• el peso especifico del amor - Federica Bosco

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  • EL PESO ESPECÍFICO DEL AMOR | FEDERICA BOSCO

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  • El peso específico del amor, reseña de una novela que no es ...

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    5 sept 2017 — El peso específico del amor nos introduce en la vida de Francesca. Francesca trabaja como editora para un jefe que la extorsiona y no la ...

  • El peso específico del amor (Umbriel narrativa) Versión Kindle

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  • El peso específico del amor (Umbriel narrativa) Tapa blanda

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  • El peso específico del amor - Ediciones Urano España

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    Federica Bosco es autora best seller en Italia. Francesca es editora y adicta al trabajo; es la única parte de su vida que controla y que jamás la decepciona.

  • El peso específico del amor - FEDERICA BOSCO - Babelio

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    El libro ha empezado contándonos la caótica y asfixiante vida de la protagonista, atrapada entre un trabajo agobiante y un noviazgo sin mucho futuro. Pero todo ...

  • EL PESO ESPECIFICO DEL AMOR - FEDERICA BOSCO

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  • el peso específico del amor - Librería La Puerta de Tannhäuser.

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    EL PESO ESPECÍFICO DEL AMOR, BOSCO, FEDERICA, 5,95€. . Una novela auténtica, con una protagonista capaz de cuestionarse a sí misma y de plantearnos las ...

  • El peso específico del amor – Federica Bosco - Mi libro y mi café

    https://milibroymicafe.wordpress.com/2017/09/12/el-peso-especifico-del-amor-federica-bosco/

    12 sept 2017 — Nº de páginas: 384 págs. Encuadernación: Tapa blanda Editorial: UMBRIEL Lengua: CASTELLANO ISBN: 9788492915897 Sinopsis: Francesca es ...

  • [Reseña] El peso específico del amor - Federica Bosco

    http://hojeandomundos.blogspot.com/2018/04/resena-el-peso-especifico-del-amor.html

    15 abr 2018 — Sinopsis: Francesca es editora y adicta al trabajo; es la única parte de su vida que controla y que jamás la decepciona.

  • Trenes nocturnos, Barbara Wood de Barbara Wood

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  • Deseado (Trilogia Deseo 1) – J. Kenner de J. Kenner

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    Deseado, la primera entrega de la trilogia <> de J. Kenner, nos sumerge en una historia llena de emociones intensas, erotismo y tension sexual.

  • Hazme tuya (Secuestrada 2) de Anna Zaires

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    Segundo libro de la trilogia de romance oscuro lider de ventas segun el New York Times y el USA Today

  • El gigolo seducido de Noelia Gonzalez Fernandez

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    Alison, una chica joven, con un trabajo estable y una vida sencilla, se encuentra, de un dia para otro, con la peor noticia que le podrian dar: se esta muriendo. A partir de entonces, decide hacer todo lo que siempre quiso hacer antes de que sea demasiado tarde. Contrata a un gigolo, Marc, segura de que con un profesional podra disfrutar de todas las experiencias sexuales habidas y por haber, ademas de asegurarse de que los sentimientos no seran un problema. Lo malo es que el corazon no entiende de situaciones complicadas y termina haciendo acto de presencia por parte de ambos. Los dos se gustan, se atraen, todo es perfecto. Hasta que llega el dia en que todo se descubre, y aquello que fue en un principio de color rosa, se vuelve negro.

  • Intenta dejarla (La droga + dura 2) de Anny Peterson

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    La vida continua despues de aquel lunes maldito, en el que todo parecio hacerse anicos.
    Primera fase de un adicto: EL MONO: ?es posible desengancharse del amor?
    Naia pronto vera cumplido su mayor sueno dentro de su peor pesadilla.
    Axel no esta listo para hacer por las malas, algo que deseaba hacer por las buenas.
    Leo se ha ido. Sin embargo su cuerpo sigue viviendo su vida automaticamente.
    Zoe esta a punto de descubrir que a veces, no queda otra opcion que ser valiente.
    Cesar ha desaparecido, esta concentrado en su nueva meta y no contesta a las llamadas.
    Jorge espera un clavo ardiendo al que sujetarse para no caer de nuevo al vacio.

  • Juego y Distraccion de James Salter

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    Juego y distraccion, que toma prestado su titulo de un versiculo de El Coran, narra la historia de amor entre Philip Deane, un universitario norteamericano que vaga por Europa, y Anne-Marie Costallat, una joven dependiente francesa. La historia de estos desventurados amantes nos llega, evocada en todo su esplendor erotico, a traves de la imaginacion de un solitario compatriota de el.

  • Hackers en guerra (El genio de Vervaeck 1) de Claudio Hernandez

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    Internet tambien tiene sus profesias, Allan Vervaeck, un vidente famoso de la decada del cincuenta, pronostico: la aparicion de un hombre que dominaria la Informatica como nunca nadie y que tanta seria la diferencia entre el y el resto de los hombres, que tendria el poder para crear y destruir; una mente capaz de causar el desequilibrio tecnologico, alguien que podria llevar a la humanidad a dar un gran salto o sencillamente destruirla.
    El submundo tecnologico lo ha denominado “El Genio de Vervaeck”
    Daniel camina sobre arenas movedizas, . es hacker, y esta en guerra con M.A.R.Y.N., una compania productora de armamento no convencional (armas de radiofrecuencia, satelitales, microfonos ultrasensibles, luces estroboscopicas, robots, aviones no tripulados, nanotecnologia, sistemas de hardware y software para control de armamento, software de seguridad, etc.) responsable de la muerte de sus padres.

  • Dejame estar a tu lado de Toni Fernandez

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    Diez anos es mucho tiempo pero no el suficiente para olvidar lo sucedido.
    Sergio vive controlando su presente. Tiene claro lo que quiere en la vida: seguir siendo la persona en la que se ha convertido. Pero algo se le escapa de las manos y le hara recordar lo que es sentir miedo de nuevo.
    Mireia no puede creer que haya regresado. Ahora cuando todo parecia en calma. Pero no viene solo y mucho menos con las manos vacias. Debera preparase para lo que esta por venir.
    Luchar juntos no es una opcion, amarse tampoco. Y es que cuanto mas huimos del pasado, mas posibilidades hay de que nos encuentre.

  • Un juego muy peligroso 3 de Norah Carter, Monika Hoff, Patrick Norton

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    No, no me lo podia creer. Sola en esa celda, con esa chica que, gracias a Dios, se la llevaron rapido. Mi cabeza iba a reventar. Ahora tenia que esperar ahi a pasar a disposicion del juez. La noche era un calvario. Por un lado, odiaba a Ethan con todas mis fuerzas. Por otro, pensaba que era un sueno. Esa cama fria me daba asco, era incapaz de acostarme sobre ella. Pase toda la noche en el suelo sentada, lloraba sin consuelo, no se me quitaba de la mente la imagen de mi padre derrumbado. Era un dolor muy grande. Por la manana, escuche que venian hacia la celda. De repente, aparecio Bruno y me derrumbe. Era incapaz de recriminar nada. Solo queria respuestas. --Bruno ?Tu eres comisario de verdad? -- dije mientras el abria la celda con un policia nacional y yo me agarraba a los barrotes desesperada esperando respuesta. --Soy el jefe de Narcoticos, del departamento antidroga -- dijo mientras terminaba de abrir la puerta y me cogia para abrazarme. -- ?Que esta pasando Bruno? ?Por que me dijo que era juez? ?Por que lo acusan de narco? -- pregunte desesperada agarrando su camisa. --Escuchame, Maika. Vamos ante el juez. Tengo en mi poder el contrato que firmaste con Ethan para estar un ano trabajando con el. Tambien me dio tu amigo Marcelo todos los papeles de tu vida laboral. Avise a tu abogado y me he reunido con el. Quiero sacarte de esto hoy mismo. Vamos para el juzgado y di toda tu verdad, que te enamoraste de el y lo que te conto. Hazme caso, no digas nada que no sea eso. --Entonces... ?Es verdad lo que el me conto y que ahora lo estan metiendo en otro lio? --No, no es verdad lo que te conto, pero tampoco es un narcotraficante exactamente. Es muy dificil de explicar. Prefiero que lo haga el, ahora vamos primero a intentar sacarte de esto. --No entiendo nada -- dije siguiendolo mientras el pedia al policia que no me esposara. --No te lo digo mas, centrate en ti, deja que te saquemos de esta y ya hablaremos. Entenderas muchas cosas. --Bruno, lo odio -- dije metiendome en el coche. --Lo se, pero yo lo quiero como un hermano. Confio en el mas que en nadie en este mundo y creeme... lo apoyo. --Y a ti ?Por que no te han detenido? --Contra mi no tienen nada. Estoy ayudando en la investigacion. --Sigo sin entender nada. --Bueno, prometo que, si sales libre por esa puerta, quedo contigo y te cuento todo, luego tu decides si ver a Ethan o no. --No lo quiero ver, esto no se lo perdono y si no salgo del juzgado, dile de mi parte, que ojala se muera -- mis palabras estaban llenas de rabia cuando solte aquello por mi boca. Bruno ya no dijo nada. Callamos durante el resto del trayecto hacia los juzgados. El coche se detuvo despues de media hora y unos agentes que me iban a escoltar abrieron la puerta del coche para que bajara. Bruno no me acompano. Lo mire desde afuera y su rostro transmitia confianza. Pero yo me estaba sintiendo como si fuese una asesina, como si fuese una delincuente muy peligrosa a la que llevan anos persiguiendo. Y yo no era mas que una estudiante fracasada, una dependienta de una tienda de ropa, de esas tiendas que hay a miles en cualquier lugar del mundo. Ahora estaba alli, en un juzgado. Seria condenada por una serie de delitos que yo ni siquiera conocia. Quiza me habian involucrado en una serie de acciones criminales de las que yo no era consciente. Joder, yo no hice nada malo. Yo no apunte con un arma a nadie. Ni amenace, ni chantajee. Solamente me enamore de un tipo que me dijo que era juez. De un hombre que quiso ser amable y generoso conmigo. Cierto es que su personalidad a veces era cambiante y existia la sospecha de que me ocultaba algo. Pero, ?narcotraficante? No daba credito. !Que cojones estaba pasando con ese hombre y que demonios estaba pasando conmigo! Senti la humillacion. Obedecia y arrastraba los pies como una automata. No sabia que iba a ser de mi vida. Pero se me paraba el corazon con solo pensar que podia acabar en una celda, teniendo como companera a una asesina o a cualquier mujer violenta. Temblaba con el hecho de que podia pasar el resto de mi juventud entre rejas. No. No podia ser verdad.

  • Ultima noche en el fuego de Ana Maria Draghia

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    Cuando Lara Aguirre, una editora afincada en Madrid, recibe la noticia de la muerte de Raul, el unico hombre del que ha estado enamorada, decide, devastada, aceptar un proyecto editorial que la llevara hasta Santa Fe, Mexico. A su regreso, su vida se entrecruzara con la de Rafael Bernabeu, un abogado catalan -amigo de su hermano-, que habia estado viviendo en su casa durante su ausencia sin que ella lo supiera. Aun siendo consciente de que volvera a Barcelona, para ella, conocer a Rafael sera un recordatorio de sensaciones pasadas, aunque tambien de una noche a muchos kilometros de ahi, una noche que tiene otro nombre, Lucas Santamaria, y otra ciudad, Melbourne.

  • En tu vientre de Jose Luis Peixoto

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    El autor revelacion de las letras portuguesas firma una reflexion sobre la maternidad, una obra feminista de gran riqueza literaria y profunda carga emocional.

  • El asunto Danvers de Elsa Tablac

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    Mientras contemplaba el tibio anochecer sobre la City de Londres desde el piso veintiseis de la Torre NatWest, Julian Danvers noto una presencia a su espalda. No le hizo falta contemplar el reflejo en la ventana para saber que se trataba de Susan Laymon, su eficaz secretaria. Parpadeo antes de dar la espalda a la ventana, regresando bruscamente a la realidad. ?Cuantos minutos llevaba ensimismado, contemplando el ajetreo de la ciudad desde el pasillo acristalado? --Julian, son casi las nueve de la noche. Creo que me marcho ya…Si no necesitas nada mas, quiero decir --dijo Susan, con la voz algo entrecortada, fruto de un reciente catarro. Contemplo su maquillaje y su cabello rubio ceniza recogido en lo alto de la coronilla, impecables desde las nueve de la manana. --Por supuesto, Susan. Siento mucho que el dia se haya alargado. ?Sabes si ya esta aqui mi cena? La secretaria lo observo atonita. Hacia un buen rato que habia llegado la comida, encargada a traves de una app a Solomon's, uno de los restaurantes favoritos de Julian. Echo un vistazo a su mesa. Ni siquiera se habia molestado en sacarla de la bolsa de papel. O tal vez no la habia oido cuando le aviso de que la cena ya estaba sobre la mesa de su despacho. Julian contemplo el minimo gesto de decepcion en su boca y el sutil juego de miradas. Entendio a la velocidad de la luz todo lo que estaba pasando por la mente de su secretaria. No le gustaba nada que se quedase en las oficinas de Danvers Holdings hasta tan tarde, pero llevaba un par de dias consumido por todo aquel asunto del problematico informe para McKinney. Y, en un plano mas personal, por la imperiosa necesidad de deshacer de una vez por todas su compromiso con Athena Richardson, su prometida. No podia alargarlo ni un dia mas. La fecha de aquella boda que nunca tendria lugar se acercaba peligrosamente. La secretaria, ya con el bolso sobre el hombro y el abrigo en la mano, se encamino de nuevo hacia su mesa, dispuesta a organizar su cena, pero Julian se adelanto rapidamente. --No, no te preocupes, Susan. Marchate ya a casa. Yo mismo me ocupo de calentarlo todo en el microondas, faltaria mas. Ya te he entretenido demasiado por hoy --le dijo, acompanando la orden con una de las sonrisas a las que recurria para salirse siempre con la suya. Ella torcio el gesto en senal de agradecimiento, pero el cansancio era mas que obvio en cada uno de sus movimientos. En su meteorico ascenso como consultor economico siempre habia sentido debilidad por las secretarias mayores y experimentadas. Sonrio mientras la veia abandonar la oficina, apagando las luces a su paso y dejandolo en una incierta penumbra. Hacia unos anos que Susan habia pasado la cincuentena. Tecnicamente podria ser su madre --el estaba a punto de cumplir treinta y tres-- y sin embargo, despues de tres anos a su lado, seguia encontrandola atractiva. Pero nunca cruzaria ese limite con ella, a pesar de que a veces su intuicion le decia que ella lo miraba de una forma demasiado intensa. Julian metio los recipientes de carton de Solomon's en el microondas y espero a que su cena estuviese de nuevo caliente. Se rio de su ocurrencia con respecto a Susan. Jamas se le habria pasado por la cabeza tener un lio con una de sus maternales secretarias. Para regocijo de su prometida, Athena, siempre habia preferido trabajar con mujeres mucho mayores que el. Su primera asistente, Rachel, apenas se habia quedado a su lado seis o siete meses. En cambio con Susan, o con su antecesora, la nordica Kristiane --ya jubilada-- no tendria esos problemas. No sentian ese hambre por escalar profesionalmente, esa voracidad profesional que las obligaba a saltar de un empleo a otro. En su caso, necesitaba a alguien a quien pudiese confiar practicamente todas sus intimidades. Athena. Suspiro, y de repente el dolor de cabeza que habia estado atenazandolo durante toda la tarde se manifesto en forma de severo pinchazo en su sien derecha. Supuestamente todo estaba casi a punto para la boda, pero las cosas habian ido demasiado de prisa entre ellos y ahora sentia la imperiosa necesidad de echar el freno. Se sentia un cerdo por ello, y a cada dia que pasaba esa sensacion iba en aumento. No solo por el hecho de abandonarla casi a las puertas del altar, sino porque era del todo consciente de que estaba retrasandolo. La decision estaba practicamente tomada desde hacia un mes, y aun no habia reunido el valor necesario para decirselo. Para decirle que lo suyo no tenia futuro. Que no estaba preparado para el matrimonio. Aun no. Que sentia que se habian apresurado demasiado, porque apenas hacia dos anos que se conocian, y uno que habian empezado a salir formalmente. Que lo de casarse habia salido de su boca en un euforico momento durante sus ultimas vacaciones en Ibiza, bajo los efectos del alcohol. Cualquier excusa serviria. O todas a la vez. Cualquier excusa, excepto la real: que no estaba enamorado de ella. Que no la queria como ella a el. Y que en los ultimos meses habia algo de su comportamiento que no le encajaba. Obviamente, eso era lo unico que era incapaz de confesar. El "ding" del microondas lo expulso de su ensonacion. Saco los dos recipientes de carton del microondas y se dirigio de nuevo a su mesa. Realmente no sabia por que no se habia marchado a su recien estrenado apartamento en Newington, o incluso a cenar en Solomon's, en lugar de dar cuenta de aquella triste cena en una oficina gelida y fantasmal. Pero, en el fondo, sabia muy bien el motivo: era miercoles, y los miercoles Athena acudia a su apartamento para pasar la noche con el. En realidad, seria el momento perfecto para enviar la cena directamente a casa, sentarse a tener esa conversacion serena y romper con ella, pero se autoconvencio con una burda excusa: habia tenido un dia duro en la oficina. Necesitaba una copa antes de regresar a casa. O mas bien, tenia que trabajar un rato mas en el informe McKinney antes de permitirse el lujo de dormir. Noto como se le cerraba el estomago. Alli estaba Julian Danvers, inmovil, en su enorme mesa de cristal sin saber muy bien que hacer. Finalmente, agito el raton y activo la pantalla de su gigantesco ordenador Mac. Busco la aplicacion de Facetime y llamo a Athena. Su novia contesto enseguida, como siempre. Alli estaba, esperandolo en su apartamento, cada vez mas integrada en su papel de ama de casa del siglo veintiuno. Se aseguro de que la camara del ordenador recogiera sin posibilidad de duda el lugar en el que se encontraba, su oficina en la torre NatWest. Ella arrugo la nariz al verlo rodeado de comida y de papeles. --Ya... ya se lo que me vas a decir... --Lo siento mucho, carino. Aun me queda un buen rato en la oficina. McKinney me matara si no tiene sus previsiones para el proximo ano al final de esta semana. --?No te espero despierta, entonces? --Es mejor que descanses... Intentare no hacer ruido cuando llegue. Athena esbozo una triste sonrisa. --Mas bien me gustaria todo lo contrario. Que me despertases cuando llegues. Sabia muy bien por que Athena lo decia. Ya eran tres miercoles seguidos los que habia llegado tarde a casa por "quedarse trabajando hasta bien entrada la noche". Y se habia dormido en el enorme sofa del salon, con la excusa de no despertarla. Pero Athena no era idiota. A veces, si veia que podia salir beneficiada, se hacia la tonta, pero no lo era en absoluto. Sabia que algun tipo de conversacion seria se cernia sobre ellos. De hecho, hacia dias que no le consultaba nada respecto a los preparativos de la boda. Ella tambien esquivaba el tema, intentando ganar tiempo. Julian suspiro. La cena, o lo que quedaba de ella, se estaba enfriando de nuevo. La cuestion era que ya no tenia hambre. Insistio, y con ello zanjo la conversacion: --Intentare no despertarte cuando llegue a casa. Buenas noches, Athena. No espero a que ella contestara. Cerro la aplicacion y su despacho quedo de nuevo en la penumbra, tan solo iluminado por la carisima lampara de Tom Dixon que tenia junto al ordenador, la unica pieza de diseno que albergaba la majestuosa oficina acristalada con vistas al Tamesis. No podia dejar pasar ni un dia mas. Manana desayunaria con su prometida y le diria lo que probablemente ya sospechaba: que la boda quedaba cancelada. Julian revolvio con cierta desgana los deliciosos tallarines Parsley de Solomon's, uno de sus platos favoritos. El mismo que aquella noche era incapaz de terminarse. Lo del informe para McKinney era totalmente cierto, y a pesar de que durante el fin de semana pasado habia avanzado bastante, sabia muy bien que "Kinney", como ya se permitia llamar a uno de sus mejores clientes, ni siquiera recordaba la fecha que habian fijado. Si lo llamaba el lunes siguiente para decirle que tenia los datos listos para sus proximas inversiones le contestaria balbuceante que OK; que todo bien, que se lo enviase con un mensajero y que ya le echaria un vistazo. Kinney tenia un problema evidente con el alcohol, y eso, por increible que parezca, tiene sus ventajas a la hora de estirar las fechas de entrega.

  • Siempre estuve esperandote de Andrea Munoz Majarrez

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    “Dos corazones rotos se unen con una unica mision: conquistar a sus almas gemelas.”

  • La Asistente De Boda Del Jeque de Jessica Brooke

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    Alana Fiora asimilo la magnitud del palacio arabe, un monumento en piedra tallada y marmol en el pais de Al-Marasae; una maravilla que nunca hubiera pensado que veria en persona. Su madre, que habia crecido en el Libano, le habia contado historias de lo asombroso que habia sido el Palacio Beiteddine cuando se abrio al publico durante el Festival Beiteddine. ?Pero esto? El palacio de la familia real Hassem estaba mas alla de todo lo que podria haber imaginado. No estaba segura de que era lo que esperaba cuando su padre le dijo que trabajaria en el palacio unos pocos meses. Pero su mente habia evocado imagenes del Taj Mahal, con sus blancos chapiteles resplandecientes alcanzando el cielo o las grandes bovedas hinchadas como lagrimas de oro asentadas en torres enormes. Lo que le esperaba aqui era un palacio con exteriores en austera arenisca rosada, con apagados chapiteles, que parecian mas bien torres de un castillo europeo. Si se mirara con detenimiento, se podria ver las bovedas relucientes a traves de las esquinas y la cupula en alto, todo ello disimulando un exuberante arco iris de color increible y la decoracion interior. El salon de entrada le recordaba, extranamente, a las navidades. Los mosaicos geometricos pintados que cubrian sus muros en verdes y rojos brillantes incorporaban caligrafia tallada que danzaba por todo el salon. Alana se dirigio a la biblioteca del palacio (o a una de ellas, en todo caso) donde, se le habia informado, se encontraba el principe primogenito Jeque Dharr Hassem. El jeque Dharr era su mision aqui en Al-Marasae, el futuro novio. Con veintisiete anos y con muchos anos de universidad a sus espaldas, no le habia parecido algo demasiado normal convertirse en experta de organizacion de bodas. No, mejor borrar eso, asistente experta en organizacion de bodas. Su madre, Lena, habia sido quien habia sido contratada por la familia real. Sin embargo, las bodas islamicas eran basicamente un contrato legal y Gabriel Fiora habia decidido que el reluciente nuevo titulo de Derecho de Alana era justo lo que su madre necesitaba llevar con ella a Oriente Medio. El curro, aun asi, venia con un magnifico beneficio para ella: para hacer el trabajo deberia de ser ascendida de asistente juridico a abogada en practicas. Alana nunca habia oido de ningun caso semejante, aunque tampoco habia oido que alguien graduado en Derecho fuera contratado como asistente legal para empezar. Aun con su diploma, era el unico trabajo disponible en el bufete de su padre y el se habia resistido a la idea de que ella trabajara para cualquier otro. El era su padre, despues de todo, asi que en aquel momento cogio el puesto, aunque ahora estaba mucho mas contenta con la promocion. Su padre parecia confiar unicamente en ella para este trabajo, lo cual era gratificante, aunque un tanto extrano. Todo el asunto era un tanto raro, empezando por la manera en que se lo presento. Ella recordaba que la habia llamado desde su oficina una noche hacia las nueve. Alana tambien estaba alli, tratando de sacar algo en claro de todos las caligrafias deficientes y archivos mal nombrados. Gabe dijo que habia perdido una apuesta sobre un recorrido de golf y que se habia quedado mas tarde de lo normal hincando el diente a un trabajo de machaca para uno de los socios de mas arriba en el escalafon corporativo. El queria saber si recordaba los rumores que habian rondado en la bolsa sobre cierto jeque de un pequeno pais de Oriente Medio llamado Al-Marasae, cerca de Arabia Saudi y los Emiratos Arabes Unidos. Alana habia recordado los rumores. Le habian asignado alguna comprobacion de hechos en Hassem Petroleum, Inc., puesto que era a la vez cliente de Singer, Winchester and Cole, asi como una inversion de muchos de sus empleados. Habia oido rumores de que el heredero del jeque reinante habia resultado envuelto en algun tipo de controversia. Alana nunca acabo de identificar exactamente lo ocurrido, pero la corriente del rumor crecio con chismes variables--desde el intento de asesinato por parte del jeque Darr hacia su propio padre, hasta su affair con una princesa italiana. Sea como fuere, debia de haber algo de verdad en los rumores, puesto que se habia comunicado a la junta directiva de Hassem Petroleum que podria haber algun cambio en la linea sucesoria de la familia real hacia agosto de 2015. Se habia fijado cierto tipo de ultimatum para el principe, y ahora Alana sabia lo que era. Se tenia que casar. Ella no sabia que encantamiento habia empleado, pero de alguna manera su padre habia descubierto que el jeque Azhaar Hassem, el dirigente de Al-Marasae, habia dado a su hijo hasta agosto para casarse, o seria descartado en favor de su hermano menor. Alana dudaba aun mas de que fuera una simple coincidencia el hecho de que su madre fuera reclutada como organizadora de bodas para el evento. Su madre tenia en marcha un pequeno imperio bastante simpatico, y habia organizado el "mejor dia de vuestras vidas" para mas de una pareja famosa. A pesar de ello, de alguna manera dudaba que el estatus de Lena Fiora como organizadora de bodas hubiera alcanzado notoriedad internacional. No, su padre se habia servido en cierto modo de ellos para esto, pero no estaba segura de con que objetivo. Pero, oye, ella era una abogada capacitada, y su madre iba a conseguir un cheque bastante gordo, asi que no podia ser tan malo. Fuera lo que fuera en lo que andaba metido, de momento salia rentable. Ahora, solo necesitaba conseguir unos pocos minutos con del jeque Dharr. La puerta de la biblioteca era igualmente impresionante que el resto del palacio. La puerta de tamano doble iba desde el suelo hasta un estilizado arco de punto del techo, dejando sitio solamente para la misma jamba. La libreria tras la puerta no tenia nada que ver con sus expectativas. Estaba acostumbrada a las bibliotecas de la Universidad de Nevada, Las Vegas, incluyendo la Biblioteca de Derecho Weiner-Rogers, asi que la palabra biblioteca normalmente conjuraba imagenes de mesas de madera rodeadas de incomodas sillas de alambre grueso con asientos de plastico e interminables estanterias, con tantas filas de profundidad que te podias perder entre ellas. En cambio, lo que encontro era una planta redonda de la misma arenisca rosa, de una docena de metros de diametro, en lo que conjeturo que era uno de los chapiteles a modo de torreones de la esquina. Mosaicos pintados en azul y rojo intensos rodeaban estanterias que habian sido excavadas en los mismos muros, que se curvaban en espiral con la sinuosa escalera de piedra, que serpenteaba a lo largo del muro hasta al menos otro piso. En el centro, habia una amplia mesa octogonal sin sillas. Cada lado tenia un almohadon afelpado color burdeos, apoyado en pequenos cojines descansando contra el, con borlas doradas colgando de sus esquinas. El aire era seco y fresco con el delicioso aroma que solo pueden desprender los libros. Las suaves estanterias de piedra estaban cargadas de tomos y Alana pasaba las manos por sus lomos, sintiendo las encuadernaciones de piel y las caligrafias labradas. La mayoria de los libros, al menos en esta planta, estaban escritos en arabe, o en todo caso se trataba de traducciones. Los amplios caracteres bajo sus dedos y la atmosfera extranjera hacian que Alana se sintiera como si la hubiesen raptado dentro de uno de aquellos mismos libros. ?Cuantas horas podria perderse en una biblioteca como aquella, hondamente enterrada en uno de aquellos cojines gigantes? Suspiro mientras retiraba la mano de los libros. -- Perdon, chicos, tengo que encontrar a un jeque. Seguro que sabeis donde esta, ?no? --Quizas le convenga echar un vistazo a la segunda planta. Alana quedo boquiabierta durante un momento antes de darse cuenta de que la voz incorporea procedia de algun lugar encima de su cabeza. Hizo girar sus ojos a su alrededor y miro a lo largo de la escalera de espiral, mientras el sol de la manana se desparramaba por las hermosas vidrieras azules y rojas que la delimitaban, pero no podia divisar a nadie. Sus pies tomaron los peldanos. Afortunadamente, habia decidido llevar zapatos bajos. Los tacones no solo habrian sido indecentes, sino que tambien habria sido un horror para sus pantorrillas el subir los peldanos de piedra. Al llegar a lo alto del tramo de escaleras, localizo a una persona sentada en una silla de piel atiborrada y oculta tras un periodico. Creia que su padre era la ultima persona del mundo en leer aun aquellas cosas. El segundo piso parecia mas tradicional, con mesas de cafe de madera cuidadosamente lustrada y cristal. Salpicados por doquier se podian encontrar elegantes sillones orejeros hechos en piel, mezclando el olor de los libros con la piel y el barniz de madera. La escalera acababa alli, pero las estanterias y los libros seguian aun mas alto, al menos dos pisos mas, donde el techo estaba decorado con arabescos en un azul mas claro y blanco, en un patron trenzado, circular, y caleidoscopico. El hombre de la silla doblo su periodico y se levanto para recibirla. Era alto y esbelto, con anchos hombros que se estrechaban descendiendo hasta estrechas caderas. Contaba con una mandibula afilada y pomulos salientes. El hombre, que supuso seria el jeque Dharr, alcanzaria casi el metro noventa de estatura e iba vestido con una holgada camisa blanca de algodon e inesperados jeans occidentales. Sus ojos de color de miel la sopesaron con perspicacia, y su piel, entre cetrina y cobriza, parecia relucir en el halo resplandeciente de la vidriera mientras permanecia de pie con las manos cruzadas detras. --No la conozco --dijo sencillamente. *** Nunca habia visto a una mujer apareciendo en lo alto de las escaleras de la biblioteca. Mediria uno sesenta y ocho en el mejor de los casos, con pelo azabache recogido en una coleta sobre una sencilla americana azul cubriendo una blusa de cachemira crema. Una falda a juego hasta la rodilla cubria unas caderas voluptuosas y las gafas sin marco acentuaban los ojos turquesa mas imponentes que el jeque hubiera visto en su vida. Resaltaban frente a su cutis cetrino y sus suaves labios con silueta de corazon. Las elegantes lineas de su rostro se disolvian en un largo escote que desaparecia entre el tejido de su ropa. El jeque Dharr habia notado inmediatamente la falta de hijab o cualquier otro tocado y dio por supuesto que era una de entre los americanos que habia hecho venir su padre para la boda. Poso a un lado su periodico y se mantuvo en pie, observandola detenidamente segun se acercaba. --No la conozco. --No, nunca nos hemos encontrado. Soy Alana Fiora, ha contratado a mi madre como organizadora de su boda --dijo en una voz que habria rezumado profesionalidad si no fuera por la ligera vacilacion. El sospecho que probablemente se encontraba encogida por el esplendor del palacio, tal y como sucedia normalmente a los pocos visitantes que habian venido. Pero tambien reconocio el sonido de la inexperiencia. Noto que ella no le habia ofrecido su mano como saludo, y encontro inusual que una extranjera supiera que una mujer no deberia tender su mano al saludar. O eso, o simplemente ella estaba siendo descortes. La boda, por supuesto. La condicion de su padre para mantener su lugar como heredero del reino. Su padre sabia que legalmente no podia privarle de su herencia, pero el gobierno si que se lo podria retirar. Tambien sabia que, si perdiera el poder ejecutivo del reino, la posicion de facto como director de Hassem Petroleum iba con el. --De hecho fue mi padre quien la contrato --dijo, volviendo a su asiento--. Sientese, y digame para que me necesita. ?Ya hemos llegado a la degustacion de la tarta? --Muchas gracias, jeque Dharr. No --sonrio--. Estoy colaborando con la organizacion de la boda, pero la razon principal por la que me encuentro aqui es como consejera legal para el Katb elKitab, el contrato de matrimonio. Apuesto a que la degustacion de la tarta seria mucho mas divertido. La sonrisa de Alana era brillante, plena de dientes blancos como perlas. El no podia evitar sonreir a su vez. --Digame, senorita Fiora, ?por que habrian mandado a una mujer a aconsejarme, especialmente a una bisona en las leyes de los Estados Unidos, no digamos ya a los contratos matrimoniales islamicos? Esos ojos turquesa brillaron, pero estaba intrigado por saber si iba a morder el cebo prontamente. --?Que le hace creer que soy novicia? El se encogio de hombros. --Es usted joven. Se deduce de ello. Sencillamente, se retiro las gafas y las doblo en el bolsillo interior de su chaqueta. --Entiendo cuan diferentes son nuestras culturas, mi jeque. Podria inventarme como excusa la ignorancia de mi padre respecto a las costumbres de su cultura. Podria admitir que quizas el nepotismo tuvo algo que ver. Podria tratar de impresionarlo con mis cuantificaciones y resultados en la universidad o con mis estudios previos en legislacion islamica y judaica. Pero, sinceramente, creo que su padre accedio a que viniera con mi madre porque no sentia la necesidad de pagar los elevados honorarios de los abogados mas reconocidos del bufete para algo que se reduce a un mero acuerdo prenupcial. Esta era nueva, pero no tenia miedo en absoluto en sacar un poquito las garras. Esto le gusto. --Asi pues, digame, consejera, que me tiene preparado? --El Katb-el-Kitab esta en su mayor parte en orden. Es mayormente el modelo general de ustedes, regido por el Islam sunita, la jurisprudencia Hanafi que rige en Al-Marasae, etcetera. Usted firmara en su propio nombre y el sultan Jassor bin Adi Puteri firmara en nombre de su hija la princesa Raaniya Binti Jasoor. El unico asunto que me preocupa es algo sepultado en el mahr, lo que los occidentales llamarian la dote. --Si, senorita Fiora, estoy familiarizado con las costumbres matrimoniales de mi propia cultura. --Por supuesto --dijo, y el notaba que ella trataba de mantener la pulla ajena a su voz--. Pero lo que encontre es algo que pense que seria apropiado comunicarselo personalmente. Puede que usted este al tanto de esto, pero no podia evitar tener la sensacion de que estaba encubierto intencionadamente entre la jerga legal. --Prosiga --dijo el, meciendo su mano. --En esencia, el mahr contiene una estipulacion que transfiere el diez por ciento de sus acciones con derecho en RPI a la familia real de Burhinna. Asi que eso era parte de la estratagema de su padre. Habia habido controversia, algunos dicen que infundada, sobre si menguaban las existencias domesticas de crudo en Burhinna. La pequena nacion de Malasia habia dado con un pozo en los primeros anos veinte del siglo pasado que les habia convertido en muy pudientes comparados con su tamano. Si fueran ciertos los rumores sobre el cierre de ese pozo, parecia como si estuvieran tratando de crear algun tipo de colaboracion encubierta con RPI a traves del matrimonio. Tras sus propios intentos fallidos, parecia como si su padre le hubiese comprado una novia con las propias acciones de Dharr. --Es un asunto que no habia previsto. Pero, llegados a este punto, no me parece descabellado -- suspiro casi. --Bueno, esa no era la parte que estaba muy oculta. Como sabra, hay dos partes en un mahr. Hay una que se concede directamente tras el matrimonio, y esta lo que se espera si el matrimonio se disuelve. Lo que encontre es que al parecer en caso de disolucion, por cualquiera de las dos partes, la cantidad se dispara a otro 25% mas, para un total de 35%. Eso es el 35% de sus acciones en RPI que iran a la familia real si se produjera un divorcio --dijo ella, pasandole un archivador lleno de papeles. Habia dos especificamente senalados con marcadores de pegatinas amarillas. El jeque Dharr se sento frente a su silla y tomo el monton de ella. Noto que se lo ofrecia con su mano derecha y no con la izquierda. Aun no sabia si era coincidencia o si quizas ella poseia ciertas nociones de las costumbres de Oriente Medio. El jeque hojeo los papeles, seguro de que tenia que haber mas en las cifras que habia encontrado ella. Tenia que haber algun tipo de proteccion para evitar tanto a el como a la princesa el cortar y salir corriendo tras el matrimonio. El archivador requeria un examen mas detallado que no podia darle al momento, ya que varios asuntos en Hassem Petroleum requerian su atencion esa manana. --Necesito revisar estos mas de cerca, pero enseguida tengo una reunion. Venga conmigo a cenar al restaurante Principes y Paisanos. Tengo una mesa en el salon del piso de arriba. Vistase de modo apropiado. --Por supuesto, mi jeque. Si eso es todo... --y estaba seguro de que ella no quiso darle a sus palabras la leve huella de ponzona que llevaban, pero aquello no le sento mal. No queria otro monigote o pelele a sus pies. Esta mujer ya le habia probado que tenia un ojo agudo y cierta integridad. Ahora el tenia bastante curiosidad en ver hasta donde llegaba su talante. Permanecio en pie, mientras ella retiraba sus gafas de su chaqueta y extendio su brazo hacia las escaleras. --Si, senorita Fiora. Eso sera todo por ahora. La veo esta noche a las siete. --Hasta entonces --contesto Alana. Recogio sus cosas y se retiro haciendo resonar las suelas por toda la biblioteca segun descendia las escaleras. Alana Fiora, su nueva consejera con los cautivadores ojos turquesa le dejo tambien un eco tras su paso. Habia encontrado algo improcedentemente oculto en el contrato con su futura novia, o era que quizas buscaba algo dramatico --?el impetu de una hija excesivamente entusiasta, tratando de ganarse a su propio padre? Lo descubriria esta noche, tras tratar de analizar los documentos personalmente. En cualquiera de los casos, tenia preguntas para su nueva consejera, unas pocas mas alla del archivador que sostenia. Las trataria esta noche.

  • Un amor inesperado (El corazon de un libertino 1) de Kathia Iblis

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    Primera entrega de la nueva serie romantica historica victoriana <>.

  • Una deuda pendiente de Vicki Lewis Thompson

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    Habian pasado diez aOos desde que Dustin Ramsey y Erica Mann compartieron su primera experiencia sexual en el asiento trasero de aquel Mustang rojo, y habia sido un verdadero desastre. Ahora Dustin tenia que enfrentarse al enorme reto de dirigir el negocio familiar, pero antes queria resolver el .nico fracaso de su vida. Tenia que encontrar y seducir a Erica, y esta vez lo haria bien. Erica se quedo de piedra cuando se encontro a Dustin a la puerta de su casa. Quiza hubiera ido a hablarle de negocios, pero desde luego sus ojos le decIan que ese no era el unico tema que iban a tratar… Erica habia llegado muy lejos en esos diez anos, asi que si Dustin creia que podia llegar alli y seducirla tan facilmente, estaba muy equivocado… porque era ella la que lo iba a seducir a el.

  • El precio de estar a tu lado de Leire F. Cascon

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    Ubicada en la Inglaterra victoriana, “El precio de estar a tu lado” es la historia de Ann Lake, una nina nacida dentro del seno de una familia adinerada y de gran posicion que aprendera que dinero y posicion social no son suficientes para alcanzar la felicidad. La vida de Ann cambia drasticamente tras la repentina muerte de su madre, lo cual provocara en ella una crisis vital que da lugar a un encerramiento que agrieta su vida marcandola en un antes y un despues.

  • Bailamos 1 de Chris Razo

    https://gigalibros.com/bailamos-1.html

  • Oscura redencion de Kristel Ralston

    https://gigalibros.com/oscura-redencion.html

    La lucha constante por sobrevivir y una determinacion de acero han convertido a Chase Beckett en una figura mediatica de la que todos quieren un titular. Los fans de su equipo de hockey sobre hielo lo buscan por sus feroces jugadas, y las mujeres por su fama entre las sabanas. La actitud desenfadada, y aquella sonrisa presumida, es la mejor defensa para resguardar su lado vulnerable. Habituado a llevar las riendas en todos los aspectos de su vida, Chase no esta dispuesto a tolerar que una mujer entrometida, por mas hermosa y vibrante que sea, le diga lo que puede o no hacer, en especial si Alicia parece tener las armas que pueden desenterrar los secretos que el prefiere que jamas salgan a la luz.

  • Siete minutos de Carmen Serrano

    https://gigalibros.com/siete-minutos.html

    7 minutos es el tiempo que Gara y Airam deben permanecer
    encerrados en un armario como parte de un juego.
    7 minutos a solas con todos los recuerdos de lo que han vivido
    como compania en el reducido espacio.
    7 minutos para recorrer su historia compartida;
    los anos en que se odiaban mutuamente y tambien la etapa
    en la que se ruborizaban al mirarse por sus propios sentimientos.
    7 minutos para terminar o comenzar aquello que sienten
    el uno por el otro.

  • Por una cama de princesa de Hadha Clain

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    Eva vive en funcion a unos principios de honestidad y esfuerzo destinados a compensar sus faltas pasadas. Tras resurgir de los oscuros pozos de la adiccion retoma su vida y establece una serie de objetivos a los que dirigir sus esfuerzos: comprar el atico que siempre ha deseado y tener una cama con dossel digna de una princesa de cuento. Pero sus estructurados planes se tuercen cuando una de las amantes del Jefe le dispara tras una de sus maratones sexuales.

  • Corazon congelado (Corazones en Manhattan 5) de Camilla Mora

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  • Un cafe. Enamorada del hermano de mi ex de Josefina Rossi

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    Me cambie de ciudad porque el infeliz de mi ex me dejo, me costo entender lo poco que realmente le importe.
    Ahora estoy aqui, empezando de nuevo, y tomando un cafe para admirar la vista de mi nueva ciudad. Una cafeteria adorable que me hace sentir maravillosa. Un cafe para despertar y activar mis energias, pasar la manana y buscar un trabajo que se acomode a mi nueva vida, adoro el aroma de un espresso bien cargado. Pero un hombre me roba la atencion y mi ojos solo lo pueden ver a el, frente a mi, musculoso, atractivo, grande, un adonis. Como podria evitar verlo, si todo en el es delicioso. Su conversacion es agradable y con lo pequena de mi nueva ciudad estoy segura que lo volvere a encontrar. Su presencia me cautiva y me encanta.

  • Sone con demonios de Monse Santiago

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    Recuerdo perfectamente el momento en el que decidi que queria ser enfermera. Tenia diez anos y me habian ingresado en el hospital por una infeccion renal. Jamas habia estado tan mala como para acudir a un hospital y de repente ahi estaba, compartiendo habitacion con otros tres ninos y tremendamente asustada. Entonces ella entro en mi habitacion. Recuerdo que era rubia, pero no su nombre; llevaba un pijama verde, diferente al blanco que llevaban las demas, y bordado en el bolsillo de la camisa lei DUE. Ella fue la que me puso la via periferica, me tranquilizo y me explico que estar alli seria divertido para mi, porque no iria al cole y haria amigos nuevos. Yo la miraba fijamente. Me tenia completamente cautivada; a pesar de haberme pinchado, en poco tiempo habia conseguido hacerme sentir mejor, parecia increible: hacia unos minutos mi cuerpo temblaba por la fiebre y los nervios y ella, una persona a la que no conocia de nada y que habia entrado a hacerme dano, supo calmarme y darme paz. --?Que significa DUE? --le pregunte a mi madre. --Es la enfermera, carino --me respondio. --Pues quiero ser como ella, quiero ser enfermera y conseguir que gente que esta malita como yo se sienta mejor gracias a mi. Aquel 12 de marzo de 2020, a pesar de que la vida me hubiera llevado a estar siete anos apartada de la enfermeria, ese sentimiento seguia vivo dentro de mi y me hizo armarme de valor para llamar al Hospital La Paz, que al parecer estaba totalmente colapsado, y ofrecerme para ayudar. Me incorpore el dia 16, tan nerviosa que temblaba. Tenia miedo a no estar a la altura, tenia miedo a cometer un error, tenia miedo a ser mas un estorbo que una ayuda y tenia miedo a encontrarme con el virus de frente. Y entonces la vi. Fue la primera cara que me recibio en la tercera planta de Traumatologia del Hospital La Paz, que se asemejaba mas a un campo de batalla que a lo que yo recordaba como una planta de hospital. --Soy Monse, la supervisora, ?eres una de las enfermeras nuevas? --Si --le conteste y acto seguido, sin dejarle anadir nada mas, le dije que llevaba siete anos sin trabajar. Dejo entonces la planilla de la planta que la estaba volviendo loca, parecia estar haciendo malabares por la cantidad de bajas, y me miro fijamente como si no entendiera nada. --Yo ahora trabajo de otra cosa, no de enfermera --le dije--, pero me dijeron que los hospitales estaban colapsados y he venido a ayudar. En ese momento me volvio a mirar fijamente a los ojos y creo que fue consciente de mi estado de nervios. Dejo el boligrafo con el que estaba cambiando turnos y me dijo: --No te preocupes, ahora te voy a llevar con una enfermera, pegate a ella y ayuda en lo que puedas, estate tranquila, ellas te van a guiar. Dicen que si observas bien a lo largo de tu vida, consigues ver los mismos ojos en diferentes personas y los ojos de Monse eran familiares para mi, ya los habia visto. De nuevo vino a mi cabeza aquella imagen que me inspiro con diez anos. Monse me cautivo desde el momento en que cruce la puerta de su despacho: reconoci los ojos de una persona fuerte, compasiva, inteligente y empatica, cualidades que me mueven por dentro y que admiro profundamente. Creo que no fue casualidad que la vida me llevara el 16 de marzo a la tercera planta de Traumatologia del Hospital La Paz, donde encontre a Monse, e igualmente creo que no fue casualidad que ella, unos meses antes de la llegada del covid-19, sonara premonitoriamente con demonios. ANGELA ROZAS SAIZ <> @MADAMEDEROSA (INSTAGRAM) Capitulo 1 El sueno No se bien como he llegado hasta aqui..., pero me encuentro inmersa en un lugar inhospito, oscuro y tenebroso, lleno de almas que no conozco, con caras cansadas, tristes, grises, llenas de sufrimiento. El lugar no invita para nada a la diversion, y desde luego nadie rie. Caminamos como automatas, en silencio, sin saber a donde vamos, vacios, sin pensar en nada... Se oye un grito desgarrador y todo se pone en movimiento. Cada uno huye por donde puede, en un caos desolador, intentando salvar su propia vida. Parece un bombardeo en una guerra. Ayudo a levantarse a algunos sin exito. Pesan demasiado y he perdido la fuerza para moverlos. Aun asi, continuo intentandolo. No los relaciono ni con mi familia, ni con amigos, ni con nadie conocido, pero se me rompe igualmente el corazon al verlos tan fragiles. Llega un momento en que tengo que dejarlo todo y correr sola como nunca lo habia hecho, porque unos seres indescriptibles reparan en mi existencia y me persiguen sin piedad por todo ese mundo indefinible. Salto, corro, casi vuelo, me resbalo y caigo, y con gran esfuerzo me levanto. Intento gritar pidiendo ayuda, pero no consigo emitir ningun sonido. Mi voz es inaudible porque mi garganta esta bloqueada. Las piernas flaquean, incapaces por la fatiga. La respiracion se entrecorta, el corazon se me acelera, me duele hasta el alma de tanta agitacion. Cuando me derrumbo de cansancio y estan a punto de pillarme, vuelvo a recuperar mis fuerzas y sigo corriendo, nerviosa y asustada. Consigo esquivarlos en varias ocasiones y con miedo, mucho miedo, me escondo y... logro ver sus rostros. Ahora si, ahora si que he podido chillar fuerte, gritar de terror, soltar mis emociones... !!!!!!!RIIIINNNNNNNNNGGGG!!!!!!! * * * No puedo precisar que dia ocurrio esto, pero una manana me despierto sobresaltada, nerviosa, asustada, con palpitaciones que me dejan durante unos segundos sin capacidad de reaccion. Pienso que todavia estoy dentro..., ?dentro de que? Ah, si, logro centrarme: es una pesadilla, un mal sueno. Pero no es real, nada de lo que he sentido es real, me digo para tranquilizarme. Voy a la ducha mas calmada, pero todavia con una sensacion desagradable, con mal cuerpo. Mientras me arreglo, recuerdo que me perseguian unos seres feos, con las caras llenas de bultos, como bubas, que las hacian inhumanas y grotescas, y al recordarlas me hacen estremecer de miedo. En ningun momento nadie los nombro ni ellos me hablaron, pero tuve claro desde el principio que esos horribles seres eran demonios que pudrian todo lo que tocaban a su alrededor. Me persiguieron y acosaron con burlas, con el proposito de aduenarse de todo y de todos... y de mi. Me escondia y aparecian con esos rostros oscuros que me provocaban terror y hacian que estuviera en constante huida. Como en las peliculas, el protagonista lo pasa mal, queda muy tocado, pero al final siempre se salva. Y yo era la protagonista de mi sueno en el que sufri, pase miedo, pero no pudieron lograr lo que pretendian. No le hubiera dado mayor importancia a este hecho si no fuera porque poco despues lo relacione con lo que la vida nos puso delante. Nunca he sido de las que creen que los presagios oniricos se cumplen, pero este mio no me cabe duda de que fue una premonicion que vaticino todo lo que despues sucederia.

  • Puerta con puerta de Adriana Rubens

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    Elena perdio su corazon.

  • La caza de las Aguilas, Ben Kane de Ben Kane

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  • Las rosas de Stalin de Monika Zgustova

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    Mi nombre es Svetlana Alliluyeva. Naci el 28 de febrero de 1926. Mi padre murio en 1953. Se llamaba Yosif Stalin.’ Svetlana Alliluyeva fue la hija unica del dictador sovietico. Y su destino parecio reunir las peores catastrofes. Su madre se suicido cuando Svetlana tenia seis anos, harta de la convivencia con su esposo. A los dieciseis Svetlana se enamoro de un cineasta judio, a quien su padre envio al gulag. Mas tarde, en 1963, se enamoro de nuevo, en esta ocasion de un intelectual de izquierdas hindu, y cuando el murio Svetlana quiso llevar sus cenizas a la India. Una vez alli, solicito asilo politico a traves de la embajada de Estados Unidos.

  • A la caza de un sueno imposible (Cazadoras 3) de Alexia Mars

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    Tercera entrega de la serie <>.

  • Cartas de un asesino insignificante de Jose Carlos Somoza

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    Estimada senorita. Voy a matarla y usted lo sabe, asi que me asombra su silencio. La flor del almendro ya destella de blancura en las ramas, pero no advierto la flor de sus cartas en el muro. Eso no es lo convenido. Yo me tomo en serio mi papel de verdugo: haga lo mismo con el suyo de victima. Le sugiero, por ejemplo, que se vuelva romantica. He aqui algunos ejercicios. Ejercicios romanticos a) Aproveche la geofisica de Roquedal. El viento tiene fuerza en los pueblos costeros: escuche atentamente su silbido cuando azota las ventanas de su casa. Pensara: <>. b) El mar y la soledad. Camine sola hacia la playa a horas inusuales, idealmente el crepusculo, y dirijase al espigon. Acceda a salpicarse con los rociones de espuma. Contemple la poderosa tunica azul oscura y la guadana blanca de las olas. Y hagase nuevas preguntas: <>. c) De noche, escoja la ruta de los solares, hacia el norte, para que las luces del pueblo no la estorben. Entonces levante la cabeza y observe detenidamente las estrellas. Piense en la Tierra con minusculas: tierra, un pedazo de ella que gira sin vertigo en la pulcritud del espacio. Concedale, en cambio, mayusculas a la luna: Luna, una roca helada y blanca, un satelite muerto. Y piense: <>. Haga como si, por un descuido, el mundo se le hubiese caido en la oscuridad y usted lo perdiera. d) Aceche los angulos de las paredes; perciba el inagotable trajin de los fantasmas; vague por los pasillos hasta que un espejo emboscado la sorprenda; encienda velas y columbre la forma de las sombras; plantese en medio de la oscuridad y recele de su propio cuerpo respirador. e) Y si no puede evitarlo, riase. Pero descifre la risa, compruebe su semejanza con la agonia --garganta convulsa, espasmos de vientre, gritos--. Cese de reir riendose. Sobre su muerte, senorita, elaboramos una ilusion: la de que todo lo que usted haga antes de morir sera trascendental. La solucion perfecta consiste en que se vuelva romantica. Mi inestimable senor. Ya se quien es usted. No te escondas tras las palabras, Luis, que destacarias hasta en un desfile de locos. No es preciso ser psicopata para interesarle a una escritora cuarentona como yo, por mucho que me dedique a traducir a Faulkner. Ademas, te tomas demasiadas confianzas, dado lo poco que nos conocemos: apenas un intercambio de cervezas en la Trocha y un mal dia, o una mala noche, para ser exactos, en que me invitaste a tu casa de mas alla del espigon con el pretexto de mostrarme tus nuevos cuadros y la encontre invadida por: a) una pareja de yonquis germanos que apenas hablaban mi idioma; y b) una escualida y alienada pintora fuengirolena que parecia no hablar ningun idioma. Recuerdo que la copa en que me escanciaste el vino estaba orlada de labios fosiles y que la fondue resulto un engrudo incomible. Y lo mejor: cuando desertaste de la espantosa conversacion para ensayar con la flauta en la terracita y los demas nos pusimos a escucharte como cobras hipnotizadas. La verdad, confiaba en que la velada fuera mas intima. No por nada: ya te dije en cierta ocasion que padezco una especie de claustrofobia social, y no soporto la asfixia de dos o mas personas hablando a mi alrededor. Anadire que no soy de tu epoca, de igual forma que tu tampoco eres de esta, porque --seamos sinceros, Luis-- tu trasnochado aspecto hippy, con chaleco de cuero abierto, tejanos raidos y el make love not war colgado del cuello podra parecer rebelde en el pueblo, pero queda carrozon para los tiempos que corren. No obstante, debo admitirlo, eres el mejor Joe Christmas de Roquedal, el numero uno de la lista de los candidatos a Negro, palabra de la senorita Burden. Solo te encuentro un pequeno defecto: que estes muerto. Que lastima que te mataras hace dos semanas, que te abrieras el craneo con la moto y tu cerebro drogado se derramara sobre el asfalto (me imagino un estallido versicolor, como en tus lienzos). Razon de mas, por otra parte, para no contestar las cartas que subrepticiamente me dejas en el muro. Que lastima de accidente, y de aficion a las drogas, y de moto peligrosa. Perdona, pero he tenido que llorar un poco. Sigue escribiendome, por favor. Muy bien, senorita. Descubrame en alguien. Finjamos por un momento que me encarno en cualquier idiota y disimulo frente a usted, pero que mis ojos brillan al fondo con el relumbre del engano. Juegue, pues, a creer que soy un vecino del pueblo. De inmediato empezara a pensar que puedo no serlo. Y entre estos y otros pasatiempos, el dia acabara y vendra la noche. Ayer tome en la Trocha unas canas con el bueno de Manolo Guerin, <>. Manolo ejerce de ermitano como yo, aunque no creo que disfrute del placer de cartearse con alguien que quiere matarle. Es verdad que lleva viviendo en Roquedal una pila de anos y conoce al dedillo el laberinto de sus leyendas, pero yo escatimo nuestros encuentros, porque ya sabe usted que no me interesa el pasado de nadie y no veo de que otra cosa podria hablar el pobre Manolo. El, no obstante, me aprecia y rastrea mi compania. A veces me lanza guinos de complicidad, una especie de morse de miradas que yo, traductora siempre, vierto como: <>. Y es cierto que con Manolo se puede hablar, y que eso es lo que hago cuando lo veo, pero posee sus defectos de viejo, como todos los viejos. Se que nunca le agrado, por ejemplo, mi parvula aficion a Luis Blasco y a su conversacion esnob, aunque comprendia que ahi tenia que callarse y no podia invocar sus consignas, porque yo me ponia de parte de Luis y, si era preciso, lo defendia con tanta vehemencia que terminaba enfadandolo (sospecho, por tanto, que se ha tomado su muerte con el jubilo mal disimulado de quien ve desaparecer un rival). --?Y como va la novela? --indago ayer--. ?Marchando? --Asi, asi. Todavia estoy con la traduccion. Creo que ya te lo dije. --Ah, si, el americano ese...

  • Los corazones de Ana de Ivette Chardis

    https://gigalibros.com/los-corazones-de-ana.html

    Una historia de amor con Valencia y Barcelona como telon de fondo.

  • Helena de Esparta de Loreta Minutilli

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    A Helena de Troya nadie le ha pedido nunca que cuente su version de la historia. Es esta.

  • Gladis de Maria Acosta

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    Un asesino peculiar, un romance de ensueno y una pava con mucho caracter…

  • No mas miedo de Erica Jong

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  • La trama oculta de Jose Maria Merino

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    ?Que lector no ha querido conocer los secretos de un gran escritor? Jose Maria Merino, uno de los principales culpables del actual buen estado de la narrativa breve en Espana, nos regala algunas claves de su literatura.

  • El Celibe de Inaki Bernaola

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    Dicen que de todos los pueblos europeos en los cuales la Iglesia Catolica tiene una influencia notoria, los irlandeses son los mas apasionados.
    Es por ello normal que a un joven cura irlandes, henchido de deseo de amar al projimo y mantener el casto celibato sacerdotal, le resulte poco menos que imposible. O que cuando quienes arden en deseo de amar al projimo sean mujeres, hayan tenido que enfrentarse tanto con la propia Iglesia como con una sociedad tradicional y patriarcal hasta la medula, y que a raiz de ello hayan sufrido multitud de penalidades como embarazos no deseados, bebes entregados forzosamente en adopcion a instituciones religiosas o internamientos forzosos de "jovenes descarriadas" en centros donde sufrian todo tipo de injusticias y opresion.
    Esta novela es la historia de un grupo de irlandeses, hombres y mujeres, religiosos y seglares, y de su lucha por lograr, por encima de condicionamientos de todo tipo, al fin ser duenos de su propio cuerpo, de su propia sexualidad y de su propia vida.
    Pero los irlandeses, a la par de apasionados, son tambien enormemente divertidos. Asi pues, es logico que una historia de irlandeses apasionados, si se les quiere hacer justicia, tenga que ser tambien por fuerza divertida.

  • Hasta que regresen (Los Townsend 4) de Nunila De Mendoza

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  • Canada de Richard Ford

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    Dell Parsons tiene quince anos cuando sucede algo que marcara para siempre su vida: sus padres roban un banco y son detenidos. Su mundo y el de su hermana gemela Berner se desmorona en ese momento. Con los padres en la carcel, Berner decide huir de la casa familiar en Montana. A Dell, un amigo de la familia le ayudara a cruzar la frontera canadiense con la esperanza de que alli pueda reiniciar su vida en mejores condiciones.

  • Se busca Amante de Deborah Hale

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    Singapur, junio de 1825 --?Asi que es esto? --apartandose un rebelde rizo caoba de los ojos, Bethan Conway se inclino hacia delante en el barco que se adentraba con ella y sus companeros en el puerto--. No es una ciudad muy grande, ?verdad? Una parte de ella estaba emocionada por haber llegado a su destino tras cinco meses de travesia a bordo, pero otra parte queria suplicarle al hombre que estaba al timon que le diera la vuelta al barco y pusiera de nuevo rumbo al mar. --Este lugar cabria sin problemas en el bolsillo de Newcastle --Ralph, el joven amigo de Bethan, miro a su alrededor, hacia la mezcolanza de construcciones que se alineaban a ambas orillas del rio. Algunas estaban construidas en madera, con grandes tejados de juncos, mientras que otras tenian muros blancos y estaban cubiertas por ordenadas filas de pulcras tejas rojas. --No lleva mucho tiempo construida, ?verdad? Le escuche decir al senor Northmore que no habia muchas cosas cuando sus companeros y el desembarcaron aqui seis anos atras. --A mi no me importaria que solo hubiera jungla --grazno Wilson Hall--. Estare encantado con tal de poder volver a poner los pies sobre suelo solido. !Pobre Wilson! Bethan recordo lo mareado que el y los otros tres muchachos de Durham habian estado al principio del viaje. Envidiaban su capacidad para mantener la comida en el cuerpo incluso con las peores condiciones meteorologicas, pero tambien estaban agradecidos. Si no les hubiera atendido tan bien cuando vomitaban y gemian en sus hamacas, tal vez algunos no se habrian recuperado. Durante los ultimos dias no habian hablado de otra cosa mas que de las ganas que tenian de llegar a su destino y empezar a trabajar en la compania de comercio Vindicara para Simon Grimshaw. Cada vez que escuchaba aquel nombre una oleada de bilis atravesaba a Bethan como un mareo tardio. Los muchachos habian sido contratados en las minas de carbon del norte de Inglaterra para trabajar para el senor Grimshaw, pero ella habia sido reclutada para casarse con el. Si no hubiera estado tan desesperada por alcanzar aquellas orillas tan distantes, nunca se habria comprometido con un desconocido. Pero estaba ansiosa por llegar alli enseguida, cuando todavia quedaba alguna leve esperanza de que alguien recordara que habia sido de su hermano y de su barco. En un principio, su matrimonio estaba demasiado lejano en el futuro como para que le pareciera real. Pero a medida que se acercaba, se iba preocupando mas. Cuando el barco entro en el embarcadero, Bethan aspiro con fuerza el aire calido en el que se mezclaba el olor del mar con un exotico aroma a cafe y especias. Habia dado su palabra. Ahora tenia que cumplirla y hacer todo lo posible por ser una buena esposa para el senor Grimshaw. Solo esperaba que su futuro marido no fuera demasiado viejo, demasiado feo o malhumorado. Apenas habian amarrado en la orilla cuando los muchachos de Durham saltaron a tierra en enjambre. Solo Wilson tuvo la educacion de darse la vuelta y ofrecerle a Bethan una mano para desembarcar, mientras los demas le preguntaban a todo aquel con el que se cruzaban como se llegaba al almacen de Vindicara. Habia mucha gente en el muelle en cuestion. Muchos hombres con el pecho desnudo del color de la madera de caoba, que llevaban turbantes blancos y telas de colores brillantes atadas alrededor de las piernas. Otros hombres de piel mas clara y ojos rasgados cargaban con sacos a la espalda. Llevaban puestos pantalones anchos y tunicas negras. Tenian la parte delantera de la cabeza afeitada completamente mientras que el cabello de la parte posterior estaba recogido en largas trenzas. Hombres altos con barba y turbantes blancos, que parecian sacados directamente de una historia biblica. Lo unico que aquella gente tan extrana tenia en comun era la dificultad para entender el fuerte acento del norte de Inglaterra de los companeros de Bethan. Tras un monton de gritos, gestos y senalamientos con el dedo, Ralph se giro hacia ella. --Creo que estan intentando decirnos que el almacen de Vindicara esta al otro lado del rio. --Alli hay un puente --Wilson senalo por encima del muelle, hacia un punto en el que el rio se estrechaba y un arco de madera conectaba los dos lados del puerto--. Podemos ir andando hasta alli. Los demas estuvieron de acuerdo y se pusieron en marcha al instante. Aunque Bethan se forzo a poner un pie delante del otro y sintio los zapatos extranamente pesados, no tardo mucho tiempo en ponerse a la altura de sus companeros. Los hombres que trabajaban en los muelles se giraban para mirarla cuando pasaba. ?Podria ser porque se habian dado cuenta de su parecido con un joven al que recordaban? La logica le decia que era poco probable. Su curioso interes se deberia probablemente al color de su piel, o al hecho de que fuera una mujer. Pero no le haria dano preguntar de todos modos, ?verdad? Habia ido hasta alli y habia vendido su libertad con la esperanza de encontrar la ultima familia que le quedaba en el mundo. Tenia que empezar por alguna parte. --Disculpe --se giro hacia un joven sonriente que llevaba unas calzas blancas y turbante--. Estoy buscando noticias sobre un tripulante del barco Dauntless, que llego a Singapur hace tres anos. ?Lo recuerda? El hombre sonrio todavia mas al responder en un idioma que ella no entendio. --Lo siento, no se que me quiere decir --Bethan sacudio la cabeza y se encogio exageradamente de hombros--. Ni siquiera sabia hablar muy bien ingles hasta el ano pasado. Y supongo que usted no sabe hablar gales. Se escucho otra voz con fuerte acento pero en ingles: --?Podria repetir a quien esta buscando, senorita? Bethan se giro ansiosa hacia la persona que hablaba, un hombre de ojos oscuros y almendrados que llevaba un enorme sombrero de paja. --Le agradeceria cualquier informacion que me pudiera dar. Se llama Hugh Conway. Es un poco mas alto que usted --alzo una mano para indicar la altura de su hermano, luego se echo el sombrero hacia atras para senalarse la cabeza--. Tiene el pelo de un color parecido al mio. Podria hacer algo mejor que describirle con gestos y palabras que el hombre tal vez no entenderia. Bethan echo la mano hacia atras y desabrocho el relicario de plata que era su posesion mas preciada. Lo abrio para mostrar el retrato en miniatura que albergaba dentro. --Este es el aspecto que tiene. Al menos la ultima vez que le vi. El pequeno retrato no era siquiera de Hugh, pero era lo mas parecido que tenia. Un brillo de interes alumbro los ojos del hombre mientras contemplaba el relicario. ?Reconoceria aquel joven y hermoso rostro? Si habia tan pocos europeos en Singapur como parecia, debian destacar y tal vez resultara facil recordarlos. --?Le ha visto? --pregunto--. Por favor, estoy ansiosa por saber de el. El hombre asintio lentamente. --Tal vez le haya visto. No estoy seguro. A Bethan le dio un vuelco el corazon. Ni en sus mas esperanzados suenos hubiera imaginado tener una pista sobre su hermano desaparecido tan pronto. --Estuvo en Singapur hace tres anos. Tengo una carta suya con sello postal de aqui. ?Sabe que fue de el o de su barco? El hombre arrugo la frente como si estuviera esforzandose por recordar donde y cuando habia visto aquel rostro. --?Puedo verlo mas de cerca? --Si, por supuesto --Bethan le puso el relicario en las manos--. Ojala tuviera un retrato mas grande que pudiera ensenarle. Una pequena multitud se habia congregado a su alrededor mientras hablaban. De pronto alguien le dio un golpecito a Bethan en el hombro por atras. ?Habria reconocido otra persona a Hugh viendo de lejos la miniatura? ?O recordaria su nombre? Se dio la vuelta y solo se encontro con un grupo de rostros inexpresivos que la miraban fijamente. --?Tiene algo que decirme alguno de ustedes? --pregunto--. ?Han visto a Hugh Conway? ?Recuerdan su barco? Ninguno de ellos replico, solo sonreian con gesto atontado. --Creen que es divertido tomarle el pelo a una extranjera, ?verdad? --les espeto Bethan--. Veo que hay cosas que son iguales en todas partes. Con un resoplido indignado, se volvio hacia su informador. Para entonces ya habria tenido tiempo de sobra para estudiar el parecido. Pero cuando miro a su alrededor, lo unico que vio del hombre fue la parte de atras de su destenida tunica azul desapareciendo entre la multitud. --!Vuelva aqui! --grito yendo tras el--. !Al ladron! !Tiene mi relicario! !Que alguien le detenga, por favor! Pero en el muelle no parecia haber nadie dispuesto a ayudarla. De hecho, todo lo contrario. Los hombres que se habian echado a un lado para dejar escapar al ladron volvieron a colocarse al instante en el camino de ella, dificultando el proposito de seguirlo. --!Wilson! !Ralph! --exclamo, aunque sabia que sus companeros de viaje debian estar demasiado lejos como para oirla. No se atrevio a detenerse para buscarlos por temor a perder de vista al hombre que le habia robado el relicario. --!Por favor! --exclamo--. Puede quedarse con la cadena, !pero dejeme el retrato! Vio por el rabillo del ojo el puente, y confio en que el ladron tomara aquel camino y tal vez adelantara a sus amigos. Pero se dirigio a una concurrida calle situada en la otra direccion, con Bethan siguiendole sin aliento. Tras cinco meses a bordo de un barco, no estaba acostumbrada a correr, y menos con un calor tan asfixiante. La desesperacion la empujo a seguir hacia delante. El ladron se metio por una calle lateral. Bethan llego justo a tiempo para verle entrar en la boca de un callejon. Para cuando logro llegar al punto en el que le habia visto desaparecer, resollaba por la falta de aire y tenia las mejillas rojas. El hombre sin duda se habria esfumado, dejandola sin saber por donde se habia escapado. Pero no. Cuando miro hacia el callejon, alli estaba, dirigiendose hacia ella con total descaro. Plantandose frente a el, Bethan le hizo una sena para que se detuviera. --Quiero recuperar mi retrato. Vamos, para usted no tiene ningun valor. El hombre torcio el gesto, como si fuera ella la que habia hecho algo malo. Murmuro una respuesta en su idioma. --!Hace unos minutos podia hablar ingles sin problemas! --grito Bethan--. ?O se le ha olvidado todo mientras salia huyendo con mi posesion? El gesto del hombre se convirtio en una mueca de desprecio cuando paso por delante de ella. --!Oh, no! --se le agarro a la manga--. No voy a volver a perseguirle por las calles otra vez con este calor. !Devuelvame el retrato! Zafandose con brusquedad de su agarre, el hombre solto una riada de palabras que Bethan no fue capaz de entender, pero sabia reconocer la rabia violenta cuando la oia. Aquel era el hombre que le habia robado el relicario, ?verdad? Tal vez tuviera los pomulos un poco mas altos y el rostro algo mas delgado. --Le... le pido disculpas si le he confundido con otra persona --senalo hacia el callejon--. Otro hombre entro corriendo alli. Me ha robado una cosa. ?Ha visto por donde ha ido? El hombre le solto mas palabras malsonantes. Bethan se dio cuenta de pronto de que no estaba sola. Estaba rodeada por una docena de hombres, todos mal vestidos, todos mirandola de un modo que le provoco escalofrios en la espina dorsal. ?Correria el peligro de desaparecer en aquel puesto fronterizo como le habia sucedido a su hermano? Y si asi fuera, ?le importaria a alguien lo suficiente como para ir en su busca? --La pimienta y la nuez moscada se venden a sesenta y cinco reales de a ocho los sesenta kilos --le reformo Simon Grimshaw al capitan sueco al que acababa de comprarle una carga de hierro--. No las encontrara mas baratas en ningun otro comerciante de la ciudad. La situacion de Java ha obligado a todo el mundo a subir los precios. El curtido sueco torcio el gesto. --Tal vez me lleve mi hierro a Batavia y comercie directamente con el duque para comprarle a el las especias.

  • Lo inolvidable de Eduardo Berti

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    Eduardo Berti posee una de las escrituras mas solidas de la literatura argentina actual.

  • Libres, Iguales, Justos (La Segunda Revolucion 3) de Costa Alcala

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    Tras la aparicion del Aguila Blanca, la situacion en Nylert se ha vuelto insostenible. La sociedad se divide. El odio esta cada vez mas presente.

  • Habitaciones vacias de Benjamin Ruiz

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    Un paciente de un hospital psiquiatrico, ingresado por un episodio de brote psicotico, decide escribir como parte de su terapia de recuperacion, todo cuanto sale de su cabeza. Once relatos cargados de visiones de espectros, viajes al futuro y al pasado, extranas percepciones, vampiras cazando a sus presas, universos paralelos, fantasmas que buscan amores perdidos, venganzas hacia maltratadores, asesinos que no han pagado por sus crimenes y muertos que no quieren morir. Cuentos que desarrollan los tres temas fundamentales del ser humano: ?Que es la muerte? ?Que es la locura? ?Que es el amor?

  • Si se quiere, se puede de Susana Valcarcel Luengo

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    Laura, una chica sencilla y del monton tal como ella se describia, estaba en el mejor momento de su vida. Con un buen marido, un buen trabajo y una hija estupenda. Era muy feliz.Pero a veces no todo puede ir bien por mucho tiempo, la ley de Murphy, dicen. Todo se va desmoronando a pasos agigantados.?Que le pasara a Laura para que todo su mundo de color de rosa se vaya tristemente a pique?Si se quiere, se puede es una novela juvenil, emocionante hasta el ultimo momento y de facil lectura, como nos viene acostumbrando la escritora Susana Valcarcel.

  • Julia. el odio conduce a la destruccion de Manuel Perez

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    Un encontronazo casual hace que Carlos y Julia entablen amistad, dando inicio a una relacion que cada dia va a mas hasta convertirse en un amor apasionado. Pero el odio, los celos, haran que todo termine de una forma inesperada y dramatica…

  • El fantasma enmascarado de Raul Garbantes

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    Illinois, 1960. Nathan Jericho es un hombre anticuado y el detective perfecto para clientes que necesitan resolver casos imposibles. Son especialmente las mujeres en apuros quienes tienen una afinidad especial con el detective caradura y hallan en el un protector reservado que no cejara en su empeno por hallar la verdad, sin importar los riesgos. En esta oportunidad una viuda desequilibrada solicita sus servicios para que la salve de ser asesinada por su esposo, el cual ha muerto hace muchos anos y ahora se le aparece usando la misma mascara que llevaba el dia que la conocio en un baile de disfraces. ?Como es esto posible? ?Testimonio de locura o experiencia paranormal? Jericho no cree en historias de fantasmas y debera resolver este misterio antes de que sea demasiado tarde.

  • El corazon de Fiona de Mar Fernandez

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    Fiona caminaba aceleradamente por la acera, cargada con tres bolsas llenas hasta los topes tras salir de un supermercado cercano a su casa. Con esfuerzo rebusco las llaves en su bolso y subio las escaleras hasta el tercer piso. Solo respiro tranquila cuando dejo la compra sobre la pequena encimera de la cocina. Un maullido a su espalda la sobresalto y al girarse se encontro con el pequeno minino color gris. Una sonrisa se dibujo en sus labios y, olvidando su agobio anterior, se acuclillo y cogio al pequeno animal entre sus manos. --Hola, mi sol --dijo con voz aninada--. ?Que tal has pasado el dia? --pregunto clavando la nariz en su suave pelaje--. Tengo una cosita para ti. Dejo al animal en el suelo y busco en una de las bolsas de papel marron hasta dar con una lata que abrio y cuyo contenido vertio en su plato. La gatita elevo su cabeza y olfateo desesperada hasta llegar al rincon donde estaba su premio, que engullo con rapidez. --!Eres una glotona! --le reprocho Fiona mientras sacaba los alimentos de su envoltorio y los guardaba en su lugar. Estaba echando los plasticos al cubo de reciclaje cuando el timbre comenzo a sonar con insistencia. <>, se dijo mientras cogia al gato con celeridad y lo escondia en una caja de carton situada en una esquina de la cocina. Por la forma pertinaz de llamar solo podia tratarse de una persona: su casera. Mas recompuesta, se acerco a la puerta y dibujo en sus labios una de sus mejores sonrisas antes de abrir la hoja de madera. --Buenas tardes, senora Potter --la saludo alegremente, aunque aquella mujer se le atragantaba. --Buenas tardes, senorita Mackenzie --respondio la anciana con labios apretados--. ?Puedo pasar? --pregunto con voz dura. <>, se pregunto Fiona molesta mientras se apartaba para que la senora Potter entrara en el pequeno apartamento. Agradecio que todo estuviera en orden, ya que el dia anterior habia hecho la limpieza semanal. --Sientese, por favor --ofrecio Fiona cuando ambas llegaron al salon--. ?Quiere tomar algo? --ofrecio hospitalariamente. --No, muchas gracias --dijo la mujer mientras se sentaba en el borde de una silla. Estaba claro que se sentia incomoda. --Como guste --respondio Fiona, deseando que aquello acabara cuanto antes--. ?Y a que se debe su visita? --pregunto directa, arrepintiendose al instante. Hacia menos de una semana que habia hecho el pago mensual de su alquiler, por lo que no entendia que queria aquella insufrible mujer. --?No tiene nada que contarme, senorita Mackenzie? --pregunto la senora Potter, clavando con intensidad sus ojos oscuros en su rostro, como si quisiera traspasarla con la mirada. Fiona la observo confusa y elevo una de sus cejas sin percatarse. <>, se pregunto, y finalmente decidio esperar a que ella hablara para descubrirlo. --Su vecino, el senor Morgan, se ha quejado de los aullidos de un animal en su apartamento --solto la mujer, segura. --?Que? --boqueo Fiona. <>, se dijo mentalmente al recordar a su molesto vecino. --Lo que ha escuchado. Digame la verdad, senorita Mackenzie, ?ha metido a un animal en mi casa? --pregunto inquisitivamente. --No, senora Potter --mintio al sentirse acorralada. Para su desgracia en aquel momento sono un ruido en la cocina y segundos despues Maggie aparecio saltando por el salon, persiguiendo su pelota roja. <>, se dijo Fiona cuando su casera clavo su mirada en su persona. Media hora despues, Fiona volvia a su piso cargada con varias cajas de carton que habia comprado para comenzar a empaquetar sus posesiones. <>, se recrimino mentalmente mientras abria y cerraba cajones y metia sus pertenencias sin ningun orden en el interior. El sonido del timbre la sobresalto. <>, penso mientras se limpiaba los restos de las lagrimas con el dorso de la mano antes de dirigirse a la puerta. Suspiro pesadamente y abrio para encontrarse con Hannah, su prima, que al ver su rostro desencajado entro precipitadamente y la estrecho entre sus brazos para darle el consuelo que parecia necesitar. --?Que ha pasado? --pregunto Hannah cerrando la puerta a su espalda mientras cogia la cintura de Fiona y se internaba en el salon. --Tengo que dejar el piso. --?Que? -- exclamo Hannah sorprendida, clavando su mirada en el rostro de su prima. Ahora comprendia su estado. --Ha descubierto a Maggie --confeso Fiona mientras su labio comenzaba a temblar. --Oh, Fiona lo siento... Aunque ya te lo adverti. --Lo se, Hannah, pero no podia dejarla en la calle --intento excusarse mientras abria una nueva caja. Necesitaba tener las manos ocupadas. --?Y ahora que vas a hacer? --indago su prima. --Supongo que tendre que buscar algun sitio donde mudarme. --?Cuanto tiempo tienes? --pregunto Hannah, dispuesta a hacerse con las riendas de la situacion, como era su costumbre. --Una semana --respondio Fiona, sabiendo que no era suficiente tiempo para encontrar algo en la ciudad. --?Solo una semana? --exclamo Hannah preocupada, viendo que no habia muchas posibilidades. --Ni un dia mas ni uno menos. --?No podrias convencerla...? --No --dijo Fiona girandose y clavando su mirada en su prima--, esta en el contrato. Hannah suspiro resignada y, tras unos segundos, una sonrisa se dibujo en sus labios antes de coger una de las cajas vacias y comenzar a guardar los libros situados en una de las estanterias. --Bueno, ya sabes que todo en esta vida tiene solucion, y Lindsay y yo te ayudaremos. Ahora ocupemonos de todos tus trastos --dijo con humor, sabiendo que su prima frunciria el ceno, molesta, como hacia en ese preciso instante. --!No son trastos, son mis cosas! --replico Fiona furibunda mientras le tiraba a la cabeza un cojin del sofa. *** Hannah subio el ultimo tramo de escaleras y respiro cuando pudo dejar la caja que cargaba a la entrada del apartamento. El calor era intenso aquella tarde de verano y, en un gesto casual, elevo el brazo y seco el sudor que perlaba su frente. --Quita de ahi --dijo Fiona, que estaba a su espalda igual de cargada. --?Como has podido acumular tantas cajas? --pregunto Hannah mientras se apartaba para dejar pasar a su prima-- ?Al venir a la ciudad decidiste traerte todo lo que tenias? Fiona dejo la ultima caja de su mudanza sobre una pila formada por otras tantas y clavo la mirada en el rostro sonrojado de su prima. --Creia que te hacia ilusion que viniera a vivir contigo --replico formando un mohin con sus labios. Hannah se sintio fatal al ver su gesto y, a pesar de estar sudada, se acerco a Fiona y la apreto fuertemente contra su cuerpo. --Lo siento --se disculpo--. Estoy encantada de que hayas venido a vivir con nosotras. Sabes que te adoro y, aunque te moleste, me alegra que tu casera haya decidido darte boleto. --Vieja bruja --replico Fiona, que aun estaba furiosa con la senora Potter. Habia sido una desconsiderada al decidir rescindir el contrato que tenian con solo una semana de plazo. --!Oh, vamos, Fiona! Reconoce que tu tambien tienes parte de culpa en eso --dijo Lindsay, que en aquel momento se acercaba a ellas con dos vasos de limonada helada--. En el contrato ponia expresamente que nada de animales --anadio senalando al pequeno minino de color gris, que jugueteaba con una pelota de fieltro rojo junto al sofa. La aludida cogio uno de los vasos y agradecio el frescor de su contacto, mas aun cuando el liquido recorrio su garganta tras el primer trago. En el fondo sabia que Lindsay tenia razon, pero cuando encontro a la pequena cachorra junto al cubo de la basura no pudo resistirse. --?Que mal puede hacer Maggie? --pregunto--. Es adorable --anadio mientras una tierna sonrisa adornaba sus labios. Segundos despues, dejo el vaso sobre la mesa y sostuvo al cachorro entre sus brazos mientras hundia la nariz en su suave pelaje. Hannah y Lindsay cruzaron una mirada y no pudieron evitar sonreir. El piso no era muy grande, pero habian logrado acondicionar una pequena habitacion que solian usar de trastero para Fiona.--Si, lo es, y ahora mas te vale que te pongas en marcha. Tu turno empieza en una hora --le recordo Hannah. Fiona dejo a Maggie en el suelo para que siguiera con su juego y se incorporo. --!Si, mama! --dijo con humor, ganandose un bufido por parte de su prima antes de huir al bano para darse una ducha. --?Que he hecho yo para merecer esto? --dijo Hannah poniendo los ojos en blanco. --Adoras a tu prima, las dos lo sabemos --respondio entre risas Lindsay, tendiendole el vaso de limonada que aun no le habia entregado. Hannah estaba a punto de contestar a sus palabras cuando el sonido del movil de su amiga comenzo a sonar con insistencia. Aprovecho para degustar el zumo recien exprimido y disfruto de su acidez. A Lindsay le encantaba hacer zumos y suculentos platos que dejaban el estomago al borde de su capacidad y las calorias a mil. En mas de una ocasion eso habia provocado que tuviera que ponerse a dieta. CAPITULO 1 Varias semanas despues. El sonido del despertador se filtro a traves de la densa bruma del sueno. Fiona alargo el brazo y, con los dedos, rebusco en la mesilla hasta dar con su movil para apagar la alarma. Con un esfuerzo titanico obligo a sus ojos a abrirse, a pesar de que los notaba hinchados como dos pelotas de tenis. Con trabajo, se sento sobre la cama y obligo a sus piernas a moverse para ponerse de pie. Con paso cansado se acerco hasta la ventana y subio la persiana para descubrir un dia gris y triste que entonaba bastante con su estado de animo. <>, se repitio por enesima vez desde la muerte de Lindsay. <>, prosiguio con sus intentos de infundirse los animos que necesitaba, mas aquel aciago dia. Sin poder evitarlo, revivio nuevamente el momento en que supo del tragico accidente que habia sesgado la vida de una de sus mejores amigas. Estaba trabajando en el hotel cuando el telefono sono. Contesto con su alegria habitual, hasta que el policia al otro lado de la linea pregunto si Lindsay trabajaba alli. Rapidamente indico que era su companera de piso, y aquella voz mecanica le informo de su fallecimiento. No fue facil contarle a Hannah lo sucedido, y tras su desmayo se prometio que cuidaria de Hannah como su prima habia hecho con ella desde que habia llegado a la ciudad varios anos antes. Llevaba casi cuarenta y ocho horas sin dormir, haciendo cientos de llamadas, y no podia negar que se sentia aliviada de que todo aquello acabara de una vez aquel dia. Por otro lado, sabia que era el comienzo de algo peor: adaptarse al vacio que dejaria Lindsay en sus vidas. Tras una ducha rapida, se vistio con ropa oscura y preparo una taza de cafe para espabilarse. Seguidamente entro en la habitacion de su prima. Se le encogio el corazon al ver la estampa que presentaba. Estaba inmovil frente al armario, con la mirada perdida y la piel livida. Su rostro estaba devastado y se podian adivinar las bolsas bajo sus ojos y el rictus de sus labios. Se acerco hasta ella y, con delicadeza, paso su brazo sobre sus hombros. --Vamos, Hannah, tienes que arreglarte o llegaremos tarde --la advirtio dulcemente. La aludida parecio salir de sus oscuros pensamientos al percatarse de la presencia de su prima, que habia pasado toda la noche junto a ella, ambas acurrucadas en el sofa del salon. --No se que ponerme --dijo frustrada, mientras movia las perchas de forma frenetica --, ya sabes que no me gusta el negro. Fiona lo sabia bien, al igual que odiaba el traje chaqueta clasico de su uniforme de trabajo. Siempre intentaba dar color a su atuendo con algun complemento a pesar de la mirada cenuda de su jefe. Aun asi, Fiona descubrio un traje chaqueta de color gris que coloco sobre la cama. --Con este estaras bien. --Fiona --la llamo con voz debil--, no se si sere capaz de enfrentarme a la madre de Lindsay --confeso Hannah con voz apagada--. Esa mujer adoraba a su hija. Era tan joven... ?Por que ha tenido que suceder esto? --se pregunto, sin encontrar una respuesta. Fiona sintio un nudo en la garganta y lo unico que pudo hacer fue abrazar a su prima con intensidad. Hannah rompio a llorar sobre su hombro como si se tratara de una nina. Tardo cerca de veinte minutos en lograr que Hannah se recompusiera y se vistiera, pero una vez logrado, la empujo hacia la puerta y llegaron a la calle, donde ya las esperaba un taxi. Cuando llegaron, el tanatorio ya estaba abierto y varios amigos de Lindsay esperaban en el interior. --No se si voy a poder con esto --expreso Hannah con el labio tembloroso. Fiona giro levemente su rostro y clavo su mirada en ella. --Hannah, eres la persona mas fuerte que conozco. Se que es duro, pero tienes que entrar ahi y despedirte de Lindsay, si no te arrepentiras. Su prima, con la mirada vidriosa, asintio, y aferrando su mano emprendio el camino al interior del edificio.

  • Una mujer inoportuna de Dominick Dunne

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    En Los Angeles, a principios de los noventa, todo el mundo envidia a Pauline y Jules Mendelson. Casados desde hace mas de veinte anos, con una reputacion intachable y siempre envueltos en un halo de estudiada elegancia, sus fiestas en su esplendida mansion son cita obligada en la vida social de la ciudad. Pero esta estampa de perfeccion se disipa cuando las luces se apagan y asoma la vasta red de favores, mentiras e hipocresias que sostiene el imperio de los poderosos. Asi, cuando Jules se encapricha de Flo, una camarera que suena con ser actriz, cree que podra controlar la situacion y mantener una discreta aventura con ella, sin sospechar que se convertira en una peligrosa obsesion. Por otro lado, la doble vida de uno de los mejores amigos de Pauline amenazara con sacar a la luz los secretos que esta opulenta comunidad intenta esconder a cualquier precio.

  • El Ultimo contrato de Adrian Henriquez

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    A sus cuarenta y dos anos Alex Mendez lleva mas de una decada aceptando contratos exclusivos. Es el asesino latinoamericano mas cotizado por gobiernos, carteles y mafias.
    Alex acepta su ultimo contrato por el valor de veinte millones de dolares.
    La mision: asesinar a un exgeneral del desaparecido gobierno de Saddam Hussein, quien se oculta en Cuba, junto con el coronel cubano encargado de su proteccion.
    Como en cada contrato, Alex prepara un plan B, C y D... aunque para este, el reclutamiento de una bailarina y prostituta cubana que trabaja en Cayos Santa Maria, sera la clave del exito... o del fracaso.
    ***
    ?Que serias capaz de hacer por cien mil dolares?

  • Bajo la luz del norte de Louise Fuller

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    El objetivo de el era conseguir que las relaciones romanticas fuesen faciles.

  • Desde que te vi de Conti Constanzo

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    Carol Weston no es como las demas senoritas de su edad; le aburre bordar, no sabe tocar el piano y mucho menos hace el esfuerzo por ser una dama de alta sociedad. En cambio, es inteligente, espontanea y bastante mas culta de lo que su propia familia imagina. Y, a pesar de ser muy joven, sabe lo que es vivir con el corazon destrozado, por eso ha decidido mirar hacia adelante y… olvidar el pasado.
    Pero su destino esta proximo a cambiar al ser obligada a asistir a la fiesta del duque de Somerset, el hombre que mas odia en el mundo.
    El, un hombre arrogante y prejuicioso, guarda un oscuro secreto que no cuenta ni admite, pero que jamas ha podido olvidar. Y es que, aunque lleva una vida de lujos y sumamente acomodada, le duele desear a una persona en su corazon y saber que jamas podra tenerla entre sus brazos.
    Dos personas rotas por el amor, y que se odian con todo el corazon, caeran en las redes del destino que confabula para que dejen de mantenerse alejados. Y aunque Carol ya olvido, en su vida tendra dos amores: uno que le rompera el corazon y otro que hara lo posible por repararlo. Pero… ?y si ambos son la misma persona? ?Podra cerrar los ojos ante el dolor que un hombre le causo?
    Porque el amor prohibido es mas intenso que el amor permitido, no dejes de leer esta intensa novela, donde su deseo de noche… es estar en sus suenos y quedarse en ellos.

  • Construir un alma de Andres Ibanez

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    Nuestra verdadera vida todavia no ha comenzado. Estamos siempre esperando, preguntandonos llenos de angustia cuando sucedera algo por fin. No conocemos todo nuestro potencial. Somos extranos para nosotros mismos, y ni siquiera imaginamos todo lo que somos y podriamos llegar a ser. La mayor parte de nuestra conciencia se halla en estado latente. Vivimos una existencia de miedo y desesperanza, desconectados de nosotros mismos, llenos de envidia e insatisfaccion. Y sin embargo, tenemos la capacidad de despertar esa parte dormida de nuestra conciencia y de vivir en paz y plenitud. Construir un alma es un libro extraordinario porque se situa fuera de las categorias. Aunque escrito en un lenguaje tan poetico y elocuente como exacto, no es una obra literaria. Tampoco es un ensayo ni un libro de ideas. Es un manual que pretende transmitir un conocimiento practico. Es una invitacion a cambiar de vida, a abrir los horizontes, a investigar y a experimentar. Fruto de una vida entera de practica y ensenanza de la meditacion y del yoga en todas sus formas, destilacion de largos anos en busca del conocimiento, Construir un alma quiere proponer un camino posible por el que podemos seguir avanzando. Es el camino de los que piensan que nuestra cultura, sin duda la mas justa y compasiva que haya existido, debe seguir evolucionando. Nuestros verdaderos ojos todavia estan cerrados. Debemos descubrir como abrirlos.

  • No quiero odiarte de Valeria Rose

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    La lealtad, la pasion, la ternura y la valentia son la clave para poder seguir adelante en una Escocia de ensueno. Moderna y romantica.
    Pero el camino siempre es escabroso. El odio, el dolor y la venganza formaran parte de este viaje.
    ?Sera el amor mas fuerte que el odio que se han jurado mantener?

  • Desaparecida de Romano De Marco

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    Era el mejor policia de Milan. Ahora, diez anos mas tarde, Marco Tanzi es un mendigo que vive en parques y calles mimetizandose con la degradacion de una ciudad que no tiene lugar para los derrotados. Con el pelo largo, la barba descuidada y la ropa sucia, de aquel hombre queda poco: un gigante de un metro noventa y ocho que ahoga su vida en el alcohol.
    Y sin embargo, una noche, aquella vida que parecia marcada por una caida sin freno se ve sacudida por un acontecimiento inesperado: Giulia, su hija a la que no ve desde hace anos, ha desaparecido misteriosamente. Ahora tiene una mision: encontrarla, cueste lo que cueste.
    Comienza asi una busqueda mortal que, en una espiral de violencia y tension trepidante, llevara a Marco Tanzi y Luca Betti, su antiguo colega del Anticrimen, a los bajos fondos de la pornografia clandestina y a la trata de blancas. Un mundo paralelo y desconocido, donde solo quien ha visto cara a cara sus peores pesadillas puede lograr sobrevivir.