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  • Dime quien soy de Julia Navarro

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    Espionaje e intriga en estado puro, amores y desamores desgarrados, aventura e historia de un siglo hecho pedazos, Dime quien soy es un apasionante relato protagonizado por unos personajes inolvidables cuyas vidas construyen un magnifico retrato de la historia del siglo XX.

  • Los crimenes de la caja de Gema Tacon

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    Amenudo me veia a mi misma haciendo una entrada triunfal en la sala de los premios literarios mas importantes del pais, borracha como una cuba. Dentro de mi cabeza resulto buena idea interrumpir a uno de los galardonados mientras daba su patetico discurso y aplaudir estruendosamente en un salon en el que reinaba un silencio absoluto, provocando que todo el que se encontraba en el evento se girase a observar el espectaculo. Tras balbucear palabras sin sentido y vomitarle encima a uno de los directivos mas influyentes, era arrastrada por dos gorilas hasta la entrada de la calle del recinto, como si estuviesen tirando la basura. Esa escena cruzaba mi cabeza cada vez que mi cerebro no tenia nada mejor en lo que pensar. El resto de los mortales gozaban de la plenitud de mantener la mente en blanco, cosa que dicen que es imposible. Sin embargo, la mia disfrutaba torturandome con algo que, si bien podria haber formado parte de una dantesca pesadilla, fue veridico y el motivo por el cual mi escasa carrera literaria se trunco incluso antes de arrancar. Desde ese dia no me conocieron como la escritora novel revelacion que tanto habia sonado, el ano que siguio a esos hechos, las revistas y programas rosas se mofaban con mi gran actuacion. Sobra decir que mi mundo fue cayendo en picado en todos los sentidos; laboral, sentimental, social e incluso familiar. Me converti en la sombra de lo que fui. Mi meta en la vida tan solo habia sido una desde que comence a leer a Michael Ende con La Historia Interminable, queria ser escritora y conseguir crear recuerdos tan vividos como los que esa novela logro en mi. No obstante, mi poca paciencia unida a varias puertas cerradas y a conocer mejor el mundo de las letras con todos sus entresijos internos, hicieron que la ilusion que me empujo durante todos esos anos se fuese mermando. El ensordecedor sonido del pito del coche que esperaba detras de mi destartalada furgoneta me devolvio a la realidad, haciendo que escondiese de nuevo esas elucubraciones masoquistas diarias para, seguramente, sacarlas a la luz en un rato. Arranque acelerando sin soltar el embrague para escupir por el tubo de escape una nube de humo negro en el cristal delantero del simpatico conductor de claxon rapido. Escape de alli derrapando y mirando satisfecha por el retrovisor el resultado de mi fechoria. Al coger la curva a demasiada velocidad el karma me devolvio el golpe y todos los paquetes que llevaba hicieron un ruido que no vaticino nada bueno. Tal y como presenti, cuando abri la puerta trasera no quedaba titere con cabeza. Los paquetes estaban desperdigados y una gran lamina de hierro, que coloque en un lateral sin asegurar, estrujo la mayoria de ellos transformandolos en acordeones de carton. La furgoneta la compre con la esperanza de convertirla en una de esas que van equipadas con cama, ducha y cocina para ir en modo hippie a las miles de presentaciones de libros que tendria en un futuro. Siempre me prometi que no se me subiria la fama a la cabeza por muy reconocida que fuese mi obra, y una forma de demostrarmelo a mi misma fue esa inversion a largo plazo de cuatro ruedas, la que ahora me servia como unica fuente de ingresos. Donde tenia pensado poner una mesa ahora habia un congelador para trasladar los pedidos frios que me mandasen. Era la tercera vez en ese mes que no entregaba los encargos en condiciones y el viejo responsable de la oficina de transportes fue bastante esclarecedor con lo que me sucederia si volvia a suceder. Regrese a la nave donde cargaba, coloque el estropicio sobre un pale de madera que estaba reservado para mi y me marche de alli por la puerta pequena sin que nadie me viese, como la cobarde que ya sabia que era. Realmente odiaba mi vida desde hacia casi dos anos. En cuanto entre en mi piso me tope con la regordeta figura de Pelusilla encima del sofa, se suponia que se trataba de mi gato, pero solia hacer lo que le daba la gana y mas bien era al contrario; yo servia para darle de comer, limpiarle las cacas, recogerle las bolas de pelo y calentarle la cama hasta que decidia acostarse. Si soy sincera, se trataba de la relacion mas duradera que habia mantenido con el sexo opuesto en toda mi vida. La oscuridad de la casa me reconfortaba, mi animo no era como para tenerlo todo iluminado y dejar que el trinar de los pajaritos entrasen por mi ventana, asi que las persianas permanecian bajadas desde ni recordaba cuando. Antes mi madre venia a ayudarme con las tareas de la casa y nos gustaba comentar los libros que andabamos leyendo, pero desde que todo cambio deje de querer recibir visitas y el mundo tan solo se acostumbro a que asi fuese. Me tumbe al lado del senor Pelusilla y, justo cuando coloque la cabeza en el reposabrazos del incomodo sofa, el sonido estridente del telefonillo comenzo a sonar incesante. Al descolgar vi la puntiaguda nariz de Johanna en la pequena pantalla en blanco y negro del cacharro. --!AC, te he visto entrar, abre! Han dejado un paquete para ti en la libreria. --Ponlo en el ascensor y dale al boton, ahora lo cojo --fue lo unico que le respondi, esa era mi forma de decirle que no subiese. No comprendia como Johanna continuaba queriendo mantener una amistad conmigo. Era de las pocas que aun me decian AC. Mi nombre real era Ana Catalina Verde, pero a mi representante no le parecio demasiado optimo para una escritora y cambiamos al de A.C. Green. Realmente significaba lo mismo, pero sin que nadie se pudiese reir de el. Mis padres deberian haberse planteado eso de tener descendencia; mi infancia no fue lo que se dice sencilla gracias a esa union de nombres. La palabra Catalina en muchos sitios es una forma extrana de llamar a las cacas y lo de verde detras no ayudaba demasiado. Eran pocas las personas que conocian lo que ponia en mi carnet de identidad, todo el mundo me llamaba ahora Ana, y los que me seguian hablando de mi faceta literaria me decian AC. En el ascensor encontre una caja, envuelta en papel marron reciclado, de medio metro de alto y otro medio de ancho, pesaba relativamente poco. Encima de ella Johanna habia dejado un sobre con un libro que le pedi hacia tiempo y que estaba deseando leer. Lo aparte y desenvolvi el extrano paquete, en su interior habia una cajita negra cerrada con un precinto adhesivo rojo. Estaba segura de que no era cosa mia, mi economia casi no me permitia comer, por lo que los caprichos estaban fuera de mi alcance. Si era cierto que me sentia enganchadisima a las paginas de muestras gratuitas, motivo por el cual mi telefono y direccion estaban en todas las bases de datos de las empresas y mi movil vivia en un absoluto silencio perenne a causa de las insistentes llamadas comerciales. El interior de la caja se podria decir que era, cuanto menos, extrano. Un dosier en una carpeta de carton, unas llaves en una bolsa transparente, con una direccion en un llavero de plastico que colgaba de ella, y una pieza de un puzle pintada por completo de negro eran su unico contenido. En la primera hoja decia en letras mayusculas y grandes: <> Nunca habia ganado nada y esa palabra llamo poderosamente mi atencion. Tras leer con mas pausa el documento cai en la conclusion de que se trataba de un nuevo juego online basado en novelas de thriller. Lo ultimo que queria pensar era en crear tramas o en poner un dedo sobre una tecla. Bastante desanimada, deje la caja debajo de la mesa y comence a leer el libro, que era lo que me pedia mi mente en esos instantes. Ademas, el juego requeria del ordenador para poder entrar en no se que pagina secreta y conocer al resto de mi equipo. Mi portatil estaba sin bateria desde hacia casi un ano, un dia tan solo deje de utilizarlo y me pase a husmear las redes sociales con el telefono como hacia todo el mundo. Ya no necesitaba ningun procesador de textos ni tampoco un teclado, por lo que esa herramienta dejo de significar algo en mi vida; y volver a ponerlo a cargar para descubrir que tendria que pagar si queria jugar me iba a enfadar bastante. Asi que me olvide de ella y me puse a leer hasta que me dormi. El timbrar del telefono fijo anunciaba que mi madre se encontraba al otro lado del auricular esperando contestacion. Ella se encargo de que tuviese uno, ya que nunca cogia el movil y temia que, si algun dia no se ponia en contacto conmigo, podria ser que no lo hiciese mas. Al principio estuve acudiendo a un loquero para mitigar las ansias de terminar con mi vida, pero despues de algunos meses deje de ir a verlo. Me parecia una perdida de tiempo y de dinero, no pensaba tomarme las pastillas que me recetaba y la doctora no poseia una varita magica que hiciese retrasar el tiempo para que mi mundo volviese a ser el que era. Descolgue despues de encontrar el aparato debajo de un monton de ropa sucia en el salon. Lo de no recibir visitas y que me importase todo mas bien poco estaba haciendo estragos en mi decoracion. Si viniesen de alguno de los programas americanos de limpieza se echarian las manos a la cabeza. --!?Se puede saber que has hecho ahora?! Si algo habia detestado toda mi vida era que me despertasen gritando y mi madre lo sabia. --Buenos dias a ti tambien, ?podrias ser un poco mas esclarecedora? --ironice sentandome en el suelo. --Ana Catalina Verde, son las ocho de la tarde. Tomas ha llamado a tu padre y le ha dicho que no te molestes en volver al trabajo, dice que has destrozado una carga y que no has sido capaz de dar la cara. ?Estas bebiendo de nuevo? ?Quieres que vaya a verte? ?Te quieres venir aqui con nosotros? Los aires del pueblo te sentaran bien, puede que asi te inspires para escribir... --Esa era demasiada informacion para mi neurona en esos momentos y no tenia ganas de discutir con ella. --Tomas es un loco viejo psicopata exagerado, tan solo se han estrujado algunos paquetes. Me fui por no pegarle y no a todo lo demas. --Pero, Ana --intento proseguir sin mucho exito. --Estoy bien, mama, pidele disculpas a papa por lo del curro, ya encontrare algo por mi cuenta, no te preocupes. Te dejo que tengo cosas que hacer, te quiero --respondi sin dejarla decir nada mas. La loquera me habia dicho que era importante contarles a las personas lo que sentia por ellas y en estos instantes a la unica a la que queria era a ella; pero de lejos, cada una en su casa. Tal y como pense no eran las ocho aun, mi madre llevaba el reloj adelantado quince minutos desde que tenia uso de razon. Ella odiaba llegar tarde a los sitios y yo detestaba esperar por los demas, asi que habia implantado esa norma tambien en mi vida. Me daba tiempo de bajar y robar un cafe a Johanna. Acababa de recordar que no tenia en casa y, desde que el alcohol no formaba parte de mis dias, la cafeina lo habia sustituido como una droga que necesitaba en mi organismo si o si. Me detuve un instante frente a la cristalera de la pequena libreria. En el centro de todos los libros, sobre un atril demasiado grande para su tamano, descansaba mi ultima novela. Estaba segura de que Johanna habia convencido a todos sus clientes para que lo comprasen, esta era la unica tienda que lo tenia y me temia que tambien poseia la exclusividad de haber vendido alguno. La verdad era que ella pidio una caja con cien ejemplares y me los pago en menos de una semana. Jamas olvidaria su sonriente cara mientras me daba el dinero de lo que, segun ella, <>. Los suenos pueden resultar bastante efimeros y este nunca dejo de serlo, solo que no me di cuenta hasta que fue demasiado tarde para mi salud mental. --!AC, que bien que viniste! Acabo de hacer cafe --me informo en cuanto me vio entrar, dejando unos libros que estaba colocando encima del desordenado mostrador, para ir corriendo a la trastienda por dos humeantes vasos de cafe. Cogi el mio y me sali a la puerta a fumarme un cigarro mientras disfrutaba del amargo sabor a granos de cafe recien molidos. Viviamos en una ciudad enorme, sin embargo, disfrutabamos de la tranquilidad que tienen los barrios que estaban casi a las afueras. Por alli no se veia gente a esas horas, todo el mundo estaba llegando a sus hogares desde sus respectivos trabajos y ya andaban en casa preparando las cenas. Desde el bajo en el que se encontraba la tiendita de Johanna se veia el bloque de enfrente. Me parecio que lo de las cortinas tupidas debia ser algo que a los jovenes no les preocupaba demasiado y estaba realmente desfasado. Cada tarde noche, antes de cerrar, mi amiga sacaba dos sillas y nos sentabamos en la acera a mirar esas ventanas iluminadas. A Johanna le gustaba oir mis historias inventadas de la vida de cada uno de esos apartamentos: en el bajo tan solo vivia la vieja de los gatos, mientras el piso que habia al lado de ella se destinaba a guardar muebles viejos y tiestos. El dueno del edificio nos cobraba una mensualidad minima por poder hacer uso de el si lo necesitabamos, pero la que lo utilizaba mas a menudo era Johanna para meter los adornos de las festividades que ponia en la libreria. La senora mayor siempre tenia los cristales abiertos por si alguno de sus mininos se iba de parranda este pudiese regresar a su cama, creo que mi Pelusilla es un escapista de esa mujer. Un dia simplemente aparecio en mi puerta durmiendo en el felpudo de la entrada, paso conmigo y ya nunca se marcho. A esas horas la vieja ya tenia las luces apagadas y tan solo se vislumbraban los destellos de la television encendida. El primer piso, justo sobre ella, pertenecia a un matrimonio con tres enanos revoltosos que hacian incluso mas ruido que las gatas en celo de su vecina, motivo por el cual creo que eran los que mas habian durado viviendo alli. Enfrente de ellos un musico solitario se afanaba en sacar una melodia interminable. Cada dia la cambiaba y a ese paso tendria el mismo exito que tuve yo con mis letras. Me inspiraba un poco de lastima y me veia bastante reflejada en el, no obstante, la conversacion mas larga que compartimos fue un dia que hacia frio y ambos lo dijimos a la vez. En el segundo, encima del matrimonio con los ninos poseidos, era donde yo moraba y esas persianas siempre estaban abajo. Frente a mi puerta una joven abogada y su novio, tambien letrado, se turnaban para llevar a casa a sus respectivos amantes, por lo que la escalera estaba muy concurrida segun a que hora de la noche. Sobre mi cabeza, en el tercero derecha, residia un hombre mayor que daba un poco de miedo y olia a puros; nunca hacia ruido y no recibia visitas, por lo que la mayoria del tiempo parecia que el piso estuviese vacio. Frente a el tenia su apartamento Johanna y, encima de ellos dos, habia un gran atico con un precioso patio lleno de flores en los pretiles. La suerte de ser el dueno de esas cuatro paredes la tenia del hijo del propietario del edificio, un tipo solitario que pagaba a una asistenta para que le tuviera la casa impoluta. El chico era pintor y tambien escueto en palabras, asi que las pocas veces que nos habiamos cruzado en el ascensor no pasamos de un <> o <>. Nosotras nos entreteniamos observandolos al mas puro estilo voyeur, con la diferencia de que, aficionada desde mi infancia a <<13, Rue del Percebe>>, me encarnaba en el mitico Francisco Ibanez y relataba las vidas de nuestros vecinos. Ese momento del dia era el unico en el que me permitia desconectar y sonreir. --?Abriste el paquete? --me pregunto Johanna una vez que hube concluido mi perorata acerca de nuestros vecinos. --Era una de esas muestras de juegos online para que gastes dinero si quieres conseguir pruebas. Ya te lo bajare para que lo uses tu, no es que tenga demasiadas ganas de ver cajas por casa --respondi apurando el cigarrillo y dando el ultimo sorbo al cafe. --?Mal dia en el trabajo? --Un imbecil me hizo que estropease la carga, y he preferido dejarlo a tener que matar al viejo que lleva el almacen. --Realmente ese hombre es un incordio. --En mi cerebro psicopata ha muerto de distintas y dolorosas maneras --me burle--. ?Crees que el universo nos ha unido a todos los que vivimos aqui por ser el mayor grupo de perdedores de la historia? --pregunte observando como el matrimonio luchaba para que los trillizos se acostasen, a la vez que se escuchaba la lastimera melodia del piano del chico al compas de los maullidos y los golpes del cabecero de la cama de los abogados contra la pared. Antes de que le diese tiempo a contestar, el coche de mi querido ex se detuvo delante de nosotras, bajo la ventanilla y nos miro. --?Quien quiere dar una vuelta? --?No te cansas?

  • Donde termina el arco iris de Cecelia Ahern

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    Una conmovedora novela en la que se nos presenta una seleccion de los divertidos y frescos dialogos que Rosie y Alex, amigos desde la infancia, intercambian.

  • Novia de una noche de Sarah J. Brooks

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    Odiaba Las Vegas. Recorde lo mucho que odiaba Las Vegas cuando me quede alli en el vestibulo del Bellagio oyendo el incesante tintineo de los artilugios que robaban el dinero y me chupaban el alma al mismo tiempo, pidiendo mi atencion. Este no era mi lugar; Vegas nunca fue lo mio. Desafortunadamente, siendo un disenador de moda famoso y un multimillonario hecho a si mismo, Las Vegas era algo que tenia que tragarme a veces. Los grandes apostadores querian lucir lo mejor posible. Por eso, mi imagen estaba en una valla publicitaria de veinticinco metros de altura en el centro del Strip de Las Vegas. Llevaba solo un par de jeans, sin camisa. La leyenda decia "Desnudalo todo, Xavier Dean". Era excitante. Me acababan de nombrar uno de los hombres mas sexys del ano y mi empresa de relaciones publicas se estaba aprovechando de ello. Una de las razones por las que acepte la valla publicitaria era porque pensaba que nunca la veria y, sin embargo, aqui estaba. Si bien a menudo estaba aqui por negocios, esta vez no era asi. Mi mejor amigo, Damon Rockwell, estaba celebrando su despedida de soltero en Las Vegas de todos los lugares espantosos, asi que me encontraba bebiendo un gran trago de Vegas en un elegante vaso de alto octanaje de cien pruebas, que me quemo la garganta al bajar. Damon y yo crecimos en la misma calle. Aprendimos a patinar juntos, y su abuela hacia los mejores espaguetis con albondigas y salsa casera. Aun puedo saborearlos. Mi madre nunca fue de las que cocinaban. Ambos fuimos criados en una ciudad de clase media moderada donde soportabamos las tribulaciones de la infancia, como los enamoramientos de chicas que eran distantes y desinteresadas y aprendian a lidiar con el maton ocasional. Encontrabamos y derrotabamos enemigos que nos atacaban en la Xbox y nos enfrentabamos cara a cara, superandonos uno al otro en los deportes. Finalmente maduramos, fuimos a la universidad y encontramos diferentes intereses, pero seguimos siendo amigos. El se convirtio en abogado y un hombre de negocios acerrimo y se casaria con una deslumbrante esposa trofeo en una semana. El objetivo de este fin de semana de chicos, conmigo y algunos de sus amigos mas cercanos era estar mayormente borracho y libertino, y todo iba segun lo planeado. Yo, sin embargo, podria solo emborracharme y escabullirme del ultimo evento, que era un club de striptease donde las chicas ofrecian servicios especiales despues del espectaculo. No estaba interesado. Despues de solo veinticuatro horas, el estilo de vida hedonista se estaba agotando. Por el contrario, Damon se estaba divirtiendo. Yo no. De pie en el casino sin nada que hacer, pense en jugar por un instante. No necesitaba jugar por mas dinero, tenia mas que suficiente para toda mi vida y algo mas. Mi marca de ropa era una de las marcas de ropa masculina mas exitosas del mundo. Comence con una vision de la moda masculina y la incorpore a una marca de moda con sede en San Francisco a la que simplemente titule con mi nombre: Disenos Xavier Dean. Mi sello casi se corrio solo despues de una decada de exito. Trabajaba duro en la creacion de ropa de hombre elegante, pero no estaba tan ocupado como para no poder salir y divertirme. El problema era que realmente no me divertia. Me encontraba sentado en la barra, tratando de concentrarme en lo unico que me habia llamado la atencion en medio del tintineo y el ruido. De hecho, casi me arranca los ojos de la cara. Inclinado sobre la mesa de dados estaba el trasero mas perfectamente formado que jamas habia visto. Era redondo, firme y delicioso. Conectado a ese trasero perfecto habia un par de piernas largas y bien formadas con un minusculo monedero dorado colgando de su cadera. El vestido que llevaba no era tan llamativo u ofensivo como algunos a mi alrededor, demasiado escotado para su forma o demasiado alto para su tamano, pero era una silueta exquisita en una forma hermosa. Estaba tendida languidamente sobre la mesa, indiferente y casi aburrida. Ella no intentaba atraer a nadie abiertamente, pero los pensamientos de tomar ese trasero sobre la mesa, mantenerlo quieto y sumergir mi polla en su cono, lo consumian todo. La neblina de alcohol no estaba haciendo nada para dominar mi libido, por lo cual no iba a hacer que mi mente dejara de tomarla por detras. No parecia importarle lo que los demas en la habitacion pensaran de ella. Tenia anillos de cabello dorado con reflejos que brillaban como hebras de oro en la penumbra. Sus grandes ojos redondos te hacian llorar, pero sus labios suaves y carnosos eran la verdadera atraccion. Me costaba mucho apartar los ojos de su boca cuando ella lanzaba los dados. Debia ser habitual, pero era muy sexy. Seria dificil encontrar a cualquier hombre en la habitacion que no pensara en salirse con la suya con ella, inclinado sobre la mesa como ella. Me gustaba tomar vino y cenar con una mujer en la cama. Tratar bien a las mujeres era mi marca registrada y, sin embargo, siempre dejaba una nota a la manana siguiente agradeciendoles por la diversion, sin darles ni siquiera una direccion de correo electronico. Algunas me encontraban y trataban de buscar algo mas, pero la mayoria entendia; solo estaba interesado en una noche. No era exactamente un bastardo. Tenia mis razones para no querer complicaciones en mi ya agitada vida. A decir verdad, era mucho mas facil para mi comprometerme con una aventura de una noche que con una relacion madura con sus inevitables altibajos. Ese no era el tipo de altibajos que estaba buscando. El sexo era divertido, el sexo llenaba los huecos de mi vida cuando estaban vacios. Podia contar con un dedo la cantidad de relaciones verdaderamente comprometidas que habia tenido. Al estar en la industria de la moda, no habia escasez de mujeres exquisitas para llevar a la cama por la noche, o algunas veces mas. Uno de mis mayores problemas era la variedad; simplemente habia demasiadas para elegir. El otro gran desafio era un miedo profundamente enterrado de acercarme demasiado. Lauren era, segun todos los estandares, una de las mujeres mas bellas del planeta. La conoci en la pasarela durante la semana de la moda. Llevaba este ridiculo vestido de pavo real, el tour de force de un disenador en su debut, que la iluminaba como un poster del Cirque du Soleil; sexy, intrigante, evocadora. Era una imagen que te hacia pensar en sus largas piernas dobladas sobre las tuyas, retorciendose facilmente para adaptarse a tu "amor". En realidad, no se parecia en nada a la imagen que yo y muchos otros que la elogiaron vimos en nuestras mentes. Era timida y encantadora. Me rechazo demasiadas veces como para contarlas, asi que me conformaba con su amistad. Era mi primera y unica amistad con una mujer, y deseaba desesperadamente follarmela. La amistad no significaba que no intentara dejar que mi polla tuviera una oportunidad; lo intentaba a menudo. Era bueno intentandolo. Siendo rico, hice mucho mas que vino y cena con ella. Subi la apuesta con unas vacaciones sorpresa a Bali, viajes de fin de semana a Marruecos en mi jet privado, un Mercedes nuevo y un cachorro. Trabajaba duro para ganarme su confianza y, finalmente, su amor, lo que me llevo al momento glorioso, un ano despues, cuando pasamos un dia entero en la cama de un hotel de Nueva York. Follamos tan fuerte que ambos estabamos demasiado doloridos para movernos al dia siguiente, asi que, en esencia, fueron dos dias gloriosos en la cama.

  • Vida prestada de Nerea Vara

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    Savannah vivia alejada del mundo. No conocia nada mas alla de su comunidad y sus costumbres Amish.Mason Fox era el chico del momento, la sensacion. La persona por la cual las fans cometian verdaderas locuras. Tenia todo lo que un joven pueda desear: dinero, fama, diversion… Cada uno vivia en su propio cielo. ?Que sucede cuando te sacan de tu zona de confort??Como hacer frente a una vida prestada?UNA HISTORIA CAUTIVADORA REPLETA DE PRIMERAS VECES

  • Siempre seras tu (FBI 3) de Vega Manhattan

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    No podia quitarme esa frase de la cabeza. Llevaba dias martirizandome y haciendome sentir como lo peor del mundo. No se le podia decir eso a nadie, era lo mas cruel del mundo. Sobre todo para alguien como yo. Habia tenido pocas relaciones en mi vida. La verdad es que casi podia asegurar que ninguna. No era problema de mi fisico, no en el lado negativo al menos. Al contrario, por culpa de mi fisico es que eso ocurria. Los hombres me veian como un trofeo en su cama, pero como nada mas. No me habia importado hasta el momento, no es que yo quisiera nada con nadie, asi que vivia y disfrutaba del momento. Pero llega un punto o una edad en la que necesitas o quieres algo mas. Mis hermanos, Liam y Alice eran felices con sus parejas, habian encontrado el amor. Y yo seguia sola, parecia que eso no estaba hecho para mi. Era algo que costaba asimilar, pero que se terminaba aceptando. Otra cosa muy distinta es que el hombre por el que empezaba a sentir algo porque creia que era diferente, me dijera, claramente y sin tapujos, que solo era sexo. Un polvo muy bueno, si, pero solo un polvo. Como si con esa aclaracion estuviera arreglando las cosas... Toda mi familia habia estado en casa de mis padres y no hacia mucho que se habian marchado. Yo estaba alli, en el jardin, mirando a la nada. Aun vivia con ellos y como me iban las cosas, iba a tardar en poder independizarme. Tampoco era algo que me preocupase, con ellos no estaba cohibida en ningun sentido. --?Que haces aqui tan sola? Me sobresalte al escuchar la voz de Alan. Se sento a mi lado, en el cesped y miro al cielo. --Pense que te fuiste con los demas. --Tu madre me puso un chocolate caliente al que no me pude resistir --rio. --A mi madre le encanta cebarnos a todos --resople. --Como a la mia. --Siempre lo hizo. Una sonrisa se dibujo en mi cara cuando recorde algunos de los momentos vividos con la familia de Alan. Momentos que gracias a la union de las dos familias, volvian a repetirse. Eso me encantaba. --?En que piensas? --En todo y en nada --suspire y me deje caer en el cesped. El hizo lo mismo y los dos miramos al cielo. --Estan preocupados por ti. --Lo se --resople. Mi hermana Alice habia estado intentando sonsacarme que era lo que me ocurria, pero sin exito. No era algo de lo que quisiera hablar con nadie. Aunque sabia que necesitaba hacerlo. --Me he acostado con mi jefe --solte de sopeton. Mire a Alan de reojo, para ver como reaccionaba. Creo que ni pestaneo... --Ah... --fue toda su respuesta. --Varias veces. --No necesito detalles, Hannah, creeme. --Esta casado. --Entiendo... --apreto la mandibula. --Creia que sentia algo por mi, ?como pude ser tan ingenua? --Supongo que todos lo somos de vez en cuando. --?No vas a criticarme? --?Quieres que te juzgue? --giro la cabeza y me miro-- No lo hare nunca. Es tu vida, tu decides como la vives. --Meti la pata. Me crei cada una de sus palabras. Eres especial, voy a dejarla... Seis meses he estado asi, Alan. Seis malditos meses y cuando le he reclamado un poco mas de atencion, ?sabes que ha hecho? --Sorprendeme --dijo con ironia. --Me ha dicho que soy un simple polvo para el --lo dije con toda la rabia que sentia dentro. Resople y volvi a mirar al cielo. Estaba precioso y yo podria pasarme horas alli, solo mirandolo. --?Y que vas a hacer? --pregunto. --Olvidarlo. No quiero nada con el. Pero me siento tan idiota... --?Y el trabajo? --Tengo que quedarme. Me amenazo con una demanda si lo rompia. Tendre que aguantar los dos meses que me faltan y marcharme. --Puedes romperle las pelotas e irte. --No es tan facil. --Si pudieras demostrar lo que hubo entre vosotros y el chantaje si. --Ya... Pero no puedo --suspire. El se quedo unos segundos en silencio. --Me ire cuando termine, con el finiquito montare mi empresa. --Espero que asi sea... Nos quedamos callados, solo disfrutando de esa hermosa vista. --A veces los envidio, ?sabes? --?A quienes? --pregunto. --A Liam y a Eva. A Alice y a Noah... Es tan bonito verlos enamorados --suspire cual quinceanera. --Lo viviras. --No creo --sonrei con tristeza. --?Por que no? ?No quieres eso? --Pues hasta hace poco no --rei, negando con la cabeza, el me miro con una sonrisa--. Pero desde hace un tiempo... Es bonito imaginar que tal vez hay alguien en el mundo para mi y con los mismos deseos que yo. --Seguro que si. --?Que deseas tu, Alan? El no tuvo que pensarlo demasiado antes de responder. --Lo quiero todo. --?Que es todo? --Boda. Hijos. Casa grande. Un para siempre... --rio, avergonzado-- Como ves, por algo estoy solo. --Mereces eso y mas, seguro que lo consigues. --No lo se, Hannah --miro al cielo. --Tienes que creer en ello, ?no es asi? Si me dices que yo crea, ?por que no hacerlo tu? --Porque la persona con la que quiero mi "todo" ni siquiera se da cuenta de que existo. Lo mire con el ceno fruncido. --No pasas desapercibido para nadie, Alan. Las mujeres suspiran por ti. Y lo sabes. --Pero no la que quiero --se levanto del cesped y me ofrecio la mano--. ?Un chocolate caliente conmigo y me despido? Agarre su mano y me ayudo a ponerme en pie. --Solo si me cuentas quien es ella. --Va a ser que mejor me despido ya... --comenzo a caminar y yo a seguirlo. --Vamos, Alan --rei--. Yo te cuento mis secretos, es tu turno. --Algun dia, que no sera hoy. --?Por que no? --Ahora preocupate por estar tu bien --puso su mano alrededor de mis hombros--. Ellos se preocupan de verdad. Yo tambien. Solo queremos verte feliz. Sonrei, la verdad es que todos eran de lo mejor. --Lo hare, todo estara bien. --Lo se --sonrio--. Y nosotros estaremos contigo. Al menos los tenia a ellos. La mejor familia y amigos del mundo. Aunque mi autoestima como mujer fuera una mierda. Aunque odiara que me vieran como un simple objeto sexual y que nadie se parase a querer conocer que habia en mi interior. --Si acabamos los dos solos, siempre podemos irnos juntos de viaje cuando seamos viejos -- rei--. Con las dos parejas de tortolitos. --?Con esos cuatro? Ni muerto --exclamo haciendome reir. Igual que no se soportaban, no podian estar unos sin los otros. A la vista estaba de que Alan se pasaba ya media vida en casa de mis padres, no se le podia echar de alli ni con agua caliente. Mi vida sentimental podia ser un desastre, pero la familiar... Esa era, ademas de para no aburrirse, casi perfecta gracias a todos ellos. --?Sabes, Alan? Creo que yo tambien quiero un "todo" de los tuyos --suspire, haciendolo sonreir. Alan Estaba enamorada de su jefe. Maldita fuera mi suerte, ?por que me lo tenia que contar a mi? A veces odiaba ser su amigo porque habia cosas que preferia no saber. Que Hannah estaba rara ultimamente y que su humor estaba mas agriado de lo normal era cierto, pero ahora entendia por que. Estaba enamorada de alguien que la habia usado, de un tipo que solo la habia tratado como a un objeto. Maldito imbecil, no tenia derecho a hacer sentir mal a nadie. Llegue a mi casa y, tras una ducha, me tumbe en la cama. Sentia una pequena opresion en el pecho desde que Hannah se habia sincerado conmigo. Hubiera preferido que se lo hubiese guardado para ella. Hannah era una gran amiga para mi. Sobre todo desde que nuestras familias, con el paso de los anos, volvieron a unirse. Eramos adultos y la amistad entre nosotros se retomo rapidamente, convirtiendose en una mejor. Porque en el pasado eramos dos crios que no entendiamos lo que verdaderamente significaba el ser amigo de alguien. Pero ella me hacia sentir algo mas. No sabia que, solo que necesitaba verla bien. No echa una mierda, como parecia estar, por un gilipollas como debia de ser su jefe. Era lo que habia... Era el precio a pagar por ser amigo de una mujer. Ser invisible para ella mientras escuchaba las penas sobre los demas. Ese era mi papel y no es que yo quisiera otro, que va. Solo... Bueno, que habia cosas que preferia que se las contara a su hermana o a la mia antes que a mi. En fin... Que para que iba a negarmelo a mi mismo. Habia cosas de mi amiga, de la mujer por la que sentia algo mas que una simple amistad, que no queria saber. Porque aunque Hannah a mi no me viese de esa manera, para mi desgracia y con el paso del tiempo, yo estaba enamorandome de esa mujer. Y por eso mismo iba a hacer lo que un hombre maduro haria: iba a salir corriendo hasta que se me pasase la jodida calentura. Porque habia que estar loco para enamorarse de una mujer como Hannah. Una asi, me atraparia cada vez mas y el dolor por no ser correspondido podria llegar a hacerme mucho dano. Yo no estaba dispuesto a sufrir. Claro que tampoco estaba dispuesto a sacarla, por completo, de mi vida porque joder, era mi amiga. Asi que eligiera lo que eligiera, estaba jodido. Esa era la unica cosa que sacaba en claro con todo esto. Eso y que tenia que alejarme un poco y quizas, al volver, me diese cuenta de que estaba equivocado y exagerando las cosas. Era posible, ?no?

  • El rastro de los cuerpos de Jose Miguel Tomasena

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    Circulabamos por uno de esos tuneles mal hechos que hacen en Mexico, en el que cada tres dias se mata alguien, porque en lugar de hacerlo en linea recta, lo construyeron con mas curvas que una carretera de montana. Tania manejaba. Era medianoche y casi no habia trafico. Al salir de la primera curva nos encontramos con un perro tirado a la mitad de la avenida. Tania alcanzo a esquivarlo y se orillo. ?Esta vivo?, pregunto mirando por el retrovisor. En efecto, el perro aun movia la cabeza y parecia hacer un gran esfuerzo por moverse. Antes de que yo pudiera decir algo, Tania ya se habia bajado del coche y corria entre los carriles hacia el animal herido. Vi el reflejo de unos faros en la pared del tunel y escuche el sonido de un motor que se acercaba. Le adverti a gritos del peligro y Tania se hizo a un lado. Por un momento temi que el coche rematara al animal ahi, enfrente de nosotros, pero alcanzo a esquivarlo y paso entre nosotros zumbando el claxon. Era una hembra. Una pointer cafe que tenia las tetas hinchadas y que nos miraba con sus enormes ojos grises. Sus aullidos retumbaban en el tunel. El golpe le habia dislocado la cadera, y aunque intentaba usar las patas delanteras para moverse, la parte trasera de su cuerpo parecia un tren volcado. Tania se cubrio la nariz y la boca con las manos. Tenemos que ayudarla, suplico. Me acerque al animal, arrastrando los pies. La perra gruno, mostrandome los colmillos, sin dejar de mirarme. En sus ojos habia furia, pero sobre todo habia dolor, miedo. Ya, dije extendiendo la mano para tocarla, no te vamos a lastimar, pero la perra me respondio con una dentellada caliente que apenas pude esquivar. Del punto ciego del tunel, iluminado por unas farolas con luz naranja que pendian del techo humedo, aparecian coches a toda velocidad. Sus luces blancas nos cegaban y parecia que nos iban a embestir, pero luego frenaban, cambiaban de carril y, en algunas ocasiones, nos mentaban la madre con el claxon. ?Que vamos a hacer?, dijo Tania. Levante los hombros. Esta muy lastimada, respondi, y ella me suplico que hicieramos algo, por favor. ?Que? Dime. Pues no se. Algo. Entonces se acerco a la perra, muy despacio, extendio la mano y la perra levanto la cabeza y siguio los movimientos de Tania. Tranquila, susurro como una encantadora de serpientes o domadora de leones. No te voy a hacer nada. La perra lanzo un aullido de dolor que retumbo en el tunel. No tengas miedo, dijo Tania mientras volvia a acercarse. Ya, ya, te vamos a ayudar. La perra seguia tensa, mirando su mano, pero acepto que le tocara la cabeza. Eso, dijo. Te vamos a sacar de aqui. En sus ojos vi consuelo mientras Tania la acariciaba, cierta calma, la confianza en que seria salvada, y yo ya estaba pensando como conseguiriamos subirla al coche y acomodarla en el asiento trasero, a donde la llevariamos, quien conseguiria salvarla, cuando el motor de un camion bufo desde la boca del tunel, la perra se asusto y lanzo un mordisco sobre la mano de mi esposa. Era un camion de mudanzas que no tenia por que circular por ahi. Un letrerote lo decia clarito al inicio del tunel: NO BICIS, NO MOTOS, NO CAMIONES. Pero si en Mexico puedes destripar a tu vecino y regarlo por la ciudad en bolsas negras, puedes secuestrar autobuses llenos de migrantes, desechar los residuos de tu fabrica en el rio, esclavizar indigenas para que cosechen tomate, comprar elecciones con monederos electronicos, ?que puede pasarte por meter un camion de mudanzas a un tunel mal hecho? El chofer imbecil todavia nos sonrio al pasar y hasta agito su manita para saludarnos. Estoy bien, dijo Tania. Yo habia pegado un grito mas escandaloso que los grunidos de la perra, pero era una herida superficial: dos rasgunos en el dorso de la mano. Yo sabia que Tania se impresionaba facilmente con la sangre desde que se cayo de una patineta cuando era nina y se abrio la cabeza, pero ella insistia en la perra, la perra, habia que salvarla. No se puede, dije. Esta muy lastimada. Y ella: La perra, hay que salvarla. Y yo: Es muy peligroso, nos tenemos que ir. Estabamos solos, en la salida de una curva ciega, a media noche, ante un animal dispuesto a morir peleando. ?Quienes eramos nosotros? ?Que podiamos hacer? Pero Tania nunca se daba por vencida, creia que siempre se podia hacer mas, siempre algo mas. Nunca me perdono que yo quisiera protegerla y yo no me perdono no haber podido hacerlo, aunque esa noche consegui imponerme y llevarla de regreso al coche. Luego tuve que soportar su desprecio durante tres o cuatro dias: yo era un cobarde, un insensible, un pusilanime. No podemos dejarla, me suplico por ultima vez en el coche, despues de que yo tomara el volante. Mirate la mano, Tania, ?que quieres hacer? Y entonces ella vio la sangre, dos hilos que le escurrian por el antebrazo y que en algunas partes ya se estaban secando, y vio la mancha roja casi negra en los dedos y en la muneca, en su falda de flores. Saco un Kleenex de la guantera, que al entrar en contacto con la sangre se quebro en oscuras lombrices alargadas. Vamonos, dijo, mientras se ponia el cinturon, sin voltear a verme. Luego recargo la cabeza contra el respaldo y empezo a llorar. Quise tocarla, pero esquivo mis caricias. Por el retrovisor pude ver a la perra haciendose mas pequena mientras nos alejabamos, hasta que nuestro coche salio a la superficie y el tunel se convirtio tan solo en una boca iluminada en medio de la noche. Tal vez Tania tenia razon. Tal vez pudimos haber avisado a una patrulla, o hablar al 066, o poner senales de advertencia en la entrada del tunel para que los otros conductores nos dieran tiempo. Cuando recuerdo sus aullidos de dolor, pienso incluso que pudimos haberla rematado con nuestro Chevy. Le habriamos hecho un favor: la violenta compasion. Quien sabe cuanto tiempo estuvo asi, cuantas horas tuvieron que pasar antes de que le dieran el golpe definitivo. Todavia pienso en ella, como si aun estuviera esperando nuestra respuesta. La imagino escupiendo sangre o arrastrando su cuerpo, escucho sus aullidos magnificados por el tunel, y siento que aun estamos ahi, que en realidad no nos movimos, que todo lo que nos paso despues es una ilusion, que nunca existio el coche en el que supuestamente nos fuimos al hospital a que curaran la mano de Tania y que ella y yo seguimos intentando salvar a una perra que de antemano estaba condenada.

  • La quimica del odio de Carme Chaparro

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    ?QUE HARIAS SI, TRAS HABER SOBREVIVIDO A LA QUE CREISTE QUE ERA LA PRUEBA MAS DURA QUE PODIAS SOPORTAR, EL DESTINO TE LLEVARA OTRA VEZ AL LIMITE?

  • Las sombras de la catedral de Emma Maldonado

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    Cambiar de aires nunca fue facil. Sobre todo cuando llegas a una ciudad nueva y descubres que estas en el sitio equivocado en el momento equivocado.

  • Los Supervivientes. Survivors de Adrian Henriquez

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    La Tercera Guerra Mundial comienza y finaliza en pocas horas dejando los continentes transformados en gigantescos campos radiactivos.Solo sobreviven al impacto de los misiles intercontinentales algunas ciudades costeras y un punado de islas, entre ellas; Cuba.

  • Maltrato animal, sufrimiento humano de Mauricio Garcia Pereira

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    Acuciado por la necesidad de conseguir un empleo tras tres anos en el paro, Mauricio Garcia Pereira, un gallego emigrado a Francia, acepta un trabajo en el matadero de Limoges, el mas grande del pais. Durante casi siete anos, aspira la medula espinal de centenares de vacas e hincha cabezas de ternero con una pistola de aire comprimido, entre otras tareas. El trabajo es duro, muy fisico, los accidentes son continuos y la normativa no siempre se respeta. Las condiciones, precarias, y los jefes abusivos llevan al limite de sus fuerzas a los empleados, muchos de los cuales recurren al alcohol y a las drogas para soportar el ritmo.

  • El guardian de las sombras de Vidal Fernandez Solano

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    Cuando cae la noche, las sombras se aduenan del mundo y de nuestra mente. El temor atavico a la oscuridad pervive en el interior de cada uno, intacto a pesar del paso de las eras desde que el ser humano moraba en las cavernas, tras la luz de las hogueras.Tememos todo lo se oculta mas alla del velo negro: la vida despues de la muerte, el universo, las sombras que reptan dentro y fuera de nosotros.A lo largo de catorce relatos de diverso sesgo narrativo: terror, historico o ciencia ficcion, el autor explora ese territorio prohibido en los rincones del alma: la inseguridad, la incertidumbre, el miedo.Si reunes valor y te adentras en esos parajes, no olvides llevar tu propio fanal de luz.

  • Cierra los ojos y entregate de Pilar Parralejo

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    TAN pronto como termino la reunion, Miranda Warhol, editora jefe de Stardust Miracle, cerro la libreta sobre sus rodillas, estirandose sobre el puf en el que habia estado sentada durante mas de dos horas. Se puso en pie elegantemente y se coloco bien la chaqueta del traje. --Bien, chicas. Nos vemos aqui el proximo martes con los articulos de los zapatos mas extravagantes del mundo, --senalo a un par de chicas-- el articulo sobre vestidos de epoca, -- miro a otro par de ellas-- y el de los peinados sencillos pero elegantes para citas de ensueno. -- ?Y el de los consejos para conquistar al hombre de tus suenos, del mes proximo? --respondio una de las redactoras a medida que se acercaban a la puerta. --Bueno, de ese articulo me encargo yo --sonrio--. De vez en cuando tambien me gusta colaborar, ya lo sabeis. Cuando todas salieron de la enorme sala de colores en la que se reunian siempre, Miranda indico a su asistente que las siguiera, y este no tardo en unirse a ellas. Las chicas se acercaron a la puerta del ascensor de cristal exterior, desde donde se veia gran parte de la ciudad en una imponente panoramica. --Parece que hara buen tiempo el resto de la semana. Las chicas y yo iremos el viernes a un sitio nuevo ?Querras venir? --pregunto Pauline, una de las redactoras y alguien con quien Miranda se llevaba especialmente bien desde hacia algo mas de tres anos. --Pues no lo se, ese viernes por la tarde vienen los de la mudanza y no se si tardaran mucho --explico--. De todas formas enviame la direccion en un mensaje, si terminan rapido me pasare por alli, no me gustaria perdermelo. --!Hecho! --exclamo--. ?Sabes? A ese sitio nuevo suele ir tu amado Sebastian Jefferson --canturreo con intencion de avergonzar a su jefa. --Por dios Pauli, !callate! --Miranda la regano con los dientes apretados mientras le daba un golpe con el codo en las costillas. -- Vamos Warhol, ya todo el mundo sabe que te gusta el jefazo --rio, entrando en el elevador y corriendo para esconderse detras de sus companeras, haciendo que la editora se sonrojase por ver su secreto al descubierto. --Es cierto… --confirmaron las otras chicas asintiendo efusivamente. Miranda se abrazo a su asistente y fingio que se ponia a llorar, haciendo reir a las muchachas y al secretario. No podian negar que lo pasaban genial en aquel trabajo. Casi como si de una broma se tratase, Bastian, el guapo y sexy director general de New York Paper Ind., la editorial a la que pertenecia la revista de las chicas, esperaba en la puerta del ascensor. Cuando este se detuvo, la mandamas del grupo salio caminando de espaldas y, sin haber visto al hombre, choco aparatosamente con el. Las chicas empezaron a reir y a pasar sobre los papeles para ir a sus puestos y dejarlos solos. --!Oh, madre mia! Lo siento tanto… Disculpa. Lo lamento muchisimo --murmuraba completamente avergonzada, mientras recogia el monton de papeles que el choque entre ellos habia dejado desperdigados por el suelo. --No importa. ?Estas bien? --Si, estoy bien. Tu… ?te he hecho dano? Lo lamento de verdad. --Si, tambien estoy bien --sonrio el, poniendose en pie y presionando el boton para que las puertas del ascensor volvieran a abrirse-- Ten un buen dia. --Gracias, tu… tu tambien --dijo la editora, sonriendo como una tonta antes de darse la vuelta y correr a su despacho hecha un manojo de nervios. A Miranda nunca le habia gustado un hombre como Sebastian. El no era mucho mas alto que ella, tenia el cabello semi-largo, de un castano casi rubio, y ojos azul grisaceo. Era un hombre que siempre llevaba barba sin afeitar de varios dias y mayor que ella por varios anos. Miranda siempre se habia enamorado de tipos como Maximilien, su asistente, chico atractivos, jovenes y seductores. Hombres jovenes con los que podia acostarse una noche y olvidarlos la noche siguiente. Tampoco es que lo hiciera asi, se habia acostado con al menos una decena de chicos desde su adolescencia, pero salio con todos ellos como minimo por un mes. Pauline la habia visto correr a su despacho y, abrio una ventana de chat con el resto de las chicas para burlarse de ella. --Realmente te quita el aliento, ?no? --No --la miro a traves del cristal de su despacho con la cara aun colorada--. ?Por que siempre exagerais tanto? Solamente lo encuentro atractivo. Una de las redactoras habia encontrado una foto del ejecutivo en internet y la compartio en el chat. Miranda se puso en pie para reganarlas por su falta de decoro, pero su expresion risuena cambio inmediatamente, palideciendo mas por momentos. Bastian se acercaba directo a su despacho, con su siempre recta y elegante postura. NYPaper tenia reuniones todas las semanas en la sala de juntas contigua a la que usaban las chicas. Esta, por el contrario, no era en tonos blancos, rosas, naranjas y violetas, ni tenia como asientos cojines, pufs y sillones acolchados. Era una sala fria, gris, con una gran mesa de cristal ahumado en el centro y rodeada de sillas de simil piel color negro. Bastian solto la pila de papeles sobre la mesa conteniendo una sonrisa por el choque con esa chica. --?Pasa algo? --pregunto uno de los editores de la revista masculina que su editorial llevaba. --No, no en realidad. Desvio la mirada al monton de documentos y se dio cuenta de que los suyos estaban mezclados con los de la editora. Por un momento penso en mandar a Sean, su secretario, pero le apetecia verla de nuevo asi que, despues de rebuscar y seleccionar los informes y recortes de Miranda, bajo a su despacho. Al salir del ascensor la vio reir dentro de su acristalada oficina. Su cara aun lucia llena de color y parecia interesada mirando algo en el monitor de su ordenador. Camino despacio, observandola mientras se acercaba, hasta que ella alzo la vista y le miro. Su expresion perdio todo color que pudiera tener. --Buenos dias de nuevo, Senorita Warhol. --Saludo, apoyandose en el marco de cristal de la puerta. --Buenos… dias --respondio ella, colocandose frente a la pantalla en la que aun estaba la imagen. Las chicas reian, mirandolos. Ellas tambien estaban sorprendidas por la visita del jefazo, pero la cara de su editora era un poema y era inevitable no reirse. --Supongo que te sorprende mi visita. --!No! Bueno si. Pero por favor, pasa, sientate. --No. En realidad vengo a por los papeles de mi reunion --ella lo miro sin saber a que se referia, pero Bastian senalo con la mirada el monton que habia en una mesita al lado de su escritorio. --Oh, !lo siento! De verdad que lo siento… --No te disculpes tanto, yo tambien me he llevado los tuyos --anadio, sacudiendo los que llevaba en la mano. Maximilien miraba desde fuera. Habia ido a por los cafes que la mandamas le habia pedido y dudaba si entrar o no. Las chicas le llamaron con gestos, como si le dijeran que se apartase de alli. Su jefa se veia tan emocionada que, obedeciendo a las redactoras se acerco al escritorio de Pauline para no interrumpirles. --?Que ha pasado? ?Por que esta el jefazo en su despacho? --pregunto soltando las bebidas calientes en la mesa de la pelirroja, pero ella no respondio, solo se encogio de hombros sin apartar la mirada de su amiga. Mientras ella rebuscaba entre los papeles para devolverle los que se habia llevado por error, el ojeo el despacho y con el, el reflejo en el espejo que habia detras de ella. Desde ahi pudo ver el monitor, donde habia una foto suya en primera plana. Sin intencion alguna de disimular dio la vuelta al escritorio para verla mejor. --?Y esto? --pregunto risueno. Miranda se giro horrorizada, sin poder articular palabra-- Esa no es de mis mejores fotos, la verdad… ?Son esos? --pregunto, cambiando de tema, restandole importancia a lo que habia estado mirando. --Si… estos son. --Vale. Gracias. Espero chocar mas veces contigo, me gusta sonreir antes de una reunion importante, ayuda a aliviar tensiones --Bastian tendio una mano como saludo y ella la estrecho timidamente. Nunca antes habia pasado esa verguenza. Habia chocado con el, tirando todo lo que llevaba en las manos, le habia hecho ir a por los documentos que se habia llevado y, ademas, le habia pillado con un retrato suyo en la pantalla. Cuando el ejecutivo se marcho Miranda se llevo las manos a la cara, percibiendo sin querer, el aroma que la mano de ese hombre habia dejado impregnado en la suya.

  • El Levante de Mircea Cartarescu

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    Mircea Cartarescu comenzo a escribir El Levante en 1987, cuando era un amargado profesor en una escuela de barrio en Bucarest. Recien casado y con una hija pequena, escribia en la cocina, en su maquina de escribir Erika, sobre un mantel de hule; con una mano tecleaba y con la otra mecia el cochecito de la nina.
    Concluyo la obra pocos meses antes de la caida del comunismo, sin sonar siquiera con la posibilidad de publicarla. El resultado fue uno de los experimentos poeticos mas fascinantes escritos jamas: una epopeya heroico-comica, que es tambien una aventura a traves de la historia de la literatura rumana, que sigue la tecnica utilizada por James Joyce en el capitulo del Ulises <>. Pero no hace falta conocer la literatura rumana para disfrutar como un nino de las aventuras del poeta Manoil, de Zotalis, de la bella Zenaida, del temible Yogurta, de los piratas y ladrones que pululan por las aguas del Mediterraneo, y de acompanarles en su propia Odisea, plagada de batallas, amores y deserciones. Un delicioso escenario bizantino donde se confunden realidad y ficcion, y un cautivador relato que invita a una lectura gozosa, pueril, inolvidable.

  • Mujeres olvidadas de Antonina Rodrigo

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    Antonina Rodrigo inicio hace muchos anos la labor de recuperar y dar a conocer la vida y la obra de las grandes mujeres de la Segunda Republica espanola, excluidas de la historia de Espana a causa de la guerra, la represion posterior y el exilio. A pesar de silencios y olvidos, la lucha y utopia de estas pioneras, convertidas en materia de estudio, forjaron a la mujer de hoy, en una cronica oral para las nuevas las generaciones.

  • Finge que soy tuyo de Jessa James

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    Hace dos anos Es en la mitad de una noche de llovizna de primavera que la pierdo. “Adios, John”, le digo al hombre mayor que esta doblando las sillas plegables grises con un golpe. Estamos en un sucio sotano de iglesia, pero al menos la iglesia nos deja reunirnos gratis aqui. “Charlie”, dice John. Sus mejillas estan sonrojadas y sus ojos son de un azul profundo. Sus ropas son de varias tallas mas grandes y de un beige plano. El asiente su cabeza canosa hacia mi y luego regresa a doblar el resto de las sillas. Tomo un ultimo trago de mi cafe y hago una mueca al sentir lo dulce que estaba. Le puse demasiada azucar, pero ya no puedo hacer nada. Echo los residuos en mi vaso de papel y la servilleta de papel que tengo empunada con las migas de una galleta simple de la tienda. “Cuidado”, dice alguien y me detengo justo antes de chocarme con un anuncio que cuelga del techo. El techo es tan bajo que solo hay unos centimetros entre ellos y mi cabeza. Supongo que no hay muchos tipos que parezcan vikingos caminando por aqui. Aun asi, aprecio que me hayan avisado. “Gracias”, dije, pero la persona que me advirtio estaba casi afuera de las puertas de metal que van hacia el estacionamiento. Miro alrededor, un poco desanimado. Soy un tipo grande, estuve en el Ejercito y en la CIA. Termine aqui por mis ataques de panico y mis pesadillas. Mi esposa Britta me dijo que era esto o dormir todas las noches en el sofa, porque no habia forma de que ella siguiera permitiendo que la despertara todas las noches. Entre ella estando embarazada de nueve meses en ese entonces y yo que no cabia en el sofa… sabia que necesitaba ayuda. Asi que hice algunas llamadas. Acudi a tres tipos de terapia grupal y aqui estoy. Suspiro, recordando algunas de las ideas presentadas durante la sesion, recorriendolas en mi cabeza. La idea de la vulnerabilidad, de permitirte ser vulnerable alrededor de otra persona era muy mencionada. Al escuchar a algunas personas hablar, me alegre de seguir teniendo a Britta a mi lado. Ella me trajo del abismo cuando regrese de Siria y ahora ella es la que me mantiene cuerdo. Saco mi telefono. Estoy pensando cosas buenas sobre ti, le escribo a Britta. No hubo una respuesta inmediata, pero esta bien. Pongo mi telefono en el bolsillo trasero de mis jeans. Deberia irme. Todavia hay algunas personas hablando en la mesa de refrigerios, pero el resto de mi nuevo grupo de apoyo, Los veteranos de combate hablan, ya se han ido. Mientras me dirijo hacia las puertas dobles de metal, mis ojos recorren el sotano una ultima vez, revisando automaticamente las paredes moldeadas y la alfombra azul barata en busca de… ?Que? Me pregunto yo. ?Enemigos? ?Amenazas? Deje todo eso atras en el paisaje arenoso de Alepo, lugar en el que estuve como operativo de la CIA. Eso fue hace un ano y sin embargo, recien estoy comenzando a recuperarme. Por eso voy a las sesiones grupales de terapia. Bueno, debo dar credito cuando algo lo merece: Britta y nuestra hija recien nacida tambien son una parte integral de mi recuperacion. Observar la panza de Britta crecer y luego sostener a Sarah por primera vez… eso cambio algo en mi a nivel molecular. Ahora no se que haria sin ellas. Son la luz de mi vida, aunque sea tan cursi como Debbie Boone. Abro la puerta y entrecierro mis ojos a la luz del sol. Esta comenzando a llover, pero eso es algo constante aqui en Seattle. Ademas, la lluvia es un descanso refrescante del horrible calor del sotano de la iglesia. Las gotas de lluvia caen en mis brazos y mi cara, son un alivio helado. Me pongo mi rompevientos azul y me dirijo a mi auto. No quedan muchos autos en el estacionamiento de la iglesia; es un sabado por la tarde y es un bonito dia, a pesar de la llovizna. La mayoria de las personas en Seattle seguramente estan en algun brunch o de excursionismo o de compras ahora mismo. Estoy listo para ir a la biblioteca y encontrarme con Britta y Sarah. Las imagino en mi cabeza: Britta con su largo cabello negro y su linda sonrisa. Sarah en su enterizo, del mismo color de mama y con mis ojos verdes. Las imagino en mi cabeza, Britta lleva al bebe en su pequeno arnes frontal mientras Sarah duerme. Sarah solo tiene tres meses, pero Britta dice que nunca es demasiado temprano para presentarle la biblioteca. Nosotros hemos estado conversando sobre que cosas deberiamos leerle a Sarah. Britta dice que no importa, pero deseo comenzar a leerle al bebe las noticias en varios idiomas. Despues de todo, nunca es demasiado temprano para alentar el pensamiento critico, ?cierto? Mi mente esta enfocada en eso cuando me deslizo a mi auto y enciendo el motor. Salgo del estacionamiento y voy a la izquierda, mis manos estan en el volante y mi memoria muscular se encarga. Cometi el error de encender la radio en el auto. No puedo escucharlo sin involucrarme en las historias, desarrollar sentimientos personales sobre ellas y guardar cada historia en mi baul mental con total precision. Estoy a unos tres kilometros de mi casa cuando me doy cuenta de que he avanzado en piloto automatico. La biblioteca esta al otro lado. Miro el reloj en mi auto. Probablemente llegare tarde para encontrarme con Britta. Al voltear me dirijo al noroeste, el mismo camino que recorreria si saliera de mi casa. Algo en la radio me distrae; estoy irritado porque la Casa Blanca esta intentando meter sus narices en lo que sucede en Siria y lo esta haciendo mal. Veo un choque adelante cuando giro en una esquina, pedazos doblados de metal rodeados por varios autos de policia con las luces encendidas. Un policia esta alejando a las personas; otro esta colocando cinta policial alrededor de la escena. Casi giro a la derecha para evitar el trafico que se acumulaba, pero no lo hago por alguna razon. Quizas es porque a todos les gusta ver un accidente de trafico. A todos nos gusta en secreto ver el auto volteado, nos gusta intentar descubrir como sucedio. Comenzamos a pensar y suspirar de alivio que no fuimos nosotros mientras nos alejamos. De cualquier forma, estoy escuchando la radio y dandole golpecitos al volante mientras espero que el policia me deje pasar. Giro mi cabeza para mirar el accidente mientras espero, juzgando la distancia entre los dos autos. Era imposible que alguien volviera a conducir alguno de los dos autos. Demonios, si alguien no murio en un choque tan horrible, deberian agradecerles a sus malditas estrellas de la suerte. El auto A era un Dodge Charger nuevo, negro y brillante y estaba destrozado. El auto B estaba de lado, la parte de abajo daba hacia mi auto y claramente habia rodado varias veces. Parece que el auto A golpeo al auto B y el auto B rodo para frenarse y quedo de esa forma. Intento ver que auto es, pero todo lo que puedo ver es que el auto B es un SUV negro. Un presentimiento me recorrio la columna. Britta conduce un SUV negro, un Nissan Pathfinder negro. Tranquilo, me digo a mi mismo. Ella esta en la biblioteca, probablemente preguntandose donde estas. Avanzo lentamente por la linea. Finalmente es mi turno de avanzar y lo hago lentamente. No puedo evitar mirar el auto A y el auto B y los numerosos policias caminando, tomando notas y fotografias. Ya casi pase el choque, estoy por avanzar cuando algo atrae mi atencion. Uno de los oficiales de policia esta catalogando algunos objetos personales que probablemente vinieron del auto B y esta colocando una manga en una bolsa enorme de evidencia. La manta es familiar para mi. Hecha para un bebe, muestra la escena de dos osos pescando en un rio. La cosa es que, solo he visto ese diseno de manta en un solo lugar: en una manta hecha a mano, hecha para Sarah por la madre de Britta. Presiono el freno mientras mi cerebro comienza a recalentarse y a trabajar al maximo. Quizas la madre de Britta compro la manta y hay muchos tipos en el mundo. O quizas… El auto detras de mi toca su bocina y me sobresalta. Avanzo de nuevo y me estaciono apenas logro superar el accidente. Mi corazon esta palpitando, toda la sangre se me esta yendo a la cabeza y hace dificil que pueda pensar. Me volteo y miro el accidente. La manta ya no es visible. Intento ver el modelo de la SUV, pero es imposible desde este angulo. Comienzo a temblar mientras me saco el cinturon y saco el telefono de mi bolsillo. Britta me saluda mientras sostiene a Sarah; esa es la fotografia en mi pantalla mientras marco su numero con dedos torpes. Suena cuatro veces. Suena la quinta vez y veo por mi espejo retrovisor que la mujer que esta guardando las cosas agarra una de las bolsas. Mi corazon se detiene cuando veo que esta sosteniendo un telefono. No. No, no puede ser. Salgo del auto, consciente del hecho de que los bordes de mi vision estan mareados y poco claros. Esa es la primera senal de un ataque de panico, pero eso era lo ultimo en mi mente ahora. “?Senor?” una mujer joven se me acerco mientras yo comienzo a avanzar. “El accidente”, dije, sin siquiera mirar a la oficial. Estoy demasiado concentrado mirando las cosas que siguen en el suelo, intentando ver si reconozco algo. “?Donde estan las personas que estan heridas?” Ella se estira para detenerme cuando yo intento acercarme. “Senor, necesita…” Agarre su muneca, mi mirada desesperada atrapo la suya. Mi corazon comenzo a latir mas rapido, tan rapido que pense que me iba a desmayar. Mi respiracion estaba agitada, mi vision borrosa y mis manos temblaban. Estoy totalmente fuera de control. “Puede ser mi esposa”, logre decir. Solte su muneca y agarre el cuello de mi camisa. “Mi hija. Necesito saber…” Avance por su lado, ignorando lo que estaba diciendo, “?Senor? !Senor!” Camine determinado hacia el auto B hasta que vi una rosa de seda destenida en el suelo, rodeada de un millon de pedazos de vidrio… y sangre. Todo la sangre de un cuerpo. Mi corazon apretaba y mis piernas estaban tiesas. Veo a mi derecha y hay un oficinal de policia hombre mayor al lado del auto B. El esta hablando en su telefono y haciendo observaciones. Ni siquiera me mira, esta demasiado ocupado examinando el dano a la SUV. “Es una lastima”, dijo el, sacudiendo su cabeza. “Viene un conductor borracho, mata a una mujer, casi mata a su bebe y sin embargo logra salir sin un rasguno. Es una maldita lastima.” No. No puede ser verdad. La primera oficial me alcanza, me agarra por el codo y grita por ayuda. Caigo de rodillas y vuelvo a mirar la rosa de seda. No. Britta no. No es posible. Debe haber algun error. “?Esta bien?” pregunto la oficial que me agarraba del codo. La miro y la oscuridad amenaza con quitarme la claridad. Mis manos intentan agarrar mi pecho. Intento hablar, pero no tengo aliento para decir algo mas que un suspiro. “Mi corazon”, dije. Todo se puso negro.

  • La ciudad de los minotauros de Carol Zardetto

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    Nueva York es benevolente. Basta entregarse. Abandonarse sin Resistencia a su corriente de movimiento perpetuo. Dejarse complacer por su oferta desaforada. En medio de su fulgor intenso, dejo de parecerme a mi mismo y eso… es el mejor amulet contra la muerte>>.

  • Siempre sera el de Monica Lezama Zelayaran

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    Sin saberlo el, le cambio una vida tranquila por un destino diferente al introducirla a un mundo de negocios y relaciones que la envolverian en un remolino de emociones, en donde se convirtio en la mujer que marcaria la vida de los cinco jovenes mas poderosos e importantes del mundo.
    Aprendio que, un solo gesto puede representar la ruina o el exito, y por mucho que te amen: el poder, los titulos nobles y el honor pueden mas.

  • El jardin de las mariposas de Dot Hutchison

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    Cerca de una aislada mansion existe un jardin donde se cultivan delicadas flores y en el, abrigada por frondosos arboles, habita una exquisita y peculiar coleccion de mariposas que es resguardada por el Jardinero, un hombre que desconoce los limites de su obsesion por preservar la belleza.
    Maya es una sobreviviente del jardin y ahora tendra que narrar a los agentes del FBI los horrores que vivio mientras permanecia en cautiverio junto con otras chicas que ni siquiera habian alcanzado la mayoria de edad. En su memoria viven las peores pesadillas. En su espalda, como en las de todas las jovenes mariposas, un tatuaje le recordara por siempre un crimen imperdonable.

  • El libro de los quizas de Fran Russo

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    ?A que no eres capaz de leer solamente el primer capitulo?

  • La mujer que disparo a Mussolini de Frances Stonor Saunders

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    A las once de la manana del 7 de abril de 1926, una mujer salio de la multitud en la Plaza del Campidoglio de Roma.

  • Destruccion masiva de Fernando Rueda

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    Vuelve Fernando Rueda, el autor del best seller Yo confieso, con un reto aun mas dificil:

  • Mi vida en la sombra de Aurora Fuertes

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    Las sirenas antiaereas comenzaron a resonar en la ciudad de Londres como llevaban haciendolo a diario durante las ultimas semanas. Mientras la multitud se apresura a buscar refugio, Helen, decide quedarse en su piso. En su decision arrastra a Daniel, su novio, que se queda a su lado. Aquella noche del 24 de agosto de 1940, los aviones alemanes bombardean por primera vez la ciudad desde que comenzara la Segunda Guerra Mundial. Daniel desaparece bajo los escombros del edificio, alcanzado por una bomba. Helen lo busca sin exito en una ciudad devastada, presa del caos. Desconoce si esta vivo o muerto. Ambos se reencontraran en el corazon del III Reich, pero para entonces, ninguno sera quien dice ser.

  • Cinco destinos, catorce paradas de Lorena Perez Nolasco

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    Cinco destinos, catorce paradas, no es un libro al uso. En el no encontraras una historia con un principio y un final, sino muchas de ellas.
    En cada destino, prima la esencia de su naturaleza, en las historias que descubriras entre sus paginas.
    Un viaje que te mostrara todo tipo de emociones. Vivirlas, es tu eleccion.
    Leer es viajar y cualquier destino es perfecto.

  • Luz de luna de Daniel Valcarcel De Miguel

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    Luz de luna narra diferentes sucesos que acontecen a un pintor de nombre desconocido, de como tiene relaciones con diversas mujeres, entabla conversaciones profundas con distintas personas y experimenta una vida equilibrada y sin demasiados problemas.
    El libro desafia lo habitual, la realidad cotidiana, para aportar una percepcion peculiar, una nueva manera de construir lazos interpersonales que puede, de algun modo, servir y dar resultado al lector.
    Una obra original, cuanto menos.

  • Alguien como tu de Myrian Gonzalez Britos

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  • Una vida en Paris de Erika Fiorucci

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    El amor algunas veces te golpea como un rayo y otras te consume poco a poco sin que ni siquiera te des cuenta.

  • Palmira Blues de Lorenzo Silva

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    En el septimo volumen de la serie Vidas.zip, Lorenzo Silva vuelve a presentar su particular vision de la actualidad en forma de cuentos cortos, a menudo narrados desde el punto de vista de los protagonistas de las noticias o de los ciudadanos anonimos que sufren su impacto. Palmira blues. Vidas.zip. Ano VII es una recopilacion de las mas de cincuenta historias que Silva escribio por septimo ano consecutivo para la edicion digital del diario El Mundo, en los meses que van desde la primavera del ano 2015 hasta la del 2016. En estos articulos, el autor reflexiona sobre los grandes titulares con su habitual sintesis y las observaciones afiladas a las que nos tiene acostumbrados. La masacre de Paris que conmociono al mundo; la foto viral e insoportable de Aylan, el nino sirio tendido inerte sobre la arena de una playa griega; y el atasco democratico que sucedio a las elecciones espanolas del 26 de diciembre de 2016 son algunas de las noticias que el autor trata en este volumen. Eso si, sin dejar de cuestionar las lacras, injusticias e irregularidades que arrastra nuestra sociedad: desde la violencia de genero hasta la baja presion fiscal que se aplica a los millonarios futbolistas de elite en contraposicion a las declaraciones de gente humilde que <>. Como el propio Lorenzo Silva explica, <

  • Su alma al diablo (M. Cacho 2) de Artur Rodriguez

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    Siempre que se gana algo, se pierde otra cosa.
    Si solo lo hubiera sabido cuando, hace un ano, mi viejo me mando al Burton College. Entonces tenia dieciseis anos y, a pesar de toda la mierda que me habian metido en la cabeza, hice un monton de colegas; te lo aseguro. Lo pasamos en grande sorbiendo nenuco a todas horas y moviendo el esqueleto. Pero de golpe aparecio un fiambre y todo se torcio. La muerte siempre lo tuerce todo. Y, despues de esa muerte, llegaron otras muertes. Y todo se mezclo con la birra y el amor, con el mal y el colegueo, con los suenos y las risas; con un Londres invernal y una lluvia que lo lava todo, que se come tu alma como si fuera un maldito Boca Bit, que te mata y te resucita.
    Esta bien, lo que tienes entre manos son mis aventuras de crio.
    Colega, lo vas a flipar.

  • La historia de nuestras vidas de Marisol Gallardo

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    Este es mi testimonio. La historia de tres generaciones de una familia, la mia, que comienza antes de la Guerra Civil, y llega hasta nuestros dias. Una novela con personajes reales, donde se mezcla la realidad con la ficcion.

  • Otono en Manhattan (Loca seduccion 1) de Eva P. Valencia

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    Gabriel Gomez es un joven y guapo arquitecto que deja Barcelona huyendo de la atraccion que siente por la prometida de su hermano Ivan. A su llegada a Manhattan no le faltan candidatas dispuestas a conquistar su maltrecho corazon, pero la unica mujer que despierta su interes es su sexi, autoritaria y exigente jefa, Jessica Orson.

  • Al vuelo de la pagina de Juan Malpartida

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    Al vuelo de la pagina, de Juan Malpartida, es un diario que abarca la ultima decada del siglo XX. El autor no se limita a reflejar su punto de vista, sus observaciones sobre literatura, filosofia, politica y vida literaria, sino que deja testimonio de su dialogo con escritores, desde la lectura pero tambien desde la amistad, como Octavio Paz, Fernando Savater, Juan Gil-Albert, Enrique Molina, Charles Tomlinson y muchos otros que vemos aparecer en estas paginas que se convierten, asi, en un testimonio historico.

  • Por un punado de besos de Jordi Sierra I Fabra

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    Llega a la gran pantalla y a todas las librerias Por un punado de besos, una historia tan real como la vida misma; una historia de amor, mentiras y superacion personal.

  • Latido del corazon de Marian Herrera

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    Sebastian Videla poseia los ojos de un demonio melancolico, tan fragil y danado que Angela nunca recupero lo que llego a amar. Las almas gemelas simbolizan una misma luz distribuida en dos cuerpos mortales; algo que ni el mundo, ni ellos mismos, comprenden. Al ser separados, el vacio residira en sus espiritus hasta que logren volver a fusionarse.

  • No debiste aparecer de Hugo Sanz

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    Poco podia imaginarme la sorpresita que me encontraria aquella manana al salir con mi pequena Sara a la calle. Corria el mes de marzo y, aunque en Ferrol el tiempo parece estar siempre enfadado, el sol se habia levantado con fuerza ese dia, como preludio de una primavera que estaba a la vuelta de la esquina. Era sabado y Juanjo, mi marido, se encontraba trabajando. No volveria hasta la noche, por lo que habia decidido salir a dar un paseo con mi nina, con idea de comer por ahi y comprarle a el un regalito por sus treinta y cinco anos, que los cumpliria la semana siguiente. --?Donde esta la cosa mas bonita del mundo? --le pregunte sonriendo a mi peque al acercarme a su cama. Con dos anitos y medio nada mas, mi renacuaja no es que entendiera mucho, pero esa pregunta la tenia bien asimilada y cada vez que se la hacia levantaba rapidamente el dedito indice, sonriendome tambien ella picaramente. --Te voy a comer esa naricilla chatunga. !Nam, nam, nam, nam, nam! --hacia como que se la mordisqueaba y Sara se apartaba, nerviosa, dandome manotazos. Me encantaba provocarla de esa manera--. Venga, vamos a desayunar y nos ponemos guapas para salir a dar un paseito. En ese momento me sono el movil. Era mi hermana Clara, desde Badajoz; esa tierra en la que me crie y de la cual me habia marchado hacia ya un tiempo. Reconozco que al principio me costo salir de alli, a pesar de que el nuestro era un pueblo bien pequenito. Ferrol tampoco es Nueva York, las cosas como son, pero yo ya me habia acostumbrado a la vida en esa ciudad gallega y era muy feliz en ella. Mucho mas de lo que imagine en principio que podria llegar a ser. --?Que tal, guapa? ?Como esta mi sobrinita? --la voz de mi hermana al otro lado del telefono siempre representaba tambien para mi un motivo de alegria. --Aqui voy a levantarla, que acaba de despertarse. Pues tu sobrinita esta hecha un trasto, para no variar. ?Que tal por ahi? --Tu sabes, preparando ya las maletas como quien dice. Pasado manana firmamos por fin el contrato de alquiler. --Que guay, estaras loca de contenta, nina. --No lo sabes tu bien, Diana. No veo la hora. Ya sabes que mama es muy buena y muy santa, pero a veces se da dinero por no aguantarla con sus manias. Razon no le faltaba. No es que mi madre sea mala persona, ni mucho menos. Pero es una de esas amas de casa obsesionadas con la limpieza que no deja vivir a nadie a su alrededor. No puede soportar una huella en un mueble de cocina ni los cojines desparramados por el sofa, por poner algun ejemplo. Todo tiene que estar perfecto a todas horas, como si fuesen a pasarle revista en la casa. Es algo que nunca he entendido. A mi tambien me gusta el orden y tener las cosas decentes, pero no hasta ese extremo. Pienso que la casa es algo que tiene que estar al servicio de las personas, y no a la inversa. De la ropa, con ella, ya ni hablamos. Las prendas se tienen que lavar siempre por separado; por un lado, las sabanas, por otro las toallas, por otro los calcetines... Total, quinientas lavadoras al mes a un tercio de su capacidad, sin dolerle los recibos de luz ni el gasto en detergentes de todas las clases. Y una camisa que se ponga un rato, una camisa que va directamente para la lavadora. Eso de volver a colgarla en el armario, nanai de la china. Dice que las prendas que uno se ha puesto, aunque sea solo media hora siempre llevan algo de olor a sudor. Esa es otra; el olfato tan fino que tiene. Cualquiera se la da, no quiero ni acordarme de cuando empece a fumar a escondidas siendo una adolescente. Pero bueno, no es plan de extenderme ahora hablando de ella. --?Y los preparativos de tu boda? --le pregunte a Clara por cambiar de tercio. --Ahi vamos. La semana que viene tengo la primera prueba del vestido. Creo que he engordado un par de kilos desde que lo elegi, asi que... vamos a ver si me cierra la cremallera o si tienen que soltarme las costuras de los costados. Madre mia, que jaleo, que de pijotadas, Dianita de mi alma. --Anda ya, mujer. Seguro que estas divina. --Ya, pero estoy muy nerviosa tambien, y tu sabes... me da por comer como un camionero, bueno, como siempre, para que nos vamos a enganar. Otra cosa, no, pero comer, todo lo que me echen, que te voy a contar yo a ti. --Si, pues dejate de nervios, boba, que no hay motivos para ello. No los habia, la verdad. Clara iba a casarse con un chico estupendo que bebia los vientos por ella y la vida les sonreia a ambos. Sin embargo, es algo que a todas nos pasa llegado el momento. Yo misma estaba hecha un flan dias antes de mi enlace con Juanjo. --Bueno, Diana, pues no te entretengo, era solo por saludarte. --Tranquila, guapa. No tengo ninguna prisa. Juanjo esta en el hotel y hoy tiene alli para todo el dia, asi que vamos a desayunar y ahora en un rato saldre a dar una vuelta por ahi con la nina, que hace un dia muy bueno. --Genial. Dale un beso a la pitufa. Que ganitas tengo de verla. --Se lo dare. Otro para ti, corazon. --Aupa, campeona --le dije a mi peque nada mas colgarle, cogiendola en brazos--. Venga, vamos a prepararnos un Cola Cao y a ponernos bien guapas tu y yo. Con ella a cuestas, baje las escaleras. Juanjo y yo viviamos en un bonito unifamiliar en una zona privilegiada de Ferrol. No era nuestra primera vivienda, pero si la primera en propiedad. Antes viviamos de alquiler en un pequeno piso del centro que no estaba mal, pero tuvimos que irnos enseguida de el por diversos motivos. Por un lado, los vecinos de arriba; una pareja joven, bastante arisca y mal educada (a cada cual peor), que no tenia ningun miramiento con los vecinos. Lo mismo armaban unas juergas de aqui te espero con los amigos cualquier dia de la semana, como que volvian los dos de fiesta un sabado de madrugada a las tantas y seguian en casa con el cachondeo. La senorita no se dignaba ni a quitarse los tacones y se dedicaba a pasear por el piso de punta a punta, dando taconazos como la que esta en la pasarela Cibeles. Si los demas no podiamos dormir, a ella le importaba un pimiento. Por su parte, el cogia la guitarra y se ponia a cantarle hasta desganitarse. Cuando les parecia, tambien se peleaban a grito pelado poniendose a parir. Ellos las gastaban asi y a mi me habian tocado en suerte. El asunto es que nadie se quejaba. Eramos dos vecinos por planta y enfrente de nuestro piso no vivia nadie. Justo debajo vivia Mariana, una anciana sorda como una tapia que se quitaba los audifonos antes de dormir y que, por tanto, no se enteraba nunca de la misa la media.

  • Agata, La Aprendiz de esclava de Magenta Perales

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    Agata era una joya en bruto.
    19 anos. Preciosa. Y loquisima.
    Trastorno antisocial y limite de personalidad.
    Bebia. Fumaba. Y se drogaba.

  • La perla rusa. Trilogia Tu+Yo completa de Phavy Prieto

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    Irina Luciana Komarova es una brillante joven con un futuro prometedor, puesto que algun dia heredara el imperio de negocios que creo su padre. Deseosa de demostrar su valia, abandona su Rusia natal para realizar unas practicas en la sede Espanola que empresas Komarov tiene en la capital, aunque comete el error de enviar una imagen poco adecuada a la persona menos indicada.

  • No seras un extrano de Laura Merce

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    Una novela de corte senorial y drama romantico, donde las intrigas se conjugan con el amor y los inventos tecnologicos para pintar un cuadro vivido de Inglaterra y Francia a principios del siglo XX.

  • El banquete de las barricadas de Pauline Dreyfus

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    22 de mayo de 1968. Paris esta paralizado por la huelga general. En las calles hay barricadas. El pais esta en estado de shock. Se respiran miedo, tension y esperanza. En el senorial Hotel Meurice, sito en el 228 de la elegante rue de Rivoli, el personal no ha ido a la huelga, pero, tras reunirse, los trabajadores han decidido optar por la autogestion, dejando al director de lado. Sin embargo, en medio de ese incierto clima revolucionario, la vida sigue, y ese dia en el Meurice esta convocado el banquete del premio literario Roger-Nimier. ?Se podra entregar el galardon?

  • Un pequeno error de Noa Xireau

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  • Menina del Louvre de Mavi Tome

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    Intrigas palaciegas, luchas de espada y romance en la Corte de Luis XIII.

  • La madre perfecta de Aimee Molloy

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    Un thriller psicologico adictivo sobre un grupo de mujeres que ven como el sueno de la maternidad se tambalea y pone a prueba su sentido de la amistad.

  • Munecas y Grilletes de Aina Castillo

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    La Muneca de Metal: Sumisa Obediente Enamorada del Motero
    Amy no es una chica mas.
    Amy es huerfana. Ilegal.
    Sin documentacion. Inexistente.

  • Bancos de niebla de

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    Un misterio, un joven con ansiedad social, una travesia por algunos aspectos de la psicologia humana, personajes tan diferentes entre si que parece imposible que el destino cruce sus caminos. En la ultima novela de Ariel Zorion todo es posible. Las cosas no son lo que parecen, las situaciones cambian de manera inesperada. ?Y que es un libro si no un viaje indescriptible?

  • Una puerta en el mar de Beatriz Artaza Laria

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    En la montana, a los pies de las rocas azotadas por el mar Cantabrico, donde antes no habia nada, aparece una entrada a las entranas de Punta Lucero. Una misteriosa caja, semienterrada en la playa, desvelara un ancestral secreto imposible de creer. Este hara que la vida de Alicia cambie para siempre, haciendole vivir una serie de acontecimientos insolitos. Un thriller de ficcion lleno de misterio e intriga, con una accion continua que no da respiro. Energico, vibrante y directo.

  • Un amor problematico de Rosemit G

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    Una novela romantica con toques de comedia que te arrancaran suspiros y sonrisas.

  • El asesino que surgio de la niebla (Bruma Oscura 1) – M. G. Pineda de M. G. Pineda

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    El Comisario Barton es un hombre amargado, huye de un oscuro y tormentoso pasado que no lo deja avanzar. Lleva dos anos en una ciudad donde nunca pasa nada grave.

  • Ethan Frome de Edith Wharton

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    La trama se centra en una tragica historia de amor entre personas corrientes. En opinion de muchos criticos, este libro alcanza, por su sencillez, una universalidad que no tienen sus novelas de sociedad. Un empleado de una compania electrica ha sido enviado a estudiar la zona de un pequeno pueblo de Massachussets. Alli sera cobijado, en una noche de tormenta, por Ethan Frome, que a lo largo de la velada le explicara como casado con Zeena, una mujer hurana y enferma, se enamoro de Mattie, la prima de Zeena que se alojo en su casa para cuidar de ella, despues de haber perdido a sus padres, y que le correspondio en su amor.

  • Mi querido asesino en serie de Alicia Gimenez Bartlett

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    El nuevo caso de la inspectora Petra Delicado empieza cuando encuentran el cuerpo de una mujer de unos cincuenta anos asesinada de modo brutal en su propia casa. Sobre el cadaver hay una carta de amor anonima que reivindica el asesinato, justificandolo con el abandono del presunto asesino por parte de la victima. El caso lo llevan Petra, Garzon y un inspector del cuerpo de los Mossos d’Esquadra a quien sorprendentemente, pues es mas joven que Petra, le encomiendan el mando. Todos sabemos del caracter de Petra, y en este caso, el teson para descubrir la intriga se vera entrelazado con su rebelion interna frente a una situacion que le resulta inaceptable: ?como puede ser que este joven mosso sea quien de las ordenes?

  • Yo no soy una mujerzuela de Liu Zhenyun

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    Esta es la historia de una simple campesina, Li Xuelian, que se enfrenta a su realidad y, a la vez, al gobierno de su pais. Nuestra protagonista se niega a abortar su segundo hijo y, para poder dar a luz sin infringir la ley, finge su divorcio. Pero el entonces exmarido se casa de nuevo y ella se queda con una hija en brazos y el honor agraviado, pues el hombre que la engano la llama Pan Jinlian, personaje de la literatura china conocida por adultera. El rumor se esparce tan rapido como la ira y las desgracias de la protagonista, y entonces Li Xuelian se decide a obtener justicia por mano propia.

  • Sindone: Las guerras de la Sabana Santa de Juan Carlos Boiza Lopez

    https://gigalibros.com/sindone-las-guerras-de-la-sabana-santa.html

    Hace 2000 anos un hombre murio crucificado dejando tras de si un testimonio vivo de su pasion; la Sabana Santa. Ahora,Gabriel King, un joven periodista especializado en historia antigua, se vera incriminado en el asesinato de un famoso criminologo forense, Friederich Ramalla, que acababa de presentar un libro sobre la famosa reliquia. Acompanado de Nichole, la hija del hombre asesinado,Gabriel tendra que iniciar una investigacion en busca de los verdaderos asesinos.
    Poco a poco, iran descubriendo una complicada trama de enfrentamientos y traiciones que se remonta a dos mil anos en el pasado, y cuya conclusion puede cambiar el mundo para siempre..

  • La mujer singular y la ciudad de Vivian Gornick

    https://gigalibros.com/la-mujer-singular-y-la-ciudad.html

    Continuacion natural de <>, <> es un mapa fascinante y emotivo de los ritmos, los encuentros fortuitos y las amistades siempre cambiantes que conforman la vida en la ciudad, en este caso Nueva York. Mientras pasea por las calles de Manhattan, de nuevo en compania de su madre o sola, Gornick observa lo que ocurre a su alrededor, interactua con extranos, intercala anecdotas personales y piezas reflexivas sobre la amistad, sobre la a menudo irreprimible atraccion por la soledad y sobre que significa ser una feminista moderna. Estas memorias son el autorretrato de una mujer que defiende con ferocidad su independencia, y que ha decidido vivir hasta el final sus conflictos en lugar de sus fantasias.