• el testamento de magdalen blair pdf - Aleister Crowley

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    El testamento de Magdalen Blair fue publicado en forma de libro por Mandrake Press en septiembre de 1929. Dos de los tres relatos que lo componen, el que da titulo al volumen y <>, ya habian sido publicados en la revista The Equinox en 1912 y 1913, respectivamente. La maldicion que, al parecer, perseguia a Crowley le impidio ver distribuida la edicion en su totalidad, debido a la quiebra de la editorial. <> aborda la locura en una secuencia de codigos secretos y simbolicos, <> detalla un supuesto experimento cientifico en el que la telepatia llega al ambito de la materia misma; por ultimo, <> es un divertimento en el que el autor denuncia la mojigateria y la represion de la sociedad britanica. La obra retoma, pues, en clave de ficcion, algunos de los temas a los que Crowley dedico sus investigaciones --y sus practicas magicas--, manipulando habilmente los mas profundos terrores y las ocultas aspiraciones del ser humano.

  • EL TESTAMENTO DE MAGDALEN BLAIR de Aleister Crowley

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    sobre El Libro de la Ley (Book of the Law), el texto fué dictado a. Crowley por una inteli ... Aleister Crowley El Libro de Thoth.pdf.

  • El Testamento de Magdalen Blair - Aleister Crowley

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    El testamento de Magdalen Blair fue publicado en forma de libro por Mandrake ... un manual de iniciación en el que, a ejemplo de los libros sobre alquimia, ...

  • El testamento de Magdalen Blair de Aleister Crowley - Hola ...

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  • El testamento de Magdalen Blair - Libros De Mario

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  • Aleister Crowley - El Testamento de Magdalen Blair - Docer.com

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  • [ES] El Testamento de Magdalen Blair (Siruela) - QDOC.TIPS

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  • Vestida de Otono de Kate Dawson

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    Catherine Dowse, famosa disenadora de moda, tiene una vida intensa y ajetreada dirigiendo la empresa que fundo su madre. Cuando se cruza en la vida de un buscado criminal todo su mundo sufre un cataclismo. Vivir en la piel de otra persona no es algo para lo que su madre la hubiese preparado y tener que dejar atras todo lo que le es familiar no es facil. Pero su vida corre peligro y tiene que huir. Una huida que se convierte en un viaje hacia su verdadera identidad y que la ayudara a descubrir quien es realmente.

  • Caden 1 de Natalia Diaz

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    Todo nino nace total y rotundamente indefenso y es el deber de sus padres, protegerles de las inclemencias del mundo al que llegaron. Se puede argumentar que el mayor vinculo de amor y de proteccion es el de la madre a su hijo, pero desafortunadamente para Caden; ese vinculo nunca existio. Desde nino sufrio el rechazo de la sociedad y el de quien fuera su madre, quien lo mantuvo aislado y escondido la gran mayoria de su vida. Justo cuando Caden comenzaba a resignarse a pasar el resto de su existencia en sufrimiento; llega una persona que marcaria el resto de su vida. Ese “Angel”, como Caden lo veia, le hizo sentir amor y comprension; por primera vez en su miserable existencia sentia que alguien se preocupaba por el. A lo largo de su relacion con su “angel”; Caden descubrira que las apariencias enganan y que los peores y mas daninos demonios, suelen disfrazarse de angeles de luz.

  • Tu ley es mi condena de Alexandra Granados

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    “Matar a alguien es solo el principio. Quitarle la vida a una persona estando borracha es facil. Al principio no lo recuerdas. La culpabilidad te viene despues. Y cuando tratas de escapar y pasar desapercibida, vas y te enamoras de la persona menos indicada. !Un policia de Nottville! No puedo imaginarme mayor condena que enamorarme de un hombre que no es para mi, un hombre de la ley”
    Con las palabras de Elizabeth Stone, empieza la apasionante novela de Alexandra Granados. Una trama que te atrapara desde el principio, sumergiendote en una historia que hara que no puedas dejarla.

  • Un lugar sobre el arcoiris de Miguel De Leon

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    Una historia sobre el amor, sobre el paso del tiempo y sobre lo efimero de la felicidad.

  • !No lo hagas!: La organizadora de bodas de Vega Manhattan

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    Paige es una mujer de exito. Ser una de las mejores organizadoras de bodas de Manhattan no es algo que le haya caido del cielo.
    Despues de mucho tiempo, decide tomarse un descanso y volver a casa. Lo que Paige no puede imaginar es que sus vacaciones se complicaran cuando no solo tenga que trabajar, sino que su cliente es la ultima persona a la que quiere ver.
    ?Que hara cuando tenga delante al hombre que le partio el corazon y tenga que organizar la boda de el con otra?
    Una historia de corazones rotos que te hara cuestionartelo todo.

  • Comer para no morir, Michael Greger de Michael Greger

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    La gran mayoria de muertes prematuras podrian prevenirse con tan solo llevar a cabo sencillos cambios en la dieta y en el estilo de vida. En Comer para no morir, el doctor Michael Greger, experto en nutricion y medico de fama mundial, analiza las quince primeras causas de muerte (enfermedades cardiovasculares, distintos tipos de cancer, diabetes, enfermedad de Parkinson o hipertension arterial, entre otras) y explica como algunos cambios en la alimentacion y el estilo de vida pueden ser mas eficaces que las pastillas u otros tratamientos farmacologicos y quirurgicos, y de este modo vivir una vida mas saludable.

  • Jardines de la Luna de Lidia Craveiro

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    "Fines del siglo XVIII en Portugal, en la llanura alentejana. Isabel Rebelo, la segunda hija de un Senor de Mayorazgo, ingresa al convento por orden paterna para no tener que darle un dote. El derecho sucesorio a la herencia paterna incluye solo al primogenito varon y a Isabel le queda solamente el convento. Cinco anos mas tarde, se niega a hacer los votos definitivos y la madre superiora le indica un lugar de maestra en una casa senorial, sin el consentimiento de su padre. Al llegar al solar se encuentra con un Conde aun joven que desborda una virilidad que la vuelve loca. Isabel comienza un juego de seduccion y erotismo con Su Senoria, capaz de hacer enrubecer a la mas depravada de las meretrices.
    Pero ella tiene secretos que el Conde Manuel Alfonso de Barbosa desconoce y los problemas empiezan cuando el codicioso Senor de Mayorazgo, padre de Isabel, contrata a un gitano para encontrarla y extorsionar al Conde.
    Cuando la pasion y la lujuria dan lugar al amor, sus vidas comienzan a unirse y el Conde tiene que tomar una decision dificil para su vida. ?Parte hacia Brasil con su sobrina para cuidar las haciendas y se arriesga a perder a Isabel para siempre o se queda y asume la pasion que lo consume, enfrentando los miedos que lo persiguen hace anos? "

  • Ellas hablan de Miriam Toews

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    Durante anos, en la recondita colonia menonita de Molotschna, decenas de mujeres han sido sistematicamente drogadas y violadas mientras dormian. Despertaban doloridas y sangrando. La comunidad se empenaba en mantener que todo era producto de su absurda imaginacion, o quiza del demonio, que las castigaba por sus pecados. Los violadores, sin embargo, eran hombres de la propia colonia: tios, hermanos o vecinos que finalmente acabaron en prision pero que en apenas dos dias seran liberados bajo fianza y regresaran a casa. Ocho de esas mujeres que padecieron abusos y violaciones estan a punto de reunirse en secreto para tomar una decision que determinara su futuro. ?Que deben hacer? ?Perdonarlos, como pide el Pastor? ?Responder a la violencia con mas violencia? ?O marcharse para siempre?

  • Detras de una mascara de Kelly Dreams

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    Victoria Queen estaba acostumbrada a los tropiezos, a caer y volver a levantarse. La vida la habia ensenado desde una edad temprana que solo podria alcanzar lo que queria peleando y se habia tomado ese mantra al pie de la letra. Carismatica mujer de negocios y exitosa empresaria, mostraba al mundo la cara que querian ver, una mascara bajo la que se encontraba otra mujer, una que solo emergia en los momentos mas oscuros de la noche.

  • Cielo y Tierra (La isla de las Tres Hermanas 2), Nora Roberts de Nora Roberts

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  • El gran bazar del ferrocarril de Paul Theroux

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    La cronica de un viaje por Turquia, Extremo Oriente y Siberia, con el tren como lugar de encuentro, que inauguro un nuevo genero de literatura de viajes.

  • Todo lo que hay que saber sobre poesia de Elena Medel

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    ?Sabias que el soneto en castellano nace durante una conversacion entre dos embajadores? ?Que los franceses inventaron la poesia moderna europea en bares y hostales de mala muerte? ?Que una mujer excentrica, empenada en vestir de blanco durante los ultimos anos de su vida, cambio la poesia estadounidense sin apenas salir de su habitacion? Este libro nos acerca de forma entretenida y didactica todo lo que hay que saber sobre la poesia, explicandonos los secretos de los versos, la metrica o las formas, y tambien su historia, trufada de anecdotas curiosas que nos acercaran a un genero literario lleno --en todos los sentidos-- de vida.

  • Antes beso a un hobbit de Carla Crespo

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  • Mi ex y otros zombis de Kai Kalei

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    La vida de Ana transcurre felizmente a pesar de la invasion zombi que ha sufrido el planeta, hasta que su jefa la echa del trabajo y unos zombis okupas la echan de su apartamento. Entonces se ve obligada a volver a casa de su madre en un pueblo remoto. Una vez alli, los acontecimientos se suceden sin descanso:

  • Corre hasta el fin del mundo de Adrian J. Walker

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    Solo hay una forma de sobrevivir:

  • Con esto y un bizcocho de Amara Castro Cid

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    Con esto y un bizcocho es una novela positiva, actual, y que te atrapa desde las primeras paginas. Mariana regresa a su Vigo natal para recuperarse de las secuelas de un accidente. Su familia, su psicologo, su fisioterapeuta y sus amigas intentan ayudarla a reconciliarse consigo misma pero una llamada inesperada lo complicara todo. Los personajes secundarios, tambien con sus propios miedos e inseguridades, acompanaran a Mariana en este viaje de superacion. Sus historias se van narrando en paralelo y vienen a reforzar la idea central de la novela: no podemos cambiar el pasado pero si que podemos intentar verlo desde una perspectiva diferente. Superacion, amor, amistad y una pizca de intriga hacen que quieras saberlo todo sobre los Nogueira porque, poco a poco, te vas sintiendo como uno mas de la familia.

  • La revolucion cultural nazi de Johann Chapoutot

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    La <> era en un principio para el nacional socialismo la simple transcripcion de la naturaleza: reverenciar a los arboles y a los rios, reproducirse, alimentarse, pelear como los demas animales, defender unicamente la propia horda… La desnaturalizacion se produjo cuando los semitas se instalaron en Grecia, cuando la evangelizacion introdujo el judeocristianismo y cuando finalmente la Revolucion francesa termino de instaurar construcciones ideologicas absurdas (igualdad, compasion, abstraccion del derecho…). Para salvar la raza nordico-germanica habia que operar una <>, volver a encontrar el modo de ser de los antepasados y hacer que de nuevo coincidieran cultura y naturaleza. Recreando asi el derecho y la moral fue como el hombre germanico creyo poder actuar de conformidad con lo que exigia su supervivencia. Gracias a la reescritura del derecho y de la moral, golpear y matar se convertian en legal y moral. A traves de aspectos como la lectura del estoicismo y de Platon durante el III Reich, el uso de Kant y de su imperativo categorico o la recepcion del derecho romano en Alemania, Johann Chapoutot pone de manifiesto como se opero la reescritura de la historia de Occidente y por que canales llegaron tales ideas a los actores de los crimenes nazis.

  • Septiembre puede esperar de Susana Fortes

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    .El 8 de mayo de 1955 la escritora Emily J. Parker desaparece en Londres mientras la ciudad celebra el decimo aniversario del final de la II Guerra Mundial. Nunca mas vuelve a saberse nada de ella.

  • Tiempo de rosas de Eneida Wolf

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    Un siglo al que no pertenece.
    Un pasado que la atormenta.
    Un marques con demasiados misterios.
    Durante la boda de su prima, tras un pequeno incidente, Ana despierta en el mismo castillo pero con dos siglos de diferencia. Debera averiguar como ha podido viajar en el tiempo y lo mas importante, como volver.
    El marques dueno del sitio la acoge con demasiada buena voluntad y formulando pocas preguntas. Con pies de plomo para no cambiar la historia, se adentrara en el mundo de las conspiraciones y el poder para lograr sobrevivir.
    ?Seran suficiente sus conocimientos avanzados?
    ?Lo lograra sin wifi, helado y sus clases de yoga?

  • Subete a unos tacones y tu vida cambiara de Amber Lake

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    Marcia Gallardo, treintanera, licenciada en economicas, soltera y sin compromiso, necesitaba dar un cambio a su vida y este debia comenzar por transformar su aspecto. Estaba cansada de que la ningunearan en su trabajo, de que ningun hombre decente se fijara en ella y de que sus amigas la pusieran como ejemplo de lo que no se debe hacer para triunfar en la vida. Sin embargo, lo que la habia acabado de decidir era la posibilidad de perder su trabajo en las proximas semanas.
    La rivalidad con una companera, que tenia muchas posibilidades de llevarse el ascenso que ella merecia, exigia utilizar todas las armas a su alcance, incluyendo el seducir al nuevo jefe. Pero ?hasta donde estaria dispuesta a llegar?
    Cuando Andre Bassard, el hombre del que dependia su futuro, resulta ser diferente a lo que esperaba, Marcia ve peligrar sus planes. Resuelta a no dejarse vencer, piensa en variar de estrategia; algo que tambien conlleva ciertos riesgos. como enamorarse de el.

  • Una esposa para el highlander (Fuego y corazon 1) de Sonia Lopez Souto

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    La manana venia fria, propia de la epoca, pero ninguno de los presentes se quejaba, pues sabian que en breve no les preocuparia el tiempo. La batalla estaba frente a ellos, en una tensa espera, a que uno de los dos bandos avanzase hacia el otro. No hacia tanto los Ross habian vencido a los MacKay en una lucha pareja, donde el jefe de los ultimos habia sido asesinado de forma justa, pero aun asi ahora los MacKay buscaban venganza. Aquella era una disputa que nunca tendria fin, pues los hombres de las Highlands eran muy orgullosos y no admitian la derrota facilmente. -Hijo -el jefe de los Ross llamo a Conall-, algun dia sera tu turno para liderar a tu clan contra sus enemigos. No has de titubear jamas. El miedo es valido, nadie te dira que no lo sientas, pero nadie te apreciara si lo demuestras. Has de ocultarlo, disfrazarlo para que nadie sepa nunca que el jefe del clan es como los demas. Has de ser fuerte y leal, seguro de lo que haces y valiente hasta la admiracion. No dejes que nadie dirija tu vida o te diga como cuidar de tu pueblo. Solo tu sabes lo que es bueno para el clan, pues ese es el deber del jefe. ?Lo has entendido, hijo? -Si, padre -asintio el joven de dieciseis anos, tratando de aparentar una valentia de la que el mismo dudaba. Y sin embargo, no se echaria atras cuando la batalla se iniciase. Aquella era su primera batalla y queria demostrarle a su padre que podria hacerlo bien. Queria que el jefe del clan estuviese orgulloso de el, que supiese que seria un digno sucesor cuando llegase la hora de tomar el control. -?Que harias ahora? -senalo hacia los guerreros del otro clan, que esperaban una senal para iniciar la lucha. -Ellos han perdido a su jefe en el ultimo enfrentamiento -dijo, despues de pensar en ello-. Quieren venganza y, por tanto, deberiamos dejar que den el primer paso. -Porque nosotros no hemos hecho nada malo -sentencio su padre, con el pecho henchido de orgullo por aquella respuesta-. Solo nos defendemos. Y asi era como se justificaba la rivalidad entre clanes. Uno moria a manos del otro, pero nadie creia tener la culpa de lo que pasaba, pues en la guerra todo valia. La batalla empezo poco despues, cuando el nuevo jefe de los MacKay, un joven al que habian dejado sin padre de la forma mas inesperada, dio la senal. Y aunque poco antes habian perdido contra los Ross, en esta ocasion estaban mas preparados y pronto se noto en el campo de batalla. -Gavin -grito el jefe de los Ross por encima del ruido de la batalla-, ve con mi hijo y protegelo con tu vida. Si le pasa algo malo, tu sufriras las consecuencias. Cuando la pelea llego a sus puertas, creyeron que podrian ganar, como en el anterior enfrentamiento, pero parecia que el dolor de haber perdido a su jefe daba mas fuerza y determinacion a los MacKay, pues estaban acorralando a sus guerreros como si de un rebano de ovejas se tratase. -Saldra con vida de aqui, senor -le prometio el hombre, que veia como varios MacKay estaban cercando al hijo del jefe. Corrio a socorrerlo, seguro de que este cumpliria la amenaza si su hijo moria en la batalla. Era un lider justo, pero cuando se trataba del muchacho se volvia irracional, lo que lo hacia muy peligroso a ojos de Gavin-. Cuidado. Detras de ti, Conall. El joven guerrero esquivo por muy poco, una estocada a traicion. Parecia como si los MacKay quisiesen vengar a su jefe muerto matando al unico heredero de los Ross. No les garantizaba que el clan sucumbiese, pues para ganarse el puesto de jefe habia que demostrar que valias o nadie te seguiria, pero seria un duro golpe en ese momento. -Espalda con espalda, muchacho -le dijo despues, pegado a el. Durante largo tiempo lucharon asi, defendiendose el uno al otro, alejandose lentamente del fragor de la batalla. Si el joven queria quedarse, no lo dijo, aunque Gavin podia ver como su cuerpo se iba tensando a medida que veia lo que pretendia hacer. -Mi padre me necesita -dijo al fin, cuando ya estaban en el limite del campo de batalla-. Aqui no podre ayudarle. -Tu padre te quiere a salvo, muchacho -replico Gavin. -?Mientras nuestros hombres mueren? -se quejo el-. No es asi como debo dirigir el clan cuando releve a mi padre. El mismo me dijo no hace tanto que debo ser valiente y decidido para que me respeten. ?Que diria mi gente, o mi padre, si me ven huir del campo de batalla cuando todo se pone feo? ?Acaso mi vida vale mas que la de los demas solo por ser el hijo del jefe? Nadie me seguira si hago eso. -Si mueres hoy, no podras hacer nada -lo detuvo, cuando Conall hizo el amago de regresar a la batalla-, ni nadie te podra seguir en un futuro. En ocasiones, hay que... -Al menos, morire protegiendo a mi gente -se libero de su agarre y corrio hacia los hombres que habian cercado a varios Ross antes de que Gavin pudiese terminar lo que le estaba diciendo. No se refugiaria en la distancia, como un cobarde que teme enfrentar a la muerte. Lucharia, asi se encontrase con ella cara a cara. Demostraria que era un digno hijo de su padre. Aquella estaba resultando ser una lucha muy diferente a la que le habian relatado meses atras. Y su padre, seguro de que venceria de nuevo, habia decidido dejarle ir con el despues de insistirle, pero al parecer, estaba arrepentido de ello y por eso lo queria lejos de la contienda. Se sentia frustrado y decepcionado de que el hombre al que mas admiraba creyese que no seria capaz de luchar en iguales condiciones que el resto, pero le demostraria que podia hacerlo. Estaba decidido a ser el guerrero que su padre esperaba que fuese algun dia. -Conall -Gavin lo siguio al momento, pero no pudo parar al joven, que ya estaba metido en una lucha a muerte con un MacKay que le doblaba en tamano-. Tan terco como su padre. Sera un digno sucesor... si no lo matan antes. Acudio en su ayuda, y aunque la mano ejecutora fue la de Gavin, el merito se lo llevaria Conall por la astucia con la que se lo puso en bandeja. Despues de aquello, lucharon codo con codo, reduciendo las filas de MacKay. A pesar de la intensa lucha, a nadie le paso desapercibido que el joven estaba entre ellos, arriesgando su vida por salvar a su clan. Y aunque no lo habia hecho por eso, su audacia le hacia mas merecedor de ser el jefe cuando llegase la hora de que su padre se retirase. De repente, alguien grito a lo lejos y poco a poco la lucha se fue deteniendo. No porque hubiese un claro vencedor, sino porque el clan MacKay habia sido vengado, y los Ross empezaban a pedir la retirada, ahora que su jefe estaba mortalmente herido. -Vamos, muchacho -Gavin tiro de Conall, que parecia ido. Habia escuchado el aviso de que su padre estaba herido y solo podia pensar en buscarlo, aun a riesgo de su propia vida, pero Gavin no se lo permitio. Si el jefe del clan moria finalmente, Conall seria el sucesor mas evidente, asi que debia asegurar su supervivencia ahora mas que nunca. La huida del campo de batalla fue facil, pues los MacKay no los persiguieron, pero el regreso a casa resulto duro y doloroso, viendo como la vitalidad del jefe se apagaba por momentos. Muchos temian que no llegase vivo a su casa y otros simplemente se negaban a pensar en lo peor. -Muchacho -Gavin se acerco a Conall durante la vigilia del segundo dia-, tu padre desea hablar contigo. Yo te relevo en la vigilancia, ve con el ahora. Conall se levanto de mala gana, pues sabia que sucederia a continuacion y lo temia casi tanto como habia deseado conseguirlo cuando era tan solo un nino. Se habia estado preparando para ello toda su vida, pero no se sentia tan merecedor ahora que estaba a punto de pasar. -La humildad es una buena cualidad -le decia a menudo su padre-, pero la valentia y el liderazgo lo son mas. No olvides ser clemente con aquellos que te daran luego su lealtad, pero se implacable con los que te traicionaran a cada rato. Los consejos de su padre siempre eran tan genericos, que temia no saber ponerlos en practica, llegado el momento. Se habia ido quedando con las palabras mas importantes: humildad, clemencia, valentia, liderazgo... y esperaba que su instinto fuese suficiente para saber cuando ejercerlas todas ellas. -Padre -lo llamo al ver que tenia los ojos cerrados. -Conall -la mirada febril de su padre le atraveso hasta el alma-, hijo mio. Me temo que no vere el amanecer de un nuevo dia. -No digas eso, padre. Eres fuerte -lo regano-, aguantaras. Llegaremos muy pronto a nuestro hogar y Edna curara tus heridas. -Ya he vivido para verte convertido en un hombre -le dijo con orgullo en la voz-, no me importa partir ahora de este mundo, sabiendo que seras un gran lider tambien. -Todavia tengo mucho que aprender, padre -insistio. -Lo unico que te falta ahora es la experiencia, hijo, y esa solo se consigue siendo el jefe -una gorjeante tos acudio a el, interrumpiendolo. Cuando se repuso, sujeto la mano de Conall para que le prestase atencion-. Recuerda que el clan siempre ha de ser lo mas importante. No dejes que caiga en desgracia. Pase lo que pase, lucha por y para el. No lo abandones nunca. -Lo hare, padre -prometio-. La gloria del clan continuara en lo mas alto, pero tu todavia tienes que... -Me muero, Conall -lo interrumpio- y no hay nada que se pueda hacer. -Estamos llegando a casa, padre. Edna podra... -No -lo detuvo una vez mas-, de esta no salgo ya, hijo, no importa lo que haga. Un guerrero sabe cuando ha llegado su hora y esta es la mia. Pero no has de estar triste, pues te he preparado bien y sabras estar a la altura. -No quiero estar a la altura todavia, padre -se negaba a dejarlo ir de una forma totalmente egoista. No se sentia preparado para lo que se avecinaba. Habia esperado ser mas mayor cuando el peso del liderazgo recayese sobre sus hombros, pero las circunstancias eran otras y odiaba mas que nunca, ser el hijo del jefe. No queria lidiar con la perdida de su padre, al mismo tiempo que con conservar la direccion del clan, pues sabia que muchos intentarian hacerse con ella, a pesar de todo. -?Crees que yo estaba mas preparado en su momento para asumir el mando del clan? Tu abuelo ni siquiera se molesto en explicarme como funcionaba la politica entre clanes o como debia dirigirme al rey. El solo se preocupo de convertirme en el mejor guerrero, pues solo creia en el poder de la espada. Yo te he dado todas las herramientas, hijo, es el momento de que las uses. Asegura la existencia del clan primero, y luego ya lidiaras con el rey. No dejes que los MacKay se apoderen de lo que es nuestro. Nada importa ahora mas que acabar con las muertes. Deben saber que los Ross no somos unos cobardes y que, hagan lo que hagan, no podran destruirnos. -Lo sabran, padre -le prometio. El guerrero cerro los ojos un momento y dejo salir el aire de sus pulmones en un suspiro profundo. Conall espero a que los abriese de nuevo para continuar hablando, pero solo cuando noto que no respiraba comprendio que no lo haria. Su padre habia muerto. Por un momento permanecio junto a el, temeroso de no ser capaz de cumplir con lo que se esperaba de un jefe de clan. Le temblaban las manos y las lagrimas amenazaban con escapar a su control. No queria parecer un nino ante todos, pero no podia sentirse de otro modo despues de la muerte de su padre. Cuando consiguio tranquilizarse, se levanto y cuadro los hombros. -Mi padre ha muerto -anuncio a todos en voz alta-. Nos vamos a casa. Hay que darle una sepultura decente, digna del gran jefe que ha sido para todos nosotros. No me veo digno de ocupar su lugar, pero hare lo imposible por serlo y por defender a los nuestros de cualquier enemigo que se presente ante nuestras puertas. Una vez repuestos de las bajas, mi padre sera vengado. Esto no quedara asi. Los vitores y aplausos irrumpieron en la tranquilidad del claro en el que se habian apostado y Conall penso que, tal vez, aquello no fuese tan mal, que podria ser un buen jefe para su clan. Al menos lo intentaria, guiado por todos los consejos que su padre le habia dado a lo largo de los anos en su joven vida. En cuestion de minutos, la compania estaba preparada y continuaron su camino. El jefe habia sido amortajado por sus hombres para que soportase el viaje, pero se dieron tanta prisa como les fue posible para que el tiempo no le ajase el cuerpo y fuese inservible para mostrarlo a todo su pueblo en su ultimo adios, como dictaba la tradicion. -Apenas quedan unas millas para llegar -le informo Gavin a Conall-. Tal vez deberia adelantarse alguien para... -No -lo interrumpio-. Yo sere quien lo anuncie. No quiero que mi madre lo sepa por ningun otro. -?No crees que lo sabra cuando no lo vea llegar al frente de su ejercito? Deberias prevenirla para que no llore ante el pueblo cuando lo... -Si llora sera porque amaba a mi padre -lo freno de nuevo -. El pueblo lo entendera y se congraciara con ella. Gavin no dijo nada mas al ver el enfado del joven, pero se sintio arder por dentro de rabia. Siempre habia estado al lado del jefe del clan, aconsejandolo y siendo su segundo al mando, y habia esperado conservar el puesto despues de que este claudicase a favor de su hijo, pero temia que al joven no le atrajese la idea, despues de como le habia rebatido cada una de sus ideas. Decidio guardar silencio y esperar a que estuviesen solos para abordar el tema. No permitiria que un hombre mas joven le robase un puesto que se habia ganado con sudor y sangre. La entrada a la fortaleza no se parecia a lo que Conall se habia imaginado cuando partieron a la guerra. No habia flores a su paso, ni saludos euforicos; no habia aplausos ni gritos de emocion; solo un silencio sepulcral y tension en el ambiente. Podia escuchar los murmullos a su alrededor por ser el quien encabezaba la marcha, o tal vez era solo su mente la que lo percibia, preocupado porque no fuese aceptado como nuevo jefe. Aunque era el heredero, otros se podian presentar para el puesto igualmente y tendria que vencerlos en una lucha cuerpo a cuerpo. Si su padre estuviese vivo y claudicase en su favor, habria sido muy diferente, pues nadie podria cuestionar al jefe, pero habia muerto y le faltaria su respaldo. Tendria que ganarselo. -Hijo mio -su madre se acerco a el, tan entera como pudo fingir, y lo abrazo, para susurrarle-. Debemos hablar en privado cuanto antes. No era habitual que una mujer se inmiscuyese en asuntos politicos, pero su padre siempre habia buscado el consejo de su esposa, por lo que Conall no rechazaria su ayuda, ahora que mas la necesitaba. Sin embargo, no permitiria que gobernase sus acciones por completo pues eso solo lo haria parecer mas debil. Debia encontrar un equilibrio. -Lo haremos, madre -le prometio, antes de dirigirse a su pueblo-. Mi padre, vuestro jefe, ha muerto en batalla. Ha sido un gran lider y un mejor guerrero, si cabe. Se que lo honrareis en su memoria y pronto le daremos, juntos, un adios que se recordara a traves de los tiempos. Ha llegado su momento de descansar y se ira con todos los honores. El pueblo aclamo sus palabras con gestos, pues la pena les podia. Un gran lider se habia ido, dejandolos huerfanos al igual que a su unico hijo. La incertidumbre ganaba ahora, pues aunque muchos esperaban que Conall fuese el jefe, sabian que muchos otros querrian reclamar el puesto. Y no habia nada tan malo como las luchas internas para que un clan acabase en la ruina. -Hijo -Innes Ross miro hacia Conall con ojos preocupados, ahora que estaban solos-, tu padre ha muerto sin pasarte el mando oficialmente y tienes que afianzar tu derecho a la sucesion cuanto antes. Intentaran arrebatartelo y... -Ahora es mas importante enterrar a padre -la detuvo-. Ya me preocupare de eso despues. -No, hijo -tiro de su brazo para que le prestase atencion-. Es lo primordial. Usaran el tiempo de luto para... -Ya basta, madre -grito, molesto por su insistencia, pero mas todavia porque sabia que tenia razon. Y aun asi, no se la queria dar porque necesitaba tiempo para asimilar lo que estaba pasando-. Respetaran el luto porque, si no lo hacen, el pueblo no los aceptara, asi que dejalo estar. -Yo puedo ocuparme de todo -le rogo-, mientras hablas con los hombres en busca de su apoyo. -No hare politica mientras el cuerpo de mi padre todavia se esta enfriando, madre. -La politica se debe hacer siempre, hijo -le replico. -?No tienes corazon? ?Acaso no te duele su muerte? -Mi corazon esta roto en mil pedazos -Innes se permitio dejar ir una solitaria lagrima-, pero si pierdes el clan, sera peor, hijo. Una madre no puede dejar de serlo jamas. -No perdere nada, madre -la tomo de las manos con mas calma, ahora que veia cuanto sufria-. Te prometo que voy a ser elegido por el pueblo. No te preocupes mas por eso. Innes acepto lo que su hijo decia y deseo que estuviese en lo cierto, porque de no ser asi, lo perderian todo. Podrian volver a su clan, pero no serian nadie importante en el, no tendrian privilegios mas alla de ser la hermana y sobrino del jefe. Innes estaba acostumbrada a dirigir la casa, a dar ordenes a mucha gente, y no queria abandonar aquello, si no era a favor de la esposa de su hijo. Esposa que todavia no tenia porque no era mas que un nino, aunque Conall se empenase en hacerle creer que ya era un hombre por haber sobrevivido a su primera batalla real. Se propuso hablar con los hombres mas influyentes de los Ross para que jurasen apoyar a Conall cuando llegase el momento de votar, pero se esconderia de el. Lo que no se podia permitir ahora era despertar la ira de su hijo, pues se veria con malos ojos y lo perjudicaria a la hora de elegir un nuevo jefe. Debia ser discreta para que, llegado el dia, nadie dudase de que Conall era el hombre ideal para ser el lider del clan Ross.

  • La batalla por el paraiso de Naomi Klein

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    Entre los escombros del huracan Maria, los puertorriquenos y los <> multimillonarios estan atrapados en una batalla campal para decidir como reconstruir la isla. En esta vital y asombrosa investigacion, Naomi Klein revela como las fuerzas de las politicas del shock y del capitalismo del desastre buscan minar la vision radical y resiliente de una recuperacion justa.

  • Tristeza de los citricos de Liliana Blum

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    Sabado al fin. Lucia se levanto de la cama con ese pensamiento y una sonrisa. Las ensonaciones que acumulo en su mente durante todos los otros dias iban a tomar forma al fin. La semana habia sido eterna. Asi eran todas desde que conocio a Marcelo. Camino por el pasillo rumbo a la cocina, moviendo un poco las caderas al ritmo de una musiquita dentro de su cabeza. La casa olia a encierro: abrio la ventana que daba al patio y el jardin. Se habria fijado en el polvo acumulado en el alfeizar, pero algo mas capturo su atencion. Una de las macetas parecia haber sufrido un ataque con granada: sus entranas de tierra expuestas, fragmentos de planta y trozos de barro yacian dispersos por los adoquines. No eran ni las ocho de la manana. Sin pensar, su dedo indice fue a posarse sobre el lagrimal para quitarse una lagana: tardo unos segundos en procesar la totalidad de la escena. No era muy buena para la jardineria, pero intentaba mantener vivas las plantas en las macetas mas bonitas que podia encontrar: un ama de casa se valora por la limpieza de su hogar, el cuidado de su jardin y el buen cuerpo a pesar de los hijos. Por la brutalidad de la imagen no habia advertido en primera instancia al Capitan Capibara, pero el grito de Eloisa la arranco de tajo de aquella mezcla de indignacion e incredulidad ante el destino de las violas. Se sorprendio por encontrar a su hija alli. ?Por que le afectaba a ella la tragedia de aquella planta si la unica preocupacion de la nina a esa hora era ver Discovery Kids? Aquello era tragedia para senoras de cierta edad. Su abuela solia decir que una maceta rota en la manana era presagio de un mal dia que solo empeoraria a medida que corrieran las horas. Pero Lucia no era supersticiosa, sino pragmatica. Aquello solo significaba mas trabajo para ella. Las caritas formadas por las motas de los petalos regadas entre la tierra contribuian a dar el efecto de una masacre. Cerro los parpados y se convencio a si misma de que ese accidente no podia arruinar su sabado: nada que no pudiera resolverse con una visita al vivero, una escoba y un recogedor. El sabado era el mejor dia. Algo tan nimio como eso no cambiaria sus planes. Abrio los ojos y percibio el cadaver del cobayo. Extendido tras una tortuga de barro que albergaba a las dalias, con la cabeza destrozada por detras, parecia llevar una corona de cuajos de cerebro y sangre. Comprendio al fin el grito de su hija que, aullando, tiraba con fuerza de su ropa, como si quisiera castigarla a ella por la muerte de su mascota. ?Le daria tiempo a limpiar aquello antes de su cita? II Un, dos, tres, cuatro... y cinco. Lucia conto despacio, con parsimonia, antes de cortar el chorro del aceite y poner el sarten sobre la flama. Vertio todo un tramo de chorizo hasta verlo expulsar su propia grasa rojiza sobre el teflon. Luego de unos minutos, cuando el aroma inundo la cocina, fue rompiendo uno a uno los cinco huevos para incorporarlos. El desayuno tan bellamente dispuesto frente a el provoco en Cesar esa expresion de gula que ella conocia muy bien: un vaso con medio litro de jugo de naranja, una taza de cafe con leche, cinco tortillas de harina y los huevos con chorizo, brillantes como charol. Lucia lo miro engullir aquello desde la puerta de la cocina. El doctor le habia prohibido grasas, azucares y alcohol, ademas de haberle ordenado una vida menos sedentaria. Prediabetico, hipertenso, con mas placa en las arterias que un hombre del doble de su edad, el candidato ideal para un infarto. Pero su marido no daba indicios de entender los riesgos de ignorar las recomendaciones medicas. ?Por que, entonces, le habia preparado Lucia aquel desayuno? Era obvio: no lo queria y le daba igual lo que le pasara; aun mas, si se moria pronto por comer asi, mejor. No. No era cierto. Lo hizo porque lo amaba tanto que no podia negarle nada, porque lo respetaba y sabia que era un adulto capaz de tomar sus propias decisiones, y no queria actuar como si fuera su madre. Regreso a la cocina. El reloj con silueta de cafetera de la pared parecia estatico. Se volvio a sentir como en la primaria, contando los minutos para salir de clase. Comenzo a preparar un huevo estrellado y sirvio un vaso de leche con chocolate para Eloisa. Cuando escucho la voz de Cesar, estaba a punto de ponerle unos ojitos de catsup a la yema. --?Por que esta llorando la nina? Lucia enderezo la espalda y respiro hondo para controlarse: le crispaba que Cesar se refiriera asi a su hija, sobre todo porque Eloisa estaba sentada frente a el en la mesa. ?No podia preguntarle? Desde la barra de la cocina, ella grito como si estuviera muy lejos: --Elo, dile a tu papa que paso. Lucia termino de pintarle una boca a la cara amarilla y decoro las orillas con picos rojos para simular un sol. Le puso un popote al vaso y contemplo su obra: podrian decir lo que fuera de ella, pero nunca descuidaba a su hija. Al contrario, detalles como este hacian que Eloisa diera grititos de alegria y se colgara de su cuello para decirle que era la mejor mama del mundo. Pero hoy el esfuerzo se veria neutralizado por la muerte del roedor vegetariano que la esclavizaba obligandola a cortar dos veces al dia trozos de apio, zanahoria y lechuga para alimentarlo. --Mataron al Capitan Capibara, papi. La voz de Eloisa se quebro; la nina sorbio mocos y luego uso el dorso de la mano para limpiarse. Lucia entro en ese momento y puso el huevo-sol frente a su hija. Cesar hizo contacto visual con ella, esa expresion patetica de perfecto inutil, como siempre que no sabia como actuar con Eloisa. Con el paso de los anos, ambos habian llegado a perfeccionar aquella comunicacion no verbal hasta llegar a niveles insospechados: incluso a veces podian mandarse al carajo con un simple gesto, o incluso un suspiro con la fuerza adecuada. Se acerco para recoger la taza vacia de su marido y le susurro: --El cuyo --luego, en voz mas fuerte--: voy a traerte mas cafe. --?Que le paso al cuyo, mija? --pregunto el con falsa seguridad. --Tenia la cabeza toda explotada por atras. --La nina se cubrio la cara con las manos y se solto a llorar--. Solo tenia su carita... Lucia contuvo el aliento por unos segundos haciendo acopio de paciencia. Tras descubrir el cadaver, le habia tomado casi media hora hacer que su hija dejara de llorar y ahora estaba chillando otra vez. ?Podria volver a calmar a Eloisa y aun asi llegar a tiempo a su cita? --?La cabeza, dices? --Cesar introdujo un tenedor lleno de huevo en la boca y ella rogo a los cielos que no continuara hablando mientras masticaba. ?Pero cuando han escuchado los santos las plegarias de una esposa?--. Si le arranco la cabeza, entonces fue un cacomixtle --dio un trago a jugo de naranja--. No hay duda. El hombre masticaba y discurria al mismo tiempo sobre los habitos depredadores de esos animales. El ruido de la comida triturada, la saliva haciendo su parte en el proceso de deglucion y la mandibula moviendose obligaron a Lucia a recoger rapido algunos trastes usados y volver a la cocina en busca de refugio. Era repugnante. Quisiera pensar que si de novios lo hubiera visto hacer algo asi, jamas se habria casado con el. ?Estaba ciega? ?O a partir de cierto tiempo a el dejaron de importarle los modales? Al menos Eloisa ya habia dejado de llorar y escuchaba con interes la informacion sobre el asesino del Capitan Capibara. Lucia abrio el grifo para lavar los trastes. Mezclada con el sonido del agua, llegaba a sus oidos la voz de su marido describiendo el modus operandi de los cacomixtles. El olor a huevo del sarten le provoco nauseas y tuvo que verter un chorro de cloro en gel en el recipiente del jabon. Eso arruinaria la suavidad de sus manos; tendria que usar una buena crema para revertir el efecto. Era sabado y necesitaba que su tacto fuera el mas terso del mundo. III Consulto su telefono: faltaba una hora para el inicio de su primera clase. La de reposteria habia sido recomendacion de su mama y la de natacion, de la suegra. El camino al corazon de un hombre es a traves del estomago, habia dicho su madre, una de las mujeres mas ingenuas que Lucia conocia. Tal vez por eso creia que usar refranes populares era el mejor vehiculo para transmitir la sabiduria. Como las parabolas de Jesus a sus discipulos, decia con una mano en la cintura y la otra tocando el crucifijo que pendia de su cuello. Parecia una taza: una taza muy devota. La suegra, en cambio, abatida por la obesidad y la diabetes, era menos religiosa y mucho mas pragmatica. Una tarde, durante una comida familiar, se habia acercado a su nuera para apretarle con el indice y el pulgar una lonja sobre la cintura. <>. Lucia la contemplo como si no creyera lo que habia oido: ?como se atrevia a decirle algo asi, ella, que parecia una ballena? Entonces, como si fuera psiquica, la suegra agrego: <>. Luego exhalo: se agitaba por cualquier movimiento, hasta por hablar. El papa de Cesar no volvio a tocarme desde que me puse asi. Lucia habia comenzado a apilar los trastes para llevarlos al fregadero. La senora la seguia del comedor a la cocina, esperando una reaccion, pero ella apreto los labios y tenso la quijada en directa proporcion a como se sentia ofendida. <>. En ese instante, las dos hicieron contacto visual. Sus ojos parecian decir: sabes a lo que me refiero. Metio en su maleta deportiva traje de bano, gorra, toalla, goggles, y un estuche en donde guardaba el champu, jabon, desodorante, crema corporal y perfume, luego puso su delantal y una cofia en una bolsa de plastico que guardo junto con lo demas. Frente al espejo, sumio el vientre. Eloisa se quedaria en casa con Cesar un rato, pero mas tarde el la dejaria con alguna de las abuelas, que se peleaban por cuidar a la unica nieta en ambas familias. Los sabados por la tarde el jugaba futbol con sus amigos. Aunque aquello sonaba como una actividad atletica, en realidad se trataba de un partido en el que todos los jugadores, panzones y con calcetines que les cubrian las pantorrillas, se quedaban parados lanzandose pases mediocres con la pelota. Si alguno llegaba a correr, era solo por unos diez o veinte metros antes de parar y encorvarse para recuperar el aliento con las manos apoyadas en las rodillas. Media hora despues llegaban a la conclusion de que ya habian hecho suficiente ejercicio y buscaban una sombra, abrian la hielera y sacaban las cervezas. En el hipotetico caso de que alguno hubiera llegado a quemar alguna caloria, la recuperacion del partido los hacia volver a su casa mas gordos que al salir a la cancha. Pero eso si: la culpa habia sido de Lucia y sus kilos de mas por el embarazo; sus estrias y la grasa extra en su cuerpo habian provocado que Cesar le fuera infiel. Como si las gallinas fueran responsables de que las degollaran por tener plumas. Era estupido. No tenia logica. Y sin embargo, esa habia sido su excusa. Termino de quitarse la ropa y la arrojo con fuerza al cesto de mimbre en el bano. Desnuda, tomo la crema depilatoria y se agacho para untarla en sus piernas. Un olor quimico y punzante impregno sus pulmones. Esta sustancia no podia ser buena, pero no tenia tiempo ya de depilarse con cera caliente. Eloisa asomo su cabecita por la puerta del bano: --Mami, ?vamos a comprar otro cuyo? Doblada hacia el frente y con las manos embadurnadas de blanco, Lucia tuvo una vista privilegiada de las lonjas de su vientre y de sus pechos colgantes. Penso en las perras callejeras. Se irguio de inmediato y succiono aire antes de enfrentarse con el espejo para comprobar que aquella imagen era reversible con tal solo cambiar de posicion. Estoy hecha una vaca, penso. No hablo en voz alta porque la psicologa de la escuela les habia advertido que los comentarios vengativos sobre el cuerpo moldeaban las mentes de las ninas. Un futuro de anorexia, bulimia y frustracion perpetua las esperaba si escuchaban a sus madres denostar sus propias figuras. --Vamos a ver, mi amor. --El reloj indicaba que ya habian pasado los tres minutos requeridos. Tomo el rastrillo sin filo para remover la crema--. Si va a andar libre en el jardin como el otro, lo va a matar tambien ese animal. --Se llama cacomixtle. --Habia un cierto aire de superioridad en la vocecita de su hija. Le fascinaba poder corregir a su madre--. Pero puede vivir en una jaula. --Eso, el cacomixtle. --Lucia enjuago el rastrillo en el lavabo y vio caer grumos de crema y vellos negros--. Si lo ponemos en una jaula se va a morir de tristeza. Eloisa puso cara de compungida, como siempre que estaba a punto de hacer un berrinche. Maravilloso. ?Por que no podia ir a importunar al papa que no estaba haciendo nada? Su marido le habia sido infiel con la asistente del contador que llevaba las cuentas de su microempresa. El idiota habia cerrado la ventana del navegador, pero sin salir de su cuenta de correo electronico, una direccion que Lucia desconocia. A la hora en que se sento a revisar sus mensajes en la computadora familiar, se encontro con la bandeja abierta y una carta no leida. Era una carta de amor cursi y con pesima ortografia. Cuando Cesar regreso del trabajo hubo gritos e incluso algunos ridiculos punetazos que lanzo Lucia y que el neutralizo sin problema tomandola de las munecas. Mientras montaba su escena, Cesar se defendia diciendo que no era su culpa que ella hubiera perdido interes en el sexo y que lo tuviera abandonado, ocupada a tiempo completo con la bebe. Eso, sin mencionar lo mucho que habia engordado durante el embarazo. --Elo, no llores. A lo mejor compramos un gatito. --Se acerco a la nina y le acomodo el cabello detras de las orejas--. O tal vez un cachorro que no vaya a crecer mucho. La carita infantil se ilumino con aquellas palabras y Lucia no pudo dejar de experimentar un estrujamiento en el corazon, un dolor bueno, tierno. Si por atender a esta criatura el cerdo de su esposo habia corrido a los brazos de esa puta, bien habia valido la pena. Con el tiempo, la terapia, la inercia y las intervenciones de su madre y suegra, que terminaron enterandose, el matrimonio se habia repuesto de aquel <>. La infidelidad habia sido un episodio del pasado, como aquella vez que la lavadora se descompuso o ella olvido sacar un pollo del horno y la cocina quedo apestando a quemado durante dias. Pero no habian dado los pasos necesarios para resolver el problema de fondo. Solo lo guardaron al fondo del closet, como los regalos que no gustan pero no se pueden reciclar. Lucia no lo perdonaria nunca. --?De veras, mami? --Si --Lucia se puso un sosten que le aumentaba el busto un par de tallas y que la hacia parecer una paloma golona. Analizo su cuerpo desde varios angulos y se puso perfume en la y griega que se le formaba entre los pechos rebosantes--. Aunque papa no quiera. IV Lo que Lucia tenia con Marcelo era sexual. Tras conocerse, nunca se habian visto fuera del motel: jamas habian compartido una comida o ido al cine. No conocian a ningun miembro de sus respectivas familias y nunca irian juntos al supermercado. Ella no le traeria a la cama un remedio para la gripa ni el la veria recien levantada y sin maquillaje. Ningun futuro. Solo sexo. Marcelo la hacia sentir ligera, sin peso, radiante incluso, como una medusa que flota en el oceano y no piensa nada porque no tiene cerebro. Al volver a casa tras estar con el, Lucia permanecia varias horas suspendida en esa ingravidez deliciosa, como cuando de nina patinaba durante horas y al quitarse los patines tardaba en adaptar de nuevo sus pies al piso. Encendio la luz: siempre la sorprendia la distribucion de los muebles, que podia variar de un cuarto a otro; el kit de condon, champu, jabon y pastillas de menta sobre el lavabo; la regadera de paredes transparentes, visible desde la cama. El aroma a productos quimicos queria enmascarar los olores sexuales de las parejas que habian estado alli, pero a ella le parecia que mas bien los exaltaba. Marcelo bajo la hielera del carro; saco una cerveza para el y una bebida preparada de lata para Lucia. Si las rutinas de su vida domestica le resultaban tediosas, las que habia desarrollado con su amante la prendian: quedarse de ver cerca de la escuela de reposteria, dejar su carro alli y subir al de Marcelo, que la esperaba sonriente, oliendo a locion Calvin Klein y con una cara que la hacia sentir como si ella fuera lo mejor que le habia sucedido en toda la semana, manejar hasta el motel en las afueras de la ciudad, ponerse una gorra deportiva y lentes oscuros antes de entrar. Luego sexo por el tiempo exacto de sus clases de reposteria y natacion juntas, y regresar a casa banada, como si hubiese nadado. Pocas veces hablaban de camino al motel: apenas sobre el clima, si Marcelo habia tenido que esperarla mucho tiempo, la falta de fluidez en el trafico. Aunque el conocia la situacion de Lucia y la existencia de una hija (la cicatriz de la cesarea y las estrias eran imposibles de pasar por alto), no sabia detalles de su vida. Ya en el cuarto, el intercambio de palabras entre ambos se reducia a peticiones especificas o a indicativos de que algo iba bien. Entre ellos habia sexo y nada mas. Ese era el proposito del oasis. Lucia dejo la bolsa sobre el tocador y acepto la bebida que Marcelo le puso en la mano. Sentados muy cerca uno del otro, en la orilla de la cama, bebieron en silencio sin quitarse los ojos de encima. Necesitaban tiempo para pasar de sus respectivos mundos a este privado, como el pez angel que hace un ano le habia comprado a Eloisa. Segun el empleado de la tienda de mascotas, era necesario ponerlo en la bolsa de agua dentro de la pecera de la casa, y abrirla poco a poco. <>. Asi con ella: requeria un periodo para que su cerebro, pero sobre todo su cuerpo, supiera que ahora estaba con Marcelo. Al terminar su margarita, Lucia se sintio aclimatada al olor de Marcelo, a la textura de su piel. Se desvistieron sin ayudarse y se acercaron para cerciorarse de la realidad del cuerpo ajeno. Se besaron despacio al principio, pero a medida que se adentraban uno en el otro, sintio la urgencia de besarlo mas rapido y de modo casi violento, como necesitara devorarlo. Estaba acostumbrada a gritar muy fuerte cuando cada particula de su ser se estremecia con lo que ella solo podia definir como felicidad. Esta vez no pudo: ya estaba cerca, pero perdio el impulso a mitad del camino, igual que un jabon que se resbala entre las manos. Cambiaron de posicion varias veces y por fin fingio su orgasmo. ?Para que alargar el tormento? Poco despues, Marcelo se convulsiono debajo de ella con ese ruido animal y viril que a Lucia le parecia el sonido mas hermoso del planeta, pero que hoy estaba manchado de rencor. El si, pero ella no. Se dejo caer de espaldas sobre la cama, brazos y piernas extendidos como una estrella de mar, la vulva humedecida. El ambiente impregnado de su propio olor marino, del sudor de los dos, de semen, oscilaba sobre ellos como el Espiritu Santo en el libro de catecismo de su hija. Lucia giro la cabeza hacia Marcelo, que ostentaba ese gesto de agradecimiento y satisfaccion que tienen los hombres despues de eyacular. Cuando lo vio por primera vez, nunca imagino que terminaria asi con el, esperando a que el ritmo cardiaco se les normalizara y el sudor se secara en la piel mientras el cansancio del orgasmo les recorria cada fibra de sus musculos. Movio la mano hasta tocar la de Marcelo: entrelazaron los dedos y ella cerro los ojos. Se habian conocido en un negocio de insumos para oficinas y escuelas. Lucia hacia fila para sacar fotocopias; el revisaba unos mapas sobre el mostrador perpendicular a ella. ?Arquitecto? Marcelo la sorprendio mirandolo y le sonrio. Sin duda soltero. Tenia aun ese aire de osadia y ligereza de espiritu que nunca sobrevive a los primeros anos de matrimonio. Ella se sonrojo: hacia anos que no coqueteaba, anos tambien sin que un hombre la mirara asi. Al levantar la cara para darle al empleado el cuaderno con las recetas de la abuela para fotocopiar, se dio cuenta de que el seguia mirandola. Sin mas la invito a un cafe. ?Que encontro en sus ojos que intuia la posibilidad de que ella aceptara? ?O era algo que hacia con todas? No importaba. Habia aceptado de inmediato, sintiendo un calor intenso que la recorria completa. Era como una de esas comedias romanticas: se emocionaba a una distancia segura. Pero de pronto se habia convertido en el personaje principal, sentada en un cafecito con decoracion retro y frente a un hombre mucho mas joven que ella. Contra todos los consejos maternos y de revistas femeninas, tuvo sexo con el en la primera cita, si es que a eso se le podia llamar cita. Si se habia vuelto un personaje de pelicula cursi, una mujer que en realidad no era ella, ?que mas daba? La noche despues de haber estado con Marcelo por primera vez, Lucia paso por todos los estados posibles: feliz, angustiada, feliz, arrepentida, feliz, entusiasmada, feliz, avergonzada, feliz, con ganas de repetir. ?Pensaria el que era una puta que hacia eso con cualquiera? Tras varias vueltas sobre el colchon habia decidido que no importaba: nadie, salvo ellos, lo sabria. Ademas, si no la tomaba en serio, era irrelevante: ella ya estaba casada. ?No era ese el unico proposito de ser tomada en serio? Lucia se coloco a horcajadas sobre las caderas de el y le regalo la vista de su cuerpo entero. Coloco sus palmas abiertas sobre el pecho y jugo con esos vellos oscuros y gruesos. Quiso iniciar el sexo otra vez, pero no pudo. El deseo la habia abandonado y se sentia sin fuerzas, como un juguete sin baterias. El la jalo hacia si para besarla: ella correspondio sin ganas y fue evidente para los dos. --?Que pasa? Quien sabe si fuera el dia del mes (faltaba una semana para su periodo), o si en verdad la escena del cuyo la habia afectado mas de lo que pensaba, pero la tristeza ensombrecio su cara. Nunca habia sido buena para ocultar sus estados de animo: su desolacion era evidente. No hubiera querido contaminar este espacio, lo que sea que Marcelo y ella tenian, con el tedio de su otra vida, con sus problemas de ropa sucia, las fechas limites de pago, comidas balanceadas o como limpiar un dibujo con crayola de las paredes. Pero ante la pregunta de Marcelo, su cerebro no tuvo mas opcion que contarle lo que habia pasado esa manana: la maceta, el cuyo, el llanto de Eloisa, la actitud desesperante de Cesar, la culpa que la embargaba por haberse reunido con el cuando su hija se habia puesto tan mal. --?Que es un cuyo? Lucia puso los ojos en blanco por un segundo. ?Que pasaba con el vocabulario de los jovenes de hoy? --Es lo mismo que un conejillo de indias --intento que su voz no adquiriera el tono didactico que usaba con su hija. Marcelo tenia cara de no entender--. Los animalitos que usan en los laboratorios para experimentar... Tampoco. Los roedores no estaban en el repertorio de conocimientos de su amante. Iba a agregar que los cuyos eran un platillo muy apreciado en Peru, pero el ya estaba tocandole las tetas y no era precisamente agradable. --Basta --tomo las munecas de Marcelo--. No me estas escuchando. Vio la expresion de su amante: impaciencia, fastidio. Queria sexo y ella estaba hablando de sus sentimientos. Un parpadeo. El deseo de Marcelo de estar en cualquier otra parte. Quizas con una mujer de su propia edad, con preocupaciones de chica joven y sin hijos. Un segundo, pero alli estaba, era evidente. ?Lo habia arruinado todo? Un silencio incomodo se concentro en el aire, como la humedad pesada antes de una tormenta. Marcelo se puso de pie y comenzo a vestirse. --Quede de llevar a mi hermana al centro comercial. Tal vez la maternidad la habia vuelto mas sensible para detectar las mentiras, pero esta era la primera vez que Marcelo mentia y era tan estruendoso como un vaso que se estrella contra piso. Lucia sintio un malestar que se extendia por su cuerpo. Fingio consultar la hora en su celular y dijo que tambien debia irse. Se metio a banar y mojo su traje de bano en la regadera. Seco su cuerpo con la toalla que habia traido de su casa. Una puesta en escena para beneficio de su estabilidad conyugal.

  • Un episodio nacional de Carlos Mayoral

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    El conocido periodista cultural Carlos Mayoral, especialista en la literatura decimononica espanola, recupera en su primera novela un episodio poco conocido de nuestro pasado literario: los amores secretos entre dos de las principales figuras de nuestra narrativa, Benito Perez Galdos y Emilia Pardo Bazan.

  • Una segunda oportunidad a tu lado de Sophie Saint Rose

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    Rachel Mitchell parecia que lo tenia todo en la vida. Triunfaba en su profesion y estaba a punto de casarse. Ni se imaginaba que tendria que huir de los Angeles por la presion de la presa para esconderse en Montana. Y tampoco se imaginaba que tendria que compartir vivienda con un chiflado que solo deseaba que se fuera. Pero esas pequenas vacaciones le deparaban muchas sorpresas, y sobre todo la hicieron desear una nueva vida... Pero a su lado.

  • Con sabor a vainilla de Lucia M

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    Lucia es una mujer de cuarenta y dos anos que, despues de casi veinte anos de matrimonio, se divorcia y descubre que las relaciones ya no son como ella las recuerda.
    Natalia, una amiga que nunca ha dejado de estar en el mercado, decide por ella que dos anos sin relaciones desde su ruptura, ya son suficientes, y con la excusa de un juego, le presenta a Cash.

  • Temor a la Verdad de Mary Higgins Clark

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    Cuando el negocio de muebles antiguos de imitacion que fundo su abuelo queda totalmente destruido a causa de una misteriosa explosion, Hannah Connelly se convierte en el pilar de la familia. Su hermana Kate sigue en coma tras haber logrado escapar de las llamas, y su padre parece todavia mas abatido, desconcertado y dependiente del alcohol de lo que lo ha estado en los ultimos tiempos. Pero la pregunta que urge contestar es: ?que hacia Kate en el lugar del accidente, de madrugada y acompanada de Gus Schmidt, un antiguo empleado <> contra su voluntad hace cinco anos? Las pesquisas de la policia apuntan claramente a un incendio provocado, el tipico siniestro en el que el propietario de un negocio en decadencia trata de sacar provecho a la desesperada. Mientras Kate se debate entre la vida y la muerte, Hannah, empenada en averiguar la verdad, no tardara en comprender que hay alguien decidido a que su hermana no recupere la consciencia.

  • Al infinito de Rita Black

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  • El legado del diamante de Andrea Kane

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    Puede un diamante arruinar la vida de toda una familia? Asi lo cree Slayde Huntley, conde de Pembourne. La joya que consiguio su tatarabuelo le ha traido una fortuna muy considerable, pero tambien un legado de muertes violentas, incluidas las de sus propios padres. Ahora el diamante ha sido robado, mediante un ardid que ha costado la vida al padre de una joven inocente,A un buen hombre cuya unica culpa fue poseer el barco que los criminales necesitaban. Slayde se siente responsable de la chica y cuida de ella, y descubre pronto que puede ser una buena aliada; despues de todo, ambos tienen el objetivo comun de descubrir quien esta detras del robo del Diamante Negro. Sin embargo, mientras pasan los dias, un sentimiento nuevo y desconocido comienza a surgir entre ellos. Puede ser el amor mas fuerte que la venganza? Slayde comienza a pensar que quiza sea esta la unica forma de acabar con la maldicion de la joya.

  • La oscura cara del exito de Aurora Fuertes

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    La vida para Natascha no es facil en su ciudad natal. Corren los anos 70 en una pequena poblacion de la Union Sovietica; y la imposibilidad de prosperar y alcanzar sus suenos, junto a la mala relacion mantenida con sus padres, le obligara a tomar la decision de abandonar su hogar. Con muchas ilusiones, escaso equipaje e incertidumbre por un futuro incierto, viajara a Moscu buscando alojamiento en casa de su amiga de la infancia, que la acogera sin dudarlo.
    Pero en la capital, no todo sera facil; sentira como esos suenos, se desvaneceran en los diferentes empleos, a los que le tocara recurrir para subsistir. Lo que ella desconoce, es que esta situacion no sera por mucho tiempo. Jean, un atractivo y adinerado cazatalentos parisino, se fijara en ella. Fascinado por la joven, la ofrecera algo que ella no podra rechazar: conseguir lo que tanto desea.
    Pronto su vida cambiara radicalmente. ?Sera entonces, Natascha, capaz de asimilar el giro inesperado que el destino le tenia reservado? ?Sera lo suficientemente astuta, para ver mas alla de las apariencias que de pronto la rodean?

  • Las maldiciones de Claudia Pineiro

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    Una novela certera, conmovedora y actual, que pone el foco en las perversiones de los gobernantes, pero que tambien les hace lugar a las historias de lealtad y amor mas verdaderas.

  • Sigue lloviendo de Alice Kellen

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    Se me disparan las pulsaciones en cuanto la veo. Es ella. Siempre ha sido ella. Y esta ahi sentada, con esa actitud serena que se esfuerza por proyectar ante los demas. Tiene las manos cruzadas sobre la mesa y la cabeza ligeramente inclinada hacia delante, de modo que algunos mechones de cabello enmarcan su rostro ovalado. Me fijo en la piel suave de su cuello, en la curvatura de sus hombros... --Por favor, Senor Ojeda, pase por aqui y ocupe uno de los asientos. Trago saliva e intento parecer mas seguro de lo que me siento. Camino hasta el centro del impersonal despacho, le tiendo la mano a su abogado y me acomodo frente a ella. Levanta la vista. Nuestras miradas se entrelazan, se enredan en una sola y no se si voy a ser capaz de deshacer ese nudo. Quiero seguir atado a ella, a esos ojos. --Sara... --comienzo a decir, pero no se como seguir y su nombre se pierde en mis labios. Noto la boca espesa. A pesar de ser media tarde, aun me duran los efectos del alcohol y la desolacion de la pasada noche; un par de aspirinas no pueden enmascarar las emociones que me acechan. --Por lo que veo, sigue pensando que no necesita un abogado --dice el hombre dirigiendose a mi. Lleva el nudo de la corbata mal hecho y no deja de toquetear con sus gruesos dedos el boton superior de la americana que viste. --Como asegure en su momento, no, no lo necesito. Hace unas semanas ya acordamos por telefono que ella se quedaria con el apartamento y la mitad del dinero. --Exacto. Y mi clienta deberia abonarle el valor proporcional de la mitad el piso. El revisa algunos papeles que ha dejado sobre la mesa llevandose un dedo a los labios cada vez que pasa una hoja. --No, no quiero --declaro. Veo que Sara presiona los labios. --Es lo justo --interviene su abogado. --No me importa. --Victor, no discutas. Hagamoslo por la via facil. Me estremezco al oir finalmente su voz, despues de tantos meses, despues de tanta ausencia... Llena la habitacion. Me llena a mi. --Quiero que te quedes el piso. Y no me debes nada --insisto. Su abogado nos mira alternativamente mientras permanecemos sumidos en un silencio tenso, retandonos con la mirada. --Los papeles ya estan preparados --aclara ella--. Firmalos, por favor. Suspiro ante ese ruego. Quiero complacerla, de verdad que si... pero no puedo. No asi. Sin embargo, la conozco lo suficiente como para saber que no cedera, no lo hara. Pero solo pienso en que no puedo dejarla sola, tan fragil, tan lejos de ser ella misma. Ojala pudiese entrar en su mente y manejar todas sus ideas a mi antojo; eliminar el sufrimiento, colorear las zonas grises, reparar lo que se ha roto... porque ese es el unico modo de arreglar tambien todo lo malo que hay en mi. --Terminemos ahora con esto -- susurra. El dolor sigue ahi, en sus ojos verdosos. Puedo verlo. Tambien me fijo en las ojeras que ensombrecen su mirada y en la piel de su rostro, mas palida y apagada de lo normal. Tiempo atras, Sara siempre fue capaz de representar una obra de teatro diaria para cualquier persona que se cruzase en su camino. Todos los que la rodeaban eran meros espectadores. Todos, menos yo. A mi siempre me dejo ver la verdad, los entresijos de su mente, los miedos que la comprimian. Me gustaba todo de ella. Lo bueno y lo malo. Todo. --Dame algo a cambio --digo. El abogado tose, incomodo por la atipica situacion, pero antes de que pueda inmiscuirse, Sara habla: --?Que es lo que quieres? --Una cena. Una despedida.

  • Sola en bici de Cristina Spinola

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    UN VIAJE QUE DEMUESTRA LA FUERZA QUE TODOS LLEVAMOS DENTRO

    En el Salvador me atracaron dos hombres con un machete, pero no me robaron la bicicleta, que es lo importante”. Asi empieza este libro.

  • Asesinato Cronologico de Ainhoa Aragones Vazquez

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    !Tok, tok! --Pase. --Senor, quisiera que viera estos informes. En ellos revelan con seguridad, de que se trata de un asesino en serie. --Pero bueno, ?es posible que siga con esa tonteria? Ya le he dicho, que son casos aislados y no tienen relacion unos con otros. Ocupese de casos reales y no pierda el tiempo con esto. --No lo hago, ya que lo investigo en mi tiempo libre. --Pues que vida mas insulsa tiene si la dedica a tonterias. --Podria dedicarle a mi vida privada mas tiempo, si aqui hariamos las cosas como se tienen que hacer. --A usted lo que le molesta, es que no le dieran mi puesto. --Esta muy equivocado, ya que me lo ofrecieron hace dos anos antes que a usted y lo rechace. --Pues ahora a apechugar con lo que hay. Las ordenes, las doy yo. --Se esta cargando la comisaria. No se da cuenta de nada. Es un majadero. --Queda suspendido, hasta que me de la gana. --De eso nada. Dimito. Y dando un portazo, se dirigio a su mesa y comenzo a recoger sus cosas. Los companeros al verle le preguntaron que sucedia. --Estoy harto de que nos de ordenes un incompetente. Nosotros resolvemos los casos siguiendo nuestro instinto, ya que el carece de ello. !Encima, se lleva el merito! --Pero, ?a donde vas? No puedes irte. El ano pasado se fue Anderson. ?Y ahora que? ?Te vas tu? No vamos a quedar nadie. --Pues a ver si de este modo, los de altos cargos se dan cuenta de la equivocacion que cometieron al nombrarle jefe. --!Eh, Amanda! ?Has colocado las camisas en la estanteria y has hecho el inventario de los fulares? --Si y si. Mandona. ?Algo mas desea su Majestad? --Nada mas subordinada, puedes seguir con tus quehaceres. --Muchas gracias. Ja, ja, ja !Oye! ?Que tal van los estudios de tu hija? ?Aprobo con la nota que necesitaba para entrar? --Si. Con un nueve y medio. Se exige demasiado a si misma. --Bueno, en su justa medida esta bien. --Tu lo has dicho, en su justa medida, pero ella quiere ser la mejor para llegar a conseguir sus objetivos. --!Madre mia! ?Ha querido ser siempre criminologa? Va a tener que estudiar mucho. --Siempre lo ha tenido muy claro, desde pequena. --Pues nada, a ver que tal resulta. Dale recuerdos de mi parte. Hara como un ano que no la he visto. --Se lo dire. --En fin, voy a atender a ese cliente, a ver que necesita !Disculpe caballero! ?Puedo ayudarle en algo? El hombre se dio media vuelta, se miraron fijamente unos segundos y dijo: --Te necesito. Y se fue sin mediar ninguna palabra mas. --?Que queria? --Nada. Se habia equivocado de seccion. Oye, me voy a merendar. --Vale ve, que te lo has merecido. --Eres muy graciosilla. Hasta luego. Amanda se dirigio a la oficina de la Jefa de Personal. Llamo y entro. --Disculpe, pero tengo que coger una excedencia por motivos personales. --?Es muy grave? --No se hasta que grado lo es. Pero, no tiene buena pinta. En cuanto salio de la oficina, se cambio de ropa, se recogio el pelo con una coleta e hizo una llamada telefonica. --Hola, buenos dias. ?Podria ponerme con el Capitan Peterson, por favor? --Lo siento, pero ya no trabaja aqui. Se jubilo hace dos anos. Puede hablar con el que le sustituye... el Capitan Carter. --No gracias. No es importante. Adios. --<>. Y dando un volantazo se dirigio hacia su casa. Recogio algo de ropa y se fue al aeropuerto. Varias horas despues, cuando llego, se monto en un taxi. Al llegar a su destino, toco a la puerta y salio un senor con aspecto cansado, aparentaba ser mas mayor de lo que ya era. --!Amanda! ?Que haces aqui? --Bill, ?que demonios esta pasando? ?No dijiste que nunca dejarias el trabajo? --Las cosas han cambiado y mucho. Practicamente me obligaron a jubilarme. Ahora, todo se rige por politica. Pero, pasa por favor. ?Quieres tomar algo? --No gracias. Algo esta pasando, Florian vino a verme al trabajo. --Pues si ha ido a verte despues de dos anos sin veros, algo muy gordo tiene que haber pasado. ?Sigues con tus anos sabaticos? ?Que es de tu vida? --Pues trabajo en una boutique. !No pongas esa cara! Queria cambiar radicalmente de trabajo y de ciudad. Y asi lo hice. --Lo puedes jurar. ?Cual va a ser tu siguiente paso? --Pues investigar. Ire a la comisaria y me incorporare. --Tenme al corriente. --Como siempre, Capitan. Dicho y hecho. Lo primero que hizo fue ir a un hotel para registrarse y despues, se dirigio hacia la comisaria. Mientras iba de camino, le venia a la memoria los anos atras cuando estuvo alli. Fueron buenos tiempos. Al llegar, echo un vistazo a la estancia y estaba todo igual como lo recordaba, incluso el olor a cafe recien hecho pero, percibio que las cosas habian cambiado. Le dejaron entrar para poder hablar con el Capitan Carter, que la esperaba despues de que ella pasara por la oficina de contratacion y darse de alta. --?Mandi? ?Eres tu? --Si Alfred, tampoco he cambiado mucho. Un par de kilos me acompanan pero no es para tanto. --?Que par de kilos ni que nada? Estas estupenda. Ven y dame un par de besos. --?Que tal estais? --Lo llevamos. !Que alegria me das! ?Que miras? No busques que no encontraras a tu companero. Dimitio. --?Que hizo que? Me lo cargo. ?Tim y Teresa? --Tim pidio el traslado hace un ano, y Teresa, seis meses despues de irte tu. Ademas, tenemos un Capitan... --Si, ya he oido hablar de el. ?Por que dimitio? --Incompatibilidades. En unos dias me entenderas perfectamente. De repente, alguien le dio una palmadita en el trasero. Se volvio sin dar credito a lo sucedido. --Mira tio, conservas la mano porque no se me ha ocurrido pensar que hubiera alguien tan estupido para hacer lo que tu has hecho. Espero que hayas disfrutado, ya que no habra una segunda vez. --?Me desafias? --Es una advertencia. En ese momento el Capitan la llamo. Entro y a los diez minutos, salio. --?Que tal Mandi? --Pues ya ves. Me ha dado la bienvenida y todos estos informes pendientes. Pero no me importa, me gusta hacerlo, ya lo sabes. Tengo mucha paciencia. --Te va a hacer falta. Pasados unos dias... --Siento que este con tanto papeleo, mientras sus companeros entran en accion dia tras dia. --!Uy! No se preocupe Capitan. Tengo el titulo de administrativa y estoy como pez en el agua. Ademas, asi puedo observar como funciona esta nueva comisaria que desconozco. --Pues si hubiera sabido que le gusta el papeleo, desde el primer dia le habria puesto entonces a investigar. --?Disculpe? --Para empezar, esta noche voy a enviarle a una mision. --?De que se trata? --Se van a reunir con unos tipos a los que tienen que convencer de que los contrate a usted y a su acompanante, para hacer un trabajo. Tienen que venderse bien, decirles por ejemplo, que son los mejores para hacerlo. Ellos les diran que hacer. --?Con quien voy? ?Cual es mi papel? --Ira con el agente Rodolfo. Es bueno. Dejelo hablar a el. No tiene que hacer nada, solo aparentar ser su pareja. !Ah!, y vaya sexy. En dos horas aqui. --?Sexy? ?Rodolfo el pulpo? Vamos hombre, no me fastidie. ?Sabe usted que estamos en el S. XXI? Creo que es algo misogino. --?Misog... que? --Busquelo en el diccionario. !Ah perdon!, que no sabra hacerlo... busquelo en el Google. A las dos horas... --?En serio? ?No podrias haberte puesto algo mas sexy? --?No crees que esta sexy? A ver, que lleva unos vaqueros cenidos, una cazadora negra, camiseta blanca, botas negras, el pelo suelto y ondulado... !Uauuu! --Gracias Alfred, eres un cielo. Lo que sucede, es que a Rodolfo le hubiera gustado una mini falda con medias de rejilla, ?verdad? Aprovecho para decirte que no te pases. Las manos quietecitas, el culo esta prohibido, mano a la cintura solamente... --Hare lo que me plazca. --Pues atente a las consecuencias. --Ala venga, que nos esperan. Se fueron a un poligono a las afueras de la ciudad. Salieron del coche y se dirigieron hacia una farola que desprendia una luz tenue. --Chsss esa manita tuya que no se vaya mas hacia abajo. Se pararon y Rodolfo se puso detras de ella. La cogio de la cintura y comenzo a lamerle el cuello mientras ella intentaba que hubiera algo de espacio entre los dos. --?Interrumpimos? Aparecieron dos sombras de la nada. --No, no, es que mi chica y yo queremos... pero bueno... ?Que tenemos que hacer? Los negocios antes que el placer. --?Quieres estarte quieto? --Creo que ya estaremos en otra ocasion, no sois como esperabamos. Queremos especialistas y no un sobon con su...querida. --!Esperen! No soy su querida. Yo soy la que buscan. --?Que dices carino? --le dijo mientras intentaba retorcerle el brazo hacia atras. Le dio un pisoton, el se inclino hacia delante, le solto el brazo y con el otro le propino un golpe en la nariz que le empezo a salir sangre a borbotones. --?Que significa esto? --dijeron los desconocidos. --Esto significa, que este tio es un "supuesto actor" muy malo. No me sirves. Lo contrate para que se hiciera pasar por mi pareja y socio, pero como han visto, es solo un sobon. --?Y por que hizo eso? --Porque mi pareja tiene un negocio y esto lo hacemos por hobby. Se suponia que era venir aqui, aceptar por si nos interesaba e irnos y asi, no hacia falta que viniera. Contrate a... este para que se hiciera pasar por el pero no ha sido capaz de hacerlo. Dejenlo que se vaya. --!No! Vamos a ir los cuatro a ver a su amigo. Entraron en el coche. Ella de copiloto y su "companero" atras con el otro individuo. Les dirigio a una discoteca muy concurrida llamada "Infierno". --No nos van a dejar pasar. Solo dejan a personas selectivas. Se dice del dueno que es un tipo extrano. ?Esta dentro su pareja? --Eso espero. Es el dueno de la discoteca. El de seguridad les dejo entrar al verla a ella. El recinto era muy amplio. En cuanto entrabas, hallabas una pista grande para bailar, varias barras para consumir bebidas y los banos. Subiendo las escaleras de caracol, habia otra pista algo mas pequena, otras dos barras y varias mesas para poder conversar. Todo estaba oscuro, solo se iluminaba por varias luces de colores intermitentes. El unico sitio en el que las luces eran estaticas, era al fondo de las pistas. Alli habia un sillon en forma de media luna en el que se podria sentar al menos diez personas y solo se hallaba un hombre, que a cada lado de el habia una chica. Amanda se dirigio con paso firme y decidido hacia donde el estaba. Se le planto delante y este la miro fijamente. Chasqueo los dedos y las chicas se fueron yendo. El se levanto sin dejar de mirarla. Ella le susurro: --Besame, por favor. Estoy infiltrada. El le cogio del cuello con las dos manos y la beso. Fue profundo y tierno. --No tienes porque pedirmelo. Ella se sento con el a su lado. --?Quienes son ustedes? --Pues estos hombres querian contratarnos. No quise molestarte y pacte con este individuo para que se hiciera pasar por ti, pero ha suspendido.

  • Alguien inesperado de Eva P. Valencia

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    <>, Colin Wilde.

  • El llanto de un violin de Elisa Mayo

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    ?Que vas a encontrar en este libro? En estas paginas hay pequenas historias de amor, humor, intriga, erotismo, magia, dolor, esperanza y, sobre todo, realidad. Escritas con un lenguaje sencillo y directo acompanado de ironia y sarcasmo. En todas ellas encontraras mensajes de vida, ?te atreves a descubrirlos?

  • Doma, lucha de sumision de Mamba Negra

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    Danielle visita todos los dias la cafeteria que hay en frente de las oficinas de su trabajo y ahi esta el; Jared. Un seductor camarero que no ha podido evitar que llame su atencion.
    Quiere jugar con el, someterlo, hacer de el un esclavo sexual con el que disfrutar. Sin embargo, ?Jared sera capaz de someterse?
    Dos dominantes comenzaran una guerra por el poder y traspasaran barreras en las que sus sentimientos se veran involucrados.
    Danielle y Jared. Dos Amos respetados en el mundo del BDSM.
    ?Quien ganara la batalla?
    Y lo mas importante, ?podran dejar el juego una vez iniciado?
    Descubrelo en DOMA.
    Arde de placer con esta intensa historia llena de erotismo, BDSM, y por supuesto, romance.
    No apto para corazones debiles.

  • Lugar equivocado, momento justo (Bourbon Street Boys 2) de Elle Casey

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  • Golpeate el corazon de Amelie Nothomb

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    Marie, joven belleza de provincias, despierta admiracion, se sabe deseada, disfruta siendo el centro de atencion y se deja cortejar por el galan mas guapo de su entorno. Pero un embarazo imprevisto y una boda precipitada cortan en seco sus devaneos juveniles, y cuando nace su hija Diane vierte sobre ella toda su frialdad, envidia y celos. Diane crecera marcada por la carencia de afecto maternal e intentando comprender los motivos de la cruel actitud de su madre hacia ella.

  • Gold and diamonds, Eli Jane Foste de Eli Jane Foster

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  • Los memorables de Lidia Jorge

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    Ana Maria, periodista portuguesa, regresa a su pais a realizar un documental sobre uno de los procesos mas marcantes de Portugal: la Revolucion de los claveles. Vuelve a casa de su padre, quien tambien fuera periodista, y encuentra la foto de un grupo de revolucionarios -un militar, un cocinero, poetas y diversos personajes- inmortalizados en una imagen tomada poco tiempo despues del acontecimiento. Sus integrantes representan una oportunidad periodistica original, a partir de ellos podra narrarse el episodio fundacional de la democracia portuguesa y, mas aun, recordarlo con fuentes primarias; pero aun asi, las maneras de evocarlo, treinta anos despues, son diferentes, conforman un rompecabezas emocional y mnemotecnico que se contradice y complementa a la vez. Asi, la identidad constitutiva del pais esta atravesada por la memoria de cada protagonista. Al leer esta obra es inevitable pensar en las palabras de Lidia Jorge: “la literatura lava con lagrimas ardientes los ojos de la historia”.

  • El arte de la fuga de Vicente Valero

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    En verdad ninguno de los frailes apinados en aquella celdilla fria y oscura consiguio ver que el alma saliera de su boca, solo puntos amarillos de saliva expulsados de la lengua llagada, cuando el estertor se transformo en un suspiro ultimo, negro como el crujido de un alamo en la noche de invierno. Asi pues, pensaron todos entonces, el alma de los santos enamorados tambien era invisible; es decir, que se escurria como cualquier otra entre los labios resecos, casi azules, sin ser vista ni oida, para buscar inmediatamente despues, ansiosa, la frente ungida con los oleos y poder de esta manera tomar impulso hacia lo mas alto, deslizarse por fin hacia una paz definitiva. Hubieran dado todo cuanto poseian --aunque esto es, por supuesto, solo un decir, pues nada poseian aquellos pobres rezadores-- por contemplar el cuerpo moreno y entregado de la Amada, incluso sospechando que aquel deseo pudiera ser impuro, como tantos otros deseos del hombre, si bien las sagradas escrituras nada decian sobre aquel asunto. Pero Juan acababa de morir, se trataba ya de un hecho indiscutible, y en aquella covacha desnuda ni los descalzos de Ubeda ni aquellos otros llegados de Baeza y La Penuela habian conseguido vislumbrar el vuelo ultimo del alma, aunque Dios ya andaba por todas partes en aquella hora nocturna, nadie podia dudarlo, Dios era un olor bendito que emanaba de la carne podrida y de sus vapores todavia calidos, una luz humeda, casi irrespirable. Hacinados e inquietos, aquellos hombres flacos y devotos de la Virgen del Carmen se habian asomado a la boca del moribundo con la esperanza de ver. Alli buscaron, con los ojos bien abiertos, emocionados, unidos en el mirar, un ultimo rescoldo, una sombra palpitante, la mariposa de la fe. El poeta, el santo, el mistico, aquel fraile distraido y un poco loco --?cual de todos ellos era entonces o a cual se le esperaba mas alla de la vida y la muerte?-- se habia consumido entre estertores, despues de haber escuchado una vez mas las preciosas margaritas de Salomon, el canto perfecto del amor perfecto, y sus ojos empezaban a divisar una oscuridad nueva, todas las llagas de su cuerpo ardian como antorchas en la noche --?a que esperaba entonces el Amado?--, mientras los frailes besaban sus manos y sus pies, esperaban la salida fulgurante de la esposa. Dejaremos dicho aqui para empezar que durante aquel largo otono andaluz del ano 1591 hubo sol y hubo tormentas, despues de los ultimos sudores empezaron a caer las hojas de los arboles, llego por fin un dia la nieve a las cimas serranas, el cielo se lleno de nubes grises. Nadie sabe como seran sus ultimos dias, si hara frio o calor, si llovera y los rios inundaran calles y sembrados, si habra sequia y enfermaran los animales, o si la luz del sol, como una mano de madre imperecedera, acariciara una a una todas las palabras de la despedida. Puede que Juan supiera, sin embargo, cuando escogio Ubeda y no quiso ir a Baeza ni a Linares, como le suplicaron los frailes campesinos de La Penuela --aquel lugar silvestre donde comenzaron sus heridas--, que en su morir habria cielos de otono cada vez mas frios y solitarios, como los que su alma deseaba, pero el abrazo tambien de los hermanos descalzos y la fe no menos calida de los vecinos que nada sabian de el, que nunca habian oido hablar de sus canciones, y que su cuerpo imploraba tal vez como el de un nino desamparado. Durante aquellos casi ochenta dias ultimos que paso Juan en el convento ubetense, las noches fueron haciendose cada vez mas largas y oscuras, como el dolor de la carne y la soledad del sacrificio, pero no por ello la dulzura del otono estuvo ausente en aquella celdilla con su plenitud de estacion profunda y generosa. Asi, durante aquellos dias, hubo pajaros tambien en la ciudad, estorninos y petirrojos, grullas de paso, zorzales y codornices. Hubo un repetido runrun de aguas sobre las piedras de las murallas y de las iglesias, que Juan podia oir tendido en su camastro, tal vez con cierto placer, o al menos con el alivio que la lluvia concede siempre a los sedientos, y un viento que soplaba y batia las ramas de chopos y naranjos. Pudo beber el zumo rojo de la granada, morder la carne amarga del membrillo. Y por el estrecho ventanuco es posible que entraran alguna vez tambien el aroma de los limoneros y la rafaga candente del relampago. Que al padre Crisostomo, prior del convento, no le viniera nadie con monsergas de milagros ni de versos, el era un hombre de pulpito y de tratados gruesos. No habia visto nunca a un santo, pero si a muchos extraviados que se decian poetas, incluso a algunos herejes alumbrados que habian merecido el castigo riguroso pero justo de Roma. Lo mejor era hablar poco con el enfermo y, a ser posible, que nadie supiera que estaba alli con ellos. No era este prior, a decir verdad, un hombre envidioso, pero si un fraile asustadizo, cumplidor y obediente, que maldecia la hora en la que a Juan se le habia ocurrido ir a morirse a su convento. Cuando lo vio llegar, aquel anochecer caluroso de septiembre, a lomos de un burro fatigado, ya se temio lo peor. Y lo peor era entonces solamente que aquel hombre a quien su propia orden habia perseguido, encarcelado y ahora tambien desterrado, cuyas cartas habian sembrado las clausuras de palabras dudosas y de sofocos misticos, llegara ahora a Ubeda para repartir rimas y milagros. Se prometio entonces a si mismo, mientras Juan se bajaba con dificultad del pollino, que no se lo permitiria y, sobre todo, que no se dejaria enganar por el, por su habito raido y sucio, por su ya celebre jerigonza de nadas y desiertos, y menos aun por sus jaculatorias contra incendios y tormentas. Que habia venido a buscar exactamente el perseguido, sin embargo, lo sabria el prior muy pronto, cuando Juan cayo desmayado en la puerta del convento, con sus llagas y sus calenturas, porque aquella debilidad tan cierta --con aquel rostro suplicante y famelico, con aquel temblor de piernas-- le dio a entender que el enfermo lo habia elegido precisamente a el para que guiara su alma por el sendero ultimo de la noche y se compadeciera de su cuerpo en los dolores terribles, y con ello tal vez para ser seducido tambien, oh Virgen piadosa, por aquellas metricas italianas del demonio. Para los hermanos aquellas heridas inmensas y aquel morir en la celda mas oscura del convento pronto se transformaron en pura alegria, una gracia especial del Amado, la musica presentida y tantas veces solicitada. Se lloraba por los pasillos y, a hurtadillas del prior, cantaban las canciones de Juan, se abrazaban y se besaban; la felicidad era entonces aquello, un ir y venir entre lagrimas incontenibles, traer las vendas limpias y dar a lavar las sucias, lamer las sucias por el camino, llevarse a la boca el pus, la sangre negra, la saliva del poeta, agradecerle a Dios aquellos liquidos, aquel enfermo unico. Una y otra vez por los pasillos se oian las canciones del alma y el esposo, que tan bien se sabian todos, aprendidas en otros conventos lugubres --tan oscuros y frios como aquella mazmorra toledana donde habian sido compuestas casi quince anos atras--, dichas y repetidas muchas veces, calladas tambien otras muchas, segun soplara el viento de la regla o del prior, favorable u hostil a la musica amatoria y al cantor de Avila, pero siempre luminosas en el corazon secreto de los humildes. Ah, el coro de descalzos, voces olvidadas por el mundo, rezadores de la vieja ciudad de Ubeda: Bartolome de San Basilio, dulce y generoso, antiguo discipulo de Juan; Alonso de la Madre de Dios, inteligente y agradecido, lector de salmos y profecias; Bernardo de la Virgen, hermano lego, de dia y de noche a los pies del moribundo, siempre el perro mas fiel; Diego Pablo de Jesus, modesto y pequeno como un jilguero de la vega, bondadoso; Pedro de San Jose, mundano y alegre como un vino nuevo de aldea. Coro insospechado de servidores, adoradores de llagas putrefactas, moscas benditas. Todo empezo en aquel solitario retiro de La Penuela, lleno de olivos y de vinas, entre ermitanos labradores, adonde Juan habia llegado a principios de agosto, en plena canicula, para cumplir nuevo destierro, sin oficio, solo como un descalzo mas. La brisa de Sierra Morena invadia todas las mananas aquellas celdillas blancas con su olor a tomillo y a encinar humedo, con su musica de currucas tempraneras. Una docena de hermanos barbudos y penitentes regaban las coles en silencio, sembraban el ajo y la cebolla, o recogian la aceituna. Habia en aquel lugar tan puro una alegria de uva andaluza y de amor a la Virgen, unos cielos azules sobre los roquedales altos, una fe felicisima. Por fin el poeta que amaba las soledades y la luz podia tambien gozar de ellas, despues de tantos anos de disputas capitulares y de vicarias nomadas, despues de interminables andaduras. Por fin el fraile que amaba la obediencia podia tambien gozar de ella como un imberbe novicio castellano. Se dijo despues que, en aquellos dias soleados, iba a rezar todas las tardes junto a una vieja fuente de montana, rodeada de laureles y lentiscos, por donde saltaban las liebres, susurraban las tortolas y vigilaban los cernicalos. De rodillas y con las manos unidas en el pecho, como era habitual en el, aspirando siempre a lo mas alto, a veces levitaba, esto tambien se dijo despues. De su boca brotaba entonces la palabra como el agua de la fuente, fresca y natural, transparente y solitaria. Era Juan en La Penuela, a solas con la esposa que llevaba dentro, en coloquio verdadero, con ella y con su Dios enamorado. No habia amargura en su corazon ni recuerdo alguno de sus perseguidores que, sin embargo, no cejaban y aun dilataban sus discursos difamatorios por las extensas comarcas del carmelo. O tal vez si, puede que hubiera cierta amargura todavia, esto lo decimos nosotros ahora, algun resentimiento, pues fue aqui mismo tambien donde escribio que mejor se estaba en compania de piedras y garbanzos que de apostoles locuaces, de criaturas mudas que de hombres envidiosos. Comia entonces pan de habas con hierbas cocidas y era feliz. Ya de noche, dormia sobre unos manojos de romero tejidos y de sarmientos a modo de zarzo y era feliz. Encendia la llama de amor viva, una y otra vez, reescribiendo pasajes inconclusos, penetrando en honduras incandescentes, dejandose iluminar por ella. Hasta que un dia de aquellos de verano llegaron tambien las fiebres, y con ellas el cansancio y el sueno, la mirada vidriosa, aquella sed.

  • Finge que soy tuyo de Jessa James

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    Hace dos anos Es en la mitad de una noche de llovizna de primavera que la pierdo. “Adios, John”, le digo al hombre mayor que esta doblando las sillas plegables grises con un golpe. Estamos en un sucio sotano de iglesia, pero al menos la iglesia nos deja reunirnos gratis aqui. “Charlie”, dice John. Sus mejillas estan sonrojadas y sus ojos son de un azul profundo. Sus ropas son de varias tallas mas grandes y de un beige plano. El asiente su cabeza canosa hacia mi y luego regresa a doblar el resto de las sillas. Tomo un ultimo trago de mi cafe y hago una mueca al sentir lo dulce que estaba. Le puse demasiada azucar, pero ya no puedo hacer nada. Echo los residuos en mi vaso de papel y la servilleta de papel que tengo empunada con las migas de una galleta simple de la tienda. “Cuidado”, dice alguien y me detengo justo antes de chocarme con un anuncio que cuelga del techo. El techo es tan bajo que solo hay unos centimetros entre ellos y mi cabeza. Supongo que no hay muchos tipos que parezcan vikingos caminando por aqui. Aun asi, aprecio que me hayan avisado. “Gracias”, dije, pero la persona que me advirtio estaba casi afuera de las puertas de metal que van hacia el estacionamiento. Miro alrededor, un poco desanimado. Soy un tipo grande, estuve en el Ejercito y en la CIA. Termine aqui por mis ataques de panico y mis pesadillas. Mi esposa Britta me dijo que era esto o dormir todas las noches en el sofa, porque no habia forma de que ella siguiera permitiendo que la despertara todas las noches. Entre ella estando embarazada de nueve meses en ese entonces y yo que no cabia en el sofa… sabia que necesitaba ayuda. Asi que hice algunas llamadas. Acudi a tres tipos de terapia grupal y aqui estoy. Suspiro, recordando algunas de las ideas presentadas durante la sesion, recorriendolas en mi cabeza. La idea de la vulnerabilidad, de permitirte ser vulnerable alrededor de otra persona era muy mencionada. Al escuchar a algunas personas hablar, me alegre de seguir teniendo a Britta a mi lado. Ella me trajo del abismo cuando regrese de Siria y ahora ella es la que me mantiene cuerdo. Saco mi telefono. Estoy pensando cosas buenas sobre ti, le escribo a Britta. No hubo una respuesta inmediata, pero esta bien. Pongo mi telefono en el bolsillo trasero de mis jeans. Deberia irme. Todavia hay algunas personas hablando en la mesa de refrigerios, pero el resto de mi nuevo grupo de apoyo, Los veteranos de combate hablan, ya se han ido. Mientras me dirijo hacia las puertas dobles de metal, mis ojos recorren el sotano una ultima vez, revisando automaticamente las paredes moldeadas y la alfombra azul barata en busca de… ?Que? Me pregunto yo. ?Enemigos? ?Amenazas? Deje todo eso atras en el paisaje arenoso de Alepo, lugar en el que estuve como operativo de la CIA. Eso fue hace un ano y sin embargo, recien estoy comenzando a recuperarme. Por eso voy a las sesiones grupales de terapia. Bueno, debo dar credito cuando algo lo merece: Britta y nuestra hija recien nacida tambien son una parte integral de mi recuperacion. Observar la panza de Britta crecer y luego sostener a Sarah por primera vez… eso cambio algo en mi a nivel molecular. Ahora no se que haria sin ellas. Son la luz de mi vida, aunque sea tan cursi como Debbie Boone. Abro la puerta y entrecierro mis ojos a la luz del sol. Esta comenzando a llover, pero eso es algo constante aqui en Seattle. Ademas, la lluvia es un descanso refrescante del horrible calor del sotano de la iglesia. Las gotas de lluvia caen en mis brazos y mi cara, son un alivio helado. Me pongo mi rompevientos azul y me dirijo a mi auto. No quedan muchos autos en el estacionamiento de la iglesia; es un sabado por la tarde y es un bonito dia, a pesar de la llovizna. La mayoria de las personas en Seattle seguramente estan en algun brunch o de excursionismo o de compras ahora mismo. Estoy listo para ir a la biblioteca y encontrarme con Britta y Sarah. Las imagino en mi cabeza: Britta con su largo cabello negro y su linda sonrisa. Sarah en su enterizo, del mismo color de mama y con mis ojos verdes. Las imagino en mi cabeza, Britta lleva al bebe en su pequeno arnes frontal mientras Sarah duerme. Sarah solo tiene tres meses, pero Britta dice que nunca es demasiado temprano para presentarle la biblioteca. Nosotros hemos estado conversando sobre que cosas deberiamos leerle a Sarah. Britta dice que no importa, pero deseo comenzar a leerle al bebe las noticias en varios idiomas. Despues de todo, nunca es demasiado temprano para alentar el pensamiento critico, ?cierto? Mi mente esta enfocada en eso cuando me deslizo a mi auto y enciendo el motor. Salgo del estacionamiento y voy a la izquierda, mis manos estan en el volante y mi memoria muscular se encarga. Cometi el error de encender la radio en el auto. No puedo escucharlo sin involucrarme en las historias, desarrollar sentimientos personales sobre ellas y guardar cada historia en mi baul mental con total precision. Estoy a unos tres kilometros de mi casa cuando me doy cuenta de que he avanzado en piloto automatico. La biblioteca esta al otro lado. Miro el reloj en mi auto. Probablemente llegare tarde para encontrarme con Britta. Al voltear me dirijo al noroeste, el mismo camino que recorreria si saliera de mi casa. Algo en la radio me distrae; estoy irritado porque la Casa Blanca esta intentando meter sus narices en lo que sucede en Siria y lo esta haciendo mal. Veo un choque adelante cuando giro en una esquina, pedazos doblados de metal rodeados por varios autos de policia con las luces encendidas. Un policia esta alejando a las personas; otro esta colocando cinta policial alrededor de la escena. Casi giro a la derecha para evitar el trafico que se acumulaba, pero no lo hago por alguna razon. Quizas es porque a todos les gusta ver un accidente de trafico. A todos nos gusta en secreto ver el auto volteado, nos gusta intentar descubrir como sucedio. Comenzamos a pensar y suspirar de alivio que no fuimos nosotros mientras nos alejamos. De cualquier forma, estoy escuchando la radio y dandole golpecitos al volante mientras espero que el policia me deje pasar. Giro mi cabeza para mirar el accidente mientras espero, juzgando la distancia entre los dos autos. Era imposible que alguien volviera a conducir alguno de los dos autos. Demonios, si alguien no murio en un choque tan horrible, deberian agradecerles a sus malditas estrellas de la suerte. El auto A era un Dodge Charger nuevo, negro y brillante y estaba destrozado. El auto B estaba de lado, la parte de abajo daba hacia mi auto y claramente habia rodado varias veces. Parece que el auto A golpeo al auto B y el auto B rodo para frenarse y quedo de esa forma. Intento ver que auto es, pero todo lo que puedo ver es que el auto B es un SUV negro. Un presentimiento me recorrio la columna. Britta conduce un SUV negro, un Nissan Pathfinder negro. Tranquilo, me digo a mi mismo. Ella esta en la biblioteca, probablemente preguntandose donde estas. Avanzo lentamente por la linea. Finalmente es mi turno de avanzar y lo hago lentamente. No puedo evitar mirar el auto A y el auto B y los numerosos policias caminando, tomando notas y fotografias. Ya casi pase el choque, estoy por avanzar cuando algo atrae mi atencion. Uno de los oficiales de policia esta catalogando algunos objetos personales que probablemente vinieron del auto B y esta colocando una manga en una bolsa enorme de evidencia. La manta es familiar para mi. Hecha para un bebe, muestra la escena de dos osos pescando en un rio. La cosa es que, solo he visto ese diseno de manta en un solo lugar: en una manta hecha a mano, hecha para Sarah por la madre de Britta. Presiono el freno mientras mi cerebro comienza a recalentarse y a trabajar al maximo. Quizas la madre de Britta compro la manta y hay muchos tipos en el mundo. O quizas… El auto detras de mi toca su bocina y me sobresalta. Avanzo de nuevo y me estaciono apenas logro superar el accidente. Mi corazon esta palpitando, toda la sangre se me esta yendo a la cabeza y hace dificil que pueda pensar. Me volteo y miro el accidente. La manta ya no es visible. Intento ver el modelo de la SUV, pero es imposible desde este angulo. Comienzo a temblar mientras me saco el cinturon y saco el telefono de mi bolsillo. Britta me saluda mientras sostiene a Sarah; esa es la fotografia en mi pantalla mientras marco su numero con dedos torpes. Suena cuatro veces. Suena la quinta vez y veo por mi espejo retrovisor que la mujer que esta guardando las cosas agarra una de las bolsas. Mi corazon se detiene cuando veo que esta sosteniendo un telefono. No. No, no puede ser. Salgo del auto, consciente del hecho de que los bordes de mi vision estan mareados y poco claros. Esa es la primera senal de un ataque de panico, pero eso era lo ultimo en mi mente ahora. “?Senor?” una mujer joven se me acerco mientras yo comienzo a avanzar. “El accidente”, dije, sin siquiera mirar a la oficial. Estoy demasiado concentrado mirando las cosas que siguen en el suelo, intentando ver si reconozco algo. “?Donde estan las personas que estan heridas?” Ella se estira para detenerme cuando yo intento acercarme. “Senor, necesita…” Agarre su muneca, mi mirada desesperada atrapo la suya. Mi corazon comenzo a latir mas rapido, tan rapido que pense que me iba a desmayar. Mi respiracion estaba agitada, mi vision borrosa y mis manos temblaban. Estoy totalmente fuera de control. “Puede ser mi esposa”, logre decir. Solte su muneca y agarre el cuello de mi camisa. “Mi hija. Necesito saber…” Avance por su lado, ignorando lo que estaba diciendo, “?Senor? !Senor!” Camine determinado hacia el auto B hasta que vi una rosa de seda destenida en el suelo, rodeada de un millon de pedazos de vidrio… y sangre. Todo la sangre de un cuerpo. Mi corazon apretaba y mis piernas estaban tiesas. Veo a mi derecha y hay un oficinal de policia hombre mayor al lado del auto B. El esta hablando en su telefono y haciendo observaciones. Ni siquiera me mira, esta demasiado ocupado examinando el dano a la SUV. “Es una lastima”, dijo el, sacudiendo su cabeza. “Viene un conductor borracho, mata a una mujer, casi mata a su bebe y sin embargo logra salir sin un rasguno. Es una maldita lastima.” No. No puede ser verdad. La primera oficial me alcanza, me agarra por el codo y grita por ayuda. Caigo de rodillas y vuelvo a mirar la rosa de seda. No. Britta no. No es posible. Debe haber algun error. “?Esta bien?” pregunto la oficial que me agarraba del codo. La miro y la oscuridad amenaza con quitarme la claridad. Mis manos intentan agarrar mi pecho. Intento hablar, pero no tengo aliento para decir algo mas que un suspiro. “Mi corazon”, dije. Todo se puso negro.

  • La redencion del tiempo de Baoshu

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    Al final del cuarto ano de la Era de la Crisis, YunTianming, enfermo de cancer, decide acabar con su vida. Esta decision es el principio de un viaje hasta el final del universo. Congelan su cerebro y lo suben abordo de una nave espacial lanzada para interceptar a los trisolarianos.

  • Imperio (Las Guerras Del Loto 2) de Jay Kristoff

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    Tras la muerte del Shogun, en el Imperio de Shima se desata una terrible lucha entre los clanes para hacerse con el poder. Con el fin de evitar la guerra civil, el Gremio del Loto conspira para restaurar la dinastia Kazumitsu. El proximo Shogun es alguien que conoce muy bien a Yukiko. Alguien que no descansara hasta verla muerta. Mientras las habilidades de Yukiko aumentan mas alla de su control, se acentuan tambien las pesadillas de Kin, el rebelde del Gremio del Loto que ayudo al tigre del trueno. Muestran visiones de un futuro perturbador e inconcebible. Ni siquiera el miedo a la muerte frenaran a Kin cuando trate de evitar que esas pesadillas premonitorias se hagan realidad. Los rebeldes planean asaltar el palacio del Shogun antes de que pueda dar inicio la nueva dinastia, pero, desde lejos, un inesperado enemigo aprovechara la debilidad del Imperio para asestarle un golpe mortal a el y a todos sus habitantes. Yukiko y Buruu deberan volar a traves de los oceanos tempestuosos, hasta las islas del cristal negro, donde aguardan rivales que no temen a las garras del tigre del trueno y que no caeran ante ninguna katana.

  • Melocotones de vina de Lola Lopez De Lacalle

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    En la inmediata postguerra, Pilar y Paulina, dos sencillas vecinas de un pueblo de la Rioja Alavesa, temerosas de Dios, que nunca se han saltado una misa en una fiesta de guardar, comparten un terrible secreto. Viuda una con dos hijos, despues de que su marido fuese cuneteado por los falangistas, y madre de doce criaturas la otra, tejeran una urdimbre de lealtad para protegerse a si mismas y a sus familias, incluso mas alla de la muerte.

  • Destiny y Lion (Outsiders 1) de Moruena Estringana

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    Destiny llevaba sonando con ese momento toda la vida. La habian admitido en la universidad a la que deseaba ir, tras esforzarse mucho estudiando. Estaba tan feliz que fue corriendo a su casa para decirselo a sus padres y su hermana de catorce anos. No podia ser mas feliz. Todo el esfuerzo habia dado sus frutos. Entro en su casa y escucho el llanto de su madre. Se le helo la sangre. No dudo en correr hacia donde los escuchaba hablar y, al ver que los tres se encontraban bien, se sintio aliviada en gran medida. —?Que esta pasando? —pregunto con la carta de su admision de la universidad en la mano. —Lo han perdido todo —respondio Alicia, su hermana pequena, al ver que sus padres no decian nada. —?Que es todo? —Todo, Des —solto su hermana—. No tenemos nada salvo el hotel viejo del abuelo… —?Papa? —Lo siento, hija —se disculpo el hombre—. Lo siento. Destiny no comprendia muy bien que sucedia, pero pronto lo descubriria. Le habian embargado a su padre todos sus bienes para que su empresa no se fuera a pique. La empresa se habia endeudado y con ello todo lo que tenia; salvo el hotel de su abuelo, que era tan viejo y estaba en un pueblo tan perdido, que el banco no le dio importancia, y por eso no fue embargado. No tenian nada y eso implicaba que no habia dinero para pagar su carrera, ni el alojamiento… Nada. Su sueno hecho pedazos antes de empezar. Todo su esfuerzo tirado a la basura por la mala cabeza de su padre. Capitulo 1 Destiny Me cuesta mirar el paisaje mientras mi hermana y mi padre cantan como si no acabaramos de vender hasta la ultima de nuestras cosas para sacar un poco de liquidez y asi ir tirando. Estamos en junio y el verano acaba de llegar. Me imaginaba este momento de otra forma. De fiestas con mis amigas, buscando piso para la universidad…, sonando despierta. Pero en realidad, me encuentro viajando a un pueblo que conozco por las historias de mi padre y mi abuelo, pero nada mas. Esta va a ser mi vida ahora, porque no tengo nada de dinero para independizarme e irme a vivir sola. Mi padre tenia una cuenta para mi y mi hermana, pero hace ya un tiempo saco el dinero para pagar sus deudas. Hasta la ropa que llevo no es de mi estilo. Tuvimos que vender nuestros vestidos de marca para poder tener dinero para comer… Tambien mis joyas y mis libros. Todo. Solo dejaron que me quedara con las fotos y las cosas mas personales, ademas de la cadena que me regalo mi abuela con la inicial de mi nombre. Todavia me acuerdo de lo que me dijo mientras me la ponia: <>. La echo mucho de menos y a mi abuelo tambien. Hace anos que la vida me los arrebato y no consigo dejar de llorar cada vez que los recuerdo. Siempre me senti mas cerca de ellos que de mis padres. —!Ya hemos llegado! —indica ilusionada mi hermana. Ella lo esta viendo todo como una aventura; odiaba su vida, su colegio, la clase social…, para ella todo esto es como si le hubiera tocado la loteria. Somos muy diferentes. Miro hacia fuera del coche de tercera mano que huele a viejo y observo un hotel muy antiguo con varias cabanas a su alrededor. Esta la casa principal y luego las cabanas donde se quedaban los huespedes. En el centro hay una piscina, pero dudo que tenga agua, ya que se nota el paso del tiempo. Todo lo que conozco de este hotel es por las fotos de mi padre. Era donde vivio hasta que mi abuelo tuvo exito y quiso mas. Abrieron otro hotel y otro… y dejaron este de lado; cerrado y olvidado. —Me muero de calor —dice Alicia nada mas salir del coche—. He visto que hay una piscina en el pueblo. ?Vamos, papa? —Tenemos que esperar a que nos traigan las llaves —senala mi padre, pero por su cara se que esta deseando ir a la piscina tras el largo viaje. —Podeis iros los dos a refrescaros. Yo esperare leyendo. —Eres la mejor —me dice mi padre. Buscan su ropa de piscina y la meten en una bolsa antes de irse hacia alli como ninos; en mi hermana lo entiendo, pero en mi padre es raro. Siempre ha sido asi, por eso nos hemos visto en esta situacion. Es muy bueno, pero no se toma nada en serio. No es previsor, y por eso le han ido tan mal las cosas con los negocios tras la muerte de mi abuelo. El era el que tenia sabios consejos y, a su muerte, todo fue a peor. A el y a mi tio… Mi tio se encuentra en la misma situacion que nosotros, y tiene la otra mitad de este hotel, por lo que no creo que tarde mucho en aparecer por aqui con sus dos hijos. Observo el edificio cuando me quedo sola y pienso que en su epoca tuvo que ser un lugar precioso; ahora se nota el paso del tiempo y hay miles de cosas por hacer para adecentarlo antes de abrirlo. Me cuesta asimilar donde hemos acabado. Cojo mi lector de libros, ya que por suerte mi padre me permitio quedarme con el, ademas de con unos pocos libros infantiles, recuerdos de mi ninez, y nada mas… No queria que nuestra maleta fuera muy pesada. Me siento a la sombra en los escalones que llevan a la entrada de la casa. Busco un libro para leer y elijo uno de los que ya compre porque en este lugar no hay cobertura o, si la hay, mi movil de segunda mano no la soporta y no le llega. En cuanto empiezo a leer, me veo absorbida por la lectura, por lo que no me doy cuenta de que hay alguien observandome hasta que lo tengo encima y me tapa la luz. Alzo la cabeza y me encuentro con los ojos mas verdes que he visto nunca. Su dueno me mira sonriente. El pelo castano le cae por la frente y su fornido cuerpo solo esta cubierto por una camiseta verde de manga corta y unos vaqueros. —Me llamo Lion y tu debes de ser una de las hijas del senor Wilson. —Destiny. Esa soy yo —le digo levantandome. Es muy alto y aun subida a los escalones, me sigue sacando un poco. Tiene que ser un par de anos mayor que yo; sobre los veinte o tal vez rozar ya los veintiuno. —Encantado. —Me tiende una mano amable y se la estrecho. Su mano es aspera; se nota que lleva trabajando muchos anos. —Callos… —comento tocando uno de ellos, y se rie, por lo que pronto me doy cuenta de que he hablado en voz alta. —Si, de trabajar en la panaderia de mis padres desde que era un crio. —Yo… no quise decir que fuera algo malo. Si mi padre hubiera trabajado hasta tener callos, no estaria en este pueblo. —?Que tiene de mano este pueblo? Es precioso. —Seguro que si. No lo entiendas mal… Es solo que yo amaba mi ciudad. Me encantaba. No es porque tenga nada en contra de todo esto, pero no se apreciarlo. —Entiendo. —Saca las llaves y me las tiende—. ?Y tu familia? —Mi padre y mi hermana en la piscina del pueblo, y mi madre en casa de su amiga tratando de asimilar que lo ha perdido todo. —Bien, pues si aceptas un consejo, sube y elige la habitacion del segundo piso que da a los campos de dientes de leon. Es la mas grande y luminosa. Ya que te han dejado sola, tienes ese poder. —Lo hare. Gracias. —?Quieres que te ayude con las cosas? —me pregunta mirando el coche abierto y el equipaje que asoma por el maletero. —Voy a sacar solo las mias y ellos que se apanen. —?Y para comer teneis algo? —No, a menos que mi padre recuerde que debemos comer y deje la piscina para luego. —Por si acaso, luego te traere algo de mi casa y de la panaderia. —Asiento—. Nos vemos, Destiny. —Nos vemos, Lion. Lo veo alejarse andando con ese paso tan seguro de si mismo. Voy hacia la puerta y trato de abrirla, y digo trato porque me veo incapaz de hacerlo. —Ya te ayudo yo —indica Lion apareciendo por detras de mi y pasando los brazos a mi alrededor para abrir la puerta. Mi cuerpo reacciona a su cercania de una forma estupida e incomprensible. Su perfume no es de marca, pero me encanta, y junto a el, advierto olor a pan recien hecho. —Gracias —digo cuando abre la puerta

  • Futuro incierto (Futuro incierto 1) de Esmeralda Munoz

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    A nuestra protagonista le han intentado asesinar. Un disparo en la cabeza le ha provocado la muerte, pero regresa a la vida con un cometido: salvar al mundo. Ha desarrollado el don de ver el futuro y, entre esta gran ayuda, y sus amigos, averiguaran quien quiso matarla y como salvar a millones de personas.Un libro que esta causando furor, lleno de suspense, ciencia ficcion, romanticismo y comedia.

  • Cuando el amor es eterno de Caroline Mickelson

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    Cuando Ava McKenna dejo el vecindario donde habia crecido, nunca planeo mirar atras. Y durante diez anos no lo hizo. No hasta que Mateo Ortega, el atractivo y encantador muchacho de la casa de al lado, aparecio para pedirle ayuda. Mateo necesitaba un favor; en realidad, necesitaba una falsa prometida, y penso que Ava seria la mujer perfecta para la farsa. Ava sabia que le debia un favor a la familia Ortega pero, cuando miro a los esplendidos ojos marrones de Mateo, se dio cuenta de que saldar la antigua deuda podria poner en peligro su corazon.

  • Pelando la cebolla de Gunter Grass

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    El libro mas polemico del Premio Nobel de Literatura Gunter Grass

  • Tony Vance (Amores Peligrosos 1) de Natalia Divan

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    Marina descubre a su novio siendole infiel con otra mujer y, para ahogar las penas, decide ir, con su mejor amiga, a la discoteca de moda de la ciudad. Alli conocera al misterioso Tony Vance, dueno del club, con quien surgira una quimica increible desde el primer momento. Pero el no es un hombre normal y corriente: sus ilicitos negocios pondran en mas de una situacion peligrosa a Marina, que temera por su propia vida.

  • Solo un dia 1 de Gayle Forman

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