• eso no estaba en mi libro del camino de santiago - Bea Melworren

    https://gigalibros.com/en-mi-camino.html

    Helena vive ?su vida? No, en realidad no es suya, sino de su madre, que con una gran habilidad consigue manipularla a su antojo.

  • Eso No Estaba En Mi Libro Del Camino De Santiago (Historia ...

    https://www.amazon.es/Estaba-Libro-Camino-Santiago-Historia/dp/8417954635

    Eso No Estaba En Mi Libro Del Camino De Santiago (Historia) : Carlos Taranilla: Amazon.es: Libros.

  • ESO NO ESTABA EN MI LIBRO DEL CAMINO DE SANTIAGO

    https://www.casadellibro.com/libro-eso-no-estaba-en-mi-libro-del-camino-de-santiago/9788417954635/11853195

    6 nov 2020 — El libro ESO NO ESTABA EN MI LIBRO DEL CAMINO DE SANTIAGO de CARLOS TARANILLA en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos ...

  • Eso no estaba en mi libro del camino de Santiago

    https://www.libreriadesnivel.com/libros/eso-no-estaba-en-mi-libro-del-camino-de-santiago/9788417954635/

    Resumen del libro. La historia del Camino se extiende a lo largo de los siglos dejando tras de sí numerosas leyendas, misterios, tradiciones y sobre todo un ...

  • Eso no estaba en mi libro del Camino de Santiago - Fnac

    https://www.fnac.es/a7827128/Eso-no-estaba-en-mi-libro-del-Camino-de-Santiago

    17 nov 2020 — Eso no estaba en mi libro del Camino de Santiago, libro de . Editorial: Almuzara. Libros con 5% de descuento y envío gratis desde 19€.

  • Libro: Eso no estaba en mi libro del Camino de Santiago

    https://www.marcialpons.es/libros/eso-no-estaba-en-mi-libro-del-camino-de-santiago/9788417954635/

    Eso no estaba en mi libro del Camino de Santiago.[ Taranilla de la Varga, Carlos Javier; ]. Descubre algunos de los peregrinos más ilustres que recorrieron ...

  • eso no estaba en mi libro del camino de santiago

    https://www.machadolibros.com/libro/eso-no-estaba-en-mi-libro-del-camino-de-santiago_587752

    ESO NO ESTABA EN MI LIBRO DEL CAMINO DE SANTIAGO, TARANILLA DE LA VARGA, CARLOS (1956), 19,95€. La historia del Camino de Santiago se extiende a lo largo de ...

  • eso no estaba en mi libro del camino de santiago

    https://www.80mundos.com/libro/eso-no-estaba-en-mi-libro-del-camino-de-santiago_285647

    ESO NO ESTABA EN MI LIBRO DEL CAMINO DE SANTIAGO, TARANILLA, CARLOS, 19,95€. La historia del Camino de Santiago se extiende a lo largo de los siglos dejando ...

  • ESO NO ESTABA EN MI LIBRO DEL CAMINO DE SANTIAGO ...

    https://www.llibreriapublics.com/es/libro/eso-no-estaba-en-mi-libro-del-camino-de-santiago_2226629

    ESO NO ESTABA EN MI LIBRO DEL CAMINO DE SANTIAGO, TARANILLA, CARLOS, 19,95€. La historia del Camino de Santiago se extiende a lo largo de los siglos dejando ...

  • Black. Cruce de caminos de Bea Melworren

    https://gigalibros.com/black-cruce-de-caminos.html

    Ricardo jamas penso que volver a Santander para el enlace de Jaime, su hermano, podria llevarlo a encontrarse con Carolina.
    Es algo absurdo e irracional, pero no tiene miedo y no piensa perder la oportunidad de entender a esa mujer que se escuda tras un doloroso pasado para no aceptar la atraccion que hay entre ambos.

  • Una musica prodigiosa de Mitch Albom

    https://gigalibros.com/una-musica-prodigiosa.html

    Mitch Albom da vida al que quiza sea su personaje mas inolvidable, Frankie Presto, el mejor guitarrista que jamas haya existido sobre la faz de la Tierra, inspirado en el compositor de Recuerdos de la Alhambra, Francisco Tarrega, natural de Villarreal.

  • Esperando a mister Bojangles de Olivier Bourdeaut

    https://gigalibros.com/esperando-a-mister-bojangles.html

    Celebrada con un entusiasmo desbordante por la critica y los libreros franceses, que la catapultaron al primer puesto en las listas de libros mas vendidos en 2016, esta hermosa novela hipnotiza al lector no solo con sus imagenes de tintes surrealistas, sino tambien por el sentido del humor y una sutil melancolia que emana de sus paginas acorde con la cancion que ha inspirado el titulo. Un texto que arranca con un tono de enganosa frivolidad y que, conforme avanza el relato, casi imperceptiblemente, va calando en las zonas mas sensibles del espiritu hasta culminar con una emocion intensa y profunda.

  • Entre el Valle y las Sombras – Isabel Acuna de Isabel Acuna

    https://gigalibros.com/entre-el-valle-y-las-sombras-8211-isabel-acuna.html

    Olivia Ruiz Manrique, trabajadora social con especializacion en resolucion de conflictos, regresa a su pueblo natal despues de diez anos de ausencia. Trae consigo una valija llena de proyectos y buenas intenciones, pero tambien de dolor y culpa.
    Para Miguel Robles, hacendado prospero de la region, el regreso de Olivia es un golpe duro a su corazon, pues no solo ella es la unica mujer que ha amado en la vida, sino tambien la culpable de que un grupo ilegal haya asesinado a su padre.
    En medio del encuentro y los sentimientos que siempre han estado alli; Miguel y Olivia quedaran inmersos en una serie de hechos confusos y desacuerdos sentimentales que los obligaran a enfrentar un viaje a las profundidades del alma.
    Victimas, desplazamiento forzado, injusticias, amor y erotismo son el eje fundamental de esta historia que nos habla de la pasion verdadera: esa que no se apaga con el correr del tiempo y para la cual siempre existe el perdon, el dolor y la valentia.

  • Elektrika de Cristina Pujadas

    https://gigalibros.com/elektrika.html


    Me gustaria decir que mi vida es de lo mas normal. Y de hecho, lo era. Fantasticamente normal, vamos. Nunca me habia quejado al respecto. Trabajaba a jornada parcial y el resto me lo pasaba entre el sofa, mis amigas y mi novio. El que seria mi exnovio en breve, cosas de la vida. Sin mas. Y con la depresion pre-ruptura a mis amigas no se les ocurrio nada mas que llevarme de fiesta.

  • El bosque de Laurel, Alexandra Risley de Alexandra Risley

    https://gigalibros.com/el-bosque-de-laurel-alexandra-risley.html

  • El informe Ahnenerbe, Santi Baro de Santi Baro

    https://gigalibros.com/el-informe-ahnenerbe-santi-baro.html

    Diez anos despues de la publicacion de El informe Ahnenerbe, de Marcos Clos, un nino sin identidad, que vive escondido junto a sus padres durante nueve anos en un piso de Barcelona, desaparece en extranas circunstancias, tan extranas como su propia vida. Nagore, la profesora privada que se encarga de su educacion, sera quien descubra la verdad tanto de su desaparicion como, mas tarde, de la de sus padres. Todas las pistas la conducen precisamente hacia Marcos. Con el de aliado, revivira las mismas escenas que el autor diez anos atras en una busqueda que, sin ellos pretenderlo, les hara descubrir el verdadero tesoro que Hitler buscaba en el corazon de la montana de Montserrat.

  • En silla de pista de Miguel Angel Aguilar

    https://gigalibros.com/en-silla-de-pista.html

    iempre asombrado, un punto incredulo, Miguel Angel Aguilar saborea el espectaculo del circo contemporaneo en silla de pista, en primera fila. Apenas a unos metros de los prestidigitadores de la Transicion, los domadores del golpismo y el terrorismo, los trapecistas de la libertad que parecia imposible. Aplicado alumno de la realidad, maestro del periodismo, Aguilar evoca hechos memorables del ultimo medio siglo de Espana. Fue testigo, a veces incluso un poco protagonista, y lo cuenta como nadie, con su inconfundible estilo ironico, agudo y elegante. Vio morir una Espana y nacer otra. Estuvo en El Pardo y en La Paz cuando se leian los partes del equipo medico habitual, y en las sesiones, comidas, cenas y conciliabulos que acabaron dando a luz a la Constitucion. Anduvo por El Aaiun cuando la Marcha Verde, en el Congreso el 23-F, lo proceso la jurisdiccion militar y acabo formando parte del tribunal que otorgaba el premio del tonto contemporaneo. Una vida profesional plena, resumida en un libro intenso.
    En silla de pista es un cronicon hecho de muchas cronicas. Recuerdos de cincuenta anos de la vida nacional. Un retrato impagable de Espana y sus personajes. Y tambien un gran homenaje a una prensa que ya no existe pero que fue esencial en la consolidacion del Estado democratico que hoy conocemos.

  • Veinte comedias de amor y una noche desesperada de Ana Martin Mendez

    https://gigalibros.com/veinte-comedias-de-amor-y-una-noche-desesperada.html

    Recien entrada en la treintena, Marina afronta, con un enorme sentido del humor y una vision tragico-comica de su propia existencia, tanto sus problemas laborales como lo que ha dado en llamar su VSL:
    Vida Sentimental Lamentable.

  • Enamorados en Paris de Tomas Jimenez Eyto

    https://gigalibros.com/enamorados-en-paris.html

    Un viaje a la ciudad del amor que pone a prueba a la pareja donde los peligros y las amenazas siguen acechando. Un angel guardian y un matrimonio de policias italianos velaran por su seguridad. ?Podran librarse de los continuos avatares de la vida en completa felicidad?

  • Guerras mescalero en Rio Grande de Alber Vazquez

    https://gigalibros.com/guerras-mescalero-en-rio-grande.html

    Esta gran novela de aventuras narra una historia que nadie conoce: la de los espanoles que, en el siglo xviii, vivieron entre las riberas de los rios Grande y Pecos. Colonizaron aquellas tierras y fueron los primeros en enfrentarse a un enemigo fiero e imprevisible: los apaches.

  • Ave lira de Cecelia Ahern

    https://gigalibros.com/ave-lira.html

    Asi que el se queda quieto, ella le sonrie. El hechizo se ha consumado.

  • La liebre que se burlo de nosotros de Andrea Camilleri

    https://gigalibros.com/la-liebre-que-se-burlo-de-nosotros.html

    Si realmente un dia logramos saber que opinion tienen de nosotros los animales, estoy seguro de que no nos quedara mas remedio que desaparecer de la faz del planeta, cubiertos de verguenza. Yo, afortunadamente, ya no estare. Pero quisiera que algun bisnieto mio entregara a los animales un ejemplar de este librito para que pudieran tener de mi, y de muchisimos otros como yo, una opinion, ni que fuese ligeramente, distinta.

  • Siempre a tu lado (Proyectos de amor y deseo 2) – Mel Caran de Mel Caran

    https://gigalibros.com/siempre-a-tu-lado-proyectos-de-amor-y-deseo-2-8211-mel-caran.html

    Tras unos meses de separacion, Rebeca recapacita y decide regresar con Alan. Su relacion vuelve a ser perfecta y todo parece que va sobre ruedas, hasta que la sombra del pasado de Alan asesta un duro golpe sobre la pareja. La vida de ambos se complica con acontecimientos inesperados, celos, problemas de salud, temores y dudas.

  • El dia que el oceano te mire a los ojos de Dulcinea (paola Calasanz)

    https://gigalibros.com/el-dia-que-el-oceano-te-mire-a-los-ojos.html

    Una novela sobre la vida, la libertad y la naturaleza, firmada por la directora de arte youtuber e instagrammer Dulcinea, autora de El dia que suenes con flores salvajes.

  • Cenizas de carnaval de Mariana Travacio

    https://gigalibros.com/cenizas-de-carnaval.html

    Un anciano que cumple con la ultima voluntad de su esposa y arroja sus cenizas en el rio. Una madre obsesionada con la limpieza que obliga a los hijos a rituales insolitos. Un hombre perturbado por el movimiento de las cosas pretende que todo quede inmovil, como el mosquito que mato en la pared. Una hija que recuerda a su madre muerta, que nunca la escuchaba y la hacia comer todo el tiempo.

  • Sonar con la superficie de Louise O'neill

    https://gigalibros.com/sonar-con-la-superficie.html

  • El largo olvido de Marcia Cotlan

    https://gigalibros.com/el-largo-olvido.html

    Una historia de segundas oportunidades en la que la protagonista sabe que su ex es el amor de su vida, pero se empena a alejarlo cada vez mas.

  • El espiritu creativo de Daniel Goleman

    https://gigalibros.com/el-espiritu-creativo.html

    Daniel Goleman nos invita, con la colaboracion de Paul Kaufman y Michael Ray, a comprender el proceso creativo, librarnos de los pensamientos que nos bloquean y desatar nuestra imaginacion.

  • Y te quedas a mi lado de Judith Priay

    https://gigalibros.com/y-te-quedas-a-mi-lado.html

  • Tu y yo somos una cancion de amor de Olivia Kiss

    https://gigalibros.com/tu-y-yo-somos-una-cancion-de-amor.html

    Su vida estaba completamente arruinada. En los estudios de grabacion nadie lo dijo abiertamente, pero, pese a todas las locuras que habia cometido en los ultimos anos, Daisy no era idiota. Sabia muy bien que habia tocado fondo. Lo habia visto antes a su alrededor: chicas que empezaban a triunfar cuando aun eran demasiado jovenes como para gestionar bien la fama; al principio parecia que todo les iba de maravilla y que tenian el control, pero pronto lo perdian y acababan olvidadas para siempre. --Las cosas estan mal, Daisy, no voy a mentirte --comenzo a decir Ted, el productor con el que habia trabajado desde el comienzo--. Pero podemos arreglarlo entre todos. --Necesitamos que pongas de tu parte --intervino Helena. Ella mantuvo la boca cerrada porque no sabia bien que decir. La historia, en resumidas cuentas, era la siguiente: siempre habia amado la musica, desde bien pequena. Su padre le regalo una guitarra meses antes de morir en un accidente de trafico. Habia empezado a componer canciones con tan solo catorce o quince anos y a los diecisiete ya actuo por primera vez en un local de Boston a cambio de una Coca-Cola. Despues, todo fue cuesta arriba y no volvio a mirar atras. Empezo a tocar en distintos sitios, aunque apenas le pagaban nada. Pero en una ocasion, cuando tenia diecinueve anos, un cazatalentos se fijo en ella y, dos meses mas tarde, estaba dentro de los estudios de grabacion finalizando su primer disco. Llego el exito. No fue abrumador como el de las estrellas que salian todos los dias en la television, pero dentro del country se labro un nombre y se hizo bastante conocida. Lo tenia todo: amigos que fue haciendo con el paso del tiempo, bastante dinero y un futuro brillante por delante. Sin embargo, Paul entro en escena y le jodio la vida. --Hemos pensado en un retiro espiritual --dijo Don, su agente. --Perdona, ?un retiro-que? Yo no necesito nada de eso... --Piensalo. Te vendra bien para componer, ahora mismo estas bloqueada, ?no es cierto? Y al mismo tiempo, te alejas de la prensa, de los escenarios y de todo lo demas. --Tenemos el lugar perfecto para ti. --Helena saco un folleto y lo dejo encima de la mesa del escritorio del despacho. Unos arboles gigantescos rodeaban pequenas casitas de madera que parecian sacadas de un cuento infantil--. Te aseguro que aqui nadie te reconocera. De hecho, he llamado a la duena para preguntarle si tenia algo libre para los proximos meses y al decirle tu nombre para la reserva ni se ha inmutado. --No hay television ni internet --anadio Don. --El pueblo mas cercano esta a cinco kilometros y tan solo tiene doscientos habitantes. Sospecho que alli tampoco habran oido hablar de ti. Es perfecto, Daisy. La informacion llegaba a sus oidos, pero no parecia estar asimilandola. Era como si cada uno le disparase desde lejos: se sentia como un ciervo intentando escapar. En realidad, sabia que tenian razon. Y la idea de dejar atras su vida momentaneamente le resultaba casi como un soplo de aire fresco, pero tambien la aterraba. ?Y si no conseguia volver a componer? ?Y si empezaba a enloquecer perdida en medio de ese bosque? ?Y si todo el mundo se olvidaba de ella cuando hubiese regresado? Era arriesgado. --No se si es una buena idea... --Daisy, confia en nosotros. --Pero es que... --Iba a echarse a llorar delante de todos como alguien no interviniese pronto, no podia contener las lagrimas que se agolpaban en sus ojos--. Es que... --Volveras a renacer como una mariposa --dijo Don--. Creemos en ti y en tu talento, pero todo este asunto de Paul te ha superado. Te vendra bien pasar un tiempo contigo misma, reflexionar y ver que quieres hacer a partir de ahora. Nosotros estaremos esperandote. --?De verdad? --gimoteo. --Ya lo creo que si. Abrio el folleto que Helena habia dejado antes delante de ella. El lugar se llamaba Forrestday y parecia realmente idilico, el tipico sitio donde los animales cantaban, los ninos asaban nubes frente a una hoguera y el arcoiris salia cada dia. Vale, probablemente estaba exagerando. Pero ?que otra opcion le quedaba? Podia quedarse en Los Angeles y seguir aguantando los abucheos del publico, las criticas punzantes de la prensa y las mentiras que estaban diciendo sobre ella. O bien podia regresar a Boston y cobijarse en casa de su madre, pero no queria darle problemas ni que tuviese que enterarse de todo lo que estaba ocurriendo. Por fortuna para ella, su madre era una antigua hippy que se negaba a tener movil y tan solo usaba el telefono de casa, Daisy no era tan conocida como para salir en las revistas del pais, pero si lo suficiente como para que las redes sociales hablasen de ella, y de eso su progenitora no tenia ni idea. Preferia mantenerla en la ignorancia, por su bien. Ninguna madre deberia soportar que acosasen a sus hijos. --Esta bien, supongo que es una buena opcion. --Supones bien, Daisy. --Helena le sonrio. --?Y cuanto tiempo sera? --pregunto. --La duena tiene la casa libre durante dos meses, pero nos ha comentado que podria alargar el contrato un mes mas si fuese necesario. Es bastante razonable. --De acuerdo. ?Cuando me marcho? --Manana mismo, si quieres. --Bien. Estare lista. Aun estaba a punto de echarse a llorar cuando se despidio de todos ellos en la recepcion de los estudios. Paro un taxi y pidio que la llevase directamente a casa. Una vez llego a su apartamento, ese que ahora tanto le recordaba a Paul, quiso ponerse a gritar, golpear algo o patalear como una nina, pero no hizo nada de todo eso, porque Daisy siempre se controlaba. En lugar de desahogarse, se subio a la escalera para bajar una maleta pesada y luego comenzo a llenarla con ropa y otros enseres que iba a necesitar. La vida estaba siendo muy ironica. Cualquiera podria haber dado por hecho que Daisy estaba arruinada por la misma razon que la mayoria de las chicas que empezaban a triunfar siendo jovenes, pero no era asi. Se habia cuidado bien de no caer en excesos ni de dejarse llevar por malas influencias. Intentaba hacer lo correcto, ser simpatica y dulce con los fans, cumplir con sus obligaciones y sus contratos sin rechistar y todo demas. Pero ni por esas. Paul habia tenido que llegar para arrasar con los esfuerzos de los ultimos anos. Lo odiaba profundamente. Cuando termino de preparar su equipaje, se sento en su salon y cogio el telefono movil. Aviso a algunos amigos de que estaria fuera un tiempo y finalmente llamo a su madre. --?Daisy? ?Eres tu? --pregunto la mujer. --Si, mama. --Le calmaba oir su voz. --Espera un momento, que estaba plantando unos geranios y tengo las manos llenas de barro. No cuelgues, vuelvo enseguida. Escucho como dejaba apoyado el telefono en la mesilla y el ruido del grifo de la cocina abriendose. Cuando regreso, parecia algo mas calmada. --?Como estas, carino? --Muy bien. Bien jodida, quiso decirle. --Me alegra oirlo. --Te llamaba porque he decidido irme de viaje una temporada, asi que no podre acercarme a verte a casa el proximo mes. Ire en cuanto vuelva, te lo prometo. --?Y eso? No me habias dicho nada. --Es que ha surgido de improviso. Es un lugar muy relajante, una especie de balneario. Quiero reponer fuerzas antes de meterme de lleno en el proximo disco. Ni siquiera se si hay cobertura, asi que... bueno, ya encontrare la manera de llamarte, ?de acuerdo? --Claro, pero ?seguro que todo va bien, Daisy? --Si, segurisimo. Te quiero, mama. --Yo tambien te quiero, carino. Se sintio terriblemente mal cuando colgo. No le gustaba mentirle a su madre, pero contarle todo lo que estaba ocurriendo lo haria mas real y no queria darle problemas a la mujer, que vivia feliz regentando una pequena floristeria en el pueblo y cuidando de la parcela de jardin que habia en la parte delantera de la casa donde habia crecido. Echo un vistazo a las redes sociales, pero el corazon se le fue encogiendo conforme pasaba de una noticia a otra. ?Como podia la gente soltar tantos comentarios hirientes sin pensar? ?Acaso el anonimato les daba carta blanca para ser asi de crueles? Las cerro cuando no pudo soportarlo mas. Cogio el folleto y leyo con atencion. "Forrestday es el lugar perfecto para desconectar del estres, la rutina y las exigencias diarias. Si buscas intimidad, relajacion y encontrarte contigo mismo, estas en el sitio indicado. La naturaleza sera tu guia". Daisy esperaba que fuese una guia muy buena, porque la iba a necesitar. 2 Un coche oficial de los estudios la dejo en la entrada, justo donde habia un cartel de madera recubierto de hiedra espesa donde se leia: Bienvenido a Forrestday. Daisy bajo y le agradecio al chofer que le sacase la maleta. Despues, cuando se despidio de el, camino como pudo arrastrandola por el caminito de tierra rojiza que conducia hacia la primera casa y levantando una nube de polvo a su paso. Era con diferencia la propiedad mas grande de todas y tenia un porche alargado que rodeaba el tejado a dos aguas. Las plantas trepaban por la parte frontal y, ademas, parecia ser la recepcion, puesto que en la entrada habia carteles del lugar y las actividades de los alrededores de las que podian disfrutar los clientes. --!Maldito trasto! --se quejo al no conseguir subir los escalones con la maleta a cuestas, asi que, finalmente, decidio dejarla alli mismo y entrar en el establecimiento. A fin de cuentas, ?quien iba a robarsela? ?Los pajaros? ?Las ardillas? ?Algun oso? No habia nadie alrededor. Unas campanillas sonaron cuando entro. El mostrador estaba vacio, aunque lleno de folletos iguales que el que le habian ensenado a ella. En una estanteria habia souvenirs como tazas con el nombre del lugar, camisetas, gorras y unos animales tallados en madera que eran preciosos y estaban claramente hechos de forma artesanal. --?Hola? ?Hay alguien? --pregunto Daisy. --!Ya salgo! --La voz cantarina de una mujer llego de lejos y al final la senora aparecio con una sonrisa. Vestia un delantal rosa, tenia el cabello rizado y rondaria los sesenta anos. A Daisy le sorprendio su jovialidad. Se miraron con atencion antes de presentarse. --Daisy Kepler. Tengo una reserva. --Encantada. Soy Violet, la duena de este sitio. Tengo por aqui la llave de tu cabana, espera un segundo... --Se agacho tras el mostrador--. Perdona, es que me has pillado haciendo la lista de la compra y tengo un poco de lio, veamos... Al final encontro la llave y se la tendio.

  • La muerte lenta de Luciana B de Guillermo Martinez

    https://gigalibros.com/la-muerte-lenta-de-luciana-b.html

  • El baul de los suenos a medida, Lara Rivendel de Lara Rivendel

    https://gigalibros.com/el-baul-de-los-suenos-a-medida-lara-rivendel.html

    ?Que es la vida? Un frenesi. Cuando Ada es acusada de corrupcion y apartada de su trabajo en la alcaldia de su pueblo se le viene el mundo encima, ya que ella habia entrado en politica para luchar contras las injusticias. Incapaz de soportar las miradas de desprecio de sus vecinos, se traslada a la casa que su abuela le dejo en herencia en la Costa Brava.
    ?Que es la vida? Una ilusion. Ada encuentra el baul donde su abuela guardaba las sabanas bordadas y esa noche vuelve a sonar como cuando era una nina y pasaba los veranos peleandose con Millan, el hijo del pescador. Ada reconstruye su vida entre los pintorescos habitantes de Sonada, un pueblo de costa donde nada es lo que parece, mientras trata de no obsesionarse con Millan, que se ha convertido en un viudo tan arisco como los erizos de la zona.
    Y los suenos, ?suenos son? Cuando sus amigas la visitan y pasan unas noches de suenos muy vividos, empiezan a sospechar que las sabanas ocultan un secreto. Y cuando las ancianas del lugar le advierten del peligro de querer descubrir los secretos del baul, Ada la Empecinada hace lo que ha hecho siempre: lanzarse de cabeza a la aventura.
    Una delirante comedia que se rie de la politica, juega con los suenos y nos recuerda que no hay que tomarse la vida demasiado en serio.

  • Todas somos Blancanieves de Mercedes Silvestre Segovia

    https://gigalibros.com/todas-somos-blancanieves.html

    Todas las noches terminan con un bello amanecer, disfrutarlo depende de ti.

  • Si la vida te da limones, haz culebrones de Lara Smirnov

    https://gigalibros.com/si-la-vida-te-da-limones-haz-culebrones.html

  • Ocho fantasmas ingleses de Varios Autores

    https://gigalibros.com/ocho-fantasmas-ingleses.html

    Ocho destacados escritores contemporaneos reinterpretan las clasicas historias de fantasmas en esta inquietante coleccion de relatos ambientados en las localizaciones mas misteriosas de las islas britanicas. Inglaterra es por excelencia la tierra de las apariciones y los lugares encantados.

  • Donde esta mi jersey islandes de Stig Dagerman

    https://gigalibros.com/donde-esta-mi-jersey-islandes.html

    Que bien, asi me gusta. Que me reciban como a un senor. Ahi esta Ulrik, en la esquina del anden, con botas de cuero y su mejor sombrero, el de ala ancha, mirando alicaido a la explanada de la estacion. Lleva brazalete de luto y lazo negro. A su espalda la yegua ramonea entre las flores del arriate. Habra que ir en coche de caballos, no lo hacia desde que era nino. Me reciben como a un senor solo porque padre ha muerto. En otro caso tendria que ir a pie hasta que el fango me cubriera las canas de las botas. Si, claro que no voy a olvidarme del entierro de madre. El mismo de siempre. No, que va, no sale a mi encuentro aunque me vea bajar del vagon. Como si yo no tuviera bastante con lo que cargo, la corona y la maleta llena de botellas de aguardiente. Podia haber facturado la corona, pero vete tu a saber. Bien recuerda uno lo que ocurrio con la corona de madre. Tanto la maltrataron en el transporte que parecia mentira apanar nada. De verguenza me moria durante el entierro, tratando de cubrir las flores con cintas para que nadie las viera. Y acaso cree alguien que sirve de algo reclamar a la compania del ferrocarril. Que va, nada de eso. Lo unico que hacen es escurrir el bulto y alli se queda uno como un pasmarote. Bueno, ahora por lo menos me saluda, Ulrik, Ulrik, como le deciamos de pequenos. Saluda con el sombrero y esboza una sonrisa. Parece un palurdo, pero que otra cosa podria esperarse. Y ahi va el chapista, borracho los sabados como de costumbre. Se detiene y quiere hablar. Sabe lo que llevo en la maleta con solo verla. Recibe mi pesame mas sincero, me dice el chapista, pronto le llego la hora al viejo. Lo vi un dia antes y estaba en plena forma. Ya se sabe que padre bebia mas de la cuenta al final de sus dias, pero no va a ser el chapista quien venga aqui a pregonarlo en medio de la estacion. Me pregunto si estara invitado. Bebian juntos, eso si, padre y el, pero no por eso va a tener que estar invitado. !Atiza! Ahora se me cae el brazalete. El anterior lo perdi, salgo un sabado de parranda y cuando vuelvo a casa el brazalete ha desaparecido. Y no porque se lleve el luto precisamente en la ropa, !pero mira que perderlo en medio de una borrachera! Alelado se queda uno aunque fuera un mes despues del entierro. La mujer ha vuelto a comprarmelo muy holgado. O acaso este yo demasiado flaco para brazaletes. A saber. En todo caso se me cae hasta la muneca. Y parezco un desmanado. Maldita sea. Y Ulrik. Es lo que suele hacer cuando vengo a casa. No echa una mano aunque uno deje la maleta en el suelo y lo este deseando. Y decir, no dice una palabra, no responde aunque le diga hola una y dos veces. Pero siempre fue cerril y atravesado. Ulrik. Agarra tu la corona, hermano, le digo, y le doy una palmadita en el hombro. Hermanos somos en todo caso y circunstancia, no va a ser en vano. Bien, la caja de la corona cabe justo bajo el asiento trasero. Pero la maleta la llevo conmigo. Ulrik chasquea la lengua. Blenda, la condenada yegua, gira torpe con el belfo atiborrado de flores del jefe de la estacion. Deja ahi la maleta, muchacho, dice Ulrik. Pero bien sabe uno lo que paso cuando el entierro de madre. Tage, el hermano pequeno, quiso llevarla para darselas de forzudo y, pum, golpeo la maleta contra un puntal de la cerca y reventaron dos botellas. No hubo mas remedio que salir por ahi y tratar de hacer acopio de aguardiente en plena tarde de sabado. Sera mejor que lleve la maleta conmigo. En todo caso hace calor. ?Que si ha llovido? No, llover no ha llovido desde hace un mes por lo menos. Buen mes de octubre, hay que decirlo. Enviamos tarde las cartas, dice Ulrik, pero asi y todo las mandamos. Las cartas. Pasamos por delante del banco, la casa del medico y el cafe del minigolf. Ahi es donde trabajaba Frida. No fue mala idea ser novio suyo. Entonces entraba al cafe por la puerta trasera y la consumicion me salia gratis. El tiempo que duro. Pero la verdad es que siempre fue de provecho tener a Frida ahi. La recibiste a tiempo, claro, pregunta Ulrik. O mas bien lo afirma para justificarse. Ah si, las cartas. La carta. Pues si que llego, pero bien podia haberla escrito antes, Ulrik. Pero siempre ha sido reservado y no, que va, escribir no escribe una linea en vano. Y asi llego la carta, el domingo pasado, de forma enteramente inesperada. Yo me habia pasado todo el dia en el hipodromo de Solvalla, apostando a las carreras y con ciento cincuenta coronas en premios, ?cuantas veces ocurre eso? Que disculpado esta uno cuando no esta sobrio del todo. La carta, va la mujer y la pone encima del contador de la luz y empieza a hacerse la remolona, a ver si cojo la carta tan pronto como llego a casa. Como cuando murio madre, pero entonces recibi una carta como es debido de Lena, la hermana pequena, la que ahora esta ingresada en el sanatorio, cosa que sin duda tranquiliza. Abro la carta, es lo que hago, la leo y releo y me lleva tiempo aclararme. Algo perplejo se queda uno al recibir un mensaje luctuoso y no estar realmente sobrio. La mujer no puede dejar de advertirmelo, pero ya le devolvere yo la pelota, vaya que si. Y bien, me digo, el viejo no es de los que han desperdiciado una sola gota y quien sabe: acaso se ha dicho que estaba completamente sobrio al morir. Pero aun asi me siento algo afectado, igual que en el entierro de madre, cuando salimos por ahi a pedir aguardiente para el velatorio y por la noche ya estabamos alegremente achispados y con resaca durante todo el entierro. Ropa tienes, por supuesto, dice luego la mujer, eso si, tendre que comprarte otro brazalete, claro, el anterior lo perdiste en medio de una borrachera. Tendre que oirla hasta el dia que me muera. Y el tejado del guardia, que salio volando y se le vino abajo. Si, eso dicen, que salio volando. Ahora esta sentado en el patio. Fuma en pipa y tiene un papel en la mano. Tambien se ha hecho con una hamaca desde la ultima vez. Estara buscando informacion sobre quien pudo haberle echado el tejado abajo. Un engreido, es lo que siempre he pensado. Ahora nos adelanta un coche, un flamante Chevy, a estrenar. Se lo digo a mi hermano, pero que va, que va a saber mi hermano lo que es un Chevy, ni siquiera un Chevrole, por lo que le toca. Que pena por Lena, se saca Ulrik de dentro, no la han dado permiso para venir a casa. Si, pobre Lena, la hermana pequena, por lo menos tiene algo especial. No es como Ulrik, cerril y atravesado, ni tampoco como Lydia, la hermana mayor, gorda y presumida desde que se caso con el tratante de aparatos de radio del pueblo. Los domingos sale con traje folclorico y se ha hecho voluntaria del cuerpo auxiliar del ejercito. !La hermana de uno! Ya se sabe que lo unico que hace es mirar a los demas por encima del hombro. Bien me acuerdo del revuelo que armo durante el entierro de madre por darse la casualidad de que uno cometiera un desliz la manana del entierro. !Mira que tener un hermano tan cafre!, eso fue lo que me dijo. Pues mira, si de mi depende, de eso se libra. Lena es otra cosa. Se parece mas a uno, no teme hablar, no es nada arrogante ni mira a nadie de soslayo, nunca lo hizo. Y tuvo que contagiarse de tisis en casa de ese estupido de Lundbohm, solo por no caldear su habitacion. Ama de llaves de semejante patan, el diablo tenia que ser. El Chevrolet viene de vuelta, seguro que ha estado en Turisten y viene de regreso. A Turisten vienen a tomar copas hasta de la ciudad. Si pudiera salir esta noche. Pero bien recuerdo lo que paso durante el entierro de madre. Toda una bronca. Bronca y amargura. El Chevrolet aminora la marcha y no porque la yegua se asuste, porque Blenda ha servido en un regimiento acarreando los canones de los cabos. Coche y carreta se detienen y quedan a la misma altura, y quien baja la ventanilla del coche y asoma la jeta sino Holmgren el Panadero. Algo mas calvo esta desde el entierro de madre, pero tiene la misma nariz roja. Tambien tiene la cara colorada pero quiza se deba al bronceado. Capaz. Te acompano en el sentimiento, me dice Panadero aunque parezca tan alegre como siempre, siento lo de tu padre. Pero vente a dar una vuelta esta noche si no tienes nada mejor que hacer. Que no es que Knutte ande todos los dias de parranda, dice Panadero. No desde el entierro de madre, le digo tratando de parecer compungido aunque no me resulte nada sencillo cuando pienso en las juergas que me he corrido con Panadero. El aguardiente que hemos bebido juntos podria bastar para pasarnos borrachos como minimo la mitad de un ano. Ya veremos, ya veremos, le digo. Nada fijo le puedo prometer estando Ulrik delante. Pero Ulrik chasquea la lengua y restalla con la fusta para que la condenada yegua arranque en segunda y pegue un tiron tremendo. Pero la maleta la llevo bien sujeta entre las rodillas para no correr ningun riesgo. El Chevrolet arranca y se aleja. Precioso coche, digo, y no es que deje de sentir cierta curiosidad por los posibles de Panadero para ir dandoselas de coche. La ultima vez me pidio prestadas diez coronas para poder sacar a la mujer a dar un paseo. Ella llevaba tres dias sin salir de casa. Al menos eso fue lo que me aseguro. Pero vete tu a saber. Tanto larga Panadero. En el fondo es un buen muchacho. Primero acierta una quiniela, dice Ulrik. Y luego le toca la loteria. De modo que pronto va a morir pimplando. Eso suena a envidia. Envidioso y atravesado, eso es lo que siempre ha sido Ulrik. Ahi va, dando trallazos con la fusta mientras Blenda cabecea despacio en direccion a Turisten. Fuera de Turisten estan los camiones de la cerveza. ?Tienes cerveza en casa? Si no tienes, paramos y apanamos una caja, le digo. Pero entonces Ulrik se enfurruna. Restalla con la fusta para que la yegua llegue al puente en dos o tres trancos. Es que no puedes pensar en otra cosa estando padre muerto, me reconviene. !Cerveza y aguardiente, no tienes otra cosa en la cabeza! Pues claro que si, hombre, podria haberle dicho. Recordarle el dinero que he estado enviando a casa durante ocho anos para el tabaco de padre y !cuantos vestidos no enviaria la mujer a madre en su dia! Pues claro que hemos tenido algo mas en la cabeza, si es que le da por ahi. Y ademas, lo de la caja de cerveza ha sido con la mejor voluntad. Bien recuerda uno lo que paso en el entierro de madre. Al final solo hubo agua y quienes fueron los que tuvieron que avergonzarse, Ulrik y uno que yo me se. Tambien podria recordarle eso. Llegado el caso.

  • Solo si es contigo de Maria Garel

    https://gigalibros.com/solo-si-es-contigo.html

    Devastada por la traicion de su recien esposo, Nuria decide subirse en un crucero que la llevara a reencontrarse con Matias, el amor de su vida. Durante quince dias, viviran encuentros apasionados y aventuras que la haran creer nuevamente en el amor. Pero los secretos del pasado les pasaran factura, y junto con un tormentoso divorcio, las mentiras, abusos y chantajes de Roberto y Raquel, pondran a prueba este amor por el cual tendran que luchar contra viento y marea.

  • La candidata perfecta Andrea Munoz Majarrez de Andrea Munoz Majarrez

    https://gigalibros.com/la-candidata-perfecta-andrea-munoz-majarrez.html

    Una apasionante y romantica historia ambientada en la epoca victoriana que apasionara a los lectores de mano de Andrea Munoz Majarrez.

  • Una sirena en Paris de Mathias Malzieu

    https://gigalibros.com/una-sirena-en-paris.html

  • Mi Nada Sincero Jefe de Anna Crenwood

    https://gigalibros.com/mi-nada-sincero-jefe.html

    Melisa estaba conforme con su vida tal cual era, una vida perfecta creia ella. Un trabajo de asistente en una de las mas prestigiosas agencias de publicidad, pero sobre todo estar siempre al lado del ser amado. Bryan era su amor desde sus anos de estudiante y ella tenia la idea que al ser su incondicional el veria la hermosa mujer que llevaba dentro y le corresponderia.
    Cuando la vida le puso un ultimatum estaba asustada, no es facil aceptar los cambios, pero la vida es sabia y no perdona, asi que o cambiaba y daba la oportunidad a su verdadero yo de surgir y en ese largo camino descubrir el verdadero amor o se quedaria hundida para siempre en la mediocridad y auto-compasion, en un empleo sin futuro y atada al amor de un hombre que pertenecia a otra”.
    ?Lograria el Amor de Antoni vencer las barreras del tiempo?

  • El camarero de El gato que ladra de Elena Camacho Rozas

    https://gigalibros.com/el-camarero-de-el-gato-que-ladra.html

    Subi al cabrete con la intencion de cambiar mi camisa de cuadros por la blanca, y la chupa de cuero por la chaquetilla negra que junto al pantalon a juego, de caduco estilo, componian mi uniforme de guerra. Me habia puesto esa manana una corbata negra, la que compre para el entierro de mi abuela, con el fin de ahorrarme un paso, quiza un minuto, en la transformacion de mi aspecto: de joven semidesalinado a profesional del duro curro de la hosteleria. Asi vestido, mi juventud en retirada se amilanaba, y las incipientes entradas que solia disimular con el largo corte de pelo y los rizos desplomandose sobre ellas me revestian de una cierta solemnidad. Con esta presuncion de entendido en nada e inocente en todo, dia si y dia tambien un espontaneo o un asiduo me confesaba algun cataclismo interior, algun miedo, algun yerro, alguna duda. Todo se repetia una y otra vez. Desde el insistente dolor de pies que tanto paseillo entre las mesas y la barra me dejaba al acabar la jornada hasta las habituales bromas de los parroquianos. Sin embargo, aparte de esto, lo identico se difuminaba y ninguna jornada era igual a otra mas alla de las pequenas semejanzas. Las diferencias se multiplicaban y no se limitaban a algun que otro servicio inusual. Los semblantes cambiaban como la luz a lo largo del dia. Las conversaciones asomaban con nuevas y secretos. Personas nunca vistas se sumergian en sus pensamientos, solas y acodadas en la barra o dejando ir la imaginacion en una mesa incompleta. Grupos aqui y alla que habian quedado en el local se palmeaban la espalda o se saludaban con distintos grados de calidez, salvo fortuitos desencuentros. Los desconocidos arribaban por casualidad a El gato que ladra con sus propias aspiraciones y necesidades y yo jugaba a desvelarlas como quien gusta de rellenar un sudoku. Los de siempre nunca hacian exactamente lo de siempre, sino que o llegaban a deshora o marchaban antes de tiempo o mostraban un gesto extrano que apartaba lo diario de lo cotidiano. A veces, las caras de quienes vienen y van son perfectamente intercambiables. Otras, algunas poseen un aire inconfundible que las hace unicas. A estas es a las que miro con disimulo, a las que no puedo dejar de mirar, las que nunca empachan mi retina, las que siempre muestran una leccion que dar, un secreto que confesar, una mania que esconder o un misterio que indagar. Lo mismo me ocurre con las palabras. Todos mis clientes suelen usar el mismo idioma, este bar no esta en la ruta de las visitas turisticas. La mayoria se expresa como seres de pensamiento clonico y usa metaforas manidas, expresiones hechas, burlas sin novedad, chistes archiconocidos… Entonces, me desconecto y aprovecho para hojear el periodico del dia entre la intermitente peticion de consumiciones. Los menos, con identicas letras y distintas entonaciones, crean mensajes del todo impares. Es entonces cuando mis oidos hacen frente comun con mis ojos y, entre ida y vuelta, escucho conversaciones deshilvanadas a las que mi curiosidad o mi invencion dan textura. Ya me dijo el jefe en una ocasion que no hay mejor psicologo que un buen barman. Y tendra sus rarezas, pero es un tipo honesto que sabe de lo que habla, por algo lleva casi medio siglo al frente del negocio. Supongo que no se ha jubilado aun porque El gato le da vidilla, y no le resta la suficiente para imponerse actividades que nunca ha hecho. Tambien supongo que por su edad tiene que estar cansado del trajin, los madrugones y los borrachos, y que por eso cada vez delega mas en mi, su mano derecha a falta de hijo que herede su pasion por el bar. Es curioso como pasa el tiempo y nos hermana a quienes antes veiamos con edad de abuelos. Cuando yo llegue a su vida, el tendria diez u once anos mas que yo ahora y lo veia como a un anciano o un dinosaurio a punto de extinguirse. 2 Mas domingo 22-6-2014 Los dialogos de los clientes escogidos rara vez me resultan tediosos. Algunos son triviales y otros serios. Unos dramaticos y otros jocosos. A veces incongruentes y otras la mar de formales. Pero nunca aburridos como para no escucharlos al pasar igual que quien se deja aturdir por un aroma. De ayer, sin ir mas lejos, recuerdo retazos de dos de ellos. --?Tu crees que nos llamaran? --preguntaba un muchacho a su acompanante, con aspecto de treintanero como yo. Le habian quitado el puesto a mi diosa, Z, sentados en la primera mesa. Me he acostumbrado a escribir sobre la mujer de blanco, una asidua intermitente que siempre se sienta donde ellos estaban hoy, designandole con esa unica grafia, como si fuera una incognita. --A ver, si por la calidad fuera, seguro, pero date cuenta de que la competencia es atroz y el nivel estaba muy alto. --Bueno, sonar es gratis --susurro el primero. --Con esa actitud no vamos a ninguna parte. A la inspiracion hay que pillarla trabajando, ?quien lo decia? Fue un artista, un escritor o un pintor, ?o seria un filosofo? --y se veia que queria impresionar al joven sentado enfrente, a pesar de hablar de oidas--. Debes mantener la moral alta, y que no falten el rigor y la preparacion. Solo el fuerte convence y gana. --Es que no me voy a hacer pajas mentales, que luego me ocurre como a la lechera del cuento. *** --Te he dicho que ya no aguanto mas. --Pero ?por que? ?Que nos ha pasado? Antes de convertirnos en pareja fuimos los mejores amigos... --Quiza sea esa la cuestion. No debimos haber cambiado de estado. Como amigos eramos perfectos, pero... --Ya. Como amantes, no. Eso quieres decir. --No exactamente, no me malinterpretes, no me refiero a cuestiones amatorias. O al menos no solo a eso. Eres... demasiado puntilloso y yo... no estoy acostumbrado a que me controlen ni se irriten por cada paso que doy. --Que necesitas espacio, vam... --... --... <>, pense. Tras servir a los de la tercera y ver como intercambian un par de intervenciones mas, me di prisa en volver a pasar por su mesa. Aun regrese a tiempo de escuchar algunas frases sugerentes mientras limpiaba con la bayeta amarilla la numero uno. --?...mos compatibles? --No lo entiendo. ?Antes congeniabamos a las mil maravillas y ahora no somos compatibles? --se resistia uno de ellos a admitir la derrota--. Algo no me cuadra... --Quedemos simplemente como amigos --le suplico el primero--. Si no..., tendremos que cortar por lo sano... y eso si que nos danaria a los dos. *** --Te esta sonando el movil. Mira a ver... --sugirio el mayor. --?Tan pronto? !Imposible! Me pregunte si esperaban la resolucion de una entrevista de trabajo o la respuesta a la participacion en un casting. Pero... ?en domingo? !Cualquiera sabe! Sus caras anodinas no me aportaban datos con los que deducirlo. Recuerdo que reflexione sobre las aspiraciones de la gente, y que llegue a la conclusion de que tener las esperanzas puestas en una llamada de movil no era loable sino insensato. --?Ves? --senalo hacia la pantalla--. Numero desconocido. Igual... --Igual es alguien que me quiere vender algo. Hasta las narices me tienen. Pero no se hizo de rogar demasiado. --?Si? --espero un momento y acto seguido insistio--. ?Digame? El joven miro el aparato de frente como si este le fuera a contestar y se lo volvio a colocar sobre la oreja antes de repetir la pregunta. Tras un breve silencio... --Se ha confundido. --Seria un pesado. ?Sabes?, antes, como me daban pena los que trabajan de teleoperadores -- retomo la conversacion su acompanante--, era educado con ellos. Ahora les contesto que no me viene bien atenderlos, que estoy trabajando, o me invento otra excusa. Si insisten, me deshago de ellos sin contemplaciones. --!Viva la asertividad! --Claro, si no me interesa lo que me van a ofrecer, vamos, lo habitual, y siguen dando la barrila... pues yo les cuelgo. Que aprendan a respetar el oro ajeno, el tiempo, digo --y se reia de su propia ocurrencia con una risa que no sabria calificar si era ratonil o de hiena. --Yo he desarrollado un sistema que no falla. Ademas me sirve para meterme en la piel de otros, ya sabes, en plan personaje... --?Y en que consiste? --Me enrollo con las maravillas de tal o cual servicio, o pretendo venderles yo otra cosa. Acaban por colgar ellos --se carcajearon al unisono.

  • Magia en tus brazos de Belen Urcelay

    https://gigalibros.com/magia-en-tus-brazos.html

    Elizabeth temia que su madre fuera a desmayarse en cualquier momento. Caroline Simmons estaba sofocada, tenia la cara roja, la vena de la frente muy visible y el peinado desarreglado de tanto llevarse las crispadas manos a la cabeza. <>, se dijo. Si ella misma no se hubiera sentido tan hundida, se habria echado a reir. Queria a su madre, pero siempre habia pensado que sus reacciones a casi todo eran exageradas, aunque jamas se lo habia siquiera insinuado. Elizabeth era, ante todo, una dama virtuosa, una esposa leal y una hija ejemplar. O, al menos, lo habia sido hasta hacia poco. --!Un nuevo escandalo! --exclamo Caroline al tiempo que dejaba la taza de te con tanta fuerza que se desbordo y creo un charquito marron sobre el platillo de porcelana--. Primero tu hermana y ahora tu... Pero ?como puedes hacerme esto, Elizabeth? !Vais a matarme entre las dos! Ella continuo sentada en el borde del sofa, con la espalda tan recta como siempre, con las manos placidamente cruzadas sobre el regazo, con los musculos de la cara inmoviles. Caroline habia regresado la noche anterior de un corto viaje para visitar a una prima viuda y se habia encontrado a su primogenita instalada de nuevo en su casa junto con una desagradable noticia... Mas que desagradable, en realidad. Se trataba de algo tan inaudito, tan espantoso, tan contrario a todas las normas del decoro y de la buena sociedad, que costaba creer que una cosa como esa pudiera estar ocurriendo de verdad. Y, sin embargo, asi era. Elizabeth Simmons, la docil, apacible y disciplinada lady Ashton, acababa de pedir el divorcio. --No te hago nada a ti, madre. --Y anadio en voz mas baja, como si le bastara con decirselo a si misma--: Solo quiero ser feliz. --?Como vas a ser feliz convirtiendote en una mujer divorciada? !Y de lord Ashton, nada menos! !No puedo ni imaginarlo! --Caroline agito la cabeza para demostrar su total incomprension--. ?Es que te has vuelto loca? Elizabeth se mordio los labios para evitar responder que, en todo caso, habia sido al aceptar la oferta de matrimonio de Robert cuando debio de volverse loca. Miro a su padre para averiguar si el pensaba lo mismo que su madre, y descubrio que ya la estaba mirando con una mezcla de lastima y desconcierto. --Caroline, querida --intervino Harold Simmons al fin--, es evidente que nuestra hija ya ha tomado su decision, y no nos queda mas remedio que aceptarla. Si, todo esto es muy desagradable y sumamente incomodo, pero... --?Desagradable e incomodo? --repitio Caroline, incredula. Parecia que los ojos se le iban a salir de las orbitas--. ?Como eres capaz de definir como <> que pretenda divorciarse de Robert? !Y sin ninguna razon en absoluto! Era cierto que, de puertas para fuera, su matrimonio con Robert no era ni mas ni menos infeliz que el de muchas otras mujeres de la alta sociedad. Elizabeth habia conocido a lord Ashton en un baile, durante su primera temporada social, cuando tenia dieciocho anos. Su madre y su institutriz la habian preparado a fondo para que su debut fuera un exito, y realmente lo fue: ese ano no hubo en Londres una joven mas bella, educada, elegante y encantadora, que supiera bailar mejor o que fascinara mas a todos los hombres de su alrededor. Elizabeth deslumbraba con su perfeccion, y Caroline no podia estar mas orgullosa de ella. O eso imaginaba, porque cuando descubrio que entre sus muchos pretendientes estaba lord Ashton, creyo volverse loca de contento. Lord Ashton era, de lejos, el mejor partido disponible ese ano, y Caroline se preparo para la batalla con mas paroxismo que un general, desplegando todas sus armas para que el cortejo no acabara malograndose por culpa de la apatia de su poco entusiasta hija. Despues de meses de insistencia (tanto por parte de su madre como de Robert), una Elizabeth aun adolescente, facil de manipular y bastante hastiada acepto la propuesta de matrimonio y se convirtio en lady Ashton. No era que lo amase, desde luego, y en realidad ni siquiera le gustaba como persona, pero desde los doce anos habia tenido muy presente cuales serian sus deberes como mujer de familia acomodada, y no parecia haber muchas mas opciones que casarse con un caballero de buena posicion como el, trasladarse a su mansion y darle un heredero, cosa que cumplio un par de anos despues de la boda, cuando dio a luz a Bobby. A partir de ahi, su vida se convirtio en una sucesion de dias en los que sus unicos momentos de verdadera felicidad consistian en estar con su hijo y tocar el piano. La casa de Mayfair en la que vivian era enorme y lujosa, y tenian todo lo que se pudiera comprar con dinero, pero Robert empezo a ignorarla en cuanto se percato de que su esposa, aunque de comportamiento intachable, no sentia ningun afecto --ni respeto-- por el, y muy pronto se hizo con una larga ristra de amantes que no se molestaba demasiado en ocultar. Poco a poco, Elizabeth fue cayendo en la cuenta de que, quiza, los valores y ensenanzas que habian grabado en su mente desde pequena, y que compartian todas las mujeres de su clase, podian no ser los correctos. El cambio fue tan paulatino que solo cuando su hermana menor, Lillian, se fugo con su enamorado, acepto el pozo de tristeza que escondia en su interior, asi como el hecho de que tal vez merecia algo mejor. Paso casi un ano hasta que se atrevio a decirse a si misma que lo que deseaba era divorciarse, y le costo varios meses mas reunir el valor suficiente para decirselo a Robert. Su marido primero se habia reido de ella, luego habia montado en colera y, finalmente, habia adoptado una actitud gelida que en la actualidad mantenia. Robert solo se mostraba preocupado por el escandalo que un divorcio podia acarrearle a el, e insistio mucho en que hicieran parecer que era el propio Robert quien lo habia solicitado, y no Elizabeth. --Admitiras que tienes un amante, Beth, y que yo lo he descubierto y por eso te pido el divorcio --le habia exigido una noche de la semana anterior, de pie frente a la chimenea y de espaldas a ella. --?Por que iba a decir que tengo un amante? !Eres tu el que las tiene! --repuso Elizabeth. Despues de casi una decada de matrimonio, solo entonces habia empezado a replicarle. --Querida, no seas ingenua. --El se habia reido, girandose para mirarla con desprecio--. Ya sabes que un hombre puede tener amantes sin que eso sea razon necesaria ni suficiente para que la esposa pida el divorcio. Y tampoco tienes pruebas de ello. Era cierto. Para que una mujer obtuviera el divorcio, ademas del adulterio por parte de su marido debia demostrar tambien que este era culpable de otros cargos, como desercion, crueldad, incesto o bigamia. En cambio, bastaba con que un hombre acusara a su mujer de adultera (sin necesidad de presentar ninguna prueba) para que se le concediera el divorcio casi al instante y se quedara con todos los bienes de ella, incluyendo, la mayoria de las veces, a sus hijos. Esto ultimo era lo que mas le preocupaba a Elizabeth: la posibilidad de que le arrebatara la custodia de Bobby. Por ello, de ninguna manera iba a admitir que tenia un amante cuando no era cierto, ni siquiera para agilizar los tramites. Elizabeth habia acudido a ver al abogado de sus padres, el senor Milton, y este habia asegurado hacer todo lo posible por ayudarla, aunque, como dijo alzando las cejas desde el otro lado de su gran mesa de despacho, no podia prometer nada. Al menos ya habia preparado para ella los primeros documentos legales, que Elizabeth guardaba en el secreter de su antiguo dormitorio de soltera en casa de los Simmons. --Madre, apenas he cumplido veintiocho anos, y he pasado los ultimos ocho siendo desgraciada -- trato de argumentar--. ?Eso es lo que quieres para mi? Caroline se disponia a replicar cuando Martha, la doncella, entro para recoger el servicio de te. --Martha, sera mejor que me traigas una copa de licor, a ver si con eso se tranquilizan mis nervios. Traeme aquel tan fuerte de hierbas que utilice despues de que Lillian se fugara como una vulgar... !Oh, ni siquiera se que nombre dar a lo que hizo! --Si, senora Simmons --respondio la criada, acostumbrada por completo a la rabia que Caroline llevaba expresando por su hija menor desde hacia tiempo. Miro de reojo a Elizabeth mientras recogia su servilleta--. ?Desea tambien una copa de licor, lady Ashton? Caroline respondio por ella: --No desea mas que dar problemas, Martha, exactamente igual que su hermana... --Caroline... --murmuro Harold con tono levemente amenazante. --Y sera mejor que dejes de llamarla <> --continuo, sin hacerle caso--. Ya no sera tratada de <> nunca mas. --Miro a su hija con frialdad--. Eso es lo que quieres, ?no? Elizabeth bajo los ojos. --En realidad, si. Caroline emitio un bufido exasperado y la doncella parecio confusa, pero recogio la pesada bandeja con la tetera de plata y las tazas, y salio en silencio. --?Cuando piensas volver a tu casa, querida? --pregunto Harold a Elizabeth. --Manana ire a entregar a Robert los documentos que me ha dado el senor Milton. Pero no se si permanecere alli. Quiza sea mejor recoger algunas cosas mas y volver aqui, con Bobby. --!Pobre pequeno! --exclamo Caroline--. Verse desde tan temprana edad envuelto en un escandalo semejante... ?Que familia lo recibira en su casa cuando sea mayor? --Cualquiera que lo aprecie por lo que es: un nino encantador e inteligente. --Eso ya lo veremos. !Y ya veremos tambien en que posicion quedare yo cuando esto se sepa! --?Tu? --!Si, yo, Elizabeth! --Caroline se levanto del sillon y se acerco a la ventana. Se asomo al exterior como si temiera encontrar una multitud enardecida a las puertas de su casa--. La gente dira: <>. ?Es que no tienes cabeza? De tu hermana casi me lo esperaba, !pero de ti...! --Lillian solo hizo lo que su corazon... --!Oh, por Dios, no me salgas con esas, nina! --Caroline volvio a sentarse, aunque mas bien dio la impresion de que se desplomaba entre un revuelo de tafetan y encajes--. Lillian ha sido una pesima influencia para ti. Como su hermana mayor, debiste haber enderezado a esa chica tozuda e insensible, y no solo no lo hiciste, sino que ahora te vuelves igual de loca... --!No hables asi de ella! La mencion de Lillian lleno de lagrimas de rabia y anoranza los ojos de Elizabeth. Echaba de menos a su hermana pequena, tan lista y voluntariosa, mas de lo que podia expresar, y sobre todo en momentos como aquellos, pero se alegraba de que fuera feliz. O al menos confiaba en que lo estuviera siendo, porque hacia casi un ano y medio que no la veia. Lillian habia huido de Londres con el hombre del que se habia enamorado, envueltos en el escandalo de un robo que todavia no se habia aclarado del todo. Su fuga habia conmocionado a su familia y a toda la alta sociedad londinense. Tambien a Elizabeth, pero de un modo positivo: la habia ayudado a descubrir que ella tambien merecia encontrar ese tipo de amor. Y por ello, estaria eternamente agradecida a su hermana, aunque nunca mas volviera a verla. --Creo que ya es suficiente, Caroline --intervino Harold. Habia permanecido sentado en actitud serena, sin alterarse en ningun momento, pero todos en la habitacion sabian que Lillian era su preferida y que oir hablar del tema de su fuga era muy doloroso para el--. Sera mejor que dejemos tranquila a Elizabeth. Martha entro de nuevo con la bandeja, portando en esta ocasion una botella de cristal tallado llena de licor y unas copitas diminutas. --Martha, tomare el licor en el jardin trasero --dijo Caroline--. Necesito que me de un poco el aire. Caroline salio de la sala seguida por la doncella, que solto un levisimo suspiro de cansancio por encima de la bandeja del licor. Harold se levanto tambien y puso una mano sobre el hombro de su hija. --Se fuerte, Elizabeth. Lo que te espera a partir de ahora sera duro --dijo con voz suave. --Lo se, papa. Pero no sera mas duro que mi vida hasta ahora. Harold se inclino para besar su cabeza y la dejo sola. Elizabeth se quedo sentada, aun muy erguida, aunque nadie la viera, con las manos todavia cruzadas sobre la falda y una lagrima deslizandose lentamente por su mejilla. Al dia siguiente, Elizabeth entro en la mansion de Mayfair en la que habia vivido durante su vida de casada. El mayordomo, Townsend, recogio su pequena maleta y la saludo con tanto respeto como siempre, pero su expresion le parecio algo mas lugubre que de costumbre. <>. Supuso que cada uno tendria su propia opinion al respecto, y que lo mas probable era que la de Townsend fuera negativa. Suspiro para si misma y se quito el sombrero para dejarlo a continuacion en manos de Jane, una de las doncellas. --Jane, ?esta lord Ashton en casa? --quiso saber. No sentia ningun deseo de ver a Robert, pero no le quedaba mas remedio; queria entregarle los documentos de su abogado y zanjar el asunto cuanto antes. Levanto la mirada hacia la doncella, extranada de su tardanza en responder. Ella tambien tenia una expresion rara en su cara redonda. --?Esta lord Ashton en casa? --repitio. --No, milady. Elizabeth se alegro. Asi dispondria de unos momentos a solas para prepararse. --Bien, avisame cuando llegue, por favor. Estare en mis habitaciones. Se dirigio a la ancha escalinata de marmol y comenzo a subir, pero se detuvo al oir la tosecilla nerviosa de Jane, que continuaba inmovil al pie de la escalera. --?Sucede algo? --pregunto. De pronto sentia su corazon latir con mas fuerza, como en prevision de una mala noticia. Las mejillas de la joven habian adquirido un tono rojo, y parecia cada vez mas nerviosa. --?No le ha dicho nada Townsend?

  • Suenos de Bunker Hill de John Fante

    https://gigalibros.com/suenos-de-bunker-hill.html

    Arturo Bandini, huyendo de la nieve y el hastio de Colorado, se instala en Bunker Hill, la colina que domina el centro de Los Angeles, donde empieza a trabajar como camarero y escribe relatos. En esta novela, considerada como una de las mejores de John Fante, este nos cuenta los inicios de Bandini como guionista y sus amores y lios sucesivos, y como consigue finalmente no hacer carrera en Hollywood, donde un productor lo tiene todo el dia sentado sin dejarle escribir una linea, un empleo tan bien pagado como frustrante y que termina abruptamente. Tras otros episodios en los que nos cruzamos con otros escritores empleados en los estudios, como Ben Hecht, Dalton Trumbo o Nathanael West, o con el mismisimo Sinclair Lewis, el idolo de Bandini, o un intento fracasado de colaboracion con una reputada y terrible guionista, Bandini se toma un breve respiro en Colorado, antes de regresar de nuevo al campo de batalla. En el corazon del libro nos encontramos con una imposible historia de amor, como es habitual en Fante, esta vez con una casera, que podria ser su madre. En Suenos de Bunker Hill, una novela dictada por Fante, ciego y en sus anos finales, a su esposa, se nos muestra la otra cara de Hollywood, una vision inmisericorde y sardonica. <> (Michele Grazier, Telerama).

  • Quedate conmigo de Marjorie Ortega

    https://gigalibros.com/quedate-conmigo.html

    ?Hasta donde llegarias por amor?

  • Monte a traves de Peter Stamm

    https://gigalibros.com/monte-a-traves.html

    Thomas y Astrid viven junto a sus dos hijos en un pueblo acogedor de Suiza. Una noche, mientras toman una copa de vino en el jardin, uno de los ninos reclama su atencion, por lo que Astrid entra en la casa para atenderlo, convencida de que su marido la seguira en unos momentos. No obstante, Thomas se levanta y, tras vacilar un instante, abre la verja y se marcha. Sin las ataduras del dia a dia--la familia, las amistades, el trabajo--, Thomas emprende una ruta a pie por la montana, expuesto por primera vez al implacable invierno alpino. En casa, Astrid se pregunta primero donde habra ido, despues cuando volvera y, finalmente, si aun esta vivo.
    Una vez mas, Peter Stamm pone de manifiesto su extraordinaria capacidad de convertir lo ordinario en sobrecogedor al retratar la fragilidad del mundo contemporaneo, que parece convertir la vida de sus personajes en una sucesion de dolorosas rupturas y la posibilidad de conocerse a ellos mismos y a los demas, en una quimera.

  • ?Aun quieres saber que me hace reir? de M.c. Sark

    https://gigalibros.com/aun-quieres-saber-que-me-hace-reir.html

    ?Alguna vez os ha venido a la memoria un primer beso? ?La sonrisa de ese joven al que conocisteis una noche y no volvisteis a saber de el? ?Pensais con frecuencia en lo que pudo haber sido y no fue?
    Malditos recuerdos. Unas veces vuelven para endulzarte la vida, otras para amargarte la existencia.

  • Un poco de odio de Joe Abercrombie

    https://gigalibros.com/un-poco-de-odio.html

    “Un poco de odio”, la esperada nueva novela de Joe Abercrombie, que da inicio a la trilogia “La era de la locura”, nos lleva de nuevo al mundo de “La Primera Ley”.

  • Las Alas de la Esfinge de Andrea Camilleri

    https://gigalibros.com/las-alas-de-la-esfinge.html

    Despues de lo acaecido en Ardores de agosto, la relacion entre Montalbano y Livia ha dado un giro tan pronunciado que Salvo se encuentra sumido en un mar de dudas, presa de un profundo desasosiego que el paso del tiempo no parece sino agravar. En tal estado de animo se encuentra el comisario cuando una llamada de Catarella lo obliga a zambullirse en la investigacion de un crimen. Ha aparecido el cadaver desnudo de una joven, y la unica pista sobre su identidad es un tatuaje en la espalda que representa una pequena esfinge, una mariposa nocturna. Con el buen pulso al que nos tiene acostumbrados, el escritor siciliano vuelve a poner el foco en la inmigracion ilegal y la explotacion que conlleva para mostrarnos, una vez mas, la turbia idiosincrasia en la que se asienta nuestra sociedad, con la doble moral como bandera y la complicidad del poder politico, el economico y el mediatico como sosten de los mas variados entramados, tan lucrativos como abyectos. Andrea Camilleri sigue dibujando con trazo fino los desvelos de su famoso personaje, en pleno debate amoroso y existencial. Sus teatrales excesos y geniales estrategias para sonsacar informacion forman parte de su persona tanto como su sabiduria de zorro viejo, su sentido del humor o su golosa sensualidad.

  • Bajo el arbol de los suenos de Sara Witch

    https://gigalibros.com/bajo-el-arbol-de-los-suenos.html

    Hacia calor. Se habia tumbado con su mochila bajo la cabeza, junto a un gran sauce lloron en el parque, despues de pasar el dia andando por toda la ciudad. No habia tenido suerte ese dia tampoco y cada vez le seria mas dificil encontrar un trabajo y un techo bajo el que guarecerse cuando empezara el frio. Se duchaba y comia en un albergue de la ciudad, y apenas le quedaban diez dolares en el bolsillo. Tenia que encontrar algo y pronto o su situacion seria desesperada. Ya hacia demasiado tiempo que estaba asi. No podia volver a casa, todo se habia precipitado con la muerte de su madre, y el seguia alli. Oyo una risa timida a su lado y, poco a poco, abrio los ojos. Sonrio al ver a una pequenaja de unos seis anos mirandola y tapandose la boca para amortiguar su carcajada. Ella la observo sonriendo sin entender de que se reia la nina, hasta que le senalo los pies. Despacio, giro su rostro hacia donde le mostraba y se sorprendio al ver a una ardilla en la punta de sus botas. Lentamente, saco de su bolsillo unos cacahuetes y se los mostro al roedor que empezo a oler el aire. Con toda la confianza del mundo, el pequeno animal se acerco a su mano, cogiendo uno de los frutos con los que la humana le tentaba. En el momento en que se hizo con el, se enderezo sobre sus patas traseras y huyo corriendo hasta el arbol mas proximo, escapando de algo que ellas ignoraban. --!Maggie! ?Cuantas veces he de decirte que no te separes de mi? --grito una rubia estilizada sacudiendo a la nina por el brazo. --No me hacias caso, estabas con el movil, me aburria y vi a la ardilla... Me haces dano. --Sam vio los ojos anegados de la nina y se levanto. --Deja de mentirme. Hablare con tu padre, esto no puede seguir asi. Eres una nina insoportable y muy desobediente. --Perdona, le estas haciendo dano. ?Por que no la sueltas? --?Y a ti que cono te importa? --La miro de arriba abajo con el desprecio marcando cada silaba--. Eres una muerta de hambre y no tienes ni idea de lo que puedo o no puedo hacer. --Solo te he dicho que le estas haciendo dano, ?por que no la sueltas y te calmas? No es mas que una nina --repitio. --!Policia! !Policia! --empezo a gritar la rubia, llamando la atencion de todos los que estaban proximos a ellas. --Pero ?que haces? --susurro asustada Sam--. ?Estas loca? --Ponerte en tu sitio, ?no lo ves? Sam cogio su mochila y empezo a alejarse. No podia hacer nada, solo meterse en problemas si la pija la denunciaba, aunque fuera con una mentira. Nadie la iba a creer a ella con sus pintas. Era una sintecho, alguien de quien no fiarse... Miro a la preciosa ninita, agacho la cabeza impotente al no poder ayudarla y se fue. Hacia una semana que dormitaba en la calle, concretamente en ese parque. Ya no podia ir al albergue, no queria que su pasado la encontrara, ya no podria ducharse ni buscar un empleo, porque nadie le daba una oportunidad al ver su aspecto desalinado y sucio. Aunque intentaba adecentarse con el agua de las fuentes, no obtenia el resultado optimo. Triste y decaida, se sento junto al arbol del parque donde pasaba algunos ratos pensando en como habia cambiado su vida en ese ultimo ano. --!Hola! Se giro y vio a la nina que conocio dias atras. --!Hola! ?Estas bien? --Le sonrio, pero, antes de que ella le respondiera, un hombre con traje se aproximo a ellas, cogiendole la mano a la pequena. --Maggie, ?que te tengo dicho? No se habla con desconocidos. --Miro a la mujer que estaba sentada junto al arbol y se dio cuenta de que era una indigente, que seguramente viviria en ese parque--. Disculpe a mi hija si la ha molestado. --!Papi, papi, papi! No es una desconocida. --Sonrio la pequena, mostrando la falta de un diente--. Es la chica de la ardilla. Ya te dije que estaria aqui. --!Vaya! --Volvio a observarla--. Es un placer conocerla, senorita... --Me llamo Sam, Samantha Johnson. Se sonrojo al ver como la escrutaba y como le tendia la mano para saludarla. Se sintio mas sucia que nunca y escondio las suyas a la espalda. Era un hombre muy atractivo con unos ojos oscuros, casi negros, que la observaban. El cabello largo, castano, recogido en un mono en la nuca que le daba un aire desenfadado en contraste con el traje oscuro y serio, seguramente hecho a medida. El se dio cuenta de su apuro y, como si no se hubiera percatado de su gesto, sonrio al ver como lo miraba. --Mi nombre es Andrew Turner. Maggie lleva dias viniendo a ver si te veia. Sam lo observo pensando que era la sonrisa mas bonita que habia visto nunca. Sonrio al recordar el momento en que descubrio la ardilla y las risas de la nina, pero volvio a ponerse seria al pensar en la rubia que iba con ella aquel dia. ?Andaria tambien por alli? No queria comprobarlo y meterse en lios. --Es mejor que me vaya. --?Por que? Por favor, no te vayas. Ibamos a tomar un helado, ?te apetece acompanarnos? --No --respondio tajante--. --No creo que sea buena idea. --Suavizo su respuesta y se sonrojo. --Vamos, tienes que contarme lo de esa ardilla, Maggie lleva dias hablando de ti y de ese bicho, y no estoy seguro de que lo que cuenta sea real. Ella miro su ropa y luego volvio la vista hacia el. --Es mejor que no, no quiero ser una molestia. Y mi aspecto... --No seras una molestia. ?Me permites que te ayude a levantarte? --Volvio a ofrecerle su mano ignorando sus ultimas palabras. Ella la miro y poco a poco la cogio. Cuando se tocaron una descarga le recorrio el cuerpo y se ruborizo. El no parecio sentirla, asi que no le dio mas importancia y, cuando estuvo de pie, se solto de inmediato. Cruzaron el parque andando uno al lado del otro y compraron los tres helados en un puesto ambulante. Mientras los adultos se sentaron en un banco, Maggie se fue a los columpios. --Entonces, ?de donde eres, Sam? --Soy de Chicago. --?Y como acabaste en Nueva York? --Es una larga historia... Y yo no... --Tranquila. Si no quieres hablar de ello, no pasa nada. ?Vives por aqui cerca? Ella nego con la cabeza. --Cerca no. Vivo aqui, en el parque. --Agacho la cabeza, avergonzada--. Las cosas no han ido demasiado bien. --Pero eso es muy peligroso para una muchacha. --Apreto la mandibula por lo que estaba oyendo. --Ahora mismo no puedo hacer otra cosa, no encuentro trabajo y todo es... --Lo miro a esos ojos oscuros que la habian cautivado--. Lo siento. Tengo que irme. --Por favor, no te vayas. --Se levanto al mismo tiempo que ella--. ?Puedo proponerte algo? --Sam lo miro con recelo. No era la primera vez que le ofrecian dinero a cambio de sexo. Sabia que debajo de toda la mugre que la cubria seguia siendo bonita. Sus ojos verdes eran un reclamo para los hombres--. No te asustes, por favor. Es una propuesta que puede ser ventajosa para los dos. --Le escucho. --Lo miro recelosa. --Veras, soy un hombre muy ocupado y estoy buscando a una chica interna para trabajar en casa y que se haga cargo de Maggie. Prepararle el desayuno, llevarla y recogerla en la escuela, venir al parque cuando salga por la tarde... Me preguntaba si te interesaria trabajar con nosotros. --?Por que? Quiero decir... ?Por que yo? No me conoce de nada. ?Y su madre? --Porque Maggie no suele relacionarse con nadie y desde que te vio en el parque no ha parado de hablar de ti, bueno, y de la ardilla. --Sonrio--. Tampoco conoceria a la chica que me mandaria la agencia. A Maggie le gustas y, por lo que parece, igual te vendria bien un cambio. Seria bueno para las dos, ?no crees? Su madre nos abandono cuando Maggie cumplio tres anos, asi que te encargarias de ella cuando no este en la escuela. --Me vendria bien, muy bien ese cambio. Eso seguro. Un trabajo... ?Lo dice en serio? --Muy en serio. No seras una ladrona o algo asi, ?no? ?Nada de drogas? --No, no. No soy una ladrona y estoy limpia. Solo que no he tenido suerte en esta vida. Puede investigarme... --Entonces, ?aceptas el trabajo? Creo que puedes ser buena para Maggie. Si necesitas pensarlo... --Acepto --respondio rapidamente, no queria que cambiara de opinion y seguir sobreviviendo en la calle. Esa era una buena oportunidad para ella. No habia nada que pensar. Le ofrecia un trabajo y un techo. No podia haber tenido mas suerte--. Pero usted no sera un psicopata o algo asi, ?no? Andrew lanzo una carcajada sin poder evitarlo. --No, no, puedes estar tranquila. --Recogieron a Maggie y, mientras le explicaba a la pequena lo que habia hablado con Sam, se dirigieron a su casa. Con los ojos como platos se quedo mirando la fachada de su nuevo hogar. La casa era mas grande de lo que habia pensado en un primer momento y se sorprendio cuando llegaron, al ver que una mujer de unos sesenta anos les abria la puerta. --Buenas tardes. --Ella creyo entender que buscaba una interina. --Buenas tardes, Molly, Te presento a Sam. A partir de hoy sera la nueva ninera de Maggie y te ayudara con las tareas de la casa cuando no se haga cargo de ella. Sam, esta es Molly, mi nana y asistenta. --Muy bien, senor. Encantada, Sam. --La muchacha hizo un pequeno asentimiento a modo de saludo. --Llevala a la habitacion de invitados para que se asee y se instale. Encargate de Maggie mientras tanto. Yo he de salir un momento. Nos vemos en un rato. --Papi, ?vuelves a irte? --Su hija lo miro con cara de pena, y el se agacho para ponerse al nivel de su cara y le susurro--: Voy a comprar unas cosas y vuelvo enseguida, ?vale? Puedes ensenarle tus juguetes a Sam cuando termine de asearse. --Ella asintio satisfecha, su nueva amiga se quedaba en casa--. ?Quieres que traiga hamburguesas para cenar? --Si, si, siiiii. --Salto abrazandose al cuello de su padre, con sus pequenos bracitos. --Molly, hoy no prepares la cena, yo la traere --se dirigio a su nana.

  • Una casa en amargura de Elisa Vazquez De Gey

    https://gigalibros.com/una-casa-en-amargura.html

  • Leyendas del Sexo de Gema Perez

    https://gigalibros.com/leyendas-del-sexo.html

    Estas frente a una coleccion que incluye 10 libros escritos por Gema Perez.
    A continuacion te dejo los titulos de las obras:

  • El Sonido de los Almendros de Alberto Munoz Duran

    https://gigalibros.com/el-sonido-de-los-almendros.html

    La aparicion de tres cadaveres esparcidos entre el pueblo de Teovin y el inmenso bosque de Tierra de Pinares, donde Moises sintio la verdadera naturaleza de la fe siendo solo un nino, desencadenara una serie de pistas reveladoras que relacionaran al asesino en serie mas buscado de Espana con los diez mandamientos de Dios.
    Desde ese preciso instante, el expolicia judicial tendra que volver a sus origenes mas primitivos e iniciar una carrera contrarreloj para salvar a la unica persona que le ha importado de verdad a lo largo de una vida marcada por la soledad.Esta es la historia del sonador que consiguio entender a su verdadero yo y se enfrento a los demonios que un dia se le aparecieron para hacerle dudar de un destino que ya tenia asignado bajo la inconfundible melodia de los almendros.
    Una leyenda magica que se hizo real despues de conocer el amor, oler la sangre de los inocentes y pelear consigo mismo mientras perseguia al monstruo que mantuvo a todo un pais en vilo durante dos largas, frias e interminables semanas invernales, en uno de los casos mas escabrosos de la cronica negra.

  • Hechos el uno para el otro de Davinia Palacios Garcia

    https://gigalibros.com/hechos-el-uno-para-el-otro.html

    En algun punto cercano a la frontera entre Estados Unidos y Mexico, Madison sabe bien lo que es vivir en una de las peores ciudades y tener que luchar por la supervivencia. Ser mujer y madre soltera no facilita las cosas. Aunque eso no le impide ayudar a los mas necesitados.Ezekiel, propietario de un taller de motos y que a simple vista parece el cabecilla de una banda de moteros delincuentes, esconde otra ocupacion, oscura, nocturna y peligrosa.

  • El cafe de los pequenos milagros de Nicolas Barreau

    https://gigalibros.com/el-cafe-de-los-pequenos-milagros.html

    Tras vender mas de un millon de ejemplares de La sonrisa de las mujeres, el maestro de las historias romanticas llega con un nuevo libro que es como un rayo de sol directo al corazon.

  • Un escoces despistado para la chica de al lado (Adonis tours 4) de Sandra Bree

    https://gigalibros.com/un-escoces-despistado-para-la-chica-de-al-lado-adonis-tours-4.html

    Vengo de Inverness, en Escocia. Bueno, mas bien de un sitio muy cercano que ni siquiera aparece en los mapas. De hecho, el senor Google, cuando le pregunto mi direccion --porque si, lo he hecho en alguna ocasion, me gusta charlar con Google y a veces hasta discutimos-- me dice que no existe. Me llamo Sean McArthur, y en otro tiempo mi clan fue muy poderoso. <>. En cambio, ahora estamos todos muy desperdigados. Tanto que no se ni donde viven mas de la mitad de mis parientes. !Pero para el caso que nos hacemos...! Tenemos un grupo de WhatsApp --?que familia no lo tiene?-- y ahi cada uno ve los mensajes cuando le sale de la gaita. Y hablando de gaitas, ahora que he sacado el tema, soy fan, muy fan de tocarla. Si hay algo que tengo muy claro en esta vida, es que la mujer que me quiera a mi debe de querer a mi gaita. ?Por que digo esto? Pues porque a la ultima que le dije --me habia enamorado de verdad-- que la amaba tanto como a mi gaita, se enfado y no volvio a hablarme nunca mas. Supongo que se puso celosa y por eso no quiso saber nada mas de mi. Reconozco que lo pase muy muy muy mal cuando se marcho. Fueron un par de horas bastantes jodidas. Pero, como dice mi abuelo, el laird de los McArthur --titulo que le otorgamos los nietos para hacerle ver que es un dictador--, <>. No es que sea una frase de grandes y poderosos sabios, pero hay que admitir que tiene su verdad. Tras mi desengano amoroso, decidi que tenia que salir de mi fortaleza --que quede claro que no exagero. Vivo en un castillo que necesita mas reparaciones que la ciudad de Nueva York despues de ser atacada por los alienigenas de la pelicula de Independence Day--. Mi abuelo y mis padres estan empenados en restaurarlo para convertirlo en algo parecido a un museo. De momento han permitido que rodasen alli algunas escenas de peliculas. Por casualidad cayo en mis manos una oferta de trabajo en Espana. Cumplia con los dos requisitos mas importantes: hablar perfectamente el castellano y medir mas de 1,80. Mido 1,93 y el idioma lo domino fenomenal. Siempre me ha llamado mucho la atencion ese pais, que encima presumia de sus mujeres morenas de ojos oscuros y cuerpos de guitarra. Unas verdaderas bellezas. La agencia Adonis Tours me acepto y, aunque no sabia muy bien de que iba aquel trabajo, con mi maleta en una mano y mi gaita colgada del hombro, sali de Escocia. El viaje no se me hizo muy largo. Fue vuelo directo a Madrid. Sin embargo, reunirme con mi jefe, Anthony --un tio que, sin exagerar, su cabeza me llegaba por el torso-- y con los otros Adonis que, como yo, llegaban en diferentes vuelos, fue una completa odisea. Todo gracias a mi gran facilidad para perderme, porque hay dos cosas que me definen muy bien: mi sentido de orientacion funciona como el culo, y tengo panico a todas las cosas que sean paranormales. Si alguien quisiera torturarme, no tendria mas que hacerme ver una pelicula de terror con espiritus o regalarme una guija. Durante un buen rato estuve deambulando por la terminal, hasta que escuche por los altavoces que me llamaban y me daban un punto de encuentro. Sin embargo, yo no encontre ni punto de encuentro ni nada. De hecho, casi estuve a punto de embarcarme otra vez --por error. Se me ocurrio que, si me escuchaban tocar la gaita, ellos me encontrarian a mi. Y no solo me encontraron, sino que la gente, muy amable, me regalo dinero por haberlos deleitado con tan bonitas canciones regionales. Ese dia conoci a los Adonis. Eramos un grupo de lo mas variopinto y, por que no decirlo, de lo mas sorprendente. La gente nos miraba con curiosidad, y no era para menos. Los cinco teniamos una altura considerable. De los que no necesitamos subir a una escalera para cambiar una bombilla. Aunque obvio, en mi fortaleza usabamos andamios para hacerlo, por eso dejabamos que se fundiesen unas cuantas antes de reponerlas. De los cinco Adonis, se encontraba Dase, un etiope tan negro como el ebano y, aunque este mal admitirlo por eso de ser tio y esas cosas, tengo que reconocer que era un joven muy atractivo, de boca ancha y expresivos ojos negros. Vestia de manera muy elegante y costosa. Despues estaba Erik, el noruego, un tipo que me recordaba a algun dios nordico, todo rubio de melena larga y que llevaba ropas de lenadores --en las peliculas suelen vestir asi--: camisa de franela de cuadros y jeans con botas altas, de esas que tienen un doblez superior y se ven forradas de lana de cordero. Y luego Tane, el surfero maori, una mole de tio que media al menos dos metros, con un cuerpo capaz de ocupar tres plazas en un autobus. Por ultimo estaba Stefano, el italiano. Era de Verona. Al principio pense de el que era un hombre con mala memoria. Apuntaba en una libreta todo cuanto ocurria a nuestro alrededor, sin embargo, luego supe que era escritor de novela romantica, conocido en el gremio por Steve Norton, su seudonimo. Desde el aeropuerto, nos trasladamos todos juntos en la furgoneta de la empresa hacia nuestra residencia, situada en el barrio de La Latina. Durante el viaje me habia hecho a la idea -- supongo que al igual que mis companeros-- de que se trataria de un sitio chulo y luminoso, con ventanales enormes en el dormitorio y bano tipo spa. Con piscina y solarium, eso venia escrito en el contrato ?O era en el mismo folleto? El caso es que, cuando llegamos, todo fue muy diferente. El lujo y el glamour que habia esperado eran inexistentes. De hecho, la piscina era de esas desmontables situada en la terraza, y antes de entrar en ella debiamos ducharnos con una manguera verde, que tambien servia para regar las macetas. Luego estaba el tema de la lavanderia. Ahora me atrevo a entrar con un poco mas de seguridad, pero los primeros meses era capaz de dar dinero para que me hicieran la colada. Es mas, alguna vez se la habia dado a Dase para que la llevase a la lavanderia a la que el solia acudir. Y es que Dase era un poco especial con la ropa --ya lo he dicho antes--, siempre va que parece un maniqui de escaparate. O como se dice aqui en Espana, como un pincel. La lavanderia o, para no andarme por las ramas, el lugar donde se encuentra la lavadora, es un sotano lugubre y humedo que me recordaba a un deposito de cadaveres. La luz del techo parpadeaba cada vez que la encendiamos, y la lavadora, cuando centrifugaba, se desplazaba unos metros hacia cualquier lado. Por si eso fuera poco, el ascensor subia y bajaba cuando le daba la gana. Mi dormitorio estaba en frente del de Tane --en realidad su nombre es Tangaroa Evaristo Waititi Lopez. Desde luego, sus padres se vengaron de el al nacer--. Ambos eramos los unicos que teniamos balcones al exterior. A mi porque me toco, en cambio, Tane lo pidio porque es un poco... curioso. Se siente mas cerca de la gente asomado a la calle con los brazos cruzados sobre la balaustrada. Y es que le encanta estar al aire libre y, como no, oler el aroma a queso que ascendia del local que habia abajo. Una tienda donde se podia encontrar cualquier clase de queso, desde un cabrales, pasando por la burrata, hasta un buen roquefort. Y Tane perdia el sentido por este alimento y por la duena de la boutique, por supuesto. Su novia Olivia. Stefano, por eso de que necesitaba escribir en silencio, se habia quedado con la alcoba que estaba mas cerca de la escalera y cuya ventana daba a un cochambroso patio interior. Dase y Erik se habian pillado los que quedaban en medio. A pesar de que la residencia no era lo esperado, muy pronto los cinco nos adaptamos a ella. Y de ser simples companeros de trabajo, nos convertimos en grandes amigos --ahora no me refiero a nuestra altura. Me daba cosilla pensar que era lo que iba a pasar una vez que se nos acabara el contrato, aunque aun quedaba tiempo, y quiza, solo quiza, algunos querriamos prorrogar. Capitulo 1 Finales de octubre Siempre me despertaba antes de que sonase el despertador. Me gustaba levantarme temprano y ser uno de los primeros en meterme debajo de la ducha, aunque la goma que la sostenia soltaba mas chorros que la propia alcachofa. Tambien me levantaba pronto porque, al dormir en una habitacion exterior, escuchaba todas las mananas como subian los cierres de los negocios y los saludos exagerados de los porteros que limpiaban sus portales. Eran tan escandalosos como los Celtic de Glasgow cuando el equipo ganaba. Ahora ya estaba acostumbrado a estas cosas pero, al principio, me daba la sensacion de que subian hasta mi dormitorio para dar voces. Por otro lado, es que yo tengo un oido muy fino. El laird decia que yo dormia con un ojo cerrado y otro abierto como los conejos, y debia de ser verdad, porque gracias a ese oido portentoso habia ayudado a descubrir que, en la residencia, entre nosotros, habia un okupa. Y cuando digo okupa, ni me equivoco ni exagero. En varias ocasiones he tenido que sacarlo de mi cama cuando alguna noche he llegado algo tarde. Se trata de un antiguo Adonis llamado Arnold que, en mas de una ocasion, nos robo la comida. Aunque eso habia sido lo de menos, lo importante es que me tenia acojonado. Habia pensado que una presencia extrana y sobrenatural convivia entre nosotros; abria y cerraba grifos, el ascensor se movia solo, se zampaba nuestra comida, dejaba fria el agua de la ducha, movia cosas de un lado a otro... Fruto de esa obsesion habia llegado a colgar una ristra de ajos junto a la puerta. Stefano decia que los ajos eran para ahuyentar a los vampiros pero, por si acaso, no pensaba quitarlos. El caso es que ahuyentaran a algo. De todas maneras, ya le habia advertido al tipo en cuestion que, como volviese a coger algo sin permiso, le iba a arrancar la piel a tiras. De momento no habia vuelto a meter sus zarpas en mis natillas de chocolate. Ni sus pudorosas partes en mi cama. Abri la persiana y me asome al balcon. Estuve a punto de tragarme a un sujeto que estaba enganchando las luces de Navidad en la fachada del edificio. El hombre tuvo la suerte de reaccionar con rapidez, cual Spiderman, y de la impresion se aferro a la barandilla de hierro. Se quedo colgando en el vacio, con los pies en el aire. Observe que llevaba unos guantes de lana, de esos que si coges nieve --que no habia todavia-- se empapan, o si se agarran a una barandilla de hierro, resbalan. --Buenos dias --le dije, amable. El alzo la vista hasta la mia. Era la misma mirada que la de mi primo cuando necesitaba pasar al bano e iba diciendo que tenia la tortuguita fuera del caparazon--. ?Necesita ayuda? El sacudio la cabeza. Bueno, en realidad sacudio todo su cuerpo. !Era increible la fuerza que hacia el hombre para sostenerse sin caer en el abismo! --?Y que? ?Estan poniendo las luces de Navidad? --pregunte para entablar conversacion. Uno no se encontraba todos los dias a alguien dentro de su casa. --?Que pasa? Buenos dias. --La voz de Tane llego desde su balcon. Con seguridad habia escuchado ruidos tambien y habia salido a ver que estaba ocurriendo--. ?Has visto que tienes a un tio colgando de la barandilla? --Si, estan adornando las calles. Espero que estas luces no vengan acompanadas de esa musiquilla que entonan villancicos a todas horas. --Le ensene el brazo--. Mira, tengo los pelos como escarpias. Estoy emocionado, van a ser mis primeras Navidades en Espana. --Oye --Tane senalo al operario--, creo que te esta diciendo algo. Era verdad, el tipo me miraba fijo y susurraba. Agitaba las piernas y el tronco de un modo convulso. --No le escucho bien --le dije acercandome un poco mas e inclinandome hacia el. Lei en sus labios que formaba la palabra <>. --!Por todos los demonios del infierno! !Se esta electrocutando! --mire a Tane--. ?Que hago? ?Lo suelto para que caiga abajo? --!No! !Si lo tocas a ti tambien te dara un tabardillo! --me grito haciendome dar un ligero brinco. No sabia que era un tabardillo, pero me sonaba a mosquito gigante. Me puse nervioso. El hombre era capaz de morirse delante de mis narices. ?Y si lo empujaba con el pie? Era probable que se rompiese las piernas, las costillas, los brazos... pero quiza le salvaba la vida. Por suerte para ese pobre hombre, se fue de repente la luz de todo el distrito. Por suerte para el y para mi, que ya habia llevado el pie hasta los dedos de su mano. Esa situacion era menos graciosa que estornudar con cagalera. En ese momento, Tane llego corriendo para ayudarme a subirlo y meterlo en mi dormitorio. Lo tumbamos sobre mi cama. Yo di un paso atras cuando vi que el operario tenia todo el pelo revolucionado y, aunque me parecia increible --porque crei que solo pasaba en los dibujos animados--, su cara estaba manchada de negro como si le hubiese explotado una bombilla en la cara. --?Estas viendo eso, Tane? --Creo que voy a llamar a una ambulancia --dijo sacando su movil. Mientras el llamaba a emergencias, yo palmee el rostro del hombre. Tenia los ojos abiertos y me miraba como si yo hubiese tenido la culpa de aquello. --Me quiero marchar de aqui --dijo con voz ronca. --Tranquilo, no pasa nada --lo veia tan asustado que me hice el gracioso--, nadie te obliga a estar aqui conmigo. Si te quieres ir, ahi tienes la puerta, rompe el candado, saca las cadenas, cruza la fosa con cocodrilos, salta la reja electrica y... --!Sean! --Tane fruncio el ceno--. Electrica no, macho. El hombre gimio. De repente, mi dormitorio se empezo a llenar de gente. Entraron los companeros de luces del afectado; Marisa, encargada de la oficina de los Adonis; Duscha, una rusa que se dedicaba a la limpieza y el mantenimiento de la residencia; Dase, que miraba a todos con una toalla colocada en sus hombros, y por fin, los del Suma. --?Que ha pasado? --pregunto Dase. Tane se encogio de hombros. --Que se ha ido la luz. --Pero ?usted lleva mucho tiempo trabajando en esto? --le pregunto uno del Suma al paciente. --Unos meses --susurro con voz temblorosa. --Ay, ya lo dice el laird --solte sin pensar--: <>. --Salgan de la habitacion todos --ordeno un enfermero. Todos le hicieron caso y yo me senti muy aliviado, con tanta gente en mi espacio vital empezaba agobiarme. --Usted tambien --me senalo con el dedo. Sacudi la cabeza. Soy escoces, pero no gilipollas. --Este es mi dormitorio y aqui estan todas mis cosas, no les voy a dejar solos. --Para demostrarles que hablaba en serio, me cruce de brazos con las piernas ligeramente abiertas, a ver si tenian lo que debian tener para sacarme de alli. Era como el juego aquel del rey de la montana, en el que, si me querian desterrar, debia ser empujandome a la fuerza. Ellos se lo pensaron mejor y dijeron: --De acuerdo, puede quedarse, pero guarde silencio. --No van a saber que estoy aqui. Vi que colocaban al operario una via en el brazo, mientras otro le tomaba la tension. Rece para que no le pasase nada, sobre todo para que no muriese en mi dormitorio. Habia oido decir que las almas se adherian al lugar donde el individuo fallecia, y no estaba dispuesto a compartir cama con un fantasma. *** Carolina cruzo los brazos sobre el pecho. Suspiro con disimulo, cansada de escuchar a sus amigas que no dejaban de hablar de hombres de ciencia ficcion. Tal vez ellas no se daban cuenta, pero segun los describian, parecia que se trataba de superhombres con poderes. Que si. Que Carolina comprendia que les pudiesen gustar las novelas romanticas y, sobre todo, eso que ellas decian, los highlanders. Al principio tardo en descubrir que esos hombres eran escoceses. El nombre highlander le sonaba a marca de robot de cocina. Pero, obviando ese hecho, los escoceses que ella habia visto en television eran tipos normales y corrientes, puede que mas blanquitos de piel de lo acostumbrado y que abundasen sus cabelleras color zanahoria --aqui, en Espana, los hombres tenian fama de morenos, bajitos y regordetes--. Y luego los cuerpos, pues eso, habia de todas clases: altos, bajos, gordos y delgados. Pero highlander como tal, como ellas los describian, eran todos musculados, duros, altos, atractivos, fuertes, de piel bronceada que daba ganas de lamer, chupar, morder y succionar. !Vamos, que no! Que Carolina no tenia ningun interes en ver a un tipo con falda por muy buenas piernas que tuviese. De hecho, nunca se habia fijado en las piernas de un tio. Preferia un buen torso y un culo firme. Marta la observo frunciendo el ceno. --?Te estamos aburriendo, Carol? --Mas que ver una carrera de berberechos. --Sacudio la cabeza arrepentida--. Quiero decir, no, repasaba en mi cabeza la lista de la compra. Beatriz sonrio, divertida --Yo creo que, para que nos entiendas, deberias leerte un libro de highlanders. Vas a fliparlo. Los labios de Carolina compusieron un gesto hastiado. Leer no era uno de sus hobbies favoritos. --O puedes ver una pelicula --anadio Marta. --Ya vi una hace tiempo. Braveheart, y lo que mas recuerdo de todo es que los hombres se ponen a ensenar culos, ademas, que Mel Gibson puede que fuese un galan en su epoca, pero a mi... --Carolina chasqueo la lengua-- no me va mucho. --Intenta leerte un libro --le suplico Beatriz buscando algo dentro de su bolso. Carolina tenia que haber imaginado que aquellas dos forofas de la lectura llevaban siempre libros consigo--. Ten. Es Tierra audaz. Si esta novela no te engancha, no lo hara ninguna otra. Carolina cogio el libro y le echo un vistazo por encima. --!?Trescientas treinta y ocho paginas?! --Se leen en nada --insistio Beatriz--. Lo intentas, y si ves que no puedes, me lo devuelves. Carolina se rindio. --De acuerdo. Beatriz saco una libreta pequena, busco el boligrafo y, a medida que anotaba, iba diciendolo en alto. --Dejo la novela de Jude Deveraux, serie de Los Audaces, a Carol. --?Por que hace eso? --le pregunto Carolina a Marta. --Yo tambien lo hago. La gente tiende a devolver cualquier cosa que pide, excepto libros. No se por que, pero a mi me han desaparecido unos cuantos, y me duelen no por el gasto que conlleva, sino por lo hermosa que es la historia. --?No me digas que te lees los libros mas de una vez? --!Hombre, claro que si! Carolina deslizo los ojos sobre la portada de la novela. Un hombre rubio sobre un caballo blanco estaba inclinado para besar a una mujer de larga capa roja que parecia que le agarraba la pierna con desesperacion. Leyo: <>. Volvio a suspirar, esta vez de forma audible.

  • Contando estrellas (Bdb) – Christina Birs de Christina Birs

    https://gigalibros.com/contando-estrellas-bdb-8211-christina-birs.html

    Mencia de Cusanza, una joven erudita del siglo XV, regresa a Compostela tras haber pasado los ultimos anos en Roma. Consciente de que alguien la persigue, se refugia en la iglesia de Santa Maria Ligure, al sur de Genova, a sabiendas de que alli estaran a salvo tanto ella como el contenido del pequeno cofre que porta consigo.
    En la actualidad, la figura de Mencia es objeto de estudio por parte de un equipo de investigadores encabezado por la arqueologa Sira Lopez, quienes, con el proposito de aportar luz sobre ciertos detalles un tanto oscuros de la historia, acometen una excavacion en el entorno de las ruinas de Santa Maria Ligure. Inmersa en el trabajo que la acercara al objetivo profesional que tanto ansia, un expolio llevado a cabo en extranas circunstancias hara que la vida planificada al milimetro de Sira se desestabilice. Pero no tanto como lo supondra la llegada del lugarteniente Enzo Fossati, con quien, muy a su pesar, se vera obligada a trabajar con el fin de esclarecer el caso.

  • La ultima Torre (Diamante Rojo 2) de Angy Skay

    https://gigalibros.com/la-ultima-torre-diamante-rojo-2.html

    Nos sometemos a una prueba constante en la vida. A una lucha que nunca finaliza.
    Tras los acontecimientos pasados, las vidas de Micaela y Jack se ven desmontadas de nuevo cuando, tras la noticia del desenmascaramiento del asesino mas peligroso del mundo, sus enemigos florecen y las victimas se convierten en verdugos, dando caza al culpable de sus desgracias.
    Los recuerdos del pasado vuelven con fuerza, dejando tantas dudas como sorpresas, y los nuevos descubrimientos hacia la verdad llenaran de dudas a los protagonistas que, sin ser conscientes, seguiran siendo las marionetas movidas por los lideres que ganan la partida de ajedrez.
    ?Que harias si te encontraras con tu enemigo cara a cara?, ?si descubrieses que las personas que te rodean te han traicionado?, ?y si quien mas amas te abandona?
    Tras Matar a la Reina, llega la segunda parte de la serie Diamante Rojo: La ultima Torre. Donde la mafia, los asesinatos, la accion y un amor peligroso se juntaran, dandole lugar a las personas que, al parecer, nunca tienen oportunidad de vivir un futuro a su antojo: los villanos.

  • Un Dulce Error (Nobles Inseparables 3) de Lily Cerda

    https://gigalibros.com/un-dulce-error-nobles-inseparables-3.html

    Un viaje de negocios lleva al Conde de Somerset a Bath, este siempre se hospeda en la villa de sus amigos en aquel lugar, pues, aunque es poseedor de una fortuna que le permitiria comprar muchas villas, esta se ha robado su corazon por el aroma a rosa que le recuerda mucho a su difunta madre. El Conde esta acostumbrado a disfrutar de su estadia en Bath, asi que como de costumbre elige la misma habitacion de siempre, sin saber que esa costumbre lo llevara directo a los brazos de una dama. La senorita Amber Hill es una dama prudente y cuidadosa, ella se siente la responsable de sus primas por ser la mayor de ellas, asi que, decide viajar a Bath en busca de su prima Selene, la dama viaja sola, ya que por su edad se le consideraba solterona, por su mente nunca cavilo que, al llegar a la villa de su tutor, se encontrara con que un error la pondria en los brazos de un caballero. Esta historia narra el mas dulce error que pudo unir a dos corazones solitarios.

  • Mi maldita droga dura (Tabu 1) de Noelia Medina

    https://gigalibros.com/mi-maldita-droga-dura-tabu-1.html

    Nicolle tiene diecisiete anos, poca maldad y varios frentes abiertos que la obligan a volver a Francia, su ciudad natal. En su vida se cruza irremediablemente Marc Ferrera, un imponente hombre separado, mucho mayor que ella, y padre de su mejor amiga. Sera quien pueda ayudarla a solucionar sus problemas. O no. Tambien puede convertirse en la gran piedra de su camino, en su mayor adiccion.
    Por otro lado, Eric, un malabarista callejero que habita en el barrio bohemio de Paris, capaz de hacer magia con las manos y con los sentimientos.
    Una intensa, morbosa y erotica historia que habla del tabu en su maxima potencia y de manera explicita entre un hombre experimentado y una nina inocente a la que el sexo le cambiara la vida.
    Un hombre adicto al sexo.
    El padre de su mejor amiga.
    El novio de su madre.
    Su maldita droga dura.

  • El ejecutivo – Mark Miller de Mark Miller

    https://gigalibros.com/el-ejecutivo-8211-mark-miller.html

    Kat, feliz con su vida virtual como bloguera, esta a punto de ver como su tranquilidad se quiebra cuando conoce al guapo y atractivo Director de su Instituto. Aunque describirlo asi, seria injusto…
    El doble de un famoso cantante, como ella lo describe, quien ademas de docente tiene varias empresas, revolucionara la insipida historia de nuestra protagonista.
    Fiestas, risas, locura, sexo y alguna que otra nariz rota, marcaran un antes y un despues para Kat.
    Y, de ahi, ?quizas el amor?

  • La quimica del odio de Carme Chaparro

    https://gigalibros.com/la-quimica-del-odio.html

    ?QUE HARIAS SI, TRAS HABER SOBREVIVIDO A LA QUE CREISTE QUE ERA LA PRUEBA MAS DURA QUE PODIAS SOPORTAR, EL DESTINO TE LLEVARA OTRA VEZ AL LIMITE?

  • Mi diosa pelirroja de Marian Arpa

    https://gigalibros.com/mi-diosa-pelirroja.html