• el precio del orgullo carol marinelli pdf - Ana B. Lopez

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    Cuando Juan Jorge Graubner llego a Espana desde Viena para trabajar, jamas penso que encontraria a la mujer mas bella y atractiva que habia visto en su vida. El flechazo que sintio en ese momento hara que olvide el verdadero motivo de su viaje. Sin embargo, la clase social a la que pertenece cada uno separa su amor. ?Lograran vencer las adversidades que se les presentan por la diferencia de clases o, por el contrario, seran vencidos ellos?
    No te pierdas esta romantica novela en la que los nervios estaran a flor de piel hasta el final.

  • Carol Marinelli - El Precio Del Orgullo - NOVELAS ...

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    12 mar 2021 — Daniil Zverev era el magnate más seductor, implacable y pecaminoso del mundo. Nadie sabría jamás la crueldad y el rechazo que potenciaron su ...

  • 1.El precio del orgullo (serie rusos) - Carol Marinelli - Docer.com

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    24 ene 2021 — 1.El precio del orgullo (serie rusos) - Carol Marinelli - documento [*.pdf] Editado por Harlequin Ibérica. Una división de HarperCollins ...

  • El precio del orgullo - Libros De Mario

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  • carol marinelli - el precio del orgullo (ebook) - Casa del Libro

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    El precio del orgullo (MINISERIE BIANCA) : Marinelli, Carol, Larrea Paguaga, Juan: Amazon.es: Libros.

  • el precio del orgullo - Librería Publics.

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    EL PRECIO DEL ORGULLO, MARINELLI, CAROL, 3,65€. El dinero no sería un obstáculo, pero el precio de intimar con Libby era mucho ... Otros libros del autor.

  • Como hacer un coche de Adrian Newey

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    En este emocionante libro descubriremos de manera exhaustiva, fascinante y extraordinariamente entretenida como funciona un coche de carreras, mientras recorremos la trayectoria de Adrian Newey, el mas grande disenador de automoviles de la historia, desde sus comienzos en la IndyCar hasta alcanzar un exito inigualado en la Formula 1 disenando coches para pilotos como Mario Andretti, Nigel Mansell, Alain Prost, Mika Hakkinen, Mark Webber o Sebastian Vettel entre otros, siempre con un objetivo inquebrantable: conseguir el coche mas rapido.

  • Lady Johanna de Sophie Saint Rose

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    Johanna, sentada ante su tocador, se miro al espejo. No se podia creer lo que habia cambiado su vida en dos meses. De ser una de las herederas mas perseguidas de Londres y ser agasajada por innumerables pretendientes, ahora se encontraba casada con un bruto escoces que no tenia ningun tacto y que la trataba como si fuera un estorbo. Le odiaba. Le odiaba tanto que ni siquiera soportaba su presencia. Y eso le habia quedado claro a su reciente esposo, ya que no le dirigia la palabra desde que se habian mudado a la nueva casa, que su suegro les habia regalado en Mayfair, cerca de Hyde Park. De hecho, casi no le veia. Por la manana se levantaba muy temprano para no coincidir con el y cuando no estaba cabalgando en el parque, se iba de visitas con su madre y con su amiga Liss, la duquesa de Stradford. En los unicos momentos que no podia ignorar del todo su horrible presencia, era en las cenas o en los bailes a los que tenian que acudir, donde su indiferencia a su apuesto marido, fomentaba los rumores de que su matrimonio no era tan dichoso como el de su querida amiga. Se miro su espeso cabello negro, que caia por su espalda hasta las caderas. Cansada despues de acudir a otro aburrido baile esa misma noche, cogio el cepillo y se lo paso por el cabello en su rutina antes de acostarse, como su madre le habia inculcado desde pequena. Apreto los labios al ver que sus ojos color miel parecian apagados y sin brillo. Incluso tenia ojeras. Eso tambien se lo debia a su horrible marido, porque desde que le habia conocido, no habia vuelto a dormir bien ni una sola noche, cuando ella siempre habia dormido como un tronco. Maldijo su caracter impulsivo que la habia metido en ese lio. Tenia que haberle hecho caso a sus padres y casarse con alguno de los amigos de su padre en Boston. Se lo habian aconsejado mil veces, pero al ver que su unica hija no se decidia, la habian obligado a ir a Londres pues a su madre le habia hecho ilusion que su hija se convirtiera en Lady. --Mi hija debe ser condesa o duquesa --decia Rose Sherman a su marido, que harto de escucharla, le dio la razon preparando su viaje a Europa en uno de sus barcos. Eran ricos, muy ricos y en cuanto llegaron a Londres les abrieron las puertas de las casas mas importantes. En una de las fiestas, que habian celebrado en la opulenta casa que su padre habia comprado, habia conocido a Liss. Sonrio pensando en su amiga. Liss era soltera el dia que la conocio, pero no tardo en casarse con uno de los solteros mas cotizados de Londres, el Duque de Stradford. Gracias a ellos, conocio a su suegro el Marques de Wildburg y en una aventura maravillosa fueron todos a Escocia para buscar a su primogenito, acompanados de la dama de compania de Liss, Susan Gibson, que hacia de su carabina en las posadas donde descansaban, compartiendo su habitacion. Fue una sorpresa para Johanna, que cuando llegaron a una de esas posadas a descansar a pocas millas de su destino, conociera a un atractivo escoces que le robo el aliento en cuanto sus ojos cayeron en el. Era tan apuesto y descarado, que le robo el corazon. ?Que podia hacer ella para conseguir su atencion y de paso casarse con el? Hacer que la sorprendieran en su lecho. No fue dificil. El escoces le abrio la puerta en cuanto llamo y con una sonrisa la miro de arriba abajo, repasando su recatado camison blanco. Johanna en su afan por conquistarlo, sonrio y le dijo con voz ronca mirando sus preciosos ojos verdes --Milord, ?os gustaria pasar la noche conmigo? Intrigado se hizo a un lado y Johanna entro en la habitacion lentamente sin dejar de mirarle a los ojos. James cerro la puerta sin dejar de mirarle y dijo con voz ronca --Desnudate. Johanna se sonrojo recordando con que descaro se habia levantado el camison quedandose en cueros. Habia tirado el camison al suelo al lado de la cama y puso las manos en jarras mientras el la miraba sin mover el gesto. --Ahora te toca a ti. James elevo las manos agarrando su camisa por la espalda y se la saco rapidamente. Todavia recordada como su corazon latia alocado en su pecho al ver su maravilloso torso. Estaba tan absorta en ese musculoso pecho y en el vello rubio que tenia entre sus pectorales, que ni se fijo en como se quitaba los pantalones, quedandose desnudo ante ella. Cuando dio un paso hacia Johanna, el movimiento entre sus piernas la hizo mirar hacia abajo, tragando saliva al ver su sexo erecto. No era una mojigata, sabia lo que era el sexo por sus correrias por los muelles de Boston, pero ver aquel miembro en todo su esplendor, casi la mareo de deseo. El le levanto la barbilla para que lo mirara, provocando que su roce le erizara la piel y separo sus labios deseosa de sentirle, dandose cuenta que le sacaba la cabeza. James se agacho lentamente, pero Johanna reacciono y carraspeo antes de que besara sus labios. --?Te gustan los juegos? --?Juegos? --Confundido se aparto mirandola con el ceno fruncido. -- ?Que hablas de juegos, mujer? --Me gustaria atarte a la cama. James se echo a reir y miro a su alrededor. --?Y con que pensabas hacerlo? --Con las cuerdas que he dejado al lado de la puerta. ?Las recoges? Su escoces divertido abrio la puerta, echandose a reir al verlas en el suelo donde ella habia dicho. Las cogio y volvio con ella, que se habia sonrojado de gusto mirandole el trasero. --Y eso que aparentas ser una doncella. La vida no deja de darme sorpresas. --Tumbate, amor. --dijo ella pensado que debia darse prisa para que todo estuviera preparado cuando su amiga la buscara. James aparto las sabanas y se tumbo boca arriba separando las piernas. -- Soy muy fuerte, preciosa. Deberas emplearte a fondo. --Tranquilo --dijo maliciosa--. Te aseguro que la pasion no hara que te sueltes. Eso te lo garantizo. El se la comio con la mirada y Johanna se acerco a la mano que tenia mas cercana. --?Y que piensas hacerme? --Algo que te encantara. No seas impaciente --dijo concentrada en el nudo marinero que le habia ensenado Robert en el puerto de Boston cuando era nina--. Vas a quedar muy contento e impresionado. --Eso ha sonado prometedor. Espero que uses la boca. Tienes unos labios muy apetitosos. Le miro sorprendida, porque nadie se lo habia dicho nunca. --?Eso crees? --Estoy deseando probarlos. Ven aqui. No podia distraerse. Liss o su dama de compania Susan llegarian en cualquier momento, asi que en cuanto aseguro el nudo, rodeo la cama para atar su otra muneca. James tiro de su agarre e hizo una mueca-- ?Me ensenaras como lo has hecho? --Te ensenare lo que tu quieras --dijo terminado el segundo nudo--. Tendremos tiempo para eso y para mucho mas. James se echo a reir divertido y levanto la cabeza para ver como ataba su tobillo. --Interesante tecnica. Sonrio aliviada porque ya era suyo y se acerco al otro tobillo. --?Sabes, carino? Me has impresionado. --Me pasa mucho. Johanna se echo a reir asintiendo. --Tan apuesto, tan varonil... me has alterado el corazon. --El sonrio jactancioso y Johanna termino el nudo acariciando su pierna lentamente hasta llegar a su rodilla. --Me has impresionado tanto, mi amor, que he decidido que nos casemos. James perdio todo el color de la cara al ver que cubria su enorme cuerpo con una sabana y se sentaba a su lado cubriendose tambien. --No tiene gracia. --Tiro de sus ligaduras con fuerza y Johanna se echo a reir. --!Sueltame, muchacha! --Me llamo Johanna. --le aparto un mechon rubio de la frente antes arrancar un pedazo de sabana. Ella puso cara de pena. --Carino, se que esto no te va a gustar tanto, pero... El abrio la boca para gritarle cuando ella le amordazo. --Lo hago por tu bien. Tampoco te gustaria que nos vieran en esta situacion todos los de la posada. --Sonrio encantada antes de besar su frente. James se movio con fuerza haciendo temblar la cama y Johanna dio un golpe en la pared provocando que su presa abriera los ojos como platos antes de volver a tirar de las cuerdas intentando liberarse. --No sufras, manana todo estara arreglado y empezaremos nuestra maravillosa vida juntos. --Ella estaba inmensamente feliz sabiendo que estaba en lo cierto. Ese hombre debia ser suyo si o si. Despues de todos los peleles que habia conocido en Londres, no se le escapaba. El resultado fue el que Johanna preveia. Susan, que era la encargada de su proteccion durante el viaje, al darse cuenta que no estaba en la cama, comenzo a buscarla y cuando la escucho pasar ante la puerta dijo simplemente --!Estoy aqui! La cara de Susan cuando abrio la puerta y la vio, fue de risa, pero los gritos de la mujer no se los esperaba, pues aparecio el Duque, el Marques de Wildburg y su amiga Liss, que protesto porque tendria que casarse con un escoces. Evidentemente tenian que casarse, pero su escoces se resistia diciendo que no habia hecho nada y no tenia por que. El duque, el conde y el sacerdote le convencieron para que cediera. Y se habia encontrado casada con su gigante, que estaba realmente de mal humor. No, no estaba de mal humor, estaba furioso. Durante unos dias la trato realmente mal y de manera humillante. La dejaba en ridiculo cada vez que podia e incluso la hizo dormir en el suelo alegando que las perras dormian alli. El enamoramiento de Johanna se fue apagando poco a poco, pero el problema real estaba aun por llegar porque su escoces resulto ser el hijo del Conde de Wildburg. El se negaba a aceptar la realidad y Johanna le presiono para que reclamara lo que le correspondia, provocando que su marido dijera las palabras que mas dano le habian hecho.

  • Aunque Siga Siendo Su Hermano…, Magela Gracia de Magela Gracia

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    Antes me desagradaban los viernes; ahora cualquier dia era malo. Desde que Victor ya no vivia con nosotros -conmigo- los lunes se parecian a los sabados. La unica diferencia en mi vida era que tenia muy presente el sabor de los labios de aquel hombre y que por su cobardia no habia vuelto a probarlos.
    El miedo a que nuestros padres se enteraran de lo nuestro lo habia llevado a pedirle a su mejor amigo que me sedujera…
    ?Que podia pasar si llegaban a conocer lo que habia pasado mientras ellos trabajaban?
    Por eso, cuando por fin Victor no pudo controlarse y me acorralo en el bano, entre sus besos se le escaparon estas palabras:
    – Tus padres van a matarme…
    Y a mi, que en ese momento solo me importaba el rumbo que habian tomado sus manos, le respondi:
    – Para eso tienen que enterarse…
    Porque, a pesar de todo, aun seguia siendo su hermano…

  • Venganza de Calavera 2 (AMOS Y MAZMORRAS 14) de Lena Valenti

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    KODA KUMAR ES EL PEQUENO DE LOS CALAVERA. EL QUE POSEE EL
    DON DEL CHAMAN. Y EL QUE HA VIVIDO SIEMPRE PARA LOGRAR SU VENGANZA.
    AHORA ESTA A PUNTO DE LLEVARLA A CABO, PERO DESCONOCE LAS CONSECUENCIAS.
    SKY SABE DE JUEGOS, DE SEDUCCION Y DE LEER ALMAS. PERO HA VIVIDO
    PERMANENTEMENTE DOMINADA POR EL PODER DEL PATRON.
    CUANDO KODA KUMAR LA SECUESTRA NO SE IMAGINA COMO DE CARA
    VA A SER SU LIBERTAD. PERO ESTA DISPUESTA A LUCHAR POR ELLA.

  • Igor (Santo Grial del Underground) de Fabiana Peralta

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    En principio, no es un impedimento para entablar una relacion que el chico que te gusta tenga seis anos mas que tu. Sin embargo, si que lo es cuando tu tienes trece pero aparentas doce, y el tiene veinte y es uno de los chicos mas populares del vecindario. En ese caso, solo puedes aspirar a que cuando te salude te revuelva el pelo, porque eres invisible para el y estas fuera de sus limites.

  • El dilema de Elsa de Begona Gambin

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    Si te atreves a conocer la historia de Elsa y Adam experimentaras una amalgama de sentimientos que no te dejaran impasible.

  • Entregarse a lo Bello (Entregarse 3) de Priscilla West

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    Era el primer dia de la clase de Economia 102. Tercer ano. Habia llegado hasta alli dejandome la piel semestre tras semestre, acampando en los horarios de oficina, quedandome despierta hasta tarde, viviendo a cafeina. De algun modo habia logrado sobrevivir. Pensaba que entrar a Harvard era la parte dificil y que el resto consistiria en la inflacion de las calificaciones, pero las clases en realidad eran bastante dificiles. Por supuesto, otros paseaban en una inteligencia pura y cerebros sobrehumanos que les permitian absorber las clases como las esponjas absorben agua. Desafortunadamente, yo no podia hacer aquello. Era la excepcion. Lo que significaba que me pase mis dos primeros anos haciendome mas amiga de los libros de texto que de la gente real. El salon de clases era tan grande como para que cupieran doscientos estudiantes y estaba casi abarrotado. Entre el mar de cuerpos, uno de ellos me llamo la atencion. De hecho, uno llamo la atencion de la mayoria de las mujeres que estaban en el salon: ojos azules brillantes, cabello castano alborotado, pomulos prominentes y unos anteojos elegantes que descansaban sobre una nariz afilada. Parecia un modelo masculino de un catalogo de J. Crew salvo que no lo habian mejorado digitalmente: era real. Sus rasgos estaban tallados con precision y economia. Resultaba adecuado. Considerando el tema de la clase, y considerando que estaba sentado en la fila de adelante, lo que significaba que era el ayudante de catedra. Tome asiento en una de las filas del medio y espere que el profesor comenzara su clase. Ya podia decir que aquella seria mi clase preferida del semestre. *** --Sabes, de cerca de cien estudiantes probablemente seas la unica que viene regularmente a mis horarios de oficina --dijo, con una sonrisa de infarto. Descubri que su nombre era Martin Pritchard. Un estudiante de ultimo ano que se especializaba en economia. Brillante, perspicaz y endemoniadamente atractivo. Demandaba una cantidad extraordinaria de voluntad no distraerse con aquellos ojos azules brillantes que, de algun modo, parecian arder con una intensidad abrasadora y con un calculo helado al mismo tiempo. Muchas chicas habian venido a ver a Martin en su horario de oficina a comienzos de clase deseando que les echara un polvo. Se reian bajo, revoloteaban el cabello y le coqueteaban con la mirada. Cuando se dieron cuenta de que el solo estaba alli por asuntos academicos --no sexuales-- perdieron el interes. Estaba sentado frente a mi en la oficina de ayudante de catedra, intentando ayudarme a comprender las ultimas lecturas asignadas. Solamente nosotros dos. Me sonroje y baje la mirada hacia mi cuaderno, lleno de garabatos sobre las leyes de salario minimo y el equilibrio de Nash. No tenia idea de que significaba todo aquello. --Necesito ayuda extra. Esto me resulta un tanto dificil. --Formulas preguntas excelentes. Preguntas que esperaria escuchar de alumnos de las clases de economia mas avanzadas. --Sonrio ampliamente, mostrando una dentadura perfecta--. Creo que simplemente tu razonamiento es detallado. Aprender es muy parecido a armar un rompecabezas. Y las distintas personas tienen distintas piezas. A las que tienen mas piezas les lleva mas tiempo armarlo, pero cuando lo logran, la imagen es mas grande. Sonrei con timidez, apartando la vista en direccion a las anotaciones, para luego volverla hacia el. --Gracias. Nunca lo pense de ese modo. Se dio un golpecito en la cabeza con los dedos. --Imagen grande. Los dos nos reimos por lo bajo y luego nos sonreimos el uno al otro. Definitivamente compartimos aquel instante y no sabia que decir a continuacion, por lo que me alegro que el finalmente rompiera el silencio incomodo. --Ey --me dijo alegremente--. Hoy hay una presentacion de Gary Becker en Lowell Hall. ?Quieres ir? Corriendo el riesgo de sonar ignorante, le pregunte: --?Quien es? --Un economista famoso conocido por el "teorema del nino malcriado". Es mi preferido. -- Martin sonrio ampliamente. Me encantaba como se emocionaba con los temas economicos y los economistas renombrados en sus horarios de oficina. Te transmitia su energia: de vez en cuando, hasta yo me emocionaba con esas cosas. Arrugue el entrecejo. --!Que gran nombre para un teorema! Se rio entre dientes. --Un gran nombre para un gran teorema. Imaginate un hermano malo al que le gusta maltratar a su hermana. Si los padres dicen que le daran mas dinero de la herencia al hijo que mas lo necesite, entonces el hermano malo querra ayudar a su hermana para que le vaya bien y asi terminara recibiendo una mayor parte de la herencia. Su bienestar ahora depende del bienestar de su hermana. Puedes hacer que un nino malo se convierta en bueno con los incentivos adecuados. Frunci mas el entrecejo, reflexionando sobre el ejemplo. Martin se encogio de hombros y luego me guino el ojo. --Quizas no sea tan famoso. Me rei. --Parece interesante. --Y una oportunidad para salir con un chico muy atractivo. Ademas, no era frecuente que tuviera la posibilidad de hacer actividades de ocio--. Seguro, vamos. *** Comenzamos a vernos con mas frecuencia. Al principio, en eventos sociales neutros, luego se hizo cada vez mas claro que estabamos saliendo. Hacia unos meses que nos estabamos viendo cuando pasamos caminando delante de un gimnasio y Marty sugirio que probaramos el club de baile swing. --?Un chico que quiere ir a danza? No se, no soy muy buena bailarina. Sus labios carnosos se curvaron en una sonrisa traviesa. --?Estas diciendo que los hombres no pueden bailar? --?No es eso un estereotipo? --?No es tambien un estereotipo aquello acerca de que las chicas son buenas bailarinas? --!Buen punto! Me extendio la mano para que la tomara y lo hice con elegancia. --?Bailamos? Me sorprendio descubrir que no solo era inteligente y atractivo, sino tambien un buen bailarin. Pasamos la tarde con nuestros cuerpos cerca el uno del otro, riendonos y sudando. Me tropece y lo pise varias veces pero parecia no importarle. Me ayudo mostrandome como hacer los movimientos basicos y hasta me convencio de que le permitiera balancearme alrededor de su cintura. Fue la vez que mas me diverti en la facultad hasta aquel momento. *** --Nunca antes hice esto, Kristen. ?Tu? --Tenia el cuerpo tenso mientras se colocaba encima de mi, en la cama de mi dormitorio de la universidad. Le habia quitado la camisa y ahora yacia sobre el suelo, adonde la habia arrojado. La superficie de su torso esculpido era suave y me excitaba mucho tenerlo arriba, tan cerca. Me habia sorprendido descubrir que estaba increiblemente en forma para ser un ayudante de catedra cerebrito. Una rutina regular de natacion y baile le hacia aquello al cuerpo. Su pecho jadeaba mientras intentaba controlar la respiracion. Le sonrei. --Si me estas preguntando si soy virgen, tengo que decirte que no. Tuve algunos novios cuando iba a la secundaria. --Ya veo. --Aparto la mirada de la mia, para bajar la vista a mi pecho, adonde usualmente le gustaba mirar. No me importaba. De hecho, me gustaba la manera en que me hacia sentir deseada. Generalmente tenia tanta confianza en si mismo y tenia todo bajo control, pero ahora, en este momento de intimidad, estaba vulnerable. --?Es un problema para ti? --No... Es que nunca tuve una novia antes de ti. Estoy un poco nervioso. --Entorne los ojos y frunci el entrecejo--. Pareces sorprendida. --Lo estoy. Pense que tendrias un extenso historial de citas dado lo inteligente y atractivo que eres. Me observo con aquellos ojos azules intensos. --No confio en los demas con facilidad. Por lo general, no me acerco tanto a las personas. --?Confias en mi? --Con cuidado, le quite los anteojos y los ubique sobre el estante arriba de la cabecera de la cama. Sus ojos se pusieron radiantes. --Confio en ti, Kristen. --Iremos despacio, Marty. Nos tomaremos nuestro tiempo. --Me quite un bretel del vestido del hombro. Tome su mano y la ubique sobre mi seno, que hizo que liberara lentamente una exhalacion al sentir la calidez que irradiaba su piel. Se le encendieron las mejillas. Era tan adorable verlo de esta forma. --Kristen, c-creo que... --?Que quieres decirme? Nego con la cabeza. --Nada. Simplemente eres tan maravillosa. La persona mas increible que he conocido. Sonrei. --?Incluso mas increible que Gary Becker? --Cien veces mas increible. Tire de su cabello castano y acerque sus labios a los mios. Esa noche hicimos el amor por primera vez. *** Marty hizo un agujero del tamano de su puno en la mamposteria de su apartamento. Estaba asustada. Durante las ultimas semanas, habia entrevisto su caracter --pequenos arrebatos por cosas aparentemente triviales que hacian otras personas-- pero no me habian preocupado demasiado. Se lo atribuia al estres. Era ayudante de catedra y, despues de todo, el curso implicaba una gran carga. Pero sus reacciones nunca habian ido tan lejos. --Marty, tranquilizate. No tiene tanta importancia. --Si que la tiene. ?Como pudo hacer eso? ?Acaso no tiene consciencia? --Estas reaccionando exageradamente. No fue su intencion. No vio que venias, por eso abrio accidentalmente la puerta y te pego de frente. Suspiro y se froto la nariz que estaba comenzando a hincharse. Se sento en el sofa de gamuza marron junto a mi, con la cabeza entre las manos. --?Por que te enojas tanto? --le pregunte-- ?Has estado estresado en el ultimo tiempo? -- Comence a acariciarle la espalda suavemente. Tanto para tranquilizarlo a el como para tranquilizarme yo misma. Todavia estaba conmocionada por aquel punetazo. --No, estoy bien --gruno. --Hablame, Marty. Hay algo que no me estas contando. Por un momento no respondio, preferia frotarse las sienes para calmarse. --Nunca le conte esto a nadie... a veces simplemente me enfurezco muchisimo. Mi mama fue un poco dura conmigo cuando era pequeno. --?Que sucedio? Dejo escapar otro largo suspiro. Percibia que estaba analizando si contarme lo que estaba pensando o no. --Era drogadicta. --Las palabras permanecieron en el aire un momento--. Hasta cuando estaba embarazada de mi, inhalaba cocaina. Dice que ahora esta limpia, pero se que aun bebe mucho. El corazon me dolio por el. Sabia como era tener una mala relacion con los padres. Como afectaba tus habilidades sociales y tu capacidad para relacionarte con otras personas. No podias librarte de aquello sin importar cuan lejos huyeras. Para mi, haberme mudado de Texas a Massachusetts no era lo suficientemente lejos. Pensaba que yo la pasaba mal, pero parecia que Marty la pasaba mucho peor. --Siento oir eso --le dije, mientras continuaba frotandole la espalda para tranquilizarlo--. No lo sabia. Se animo inesperadamente. --No te preocupes por ello. Quedo en el pasado. --Me acaricio la mejilla y me beso--. Se que a veces soy muy irascible, pero estoy trabajando en ello. Y tu haces que quiera ser mejor.

  • Violetas para Olivia de Julia Montejo

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    Madelaine, una joven doctora de treinta y seis anos, se ve obligada a regresar a la casa que sus antepasados, los Martinez Durango, tienen en San Gabriel tras la muerte de su tia Rosario. Los Durango, la principal familia del pueblo, es duena de la mayor parte de las tierras y de los mas prosperos negocios, pero tambien pesa sobre ellos una larga leyenda de infortunio y numerosas habladurias… Para Madelaine, que siempre sintio aversion hacia la casa y todo lo que la rodeaba, su vuelta significara el reencuentro con su otra tia, Clara --una anciana de caracter dominante y aferrada a un mundo que ya no existe--, y con su pasado. Un pasado oscuro en el que flotan demasiadas preguntas jamas resueltas: ?que sucedio con su abuela Olivia, que fue borrada de la historia de la familia? ?por que su madre desaparecio sin siquiera despedirse de ella? ?que relacion unia a su madre con sus tias?

  • Amigo imaginario de Stephen Chbosky

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    Kate Reese es una madre soltera que escapa de una relacion de abuso para empezar desde cero en el pueblo Mill Grove, junto a su hijo de siete anos, Christopher. Pero Mill Grove no resulta ser ese lugar seguro que cree: Christopher desaparece en un bosque cercano, donde hace cincuenta anos tuvo lugar otra desaparicion similar de un nino que nunca fue resuelta.

  • Asociada con… la Muerte de Megan Marsell

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    Leah era una chica bajita y delgada, muy pequena aun a sus 20 anos. Tenia el cabello negro con las puntas tenidas de rojo, un corte degrafilado y el cabello un poco por debajo de sus hombros. Vivia con su hermano en la gran ciudad. Nueva York, ya me entienden. Su hermano era un tipo alto, delgado y muy parecido a ella en el rostro. Acababa de ser asesinado por un demonio en su departamento, en frente de Leah… Leah se apartaba el flequillo de los ojos mientras corria por las calles buscandola a ella. Anticipandose a su muerte, su hermano le habia dicho que huyera en su busqueda. Sus pantalones de mezclilla se rasgaron al atorarse en algun escombro de la ciudad en ruinas mientras se escabullia entre el caos que provocaba el apocalipsis. Llego hasta ese pequeno y semioculto local en el que parecia que el desastre no habia llegado. Entro silenciosamente y la llamo. --?Sra. Ollie? Me llamo Leah, vengo de parte de Morton… --Se muy bien quien eres… Una ancianita encorvada y vestida con una tunica bastante extravagante se acerco a ella. Le tomo el rostro entre las manos y la examino. A Leah le recorrio un escalofrio. --No temas. Soy el oraculo de este mundo. Supongo que tu hermano no tuvo tiempo de explicarte… Leah se retorcia las manos en su espalda de nervios. --No… Solo me dijo que usted me ayudaria. La anciana se rio por lo bajo. --No se si sera de ayuda, pero al menos te pondra a salvo. Ayuda al Jinete Palido en su busqueda y recuperaras a Morton… Y a toda la humanidad en realidad. Es bastante simple. Se le acelero el corazon. --?Que Jinete? ?Por que yo? No entiendo nada… La anciana le sonrio amablemente mientras de un estante del oscuro local tomaba un pequeno arbol bonsai y se lo ponia en las manos. --Ya lo entenderas… Buen viaje, hija de Eva. El bonsai resplandecio un instante y despues todo se volvio oscuridad en Leah. * * * * * * * El Jinete Palido, Muerte, avanzaba cauteloso hacia las montanas nevadas que eran el hogar de Padre Cuervo. No habia tiempo que perder si queria salvar a Guerra. Por el camino se iba encontrando abominaciones congeladas que fungian como obstaculos simples. Uno de ellos bloqueaba una cueva. Lo desperto, lo asesino y entro en ella. A veces se encontraban cosas de valor en ellas. Era algo pequena y habia un bulto en el fondo, tirado en el suelo. Se acerco y de una leve patada lo volteo para darse cuenta de que era una… ?humana? Muerte no pudo menos que fruncir el entrecejo. ?Que narices hacia una humana en los dominios de Padre Cuervo? Ella comenzo a moverse y cuando abrio los ojos un gritillo de horror escapo de sus labios mientras corria fuera de la cueva. Se tropezo y se giro para ver a Muerte. El avanzo hacia ella con intencion de interrogarla, pero ella retrocedio al punto de casi caer por el precipicio que se extendia detras de ella. Muerte la tomo de la blusa tirandola hacia delante, contra el muro de roca de la montana. --?Quien eres y que haces aqui? Le espeto de forma amenazadora. --Yo… La pobre Leah no sabia si tiritaba de frio o de temor ante el imponente Jinete. --?Y bien? Muerte no era un hombre paciente. --Me ha enviado el Oraculo de mi mundo. Mi hermano murio, todo es un desastre y ella dijo que debia ayudar al Jinete Palido… Respondio Leah apresuradamente, mientras las palabras se le trababan al intentar salir presurosamente de su boca. Muerte enarco una ceja y la miro como analizandola. Los enormes ojos grises de Leah estaban clavados en los de el, anaranjados y brillantes. --Pues yo soy el Jinete Palido y no necesito tu ayuda, humana. --le dijo comenzando a andar y arrojandole el manto purpura que antes cubria sus hombros encima. --Moriras de frio antes de poder si quiera seguirme el paso. Leah dudo unos instantes. El manto aun estaba caliente. No tenia mas alternativas. Se acomodo como pudo el manto sobre los hombros y comenzo a correr detras de Muerte. II. Miedo a las alturas. --En serio estas decidida, ?eh? Bien, te llevare con Padre Cuervo y eso sera todo. El sabra que hacer contigo. Muerte seguia caminando mientras Leah lo seguia de cerca con la cabeza gacha. No tenia idea de quien era Padre Cuervo, pero sonaba a que seria mejor que estar con un lunatico que tenia finta de pegarle a todo lo que osara si quiera mirarlo de una manera que el considerara inapropiada. Llegaron a un enorme precipicio. Algunas columnas de madera sobresalian del techo y un anciano encorvado y vestido de negro los miraba desde el otro lado mientras murmuraba algo que Leah no alcanzaba a escuchar. De cualquier modo, ?como iban a cruzar aquello? Muerte miraba el entorno analizando sus opciones. Y si… No tenia mas remedio. Suspiro y se coloco dandole la espalda a Leah. --Sube a mi espalda y sujetate fuerte o te caeras. Leah lo miro incredula. --?En serio piensas cruzar esto asi? Es una caida mortal… --dijo asomandose al precipicio. Muerte suspiro algo fastidiado. --Como quieras… --y empezo a andar. --!Esta bien! No tienes que presionar… --dijo Leah subiendose a su espalda y enredando los brazos alrededor de su cuello y las piernas en su cintura. Era como cuando su hermano la cargaba, solo que este tipo era mucho mas grande. Muerte dio un salto y se sostuvo de la primera columna. Leah dio un pequeno gemido de terror clavandole las unas al Jinete en el pecho, aunque el ni se inmuto. Salto a la siguiente columna y el anciano se desvanecio en una parvada de cuervos que se dirigio directo hacia ellos antes de seguir su vuelo. Leah se asusto y hundio la cara en el cabello del Jinete por temor a que la atacaran. Una vez cruzado el barranco, Leah dejo su espalda y siguio andando junto a el. Durante el camino, se cruzaron con varias bestias de hielo. Muerte las despachaba con rapidez mientras Leah solo se mantenia donde no pudiera estorbarle. No mediaron palabra mientras andaban, hasta que llegaron a la sala del trono de Padre Cuervo. --Tu quedate aqui… --le ordeno Muerte en un susurro. --Leah… --solto ella bajito. --?Mmhh? Muerte se giro hacia ella. --Mi nombre… Es Leah… --dijo ella temerosa. --Da lo mismo… --dijo el avanzando. Y, como era una chica testaruda, Leah le siguio de cerca haciendo caso omiso a su orden. --Padre Cuervo… Necesito tu ayuda. --clamo en voz alta el Jinete. --Ah… Jinete… Ya te he ayudado una vez… !Y he estado maldito desde entonces!--dijo agitando algo que parecia un talisman brillante de color verdoso. --!Desearia no haberlo hecho! Muerte no se impresiono. --No he venido a liberarte de tu sufrimiento… Aun no. --?Que es lo que buscas, Jinete? --Revivir a la humanidad. --!JA! Menuda locura… --Pues si es una locura, quien mejor para guiarme que tu. --?Serias capaz de matar a tu hermano por mantener tu preciado equilibrio? --!El es inocente! --grito Muerte molesto. --?Tan seguro estas…? Hay un lugar donde encontraras las respuestas que buscas… Una especie de portal se abrio entre Muerte y el Padre Cuervo. Mostraba un enorme arbol. Leah solo observaba en silencio. --El Arbol de la Vida… --musito Muerte y comenzo a avanzar hacia el. Pero el anciano lo cerro antes de que pusiera un pie dentro--. Abre el portal… --susurro en una voz amenazadora Muerte que le helo la sangre a Leah. --Tu no pasaras mientras yo viva… --dijo Padre Cuervo elevandose del suelo. --Que asi sea… --susurro Muerte. En una nube oscura, aparecio un hombre fornido y armado con un espadon: Guerra. Leah solo se mantenia lejos de donde pudiera recibir un golpe mientras Guerra y Muerte yacian en una encarnizada lucha. Al final, Muerte destruyo la vision y la figura de Padre Cuervo volvio a aparecer. Leah se acerco a Muerte y solto un gritito de sorpresa cuando Muerte le atraveso el torso con la hoz. --Abre… El portal… --le ordeno mientras lo arrojaba al suelo. El pobre anciano solo escupio sangre. --Tus secretos mueren contigo, anciano.--le espeto Muerte. --Los mios si… Pero no los tuyos. El talisman que llevaba se partio en trozos que salieron despedidos y se incrustaron en el pecho de Muerte, quien cayo de rodillas para despues tenderse en el suelo con un gemido de dolor. Leah corrio hasta el y lo tomo de los hombros intentando hacerlo reaccionar. !No podia desmayarse! ?Que haria ella sola? Un enorme agujero negro se abrio debajo de Padre Cuervo y apenas toco a Leah, esta se desmayo sobre el cuerpo de Muerte y ambos fueron absorbidos por la oscuridad. III. Despues de la s

  • La herencia de Agneta de Corina Bomann

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    Una esplendida finca en el sur de Suecia se convierte en el escenario de los acontecimientos del vertiginoso siglo XX, protagonizados por varias mujeres de una misma familia.

  • A Sexy Berling de Epilogue – Maya Blair

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    Te das cuenta de que no podre volver a mirarlos a la cara en lo que me resta de vida, ?verdad? Le dedico a Dee una lenta, perversa sonrisa antes de echar un ultimo vistazo al Gulfstreampor encima del hombro. Oh, si. Vaya que si lo se. De hecho, se me pone dura solo de recordar el modo en que consegui que gritara todos y cada uno de sus orgasmos. Tan alto, que hasta cabe la posibilidad de que la hayan escuchado en la Estacion Espacial Internacional. --Si no tuviera que conducir --ronroneo en su oido a pie de pista, tras rodearle la cintura con un brazo y atraerla hacia mi--, volveria a hacerte lo mismo en el asiento trasero del coche. Se agarra a mi cazadora y emite un quedo gemido tras hundir el rostro contra mi garganta. --Existen los arcenes, por si no se ha dado cuenta, senor Berling. Me pongo cachondo sin remedio cuando me llama asi, usando ese tono ronco y sexy que me hace desear tumbarla encima de la mesa de mi despacho para follarla como si no fuera a haber un manana. --?Te he dicho hoy que te quiero, preciosa descarada? Hace casi un ano desde esa primera noche en la galeria. Trescientos sesenta y tres dias de Dee Vargas y estoy mas que preparado para dar el gigantesco paso final y compartir las siguientes decadas de mi vida con ella. Tan simple como eso. Lo que no ha resultado tan sencillo es encontrar la manera adecuada de pedirselo. A fin de cuentas, no soy el tipo mas romantico del mundo y eso de dar la nota, en plan peliculero, va mas con Tyler que conmigo. ?Curiosidad por saber que fue lo que hizo el capullo de Wilder? Oh, bueno, joderme vivo. Basicamente. Se suponia que iba a ser algo intimo y tranquilo; nosotros nos quedariamos con Zoe mientras ellos disfrutaban de una cena en su guarida de soltero, coronada por el gran momento. Pero todo se precipito la tarde que lo acompane a la joyeria a recoger el anillo de pedida de Vanne. La cuestion es que habiamos quedado con ellas para cenar en un centrico restaurante y en algun momento antes del postre la cajita debio empezar a quemarle en el bolsillo, porque de repente estaba de rodillas, en mitad de la punetera sala, dando un espectaculo publico y saltandose por completo el plan previsto. ?Lo peor? Esa mirada en los ojos de Dee al ser testigo de la escenita, por no hablar de la sonrisa boba que tuvo pegada a los labios durante varios dias y que consiguio que se me pusieran de corbata. !Mierda! Estaba tan, pero taaaaan jodido... Y es que bastaba con echarle un vistazo a su expresion para darse cuenta que aquella gilipollez al empalagoso estilo Hollywood le parecia la cosa mas rematadamente romantica del ano. !Gracias, amigo! --Lo dijiste la ultima vez que tu... --Se muerde el labio inferior--. Ya sabes... --?Que yo que? --?He dicho que me encanta provocarla?--. Dimelo. Tantos meses juntos y todavia puedo conseguir que se ponga adorablemente colorada cada vez que le pido que hable sucio para mi. --!Bienvenidos! La oportuna aparicion de Joshua Ludlow hace que el alivio asome a sus ojos. --Salvada por la campana, preciosa. Me saca la lengua, juguetona. Esta vez se ha librado por los pelos. --En realidad no llevo la cuenta, Gabe. Simplemente los atesoro como el maravilloso regalo que son. Y esta es solo una de las muchas razones por las cuales estoy loco por ella. Si al menos Tyler no hubiera elevado el liston a la estratosfera con un gesto que bien podria haberse metido en su punetero culo... --Espero que hagas lo mismo con lo que tengo en mente --musito para mi mientras la observo alejarse de mi lado para ir a saludar a Joshua. Mas me vale convertir este fin de semana en algo memorable o me vere condenado a las comparaciones durante el resto de mi vida. Y, por si alguien todavia tiene dudas al respecto, al bastardo competitivo que vive en mi no le gustan los segundos puestos. No cuando se trata de la mujer que amo.

  • No todo se vende de Patricia Gomez Martin

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    Tras fugarse de su boda, ser secuestrada por el que iba a ser su marido y ser liberada por la policia, la vida de Vera cambiara por completo.
    Son solo cinco dias, de domingo a jueves, en las que las pesadillas seran las reinas de su noche. Y, durante el dia, por mucho que se esconda, siempre encontrara cajas rojas con un contenido diferente cada vez, acompanadas de rosas negras.
    Estas seran las responsables de que sus prioridades sean diferentes.
    So objetivo diario sera seguir con vida.

  • Fuera de su tiempo de Rangel M. Bellerose

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    1 CAPITULO 1 El libro 877 en las cuevas de Altamira, Espana. -!Fred!, !Fred!-, grito, -!han encontrado algo muy extrano, raro..., ven por favor! Fred era su companero, un arqueologo con bastante mala reputacion en las relaciones sociales, pero un gran profesional en su campo, habian avisado a quien grita para que entrasen en la cueva, y de inmediato, esta supo de lo extraordinario que tenian ante sus ojos. -?Que sucede senorita Storm?-, le pregunto Fred. Ese hombre siempre pensativo con su sombrero beige y bigote. -Creo que no se va a creer lo que hemos hallado en la cueva-, le dijo la mujer arqueologa. Al igual que su companero, esta era una joven de unos veintisiete anos, entusiasta por descubrir cosas del pasado, de la historia, pero a diferencia de Fred Smith, ella ni tenia su prestigio en ese mundo, ni la valia de la que tanto presumia su companero. No en vano, Fred era portada por tantos nuevos hallazgos, como por su desleal comportamiento ante la sociedad mas de elite. -Esta segura... son pocas las cosas que me sorprenden a estas alturas de la vida-, le respondio, -vaya a llamar a Victor, el no querra perderse su fabuloso descubrimiento. -Victor ya esta en la cueva, senor Smith-, le dijo ella. La mujer siempre correcta y amable en sus palabras, era una joven educada en la alta sociedad britanica, pero su pasion por lo desconocido le llevo a escoger una profesion, donde no era muy bien recibida. -Estupendo..., pues vamos a la cueva a ver eso tan fascinante. Ambos entraron a ese maravilloso lugar, en donde el tiempo quedo paralizado, donde nuestros ancestros dejaron sus huellas en forma de pinturas, como si aquel recondito lugar perteneciera al pasado. En una de las grutas, en donde se habian centrado los esfuerzos de los tres arqueologos, y el de los seis acompanantes o peones, asomaba bajo la dura piedra, una especie de paquete, atado con hilos de hebras y envuelto en multiples hojas de una especie de higuera, pero hojas de mayor tamano. -?Que es lo fabuloso?-, pregunto Fred. Victor le miro incredulo, este era otro joven, de unos treinta anos, sin mucha experiencia o reconocimiento, pero mucho mas entregado que Fred en sus labores, de origen hispano, a diferencia de Fred Smith y Camila Storm, los cuales eran ingleses, -ese paquete ha sido conservado a conciencia..., debe ser incluso mas antiguo que las pinturas. -Yo solo veo un trozo de hojas podridas-, respondio el ingles. -No podemos apreciar su tamano hasta que no lo desenterremos, pero queria que fuese usted quien lo describiese, creo que puede ser algo significativo-, le dijo Camila alumbrando con el candil. -Esta bien..., no deberia perder el tiempo, pero si es usted quien me lo propone, lo hare-, le contesto. Se sabia que Fred era un hombre muy admirado entre las senoritas, un verdadero seductor con estas y tambien con alguna que otra senora. -?Quiere que lo extraiga yo?-, le pregunto Victor. -No..., prefiero que lo hagan mis hombres, ellos tienen mas experiencia, si os apartais podremos comenzar. Tras un largo y laborioso trabajo, bajo la tenue luz de las antorchas, los arqueologos prestaban su paciencia al convencimiento de que estaban ante algo digno de ser estudiado, muy poca atencion habia sobre las cuevas de Altamira, tenian todos los permisos en regla para trabajar alli, y estos podian hacer cuanto les diese la gana en aquella magica y espectacular cueva. La noche se les vino, no era facil desenterrar en la piedra un objeto tan fragil como las alas de una mariposa, danadas con el paso de los siglos, y utilizando tan solo unas escobillas de puntas metalicas. -Creo que hoy va a ser dificil que lo podamos extraer-, decia Fred, -tal vez debieramos descansar hasta manana. -Usted es quien decide senor-, le respondio la joven emocionada con todo lo que se hallaba en las cuevas. -!Vamos a recoger todo y manana se proseguira donde lo hemos dejado!-, exclamo a sus operarios. Todos abandonaron el trabajo, la voz de Fred retumbaba en las paredes y se podian escuchar caer gotas de humedad al fondo en la oscuridad de la agonica cueva, de hecho, ese bulto estaba en el rincon ultimo, donde se supone que los antepasados usaban para dormir debido a la poca altura del techo de la cueva en esa zona. -?Le apetece cenar esta noche conmigo?-, pregunto el ingles a la joven, -en mi tienda dispongo de todo para su comodidad. Camila miro timidamente al hombre, luego un poco nerviosa miro a Victor, el cual estaba cerca de ellos, -no creo que sea apropiado para una mujer soltera. -Unicamente se trata de mantener una conversacion... no veo nada mal intencionado en ello, me gustaria conocerla un poco mas-, le hablo en tono seductor. -Entonces podriamos cenar los tres juntos-, respondio sujetando del brazo al hispano. Eso no gusto a Fred, de hecho, se le pudo notar en sus gestos, pero como iba a poder decir ahora que no, -claro…, cuantos mas seamos mejor-, dijo. Se alejo de ellos direccion a su tienda, los otros dos arqueologos se quedaron rezagados, -no debiste decirle eso, no creo que le guste que entre en su tienda-, solto Victor. -Pues que se enfade, somos un equipo y no veo razon para que no pueda cenar con nosotros. -Yo pienso que para el si que la hay…, no soy mas que un incordio entre vosotros. Ella se sonrojo, no porque tuviera nada con Fred, sino por el simple hecho de escuchar a Victor hablar de posibilidad de encuentro sexual con un hombre. -No hable asi, nada hay entre Fred y yo..., es un magnifico arqueologo, pero al igual que lo sera usted. -La conozco desde hace poco tiempo, pero es usted muy amable y me gustaria... que si fuese posible nos tutearamos-, le dijo. -?Como voy a hacer eso?…, en mi familia siempre se ha hablado con respeto, no puedo tutearle-, respondio sonriente y un poco menos sonrojada. Durante la noche, en la tienda de Fred, cenaban los tres con una vacia conversacion, podia notarse la tension entre quien no queria estar alli, quien no deseaba que alguno estuviera alli y el poco tiempo que hacia que se conocian, a veces era el silencio quien gritaba. -?Y pertenece usted a la familia de los Storm de Londres?-, le pregunto el ingles. -Mi padre es Alva Storm, hijo del dueno del mayor banco de Inglaterra, pero no me gusta nada que se me relacione con eso-, respondio. -No la entiendo, con una de las familias mas reputadas del pais, no comprendo que esta haciendo usted aqui, manchandose las ropas y las manos con tierra. -Hay pasiones que no entienden de logica..., usted deberia entenderme. -?Yo?, mi padre era herrero, muchas veces use el martillo, pero deseaba salir de ese trabajo tan duro y monotono..., esta fue mi unica alternativa y ahora me alegro por haberlo hecho. -Pensaba que lo suyo era mas vocacional-, le dijo Victor. -Al principio si, pero cuando has encontrado tantos tesoros y tantos reconocimientos, ya no es lo mismo. -Pero si es usted muy joven-, le dijo Camila. -Tengo ya treinta y seis anos…, ?joven?, llevo treinta trabajando, no en la arqueologia, pero trabajando…, solo quiero parar y disfrutar de lo que he conseguido-, decia. Miro a la joven, -y sin duda disfrutar de la compania de una senorita… tal vez se refiera usted a eso cuando dice que hay pasiones que no entienden de logica. Ella se sonrojo y le desvio la mirada, -es tarde..., creo que me voy a retirar. -Es cierto, muchas gracias por la cena y el vino-, dijo tambien Victor, -yo la acompano a su tienda senorita. -Buenas noches-, les dijo el ingles sin levantarse del asiento, algo poco habitual en un hombre al retirarse una mujer de la mesa. Victor y Camila salieron bajo un manto de estrellas, la noche era silenciosa, junto a la tienda de Fred, se encontraba la de Victor y un poco mas alla, la de la arqueologa en una extension pequena de terreno que mantenia la horizontalidad en el terreno, detras estaban las de los operarios. -?Cree usted que se ha molestado el senor Smith por no responderle?-, le pregunto la joven a Victor. -Creo que se ha molestado por otros motivos... es usted una joven muy bella y Fred es un hombre... como decirlo. -?Lanzado? -Bueno mas o menos... a mi no me gusta interferir en la vida de nadie, pero tenga cuidado con el. -No se preocupe por nada, soy una mujer con las ideas claras. -Me gusta que sea asi, pero el amor ciega... creame. -Buenas noches, gracias por acompanarme y por sus palabras. -Buenas noches... que descanse-, le dijo. Ella entro en su tienda y el joven se retiro a la suya, el dia habia concluido. La luz que entraba a traves de la tela beige de la tienda, dibujaba sus formas en el cuerpo bien vestido, con las prendas del sueno, de Camila. Esa claridad molesto en sus cerrados ojos, era la hora de levantarse y seguir con el trabajo, no sin antes tomar una buena taza de te caliente, era finales de otono y ya refrescaba bastante. Nada mas salir de su tienda, la mujer se dejo llevar por el fresco de la soleada manana en un enclave tan maravilloso, Camila sonaba desde pequena con la historia, con encontrar ese eslabon perdido que nos une a los mas primitivos. -Buenos dias-, le dijo Fred sentado junto a los demas, tomando el te y rodeando un pequeno fuego donde calentaban el agua, antes de comenzar con las labores. -Buenos dias, senor Smith…, tengo muchas ganas de ver que contiene ese bulto, apenas he podido dormir. El arqueologo la miro con prepotencia, -no creo que pueda mostrar nada mas maravilloso que esas pinturas de los techos, cada dia estoy mas fascinado con ellas. -Es algo que no le pongo en duda, pero ?no tiene interes por saber que contiene ese objeto? -Hay una gran controversia en si esas pinturas son antiguas o falsas..., debemos acabar con esa idea de inmediato, esto se debe mostrar al mundo como lo que es, y sinceramente no veo nada en particular con ese envoltorio. -Pero usted mismo ha visto con el esmero en que se ha tratado de conservar…, no puede contener algo banal. -Ya hemos recogido muestras de puntas, herramientas e incluso cenizas, lo que a mi realmente me fascina son esas pinturas, mi obligacion es datarlas lo antes posible para que se maraville el mundo. Ella mostro en su rostro la decepcion con la que la habia despertado, no comprendia que le habia hecho cambiar de opinion en la noche, -entonces., ?no va a reanudar los trabajos para desenterrarlo? -Por supuesto que no, ese trabajo lo podeis hacer vos y su buen amigo Victor-, le contesto. Seguramente no le habia caido bien que invitara al joven arqueologo a cenar y mucho menos que le rechazara su proposicion de conversar con ella a solas. -Muy bien senor Smith... puede que luego de que lo hallamos desenterrado no se nos reconozca ni el lugar, ni la fecha, nosotros no tenemos su prestigio y veracidad ante los medios.

  • Entre el corazon y la razon (Between 3) de Gema Martin Munoz

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    Tercera y ultima entrega de la serie Between.

  • Noche de fuego de Colin Thubron

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    Desde las primeras paginas de esta novela se nos desvela el final que aguarda a sus protagonistas, siete inquilinos de un mismo edificio de apartamentos--el casero, un pastor anglicano, un neurocirujano, una entomologa, un fotografo, un nostalgico de la infancia y un viajero--que perecen entre las llamas que provoca un cortocircuito. En sus ultimos instantes, los ocupantes del edificio rememoran episodios significativos de sus vidas; siete individuos que simbolizan en realidad siete aproximaciones al alma humana.
    Con un lirismo incomparable y un lenguaje cristalino y hermoso, Colin Thubron recrea la compleja trama de los recuerdos para salvarlos de las llamas.

  • Al servicio del Imperio de Pedro Santamaria Fernandez

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    Ano 65 d. C. Dos muchachos deciden alistarse en una nueva unidad del ejercito imperial compuesta exclusivamente por cantabros: la Cohors II Cantabrorum. Jamas han salido de su aldea y tienen un sueno: aprender de Roma para derrotarla. Pero, al contrario de lo que creen, Roma no se encuentra a un par de semanas de camino, ni es una aldea algo mas grande que la suya. El imperio que gobierna Neron es inmenso, mucho mas de lo que hubieran podido sonar los jovenes reclutas, que no saben que, al alistarse, entregan veinticinco anos de su vida al emperador. La Cohors II Cantabrorum sera destinada a la otra esquina del Imperio, a la levantisca procuraduria de Judea, donde la presion fiscal, los abusos de la administracion romana y las aspiraciones mesianicas de los judios amenazan con desestabilizar la zona. Los jovenes cantabros se veran envueltos en una autentica revolucion, en una tierra que no comprenden, y tendran que ejercer de brazo ejecutor de un imperio al que detestan y enfrentarse a un pueblo que lucha por su independencia, tal y como lo hicieron sus abuelos. La revuelta judia constituira un terremoto historico de primera magnitud del que aun, a dia de hoy, se sienten las replicas. La guerra, sangrienta y apocaliptica, contribuira al final de la dinastia Julio-Claudia y al nacimiento de la dinastia Flavia. Mas aun, de las cenizas del Templo de Jerusalen naceran dos religiones hasta entonces embrionarias: el judaismo rabinico y el cristianismo. <>. Yehuda Amichai

  • Irresistible 1 de Robyn Hill

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    Aunque siempre me he sentido un privilegiado en la vida, el dia que aterrice en Las Vegas maldije mi mala suerte. Despues de dos meses en Nueva York, en un centro de desintoxicacion por consumo de cocaina, habia decidido trasladarme a la ciudad del pecado. Alli me aguardaba un productor musical con un contrato para cantar en un casino y publicar un disco. Estaba entusiasmado, deseando empezar cuanto antes. Por desgracia, todo eso se habia evaporado de repente, pero empezare por el principio. Para quienes no me conozcais, mi nombre es Eric Cassel, naci en Paris, tengo treinta anos y fui un jugador de futbol muy reconocido durante ocho anos, e incluso llegue a ser internacional en cien partidos. El futbol para mi no fue mas que un medio para lograr mi independencia economica, si, me gustaba, sin embargo, no era mi autentica pasion. Aquello que siempre me ha hecho sentir vivo es cantar. Desde pequeno me gustaba coger el mando a distancia del televisor e imaginar que cantaba como Frank Sinatra, mi idolo, frente a miles de personas. Pero casi sin darme cuenta, el futbol se cruzo en mi camino y devoro todo mi tiempo libre, aunque yo sabia dentro de mi que, tarde o temprano, acabaria cumpliendo mi destino. Cuando festejabamos en cualquier discoteca la consecucion de algun titulo con mi equipo, el Paris Saint Germain, me encantaba apoderarme del microfono y cantar <>. !Que bien lo pasaba! Magnifique! Aun asi, en aquellos tiempos cantar lo hacia solo de vez en cuando, por diversion. Una lesion me obligo a retirarme del futbol hace dos anos y, sin la necesidad de trabajar en la vida, el cine me pico la curiosidad, ya que siempre me habian ofrecido papeles para protagonizar peliculas debido a mi agraciado fisico y a mi fama. Fue una etapa muy divertida, pero cuando me llamaron de un festival de cine de Nueva York para ser jurado a ultima hora sustituyendo a un importante director frances, entendi que era una senal del destino. En cuanto pise la ciudad, me deje contagiar por la electrizante energia que desprende cada rincon y supe que habia llegado el momento de probar un nuevo desafio empezando de cero. La suerte quiso que despues de cantar, por casualidad, en un bar de moda de Manhattan, un productor se acercase para ofrecerme cantar en Las Vegas en un casino de su propiedad y, si triunfaba, publicar un disco. No me sorprendio que esto ocurriera en Estados Unidos, la tierra de las oportunidades, asi que le dije que si inmediatamente. Por desgracia, una noche loca que disfrutaba de la compania de dos amigas, me arrestaron en plena calle con dos gramos de cocaina. Despues de arduas negociaciones con la fiscalia, mis abogados lograron un excelente trato: una fuerte multa economica de cuatro ceros, dos meses en una clinica de desintoxicacion y continuar en posesion de mi visado de turista. Asi pues, en junio aterrizaba por primera vez en Las Vegas. Despues de registrarme en una suite en el MGM, alquile un Ferrari para acudir a la oficina del productor, en el centro comercial Fashion Show. Me encontraba entusiasmado, con mariposas en el estomago, imaginandome en un gran escenario ante miles de personas. En cuanto sali de las escaleras mecanicas, me quede con la boca abierta. Se habia formado un tumulto de gente, y de ahi, de repente, salieron dos policias escoltando a un hombre corpulento y calvo: el productor que habia conocido en Nueva York. Merde! Pregunte a una mujer y me comento que, al parecer, lo habian detenido por estafa. Toda mi ilusion se vino de abajo de pronto. Sintiendo una profunda decepcion, decidi pensar en mi siguiente paso mientras regresaba conduciendo por El Strip, la avenida principal de Las Vegas. Podia regresar a Paris, pero alli los medios me verian como el exfutbolista millonario que canta por capricho. Tambien podia permanecer en Las Vegas y encontrar un sitio donde cantar, si, seria divertido seguir los pasos de Frank Sinatra. Ademas, a cada paso me cruzaba con bellisimas mujeres buscando amour. Me resultaba imposible vivir tiempos prolongados sin la calidez y el aroma femenino. Conquistar a una mujer es un manantial de fuertes sensaciones, y algo a lo que nunca podria renunciar. Necesitaba el placer suculento de su piel, por eso queria estrenar cuanto antes la cama matrimonial con una noche eterna de lujuria y desenfreno. En cuanto llegue a la suite, encendi el televisor. Odio el silencio y siempre necesito bullicio a mi alrededor. Ordene que el servicio de habitaciones me trajera una botella de Dom Perignon, mi champana favorito, y la puse a enfriar en la nevera. En ese momento llamo mi madre al telefono del dormitorio. --?Cuando te vas a casar, Eric? --fue lo primero que dijo--. Quiero que me des nietos de una vez. Estoy cansada de esperar, no quiero morirme sin nietos. Suspire. Mi madre siempre con la misma cancion. Esposa, hijos, hogar... --Mama, acabo de llegar a Las Vegas. Aun no he encontrado a la mujer ideal, ya te lo he dicho --dije mientras me sentaba sobre la cama y me quitaba los zapatos. --!Ya no quiero que me presentes mas a tus novias! --dijo con enfado--. La proxima mujer que conozca sera mi futura nuera, que ya me queda poco para pasar a mejor vida. --Mama, que solo tienes sesenta anos... --dije negando con la cabeza. A mi madre le encantaba el drama. --Hijo, nunca se sabe. --Mama, te quiero muchisimo y te echo mucho de menos, pero primero he de encontrar a esa mujer que haga sonar mi corazon. Ahora tu eres la mujer mas importante de mi vida --dije con una sonrisa, sabiendo como agradarla. --Oh, callate --dijo mi madre riendo--. Siempre consigues que se pase mi enfado. --?Cuando vendras a visitarme? --En cuanto me tome unas vacaciones... --Deja el trabajo de una vez, yo te mantendre. Sabes que el dinero no es problema, mama. En ese momento llamaron a la puerta. Sin duda, seria room service con mi Dom Perignon. --Me gusta mi trabajo, Eric. En casa me aburriria, echaria de menos a mis pacientes. Ser enfermera es mi vocacion. --Esta bien, como quieras --dije sabiendo que seria imposible convencerla--. Te dejo, que llaman a la puerta. Luego hablamos. Un beso. --Un beso, hijo. Cuidate. *** Despues de almorzar en el hotel, decidi pasear por el casino del MGM. Mi plan era hablar con la gente y descubrir un bar donde pudiera cantar, aunque fuese en modo karaoke. Me era indiferente si me pagaban un salario o no, con acudir todas las noches y disponer de un publico entregado, me daba por satisfecho. Yo solo queria hacer aquello que de verdad me complacia. Muy cerca de la entrada me llamo la atencion la jaula de cristal habitada por leones reales. Los turistas se fotografiaban sin cesar; a todos les parecia divertido encontrarse animales salvajes al lado de las slot machines. Enfrente se situaba una pared con decenas de televisores y, en cada uno, se retransmitia un acontecimiento deportivo distinto. Los empleados atendian a los jugadores que formaban una fila india esperando con resignacion su turno para apostar. Rios de gente iban y venian en medio de luces y sonidos hipnoticos. Las mujeres me miraban sin disimulo, y yo les saludaba con un guino o un movimiento educado de cabeza. Oh, femmes... Estableci contacto visual con una bella camarera de ojos verdes, que se acerco cimbreando las caderas y bandeja en mano. --Hola, guapo, ?quieres algo para beber? --me pregunto con una sonrisa seductora. --Si, un kamikaze, por favor. Era mi coctel favorito para empezar las fiestas. Se trataba de una racion generosa de vodka, zumo de limon, jarabe natural y escarchado con azucar. Mmm... sensationnel. Pero no solo habia llamado a la atractiva para ordenar una bebida, si trabajaba en Las Vegas debia conocer bien la ciudad del pecado. --Me encantan tus ojos, ?como te llamas? --pregunte cogiendola de la mano y mirandola fijamente. Observe como sus pupilas se dilataban, lo que solo podia significar que le atraia. --Pamela --dijo inclinandose hacia mi. --Pamela --repeti lentamente su nombre--. Dime un bar donde pueda cantar y pasarlo bien. La camarera se quedo pensativa durante unos segundos mientras yo la desnudaba con la mirada. De su preciosa boca salio finalmente una direccion. --En Town Square hay un bar que se llama Yesterday. Una vez fui con mis amigos y pasamos una noche muy divertida con la musica de los noventa --dijo apoyando su mano sobre mi pecho. --Genial. Gracias, Pamela --dije mostrando mi mejor sonrisa. --No te vayas muy lejos, ahora te traigo tu bebida... Pamela me dio la espalda y observe de nuevo su sexy contoneo. Sus gluteos eran firmes y se movian con una gracia que embrujaba. Suspire de amor. Mi interes en Las Vegas no era precisamente el juego, pero pisar la ciudad y no apostar, era como ir a Paris y no visitar la Torre Eiffel. Me acerque a una mesa donde un grupo de gente enfervorizada jugaba a la ruleta. Pedi cambiar cien dolares en fichas, y fui dejando montoncitos sobre el tapete, algunos en la frontera entre dos numeros. Lo ideal hubiese sido entablar conversacion solo con mujeres, pero en ese momento me parecio que una pareja se lo estaba pasando de maravilla. Decidi acercarme primero a hablar con el hombre, ya que si abordaba primero a la mujer, como es logico, se hubiese creado una tension innecesaria. --?De donde sois? --pregunte al joven, cuya edad rondaria los veinticinco anos. --De California. ?Y tu? --De Paris. ?Has estado alguna vez? --No, pero a mi y a mi mujer nos encantaria --dijo y despues se giro hacia ella--. Carino, te presento a un frances. Ella me saludo con una bonita sonrisa. --Ella es Michelle, y yo soy Sam. --Yo me llamo Eric Cassel. Michelle era un bellezon con un cuerpo escultural. Me incline a Sam y le susurre: <>. Sam me tendio la mano para que chocara las palmas, lo que los americanos llaman high five. En ese momento regreso Pamela con mi coctel kamikaze. --?Donde estabas? Pense que te habia perdido --dijo poniendo una mano sobre su cadera, como si estuviera enfadada. Sin pensarmelo dos veces, le di un beso en la mejilla, lo que le causo extraneza al principio, pero despues le parecio un gesto divertido. --En Francia solemos dar un beso en la mejilla cuando acabamos de conocer a una mujer --dije para excusarme. --Me gusta el estilo frances --dijo Pamela sin dejar de mirarme mientras me deslizaba una nota en mi chaqueta. Seguramente su numero de telefono. --?Que bebida es esa? --pregunto Michelle. --Kamizake. Pamela, por favor, trae una ronda de kamikazes para mis nuevos amigos. Yo invito --dije. Sam y Michelle vitorearon mi generosidad. Ya habia empezado a granjear amistades a las pocas horas de llegar. La decepcion por el arresto del productor estaba mas que olvidaba. La vida sigue. --?Que os parece si despues nos vamos a un bar que me ha recomendado Pamela para cantar? --pregunte rodeando por los hombros al matrimonio. --!Si! !Me apetece cantar! !Sera genial! --exclamo Michelle pegando saltitos de ilusion. Al cabo de un rato, con el alcohol de los kamikazes fluyendo por nuestras venas nos apeamos del Ferrari en frente del Yesterday. Senti un cosquilleo en el estomago, como el que sufren los artistas antes de salir al escenario. Entre el primero y me quede unos segundos mirando el bar, procurando que todos reparasen en mi presencia. Era tambien otro truco del manual del seductor: hacerse notar, por eso habia decidido acudir con gente, para no entrar solo, lo cual me hubiera ocasionado la perdida de valor. El Yesterday era un bar no demasiado grande, con paredes decoradas con fotografias de los muchos clientes que lo habian visitado. La luz era calida y acogedora, y todos parecian disfrutar de un rato formidable. La barra se disponia en forma de u, y varios camareros se afanaban en preparar cocteles y servir nachos con queso. Al fondo, un pequeno y simple escenario para debutar en Las Vegas. No estaba mal. Michelle, Sam y yo nos sentamos en una mesa, y ordenamos las bebidas. Ellos, cervezas; yo, un Dirty Monkey, que consiste en vodka, licor de cafe, un poco de crema de whiskey, leche y platano. Enseguida pedi mi cancion: <>, del maestro Frank Sinatra. Michelle se decanto por <> de Natalie Imbruglia, y Sam decidio tomarselo con calma. Mientras llegaba nuestro turno les pregunte cuanto tiempo llevaban casados. --Un ano --dijo Sam mirando a su esposa. Michelle asintio con la cabeza. --Nos conocimos a traves de unos amigos. Fue un flechazo, en cuanto lo vi supe que era el hombre de mi vida. --Y yo la mujer de mi vida --dijo cogiendola de la mano. Se dieron un beso rapido y carinoso en los labios. De repente, me llamaron al escenario, me sentia pletorico de energia, como un nino el dia de Navidad. Sabia que los dejaria a todos asombrados con mi voz. Los primeros compases de la cancion empezaron a sonar mientras disfrutaba del escenario. Yo era el centro de atencion en ese momento y eso me encantaba. Ahora empezaba lo mas bonito, seducir al publico, amarlos y llevarlos a la cama... Mi voz empezo a llenar el bar a la vez que observaba la reaccion entusiasmada de todo el bar. A mitad de la cancion, salte del escenario a las mesas, me arrodille delante de un grupo de mujeres... Asi debia sentirse Frank Sinatra en sus inicios. Pero esto no fue lo mas increible, cuando termine la actuacion me despedi entre apasionados aplausos. En cuanto regrese a la mesa, un hombre bajito y rechoncho se me acerco y me dijo: --Me llamo Lou Wagner. Acabo de abrir un nuevo restaurante espectaculo, y quiero contrarte. ?Que me dices? Sonrei de oreja a oreja. Esto solo podia suceder en America.

  • Al ritmo de tus besos de Sarah Mccourt

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    Me he gastado los ultimos diez euros en unas cervezas y tengo que volver andando a casa. Son solo un par de kilometros, pero hace frio y son casi las dos de la madrugada. Eran mis ultimos diez euros, mi cuenta corriente esta en numeros rojos y solo estamos a mitad de mes. Aunque eso no importa, desde que me despidieron hace casi dos meses no he vuelto a encontrar trabajo y no tengo ningun ingreso. Lo que significa que, a menos que suceda algun milagro, no podre hacer frente al alquiler del piso que comparto con otras dos estudiantes, ni tampoco a los gastos. Por no poder, tampoco podre comprar comida, ni la tarjeta de transporte para ir a la Universidad. Soy estudiante de cuarto de medicina y hasta ahora las becas han cubierto la matricula de la Universidad y parte de los gastos que supone desplazarse a otra ciudad. El resto del dinero procedia de mi trabajo como camarero en todo tipo de bares a lo largo y ancho de la ciudad, pero hace ya dos meses que no encuentro nada. Eso ha afectado a mis estudios y si las cosas siguen asi, no me quedara mas remedio que dejarlo todo y regresar al pueblo con mis padres. Manana volvere a patear la ciudad en busca de trabajo. La Navidad esta a la vuelta de la esquina y en esta epoca del ano siempre hay mas demanda de camareros. El motivo de mi despido fue que me pillaron en el bano tirandome a una de mis companeras. Llevaba meses insinuandose e invitandome a salir y aunque aguante casi seis meses dandole largas, aquel dia me preparo una encerrona y cai como un idiota. Pero, ?quien es capaz de resistirse a una mujer a la que pillas masturbandose en el bano? En realidad no la pille, ella lo organizo todo para que la encontrara alli, sentada sobre la tapa del WC, abierta de piernas, con los dedos sobre el clitoris y cara de estar disfrutando como loca. Intente dar media vuelta y salir corriendo, pero ella no me lo permitio. Ni ella ni ese segundo cerebro que llevo entre las piernas y que ya me ha jugado mas de una mala pasada. Pense que seria algo rapido y que nadie se enteraria, pero pocos minutos despues de empezar con la faena aparecio el gerente y nos puso a los dos de patitas en la calle. Al final se me paso el calenton, me quede sin trabajo y aqui estoy, muerto de frio, solo y sin un solo euro en el bolsillo. Actualmente comparto piso en el centro de Madrid con un par de chicas que tambien son estudiantes, Maria y Nuria. Ellas tampoco van sobradas de dinero, aunque Maria no tiene que trabajar para pagar el piso y sus gastos, ella es una de esas afortunadas cuyos padres le pagan todo porque quieren que este concentrada unicamente los estudios. Maria estudia Matematicas y Nuria Derecho. Mi relacion con ellas es cordial, pero apenas nos conocemos, solo llevamos compartiendo piso cuatro meses y no puedo pedirles que paguen mi parte del alquiler. Tampoco puedo pedirselo a mis padres, que sobreviven estrechamente con la pension de mi padre, y mucho menos a mi hermano Juan, el es el mayor de los dos, y tambien el que mas suerte ha tenido. Aunque si le preguntas no dudara en contarte que todo lo que tiene se debe a su esfuerzo y trabajo. Es abogado y gracias a su suegro, que tiene un despacho en Serrano, tiene trabajo y un sueldo con muchos ceros que sirve, entre otras cosas, para pagar los caprichos de su mujer. Si le pidiera ayuda me soltaria otra vez el mismo rollo de siempre y terminaria con dolor de cabeza, y sin conseguir mi proposito. Apenas quedan quinientos metros para llegar a mi piso. Es un piso viejo, amueblado con muebles aun mas viejos, pero es centrico, esta bien comunicado, tengo una habitacion para mi solo y el alquiler no es demasiado alto. Al principio las chicas eran reacias a meter a un tio en casa, especialmente Maria, pero despues de charlar un rato con ellas a Nuria le cai bien y convencio a Maria para que me quedara. Vivir con dos mujeres es mucho mejor que vivir con otros hombres. Tenemos turnos para hacer la limpieza de las zonas comunes y la compra, asi que el piso siempre esta limpio y la nevera llena. Cada uno se encarga de la limpieza de su habitacion y de su ropa, y aunque no hay normas en cuanto a las visitas, ellas no han traido a ningun hombre a casa en estos meses, asi que intuyo que no es algo que les haga mucha gracia. Al principio me parecieron demasiadas normas, pero comparado con el caos que era mi vida hace unos meses, ahora vivo mucho mas tranquilo. Si no fuese por el puto dinero, mi vida seria perfecta. Saco las llaves del bolsillo cuando llego a la esquina de la calle donde vivo y repentinamente una limusina se para a mi altura. Por estas calles tan estrechas apenas cabe un coche de estas dimensiones y me pregunto de donde demonios habra salido. Una de las ventanillas traseras se abre y un hombre de casi sesenta anos se asoma a traves de ella y se me queda mirando. --Buenas noches --dice, y miro a mi alrededor para asegurarme de que se esta dirigiendo a mi. No hay nadie mas en la calle aparte de mi y supongo que se habran perdido y solo quiere preguntarme alguna direccion. --Buenas noches --respondo. --?Te gustaria ganar algo de dinero? --me pregunta. ?De verdad acaba de preguntarme si quiero ganar algo de dinero? --?Como dice? No tengo claro si ha sido mi imaginacion. En este momento estoy tan desesperado por conseguir algo de pasta que es posible que solo me lo haya imaginado. --Te preguntaba si te gustaria ganar un poco de dinero --repite, y esta vez estoy seguro de haber escuchado bien. --Depende --respondo, aunque no depende de nada. Estoy desesperado, tanto que seria capaz de hacer casi cualquier cosa, espero tener suerte y que ese casi no sea la cuestion que nos ocupa. --Esta es Marla, mi mujer --dice abriendo del todo la ventanilla y echandose hacia atras. Me agacho un poco, lo suficiente como para mirar hacia la tal Marla, que en este momento me saluda con la mano y sonrie mostrando una dentadura perfecta. El interior de la limusina esta oscuro y no se ve demasiado bien, pero por lo poco que puedo apreciar, Marla esta como un tren. Tiene el pelo largo y rubio, ojos grandes, aunque no puedo ver el color, labios carnosos, y lleva un escote que deja parte de sus senos a la vista. Desde aqui no puedo ver nada mas, pero puedo imaginarme el resto de su cuerpo y mi segundo cerebro reacciona inmediatamente. --?Te gusta lo que ves? --pregunta el hombre. Pues claro que me gusta lo que veo, pero la cuestion es que acaba de decirme que Marla es su mujer y no estaria bien que respondiera que si, que me gusta y mucho. En cuestion de tias soy bastante basico. Voy a lo que voy, nunca me he enamorado ni he sentido todas esas cosas de las que las mujeres suelen hablar, y no soy demasiado romantico. Mi cuerpo reacciona inmediatamente cuando veo a una mujer guapa, supongo que es lo normal en un chico de veinticuatro anos. Pero la cuestion es que esta mujer, por muy buena que este, ya esta pillada. --Puedes hablar con total sinceridad --me anima el viejo. --Es... muy guapa --acierto a decir. Espero que esto no sea una trampa o una camara oculta, aunque tampoco es que sea normal que una limusina pare en medio de la calle y el tipo que va en su interior te pregunte si te gusta su mujer. --Te dare dos mil quinientos euros si entras en la limusina y haces todo lo que ella te pida --me ofrece el hombre. ?Acaba de ofrecerme dos mil quinientos euros por tirarme a su mujer? No, no puede ser, esta noche no es mi noche. Estoy cansado, algo deprimido y solo oigo lo que me gustaria oir. --Perdone, ?se trata de una broma? --pregunto. --No, no es ninguna broma. --?Me esta diciendo que me folle a su mujer y que a cambio me va a dar dos mil quinientos euros? --Si, mas o menos. No se si ella quiere... follar o tiene otras cosas en mente. --?Y usted que hara mientras tanto? --Sere un simple espectador --responde con total tranquilidad. !Joder! ?De verdad me esta pasando esto?

  • Monteperdido, Agustin Martinez de Agustin Martinez

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    Y tu, ?seguro que quieres conocer toda la verdad sobre lo que sucedio en Monteperdido?

  • Nanami de Black Neon Thunder

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    Me llamo Nanami que significa reina de los siete mares, pero yo no me considero una persona especialmente importante. Siempre he vivido una vida relativamente tranquila con mi madre y mi otra hermana mayor Yukiko. A pesar de ser Japonesas, vivimos en Londres ya que mi madre emigro en busca de un cambio de aires. Nunca supe de mi padre, y no es que no intentara saber de el, es que mi madre siempre ha sido muy hermetica con el tema. Poco se de mi familia, lo unico que se es que siempre he tenido el presentimiento que algo extraordinario pasaria en mi vida y creo que esta a punto de pasar.
    Acompaname en mis aventuras y desventuras, en mis delirios y grandezas, porque esta es mi vida, agitada como el mar, pero con la suficiente calma para no perder la cordura.

  • Casualidad o destino de E. Manzanares

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    A veces creemos que la casualidad en la vida nos hace ir hacia un evento que nos cambia por completo el camino que llevamos trazado, otras veces creemos que el destino nos hace cambiar de rumbo en la vida.
    Enamorarse puede ser quizas por una obra del destino o simplemente por la casualidad de estar en el momento y el lugar indicado donde conoceras a esa persona que hara que tu destino tome un rumbo diferente al que tenias planeado.
    La historia de Andrea es tal vez manipulada por el destino, perder de la noche a la manana a su familia no puede ser una casualidad y que tuviera que tomar las riendas de todo lo que su padre construyo tampoco debio ser una casualidad. Quizas el conocer una tarde al hombre que le hizo latir desbocado el corazon si fue obra del destino.
    Ella se enamoro de Emilio y el penso que podria manejar su atraccion por ella, sin contar que el destino podria tener marcado que sus vidas un dia se unieran y que fue una casualidad conocerla aquella tarde.

  • La escapista de Brad Meltzer

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    ?Quien es Nola Brown? Un misterio. Un problema. Y se supone que esta muerta.

  • El dulce sabor del amor de Yolanda Bello

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    El hambre puede volver loco a una persona. Ese vacio dentro que te retuerce y te apunala hasta que la unica cosa en la que te puedes concentrar, es en llenarlo. Poder, dinero, mujeres... comida. Algunos hombres tienen apetitos que nunca podran ser apaciguados. Un hambre tan grande, tan poderosa, que es imposible parar. Hombres como yo. --Llegamos, Sr. Flint. Levanto la vista de las facturas y ordenes de trabajo en mi regazo y veo a mi conductor mirandome por el espejo retrovisor. Asiento con la cabeza mientras el Maybach se detiene frente al restaurante. Normalmente conduzco yo mismo. Dios sabe que tengo suficientes autos para manejar, pero hoy ha sido un dia ajetreado, y he pasado todo el tiempo que he podido revisando el papeleo para un nuevo lugar en Las Vegas. --Gracias, Cliff --Le digo mientras abre la puerta y salgo a las luces de 'Cuchillo': el restaurante mas concurrido de Los Angeles. Le doy cien dolares--. Tomare un taxi de regreso. Puedes irte, gracias. Sonrie con amistad, vuelve a entrar en el auto y se va, dejandome de pie por un momento frente al lugar. Todavia se ve hermoso despues de todos estos anos. Una gran entrada; un cristal tan fino que juraria que no hay nada alli, enmarcado por madera en grano escogida a mano de los troncos de Portland. Un dosel de color rojo intenso, inspirado en los cines de epoca de la Prohibicion, se asoma por encima de las puertas. Mas arriba de eso, la palabra ‘Cuchillo’ en letras de acero. A traves del cristal a ambos lados de la entrada, brillando en el oro de la luz de las velas contra la mamposteria vista, puedo ver a los comensales sentados en sus mesas. La musica de sus charlas, sus risas y sus cubiertos es tenue, tanto como el aroma del ajo y la salsa de vino blanco en los mejillones, la dulzura de un souffle recien caramelizado. Sensaciones que te invitan como las pestanas parpadeantes de una mujer, instandote a acercarte mas, lo suficientemente cerca como para devorar lo que has puesto en tu mirada. El lugar es limpio, elegante, moderno. Y en una noche como esta, incluso despues de un dia como hoy, cuando la brisa del Pacifico que se mueve por Los Angeles empuja las hojas de las palmeras como si estuvieran conjurando un sueno, es casi magico. Lo que no se ve es la sangre, el sudor y las lagrimas incrustadas en esos ladrillos. La lucha y las dificultades que los unieron. Las traiciones, las amistades rotas, el empuje ardiente y la determinacion resistente que puso sus cimientos. Solo yo puedo verlos. Parado aqui, soy el unico que puede entender como se lograr formar desde cero un lugar como este. Subo y entro, saludado por el maitre de pie detras de su podio. --Buenas noches, Sr. Flint --dice. --Buenas noches, Alvaro. El hombre a trabajado aqui durante seis anos y sigue siendo el mejor. El chiste dice que Alvaro es tan bueno haciendo esperar a la gente que es solo cuestion de tiempo antes de que el DMV lo contrate. El trabajo esta en su sangre. Tanto asi que no me llama Xavier, no importando cuantas veces se lo haya pedido. --?Que desea hoy, senor? --Bueno, he pasado un dia entero tratando con los idiotas de Las Vegas, no he comido desde esta manana, y me gustaria llegar a casa a tiempo para ver lo mas destacado de los Clippers. Mientras traes el vino mas alcoholico que tengas, no me importa lo que la carta ofrece. Alvaro sonrie ironicamente. --Muy bien, senor. La mayoria del personal del restaurante empezaria a sudar ante la idea de escoger algo del menu ellos mismos, pero como dije, Alvaro es de una raza diferente. Su truco esta en saber lo que la gente va a pedir mientras sigue esperando. Un talento, que a mi juicio, merece aplausos. Acabo de decirle que estoy cansado y que me falta tiempo, lo que significa que no me molestare con un aperitivo. El vino mas alcoholico que tienen es un tinto Zinfandel, que se recomienda para los platos de carne de vacuno. Y ademas, es martes de mayo, asi que acaban de recibir una nueva entrega de cortes de rib eye, que por lo demas es de un sabor unico y exquisito. --?La mesa cuatro, senor? Asiento con la cabeza y me muevo hacia adentro. Es una noche relativamente tranquila, lo que significa que la mayoria de las mesas estan llenas, pero no hay fila afuera. Mi instinto mueve inmediatamente la atencion sobre las tres mujeres atractivas que se encuentran en una mesa al otro lado del lugar. Especificamente la rubia recatada que me mira de reojo, con un vestido verde tan ajustado que no necesito de mucha imaginacion para saber que hay debajo. Me pilla mirando e inmediatamente coge su copa de vino para esconder la verguenza en sus labios. Segundos despues de tomar asiento, el vino es traido y vertido en mi copa. Me inclino hacia el camarero y apunto sutilmente en la direccion de la rubia. --?Que estan bebiendo alli, Ned? Hizo un gesto sutil, con indiferencia, y luego me miro a mi. --El rosado de la casa, senor. --Enviales otra botella, yo invito. Diles, pero mira a la rubia cuando lo hagas, que es por lucir tan elegantemente esta noche. --Si, senor. El camarero se va y yo espero a que la rubia me mire de nuevo antes de levantar la copa en su direccion. Ahora sonrie mas ampliamente, y luego susurra a sus amigas, que miran a su alrededor. Solo una rapida mirada antes de que vuelvan a su posicion, inclinandose para reirse entre ellas como conspiradoras. Un clasico que jamas pierde poder cuando se trata de mujeres, siempre genera un gusto delicioso. Tal vez me reconozcan del programa de television que tuve hace un par de anos, donde ensene a un grupo de ex convictos y jovenes delincuentes a cocinar profesionalmente. Fue un momento divertido, pero abandone el programa cuando me di cuenta de que la productora seguia tratando de crear un drama entre los miembros del elenco. En realidad, la mayoria de ellos amaban la cocina como patos el agua, y el trabajo arduo no dejaba a ninguno con suficiente energia para causar problemas. Asi que los productores tuvieron la "brillante" idea que eso condimentaria un poco el espectaculo y provocaron algunas peleas, para que los cocineros se pusieran nerviosos. Bueno, y a mi no me gusta el drama, especialmente en mis cocinas. Asi que renuncie. Cambie los delantales blancos de chef por trajes finos, empece a peinarme por las mananas, y decidi volver al lado de los negocios ya que 'Cuchillo' parecia estar funcionando bien, solo con una supervision limitada de mi parte. Fue entonces cuando empece mis planes de abrir otro restaurante, esta vez en Las Vegas. Volvamos al vino, ese espectaculo si que me gusta, las mujeres aun tienen la boca escandalizada y rubores leves. El camarero me senala y yo levanto una ceja, manteniendo los ojos en la rubia mientras me llevo la copa a los labios, saboreando el dulce sabor del vino y la elegante curva de su escote al mismo tiempo. Ahora sonrie, se esconde timidamente detras de ese cabello y me echa unas cuantas miradas. Sus delgados dedos sostienen delicadamente el tenedor que juega alrededor de su plato. Suave y cuidadoso. No dire que llevar a esta mujer a la cama esta noche sera facil, pero la verdad es que no va a ser dificil. Y despues de la semana que he tenido, me vendria bien la distraccion. --Su filete, Xavier. Me alejo de la rubia para ver a Ned, el camarero, colocar el plato grande frente a mi. --Gracias --Un pequeno grunido sale de mi voz mientras miro hacia abajo a la carne jaspeada. Apetitosa y jugosa, delineada por los chorros de granos de pimienta y las lineas de la parrilla, la salsa de vino tinto que brilla de tal manera que parece casi viva. La rubia tendra que esperar un poco. Corto un trozo, me gusta ver que los cuchillos han sido afilados, y revelo el centro; rojo como la lujuria. Lo lanzo, tomo un pedazo de la patata crujiente como si fuera una idea de ultimo momento, y me lo pongo en la boca. Mi cerebro tarda aproximadamente un segundo en recibir los mensajes que mi lengua me esta enviando, pero cuando me doy cuenta, vuelvo a poner los cubiertos en el plato lo suficientemente fuerte como para hacer que los comensales que me rodean giren en mi direccion. Ned se apresura, sus cejas de muneco Ken suben mientras ve mi mandibula apretada y mi expresion fija. --?Algo va mal? --dice timidamente--. ?Quien trabaja en las verduras esta noche? --Um… Camila. --?Camila? --Si… la nueva chef. La contratamos la semana pasada, ?recuerda? mientras usted estaba en Las Vegas. Frunzo el ceno. --Traela aqui. Ned duda por una fraccion de segundo, obligandome a mirarlo y a borrar cualquier duda de que estoy siendo cien por ciento serio. Luego, desaparece de la escena. Despues de golpear con los dedos el fino mantel por unos instantes, el camarero regresa, la chef viene siguiendolo de cerca. Camina elegantemente, orgullosa. Hombros hacia atras y barbilla alta. Su parte superior de color blanco y los pantalones negros holgados que esconden su cuerpo, el cabello rubio oscuro retorcido y enterrado bajo una redecilla, el cuello largo y las delicadas facciones de su cara son aun mas llamativas para la sencillez del atuendo. Ojos marrones con forma ovalada, labios que se mueven como si estuvieran en medio de un beso, y una nariz ligeramente respingona tan perfecta que solo un artista podria haberla hecho.

  • Hola, preciosa de R. Vera

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    Rebeca Millan es una joven profesora interina de instituto que nunca ha tenido demasiada suerte con los hombres. Su unica meta al comienzo del nuevo curso academico es aprobar las malditas oposiciones y dejar de sonar todas las noches con. el, un desconocido enfundado en gafas de sol y gorra con el que se lleva cruzando durante todo el verano cuando va a correr por el Paseo Maritimo.

  • Huellas de un beso de Marcia Aqova

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    Fiore Evans aprendio a corta edad que es mejor que nada la tome con la guardia baja, ir siempre por lo seguro y no llamar la atencion de mala manera. Hacer lo que se espera de ella conlleva tener una vida muy organizada y planeada. Eso esta bien, despues de todo se sabe desenvolver mucho mejor en lo que ya conoce dandole muy buenos resultados. A la vuelta de la esquina estan sonando las campanas de boda, nada mas y nada menos que con quien ella considera el hombre perfecto. Sin embargo, nunca conto con que el destino la llevaria a tropezar con una persona del pasado. Una persona a quien en su momento apenas noto.

  • Cuidare de ti de R. M. De Loera

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    Mientras levantaba la mano, para despedirme de mi jefe, el gato de la senora Jones, una de las asistentes asiduas a la biblioteca, se froto contra mis piernas. El le ofrecia a su duena apoyo emocional. --Adios, senora Jones. --Bye, Emily. Le hablo como bebe al animal, lo tomo en brazos y se marcho. El reloj marcaba las cinco en punto, mi hora de salida. No regresaria al trabajo hasta dentro de dos semanas pues la ciudad decreto un toque de queda durante ese tiempo. Enfrentabamos una pandemia y, a pesar de las medidas previsoras en los dias previos, los casos continuaban en aumento. Baje los escalones de dos en dos, en tanto, pinchaba mis mejillas y alisaba la falda del traje sastre. Al llegar a la acera me detuve un instante y distraida jugue con el colgante, del arbol de la vida, que fue de mama. Alli estaba el, apoyado en el cofre de su vehiculo con los brazos cruzados sobre el pecho y la cabeza baja. Una sonrisa tonta se adueno de mis labios al percatarme de las briznas de harina en su cabello negro. William era el dueno de la pequena cafeteria que se encontraba a dos cuadras y donde preparaban el mejor cafe de la zona. Nos conocimos durante la inauguracion hacia seis meses. Desde entonces entablamos una amistad y fue como descubri que amasaba pan cuando se sentia estresado. Me obligue a salir de mi ensonacion y me acerque con paso ligero. En ese mismo instante el levanto la cabeza y una sonrisa radiante curvo sus labios. --Gracias por llevarme a casa. Nego con la cabeza a la par que se giraba para abrir la puerta de pasajeros. --Ni en suenos te permitiria tomar el metro. Incapaz de contener una sonrisa subi y coloque el bolso sobre las piernas. Me guino un ojo, cerro la puerta y rodeo el vehiculo. En pocos minutos lo puso en marcha. Inhale profundo al percibir el tenue aroma del azucar mezclado con especies y cafe que lo caracterizaba. Nos incorporamos al trafico que ese dia era intenso. El presidente ofrecio una conferencia de prensa alrededor de las doce del mediodia con las directrices que debiamos seguir. Todos debiamos permanecer en casa, evitar el contacto con las superficies y estar a mas de metro y medio de distancia de los demas. Mordi mis labios al escucharlo pues el transporte publico quedo descartado. Me tardaria mas de una hora en caminar hasta la casa y el toque de queda comenzaba a las seis. La primera llamada que recibi fue la de mama quien insistia en que saliera despavorida a comprar mascarillas, guantes y papel higienico. Logre colgar con el pretexto de una reunion de ultimo minuto. Pocos minutos despues mi telefono vibro con un mensaje de William ofreciendome transportacion. --Este dia ha sido de locos. --Una gran cantidad de personas se acerco a la biblioteca y en lo unico que pensaba era en que a nadie se le escapara un estornudo. Me preocupaba que corrieran despavoridos y tumbaran los anaqueles. --Eso seria un desastre. --Dos semanas no alcanzarian para clasificarlos. Por un segundo desvio la mirada de la carretera y me observo. Diminutas patas de gallo se extendieron por sus ojos, como el cafe mas puro, senal inequivoca de que mis palabras le divertian. Regreso su atencion al trafico cuando el semaforo cambio a verde. Metio primera y llevo la mano a la garganta y la froto con el ceno fruncido. Contuve el aliento, mas, me distraje cuando pego un bocinazo por un inconsciente que cambio de carril y por poco nos choca. Cerca de cuarenta y cinco minutos despues se detuvo frente a mi casa. Desabroche el cinturon y me colgue el bolso en el hombro. --Gracias. Abri la puerta y un unico pensamiento me asalto de repente: No lo veria en todo ese tiempo. Un vacio se apodero de mi estomago a la vez que un estremecimiento me recorrio la piel. --Espera. Giro sobre su asiento y tomo una caja, la cual me extendio. Habia un par de botellas de desinfectantes y alcohol. Bajo, abrio la cajuela y saco una caja de agua y una con el logo de la cafeteria.--Se que estos te gustan. Asenti con una sonrisa. Entramos a la casa y llegamos a la cocina. Coloque los bollos en un plato y la greca sobre la hornilla. En lo que el agua se calentaba tome los desinfectantes para guardarlos debajo del fregadero. Escuche a William carraspear. Gire con los ojos muy abiertos, solo nos separaban unos centimetros pues el acomodaba el agua en la alacena. Entonces... estornudo. Mis dedos se movieron autonomos. Una nube de antiseptico lo cubrio y su olor caracteristico inundo el lugar mientras un gritito escapaba de mi garganta. Su camisa termino empapada. Sus manos en alto como si con eso lo hubiera podido evitar. --?Tienes gato? --Para ese momento los ojos le lagrimeaban. Negaria con firmeza cuando recorde al gato de la senora Jones. --No. --Mis labios en una mueca. Se comporto con frialdad a pesar de mis disculpas. Lo acompane hasta la puerta y, tras una bocanada de aire, se inclino para dejar un beso en mi mejilla. Con la respiracion contenida intente dominar el cosquilleo en mi garganta, cerre los punos, mas, el estornudo encontro la forma de escapar. El se alejo de inmediato con los hombros tensos. La verguenza no me permitio decir nada mas. A la manana siguiente camine hasta la puerta cuando el timbre sono. Apenas pude dormir en la noche, amaneci mocosa y con ojos llorosos. Al abrir cubri mis labios mientras un colibri revoloteaba en mi interior. William estaba frente a mi con un termo caliente y una caja de bollos. El calor se concentro en mis mejillas cuando me dedico una sonrisa timida. Mi aspecto daba mucho que desear y el estaba impoluto. --?Que haces aqui? --Mi voz nasal. Levanto la mano para acomodar un mechon de mi cabello. --Cuidare de ti. 2 Mis ojos se desmesuraron al escuchar lo que pretendia y di un paso atras. El presidente fue muy enfatico en que si se presentaban sintomas debiamos permanecer aislados. No estaba segura de cual podria ser mi diagnostico. Hacia dos semanas tuvimos un dia de ninos y algunos sufrian de un resfriado comun, pero la senora Jones regreso de un crucero en esas mismas fechas y desconocia los paises que visito. Ademas, ?acaso creia que lo expondria de esa forma? Debia pensar en su familia. Yo solo era la mujer que conocio unos meses atras. --No quiero exponerte. No pudo evitar la risita que retumbo en su pecho, acaricio la sien con la mano y ladeo la cabeza. --Estoy seguro de que quede inmunizado con el bano de desinfectante. Volvio a reir. Quede prendada de la jovialidad que su risa impregno en su rostro, sabia que debia estar cerca de los cincuenta, aunque su edad era un tema que no me afectaba. Baje la cabeza para inspeccionar mi indumentaria como si hubiera cambiado en los ultimos dos minutos. Pero seguia llevando la pijama de ositos que tanto me reconfortaba. Levante la vista para cerciorarme de que mi cabello continuaba amarrado en el mono desalinado que me hice en la madrugada. Un suspiro de resignacion se quedo atascado en mi garganta cuando al mismo tiempo escapo un estornudo. Por suerte alcance a levantar el panuelo que llevaba entre las manos a tiempo. Una mueca desfiguro su rostro por unos segundos, quizas ya comenzaba a entrar en razon sobre el ofrecimiento. Con lo que fuera que tuviera en su interior el termo caliente y los bollos yo era feliz.--Este clima no es bueno para ti. Acabamos de entrar en la primavera, pero los vientos aun son muy fuertes y frios. Asenti. --Sera mejor que me resguarde. --En eso estoy de acuerdo, Emily. Dio un paso hacia la puerta y lo bloquee como armador de futbol, aunque, pensandolo mejor esos eran los que agarraban el balon a distancia para lograr la puntuacion. Resople, mi cabeza comenzaba a desvariar. Me sentia cansada y estar de pie esos minutos comenzo a transformarse en un esfuerzo titanico. --Mi deber como ciudadana no me permite darte el paso. Mi casa es una incubadora de germenes y vaya a saber que mas. Bufo... ?Bufo? --Estoy seguro de que eres una ciudadana responsable, Emily. Apuesto a que jamas has entregado un libro tarde a la biblioteca. --No, jamas. Los cargos por la demora son astronomicos, pero el condado esta considerando eliminarlos. Algo asi como que las personas se sentirian menos culpables. Volvio a reir mientras acariciaba la sien con la mano. Mordi el interior de una mejilla. <> Extendi la mano hasta el barandal al sentir como si la brisa suave fuera capaz de tirarme. Lo ojee con disimulo pues tenia que sonarme la nariz y no lo haria frente a el. !Me faltaban solo unos meses para cumplir cuarenta y uno! --Emily... --Estare bien, William. Extendi la mano para agarrar el termo, mi cuerpo agradeceria el calor externo y no esa tibieza tan extrana que proporcionaba la enfermedad. Sin embargo, lo alejo y nego con la cabeza. Suspire con resignacion. ?Acaso se lo llevaria si no le permitia entrar? --Ya me contagiaste, Emily. Ayer estuvimos encerrados en mi automovil por alrededor de una hora. Desvie la boca a un lado, en eso tenia razon, aunque, si inhalo el desinfectante puede que cualquier virus o bacteria en su garganta muriera. Baje la cabeza y estruje mi rostro, jamas podria olvidar lo que hice. --?Y si lo que tengo es ese virus tan peligroso? Quizas aun estes a tiempo de dar la vuelta y mantenerte sano. --Solo perdemos el tiempo. Desde hace varios minutos que puedes estar acostada en la cama con un plato de mi sopa de tomate entre los dedos. Si no tuviera la certeza de que un ser humano no se derrite podria jurar que eso fue lo que hice. Su sopa de tomate era deliciosa y no era quien unico lo pensaba, cuando la preparaba se agotaba de inmediato. Tenia suerte de que el me guardaba una porcion cuando no podia salir a tiempo a la hora de la comida. --?Sopa de tomate? Asintio con una seriedad impenetrable. --Y bollos recien hechos. Suspire. Ese pedazo de pan tan esponjoso y suave con el sabor caracteristico de la levadura. Y que, cuando estaban recien horneados, se les derretia la mantequilla al instante. Intente inhalar profundo para ver si captaba su delicioso aroma, pero al parecer un tapon decidio instalarse en mi nariz. Y uno no muy efectivo pues goteaba profuso. --Me duele la cabeza. --Levante la mano para sostenerla. El viento continuaba su juego con mi balance. Dio los pasos que lo acercarian a mi y con el brazo me rodeo. Mi cabeza se apoyo en su pecho duro y estable. No podia ser diferente pues amasar pan requeria de un gran esfuerzo fisico. Coloque la mano muy cerca de su corazon, en mis dedos el golpeteo acelerado de sus latidos. Cerre los ojos por ese refugio seguro en el que me encontre al instante. La suavidad de la camisa blanca almidonada. --Creo que hoy es la premier de la nueva temporada de Outlander. Asenti mientras me sentia impulsada con delicadeza a un lugar tibio y lejos de la brisa fria. --

  • Corazones que vuelven a latir (Corazones 3) de Claire Contreras

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    Victor Reuben es el abogado matrimonialista mas cotizado de Los Angeles. Nicole Alessi, futura exmujer de la estrella de cine mas famosa del momento, es su ultima cliente, ademas de la hija de su jefe. Ante un divorcio tan mediatico, no hay cabida para problemas adicionales. Afortunadamente, ni abogado ni cliente tienen nada que ocultar. si no contamos con la sesion de sexo alucinante que compartieron.
    Una vez.
    Dos veces.
    Tres veces.
    Aunque eso fue hace mucho tiempo, y la ocasion de estar juntos se desvanecio. Si son capaces de dejar el pasado a un lado, todo saldra bien. Pero si continuan devorandose con los ojos cada vez que se ven, las cosas se pueden complicar.

  • Vision binocular de Edith Pearlman

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    Edith Pearlman fue hasta hace poco una desconocida para el grueso de los lectores, pese a que a sus ochenta y un anos ha escrito unos doscientos cincuenta cuentos que han visto la luz en revistas y se han reunido en varios libros publicados a partir de 1996 en pequenas editoriales. Todo empezo a cambiar con la aparicion de Vision binocular, antologia con treinta y cuatro de sus mejores piezas que ayudo a darla a conocer en Estados Unidos y Europa y recibio una larga lista de premios, entre los que destaca el prestigioso National Book Critics Circle Award.
    Los cuentos de Pearlman son una prodigiosa combinacion de sutileza, elegancia, ironia y deslumbrante capacidad de exploracion de los sentimientos y conflictos humanos. Su hondura psicologica y riqueza de matices los convierte en inagotables. En el prologo, Ann Patchett, que compara a la autora con Updike y Alice Munro, dice: <>
    Buena parte de los relatos aqui reunidos estan situados en Estados Unidos, pero los hay tambien ambientados en Latinoamerica y Europa, donde aparece la diaspora judia tras el Holocausto, como en el cuento sobre un grupo de judios alemanes que en 1947 esperan papeles para emigrar; en otro retoma a dos de los personajes, un matrimonio ya instalado en Nueva York que recupera el mundo perdido a traves de un abrigo. Pero el repertorio de situaciones es muy variado: la nina que espia a sus vecinos con unos binoculares; la exiliada polaca que vive en Centroamerica, de donde debera huir por segunda vez; la doctora jubilada que se confronta con la muerte en un solitario paraje natural.
    En este libro bellisimo, que elude ostentaciones y florituras, Pearlman nos deslumbra sin estruendo, porque le basta apenas un susurro.

  • Echadme a los lobos de Patrick Mcguinness

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    EL PASADO ES UN LUGAR DONDE SIEMPRE ES AHORA. Un caustico y certero noir literario basado en un caso real. <>. JONATHAN LEE <>. FRANCINE PROSE <>. JOHN BANVILLE Poco despues del anuncio del Brexit, aparece en el estuario del Tamesis el cuerpo sin vida de una joven. Casi de inmediato, su vecino ;solitario, elegante, profesor jubilado del Chapleton College; es detenido para su sorpresa como principal sospechoso y convertido por la prensa en un monstruo con el que ensanarse. Tampoco el circunspecto detective Ander Widdowson, encargado del interrogatorio, puede creer que algo asi le este sucediendo: el hombre sentado al otro lado de la mesa es alguien a quien conoce, alguien a quien no ha visto en casi treinta anos, desde que el mismo ocupaba como alumno uno de los viejos pupitres de Chapleton; Un presente saturado por la impiedad de los medios de comunicacion y un pasado anclado en el abusivo sistema escolar ingles de los anos ochenta; dos sombrios tiempos que Patrick McGuinness maneja y conecta con una precision heredada de los grandes maestros del genero en este lucido y reflexivo noir literario, basado en un caso real.

  • Donde vuelan las mariposas de Andrea Adrich

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    DONDE VUELAN LAS MARIPOSAS, es el primer libro de la serie Hermanos Montenegro, compuesta por EN EL OTRO LADO DEL CORAZON 1 Y 2 y MI SABOR PREFERIDO ERES TU, a la venta en Amazon. Todos son libros INDEPENDIENTES y se pueden leer sin haber leido el resto.

  • Los espias del Papa de Eric Frattini

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    A las fuentes que me han prestado una ayuda inestimable y cuyos nombres he preferido que no aparezcan en este libro. A las fuentes que me han prestado una ayuda inestimable y que me han pedido no ser citados en este libro. A Domenec Pastor Petit, el primero y mas importante historiador espanol sobre los servicios de inteligencia. Los de mi generacion han aprendido mucho con su medio centenar de libros sobre la materia. A Giuliana Bullard y Susan Cooper, del Archivo Nacional de Estados Unidos (NARA), por facilitarme el acceso a los documentos <> (IWG). A los miembros de la Comision para el Esclarecimiento de las Actividades del Nazismo en la Republica Argentina (CEANA), Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto. Al padre Piaras Jackson, S.J., del Centro de Comunicacion Jesuita de Dublin. A Siobhan O'Donovan, de la Biblioteca Nacional de Irlanda. A Ugo Carandino, de la Casa San Pio X de Roma. A Alison Weir, por su magnifica documentacion sobre el reinado de Maria Estuardo y su epoca y por sus ricos conocimientos sobre la figura de David Rizzio. A David M. Cheney, por permitirme revisar sus magnificos y bien documentados archivos historicos sobre la jerarquia catolica y la Curia romana. Sin ellos me hubiera sido muy dificil escribir este libro. A Salvador Miranda, de la Florida Internacional University Library, verdadero maestro y experto en la historia del Sacro Colegio Cardenalicio. Sin su documentacion me hubiera sido muy dificil escribir este libro. A la Oficina de Prensa de la CDU, Union Democrata Cristiana de Alemania (Christlich Demokratische Union Deutschlands), por su informacion sobre Josef Muller. Al Institute of Documentation for the Investigation of Nazi War Crimes en Haifa (Israel), por haberme facilitado toda la documentacion relativa a las relaciones del Vaticano con la Alemania nazi, la informacion sobre las relaciones de miembros de la jerarquia vaticana en la evasion de criminales de guerra nazis, asi como los expedientes originales relativos a altos jerarcas nazis que mantuvieron contactos con Pio XII durante la ocupacion de Italia. A Pilar Cortes, mi muy querida editora, por creer en esta historia y en mi. Y por ultimo, y muy en especial, un agradecimiento a todas aquellas personas y organismos que me han puesto trabas, barreras y cortapisas para evitar que este libro fuese como es hoy. Ello me ha permitido agudizar mi sentido de la curiosidad y, por lo tanto, mi investigacion. A t o d o s e l l o s, mi ma s humi l d e y s i nc e r o a gr a d e c i mi e nt o. Una p a r t e d e e s t e l i b r o e s d e t o d o s e l l o s. Nota del autor Hace ya cuatro anos aparecia publicado mi libro La Santa Alianza. Cinco siglos de espionaje vaticano en la editorial Espasa Calpe. En el relataba de forma pormenorizada y documentada las operaciones del servicio de inteligencia papal desde 1566 a 2004, desde el papa Pio V al papa Juan Pablo II. La obra se convirtio rapidamente en un gran exito de ventas, siendo traducida y publicada en otros paises como Portugal, Canada, Francia, Brasil, Polonia, Rusia, Estados Unidos, Australia, o Gran Bretana, Bulgaria, Rumania e Italia. Mas de dos centenares de libros resenados en su bibliografia, 39 archivos consultados y centenares de documentos fueron utilizados para relatar las operaciones de la Santa Alianza desde los tiempos de Felipe II, Isabel de Inglaterra o Enrique IV de Francia a la epoca de Ronald Reagan, Lech Walesa o Juan Pablo II. Aquel era un libro sobre la historia del servicio de espionaje, conocido hoy dia como La Entidad. Esta obra que tienen ahora entre sus manos, LOS ESPIAS DEL PAPA, bien podria ser definida como una segunda parte de la anterior, como una continuacion, una historia de aquellos actores o, mejor dicho, espias desconocidos que jugaron un papel decisivo en esa misma historia, defendiendo los intereses de Roma, del Papa, del catolicismo y del Vaticano a lo largo y ancho de todo el mundo. Este libro relata la vida y avatares de veintiun agentes y jefes del espionaje papal que se convirtieron en la llamada <>, en los soldados de las sombras siempre a las ordenes del Sumo Pontifice de Roma. David Rizzio, Lamberto Macchi, Roberto Ridolfi, Tebaldo Fieschi, Umberto Benigni, Michel d'Herbigny, Gunther Hessner, Nicolas Estorzi, Edouard Gagnon, Carlo Jacobini o Luigi Poggi son algunos de los hombres que operaron bajo el protector manto de la Santa Alianza. Ninguno recibio preparacion alguna en tareas de espionaje, pero todos ellos tuvieron una mejor oportunidad sobre otros espias de paises enemigos de llevar a buen termino las operaciones encomendadas por Roma. Mientras los agentes de la CIA operaban para defender el estilo de vida americano y los agentes del KGB el estilo de vida comunista, los agentes de la Santa Alianza espiaron y operaron siempre en defensa de la fe catolica. Ellos contaban con la proteccion del Sumo Pontifice y la cruz. No son James Bond, ni nada por el estilo, pero para muchos el haber estudiado sus vidas y dejarlas reflejadas en este libro bien podria no solo ayudar a comprender mejor el papel que los Sumos Pontifices jugaron en la historia de Europa, sino tambien a conocer los sacrificios de muchos de estos <> para llevar hasta los mas reconditos confines de la tierra la palabra de Dios, incluso a riesgo de su propia vida en lugares como la Inglaterra protestante, la Francia revolucionaria, la Alemania nazi o la Rusia comunista. Estas son sus historias… ERIC FRATTINI Prologo Anatomia de un <> ?Quien es, realmente, Eric Frattini?, ?que es y que no es? Se le ha podido presentar como <>. Los antropologos susurrarian de el: <>. Por mi parte, yo diria de Frattini que <>, y, a despecho del tiempo que pasa en archivos de Estados Unidos, Gran Bretana, el Vaticano e Israel, nadie alli le ha insinuado metodologias o contactos para desentranar cientos de misterios. Si el lector me lo permite, anadiria que yo se como es, debido a que yo soy algo asi como su doble. Eric Frattini es tal vez el gran heredero de mi casi medio siglo como historiador de los servicios de inteligencia de todo el mundo. Frattini no solo ha sido capaz de adentrarse en la madriguera del MI6 en Londres o de la CIA en Langley (Virginia); en la sede del FBI en Washington o del FSB (Servicio Federal de Seguridad) en Moscu, sino tambien en el corazon de La Entidad, el servicio de inteligencia vaticano. Ya con una obra anterior, La Santa Alianza. Cinco siglos de espionaje vaticano (Espasa Calpe, 2004), que ha sido tambien publicada en Portugal, Francia, Polonia, Rusia, Brasil, Estados Unidos, Canada, Australia, Gran Bretana, el autor nos revelaba la vida y milagros de los superdotados espias de la inteligencia vaticana. Eric Frattini, como uno de los mayores expertos historiadores de los servicios secretos, acaba de traspasar el umbral de algo que a mi, tambien como historiador, se me antojaba como tabu. El autor no es un ente que se nutre de mitos, morbosidades, ni ansias de poder o dinero. En su idiosincrasia no queda espacio para ejercer el arte de epater, palabra francesa para describir una sensacion de desconcierto en el lector, y es que el autor de este libro es un <> nato y puro. No podia ser de otro modo para osar, como el ha hecho, enfrentarse a organizaciones criminales como Al Qaeda o la mafia italiana; a grupos empresariales, como los magnates de la prensa, o al regimen de Saddam Hussein; a grupos politicos como la propia ONU o el Estado Vaticano; o a servicios secretos como la CIA, el KGB, el Mossad o el MI6. Llevado en su afan de conocerlo y abarcarlo todo, algun dia broto ese aguijon afilado que le sirvio para franquear esos altos muros eclesiasticos y encararse con la Curia romana: los agentes secretos papales y sus cinco siglos de operaciones encubiertas. ?Que subyace en los textos de Eric Frattini?; sin duda, el analisis profundo del dolor y la maldad que el poder provoca, y de ahi sus documentadas indagaciones, para comprender y hacer comprender.

  • Amor con vistas al mar de Eva Zamora

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    ?Tiene precio el amor verdadero?

  • Hombres de Verdad de Elena Romero

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    Su Guardaespaldas: Romance Pasional, Sexo y Amor con su Guardian
    Victor es el unico hombre en el que puedo confiar.
    El unico hombre que se preocupa por mi de verdad.
    El unico que me quiere, desea, cuida y protege.
    Y es el unico al que quiero. Pero no puedo tenerlo.

  • En la piel de Barbra (Mujeres heroinas 2) de Anna Anudi

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    Y tu ?que harias por las personas que quieres?

  • Voces humanas de Penelope Fitzgerald

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    Penelope Fitzgerald vuelve a inspirarse en su propia vida para trazar una inolvidable historia sobre la guerra y la brutalidad con la que afecta a las vidas de las personas. En Londres, en pleno Blitz, un plato de la BBC se trasforma en un gigantesco dormitorio compartido. Decenas de hombres y mujeres se hacinan en un edificio que en cualquier momento podria ser alcanzado por el enemigo. Sam Brooks, un director de programa desesperado, busca consuelo en los brazos de sus asistentes: Vi Simmons, una mujer practica y animada; Lise Bernard, una medio francesa embarazada o Della, una gran seductora. Amor, tragedia y aprendizaje. Experiencias humanas que se entrelazan en un opresivo microcosmos, mientras las bombas resuenan en el exterior y cada nueva noticia mantiene en vilo a toda una nacion.

  • No puedo dormir contigo, carino (Los peligros de enamorarse de un libertino 2) de Raquel Mingo

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    Llega la segunda entrega de la serie <> con la historia de Helailla y Keylan.

  • El hombre que ya no soy de Salvador Navarro Leon

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    Elisa, sevillana en la cuarentena y con dos carreras universitarias, aunque es de buena familia tiene una vida echada a perder, cree encontrar su salvacion en Roberto, un alto ejecutivo de abrazos imponentes. Despojada de toda etica, se entromete en el territorio explosivo de un hombre de exito en plena catarsis por la muerte violenta de su hermano pequeno; seduce a Fidel, amigo inseparable de su ansiado objeto del deseo, para acceder a el sin entender de las lealtades entre ellos, haciendo de cada paso un intento desesperado por dejar de ser una mujer maldita.

  • la muneca tatuada de Abigail Villalba Sanchez

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    “A veces, ni siquiera yo se quien soy, ni que me trajo aqui. El tiempo pasa a mi alrededor como un velo de lluvia llevado por el viento, como un susurro gritado a la nada. Pero estoy aqui, guardando un secreto que nadie quiere conocer, que a nadie le interesa. Estoy sola, completamente aislada en la negrura y, sin embargo… continuo esperando. ?Que espero? No lo se. ?A quien? Tampoco. Solo tengo la certeza de que, al final, tras los dias que escapan por mi ventana llegara algo, y ese algo, cambiara mi vida” Ara releyo las lineas que estaban escritas en la pared. Tras dos largas semanas de busqueda, habia encontrado la puerta que daba a esa habitacion. Por fin. Apenas se habia fijado si algo era diferente a la primera vez que habia entrado, pues lo unico que le interesaba era saber si aquellas frases seguian alli. Suspiro profundamente y las acaricio con la yema de los dedos, con dulzura. A pesar del tiempo que habia empleado en investigar sobre ellas, no habia encontrado nada que arrojara un poco de luz sobre su misterio. Incluso habia buscado mas letras en su habitacion, Aun sabiendo que en esas cuatro paredes no habia nada de interes. Era frustrante y, a la vez, emocionante. De hecho, era lo unico emocionante que habia alli. --?Quien demonios eras? --pregunto, en un susurro y arrastrando las silabas, como si le costara vocalizar. Carraspeo, sacudio la cabeza y dejo su voz escondida en un rincon, apartada para otro momento. Despues se sento en el suelo y apoyo la espalda en la pared, justo al lado del parrafo. Sus ojos violetas se entrecerraron, mientras luchaban contra el polvo que ella misma habia levantado. Intento no toser pero, tras un incomodo momento, su pecho se contrajo dolorosamente en una serie de espasmos. Poco a poco, el polvo se asento y Ara consiguio tomar un poco de aire, pese a que este no era el mejor. Efectivamente, la habitacion seguia tal y como ella recordaba: mas pequena que el resto, pintada en un brillante tono azul y decorado con pequenos elefantes amarillos. Aparentemente, la habitacion de un nino. Pero ?por que parecia que ese nino nunca habia nacido? Todo estaba sin usar, impecable… salvo por la gruesa capa de polvo que cubria todo a su alrededor. Tras unos segundos de completo silencio, en los que ni siquiera ella se atrevio a pensar, Ara se levanto y deambulo por la habitacion, como si fuera la primera vez que lo hacia. Observo cada detalle, cada minuscula particula que conformaba ese pequeno y extrano universo. Acaricio los juguetes pulcramente colocados en la estanteria, y sonrio cuando noto en ella una inesperada ola de carino y esperanza. Ignoraba por que, pero aquellos sencillos elementos llenaban su mente de musica, de risas y de un incontrolable anhelo. No era la primera vez que le pasaba, asi que desecho como pudo los sentimientos y continuo con su escrutinio, esta vez, para acercarse a la cuna. Nunca antes lo habia hecho pero, como de costumbre, ignoraba por que. Quiza fuera porque las letras la habian llamado mas la atencion o, simplemente, porque le daba miedo encontrarse algo alli que no quisiera ver. Esa vez, sin embargo, impulsada por esa repentina necesidad de saber mas, se acerco y aparto el cobertor de seda azul con toda la lentitud del mundo. Y la vio… Y grito. Como si la poca voz que le quedaba quisiera escapar. En la cuna habia una muneca, una pequena, desnuda y con los ojos abiertos. Y en su frente, bajo el pelo rubio, habia dos palabras escritas, dos palabras que a ella se le tornaron eternas, hermosas y siniestramente vacias. Porque, ?quien se atrevia a decir “te quiero” a alguien que, en realidad, no existia? *** Ignoraba cuanto tiempo habia pasado desde que cerro los ojos. ?Una, dos horas? ?Quiza mas? La oscuridad rodeaba todo lo que tenia al alcance de la mano, incluso el reloj que marcaba las cinco y media de la manana. Enzo se estremecio cuando el frio acaricio sus brazos desnudos y su rostro, apenas despierto. Somnoliento, se paso la mano por la barba de tres dias que nacia en su menton y despues, bostezo sonoramente. No recordaba cuando se habia quedado dormido, ni siquiera recordaba haberse desnudado. Fruncio el ceno, se rasco la nuca y contemplo el reflejo de la television encendida, justo frente a el. Una pelicula porno brillaba en la pantalla, aunque sus gemidos baratos quedaban ahogados por el silencio de la habitacion. Ignoro por completo la pelicula y cogio el mando que reposaba junto a su cadera, apenas cubierta por la sabana. Aun asi, no fue consciente de que los canales pasaban ante sus ojos, en un vano intento de venderse a el, a sus ojos y a ese bolsillo que, cada dia, se llenaba de mas billetes. En realidad, su mente estaba muy lejos de alli, oculta en un lugar al que nadie queria entrar, ya que podian perderse tanto como el lo estaba haciendo. Al cabo de un rato, Enzo suspiro, cerro los ojos y se levanto. Era evidente que no podia dormir y, si podia evitarlo, no iba a perder el tiempo. Cogio de la silla sus pantalones de traje, su camisa blanca y una corbata que le gustaba bastante. Despues se paso una mano por el pelo, dejo que este se alborotara bajo ella y se puso los zapatos. Justo en ese momento, su movil, que habia quedado relegado a uno de los bolsillos, vibro con insistencia. --?Si? --pregunto, con suavidad. --?Papa? ?Eres tu? --Una voz sutil, apenas un silbido, atraveso la barrera del sueno y le hizo despejarse. --?Ocurre algo, princesa? --Enzo suspiro profundamente y se detuvo junto al ascensor. Una triste sonrisa se dibujo en sus labios, como tantas veces a lo largo de esos dos meses. --No… o si, no lo se. --La voz de la pequena parecio titubear, porque casi desaparecio--. La abuela dice que no vas a volver hasta dentro de mucho. ?Es verdad? Enzo se estremecio con fuerza al notar la tristeza implicita en esa frase, una desolacion tan arrolladora como la que el mismo cargaba. Trago con fuerza, carraspeo y se obligo a dar un paso mas, a seguir adelante a pesar de todo. --Volvere, Adriana. No se cuando, pero lo hare lo antes posible --contesto, sin ser capaz de mentirla--. ?Te ha explicado la abuela por que no estoy alli? ?Por que tengo que quedarme aqui? El silencio parecio alargarse durante lo que solo fueron unos segundos. Casi podian escucharse las dudas de la pequena hacerse palabras. --No demasiado bien. Dice que tienes una mision, como los heroes que salen en la tele --susurro, emocionada--. ?Es verdad? --Es verdad, si. Pero no soy ningun heroe de la tele --contesto, en el mismo tono cadente y dulce de la nina--. Solo soy un hombre que hace lo que tiene que hacer. De nuevo, el silencio se apodero de la conversacion. Ninguno dijo nada durante unos momentos, hasta que Enzo cayo en la hora que era. Tomo aire y lo solto con un suave bufido. --?Te has dado cuenta de la hora que es, canija? ?No deberias de estar en la cama? -- ?Si? Oh. --Adriana dejo escapar una carcajada llena de dulce picardia--. Ahora voy, promesa. --?Promesa de verdad? --!De la buena! Enzo sonrio, como solo el podia hacer en esos momentos: calmadamente, con suavidad, con paciencia. Con carino. Su corazon acelero sus latidos hasta que resonaron sobre el ruido del ascensor al llegar, sobre el ultimo silencio de la conversacion. Suspiro, aferro el telefono con mas fuerza y apreto la mandibula hasta que esta crujio. Como echaba de menos estar con ella. Como anhelaba volver atras en el tiempo, a esos estupidos momentos en los que sus brazos no eran el unico refugio. Como deseaba regresar a ese ideal que mantenia vivo en su cabeza, cual frenetica llama a punto de morir. Como dolia la cruda verdad. --?Adriana? --susurro, con la voz rota. --?Si, papa? --Te quiero. --?Estas…llorando? --pregunto, con tanta tristeza que el sintio como se le encogian las entranas de puro desasosiego. --No, carino. Los heroes no lloramos --contesto y tras dejar que una lagrima desbordara sus ojos, colgo. *** Hacia un frio horrible en aquella habitacion y Ara no tardo en ser consciente de ello. Se cruzo de brazos, se mordio el labio inferior y observo, de nuevo, la dichosa muneca que habia trastocado su mundo en tan solo unos segundos. ?Cuanto llevaba alli? ?Y por que? ?Era para ella o, simplemente, pertenecia a esa habitacion, como todo lo demas? Frustrada, se aparto de la cuna unos pasos y miro a su alrededor, sin saber bien donde posar sus ojos. De pronto, alli donde posaba su mirada veia algo nuevo, algo inquietante que hacia que su corazon latiera desbocado. Incluso el espejo que la reflejaba, con sus perfectas grietas a los lados, le parecia distinto. Ara se estremecio cuando el miedo que llevaba por dentro amenazo con salir mas deprisa de lo que ella podia soportar. La sensacion de que todo se le iba de las manos no fue tan fugaz como pensaba porque permanecio con ella incluso cuando, momentos despues, decidio salir corriendo. Hacia anos que no recurria a eso y hacia incluso mas que no huia de nada. Al menos, no estando despierta o consciente. El resto… bueno, con el resto de los miedos no podia hacer nada, porque incluso ella sabia que en las pesadillas no habia una manera justa de lucha. El pasillo parecia infinitamente largo y oscuro, lo cual era curioso, porque estaba perfectamente iluminado por pequenas lamparas de pared que apenas titilaban. Como siempre, las puertas se sucedian unas a otras: hechas de madera, de cristal, acero. Habia puertas desvencijadas, rotas, nuevas… cada una cerrando la entrada a un secreto que, tarde o temprano, descubriria. Sin embargo, y aunque su curiosidad innata la llevaba a querer abrirlas todas, esa vez solo se detuvo al llegar a una puerta en concreto. Una discreta, blanca y limpia, con un brillante veintidos anclado en ella. Ara suspiro freneticamente, abrio la puerta y volvio a cerrarla tras de si. Poco a poco sus latidos fueron tranquilizandose, hasta que se convirtieron en un murmullo apenas tapado por el ronco sonido del ventilador que giraba en el techo de la habitacion. Alli se iniciaban sus recuerdos, precisamente en aquella habitacion. Podria decirse que, de alguna manera, todo habia empezado alli, aunque no entendia ni como, ni por que. De aquel lugar, con sus paredes pintadas en verde y con aquellas cortinas blancas que rozaban el suelo, solo podia decir cosas buenas. --Por fin en casa --susurro quedamente, mientras se quitaba la fina camiseta de manga larga y la dejaba en el respaldo de una silla, donde se podian ver otro monton de prendas apiladas. Nadie contesto a su timido saludo aunque ella tampoco esperaba respuesta. Ignoraba el tiempo que llevaba alli, pero nunca se habia encontrado con nadie mas, aunque tenia la certeza de que no estaba sola. ?Como iba a estarlo, a fin de cuentas? Tendria que ser tonta para creer que toda la comida, el agua y la ropa aparecian por arte de magia. Alli, en algun lugar, habia alguien mas y era cuestion de tiempo que le encontrara. Ara sonrio brevemente cuando la conocida sensacion de bienestar acaricio su piel erizada. Obvio la television apagada y los relojes que marcaban las seis de la tarde, y despues, tras acariciar el lomo de los libros que se acumulaban en la mesilla, se dirigio al bano contiguo. Adoraba la rutina del dia a dia, a pesar de todo: despertar, sonreir, descubrir que habia tras la siguiente puerta. Despues, regresar a aquella habitacion, perderse en la dulzura del agua caliente… y esperar al dia siguiente. Era agradable, aunque una tarea solitaria que, poco a poco, mermaba su espiritu. A veces, no podia evitar hacerse preguntas mientras el agua mecia sus caderas llenas de cicatrices, rojizas, que parecian recientes. ?Por que ella? ?Por que alli? ?Por que siempre tenia la sensacion de que su vida era un sueno inconcluso? Pero las respuestas nunca llegaban, o al menos, ella nunca sabia interpretarlas correctamente, lo que era realmente frustrante.

  • 50 bolsitas de te Earl Grey de Olga Andreu

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    Trabajo en una compania de seguros, mas concretamente en asistencia en carretera, y concretando aun mas, soy la que responde al telefono cuando alguien necesita que lo asistan en caso de accidente, averia o peligro de muerte inminente. Un trabajo donde solo soy una voz amiga que te manda la grua a un punto kilometrico concreto, nadie sabe que cara ni cuerpo tengo... Es un trabajo donde se liga poco, mas bien nada. Avril es mi mejor amiga y mi companera de trabajo, no es la tipica amiga guapa, es mas gruesa que yo y tiene un aspecto desalinado, pero una voz fantastica. Apuesto a que mas de uno ha creido que la chica de asistencia en carretera Avril Northon era una diosa del sexo. Un cuerpo hecho para el pecado y han llamado solo para masturbarse en el arcen fingiendo un accidente. Avril es el 60% de mi problema de sobrepeso, ella me incita a comer porquerias cuando estamos juntas. Siempre es mejor echar la culpa a otros que a una misma, actuando como victima en las situaciones que yo misma me he generado, asi es el genero humano de tonto y absurdo. --Quien tenga que querernos nos querra por lo que somos por dentro. Mi amiga siempre me suelta ese topicazo mientras se traga a dos carrillos unos nachos con extra de queso cheddar, un pastelito de crema inglesa o comida basura en general. Lo mas patetico es que me lo acabo creyendo y tragando como una cerda a la par que ella y, cuando llego a casa con restos de comida en la ropa, vuelvo a la triste realidad: gorda, pelirroja y pecosa… ?A quien quiero enganar? No me gusto y no me gusta estar asi. Y lo reitero, no me gusta, pues todavia no he alcanzado el nivel mil zen ni estoy satisfecha con lo que me muestra el espejo cada manana. Y estoy en mi derecho de no quererme a pesar de las alentadoras frases de internet que te instan a ello. Soy mi propia amenaza mental, aunque cada dia me jure que Avril no va a volver a convencerme, que me centrare en mi triste ensalada y no volcare mis frustraciones en la comida, ?o son las frustraciones de Avril? Puede que esa terapia convencional cuando salimos a comer sea para no sentirse la unica morsa. Lo se, me paso mucho con las descripciones de mi sobrepeso, pero he aprendido que insultarse a una misma minimiza el impacto de esas palabras en boca de los demas. No nos vayamos a enganar, igual que las modelos saben que estan de rechupete, yo se que mis nalgas podrian catalogarse como territorio nacional. Ultimamente he pensado mucho en ello, no en pedir la independencia de mi culo a lo Willian Wallace, sino en dar un cambio drastico a mi vida. Deberia pedir cita con un dietista serio. Quiza Avril quiera acompanarme, pero me temo que acabe comiendose al dietista y diciendo: --Quien tenga que querernos lo hara por lo que somos por dentro. ?Y que cono somos por dentro?: ?grasa? Aun no lo he dicho, pero amo en secreto a Kevin Parhed. No es un cantante, actor o comico de la BBC. Es el jefe de personal de mi compania. Alto, castano, ojos verdes, atletico y encantador. Un gentleman a la inglesa en su maxima expresion. Y lo amo, lo amo en riguroso secreto (solo lo sabe Avril, y ya no es por tanto del todo riguroso) desde que me contrato, segun el: --Por su don de gentes y su maravilloso curriculo. Empieza manana de 10:00 a 16:00. !Enhorabuena! --Gracias, senor Parhed, espero estar a la altura. Y lo que me hubiera gustado decir hace tres anos es que me gustaria estar a la altura, pero de su boca. Ademas de todo lo que antes he mencionado, soy bajita, ciento cincuenta y seis centimetros para ser mas exactos, un tapon de balsa regordete muy fuera de las expectativas romanticas de Kevin. Lo tengo asumido, pero !que bonito es sonar! Ya os he puesto un poco en situacion de quien soy, a que aspiro y por quien suspiro desde mi cubiculo de dimensiones poco apropiadas, en lo que a ancho se refiere para una mujer como yo, mientras me rugen las tripas. Hoy no he podido salir a comer, mi amado caballero me ha creido perfecta para grabar el nuevo mensaje para la espera de llamada, lo he tenido tan cerca que le he podido oler hasta el bazo. --?Podrias decirlo con mas convencimiento? --?A que te refieres? ?No ha sonado convincente el tipico: <>? --le he dicho con mi estomago tocando la sonata en do mayor de Mozart. --Se mas amable, mas femenina. Menos escocesa. !Genial!, a la lista de cualidades poco deseables de mi persona, tengo que anadir que soy poco femenina y que las escocesas tenemos fama de rancias y, si le sumo que ademas viene de parte del hombre que ocupa todos mis pensamientos sexuales, es un fiasco monumental mas que anadir a la larga lista de cualidades inclasificables. --Kevin, tengo hambre. Lo siento si no he dado clases de interpretacion antes de grabar el jodido mensaje. --Carol, no te preocupes por la comida, tienes reservas de sobra… Mi cara ha debido tornarse azul, verde y roja al mismo tiempo, me ha llamado gorda en todo el careto. Me hubiera gustado decirle: <>, pero he acabado diciendole que iba a visitar un dietista para solucionar ese tema y el me ha dado palmaditas de animo en la espalda. Muy excitante todo. Al final, aunque poco convencido por mis dotes interpretativas me ha dejado libre, como a Willy, preciosa paradoja. --?Cenamos luego en Harry’s? --Te advierto que hoy si comere una ensalada --le he dicho seriamente a Avril, con la moral arrastrandose por el suelo como un gusano, a una hora de terminar la tediosa jornada. --?A quien quieres enganar? --me ha contestado con una sonrisa de medio lado. En efecto, ?a quien he querido enganar? Me he comido una ensalada cesar con extra de salsa y una hamburguesa con bacon, patatas fritas y un helado con nueces. Cuando he llegado a casa, he subido a la bascula y he hiperventilado cuando los digitos han marcado mi peso. Estoy al borde de cambiarla por una de galibo y control de pales. Medio arrastrandome he cogido la guia de empresas de Londres, he arrancado la pagina donde vienen numeros de dietistas respetados y la he metido en el bolso. Despues de ponerme el pijama me he preparado un Earl Grey con sacarina y… unos maccarons y, la verdad, no me he sentido mejor despues. La teoria de mi madre esta poco madurada, el te no ha solucionado el exceso de lorzas, ni mi pelo se ha tornado rubio platino ni mis labios se han hinchado sensualmente a lo Scarlett Johanson. Diria incluso que si quedaba un hueco de mi cuerpo sin cubrir de grasa se ha rellenado cual funda nordica tras comerme los maccarons. 2 Bolsitas de te Mi pelo se encuentra en el peor de los estados, son las siete de la manana y soy un duendecillo de los noventa con el pelo rojo y enmaranado. Es casi imposible domarlo, la pelicula de Brave hizo mucho dano a mi persona, crei que podria llevarlo como la protagonista: libre, al viento, despreocupado, y lo intente varios dias. Tuve que descartarlo de mi lista de looks otonales, la gente me miraba raro y con la humedad londinense aumentaba, si cabe, un tercio mas. Era un seto con pulgon andante de color bermellon. La plancha extraalisante a 230oC es mi otra mejor amiga, aunque Avril podria dejarlo incluso mejor si lo pusiera entre sus nalgas apretadas y yo tirase con impetu de el. Su culo y el mio bien podrian valer de prensadoras industriales. La he encendido, y el piloto rojo no se ilumina como de costumbre, parpadea, pero no le doy importancia y sigo en mi afan de dejarlo medio decente. No tengo tiempo de entretenerme con nimiedades como esa, las placas parecen estar calientes y me dedico a seguir apresando mi pelo. Ya tengo media cabeza adecentada y el piloto parpadea con mas fuerza, pero !soy Caroline!, sigo sin preocupacion. Bien, solo me queda el flequillo, mi util y maravilloso flequillo que tapa la gran mancha marron. La peca extragrande que tengo en la frente, que tampoco es pequena. A estas alturas debes tener una imagen de mi similar a la de un ciudadano de Mordor, creeme, yo tambien me veo asi, no te culpo. !Caca podrida! Esto parece no funcionar, sacudo la plancha como un termometro de mercurio, mi flequillo parece un scone entre el pelo perfectamente liso. Es como si entre dos cascadas hubiera una isla llena de rastrojo, un fardo de paja despeluchado, un monton de pelo pubico puesto a traicion. !Alegria!, el piloto se enciende del todo, no parpadea. Abro pinzas y meto el pelo del flequillo entre las placas ceramicas, aprieto y bajo lentamente con una sonrisa de satisfaccion y me digo mentalmente que todo va a salir bien… Chispas, deflagracion, humo... !Joder, joder, no veo! Me he quedado ciega por la inesperada fogata capilar y, lo peor de todo, !seguramente calva! Mi vista vuelve poco a poco de entre los muertos y mi olfato se agudiza, huele a pollo churrascado, a pelillos de cerdo quemados en la barbacoa. !Vista no vuelvas!, prefiero vivir en la ignorancia antes que ser consciente de mi recien estrenada calvicie.

  • Ritual de Ivan Rivera

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    El agente Carlos ha recibido una misteriosa mision: investigar la desaparicion de Luz, prima de la mujer mas rica del pueblo, Mia Buble. Una anciana con una aparente demencia senil. Atormentado por la perdida de su mujer y su hijo, Carlos ira en una carrera contra el tiempo para resolver el caso.

  • Aprender a silenciar la mente de Osho

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    Un camino a la paz, la alegria y la creatividad.

  • La chica que no creia en los principes azules de A.s. Torres

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    Abril es una chica que se ha refugiado en hacerse un hueco en el mundo laboral. Pero para desgracia suya se queda sin trabajo, suceso que le lleva a conocer a Soledad. Una chica alocada que le ensenara a Abril acerca de la vida: como que las historias de amor no siempre son de color de rosa y a veces hay que arriesgarlo todo.

  • El Circulo de Jerico de Cesar Mallorqui

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    El Circulo de Jerico es una recopilacion de relatos escritos por Cesar Mallorqui utilizando el metodo del fix-up, segun el cual se aunan varias historias originalmente independientes a traves del recurso de escribir una nueva historia que sirva como nexo entre ellas.

  • Veinte comedias de amor y una noche desesperada de Ana Martin Mendez

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    Recien entrada en la treintena, Marina afronta, con un enorme sentido del humor y una vision tragico-comica de su propia existencia, tanto sus problemas laborales como lo que ha dado en llamar su VSL:
    Vida Sentimental Lamentable.

  • Walkscapes de Francesco Careri

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    El andar es un acto cognitivo y creativo capaz de transformar simbolica y fisicamente tanto el espacio natural como el antropico. Este libro narra una historia de la percepcion del paisaje a traves del acto de caminar: del nomadismo primitivo a las vanguardias artisticas de principios siglo XX, de la Internacional Letrista a la Internacional Situacionista, del minimalismo al land art, Francesco Careri repasa algunas de las propuestas historicas que han concebido el acto de deambular no solo como una herramienta de configuracion del paisaje, sino como una forma de arte autonoma, un instrumento estetico de conocimiento y modificacion fisica del espacio atravesado que pasa a convertirse en intervencion urbana.
    Esta nueva edicion actualizada del clasico de Careri incorpora un epilogo del propio autor donde hace un balance de la trayectoria del libro desde que fuera publicado por primera vez en 2002.

  • Tu mi hombre y yo tu mujer: amor en Panquehua, Elena Bowen de Elena Bowen

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  • Cuando aman las Townsend (Los Townsend 3) de Nunila De Mendoza

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    En Garden House han florecido hermosas violetas: las jovenes mujeres Townsend, y ellas tambien se enamoran.

  • Sagrada de Elia Barcelo

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    Fang Tai, enigmatica y distante, elegante y sigilosa, ha elevado su profesion a la categoria de arte. Es, quiza, la mejor asesina que ha conocido el universo y jamas ha fallado una sola mision. Pero ahora se encuentra atrapada en un mundo atrasado y desconocido, sin mas guia que la del joven arquero Arven, que la ira poniendo al tanto de las costumbres y leyendas de su pueblo. Fang Tai empieza a pensar que tal vez esta vez no le resulte tan facil llevar a cabo su cometido, a medida que sentimientos que creia enterrados para siempre empiezan a florecer de nuevo. ?Podra llevar a cabo la mision que le han encomendado y poner fin a la vida de la Intocable, la Madre Sagrada del Mundo?

  • Confio en ti de Susana Oro

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    Tina Martinez es una respetada escritora de autoayuda. Llena auditorios cuando dicta conferencias, y sus talleres son uno de los mas concurridos. Ha publicado varios libros, pero "La confianza es la clave de un matrimonio feliz" es el que le ha dado la fama. Tina tiene muchos fans y se ha convertido en una referente de la autoayuda con sus lemas: "Si confias nadie te defraudara". "Ama y recibiras amor". Pero su vida perfecta se tambalea cuando su marido le deja ver que las palabras no son como la vida real.
    David Valente era un hombre felizmente casado hasta que descubrio la traicion de su esposa. La palabra confianza esta fuera de su diccionario. El se ha convertido en el hombre mas esceptico sobre la tierra. Su lema es: "La vida es una mierda". "La gente esta llena de matices". "Nadie es confiable".
    Ella positiva. El negativo. Nada bueno puede salir de dos personas tan diferentes. ?O si?

  • La chica que vivio dos veces de David Lagercrantz

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    Lisbeth Salander esta preparada para la batalla final contra la unica persona que, siendo identica a ella, es su opuesta en todo: su hermana Camilla. Pero esta vez, Lisbeth tomara la iniciativa.

  • El agente caido de Christoffer Carlsson

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    En un oscuro callejon de Estocolmo aparece muerto el cuerpo de Thomas Heber, un profesor universitario. Le asignan el caso a Leo Junker y a su antiguo rival, Gabriel Birck. Leo, que sigue sin atravesar uno de sus mejores momentos, acaba de volver a la unidad de homicidios tras una larga ausencia. Aun abusa de los farmacos para luchar contra sus viejos demonios del pasado, pero trata de aparentar total normalidad para acometer su trabajo.