugaba mal con un negocio, Gerry actuaba como un vil mafioso. Lo que queria decir que a algunos malos socios los habia desaparecido del mapa. Sospechaba que al final, si no conseguia la pequena fortuna que le debia, me pasaria lo mismo. --Saque la cuenta --dijo--. Me debes ciento ocho mil dolares y al ritmo que vas, no creo que los consiga para antes de verano. ?No fue eso lo que prometiste? --Estoy haciendo un esfuerzo, pero la firma no va bien. Desde hace tres meses no conseguimos un nuevo cliente. No le mentia. Soy dueno de una firma de arquitectura, que en un momento fue muy prestigiosa, pero que en la actualidad estaba en una decadencia bochornosa. Gerry solto una carcajada socarrona. Ahi regresaba su majaderia. Aprete el puno que me quedaba libre, pero como siempre sucedia, desisti. --Necesito un gran favor --dijo, mientras se paseaba por la habitacion con ese aire que siempre utilizaban los magnates, como si el mundo lo tuvieran a sus pies--. Un favor que puede saldar tu deuda. Hice una mueca. El favor tenia que ser bastante grande. Tal vez me pedia que asesinara a alguien o que cometiera algun fraude. Ninguna de esas dos opciones estaba en mi radio de accion. --Si recurro a ti es porque creo que eres perfecto para este encargo. A esas alturas estaba deseoso por saber cual seria ese magnifico favor que me liberaria de sus garras para siempre. --Necesito que viajes a Ibiza en tres dias. ?Ibiza? ?Habia dicho Ibiza? ?A las Baleares en Espana? ?A ese paraiso pecaminoso? Hacia mas de diez anos que estuve alli celebrando mi tercer divorcio. Un viaje escandaloso con tres bellezas, mucho whisky y la mejor musica, pero ahora estaba en otra etapa de vida... Ya no estaba para tanta intensidad. ?Que pretendia Gerry? --?Y eso? --le pregunte, vacilante. El hombre se mantuvo en silencio, envuelto en un misterio que ya comenzaba a impacientarme, tanto que me tome el resto de mi Guinness de un solo sorbo. Deje la botella sobre la mesa y abri la puerta de cristal que daba al balcon para que corriera la brisa. Tambien para disipar la peste a azufre que impregnaba la habitacion. Si, es que era el mismisimo diablo. --Liam, necesito que seduzcas a mi mujer. Gracias al cielo que estaba de espaldas a el porque mi cara desfigurada debe haber costado un millon. ?El muy anormal me habia pedido que sedujera a su mujer? ?Habia escuchado bien? ?Que me acostara con ella? ?Que le diera toda mi pasion y que le mostrara por que las mujeres me decian Liam Farrell, "el temible"? Me voltee despacio para afrontarlo. Guardaba la ilusion de que al encontrarme con su feo rostro estuviera sonriendo debido a que su propuesta habia sido una estupida broma, pero no fue asi. El tipo me miraba como si acabara de darme la hora. Carraspee un poco para ver si se daba cuenta de su locura, sin embargo, el hombre ni se inmuto. --Obvio, no quiero que te acuestes con ella. Fue como si de repente el alma me regresara al cuerpo. !Plop! Resople dejando ver mi alivio. Aunque no conocia a su mujer, la idea de acostarme con la esposa de alguien conocido no entraba en el Codigo de Etica Farrell, un conjunto de normas y valores de diez cosas a las que nunca cederia, entre las que se destaca: "Jamas acostarme con la mujer de un tipo que conozco". --No te entiendo, Gerry. --Me hice el tonto. A veces esa tecnica me funcionaba a la perfeccion, tal como les funcionaba a algunos animales hacerse los muertos cuando enfrentaban el peligro. --Acabo de pedirle el divorcio a Fiona... No lo deje culminar porque estalle en risa. ?Fiona? ?Acaso alguien, aparte de la mujer de Shrek, tenia ese nombre? --No se por que te produce tanta gracia, Liam. --Perdona es que me acorde de... Olvidalo --anadi un ademan. --Por supuesto, ella no quiere hacerlo a las buenas y me ha pedido la mitad de mi fortuna, cosa que no pienso hacer. --Volvio a mostrar su dentadura, blanca y perfecta, pero no era un gesto sincero --. Necesito ponerla en una posicion incomoda que pueda probar una infidelidad. !Ja...! Ahora si que entendia menos. Me acababa de pedir que no tuviera una relacion coital, o sea que no tuvieramos "wiki wiki", solo que la sedujera, pero queria que le fuera infiel para utilizar la prueba durante el divorcio. Recorde a mi tercera esposa. La muy picara habia hecho exactamente lo mismo que se proponia Gerry, acusarme de adulterio, pero el caso se cayo en corte cuando las fotos no fueron prueba suficiente, aunque eran muy explicitas. Para que eso prosperara era casi obligatorio filmar un video porno. Bufe en mi cabeza.

  • El senor Sapo y la pareja feliz de Anys Felici

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    Alguien podria asegurar que no es amor, sino dependencia, una linea muy fina que nuestros protagonistas traspasan una y otra vez. Wendy piensa que el futuro no traera mas esperanza que el presente y no merece la pena arriesgarse.
    El amor de una madre es incomparable, fuerte y grande, capaz de superar los obstaculos que le ponga la vida, de sacrificios inmensos por la seguridad y felicidad de su hijo. Matteo desaparecio un 12 de octubre de la Romeria, tenia dos anos. El duelo de su madre sera un camino pedregoso, cargado de tristeza y desconsuelo. Una soledad y un vacio que nadie podra llenar. A ella la privaron de un lugar donde ir a llorar, un sitio al que visitar y encontrar consuelo. Sobre ella revolotea la incertidumbre, no acepta que su hijo murio y esta dispuesta a encontrarlo. Ana Brenda nos demostrara que no hay dolor como ese, ni palabra que lo defina.

  • Un cowboy bajo el muerdago de Tess Curtis

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    Habia sido un buen mes de ventas, cada uno de los comerciales de la oficina habia vendido al menos un par de casas, incluida ella, algo que hacia que se sintiera satisfecha, ya que hacia solo unos pocos meses que trabajaba para Johnson’s Real Estate, despues de unos anos en los que no se habia sentido preparada para asumir aquel tipo de empleo sin que los recuerdos la sobresaltasen. Una vida que ahora parecia muy lejana, en la que habia tenido su propia inmobiliaria conjuntamente con su exmarido, Tyler. Sonrio al pensar en Tyler, a pesar de que las cosas entre ellos no habian funcionado como pareja, guardaba un grato recuerdo de el. Esperaba que le fuese bien. --?En que o quien estas pensando? --pregunto Naomi, su companera de escritorio y amiga desde que habia llegado a la oficina. --Me pregunto como le ira a mi exmarido --respondio Jane distraida, ordenando algunos documentos que tenia sobre la mesa. --Nunca he visto a nadie sonreir pensando en un ex --opino Naomi, cenuda. --Es una buena persona. --?Sigues enamorada de el? --No, pero eramos buenos amigos y haciamos un buen equipo --se sincero ella, sabiendo que en ese momento estaban a solas en la oficina, el resto de comerciales o estaban ensenando casas o almorzando con clientes. --Asi que sientes cierta... nostalgia --dijo Naomi. --Podria decirse asi --respondio ella encogiendose de hombros. --Mira, Jane, creo que necesitas salir con alguien de forma urgente. No es normal sonreir recordando a tu ex. Tal vez podria presentarte a mi primo James, el se acaba de separar, ha vuelto a la ciudad... --?Tiene hijos? --Le corto Jane. --Si, pero no son bebes y... --Entonces no me interesa --volvio a interrumpirla zanjando el tema. --Hay pocos hombres de tu edad que no tengan hijos o que no los quieran tener --aseguro Naomi. --No quiero ninos --respondio ella tragando saliva y desviando la mirada hacia una montana de papeles que tenia en el lado contrario de su mesa. --?Por que? !Por el amor de Dios! No lo entiendo --pregunto Naomi, desconcertada. Su amiga se negaba en rotundo a aquello, pero no parecia el tipo de persona que odiaba a los ninos. Jane abrio la boca para contarle a su amiga de una vez por todas el motivo por el cual no queria tener ninos en su vida de ninguna de las maneras. En ese momento ambas oyeron como sonaba la campanita de la puerta de la oficina, que se abria en ese instante, era un nuevo cliente. Un hombre alto y fuerte de pelo castano y ojos aun mas oscuros las miro a ambas por turnos sin saber bien a quien dirigirse. --Naomi Philips. ?En que puedo ayudarle? --pregunto su companera levantandose de su silla para tenderle la mano, que el cliente estrecho. --Mason --respondio el con una sonrisa que a ella se le antojo brillante. --Perfecto. Es usted mi proxima visita --le dijo Naomi--. Solo necesito un momento para coger unas cosas y ahora mismo nos vamos. --Tomate tu tiempo --respondio mientras ella desaparecia tras la puerta de otra oficina. Se fijo ahora en la mujer del otro escritorio, le resultaba vagamente familiar, pero no sabia de que. Quiza habian estudiado juntos en otro tiempo o habian sido vecinos de pequenos, hacia demasiados anos que habia dejado Rexburg. --?Puedo ofrecerle un cafe mientras espera a Naomi? --pregunto Jane, al sentirse observada por aquel hombre tan atractivo. --No, gracias. Estoy bien --respondio el, mostrando de nuevo su perfecta sonrisa, pero sin dejar de mirarla intensamente. --?Puedo ayudarle de alguna otra forma? --pregunto ella de nuevo. --Perdona --era consciente del tono de esa pregunta, sabia que la habia intimidado mirandola de aquella forma--. Es que me resultas familiar y trato de recordar donde nos hemos visto antes. --Yo, sin embargo, no lo recuerdo en absoluto a usted --respondio ella con una sonrisa neutra. --Me crie en esta ciudad, pero puede que solo me recuerdes a otra persona. --Puede ser --manifesto ella con una nueva sonrisa amable, antes de dirigir de nuevo su atencion a unos documentos que estaba revisando sobre una casa que ensenaria al dia siguiente. --?Nos vamos? --pregunto Naomi saliendo de otro despacho, con el maletin en la mano y el abrigo puesto. --Despues de usted --respondio Mason. --Una cosa mas --dijo Naomi girandose hacia su companera--. Parker ha llamado. Encargate de cerrar, por favor. --Descuida --sonrio Jane hacia su amiga. --Cuando lo desee podemos ensenarle la casa a su esposa --dijo Naomi una vez terminaron el tour por la misma, tras el cual, Mason Stewart parecia haber quedado satisfecho, lo que la aproximaba a una posible venta y una suculenta comision. --Yo... --Mason se tenso al escuchar la mencion a su esposa--. No tengo esposa. --Hijos, madre... --se apresuro a decir Naomi sintiendo que habia metido la pata. Seguramente era un hombre divorciado. --No, solo la vere yo --zanjo el. --Esta casa es un sueno --cambio de tema Naomi, suscitando interes por la vivienda. --Lo es. Me gusta --respondio el tratando de olvidar el comentario anterior. Aun no le habia contado a demasiadas personas que pretendia mudarse a Rexburg con Sadie, su hija de seis anos. --A Jane le gusto en cuanto pusimos fuera el cartel de venta. Si nadie se da prisa en comprarla, seguro que ella lo hara. --?Jane? --pregunto el, subiendo una ceja. --Jane, mi companera, la de la oficina --aclaro ella. De repente, los recuerdos unidos a aquel nombre y su rostro acudieron a su mente. !Con razon le era tan familiar! !Sus ojos y su voz! !Era Jane, Jane Norris! Ahora estaba seguro de ello. --Me temo que la senorita Norris tendra que buscar otra vivienda. Manana mismo hare una oferta, me la quedo --dijo convencido de la compra de su futuro hogar. Naomi le tendio la mano y esbozo una gran sonrisa. --?La senorita Norris? --quiso saber ella. --Jane, Jane Norris --dijo el. --Creo que se ha confundido, yo hablo de Jane Davis. --!Oh, claro! Debe ser su apellido de casada. Debi suponerlo --dijo algo abatido con aquella informacion. Estaba completamente seguro de que era Jane Norris... o ahora Davis. --?Entonces la conoce? --indago Naomi con subito interes en aquel asunto. --Si, hace muchos anos, cuando aun eramos unos crios. --?Ah, si? --Naomi queria tirar de aquel hilo, el tal Mason Stewart no estaba nada mal, no estaba casado, por la casa que iba a comprar todo hacia indicar que su credito era alto, no habia mencionado que tuviera hijos y, ademas, tambien parecia conocerla. --Si, aunque yo me fui hace demasiado tiempo de Rexburg, perdimos el contacto y... --se detuvo, siendo consciente de que a su agente inmobiliario aquello no le interesaba en absoluto. --Es curioso, ella tambien ha regresado hace poco a la ciudad. El destino a veces separa a las personas para volver a unirlas en un mismo sitio, ?no cree? --Si, claro --respondio Mason pensativo. Tenia que darle la razon, era de lo mas curioso. Lastima que Jane estuviera casada. Aunque de todas formas, sentia curiosidad por saber que habia sido de su vida. --Bien, manana tendre listos los documentos para lanzar nuestra oferta y se la presentaremos a los duenos actuales --dijo Naomi para finalizar la visita tras mirar su reloj y ser consciente de que habia quedado con otro cliente. Ambos se dirigieron a la entrada de la propiedad y salieron de la misma. Mason aun se detuvo a observar la fachada de la vivienda desde fuera. !Era perfecta! Y a Sadie le iba a encantar. --Nos vemos pronto, senor Stewart --dijo ella teniendole la mano y el se la estrecho. --Gracias por todo, senora Phillips. Naomi le dedico una sonrisa y se dirigio hacia su coche, para pero se detuvo y se giro hacia el de nuevo. Probablemente Jane se enfadaria si se enteraba de lo que pensaba decirle al tal Mason, pero bien valia la pena intentarlo. --Una ultima cosa, senor Stewart --dijo ella. --Mason --la corrigio el, no le gustaba tanta formalidad. --Mason --sonrio de nuevo--, Jane no esta casada. Solo sigue usando el apellido de su exmarido. Mason sonrio.

  • La colina gris de Raquel Moreno

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    La Colina Gris es el sitio perfecto para vivir. Es como un oasis en mitad del mundo corrupto y materialista de fuera donde sus habitantes son felices y reina la prosperidad.
    Judith lleva anos viviendo alli y es completamente feliz. Juanjo vive en la calle con su hermano y a ambos se les presenta la oprtunidad de entrar a este lugar.
    Pero, ?que ocurrira cuando los dos se encuentren? ?Seguira siendo todo tan perfecto? ?O saldra a la luz la realidad de este lugar?

  • El precio de la amistad de Kjell Askildsen

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  • Enganar a la muerte de Maryse Riviere

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    No hay suficiente agua para ahogar a un hombre, ni madera para una horca, ni tierra para enterrarlo. Oculto en la dura Irlanda, un librero de Montmartre intenta escapar a su destino. En realidad, se trata de un asesino en serie perseguido por las policias francesa --que le habia dado por muerto-- e irlandesa, que se escabulle como los espectros en el fondo de los pantanos, se fusiona con la niebla, languidece en los bares. Sombras y luces de leyendas celtas, misterios del alma irlandesa, el corazon de la accion policial…

  • Vida de este capitan de Alonso De Contreras

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    Los mejores libros jamas escritos.

  • Clamor de Sangre de Silvana G. Sanchez

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  • Sexo, Orujo y Flamenco (Las Mujeres Gonzalez 1) de Katy Molina

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    Carmela es una joven muy vainilla en el ambito sexual que descubrira un mundo con el sheriff Bruno y hara que se plantee su modo de vida.
    El dolor por la perdida de un ser querido la llevara a Nueva Orleans a unificar las raices familiares que perdio en el pasado e ira descubriendo los secretos que guardan sus tres tias mellizas, prima y hermana.
    Haran una pina y volveran a sentirse una familia cuando descubran que el demonio es de carne y hueso y duerme bajo el mismo techo. Las chicas Gonzalez nacen con un sexto sentido, premoniciones y visiones con el mas alla, que seran la clave para resolver el enigma que mantiene a Ursula, la hermana mayor de Carmela, alejada de la familia.
    Nada es lo que parece y todo es como esta escrito.

  • La llegada del duque de Elisabeth Boyle

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    El dia amanecio como siempre lo hacia en mayo en la aldea de Kempton, con una brillante llovizna de rayos de sol, un toque de rocio en la hierba y los pajaros cantando alegres melodias en el jardin. Nada indicaba que aquel dia la senorita Tabitha Timmons no solo se veria prometida, sino que ademas se enamoraria locamente. Y no necesariamente seria todo con el mismo hombre. No, lo unico que Tabitha pensaba mientras salia aquella tarde de la casa del vicario, cerraba la puerta con cuidado detras de ella y se dirigia a su reunion de los martes de la Sociedad para la Templanza y Mejora de Kempton era que por fin podia escapar de las ordenes de su tia y de las quejas de su tio por tres maravillosas horas. --Ah, aqui estas --dijo la senorita Daphne Dale alegremente desde la cancela del jardin, donde esperaba a Tabitha--. Estaba empezando a temer que ella no te dejara venir --continuo hablando Daphne en un susurro mientras se agachaba para rascar detras de las orejas al Senor Muggins, el perro que siempre acompanaba a Tabitha. El gran terrier irlandes levanto la cabeza hacia Daphne y le dedico una mirada de pura admiracion con sus enormes y expresivos ojos marrones. --Entonces la tia Allegra tendria que ir en mi lugar, y que Dios la libre de que le encarguen alguna tarea --dijo Tabitha. Miro por encima del hombro y agradecio que las cortinas siguieran echadas, lo que significaba que su tia no estaba mirando, buscando alguna excusa para hacerla volver. --Que idea tan horrible --afirmo Daphne. Enlazo un brazo con el de su amiga y tiro de ella para alejarla de la casa del vicario, que una vez habia sido el hogar feliz de Tabitha. Todavia deberia serlo, situada donde estaba, baja y maciza a la sombra de la iglesia de Saint Edward, una enorme reliquia de la epoca normanda. La iglesia tenia altos muros de piedra, una nave larga y un campanario solo empequenecido por las alturas de Foxgrove, la propiedad cercana del conde de Roxley. Sin embargo, despues de que muriera su padre dos anos atras victima de una dolencia cardiaca y de que su tio se instalara alli como el nuevo vicario, ahora el amado hogar de infancia de Tabitha era un lugar deprimente y sombrio. Por lo menos, penso ella, todavia se le permitia asistir a las reuniones de la Sociedad, aunque solo fuera porque a su tia le parecia que la mision de proporcionarles cestas de caridad a las numerosas solteronas de Kempton era una tarea aburridisima. Caminaron sin prisa por Meadow Lane, el sendero estrecho que iba desde la casa del vicario a High Street, mientras Daphne parloteaba, poniendo a Tabitha al dia de los cotilleos del lugar. --… y lady Essex nunca permitira que Louisa y Lavinia se salgan con la suya en ese tema. Los banderines para el baile del solsticio de verano siempre han sido de color lavanda. !Verde manzana, imaginate! Tabitha sonrio y dejo que la chachara cayera sobre ella como si fuera un balsamo, porque cuando estaba con Daphne o en las reuniones semanales de la Sociedad, era facil creer que no habia cambiado nada en su vida, que una vez fue idilica. --Ayer, incluso fui a visitar a las gemelas e intente, muy educadamente, explicarles que, si insistian, solo conseguirian aumentar la ira de lady Essex. --Daphne suspiro--. !Oh, como les gustan los problemas a Louisa y a Lavinia! Tabitha miro a su amiga. --?De verdad pensabas que podrias hacerlas desistir de su empeno? --Tenia la esperanza --le confeso Daphne--. Y si eso no funcionaba, pense que mi nuevo sombrero las distraeria. Inclino la cabeza para ensenarle el sombrero de seda verde, que tenia un lazo gris que llamaba la atencion. Tabitha estaba acostumbrada a ver pavonearse a Daphne y se rio. --Has convencido a tu padre para que te adelante la asignacion, ?verdad? Su amiga sonrio sin mostrarse arrepentida. Le brillaron los ojos azules cuando levanto una mano enguantada para tocarse el estiloso borde del sombrero. --Si, y cada chelin ha merecido la pena --afirmo Daphne--. Tenia miedo de que papa no cediera antes de que la senorita Fielding lo descubriera y me lo arrebatara, !y ya sabes lo mal que le sienta el verde! Tabitha se rio. La rivalidad entre Daphne y la senorita Fielding aumentaba con cada ano que pasaba. --Creo que a ti te quedaria perfecto --dijo Daphne de pasada--. Podrias probartelo cuando lleguemos a casa de lady Essex. Miro a Tabitha con amabilidad y se mordio el labio inferior mientras esperaba su respuesta. Como sabia bien lo que pretendia hacer su amiga, Tabitha nego con la cabeza. --Sabes que ni siquiera puedo plantearmelo. ?No recuerdas como se puso mi tia cuando me diste esos guantes el invierno pasado? --No era caridad --afirmo Daphne frunciendo el ceno--. Y esto tampoco lo seria. Es solo que no tienes un sombrero nuevo desde… --Desde hace dos anos --replico Tabitha. Ni un vestido nuevo. Ni zapatos. Ni medias--. La verdad es que no me importa. --!Pues a mi si! --le espeto Daphne--. A tus tios deberia avergonzarles la forma en que te tratan, dandote migajas de mala gana. ?Que podia decir Tabitha? Todo era cierto. Su tia y su tio se habian alegrado mucho de adquirir la posicion elevada del estilo de vida de su padre cuando este habia muerto, pero ?se podia decir lo mismo de conseguir la custodia de su sobrina pobre? En lo mas minimo, sobre todo teniendo en cuenta que no tenian hijos. A la tia Allegra, que no tenia ni una sola celula maternal en todo su cuerpo, incluso le gustaba quejarse de que su sobrina ocupaba demasiado espacio en el rincon del desvan que le habian asignado gentilmente para dormir. A Tabitha no le importaba vivir en ese escondite, porque era donde se guardaban los baules de su madre. Esa cercania le permitia captar de vez en cuando una nota del perfume de violetas que habia usado. Eran unos momentos tan vagos como los recuerdos que tenia de la gracil belleza que habia muerto de unas fiebres cuando ella aun era muy pequena. --Cada vez que tu tio da un sermon sobre la caridad, me dan ganas de levantarme y de decirle que es un hipocrita controlador --afirmo Daphne. --Eres incorregible --la regano Tabitha, aunque con poco entusiasmo, porque si habia alguien que velara por sus intereses, esa era Daphne. --?Quien es incorregible? --pregunto la senorita Hathaway cuando se unio a ellas en el punto en el que Meadow Lane se cruzaba con High Street. Fiel a su aspecto habitual, Harriet llevaba el borde del vestido lleno de barro, la ropa ligeramente arrugada, el sombrero torcido y en una de sus mejillas sonrosadas habia una mancha de algo. Probablemente se le habria hecho tarde y habria salido corriendo de los establos de Pottage sin haberse mirado en un espejo. Estaba claro que lady Essex se molestaria por la apariencia descuidada de su pupila. Su senoria estaba poniendo muchas esperanzas en llevar a Harriet a Londres y encontrar para ella un buen partido, aunque casi nadie en Kempton le daba mucho valor a tales ideas. Despues de todo, estaban hablando de <> Hathaway. --Yo --le dijo Daphne, y cambio de tema con habilidad--. Me he comprado un sombrero nuevo. Harriet le echo una mirada. --Oh, si, es verdad. ?No es el que me ensenaste la semana pasada en el escaparate de la senora Welling? Daphne asintio. --Es bonito, ?no te parece? Harriet lo volvio a mirar y dijo: --Si, pero creia que estaba adornado con una pluma. --La he quitado --contesto Daphne en voz baja, inclinando la cabeza con aire despreocupado hacia el Senor Muggins. Tabitha se avergonzo. Queria muchisimo a su perro, pero el pobre era incapaz de darse cuenta de que un ribete emplumado de una pelliza o una pluma de ave en el borde de un sombrero no formaba parte de un pajaro de verdad. Despues de haber destrozado tres sombreros de la tia Allegra poco despues de la llegada de esta, la dama habia amenazado con expulsar al perro barbado… solo para descubrir que toda la aldea de Kempton y buena parte de la poblacion de las aldeas cercanas se habia negado a encargarse de <>, para alivio de Tabitha. Al final, la dama indignada habia hecho lo mismo que Daphne y habia quitado todas las plumas de sus sombreros. Incluso la indomita lady Essex retiraba las plumas de su turbante favorito antes de ponerselo en una reunion de la Sociedad. Ninguna pluma estaba a salvo cuando el Senor Muggins se encontraba cerca, para disgusto de Tabitha. ?Por que no sentia tal hostilidad por las ardillas o las ratas, como otros terriers? Tabitha se sentia obligada a llevarse a su travieso companero a todas partes, por miedo a que el tio Bernard encontrara a algun transeunte desprevenido lo suficientemente ignorante como para que se llevara al perro. --Pareces cansada, Tabitha --comento Harriet--. Y mas delgada. Trabajas demasiado. Tabitha aparto la mirada. --Tuve que fregar antes de salir, asi que me he levantado temprano. Daphne la miro de lado. --Y supongo que tambien has abrillantado la plata, has lavado los platos, has dejado la mesa puesta para la cena y le has cortado las verduras a la senora Oaks. Eso no era todo, porque tambien habia planchado. Aun asi, quiso hacerle frente a la preocupacion de sus amigas. --No me mireis asi. No me importa trabajar. Harriet apreto la mandibula y dijo: --Alguien tiene que recordarle a tu tia que eres una dama, no la mujer de la limpieza. --Preferiria que nadie lo hiciera --contesto Tabitha. Por lo menos, tenia un techo sobre su cabeza, algo que a sus tios les gustaba recordarle todos los dias. --Siempre puedes venir a vivir… --empezo a decir Harriet, pero Tabitha la interrumpio sacudiendo la cabeza con vehemencia. <> Lady Essex tambien le habia ofrecido un lugar donde vivir en Foxgrove y, Daphne, una habitacion en Dale House, pero sus tios se habian negado a permitir que se mudara, convencidos de que se dedicaria a llevar una vida disipada y licenciosa sin su constante proteccion. Eso, y perderian a una doncella que trabajaba gratis. Pero tambien estaba el hecho de que a Tabitha le encantaba la vicaria. Siempre habia sido su hogar. Y aunque ahora solamente tenia un pequeno rincon bajo el alero y comia en la cocina, por lo menos todavia podia ocuparse de las flores de su madre en el jardin y mirar la firme caligrafia de su padre cuando anotaba alguna entrada en el registro de la parroquia. Era lo mas parecido a un hogar que tendria nunca. --Si por lo menos no fueramos de Kempton… --dijo Daphne, suspirando audiblemente--. Entonces podrias casarte y escapar de las exigencias de tu tia. --Pensemos en algo mas alegre --propuso Harriet como si hubiera visto la sombra que habia cruzado la cara de Tabitha--. Como, por ejemplo, en lo roja que se pondra lady Essex cuando las gemelas Tempest propongan su ridicula idea, otra vez, de cambiar el color de los banderines del baile del solsticio de verano. Las tres se rieron y siguieron caminando contentas, de lo que Tabitha se alegro. Por lo menos, algunas cosas no cambiaban nunca. Se estaban acercando a la herreria, donde resonaba el martillo del senor Thury con fuerza mientras trabajaba incesantemente en alguna tarea. A pesar de que el sonido les resultaba familiar, Daphne se detuvo con brusquedad. --!Oh, cielos! Al oir su exclamacion Harriet se paro, trastabillando, mientras hundia en la gravilla los tacones de sus botas. Dejo escapar un juramento que seguramente habia aprendido de alguno de sus cinco hermanos y termino con la frase, nada propia de una dama: --!Eso si que es un equipo condenadamente bueno! Tabitha se detuvo, las miro, se llevo una mano a la frente y entorno los ojos contra el sol hasta que fue capaz de ver lo que habia cautivado a sus amigas. Alli, frente a la forja del senor Thury, habia un sofisticado carruaje, un faeton, segun le parecia, pero dejaria que fuera Harriet quien lo asegurara, porque estaba mucho mas informada de tales asuntos. Fuera lo que fuera, el caro vehiculo estaba caido porque le habian quitado una rueda, y probablemente el herrero lo estaba reparando. Era una enorme rareza que no solia verse en Kempton. Porque, mientras que en Kempton abundaban las solteronas y las damas que no se habian casado, faltaban caballeros, y por eso era muy raro ver esos articulos masculinos. --Dios mio, ?habeis visto alguna vez algo mas admirable? --susurro Daphne. Tabitha miro a su amiga. --Creo que ni siquiera tu padre usaria ese medio de transporte. --No estaba mirando el carruaje --confeso Daphne--, sino al caballero que lleva esa chaqueta tan esplendida.

  • Juegos entre jefes (Los jefes 7) de Victoria Quinn

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    Recordaba el dia en que murio mi madre con gran claridad. Fue el peor dia de mi vida. Por entonces estaba estudiando. Acababa de terminar mi ultimo examen final y estaba de camino a casa cuando recibi la llamada de telefono. Mi padre me comunico la noticia. Apenas dijo nada por telefono y su silencio estaba tan cargado de tristeza que pude sentirlo a traves de la linea. Recordaba lo frio que me senti y lo vacia que me parecio la vida. Siempre habia estado unido a mi madre, subestimando lo maravillosa que era. Sencillamente habia supuesto que ella siempre estaria alli. Hasta el dia en que dejo de estarlo. Ahora estaba reviviendo aquella pesadilla, pero este dia era mucho peor... porque Titan era el amor de mi vida. La unica mujer a la que habia amado. No habiamos pasado juntos el tiempo suficiente. Era demasiado pronto. Se suponia que yo iba a morir primero, de viejo. Yo no tendria por que vivir sin ella. Ella era la fuerte y la que debia vivir sin mi. No seria capaz de hacerlo. Mi chofer nos llevo a Thorn y a mi al hospital, pero no intercambiamos ni una sola palabra en el asiento trasero. Las calles seguian cubiertas de nieve, que formaba parches en las alcantarillas. La gente recorria las aceras envuelta en gruesos abrigos. La vida en la ciudad continuaba pacificamente mientras el caos reinaba en mi corazon. Thorn miraba por la ventana. Todavia le temblaban las manos, igual que a mi. El coche no avanzaba lo bastante deprisa. El tiempo pasaba demasiado despacio. Titan estaba en estado critico con una bala en el pecho. Habia perdido gran cantidad de sangre y no nos habian informado sobre su estado desde que se la llevaron a toda velocidad al hospital. Me sentia como si yo tambien tuviese una bala en el pecho. Una eternidad despues, el chofer paro delante del hospital. Thorn y yo recorrimos el interior, llegamos a la UCI y le preguntamos a la enfermera de la recepcion. Al mirar a la enfermera con su pijama verde, olvide casi por completo como hablar como un ser humano. Era incapaz de pensar correctamente, asi que me limite a decir lo que pude: --Tatum Titan... Soy su prometido. La enfermera me reconocio seguro, porque me dedico una mirada de lastima. Se volvio hacia el ordenador, tecleo el nombre de Titan y abrio su informe. Thorn se habia quedado en la parte de atras y todavia respiraba descontroladamente. No se habia tranquilizado desde que habia leido los titulares en su telefono. No hacia mas que pasarse la mano por la cara o por el pelo. Se estaba tomando la noticia tan mal como yo, guardando el mismo silencio. --Esta... --Nunca habia tenido problemas con las palabras. Me hacia con el control de cualquier situacion y verbalizaba mis pensamientos en cuanto me venian a la mente. Pero ahora mi elocuencia habia desaparecido. Habia quedado reducido a un hombre afligido... y apenas conseguia funcionar--. Esta viva, ?verdad? --Senor Hunt, no conozco ningun detalle sobre su estado. --Tenia la mirada fija en la pantalla--. Aqui dice que se la han llevado a quirofano a toda prisa en cuanto ha llegado. La bala ha alcanzado una de las grandes arterias del pecho. Los cirujanos estan haciendo todo lo posible para detener la hemorragia y extraer la bala de manera segura. Eso es todo lo que se. --Se giro hacia mi, dejando claro con su expresion que se sentia todavia peor por mi. Me agarre al mostrador mientras recibia cada una de aquellas palabras como si fueran balas. --?Se va a poner bien? --Era una estupidez de pregunta porque sabia que no iba a obtener respuesta. Pero necesitaba saber si iba a salir de aquella. Ella era mi vida entera. Sin ella, yo no era nada. Ninguno de mis logros podia compararse con la importancia de haber obtenido su amor. --No se lo puedo decir, senor Hunt. En cuanto me den mas informacion se lo hare saber. Me quede clavado en el sitio, aferrandome al mostrador para no perder el equilibrio. Mi padre tenia que haber venido con mis hermanos, porque aparecio a mi lado. Su gran mano se acerco a mi espalda y tiro de mi con suavidad, apartandome del mostrador. --Vamos a sentarnos, Diesel. En cuanto sepan algo mas nos lo diran. No dije nada, pero le permiti conducirme hasta uno de los sofas de la sala de espera. Habia mas familias sentadas en los rincones viendo las televisiones que habia en las paredes. El sonido estaba apagado y estaban poniendo las noticias locales. En aquel momento, nadie hablaba de otra cosa que no fuese el tiroteo que se acababa de producir. Reprodujeron el video de las camaras del vestibulo. No lo mire. Mi cuerpo se hundio en el almohadon y me agarre al reposabrazos de madera. Mi padre se sento a mi lado. Thorn se sento a mi otro lado. Y nos limitamos a esperar alli. Tenia los ojos fijos en mis manos, sobre el regazo, y la espalda encorvada. Justo la noche anterior estaba tumbada debajo de mi y me pedia que me casara con ella. No queria esperar. Le importaba un pito lo que pudiera pensar nadie de nuestra aventura romantica. Me queria en todo momento y para siempre. Le habia dado mi anillo y le habia declarado el amor eterno que sentia por ella. Habia sido la mejor noche de mi vida. Ahora estaba sentado en la sala de espera del hospital, ansioso por que hubiera buenas noticias. Todo habia cambiado en un instante. Mi felicidad habia desaparecido. Por completo. Todavia no conocia todos los detalles del tiroteo. Lo unico de lo que habia conseguido enterarme era de que Bruce se habia abalanzado sobre Titan cuando ella salia del ascensor. La habia abatido de un tiro en el portal de su edificio. No sabia lo que le habia pasado a el. En cuanto supe que habian disparado a Titan, no me importo nada mas. Tan solo con haberla esperado podria haberla protegido. Ahora podria ser yo al que estuvieran operando. Y ella estaria sentada en mi lugar. ?Por que cojones no habia esperado y ya esta? Era de lo que mas me arrepentia. Mi padre me puso la mano en el centro de la espalda. No me dijo que todo iba a salir bien ni intento distraerme de mis pensamientos, pero me recordaba que estaba alli, con todos los demas de la habitacion. Thorn desvio la vista hacia la television y vio el video. Yo seguia sin poder mirar. No podia presenciar como disparaban a mi pequena. Mi pequena... Haria cualquier cosa por volver a llamarla asi. Thorn exhalo profundamente antes de volverse nuevamente hacia delante con la mandibula tensa. --Lo ha matado. Esa es mi chica... Yo segui sin mirar. --?Eso ha hecho? --Si --respondio Thorn--. Le quito la pistola y le dio un tiro en la cara y otro en el cuello. Aquella era la unica buena noticia que me habian dado hasta el momento. --Me alegro. --El iba a darle otro tiro, pero ella lo detuvo --continuo Thorn--. Es una luchadora... se que ahora mismo esta luchando. --Se le quebro la voz al final de la frase, asi que dejo de hablar. --Es una luchadora --susurre. Titan se esforzaria al maximo por volver a mi lado. Era joven, fuerte y saludable. Si alguien podia superar aquello, esa era ella. Habia recibido un disparo, pero se las habia arreglado para quitarle la pistola a Bruce y acabar con el. Todavia quedaban esperanzas. Todavia habia esperanzas de recuperar a mi pequena. Por favor, Dios. Me incline hacia delante y meti el rostro entre las manos, aislandome por completo de la habitacion. Queria que el tiempo pasara deprisa, queria escuchar al medico decir que la cirugia habia sido un exito. Queria saber que todavia teniamos nuestra vida juntos, que todavia tenia algo por lo que vivir. Mi padre me froto la espalda con la mano. --Lo conseguira, hijo. Siempre lo hace. Asenti. --Lo se, papa.

  • La menorah de Petra de Carlos Diaz Dominguez

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    En 1967 Araceli Artigas es seleccionada para formar parte de un grupo de arqueologos que, financiados por la UNESCO, van a realizar la excavacion mas importante efectuada hasta la fecha en la ciudad jordana de Petra.

  • Quiereme sin miedos de Lia Foster

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    Las barreras seran el ingrediente principal cuando estos dos protagonistas, de culturas muy diferentes, se cruzan en la vida del otro.
    Los sentimientos afloran, pero ?sera el amor capaz de vencer cada obstaculo?

  • Te mando un beso de Gabriela Valdivia Marquez

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    En los anos 2009 y 2010 Mexico esta contrastado. Por un lado estan en puerta los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolucion; y por otro, la violencia e inseguridad, debido a los enfrentamientos del ejercito contra los carteles.

  • Hasta que salga el sol de Megan Maxwell

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    En casa de los Sanchez sonaba la radio cuando Agata, madre de dos ninas, mujer trabajadora y esposa de Mario, tarareaba alegremente mientras cocinaba. --Mama --protesto Sofia, su hija menor--. Esther me ha echado de su habitacion y dice que esta noche no puedo estar en su fiesta de pijamas. --Carino, ya lo hemos hablado. --Joooo, mamaaaaaaaa… Agata sonrio. Sus hijas se adoraban, pero en ocasiones se llevaban peor que el perro y el gato. --Carino… --respondio--. Es la noche de Esther y sus amigos. Tu hermana ha acabado la carrera de Administracion y quiere celebrarlo. --Pero yo quiero estar…, quiero entrar. --!Ni lo suenes! --sentencio Esther, que en ese instante entraba en la cocina. Al oir a su hermana, Sofia comenzo a gimotear. Si algo se le daba bien a aquella cria era llorar, y Esther, al verla, se mofo: --Desde luego, vas para actriz…, !que dramatismo! Agata tuvo ganas de reir por el comentario de su hija mayor, pero la miro e indico: --Haz el favor de no echar mas lena al fuego --y luego, dirigiendose a su hija pequena, le recrimino--: Y tu deja de quejarte. Por Dios, Sofia, !no puedes estar todo el dia enfadada! Esther, que tenia el mismo caracter placido de su madre, sonrio y cuchicheo, acercandose a ella: --Mamuchi, esta acabara ganando un Goya o un Oscar. Esta vez Agata rio y, mirando a Sofia, que lloraba para llamar su atencion, repitio: --Basta ya, corazon. --Pero, !mamaaaaaaaaaaa…! --<> --la imito Esther, haciendola rabiar aun mas. Como era la pequena de la casa, Sofia estaba acostumbrada a salirse con la suya la mayoria de las veces. Sin embargo Esther, ignorando las miradas de su madre, insistio: --Me da igual tu berrinche. Esta noche es mi noche y tu no vas a estar. De nuevo, Sofia solto un grito lastimero. --Carino, por el amor de Dios --se quejo su madre--, no seas tan caprichosa y entiende que tu hermana quiere estar con sus amigos. --Pero, mamaaaaaaaaaaaaaaaa… Al ver el huracan que se estaba formando, Agata suspiro. Sofia podia ser insoportable. Estaba intentando calmarla cuando sono el timbre de la puerta. Era Marga, su vecina, una mujer sordomuda de nacimiento que, haciendole unas senas con las manos, le comunico que necesitaba unas zanahorias. Anos atras, al conocer a su vecina, Agata se habia empenado en aprender la lengua de signos, o, como lo llamaban ellos, el alfabeto dactilologico. Asi pues, asintio rapidamente y le indico que pasara. Al entrar en la cocina, Esther, que, como su madre, habia aprendido la lengua de signos, saludo a Marga. Esta ultima sonrio al ver a Sofia llorando. --!Es una llorona! --exclamo Esther, moviendo las manos. Marga solto una carcajada. Agata la miro y, de nuevo con las manos, dijo al ver a su hija pequena marcharse hacia la habitacion hecha una furia: --Mejor no preguntes… Toma, Marga, te compre los botones que necesitabas para la bata de German. La mujer rio. Agata era la mejor vecina que nadie pudiera imaginar y, tras darle un abrazo, movio las manos para decir: --Te quiero. No se de donde sacas tiempo para hacer tantas cosas, trabajando como trabajas. Ella le devolvio la sonrisa, pero no respondio. Agradar a los demas era lo que mas le gustaba. Una vez que se hubo marchado Marga, Esther murmuro mirando el horno: --!Eres la cana! !Pizza de la tuya! La sonrisa de su madre se agrando al oirla. --Se que a ti y a tus amigos os gusta mucho. --!Gracias, mama! Nada en el mundo le gustaba mas a Agata que ver a sus seres queridos felices. De nuevo sono el timbre de la puerta, y Esther corrio a abrir. Frente a ella estaban Delia, Hugo y Vega, sus amigos de toda la vida. Se habian conocido en el colegio, en primaria, y desde entonces no se habian separado. --Tengo el ultimo de Rihanna --cuchicheo Delia ensenandole un CD. --Y yo el de Amy Winehouse --afirmo Vega. Encantada, Esther se los quito de las manos, y su madre, que habia salido a ver quien habia llegado, afirmo divertida: --Vaya…, vaya…, conozco a unos que lo van a pasar muy bien. Entre risas, entraron todos en la cocina, y Hugo indico: --Madre mia, Agata, !que bien huele! --!Tu pizza…, que rica! --exclamo Vega mirando el horno. Agata asintio; sabia cuanto les gustaba la pizza que ella preparaba. --?Por que? --murmuro Delia abrazandola--. ?Por que no eres tu mi madre? La mujer la miro con carino. La relacion de Delia con su familia era pesima. Cuando iba a responder, Sofia, su hija pequena, entro de nuevo en la cocina y pregunto: --?Para mi tambien hay pizza? Esther suspiro al ver a su hermana. --No, bonita --replico--. La pizza es para nosotros. --!Mamaaaaaaaaaa…! No solo no me deja entrar en su fiesta de pijamas, sino que tampoco quiere que coma pizza. Al ver discutir a sus hijas de nuevo, Agata intento mediar. Se acerco a la pequena y murmuro: --Vamos a ver, carino. Cuando vienen tus amigas, Esther no se mete con vosotras en la habitacion y… --Sera porque ella no quiere. Su hermana sonrio al oirla, y su madre continuo: --Sofia, carino, tienes catorce anos y tu hermana, veinticuatro. Debes entender que… Pero ella volvio a marcharse enfadada y se encerro de un portazo en su habitacion. Los demas se miraron entre si. --Esta nina es de armas tomar --murmuro Vega. Todos asintieron. Sin duda, Sofia tenia un caracter dificil. Agata abrio entonces un cajon y dijo, atrayendo las miradas de los cuatro muchachos: --!Mirad lo que os he comprado! Esta manana, cuando he ido al mercadillo, he visto estas bolsas azules y, al leer su mensaje, no he podido resistirme y os he comprado una a cada uno. Los cuatro miraron lo que sostenia en las manos y soltaron una carcajada. En la bolsa de playa ponia HASTA QUE SALGA EL SOL, una frase muy suya que ahora utilizaban todos. --Gracias, Agata --murmuro Vega contenta--. Es preciosa. --!Me encanta! --admitio Hugo. --Que chulada, !gracias! --Delia sonrio. --Mama… --susurro Esther--. !Me encanta! !Y con tu frase! Los chicos se abrazaron a Agata en senal de agradecimiento, y de pronto aparecio Mario, el padre, que pregunto divertido: --?Puedo unirme al abrazo? Los abrazo entre risas y, cuando se separaron, Sofia, que estaba de nuevo en la puerta de la cocina, iba a decir algo, pero su madre se le adelanto y le tendio una bolsa como las de los demas. --Toma, carino --dijo--. Esta es para ti. La nina la cogio, pero su gesto era serio, muy serio, por lo que, al verla, Mario pregunto: --?Que le ocurre a mi princesa? --Lo de siempre, papa --se apresuro a responder Esther--: que o le das todos los caprichos o se enfada. Dicho esto, se encamino con sus amigos hacia su habitacion mientras exclamaba: --!Vamos a liarla leoparda! Los esperaba una buena noche por delante. Dichosa por la felicidad de su hija Esther, Agata se miro el reloj y pregunto, dirigiendose a su marido: --?Que haces aqui tan pronto? Mario suspiro. Sus horarios de trabajo eran complicados. --Ha llamado Jesus --explico mirandola--. Esta con fiebre y vomitos y no puede trabajar esta noche…, asi que me toca. --Vaya por Dios… --se quejo ella. Mario, que observaba la puerta por donde habian desaparecido su hija y sus amigos, dijo entonces: --Ese chico…, Hugo, ?va a pasar la noche aqui con ellas? Agata sonrio. Se fiaba al cien por cien del muchacho, por lo que afirmo: --Hugo es un buen chico. --Me cago en la leche, Agata --protesto el--. Sera un buen chico, pero !es un hombre! Ella lo miro divertida. --Tranquilo, grunon, que tu nina esta a salvo. Mario sacudio la cabeza. Aun le costaba ver a su hija como a la adulta que era.

  • Amor. para septiembre de Bruno Ribero Liern

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    El ser humano es asi: envidioso y ruin. Materialista. Avaricioso... Creo que es algo innato en el, como si estuviese escrito en su codigo genetico y no se pudiese hacer nada por evitarlo. Quizas esteis pensando que exagero, que no se de lo que hablo, e incluso puede que os pregunteis quien narices soy yo para afirmar algo asi de un modo tan contundente. Muy sencillo. Mi nombre es Annie Richmon, y soy la que cada fin de mes se averguenza de las actitudes horrendas de su familia y pierde un poco mas la esperanza en la humanidad. Y hoy es fin de mes: el dia que mas detesto, con diferencia. Las estrictas normas familiares han pasado de un Richmon a otro generacion tras generacion y, a pesar de que los anos han diluido algunas de ellas, mi padre se empena en conservar las que considera de vital importancia para nuestro crecimiento personal. Termino de arreglar mi pelo frente al tocador que tengo junto al inmenso ventanal que da al jardin, y me veo ridicula, como cada maldito fin de mes. Por ese motivo suelo ser de las ultimas en bajar, total, la bronca de la abuela y sus miradas de odio infinito me alcanzaran por cualquier otro motivo, asi que lo mismo me da. --No se lo tengas en cuenta --me repite papa una y otra vez desde anos inmemoriales. Pero me resulta imposible. Son tantas sus manias que a veces me planteo si ha sido poseida por un ente tocapelotas que lo unico que quiere es divertirse a nuestra costa. La campana suena desde abajo, y el rebano empieza a acudir al gran evento. Escucho a mi hermana, Violet, bajar la escalinata de madera de antiguo roble, y la reconozco por el sonido que producen los tacones cortos que utiliza para la ocasion. Logro convencer a la abuela de que eso no son tacones, y de que le permitiera usarlos. No se como lo hace, pero Violet siempre logra todo lo que se propone. En ese sentido me da mucha envidia. Ama nuestro estilo de vida a niveles que no soy capaz de explicar. No tiene aspiraciones en la vida mas que la de ser la comidilla de todos y todas. Se mueve como huron en madriguera, y no alcanzo a entender como ha logrado vivir de las rentas de papa sin dar un palo al agua. Imagino que usar ese tonito de voz que tanto detesto --infantil y pijo a partes iguales-- la ha hecho vulnerable a ojos de mi padre. Fragil y delicada, asi es como debe verla, sin duda. Pero nada mas lejos de la realidad. Mi hermana puede ser una vibora si se lo propone. La campana vuelve a sonar, recordandome por que odio tanto los ultimos de mes. Me siento asfixiada, quizas mas que de costumbre, pero aun asi me levanto. Me miro en el espejo de pie que hay tras el paraban decorado con la portentosa imagen del Taj Mahal, y me veo horripilante. Si estuvieran grabando una serie de television en mi jardin sobre una familia Amish, podria colarme por el fondo y pasaria desapercibida. Esto que llevo puesto se parece mas a un saco de patatas que a cualquier otra cosa, aunque tras el ultimo London Fashion Week, bien podria ser una prenda de alto standing. En fin. Me resigno --como siempre--, y me decido a acudir al <>. Abro la puerta y escucho a mis sobrinos en el piso de abajo. Eso significa que Gregor ha llegado, y me alegro mucho. Gregor es mi hermano mayor, y probablemente, quien mas y mejor me escucha y comprende. A veces pienso en la edad que nos separa y me abrumo: podria ser mi padre. Pero esa diferencia de edad no es obstaculo para nosotros. Tenemos un gran feeling, y por eso siempre quiero sentarme a su lado en la mesa. El lo sabe, y procura guardarme el sitio. Soy su amiga y confidente, a la que recurre para contarle las cosas que a nadie mas se atreveria a contar, como por ejemplo, que siempre quiso tener una nina. Por eso tiene seis monstruitos a los que adoctrinar, porque buscando, buscando... la cosa se le fue de las manos. Mi cunada ha metamorfoseado su cuerpo tras tanto embarazo, y ahora su fisico es un mal chiste comparado con lo que fue. De ahi que me atreva a decir que soy su ojito derecho, porque despues de tantos anos al fin se ha resignado, y soy lo mas parecido a la hija que nunca tendra. Bajo las escaleras algo mas motivada y, al verlo en la cocina, me relajo. --Hola, enana --saluda como siempre. Voy hasta el y le propino un fuerte abrazo. Este mes ha viajado mas de lo habitual y no lo he visto casi nada. --?Que tal? ?Como estas? --tantea, al ver mi cara de desagrado. --Pfff... yo que se... --Vamos... --dice con carino--, es solo una cena al mes. Podria ser peor --dice bajito--, imagina esto todas las semanas. La asistenta nos escucha, pero no dice nada. Cada dia tengo mas claro que es una santa. Puede que sea la unica que conoce todos los trapicheos de cada uno de nosotros. A veces imagino que es una enviada de arriba cuya mision secreta es la de combatir las fuerzas del mal, representadas --como no-- en la figura de mi abuela. Gregor me sonrie, pero no estoy animada para seguirle. --Ve con los Gremlins, anda, yo le echo una mano a Gabriela en la cocina. --No es necesario, Gregor, muchas gracias --dice la mujer con una sonrisa de oreja a oreja. --Es la misma conversacion de siempre, Gabri --insiste mi hermano, mostrando sin ningun pudor el carino que siente por ella--. Sabes que no me voy a ir, ?verdad? La mujer deja de remover el guiso que humea en la olla y que, por cierto, huele superbien, para mirar a mi hermano con ojos brillantes. Ojos que muestran una gratitud inconmensurable. Podria decirse que Gabriela fue la encargada de criarnos, y estoy convencida de que este tipo de gestos que suele tener Gregor con ella, hacen que la mujer sienta que el esfuerzo merecio la pena. --Eres un sol. Gracias... Gregor me guina un ojo y es la senal para que vaya con los enanos. Entro en el salon y no me sorprende que ya esten todos en la mesa. Los peques, cuyas edades van desde el anito hasta los diez, sentados unos frente a otros; mi hermana Violet junto a mi padre --para hacerle la pelota, como siempre--, y mis padres, uno a cada lado de la abuela, que preside la mesa con la campanita de marras en la mano. La mujer me fusila con la mirada nada mas atravesar la puerta doble del gran salon --el de los actos oficiales--, y casi me agacho de forma involuntaria por si me alcanza un proyectil. Le devuelvo la mirada de odio, y la mujer alza la campana de nuevo y la hace sonar una sola vez, como diciendo: <>. --!Hola, pequenajos! --saludo, tratando de ignorar a la abuela. --!Hola, tia! --contestan todos con la educacion que los caracteriza. --!Brandon me esta dando golpes con los pies! --dice uno de ellos. --!A mi tambien! --suelta el pequeno, el mono repetidor. --!A ti no te he dado, mentiroso! --!Pues si! --!Pues no! --Chicooos... --dice mi padre con voz suave, tratando de calmarlos, lograndolo al momento. --Hola, papa. Hola, mama. Hola, abuela. --Estas muy guapa, vida mia --dice mi madre. --Mama... no hace falta mentir... --suelta la estupida de Violet. Claro, como ella esta increible con lo que se ponga... --Violeeet... --Es broma, papi... ya lo sabes --dice arrimandose a su hombro y sonriendole como una idiota--. Estas <>, hermanita --suelta con esa sonrisita cinica en la cara. No llego a entender en que momento empezo a tenerme esa mania que siempre trata de demostrarme de modos tan sutiles como este. Pero ya no le hago ni caso. Saludo a la mujer de mi hermano, que trata de controlar a los peques a pesar de que se comportan mejor que muchos adultos, y Jack entra en el salon. Al verlo, maldigo el haber nacido mujer. A ellos les permiten acudir a la cena con camisa y vaqueros, zapatos y, eso si, corbata. !Ah! Y recien afeitados, que no se me olvide. Le miro a el, despues me doy un vistazo a mi misma, comparo, y la diferencia es arrolladora. Ademas, Jack es atractivo. Siempre ha tenido exito entre las mujeres y nunca ha sido de una sola. Le gusta picotear, como el lo llama. Y por todo eso le envidio, ademas de porque papa le da manga ancha. Creo que, de entre todos, es su preferido. Puede que por su aficion a los deportes, no lo se. --Rubia... --Jack es un chulin. Tiene la costumbre de cambiarme el mote constantemente, y rara vez repite. Tiene gracia, lo admito, y ademas, es agil y sagaz. Gregor y Gabriela entran en el salon portando cada uno una fuente bastante grande. En una hay un caldo de pescado y marisco variado, y en la otra, un asado de carne. Y lo se porque cada fin de mes se repite el menu, por orden, claro esta, de la madre superiora. --Abuela --dice Gregor, adelantandose a ella--, lo hago porque considero que debo hacerlo, y si no le gusta, lo siento. Gregor siempre le ha hablado de usted a la abuela, y gracias a Dios, esa costumbre es una de las pocas que ha ido diluyendose a lo largo de los anos hasta extinguirse. Cosa que la abuela no se cansa de recordar, y motivo por el cual, a Gregor le permite ciertas licencias que a otros nos estarian vetadas por completo. --Se le paga para que haga su trabajo --recrimina la anciana delante de Gabriela, importandole bien poco que este presente. --Claro --contesta Gregor--, y lo hace de maravilla. ?No lo huele, abuela? La Sargento mira con impasibilidad a su primer nieto, pero no anade nada mas, solo un leve grunido. Gregor acude a mi lado, da la espalda a la abuela con disimulo y me sonrie sin ser detectado. La campana suena de nuevo, y esta vez con impetu: Liam ha agotado su corta paciencia, como siempre. Es el ultimo en bajar, y el mas raro de todos los presentes. Pasa casi la totalidad de su tiempo encerrado en su habitacion, frente al monitor de su ordenador. Es un experto en informatica y, en los ultimos anos, en la bolsa, donde parece que se gana la vida con bastante soltura. Tiene ojo para los negocios, y sabe donde invertir y cuando vender. Los test de inteligencia a los que nos sometian de pequenos revelaron que, de todos nosotros, el es el mas inteligente, pero nunca ha querido estudiar. En cuanto a la sociabilidad... bueno, eso es otra historia. No tiene amigos en la vida real, y solo se comunica con el exterior a traves de su computadora. Un friki, vaya. Cuando Liam entra en el salon, se cruza con Gabriela que regresa a la cocina a por el vino blanco. La saluda con la cabeza un poco gacha, y entra directo a su asiento, el unico que queda libre. <>, pienso. <>. --Llegas tarde --senala la abuela. Liam asiente, pero no dice nada. --Liam... Papa tiene un don para lograr imposibles usando solo una palabra al hablar, alargandola hasta la extenuacion y empleando una tonalidad que nos advierte de un comportamiento incorrecto. --Lo siento --se disculpa Liam al fin, levantando la cabeza. --Bien, estamos todos --dice mi padre--. Empecemos. Gregor, tu el primero, como siempre. ?Como ha ido? --Bien --contesta--. Hemos ampliado el mercado europeo, tal y como teniamos previsto. Llegaremos a diez nuevas ciudades durante los proximos doce meses, entre las que se incluyen Valencia o Niza. Esto supondra un gasto inicial de unos dos millones de dolares, que recuperaremos en un tiempo estimado de dos anos. Gabriela aparece con la botella de vino, y la desconcha junto a mi padre. Es una experta haciendolo. Las leyendas cuentan que mi abuela estuvo a punto de despedirla el dia que empezo a trabajar con nosotros por no saber hacerlo del modo correcto. Ahora podria ir a un concurso y proclamarse vencedora sin derramar una sola gota de sudor. --Suena bien, Gregor --le motiva mi padre--. ?Algun problema con el que pueda ayudarte? Gregor niega con la cabeza. --En principio, no. --Perfecto, como siempre. Mantenme informado de los avances. --Claro. Gabriela comienza a servir el vino en las copas, y mi abuela la observa con detenimiento. La pobre ha forjado a su alrededor una coraza que, en su mente, la vuelve invisible, porque de lo contrario se hubiera vuelto loca. --Violet, ?que hay de ti? --He quedado esta tarde con Julia, iremos de shopping. --No hablo de tu vida personal, sino profesional. --!Ay, papi, no me agobies, en serio! Tengo tiempo de sobra por delante. Dejame vivir. Papa carraspea y se contiene. --Tienes que centrarte, ya lo sabes. --Si, papi, ya lo se --contesta, empleando un tono infantil bastante ridiculo--. Estoy pensando en el mundo de la moda. Mi padre enarca una ceja. --?La moda? --Claro. No hay nada en el universo que me guste mas y se me de mejor. ?No te parece? --?Y que has pensado en concreto? --pregunta Gregor, mientras Gabriela comienza a servir sopa en los platos. --Pues... ya sabes... disenar vestidos... confeccionarlos... todo eso. --Si, ya, hasta ahi llego. Pero para eso hacen falta muchas cosas. Lo sabes, ?verdad? --!Pues claro! ?!Te crees que soy boba!? --exclama Violet muy ofendida. --Yo no he dicho eso, pero montar un negocio como ese, al nivel que tu deseas... no es facil. Solo queria que lo supieras. --Necesitare un disenador digital, un taller de costura con varios expertos en el tema, difusion por redes sociales... --Bien --dice papa--, ?y cuando piensas empezar con el proyecto? --Buf... no lo se. Ultimamente he ido muy liada. --De fiesta en fiesta --suelta Jack sin previo aviso. Violet le mira a los ojos sin titubear, y le contesta alzando la voz: --!El que no ha salido de fiesta este ultimo mes! La campana suena, y todos vuelven a sus posiciones iniciales. Saben que la abuela manda, y que hay que respetarla. Gregor siempre hace de mediador, y esta vez no iba a ser menos. --?Y tu, Jack? ?Ya estas matriculado? --Si. Pero he dejado un par de asignaturas para el curso que viene. --?Y eso? --pregunta papa. --Por aquello de lo que hablamos, el negocio que estoy montando con mi companero. ?Recuerdas? Me esta quitando demasiado tiempo para otras cosas. --?Al final va para adelante? --pregunto sin saber. Hace mucho que no se menciona nada del tema, y pensaba que habria caido en saco roto. --Si, eso parece. Estamos bastante emocionados, creemos que puede funcionar. --?Hablas de la cerveceria? --pregunta Gregor, interesado. --No sera una cerveceria --contesta Jack un poco ofendido--. Sera un lugar creado por y para los jovenes. Frente al mar. Con un pequeno escenario para ofrecer musica en directo. Iluminacion tenue, musica de ambiente... --Suena bien --digo sin pensar demasiado. --Gracias. El lugar es idoneo. --?Donde? --indaga papa. --Cerca del puerto maritimo, en una zona bastante exclusiva. Queremos ir a lo grande. --Cuanto mas subas, mas grande sera la caida --le aconseja Gregor, a lo que Jack responde volteando los ojos y dejandolos en blanco. --Conozco vuestras monsergas. Las he escuchado un millon de veces en estas cenas, tranquilos. No soy un pardillo. --Discrepo --suelta papa, tajante--. Es lo que eres, y no te creas ninguna otra cosa. Los negocios son muy serios, y hay que tener la cabeza muy despejada para saber separar la ilusion de la realidad. Y si fueras tan listo como te crees --anade a modo de estocada final--, hubieras hecho un estudio de la estructura antes de comprar. De ese modo, ahora no serias dueno de un local danado, y no necesitarias mas dinero mio para solucionarlo. --?Estas diciendo que no nos vas a ayudar economicamente? Mi padre, que esta a punto de llevarse a la boca una cucharada de sopa, frena a medio camino para mirar a mi hermano Jack a los ojos de un modo bastante duro. --No. Lo que digo es que quiero conocer a ese amigo tuyo. Hablar con el en privado. Si voy a darle mi dinero a un desconocido, lo minimo es que se presente ante mi, y me explique su proyecto y sus objetivos. --Es nuestro proyecto --le espeta Jack. --Si, y mi dinero, y mis normas. Las tomas o las dejas. Jack asiente, pero no se atreve a replicar ni una palabra mas. Y me percato de que mi abuela ya tiene la campana preparada de nuevo. El silencio se hace presente, generando una sensacion desagradable y rara en el ambiente. --Esta deliciosa, ?verdad carino? --Mi padre le habla a mi madre en un tono de voz que nada tiene que ver con el de hace un instante, como si no hubiera sucedido nada. Ella todavia no ha dicho ni una palabra. A decir verdad, no suele hacerlo. Los negocios de la familia nunca le han interesado demasiado. Prefiere mantenerse al margen y dejar hacer a mi padre. Al fin y al cabo, siempre se le han dado de maravilla. Dicen que el dinero llama al dinero, pero como no tengas buen ojo, el dinero se esfuma de un plumazo por mucho que tengas. --Si, muy rica --contesta sonriendo. El mas pequeno de mis sobrinos se tira la sopa por encima en un descuido, manchando parte del mantel, la tapiceria de la silla en la que esta sentada mi cunada, y la alfombra persa que tenemos bajo los pies. --!Esta familia es un desastre! --protesta la abuela. --Abuela... --le increpa con carino Gregor--, es un nino... ha sido un accidente... --!Si la asistenta le diera de comer estas cosas no pasarian! --Abuela... --insiste Gregor--, queremos que el pequeno coma con nosotros. Si ensucia, pues lo limpiamos. No pasa nada. Gabriela entra en la estancia nada mas escuchar el barullo. --No se preocupen, yo me encargo de todo --dice la mujer un poco angustiada, recogiendo la sopa que hay volcada sobre la mesa a toda prisa, tratando de evitar que caiga mas de ella sobre la alfombra. --!Tardas demasiado! --le grita la abuela. --Mamaaa... --Mi padre hace uso de su don, y surte efecto de nuevo. Es increible. Cuando el desastre se ha solucionado, la cena continua y le llega el turno a Liam. Siempre sucede de la misma manera: uno a uno, y por orden de llegada al mundo, nos preguntan/interrogan por nuestros avances en el mundo en general. Como si de un mes a otro nuestras vidas fuesen a cambiar de forma radical. --?Que hay de ti, Liam? ?Algun cambio? --Alguno... --contesta Liam sin demasiado entusiasmo. Todos aguardamos, pero no dice nada mas. --?Y bien? --insiste mi padre. A Liam hay que sacarle las palabras, y nunca lograre entenderlo. Mira que he conocido a gente rara en esta vida, pero lo de mi hermano es de otro nivel. Como si viviera en un mundo paralelo al nuestro y se dejara caer por aqui solo para alimentarse e ir al bano. --He ganado mi primer millon. Todos los que en ese momento estabamos sorbiendo sopa, la echamos por la nariz. Sin excepcion. --?!COMO!? ?!HAS DICHO UN MILLON!? A mi padre no le sorprende que alguien pueda ganar un millon de dolares. De hecho, el supero esa cifra hace mucho. Lo que le sorprende es que uno de sus hijos, sin su ayuda, lo haya logrado. --Si, un millon. --?!Como lo has hecho!? --pregunta mi padre. --Invirtiendo aqui y alla. En una de esas, !bingo! Sono la flauta. --?Cuando fue eso? --pregunta Gregor. --Hara unos quince dias --contesta Liam. --?!Y cuando pensabas contarlo!? --preguntamos Gregor y yo al mismo tiempo. A veces nos ocurre, estamos casi conectados. Liam se encoge de hombros. --No pensaba. Pero si preguntais... --Quiero saber cuando ingresaste ese dinero, y a que cuenta. Tengo que llamar a Michael, debo informarle de... --Papa... Liam interrumpe a mi padre, en cuya cabeza solo hay cabida en estos momentos para la evasion de impuestos. Mi padre mira a Liam, y este habla cuando tiene su atencion:

  • Mein Traumprinz. Mi principe azul de Alex Garcia

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    Inteligente, pero dispersa. Con caracter, aun siempre soportando las secuelas de su bondad. Y es que su enorme corazon se convierte en un blanco perfecto. Lucia, sevillana de Triana, es una mujer diez que ya perdio la esperanza de encontrar a su principe azul. Cuidar de su padre y de su querido sobrino es lo unico que consigue llenar parte del vacio que siente. Sin embargo, cuando sus errores del pasado amenazan con arrinconarla, del modo mas imprevisto aparece en su vida alguien que lo cambiara todo. Una persona que, ademas de hacerle replantearse muchas cosas, lograra que vuelva a rescatar la fantasia de su ninez.

  • Todas las benditas decisiones (Everlasting Wound 2) de May Boeken

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    Despues de la ruptura con Gary, Rebeka se refugia en casa de su hermano en Hallerburg, Alemania, para reorientar su vida e intentar olvidar cuanto antes al rockero norirlandes. Se siente perdida, herida y cabreada. Lo echa mucho de menos, pero se niega a recular e intentar arreglar las cosas con el.
    A base de juergas en el Rocco’s -un peculiar bar ilegal-, los cuestionables consejos de su amiga Ana y una nueva amistad con su vecino Daniel -un especimen germano guapo a rabiar-, consigue recuperar el rumbo. Pero lo que tiene el amor es que viene sin avisar y a veces llega sin llamar.
    ?Su relacion con Daniel se convertira en amistad-algo-mas? ?O existiran las casualidades cosmicas y volvera a aparecer Gary en su vida?

  • La final de nuestras vidas de Andres Burgo

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    La final de nuestras vidas es un libro a la altura de lo que hubo en juego entre los dos equipos mas grandes de la Argentina durante la edicion 2018 de la Copa Libertadores de America. Y su autor, un experto en escribir sobre encrucijadas deportivas que marcaron a fuego la historia del futbol argentino: ya lo habia hecho en Ser de River en las buenas y en las malas y en El partido, Argentina-Inglaterra 1986, dos de sus exitosos libros. Con talento, oficio y sentimiento, Andres Burgo le da forma en estas paginas a una historia inolvidable sobre los partidos que ya nadie nunca podra olvidar.