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    EL TIEMPO PERVERTIDO. ... El libro traza un mapa esencial para entender las fuerzas que ... Pero además de una radiografía de nuestro tiempo,

  • Si Un Dia Me Besaras (Besos En Richmond 2) de Ana Alvarez

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    Olivia se toco una vez mas, nerviosa, el largo cabello rubio, y sintio de nuevo crecer su irritacion hacia Scott. Los ojos grises, en general tan claros que parecian traslucidos, refulgieron de rabia y se oscurecieron mientras apretaba los labios para no expresar su enfado. El reloj de la cocina marcaba las seis y diez de la tarde y la celebracion del sesenta cumpleanos de Andrew, su padre, se retrasaba en espera del invitado que aun no habia hecho acto de presencia. Si por ella hubiera sido, haria rato que habrian comenzado a tomar la merienda, preparada de antemano para agasajar el cambio de decada. Pero el homenajeado queria demasiado a Scott, el hijo de su gran amigo de la infancia y al que consideraba un miembro de su familia tambien, para no esperarle. Y lo que la irritaba mas, le disculpaba por la tardanza. Como siempre. Su padre, conocedor de su desagrado, le hizo una caricia para que suavizara el gesto. --No seas tan dura con el, carino. Seguro que tiene un buen motivo para llegar tarde. --Seguro que si --mascullo entre dientes. Se apostaba el sueldo del mes a que el retraso tenia nombre de mujer. Y ella sabia ese nombre: Stefany. No es que le importase, pero tenia veinticuatro horas al dia para estar con su vecinita, mientras que Andrew solo cumplia los sesenta anos una vez en la vida. Ella habia cambiado su turno para estar presente en el acontecimiento y, junto con su madre, habian elaborado una merienda en la que no faltaban los emparedados preferidos del hombre ni la tarta casera que reposaba sobre la mesa. --Si en cinco minutos no ha llegado, comenzamos sin el --advirtio a los padres del culpable, que guardaban silencio, rogando para que su vastago llegase pronto y evitar otro enfrentamiento. Rara era la reunion familiar en que ambos jovenes no se lanzaran pullas y miradas asesinas. Desde pequenos era evidente que no se soportaban, y si aceptaban estar bajo el mismo techo era por el gran carino que los dos sentian hacia Andrew. Al fin, el timbre de la puerta les hizo a todos exhalar el aire que estaban conteniendo, y a Olivia apretar los labios con fuerza, mientras su madre abria al recien llegado. Tendria que contenerse, una vez mas, para no estropear la fiesta. Scott Howard, el hijo del mejor amigo de su padre, hizo su aparicion en la estancia, llenandola con su presencia. Era un hombre corpulento, de ojos marron oscuro y cabello negro peinado hacia atras, lo que permitia ver unas facciones regulares y agradables. Vestia una camisa a cuadros sobre un pantalon negro, signo de que asistia a una celebracion, en lugar de sus habituales sudaderas y camisetas. Se dirigio hacia Andrew con paso decidido y le beso con carino, tras encerrarlo en un abrazo afectuoso. --!Felicidades, tio! A pesar de no ser parientes carnales, siempre le habia llamado asi. Hasta los siete anos Scott fue el hijo que Andrew y Melissa no habian tenido en una decada de matrimonio y lo consideraban un sobrino. Pero entonces llego Olivia, adoptada a la edad de cuatro anos. para cambiarlo todo. Aunque el carino que sentian hacia Scott no mermo, este tuvo que compartirlo y no lo acepto demasiado bien. Tras felicitar a Andrew, continuo besando al resto de la familia. Al llegar a ella, esta se limito a poner la mejilla sin devolver el gesto, algo que no parecio sorprenderlo en absoluto. --Espero que tengas una buena excusa para hacernos esperar casi media hora --mascullo en su oido. --Por muy valida que sea, a ti no te convencera. --La puntualidad es importante para mi. Scott se mordio la lengua para no decirle que, si no fuera el retraso ya buscaria alguna otra cosa que recriminarle. No tenia intencion de entrar en la provocacion, esa tarde no. De todas formas, no era a Olivia a quien debia pedir disculpas. --Siento llegar tarde --se excuso, dirigiendose a Andrew--, tenia que resolver un asunto que se ha alargado mas de lo previsto. La mirada de Olivia se elevo hacia el techo en un gesto de incredulidad. A continuacion, se perdio en la cocina para coger la comida preparada. --No importa, ya estas aqui y no es tan tarde --afirmo Andrew con una sonrisa. Dudaba mucho que ella pensara lo mismo, pero decidio dejar el asunto. De todas formas, estaba seguro de que a lo largo de la tarde se las arreglaria para continuar con sus recriminaciones. Su prima no dejaba escapar una ocasion de hacerle reproches, sobre todo si habia un delito y habia llegado tarde, eso era indiscutible. Una vez servida la merienda, todos se sentaron alrededor de la mesa a disfrutar de la celebracion. Como siempre, la comida estaba exquisita. Las mujeres Wood eran excelentes cocineras y el gozaba de un apetito envidiable. Mientras disfrutaba de las delicias que habia sobre el mantel, trataba de ignorar la aviesa mirada que le dirigia Olivia, sentada al otro extremo de la mesa. Llevaba mas de veinte anos viviendo situaciones parecidas, pero nunca terminaba de acostumbrarse. De pequenos habian tenido sus diferencias y rencillas, propias de crios que luchaban por la atencion de los mayores o por un juguete. Pero aquellas peleas infantiles, en vez de cesar con el tiempo, como hubiera sido natural, dieron paso a una rivalidad que no tenia mucha logica en la edad adulta. Al principio, Scott se habia sentido celoso de aquella nina rubia y encantadora, porque de pequena lo fue: buena, docil y maravillosa, la hija perfecta que cualquiera desea tener. Su llegada le robo la atencion absoluta de su tio Andrew a la edad de siete anos y le hizo sentirse desplazado, pero ya era lo bastante adulto para saber que este le seguia queriendo tanto como siempre. Su resentimiento hacia Olivia se hubiera suavizado si ella no continuase tratandole con desprecio y haciendole victima de sus pullas y mal humor. No sabia donde habia ido a parar la nina dulce que llego a Richmond muchos anos atras, porque ahora era una autentica arpia, al menos siempre que el estaba presente. Desde su puesto en la mesa, podia verla comer con frugalidad. Olivia cuidaba con ferrea voluntad cada caloria que se llevaba a la boca, aunque no necesitara vigilar la linea. Poseia un cuerpo esbelto, demasiado delgado para su gusto, pero muy elegante. Ello le facilito la entrada en las aerolineas donde trabajaba como azafata de vuelo. Su fisico se habia sumado a unas calificaciones extraordinarias que la habian llevado a cumplir su sueno. Al tipo se unia una cara bonita, de facciones regulares y agradables, pero eran sin duda los preciosos ojos, de un gris muy claro, lo que mas llamaba la atencion en su rostro. Ojos que se oscurecian cuando estaba enfadada, y el los habia visto pocas veces en su tono natural. Tampoco en aquellos momentos lo estaban y sabia quien era el causante de su irritacion. El, como siempre. Tras la merienda llego el momento de entregar el regalo que, junto con sus padres, habia preparado para Andrew: un viaje al Caribe para que lo disfrutara con Melissa. Siempre fue el sueno de ambos y nunca habian logrado materializarlo. La emocion en los ojos de Andrew logro enternecer lo suficiente a Olivia para hacer que abandonara su expresion adusta y esbozara una tenue sonrisa. Tras los besos y abrazos de agradecimiento por el presente, llego la hora de que la chica entregara el suyo. Observo como Olivia le obsequiaba con un libro de arte, descatalogado hacia anos y que su padre habia buscado con ahinco. No le debia haber resultado facil conseguirlo, ni barato, pero la expresion de felicidad de su tio y la forma en que acariciaba la cubierta le hacia saber que el esfuerzo habia valido la pena. La vio abrazar al hombre que habia llenado de felicidad su vida, desde el momento en que el y Melissa decidieron adoptarla, y como lagrimas de emocion inundaran sus ojos haciendo que parecieran transparentes. Ella parpadeo con fuerza para evitarlas al percatarse de que la miraba. --Gracias, carino. Me lo llevare al viaje y le ire echando un vistazo en los ratos libres. --!Ni se te ocurra! --protesto su mujer--. El viaje es para disfrutarlo conmigo y no tengo intencion de dejarte ningun tiempo libre. Ademas, no quiero pensar en lo que le habra costado a Livvy conseguirlo, y podria deteriorarse. El libro se quedara en casa y ya lo leeras cuando volvamos. --?Cuando volvamos? Esta misma noche. La mujer alzo una ceja para evidenciar que tenia otros planes y todos sonrieron con benevolencia. Scott observo como Olivia, tras separarse de su padre, se limpiaba con disimulo una lagrima que habia logrado escapar de su ferreo control. Al sentirse observada, se giro con rapidez para huir de su mirada y salio en direccion a la cocina musitando una excusa. La siguio con decision dispuesto a hacerle saber que habia descubierto su momento de debilidad. Silencioso como un gato, se situo a su lado junto a la encimera y le tendio un paquete de panuelos de papel. Olivia se volvio con expresion irritada y los ojos humedos. --Ten --ofrecio. La chica extrajo uno del envoltorio de plastico y se enjugo el lagrimal con una esquina. --Se me ha metido algo en el ojo --aclaro. --!Seguro! --dijo sarcastico--. Estas llorando como una nina sensiblera, pero no es algo de lo que te debas avergonzar. No es malo tener sentimientos aparte del enfado y la irritacion. --!Que sabras tu de mis sentimientos! --Salvo de los que he mencionado, nada. Pero acabo de ver que eres capaz de tenerlos, de emocionarte y de llorar. --Por mi padre, por supuesto. Y por mi madre. Tambien aprecio mucho a Diane y a Conrad. -- La alusion a sus propios progenitores le hizo sonreir --Y ahi acaba todo. No hace falta que mientas y me incluyas en el lote, ya se que a mi no me soportas. --Es mutuo, ?no? --Lo es. --En ese caso, vuelve al salon y dejame sola con mi mota en el ojo --exclamo adusta--. Y si se te ocurre mencionar algo de esto... --Me sacaras las tripas con tus unas afiladas y las serviras como colofon de la merienda. --Se me indigestarian. --Seguro que si. Apenas has probado una pequena muestra de todas las exquisiteces que hay sobre la mesa. --No como mucho. --No comes nada. Deberias ir a un psicologo que trate tu anorexia. --No soy anorexica. Me alimento bien, a base de comida sana. Los dulces y las grasas los mantengo muy controlados. --?Hay algo que no mantengas muy controlado? Come, bebe, rie, sacate el palo que tienes metido en el culo, Olivia... Ya has demostrado lo buena chica que eres, ahora se tu misma. --No pretendo demostrar nada. --Si tu lo dices... --Suspiro y se aparto de ella--. Me vuelvo al salon a seguir comiendo. Seria una ofensa a la cocinera no hacer los honores a tan deliciosa merienda. Tu sigue intentando ser perfecta, ya te daras cuenta algun dia del error que cometes. A Olivia le vino una frase malsonante a la boca, pero se contuvo a tiempo. No entraria en la provocacion ni caeria en la trampa que sin duda Scott le habia tendido. Ella no era tan vulgar como el. No decia tacos, no perdia el control ni se comportaba de forma soez. Era una mujer correcta y educada, por mucho que le costara si el estaba presente. Cuando salio de la cocina dejandola sola, abrio el frigorifico y se sirvio un vaso de agua fria, que no calmo la irritacion que le habia provocado. Despues, regreso junto a su familia, que bromeaba alrededor de la mesa, y se unio a ellos. El sesenta cumpleanos de su padre y la felicidad de este por compartirlo con las personas que amaba bien merecia el esfuerzo de soportar a Scott. Capitulo 2 Olivia llego a casa con la firme determinacion de hablar con sus padres de un asunto que llevaba posponiendo durante un par de semanas. Era consciente de que les daria un disgusto, pero no deseaba retrasarlo mas. Habia esperado a que regresaran de su viaje al Caribe y despues dejo pasar unos dias mas, consciente de la cara de felicidad que mostraban a su vuelta. No dudaba de que habian disfrutado de una segunda luna de miel durante el tiempo que estuvieron fuera. Pero no podia, ni queria, continuar retardandolo mas tiempo. Tras una ducha rapida, se reunio con ellos en el salon, donde solian pasar las tardes y se preparo para abordar el tema que la inquietaba. Se sento frente a ellos en una silla, en lugar de ocupar su butacon habitual, y lo abordo sin mas dilacion. Siempre habia sido partidaria de afrontar las situaciones dificiles cuanto antes y de forma directa. --Me gustaria comentaros un asunto --dijo resuelta. La pareja, que miraba la television, clavo la vista en ella ante la seriedad de su tono. --?Que ocurre, carino? --pregunto Melissa, preocupada. --Si tienes algun problema, sabes que estamos aqui para lo que sea. --No tengo ningun problema, es solo... --?Que? --Que tengo veintinueve anos y aun vivo con vosotros. --Lo solto de golpe. Habia planeado decirlo con mas suavidad, pero le resulto imposible. La cara de sus padres se suavizo. --Quieres independizarte. --No fue una pregunta. --Si --admitio. A continuacion, trato de exponer sus argumentos, de hacerles comprender que no era nada contra ellos--. No penseis que no me siento a gusto aqui, con vosotros. --En ningun momento hemos pensado eso, pequena. De hecho, tu madre y yo, hace tiempo que lo estamos esperando. Sintio que el corazon se le aligeraba al oir la frase de Andrew. --?Lo esperabais? --Pues claro, Livvy, es lo normal. Tienes tu trabajo, eres una mujer adulta, y quieres tener tu casa. ?Pensabas acaso que no lo entenderiamos? --Me preocupaba un poco, si. No quiero que penseis que tengo algun problema con vosotros. --Ya lo se. Se trata del ciclo normal de la vida. Tambien algun dia nos diras que has encontrado un hombre, que quieres formar una familia, y nos haras abuelos. --!Quita, quita! No hay nada de eso. No me apetece en absoluto tener un hombre en mi vida. --Ya te llegara el momento, nadie se libra del amor. --Pues que tarde mucho, entonces --anadio con una mueca. --?Tienes ya algun plan sobre lo que quieres? Me refiero a tu traslado. --He pensado alquilar algo con una companera en una zona cercana al aeropuerto. Eso me ahorrara mucho tiempo y kilometros, ya sabes los horarios que tengo a veces. --?Algo amueblado? --Prefeririamos que estuviera vacio, y escoger nosotras los muebles a nuestro gusto. --Me parece una idea excelente. La mayoria de los pisos amueblados son horribles. --Puedes pedirle a Scott que os eche una mano con la decoracion. La empresa de diseno para la que trabaja hizo una labor fantastica en la casa de sus padres. Quedo preciosa. Reconocio que tenia razon, pero no le apetecia en absoluto tener a Scott cerca y tampoco a su odiosa vecina. No obstante, no se sentia capaz de rechazar la propuesta de su padre despues de lo bien que se habian tomado su marcha. Andrew no parecia darse cuenta de que entre ella y el hijo de su amigo no fluia ningun tipo de afinidad. --No creo que sea buena idea, papa. --Dale una oportunidad al chico, mujer. Es hora de que enterreis el hacha de guerra. --No hay ninguna guerra entre Scott y yo, simplemente no nos caemos bien. --De todas formas, yo me quedaria mas tranquilo si el revisara la instalacion electrica y te colgara las cortinas. Suspiro sin poder evitarlo. Sentia sobre ella los ojos de su madre, que no se habia pronunciado, pero evito mirarla a su vez. --De acuerdo --admitio--. Lo hablare con Patty, no estoy sola en esto. Tal vez ella desee decorar el apartamento por si misma. --Dile que yo pagare los honorarios, asi seguro que la convenceras. --!Como si el fuera a cobrarte! Si algo tenia claro respecto a Scott, era que haria cualquier cosa que su padre le pidiese, y gratis. El carino que le profesaba era incuestionable. Esperaba que en aquella ocasion rechazara el encargo, aunque no confiaba demasiado en ello. Su presencia le resultaba soportable de tarde en tarde y en pequenos lapsus de tiempo. De todas formas, era incapaz de negarle nada a sus padres, de modo que se mentalizo para soportarlo durante el periodo que durase la instalacion de su nuevo hogar. --De acuerdo. --Se rindio con un gesto teatral--. Tratare de convencer a Patty y, si Dios no lo remedia, Scott colgara las cortinas. --Solo las colgara, carino, no tiene porque escogerlas por ti --aseguro Andrew.

  • Mi error fue buscarte en otros brazos. Parte 1 de Moruena Estringana

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  • La casa del tiempo de Laura Mancinelli

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    ?Por que la habia comprado? ?Que iba a hacer con aquella casa enorme de cuyo estuco rosado solo quedaban restos, la sombra borrosa de su antigua belleza? ?Necesitaba aquella casa? No estaba cansado, pero se sento en un bordillo al lado de la carretera y, con el impermeable doblado sobre las rodillas, se quedo mirando hacia la casa rosa que desde la colina dominaba el valle. Era un dia frio de abril; un limpido y nervioso viento del norte batia la hierba, que se ondulaba como las olas del mar. Aqui y alla solo destacaban las protectoras flores de diente de leon desafiando al sol con su amarillo esplendido. Las golondrinas aun no habian regresado. Estaba sentado en aquella piedra, atento a un desasosiego interior que lo obligaba a arrugar el ceno con un gesto pensativo. Estaba furioso consigo mismo, con la casa rosa, con el mundo entero. Y, sobre todo, con su coche, que se habia averiado justo alli, en aquel lugar donde detenerse habria sido su ultima intencion, en aquel pueblo adonde habia ido a toda prisa, aprovechando una manana libre, para recoger un certificado porque alli habia nacido. Orlando, pintor, vivia en la ciudad desde hacia mucho tiempo, y el pueblo ahora le resultaba extrano. No iba por gusto. Y cuando lo hacia, como ahora, a por un documento o por las muertes recurrentes, para visitar alguna tumba de los suyos, debia sobreponerse a cierta reluctancia. Y siempre estaba deseando irse. Tampoco conseguia explicarse el motivo. Entonces, ?por que la habia comprado? ?Que haria con ella? Miraba los restos de estuco, surcados por grietas estrechas que se alargaban hacia la parte baja hasta perderse detras de una vieja y enorme enredadera. ?Como iba a poder restaurar, en definitiva, una casa tan grande y compleja, que tenia incluso una torre circular en la que se adivinaba la presencia de una escalera de caracol? Se incorporo colocandose el impermeable bajo el brazo y recorrio el tramo que conducia hasta la puerta principal. Midio con largos pasos el caprichoso perimetro de la casa por una acera empedrada y musgosa mientras alzaba la mirada hacia los agrietados muros de la vetusta edificacion. Su casa. Hundio la mano en la enredadera humeda con un impulso de otro tiempo, de cuando era pequeno y tanteaba la forma de los sillares, grandes y pesados, bajo las trepadoras que aferraban sus pequenas raices a la escasa tierra acumulada en los intersticios, alli donde el revoque desvelaba la irregular mamposteria de los cimientos. Tambien ahora, con su mano grande de adulto, sintio la forma de la piedra y sonrio. Sonreia mirando aquel muro como se mira un rostro amado, sonreia a las hojas que, batidas por el viento, mostraban su dorso plateado. Despues se estremecio de pura irritacion. Pero ?por que la habia comprado? ?Por que su coche se habia averiado justo alli, en aquel lugar, en la calle principal de su pueblo? Mientras lo reparaban --un trabajillo de un par de horas--, el habia firmado el contrato de compra de aquella casa. Una casa que no habia deseado nunca y a la que no sabia que uso le daria. Eso habia hecho el, mientras que cualquier otra persona, alguien normal, durante la espera habria ido a tomar un cafe y leer el periodico. En realidad, se habia dirigido al unico alojamiento del pueblo, que tambien era el bar, si bien este conservaba la misma estructura, aspecto y funcion de fonda que habia tenido siempre: la fonda de Placido. Por lo tanto, era culpa de Placido que ahora estuviera metido en tal embrollo. !Menudo liante estaba hecho Placido! La verdad es que Placido solo contesto a su pregunta sobre las novedades del pueblo, una pregunta que el habia hecho por casualidad, sin interes. ?Que le importaba a el lo que ocurriera en el pueblo? Hacia muchos anos que lo habia apartado de su vida. La pregunta la hizo por no quedarse callado despues de que Placido lo recibiera con un entusiasta: <>, y el, estrechandole la mano, sin saber que decir, preguntase: <>. Y ahi empezo todo. Placido le respondio con total indiferencia, mientras trajinaba con la maquina del cafe, que aquella casa estaba en venta, la casa de la maestra. <> Y el, mientras se tomaba el cafe, respondio: <>. Aquellas palabras habian bastado. Lo demas ocurrio por si solo, como si en aquel acontecimiento el hubiera sido un mero espectador: entro tambien a tomar cafe el agrimensor del pueblo, que ejercia de procurador en la venta de la casa, y hablaron. El le dijo que le gustaria mucho volver a verla, y el dueno de la fonda se ofrecio a acompanarlo con su coche. !Maldito Placido! Aunque, en verdad, ?que tenia que ver Placido? Ni siquiera habia intervenido en la conversacion. De hecho, estuvo muy atareado distribuyendo los ceniceros limpios por las mesas. Seguro que ni siquiera los escucho. Asi pues, se subio al coche con el agrimensor para ir a ver la casa, ya que, de todas formas, tenia que esperar a que acabasen la reparacion del suyo. Todavia faltaba una hora. Y alli mismo, sobre el capo del coche del agrimensor, fue donde firmo el contrato de compra y entrego un cheque a modo de deposito. Y ahora la casa era suya. Siguiendo con la mirada el zocalo de piedra, descubrio un muro de cemento donde la vegetacion escaseaba y dejaba a la vista una pared de reciente construccion. Se detuvo desconcertado. Alli, en medio de ese muro, justo alli, debia de estar la antigua puerta que daba al huerto. Y a la derecha de esa puerta, en otro tiempo florecio un precioso laurel, el mas esplendido del pueblo, en torno al cual se entretejieron sus suenos de nino, pero no porque en pleno invierno el laurel levantase majestuoso sus frondosas ramas indiferentes al frio, sino porque le habian contado que con sus hojas se coronaba a los poetas, a los artistas y a los grandes hombres, y el lo habia visto en la portada de la Eneida, en la cabeza de Virgilio, y no se le habia olvidado nunca. Cada vez que veia aquella planta, se acordaba. El laurel ya no estaba. Alguien lo habia talado. Tampoco estaba la puerta del huerto, solo una tapia bordeada de ortigas. Las aparto con el pie y luego las arranco con la mano desafiando el escozor, hasta que descubrio un retono camuflado que se habia abierto camino entre las piedras. Lo libero delicadamente y se encontro con el tronco del laurel, cortado a ras de tierra. Lo miro como quien recupera algo que le han robado. Cogio un palo del huerto asilvestrado y lo clavo junto al tocon, pegado a ese brote joven que estaba a punto de dar las primeras hojas. Ahora aquel laurel era suyo, como la casa de la maestra.

  • El caso de las japonesas muertas de Antonio Mercero

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  • Perdida (Amnesia 2) de Mario Escobar

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    ?Estas listo para recordar?
    Descubre la novela de la que todo el mundo hablara este ano.
    “A veces la memoria nos pone a prueba y no nos atrevemos a recordar quienes somos”.
    Sinopsis 1o Parte.
    Internacional Falls, Minnesota, 4 de julio, una mujer es encontrada inconsciente y cubierta de sangre en el Parque Nacional de Voyaguer. El resto de su familia ha desaparecido y ella no parece recordar nada. El doctor Sullivan, director del centro psiquiatrico de la ciudad, y Sharon Dirckx, ayudante del Sheriff, intentaran que recuerde todo lo sucedido aunque sin saberlo pondran en juego sus vidas, su idea de la cordura y los llevara hasta dudar de lo que la paciente le esta contando. El tiempo corre en su contra y cada minuto cuenta para dar con los tres desaparecidos, antes de que sea demasiado tarde.
    Sinopsis 2a Parte:
    Una madre desesperada, despues de descubrir lo que le ha sucedido a su familia y luchar para que lograra sobrevivir. Ahora tiene que buscar a su hija en Canada, donde la ha llevado un grupo que explota a jovenes y las prostituye a ambos lados de la frontera. Para ello contara con la ayuda de la agente que ha arriesgado su vida para salvar a su familia. Las dos mujeres emprenderan la mayor aventura de sus vidas e intentaran recuperar a la chica.

  • Jaque Mate (Ronda mortal 3) de Lina Perozo Altamar

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    La revelacion de un secreto, guardado por anos, trastocara el mundo de Gonzalo Dorta, alejandolo de la estabilidad que habia conseguido, gracias al sentimiento que renacia en el y que creia olvidado. Sentira, que debe escapar de Nueva Orleans y dejar atras, todo lo vivido.
    Sin embargo, una vez mas, Deborah Wallis, lo atraera; dandole nuevos motivos para quedarse, pero esta vez, sus intereses habran cambiado; en adelante, se movera dentro del tablero, en funcion de descubrir la verdad, detras de la fachada de la familia Wallis.

  • La rosa del viento de Corina Bomann

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    Una historia de amor, libertad y coraje y una antigua embarcacion que encierra muchos secretos.

  • Volvere a por mi hijo de Erina Alcala

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    Olga Diaz, iba con el corazon encogido. Su vida habia dado un giro de 180 grados desde que hacia cuatro anos, se vino a Harvard tras terminar la licenciatura de Medicina, con una beca AAUW. Esas becas las obtenian licenciados que sabian el idioma perfectamente y tenia unas notas de matricula de honor como ella. Las habia tenido desde el colegio. Tenia una mente prodigiosa para los estudios, y para la lectura. Su vida habia sido estudiar desde pequena. Hasta sus padres se sorprendian cada vez que traia notas a casa y como una nina, y adolescente responsable, se metia en su habitacion horas y horas de estudio. Es mas, a cambio de otras jovenes de su edad, no salia, tenian que decirle que saliera a dar un paseo con amigas, pero ella solo salia cuando sus padres iban los domingos a comer fuera, nada mas. Era el bicho raro de la familia. Pero no era una chica seria ni introvertida, todo lo contrario. Sin embargo, le encantaba estudiar. Tenia un hermano mayor, tres anos mas que ella, Raul, que estudio ingenieria industrial tambien con beca en Sevilla. Y ahora trabajaba en los astilleros de Cadiz. Olga se fue a Harvard con 23 anos, pues al nacer en diciembre era la mas pequena de la clase y esa beca fue para ella un deseo hecho realidad, que sus padres nunca habian visto en los ojos de su hija. Esa ilusion cuando le llego la carta… fue para ella como si le hubiese tocado la loteria. Sus padres sabian que habia solicitado esa beca, pero era tan dificil conseguirla que nunca pensaron que se la concedieran a su hija. Se alegraron por ella y estaban orgullosos. Claro que Harvard estaba en Estados Unidos y era demasiado joven para sus padres, pero su hermano les dijo que ya era hora de que se espabilara por su cuenta, aunque fuese lejos. --?Ah si? --le dijo ironicamente su padre, porque Raul llevaba dos anos viviendo con ellos. --Pues claro, viajara y vera mundo. --?Y tu que? ?No quieres ver mundo? --Yo en unos meses me voy a un piso solo, no te preocupes, estaba ahorrando. --Muy gracioso mi hijo. --Asi podeis quedaros solitos como novios. No podeis decirle que no se va. Estas becas no las consigue nadie. Tanto si se quedaba en el campus a hacer el master como si se alquila un apartamento estudiantil cerca del campus, estara bien. Todo esta dentro. Y seguro que le van a renovar otro ano. Son 30.000 dolares anuales. Es una pasada. Y era posible que la contrataran al acabar el master, asi que sus padres, no pudieron negarse. Era una gran oportunidad laboral para su hija mas adelante estar estudiando en una universidad de prestigio como esa. --Hermana, hay que ver que suerte tienes, empollona, me voy contigo a Estados Unidos. --Puedes venir a verme en verano. --?No vas a venir en verano? --Lo mas seguir que el primer verano no venga hasta que termine el master. Hay cursos y puedo trabajar y hacer cursos, puedo quedarme en el campus o en un apartamento compartido, lo he visto. Y los cursos son de investigacion. Intentare ahorrar lo mas que pueda para pagarme al menos uno el primer verano. --No me extrana, te empollas hasta los trabajos, !Que tia! --Tonto… --Me alegro por ti, Olga. --Gracias hermano. !Te quiero! Y te voy a echar de menos. --?Estas nerviosa? --Un poco, si. --Tu vales, ya veras, sacaras mas nota que todos los americanos. --Si, eso es aqui, alli hay un nivel que no veas. --Bueno, ?necesitas dinero? --Papa me va a dar, pero tengo 30.000 dolares cuando llegue y el billete ya lo tengo. --30.000 dolares es una pasada. --Si ?verdad? intentare ahorrar lo mas posible, es lo maximo que te dan y si tienes casa y comida gratis, imagina. Ahorrare. --Comprate algo si vas a Nueva York, mujer, alguna ropa. --Voy a ir esta tarde con mama a por una maleta y ropa toda nueva, dice. Pero me va a faltar maleta porque hara frio, es septiembre, cuando llegue. --Pues de invierno. --Si. --?Vamos hija? --aparecio su madre. --Si, mama. --Comprale ropa interior sexy --se guaseaba Raul. --!Que tonto que es mi hijo! --Tendra que ligar ?o no? Se quedara en America ya veras. --Anda vamos que tu hermano es… --!Te quiero! --Y nosotras. El padre de Olga, Ramon, era un inspector de los astilleros de Cadiz, aunque en otro sitio distinto de su hijo, y ganaba bien y la madre trabajaba en una inmobiliaria, y al menos llevaba un sueldo, no tan alto como el padre, pero, vivian bien. Y ahora se iba su hija en dos dias a Harvard, estaban orgullosos, pero preocupados a la vez, porque era joven, e iba al otro lado del charco. Alli estaban, a traves de las cristaleras del aeropuerto de Malaga viendo como el avion de su hija salia camino de Cambridge. Desde alli iria a la universidad de Harvard en un taxi, ya que llevaba demasiado equipaje. --Le ira bien mujer, ni llores, --le decia el padre de Ramon a Paula, la madre de Olga. --Ya veras, si ella es feliz… Y Raul se ira pronto. Nos quedamos solitos, eso es lo bueno. --O no, la casa se queda vacia. --Pero si estamos todo el dia fuera, mujer. --Es verdad. --Vamos a casa, tenemos unas horas por delante. Ya nos llamara cuando llegue y se instale. Y efectivamente, al dia siguiente, los llamo. Estaba en el campus, le habian dado una tarjeta con su dinero, al entregar en la universidad el pasaporte, la beca y toda la documentacion, relleno unas hojas y le dieron una habitacion en una de las alas del campus. Cuando llego cargada hasta las cejas a su habitacion, tenia una companera de que era mejicana. Se llamaba Sarita y era mas bajita que ella, que ya era decir, ya que Olga media 1,63 cm. Estaba contenta, porque al menos las unia el idioma y algunas formas de vida, a Sarita y a ella. Le encanto su companera. Era una chica simpatica y sencilla. Las dos tenian la misma beca, aunque Sara era un mano mayor que ella, estudiaban medicina, diferente especialidad, pero tenian muchas asignaturas y clases en comun en el master, Olga, queria hacer el master en enfermedades oncologicas, que era lo que queria ser en su carrera, Oncologa y Sarita estudiaba las enfermedades coronarias. Pronto se hicieron las mejores amigas, Diria que nunca tuvo una amiga y la encontro. Mas que una amiga, era su hermana. No se apuntaron a hermandades, no querian perder el tiempo y eran ya mayores para eso, que les parecia una tonteria. Llamo a sus padres y le dijo que aquello era inmenso y estaba feliz con su companera y que ya empezaban las clases. Y asi pasaba el tiempo. Ella llamaba una vez a la semana a casa, igual que Sarita. A veces salian el sabado a comer o a tomar cafe a dar una vuelta para despejarse. Si que un dia, el dia de Accion de Gracias, muchos de los estudiantes se quedaban alli, algunos eran de la otra punta del pais, otros los extranjeros, y se hizo una cena para los que se quedaban en el campus. Se sentaron en la cena y frente a ellas se sentaron dos chicos que nunca habian visto en el campus. El que sento frente a Olga, era alto, al menos media 1,87, era castano claro, de ojos azules transparentes y era super sexy como decian ellas. La miro y Olga se puso colorada, y el sonrio. --!Hola! Soy Jim Collins, de Texas, bueno de Houston. --Eso esta lejos dijo Sarita. Yo soy Sara mejicana de Tijuana y mi amiga Olga de Espana, del sur. --Encantados --dijo Jim. --Y este es mi amigo Kevin, tambien de Huston, estudiamos en la misma escuela, nos conocemos desde ninos. Ya llevamos aqui unos anos, 6 con este para ser exactos. Tuvimos beca de deporte. Baloncesto. Es el ultimo ano que estamos. --!Vaya que suerte! --dijo Sarita. Kevin media uno ochenta y era rubio con ojos color caramelo. --Supongo que somos los que estamos mas lejos y no nos hemos ido. --Supones bien. --?Os quedais en verano? --pregunto Kevin. --Yo me ire en verano, pero mi amiga Olga, se va a quedar. --Si, --dijo ella por fin y Jim pudo oir su voz bonita, quiero hacer un par de cursos o uno y puedo trabajar a la vez. --?De que? --le pregunto Jim, mientras Kevin hablaba con Sarita. --De camarera. No me importa, de lo que sea. He visto que necesitan a gente en una copisteria, a las afueras del campus. A lo mejor encuentro unas horas alli y con eso pagarme el curso. --Pero te tendras que quedar fuera, en las casitas que hay.

  • Theodor Chindler de Bernard Von Brentano

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    Alemania, 1914. Los Chindler son una clasica familia burguesa alemana. En su casa se toca el piano y los domingos se va a misa. Theodor Chindler es diputado en el Reichstag por el Partido Catolico de Centro. Elisabeth, su mujer, es tambien muy conservadora y su principal preocupacion es que su familia ascienda social y economicamente. Ambos piensan que nada pondra en duda su autoridad, ni el orden ni la paz que reina en la familia. Pero ha estallado la guerra y, mientras sus hijos Ernst y Karl se dirigen al frente, en casa se empieza a discutir acaloradamente sobre el emperador, la miseria en los hospitales de campana, la guerra naval… Las fisuras familiares se terminaran de ahondar cuando la hija, Maggie, se va a vivir con su novio socialista y se une a las luchas del movimiento obrero en contra de la voluntad de su padre; mientras Leopold, el hijo mas pequeno, se enamora de un companero de estudios; y a Ernst y a Karl la vida y la muerte en las trincheras les va a cambiar en distintos sentidos. Ya nada sera igual ni en Alemania ni en la familia Chindler, por mucho que Elisabeth quiera seguir viviendo como si la guerra no existiese, como si nada hubiera pasado. Brentano escribio ” Theodor Chindler ” en 1936, desde su exilio suizo. Un retrato del fin de una epoca, y un anticipo de lo que iba a venir despues, a traves de los miembros de una familia burguesa alemana. La novela, que recuerda en parte a ” Los Buddenbrook ” de Thomas Mann, fue comparada con ” El subdito ” y ” El profesor Unrat ” de Heinrich Mann. Conto, entre otros, con los entusiastas elogios de Thomas Mann y de Bertolt Brecht, que se la recomendo a Walter Benjamin.

  • El sol y el acero de Yukio Mishima

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    Acabado en 1967, “El sol y el acero” es un texto en el que encontramos la expresion de muchas de las contradictorias y sutiles lineas de fuerza que configuran el complejo y singular pensamiento del escritor Yukio Mishima (1925-1970), o cuando menos del personaje que quiso llegar a ser. El culto del cuerpo como trasunto y complemento del culto del espiritu, la dolorosa contradiccion entre palabra y accion, la delgada, casi imperceptible frontera entre vida y muerte (realidades opuestas pero que a la vez se funden y complementan), son solo algunos de los motivos que articulan este texto tan fulgurante como controvertido.

  • Los centenarios de Lore Segal

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    Que todas las personas mayores que pisan cierto hospital “pierdan la chaveta” -y he alli el diagnostico mas preciso con el que han conseguido dar los medicos-, podria ser el resultado de una conspiracion, un plan terrorista para mantener a los ancianos occidentales con vida hasta el final de los tiempos, pero sin que puedan valerse. Mal de la chaveta. Al menos eso opina uno de los personajes de esta satira, el experto en textos apocalipticos y teorias de conspiracion. Y ya se sabe que un paranoico es el que acaba de darse cuenta de lo que en teorias de conspiracion esta pasando.

  • Bajo la misma luna de Adriana L. Wilkinson

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    Algunas personas, motivadas por el auge tecnologico, encuentran en otra parte del mundo a una “media naranja”. Otras, debido a la creciente exigencia profesional y academica deben separarse temporalmente de su pareja. En ambos casos la distancia se presenta como un factor decisivo para el mantenimiento del vinculo amoroso. Inevitablemente surgen las preguntas: ?se mantendran este tipo de relaciones?, ?son funcionales?Otros dos factores que deben tomarse en cuenta en las relaciones a distancia son la sexualidad y el contacto fisico. Y tu, ?alguna vez has tenido un amor lejano?

  • En un hotel de Malmo de Marie Bennett

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    La lucha por la supervivencia, el amor y la traicion impregnan las paginas de esta intensa y cautivadora novela ambientada en la Suecia de 1940 que ya es considerada en Escandinavia como el Casablanca sueco.

  • Moncloa confidencial de Pilar Cernuda

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    En el palacio de La Moncloa, <> como lo define Pilar Cernuda, han tenido lugar historias insolitas y divertidas que se cuentan en estas paginas. Presidentes a gritos, polemicos encuentros, amigos y enemigos sentados a la misma mesa, ministros tentados de dimitir, secretarias que guardan secretos inconfesables de sus jefes... Pero la autora, periodista muy reconocida en estas lides de la informacion politica, extiende sus <> mas alla de las protagonistas de la presidencia del Gobierno ?Suarez, Calvo-Sotelo, Felipe, Aznar y Rajoy? y llega con sus confidencias a otras regiones de Espana, dando cuenta tambien de las luces y sombras de los presidentes autonomicos, como Pepe Bono, Manuel Fraga, Esperanza, Susana, Cristina... ? ?Aznar celoso del rey? ? Una visita a los bonsais ? Tartar de solomillo y otras delicias ? Regalos y regalazos ? La indiferencia de ZP

  • Mi vals con la muerte de Kelly Dreams

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    Traicionado por los dioses a los que servia, Reaper es condenado a pasar el resto de sus dias en el Inframundo. Lo que prometia ser el final, se convierte en una larga condena cuando la Muerte decide que no es su momento y lo trae de vuelta, dejandolo a merced de Hades.
    Ahora es un Segador, encargado de conducir a las almas que estan al borde de la muerte hasta su morada final, un trabajo que se vera alterado, al igual que su destino, cuando una inesperada mujer se cruce en su camino.
    Olimpia no es lo que parece, su cercania con la muerte hace que se fije en ella, que quiera conocerla y descubrir quien se oculta detras de la misteriosa panadera que podria alterar su destino.
    ?Podria ser esa pequena y dulce mujer la elegida para poner fin a su condena? ?Sera capaz de bailar con la muerte para recuperar su libertad?

  • La intimidad publica de Beatriz Sarlo

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    En La intimidad publica, Beatriz Sarlo analiza, con sagacidad e inteligencia, este nuevo mundo de experiencias que tiene como actores principales a los famosos. Los principales diarios publican en la pagina Web y en papel noticias dedicadas al show; esas efimeras novedades suelen generarse en los programas de la manana o de la media tarde y tambien en algunos "tanques" de la noche como Showmatch. Se amplifican y difunden en las redes sociales, especialmente en las cuentas de sus protagonistas. Es un gran circulo que se retroalimenta y que genera una especie de democracia de los sentimientos.

  • Sangre intocable de Maribel Medina

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    Tras el exito de Sangre de barro Maribel Medina lleva a sus protagonistas, la forense Laura Therraux y el agente de la Interpol, Thomas Connors, hasta la fascinante ciudad de Benares (novela negra).

  • Leccion de amor de Ebony Clark

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    Muchas personas en Juanita Fun creian que Lane McCrane era una mujer sin sentido del humor. Su palido rostro enmarcado por aquella espesa mata de cabello castano oscuro, sus ojos azules y los generosos labios que sonreian escasamente, podrian haber hecho de ella mujer hermosa si lo hubiese permitido. De hecho, lo era aun cuando ella pretendiera todo lo contrario, esforzandose lo minimo en destacar sus encantos. La forma en que rehuia la coqueteria confirmaba que no estaba interesada en destacar entre una multitud. Lane solia vestir de manera informal, con ropa comoda que le permitiera moverse con agilidad entre sus pequenos alumnos y con la que no tenia que preocuparse del peligro de las manchas de chocolate y otras sustancias que hacian gritar de pavor a las demas maestras. Mejor unos tejanos que una falda corta. Mejor una camiseta de algodon que unos inutiles volantitos. Mejor zapatillas planas que arriesgados zapatos de tacon. Mejor convenientemente vestida que sugerentemente medio desnuda. Ninguno de sus companeros de trabajo habia podido averiguar si aquel empeno de la joven en esconder cada centimetro de su cuerpo respondia a un alarde de puritanismo o por el contrario, ella deseaba ocultar alguna espantosa cicatriz. O sencillamente, y aquella era la opinion mas extendida, a Lane McCrane no le importaba si los demas la consideraban o no atractiva. De cualquier modo, nadie se habia interesado lo bastante como para tratar de descubrirlo. Nadie sabia nada de ella mas que lo que ponia en las excelentes referencias que habia aportado en su curriculo. Por supuesto, aquellas referencias habian sido comprobadas con meticulosidad como era costumbre en la escuela. Veintiocho anos, de madre norteamericana, se habia criado en un orfanato despues de que su padre las dejara y su madre fuera internada en un sanatorio. Por desgracia, la madre de Lane se habia abandonado al alcohol y los medicos la habian desahuciado cuando Lane solo contaba con cinco anos. Y asi, del orfanato a unos cuantos hogares de acogida, era un milagro que hubiera sobrevivido y sacado su titulo de maestra con excelentes notas. Sus antiguos profesores se sentian orgullosos de poder hablar bien de la senorita McCrane, aunque no ocultaron su sorpresa cuando la senora Andrew les habia llamado desde aquel pequeno pueblo perdido en la geografia del arido paisaje de Nuevo Mexico, la Tierra de Encanto. Habian creido que Lane estaria ya casada y seria madre de uno o dos crios. Pero no. Por alguna razon, ella estaba alli. En Juanita Fun, el lugar donde la gente se levantaba a las dos de la madrugada con el unico objetivo de ver cruzar una estrella fugaz. Fuera como fuera, Lane McCrane habia elegido aquel sitio para echar raices. Era cuanto sabian de ella. Nada de novios ni amigos ni familia. Por lo mismo, no era extrano que fuera algo hurana en sus relaciones personales. Los demas profesores la saludaban cada manana mientras servian el cafe en sus tazas, pero evitaban cualquier contacto. <>, la llamaban a sus espaldas, aludiendo a su agrio caracter y en mas de una ocasion, la misma Lane habia escuchado aquel comentario por los pasillos, aunque fingia que no le dolia. Incluso por el pueblo la llamaban ya asi y la senora Andrew creia que no era justo para ella. Una mujer tan joven y bonita... Merecia algo mas que la compania de Patty Sims, otra profesora y quiza su mejor y unica amiga, y de unos cuantos mocosos, por mas que ella siempre dijera que su trabajo era lo mas importante en su vida. Lane era una joven agradable con sus pequenos alumnos, no cabia duda. Les escuchaba, se preocupaba por ellos y les dedicaba toda su atencion. Siempre tenia una palabra amable a pesar de que eran unos diablillos incansables. Y durante las clases, Lane se transformaba y dejaba de ser la mujer seria e inaccesible a cuyos pensamientos nadie podia llegar. Los chicos de su clase la adoraban en realidad. Pero con los adultos era otra historia. Es lo que pensaba todavia la directora de la Escuela Clarence cuando Lane se sento y la miro con expresion preocupada. La senora Andrew sonrio para tranquilizarla. En los dos meses que Lane McCrane llevaba trabajando alli, nunca habian recibido una sola queja sobre su comportamiento con los ninos. De hecho, muchos padres habian elogiado el trabajo que realizaba con ellos. Decian que sus hijos se mostraban mas receptivos, creativos y educados y lo achacaban al buen hacer de su maestra. Sin embargo... Echo una breve ojeada a la nota enviada por Clyde Bransow. La habia dejado sobre la mesa intencionadamente. Queria ver la reaccion de Lane cuando la descubriera porque, a pesar del aprecio que sentia por la nueva maestra, necesitaba estar segura de que no se equivocaba con ella. Hasta el momento, solo disponia de la version de Clyde, no muy fiable por cierto, dado su mal caracter y escasa paciencia. AmeliaAndrew conocia a Clyde desde que era un mocoso y sabia distinguir por el contenido de su nota cuando estaba realmente enfadado. Mientras la leia le venia a la mente una clara imagen del hombre: la mandibula apretada, escupiendole las palabras al papel, contrariado por el atrevimiento de la maestra, quien, por otro lado y como el mismo seguramente habria deseado anadir, <>. Era el estilo de Clyde. Ruidoso como un toro en una cristaleria, preparado para ponerse sus pinturas de guerra siempre que la batalla mereciera la pena. Por otro lado, y aqui es donde empezaba a preocuparse, estaba complemente segura de que el temperamental Clyde estaba a punto de conocer a un adversario de su talla. Lo peor de todo es que sospechaba que ninguno de los dos cederia un milimetro, por lo que su papel de mediadora se presentaba bastante dificil. --Senorita McCrane, ?sabe por que la he hecho venir a mi despacho? --pregunto con tono amable; era importante romper la tension en el ambiente. Lane le devolvio la mirada, sin poder evitar que sus ojos volaran con cierto disimulo hasta la nota firmada con el apellido Bransow. --Creo que si, senora Andrew --contesto y su voz era firme--. Es por el chico Bransow, ?no es asi? --En efecto. Parece que el pequeno Ben ha tenido problemas ultimamente --observo, aguardando la reaccion de la joven. Lane no dijo nada--. ?No va a contarmelo, Lane? --No es importante --mintio, pensando que era lo mejor para el chico. Lane se mordio los labios con una mezcla de rabia y remordimientos. ?Por que habia tenido que dirigirse a la senora Andrew precisamente? Clyde Bransow podia haber contestado a alguna de las diez notas que le habia enviado para citarle en la escuela. Sinceramente, habria querido solucionar aquello sin que las cosas fueran a mayores, pero aquel incidente el dia anterior... El terrible comportamiento de Ben lo habia acelerado todo. Y ahora, debia justificar ante la senora Andrew su silencio y se sentia fatal por haberselo ocultado. --?En serio? Entonces, ?puede decirme por que su padre me envia esta acalorada nota en la que me pide que le explique por que no somos capaces de controlar a su hijo? --El senor Bransow debio preguntarme primero, antes de enviar esa nota. Quiza debio preguntar tambien a su hijo y asi por lo menos conoceria el sonido de su voz --replico, tratando de mantener la calma. En realidad, le apetecia, y mucho, expresar abiertamente la opinion que le merecia el tal Clyde Bransow. Se contenia como podia. La sangre le hervia en las venas al imaginarse al insociable senor Bransow, dueno del mayor rancho del pueblo y tambien de la mayor cabeza dura por lo que sabia, desoyendo sus peticiones y derivando su responsabilidad como padre, una vez mas. Lane tenia la teoria, y si, aceptaba que estaba siendo prejuiciosa, de que Clyde Bransow habia perdido todo interes por la educacion de su hijo desde la muerte de su esposa, cinco anos antes. Pero sus prejuicios no eran del todo gratuitos. Aunque no solia prestar atencion a los chismes, no podia evitar escuchar algunos. Parecia que el senor Bransow habia sabido rodearse de gente amable y eficiente que le hiciera aquel trabajo. Personas que, como ella, suplian con su carino las atenciones que Clyde seguramente negaba a su hijo. Y aunque solo le habia visto en una ocasion, durante el baile de inauguracion del nuevo aserradero, habia bastado para que la mala imagen que tenia de el se confirmara.

  • Marea toxica de Chen Qiufan

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    El nuevo talento de la ciencia ficcion llegado de China.

  • El libro negro del orgasmo femenino, Jeen Jenkins [PDF] de Jeen Jenkins

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    Usted y yo sabemos que el sexo y el climax del orgasmo- ambos en bases regulares – son un elemento importante, no fundamental, que forma parte de un ambiente sano y una vida normal. Eso es porque tener un orgasmo libera un poderoso coctel que, entre otras cosas.

  • Los numeros nos hicieron como somos de Caleb Everett

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    Los numeros han formado la mayoria de las culturas. Transformaron los patrones humanos de subsistencia, dieron una posibilidad de expansion y de dominio sobre nuestro entorno a la vez que permitieron el impulso de otras tecnicas como la agricultura, la astronomia y posteriormente la arquitectura (babilonios, sumerios, egipcios…), esenciales del saber humano e inconcebibles sin la especulacion numerica. Por todo ello, Everett defiende que los numeros han cambiado directa o indirectamente las culturas y el saber humano, tanto en su vertiente social como espiritual.

  • El vals de los malditos de Ivan Lopez Pardo

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    Un terrible asesinato tiene lugar en Santander en plena transicion postfranquista, que recuerda a otro fatal suceso que aterrorizo la ciudad en el pasado. Al igual que su padre entonces, el inspector Marcos Marquez es enviado a investigarlo. Al mismo tiempo en otro punto de la ciudad, su hermana Estela despierta sobresaltada, envuelta en oscuras pesadillas que enmascaran un terrible presentimiento que va a cambiar sus vidas para siempre. En su sueno, ve retornar de entre los olvidados a un hombre herido de nostalgia y anhelo que no parara hasta conseguir su objetivo. Mientras, escondida entre las sombras, una oscura figura continua tramando un maligno plan que el mundo ignora y que sera crucial para su devenir. Unidos por el horrible crimen, padre e hijo investigaran este nuevo caso, luchando juntos por superar las numerosas adversidades y trabas que, desde el principio, se encontraran para resolverlo.

  • La melodia de Holland de Scarlett Butler

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    ?Sabeis esa sensacion de aborrecerte a ti misma? ?Esa maldita sensacion de odiarte, de no ser capaz de mirarte al espejo, de no saber por que cono sigues viva y por que demonios una sobredosis aun no te ha llevado del puto infierno en el que vives? Pues ese es mi dia a dia desde hace anos. Vivir de esa manera, atormentandote a ti misma, sumiendote poco a poco en el infierno, es la peor de las torturas. Convivir con alguien a quien no quieres, al que ni siquiera soportas, es la peor de las pesadillas. Y pasa un dia y otro y nada te hace aliviar esa carga emocional que llevas a cuestas, ese peso que se cierne sobre ti, cual espada de Damocles, sin saber si hoy sera el dia en el que te atreveras a hacerlo y desapareceras de la faz de la tierra para siempre. Sentir cada noche al cerrar los ojos que muerta es como mejor estarias, sin agobiar mas a tu madre, a tus amigos, sin recibir las criticas que te marcan el alma, sin sufrir el dolor de respirar cada segundo... Desaparecer, ese era mi sueno cada vez que me metia una raya de coca en el bano de una discoteca de lujo en Manhattan, cuando dejaba que un tio que apenas conocia me follara como quisiera, cuando sorteaba los coches en pleno atasco a primera hora de la manana bastante borracha y colocada... Llega el dia que tu mundo se derrumba, no porque hagas una de estas locuras y el destino por fin te ponga en tu sitio, sino porque el detalle mas infimo detona tu vida y te estalla en toda la cara. Ese es el dia que las inseguridades que te han acompanado toda tu vida, los miedos a decepcionar mas a la gente, las criticas ponzonosas, el dolor y la tristeza acaban contigo y el mundo cede sobre tus pies. Pero, antes de todo eso, el rayo de esperanza, la creencia de pensar que puedes dejar todo eso atras, que puedes avanzar y ser de una vez por todas feliz, aunque en tu pequeno universo esa palabra tenga un significado completamente diferente al del resto de habitantes del planeta, aparece. Y, por un instante que crees eterno, piensas que puedes conseguirlo, que puedes dejar de ser esa nina insegura y llena de miedos y dolor, que puedes demostrar a los que jamas te comprendieron que eres capaz de salir de ahi y ser la chica que alguna vez sonaste ser. Ese rayo de esperanza tenia nombre propio, que lastima que la esperanza sea tan fragil y se desvanezca delante de tus ojos, siendo tu misma la que acabe destrozando no solo tu vida, sino la de el tambien. Repaso mentalmente mi vida, esa que, dicen, aparece por delante de tus ojos en un instante y, sin preocuparme demasiado acerca de que me encontrare al otro lado cuando todo esto acabe, pido perdon a mi familia, mis amigos, a la banda..., pero, sobre todo, imagino esa carta imaginaria que habria deseado escribirle. Lamento tanto haber destruido su vida, cuanto me duele saber que a partir de ahora debera seguir solo adelante, avanzar, crecer, madurar, enamorarse de nuevo, crear su propia familia, conseguir sus suenos... Mientras yo me hundo mas y mas en la oscuridad. Oigo un pitido, gritos y sollozos; y despues, por fin, la nada. 1. EL FIN Liam: Lo he intentado, a conciencia, he deseado salir, escapar, volver a ser la persona que te mereces, pero he fracasado. Se que piensas que soy una cobarde, aunque no me lo digas, que no he tenido el suficiente coraje ni el valor, ese que a ti te sobra, porque para estar con alguien como yo se necesita ser muy valiente. Pero la realidad es que estoy rota, podrida, enferma... Muchas veces te dije que saldria de esto, por ti, por mi, por nuestro futuro. Y se que lo he hecho mal, que he tratado de alejarte de mi vida, que me odiaras, me repudiaras y te dieses la oportunidad con esa mujer que anda por ahi esperandote. A ella le diria tantas cosas, pero me queda poco tiempo ya. Le explicaria como sonries cuando tocas las cuerdas de la Harley Benton, como cobijas a la gente bajo los abrazos que te encanta dar, como eres responsable y, cuando te comprometes con alguien, luchas hasta el final, incluso cuando te quedas sin fuerzas. Tantas veces he escuchado eso de <> que se me revuelven las tripas, porque no es verdad. Y no es que no fuera suficiente, es que a mi no me basto porque estoy destrozada, inservible. Quiza no entiendas esto que te digo, yo misma a veces no me comprendo. No me merezco tu perdon ni tus lagrimas, ni siquiera que me despidas. Y se que es mucho pedir, pero quisiera que me recordaras en mis momentos de lucidez, en esos dias que viajabamos en tu moto conociendo lugares nuevos, en esas locuras que cometiamos locos de felicidad al sentir al otro al lado, en esos instantes en los que tocabas el piano y yo me unia a ti, acariciando tu pelo y tu cuello, observandote, rozando las teclas contigo... Ya no me aferrare mas a ti como si tu pudieras salvarme, porque nadie puede. Ya no te arrastrare mas al infierno y te hare quedarte a ver como me desintegro sin remedio. Percibo el camino que me queda por recorrer, y a ese no puedes acompanarme. Adios, Liam, mi baston, mi amigo, mi complice, mi Lindell particular, mi sueno, mi amante, mi aliento... todo mi ser. Aunque no tenga derecho, te pido perdon. Siempre te voy a llevar dentro, llenando esos espacios rotos y vacios en la piel. Siempre estuviste ahi. Te amare con el alma toda la eternidad, Holland 2. RESACA Unos ronquidos la obligaron a abrir los ojos, y sintio el peso de un cuerpo sobre ella. Entre la neblina de la resaca consiguio vislumbrar una pierna y un brazo encima de ella. Abrio y cerro los ojos un par de veces y se los restrego, tratando de enfocar la imagen que tenia junto a ella. <>, el baboso de anoche que no la dejaba en paz en la fiesta le estaba sobando la teta izquierda. Sigilosamente, se separo y salio de la cama. Sin poder enroscarse la sabana alrededor del cuerpo, el frio de la habitacion la hizo sentirse vulnerable por primera vez desde que llego a esa sordida suite. Eso solia ocurrir cuando estaba sobria y era consciente de los tremendos errores que cometia, como el de acostarse con tipos como aquel. Rebusco por el cuarto la ropa y se la puso con avidez, saliendo de alli cuanto antes. Al cerrar con cuidado la puerta de la habitacion, salio al saloncito de la suite. Sean estaba espatarrado sobre el sofa con Will tumbado a su lado boca abajo. Botellas de vodka y whisky llenaban el ambiente de la habitacion con su olor. Cerca de la ventana, habia dos chicas en ropa interior, abrazadas. No se queria imaginar la fiesta que se tuvieron que dar esos dos anoche, aunque no creia que fuera muy diferente de la suya propia. Busco el bolso y las botas Dolce & Gabanna, y abandono la suite con ellas en la mano. En el hall encendio un cigarrillo tras la mirada reprobatoria del gerente, pero, como sabia perfectamente quien era, no le quedo mas narices que contenerse. <>, el aire de autosuficiencia se reflejaba en su cara con la sonrisa dibujada en los labios por tener ese poder. Esa autosuficiencia, siempre producto de las resacas, ya que ella era mucho mas timida que eso y le daba pavor crear un conflicto con nadie, pero ya se sabe que el alcohol da un poder especial. Se fumo el cigarro, observando a la gente llegar con las maletas: parejas agarradas de la mano que no se despegaban ni con agua caliente, familias enteras con ninos berreando desde primera hora de la manana y senoras de alto standing con el botones siguiendolas con sus maletas. --?Quieres apagar el puto cigarrillo? !Y baja los pies de esa mesa de cientos de dolares! --Los gritos de Marcus retumbaban en su cabeza y le hacian desear un par de aspirinas y un cafe bien cargado. Apago el cigarrillo en el cenicero y, antes de poder bajar los pies, lo hizo el, sentandose a su lado--. Supongo que los chicos estaran arriba, borrachos como cubas, y tendre que sacar a alguna chica de la suite. Se encogio de hombros, pues no tenia ni idea a quien se tiraron anoche ni tampoco se quedo a verles la cara. Fue a abrir la boca para decirle que quiza a quien tendria que sacar de la habitacion seria a un tio de metro ochenta bastante lapa, pero Marcus la conocia muy bien a esas alturas. --Mejor sera que me ocupe de las ninas y el tio con el que seguro te fuiste a la cama. Espera aqui sin moverte. --La amenazo con el dedo y el metro noventa y ochenta kilos de peso avanzo hacia el ascensor. Volvio a subir los pies a la mesa y se recosto en el mullido sillon. Podria quedarse dormida de un momento a otro, pero el nino que no paraba de berrear decidio que no era momento de siestas. Aun asi, cerro los ojos y se los tapo con el brazo, buscando una postura comoda. --?Que mierda se supone que es esto? ?Es que no sabes hacer nada a derechas? No se como puedes ser tan tonta. --La nina de ocho anos sostenia la pajarita de papel con manos temblorosas antes de que ella la cogiera con sus manos y la rompiera en pedazos. La ninita se mordia los labios, tratando de evitar el llanto, pero era inevitable y las lagrimas resbalaban por sus mejillas ante la risa malefica de ella... --Despierta, Hol. --Dio un salto en el sillon, despertandose de una de las pesadillas recurrentes que la perseguian cada dia. Marcus estaba frente a ella, observandola, preocupado, sabia lo que le pasaba, pero ella negaba con la cabeza. Will y Sean estaban detras de el, bostezando y estirandose. --Vamos, muneca, me muero de hambre. Te invito a un cafe mientras me cuentas que tal anoche el <>. --Sean le dio la mano y se levanto, sonriendole por sus comentarios sarcasticos. Marcus y Will les siguieron hasta la cafeteria de enfrente del hotel, donde desayunaban escuchando las marranadas que esos dos hicieron anoche con las dos chicas. Marcus no dejo de poner los ojos en blanco y reganarlos para que madurasen de una vez. <>, le dieron ganas de decirle, pero, si intervenia, tambien iria a por ella y era demasiado temprano para empezar una discursiva sobre la vida, por lo que opto por beberse el cafe en silencio. Dos horas mas tarde, estaba en casa, acariciando a Zeppelin, su gato, tumbada en el sofa con una jaqueca del quince. De vez en cuando se amodorraba y se quedaba dormida. Su vecino decidio a eso de las siete de la tarde que era suficiente cuando empezo a poner a toda pastilla los exitos de AC/DC, que no era que no le gustasen, pero, joder, que algunos no habian descansado nada en toda la jodida noche. El movil vibro en la mesa y, al acercarse a por el, Zep salto al suelo. Lo abrio y vio un mensaje de Poppy, una de sus mejores amigas. ?Como fue anoche el concierto? Se que siempre teneis fiestas y que debes estar cayendote de sueno y cansancio por las esquinas, pero el cabron de Martin se ha largado y estoy mas jodida que una yonqui. Al leer el mensaje de su amiga, le hizo gracia la eleccion de palabras: yonqui y jodida. Menos mal que por lo menos se reia, ignoro tal comparacion y la llamo al momento. --Deja de llorar, Poppy. --Oir a su mejor amiga desganitarse y sollozar entre frases inconexas no era el plan que la esperaba para una tarde de domingo con la resaca del siglo. Mejor seria quedar con ella, ya que al menos asi podria darle algun abrazo para consolarla mientras celebraba por dentro que se hubiera deshecho del incompetente de Martin. Dios, !es que no lo soportaba! Parecia ser la ultima en darse cuenta de lo gilipollas que era, siempre decidiendo por su amiga, prohibiendole ir a segun que sitios y juntarse con cierta gente, entre ellos, ella misma. Media hora mas tarde, se encontraba en casa de su amiga, esperando que Jocelyn y Mathew llegasen. No la pudo convencer para que se levantara de la cama, asi que alli estaban las dos, repanchigadas entre almohadones blancos y una colcha de flores que por poco le dio urticaria. Y es que su amiga era tan diferente a Holland, a ella le encantaban los decorados con estampaciones floreadas, animalitos y corazones. <>. El timbre de la puerta sono y salio a atenderlo porque parecia que su amiga con llorar tenia mas que de sobra. A los pocos minutos, llegaron los amigos: Jocelyn, con una botella de cava y Mathew, con otra de vino tinto. Las penas con alcohol son menos, que se solia decir, y ellos lo cumplian al pie de la letra siempre. Al llegar la medianoche, estaban los cuatro tirados en el suelo del salon, brindando entre copas de champan y vino, sin hacer ascos a nada, recordando como se conocieron, como Jocelyn y Mathew se acostaron estando borrachos en una de las fiestas de la discografica hasta que Poppy volvio a hablar de lo <> que era Martin y lo mucho que deseaba que volviese. Como siguiera asi, la que iba a querer que volviera seria ella, pero para darle la paliza de su vida por ser tan cabron. --Poppy, no te merecia y lo sabes --dijo Jocelyn, alzando su copa de champan antes de darle un trago. A su amiga nunca le gusto su actitud con el, de hecho, tuvieron mas de un encontronazo por su culpa, pero, maldita sea, no veia lo que el grupo de amigos que la adoraban. Estaba completamente cegada, enamorada y atontada. Mathew entro por suerte a la carga, apoyando la version de la morena. --Jocelyn tiene razon y mira que no me gusta darosla porque os venis muy arriba y no hay quien os soporte. -- La mencionada le tiro un cojin del sofa y Mathew lo esquivo como pudo. La cantidad de alcohol en sangre iba subiendo y eran poco conscientes de sus actos. --?Por que no mejor hablamos de otra cosa? No se, por ejemplo, de que tal fue anoche el concierto, Holland. ?A cuantos tios te llevaste a la cama y como fue? --Le saco el dedo corazon a su amigo, pero las otras dos se sumaron al interrogatorio, obligandola a musitar algunas breves respuestas. --El concierto, al parecer, estuvo sensacional. Hoy ha salido en las noticias, llenasteis el estadio --comento Poppy, olvidandose un poco de su propia pena, dandole una tregua al resto. --Como siempre que se celebra el Summer Stage --quito hierro al asunto, aunque sus amigos sabian de sobra del exito internacional del grupo. --?Y Josh? Fue su ultimo concierto, ?verdad? ?Se ha largado ya? --Fulmino con la mirada a Jocelyn al escuchar su pregunta. Eso era de lo ultimo que le apetecia hablar, pero entonces se dio cuenta por que el tio baboso acabo en su cama. Era la ultima noche que daban un concierto con Josh. Ese mismo dia se largaba de sus vidas para siempre, de la de la cantante en concreto. De repente, comenzo a recordar cuando terminaron el concierto el beso que le dio delante de miles de personas y del enfado que reflejaba su cara. Tambien se acordo de la bronca monumental que tuvieron en el backstage, acabando en el camerino, aunque esta no acabo como las otras, en sexo desenfrenado y sudoroso. Su ultimo cartucho fue ponerlo celoso con el <>. Asi fue como acabo en su cama. Por supuesto, no pensaba contarles nada de eso a ellos o empezarian a psicoanalizarla una vez mas. Bastante habia tenido ya con los psicologos a los que habia ido a lo largo de su vida como para soportar de nuevo mas charlas y chorradas. Por desgracia, no le habian servido de gran ayuda. --Si que se ha marchado. --Mathew rompio el tenso silencio en el que se sumieron mientras ella recordaba la noche anterior. Las tres lo miraron, esperando una respuesta que no tardo en llegar--. Josh es mi amigo y me escribio desde el aeropuerto para despedirse. No me mires asi, Hol, ya sabes lo que el significa para mi. Se levanto tan deprisa que se desestabilizo y creyo que se iba a caer, pero tenia tanta furia rugiendo en su interior que se sostuvo de alguna manera. ?Su amigo? !Pero ella era su novia hasta que decidio dejarla! --Vete a la mierda, Mathew. Tu sabes lo importante que es el en mi vida y ha decidido marcharse, claro, segun tu amigo, es lo mejor para mi. Es un cobarde y un ser rastrero. Jamas creo que pueda perdonarle el abandono al que me ha sometido. !Es un maldito hijo de puta! --estallo en gritos y, sin ser plenamente consciente de lo que hacia, cogio la copa de champan que se estaba tomando y la tiro contra el mueble de Poppy. No era suficiente, agarro la botella de vino e hizo lo mismo, pero, antes de poder coger alguna otra cosa, Mathew se levanto y la agarro desde atras, pegando su pecho a su espalda. --Calmate, ya esta, shhh... --Paso de la rabia al llanto en un milisegundo. Tras expulsar varios chillidos que la estaban asfixiando, Poppy y Jocelyn desaparecieron de su radio de accion y Holland se dejo caer en el sofa junto a Mathew, su mejor amigo, el que mejor la entendia y el que siempre luchaba por verla feliz. Lunes por la manana, con la cabeza embotada. Tras el episodio de histeria que protagonizo en casa de Poppy, compadecia a sus pobres amigos por soportarla. Despues de que Mathew la sujetara para que no empezase a hacer ninguna tonteria mas y Jocelyn le diera un tranquilizante, durmio en la cama de su amiga durante horas. No recordaba si la trajeron a casa despues o si habia sido esa misma manana, a veces tenia lagunas y no recordaba bien que hacia. No sabia que haria sin esos tres. Los Cuatro Mosqueteros, como les puso una noche de borrachera Poppy en la que se quitaban los babosos de encima unos a otros, peleandose con medio local. Aunque, a decir verdad, Mathew fue el unico medio sobrio que evito que las tres chicas no se metieran en mas follones. El era su mejor amigo, a pesar de convertirse en el mejor amigo de su exnovio, ese que se largo dejando colgada a la banda y, aun asi, a pesar de ser amigo de Josh, lo seguia queriendo. Siempre habia estado en sus grandes crisis, soportando lo que le dijera y aguantando estoicamente toda la mierda que salia por su boca en esos momentos. Le dio mucha pena que su noche de pasion desenfrenada, como lo explicaba Jocelyn, con su amiga no cuajara porque cada vez que ella lo miraba, se veia claramente que estaba hasta el tuetano por ese chico. Y aunque Jocelyn fuera de flor en flor, picoteando y entrando y saliendo con unos y otros, estaba convencida de que, si Mathew un dia le decia ven, ella lo dejaria todo. Sonaron unos golpes en la puerta y se arrastro, literalmente, desde la cama a abrir la puerta. Marcus estaba al otro lado con un cafe de Starbucks y una sonrisa de buena manana. Se aparto a un lado y entro en su loft. --Loca, ya puedes estar bien despierta, que en tres horas llega el nuevo guitarrista y te quiero mas que espabilada. --Dejo el cafe en la mesa mientras comenzaba a mirar la Blackberry, tecleando con velocidad pasmosa. Al instante, le sono y se movio por el salon, descolgando el aparato. Miro los papeles que tenia sobre la mesa con las referencias sobre el nuevo guitarrista mientras se bebia el cafe. El chico en cuestion no es que hubiera tocado con grandes artistas ni en ningun grupo precisamente, entonces, ?por que cono iba a tocar en su banda? Sospechaba de algun enchufe, quiza era el futuro yerno de Marcus, aunque Becky era aun una adolescente inmadura y a ella le parecia que la chica tenia otros gustos. Marcus termino de hablar por telefono y le reprocho que se hubiera bebido su cafe. --Pues no haberlo dejado en mi mesa --le contesto mientras seguia mirando los papeles que hojeo con la informacion del nuevo integrante. Su manager odiaba que le cotilleasen las cosas, pero ya la conocia bastante bien, asi que, seguramente, supo que lo iba a hacer.

  • Amar al Jefe de Lexy Timms

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    De la mano de la autora de exitos en ventas Lexy Timms, nos llega un romance billonario que te hara desvanecer y enamorarte una y otra vez.

  • Voces humanas de Penelope Fitzgerald

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    Penelope Fitzgerald vuelve a inspirarse en su propia vida para trazar una inolvidable historia sobre la guerra y la brutalidad con la que afecta a las vidas de las personas. En Londres, en pleno Blitz, un plato de la BBC se trasforma en un gigantesco dormitorio compartido. Decenas de hombres y mujeres se hacinan en un edificio que en cualquier momento podria ser alcanzado por el enemigo. Sam Brooks, un director de programa desesperado, busca consuelo en los brazos de sus asistentes: Vi Simmons, una mujer practica y animada; Lise Bernard, una medio francesa embarazada o Della, una gran seductora. Amor, tragedia y aprendizaje. Experiencias humanas que se entrelazan en un opresivo microcosmos, mientras las bombas resuenan en el exterior y cada nueva noticia mantiene en vilo a toda una nacion.

  • Aviones sobrevolando un monstruo de Daniel Saldana Paris

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    Hace muchos anos lei, en un libro de ensayos del poeta Robert Creeley, una pregunta que nunca he logrado sacudirme: <> Este libro es, en parte, un intento de respuesta a esa pregunta. A los diecinueve anos, mientras estudiaba en Madrid la carrera de Filosofia, entre a trabajar como redactor a una revista literaria. Decir que entre a trabajar es, como casi todo en estas paginas, una exageracion: durante un periodo de prueba no recibi ningun sueldo, pero me permitian errar entre las fotocopiadoras y el garrafon de agua unas cuatro o cinco horas por dia. A veces me confiaban un texto para corregir o traducir, o me ponian a capturar el aburridisimo indice anual de colaboradores. Un dia, no recuerdo ya si porque lo propuse o porque me lo propusieron, escribi una resena de una exposicion de arte contemporaneo. Era un texto torpe, escolar y poco informado, pero sin venir a cuento inclui la mencion de una revista neosituacionista inexistente, que segun mi articulo se habia presentado por aquellas fechas en el madrileno barrio de Malasana. En otras resenas de aquella epoca, mas adelante, difundi nuevos rumores sobre aquel exaltado grupusculo neositu en el que, de manera difusa, estaba ya el germen de una novela que escribiria mas tarde. Esa ficcion minima, escondida en un texto que se pretendia non fiction, es lo unico que salvaba a ese primer articulo que firme. Como nadie en la revista tenia mucha idea de arte contemporaneo, y como supongo que tampoco tenian la paciencia para explicarme que mi texto era muy malo, me publicaron la resena y hasta me pagaron por ella. Asi empezo mi carrera de escritor a sueldo. Desde entonces he escrito y publicado muchos textos por encargo, a veces contra reloj, a veces con un tema asignado, a veces incluso como escritor fantasma, poniendo mi prosa pero no mi nombre. Los textos aqui reunidos son producto de una labor analoga a la de aquella primera resena. Algunos fueron escritos, en principio, para cumplir cierta comision o ganar un monto mas o menos irrisorio, pero en las multiples reescrituras y rondas de correcciones cobraron otro sentido. Y, a pesar de su origen pedestre, quiero pensar que todos son fieles a un impulso personal; que todos guardan, entre lineas, ese oscuro corazon ficticio que, no tan paradojicamente, le confiere verdad a una escritura (<>, dice Antonio Machado). La aleatoriedad del freelanceo moderno impone a veces temas medio absurdos. Se me ha llegado a pedir que escriba sobre asuntos de los que no tenia la mas palida nocion, pero una mezcla de cinismo y desempleo me ha empujado a tomar tales propuestas como retos, lanzandome a las bibliotecas publicas a investigar, en jornadas maratonicas, sobre la historia de la cetreria persa, las peregrinaciones budistas o el rosacrucianismo. Con todo, el azar objetivo me ha puesto una y otra vez ante temas que me son caros y sobre los que ya habia pensado antes. El lector o la lectora de estas paginas encontrara, por ejemplo, una reaparicion constante de la ciudad como superposicion de capas narrativas, el sonido de los aviones, el ritual, la enfermedad y el dolor, las drogas. Uno tiene sus duendes, vaya, que lo persiguen de por vida aunque les aseste patadas. De la Ciudad de Mexico a Madrid, de Cuernavaca a Montreal y de alli a La Habana, este libro dibuja, ademas, un recorrido, o un derretimiento autobiografico, por las ciudades que me han marcado. <>, escribe Baudelaire en otro poema que releo mucho, de El spleen de Paris (una ciudad, quiero creer, menos horrible que Cuernavaca). Horrible oficio, anado aqui: solitario e incierto, sembrado de obstaculos reales e ilusorios, desesperante y mal pagado. Pero tambien oficio dulce, que me sosiega y me hace olvidarme de casi todo lo que en general me angustia. Pensar sobre la ciudad desde la que escribo, o sobre el cuerpo que teclea estas palabras, es siempre, invariablemente, pensar tambien el acto mismo de escribir, sus consecuencias. Por eso se cuelan, en estas paginas, algunas reflexiones sobre el oficio, horrible y luminoso, de poner una palabra delante de otra. AVIONES SOBREVOLANDO UN MONSTRUO 1 Me acerco a la ventanilla del avion casi hasta pegar mi cara contra ella. Sobrevolamos la ciudad. Juego a identificar los edificios: el World Trade Center, antes conocido como Hotel de Mexico; la Torre Latinoamericana, a lo lejos, marcando el territorio del Centro Historico; el mall de Reforma 222, por donde pasaba todos los dias para ir a mi trabajo como editor hace unos anos, antes de emigrar a Canada. No habia estado en la Ciudad de Mexico en los ultimos doce meses y lo unico que puedo pensar es que es horrible, y que la amo. Esta contradiccion es perfectamente comun y todos los chilangos la hemos sentido alguna vez cuando atisbamos el monstruo desde lejos. Pienso en todas las veces que he visto el infinito oceano de calles, casas grises y avenidas sucias de la ciudad extenderse bajo mis pies desde un avion. Cada vez, al llegar a Mexico, he experimentado esta misma mezcla de repulsion y encanto, este movimiento de atraccion y rechazo. Ese doble impulso lo sintio tambien Efrain Huerta, que en 1944 publico su <> en el mismo libro en el que se incluia uno de los textos mas hermosos y justos sobre el DF que se hayan escrito nunca: <>. A veces leo ese poema en voz alta, exaltado, para recordar mi origen: <> Hace diez anos, exactamente, aterrice en el Aeropuerto Internacional Benito Juarez de la Ciudad de Mexico al que ahora nos acercamos. En ese entonces volvia procedente de Madrid, despues de pasar cuatro anos viviendo en Espana. Yo era un joven poeta de veintiun anos y tenia una beca del gobierno mexicano para escribir mi primer libro. Nunca habia vivido como adulto en la ciudad, pero una incombustible altaneria -caracteristica de los poetas jovenes- me hacia confiar ciegamente en el futuro. Era octubre de 2006 y me instale en un pequeno departamento de la colonia Roma, que en ese entonces no se habia gentrificado hasta los ridiculos niveles de hoy en dia. La vecindad en la que vivia, llena de plantas y de pericos enjaulados, tenia su entrada justo entre una sinagoga y un local de reparacion de pianos -el soundtrack de mi vida durante esos anos era una mezcla extrana de musica judia y experimentos atonales, como una composicion de John Zorn pero accidental y callejera-. Por una extrana peculiaridad arquitectonica, el breve pasillo que conectaba mi sala, mi cocina y mi cuarto estaba descubierto, sin techo, de modo que cuando llovia tenia que mojarme para pasar de un espacio a otro del departamento. Tenia muy pocas pertenencias: una orquidea que me lleve de casa de mi madre, un punado de libros de poesia y una cafetera italiana. Vivia a base de quesadillas, sexo y cerveza de lata. Me sentaba en una pequena silla de madera en el pasillo sin techo y escribia poemas en una vieja laptop frente a mi orquidea. No conocia a nadie, nadie me conocia. El DF -que ahora ha dejado de llamarse <>- era una aglomeracion de posibilidades. Poco despues, a traves de la beca que tenia para escribir mi primer libro, conoci a otros poetas. Baile con ellos, me pelee con ellos, los ame, me emborrache con ellos, nos insultamos. Las cosas que hacen los poetas jovenes de cualquier ciudad, y que paradojicamente los hacen sentirse unicos. Yo me sentia unico, escuchando las notas imperfectas del afinador de pianos mientras bailaba en el pasillo descubierto de mi pequeno departamento, bajo mi lluvia de interior. 2 Hace ya dos semanas que estoy en la Ciudad de Mexico, despues de aquel aterrizaje en el Aeropuerto Internacional Benito Juarez -despues de ese momento en que pense, como Efrain Huerta, que amo y odio esta ciudad-. Dos semanas de salir todos los dias, de volver en la madrugada, ebrio de luz electrica, y de intensidad y de smog y de tequila. Dos semanas de este parentesis extrano que es mi visita al lugar donde naci, despues de un ano viviendo fuera. Jorge, Benjamin y yo miramos el cielo, acostados en la azotea, mientras hablamos. La conversacion se interrumpe de vez en cuando por el ruido de los aviones. La colonia Narvarte, en donde estamos, esta en la ruta de aterrizaje del Aeropuerto Benito Juarez: cientos de vuelos comerciales, sobre todo a partir de las dos de la tarde, ejecutan una elegante curva sobre el techo de la casa de Benjamin antes de apuntar hacia alguna de las dos pistas de aterrizaje y despegue del vetusto aeropuerto. (Siempre me sorprendio que el nombre de esas pistas fuera 5L/23R y 5R/23L, como si no fueramos capaces de reconocer que es un aeropuerto de dos pistas, y que bien podrian llamarse 1 y 2, respectivamente.) Hace tres horas, Benjamin, Jorge y yo nos metimos media dosis de LSD cada quien. Ahora conversamos con cierto letargo, desde la lucidez alucinada de la droga, interrumpidos de vez en cuando por el ruido de las turbinas sobre nosotros. Es un domingo resplandeciente y lento. Deben ser las tres o las cuatro de la tarde. Cada vez que el sonido de las turbinas de un avion corta el cielo a la mitad, Benjamin, Jorge y yo nos callamos para mirar y escuchar con todo el poder de nuestra atencion. La aeronave asoma la nariz por el extremo izquierdo de nuestro campo de vision, que imagino corresponde al norte. Desde ahi se desliza suavemente hacia el extremo opuesto, como un cuchillo caliente que atraviesa un bloque de mantequilla. El ruido resuena unos segundos mas, cuando el avion ya no es visible desde donde estamos tumbados. El LSD acentua el efecto Doppler y se que los tres - Benjamin, Jorge y yo- estamos pensando en eso mismo, en la forma en que el sonido de los aviones revela, de un modo casi cientifico, la curvatura del planeta y el tamano exacto de la atmosfera sobre nosotros.

  • El Demonio de Brooklyn de M.j. Fernandez

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    Josh Bradbury, detective en el Estado de Florida, atraviesa por una crisis cuando por coincidencia descubre una verdad desconcertante que lo afecta en forma directa. Solicita traslado a Nueva York, donde se encuentra con la mayor sorpresa de su vida. Ademas, el mismo dia de su llegada descubren el cuerpo de una joven que ha sido violada y asesinada en un parque. Es el primero de una serie de homicidios que sembraran el miedo en la ciudad. La relacion entre las victimas es desconocida, salvo que se trata de mujeres jovenes violadas y asesinadas por asfixia y que todas han sido encontradas en parques de Nueva York. Josh se ocupa del caso junto con Cody Ryan, un respetado detective de Brooklyn. Al mismo tiempo, debe convencer a su companero de investigar un suceso acaecido mucho tiempo atras que les concierne a ambos, mientras un poderoso criminal pone precio a sus cabezas.
    Una historia que mantiene la tension desde el principio aumentando segun se acerca a un desenlace inesperado.

  • Blanco letal de Robert Galbraith

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    Billy, un joven con problemas mentales, se presenta en el despacho de Cormoran Strike para pedirle que investigue un crimen que cree haber presenciado de nino. Pero cuando el detective se dispone a hacerle mas preguntas, Billy sale corriendo despavorido de la oficina.

  • Las redes de poder en Espana de Andres Villena

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    ?Quien manda en Espana?

  • Una noche perfecta de Christian Martins

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  • La guardiana del ambar de Freda Lightfoot

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  • La joven esposa del multimillonario de Johnny Alexis

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    Punto de vista de Bianca Mi nombre es Bianca Donato. Tengo 18 anos y estoy en el ultimo ano de la escuela secundaria, aunque me graduare en dos meses, por lo que estoy muy feliz. Tengo un hermano y una hermana mayores que no viven conmigo ni con mis padres porque se casaron. Tambien tengo un sobrino de mi hermano al que adoro tanto. Tenemos una reunion familiar esta tarde. Estoy tan emocionada de ver a mis hermanos y a mi sobrino. Planeaba comprarle un regalo despues de la escuela. Es temprano en la manana y actualmente estoy escuchando una leccion de matematicas. Fui y sigo siendo una buena estudiante. Todavia estoy en el dilema de a que universidad quiero asistir porque hay muchas buenas universidades en EE. UU. Despues de que termino la leccion de matematicas, fui a mi segunda clase que tengo con mi amiga Mirian. Ella es realmente una buena persona y a veces es intimidada por eso. Y normalmente soy yo quien la ayuda a deshacerse de ellos. Tambien tengo dos amigas mas con las que salgo. Kenyerly siempre ha sido una burbujeante, mientras que Yeismar es mas sofisticada. Pero somos unas gran amigas junto con Mirian. Cuando sono la campana para el almuerzo, todos salieron corriendo hacia la cantina. Me encontre con las chicas y nos dirigimos hacia las mesas del almuerzo. Nos sentamos en nuestro lugar habitual y abrimos nuestro almuerzo. No nos gusta comer en la cantina, por temor a que nos envenenen los alimentos. "Bianca, ?tienes una reunion familiar hoy?", Le pregunto Kenyerly. "Si, estoy muy emocionada de ver a mi sobrino", chille. "Recuerdo cuando me enamore de tu hermano, fue tan humillante", se quejo Kenyerly. "Todavia no entiendo como te enamoraste de mi hermano cuando tenia 30 anos. Eso es como una diferencia de edad de doce anos ". La edad es solo un numero. Y tu hermano estaba caliente. Tal vez todavia este atractivo, pero no lo he visto en cinco anos ", explico Kenyerly. "Y tal vez tambien encuentres a alguien mayor, asi que no juzgues", intervino Mirian. Negue con la cabeza. "Yo creo que no. Prefiero chicos al menos tres anos mayores. "" Nunca se sabe ". Yeismar estuvo de acuerdo con Mirian. " Como sea, ayer hablamos sobre las peliculas. ?Cuando vamos a ir? " " Pasado manana. Es domingo, asi que estara bien " 'Genial' '. Terminamos el almuerzo a tiempo cuando la campana sono de nuevo. Fui a mi casillero para llevar mis libros para la siguiente clase. De camino al salon de clases, me tope accidentalmente con un hombre mientras hablaba con nuestro director. "Lo siento senor". Me disculpe. Me miro de arriba abajo y sus ojos se posaron en mis ojos. "No importa". Dijo rompiendo el concurso de miradas. Su voz era ronca y nada amistosa. Se dio la vuelta y continuo su charla con el director. Negue con la cabeza y entre al salon de clases. Mi profesor de ciencias ya estaba adentro, asi que me disculpe por llegar tarde y, afortunadamente, me dejo ir. *** Caminaba de regreso a casa y de camino compre un pequeno baul en una jugueteria para Thomas, mi sobrino. Tiene cuatro anos y esta loco por los baules y los coches. Tiene una coleccion completa de autos de alguna caricatura que ve y mi hermano se molesta bastante cuando alguien le compra un juguete nuevo porque ya tiene demasiados. Entre a la casa y fui a mi habitacion a cambiarme. Me di una ducha y me puse pantalones cortos y una camisa holgada. Escuche que la puerta se abria en la planta baja y los chillidos de Thomas. Me apresure a bajar para verlos ya en la sala de estar dejando sus cosas. Cuando Thomas me vio, corrio hacia mi y abrazo mis piernas. "Tia, te extrane". El sonrio mostrando sus dientes medio faltantes. Lo levante y lo sente en mi cadera. Yo tambien te extrane. Eres un nino grande ahora. " Le hice cosquillas en el estomago, lo que hizo que estallara en risas. Lo deje y fui a abrazar a mi hermano y a mi cunada. Ella es realmente una gran mujer y ama mucho a mi hermano. Le dijeron que ya no podia tener hijos y que tenian suerte de que Thomas naciera. Aceptaron ese hecho y estan agradecidos de tener a su hijo. Mi mama preparo el almuerzo y puso la mesa rapidamente. Thomas queria sentarse a mi lado y darle de comer. Creo que lo he echado a perder demasiado, pero es tan lindo. "?Como va la escuela, Bianca?", Me pregunto mi hermano. "todo marcha bien. Mi graduacion es en dos meses ". Me meti un trozo de papa en la boca. " ?Preguntaste acerca de las universidades? " " Bueno, todavia no lo se. Hay muchas universidades buenas y necesito ver en cual me aceptaran ", le explique. Mi mama de repente se aclaro la garganta. Gire mi cabeza hacia ella prestandole mi atencion. "En realidad, no necesitas esforzarte para ir a la universidad". "?Por que?" Frunci las cejas en confusion. "Porque no puedes ir a la universidad". "?Que?" Levante la voz. "No le levante la voz a su madre, senorita", dijo mi padre. "?Por que no voy a ir a la universidad?" "Porque te vas a casar". Capitulo 2 Punto de vista de William " Gracias Sr. Makled por ayudar a nuestra escuela. Estamos muy honrados y agradecidos ". Puse los ojos en blanco porque no podia verme por telefono. Hago esto solo porque mi prometida asiste a tu escuela. --No hay problema, senor Smith. Me alegro de poder ayudar ". Apague el telefono sin molestarme en decir adios. De todos modos, estaba haciendo ruido. Soy William Makled conocido como mil millones de habitantes de Nueva York. Tengo una hija que se llama Cristal y, lamentablemente, no tiene madre. Su madre biologica es una puta con la que me acoste una vez. Dejo a Sophia despues de dar a luz y le pague un dinero para que no la volviera a ver. Queria darle una madre a Cristal, asi que acepte un matrimonio arreglado. Conozco a los padres de mi prometida a traves de un amigo. Cuando vi su foto, la desee. Parecia alegre y amable y pense que seria la figura materna perfecta para Cristal. Cuando me encontre con la chica en una escuela, no esperaba que fuera mi prometida. Ella es realmente hermosa en realidad. Tambien me encanto su voz cuando se disculpo. No deberia sentirme atraido por una chica menor de 17 anos, pero algo dice que deberia cuidar de ella. Mi telefono sono y vi a la ninera de Cristal llamando. Cogi un telefono preocupado de que algo le pasara a Cristal. "?Hola senor?" " ?Hola Marisol?" "Cristal queria hablar con usted ". Ponla al telefono ". Escuche algunos pasos antes de que hablara la voz de Cristal. "!Hola papi!", Se rio. "!Hola princesa! ?Por que querias llamarme? ?Paso algo? " " No, esta bien. Te echo de menos. ?Cuando llegaras a casa? " Se que se ve triste por el sonido de su voz. "Tengo algo que terminar, luego llegare a casa y luego podremos jugar juntos, ?de acuerdo?" Pero debes ser una buena chica para Marisol. " " Esta bien. Te esperare. Te amo papa. Adios. " " Yo tambien te amo. Adios." Colgue el telefono y suspire. Siempre es asi. Realmente necesito casarme. Ya es grande y entiende todo menos la parte de su madre porque nunca le hable de esa puta. Volvi a trabajar en algunos papeles cuando recibi otra llamada telefonica. Frenare seriamente este telefono. Cogi el telefono ya molesto. "?Hola? " "Hola Sr. Makled. Llamo con respecto a Bianca ", dijo la voz del hombre por telefono. ?Quien es Bianca? Probablemente noto mi silencio cuando continuo. " Tu prometida. Soy su padre. " " Esta bien. ?Hay algun problema? " " Le contamos sobre su matrimonio y ella no esta muy contenta. Asi que pense que tal vez podriamos concertar una reunion. "" Si, claro. Dame un segundo." Revise mi horario para ver que el viernes por la tarde esta despejado. "?Entonces el viernes por la tarde esta bien? " "Si. Le informare al respecto. Adios " 'Adios' ". Ahora tengo que ocuparme de ella. Aprendera su lugar si tiene actitud. No soy la persona para castigar, pero si tengo que hacerlo, la castigare por ser una perra. Segui arreglando papeles y afortunadamente nadie volvio a llamar. Se estaba haciendo tarde y le prometi a Cristal que volveria a casa para jugar con ella. Termine los ultimos papeles y sali de mi oficina. Cuando llegue a casa, Cristal corrio hacia mi y me abrazo las piernas. Sonrei y la levante. "Hola princesa". "Hola papi". ?Vamos a jugar ahora? " " Si, lo estamos. Pero tengo que ir a cambiarme de ropa, ?vale? ?Me esperaras? "" Si. "Ella se rio. Bese su mejilla y la baje. Corrio a su cuarto de juegos de inmediato. Entre en mi habitacion y me puse un pantalon de chandal y una camiseta blanca. Estaba cansado pero no podia anular una promesa que le hice a Cristal, asi que corri a su habitacion. Estabamos jugando a la fiesta del te. A ella realmente le encantan las fiestas de te, incluso si no hay te. La amo mucho. Ella es lo mejor que me ha pasado en la vida. "?Has estado bien hoy con Marisol? " "Si. Ella me dio galletas como recompensa. " " ?En serio? Estoy feliz de escuchar eso. " " Papi, ?puedo preguntarte algo? " " Lo que quieras " " ?Cuando vendra mami? " Me acostumbre a esto, pero ahora tengo una respuesta diferente para ella. Ella estara feliz por esto. " Pronto traere a mama a casa. Puedes esperarla un poco mas, ?verdad? ", Grito y me abrazo." Puedo esperarla ". Ella se aparto y se sento frente a mi. "?Es bonita?" " Muy bonita". " No puedo esperar para jugar a las munecas con ella y hacer dibujos con ella". Sus ojos estaban muy abiertos y brillantes mientras hablaba de mi prometida. "?Le gusta hornear? " "Probablemente. Lo averiguaremos, pero ahora es hora de ir a la cama ". La levante y la puse en su cama de princesa. Empece a leerle una historia pero estaba en la segunda pagina. La cubri con su edredon rosa y la bese en la frente. Hoy ha sido un dia largo y solo queria dormir. Me alegre de que le gustara la idea de tener una madre. Solo es importante que ella sea feliz. Capitulo 3 Punto de vista de Bianca No puedo creer que MIS padres arreglaron un matrimonio para mi y con un hombre cuyo nombre no conozco. Esto es gracioso pero miserable al mismo tiempo. Y encima de todo, necesito conocerlo hoy. Solo espero que sea agradable, al menos. Deberia reunirme con el por mi cuenta porque mis padres dijeron que seria mejor si tenemos privacidad. Como, nada ayudara a esta situacion. Me vesti con un vestido negro con lunares blancos y me puse mis sandalias blancas. Si voy a encontrarme con mi "prometido", al menos voy a ser decente. No me gusta ponerme maquillaje, asi que solo me pongo rimel y brillo de labios. Guardo mi telefono y una billetera en mi bolso. Sali de la casa sin molestarme en despedirme de mis padres. El taxi llego justo a tiempo y me llevo al restaurante. Mi papa me dijo que dijera solo su apellido porque ya habia reservado la mesa. Le pregunte a la senora de la recepcion su apellido y ella me llevo a una mesa para dos. Esperaba que estuviera alli, pero no lo estaba.

  • ?Que es comer sano? de J.m. Mulet

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    En el mundo de la alimentacion y la nutricion circulan muchos mitos e informaciones falsas, y es dificil orientarse en ese maremagnum informativo.
    Que no sepamos filtrar esa informacion afecta no solamente a nuestros habitos de compra sino tambien a nuestra salud. Los mitos nacen y mueren, y algunos incluso renacen al cabo de un tiempo.
    J. M. Mulet, uno de los cientificos de referencia en la materia, recibe en su blog centenares de preguntas al respecto, que suelen repetirse en las charlas que imparte y en los programas a los que acude para ser entrevistado.

  • Cumpleanos Feliz de Nina Klein

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    C U NO umpleaaaaaanoooooos feeeeeeeliiiiiiiiz... cumpleaaaaaanooooos feeeeeeeeliiiiiiiz... Mientras la gente de la oficina desafinaba a mi alrededor, mire la tarta que me habian comprado entre todos. Le habian puesto velas y las habian encendido. Alli estaban, pinchadas en la tarta, esperando a ser sopladas por mi. Afortunadamente no eran velas individuales, o habrian tapado la tarta entera. Eran velas con forma de numeros. Un cuatro y un cero. Dios dios dios, cuarenta anos. Te deseeeeeaaaaaaamos Tiiiiinaaaaaaaaaaa... En serio, adoraba a mis companeros de trabajo. Eramos como una gran familia y nos llevabamos todos de cine. Al menos en nuestro departamento, que era el mio, porque la jefa del departamento era yo. Pero vamos, que eramos todos iguales, no tenia necesidad de sacar latigos para obligarles a trabajar ni nada. Me caian bien, iba diciendo, mis companeros de trabajo. Lo de la tarta no era peloteo, cada vez que alguien cumplia anos se ponia dinero entre todos, se encargaba una tarta y un par de botellas de vino rosado espumoso --mmmm-- y cantabamos cumpleanos feliz al pobre incauto justo despues de la hora de comer. A veces pienso que mas que por simpatia o buen rollo lo haciamos para comer tarta y beber en horas de trabajo, pero bueno. Servia de las dos formas. No eran mis companeros quienes me estaban incomodando. Era la cifra maldita que estaba clavada en la tarta, en forma de vela. ...cumpleaaaaanoooooos feliiiiiiiiiz. Corono la cancion desafinada una ronda de aplausos, y luego unos cuantos !sopla, sopla! Eso hice, sin pedir un deseo, porque total, lo unico que se me ocurria era no tener cuarenta anos, y tenia delante de mi la prueba --en forma de vela-- de que ese deseo no se me iba a conceder. Asi que sople las velas. Sonrei. Di las gracias. Alguien saco un cuchillo para cortar la tarta. Bueno. Me console pensando que la tarta era de cafe y chocolate, mi favorita. Algo era algo. --?ESTAS bien? Mire a Ana, apoyada en el marco de la puerta de mi despacho, con un plato de papel en la mano con un trozo de tarta. Ana, que trabajaba conmigo y era una de mis mejores amigas, se habia dado cuenta, supuse, de que mi sonrisa era un poco forzada mientras la gente me felicitaba, y de que igual habia bebido un vaso de vino mas de lo normal. O dos. Luego me habia recluido en mi despacho, con el tercer vaso de vino, poniendo la excusa de que tenia trabajo. Que era cierto, pero tambien era cierto que me dolia la cara de sonreir y no tenia muchas ganas de celebrar nada. --Meh --respondi, apoyando el codo en el escritorio y la mano en la cara. Ana se dio la vuelta para cerrar la puerta de mi despacho y se sento en la silla de los visitantes, al otro lado de mi mesa. Cada vez que hacia eso --y lo hacia por lo menos una vez al dia-- se nos iba media hora hablando. Ana era alta, delgada, con el pelo corto rubio platino, super estilosa. Yo era mas, como decirlo... voluptuosa, algo que conseguia mantener a raya yendo religiosamente al gimnasio. Eso si, nunca podria llegar a ser un insecto palo como Ana. Tampoco me quejaba: cintura estrecha --lo mio me costaba--, caderas anchas --no podia hacer nada-- y una talla de sujetador mas que generosa. Pero bueno, tenia musculos en los brazos --solo se veian cuando los flexionaba-- y estaba en forma, eso era lo importante. Tambien tenia el pelo sobre los hombros, castano oscuro que dentro de nada iba a empezar a tenirme porque esa misma manana --?casualidad, el destino?-- me habia visto como siete canas en el espejo del bano. Siete canas, las habia contado. Mi pregunta era, ?donde estaban hasta entonces? ?Habian esperado a mi cuarenta cumpleanos para manifestarse? --?Que te pasa? ?En que estabas pensando ahi fuera? --pregunto Ana--. Estabas como ida... Suspire. Suspirar era algo que parecia que estaba haciendo mucho ultimamente. --Ya sabes, cuarenta --dije, poniendo enfasis en la palabra--. El numero en si, crisis, mediana edad, etc. Ana hizo una especie de pf con la boca. --?Estas de broma? Yo tengo cuarenta y tres, paso de todo. Estoy mejor que nunca. Me encogi de hombros. --Tambien me estaba preguntando si la virginidad puede volver a crecer. Ana rompio a reir con su risa cristalina, que ademas era contagiosa. Me vi sonriendo casi sin darme cuenta. --Lo que necesitas --dijo, bajando un poco la voz, como si no estuvieramos en el despacho con la puerta cerrada y alguien pudiera oirnos--. Es volver al mercado. Torci la nariz. Volver al mercado, que expresion mas odiosa. --No, gracias. --No, en serio, escuchame... --como si tuviera otra opcion. Cuando Ana se sentaba en mi mesa del despacho, hasta que no decia lo que habia ido a decir, no se iba--. ?Por que no pruebas una app de citas? Puedes instalarte Tinder. A mi me va bien --le dio un mordisco al trozo de tarta que tenia en el plato de papel--. O por lo menos la mitad de las veces me ha ido bien. Bueno, me ha ido bien dos veces. Pero es la unica manera de conocer gente. Mire a Ana mientras masticaba la tarta. --?La unica manera? ?Y que hay de malo en salir un sabado por la noche a tomar algo, que te guste alguien, hablar un rato, intercambiar telefonos? Ana elevo los ojos al cielo y luego suspiro. --?Por donde empiezo? Primero, demasiado trabajo. Y segundo, demasiado cansado. Asi es como se conocia gente en el siglo pasado. Tienes que renovarte, Tina... ?Cuanto tiempo hace que te divorciaste? No queria hablar de ello, y menos en mi cumpleanos. --Un ano --dije, despues de titubear un poco. En realidad era ano y medio, a lo que tenia que sumar diez meses de separacion… Dios, mas de dos anos. ?Que habia hecho desde entonces con mi vida? Practicamente nada. Y en el terreno amoroso (por llamarlo de alguna manera), solo acudir a un par de citas a ciegas que mis amigas me habian preparado, en plan tienes que conocer al amigo del cunado de mi companero de trabajo, ya veras es super majo que habian sido un desastre absoluto. Dude un poco, lo que Ana aprovecho para convencerme. --En serio, Tina... tienes que hacer algo. Estas en lo mejor de la vida. No te encierres en casa por culpa del imbecil de James. El imbecil de James era mi exmarido, del que no tenia ganas de hablar. --Me da pereza... --dije, y era verdad. Ahora tenia que empezar a averiguar como funcionaba eso, quedar con gente... buf, solo de pensarlo me cansaba. Con lo bien que se estaba en casa un sabado por la noche, en el sofa, con una mantita, una botella de vino y una peli. En cuanto escuche mis propios pensamientos me di cuenta de que necesitaba ayuda. O eso o comprarme dos o tres gatos y ya terminar con todo, una de dos. --Puedo ayudarte a hacerte el perfil, ensenarte como funciona --dijo Ana, y aquello termino de convencerme. Accedi a reganadientes, sobre todo porque si no lo hacia Ana no se iba a ir de mi despacho. --Bueno... vale. Poco podia imaginarme la que se me venia encima...

  • ALEXY (Genesis 1) de Maricela Gutierrez

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    Alexy no es el tipico heroe que lucha por salvar a la humanidad, despues de todo, tiene sus propias batallas que librar. Para el no existe nada mas que su busqueda de venganza, aquella que ha perseguido durante siglos, hasta que aparecio ella, un angel en medio de la oscuridad.

  • Camino al placer de Anabella Franco

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    Algunos dicen que, si perseveras, todo lo que anhelas tarde o temprano se hace realidad. Pero Natalia, avida lectora de novelas romanticas, no lo cree asi. Dedica sus dias a ensenar Literatura, escribir en secreto y atender los insistentes reclamos de su madre, mientras sigue atada al pasado. No imagina siquiera que un extrano sea capaz de cambiar su vida.

  • Una impostora en Minstrel Valley (Minstrel Valley 3) de Mariam Orazal

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    Adentrate en la nueva y rompedora serie de <>, creada por catorce autoras de Selecta. Ambientada en la Inglaterra de la Regencia en un pequeno pueblo de Hertfordshire, descubriras una historia llena de amor, aventuras y pasion.

  • Vidas samurais de Julia Sabina

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    El tren Eurostar tarda dos horas y veinte minutos en llegar de la estacion del Norte de Paris a Londres. Realiza parte del recorrido bajo el mar, por un tunel que atraviesa el canal de la Mancha. Pero antes de meterse en el tunel se detiene unos minutos en una ciudad del norte llamada Lille. Ese era mi destino. Nada mas bajarme en la estacion de Lille Europe me di cuenta de que habia perdido la direccion de la residencia de estudiantes en la que iba a alojarme. Y, ademas, el movil no tenia red. Asi que era urgente encontrar algun ordenador para conectarme. Acababa de empezar el mes de septiembre. El viento me golpeaba los ojos y caian unas gotas tan gordas y pesadas como huevos estrellandose contra la ciudad. La gente, vestida de negro, caminaba rapidamente mirando al suelo. Callejee con la maleta a rastras en busca de algun locutorio hasta que llegue a una plaza enorme llamada Charles de Gaulle, rodeada por edificios de ladrillo con fachadas belgas. En mitad de la plaza se elevaba una columna robusta y encima de ella la estatua de una mujer tapada con una simple tela que nos miraba con cara de asco. Tambien habia una sucursal de Credit Agricole, una relojeria, varias boutiques, cafeterias y una panaderia que inundaba la calle de olor a bizcocho y cuyo interior visto desde fuera parecia el salon de un palacio decorado con madera oscura y ribetes dorados. Al salir de la plaza, me adentre en las calles adyacentes, mas sombrias, hasta que encontre un locutorio. La luz azulada iluminaba unas paredes con carteles envejecidos que indicaban el precio que costaba llamar a Niger, Senegal o Chad. Estaba lleno de gente. Hacia mucho calor y olia a sudor. Alguien gritaba en una de las cabinas telefonicas. Pedi un ordenador y me adjudicaron el numero cinco. A mi lado, un hombre de unos setenta anos, con un abrigo negro muy viejo cubierto de caspa y pelotillas y con pelo gris y graso, contemplaba con extasis imagenes de una chica joven y rubia con pegotes de rimel en las pestanas mamando pollas de varios tios y que, tras beberse sus corridas, sonreia hacia la camara. En el e-mail que me habian mandado de la residencia me explicaban que debia bajarme en la estacion de metro Quatre Cantons, situada en una ciudad dormitorio pegada a Lille llamada Villeneuve d'Ascq. Las baldosas de las paredes de Quatre Cantons eran amarillas y rojas, pero no eran alegres a pesar de tener colores llamativos. Una zona radicalmente diferente al centro. La maleta, la mochila, las botas y el anorak mojados me pesaban mas y mas a cada paso. Por fin habia parado de llover, y estaba tan agotada de dar vueltas por ahi que me detuve a observar los enormes edificios de viviendas, que convivian con pequenas casas familiares. Daba la sensacion de que esa ciudad tuvo tiempos mejores pero que, de repente, se habia quedado paralizada y envejecia como un matrimonio ante el televisor. Debia de tener cara de desorientada o de desesperada porque un chico un poco rechoncho, con una cazadora de cuero desabrochada, se acerco a mi y se ofrecio a ayudarme con la maleta. No se muy bien de donde habia salido. Quiza era un enviado del cielo dispuesto a socorrerme. Se le marcaban las tetillas bajo el jersey de lana y llevaba el pelo un poco largo y echado hacia atras. Aunque debia de tener mi edad, ya se le pronunciaban las entradas, asi que era facil imaginarse como seria a los cuarenta anos. Con mas entradas, con el pelo mas largo, oliendo peor. Aun asi, suponia una senal de bienvenida. Le pregunte por la direccion de la residencia. Se trataba de un momento trascendental: iba a mantener una conversacion en frances por primera vez con alguien que no fuese un profesor de academia de idiomas. Mi acento nos asusto a los dos. Entonces el hablo. Que maravilla. No podia creerme que ese chico, con un aspecto tan tosco que podria haber salido de un bar de hooligans de Liverpool, tuviese esa voz que sonaba a libelulas susurrando, a fresas salvajes, a cabello de angel en la boca. El tampoco sabia donde estaba la residencia. Cuando respondi, mis palabras sonaron de nuevo como si descarrilase un tren. En ese instante descubri algo que me acompanaria durante el resto de mi aventura: la lengua espanola es una bestia con puas y garras. Una bestia encerrada y hambrienta que sale en estallidos de libertad con forma de rrrrrr o de jjjjjjjjj. No la puedes vestir con el encaje de seda de la lengua francesa sin que sus movimientos bruscos lo destrocen. Pero, a pesar de mis problemas intentando pronunciar unas frases muy obvias, consegui hacerme entender. Estaba tan feliz por ello que lo mire a los ojos con todo el candor que me quedaba en el cuerpo, y el me correspondio entusiasmado. Caminamos y caminamos entre edificios inquietantemente vacios hasta que encontramos la residencia. Era una construccion de hormigon con una cristalera en la entrada. El chico de las tetillas entro en el vestibulo, y yo detras de el como una nina sigue a sus padres, como si el hecho de llegar alli no tuviese nada que ver conmigo. En la conserjeria una mujer de unos cincuenta y cinco anos, de pelo corto, rizado y rubio y ojos azules y cansados, en lugar de saludarme me analizo seriamente. Intente hablar con ella en frances. Me dijo que no me entendia, por lo que el hecho de que me comprendiesen o no empezaba a parecer bastante aleatorio. Medio por senas consegui que me entregase la llave. Las cuestiones de dinero, sin embargo, se pillan al vuelo. Me indico que al dia siguiente sin falta pagase la fianza. Mientras tanto, el chico que me habia ayudado a transportar la maleta me metio la mano por debajo de la camiseta. Por un momento senti sus dedos suaves en mi cintura desnuda. La mujer sonreia. Me gire contrariada. Pero el chaval se empenaba en subir la maleta a mi cuarto. No se dio por vencido ante mi negativa y hubo un tira y afloja, con ambos agarrando el asa de la maleta y tirando con fuerza, hasta que el termino por garabatear su numero de telefono en un papel. Todavia debo de tenerlo guardado en algun sitio. La residencia era laberintica y, como estaban cambiando el sistema electrico del edificio, habia escombros y cables por todas partes. Una vez que llegue al piso que me correspondia, camine por un pasillo oscuro, subi otras escaleras, esta vez de caracol, me adentre por otro pasillo, tambien oscuro, baje otras escaleras de caracol, llegue a otro pasillo… En todo el recorrido no me cruce con nadie. Finalmente desemboque en una puerta de madera contrachapada de color pino claro con el numero 215, el de mi habitacion. En el cuarto habia dos camas con mantas de cuadros escoceses, un poco viejas, alisadas y dobladas pulcramente. Me habian avisado de que tenia que compartir la habitacion con otra chica, pero que todavia no habia llegado. Por fin me habia marchado de Madrid. Era libre. Me sente en la cama. Mire a traves de la ventana. Habia anochecido totalmente, y el viento movia las ramas del unico arbol que tenia enfrente. El cuarto estaba amueblado con una mesa de conglomerado desconchada con espacio para dos personas, dos sillas y un par de baldas blancas donde colocar los libros y un lavabo con un minifluorescente encima que no funcionaba. El suelo, de plastico que imitaba al granito, estaba levantado por los laterales. Una de las baldas tenia una marca de quemado, seguramente de una vela. Se trataba de la senal de que otra persona, en otro momento, habia hecho de esa habitacion su hogar. Yo debia seguir su ejemplo. De momento no tenia conexion a internet y al otro lado de la puerta no se oia nada. Parecia que no hubiera nadie mas viviendo en esa residencia. Al abrir la maleta, la cremallera sono como una sierra electrica. Poco a poco, fui decidiendo donde colocar los jerseis, los calcetines, la ropa interior, los libros… Tambien colgue en la pared un cartel de Al final de la escapada, de Godard, en el que Jean Seberg y Jean-Paul Belmondo se miran con la complicidad caracteristica de haber tenido buen sexo tapados con unas sabanas muy limpias. Precisamente esa pelicula me habia animado a pedir la beca en Francia. En algun momento absurdo pense que tambien yo podria ser una americana dulce que vendia periodicos por los Campos Eliseos. Cuando termine de colocarlo todo, cai en la cuenta de que al dia siguiente no estaria ni con mi familia ni con mis amigos, que ahi era donde iba a vivir. Pense en Felipe. Queria llamarlo, pero me habian recomendado alejarme de el. Hacia solo unos meses, bueno, en realidad casi un ano, pero me parecian solo dos meses, bueno, en realidad me parecia como si no hiciera mas que unos dias que nos habiamos sentado en una terraza del barrio de La Latina a tomar unas cervezas. Me agradecio todo lo que habia hecho para ayudarlo a salir de la depresion, ya se encontraba mucho mejor. Fue al abrazarme alegrandose de que lo hubiese entendido todo cuando comprendi que me estaba dejando. Parecia aliviado, incluso satisfecho, mientras que conmigo se ensanaban a picotazos todos los mosquitos presentes, pasados y futuros de Madrid. Me tumbe en la cama y me puse a leer hasta que me dormi. Me desperte desubicada, mire a todos lados, a las paredes blancas y a la cortina gruesa, de un color entre amarillo por un lado y marron por el otro, que tapaba la ventana. La descorri. Era por la manana y parecia de noche. Llovia. Acababa de empezar el mes de septiembre y hacia dos dias iba con minifalda y gorra para protegerme del sol y caminaba pegada a las paredes, el unico sitio con un poco de sombra.

  • Su secreto de Aina Castillo

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    Mar era una chica normal.
    Un poco solitaria y triste.
    Vivia con sus padres.
    Iba a la universidad.

  • Escarcha de Ernesto Perez Zuniga

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    Dentro de la rica tradicion europea de las novelas de aprendizaje, Escarcha retrata la Espana de la transicion a traves de los ojos de Monte, un adolescente que ha vivido desde la infancia con sensacion de extravio. Y, ademas, a traves de una perspectiva coral: la de multiples personajes arrastrados por su propia inquietud, como el profesor de musica que se empena en hurtar la pureza de sus alumnos antes de que se conviertan en adultos. Monte tendra que aprender que todo, incluso lo mas bello, puede ser fuente de dolor. Pero tambien que hay un tesoro oculto que se puede descubrir en el desprendimiento de la identidad recibida. Una luz cuya plenitud no sera robada. Escrita con tanta intensidad como armonia, Escarcha es una novela generacional, la novela crucial en la obra de Ernesto Perez Zuniga. Un retrato desnudo y extraordinariamente sensible de la experiencia de vivir y del viaje del alma humana hacia la reconciliacion consigo misma.

  • Fabrica del olvido de Manuel Losada

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    Fany es una joven timida que persigue sus suenos sin descanso. Una mudanza improvisada y un nuevo trabajo, la llevaran a darse cuenta que los suenos, a veces, se convierten en pesadillas. Un pueblo desconocido le transportara al pasado para mostrarle que en el miedo, en lo tetrico y en la fantasia, tambien hay verdades ocultas que le descubriran quien es ella realmente.

  • Nosotros, en singular, se dice tu y yo de Paula Minana

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    Nosotros: pronombre personal, primera persona del plural. Pero, ?existe el singular de nosotros? ?se puede decir nosotros en singular? ? es posible ser tu y yo mientras somos nosotros? Todas estas preguntas son las que Ada se hace tras dejar a su novio numero dos, un terrorista psicologico que se resiste a salir de su vida y volver con su novio numero uno, alguien a quien ella considera perfecto por el simple hecho de ser normal.

  • Nuestra Luz de Arwen Grey

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    Primero tenia que encontrar el lugar. Soleado, amplio, con espacio para trabajar, moverse, caminar, pensar, discutir consigo mismo en frances. Que poseyera aquella luz dorada, mas dulce justo al atardecer, que era capaz de dar a todo una patina decimononica. Silencioso, a ser posible, aunque sabia que era complicado en la gran ciudad. De toda su lista de peticiones, la agencia habia dicho que aquella seria la mas complicada de cumplir. Y tambien la de que no hubiera vecinos en las cercanias. Al final, como solia ocurrir, de todo lo que queria, solo habia conseguido la luz dorada. Una luz dorada maravillosa, que estuvo a punto de hacerle llorar. Y lo habria hecho de estar a solas y la agente inmobiliaria no le estuviera mirando y mascando chicle, esperando su firma, impaciente, como toda la gente de ese siglo. Firmo, y pudo quedarse a solas, mirando el patio con limoneros plantados en enormes macetas de color verde chillon, que no les favorecian. Un patio de limoneros como el de Machado. Maravilloso. Si se quedaba el tiempo suficiente, pintaria aquellos maceteros de un tono adecuado. Dio la espalda al patio y a la luz dorada y contemplo su nuevo estudio de pintura. No era grande, ni amplio, ni podria dar muchas zancadas en sus paseos en busca de inspiracion, pero la luz era perfecta. Con un suspiro de satisfaccion, dedico una hora entera al disfrute de aquel logro sin igual. Elsa se aparto y contemplo la obra de Agustina desde la distancia, pensando que asi podria mejorar. Giro la cabeza. El nuevo angulo solo le hizo abrir los ojos de la impresion. --!Cielo Santo! ?Es un pene? Agus achico los ojos y contemplo el acrilico con ojo critico. La boca con dentadura postiza de un blanco doloroso estaba tan fruncida que parecia un diseno de Fortuny. --Si tanto te ha costado verlo, es que no esta bien --dijo la anciana en tono serio--. Volvere a empezar. Elsa inspiro hondo y se volvio para que su alumna no viera su expresion. A lo largo de sus anos como profesora de pintura, habia visto todo tipo de obras, desde las mas clasicas hasta las mas rompedoras, pero, en general, eran los ancianos los que mas la sorprendian. --Seguro que el modelo quedara encantado --dijo por encima del hombro. Muy concentrada en lo suyo, Agustina se limito a asentir y a morder el pincel, como si estuviera planeando si era mejor retocar aquella monstruosidad o si de verdad debia volver a empezar, con el gasto que aquello conllevaba. Elsa camino de un caballete a otro, dando consejos y animando a su grupo de tarde del miercoles. La media de edad duplicaba la suya con creces, pero su entusiasmo tambien lo hacia en ocasiones. Desde que habia iniciado aquellas clases, la vida le habia demostrado que nunca se podia dar nada por perdido, y que las ganas de vivir eran una de aquellas cosas. Desde que se habia divorciado y habia decidido que iba a retomar su carrera como artista, habia descubierto que la vida era una cabrona con un sentido del humor muy negro. Para empezar, los artistas, asi, tal cual, no podian vivir de lo suyo. Ella, al menos, no. En definitiva, descubrio que no habia tenido jamas una carrera como artista, asi que era imposible retomarla. Lo mas cercano que habia podido encontrar para poder vivir de su trabajo era dar clases de pintura a ninos, a ancianos y a gente con discapacidades diversas. Y resultaba que aquello si que era vivir. Vivir de verdad. Casi nunca pintaba, eso era cierto, mas alla de unas pinceladas en los cuadros de los demas, pero lo que se divertia ensenando a otros y aplicando lo que habia aprendido en la universidad y en diferentes cursos, eso no se lo quitaba nadie. Y, ademas, tenia aquel maravilloso apartamento, con aquel patio de limoneros que habia plantado durante su primera semana alli. Aquello era un paraiso. Y tambien tenia aquella luz que no se pagaba con dinero. No habia sido mas feliz en toda su vida. 2 Claudio estaba convencido de que habia nacido con un destino marcado, como los grandes. Ya de nino sabia que no era como los demas. Mientras otros jugaban y se despellejaban las rodillas detras de un balon y se peleaban por los columpios, el perdia dioptrias mirando una margarita y tratando de comprender como la luz incidia en sus petalos, y como el tono de blanco cambiaba en un dia nublado o en un dia de sol. Luego llegaba el jardinero y cortaba la hierba y todo se iba al carajo. Se acababan las margaritas y la contemplacion. Sus padres decian que era rarito, con ese tono que utilizan los padres, los abuelos, los vecinos, los tios y todo el mundo en general, para decir que no eres como el resto, pero todavia peor. Es decir, que no estaba en la mediania, que no le gustaba el futbol, los deportes, que no salia con chicas, que no iba al cine, que no jugaba a la consola, que no le gustaba el rock ni el pop, ni lo que estaba de moda. Su madre no habria sufrido mas si se hubiera declarado gay. El dia que le pillo besando con torpeza a una companera de Bellas Artes en su dormitorio juraria que respiro tranquila. Pero es que, incluso siendo rarito, Claudio era distinto. No era raro en el sentido de que se apuntaba a la moda de ir a contracorriente, llevar los tobillos al aire y gafas de pasta, sino que el habia descubierto un buen dia algo que le habia marcado y habia decidido que queria ser eso. Y hacia ello habia enfocado su vida. Claudio deberia haber sabido, ya antes de dar aquella clase sobre la pintura del siglo XIX, que su nombre no venia de la nada. Era un nombre antiguo, desfasado, de viejo, que decian algunos. Era el nombre de Monet. Evidentemente. Si se miraba al espejo, incluso se parecian. Solo le faltaba la barba. Asi que decidio un buen dia dejarsela. Y entonces su familia le dio por perdido. Empezo su periplo de casa en casa, de luz en luz. Pinto y trabajo, hasta que la magia desaparecia. No era conocido, pero se ganaba bien la vida. El estilo clasico siempre tenia sus compradores, aunque no fuera algo que estuviera precisamente de moda. A esa hora de luz dorada que era su favorita, Claudio se enfundaba su bata, su bonete, se colocaba frente al ventanal enorme, observando el patio con limoneros. En general necesitaba un tiempo de reflexion antes de poder mirar el lienzo. Las otras ventanas del edificio daban al patio, y el podia observar lo que hacian las personas al otro lado, desearlo, pero no era del tipo voyeur. En general, lo que hicieran sus vecinos se la traia al pairo. Solian ser gente sin interes, grises, con vidas corrientes. En ocasiones habia alguien que despertaba su interes durante una temporada corta, pero no solia durar. Normalmente, este duraba lo que tardaban en cruzar dos palabras en el ascensor o en el portal. Parejas chillonas o amorosas, ninos que jugaban o pedian la cena, bebes que mamaban del pecho de sus madres, ancianos mirando por la ventana, con la vista distraida. Una mujer con una camisa de cuadros holgada, bailando mientras daba pinceladas a un lienzo. Una mujer con una camisa de cuadros holgada, bailando mientras daba pinceladas a un lienzo... La nota discordante atrajo su mirada al instante. Aquello no deberia estar ahi, justo enfrente, en un ventanal vecino del suyo, disfrutando casi de la misma luz y de su patio con limoneros. Ademas, nadie con una tecnica depurada deberia sostener un pincel de aquella manera. Era imposible que una pincelada correcta saliera... en fin, correcta. Claudio apreto los labios y sintio que los pelos del bigote se le metian dentro de la boca. Aquella barba de hacia dos siglos era incomoda y poco practica, aunque no se atreviera a reconocerlo. Aquella mujer no era una artista, se dijo con desden. No era como el. 3 --?Sabes que hay otro artista en el vecindario? Elsa termino de preparar la paleta de colores, aunque era raro que la usara. Aquella era una costumbre que no queria perder. Odiaba pensar que era una de aquellas profesoras que se limitaba a soltar una ristra de trucos baratos y lecciones vacias y luego paseaba alrededor de los caballetes. Ella queria sentir que sus alumnos disfrutaban y aprendian, y que ella aprendia de ellos tambien. --Querras decir que hay un artista en el vecindario --respondio, mientras se ponia la camisa de cuadros, vieja y manchada de pintura, sobre la ropa limpia--. Artista es el que se gana la vida con sus obras, ya sabes --anadio con ironia. Agustina, que llevaba bajo el brazo su cuadro con el pene, enorme y con venas bien marcadas, arrugo los labios, como si necesitara pensar en aquel concepto. --Entonces si es un artista. Me he informado bien al respecto. Se llama Claudio algo. --?Como el gallo? --Como Monet, segun el. Elsa enarco una ceja y asintio, incapaz de fingir seriedad. --Ya veo. Es ese tipo de artista. Espero que no le hayas dicho que doy clases aqui, porque es capaz de quemarme la casa por blasfema. --Aunque fingia ligereza, Elsa era consciente de que su tono estaba lejos de ser alegre. Durante su vida habia conocido a mucha gente que despreciaba el tipo de trabajo que ella hacia. Ser artista no era eso, pensaban. Una profesora de academia o de casa de cultura, creian, no era un artista de verdad. Antes preferian morir de hambre que caer tan bajo--. Por cierto, ?como te has enterado? Agus disimulo yendo a colocar su pene en el caballete con mejor luz del apartamento. Los demas alumnos sabian que no podian disputarle ese puesto si no querian morir desollados. --Me equivoque de escalera --dijo la anciana, encogiendose de hombros--. No se como ocurrio. Gire a la izquierda, luego a la derecha y de pronto estaba ahi. Soy vieja y soy debil, no me juzgues. Elsa la miro con los ojos entrecerrados. Nunca dejaba de asombrarla la increible cara dura de esa gente. --?Fuiste a mostrarle a Monet tu obra? Me gustaria saber lo que piensa al respecto. Elsa trato de aguantar la risa al ver que Agus se sonrojaba. La anciana podia fingir desparpajo, pero estaba claro que no se habia atrevido a tanto. --Le ha gustado --replico, rebelde. --!Oh, seguro que si! Mientras llegaba el resto de los alumnos y escuchaba rezongar a la mas discola de todos ellos, Elsa se volvio hacia el ventanal para abrir las cortinas. Rara vez las cerraba, pero no le gustaba la luz matinal, demasiado dura y brillante. Preferia la de la tarde, dorada y dulce, casi amelocotonada. Echo un vistazo a sus limoneros. Los habia plantado al llegar alli, hacia cinco anos. Todavia eran jovenes, pero ya daban fruto. Y sobre todo alegraban el patio, tan triste cuando llego, tan frio y abandonado. Ahora todo era luz y alegria. Sintio un sobresalto al ver que habia alguien rondando sus arboles. Vestia una especie de batamanta, como si fuera Gandalf. ?Que diablos estaba haciendo ese friki con sus limoneros? Entonces en tipo se aparto y vio el bote de pintura y la brocha. --Lo mato. Yo lo mato...

  • Onesimus de Ignasi Serrahima

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    ?Que es Onesimus? Onesimus es el nombre de la conspiracion que una organizacion secreta neocon esta organizando en Estados Unidos bajo la cobertura de la guerra contra Irak. La novela comienza el mes de abril de 2003 en el sector C de la Bagdad ocupada, cuando la sargento Lobo recibe ordenes de asaltar un edificio. Alli encontrara un laboratorio. No, no son las famosas armas quimicas. De hecho ha encontrado algo que la CIA la obliga a olvidar. De Washington a Jalalabad, de Langley a Londres, pasando por Barcelona. Militares, agentes de la CIA, periodistas, asesinos a suelto (el eficaz Jaume Quintero). La Tercera Guerra Mundial y la vuelta al mundo casi ochenta veces en 350 paginas.

  • Mi condesa irlandesa (El ducado de Chester 2) de Claire Phillips

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    Lord Lucas, conde de Cornelly habia pasado de ser uno de los cuatro condes del apocalipsis, tildados como unos seductores irredentos, a ser la presa a abatir por toda matrona y debutante de las islas y todo porque su primo Sebastian, duque de Chester y cabeza de toda la familia, habia contraido matrimonio con “su duquesa espanola” abriendo, al parecer, a los ojos de la sociedad y muy especialmente de todas las damas casaderas, la veda sobre el y sus cuatro primos, todos ellos cabezas de titulo. Y sin duda, el era el siguiente en la linea, cosa que detestaba mas alla de lo imaginable. Huia de las debutantes como si fueren la peste por lo que la atraccion que sentia por la pupila del duque de Sucre empezo a tornarse incontrolable por mucho que se dijese a si mismo y a los demas que el no estaba listo ni para desposarse ni para asumir ese papel que, antes que el, habia adoptado Sebastian de caballero atado y cazado.
    Tras varios anos viajando por el continente en compania de su madre, tras la muerte de su padre, lady Ashton, hija del vizconde de Brocher, lo que menos deseaba era regresar a Inglaterra con el unico fin de ser presentada en sociedad y, con ello, comenzar con el que a ella se le antojaba un ritual tortuoso para las jovenes, lucir como perfectas damas con el unico fin de poder encontrar esposo. Lo que no esperaba es que ese conde que primero lograba enervarla y despues aturdirla, acabaria conquistandola por mucho que se resistiese y por muy terca que se mostrase, especialmente porque tenia la habilidad de aguijonearla y con ello llevarla por el camino que el queria marcar.
    Si, el destino a veces predetermina lo que ni siquiera sus protagonistas parecen dispuestos a aceptar

  • Mi algo maravilloso de Jill Barnett

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    La tomo por todo lo que alguna vez conocio, le pidio que confiase en el, cuando mas necesitaba alguien en quien confiar, y ella le siguio con el corazon, sin saber que poseia un secreto oscuro que podia apartarlos.

  • La chica que leia en el metro de Christine Feret-fleury

    https://gigalibros.com/la-chica-que-leia-en-el-metro.html

    Una fabula moderna sobre el amor por los libros y la vida. Una historia amable, llena de luz y optimismo, acompanada por las tiernas ilustraciones de Nuria Diaz.

  • Hotel de las Musas de Ann Kidd Taylor

    https://gigalibros.com/hotel-de-las-musas.html

    Entre palmeras y puestas de sol de postal, una maravillosa y fresca novela sobre un encantador hotel, amor, perdida y segundas oportunidades en la vida y en el mar.

  • La buena lluvia sabe cuando caer de Anchee Min

    https://gigalibros.com/la-buena-lluvia-sabe-cuando-caer.html

    Una joven consigue escapar de la China comunista de Mao con la ilusion de iniciar una nueva vida y cumplir el sueno de ser libre. Basada en una historia real.

  • Luz de Abril. Un viaje a la India. Un viaje hacia el amor de Clara Fuertes

    https://gigalibros.com/luz-de-abril-un-viaje-a-la-india-un-viaje-hacia-el-amor.html

    Dos mujeres.
    Un diario que habla de lo mas triste, el abandono.
    Un viaje a la India.
    El destino.
    Un viaje hacia el amor.

  • Apropiacion indebida de Lena Andersson

    https://gigalibros.com/apropiacion-indebida.html

    ?Somos nosotros mismos cuando nos enamoramos?

  • Ascension (Sabrina Strong 1) de Lorelei Bell

    https://gigalibros.com/ascension-sabrina-strong-1.html

    Sin un centavo tras la muerte de su padre, a Sabrina Strong no le entusiasma la idea de trabajar para la Asociacion Norteamericana de Vampiros.