• el mito de las gemelas - Kiroa Pandora Garcia

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    Hace tiempo... en un lugar llamado Viena, vivian dos gemelas, Anais y Dakota, pero ellas eran diferentes a los demas... Anais era conocida como Black, su cabello era rojo como el fuego, y sus ojos azul claro como el mar; de piel bronceada que hacia contraste con sus rasgos fisicos, y una altura media. Dakota... la llamaban Angel, pues su rostro era delicado y angelical, sus ojos eran verdes, cabello caoba y tez blanca, muy distinta a su hermana... Pero nadie creeria lo que estas chicas ocultaban bajo su hermoso rostro. La gente no se atrevia a pronunciar sus nombres, pues decian que con nombrarlos serias conducido al abismo y no quedaria ni rastro de tu existencia. Siglos despues, ese mito sigue siendo conocido... Y ahora, yo os cuento esta historia... Si, yo que vi esos sucesos os los muestro, la verdadera historia de esas gemelas… Esta leyenda se origino por la malicia de las gemelas, si , como has escuchado, ellas eran malvadas y crueles y su belleza no era nada mas que una fachada. Yo estaba plenamente interesado en ese asunto, asi que investigando me di cuenta que ellas vivian en los bajos fondos de Viena. Ese seria mi destino. Seria sobre el ano 1950 cuando me decidi mudar, no solo para investigar sino tambien por un trabajo. Cuando llegue el lugar me parecio maravilloso, pero luego desee no haber ido... Porque...?, Te preguntaras. Pues cuando fui era estupendo, sus bellas calles de piedra, iglesias goticas y bellos monumentos; gente vestida de gala, aunque en esos ropajes se pegaba la suciedad y los malos olores. Capitulo 2: La investigacion Despues de hospedarme en la posada, decidi salir a las calles a preguntar sobre el mito de Viena, sobre esas gemelas... Pase dias y noches buscando, pero nadie queria hablar acerca de eso, hasta que al fin pude encontrar un lugar, en donde decian que ellas hacian sus trabajos. Fui a la posada para descansar un poco hasta la noche. En una de esas noches frias de invierno. Esa noche las calles estaban mas desiertas que de lo normal. Cuando llegue al lugar, un oscuro y siniestro callejon, decidi esconderme detras de una carroza y saque libreta y boligrafo para anotar todo lo que viera. Luego de estar esperando por un rato, las vi... Eran las gemelas, estaban haciendo brujeria y seduciendo a un hombre de una edad aproximada de treinta anos y lo llevaban al abismo. ?Como lo se? Pues facil, esas mujeres se quitaron su falsa piel y se mostraron como unos demonios de larga cola y cuernos que tras hacer un gesto con sus manos invocaron una puerta, y al abrirla se veia un intenso fuego, luego de eso me quede escondido por un tiempo hasta que se fueran, cuando lo hicieron volvi a la posada... Al dia siguiente fui a informas, peor como ya habreis deducido, nadie me creyo. Pasaron los dias y cada vez que salia a la calle todos me miraban como una persona que se habia escapado de un manicomio. A los dias, otra tragedia sucedio cuando los ninos de ese lugar desaparecieron como si se los hubiera trago la tierra. Todas las personas fueron a buscarme con bravia para acusarme, y por eso me metieron a un manicomio... ?Quien iba a cree algo asi? Lo mas facil era culpar a alguien que acababa de llegar y que decia haber visto a esas brujas, yo se lo que vi, pero nadie me cree, ahora cuando miro por la ventana siento un escalofrio, siento que me observan, por ahora he preferido callar hasta el dia en que demuestre que decia la verdad o... El dia que esas dos criaturas me atrapen por fin y terminen lo que siento que empezo cuando las pille, mi vida. Capitulo 3: Noches de tortura Esta es la cuarta noche que paso en este lugar... Mi tormento no cesara nunca... Noche tras noche las escucho, pero ayer... Ayer por la noche escuche ruidos provenientes de fuera, esos monstruos quieren volverme loco, pero no como creen que estoy, loco de verdad. Todo el tiempo pienso que lo van a conseguir y me llevaran con ellas, pero no les dejare que se salgan con la suya. Ahora... en mi oscura y solitaria habitacion, sin luna ni esperanzas de poder salir de aqui escribo mi historia, de como un humano puede perder contra las fuerzas ocultas que se esconden entre nosotros, mas me mantendre firme e intentare aguantar vivo para poder contarle al mundo que esto es mas que un mito, que es la realidad de Viena. Miro, en la pared de fuera de mi prision se oyen aranazos estridentes que se meten en mi cabeza y provocan pesadillas que no se pueden detener... Ya no se si estoy despierto o dormido. Los medicos solo me medican mas y mas pensando que la cordura ya olvide... pero se equivocan... yo aun sigo cuerdo, y con ganas de vivir... tapando mis oidos les grito a las brujas que se marchen, pero ellas solo se rien, se burlan de que este encerrado y no pueda hallar la libertad ni de mi mente ni de mi alma y de que estas camisas me detengan para huir de esta macabra ilusion Todas las noches oigo como ambas dicen al unisono que no saldre de aqui y que me olvidare de que en mi mente existe algo llamado tranquilidad, ahora solo existe desesperacion y demencia, ese momento siento que va llegando. Ya de manana sigo sin poder dormir, me quedo en el suelo, esperando a que desaparezcan esas falsas ilusiones que me hacen divagar y decir cosas ilusas que los medicos toman por demencia, hubo una vez que intente escapar pero no pude, las camisas estaban tan atadas que mi cerebro no podia respirar. ?Por que me torturan asi? Los doctores no encuentran cura a esto. Como encontrar la si yo nunca estuve loco...? Si, habeis escuchado bien, no lo estaba, en pasado, ya que creo que ahora si ando perdiendo mi cordura, la que me metio aqui y que ahora va a certificar que no pueda salir de verdad.

  • El Mito de las gemelas - Booknet

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    Libro El Mito de las gemelas, género: Personajes sobrenaturales, autor Kiroa Pandora garcia. Lee El Mito de las gemelas en la plataforma de autopublicación ...

  • Amazon.com: El mito de las gemelas (Spanish Edition)

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  • El mito de las gemelas - El Mundo de los libros

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    26 jul 2019 — El mito de las gemelas. Hoy os vengo a traer; más que una reseña un bello anuncio. Autora: Kiroa Pandora Garcia. Editorial: Autopublicada.

  • El mito de las gemelas - Kiroa Pandora Garcia - Debeleer.com

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  • EL MITO DE LAS GEMELAS (ya en físico y Kindle en amazon)

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    25 feb 2019 — Nadie podría haber adivinado jamás que el mito del cual habían ... Una vez en Londres, cada uno es testigo de lo que esas gemelas causan...

  • La Leyenda de Las Gemelas | PDF - Scribd

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    La leyenda de las gemelas. Les preparó el almuerzo y salieron a la calle apresuradas. Como cada día, llevaba a sus hijas gemelas al colegio.

  • La escalofriante leyenda de Las Gemelas

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    2 nov 2021 — Habías escuchado acerca de la leyenda de Las Gemelas? No te pierdas esta historia de terror porque te aseguramos que el final no es el que ...

  • Resultados para la leyenda de las gemelas del ... - Bubok

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  • Leyenda de las Gemelas - leyendadeterror.net

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    5 jul 2018 — Pero lo que mas me gusto?de toda la leyenda es que después de 4 años las gemelas nacieron por segunda✌ vez. Yo soy la come libros??

  • Noche y dia (Los secretos de Boira 3), Gina Peral de Gina Peral

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  • Despues del amor Premio de Novela Fernando Lara 2017, Sonsoles Onega de Sonsoles Onega

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    Carmen viajaba en un tren desde Barcelona cuando un cruce de miradas cambio su vida para siempre. Era 1933, y Federico Escofet y Carmen Trilla -el, capitan del ejercito; ella, una esposa atrapada en un matrimonio infeliz- tejieron una historia de amor que ni las habladurias, ni la guerra civil, ni el exilio lograrian deshacer, pero que dejo en los tres hijos de Carmen la huella del desarraigo.

  • Juro vengarte (Agente especial Ainara Pons 1) de Raul Garbantes

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    Una agente decidida a encontrar la verdad. Un asesino que conoce sus pasos. Cada decision que ella tome puede ser la ultima.

  • La vida en rosa, Victoria Connelly de Victoria Connelly

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    La vida no ha sido un camino de rosas para Celeste Hamilton, a pesar de haber crecido rodeada de ellas.

  • Una mentira al dia (Unidos por el amor 5) de Fernanda Suarez

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    !Vuelve la serie romantica de regencia <>!

  • Aitana de Ugo Moriano

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    Cuatro dias habian pasado desde su llegada en Italia cuando el Cardinal Rafael Torres Velasquez, procediendo con precaucion debido a su avanzada edad, bajo las escaleras de cemento que, bordeada de una alta pared de contencion que conectaba la carretera con la playa de abajo. Despues de solo nueve escalones, un ataque repentino y muy doloroso a la rodilla izquierda lo obligo a apretar su agarre en la barandilla de hierro que rodeaba la escalera, recordandole, si es necesario, que mas alla de cierta edad el privilegio de vivir es frecuentemente compensado con una serie abundantes de tembladera. – Monsenor, ?necesita ayuda? – No Aitana, todo esta bien. Gracias a este hermoso dia, me enfrente al bajr con demasiada calvicie, olvidando que ya no era un nino. Respondio el cardinal dirigiendose a la monja que lo observaba preocupada. – Ahora voy a ser mas cuidadoso y todo va a estar bien. – Talvez debimos haber elegido otra playa. -La religiosa unio sus manos como si estubiera orando. – una mas accesible, como la que pasamos hace diez minutos. – No, esta bien. !Mira que hermosas rocas emergen del mar!. El alto prelado, despues de una dispensada sonrisa tranquilizadora a la monja, retomo el descenso hacia la extencion de guijarros grises que descendieron a la costa. De hecho, no estaba completamente seguro de que estaba haciendo lo correcto. De hecho, si se hubiera encontrado en el papel de Aitana, habria reiterado sus dudas con mas behemencia. “Si despues no puedo subir, ya que no hay rampas de acceso, solo escaleras, usted se veria obligado a pedir ayuda" A pesar de ese pensamiento, no se detuvo, simplemente precedio con mas cuidado y su agarre, en la barrandilla gastada por el tiempo y la sal, se volvio mas firme. En los dias anteriores junto con su inseparable asistente habian seguido algunos servicios religiosos en la catedral de los Santos Mauricio y Companeros Martires, que se encuentran en el Parasio de Porto Maurizio, pero esa manana se habian mudado al otro lado de la ciudad. Habian asistido a la misa de las diez en la basilica colegial de San Juan Bautista en Oneglia y al final, de la conversacion cordial con el parroco, habian ido a dar un paseo cerca al muelle portual. Hablando con un pescador, el cardenal se habia enterado de esta playa, en el que estaba a punto de descender, situado en la solapa mas oriental de Imperia. Cuando llego al ultimo escalon, se paro y respiro el olor salado que impregnaba el aire. Un aroma no desconocido, pero raro para un hombre que habia pasado sus ultimas decadas en el soleado Toledo. Aunque era el 20 de marzo, en ese momento la arena estaba desierta y esto lo complacio porque habia ido alli a buscar la presencia de Dios que solo podia sentir en soledad. Como si estuviera apunto de hacer un gesto de epoca, extendio su pie derecho y lentamente lo inclino sobre las piedras en la base de la escalera. Despues de asegurarse de tener una base solida, casi de impulso, dio tres pasos hacia adelante. “Fue bien" penso cuando se dio cuenta de que no tendria equilibrio. “Si hubiera terminado tirado en el suelo, las monjas del convento, aunque sintiendolo mucho, seguramente habrian expresado dudas sobre mi sofisticacion" Aseguro sus habilidades y entro en la playa, dejando que su mirada vague por el agua azul y transparente, y luego a llevarlo a los infinitos tonos de gris de la multitud se piedras oscuras y redondeadas que bordean las olas. A unos cuarenta metros a su derecha, una hebra de rocas bajas salieron de la pared y despues cortaban la arena perpendicularmente, se lanzaban al mar para resurgir a unos metros mas adelante. No se atrevio a sentarse en el suelo porque estaba seguro de que ya no seria capaz de levantarse de nuevo, se dirigio hacia una parte rialzata y la uso como silla. Antes de continuar, levanto su mirada hacia la parte superior de las escaleras y trato de tomar una expresion segura, luego levanto la mano en un gesto de saludo que fue correspondido por Aitana, aunque si el rostro de la monja continuo mostrando perplejidad. Procediendo sin prisa, Rafael entro tratando de evitar las piedras que le parecian mas inestables, luego a mitad de camino para disfrutar de la vista de la famosa roca galeazza. “Mas que la vela de un buque de guerra veneciano del siglo XVI, considero contemplar la estructura rocosa que, estrechas y alta, emergio de las olas y luego se extendio hacia el mar mas profundo" para mi parece la aleta de algun focil antiguo que data de epocas distantes que, como una broma del destino, se mantuvo un unico signo obvio de los enorme pescado enterrado en este rincon de La Liguria. La sensacion mientras reanudaba su viaje seguia su camino y finalmente llego a sentarse, era que ese ser no podia ser asimilado a un delfin jugueton, sino a un tiburon feroz, tal vez todavia listo para despertar si las condiciones habian sido favorables. El sol que brillaba en el cielo, el aire calido y una ligera brisa que venia del oeste le daban una sensacion de relajacion, lo que lo llevo a cerrar los ojos, como si se encontrase en el lugar solo por razones de ocio. Todo eso sugirio que 2017 seria el enesimo ano con temperaturas por encima de la media. “!No estoy aqui por vacaiones!" dijo descartando ese sentimiento. “Etolo esta muriendo y he venido a Italia para acompanarlo en este ultimo viaje. La razon por la que Rafael y su asistente inseparable estaban en esa parte del puente de Liguria estaba estrechamente ligada a la gran relacion de estima y amistad que lo unia a Etolo Sciorato, un cardenal originario de Imperia Porto Maurizio que, hasta su jubilacion, habia sido un eminente miembro de la Curia Vaticana. Gravemente enfermo durante un par de anos, un mes antes, al presagio de acercamiento de su proprio viaje, habia decidido enfrentarse a sus ultimos dias regresando a las tierras donde nacio. “Es unos de los pocos amigos de verdad con los que siempre he sabido que puedo contar. Cuando se haya ido, estare mas solo, pero ahora mi tiempo tambien esta llegando a su fin, asi que pronto estaremos juntos de nuevo". Con un esfuerzo libero su mente de esas consideraciones entonces, como era su costumbre cuando llego a las orillas del Tajo, habiendo segurado una vez mas que no habia nadie en el vecindario, descanso los codos sobre sus piernas y menton en las manos de la articulacion, finalmente entrecerro los ojos hasta que se redujo a una simple rendija. Su mirada miraba a la inmensa extension de agua y su alma se abrio al Senor. El don de la fe siempre lo acompano. Cuando regreso con su memoria, no podia recordar ni un solo momento de su vida en el que habia sentido el amor de Cristo y nada habia vacilado en su firme convinccion de que tenia que cumplir con una mision: dedicarse a los demas revelando la piedad y la esperanza que Dios nos ofrece. Desde el comienzo de su viaje religioso siempre se habia comprometido. Para llevar a cabo su servicio y la carrera eclesiastica que habia realizado habia sido solo la consecuencia logica. Durante decadas habia celebrado el misterio de la Eucaristia sin dudar nunca de la transusencia de ese gofre de pan sin levadura que tenia en sus manos, pero la verdadera comunion con el Senor nunca le habia encontrado entre las paredes, a menudo suntuosas de las iglesias sino en lugares menos ortodoxos como en las orillas del Tajo. Ahora en ausencia de un rio real lo estaba buscando en esa playa en la frontera entre Imperia y Diano Marina. Un par de gaviotas despues de girar entre la tierra y el mar descendieron sobre el agua y se desplacaron por el ligero oleaje. Poco despues llego otra media docena que a su vez recayo en la compania de los dos primeros. Finalmente llego un ultimo rezago que tal vez para no conformarse con el resto del rebano, descansaba sobre la roca ocupada por el cardenal y despues de estirar y doblar las alas blancas y grises permanecio para mirarlo sin mostrar un interes real. Rafael decidio ignorar al recien llegado y como siempre en estas ocasiones comenzo a recitar con un filo de voz el acto de fe -"Dios mio porque eres verdad infalible creo en todo lo que has revelado y de la Santa Iglesia nos propone creer. Y expresamente en ti, el Unico Dios verdadero en tres personas iguales y distintas. "

  • Pasado imperfecto. Los intelectuales franceses. 1944 de Tony Judt

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    Un ensayo sobre la irresponsabilidad y la condicion moral de la intelectualidad francesa.

  • La luces y sombras de Lucifer de Charlotte Bennet

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    Alexander Crawford, alias "Lucifer", sabe que he descubierto su juego de seduccion asi como todas sus mentiras. Es por ello por lo que decido romper cualquier clase de vinculo con el. Algo que el arrogante multimillonario no encaja nada bien. De ahi que insista en que nos veamos, aunque yo solo aspiro a encauzar mi vida, y, simplemente, olvidar lo sucedido. Pero el caracter indomable, impulsivo, y autoritario del enemigo no facilita mucho las cosas, sino que las empeora, y tanto que Linus cree que debo de tomarme la revancha por todo el dano que me ha hecho, aunque...?hasta donde estaba dispuesta a llegar yo con tal de darle un escarmiento a Lucifer? ?Como encajara este mi repentina amistad con Dylan Caine? ?Permitira Natasha una relacion entre su hijo y yo? Y sobre todo, ?quienes son los Crawford, y que secretos esconden, ahora que nada es lo que parece?... No dejaba de ser una situacion, cada vez, mas complicada y compleja en la que tenia todas las de perder, o eso pensaba yo... ” LAS LUCES Y SOMBRAS DE LUCIFER” es la esperada continuacion de “EL OSCURO JUEGO DE LUCIFER”, una trilogia erotica con tintes de intriga en la que nada es lo que parece.

  • Hasta cuando volvamos a encontrarnos (La rendicion de un libertino 3) de Laura Merce

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  • Villa Triste de Patrick Modiano

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    Principios de los anos sesenta. Un joven de dieciocho anos, bajo la identidad de conde Victor Chmara, se oculta del horror de la guerra franco-argelina en una ciudad de provincias. Chmara conoce a Yvonne, una joven actriz con la que iniciara una historia de amor, y a su mano derecha, Rene Meinthe, un medico homosexual. Y con ellos Victor se introduce en ese circulo de gente mundana que se reune en la estacion termal y que vive de espaldas a la Francia poscolonial de los anos sesenta…

  • Nunca seras agua de Patricia A. Miller

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    La familia, el trabajo y el beisbol son los tres pilares de la vida de Megan Gallagher, la unica bombera de la 52 de Chicago. Es valiente y perseverante; pero una decision erronea puede convertir una vida de esfuerzo y pasion en pesadilla. Una grave lesion llevara a Megan lejos de su felicidad, pero cerca de el, Nicholas Slater.

  • Buscandote a ti (En busca de… 1) – Jennifer Probst de Jennifer Probst

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    Con Buscandote a ti arranca la irresistiblemente sensual nueva saga romantica de Jennifer Probst, la autora de la serie <>.

  • El coraje de la desesperanza de Slavoj Zizek

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    En su nuevo libro, Zizek parte de una frase de Giorgio Agamben, <>, que resulta especialmente pertinente en nuestro momento historico, cuando incluso los diagnosticos mas pesimistas suelen terminar, por regla general, con alguna mencion de la proverbial luz al fi nal del tunel. Para Zizek, el autentico coraje no consiste en imaginar una alternativa, sino en aceptar el hecho de que no existe ninguna alternativa clara: el sueno de una alternativa no es mas que un fetiche que nos impide analizar debidamente el punto muerto en que nos encontramos.
    El autentico coraje consiste, por tanto, en admitir que la luz que hay al final del tunel probablemente es el faro de otro tren que se acerca en direccion contraria. En los ultimos anos, este tren ha encarnado los diferentes problemas de nuestro paraiso capitalista global: la renovada amenaza fundamentalista-terrorista; las tensiones geopoliticas con y entre los nuevos poderes no europeos (China y Rusia); la aparicion de nuevos movimientos emancipadores radicales en Europa (Grecia y Espana); y el fl ujo de refugiados que cruzan el Muro que separa el <> del <>.
    La prosa torrencial y visceral de Zizek recorre la degradacion moral de la presidencia de Donald Trump, la variedad de las luchas de emancipacion sexual, las guerras por delegacion, las ultimas revueltas urbanas, la asuncion del capitalismo como algo consustancial a la naturaleza humana y el uso de la mentira como principal arma politica para ofrecernos otra lucida instantanea de los tiempos que vivimos.

  • El dibujo de su oscuro corazon (La luz de la sombra 2) de Sofia Ortega Medina

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    Carolina lo tenia todo: una familia que la adoraba, el hogar mas hermoso del mundo y su primer amor, Manuel…

  • La enamorada muerte de Orlando Diedrich

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    “.y murio de parasitos, porque el agua no era potable.”
    Me disculpo; estaba ultimando un negocio tardio. Me presento; soy la enamorada muerte.

  • !A por mi sueno!, Dido Job de Dido Job

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  • Pedir la luna de Blanca Garcia-valdecasas

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    El dia cuatro de Enero del ano 2.000 Constanza Morales cruza el Parque del Retiro camino de su trabajo. Va deprisa en la manana helada mientras recuerda como fue su vida en el ultimo ano del siglo y del Milenio. A causa de una pelea con su hermana, que involucra a toda la familia, a principios del ano, deja su Sevilla natal y se traslada a Madrid. Alli solo conoce a una prima de su padre, la tia Flora y su marido, Bernardo; son un matrimonio sin hijos y la acogen con gran afecto, y a un chico, Francis, que conocio en el tren y le gusto mucho. Pronto ensancha el circulo de sus amistades, la chica que le busca un piso donde vivir, los habitantes de los otros pisos en la casa, amigas de la tia Flora, companeros de trabajo… Le ocurren mas cosas de las que esperaba y aprende que muchas de ellas no son lo que al principio parecian. I Dicen que habeis llegado. Ademas, sin el ruido y el caos que esperaban algunos. Bienvenido, Tercero. Bienvenido, Veintiuno. Siglo nuevo y un nuevo Milenio: es emocionante. No hay tanta gente que haya vivido esta experiencia. Abuela Joaquina tenia mucha ilusion en llegar, la pobre; solo por tres anos no lo ha visto… una lastima. Y yo, Constanza Morales, una chica sin importancia, os saludo, camino de mi oficina en el segundo dia laborable de este ano dos mil. Es Martes, cuatro de Enero; en realidad, primer dia de trabajo porque ayer no se hizo gran cosa. Tambien espero que sea para mi el principio de muchas cosas buenas y estimulantes, como encauzar mejor mi vida y sacarle mas partido; desde luego lo voy a intentar. Hoy me siento mas real: peso y volumen. Piso la tierra dura, estoy aqui; este sitio que lleno es mio propio. Curioso como todo esta en la cabeza, en la disposicion, no necesariamente en ningun acontecimiento. Y he decidido: voy a ser feliz. Bueno, si me dejan entre unos y otros. He salido mas temprano de casa, asi puedo dar un paseo. El frio de la manana hace brotar de mi nubecitas de vapor si abro la boca. Voy por la calle Principe de Vergara, entrare al Retiro por la puerta que llaman de Madrid y cruzare el Parque hasta salir a la Plaza de la Independencia. No se si de verdad estoy estrenando Siglo y Milenio; se ha armado bastante discusion con eso: que si empieza ahora o en dos mil uno. Yo recuerdo fotos que guardaba mi abuela, seguramente de la suya, de la Exposicion de 1900. Ellos celebraron entonces la entrada del siglo veinte, asi que yo celebrare hoy el XXI y el Milenio y, si viene a cuento, lo volvere a celebrar cuando sea. El ano en si me parece lo mas importante, la sensacion de que acaba uno y otro empieza, la continuidad de esa cinta de anos --anillos de oro alrededor del sol-- que nos lleva por nuestra vida. Fue Arthur quien dijo que el anillo, como se dan los matrimonios, es simbolo de fidelidad porque es un "anito," annellus, y representa la continuidad de la Tierra alrededor del Sol. O al reves, como pensaban antes, el Sol alrededor de la Tierra. Arthur es la unica persona que conozco que sabe latin para hablarlo de corrido. Los anos son continuidad aunque unos sean tan diferentes de otros. Desde luego, el que acaba de terminar habia empezado mas bien aburrido para mi. Monotono, dentro de una rutina, como quien duerme la siesta. Pero a mediados de Enero cambio todo de golpe. Mi hermana y yo tuvimos una bronca monumental que involucro fatalmente a toda la familia, mas algunos amigos cercanos, y acabo haciendome la vida muy dificil. A partir de ese momento las cosas fueron como si salieran unas de otras, desenvolviendose en mas cosas inesperadas. De no haber sido por aquello, mi adorable Jefe del trabajo no habria insistido en trasladarme de la oficina de Sevilla a la de Madrid. Si no hubiera ido a Madrid no habria conocido a Francis, si no hubiera buscado piso nunca habria conocido a Misi. Ni Misi ni yo hubieramos conocido a Martin y Arthur ni… Enfin, nunca ningun ano me habia traido tantas cosas, malas o buenas, como el que acababamos de dejar. Parece mentira, pero hace unos meses estabamos Misi y yo sentadas en una cerveceria de la Plaza de Santa Barbara, bajo la sombra manchada de unos arboles medio tuberculosos, en pleno centro de Madrid; delante de nosotras dos cervezas, aceitunas y dos pinchos de tortilla. Sabado, hora del aperitivo, hartas de andar. Ella me dijo: --?Sabes cual es tu principal problema? Y mio tambien. Que no somos capaces de pedir la luna. Buscabamos vivienda para mi, habiamos visitado tres pisos aquella manana. El ultimo, en la calle Santa Teresa, nos habia llevado a restaurarnos con asiento y las canas. La casa necesitaba aun mas restauracion que nosotras. La fachada amenazaba con perder sus bonitas cornisas y la escalera estaba tan dilapidada que uno quiza se encontrase un buen dia sin poder bajar hasta la calle. Desalentada, habia insinuado que tal vez deberia comprar el apartamento que habiamos visto antes cerca de la Plaza de Castilla: pequeno y sin gracia pero recien pintado. No hacia mas que unas semanas que conocia a Misi y ya era, pensaba yo, una de mis mejores amigas. A las de Sevilla, mi tierra, las habia borrado despues de mi pelea con Macarena y a Queti, la que mas queria, no la veia desde hacia cuatro anos; al acabar la carrera se sumo a una organizacion de voluntarios para trabajar con los mas pobres de no se que lugar en Africa. Ya ni me escribia siquiera; quiza no hubiera alli correo o tenia tanto trabajo que no podia escribirme. Yo la echaba de menos Misi se estaba portando muy bien conmigo. Entonces no sabia cuanto no sabia de la vida de Misi. Solo que trabajaba en una agencia de propiedades pequena, y acaso furtiva, de la que era socia con tres amigas mas. Me encontraba en Madrid: atras quedaban familia, amigos, las calles de mi ciudad con sus arboles y olores, esa calida luz que no se encuentra en ninguna otra parte. Los rincones que amaba del Parque Maria Luisa, la Glorieta de Becquer donde solia ir desde los trece anos a mirar con devocion al poeta del que estaba --y pensaba que siempre iba a estar-- profundamente enamorada… mi mundo, todo. Dura tarea estar sola aqui pero suavizada por la presencia de los tios, Flora y Bernardo, desde luego de Francis desde el principio y enseguida despues por la amistad de Misi. Tal como habian ocurrido las cosas, a Sevilla nunca iba a volver como no fuera de visita; ya no habia sitio para mi en la casa de mis padres. Tenia algun dinero ahorrado de mi trabajo, mas una cantidad que me dejo mi madrina, la hermana mayor de mi padre, al morir. Pobre, una de esas enfermedades que no perdonan. Decidi comprar mi propio piso; no era tan facil como habia imaginado. De momento estaba en una pension con una duena pesada, habladora y llena de pretensiones, a mi ver totalmente injustificadas. Me habia acogido con muestras de aprecio pero habia ido cambiando con el paso de los dias. Tal vez se hartaba de la gente o le molestaba que recibiera a Francis en la habitacion. Me resultaban cada dia mas desagradables ella, su casa y el olor de ambas. A veces me decia a mi misma que seria mejor comprar cualquier cosa antes que seguir alli. --?Estas hablando de cosas personales o de ese apartamento?, -- pregunte a Misi, cuando me dijo lo de pedir la luna. --Ya te he dicho que era tuyo y mio pero es todo el mismo problema. El piso me parece caro para lo que es. Y, no se, a ti no te veo ahi dentro. Tampoco estas entusiasmada y cuando compres tienes que estarlo. Me disgusto que Misi tuviera la sensacion de que se conformaba con cualquier cosa. Merecia ser feliz: era buena persona, guapa, simpatica y cien cosas mas, entre otras una excelente amiga. Ahora lo estaba demostrando. A ella, como agencia, le convenia vender, comprar, hacer negocio y cobrar comisiones. A poco que me hubiera animado me habria decidido; era de agradecer que fuera en contra de sus intereses para ayudarme. Curiosamente el hilo que me llevo hasta Misi habia partido de dona Juanita, mi madre. Le parecia cutre que estuviera en una pension, sonaba mal. Un hotel resultaria mejor pero los hoteles eran caros o malos o las dos cosas. Dio en llamarme por telefono desde Sevilla todos los dias a ver si habia encontrado casa. Todo solia entrarle por rachas, igual me atosigaba sin darme respiro como parecia haberme olvidado por completo. Cuando me dijo que se proponia venir a Madrid, convencida de mi incapacidad para desenvolverme, me espante. --No, por Dios, no vengas. Me sentiria fatal y no te gustaria la pension. --No iria a esa pension en ningun caso. Me iria a casa de mi prima Flora… No era su prima; era prima de mi padre pero se la adjudicaba. Intente convencerla como pude. Que estaba ocupadisima, dije, y era perfectamente capaz de arreglarme yo sola. --!Que vas a ser! Has vivido siempre con nosotros sin tener ningun problema. Asi que ningun problema. Lo deje pasar. Dije que, en realidad, no teniamos los mismos gustos. Es extrana la gente. Puede criticar todo lo que haces o como te vistes; pero cuando dices "no tenemos los mismos gustos", se molesta. Mi madre se molesto. --No seas tonta --dijo--. Por lo menos ve a casa de tu tia Flora y le pides consejo. Ella lleva en Madrid toda la vida y conoce a mucha gente --Me da un poco de apuro --proteste--. No he tenido tiempo de pasar a saludarla y presentarme alli para pedirle un favor… --No seas tonta, --volvio a decir-- anda y le pides ayuda. Siempre ha sido muy carinosa con mis hijas. Era verdad. Aunque solo era prima de mi padre, mi madre y ella eran muy amigas. Anos atras cuando mi padre, en dos ocasiones, tuvo que pasar algun tiempo en Madrid para cursos de ascenso en su carrera militar, fuimos a vivir los cuatro en la casa de la calle de Velazquez donde los tios tenian sitio de sobra. Al salir de la oficina fui en busca de un puesto de flores que habia cerca y compre un ramo de rosas pequenas que olian un poco a tabaco pero no habia mucho donde elegir. Llegue con mi ramo a casa de los tios que me recibieron como si no hubiera pasado tiempo desde aquellos anos de la infancia. Lo primero que me dijo tia Flora: "Me ha dicho tu madre que tienes novio. ?Cuando lo vamos a conocer?". --Novio, no. Salgo con un chico pero es algo como empezando, sabes. No se si resultara. Lo que si sabia, que Francis no queria nada con mi familia ni mis amigos. Me queria a mi pero lo nuestro tenia que ser super reservado. --Bueno, rica, todavia es pronto. Pero como no has venido a esta casa. Estariamos encantados de tenerte, ?verdad, Bernardo? --Verdad, verdad. Ya estuviste aqui de pequenita. ?O es que no te acuerdas? Tio Bernardo tenia mucho pelo muy blanco, la cara rosada, los ojos claros acuosos, un poco abultados. Siempre iba vestido con trajes muy formales de tres piezas, camisas invariablemente blancas con gemelos y corbatas a rayas. --?Como no me voy a acordar, tio? Y todos los recuerdos que tengo de vosotros son estupendos. Era verdad, pero solo en parte. Me gustaba la casa, los tios eran muy carinosos con nosotros --no tenian hijos-- y habia una cocinera bastante vieja, Virtudes, que nos hacia platos especiales. Macarena y yo comiamos en el office, lo que preferiamos con mucho al comedor y las personas mayores, sopa de panecillos, natillas, croquetas… menus hechos solo para nosotras. Por otro lado yo notaba una incomodidad: la sensacion de que no era nuestra casa, mis padres no mandaban alli, eran solo invitados. Una situacion desacostumbrada que no sabiamos manejar. Pero lo peor era mi madre, llena de emulacion por la vida de tia Flora, sus muebles y cuadros, sus muchos amigos, la manera de hablar y de vestirse… no se en que consistia exactamente pero dona Juanita parecia una provinciana algo cateta, queriendo aparentar lo que yo en el fondo bien sabia que no era, queriendo alcanzar donde yo sabia bien que no llegaba. En aquella epoca ni siquiera hubiera podido decirlo con palabras pero estaba ahi, una inexpresable angustia. Verguenza ajena, a la que algunos crios son propensos. Hoy, sencillamente me diria a mi misma: "es una cateta, snob como todas las catetas", y ya esta. --Se lo dije a tu madre, que te vinieras --siguio la tia-- y me dijo que querrias libertad para salir con tu novio, aunque aqui libertad la tendrias toda… y la llave del piso, ademas. Con su edad, cuatro o cinco anos menor que mi madre, no podia decirle que mas que salir con mi novio era cuestion de entrar. La mire con carino: habia tenido muy buen tipo y un bonito pelo rubio, aunque de cara no era guapa. Aun se conservaba joven, y se vestia siempre muy elegante, pero todas aquellas cosas de la juventud y enamoramientos seguramente se le habrian olvidado… y, mirando al tio, era lo mejor que le podia pasar. Demasiado tranquilo casi seguro. --Erais dos chiquitas muy guapas --dijo el tio Bernardo, reminiscente-- Muy distintas. Una morenita y menuda y la otra tan rubia con aquellos rizos y los ojazos azules… una verdadera Marylin Monroe en miniatura. Aunque luego… Ni siquiera suspire, estaba acostumbrada a aquella clase de comentario. Mi madre era rubia con ojos muy azules; Macarena le habia salido a ella, en mejor. Mas alta y mas 'neumatica', con pinta voluptuosa que nunca supe si respondia a una condicion real o era solo el aspecto. El tio, quiza pensando que me habia hecho de menos, seguia. --Pero tu eres mas distinguida, tu tienes clase. Castana y delgada, mucho mas elegante, y tu nariz es perfecta. Quise decirle "los chicos me hablan bien de mis piernas, pero no me han dicho nada de la nariz." La verdad, mis facciones no tienen nada llamativo, estoy un poco delgada de mas para gustar, al menos en Sevilla, y se que tengo cosas a mi favor: buen pelo brillante, buenos dientes, buen cutis y buenas piernas. Para el gusto-de-hombre al lado de mi hermana no tenia nada que hacer. Pero a Francis le gustaba, asi que no estaria tan mal. La nina que cuida de los tios, una filipina tan flaca como yo pero con quince centimetros menos, se llevo las flores y trajo una bandeja del te con bollitos calientes hechos en casa. Nos habiamos sentado en la sala atiborrada de muebles y adornos y, despues de la puesta al dia sobre la familia, que no tardo mucho porque habian venido a la boda de mi hermana poco antes, les conte mi problema. Inmediatamente me volvieron a decir que me fuera a vivir con ellos. --Muchisimas gracias, de verdad os lo agradezco pero me conviene comprar. Tengo una cuenta de ahorro para vivienda y debo emplearla y… puedo hacerlo. La cosa es que no encuentro nada que acabe de gustarme. --?A que agencias has ido? --pregunto la tia Flora. Habia ido a un par de ellas que vi en el periodico. La tia dijo que eso no era arreglo; las casas mejores casi nunca llegaban a estar en los anuncios. Su amiga Nosecuantas tenia una nuera que tenia una hermana que, a su vez, tenia una agencia con otras amigas. Trabajaban muchisimo porque conocian a la mar de gente. Estaban muy bien relacionadas. Dichosas ellas, pense. Y dije: "?No te importaria preguntar a tu amiga?". El mejor favor es el que se hace mas rapido. Al minuto tia Flora estaba hablando por telefono en plan eficiente. "A ver si le encuentran a esta nina una cosa en condiciones… que es mi sobrina. Si, ya se que se lo tomaran con el mayor interes. Muy bien, que la llamen aqui, se va a quedar todavia bastante rato. Entonces esperamos la llamada. Un abrazo muy fuerte… si, tenemos que vernos. No, no, gracias a ti por ocuparte." Volvia a su butaca con la satisfaccion del deber cumplido. --Ya veras como estas te solucionan el problema. --Ojala. Estoy aburrida de buscar. Y me han ensenado cada asco… Es una perdida de tiempo. --Espera y veras. Ya te he dicho que estas conocen a todo el mundo. Decia 'todo el mundo' con la misma entonacion que mi madre, por lo demas no se parecian en nada. El tio Bernardo hablaba de inversiones y lo que deberia pagar por metro cuadrado mientras yo asentia a todo, pensando que algunos metros cuadrados eran mucho mas metrocuadrados que otros. Antes de quince minutos me habia telefoneado una de las cuatro socias, Margarita. Hablaba muy deprisa y era simpatica; me cito al dia siguiente por la tarde en su diminuta oficina en un bajo de la calle Serrano. Alli conoci a las cuatro primeras que trabajaban con otras cinco o seis agencias formadas por otros tantos grupos de senoras como ellas, bien vestidas, visiblemente ricas y mundanas. Ninguna parecia necesitar aquel trabajo. Margarita, la que me habia llamado, era muy guapa, morena, menudita; llevaba un traje de chaqueta color de rosa que casi me deja sin respirar. Con aire eficaz, me aseguro que encontrariamos algo conveniente aunque no veia que yo tuviera mi criterio formado. Todas eran amigas, me dijo. Se comunicaban posibles negocios y se repartian las comisiones con arreglo a un baremo complicado que nunca se saltaban y les funcionaba de maravilla. En los dias siguientes me fueron presentando a las demas, unas y otras se volcaron conmigo, no sabria explicarme por que. Tal vez se volcaran con todo el mundo. Todas tenian Audis o Mercedes, todas eran jovenes aunque mayores que yo, trabajaban sin parar, todas llevaban telefonos moviles con los que hablaban constantemente, organizando visitas y entrevistas… o hasta daban ordenes a personas a su servicio. Todas debian de tener montones de dinero pero llevaban unas vidas mas aperreadas que la mia. La verdad es que ellas se fascinaban por las casas; formaban una raza aparte, de la cual yo no habia conocido antes a ningun ejemplar. Su interes por las casas no bajaba nunca. A veces, si yo iba a ver un piso, por ejemplo, con Sofia, Margarita o Misi se apuntaban: "Ah, yo tambien voy porque ese no lo he visto. No te importa, ?verdad?". Eran geniales. Al principio me sentia apabullada con mi presupuesto pobreton y los conjuntos nuevos de Zara que me habia comprado para quedar bien en la oficina, (con los que hasta entonces me habia encontrado tan mona), frente a sus coches, sus Armanis, sus Pradas, sus Max Maras, sus Valentinos, sus Donna Karanes, Antonios Pernas y demas. Cuando me hice amiga de Misi gane confianza en mi misma, me volvi a sentir comoda. Eso si, me prometi secretamente asomarme por las tiendas de la calle Serrano cuando estuvieran las rebajas. No supe si las socias habian decidido que Misi se encargara de mi o si lo decidimos nosotras; la verdad es que se dedico a solucionarme el problema. Dijo que no me preocupara porque encontrariamos. Casi todos los dias a una hora o a otra me llevaba a ver algo y las mananas de los sabados siempre teniamos varias visitas en perspectiva. Con todas estas cosas llegamos a aquella manana en que me dijo que no sabia pedir la luna. --Mira, Constanza, este asunto lo vamos a tener que enfocar de otra manera. Tu trabajo esta en Alcala, ?no? ?A que altura? --Al lado de la Plaza de la Independencia. Es un piso alquilado en un edificio muy bueno. Llevan anos alli. --Vamos a centrarnos en los alrededores de tu oficina. Por lo menos lo mas cerca posible. No tienes coche, ?verdad? --Tengo, en Sevilla. No me lo he querido traer hasta ver si me manejo en Madrid… No se, a lo mejor le digo a mi padre que me lo venda. Me pregunte cuanto tiempo pasaria antes de que Macarena se apropiara de mi Ibiza amarillo. Quiza me lo habia cogido ya. Lo mejor iba a ser venderlo. --Pero --segui diciendo-- mi novio prefiere que no compre ni en el barrio de Salamanca ni en la zona de Zurbano, Paseo del Cisne, Fortuny y todo eso. --Pero ?por que demonios? ?Porque son zonas caras? ?Y el quien es para decirte donde tienes que comprar? O es que te va a dar el dinero… ?Vais a comprar a medias? Yo creo que es muy mala cosa…. Demasiadas preguntas. Era logico que no entendiera nada. A aquellas alturas ya tenia bastante confianza para decirle la verdad. --Mira, no digas ni media palabra de esto a nadie, por favor. Es que… es que esta casado. Ahi grito. "!?CASADO?! !Por favor! !No me lo puedo creer!" --Pues si y, claro, no quiere que compre el piso ni cerca de donde vive el ni cerca de su trabajo. ?Por que no te lo puedes creer? --Hija, es que no te pega. Eres joven, eres muy mona, tienes un buen trabajo, una buena educacion y una vida agradable. No entiendo que te enredes con un casado. Como si no hubiera chicos de tu edad estupendos y libres… --Pues asi son las cosas. --No, asi no son las cosas, asi las has puesto tu. Pero pueden cambiar y espero que cambien. Eso no es decente, creeme, y tu tambien lo sabes. Me habia deprimido de repente. La silla del bar, de plastico, se me pegaba al cuerpo, la cerveza me habia dejado en la boca un sabor amargo. Era uno de esos dias madrilenos en que no sabes como vestirte; por la manana sales con frio y al mediodia te asas de calor. Misi con un jersey muy fino de color azul porcelana haciendo dibujos se veia tan fresca y planchada como si acabara de salir de una caja atada con un lazo. En la mesa de al lado una pareja ventilaba a gritos sus diferencias, molesta discusion, a base de 'tu has vuelto conmigo porque Veronica te echo de su casa'. La gente que pasaba por Alonso Martinez me parecio feosa, cansada y de mal humor. Suspire; Misi se dio cuenta. --No te preocupes, que encontraremos un buen sitio. Pero vas a pensar primero en ti y en lo que te conviene a ti. Los novios van y vienen. --Si, puede ser… No se… El corazon se me hacia piedra de pensar que Francis se fuera de mi vida… no podia. En parte por el habia dado el paso definitivo de venirme a Madrid y cambiar por completo mis costumbres. --Mira, yo tengo que ir a mi casa ahora sin mas remedio. Pero si quieres a las cuatro nos vemos en la oficina. Estaremos solas y tendremos tiempo y tranquilidad para mirar ficheros. Lleva el cuaderno verde. En un cuaderno apuntaba los pisos que habia visto. Quedamos asi y nos fuimos cada una por su lado hasta las cuatro. Yo no tenia donde ir ni nadie a quien hablar. Miriam, la companera del trabajo con quien compartia despacho, dedicaba sabados y domingos a su novio o sus padres. A comer no podia presentarme en casa de los tios sin avisar, me daba apuro. Camine despacio por la calle Genova para subir por Goya a Serrrano. Al menos tendria la distraccion de mirar tiendas. No podia llamar a Francis el fin de semana, estaba prohibido. Ni siquiera tenia el telefono de su casa sino un movil al que solo podia recurrir en horas de trabajo, si fuera absolutamente imprescindible. Me pesaban las palabras de Misi, estaba claro que me censuraba y ella no era ninguna estrecha. Vivia con su novio pero era viuda y el soltero. Sabia por conversaciones anteriores que habia estado doce o trece anos casada, hasta que su marido se mato en un accidente de automovil. Despues paso algun tiempo sin nadie y con este novio, que se habia ido a vivir a su casa, llevaba dos anos o algo asi. A veces, me dijo, estaba un poco harta. Yo le habia preguntado si pensaba casarse. "No tengo ningunas ganas", me habia respondido. "No lo veo. Fuera por el ya nos habriamos casado pero no me decido. No se si puede ser el hombre de mi vida, le falta… fundamento… Para mala experiencia ya tuve una". Aquel dia me rei, diciendo que tener un voluntario para el matrimonio, tal y como estaban las cosas, me parecia genial. Pero eso de no saber si era el hombre de su vida lo decia como esperando que no lo fuera, que hubiera otro, el autentico. Suspire: unos tanto y otros tan poco. Yo lo unico que queria era casarme con Francis… o, mas honradamente, que Francis estuviera libre. Cruzando el lateral de la Castellana un coche me pito iracundo, casi me atropella. Un senor bien vestido me regano: "Nina, pero como anda usted tan distraida, no se da cuenta del peligro". Que fino, llamandome de usted. Me empareje con el para cruzar el subterraneo que no me gustaba nada. Nunca pasaba por debajo de la calzada si podia ir por encima, de no haber andado despistada habria subido por la Castellana hasta un cruce.

  • No es lo que parece. Inspector Salazar de M.j. Fernandez

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    Un politico muere en forma repentina durante un mitin en Haro, La Rioja. El inspector Nestor Salazar y su nueva companera, la subinspectora Sofia Garay, son los llamados a determinar si se trato de un homicidio, pero la situacion se hace mas compleja cuando la investigacion comienza a revelar que las apariencias resultan muy alejadas de la realidad. Nuevas muertes complican el caso, mientras la subinspectora comprende que el propio inspector tampoco es lo que parece.
    Un comisario que ha pedido traslado desde Tenerife lleva a cabo una investigacion paralela sobre una tragedia ocurrida en su familia veinte anos atras, algo que no dejara indiferente al inspector.

  • Black Moon de Gary Thompson

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    “Cuando te vi” es una duologia muy erotica y apasionante, con personajes fuertes y envolventes y una trama llena de grandes emociones.
    Ana Flor suena con encontrar a su principe encantado y vivir su “felices para siempre”. Al encontrarse con la foto de Joao Pedro Valente, ella se apasiona en el mismo instante. “El se convierte en su mundo del reves, ella deja la mano de todo por el, sin imaginar que, en realidad, Juan Pedro Valente esta lejos de ser un principe encantado.

  • El Vientre de Alquiler del Multimillonario Irlandes de Ciara Cole

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    Era el mayor paso que habia dado Logan en sus treinta y pocos anos de vida. Por lo que no era de extranar que, a pesar de toda la investigacion que requeria, adoptara un enfoque bastante practico. No queria dejar ningun cabo suelto en todo lo relacionado con su decision de convertirse en padre. Cientos de mujeres habian contestado al anuncio y, despues de varias semanas de criba, su equipo habia elaborado una lista de las 10 mejores candidatas. Todas las mujeres tenian sus encantos y sus virtudes. Sin embargo, para Logan, la mayoria de ellas parecian hermosas munecas de plastico a tamano real - rubias o morenas, de largas piernas y, algunas, atributos quirurgicamente realzados. Pero una destacaba de una forma que Logan no sabia definir. ?Tendria que ver con lo sana que parecia su aura? Se acaricio el labio superior mientras observaba las fotos y los videos de la candidata llamada Cara. Era una de mujeres que habian llegado al top ten. Y la unica de aspecto natural, sin maquillaje, aires refinados ni ostentosos ropajes. No parecia que le preocupara mucho ser sofisticada. Tenia la piel bronceada, ojos castanos y hoyuelos. Era perfecta. *** Dos semanas antes de aquello, Cara estaba en un cafe mirando el tablon de anuncios. La noche anterior habia dormido en el autobus, preocupada por cuanto le iba a durar el dinero. Necesitaba trabajo y un sitio para dormir – poco se imaginaba lo facil que se lo iba a poner el destino. Uno de los anuncios capto su interes: Se busca aspirante a actriz. Edad 25-28 anos, sana, que no consuma drogas ni alcohol. Dispuesta a hacer escenas peligrosas. Que pueda comprometerse a una produccion de un ano de duracion. Discrecion absoluta. Enviar email para recibir instrucciones. Cara no sabia nada sobre actuar. Su principal talento era la pintura, y llevaba consigo unos cuantos cuadros que esperaba vender, pero sin un lugar en el que trabajar, no podria producir mas. Por eso necesitaba saber mas sobre aquel enigmatico anuncio; era su unica esperanza. Aquel mismo dia respondio y fue invitada a una mansion que parecia sacada de una pelicula. Era alucinante. Cara perdio la cuenta de las mujeres que entraron mientras esperaba en un enorme vestibulo. Habia camaras por todas partes, y la gente que parecia estar a cargo iba vestida con un maximo de elegancia corporativa. Cara observo a las otras candidatas, pero ninguna parecia interesada en hablar con ella – tal vez porque tenia pinta de vagabunda y ellas parecian recien salidas de una sesion fotografica. Habia estado huyendo durante el ultimo mes, por lo que apenas se habia preocupado de su apariencia. Pero deseaba poder contar al menos con el beneficio de un brillo de labios o incluso un poco de talco. Cara suspiro y se encogio de hombros. No tenia expectativa alguna, pero se sintio animada observando toda aquella actividad a su alrededor. ?Seria algun tipo de reality show? La impresionante casa, las camaras y los ocupados asistentes pululando por todas partes – y, por supuesto, las hermosas mujeres que esperaban su turno. Cara habia visto bastante television como para poder alimentar su imaginacion, y se pregunto si seria uno de esos programas cursis en los que un famoso buscaba novia. Sofoco una risa ante aquella idea. Si, claro. En ese caso ya se podia ir marchando porque nadie la iba a elegir para algo asi. Pero quizas estaba de suerte. Cuando llego, le habian pedido que rellenara un formulario, y pronto escucho su nombre. Cuando, cinco minutos mas tarde, salio, lucia una enorme sonrisa en el rostro. !La habian elegido! Bueno, habia sido preseleccionada. Y en aquellos momentos, una sonriente azafata la acompanaba a lo que iba a ser su habitacion. -La prueba de seleccion es continua, por lo que necesitamos que este aqui durante los proximos dias, para hacer ensayos y otras comprobaciones – explico la simpatica ayudante, que se presento como Jessie. Jessie acompano a Cara al ascensor y subieron al tercer piso. -Se alojara en este piso con las otras veinticuatro candidatas. Va a compartir la habitacion con otras dos mujeres, ?tiene algun inconveniente? Cara parpadeo. -Oh, no, ninguno. ?Ha dicho que me alojare aqui durante los proximos dias? -Puede que hasta una semana, con todos los gastos pagados, por supuesto- anadio Jessie, sonriendo. Cara tuvo que sofocar un grito. Aquello tenia que ser un sueno; se pellizco para asegurarse. Ay. No, no estaba sonando. Solo tenia que averiguar de que iba todo aquello y hasta donde estaba dispuesta a llegar. Trato de preguntar tentativamente a Jessie por todo aquel misterio. -No se preocupe, si llega al final, se le proporcionaran todos los detalles. Hasta entonces, la mayor parte de la informacion se mantendra en secreto para garantizar una mayor privacidad. Espero que lo entienda. Sonaba un poco raro, pero no estaba en condiciones de ser quisquillosa. Y, sin embargo, ni en sus suenos mas salvajes se habria imaginado en lo que se acababa de meter. En dos semanas, no solo formaria parte del top ten, sino que llegaria a ser la elegida de entre todas aquellas preciosas y atractivas mujeres. ?Quien lo hubiera pensado? Aun no podia creer que no se tratara de una broma, ni siquiera cuando volo en primera clase para conocer a su jefe. Una limusina le esperaba en el aeropuerto y, cuando llegaron a una inmaculada finca bordeada de arboles y cesped con una preciosa mansion en medio, estaba completamente alucinada. Vaya, otra mansion. Que bonito. Necesitaba un lugar seguro para que no la encontrara el chiflado de su ex novio, y no podia haber escogido un sitio mejor, penso. Pero, ?como podia saberse segura si aun no sabia lo que le esperaba? No sabia por que habia sido elegida. Habia visto el tipo de mujeres que se presentaron para el mismo puesto, y ella no podia competir con ninguna. Entonces, ?por que estaba alli? ?Por que ella? Pronto tendria la oportunidad de formular esa misma pregunta al hombre responsable de todo aquello, cuando lo viera cara a cara unos minutos despues de su llegada. La condujeron a una oficina tipo biblioteca senorial. Detras de un enorme escritorio se encontraba una figura que se puso en pie cuando ella entro acompanada de un silencioso secretario. Para entonces, Cara se sentia muy lejos de estar tranquila, pero al mirar al hombre que tenia enfrente, olvido sus nervios. Parpadeo varias veces para asegurarse de lo que estaba viendo. Guau. ?Quien demonios era aquel hombre? Era guapisimo. De aproximadamente un metro ochenta, hombros anchos y un cuerpo compacto que quedaba muy bien enfundado en su impecable traje a medida. Ojos verdes, cabello castano claro, y una atractiva barba que decoraba su admirable menton. Parecia una estrella de cine, con un toque rustico en los pomulos y barbilla. Sus labios, sin embargo, solo podian calificarse de exuberantes. Cara se quedo mirando y sintio los primeros indicios de atraccion fisica desde hacia un par de anos. Ni siquiera la reciente historia con su ex le habia provocado tantas mariposas en el estomago. El se presento y le pregunto si estaba lista para escuchar su proposicion. Cara penso que no le importaba escuchar cualquier cosa que saliese de aquella sensual boca, y menos con aquel seductor acento irlandes. Le pillo por sorpresa, pero solo se sumo al misterio que constituia aquel hombre. Quien era y que hacia alli en aquella apartada mansion. Y que demonios queria con alguien como ella. -Bueno, veamos de que se trata- dijo despreocupadamente, acomodandose en la silla mas cercana. -Me puedes llamar Logan. Ella asintio. -De acuerdo, Logan. -?Que truco hay? Se que no tiene nada que ver con el cine. No he hecho ninguna prueba de actuacion, pero me han sometido a todo tipo de examenes medicos y me han preguntado por mis antecedentes. ?De que se trata? Teniendo en cuenta que aun no he firmado nada... El dejo que continuara con su chachara y, cuando estuvo seguro de que se habia quedado sin cuerda y le dejaria hablar, hizo una pausa para crear efecto. Y a continuacion dijo: -Necesito un vientre de alquiler para que tenga a mi hijo. *** Era lo ultimo que esperaba Cara. -Sabes lo que es un vientre de alquiler, ?verdad?- pregunto Logan cuando ella lo miro con la boca abierta. -Claro que si- respondio, intentando recuperarse del shock. Volvia a estar nerviosa y comenzo a agitarse en su asiento. No podia creer que hubiese viajado tan lejos para aquella broma. -Si se trata de eso, creo que ambos hemos malgastando el tiempo- dijo Cara con tanta tranquilidad como pudo, deseando salir corriendo de aquella estancia y de la casa. !Tenia que estar loco! Poseia un aire tosco, como una especie de Jason Statham pero mas joven y sexy, aunque si debia ser sincera, no parecia que estuviera loco. -?Por que no me dejas explicartelo todo y luego decides?- pregunto Logan, sentandose en un elegante sillon a la izquierda de Cara. Ella se estremecio, apreto los punos y relajo las rodillas, obligandose a actuar de forma razonable. Forzando una risa, dijo: -Estoy tratando de decidir si realmente tengo curiosidad para oirlo. -Entonces, permiteme que despierte tu interes: un ano, dos millones de dolares, tres reglas. Cara se quedo prendada de su acento y de la forma en que sus palabras consiguieron despertar su curiosidad. -Te escucho- anadio, con un nudo en la garganta. -Durante un ano, viviras en mi casa, con todos los gastos pagados mas una prestacion hasta que nazca el bebe. Al final de ese ano, recibiras dos millones de dolares. A cambio de todo eso, deberas acatar tres estipulaciones: abstenerte de alcohol y drogas, someterte a una adecuada atencion medica y personal durante todo el embarazo, y mantener el acuerdo en absoluta confidencialidad, sin excepciones. Cara lo miraba fijamente y sin pestanear, pero el no parecia sentirse molesto por aquel escrutinio, ni por su siguiente pregunta. -?Hay alguna razon especial por la que deseas hacer esto? y ?por que me has elegido a mi? -?Por que lo hago?- Una pequena sonrisa aparecio en sus labios – por primera vez. -Porque me gusta tener el control. Cara se lo habia imaginado. Aquel hombre transmitia un aire de seguridad y daba la sensacion de estar acostumbrado a salirse con la suya. Pero se abstuvo de hacer ningun comentario. -Estoy en una etapa de mi vida en la que quiero planear mi futuro, y eso incluye un heredero. Nunca he mantenido una relacion romantica a largo plazo y, en cuanto al matrimonio, digamos que no soy fan de esa institucion. Me resulta dificil relacionarme con mujeres en general, y he decidido que un vientre de alquiler se ajusta perfectamente a mis necesidades. Se levanto de forma subita y sus ropajes parecieron moverse con el, como si estuviesen fusionados a su fortaleza. Se paseo por el elegante suelo de madera sin apartar ni un momento los ojos de Cara

  • Un angel de cristal de Dawn Brower

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    Esta es una obra de ficcion. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son productos de la imaginacion del autor o se usan de manera ficticia y no deben interpretarse como reales. Cualquier parecido con lugares, organizaciones o personas reales, vivos o muertos, es completamente fortuito.

  • Beautiful (Saga Beautiful 5) Un toque de locura, Christina Lauren de Christina Lauren

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    En la ultima entrega de la exitosa serie romantica <>…

  • Visiones en la niebla de Jose Sanchez San Martin

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    Ayer enterramos a Jeronimo. Fue una de esas tardes grises y desapacibles que no se olvidan. La niebla se filtraba por los intersticios del cuerpo y el viento imponia su sonido sibilante sobre el gimoteo de los allegados y las herramientas de los obreros. Mientras asistia a la inhumacion, pense que el dia era apropiado para tal fin. Como si el lo hubiera elegido a proposito. Le agradaba inmiscuirse en medio de la voragine invernal, para desafiar a los elementos e imponer su presencia sobre ellos. Era asi de intempestivo y osado. Doblegarse significaba para el tanto como perder su intrinseca estima personal. En una de esas frases pretenciosas que a veces le gustaba citar y a mi me enervaban decia que preferia soportar la adversidad antes que ceder en las convicciones personales. Una solemne tonteria. Como si la vida, en su inherencia, no tendiera espontaneamente a la permisividad y la componenda. Quien no lo conociera podia pensar, oyendole hablar asi, que era un hombre incapacitado para aceptar la vida tal como es; pero creo que, en el caso de Jeronimo, habria que interpretar su enfatica declaracion como un reconocimiento explicito de ingenita tenacidad que le inhabilitaba para aceptar el estado natural de las cosas y le compelia a la busqueda de un ideal perfectivo. Digo esto porque, debido a esa terquedad suya en no ceder ante las conveniencias, hubo de soportar muchos contratiempos, entre ellos, el ultimo y definitivo, que le llevo a la tumba. No seria por no haberselo advertido. --Jeronimo, no fumes. Asumes un riesgo innecesario para tu salud, ademas de practicar un habito insipiente, anacronico y vulgar. Mi consejo era sincero, aunque no del todo desinteresado. Miraba por mi salud tanto como por la suya. El humo que expulsaba con pertinaz insistencia por boca y nariz me hacia toser y lagrimear, ademas de impregnar ropas y pelo de un nauseabundo olor a combustion. Mis advertencias jamas hicieron mella en el. En aquella epoca, llevar el pitillo en la boca era signo destacado de hombria, como sujetarlo entre los dedos resultaba un elemento de distincion. A nadie, ni siquiera a los medicos, se le ocurria pensar en la nocividad del tabaco. A mi tampoco, pero la vision de una chimenea ennegrecida por el humo me sugeria la idea aterradora del mal. Como reaccion a mis jaculatorias preventivas, Jeronimo expelia con virulencia el humo sobre mi rostro y me miraba con fingida lastima, esperando la asfixia momentanea. Yo hacia aspavientos para dar a entender que, en efecto, estaba a punto de quedarme sin aire, lo que motivaba sus carcajadas por la hazana. --!Aprende a fumar y actua como un hombre! --me decia con sarcasmo. Yo me apartaba con repugnancia del cerco humeante, pero el me perseguia arrojandome su vaho con pertinaz insistencia. Pese a esta pugna cotidiana a cuenta del tabaco, Jeronimo y yo nos entendiamos a la perfeccion. El solia comentar, con no poca admiracion, la buena amistad que manteniamos desde tantos anos ha. Era verdad, a pesar, anadia yo, picajoso, del obstaculo inevitable que interponia el tabaco. Jeronimo, como prueba irrefutable de que este nunca nos podria separar, echaba mano al bolsillo del pantalon, extraia el paquete de cuarteron y comenzaba a fumar, mientras ratificaba esa buena relacion entre nosotros. A veces, cuestionabamos en que podia fundamentarse tal amistad, considerando el divergente modo de ser y de pensar de cada uno: yo amaba la regularidad, el orden, la habitualidad; el, por el contrario, sentiase bohemio hasta el tuetano, gustaba del desorden, la diversidad, la ocasion excepcional. Yo era puntual, pacifico, disciplinado, ahormado en la moral imperante y sumiso al compromiso social. El buscaba el enfrentamiento para demostrar su superioridad, asumia la rebeldia como el mejor modo de asentar su personalismo y era tan reacio a cualquier moral como renuente al orden establecido. Tales contrastes de personalidad debieran habernos alejado el uno del otro, pero acontecio lo contrario, que nos ahormaron hasta hacernos inseparables. Jeronimo decia que precisamente lo que nos faltaba a cada uno era lo que servia para unirnos, complementandonos mutuamente. Asi debio de ser, cuando nos permitio fraguar una solida amistad que perduro para siempre. Con Ramiro, el tercer miembro del grupo, la amistad, aunque sincera, no tenia la misma intensidad. El se parecia en muchos aspectos a mi, y eso, quieras que no, siempre originaba controversias por cualquier tiquismiquis. Ambos pretendiamos imponer nuestro criterio, evidenciar la respectiva preparacion cultural o la agudeza de nuestro pensamiento. Hasta en lo fisico pretendiamos imponernos el uno al otro, aunque teniamos practicamente la misma estatura y una efigie mas bien vulgar. Con Jeronimo, sin embargo, todas estas prevenciones y piques estaban de mas. Asumiamos de principio que sus peculiares prendas fisicas, su acusada masculinidad, le hacian superior a nosotros. Tanto a Jeronimo como a Ramiro los conoci en el instituto, cuando estudiabamos el bachillerato. Eramos companeros de curso, aunque apenas si habiamos intercambiado media docena de palabras. Fue una manana de noviembre de aquel lejano tiempo cuando nuestros destinos se unieron. A la entrada en clase nos comunicaron la ausencia del profesor y nos dieron tiempo libre durante dos horas. Este era un lapso enorme para nosotros, que intentamos aprovechar a discrecion. A sugerencia de un companero, decidimos hacer una excursion a lo largo del cauce fluvial, no lejos de donde se ubicaba el centro docente. Deambulamos sin prisa, con descuido, a traves del camino de sirga. Ibamos en pandilla, aunque la estrechez del sendero nos permitio formar grupos de tres o cuatro chicos. En uno de ellos coincidi con Jeronimo. Intercambiamos pocas palabras, intrascendentes, como para quejarnos del intenso frio reinante o alabar la belleza del rio en aquel paraje que transitabamos. Ambas constataciones, por mas que evidentes y manidas, eran certeras. Recien salidos de los Santos, ya el frio novembrino se dejaba sentir como anticipo del invierno al que nos abocabamos. La humedad que se desprendia del rio acrecia esa sensacion de malestar y nos hacia apretar el abrigo contra el cuerpo, en una instintiva actitud de defensa. La andadura, no obstante, reactivaba la sangre y nos hacia reaccionar contra el frigido elemento. Eramos jovenes y el ejercicio nos servia para actualizar nuestra energia vital. Surgieron las primeras bromas y las risas afloraron con facilidad. Hubo amagos de empujar a alguno y arrojarlo al agua, lo que ocasiono pugnas apasionadas entre los que empujaban y los que resistian, con general jolgorio. La manana, ciertamente, resultaba desacostumbrada para nosotros. A esa hora debieramos estar enclaustrados en un aula, escuchando con gesto aburrido y displicente las explicaciones del profesor de turno. Pero con la oportuna e inesperada ausencia de este, nos propiciaba una excursion insolita, a traves de parajes exoticos y bellisimos. Lo que mas apreciabamos en ese momento era la inmediata sensacion de libertad que nos acuciaba. El grupo abigarrado de cincuenta muchachos disfrutabamos de la excepcionalidad de una escapada insospechada, a traves de un mundo novedoso y primordial. La constatacion de ese particularismo servia de acicate a nuestra despreocupacion y permitia aflorar nuestro mejor talante. El mismo aire que respirabamos, cargado de sutiles aromas campestres, nos permitia interiorizar la vivencia unica que disfrutabamos. Aspirabamos con delectacion esa atmosfera perfumada con los sutiles aromas de bosques y humedales, como si quisieramos saturar nuestro organismo con esas esencias de la naturaleza, para que perduraran en nosotros. Las conversaciones joviales, el retoce juvenil y las risas faciles, propensas a la escandalera, no nos impedian ponderar la apabullante belleza del paisaje que contemplabamos. El rio en aquella zona que transitabamos se expandia con ampulosidad al discurrir por tierras bajas y sin obstaculos, lo que propiciaba que las aguas fluyeran tranquilas, parsimoniosas. Mostrabase asi el cauce fluvial, al fondo de los ribazos, como un inmenso espejo, cuyos bordes fueran escrupulosamente vigilados por nucleos de chopos centenarios. El leve tintineo de sus hojas, a impulsos del suave cefiro, ponia contrapunto al contenido murmullo del agua en su lento discurrir. La epoca otonal en que nos encontrabamos tenia con patina dorada parte de las masas arboreas, propiciando, junto al cristal purisimo del rio, una conjuncion cromatica, subyugante y venusta, de naturaleza inmaculada, como recien surgida del halo magico de la creacion. Era facil extasiar la vista por ese escenario natural y admirar la serenidad y plenitud formal de un mundo magnificente, que parecia puesto a proposito para nuestro disfrute. Para influir mas en nuestro sobrecogido animo y darle un toque de misterio e irrealidad al apabullante paisaje, estaba la niebla. No tenia la densidad de los dias de invierno, cuando cae sobre nosotros como un manto pesado, oclusivo, que entorpece la vista e invade nuestra intimidad con sus vapores sinuosos. En aquella manana excepcional, nos envolvia una bruma sutil, ligera, que apenas sobresalia un metro por encima del suelo, suficiente para darnos la sensacion de que caminabamos entre algodones y de que los arboles que nos flanqueaban, asi como el terroso camino serpenteante, o todos los demas elementos que nos rodeaban, carecian de base y flotaban ingravidos sobre el lecho nebuloso. Pero la sensacion mas asombrosa procedia de la vision que ese espacio espectral nos sugeria. Ante su percepcion global, la realidad del paisaje se difuminaba para ser sustituida por el simbolismo de un mundo magico, preternatural, recien creado con retazos de cielo, tierra y agua, para nuestra contemplacion y deleite. He visto despues, a lo largo de mi vida, muchos parajes hermosos; pero la vision paradisiaca de aquel mundo primigenio y sublime permanece en mi recuerdo a traves de los anos como la idealizacion de un orbe sin macula, formado a imagen y semejanza de nuestra exultante juventud. No duro mucho aquel extasis natural, quiza para que aprendieramos a asumir que los momentos de exaltacion de la belleza no se prodigan y, en su oportunidad, deben ser apurados al maximo. Nuestra andadura continuaba en progresion indefinida, hasta que una de las corrientes tributarias del caudaloso rio nos hizo desviar el rumbo. Atravesabamos ahora tierras labrantias, alternantes con campillos y rozas de gleba, dejando a nuestra espalda el cauce fluvial. Pasado el instante de encantamiento, regresaron las bromas zafias y las risas prontas. Tan pronto pisoteabamos surcos perfectamente delineados en espera de la sembradura, como nos adentrabamos en tierras esteriles, de cascajal. El acicate de nuestra andanza residia en la carencia de rumbo; avanzabamos a donde nos conducian nuestros pasos, conscientes de que era el viaje mismo quien motivaba nuestro entusiasmo. No pretendiamos llegar a ninguna parte; solo deambular y descubrir lo que la andadura nos propiciaba, a traves de aquellas tierras llanas, sin alcores a la vista. El tiempo parecia desaparecido de nuestras vidas. Asumiamos con toda naturalidad que nos habiamos constituido en seres privilegiados, recien asomados a la pletorica pubertad, y disfrutabamos plenamente de nuestra privilegiada condicion. En medio de la inmensa paramera que ahora atravesabamos, gozabamos de nuestra juventud, liberados de la prision del tiempo, errantes por mundos ineditos sin un destino fijo. En cierto momento de nuestro nomadismo, uno de los companeros creyo reconocer el paraje por donde a la sazon transitabamos. Segun el, nos encontrabamos cerca del lugar donde antano hubiera un ventorro famoso, muy visitado en las epocas veraniegas y ahora medio en ruinas. Acuciados por la curiosidad de ver ese arcaico establecimiento, nos dejamos guiar por el chico que nos informara. Atravesamos ejidos y pisoteamos cornijales en erratica marcha, cual formas fantasmagoricas pululantes en medio de la tenue neblina. El improvisado guia parecia bastante desorientado y retrocediamos o ladeabamos el rumbo segun la ocasional inspiracion de aquel. En un determinado momento se detuvo y miro alrededor. Era evidente su confusion, lo que motivo que le arrojaramos gruesas pullas y lo avergonzaramos por su ineptitud. Hacia tiempo que el poderoso murmullo del rio se habia mitigado y un silencio forzado, de naturaleza muerta, se imponia en el ambiente. Hicimos un alto forzados por la desorientacion, mientras nuestro companero-guia daba cortos paseos de un lado a otro. Segun el debiera estar alli el objeto de nuestro interes, mas ninguna obra de hombre se veia a nuestro alrededor. Estabamos en medio de una amplia meseta, de suelo desigual, formado a base de canto y tierra. En el extremo de la irregular perspectiva el terreno se elevaba ligeramente para formar un monticulo rocoso. Era una zona extremadamente lata y arida, sin restos de yerbajos o ratizos. Para descansar de la caminata, nos sentamos un momento mientras reelaborabamos sugestiones e iniciativas. Nuestra incipiente aventura se frustraba y los animos se enfriaban a la vez que los ateridos cuerpos. Permaneciamos todavia sentados sobre el frio suelo, ajenos a la incomodidad, como si el tiempo se hubiese inmovilizado y nosotros estuvieramos cautivos de el. Nadie acerto a definir un proyecto que nos sedujera, por lo que nos incorporamos y enfilamos el camino de regreso. Estabamos lejos de sospechar que esa andadura aparentemente residual nos conduciria directamente a lo que, para Jeronimo y para mi, constituiria, muchos anos despues, un destino inesquivable, plagado de sugestiones, incertidumbres y sobresaltos. El punto de encuentro con el se encontraba en las afueras mismas de la ciudad, no muy lejos de nuestro instituto. Se trataba de un viejo, aunque robusto, edificio, construido en piedra, de amplias dimensiones, cuya fachada principal, sobria, sin aditamentos, estaba horadada por sendas aberturas sin trazos decorativos. Solo el vano de la puerta, en forma semiesferica, se permitia un cierto ornato, al rodearla con una linea de impostas, como si la forma curva pudiera provocar osada perturbacion en la tarea contemplativa, y se quisiera paliarla con el simbolico e inmediato cerco de lineas rectas, hechura de una existencia que no se permite la duda. Todos los vanos estaban oportunamente cegados. Incluia el edificio en uno de sus laterales airosa torre de tres cuerpos, el superior de los cuales aparecia trepanado a cada lado por una ventana, de dimensiones mas pequenas que las de la fachada. Quiza en tiempos pasados la atalaya rematara en forma de terraza almenada, pero ahora mostraba cubierta de teja, con la indudable finalidad de dar servicio a ese espacio suplementario. La singularidad del accesorio fue la que dio nombre al edificio, que en la ciudad se conocia popularmente como <>. Estaba rodeada por un amplio terreno, ahora arenoso, con un exiguo resto de miseros arbustos, que en tiempos debio de constituir el jardin de la peculiar mansion. Cercano a la edificacion se encontraba un pozo de amplia embocadura, hermeticamente protegida con tapa metalica, oportunamente candada. Sobre el brocal, se erigia un arco de hierro, en funciones de cigonal, que remataba airosamente el circulo de piedra. El senorial conjunto estaba resguardado por un tapial de mamposta, como de metro y medio de altura, sucio, destrozado en varios puntos, con apenas restos de su antiguo enlucido. La cancela de hierro que ocluia el lugar, de planchas en la parte inferior y de verja en la superior, rematada a modo de lanzas que apuntaban al cielo, estaba oxidada, con costurones como cicatrices que hendian la ferrea piel y mostraban sin piedad los desgarros seculares. A saber cuando dejo de cumplir su funcion la cerradura que aparecia medio desencajada del cuerpo de la cancela. Tal era el estado de abandono que, cuando pretendimos mover la pesada puerta para acceder al interior, los agarrotados goznes se negaban a girar; solo despues de un vigoroso esfuerzo conjunto conseguimos entreabrirla, entre el agudo rechinar del mecanismo, quejoso del imprudente trato. El companero que propuso adentrarnos en los terrenos de la obsoleta mansion hizo saber que estaba deshabitada desde muchos anos antes y que podiamos deambular por alli sin cuidado alguno, como si estuvieramos en la calle. Asi lo hicimos, intentando abrir la tapa del pozo para husmear en su interior, pero el grueso candado impidio nuestros propositos. Nos acercamos al palacete y tocamos con admiracion sus grandes sillares, heridos en varios puntos por la inclemencia del tiempo. Los mas cercanos al suelo eran los que mostraban mas desperfectos, habiendo perdido parte de su volumen, desmoronandose con facilidad en cuanto se hurgaba en ellos. Fue en este curioseo cuando descubrimos que, en la parte posterior del edificio, una de las piedras limitrofes con el suelo estaba desencajada y dejaba una hendidura, estrecha y oscura. Del inquieto grupo estudiantil surgio al instante la impertinente pregunta acerca de que habria en el interior. --Eso lo podemos saber ahora mismo. El que hablo fue Jeronimo, y su iniciativa nos permitio conocer su audacia y decision. Aparto a los que estabamos cerca de la abertura siniestra y la observo con detenimiento. Jeronimo era muy alto, con estructura fisica atletica y rasgos de cara armonicos y finamente delimitados. Me repugnaba apreciar la belleza masculina, asi que preferi pensar que las mujeres considerarian a Jeronimo como un hombre muy guapo. Se peinaba con raya al lado, en una epoca en que los chicos soliamos dirigir el pelo hacia atras. Como marca visible, mostraba en la mejilla izquierda, junto a la patilla, un lunar en forma ovalada, como de un centimetro y medio de largo; lo que en otro hubiera quiza supuesto un defecto natural, constituia en el un motivo mas de atraccion. Sin decir palabra alguna, se despojo del abrigo, que me alargo para que lo sostuviera. No tenia importancia aquel gesto, ya que era el companero mas cercano; pero me lleno de orgullo, porque, de algun modo, me hacia participe de la aventura que iba a protagonizar. Despues rebusco en los bolsillos y extrajo una caja de cerillas, que tambien me dio, con el encargo de que se la facilitara cuando estuviera dentro. Su voz era suave, agradable, sin rastro de nerviosismo o vacilacion. La decision de Jeronimo nos parecia a todos, mas que valerosa, temeraria. Causo tal impacto en mi que solo me atrevi a decirle que tuviera cuidado. Era tanto como animarle a seguir, para que no se frustrara nuestra curiosidad. Jeronimo, con admirable tranquilidad, introdujo las piernas en el agujero, ocupando totalmente el perimetro de este. Era imposible que el ampuloso pecho de Jeronimo cupiera por alli. ?Y si el valiente companero quedaba ocluido en medio del orificio, sin poder entrar ni salir? Este pensamiento me agobio durante un momento, el preciso en que Jeronimo, con admirable flema, dijo: <>. Expulso el aire para comprimir el torax y dio un fuerte impulso hacia abajo. Acontecio lo que me temia: pese a su prevision contractora, el pecho ocupaba todo el escueto espacio y no era posible deslizarse por el. Fueron unos segundos comprometidos, en los que algunos cambiamos angustiosas miradas, que traslucian el pensamiento aterrador de que nuestro companero quedara eternamente aprisionado. No seria el primer caso. Recorde, al efecto, la fachada sur de nuestro templo catedralicio, en una de cuyas ventanas, escueta y cegada, sobresalia el busto en piedra de una figura humana. Segun la leyenda, se trataba de un intruso que se introdujo en el templo con intencion de robar. Al ser descubierto, quiso huir por la escueta ventana, pero su fuerte complexion corporal le impidio traspasarla, quedo atrapado y, como castigo divino, convertido en piedra. Era una leyenda que a los muchachos nos espantaba, sin que prejuzgaramos el hecho sorprendente de que la carnalidad de un hombre fuera trastocada en petrea materia. !Pero si lo decian nuestras madres es que era verdad! En la ocasion presente, viendo a Jeronimo aprisionado en el agujero, sin posibilidad de moverse, recorde la siniestra leyenda catedralicia y me horrorice. Como portavoz autorizado por el hecho de sostener el abrigo de nuestro heroe, di un paso adelante y grite con desesperacion: --!Hay que hacer algo, antes de que se convierta en piedra! Los demas companeros me miraron estupefactos, sin comprender lo que queria decir. Tambien Jeronimo, desde su incomoda postura, me dirigio una mirada intencionada, cargada de ironia. Era evidente que conocia la leyenda del ladron, porque me dijo: --No te preocupes, que yo no me voy a quedar aqui eternamente. Lo expreso con desparpajo, como si estuviera disfrutando con la situacion. Tan pronto como termino de hablar, extendio los brazos hacia arriba para facilitar el resbalamiento, dio un fuerte impulso hacia abajo y desaparecio bajo tierra. A partir de ese momento, se produjo entre los que estabamos fuera un silencio respetuoso, como si temieramos que el companero hubiera desaparecido para siempre, devorado por las fauces siniestras de algun monstruo subterraneo. A impulso del miedo y la curiosidad, me acerque a la siniestra boca. Solo veia oscuridad. En esa posicion indagatoria y temerosa estaba cuando del antro surgio una garra, seguida de un grunido sobrecogedor: Lance un alarido de terror y pedi auxilio a los companeros, con voz angustiosa. Antes de que pudieramos reaccionar, se escucho una risita sarcastica y la voz de Jeronimo en tono de guasa: --Soy yo, hombre. No seas cobardica. Acercate y dame las cerillas. Fingi suficiencia y valor, como si mis anteriores palabras hubieran sido tambien expresion de broma. Pero mi corazon latia todavia sobresaltado. Introduje la mano en el orificio con la cajetilla. Al instante, senti como me la arrebataba Jeronimo desde dentro para, a continuacion, tirar con fuerza de mi brazo. Yo solte una risa forzada, aunque interiormente no las tenia todas conmigo.

  • Me haces falta de Freya Asgard

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    Luego de la muerte de Teresa, el amor de su vida, Marcos debe seguir adelante, pues no esta solo, ahora tiene un hijo que criar. A pesar del trabajo duro, el dolor parece no menguar; sin embargo, la vida siempre da nuevas oportunidades y, en este caso, puede estar mas cerca de los que sus ojos le permiten ver.
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    Maybe Albornoz es una tipica chica de ciudad que llega a "El Terrano", la hacienda del abuelo de Victoria, cunada de Marcos, mientras huye del novio de su mejor amiga, un hombre golpeador que la amenaza por entrometerse en su relacion, por lo que debe quedarse en el fundo. Esto provoca en ella dudas y molestia, pues vivir en el campo y enamorarse, sobre todo de un hombre como Marcos; no esta en sus planes.
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    ?Podra Marcos dejar el sufrimiento atras y encontrar la paz y el amor? ?Maybe dejara su estructurada vida para aceptar que no siempre todo se puede planear?

  • Ni un paso atras de Pilar Pinero

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    La autora de la novela Voy a volverte loco vuelve con esta nueva y atrevida historia.

  • La cuna del poder de Chris Endsjo

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    En un antiguo castillo, en lo alto de un recondito acantilado del mar cantabrico, se inaugura el colegio San Esteban, reservado para un selecto grupo de alumnos escogidos de entre la clase dominante del mundo occidental. Alfredo Martin de Caviedes se vera involucrado en el nacimiento de un grupo clandestino de inteligencia junto a sus companeros Friedrich, nieto de Guillermo II de Alemania, y James hijo del expresidente Roosevelt entre otros.

  • La indignacion activa de Baltasar Garzon

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    Este es un libro-mitin para apelar a la accion, porque, como dice el autor, <>. Esta obra es un ideario que resume en muy pocas paginas las ideas de la actualidad que mas preocupan al autor. El objetivo es dirigir al lector hacia una reflexion que le permita tomar posicion. El eje central es la necesidad de actuar frente a una politica obsoleta y degradada y a una clase politica que ha olvidado a los ciudadanos, para mover a una sociedad que ha sufrido los efectos de la corrupcion anadidos a una crisis economica. Sin solucion de continuidad, la aparente mejora economica lleva a una incentivacion del consumo que, al no haberse resuelto los problemas de fondo, nos esta llevando de nuevo a una mayor desigualdad.

  • Nunca te hare llorar de Monica Diaz Vazquez

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    Bianca deja una vida acomodada,
    para comenzar a...
    !VIVIR SU VIDA!
    Su corazon lo tiene cerrado al amor...
    Aless, un guapo y famoso modelo,
    se interpone en su camino...
    Esta enamorado de ella desde hace anos...
    Los fantasmas del pasado vuelven a Bianca...
    ?Conseguira Aless volver a abrir su corazon?
    Y ella... ?Se dejara?
    ?Conseguira vencer sus miedos?

  • Fellatium de Ulises Novo

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    Claudia se reune todos los miercoles con Anna, la ex novia de su actual pareja, Dylan, un hombre de exito, pero adicto al sexo oral.
    A lo largo de las conversaciones que mantienen estas dos mujeres, el lector descubrira la compleja personalidad de este seductor nato asi como sus fantasias mas morbosas y su talento para manipular segun sus intereses.
    Desgraciadamente, Claudia y Anna no comparten la misma opinion sobre Dylan y esa falta de entendimiento solo puede conducir al desastre.

  • Un corazon para dos de Jessi Kirby

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    Cuando las sirenas me despertaron justo antes del amanecer, no se como supe que iban a por el. No recuerdo haber saltado de la cama ni haberme atado los zapatos; tampoco recuerdo como llegue al camino de la entrada, ese sinuoso sendero que hay entre nuestras casas. No recuerdo mis pies golpeando el suelo, mis pulmones aspirando aire ni mi cuerpo corriendo para atrapar lo que mi corazon me decia que era cierto. Pero recuerdo cada detalle despues de eso. Puedo ver las luces azules y rojas que brillan en el claro cielo del amanecer. Puedo escuchar las voces entrecortadas de los medicos. Las palabras <> que se repiten entre el ruido de sus radios en el fondo. Recuerdo los profundos y ahogados sollozos de una mujer desconocida, y que sigo sin conocer. Tambien el extrano angulo de la camioneta blanca de la chica, con el toldo oculto bajo los tallos destrozados, y las flores de los girasoles que crecian a lo largo del camino. La reja, astillada y rota. Recuerdo los cristales, que parecian grava, esparcidos por el asfalto. Sangre. Demasiada. Y su zapatilla tirada a un lado, en medio de todo aquello. El corazon que, con un rotulador negro, yo habia dibujado en la suela. Aun puedo percibir el vacio de su zapatilla cuando la recogi y como su liviandad me hizo caer de rodillas. Puedo sentir las manos enguantadas que me levantaron y que luego me sujetaron cuando trate de correr hacia el. No dejaron que me acercara. No querian que lo viera. Y, por eso, lo que mas recuerdo de esa manana es que me quede de pie a un lado del camino, sola, mientras la oscuridad se cernia a mi alrededor y el dia cambiaba mi vida. La luz de la manana sobre los petalos, dorados y vibrantes, esparcidos por donde el yacia, agonizando. 1 La comunicacion con los receptores del trasplante puede ayudar a los familiares de los donantes tras su perdida… En general, las familias de los donantes, los receptores, y sus parientes y amigos se pueden sentir reconfortados al hablar sobre sus experiencias con la donacion… El regalo de la vida… Pueden pasar meses o anos antes de que alguno de ellos este listo para enviar o recibir correspondencia, o tal vez nunca llegue a haber ninguna relacion. Programa de Servicios a las Familias de los Donantes Alianza de Vida Cuatrocientos dias. Repito el numero en mi cabeza. Dejo que se apodere del sentimiento de vacio mientras aprieto el volante. No puedo permitir que se vaya como cualquier otro dia. Cuatrocientos merece algun reconocimiento. Como trescientos sesenta y cinco, cuando le lleve flores a su madre y no a su tumba, porque sabia que el habria querido que las tuviera ella. O como en su cumpleanos. Eso fue cuatro meses, tres semanas y un dia despues: el dia ciento cuarenta y dos. Lo pase sola. Ese dia no tuve animo para ver a sus padres y, en realidad, una parte pequena y secreta de mi creia que, si yo estaba sola, quiza el podria regresar, cumplir dieciocho anos y seguir donde nos habiamos quedado. Estudiar el ultimo ano conmigo, enviar solicitudes a las mismas universidades, regresar por ultima vez a casa o ir al baile de graduacion, lanzar los birretes al aire y besarnos hasta que llegaran al suelo. Cuando el no regreso, cogi una sudadera que aun conservaba su olor, o eso pensaba yo. La aprete contra mi cuerpo y pedi un deseo. Desee, con todas las fuerzas, que no tuviera que hacer ninguna de estas cosas sin el. Y mi sueno se hizo realidad. El ultimo ano se transformo en una niebla. No envie por correo las solicitudes a la universidad. No sali a comprar el vestido para el baile de graduacion. Olvide que habia un cielo para besarnos debajo de este. Los dias pasaron, uno tras otro, sin fin; parecian infinitos, pero se fueron en un parpadeo, como las olas que se rompen en la orilla, o las estaciones que pasan. O el latido de un corazon. Trent tenia un corazon de atleta: fuerte, estable, diez latidos mas lento que el mio. Antes, nos acostabamos pecho contra pecho, y yo respiraba mas lento para seguir su ritmo. Trataba de enganar a mi pulso para que hiciera lo mismo; pero nunca funciono. Tres anos despues, mi pulso se aceleraba con solo estar cerca de el. Pero encontrabamos nuestra propia sincronia, con su corazon latiendo a un ritmo lento y estable y el mio llenando los espacios intermedios. Cuatrocientos dias y demasiados latidos por contar. Cuatrocientos dias, demasiados lugares y momentos donde Trent ya no existe. Y aun sin respuesta de uno de los pocos sitios donde si existe. Un claxon suena detras de mi, y me saca bruscamente de mis cavilaciones. Por el espejo retrovisor puedo ver al conductor que sigue maldiciendo mientras maniobra para adelantar a mi coche. Se lo ve furioso y esta gritando a traves de su parabrisas: <>. Me pregunte lo mismo al entrar en el coche. No estoy segura de lo que estoy haciendo, solo se que tengo que hacerlo porque debo verlo con mis propios ojos. Por lo que senti cuando vi a los otros receptores. Norah Walker fue la primera receptora en contactar con la familia de Trent, aunque su nombre lo supieron despues. Los receptores y las familias de sus donantes pueden ponerse en contacto en cualquier momento a traves del coordinador de trasplantes, pero recibir aquella carta fue una sorpresa para todos nosotros. La madre de Trent me llamo el dia despues de recibirla y me pidio que fuera a su casa. Nos sentamos juntas, en una sala bien iluminada, en ese hogar que guardaba tantos recuerdos, como aquel dia en que pase corriendo frente a la puerta, hasta cinco veces, deseando que el notara mi presencia. Oi sus pasos que trataban de alcanzarme y empece a correr mas despacio, solo lo suficiente para que llegara junto a mi. Se las arreglo para hablar, con la respiracion entrecortada. --!Eh! --Respiracion--. !Espera! --Respiracion. Teniamos catorce anos. Eramos unos desconocidos hasta ese momento. Hasta esas dos palabras. Cuando fui a casa de Trent a hablar con su madre, me sente en el sillon donde el y yo soliamos ver peliculas y comer palomitas del mismo bol. Fueron sus palabras y la gratitud que habia en ellas las que me sacaron del lugar oscuro y solitario en el que yo habia habitado durante mucho tiempo. La carta, escrita con letra temblorosa y en un papel bonito, desperto algo en mi. Era sencilla. El receptor estaba profundamente apenado por la muerte de Trent. Profundamente agradecido por la vida que le habia dado. Esa noche regrese a casa y le escribi una respuesta: le queria agradecer la vitalidad que me habia otorgado con sus palabras. Y, la noche siguiente, escribi a otro receptor, y mas tarde a otro: cinco en total. Cartas anonimas para personas anonimas a las que queria conocer. Y, cuando se las envie al coordinador de trasplantes para que las hiciera llegar a los receptores, fue con la leve esperanza de que esas personas me escribieran una respuesta. Que pudieran darse cuenta de mi presencia, como el lo hizo. Me vuelvo y veo que el esta alli, sonriendo, apretando un girasol que es mas alto que yo. Su tallo se arrastra detras de el. --Soy Trent --dice--. Me acabo de mudar aqui, en esta misma calle. Debes de vivir cerca, ?verdad? Esta semana te he visto pasar todas las mananas. Eres rapida. Me muerdo el labio inferior mientras caminamos. Sonrio por dentro. Trato de no confesar que todos esos dias he reservado la velocidad para el tramo de camino frente a su casa. Desde que el camion de la mudanza se detuvo en el camino de la entrada, y el bajo de un salto. --Soy Quinn, digo. --Respiracion. Escribir las cartas me hizo sentir como si pudiera respirar de nuevo. Escribi sobre Trent y sobre todo lo que me dio cuando estaba vivo. La sensacion de que podia hacerlo todo. Felicidad, amor. Las cartas eran una manera de honrarlo y una esperanza de algo mas. Una mano anonima que se estiraba hacia el vacio, buscando una conexion. Una respuesta. Me rio porque el aun no ha recuperado el aliento, y porque no parece recordar que lleva un enorme girasol en la mano. --Oh --dice, siguiendome la mirada--, se suponia que este era para ti. Yo… --Se pasa una mano por el pelo, parece nervioso--. Yo lo he arrancado por alli, cerca de la reja. Lo extiende hacia mi y se rie. Es una risa que quiero seguir escuchando. --Gracias --respondo. Y estiro la mano para cogerlo. Lo primero que me regalo. Despues de doscientos ochenta y dos dias, y de enviar y recibir muchas cartas, de rellenar formularios de aceptacion y de recibir asesoria previa a la reunion, su madre y yo fuimos a la oficina de Servicios a las Familias de los Donantes, nos sentamos juntas y esperamos a que llegaran; queriamos conocerlos en persona. Norah fue la primera que hablo con nosotras y que nos tendio la mano. A pesar de todas las veces que me habia imaginado el encuentro, no estaba preparada para lo que senti cuando nos cogimos de la mano, la mire a los ojos y supe que tambien habia en ella una parte de Trent. Una parte que le habia salvado la vida a la chica y le habia dado la oportunidad de ser madre de una pequena nina, de pelo rizado, que miraba desde detras de las piernas de Norah, y esposa del hombre que estaba de pie junto a ella, llorando. Cuando la mujer respiro hondo, con los pulmones de Trent, y acerco mi mano a su pecho, para que sintiera como se llenaban y se expandian, mi corazon tambien se lleno. Paso lo mismo con los demas receptores que conoci: Luke Palmer, siete anos mayor que yo, nos toco una cancion con su guitarra, y podia hacerlo gracias a que Trent le habia dado un rinon. Estaba John Williamson, un hombre callado pero calido, mayor de cincuenta anos. Escribio varias cartas poeticas acerca de la manera en que su vida habia cambiado desde que recibio el trasplante de higado. Aquel dia lucho para encontrar las palabras correctas con las que poder expresarse en esa pequena recepcion. Y luego estaba Ingrid Stone, una mujer con los ojos de un tono azul claro, tan diferentes de los ojos de color cafe de Trent, pero que podia ver el mundo de nuevo, y pintarlo con colores vivos, gracias a ellos. Dicen que el tiempo sana todas las heridas, pero conocer a esa gente, una improvisada familia de extranos que estaban unidos por una sola persona, sano mas en mi que todo el tiempo que habia pasado en los dias anteriores. Por eso, cuando no tuve respuesta del ultimo de los receptores empece a buscarlo. Realice busquedas en internet, compare fechas con noticias y hospitales, hasta que lo encontre con tanta facilidad que casi no me lo creia. Ante los demas, he fingido que comprendo la razon por la que no ha respondido. Que, como nos dijo la mujer de los Servicios a las Familias de los Donantes, algunas personas nunca responden y se debe respetar su decision.

  • La corsaria de Madeira de Karina Graciela Salazar

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    La mansion que Edward Chamberlain poseia en la ciudad de Londres prometia brillar nuevamente, como de costumbre, luego de las Navidades y demas fiestas de guardar. Una multitud de criados entraba y salia cargando canastos llenos de provisiones: frutas, hortalizas, flores frescas y de las otras, para desecar, e infinidad de arcones cerrados. El alboroto de la mudanza, sumado a los carruajes parados en fila en la calle, despertaban la atencion de los transeuntes; quienes se paraban atonitos, buscando informacion certera de alguna criada holgazana, tal vez, dispuesta mas a conversar que a trabajar: --?Quien se esta mudando? --!Nadie se muda! Es la casa del senor Chamberlain, quien llega en unos dias, junto a su hermosa hija, lady Elizabeth. --Ya veo --decian unas comadres, mientras se miraban la una a la otra. --!Dejate de chismorrear y vuelve a tus quehaceres! --grito una voz de mando desde lejos. La muchacha escucho el reto y obedecio ipso facto; sin saludar, partio raudamente hacia la casa. Primero paso por un largo pasillo, pues la servidumbre no usaba, bajo ningun concepto, la entrada principal de la casa. Luego camino en direccion al murmullo de voces, cuyo sonido se tornaba mas fuerte a medida que se iba acercando, asi que se paro frente a la puerta del salon para recibir visitas y vio como sus companeras se encontraban en plena tarea de quitar las sabanas blancas de los muebles. Sin pensarlo dos veces, se dirigio a ayudarlas y comenzo a doblarlas con cuidado, para no desparramar el polvo. Luego de muchas horas de trabajo, el sol yacia en el poniente. Fue en ese mismo momento cuando los lacayos subieron, con mucho esfuerzo, el imponente y majestuoso candelabro de cristal. Todos sabian que no habia otro ejemplar como ese en Londres: lord Chamberlain lo habia mandado a traer de Venecia el ano anterior para la presentacion en sociedad de su amada hija: que nadie dudara de que quien se llevara semejante perla se aseguraria tambien su cuantiosa dote. Asi, los dias pasaron y lord Chamberlain no defraudo con su promesa y llego a Londres; pero no llego solo, su hija Elizabeth lo acompanaba. Se aseguro de arribar a la hora de cena, para que las miradas de la chusma no pudieran descubrir cualquier rasgo de cansancio de el o de su hija, aunque esta, debido a su juventud, rara vez demostraba cualquier senal de agotamiento en su cuerpo y, mucho menos, en su espiritu. Descansaron toda la noche y, al siguiente dia, su padre se levanto temprano y espero a alguien para probar el primer bocado. Sin embargo, habia mandado a sus criados a llamar a su hija, con la advertencia de que pusieran especial esmero en su vestimenta y peinado, pues esperaban visitas. Fiel a su decoro y como buena hija obediente, momentos mas tarde, Elizabeth no se hizo esperar y se presento en el comedor, bajo la atenta y deslumbrada mirada de tres senores, uno de ellos, su padre, quienes abandonaron sus sillas ni bien vieron a la dama. --!Elizabeth, querida! --Su padre salio a recibirla con una alegria demasiado desbordante para su costumbre matinal. Elizabeth sintio una corazonada muy fuerte, pero prefirio callar y ver como se desencadenaban las cosas. --Padre... --saludo mientras hacia una reverencia, debido a la presencia de visitas en su casa.--Elizabeth, estos son el marques de Bloombery y su hijo, Robert. --Encantada --dijo con un leve asentimiento de cabeza, mientras espiaba por el rabillo del ojo al hombre mas joven. De pronto, Elizabeth se percibio insegura frente a esos extranos, se sintio torpe en su vestido y en sus maneras. Esa sensacion le era ajena, desconocida. Elizabeth era la joven mas segura de Londres. Su simpatia y belleza la tornaban inmediatamente popular por doquier. Sin embargo, Robert era el hombre mas apuesto que habia conocido hasta ahora. Empero, no lo habia visto en su baile de presentacion en sociedad. De eso estaba segura. Semejante ejemplar no hubiera pasado desapercibido para nadie... y menos para ella. --Querida, me gustaria que supieras que hemos mantenido diferentes conversaciones por varios meses... --interrumpio sus pensamientos su padre. --Perdon, padre --se excuso, perdida en sus cuitas. --Como te estabamos diciendo... --continuo Edward--, el marques de Bloombery y yo hemos determinado que una union entre nuestras familias seria una excelente oportunidad para afianzar ambas fortunas y, ademas, que obtuvieras al menos un titulo nobiliario, ya que, con la muerte de tu madre, poco hemos podido hacer. --Estoy mas que convencido de que Elizabeth es la mujer ideal para representar en sociedad a la perfeccion dos fortunas --dijo el marques, sin poder contener su alegria. Elizabeth miraba una vez mas, de reojo, a su prometido en silencio. Sabia cual era su lugar en este entuerto y que se esperaba de ella... o, mejor dicho, que no se esperaba. Asi que opto por lo primero: asentir y callar. Ya tendria tiempo para azotar a su padre con preguntas. O no tanto. Al menos, su progenitor habia tenido el decoro y la atencion de elegir a un candidato joven, rico, con titulo nobiliario y, ademas, apuesto. Seria una necia si le reclamara algo. Empero, algo la impulso a actuar en contra del recato, aunque en forma timida: --?Cuando les parece oportuno anunciar el compromiso? Los caballeros, al oir la pregunta, rieron de aprobacion mientras se miraban... Eran hombres y la fecha era solamente un tramite de algo que ya habian sellado entre caballeros. --?Cuando te parece apropiado? --pregunto Robert. Elizabeth se sonrojo y lo supo. Sus mejillas ardian... y sus otras partes tambien. Sin dejar de mirar el mantel de bordado primoroso, color blanco, pronuncio: --Creo que podriamos anunciar el compromiso con una fiesta... que sea la primera de la temporada, despues de Pascua, para que nadie se nos adelante,. --!Te dije que elegir a esta chica era beneficioso para nosotros! --exclamo el marques mirando a su hijo--. Te dije que... --Y con respecto al casamiento, hagamoslo justo antes de Glorious Twelfth [1] --continuo ella, sin percatarse de que acababa de interrumpir a su futuro suegro--. De esta manera, estaremos en boca de todos al comienzo y al final de la temporada. Su suegro espeto una carcajada mezclada con sorpresa; no parecio importarle que ella le hubiera quitado su derecho divino a hablar. --Con esta joven, nos aseguraremos de siempre estar bien representados ante la sociedad... --Y continuo--: Dios mio, Robert, desde la muerte de tu madre que no sentia la necesidad de tener a una criatura del sexo opuesto permanentemente a mi lado... Elizabeth rio de satisfaccion por lo bajo, pero oculto por completo su sorna. No necesitaba la aprobacion de ningun marques para saber que ella era muy buena en protocolo y ceremonial. Bueno, tal vez si fuera un duque, entonces, se hubiera sentido mas aliviada de saber que el legado materno y su ducado estaban bien representados. Aunque su titulo hubiera pasado, hacia muchos anos ya, de manos de su familia a un extrano que nada tenia que ver con ellos. --Edward, !tenemos mucho que hacer en America! --!Eso ni lo menciones! !No veo la hora de comenzar a hacer negocios prosperos con quien quiera comprar nuestros productos! --!Exactamente! --exclamo el marques--. Estaba pensando que... si quieres adelantarnos parte de la dote..., tenemos un navio que zarpa en exactamente una semana del puerto de Boston... Podriamos llenarlo de mercaderia. Inmediatamente, el marques se interrumpio, al darse cuenta de que Elizabeth estaba con ellos.--Por favor, adelante, hagan de cuenta que no estoy... --dijo la muchacha al sentirse un estorbo. --Robert, ?por que no recorren la casa un poco? --pregunto su padre. --Elizabeth, lleva a Robert al salon de tertulias y deleitalo con el clavicordio --acoto Edward. Sin pestanear, Elizabeth se puso de pie, mientras que, de forma automatica, los caballeros hacian lo mismo. Una vez en el salon de entretenimientos, Elizabeth se acerco al clavicordio y se dispuso a tocar los primeros acordes; sin embargo, su curiosidad pudo mas... Despues de todo, el caballero seria muy pronto su marido. --No lo habia visto anteriormente --comento con suavidad mientras tocaba los acordes de V'adoro pupille, de Handel. --Es verdad --reconocio, casi avergonzado, mirando al piso. Elizabeth seguia tocando la introduccion del aria y sabiendo que, muy pronto, tendria que cantar. Le pregunto, rompiendo el protocolo: --?Le ofende que le pregunte donde se encontraba? Robert rio y dijo: --En absoluto. Puedes preguntarme lo que quieras... y puedes tutearme tambien. Despues de todo, seremos marido y mujer muy pronto. Me encontraba en las Americas. Fue una pena haberme perdido tu baile de presentacion en sociedad. Mas me alegro el buen tino de tu padre al haberte preservado para el mejor candidato... --O sea, tu. --Rio con ganas Elizabeth, completando la frase. --O sea, yo --asintio el mientras se sonrojaba, sin darse cuenta. Dos dias despues del lunes de Pascua, desde distintos puntos de la ciudad donde los mas ricos vivian, aristocratas y acaudalados comerciantes --muchos de ellos, terratenientes--, se podia escuchar el trote de carruajes, que cesaba justo frente a la casona de Edward Chamberlain. La fiesta era un exito. El champan, el vino frances, los escargots, [2] tan en boga en Francia, ahora estarian a la moda en la alta sociedad londinense, pues Lizzie Chamberlain los habia servido en su fiesta. Elizabeth era una eximia bailarina y, junto a su prometido Robert, bailaba de una manera perfecta, como una gacela. Su padre conversaba con todos los aristocratas que podia. No siempre concurrian a sus fiestas. Pero ahora que el marques de Bloombery estaba involucrado, nadie se hubiera atrevido a rechazar el convite. Todo iba bien, bajo el escrutinio del senor Chamberlain, hasta que, de repente, quedo parado sin moverse, como petrificado, y con un gesto de cabeza ordeno a su mayordomo Antony seguirlo. Sin preambulos, ordeno: --Lleva a ese par de malnacidos que estan escondidos detras de la columna a mi despacho. Y cerciorate de que no se queden con las joyas de nadie. El sirviente vio a dos hombres que, a pesar de su esfuerzo por estar a la altura de la fiesta, a todas luces se notaba que no pertenecian a la clase que se encontraba bailando y disfrutando el agape. Uno era mas pequeno y otro le llevaba una cabeza en altura. A los pocos minutos, Edward hizo una entrada intempestiva en su escritorio. --?Como se atreven a entrar asi en este dia tan especial? El hombre de estatura menor, pero con apariencia mas malefica, giro su torso y esbozo la primera palabra: --Eddie, Eddie, Eddie --saludo con total parsimonia--. Estabamos preocupados por ti. Es que, desde que ese barco partio, no sabemos que le ha acaecido. --Por el barco no tienen que preocuparse --contesto con tono apurado--. De eso me ocupo yo mismo. Ahora salgan inmediatamente de mi casa. Cuando el barco llegue, los hare llamar para pagarles. Asi que... El hombre de mayor contextura no vacilo y lo tomo del cuello, dejandolo colgado en el aire. El pequeno se acerco y, desde abajo, comenzo a murmurar: --No me tomes por idiota. Podria estar en tu lugar, comprar un titulo nobiliario y que me besen el trasero, pero simplemente a mi, esta gente... no me cae bien. Asi que mi odio se calma prestando dinero a ti y a los tuyos, los de tu clase, y que no puedan devolverlo. Edward estaba ya blanco y sin poder respirar. --Sueltalo... --ordeno el hombre, mientras se dirigia a la salida. Se escucho el ruido de un peso muerto desplomado en el piso e, inmediatamente, arcadas en busca de bocanadas de aire. El pequeno malhechor se volvio y dijo: --Tienes dos meses... para pagarme. Como pudo, Edward se reincorporo y, por fin, balbuceo una mentira: --El barco no llegara hasta dentro de tres meses. --No me tomes por imbecil... Si el barco llega en dos o en tres meses, eso lo sabre antes que tu... Asi que preocupate por que llegue con mercancias que paguen mi prestamo. Dicho sea de paso, habia olvidado lo hermosas que pueden ser las fiestas cuando hay dinero contante y sonante, especialmente cuando es el mio... --Hizo una pausa, como pensativo--. Una pena que no halle placer en los agapes... --concluyo el malviviente antes de abrir la puerta e irse.

  • Un millar de flores de Lis Haley

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    “Tras dejar atras su Japon natal, Kaori elije Nueva York como destino en el que vivir segun sus propias normas. Va disenando su futuro a traves del pequeno negocio de arreglos florales que dirige, y solo se lamenta porque posee una brujula de lo mas erronea para elegir pareja. Por este motivo, no le extrana verse atrapada en una irresistible atraccion hacia un hombre de negocios que tiene planificado hasta el ultimo milimetro del resto de su vida.
    Victor Tilman tiene un unico objetivo: conseguir que la Tilman Company Purchases, su empresa inmobiliaria, sea la numero uno a nivel internacional. Con ese objetivo, se compromete con Ariana Fox, hija del magnate que supone su principal competidor. A pocos dias de la boda, su sofisticada prometida le pide que consiga los centros florales mas bonit”

  • Fierro de Francisco Narla

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    Lo llamaban Fierro. Y era mentira. La verdad era su pasado y el pasado, una condena que preferia olvidar. No tenia nada, ni siquiera futuro. Por eso vivia en la frontera, un pedazo incierto de tierra olvidado por todos, un lugar maldito donde moros y cristianos sembraban muerte a su antojo. Su unico consuelo eran las colmenas. A ella, perdida en aquel amargo pasado, siempre le gusto la miel.

  • ?Bailamos? de Noni Garcia

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    Alejandra no podia creer que aquel coche se hubiera saltado la senal, que tuviera que estar de baja algunos meses, que no pudiera bailar y, mucho menos, que su medico y cirujano fuera Salvador, el insoportable hermano de Ivan, su mejor amigo y pareja de baile.
    Salvador siempre habia mantenido lejos de el a Alejandra, alguien que le atrajo desde el dia que la conocio, una nina de papa ante la que no pensaba sucumbir, ya que con una tuvo suficiente.
    Pero ni Alejandra es lo que aparenta, ni Salvador es el hombre insufrible que parece ser.
    Un accidente, una mujer valiente, un hombre con miedo a sufrir, una recuperacion que los une sin remedio y.
    ?Podra un baile unirlos para siempre?

  • Una Historia De Cadiz de Monica Lopez

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    Nunca has sentido que no perteneces al lugar en el que has nacido? Ese mismo lugar lleno de edificios grandes, calles largas, coches y gente. Ese lugar que tiene museos, parques gigantes y en el que, sin embargo, no encuentras tu sitio. Yo habia perdido toda ilusion, todos los suenos que yo habia tenido, los habia perdido en ese lugar. Habia una sola cosa que yo queria hacer, escribir, e incluso eso me lo habia robado esa ciudad. Estaba frustrada por no poder encontrar aquello que queria hacer, y pensaba que estaba logrando perderme a mi misma mientras me tumbaba en ese jardin lleno de tulipanes amarillos, bajo el cielo azul, cielo nublado o cielo estrellado. Aunque, tambien pensaba que podria quedarme a vivir alli para siempre, sabia que no podia quedarme toda la vida viviendo en una burbuja, tenia que atreverme, salir y buscarme. Pasaba mucho tiempo leyendo libros de autorrealizacion y seguridad en uno mismo que tenia mi madre por la casa. No encontre nada al principio, pero despues empece a leer cosas sobre que tenia que salir de mi zona de confort y buscar nuevos objetivos. Si, una absoluta tonteria. <>, me pregunte una noche. Me gustaba escribir, aquello era mi pasion; me gustaba caminar sin rumbo, fijandome en cada pequeno detalle, sabiendo que luego podria describirlo con mil palabras; me gustaba tumbarme con la cabeza apoyada en las piernas de mi madre y que ella acariciara mi pelo con calma. Me gustaba la sensacion que proporcionaba mi hogar, la comodidad, el carino y la confianza. Queria seguir sintiendo eso y no sentir que estaba perdiendolo por completo cada dia que pasaba. Los dedos de mi madre, cada ano mas arrugados, se movieron desde mi oreja hasta el final del pelo. Podia sentir el avance mechon a mechon hasta llegar a las puntas haciendome cerrar los ojos. La television sonaba de fondo con aquella serie antigua que tanto le gustaba, y su risa hacia sacudir su cuerpo transmitiendo el movimiento. Esa mujer me hacia tan feliz de una forma que no podria explicar nunca. --?Que te pasa, nina? --pregunto bajando la voz del televisor. Me acomode boca arriba y mire su cara desde mi posicion. Recordaba la primera vez que la vi. Tenia seis anos y la mujer de los servicios sociales me dijo que habia una persona que queria conocerme. Parecia que estaba conociendo a una princesa Disney, a la mismisima Pocahontas. Su pelo era largo por la cintura y liso, adornado con una cinta de un color amarillo fuerte, era joven y alta. Iba ataviada con una falda azul clara que le cubria las piernas hasta los tobillos y una camiseta blanca con una rosa azul en medio. Sus ojos verdes me atravesaron con fuerza y senti como mi corazon se habia apretado con emocion, como si tuviera el presentimiento de que aquello iba a salir bien. Ahora, su cara estaba surcada por arrugas que parecian dunas sobre su piel morena, su pelo continuaba siendo negro como la noche, y sus ojos seguian teniendo ese brillo de felicidad. --No me pasa nada --menti. Asintio y sonrio mostrando sus perlas blancas. En algun punto de mi vida, cuando me habia dado por la pintura e incluso compre lienzos blancos y tubos llenos de colores, habia querido pintarla llevando sus faldas blancas largas estilo hippie y sus pendientes de bolitas que le habia hecho cuando era pequena, los mismos que llevaba cada dia. --Ultimamente estas muy callada y tu nunca estas callada. --Puedes estar tranquila. El trabajo se esta volviendo mas complicado y estoy cansada, solo eso. --No queria decirle que no queria vivir mas alli y que sintiera que aquello era por ella. Definitivamente ese no era el problema--. Guille quiere meter otra seccion y le he explicado que es una tienda de antiguedades, no un centro comercial. Se mantuvo en silencio durante unos momentos. Segundos eternos en los que senti la necesidad de sentarme y mirar la television para huir de sus ojos acusadores. Ella podia llamar a Guillermo y comprobar que, efectivamente, me habia inventado toda esa historia. --Marta, te conozco desde que tenias la cabeza del tamano de un garbanzo--dijo. Continue sin mirarla porque no me atrevia a hacerlo y derrumbarme--. ?No vas a decirmelo? --Estoy cansada. --Y... Bufe igual que cuando tenia nueve anos y tenia que reconocer que habia hecho algo mal. Ella siempre ponia ese tono que obligaba a continuar las frases, ese tono de regano encubierto. Sin embargo, su expresion se mantenia suave y tranquila, rebosante de amor, una expresion que enganaba. --No puedes obligarme siempre a contarte mis cosas, ?sabes? --Reproche echandole un vistazo. --No le hables asi a una mujer mayor. --Rode los ojos. Dona Maria, como hacia que la llamaran en todos los sitios, se caracterizaba por aborrecer que le llamaran "senora mayor", porque segun ella, era la representacion de la juventud. --Es algo mio, personal, no tengo que contartelo. --?Es por eso de la busqueda de la felicidad? --?Como sabes eso? --pregunte frunciendo el ceno. Puso una sonrisa sabionda y se cruzo de brazos. Entonces, cai en la cuenta--. Has visto los libros. --He visto los libros. Ni recordaba ya la de veces que habia visto la pelicula de 'En Busca de la Felicidad' de Will Smith, eso de que era una historia real me hacia tener esperanzas en que mi vida podia cambiar, porque podia hacerlo, ?no? Eso, junto a los multiples libros que empezaban a ocupar mis estanterias, era todo lo que ocupaba mi tiempo ahora. Todos ellos tenian frases subrayadas, cientos de post-its de colores. Habia una frase que me gustaba especialmente, decia que, <>. Eso es lo que tenia que tratar de hacer. --Estoy frustrada con todo. Siento que tengo que crear algo que me haga feliz y que me haga sentir a gusto conmigo misma y con el entorno y no lo encuentro. --exprese alzando los brazos. Desde pequena, habia sido un tanto exagerada en algunas ocasiones, si alguna cosa se torcia, solia tirarlo todo abajo y me convertia en un ser dramatico y negativo--. !Ni siquiera escribo! --Quieres irte de aqui --frunci el ceno de nuevo y negue con la cabeza mintiendo de nuevo--. No era una pregunta, nina, era una afirmacion. Cuando yo pintaba, necesitaba tener un lugar nuevo cada vez en el que poder inspirarme y crear nuevas cosas. Por desgracia, no siempre tuve la oportunidad, aunque pelee por ello. --No quiero dejarte sola --me lamente sintiendo unas repentinas ganas de llorar. Alzo las cejas y miro a todos lados antes de devolverme la mirada. --?Me ves sola? Soy una mujer independiente y ademas, si necesitara la compania de alguien, Paco ha vuelto a invitarme a cenar. Ese hombre va a terminar con la poca cordura que me queda --Sonrei viendo como trataba de que me sintiera menos culpable, aunque podia ver un rastro de pena en su cara. Tomo mis mejillas entre sus manos y me taladro con aquellos ojos grandes--. Escuchame, tienes que vivir. Mi padre no me dejo cuando yo era joven y lo ultimo que me dijo fue que se alegraba de que hubiera sido tan rebelde y que hubiera hecho lo que queria siempre. Marta, esta vida es un impulso, una vez que naces y saltas, ya solo tienes que disfrutar el camino hasta el agua.--No es tan facil. --No es dificil --rebatio. Se puso de pie y camino hasta su bolso colgado en la puerta, saco el mapa y el cuaderno que habia estado guardando en el cajon de mi mesilla. Incline la cabeza mirandola con un rastro de molestia--. Me tope con esto en tu habitacion. --Te topaste, claro --puse los ojos en blanco y lo cogi cuando me lo ofrecio. --?Que es? --Una tonteria. Ni siquiera sabia por que habia empezado a obsesionarme con aquel lugar. Un lugar mas cerca que el Caribe y mas lejos que la provincia de al lado. Ese lugar tenia todo lo que habia buscado al parecer. Tenia amaneceres templados y atardeceres calientes. Agua que se movia al ritmo que marcaran los vientos y unas murallas que escondian miedos. Habia empezado a entender, sin conocerla, por que le llamaban 'La Cuna de la Libertad'. Pense que, tal vez, aquel era mi lugar porque me estaba identificando con el. Pase horas leyendo historias y escuchando carnavales, siguiendo el ritmo en el mostrador del trabajo con los dedos, marcando la guitarra, la caja y el bombo. Habia sido como descubrir un mundo nuevo, un mundo que parecia hecho a mi medida. Me habia aprendido el mapa descargado de internet de memoria, sabia donde estaba cada calle, cada rincon,... y todo me parecia una locura. --?Quieres irte a Cadiz? --Pregunto. Levante la mirada del cuaderno y la observe. Diciendolo en alto me daba cuenta de que aquello realmente era una locura. Asenti corto y casi invisible--. Me alegro de que por lo menos no sea demasiado lejos de mi. Nunca he estado, ?es un buen sitio? --No he estado tampoco --dije a sabiendas de que ella era consciente de eso. Su sonrisa aparecio, simpatica y suave--. Todo lo que he leido de la ciudad me gusta, encaja con lo que quiero. --Estoy de acuerdo en que te vendria bien cambiar de aires, pero, ?no crees que primero deberias conocer el sitio en persona para saber si quieres vivir alli? Ella tenia razon. Estaba dentro de esa filosofia del "atrevete a vivir", pero habia que tener ciertas cosas en cuenta antes de realizar algun movimiento. No obstante, no habia forma de que yo conociera la ciudad en persona, solo podia hacerlo por Google Maps. Peino su pelo con una de sus manos y me entrego un sobre blanco. Frunci el ceno y la mire extranada. Hizo un gesto con su cabeza instandome a que lo abriera. Dentro habia un billete de avion a Cadiz para dentro de un mes. Alce la vista con los ojos como platos y vi su sonrisa sabionda y sus cejas alzadas. --Pero... --Quiero ayudarte a que busques tu sitio en este mundo, Marta. Eres mi hija, la persona a la que mas quiero en esta vida. Si tu no eres feliz, yo no lo sere. Me lance a sus brazos y le abrace con fuerza con las lagrimas en los ojos. No podia creer que eso estuviera pasando de verdad. --?Tu no vienes conmigo? --Pregunte separandome de ella. --Esto es algo que tienes que hacer por ti misma. Solo prometeme que no lo dejaras a medias, que no te rendiras y que esto te servira para volver a ilusionarte por tu sueno, por escribir. --Lo intentare --dije sin poder parar de sonreir. Dejo un beso en mi frente y se levanto dejandome alli sola. Mire el billete de nuevo y senti un apreton en el estomago. Eran nervios, era emocion, era algo parecido a la felicidad. Por fin, podria pisar la ciudad que me traia de cabeza, podria escuchar su musica, y podria tratar de encontrarme a mi misma. Alli, en Cadiz. T Febrero araree la letra del pasodoble que estaban cantando dos chicas mientras leia algunas de las notas que habia estado recogiendo esos dos dias. Daba gracias constantemente a mi madre porque se hubiera enterado de las fechas en las que se celebraba carnaval en Cadiz antes de coger el billete de avion. Todo habia pasado muy rapido, y estaba decidida a tomarmelo con mas calma los pocos dias que me quedaban alli. Bebi un trago del vaso de naranja y mire alrededor de la plaza repleta de gente con una pequena sonrisa. El sueno estaba haciendose realidad. Comprobe la hora. A pesar de ser solo las nueve de la noche, la gente ya estaba bastante trastocada por el alcohol mientras vociferaban y cantaban a gritos. Yo, por mi parte, me mantuve sentada cerca de las puertas del Gran Teatro Falla, sintiendo la madera en mi espalda y la inmensidad sobre mi cabeza. Fue cuando observaba la plaza que me tope con el. Fue distinto desde el principio, su sonrisa llego incluso antes de que se hubiera acercado, desde lejos con su grupo de amigos. Casi podia notar como las rafagas de levante le empujaban a venir hacia mi trayendo consigo el aroma que contaminaba el aire. Los sonidos se esfumaron y juraba poder oir sus pasos. Senalo la guitarra que sostenia en una de sus manos ganandose una mirada confusa. Ni siquiera podria entender nada de lo que decia aunque lo intentara, esos ojos grises golpeaban con fuerza en mi cabeza. --Soy Cesar. Su voz irrumpio con fuerza llenando la plaza. Los ladrillos del Falla temblaron o tal vez la que temblo fui yo. Su sonrisa aparecio de nuevo y mi parpadeo furioso busco con ansiedad despertar los ojos secos. ?Por que no sabia hablar? ?Por que mis cuerdas vocales parecian haber desaparecido por completo? Mire alrededor buscando alguna via de escape, porque ahora mismo solo sentia que queria huir de alli y esconderme debajo de las sabanas de la cama del hostal. Sin embargo, solo encontre a la unica persona que llevaba cinco minutos frente a mi, esa misma persona que movia uno de los pies al son de otra melodia lejana. El chasquido se hizo en mi cabeza cuando Cesar, como se llamaba el, se sento a mi lado y coloco el instrumento sobre sus piernas hasta que volvio a mirarme. --?Te apetece cantar algo? Siempre es mejor hacerlo si hay musica --su voz llego mas clara, pero yo seguia sin poder responder nada. Las cuerdas de la guitarra chirriaron unas cuantas veces hasta que consiguio dar con el ritmo de un pasodoble que le hizo sonreir. De repente, me entraron ganas de saber que estaba recordando con aquella letra. Cerro los ojos y se dejo llevar mientras la musica salia descuidada y suave. No podia dejar de mirarle mientras el tiempo nos rodeaba, mientras el frio nos calaba los huesos y la gente hablaba alto y bebia mas ruidoso. Llamaba mi atencion como todos ellos cruzaban miradas complices. Todo se habia transformado en un universo diferente lleno de risas, bailes y coreados, de disfraces, purpurina y serpentinas. Veia a la gente en el suelo esperando a que la manana apareciera para regresar a una vida llana y privada de libertad. Libres en un sueno de jovenes frustrados, libres de emociones y presos en instantes que tenian final. --?Por que estas aqui sola? --Pregunto sin dejar de juguetear con la melodia. Le mire y sonrei con alivio, sintiendo que los pulmones volvian a llenarse de aire. --No estoy sola --dije con diversion. Cesar entrecerro los ojos y me miro con una media sonrisa. --Sabes a lo que me refiero. --Si, y a eso respondo. Ahora ya no estoy sola. --Eche un mechon castano tras mi oreja mientras veia su incomodidad--. Soy Marta. De pronto, dejo de tocar y se puso de pie y frunci el ceno siguiendo sus movimientos. No queria que se fuera, no cuando habia sido lo mejor que me habia pasado en la noche. Me sorprendio cuando me observo desde arriba y apoyo el peso en uno de sus pies. --?Quieres dar una vuelta? Todavia hay agrupaciones cantando por las calles --ofrecio. Mire el cuaderno abierto sobre mis piernas cruzadas y rapidamente lo recogi. Quite el boli de detras de mi oreja y lo meti en mi bolsillo. Sin pensarlo, agarre la mano que Cesar habia estirado para mi y me di cuenta de que el estaba disfrazado. Iba vestido de espantapajaros, de uno diferente no era aterrador, parecia sacado de un cuento y no llevaba sombrero dejando que las hebras negras cayeran sobre su frente y se movieran con el aire. Yo no me habia vuelto a disfrazar desde la primera noche que llegue. No veia el sentido a estar disfrazada mientras vagaba sola por las calles. A pesar de que eso pareciese lo mas normal del mundo. --Vamos --acepte sin saber muy bien por que lo estaba haciendo. Nunca habia sido el tipo de persona que se va con desconocidos, pero algo en su cara me decia que el no era malo, que podia estar tranquila. Se alejo por un momento acercandose a su grupo y despues de unos segundos hablando con un chico rubio, le entrego la guitarra y volvio en una carrera corta hasta llegar a mi lado. El silencio mientras caminabamos era comodo. Las pisadas en el suelo lleno de papelillos era lo unico que rompia una escena llena de calma, aunque yo me moria por decir algo. Si nos hubieramos esforzado, podriamos haber oido con claridad el mar chocando con suavidad contra los rompeolas, si me hubiera esforzado... solo un poco, hubiera podido oir mis propios latidos como si fueran truenos. Una marea de sensaciones que gritaban en el silencio. --No eres de aqui, ?no? --pregunto Cesar con las manos aun metidas en sus bolsillos. Negue con la cabeza y aclare la garganta antes de contestar, pero me vi abordada por otra pregunta--. ?Que te ha traido aqui? Aquella pregunta era como una trampa mortal escondida en una interrogacion inocente. La razon por la que estaba alli era algo que ni yo misma podria explicarme aunque lo intentara. Me limite a contestar lo unico que tenia claro. --Es complicado de explicar. --Tenemos toda la noche --sonrio mirandome de reojo. Segundos despues, suspiro al ver que no soltaria prenda tan facil--. Para alguien de fuera, saber donde cantan las mejores agrupaciones, es complicado. --?Por que? --Inquiri alzando una ceja--. Me se cada calle de memoria, he estado embobada viendo el mapa tantas veces que podria indicarte yo misma. --?Eso crees? --reto sin perder la sonrisa. Y de repente, ya no me sentia tan segura de mi afirmacion. Yo no podria saber mas que alguien que era de alli. --Pero esta noche, dejare que me guies --corregi. Asintio sin decir nada. Callejeamos por calles que se alumbraban tenuemente por las farolas que colgaban de las paredes. Calles que estaban silenciosas, hasta que desde otra brotaban las voces y las risas, el sonido de un bombo, el rasgueo de una guitarra. Nos acercamos donde se amontonaban unas pocas personas y encontramos a un grupo de seis personas que iban vestidos de caramelos. Me quede cerca de Cesar y observe la pequena chirigota, que nada tenia que ver con las que salian en el Falla, todo era mas modesto, mas de calle. Tenian un encanto singular, algo diferente. El burbujeo de pequenas risas se extendia en todo el publico. Ni siquiera fui consciente de que habian terminado cuando me encontre a todos ellos aplaudiendo y despidiendose con reverencias graciosas y dando mil agradecimientos. Mire a Cesar y sonrei al verle aplaudir y reir. Era un completo desconocido. No sabia nada mas de el, nada mas que su nombre. Respire hondo cuando sus ojos se fijaron en mi e hizo un gesto para que comenzaramos a andar de nuevo. --?Estas en una agrupacion? --pregunte pasados unos minutos. Fruncio el ceno y asintio. --Si, es una callejera. No llevamos mucho juntos y no somos gran cosa, pero pasamos un buen rato que al final es lo que de verdad importa --relato. Alzo las cejas y saco una de sus manos para senalarme mientras caminaba de lado para poder mirarme por completo--. Ey, tal vez puedas vernos en algun momento esta semana, si todavia estas por aqui. --Claro, no estaria mal. --Antes dijiste que era dificil explicar por que estas aqui --divago. Asenti lentamente apartando la mirada de el. Iba a volver a insistir en ello--. Pensaba que iba a ser como todos porque es carnaval, pero hay mas, ?no? --Mi silencio le hizo chascar la lengua y afirmar con la cabeza varias veces--. No es asunto mio, perdona, a veces me entrometo demasiado. --No te preocupes. --Cadiz es ese lugar al que escapas cuando todo te sobrepasa --apunto con una sonrisa justo cuando salimos al paseo maritimo y la brisa marina golpeo en nuestros rostros. Fue una frase medida, una frase que lleno mis pulmones--. Muchas veces vengo aqui a respirar. ?Quieres que nos sentemos? --?En el borde? Solto una carcajada corta y empezo a andar sin mi, cruzando la carretera sin mirar. Tuve que dar una carrera para poder alcanzarlo, no sin antes comprobar que no viniera ningun coche. Paso una pierna y despues la otra y se sento en el borde mirando al mar. Me observo sobre su hombro. Trague saliva, aquello era una locura. <>, sacudi la cabeza despejando la voz que me la estaba taladrando. --Creo que eso no es muy seguro --dije y rodo los ojos en respuesta. --No te va a pasar nada, te lo prometo. Me acerque despacio y acepte su mano cuando me la ofrecio para ayudarme a sentarme sobre la piedra. El aire suave movia mi pelo y dejaba un sabor salado en mis labios. El mar estaba en calma y las olas chocaban contra el rompeolas en un baile tranquilo. La noche era cerrada con algunas salpicaduras de estrellas ocupando el oscuro cielo. Sonrei y cuando mire a Cesar le vi devolviendome la mirada. --?Por que de espantapajaros? --Vamos disfrazados de El Mago de Oz y me ha tocado --se encogio de hombros. No sabia por que se habia acercado a mi esa noche, pero parecia cosa del destino. Contemple su perfil, esa linea de su mandibula que se marcaba. El pelo rizado enredandose en el inicio de sus orejas. Su nariz fina encajaba perfectamente en esa cara que sin ser perfecta, estaba muy cerca de serlo. --Me gustaria saber quien es Dorothy. --Solo dire que canta muy bien y que ahora es rubio --sonrei y aleje mi mirada de el. Toda esa calma era lo que necesitaba, cero preocupaciones. Estuvimos unos minutos callados hasta que volvio a hablar--. ?Tu cual serias? --?Mm? --pregunte sin entender. --De El Mago de Oz. --Oh --toque mi barbilla pensativa--. Creo que el Leon. Pienso que... que deberia atreverme mas a hacer cosas, tener coraje. --Te has atrevido a venir hasta aqui, has venido conmigo incluso aunque no me conoces de nada --sacudio la cabeza y fruncio sus labios--. No creo que seas cobarde. --?Por que te has acercado a mi esta noche? --pregunte pasados unos minutos. Respiro hondo y aparto sus ojos de mi cara, pero yo queria que respondiera y no perderme nada que dijera la expresion que acompanaria a las palabras. --Desde siempre he tenido debilidad por esas personas que me parecen interesantes. Su movil sono y lo saco de su bolsillo antes de disculparse y cogerlo. Yo me quede pensando en lo que habia dicho. ?Yo le parecia interesante? Me habia considerado siempre una persona que podia ser cualquier cosa menos interesante. No tenia esa aura de misterio, no tenia ningun talento especial, no guardaba secretos inconfesables. Creo que habia sido simple desde pequena. Frunci el ceno ante ese pensamiento. <>, esa palabra no me gustaba. Implicaba que era algo sin importancia. Me puse de pie sobre el muro de piedra y camine sobre el lejos de Cesar, mirando mis pasos para no caerme hasta que estuve segura de que podia mirar al frente sin problemas. Oi su voz pidiendo a la persona al otro lado del telefono que esperara y me gire sobre mi misma para mirarle. La sonrisa seguia dibujada en sus labios. Se despidio y colgo rapido antes de imitarme y ponerse de pie sobre el muro. Ambos caminamos hasta alcanzar al otro a mitad de camino. --Interesante, ?por que?

  • Sumisa obligada (sumisas 6) de Saray Gil Diaz

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    Elena es una mujer normal y muy trabajadora llamada por una empresa de empleo temporal accede a trabajar de camarera una noche en el hotel mas lujoso de Madrid, lo que no espera de esa noche es que seis ?hombres? se obsesionen por ella hasta el punto de querer matarse, secuestrarla o darle unas citas increibles, pero ella no cree en el amor para siempre y menos entre unos hombres que se obsesionan con ella como unos animales o seres de otro mundo, ?O si? Prologo. Yaroslav miraba a sus dos hermanos menores por un solo ano respectivamente follandose a una morena increible marcada toda su piel de azotes y mordiscos entre rugidos ahogados, mientras con su mirada aburrida los rodeaba delineando la figura de ambos igual de poco deseosos a el por la mujer que estaban follando, agachado la cabeza a su cuerpo igual de rodeado de tatuajes que los de sus hermanos, otra igual a ella se deleitaba chupandosela con la nariz llena de blanco, el sabia que la tia no sentia su inmensa polla reventandole los labios, miro de nuevo a sus hermanos chillando sudorosos y Pavel se la arrojo a Lev para que la tirara al sillon de lado, pero la tia queria mas, bajo a gatas hasta la mesa delante de Yaroslav y se metio otra raya, Yaroslav nego mirando a la viciosa mujer: Es increible como los humanos se dejan llevar por sus vicios. Lev se sento junto a Yaroslav acaricio la nalga de la que se la estaba comiendo a su hermano, golpeo sus nalgas ruidosamente sin ella sentir el golpe: Cada dia nos cuesta mas llegar o incluso ponernos duros por una mujer, no podemos vivir asi, es una tortura. Pavel camino hacia ellos en su cuerpo repleto de musculos como el de sus hermanos, se puso de rodillas en la mesa y soplo a un monton de cocaina rociandola por el suelo, las mujeres lo escucharon y como unas hienas se abalanzaron al frio suelo lamiendolo, Yaroslav tiro del preservativo y se subio la bragueta: ?No has conseguido ponerte duro? Yaroslav nego mirando el preservativo colgando de Pavel y senalando Vosotros tampoco. Lev se levanto de golpe y tiro de su cabello chillado: La culpa la tiene la morena del sabado, no consigo quitarmela de la cabeza ni con treinta mujeres parecidas a ella, no puedo seguir asi, la necesito. La puerta de la suite sono y Yerik, Sacha y Luka con tatuajes asomando por el cuello de los impolutos trajes de disenador que llevaban entraron con mirada seria: No hemos averiguado nada. Yerik quito sus gafas y sus ojos negros rodearon la habitacion: Es imposible. Luka se agacho ante las mujeres sonriendoles: Fuera. Las dos como podian salieron vistiendose bajo la mirada de los seis hasta que un fuerte estallido producido por Yaroslav reventando una mesa contra una pared los hizo parar de respirar a los demas: La quiero ya, la necesito. Ella puede decidir Yaroslav. Yerik vio a este caminar hacia el intentando meter sus brazos en una camisa a punto de reventar por la presion de sus Desde que ella se acosto con los seis nos pertenece. Yaroslav al ver que no le contestaban se volvio hacia sus amigos y compartidores viendolos con los ojos completamente abiertos observandolo. Si no quereis vosotros tres, la tendremos nosotros solos. Sacha se puso unos calzoncillos completamente ajustados a su majestuoso cuerpo mientras miraba a sus amigos y abogados perdidos en sus pensamientos durante mas de media hora mientras ellos recogian y se vestian. Yaroslav recordo como, cada segundo la noche del sabado pasado: <> Una cena ostentosa rodeada de los Dkann de la mas alta clase los rodeaban a los seis, todos eran tan parecidos salvo por los tonos de sus ojos, Yaroslav ya estaba tan cansado como sus hermanos, al igual que Yerik y sus hermanos que seguian bebiendo de sus finas copas mientras trataban de enterarse de los diferentes problemas que trataban, mirando a su alrededor Yaroslav podia ver a todos los machos corpulentos que los rodeaban, ellos no se caracterizaban por ser los mas grandes de su raza, un fuerte golpe en una de sus costillas le hizo volver a la realidad mirando a Hudor carraspeando mientras lo miraba alzandose. Yaroslav estas en otro puto mundo, trata de atender a los problemas que tratamos de solucionar. El gran Dkann se llevo una mano tatuada completamente hasta la frente y suspiro para seguido remangarse mostrando sus demas tatuajes, estaban formados por puntos simples y negros que hacian lineas dibujando marcas por toda su musculosa piel, viendo alrededor de este pudo ver a los Dkann que compartirian con el a su unica algun dia si es que esos tipos tan grandes y con mal genio llegaba alguna vez a encontrarla. Queremos que vuelvan las subastas de humanos, mis compartidores, mis hermanos y yo estamos cansados de mujeres interesadas, de utilizar drogas para abrir sus men Yaroslav abrio los increibles ojos color morado que poseia y solto una carcajada. Hasta hace poco mas de un ano solo podiamos habitar en unos cuantos paises y quieres ya de golpe hacerlo todo. Antes de que Hudor pudiera seguir con su charla lo paro alzandose mientras lo veia cruzar sus musculosos brazos en su gigantesco pecho. En la tierra se ha prosperado mucho desde que llegamos, los cambiantes nos hicieron pactar cosas, pronto conseguiran gobernar en este mundo, han pasado cientos de dificultades y nosotros somos los principales culpables de que los descubrieran. Dando varios golpes en la gran mesa se levanto haciendo a todos los presentes mirarlo. Los cambiantes nos dejan hacer granjas tapaderas para guardar en sus subterraneos sangre, nos dan libertad para hacer con los humanos lo que queramos y ahora nos dejan estar en cualquier parte del mundo. Uno de los hermanos de Hudor se levanto, desplazo la silla en la que estaba para atras hasta hacerla caer. Igual que los humanos dejan campar a Lakh y a los Berghen por todas partes, debemos obligarlos a abandonar la tierra, ninguna humana desearia jamas estar con ningun animal como ellos. Yerik junto a Yaroslav se alzo golpeado la mesa con ambas manos y siseo hasta rugir con todas sus fuerzas consiguiendo que se callaran todos. Ylner los Berghen tambien tienen el derecho de hacer lo que quieran. El gran Dkann apreto los punos hasta volverse sus nudillos completamente blancos. Entregaron a Scarlett, les dieron el poder de poder volvernos indef Scarlett llamo sus atenciones lejos de donde ellos estaban. Gracias a ellos supisteis donde estabamos. Antes de que ninguno pudiera seguir Scarlett los detuvo. Estuvieron esperando a que nos trajeran a Emma Sousa donde estaba retenida junto a Krystal, nada mas hacerlo os avisaron, ?Es cierto o no? Ninguno dijo nada mientras Pavel, el hermano de Yaroslav levantaba una copa hacia ella cortandola. Ahora tengo que volver a llevarme bien con los salvajes porque ayudaron a encontraros y destruir a todos los humanos que os mantuvieron recluidas para dejarlos llevarse a su planeta humanas fertiles. Pavel se bebio de un trago toda la sangre que habia en su copa y la puso sobre la mesa. Ellos lo haran con las que deseen, lo prometieron. Pavel siseo furioso. ?Ahora te caen bien?, maldita sea Scarlett son salvajes, tienen rasgos animales y son demasiados machos para una sola hembra, creo que te ha sentado mal ser secuestrada, deberias volver al planeta Dkann unos siglos o marcharte a otro planeta. Scarlett pestaneo varias veces incredula. ?Y tu vas a obligarme? Pavel nego mientras rompia a reir hasta tener que limpiarse varias lagrimas sangrientas que caian por sus mej Haz lo que quieras Scarlett, ojala encuentres pronto a tus unicos y te dejes de gilipolleces. Las horas corrieron al igual que la sangre en sus vasos mientras seguian hablando entre ellos hasta que Yaroslav, Yerik, Luka, Lev, Pavel y Shasa de golpe la vieron, como un iman los llamo, morena, coleta de caballo, con todas sus carnes perfectamente colocadas en su impresionante cuerpo curvilineo y una sonrisa de labios rojos que los iluminaba por completo. Hola preciosa. Yerik no dudo diciendo las palabras mientras los seis se alzaban a por ella dejandolo todo sin importarles absolutamente nada, estaba agachada de espaldas a ellos: ?Que desean? Sus nalgas salieron de sus ojos dando ella un circulo sobre si haciendolos gimotear por la perdida de la vision de su maravilloso trasero, pero sus ojos verdes los iluminaron dejandolos excitados por como jugaban con su rostro de mofletes llenos: Ven con nosotros. Yaroslav abrio su mano ante sus ojos de gacela asustada: !No! Ella guanteo su mano antes de que la cogiera desapareciendo por unos pasillos donde no volvieron a verla, pero no tardaron nada en aparecer en la lujosa suite que compartian y llamar por el servicio de habitaciones exigiendo que fuera ella la que los atendiera, la puerta se abrio mientras hablaban. Esa humana, ella es nuestra unica. Luka fue quien dijo las palabras que todos se repetian sin cesar desde que la habian visto. Somos los primeros de nuestra raza en enco Vieron un carrito lleno de la mas fina plata llenaba todo tapado, la noche habia comenzado: Buenas noches. Ella aun no habia visto a ninguno, entraba de espaldas a ellos. Buenas noches de nuevo, preciosa. Cuando alzo la cabeza ante la voz de Luka y los vio trato de retroceder, pero la puerta la estaban cerrando: Tranquila, tus tripas rugen, ?Quieres comer con nosotros? No les costo que cediera, Pavel consiguio enseguida que los amara, con una simple palabra y poco a poco la arrastraron con buenas palabras a un sofa, le dieron fresas con chocolate, platano tambien banado en chocolate blanco: No quiero mas. Yerik cogio su preciosa barbilla rodeada de unos mofletes llenos y unos labios sonrientes que los hacian arder en deseos, tomo un fuerte respiro para guardar su increible olor en lo mas profundo de su ser: Come, no queremos tu cuerpo sin esas hermosas curvas, tienes que prepararte. Por detras un Yaroslav beso su hombro y Yerik aprovecho para besar sus labios haciendola suspirar entre temblores: Esto no esta Ella miro a Yerik cuando solto el beso viendolo descomunalmente bello en camisa de tirantes rodeado de tatuajes que resaltaban sus musculosos brazos: ?Y que esta bien hoy en dia? Yaroslav tiro de su camisa de trabajo haciendo saltar los botones para ensenar su sedosa piel con unos inmensos pechos que no cabian en el sujetador por el que sobresalia un poco sus aureolas haciendolos morderse los labios: Hermosa. Ella nego pero Yerik cogio su rostro con las yemas de sus dedos haciendola mirarlo: Lo eres. Poco a poco se desnudaban con ella hasta que Pavel y Luka la alzaron llevandola hacia un inmenso dormitorio sin dejar de besarla, Luka agarro su melena levantandosela y comio a mordiscos y besos su cuello: ?Que puta mierda es esto? Pavel arranco su faja a tirones escuchando reir a los demas mientras el furioso rugia acariciando las marcas que habia dejado: Que no vuelva a verte con esa basura o zurrare tu cuerpo hasta dejarte suave. Luka la tiro a la cama sobre un Pavel sonriente mientras ella no entendia como habia llegado tan deprisa hasta alli: ?Como puedes apretar con esa mierda esta cremosa piel?, si fueras nuestra te lo prohi Pavel estiro sus rodillas echandosela encima, dejando a Luka toda su vagina disponible: (Ruso), !Joder!, es nuestra y que cono mas hermoso y brillante tiene. Ella trato de taparlo pero de pie en la cama tras Pavel, Lev alzo sus manos y le nego sonriente: Tranquila, amanos, respira y disfruta. No pudo hacer mas que lo que le mando, volvio a obedecer sin poder dejar de hacerlo mientras Sacha subia por un lado gateando sobre la cama con su impresionante cuerpo repleto de tatuajes coloridos, con una sonrisa juguetona, sin apartar los ojos de su cara bajo hasta meterse su pezon en la boca, el otro lado del colchon se hundio y Yerik tan impresionante que le robaba el aliento avanzo como su hermano hasta el otro, ella intento aguatar pero no pudo y rompio a soltar jadeos en brazos de un atento Pavel que la comia a besos por su rostro: Pavel, no pue...puedo mas. En labios de Pavel solto un alarido increible que los dejo completamente excitados y felices mientras le alargaban el orgasmo hasta dejarla temblando de placer, una presion ocupo su ano haciendola chillar suavemente saliendo de su climax, Luka habia entrado un dilatador a traves de su ano hasta dejarlo completamente incrustado en ella, para su sorpresa Lev doblo su majestuosa espalda y Pavel torcio su rostro a el para que lo besara: Eres, (entre besos que le hacian temblar a punto de volver a estallar Lev le hablaba aprovechando que estaba indefensa para dilatarla con un nuevo dilatador), increible, unica…. Luka hablo bajo a Pavel desde su vagina mientras Luka sacaba su dilatador para que se colocara alli: No va a entrar Luka. Pavel rugio entre die Calmarla, !Joder!, que se relaje que me revienta la polla. Entre alaridos Pavel hablaba sobre el hombro de ella: Tranquila, todo va a ir bien, te lo ruego, relajate, no me hagas ordenartelo tambien. Ella lo miro como pudo, solo podia ver su frente y sus pestanas hasta que el alzo la cabeza y le sonrio mirandola directamente a los ojos, Elena se quedo paralizada, podia sentir su corazon pulsar con fuerza mientras el se acercaba a sus labios y se lanzaba a besarla: Tus ojos negros son increibles. El la beso dejandola suspirando con besos de caramelo hasta llegar a su cuello y sintio sobre su frente un beso de ella que hizo brillar sus frios ojos azules, el se quedo parado mirandola sin palabras hasta que Luka se puso sobre ella hablando ruso mientras la penetra lentamente viendola retorcerse para atras: Joder, no pensaba volver a hacerlo con una mujer sin sentir placer en absoluto y aqui estamos con ella. La besaba como un loco por todo su rostro sin dejarla tomar una simple respiracion hasta que se detuvo cogiendola por las mejillas y besandola tiernamente ?Que nos has hecho? Si no hablas espanol, no te entendere. Ella chillo retorciendose al terminar el de entrar por completo hasta llenarla completamente: Te he dicho que eres increible. La beso de nuevo agarrando su garganta mientras Pavel mordia sus hombros y los lamia, lo vio a sentir, poco a poco uno entraba y el otro salia, hasta llegar un punto en que los dos entraban a sintiendose entre ellos a traves de la fina capa que separaba las zona intimas de ella: Luka, no voy a aguantar, me voy a correr Pavel. Pavel chillo con ella llegando y Luka empezo su propio ataque a estocadas rapidas: Yo ya os estoy cogiendo. Ella chillo apretandolos a traves de sus preservativos, Lev tiro de sus brazos alzandola hasta echarsela contra su endurecido cuerpo, mientras la dejaba posarse sobre su tatuaje del pecho y ella con los ojos medio cerrados los recorrio con las yemas de los dedos hasta llegar por su cuello a sus labios, el los atrapo entre los dientes con un grunido dejandola tan excitada como asustada, la cargo fuera hasta un sillon impresionante donde el se sento reclinandose mientras se sacaba el preservativo y se colocaba otro: Montame, que ellos vean tus inmensas nalgas al aire. Elena vio negar y agarro sus munecas: Nos encantas, no te averguence. Poco a poco la convencio y durante solo unos segundos hasta que Sacha se coloco detras intentando entrar en su ano volviendola a poner nerviosa pudo observar su belleza tranquila y sumisa, el queria hacerle tantas cosas, pero primero queria que los aceptara, deseara y que finalmente les permitiera probar si podian llenarla con sus semillas, recorrio con las yemas de sus dedos en garras su vientre sabiendo que ella no lo veria y suspiro mientras se mordia los labios con fuerza tratando de no correrse salvajemente: Quiero un para siempre contigo, al igual que los demas. Ella solo lo observo quieta en los brazos de Lev, mientras Sacha se empujaba como podia apoyado en la espalda de ella hasta terminar de colarse completamente en su inte Joder, increible. Los dos se quedaron quietos mientras respiraban pesadamente. Hazlo hermosa, montanos. Lev la apremio besandola cogiendo su rostro para hacerla no dudar, poco a poco la dejaron moverse entre besos y mordiscos, hasta que se dejo llevar viendola contonearse, se alzo junto a ella mientras Shasa la sujetaba contra su pecho casi doblada a la vez que Lev acariciaba sus inmensos pechos una y otra vez con los labios viniendose los tres, Yaroslav la saco de los brazos de los dos y la arrojo a los de Yerik mientras este dejaba las gafas que llevaba puestas en una mesa y rodeaba con sus manos los irritados pechos de ella con caricias como los petalos de las hermosas flores que parecian orquideas que tenia tatuadas en sus manos: Eres increible, no podia hacerte el amor hasta el final, porque el haberte visto con los demas ha sido un espectaculo increible que no queria perderme. El tiro de sus pezones moviendo sus dedos magicamente mientras Yaroslav se acercaba observandolos saliendo de sus calzoncillos y colocandose un preservativo con mirada seria de rostros fruncido y labios apretados, levanto una pierna de ella y la penetro haciendo su agarre mas fuerte sobre ella. Ven a Dkann con nosotros humana, aceptanos, amanos y todos tus dias seran asi, nunca tendras que preocuparte por nada. El hablaba penetrandola entre sus jadeos y goces con Yerik, hasta que la escucho chillar su nombre haciendolo volverse completamente loco mientras sentia sus dientes afilarse completamente, la iba a reclamar, ahora y seria el primero de ellos, pero no lo hizo: Yaroslav…. El salio de su trance mirando a Yerik ante un suelo restregado de lametones y cocaina, intentaba habl ?Me has escuchado? Elena. Dias mas tarde ella miraba el inmenso bullicio que rodeaba la discoteca entre olores sudorosos y alcohol, desde la barra con su preciado cubata de 12EUR sin saber que estaba bajo la atenta mirada de ellos seis, meneando su inmenso culo envuelto en un precioso vestido negro estaba esplendida, repleta de curvas, acompanadas por una impresionante melena negra perfectamente alisada, miro sin saber porque a la primera planta y tres tatuados increiblemente hermosos de ojos unicos y llamativos, musculosos como culturistas que sabia a la perfeccion quienes eran le sonreian, asustada sintio su piel vibrar a la vez que su mirada volaba a su amiga que le senalo a los rusos de espaldas a ellos y despues a la salida para que hullera, pero cuando corrio hacia ella los otros tres que faltaban la rodearon:

  • Los jardines del presidente de Muhsin Al-ramli

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    En las cajas se encuentra la cabeza de Ibrahim, un hombre al que todo el mundo apreciaba por su bondad y discrecion, y por su particular filosofia de saber afrontar las tragedias aceptando su destino. Habia nacido y se habia criado en un remoto pueblo del norte de Irak, junto a sus eternos amigos de la infancia: Tarek, de vida acomodada y al que siempre la vida sonrio; y Abdula, huerfano y depresivo, a quien llaman Kafka por su manera de pensar y por haber devorado las obras de aquel autor. Los <>, como eran conocidos, habian vivido juntos alegrias, esperanzas, amores…, tambien guerras y las arbitrariedades del poder.

  • Si Buscas Enamorarte de Raico Calamonte

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    Puede que tengas emociones que al principio no sabias que podias sentir. Quiza te has acostumbrado a iniciar cada nueva etapa de tu vida con la mente limpia y cero expectativas. O tal vez, nunca hayas tenido una conversacion con una persona que, apenas verte, ya te conoce casi a la perfeccion.
    "Que genial es hablar con alguien que me entiende, que me reta, que me ensena, que me impulsa a querer sentir mas de su compania, que me envuelve con la fortaleza que brinda un abrazo, que me causa el anhelo de poder clavarme en sus ojos. Unos ojos que me dan el calor de una tierna mirada, y me transmiten una sensacion de ternura, alegria y amor".
    Ahora ya lo sabes: descubriras un sentimiento que enternece, y a la vez, te intrigara a querer saber mas, a desear sentir mas, a poder ver mas.

  • El chico de la eterna sonrisa de Brianna Wild

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    Noah es un chico guapo que ha sufrido y Laura es esa amiga a la que nunca deberia haber besado. Un hecho que pone patas arriba sus vidas y a prueba su amistad. Ambos tienen algo que perder, pero pueden ganar mucho mas. ?Seran capaces de olvidarlo y seguir adelante? ?O se lanzaran al fuego sin mirar atras?

  • Un viernes cualquiera de Luis A. Santamaria

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    --!Vaya dia de mierda! En un pequeno estudio de alquiler situado en el centro de Madrid, una muchacha se acababa de quemar las manos en su intento fallido de sacar un bizcocho del horno. Si el bizcocho quedo como para que se lo comiera Rafiki --un simpatico conejo domestico--, las manos de la joven no salieron mejor paradas. Corrio hacia el cuarto de bano y coloco las palmas enrojecidas bajo el chorro de agua fria. No era una solucion, seguian en carne viva. <>, procuro adivinar mientras se retorcia de dolor. Desecho la idea de la crema dental por parecerle estupida, y termino untandose crema para la piel. Las manos aun le temblaban del dolor, pero el alivio fue el suficiente como para que dejase de llorar. De pronto, algo sucedio en el estudio. La muchacha detecto con el rabillo del ojo como algo se deslizaba a traves del parque del pasillo. ?Una carta? Con el ceno arrugado, salto a ver que era. Fue al agacharse cuando descubrio que no se trataba de una carta, sino de una sencilla hoja de libreta. Sin comprender, dirigio su mirada hacia la puerta principal. Permanecia cerrada. <> Subitamente le vinieron algunas historias de atracadores nocturnos que en los ultimos meses habian estado sembrando el panico en la capital. Con una cautela algo impropia en ella, desplego el papel con dificultad (las manos le temblaban ahora incluso mas que antes). Venia escrito a lapiz, con una caligrafia torcida y alocada. Acuclillada contra la pared del pasillo, comenzo a leer: <> ?Asi que se trataba de una broma? Sus ojos enfurecieron. Lo que menos necesitaba ahora era a un adolescente enamorado que se plantara frente a su casa como un personaje salido del cerebro de Shakespeare. Restandole importancia al asunto, se incorporo y se dirigio a la cocina, donde el Rafiki habia empezado su particular banquete a base de bizcocho chamuscado. La muchacha casi estrujo el papel con sus manos hasta convertirlo en una bola, pero cambio de opinion en el ultimo momento. En su lugar, abrio el cajon destinado a la propaganda de comida basura y lo guardo en su interior. <>, penso. <> Segundo viernes Lo normal hubiera sido que se sintiera relajada, que era el estado que adoptaba cada vez que se tumbaba en el sofa con uno de sus libros de aventuras. Sin embargo, ese viernes, algo le estaba obligando a ladear su cabeza cada pocos segundos para comprobar que todo seguia en orden en la zona del pasillo. Habia transcurrido justo una semana desde que recibiera aquella extrana declaracion por la rendija de la puerta. No es que en verdad pensara que el acosador anonimo regresaria como habia prometido en su escrito, pero esa noche no saldria de casa, por si acaso. Se le helo la sangre cuando, en uno de sus fugaces vistazos, descubrio un nuevo trozo de papel, de igual aspecto que el anterior, resbalando por el suelo. Trago saliva y examino su propia puerta con recelo, como si alguien estuviera forzando la cerradura y pudiera entrar en ese preciso momento con un machete. Conto hasta cinco y se calmo un poco. Dudo. ?Deberia leer el contenido del papel? Estaba segura de que, dijera lo que dijera la dichosa nota, rondaria su cabeza durante el resto de la semana. Y eso no era sano. Finalmente, se aproximo a la hoja y la leyo con el miedo de quien saca una bandeja de bizcochos sobrequemados del horno. <> Completamente fuera de si, la muchacha corrio hacia el salon, donde cogio un papel y un lapiz y escribio algo entre jadeos. Despues regreso hacia el pasillo y deslizo su papel hacia el descansillo. <> Detras de su apariencia enclenque, se escondia una mujer de armas tomar que no estaba dispuesta a que un chiflado le amargara con sus jueguecitos cada tarde de viernes. Justamente su dia preferido de la semana. !No lo iba a tolerar! Contra todo pronostico, su amenaza recibio respuesta, como no, en forma de papel. <> ?A que demonios estaria jugando aquel hombre? Tercer viernes Viernes otra vez. Dichoso viernes. Lo unico que se escuchaba por encima del opresivo silencio era el segundero del reloj de la cocina martilleandole el cerebro. El tiempo parecia transcurrir increiblemente despacio mientras Angie esperaba la nueva nota de su admirador. ?Que podia hacer, dadas las circunstancias? Una opcion era salir a dar un paseo y no volver hasta la noche. De esa forma, no se enteraria de nada. El admirador vendria, ella no estaria en casa, y el mundo seguiria girando como si nada. Sin embargo, al regresar, veria el papel en el suelo, de modo que su plan no habria servido de nada. No hubo dia en la semana en que no pensara en llamar a la policia. Pero, ?que iba a decirles? ?Que un chico habia venido, se habia parado en el descansillo y habia dejado una carta? ?Quien habria sido la loca entonces? Ademas, a decir verdad, aquel chico --hombre, o lo que fuera-- no parecia peligroso. Y en el caso que lo fuera, como medida desesperada, siempre podria utilizar a Rafiki como perro guardian... Angie se encontraba en medio de este dilema emocional cuando, !voila!, aparecio la nueva carta: <> La muchacha se quedo petrificada con el papel en las manos. <> ?Que se suponia que debia hacer? Se disgusto consigo misma por pensar siquiera en seguir el juego del misterioso individuo, y se alejo de la puerta. Luego, en un ataque de insensatez, y guiada por un impulso surgido de un punto recondito de su cerebro, se giro y corrio para abrir la puerta de golpe. El descansillo estaba desierto. Seguramente habia transcurrido mas de un minuto desde que leyera la carta, por lo que el tiempo establecido por el se habia agotado. Angie suspiro. --Esto es ridiculo --farfullo. Despues cerro la puerta con rabia. Una cosa era clara: aquel hombre seguia las reglas del juego, sus propias reglas, al pie de la letra. Un juego en cuya partida ella acababa de entrar. Cuarto viernes Angie estaba de pie, frente a la puerta, ansiosa como una nina el dia de reyes. Tenia un plan. Despues de sopesar diferentes opciones, habia decidido que lo mas sensato era obtener cierta informacion antes de actuar precipitadamente. El plan era sencillo. Habia escrito, en letras grandes, una pregunta en un folio. ?DE QUE ME CONOCES? Cuando el visitante misterioso apareciera, la filtraria por debajo de la puerta. La primera parte del plan, que consistia obviamente en que el desconocido hiciera acto de presencia, no se hizo esperar. La carta del especimen anonimo enseguida surgio por la rendija. Puntual como un reloj, a las ocho en punto de la tarde, como siempre. Angie se agacho para leerla haciendo el menor ruido posible, y supo por primera vez que el sabia que ella estaba alli y, mas aun, el sabia que ella sabia que el estaba alli. Un embrollo de narices que le hizo sentirse especial por un momento. Leyo la nueva carta: <> Angie se mordio el labio inferior y rapidamente envio su nota hacia el otro lado. Espero en silencio. Decidio pegar la oreja a la madera de la puerta con la intencion de escuchar algo, como si el sonido que pudiera hacer una persona con un lapiz y un papel sirviera para determinar si es buena persona o, quiza, un psicopata. No se apreciaba el mas minimo sonido. Casi se le escapo un gemido al comprobar que su nota habia recibido contestacion. Aun mas excitada, la desplego: <>

  • Te encontrare en Navidad de Aitor Ferrer

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    Habian pasado seis anos desde aquella semana que, para Melissa, fue la mejor de su vida. Melissa, una joven malaguena, que decidio junto a sus amigas ir a pasar unas pequenas vacaciones a un camping en Los Canos de Meca, alla por tierras gaditanas, donde no esperaban encontrarse con un grupo de belgas que las harian vivir mil locuras. Disfruto cada momento, cada risa, y, sobre todo, cada mirada que compartio con Christian. Christian, ese chico con el que tuvo un idilico romance que siempre recordaria por los dias tan bonitos que pasaron juntos. A Melissa le parecio un chico de lo mas agradable, ademas de bueno y simpatico, y tan solo bastaron unas horas para que ambos fueran conscientes de que Cupido habia hecho bien su trabajo, disparandoles con su arco, las flechas del amor. Lo que estaba planeado como unas vacaciones con amigas, acabo siendo una breve aventura en compania de esos jovenes llegados a Espana desde Brujas, y con quienes cada dia que pasaba, inmortalizaban en fotos que poder ver cuando llegara la despedida. Entre ellos habian nacido unos sentimientos dificiles de perder, aunque ambos sabian que la distancia que los separaba era importante para volver a verse. El, le dio su numero de telefono, esperando que algun dia le llamara, y compartieron sonrisas y miradas que decian que si, que hablarian pronto, quedando en sus memorias el recuerdo de aquellos dias de verano que habian compartido. ?Cuan caprichoso puede ser el destino, que nos lleva a vivir momentos de lo mas felices, para despues llenar nuestros dias de amargura? Melissa se quedo sin la oportunidad de volver a hablar con Christian cuando perdio el movil. Eso era mala suerte, sin duda alguna, pues en el no solo iba su telefono sino todas las fotos que habian hecho durante esos dias. Solo tenia un nombre, sin apellidos, por lo que encontrar en Brujas al chico con el que habia vivido los dias mas bonitos de aquel verano, iba a ser tarea mas que dificil. Pero ella lo hizo, busco y trato de encontrarlo, queria poder decirle lo que habia descubierto apenas unos dias despues de que sus caminos volvieran a separarse. Melissa se habia quedado embarazada. Busco a Christian durante semanas, pero sin exito, estaba desesperada y lamentaba la mala suerte de haber perdido el movil y, con el, la posibilidad de contactar con el que era el padre del bebe que esperaba. En Malaga vivia con su padre, un viudo farmaceutico que siempre procuro darle a su hija todo cuanto necesitara y, en ese momento de su vida, la apoyo y ayudo con la busqueda del joven belga. Pero los dias pasaban, como tambien lo hacian las semanas y los meses, y Melissa tuvo una preciosa hija a quien llamo Elsa. Juan se convirtio en el abuelo mas feliz del mundo cuando vio la carita de su nina, esa por quien daria todo cuanto tenia, igual que por Melissa. Elsa crecia en un hogar donde no le faltaba el amor de su madre, esa que cada dia le contaba la historia tan bonita que habia vivido con el que era su padre, aunque la nina no lo entendiera porque tan solo era un bebe. Los anos fueron pasando y Melissa seguia contandole ese cuento a Elsa antes de dormir. Le relataba los dias que habian vivido los dos protagonistas de la historia, hasta que tuvieron que separarse. Contaba la pequena Elsa con cuatro anos cuando, una noche antes de dormir, le pregunto a su madre si esos dos personajes del cuento habian vuelto a verse. Melissa, con los ojos vidriosos, contesto que no, que tras perder lo unico que tenia de el, no pudo volver a verlo. Juan, que habia escuchado la pregunta de su nieta desde el pasillo, espero a que saliera Melissa de la habitacion y le dijo que, tal vez, era momento de contarle la verdad a la nina. Decirle que la pareja de la que hablaba en el cuento eran sus padres. Ella lo penso, lo medito durante dias, incluso meses, y finalmente se decidio a contarle la historia completa. Elsa escuchaba atenta cada palabra de su madre, como solia hacer por las noches, hasta que la historia cambio un poco y ella, que a pesar de su corta edad era una nina muy lista, se dio cuenta en cuanto Melissa les puso nombre por primera vez a los personajes del cuento. Quiso saber si ella era ese bebe del que tanto le habia hablado, si cuando hablaba de Melissa se referia a ella misma, y si era Christian el nombre de su papa. Con una sonrisa Melissa contesto que si, que hablaba de ellos tres. Que tenia un buen recuerdo de su papa, pero que nunca lo encontro despues de que perdiera el telefono. Cuando salio de la habitacion donde su hija dormia placidamente, le conto a su padre los planes de viajar a Brujas, necesitaba encontrar al hombre que le habia dado ese regalo tan bonito que era Elsa para ella. Juan, que siempre fue el principal pilar para Melissa desde que perdieran a su madre cuando contaba con solo doce anos, de nuevo estuvo a la altura de las circunstancias y apoyo a su hija en tal decision. Melissa era profesora en uno de los colegios de Malaga, asi que decidio que aprovecharia las vacaciones navidenas para viajar junto a su pequena Elsa hasta Brujas, lugar en el que esperaba encontrar a Christian. Sobraba decir que no iba buscando el oportunismo de que la ayudara con la crianza de la nina, puesto que, aunque en su casa no nadaban en la abundancia, vivian bastante bien con su sueldo y con lo que ganaba su padre con la farmacia que regentaba desde hacia anos.

  • Ocultos de Jordi Sierra I Fabra

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    ?Quien no ha oido hablar alguna vez de los libros prohibidos?

  • Confesiones de una mascara de Yukio Mishima

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    Koo-chan, el joven narrador de ” Confesiones de una mascara ” (novela publicada en 1949 que fue el primer gran exito literario de Yukio Mishima (1925-1970) y que lo catapulto a la fama), es un alma atormentada por una sensibilidad turbadora que va creciendo con el estigma de saberse diferente a los demas. De aspecto debil y enfermizo, solitario y taciturno, de extraccion menos favorecida que sus companeros, ira descubriendo sus inclinaciones homosexuales cuando se siente atraido por Omi, un chico de fuerte constitucion. No obstante, en el Japon de los anos 1930 y 1940 el protagonista debe ocultarse tras una mascara de correccion y convertir su vida en un escenario, en una representacion en la que confluyen la realidad y las apariencias.

  • Tiempo roto de Margot Chamorro

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    Sigue viva entre nosotros la memoria de la Guerra Civil, y tambien la de los largos y crueles anos de la posguerra; una epoca gris y amarga, sobre todo para quienes tuvieron que ver como sus ideales quedaban aplastados. Ese es el tiempo roto del que se nos habla en este emotivo libro. Visto a traves de los ojos de Margot Chamorro, una nina nacida entre los vencidos, es un relato testimonial que, con su apasionada sinceridad, nos llega directamente al corazon.

  • Lo que recuerdo de ti de Bianca M.m

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    Algo extrano me recorre por dentro, pero curiosamente no es miedo. Es un sentimiento nuevo que me dice que el no seria capaz de hacerme dano. ?Confianza? <>, me repito mientras la muerte viene a por mi con un arma en la mano. Solo espero que sea rapido y no muy doloroso.

  • Un principe en construccion (Principes 1) de Virginia Camacho

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    .Jeremy Blackwell ha corrido una larga carrera hasta llegar aqui, la cima del poder. Las cosas que ocurrieron en su pasado lo han empujado a el y a su hermano a ser como son, a juntar riquezas, a presionar y casi asfixiar hasta obtener lo que quieren. Y ha llegado el turno de Jennifer Hendricks de ser presionada; ella tiene clase y estima en la alta sociedad, lo que el necesita, y el tiene dinero, lo que necesita ella. ?Que tan malo sera llevar a cabo uno de los convenios mas antiguos de la historia de la humanidad?
    Para ella no sera facil renunciar al amor verdadero, pero, ?acaso este de verdad existe? El amor es otra mercancia que se puede comprar y vender. al menos, es lo que el ha visto con sus propios ojos.
    Tal vez, tal vez, tambien pueda comprar el amor de Jennifer, aunque luego no sepa que hacer con el.

  • El ultimo catalan de Javier Barraycoa

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    El ultimo catalan es una novela satirica, ironica y entranable que, aunque dice verdades como punos, suscitara en el lector una sucesion de carcajadas.

  • Besadas por el fuego de Montse Godrid

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    Cuando Aspasia de Mileto mando tallar unos pendientes-amuletos para protegerse de la envidia que generaba su historia de amor, no imagino que conectarian la Antigua Grecia con Galilea al llegar estos hasta Maria Magdalena. Posteriormente, la reina Blanca de Anjou los recupero al sur de la Corona de Aragon. Y desembocan de manera inexorable en la provincia de Alicante en la actualidad, donde ayudan a desentranar un gran misterio. Sus duenas son a la vez transmisoras de valiosos conocimientos y de un potente elixir magico.

  • Alter Ego de Jose Antonio Suarez

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    Te pierden todo el respeto cuando mueres.

  • Blody de Monika Bennett

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    A Blody la vida parece sonreirle. Ha conseguido plaza en la prestigiosa universidad de California y esta ansiosa por empezar su primer ano de psicologia.Todo parece irle bien a Blody, pero la felicidad de esta joven universitaria se vera truncada por un asesino en serie que ha puesto todas sus miras en ella.Un thriller psicologico banado de sangre que hara las delicias de los amantes del genero.Ten cuidado o te atrapara.

  • Ultima entrega de Bela Marbel

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    EL paquete GINGER --!Menuda mananita! --chillo Ginger, a nadie en particular, mientras alzaba las manos al cielo. Se habia peleado con un taxista, o eso creia, porque no habia entendido nada de lo que el hombre habia dicho. A saber en que idioma le habia hablado, o mas bien gritado. Despues, casi la atropella un camion de reparto y, para terminar su turno, la envian al culo del mundo a entregar una cajita. Ella ya sabia de los peligros de su trabajo, lo de ser repartidora en bici era temporal, con algo tenia que pagar sus estudios en la Escuela de Artes Escenicas. Ya estaba en el ultimo ano, pronto acabaria y podria dedicarse a lo que mas le gustaba en este mundo. * * * EUGENE <>, penso Eugene. Encerrado en esas cuatro paredes, no paraba de dar vueltas como un animal enjaulado, mientras su protegida se instalaba en una de las habitaciones. Por lo menos era una persona agradable, una senora mayor y sosegada que no hablaba demasiado. Eso le gustaba, el tambien era un hombre callado, ademas de serio. Y tampoco es que fuera muy creyente ni nada de eso, pero tenia pensado ir al geriatrico a cenar con su tio la noche de Navidad. No podria, y ni siquiera habia tenido tiempo de avisarlo. * * * MAE --Dios mio, este chico todo lo que tiene de grande lo tiene de soso --dijo Mae en cuanto cerro la puerta de su habitacion. Tenia la costumbre de hablar con su difunto marido, no habia nadie en este mundo con quien le gustara mas hablar. Despues de todo, por fin habia conseguido que el no le llevara la contraria siempre, aunque para ello hubiera tenido que matarlo. Y ahora este hombreton tenia que protegerla del supuesto asesino de su esposo. Si no fuera patetico, resultaria hasta divertido. Se dirigio a la cocina y siguio cavilando mientras llenaba un vaso de agua del grifo, que la ayudara a calmar su sed. * * * GINGER Por fin, habia llegado a la direccion que le habian dado. Con la suerte que tenia seguro que no habia ascensor. Ato la bici a la baranda de la escalera de entrada y se disponia a llamar al timbre cuando alguien salio del portal. Aprovecho para entrar y al y como esperaba, no habia ascensor. !Por las escaleras! Y no podia ser el primero, no, tenia que ser el quinto. Llego arriba casi sin aliento y toco al timbre. Espero. Volvio a llamar. Siguio esperando. Volvio a llamar. Un hombre enorme con cara de muy mal humor abrio la puerta. Vestia un impecable traje de chaqueta sin chaqueta y con la corbata aflojada, se le veia muy, pero que muy incomodo, el pelo oscuro revuelto, la mirada azul electrica, boca grande, pomulos prominentes. <>, penso. Pero daba un poco de miedo, debia de medir casi dos metros y ella no era bajita precisamente; media un metro setenta, pero este tio le sacaba dos cabezas y tenia los hombros mas anchos que habia visto en su vida. --?John Ray? --pregunto la chica asomando la nariz por la puerta. Entre las sombras distinguio la figura de una anciana en el pasillo. El gigante la miro con desconfianza. --?Quien eres? --pregunto la voz mas sexy que habia escuchado nunca; fuerte y profunda, le parecia estar escuchando cantar a Johny Cash. --Tengo un paquete para John Ray. --El miro el paquete como si quisiese adivinar que habia dentro de el. --?Que es? --Y yo que se. --?Quien lo envia? --Un tal John Smith, un clasico --ironizo, al leer la etiqueta que identificaba al remitente. --Deja eso en el suelo, despacio, sin movimientos bruscos -- ordeno el hombreton, con un tono de voz que a Gin le helo la sangre. El gigante se llevo una mano a la espalda mientras la miraba fijamente --. !Ahora! --Oye a mi no me grites, ?vale? --!Ya! --?Ese tono significa que me quedo sin propina? --comento ella mientras dejaba en el suelo el paquete. Cada dia le tocaban un par de excentricos en el reparto. En Navidad, igual que Halloween, ese numero se multiplicaba varias veces. Despues de hacer lo que el grandullon le habia ordenado, apenas le dio tiempo a reaccionar cuando se vio arrastrada hasta la pared. Un brazo fuerte y enorme la sujetaba inmovilizandola contra ella, mientras que con la otra mano le palpaba en busca de ueno, ella no sabia de que exactamente. * * * EUGENE Desde que la habia visto en la puerta sabia que habria problemas, pero no imaginaba que ademas de los que ya suponia, los tendria tambien de esta clase. Estaba excitandose mientras la registraba y eso era algo que a el no le pasaba y ademas estaba mal, muy mal. Si ni siquiera le gustaba, era deslenguada y poco femenina. A el las mujeres le gustaban con todas sus cosas: sus pechos abundantes, sus tacones, su melena larga vamos, una mujer, mujer. Esta era casi un chicote, entonces ?por que se habia puesto asi? Definitivamente necesitaba unas vacaciones. --Oye guapo, espero que eso que estoy notando sea una pistola, !no te emociones toqueteandome! --se burlo Gin. El saco una cartera del bolsillo trasero del ajustadisimo pantalon del uniforme de la chica. --?Eres Ginger House? --pregunto leyendo su documentacion. --?No deberias decirme de una puta vez quien cono eres tu? -- respondio enfadada. --?Tu madre nunca te lavo la boca con jabon? --contesto el poniendo su placa en la cara de ella, pero sin aflojar la presa ni un poco. --?Eso ha sido una gracia? !Dios! avisemos a la prensa, el tipo duro hace gracias. Sueltame de una vez, inspector Eugene. --Gen. --?Que? --Que me llames Gen. Agente Gen. --No. !Yo! --remarco el pronombre--, soy Gin, agente. --Gen no pudo evitar una leve sonrisa y la solto poco a poco. --Esta conversacion me esta dando dolor de cabeza --se quejo el hombre. Ella se dio la vuelta y quedaron casi pegados. En esos momentos sono una puerta arriba y jaleo en las escaleras. El se abalanzo sobre ella y la beso profundamente, agarro sus manos y se las pego a la pared por encima de la cabeza, para que no intentara apartarlo con ellas. Gin no se lo podia creer, la estaba umhhh esando y como la besaba, se estaba derritiendo. Sabia que tendria que protestar pero joder, joder. --Lo siento --dijo cuando se alejaron los vecinos--. Es que no queria que nos vieran --se disculpo el hombre. --Tu has visto muchas peliculas, grandullon. --Gen. --?Que quieres? --No, que me llames Gen, no me inventes apodos, no me gustan, mocosa. --Tampoco es que nos vayamos a ver mucho mas, si me firmas aqui, la mocosa se largara y te dejara en paz con tus eh lo que sea que estes haciendo -- informo ensenandole la planilla de entregas del dia. --Me temo que no sera tan sencillo. Ve al otro lado del rellano. --Pero… --Haz lo que te digo --ordeno en un tono muy estricto. --Te acabo de conocer, pero ya estoy hasta los mismisimos de tus ordenes, ?sabes? --Y yo de que todo lo tengas que protestar, esto no es ningun juego. --En serio, quiero irme. --Pues no vas a poder por lo menos hasta que vea lo que hay en el paquete, y luego haremos lo que me diga mi capitan. --Oye… --?Puedes por una vez hacer lo que te digo sin discutir? Por favor. Alejate. Gin iba a protestar pero decidio que todo terminaria antes si le hacia caso. Se alejo mientras el abria el paquete despacio. Dentro solo encontro una tarjeta, <> --Gen resoplo mientras se alzaba. --No pasa nada, no hay peligro. Acompaname dentro --le indico extendiendo la mano.

  • Al servicio del Imperio de Pedro Santamaria Fernandez

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    Ano 65 d. C. Dos muchachos deciden alistarse en una nueva unidad del ejercito imperial compuesta exclusivamente por cantabros: la Cohors II Cantabrorum. Jamas han salido de su aldea y tienen un sueno: aprender de Roma para derrotarla. Pero, al contrario de lo que creen, Roma no se encuentra a un par de semanas de camino, ni es una aldea algo mas grande que la suya. El imperio que gobierna Neron es inmenso, mucho mas de lo que hubieran podido sonar los jovenes reclutas, que no saben que, al alistarse, entregan veinticinco anos de su vida al emperador. La Cohors II Cantabrorum sera destinada a la otra esquina del Imperio, a la levantisca procuraduria de Judea, donde la presion fiscal, los abusos de la administracion romana y las aspiraciones mesianicas de los judios amenazan con desestabilizar la zona. Los jovenes cantabros se veran envueltos en una autentica revolucion, en una tierra que no comprenden, y tendran que ejercer de brazo ejecutor de un imperio al que detestan y enfrentarse a un pueblo que lucha por su independencia, tal y como lo hicieron sus abuelos. La revuelta judia constituira un terremoto historico de primera magnitud del que aun, a dia de hoy, se sienten las replicas. La guerra, sangrienta y apocaliptica, contribuira al final de la dinastia Julio-Claudia y al nacimiento de la dinastia Flavia. Mas aun, de las cenizas del Templo de Jerusalen naceran dos religiones hasta entonces embrionarias: el judaismo rabinico y el cristianismo. <>. Yehuda Amichai