• el precio de andrea - Eridania Reinoso

    https://gigalibros.com/el-precio-de-andrea.html

    Una joven de 18 anos, se va de su pais detras de una oferta de empleo, donde tendria una mejor vida para ella y su mama; pero al llegar a su destino se da cuenta que las cosas no son como se lo prometieron. Atrevete a vivir dia a dia las experiencias de una mujer victima de trata de personas

  • El Precio de Andrea: Ella fue tras un sueño y ahora es parte ...

    https://www.amazon.es/El-Precio-Andrea-sue%C3%B1o-mercanc%C3%ADa-ebook/dp/B082Z9GSXQ

    «El Precio de Andrea es una novela que trae la ficción a una realidad muy latente en nuestra sociedad... En esta obra podrás con facilidad identificarte, no ...

  • El Precio de Andrea: Ella fue tras un sueño y ... - Amazon.es

    https://www.amazon.es/El-Precio-Andrea-sue%C3%B1o-mercancia/dp/9945806815

    El Precio de Andrea: Ella fue tras un sueño y ahora es parte de la mercancia : Reinoso, Eridania: Amazon.es: Libros.

  • El Precio de Andrea: Ella fue tras un sueño y ... - Goodreads

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  • el precio de andrea - Cuesta Libros

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  • EL PRECIO DE ANDREA - Tus Libros en Casa

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    “El precio de Andrea” es una novela que trae la ficción a una realidad muy latente en nuestra sociedad. En ella se relata la dura realidad de una joven ...

  • Presentación Del Libro El Precio De Andrea - Facebook

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  • Panza de Burro de Andrea Abreu - Sputnik Libros

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    Libro. Postal de la artista invitada. Lejos de la costa y los turistas, durante un verano particularmente caluroso en la isla de Tenerife, se ...

  • Los libros de Marcos y Andrea - Algar Editorial

    https://algareditorial.com/los-libros-de-marcos-y-andrea/6442-los-libros-de-marcos-y-andrea-9788498454000.html

    Los libros de Marcos y Andrea ; Autoría: Joan Carles Girbés ; Nº colección: 5 ; ISBN: 9788498454000 ; Formato: 17 x 19 cm ; Encuadernación: Tapa dura

  • Presentación del libro de Andrea Compton en Madrid

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    Tras ello, procederán a la firmita de libros. ¿Queréis saber más? andrea compton libro el fin del mundo te pille de risas youtuber ...

  • Las recetas de Adelgaza para siempre de Angela Quintas

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    ?Perdere peso si como alimentos light? ?Debo comer aunque no tenga hambre? ?Que platos elijo si como fuera de casa? ?Me puedo tomar una copa de vino si estoy a dieta?

  • El cielo es azul, la tierra blanca: Una historia de amor, Hiromi Kawakami de Hiromi Kawakami

    https://gigalibros.com/el-cielo-es-azul-la-tierra-blanca-una-historia-de-amor-hiromi-kawakami.html

  • King (La Hermandad de los Solteros 1) de Kendra Little

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    El gobierna un imperio de venta al por menor. Siempre consigue lo que quiere... hasta que la encuentra a ella.

  • Las dos caras de la verdad de Michael Connelly

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    HARRY BOSCH SE ENFRENTA A UNA DE SUS MISIONES MAS PELIGROSAS: INFILTRARSE EN EL OSCURO MUNDO DEL NARCOTRAFICO

  • Ondina o la ira del fuego de Irene Gracia

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    Un teatro en llamas celebrando las nupcias del fuego y el agua. Una representacion convertida en una hoguera en mitad de la noche, clausurando las funciones de Ondina, la primera opera del Romanticismo aleman, compuesta por el escritor E. T. A. Hoffmann, amante de los cuentos de terror y bebedor inveterado. Un agape tras las llamas en el que tambien se desata un incendio, un banquete baquico donde las narraciones fluyen tan deprisa como el vino y el deseo. Un enigma que se desliza por el cuerpo y el alma de los asistentes: ?quien ha quemado el recinto y desea el cese del espectaculo? ?Es la envidia una pasion cuyo poder supera todas las creaciones del arte?

  • De Seul al cielo de Silvia Aliaga

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    “Dicen que las personas destinadas a conocerse estan unidas por un hilo rojo”.

  • Bajo el cielo purpura de Roma. Traicion de Alessandra Neymar

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  • No soy tu novio de Dina Reed

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    Era una manana calurosa, a pesar de ser mediados de octubre, tanto que a James le entraron unas ganas tremendas de pedir sushi y bajar a zamparselo a Central Park sentado en el cesped con los pies descalzos, como si fuera un turista mas de los que a esas horas frecuentaban el parque. Desde su maravilloso despacho en una de las mejores torres de la ciudad tenia unas vistas privilegiadas al parque, ese parque que tanto le gustaba y que disfrutaba a diario cuando al amanecer salia a correr durante una hora. Pero en ese momento el parque lucia tan hermoso, con esa variedad de ocres, con esa luz dorada y calida mas propia de un verano que se resistia a irse, que era dificil no caer en la tentacion de salir a disfrutar del dia. Ademas estaba tan feliz, pues despues de unos meses de duras negociaciones por fin habian cerrado la compra del 1.8% de la farmaceutica Danles, que sentia que merecia mas que nunca tomarse un par de horas libres. Si bien ante de premiarse con nada, debia hacer algo importante y que le fastidiaba como nada en el mundo: llamar a su padre. Estaba obligado a comunicarle la noticia de la compra porque, a aunque el viejo vivia en las Bahamas, todavia seguia al frente de la Presidencia y en breve tendria que reunirse con los de la farmaceutica para proceder a la firma final. Respiro hondo y le telefoneo frustrado como siempre que le tocaba hacer esa clase de llamadas, a las que cada vez encontraba menos sentido. Su padre vivia en la playa, apenas pisaba las oficinas asi que ?por que narices no soltaba de una vez la Presidencia de la empresa y le dejaba al fin operar a sus anchas? Ademas habia demostrado con creces que estaba mas que preparado para asumir la Presidencia, ya que desde que el estaba al frente de todo la empresa habia presentado sus mejores balances. Por tanto ?a que esperaba su progenitor para entregarle al fin las riendas de la empresa? Sin saber ya ni que responderse a si mismo para serenarse, se desanudo un poco la corbata y espero a que su padre descolgara el telefono... Doce tonos despues, James escucho a su padre, con su inconfundible tono de voz contundente y firme, decir: --Estoy a punto de hacer un birdie, espero que lo tengas que decirme sea importante. James bufo desesperado ya que no sabia como se las apanaba su padre que siempre le hacia sentir como si tuviera tres anos. --Se lo importante que es el punetero golf para ti, asi que como imaginaras no te llamo para avistarte de que me he quedado sin papel higienico. --Tu siempre tan a la defensiva, hijo. ?Cuando aprenderas a relajarte? --?Tal vez cuando empieces a tratarme como a un adulto? Te llamo porque hemos cerrado al fin la compra de la farmaceutica. No pienso detallarte lo que ha sido la fase final de las negociaciones, pero imagina el infierno mas jodido que conozcas y multiplicalo por mil... --James, tu siempre tan exagerado... --No, padre, ha sido una negociacion durisima. Pero lo hemos logrado, ya solo falta que nos sentemos para la firma final. --Perfecto. Avisame cuando sepas dia y hora. Y ahora te dejo... James se paso la mano por la cara porque aquella respuesta tan fria le parecio el colmo: --?No me vas a felicitar? --No. Siempre te he dicho que no debes buscar mas aprobacion que la tuya propia. ?Tu estas satisfecho con el trabajo que has hecho? --!Para no estarlo! Tu sabes muy bien que todo el mundo desea meter la cabeza en esa maldita farmaceutica. --Pues ya esta... No necesitas ni mi felicitacion ni la de nadie. James se mordio los labios, pues habia algo que le quemaba por dentro y lo solto como quien arroja aceite hirviendo desde lo alto de un castillo: --Lo que si que necesito es que me pongas de una vez al frente de la Presidencia. Con lo a gusto que estas en tu retiro, ?por que diablos no sueltas de una vez la Presidencia? --Que cansino eres, hijo mio. ?Cuantas veces tengo que decirte que ese momento llegara cuando estes preparado? --?Te parece poca preparacion mi estudios en Harvard y los ochos anos en la direccion con unos resultados excelentes? El senor Nash lanzo un suspiro de puro aburrimiento porque el tema le tenia bastante harto y le recordo: --Solo cuando tengas una familia estaras preparado... --!Familia! --bufo James, dando un manotazo al aire--. !No se necesita una familia para dirigir un emporio como el nuestro! Al contrario, al no tener familia puedo entregarme en cuerpo y alma a los negocios. ?Es que no lo entiendes, viejo testarudo? --El que no lo entiendes eres tu. Solo cuando tengas una existencia plena y equilibrada estaras preparado... --Argggg, padre. Me pones de los nervios cuando hablas asi. ?Acaso las personas solteras no pueden dirigir empresas? !Que bobadas dices! --Claro que pueden pero yo hablo de ti. Te conozco mejor que nadie y se que necesitas formar una familia para dar lo mejor de ti. --O sea que hasta que no tenga siete hijos no vas a soltar la punetera Presidencia. --Me basta con que te cases... James estuvo a punto de echarse a reir porque para el casarse era como poco sinonimo de cadena perpetua. El tenia amigas con las que tenia perfectamente cubiertas sus necesidades afectivas y sexuales y desde luego que no pensaba a renunciar a ellas para dedicarse a una sola mujer. El no iba a cometer el mismo error que el resto de sus amigos que estaban atrapados en unos matrimonios convencionales y aburridisimos que como mucho les procuraban unos instantes fugaces de felicidad tediosa. Desde luego que el no queria eso para su vida y lo tenia tan claro que le replico a su padre: --Sabes que jamas pasare por ese aro. --Y tu sabes que jamas te pasare la Presidencia como no lo hagas. --Me parece que he demostrado en estos anos suficiente compromiso, responsabilidad, dedicacion, exigencia y excelencia como para merecerme de una vez por todas ese puesto. Llevar una alianza en el dedo no me va a hacer mejor... --Claro que si. Espera a llevarla y me cuentas... --No me interesa el matrimonio, padre. No se como tengo que decirtelo. --Ay, hijo, no insistas. Se perfectamente lo que te conviene. --?Incluso mejor que yo mismo? --pregunto ofuscado, apretando fuerte el puno. --Incluso mejor que tu mismo. Y ahora voy a colgar que estoy perdiendo la concentracion... Avisame para la firma... James colgo como siempre que hablaba con su padre de ese tema, furioso y desesperado, y cayo derrotado en el sofa de piel al tiempo que Joana su secretaria llamaba con los nudillos a la puerta. Sabia que era ella porque su forma de llamar insistente y machacona era irreconocible. Le irritaba como nadie lo habia hecho jamas llamando a su puerta... --Senor Nash, traigo el informe que me pidio hace un rato... --dijo tras asomar la cabeza. James la miro con los ojos echando chispas y un rugido de tripa enorme que le hizo replicar: --Pideme sushi, el menu superespecial que trae de todo. Tengo un hambre de mil diablos. Joana le entrego el informe y justo en ese instante James se percato de que su secretaria llevaba la puntera del zapato de tacon medio envuelta en cinta aislante. --Sushi... Si... Claro... --balbuceo muerta de la verguenza porque su jefe se habia percatado del percance con el zapato. --Dios mio, Joana, ?tan mal estas de dinero que no puedes comprarte unos zapatos nuevos? Y lo que es peor ?te haces una ligera idea de la imagen que estas dando de la compania? Joana se ruborizo, se cruzo de brazos y, deseando que la tierra la tragara, replico: --Es que se me ha despegado la suela cuando venia esta manana al trabajo. Vengo caminando... Solo es una horita y media... Y los zapatos ya tenian unos anos... Pero le juro que cuando he salido de casa estaban perfectos... James penso que no se podia ser mas desastre que esa chica a la que precisamente habia elegido por su penosa situacion financiera. La habia investigado lo suficiente como para saber que no solo tenia un curriculum brillante, sino que estaba hasta arriba de deudas, lo que le hacia la candidata perfecta para ocupar el puesto. Era obvio que alguien tan brillante y necesitado de dinero iba a dar el resto para no perder su empleo, como asi habia sido con Joana que trabajaba mas que nadie. Claro que de vez en cuando tenia esas cosas como que se plantara en la oficina con unos zapatos viejos que daban pena... Pero era una buena chica, inteligente, trabajadora, competente, servicial... y... La sucesion de adjetivos ceso de pronto porque inesperadamente una idea loca, descabellada, tal vez estupida, asalto su mente...

  • La doncella de la sangre de Ahna Sthauros

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    Diane es una joven estudiante francesa de Paris que decide estudiar en la Universidad de Sevilla como alumna Erasmus. Es huerfana y lo unico que le queda de sus padres es una medallon antigua decorado con simbolos extranos.En la noche de Halloween su vida cambia radicalmente cuando conoce a Alleyne, un joven ingles misterioso que resulta ser un vampiro. Entonces descubre que toda su vida se basa en una mentira: su padre no ha muerto y es uno de los vampiros mas poderosos de la Sociedad vampirica, y ella es mucho mas de lo que aparenta.Falsas apariencias, vampiros, demonios, cazadores, angeles caidos…Diane tendra que olvidarse de todo lo que conocia como humana y debera adentrarse en un mundo oscuro y desconocido, cuya Sociedad espera mucho de ella.?Sera mas fuerte su Destino o su amor por Alleyne?

  • Una vez mas (Rain 2), Brenda Simmons de Brenda Simmons

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    Ha pasado el tiempo y Jacqueline Ellis se ha visto obligada a dar un giro a su carrera profesional. La concertista de fama internacional se ha convertido en una brillante profesora del conservatorio de musica mas renombrado de todo Nueva York. Su vida transcurre de forma lineal hasta que descubre que la nueva adquisicion del Centro es, nada mas y nada menos, que un atractivo cantante de rock al que ha logrado sobrevivir a fuerza de odiarlo con toda su alma.
    Colton ha intentado olvidar a Jackie pero no lo ha conseguido. Algunas revelaciones le han abierto los ojos y ahora esta dispuesto a luchar por lo que considera suyo. Sin embargo, nada resulta como el esperaba y Jackie no lo recibe con los brazos abiertos; su doloroso pasado se interpone entre ellos con mas fuerza que nunca.
    Una vez dejaron que el destino jugara con ellos, ?habran aprendido la leccion o, por el contrario, volveran a repetir los mismos errores?

  • Cuentos para quererte mejor de Alex Rovira

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  • Un acuerdo inconveniente (Match Point 2) de Kristel Ralston

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    Detras de la personalidad extrovertida y aguda de Kate Blansky se esconde una mujer desconfiada y cinica en el amor. Para ella su unica prioridad es conseguir el empleo de sus suenos en una importante revista fotografica. No necesita complicaciones, pero eso es exactamente lo que implica la presencia de un atractivo y obcecado italiano que pondra su mundo de cabeza. Ella esta decidida a no volver a confiar en los hombres. Sin embargo, ignorar las chispas que surgen cada vez que su mirada se cruza con la de Cesare Ferlazzo sera complicado, en especial cuando descubre que el es un hombre muy recursivo.

  • Quererte. sofia de Erica Canovas

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    La vida de sofia, a menudo monotona y aburrida, cambia por completo cuando conoce a Jose, un hombre guapo, atractivo y muy insistente.
    Besos robados, citas romanticas y la labia de Jose provocara que Sofia se deje seducir a pesar de haber tomado la decision de no volver a estar con un hombre en mucho tiempo tras su ruptura con Victor. Las continuas infidelidades de su ex pareja han convertido a Sofia en una mujer desconfiada que se lo pondra dificil a Jose, que no esta dispuesto a perder a la que cree la mujer de su vida. Para conseguir su proposito, Jose no dudara en mentirla una y otra vez provocando un distanciamiento aun mayor entre ellos.
    La distancia los separara para unirlos dos anos despues… ?Conseguira Jose su objetivo de enamorar a Sofia? Y ella ?Aprendera a confiar en el?

  • El atentado de Alfredo De Braganza

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    Terroristas islamistas siembran el caos en Madrid con un devastador atentado. Siguiendo la pista a los autores materiales, todo indica que uno de ellos procedia de la India. Los acontecimientos se confabulan para que David Ribas sea reclutado por una organizacion secreta de la inteligencia espanola, recien creada, para eliminar a los responsables antes de que vuelvan a atentar.

  • Una pareja casi perfecta de Marian Keyes

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  • Por el Sendero del Puma de May Blacksmith

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    Olivia Cobos es una mujer divorciada de 43 anos, dedicada a su trabajo y sus hijos. En una cena de empresa, coincidira con un chico mas joven con el que pasara la noche. La casualidad hara que se reencuentren y que su vida monotona y rutinaria de un giro de 180o para convertirse en una montana rusa llena de altibajos, de sentimientos dificiles de gestionar, de dudas e inseguridades que le obligan enfrentarse a sus miedos e impulsandola a disfrutar de lo que se presenta en cada momento.
    Una novela intima, donde la protagonista nos hara participes en primera persona de cada una de las situaciones en las que se ve envuelta. Llena de sentimientos que nos haran vivir momentos comicos, dramaticos y llenos de pasion.

  • San Valentin en Alaska (Alaska 2) de N. Q. Palm

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    <>, o eso afirmaban las historias que Susan habia oido siendo pequena. Los hombres que alli vivian no eran unos simples mortales, y habia uno en especial, que llamaba poderosamente su atencion. Storm era alto, musculoso y muy atractivo. Mas o menos como el hombre que la habia atacado dos meses atras, y al que no reconocio. Asi que no iba a haber un acercamiento por su parte. Ella desconfiaba de esos tipos.
    Storm miraba con deseo a la mujer que se cruzaba de vez en cuando en la ciudad, pero el ya habia cubierto el cupo. En su linaje habia unas normas, y el no estaba exento de ellas. Seguiria admirando su curvilineo cuerpo y sonando con poseerla. Nada mas que eso. Pero esos ojos azules no hacian mas que aparecer en su mente, una y otra vez.
    Cuando un suceso precipita las cosas, tanto Storm como Susan tendran que superar los obstaculos que una cultura y otra impone sobre ellos.

  • La calma y el viento de Jose Antonio Gonzalez Queiro

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    La calma y el viento es una novela basada en hechos reales, que cuenta diez anos de la historia de una familia de migrantes salmantinos que llega a Madrid en el otono de 1929, reinando el rey Alfonso XIII y bajo la dictadura del general Miguel Primo de Rivera. La caida de la monarquia en 1931, la instauracion de la II republica (1931/1936) y la terrible guerra civil (1936/1939) forman el nucleo central de este apasionante relato, que iremos recorriendo en la piel de esta familia, viviendo sus alegrias y penas, sus exitos y fracasos, que nos llenaran de viva emocion y nos transportaran a un epoca convulsa, llena de vaivenes.

  • Las rosas de las espinas de Alexandra Martin Fynn

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    Elizabeth Colt, la propietaria de la fabrica de revolveres mas importante de los Estados Unidos, se hallaba trabajando frente al pequeno escritorio que habia dispuesto en su alcoba. A traves de los enormes ventanales, enmarcados por cortinas satinadas, se atisbaba el hilo ceruleo que comenzaba a ganar la batalla a la noche. Una lampara de aceite iluminaba el gesto concentrado de la mujer, que respondia a la carta que le habia enviado Abraham Lincoln. Desde que iniciara la Guerra de Secesion, un ano atras, la demanda de armas se habia duplicado y la compania recibia permanentes presiones por parte del Gobierno. La elegante caligrafia de la <>, tal como la llamaban, ornaba las paginas de la misiva que dirigia al jefe de Gobierno: Respondiendo a su inquietud, senor presidente, confie en que la compania Colt seguira funcionando al maximo de su capacidad para apoyar su magnifica gesta. Si los mas de mil empleados con los que cuento no alcanzan para sostener la produccion, contratare a mil mas. Debemos ganar esta guerra, para que el sueno de la libertad de los esclavos se vuelva realidad. Si los estados del sur se independizan de los Estados Unidos y fundan una nacion basada en el trafico de personas, la humanidad toda habra fracasado. Esta fabrica no descansara hasta que la Union se alce victoriosa. La mujer debio abandonar la tarea por un momento para limpiarse la enrojecida nariz. Desde hacia dos dias no paraba de toser y estornudar. Sin duda, aquella indisposicion era consecuencia de todos los pesares que habia debido sobrellevar en los ultimos diez meses: su esposo habia fallecido el pasado enero, victima de la enfermedad de la gota y, en agosto, debio afrontar la perdida de su embarazo, que se encontraba en estado avanzado. Aquella criatura que llevaba en el vientre habia sido el unico consuelo frente a la muerte de Samuel. Pero el destino se llevo tambien a su pequena nina, dejandola devastada. En aquel momento, entro en el cuarto la senora Witts, el ama de llaves de la mansion. Cualquiera la hubiera confundido con la duena de la casa, de tan orgullosa y augusta que era su postura. --Buenos dias, senora --saludo--, ya son casi las seis de la manana, ?desea que le haga traer una taza de chocolate? --Buenos dias, querida. En un rato, por favor. Aun no termino con esto --respondio Elizabeth, entre toses. --En media hora le hare subir el servicio. La mujer ya se retiraba, pero se volvio y dijo: --No lo tome a mal, senora, pero, ?me permite hacerle una sugerencia? --Por supuesto. --Quiza le convendria guardar cama, al menos por un par de dias. Y llamar al medico. Aunque usted insista en ignorarlo, es evidente que esta cursando un fuerte constipado. Elizabeth desestimo aquello con un ademan y replico: --Querida, agradezco mucho su preocupacion, pero no tengo tiempo para caer enferma. Estamos en guerra; no puedo permitirme ni la debilidad ni el descanso. --Lo se, senora, pero… --Tengo apenas treinta y cinco anos. Dormire cuando sea vieja. En aquel momento, una doncella entro a la habitacion. --Senora Colt, disculpe la interrupcion --dijo--. Acaba de llegar un jinete; un soldado. Dice que trae una carta urgente de parte del comandante del Ejercito del Potomac, el general George McLellan, y que debe entregar el sobre en mano. Le dije que usted no estaba en condiciones de recibirlo, pero el insistio mucho. Ante la mencion de su viejo amigo, Elizabeth se envolvio en su pesada bata e indico: --Que pase a verme. --Pero... !usted esta en ropa de cama! --reclamo el ama de llaves. --El cabalgo tres dias seguidos desde Arlington Heights para llegar aqui y no lo voy a tener esperando. Hagalo subir y prepare un cuarto para que el pobre se asee y descanse. Las dos empleadas se retiraron y cerraron la puerta tras de si. El joven militar se mostro avergonzado cuando sus botas dejaron un reguero de barro en la lujosa alfombra Aubusson. Estaba tan sucio que el azul de su uniforme casi no se distinguia bajo las capas de polvo que lo cubrian. No acepto la invitacion a sentarse, por temor a dejar inservible la silla que le ofrecian. --?Cual es su nombre, muchacho? --se intereso Elizabeth. --Gregory Hall, senora. --Muy bien, Gregory. Digame, ?cual es el mensaje que desea entregarme personalmente? --El comandante McLellan me pidio que le de esta carta. Debo aguardar a que usted escriba la respuesta, para llevarsela a el lo antes posible. --La leere en este mismo instante. Ahora, vaya con la senora Witts. Ella le esta preparando un cuarto para que pueda lavarse, comer y descansar un poco. --Le agradezco su generosidad, senora Colt, pero debo partir lo antes posible. Si tengo sueno o hambre, no tiene importancia. Debo responder a mi comandante. Elizabeth sonrio. Era sabido que McLellan era idolatrado por sus tropas. --Si no come ni duerme, caera rendido en el camino y no podra cumplir la orden de su superior --la mujer tiro del cordel que llamaba al servicio--. El ama de llaves lo acompanara. El muchacho agradecio y siguio los pasos de la empleada. Cuando se encontro a solas, Elizabeth rompio el sobre con el sello del Ejercito y leyo la carta que contenia. De inmediato comprendio porque McLellan no habia utilizado ni el correo militar ni el telegrafo para comunicarse con ella. Arlington Heights, Campamento General del Ejercito del Potomac, 5 de octubre de 1862 Querida E.: Espero que te encuentres muy bien y que el pequeno Caldwell este creciendo sano y fuerte. Lamento mucho no haber podido visitarte luego del fallecimiento de tu esposo. Bien sabes el afecto y el agradecimiento que le he profesado a lo largo de estos anos, pues el ha sido para mi una fuente invalorable de inspiracion y apoyo. Yo me encuentro bien, aunque mi alma sangra por el resultado de la batalla de Antietnam. Obtuvimos una victoria sobre el ejercito que comanda el general Lee, pero eso no me brinda mas que la tibia satisfaccion de haber cumplido con mi deber. En un solo dia perdi a 12 000 soldados, entre muertos, heridos, prisioneros y desaparecidos. Desde el parapeto en el que me encontraba mientras se producia la lucha, vi a mis muchachos caer y amontonarse como pilas de carne inerte. Y observe a los sobrevivientes, arrastrando sus maltrechos espiritus, con los miembros agarrotados y los ojos secos de tanto llorar a sus companeros. Al final de aquella dramatica jornada, recibi ordenes de Lincoln en las que me instaba a lanzarme, de inmediato, tras las tropas confederadas. Su plan era cortar la retirada a Lee, antes de que el pudiera reponerse de sus perdidas en el campo de batalla. Sin embargo, desoi sus demandas, pues hacer aquello hubiera implicado sacrificar miles de hombres mas. El se niega a comprender que hoy no cuento con los recursos necesarios para asegurar una victoria: los regimientos estan mermados y las municiones escasean. Tambien tenemos una urgente necesidad de nuevas armas, pues muchas de las que teniamos se averiaron en la refriega y hemos perdido miles a manos de los rebeldes. Tengo la conciencia tranquila, pues se que mi decision fue acertada. Sin embargo, todos se han vuelto en mi contra: los politicos, los oficiales y los periodistas opinan que soy indeciso y cobarde. Peor aun; me llaman traidor, por haber dejado escapar a Lee. Y Lincoln sigue presionandome para que lance mis tropas al campo de batalla, aun en la precaria situacion en la que se encuentran. Yo resisto en mi conviccion, pero se que, mas temprano que tarde, seran sus ordenes las que se ejecuten. Por ello, me urge recuperar mis recursos. Nuestro ejercito sera arrasado si no contamos con armas suficientes antes de una nueva lucha. En suma, necesito tu ayuda. No te pedire nada en concreto, pues lo ultimo que deseo es comprometerte. Si lo unico que puedes enviarme son palabras de aliento, estas seran para mi un tesoro en este escenario de desolacion. De mas esta decir que esta comunicacion y todas las que sigan, sea cual fuere su naturaleza, deben mantenerse en el mayor de los secretos. Si envias a alguien a reunirse conmigo, asegurate de que sea una persona de nuestra mutua confianza. Recelo de todo el mundo. Tuyo, G. Elizabeth dejo la carta sobre el escritorio y se tomo el rostro con las manos. Penso que McLellan debia estar realmente desesperado para ponerla en una situacion tan delicada como aquella. El no podia ignorar que, si se descubria que ella le habia enviado armas de manera ilegal, aquel seria el fin de la compania Colt. Y habia sido inteligente al elegir las palabras que estampara en su carta: ?como podria alguien negarse a brindar una ayuda que evitaria la muerte de miles de seres humanos? La mujer se restrego los ojos, como si de ese modo pudiera aclarar su vision. Pero solo un cumulo de ideas contradictorias se enredaron en su mente. --Si tan solo Sam estuviera aqui… --susurro. Entonces, se puso de pie y se acerco a la enorme pintura en la que estaba plasmada la figura de su esposo. Y con un suave ademan, extendio la mano para acariciar el marco dorado. --?Que debo hacer, querido mio? --le pregunto a la imagen del retrato. Elizabeth sabia muy bien que el padre del comandante habia sido una persona muy importante para Samuel Colt. Su apoyo habia sido clave en un momento en el que el contexto economico y politico se presentaba muy adverso para el inventor de armas. Tan estrecha se volvio la amistad entre ambos que, en el lecho de muerte del anciano doctor McLellan, Samuel le juro que velaria por el porvenir de sus dos hijos varones. Dado ese compromiso, Elizabeth estaba segura de que su esposo hubiera deseado que ella honrara la promesa hecha a un moribundo. Aquella certeza la inclinaba en favor de enviar la ayuda que el militar le solicitaba. Por otra parte, ella no dudaba de que McLellan ansiaba salvar la vida de miles de soldados; una gesta que apoyaria cualquier persona con corazon. Sin embargo, comprendia cabalmente que enviarle armas al comandante, sin la anuencia del Gobierno, era una jugada que podia poner en riesgo el futuro de su fabrica y de todo aquello por lo cual ella y su esposo habian luchado tanto. Urgida por resolver su conflicto interior, la mujer unio las manos en oracion. Su padre, el reverendo William Jarvis, le habia inculcado el camino de la fe, y ella lo transitaba cada vez que necesitaba reunir fuerzas para salir adelante. En aquel momento, requeria mas que nunca la guia del Senor, pero de El solo obtuvo un angustioso silencio. Agobiada por la roca que le pesaba en la espalda, volvio a dirigir la mirada a la imagen de su amado. Fue entonces cuando los primeros colores del alba iluminaron la habitacion y un reflejo rojizo parecio dar vida al retrato de Samuel Colt. A Elizabeth se le empanaron los ojos y, por un instante, tuvo la impresion de que el le sonreia. Entre lagrimas, tomo aquello como la senal que estaba esperando y se sintio algo mas aliviada. En su corazon y en su mente, la decision estaba tomada: no ignoraria el pedido del general McLellan, en honor a todo lo que su padre habia hecho por Samuel Colt. Y, menos aun, dejaria indefensos en la batalla a miles de soldados que luchaban por una causa noble. Estaba dispuesta a correr los riesgos que fueran necesarios. Con la decision asumida, regreso a su escritorio, coloco la mano sobre la carta que habia estado escribiendo a Lincoln y dijo, en voz alta: --Perdoname, Abraham, por hacer esto a tus espaldas. Es en beneficio de tu causa. Con algo de alivio por la resolucion adoptada, era menester reflexionar acerca de como instrumentar la ayuda que le ofreceria a McLellan. Lo primero que debia decidir era que tipo de armamento enviar. Sabia que al comandante le convendria recibir rifles Springfield, los mismos que el Ejercito distribuia entre los soldados; pero aquello no seria posible. Deshacerse de un gran numero de armas largas implicaria incumplir el contrato que la Colt habia firmado con el Gobierno y aquello resultaria en multas monstruosas para la compania. Elizabeth decidio, en consecuencia, entregar revolveres que, ademas, serian mas simples de transportar de incognito. George habia mencionado que muchas de las armas con las que contaba se habian averiado en batalla. Ella sabia que algunas podrian ser reparadas por sus empleados, pero la fabrica no podia prescindir de los brazos de sus operarios, dada la enorme cantidad de trabajo que tenian pendiente. Sin embargo, si se reordenaban los turnos y se ajustaban algunos procesos, podia hacer el sacrificio de enviar algunos hombres. Pero solo serian unos pocos; los suficientes para sacar del aprieto a McLellan. La idea era que los enviados permanecieran unos dias en el campamento militar, tratando de arreglar la mayor cantidad de revolveres y rifles que fuera posible. Ahora Elizabeth debia pensar en quienes serian las personas idoneas para realizar semejante labor. Sin duda, deberian ser excelentes trabajadores, ademas de hombres de su entera confianza. Casi sin proponerselo, tres nombres acudieron a su mente: William Green, George Arlen y Jim Carson, tres obreros que, ademas de ser excelentes personas, eran incansables y muy capaces. Los tres habian sido esclavos fugitivos que, tras su huida, se refugiaron en la fabrica de Colt, al amparo de Samuel y de ella. Y Elizabeth sabia que el honor de aquellos hombres haria que dieran su vida por cualquier causa en la que ella se embarcara. Por ultimo, McLellan habia enfatizado que, si ell

  • Tu regalo soy yo de Jenny Del

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    Llevaba tan solo un mes trabajando en aquel hotel y una cosa tenia clara; en el pasado debi ser dominicano, porque fue llegar a el y sentir que yo pertenecia a aquel lugar, desde siempre. Por razones que no me apetece reproducir, al ser demasiado dolorosas, en Espana apenas me quedaba un reducido punado de parientes, ninguno de ellos demasiado cercanos, por lo que podria decirse que carecia de raices y que, por tanto, no sabia donde "poner el huevo". Un buen dia, mi amigo Borja, que ya intuireis que con ese nombre era mas pijo que hecho de encargo, me hablo de la posibilidad de irnos a trabajar a un hotel a Republica Dominicana. Bueno, creo que ante todo no estaria mal que me presentase. Me llamo Aitor y en ese momento contaba con veinticinco anos, sin rima, por favor. Borja y yo no hacia demasiado que acabamos la carrera de Turismo y, aunque a el le iba mejor porque entro a trabajar en una empresa del sector con su padre, le apetecia cambiar de aires y salir de debajo del ala paterna. En cuanto a mi, que compatibilizaba el trabajo que me iba saliendo por aqui y por alla con mi pasion, la de ser escritor de novela romantica, la suya me parecio, en principio, una idea un tanto extravagante. No obstante, con el paso de los dias, me lo comence a plantear como una posibilidad real y vine a decirme mas o menos eso de "?quien dijo miedo?". --?Tu lo ves viable? --le pregunte, asi como una semana despues. --?Tu crees que si no lo viera me meteria en semejante movida? Ya te he dicho que mi padre tiene amistad con Cristopher, el director del hotel al que iriamos. --Se me olvidaba que siempre has sido un enchufado y que siempre lo seras, jodido. --Y a mi se me olvidaba que tu eres un cagado, Aitorcito. --Mira, guaperas de playa, a mi no me toques la moral que a dia de hoy no ha nacido quien me de miedo. --Eso esta bien, porque tambien se viene con nosotros Samuel--me anuncio. --?Samuel? No puedes estar hablando en serio, que te gusta quedarte conmigo. --Si, si, me encanta, pero aparte Samuel se viene con nosotros. --?No es una trola? Venga ya, sabes que no es mal tio pero que tiene... --Una fijacion contigo, ?y? ?Que temes? El chaval no puede evitar haberse enamorado, Aitor, reconoce que estas en racha y has atraido tambien a Samuel. --Vaya, hombre, que suerte la mia. Pero solo me ire con vosotros si me prometes que te haras cargo de el. --Claro, hombre, ?quieres que le ponga tambien un bozal? Y a ver si luego vamos a comprarle la correa, del color que el senor Aitor quiera, no sea que haya mosqueo. Asi comenzo nuestra aventura dominicana, con la Navidad a la vuelta de la esquina. Una aventura que no abordariamos los tres solos, no, porque Borja tenia un corazon muy pijo, si, pero que no le cabia en el pecho y se llevo tambien a Mercedes, una amiga nuestra, super buena gente, pero pava como ella sola y a su antitesis, Elizabeth. Elizabeth, al contrario que Mercedes, era un torbellino que se jactaba de serlo, divertida al maximo y con la que no nos faltaria diversion. Ademas, bailaba salsa que era una locura y, desde el mismo momento en el que supo que nos marchabamos, no dejo de enviarnos videos con "tutoriales" grabados por ella para que nos fueramos poniendo al dia. --Para que no os tomen por tres pavisosos y tengais la oportunidad de ligar tambien--nos solia decir en la confianza de que ella lo haria tan pronto como aterrizara. Un mes, un solo mes y nuestras previsiones se habian cumplido y mejorado. --Aitor, un coctel de esos azul y rosa como el que me pusiste anoche--me pidio Sebas, un espanol que llevaba alli un par de dias y con el que ya me habia hartado de hablar la noche anterior. --Un momento, un momento, ?azul y rosa dices? Metele algun color mas y sera un unicornio con el cuerno de colores, ?no te habras equivocado? --Que va, si me lo pusiste asi anoche, tio. --?A que hora? Porque despues de la tercera copa, todos los gatos son pardos. --Chato, ?eso fue antes o despues de que me pegaras a mi el repaso? Porque lo mismo es que despues de eso ya viste la vida en colores--Le guino el ojo Elizabeth a Sebas. --Tia, tu no vas a dejar titere con cabeza--le dije negando porque no habia un tio que estuviera bien con el que ella no acabase en el catre. --Espera, espera, ?y me lo estas diciendo tu? Porque bien que nos vendiste que antes eras un tanto timidin y tal, pero eso debio ser en otra vida, no vea si te has desmelenado. --No te voy a negar que Punta Cana me ha sentado muy bien, guapa, tienes razon--Le di una palmada en el culo porque teniamos mucha confianza y al final es lo que pasa. --Oye, estoy pensando que, dado que tu y yo hemos catado a la mitad del personal que transita por aqui, podrias pasarte esta noche por mi habitacion para intercambiar impresiones--me propuso. No era la primera vez que la quimica saltaba entre nosotros, lo que ocurre es que hasta ese momento ninguno de los dos se lo habia propuesto abiertamente al otro. --Pues no te digo yo que no, luego tratamos de hacer el cambio. --No, si aqui el unico que no echa un polvo es Samuel, que ese pobre esta gafado--Hablo de el mismo en tercera persona y vimos que estaba peluson. --Pero esta noche te mandamos a Merceditas para que te de chachara--le propuse. --?A Merceditas? Esa mosquita muerta me pone de los nervios y lo sabes. --No seas malo, que ella es muy buena gente, solo que le falta... --Un hervor, eso es lo que le falta a la pan sin sal esa, y me pone de los nervios, ?por que no te quedas tu a darme palique, Aitor? --Porque eso no es lo que tu quieres que te de y lo sabes. No me hagas hablar. --Ay, nino, si supieras lo que te estas perdiendo, yo podria llevarte a universos que ni imaginas. --Mira, Samuel, algo si que me imagino, ?por que no vas a tirarle fichas a Rafael? Yo creo que con el tendrias mas posibilidades, pero que muchas mas. Rafael era otro companero nuestro, gay, dominicano, musculado, con una parla increible y una marcha en el cuerpo de no te menees. El era animador y bailaba de locura, por lo que era habitual el pillar a Samuel mirandolo embobado. --Claro, montones de posibilidades tendre con el, ?no ves que el tio no tiene con quien ligar? Dios mio, si se lo tirarian todas las mujeres de la sala y la mayoria de los maromos tambien. --Para el carro, Samuel, que yo no me lo tiraria--le comente. --Pero eso es porque tu has llegado a esta isla con prejuicios, nino, solo por eso. --?Yo con prejuicios? Venga ya. --Pues eso, que se te debe abrir la mente ya. --Como si fuera la mente lo que tu aspiras a abrirme. Mira, te mando luego a Merceditas y no se hable mas. --?Que le pasa a Merceditas? --Llego ella de servir mesas con cara de pocos amigos. --Que esta noche duermes con los chicos--le ordeno Elizabeth. --?Y eso por que? --Porque Aitor y yo tenemos jarana. Es eso o te unes, tu eliges--Ya sabia la bocachancla de Elizabeth que con ese comentario la estaba escandalizando. --?Unirme? Sois unos guarros, es que sois todos unos guarros. La teniamos frita, a que negarlo. La pobre tenia muy poquito animo, pese a ser una chica guapisima que llamaba la atencion; pelirroja, alta, con unos ojos claros de esos que parecen dos faros... --?Que te ha pasado ahora, corazon? --resoplo Samuel, sabiendola apurada. --Aquel grupo, ?lo ves? Pues que los tios esos se han pensado que todo el monte es oregano y uno de ellos me ha dado un pellizco en el culo. --?Y? Aitor acaba de darme una palmada en el mio y yo estoy encantada. --Elizabeth, no compares--le dije porque tenia cosas de bombero retirado. --?Y eso por que? A mi me has puesto to perra, te lo advierto desde ya. --Pues a mi me han puesto de un humor de perros, que es parecido, pero no igual. Yo voy a decir que me metan en oficinas y ya, paso de estar aqui con todos estos, que van mas salidos que el pico de una plancha. Ay, ya me esta dando el mareo... --Nina, ni se te ocurra darnos un susto, ?eh? Mercedes tenia esa peculiaridad, que cuando estaba demasiado agobiada, no podia respirar y terminaba en el suelo. --!Ayuda! --pedi y en esas que llegaba Borja. --Merceditas, ?otra vez llamando la atencion? Mira que me vas a obligar a hacerte el boca y boca y lo mismo lo graba alguien y se hace viral. --?Que dices? Quita, quita, que ya estoy mejor. --Oye, tio, tu si que la entiendes--le dije a Borja. --Es que, ahi donde la ves, la tengo en el bote. --?Si? Pero si no me habia dado cuenta, mira es que yo creo que veo a Merceditas como un ser asexual, como los angeles, vaya. --Chaval, todavia te falta recorrido, la tengo comiendo en la palma de mi mano, pero la estoy dejando a su aire porque a mi me gusta otra. --Joder, pues ni cuenta me habia dado, claro que con el ritmo que llevamos tampoco es para percatarse de nada. --Sobre todo tu, que no paras de triunfar. Esta noche, ?cual? --Esta noche Elizabeth, se me acaba de poner a tiro. --Venga ya, pero si yo lo he intentado un par de veces y no me ha seguido el rollo. --Pues a mi me ha bastado con darle una palmadita en el trasero, guaperas, lo mismo tus metodos no son tan efectivos como tu crees. --Ay, yo moriria por darle una palmada en el trasero a Rafael--suspiro Samuel mientras lo veia bailar. --Pues olvidate, que me han dicho que esta liado con Cristopher--le comento Merceditas. --?Que dices, nina? A ti te dan los mareos esos y ya estas inventando, ?como va a ser eso? --?Y por que no? Cristopher esta que cruje--intervino Elizabeth. --A lo mejor prefieres irte con el--le sugeri. --Aitor, no te pongas celoso que seria ya lo que me faltase por ver, hay que reconocer que el tio esta buenisimo. --Si, tiene cuarenta y cinco tacos, pero a mi me parece un galan de esos del tipo de George Clooney--suspiro Merceditas. --Un viejo, es un viejo, ?como va a estar con Rafael? --Samuel no daba credito, estaba indignado. --!Que no es ningun viejo! --le aclararon las dos chicas a la vez, porque Cristopher seguia teniendo una planta impresionante. --Que me dejeis, que me estais agobiando, eso te lo has inventado tu para hacerme sufrir, mosquita muerta--le solto a Merceditas. --?Como me has llamado? Mira, tu, no te vayas a creer que no se defenderme porque todavia te canto las cuarenta y de lo que te entra te... --Perdona, si es que tienes razon, el problema es que no me entra nada--Se echo las manos a la cabeza y yo tambien. --Mira que emprenderla con Merceditas, tio, ya te vale... --Si es que la abstinencia es muy mala, Aitor. Tu no lo sabes porque estas que te sales, pero que te digo que, de esta, palmo. --Ya sera menos, Samuel, ya sera menos. --?Y tu no podrias hacerme un favor, aunque fuera solo uno chiquitito? Una cosita rapida, lo que viene siendo de toda la vida de Dios, un alivio... --Samuel, estoy intentando tener paciencia, pero no se cuanto me durara. Mira, aqui viene Borja, pideselo a el. --?Que me tiene que pedir? --Borja era el unico de nosotros que no ponia copas porque el se encargaba de dar clases de surf durante el dia, mientras que el resto lo mismo las poniamos en cualquiera de los locales nocturnos que en el chiringuito de la piscina durante el dia. --Un favor chiquitito, que estoy muy falto. --Tio, ?me quieres dejar en paz? Buscate la vida, pues anda que no hay tios buenos aqui por metro cuadrado. Y, ademas, la costumbre es que le tires los trastos a Aitor, ?a que viene ahora esto? --Gracias por la parte que me toca, con colegas asi no me hacen falta enemigos--le dije mientras miraba a un monumento de orondas caderas que avanzaba hacia mi. Capitulo 2 Para caderas tambien las de Elizabeth. Yo ya me habia fijado en ellas muchas veces, pero no es lo mismo ver algo que tenerlo entre tus manos, como yo lo tenia en ese momento. --Que caderas, que caderas tienes... --Si es que a veces uno no se fija en lo que tiene al lado, atontado, que eres un atontado. --?Y quien te dice a ti que yo no me habia fijado? --Pues razon no te falta, pero como no te lanzabas... Aunque tambien es verdad que ni tiempo te ha dado, vas a una por noche. --Como que tu te las pasas rezando el rosario, venga ya... Estabamos desmadrados, lo cierto era que lo estabamos. Al menos nosotros dos y Borja, a quien tampoco le falaba compania. Lo de los otros dos era harina de otro costal... Terminamos de quitarnos la ropa y comenzamos a comernos la boca como si no hubiera un manana. Elizabeth era pura fogosidad y yo me habia imaginado mas de una vez que estar con ella debia ser poco menos que explosivo. --Alucinante, es que es alucinante. --Mi buen dinero que me costaron, no te vayas a creer que estas cayeron del cielo... Le miraba aquel par de buenas razones que tenia en la delantera y resoplaba. --Pues que trabajo mas bien hecho... Comence a lamerla mientras ella, completamente desnuda ya, cabalgaba sobre mi muslo, al que amenazaba con derretir. Sus jadeos no se hicieron esperar. Tan pronto yo saque a pasear mi lengua y su sexo se acoplo en ese muslo que nadie habia rozado asi hasta la fecha, jadeo incesantemente, con tal intensidad que temi que nos llamaran la atencion. --Eres una escandalosilla--Le puse mi mano en la boca y ella comenzo a mordisquearla.

  • El largo camino de Olga de Yolanda Scheuber

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  • El arte del engano de Daniel Tubau

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    Una cuidada edicion que ofrece la mas completa panoramica del arte de la estrategia china publicada hasta la fecha.

  • Caliente de Luna Miguel

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    Cuando me rompio el corazon, decidi gastar parte de mis ahorros en una tienda de juguetes eroticos. La expresion <> es torpe, pero se ajusta muy bien a ese momento tragico en el que sientes tu pecho herido. Su rotura. Casi como si a una le abrieran con un cuchillo la carne, de la que en vez de sangre brota aire. * En la presentacion de El corazon de la fiesta, el novelista Gonzalo Torne aseguro que si el podia escribir era <>. Al poco tiempo de escucharle, me detuve en una pintada de la calle Valldonzella, en el Raval, donde se puede ver un corazon de color rosa partido en dos. Al verlo pense que, en mi caso, si escribo es porque de casa vengo con el corazon roto. Suena intenso, lo se. No es nada de eso: porque un corazon que se rompe no es un organo troquelado ni hecho trizas. Un corazon que se rompe, en todo caso, se parece mas al tiron de esa piel que el sol quemo. A una presion muy fuerte en el escroto. Al ruido molesto del hambre: con los gestos adecuados, pasa rapido. Quiza un corazon roto ni siquiera tenga que ver con esas cosas. Tal vez la fractura solo sea un estado mas de su materia. Emily Dickinson escribio: <>. Bad Bunny canto: <>. Y entonces me pregunto si el estado primario del corazon quiza sea esa grieta, esa cuchillada; y si el trabajo verdadero de la vida --y del placer, y de la escritura-- consiste en inventar una masilla pegajosa, densa, con la que poco a poco volver a ensamblarlo. * Haber dejado de sentir mi corazon por unos dias provoco la estampida de mi sangre desde el pecho hasta los genitales. De pronto, todo mi flujo bombeaba energicamente ahi abajo. El sexo me latia por dentro. Epicentro de un terremoto. No se cuantas veces pude masturbarme en las horas siguientes a que Antonio me anunciara que se habia enamorado de alguien mas. Tampoco se a que venia ese placer inmenso de sentirme traicionada. Ademas, ?por que iba a ser una traicion que el amase a otra persona? Y si no era traicion, ?a que tanto drama con lo del <>? * En Primavera sombria, novela corta de la surrealista alemana Unica Zurn, la protagonista de apenas diez anos no es capaz de definir su placer sin asociarlo a un terrible dolor. Tanto es asi que desde muy pequena a sus genitales los denomina <>. * Tampoco se cuantas veces me masturbe fantaseando con la idea de que ya no era el centro de los deseos de mi companero. Fantaseando con que esa intermitencia que supuestamente <> tambien podia volverme de una vez libre, voluptuosa. ?Por que resultaba tan placentero ese dolor? ?Que podia tener de erotico sentir que toda la piel de mi cuerpo se desgarraba? ?Seria la imposibilidad de hacer otra cosa con las manos, aparte de tocarme? ?Acaso verme desnuda, abierta frente al espejo, me alejaba de la afectada idea de que mi cuerpo era un despojo, un manojo de nervios? Me toque y llore ante mi reflejo. Llore y me toque dejando que fluyeran las preguntas. Tal vez porque el orgasmo siempre me habia calmado. O tal vez porque, a pesar de todo, me alejaba de ser aquello a lo que temia parecerme: un esqueleto celoso. Un cuerpo degradado. Un cadaver. Trozo de carne inutil. Anulada por <> o por <>. Realmente, que el ya no pensara <> suponia la apertura de par en par de la puerta de una habitacion que hasta entonces me era desconocida. Desocupar un espacio de su deseo me volvia vulnerable, y al mismo tiempo esa vulnerabilidad me despejaba nuevos terrenos. ?Y que iba a cultivar ahora en ellos? A pesar de que estaba triste o contrariada, me console con la idea de que cuantas mas puertas abiertas, mas cuartos desconocidos por los que pasear y en cuyo mobiliario recostarme para hacer guarradas conmigo misma. Como si la libertad fuera el dolor. Como si a solas me convirtiera en mi propia amante. * <> Para Preciado --que en Testo yonqui ya habia narrado en primera persona su cuerpo trans, analizandolo con lupa, pieza a pieza, poniendoselo a la lectora en una bandeja repleta de lesiones--, la vulnerabilidad es una postura legitima desde la que militar y desde la que generar belleza y pensamiento. Dice Preciado que el escribe filosofia para los debiles, pues a su parecer la vulnerabilidad es sinonimo de disidencia, y la disidencia, de libertad. * Pero no era libertad ni tampoco vulnerabilidad lo que Unica Zurn erotizo hasta el final de sus dias. Aquello sobre lo que versaba su imaginario se parecia mas al sufrimiento. La herida --tanto la real, esa que le provocaria a los siete anos la violacion por parte de su propio hermano, como la metaforica, esa que poblo su escritura y su arte-- se convertiria en el unico motivo de su creacion, especialmente despues de conocer a quien seria su esposo, el artista Hans Bellmer. Juntos, Zurn y Bellmer, huyeron de Berlin a Paris en los anos cincuenta, pues en los circulos intelectuales alemanes se les empezo a considerar como a dos degenerados. El hacia munecas de trapo --la Poupee es su obra mas celebre--, cuerpos hipersexualizados, troceados, horrendos, siendo los genitales y las formas de la carne de ella su mayor inspiracion. Hubo un tiempo en el que a Zurn no le importaba llamarse <>, pues era muy consciente de la importancia que su cuerpo habia cobrado en la obra de el. Durante anos, Bellmer no solo la sometio y la forzo, aparentemente con su consentimiento, sino que tambien la animo a escribir y pintar sobre ello. Por eso Zurn --a quienes algunos companeros surrealistas llegaron a llamar <> por su manera de mirar-- aprovecho su desmesurado vinculo con el sexo y sus problemas mentales para convertirlos en literatura. En relacion con Zurn, de hecho, hay mas material academico sobre su enfermedad mental y sobre sus ingresos recurrentes en los hospitales psiquiatricos de Paris que sobre su literatura o su obra plastica. Con el paso de los anos, su relacion con Bellmer se volvio asfixiante y danina. En mas de una ocasion trato de abandonarlo, pero no era capaz, algo los ataba: tal vez el mismo martirio sobre el que antano habian construido su intimidad. Eso, sumado a los tormentos de los que ella era consciente de que no se curaria nunca --cuentan que cuando uno de sus psiquiatras le pregunto si pensaba que alguna vez sanaria, ella respondio feliz y sonoramente: <>--, le hizo tomar la decision de acabar con su vida tirandose por la ventana del apartamento que compartia con Bellmer. Un suicidio, por cierto, con el que ella ya habia amenazado desde la ultima escena de Primavera sombria. * Unica Zurn vivio y escribio amarrada a las mismas cuerdas con las que su esposo habia atado su carne para una sesion fotografica --el cuerpo desnudo de la escritora es una de las primeras cosas que aparecen en mi pantalla siempre que googleo su nombre--. Incluso una vez muerta y enterrada en el cementerio de Pere-Lachaise, Hans Bellmer hizo inscribir en su lapida las palabras <>. Ella, que tanto habia contado sobre la ambicion de sus jovenes personajes por encontrar otras maneras de amar y de amarse, acabo encadenada a una pasion tan agotadora que ni siquiera la muerte fue capaz de detener. * La alemana no fue la unica artista vinculada al movimiento surrealista en abordar las contradicciones del deseo femenino. Por su parte, la poeta Joyce Mansour tomo esa idea de Charles Baudelaire segun la cual el infierno de las mujeres nace en su propio cuerpo, y la pervirtio mediante una poesia erotica, sucia, desgarradora. En los versos de Mansour, las camas huelen a queso, los uteros tienen hierba, los amantes se lamen las calaveras y los fetos nadan en cunas negras. Todas esas turbulencias recuerdan a las pesadillas narradas por Zurn, pero tambien a la pintura de Leonor Fini --ella ilustro El libro de Monelle con dibujos de ninas desnudas o enfebrecidas--, o incluso a las fotografias de Dora Maar --cuyo erotismo, en palabras de la historiadora Victoria Combalia, se alejaba del amour fou de Andre Breton, pero tambien del exhibicionismo de Fini, y al mismo tiempo <>--. A principios de 2019, al mismo tiempo que el Centro Pompidou de Paris conmemoraba la vida y obra de Maar, en Nueva York el Museo del Sexo inauguro la primera exposicion de la obra de Fini en Estados Unidos, bajo el titulo Teatro del deseo, 1930-1990. Lissa Rivera, comisaria de dicha muestra, destaco la capacidad de la pintora para llevar el placer femenino al lienzo: un placer autobiografico, conflictivo, alejado de la representacion sumisa del cuerpo de la mujer que, segun Fini, siempre creaban sus companeros masculinos. * Si de verdad el infierno de las mujeres nacia en su cuerpo, el del alter ego adolescente de Unica Zurn vivia completamente rodeado por las llamas. A proposito de las fantasias eroticas de la protagonista de Primavera sombria, escribio: <>.

  • BRUJAS (VALERIE) de Sophie Saint Rose

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    Valerie se desperto sobresaltada. Estaba sudorosa y jadeante. Se sento en la cama para poder respirar mejor. Un tirante de su camison se cayo de su hombro y ella se lo subio exasperada. La puerta de su habitacion se abrio de repente. Tessa entro encendiendo la luz.- ?Estas bien? - su hermana se acerco a su cama mirandola preocupada con sus maravillosos ojos violeta.- He sentido tu inquietud. Valerie miro a su hermana, un espejo de si misma. Su hermosa cara tenia un frunce en la frente por la preocupacion y sus gruesos labios estaban apretados esperando su respuesta. Se levanto de la cama y fue hacia el armario. -Me tengo que ir... Su hermana se alarmo- ?Que quieres decir con que te tienes que ir? No puedes salir de la finca...sobre todo ahora. Valerie se quito su camison y lo tiro al suelo. Cogio unos vaqueros y se los puso sin mirar a Tessa- Tengo que ir a Nueva York.- Cogio una camiseta blanca y se la puso rapidamente. -?Estas loca? - pregunto su hermana cogiendola del brazo - No puedes irte , dentro de cinco dias es la ceremonia. Durante unos segundos miro a su hermana a los ojos -Si no me voy ahora, le mataran y eso no podria soportarlo. Tessa dejo caer el brazo sorprendida -?Te refieres a tu hombre? ?Le has visto? -No tenia que haber esperado tanto tiempo para ir a buscarlo- contesto cogiendo una mochila y metiendo varias prendas.- Me deje embaucar para retrasarlo, pero no pienso renunciar a el. Su hermana confundida se sento en la cama-?Que quieres decir con que le mataran? Valerie se puso delante del espejo y empezo a trenzarse su larga melena rubia.- Le van a matar en un tiroteo pasado manana. Tengo cruzar el Atlantico y buscarlo en una ciudad tan grande como Nueva York. Espero llegar a tiempo. Impaciente se puso las deportivas y entro en el cuarto de bano. - ?Y que tengo que decir?- pregunto su hermana. - Como no llegues para la ceremonia me van a echar una bronca de la que no me recuperare en la vida. ?Puedo ir contigo?- pregunto esperanzada. Valerie miro a su hermana. Pese a ser gemelas siempre era ella la que tomaba las decisiones, la fuerte de las dos. Tenia que separarse de ella por primera vez en sus vidas y era logico que Tessa se asustara. Se acerco a la cama y se sento a su lado- Sabes que eres lo mas importante que tengo en la vida, pero es mi hombre y no puedo abandonarlo. Necesito estar con el y tu sentiras lo mismo en algun momento. Tengo que encontrarlo y si no llego a tiempo, tu tendras que solucionar el problema .Que lo retrasen- Se levanto y continuo haciendo la maleta. Cogio su cruz celta de encima de la comoda y se la puso alrededor del cuello. Tessa se levanto de golpe- ?Estas loca? Dentro de cinco dias es luna llena y solsticio de verano, el dia mas propicio para hacer la ceremonia. Habria que esperar un ano para hacerlo y ya no tendras veinticinco anos. -?Y que? ?Donde dice que tengo que estar aqui para ser sacerdotisa? Es una tonteria que Madeleine nos quiere meter en la cabeza. He leido las escrituras tan bien como tu y sabes perfectamente que la ceremonia es un simple tramite, o se es la sacerdotisa o no. Como lo de la coincidencia que sea luna llena y solsticio de verano. Esa coincidencia simplemente es un buen auspicio.- Valerie exasperada cerro la mochila despues de meter su pasaporte y el dinero. -Debes estar aqui para el cambio- le advirtio su hermana.- A las doce de la noche del solsticio de verano recibiras tanto poder que puede que no lo controles... -Tengo que protegerle a el, esa es mi prioridad.- dijo ella tirando la mochila al suelo y acercandose a su hermana. - Ademas, todavia hay una posibilidad de que la sacerdotisa seas tu- anadio sonriendo- ?Te imaginas la cara de Madeleine? – Esta convencida de que eres tu porque mis poderes son inferiores. Pero no quiero ser la sacerdotisa, lo unico bueno de serlo es mandar sobre Madeleine.- dijo haciendo una mueca. -Dame un abrazo, hermana- dijo cogiendola por los hombros- Te quiero, no te preocupes por nada. Se cuidarme sola. Y si Madeleine te presiona o te trata mal, dile que volvere. Eso la mantendra a raya. Tessa y ella se abrazaron fuertemente mientras lloraban.- Cuida de las chicas.- dijo Valerie dando un beso en la mejilla a su gemela y apartandose de ella. Cogio la mochila del suelo y se la cargo al hombro.- No digas nada de mi partida hasta dentro de un par de dias. Diles que tengo el periodo y no me encuentro muy bien. Madeleine no se acercara. Si no he vuelto el sabado por la manana, diles que se suspenda la ceremonia. -Has esperado ese dia toda tu vida- dijo su hermana con pena. Valerie hizo una mueca- Hay cosas mas importantes.- Se acerco a la puerta y la abrio lentamente.- Despejado- susurro y mirando a su hermana por encima de su hombro le sonrio- Te quiero, cuida del fuerte. -Te quiero, Val. Bajo hasta el garaje y saco su deportivo BMW lentamente para no hacer demasiado ruido. Cuando llego a la carretera general acelero a fondo. Estaba a unos setenta kilometros de Edimburgo, tenia que darse prisa para llegar al aeropuerto. Miro el reloj del salpicadero, las cuatro de la manana. Saco su movil del bolsillo de la mochila y sujetando el volante con una mano marco el numero de informacion. - Pongame con el aeropuerto de Edimburgo- dijo ella esquivando un camion de leche.- ?Informacion? Si, necesito un billete en el primer vuelo a Nueva York… ?Cual es su hora de llegada? ?No hay nada que llegue antes, aunque sea con escalas? Bien, consigame los billetes en primera. Llegare en cuarenta minutos y no tengo nada que facturar.-Despues de dar de memoria el numero de su tarjeta de credito se concentro en conducir. Acelerando todo lo que podia su coche, dio gracias a que no se habia encontrado ningun control policial cuando llego al aeropuerto. Dejo su coche en el aparcamiento y entro corriendo en el aeropuerto. Encontro informacion y recogio los billetes- Dese prisa, van a cerrar el embarque a Londres. Valerie hizo los controles de seguridad tan pronto como pudo y echo a correr hasta la puerta de salida. La vio al fondo de la sala de embarque y la azafata la estaba cerrando. Cerrando los ojos miro a la azafata mentalmente. La mujer volvio a abrir la puerta y una companera la miraba sorprendida preguntandole- ?Por que vuelves a abrir la puerta? Valerie se acerco corriendo y le dio la tarjeta de embarque - Porque yo todavia no habia entrado – dijo sonriendo- Son ustedes realmente amables. La azafata de tierra le sonrio devolviendole su tarjeta- Ha llegado por los pelos. Que tenga un buen vuelo. -Gracias- contesto entrando en tunel de acceso al avion. El vuelo a Londres fue breve, pero tuvo que volver a correr para coger el concorde a Nueva York. Durmio un poco pero estaba nerviosa y emocionada por lo que le deparaban las proximas horas. Le iba a ver. Y no en suenos, como los ultimos quince anos. Le iba a ver cara a cara. Bueno, eso si lo encontraba a tiempo, penso haciendo una mueca. Cuando llego al JFK estaba agotada, pero no podia irse a dormir. Tuvo que convencer mentalmente a los policias del aeropuerto de que era ciudadana americana aunque su pasaporte no era estadounidense para que los tramites fueran mas rapidos. No le costo mucho. Cogio un taxi. Le pidio al conductor que la llevara a un hotel centrico y de calidad. El la llevo al Plaza y alli pidio una suite. El recepcionista la miro con desconfianza observandole la ropa que llevaba, hasta que saco su visa platino. Despues era todo sonrisas. Entro en la suite y se dio una ducha rapida. Se cambio de ropa y puso su reloj en hora. Eran las cuatro de la tarde, solo tenia veintiuna horas para encontrarlo. Al dia siguiente a la una de la tarde le matarian delante de una joyeria. Tenia que localizarlo primero. Solo sabia que se llamaba Marc y que era policia. Los suenos que habia tenido le daban una idea de quien eran sus amigos, su familia, pero no sabia ni donde vivia, ni donde trabajaba exactamente. Conocia su casa, cada detalle de ella pero no sabia exactamente su direccion. Sabia que era policia pero no exactamente en que comisaria trabajaba. Tendria que dar una vuelta por todas las comisarias de Nueva York para ver si conocia su fachada, tambien podia decirle al taxista que recorriera las joyerias. Esa fachada la reconoceria seguro. Bajo al hall del hotel y le pidio un taxi al portero. Despues de darle instrucciones el hombre arabe bastante sorprendido le regalo una sonrisa-?Quiere un tour por las comisarias y las joyerias de Nueva York? No pensara robar nada, ?verdad? - el tipo se echo a reir- no me gustaria tener problemas ?sabe? Valerie se echo a reir- No, estoy buscando a alguien y esa es la unica pista que tengo.- no volveria a ver a ese hombre en su vida asi que le daba igual lo que supiera. -Es policia pero no se donde encontrarlo. -?Y como se llama?-pregunto el hombre mirandola por el espejo retrovisorTengo muchos amigos policias, ?sabe? Mi hermano es poli. -Se llama Marc - dijo ella mirando por la ventanilla. - Marc Stone. El hombre la miro por el espejo sorprendido-?No sera el Marc Stone de los asesinatos? -?Que asesinatos?- pregunto acercandose al panel de plastico que los separaba. -El de las camareras. Sale en todos los periodicos.- dijo el hombre parando al lado de un kiosco. Valerie observo como se bajaba del coche y cogia tres periodicos. Cuando abrio la puerta de atras se los tendio.-Ya me los pagara con la carrera.- dijo el hombre sonriendo. Ella los cogio separandolos. En primera pagina del New York Times salia una foto de Marc, impaciente leyo el pie de pagina. "El detective Marc Stone sale del apartamento de la sexta victima sin hacer declaraciones" -!Luz dorada , es el.!- exclamo yendo a la pagina tres. Leyendo rapidamente el reportaje se entero que pertenecia a una comisaria del Lower East Side. El hombre se sento detras del volante y despues de poner el coche en marcha le pregunto- ?Quiere que siga con el recorrido? Ella le enseno el articulo- ?Conoce esta comisaria? El hombre se dio la vuelta justo despues de parar en un semaforo en rojoClaro, ?quiere que la lleve alli? Valerie asintio- Por favor.

  • Infantil de Lourdes Benitez

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    Quitandome los auriculares mire la hora. <<10:30>>. Me habia tomado 20 horas arreglar la nueva habitacion, a pesar de no ser fanatica de la limpieza, era reconfortante ver como las cosas estaban en su lugar. Solo pasaron dos dias desde que llegamos, dejamos un pequeno pueblo tranquilo, por una ciudad abarrotada, siempre enloquecida y ruidosa. Tenia algo de esperanza por quedarnos en el mismo lugar, lo mio no eran los cambios, pero no podia hacer nada al respecto, y no era la rebelde de la familia. Hay algunos que prefieren revelarse cuando algo no ocurre como quieren, otros se adaptan, y luego estan las personas como yo: que nos vamos a un rincon a sufrir, mientras arrojas palitos que provocan silencios incomodos. Si, de esa manera me vengaba en los momentos en que me encontraba inconforme, ?maduro, no? Doblando la ultima prenda, una vieja camiseta de mi papa, la guarde junto a las demas, y finalmente, mire alrededor. Como nunca tuve una habitacion sola, casi podia sentir las lagrimas salir de la emocion. Era magnifico, y aunque tenia pocas cosas, rapidamente llenaria mis repisas de libros y tebeos. Y como realmente la paciencia no era lo mio, significaba que debia buscar algun trabajo durante el verano. Suspirando algo exhausta, baje las escaleras. Mis pies descalzos resonaron contra el suelo de madera, mientras hacia una simple cola de caballo, para alejar esa cabellera revoltosa que tenia. Por suerte se habian ido todos, mis padres de compras y mis hermanos a pasear. Lo que significaba que, al menos, me quedaban unas dos horas de soledad. Ademas era sabado, los cuerpos lo sabian, y obviamente el mio lo sabia. Exacto. Fui directamente hacia la sala de estar, sente mi trasero en el sillon, mi mano sobre el mando y llene mi boca de frituras. Debia admitir que comia como una puerca, mi hermana Kate siempre se reia por lo poco femenina que era. No era que fuese una rata de alcantarilla, pero preferia quedarme tranquila leyendo. --Cielos, olvide la bebida --murmure frustrada, mientras subia el volumen del videomusical para escucharlo desde la cocina que estaba a unos metros. Luego de zigzaguear entre las cajas aun llenas, me puse a buscar los vasos. Mi habitacion era la unica que estaba ordenada, mientras que el resto de la casa estaba hecha un desastre, ya que todos preferian salir antes que poner las cosas en su sitio. Unos exagerados diez minutos despues encontre una taza para servirme, y cuando estaba por volver a la sala, lo escuche. Fue tan rapido, pero estaba ahi, como un pequeno golpe, algo que chocaba contra una superficie dura. Mi mirada se desvio hacia todas direcciones, pero no veia nada raro, y se seguia oyendo. Confundida, corri rapidamente para apagar la television y volvi. El silencio me abordaba una vez mas, y cada poco segundos se escuchaba un “toc”. Me quede mirando la puerta que daba al patio cuando entendi que el ruido provenia de alli. Y sin cuidado avance. Se que tendria que ir adentro, y no me confundan con aquellas personas que les gustan las aventuras, porque no, no lo era. Era algo peor, algo que siempre me habia metido en problemas. Curiosa, demasiado curiosa, y aprendi que era un gran defecto de la peor forma posible. Hace unos anos, Kate habia hecho que la acompanara a casa de una amiga y yo me habia negado. Pero como habria chicos, y yo era muy pequena y no sabia mentir, fui obligada a ir. Despues de varias horas mirando a la gente moviendo la cabeza por la musica, subi a una habitacion, dispuesta a encontrar algo mejor que hacer. Lo que no esperaba era escuchar gritos, y como los tontos se meten donde no los llaman, fui a ver que ocurria y vi a la mejor amiga de mi hermana besandose con su novio… en la cama… desnudos. En el momento en que entendi lo que pasaba, ya habia visto demasiado y mi pobre inocencia de nina de 10 anos quedo manchada. --Ouch... --murmure cegada por el resplandor del sol. Dejando que mis ojos se acostumbrasen a la luz, escanee la zona lentamente para saber que era el sonido. Sin embargo, solo me encontre con el cesped. Lo extrano era que estaba segura de que el sonido habia parado en el instante en que mi pie toco el suelo verdoso. Mi ceno se fruncio al no encontrar nada fuera de lo normal. Agudice mis oidos, y estuve asi, unos minutos, como una idiota mirando a la nada, y pensando en demasiado. Y de repente, la escuche. Una voz. --?Pero que…? --mi rostro se giro en direccion de la valla que separaba la casa de al lado. Me acerque hacia ella hasta colocarme a unos centimetros, y desde alli, un rostro de un muchacho aparecio. Lo que llamaba mas la atencion era su cabello que era cubierto por un azul electrizante. Ademas, llevaba el medio mas largo que los costados y algunos mechones caian sobre su frente, como si hubiera pasado su mano varias veces. En cuanto observe su rostro, mi aliento quedo atorado en la garganta. Habia una suavidad en el, junto a la piel palida y mejillas rosadas, que decia que era joven, tal vez de mi edad. En sus finos labios se dibujaba una hermosa sonrisa, y aquellos ojos azules, casi turquesas, no mostraban ningun signo de maldad. Aun con aquellos piercings en sus labios, ceja, y nariz, no irradiaba nada que no fuese confianza. ?Quien era este chico? Mis pateticos pensamientos no se detuvieron en que queria, sino en lo bello que era. --?Tienes azucar? --su voz me trajo de vuelta a la realidad, y comprendi en lo tonta que estaria al observarlo fijamente, aunque no parecia molestarle. <>. --?Que?--mi voz temblo al hablar, me sentia avergonzada. Su rostro se movio a un costado, haciendo que su sonrisa brillara aun mas, y me observo. --Cierto, cierto, presentaciones --mascullo, retandose a si mismo. Su mano, aparecio decidida ante mi esperando ser estrechada--. Soy Matthew, el vecino, ?y tu? --dijo. Con una lentitud e inseguridad inexplicable, eleve mi mano hacia la suya y cuando estuve a punto de bajarla, el la sostuvo. No la estrecho como lo haria una persona normal, sino que las entrelazo. La calidez que esta emitia, provoco un cosquilleo en mi estomago. --Me llamo Clarie --conteste. --Encantado --sonrio, ahora si--. ?Tienes azucar? --?Azucar? --repeti extranada ante su peticion. --Si, azucar, mi mama la escondio porque la semana pasada me comi los cinco paquetes que habia comprado. --Sus extranas palabras parecian ser sinceras, mientras miraba de un lado a otro como si alguien estuviera a punto de aparecer. --?Comiste cinco paquetes de azucar? --pregunte, sorprendiendome por tercera vez. <>. Matthew asintio con la cabeza. --Si, ella dice que tengo un problema, pero no lo creo, mi cuerpo lo necesita para desarrollarse -- aclaro, solemnemente--. Asi que… ?Me das azucar? Por favor, tengo muchisima hambre. Aunque nada de lo que estaba diciendo tenia sentido, no pude evitar reir, parecia salir simplemente de un sueno. --Esta bien… --!Genial! --Levanto los brazos al aire, en forma de victoria--. Traeme una taza o mejor un paquete por favor y yo despues te lo devuelvo. <>. Le di una ultima mirada a Matthew y, sin decir nada mas, entre a casa en busca del azucar. --!Gracias! !Gracias! --festejo el, contento de verme regresar con el paquete entre las manos. --De nada, sera mejor que vuelva a...--balbucee. --!Oh, y una cosa mas! --me detuvo cuando comprendio que iba a marcharme--. No le cuentes a nadie esto. Mi madre quiere que vayamos a darles la bienvenida y si se da cuenta me quitara mis ocho comidas diarias !Gracias! --Se esfumo. Y asi, en un instante, dio vueltas mi mundo. Capitulo 2 Ese mismo dia, horas mas tarde, ellos llegaron. Matthew y su madre Debby. A diferencia de su hijo, era una mujer pequena, morena y con el cabello negro largo hasta los hombros. Pero sus ojos eran del mismo tono azul turquesa, identicos a los de Matthew. Queria evitarlo, los habia visto a traves de la ventana, escondida tras las cortinas gruesas. Corri como una loca y fui dispuesta a esconderme en el bano, donde me encontre con mama, duchandose. No pude escapar de la situacion. Minutos mas tardes aparecio y se sento a mi lado, mientras yo temblaba como una gelatina. --Lamento no haber traido mas galletas, es que mi hijo se comio gran parte de ellas --explico la senora Grayson, fulminando con la mirada a su hijo, cuando descaradamente tomo una de las bandejas que acaba de traer. Pero el no le prestaba atencion porque tenia la mirada clavada en mi. Trague saliva ante los nervios, era raro sentir eso, cuando simplemente era un chico de dieciseis anos (mi edad). <>. --No es nada --aclaro mama con una dulce sonrisa, mientras apartaba un mechon de su largo cabello castano de sus ojos. Siempre habia admirado su belleza y la elegancia que desprendia. Con unos jeans oscuros y una camisa rosada con flores, lucia digna para salir a una fiesta. Y yo, con un pantalon de yoga y la camisa gigante de papa (manchada de chocolate) parecia un leon salvaje. Trague el nudo de mi garganta y mire a Matthew por un segundo sabiendo que el lo estaba haciendo. Mi mirada choco con la suya, y sonrio. Todavia con la galleta a medio camino, dejo de realizar esa accion, para sonreirme.

  • Viggo de Fabiana Peralta

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    Viggo habita en la oscuridad desde hace mucho tiempo y cree que sus dolorosos recuerdos son necesarios para no olvidar que merece cada dia de sufrimiento.

  • Todos los hombres de Carmen de Lola Campos Paredes

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    Una joven, para proteger a su hijo, decide huir de su pequeno pueblo y refugiarse en el anonimato de la gran capital, Madrid. Donde la soledad y el dolor emocional estan a punto de vencerla.

  • Liberate me de Zorro Blanco

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    Hola, soy Claudine y esta es mi historia.

  • Sometida a tus caricias de Sophie West

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    La senorita Anatolia Eidenburg, hija bastarda del conde de Townstill, esta en la mas absoluta miseria. Sola, desamparada y sin hogar, la unica familia que le queda reniega de ella a causa de sus origenes ilicitos. La unica opcion que tiene de evitar el hambre y la pobreza, es aceptar el trato que le ha ofrecido el duque de Castle, un hombre altivo y frio que solo quiere a una muchacha de buena familia que sea pura e inocente, para convertirla en su amante sumisa y asi ganar una apuesta con sus amigos.
    El duque le ensenara a disfrutar de los placeres de la carne y, a cambio, ella descubrira que se esconde detras del corazon aparentemente frio del Amo al que sirve.
    ?Podran evitar enamorarse el uno del otro?
    Pasion, amor y drama, la combinacion perfecta para una historia que sacudira tus sentimientos. y algo mas.

  • Mi Highlander infame de Esmeralda Lynn

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    Debes mantenerte alejada de tu hermano bastardo, Beth....--. Mi padre dijo antes de tomar un sorbo de vino. Por su tono de voz sombrio, y el hecho de que estaba bebiendo a esa hora de la manana, supe que estaba preocupado. El Senor del clan McCulloch rara vez bebia, o hacia algo que rompiese las leyes de la decencia. Excepto cuando tuvo sexo con una mujer que no era mi madre y concibio un bastardo--. Rob Dalry es peligroso. --Empiezas a sonar como Madre. --sonrei. Mi madre odiaba a Rob, pues el era un constante recordatorio de la traicion de mi padre. Pero mi sonrisa se desvanecio cuando vi a mi padre fruncir el ceno. Realmente estaba preocupado, y yo comenzaba a preguntarme cual era el verdadero motivo por el cual me habia convocado a su estudio esa manana. --Solo prometeme que mantendras tu distancia...--puso una mano sobre mi hombro--. Siempre has sido una muchacha impulsiva, tal vez demasiado para tu propio bien, pero hazme caso en esto, por favor. --Lo prometo...--asenti. Tampoco seria una tarea muy dificil: por algun motivo que yo desconocia, mi hermanastro Rob me odiaba con todas sus fuerzas. Desde el primer dia que llego a nuestras tierras, sus ojos verdes solo han mostrado desprecio hacia mi. --Seras una buena esposa algun dia...un Lord sera muy afortunado de tenerte a su lado, como yo tengo la suerte de tener a tu madre --Mi padre sonrio antes de tomar otro sorbo de vino. Yo me encogi de hombros. ?Y tu forma de demostrarle lo agradecido que te sientes es traicionandola con una mujerzuela y concibiendo un bastardo? quise decir, pero me mordi la lengua. Ese tipo de respuestas eran las que mellaban mi reputacion, y sentia deseos de mas problemas. No esa manana. Tampoco sentia deseos de repetir con mi padre nuestra discusion sobre el matrimonio. No queria decirle de nuevo que me negaba a ser la esposa calma y sumisa que tolera las injusticias con una sonrisa, que aceptaba en su lecho a un hombre que no amaba y le daba herederos como una yegua de cria. Esa vida no era para mi. Pero yo tambien sabia que jamas me permitirian gobernar el reino de McCulloch como lo habian hecho mi padre y mi abuelo antes que yo. Observe nuestras tierras por el gran ventanal de mi padre; los tonos ocres se esparcian entre los arboles y las montanas lejanas, anunciando que el otono que habia llegado. Incluso el cielo matinal tenia tonos anaranjados. Justo debajo nuestro, en las cercanias del castillo, los sirvientes, herreros y artesanos estaban inmersos son sus tareas, ajenos a las intrigas que preocupaban a mi padre y a mi. Intrigas que rodeaban a mi hermano bastardo. --?Necesitas algo mas de mi, Padre? --pregunte, volviendo a la realidad. --No...--mi padre sonrio, acostumbrado a mis ensonaciones diurnas--. Pero no pierdas mucho tiempo cabalgando hoy, ni jugando con espadas o libros. Me han informado que has faltado a tus ultimas clases de costura. --La costura es aburrida --Asenti de nuevo antes de retirarme. Baje por las escaleras de piedra y cruce el patio principal. Era una manana demasiado hermosa para preocuparme por mi hermanastro, y ordene que prepararan mi caballo para un paseo. Pronto el otono daria lugar al invierno y seria imposible disfrutar un libro en la soledad del bosque. Actividad que disfrutaba mucho mas que las clases destinadas para senoritas como yo. Mientras esperaba en la caballeriza con mi libro bajo el brazo, Rob Dalry se aproximo a mi, silencioso como un depredador. --?Salimos de paseo de nuevo, princesita? --me hizo una reverencia exagerada y burlona. Siempre hacia eso, ponerme en ridiculo, era obvio que lo disfrutaba. Cuando levanto la cabeza de nuevo, sus cabellos rojos cayeron sobre su rostro, desordenados como de costumbre. Bajo esos rizos yacian su sonrisa lobuna y sus ojos verdes. Tan verdes como los mios, y a la vez, tan diferentes. --Supongo que la realeza hace lo que quiere. --Voy a dar un paseo y disfrutar de un libro --respondi, de manera seca. La verdad era que Rob Dalry me intimidaba; su presencia hacia que una extrana cosquilla irradiara desde mi pecho hacia el resto de mi cuerpo. --Tu y tus libros...--refunfuno. --Si, ya se lo que vas a decirme --puse mis ojos en blanco y repeti la misma pregunta que tanto nobles como criadas me repitieron desde que tenia memoria--, ?por que pierdes tanto tiempo leyendo si eres mujer? --No iba a decir eso --me sorprendio Rob-- Iba a decirte que hay toda una vida fuera de esas paginas, ?lo sabes? Deberias vivirla. Y dio un pequeno paso hacia mi. De nuevo, pude apreciar sus ojos verdes observandome, y el calor en mi pecho bajo inmediatamente hacia mis muslos mientras Rob me sonria. Tenia un par de anos menos que yo, pero mucho mas alto y fuerte. Si yo hubiese tenido la mitad de la malicia que Rob, hubiese hecho hincapie en que el jamas disfrutaria de un buen libro pues los bastardos no saben leer. En su lugar, dije: --Pues... ?Que haces tu aqui? !Deberias estar en la leccion de esgrima! --note como mi voz temblo un poco. Gire mi rostro a ver cuando llegaba el mozo de escuadra con mi caballo. Parecia tardar una eternidad. Las rodillas me temblaban en la presencia de mi hermanastro. --No necesito lecciones de esgrima....soy diez veces mejor con la espada que cualquiera de este clan --Rob me respondio entre dientes --Si la gente valorase mas el talento que los apellidos, el juego seria otro....Muchos Lord serian mis escuderos. --!Que creido eres! --Lance una carcajada, y al oirla, Rob dibujo una media sonrisita que me tomo por sorpresa. --Soy mejor que tu con la espada --me dijo, confiado. Volvi a mirar a Rob, lanzandole una maldicion por lo bajo que a el le parecio graciosa. Era cierto que era mejor espadachin que yo; de hecho, era el mejor que habia visto. No poseia mi tecnica elegante, pero poseia la fuerza y la agresividad tipica del bastardo. Supongo que era consecuencia de una crianza mucho mas pobre y violenta que la mia; en el pueblito de Dalry tenias que ser fuerte para sobrevivir. Los rumores decian que Rob habia asesinado a su primer hombre a los nueve anos, cuando este intento robarle lo que habia ganado mendigando en el dia. Ahora mi hermanastro estaba frente a mi, usando las mismas ropas que yo, con el kilt de mi familia colgando de su espalda y sujetado con un broche de plata. Pero con una simple mirada a sus cabellos rojos y salvajes, o su mueca cruel, era obvio que el no pertenecia alli, que era un bastardo. Yo deberia ser la unica persona que lo veia como un igual, como a un hermano. Ironicamente, yo tambien era la persona que recibia mas rechazo de su parte. El mozo de escuadra llego con mi caballo favorito; una yegua joven de color negro como la noche. Tome sus riendas y acaricie su hocico. --Rob... ?no quieres dar un paseo conmigo? --le pregunte, vacilante. No se que diablos se me habia metido para hacerle tal invitacion. Rob no amaba los caballos como yo, de hecho, ni siquiera le gustaban las personas. Era mas afin con los perros. --Hace meses que llegaste aqui y todavia somos como dos extranos. Los segundos que espere su respuesta me falto el aire. No se que impulso mi invitacion, pero de pronto me parecio injusto que este muchacho, tal vez un tanto bocon e insoportable, pero un muchacho al fin, recibiera tanto desprecio por algo de lo cual no era culpable. No tenia la culpa de lo que habia ocurrido antes de nacer, ni merecia el desprecio de mi madre ni el mio. Sin embargo, lo que Rob leyo de mi propuesta fue lastima. --No tengo nada que hablar contigo --Rob refunfuno. Era obvio que el no tenia tantas ganas de tener una hermana como yo. --Disfruta el paseo, princesita. Y me ofrecio otra de sus sonrisas desconcertantes. Una sonrisa que me acompano durante todo mi viaje, y que me hizo imposible concentrarme en mi lectura. Esa manana cabalgue lejos de las proximidades del castillo, y me adentre en los bosques de McCulloch. Estas tierras tambien le pertenecian a mi padre, sin embargo, aun conservaban esa belleza salvaje de lo inexplorado. Alli me sentia lejos del mundo, rodeada por las altas copas de los arboles que cubrian la luz de sol y los sonidos de los pajaros y bestias distantes. Descendi de mi caballo al llegar a un claro, y me arroje en la hierba a disfrutar de mi libro. Pero el rostro de Rob seguia rondando en mi mente, despertando preguntas y sensaciones perturbadoras en mi. Deje caer el libro sobre mi pecho y suspire, frustrada. No iba a ser posible leer nada hoy. No con Rob Dalry en mi cabeza. Recorde el dia que el llego a nosotros; su madre natural habia muerto de fiebre y el muchacho estaba solo en el mundo. Era un secreto a voces que mi padre habia engendrado un bastardo en el pueblo de Dalry hacia casi veinte anos atras. Pero no fue hasta que Rob aparecio en nuestro castillo con sus ropas derruidas y su cuchillo en el cinturon que tuvimos la certeza. Mi madre lo odio al momento de posar sus ojos en el, poco le importaba si el chico moria de hambre. Pero mi padre decidio que Rob viviria con nosotros. Aunque le concedio el derecho de usar el nombre de nuestro clan, detras de sus espaldas todos continuaban refiriendose a el como Rob Dalry, el nombre de su pueblo natal. Yo se muy bien que no fue piedad lo que motivo a mi padre a aceptar a Rob; si no el hecho de que necesitaba un heredero varon. Mi hermanastro seria un bastardo, pero tenia ciertas caracteristicas que a mi me faltaban, como fuerza en combate, resistencia y agresion. Caracteristicas que yo como mujer tenia prohibidas, pero que eran deseadas para el heredero de una casa noble. Y lo que mas me enfurecia era que, desde nina, siempre supe que mi padre estaba decepcionado de que yo sea mujer, y trate de compensarlo siendo una excelente espadachina, rechazando las actitudes sumisas de las damas nobles, y educandose para gobernar las amadas tierra de los McCulloch con honor y justicia, Peor a el no le importo. Solo le importaba que yo era mujer, y por ello mi destino era casarme con algun Lord que yo no amase.

  • Cien canciones para Amelia de Maruja Moyano

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    El dia que Amelia desaparecio parecia un dia normal, como cualquier otro. El otono hacia semanas que arrancaba hojas de los arboles plantados a la entrada de aquel pequeno patio de vecinos y el viento las arremolinaba obcecadamente junto al pozo situado a la derecha de la entrada de mi casa, justo enfrente de la de Amelia Apenas habia comenzado la tarde y corri, como cada jornada, con mi pedazo de pan con chocolate, a pasar unas horas con ella, a contarle los pormenores de mi manana escolar y, mientras me rehacia las coletas con aquellas manos finas y habiles, escucharla cantar las canciones de aquella epoca en la que las heridas de la contienda continuaban sangrando y el Madrid de principios de los anos sesenta se llenaba de gentes de otras partes de Espana, que escapaban de la miseria de sus pueblos y se encontraban de bruces con mas miseria. La puerta estaba cerrada, extranamente cerrada, porque en aquel tiempo las puertas se cerraban solo de noche y la casa de mi vecina siempre estaba abierta y mas a aquella hora en la que yo solia visitarla. Aplique la oreja a la madera despues de llamarla varias veces sin obtener respuesta, y volvi sobre mis pasos mordisqueando con desgana el chocolate, defraudada por el inesperado planton de mi vecina. Nadie habia echado en falta a Amelia aquella manana. Los hombres partian muy temprano hacia el trabajo, aquellos que lo tenian, los demas salian tambien temprano a buscarlo por las obras y los talleres. Habia que caminar un cuarto de hora hasta llegar a una parada de autobus que comunicaba aquel barrio marginal y apartado con el centro de la capital y otros barrios colindantes y mas afortunados. Excepto Pedro, un joven al que una bomba en el ano 44, siendo un nino pequeno, le habia amputado una pierna y le habia dejado privado de la vision de un ojo cuando jugaba con otro nino en el campo. El vivia con su madre, ya anciana, que recogia chatarra y la revendia para abastecerse de lo mas basico; los ninos y ninas, que en aquella epoca abundabamos, acudiamos a la escuela muy pronto, aliviando la carga de trabajo de nuestras madres durante unas horas; las mujeres trabajaban sin descanso desde el amanecer: despues de preparar el almuerzo de sus maridos y el bocadillo que los hijos que ya iban a la escuela comerian en el recreo, calentaban la leche para todos --en el caso de que tuvieran--, despues salian con los orinales repletos de porqueria a volcarlos en el descampado anexo a aquel conjunto de casitas en las que habitabamos, y que crecia con el paso de los meses sin permiso ni control. Aquel era un barrio colonizado por la miseria, sin agua corriente ni alcantarillado, con luz electrica enganchada quien sabe como, rodeada de campo con escasos arboles y un buen monton de basura. Sus habitantes, en su mayoria inmigrantes andaluces, luchaban a diario por sacar la cabeza de los barrizales de los dias de lluvia y las colas de leche en polvo para sus hijos, como resultado de una parte del acuerdo del regimen franquista con EEUU, a cambio de la instalacion de bases militares en territorio espanol. Pero como decia, nadie echo en falta a Amelia. Yo insistia en preguntarle a mi madre donde estaba Amelia, y ella, molesta y un poco celosa por mi interes, me daba razones vagas que no acababan de convencerme: <>, <>, <>. Nadie atendia a mi preocupacion, ni mi madre ni las vecinas del patio. Nadie. En realidad, nunca se hace mucho caso a los ninos, y en aquellos anos menos aun. Nadie parecia percatarse de que mi angustia, la angustia de una nina de cinco anos, era algo lo suficientemente importante como para pararse un momento y escuchar. Fue la senora Josefa la que dio la voz de alarma avanzada la tarde, cuando al sacar agua del pozo encontro las gafas de Amelia con un cristal roto enganchadas en el cubo. Recuerdo que, a pesar de mi escasa edad y de que no entendia muy bien la situacion, el hecho de que todas las vecinas acudieran curiosas y alertadas a contemplar aquella pesca fortuita, evidencia de que algo andaba mal en el vecindario, me produjo cierto alivio. !Por fin se habian dado cuenta de que Amelia habia desaparecido! Padecia una miopia lo suficientemente importante como para impedirle marchar sin sus gafas. Entonces comenzaron los golpes en la puerta, los gritos de llamada, los corrillos y los comentarios morbosos sospechando que ella, mi querida Amelia, pudiera estar en el fondo del pozo de cuyas aguas bebiamos los habitantes de aquel patio; o tal vez un ataque repentino la hubiera dejado muerta o postrada, incapaz de moverse y abrir la puerta. Unas vecinas jaleaban para tirar la puerta abajo, otras, mas prudentes, preferian llamar a las autoridades y que se hicieran cargo de una posible desgracia. Tardaron mucho en decidir que hacer, hasta que dos vecinos en moto marcharon hacia el puesto de policia mas cercano --y bastante lejano-- para alertar del incidente. Era ya de noche y me encontraba acostada en mi cama, a punto de sumergirme de lleno en el sueno, cuando los vecinos volvieron acompanados de varios policias. Escuche las voces de los adultos y el ruido del motor del coche patrulla. Me asome a la ventana: todo el mundo estaba reunido en el patio frente a la casa de Amelia. Sonaron varios golpes en su puerta y la llamada potente de una voz masculina que achaque con acierto a los uniformados. Por fin, el estruendoso golpe de una patada en la puerta de Amelia resono en la noche en medio del sepulcral silencio de los vecinos expectantes. La casa de Amelia estaba vacia. Digo vacia porque ella no estaba; en cambio, su humilde pero primorosamente decorado hogar se presentaba ante los circunstanciales invasores pulcro y acogedor. Yo lo conocia bien, no era necesario entrar para visualizar cada detalle de aquella casa. Empece a llorar al pensar en que aquellos hombres revolverian sus delicadas pertenencias, aquellas que yo no volveria a tocar jamas. Supe, porque me lo decia el corazon desde un lugar no identificado dentro de mi, que no volveria a ver a Amelia, que los dias de dicha en los que me cantaba sus canciones mientras trenzaba mi pelo; que me ensenaba fotos de los anos en que actuaba en los teatros; que me permitia disfrazarme con sus zapatos y sus complementos de coloridas plumas… aquellos dias en los que con dulzura me llamaba <> habian desaparecido para siempre con ella. Al dia siguiente sondearon el pozo, cuyas aguas abastecian a un buen numero de familias, y comprobaron que no albergaba cadaver alguno, calmando asi los peores temores de los vecinos preocupados por su salud. Yo tambien me alegre, pero no porque temiera contaminarme con los fluidos de un cuerpo muerto, sino porque al menos estaba segura de que Amelia no se habia ahogado en aquel oscuro y profundo hueco al que a los ninos y ninas del patio se nos tenia prohibido asomarnos. Una vez lo hice bien agarrada al cuello de mi padre y me dio pavor mirar hacia aquellas profundidades negras como el mismisimo infierno; al menos eso es lo que me sugirio aquel abismo interminable y oscuro, y tambien fue esa la intencion de mi padre: provocarme un sentimiento de miedo hacia el pozo y mantenerme alejada de el. No recuerdo con claridad que paso despues. Las idas y venidas de gente a aquella casa, posiblemente la policia y algunos familiares que fueron localizados, se mantuvieron durante algunas semanas. Lo que si recuerdo es un profundo sentimiento de tristeza, un vacio que permanecio dentro de mi durante mucho tiempo. Llore la ausencia de Amelia como si hubiera sido la de mi propia madre. Creo que escuche la palabra <> por primera vez durante los dias que siguieron a la desaparicion de Amelia. Aquella palabra me produjo una sensacion de desazon inexplicable. No sabia muy bien que pasaba con la gente que moria. Decian los mayores que tras la muerte las personas subian al cielo si habian sido buenas, o caian a las llamas de un infierno aterrador si habian sido malas. Amelia debia estar sin duda en el cielo, no podia imaginarmela en ningun otro lugar si no estaba a mi lado, asi que dirigia mis ojos hacia lo alto, escudrinaba con los ojos semicerrados entre las nubes; trataba de mirar directamente al sol con mis manos por visera; buscaba verla, una senal, un saludo, sus rasgos dibujados en el aire… cualquier cosa que me indicara que no la habia perdido para siempre. No era posible que se hubiera marchado, ni siquiera al cielo, sin despedirse de mi, eso no era propio de ella. A veces escuchaba hablar a mi madre con otras vecinas, y al acercarme curiosa callaban o decian bajando la voz: <>. Y aunque era muy pequena, me producia enfado, me sentia absolutamente sola ante una pena que no me permitian compartir con nadie. Eran mi pena y mi soledad mucho mas grandes que el pecho que las albergaba. Ni siquiera mi madre conseguia calmar los llantos nocturnos que ella atribuia a pesadillas y terrores infantiles. En realidad, cada noche creia que al despertar todo seria como antes, pero nunca fue asi, la verdad se me mostraba implacable cada amanecer. * * * Tan solo hacia tres anos que Amelia ocupaba aquella casita con patio. Tres anos desde el milagro, o eso decia mi madre al recordar lo que pudo haber sido un drama en mi casa y que, gracias a la vecina recien llegada, no llego a pasar. Unas pocas semanas desde que aquella mujer joven, sola y peculiar se instalo en su casa frente a la mia, ocurrio algo inesperado. Era invierno y anochecia pronto, mi madre planchaba y mi padre aun no habia vuelto del trabajo. Yo era muy pequena y lloriqueaba aburrida y sonolienta despues de tomarme un vaso de leche con galletas. No habia mucho mas. Mama decidio acostarme, mas que nada por quitarme de en medio para que la dejara trabajar tranquila en sus quehaceres. Al poco de acostarme, deje de lloriquear y mama continuo con su plancha creyendome dormida. El viento silbaba frio en el exterior. Ella acabo pronto con la plancha y entro en el pequeno cuarto para asegurarse de que estaba bien arropada en mi mantita, pero lo que encontro le hizo gritar de horror: yo estaba boca arriba, fria y con los ojos abiertos, inmovil y segregando una espesa espuma blanca por la boca. Abrio la puerta de la calle gritando desesperada y pidiendo ayuda; los vecinos abrieron sus puertas. Tambien Amelia. Ella fue la primera en entrar, me cogio en brazos y me tumbo en el suelo de la cocina mientras todo el mundo se arremolinaba impotente a nuestro alrededor. Con su propio panuelo limpio mi boca por dentro y por fuera y comenzo a presionar ritmicamente mi pecho, soplando aire en mis pulmones de tanto en tanto. Aquel masaje cardiaco duro unos minutos que a todos les parecieron interminables; eso es lo que me contaron anos despues. De pronto comence a llorar con todas mis fuerzas, despertandome de no se sabe que triste sueno. Mi corazon latia y mis pulmones se llenaban de aire y lo exhalaban de nuevo.

  • Desde siempre te conozco de Bree Sandra

    https://gigalibros.com/desde-siempre-te-conozco.html

    Una apasionante aventura que no te dejara indiferente.

  • Quemalo: Que comer cuando tienes que perder peso rapido. – Haylie Pomroy de Haylie Pomroy

    https://gigalibros.com/quemalo-que-comer-cuando-tienes-que-perder-peso-rapido-8211-haylie-pomroy.html

    La autora de La dieta del metabolismo acelerado, exito instantaneo de ventas, vuelve con este original titulo que ataca problemas especificos de perdida de peso con fundamentos cientificos.

  • El Acuerdo del Matrimonio (Juegos del Multimillonario 1) de Sandra Edwards

    https://gigalibros.com/el-acuerdo-del-matrimonio-juegos-del-multimillonario-1.html

    Camille Chandler es una periodista sensacionalista cuya carrera va por buen camino, hasta que su jefe vea un anuncio curioso en el L.A. Trades.

  • Quiero volver a verte de Angela Drei

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    Una historia de amor bajo el cielo de Londres.

  • La transparencia del tiempo (Mario Conde 9) de Leonardo Padura

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    A un Mario Conde a punto de cumplir sesenta anos, y que se siente mas en crisis y mas esceptico que de costumbre con su pais, le llega de manera inesperada un encargo de un antiguo amigo del instituto, Bobby, que le pide ayuda para recuperar la estatua de una virgen negra que le han robado. Conde descubre que esa pieza es mucho mas valiosa de lo que le han dicho, y su amigo tiene que confesarle que proviene de su abuelo espanol, que, huyendo de la Guerra Civil, la trajo de una ermita del Pirineo catalan. En los bajos fondos de La Habana, Conde da con un sospechoso al que acaban matando. Con el asesinato de otro complice, Conde descubre una inesperada trama de galeristas y coleccionistas extranjeros interesados en la talla medieval, y se tropieza inevitablemente con la policia de homicidios de La Habana. Pero, en capitulos intercalados, La transparencia del tiempo tambien cuenta la epopeya a lo largo de los siglos de la estatua, una virgen negra traida de la ultima cruzada a una ermita del Pirineo por un tal Antoni Barral, y sera otro Antoni Barral quien la salve y se vea obligado a embarcar como polizon rumbo a La Habana.

  • Luna perdida: Ellos eligen sobrevivir, Ayla Soriano de Ayla Soriano

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  • Ningun tiempo es pasado de Juan Esteban Constain

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  • Amy (Senoritas Britanicas 3) de Scarlett O'connor

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    Una historia que derriba los prejuicios y escribe con sus escombros el mas bello amor.
    -Melanie Rogers.

  • Agosto es un mes diabolico de Edna O'brien

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  • Un ano y un dia de Grace Marie March

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    Valerie esta agobiada con las deudas, el banco ya no puede prestarle mas dinero y ella no sabe como podra seguir haciendole frente a su cada vez peor situacion economica.
    Jamie no quiere sentirse agobiado en las proximas reuniones familiares, donde se va a estar preparando la boda de su hermano y mas desde que su familia le quiere imponer a quienes ellos consideran que es su pareja adecuada.
    Sus amigos comunes creen que la solucion a todos sus problemas esta, en que ellos sean pareja durante un tiempo, pero ellos no tuvieron una primera impresion muy favorable el uno del otro, y no estan muy seguros de si podran estar juntos o no durante un ano y un dia, que es el plazo acordado

  • Fast Games de Mag Maury

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    La sorpresa mas sexy… !y la mas insoportable!

  • Amor, me ahogo de Carlota Manzano

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    Estaba deseando llegar a aquel pequeno pueblecito. Se lo decia a "mi pastelito" como llamaba a mi Fiat 500 color rosa. Me lo habia comprado seis meses antes y ahora, hasta el pago de sus cuotas estaba en peligro. --Tu no te preocupes, cielo, que a ti y a mi no ha nacido quien nos separe. Ya veras como Kayra sale adelante, por mi vida que lo hago. Poco podia imaginarme el dia que lo saque del concesionario que a la senora Engracia, mi jefa en el restaurante, le quedaban dos telediarios. Y no lo digo de manera metaforica, que menudo numerito habiamos tenido. Aquel aciago domingo el restaurante estaba de bote en bote y ella, como la polvorilla que era, no podia menearse con mas gracia y garbo por el. Engracia era una manchega con todas las de la ley y a sus ochenta anos, decia que no la jubilaba ni Dios. Yo siempre pense que se iba a morir con las botas puestas, pero no en ese momento ni de aquella forma. Salia de la cocina con un buen plato de queso recien cortado cuando escuche su caida, sorda que, paradojicamente, nos dejo mudos a todos los presentes. Nada pudo hacerse por ella, que salio de alli con los pies por delante. Y ninguno de los que alli trabajamos pudimos convencer al buitre de su hijo Santi para seguir adelante con el bar. Para mi, sin querer ser mala, que la muerte de su madre le vino como anillo al dedo, pues ese debia tener ya apalabrada la venta del bar, que tiraron en las siguientes semanas, para levantar aquel edificio de pisos de lujo. Ahi comenzaron mis penurias economicas y, como mi pueblo en Albacete no es que fuera precisamente Nueva York, me quede con una mano delante y con otra detras. Mi amiga Vero fue la primera en localizar por Internet aquel anuncio de trabajo en el que pedian una chica para trabajar en la cocina de un club social perteneciente a una urbanizacion de lujo. Habia varias maneras de contactar con la persona que ofrecia el puesto, pero a mi la que me mas me convencio fue la de llamarla por telefono. No voy a decir que Nuria, que asi se llamaba me cayera nada bien. Mas bien lo hizo como un tiro de mierda, pero yo no aspiraba a conquistar su corazon sino, simple y llanamente, a que me diera el puesto. --?Estas segura de que tienes experiencia acreditada y ganas de trabajar? Porque si no es asi, te digo desde ya que puedes ahorrarte el viaje. En mi club solo quiero a gente competente, tenlo en cuenta. Era de lo mas simpatica y me daba la impresion de que confiaba en las personas de antemano, dicho sea con toda la ironia del mundo, que la tia debia tener timba. Ganas no me faltaron de mandarla a tomar vientos, pero yo el curro lo necesitaba. Desde que mi padre, Rodolfo, se quedo en paro, en casa nos habiamos quedado a la cuarta pregunta. Bastante tenian el y mi madre, Manuela, con mantenerse y mantener a mi hermanito, David, que tenia quince anos, once menos que yo. Total, que en casa no es que estuvieramos nadando en la abundancia precisamente y, hasta entonces, mi sueldo habia caido como agua de mayo. Imposible que yo me convirtiera en una boca mas que alimentar que encima no aportara nada, antes muerta. Sin mas, me puse como loca a echar curriculums y a buscar trabajo, y este del que me hablo Vero se perfilo como el principal candidato. Cerca de casa no es que estuviera, pero, al tratarse del club social de una lujosa urbanizacion, contaba con unos pequenos apartamentos en los que alojaban a los currantes. Eso suponia para mi una bendicion porque mi sueldo pasaria integro a mis manos, habida cuenta de que tambien podria comer en el restaurante del club. ?Que mas daba si mi jefa era una amargada? Lo importante seria que me adaptara bien al puesto, como una garrapata pensaba hacerlo. A mi no me echaban de alli ni con agua caliente. Fui escuchando musica por todo el camino, necesitaba animarme, ya que era la primera vez que salia de casa para trabajar y la idea me daba un poco de vertigo. Por suerte, eso si, no dejaba ningun amor a mis espaldas. Desde que un ano antes Julian y yo habiamos roto, yo andaba libre como el viento. Mejor, asi no tenia mas perdidas que lamentar y podia desplazarme de lugar libre como el viento. --Dios, pastelito, otra gasolinera que me paso de largo. ?Como puedo ser tan desastre? Apura, ?eh? No me vayas a dejar tirada, por lo que mas quieras... Al pobre solo le faltaba hablar, y no seria porque yo no hiciera encajes de bolillos para que asi fuera, que me pasaba el rato dirigiendome a el como si fuera una persona. El wasap no paraba de sonarme y, como lo tenia personalizado, sabia que era de Vero. No podia estar mas pendiente de mi. La de horas que nos habiamos pasado sonando juntas en los ultimos dias con la posibilidad de que pudiera venir a verme en cuanto yo le hubiera cogido el tranquillo a mi curro... Con el verano a la vuelta de la esquina, Valencia seria digna de ver, estaria de no caber un alfiler. Pese a ello, mi trabajo no solo seria de temporada estival, sino para el ano completo. Y es que, en aquella urbanizacion de lujo, aunque cerraran la piscina cuando los termometros tiraran a la baja, el club social seguia a tope el ano entero. Si algo podia decir que me tenia nerviosa, eso si, era el talante de la que iba a ser mi jefa, la engreida de Nuria, pero a mi me sobraban redanos para pasar de ella como de comer mierda llegado el momento. Lo tenia muy claro; yo iria a lo mio. Mi idea era subsistir, quedarme con algo de dinero y, con lo que me sobrara, aprovechando que no tenia que pagar alojamiento ni manutencion, echar una manita en casa. La carita que pondria David cuando le llegaran esas botas de futbol con las que llevaba meses sonando, bien valdria cualquier esfuerzo por mi parte. Mi pastelito llego al pueblo en cuestion, que era turistico a mas no poder, con el combustible justo para que no tuvieran que empujarme. Me pare en una gasolinera que habia a las afueras y un chaval encantador me atendio. --?Vienes de turismo? --No, vengo a trabajar a la urbanizacion "Las Acacias", ?la conoces? --Nos ha jodido, pues claro que la conozco, la de los pijos. --Si, eso me han dicho, que alli hay mucho nivel. --Y mucha tonteria, y muchos cuentos y, ya de paso, muchos cuernos. --El chaval hizo el gesto con la cabeza, como si fuera un toro y yo me eche a reir. --?Muchos cuernos? Mira que si acabo yo sentada en el "Salvame" dandole a la lengua--bromee. --Pues no lo descartes del todo, que ahi alquila de vez en cuando hasta algun famosete. --No me digas, mira, espero que no sea Mario Casas porque me puedo quedar muerta en la piedra, aunque tampoco su hermano pequeno esta para hacerle ascos, que vaya dos maromos que echo ahi su madre al mundo. --Yo de eso no entiendo mucho, de maromos digo, aunque mi hermana Lucia opina exactamente igual que tu, asi que supongo que algo tendran. --Si, algo tienen, ?me pones tambien estos caramelos? --Eche mano de unos de propoleo porque, de tanto cantar por el camino, llevaba la garganta un tanto perjudicada. --De acuerdo, pero a esos invita la casa, no te preocupes. --Que majo, espero tener suerte con el resto de la gente que me encuentre en el pueblo.

  • Sirens 5 de

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    Historia y mundo creado por Lena Valenti y Valen Bailon.
    El despertar de Thot ha llegado en la eclosion de la guerra.
    La Dama de Min mas poderosa del Universo tiene las claves para que el atlante mas soberano consiga detener la destruccion de un plan orquestado con milenios de antelacion.
    Pero nada les va a preparar para verse de nuevo y enfrentar sus miedos, y sus multiples cicatrices.
    ?Puede la responsabilidad primar por encima del unico y verdadero amor?
    ?Deberia la mujer mas poderosa de todos los tiempos someterse por el bien de las demas civilizaciones?
    Las batallas se ganan con la estrategia, pero la guerra la vence el mas apasionado.
    Con Semiasas provocando el caos en el exterior, la vida humana y el equilibrio de la Galaxia esta en manos del atlante mas sabio y hermetico, y de la Emperatriz de las Min.
    ?Quien claudicara y clavara antes la rodilla?

  • Las buenas amigas, Anton DiSclafani de Anton Disclafani

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    Joan Fortier es el paradigma del glamour tejano y el centro de la escena social del Houston de los anos cincuenta. Alta, rubia, bella y energica, destaca en los salones y su nombre esta en boca de todos. Los hombres la desean y las mujeres quieren ser ella, pero ese mundo opulento, con sus clubes de campo y sus bailes de presentacion en sociedad, tiene reglas estrictas. El dinero fluye tan libremente como el petroleo, pero la libertad y el poder son patrimonio de los hombres. ?Que sucede cuando una mujer de apetitos y deseos indecorosos como Joan quiere mas? Cece Buchanan, amiga de Joan desde la infancia, vive pendiente de ella, alternando entre la critica y la complicidad. Cuando la conducta de Joan se radicaliza, Cece se ve enfrentada a dificiles decisiones. Las buenas amigas no solo es una diseccion tan excitante como memorable de los circulos en que se mueven los ricos, bellos y famosos, sino la historia de una amistad tan obsesiva, apasionada y devoradora como una historia de amor.

  • Theodora de Christina Mcknight

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    Amistad…

  • Corazones que vuelven a latir (Corazones 3) de Claire Contreras

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    Victor Reuben es el abogado matrimonialista mas cotizado de Los Angeles. Nicole Alessi, futura exmujer de la estrella de cine mas famosa del momento, es su ultima cliente, ademas de la hija de su jefe. Ante un divorcio tan mediatico, no hay cabida para problemas adicionales. Afortunadamente, ni abogado ni cliente tienen nada que ocultar. si no contamos con la sesion de sexo alucinante que compartieron.
    Una vez.
    Dos veces.
    Tres veces.
    Aunque eso fue hace mucho tiempo, y la ocasion de estar juntos se desvanecio. Si son capaces de dejar el pasado a un lado, todo saldra bien. Pero si continuan devorandose con los ojos cada vez que se ven, las cosas se pueden complicar.

  • Solo una noche de Lucy Morton

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    Existen ocasiones en la vida -aunque sean minoritarias-, en las que solo una mirada basta para saber que significa el amor. Ese momento que te da la vida y te la gira del reves sin esperarlo. Ese momento por el que lo darias todo para que se detuviese aunque fuera por un instante. Solo un instante eterno; ese que merecera la pena explicar a tus nietos cuando, con el cabello cano y la sonrisa desdentada, vuelvas atras en el tiempo y decidas quedarte aunque solo sea con el recuerdo. Ese recuerdo que se apodera de tu mente, una y otra vez, con una unica mision: hacerte sonreir. Hacerte feliz cuando tu mundo, desgraciadamente, no es como el de aquel momento. Ya no es como el de antes; como el de aquel efimero instante. Me enamore de su mirada azul como el cielo. De su sonrisa traviesa algo aninada y de su voz ronca. De su copa de vino y de como movia los dedos produciendo una melodia preciosa contra el cristal. De los cigarrillos que fumaba; uno tras otro, sin prisa, con calma. De su melena castana desalinada y de aspecto desenfadado. De lo que le mostraba al mundo. De lo que me mostro a mi. El era el tipo de personas a las que siempre he admirado. Que mas da lo que dijesen. Que mas da lo que pensasen. Si no te gusta, mira hacia otro lado y deja de observarme. El era asi o, al menos, esa es la sensacion que me dio aquella noche. Nuestra unica noche. Lo vi desde el principio; supe reconocer que tipo de persona era. Mi corazon se acelero cuando nuestros dedos, casi sin querer queriendo, se rozaron por un cambio de billete a las 2:20h de la madrugada de un dia cualquiera en un bar perdido del desierto de Texas. Un billete que me devolvio la sonrisa solo una noche, cuando creia que no podia haber en el mundo nadie con peor suerte que yo. EL Nunca crei en el destino hasta esa noche en la que, quedarme tirado en medio de la nada, fue lo mejor que pudo pasarme. Despues de patalear mi moto unas cuatrocientas cincuenta y dos veces, decidi buscar una solucion tras observar que mi movil no tenia cobertura en ese camino de tierra del desierto de Texas, a la una y media de la madrugada. Pocas probabilidades de que pasase un coche por ahi, y muchas, al menos un 75% segun mis calculos, de ser decapitado por un loco con mascara llamado Jack el destripador. Camine sin rumbo y sin mirar atras. Fumando cigarrillos y contemplando las estrellas. Como un mal momento puede ser aliviado por ellas. Estrellas muertas, estrellas eternas, estrellas en paz, en calma; en un cielo que las acoge y las protege junto a una luna que, esa noche, resplandecia como nunca. ?Era un presagio acaso de lo que estaba por venir? Vi una luz a lo lejos. Achine los ojos para ver de que se trataba. ?Una gasolinera? ?Una casa? ?Un bar? Mire el reloj; solo habia caminado media hora a paso tranquilo, por lo que la moto no debia estar muy lejos. A medida que me fui aproximando, me di cuenta que se trataba de un pequeno bar en medio de la nada. Tenia un par de mesas fuera; parecian abandonadas. En el interior, por lo que pude vislumbrar a traves de sus dos ventanas, habia luz. Habia vida ahi dentro. Al fin la suerte se habia dignado a dar la cara. Podria pedir ayuda, utilizar un telefono y que la grua me salvase la vida. Pero al entrar y verla, decidi que lo dejaria para mas tarde. Todo puede esperar, menos lo que de verdad importa. A veces, lo urgente, no es lo importante. Eramos dos almas solitarias que, sin estar destinadas a encontrarnos, teniamos la oportunidad de conocernos justo en el momento en el que mas lo necesitabamos. <>, pense, nada mas fijar mi mirada en esos ojos verdes que, al instante, me transportaron a otro mundo. Si el cosmos quiere que se encuentren, aunque esten muy lejos, se encontraran. Si no quiere, aunque esten cara a cara, no se veran. Alejandro Jodorowsky CAPITULO 2 ELLA No era comun tener clientes a las dos de la madrugada. Raras veces sucedia. Cuando alguien se habia perdido o habia sufrido una averia en su coche en el desierto de Texas, pero no era muy habitual. No al menos que fuesen como el. El entro, algo avergonzado y con la cabeza gacha. Me fije en como se despeino, quiza en un acto reflejo, y miro a su alrededor hasta toparse con mi curiosa mirada. Supongo que la atraccion llego desde el primer momento y yo, que siempre se me ha dado mal disimular, se que me ruborice. El no. Luego sabria que eso de ruborizarse es demasiado superficial para alguien como el. Es mejor fingir. Saber mantener las distancias. Al menos en un primer momento. Luego, ya se vera. Yo, detras de la barra, limpiando unos cuantos vasos de cristal mas por aburrimiento que por necesidad, correspondi a la sonrisa mas luminosa que habia visto en mi vida. Tardo cero segundos en sonreir a pesar de las circunstancias de las que me enteraria mas adelante; de su moto y del caos de su vida. El era un autentico torbellino dispuesto a poner patas arriba mi vida en una sola noche. Una sola noche. Y aun me lo sigo repitiendo cada vez que pienso en las horas mas fascinantes de mi vida. --Hola --saludo. Voz ronca y decidida. Un hombre de unos veinti muchos anos que quiza ya haya cumplido los treinta, pero que no los aparenta. Barba de tres dias. Tal vez cuatro. Melena castana; ojos azules con forma rasgada que me miraban con la misma curiosidad que yo a el. Labios apetecibles y carnosos que al sonreir, mostraban unos dientes perfectamente alineados y blancos, dignos de cualquier anuncio publicitario de pasta dentifrica. Hoyuelos: inconfundibles e inimitables, le daban ese aire travieso y juvenil. --Hola --logre decir yo, moviendo de un lado a otro nerviosa el esparadrapo. <>, diria mi jefe, un gordinflon de cincuenta y cuatro anos que dormia en la trastienda. <>, le rogue a un Dios en el que no creia. --?En que te puedo ayudar? --me atrevi a preguntar. --?Tienes vino? --Es un bar --rei. --Claro. --?Tinto? --Tinto es genial. --?Quieres algo para comer? --le ofreci. --No. Solo vino. Cogio un paquete de tabaco del bolsillo y me lo mostro, como preguntandome si podia fumar. Instintivamente mire hacia atras, donde dos puertas me separaban de los ronquidos del jefe. Me encogi de hombros, volvi a dedicarle la mejor de mis sonrisas y le solte: --?Por que no? --?Quieres uno? --me ofrecio, mientras le servia la copa de vino. --No fumo. --Una vez al ano no hace dano --insistio. --No, mejor no. Pero gracias. --Mejor. No me gustan las mujeres que fuman. Me guino un ojo. Me fije en su camiseta, de los Rolling Stones. En sus vaqueros desgastados y en sus zapatillas Converse negras. Si, no parecia importarle lo que pensasen de el. ?Le importaria lo que pensaba yo? No se que fue lo que le atrajo de mi, pero durante los dos minutos mas largos de mi vida, no dejo de mirarme. Interrogante, quiza algo altivo pero sereno, con esa confianza en si mismo de la que no alardeaba y que, sin embargo, tanto le gustaba demostrar en todo momento. EL A veces, los tios, somos idiotas. No reconocemos que en el fondo de este duro caparazon se esconde un corazon sensible con las puertas totalmente abiertas al amor. Siempre he sido un romantico empedernido. Nunca me ha gustado demostrarlo. En realidad, creo que nunca me ha gustado demostrar nada. En silencio le di breves sorbos a mi copa de vino mientras fumaba el cigarrillo. La mire disimuladamente; ella me miro de reojo, mientras limpiaba con frenesi un vaso que, ya de por si, brillaba y no necesitaba de sus cuidados. De fondo se escuchaba una cancion procedente de un antiguo tocadiscos. Mire al techo y pense, pense... ?Que cancion era? ?De quien podia ser? Anos noventa, tenia toda la pinta... --Footsteps --me interrumpio ella--, de Chris de Burgh. --Oh. Me leyo el pensamiento. Me sonrio. Quise preguntarle su nombre. --?Como te llamas? --Laura --respondio dulcemente. --Tom. --Bienvenido, Tom. ?Que te trae por aqui? --quise saber. --Mi moto. Me ha dejado tirado. --?Necesitas el telefono? --propuso. --Esperare. --?No tienes prisa? ?Nadie te espera? Medite la respuesta unos segundos. ?Quien me esperaba? Hacia dos anos que Lisa me dejo para irse con mi primo, un dentista forrado con el que se fue a vivir a una mansion de los Angeles. Desde entonces, nadie me esperaba en casa y, supongo, Lisa tambien se canso de esperar a que yo me decidiera a pasar por el altar, a tener hijos, a adoptar un perro de la perrera... esas cosas que quieren las mujeres cuando cruzan la barrera de los treinta. --Nadie me espera --termine diciendo. --?Y te gustaria? --?El que? --Que te esperase alguien. --A veces --reconoci--. Pero solo si ese alguien merece la pena. Asintio. --?A ti te espera alguien? Me refiero a cuando termines tu jornada laboral. --Si me esperase alguien --empezo a decir--, no estaria trabajando de madrugada en un bar de mala muerte

  • Un asesinato corriente y otros relatos de P.d. James

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    Cuatro relatos de una de las grandes autoras de misterio por primera vez reunidos en un libro. Narraciones de intriga que juntas, en palabras de la propia autora, constituyen un delicioso <>.

  • Lo que queda de nosotros: Londres, Lina Perozo Altamar de Lina Perozo Altamar

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  • Lo mejor que se decir sobre la musica de Robert Walser

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    <>. Para Robert Walser, la musica no fue solo algo bello y autentico, sino tambien algo increiblemente subversivo que, en cuanto distinto al lenguaje, se oponia a la limitacion de las convenciones.

  • Jefe, no soy una mas de Sarah Rusell

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    Cafe en mano y dispuesta a afrontar aquella manana de lunes. Mire alrededor y me salio una sonrisa, por fin tenia mi nuevo apartamento completamente amueblado y listo. Me lo habia comprado dos anos atras sobre plano y me lo entregaron hace apenas un mes. Este fin de semana habia sido el primero que pasaba aqui, y estaba aprovechado para terminar de colocar todas mis cosas. Eran unos edificios preciosos a las afueras de la ciudad, con zonas ajardinadas, el arquitecto habia hecho un gran trabajo y los resultados fueron brutales. Mi apartamento era de los mas pequenos, dos dormitorios, el principal con vestidor y bano, en el pasillo un aseo con plato de ducha, salon, cocina y una terraza amplia donde habia puesto una mesita con dos sillones comodos. Amueblado todo en blanco y decorado muy cuqui, me habia quedado genial y al ser nuevo se veia todo tan reluciente, que estaba loca de contenta. Mi padre me habia regalado los muebles, digo mi padre, porque mi madre murio cuando yo apenas tenia cinco anos, asi que el tuvo que encargarse de mi, eso si, lo hizo encantado y es que no tuvo ojos para otra mujer que no fuera yo. Ademas, se volco tanto en mi como en su prestigiosa carrera de abogado. Alonso Jaca, uno de los mas temidos por los hombres ya que sus mujeres le encargaban los tramites de divorcio, y es que conseguia que todas salieran muy beneficiadas. Y si, era mi padre y lo que voy a decir sonara a eso que llaman amor de hija, pero era un hombre de lo mas guapo. Alto, pelo castano con algunas canas propias de la edad, apenas si le faltaban tres anos para cumplir los sesenta, unos ojos marrones de lo mas expresivos, atento, carinoso y la sonrisa mas bonita del mundo. Me consta que muchas mujeres suspiraban por el, pero mi padre no les hacia el menor caso, seguia enamorado de la mujer que fue el amor de su vida. Mi padre quiso pagarme el apartamento, pero me negue rotundamente, queria ser yo quien lo hiciera con una hipoteca y el sudor de mi frente, no es que sudara mucho trabajando, pero si que me lo habia currado bien. La terquedad era, junto con el color de sus ojos, lo que habia heredado de el, el resto era todo de mi madre. Melena negra, de estatura mediana y en cuanto al rostro, casi, casi, como dos gotas de agua. Me saque la carrera de periodismo y termine trabajando para una revista del corazon donde me dedicaba a desarrollar noticias sobre los personajes mas mediaticos de estos momentos y que estuvieran ahora mismo en boca de todos por alguna cuestion personal. Me encantaba mi trabajo. Desde los veinticinco anos que hice las practicas en esta revista ya me quede trabajando en ella, ahora tenia treinta y estaba fija con unas condiciones buenisimas, y es que mis jefes estaban muy contentos con mis resultados, decian que veian como me dejaba el alma. Me abrigue ya que era un frio dia de enero y sali de alli en mi coche, regalo de mi padre el ano anterior por Reyes, un todoterreno blanco que me encantaba, una cucada. Llegue a las oficinas y me dijeron que tenia en la sala de espera al mismisimo Ivan Vera, esperando a la persona que habia sacado el titular de su divorcio, o sea, yo. Voltee los ojos, fui a buscarlo y lo encontre sentado con una cara de esas que anuncian que estaba muy enfado, me presente dandole la mano y lo hice pasar a mi oficina. --?Un cafe? --le pregunte senalando la cafetera. --No, gracias --yo me prepare uno y me sente frente a el, esperando a que me dijera que pasaba, como si yo no lo supiera. --?Entonces? --Quiero que rectifiques el titular de la revista --vaya, me tuteaba. Bueno, pues nos tutearemos. --Sabes que no puedo y no voy a hacerlo, a no ser que me demuestres que ese titular es mentira y encantada lo hare en primera plana. --!Es mi vida! --grito, sin levantase de la silla. --Eh, baja el tono que no estoy sorda, se que es tu vida, pero debes de comprender que tambien es publica. --Si, pero eso no te da derecho a poner en primera plana que mi mujer se fue de casa por una infidelidad mia. --?No lo fuiste? --?Eres juez? --No, pero soy periodista y mi trabajo es llegar al corazon de la noticia y es que tu mujer te pillo porque habias tenido una aventura con otra y por eso te dejo. --Me da igual mi mujer, la otra y todo, solo quiero que se limpie mi nombre. --Pues eso lo deberias de haber pensado antes. --?Antes de que? --De que tu mujer te hubiese pillado con el carrito del helado. --Mi mujer no me pillo, fue una trampa que le puse para que me dejara de una vez por todas. --?Me estas dando otra noticia? --pregunte sonriendo, aquello sonaba de lo mas jugoso. --Pongala y le juro que la hundo. --?Hundir, tu y cuantos como tu? --No vaya de listilla que tengo los mejores abogados. --No te creas que no estoy bien respaldada --sonrei retandolo. --Quiero que rectifique la noticia --dijo muy enfadado. --?Y que publico, que la informacion estaba mal y que te pillo porque tu quisiste que asi fuera? --Ni se le ocurra --rio enfadado--. Ponga que no estaba segura de esa infidelidad por algunas informaciones que le han llegado por otras fuentes. --Claro y quedo como una profesional de mierda para conseguir que el empresario mas conocido por sus juergas dentro del mundo del famoseo quede como un rey. --Se vas a arrepentir. --Vuelve a amenazarme, y manana seras noticia de nuevo. --?Que va a poner, otra de sus mentiras? --No, de las tuyas --le hice un guino.