• escrito con sangre y seda - Africa Ruth , Marta Cruces

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    Londres, 1874. Tras la muerte de lord Wellesley, solo tres personas conocen el secreto de Charlie, su hijo y heredero: es una mujer. Una de ellas es Leo, su hermano bastardo, y las otras dos no descansaran hasta arruinar su reputacion para siempre. Sin embargo, las ultimas voluntades de lord Wellesley alejaran a Charlie y Leo de Londres para emprender una huida frenetica por la Ruta de la Seda. Ciudades exoticas como Alejandria, Calcuta y Canton seran testigos del afan de los hermanos por escapar del pasado y de su temor a enfrentarse a un presente marcado por una pasion prohibida.

  • Escrito con sangre y seda (HQÑ) Versión Kindle - Amazon.es

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  • escrito con sangre y seda (ebook) - Casa del Libro

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  • Escrito con sangre y seda - África Vázquez Beltrán - Lecturalia

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  • ESCRITO CON SANGRE Y SEDA (ebook) - Popular Libros

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  • Escrito con sangre y seda by África Ruh - Goodreads

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    Escrito con sangre y seda book. Read 5 reviews from the world's largest community for readers. Londres, 1874. Tras la muerte de lord Wellesley, solo tres...

  • RESEÑA Escrito con Sangre y Seda - Tiempo Libro

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    9 mar 2019 — RESEÑA Escrito con Sangre y Seda. Autoras: África Ruh y Marta Cruces. Editorial: Harlequín Ibérica, 2019. eBook, 204 págs. Autoconclusivo.

  • ESCRITO CON SANGRE Y SEDA (EBOOK) - AFRICA RUH

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  • Escrito con sangre y seda - Scribd

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  • Escrito con sangre y seda - Africa / Marta Ruh / Cruces

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    21 feb 2019 — En esta web hay 15174 fichas de libros, 1659 autores, 1496 artículos y 7064 críticas. Blog colaborador.

  • Escrito Con Sangre Y Seda (ebook) - Literatura - El Corte Inglés

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    Escrito Con Sangre Y Seda (ebook) ... de lord Wellesley alejarán a Charlie y Leo de Londres para emprender una huida frenética por la Ruta de la Seda.

  • Chicas de nieve y cristal de Melissa Bashardoust

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  • Breve historia de las batallas de Carlos Diaz Sanchez

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    Descubra las batallas que cambiaron el destino de las grandes civilizaciones. Los detalles de las tropas, armamentos y las tacticas de los mas brillantes generales, Ramses II, Alejandro Magno o Julio Cesar. Egipcios contra Hititas, Griegos contra Persas, Romanos contra Dacios: la trepidante historia de las guerras que decidieron el curso de la historia.

  • Calor mortal (Serie Castle 5) de Richard Castle

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  • El amor esta en la toalla de al lado de Christian Martins

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    La vida de Beca se desmorona cuando Jorge, su marido, le pide el divorcio.
    Beca no sabe como salir adelante, ni como enfrentarse a la realidad, ni que sera de ella si no consigue recuperar el amor de Jorge.
    Pero entonces conoce a Marcos. Marcos es especial, diferente. Le gusta el mar, cree en el amor a primera vista y no cree en las casualidades.
    Y ella. ella esta convencida de que el unico hombre capaz de proporcionarle estabilidad es el padre de su hija, Jorge.
    ?Recuperara el amor o lo volvera a encontrar

  • Auge y caida de los dinosaurios de Steve Brusatte

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  • A dos centimetros de su piel (A dos 2) de Dulce Merce

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    Tras conocer la historia de Rodrigo y Mena en A dos milimetros de su boca, sus vidas
    siguen adelante. Unas canas por Madrid, charlas interminables con sus mejores amigos, videollamadas con su novio... Parece que todo marcha sobre ruedas para nuestra querida Jimena, hasta que siente que algo no acaba de encajar; que algo no va bien. Pero, si su relacion con Rodri va viento en popa, si se siente arropada por Silvestre, si el cuerpo de baile baila mas que nunca, ?que es lo que falla?
    Jamas sospecharia que Carmen, su mejor amiga, oculta un secreto. Algo que no ha compartido con nadie, ni con su hermana, ni con su mejor amiga; algo que hara tambalear los cimientos de su amistad para siempre...
    !Que no! !Que es broma! Aunque a lo mejor se lleva alguna colleja cuando se entere de lo que ha estado haciendo a sus espaldas.

  • Koi, entre el amor y el honor (LGBT) de Rose Gate

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    Cuando tu vida esta regida por el sentido del honor, inculcado desde siempre, el amor pasa a un segundo plano. Pierde su poder, se vuelve gris y su fuerza se opaca, como una piedra olvidada en medio del camino. Sin embargo, solo hace falta una mirada para devolver su brillo y color, haciendo que lata de nuevo, inundando tu vida y arrasando con todas tus creencias. Me llamo Kenji Watanabe y soy el futuro kumicho de la Yakuza mas importante de todo Japon. Eso me sucedio a mi cuando le conoci. Sus ojos color cafe se convirtieron en la piedra angular de mi renacer. Nade contra corriente, igual que la carpa Koi, sonando con alcanzar algun dia la libertad. Hoy os confieso que me he enamorado de quien no debia. Dos hermanos, dos parejas, dos amores imposibles, que ponen en entredicho lo valores de una cultura. Dejate sorprender por Koi, entre el amor y el honor.

  • Mudbound de Hillary Jordan

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    En esta premiada novela de Hillary Jordan los prejuicios adquieren muchas formas, tanto sutiles como brutales. Es 1946, y Laura McAllan, una mujer de ciudad, trata de criar a sus hijos en la granja del Delta del Misisipi de su marido, lugar que encuentra extrano y aterrador, cuando dos jovenes regresan de la guerra para trabajar la tierra. El primero, Jamie McAllan, cunado de Laura, es todo lo que su marido no es; encantador, guapo y atormentado por sus recuerdos de combate. Por su parte, Ronsel Jackson, el hijo mayor de los aparceros negros que viven en la granja McAllan, ha vuelto a casa con el brillo de un heroe de guerra. Pero nada cuenta la valentia demostrada en defensa de su pais: es considerado menos que un ser humano en el Sur. Es la improbable amistad de estos companeros de armas la que conduce esta poderosa historia hasta su inexorable conclusion. Los hombres y mujeres de ambas familias protagonizaran una tragedia en su escala mas epica.

  • Cronicas del desamor de Elena Ferrante

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    Las tres novelas que han consagrado a Elena Ferrante como una de las voces mas solidas de la literatura italiana actual.Las tres piezas que encontramos enCronicas del desamortienen como protagonista a una mujer, y las tres indagan en el dolor femenino con mano firme, sin concesiones al sentimentalismo.El amor molesto, la primera de las piezas, narra la relacion de Delia con su madre Amelia. Mi madre se ahogo la noche del 23 de mayo, el dia de mi cumpleanos…, escribe la narradora en la primera pagina, y de ahi en adelante todo sera descubrir quien era realmente Amelia.La segunda pieza, tituladaLos dias del abandono, cuenta la historia de una mujer joven, madre de dos hijos, que de repente es abandonada por su hombre y tiene que enfrentarse a un nuevo modo de vivir. Sola en Turin, la mujer cae en una espiral de dolor que la paraliza, y Ferrante consigue que sintamos esa angustia de una manera casi corporea: sus gestos, sus palabras, todo su cuerpo es la pura expresion de un mal oscuro que va mas alla de la traicion, como si la tragedia griega se hubiera encarnado en el animo de una mujer de hoy. Luego, poco a poco, el resurgir, ese nuevo pacto con la vida que ya se hace desde otras premisas, esa madurez tan …

  • Senora de rojo sobre fondo gris de Miguel Delibes

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    Un prestigioso pintor, sumido en una grave crisis creativa, va hilando ante su hija sus recuerdos mas intimos en un monologo que es a la vez homenaje y exorcismo. Su relato se centra en dos acontecimientos: la detencion de dos de sus hijos por motivos politicos y, fundamentalmente, la enfermedad y muerte de su mujer, Ana, a los cuarenta y ocho anos. Ana contagiaba una sensacion de belleza y plenitud que cobro un verdadero alcance sobre el fondo gris de lo cotidiano y los sinsabores de la enfermedad. Historia de un amor en carrera desenfrenada hacia la muerte y sobrecogedora semblanza de un personaje femenino, Senora de rojo sobre fondo gris es una profunda leccion de humanismo y madurez artistica que solo Miguel Delibes podia ofrecernos.

  • Apaga el fuego, si puedes de Maria Laso

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    El asesinato de un profesor de yoga en el parquin de un centro comercial y la desaparicion de Carlos Abreu, uno de los empresarios mas poderosos de la provincia, mantendran durante semanas en jaque a la policia de Huelva. A la inspectora Houda Falu y a su companero, Raul Damacio, se lo va a poner dificil un variopinto grupo de personajes, a cual mas enigmatico y traicionero. Desde la mano derecha del empresario, una joven portuguesa, hasta las mafias rumanas que se pasean a sus anchas entre Sevilla y Huelva.
    Maria Laso presenta la que puede ser su mejor novela, en la que nos sumerge en un mundo en el que amistad, amor, celos, corrupcion y violencia se aunan en un thriller tan evocador y entretenido que acaba atrapando irremediablemente al lector.

  • El conflicto de Eden de Annemarie Brear

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    North Yorkshire, Inglaterra. Agosto, 1901 Eden reposaba sobre el pasto reconfortante, con los ojos cerrados contra el brillo del sol, mientras este banaba con sus rayos su rostro. Podia escuchar el zumbido de los insectos que caminaban junto a su cabeza; emitian un sonido laxo, perezoso, muy parecido a como ella se sentia en aquel momento. El calor veraniego impregnaba su cuerpo a traves del delgado vestido de lino azul. Sus piernas y brazos pesaban mucho; su mente estaba tranquila. Los ecos de las risas continuaron con la brisa caliente. Mientras sus hijas se remojaban en el rio Aire, ahi junto a las rocas, donde se produjo una estrepitosa revuelta. Las chicas intentaban hacer participe a su padre de tal diversion, lo salpicaban de agua lo mejor que podian. Eden, por su parte, se deslizaba suavemente por el pasto, aplastando la hierba circundante con cada movimiento que hacia, liberando el aroma de la vegetacion. Suspiro con completa satisfaccion y su rostro esbozo una sonrisa de gusto culposo. Dias como estos, ociosos, eran extranos pero muy bellos. Todo lo que existia en su mundo era bueno. --?Como despierto a una bella durmiente? Cuando Eden desperto vio a su esposo, que estaba a unos pocos pasos de ella, con una expresion traviesa en su rostro. --!No con las manos mojadas, te lo digo, Nathan Harris! Este dejo caer su cuerpo y apoyo su cabeza en el pecho de ella. --Esposa, eres una mujer cruel. --Asi es. --Ella cerro nuevamente los ojos y acaricio su cabello castano--. ?Las chicas estan muy mojadas? --Si y contentas. --Con una mano acariciaba su pecho, con la otra recorria su silueta a traves de la falda--. De hecho, estan tan ocupadas hablando que podemos divertirnos unos minutos… --En verdad lo crees, ?eh? --Riendose, tomo la mano juguetona de su marido--. Prefiero quedarme aqui, en silencio y no hacer nada, para variar. --Esta bien, tu relajate, yo me divertire un poco…. --Su voz se convirtio en un susurro ronco al mordisquear la piel suave debajo de la oreja izquierda de su mujer. Eden abrazo el cuello de su esposo, introduciendo sus dedos en el cabello de este. --Te adoro, esposo. --Awww, mi nina…. --Nathan la beso y luego se engancho sobre su codo, el amor que sentia por ella se reflejaba en sus pupilas grises. Ella acaricio su mejilla, aspera como cerdas. --En un par de anos cumplire treinta, ya no sere mas una nina. --Siempre seras mi nina, a la que amare. --El tapo el sol mientras bajaba la cabeza para darle otro beso tierno y suave, con sabor a la cerveza que habia bebido durante la comida. Frotando su nariz con la de ella, recorrio con sus manos su cintura, ella, por su parte, la apreto con fuerza contra el. --Incluso, cuando tu cabello se tine de color gris y ya no tengas dientes, seguiras siendo mi nina --dijo Nathan. Balbuceando de risa, ella lo abofeteo carinosamente. --!Descarado! ?Te dices llamar un amante? Nathan rodo sobre su espalda, llevandola con el. --?Quieres que te demuestre que tan buen amante puedo ser? --El procedio a desabrochar el boton superior de su vestido, pero en ese momento sus hijas, Josephine y Lillie, llegaron corriendo. Sentada y acomodandose la falda, Eden le sonrio a sus queridas pequenas, que cayeron en una marana de enaguas y risitas humedas. Sus ninas estaban bien alimentadas y sanas, no como otros ninos del pueblo. Habian tenido la oportunidad de asistir a la escuela, en vez de trabajar en los molinos y las minas de la zona. Ella y Nathan habian acordado que sus hijas tuvieran acceso a la educacion, como sus padres, para procurarles una mejor vida. Al escuchar a Josephine contarle a Nathan los colores de una libelula que vio, Eden les dio manzanas rojas, arrancadas de los arboles frutales de su propiedad. Despues de que las chicas se marcharon nuevamente, Eden recogio el pequeno picnic. --?En que momento paso tan rapido el tiempo, Eden?, ?En que momento crecieron? --Murmuro Nathan al verlas correr por la loma, riendo con inocente alegria. Ella lo miro. --Apenas tienen siete y seis anos, todavia no son mujeres. --Lo se, pero extrano cuando las arrullaba en mis brazos. Creia que podia protegerlas mejor en ese entonces. --Tambien puedes hacerlo ahora. --No como quisiera. A veces quiero cerrar la puerta de la cabana y no abrirla mas. Ella se sento sobre sus talones y lo miro detenidamente. Era la primera vez que notaba la delgada capa color plata en su cabello, y que las lineas que recorrian de su nariz hasta su boca, eran mas profundas. Era un hombre atractivo, un hombre tranquilo. Lo que suele llamarse un pensador profundo. El medito y sopeso sus pensamientos y acciones, que estaban en contraste con ella. Ella hacia todo con prisa, aun no terminaba de hablar de un tema cuando ya estaba deseosa de comenzar otro. Siempre estaba ocupada, es por eso que hoy en dia es tan especial. Por primera vez en mucho tiempo, estaba descansando sin hacer nada, solo comia y observaba a su familia. Ahora, el cambio de humor de Nathan atenuo su brillo de felicidad. Por mucho que ella lo amara, a veces era dificil convivir con un hombre tan serio. Volteo hacia ella y sonrio con tristeza. --No me hagas caso. Ya sabes como soy. --Se puso de pie de un salto y dijo: --Ire a buscar a las chicas. Eden se levanto, tomo su mano y lo detuvo. --Hemos pasado un dia increible juntos. El respondio: --Si. Ella se acerco y lo beso. --Ahora que ya no trabajo en el Salon, podemos tener mas dias como este. El dejo escapar un suspiro hondo y dibujo una sonrisa con su dedo. --Soy mas feliz sabiendo que ya no estaras mas en ese lugar. Ya era hora de que Annabelle te dejara ir para estar mas tiempo con tu familia. Realmente no te necesitaba o podria haberte reemplazado. --No queria irme, disfrutaba trabajar con ella. Somos muy cercanas. Es como una hermana. --Pero ahora que se caso, ya no te necesita mas. Eden, al escuchar eso, se alejo. --Eso es cruel. Me haces sentir culpable por ser cercana a los Bradbury. --Lo siento, pero esa familia tiene demasiado poder sobre ti. --El dirigio la mirada a otro lado --. Siempre ha sido asi. --Hemos estado juntos desde que eramos pequenas. ?Por que mencionas esto de nuevo? Sabes cuanto quiero a Annabelle. Sabes de la relacion que existe entre nuestras dos familias. --Lo se. He sido el unico que lo ha padecido. Eden lo miro fijamente, no creia lo que estaba escuchando. --Eso no es justo, Nathan. Tenemos una buena vida gracias a la amistad que tenemos con los Bradbury. El refunfuno. --Puedes tener una amistad. --Simplemente trabajo para ellos. --Piensan muy bien de ti. --Mientras haga un buen trabajo que les signifique una ganancia economica. No es como si cenaramos con ellos o fuesemos a su casa a tomar el te. --He cenado con ellos porque son mis amigos --replico Eden; su ira se hacia mas grande. Puede que no pertenezca al mismo estrato social, pero nunca me han hecho sentir… --No quiero discutir contigo, hoy no. Ademas, es innecesario volver a este argumento ahora que ya estas en casa. --Despues de besarla en la nariz, la dejo para que reconsiderara su comentario. Frustrada por la discusion, recogio la manta sobre la que habian comido y la doblo, intentando no condenar sus sentimientos. Sin embargo, la residencia y las personas que trabajaban ahi, habian sido muy importantes en su vida, y lo habian sido mucho antes de conocer a Nathan. Durante diez anos habia sido companera de Annabelle, la hija del Coronel James Bradbury, pero incluso antes de ser su empleada, fue su amiga de la infancia, asi como de sus hermanos, Joel y Charlie. Siempre habia pertenecido a ese grupo: caminaban por el bosque, jugueteaban en el rio, iban de caza y hacian picnics. Ella se sentia parte de la familia, aunque a veces era dificil pasar de ser la sirvienta a ser una amiga. Annabelle y Charlie eran como sus hermanos. Su mente vacilo al pensar en Joel. Se habia hecho a la idea de no pensar en el, y casi siempre lo lograba. El habia estado fuera por mucho tiempo y pertenecia a otro ambito de su vida. Una etapa en la que habia sido joven y despreocupada… Sacudio su cabeza, evitando que los recuerdos llegaran a su mente, y deseando que Nathan no hubiera mencionado a los Bradbury. Su relacion, poco comun, se remonta a su bisabuelo, Morley, quien era el jefe de guardia de la finca, una posicion que le paso a su hijo. Toda la familia de Eden habia trabajado para la finca desde que su bisabuelo era joven. Su madre habia sido la doncella de la abuela y la madre de Annabelle, y su padre habia sido su cochero. Paso su infancia jugando en los terrenos de la finca, y siendo hija unica, pudo disfrutar de una amistad muy especial con los ninos del Salon. Parecia natural seguir los pasos de su madre y convertirse en sirvienta y companera de las mujeres Bradbury. Cuando su bisabuelo se jubilo, fue premiado, por su lealtad y buen servicio a la familia Bradbury, con una pension, una casa de campo y tres acres en las tierras libres a las afueras de la finca, en lo que se conoce como Bottom Wood. Ellos, al convertirse en pequenos terratenientes, se habian ganado un lugar respetable en la aldea local. De pronto, Eden levanto la vista cuando vio que sus hijas corrian hacia ella, con Nathan caminando detras, para disculparse. Lillie le dio un pequeno ramo de flores silvestres, Eden la beso en la parte superior de su pequena cabeza. --Gracias querida. Ven, vamos, es hora de regresar a casa. Necesitas cambiarte la ropa humeda, ademas tienes cosas por hacer. ?Podemos dejarlo para despues, mama? Josephine hizo un puchero, arrastrando los pies mientras recogian la canasta y la manta. Su cabello oscuro colgaba en mechones despeinados por su espalda. --Ya te he explicado antes. Los animales tienen que ser alimentados. ?Te gustaria irte a dormir sin cenar? --Eden volteo malhumorada hacia su hija mayor, que estaba a punto de refutarla--. Haces muy poco, no como los otros ninos. Se agradecida. --No seas dura con ella, Eden --murmuro Nathan, quitandole la cesta--. Siento haberte arruinado el dia.

  • Ultima (Judith Rashleigh 3) de L.s. Hilton

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    La glamourosa e internacionalmente conocida marchante de arte Elisabeth Teerlinc sabe bastante sobre el mundo de las falsificaciones. Despues de todo, ella misma no deja de ser una falsificacion o una especie de fraude. Su verdadera identidad, Judith Rashleigh, se encuentra enterrada bajo una fina capa de mentiras. Por no mencionar la cantidad de cadaveres que se ha llevado por delante, de todos aquellos que querian entorpecer su camino.

  • La debil mental de Ariana Harwicz

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    NO VENGO DE NINGUN LADO. El mundo es una cueva, un corazon de piedra que aplasta, un vertigo plano. El mundo es una luna cortada a latigazos negros, a flechazos y escopetazos. Cuanto hay que cavar para dar con el desprecio, para hacer que mis dias ardan. Yo podria haber nacido con ojos blancos como este bosque de pinos lisos y, sin embargo, me despiertan las cenizas de un volcan sobre los treboles del jardin. Y sin embargo, mama se arranca mechones y los tira al fuego. El dia comienza, soy un bebe y mama esta sentada de espaldas en su sillon y llora. Me despierto nina, afuera las lavandas, adentro mama y sus cabellos negros entre las brasas. Hay extractos de nubes en todas partes, bajas y blancas, altas y pasajeras, oscuras e intermedias. Me invento una vida en las nubes sentada en mi clitoris. Vibro, me agito, me trato con morfina en los dedos y durante ese lapso, todo esta bien. Mi mano adentro es mil veces su cara dentro de mi, cuanto se puede poseer una cara, cuanto se puede meter una cara en el sexo. Durante ese tiempo la hierba es hierba y puedo correr entre pastizales. De las mil maneras de existir que hay, me toco esta, no reconozco a nadie y cuando me ataca la gran desesperacion, vivo en cualquier parte. Mama dejo de llorar, ya camino sola, ya hablo, ya compartimos la ropa. Quiero que el regrese contra todo pronostico, contra todo duelo, quiero que sus ojos me destierren y ver la punta de los arboles. Mi cabeza toma un giro. Mi cabeza en picada se incrusta. De pronto, tengo el tono de una muerta. La cara hinchada de una adicta en la banera. El cuerpo epico de la que va a saltar al vacio rocoso. De pronto, noto que es mediodia y los ojos azules de las liebres brillan frios y salgo a comer, pero es pasado. Me pongo a orar o es que estoy enamorada. Le pido que me escupa, que me rompa la cara de una bofetada. Me lo quedo mirando. No estoy tocada, solo poseida, siempre es la misma respuesta. Me aburro, mama. Mi cerebro son polillas en un jarro y se ahorcan. MAMA Y EL TIPO SE AGARRAN DEL CUELLO y se frotan contra el piso de cemento resbaloso. El tipo acaba en mama mirando las alturas y todo empieza. Pongamos un microscopio en mi cuerpo amorfo esta tarde de moscas lentas. Podrian colgarlo como cuadros abstractos en el salon. A esta hora aparecen arboles calientes, hojas resbaladizas, me escondo de ella. La oigo gritar. Estoy pateando en el monte, hacia donde. Por el momento hay solamente el ruido del viento sobre la cima y algunos cantos. Por el momento el misticismo dura y son hormigas en mi brazo. Si te gusta vivir en un sueno, quedate ahi, protesta, y se encierra y todo es humo sin ella. Tengo siempre este recuerdo de fiebre de la infancia en un auto calcinado. La mirada de mama de frente, mama en la nuca como un insecto de caparazon duro. La mirada de mama fumando en el sillon de cuerina roto del tren. Yo despierta en el auto cerrado, sin poder hablar, los vecinos llamando a la policia. Me muevo mansa, donde esta ahora. Me agacho a besar la tierra. Como es posible este deseo repetitivo, molesto, el primo idiota de la familia que viene a interrumpir los desayunos al sol con medialunas con membrillo y termina tirandose por el balcon. El primo profundamente retardado que se toca la nariz, diciendo, nariz. Este deseo epileptico, este deseo deforme, un discapacitado deseante y baboso al que hay que levantar entre dos y cargar como una carreta para poder coger sobre el colchon blando. Y sin embargo, no tiene otra cosa que hacer que cogerme, que desearme desde su silla. Y sin embargo, la aureola densa y transparente en el colchon, prueba que vivo. Preparo el dedo, pero pienso tanto que despues me desvanezco. La idea del deseo sobre el deseo me deja chiflada, parasita con ojeras hasta el cuello. Mama, donde te metiste, estoy fastidiada, trabaje nueve horas parada, los empleados necesitan reposo. Mama, tibio tibio, caliente se quemo. Si me viera le daria miedo, descargo un odio impresionante. Si queres quedarte en suenos, alla vos, me insulta desde su ratonera. ?POR QUE SOMOS TAN BOBAS delante de las gondolas sin saber que comer? ?Por que compramos albahaca y perejil industrial si tenemos en la huerta?, y nos reimos. Morir es una buena opcion cuando se le caen todos los frasquitos de condimentos que levantamos uno a uno como particulas de esqueletos y nos queda ajo entre los dedos. Acostarme sobre la arena, sobre la hierba corta, sobre la tierra seca. Dejar de luchar con los brazos de mama. Trato de concentrarme en el gusto de los zapalli-tos. Estan frescos, digo. Apenas los reboce, dice, sin casi nada de aceite de oliva. Mira el pasto, mira como crece por partes, que raro, hay pedazos secos, como si el sol solo hubiera dado ahi, hay partes hundidas, como pantanos. Misterio, hija, para que preguntar mas. Buen provecho. Parece que las gallinas tienen hambre, no paran de chillar. Comemos, ida y vuelta de la mano a la boca. Donde esta mi telefono mama. No esta. Dijimos que ibamos a hacerlo, lo estamos haciendo muy bien las dos, echale algo de sal. Yo tampoco pregunto por los vasos de culo gordo. Mama. El pudo haber llamado. Concentrate. Mira un punto en el espacio y sigamos cenando. Hicimos bien en comprar esta mesa rectangular, ?no? Con las sillas no fue cara, nos faltaria una sombrilla y tal vez una reposera reclinable. ?Amarillas o a rayas? Asi damos algo de color. Dicen que el color da vida. Que payasada. ?O a lunares? Miro un punto en el espacio, ?y? Nada existe. La sensacion de que se aleja es una punalada seca en el estomago. Te llenas de imagenes que son una porqueria para tu salud, ?por que mejor no te concentras en la nina alegre y tontilla que eras antes de conocerlo armando hospitales para hormigas agonizantes? No arruines esta cena, que desagradecida te vuelve, que tipa aspera. No era alegre. Cocino en vez de recalentar y ni un gracias. LEVANTAMOS LOS PLATOS entre grillos. Que suerte tengo de que no haya un hijo, un plato menos, nada de restos pegados, ninguna voz cortando la mia. Nada que me suceda cuando me arranque la cabeza de un tiron. Crece algo blanco, una niebla que nos come, alla atras, que nos envuelve, que nos arrasa en la estepa. Mi mama se acuerda riendose de cuando se le resbalo mi cuerpito todavia con el cordon violeta en sus manos, todo remite a eso, a cuchillitos bajo el agua, a anguilas. Las dos lavando los platos con detergente barato y guantes, las dos guardando los cubiertos en sus cajones con compartimentos, tenedor con tenedor nos decimos cantando, cuchara con cuchara y hacemos el pasito de baile como una tarantela. Las dos yendo a tomar una botella de pastis afuera, nada pasa. Algo minusculo basta para ser infeliz, nos pica un abejon en el codo, se rompe un vaso con el viento, o las ventanas y puertas permanecen quietas. Una hamacandose, la otra espera su turno en el banco. Las dos calientes, desde el cuero cabelludo, las dos puercas abandonadas. Dos lindas zorritas de hocico naranja. Dos alergicas. En realidad, sonando que entran dos individuos de sombrero de ala ancha por la tranquera, piden permiso y pasan a violarnos contra las sillas, contra el subibaja de madera, en la pergola, a una por atras, a la hija por delante. Contra el lavabo le meten algo a mama, un palo de beisbol del rubio, y no le gusta tanto pero se esfuerza para que vea que goza. Nada importa mientras nos miramos poseer los ojos enfrentados y negros. Nos agarran de las axilas, nos dan vuelta y nuestros pelos largos caen en cortinados tenebrosos contra el forraje. ?Queda whisky en la despensa, hija? Que bueno que haya pasado tu infancia, que alegria que todo quede tan lejos que casi no haya sido, que ya no este en esta vida ese olor a eucaliptus mojado de cuando te agarraste el dedo con la puerta automatica. Ese olor a lona caliente, a goma, a local de alquiler de bicicletas. Ese olor a garrapinada, a manzana, a azucar rosa. Desde que naciste espere este momento. ?Fuimos o no a los medanos cuando cumpliste seis? ?Haciamos equilibrio en la escollera? ?Nos tirabamos como milanesas hasta el borde aguas vivas? ?Es cierto aquel dia que escuchaste ese disparo desde la habitacion del hotel y creiste que habia sido yo? ?Dormimos todo un verano clandestinas en las carpas de los turistas, tus montoncitos de caca apilados como murallas? Esos dias dorados conteniendo el aliento agrio y llevandote a patinar, dias enteros ayudandote a hacer la vertical en la orilla, haciendote saltar en la cama elastica, lavandote la bombachita con los nudillos. Escondiendome al atardecer playero en la arena fria a vomitar tu ninez. WHISKY CON MAMA desde el azul electrico hasta la madrugada y ahora, lejos de la casa, tengo las manos cubiertas de excremento. No conocia mi olor, la capa de olor que se forma en el cuerpo con el correr de las horas sin agua. Mi lengua se distrae comiendo pasto. Chupar las tetas duras de un animal, chupar su pelaje, los dientes vestidos, o imaginar la muerte de los padres, es igual. A partir del momento en que el entro en mi cabeza, el infierno salado. Fanatico martilleo sobre mis venas. El problema del cerebro es que no consigo retenerlo, siempre avanzando entre asperezas, siempre adelante como topadora. Donde me meti, no reconozco estas mansiones y nunca pase esta curva pronunciada. Deseo degenerado. Deseo nocivo. Deseo lunatico. Ya no encuentro como volver y mama debe estar inconsciente pendiente abajo. Espero que sin los pies tallados. Y a estas altas horas las nubes son troncos y la resaca no afloja y me tiro en cualquier posicion a masturbarme, mi pelo electrizado, la piel caliente, los parpados rigidos. Mi mano dandome para despues quedar quieta como un bicho, y que nada alcance. El y yo en un descapotable. El y yo en una carretera sucia. Las tetas no deberian estar en el cuerpo despues de cierta edad. Voy a extirparlas, pensando en mi pecho, cuando sean carne gruesa. Tampoco deberia abrirse el sexo. Busco una palabra que reemplace la palabra. Busco una palabra que indique mi devocion. Esa palabra que sea el punto, la distancia, el centro exacto de mi delirio. Deberiamos ser como pequenas serpientes hasta el final y ser enterradas asi, en huecos alargados como cunetas. Ahi me levanto nerviosa, la cabeza en sangre espesa. Camino por la casa y le abro las ventanas. El viento barre los cuerpos de los insectos atrapados en el mosquitero. Alla atras guarda recipientes de agua oxidada y fosiles de todas las especies. Se lo ve como si no hubiera dormido nunca, siempre necesitando un bano, un nuevo corte de pelo, un pantalon sin orina. Y que es al fin de cuentas ese escaso placer que tomamos en la juventud de los dedos. Que es ese escaso liquido dorado cayendo, diluyendose, si despues, mas tarde, cuando por fin la encuentro con el vaso de culo gordo batiendo el hielito y pidiendole al mozo una ronda mas, estamos con mama sentadas en la mesa del jardin con una fuente de caldo y dos cucharas. Que es ese deseo restante, hundido, mientras bebemos la sopa y el vapor nos da en la cara, y ya no queda nada, pero nada.

  • Todo un verano sin Facebook de Romain Puertolas

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  • La Oficina de Estanques y Jardines de Didier Decoin

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    <>
    Marianne Payot, L’Express

  • Con solo tocarte de Victoria Dahl

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  • El rey del hampa de Marcia Cotlan

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    Paddy entro en El tuerto Joe, la taberna mas famosa del puerto, y se dirigio a la mesa del fondo, donde un hombre alto, vestido de negro y con gesto taciturno, fumaba un cigarro y bebia whisky. El local olia ligeramente a vinagre y la madera del suelo crujia con cada paso. --Acabamos de hablar con Robert Penrose, jefe. Dice que hay unas cuantas partidas de naipes importantes a la vista y que podra reunir el dinero. Pide un par de semanas mas y pagara los intereses por el retraso. --Paddy era un hombreton robusto, aunque no demasiado alto. Su poblada barba pelirroja ponia de manifiesto su origen irlandes. Cuando estaban en publico, siempre llamaba jefe a su amigo, pero en privado utilizaba su apellido: Raven. --?Le ensenaste a ese cabron estirado lo que ocurre cuando no me pagan a tiempo? --Los ojos del hombre eran dos brasas. Tan oscuro estaba el local que cada vez que daba una calada al cigarro, se le iluminaba brevemente el rostro haciendolo parecer un demonio. No prestaba demasiada atencion a Paddy. Estaba mirando a la tabernera que, a su vez, se lo estaba comiendo con los ojos. Su voz profunda y varonil habia hecho que la mujer se estremeciera. --Claro, jefe --respondio Paddy, frotandose un puno y sonriendo--. Le hemos dado lo suyo. --De acuerdo, entonces. Dale esas dos semanas de plazo. Si despues no paga… --No pagara, jefe --se atrevio a interrumpirlo Paddy--. Ese bastardo de Penrose cree que podra ganar haciendo trampas, pero lo que no sabe es que Malone jugara con el, y no hay tramposo que se le escape a Malone. --Raven miro a Paddy pensativo. --Tendremos que ayudarlo entonces. Hay que asustarlo lo suficiente como para que se concentre. Si se juega algo que le duela mas que su propia vida, tal vez se convierta en un mejor tramposo. Dicen que los aristocratas dan mucha importancia a eso del honor. --Dio una calada al cigarro y sus ojos relumbraron en la oscuridad de la taberna--. Debe de tener una esposa, quizas no la ame, pero hara lo que sea para que no se sepa que la secuestraron. Su honor quedaria manchado para siempre. Traela, eso le hara saber que vamos en serio. Paddy asintio. Raven se levanto, con el cigarro aun entre los labios, y se dirigio a la tabernera. Ella le sonreia con ojos lujuriosos. Casi de forma inconsciente, la mujer se atuso el cabello ligeramente despeinado y se paso la lengua por los labios. --?Como te llamas? --le pregunto el, que acaba de comprar la taberna y aun no conocia a sus empleados. --Millisent, mi rey --le dijo la joven, melosa, mientras contenia la respiracion para elevar su ya de por si abundante busto. --?Soy tu rey? --le pregunto con la voz fria, casi indiferente. --Por supuesto, Raven --respondio ella como si ya lo conociese--, sois mi rey y el rey de todos nosotros. El rey del hampa --le dijo; el torcio la boca en lo que podria haber sido considerado como una sonrisa, aunque no era mas que una mueca. --Ven --le dijo a la tabernera. Ella salio de detras de la barra. El le puso la mano al final de la espalda, casi en el trasero, y la empujo delicadamente escaleras arriba. Cuando habia llegado al primer piso y ya estaba fuera del alcance de la vista de Paddy, dijo en voz elevada, pero sin llegar a gritar--: Paddy, trata bien a la esposa de Penrose. Ella no es culpable de haberse casado con un maldito hijo de perra tramposo. El hombre vestido de negro era, efectivamente, el rey del hampa. Tenia veintiseis anos y la dureza de su gesto demostraba todo lo que habia tenido que pasar hasta llegar a su posicion actual. Nadie controla a los maleantes de Londres si no tiene mano de hierro. Lo apodaban El Cuervo. Si le preguntabas a alguien el motivo de tal apodo, te decia que se debia a que siempre vestia de negro o a que, cuando aparecia en persona para ver a alguien, nunca traia buenas noticias. Pero en realidad el mismo se habia hecho llamar El Cuervo debido a su apellido: Raven. William Raven, ese era su nombre, pero casi nadie lo sabia ni lo habia utilizado nunca. Solo su madre, cuando era nino, lo llamaba Billy. Margaret Raven, su madre, habia sido prostituta. William era hijo de alguno de sus clientes, ella nunca supo decir de cual, porque era una moza atractiva y bastante solicitada en el burdel en el que trabajaba. Recordaba de su madre las caricias y los besos, la sensacion de amparo que suponia dormirse entre sus brazos. Esas sensaciones habian durado poco, ya que ella comenzo a escupir sangre un invierno y habia muerto antes de llegar la primavera. Raven tenia ocho anos y tras su muerte empezo a vivir en la calle, a robar para poder comer, a imponerse al resto de muchachos para que ellos no se impusieran a el. Su constitucion fuerte y su altura le hicieron un gran favor: era facil infundir miedo con tal envergadura corporal. Media mas de un metro noventa, sus hombros eran anchos y los musculos de su cuerpo parecian esculpidos a cincel. Incluso vestido de negro y con el gesto constantemente tenso (ceno fruncido y boca apretada) era un hombre tan atractivo que cortaba la respiracion. <>, solia decir cuando alguien le pedia mas tiempo para pagar una deuda o imploraba su perdon tras intentar traicionarlo. Y ciertamente no lo era. Habia hecho lo que habia tenido que hacer para llegar donde estaba: robar, golpear y asesinar. Solo por eso seguia vivo, porque cuando habian querido robarle, golpearlo o matarlo, el habia sido mas rapido. En eso consistia la supervivencia. Tambien seguia vivo porque habia sabido rodearse de amigos leales: Paddy y Alistair eran sus inseparables. Pero al igual que su dureza y crueldad eran legendarias en los bajos fondos londinenses, tambien era famosa su extrema amabilidad con las prostitutas, que tanto le recordaban a su madre. Nadie habia vuelto a golpear a una prostituta desde que el mandaba en los bajos fondos. Pero tampoco les permitia a ellas burlarse de el. Lo temian tanto como lo deseaban y jamas se hubiesen atrevido a traicionarlo. Todas, sin excepcion, esperaban ser las elegidas de Raven, que un dia entrase en uno de los burdeles y subiera con ellas a los cuartos. Pero Raven nunca se acostaba con prostitutas, precisamente porque le recordaban a su madre. Y como los hijos de ellas le recordaban a si mismo, no habia nadie mas generosos que el con aquellos chiquillos. Con todos los chiquillos de los bajos fondos, en realidad. <>, le decia Alistair lleno de orgullo. Alistair era la voz de la conciencia de Raven y aunque era un incordio soportar a veces sus sermones, el rey del hampa siempre lo escuchaba para no perder demasiado el contacto con la realidad. Raven era un hombre cruel, tenia que serlo, pero queria que alguien le marcase los limites de tal crueldad y no habia nadie como Alistair para ese cometido. *** Rosalind Penrose habia llegado puntual a la cita, como era su costumbre. El anciano senor Havisham la hizo pasar a su despacho. Era pequeno y oscuro, y los muebles tenian muchos anos y demasiado uso. --?Tiene algo para mi, senor? --le pregunto la joven, ansiosa. --Me temo que no, milady. La mayoria de las familias piden institutrices con experiencia y por muy buenas que sean mis palabras sobre vos, cuando se enteran de que nunca antes habeis trabajado, os desechan. Lo siento. --Y realmente lo sentia. Aquella joven dama le parecia muy agradable y necesitada de trabajo. Era una lastima que una muchacha asi se viese obligada a trabajar por culpa de un hermano calavera que habia dilapidado la fortuna familiar en las mesas de juego. Queria ayudarla de verdad. Fue entonces cuando penso en su cunado--. Aunque quizas haya algo… Si no os importa viajar, claro. --Expliquese, por favor --rogo ella con un brillo de esperanza en los ojos. --Mi cunado Arthur ha hecho una considerable fortuna con un negocio de maderas, pero como usted bien sabra, no todo en esta vida lo puede comprar el dinero. No compra, por ejemplo, la clase. Mi cunado quiere contratar a alguien que eduque a sus dos hijas y que les de a el y a mi hermana algunas lecciones de como comportarse, pero en Nueva York no encuentra a nadie dispuesto a ello. Las institutrices mas cualificadas consideran que trabajar para una familia como la de mi hermano es rebajarse. --?Nueva York? --pregunto ella decepcionada, a pesar de que deseaba desde hacia tiempo conocer la ciudad, pero no era el momento adecuado--. Me temo que no puedo irme tan lejos, senor Havisham. Mi hermano… --Perdonad que os interrumpa, milady, y perdonad por lo que voy a deciros, pero vuestro hermano no es digno de que sigais sufriendo por el. Si no os alejais, acabara arrastrandoos en su caida --le dijo con sinceridad el anciano. --Lo se, senor Havisham, pero, aun asi… --Ella habia bajado la mirada y la tenia fija ahora en la gastada alfombra del despacho. Parecia consternada. --Hagamos una cosa. Os lo pensais, y si no tengo noticias vuestras en una semana, eso me indicara que no aceptais la propuesta. Teneis siete dias para pensarlo. --De acuerdo --dijo ella, aun con el animo decaido. Se levanto de la silla raida y se dirigio a la puerta--. Buenas tardes y muchas gracias

  • Es mi vida de Fortunata Barrios

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    Antes que el amor romantico, y tanto como el sexo, la amistad puede ser el vinculo mas incombustible entre los seres humanos. Amalia y Vero se rencuentran tras decadas sin verse, y acuerdan un intercambio electronico. ?Que se escriben dos antiguas companeras de colegio cuya amistad quedo interrumpida por una circunstancia adversa?

  • La suerte es nuestra de Ana Martin Manas

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    <> es una palabra de solo seis letras, pero cabe tanto dentro de ella que, a veces, hasta asusta. Segun la RAE, significa experimentar sensaciones producidas por causas externas o internas. Cuando yo pienso en el verbo sentir me lo imagino como una uve enorme. Es estar en lo mas alto, caer de golpe hasta casi tocar el suelo para despues volver a resurgir y dejarte envolver por todas esas sensaciones que estallan en ti. Esta noche, la uve parece mas un guion plano, soso y sin subidas y bajadas excitantes. Unas horas antes... Abro la puerta de casa de un tiron y lo que me encuentro es a Marc con cara de perrito triste. --Siento llegar tarde. --La cosa no pinta bien esta noche, tenemos bajas, pasa. Y no se para que te disculpas, ya cuento con que vas a llegar tarde siempre. --Que poca fe tienes en mi --dice mientras pasa por mi lado y deja un beso en mi mejilla--. Bueno, me imagino que Sara y Evan no estan para fiestas, y Gabriel y Ada se quedan con el peque. ?Hugo y Carla? ?Edgar? --Espera, me acaba de llegar un mensaje de Carla. --Lo leo y suspiro haciendo pucheros--. Algo le ha sentado mal y dice que esta noche dormira abrazada a la taza del vater. --Mmm, pues Hugo estara cuidando de ella, me imagino. --Asi es... y Edgar me ha dicho que ya tenia plan. --Pues salimos tu y yo, anda que el problema... Antes de que se arrepienta, me pongo el abrigo --estamos en febrero y hace un frio que pela--, cojo mi bolso y lo arrastro hacia la calle. Llegamos a la discoteca, y no es que sea muy acogedora, pero la musica es buena y el ambiente tambien. Nadie lo puede negar, Marc es muy divertido y se anima a la primera de cambio. Siempre tiene una sonrisa plantada en la cara, es imposible que no te contagie su alegria vital. Ademas, el condenado baila muy bien. Suena una cancion de rock que le gusta y empieza a saltar fuera de si. Yo le sigo el rollo y nos ponemos a darlo todo hasta que nos dan casi las tres de la madrugada. Tras muchas risas y algo de alcohol, no se como, acabamos hablando de nuestras intimidades. Marc es asi, se puede hablar con el de cualquier cosa y sabes que no te va a juzgar. O, al menos, lo va a hacer como un amigo de verdad. --?Cuanto hace de la ultima vez? --?La ultima vez que me enrolle con un tio? --Miro al techo, pensativa--. Hara como un mes. ?Y tu, Marc? Que ya nos conocemos. --La semana pasada --dice orgulloso. --!Cabron! --Le doy un codazo de broma. --Los hay con suerte. --Me das un poco de envidia, pero es que solo me cruzo con capullos. Veo un tio que me parece guapo, me acerco, pero es que en cuanto abre la boca tengo que salir por patas. ?No puedo cruzarme con alguno decente de vez en cuando? A ver, tu eres normal. Si no me conocieras, ?nos iriamos a la cama esta noche? --Lo miro fijamente, el tira la cabeza hacia atras y suelta una carcajada. --Joder, vaya pregunta, Mir. ?En serio quieres que te conteste? --me dice cuando para de reir. --Va, no te cortes. ?Crees que estoy buena? --?Quieres la version <> o la version <>? --Quiero la version hombre adulto que sabe lo que quiere -- contesto seria, sin apartar mi mirada de la suya. --Que intensita estas hoy. --Se acerca a mi oido y, entonces, sigue hablando, tan cerca de mi oreja que puedo sentir como su aliento me acaricia--. Eres jodidamente sexi, tu cuerpo tiene unas curvas de infarto que cualquiera querria recorrer con su lengua y tu culo es perfecto. Si no fueras mi amiga, ahora mismo estaria suplicandote que me dejaras meterme entre tus piernas durante lo que queda de noche y, despues, una vez mas. Despacio, doy un paso atras. Se que mis ojos estan abiertos como platos mientras miro a Marc, que por una fraccion de segundo me observa serio, pero solo dura eso, ni un segundo, y entonces una sonrisa socarrona se extiende por su cara. A mi me entra la risa y ambos estallamos en carcajadas mientras nos doblamos por la mitad. Me acerco a el y le rodeo con un brazo la cintura para acercarlo y poder hablarle. --Eres un cabron. Me has puesto muy muy cachonda, ahora, si o si, voy a tener que buscarme un ligue para esta noche --le digo mientras el sigue riendo. Su brazo rodea mis hombros y me aprieta un poco para llamar mi atencion antes de hablar. --Creo que ya lo has encontrado. Lo miro confusa y el me senala con la cabeza hacia el otro lado de la pista. Me giro hacia alli y veo a un tipo que me mira sin disimular. --Lleva bastante rato observandote. --Oye, pues es bastante mono --le digo y me separo de el--. ?Que tal estoy? --Me aliso el vestido y doy una vuelta. Me mira durante unos segundos de arriba abajo con los ojos entrecerrados y la mano rascando su menton antes de contestar. --Explosiva. --!Genial! ?Sabias que me flipan las chupas de cuero? --Le guino un ojo y me doy la vuelta para ir a encontrarme con el bombon al otro lado de la pista. --Y no es por las motos, ?verdad? --grita Marc cuando me he alejado un par de pasos. --Es por Grease --le contesto por encima del hombro antes de seguir avanzando hacia mi objetivo. Al final, el tipo resulta ser un poco serio, pero besa bien. Bailamos algunas canciones, nos tomamos una copa hablando de todo y nada, cerca de la barra, y antes de darme cuenta, me esta preguntando si nos vamos a su casa. Acepto y le pido que me espere mientras aviso a mi amigo de que me voy. Cuando establezco contacto visual con Marc, veo que esta rodeado de mas gente. Desde lejos me pregunta con senas que tal ha ido. Le respondo con un gesto afirmativo y el sonrie. Entonces, hace otra senal empujando sus caderas hacia delante, para decirme si va a haber tema esta noche. <>, pienso, y asiento con mi cara mas perversa. Dejamos los gestitos y nos acercamos a un punto intermedio. --Enhorabuena, a ver si te da un buen meneo --me dice al encontrarnos. --Pinta bien, pero ya veremos. Oye, una cosa, cuando salgo con las chicas, siempre les envio la ubicacion cuando voy a casa de un tio. Mas que nada por si es un psicopata o un secuestrador, ?sabes? --Claro, pasamela cuando llegues alli. Cualquier cosa rara, me llamas. --Gracias, Marc. Lamento tener que dejarte, pero tu no estas del todo mal acompanado y yo necesito echar un polvo. --No te preocupes por mi, igual no eres la unica que se lo pasa bien esta noche. --!Suerte! --Le guino un ojo. --Ve, que tu amigo ya esta ahi, esperandote. --Hasta luego, bomberito --le digo mientras le doy un abrazo rapido. --Cuidate y pasalo bien. Nada mas entrar en casa del tipo, el coloca su mano en mi nuca y me atrae hacia su cuerpo. Nos besamos con ganas. Nuestras lenguas juegan entre si y sus manos empiezan a recorrer mi silueta para deshacerse de mi ropa. --Tranquilo, puedo hacerlo yo sola --le digo al ver que no acaba de acertar con la cremallera del vestido. Asiente y empieza a besarme el cuello mientras vamos dejando ropa tirada por el camino hasta que llegamos a su dormitorio. Me gusta como besa, asi que intuyo que lo que va a venir a continuacion solo puede ser bueno. Me acerco mas a el para sentir su cuerpo y dejo un reguero de mordisquitos en su cuello, provocandole un leve gemido de placer. Bajo mi mano hasta su entrepierna y puedo notar que lo acabo de poner a cien, porque, acto seguido, me empuja hacia la cama. Nos desprendemos de la ropa interior y veo que me mira avido. Yo sonrio, con la expectativa de que lo que puede venir a continuacion tiene que ver con su lengua, porque se coloca de rodillas sobre el colchon. Pero, claro, ya me extranaba a mi que todo fuera tan perfecto. Cuando me quiero dar cuenta, esta colocandose un preservativo. --Espera, ?no vas un poco rapido? --suelto sin pensarmelo dos veces. --?No quieres hacerlo? --Si, si quiero, pero... --?Entonces? <>. Pero eso, obviamente, no lo digo en voz alta. Me enderezo para besarlo de nuevo y es entonces cuando le cojo una de sus manos y la llevo hasta mi clitoris. El empieza a mover sus dedos, rapido y sin apenas mirarme. Por descontado, por mas que trato de concentrarme, no consigo sentir nada. O, al menos, nada agradable, porque mueve su mano como si estuviese completando una mision en algun videojuego; a la velocidad del rayo y, para mi desgracia, con nula destreza. <>. Decido que tengo que parar esto cuanto antes, asi que intento otra cosa que pueda excitarme. Coloco mi mano sobre la suya y empiezo a guiarlo sobre mi clitoris. Con la otra, agarro su pelo y lo acerco a mi cuello, indicandole lo que quiero que haga. Mi companero de cama, sin embargo, tiene bastante prisa y, en pocos minutos, se coloca sobre mi de nuevo y acopla sus caderas a las mias. Al principio no esta nada mal, se mueve decidido. Con cada uno de sus envites mi cuerpo se levanta un poco del colchon y una sensacion conocida empieza a serpentear por mi cuerpo. Me emociono y me dejo llevar. Pero la sensacion de <> se desinfla cada vez mas y, cuando me doy cuenta, oigo un grunido seco, y el tipo --Angel, ha dicho que se llama-- se desploma a mi lado. --Ha estado muy bien, Miranda --suelta con un hilo de voz tras un largo suspiro. <>. --Igual podriamos hacer otra cosa --propongo con mi mejor cara de nina buena--. Pero antes, voy un segundo al bano. El asiente y lo pierdo de vista por un momento cuando accedo al lavabo para asearme un poco. <>, pienso mientras vuelvo a la habitacion. Cuando me acerco a la cama, recibo mi respuesta en forma de sonoro ronquido. --!Joder! Pues vaya plan... --susurro. Seguramente, ahora mismo debo de tener cara de idiota mientras miro el techo de la habitacion de este tio. Estoy a punto de levantarme cuando pienso que primero echare una cabezadita; hace mucho frio en la calle y ahora mismo no me apetece salir. Pongo la alarma muy temprano en el movil y cierro los ojos mientras suspiro y espero a que me entre el sueno. Con lo bien que me hubiera ido un orgasmo para dormir a gusto. Cuando ya he dado como doscientas vueltas, intentando encontrar la posicion correcta para dormir, oigo unas voces amortiguadas. Debe de ser la companera de Angel, antes me ha explicado que compartia piso. Oigo que entra en la habitacion de al lado cerrando de un portazo y, despues, un golpe sordo y un jadeo. !Joder! Alguien la ha empotrado contra la puerta. Que suerte tienen algunas. Ella si ha sabido elegir. El rato pasa y un sinfin de gemidos, golpeteos de la cama contra la pared y demas sonidos llegan hasta mi. <>. No puedo dormir y, ademas, me estoy poniendo muy tontorrona mientras escucho a esos dos follar. ?Quedaria muy mal si pido unirme a la fiesta? Si, creo que si. Escondo la cabeza bajo la almohada e intento dormirme. *** La alarma del movil me despierta. La apago, echo una mirada rapida al lado y veo que Angel sigue dormido. Recojo mis bragas y mi sujetador y me los pongo antes de abandonar la habitacion. Cuando salgo, visualizo algunas de mis cosas en el suelo del comedor y avanzo hasta que... lo veo. Me refiero al hombre al que he escuchado darlo todo al otro lado de la pared. Esta de espaldas, en calzoncillos, y haciendo el desayuno en la cocina americana. Joder, te folla como Dios y despues te lleva el desayuno a la cama, eso si que es nivel para un ligue de una noche. --?Quieres un zumo? Estoy haciendo unas tostadas --pregunta sin darse la vuelta. Su voz suena ronca por el sueno o, mas bien, por la falta de el. Por mi mente pasan mil expresiones por minuto y ninguna de ellas es apta para menores de dieciocho. Este tio debe de ser deportista o algo, porque menuda espalda. Dios santo, madre del amor hermoso, virgen de las angustias, pecadores benditos. Fijo que tiene la uve de los oblicuos marcada. <>. Cojo uno de los vasos que hay preparados en la isla mientras, en mi cabeza, estoy imaginando como sera por delante. Entonces, se da la vuelta. Y eso que veo si que es una UVE de vertigo como Dios manda. Pero subo la mirada y... --!!Marc!! --Escupo el zumo de la impresion. Para ser mas exactos, lo escupo encima de su pecho. --!!Miranda!! ?Que cono haces aqui? --grita el, casi tan sorprendido como yo, mientras se seca con un trapo. --Podria decir lo mismo de ti. --?Deberia taparme? Ahora que se que es Marc, no se si es muy buena idea estar en ropa interior delante de el. Bah, demasiado tarde. En ese momento, el acaba de limpiarse el pecho y veo que me observa. Recorre mi cuerpo con la mirada. Empieza por la punta de los dedos de mis pies y sube muy lentamente, mucho, tanto que me pone un poco nerviosa y trago saliva con dificultad. Algo raro en mi, pero es que me esta dando un buen repaso. Cuando por fin nuestros ojos se encuentran, durante una decima de segundo, los suyos parecen nublados por algun motivo, pero rapidamente parpadea y habla de nuevo: --Madre mia, que casualidad encontrarnos aqui. Pero ?fue bien? Me enviaste un mensaje con la ubicacion y un triste ok y no sabia si tenia algo mas que descifrar de eso. No pense en abrir y mirar la ubicacion a no ser que me necesitaras, si no, hubiera sabido que estabas aqui. --Mejor no hablemos, Marc, tengo que salir de aqui antes de que se despierte ese tio. --Eso suena a polvo frustrado... --Estoy segura de que tu no puedes decir lo mismo, porque, joder, nene, cortate un pelin, que se habra enterado todo el vecindario de tus tres rounds sexuales. --Joder, Mir, ?me has escuchado? --Yo y estoy segura de que algunos mas --me burlo un poco y el bromea dandome un codazo--. !Mierda, mierda! --Digo en voz baja al ver que Angel sale de la habitacion. Paso al otro lado de la isla y me agacho para ocultarme de el. Marc esta justo delante de mi, tratando de disimular. --?Una tostada? --suelta Marc a modo de saludo para Angel. --No, gracias. Tengo que irme al hospital, me acaban de llamar para hacer una guardia. --Vaya, que te sea leve. --Si todavia esta aqui la pelirroja, dile que la llamare. --Vale. --La tengo loca. --?Tu no tenias prisa? --contesta Marc, que acaba de poner los ojos en blanco tras su comentario. --Venga, hasta luego. --Gilipollas --decimos Marc y yo al unisono cuando ya no puede oirnos. --Ya puedes salir --me dice Marc, cuando se oye la puerta de entrada cerrarse. --Yo solo te pido que la proxima vez procures no ponerme el paquete en toda la cara. --Solo estaba tratando de que no te viera. --!?Que cono estais haciendo?! ?En serio? ?Te lo haces conmigo y luego con ella en mi puta cara? --vocifera alguien por detras de Marc. --!No es lo que estas pensando! --se defiende el. --Si, claro, ?y me explicas que esta haciendo esta chica de rodillas a la altura de tu polla? !Capullo! --Calmate, es solo un malentendido --habla Marc en tono conciliador. --Y tu no puedes ser mas guarra, ?no? --Esta vez, la chica se dirige a mi--. ?Follaste anoche con mi companero de piso y ahora te quieres tirar a mi chico? --A cualquier cosa le llaman follar... Mira, guapa, yo me acuesto con quien me da la real gana --suelto al verme insultada. --?Por que le hablas asi? No te ha hecho nada, y no alucines, que no soy tu chico. Lo de anoche estuvo de puta madre, pero ya esta, creia que habia quedado claro --le dice Marc. --Pero ?como puedes...? !Largo de mi casa! !Fuera! Nos empuja de malas maneras y nos echa, literalmente, del piso. Marc coge al vuelo su ropa, que estaba apoyada en el brazo del sofa, y yo logro coger mi bolso antes de cruzar la puerta. --!Eh, eh! Pero dame el resto de mi ropa --grito, dando golpes en la puerta. --Por favor, Alejandra, te juro que has malinterpretado la situacion --vuelve a justificarse Marc, a ver si nos da la ropa que nos falta. --Ese vestido era mi favorito y el que mejor me quedaba. --Hago pucheros. --Doy fe de ello --dice en tono de broma Marc mientras se pone los pantalones. --!Marc! --Le suelto un manotazo. En el rellano del edificio y en bragas, lo miro sin saber muy bien si reirme o llorar. Cuando nuestras miradas se cruzan, estallamos en carcajadas porque la situacion no puede ser mas surrealista. --?Y ahora que hacemos? --?Pedimos un taxi? --sugiere. --Estoy en bragas y sujetador. --Toma, ponte mi camiseta. --?Y si llamamos a alguien de confianza y le pedimos que nos traiga algo de ropa? --propongo. --Buena idea, seguro que Evan estara despierto, suele salir a correr temprano. --Dale. Marc saca su movil del bolsillo del pantalon y empieza a llamar. --Tio, necesito que me hagas un favor. --... --Si, si, ya se que esto te recuerda a algo. Te debo una, pero, por favor, ven a buscar a este pobre infeliz. Te mando la ubicacion. Ah, y traete algo de ropa, por favor. Los pantalones mas pequenos que tengas y un par de sudaderas. --... --Mejor no hagas preguntas. *** Evan aparece en menos de quince minutos y, cuando nos ve juntos, medio en cueros, tiritando de frio y andando con el mayor de los sigilos, se descojona en nuestra cara. --Pero ?que...? Me teneis que explicar esto o sacare mis propias conclusiones y sera mucho peor --dice Evan--. Teneis ropa en el asiento de atras. --Gracias, Evan, Dios te lo pague con lo que sea que te haga feliz en esta vida --le digo mientras me contorsiono en el asiento de atras para ponerme los pantalones. --Pero ?me vais a contar que haceis en pelotas en la otra punta de Barcelona? --Pues no te lo vas a creer... --empieza a explicarle Marc.

  • Nuestros comienzos en la vida de Patrick Modiano

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    Despues de un prolongado silencio tras ser galardonado con el Premio Nobel, Patrick Modiano regresa a las librerias por partida doble con dos libros breves: la novela Recuerdos durmientes y esta obra de teatro, Nuestros comienzos en la vida, que no es la primera incursion en el genero del escritor pero si la mas ambiciosa.

  • Mi error fue no ser yo misma. Parte 2 de Moruena Estringana

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    Allison Wharhol es una joven muy hermosa perseguida constantemente por la prensa y admirada por todos. Ella eligio esta vida para salvar a su padre de la ruina y poder hacer realidad el sueno de su progenitor, pero, a ella, esta situacion le ha costado la libertad.

  • Tiempo extrano de Joe Hill

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    En Tiempo extrano, “uno de los mejores escritores norteamericanos de terror” (Time), que va “mas alla de los convencionalismos del genero hasta un nuevo extremo” (The New York Times), expone con sutileza la oscuridad que se oculta bajo la superficie de la vida cotidiana a traves de cuatro espeluznantes e imaginativas novelas cortas. “Instantanea” es la perturbadora historia de un adolescente de Silicon Valley que se descubre amenazado por el dueno de una camara Polaroid capaz de borrar los recuerdos con cada foto que hace.

  • Las ansias carnivoras de la nada de Alejandro Jodorowsky

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    <> Alejandro Jodorowsky

  • En un beso la vida, Isabel C. Acuna de Isabel Cristina Acuna C

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  • El soborno de John Grisham

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    El juez mas corrupto de la historia, la mafia y una joven investigadora con un informante secreto en el impresionante nuevo thriller del autor favorito de America: John Grisham.

  • Londres, Berlin, Washington (Todo es posible 3) de Audrey Carlan

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    <> Parker Ellis es el CEO de International Guy Inc. y su trabajo consiste en asesorar a la gente mas rica del mundo sobre la vida y sobre el amor, aunque a veces no pueda evitar que salte la chispa entre el y sus clientas. Sabe que hay todo un mundo alli fuera esperandole, pero lo que no sabe es que quiza tambien se
    cruce con alguien que le acabe robando el corazon.

  • Efecto Frida de Susana M. Vidal

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    Susana M. Vidal se ha dedicado a investigar la influencia de Frida Kahlo en la cultura popular, arte, moda y movimiento feminista. Fruto de ese trabajo, vio la luz Frida Kahlo: Fashion as the Art of Being, de 2016. A raiz de su publicacion, la autora ha sido reclamada por importantes instituciones para dar conferencias en las que la singular artista mexicana es presentada como un ejemplo vital.

  • La ultima milla (Amos Decker 2) de David Baldacci

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    La ultima milla es la segunda novela de la serie policiaca best seller de The New York Timesprotagonizada por Amos Decker que David Baldacci inicio con Memoria total.

  • La identidad oculta de Dylan (Amar a un multimillonario 2) de Towanda Richardson

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    Dylan lleva demasiado tiempo siendo alguien que no quiere ser. Que no merece ser. Lleva demasiado tiempo con el peso de la culpabilidad sobre sus hombros, y ya no sabe que mas hacer para solucionarlo. Hasta que decide romper con todo e iniciar una nueva vida en la que ni sus errores del pasado, ni el dolor que provoco ni su fortuna familiar sean un lastre para ser feliz.

  • En un cafe de Mary Lavin

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    Pocos han oido hablar de Mary Lavin, pues no contabamos con traducciones de su obra en nuestra lengua; sin embargo, a partir de ahora, estamos convencidos de que estos magnificos relatos formaran parte del imaginario de muchos lectores. Si, un descubrimiento, uno de esos libros miticos que llamamos clasico contemporaneo. ?Los escenarios? La Irlanda verde, campestre y tan atractiva como dura, y la Irlanda de las ciudades oscuras y grises --en ocasiones recreada, revivida, desde Estados Unidos--, la de la memoria y el deseo de tantos jovenes expatriados, de tantas viudas. Un libro a la altura del <> de Joyce en muchos momentos. En la senda de Chejov unas veces, de Katherine Mansfield otras --y anticipando la obra de Edna O'Brien--, los relatos de Lavin sorprenderan y cautivaran a los lectores en espanol, y les mostraran tambien el poder que encierra un <> cuento, lo formidable y evocador que puede llegar a ser ese <> antiquisimo e inigualable... Una de las certezas que tenemos al leer esta reunion de historias es que, todas juntas, forman casi una cosmogonia, la novela de una vida, de una familia, de un pais. Y pese a estar muy arraigadas en la sociedad irlandesa de su tiempo, trascienden la epoca y el lugar, pues se ocupan de temas centrales, y desde perspectivas por las que no pasa el tiempo: el amor, el desamor, la familia, la maternidad, la emigracion, los tabus...

  • La gitana de Arwen Grey

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    John Pickery casi sentia la musica como una parte mas de si mismo. Los tambores batian al ritmo de su corazon y las guitarras hacian que su sangre se acelerase. A esas alturas, conocia el programa de la compania de variedades de memoria. Podia recitar los numeros de inicio a fin y podria anunciarlos incluso mejor que el propio presentador, que abusaba del polvo y del colorete de un modo indecente, por no decir que usaba una talla de corse mas pequena de lo que deberia, haciendo que una doble capa de carne asomara entre la cinturilla de su pantalon y su colorido chaleco. Abria el espectaculo la soprano que desafinaba al llegar a los agudos y parecia que se le iban a saltar los ojos de las cuencas por culpa del esfuerzo. Habia pasado su primera y hasta su segunda juventud y ni siquiera el maquillaje podia disimularlo. Aunque, no podia negarlo, infundia cierta ternura por su intensidad dramatica. Luego venian las gemelas bailarinas. Tenian talento y eran muy hermosas y sensuales. Cuando su numero acababa, la mitad de los caballeros se levantaban de sus asientos y acudian con flores y regalos a visitarlas. Y de paso el patio de butacas se aligeraba de los aromas de sus perfumes pesados, y el lo agradecia. En tercer lugar, un malabarista borracho ejercia sus labores como podia. Perdia sus mazas, sus bolas, maldecia, pero a la gente le gustaba precisamente por eso, a juzgar por los aplausos que recibia. Y entonces salia ella. Un rasgueo de guitarra anunciaba su salida. La voz del presentador, un poco ahogada por el apretado corse, trataba de dar emocion al momento: --Y ahora, lo que todos ustedes han venido a ver. La hermosa, fascinante, el hada que les embrujara sin necesidad de usar una varita. --Estas palabras siempre eran recibidas por unas risas soeces, aunque John no dudaba ni por un segundo de que esa era la intencion del presentador, porque jamas cambiaba su discurso--... Recien llegada de la calida Espana, con el fuego del sol todavia en las venas: Dolores, la Gitana Hechicera. El cartel que habia visto hacia ya varias semanas mientras paseaba con Cecil no le hacia justicia. Y no solo porque era imposible que ningun artista fuera capaz de captar todo el magnetismo que esa mujer desprendia, sin necesidad siquiera de mover una pestana. Un aplauso cerrado amenazo con derrumbar el Teatro Real de Bath cuando ella aparecio en el escenario. Iba descalza y llevaba un vestido rojo y extravagante, lleno de volantes, fabricado en una tela vaporosa y de textura transparente a contraluz, que parecia flotar a su alrededor, dejando sus tobillos, parte de sus pantorrillas, sus brazos, su cuello y sus hombros a la vista. Tanta piel desnuda, un poco tostada, aunque no tanto como cuando la habia conocido en Espana, hacia que todos los hombres a su alrededor gritaran como una jauria salvaje. La gitana llevaba las munecas adornadas con pulseras, y un sonido como de cascabeles la acompanaba a cada paso. Su melena oscura caia sobre su espalda y sus hombros como un velo. Una especie de grunido animal partio de su vecino de butaca, como si fuera un perro de caza que acababa de vislumbrar a su presa. John lo miro con desprecio, aunque se gano por ello una risa todavia mas soez. La musica empezo a sonar, ritmica y machacona, aunque ella todavia no se habia movido. No lo necesitaba para aduenarse de todos los que quedaban en el patio de butacas, que esperaban con el alma en vilo. Algunos de los admiradores de las hermanas bailarinas habian regresado y no volverian a marcharse. Cada dia se quedaban mas, a medida que la fama de Lola se extendia por la ciudad. Y entonces uno de los pies de la gitana se movio. Empezo a girar sobre si mismo, sin apenas despegarse del suelo. Los ojos de John, y los de todos los presentes, quedaron atrapados por aquel simple apendice en movimiento. Era hipnotico. Era magico. Era sensual y electrizante. Justo cuando todos pensaban que no podrian resistirlo mas, una de sus manos empezo a girar tambien. El sonido de cascabeles inundo el teatro. Y la sangre de John se acelero al ritmo de la musica. A John se le escapo un suspiro y supo que nada habia cambiado en seis anos. Sin duda, seguia amandola como un total idiota. [?][?][?] La marea de tipos con flores, bombones y paquetes sospechosos habia ido desapareciendo poco a poco. Uno a uno, habian ido pasando tras la puerta de Lola, y el lo habia soportado con una paciencia desconocida para el. De pronto, el pasillo estaba vacio. Solo quedaba el. Y ante el, la puerta cerrada con un cartel en el que estaba escrito el nombre de la nueva estrella del teatro, y casi diria que de la ciudad, con una letra torpe y con unas faltas de ortografia atroces. Dolares, la Gitana Hechizora. Sus ojos de editor se achicaron al ver aquello, aunque se contuvo como pudo para no sacar una pluma para corregirlo. Al fin y al cabo, habia cosas mas importantes. Tras aquel cartel horrendo y tras aquella puerta, estaba la mujer a la que amaba y a la que no habia visto en seis anos. Inspiro hondo. Habia hecho cosas mucho mas dificiles que tocar y declararse, se dijo. Dio un paso hacia adelante e intento no pensar en todo lo que les habia separado. Para empezar, seis largos y oscuros anos. Y un mar frio y lleno de tempestades. Y la cabezoneria de Lola. De pronto la puerta se abrio y la vio ante si. No parecia demasiado feliz de verlo. Aquella vieja expresion de enfado que parecia tener siempre que lo miraba no habia cambiado en seis anos. Se habia quitado el vestido rojo y llevaba una bata blanca cerrada hasta el cuello. Su cabello oscuro estaba recogido sobre la cabeza y no parecia la misma persona que habia bailado hacia solo una hora en el escenario. Eso la hacia mas ella. Casi era la misma muchacha que le habia mirado casi con la misma expresion en una tienda apestosa en un descampado espanol. Sintio que la vista se le nublaba, y se dio cuenta de que habia dejado de respirar. Todo lo que habria querido decir se borro de su cabeza. A el, que no callaba jamas. --Llevo viendote entre el publico dos semanas, Juanito Piquer. ?Has olvidado lo que te dije la ultima vez que nos vimos? Lola hablaba ingles mucho mejor que cuando la habia conocido. Ahora su acento espanol era mas suave, practicamente inexistente. Se pregunto cuanto tiempo llevaba en Inglaterra para poder hablar con aquella fluidez, y por que no se habia enterado. Intento hablar, pero las palabras volvieron a atrancarse en su boca. Por todos los santos, ?que diablos le pasaba? Asi era imposible conquistar a nadie. Lola suspiro y bajo la cabeza. John vio su coronilla solo por un instante, justo antes de que se la estampara contra la mandibula. Fue tan rapido que no pudo reaccionar. Se encontro arrinconado contra una pared, con un brazo sorprendentemente fuerte apretandole el cuello y la hoja afilada de una navaja que conocia muy bien besando su mejilla. --Tienes poca memoria dentro de esa hermosa cabeza, Juanito. Te dije que te mataria si volvia a verte. Supongo que no me queda otra que hacerlo. John trato de enfocarla, pero su rostro, tan cerca que podria darle un ultimo beso, estaba cada vez mas borroso. Algo que siempre le habia gustado de ella era que eran casi igual de altos y no tenia que agacharse para besarla. --Todavia te amo --dijo, o tal vez penso. Entonces sus piernas fallaron bajo el y cayo cuan largo era. Al menos murio con el corazon aliviado. PRIMERA PARTE 1 1812 EN UN LUGAR DE CASTILLA --Es una lastima. Era un joven prometedor. El general Wellington, con las manos a la espalda, contemplo al teniente Cecil Moorehouse, tendido en una camilla, inconsciente desde hacia dos dias. Sus palabras eran educadas, pero todos los que le rodeaban sabian que no habia conocido al hombre herido mas que de pasada. Aun y todo, asintieron y estuvieron de acuerdo. El solo hecho de que el gran hombre y heroe de la patria se hubiera acercado hasta alli era todo un honor y Cecil lo apreciaria, si es que llegaba a despertar un dia. El accidente habia sido absurdo, ciertamente. Unos jovenes reclutas habian intentado cazar a un conejo que se habia cruzado por el campo de tiro durante una practica y uno de ellos habia desviado el tiro hacia donde estaban los oficiales. La bala no le habia dado de lleno al teniente en la cabeza, sino que le habia rozado la sien. De hecho, en un primer momento todo habia parecido una tonteria, pero de pronto el teniente Moorehouse habia empezado a sentirse mal y habia caido inconsciente. Y no habia vuelto a despertar. --Habra que avisar a la familia. Wellington, que ya estaba pensando en otros asuntos, como en su nueva ofensiva contra su archienemigo, Bonaparte, en todas las cosas que estaban saliendo mal desde que habia llegado a Espana, o en el corte de su nueva casaca, miro al medico del regimiento por encima de su imponente nariz. El joven tendido a sus pies bien podria pertenecer a su familia, porque estaba dotado de un apendice similar, aunque, en el caso de Cecil, no era tan pronunciado. --Claro. Lo dejo en sus manos. --El general saludo y enfilo la salida de la tienda, seguido de sus hombres--. Tengan ustedes un buen dia, caballeros. Una vez a solas con su paciente, el doctor suspiro. Habia poco mas que pudiera hacer por el convaleciente, ademas de lo que ya habia hecho, como no fuera escribir aquella carta. Lo complicado era decidir que decir en ella. [?][?][?] LONDRES, UN MES MAS TARDE --No esta muerto. La voz empecinada de Rosamund Moorehouse sono tal vez mas aguda de lo habitual, e hizo que Frederick Pickery elevara la mandibula. --Desde que se escribio esa carta, podria haber ocurrido cualquier cosa, amor mio. Frederick sintio la frialdad instantanea en la mirada de la mujer a la que amaba. Durante anos habia tenido la esperanza de que ella cediera y aceptara casarse con el, pero siempre habia alguna excusa, algo que se interponia. Primero habia sido la muerte de los padres de Cecil y de James. Los ninos necesitaban a alguien que los cuidara y guiara. Cuando estos habian sido mayores, habia llegado Napoleon Bonaparte con sus ansias de conquistar el mundo. Luego Cecil se habia empenado en marchar a Espana con Wellington.

  • Cuenta atras de Lory Talbot

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    Soy Daniel Harris, bombero en la ciudad de Nueva York. Adoro mi trabajo. Tambien mi moto, el rock y a mi madre, aunque sea una tocacojones de manual. Su afan de que la haga abuela roza la obsesion. Quizas tendria que buscar un novio para ella. Tal vez asi supere la muerte de mi padre y me deje tranquilo con el tema.
    En una salida del trabajo la conoci. A ella. Mi angel. Sky. Sus ojos tan azules como un cielo despejado de verano me engancharon al instante. Esta mujer esta convirtiendome en un monas, jamas habria dicho esto antes de estar juntos.
    Pero en nuestra relacion no todo es tan bonito como sus ojos. Sky esta empenada en que lo llevemos en secreto. Jura que no esta casada pero yo creo que me esconde algo.
    ?Que es eso tan grave que no me cuenta?
    La cuenta atras para encontrar respuestas ha empezado. El cronometro se ha puesto en marcha.

  • Me faltabas tu de Sophie Saint Rose

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    Madeline Burton queria cambiar de vida y ?que mejor que trasladarse a un rancho de Australia por un ano, para vivir una autentica aventura por una vez en la vida? Lo malo es que su companero de viaje se empenaba en que debia volver a Nueva York…

  • Una melodia para Clarisse de Silvia Garcia Ruiz

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    Claude Dubois pertenece a una familia de melomanos. Para su desgracia, el no siente el mismo interes, pero su mundo cambia radicalmente cuando asiste a la prodigiosa actuacion de una nina al piano que despierta su pasion por la musica. Sin poder evitarlo, sigue la carrera de esa chica durante anos, hasta que un dia, ella se despide de todos con una ultima y dramatica interpretacion. Claude nunca podra olvidar a la mujer que lo inspiro, y cuando el destino cruza sus caminos, hara todo lo posible por volver a escuchar la apasionada melodia que se cobija en el interior de su musa.

  • Subastada de Mia Ford

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    Katrina Donovan Nunca pense que cuatro palabritas pudieran tener tanto impacto en mi vida. Si me hubieras dicho ayer, o incluso esta manana, que los planes que habia trazado tan cuidadosamente para mi futuro desaparecerian al girar una tarjeta, habria dicho que estabas loco. Por otra parte, yo era la hija de Tommy Donovan, y Tommy Donovan posiblemente tuvo la peor suerte de cualquier jugador al este del Mississippi. Viviamos en un pequeno apartamento, encima de un bar de mala muerte, desde que mi madre murio de cancer hacia diez anos y el aposto todo lo que teniamos. Recuerdo que un dia llegue de la escuela y encontre un camion de mudanzas alquilado, frente a nuestra bonita casa de los suburbios. Mi padre cargo nuestras pertenencias en la parte trasera a un ritmo acelerado, como si tuvieramos que irnos lo mas rapido posible porque algo maligno se dirigiera hacia nosotros. Me quede alli, con mi pequeno uniforme escolar y los libros aferrados a mi pecho, preguntandome que pasaba. Me dijo que me subiera al camion y me quedara callada. Hasta el dia de hoy, no se que paso exactamente o por que tuvimos que irnos tan rapido, aparte de que habia perdido nuestra casa y la mayoria de nuestras posesiones jugando a las cartas. Pense que ya habian terminado sus dias de juego porque no teniamos nada mas que perder. Supongo que me equivoque. --Me van a matar --dijo mi padre en voz baja, como si estuviera hablando consigo mismo, o con alguien que no fuera yo. Mire hacia arriba, desde el otro lado de la mesa de naipes plegable que habiamos encajado en un rincon de nuestra cocina, y frunci el ceno. Por un momento, pense que habia imaginado su voz porque estaba sumida en mis propios pensamientos. Ya casi no hablabamos, ni siquiera el domingo, el unico dia que nos sentabamos a comer juntos. A mi madre le encantaban las cenas familiares de los domingos y no permitia que nada interfiriera en ellas, incluso los malos habitos o adicciones de mi padre. --No pido mucho, Tommy Ray Donovan --solia decir ella, aunque no podia recordar el sonido de su voz. Era irlandesa y tenia un encantador acento que esperaba heredar algun dia--. No tienes que ir a la iglesia, pero al menos puedes sentarte una hora y comer con tu familia. Nunca entendi su entonacion irlandesa. Mi voz es ronca y mi lengua afilada como la de todos los demas en el vecindario. Ademas, la cena de los domingos ya no era tan importante como antes. Supongo que ahora solo hacemos lo justo para honrar su memoria. Muchos domingos, mi padre se va antes de que yo me levante de la cama y no vuelve hasta la hora de abrir el bar para el almuerzo del lunes. Nunca hemos estado muy unidos. Yo era una nina de mama y el preferia la compania de sus companeros de juego a su familia. Ahora, simplemente compartiamos un espacio vital, no un hogar. Rara vez hablabamos, porque ninguno de los dos tenia mucho que decir al otro. Era como si todo estuviera dicho y no hubiera necesidad de decir nada mas. Estabamos esperando que pudiera entrar en una buena universidad para perseguir mis propios suenos y dejar atras mi antigua vida. A veces, me preguntaba si volveria a ver a mi padre despues de que me fuera a la universidad; si sobreviviria sin mi o si, simplemente, beberia hasta morir sin que yo estuviera cerca para cuidarlo. Ni siquiera se si me importaria, en el caso de que eso sucediera. Lo observe por un momento sin decir una palabra. Tenia la cabeza gacha y parecia murmurar para si mismo, mientras recogia la comida de su plato con un tenedor. No habia comido ni un bocado del pastel de carne que habia hecho, ni el pure de patatas instantaneo que habia cubierto con mantequilla y sal. Nunca ganaria un premio de cocina, pero nos permitimos el lujo de la carne una vez a la semana. Normalmente, devoraba lo que le ponia delante, como un hombre hambriento. Luego pedia mas antes de que pudiera darle un bocado. Sabia que algo tenia que estar muy mal si se dedicaba a pinchar el pastel de carne con el tenedor en vez de meterselo en la boca. --?Le ocurre algo al pastel? --Habia probado un trozo y estaba muy bueno, o tan bueno como podia estar mi version de pastel de carne. No me gustaba mucho la carne, lo que me venia bien ya que rara vez podiamos comerla. No me malinterpretes, no eramos pobres ni pasabamos hambre, pero andabamos siempre escasos de dinero, a pesar de que el bar era un buen negocio la mayoria de las noches. Sabia que mi padre se embolsaba mucho del dinero que venia de la caja y eso estaba bien. Era su negocio, su vida y tenia pensado salir de alli pronto, con o sin su ayuda. --?Necesitas ketchup? --Le entregue la botella. --No --dijo en voz baja. --Entonces, ?que te pasa? --?Has oido lo que he dicho? --Sono, irritado. --Supongo que no. --Deje el tenedor a un lado. Respire hondo y lo sostuve mientras ponia las manos en mi regazo y formaba dos punos apretados. Tenia la sensacion de que ese dia era igual que el que llegue a casa y lo vi cargando el camion de la mudanza. Algo malo se nos venia encima otra vez. Lo sabia. Me prepare para lo peor. --Me van a matar --susurro. Dejo el tenedor y presiono las palmas de las manos contra la mesa, una a cada lado del plato, como si tratara de evitar que la mesa flotara en el aire. Miro hacia arriba con lagrimas en los ojos--. Me van a matar. Y no puedo evitarlo. Sacudi la cabeza para asegurarme de que habia escuchado bien. Recorri su cara un segundo con la mirada y tuve la sensacion de estar mirando a un extrano. No me habia dado cuenta de lo viejo y castigado que estaba. Solo tenia cincuenta y siete anos, pero parecia estar mas cerca de los cien. Su rostro, que antes era agradable, era regordete y rojo por la bebida. Pequenas venas azules trazaban un mapa en sus abultadas ojeras y a traves de su engrosada nariz. Su piel estaba cenicienta, como la de un hombre que no habia visto el sol en mucho tiempo. Habia engordado y estaba perdiendo el pelo. Y tenia grandes lagrimas en los ojos. Eso fue lo que me pillo desprevenida, dandome a entender que algo andaba mal. Nunca habia visto a mi padre llorar. Ni siquiera cuando enterraban a mi madre. --?Quien va a matarte? --Force una pequena sonrisa de incredulidad. Mi padre no era bromista, pero no creia que hablara en serio, aunque su expresion indicaba que lo era.--. Jesus, papa, ?que has hecho? Respiro hondo y se estremecio. Cuando saco las palmas de las manos de la mesa, dejaron un perfecto perfil de sudor en la superficie. Las froto y evito mirarme a los ojos. --Tengo deudas. --Se limpio la nariz en el dorso de la mano--. Tengo deudas con alguna gente. --?Que clase de deudas? --Ya imaginaba la respuesta, pero queria que confesara en voz alta. Cruce los dedos sobre mi regazo para que no me temblaran las manos--. Papa, ?que deudas y que gente? Levanto la vista por un segundo y luego, rapidamente, miro la placa que aun estaba frente a el. Parecia que estaba rezando mientras decia en voz baja. --Deudas de juego. Y quienes son las personas no importa, solo que quieren su dinero para fin de mes o me mataran. Tome aire con lentitud y lo deje salir igual de despacio. Era triste, pero no me sorprendia lo que acababa de escuchar. Sinceramente, me sorprendia que no hubiera pasado antes. --?Cuanto debes, papa? --Hice la pregunta con calma, aunque por dentro estaba destrozada --. ?Papa? Mirame y dime cuanto debes. Levanto los ojos lentamente y dejo escapar un largo suspiro. Se limpio los mocos con la mano otra vez y se froto un nudillo de la otra mano bajo los ojos. --Setenta y cinco mil dolares. --!Jesucristo, papa! ?Como puedes perder setenta y cinco mil dolares jugando a las cartas? --Ladre sin querer y se estremecio ante el tono de mi voz, como un cachorro reganado por su dueno. Alce los punos y los coloque en la mesa, como si estuviera lista para golpear al aire o a su nariz. --Lo perdi jugando a las cartas. Tambien, apostando a los caballos. No pude evitar que se me abriera la boca e incline la cabeza, como si me pesara una tonelada. --?Caballos? Papa, ?que cono sabes tu de caballos? --No uses ese lenguaje en esta casa. --Fruncio el ceno--. Tu madre no lo aprobaria. --!Mi madre tampoco aprobaria que perdieras setenta y cinco mil dolares! --Grite. De repente me puse furiosa con el y no pude evitar golpear la mesa con los punos--. Oh, Dios mio,

  • El sur lo encontre en tus ojos de Cherry Chic

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    Lola lleva toda la vida sonando con encontrar a alguien que comparta sus gustos por las maratones de series y peliculas desde el sofa. Alguien que adore comprar chorradas por internet, ir a la playa, aprovechar cualquier ocasion para comer y que se lleve bien con sus amigos y su familia, que lo son todo para ella. Pero, cuando ese alguien aparece, apenas cumple ninguno de los requisitos que Lola siempre ha deseado.

  • Aunque sea lo ultimo que haga de Federico Correa Gil De Biedma

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    Ano 1997, la comisario Rocio Prados se halla en el cementerio de Santander con Maria, dispuesta a poner fin de una vez por todas al caso de Una rosa blanca. Una rosa negra. Mientras, en Madrid, su fiel Mendia acude a la llamada de una mujer que asegura tener pruebas que apuntan a su marido como el responsable de la muerte de su hermano, diez anos atras. Asegura que no ha sido su unico crimen. Cuando la policia llega el marido ha huido.

  • Denahi de Christian Martins

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    Denahi lleva tiempo solo, condenado por un pasado que no deja de atormentarle, hasta que aparece ella. Magena. Su companera, su mitad. La chica apache que ha logrado robarle el corazon con su testarudez.
    ?Conseguiran mantenerse a salvo de los peligros que les acechan?

  • Bilogia Completa Nunca de Kris Buendia

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    ?Quien puede empezar a amar de nuevo cuando lo ha perdido todo?
    Ellie Roth esta atrapada en un amor del pasado y una relacion abusiva en el presente, la decision no es tan dificil de tomar, mas si ese amor del pasado regresa y no precisamente a continuar algo que nunca comenzo... sino a hacerla sufrir mas de lo que ya ha sufrido.
    ?Crees en los finales felices?
    Ellie no creen en los finales felices. Y es gracias a Logan Loewen, el ganador de cinco copas consecutivas de la NASCAR. El le ha ensenado que no hay finales felices, lo sabe porque con el aprendio a no esperar, a no tener miedo y lo peor... dejar de amar.
    Logan ha regresado con mucho equipaje, pero lo que Ellie no sabe es si regreso porque esta huyendo de algo o si realmente ahora tendran suerte en amar. El unico obstaculo es que Ellie ya no esta sola, ha encontrado un nuevo amor y Logan tendra que aceptarlo.
    ?Se quedara Logan esta vez o la dejara ir?
    ?De cuantos capitulos sera su amor ahora?
    Y lo peor de todo, es que en el pasado de Logan hay alguien mas que definitivamente no es Ellie.

  • Deseos ocultos del conde de Lorraine Heath

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  • Querido plan B de Becca Devereux

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    Una alocada comedia romantica sobre dos personas que estaban destinadas a encontrarse. ?Y si el principe azul no fuera como te lo han contado?

  • Premio Gordo de Jose Perea Del Pino

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    Con mas de veinte anos de experiencia en el cuerpo de policia, el inspector Espinosa esta tan decepcionado de su trabajo que ha dejado a un lado la profesionalidad. Utiliza las ventajas que le proporciona una placa de policia para sus beneficios personales. Pero un desliz provoca que su vida, hasta ese momento un descontrol de drogas y prostitutas, comience a tomar el camino correcto: la aparicion de una chica, Luciana. Lo peor de todo fue que el inspector nunca entendio el significado del amor; mientras mas se enamoraba, ella mas lo odiaba. Durante unas navidades, un giro radical del destino cambio la vida de ambos de la forma mas violenta posible. Cuando la felicidad era lo mas facil de sentir, intervino el odio y la venganza.

  • Nada mas real que un cuerpo de Alexandria Marzano-lesnevich

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  • Una chica desconocida, Mary Kubica de Mary Kubica

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  • El club de los mejores de Arthur Gunn

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  • La decision de una dama de Trixie George

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    Una dama debe sonreir siempre, estar al dia de las ultimas tendencias de moda y ser amable en todo momento. Ademas, una dama nunca debe tomar decisiones por si misma, sino obedecer a las de su padre o su esposo. Eso es lo que lady Verity ha oido toda su vida, y lo que debe poner en practica cuando llega a Londres dispuesta a encontrar esposo.

  • Quiereme siempre de Nuria Gago

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    A Lu, que lleva dos anos en Paris, le han roto el corazon por tercera vez y decide volver a Barcelona para aclarar sus ideas.
    Su madre le busca un trabajo de cuidadora sin consultarle y cuando la recoge en el aeropuerto, la lleva directamente a casa de Marina: ochenta y seis anos, viuda y pendiente siempre de su hermana Maria, enferma de alzheimer. Lo que empieza siendo una convivencia forzosa se convierte para las dos en un pequeno oasis en el que recuperaran la alegria y el control de sus vidas.
    Quiereme siempre habla sobre la importancia de ayudarnos los unos a los otros, sobre la soledad de nuestros mayores, sobre como la musica puede abrir puertas que ya nadie encuentra y, sobre todo, de como el humor, el amor y la valentia de mirar hacia adentro pueden salvarnos.

  • Y tenian que ser tus ojos verdes (Hielo y fuego 2) de Anna Soler

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    La joven Olivia Harris no sabia donde ir. Atormentada por su pasado lo unico que queria era empezar de cero.Un dia dejo atras Nueva York y su trabajo de profesora y emprendio el camino al condado de Texas, donde vivia su mejor amiga, Emma.Pero el pasado y el dolor la perseguian, y cuando Liv conoce al seductor Zack Montana todo empezara a cobrar sentido.Pero Zack no esta preparado para enamorarse de nuevo. Viudo y padre de una nina, el joven vaquero tiene heridas que aun no han cicatrizado en su corazon por la reciente perdida de su esposa.Lo que desconoce Zack es que Liv le cambiara la vida sin esperarlo, y que poco a poco sus sentimientos se tornaran diferentes ante la llegada de esa forastera.Pero los fantasmas acechan de cerca y viejos secretos saldran a la luz poniendo a prueba su amor.?Como afrontara Liv esos temores? ?Sera Zack capaz de olvidar el pasado?

  • El paso de las Devotas, Carlos Calvera de Carlos Calvera

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    UN VIAJERO, UN MONASTERIO PERDIDO EN LAS MONTANAS, UNA MALDICION MILENARIA…

  • En el mar de Toine Heijmans

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    Inmerso en una profunda crisis personal, Donald decide navegar en su velero durante tres meses, con el silencio y la soledad como unica compania. Solo en la ultima etapa de la travesia recogera a su hija de siete anos, Maria, para que lo acompane del norte de Dinamarca a los Paises Bajos. Alejados del mundo, el viaje se anuncia idilico, y entre padre e hija surge una complicidad que nunca antes habian conocido. Pero de pronto las nubes negras acechan en el horizonte y Donald esta cada vez mas angustiado; la noche en que estalla la temida y aterradora tormenta, Maria desaparece del barco. “En el mar” es una evocadora alegoria sobre la travesia de la vida y la posibilidad de gobernar el propio destino, y un magnifico homenaje a los navegantes legendarios, desde Ulises hasta el capitan Ahab.

  • La reina descalza de Ildefonso Falcones

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    En la Espana del siglo XVIII, una conmovedora historia de amistad, pasion y venganza une dos voces de mujer en un canto desgarrador por la libertad.