• en algun lugar en el cielo - Fernando Cabeza

    https://gigalibros.com/en-algun-lugar-en-el-cielo.html

    Durante una apacible manana de otono, el vuelo AT 2031 de la compania Air Atlantic, despega del aeropuerto de Santiago de Compostela con destino Londres. Se trata de un viaje rutinario de poco mas de dos horas, pero algo no sale como deberia. Los pilotos son incapaces de tomar tierra en la capital britanica, a pesar de que la aeronave no tiene ningun problema tecnico. Lo que en un principio parece un incidente aislado, pronto se convierte en un grave problema. La tripulacion pide ayuda de forma desesperada, pero las autoridades en tierra omiten dar respuesta o explicacion alguna, bajo un extrano secretismo. Sus pasajeros tendran que enfrentarse a las horas mas angustiosas de sus vidas, confinados dentro de un cilindro metalico de 28 metros de largo, sin comunicacion alguna con el exterior.

  • UN LUGAR EN EL CIELO | ANN NAPOLITANO | Casa del ...

    https://www.casadellibro.com/libro-un-lugar-en-el-cielo/9788466667630/11242239

    Un lugar en el cielo es al mismo tiempo una novela de aprendizaje, un relato coral de múltiples e inolvidables personajes y una historia de los muchos ...

  • Un lugar en el cielo Versión Kindle - Amazon.es

    https://www.amazon.es/lugar-en-el-cielo-ebook/dp/B084YSBT33

    Un lugar en el cielo eBook : Napolitano, Ann: Amazon.es: Tienda Kindle. ... Mirar en el interior de este libro. Un lugar en el cielo de [Ann Napolitano] ...

  • Un lugar en el cielo (Grandes novelas) - Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/lugar-cielo-Grandes-novelas/dp/8466667636

    Un lugar en el cielo (Grandes novelas) : Napolitano, Ann: Amazon.es: Libros.

  • "En algún lugar del cielo" (libro 1) - Booknet

    https://booknet.com/es/book/en-algun-lugar-del-cielo-libro-1-b362912

    Libro "En algún lugar del cielo" (libro 1) , género: Joven Adulto, autor Elis Angell. Lee "En algún lugar del cielo" (libro 1) en la plataforma de ...

  • Un lugar en el cielo, de Ann Napolitano - Libros y Literatura

    https://www.librosyliteratura.es/un-lugar-en-el-cielo-de-ann-napolitano.html

    10 ago 2020 — Edward Adler, un niño como cualquier otro, coge un vuelo a Los Ángeles junto a sus padres, su hermano mayor y otras ciento ochenta y tres ...

  • Un lugar en el cielo - Ann Napolitano - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Napolitano-Un-lugar-en-el-cielo/111903

    Supongo que es una opinión impopular otra vez ... Porque si bien pensé que era una buena lectura, de alguna manera no me impresionó tanto como pensé. Podría ...

  • Un lugar en el cielo - Anika Entre Libros

    https://anikaentrelibros.com/un-lugar-en-el-cielo

    Otro problema es que, por alguna razón, Ann Napolitano no consiguió conectarme emocionalmente con Edward. Me daba pena su situación, pero la forma de narrarlo ...

  • "En algún lugar del cielo" (Libro I) - EDITANDO - Elis Angell

    https://www.wattpad.com/story/217552104-en-alg%C3%BAn-lugar-del-cielo-libro-i-editando

    21 mar 2020 — Ángela y Nicolás se han amado toda su vida ; pero el camino que ambos desean contruir no será nada sencillo. ¿Podrán ellos estar juntos a ...

  • "En algún lugar del cielo" (Libro I) - EDITANDO - Capítulo 7

    https://www.wattpad.com/864775085-en-alg%C3%BAn-lugar-del-cielo-cap%C3%ADtulo-8-encuentro

    YOU ARE READING. "En algún lugar del cielo" (Libro I) - EDITANDO. Teen Fiction. Ángela y Nicolás se han amado toda su vida ; pero el camino que ambos desean ...

  • Un lugar en el cielo | Penguin Libros

    https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/11184-libro-un-lugar-en-el-cielo-9788466667630

    Un lugar en el cielo es al mismo tiempo una novela de aprendizaje, un relato coral de múltiples e inolvidables personajes y una historia de los muchos ...

  • El suave secreto de tu piel (Amor y Sangre 1) de M.c. Sark

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    Mi nombre es Markus Levrand.
    Y mi vida ha sido un continuo dar tumbos de ciudad en ciudad.
    Si me traslade a Santiago, donde por fin me he establecido, fue porque adoro pasear por sus empedradas calles, entre viejas fachadas de granito gris, y por supuesto, porque necesito de su llovizna continua, y de sus dias del color del plomo.

  • Black Moon de Gary Thompson

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    “Cuando te vi” es una duologia muy erotica y apasionante, con personajes fuertes y envolventes y una trama llena de grandes emociones.
    Ana Flor suena con encontrar a su principe encantado y vivir su “felices para siempre”. Al encontrarse con la foto de Joao Pedro Valente, ella se apasiona en el mismo instante. “El se convierte en su mundo del reves, ella deja la mano de todo por el, sin imaginar que, en realidad, Juan Pedro Valente esta lejos de ser un principe encantado.

  • Multimillonario Descubierto de J. S. Scott

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    ?QUE SUCEDE CUANDO EL HOMBRE AL QUE SIEMPRE HAS ODIADO RESULTA SER QUIEN TE SALVA, ARRIESGANDO SU PROPIA VIDA PARA RESCATARTE DE UNA MUERTE SEGURA?
    Todo esta borroso. Lo que siempre creiste cierto resulta no estar tan claro ahora.

  • Mary Ventura y el noveno reino de Sylvia Plath

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    Un relato inedito de Sylvia Plath, la escritora que sigue fascinando generacion tras generacion, ilustrado por Monica Bonet y con epilogo de Mariana Enriquez.

  • Se hace tarde y anochece de Cardenal Robert Sarah

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    “En la raiz de la quiebra de Occidente hay una crisis cultural e identitaria. Occidente ya no sabe quien es, porque ya no sabe ni quiere saber que lo ha configurado, que lo ha constituido tal y como ha sido y tal y como es. Hoy muchos paises ignoran su historia. Esta autoasfixia conduce de forma natural a una decadencia que abre el camino a nuevas civilizaciones barbaras”. Esta afirmacion del cardenal Robert Sarah resume el proposito del tercer libro de entrevistas con Nicolas Diat, la profunda crisis espiritual, moral y politica del mundo contemporaneo: crisis de la fe y de la Iglesia, declive de Occidente, traicion de sus elites, relativismo moral, globalizacion sin limites, capitalismo desenfrenado, nuevas ideologias, agotamiento politico, entre otros.

  • Crisalida de Andres Alonso Castillo

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    Octubre de 2015. Obras de dragado en el embalse de Sobron.

  • Dies irae (Versos, canciones y trocitos de carne 2) de Cesar Perez Gellida

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  • Tal vez en otra vida de Isabel Acuna

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    En Paris, el colombiano Alvaro Trespalacios, agregado diplomatico, se tropieza con una misteriosa mujer muy parecida a Sofia Marinelli, una joven pintora a la que conocio en Nueva York nueve anos atras, y a la que amo con una pasion arrolladora, perdiendola mas adelante en circunstancias muy confusas. Las vivencias del pasado lo asaltan en un vaiven de sentimientos encontrados y pondra en juego todas sus armas hasta saber quien es ella y conquistarla.
    De la autora de Hermosa locura, Perdido en tu piel y Cerca de ti, llega esta magnetica e intensa historia que desborda amor y erotismo en un torbellino de secretos, suspenso y desconfianza.

  • Blody de Monika Bennett

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    A Blody la vida parece sonreirle. Ha conseguido plaza en la prestigiosa universidad de California y esta ansiosa por empezar su primer ano de psicologia.Todo parece irle bien a Blody, pero la felicidad de esta joven universitaria se vera truncada por un asesino en serie que ha puesto todas sus miras en ella.Un thriller psicologico banado de sangre que hara las delicias de los amantes del genero.Ten cuidado o te atrapara.

  • Tu tan refugio y yo tan a la deriva (Sin Mar 5) de Cherry Chic

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    Un dia cualquiera Marco Corleone sale de su restaurante, mira al cielo, aspira con fuerza y sonrie. Parece simple, pero hubo un tiempo en que hasta respirar parecia imposible. Sus miedos se han ido extinguiendo a la misma velocidad que en su espalda crecian un par de alas listas para volar y perseguir suenos que parecian inalcanzables. Casi todo es como debe ser. Casi. Porque a veces, aunque no quiera, duele. Todo duele: la vida, los golpes de realidad una vez al mes, los recuerdos y las dudas de lo que pudo ser y no fue.
    Quiza no es una vida perfecta, despues de todo, pero es una vida que jamas sono tener. Ahora solo necesita acabar de cerrar heridas... O abrirlas en canal y dejar que el dolor se enfrente a cada fantasma con la fuerza de quien se ha superado dia a dia y el miedo de quien tiene demasiado que perder.

  • El Manifiesto de Margarita B. Sainz

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    Violeta observaba el lento discurrir de las turbias aguas del Guadalquivir a traves de la ventana de su despacho, privilegiado observatorio en el edificio Helvetia. Miraba absorta a los turistas que aguardaban, bajo un sol de justicia, formando largas colas para entrar a la Torre del Oro. Protegian sus cabezas con variopintos sombreros; sin embargo, sus indumentarias se asemejaban mucho entre si. Por lo general, consistian en pantalones cortos, camisetas de algodon y sandalias guiris, de esas que sujetan el pie con tiras gruesas y suelas de goma. Algunos, incluso, se atrevian a llevarlas con calcetines. Siguio atendiendo al cadencioso remar de los piraguistas que cruzaban ante sus ojos. El rio siempre estaba repleto de ellos, no en vano la de Sevilla era una de las federaciones mas potentes del territorio nacional. La cantera siempre habia aportado buenos deportistas en esa disciplina. Asi lo demostraban todas las medallas olimpicas en su haber. Sintio un tiron en el pecho que la hizo salir de sus cavilaciones y poso su mirada en los titulares del periodico que aun sostenia entre sus manos. Bajo la vista para seguir leyendo. Necesitaba asegurarse. LA ARISTOCRATA SEVILLANA ROSARIO VALENCIAGA REVELA SU SECRETO TRAS TREINTA ANOS DE SILENCIO, DESVELANDO LOS SUPUESTOS ABUSOS QUE SUFRIO EN LA CONSULTA DEL PSIQUIATRA JERONIMO CORONADO. Ha llegado el momento de hablar. El otro dia, merendando con unas amigas en Sevilla, comentaron el rumor que corre estos dias sobre Jeronimo Coronado. Jamas se me paso por la cabeza que hubiera mas mujeres viviendo lo mismo. Me senti culpable durante todos los anos que estuve enferma. Llegue a su consulta con veintidos o veintitres anos, sumida en una fuerte depresion: vulnerable, maleable. Con los limites de lo moral borrosos y otros problemas anadidos que el ignoro. Me aferre a Jeronimo Coronado como a un clavo ardiendo. Aquella relacion indefinible se prolongo en el tiempo; luego me case y se convirtio en una especie de amistad. Jeronimo Coronado abuso de una persona enferma, desesperada, a lo largo de los anos. No prestando ayuda, ignorando los problemas, manipulando como solo puede hacer un buen conocedor de los resortes de la mente, que es lo que no podemos negarle. Jeronimo Coronado Ibanez me llamo por telefono pocos dias antes de mi intento de suicidio e hizo mencion a tres temas en concreto que desencadenaron en mi cabeza la desesperacion absoluta. Lo hizo porque yo habia empezado a contar cosas de el. No tengo miedo, porque las que hemos pasado por esto no tenemos mucho que perder, y si mucho que ganar. Hoy por hoy no siento nada por Jeronimo Coronado, excepto cuando veo pasar al Senor de las Penas sabiendo que el esta ahi, el mismo que decia no creer en Dios. Me parece un sinsentido, inexplicable. Lo cuento para advertir a las mujeres de que en la consulta de Jeronimo Coronado Ibanez no van a encontrar ayuda, y si mucho dolor. Lo cuento con el apoyo de mis hijos, que, cuando he empezado a relatarles mi calvario, han entendido cosas que antes no podian, y los han hecho sufrir. No tengo miedo y no siento verguenza. He superado todo, y si yo lo he hecho, todas pueden lograrlo. Esta carta va dirigida a las victimas de Jeronimo Coronado Ibanez, porque ellas la van a entender y a ellas les puede aportar algo de consuelo; o eso espero, al menos. Con todas mis fuerzas y todo mi carino. Rosario Valenciaga Una convulsion, semejante a un incipiente temblor de tierra, comenzo a sacudirla por dentro. La minuscula capsula donde almacenaba los recuerdos del pasado comenzaba a agrietarse; se habia olvidado de que estaban alli. El estremecimiento la hizo tiritar. De repente, la manana ya no se le antojaba agradable. Lo habia guardado todo en un lugar oscuro de la memoria porque dolia. Dolia sentirse culpable y dolia avergonzarse por lo ocurrido en aquella consulta. La herida no estaba cerrada, solo anestesiada. La agitacion interna amenazaba con dominarla. Se sirvio un vaso de agua de la bandeja que estaba sobre la mesa y bebio con ansias. Le temblaban las manos. Debia calmarse. El telefono de su mesa empezo a sonar con insistencia, haciendola retornar a la realidad. Lo descolgo como un automata. --Digame --contesto con tono seco. El corazon le seguia bombeando con fuerza. --Hola, carino. --La voz de su marido la acaricio por dentro. Violeta cerro los ojos para sentirla mejor--. ?Te apetece que saque entradas para el estreno del ballet nacional checo? Representan La Bayadere en el teatro de La Maestranza. --!Por supuesto! --Suavizo la voz, dejando entrever sin querer parte de su angustia--. Ya sabes cuanto disfruto con el ballet clasico. --Eso pense. Pues ya esta hecho. Apunta en la agenda que el viernes proximo, a las ocho de la tarde, tenemos una cita. --Su buen humor se transmitia a traves de la linea. --Gracias, Daniel. Siempre tan atento y detallista. Esa es una de las cosas por la que me enamore de ti --le dijo medio en broma. El era su mundo, y penso en lo afortunada que se sentia de estar a su lado. Solo el hecho de oir su voz la tranquilizaba. --No seas tonta; ya sabes que no me cuesta ningun esfuerzo. Por cierto, ?que tal llevas el dia? Fue en ese instante cuando, con un ramalazo de intuicion, se dio cuenta de la razon de su llamada: el tambien habia leido el periodico. De nuevo, sintio como se le aceleraba el pulso. Nunca, en veinte anos de casada, la habia telefoneado para interesarse solo por su jornada de trabajo. Siempre lo hacia para consultarle algo en concreto y luego colgaba, debido al continuo estres que acarreaba su profesion. La incertidumbre la picoteo como carcoma: la estaba sondeando. Por un momento penso que, en realidad, se interesaba por ella. No pudo remediar que una leve decepcion hiciera mella en su animo. Enseguida lo aparto de la mente. --Hoy va todo tranquilo. --Se hizo la despistada--. Me estaba tomando un descanso mientras leia la prensa. ?Lo has hecho tu? --Intento sonar despreocupada. Quiza estaba un poco paranoica, o quiza lo que le ocurria era que lo conocia bien. --Si. Yo tambien lo he hecho. --El tono de su voz sono hueco, como si hablara desde un bidon vacio. --Daniel, deja de darle vueltas al coco. ?Me has llamado por algo mas? --Como me temia...: te ha afectado bastante. Tranquilizate y despues lo hablamos en casa. -- Acto seguido, corto la conversacion. No le dio opcion a contestarle. Violeta no se podia creer lo que acababa de oir. Se sintio menospreciada. Su marido la trataba como si estuviera enferma de los nervios, a pesar de que era el quien no tenia la mas minima idea de como manejar el tema. <>. Ya estaba harta de tantas tonterias. Al fastidio habia que anadir ahora el mosqueo que le provocaba su actitud. Hasta esa llamada, el dia se le habia antojado agradable, pero, gracias a Daniel, habia perdido todo su encanto. Su ansiedad subio en la escala. --Buenos dias. --En ese momento, su socia, Elena Torres, entro en tromba en su despacho. Tomo asiento frente a ella con la vista fija en una tablet y puso los pies encima de la mesa. --Elena, ya sabes que me revienta que entres asi --le reprocho, cabreada--. ?Te imaginas que estoy reunida con alguien? ?Y si estuviera manteniendo una conversacion importante? -- Intento por todos los medios que no notara lo alterada que se encontraba. --Veo que estas de mala leche. ?Ha ocurrido algo o simplemente te has levantado con el pie izquierdo? --Su socia alzo una ceja, examinandola con la mirada. --Me niego a hablar contigo hasta que cierres la puerta. --Cruzo los brazos sobre el pecho con actitud obstinada. --!Joder! La cosa es seria. --Elena se levanto y cerro sin miramientos--. Venia a ponerte al dia de las novedades, pero ahora soy yo la que no quiere hablar contigo hasta que no me digas que te ocurre --remedo con la voz. --Mejor es que lo veas por ti misma. --Violeta le lanzo el periodico, abierto por la pagina que habia estado leyendo. Durante el tiempo que su amiga tardo en informarse, el silencio se instalo en la habitacion. Solo se oian las voces de las personas que trabajaban en la oficina, amortiguadas por el cristal que las separaba. Violeta le dio la espalda para seguir contemplando por la ventana a los visitantes, que embarcaban en uno de los barcos turisticos para iniciar el recorrido por el rio. Eran casi todos orientales y portaban coloridas sombrillas. Permanecian sentados muy ordenadamente en la cubierta superior del crucero, mientras que el guia, microfono en mano, los informaba de la duracion y caracteristicas de la ruta que iba a comenzar. --!Madre mia! --la oyo gritar--. Esto significa que no es un caso aislado. !Menudo cabron! --Elena sonaba entre sorprendida y furiosa--. Y tu, ?como te lo has tomado? --Se levanto para ponerse a su lado y poder observarla. --Estoy bien. --Le apreto la mano para tranquilizarla--. Por un lado, me alivia saber que no soy la unica. Siempre me pregunte por que ocurrio una cosa asi. Por otro, me preocupa que haya otras personas en igual o peor situacion que la mia --le dijo, clavando sus ojos negros en los castanos de su amiga. No pudo evitar que se le pasara por la mente que Daniel no se habia interesado por su bienestar. El pensamiento volvia recurrente a ella. --No te preocupes y veras como todo se andara. --Le rodeo el cuello con sus brazos para transmitirle su carino--. Nos iremos enterando de todo. Seguro. Lo importante es que tu te encuentres bien. Violeta le devolvio el abrazo, emocionada. No quiso dejar a Elena con la impresion de estar afectada. Todavia no se sentia preparada para contarle hasta que punto la habia trastocado. --Petarda, ya esta bien de chachara --quiso zanjar el tema--. Ahora ponme al dia de todas las cosas que querias contarme.

  • Tiempo de siega de Guillermo Galvan

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    Madrid, 1941: Carlos Lombardi, expolicia criminalista y ahora preso politico por lealtad a la Republica, cumple redencion de pena en Cuelgamuros trabajando en las obras para el mausoleo del Valle de los Caidos. Pocos dias antes de Navidad Lombardi es liberado inesperadamente y trasladado a las dependencias de la Policia, donde le recibe su antiguo jefe Balbino Ulloa, a quien anos atras ayudo a no ser expulsado del cuerpo facilitandole un improvisado carne del Frente Popular. La policia del Nuevo Regimen le necesita para resolver un caso que a pesar de lo escandaloso no se ha filtrado a la prensa: el asesinato de un sacerdote que ha sido degollado, torturado y castrado. El horrendo crimen parece haber sido cometido por el mismo asesino al que Lombardi pisaba los talones en 1936, antes de la Guerra. Ulloa le insta a hacerse cargo de la investigacion como una “comision de servicio” y la promesa de un posible indulto en el futuro…

  • La sinfonia del azar de Douglas Kennedy

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    Nueva York, anos 80. Embriaguez y excesos. Alice Burns, una prometedora editora en el Manhattan de la era Reagan, se enfrenta a la treintena, a su complicada vida sentimental y a un manuscrito demasiado tecnico sobre la psicologia de la familia. Un fragmento la marca de un modo especial: “Todas las familias son sociedades secretas. Reinos de intriga y de guerras internas regidos por sus propias reglas”.

  • Retaguardia roja de Fernando Del Rey

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    Desde una perspectiva centrada en los ciudadanos de a pie, a los que se les pone rostro y voz, Retaguardia roja indaga en las logicas subyacentes a la violencia que se desplego de forma brutal contra los adversarios politicos en la zona republicana durante la guerra civil espanola (1936-1939). En contraposicion con las modas y los estudios mayoritarios al uso, que han tendido a priorizar la historia de las ciudades y la poblacion urbana pese al perfil abrumadoramente agrario que presentaba la sociedad de entonces, la mirada se ha focalizado aqui en el mundo rural, escenario privilegiado para calibrar el significado y el alcance politico de los conflictos y contradicciones que recorrieron la Espana de los anos treinta.

  • Recuerdo de un sueno de Amy Tan

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    Con una prosa espontanea y magnifica, Amy Tan articula un viaje a traves de la memoria para mostrar como los recuerdos casi olvidados se convirtieron en los nucleos emocionales de sus novelas y como hicieron inevitable que se dedicara a la escritura.
    La autora explora impactantes verdades sobre su familia y su pasado, como la verdadera razon por la que tuvo que pasar un test de inteligencia con seis anos, por que sus padres mintieron sobre su educacion o los misterios que rodean a su abuela materna y, por primera vez publicamente, escribe sobre la compleja relacion con su padre.
    Recuerdo de un sueno sumerge al lector directamente en la mente de esta maravillosa escritora y lo lleva de la mano por sus recuerdos, su imaginacion y las verdades que conforman su existencia.

  • Vienen por ti de Andrea Larrabe

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    La primera novela de romance paranormal adolescente escrita por la periodista Andrea Larrabe.

  • Las chicas de negro de Madeleine St John

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    Sidney 1950. Los escaparates lucen cargados de maniquies con faldas de volantes y corpinos enriquecidos con los accesorios mas preciados. Pero Goode's no son solo los grandes almacenes mas reputados de la ciudad, donde encontrar lo ultimo en moda. Para cuatro mujeres, las incansables trabajadoras de la seccion de vestidos de mujer, siempre perfectas en sus uniformes negros, es tambien su unica oportunidad de independencia. Mientras aconsejan a sus clientas sobre telas y modelos, en su interior todas ellas cultivan suenos de libertad, de un papel diferente al de hija, esposa y madre. Asi, en una Australia en la que conviven con armonia gente procedente de todos los paises europeos como consecuencia de la guerra, llega un momento de grandes cambios y oportunidades inesperadas para todas ellas.
    Entre una fiesta, y un vestido nuevo, Lesley, Patty, Fay y Magda viviran su propio momento magico cuando decidan quienes quieren ser realmente.

  • Mario, despierta de

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  • Un Angel Enamorado de Daniel Santos

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    Sara no sabe quien es en realidad.
    Pero siempre supo que era distinta.
    Y hoy ha llegado su momento.
    La hora de ser un angel.

  • Dejen todo en mis manos de Mario Levrero

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    Un viaje detectivesco e iniciatico en busca del <>.

  • Que queda de la noche de Ersi Sotiropoulos

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    Que queda de la noche transcurre en el Paris de 1897 y narra tres dias de la vida de Cavafis, antes de convertirse en el gran poeta que conocemos. Esos dias en la capital francesa nos muestran a un Cavafis sumido en una crisis existencial y se revelaran como un punto de inflexion, pues el poeta debera elegir si seguir la dificil y solitaria senda de la creacion y vencer las limitaciones personales, la incertidumbre ante un estilo que aun busca afirmarse, unido al tormento de ser homosexual y saberse y saberse incomprendido y al tiranico afecto de una madre que impide que pueda desarrollar y vivir su vida plenamente. Asi las cosas, si quiere salvar la poesia que siente venir, se impone una decision tan dificil como taxativa: cortar lazos con todo aquello que constrine, limita, paraliza.

  • Nosotros despues de las doce, Laia Soler de Laia Soler

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    Si pudieras borrar de tu mente los recuerdos que te hacen sufrir, las traiciones, las perdidas y los desenganos… Si pudieras convertir tu mente en un mural en blanco donde volver a pintar tu vida, ?lo harias?
    Aurora vive en Valira, un pequeno pueblo situado entre montanas. No cree en los cuentos de hadas, pero si en la magia. Al fin y al cabo, Valira debe su nombre a una reina feerica. Dice la leyenda que la sangre de las hadas aun corre por las venas de sus habitantes, que el pozo del pueblo alberga el espiritu de la reina y que el antiguo carrusel de la plaza posee poderes extranos.

  • La grandeza de las cosas sin nombre de Enrique Arce

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    Las cosas importantes de la vida no tienen nombre,

  • Una familia decente de Rosa Ventrella

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    En un decadente barrio italiano, un amor inesperado crece como una flor en una tierra yerma.

  • Yo, Dita Kraus. La bibliotecaria de Auschwitz de Dita Kraus

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    ?Por que la he llamado una vida aplazada? 1 Mi vida no es la vida real. Es algo anterior al comienzo de <>, una especie de prologo a la narracion. Todavia no cuenta, es solo un ensayo. Y alguien observa desde atras, tal vez desde arriba, y me juzga. Hay un ser que controla y valora mi comportamiento. Tal vez no este ahi fuera, sino dentro de mi. ?Quiza sea mi madre? ?O mi abuela? ?O algo mas interno... mi <>? No tengo ni idea. Pero siempre esta ahi, sosteniendo un espejo invisible delante de mi. Noto su aprobacion y su desaprobacion, esta ultima me hace estremecer por dentro, tratando de reprimir la conciencia intranquila, o buscarme excusas, aunque el sentimiento negativo es tremendamente tenaz e imposible de ahuyentar. Trato de encontrar razones para haber hecho o dicho lo que desagrada a mi controlador, pero al mismo tiempo se que solo estoy intentando justificar mi ofensa. Aun no se que relacion tiene esto con la sensacion de que mi vida este aplazada. Hasta donde recuerdo, siempre he estado mas centrada en el manana que en lo que experimento en este momento concreto. Incluso ahora, cuando voy a un concierto, estoy pensando en el viaje de vuelta y la agenda del dia siguiente, no en la musica que he ido a escuchar. Cuando como, mi mente esta en lavar los platos, y cuando me acuesto ya estoy planeando lo que hare al despertar. Nunca esta en el aqui y el ahora, e intuyo que me estoy perdiendo el disfrute del presente. Hay demasiado control: nunca me dejo llevar, nunca me relajo del todo. Siempre esta presente <>, siempre juzgando. Debia de ser muy pequena cuando empece a aplazar mi vida. Era una especie de posposicion indefinida, una satisfaccion aplazada. ?Como la <>? Aceptando la amarga realidad de que no conseguiria lo que queria, desde luego no a corto plazo, probablemente nunca. Me decia a mi misma que debia tener paciencia, que la plenitud tal vez viniera mas adelante. O nunca. Pensaba que tal vez, si ponia mi esperanza en espera y no pensaba en ella, algun dia podia salir bien. En el fondo, sigo pensando que el circulo se cerrara y que las cosas tomaran su debido curso, que todo volvera a su lugar normal; solo tengo que aplazarlo. Sin embargo, estos fragmentos atrasados de mi vida, estos espacios vacios, han creado lagunas, de modo que el mosaico de mi existencia tiene angulos muertos donde la imagen queda inacabada. Son muchas lagunas. ?Como voy a llenarlas? El tiempo se acaba: quien sabe cuanto me queda de vida. Ya tengo cuatro nietos y cuatro bisnietos. La mayoria de los personajes de mi pasado murieron y no pueden contestar a mis preguntas. Intentare reunir esos fragmentos y escribirlos: tal vez consiga un esbozo que llene los espacios en blanco del mosaico... 2 Infancia Mis primeros recuerdos surgen de la nada que precede a la memoria consciente. Son como una imagen que parpadea unos instantes en la pantalla y vuelve a desaparecer en la oscuridad. Pero cada una de ellas esta banada de emocion. Me han colocado sobre una bascula infantil, en una mesa cubierta con un hule, en la consulta de la medica. Estoy desnuda y noto el metal duro y frio contra mi espalda. Puede que tenga dos, o dos anos y medio. Madre y la medica de blanco se ciernen sobre mi. No tengo miedo porque sonrien. La doctora Desensy-Bill era nuestra pediatra. Recuerdo otras visitas posteriores. Me ponia la palma de la mano sobre el pecho, me daba unos golpecitos con el dedo corazon y luego escuchaba, apretando la oreja contra mi piel. La consulta estaba unida a su casa por una puerta de cuero marron acolchado con botones de laton. A veces, Madre se quedaba a hablar con la doctora y me hacian salir por la gruesa puerta que, aunque pesada, se movia con facilidad y sin hacer ruido, para ir a jugar con su hija Lucy. Esta tenia mas o menos mi edad, pero no me caia demasiado bien. Era aburrida. Otro recuerdo. Es de noche y estoy de pie sobre mi cama, llorando aterrada. Debo de ser muy pequena, porque estoy agarrada a la barandilla de la cuna con ambas manos. Madre y Mitzi, nuestra doncella, estan conmigo, tratando de calmarme. Pero yo no me tranquilizo, porque hace un instante una mano atraveso la pared e intento agarrarme. Madre me saca de la cuna y me lleva al otro lado de la pared, al cuarto de bano, para mostrarme que no hay ningun agujero. Ella y Mitzi me dicen que ninguna mano puede atravesar una pared solida. Pero no lo saben: ellas no la han visto. Yo si. Cuando dejo de llorar, vuelven a dejarme en la cuna, creyendo que me han convencido. Me tapan y apagan la luz. Sin embargo, el miedo sigue ahi y durante varias semanas, solo me duermo si separan la cuna de la pared. Otra escena sale de la oscuridad del no saber. Es perturbadora. Yo estoy en la banera y Madre sentada en el borde. De pronto, veo lagrimas cayendo sigilosamente por sus mejillas. Madre esta llorando en silencio. Me asusta y yo tambien empiezo a llorar. <> Pero ella sacude la cabeza, no me contesta. No se por que lloraba. ?Le hizo dano alguien? ?Fue culpa mia? ?Me porte mal? No se, no tengo ni idea. Y aun ahora, al recordarlo, siento tristeza, culpa y dolor. El nombre de soltera de mi madre era Elisabeth Liesl Adler. Tenia un hermano llamado Hugo, diez anos mayor que ella. Su madre murio cuando ella aun era un bebe y su padre, juez, volvio a casarse. Madre decia que su madrastra era una mujer justa y concienzuda, pero que le faltaba efusividad y amor maternal. No recuerdo al abuelo Adler, murio al poco de nacer yo. Hugo tambien se hizo juez. Se caso, pero no tuvo hijos. Solo le llegue a ver dos veces en mi vida. Wilhelm Adler con su hija, Elisabeth Adler-Polach Cuando tenia seis o siete anos, Madre y yo paramos en Brno dos o tres dias de camino a nuestro lugar de veraneo en los montes Tatras. Recuerdo claramente dos escenas de aquella visita. Madre se echo a llorar cuando entramos en casa del tio Hugo. Era el mismo piso donde habia crecido; cuando ella se caso, Hugo se quedo alli. Seguia teniendo los mismos muebles y le traian recuerdos. La otra escena que me viene a la memoria es en el juzgado. Hugo presidia un juicio vestido con una toga morada de juez, y nosotras estabamos al fondo de la sala. Cuando termino la sesion, Madre le comento que le habia parecido tranquilo, poco emocionante, y Hugo contesto: <>. Mis padres dejaron su Brno natal para mudarse a Praga poco despues de casarse. Alquilaron un pequeno apartamento en la planta baja de una villa. Tenia un jardin con cesped, parterres y arbustos de grosellas junto a la valla. Yo tenia permiso para coger las grosellas, pero no me gustaban, eran velludas y sabian acidas. El dueno, el senor Hackenberg, era amigo y companero de partido de mi abuelo Johann. Los Hackenberg tenian un pastor aleman enorme llamado Putzi, que era tan bueno que me dejaba subirme a su lomo. Hay una foto mia desnuda, con dos anos mas o menos, de pie junto al perro, y los dos medimos lo mismo. Me viene otro recuerdo: el senor Hackenberg y mi madre sentados en un banco del jardin, mientras yo juego en el arenero. Estoy cavando con las manos, haciendo un tunel. De pronto, una cosa horrible, rosa y viscosa, sale retorciendose del agujero hacia mi. Grito de miedo y corro a los brazos protectores de mi madre. Cuando ve lo que me ha asustado, se echa a reir. El senor Hackenberg tambien se rie. Me siento avergonzada, humillada. ?Como pueden reirse cuando estaba tan asustada? Mi madre se ha puesto del lado del senor Hackenberg y los dos se burlan de mi. Me ha decepcionado, me ha traicionado. ?Como iba yo a saber que solo se trataba de un inocente gusano? Era la primera vez que veia una criatura tan espantosa. Cuando tenia unos tres o cuatro anos nos mudamos a otro piso en Praga-Holesovice, y en esa epoca nos dejo Mitzi, la doncella. Hoy en dia, solo los ricos tienen internas, pero en la Europa de antes de la guerra era algo habitual. Las jovenes hijas de los aldeanos pobres venian a la ciudad en busca de empleo, a aprender a cocinar, a aprender modales y, con algo de suerte, a encontrar marido. Dormian en una diminuta habitacion que habia para el servicio en practicamente todos los pisos, recibian un pequeno sueldo y tenian una tarde y una noche libres a la semana. A menudo, no permanecian mucho tiempo con la familia, ya fuera porque eran demasiado lentas, o porque las sorprendian robando, algunas se quedaban embarazadas y tenian que ser despedidas. A mi madre le lleno de orgullo que Mitzi nos dejara porque se iba a casar. Su prometido era un zapatero que tenia una tienda a la vuelta de la esquina, en la calle principal, cerca de la parada numero seis del tranvia. Poco despues de la boda, Mitzi me invito a desayunar un domingo. Me dejaron ir sola, ya que el domingo por la manana la calle estaba desierta, y sali contenta de que nadie me acompanara. Mitzi y su marido vivian en la trastienda, en una habitacion que olia a cuero y pegamento. La tienda estaba cerrada y Mitzi me hizo sentir como una distinguida invitada. Me sirvio un buen trozo de gugelhupf como el que hacia mi madre, aunque el suyo sabia mas festivo, no se por que. Estaba feliz y orgullosa de que me trataran como a una adulta. Hubo mas desayunos como aquel, pero se fueron espaciando y, despues de un tiempo, Mitzi y el zapatero se marcharon; creo que el tuvo que cerrar la tienda porque no les daba suficiente para vivir. Nunca mas supimos de ella. Cuando Mitzi aun estaba con nosotros, mi madre y yo fuimos a pasar unas vacaciones a su pueblo. Estaba en la region germanoparlante de Bohmwerwald, el Bosque de Bohemia. Mitzi se quedo unos dias alli con nosotras, y luego volvio a Praga para supervisar a los pintores, que estaban redecorando el piso durante nuestra ausencia. Lo recuerdo porque cuando volvimos, olia a pintura y a suelos recien encerados. Habia un rio poco profundo detras de la alqueria donde nos alojabamos. Me viene otro recuerdo de estar con varios ninos del pueblo, metidos hasta las rodillas en el riachuelo. El agua corria cristalina y buscabamos oro. Si, oro de verdad. Los granos eran como semillas de amapola, pero brillaban entre los guijarros bajo el agua transparente. Los poniamos en la palma de la mano y dejabamos que el sol jugara con ellos. Era muy emocionante. Aun hoy, cuando veo alguna pelicula sobre la fiebre del oro, recuerdo que alguna vez yo tambien fui una buscadora. En aquel pueblo descubri lo que era la muerte. Habia un camino que recorria el pie de la colina, en la otra orilla del rio. Un caballo yacia en el camino, con la cabeza y el cuello colgando por la pendiente inclinada. Detras de el, habia un carro volcado. El caballo no se movia. Estuve un rato alli de pie, mirandolo, esperando a que se levantara. Tenia varias personas a mi alrededor. Ellos tambien esperaban. Pero el caballo no se movia y empece a comprender el hecho terrible y aterrador de que el animal no volveria a levantarse... que estaba muerto. Senti angustia y miedo. Pero, como en tantos otros descubrimientos posteriores en la vida, mas que toparme con un fenomeno nuevo, fue como si un conocimiento que ya estaba latente en mi saliera a la luz de la consciencia. Como dijo Platon: <>. Aquel fue el primer indicio de que el mundo no era un lugar tan luminoso y feliz como lo habia sido hasta entonces. Mi siguiente encuentro inesperado con la muerte sucedio anos mas tarde, cuando tenia ocho. Una manana, cerca de la escuela, vi a un grupo de chicos pegados a la verja del patio. Al otro lado habia una cuesta empinada y, al pie de esta, la via del tren. Alli, sobre los railes, habia una figura: una persona muerta, aunque parecia mas un monton de harapos que un cuerpo. Los ninos lo miraban atentamente, mudos e inmoviles. Fue un momento de profunda tristeza. Yo sabia que habia sido un suicidio; alguien no queria seguir viviendo y decidio arrojarse bajo un tren. En mi recuerdo, ese lugar ha quedado asociado para siempre con la tragedia. Incluso cuando volvi a mi escuela, sesenta anos despues, me vi arrastrada al mismo sitio junto a la verja, como si aquella triste figura siguiera tirada alla abajo. Una visita habitual en casa era la tia Lori, una pariente lejana de la abuela que me caia muy bien. Siempre traia regalos bonitos. No estaba casada ni tenia hijos, pero sabia perfectamente como hacer feliz a una nina.

  • Una noche con Rubi (Joyas de la nobleza 1) de Catherine Brook

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    Primera entrega de la serie <>.

  • Virgenes Destrozadas de Alba Duro

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    Macho Dominante: Virgen F*llada y Sometida por el Macho Alfa
    Vivo mi vida como quiero.
    Sin reglas, sin restricciones. Sin contenerme.
    Y me va de p*ta madre.
    Hoy la quiero a ella. Luna.
    Curvas de infarto. Labios de azucar. Sonrisa de sucubo.
    Pero hay un problema. Dice que es virgen.
    Sere un monstruo, pero no quiero partirla en dos.
    No importa cuanto me suplique.
    Es demasiado pura para mis 22 centimetros.
    Solo pensaba devorarla. Dejarla temblando.
    Y entonces largarme. Convertirme en su mejor recuerdo.
    No seria la primera vez. Los tipos como yo no sientan la cabeza.
    Pero ahora no puedo dejar de pensar en ella.
    No despues de probar sus labios. Los dos.
    Va a ser mia. En cuanto vuelva a encontrarla.
    A atarla. A destrozarla hasta que pierda el sentido.

  • Sin arrepentimientos (Stage Dive 3) de Kylie Scott

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    Ella tiene muy claro que su relacion con el sera meramente profesional. Pero la quimica entre ambos le pide otra cosa…?Y si el fuera realmente el chico de sus suenos? Jimmy, el lider de los Stage Dive, esta acostumbrado a conseguir lo que quiere, cuando quiere, ya sean drogas, alcohol o chicas.

  • Me vuelves loco de Isabel Keats

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    Ali es dona manias: el panuelo de pensar, los desayunos hiperproteicos, la obsesion por la limpieza y el running al amanecer. Debajo de su excentrico comportamiento y su cuerpo de supermodelo, solo hay una chica que busca desesperadamente ordenar sus sentimientos. No es feliz (todavia).

  • Un mes para seducir a una dama (Minstrel Valley 6) de Diane Howards

    https://gigalibros.com/un-mes-para-seducir-a-una-dama-minstrel-valley-6.html

    ?A quien seguir cuando el corazon te grita que te enamores del joven apuesto que hace que la pasion despierte en cada poro de tu piel, pero la razon te dice que es otro el adecuado?

  • Segundas oportunidades. Decisiones (Victoria 4) de Mia J. F

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    Jhon Greene ha descubierto el engano de Kata O'Donell, situacion que deja muchos corazones rotos, ?Que se debe hacer despues de descubrir que la persona de la cual te enamoraste, te ha estado mintiendo?

  • En la mas alta torre de Marisa Ayesta

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    El rencor y las ansias de venganza se desvanecen con la fuerza del amor.

  • Traviesa & sabrosa de Minerva Hall

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    Fulmino la diminuta tarjeta de visita roja con letras doradas por infinitesima vez en las ultimas dos semanas y se dijo que no podia tener miedo de aquel minusculo pedazo de papel, que habia llegado a sus manos de la forma mas inesperada posible. Jillian no temia a nadie, mucho menos a un objeto inanimado que no tenia poder alguno, no mas alla de recordarle algo que deseaba tener desesperadamente y que no se atrevia a coger. Ironias de la vida. Ella, una ex-agente encubierta de una de las agencias mas famosas del pais, asustada de un diminuto papel. Si tan solo tuviera el valor de arrojarlo a la basura y olvidar aquella gilipollez, pero lo habia recuperado varias veces, incluso habia remendado los pedazos que Susan, en un arrebato, habia dejado abandonados durante un rapido almuerzo en la mesa del cafe. Si sus mejores amigas supieran las historias y los impulsos que la rondaban, pensarian que se habia vuelto completamente loca y, lo peor, no les faltaria razon. Incluso ella misma empezaba a pensarlo. Se pregunto si estaba preparada para lo que suponia hacer aquella llamada. Sabia que habia algun misterio alli, uno que probablemente no querria descubrir, en vista de la actitud de las mujeres que, de poseer un interes mas que evidente, habian pasado a desechar la posibilidad como si se tratara de un absurdo. No habian pensado eso la primera vez que habian hecho la propuesta de que llamara y se pusiera en contacto con quienquiera que fuera el que estuviera detras de aquel intento de agencia de gigolos-acompanantes o lo que fuera. Sentia curiosidad y tentacion a partes iguales, pero hacia tanto tiempo desde su ultima experiencia sexual, que dudaba estar preparada para afrontar a un profesional. Y si luego resultaba que habia un loco tras aquella linea erotica de tres al cuarto, podria acabar todo muy mal. No era como si alguien pudiera batirla en una lucha honorable cuerpo a cuerpo. Era muy buena en varias disciplinas. Sin embargo, los locos tendian a cambiar las reglas, usar armas de fuego o atacar en diferencia numerica. Habia aprendido una valiosa leccion en su ultima mision, una que jamas le permitirian olvidar. Cerro los ojos aferrando con tanta fuerza su taza de cafe que le sorprendio que no se hiciera anicos entre sus dedos. No queria rememorar viejos recuerdos. Estaba harta de aquello, del miedo que todavia tenia la capacidad de paralizarla anos despues de pifiarla. Deberia mandar a la mierda todo y a todos, sobre todo esa paralisis que la hacia sentir impotente, asustadiza, como una ratita sin entrenamiento. Si tan solo tuviera el valor de descolgar el telefono y tomar el riesgo. ?Que tendria de malo? Si los rumores que le habian llegado a Susan eran ciertos, solo obtendria una noche de placer; si, por el contrario, aquello no era mas que una tonta broma, solo ella seria consciente de su metedura de pata. Si habia algun loco detras, aprovechandose de mujeres ingenuas, podria desenmascararlo y acabar con el. Solo habia ventajas alli. Y los poderes superiores sabian lo mucho que necesitaba una distraccion. Y si esta se la proporcionaba un hombre sexy y que sabia que hacer con sus manos mucho mejor. Dejo la taza en el fregadero tras dar un ultimo sorbo y cogio el inalambrico antes de que el valor la abandonara. Tecleo el numero y contuvo el aliento mientras esperaba a que alguien respondiera al otro lado. Cuando el telefono hizo un chasquido que anticipaba la respuesta, su corazon se salto un latido, para acabar, mas decepcionada de lo que esperaba, escuchando una voz grabada en el contestador automatico. >>Ha contactado con La Otra Estacion, ahora mismo no podemos atenderla, pero su llamada quedara registrada en nuestra base de datos. Si nuestro numero ha llegado a sus manos, es posible que este interesada en contactar con uno de nuestros agentes. Este servicio es gratuito y tan solo requiere de respuesta a un pequeno cuestionario sobre sus preferencias, que se le enviara por e-mail a la direccion que nos facilite cuando suene el pitido. Recuerde que nuestros servicios son discretos y que debera firmar una clausula de confidencialidad en nuestro contrato. Existimos por y para su placer. Sea paciente y no olvide dejarnos su direccion electronica. Gracias por usar nuestros servicios. Cuando la voz termino, el pitido indico que habia llegado el momento de dejar el e-mail. Tuvo sus dudas, pero conteniendo la respiracion lo explico tan pronto como pudo, de carrerilla, sin pensar demasiado en lo que estaba haciendo. Aquel debia ser el cuestionario del que las chicas habian hablado. Conseguir un agente para cumplir sus fantasias era algo que una chica no podia rechazar tan facilmente, por lo que no dejaba de sorprenderla que hubieran ignorado la posibilidad de disfrutar de sexo sin compromiso. Todas ellas, a excepcion de Arizona y ahora Julieta que estaban comprometidas y satisfechas, tenian sus necesidades. Necesidades que no eran faciles de atender en un pueblo como aquel, en el que no habia suficiente gente como para pasar desapercibido si decidias echar una canita al aire. Lo que te hacia preguntarte por la autentica discrecion de La Otra Estacion. Dios, un bombero ardiente solo para ella… Abrio su portatil y lo encendio. No estaba segura de que fueran a enviarle el cuestionario tan rapido, pero apenas podia parar quieta, ansiosa y con los nervios a flor de piel. Era su dia de descanso, por lo que su Dojo permanecia cerrado, a pesar de estar a mitad de semana. Solo llevaba unas horas en casa y ya se subia por las paredes, como siempre que decidia tomarse un dia libre. Jugo con la maltratada tarjeta una vez mas y nego. Se estaba volviendo completamente loca. Contactar un servicio secreto de citas… ?en que agujero de Alicia se habia caido? <>. Volvio a coger su telefono, preguntandose si debia o no debia llamar a Susan y confesar. Lo dejo sobre la mesa. Si lo hacia, probablemente acabaria echando el cierre a la floristeria y presentandose en su casa en cuestion de segundos. Trataria de convencerla de hacer o no hacer algo que no sabia si estaba dispuesta a aceptar o dejar pasar de largo. !Estaba hecha un lio! Tenia cuarenta recien cumplidos y no dejaba de pensar como una colegiala, maldita fuera. Despues de toda su experiencia, de todo lo que habia visto, algo tan nimio como una aventura, tenia la facilidad de ponerla tan tensa como la cuerda de un arco a punto de disparar la flecha. <>. Si fuera tan facil en la realidad como parecia en su cabeza… Pero la mente tendia a jugarnos malas pasadas, si lo sabria bien ella. Respira profundo, mentalizate, entra en estado de relajacion. !Puedes hacerlo! No era el mejor momento para el yoga. Dio un salto cuando un estridente sonido la aviso de que tenia un nuevo mensaje en su bandeja de entrada. Tomo aire, aparto la silla de la mesa y trato de sentarse erguida. Arrastro con suavidad el raton hacia el asunto y pico casi con temor. En cuanto se cargo la pagina y vio el logo tuvo que abanicarse. Varios hombres, todos ellos vestidos de uniforme (no solo bomberos, habia algunos policias y, si la memoria no le fallaba en lo que a uniformes oficiales se referia, hasta algun militar), llevaban la chaqueta abierta, mostrando sus duros pectorales. Algunos con vello y otros depilados. Algunos evidentemente marcados y otros con una mera sutileza que a veces resultaba mas excitante que lo evidente. No se veian sus rostros y aparecian enmarcados por aquellas doradas letras: <>. Trago saliva, repentinamente acalorada. ?Seria la menopausia? Era demasiado joven para tener sofocos. <>, jadeo incapaz de contener mas su respuesta. Bajo la mirada y leyo el encabezado del correo. >>Hemos recibido su mensaje y ha sido preseleccionada para participar en nuestro programa. Si todavia sigue interesada, por favor lea atentamente las siguientes preguntas y conteste sinceramente. Recuerde que la informacion que nos entrega es completamente confidencial y secreta. Cuando nuestro programa procese todos sus datos, recibira un nuevo correo con el agente seleccionado, que se personara en su domicilio en las proximas veinticuatro horas. Esperamos que disfrute de nuestro servicio. <>, pronuncio en voz alta a la vacia estancia. Deslizo la barra lateral y accedio al cuestionario tomando una respiracion profunda. ?Para que esperar mas? Si iba a hacer aquello, era mejor terminar con el asunto cuanto antes. Leyo las escuetas preguntas y no pudo evitar esbozar una sonrisa ante alguna de ellas. <>. Podria haber anadido un comentario jocoso sobre el uso de la manguera, pero ?para que? Estaba demasiado trillado y a ella le gustaba ser original. Incluso si conocia a cierto bombero que tenia la facultad de sacarla de sus casillas desde hacia anos. Bombero que ultimamente habia decidido trasladarse a Gold River en un vano intento de tener una segunda oportunidad. Y eso no iba a pasar, de ninguna manera. Se detuvo un instante, preguntandose si existia la posibilidad de que el agente que le enviaran fuera Christian Santos, se dijo que eso no sucederia, porque ese hombre no habia hecho una obra benefica en su vida y, por lo que ella sabia, tenia un gusto en mujeres muy especifico. No aceptaria cualquier cita a ciegas con el unico fin de complacer a una desconocida. Y desde luego no jugaria con su pequeno amigo (si era sincera, podia recordar que no habia sido tan pequeno), en el lugar en el que vivia, dormia y trabajaba. No era un hombre de compromisos, de ningun tipo, si lo sabria bien ella. Y por mas que fuera su cruz personal, por mas que la hubiera perseguido a traves de cientos de kilometros solo para hacer su vida mas dificil, no significaba que sintiera nada especial por ella. Lo habia dejado claro en varias ocasiones del pasado. Continuo con las preguntas, respondiendo sinceramente, ?por que no? Estaba cansada de portar esa mascara de chica dura, de hacerle creer a todo el mundo que nada le importaba, que la vida era una aventura y que era dichosa no solo con su solteria, sino con todas las decisiones que habia tomado en el pasado, presente y lo que habia elegido para su futuro. Una gran y burda mentira. <>, dijo a la habitacion vacia. Queria el principe, la historia de amor y una boda de cuento. Queria el amante ardiente, salvaje, que supiera que tocar y como llevarla al mas intenso y exquisito placer. Tambien ansiaba al amigo, con el que compartir sus temores, sus ilusiones, las esperanzas de futuro. Deseaba el pack completo, desde hacia anos. Y nunca lo admitiria en voz alta, mas alla de la soledad de su habitacion. Concluyo el cuestionario, abriendo su corazon y sintiendose un poco estupida por ello, pero lo envio antes de recuperar su buen juicio. Si lo eliminaba ahora, todo seguiria como estaba. Su rutina, su futuro vacio… Enviandolo tenia la oportunidad de vivir una aventura, por breve que fuera. !Y necesitaba accion! No queria esperar mas tiempo. Cuando aparecio la habitual cantinela en su pantalla reflejando que <>, se mordio el labio, nego y gruno: <>. CAPITULO 1 --Eh, Chris. Acaba de entrar un mensaje al Otro Correo --insinuo su companero sin dar detalles, no sabian quien podia estar escuchando y si el jefe se enteraba, podrian tener grandes problemas--. Salgo ya para mi cita, ?podrias ocuparte tu? Habia tenido un dia de mierda. Aburrido como una ostra en la estacion, jugando con una pelota de goma, golpeando la pared y escuchando aquel estupido sonido ritmico que empezaba a hacerle querer rechinar los dientes. Se pregunto una vez mas que diablo se le habia metido en el cuerpo para llegar hasta aquel pueblo perdido de la mano de dios, cuando habia tenido todo en su trabajo anterior. Incluida la discrecion necesaria para su vida alternativa. La Otra Estacion habia estado en funcionamiento durante diez anos y los chicos que la componian habian visto como una aventura seguirlo e instalarse en Gold River, incluso si se veian privados de la excitacion de su trabajo oficial en la gran ciudad

  • La dama prohibida de Javier Haro Herraiz

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    Mary Ann Collins es una mujer madura, guapa e inteligente. Una triunfadora que se divierte manejando a los hombres a su antojo hasta que Roberto Osuna, un sencillo pero al tiempo orgulloso y bohemio pintor callejero se cruza en su camino, echando abajo todas las ideas preconcebidas que se ha ido montando en torno al sexo masculino. Una simple mirada en Central Park y surge la chispa. ?Podra el artista conquistar el corazon de la bella empresaria, o triunfaran los prejuicios y se convertira en uno mas en la larga lista de conquistas de nuestra protagonista?

  • La debilidad de Alec (Hermanos MacLeod 2) de Jane Mackenna

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    No se exactamente cuanto tiempo ha trascurrido desde mi llegada a Dunvegan. No siento tristeza ni melancolia porque eche de menos a mi antiguo clan, jamas me senti parte de el. Aquellas tierras parecian estar malditas, todo era frio y oscuro, sin vida. Muy distinto de las de los MacLeod. Si Ian creia que enviandome lejos conseguiria olvidar el infierno que me hicieron pasar su padre y su hermano, estaba muy equivocado. No hay noche que no tenga pesadillas en las que revivo una y otra vez aquella tortura; despierto llorando, temblando y gritando. Soy incluso capaz de percibir el dolor que senti cuando me arrebataron la inocencia, el asco que me embargo, e incluso puedo volver a olerlos en mi cuerpo. Nadie viene a socorrerme en medio de la noche. Solo Ian parecia comprenderme por completo, pues fue obligado a ver mi humillacion. Lucho con unas y dientes para liberarse de sus captores y ayudarme, mas no pudo hacerlo. El cree que lo culpo, que lo desprecio, sin embargo, no es asi. Puede que haya dejado de amarlo, porque ese dia no solo perdi mi inocencia, tambien me arrebataron la capacidad de sentir. Ya no soy capaz de querer a nadie, ni siquiera soporto estar rodeada de mucha gente. Los MacLeod han sido generosos y pacientes conmigo, sobre todo, mi senora. En Rosslyn veo mucho de Ian, quien me conto que nunca estuvieron muy unidos por culpa de su padre y de su hermano mayor, ellos intentaron hacer de el otro demonio, sin conseguirlo. No obstante, en el proceso perdio una hermana y muchos anos sin estar al lado de su madre. Solo yo se cuanto le dolia el distanciamiento con ambas. Todas las mujeres MacLeod han intentado ayudarme, tratandome casi como a una igual, cuando no soy mas que una simple criada que practicamente ha sido desterrada de su clan. Mas no consigo sentirme tranquila con casi nadie a mi alrededor. Soporto a mi senora, a Glenda, a la madre de Ian, quien es una santa por no odiarme despues de todo, su hijo mato a su primogenito por mi culpa y fui la ramera de su esposo, aun recuerdo como si fuera ayer la ternura con la que me cuido despues del ataque. *** Mis ojos estan abiertos, pero no soy capaz de ver nada. Escucho como Ian solloza a mi lado y me pide perdon una y otra vez mientras hace un esfuerzo por no tocarme, pues la primera vez que lo ha intentado he gritado, a pesar de que ya no me quedan mas fuerzas para hacerlo. --Buscare ayuda --dice mientras se levanta, aun estando tan malherido como yo--. !Madre! --grita con fiereza y cierro los ojos, rezando para no volver a abrirlos jamas--. !Madre! -- vuelve a insistir. No se el tiempo que trascurre hasta que escucho un grito ahogado que me hace levantar los parpados, hinchados de nuevo, y veo ante mi a la esposa del laird MacKinnion que me mira horrorizada. --?Que te han hecho, criatura? --pregunta, rompiendo a llorar mientras se agacha a mi lado --. ?Quien ha sido el animal que te ha dejado en este estado? --Tu esposo y tu hijo son los responsables --escupe con furia Ian, quien no se ha marchado en ningun momento--. Tienes que salvarla --implora--. Se que no he sido el mejor hijo, pero, por favor, madre... --Detente, Ian --le pide ahora, observandolo con ternura--. Claro que la ayudare, y tu y yo hablaremos largo y tendido despues. Centra de nuevo su atencion en mi, su mirada de compasion es como una punalada en mi corazon. --Ian va a tener que cogerte en brazos --me explica--. Necesitas una buena cama. Tranquila, voy a curarte. --Lo siento --balbuceo, pues noto que mis labios no me pertenecen y el sabor de mi propia sangre me hace tener ganas de vomitar--. Lo siento, mi senora, yo no queria... --!Calla, nina! --ordena espantada--. No vuelvas jamas a pedir perdon por lo sucedido esta noche. Guardo silencio al comprender que esta buena mujer no me culpa por lo ocurrido, y dejo que Ian me tome en sus brazos, a pesar de que me causa tal sensacion de repugnancia que cierro con fuerza mis ojos y mis labios para evitar vomitar; me tenso por el dolor y las ganas de salir corriendo si pudiera. --Te prometo que mi padre y Bruce pagaran por lo que te han hecho --susurra sin mirarme, pues es muy consciente de que no soporto su tacto, ese que antano era capaz de estremecerme--. Los matare. Hay tal fiereza en su voz y su rostro que se me hiela la sangre, se que esta hablando en serio y, a pesar de lo que me han hecho, no podria soportar que se ensuciara las manos con la sangre de su propio padre y hermano. Sin embargo, ahora mismo no me encuentro con fuerzas para discutir, solo quiero dormir y que al despertar todo esto haya sido una terrible pesadilla. No tengo claro en que alcoba me encuentro, pero cuando mi cuerpo mancillado es dejado sobre un colchon de plumas, se con seguridad que no estoy en la habitacion que comparto con dos muchachas mas. --Sigo pensando que no es apropiado que este en tu alcoba, Ian --escucho como su madre discute con el mientras ordena a alguien que le traiga agua y panos. --Me importa bien poco si es lo correcto o no, madre --espeta--. Ayudela. --Deja que te cure a ti tambien --dice ansiosa--. Estas lleno de sangre... --Ahora me limpiare --contesta, restandole importancia--. No permitas que nadie se acerque a ella. *** Aquella noche, ambos sellamos nuestro destino. Ahora Ian es el laird de los MacKinnion, despues de que Cameron MacLeod matara a su padre y el mismo asesinara a su hermano por lo que me hizo. No importo las veces que le rogue que no lo hiciera, ahora ambos demonios deben estar quemandose en las llamas del infierno, pero, aun asi, logran atormentarme. --Siempre que te encuentro estas parada y perdida en tus pensamientos, muchacha --la voz potente de Alec, el pequeno de los MacLeod, me sobresalta y, como ya es costumbre, mi corazon comienza a latir con rapidez--. ?Acaso tu senora no necesita ayuda? --pregunta, adentrandose en la cocina en la cual estoy sola en esos momentos. --Ahora mismo esta con mi laird y el pequeno --tartamudeo, mirando a mi alrededor para encontrar una forma de escapar. --!Deja de hacer eso! --exclama, alzando la voz, y siento que en cualquier momento voy a desmayarme--. No pienso saltar sobre ti --grune mas bajo--. No es que tengas gran cosa que apreciar. --?Puedo ayudarle en algo, mi senor? --pregunto, intentando aparentar una valentia que estoy muy lejos de sentir, ni siquiera soy capaz de levantar la cabeza. --Si --asiente mientras entra contoneandose Gladys, mi peor pesadilla en Dunvegan--. Que trabajes. Estoy harto de verte deambular sin hacer nada. Cuando soy capaz de mirarle, Gladys esta pegada a el recorriendo su cuello, a la vez que me observa muy ufana. Alec lo hace como si me odiara y no comprendo el motivo. No le he hecho absolutamente nada, siempre he procurado mantenerme alejada de su camino, porque, desde la primera vez que le vi, me di cuenta de que era el mas explosivo de los hermanos. --Si, mi senor --asiento avergonzada ante la escena que trascurre frente a mi. --Y no vuelvas a llamar la atencion para que venga alguien a interrumpirnos, estupida -- espeta Gladys. Alec, sin decir mas, la coge entre sus brazos y se pierden en el pequeno cuarto donde guardamos las provisiones. No tardo en escuchar gemidos y gritos. No lo soporto y salgo con rapidez hacia las escaleras buscando algo en lo que pueda ocupar mi tiempo mientras mi senora no me da trabajo. He llegado a pensar que lo hacen a proposito, trabajo mucho menos que cualquier criada del castillo, lo que no me hace muy querida entre ellas, algo a lo que ya estoy acostumbrada. ?Que hay de malo en mi? Soy huerfana de nacimiento, nunca supe quien era mi padre, y mi madre murio al darme a luz. Asi que me criaron las propias sirvientas de los MacKinnion hasta que fui lo bastante mayor como para empezar a trabajar. Rezo para encontrarme con alguna de las senoras, pero es demasiado temprano y el unico con el que me cruzo es Evan, que sale silbando de sus aposentos. Al verme, me mira cenudo, y pregunta con delicadeza... --?Ocurre algo, Moira? --Niego con la cabeza, porque siempre me cuesta encontrar la voz para dirigirme a los hombres, aunque sepa que no van a hacerme nada--. ?Alguien te ha molestado? --Por supuesto que no --me apresuro a responder, no quiero problemas de nuevo con Alec --. Solo queria saber si mi senora necesitaba algo... ?Tal vez su esposa? --insisto esperanzada. --Glenda todavia esta en la cama --dice con orgullo--. Puedes preguntar por si le apetece un bano. Se marcha dejandome frente a la puerta. Suspiro, llamo con delicadeza y no entro hasta recibir respuesta. --Buenos dias, mi senora --saludo--. ?Necesita algo? --Buenos dias, Moira --exclama feliz--. Lo cierto es que si Rosslyn no te tiene ocupada, me gustaria darme un bano. --Por supuesto --respondo enseguida, aunque se me revuelve el estomago al pensar que debo volver a la cocina, y seguramente Alec y Gladys aun no habran acabado. --?Sucede algo? --pregunta, incorporandose en la cama y dejandome ver que esta completamente desnuda. ?Es que en este castillo no pueden parar de encamarse? --No, mi senora --me apremio a decir--. Enseguida le preparo su bano. Me apresuro a llegar a la cocina e intentar no pensar en lo que esta ocurriendo a pocos pasos de distancia. Comienzo a llenar cubos de agua para calentarlos, y casi choco con un pecho desnudo y sudoroso. Alzo los ojos asustada y, como temia, es Alec, que ni se molesta en ocultar que ha estado haciendo. Detesto a Gladys, ?como puede dejarse hacer lo mismo una y otra vez? No podria soportarlo. --Asi me gusta, que trabajes --se burla y se marcha silbando muy alegre. ?Como no?, si ha obtenido lo que deseaba... Continuo con mi trabajo, subo varios cubos por las escaleras con esfuerzo, y de nuevo vuelvo a asustarme cuando unas manos aparecen por detras para quitarme peso de las manos. --Te he dicho que trabajes, no que te deslomes --grune--. ?Son para Rosslyn? --pregunta sin mirarme. --No --respondo, al fin, cuando soy capaz de recuperarme de la sorpresa--. Para Glenda. Asiente y los deja en la puerta, sin entrar. Cuando se marcha, lo hace sin dirigirme una sola mirada. ?Por que me ha seguido? ?Por que me ayuda si esta claro que le molesta mi presencia en el castillo? Son tantas preguntas para las que no tengo respuesta... Cuando entro en la habitacion, la tina ya esta dispuesta. Puede que las demas chicas no me tengan mucho aprecio, pero saben cumplir ordenes. Comienzo a llenarla con agua caliente y preparo todo lo necesario para un buen bano. --Gracias, Moira --agradece Glenda mientras se sumerge con un suspiro en el agua--. Quedate un poco conmigo --me pide con su acostumbrada alegria. No puedo negarme asi que me siento y la escucho parlotear... CAPITULO I Alec MacLeod <>. No puedo parar de pensar en ella, aunque este poseyendo a Gladys. Sus gemidos en mi oido no hacen nada para acallar mi mente. Soy incapaz de olvidar la mirada de terror que me ha dirigido en la cocina, ni la de asco al darse cuenta de lo que ibamos a hacer mi amante y yo. ?Por que demonios le repugno? Nunca le pondria las manos encima, mucho menos sin su consentimiento, y siempre me observa como si estuviera esperando que me abalanzara sobre ella igual que un animal. --Alec --repite Gladys una y otra vez, solo quiero que se calle. Cierro los ojos y sigo penetrandola con fuerza, gruno cuando el placer estalla y me dejo ir encontrando el alivio momentaneo que buscaba. Me retiro y alejo con rapidez de ella, hoy no estoy para estupidas caricias. Desde que regrese a Dunvegan, Gladys se ha vuelto bastante posesiva, y creo que esta haciendose demasiadas ilusiones, tarde o temprano tendre que romper nuestro acuerdo. --?Que ocurre? --pregunta con voz jadeante--. Alec... --Tengo cosas que hacer, Gladys --la interrumpo--. Vuelve al trabajo. Salgo con rapidez, incluso sin haber acabado de vestirme, y algo menudo golpea contra mi; contengo un grunido al darme cuenta de quien se trata. Reconoceria su olor en cualquier parte. <>, pienso, intentando contener mi lengua. No soporto su cara de decepcion, no comprendo por que me mira asi. Desde que la vi por primera vez en tierra de los MacKinnion, supe que me traeria problemas. Ojala, Ian no nos hubiera pedido que dejaramos a Bruce con vida para poder matarlo el, pues yo hubiera cumplido el cometido con gusto. Contemplo su rostro mientras intento alejarla con palabras bruscas. De las heridas ya no queda nada, solo una pequena cicatriz sobre una de sus cejas. Un recordatorio constante de lo que debio sufrir a manos de esos bastardos. Me marcho para alejarme y no comportarme como un miserable con ella. Es tan inocente que no comprende mi forma de actuar, ni yo mismo me entiendo a veces. Pero no puedo mantenerme alejado por mucho tiempo, me he dado cuenta de que esta llenando cubos de agua, lo cual significa que alguna de mis cunadas quiere darse un bano. Como suponia, la encuentro subiendo cuatro; es tan pequena, tan delgada que me sorprende que pueda con ellos. No logro evitar correr para cogerlos yo y que no se haga dano. De nuevo, consigo asustarla y eso me enfurece de nuevo. Una vez cumplido mi cometido, me marcho para una buena sesion de entrenamiento, asi, tal vez, deje de una vez de pensar en ella. Odio los sentimientos que despierta en mi porque no los comprendo. Nunca he sentido por una mujer algo que no fuera deseo, mas Moira es diferente. Hace que ansie protegerla al verla tan destrozada, quisiera que no me mirara como si fuera a danarla, y eso es lo que hace que me enfade y la trate mal. Luego, cuando mi maldito genio se calma, me siento un imbecil y me gustaria poder disculparme, pero se que acercarme a ella es imposible. Dejo de pensar cuando veo a Evan aguardando con cara de pocos amigos, espero que no me de un sermon por llegar tarde, porque no tengo la paciencia necesaria para soportarlo. --Al fin apareces --refunfuna mi hermano Evan--. ?Que demonios estabas haciendo? No respondo y cojo una espada, pretendo descargar toda mi ira y frustracion con mi hermano, y espero que este preparado. --?Donde esta Cam? --pregunto mientras me preparo para atacar. --Sabes que desde que nacio Owen es dificil que aparezca temprano --responde sin quitarme los ojos de encima. --Es el laird --siseo tras hacer mi primer movimiento que esquiva con facilidad. --Cuando seas padre, lo comprenderas --se burla mientras me devuelve la estocada. --?Quien te ha dicho que quiera serlo? --espeto a la vez que esquivo por los pelos su espada. --Al paso que vas, no me extranaria que tuvieras algun bastardo --grune cuando le golpeo. Maldigo ante la posibilidad y dejo de hablar para concentrarme por completo en la pelea. No se cuanto tiempo estamos entrenando, me duelen todos los musculos y el sudor empapa mi cuerpo, solo nos detenemos ante la llegada de nuestro hermano mayor. --?Quereis mataros? --pregunta de brazos cruzados, mirandonos con el ceno fruncido. --Estamos haciendo lo que te corresponde desde hace horas, Cameron --respondo, intentando recuperar el aliento. --?Tienes algo que decirme, Alec? --interroga con aparente tranquilidad, aunque se que esconde un caracter parecido al mio, solo que el ha aprendido a controlarse. Esta preguntandome si cuestiono su liderazgo para con el clan, y no es asi, jamas pondria en duda su valia o su derecho al titulo. Nos retamos con la mirada durante unos instantes, pero soy el primero en apartarla. --Nada --escupo--. No tengo nada que decir. Me alejo de ellos para ir al lago que no se encuentra muy lejos de aqui y lavarme. En esta epoca del ano, el agua esta helada, mas no me importa, estoy mas que acostumbrado. Al llegar, me desnudo sin preocuparme por quien pueda verme, no muchos suelen venir aqui y menos en invierno. Me sumerjo y comienzo a nadar durante un rato, necesito estar agotado para no pensar en el futuro. ?Que me espera a mi? Cameron es el laird del clan, tiene una esposa y un hijo al que adora. Evan tiene a Glenda, y no creo que tarden mucho en aumentar la familia, y yo...

  • El terror – Dan Simmons de Dan Simmons

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    La verdadera historia de una legendaria expedicion al Artico, transformada en una excitante y extraordinaria novela en la linea del mejor Stephen King o Patrick O’Brien y llevada a la TV en una extraordinaria serie de 10 episodios.

  • El sargento Barbancho de Eduardo Rodriguez Perea

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    En un pueblo de la sierra cordobesa y a plena luz del dia, aparece el cadaver de una bellisima muchacha.

  • El Ajedrecista de Hitler de Persus Nibaes

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    La novela “El Ajedrecista de Hitler”, tiene por finalidad dar a conocer una historia ficcionada, basadaen la historia de vida del ajedrecista chileno-aleman Klaus Junge (Karl Dunken). Es una novela que no pretende ser una biografia documental, sino mas bien una historia ficcion, a su vez de contar la historia de vida del joven genio del ajedrez; Karl Dunken, quien participo en la guerra como teniente de la Wehrmacht.

  • Entre tu y yo – Nora Roberts de Nora Roberts

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    En cuanto Phillip Kincaid se proponia algo, comenzaba a trabajar para conseguirlo. Y cuando llego a Friendly, Nuevo Mexico, supo que aquel pueblo era un escenario perfecto para el rodaje de su pelicula. !Ademas, Victoria Ashton tambien era perfecta! Sin embargo, Tory iba a ponerle las cosas dificiles por una multa, y con ello, iba a conseguir que el se empenara mas y mas en demostrarle que incluso una representante de la ley podia rendirse voluntariamente. al amor.

  • El cielo en tus ojos de Angela Drei

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    Evan ha aprendido desde pequeno que cada logro va a acompanado de esfuerzo y dolor.
    Cuando por fin encuentra el amor, el pasado regresa para hacerle caer de nuevo.
    Quiza esta nueva vida junto a Allyson no es para el, tal vez solo es un sueno imposible.
    Tendra que luchar por ser el hombre que ella merece porque, despues de todo, el no sabe escribir poesia, pero sabe que esta enamorado de ella.

  • Recien cazados de Roxana Aguirre

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    Lo que pasa en Las Vegas… Definitivamente, no se queda en Las Vegas. Esto es algo que David y Natalie aprendieron muy bien, y es que despues de una tremenda borrachera y varias historias de desamor, ambos deciden escaparse a Las Vegas. El infierno comienza al dia siguiente, cuando se enteran de que hay un acta matrimonial de por medio y fotografias en sus redes sociales anunciando su matrimonio a todas las amistades. Entonces ambos se ven obligados a continuar por no dar su brazo a torcer frente a familiares y amigos.

  • Las Chicas Del Ferry de Lone Theils

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    La curiosidad que atrapa a Nora tambien te atrapara a ti.
    Dos jovenes danesas desaparecieron sin dejar rastro a bordo del ferri Inglaterra en 1985. Varios anos mas tarde, la periodista Nora Sand, que trabaja para el diario danes Globalt desde Londres, viaja a la localidad costera Ingles de Brine y compra un viejo baul en una tienda de anticuarios. Cuando la periodista abre el baul encuentra una serie de fotos y una de ellas le llama la atencion, en ella aparecen dos chicas a bordo de un ferry y automaticamente recuerda el famoso caso de las dos jovenes que desaparecieron en 1985 y cuyo caso nunca se cerro. La curiosidad atrapa a Nora y ya no puede escapar de la historia, que viajara a Dinamarca para intentar averiguar que paso con las dos chicas.
    De forma inmediata se vera envuelta, sin saber muy bien como, en el caso de un monstruoso asesino en serie que cumple cadena perpetua en la infame prision de Wolf Hall. Los hechos se precipitan y Nora empieza a temer por su propia vida…

  • Morire por ti (Descubriendo a Seytton 3) de Anne Garber

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    Aqui concluye el final de esta historia... una historia en la que el destino unio a dos corazones que lamentablemente volvieron a sufrir la crueldad de aquellos que no lo poseen.
    Por fin Alec va a compartir con ella esa parte de su pasado... la mas desgarradora y espeluznante; un pasado como bien dijo el, nunca olvidara. ?Podra Chloe soportarlo? Y... ?Su amor sera tan fuerte, para acabar de una vez con todo lo que le atormenta? Nada es lo que parece, imaginad a descubrir lo inimaginable y nunca olvideis que... nada sucede como se espera.

  • Un vaquero dificil de Erina Alcala

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    Por fin acababa sus estudios. Ese era el ultimo dia y no podia ser mas feliz. Emma llevaba a casa las notas de su master en Derecho Financiero. Y ya por fin, tras cinco anos de estudio a conciencia intensivos, estaba preparada para encontrar trabajo y adentrarse en el mundo laboral. Aunque quiza, se tomara julio y agosto de vacaciones en la casa que tenian en Torremolinos, al lado de la playa y donde vivia con su padre desde que tenia tres anos. Los dos solos. Toda la vida. Ahora tenia veinticuatro anos. Si su padre se tomaba un mes de vacaciones iban a disfrutar los dos juntos. Y en septiembre empezaria a enviar curriculums. No hacia falta que fueran de viaje lejos, ni fuera de Espana, ella ya habia ido a Londres y a Irlanda todos los veranos y sabia ingles a la perfeccion. Ya no necesitaba ir de nuevo, pero si su padre queria ir a algun lugar, irian, y si queria ir solo, se quedaria en casa, banandose en la playa y paseando por la arena. Descansando, porque estaba agotada de esos anos de estudios intensivos. Su padre, Juan Carlos Sanchez, era un neurocirujano de prestigio. Trabajaba en una clinica particular que era suya y en la que tenia acciones con otro socio. Era un hombre alto y atractivo. Lo habia sido mas en su juventud, educado y con clase, tenia los ojos verdes como ella y el pelo castano oscuro. Llevaba gafas y era un hombre tranquilo y paciente. La clinica en la que trabajaba y de la que era socio, era grande e importante en el centro de Malaga y trabajaba mas horas de la cuenta. Emma estaba deseando llegar a casa y esperar a que su padre terminara su jornada laboral y contarle que habia sacado un sobresaliente en el master. Cuando llego, tomo algo que la chica que tenian para limpiar la casa habia hecho, y se echo una siesta. Estaba cansada. Bajaria a la playa mas tarde. La senora de la limpieza se fue a su casa y ella se quedo tumbada en el sofa con las cortinas echadas, dejando el salon en penumbra. La casa a oscuras y en silencio. Y penso en su padre. Tenia sesenta y dos anos. A ella la tuvo con treinta y ocho anos y era hija unica. Provenia de una familia adinerada y tenia mucha clase. Era todo un senor. Y Emma estaba muy orgullosa de el. No entendia como no habia encontrado a otra mujer ni habia querido vivir con ella. Suponia que habia tenido relaciones, pero imaginaba que, para su padre, ella era lo mas importante y nunca quiso traer a casa a ninguna mujer. Su padre era todo su mundo, su vida, y lo queria mas que a nadie en la vida. Cuando sus abuelos murieron, al ser hijo unico, se quedaron solos, sin mas familia, pero habia procurado que nada le faltase a su hija. Era un hombre risueno y amable, tranquilo y carinoso con ella y no recordaba que su padre le rinera nunca. Su padre conocio a su madre, Marina, una noche en que ambos salieron por las discotecas de Marbella, por primera vez. Su padre era diez anos mayor que su madre, tenia treinta y siete anos y su madre veintisiete, y se acostaron juntos. Su madre quedo embarazada y se casaron a los tres meses, sin apenas conocerse. Solo por el hecho de estar embarazada, o sea, por ella. Su padre, por lo que le contaba, si que le gustaba su madre, pero para ella solo habia sido una noche loca. Y cuando ella cumplio tres anos, conocio a un americano y los abandono a los dos, dejando a su padre sumido en el dolor de verse solo, con una nina pequena. Pero habia hecho un buen trabajo. Nunca se hablaba de su madre en casa. Solo Emma le pregunto por su madre cuando estaba en el instituto y su padre le dijo la verdad. Y hasta ahi. Habian sido muy felices durante esos anos. Su padre compro la casa en la playa y alli vivieron anos tranquilos, y metio a una mujer para cuidar a su hija, la casa, y ahora le tocaba a ella buscar trabajo. Cuando desperto de la siesta, se tomo un refresco y bajo un rato a la playa. Solo tenia que cruzar una pequena carretera y estaba en el mar. Su casa estaba en primera linea de playa y era maravillosa. Por las noches, en verano y en invierno, podia oir el mar, el arrullo de las olas y disfrutar de los sonidos del baile del agua. Tenia cinco escalones que subian a una terraza o porche a la entrada de la casa, bastante amplia. En la terraza, tenian su padre y ella largas conversaciones, sobre todo en verano. Sacaban los balancines y una mesa, y alli se contaban de todo, cenaban, leian. La casa tenia dos despachos, un gran salon y comedor, una gran cocina y un patio amplio con todo, incluso una piscina mediana. Y en la parte alta de las dos plantas que tenia, cuatro dormitorios amplios y dos banos. Era preciosa y tenia acceso al bus para ir a Malaga, aunque ella ya no lo necesitaba. Se saco el carne el ano que termino el instituto y su padre le compro un coche para ir a la Universidad. Tenian dos plazas de garaje, una para su padre y otra para ella. Cuando subio de la playa, estaba tan contenta... Se dio unos largos en la piscina y se ducho, esperando que vinera su padre a cenar. Su padre vino a las ocho de la tarde. Serio y taciturno. --?Que pasa, papa? Hoy tengo muy buenas noticias. He sacado sobresaliente en el master. Ya he terminado por fin. --Y lo abrazo. --Me alegro tanto por ti, pequena... --lo dijo con cierta tristeza, abrazandola. --?Papa, que pasa? --Voy a ducharme y hablamos, hija. --?Es algo serio? --Ahora hablamos. Y se quedo preocupada. Su padre siempre se alegraba tanto de sus logros... Seguro que alguna operacion habia ido mal. !Pobrecillo! Cuando bajo de ducharse, ella estaba impaciente y se sentaron en el salon. --Hija, ya eres una mujer, tienes veinticuatro anos, has terminado los estudios que elegiste. Creo que he hecho un buen trabajo contigo. Eres una hija maravillosa que nunca me has dado problemas, ni siquiera te he visto salir con chicos, solo has estudiado. --Lo se, papa. Y tu eres el mejor padre. --Ya no volvere a trabajar. Hoy es el ultimo dia. He estado arreglando documentos esta semana. Llevo dias haciendolo. --Pero, papa, ?te jubilas? --Forzosamente, hija, sabes que mi pasion es la neurocirugia. --?Entonces? Eres joven. Tienes sesenta y dos anos. --Lo se. Tu ya estas preparada para estar sola y vivir tu vida. --A ver, cuentame de verdad, ?que pasa? --Tengo un tumor inoperable en el cerebro. Yo mejor que nadie lo se. Emma se echo a llorar desesperada y lo abrazo. --Papa, pero hay neurocirujanos como tu, radioterapia y quimioterapia. --No voy a hacer eso, es demasiado tarde para mi. No me he notado nada hasta que ha sido demasiado tarde. Me quedan apenas tres meses de vida y no pienso pasarlas en el hospital, el tumor se ha extendido, tengo metastasis en varios organos importantes, no te voy a dar los detalles, porque quiero pasar ese tiempo contigo. Tengo planes para ti. Emma no dejaba de llorar. --No llores, hija. De todas formas, tu tienes que hacer tu vida. Dios me ha dado el tiempo suficiente para dejarte preparada. Y estuvo mas de una hora llorando. El padre tenia que consolarla. --Vamos, hija, eres una mujer. Tenemos que hablar en serio. Debemos dejar muchas cosas solucionadas. --Papa, ?que voy a hacer sin ti? --Vivir, hija, vivir cada dia como si fuese el ultimo. Cuando pasaron unos dias, ella se calmo un poco y pasaban todo el tiempo juntos. Iban a desayunar juntos, a la playa, hablaban de todo y del futuro. Su padre le dijo que queria morir en casa y que solo deberia ponerle morfina los ultimos dias que estuviese en casa, ya estaba al tanto su socio en la clinica y se lo proporcionaria. Le conto que tenia un seguro de vida de cuatrocientos mil euros desde hacia tiempo, y uno de decesos. Queria que lo incineraran y esparcieran las cenizas al mar frente a la casa, una noche, cuando ella quisiera. Emma, a veces, no podia soportar la tranquilidad que su padre tenia y no habia momento que no llorara cuando no la veia. Le dijo que habia vendido la clinica a su socio. Y le dijo el dinero que tenia, aparte de la casa, y que pusieron a nombre de los dos. Le aconsejo que no vendiera la casa de momento, porque tenia planes para ella. Entre el seguro, lo ahorrado y la mitad de la clinica, su padre tenia mas de cincuenta millones de euros. --Papa, esa es una gran cantidad de dinero. --Por eso no quiero que vendas la casa, cuando te vayas, si no te va bien, siempre tienes un lugar donde volver y si estas bien, siempre puedes venderla. --?Donde voy a ir, papa? --Con tu madre a Estados Unidos. He hablado con ella. --Pero, papa, si no la conozco. No he hablado con ella ni una sola vez. --No quiero que estes sola, te quiere alli. Siempre te ha querido. Toma. --Y le dio unas cartas. --Van dirigidas a mi, le ha dado verguenza escribirte a ti, pero nunca te ha olvidado. Me escribia cada mes durante todos estos anos. --Pero, papa, no quiero ir a Estados Unidos. --Quiero que vayas, alli tienes una familia; si no te gusta, te vuelves. Tienes dinero para no trabajar en la vida, pero se que quieres hacerlo, porque has estudiado para eso, podras montar tu bufete alli y tendras a tu madre. Cuando nos divorciamos, se caso con Donald Jones, un ranchero de Montana. Vive en un rancho alli, en Montana. --?En un rancho en Montana?, ?y que voy a hacer alli? --Hay un pueblo grande cerca. Donald, con el hombre con el que vive, es un buen hombre y te acepta alli en el rancho. Ya he hablado con ellos, tenia un hijo antes de conocer a tu madre. Su mujer murio. El hijo, es unos anos mayor que tu. Tendras otra familia.

  • The Hot Affaire. una cita inolvidable de Lina Galan

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  • La leyenda del Holandes de Antonio Pascual-garcia

    https://gigalibros.com/la-leyenda-del-holandes.html

    Marc es un famoso escritor londinense, que harto del estres de la ciudad, decide seguir el consejo de su agente y viaja a un hotel situado en la costa de Dover. Desde la llegada, el autor queda prendido de la belleza y de la amabilidad de los propietarios. Pero no todo es lo que parece, un misterio por resolver altera la tranquilidad de Marc. Un enigma que rodea una vieja leyenda es el engranaje que utiliza el autor en este nuevo relato. Una obra de misterio recomendada para todos los publicos.

  • La Huerfana Rota de Magenta Perales

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    Samantha estaba sola. Abandonada.
    Lo habia estado siempre.
    De una casa de acogida a otra.
    De unos padres a otros.

  • LA HABITACION 104 (Negra y recortada 2) – Fernando de Cea Velasco de Fernando De Cea Velasco

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    Luis Berrocal es un medico prospero, casado con Alicia, una mujer de la alta sociedad. Lo que parece un matrimonio ideal, en realidad es pura fachada. Los conflictos domesticos pronto seran el menor de sus problemas: el verdadero peligro procede del pasado en forma de venganza y crimen…

  • Dime que me quieres de Corine Michaels

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  • Sakura de Matilde Asensi.

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    En 1990, Ryoei Saito, un multimillonario japones, adquirio El retrato del doctor Gachet, de Vincent Van Gogh, en una subasta de Christie’s por la suma mas grande pagada hasta entonces por una pintura: 82,5 millones de dolares. El multimillonario fallecio poco despues y, con el, el cuadro desaparecio para siempre.

  • Aquel diciembre de Estefania Jimenez

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    Tras recibir un mensaje urgente, Diego Narvaez parte desde Motril hacia el pequeno pueblo granadino de Tablate para reunirse con su hermana y su madre. Alguien ha acusado a esta de brujeria, complicando aun mas su ya delicada situacion como morisca en aquellos anos de represion.

  • La risa final de Fernando Royuela

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    Un escritor recibe como legado a la muerte de un notario amigo un escrito de 1885 que tiene que destruir una vez leido. Se trata de una rareza, un acta con la confesion biografica de una tal Rosario la China, a la que acompana un misterioso objeto.