• el lector de spinoza - Javier Saez de Ibarra

    https://gigalibros.com/el-lector-de-spinoza.html

    Este esplendido libro de relatos demuestra que aun se puede escibir uene literatura [Babelia, El Pais]. Con una prosa compleja, arriesgada y brillante, Javier Saez de Ibarra emplea distintois registros literarios en los difentes contenidos de estos cuentos en los que demuestra una gran experiencia y un profundo trabajo.

  • EL LECTOR DE SPINOZA | JAVIER SAEZ DE IBARRA

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  • El lector de Spinoza - Editorial Páginas de Espuma

    https://paginasdeespuma.com/catalogo/el-lector-de-spinoza/

    El primer libro del que después sería ganador del I Premio Ribera del Duero. 176 páginas Voces/ Literatura • 35. ISBN: 978-84-95642-41-7 15 x 24 cm 12,5 ...

  • El lector de Spinoza (Voces/ Literatura) - Libros - Amazon.es

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  • El lector de Spinoza - Libro de Javier Sáez de Ibarra - Lecturalia

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    Comentarios y opiniones de El lector de Spinoza. Este libro todavía no ha sido comentado ¿Quieres ser el primero ? Otros libros del ...

  • leer - El lector de Spinoza - PastoralSJ

    https://pastoralsj.org/recursos/leer/362-el-lector-de-spinoza

    Mi buen Sancho -diría D. Quijote una vez leído este libro- paréceme que aquí tenemos una obrita que continúa nuestra historia. La tuya y la mía.

  • EL LECTOR DE SPINOZA - JAVIER SAEZ DE IBARRA - Agapea

    https://www.agapea.com/libros/El-lector-de-Spinoza-9788495642417-i.htm

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  • el lector de spinoza - cuentos - Machado Libros.

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    EL LECTOR DE SPINOZA. CUENTOS, SÁEZ DE IBARRA, JAVIER (1961), 13,00€. ...

  • Libro El Lector De Spinoza, Javier Sáez de Ibarra, ISBN ...

    https://www.buscalibre.es/libro-el-lector-de-spinoza/9788495642417/p/2837503

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  • El lector de Spinoza - -5% en libros | FNAC

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    El lector de Spinoza, libro o eBook de . Editorial: Paginas de espuma. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • En la piel del lobo de Sonia A. Kirchen

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    De nina, cuando todas sonaban con ser princesas, a mi me encantaba el disfraz de Caperucita, y cubierta con su capucha roja me creia idonea para desafiar al lobo.
    Sin embargo, ese inconformismo se apagaria, cuando con dieciocho anos y exceso de ego. mi madre fallecio.
    Aquel dia nefasto, sentada en las escaleras de emergencia del hospital, conoci a Evelyn, quien tras a dar a luz a mellizos abordaba la maternidad sola.

  • Seductor domado de Aryam Shields

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    Mi nombre es Liam, soy lo que llaman un bastardo afortunado, mujeres, sexo, dinero... ?Mencione sexo? ?Toneladas de sexo? Si, ese era yo, hasta que se cruzo por mi camino un huracan enfundado en un minusculo vestido negro. Ese dia, perdi la cabeza. Y cuando creia que estaba completamente loco, me vi tomando esa mujer de la mano y prometiendo ser un jodido principe para poder meterme en su vida y en sus bragas. Ahora yo, Liam Connor, soy un hombre casado. !Casado! Y con una bruja, porque ella tiene de princesa lo que yo de santo. Pero, ?quien dice que no puedo amar a quien hace mi vida un infierno?

  • La buena esposa de Meg Wolitzer

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    Joan Castleman, mujer de un famoso escritor norteamericano, acompana a su marido a Helsinki, donde posiblemente le den un premio literario casi tan importante como el Nobel. Ya en el avion, el lector se entera de que pase lo que pase, despues de toda una vida juntos, ha decidido dejarle. Esta harta de el y de su egolatria. Al mismo tiempo empieza a rememorar como lo conocio en la Universidad donde era uno de sus profesores y como acabo casandose con el despues de separarse de su mujer anterior y de una hija pequena a las que abandono. Tambien ella ha tenido dos hijos con Joe, pero no se llevan bien con su padre. En un texto muy agil, tipico de Wolitzer, se van desarrollando dos temas paralelos: el triunfo literario de Joe y su pasion por las mujeres, y la frustracion creciente de una mujer que, de joven, queria convertirse en una gran escritora.

  • Blody de Monika Bennett

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    A Blody la vida parece sonreirle. Ha conseguido plaza en la prestigiosa universidad de California y esta ansiosa por empezar su primer ano de psicologia.Todo parece irle bien a Blody, pero la felicidad de esta joven universitaria se vera truncada por un asesino en serie que ha puesto todas sus miras en ella.Un thriller psicologico banado de sangre que hara las delicias de los amantes del genero.Ten cuidado o te atrapara.

  • Buscame y me encontraras de Roberto Rosillo Espinosa

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    El detective Carcosa recibe el encargo de la senora Gertrudis, una adinerada mujer de la capital granadina, que desea saber si su esposo, un ambicioso y reputado empresario puede tener alguna relacion con el horrible crimen que hace estremecer la ciudad. Carcosa, con su amplia experiencia en homicidios, su arrojo y su capacidad analitica y deductiva tendra que infiltrarse en los entresijos de un grupo de hombres de poder que al amparo de la impunidad que les da su estatus y su anonimato, parecen estar vinculados con una serie de crimenes en la ciudad, y no desistira atando un cabo tras otro hasta llevar a buen puerto la resolucion del caso, poniendo en jaque a un punado de hombres de poder pertenecientes a una secta que practica el canibalismo gourmet.

  • No estaras sola de Licena Tuero

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    ?Alguna vez sintieron ganas de dejar todo atras, huir a algun lugar, donde nadie nos conozca, y empezar de nuevo? Fara es una chica de veinticinco anos, cargada de tristezas, errores y decepciones, que ha renunciado al amor. Bautista es el tipico hombre del que te enamorarias a primera vista. Guapo, irresistible, seductor.

  • Atrevete a enamorarte de Estelle Maskame

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    MacKenzie esta enamorada de Jaden. Pero, tras un tragico acontecimiento, ella no sabe como acercarse a el. Quiza ambos solo teman perder lo que mas les importa. O quiza valga la pena arriesgarse y saborear los detalles, descubrir el placer de las pequenas cosas juntos y enamorarse.

  • El secuestro de la hermana Tegualda de Hernan Rivera Letelier

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    Viernes, 9.30 de la manana. El Tira Gutierrez llega al edificio Gomez donde tiene instalada su oficina. Viene apurado. Debo traer una cara de culo, piensa. Su insomnio cronico le hizo pasar una noche digna de ponerla en un marco y colgarla en una exposicion junto a El grito. Mas encima, ya se mea. En el lobby, el conserje y los dos guardias lo saludan reverenciales, ya saben que es un investigador privado como los de las peliculas, y el unico de la ciudad. El mas joven de los guardias --y el mas reverente-- mantiene abiertas las puertas del ascensor para que alcance a tomarlo (este guardia fue el que una noche, revisando las puertas de las oficinas, abrio de golpe la suya, que el olvido cerrar por dentro, y lo sorprendio en cueros con una pelirroja en el sofa de terciopelo verde. Esto fue antes de conocer a la hermana Tegualda). Ya en el ascensor, el Tira no quiere quedar frente al espejo, no quiere ver de que tamano le cuelgan las ojeras. Opta por ponerse frente a la unica otra pasajera, una anciana que aprieta su cartera de plastico contra su pecho. Las ojeras me deben colgar como el perigallo de esta viejita, piensa el Tira, y le hace un guino. La anciana lo mira de soslayo. El le pela los dientes. La anciana se aferra a su cartera como un naufrago a su tabla de salvacion. Cuando comienzan a subir, el ronroneo de la ascension le exacerba sus deseos de sacarse la pinga, como dicen los cubanos, y vaciar la vejiga ahi mismo. Cuba. La Habana. El recuerdo de su estadia en la isla logra que olvide un poco sus ganas diureticas. Piso doce. Antes de salir del ascensor se despide de la anciana con una sonrisa de hombre bueno. Luego saca las llaves de un bolsillo de su chaqueta (su llavero solo tiene dos llaves: casa y oficina) y, con la vejiga a punto de reventar, camina rapido los veinte pasos que hay del ascensor a la puerta de su oficina. ?Cuando se le ocurrio la tontera de contar esos pasos? Seguro debio ser un dia mas relajado que este. Llega a la puerta, introduce la llave, empuja y saluda: Buenos dias her… La hermana Tegualda no esta. Al cerrar la puerta tras de si, pisa un sobre que blanquea en el gris de la alfombra. No se molesta en recogerlo. Quitandose la chaqueta y dejandola caer en un sillon, pasa directo al bano. Antes de llegar ya se ha sacado la pinga y, con ella en la mano, levanta la tapa, apunta y aaaaaaaaaaah. El largo suspiro de alivio suena mas a gemido de actor porno. Desagua copiosamente, desagua con los ojos cerrados para no posar la mirada en los azulejos de las paredes. Es que la imagen que atormenta sus amaneceres, la imagen que su mente se ha formado del insomnio, es una vasta y encandilada sala revestida toda de azulejos blancos. Ahora ultimo, para rematar el cuadro, ademas del insomnio esta teniendo problemas de diuresis. ?Sera por el excesivo consumo de te? Tendra que ver a un matasanos. Con la antipatia que les tiene a esos tipejos. Sobre todo a los que se creen dioses y ni siquiera miran a los ojos del paciente mientras lo atienden. Algunos ni hablan. Hipocrates hipocrita. Termina de mear, abre los ojos y da un resoplido de alivio a su mechon blanco. Cuando al salir del bano se deja caer en el sofa de terciopelo verde, un olor que parece venir del balcon o del closet de los utiles de aseo le hace arriscar la nariz. Inhala para captar de que se trata, pero ya no lo siente. Mira hacia el balcon: acurrucados y flematicos, John y Yoko retozan al sol placidamente. Seguro que esos pajarracos acaban de darse un festin de perro muerto detras de los cerros. Y vuelve a despatarrarse en el sofa. Que ganas de dormir un millon de anos. Y podria perfectamente hacerlo pues no hay mucho trabajo. En verdad no hay nada de trabajo, las cosas hace rato que no caminan muy bien en la agencia. Siente ganas de incorporarse, ir a su computador a poner musica, pero se arrellena mas en el sofa. Al apoyar la cabeza en uno de los cojines, el terciopelo arestinado le raspa la nuca. Con razon la hermana le viene reclamando hace dias que ya va siendo hora de renovar el living. ?Y por que no mandarlo a tapizar nomas, hermana?, se ha resistido el. Pero que sea de otro color pues, oiga, por Dios. ?Y que tiene de malo el verde, si me hace el favor, hermana? Este verde reja de comisaria es irritante, caballero. ?O es usted daltonico? El Tira se rie solo. Mira la hora en su celular: 9. 37. Raro. La hermana jamas llega despues de el, y el ha llegado media hora tarde. Ella no acostumbra a darse esos relajos. Y si hubiese tenido que hacer algun tramite lo habria llamado. O se lo habria dicho ayer en la noche, cuando lo fue a dejar a su casa en su escarabajo amarillo y se quedo un rato con el, y terminaron <>, como dice ella. Se acuerda entonces del sobre en la puerta. Puede que sea un nuevo caso. Se para a recogerlo y vuelve al sillon. Es un sobre apaisado sin nada escrito, ni nombre, ni direccion, ni remitente. Lo unico que exhibe es la marca de la suela de su zapato. Lo rasga. Dentro, una hoja de oficio doblada en tres. La despliega. Lo que aparece ante sus ojos es una nota escrita, en cursiva, en un procesador de textos. Lee. Queda atonito. Vuelve a leer: Tengo a la senorita Tegualda. Si la quiere viva siga las instrucciones. Vaya a la playa El Cable y busque en la letra N. Ni en vehiculo, ni andando, ni corriendo. Debe ir en marcha olimpica. Y sin quitarse la chaqueta. No involucre a la policia. Estara vigilado todo el tiempo. Mientras mas rapido haga el recorrido, mejor para ella. Marche ahora, o ella muere. Mas loco que un zapato El Tira siente que cae en un vacio, como si de golpe lo hubiesen puesto en una campana de vidrio y sumergido en las profundidades de un lago turbio. Atolondrado, sumido en un frangollo de conjeturas, sospechas, presunciones, se ha quedado mirando la nota como caido en trance. Hasta que un ruido de aleteos en el balcon lo trae de vuelta a la realidad. Lo hace reaccionar. Toma entonces su telefono y marca el numero de la hermana: Lo sentimos, el telefono al que usted llama se encuentra apagado o fuera del area de cobertura. Marca de nuevo. Lo mismo. Se para de un salto, recoge su chaqueta y, antes de salir hecho una exhalacion de la oficina, toma un cojin y lo lanza contra los ventanales, afectuosamente. John y Yoko ni se inmutan.

  • Una mujer en tu camino (Inspector Sejer 5) de Karin Fossum

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    Quinta entrega de la serie de novela negra escandinava protagonizada por el inspector Sejer.

  • El Mal de la Muerte de Marguerite Duras

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    El mal de la muerte contempla a un hombre aquejado de un mal terrible, devastador, que lo mata en vida: el de la impotencia de amar. Este hombre, en un intento desesperado de supervivencia, alquila por unas noches a una joven en cuyo cuerpo el espera aun encontrar, al menos por primera y ultima vez, esa vida que se le va, que se le ha ido ya, o que jamas tuvo. Pero, entre los gemidos del sexo, en el revuelo de las sabanas, semejante al de las olas del oscuro mar que les rodea, ella no percibe en el otra cosa que los estertores de una muerte irremediable.

  • Algunas mentiras – Nuria Rivera de Nuria Rivera

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  • Una tumba sin nombre de Javier Sagastiberri

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    Arantza Renteria ha desaparecido. Su companera, Itziar Elcoro, abandonara Bilbao y viajara a las tierras altas guipuzcoanas, al Goierri, para investigar el asesinato de Ernesto Compson, el lider de una comunidad anarquista nacida al calor de las revueltas ciudadanas que culminaron en el movimiento 15-M.
    El Goierri es tambien la tierra originaria de Arantza y, a medida que Itziar se interesa por su companera ausente, iremos conociendo episodios oscuros de su pasado, que se remontan a la epoca franquista de nuestra historia.
    El lector asistira a un final sorprendente, en el que descubrira que el pasado siempre vuelve, y casi siempre lo hace para perpetuar la desgracia.

  • Librame de todo mal de S. A. Kirchen

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    La primera vez que el morbo se tradujo en humedad, la adolescencia afeaba un poco mi rostro con granos y espinillas, y me sorprendio paseando distraida hacia mi casa desde el instituto. Por expreso deseo materno, nunca cruzaba el atajo del cementerio viejo con tal de acortar el trayecto. Ella aseguraba, a propios y ajenos, que el sendero lo plagaban las animas atormentadas vagando sin reposo. Explicaba apasionada, un sinnumero de historias fantasticas sobre aparecidos y entes andrajosos visionarios de infortunios, que sugestionaban a los parroquianos hasta el punto de abandonar a sus muertos el Dia de Todos los Santos. Yo creci en ese ambiente religioso opresor, siempre temerosa al castigo divino, donde no era admisible pecar ni de pensamiento. ?Que me empujo a quebrantar la norma? Yo era carne de beata, siempre recatada y pudorosa. Mi uniforme escolar daba fe de ello; los calcetines bien altos y el dobladillo de la falda por debajo de la rodilla no dejaban un centimetro de piel al aire. Entonces, ?como sucedio? Hoy tras anos de mantener relegado aquel recuerdo al cajon desastre de mi memoria, comienzo a darle credito a las fabulas de mi madre; algo hubo de arrastrarme inconscientemente por aquella trocha estrecha y poco transitada, colmada de piedras caidas de los muros resecos y de la tierra, que, convertida en polvo, se fijaba a los mocasines lustrados en la manana. Cada rama que pisaba, mi mente la convertia en el crujido de un hueso al quebrarse. Cada hoja que me rozaba, eran jirones del atavio para amortajar de alguna novia suicida. Temblaba con cada soplo de viento que movia mi cabello, y me aferraba a la carpeta escolar como si fueran misales con la propiedad de ahuyentar a los espiritus molestos por mi intrusion. Sufri alucinaciones de todo tipo, hasta el punto de sudar en frio y respirar atropelladamente aquejada por el panico a lo desconocido o a lo imaginario. Me apresure a salir de la hijuela --se me antojo una peregrinacion-- con pasos acuciosos. Sin embargo, en mi fuga, el pie se enmarano en un raigon y al abrir los brazos para no perder los dientes en el batacazo, solte la carpeta y el contenido se desperdigo fuera de la senda. Ni sacudi la suciedad de la ropa, de un brinco me alce. Con miedo atroz, trizaba zarzales a manotazos sin acusar el escozor por los rasgunos de sus espinas. Asi, fui penetrando en el margen de la vereda y los vi. En el pueblo todos nos conociamos, y todos tambien teniamos un apelativo, por lo general otorgado en honor a alguna aptitud, labor, defecto o tara heredada de un antepasado. En mi casa eramos los Coratos, en recuerdo al caracter montaraz de una abuela. Los que estaban desnudos en el claro, rodeados de espesura silvestre y yerma, tampoco se libraban. Ella era Palmira, La Dona, nunca supe a que venia el apodo, era la esposa del alcalde, un hombre regordete y bigotudo, con los brazos desproporcionados en comparacion a su corta estatura, siempre apestando a puro, vino barato y refrito de bar. Yo les llamaba La extrana pareja. Las carencias fisicas del marido, eran superadas con nota por la belleza delicada de la mujer y, sobre todo, por su elegancia. Su acompanante no era el alcalde, si no el capellan, un hombre bien parecido y admirado por todas las devotas que proclamaban bondades de su persona. Alarmada, podria narrar como el pavor a ser sorprendida atenazaba mis musculos, podria, pero no; la imagen me subyugaba a seguir camuflada tras los matojos. Desde mi posicion podia sentir el sonido de sus besos arrebatados. El, le sujetaba con ambas manos la cara, sosteniendola con la maravilla que se admira un milagro; ella desabotonaba su camisa de abajo a arriba, dejando a la intemperie un torso definido y masculino, bien formado. Que extravagante es la vida, nunca habia contemplado a un hombre desnudo y el padre Samuel iba a mostrarme todas sus inocencias. Centimetro a centimetro, La Dona, fue retirando las prendas que entorpecian el acceso a la zona mas casta a mantener por un ministro del Senor, y cuando aparecio ante mis pupilas perplejas aquel pecado erguido, ahogue un grito de estupor. La mujer no tuvo remilgos en abandonar la boca hipocrita que, en la manana, habia impuesto penitencias a las confesiones de sus feligresas, para trazar con sus labios un rastro ardoroso derecho a calmar los latidos del miembro que acariciaba. Mi cuerpo tambien se agito expectante y acalorado, ardian mis mejillas y mis pulmones demandaban henchirse mas veces y mas profundamente. La mujer se postro ante el, aun vestida, mostrando los hombros, lo unico que le habia dado tiempo a descubrirle. Alzo la mirada desde su posicion, implorando ante aquel altar, relamiendose ansiosa de mimar sus exvotos expiatorios, y seguido, repaso con su lengua la envergadura exhibida sin reparos. Ahi, mis pulmones se vaciaron. A la par, en mis entranas principiaba un cosquilleo viciosamente agradable. Cuando ella le proporcionaba una caricia falica intensa, un millar de sensaciones se originaban alrededor, equivalentes a una sinfonia tosca de jadeos, paladeos, chasquidos y palabras sensuales, que me llegaban amortiguadas, pero con la energia estimulante precisa para avivar mis hormonas donceles. De repente, el, con voz ronca y excitada, rogo que se detuviera apartandole la cabeza de su intimidad, obligandola a levantarse. La observaba fervido, igual a un imaginero su obra sagrada, y fue desarropandola sin prisas, boton a boton, sosteniendole la mirada. Ambos desnudos se tumbaron en la yerba poco mullida. Los besos eran furiosos, suculentos, delirantes... Mordia el cuello de La Dona, que se contorsionaba bajo la figura del pecado. Tomo sus senos cual lactante hambriento y, cuando creyo haber catado suficiente, siguio buscando otro oasis en donde saciar su sed. No tardo demasiado en emplazarlo. Situando su boca en los labios intimos de la mujer, conseguia que gimiera retorciendose sin control implorandole un receso. No cedia a sus suplicas, al contrario, su lengua repasaba los pliegues del deseo, hurgaba en su cavidad intima y se centraba en saborear los jugos de la excitacion femenina, inmovilizando sus piernas, exponiendola de par en par ante el, absorbiendo sin reten la ambrosia ofrecida. Mi inquietud se habia convertido en agitacion y el calor, en llamas. La ropa interior empezaba a impregnarse de fluidos desconocidos hasta aquel entonces, mi libido intentaba orientarme torpemente sobre los pasos a seguir, hasta que la pareja cambio los juegos orales por los carnales. Ella, aun entre espasmos y convulsiones, recibia el primer envite. Se arqueo, el se mantuvo alli unos segundos y salio lentamente, para entrar de nuevo y repetir la operacion, una y otra vez, torturandola por como imploraba y se aferraba a la escasa hierba. Mi mano tomo la iniciativa al reptar por debajo de la falda. Estaba mojada, mi intimidad habia cambiado al tacto, era mas suave y mas esponjosa. Las censuras me asustaban y palpaba con aprension. Subitamente todos mis escrupulos se evaporaron junto con mis bragas, permitiendo a los dedos acariciar mi sexo, experimentando a darme placer sin mas prudencias. Con la falda por encima de las rodillas y con las bragas a la altura de los tobillos, escudrinaba la manera idonea de avezarme en enfasis a aquella fogosidad, ya no observaba a la pareja, verme a mi era asaz. Inesperadamente, una contraccion mas grata a las anteriores se manifesto imparable. Manipule mi vertice de goce, ignoto hasta el momento, y aprendi a presionarlo con el vigor adecuado para obtener una sacudida en respuesta. Algo restallaba dentro licuando mi candidez puber, tornando mi inocencia en un flujo viscoso y tibio que resbalaba entre mis nalgas. Lleve los dedos empapados a la boca, curiosa en conocer mi sabor y aroma, sin dejar de dedicarle fricciones intensas al punto erogeno profanado, succionando mi indice instruida por la vision de La Dona hacia unos minutos, y sin darme tregua a mi misma alcance el extasis. Contuve los gemidos mordiendome los labios por respeto a los adulteros de fe y promesas, que, tras consumar, se regalaban arrumacos de amantes fieles. Fui recomponiendome sin causarles molestia alguna y, tan silenciosa como apareci, me marche. Mi cuerpo aun sensible acusaba los roces de la ropa, tambien el corazon bombeaba la sangre con prisa y note mis pechos pesados y turgentes, entendi la necesidad apremiante de los imberbes companeros de clase, siempre animando a alguna de las chicas populares a complacer sus instintos basicos. Sin embargo, no solo disfrutaba de ese hallazgo, la angustia tambien ocupaba su parcela en mi, conjugando ambas emociones en diferente proporcion, y, con cada paso que me aproximaba a casa, la aprension ganaba al gozo. Mi madre estaria alli, entre sus miles de quehaceres, esperando mi regreso, pendiente del reloj. Con el tiempo habia conseguido diez minutos de cortesia y vadear el viejo osario me regalaba alguno mas, pero el rato de lubricidad superaba al computo total. Desee con ahinco que ella estuviera aquejada por alguna jaqueca, hecho probable, era una mujer victima de sus propias decisiones irreflexivas, producto de su lengua perennemente dispuesta a senalar los defectos ajenos e incapaz de distinguir los propios. Para mi descanso, nadie me esperaba, respire con alivio, habia temido delatarme al mal fingir no conocer sucesos resenables, cuando mis ropas sucias y mis zapatos polvorientos arguian lo contrario. La casa estaba vacia, podia mudarme ajena a miradas recelosas o preguntas incomodas a las que contestaria mintiendo. Evitando que una inspeccion ocular hiciera saltar todas las alarmas, saque brillo al calzado y lo guarde bajo la cama. Con sigilo, cruce de puntillas de mi habitacion al aseo y pase el cerrojo. Al desabotonar la blusa del uniforme y contemplar la imagen del espejo, me vi distinta, concretamente no se que habria cambiado, pero mi cuerpo me gustaba mas que en la manana o en la noche anterior. Repase con suavidad la rosada aureola que al contacto recuperaba tersura y mis senos tomaron forma sugerente, apetecible. Acariciaba las protuberancias semejantes a fresas y las pellizque, primero con tiento, luego con mas crudeza. Un jubilo chocante, entre gusto y desagrado, conecto mi sexo. Desabroche la falda y hasta el sonido al caer fue provocador. Mis braguitas de algodon con blonda infantil, estaban sucias, con briznas de paja y restos de arena; aun humedas, las baje, lanzandolas de un puntapie a un rincon del bano y de nuevo examine mi reflejo escandaloso, recobrando la exploracion en donde la habia dejado antes de descubrirme a mi misma. Entre mas maltrataba mis indefensos pezones, mas necesitaba escarbar en mi libidine e introduje el dedo corazon para notar el pulso en mi intimidad. Nuestro Senor fue habil al dotarnos de tantos dedos en cada mano, logre jugar con mis claves del hedonismo a la vez, aprendi a satisfacerme en menos tiempo del que emplee en la invocacion al Espiritu Santo. Cuando mi familia regreso de sus quehaceres, yo habia preparado la cena, puesto la mesa y esperaba acabando mis tareas escolares. Presentia que, si me observaban con detenimiento adivinarian mi intrusion en esos horizontes intemperantes. Asi que opte por intentar pasar inadvertida. En principio no deberia de ser una empresa dificil, en casa solo notaban mi presencia en caso de retrasarme. La noche estuvo llena de suenos variopintos, situaciones inconcebibles y tentaciones insolitas, en donde un fraile, poseia mi cuerpo haciendolo retorcer bajo sus habitos de saco, desgarrando su pureza con mi total entrega.

  • El espiritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia de Patricio Pron

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    Una novela sobre la responsabilidad de padres y abuelos en los hechos tragicos de la historia reciente. Una historia universal que afecta a todos aquellos que han vivido y muerto por defender una idea.

  • Phurya de Daniel G. Segura

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    Jamas te saltes el toque de queda.
    Kyle Dwayne reside en Clevence Town, un pueblo aislado de la civilizacion con un autoritario Gobierno que impone su poder alrededor de unas ferreas leyes.

  • Anos de soledad de Soledad Becerril

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    Soledad Becerril fue una de las veintiuna mujeres elegidas diputadas en las elecciones generales de 1977, en un Congreso donde habia 350 escanos; fue la primera mujer nombrada ministra, de Cultura, en un Gobierno de la monarquia parlamentaria en 1981; fue, tambien, la primera mujer elegida alcaldesa de Sevilla, en 1995, ciudad a la que dedica paginas conmovedoras, y la primera mujer defensora del Pueblo, en 2012. Diputada en seis legislaturas, senadora en una, a veces en la oposicion y otras veces con la mayoria ganadora, llego a la politica antes de cumplir los treinta anos con el afan de tomar parte en los hechos y decisiones que permitieron alcanzar la democracia y el deseo de priorizar siempre la transigencia, el dialogo y la concordia. En este libro recoge sus recuerdos de una larga etapa que empieza a comienzos de la decada de 1970 y acaba a mediados de 2017. A lo largo de una gran parte de los anos que rememora, la presencia de la mujer en la vida publica era casi inexistente, por lo que la actividad que llevo a cabo y su figura fueron seguidas con una atencion inusitada y muy critica. Este libro esta dedicado a los jovenes para que valoren como se ha llegado a un Estado democratico y de derecho, y comprendan que este reciente capitulo de nuestra historia es uno de los que acaba bien. Y a las mujeres, que hoy lo tienen todavia dificil, para que el legado y el trabajo de personas como Soledad Becerril valga para que sean tratadas con respeto, igualdad y sin discriminacion.

  • Solo tu me besas (Amor en Nueva York 3) de Lola Cooper

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    A Hannah no le gustan los gatos. Ni su casero. Ni los ruidos de las obras del piso de arriba. Tampoco le gusta ese tipo, Steve, el encargado de la obra que no hace mas que interrumpirla a todas horas, aunque no tiene mas remedio que reconocer que es guapisimo.
    Steve es un hombre sencillo con una vida normal. Entonces, ?por que le gusta tanto esa extrana pelirroja, enganchada a los videojuegos, a la comida basura, adicta a hackear paginas web y a meterse en los ordenadores y las vidas ajenas?

  • Vertigo por perderme en ti, Rebeca Banuelos Ortiz de Rebeca Banuelos Ortiz

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  • El Fenix. La guerra por Egoreo de V.g. Gonzalez

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    Llego el momento que todos esperaban y de la manera mas inesperada. Sabrina tiene que controlar los elementos o de lo contrario el Caos terminara por destruir Egoreo. Secretos se revelaran y se tomaran decisiones que cambiaran la vida de todos para siempre.
    Los principes estaran dispuestos a todo para ganar el corazon del Fenix y sus guardianes lucharan para protegerlo. Mientras Egoreo se cae en pedazos, Sabrina tendra la prueba mas fuerte de su vida. ?Lograran conquistar su corazon y restablecer el equilibrio en Egoreo o todo estara perdido?

  • Cuando abras el paracaidas de Jose A. Gomez Iglesias

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    Llego ese punto donde tenias que decidir entre huir y quedarte para siempre y sabias perfectamente que hacer, pero hiciste lo contrario. Y es que algunas veces todo depende de ese “Quedate” que se nos queda atascado en la garganta. La felicidad esta en saber que nadie es de nadie, pero hay que disfrutar cada segundo con quien te hace sonreir. A ti te lo escribiria todo, pero me dejaste sin palabras.

  • Ensename a volar de Christian Martins

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    Estoy sumida en la oscuridad absoluta; no veo nada. Absolutamente nada. Intento recordar donde estoy o como he llegado hasta aqui. ?Estoy en mi casa? ?Estoy en el piso de MJ? No lo se. No consigo recordarlo. Lo ultimo que recuerdo es el examen de literatura. Intento moverme, pero no lo consigo. Siento mis extremidades muy pesadas, como si mi cuerpo se hubiera transformado en una roca de toneladas, inamovible. Es como si, de repente, la gravedad hubiera cambiado y me estuviera atrayendo constantemente hacia el suelo. Quiero gritar con todas mis fuerzas, pero no consigo reproducir ningun sonido. ?Me han secuestrado? ?Donde estoy? ?Por que estoy paralizada? --!AYUDA! --grito, pero esta vez el sonido tambien se pierde en el limbo y no llega a exteriorizarse. Y entonces, lo escucho. Proviene de la lejania y llega hasta mi como un susurro, pero si me concentro mucho puedo apreciarlo con claridad. Es un llanto. Es el llanto de mi madre. --Julie... Julie --murmura con la voz rota, hipando, angustiada. --No llores, Isabella, por favor. Tambien reconozco esa voz. Es Rick, mi padrastro. --?Como no voy a llorar? !Es mi nina! !Mi nina! --Isabella, piensa que quizas te este escuchando... No llores. No la angusties --dice Rick empleando un tono de voz esperanzador--. Ya has oido al doctor, ?no? Son muy positivos con el diagnostico, asi que tu tambien deberias serlo. Ella llora con mas fuerza. Puedo sentir su dolor, aunque no pueda verla. "No llores, mama..." Pero no importa lo que intente decir, porque mi voz no se exterioriza. ?Estoy muerta?, me pregunto a mi misma, confusa. Sigo sin comprender que es lo que esta pasando. --Ella necesita escuchar cosas alegres, Isabella... --le recuerda Rick--. Esto no la ayudara en nada. --!Vete! --grita mi madre. Su voz suena tan rota que yo tambien siento ganas de llorar--. !Vete! !Dejame a solas con ella! Quiero gritar. Quiero llorar. Estoy asustada y tengo miedo. No se donde estoy, ni que ocurre, ni por que no puedo ver a mi madre. "Mama, estoy aqui...", quiero decirle. Pero mi voz no suena. No siento mi cuerpo, ni mis brazos, ni nada. "Estoy muerta", pienso, una y otra vez, repitiendomelo. Pero no puede ser, ?no? No tendria ningun sentido que Rick dijera lo que ha dicho si asi fuera. Entonces, ?que ocurre? ?Por que no reacciono? ?Por que no soy capaz de moverme, de despertar? Durante horas, muchas horas, lo unico que escucho es el llanto de mi madre. La angustia que siento va creciendo en mi corazon hasta que... !Un momento! !Mi corazon! Intento dejar la mente en blanco y concentrarme todo lo posible hasta que, al final, !lo escucho! !Escucho los latidos de mi corazon! !Estoy viva! Continuo concentrandome y consigo escuchar el sonido de unas maquinas que liberan pitidos. "Pi, pi, pi...", suena en bucle, una y otra vez. !Estoy en un hospital! !Estoy viva y estoy en un hospital! --?Isabella? He venido lo antes que he... La voz de mi padre inunda la habitacion y la angustia de mi pecho crece junto a la esperanza. La frase se interrumpe, quedandose en el aire y dejando lugar a un llanto. Un llanto al que se le suma el disgusto y la ansiedad de mi madre. Me los imagino ahi, juntos, abrazados. Nunca han tenido una buena relacion y nunca se han llevado demasiado bien, pero supongo que a la hora de la verdad estan unidos. Cojo aire profundamente... !Cojo aire! !Puedo coger aire y siento mi corazon! Lo que, evidentemente, significa que estoy aqui. Que tengo un cuerpo que yo no siento. ?Y si me he quedado tetraplejica? ?Y si a partir de ahora tengo que estar en una silla de ruedas? No entiendo nada. No se como he terminado en este lugar ni que es lo que me ha sucedido; y tampoco entiendo por que no veo nada de lo que me rodea. Por mucho que me esfuerce, lo ultimo que soy capaz de recordar es mi examen de literatura. Nada mas. Despues, todo esta en blanco. --Nuestra nina, Sully, es nuestra nina... --Lo se, lo se --la calma papa, siempre con su voz relajada y su patente optimismo --. Tenemos que ser fuertes por ella, Isabella --asegura--. Saldra adelante. Julie es una chica fuerte, podra con ello... "?Podre con que? ?Que es lo que tengo que superar?", pregunto, pero la voz sigue sin salir al exterior. El miedo y la ansiedad que sentia al principio comienza a transformarse, poco a poco, en un sentimiento de ira y rabia. No entiendo nada, pero ya no estoy asustada. Ni siquiera soy consciente del tiempo que llevo ya de esta forma. Escucho voces; escucho hablar a varias enfermeras y escucho a mis padres. Escucho tambien a varios medicos decir que tienen que tener paciencia, que esto es un proceso lento. "?Un proceso lento?". En algun momento escucho a Phoebe, mi mejor amiga. Mi madre ya no esta, pero tambien intuyo un poco mas lejanas las voces de Karen y Mary. --?Y si le ponemos musica? --pregunta Karen con su habitual tono inocente. --Vaya, tiene muy mala pinta, ?no? --suelta Mary. --Callate, que no sabemos si puede oirte... --le recrimina Karen. --La verdad es que si --murmura Phoebe, cercana a mi. Siento su voz tan cerca que tengo la sensacion de que, en cualquier instante, mi amiga alargara el brazo y me sacara de esta penumbra en la que estoy sumida--. ?Podeis marcharos? Necesito estar con ella a solas unos minutos. Mis amigas se quedan en silencio, pero despues escucho la puerta e intuyo que, en efecto, se han marchado. "!Sacame de aqui, Phoebe!, !sacame de aqui!", intento gritar. Pero nada. No consigo emitir ningun sonido. --Siento mucho lo que paso, Julie --murmura Phoebe con la voz dolida--. No esperaba que nada de esto sucediera, no queriamos... --hace una pausa--. No queriamos hacerte dano. Phoebe esta llorando, y eso si que consigue volver a asustarme porque mi amiga nunca llora. En realidad, creo que Phoebs es la persona mas fuerte y luchadora que conozco. "Ojala pudieras estar aqui conmigo", pienso, "ojala pudieras decirme como salir de esta...". --Intenta aguantar, ?vale? --me dice con congoja--. Y procura no morirte... "Procura no morirte...". Su ultima frase se repite en mi cabeza, una y otra vez. Estoy en un hospital, no siento mi cuerpo ni veo nada, no tengo nocion del tiempo, no me alimento ni me hidrato, mi madre no para de llorar y mi mejor amiga me suplica que no me muera. No se que me ocurre, pero sospecho que es algo lo suficientemente grave como para que todos esten preocupados por mi. --Y perdoname, de verdad. Perdoname. "No tengo nada que perdonarte, Phoebs". Poco despues, se escucha la puerta cerrarse. Ni ella, ni Karen ni Mary vuelven a entrar dentro. Todo vuelve a quedarse en silencio y, una vez mas, lo unico que percibo es el sonido del latido de mi corazon y los pitidos que liberan las maquinas que escucho de fondo. No se cuanto tiempo paso de esta forma. En algun momento vuelvo a escuchar el llanto de mama, pero no consigo identificar nada mas. ?Cuanto tiempo llevo asi? ?Dias? ?Semanas? La voz de Phoebe vuelve a llegar a mi en una o dos ocasiones mas. Suena lejana y distante, dolida y triste. --Debia de ser una chica guapisima --dice alguien que no conozco. --Es una pena que estas cosas les sucedan a personas tan jovenes... Pobrecita -- dice otra voz que no conozco--. Tenia toda la vida por delante. ?Enfermeras? ?Celadoras? No las conozco y ni siquiera se quienes son, pero no paso por alto el verbo en pasado. "tenia toda la vida por delante". Tenia. Ya no la tengo. ?Que me ha pasado? ?Por que diablos estoy asi? ?Que ha ocurrido? Intento desbloquear mis recuerdos, pero no soy capaz de avanzar mas alla del maldito examen de literatura. !No entiendo nada! Quiero gritar y sacar todo el odio y toda la rabia que me esta carcomiendo internamente. Quiero sentir mis brazos. Quiero pegar con los punos en la pared. Quiero darle una patada a algo. Quiero sentirme viva. Quiero sentir dolor, o algo. Cualquier cosa. Frio, calor... Lo que sea. Las voces desaparecen y no regresan. Pasan horas. Muchas horas. Quizas dias. No vuelvo a escuchar a mi madre, ni a Rick, ni a papa. ?Donde diablos se han metido? ?Me han abandonado? Me siento sola. Pero, lo peor de todo, es que me siento perdida. Me imagino mi cuerpo inerte sobre la cama. --Hola, Juls... Siento mucho haber tardado tanto en aparecer por aqui. Es MJ. Su voz suena muy lejana, pero consigo escucharla con claridad. Los latidos de mi corazon se aceleran, puedo notarlo. --Ya sabes como soy y..., ya sabes que los hospitales nunca me han gustado -- admite, sincerandose--. Estas cosas nunca se me han dado bien. Ademas, bueno, despues de como termino todo necesitaba un tiempo para pensar y recapitular... No se si me estoy explicando. Hace una pausa muy larga. Una pausa eterna.

  • No es mio de Susi Fox

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  • Poseida 2, Lisa Swann de Lisa Swann

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    Liz esta en Nueva York con Sacha y todo el equipo de Courcelles Inversiones. Sus encuentros con el apuesto multimillonario son explosivos. Aunque la colma de regalos, a cada cual mas elegante y caro que el anterior, se sigue mostrando inaccesible. ?Conseguira ella ganarse su confianza y descubrir que se esconde detras de ese hombre increiblemente irresistible?

  • El espejo egipcio de Pilar Gonzalez

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    ?QUE PASARIA SI UN DIA AL COMPRAR UN ESPEJO TU VIDA SE CONVIRTIERA EN UNA PESADILLA?

  • Destinos divididos de Veronica Roth

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    Las vidas de CYRA y AKOS se rigen por los destinos que vaticinaron los oraculos el dia de su nacimiento.
    Una vez decididos, los destinos son inmutables.

  • UNA VIRTUD, ELYSIAN de Valentin Raya Cabrera

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    Elysian es una carismatica, perseverante, noble, risuena y extrovertida nina donde tambien cuenta con ciertas debilidades.
    Es algo perezosa, cabezona, ingenua y fantasiosa con un espiritu rebelde ansiosa por descubrir todo lo que le rodea, saciando a su alma.
    Dentro de su vinculo familiar compuesto por cinco miembros, donde esta pareja tiene tres hijas y Elysian es la menor de todas.
    No conto con la suerte de disfrutar de su infancia como le hubiera gustado al haber nacido en este seno familiar.
    La convivencia en aquella casa era un autentico circo de los horrores, donde tendria que lidiar dia a dia con una pesadilla.
    Este mal sueno nunca queria abandonar la compania de Elysian, intentaba alimentarse y robar esta luz que ella poseia en el crisol de su pura e inocente alma.
    Siendo extrano para ella, el llegar a pensar sobre aquellas personas que creia cercanas, se vuelven distantes mientras que otras personas sin unir ningun enlace sanguineo son mas cercanas y entranables.
    Una manana en una de sus alocadas aventuras interceptan en su camino Tom y Juana, llegando a sembrar una preciosa amistad que era un filtro para evitar cualquier apice sombrio de esta pesadilla pudiera enturbiar el correcto camino que debe tomar para lograr un destacado futuro lleno de armonia.
    Conseguira Elysian labrar dicho futuro o permanecera siendo un elemento mas de este circo permaneciendo para siempre aqui.

  • El libro de Joe Byers de Christian Martins

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    EL LIBRO DE JOE BYERS
    La vida de Alison Grove no es precisamente tal y como ella imaginaba que iba a ser, pero todo da un giro cuando el chico mas guapo y popular de Alnmouth se fija en ella. Colin no solamente es rico y atractivo, sino que ademas parece tener todo lo necesario para hacer feliz a Ali.
    Todo parece comenzar a tener sentido hasta que un misterioso libro llega a las manos de Alison. Un libro que narra la vida de Joe Byers. ?Sera ficcion todo lo que esta leyendo? ?Por que no puede sacarse ese maldito libro de la cabeza?
    Atrapante, intrigante y muy romantica.
    Te enamoraras.

  • El atentado de Alfredo De Braganza

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    Terroristas islamistas siembran el caos en Madrid con un devastador atentado. Siguiendo la pista a los autores materiales, todo indica que uno de ellos procedia de la India. Los acontecimientos se confabulan para que David Ribas sea reclutado por una organizacion secreta de la inteligencia espanola, recien creada, para eliminar a los responsables antes de que vuelvan a atentar.

  • El hijo zurdo de Rosario Izquierdo

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    Lola es una madre de tendencias progresistas, divorciada y con dos hijos, que asiste a la deriva del menor de ellos, Lorenzo, hacia las oscuridades de un grupo neonazi. Rosario Izquierdo sigue en esta novela la huella de la actualidad mas incomoda, y abunda, al narrar el conflicto de Lola, en la maternidad temprana y el antiguo estigma de ser zurdo: “cuando observaba a Lorenzo usar con libertad la cera y los rotus de colores con la mano izquierda, algo se activaba dentro que me procuraba un alivio inexplicable, como si el gesto natural del nino estuviera recomponiendo fracturas interiores que me habian dividido tiempo atras”. En el intento por comprender y recuperar a su hijo, Lola se relacionara con Maru, madre de diferente clase social que vive una situacion similar a la suya. De fondo cobran peso el juego de espejos entre mujeres, las periferias de las ciudades o el potencial de las redes de apoyo ante las carencias de quienes han sido madres muy jovenes, temas a los que la autora ya se aproximo desde otro angulo en Diario de campo.

  • Heroe Anti-Virgenes de Jorge Borges

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    Pocas eran las veces que Helio habia amanecido con una chica. Su regla principal siempre habia sido nada de abrazos, nada de caricias, nada de ternura despues del sexo. Era el mejor en la cama, de eso no habia duda, y si habia alguien que podia convertirse en un verdadero Superheroes mientras se encontraba sin ropa era Helio Jones. Por su sangre corria la ardiente sensualidad de un hombre que estudiaba a las mujeres una manera minuciosa como si se tratara de una ciencia. Buscaba siempre sus puntos debiles, las mejores formas de hacer las correrse de una manera magnifica, pero, aunque era uno de los mejores en la cama, siempre, todo superheroe tenia una debilidad de un punto debil. Para el siempre habia sido el amor, algo con lo que no sabia manejarse en lo absoluto, perdia por completo la razon cuando sentia que estaba vinculandose de una manera muy estrecha con alguna mujer. Esto lo hacia descontrolarse totalmente y terminaba o yendo para no enfrentar a este enemigo que siempre terminaba de rotando. Desde muy joven, Helio siempre habia sido un chico enamoradizo, su corazon permanecia constantemente abierto a nuevas posibilidades, nuevas experiencias, pero su aspecto poco agraciado, gafas gruesas, cuerpo desnutrido, y diminuto tamano, siempre lo habian hecho ser victima del engano de las chicas. Era el mas inteligente de su clase, y eso lo convertia en el objeto de atencion de algunas aprovechadas que trataban de sacar partido del talento y la inteligencia de este joven. La falta de experiencia y malicia en su personalidad lo hacian sucumbir rapidamente ante los encantos y el aroma de alguna chica linda. Rapidamente les prestaba su ayuda sin ningun tipo de interes, no pedia nada a cambio, pero se ilusionaba con rapidez y siempre terminaba con el corazon lastimado. Cada una de estas experiencias que se fueron sumando en la vida de Helio, fueron construyendo un concepto completamente distorsionado del amor y los verdaderos sentimientos que podian crecer entre dos seres humanos. Para el, era mucho mas sencillo compartir con alguien sin ningun tipo de responsabilidad, sin compromisos, ir a la cama, pasar un buen rato, fumar un cigarrillo y salir huyendo por la ventana sin dar demasiadas explicaciones. Nunca podia repetir con una mujer, de esto ni siquiera podia haber negociaciones, el hecho de volver a la cama con alguien significaba a mayores probabilidades de que se creara un vinculo, asi que, el prodigioso chico de amante del sexo, era como una especie de vengador que lo unico que podia proveer era placer magnifico a sus acompanantes. Pero luego dejarlas exhaustas y completamente rozagantes en gusto, desaparecia para proveerle esta oportunidad de conocer sus talentos a otra chica diferente. Pero aquella manana, mientras Helio se encuentra completamente dormido, su principal regla, la cual nos mantiene firme, estable y segura emocionalmente, habia sido completamente rota. Este, habia amanecido en los brazos de Amy, quien estaba absolutamente rendida con su cabeza reposando en su pecho. Esta era una de esas pequenas situaciones insignificantes que rapidamente se convertian en un verdadero dolor en las bolas de cualquier hombre. Todo habia iniciado como una simple conversacion en un bar, posteriormente, habian salido en un par de oportunidades, ya que, la primera noche aquella mujer no habia querido abrir las piernas. Helio no podia rendirse con facilidad, asi que, trataba constantemente de crear la ilusion de que estaba mas interesado en ella de lo que esta creia. Su verdadera intencion era encontrarse entre sus piernas, rebotar contra ella durante toda una noche y hacer un poco de ejercicio mientras la hacia gritar de placer. Una vez que consiguiera esto, nunca mas volveria a verla, de eso estaba absolutamente seguro. Pero sus constantes intentos por llevar a la cama a Amy habian terminado en multiples salidas que habian permitido que este hombre conociera algo mas profundo de aquella mujer. Habia una faceta de ella que le fascinaba, le agradaba estar azulado, y paso de ser un simple vengador del placer hacer un hombre que se interesaba en una chica comun. El unico detalle es que Amy estaba comprometida. La habia conocido durante la celebracion de su despedida de soltera, mientras iba acompanada de algunas amigas. La vio en la barra, le sonrio y esta quedo absolutamente perdida por el. Su futuro esposo era un importante empresario de gran renombre, con una reputacion impecable y quien se habia encargado de mostrar a la chica en todas las paginas de sociales que podia. Amy era una mujer espectacular, con un cuerpo delgado, ya veras anchas, senos naturales que solia exhibir constantemente en deliciosos escotes que hacian poner duro a cualquier hombre. Helio habia sido una de estas victimas que habia quedado completamente cautivado por la perfeccion anatomica que mostraba esta divina dama. Ella tampoco habia podido evitar quedar cautivada con este hombre, un chico misterioso que se encontraba completamente solitario en la barra sujetando aquel vaso de cristal a punto de llevarlo a su boca. Era enigmatico, con una sonrisa llena de picardia y una mirada profunda que la habia escaneado por completo sin ningun tipo de verguenza. Helio se inclino para visualizar a la victima desde la punta de sus pies hasta sus ojos, quedando completamente seguro de que esta era la proxima opcion para aquella noche. Despues de que estrecharon sus manos, habian quedado absolutamente atrapados el uno en el otro, no habia forma de separarlos, y lo que habia sido una celebracion de despedida de soltera especialmente para Amy, se habia convertido en la primera oportunidad que habia tenido esa pareja para conocerse. Desde aquella noche, todo habia comenzado avanzar de una manera rapida, ninguno de los dos habia planeado inmiscuirse en la vida del otro, pero mientras mentian, para tratar de salir del apuro, sentian que no tenian posibilidades de escapar. Amy se habia convertido en una invasora de su realidad, tenia una pareja que respetar y una vida por construir, pero no habia tenido valor para dar los pasos hacia esa vida que esperaba por ella. Ella solo habia retrasado el dia de la boda una y otra vez sin ninguna razon. En algunas oportunidades simplemente no le gustaba realmente el vestido, en otras, trataba de ubicar el lugar perfecto, y en otras, la lista de invitados sera modificada una y otra vez. Su futuro esposo estaba a punto del colapso, ya no queria seguir esperando por ella y lo unico que deseaba era contraer matrimonio con aquella perfeccion de mujer. Pero la decision esta en las manos de Amy y esta no terminaba de decidirse si realmente este sujeto y sus millones eran la opcion adecuada o tenia que optar por aquel curioso hombre de 29 anos que habia encontrado de manera aleatoria en un bar de la ciudad de San Francisco. Habian conocido juntos los lugares mas emblematicos de la ciudad, la joven se habia convertido en toda una experta para sacar el tiempo y escaparse junto a Helio, algo que lo hacia sentir completamente especial y seguro de que tarde o temprano conseguiria que esta chica rompiera con este compromiso. Pero Helio se cuestionaba realmente si esto era lo que estaba buscando, ya que, no le parecia justo destruir una relacion y modificar la vida y los planes de Amy para un juego. Esto es basicamente lo que eran para el los vinculos y las relaciones, juegos que nunca terminaban en absolutamente nada serio, pero esta chica, habia modificado por completo su manera de ver el mundo. Era imposible dejar de pensar en ella, y durante un par de meses, se volvio absolutamente exclusivo para esta mujer. Salieron en multiples oportunidades, y aunque nada habia pasado, y la carne los habia tentado, pero no se habian rendido, seguian compenetrandose cada vez mas. Era la regla principal que no se podia violar, pero Helio hacia caso omiso de lo que estaba ocurriendo y seguia perdido en la mirada de ojos grises de esta espectacular mujer con un lunar bajo sus labios. El simple hecho de tenerla a su lado, disfrutar de su aroma, de los juegos entre sus dedos, los roces involuntarios, haciendo que cada dia fuese mas especial, pero cuando finalmente habia logrado hacer que esta mujer terminar en su cama, todo habia llegado al punto de quiebre. El ego de un hombre como Helio Jones es gigantesco, el sabe perfectamente que cualquier mujer puede dejarlo todo por el, puede modificar cualquier decision para salvar el vinculo existente con este sujeto. Pero quizas, con Amy este completamente equivocado, ya que, tiene una vida prometedora en el horizonte, un esposo amoroso que da la vida por ella, mientras en el otro lado lo unico que tiene es un amante espectacular que esta acostumbrado a cazar nuevas chicas para darles un placer excepcional. Este era el punto mas fuerte a favor de Helio, un hombre que jamas fallaba en su tarea de complacer a sus amantes. La vida sexual de Amy y su esposo era absolutamente aburrida y monotona. Era un hombre de 55 anos que simplemente se quedaba alli postrado en una cama mientras ella tenia que hacer practicamente todo el trabajo para el. De alguna otra forma, sentia que lo que pasaba entre ellos no era hacer el amor, era simplemente un acto de sexo en el cual ella le retribuia todos sus regalos y lujos. Pero con Helio era completamente diferente, este hombre se dedicaba totalmente a satisfacerla, a tocarla, a crear una conexion entre ellos, al menos asi lo habia descubierto aquella noche en que habia entregado su cuerpo. Hubiese querido tener la voluntad para resistirse, pero al entrar al departamento del seductor sujeto, sintio que finalmente habia tomado la decision. Entregarias cuerpo a aquel hombre despues de beber algunos tequilas, algo que la habia calentado de una manera sobrenatural. Termino bailando con aquel hombre un poco de musica latina, algo que jamas habia hecho ya habia terminado en una escena completamente vergonzosa pero muy divertida. Sus pies descalzos caminaban por toda la sala al ritmo de las trompetas de la musica mexicana, mientras Helio sentia que el momento, aunque era bastante curioso, no podia ser mas perfecto. Esta, habia tropezado sin querer con la pata de una silla de caoba ubicada en la sala. Habia golpeado su dedo menique del pie, y el profundo dolor que se habia generado habia llevado a la chica a caer al suelo para tratar de apaciguar el dolor. El grito se habia escuchado en todo el departamento, y Helio habia corrido en auxilio de la chica. Mientras esta se retorcia en medio de los fuertes dolores, Helio simplemente masajea va el pequeno dedo menique, el cual lucia bastante enrojecido e inflamado. -- Vaya golpe que te has dado. Dejame darte un pequeno beso de sanacion. Dicen que tengo poderes magicos para hacer que el dolor se vaya. -- Dijo Helio mientras acercaba el pequeno dedo a su boca. -- No lo hagas, morire de las cosquillas. -- Dijo la chica mientras se resistia. Helio logro dominar a la chica y entre sus labios logro obtener el pequeno dedo. Succionaba con un erotismo tremendo, mientras la chica comenzaba excitarse gradualmente. La lengua de este hombre se entrelazaba entre sus delicados y perfectos dedos, mientras esta sabia que no podria resistirse. No hubo cosquillas, lo que hubo fue un estimulo increible que la mujer no pudo dominar. Helio comenzo a ascender directamente hacia su tobillo, con pequenos besos delicados que caian como pequenas gotas sobre el tejado durante la lluvia en invierno. La joven simplemente pudo cerrar sus ojos y experimentar un estimulo tremendo, sentia que la gravedad estaba desapareciendo y dejaba de actuar sobre ella permitiendo que flotar hacia la galaxia. No tenia control de su voluntad, hubiese querido rechazarlo, de tener toda esa locura, era una mujer que estaba por casarse, de hecho, ya finalmente habia definido la fecha para que se llevara a cabo este acto. Helio tenia que aceptar definitivamente que habia perdido la batalla, pero ni siquiera sabia que, en horas de la manana, Amy debia marcharse rapidamente ya que, debia alistar absolutamente todos los ultimos detalles para casarse cerca de horas del mediodia. Esto era basicamente una especie de despedida que estaba a punto de llevar a cabo la joven, una apasionada mujer que simplemente estaba entre dos caminos y estaba a punto de elegir el mas seguro. Desde cualquier perspectiva, cuando analizaba lo que tenia junto a Helio, sabia que no tenia ningun futuro, y aunque este hombre la habia hecho sentir una ilusion tremenda, lo unico que quedaria despues de todo ese fuego que ardia entre ellos aquella noche serian cenizas. La ardiente chica, quien llevaba un vestido corto hasta las rodillas, dejaba ver sus muslos lisos y tercios, completamente emocionada ante la lluvia de besos que le proporcionaba este hombre. Su corazon latia fuertemente y sus manos sudaban, y al ver como los labios de este hombre comenzaban a ascender hacia sus rodillas, sentia que no habria manera de detenerlo. Estaba absolutamente decidido a complacerlas, era un hombre totalmente seguro de si mismo, y la manera en que la tocaba, la llevaba a un lugar en el cual se sentia especial y unica. Aquellos besos corrieron por toda su pierna en direccion ascendente, ubicandose directamente en la zona genital. Cuando comenzo a besar su clitoris por encima de su ropa interior, la chica temblaba de miedo, ya que, eran sensaciones explosivas que detonaban en su vientre y terminan directamente su columna vertebral. -- Espera, Helio. Mejor detente, creo que hay algo que debes saber. -- Dijo la chica. -- No quiero escucharte negarte mas, Amy. Lo que esta a punto de pasar lo deseamos ambos. Dejemos que sean nuestros cuerpos los que se expresen y luego escuchare lo que tengas que decir. -- Dijo Helio mientras colocaba su dedo sobre la boca de la chica. Esta, se vio tentada a tomar a su dedo indice y comenzar a succionarlo, y asi lo hizo. Su lengua rodeaba su dedo, comenzaba a lubricarlo y a humedecerlo mientras Helio hacia su trabajo en la zona genital de la chica. Su lengua habia hecho un trabajo magistral apartando la pequena tanga, alli, habia comenzado a generar un sexo oral tremendamente perfecto. No tenia comparacion, Amy habia acertado en su idea de que este hombre debia ser un amante excepcional. Lo veia en su mirada, en sus actitudes, asi que, el arrepentimiento comenzo a disminuir, ya que, esta era la mejor despedida de soltera que podia tener. La infidelidad terminaria aquella noche, ya que, a partir del momento en que se convirtiera en la esposa de Julio Cazolli, no volveria a ver nunca mas a Helio, y esto era exactamente de lo que hablarian. Aquel hombre finalmente se habia deshecho de la tanga de la joven, se habia ubicado en el medio de sus piernas. Sus pantalones en sus rodillas habian dejado ver un enorme y jugoso pene que estaba a punto de entrar en la excitada mujer. Amy no tenia mas opcion y lugares a donde ir, queria que yo fuese mas romantico y especial, pero habia iniciado de una manera muy improvisada y asi debia continuar. Apoyaron en el suelo de la sala, como dos adolescentes apasionados sin reglas. Ni siquiera se habian dado a la tarea de quitarse la totalidad de la ropa, ya que, emociones, asi como la pasion y la lujuria era completamente descontrolada.

  • Se armo Cupido, Maleja Arenas de Maleja Arenas

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    ?Cual es el peligro de entrar al bano de hombres?
    Bueno, tal vez que descubras a dos hombres midiendo quien tiene el mayor tamano, o tal vez que se burlen de ti por entrar donde no debes hacerlo.
    Lo que nunca imagine fue que entrar ese dia, a esa precisa hora, justo en ese bano; me llevara a este espiral que es ahora mi vida. Todo porque casi fui testigo de como asesinaban a un agente encubierto, el maldito callejon por el cual huimos tenia camaras de seguridad y justo tuve que mirar hacia atras cuando el, muy claramente me dijo “No lo hagas”.
    Y digo casi, gracias a que mi maldito ingenio y mi histeria le salvaron la vida al hombre, colocando en peligro la mia. Ahora, el departamento de policia y el gobierno me tienen escondida, en un horrible apartamento, en una horrible zona residencial, porque se supone que:
    ?Quien podria sospechar de una pareja de recien casados muertos de hambre y locos de amor?
    Jodidos banos de hombres y jodido cupido que me llevo a enamorarme del idiota que me puso en esta situacion en primer lugar.

  • Destino traicionado de Sophie West

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    Winnifred Sterling y Trevor Sugdon llevan enamorados el uno del otro desde que eran unos ninos. Win siempre ha sabido que iba a convertirse en la esposa de su vecino y companero de juegos de la infancia, en cuanto Trevor terminase sus estudios de medicina en la universidad de Oxford. Cuenta con el beneplacito de su padre, el conde de Stratton, al que no le importa que el muchacho pertenezca a una clase social inferior porque lo unico que desea es la felicidad de su unica hija.
    Pero cuando el marques de Collingwood, heredero del duque de Broswich, se encapricha de su belleza y de su cuantiosa dote, el futuro brillante y feliz que Winnifred se imaginaba junto a Trevor se desmorona completamente.

  • Fuiste tu de Fabiana Peralta

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    Spencer Vanderbilt tenia una vida que a simple vista parecia genial. Un semental de ojazos azules verdosos al que la palabra guapo no le hacia realmente justicia.

  • El extrano de mis suenos 2 de Selenia Grant

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    Dalia a comenzado a conocer en carne y hueso al desconocido que aparece cada noche en sus suenos que se acabara convirtiendo en alguien muy importante y a su vez muy misterioso.

  • Formas de estar lejos de Edurne Portela

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    Alicia y Matty se conocen en un pequeno pueblo del sur de Estados Unidos, se enamoran, comienzan una vida juntos, tienen eso que algunos llaman exito: una casa, una carrera, un buen trabajo, un buen coche. Ella ha dejado atras a su familia, sus amigos, su vida en Euskadi y se ha lanzado a una intensa carrera universitaria; el ha alcanzado esa forma de felicidad estable que crean las rutinas. Pero poco a poco se iran desvelando las mentiras y perversiones que se esconden detras de la vida perfecta, tambien las multiples maneras en las que el amor se confunde con sus imposturas.

  • Tess del camino de Rachel Hartman

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    En el reino de Goredd, de las mujeres se espera que sean damas; de los hombres, que las custodien; y de los dragones… En fin, de ellos no se espera nada bueno. Tess no encaja en ninguna de esas tres categorias. Ella es… diferente. Ni siquiera intenta parecer respetable, a diferencia de su hermanastra Seraphina. Un dia llega demasiado lejos: lo que hace mancha tanto su reputacion que su familia decide enviarla a un convento.

  • La Jefa (La Fiesta de San Valentin 2) de Nina Klein

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    Si el infierno existe, es una fiesta de San Valentin en la oficina.
    Fiona esta aburrida, aburrida, aburrida. Aburrida al cubo. Contando los minutos para poder desaparecer de la fiesta a la que habia ido a reganadientes.
    Lo unico que queria era llegar a casa para meterse en un bano de burbujas con una novela.
    ?Patetico para un viernes por la noche? Quizas, pero despues de su divorcio, lo ultimo que le apetecia era celebrar San Valentin en la oficina, la verdad.
    Hasta que aparece su secretario --perdon, su ayudante-- y tienen un desacuerdo sobre si esa manana ha enviado unos emails o no.
    Una situacion embarazosa, una apuesta y un final que ninguno de los dos esperaba...

  • Una comida en invierno de Hubert Mingarelli

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    Al amanecer, en uno de los desolados inviernos de la Segunda Guerra Mundial, tres soldados alemanes se arrastran por los helados campos de Polonia. Tienen ordenes de rastrear la zona y volver con <>. Tras atrapar a un joven judio escondido en el bosque, el grupo hace un alto en una cabana abandonada antes de regresar al campamento con su presa. Mientras con sus escasos recursos intentan encender fuego y preparan la cena, se suma al cuarteto un cazador polaco cuyo virulento antisemitismo eleva la tension de una atmosfera ya de por si a punto de estallar. A medida que avanza la velada y las implicaciones ultimas de su mision van perfilandose con mayor claridad, las lealtades y vinculos de unos hombres hambrientos, agotados e inmersos en un conflicto cuyas dimensiones y consecuencias estan muy lejos de poder calibrar, se veran puestas en entredicho.

  • El Camino De Gala de Edurne Cadelo

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    Gala acaba de volver a su ciudad, vive con su amiga Zoe, le repele la palabra “amor” y solo quiere volver a ser feliz, sin complicaciones.

  • No, mama, no de Verity Bargate

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    Lo que mas me impresiono cuando me dieron a mi segundo hijo y lo cogi en brazos fue la total ausencia de sentimientos. Ni amor. Ni colera. Nada. Contemple las hinchadas facciones amoratadas, las manos achatadas, el escroto que le colgaba casi hasta los tobillos, y senti tan poco placer y afecto como si hubieran envuelto por equivocacion la placenta en una manta y me la hubieran puesto entre los brazos. La verdad, al principio pense que eso era lo que habian hecho. Luego nunca pude saber con certeza si se lo habia devuelto bruscamente pasandoselo por encima de mis piernas al doctor que me estaba cosiendo o si lo habia imaginado. El caso es que se lo llevaron. Una enfermera se acerco entonces a lavarme. Primero el pubis, luego la cara, con el mismo pano, que apenas enjuago entre una y otra operacion. Despues el te. Tibio y derramado sobre el plato. Me desagrada el te. No me permitieron fumar un cigarrillo… <> Mi marido, David, testigo indiferente de estas humillaciones, seguia llorando porque el nino no habia sido una nina. Alegue cansancio y le sugeri que se marchara, cosa que hizo con fingida reticencia. Tanto disimulo, ya tan pronto. De vuelta en la habitacion, encendi por fin un cigarrillo. Tenia el sabor dulzon que tienen a veces despues de hacer el amor. Cerre los ojos e intente imaginar un cuadrado negro sobre un cielo negro, cualquier cosa con tal de apartar el recuerdo de esa berenjena mas bien pasada que me habian arrojado a los brazos en nombre de la maternidad. Creo que me adormeci, pues de pronto oi: <>, y lo conectaron a mi pecho docil con una precipitacion que parecia innecesaria. Tardo una eternidad, agitando el hocico como un cerdo hozando en busca de trufas. Senti asco y no me avergonce, aunque cogi un libro para intentar distraer mis pensamientos de los jadeos y tirones y movimientos de succion en curso. Regreso la enfermera y me quito el libro con un energico <>. Si puedo, grite mudamente; tendre que hacerlas los proximos meses. Mas tarde, a la hora de visita, volvio David con los ojos todavia un poco llorosos. Le envidie el lujo de sentir algo, aunque sospeche que su sufrimiento respondia sobre todo a que habiamos leido en alguna parte que si se hace mucho el amor hay mas probabilidades de tener una nina; cuanto mas se folla, mas debil es la eyaculacion, y las hembras, mas fuertes que los machos, tienen mayores posibilidades de llegar primero hasta el ovulo y fecundarlo. En otras palabras, su pena parecia tener un fundamento bastante machista. Creo que fue entonces cuando nuestra incapacidad de comunicarnos se hizo irreversible. Nuestro dolor era tan distinto, los motivos tan divergentes; el mio todavia no articulado, el suyo ya casi superado. Transcurrieron algunos dias. No se muy bien como, pero pasaron. Mientras estaba despierta leia todo el tiempo -cualquier cosa con tal de no pensar- y pasaba muchos ratos sentada en la banera. Eran los unicos momentos en que no me parecia estar sentada sobre una alambrada de puas. Pero por fin me quitaron los puntos y ya casi habia llegado el momento de volver a casa. Aparte de leer y de contemplar imaginarios cuadrados negros habia un pensamiento que no lograba impedir por mas que lo intentara. Mi madre le conto a una solterona amiga suya que parirme a mi habia sido un viaje a las puertas del Infierno. La amiga, que habia dejado de ser solterona, me comunico la informacion en el funeral de mi madre mientras los demas comian sandwiches de pepino cortado en rodajas casi transparentes y bebian te en tazas de porcelana fina decorada con hojas de hiedra. Yo estaba en el dormitorio de mi madre y recorria con el dedo el polvo que cubria su espejo mientras me preguntaba como era posible que todas esas personas reunidas ahi abajo tuvieran tantas ganas de charlar, y entonces ella vino a buscarme. Por el tono en que me hablo, se diria que me estaba transmitiendo mi legado. Y en cierto modo asi era. Creo que fue la unica persona que nombro a mi madre en todo aquel largo, caluroso dia de agosto. Y el pensamiento que no lograba apartar de mi cabeza todos esos dias en el hospital era que el parto en si no habia sido en absoluto un viaje a las puertas del Infierno; ese viaje solo empezaba ahora. La manana del dia en que debiamos volver a casa, pedi hablar con la enfermera o con un medico. La enfermera de guardia me dijo que estaban ocupados, pero yo sali del pabellon, que olia a eter y fenol, a flores muertas y leche agria, y entre en el despacho, que olia a sudor rancio y cigarrillos, a ceniceros sucios y suficiencia. Estaban tomando cafe. Volvieron hacia mi sus caras escandalizadas al ver que habia infringido las normas entrando en el sanctasanctorum sin tan siquiera llamar a la puerta. Empece a balbucear que iban a mandarme a casa con un crio a quien no queria y que no podia hacerme responsable de mis actos y que vivia en un piso alto y que que ocurriria si tiraba el crio por la ventana porque no lo queria, no lo queria, no lo queria. La expresion de horror desaparecio de sus caras; se encontraban nuevamente en terreno conocido. Oi como la enfermera le recordaba a la doctora quien era yo, una vez que la enfermera de guardia se lo hubo recordado a ella. La oi exclamar que esta madre era tan buena madre que habia dado de mamar al nino e incluso se sacaba la leche sobrante para donarla a la unidad de prematuros y pense que quiza las ascendian si superaban la media nacional y conseguian tener mas de un determinado porcentaje de madres que amamantaban a sus hijos. Yo era un dato estadistico que podia serle util en su carrera. Entonces grite que cada vez que le daba el pecho al nino me entraban ganas de vomitar; que me daba asco; que me sentia como una vaca o una maquina ordenadora. La doctora me pregunto si era actriz o modelo y comprendi que pensaba que era una puta. Me dio palmaditas en el brazo, carraspeo y pronuncio su veredicto. Dijo que no debia preocuparme porque yo sabia lo que sentia y con eso ya tenia ganada la mitad de la batalla y que aguardara unos instantes y todo se arreglaria porque iba a darme unas pastillas estupendas que me harian sentir mejor y que pensara que podria haber sido mucho peor si me hubiera ido a casa pensando que no ocurria nada. En otras palabras, que era una mujer afortunada. David habia llegado en medio de este insignificante incidente pero yo no me habia dado cuenta. Cuando la doctora se alejaba taconeando en busca de mi ficha para recetarme los antidepresivos, le grite: -Y al bebe le lagrimea el ojo, ?podria recetarme tambien algo para el? Por favor. Fue como si hubiera conjurado a la Santisima Trinidad; la doctora se detuvo en mitad de la escalera y se volvio a mirarme con expresion de total felicidad. -?Lo ve? -chillo-, ?lo ve? Tiene que querer a su hija, si no, no se habria fijado en el ojo. -No es una nina, no es una nina, es un nino. -Y me eche a llorar de verdad; empezaba a sentir algo y eso era justo lo que no queria que ocurriera. Hasta ese momento no sabia con certeza por que habia irrumpido de ese modo en el despacho. Pensaba que quiza solo queria romper la indiferencia de esa gente, porque desde luego no se me habria ocurrido pedirles ayuda. Pero entonces comprendi que lo que queria era romper mi propia indiferencia, solo para averiguar si era posible, pero dejando a pesar de todo todas las opciones abiertas, para que, si me aventuraba demasiado, siempre me quedara la posibilidad de echarme atras. Y ahora ya era demasiado tarde, ahora sufria de verdad, pero tambien estaba furiosa porque esa mujer a quien tanto detestaba lo habia desencadenado todo. Ella habia llamado nina al nino y por su culpa yo ya no podia continuar fingiendo que los bebes tenian un solo sexo, ya no podia seguir negando la causa de mi angustia. David se acerco mientras miraba el reloj y dijo: -Por el amor de Dios, no armes tanto alboroto. Nunca saldremos de aqui y tengo que entrevistar a Fenella Fielding dentro de media hora. Y entonces empece a reir y a llorar al mismo tiempo y me trajeron rapidamente las pastillas y el unguento porque algunas otras pacientes habian salido del pabellon a ver que estaba pasando y ese era el peor pecado que yo podia cometer. Estaba alterando el orden establecido y dando un espectaculo. El taxi, el crio y los medicamentos llegaron al mismo tiempo y me sacaron del recinto con escasas ceremonias y un gran alivio. En el taxi intente recuperar mi insensibilidad, lo que no fue demasiado dificil con David disculpandose con enorme irritacion y el crio chillando. Cuando llegamos a la puerta, David dijo que me veria mas tarde y que Mary traeria a Matthew a las dos y que el regresaria tan pronto como pudiera y adios carino y levanta la barbilla y arriba esos animos y te vere luego. Baje del taxi y me quede en la acera con el crio y una maleta y una bolsa. Tenia que subir ochenta y tres escalones y pense que mas me valia empezar cuanto antes. El taxi no se movio. Entonces oi que el taxista decia: -?Piensa ayudarla, amigo, o tendre que hacerlo yo? Y David bajo del taxi y subio corriendo las escaleras con la maleta y la bolsa. Y yo me volvi y sonrei, dandole las gracias al taxista, que me saludo levantando el pulgar y me solto un <>. Me cruce con David en la escalera. No nos dijimos nada. II Cuando llego Mary con Matthew, me alegre sinceramente de verlo. Solo lo habia visto dos veces en el hospital porque Mary vivia en la otra punta de Londres y tenia dos hijos propios que cuidar. Estaba enfadado conmigo por haberlo abandonado y al principio no quiso hablarme ni acercarse a mi. Contemple su vulnerable espalda de nino de veinte meses mientras el buscaba sus cochecitos, ignorandome deliberadamente. Arrastro una silla hasta la ventana, se encaramo encima y alineo los cochecitos sobre el alfeizar, con fuertes ruidos de emergencia: coches de bomberos, ambulancias y coches patrulla. Era uno de sus juegos preferidos y uno en el que solia pedir mi participacion; pero no ese dia. Mary habia hecho cafe y nos permitimos una breve chachara superficial. Eso me entristecio; antes habiamos sido amigas intimas. Los maridos y los crios y la distancia fisica habian cambiado las cosas y ahora nuestros puntos de referencia eran tan distintos que pense que ya nunca recuperariamos la antigua intimidad. Los repentinos berridos furiosos, en la habitacion de al lado, me recordaron que tenia otro hijo. Por unos diez minutos habia olvidado por completo la existencia de… Orlando, y al diablo con David. Mary fue a buscarlo y me lo trajo, haciendole mimos y carantonas. Casi se interrumpio en mitad de un berrido; nunca habia oido esos tontos ruiditos que se les hacen a los bebes. A lo mejor imagine la expresion de sorpresa, quiza le estoy atribuyendo reacciones a una edad un poco demasiado tierna, pero desde luego respondio a los mimos de Mary. Terminadas todas las operaciones necesarias para desnudar mi pecho izquierdo -los botones de la chaqueta, la cremallera del vestido y Dios sabe que del artefacto Heath Robinson llamado sosten maternal-, empece a alimentar al desconocido huerfanito. Esto tuvo un efecto instantaneo sobre Matthew. Derribo todos los cochecitos del alfeizar, bajo de un salto de la silla, corrio hacia mi y aparto a Orlando de mi pecho, diciendo: -No, no, no, no, no, no, no, no… Luego me echo los brazos al cuello y lloro y lloro y lloro como si fuera a rompersele el corazon. Sorprendida y desconcertada, solo atine a estrecharlo con fuerza. Tampoco era una nina, pero no habia sido mi ultima oportunidad; significaba algo especial a mi pesar. Mientras Matthew se calmaba, consulte el libro del doctor Spock 1 , que tenia siempre a mano, por la letra C, de celos, subapartado <>. No aclare gran cosa. Spock se referia constantemente al nino mayor como <>; el nuevo bebe era <>. Comprendia la logica de esos terminos que facilitaban mucho la lectura, evitando confusiones, pero aquel dia, para esta madre, eso significo otra pequena muerte. Ademas, Orlando empezaba a ponerse frenetico, no tenia tiempo de leer que debia hacer, solo podia actuar. Le hable a Matthew, le explique lo que estaba haciendo y por que, mientras pedia ayuda a Dios, cuyo consultorio a todas luces estaba cerrado por vacaciones. No hubo respuesta. Matthew se echo a llorar de nuevo. Idea luminosa: -Muy bien, Matty, tu tambien puedes probarlo, tambien te he tenido asi en mis brazos, tu tambien tomabas leche de mi teta. Pruebalo, tomala si quieres, Matty. Silencio en mitad de un sollozo. Unos ojos muy grandes miran alternativamente mi cara y el pezon. Leve vacilacion y despues la boca se abre, se acerca, se acerca, ya lo tiene. Una chupada poco convencida, luego una expresion de total repulsion, escupe, arruga la nariz y -milagro- las manitas de Matthew orientan la cabeza de Orlando, que mueve freneticamente la boca como un cuclillo hambriento, ya esta de vuelta en la base. Silencio de Matthew, asombrado silencio de Matthew, y un silencio un poco mas ruidoso de Orlando. Mary y yo nos miramos, y en ese momento de mutuo alivio reaparecio brevemente nuestra antigua complicidad. -Brillante -dijo ella-, has estado brillante. -Suerte -replique-, solo ha sido suerte. Continuamos charlando, pausada, nostalgicamente, mientras ella preparaba algo de comer para Matthew y yo amamantaba y despues lavaba y cambiaba a Orlando y lo dejaba en el moises. Matthew se negaba a separarse de su hermano, lo seguia de un lado a otro, agarrandose a la parte que estuviera a su alcance, y Mary tuvo que perseguirlo con el plato y la cuchara, para ir dandole de comer como y cuando podia. Por fin, Matthew cayo dormido junto a Orlando, agarrado a su pie, estableciendo de manera definitiva la estrecha relacion que han tenido desde aquel dia. Mary, la paciente, atenta Mary, finalmente se marcho para relevar a su marido en la tarea de cuidar a sus dos chicos. Recuerdo que cuando se fue tenia unas ganas terribles de decirle: <>. Pero naturalmente no se lo dije y se marcho con la imagen emotiva y totalmente irreal de una radiante maternidad de categoria superior. Cuando se hubo ido me sente y contemple a mis dos criaturas y adverti que estaba llorando de nuevo, pero esta vez sin lagrimas. Me meti en el bano y, desde el lado de la banera, alargue la mano para coger la maletita de carton que tenia en el estante de arriba. Me la lleve al dormitorio y la abri. Extendi todo lo que guardaba encima de la cama en pilas ordenadas y el llanto ceso. Aqui, los vestiditos victorianos cosidos a mano, alli las suaves enaguitas de algodon, dos capitas de terciopelo muy antiguas, diminutas, mas alla una pulserita de plata, una muneca de porcelana resquebrajada y muy delicada, un chal que casi se caia en pedazos y, por ultimo, un par de minusculas tijeritas. Cogi las tijeritas, frotandolas muy suavemente entre el pulgar y el indice, y recorde el dia, hacia muchos anos, en que habia desobedecido todas las normas y habia bajado, medio rodando, medio cayendo, por el talud del tren hasta la via ferrea, con un punado de alfileres en la mano y apretandolos con tanta fuerza que cuando llegue abajo tenia la mano cubierta de sangre. Recorde como los habia depositado de dos en dos, cruzados, sobre la via, y como habia oido el silbato a lo lejos, y el autentico terror mientras me arrastraba hasta la mitad del talud y el ruido del tren y la velocidad y el olor y el humo y las chispas sobre la hierba seca. Y despues el tren se alejo y casi todos los alfileres habian desaparecido y dos habian quedado cruzados al reves y aun quedaba un perfecto par de pequenas tijeras, un verdadero regalo del cielo para mi. Y luego me volvi y vi el talud en llamas, y tuve que bordearlo un largo trecho hasta encontrar una zona que no estuviera ardiendo, y cuando subi no sabia donde estaba. La simultanea conjuncion del miedo y una profunda satisfaccion. Un legado para mi hija. El octavo trabajo de Hercules. Mi triunfo. Para nadie.

  • Italiano Descarado de Jorge Borges

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    Mi nombre es Giulio.
    Pero tu puedes llamarme Dios.

  • ?Estas dormida? de Kathleen Barber

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    Una novela de suspense psicologico con un gran gancho narrativo, ?Estas dormida? cautivara a los fans de The making of a murder y atraera a los lectores que buscan protagonistas femeninas fuertes.

  • Tinta roja, El manuscrito robado de Mercedes Pinto Maldonado

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    Lo habia tenido todo, tierras, mansiones en playas y montanas, coches de lujo, amistades importantes... todo. Siempre puso mucho esfuerzo en ser alguien y su teson y un golpe de suerte hicieron posible que alcanzara el segundo de sus suenos; el otro, el que abrigaba desde nino, no pudo ser. Pero un dia, despues de cinco anos de despilfarro y desenfreno, lo abandono la fortuna. De sopeton, un frio tres de enero se encontro en la calle, con treinta y ocho anos, unos zapatos de Gucci, un reloj Cartier, un abrigo de Armani y dieciocho mil euros en metalico que habia podido rescatar de su caja fuerte antes del desahucio. Salio de casa unos minutos antes de que llegara la policia para precintarla. Camino lentamente hacia el que hasta hacia tan solo unas semanas habia sido su imperio. Miro hacia el cielo, justo al lugar donde se encontraba su lujoso despacho, coronando el que fue su edificio de oficinas, uno de los mas altos de la ciudad. Despues bajo la vista y a un lado de la zona ajardinada que rodeaba el rascacielos encontro un banco; el banco que tantas veces habia dado orden de que lo quitaran porque a la caida de la tarde lo sitiaban los indigentes y sus mugrientas pertenencias. Daban muy mala imagen a su castillo de cristal, por la manana siempre encontraba restos de sus pauperrimas cenas acompanadas con el vino de oferta del supermercado y a poco que alguien se acercara le asaltaba el olor a orines. Durante toda su vida desprecio sus pateticas vidas, su falta de iniciativa, ese dejarse llevar sin luchar por una ilusion... le parecian la basura de la sociedad. Camino unos pasos y se sento, ahora ese era el unico lugar que podia ocupar sin que lo echaran, total, todo aquello ya no dependia de su arrogante dueno. A un lado un carton de vino volcado goteaba el jugo, que resbalo por la madera hasta llegar a su caro abrigo. No le importo; de hecho, se lo hubiese quitado de no ser porque aquella debia ser la manana mas fria que habia conocido. ?O estaba confundiendo el frio con la desolacion? La derrota, el desarraigo, la soledad y la humillacion era su unica companiar. Poco a poco comenzaron a llegar los empleados de las oficinas, cargados con pancartas y vociferando estribillos de protesta. <>, <>. Agacho un poco la cabeza para no ser visto tras el seto y espero casi una hora a que se disolviera la pequena manifestacion. Mientras sonaba la nueva banda sonora de su vida, comprendio que no habia vuelta atras. Posiblemente conservara la capacidad de remontar, de volver a levantar un imperio de la nada, pero ya no le seducia tan fatuo poder, en realidad su privilegiada situacion no le hizo feliz ni un solo dia. Recordo aquellos dias de juventud, escribiendo frente a la chimenea, que su abuelo mantenia encendida dia y noche durante los diez meses que duraba el invierno en Villafria, y le invadio una fuerte sensacion de nostalgia, sintio que de recuperar algo debia ser justamente eso: su pasion por la escritura, pero sin mas intencion que la de disfrutar. A su derecha atisbo aquel sombrio callejon, un estrecho pasadizo a la gran avenida comercial que siempre ignoro, dos ajados carteles llamaron su atencion: uno sobresaliendo de la primera planta de una antiquisima edificacion que decia <> y otro justo encima que anunciaba <>. Recordo que hacia unas semanas paso por esa callejuela y se quedo mirando el pequeno escaparate de la libreria, oscuro, lleno de polvo y con un punado de libros y libretas mal ordenados. Le parecio el inframundo de las letras, una fotografia sepia y ajada tomada siglos antes. Fue en ese lugar y ese dia cuando le parecio que alguien le hablo desde el portal que lindaba con la papeleria: <>. Se quedo paralizado, penso que aquella voz de anciana no era mas que fruto de su desesperacion, habia sido el peor de sus dias. Cuando quiso asomarse al portal se cerro de repente. Tal vez su verdadero golpe de suerte habia sido perderlo todo, o casi todo, aun tenia un buen fajo de billetes que, bien administrados, le darian para muchos meses; para su nuevo proyecto solo necesitaba papel, boligrafo, una mesa, silencio y soledad. En ese callejon parecia tenerlo todo: material, comida y cama.

  • Tatuada en mi alma (Cuidarte el alma 2), Mariel Ruggieri de Mariel Ruggieri

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    “-?Sabias que. uno de los siete pecados capitales. es la lujuria? -pregunta Paulina jadeando sobre mi boca.
    -?Y vos sabias que. otro pecado. es la gula? -replico mientras la recuesto en la cama y mi lengua se pierde entre sus piernas.
    Ella las abre mas y me ofrece sin reservas ese manjar.
    -Eso esta muy mal…
    -Hay algo peor, cosa hermosa.
    -?Que puede ser peor?
    -Incesto -respondo con una sonrisa, mientras pienso que el cielo que tengo en mi boca, bien vale arder en el infierno…”

  • Cuentos de brujas de escritoras de Varios Autores

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    En Gran Bretana, en la epoca victoriana, las mujeres de las clases mas acomodadas se reunian en <> en los que se dedicaban a diferentes actividades. El interes por la brujeria aglutino muchas de esas reuniones, donde se contaban noticias, cuentos, tradiciones, y se inspiraban nuevas obras de creacion. En Cuentos de brujas de escritoras victorianas (1839-1920) Peter Haining ha querido reflejar esa variedad: la antologia incluye cronicas historicas y legendarias tanto como ficciones escritas por mujeres que en su dia no gozaron de mucho prestigio y que hoy en su mayoria han sido bastante olvidadas pero que sin duda ha valido la pena recuperar.

  • Tu, mi deuda pendiente de Scarlett O'connor

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    !Scarlett lo ha hecho de nuevo! <> es una novela llena de sensualidad y erotismo que te volvera a hacer creer en el amor.
    -Melanie Rogers

  • Los planes del club Bilderberg para Espana de Cristina Martin Jimenez

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    ?Fue la Transicion tal como nos la contaron? ?Que papel desempeno en ella el Club Bilderberg, ese elitista y selecto grupo compuesto por algunas de las personalidades mas influyentes del mundo? ?Quien ha tomado realmente las decisiones politicas mas importantes y trascendentes en las ultimas cuatro decadas en Espana? ?Los Gobiernos elegidos democraticamente en las urnas o el Club?

    Nadie hasta ahora se habia atrevido a investigar los vinculos que unen, desde hace mas de cuarenta anos, a Espana con el Club Bilderberg. Cristina Martin Jimenez, tras el exito de Perdidos y El Club Bilderberg. Los amos del mundo -libros que ya explicaban su funcionamiento y senalaban a algunos de los maximos responsables de este Club-, recurre a los documentos desclasificados por la Agencia de Seguridad Nacional y la CIA para demostrarnos y explicarnos una realidad diferente a la conocida hasta ahora. Seremos testigos, por ejemplo, de como Henry Kissinger y Giscard d’Estaing, destacados Bilderberg, actuaron activamente en nuestra politica o como la situacion geopolitica y geoestrategica de Espana ha hecho que nuestro pais siempre estuviese en el punto de mira de los mas poderosos.

  • La colina gris de Raquel Moreno

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    La Colina Gris es el sitio perfecto para vivir. Es como un oasis en mitad del mundo corrupto y materialista de fuera donde sus habitantes son felices y reina la prosperidad.
    Judith lleva anos viviendo alli y es completamente feliz. Juanjo vive en la calle con su hermano y a ambos se les presenta la oprtunidad de entrar a este lugar.
    Pero, ?que ocurrira cuando los dos se encuentren? ?Seguira siendo todo tan perfecto? ?O saldra a la luz la realidad de este lugar?

  • El arcangel de luz de Raquel Cruz

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    ?Que pasaria si un dia descubres que no eres quien crees ser? ?Como aceptarias que tu destino no es el que con esfuerzo habias proyectado?
    Dana es periodista, intrepida, rebelde e insolente. Y su unico proposito es ganar el juicio contra el hombre que quiso asesinarla.
    Abel Rumsfeld es el abogado de la defensa y el ser mas perverso sobre la faz de la Tierra. No dudara en usar todo su poder para salirse con la suya.
    La rivalidad y la animadversion saltaran enseguida entre ellos. Pero las circunstancias se sucederan y la hostilidad se convertira en otra clase de sentimientos mucho mas intensos.
    Hasta que Dana descubre una verdad que amenaza con poner en jaque el mundo de los humanos.

  • Mi sombra, Sophie Saint Rose de Sophie Saint Rose

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  • Tu, Despues De Mis Suenos de Noah Evans

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    Ya habia pasado mas de mes y medio desde que acabo con Angel. Habia perdido la cuenta de las veces que el habia intentado contactar con ella. Lo intento de varias maneras, hasta a traves de sus amigos. Pero Blanca siempre se negaba. Le conto que habia hablado con una companera, la asistente social del hospital donde trabajaba, para buscar una solucion a su problema. La respuesta de Blanca siempre era la misma, "Olvidalo", "Olvidame", "Alejate de mi". Asi que Angel concluyo la relacion con un "Aqui me tienes si lo necesitas". Y al fin se habia hecho el silencio desde hacia unas dos semanas. Pero no he tenido mas remedio que escribirle. La esquina de un mueble en una de sus discusiones con Paco, habian sido la causa. Angel no sabia nada, solo le habia escrito un mensaje preguntandole si estaba en el trabajo o en casa. Y al responderle que "en casa", le pidio un favor enorme. No tengo a quien mas acudir. Llevaba su maleta trolley. Habia salido huyendo de casa, el Cari ya lo sabia. Estaban a miercoles y le ofrecio el dormitorio de su hermano, ya casado, para que se quedara al menos hasta el domingo. Tambien Blanca llamo a su jefe para decirle que estaba enferma y que ese fin de semana no podria trabajar, corriendo el riesgo de que la despidieran, puesto que habia mas chicas que puestos en ese oficio. No queria meter a Angel en el asunto, solo iba a llegar a su casa, estar alli diez minutos y marcharse a casa del Cari. Ese era el plan. Supuso que a Angel le habria extranado que despues de mes y medio sin querer cruzar mas de una o dos palabras, y de no responderle a la mitad de sus mensajes, Blanca acudiera a el. Pense que me mandaria a la mierda. Algo totalmente comprensible si lo hiciera. Es lo que merezco. Pero no fue asi. No hizo preguntas, solo le respondio, "Lo que necesites, estare aqui toda la tarde". Corria por la estacion de metro mientras las ruedas de su maleta esquivaban los pies de otros pasajeros. Hacia frio, acababa de pasar la Navidad, estaba nublado, nevaba en toda Espana. Blanca llevaba un abrigo marron claro de ante con el interior de pelo, de cuello alto, una bufanda gruesa, un gorro de lana, y unas enormes gafas de sol. Era ese complemento el que llamaba la atencion entre los transeuntes que se cruzaban con ella. Estaba nerviosa, le costaba respirar con la carrera y notaba como hasta las manos le temblaban. Su madre la llamaba sin parar, dudaba si era por saber donde se habria metido o si iba a cometer lo mas sensato que deberia, que seria acudir a poner una denuncia de una vez por todas. "Donde estas. Vuelve a casa" "No voy a volver en unos dias. Dejame en paz". "Yo tambien quiero volver a Cadiz". "Volveremos a Cadiz, te lo prometo. Dejame tiempo, volveremos". No sabia el como, ni el cuando. Pero estaba segura de que al menos haria lo posible para que su madre pudiera regresar a Cadiz junto a su abuela y tia. "Tres mujeres que solo han conocido el ninguneo y el desprecio de los hombres, sean padres o maridos". Le dolia el cuello, supuso que seria del propio golpe. Fue una mala suerte chocar contra el mueble. El golpe se hubiese quedado en poco si no se hubiera estampado contra la esquina. Pero al rato se asusto tanto que no tuvo mas remedio que llamar a Angel por mas que se habia prometido no hacerlo. Subio las escaleras de la estacion. Jadeaba. Oliver le habia escrito tambien unos dias atras. En cuanto alguien le dijo que Blanca volvia a estar sola. Con el fue tan breve como con Angel, o mas si cabe. Ni loca pensaba retomar el contacto con Oliver, era peligroso y embaucador hasta el limite que pudiera imaginar, tenia que mantenerlo alejado de ella todo lo posible, y mas cuando volvia a ponerlo como escudo contra Angel. Sin embargo, el escudo habia sido en vano. Tenia que pasar el duelo de su corta relacion con Angel, no le quedaba otra. A ver si esto de hoy no lo empeora. Llego hasta el portal, llamo, el no tardo en abrirle. Tomo el ascensor y cuando llego hasta su puerta, esta ya estaba abierta. En cuanto vio la silueta de Angel su estomago se encogio para dar paso a aquella sensacion que daban las montanas rusas cuando bajan la rampa a gran velocidad. Vio la alegria en la expresion de Angel pero algo cambio en su rostro cuando se percato de la maleta de Blanca. A ver si se va a pensar que me vengo con todo el equipo para quedarme. Que verguenza, yo no se para que vengo. [?]Pasa [?]le invito el, ahora serio. Blanca entro con la cabeza baja. No tenia que haber venido. Siento que no tenia que haber venido. [?]?Que ha pasado?[?]le pregunto acercandose a ella. Blanca aun tenia puestas las gafas de sol. [?]Lo siento, pero necesito que lo veas. No puedo ir a otro sitio [?]comenzo Blanca. Se desenlio la bufanda del cuello. [?]Bienvenido a mi realidad [?]se quito las gafas. No se atrevio a mirarlo directamente, miraba hacia un lado. Los ojos se le llenaron de lagrimas. Angel se acerco a ella en seguida, le vio las intenciones de abrazarla, pero lo detuvo con la mano. [?]Solo va a ser un momento [?]le dijo ella con la voz ronca de aguantar las lagrimas[?]. Dime que esto es normal y que volvere a ver bien en unos dias y me marcho. [?]Blanca...[?]la cogio por la barbilla. [?]Es la primera vez que me pasa [?]le explicaba ella mientras el la miraba[?] el golpe fue demasiado cerca del ojo. [?]?Como ha sido?[?]pregunto moviendole la cara a un lado y a otro. [?]Con la esquina de un mueble[?]Angel se detuvo de nuevo en su ojo derecho, en la protuberancia que habia junto a el y en el golpe que habia al otro lado, en la mejilla izquierda. [?]?Por que no has ido a que te lo vieran a un hospital? [?]le renia, Blanca sabia que estaba completamente sorprendido, enojado y muchas mas cosas que no podia reflejar para no hacerle a ella pasar peor el momento. [?]He venido a que me lo veas tu [?]se defendio, la respiracion la tenia demasiado acelerada. [?]Tendria que vertelo un oculista[?]le respondio Angel. Blanca se miro en el espejo del mueble del recibidor de Angel. Su ojo iba a peor, y no era por el moreteado que tenia junto a el, sino por el propio ojo. El iris verde agua que solia tener era ahora una isla brillante y vidriosa en medio de un mar de lava roja. Hasta el lagrimal estaba rojo. Le molestaba, el parpado le pesaba demasiado pero lo que mas le habia asustado era la vision borrosa. [?]No puedo ir a urgencias[?]le respondio ella. Sabia que si iba le harian preguntas, y que por muy bien que ella inventara las respuestas, acabaria en el despacho de la asistente social o de un psicologo, y el miserable de su padrastro en un cuartelillo. Tomo aire de manera profunda , pero el aire se encogio en sus pulmones en un rebote para luego salir. Angel estaba muy serio, negaba con la cabeza sin dejar de mirarle el ojo. El escozor de la garganta de Blanca aumento. Quizas si que habia sido un error acudir a el. No queria reconocerlo, pero ahora que estaba alli necesitaba aun mas consuelo, el consuelo de el. Lo necesito en cuanto Paco le dio el golpe. Ya lo habia sentido con Oliver tiempo atras, esa sensacion de no estar sola, de que habia alguien, en otro lugar, que estaria a su lado, que la abrazaria luego y le curaria los golpes, tanto los de fuera como los de dentro. Es mentira eso de que no necesito a nadie. En cuanto comprobo en su casa que no podia ver bien, sintio que tenia que ir con Angel. Pero la necesidad de estar con el habia llegado antes, siempre la tuvo, desde el mismo momento en que su relacion termino. No podia aguantar mas las lagrimas. Tenia que salir corriendo de alli. De forma instintiva agarro el picaporte de la puerta de entrada para salir corriendo, pero Angel se acerco a ella y la abrazo. El le puso una mano en la cabeza y se la inclino hacia el pecho. En cuanto la mejilla de Blanca reposo en el calido pecho de Angel, en su respirar sereno, en su agradable olor, el escozor de su garganta aumento y su llanto le aviso que estaba a punto de estallar. Lo abrazo por la cintura, rompio a llorar. Algo que no solia hacer con el Cari, ni con Alba, ni con Noelia, ni siquiera con Regina. Sus amigos nunca la veian llorar asi por nada. Nunca le gusto mostrar debilidad, Raquel era la unica conocedora de su verdadero sentir. Angel no dejaba de abrazarla y le daba besos en la cabeza. Madre mia, que situacion le traigo al pobre. Despues de haberlo rechazado durante un mes. [?]Vamos dentro [?]le pedia el, aun estaban en el recibidor[?]. Voy a mirarte mejor eso. Blanca se quito el abrigo y el gorro y lo dejo en el perchero del recibidor. Echo su maleta a un lado. Se prometio estar alli solo unos minutos, los justos para que el la mirara. Pero en el fondo no queria ir a ninguna parte hasta que no se calmara. [?]Ven [?]la invito a sentarse en el sofa. El sofa de Angel era sumamente comodo. La calefaccion estaba puesta lo suficientemente alta como para que se le fuera quitando el frio de la calle. [?]?Quieres algo?[?]le pregunto y Blanca nego con la cabeza. Angel le trajo una manta de pelo y se la echo en las piernas. Se sento junto a ella. [?]Si tienes algo que hacer...[?]Blanca estaba tan abochornada que no sabia que decir[?].No voy a quedarme mucho tiempo. Solo necesitaba que lo vieras. Angel nego con la cabeza. [?]No te preocupes por eso [?]le respondio[?]. Te dije que aqui estaria si me necesitabas. Y casi me alegro de haber venido. Lo miro de reojo, a punto estuvo de inclinarse hacia el y volver a dejarse caer en su pecho, pero se contuvo. Ya la escenita de la entrada habia sido suficiente. Angel acerco su mano a la mejilla de Blanca y se la acaricio, luego le levanto el parpado para ver mejor el mar rojo en el que se banaba su iris derecho. [?]Es un derrame[?]la ojera tambien se estaba moreteando[?]. De todos modos voy a consultarlo con un amigo. [?]No pienso ir al hospital[?]le dijo Blanca firme. [?]Es lo que deberias de hacer pero no te puedo obligar [?]cogio su movil[?]. Espera un momento. Angel se levanto y se dirigio hacia la cocina, Blanca lo oia hablar con alguien, explicandole lo de su ojo. Tardo unos minutos en volver. [?]Puede verte pero a ultima hora de la tarde[?]le explico. [?]Te he dicho que no voy a... Angel nego con la cabeza. [?]Tiene una consulta privada [?]le explico[?]. Iremos a ultima hora, cuando ya este cerrada. Toda la tarde aqui entonces. Si lo mejor es que no hubiese venido. Blanca suspiro. [?]?A donde ibas?[?]le pregunto mirando la maleta. [?]A casa del Cari[?]aun se le encogia el pecho al hablar[?]. Me quedo con el hasta el domingo. Angel entorno los ojos. [?]?Quieres quedarte aqui? [?]No [?]la respuesta fue rapida. Como me voy a quedar aqui. [?]Puedes quedarte, no..., hay una habitacion de invitados. Blanca negaba con la cabeza. [?]Esta noche tendras que despertarte cada pocas horas, despues de un golpe asi y...pienso que seria lo mejor. Y yo tambien pienso que lo mejor para mi, por muchos motivos, seria quedarme. Pero seria egoista por mi parte, porque en cuanto este bien no volveras a saber de mi. [?] Al menos esta noche, manana te llevo a casa de Alvaro [?]le dijo[?]. De todas formas no sabemos a que hora volveremos del oftalmologo. Blanca nego de nuevo, esta vez sin tanto convencimiento. [?]Manana tengo turno de manana[?]hizo una mueca[?]cogio su movil de nuevo[?]. Pero con las horas que me deben... [?]No [?]ella intento detenerlo pero Angel habia vuelto a la cocina. Blanca agudizo su oido. Que no puede volver hasta el lunes, dice. Este quiere que me quede aqui hasta el domingo. Madre mia, que cabezota es. Por una parte estaba apenada por Angel, por traerle el problema hasta su casa, pero por otra vio que a el no le importaba en absoluto, hasta se veia orgulloso, dentro de lo que cabia, de que hubiese recurrido a el. Quizas lo veia como un filon para retomar lo suyo. De eso nada, maldita sea. Que otra vez me voy a meter en el lio. Angel regreso de la cocina. [?]Esta noche te quedas aqui, manana haces lo que te apetezca[?]le dijo sentandose a su lado. Blanca se incorporo enseguida del sofa y sin mirarlo salio corriendo al bano. Cerro la puerta, rompio en vomitos. No eran los primeros del dia. Cogio papel y limpio el WC de salpicaduras. Es para matarme, encima vengo a dar por saco y ensuciarle el piso inmaculado. Luego busco en el mueble donde sabia que Angel guardaba la pasta de dientes. Con el dedo y la pasta, se limpio lo mejor que pudo. Salio del bano, Angel estaba esperando en el pasillo. [?]?Bien?[?]le pregunto. [?]He cogido... El hizo un gesto con la mano. No importa, ok. [?]?Cuantas veces has vomitado desde el golpe?[?]le pregunto. [?]Tres[?]respondio ella. Angel le acaricio la nuca en cuanto se sento en el sofa y a Blanca se le erizo el vello de toda la espalda. Cerro los ojos. Entre la vista borrosa, los vomitos y el lote de llorar, le pesaban los parpados y lo unico que deseaba era tumbarse en el sofa, con aquella manta de pelo tan gruesa, y dormir. Miro a traves de la ventana. El cielo estaba oscuro, lloveria de un momento a otro. Hacia viento, las hojas de las palmeras se movian con fuerza. Esta vez no se contuvo, se dejo caer en el pecho de Angel y este reposo la espalda en el sofa. Lo miraba de reojo, el sonreia. Esta feliz y no se como puede estarlo. Yo misma me hubiese mandado a la mierda. Le acariciaba la espalda y la beso en la frente. Ya vale, ya se esta pasando. Blanca cerro los ojos. Pero la verdad es que me encanta.

  • El escritor y la tecla del erotismo de Ana Vacarasu

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    Un famoso escritor viaja al campo para documentarse. Por caprichos del destino, su camino se cruza con el de una mujer que guarda un secreto que le cambiara la vida.
    Un secreto escondido en una letra. La de la tecla del erotismo.