• el lamento de los abedules - Enara de la Pena

    https://gigalibros.com/el-lamento-de-los-abedules.html

    Un amor no correspondido. Un amor imposible. Un amor que nunca deberia haber existido. El lamento de los abedules se adentra en las vidas de unos personajes, victimas de su tiempo, cuyos caminos estan predestinados a cruzarse.

  • El lamento de los abedules - Enara de la Peña - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/de-la-Pena-El-lamento-de-los-abedules/56337

    Críticas (9), citas (4) extractos de El lamento de los abedules de Enara de la Peña. La historia trata sobre ... Comprar este libro en papel, epub, pdf en ...

  • el lamento de los abedules - Casa del Libro

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    El libro EL LAMENTO DE LOS ABEDULES de ENARA DE LA PEÑA en Casa del Libro: ¡descubre envíos rápidos y gratis!

  • RESEÑA El Lamento de los Abedules - Tiempo Libro

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    18 jun 2018 — El lamento de los abedules se adentra en las vidas de unos personajes, víctimas de su tiempo, cuyos caminos están predestinados a cruzarse.

  • El lamento de los abedules - Goodreads

    https://www.goodreads.com/book/show/39913833-el-lamento-de-los-abedules

    El lamento de los abedules se adentra en las vidas de unos personajes, víctimas de su ... así que podéis imaginar la ilusión con la que he leído este libro.

  • El lamento de los abedules - Todos Tus Libros

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    2 abr 2018 — El lamento de los abedules. de la Peña, Enara. Editorial: Escarlata Ediciones; ISBN: 978-84-16618-33-0. Más información.

  • El lamento de los abedules - Escarlata Ediciones

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    El lamento de los abedules se adentra en las vidas de unos personajes, víctimas de su tiempo, cuyos caminos están predestinados a cruzarse.

  • El lamento de los abedules - Enara de la Peña - Debeleer.com

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    Nadia Khilkova sabía usar un arma, aunque detestaba la caza. Era una afición poco apropiada para una dama de alta cuna como ella. No se recomendaba incitar ...

  • Reseña: El lamento de los abedules - Enara de la Peña.

    https://olimpoentrelibros.blogspot.com/2018/06/enara-de-la-pena-el-lamento-de-los.html

    19 jun 2018 — Buen día, Olimpo. Hoy me toca una vez más reseña y les diré, a las autoras y los autores que nos comparten sus libros, que dejen de escribir ...

  • El lamento de los Abedules - BOOKSTUFF

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    19 jun 2018 — Buenas! Vengo de nuevo con una reseña. Gracias a la lectura conjunta que organizó Alhana del blog En mi tiempo libro y el envío por parte de la ...

  • Cuando el cielo se queme de Jordi Sierra I Fabra

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  • Un puto runner de Javier Gurb

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    Ketamina, hachis, extasis, LSD… Los ositos de gominola del doctor Van der Zwaanswijk -un pseudocurandero senil con aires de cientifico- contienen mas droga que azucar por cada cien gramos de producto.
    Empujado por el odio y la incontrolable sed de venganza que alberga en su interior, Frank comete una serie de errores que marcaran inexorablemente su destino: el primero es dejarse engatusar por aquel estrafalario doctor con pinta de chaman trastornado; el segundo, tragarse hasta diez ositos magicos del tiron, y el tercero, cruzarse en el camino de los hermanos Contreras, una saga de sicarios profesionales -y lo que es peor, vocacionales- que no descansaran hasta darle caza, en una dramatica, surrealista y sangrienta carrera hacia el abismo.

  • Nos vemos en esta vida o en la otra de Manuel Jabois

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    Una de las caracteristicas del mal es dejar de ser una tentacion. Eso fue lo que me empezo a interesar de la historia de Gabriel, conocido como Baby y al que la prensa apodo, despues de los atentados del 11-M en Madrid, El Gitanillo. Su normalidad era comun hasta que se hizo demasiado grande para mantenerla como tal.

  • Libres, Iguales, Justos (La Segunda Revolucion 3) de Costa Alcala

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    Tras la aparicion del Aguila Blanca, la situacion en Nylert se ha vuelto insostenible. La sociedad se divide. El odio esta cada vez mas presente.

  • Cuando el carabo cante de Soledad Palao Sires

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    Adelina es una muchacha sencilla que vive en un pequeno pueblecito, cerca del nacimiento del rio Mundo. Incansable trabajadora, ayuda a su madre en el cuidado de sus nueve hermanos, hasta que su aficion por la lectura le hace desear ampliar sus estudios y conocer otra clase de vida. Con ayuda del cura de su pueblo, llega a Madrid a servir en una vivienda de postin, sin sospechar siquiera que el destino le tiene preparado vivir en primera persona los terribles acontecimientos que se produciran en aquella casa. Sus investigaciones, y pesquisas la convierten en una colaboradora indispensable para la policia. Un pequeno carabo que solamente ella puede ver, sera el anuncio de una final totalmente inesperado para el lector, que a lo largo de la trama se ira preguntando el porque de cada una de las misteriosas desapariciones de algunos de los personajes que forman esta apasionante novela.

  • Los Guardianes de Javier Perez Campos

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    Aparecen en los limites de la vida, cerca de tu ultimo aliento.
    A veces son solo una voz. Otras, una presencia.
    Te guian, te ayudan y luego. desaparecen.
    Todas las culturas han hablado de ellos, pero durante siglos han sido olvidados. Es la hora de sacar a la luz una antigua verdad.
    ?Quienes son los Guardianes?
    En esta nueva investigacion, Javier Perez Campos ha seguido de cerca el fenomeno de las apariciones que salvan vidas. El resultado es un documentado relato en el que el autor recorre el tiempo y el espacio para conocer a los protagonistas de estos fenomenos. En su perseverancia para desentranar el misterio, incluso ha llegado a someterse a experimentos para generar fantasmas.

  • Sacame de aqui. Un psiquiatrico de M. Baeza

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    < --Mete tu ropa aqui --me ordeno mientras yo aun intentaba ubicarme--. Te marchas de casa.
    No me dijo adonde me iba a llevar, pero tampoco hizo falta; en las pocas ocasiones en las que recobraba la consciencia despues de mi ultima noche con Andre, pude oir a mis padres barajando la idea de internarme en un centro psiquiatrico... Aunque jamas pense que llegarian a hacerlo, porque a mi no me pasaba nada>>

  • Mas perversa de Sheila Maldonado

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    Frederick Valverde, famoso escritor, lleva una doble vida.Casado con la aristocratica Marlene, y amante de la mejor amiga de esta, Claudia, con la que mantiene desenfrenadas sesiones de sexo duro. La madre de Marlene, Joana, interviene para delatar al infiel marido de su hija, pues ha sorprendido a Frederick en una de sus visitas a un club nocturno muy selecto para exquisitos de experiencias eroticas de diversa indole en el mismo Napoles.
    Frederick descubre quien es realmente Joana, su suegra, en esa escapada a Italia con Claudia,sorprendiendola en ciertas actividades poco recomendables para una senora de su condicion social y sufre una encerrona en las mazmorras de un viejo castillo por parte de esta al ser descubierta. Pronto saldra a relucir el pasado de Joanna, algo oscuro se esconde en la vida de jovencita que tuvo en Napoles, su ciudad natal y por fin se desvelara la verdadera historia de como conocio a Alfred Montalvan,el supuesto estudiante madrileno con el que se caso.

  • Trilogia de los anos oscuros de Rosa Ribas

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    Alli estaba Mariona. Blanca, rubia, carnosa y muerta. Como un huron enjaulado, Abel Mendoza iba de un lado a otro del monstruoso escritorio levantando pequenas nubes de polvo al revolver pilas de papeles que no habian sido tocados desde hacia meses. Se volvio hacia los estantes llenos de libros de medicina. Las manos parecian haber cobrado vida propia y se movian enajenadas sacando libros, recogiendo algunos de los caidos al suelo, cerrando los cajones abiertos y abriendo los cerrados. Finalmente encontro lo que buscaba. En ese momento, con un golpe involuntario del dorso de la mano izquierda, tiro al suelo una calavera de plastico, la mitad de la cual estaba recubierta de musculos y tenia un ojo; la otra, solo tenia los huesos pelados. Las calaveras siempre sonrien, incluso cuando caen al suelo y el impacto hace saltar el globo ocular, que huye dando botecitos como una pelota de ping-pong hacia el cuerpo yaciente. Levanto la calavera y, a pesar del nerviosismo, o tal vez por ello, no pudo evitar corresponder a su sonrisa. Entonces, el ojo de plastico golpeo el tacon del unico zapato que llevaba la muerta. Ese sonido seco y hueco desato el panico definitivo. Abel Mendoza abandono la habitacion y salio huyendo por la misma puerta que habia abierto con una ganzua hacia unos minutos. 1 --Han asesinado a Mariona Sobrerroca. Goyanes sonaba neutro, profesional, como siempre. Joaquin Grau se cambio de mano el pesado auricular negro del telefono para poder frotarse la sien derecha. El dolor de cabeza que tenia desde que se habia levantado le habia dado un zarpazo en el momento en que el comisario le comunico la noticia. Ignorante de ese efecto, la voz al otro lado de la linea seguia hablando. --La encontro muerta su criada esta manana, al volver despues de pasar el fin de semana con unos familiares en Manresa. La casa estaba patas arriba, seguramente un robo. El dolor de cabeza se hizo mas intenso. Grau estiro el brazo para acercar el vaso de agua que su secretaria le habia dejado sobre la mesa, cogio un sobrecito de analgesico, se lo metio entre los dientes y lo abrio de un tiron. Echo el contenido en el agua y lo removio con la cucharilla sin hacer ruido. Se lo bebio de un trago y despues interrumpio a su interlocutor: --?Quien va a llevar el caso? --Se lo he dado a Burguillos. --No. No me convence. Al otro lado del telefono se oyo un resoplido. Grau lo ignoro y le ordeno: --Quiero a Castro en ese asunto. --?Castro? --Si, Castro. Es el mejor que teneis. Goyanes no podia mas que asentir. --Esta bien --concedio, pero sonaba contrariado. El fiscal reacciono con irritacion. --Y espero resultados pronto. En un mes tenemos aqui el Congreso Eucaristico y quiero la ciudad limpia. ?Queda claro? --Clarisimo. Tras colgar el telefono, analizo la conversacion. Habia tomado la decision correcta. Castro era uno de los inspectores mas capaces de la Brigada de Investigacion Criminal, por no decir el mas capaz. Y le era absolutamente leal. De Goyanes no estaba tan seguro, porque, aunque en esta ocasion el comisario de la Brigada de Investigacion Criminal le habia mostrado una vez mas el grado necesario de sumision, desde hacia un tiempo Grau no estaba seguro de poder fiarse de Goyanes y de sus hombres mas proximos, como el inspector Burguillos. Su puesto en la fiscalia de momento no se tambaleaba. De momento. Pero era consciente de que sus enemigos eran muchos, cada vez mas. Ademas eran astutos. Los sabia capaces de esperar escondidos en las sombras hasta ver llegar una ocasion propicia. Tenia que estar atento. Goyanes obedecia, pero lo habia notado aun mas distante de lo que era habitual en el. ?O eran imaginaciones suyas? Tenia que estar atento, en guardia, como siempre. El leon que da el primer zarpazo suele ser el ganador. Implacable, asi le gustaba definirse a si mismo. Como en la guerra, cuando era juez militar, cargo donde destaco por su capacidad y prontitud a la hora de dictar sentencias de muerte. Por eso, cuando despues de la guerra el Regimen designo personas de confianza para la nueva Administracion de Justicia, lo nombraron fiscal en Barcelona. La labor empezada en la guerra no habia terminado, aun quedaba mucho por hacer. El seguia siendo implacable. Se recosto en el asiento y miro la pila de cartas sobre su mesa. Nunca habia permitido que las abriera su secretaria, del mismo modo en que no habia dado pie a la mas minima aproximacion. Si bien el se habia informado bien sobre quien era la persona a su servicio, ella no sabia absolutamente nada que no tuviera que saber sobre su jefe. Ni ella ni nadie. No entenderia nunca la necesidad de las personas de contar historias personales a los demas, de abrir gratuitamente flancos de ataque al enemigo. Su vista seguia clavada en los sobres intactos. Aun experimentaba un ligero malestar al encontrar la correspondencia diaria encima del escritorio. Despues de la huelga de usuarios del tranvia de la primavera del ano pasado, durante varias semanas habia abierto las cartas con algo de temor. El boicot de la poblacion a la subida de los billetes del transporte publico y la huelga general que siguio habian costado muchas cabezas. En primer lugar, la del gobernador civil de Barcelona, a quien siguio de inmediato la del alcalde. Dos funcionarios de la Falange acabaron en la carcel porque no mostraron excesivo entusiasmo por enviar sus unidades a llenar los tranvias para acabar la huelga. Otros falangistas de la vieja guardia habian perdido tambien sus puestos. Nadie podia estar seguro de conservar su posicion. Cogio al azar una de las cartas, un sobre de papel bueno que desgarro con un golpe seco del abrecartas con empunadura de acero. Era una invitacion a una recepcion oficial. Por supuesto que iria, aunque solo fuera para no darles oportunidad de murmuraciones e intrigas a sus espaldas. Si, estaba en guardia. Y ahora el asesinato de la Sobrerroca. Mariona Sobrerroca muerta. La habia conocido y tratado en eventos sociales; tambien a su marido, ya fallecido, el doctor Jeronimo Garmendia. !Que vueltas da la vida! En dos anos la magnifica mansion en el Tibidabo habia quedado deshabitada. Asi de rapido los habia alcanzado la guadana de la muerte. <> penso. <>. Para ambos solo habia una solucion, mantener la cabeza fria. La muerte de Mariona Sobrerroca solo significaba trabajo, era un caso, una investigacion policial. Que implicaba tambien husmear entre la burguesia barcelonesa. Eso, por una parte, podria ser complicado. A saber con que se iban a encontrar. Siempre que se investigaba un asunto, daba lo mismo donde, salian a la luz trapos sucios. Era como trabajar de pocero, siempre se acababa sacando mierda. Y a esta gente, como a cualquiera, no le gustaba que se mirara en sus cloacas y, dado que estaban bien relacionados, habia que tratarlos con guantes de seda, porque enseguida hacian llegar sus quejas y, sobre todo, sabian a quien hacerselas llegar. Despues habria que esperar que los resultados de la investigacion fueran satisfactorios. Quiza, como en otras ocasiones, habria que ocultar un par de cosas, y no estaba muy seguro de que un asunto de esas caracteristicas le fuera a reportar apariciones publicas destacables. ?O tal vez si? Cogio el telefono y marco el numero de Goyanes. Le dijo lo que queria sin preambulos: --Quiero que este caso reciba un tratamiento prioritario en la prensa. --?Por que? --Porque es importante mostrar al mundo que en este pais el crimen se persigue y castiga de forma eficaz. Si Goyanes creia o no esas frases tomadas del discurso oficial, le daba lo mismo. Grau sabia que tenian la propiedad de ser incontestables. --?Que quiere decir prioritario? --quiso saber el comisario. --Que se lo vamos a dar en exclusiva a un periodico, a La Vanguardia. --?A esos? ?Por que precisamente a ellos? Recuerde lo que paso con la informacion del caso Broto... --Justo por eso. Esta vez, como unica fuente oficial, no podran ponerse a especular. Esta conversacion fue aun mas breve que la primera. Despues echo la cabeza hacia atras y cerro los ojos con la esperanza de mitigar algo el dolor, que ahora se hacia sentir como una pulsacion en los oidos. Por otra parte, se dijo, recuperando el hilo de pensamiento que habia interrumpido para llamar al comisario, era muy probable que gracias a las pesquisas llegara a sus manos alguna que otra informacion interesante que se ocuparia bien de conservar y usar cuando fuera menester. Quiza incluso obtuviera informaciones que podrian ayudarle a resolver algunos de sus pequenos problemas. Empezo a notar un ligero alivio. 2 A las nueve de la manana, mientras contemplaba con ojos adormilados la taza de cafe medio vacia, Ana Marti oyo el telefono en la escalera. El aparato estaba en un hueco, debajo del primer tramo, metido en un cajon con una puerta de rejilla cerrada con un candado. La llave solo la tenian Teresina Sauret, la portera, y los Serrahima, los vecinos del principal, que eran los duenos del edificio. Cuando el telefono sonaba, la portera lo cogia y se encargaba de avisar al vecino a quien iba dirigida la llamada. Si le apetecia, porque a veces no le venia en gana. Las propinas o los aguinaldos de Navidad, tanto la expectativa de recibirlos como la generosidad con que se hubieran presentado, la animaban a subir las escaleras. Ese dia seguramente la posibilidad de reclamar los dos meses de alquiler que debia Ana le concedio mas agilidad a sus piernas y poco despues de que el sonido estridente del aparato la hubiera sacado de su piso, la portera ya habia subido hasta el tercero, que con el principal era un cuarto, y aporreaba la puerta. --Senorita Marti, telefono. Abrio. Teresina Sauret, plantada en mitad de la puerta, le bloqueaba la salida. Por el espacio que no cubria su cuerpo rechoncho embutido en una bata de felpa entro un aire frio y humedo. Ana estiro la mano para coger el abrigo, por si la llamada era larga, y las llaves para cerrar e impedir miradas curiosas de la portera. Esta debio de pensar que buscaba el dinero y se hizo a un lado. Ana aprovecho el hueco para salir del piso y cerrar la puerta. Dejo a la portera a pocos centimetros de la madera con la cara a la altura de la mirilla de bronce redonda como un ojo de buey. Las de las otras tres puertas brillaban a la luz de la bombilla que colgaba desnuda del techo del rellano. No habia lamparas en los pasillos de las plantas de alquiler, solo en la entrada del edificio y en el principal, para las visitas de los Serrahima; que los inquilinos de los pisos de alquiler no las tuvieran y lo que estos pudieran opinar traia sin cuidado a los duenos de la casa. La portera mascullo algo; no seria ni bonito ni agradable, pero Teresina Sauret tomaba la precaucion de no decirlo demasiado alto para que si alguien en la casa lo escuchaba no lo entendiera y, con todo, a ella, a la morosa, le bastara percibir el tono para entender el mensaje. Mientras tanto, Ana bajo corriendo las escaleras, llego al hueco y cogio el pesado auricular de baquelita que la portera habia dejado apoyado en la caja. --?Diga? --?Aneta? Era Mateo Sanvisens, jefe de redaccion de La Vanguardia. --?Conoces a Mariona Sobrerroca? ?Como no iba a conocerla? Llevaba casi dos anos escribiendo notitas de sociedad, a la fuerza tenia que conocerla. Viuda de un medico de postin, pubilla de un antiguo linaje catalan, era parte del elenco fijo en todas las fiestas importantes de la ciudad. --Claro --respondio. Despues de separarse de la puerta, Teresina Sauret habia iniciado el descenso y ralentizaba el paso para poder captar parte de la conversacion. Los pies se acercaban con una lentitud exasperante. --Pues ya no la conoces, la conocias. --?Y eso? --Esta muerta. --Y necesitais la necrologica para manana... --empezo a decir. Las lineas del texto ya se escribian en su cabeza, <>. Sanvisens le arranco de un golpe la maquina de escribir de la cabeza. --Aneta, hermosa, ?eres boba o te has atontado de ir demasiado al Liceo? ?Crees que te llamaria yo para una necrologica? Llevaba suficiente tiempo tambien haciendo de negro para el periodico como para saber cuando no habia que responder a la preguntas de Sanvisens. Aprovecho el silencio para despedirse con una inclinacion de la cabeza de la portera, quien por fin habia logrado alcanzar el ultimo peldano. Teresina Sauret se metio en su casa. El roce de sus zapatillas se detuvo, como era de esperar, justo detras de la puerta. --La han asesinado. Sobresalto a la portera con la exclamacion que se le escapo al escuchar estas palabras, porque se oyo un golpe en la puerta. <>, penso Ana. --Me gustaria que siguieras el asunto. ?Quieres? Se le acumularon muchas preguntas. ?Por que yo? ?Por que no lo hace Carlos Belda? ?Que dice la policia? ?Que quieres que haga? ?Por que yo? Se le acumularon tantas preguntas que solo dijo: --Si. Mateo Sanvisens le pidio que fuera de inmediato a la redaccion. Colgo. Subio a zancadas hasta su piso, se puso unos zapatos de calle, cogio el bolso y se lanzo escaleras abajo. Teresina Sauret estaba cerrando la puertecilla del telefono. --!Que modos! !Vaya carreras! --escucho mientras salia corriendo a la calle en direccion a la Ronda. Paso de largo sin mirar la pintada que habia estampado el rostro de Jose Antonio sobre unas letras de molde que proclamaban <>, contra cuyo vandalismo nadie se habia atrevido a protestar por temor a significarse. Como no venia ningun tranvia en direccion a la plaza de la Universidad, prefirio no esperar e ir a pie. Camino tan rauda hasta la calle Pelayo, que pronto dejo de notar el fresco en las piernas. En la redaccion del periodico esperaba que Sanvisens diera respuesta a sus preguntas. Tal vez incluso a la pregunta de por que la habia llamado a ella y no a Carlos Belda, que era quien siempre se encargaba de las noticias de sucesos. --Carlos esta enfermo. Estara de baja por lo menos una semana, si no dos --le dijo Sanvisens despues de saludarla y mirar el reloj como si hubiera cronometrado el tiempo desde la llamada. Solo por cortesia, ella pregunto: --?Que tiene? --Unas purgaciones. Se las han tratado con penicilina y le ha hecho reaccion. --Igual lo que estaba mal era la penicilina. No hubiera sido algo tan extrano. Habia mas de un caso de penicilina y de otros medicamentos adulterados que habian dejado un rastro de muertos y enfermos cronicos. Adulterar penicilina estaba penado con la muerte. Tambien se castigaba hacerlo con el pan o con la leche. Pero se hacia. --Igual si --dijo el redactor jefe.

  • Carmin inesperado de Clara Barcelo Selles

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    Tan solo era una nina cuando Alyssa descubrio que vivia rodeada de criaturas de la noche, igual que sus padres y Carvien, su mejor amigo. Pero ahora que es joven y esta mas desarrollada, debera evitar caer en la trampa de un ser demoniaco que esta interesado en sus capacidades. Con la ayuda de su familia y Carvien, debera averiguar su relacion con la Noche de las Tres Lunas y prepararse para su gran eleccion, que solo puede hacer una vez en la vida. Asi pues, cuando la situacion da un giro de ciento ochenta grados, la decision se vuelve mas dura. ?Debera elegir a sus padres, al amor de su vida. o a ella misma?

  • Catorce Colmillos de Martin Solares

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    Una semana muy oscura de 1927 un hombre es asesinado en extranas circunstancias y su cuerpo aparece en un callejon de Paris.

  • Una mujer de mundo de Nina Klein

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    Final de la trilogia “La Fiesta de San Valentin”.

  • A que estas esperando de Megan Maxwell

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    Hola, Guerreras/os: Queria contaros que justamente comence a escribir esta novela cuando, por desgracia, aparecio en nuestras vidas el famoso covid-19, que en poco tiempo se convirtio en una terrible pandemia. Durante los primeros dias de confinamiento, que coincidieron con el inicio de la novela, me surgio una duda. ?Debia meter el covid en la trama o, por el contrario, debia omitirlo? Pues bien, lo sopese y, como escribo ficcion, decidi que el virus NO apareciese. A mi manera, saque mi espada de guerrera, me encare a el y le dije: <>. Y… no entro. No queria que estuviera presente porque deseaba que los personajes pudieran vivir, viajar, disfrutar del sexo y amar con la normalidad que cualquiera de nosotros tenia antes de que el virus entrara en nuestras vidas. Os explico este detalle porque seguramente alguno podria pensar por que el covid no aparece en la novela si esta ambientada en 2020. Pues bien, la razon es la que os acabo de dar: porque mi lado guerrero decidio que no. Una vez aclarado esto, quiero dar mi mas sentido pesame a todos aquellos que habeis perdido a algun familiar o ser querido en este tiempo por culpa del virus. Sin duda lo sucedido es terrible, y os mando toda la fuerza del mundo y todo mi carino. Tambien deseo agradecer a TODAS las personas anonimas y profesionales que han estado al pie del canon, y siguen estando, ayudando, protegiendo y salvando millones de vidas todos los dias mientras exponen las suyas. GRACIAS…, GRACIAS Y MILLONES DE GRACIAS. Sois nuestros heroes y, sin vosotros, !nosotros no somos nada! Aplaudir, hemos aplaudido durante muchos meses a la hora indicada para demostrar nuestro agradecimiento, pero ahora toca ayudar a esos heroes cumpliendo con lo que nos piden, para que entre todos podamos vencer al virus. Asi pues, unamonos y vayamos todos a una. Es la unica manera de que esta maldita pandemia pueda terminar. Un beso muy grande, MEGAN Capitulo 1 El desfile de moda <>, organizado por diversos disenadores de renombre a nivel mundial para recaudar fondos para la investigacion de enfermedades raras, estaba a punto de comenzar. La sala de eventos londinense estaba llena a reventar de todo tipo de personas: famosos, no famosos, fotografos, periodistas… Nadie queria perderse el gran acontecimiento. El backstage era un hervidero de gente que corria de un lado para otro, mientras por los altavoces sonaba la voz de Lady Gaga cantando Stupid Love. El caos controlado, los nervios templados y las prisas de ultima hora se fusionaban con las ganas de que comenzara el espectaculo y con los deseos de brillar. Sonia Beched, una sonriente joven morena, acababa de saludar a una amiga y, cuando volvia hacia el box donde estaba su gente tras pasar por el aseo, se cruzo con Luis Guzman. Aminorando ambos el paso, se hablaron con la mirada, intercambiaron una sonrisa y, tras echar un vistazo a un pasillo de la derecha donde habia una puerta, se dirigieron hacia alli con disimulo. Una vez dentro del reducido espacio, cerraron la puerta y se miraron. Era un pequeno probador con un espejo. Sonriendo, se acercaron el uno al otro y ella, al notar como el le pasaba las manos por la cintura, murmuro en un perfecto espanol: --Si me estropeas el maquillaje o el peinado, Ginger te matara y yo te rematare. Luis rio. Ella tambien. Sonia y el eran amigos especiales desde hacia tiempo. Esa clase de amigos que no se daban problemas, no interferian en la vida del otro, no exigian nada, pero, cuando lo deseaban, disfrutaban de un sexo divertido y sin complicaciones. En decimas de segundo, la temperatura en el pequeno cuarto subio varios grados. No hacia falta hablar. No hacia falta decir nada. Ambos sabian lo que deseaban. Las manos de Luis ascendian por los muslos de Sonia mientras ella, gustosa, le tocaba el trasero, que tenia duro y muy apetitoso. Sin apartar su boca de la piel de el, bajo con la lengua por su cuello y, separandose unos milimetros, musito: --Tengo menos de cinco minutos. --Nos sobraran tres --respondio Luis con una sonrisa. Divertida por aquello, ella rio mientras sentia como la mano de el se perdia dentro de sus bragas. !Si! Eso era lo que deseaba. Luis, caliente, paseo el dedo con delicadeza por el ya hinchado clitoris de la joven mientras ella recorria con la mano su abultada ereccion. Abrio su pantalon, aparto el calzoncillo y, agarrando con decision su duro pene, lo acaricio. Placer por placer. Ese era su trato. No habia mas. Y, cuando ambos jadearon tremendamente excitados, el murmuro: --Te besaria, pero se lo rarita que eres para eso. Sonia asintio. Desde hacia tiempo no daba besos profundos. Daba picos en la boca. Era carinosa. Sensual. Pero evitaba los besos intensos. Era algo que, sin saber por que, se guardaba para ella misma desde que paso lo de Manuel. --Sabes que esto suele ser mas largo, pero… Sin necesidad de mas palabras, la joven lo entendio. Deseaba sexo y, tan acalorada como el, musito: --Hagamoslo. No hay tiempo. Sonrieron. Sus miradas plagadas de morbo y complicidad los excitaban cada vez mas, hasta que Sonia, dandose la vuelta, se puso de cara al espejo y clavo la mirada en el. Con cuidado y mimo, Luis, que ya tenia su duro pene fuera, se saco un preservativo de la cartera, que llevaba en el bolsillo del pantalon, y se lo coloco. Luego la beso en el cuello. A continuacion, le termino de levantar el corto vestido de lentejuelas azules que ella llevaba, le bajo las tupidas medias negras hasta los tobillos, echo hacia un lado las braguitas y, tras colocar su duro pene en la entrada de su vagina, la penetro. Ambos jadearon. El placer y el morbo del momento al oir el ruido de la gente al otro lado de la puerta los excitaba muchisimo. Entregados al disfrute, gozaban de lo que hacian sin pensar en nada mas. Luis, gustoso, la agarro de la cintura para que no se moviera mientras se introducia una y otra vez en su mojada vagina y ella se entregaba a el. Hechizada por el momento, Sonia se dejo hacer. Deseaba aquello, lo deseaba con todo su ser. Y, al sentir el pecho de el totalmente pegado a su espalda, musito gozosa: --Si…, no pares. A Luis lo enloquecio su orden, sintiendose a cada segundo mas duro, fuerte y rapido. Cada embestida que daba hacia gemir de gusto, placer y locura a la joven. --Cierra los ojos --le pidio mirandola a traves del espejo. Ella lo hizo sin dudarlo y el, jugueton, musito en su oido: --Hay un hombre que nos esta mirando y, por su expresion, diria que le gusta como te follo. Imaginar eso hizo que Sonia jadeara. --Si… --Creo que desearia estar en mi lugar… --susurro Luis cada vez mas excitado. Pensarlo la provocaba, la acaloraba, le hacia querer mas. En ocasiones, Sonia acudia sola o acompanada a un spa swinger muy exclusivo llamado Zafiro, al que habia ido varias veces con Luis, donde, olvidando su lado romantico, se dedicaba a disfrutar del sexo sin mas. Estaba soltera, asi que, ?por que no hacerlo con quien quisiera? Siempre que habia ido sola encontraba un hombre con el que disfrutar, y cuando iba acompanada de algun amigo tambien hallaba a quien quisiera mirar mientras lo hacian. Aun no habia probado las orgias, ese era un tema que tenia pendiente y que solo haria cuando ella asi lo decidiera. En ese instante Luis aceleraba sus embestidas, firmes y profundas, y ambos contenian sus ruidosos jadeos para que no los oyeran. Se miraban a traves del espejo con lujuria y perversion y sonreian cuando el, cerrando los ojos, supo que estaba a punto de correrse y Sonia tambien se dejo ir gustosa. Cuando el caliente momento acabo, dejandolos rendidos y sin aliento, se miraron de nuevo a traves del espejo. --Colosal --aseguro el. El sexo repentino y casual como ese siempre era divertido. Tras salir de ella, Luis se quito el preservativo y Sonia, que por suerte llevaba un paquete de clinex en la mano porque regresaba del bano, saco uno, se lo entrego y el se limpio. Ella tambien lo hizo y, luego, tras subirse las bragas y las medias y recolocarse el vestido, le guino un ojo. --Opino lo mismo --afirmo. Estaban sonriendose cuando comenzo a sonar por los altavoces la cancion Material Girl de Madonna. Quedaba poco para que empezara el desfile. Por ello, Sonia dijo tras darle un rapido pico en la boca: --Primero salgo yo. Luis asintio. Despues la joven abrio la puerta y salio del reducido probador sin ser vista por nadie con una sonrisa en la boca. Lo habia pasado bien. Iba caminando hacia donde estaba su gente cuando se encontro con varios de sus modelos. Desde hacia unos anos era la propietaria de una agencia de organizacion de eventos junto con Ginger, una empresa que ya funcionaba sola por el buen hacer de sus duenos y que, anos atras, habian ampliado para la representacion de cierta clase de modelos, entre ellos, la propia Sonia. --Halleloo! Al oir eso, sonrio. La primera vez que habia oido esa magica palabra habia sido en la television, y la dijo Shangela Laquifa Wadley, una increible drag queen estadounidense a la que sus amigos y ella seguian a traves de las redes sociales. !Una reina, como diria Ginger! Divertida por aquello, miro hacia atras y vio que quien habia dicho la palabra era Minerva, mas conocida como Reina Negra, una impresionante a la par que guapa mujer transgenero de origenes africanos, amiga suya. Minerva se acerco a ella moviendo con sensualidad las caderas y, al ver como una mujer que pasaba por alli la escaneaba de arriba abajo, afirmo sonriendo: --Si, carino, lo se: Beyonce es identica a mi. Al oirla, Sonia se carcajeo. Si algo tenia Reina Negra muy subido era la autoestima. Pero, la verdad, podia tenerla, porque era un mujeron impresionante. Y, si, podria ser la gemela de Beyonce. Tras ella caminaban Henry, Sean, George y Robbie, mas conocidos dentro del mundo drag como la Bella Despierta, Marylycra, Lola Mento y Divinicienta. Se trataba de otros amigos gais que durante el dia ejercian distintos oficios, pues dos de ellos eran cocineros, otro cartero y otro, vendedor de perfumes, y, por la noche, en O'Pera, el local de Lola Mento, disfrutaban de su faceta como drag queens.

  • Nada mas que una noche, Anabella Franco de Anabella Franco

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    Nicolas Hagen es un ingeniero atractivo y exitoso que ama la vida nocturna. Su relacion con las mujeres se resume a pasar solo una noche con ellas y
    abandonarlas dejandoles algo a cambio. Para el todas son iguales: interesadas, insensibles y manipuladoras.
    Lavinia es una mujer de belleza envidiable, simple y pura en su alma. Una modista de clase baja que lucha por salir adelante en un entorno hostil. Su pasado la puso en un lugar donde entregarse a un hombre se torna casi imposible. Su presente esta regido por la resignacion, la aceptacion y la constancia.
    Alguna diosa obrara entre esos dos mundos, entrelazando ambas vidas. Lavinia sera una presa mas de Nick, quien no podra resistir sus impulsos de seducirla y pasar nada mas que una noche con ella. Una noche en la que la verdad y la inocencia transformaran sus almas para siempre.
    Sin embargo, el destino jugara de nuevo sus cartas: el pasado para Nick tiene forma de heridas, y figura de mujer. El rojo sera su esencia. El sexo y la perversidad, su trampa.

  • ?Por que tenias que ser tu? de Raquel Garcia

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    Dave era una cabeza loca, pasando de fiesta en fiesta a sus veintiseis anos creia que el mundo le pertenecia hasta que de golpe sus padres y su hermana mueren en un accidente de coche. Sin tiempo ni para llorar sus muertes, Dave tiene que dejar toda su vida de desenfreno para hacerse cargo de sus dos sobrinos, tomando la decision de dedicar su vida a ellos, no enamorarse y dejar que el tiempo la consumiera… hasta que conoce a Jeyson Shalder un conde al que debe una importante suma de dinero que no puede pagar por culpa de su sobrino adolescente y con quien choca en caracter nada mas conocer…

  • No puedes ser tu de Sarah Rusell

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    Arranque el coche y casi se tiran los viandantes al suelo, ese tubo de escape ya estaba en las ultimas, pero claro, sin trabajo, apenas me daba mi madre para lo justo y poco mas, demasiado que ese dia me podia permitir el lujo de cogerlo pues tenia un restillo de gasolina. El coche era de mi padre que habia fallecido doce anos atras, para aquellos entonces ya lo tenia desde hacia ocho anos por lo cual, demasiado que siempre se le hacia un arreglo de ultima hora para pasar la ITV y lo bueno era que, un vecino mio que trabaja alli, nos echaba el cable y nos daba el visto bueno pues sabia con la poca pension que se vivia en mi casa. A mi madre solo le quedaron setecientos euros, los unicos ingresos que entraban en el hogar, ya que yo no encontraba trabajo o me duraban dos dias. La casa estaba pagada, por ese lado nos salvabamos, pero vamos, vivir con mi madre era vivir en un constante mal rollo impresionante y es que siempre tenia una cara que le llegaba al suelo y chocabamos bastante. Iba a una entrevista de trabajo para la que no tenia ni cita, pero me habian dicho que estaban buscando limpiadora para las oficinas de una de las mayores firmas de joyas. --?Su nombre y apellido, por favor? --me pregunto la chica de detras del mostrador. --Clara Bronca. --?Como? --Clara Bronca. --A ver, su nombre es... --Clara --resople. --?Y su apellido? --Bronca. B de Barcelona, R de Roma, O de Oviedo... --Ya, ya --negaba con la mano para que me callara mientras ponia mala cara, incredula por mi nombre. !Ni que tuviera yo la culpa de llevar ese San Benito! --?Y a que hora dice que tiene la reunion con Susana? --A las diez --sonrei. --No, no veo aqui ninguna cita, dejeme un momento que vaya a hablar con ella. --Gracias. Mentira cochina, no tenia ninguna reunion con la tal Susana, pero estaba claro que era la unica forma que tenia para llegar a la jefa de limpieza e intentar camelarmela para que me diera el puesto. Eche una visual y volvio, me hizo un gesto para que la siguiera. --???Clara??? --pregunto al verme. --Joder ???Susana??? --!Si! --exclamo emocionada y vino a abrazarme. --No me digas que eres la jefa de limpieza. --Si, desde hace un par de anos --agarraba mis manos. --El tiempo que no llevas con mi primo Ricardo. --Efectivamente --se rio--. Por cierto, perdona, no tenia constancia de esta cita. --Tranquila, ni yo, pero me dijeron que estaban buscando personal y ya sabes --rei. --Le echaste morro... --Volteo los ojos riendose. --Efectivamente. --Sabes que siempre tuve debilidad por ti y que te dare el puesto, pero me tienes que prometer que no la vas a liar. --No, no, pero ya sabes que los fines de semana son sagrados. --Tranquila --se reia negando--, el horario es de lunes a viernes de ocho a dos. --?Y no hay de diez a dos? --!Clara! --se rio. --Esta bien, hare un sacrificio y me levantare mas temprano. --No cambias --me dio un pellizco en la mejilla. --?Y cuando empiezo? --El lunes. --De lujo, asi tengo cuatro dias de descanso hasta entonces. --Que morro tienes. Anda ven, vamos a ir al despacho del asesor para que te prepare el contrato. --?Esta bueno? --Tiene sesenta anos, no esta mal, pero no empieces --me dio una colleja y la segui hasta alli. Tras dos golpecitos en la puerta y escuchar una voz de lo mas varonil, entramos y juro que casi me desmayo. !Madre mia como estaba el asesor! Si ese hombre era abuelo, yo firmaba por llegar a su edad en las mismas condiciones. Que bien llevados los sesenta anos, por Dios. Que yo me esperaba un senor asi bajito, mas bien calvo, regordete, con el traje tan apretado que le podria estallar el boton del ombligo en cualquier momento, y tenia delante a mi propio guardaespaldas, pero literalmente porque el tio era clavadito a Kevin Costner. Mas de metro ochenta, ojos azules, cabello castano con unas cuantas canas y bien apanadito. Vamos, que si yo tuviera veinte anos mas le tiraba los tejos. Un codazo me saco de mis pensamientos, mire a Susana y ahi estaba ella, con ceja arqueada y con la cara de "No la lies, que no te contrato", que me estaba dando hasta miedo. --Senor Perez, veniamos a que le prepare el contrato a la chica nueva para limpieza --le dijo ella. --Ahora mismo. Si me permites tu DNI --lo saque del monedero, se lo entregue y tras leer mis datos le vi contener la risa, y le estaba costando, pero el hombre era un caballero de los pies a la cabeza y no dijo ni pio. Media hora despues sali del despacho con una amplia sonrisa y mas feliz que todas las cosas, ya tenia mi nuevo empleo asi que a partir del lunes tocaba dar el do de pecho, madrugar y dejar aquellas oficinas como los chorros del oro. --Muchas gracias, Susana --dije dandole un abrazo. --Con que seas responsable y no me falles, me doy por satisfecha. --Lo hare, no te preocupes. --Nos vemos el lunes, en el vestuario tendras una taquilla con tu nombre y dentro la bata de limpieza. --Genial. Nos vemos. Lo de limpiar mesas y fregar suelos no era el sueno de mi vida, pero no habia estudiado, no encontraba otra cosa y necesitaba dinero, que con lo que me daba mi madre para salir algun fin de semana, no me llegaba. Subi al coche y por mas que le daba no queria arrancar, asi que espere cinco minutos ahi metida, asandome como un pollo, hasta que al fin me hizo caso. Volvi a casa, pero antes me pase por la panaderia a por una barrita de pan, era la matraca de mi madre, si sales trae pan y si no salia ese dia no comiamos pan. --Ya he vuelto --dije en cuanto entre. Viviamos en una casa baja, con un pequeno jardin delantero, tres habitaciones, salon, cocina y, a Dios gracias, dos cuartos de bano. Bueno, cuarto de bano y aseo, el segundo era el que yo me habia quedado para mi solita, que para algo estaba cerca de mi habitacion. --?Has traido pan? --pregunto ella, a voz en grito, desde la cocina. --Si --conteste cuando llegue a la puerta y lo deje en la mesa. --Vamos a comer en nada, pon la mesa. --Me cambio en dos minutos y voy. Y asi fue, me puse el pantalon corto y la camiseta de tirantes de andar por casa, puse la mesa y la ayude a servir la comida. Como de costumbre, ese rato el silencio era tan solo roto por los cubiertos chocando en los platos, pero es que preferia no hablar para no acabar discutiendo. Cuando acabamos, me puse un cafe, cogi un cigarro y me asome a la ventana del salon para fumarlo tranquila. Tardo poco en echarme la bronca. --No se las veces que te he dicho que lo dejes. --Pues como tropecientas, pero sabes que me da igual. --El mismo vicio que tu padre. --Algo tenia que tener de el, no iba a ser todo tuyo. Y es que me parecia fisicamente a mi madre un monton, pero el caracter era el de mi padre. --Mas valia que hubieras salido a mi en otras cosas. --?Por ejemplo? --pregunte sin mirarla. --En lo trabajadora, que no te dura un puesto mas de dos dias. Yo no se que hice mal contigo, de verdad que no lo se. --Pues si no lo sabes tu... --?Ves? Siempre contestando. Eres como el aceite hija, tienes que quedar por encima. --Papa decia eso mismo de ti. Me acabe el cigarro y el cafe de un trago, cuando iba a la cocina para fregar la taza, volvio a la misma cantinela de todos los dias.

  • Monteperdido, Agustin Martinez de Agustin Martinez

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    Y tu, ?seguro que quieres conocer toda la verdad sobre lo que sucedio en Monteperdido?

  • El Albatros y los piratas de Galguduud de Federico Supervielle Berges

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    Los campamentos piratas que salpican la costa de Somalia amenazan con secuestrar cualquier barco que se les acerque pero los paises desarrollados no parecen capaces de hacer frente al problema. La industria energetica mundial esta al borde del colapso. ?Podra un hombre de negocios enfrentarse a los piratas? ?Sera capaz el fallido estado somali de controlar su propia costa?

  • Si te enamoraras de mi de Lorraine Murray

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    No habia podido pegar ojo desde el instante en que terminaron de tener sexo. No se trataba de que el la hubiera dejado a medias. Ni que hubiera sido un error o algo horrible. No. Nada de eso. Su companero de cama habia sido bastante generoso, apasionado, picaro y divertido. Claro que tal vez a ello habia contribuido haber pasado la noche tomando alguna que otra copa de vino, de mas. Eso y la chispa que habia surgido desde que coincidieron en el pub. Y pese a que ella era consciente de que no debia flirtear con desconocidos porque sabia cual seria el resultado final, en aquella ocasion habia dejado salir su lado mas travieso y atrevido. Permanecia con la mirada fija en el techo de la habitacion, escuchando la respiracion relajada de el durmiendo a su lado. Tenia que irse. Lo sabia. Tenia que hacerlo ya. Nada de desayunos como si fueran una pareja. No podia dar pie a malos entendidos, que sabia que se terminarian de un plumazo en cuanto el indagara en su vida. Pero ?por que lo habia hecho si conocia las consecuencias de sus actos? Solo esperaba que el no tratara de localizarla a traves de las redes sociales. Claro que habia una manera de hacerlo que esperaba que el no tuviera por costumbre. Resoplo y aparto la sabana para abandonar la cama. Una debil luz se filtraba por la persiana de la ventana de la habitacion; suficiente para recoger su ropa interior y ponersela. Por suerte el no se movia y eso la animo a seguir adelante. Se marcharia sin hacer ruido, sin dejar una nota o evidencia de que habia estado alli. Era lo mejor para los dos. Deslizo el vestido por su cabeza, cogio las sandalias en una mano, el bolsito en la otra y abandono la habitacion con sumo cuidado de no hacer ruido para despertarlo. Contuvo la respiracion cuando abrio la puerta de la calle y salio al descansillo cerrandola detras de ella. Permanecio de pie, descalza y con los ojos cerrados durante unos segundos tratando de ralentizar los latidos de su corazon. Inspiro hondo y se calzo antes de llamar al ascensor. Salio a la calle y paro un taxi, que justo pasaba por alli. Le dio la direccion a la que debia llevarla y se recosto en el asiento. Cerro los ojos y solto el aire acumulado. --Una noche larga, ?eh? La voz de taxista parecio sacarla de sus pensamientos por unos segundos. --?Como dice? --Digo que es hora de recogerse despues de una noche de fiesta. --Si. Es hora. --Espero que manana no tenga que madrugar para ir a trabajar. --No, manana no tengo que ir a trabajar. Tengo dias libres. Ella volvio la mirada hacia la ventanilla del taxi. Las calles aparecian casi desiertas salvo por aquellas personas que, como ella, parecian irse a sus casas. No estaba segura de poder dormir despues de lo que habia sucedido con el. Con Logan. ?Por que narices recordaba su nombre? Se dijo sacudiendo la cabeza con el ceno fruncido; como si quisiera alejarlo de sus pensamientos. Pensar en el le daba la impresion de que se verian otra vez. Pero ese no iba a ser el caso. --Hemos llegado. Cuatro libras justas. --Tenga --le dijo entregandole el primer billete que encontro en su bolso, sin pararse a comprobar de que cantidad era. Abrio la puerta y se apeo del taxi para caminar unos metros hasta la puerta de su casa. Ni si quiera escucho la voz del taxista a traves de la ventanilla bajada. --Espera. Te dejas el cambio... El taxista se quedo atonito contemplandola abrir la puerta de su casa. Le habia entregado un billete de veinte libras y no se habia esperado al cambio. Debia de ganar bastante para andar por ahi dejando esas propinas. El hombre sonrio guardandose el billete y se largo de alli. Ella no se volvio a escuchar lo que le decia el taxista. Estaba mas preocupada por abrir la puerta y entrar en casa. Dejo las llaves en la mesita del hall y se dirigio al cuarto de bano. Se desprendio de la ropa dejandola caer por el pasillo como migas de pan. Necesitaba una ducha que aclarara su mente. Que la despejara. O bien que la ayudara a conciliar el sueno. Lo cierto era que tampoco entendia por que narices se preocupaba tanto. Seguramente el ni si quiera se molestaria en intentar localizarla. Se habria quedado satisfecho con haber tenido un ligue en su cama esa noche. Nada mas. El sonido de su movil capto su atencion. Tenia varios wasaps sin leer. Todos de sus amigas queriendo saber detalles de lo ocurrido. No les dio importancia, abrio las puertas de la ducha y entro dejando que el agua caliente la acogiera. *** Se dio la vuelta en la cama para encontrar la otra mitad vacia y fria. Emitio un ligero grunido al darse cuenta de ello. ?Ella se habia levantado? Su estado se asemejaba al momento en el que el amanecer se abre paso entre los ultimos vestigios de la noche. Inspiro hondo y se incorporo para comprobar si ella estaba en la habitacion. Pero no habia ni rastro. Ni de su movil en la mesilla, ni de su ropa por el suelo. Lo que indicaba que se habia largado antes si quiera de desayunar. Ella le habia parecido una tia bastante enrollada desde el mismo momento en que se conocieron. Entre copas de vino, risas, algun que otro baile, ambos habian terminado en la misma cama. Y tras un encuentro mas que placentero, para ambos como estaria dispuesto a jurar, el se habia quedado dormido y ella se habia marchado. Permanecio pensativo unos segundos hasta que decidio levantarse. Tal vez habia dejado algun mensaje o un numero de movil al que poderla localizar, se dijo rebuscando por la habitacion y posteriormente por el resto de la casa sin encontrar nada. Ni una nota si quiera de despedida. Resoplo abatido. ?Se habia largado sin despedirse? ?Sin dejar un numero al que localizarla? Con ese pensamiento en la cabeza se vistio y se preparo un cafe. --Tal vez despues de todo sea mejor que se haya ido sin despedirse. No le dio tiempo a pensarlo mas porque su movil comenzo a sonar de manera insistente. Y sabia que su companera de cama no era porque ni si quiera habian intercambiado sus numeros. La noche pasada estaban mas preocupados de arrancarse la ropa y devorarse que de cualquier otra cosa.--?Si? --?Como va eso? ?Molesto? --No, nada de eso. Estoy tomando un cafe para despejarme. --?Y al pibon de anoche donde lo tienes? Durmiendo en la cama... en la ducha... o esta a tu lado.--No has dado ni una. --?Que quieres decir? --Que se ha ido hace rato. --?Se ha marchado? Logan, tio, no puedes estar hablando en serio. El tono de incredulidad o mas bien sorpresa de su amigo casi lo dejo sordo. Decidio poner el altavoz para ir charlando mientras desayunaba. --Bruce, acabo de decirtelo. Se ha marchado de madrugada. --Extrano en una mujer. No se... salvo que tenga pareja o no quiera ningun tipo de compromiso. ?Te ha dejado alguna nota? Logan respondio con un grunido en un principio porque estaba tomando un trago de cafe. --Nada de nada --le aseguro a continuacion. --Vamos que no quiere que volvais a veros. Asi de claro. --Eso parece. --Pero, ?tenias intencion de volver a quedar con ella o solo fue una oportunidad que se presento anoche? Lo cierto es que congeniasteis desde el primer momento. Vamos que cualquiera de los que estabamos en el local podriamos asegurar que os conociais de toda la vida.--Vale. Lo que tu digas. --?Y tu? ?Tenias intencion de volver a quedar con ella? Logan fruncio los labios en un gesto pensativo. --Hombre, ella no esta nada mal, ya me entiendes. --Si, te entiendo. Tiene algun que otro revolcon. --Pues eso. De todas maneras, en ningun momento me he planteado ir mas alla de lo sucedido esta pasada noche. --Entonces te ha hecho un favor con largarse a hurtadillas de tu apartamento. --En cierto modo. Logan entrecerro los ojos dejando su atencion suspendida en el vacio. ?En serio? ?Ni si quiera se habia planteado conocerla en plan amigos? Claro que despues de haberse acostado, no sabria especificar el grado de amistad que podrian tener. Ella le habia parecido una mujer divertida, simpatica, interesante... Tierna y carinosa al mismo tiempo. Y algo sonadora. Una mujer a la que le gustaria haber conocido. Pero que temia que iba a quedarse con las ganas. --Te dejo que tengo que ir al curro. Ya hablamos de tu misteriosa companera de cama. --No hay mucho mas que anadir salvo que yo tambien me marcho a la publicacion. Logan corto la llamada y recogio los restos del desayuno sin poder dejar de darle vueltas a la situacion. Y mas en concreto a algunos de los comentarios de Bruce, que le habian hecho dudar. ?No queria que siguieran viendose porque ella ya tenia una pareja? ?O tan solo le apetecia pasar la noche con el? Se decantaba por esta segunda opcion. Solo era consciente de que habia sido la primera vez que le sucedia algo asi. Por lo general solia ser el quien se marchaba de madrugada sin dar explicaciones; sin dejar una nota. Eso mismo le acababa de suceder se dijo sonriendo. No obstante, ella le habia gustado. Y su comportamiento le habia tocado su orgullo. ?La buscaria para pedirle una explicacion? Se dirigio a la ventana del salon para ver que tiempo hacia. Permanecio pensativo con el rostro de ella en su mente. Jayden. El timbre de la puerta sono en repetidas ocasiones poniendola mas nerviosa. Por una fraccion de segundo su subconsciente la traiciono y penso que el habia dado con ella. Sin embargo, se dijo que era imposible porque lo habia dejado durmiendo en su cama, luego no la habia podido seguir. Ademas, en ningun momento de la noche ella le habia dicho donde vivia. De manera que se tranquilizo cuando lo penso. Se dirigio hacia la puerta no sin antes tener que dejar pasar a Romeo y Julieta, sus dos gatos. Echo un vistazo por la mirilla para tranquilizarse del todo y respiro aliviada. Abrio la puerta y se encontro con la mirada inquisidora de su amiga, lo que le provoco las carcajadas. --?Que cono haces aqui tan temprano? --?Pronto? Son casi las nueve. --?Ya? Pasa y cierra la puerta. Ponte comoda, estas en tu casa. Voy a terminar de ponerme algo de ropa. Vigila a esos dos. --?Acabas de levantarte? --pregunto elevando la voz para que la escuchara sin recibir respuesta--. ?Que pasa bonitos? Los gatos se acercaron a olerla y a rozarse contra ella cuando Cherry se agacho para acariciarlos. --Llegue tarde como puedes imaginar. --?Hasta que hora estuviste con el? Criss, Marjorie y yo hicimos calculos acerca de que no pasariais juntos muchas horas --comento al ver a su amiga regresar al salon vestida con una sudadera y unos leggins. El pelo recogido en una coleta alta, la cara lavada y un aspecto mas bien relajado y descansado. --A eso de las cuatro. --?Estuvisteis por ahi hasta esa hora? Cherry entorno la mirada hacia ella sin terminar de creerlo. --Si. ?Que sucede? ?Es muy tarde? ?Significa que has ganado tu la apuesta o Criss o Marjorie? --Eso es lo de menos. Pero... dime la verdad. ?Te has liado con el? Hicimos varias apuestas al respecto. Porque si te soy sincera no esta nada mal, y creo que a el le habria gustado que sucediera. Al menos es la impresion que nos causo al conocerlo. Jayden desvio la mirada primero, luego se levanto del sofa y camino a la cocina resoplando seguida de los gatos. --?Quieres un cafe? Aquella reaccion disparo las alarmas en Cherry. --Oye, sere directa contigo porque sabes que no me gusta andarme por las ramas, asi que... --Me he acostado con el --le interrumpio Jayden mirando a su amiga con total naturalidad mientras echaba un vistazo a la comida de sus companeros de piso--. Era eso lo que me iba a preguntar ?no? --Te lo has... --?Quieres tomar algo o prefieres seguir hablando sin mas? Cherry asintio. --Un cafe cargado que me despierte. --?Hoy no trabajas? --Tengo turno de tarde en la clinica. En serio, ?te has acostado con el? --Si. Me invito a su apartamento y surgio... Jayden se encogio de hombros sin darle la menor importancia a este hecho. --Vaya... Si que eres directa. Claro que a ti lo de quitarte la ropa y ponerte al lio no te cuesta --le solto de buenas a primeras sin pensar en la cara que puso Jayden al escucharla--. Disculpa. Ha sido una manera de decirlo, pero bien mirado... --No pasa nada. Estoy acostumbrada a comentarios como el tuyo cuando digo a que me dedico. --Lo supongo, ?y despues? --Pues nos quedamos tranquilos, sin hablar mucho y eso. Sabes que no me van esos rollos. --No te van por lo que las dos sabemos. --Oh, vamos. No me vengas con ese sermon otra vez --le pidio mientras vertia cafe en las dos tazas. Levanto la mirada hacia su amiga y sacudio la cabeza--. Mi trabajo no tiene nada que ver con eso. --Esa es tu justificacion siempre que sale el tema. Tu trabajo tiene que ver y mucho. No quieres una relacion. Ni abrazos, ni miradas largas porque sabes que es muy dificil que lo encuentres mientras no cambies de profesion. Es la verdad. --?Y si no lo quisiera? ?Y si prefiriera seguir como estoy? Tengo treinta y dos anos, gozo de independencia economica y tengo un horario flexible, la verdad. --Lo que tu digas. Pero imagina por un momento que ese tio de anoche se enterara de a que te dedicas. Es posible que se hubiera ido a la cama contigo por el morbo que despertarias en el; la fantasia de hacerselo con una actriz porno. Con una de las mas renombradas. Todo sea dicho. Y luego adios porque eres consciente de que no se quedaria a tu lado. Jayden bajo la mirada y resoplo. --Lo se. Soy consciente de que no tengo una pareja estable para ir al cine, pasear por los jardines de Princes Street, o simplemente quedarnos en el sofa con una manta y un te viendo una comedia romantica junto a Romeo y Julieta --le resumio lanzando una mirada a estos a ver si comian. --?Y a que esperas para tenerla? --Tal vez a que aparezca ese tio tan genial del que hablais todas vosotras y que no le importe a que me dedico --le aseguro sonriendo en complicidad con ella. --A lo mejor es este y no lo sabes --Cherry movio sus cejas con celeridad--. ?Que tal es? Jayden se atraganto con su sorbito de cafe cuando escucho la pregunta de su amiga. --?No te estaras refiriendo a como es en la cama? Porque esos detalles los dejo para mi -- arqueo las cejas con gesto de incomprension. --Bueno, teniendo en cuenta que tu conoces a muchos... --Eso no tiene nada que ver y lo sabes. Es trabajo. No hay nada mas. --Vale, pues ?que tal anoche con...? --Cherry movio las manos tratando de recordar el nombre. --Logan. --?Que tal con el? Jayden sonrio con picardia cuando recordo lo ocurrido. Hacia tiempo que no se habia sentido de esa manera tan... diferente. Claro que como le decia Cherry era dificil para alguien que se dedicaba al cine para adultos donde todo era fingido. --Oye, por la cara que has puesto yo diria que estuvo bien. --Es complicado definirlo porque tuve multitud de sensaciones. Nos reimos, nos divertimos. Hubo quimica. --Supongo que no pensarias que estabas en set de rodaje --la miro con cara de pocos amigos al pensar en esa posibilidad--. Cuando te metiste en faena... --No, claro que no. Mi personaje acaba cuando terminamos de rodar. Ya lo sabes. --Entonces, me estas diciendo que te gusto. Jayden fruncio los labios en un mohin divertido y picaro asintiendo. --Me gusto su compania. --?Su compania? ?A que te refieres con eso? Yo me estaba refiriendo a... --Se a lo que te estas refiriendo, pero acabo de decirte que ese momento me lo guardo. --Hace un momento asegurabas que no querias saber nada de relaciones... Y me saltas con que tu gusto estar con el. Jayden sonrio al ver a Cherry en aquel estado tan neurotico. --Que me guste Logan no significa que vaya a empezar a tener una relacion. Que te quede claro. Me diverti con el. --?No fingiste el orgasmo? Cherry arqueo su ceja con suspicacia. Queria poner a su amiga en un aprieto y hacerle ver que ella misma se cerraba todas las puertas a una relacion. --?Por que deberia hacerlo? No estaba actuando --le dejo claro encogiendo sus hombros sin entender aquella pregunta. --Entonces, la cosa fue bien. Pero no lo piensas volver a ver ?no? --No. No quiero implicarlo en mi vida. Entre el cine y la taberna de mi padre tengo suficiente. No puedo dedicarle tiempo. --Por cierto ?que vais a hacer con cuando el se jubile? --Supongo que me quedare trabajando en esta. --Pero atenderla requiere muchas horas... ?Lo has pensado bien? Si sigues rodando escenas... --Lo se. Pero es algo que decidire cuando llegue el momento. El sonido del movil dejo la conversacion en suspenso por un momento. Jayden contesto mientras Cherry se bebia el cafe y escuchaba a su amiga hablar de un reportaje para una revista masculina. Una semana. Que el editor era amigo suyo. Que si le debia un favor. Escucho a su amiga despedirse de su representante y dejar el movil sobre la mesa baja del salon. --Era Marjorie, como habras deducido. --Si, cuando has empezado a hablar de trabajo he pensado en nuestra amiga en comun. ?Que queria acerca de un reportaje? --Al parecer le debe un favor a un amigo y le ha pedido que hagamos un reportaje sobre pasar una semana, o algo asi. --?Sietes dias en la vida de la actriz porno Jayden Sinner? --pregunto Cherry con ironia y diversion. --Al parecer no con la actriz sino conmigo. Me ha dicho que ya hablariamos cuando todo este cerrado con la revista. --?Contigo? En ese caso los periodistas no van a ir al set de rodaje. --Pues segun me ha comentado de pasada Marjorie, tiene mas que ver con mi persona que con mi otro <> --Ah, ya te entiendo. Te refieres a que no van a centrarse en tu personaje sino en la Jayden que yo conozco. La que en estos momentos se esta tomando un cafe conmigo vestida como si fuera a salir a correr por el barrio. Aquella definicion provoco las carcajadas en ella. --Si, supongo que sera eso lo que quieren. A ver, soy una persona normal. Voy a la compra, al medico, al gimnasio, a tomarme un cafe, a comprar ropa, lenceria... --Que luego te quitas sin ningun pudor. --Si, que luego me quito o me quitan. Lo que digo es que soy una mujer normal y corriente. --Ya lo se. Solo te vacilaba. Bueno, creo que me voy a ir para que tu limpies un poco. --Eso es algo que tambien he de hacer. Luego ire al gimnasio y mas tarde a la taberna a echar una mano a mi padre. --?No tienes pendiente ninguna escena mas esta semana? --Por ahora no. --Bueno, anoche rodaste una especial, me atreveria a decir --le guino un ojo en complicidad y palmeo su pierna antes de levantarse del sofa. Jayden prefirio no decir nada al respecto para que su amiga no sacara conclusiones erroneas. --Como te decia antes, tengo turno de tarde en la clinica asi que no podre verte. --Tranquila. Voy a estar liada en la taberna. --Si vuelves a saber de Logan... Jayden poso las manos en los hombros de su amiga y la volvio en direccion a la puerta para que se marchara. --Vale, vale. Me doy por aludida. Pero si por una minima casualidad... --Se lo que tengo que hacer. --?Estas segura? --Cherry permanecio unos segundos con la mirada entornada y noto a su amiga taciturna. Como si en el fondo no supiera que hacer llegado el caso--. Cuidate. --Si. Ya hablamos. Jayden regreso al salon con una expresion de incredulidad en su rostro. No iba a volver a ver a Logan. Y si por casualidad eso sucedia sabia lo que <> debia hacer. Volver a acostarse con el. Bajo ningun concepto.

  • Amor en la Red. Caminos Cruzados 2 de Mercedes Franco

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    Samuel Dunn, luego de publicar varias de sus novelas, se enfrenta a la vacuidad del exito; descubre que su vida se ha vuelto monotona y rutinaria, que no es el dinero lo que va a generarle la satisfaccion esperada.

  • Objetos malditos de Javier Arries

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    Por las paginas de este libro desfilan todo tipo de objetos muy variopintos pero con algo en comun: dicen de ellos que estan malditos, que atraen la desgracia, la ruina y todo tipo de infortunios a los que se relacionan con ellos. De algunos se afirma incluso que son instrumentos del diablo, o de la mismisima muerte.

  • Dime quien soy de Julia Navarro

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    Espionaje e intriga en estado puro, amores y desamores desgarrados, aventura e historia de un siglo hecho pedazos, Dime quien soy es un apasionante relato protagonizado por unos personajes inolvidables cuyas vidas construyen un magnifico retrato de la historia del siglo XX.

  • El espejismo de Dios de Richard Dawkins

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    Desde su posicion de declarado ateismo, Dawkins disecciona en este libro la irracionalidad de la creencia en Dios y el dano que la religion, desde sus numerosas perspectivas, ha causado en la sociedad a traves de los siglos. Mediante un exhaustivo analisis de todos los argumentos que sustentan la religion, demuestra la improbabilidad de la existencia de un ser supremo y ofrece las multiples ventajas que, segun su criterio, ofrece el ateismo para el individuo y la sociedad.

  • Mi error fue buscarte en otros brazos. Parte 1 de Moruena Estringana

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  • No quiero solo un verano de Dama De Hierro

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    Mis vacaciones de verano dieron un giro inesperado cuando papa dijo que se casaria , eso no tendria nada de malo a no ser que la novia, sea la madre del chico que me robo el corazon el primer dia que llegue a este hermoso pais.

  • Postales desde Grecia de Victoria Hislop

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  • Te habia sonado de Christian Martins

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    Lucia no quiere enamorarse. Ni una relacion seria. Ni complicaciones innecesarias.
    Pero la noche de Halloween conocera a un sexy policia con una propuesta un tanto peculiar. Una noche de intenso placer y de emociones desconocidas haran que se replantee las cosas y lo que realmente quiere para su futuro.
    Pero todo se complica cuando, al final, descubre que su sexy policia tiene tantas promesas en los labios como secretos detras de la puerta.

  • Tendremos que matarlo de Miguel Campion

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    Galileo Alcazar es un cientifico espanol que trabaja en una base de la Patagonia donde se estudian formas alternativas de energia, pero descubre que el proyecto es una tapadera para extraer combustibles fosiles y provoca un enfrentamiento internacional entre Espana y Argentina. Galileo es retenido por el gobierno argentino y obligado a participar en un experimento genetico secreto donde su etica y su cordura se pondran a prueba. Mientras esta investigacion se desarrolla, Galileo conoce a la presidenta de Argentina, la seductora Cristina Gonzalez, de la que se enamorara perdidamente. En un futuro donde enamorarse esta prohibido por considerarse una enfermedad mental, Galileo debera guardar su secreto y descubrir la verdad sobre ese misterio llamado amor.Presidentes delirantes, cientificos dementes, esbirros implacables, monstruos semihumanos, indigenas futuristas, adolescentes apasionados...... Tendremos que matarlo es una novela hibrida que podria adscribirse al genero bizarro, con una trama de intriga y aventuras en un marco futurista distopico, grandes dosis de humor e ironia y toques de terror, erotismo, romance y folletin, ademas de un juego de referencias literarias.

  • La razon de estar contigo: Una novela para humanos, William Bruce Cameron de William Bruce Cameron

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    Reconfortante, profunda y repleta de momentos de felicidad y risas, La razon de estar contigo no es tan solo la historia emotiva de las multiples vidas de un perro, es tambien la narracion de las relaciones de los humanos vistas desde los ojos de un perro y de los inquebrantables lazos que existen entre el hombre y su mejor amigo.

  • Una historia de Espana de Arturo Perez Reverte

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  • Escrito con sangre y seda de Africa Ruth , Marta Cruces

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    Londres, 1874. Tras la muerte de lord Wellesley, solo tres personas conocen el secreto de Charlie, su hijo y heredero: es una mujer. Una de ellas es Leo, su hermano bastardo, y las otras dos no descansaran hasta arruinar su reputacion para siempre. Sin embargo, las ultimas voluntades de lord Wellesley alejaran a Charlie y Leo de Londres para emprender una huida frenetica por la Ruta de la Seda. Ciudades exoticas como Alejandria, Calcuta y Canton seran testigos del afan de los hermanos por escapar del pasado y de su temor a enfrentarse a un presente marcado por una pasion prohibida.

  • Lo que no te dije: Sofia de Sildhara

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    En su adolescencia, Sofia solia ser callada, observadora y muy timida incluso con sus mejores amigas. Nadie supo nunca que le pasaba por la cabeza, o eso creyo ella siempre. El reencuentro con sus antiguos companeros de clase en Madrid, tras doce anos viviendo en el extranjero, le va a deparar mas de una sorpresa. Alguien ha preguntado por ella y, para su asombro, ha sido el, su amor platonico en el instituto: Bruno, el chico de ojos verdes y sonrisa perpetua que no le dirigio una sola palabra en su juventud. El hombre que, doce anos despues, aun tiene un gran secreto que confesarle a la mujer en la que Sofia se ha convertido…

  • Adios, senor Stanford de S. Giner

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    Delaney Stanford, con todo su poder y sus millones, no era capaz de encontrar a Tess, su esposa. Ella le habia abandonado unos meses atras y Delaney desconocia su paradero.
    Delaney encontro el diario de Tess y lo leyo, con la esperanza que hubiera escrito algo que le diera alguna pista para encontrarla. Pero no encontro nada al respecto.
    Sin embargo descubrio algo que lo dejo atonito, Tess estaba embarazada. Iba a tener un hijo suyo.
    Delaney sabia que no iba a encontrar a su mujer, si ella no queria que el la encontrase. De manera que dejo de buscarla.
    Se habia dado cuenta de que estaba loco por ella y se arrepentia de todo el dano que le habia hecho durante los meses que vivieron juntos. Y decidio esperar a que Tess volviera a Nueva York.

  • Las campanas no doblan por nadie de Charles Bukowski

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    Ineditos que nos traen al Bukowski mas salvaje y lubrico. Un recorrido impagable por la trayectoria de un escritor imprescindible. Hank ayuda a un viejo amigo alcoholico a largarse de un hospital; el empleado de un sex shop cuenta anecdotas estramboticas protagonizadas por algunos clientes, como aquel que debido a sus problemas respiratorios pide que le hinchen una muneca; un solitario masturbador suena con que aparezca la mujer de su vida; un tipo es secuestrado por tres mujeres; una chica acude a una entrevista de trabajo en la que le hacen preguntas sobre practicas sexuales extremas… Este volumen reune relatos de Bukowski aparecidos en periodicos y revistas, como las pornograficas Hustler y Oui. Son piezas banadas en sexo y alcohol, escritas a pie de calle, con la afilada pluma del cronista mas visceral del otro lado del sueno americano. Y como guinda tambien se incluyen algunos de sus dibujos, siempre feroces y procaces.

  • 1921, diario de una enfermera de Eligio R. Montero

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    El 22 de julio de 1921 llegan a Madrid las horribles noticias sobre el Desastre de Annual, una de las batallas mas sangrientas a las que el Ejercito espanol se enfrento en el norte de Africa. Las Damas Enfermeras, jovenes aristocratas formadas por la reina Victoria Eugenia, abandonan sus vidas de lujo y se movilizan para acudir en ayuda de los miles de heridos que colapsan los hospitales. Laura, una de ellas, se desplaza hasta alli en busca de respuestas sobre la repentina e inexplicable desaparicion del capitan de aviacion del que esta enamorada. Pero lo que encontrara en Melilla no es lo que esperaba. El amor por su piloto se vera puesto a prueba cuando atienda a un misterioso heroe con el rostro vendado que no recuerda nada de su pasado.

  • Tormenta (Voces del pasado 1) de Moruena Estringana

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    Cuando ella llego, un rayo resono en la distancia.
    Nada iba a ser igual tras su aparicion.
    Ni tan siquiera para Andy.
    Acostumbrada a vivir de aqui para alla, siente que es el momento de parar y descubrir cada uno de los secretos la rodean.
    Aunque ella no contaba con enamorarse de dos chicos al mismo tiempo; uno que saca lo peor de ella cada vez que la mira y hace arder su piel, y otro al que solo conoce por Internet y que, con sus palabras, conquista poco a poco su alma.
    ?Amor real o ficcion? Lo descubrira al tiempo que una sombra pesa sobre su cabeza intentando que todo siga como esta...
    Cueste lo que cueste.

  • El final de todas las cosas de John Scalzi

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    Tras la expansion de los humanos por el espacio, la Union Colonial se creo para ayudar a protegernos de un universo hostil. Pero uso la Tierra como fuente de reclutas hasta que sus habitantes dijeron: basta. Ahora, la Union Colonial esta en peligro: cuenta con un par de decadas antes de que las Fuerzas de Defensa Colonial se agoten y las colonias humanas en apuros sean vulnerables a los ataques alienigenas. En este universo colapsado, el teniente de la FDC Harry Wilson y los diplomaticos de la Union Colonial trabajan a contrarreloj para descubrir quien esta detras de los ataques a la Union y de los alienigenas. Si no encuentran el modo de encontrar la paz con una Tierra recelosa y enojada y mantener intacta la union de la humanidad, se arriesgan al olvido y la extincion, y al final de todas las cosas.

  • Ligeros Libertinajes Sabaticos de Mercedes Abad

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    Ligeros libertinajes sabaticos reune todos los requisitos que pueden satisfacer tanto al mas refinado erotomano como al lector que comience a iniciarse en el campo de la literatura erotica... He aqui una serie de historias rebosantes de imaginacion, llenas de sugerencias mas o menos veladas y, por encima de todo, llenas de deseo en el mas carnal de los sentidos. Sin perder un apice de su eficacia erotica, cada uno de estos relatos contiene un barniz de ironia que les hace apelar no solo a la sensualidad sino tambien a la inteligencia y al sentido del humor del lector.

  • Los amantes anonimos de Salvador Gutierrez Solis

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    Carmen Puerto esta despierta desde hace una hora, pero no quiere comenzar este lunes, esta semana, y finge dormir. Continua, ficticiamente, el sueno de la pasada noche. Ha sonado que paseaba entre las dunas de una blanca y luminosa playa, como si fuera una de las mujeres que aparecen en el cuadro de Alex Katz que cuelga en una de las paredes del salon; que se banaba en un mar esmeralda, agua templada, acogedora; que se tumbaba en la arena, desnuda, relajada. Corria, gritaba, era feliz. Ha sonado que un hombre, alto, moreno y guapo, muy musculoso, el pelo corto y rizado, encrespado, la esperaba tumbado sobre una toalla, tambien desnudo. Cuando llegaba a su lado, el hombre la abrazaba, la besaba, la acariciaba, y comenzaban a hacer el amor. El hombre, se parecia a Alberto pero no era Alberto y hacia el amor hasta quedar sin fuerza, felices ambos, desmayados de tanto placer. A continuacion, reian, bebian cerveza y comian bocadillos, antes de volver a hacer el amor. Cuando desperto, Carmen estaba desnuda y muy excitada, y siguio sonando, ficticiamente, mientras se acariciaba con un pequeno vibrador violeta. Quiere seguir sintiendo a ese hombre a su lado, volverse a banar en ese mar esmeralda, cuando la pantalla del ordenador portatil, que la acompana en la cama, se ilumina. --?Estas despierta? --No, por eso te respondo. --Ese humor tuyo... --El humor tiene horario nocturno. --A veces ni eso. --No escoges la serie adecuada. --No te imagino riendote con una teleserie. --Deberias llevar tu imaginacion al gimnasio... --?Hay gimnasios para la simpatia? --Los cerraron con esto de la crisis. --Y a ti no te pillaba uno cerca... --Te dejo, me voy al gimnasio --en la pantalla de su Iphone puede leer JJ1 . Carmen Puerto minimiza la ventana del chat y atiende la llamada de telefono. --Dime --su voz es seria y ronca, como si pretendiera exhibir que le molesta que la llamen tan temprano, todavia en la cama. Al mismo tiempo, Carmen abre una fotografia en la pantalla de su ordenador portatil: un hombre de unos cuarenta anos, moreno, alto, con nariz prominente, ojos grandes, marrones, cejas muy pobladas, y negras, como su cabello, con facciones agradables, con una gabardina de un gris verdoso. Es Jaime Cuesta. --Carmen, disculpa la hora, pero necesitamos tu ayuda -- la conoce Jaime y sabe que tono de voz y que palabras debe emplear. --?Estas con esa? --enfadada, interrumpe a Jaime. --?Como, quien? --Esa, tu companera o lo que sea, la tal Julia... --Si, si... --disimula Jaime, pero Julia, a su lado, sabe que habla de ella y recrea un gesto de incertidumbre. --Dile que no vuelva a intentar localizarme, que no lo vuelva a intentar, que me deje en paz -- dice Carmen muy despacio, grave, amenazante. --Yo se lo digo, no te preocupes. --Jaime, no me has entendido, quiero que se lo digas ahora mismo... --?Ahora? --Ahora. --Diselo tu --le indica, y Julia arquea las cejas, preguntando. --?Que cono pasa? --le susurra Julia a Jaime, muy cerca del oido. --Yo no voy a hablar con esa tipa, diselo tu... --ordena Carmen. --No creo que... --divaga Jaime, en medio de una situacion, violenta y embarazosa, ante la que no sabe como reaccionar. --Adios, Jaime, adios... --amenaza Carmen con finalizar la conversacion. --Cono. --Adios, adios... --Espera. --Diselo. --Julia, por favor, no vuelvas a intentar localizar a Carmen --por fin dice Jaime, que se lleva un dedo a la sien, escenificando locura, mientras que Julia frunce el ceno, visiblemente contrariada. Hace por hablar, pero Jaime se lo impide, tapandole la boca con la palma de la mano. --Que no lo vuelva a hacer --imagina Carmen la escena al otro lado del telefono. Puede ver a Julia muy enfadada, histerica, haciendo lo imposible por arrebatar el movil de Jaime. --No lo hara --trata Jaime de conservar el equilibrio, contentando a Carmen, manteniendo en silencio a Julia. --Si lo hace... --no concluye Carmen la frase. --No te preocupes. Tras un incomodo silencio de varios segundos, Carmen pregunta con desinteres: --?Que habeis encontrado? --Julia te lo acaba de enviar al WhatsApp. --Julia... --Si, ya lo tienes. Carmen abre una nueva fotografia en la pantalla del ordenador. En ella se puede ver a una mujer de unos treinta y largos, cuarenta tal vez, pelo rubio muy corto, cara delgada, mas atractiva que guapa, cuello muy estilizado, ojos amplios, luminosos, de un azul cielo, sin pendientes en las orejas, de piel blanca. Es una fotografia de Julia Nunez. --Ahora te llamo --interrumpe Carmen bruscamente la conversacion. Julia se separa de Jaime, se muerde los labios y golpea con fuerza su hombro derecho. --!Eres el puto perro de la pirada esta, el puto perro, puto perro, que lo sepas! --le recrimina con violencia. --Vete a la mierda. No se detiene Carmen a contemplar las tres imagenes que ha recibido en su telefono movil, directamente las reenvia a su cuenta personal de correo electronico. El dormitorio permanece a oscuras, apenas unos rayos de sol se cuelan por las primeras rendijas de la persiana. Sin embargo, Carmen se mueve con agilidad en la oscuridad, esta acostumbrada a ella. Abandona la cama, busca a sus pies la parte superior de un chandal azul marino con tres rayas blancas en las mangas, que se coloca a toda velocidad, no cierra la cremallera, y recorre el pasillo y el salon, entre una densa penumbra que fabrica un decorado fantasmagorico; en la cocina, introduce una taza de agua en el microondas, selecciona un minuto en el temporizador, escoge al azar un tarro de capuchino --varios tarros se apilan sin orden junto a la placa de vitroceramica, sobre la encimera--; lia un cigarrillo con tabaco, Cutters Choice; anade dos pastillas de sacarina al agua caliente y cuatro cucharadas de capuchino en polvo; se dirige al desordenado y oscuro salon, durante varios segundos contempla un cuadro de Alex Katz en el que aparecen dos mujeres caminando entre las dunas de una playa --Partida --, en la pared que prosigue al pasillo, y el sueno de la pasada noche regresa fulgurante y electrico durante un segundo. Enciende el cigarrillo y lo coloca sobre un cenicero de cristal, transparente, toma asiento en un sofa de cuero marron, frente a una pantalla de plasma de 50 pulgadas, bajo otra reproduccion de Alex Katz, Blue umbrella , que representa a una mujer con la cabeza cubierta con un panuelo y bajo un paraguas en un dia de lluvia. Conecta la pantalla de plasma y, ayudandose de un teclado inalambrico, accede a su correo electronico y comienza a examinar las tres fotografias que se ha reenviado desde su telefono movil. En la primera fotografia puede ver una blanca y palida mano de mujer, seccionada limpiamente donde arranca la muneca, con las unas pintadas de un rojo intenso. --Un corte limpio, una sierra electrica con toda probabilidad. Sin rastros de sangre, unas en perfecto estado, pintadas una vez fallecida --repite en voz alta lo que escribe en una libreta de pastas verdes. La segunda fotografia corresponde a un pie, seccionado a mitad de tobillo, igualmente blanco y palido, tambien limpio de restos de sangre, igualmente las unas perfectamente pintadas, pero en esta ocasion de un azul marino muy brillante. Con una pequena cicatriz junto al menique, no reciente , tal vez un corte de la infancia, deduce mentalmente Carmen. --?Te gusta el color? --se gira Carmen, y le pregunta al cuadro de Alex Katz que tiene a su espalda: Karen (La sonrisa de Karen ). En la tercera fotografia aparece un corazon humano, cortadas las arterias y venas a ras, dentro de una de esas bolsas de plastico transparente que se utilizan para conservar alimentos. --Vaya, ha pasado por el super --murmura Carmen Puerto, sin apartar la vista de la pantalla. Carmen abandona momentaneamente el sofa de cuero, se coloca en cuclillas delante de la pantalla y, como si estuviera escaneando o memorizando las imagenes, examina las tres fotografias centimetro a centimetro. Se detiene especialmente en las unas pintadas de la mano y pie, en sus llamativos colores. Bebe el resto de capuchino con un gesto de desaprobacion, ya frio, y a ella le gusta muy caliente, lia un nuevo cigarrillo, y marca el telefono de Jaime (JJ1 ). --?Por que habeis sacado el pie y la mano de sus bolsas? --le recrimina a Jaime, nada mas escuchar su voz. --Ahhh --duda Jaime, se lleva la mano libre a la nuca, centra su mirada en Julia, que continua furiosa--, para que se vieran mejor en las fotografias --concluye. --No alteres mortajas, hijo mio ... Habeis manipulado unas pruebas --le advierte Carmen. No puede evitar pensar en Hilario Pino cada vez que habla con Jaime. --Nosotros no hemos hecho nada, ya sabes... De todos modos, lo han hecho siguiendo el procedimiento, no temas, las bolsas tambien van a ser analizadas --trata de ser convincente Jaime. --Cuando hagan las pruebas los batiblancas descubriran que los restos corresponden a tres personas diferentes, a tres mujeres, con toda probabilidad. Pero esto no quiere decir que sean victimas preferenciales --explica Carmen Puerto mientras recorre con su mano la pantalla, tal si estuviera acariciando los miembros encontrados. --Tres mujeres... --intenta decir Jaime. Julia escucha cerca de su hombro. --Tres mujeres de mas o menos la misma edad, si, tres mujeres... --se detiene un instante Carmen, hipnotizada por el azul de las unas del pie--. Estan congelados todos los restos, y me atreveria a decir que hasta hace no tanto estuvieron en un congelador, a muy baja temperatura, veinticinco o treinta grados bajo cero. Seguramente, no se trata de un congelador domestico, mas potente. --Si, estaban congelados... --confirma Jaime, sorprendido. --Teneis que haberlos encontrado en un lugar muy publico, muy popular, necesita llamar la atencion, presentarse ante todos como es debido... a lo grande: es su carta de presentacion. Ya estoy aqui , nos esta diciendo --sigue hablando Carmen mientras no cesa de mirar las fotografias de la pantalla. --Carmen, los han encontrado en tres puntos diferentes -- le rectifica Jaime, y los labios y ojos de Julia fabrican un gesto de satisfaccion. --Joder, tres sitios diferentes, joder, mas a lo grande de lo que imaginaba... Va a por todas el hijo de la gran puta. --Si, en tres. --?Donde? --Madrid, Barcelona y Sevilla. --Joder, joder, si que apunta alto. --Si, y en lugares muy populares, como tu decias --una apostilla de Jaime que contraria a Julia. --Evidente. --El pie en Madrid, en la Plaza del Callao, a escasos metros del edificio Capitol. En Barcelona, en Plaza Catalunya, la mano. El corazon, en Sevilla, a unos pocos metros del Ayuntamiento. En los tres casos, dentro de papeleras, perfectamente envueltos, bien protegidos, en esas bolsas... -- le informa Jaime. --Esas bolsas que han estropeado. --Las van a analizar --repite Jaime. --?Ya hemos comprobado las camaras de seguridad? --Si, y de momento no hemos encontrado nada. --Nada, nada... --replica Carmen y amplia nuevamente las fotografias de los tres miembros. Conoce la posicion de las camaras , escribe Carmen Puerto en su libreta. --Estamos tratando de buscar con cuantas de las denuncias por desaparicion que tenemos coinciden. Estamos en ello, ya sabes... --le gustaria a Jaime ser mas preciso. --Con ninguna coincidira, ya te lo digo --sentencia Carmen y se dirige a la cocina para prepararse otro capuchino--. Todavia no hay denuncias. --?Tu crees? --Necesita llamar la atencion --dice Carmen a la vez que abre fotografias de los lugares indicados, a traves de la aplicacion de Google. --No te puedes imaginar la que se ha montado --comienza a decir a Jaime, pero Carmen lo interrumpe. --?Cuando los habeis encontrado? ?Con cuantas horas de diferencia? --pregunta Carmen, con un lapiz en la mano. --La mano de Barcelona, ayer por la noche. El pie de Madrid cuatro horas despues, sobre las dos de la madrugada y el corazon de Sevilla hace un rato... a las siete. En ese orden los hemos encontrado. --Vaya juerga que se ha metido el cabron --comenta Carmen. Anota en una libreta: BCN, ?sabado 31M/1J?, Mad 1J, ?Sev 1J/2J? --Estamos comprobando si le podria haber dado tiempo a una sola persona... --dice Jaime. --Le ha dado --y rodea con un circulo las abreviaturas de las fechas y de las ciudades anotadas. --?Tu crees? --escucha Jaime en su telefono el crujido, al quemarse, del papel del cigarrillo que Carmen esta fumando. --Estos han sido los fuegos artificiales... --masculla Carmen. --?Fuegos artificiales? --Volvera a matar --sentencia Carmen, al tiempo que despliega sobre la pantalla un programa pirata por el que puede acceder a las camaras de seguridad de los tres lugares en los que se han encontrado los miembros. --?Como? --Volvera a matar. Y no tardara en hacerlo. LUNES, 2 DE JUNIO DE 2014. 9:00 H. A pesar de la llamada que la saco de la cama poco antes de las ocho, Carmen Puerto se entrega a su rutina diaria. Como cada manana, salvo la de los domingos, a las nueve en punto conecta la camara del videoportero de la puerta al ordenador y aguarda la llegada de Jesus mientras fuma, toma un capuchino y escucha las noticias en la radio. Aunque ella misma ha sido la que ha construido y mantiene esta excusa a lo largo de los anos, en realidad no solo lo hace por esperar la llegada de Jesus. En estas esperas, frente a la pantalla del ordenador, cada manana contempla a sus personajes habituales: los clientes del bar de la esquina, en direccion a la Avenida de Andalucia, Manuel, el propietario del taller de motocicletas, y sus caracteristicos silbidos; la duena de la fruteria de la esquina, Rocio, ese anciano de estirado pelo negro que saca a pasear su perro, un boxer con el cuello blanco, a Monica, la dependienta de la pequena tienda de ultramarinos de enfrente. Con suerte, tambien puede contemplar Carmen a otras nuevas personas, desconocidas, anonimas, a las que asigna actividades y personalidades de todo tipo. <>. Cuando era una nina, con su hermana Ana, Carmen Puerto jugaba a algo parecido, se asomaban al balcon y trataban de adivinar quien apareceria bajo el arco de la plaza. Contabilizaban los aciertos en una libreta y la que antes llegaba a diez era la ganadora. A las 9.02 h. aparece Jesus en la pantalla del ordenador. A pesar de que la imagen no es lo nitida que Carmen desearia, puede verle ojos de sueno y gesto de lunes. Carmen se reincorpora, apoya los antebrazos sobre el cristal que cubre la mesa. Repite Jesus la camisa negra, con doble cuello, que se compro en las ultimas rebajas y unos vaqueros gastados, manchados en la parte posterior de la rodilla izquierda, descubre Carmen. Como siempre, su bolsito azulon colgando de su hombro derecho. Y como casi siempre, justo despues de levantar la persiana metalica, Jesus se queda un instante, menos de un segundo, mirando hacia la camara del portal adyacente a su establecimiento. Tal vez sea su manera de desear buenos dias cada manana. --Buenos dias --dice nada mas dejar de verlo--. Karen, se ha cortado demasiado el pelo esta vez, le hace cara de tonto -- se gira Carmen sobre ella misma y le comenta al cuadro que tiene a su espalda. Como la mayoria de las ubicadas en la zona, la casa de Carmen Puerto cuenta con dos plantas, fachada estrecha, rectangular, rematada por una azotea. Calle Padre Pedro Ayala, barrio de Nervion, en Sevilla. Es una zona muy tranquila, familiar, con aspecto de pueblo en la mayoria de sus calles. Muy cerca de la antigua fabrica de cerveza Cruzcampo y de la Prision Provincial, <>, como se la conoce en la actualidad. Nada dejo al azar, la situacion geografica de la vivienda de Carmen Puerto surgio de un minucioso estudio previo: a menos de 15 minutos, caminando, de la estacion de tren de Santa Justa; a menos de dos kilometros, tras finalizar la Avenida de Andalucia, de la SE30 , que conecta con Cadiz, Huelva, Malaga y Cordoba; y a menos de 10 minutos, en coche, del aeropuerto de San Pablo. La planta baja de la casa de Carmen Puerto la ocupan la puerta de entrada, tras la que se encuentra la empinada escalera que conduce a su vivienda, y la peluqueria para <> de Jesus, Jesus Fernandez Cortes, su particular inquilino. Aunque exteriormente pueda parecer mas amplio, a tenor del tamano de la fachada, el piso de Carmen Puerto, situado en la primera planta del edificio, es relativamente pequeno: 66 metros cuadrados. Un dormitorio con dos ventanas que dan a la calle, pero que siempre estan cerradas, las persianas hasta abajo; un amplio salon cuadrado y oscuro; un cuarto de bano y una cocina rectangular, que concluye en un pequeno lavadero, en el que se eleva una escalera metalica, de caracol, que conduce a la azotea. Todavia sentada frente a la pantalla de plasma, Carmen da por concluida la conexion con la calle de esta manana, una vez que Jesus ha accedido a la peluqueria. Recupera las fotografias de los tres miembros seccionados que le han enviado Jaime y Julia. Contempla las imagenes una a una, las examina y analiza de forma individual, y a continuacion de manera colectiva, estableciendo posibles vinculos que desarrolla mentalmente. No escribe en su libreta, de momento. Visita las portadas de las ediciones digitales de algunos periodicos, necesita comprobar que, de momento, nadie ha filtrado la noticia. A traves de una de sus cuentas falsas, escoge @arga2 en esta ocasion, accede a la cuenta de Twitter de Pedro Gines, un periodista de <>, celebre por sus apariciones televisivas y por sus informaciones <>. --De momento este cabron no ha dicho nada --murmura Carmen, tras comprobar que su ultimo tuit es del 31 de mayo. A continuacion, como si alguien le indicase los pasos a dar, Carmen se coloca unas gafas de sol, unas Rayban metalicas con cristales verdes, descuelga un manojo de llaves de un clavo en la pared, a la izquierda del cuadro de Alex Katz de las dos banistas que pasean relajadamente entre las dunas y se dirige a la cocina. Se prepara un capuchino: agua muy caliente, cuatro cucharadas y dos comprimidos de sacarina. Introduce una de las llaves en la cerradura de seguridad de la reja metalica negra que separa la cocina del lavadero. Una lavadora, un pequeno tendedero y tres estanterias de pvc . Nada mas comenzar a subir la escalera de caracol, escucha: <>, que exclama un My Little Pony de tonos violetas, rosas y grisaceos, con voz aguda de cuento infantil, sentado en el septimo peldano. La voz del pequeno unicornio no sorprende a Carmen Puerto, que se detiene a medio camino de la escalera e introduce una llave en la cerradura que hay en la trampilla del techo. Ayudandose de las dos manos levanta la portezuela de acero y una avalancha de luz, de rayos de sol, se proyecta sobre su rostro. Por unos segundos, instalada en la oscuridad, Carmen Puerto se siente indefensa, vulnerable, atropellada, a pesar de la proteccion de las gafas. Aun asi, la rutina traza el recorrido, repite los movimientos de cada manana, tiene memorizadas todas las distancias, y accede a la azotea sin mayores complicaciones. Flanqueada en sus cuatro costados por un tupido y alto canizo artificial, desde la azotea de Carmen solo se contempla el cielo, interminable y azul, como una infinita cupula monocolor. Ningun edificio, antena o similar a la vista, como si se tratara de un lugar en mitad de la nada o por encima de todo. Carmen Puerto camina hasta la parte delantera, donde se alza la fachada principal del edificio hacia la calle Padre Pedro Ayala y ayudandose de una manguera azul marino riega un amplio arriate donde crecen sus plantas de marihuana. Verdes y frondosas, rezuman salud y atencion permanente. Comprueba el estado de las hojas, busca imperfecciones, examina el color y grosor de los tallos, toca la tierra para cerciorarse de que la humedad es la adecuada. Seguidamente, busca en la parte inferior de un armario de aluminio una llave, oculta en la parte interna, que no tarda en encontrar. Abre el armario, de la balda superior coge un cenicero, papel de fumar y boquillas marrones, un encendedor y una cajita de madera. Toma asiento en una hamaca de lona, en el centro de la azotea, y lia dos cigarrillos con marihuana. Durante unos segundos contempla el cielo, sin nubes, azul, monotematico, que lo cubre todo, mas alla de los canizos que la protegen de posibles miradas. A continuacion, con naturalidad, es un ritual que repite la mayoria de los dias que luce el sol, se despoja del chandal azul marino que la cubre, tambien de la ropa interior, bragas y sujetador blancos, de algodon, y desnuda se deja caer sobre la hamaca. Comienza a fumar la marihuana con los ojos cerrados. Sigue teniendo Carmen un cuerpo menudo y armonico, los anos aun no se han cebado con ella; su piel continua siendo palida y tersa, con un mapa de pecas en el pecho y en las mejillas. Delgada, de ojos inquietos, de un marron miel, nariz con intencion aguilena. Desde los veinticinco, dentro de unos meses cumplira cincuenta anos, Carmen tine su pelo de una intensa tonalidad cobriza que subraya la delgadez de su rostro. Raramente usa pendientes, anillos o pulseras, como en tantas otras cosas es una mujer sencilla, austera. Si tuviera que elegir Carmen una parte de su cuerpo se decantaria por sus manos, puede que lo haya confesado en alguna ocasion, afiladas, de unas cuidadas, jamas pintadas. Le gusta mirarlas cuando habla por telefono o cuando fuma marihuana desnuda en la azotea, como en este momento. Pero ahora, Carmen no mira sus unas, sigue reproduciendo las tres fotografias que le han enviado Jaime y Julia. Trata de establecer conexiones, puentes, con otras imagenes similares que conserva en su memoria. Una mano, un pie y un corazon congelados, envueltos en bolsas de plastico de las que se emplean para la conservacion de alimentos. <>, deduce.

  • El colgajo de Philippe Lancon

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    El esperado y sobrecogedor libro de Philippe Lancon, uno de los supervivientes del atentado de Charlie Hebdo.
    La unica manera de entender algunas cosas es ponerlas por escrito. Quiza al final no se consiga desentranar por completo el misterio, pero si iluminar las zonas de sombra a su alrededor. Eso es lo que se ha propuesto y logrado Philippe Lancon en este libro memorable, mezcla de cronica, memoir y gran literatura. Con una prosa llana y un estilo depuradisimo, Lancon nos ofrece en El colgajo un vastisimo retrato de su vida -de Paris, de Francia, del mundo- despues de haber sobrevivido al terrible atentado de Charlie Hebdo del 7 de enero de 2015. Ese retrato, que es necesariamente una reconstruccion, corre paralelo a otras reconstrucciones: la de su mandibula -destrozada por una bala- y la de su nueva vida despues de aquella manana. Porque ?como es posible vivir despues de haber sufrido un atentado, uno en el que tantos companeros y amigos han perdido la vida? ?Que supone seguir viviendo cuando se ha estado en el infierno en la tierra? ?No es eso tambien una condena?

  • De Dublin a Nueva York de Maeve Brennan

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    Lo mejor de una autora inmensa, admirada por William Maxwell, Alice Munro, John Updike o Edna O’Brien.

  • Amor enmascarado de Ruth M. Lerga

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    Londres, finales de abril de 1800 Conforme la conversacion avanzaba, la desesperacion de Sebastian iba en aumento. Se habia reunido con su abogado para tratar el espinoso tema de lady Genoveva Sinclair, la joven dama a la que tutelaba. Pocos caballeros tenian, contando solo veintidos anos, una pupila de dieciocho a su cargo. Tampoco era frecuente, despues de todo, heredar un condado prospero tan temprano, pero la muerte de sus padres, tres anos antes, lo habia precipitado a la vida adulta sin estar preparado, forzandolo a dejar la universidad aun sin completar sus materias y encerrarse en Lancanshire para aprender a ser un noble con un amplio patrimonio y responsabilidades politicas y familiares. --Es unas situacion complicada, Hentley --le decia el licenciado--. Los Sinclair eligieron al anterior conde como padrino de lady Genoveva y el marques explicito en su testamento, ademas, que, en caso de que algo les ocurriese, fuera el quien se hiciera cargo de la joven hasta que esta contrajese matrimonio. Al morir los cuatro juntos en aquel terrible incidente en... --dudo. --Sierra Morena, Cordoba --acabo Sebastian por el, con voz hueca--. La marquesa era espanola e iban a pasar el invierno en la finca de su familia, buscando un clima mas calido dado el reuma que mi madre padecia. Los atracaron en uno de los desfiladeros. --Exacto. La cuestion es que todos ellos perecieron a la vez. El heredero de Sinclair quedo, desde luego, encantado: heredaba un marquesado de un pariente lejano al que apenas conocia y se deshacia, al mismo tiempo, de la responsabilidad de la chiquilla. --En realidad no era una chiquilla, tenia quince anos entonces, pero el conde se abstuvo de hacerselo notar--. Asi que no impugno la tutoria y te la cedio a ti, como legado de tu padre. Dado que tu no opusiste resistencia alguna, se entendio que aceptabas y asi quedo acordado. La dote ya estaba consignada, se te cedio y... Se permitio dejar de escuchar durante unos segundos. La notica de la muerte de sus padres lo devasto; todavia recordaba la sensacion de desgracia que se cernio sobre el durante meses y que tuvo que ocultar a todos. Se encontro solo, al frente de muchisimos compromisos para los que apenas lo habian instruido y con varias mujeres a su cargo, dos de ellas bajo su mismo techo: su hermana Helena, que tenia entonces diez anos, y Veva. Recordaba el momento en que la joven llego a la finca. La esperaba, junto con todo el servicio, en la entrada principal; deseaba que sintiera que llegaba al que iba a ser su hogar, no queria que se creyera una carga. La conocia desde siempre y, aunque en los ultimos anos apenas la habia visto, recordaba bien a aquella joven alegre de cabellos negros y ojos grises de caracter alegre y bullicioso que lo perseguia a todas partes cada verano. Sin embargo, del carruaje bajo una dama triste, apagada, tan delgada que parecia enferma. Veva no tenia una gran relacion con su padre, Sinclair era un hombre estricto, pero si con su madre, una dama carinosa y muy atenta. Si para Sebastian la muerte de sus padres habia significado un antes y un despues en su existencia, la sensacion que se llevo fue que, para Veva, la vida habia acabado entonces. Costo un ano que se recuperara y volviera a ser ella, !y vaya si regreso! La casa se lleno de jubilo, las cuadras de una magnifica yeguada y en el condado todos hablaban de la traviesa espanola. Durante dos anos fue viendola hacerse mujer y sus sentimientos comenzaron a cambiar, asi que diez meses antes de debutar la habia enviado a un internado en Suiza para que la pulieran, alejandola de si, y se habia dedicado a alternar el de cama en cama, tratando de olvidar la risa de Veva. Pero habia vuelto de Ginebra transformada. Su cuerpo habia acabado de formarse, y sus modales, de perfilarse. Todos los hombres iban a quedar cautivados, tanto como el lo estaba ya. Genoveva Sinclair se habia convertido de manera definitiva en su infierno personal. --?Milord? Levanto la vista. El letrado le estaba inquiriendo algo. --?Que? --la pregunta sono a disculpa. --Le decia que he hecho efectivas las inversiones que componen la dote de lady Genoveva, una cifra que supera las diez mil libras, y he mandado preparar la casa que su madre le cedio en Cordoba, por si desea acudir alli en su viaje de novios. <>. Veva iba a casarse y tendria que dejarla marchar. Sintio que las paredes se cernian sobre el y que el techo se le caia encima. --?Hay alguna estipulacion sobre el tipo de esposo que su padre tenia en mente? --Ninguna. --Me dan ganas de casarme yo con ella y evitar toda esta situacion. Podia parecer una queja, pero era una frase calculada, una que habia preparado durante dias, desde que pidiera cita en la oficina de sus abogados. --!Eso no es posible, milord! --se solivianto el jurista. Lo miro con fingida extraneza. --Crei que no habia ninguna limitacion en su matrimonio. --Y no la hay, la joven podra casarse con quien quiera siempre que vos deis vuestra bendicion. Por eso mismo no podeis ser el novio, porque os erigieron para protegerla y, por tanto, quien tendra la ultima palabra sobre sus nupcias. Se diria que os estais apropiando de su dote. A efectos legales seria casi como casaros con vuestra hija, ademas. Magnifico, no solo era un excentrico por desearla, sino que se convertiria en un ladron de fortunas ajenas y en una especie de perturbado. --Solo bromeaba --zanjo el tema. --No me cabe duda, como se tambien que elegireis para ella al mejor de los candidatos. --Asi sera. Y cuanto antes lo hiciera y mas lejos la enviase, mejor. *** Aquella noche Veva era incapaz de dormir, asi que, cansada de dar vueltas en la cama, subio hasta la buhardilla, abrio la claraboya del techo y, ayudada por las estanterias, trepo hasta el tragaluz y de alli salio al tejado. Le encantaban las alturas, la hacian sentirse duena de lo que veia, por encima de todo. Habia pasado mucho tiempo en las ramas de un tejo centenario en Lancaster, en la finca de los Hentley, tras la muerte de sus padres, hasta que sintio que recuperaba el control de su vida. Esa noche habian vuelto a robarselo. Sebastian la habia llamado a su despacho para explicarle los terminos de su debut y de su dote y para hablar de sus expectativas. Era una boba, una boba que se merecia tener el corazon hecho anicos por enamorarse de un idiota como el. Cuando habia comenzado a hablarle de la necesidad de casarse, creyo que se referia a el mas que a ella y que se arrodillaria alli mismo y le pediria que fuera su esposa. Tanto, que se habia sentido mareada y su corazon casi le rompe una costilla, tan fuerte y rapido habia comenzado a latir. Pero no; era ella, claro, quien habia de desposarse. Le habia hecho una lista de los lores mas convenientes y, con voz hastiada, le habia aconsejado como manejarse con ellos. Una lagrima cayo por su mejilla. Por una vez, la dejo rodar. Detestaba llorar, pero esa noche volveria a quedarse sola. Tal vez no de facto, pero era cuestion de semanas que fuera entregada a un desconocido para el resto de su vida. Cuando murieron sus padres, al menos, se mudo a un lugar conocido, con personas que la consideraban parte de la familia y que la hicieron sentirse bienvenida. Ahora, en cambio, quien sabia donde recalaria. Pero solo podia responsabilizarse a si misma de su dolor. Sebastian nunca dio senales de compartir sus sentimientos. Si, la trataba con afecto, pero no mas que a Helena, la hermana pequena del conde, de la que Veva se habia vuelto intima a pesar de la diferencia de edad. Si ella habia querido ver mas de lo que habia, ahora tendria que pagar las consecuencias. Cuando, horas despues, bajo del tejado, dejo alli arriba sus suenos de nina y decidio ser practica. Su madre habia sido casada con un ingles de caracter serio y estricto y, a su manera, habia sido feliz. Ella buscaria la misma suerte y, como hiciera la marquesa de Sinclair, lo haria lo mas lejos de alli que le fuera posible. *** Dos meses despues se casaba en la iglesia de San Jorge con el duque de Rachome, monsieur Francois, y se iba a Paris para siempre.

  • Heroes de cobre de Iguazel Seron , Marta Alvarez

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    Cuando el rey de Galvania muere, se convoca una competicion de aspirantes al trono. ?El objetivo? Encontrar una serie de objetos magicos antes de que concluya el tiempo. ?Las principales normas?

  • Me perdi en tu mirada de Claudia Velasco

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    Rosslyn Caird, hija de un prestigioso noble de Kirkwall, llego a los doce anos al condado de Caithness, al norte de Escocia, para ser educada por la familia de su futuro marido, lord James Sinclair, tercer hijo del conde de Caithness, con la intencion de convertirse en una esposa digna, y como parte del acuerdo entre ambas familias para consolidar su union y su ferrea lealtad al poderoso clan Sinclair.
    Ambos jovenes son la moneda de cambio perfecta para satisfacer los intereses politicos, familiares y sociales de su entorno, pero ellos, dos personalidades muy fuertes y muy opuestas, no conseguiran armonizar su vida, ni aplacar su caracter, y solo lograran precipitar su peculiar matrimonio hacia el abismo. Un gran desencuentro rodeado de conspiraciones, enganos, malas decisiones, mentiras, falta de comunicacion y un exceso desmesurado de orgullo que contribuiran a fracturar, aun mas si cabe, su incierto futuro.
    ME PERDI EN TU MIRADA es una novela historica ambientada en la Escocia del siglo XVII, que hace un repaso minucioso por las rigidas costumbres de la epoca, que nos lleva a viajar por aquellos apasionantes escenarios y que cuenta la intensa y vehemente historia de amor entre Rosslyn Caird y James Sinclair.
    Un relato agil y delicado, narrado con el rigor historico y la pasion de Claudia Velasco.

  • Descubriendo a Seytton. El reencuentro de Anne Garber

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    Ahogada en la afliccion que le ha causado saber que el hombre del que esta enamorada busca obsesivamente a otra mujer, Chloe deja a Seytton; sin embargo ella ignora que a el no lo abandona nadie hasta que el lo decida. Y, por supuesto, Seytton aun no lo ha decidido. Ella es todo lo que el no quiere, pero existe una razon que el mismo se obstina en ignorar, la misma por la que le resulta imposible apartarla de su vida y la misma por la que consigue alejar sus propios demonios para seguir descubriendo junto a ella lo que ha comenzado a decirle su corazon. Lo que ambos desconocen es que el destino les tiene preparado un hermoso reencuentro, dos corazones que ya se pertenecieron y que se vuelven a unir, pero... ?Por cuanto tiempo? Seytton es un hombre que cree estar dominado por una maldicion: "Todo lo que ames sera destruido".
    Por desgracia los demonios de Seytton van a empezar a cobrar vida para llevar a cabo su maldicion. Pero eso, mis queridos lectores, lo descubrireis en el proximo y ultimo libro de esta apasionante historia.

  • Eramos mentirosos de E. Lockhart

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    Una isla privada. Una ilustre y conocida familia de Nueva Inglaterra. Un grupo de cuatro amigos los Mentirosos cuya amistad se vuelve destructiva. Una rebelion. Un accidente. Un secreto. Mentiras y mas mentiras. Amor verdadero. Y, por fin, la verdad. Esta es la bellisima y terrible historia de una familia perfecta que se sostiene sobre pilares de peligrosa fragilidad. A lo largo del relato se van desvelando las piezas de un rompecabezas que formaran un mosaico de personajes fascinante, donde los prejuicios y el egoismo son los peores enemigos de la armonia y la felicidad.

  • El ferrocarril subterraneo de Colson Whitehead

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    Galardonada con el Premio Pulitzer 2017 y con el National Book Award, El ferrocarril subterraneoha sido el acontecimiento literario del ano en Estados Unidos.

  • No te dejare de Kate Hartman

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    El viaje onirico termina y la oscuridad se marcha despues de encontrar regocijo efimero. El descanso es tan dificil de hallar con la ausencia de luz, deseando nunca despertar. El peso de los parpados disminuye, y se diluye en un pozo de pesadez ligero que deja columbrar el sol a traves de la ventana, sus rayos dibujandose en el suelo, y otro dia mas en una habitacion y en un lugar que ya a nadie quiere. El aire tropieza en los pulmones de Kate, atraviesa su pecho, y, a traves de sus fosas nasales, siente un dia mas de vida, uno que tal vez ella ya no quiere despues de todo. Durante unos minutos observa el techo y no se siente dentro de si misma, sus brazos no le pertenecen, ni sus parpados, ni sus piernas; no es ella misma, y, sin embargo reconoce que en realidad lo es. Ella es Kate y las dudas sobre su existencia definen lo que ella es: vacuidad. Ya no hay nada para ella, sus anos y alegrias se esfuman, dejandola solitaria, con un cuerpo y una consciencia que la tortura con cada segundo que pasa. Con la energia que ya no existe, Kate se levanta y observa el resto de su habitacion. Todo esta en el mismo lugar; el espejo, la mesa de noche, la comoda, la alfombra, todo sigue alli. Solo hay algo mas que sobresale del resto de las cosas: dos maletas. Dos maletas junto a la puerta, con lo unico que queda de ella, su ropa, algunos libros, arrepentimientos, resignacion, y dinero para nunca mas regresar. Un suspiro atraviesa su pecho y deja salir su dolor, el cual nunca deja de morir, y le recuerda que ya nada se puede reparar; es tiempo de aceptar que el dano es irreparable. Kate se dirige a la ducha, su vuelo sale en unas horas, y le asquea seguir en aquella casa, en aquella ciudad, rodeado de personas que guardan reminiscencias insidiosas de ella. Kate reflexiona diariamente al respecto, y en la ducha cada gota de agua quema como saetas disparadas a quemarropa, asesinandola con recuerdos que no quieren desaparecer. Ella sabe que solo hay una manera de asesinarlos, pero es imposible borrar los vestigios de una vida llena de errores. Es imposible estar limpio despues de encontrar comodidad en la suciedad. Asi, durante varios minutos, Kate se acostumbra a recibir tantos disparos que la ducha le ofrece, soportandolos con dignidad y uniendo aquellas saetas con los residuos de su alma resignada que manan de las comisuras de sus ojos, recorriendo sus mejillas, y largandose por el desague, a donde toda la suciedad se marcha. Sale de la ducha y se viste rapidamente. Se mira al espejo y no se reconoce; todo sigue alli, su tez blanca y sus ojos azules tan resplandecientes como siempre, pero ella no puede notar ya el resplandor que alli vive, el brillo se apaga, y la alegria se diluye y se marcha por el desague de la existencia. Ella se ve en el espejo, y alli esta Kate, pero una Kate que ya no vive; la nueva version de Kate aun no nace, y lucha por ello, pero quiere rendirse y ya no puede evitarlo. Es como ver a un cuerpo mas de tez blanca y ojos azules; un cuerpo mas, pero no a una persona real. Kate da un giro y se dirige a la puerta, la deja abierta y toma sus maletas. Sus pasos bajando las escaleras suenan en toda la casa de aquel vecindario, haciendo un eco insoportable; el recordatorio de la soledad. Se siente sola, en medio de aquella sala, los muebles, la cocina, y el televisor apagado. Suspira una vez mas y se dirige a la cocina, hay un sandwich, una taza de cafe, pero no hay ninguna nota, y tampoco esta su madre, aunque nada de esto importa ya para Kate. El cafe esta frio y la pesadez que domina a Kate la reprime de calentarlo, y lo bebe asi, no por placer, sino por el simple habito de hacerlo, ya nada importa para Kate, todo en aquel pais y en aquella casa pierden su importancia para ella. Puso el sandwich en una pequena taza, la introduce en la maleta, y se dirige a la puerta. Camina lentamente hacia las afueras del vecindario en donde vive; observa las calles, los autos, las casas, las plantas, y algunos rostros conocidos. Todo este conjunto forma parte de ella, de su vida, pero sabe en el fondo que ya no le pertenece y que debe continuar, porque todo esta atras y forma un peso adicional junto a la pesadumbre que la domina en este instante. Al llegar a la entrada del vecindario, gira su cabeza, y observa aquella caterva de recuerdos una vez mas; este es el adios. Unos minutos despues, el taxi llega a su lado. --Al aeropuerto, por favor. --Claro que si, senorita --responde el taxista y el automovil inicia su recorrido hacia el inicio del viaje de Kate. Kate recuesta su cabeza en la ventana y la siente vibrar, gracias al ritmo del automovil por la uniformidad de las calles. Kate observa los ultimos arboles y casas de su urbanizacion, y aquel reflejo se traslada hacia el retrovisor, el cual ocupa todo el espacio del mismo, para minimizarse lentamente hasta hacerse mas pequeno que una hormiga, y desaparecer en su totalidad, viajando hacia la mente de Kate, que va a transformar y borrar aquel reflejo, junto a los recuerdos relacionados al mismo con el paso del tiempo; es el viaje tragico de nuestras vivencias, piensa Kate. Por otra parte, unos minutos despues, el automovil tambien pasa cerca del hospital de aquella ciudad, un hospital que guarda recuerdos especificos que ya quiere olvidar porque son una de las tantas razones por las cuales ella desea irse de aquel pais. Desvia su mirada hacia el conductor y luego hacia la calle que tiene delante de ella porque es mas facil evitar aquellas escenas que enfrentarlas, al fin y al cabo. Para Kate, estando en aquel automovil, es dificil no pensar en todas las razones que tiene para marcharse, y los minutos se alargan, y los segundos se hacen horas; lo unico que desea es mirarse a si misma en un aeropuerto. Trata de visualizarse asi, pero los ruidos de las calles borran aquellas imaginaciones. --!Muchas gracias! --!Buen viaje, senorita! --Responde el taxista. Kate mueve su mano en senal de despedida, junto a sus maletas. Al entrar al aeropuerto, se asegura de que su pasaje esta alli. Toma sus maletas y se adentra en el aeropuerto. Es la primera vez que ella viaja, y esta un poco perdida, sin embargo, sabe muy bien que es lo que tiene que hacer. Despues de dar unos pasos, sin embargo, siente un aura extrana alli que la rodea porque todos estan ocupados en sus asuntos, en todo lo que van a hacer, y nadie la observa, Kate se siente invisible, y siente que no tiene un lugar en el mundo; esta sensacion incrementa aquellos pensamientos daninos que la obligan a iniciar una nueva vida y a recordar que esta realmente sola y que sus amigos, o alguien que realmente se preocupa por ella, desaparecieron en su totalidad. Continua caminando con sus maletas y se sienta en algunas sillas a esperar. A traves de una ventana enorme observa varios aviones detenidos, y rapidamente puede visualizar, en su mente, subiendo a alguno de ellos, y mirando, desde el avion el lugar en donde esta ahora mismo, mientras el tamano disminuye, hasta convertirse en algo mas pequeno que alguna hormiga. Kate baja la mirada, con sus maletas junto a sus piernas, y observa el suelo, sin observar realmente algo. Se siente abrumada por alguna caterva de vacuidad porque ya sus recuerdos no la abruman como para sentir culpabilidad, sus recuerdos ya no existen y ella solo esta alli esperando un vuelo para iniciar una nueva vida. Sin embargo, el pensar que sus recuerdos ya no existen, que ya nada importa, se siente mucho peor que la misma culpabilidad que puede atormentarla de vez en cuando, y esto es mucho peor. Sube la mirada y observa el mismo panorama, muchas personas caminando alrededor, hablando a traves de algun telefono, otros buscando a alguien mas, siempre buscando a alguien; todos tienen algo que hacer, y Kate solo tiene que estar sentada alli y esperar, y nada mas. Ella no tiene que llamar a nadie, tampoco tiene que buscar a nadie, y nadie la esta buscando a ella. Ese pensamiento le hace sentir mucha pesadumbre porque no importa cuantas veces diga que no le importa continuar sola; en el fondo le importa mucho y sabe que no puede escapar de ese inevitable sentimiento, de que quiere algo de compania y entendimiento. Pero esta ultima parte esta quedando atras, relegada, casi desapareciendo, porque una manta enorme de indiferencia la esta cubriendo y de resignacion en cuanto a su pasado y a lo que le queda por continuar. --?Mucha soledad a tu alrededor? Kate sube la cabeza y responde: --?Huh? --Soy Mark, estoy esperando por mi vuelo, y supongo que tu tambien por el tuyo. ?A donde vas a ir? Se que mi presentacion puede parecer extrana. --Soy Kate, y si, espero por mi vuelo. Voy a ir a los Estados Unido, a Miami. --?Por que a los Estados Unidos? Yo voy a ir a Inglaterra. --Simplemente... Quiero iniciar una nueva vida, eso es todo --responde Kate. --?No es extrano este lugar? --Pregunta Mark. --?Por que? --Todos estan tan ocupados, caminando de un lado a otro. Cuando viajas, ya sea por iniciar una nueva vida o por simple placer, este aire te muestra que la vida es muy efimera, y al pasar esa puerta, antes de subir al avion, te sientes en el final de una vida pasada. Es como morir y renacer, pero, ?sabes que es lo peor de todo? --?Que cosa? --Responde Kate. --Que a veces no sabes si vas a renacer. ?No lo crees? --Bueno, a veces pienso lo mismo sobre este lugar. Es la primera vez que viajo, y por eso puede que mis imaginaciones y pensamientos sean de este tipo. Supongo que hay gente que cree lo contrario, pero esto es lo que yo pienso. Quiza algun dia mis opiniones en cuanto a los aeropuertos cambien. --?Tu crees que vas a renacer en los estados unidos? --Pregunta Mark. Kate lo observa y nota que es un hombre fornido, con una barba larga, y muy poco cabello; pero en la manera de hablar, Kate siente que es un hombre muy seguro de si mismo, tanto que probablemente ese es el precio que se debe pagar para terminar como el: en un aeropuerto intentando empezar de nuevo, siempre intentando. --Honestamente --responde Kate--, no lo se. Realmente, no lo se. No se que responder. Lo unico que se es que aqui, en esta ciudad, no puedo renacer. --Si, comprendo Kate, yo tampoco se si voy a sentir lo mismo en Inglaterra, pero, es mejor intentarlo y ver que reserva la vida para nosotros, ?no lo crees? --Si --Kate comienza a sentir un poco mas de simpatia por Mark--, definitivamente. --Aunque la vida no nos reserva nada, es mucho mejor descubrir aquella ausencia y no quedarse con las dudas. En ese instante, un altavoz suena, Kate observa su pasaje y sabe que aquel vuelo anunciado es el suyo. Mark lo observa y el sabe que no va a ver a Kate otra vez, por eso el dice: --Buena suerte, Kate, si necesitas algo, voy a estar en Inglaterra. !Buen viaje! --Muchas gracias, Mark --responde Kate

  • Un cura me obligo a casarme con dos primas de Fernando Neira

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    Despues de dos anos trabajando como medico para una ONG en una lejana aldea de la India, llega la hora de la partida para nuestro protagonista pero entonces un monje capuchino que llevaba toda la vida trabajando para aligerar el sufrimiento de esa pobre gente, le pide un favor que no solo choca frontalmente contra la moral de ese sacerdote catolico sino que a todas luces resulta inasumible para un europeo.
    Esa misma manana se ha enterado que un policia corrupto pretende a dos jovenes de esa etnia y para salvarlas de ese cruel destino, el cura le pide que se case con ellas y se las lleve a Espana.
    Nuestro protagonista no tarda en descubrir durante la boda que aunque ese santurron le habia asegurado que las hindues sabian que era un matrimonio ficticio, eso no era cierto al oir que esas dos primas juraban ser sus eternas companeras.

  • El secreto mejor guardado de Jackson de Towanda Richardson

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    Tiffany bajo del taxi con una mueca de fastidio. El calor de agosto en Kentucky deberia haberla hecho desistir de llevar aquella ropa, pero hacia anos que Tiffany se vestia cada manana por pura intuicion y que no le importaban ni las opiniones ajenas, ni la incomodidad ni la temperatura reinante en el ambiente. Claro que Tiffany no sabia que aquel dia, su primer dia de trabajo, iba a estar presidido por una ola de calor y por un taxista negligente que no habia revisado a tiempo el sistema de aire acondicionado del coche. Cuando ya estaba a punto de olvidarlo sobre la tapiceria del asiento trasero, tomo su maletin de cuero por el asa y lo transporto (casi casi lo arrastro) hasta la garita donde le habian comunicado que debia presentarse aquel diez de agosto, a las nueve en punto de la manana. La garita de acceso a la carcel de Westmoore Fields, el penal de maxima seguridad del estado. Tiffany habia acabado su carrera de Literatura Inglesa, con no poco esfuerzo, un par de meses antes. Los estudios nunca habian sido lo suyo, pero en su casa eran el peaje innegociable para que sus padres siguieran pasandole una asignacion mensual que le permitia hacer lo que a ella mas le gustaba: comprar. Libros y ropa, fundamentalmente, aunque no hacia ascos a perfumes, maquillajes, muebles y, en general, cualquier objeto disponible en alguna seccion de unos grandes almacenes. Se habia decidido por estudiar Literatura porque leer era una de las pocas actividades que la apasionaba. Desde nina, se habia refugiado en los libros de la sensacion de abandono que los continuos viajes de sus padres le provocaban. Su familia poseia empresas a lo largo y ancho del pais, y los senores Thownsend pasaban demasiado tiempo ocupandose de asistir en ellas a reuniones de los diferentes consejos de administracion, y demasiado poco pendientes de su unica hija. Tiffany habia crecido para ser guapa y casarse bien. Asi, literalmente, se lo habia dicho su padre al cumplir dieciseis anos, durante la gran fiesta de celebracion que habian dado en la mansion de la familia en Newport, que mas bien era la gran fiesta de presentacion de Tiffany en el mercado matrimonial de la costa este. Y, bueno, ella habia cumplido mas o menos bien en lo de ser guapa -la falsa modestia servia de poco cuando la genetica habia sido tan generosa-, pero podia considerarse un completo fracaso en lo del matrimonio. Acababa de cumplir veinticuatro anos y sus experiencias con los hombres se reducian a tres novios, hijos perfectos de los amigos perfectos de sus padres perfectos, a los que habia dejado antes de sentir la tentacion de tirarse por una ventana presa del aburrimiento que le provocaban. Eran buenos chicos, eso estaba fuera de toda duda, pero no eran para ella. Tiffany sonaba con un hombre de verdad, uno que hiciera que la piel le temblara desde el cuero cabelludo hasta las puntas de los dedos de los pies. Un hombre que la hiciera sentir mujer, hermosa, fascinante... sexual. De esa otra faceta, preferia no hablar. Habia probado lo del sexo esporadico durante su estancia en Yale, pero habia conseguido el mismo conteo de orgasmos que en toda la experiencia anterior con sus novios: cero. No se podia caer mas bajo. Cuando acabo la carrera, Tiffany tuvo que tomar una decision crucial. Sus padres se lo habian dejado muy claro: en el momento en que se licenciara, debia elegir entre ser mantenida por un marido o ser autosuficiente. Ellos le cortaban el grifo, indignados con que hubiera puesto mas empeno en acabar la carrera, cuando todos sabian que los estudios no eran lo suyo, que en buscar un buen partido que los hiciera abuelos, jugara al golf con su padre y le ofreciera un nivel de vida similar a aquel al que estaba acostumbrada desde la cuna. Contra todo pronostico, Tiffany dijo que trabajaria. Que le cortaran el grifo, que ella se buscaria la forma de salir adelante. Que no queria casarse todavia, entre otras cosas, porque aun no habia encontrado al hombre que hiciera que los pelos de la nuca se le erizaran solo con mirarla fijamente. Al fin y al cabo, solo tenia veinticuatro anos. No habia prisa en la busqueda. Tiffany podia parecer una valiente, pero lo cierto fue que temblo tanto cuando comunico a sus padres su decision que tuvo que agarrar su telefono ultimo modelo con las dos manos para evitar que se le cayera al suelo. Recordo entonces que, si se rompia en mil pedazos, seria ella quien tendria que pagar un sustituto, y que su nula experiencia laboral no le proporcionaria un trabajo en el que se pudiera permitir grandes alardes. Lo cierto es que Tiffany habia sido tan valiente porque pensaba que sus padres no aceptarian. Que su padre le daria una prorroga a su nina bonita o que su madre le suplicaria al cabeza de familia que no obligara a su hija a hacer algo tan indigno para una mujer como trabajar duro. Habia una manicura que conservar y el posible futuro de Tiffany tirando hamburguesas sobre la plancha de un McDonald's no era la mejor receta para ello. Pero sus padres se habian mantenido firmes en la promesa, y la siguiente vez que Tiffany acudio a su centro comercial favorito, la tarjeta de credito aparecio como denegada en la caja. Y entro en panico, claro. Le quedaban cuatrocientos veintisiete dolares en efectivo, de los quinientos que habia tenido la suerte de retirar unos dias antes, porque siempre le gustaba tener algo de dinero suelto en casa. Aquel dia, Tiffany salio corriendo de la residencia universitaria en la que vivia desde hacia seis anos y se encontro en su buzon la carta que le comunicaba que le quedaban dieciocho dias de estancia pagada. El once de agosto, como muy tarde, debia abandonar su habitacion o abonar ella misma los dos mil seiscientos dolares que costaba el alquiler cada mes. El motivo por el que habia abandonado su habitacion con prisas se incremento. Tenia que hablar con el profesor McMillan. El era el unico profesor de toda la facultad que siempre habia mostrado interes en que ella se aplicara en los estudios, y sabia que la ayudaria a orientar su vida laboral. Entro en su despacho tan despeinada que su madre se habria horrorizado ante la idea de que presentara ese aspecto delante de un profesor. Pero su madre no estaba alli, ni tampoco al otro lado de su cuenta corriente, asi que mostrar aspecto desesperado quiza incluso la ayudara. El profesor McMillan la miro de arriba abajo, probablemente poco acostumbrado a que Tiffany no mantuviera su fachada impecable y sus modales exquisitos, y le pregunto que hacia alli. Dos horas, unos tres litros de lagrimas y dos tazas de te verde despues, Tiffany salia del edificio de la facultad de Literatura con un trabajo bajo el brazo. Seria la profesora de alfabetizacion del modulo de presos de nivel uno de la carcel de maxima seguridad de Westmoore Fields. Que Dios la cogiera confesada. No es que aquel fuera el trabajo de sus suenos. Incluso la idea de servir cafes en Starbucks a todos aquellos companeros que, sin duda, a partir de ese momento la mirarian por encima del hombro le parecia mejor que entrar en una carcel a dar clase a unos tipos que, para empezar, le daban un miedo atroz. Pero el profesor habia conseguido convencerla apelando a su autoestima, que no era una maravilla precisamente, y al hecho de que el trabajo estaba bastante mejor pagado que cualquier otro que Tiffany pudiera conseguir con su expediente academico raspadito y su experiencia laboral, que se resumia en cero dias trabajados en toda su vida. Los mismos que orgasmos disfrutados, por cierto

  • Nevermoor. Las pruebas de Morrigan Crow de Jessica Townsend

    https://gigalibros.com/nevermoor-las-pruebas-de-morrigan-crow.html

    Morrigan es una nina ocurrente y carismatica con unos horribles padres que no le hacen ningun caso. Aunque eso no es lo peor, porque arrastra una maldicion que la condena a morir antes de cumplir los once anos. Pero eso no va a ocurrir puesto que la vigilia de su decimo primer cumpleanos alguien la secuestra y se la lleva a Nevermoor (un Londres paralelo), donde debera superar cuatro pruebas si quiere estar entre los elegidos. El problema es que ya no podra regresar jamas ya que solo escapa a la muerte si se queda en Nevernoor.

  • Faster de Eduardo Berti

    https://gigalibros.com/faster.html

    Buenos Aires, finales de los setenta. Dos adolescentes apasionados por los Beatles viajan a las afueras de la ciudad, rumbo a un concesionario de la Mercedes. Buscan, al gran mito de la Formula 1: Juan Manuel Fangio. Ese dia cambiara por siempre sus vidas. Desenfadada cronica personal, autobiografia fragmentaria, <> es un compendio de breves episodios en los que Fangio y los Beatles actuan como detonadores y el <> se coloca en el centro de la diana. Siguiendo la estela de Perec, Berti se entrega a un minucioso ejercicio de memoria que lo lleva a hablar sobre la velocidad de las carreras y de la vida, sobre la amistad y la idolatria, desplegando una red de recuerdos, falsamente desordenados, para forjar un relato lleno de frescura sobre el paso de la ninez a la vida adulta.