• enoch soames - Max Beerbohm

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    Enoch Soames es un poeta decadentista tan mediocre como pedante, autor de tres obras que, muy a su pesar, no le han procurado fama ni prestigio alguno. Convencido de ser un escritor de talento injustamente ignorado, suena con el reconocimiento que, quiza, reciba de manera postuma. Un dia, mientras cena en el Soho londinense con Beerbohm, el involuntario testigo de sus desgracias, un personaje con pinta de pendenciero que afirma ser el diablo le ofrece la oportunidad de viajar al futuro para comprobar que le depara la posteridad.

  • Enoch Soames | Editorial Acantilado

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    Enoch Soames es un poeta decadentista tan mediocre como pedante, autor de tres obras que, muy a su pesar, no le han procurado fama ni ... Comprar libro 10 €.

  • ENOCH SOAMES

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    por MAX BEERBOHM · 2019 · Mencionado por 18 — mundo un libro sobre la literatura de las dos últimas décadas del siglo xix, busqué an- siosamente en el índice a soames, enoch. Temía que no estuviese.

  • ENOCH SOAMES | MAX BEERBOHM | Casa del Libro

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    5 jun 2019 — El libro ENOCH SOAMES de MAX BEERBOHM en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • ENOCH SOAMES - BEERBOHM MAX

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  • Enoch Soames (Cuadernos del Acantilado nº 98) Versión Kindle

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  • Enoch Soames: 98 (Cuadernos) Tapa blanda - Libros - Amazon

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  • Gran cuento de Max Beerbohm: Enoch Soames - Narrativa ...

    https://narrativabreve.com/2012/12/enoch-soames-max-beerbohm-nb.html

    Cuando el señor Holbrook Jackson dio al mundo un libro sobre la literatura del 90, busqué ansiosamente en el índice el nombre de SOAMES, ENOCH. Temía que no ...

  • Enoch Soames - Wikipedia, la enciclopedia libre

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    A lo largo de la historia, es el autor y editor de una sucesión de libros de poemas sin éxito. Su aspecto se describe como "débil" y no genera gran impresión, a ...

  • ENOCH SOAMES · BEERBOHM, MAX - Tipos Infames

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  • Enoch Soames, de Max Beerbohm - Libros y Literatura

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    13 jul 2019 — Enoch Soames, por su parte, es de una perfección grandiosa, y lo es porque en apenas setenta páginas nos habla de las grandes cuestiones de la ...

  • La ciudad infinita de Sergio C. Fanjul

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  • La sirena que se atrevio a amar a un hombre de Brian Lopez

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    En un mundo donde la masculinidad esta prohibida y cuyo sistema politico oprime al pueblo y limita las libertades individuales, es inevitable que tarde o temprano las fricciones acaben apareciendo y generando divisiones, y mas aun cuando el amor hace acto de presencia.
    Desafio, amor, odio, traicion, ambicion y mentiras son los componentes de esta historia en la que Liria, movida por su curiosidad y sus sentimientos, desobedece al sistema y se convierte en un ejemplo real a seguir por todas aquellas sirenas que ansian por encima de todo la libertad.

  • Todas las cosas que nunca sabre de Noelle Stephanie

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    ?Que pasaria si tu hermanastro apareciera un tu vida queriendo recuperar el tiempo perdido?
    ?Y si te propusiera coger un avion a Londres e irte con el? ?Aceptarias?
    Ariadna Gomez lo tenia muy claro, si queria se libre tenia que dejar de vivir con sus padres. Y el unico que podia salvarla era su hermanastro Charlie.
    Los desacuerdos, las discusiones y las continuas plegarias a la libertad hicieron que la chica tomara una decision rotunda al decidir marcharse con Charlie. Sin embargo, nada seria tan facil como planeaba.

  • El otro de Thomas Tryon

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    Verano de 1935. En un pueblo de Nueva Inglaterra, la gente no para de hablar sobre la epidemia de muertes que esta asolando el hogar de los Perry. Vining y Russell Perry, padre e hijo, han sido misteriosamente asesinados. Otro de los miembros de la familia se ha ahogado mientras patinaba. La viuda de Vining se cae por las escaleras. ?Se trata de simples accidentes? Los hijos gemelos de los Vining son de lo mas peculiar: cada uno podria leer los pensamientos del otro, pero no podrian ser mas diferentes. Holland es sarcastico e introvertido, y todo el mundo le considera una mala influencia, mientras que su gemelo, Niles, es agradable y generoso, adorado por todos. Ambos estan inmersos en un extrano juego telepatico con su abuela rusa. Y puede que el juego se les este yendo de las manos..

  • Cuentos de buenas noches para adultos estresados de Lucy Mangan

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    Un maravilloso companero nocturno para calmar mentes inquietas.

  • Todo lo que hay que saber sobre poesia de Elena Medel

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    ?Sabias que el soneto en castellano nace durante una conversacion entre dos embajadores? ?Que los franceses inventaron la poesia moderna europea en bares y hostales de mala muerte? ?Que una mujer excentrica, empenada en vestir de blanco durante los ultimos anos de su vida, cambio la poesia estadounidense sin apenas salir de su habitacion? Este libro nos acerca de forma entretenida y didactica todo lo que hay que saber sobre la poesia, explicandonos los secretos de los versos, la metrica o las formas, y tambien su historia, trufada de anecdotas curiosas que nos acercaran a un genero literario lleno --en todos los sentidos-- de vida.

  • No soy un angel de Sandra Somera

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    Un ardiente encuentro en una fiesta de mascaras. Un secreto revelado. Un desengano. Traicion y venganza.

  • Prometo no enamorarme de Mile Bluett

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    Un amor inesperado y nada tradicional sorprendera a Marcela y le hara vivir unos dias maravillosos y llenos de pasion. Pero esto no durara para siempre…

  • Quiero estar contigo de (libro 3) – Monika Hoff, Norah Carter, Patrick Norton

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    Habian pasado tres meses desde aquel dia tan duro en el que me despedi de Victor o, mejor dicho, en el que el se despidio de mi y no fui capaz de decirle que iba a ser padre. Ya me habian dicho que iba a ser una nina y habia decidido llamarla Sonia, como mi madre. Mi padre estaria orgulloso de que yo le pusiera ese nombre sin duda. En el trabajo estaban al tanto de todo y me cuidaban muchisimo. Sabian que estaba sumergida en una pequena depresion sobre la que ellos me habian aconsejado que me quedase en casa una temporada, por lo menos, hasta que diese a luz. Pero eso seria lo ultimo que haria ya que el hecho de estar en casa encerrada lo unico que hacia era que se me cayese mas el mundo encima. Los primeros dias no dejaba de llorar y se me pasaron muchas cosas por la cabeza, pero luego decidi ser fuerte y afrontar lo que la vida me habia puesto en mi camino. Tenia claro que tenia que sacar a mi hija hacia delante. Eso era lo que me daba fuerzas para venirme un poco arriba, aunque mi corazon seguia amando a Victor por encima de todo. Comenzaba el otono, mi bebe naceria a finales de abril. Estaba deseando montar ya su habitacion, pero habia esperado el tiempo prudencial para saber que todo iba bien, asi que sali de trabajar y me compre un bocadillo. Me fui para Jerez a un poligono a ver unos muebles para la habitacion de Sonia. Era una tienda que esta bastante de moda y las habitaciones eran espectaculares, asi que cuando entre alli vi una que sabia que esa era la de mi nina, una mezcla de color vainilla con rosa palo. Era preciosa, no quise mirar mas. La compre rapidamente y me dijeron que al dia siguiente irian a llevarla y a montarla. Al salir de la tienda, escuche una voz y me gire. Era Rebeca con su madre, la salude fingiendo que me alegraba mucho al verla. Senti una mezcla entre enfado y pena. Todavia recordaba muchas de nuestras conversaciones donde ella demostraba una inocencia y una ingenuidad que rayaban el ridiculo. -- ?Como estas, Rebeca? -- pregunte por preguntar algo. -- Bien, aqui vengo a comprar una habitacion de bebe -- dijo tocandose la barriga con una gran sonrisa en los labios En ese momento, pense que me iba a desmayar, pero tuve que disimular, actuar y poner mi mejor cara -- !Cuanto me alegro! Al final fue rapido. -- Si, !Victor es mucho hombre! -- dijo guinandome el ojo. Me dieron ganas de responderle que !No lo dudo!, pero no era el momento y ademas parecia todo una broma de muy mal gusto. -- Pues me alegro de verte y espero que todo vaya genial. Me voy que tengo prisa-- dije devolviendole dos besos. -- Ya te llamare para tomar un cafe. -- Clavos, Rebeca, hasta otra. Me queria morir, me monte en el coche muy agobiada. Menos mal que al estar yo muy delgada y llevar una blusa suelta no se percato de que yo tambien lo estaba y de un mes mas que ella. No podia digerir la noticia de que mi hija venia ya con un hermano de camino. Que pronto me habia olvidado Victor... Al dia siguiente, llegue a casa muy ilusionada del trabajo ya que venian a colocar la habitacion de mi pequena Sonia. Mientras estaba comiendo llamaron a la puerta. Ya estabamos listos todos para montarla asi que les abri, los deje pasar y termine de comer. Un rato despues fui a la habitacion y ya estaba montada. Estaban recogiendo las herramientas y, al entrar, unas lagrimas comenzaron a recorrer mis mejillas. Los montadores se quedaron impactados al verme y uno dijo que eso era de la emocion. Al final terminamos los tres muertos de risa. Imagino que eran mis nervios por ver que ese espacio ya pertenecia a otra persona que estaria en mi vida para siempre. Me quede toda la tarde metida en la habitacion y deseando empezar a llenar los cajones de ropita para mi pequena, asi que los siguientes dias me pasearia por algun centro comercial y empezaria a comprar cosas para ella. Sin saber que hacer, llame a Rocio rapidamente. Hablamos muchos los dias despues de la noticia de mi embarazo. Luego ya no quise llamarla con tanta frecuencia, porque era yo quien debia afrontar todo lo que me estaba sucediendo. Aun asi, hablabamos cada noche. Misteriosamente se habia convertido en una nueva hermana para mi. Nadie mejor que ella podria ayudarme en estos momentos en los que no sabia como actuar. Enseguida se puso al telefono. El hecho de escuchar aquella voz seria me aliviaba lo suficiente para confiar en que todo se arreglaria. -- Hola, Nora. ?Como estas, carino? -- Voy tirando. Como siempre. -- ?Sucede algo? -- pregunto con temor. -- No. No sucede nada nuevo. -- ?Por que me llamas entonces? -- Porque tengo miedo, Rocio. -- ?De que tienes miedo, Nora? No debes preocuparte por la maternidad. Hay muchas madres solteras. Ya te lo he dicho antes. -- No. No es eso. Tengo miedo a echar de menos a Victor -- dije a punto de llorar. -- No. No me lo creo. Es normal que te acuerdes de el. No puedo imaginar lo duro que debe ser recordarlo y callar tu embarazo. Pero ahora debes invertir todas tus energias en tu embarazo. -- Lo se, Rocio. Pero no duermo por las noches. Me he enterado, ademas, de que Rebeca esta embarazada tambien -- dije compungida. -- Vaya un cabronazo. Creo que debes visitar a un especialista que te pueda aconsejar mejor que yo o que tu hermana. ?Por que no vas a ver a un psicologo o a un psiquiatra? Mucha gente lo hace. -- Y si empeoran las cosas, Rocio. Y si me como la cabeza aun mas... -- dije yo con tono de preocupacion. -- No, al contrario, un especialista te ayudara. No basta con que hables conmigo o con tu hermana, Nora. Debes confiar en alguien que pueda darte instrucciones para reorientar tu vida. -- Tienes razon, Rocio. -- A mi me vas a tener siempre, pero debes dar un paso y buscar a alguien que pueda darte consejos practicos que aplicar en tu vida -- dijo ella con seriedad, mostrandose comprensiva al mismo tiempo. -- Te hare caso. -- Mira, tengo una prima que es psicologa. Si quieres la llamo y te acompano a su consulta. Quiza te sientas mejor. -- Esta bien. Cuanto antes empiece con una terapia, sera mejor para mi -- dije convencida y mas animada. -- Voy a llamarla y en cuanto sepa algo, vamos alli. Veras como mejora tu salud y como consigues olvidar a Victor poco a poco. -- Gracias por estar siempre ahi, Rocio. -- No tienes por que agradecerme nada. Poco a poco te has convertido en alguien muy importante para mi, ?sabes? El otro dia se lo comentaba a Pedro. -- Tu te estas convirtiendo en una nueva hermana, Rocio -- le dije con mucha emocion. -- No exageres. Tu harias lo mismo por mi. -- Es verdad, Rocio. Sabes que me tienes para cualquier cosa. Ya veo que has superado lo de Richard. La ruptura con su novio ingles parecia haberla dejado tocada al principio, pero luego la aparicion de Pedro la ilusiono de nuevo. Sin embargo, yo estaba lejos de imitarla. Si no me hubiera enamorado de Victor, si no me hubiera acostado con aquel hombre casado, ahora no estaria pasando por todo esto. Pero ahora de nada sirve arrepentirse. Debia dejar todo eso a un lado y centrarme en mi futuro, en mi trabajo, en mis hermanos. En mi hijo. Tenia razones suficientes por las que luchar, sin duda, como asi le dije a Rocio. -- ?Sabes una cosa? Tengo razones por las que luchar -- dije con decision, intentando aguantar las lagrimas. -- Razones solamente tienes una. Tu hijo o tu hija. Lo demas pasara a segundo plano enseguida. Ya lo comprobaras, Nora. -- Creo que no me vendra mal ver a tu prima. -- Si, a mi me ayudo bastante con mi crisis al principio, cuando el gilipollas aquel me dejo plantada en el altar. Con Richard, ya no ha hecho falta que la visitara. ?Sabes por que? -- Porque yo lo valgo. Porque me miro en el espejo y me digo lo estupenda que estoy. Me doy besos en los brazos y en las manos. Me ayuda mucho. Haz tu lo mismo -- dijo riendo. -- Joder, que tia -- le solte yo con espontaneidad. -- Yo ya estoy curada de espanto. Por esa razon, estoy tan preocupada por ti. Porque, en algun momento de mi vida, me senti identificada contigo, muy identificada, y me da una rabia tremenda que estes sufriendo de esa manera. -- Tus palabras me reconfortan siempre, Rocio -- dije, sintiendome protegida al escuchar todo lo que decia al otro lado del telefono. -- Hablo primero con mi prima para ver que respuesta me da, ?vale? -- Gracias, nunca olvidare lo que estas haciendo por mi. Te quiero mucho, Rocio. -- Voy a hacer todo lo que este en mi mano para que olvides a ese hombre, para que olvides esta miserable etapa de tu vida. Bueno, miserable, no. Vas a tener un hijo y eso es y sera siempre una experiencia maravillosa, inolvidable -- dijo con tristeza, con mucha tristeza. Aquella ultima intervencion de Rocio me dejo sobrecogida. Parecia que ella supiera de primera mano que era ser madre. No quise indagar en aquella intervencion. No quise preguntarle por temor a que se sintiera obligada a contarme algo que, por ahora, ella no queria confesarme. -- No me hago a la idea, Rocio. No me hago a la idea de ser madre -- dije yo con voz temblorosa. -- Te haras muy pronto. Es algo magico... -- dijo con un nudo en la garganta. -- ?Quieres contarme algo, Rocio? ?Te ha pasado algo? -- No. No. Ahora no puedo. Voy a hablar con mi prima y le pido cita. Debes relajarte y seguir adelante con todas tus fuerzas y ella te ayudara mucho. -- Eso espero. Me preocupa que te hayas puesto tan triste al hablar de la maternidad -- dije yo con intencion de que me contara algo. -- No. No es nada. Algun dia... -- no siguio hablando y colgo. Sabia que Rocio y yo, a partir de aquel momento, teniamos una conversacion pendiente. Se que yo la necesitaba, pero ella tambien necesitaba desahogarse conmigo. Los siguientes dias los pase comprando cosas para mi bebe. Se me notaba ya un poco la tripa, aunque aun podia disimularlo perfectamente. Me daba tanta pena no poder disfrutar de esos momentos con mi padre que hacia que me doliera en el corazon. Contra todo pronostico, mis hermanos se habian volcado conmigo desde el momento que supieron que iba a ser madre.

  • A flor de piel de Javier Moro

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    El 30 de noviembre de 1803, una corbeta zarpa del puerto de La Coruna entre vitores y aplausos. En su interior viajan veintidos ninos huerfanos cuya mision consiste en llevar la recien descubierta vacuna de la viruela a los territorios de Ultramar. Los acompana Isabel Zendal, encargada de cuidarlos. Los heroes de esta descabellada expedicion, dirigida por el medico Francisco Xavier Balmis y su ayudante Josep Salvany, sobreviviran a temporales y naufragios, se enfrentaran a la oposicion del clero, a la corrupcion de los oficiales y a la codicia de quienes buscan lucrarse a costa de los desamparados.

  • Muerte y ceniza de Teo Palacios

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    Teo Palacios nos sorprende con una nueva novela historica, esta vez situada en la epoca del Imperio Romano en Hispania. Una aventura de intriga que nos mantendra firmemente atrapados entre las paginas de esta nueva aventura, pero siempre manteniendo la linea historica real. Una oleada de incendios asolan la ciudad de Hispalis en la Hispania del Imperio romano, sin causa aparente. Las prostitutas son perseguidas y asesinadas en las calles. Y, cuando el cadaver del joven Fabio Justo, hijo de uno de los grandes patricios de la ciudad, aparece de forma inexplicable entre los escombros de una de las insulae quemadas, la clase noble pedira justicia e intentara detener el desastre. El joven abogado Gayo Longo Licinio se vera obligado, para sus sorpresa, a resolver el misterio bajo la presion de los nobles patricios, hostigados por las revueltas de la peble. Los problemas se le acumulan, mientras lidia con los problemas que le causan tanto su bella esposa como su exigente padre, Gayo se ira adentrando rapidamente en un asunto que cada vez resulta mas oscuro y peligroso. Por ello comprara un nuevo exclavo: el famoso Lentulo, un gladiador picto, cuya mision sera la de proteger a su amo. Pero las fuertes manos de Lentulo tal vez no sean suficientes para mantener a salvo a Gayo de una conjura que no solo parece amenaza su vida, sino tambien la estabilidad de todo el Imperio romano.

  • La tia amelia de Myrna Del Carmen Flores

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    ?De donde puede una mujer del Mexico del siglo pasado, obtener la fuerza suficiente para sostener una familia? Una mujer atrapada en un conflicto interno entre sus convicciones, sus pasiones escondidas y el deseo de ver felices a cada uno de sus sobrinos. Una mujer capaz de todo con tal de salvarlos.
    Esa es Amelia, un ser dificil de describir por lo cambiante de sus ideas, las cuales oscilan entre el deseo de sobrevivir en una sociedad de reglas impuestas e inmutables y las ansias de vivir y dejar vivir en plenitud a sus seres amados.
    Una historia contada por once mujeres ligadas a Amelia, con cada una de sus luchas, sus deseos y sus miedos, enfrentando un mundo que no le concede a la mujer la libertad de ser distinta.

  • Heredera por sorpresa de Andrea Laurence

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  • Quitate de en medio (Una escritora con suerte 3) de Noah Evans

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    Blanca esta haciendo historia con su libro Azael, prepara una gran gira mundial y pronto comenzara el rodaje de la pelicula basada en su novela. La casualidad ha querido que en su camino se cruce su idolo desde la adolescencia, un cantante llamado Leo.
    A pesar de venir de mundos diferentes , tienen mucho mas en comun de lo que creen y aunque Blanca sabe que no esta en su mejor momento personal para meterse en lios, acepta una invitacion para asistir a uno de sus conciertos.

  • El jardin de Pepa Fraile Colorado

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    Susana, amiga de la infancia de Inaki, intenta convencer a este para que se anime a acompanarla a una salida que el grupo de amigos de la infancia tiene prevista para los proximos dias. El acaba de regresar a su ciudad despues de unos meses en los que ha necesitado permanecer solo y lejos de todo lo que le recordara a ella, a su mujer, fallecida poco tiempo atras. Su recuerdo, el duelo en el que permanece y su anclaje en el pasado no le permitiran ver los verdaderos sentimientos que Susana ha sentido siempre por el, hasta que un encuentro, tan inesperado como agridulce, pondra de manifiesto la verdad que Susana guardaba solo para ella.

  • Seis hermanas. Los anos de la inocencia de Rebeca Tabales

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    Elisa Torrealba llega a Madrid la primavera de 1880. Ella y su hermana quedan huerfanas y se instalan en la sombria casa solariega de sus tios, un matrimonio severo. Elisa mira con curiosidad y espiritu critico todo cuanto ocurre a su alrededor, le cuesta mantener las formas y comportarse como una senorita, pero quiere hacerse un sitio en ese nuevo y complicado mundo, y sabe ser encantadora, cuando quiere. Las Torrealba son un misterio para la aristocracia madrilena, su dote, su caracter y su reputacion preocupan e interesan a los cotillas, y tambien a algunos hombres. Fernando y Ricardo Silva, herederos de la fabrica de Tejidos
    Silva, jovenes, nuevos ricos y solteros deseados, representan lo mejor y lo peor del Madrid del fi n de siglo en todas sus formas. La tradicion y la transgresion, la ciencia y el juego, la razon y el instinto, la prudencia y la pasion son los escenarios en que compiten. Elisa entrara en sus vidas y forzara una lucha aun mas grande. Por primera vez Ricardo se aburre de su vida nocturna de calavera y suena con encontrar un amor que de verdad lo cambie, mientras que Fernando duda de su compromiso con la hermosa y convencional Catalina Hinojosa. De fondo estan las vidas de los criados, los pequenos empleados y la burguesia emergente de la revolucion industrial, la aristocracia madrilena con sus tertulias, sus paseos en carretela por el Retiro, los bailes, las verbenas, la elegancia y la decadencia de un tiempo de inocencia que nunca volvera.

  • Go west, mutil de Alvaro Ordonez Iragorri

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    N CAPITULO 1 inguno de los alli reunidos podia imaginar que el edificio en el que se encontraban saltaria por los aires anos mas tarde. Es mas, nadie habria creido, si un nigromante se lo hubiera contado, que veintiseis anos despues seguiria en este mundo pensando en las toneladas de bombas, de todo tipo, que iban a convertir aquel lugar en uno de los sitios donde se perpetrara el primer gran bombardeo aereo de la Historia. Pero asi fue. Aunque, claro, que aquel vetusto edificio saltara por los aires no tuvo nada de particular. De hecho, todo el pueblo volo la manana del veintiseis de abril de 1937. La Legion Condor alemana fue la encargada de hacerlo desaparecer minuciosamente. !Guernica! En fin, como ya he mencionado, aquello sucedio muchos anos despues de la reunion que voy a describir y que tuvo lugar en la notaria. Casi un mes antes, don Fermin, el pasante del notario, dio un saltito sobre el cojin de terciopelo magenta sobre el que llevaban acomodadas dos horas sus posaderas. Se encontraba despachando todo tipo de papeleo, arrojando a una papelera dorada de rejilla las cuestiones que pudiesen abrumar a su patron, y acumulando en la gran mesa de caoba los asuntos sobre los que, a su leal saber y entender, valia la pena que se posasen los sabios y cansados ojos del Gran Hombre. El motivo por el que don Fermin pego aquel salto fue una de las cartas. La habia abierto desganadamente con un abrecartas de marfil, unica coqueteria que se habia permitido en mas de treinta anos de trabajo, y se encontro con algo extraordinario. Entre pasitos cortos y nerviosos, solicito permiso para traspasar el umbral del despacho de su jefe, el notario don Silvestre Ibarlucea y Zarraga, que, para el, era algo asi como Dios vestido de paisano. Don Fermin estaba como un flan. Se notaba en como se acentuaban sus pasitos cortos, su risita nerviosa y sus manitas apretadas contra los punos de celuloide. Y es que debia leer a don Silvestre aquella carta, una carta escrita por alguien a quien todos conocian, pero al que daban por muerto. Bueno, eso, los que lo recordaban. Espero Fermin a que don Silvestre terminara su cafe-cafe (no esa achicoria aguachinada que se trajinaba en el resto del pueblo) y diera un sorbito de conac-conac (no ese saltaparapetos) para leer el contenido de la misiva. Tan pronto como este levanto la vista del papel, Fermin lo miro como lo haria un ratoncito hipnotizado con el gato que lo ha descubierto. Atusose don Silvestre el bigote, estirose el chaleco de seda, pasose la mano por la leontina de oro con monedas, aclarose la garganta y proclamo: --!Valgame Dios! !Esto es prodigioso! --Dicho lo cual, se levanto haciendo crujir el cuero de su silla y provocando un nuevo respingo en Fermin, como si hubiera sonado un canonazo. --Me voy --dijo don Silvestre consultando su reloj Roscoff antes de agitarlo como una maraca y aplicarlo a su oido para sonreir mas tarde como una novicia recien casada con Dios. --?Adonde? --quiso saber el perrito, perdon..., el pasante. --!Adonde va a ser, alma de cantaro! A hacer exactamente lo que nos han encomendado. !A hacer correr la noticia por ahi! --proclamo. Volvio a atusarse el bigote, a estirarse el chaleco, a pasarse la mano por la leontina y aclararse la garganta. Pero esa vez, ademas, echo mano del leviton de terciopelo negro que estaba colgado del perchero de nogal castellano. No llego a ponerselo por si mismo porque, en menos que canta un gallo, el servil don Fermin se lo ayudo a calzar y ajustar y, de no se sabe donde, saco un cepillo. De un par de rapidas cepilladas, dejo al notario mas bonito que un san Luis. Salieron juntos del despacho y avanzaron por el largo pasillo que daba a la puerta de la calle, no sin antes haber saludado a sus empleados, que, solicitos, devolvian el saludo casi sin levantar la vista de sus respectivos escritorios. Cuando don Fermin le entrego a su dueno la chistera y el baston a la velocidad del rayo, observo consternado una motita en el hombro de ese gran hombre que era don Silvestre, de modo que le pidio permiso para quitarsela, se la limpio y respiro aliviado. Salio el notario, cerro el pasante la puerta. En ese momento, don Fermin alzo la vista al cielo, que, en este caso, era de estuco de yeso con hojas de acanto, y exclamo, juntando las manos como si orase: --!Gracias, Dios mio, por haber puesto en mi vida a este benefactor de la Humanidad! Entonces bajo la cabeza con tal fuerza que su ojo izquierdo, de cristal (y de segunda mano) cayo en la alfombra rodando. !A ver quien lo encontraba en esa pradera de lana! Cualquiera que haya visto las peliculas del gran John Ford, por poner solo un ejemplo, se habra hecho una idea de lo que son los grandes espacios abiertos. Una nube aqui y otra alla, como para hacer bonito; la tierra calcinada bajo un sol opresivo; la serpiente de cascabel saliendo de una roca y refugiandose rauda en otra; el saguaro..., en fin, la iconografia clasica de la leyenda del Far West. Todos tenemos esas imagenes en la cabeza. Pero los cuatro desgraciados que cruzaban el desierto de Nevada, no. Y no las tenian por la sencilla razon de que no habian visto una pelicula en su vida. Habian llegado desde muy lejos, desde la otra parte del mundo, y en esa parte del mundo no habia cinematografo, ni nadie conocia a los hermanos Lumiere. Donde se encontraban en esos momentos, faltaban muchos anos para que alguien conociese las hazanas de Tom Mix. Estaban agotados porque venian huyendo de sus amos. ?De sus amos? ?Pero no habian ganado los yanquis la Guerra de Secesion? !Ahi esta la almendra del asunto! Esos cuatro pobres diablos estaban pasandoselas canutas a diez mil kilometros de sus casas precisamente porque Abraham Lincoln habia abolido la esclavitud. Sus perseguidores se habian retirado. Y se habian retirado porque sabian lo que era bueno. Se estaban adentrando en territorio indio. Casi todo lo que se cuenta de los indios es verdad. Casi todo. Son silenciosos, son sinuosos, son invisibles, son peligrosos. Son crueles y estan espoleados por el natural odio hacia quien ocupa una casa sin haber sido invitado. Casi todo lo que se cuenta. Hay algo que me cuesta aceptar, !las senales de humo! ?Como seres tan silenciosos y discretos, tanto que fue la guerra de guerrillas su principal arma, eran capaces de realizar senales en el impoluto cielo de Nevada, que podian ser vistas a kilometros de distancia? En fin. En todo caso, en el momento que estoy narrando no habia ninguna senal en el cielo que anunciase nada, a no ser una muerte lenta por deshidratacion. Ya ni siquiera hablaban entre ellos. Al principio, cuando se percataron de que sus perseguidores habian desistido, se abrazaron y dieron saltos de alegria, pero de eso hacia horas. Tenian las caras llenas de pustulas; las mejillas, hirsutas; y la boca, llena de una indescriptible pasta que algunos optimistas podrian describir como saliva. Uno de ellos se puso a llorar desesperado, pero de sus ojos no brotaba nada; las lagrimas se evaporaban antes de aparecer. Por fin se sentaron en ese roquedal lunar que es el suelo del desierto de Nevada. Tres lo hicieron en el propio suelo; el cuarto, que se llamaba Martin y era de Elanchove, lo hizo sobre una gran piedra redonda y anaranjada, pero se levanto como una flecha entre aullidos, agarrandose las nalgas con las dos manos. La piedra estaba al rojo vivo. Nada mas ponerse en pie, una fuerza inmensa como la mano de un dios, volvio a sentarlo en la piedra, que ya ni quemaba ni nada. Hace un momento he mencionado la palabra <>. Pues bien, el bueno de Martin tenia tres en el cuerpo. Repartalas el amable lector por donde buenamente quiera. Corrio como un pollo sin cabeza, esa vez sin aullar ni gritar, hasta que Nuestro Senor corto la cuerda que le unia a la vida y cayo al suelo como una marioneta sin dueno. Los otros tres companeros, a pesar de los cerca de sesenta grados a la sombra que parecian a punto de reventar las piedras, temblaban como hojas en medio de un monzon y se pusieron a rezar. ?Que otra cosa iban a hacer? Se sentian estafados, utilizados y explotados. Los habian enganado en Guernica, los habian estafado en Nueva York y los habian utilizado en Winnemucca, Nevada. !Por sus propios paisanos! Y eso les daba rabia y mucha pena. Hasta que unas cuantas flechas los despenaron.

  • Te doy mi amor 2 de Silvia Cruz

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    El amor de verdad no duele, no hace dano, no te hace debil. El amor de verdad es todo lo contrario a eso. Y es lo que los protagonistas de esta apasionante saga tendran que aprender a traves de una intensa y desgarradora historia de amor. El amor no debe ser nunca una condena, una carcel.El amor debe liberar, nunca aprisionar.

  • Lo que nunca fue, Noelia Hontoria de Noelia Hontoria

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    Al borde de su muerte, Aaron no puede evitar recordar a Amanda y el breve instante de vida que compartieron en Berlin. No era su momento ni su lugar. Descubre una bonita historia de amor de dos almas unidas por siempre por un invisible hilo rojo.
    De la autora del BESTSELLER “La chica de los ojos tristes”, llega la nueva promesa de la novela romantica. Inspirada en “El diario de Noa”, el destino, los errores que pueden no serlo y las siete vidas de un gato, “Lo que nunca fue” participa en el IV Premio Literario de Amazon (Concurso Indie 2017).

  • Fuego irlandes (Corazones irlandeses 1) de Nora Roberts

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    Adelia Cunnane permanecia asomada a la ventanilla, sin ver el magico manto de nubes que se extendian mas abajo. Algunas formaban montanas, otras glaciares, estrechandose y alisandose en lo que semejaba un lago cubierto de hielo. Sin embargo, pese a tratarse de su primer viaje en avion, Adelia no encontraba el panorama nada inspirador. Su mente estaba plagada de dudas e incertidumbres, unidas a una intensa punzada de nostalgia por su pequena granja de Irlanda. No obstante, tanto la granja como Irlanda estaban ya muy lejos, y cada minuto transcurrido acercaba mas a Adelia a America y a personas desconocidas. Penso, con un suspiro de resignacion, que no se hallaba adecuadamente preparada para hacer frente ni a una cosa ni a la otra. Sus padres habian muerto en un accidente de camion, dejandola huerfana a la tierna edad de diez anos. En las semanas siguientes al fallecimiento de sus padres, Adelia habia flotado a la deriva en la niebla de la conmocion, refugiandose en si misma para resistir la agonia de la separacion; para soportar la sensacion, extrana y aterradora, de abandono. Poco a poco, fue erigiendo un muro en torno a su dolor, y se consagro al trabajo de la granja con la dedicacion de un adulto. Lettie Cunnane, su tia paterna, se habia hecho cargo de la nina y de la granja, cuidando de ambas con mano firme. Tenia buen fondo, pero era poco carinosa; por anadidura, carecia de la paciencia o el talante comprensivo necesarios para sobrellevar a una chiquilla imprevisible y, a menudo, tempestuosa. La granja habia sido lo unico que tenian en comun, y la mujer y la nina habian construido su relacion a partir de la fertil tierra y las horas de trabajo que esta requeria. Habian vivido y trabajado juntas durante casi trece anos; posteriormente, Lettie sufrio una paralisis, y Adelia se vio obligada a repartir su tiempo entre las tareas de la granja y el cuidado de una invalida. Adelia habia pasado los dias y las noches librando una decidida batalla para hacer frente a unas responsabilidades cada vez mayores. Sus enemigos habian sido la escasez de tiempo y de dinero. Cuando, al cabo de seis largos meses, volvio a quedarse sola, Adelia bordeaba la desesperacion. Su tia habia muerto y, a pesar de que ella habia trabajado incesantemente, la granja tuvo que ser vendida para sufragar los impuestos. Adelia habia escrito a su unico pariente vivo, Padrick, el hermano mayor de su padre, que habia emigrado a America veinte anos antes, para informarlo de la muerte de su hermana. Su respuesta habia sido inmediata. En una carta afectuosa y llena de carino, habia pedido a Adelia que se fuera a vivir con el. La ultima frase de la misiva era una orden escueta y amable: <>. De modo que Adelia habia empacado sus pertenencias, vendiendo o regalando lo que no podia llevarse consigo, y se habia despedido de Skibbereen y del unico hogar que habia conocido... Un subito movimiento del avion saco a Adelia de sus recuerdos. Se recosto en el respaldo acolchado del asiento, recorriendo con los dedos la pequena cruz de oro que siempre llevaba al cuello. No le quedaba nada en Irlanda, se dijo, combatiendo el hormigueo de su estomago. Todo lo que amaba habia muerto, y Padrick Cunnane era su unico pariente vivo, el unico nexo de union con lo que antano habia tenido. Adelia reprimio una subita oleada de miedo. America, Irlanda... ?que diferencia habia? Movio los hombros con inquietud. Se las arreglaria. ?No lo habia hecho siempre? Estaba decidida a no ser una carga para su tio, aquel hombre impreciso y lejano a quien solo conocia de sus cartas, pues lo habia visto por ultima vez cuando tenia apenas tres anos. En America encontraria trabajo, se dijo, quiza en la granja de caballos que su tio habia mencionado a menudo en su correspondencia. Adelia poseia una habilidad innata para trabajar con animales, y habia asimilado vastos conocimientos de veterinaria en sus anos de experiencia. Su pericia era tal, que a menudo solian requerir su ayuda en partos dificiles o para coser alguna herida. Era fuerte, a pesar de su baja estatura; ademas, recordo cuadrando los hombros inconscientemente, era una Cunnane. Seguramente, se dijo con mas confianza, habria un lugar para ella en Royal Meadows, donde su tio trabajaba como adiestrador de caballos purasangre de carreras. No habria campos que arar ni vacas que ordenar, pero se ganaria el pan aunque fuese fregando suelos. Una vez que el avion hubo tomado tierra, Adelia desembarco y se adentro en la terminal de Dulles, Virginia, donde se quedo boquiabierta ante el caos reinante, fascinada por la escena, confusa por el chapurreo de idiomas extranjeros y la abigarrada mezcla de gente. Se fijo en una familia de indios del Este, ataviados con sus indumentarias nativas. Luego se giro para observar a dos quinceaneros, con vaqueros desgastados, que paseaban de la mano, seguidos de un ejecutivo de mediana edad con un maletin de piel en la mano. Luego, en el vestibulo, miro alrededor con la esperanza de ver alguna cara conocida. Todo el mundo parecia tener prisa, penso. Un cuerpo podia perderse bajo los pies de aquella multitud frenetica y no aparecer nunca mas... --!Dee! !Pequena Dee! --Un hombre se acerco presuroso a ella. Era fornido y compacto, con una rizada mata de cabello gris, y Adelia atisbo brevemente unos ojos azules como los de su padre, antes de verse envuelta en un calido y fuerte abrazo. Se le ocurrio que hacia siglos que nadie la abrazaba asi. --Pequena Dee, te habria reconocido en cualquier parte --el hombre se retiro para mirarle la cara, con los ojos empanados y una sonrisa tierna--. Es como estar viendo de nuevo a Kate. Eres la viva imagen de tu madre. Siguio contemplandola mientras ella trataba de recuperar la voz, su mirada posandose en el lustroso cabello castano rojizo que caia en relucientes ondas sobre sus hombros; en los grandes y profundos ojos verdes de largas pestanas; en la nariz respingona y la boca de labios carnosos que tia Lettie habia descrito como <>. --Eres una autentica belleza --dijo el por fin, con un suspiro de puro placer. --?Tio Padrick? --inquirio Adelia, sintiendo que una multitud de preguntas y de emociones se agolpaban en su interior. --?Y quien voy a ser, si no? --Padrick la miro con ojos llenos de amor y de alegria, y las dudas, los miedos y los interrogantes de ella se desvanecieron en una oleada de jubilo. --Tio Padrick --susurro al tiempo que le rodeaba el cuello con los brazos. Mientras viajaban por la autopista, tras salir del aeropuerto, Adelia miro en torno con asombro. Nunca habia visto tantos coches, todos ellos corriendo a una velocidad vertiginosa. Todo se movia muy deprisa, y el ruido, se maravillo Adelia en silencio, era suficiente para despertar a los muertos. Moviendo la cabeza, empezo a bombardear a su tio con preguntas. ?Estaba muy lejos el lugar adonde iban? ?Todo el mundo conducia tan deprisa en America? ?Cuantos caballos habia en Royal Meadows? ?Cuando podria verlos? Las preguntas relampagueaban en su mente y a traves de sus labios, y Paddy las respondio pacientemente, antojandosele el sonido de su voz dulce como una brisa estival. --?Y en que voy a trabajar? El aparto los ojos de la carretera un momento para mirarla. --No hara falta que trabajes, Dee. --Pero, tio Paddy, tengo que hacerlo --discrepo Adelia girandose hacia el--. Puedo trabajar con los caballos; se me dan bien los animales. Las cejas espesas de Paddy se unieron, formando un dubitativo ceno. --No te pedi que vinieras para trabajar --antes de que ella pudiera protestar, siguio diciendo --: y no se que pensaria Travis si contrato a mi propia sobrina. --Hare cualquier cosa --Adelia se retiro su cabello castano--. Cepillar los caballos, limpiar los establos, acarrear heno... Lo que sea. Por favor, tio Paddy. Me volveria loca en una semana si no tuviera nada que hacer. Su mirada gano la batalla, y Paddy le apreto la mano. --Bueno, ya veremos. Tan absorta habia estado en la conversacion y en el fascinante flujo del trafico, que perdio la nocion del tiempo. Cuando Paddy tomo un camino particular y detuvo el coche, Adelia contemplo los alrededores con una nueva sensacion de maravilla. --Royal Meadows, Dee --anuncio Paddy con un gesto--. Tu nuevo hogar. La entrada del largo y sinuoso camino estaba flanqueada por dos grandes pilares de piedra, y arbustos tachonados de incipientes flores se extendian a lo largo del sendero, hasta donde Adelia alcanzaba a ver. Un verde manto de hierba alfombraba las suaves colinas, y los caballos pacian perezosamente a lo lejos

  • La caida del Muro de Berlin de Ricardo Martin De La Guardia

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    30o aniversario de la caida del Muro de Berlin. 1989-2019 El 9 de noviembre de 1989 acontecio en Berlin uno de los hechos historicos mas importantes de la historia contemporanea, la caida del Muro. Desde 1961, este habia dividido la capital alemana en dos partes y, de forma simbolica, el mundo. Consecuencia directa de la Segunda Guerra Mundial y de la division del mundo en dos bloques hegemonicos, encabezados por Estados Unidos y la Union Sovietica, Berlin se convirtio en el simbolo de una Europa dividida y exponente de las heridas latentes de uno de los periodos mas violentos e inciertos de la historia reciente.

  • El juego de Valeria de J.r. Escudero

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    Nico es un adolescente aparentemente normal, con una existencia anodina, en la que las unicas notas de color las pone la relacion de amor odio que mantiene con Valeria. Su vida da un vuelco cuando una lesion lo aleja de las canchas de juego y cae en una profunda depresion que lo lleva a sumergirse en el lado oscuro de las redes sociales.

  • La Tienda de James Patterson

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    En un futuro de comodidades sin igual, una megatienda digital puede hacer llegar cualquier cosa que desees a tu puerta, anticipandose a las necesidades que ni siquiera sabias que tenias. A la mayoria de personas les parece bien. Hace que sus vidas sean mas faciles y placenteras. Pero Jacob y Megan Brandeis, dos escritores neoyorkinos, no lo ven tan claro. De incognito, empiezan a trabajar para La Tienda a la vez que desentierran sus secretos mas oscuros. Algunos tan inquietantes que pondran a su familia en peligro. ?Conseguiran escapar de la vigilancia de La Tienda y publicar su libro antes de que la verdad desaparezca con ellos?

  • El quinteto de Nagasaki de

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  • La decision de Kendall (Liam 3) de Aitor Ferrer

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    Dos dias habian pasado desde que deje tirado a Aitor y me senti mas fuerte que nunca, dos dias en los que los medios y el mundo se pensaban que me habia casado, lo contrario solo lo sabia Cata y Mario, pero ellos no lo iban a decir por nada del mundo, me lo prometieron y es que sabian lo importante que era para mi que no lo hicieran hasta llegado el momento que seria inminente. --Gracias por todo --abrace a Cata, despues de facturar las maletas y antes de pasar el Control Policial. --No, de gracias nada, todos somos una familia y me alegro de haber evitado que cometieras el mayor error de tu vida. --Te quiero, Cata --la bese muy fuerte. --Bueno, preciosa --me cogio las manos Mario --, ya sabes lo que te espera con este viaje y ya sabes que ahora mas que nunca tienes que ser tu, tu y solo tu. --Si --se me saltaron las lagrimas. --Os quiero --me aparte de ellos y pase lo de la Policia. Para coger este vuelo tuve que acceder a ir en primera clase, ya que otras plazas no quedaban y me deje un rinon y parte del otro, pero no me importaba. Compre conexion a Wifi y vi que Liam habia subido una foto con Alexandra y Luis, en el porche de estos. "A pasar tres dias con la verdadera familia" Iba a pasar ese veintitres, veinticuatro y veinticinco con ellos, era normal, en principio iban a hacerlo en casa de Liam, pero conociendo a Alexandra ella queria trabajar esas comidas bien en su casa, ademas era de lo mas exagerada. Le puse un mensaje a Liam. Kendall: ?Como esta mi princesa y el padre mas guapo del mundo? Liam: Hola, preciosa, imagino que ya estas en Turquia. Nosotros bien, vamos a pasar las fiestas con Luis y Alexandra. Kendall: Si, ya estoy de los turcos hasta el mismisimo, acabamos de llegar y ya estoy por irme, con eso te lo digo todo. Liam: Bueno, paciencia, te esperan las Maldivas y creeme que de alli no te querras ir. Kendall: Veremos, ultimamente no me caigo bien ni yo. Liam: ?Y tu marido? Kendall: Se fue con dos turcos a jugar al padel y a tomar unos vinos. Me entro un ataque de risa que me miro hasta sonriendo la azafata, yo llevaba peluca y hasta lentillas, ademas de un panuelo cubriendome, asi que poco sabian de quien se trataba. Liam: ?Te dejo sola? Kendall: Aja, una pena que tengo que no puedo con ella... Liam: No se si me hablas en serio o bromeando. Kendall: Del uno al diez ?Cuanto me amas? Liam: ?Has bebido? Kendall: Bueno ahora tengo un te en mis manos, si no le echaron nada raro... Liam: ?Te has arrepentido de casarte? Kendall: No me he arrepentido de nada. Liam: No entiendo nada, pero bueno, si me preguntas cuanto te quiero del uno al diez te dire que infinito, no hay cantidad, te has llevado una gran parte de mi. Kendall: Yo te quiero hasta el infinito y mas alla. Liam: ?Seguro que no has bebido? Kendall: No, pero esta noche pienso emborracharme. Liam: Ten mucho cuidado por favor. Kendall: Estoy pensando en darle un hermanito o hermanita a Beth, asi que tomare bastante para ver si paso una noche desenfrenada. Liam: Pasa buen dia, Kendall. Kendall: Y usted tambien, senor James. Me eche a reir, aunque me daba pena, pero volvia a ser yo, la bromista, graciosa, descarada y la que iba a aterrizar en Miami a las seis de la tarde hora de alli. E iba dispuesta a todo, a recuperar lo que era mio. El dia anterior hice varias llamadas para hacer algo, asi que lo tenia todo previsto, queria llegar como la que llega a Hollywood pisando la alfombra roja. El vuelo se me hizo eterno y cuando faltaba una hora para llegar y vi que puso un post con sus amigos preparando una barbacoa para esa noche, pense en tocarle un poco mas los huevos, como hacia en el pasado. Kendal: Hola, Liam de nuevo ?Que vais a cenar? Liam: Estamos preparando todo para una barbacoa. Kendall: Te noto muy serio. Liam: No, estoy tocando las palmas y cantando por Pimpinela. Kendall: ?Sabes la cancion, "Ese hombre"? Liam: Kendall, por favor, para ya. Kendall: Pues tu te lo pierdes, estas de un estupido... Liam: Estoy destrozado y no te pillo una. Kendall: Normal, pero dime una cosa ?Que beberas esta noche? Quiero beber lo mismo que tu. Liam: Agua, bebere agua, para la resaca que pillare porque empezare a beber ya, falta me hace. Kendall: No descuides a nuestra hija... Liam: Para, por favor. Kendall: No me da la gana, me tienes que aguantar. Liam: Espero que no hayas consumido drogas. Kendall: Bueno, no estaria mal unas caladitas de un peta de Jamaica. Liam: ?Que pretendes? Kendall: Quitarme el aburrimiento mientras espero para cenar con el amor de mi vida, emborracharme y tirarme la noche follando a lo Grey. Liam: ?Usais esas cosas? Kendall: No, pero ojo, que esta noche me dejaria que me dieran hasta por detras. Me puse las manos en la boca del ataque de risa que me estaba entrando, pobrecito. Liam: ?Me has querido alguna vez? Kendall: Desde que supe de tu existencia. Liam: Pues no lo parece... Kendall: Y tu, ?me has querido? Liam: Ya te respondi. Kendall: Disfruta de esta noche, se feliz, haz lo que te pida el corazon y no se te olvide, que quienes te quieren estan contigo. Liam: No se que te pasa, pero me estas preocupando. Kendall: Estoy feliz, simplemente eso... Ni me contesto, eso le debio de doler, pero joder dos horitas de dolor no era nada, que se tomara un paracetamol, que ya luego beberia otras cosas... Aterrice en Miami y un furgon me esperaba, si un furgon. Solo llevaba una maletita, pero en ese vehiculo iba todo aquello que formaria parte del espectaculo de mi vida... Capitulo 2 Llegue a la casa de Alexandra, sabia que estaban en el patio, ellos entraban a la casa por delante, pero el patio tenia una puerta y ahi se iba a formar la tangana. El coro rociero que me canto se puso en posicion mirando hacia la puerta del jardin y comenzaron a cantar la cancion que yo cante el dia de mi boda, la de "Quiereme" Yo estaba escondida y vi como salio Liam con la nina en brazos y Alexandra y Luis, mirando sin entender nada mientras el coro cantaba. "Quiereme como se quiere por primera vez..." Y de repente entre el no entender nada, me toco a mi aparecer. "Siempre para mi eres lo primero Aunque falte el dinero, te quiero Yo sin oro ni plata te espero hasta el atardecer" Al ver la cara de Liam, pense que se le caia la nina de los brazos, las lagrimas le comenzaron a brotar y la pequena me miraba riendo y senalandome. Luis y Alexandra tenian las manos en la boca, incredulos, no terminaron en romper a llorar mientras yo seguia cantando, acercandome a Liam sin dejar de mirarlo y cogiendo a mi pequena en brazos, que me dio un abrazo de esos que curan el alma. El coro termino y me despedi de ellos, que se fueron de forma inmediata, Liam no reaccionaba solo me miraba llorando al igual que Alexandra y Luis. --?Y tu marido? --pregunto Alexandra la primera. --Lo deje en casa de Liam, se va a dar una vuelta en el barco --bromee y los tres me miraron incredulos --. No me case, no lo hice --se me saltaron las lagrimas mientras negaba. --?No te has casado? --En ese momento y mientras preguntaba me cogio la cara con las dos manos y me miro entre lagrimas. --No, no me he casado, pero la luna de miel me la teneis que dar ustedes --dije ocasionando a todos una risa, momento que aprovecho Liam para darme un beso en los labios y un abrazo a mi y la nina que seguia en mi pecho. Alexandra y Luis me dieron un abrazo muy fuerte y la bienvenida de nuevo a la familia, si ellos eran mi familia. --Ahora comprendo esos mensajes que me llegaron --dijo echando mi mano por mi hombro, a la nina ya la habia cogido Alexandra y puesto en un parquecito. --Claro, tonto --me pegue a el y nos abrazamos de verdad con un beso que duro por lo menos un minuto. --No sabes lo feliz que me hace tenerte aqui de nuevo. --Bueno, me dijiste que siempre estarias para mi, te recuerdo que no tengo casa --me eche a reir. --Tienes dos, una aqui y otra alli. --Las quiero a mi nombre --solte una carcajada. --Sin duda y esta vez para siempre. --Por supuesto, de eso me encargo yo --le dije bromeando y emocionada por tener a Liam de nuevo, sabia que no nos hacia falta hablar mas que ahora comenzaba nuestra verdadera historia de amor. Tengo que decir que uno de los encuentros mas bonitos fue con Cata, nuestra perrita, que cuando me vio se puso a dar saltos y se meo directamente de los nervios. --Necesito emborracharme hasta olvidarme de mis apellidos --murmure, echandome una copa de vino. --Tienes derecho a todo, hija --respondio Alexandra y Liam afirmo. --Eso si, no me quedo sin viaje, asi que quiero una ronda por el Caribe dentro de dos dias cuando pase la cena de manana y la comida de Navidad, que a este le tenemos que recordar lo bien que lo pasamos en Jamaica. --Dale, claro que nos vamos --dijo Alexandra. --Encantado de recorrer ese viaje de nuevo --respondio Liam, chocando su copa con la mia --. Por cierto, lo de que esta noche le ibas a buscar una hermanita a Beth... --Eso era broma, ?eh? Pero que si viene... --me rei y me abrazo. --Si viene no volvere a montar en coche en mi vida, esta vez no me lo pierdo... --No creo que seamos tan desgraciados --me rei comiendolo a besos. --Gracias por estar aqui, gracias --me miraba con esos ojos cristalinos del color de mal y me moria en ellos. --Gracias por volverme a querer --me eche a llorar --. Joder que yo venia graciosa y canera, eso si, a recuperar lo que era mio. --Todo lo tienes ya, no tienes nada que recuperar, jamas lo perdiste. Estuvimos charlando y durante la cena les conte todo lo sucedido. --Lo sabia, desde el dia que te llevo al hospital sabia que ese hombre no era trigo limpio. --Ya... --Menos mal que mi Cata tuvo la perspicacia de averiguar todo e ir a ti ese dia --murmuro Alexandra y tenia razon. --Pero le conte que fue cornudo y que me acoste con Liam --me eche a reir y ellos tambien. --?Y dejaste todo en su casa? --Mi ropa y la ropa de la nina, lo demas como joyas y eso me lo lleve al hotel --senale mi dedo con los dos anillos que tenia de Liam, del compromiso y la boda. --?Y como haras para recuperarla? --Mira Alexandra, me fui de aqui sin una millonada mia, no te creas que ire a buscar unos trapos que puedo comprar de nuevo. --Muy bien dicho --dijo Liam emocionado --, Ademas, eso te vas de compras con Alexandra y pones otro ropero lleno rapido. --Si --mire a mi amiga, le cogi la mano y sonrei. A nosotras no nos hacia falta decir mas nada, todo quedaria atras menos eso que sentiamos los unos por los otros. Pasamos una velada preciosa, de risas, confidencias, dejando ya atras todo lo pasado con Aitor, no queriamos ni nombrarlo, queriamos cogernos las manos y mirar al frente, ese futuro que seria el comienzo de algo que nunca debio de terminar.

  • Pacto entre hermanas de Ivette Chardis

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    Dos mujeres independientes y un baron dispuesto a conquistar a una de ellas.

  • Recogiendo manzanas en italia de Mary Ann Taylor

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    Claire Holmes es la heredera de un emporio de cocina distribuido en todo el mundo. Su padre es aclamado por la critica culinaria, sin embargo ella no sabe cocinar. Ha sido siempre una nina mimada a la que han complacido en todos sus caprichos. Cuando su padre decide mandarla a Italia para aprender con uno de los mejores chef no puede creerlo.
    En Italia descubrira los sabores, los olores, las formas de cocinar con especias.pero sobre todo descubrira a Romeo, un saludable americano que tambien ha ido a aprender a cocinar.
    Entre platos, vapores y cucharas descubriran la atraccion latente entre ellos, una atraccion que esta a punto de cristalizar cuando se produce un crimen; uno de los alumnos del curso de cocina ha sudo asesinado.
    Claire tendra que madurar rapidamente para enfrentarse por primera vez en su vida a la cruda realidad.

  • 4 3 2 1 de Paul Auster

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  • Inmersion de J. M. Ledgard

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    James More es un ingeniero hidraulico que ha sido tomado como rehen en Somalia por los terroristas yihadistas, que sospechan que es un espia britanico. Danielle Danny Flinders es una biomatematica que trabaja en un proyecto de inmersion en las aguas mas profundas de los oceanos para demostrar su teoria sobre el origen de la vida en el planeta. Ambos se conocen en un aislado hotel de la costa atlantica francesa, donde preparan sus peligrosas misiones, y encuentran, el uno en el otro, al amor de sus vidas. Ahora, separados, Danny inicia su peligrosa inmersion al fondo del oceano sin saber si James sigue vivo.

  • Teniente Navarro de Felipe Ojeda Redondo

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    Certeros disparos impactaron sobre el cuerpo del magistrado, que ya estaba muerto cuando cayo al suelo. Su cuerpo inerte quedo tirado sobre un gran charco de sangre. La alarma se extendio por el senorial, centrico y congestionado barrio de Salamanca. Un distrito habitado por gente de alto nivel economico. La comisaria de Policia del distrito de Buenavista entro en ebullicion y la noticia corrio por todo el pais como la polvora. La investigacion paso a las manos directoras de una brigada central especial, la Regional de Informacion, donde el teniente Angel Navarro estaba a cargo de la investigacion. Se presentaba un reto para la comisaria dado los escasos medios que disponian. Hacer frente a un delito de ese calibre requeria de una gran experiencia y unos nervios de acero. Ademas, sumado al volumen de los casos que entraban diariamente en la comisaria, la resolucion de ese caso, lo hacia mas complejo todavia, si eso era posible. Quince minutos mas tarde del asesinato del magistrado, el teniente Navarro se presento en la escena del crimen acompanado por el sargento Felipe Garcia. La zona se encontraba acordonada por la policia, y la multitud se acercaba curiosa por saber que habia sucedido. --Felipe, pide a los agentes que pregunten a la gente si alguien ha visto algo de lo sucedido. Observo el cuerpo inerte del magistrado. No tardo en reconocerlo, se trataba del juez Santiago Lopez. Le dolio verle en medio de ese charco de sangre, ya que lo conocia por haber colaborado en algunos casos complejos y delicados. Se fijo en los impactos de bala, y no le paso desapercibido lo centrados que estaban y lo calculado de su trayectoria. Tuvo la seguridad de que no se trataba de un siempre asesinato, mas bien era una ejecucion publica. Era notorio que el magistrado se habia ganado algunos enemigos poderosos. En Espana se estaban viviendo momentos complicados; en plena postguerra, con un Gobierno corrupto por los cuatros costados, incluidas las rencillas entre los mandos del Ejercito por repartirse el pastel. La represion era insostenible y el estraperlo campaba a sus anchas. Jueces, policias y altos cargos, pese a lucha de cara al pais, eran quienes controlaban el contrabando. Lo que Navarro pensaba se lo tenia que guardar y tener mucho cuidado, no estaba conforme con la dictadura ni, mucho menos, con los mandos policiales, pero, a su pesar, no podia hacer otra cosa que obedecer. En Madrid, como capital de Espana, se centraba el eje del trafico ilegal de mercancias. A nadie le extranaba encontrar cadaveres tirados en las cunetas como ajustes de cuentas. Era sabedor de que algunos mandos policiales estaban detras de los ultimos asesinatos; si bien, no se podian imaginar que se atreviesen a asesinar a un juez. --Teniente, hay una persona que dice haber visto lo sucedido. --Llevalo a la comisaria para que preste declaracion y, sobre todo, que no hable con nadie. -- Navarro tenia el sombrero en las manos mientras maldecia a los asesinos de su amigo. El teniente se incorporo y espero a la llegada del medico forense, que no tardo en acudir al lugar y examinar el cuerpo. Dando por concluida su labor, dio permiso para levantar el cadaver del magistrado y llevarlo a la morgue. --Doctor, soy el teniente Navarro, estoy a cargo de la investigacion. No hace falta ser un genio para ver lo que le produjo la muerte. Si encuentra algo relevante para la investigacion hagamelo saber, por favor. Navarro se puso el sombrero; aunque, antes de abandonar la plaza de Callao con direccion a la comisaria, se dio cuenta de que habian elegido una buena zona para cometer el asesinato del magistrado. Contaba con varias salidas para escapar. Sin duda, los asesinos no eran unos delincuentes cualesquiera y sabian muy bien lo que se hacian. Su aplomo y seguridad en si mismo conseguian que cualquier persona retrocediera a su paso. Con un metro ochenta de altura y su cuerpo atletico intimidaba hasta el mas pintado. En la comisaria, estaba todo patas arribas debido al asesinato del magistrado. Eran conscientes de la repercusion de lo sucedido y mas por ser una persona cercana a los poderes politicos. El teniente, durante la guerra lucho al lado de los franquistas, sin que ello significara que estuviera de acuerdo con toda la represion que se estaba ejerciendo con las personas del bando contrario. --Sargento, ?donde se encuentra el testigo? --Lo he tenido que meter en una celda. Habia demasiados curiosos que no hacian otra cosa mas que preguntarle y no queria que la informacion saliera de aqui. --Hiciste bien. Ahora, sacalo de la celda y llevalo a mi despacho. Navarro se encontraba en el despacho cuando recibio la llamada de su superior. --Navarro, soy Cifuentes. --Digame, senor. -Un semblante serio se le dibujo en el rostro. --Teniente. No quiero perdidas de tiempo y quiero a los responsables delante de mi lo mas rapido posible. --Hare todo lo que este en mi mano; sin embargo, tengo la sensacion de que este caso no es lo que aparenta. Navarro, reclinado sobre el sillon y con los ojos cerrados, pensaba en todo lo que se le vendria encima. La presion, la angustia y, sobre todo, los nervios, no iban a ser nada faciles de digerir. El sargento Felipe, acompanado por el testigo del asesinato del magistrado, entro en el despacho. --?Como se llama? --pregunto Navarro. --Agustin --contesto el hombre con voz temblorosa. --Muy bien, Agustin. Segun me dice el sargento, usted presencio el asesinato del juez. --Si, senor. Estaba sentado en la terraza de la cafeteria cuando vi un coche que se detuvo enfrente mio. Aprovecharon el momento en el que el hombre se disponia a cruzar la plaza para dispararle. --?Como era el coche? --pregunto el sargento Felipe. --Era un coche negro, con los cristales oscuros, aunque tenia el cristal de la ventanilla trasera bajado. --?Que hizo usted cuando sonaron los disparos? --interrogo el sargento. --Me tire al suelo y cuando levante la vista, el coche ya no estaba. Entonces vi al hombre en suelo sobre un gran charco de sangre. --?Que hacia usted en la cafeteria? --Inquirio Navarro. --Como todos los dias, antes de entrar a trabajar, me tomaba un cafe ahi. --Sargento, tome nota de la direccion de su vivienda y del trabajo, por si necesitamos ponernos en contacto con el. Era obvio que el asesinato del magistrado no fue por azar, sino que fue premeditado. No era normal que se ejecutara a un juez en plena plaza de Callao, uno de los lugares mas concurridos de la capital y a la vista de todo los que alli estuvieran. El teniente se planteaba dos cuestiones: <>. Navarro queria saber en que casos se encontraba trabajando el magistrado, tenia la esperanza de encontrar alguna pista sobre como encauzar la investigacion. Todo fue en vano, despues de varios dias esperando la autorizacion por el Ministerio de Justicia, la respuesta fue negativa. Se la denegaron eludiendo que no era relevante para la investigacion. En ese momento Navarro entendio que no iba a ser un camino de rosas y que se encontraria muchas trabas por el camino. El teniente no era consciente de los nubarrones negros que se le venian encima. No podia entender la falta de colaboracion por parte del Ministerio de Justicia. Era necesario saber en que asunto se encontraba trabajando el juez para descartar que no fuese un asunto relacionado con algun caso que tuviera asignado en esos momentos. Todo lo que se encontro fueron impedimentos: no podia revisar los procesos en los que se encontraba trabajando el magistrado en la actualidad. El enfado del teniente fue mayusculo. No podia comprender su forma de proceder. ?Como querian que resolviese el asesinato del juez si la propia direccion para la que trabajaba le cerraba las puertas?

  • Atentado de Mariano Gambin

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    Atentado. La Novela. Thriller. Un desgraciado incidente provoca la contratacion de dos peligrosos asesinos para atentar contra los reyes de Espana en una visita a la ciudad con motivo de la inauguracion del templo masonico rehabilitado como museo. Ambos decidiran que el lugar adecuado es la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. Los asesinos actuan por separado y cada uno ideara un sistema de atentado contra los monarcas el 15 de febrero a las dos de la tarde. La policia tendra noticia de su existencia bastante tarde, tal vez demasiado... Un tubo volcanico aparece debajo del subsuelo de la calle del Pilar, en pleno centro de Santa Cruz. Dentro de la galeria se descubre un pasadizo subterraneo que lleva a una inquietante camara donde se desarrollaron rituales profanos hace mas de doscientos anos. Dos cadaveres centenarios anaden muchas incognitas a un enigmatico y amenazador secreto. Para ello la arqueologa Marta Herrero debera enfrentarse a sus propios miedos.

  • El caliz y la espada de Bernardo De Worms

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    Corre el ano 797 y el reino de Carlomagno esta a punto de alcanzar su apogeo. La espada del monarca se ha convertido en garante de la estabilidad de la Iglesia en cuanto se refiere a su poder secular, pero tambien de su expansion a nivel de dominio espiritual en Europa. Pronto el Papa Leon III lo coronara Emperador de occidente. Sin embargo, en una abadia de Alemania, se conserva, protegido por el mayor secreto, un objeto fabuloso que, se dice, otorga un poder ilimitado al Rey; pero que, por esa misma razon, despierta un prurito inmoderado de posesion entre sus enemigos. A la muerte del nonagenario Ramiro, discipulo del monje que lo habia sacado de Espana para evitar que cayera en manos de los musulmanes y cuya reputacion de mago omnimodo lo habia convertido en su temible custodio, se desencadena en la abadia, entre los diferentes grupos de espias a sueldo de las grandes potencias de la epoca, una lucha cruel por apoderarse de el o, cuanto menos, de usarlo en beneficio propio. Para ello, no dudaran en asesinar y torturar. Sin embargo, cuando al fin consiguen hallarse ante el objeto de todos sus deseos, mueren sistematicamente, pues desconocen la clave que les hubiera permitido un uso eficaz. Bernardo, un joven novicio recien llegado al monasterio, acabara descubriendola.

  • Cinco dias para enamorarse, Marta Lobo de Marta Lobo

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    Marina dejo Madrid hace anos y se instalo en Londres.
    Cada dia lidia con un jefe que la martiriza, pero ella sabe como llevarselo a su terreno.
    Tras dos anos sin verse sus amigas deciden organizar unas vacaciones muy especiales.
    Primera parada, Londres.
    Segunda parada, una paradisiaca villa privada en Cerdena, pero lo que ninguna de ellas imagina es que sus planes se trastocaran por completo.
    Recorre de la mano de estas cinco amigas las calles de la ciudad de las
    nuevas oportunidades y se parte de las historias que ellas mismas te contaran.
    Porque el amor las esta buscando y las encontrara en el momento
    mas inesperado y de la forma mas insospechada.
    Una historia de amistad, amor, algo de misterio y mucho mas.

  • Los hermanos JO.DE.TE (Mon 7) de Cristo Alcala

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    Tres rostros, iguales.
    Pero tres personas, diferentes.
    El angel.
    El demonio.
    Y la balanza.
    Los tres famosos hermanos gemelos, Mon.
    Joviano, Denicio y Tesar.
    O como bien se los conoce.
    Por los hermanos Jo.De.Te.
    Porque son, sexis.
    Porque son, populares.
    Porque son, calientes.
    Y si te enamoras de uno, te jodes.
    Como lo hice yo.
    Pero con la gran pregunta.
    ?Con cual, me quede?

  • Irene y el Sr. Naranja de J.m. Martinez Pedros

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    Esta es la historia tragicomica de Irene y el Sr. Naranja. Ella una viuda sin problemas economicos, aburrida de su rutina, puritana, grunona y solitaria. El, harto de ser guapo y mear colonia, intentando escapar de su propia vida y creyendo que encontraria la solucion, se convirtio voluntariamente en esclavo. A partir de entonces. Ambos pasaran por una serie de aventuras y desventuras; el realismo magico se funde con escenas tragicomicas, tan teatrales como surrealistas; el dolor de unos hace reir a otros y nada ocurre como uno se espera.

  • Dos Tontos intentando cazar a un Monstruo de Irene Peralta

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    SIGLO XV
    Seline, una nomada que viaja con su arco.
    Aland que ha salido de su hogar junto con mas hombres en busca de una bestia que ha hecho estragos en su condado.
    Ambos tienen un primer encuentro muy peculiar en el que Seline no deja muy bien parado a Aland. Asi que cuando ella se une a ellos en su busqueda, comienzan una extrana relacion, mientras intentan encontrar la manera de matar a la bestia que asombrosamente a resultado ser un vampiro.Ahora Seline tiene que lidiar con haber sido rechazada en la cama, su relacion casi infantil con Aland, y todos esos nuevos sentimientos que no entiende.
    Y mientras el vampiro se hace mas fuerte e inteligente.

  • Libertin de Olivier Moon

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    No lo vi venir. No se si sucedio en el acto o fue poco a poco, imperceptiblemente. El hecho es que llego y arraso con todo: pasado y presente. Cambio mi forma de ser, mi forma de actuar, mi forma de ver y sentir la vida. Lo conocido hasta entonces quedo inservible; insignificante. Entraron en juego otro tipo de emociones y sensaciones desconocidas. Mis mascaras fueron arrancadas, una por una, hasta dejarme completamente desnudo en cuerpo, pero sobre todo en alma. No lo vi venir y no estaba preparado. A lo mejor por eso llego con tanta fuerza e intensidad, porque estaba desprevenido. Y no es que no creyera. Solo, no entendia. Lo trajo la persona que menos pensaba. Pero me consuela saber que fue reciproco; que mi tormenta se equiparo a la suya; que ninguno de los dos saldriamos ilesos cuando todo acabara. Porque acabo, ?verdad?

  • Un bosque confuso de Lorena A. Falcon

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    El despertar del reino entre las nieblas se acerca.

    Ines sabia que debia tomar una decision… si tan solo no tuviera tanto miedo de herir a los demas.

  • C de cenicienta de Kris Buendia

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    No creo en los cuentos de hadas. Pero si en la maldad de las que fueron alguna vez mis hermanastras. Las tres trabajamos para la misma empresa: Graysson Publicity. Ellas como ejecutivas y yo… muy lejos de ser una.
    Mona, mi mejor amiga quiso ser el Hada madrina por una noche, y asi como cenicienta, yo no buscaba un principe, solamente queria un vestido nuevo y una noche libre. Pero no fue una noche cualquiera. El senor G me ha confundido con una de sus modelos y se ha encaprichado conmigo.
    Mis hermanas van a odiarme si se enteran y el senor G tambien si llega a descubrir que: uno, no soy modelo, y dos… que soy la chica que limpia el suelo de su compania.

  • Mas alla de estas paredes de J.l. Berg

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    Dicen que el amor puede superar cualquier obstaculo. Pero, ?puede realmente sobrevivir a la muerte? Se suponia que eramos felices. Felices para siempre. Tazas de chocolate, los pies descalzos en la arena y una vida plena donde todos nuestros suenos podian cumplirse. Ese era el futuro que el me habia prometido y en el que yo habia creido.Podia sentirlo, tocarlo con mis manos. Hasta que, de repente, todas nuestras ilusiones y esperanzas se esfumaron como arena entre mis dedos. Esta es la increible historia de amor de Lailah y Judas en “Mas alla de estas paredes”.

  • Noches de Karnak (B de Books), Nieves Hidalgo de Nieves Hidalgo

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  • Zona prohibida de Clare Connelly

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  • Duelo de voluntades de Olga Salar

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    Cuando el sentido del honor de un caballero se interpone al amor, cada batalla librada es decisiva.

  • El anticuario judio de Oscar Rodrigo

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    En la Praga de 1890 la ciudad se convierte en la poblacion mas cosmopolita de Centro Europa. En ese periodo de tiempo una serie de desapariciones y escabrosos asesinatos se producen en los alrededores del barrio judio. En dicho distrito trabaja un misterioso anticuario cuya hija sera la investigadora novata de tan atroces crimenes. Sumergete en una onirica e inquietante atmosfera en el fascinante siglo XIX en un intento por desentranar este caso de tintes sobrenaturales con dosis de humor negro y personajes que amaras u odiaras. La aparicion de personajes historicos en esta pesadilla con sus virtudes y sus debilidades te van a dejar sin habla.

  • Amor contracorriente de Annabeth Berkley

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    La joven lady Allyson Connelly se miraba en el espejo con cierta inseguridad. Estaba en el salon de la modista a la que solian acudir al inicio de cada temporada. Podria decirse que le gustaba lo que veia. Su cabello rubio perfectamente recogido, el precioso vestido celeste que resaltaba el azul de sus ojos, los bonitos y comodos botines que le permitirian bailar toda la noche... Estaba satisfecha del resultado, sin embargo... sentia que le faltaba el aire. Madame Leonard, la solicitada modista francesa a la que la mayoria de la nobleza de Londres encargaba sus vestidos desde que se habia instalado alli hacia unos anos, la miraba extranada con varios alfileres sujetos entre sus finos labios. Era alta, delgada y su demostrada experiencia y los altos precios que cobraba daban la razon a la soberbia con la que se conducia. Miro la estrecha cintura de la joven. Estaba segura de que el corpino no estaba tan apretado como para no dejarle respirar, asi que no le presto mayor atencion. Allyson sintio como sus mejillas perdian el color y un sudor frio le recorria el cuerpo. Intento distraerse mirando a su alrededor. Las paredes forradas con papel en tonos claros, las lujosas telas de diferentes colores sobre una mesa alargada, varios espejos diseminados por la habitacion, estanterias con diferentes tocados que sobresalian de sus cajas, cajones a medio cerrar con vistosas plumas, abalorios y delicados encajes... --Crei que ya tenia pretendiente --comento Madame Leonard mientras se alejaba para dar el visto bueno a su diseno desde la distancia. --Y lo tiene --afirmo altiva y satisfecha lady Josephine Connelly, la elegante matriarca de la familia--. Esta temporada, Christine causara la misma sensacion que su hermana en la anterior. No tengo duda de ello. Josephine miraba a su hija mayor con el ceno fruncido, molesta porque aun no hubieran fijado la fecha de la boda. Si la modista sabia que tenia pretendiente, pero aun no se habia casado, lo sabria, sin duda, el resto de la alta sociedad. No comprendia el porque de su reticencia cuando el conde de Nokfolk era tan buen partido para cualquier joven casadera. --El delicado vestido de color petalo que han escogido, sin duda, hara que encuentre pretendiente tan rapido como su hermana --comento la modista sonriendo friamente a la joven morena de ojos azules a la que acababa de quitarle el elegante y decoroso vestido encargado para la fiesta. Allyson miro a Christine, su hermana un ano menor, que la miraba con los ojos brillantes, emocionada por su inminente presentacion en sociedad. Sin duda, estaria preciosa y mas que preparada para encontrar esposo. La mas pequena, Laura, rubia como ella y de ojos verdes, estaba sentada indiferente junto a su madre. Ella aun tendria que esperar un ano mas para su presentacion en sociedad, y no parecia que tuviera mucho interes al respecto. Allyson volvio a mirarse en el espejo. A ella se le acababa el tiempo. La falta de aire era cada vez mas acuciante. El conde de Nokfolk, el afortunado pretendiente al que sus padres habian aprobado, ademas de pertenecer a su clase social y ser correcto y educado, habia sido muy paciente con sus caprichos de retrasar la boda entre ambos. Ese ano la acompanaria en los bailes para confirmar la union matrimonial que todos esperaban que se fuera a producir en breve. Era un buen hombre y seria un buen marido, se dijo tratando de convencerse. --Allyson, por Dios, ?que te ocurre? --le pregunto alarmada su madre, notando su palidez y angustia, cada vez mas visible. Allyson cogio aire y lo solto con rapidez varias veces mientras se doblaba sobre sus rodillas. Christine y Laura fueron preocupadas hasta ella. Madame Leonard se acerco agitando un abanico de color crudo con su mano. Solo Josephine la miraba seria, levantado una ceja con frialdad. --Se... me pasara pronto.... --les tranquilizo Allyson con un hilo de voz mientras la modista le soltaba los lazos del vestido para quitarselo. --No creo que sea necesario arreglarlo --les comento Madame Leonard con firmeza--. Quiza la joven esta nerviosa. Josephine apreto los labios con fuerza, mirando cenuda a la mayor de sus hijas. --Probablemente --murmuro entre dientes. Allyson miro de reojo a su madre antes de desaparecer tras la cortina que servia de biombo para vestirse con su ropa de paseo. --Al ano que viene me tocara a mi ponerme otro de estos vestidos --comento la joven Laura pasando la mano por el vestido que Christine iba a llevar. Christine asintio, mirando risuena su bonito vestido. Sabia que todos la compararian con su bonita hermana mayor, pero afortunadamente ella no seria rival puesto que a su boda con el conde solo le faltaba establecer la fecha. Josephine no se movio de donde estaba hasta que no vio salir a Allyson vestida con su traje de paseo de colores crudos y visiblemente mas recuperada. Christine y Laura fueron hasta ella preocupadas. Allyson les sonrio evitando la mirada de su madre. --Muy bien, Madame Leonard --le comento Josephine a la modista mientras se dirigia a la puerta--. Espero que envie estos vestidos manana mismo, y el resto de los que le hemos encargado, en una semana. La mujer asintio satisfecha. Poco antes de empezar la temporada en Londres, recibia cientos de encargos que le permitian vivir muy holgadamente el resto del ano, cuando la alta sociedad solia retirarse a pasar la temporada de caza a sus segundas viviendas alejadas de la vida social de la ciudad. Justo antes de salir, se encontraron con lady Flanigan, una vieja conocida de la familia, que entraba con su hija, probablemente con la misma intencion con las que ellas habian ido. Era alta y ligeramente corpulenta, y llevaba un moderno sombrero sobre su cabello oscuro. Su hija, con el cabello un poco mas claro, parecia su joven reflejo. Las madres se saludaron con una afectuosa sonrisa. Las jovenes se miraron con curiosidad. No solian relacionarse entre ellas. --Supongo que nos veremos en la fiesta de lord Bondshire --comento lady Flanigan. Josephine asintio complacida. --Si, Helen, aunque tenia entendido que Josselyn ya habia encontrado pretendiente el ano pasado. La mujer sonrio asintiendo y manteniendo la mirada a su interlocutora. --Asi es, pero parece ser que tiene la misma prisa que Allyson por contraer matrimonio. Las dos jovenes aludidas se miraron y se sonrieron con amabilidad. Aunque recordaban haberse visto en alguna ocasion, apenas habian hablado entre ellas. Josephine miro al cielo, como si pidiera la paciencia que necesitaba para la incomodidad que le producia la situacion de su hija mayor. --Este ano debuta Christine. Ya lo tenemos todo preparado, y estamos seguras de que todo ira... mejor. Helen asintio con una sonrisa educada. --Te deseo la mejor de las suertes, Christine --miro a la ilusionada joven--. Mucho gusto en saludarlas. Josephine y sus hijas volvieron al carruaje que les estaba esperando al otro lado de la calle. Allyson se distrajo mirando a su alrededor. Las calles de la ciudad eran amplias y estaban limpias. Habia varias personas paseando distraidas. Todo le parecia que estuviera dentro de la normalidad a la que estaba acostumbrada... y de la que habia empezado a dudar. --Allyson, ?por que te detienes? Allyson miro a su madre sonrojada. Bajo la cabeza y fue hacia el carruaje justo cuando otro carruaje similar paro frente al de ellas. Un joven apuesto de cabello castano y ojos del mismo color bajo de el para saludarlas. --Lady Connelly, Christine, Laura, Allyson. Todas sonrieron y devolvieron el saludo al prometido de Allyson. --Es un placer haberlas encontrado. Ahora iba a ver a su esposo --les explico mientras Allyson se acercaba a el. --Madre, ?puedo irme con Robert? --pregunto la joven tratando de aparentar indiferencia. --No es buena idea, Allyson. Cualquiera puede veros... --Aun no es mediodia, madre --insistio Allyson. --Voy a una de las fabricas --le explico Robert, el conde de Nokfolk, serio--. Nada me gustaria mas que compartir el tiempo contigo, Allyson, pero quiza no sea buena idea... Allyson fruncio el ceno mientras hacia un entrenado mohin con los labios que le dedico a Robert y a su madre. --Siempre os quejais de que no pasamos tiempo juntos... Josephine entrecerro los ojos mirando a su hija mayor con desconfianza. Allyson evito su mirada fijandola en su guapo pretendiente, que miraba a su madre esperando un permiso. --Puedo quedarme esperando en el carruaje... --insistio Allyson con dulzura. --Yo cuidare de ella, lady Connelly, y en cuanto termine la diligencia que me lleva hasta alli, la acompanare a casa. Josephine asintio con un gesto serio, visiblemente molesta con su hija mayor. Allyson se despidio de su madre y sus hermanas sin perder mas tiempo y dedico a Robert una bonita sonrisa mientras subia al elegante carruaje con asientos de terciopelo en color verde oscuro. El joven la siguio al interior, sentandose frente a ella. La miro detenidamente mientras golpeaba con su baston el techo para indicar al cochero que se pusiera en marcha. Pocas veces conseguian estar a solas. --No esperaba que quisieras venir conmigo --le comento Robert, con mucha calma, casi arrastrando las palabras. Allyson se encogio de hombros, sintiendose ligeramente incomoda con su tono de voz. Sentia su mirada condescendiente sobre ella, como si todavia la estuviera evaluando para saber si seria o no una buena esposa, o como si estuviera dispuesto a reganarla si no hacia lo que el consideraba correcto. --Apenas nos vemos... --le contesto ella, suponiendo que era logico que pasaran algun momento a solas. --Tu madre ya no esta. No tienes que fingir delante de mi --le indico serio mirandola a los ojos. --No estaba... --?A quien trataba de enganar? Quiza Robert habia empezado a conocerla--. Nunca he visto una fabrica --le respondio compartiendo la verdadera razon por la que habia querido acompanarle. --Ni tienes por que verla --le explico con cierta frialdad, manteniendole la mirada. Allyson lo miro por unos segundos. Habia creido que Robert apoyaria sus inquietudes o le permitiria dirigirse con mas libertad que la que tenia en casa de sus padres. Quiza fueran imaginaciones suyas, pero en determinadas ocasiones, el le hacia sentir insegura y no era nada agradable sentirse asi. --?Por que no? ?Que habria de malo? --le pregunto mirando hacia la ventana para disimular su decepcion. --Ese no es un sitio para una dama --insistio Robert mientras el carruaje iniciaba un incomodo traqueteo debido al desgastado suelo de las calles por las que habian empezado a transitar. --Oh, vamos... --Allyson le miro impaciente. --Ademas, has dicho que te quedarias en el carruaje. Allyson le miro seria. Cierta tension se palpaba en el ambiente. Ella sabia que no debia llevarle la contraria, que debia mostrarse sonriente y sumisa, pero cada vez le costaba mas comportarse asi con el. --Allyson... --le recrimino molesto--. No se que esperas encontrar alli, pero no es como te lo imaginas. Las fabricas... --entorno los ojos con una mueca--. ?Que has estado leyendo? Allyson se sonrojo, pero no le respondio. Se limito a mirar por la ventana, dandose cuenta de que habian dejado muy atras el centro londinense. --?Donde vamos exactamente? --A una parte del East End... barrios obreros... tu padre se encuentra en una de las fabricas --Allyson se asomo por la ventana sin ningun reparo--. Allyson, esto no es un viaje de placer. Vuelve dentro. Allyson lo miro molesta. --Nunca he estado en un barrio obrero. --Y no vas a estarlo --le respondio serio--. Te repito que no es sitio para una dama. Pasaremos por el barrio, pero no nos detendremos. Allyson le mantuvo la mirada, pero cedio separandose de la ventana. De nada iba a servir enfrentarse con el, ademas de que seria algo imperdonable por su parte. --?Por que no? --susurro a reganadientes. --Allyson, no hay nada que quieras ver, creeme. Allyson lo miro extranada y molesta. Ella queria asomarse por la ventana. Por eso habia ido con el. Era algo que no se podia quitar de la cabeza desde que habia leido a escondida los ultimos libros de Charles Dickens. Le costaba creer que la ciudad que el describia fuera donde ella residia. Robert decidio cambiar el rumbo de la conversacion. Tenia claro que discutir con Allyson no llevaba a nada, ademas de que no tenia por que hacerlo. Sin duda seria una esposa perfecta cuando se acostumbrara a su verdadera posicion como condesa. La acaricio con la mirada. Era preciosa, quiza demasiado transparente en sus expresiones. --Crei que querias estar conmigo... a solas. Allyson se sonrojo consciente de la intimidad del momento. Estiro su espalda pegandose aun mas al asiento en el que estaba, como si pudiera poner mas distancia entre ellos. --Si, claro... --le respondio visiblemente incomoda mientras el carruaje se movia de manera mas abrupta al dejar totalmente atras las cuidadas calles de la ciudad. Miro a Robert. Era un buen hombre, guapo, distinguido, educado. Estaba casi convencida de que seria un buen esposo, pero no sabia por que le estaba costando tanto fijar una fecha para su boda. Sabia que era lo que un marido podia exigir a su esposa. La habian educado para ello. Estaba dispuesta a ser una esposa sumisa y obediente, aunque solo pensarlo le causaba cierta ansiedad. Los pocos y robados besos que el le habia dado en contadas ocasiones no la conmovian lo mas minimo ni mucho menos le interesaba repetirlos. Su madre le habia explicado, sin muchos detalles, lo que pasaba en la intimidad del dormitorio entre un hombre y una mujer, y no tenia ningun interes en experimentar el molesto momento. Lo peor era saber que no habia manera de evitarlo. Desvio su mirada sonrojandose ante sus pensamientos. Parecia que entraba un olor fuerte y desagradable por la ventana y Allyson saco un panuelo del pequeno bolsito que llevaba colgado de la muneca y se lo llevo a la nariz. Robert la seguia mirando detenidamente. --Allyson... ?buscabas estar a solas conmigo? Allyson lo miro ruborizada. Cierto desasosiego la invadio ?Por que insistia? Los ojos de Robert habian empezado a brillar. Realmente estaban los dos a solas. ?Lo veria como una oportunidad de acercarse a ella y besarla? No le apetecia en absoluto. --No digas esas cosas, Robert. Soy una mujer decente. Robert sonrio con arrogancia. Por fin parecia que Allyson se habia dado cuenta de que estaba en sus manos, de que dependia de el. --No dudo de que lo seas... --?Donde estamos? --le interrumpio con curiosidad acercandose a la ventana al ver que pasaban junto a unos edificios que no conocia. Robert le impidio que lo hiciera sujetandola por el brazo. --Allyson, no tienes por que ver esto. Se mantuvieron la mirada por unos segundos. La tension entre ambos fue mas que visible y parecia que ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder. Robert se incorporo ligeramente sobre ella. Allyson se rindio. Lo tenia demasiado cerca. Bajo la mirada, sumisa y volvio a apoyarse en su asiento. --Si no querias estar conmigo a solas, ?Que pretendias con este viaje? --No lo se. Pense que podria ver a mi padre... --?Ahora? ?Tienes algo urgente que decirle? Una fabrica no es lugar para una mujer de tu clase. Te ruego que no bajes del carruaje cuando lleguemos. Puede ser peligroso. Allyson lo miro con cierta desconfianza. Sus palabras parecian sinceras y su tono de voz amenazador. --?Peligroso? ?Y por que mi padre viene todos los dias? ?Por que vienes tu? --Peligroso para una mujer como tu, querida --le respondio protector sin dejar de mirarla. Allyson asintio antes de girar la cabeza hacia la ventana. Estaba deseando ver lo que habia en las calles. Siempre habia vivido protegida, entre sedas y algodones, pero ultimamente tenia muchas dudas acerca de si su vida era real o era un espejismo en el que solo unos cuantos afortunados podian vivir. Robert se sento de repente a su lado buscando su contacto. Allyson se sobresalto y con rapidez se levanto de su asiento para ocupar el que el habia dejado libre. --!Robert, por favor! Robert hizo una mueca de autosuficiencia.

  • Instrumental de James Rhodes

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    La musica fue su salvacion. James Rhodes fue victima de abusos durante su infancia y su vida ha estado marcada por esa tragedia. Escuchar a Rajmaninov en bucle durante su adolescencia y descubrir el Adagio de Bach en un ala psiquiatrica le ayudo a combatir sus demonios y a transformar su vida. James Rhodes es uno de los mas eminentes concertistas de piano de la actualidad y un gran renovador de la musica clasica. Ha protagonizado documentales para la BBC y Channel 4, escribe en The Guardian y ofrece recitales en todo el mundo. <> son sus memorias, que vieron la luz en Reino Unido despues de que el Tribunal Supremo levantara el veto que pesaba sobre la obra. Todo un tributo apasionado al poder terapeutico de la musica y que aborda cuestiones fascinantes sobre como funciona la musica clasica y sobre como y por que puede cambiar nuestras vidas.

  • Seguimos siendo tu y yo (Love Army 2) de Elsa M.r

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    Llega la segunda parte de Love Army con mas musica, mas pasion y una historia de amor ?imposible?

  • Crimenes de cafeteria (Cuentos largos de cafe 3) de Jorge Sacha

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    La mayor asesina de la historia escala una montana con un proposito que ella misma desconoce.

  • las pelirrojas tambien se enamoran de Jossy Loes

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    Escuchaba hablar a su amiga con una enorme sonrisa y una taza de cafe humeante en la mano, sin prestarle mucha atencion a lo que decia, ya que estaba mas atenta a sus pensamientos y esa sensacion que percibia cada momento y que podia comparar con ese cosquilleo que recorre el cuerpo en esos instantes que la emocion invade. Era la misma sensacion que tuvo el primer dia que piso el colegio, la universidad o su primer puesto de trabajo. Incluso comenzaba afirmar que la sensacion que experimentaba era mucho mas fuerte que en las ocasiones anteriores. Y es que cada ilusion estaba puesta en el compromiso que habia aceptado, su relacion de pareja pasaba a otra etapa. Una etapa donde los cimientos de un futuro en comun comenzaban a asentarse. No habia sido facil, pero tanto ella como Duncan lo habian logrado y es por lo que se sentia aun mas orgullosa. Podia afirmar que las relaciones a distancias funcionaban, solo con paciencia y una buena organizacion alcanzaria su meta trazada. Dos anos con pequenos obstaculos, le impulsaron a tomar la decision que la llevaba ese dia a celebrar que iban a vivir juntos como una verdadera pareja. Y es que desde que conocio a Duncan, supo que seria distinto, a pesar de las discrepancias e indirectas que su hermano solia decirle. Para Charles, ningun hombre era digno de su hermana y Caris, acostumbrada a esa estupida actitud, ignoro por completo sus advertencias. De momento se centraria en ese dia y todo lo que le esperaria en los siguientes. --Cuento cada minuto para a esa cita con el chico de la inmobiliaria y ver los pisos que hemos escogido--dijo bebiendo un poco de cafe. Eva dejo de hablar, suspiro y dejo su taza en el fregadero--. Duncan se ha dado cuenta de que su casa nos queda pequena y tu, mas que nadie, sabes lo que me costo que lo entendiera. --Encontraras el apropiado --respondio su amiga--. Lo importante es que al fin decidiste trasladarte, ya era hora, no es bueno dejar solos tanto tiempo a los hombres-- hizo un mohin para contradecirla, pero Eva se le adelanto, conocia de antemano su opinion. --Ve y preguntales a esos gandules si seguiran atados al futbol o podemos dar una vuelta. --Hablando de ellos, ?que ocurre?--pregunto Caris--. Desde que llegue he visto malhumorado a Sam.--Eva evito mirarla concentrandose en la ropa que sacaba de la lavadora. --Cosas de hombres--indico--. Sabes como son. --Caris no quedo muy convencida con la respuesta. En cuanto volviera a casa de Duncan se lo sonsacaria en medio de una buena sesion de sexo, Eva se dio cuenta de que seguiria dandole vueltas al asunto y decidio cambiar el tema. --Olvida sus tontas peleas--pidio--. Los hombres son como ninos, apresurate a levantarlos del sillon, me apetece salir un rato. --Tienes razon, me gustaria ir a ese nuevo lugar del que me hablaste --Eva levanto una ceja. --No comprendo como puedes estar tan delgada y siempre tener ganas de comer -- Caris, guasona, sonrio. --?Sera la genetica? --Eva la miro de arriba. --!Dichosos algunos con la genetica! Caris volvio a sonreir, abrio la puerta de la cocina para ir al salon por el diminuto pasillo de paredes blancas que separaba ambas habitaciones con alguna que otra foto de recuerdos, y por unos segundos llego a pensar que algun dia las paredes de su futura casa tambien se cubririan de recuerdos. Dio dos pasos mas y antes de abrir la puerta escucho las carcajadas de Duncan y la voz profunda de Sam algo enfadado. --No voy a decirlo otra vez, por tu bien espero que hayas cortado con esa chica-- advirtio Sam, y Caris no pudo mover ningun musculo, deseando que fuese una broma. --Lo intento, pero sus dos… -- respondio Duncan y un silencio invadio el salon. Ella sintio como su piel se helaba y al no escuchar a su novio reirse supo la mas cruda verdad. --!Eres un cabron!-- reprocho en alto Sam denotando su indignacion. --Deja de dartelas de hombre fiel--se defendio Duncan--. Ahora me diras que nunca te has fijado en sus enormes pechos y, sabes que te digo, no lo creere, te aseguro que son increibles. --!Te estas pasando!--advirtio Sam-- Caris es mi amiga, esta a dos puertas de nosotros y como vuelvas a faltarle el respeto de esa forma, te juro que te rompere las costillas. --!Venga, Sam!-- respondio Duncan quitandole hierro al asunto--. No pensarias que iba a esperar a Caris como un monje, son mis ultimos cartuchos de solteria y aqui, entre los dos, me he planteado en un par de ocasiones pagarle una operacion y asi no que tener recordar a la rubita. Caris sintio una y otra vez como su corazon era apunalado. Cinco anos de lo que ella creia que era una verdadera relacion, y estaba basada en mentiras. Decidio dejar su vida en Edimburgo por Duncan y es que, al cumplir el ano de relacion, acordaron pasar dos fines de semana al mes juntos en Glasgow y los restantes Duncan iria a Edimburgo. Acababa de darse cuenta que el tenia tiempo de sobra para relaciones paralelas. Era una humillacion dolorosa y no conforme con eso iba a sugerirle que se agrandara los pechos. La ira poco a poco se apodero de su cuerpo apartando el dolor que cubria su corazon. --Estas a punto de que te eche a patadas de mi casa-- alzo de nuevo la voz Sam--. Por ser tan hijo de p…--Sam no pudo terminar su advertencia, vio en camara lenta a Caris acercarse con una mirada gelida, percibida por Duncan, que se levanto con una gran sonrisa para abrazarla y a cambio de eso recibio una gran patada en sus partes nobles. --!Eres un maldito miserable! !Quedate con tu furcia de pechos grandes, jamas en la vida volveras a ver mi cara! --Se giro furibunda para recoger su bolso, dispuesta a irse y Eva la retuvo. Eva habia escuchado a su marido alzar la voz y a toda prisa fue hasta el salon. La escena que vio no era nada alentadora. Duncan estaba doblado del dolor en el piso y Sam de pie enmudecido sin saber que hacer o decir. --No puedes irte de esa manera--rogo Eva enseguida--. Todo tiene solucion --creyo que podia calmar a su amiga--. No puedes tirar por la borda una relacion de tanto tiempo. -- Caris ladeo su cabeza para enfrentarse. --?Lo sabias? -- Su amiga no respondio. Caris cerro los ojos por unos segundos buscando un poco de cordura en su mente, que no encontro, y abrio los ojos con un solo fin--. Hasta ahora no sabia que daban pases gratis… Eva se mantuvo en silencio ante lo que vendria por parte de su amiga. Era normal que estuviera tan herida, pero estaba segura de que Duncan dejaria a esa mujer en cuanto Caris se instalara definitivamente en Glasgow. La pelirroja elevo la comisura derecha de sus labios y fijo sus ojos en ella. --Los amigos como vosotros podeis iros a la mierda.--Abrio la puerta y salio, dejando entrever la furia que sentia. Volvio a la casa de Duncan, recogio lo poco que pudo sin saber a donde podria ir o, si lo sabia, el solo hecho de tocar su puerta invitaria a que su padre le dijera: <>. No tenia otra salida, era otro mas de su larga lista de fracasos sentimentales. Termino de recoger sus cosas metiendolas en la maleta y tiro las llaves en el suelo sin importarle donde llegarian a parar, cerrando con un golpe seco la puerta. Detuvo un taxi e indico a donde ir. Diez minutos despues, escuchaba a su padre decir lo que habia predicho, se mordio el labio evitando que la rabia la consumiera, se sentia muy humillada y decepcionada. Habia dicho si a una vida en pareja y lo que no cabia en su mente era que seria la cornuda de Glasgow, la que sustituian de vez en cuando por una mujer de pechos grandes. Bajo los ojos a los pechos se cercioro de su tamano y maldijo una y otra vez a Duncan y lloro hasta quedarse dormida. *** A primera hora del dia siguiente se levanto del sillon cama que tenia su padre en el salon y fijo sus ojos en las maletas que estaban al lado del mueble de la tele y las lagrimas de decepcion y pena aparecieron. Su padre aparecio con una taza de cafe bien cargado y sin decirle nada la abrazo, los siguiente minutos ella dejo que sus sentimientos afloraran, luego se limpio la cara con el reves de su mano y se levanto para ir al bano, despejarse y una vez vestida su padre la llevo a la estacion de trenes. Se despidio con un abrazo y un consejo de los que solia darle, amaba a sus padres y siempre lamento su divorcio, el motivo que le dieron a ella y a Charles fue que se habia acabado su amor, y con esa conclusion su padre se exilio en Glasgow y su madre se quedo en la capital. El dia que le presento a Duncan, su padre lo observo largamente y luego a ella, suspiro y esbozo una pequena sonrisa, durante el camino a la estacion de tren su padre confeso que no lo aprobaba, nunca le habia gustado y creyo una vez verlo con otra chica. Pero la ilusion que ella reflejaba hizo que le diera una oportunidad y la apoyase, a su vez comenzo a pensar que tendria a uno de sus hijos cerca de el. Caris no quiso confesarle los verdaderos motivos de esa ruptura, era demasiado vergonzoso. -- Ha sido lo mejor --volvio a decir su padre--. No importa la distancia que separe a un hombre y a una mujer siempre y cuando la honestidad sea lo primero en una relacion.--Caris asintio y lo abrazo. --En cuanto a ese McGregor, se arrepentira toda su vida, no sabe la joya que ha perdido.-- Sonrio con tristeza y se despidio de su padre con un beso. Una vez sentada en el tren, viendo como la gente terminaba de acomodar su equipaje y sentarse en sus asientos, encendio su movil y llamo a su hermano. Si Charles se enteraba de lo que habia pasado antes que ella se lo explicara, tomaria represalias. --Algo muy malo ha debido de pasar para que llames un domingo, que es mi dia de descanso, a las ocho de la manana. --Siempre tan carinoso. --?Caris? --Ehh… bueno, vuelvo a casa. -- ?Que ha hecho esta vez el McGregor de pacotilla que tienes por novio? --?Puedes pasar por mi, cuando llegue?-- Charles gruno y ella escucho la voz de una mujer. <> exclamo para si. Acababa de aguarle la fiesta a su hermano. Charles tapo el movil y a pesar de eso, escucho un murmullo y la risa de la mujer. --Ire, llamare a Julieta para que me acompane. --?Julieta esta en Escocia? --Si, llego el mismo dia que dijiste que tardaria en volver a ver tu cara. Y estoy preguntandome si deberian contratarte para extra de alguna pelicula con poderes sobrenaturales. --No estoy para sarcasmos, Charles-- el bufo. -- Y yo tengo la ligera sospecha de que me voy a cabrear mucho cuando me cuentes que demonios paso. --Charles, nos vemos luego. --Voy a matar a ese malnacido, estoy seguro de que...--Caris colgo evitando que su hermano terminara la frase. No queria volver a llorar de nuevo, si lo pensaba friamente, le ahorraria a Charles las ganas de estrangular a Duncan, ya que lo haria ella con sus propias manos. Frustrada como estaba, se dejo llevar por la rabia y hablo un poco mas alto de lo normal. --!Maldito Duncan McGregor! Un hombre que acababa de sentarse a su lado y estaba hojeando el periodico lo bajo y la miro. --?Que ha dicho? --Nada que a usted le importe-- respondio escueta. No estaba de humor para contarle a un desconocido su historia y que sintiera lastima por ella, era una hora de viaje, pero no lo suficiente para contar sus penurias. No, era muy humillante saber que mientras se esforzaba ahorrando dinero para meterse en una hipoteca, Duncan se metia en la cama de otra, el hombre la miro cenudo y respondio de inmediato. --Si que me importa, dado que tengo un sobrino que se llama asi y dudo que sea casualidad, ademas, una joven no deberia estar maldiciendo. Caris lo miro y miro perpleja. De todos los lugares del mundo, tendria que tocarle un companero de viaje que tuviera un sobrino que se llamaba exactamente igual que su ex. El hombre vio que habia captado su atencion y prosiguio su discurso de valores. --Se ve una chica juiciosa. Escocia esta llena de muchos jovenes solteros en los que puede fijarse. --Contuvo todo el aire y quiso cerciorarse de que no podia estar viviendo ese instante. --?Y usted asegura que hablamos del mismo Duncan? --Solo verla, se que debe de ser mi sobrino.--Caris solto un bufido, la vida queria seguir lanzandole esas clases de sorpresas de una manera muy cruel. --!Tenia que ser McGregor!--ironizo--. Todos os creeis unicos en el mundo y no senor, usted y su maldita familia son unos simples mortales, a excepcion de sir Ewan. El hombre la miro horrorizado y se mantuvo en silencio, Caris creyo que la dejaria tranquila, le dio la espalda y se dispuso a mirar el paisaje entre las capas de nieves que dejaba a su paso y algun que otro espacio verdoso que le indicaba que la primavera no estaba cerca y en vez de ayudar a mejorar su estado de animo, lo empeoraba. Necesitaba poner en orden sus ideas para saber como enfrentarse a su hermano, pero no seria en ese momento, el hombre se levanto y la senalo. --No acepto que ofenda a mi familia.-- Caris, que llevaba horas soportando las ganas de gritar y lanzar cosas, tambien se levanto. --Su familia me importa un comino --grito--. Duncan es un hijo de puta que no respeta a ninguna mujer. --Mi sobrino no es capaz de faltar a una mujer, deje de estar persiguiendo a hombres comprometidos.--Caris abrio la boca sorprendida. --!Sera imbecil!--volvio a gritar, enfrentandose a un hombre del doble de su estatura. --Pero usted quien demonios es para insultarme --respondio el hombre con el ceno fruncido. Los gritos de ambos advirtieron a un vigilante del tren que paseaba de vagon a vagon y se apresuro para evitar un enfrentamiento mayor. --Les agradezco que detengan la discusion o me vere obligado a bajarlos en la siguiente estacion. --Disculpe-- dijo el hombre alterado--. La culpa la tiene la joven, si podemos llamarla asi, se ha atrevido a insultar a mi familia al no aceptar que mi sobrino mantenga una relacion estable. La rabia nublo la cabeza de Caris al escuchar al hombre sacar conclusiones. Su comportamiento llegaria a lo mas bajo y Duncan tomaria esa actitud como un despecho en toda regla, pero necesitaba desahogar su pena y que todos supieran que ella no era la tonta del bote que creian. --Es usted un canalla, al igual que su maldito sobrino, ese que llama honrado.--Escupio sus palabras llenas de resentimiento--. Soy Caris Cameron MacArthur.--El hombre abrio los ojos y su cara se enrojecio. --Ahora no soy la cualquiera que pensaba, tranquilo don honorable, me gusta ver en sus ojos terror. No sabe las ganas que tengo de darle un derechazo, pero ya me he rebajado suficiente con gentuza como usted y su sobrino. Puede decirle a ese mequetrefe que manana me reunire con un abogado y mas le vale que no saque ni un centimo de la cuenta que tenemos en comun y otra cosa, que pague la operacion de pechos a su abuela. --No permito que se meta con mi madre. Repuso el hombre acercandose con la amenaza reflejada en su cara. El vigilante, temiendose que podia escaparse la situacion de sus manos, hablo por radio y aferro su mano a la porra. Sin embargo, Caris no se amedrento. --Usted va a permitir que diga lo que me venga en gana, en la vida volvera a verme y juro que hare que la reputacion de su dichoso sobrino caiga por los suelos, empezando justo ahora. Sabia que los chismes corrian como el agua y que su hermano Charles se enteraria y le reprocharia por haberse rebajado a ese nivel, pero sintio la necesidad de terminar con broche de oro su lamentable espectaculo, miro a la gente que estaba sentada y con valentia se dirigio a ellos.

  • Una curiosidad insaciable de Richard Dawkins

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    En Una curiosidad insaciable, Dawkins nos muestra un inusual recorrido por sus primeros anos, su despertar intelectual en Oxford y el camino hasta la publicacion de El gen egoista. El autor pinta un vivido cuadro de su idilica ninez en el Africa colonial, sazonado con apuntes acerca de su familia y de las peculiaridades de la vida colonial tras la segunda guerra mundial. Salvo algunas ensenanzas inspiradoras en la escuela primaria y secundaria, su curiosidad intelectual no alzo plenamente el vuelo hasta su ingreso en Oxford. Tras entrar a Oxford en 1959, Dawkins comenzo a estudiar zoologia y conocio a algunos de los legendarios mentores de la universidad, asi como su sistema de tutorias.

  • Enamorados en Paris de Tomas Jimenez Eyto

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    Un viaje a la ciudad del amor que pone a prueba a la pareja donde los peligros y las amenazas siguen acechando. Un angel guardian y un matrimonio de policias italianos velaran por su seguridad. ?Podran librarse de los continuos avatares de la vida en completa felicidad?

  • Bajo el arbol de los toraya de Philippe Claudel

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    Los toraya viven en la isla Celebes. Son un pueblo cuya existencia esta obsesivamente marcada por la muerte. Cuando fallece un toraya, la organizacion de su funeral se prolonga durante semanas, meses, a veces anos. Lo deseable es que asistan a la ceremonia todos los parientes del difunto, lo que puede suponer miles de personas desperdigadas por el archipielago indonesio, o incluso fuera de el. El viaje, el alojamiento y la alimentacion corren a cargo de sus familiares, que con frecuencia deben contraer fuertes deudas para poder respetar la tradicion. Para hospedar a los invitados se construyen casas de madera finas y graciles como barcas. En prevision de los banquetes se compra ganado. Se sacrificaran cerdos y bufalos para acompanar al difunto. Durante todo ese tiempo se conserva el cuerpo de quien aun no es considerado un muerto, sino un enfermo, un to masaki, en la lengua de los toraya. La tumba en la que sera inhumado se excava directamente en la roca de ciertos acantilados sagrados. En esos sepulcros en forma de nicho descansan los restos de los miembros de una misma familia, custodiados por idolos de madera. Al cabo de un tiempo, los ataudes se pudren y se abren. Los huesos quedan esparcidos por el suelo, mezclados con la tierra y las hojas. En la primavera de 2012 recorri la tierra de los toraya. En su isla, que aun no conocia, volvi a encontrar lo que siempre me ha gustado de Indonesia: sus gentes tranquilas y risuenas; sus paisajes ondulantes, a veces escarpados, con su muestrario infinito de verdes, desde el mas claro hasta el mas mate; su cielo, que puede ser amplio y azul y volverse vertical al dia siguiente, un collage de altas nubes de plomo que revientan de pronto para dejar caer una lluvia calida sobre bosques, caminos y arrozales; sus noches, que llegan temprano, repentinamente, y desencadenan un aquelarre de insectos y lagartos; el placer de tomarse una cerveza helada mientras saboreas un nasi goreng o unos sates de cabra en una acera, sentado en una silla de plastico pensada para un gnomo, o el de fumarse un kretek con aroma a nuez moscada y canela. Cerca de un pueblo toraya situado en un claro, me mostraron un arbol peculiar. Imponente y majestuoso, se alza en una pendiente del bosque, a unos cientos de metros de las casas. Es una sepultura reservada a los ninos de muy corta edad, fallecidos durante los primeros meses de vida. En el tronco del arbol se excava un hoyo. En su interior se deposita el pequeno cadaver envuelto en una sabana. El sepulcro lenoso se cierra con un entramado de ramas y tela. Lentamente, con el paso de los anos, la madera del arbol vuelve a cerrarse y guarda el cuerpo del nino en su propio y enorme cuerpo, bajo su corteza soldada de nuevo. Comienza entonces el viaje que lo elevara poco a poco al cielo, segun el pausado ritmo del crecimiento del arbol. Nosotros enterramos a nuestros muertos. O los quemamos. Nunca se nos habria ocurrido confiarselos a los arboles, aunque no nos faltan bosques ni imaginacion. Pero nuestras creencias se han vuelto vacias, carentes de eco. Perpetuamos rituales que a la mayoria nos costaria mucho explicar. Nuestro mundo vive de espaldas a la muerte. Los toraya la han convertido en el centro del suyo. ?Quien tiene razon? Esa misma noche, mientras bebia cervezas y fumaba kreteks en el balconcito de mi habitacion del hotel, volvi a pensar en el arbol, en su madera, alimentada por huesos fragiles y carne desaparecida. Abajo, unas ancianas estadounidenses reian a carcajadas mientras acababan de cenar en la terraza del restaurante. Me habia cruzado con ellas al regresar al hotel. Iban calzadas con deportivas rosa y vestian pantalones caqui de explorador llenos de bolsillos, camisas de algodon y chalecos de reportero de guerra. Sus cabezas estaban coronadas por cabellos blancos, malva y, en algun caso, violeta. Todas tenian la misma nariz rehecha, los mismos ojos estirados, los mismos labios rellenados. Habian alcanzado el tramo final de sus vidas, pero sus rostros exhibian los rasgos abstractos y esquematicos caracteristicos de las jovenes artificiales, todas identicas. Parecian munecas escapadas de una tienda que vendiera articulos monstruosos a no se sabe que clientela. Pense en todas las estrategias inutiles que aplicamos a nuestros cuerpos para enganar al tiempo y a nuestros miedos. Frente a mi, en la noche indonesia, mientras disfrutaba del aroma de los cigarrillos, adivinaba las siluetas mas claras de los bufalos que, de pie en medio de los arrozales, dormitaban con la cabeza inclinada hacia el barro. La llovizna y una tenue bruma caian sobre sus cuerpos inmoviles. Parecian de otra epoca. Los sentia medio borrados. Pense en la desaparicion. En la llegada al mundo. En esa danza incoherente, unas veces hermosa y otras grotesca, que es nuestra vida. Tambien en nuestro fin. Los sapos parloteaban. Unos murcielagos enormes libraban un duelo silencioso por encima de mi cabeza. Habia cumplido cincuenta anos tres meses antes. ?Significaba eso algo? Como de costumbre, tenia un libro al lado. Esa noche era El viaje nupcial, de Ismail Kadare, que releo al menos cada dos anos. Es una historia muy hermosa de promesas, muerte, fantasmas y cabalgadas. Y de invierno, la estacion del ano en la que siempre he sentido que me convierto en quien soy realmente. Tenia un cuaderno y una pluma --comprada mas de diez anos atras en un mercado de Saigon-- que hace honor a su nombre, porque es muy ligera. Ya no recuerdo si tome notas mientras pensaba en el arbol y su corteza cerrada sobre los cuerpecillos invisibles. No estoy seguro: a veces, donde mejor se escribe es en la propia cabeza. Estaba entre dos peliculas, en ese dificil momento en que uno se cuestiona lo que hace y se pregunta si merece la pena hacerlo, si tiene algun sentido. Cuando uno esta aun menos seguro de si debe continuar. Mi ultimo largometraje habia obtenido una tibia acogida. El publico no habia abarrotado las salas. Habia corrido mejor suerte en el extranjero, en la decena de paises en los que se habia estrenado y a los que yo lo habia acompanado para responder una y otra vez las mismas preguntas, exhibir la misma sonrisa para los fotografos y encontrarme solo por la noche en la habitacion del hotel, contemplando las botellitas del minibar como si fueran companeras de infortunio. Tras la gira, habia decidido olvidarme de esa pelicula que se habia tragado dos anos de mi vida, pasar pagina en mi interior y marcharme a la isla Celebes con un renovado deseo de imagenes que empezaba a apuntar, todavia vago y borroso, a la espera de una concrecion que pensaba perfilar sin ninguna prisa. Hace mucho tiempo ya que comprendi que no <> las peliculas, sino que son ellas las que nacen de nosotros y toman forma como y cuando les parece. Las ancianas estadounidenses se habian callado. Debian de haber vuelto a sus habitaciones. Me las imagine solas ante el espejo del cuarto de bano, contemplando sus rostros falsos y leyendo su verdadera edad en el fondo de sus ojos tristes. Toda mentira conlleva su amarga caida. Tres dias despues volvi a Francia. En cuanto entre en casa, deje la maleta en el suelo y me bebi un vaso de agua del grifo mirando a mi alrededor. Tenia la sensacion de haber llegado a un pais extranjero. Por supuesto, los olores eran conocidos, pero pertenecian a una estacion y una ciudad de las que me habia ausentado y en las que aun no habia vuelto a encontrar mi sitio. El parquet crujia bajo mis pies. En los alfeizares de las ventanas, las moscas muertas terminaban de apergaminarse colectivamente, con las patas estiradas hacia el techo. Seguia considerandome alguien corriente y a la vez exotico. Seguia teniendo en la boca el peculiar sabor de los kreteks. Sin embargo, oia en lo alto sonidos familiares, en especial el piano desafinado del senor Bellagar, el vecino del octavo, un anciano medio ciego cuyo rostro y encorbatada elegancia me recuerdan un poco a Jorge Luis Borges y que se pasa horas tocando melancolicas melodias de la Europa central. Di una vuelta por las habitaciones, lo que se hace pronto, porque solo son tres, y escuche los mensajes acumulados en el contestador, que parpadeaba en una mesita del salon, al lado de la fotografia de Florence, mi ex mujer, que me sonreia. Entre ellos descubri el