• el filo de la verdad - Selva Palacios

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    Un sol de justicia caia impio sobre Nueva Trada. Ni siquiera los ancianos mas longevos recordaban haber sufrido con anterioridad un calor como ese que asolaba la ciudad desde hacia varios dias. Mik Rogers accedio con parsimonia a una de las tabernas mas inmundas del puerto. Saludo al dueno mientras caminaba hacia el fondo del local. Los parroquianos dormian la mona o bebian sumidos en el pozo de sus pensamientos. Ninguno tenia demasiada gana de charla, de juerga o de trifulca. Eso lo dejarian para cuando la noche cayera y la temperatura diese un respiro. Dentro no olia a orines como en las inmediaciones, pero si a sudor rancio. Mik arrugo la nariz y clavo su mirada en la mesa mas apartada, esa que permanecia guarecida por la penumbra en un rincon y que habia reclamado tiempo atras como suya. La utilizaba como centro de operaciones para sellar todo tipo de acuerdos turbios. El antiguo pirata llevaba trece anos pululando por los bajos fondos de aquella ciudad maldita, esclavo de los pactos que amarraban en corto su conciencia, preso de los malos recuerdos que enturbiaban sus pesadillas. Un hombre se hallaba sentado en su silla. Portaba esa mirada turbia de quienes ya estan acostumbrados a que el duermevela ligero sustituya un descanso reparador. Daba cuenta sin prisa alguna de una botella de vino medio vacia y mantenia la cabeza gacha, como si en el fondo quisiera pasar desapercibido. Mik alzo las cejas, sin dar credito. Debia tratarse de un error: a aquella hora intempestiva esperaba encontrarse con un servicial criado y, en cambio, era un caballero el que ahora habia engarzado su mirada con la suya y lo estudiaba con un rictus de seriedad demasiado impostado bajo su sombrero. No albergo duda alguna: el origen de ese tipo era noble y lo dilucido por sus ropas, por la rigidez a la que sometia a su espalda, pero, sobre todo, por la manera en que desentonaba en aquel tugurio. Estaba fuera de su ambiente y era tan obvio que, si perdia cuidado, pronto tendria problemas. Mik se sento frente al desconocido con recelo, pero intrigado por saber que asuntos queria tratar con un don nadie como el. -- Dispensa si no me quito el sombrero -- dijo hombre, tocandose el ala --, pero tengo motivos para conservarlo sobre mi cabeza. Mik sonrio, divertido. Su dentadura blanca contrasto al instante con su piel morena. -- ?Y cuales son dichos motivos, senor? Si no le importa que le pregunte... -- Dos, principalmente -- contesto, muy sereno --. El primero, que deseo minimizar el riesgo de ser reconocido. El segundo, que no pretendo tener deferencia para con un hombre de tu calana. Sin ofender --. Anadio, muy serio. Mik rio. Echo la cabeza hacia atras y expulso con fuerza el aire por la nariz. Despues, robo un trago a la botella que reposaba sobre la mesa. El liquido caliente se deslizo por su garganta y le revolvio las tripas. -- Hace falta mucho mas que palabras para ofenderme, senor, asi que pierda cuidado. Yo si que me descubrire la cabeza -- anuncio, tras despojarse de su sombrero y dejarlo descansando sobre la rodilla izquierda --. Al fin y al cabo, estoy ante un respetable miembro de la ilustre ciudad de Nueva Trada. El caballero le dedico una sonrisa ladeada que no duro mucho. Paso por alto el tono condescendiente de Mik y fue directo al grano. -- Supongo que te estaras preguntando por que estoy aqui cuando podria haber enviado a un intermediario en mi lugar... Mik coloco el codo en el respaldo de la silla y apoyo la espalda en la sucia madera. Estudio a aquel tipo, intrigado. Tenia la piel muy blanca y su barba bien recortada enmarcaba una boca de labios finos y dentadura pobre. -- Entiendo que estara a punto de desvelarme la incognita. -- En efecto. Veras, la cuestion es que si puedo encargarme yo mismo de un asunto tan delicado como este que nos trae entre manos, no lo dejare en las de otros. Es el unico modo de asegurarme de que todo saldra como es debido. Mik se fijo en sus unas bien cortadas, en sus dedos largos y finos. Estaba claro que aquel tipo nunca se habia ganado el pan con el sudor de su frente. Su interlocutor y el no podian ser mas distintos en cualquier aspecto en que se compararan. Alzo el menton y lo miro a los ojos. -- Le escucho. Antes de hablar, el desconocido aparto la vista. No acostumbraba a tratar a hombres como Mik de igual a igual. Probablemente, era la primera vez en su vida que un negro lo miraba directamente a los ojos. Y no le gustaba, pero tendria que soportarlo. O mas bien acostumbrarse: cada vez eran mas los esclavos que compraban su libertad. Los tiempos estaban cambiando y no para bien. -- Quiero que te encargues de un pequeno asunto que deseo encomendarte. Y te advierto de que, si no cuento con tu discrecion absoluta, habra consecuencias. Mi posicion en esta ciudad es privilegiada. Soy amigo personal del gobernador y me ha puesto al tanto de tu peculiar... situacion. Mik torcio el gesto y chasqueo la lengua: si venia de parte de Joaquin Ventura, el mandamas de Nueva Trada, sabia que tipo de tarea se disponia a encomendarle el caballero: una sucia, en la que se mancharia las manos de mierda o de sangre. Probablemente de ambas. Se encogio de hombros, dispuesto a seguir con la conversacion como si trataran asuntos mas mundanos. -- Creo que ha quedado sobradamente demostrada mi capacidad para desempenar todo tipo de encargos con eficacia y sin levantar sospechas -- expuso Mik --. Mi reputacion me procede. -- !Desde luego, eso no lo pongo en duda! Estoy ante el mejor asesino de la ciudad -- dijo, bajando la voz --. Por no hablar de tu habilidad creando toda clase de pocimas y unguentos. !Tu eficacia es legendaria! -- rio sin ganas y se inclino ligeramente hacia el --. No estoy aqui para cuestionar tus sanguinarios metodos, Rogers, al contrario. Lo que deseo es que los utilices en mi beneficio, pero antes quiero acotar los terminos bajo los cuales cumpliras mis ordenes. Deberas seguirlas a rajatabla para no dejar margen de error. La improvisacion es enemiga del exito. El caballero sudaba copiosamente bajo sus delicados ropajes. Sendos cercos de sudor se expandian bajo las axilas oscureciendo la tela y una pelicula brillante perlaba su frente haciendola brillar. En cambio, Mik resistia con bastante entereza los envites del clima. Ventajas de provenir del continente africano. -- ?A quien desea que borre del mapa? -- pregunto Mik, repentinamente cansado de tanto rodeo --. ?A un rival en los negocios? ?A un viejo enemigo? ?Al amante de su esposa, tal vez? Rio su ocurrencia, pero el caballero lo escrutaba con aires de suficiencia y el gesto bien serio. No volvio a tocar la botella, aunque la miro de pronto como si necesitara desesperadamente un trago. -- En tu ultima suposicion no ibas muy desencaminado -- admitio, muy a su pesar --. En este caso, el amante soy yo. Quiero casarme en segundas nupcias, pero para ello, primero debo enviudar y por ende, mi esposa debe morir. Mik lo miro durante un buen rato con la boca cerrada a cal y canto. Se paso la mano por la mejilla y se rasco la cabeza, que lucia afeitada para evitar la molesta invasion de piojos y otros parasitos. -- Lo que me esta pidiendo es del todo imposible, senor -- le informo con solemnidad -- . No asesino a mujeres ni a ninos. Siento comunicarle que no soy su hombre. Busquese a otro. Se levanto con parsimonia y se coloco el sombrero en la cabeza. Murmuro una despedida. La voz del caballero lo detuvo cuando ya le daba la espalda. -- ?Un asesino con escrupulos? !No puedo creerlo! Mik no se giro. Efectivamente, aun no habia perdido toda la rectitud que quedaba en el, aquella que Samuel Rogers le inculco. Dio un paso mas en direccion a la salida, deseando que el aire torrido de la calle le golpeara en la cara para asi, al menos, sentir algo. -- !No puedes negarte, escoria! No estas en condiciones de rechazar mi peticion. Tienes contraida una deuda con esta ciudad y con nuestro gobernador. ?O acaso lo has olvidado? Mik se detuvo y cerro los ojos. Gruno. Solto un improperio en alguna lengua desconocida y se sento de nuevo a la mesa. Su humor se habia agriado y ni siquiera hizo el mero intento de disimularlo. -- ?Por que? -- No estas en disposicion de negociar, ni de hacer preguntas, Rogers. Mik se trago su orgullo acompanado por una buena dosis del vino barato que tenia frente a el. -- No me malinterprete, senor, se lo ruego. No es menester mio juzgarlo. Eso queda entre usted y Dios -- expuso con la solemnidad de un parroco encerrado en un confesionario --. Supongo que estara al corriente de que existen alternativas para hombres como usted. Seguro que halla un metodo efectivo para disfrutar de los placeres que su... amante pueda proporcionarle sin poner en riesgo la integridad de nadie. Muchos caballeros siguen este precepto y son plenamente felices. Incluso cuentan con la bendicion de su esposa. El tipo rio. Alzo la cabeza y le dedico una mirada furibunda por encima del ala de su sombrero. -- Es usted muy temerario, Rogers. De ser otras las circunstancias, no le quepa la menor duda: mandaria que lo azotaran hasta verlo desangrarse y nada me complaceria mas que esa vision. Sin embargo, no soy la clase de bestia inhumana que cree que soy. No pretendo deshacerme de mi esposa por capricho. Mi matrimonio fue una farsa desde el inicio. Nos unimos por interes mutuo de nuestras familias y nunca desarrollamos sentimientos de afecto el uno por el otro. Al contrario, detesto a esa vaca esteril que no ha sido capaz de cumplir con su unica obligacion: traer a mi heredero al mundo. Y, tras una decada, senor Rogers, comprendera que ya no albergo absolutamente ningun tipo de esperanza. Ese feliz acontecimiento no va a suceder: no me dara descendencia. Por ello, me veo en la obligacion de sustituir a mi amada esposa por otra mas... competente. Y mas joven. He ahi la razon de hallarme frente a usted. Por eso requiero de sus... servicios. Mik exhalo un suspiro y lo taladro con la mirada. -- ?Y no ha considerado el divorcio? El caballero enfurecio. Una sombra negra planeo sobre sus ojos. -- !No digas sandeces! -- Grito, provocando que un par de miradas se posara sobre ellos. Percatandose de ello, bajo la cabeza y la voz --. !Eso es pecado! !Una blasfemia propia de la gente barbara del norte! Y aunque fuese legal en Nueva Trada, sin mi, mi esposa no es nada. !No es nadie! Creeme, ella opinaria lo mismo: estara mejor bajo tierra que deshonrada y condenada al ostracismo de la alta sociedad. Mik entorno los ojos y puso las palmas de sus manos encima de la mesa. -- Lo lamento mucho senor, pero creo que su problema tiene mejores soluciones que esa... -- Si no eres tu, Rogers, !otro se encargara! --. Le interrumpio el tipo, perdiendo la poca paciencia que le quedaba --. Hare que te ejecuten en la horca. A ti y a los tuyos, a los que quedan. Solo tengo que mover un dedo y el peso de la justicia caera sobre tu tripulacion por entero. !Piensalo bien, necio! Dio un punetazo en la mesa que delato su nerviosismo. La botella vibro durante un efimero instante. Mik trago saliva y bajo la mirada. Reflexiono acerca de su situacion y de sus opciones. El caballero, por muy poco que mereciera tal apelativo, estaba en lo cierto: no tenia mas alternativa que aceptar. Cargaria en el foso de su conciencia con otra vida que iba a sesgar por encargo, por no hablar de todas las que arrebato en alta mar, con Samuel Rogers y despues, como capitan del Servus. Aquellos tiempos quedaban bien lejos. Otros mas oscuros eran los que le estaba tocando vivir. Mandaria al cielo otra alma para que la suya fuese directa al purgatorio. Y esta vez, se trataria de una mujer inocente cuyo unico pecado era no haber parido hijos. !No podria hacerlo! Se imagino a si mismo empunando su daga pero no hundiendola en la carne de aquella dama. Aunque no la mirara una sola vez a los ojos para leer en ellos como pedia misericordia, sabia que no seria capaz de infligirle dano alguno. Se conocia mejor que nadie. Era un hombre cauto, pese a la vida que llevaba. Pensaba detenidamente las consecuencias de sus actos. Nunca se precipitaba antes de actuar. Samuel le enseno a ser mas astuto, mas rapido, mas fuerte y mas valeroso que ningun otro. Solo asi habian sobrevivido ambos en aquel mundo gobernado por hombres blancos. Por eso, cuando una idea cruzo su mente, fue tal el cambio que acusaron sus facciones que el caballero se puso en alerta, mas no dijo nada. -- Esta bien, senor -- concedio Mik --. Lo hare. Digame como se llama su esposa, donde y cuando. El como, me lo reservo para mi. El caballero sonrio. Los ojos le brillaban. Una gota de sudor descendio por su sien hasta aterrizar sobre la mesa. Mik lo miro con desagrado. Quiza Dios o la naturaleza no deseaban que aquel sujeto se reprodujese. De inmediato compadecio a su esposa, a pesar de que no fuese buena idea empatizar con una futura victima. El desconocido ni siquiera se percato de las tribulaciones del antiguo pirata. Estaba demasiado ocupado celebrando su triunfo por anticipado. No veia el momento de regresar con su amante y yacer con ella en pecado por ultima vez. Pronto la convertiria en su esposa mientras fingia llorar a la anterior. Se inclino sobre la mesa y coloco la mano en torno a su boca: -- Escucha atento y no pierdas detalle -- repuso con voz grave --. Manana, emboscaras el carruaje en el que Elvira regresa a casa. Al anochecer. * Dona Elvira de Diego se enjuago el sudor de su frente con un suave panuelo de seda. Lo empapo tras restregarlo tambien por la cara y por el cuello hasta que la tela se torno translucida. Volvio a guardarselo en las profundidades de su generoso escote. Resoplo, maldiciendo para sus adentros el calor tan insoportable que hacia dentro del carruaje. No veia la hora de regresar a casa, asearse y meterse en la cama. Habia sido un dia agotador. La visita a su prima lejana, Angustias, no se desarrollo todo lo bien que esperaba. Angustias la recibio con animos destemplados pese a que fue ella quien insistio, misiva tras misiva, en que debian verse de inmediato. Ambas tenian la misma edad. Se habian criado juntas, casi como hermanas. Sin embargo, su relacion nunca fue buena. Llevaban cinco anos sin verse cuando a Angustias le entro apremio por citar a su prima en su lujosa mansion, ubicada a las afueras de Nueva Trada. En seguida Elvira comprendio que las prisas de Angustias obedecian a un unico proposito: el deseo de restregarle la felicidad que experimentaba por la cara. Contaba con un esposo carinoso y atento, cuatro hijos maravillosos que gozaban de buena salud, unas amistades solidas y unos excelentes contactos que la convertian en una de las damas mas populares de la ciudad. Por si esto fuera poco, acababa de adquirir una lujosa mansion equipada con los ultimos adelantos modernos de tres plantas y catorce habitaciones. Su afianzada posicion dentro de la alta sociedad nuevatradense era ya un hecho consolidado. Angustias recibio a Elvira en su salon de te. Proyectaba seguridad y confianza en si misma, nada que ver con esa chiquilla vacilante que diez anos atras era un alma en pena. Sus lamentos se debian a que ningun hombre la pretendia, ninguna propuesta de matrimonio llegaba. La envidia la corroia al ver como su prima Elvira se prometia con uno de los mejores partidos de la ciudad: Leopoldo de Diego. Habia llovido mucho desde entonces. Las tornas giraron tanto que se terminaron invirtiendo. La tirria de Angustias hacia su prima se habia transformado en una superficial lastima tenida de fingida compasion. Durante varias horas, frente a una taza de te que se habia quedado frio, Elvira tuvo que aguantar los comentarios hirientes y las sarcasticas burlas de su prima, que no paraba de jactarse de su larga racha de buena suerte. Era, precisamente, de lo que carecia Elvira en aquellos momentos, pero aguanto la tempestad con estoicismo y clase. Siempre con una sonrisa permanente en sus labios. Porque ante todo, si algo caracterizaba a dona Elvira de Diego era, precisamente, la clase que tenia. Y asi lo demostraba cada vez que tenia ocasion: llevaba el orgullo adherido a su persona como una suerte de segunda piel. Ni Angustias ni nadie la veria flaquear jamas, aunque Elvira sintiera que su vida se estaba desmoronando sin que pudiera hacer nada por evitarlo. El camino estaba plagado de baches. La senora De Diego se agarro con firmeza a su asiento y respiro agitadamente. Apoyo los pies con firmeza en el suelo para evitar caer hacia delante. El cochero restallo el latigo con el que azuzaba a los caballos. Debia darse prisa. Estaba a punto de anochecer y la oscuridad propiciaba que bandidos y pistoleros campasen a sus anchas por los desolados caminos, desamparados ante la ausencia de luz. Un repentino mareo invadio a Elvira. No solo lo causaba aquel maldito y accidentado viaje, sino el tercer trozo de pastel que habia engullido en casa de su prima Angustias. Demasiado dulce para pasar aquel amargo trago. No le habia caido bien en el estomago y ahora pagaba las consecuencias de su gula. Cerro los ojos y sintio la desagradable sensacion que acompana a una repentina arcada. Dio dos golpes secos en la pared del carruaje. El cochero no se detuvo. Lo intento otra vez, ya sin paciencia. Se hizo dano en los nudillos al aplicar en el proceso todas las fuerzas que le quedaban. Por fin, el vehiculo paro a un lado del camino. Elvira abrio la puerta y descendio apresurada. Su sudor era frio, lo percibio en cuanto se levanto una leve brisa. Con la mano izquierda se tapaba su boca. Con la derecha, se tocaba el vientre. Ese vientre que era yermo, esteril. Se acurruco tras un arbol, se agacho y vertio la merienda sobre unas hierbas procurando no hacer demasiado ruido mientras regurgitaba. Desde su posicion, el cochero seguro estaria escuchando los estertores que la garganta de Elvira emitia. Eran tan poco dignos de una distinguida dama que un repentino arranque de verguenza la invadio. Se le pusieron rojas las mejillas otorgando algo de color a su tez palida y empanada. Un pensamiento esperanzador broto de las profundidades de su mente. ?Y si estaba encinta? Desecho la idea de inmediato, torturandose por albergar ilusiones huecas. Era fisicamente imposible. Leopoldo llevaba sin yacer con ella meses. El fracaso de su matrimonio se comportaba como un viejo fantasma que de vez en cuando acudia a ella para atormentarla. Elvira se incorporo y, con el mismo panuelo que antes, limpio sus labios. Una solitaria lagrima salio despedida de uno de sus ojos azules. No se molesto en secarla. Achaco su presencia al hecho de que se encontraba mal del estomago, y no a la tristeza que se empenaba en invadirla. Apoyo su mano en el tronco del arbol que tenia al lado. Se sereno contemplando el horizonte anaranjado. Consiguio respirar con normalidad al fijar la vista en esos ultimos rayos de sol que se perdian lejanos, oblicuos, moribundos, a punto de ser tragados por la oscuridad. Sin previo aviso, un brazo le rodeo la cintura con fuerza. Una mano le tapo la boca. La punta de una daga rozo su yugular. Elvira se olvido de tomar aire. Estaba paralizada y no solo debido al miedo. Hacia mucho tiempo que no sentia el calor de otro cuerpo cera del suyo, el cuerpo de un hombre. Percibio un aroma varonil invadiendo sus fosas nasales que, en otras circunstancias, le hubiese suscitado cierto agrado. Sin embargo, en el contexto de un asalto esta informacion paso desapercibida y el terror se manifesto sin tapujos. Las rodillas le temblaron. La garganta se le cerro. Ni siquiera el grito que habia dejado a medias termino de salir. Aquel era su fin. El fin de Dona Elvira de Diego, ilustre senora de Nueva Trada. -- No se mueva o la matare -- susurro una voz ronca a su oido. El acento delataba que se trataba de un extranjero. Un proscrito, tal vez. Elvira descendio la mirada y, bajo la luz del crepusculo, estupefacta, descubrio que la mano que le tapaba la boca pertenecia a un hombre de piel oscura. Un mestizo, quiza algo peor. Se pregunto que querria aquel malnacido de ella. Dinero. Joyas. Un rescate. Deshonrarla, en el peor de los casos, mancillando su cuerpo sin remedio. Entonces su esposo la repudiaria para siempre y de manera definitiva. Aquel seria para Elvira un fin peor que la muerte. El corazon le latia tan rapido que creyo estar a punto de abandonar este mundo. Recupero su voz tan solo para emitir un leve quejido. Ni siquiera en esas circunstancias era capaz de imponerse, de luchar por su vida. Reprocho internamente su propia pasividad, su cobardia. Aquel fue el ultimo pensamiento racional que tuvo antes de desmayarse de puro espanto, de autentico pavor.

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  • Chantaje de Selva Palacios

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    El repiqueteo de sus tacones altos contra el pulido suelo de marmol dejaba claro que se trataba de una mujer muy segura de si misma. Si se hubiese inclinado, habria podido contemplar su hermoso rostro reflejado a sus pies. Varios hombres giraron sus cabezas para seguir observandola mientras se alejaba con parsimonia de ellos. Sus andares eran insinuantes, casi hipnoticos. Sus largas piernas quedaban ocultas a la altura de la rodilla bajo un ajustado vestido azul que hacia destacar sus bien proporcionadas curvas. Se detuvo frente al ascensor y con el dedo indice pulso el boton de llamada. Sus unas estaban cubiertas por un par de capas de laca color rojo brillante. Estiro la mano y comprobo que su manicura seguia intacta, como si ninguna otra preocupacion nublara su mente. Dejo el puno reposando sobre su diminuta cintura y descanso su peso sobre una sola pierna. Al hacerlo, la curva de su trasero se acentuo, haciendolo parecer mas voluminoso. Un pitido advirtio de que las puertas del ascensor se abririan. Se introdujo en la cabina y se echo un pulso frente al espejo. Sus ojos eran grandes, verdes, ribeteados por un halo avellana en el limite de su iris. Su cabello color castano se deslizaba en suaves ondas sobre sus hombros. Le llegaba hasta mitad de la espalda. Sus labios eran carnosos, cargados de voluptuosidad. Los llevaba pintados de rojo e hizo un breve sonido al apretarlos entre si. Sonrio y alzo una ceja, senal de que le gustaba lo que veia. Justo entonces, las puertas del ascensor se volvieron a abrir, diez pisos mas arriba. Unos pasos mas y estaria en su despacho. Ayudandose de una llave electronica, abrio la puerta. Al lado de esta, un letrero. En blanco sobre negro, podia leerse: "Estefania Madariaga. CFO". Por supuesto, CFO eran siglas en ingles, idioma que dominaba a la perfeccion. Chief Financial Officer. Aquel era el cargo que ocupaba desde hacia tres meses. Habia sido un ascenso fugaz en su meteorica carrera. Lo habia sudado, habia peleado como una condenada jabata, dejandose la piel, trabajando mas de diez horas diarias durante los ultimos seis anos. El esfuerzo habia dado sus frutos y, habiendo demostrado que estaba mas que cualificada para ese puesto, se gano una promocion sin duda merecida. La noticia habia levantado unas cuantas ampollas entre companeros mas veteranos, haciendo ruido como un enjambre encolerizado de abejas asesinas durante semanas por los pasillos de la oficina. Sin embargo, aquel no era su problema. Ella estaba muy por encima de todo eso. Estefania era la mas joven en ocupar un cargo directivo en toda la compania, y la primera mujer CFO en la historia de la empresa. Un hito que nadie habia podido replicar en ninguna de las treinta delegaciones que se repartian por todo el mundo. Se atuso el pelo antes de poner sus preciosas posaderas en su silla ergonomica de diseno. Era la directora financiera de aquella corporacion. El titulo de su cargo en castellano tenia mucho menos glamour. Y, si habia algo que le sobraba a Estefania, eso era precisamente glamour. --?Tienes un minuto? Mas bien tenia un suspiro, y se lo dedico por entero a la persona que demandaba su atencion. El semblante de Estefania cambio como por arte de magia. Una sonrisa estudiada aparecio en su cara, mostrando unos dientes perfectamente alineados y muy blancos. --Claro. Su voz era algo mas grave de lo que uno se esperaria en una mujer tan femenina como ella. Sin embargo, le sentaba bien. En las reuniones dificiles, cuando debia imponerse ante hombres que le sacaban veinte anos, sabia modularla, explotar su partido. Como al resto de las armas que reunia. Lo importante era salirse con la suya, y con frecuencia lo lograba. Le gustaba ganar. Su secretaria traspaso el umbral de la puerta cargando unos folios y empezo a vomitar una retahila de informacion inconexa a la que Estefania no presto excesiva atencion. Se perdio en sus propias ensonaciones, todavia tratando de asimilar que era ella la que ocupaba ese cargo. Sus anhelos, sus metas, se habian materializado en aquella realidad que aun le resultaba inexplicablemente ajena. Y es que Estefania era una mujer que se habia hecho a si misma... o casi. Licenciada en una de las mejores universidades, beca Erasmus incluida, habia realizado un master y un MBA en prestigiosas escuelas de negocios de Londres y Nueva York respectivamente. Desde nina ya tenia claro que queria llegar alto, ser la mejor. Tenia a quien parecerse. Apreto los dientes, contrariada. Aunque le doliera admitirlo, jamas habria podido costearse ella sola la matricula ni los gastos derivados de su exclusiva formacion academica. Todo eso se lo debia a el. Estaria agradecida de por vida con aquel hombre por haberle permitido desarrollar su potencial. Sin embargo, su radio de influencia era todavia mas amplio. En el fondo de su alma, Estefania sabia que el habia tenido mucho que ver con el hecho de que ella ocupase esa confortable silla. --Entonces, ?te parece bien que adelantemos la reunion al martes? Estefania parpadeo varias veces seguidas. Tres capas de rimel alargaban sus pestanas hasta hacerlas kilometricas. Enmarcaban su mirada gatuna de un modo que pocos hombres podian resistirlo. --No --respondio, sin alterarse un apice--. Aprovechemos que esta aqui el senor Cortes hoy para atajar el asunto de una vez por todas. Comprueba cuando quedan libres para convocarlos a todos a continuacion. Con un gesto algo altivo, le hizo entender a su secretaria que podia retirarse. Ella asi lo hizo, cerrando la puerta al salir. Estefania echo una ojeada a la pantalla de su portatil ultimo modelo. En su bandeja de entrada habia por lo menos medio centenar de correos por leer. Ya lo haria mas tarde. Se levanto de la silla y paseo por el despacho. El frufru de sus muslos al caminar en contacto con el tejido de su falda se hizo tremendamente audible en el silencio reinante. Dejo que sus rojas unas se deslizasen lentamente por la blanca pared. Aquello era suyo. Sus dominios. Se dio media vuelta y contemplo el paisaje que se extendia ante sus pies. Las oficinas de su empresa se situaban en el decimo piso de una de las torres acristaladas mas llamativas de la ciudad financiera de la capital. Desde tan arriba, los coches parecian de juguete, las personas, insignificantes peones viviendo anodinas existencias. Estefania casi sintio lastima por todas ellas. Sin embargo, una punzada le atraveso el corazon al acordarse de su hermano, Diego. Cerro los ojos para tratar de borrar el recuerdo de su marchito cuerpo en la cama de aquella fria clinica. Era muy injusto que el destino se cebara de aquel modo con el. Lo peor de todo, sin duda, residia en que su mente estaba lucida todo el tiempo, haciendo a Diego plenamente consciente de que su carne se consumia. La enfermedad, ese monstruo impio, era degenerativa; lenta pero inexorablemente la luz de Diego se apagaba. Estefania apreto los punos. El tratamiento que conferia cierta calidad de vida a su hermano era mas que caro, prohibitivo. La mitad de su generoso suelo iba destinado a pagar las facturas que mes a mes volvian a estar ahi, como una pesadilla recurrente, recordandole la suerte que su hermano habia corrido. --Estefania, ya esta hecho. En hora y media, sala doscientos tres. Lo tienes en tu agenda. Ella dio media vuelta, dejando las espectaculares vistas de la ciudad detras para que la ciudad disfrutara de unas magnificas vistas de su trasero. Sonrio sin mostrar los dientes, contrariada por el hecho de que su secretaria la hubiese pillado con la guardia baja. Al volver a quedarse sola, paseo su mirada por el despacho, maravillandose otra vez por lo espacioso que era, por lo pulcramente que estaba decorado. Todo era blanco: el suelo, su gigantesco escritorio, sus archivadores, el sofa de dos plazas situado al lado de la puerta, su silla de diseno, incluso el enorme cuadro que colgaba de las niveas paredes derrochaba pulcritud. Un vago esbozo llamado arte moderno: tres tristes circulos marrones en un oceano de lienzo sin tocar. Habia costado miles de euros a la empresa, pero era lo que ella deseaba, y sus deseos eran ordenes. Contemplo el reloj que adornaba su minuscula muneca. Tomo su telefono movil y encargo una ensalada a su restaurante favorito a traves de una aplicacion. En menos de quince minutos ya la habia terminado, y pudo centrarse en preparar la reunion, que se avecinaba larga. Estefania no se equivoco: la reunion fue larga, justo como imaginaba que la tendria el senor Cortes. Lo contemplo sin reservas a traves de sus largas pestanas, sabiendo que la atencion estaba puesta en la persona que exponia las conclusiones de un reporte trimestral ante una selecta audiencia de la que ella tenia el deber de formar parte. Leonardo Cortes era un habitual en las juntas. A pesar de que llevaban viendose seis anos en reuniones, eventos y conferencias, Estefania se dio cuenta de que apenas sabia nada sobre el. --?Podriamos ir al grano? No tengo todo el dia... Su voz era grave, autoritaria, no dejaba espacio a la replica. Leonardo ni siquiera estaba mirando al aludido, sino a su carisimo reloj. Suspiro tenuemente y manipulo uno de los gemelos de oro y zafiro que adornaban el puno de su camisa. Entonces, alzo la vista y la miro. Bueno, no la miro. Para ser exactos, clavo sus ojos azules sobre Estefania y le sostuvo la mirada como si estuviese de caza. Ella trago saliva, pero no se amilano. Leonardo entreabrio sus labios, una boca fina pero apetitosa por la que Estefania se sintio tentada, pero se abstuvo de contemplarla. No pensaba perder aquel absurdo juego. Ella nunca perdia. Leonardo curvo las comisuras de sus labios hacia arriba. Se paso la mano por la mandibula, como si estuviese repasando su afeitado y se inclino lentamente hacia delante, hasta que su espalda dejo de tocar el respaldo de la silla. Estefania pudo sentir que su respiracion se agitaba, muy a su pesar. Comenzo a respirar por la boca, y la sintio seca. Una voz la llamo por su nombre por tercera vez. Con ello se rompio el juego de miradas que se traian los dos. Estefania pestaneo varias veces y sonrio a los presentes. Recupero la compostura en un visto y no visto. Se levanto de la silla, estiro la tela del vestido hacia abajo y camino con seguridad hasta situarse al lado del proyector. Comenzo a exponer su parte hablando de cifras, porcentajes, indicadores. Sus bonitos ojos verdes hicieron un barrido por toda la sala. Tenia la atencion de todos aquellos hombres. Sin embargo, no transcurrio mucho tiempo hasta que enfoco sus pensamientos unicamente en el senor Cortes, que habia girado su silla en un angulo de noventa grados y se habia cruzado de brazos para escucharla. Su semblante era inexpresivo al tiempo que repasaba sin perder detalle el cuerpo de Estefania embutido en aquel vestido azul. Bueno, no solo eso: ella descubrio en sus ojos algo que ya habia detectado en los de otros hombres: deseo. Si, eso era. La estaba desnudando con la mirada. Trago saliva y se quedo en blanco. Apenas fueron unos segundos, pero eso basto para que el senor Cortes sonriera satisfecho, mostrando una hilera de dientes perfectos, dignos de anuncio televisivo. Ella se paso una mano por el pelo. Para poder terminar su exposicion y salir impune, tuvo que esforzarse. Regreso a su sitio y mantuvo su atencion en el proyector. Sabia que Leonardo seguia mirandola: por el rabillo del ojo se hacia eco de su escrutinio. Estefania se pregunto que mosca le habria picado a aquel hombre. Le hacia sentir incomoda, incluso... insegura. Apreto los dientes y se encontro deseando que terminara aquella reunion cuanto antes. Sin embargo, aun faltaba para eso. Leonardo se levanto de la silla y, en lugar de estar de pie, quieto, se dispuso a caminar por toda la sala, atrayendo, irremediablemente, la atencion de Estefania por enesima vez. El senor Cortes exponia su discurso con una seguridad y un aplomo que ella, en secreto, admiro. Haciendo uso de pocas palabras, esbozaba ordenes, deseos, de manera extraordinariamente directa. Leonardo era socio minoritario de la compania, pero ella sabia que aspiraba a mas. Siempre queria mas. Desde que lo conocia, Estefania habia seguido de cerca sus movimientos, siendo testigo indirecto de sus progresos, de sus avances. Sabia que, de seguir por aquel camino, pronto se haria fuerte entre los miembros del consejo de administracion, lo que potencialmente convertiria al senor Cortes en su jefe. La mera idea estallando en su cabeza fue suficiente como para que un escalofrio le recorriera la espalda.

  • Recuerdame que es el amor de Johanna Sanz

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    Lo veria y se iria. Eliza sabia que esa seria la unica oportunidad que tendria de ver en persona a su amor platonico, el joven, atractivo y misterioso empresario Dannyel Kenerlan por quien hasta una mujer divorciada como ella tambien se permitia suspirar y no veia nada de maldad en esperar por una desafortunada equivocacion junto al resto de candidatas para ser entrevistada por ese hombre para el puesto de secretaria. Si, solo seria echar una ojeada al hombre de sus suenos y marcharse, ?que podia salir mal?

  • Mi error fue buscarte en otros brazos. Parte 1 de Moruena Estringana

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  • Harry Wolf de Laura Sanz

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    “A veces, solo el amor no es suficiente”
    Alemania, anos ochenta. Despues de que una horrible tragedia envolviese su vida en sombras, el hasta entonces reputado arquitecto, Harry Wolf, decidio romper cualquier contacto con el mundo exterior, aislandose por completo entre los muros de su propiedad. Los anos han transcurrido inexorablemente y el no ha sido capaz de superar lo que ocurrio. Solo y entumecido por el dolor y la culpa, ha perdido cualquier esperanza y se limita a sobrevivir, anhelando, de algun modo, que todo termine.
    Pero desde hace semanas, todas las noches, una chica con un abrigo rojo atraviesa su jardin en medio de la oscuridad, amenazando con sacarle de su autoimpuesto retiro…
    ?Quien es ella? ?Adonde va? ?Es real o solo un producto de su enfermiza imaginacion?

  • Antagonia de Luis Goytisolo

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    Con su colosal envergadura, Antagonia constituye sin duda una de las mas altas cumbres de la narrativa espanola. Saludada desde muy pronto como una obra maestra, los extraordinarios alcances de esta novela permanecen desconocidos aun para muchos lectores por los malentendidos a que dio lugar su publicacion original en cuatro entregas. De ahi el valor de esta nueva edicion, que ofrece por fin la novela tal y como debio ser percibida desde un principio: como un todo indisociable. Empieza Antagonia haciendo el <> de la vida de Raul Ferrer Gaminde hasta el momento en que apuesta por vivir como escritor. Se sumerge luego en su vida como tal, en sus notas y borradores, en sus suenos y fantasias. En contrapunto con ello, se vuelca una mirada distanciada sobre Raul y su mundo, para desembocar en Teoria del conocimiento, la novela escrita por el propio Raul. Novela de una novela, Antagonia propone una de las mas profundas indagaciones que jamas se hayan emprendido sobre la creacion literaria. <> (Guillermo Cabrera Infante). <> (Pere Gimferrer). <> (Rafael Conte).

  • Un asunto de honor de Arturo Perez Reverte

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    Era la mas linda Cenicienta que vi nunca. Tenia dieciseis anos, un libro de piratas bajo la almohada y, como en los cuentos, una hermanastra mala que habia vendido su virginidad al portugues Almeida, quien a su vez pretendia revendersela a don Maximo Larreta, propietario de Construcciones Larreta y de la funeraria Hasta Luego. --Un dia vere el mar --decia la nina, tambien como en los cuentos, mientras pasaba la fregona por el suelo del puticlub. Y sonaba con un cocinero cojo y una isla, y un loro que gritaba no se que murga sobre piezas de a ocho. --Y te llevara un principe azul en su yate --se le choteaba la Nati, que tenia muy mala leche --. No te jode. El principe azul era yo, pero ninguno de nosotros lo sabia, aun. Y el yate era el Volvo 800 Magnum de cuarenta toneladas que a esas horas conducia el que suscribe por la nacional 435, a la altura de Jerez de los Caballeros. Permitan que me presente: Manolo Jarales Campos, veintisiete anos, la mili en Regulares de Ceuta y ano y medio de talego por dejarme liar bajando al moro y subir con lo que no debia. De servir a la patria me queda un diente desportillado que me partio un sargento de una hostia, y del Puerto de Santa Maria el tabique desviado y dos tatuajes: uno en el brazo derecho, con un corazon y la palabra Trocito, y otro en el izquierdo que pone: Naci para haserte sufrir. La s del haserte se la debo a mi tronco Paco Seisdedos, que cuando el tatuaje estaba con un colocon tremendo, y claro. Por lo demas, el dia de autos yo habia cumplido tres meses de libertad y aquel del Volvo era mi primer curro desde que estaba en bola. Y conducia tan campante, oyendo a los Chunguitos en el radiocassette y pensando en echar un polvo donde el portugues Almeida, o sea, a la Nati, sin saber la que estaba a punto de caerme encima. El caso es que aquella tarde, dia de la Virgen de Fatima --me acuerdo porque el portugues Almeida era muy devoto y tenia un azulejo con farolillo a la entrada del puticlub--, aparque la maquina, meti un paquete de Winston en la manga de la camiseta, y salte de la cabina en busca de un alivio y una cerveza. --Hola, guapo --me dijo la Nati. Siempre le decia hola guapo a todo cristo, asi que no vayan ustedes a creer. La Nati si que estaba tremenda, y los camioneros nos la recomendabamos unos a otros por el VHF, la radio que sirve para sentirnos menos solos en ruta y echarnos una mano unos a otros. Habia otras chicas en el local, tres o cuatro dominicanas y una polaca, pero siempre que la veia libre, yo me iba con ella. Quien la tenia al punto era el portugues Almeida, que la quito de la calle para convertirla en su mujer de confianza. La Nati llevaba la caja y el gobierno del puticlub y todo eso, pero seguia trabajando porque era muy golfa. Y al portugues Almeida los celos se le quitaban contando billetes, el hijo-puta. --Te voy a dar un revolcon, Nati. Si no es molestia. --Contigo nunca es molestia, guapo. Lo que son es cinco mil. Vaya por delante que de putero tengo lo justo. Pero la carretera es dura, y solitaria. Y a los veintisiete tacos es muy dificil olvidar ano y medio de ayuno en el talego. Tampoco es que a uno le sobre la viruta, asi que, bueno, ya me entienden. Una alegria cada dos o tres semanas viene bien para relajar el pulso y olvidarse de los domingueros, de las carreteras en obras y de los picoletos de la Guardia Civil, que en cuanto metes la gamba te putean de mala manera, que si la documentacion y que si el manifiesto de carga y que si la madre que los pario, en vez de estar deteniendo violadores, banqueros y presentadores de television. Que desde mi punto de vista son los que mas dano hacen a la sociedad. Pero a lo que iba. El caso es que pase a los reservados a ocuparme de la Nati, le llene el deposito y sali a tomarme otra cerveza antes de subirme otra vez al camion. Yo iba bien, aliviado y a gusto, metiendome el faldon de la camiseta en los tejanos. Y entonces la vi. Lo malo --o lo bueno-- que tienen los momentos importantes de tu vida es que casi nunca te enteras de que lo son. Asi que no vayan a pensar ustedes que sonaron campanas o musica como en el cine. Vi unos ojos oscuros, enormes, que me miraban desde una puerta medio abierta, y una cara preciosa, de angel jovencito, que desentonaba en el ambiente del puticlub como a un cristo pueden desentonarle un rifle y dos pistolas. Aquella chiquilla ni era puta ni lo seria nunca, me dije mientras seguia andando por el pasillo hacia el bar. Aun me volvi a mirarla otra vez y seguia alli, tras la puerta medio entornada. --Hola --dije, parandome. --Hola. --?Que haces tu aqui? --Soy la hermana de Nati. Cono con la Nati y con la hermana de la Nati. Me la quede mirando un momento de arriba abajo, flipando en colores. Llevaba un vestido corto, ligero, negro, con florecitas amontonadas, y le faltaban dos botones del escote. Pelo oscuro, piel morena. Un sueno tierno y quinceanero de esos que salen en la tele anunciando compresas que ni se mueven ni se notan ni traspasan. O sea. Lo que en El Puerto llamabamos un yogurcito. O mejor, un petisuis. --?Como te llamas? Me miraba los tatuajes. Manolo, respondi. --Yo me llamo Maria. Hostias con Maria. Vete largando, Manolin, colega, pero ya mismo, me dije. --?Que haces? --pregunto. --Guio un camion --dije, por decir algo. --?Adonde? --Al sur. A Faro, en Portugal. Al mar. Mi instinto taleguero, que nunca falla, anunciaba esparrame. Y como para confirmarlo aparecio Porky al otro lado del pasillo. Porky era una especie de armario de dos por dos, una mala bestia que durante el dia oficiaba de conductor en la funeraria Hasta Luego y de noche como vigilante en el negocio del portugues Almeida, donde iba a trabajar con el coche de los muertos por si habia alguna urgencia. Grande, gordo, con granos. Asi era el Porky de los cojones. --?Que haces aqui? --Me pillas yendome, colega. Me pillas yendome. Cuando volvi a mirar la puerta, la nina habia desaparecido. Asi que salude a Porky --me devolvio un grunido--, fui a endinarme una birra Cruzcampo y un cafe, le di una palmadita en el culo a la polaca, eche una meada en los servicios y volvi al camion. Los faros de los coches que pasaban me daban en la cara, trayendome la imagen de la nina. Eran las once de la noche, mas o menos, cuando pude quitarmela de la cabeza. En el radiocassette, los Chunguitos cantaban Punos de acero: De noche no duermo de dia no vivooo… Abri la ventanilla. Hacia un tiempo fresquito, de puta madre. Me estoy volviendo loco, maldito presidiooo… Hice diez kilometros en direccion a Fregenal de la Sierra antes de oir el ruido mientras cambiaba de cassette. Sonaba como si un raton se moviera en el pequeno compartimento con litera que hay para dormir, detras de la cabina. Las dos primeras veces no le di importancia, pero a la tercera empece a mosquearme. Asi que puse las intermitencias y aparque en el arcen. --?Quien anda ahi? La que andaba era ella. Asomo la cabeza como un ratoncito asustado, jovencita y tierna, y yo me senti muy blando por dentro, de golpe, mientras el mundo se me caia encima, cacho a cacho. Aquello era secuestro, estupro, vaya usted a saber. De pronto me acorde de la Nati, del portugues Almeida, del careto de Porky, del coche funebre aparcado en la puerta, y me vinieron sudores frios. Iba a comerme un marron como el sombrero de un picador. --?Pero donde crees que vas, tia? --Contigo --dijo, muy tranquila--. A ver el mar. Llevaba en las manos un libro y a la espalda una pequena mochila. Las rafagas de faros la iluminaban al pasar, y en los intervalos solo relucian sus ojos en la cabina. Yo la miraba desconcertado, alucinando. Con cara de gilipollas. 2. Un fulano cojo y un loro El camion seguia parado en el arcen. Pasaron los picoletos con el pirulo azul soltando destellos, pero no se detuvieron a darme la barrila como de costumbre. Que si los papeles y que si ojos negros tienes. Algun desgraciado acababa de romperse los cuernos un par de kilometros mas arriba, y tenian prisa. --Dejame ir contigo --dijo ella. --Ni lo suenes --respondi. --Quiero ver el mar --repitio. --Pues ve al cine. O coge un autobus. No hizo pucheros, ni puso mala cara. Solo me miraba muy fija y muy tranquila. --Quieren que sea puta. --Hay cosas peores. Si las miradas pudieran ser lentas, diria que me miro muy despacio. Mucho. --Quieren que sea puta como Nati. Paso un coche en direccion contraria con la larga puesta, el muy cabron. Los faros deslumbraron la cabina, iluminando el libro que ella tenia en las manos, la pequena mochila colgada a la espalda. Note algo raro en la garganta; una sensacion extrana, de soledad y tristeza, como cuando era crio y llegaba tarde a la escuela y corria arrastrando la cartera. Asi que trague saliva y movi la cabeza. --Ese no es asunto mio. Tuve tiempo de ver bien su rostro, la expresion de los ojos grandes y oscuros, antes de que el resplandor de los faros se desvaneciera. --Aun soy virgen. --Me alegro. Y ahora bajate del camion. --Nati y el portugues Almeida le han vendido mi virgo a don Maximo Larreta. Por cuarenta mil duros. Y se lo cobra manana. Asi que era eso. Lo digeri despacio, sin agobios, tomandome mi tiempo. Entre otras muchas casualidades, ocurria que don Maximo Larreta, propietario de Construcciones Larreta y de la funeraria Hasta Luego, era dueno de medio Jerez de los Caballeros y tenia amigos en todas partes. En cuanto a Manolo Jarales Campos, el Volvo no era mio, se trataba del primer curro desde que me dieron bola del talego, y bastaba un informe desfavorable para que Instituciones Penitenciarias me fornicase la marrana. --Que te bajes. --No me da la gana. --Pues tu misma. Puse el motor en marcha, di la vuelta al camion y desanduve camino hasta el puticlub del portugues Almeida. Durante los quince minutos que duro el trayecto, ella permanecio inmovil a mi lado, en la cabina, con su mochila a la espalda y el libro abrazado contra el pecho, la mirada fija en la raya discontinua de la carretera. Yo me volvia de vez en cuando a observarla de reojo, a hurtadillas. Me sentia inquieto y avergonzado. Pero ya diran ustedes que otra maldita cosa podia hacer.--Lo siento --dije por fin, en voz baja. Ella no respondio, y eso me hizo sentir peor aun. Pensaba en aquel don Maximo Larreta, canalla y vulgar, enriquecido con la especulacion de terrenos, el negocio de la construccion y los chanchullos. Desparramando billetes convencido, como tantos de sus compadres, de que todo en el mundo --una mujer, un ex presidiario, una nina virgen de dieciseis anos-- podia comprarse con dinero. Deje de pensar. Las luces del puticlub se veian ya tras la proxima curva, y pronto todo volveria a ser como antes, como siempre: la carretera, los Chunguitos y yo. Le eche un ultimo vistazo a la nina, aprovechando las luces de una gasolinera. Mantenia el libro apretado contra el pecho, resignada e inmovil. Tenia un perfil precioso, de yogurcito dulce. Cuarenta mil cochinos duros, me dije. Perra vida. Detuve el camion en la explanada frente al club de alterne y la observe. Seguia mirando obstinada, al frente, y le caia por la cara una lagrima gruesa, brillante. Un reguero denso que se le quedo suspendido a un lado de la barbilla. --Hijoputa --dijo. Abajo debian de haberse olido el asunto, porque vi salir a Porky, y despues a la Nati, que se quedo en la puerta con los brazos en jarras. Al poco salio el portugues Almeida, moreno, bajito, con sus patillas rizadas y sus andares de chulo lisboeta, el diente de oro y la sonrisa peligrosa, y se vino despacio hasta el pie del camion, con Porky guardandole las espaldas. --Quiso dar un paseo --les explique. Porky miraba a su jefe y el portugues Almeida me miraba a mi. Desde lejos, la Nati nos miraba a todos. La unica que no miraba a nadie era la nina. --Me joden los listos --dijo el portugues Almeida, y su sonrisa era una amenaza.

  • La catedral de los libros de Beatriz Sobrino De Mingo

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    Una vida de lujo y comodidades en los Hampton, de eso disfruta Gabriel, un joven rebelde y egoista.Decide que ha llegado el momento de cambiar.Y cuando esta empezando a valerse por si mismo, alguien le ofrece un extrano trabajo.Comienza entonces para el un viaje sin destino, donde su futuro depende del pasado de otros, donde el misterio y la muerte le acechan, y toda la humanidad depende de una decision. Por primera vez se sentira prisionero de sus propios sentimientos,y sin buscarlo se encuentra con un desafio mayor:el amor. Las cosas se pondran muy dificiles, y su corazon le hara sufrir por la duda y la confusion.

  • Pasion en Roma de Kate Hardy

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    ?Seria capaz de recuperarla?

  • Musica de opera de Soledad Puertolas

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    Todas las familias guardan secretos. Esta novela cuenta la historia de tres generaciones de una familia de provincias marcada por algunos de ellos. Desde los turbulentos anos de la guerra civil hasta la ultima etapa del regimen franquista, los inolvidables personajes de esta Musica de opera nos desvelan las heridas y preocupaciones que no se les ha permitido mostrar. A todos ellos, generacion tras generacion, les ha tocado vivir tiempos oscuros, pero siempre ha habido rafagas de luz y brechas por las que se ha colado el amor. Tres seran las mujeres a las que llegaremos a conocer mas: dona Elvira, a quien la vida ha puesto en una situacion de comodidad y privilegio y a quien la guerra civil sorprende lejos de Espana y de sus hijos; Valentina, una joven huerfana abocada a depender de la generosidad de sus parientes; y Alba, una chica enfermiza que empieza a asomarse a la vida, dejando atras la adolescencia.

  • Texas no suena mal de Christian Martins

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    Violet observo el rebelde mosquito que, a pesar del frio, se movia libremente por la habitacion a sus anchas. Febrero acababa de llegar al calendario y penso que aquel pequeno insecto debia de ser un verdadero superviviente si habia superado las peores nevadas. Carlos estiro el brazo sudoroso y lo dejo caer sobre el vientre de ella. Se sintio pegajosa, sucia y asqueada, pero se contuvo y no dijo nada. Sabia que ese "momento de despues" a el le encantaba y, en su justa medida, habia decidido ser tolerante en esos pequenos aspectos. Violet podia ser complicada, si. Pero con Carlos se mordia la lengua y se lo guardaba dentro, lo que la llevaba a aparentar el aspecto externo de una chica --casi-- normal. ?Y por que se mordia la lengua Violet? ?Por que intentaba ser mas permisiva con el de lo que habia sido con el resto de sus parejas? Porque Carlos era el mejor amante que jamas habia tenido. Quizas se debia a la sangre latina que corria por sus venas, o puede que, simplemente, la buena herencia que tenia entre sus piernas hacia que todo fuera mas sencillo. Violet no lo sabia, aunque tampoco le importaba demasiado. Carlos era genial en la cama y con eso, le bastaba. --?Estas feliz conmigo? Despues de hacer el amor, Violet solia salir escopetada a la ducha. Odiaba sentirse sucia y la repugnaba saber que tenia restos de otra persona en su interior. Si, por Carlos hacia un esfuerzo y se quedaba en la cama, abrazada a el, durante varios minutos. Pero solian hacerlo en silencio, no manteniendo una profunda y absurda conversacion. --Claro que si --respondio, como si la duda resultara ofensiva. Aunque, en el fondo, Violet no tenia muy claro que significaba ser feliz. Nunca habia sabido con exactitud que era lo que queria y esperaba en la vida, lo que conllevaba a que, de vez en cuando, padeciera la desagradable sensacion de "estar perdida en el mundo". --Me alegro --respondio Carlos, justo antes de besarla en el hombro desnudo. Violet se obligo a sonreir. --Me voy a la ducha --dijo, incorporandose, cuando considero que ya se habia mantenido un tiempo prudencial junto a el. --No, no... Quedate aqui conmigo un rato mas --suplico, reteniendola--. Me encanta estar aqui, tumbado, junto a ti --mascullo--. Hueles tan bien... Cogio aire profundamente y se obligo a serenarse. Su obsesion por la limpieza la habia enfrentado en mas de una ocasion con sus parejas, y con Carlos estaba aprendiendo a contenerse. Segun su psicologo, aquellos ultimos meses estaba avanzando a pasos agigantados. --Esta bien, pero... ?Podrias traerme un poco de agua? --pregunto, sin borrar esa sonrisa falsa que habia aprendido tan bien a poner--. Estoy sedienta. Violet habia asimilado que nadie la querria tal y como era en realidad, asi que habia pasado al plan b: aparentar. Su psicologo se empenaba en decir que sufria de "filofobia", pero ella estaba convencida de que, en el fondo, no tenia ningun problema. Solo era diferente a los demas, nada mas. Carlos asintio sin dudar y se levanto de la cama. Ella se quedo alli tiraba, observando sus apretadas y firmes nalgas hasta que desaparecieron por detras de la puerta. En ese instante, calculo que tenia unos dos minutos aproximados para levantarse, correr hasta el bano, asearse, lavarse los dientes y volver a la cama. Salto del colchon y, con rapidez, corrio hasta el bano. Se lavo las axilas con agua y jabon mientras se enjugaba la boca con solucion oral. Escucho a Carlos en el exterior y se apresuro a regresar con rapidez al colchon, corriendo. El entro en la habitacion con un vaso de agua en la mano, le dedico una esplendida sonrisa y senalo a Mila, la perrita de Violet. Violet adoraba a su perra y le tenia muchisimo mas aprecio que a la mayoria de las personas de su vida, pero odiaba con toda su alma que se subiera en la cama. Y Carlos lo sabia. Contuvo el aliento mientras se disponia a llamarle la atencion. --Carlos, por favor... Saca a Mila de la habitacion --le pidio con voz pausada, sin alterarse. Su psicologo solia decirle que, en momentos de estres como ese, debia contar hasta diez tranquilamente y recordarse a si misma que no debia exagerar. Si, Carlos habia dejado entrar a Mila en la habitacion, pero... Ya esta. No pasaba nada. Y eso era lo que Violet debia recordar siempre que se inquietaba por algo que en el fondo no tenia ninguna importancia. Carlos solto una risotada mientras se dejaba caer de nuevo en el colchon, junto a ella, antes de propinar un par de palmaditas a la colcha. Mila salto junto a el con agilidad mientras Violet sentia como las pulsaciones se le aceleraban y el ritmo cardiaco se descompensaba. --!Mila, fuera! --grito, pero el can decidio no obedecer a su duena. En lugar de salir, se tumbo sobre ella a lamerle la cara. Violet sintio como la vena de la frente se le empezaba a hinchar mientras las carcajadas de felicidad de Carlos resonaban de fondo. --!Mila, fuera, para! --grito, enfadada y disgustada al mismo tiempo. La sujeto con fuerza del collar y la obligo a descender. Y en ese preciso instante, sintio un bulto en el cuello del animal que, hasta el momento, habia pasado desapercibido. --Pero... que... --murmuro, agachandose junto a su perrita. Se quedo mirando fijamente la cajita que el animal llevaba atada con un cordel a su collar. Alzo la vista hacia Carlos, preguntandose si aquello era cosa suya. El continuaba sonriendo, feliz. Violet cogio aire, tiro del cordel y desato la cajita. Anhelaba con toda su alma sacar a Mila de la habitacion lo antes posible, pero Carlos la miraba tan fijamente que se vio obligada a sonreir y abrir la cajita antes de continuar poniendo en orden su casa y su vida. Rasgo el envoltorio y entreabrio la tapa. Y en ese preciso momento, cuando vio el anillo de pedida en su interior, sintio como sus aceleradas pulsaciones desaparecian. Se quedo petrificada, helada. El corazon le dejo de latir y su cabeza se quedo totalmente en blanco. Solamente era capaz de repetirse una cosa, una y otra vez, en bucle: "otra vez no, por favor". Carlos se bajo de la cama y se arrodillo frente a la joven, mirandola directamente a los ojos. Parecia estar a punto de echarse a llorar. --Violet Ross... Se que tienes panico al compromiso, que tu vida es muy complicada y que odias pensar en el dia de manana. Pero creo que conmigo el manana sera diferente --dijo, procurando buscar las palabras mas sinceras--. Sera un manana que merecera la pena descubrir. Estos ultimos meses a tu lado han sido... !Uf! --resoplo--. Una verdadera montana rusa de emociones, asi que he decidido lanzarme. --?Lan...zar...te? --repitio, boquiabierta, mientras rezaba internamente porque no formulase la tan odiada y aterradora pregunta. --Violet Ross... ?Quieres hacerme el hombre mas feliz del planeta y casarte conmigo? Sintio como sus pulsaciones se reanudaban de forma descontrolada. Podia escuchar retumbando el bombear del corazon en sus oidos. Sonaba como una locomotora. Temblo de pies a cabeza, sin saber que decir, hasta que observo como la sonrisa de felicidad de Carlos se iba esfumando muy lentamente. Violet odiaba el compromiso con toda su alma. Incluso dudaba que fuera capaz de llegar a enamorarse. Pero si algo odiaba de verdad, mas que cualquier otra cosa, era el tener que enfrentarse a una situacion dificil. Los problemas, por alguna razon incomprensible, debia resolverlos de puertas para adentro, en soledad. --Violet... dime algo, por favor --suplico el con la voz rota mientras comenzaba a sentir como el corazon se le hacia anicos. --Si... --murmuro con un hilillo de voz casi inaudible. Le temblaban las piernas y tenia la sensacion de que en cualquier momento se vendria abajo, pero saco fuerzas de su interior y mantuvo la compostura. --Si, Carlos... si --repitio, procurando sonar mas segura y convencida de sus palabras. Y aunque el gesto de su rostro decia algo muy diferente a sus palabras, Carlos solto una risotada estruendosa y se apresuro a coger a Violet para levantarla al vuelo. Mila solto un par de ladridos por el estallido de felicidad que se palpaba en el ambiente, y cuando por fin Carlos volvio a dejar a la chica en el suelo, lo hizo para colocarle el anillo de pedida. Una hora mas tarde, Carlos se marcho de esa casa pensando dos cosas; que el postre de chocolate que Violet habia comido en la cena y que el habia rechazado estaba malo y que, por esa misma razon, la ultima hora se la habia pasado vomitando en el cuarto de bano. Y que estaba prometido con ella. Si, !Carlos y Violet estaban prometidos!

  • Contra amazon de Jorge Carrion

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    Las bibliotecas y las librerias -reales o de ficcion, recorridas o leidas- son escenarios fundamentales de nuestra educacion sentimental e intelectual. En este libro de cronicas que ensayan y de ensayos narrativos, Jorge Carrion viaja a las innovadoras bibliotecas y librerias de Seul; investiga en Napoles y en Capri la historia de la mitica casa de Curzio Malaparte; entrevista a libreros y a escritores de Miami; conversa sobre libros y ciudades con Alberto Manguel, Iain Sinclair, Luigi Amara o Han Kang; interpreta las bibliotecas de Don Quijote y del Capitan Nemo, y rinde homenaje a algunas de las librerias y de las bibliotecas mas fascinantes del mundo -y de su propia vida. Mientras Amazon sigue conquistando espacios fisicos y virtuales, el autor de Librerias -el libro de referencia internacional sobre el tema, traducido a las lenguas mas importantes del mundo- y de “Contra Amazon. Siete razones / Un manifiesto” -que ha sido un autentico fenomeno en el mundo cultural anglosajon- defiende la figura del librero y la libreria de autor, al tiempo que nos invita a viajar y -sobre todo- a leer con espiritu critico.

  • ?Sabes quien es? de Karin Slaughter

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    Andrea Cooper sabe todo de su madre Laura. Sabe que ha pasado toda su vida en la pequena ciudad costera de Belle Isle; sabe que jamas le ha guardado un secreto. Porque todos sabemos todo de nuestras madres, ?no?

  • Las manos van al pan de Meg Ferrero

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    --!Perdon! --se disculpo la camarera por el leve empujon propinado sin intencion y paso de largo con prisas, sin esperar a ver si su justificacion era aceptada. !Joder! Menuda educacion. Vale que el estuviera acostumbrado a otro tipo de lugares para comer, pero esto era el colmo. La chica, que habia pasado a su lado dejando un aroma intenso a curcuma, a canela y pudiera ser que tambien a curry, le habia lanzado, de manera literal, el plato a la mesa. Lo curioso habia sido el modo de hacerlo. Habia girado de tal manera la muneca que un plato asi lanzado, sin ese giro, hubiese acabado encima del comensal, pero ella lo habia dejado con maestria justo en su sitio, aunque con un estrepitoso repiqueteo, mientras el plato terminaba de asentarse en la mesa. Quiza fue ese gesto el que lo dejo tan descolocado que ni siquiera fue capaz de decirle a la camarera lo que pensaba de su escasa educacion. Y, encima, el empujon en el hombro. Aunque tenia que aceptar que eso no le habia molestado tanto como le gustaria reconocer. !Menuda cadera! Se giro de forma casi imperceptible para no ser descubierto en su curiosa inspeccion visual. Si, aquella mujer que contoneaba su generoso trasero de forma casi infantil era justo el tipo de muchacha por el que el, en cualquier otro momento de su vida, se hubiese sentido atraido. !Mentira! Se sentia profundamente atraido. Tanto, que su miembro viril comenzo a cobrar vida propia. !Habia que joderse! ?Cuanto tiempo llevaba sin estar con una mujer? Tampoco tanto como para ponerse asi. !Mierda! En otro momento no hubiese dudado en lanzarse al ataque, insinuarse con un despliegue indecente de todos sus encantos, que eran muchos, y conseguir su numero y una cita. Una cita que, estaba seguro, ambos tardarian en olvidar. Y eso con solo ver su silueta de espaldas. Su larga melena rubia ondulada, brillante y sedosa que, hubiese jurado, llevaba recien lavada con un algun champu de rosas, otro olor que lo seducia, llamaba de manera poderosa su atencion. Su ancha y fuerte silueta lo cautivo como hacia tiempo no le sucedia. Siguio mirando un instante mas, tan solo un segundo en el que se permitio volver a ser el mismo de siempre, el hombre que el creia ser, pero desistio al momento ya que la camarera no parecia que se fuese a volver para que el pudiese apreciar su rostro. No queria parecer un imbecil embelesado por una mujer delante del resto de los comensales, que no tardarian en seguir la direccion de su pose y su curiosa mirada. Ataco sin demasiado interes el rapido bocadillo que habia pedido y... sin previo aviso, el cumulo de sensaciones del sabor de aquel mordisco lo dejo sin respiracion. Paro incluso de masticar, con todo el bocado aprisionado en el interior de la boca, para no perderse ni uno solo de los diferentes sabores y aromas que llegaban a sus fosas nasales a traves de su cavidad bucal. !No podia ser! Pero si el habia ido a un bar "de mala muerte" en busca de alimento, mas que comida, en una rapida escapada desde el hospital. ?Quien se iba a imaginar que en un restaurante de menu del dia iba a encontrarse con semejante delicatessen? !Y encima en un bocadillo! Comenzo a masticar, ahora mas relajado, con todos sus sentidos puestos en el interior de su boca. Hasta se permitio el lujo de cerrar los ojos y dejarse atrapar por el instante. !Estaba exquisito! Tenia que apuntar todos los sabores, olores y sensaciones que el bocadillo le estaba haciendo experimentar. Saco de su pequena mochila, con rapidez, una ajada libreta de cuero sujeta por una goma y con innumerables papeles con notas dentro. Incluso se excito con el sonido del "click" de su boligrafo favorito, que era el que siempre daba el escopetazo de salida para alguna de sus creaciones, para algo que el adoraba hacer, para escribir. Y eso mismo fue lo que se dedico a hacer: escribir. Mordia, masticaba con cara de placer, tragaba y escribia. !Echaba de menos su trabajo! En cuanto volviera, esa seria su primera critica. La revista gastronomica para la que trabajaba le habia dado un largo permiso, pero el echaba en falta escribir y conquistar a la gente con sus palabras y piniones. Si, el era un critico gastronomico relativamente famoso. Trabajaba en la revista Tapas, nam,nam magazine, una revista mensual del grupo editorial de revistas como Esquire, Forbes o L'Of iciel. La definian como una revista de estilo de vida y gastronomia dirigida principalmente a foodies y urbanitas adictos a la cocina, de unos treinta y cinco anos y de clase media-alta o alta. !Adoraba su trabajo! Dejo un instante el boli sobre la mesa para atacar los ultimos bocados de su comida y giro la muneca para comprobar la hora. !Joder! Tenia que irse. Se limpio de manera descuidada y recogio todas sus cosas. La sonrisa en la cara, al salir del establecimiento, le recordo por un instante que estaba vivo y le devolvio las fuerzas que necesitaba para continuar. Volvio a girarse para buscar con la mirada a la camarera que le habia dejado, o practicamente arrojado, el plato con aquel bocadillo sobre la mesa. Tan solo pudo apreciar en la distancia su perfil, estaba claro que era lo mas que iba a conseguir evaluar de ella. Tenia que irse, pero ahora sabia donde habia una camarera con rostro desconocido que lo habia embaucado con sus curvas y su olor, y donde podia comerse un bocadillo de cinco estrellas de manera rapida y por unos pocos euros. ?Recordaba la felicidad? Si, ahora si, aunque fuese efimera y en forma de una desconocida con un bocadillo. No era un hombre muy exigente, ?no? Capitulo 2 El hospital estaba casi en frente del restaurante, asi que no tardo mucho tiempo en llegar. Lo dificil era encontrar la habitacion de su hermano. Los hospitales de la capital eran inmensos y, cuando comenzabas a recorrer los pasillos, era como ir de compras a Ikea: entrabas, pero no sabias por donde ibas ni cuando llegarias al lugar deseado. Se ponia malo con todo el trafico de gente de esos lugares, que parecian ponerse de acuerdo en ir en el sentido contrario a su marcha e impedirle llegar a su destino. --!Ya he vuelto! --dijo Carlos entrando a la vieja habitacion donde, por suerte, solo habia otro paciente con un familiar. --!Buenas! --saludo al resto de la gente. --Buenas tardes --contestaron, educados, los demas. --?Por que comes tan rapido? --comento molesto su hermano--. Ya sabemos que me voy a morir, pero no va a ser precisamente ahora, no tienes que ir con prisas a los sitios y volver como si te fuera la vida en ello. Carlos se quedo sin respiracion. ?Por que tenia que morirse? La vida no podia ser una puta mierda tan grande. Su padre acababa de morir de cancer y hacia un ano que lo habian hecho su madre y sus otros hermanos por el mismo problema. ?Seria algo genetico? !Joder! No se podia creer que su hermano lo banalizase de aquella manera. Ademas, todavia no estaba diagnosticado. Aunque todo apuntase a ello, lo habian ingresado para hacerle pruebas y descartar un tumor cerebral. Carlos era el hermano menor de una familia de cuatro hermanos. Habia nacido cuando su madre tenia cuarenta y seis anos, y en aquella epoca a eso se le llamaba "hijo de madre aneja", vamos, que fue el "goma rota" de turno, el error, un fallo de calculo por asi decirlo, ya que sus hermanos ya tenian mas de veinte anos cuando el nacio. Su infancia habia sido muy feliz, de eso no tenia ninguna queja. No habia tenido hermanos, eso si, habia tenido cinco padres. Un poco malcriado si que habia salido, si. Lo unico malo de toda esa infancia llena de dicha, en la que el habia sido el "juguetito" de la familia, era que todos habian sido muy mayores para el y la desgracia se cernio sobre sus vidas cuando el cancer los envolvio como un manto gris del que no se puede salir. No podia quejarse de sus padres, habian vivido muy bien y muchos anos hasta que murieron, pero no podia decir lo mismo de sus hermanos, y menos de Alfredo, el que ahora estaba tumbado en aquella triste cama de hospital. Apenas pasaba los sesenta y no parecia tener muchas esperanzas de un buen pronostico. Habia sufrido demasiado las demas perdidas de su familia y ese era su ultimo familiar cercano vivo. Bueno, estaban sus sobrinos y sus cunadas, pero las muertes de sus hermanos tambien los habian distanciado, amen de la diferencia de edad. --!Quiero estar aqui! ?Vale? --contraataco molesto--. ?Ha pasado el medico? --Pero si hoy no nos va a decir nada definitivo --amonesto con rapidez Alfredo. --Eso no lo sabemos. !Mierda! Esta espera me esta matando... --!No, chaval, me esta matando a mi! --se carcajeo su hermano. --No tiene ni puta gracia --protesto enfadado Carlos. --Si que la tiene, al menos reconocemelo. Alfredo siempre habia sido el mas simpatico de sus hermanos. No es que los demas hubiesen sido malhumorados, pero este era con el que mas afinidad habia tenido, quiza porque era el menor de los tres y el de una edad mas cercana a la suya. Era muy amable y campechano, afectuoso y muy sociable, risueno y siempre bromeaba, aun en las peores circunstancias. Los dos habian sufrido juntos las muertes de sus familiares y Alfredo era el que siempre habia tirado de el. La enfermera que entro en la habitacion interrumpio su conversacion. Hora de las constantes. Era una vieja estirada con la que Carlos no podia, le superaba que "una sota" como ella estuviese en una planta como la de oncologia. ?Se podia ser mas antipatica y desagradable? Lo malo, o lo bueno, segun se viese, de haber pasado tanto tiempo en esa planta era que ya se conocia a todo el mundo. --?Pueden salir los familiares? Ni un triste "por favor" o "?les importaria?". No. Esta entraba y pontificaba. Carlos no la podia ver ni en pintura. Salio de bastante mal humor de la habitacion y se planto en la entrada a esperar. Cuando "su majestad, la reina de Saba", salio de la habitacion sin decir ni una sola palabra, Carlos volvio a entrar y se sento en el incomodo ?sofa?, ?sillon?, ?silla? !?Como demonios se le podia llamar a aquello?! Desde luego, era de todo, menos comodo. Dejo que su hermano durmiera un rato la siesta mientras el aprovechaba para escribir sobre "su bocadillo". Aunque, junto con todo el despliegue de sabores y olores que el bocata le rememoro, se mezclo el deseo por la empleada de generosas caderas. !Joder! Otra vez su miembro viril lo importunaba con sus demandas cuando estaban fuera de lugar. Llego la noche y con ella el cambio de turno. Por fin se iba a ir la petarda de la enfermera de la tarde. La suerte que habian tenido era que tanto su hermano como su companero de habitacion estaban solamente para hacerse pruebas y lo cierto es que las enfermeras no tenian que entrar mucho, ya que los pacientes no precisaban medicacion. Comprobaban constantes y poco mas. El problema real que se le presento a Carlos fue su sorpresa cuando la enfermera del turno de noche entro para preguntar a los pacientes como estaban. Y esta, ?de donde cono habia salido? !Pero si el se conocia a todos los trabajadores de ese hospital! Que tia mas buenorra. !Vaya por Dios, esta no tenia que estar entrando y saliendo! --?Todo bien? --pregunto con voz dulce, mientras se sentaba y acomodaba de manera informal sobre la cama de su hermano y procedia a tomarle la tension de forma manual. !Pero si todas usaban el tensiometro automatico! Vale, no importaba, se supone que de esta manera era una tension mucho mas fiable y exacta, y el podria mientras devorarla con la mirada a sus anchas. Si, tambien se consideraba un experto erudito en el arte de la enfermeria y la medicina debido a todo el tiempo vivido en los hospitales. --Perfecto --contesto Alfredo ante su espectacular sonrisa. Carlos no pudo ni contestar, aunque la pregunta, entendia, no iba dirigida a el. Rubia, con el pelo mas que estirado en una altisima coleta y fuertota, como a el mas le gustaban. Esas mujeres con curvas en las que te puedes perder explorando... !Joder, que tetas! Queria hundir la cara ahi hasta perderse por completo. Y esas caderas anchas, esos muslos fuertes, pero prietos. !Dios! ?Estaria mal si le pedia el telefono? No era una nina, tampoco es que se fuera a asustar, ?no? Calculaba unos treinta y pocos, no veia anillo por sus dedos, aunque eso, en una enfermera, no era indicio de nada. Las buenas enfermeras no llevaban anillos ni las unas pintadas porque era antihigienico y porque se tenian que lavar las manos de forma continua. Si, Carlos sabia mucho de enfermeras, y en el mas amplio sentido de la palabra, ya que habia terminado liandose con alguna que otra. Y esta era una de las buenas. Sus perfectas unas limpias y bien recortadas junto con su accion de tomar la tension manual se lo decia a gritos. !Joder! ?Como iba a saber si estaba casada? Bueno, !a las trincheras! --!Hombre, enfermera nueva! --comento con un enorme despliegue de encanto. !Cono! Menuda mirada de reproche recibio a cambio. Fue entonces cuando se dio cuenta de que, si hablaba, no le dejaria oir la tension. Sus mejillas enrojecieron. ?Alguna vez le habia pasado? !Joder! No recordaba nunca antes un bochorno igual. La enfermera termino y le dirigio una mirada algo sorprendida. --Nueva... en esta planta. --Y volvio a dirigirle la mirada a Alfredo. -- Me llamo Lucia, he visto que estareis por aqui esta semana mientras te hacen pruebas --afirmo con una dulce sonrisa, que hizo que Carlos se removiera incomodo en esa mierda de silla-sillon-sofa--. No te preocupes, ya veras como no es nada y en una semanita estas de nuevo en tu casa. Tomate estos dias como un descanso merecido del trabajo, te relajas, lo disfrutas y ya veras que feliz. --Feliz, lo que se dice feliz... --contesto Alfredo embobado--, no lo se. Y dime tu como se descansa en una cama con estas sabanas que parecen esparto y con esta maravillosa comida que ofreceis. La carcajada de la enfermera dejo pasmados y boquiabiertos a los dos hermanos. ?Se podia ser mas preciosa y espontanea? --!Es cuestion de actitud! --afirmo guinando un ojo, como si le acabase de revelar el misterio del Santo Grial. Y se fue. Se fue sin que ninguno pudiese articular ni una palabra mas. Alfredo miro a su hermano automaticamente y comenzo a descojonarse. --Esta es de las que a ti te gustan, ?eh? Imaginate que de esta mierda conseguimos que por fin sientes la cabeza... Carlos lo miro molesto. --?Pero que sentar ni que sentar la cabeza? A mi dejame de tonterias. --Y bajando la voz, para que no lo oyesen los del al lado le dijo--: !Pero no jodas que no tiene el polvo del siglo! --Vaya que si lo tiene --contesto su hermano entre risas, mientras el otro paciente, espectador de la situacion, se quedaba con dos palmos de narices y sin la tension tomada.

  • Los Wadlow I: ?Azar, destino… o premeditacion? de Marisa Maverick

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    “?AZAR, DESTINO… O PREMEDITACION?” es la historia de Kathy y Adam, primer volumen de la Saga Los Wadlow y con FINAL CERRADO. La segunda entrega se titulara “?Atraccion, amor… o gratitud?”, donde conoceremos como es la vida de Johan y del resto de la familia Wadlow. ?Me acompanas?
    <>
    Celebrar el buen fin de su ultimo caso en los tribunales fue la razon que llevo a Kathy a entrar en ese afamado local. Aceptar, y solo por esa vez, la insistente invitacion de su companera de trabajo para tomar una copa, el motivo de Adam.
    El amor surgira entre ellos de forma arrolladora, con una pasion que marcara sus propios tiempos. Y esa sera la fuerza que los ayude a enfrentarse tanto a personas que quedaron en el olvido como a miedos y traumas del pasado.
    Sin embargo, un estricto sentido del deber, unido al imperioso deseo de hacer justicia, llevara a un miembro de la familia Wadlow a remover acontecimientos del ayer. Pero toda accion conlleva una reaccion, que afectara de forma implacable a sus seres mas queridos y empujara a la joven pareja hacia un letal peligro que decidira su futuro.
    ?Quizas el azar, caprichoso, les jugo una mala pasada?
    ?Tal vez estaban marcados por el destino?
    ?O el que sus caminos se cruzaran solo fue premeditacion?...
    Como cita Norbert Wadlow: Omnia vincit amor, et nos cedamus amori.

  • Elektrika de Cristina Pujadas

    https://gigalibros.com/elektrika.html


    Me gustaria decir que mi vida es de lo mas normal. Y de hecho, lo era. Fantasticamente normal, vamos. Nunca me habia quejado al respecto. Trabajaba a jornada parcial y el resto me lo pasaba entre el sofa, mis amigas y mi novio. El que seria mi exnovio en breve, cosas de la vida. Sin mas. Y con la depresion pre-ruptura a mis amigas no se les ocurrio nada mas que llevarme de fiesta.

  • El mapa de los dias de Ransom Riggs

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    Vuelven la magia, el misterio, los viajes en el tiempo y los personajes excentricos que pueblan la imaginacion de millones de lectores en el mundo.

  • Amores con fecha de caducidad – Mau Vazquez de Mau Vazquez

    https://gigalibros.com/amores-con-fecha-de-caducidad-8211-mau-vazquez.html

    Hablar de amores es facil, pero vivirlos de manera consciente es un asunto aparte. Cuando comenzamos una relacion, tratamos de ser la mejor version de nosotros mismos hasta que la necesidad nos priva de experimentar lo mas grandioso que hay en este mundo: amar sin expectativas y sin condiciones.

  • La voz interior de Nerea de Carolina Ortigosa

    https://gigalibros.com/la-voz-interior-de-nerea.html

    A punto de cumplir sus temidos 30, Nerea no solo esta pasando por un bache, sino por todo un socavon.

  • Alto riesgo de Lee Vincent

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    ..William Taylor tiene muchas razones para ser un renegado. Ha vivido en las calles de Nashville rodeado por la hermandad de motociclistas Los hijos de la noche y ha conocido de cerca la traicion y la dolorosa perdida de un amigo.

  • Viaje al pais de los blancos de Ousman Umar

    https://gigalibros.com/viaje-al-pais-de-los-blancos.html

    La odisea de un joven que arriesgo su vida por un futuro mejor.

  • Cuando el emperador era Dios de Julie Otsuka

    https://gigalibros.com/cuando-el-emperador-era-dios.html

    En un dia soleado de 1942, en California, una mujer se detiene ante un cartel en la oficina de correos. Despues de leerlo, regresa inmediatamente a casa y comienza a preparar un equipaje con todas sus pertenencias. El gobierno de Estados Unidos la ha declarado a ella y a su familia, como a otros miles de americanos de origen japones, <> en su propio pais y estan a punto de ser arrancados de su hogar. Un campo de internamiento, en el desierto de Utah, les espera.

  • La Ultima Mentira de Mary Kubica

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    El mundo de Clara Solberg estalla en mil pedazos cuando su marido y su hija de cuatro anos tienen un accidente de trafico. Nick muere, pero Maisie sale extranamente ilesa. El suceso se cataloga como accidente… hasta que dias mas tarde, Maisie empieza a tener terrores nocturnos que hacen que Clara se cuestione que sucedio realmente esa fatidica tarde.

  • Vamos a romper las normas de Beatriz Lopez-terradas Rodriguez

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    la mayor parte de su vida, sino que es el Gobierno el que se encarga de tomar esa decision. En esta poblacion reina la esclavitud, la tristeza y el color gris. El Gobierno, para mantener controlados a sus habitantes, hace que estos, sin ser conscientes de ello, ingieran diariamente una sustancia que les hace desarrollar miedos y los convierten en mas obedientes y manipulables. Pero, desgraciadamente para el Gobierno, una de cada cien personas nace inmune a esta sustancia, razon por la que estas son asesinadas nada mas nacer.

  • Black Moon de Gary Thompson

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    “Cuando te vi” es una duologia muy erotica y apasionante, con personajes fuertes y envolventes y una trama llena de grandes emociones.
    Ana Flor suena con encontrar a su principe encantado y vivir su “felices para siempre”. Al encontrarse con la foto de Joao Pedro Valente, ella se apasiona en el mismo instante. “El se convierte en su mundo del reves, ella deja la mano de todo por el, sin imaginar que, en realidad, Juan Pedro Valente esta lejos de ser un principe encantado.

  • Solo contigo. recuerdas de Patricia Bonet

    https://gigalibros.com/solo-contigo-recuerdas.html

  • El Confidente de Helene Gremillon

    https://gigalibros.com/el-confidente.html

  • Gente normal de Sally Rooney

    https://gigalibros.com/gente-normal.html

    Despues de Conversaciones entre amigos, Sally Rooney vuelve a deslumbrarnos con una historia sobre la fascinacion mutua entre dos personas que no consiguen encontrarse.

  • Missing de Alberto Fuguet

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    Fuguet esta parado todo el tiempo tambaleandose sobre los hombros del mejor Bolano. Es un gusto verlo bailar asi, con su verdad en brazos.

  • Los melodramas de una rubia desgraciada de Nuria Losilla Subires

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    Mi nombre es Charlotte Katherine Fausser. Tengo 28 anos, salud, trabajo, novio y el mejor amigo de la mujer: un hombre irremediablemente gay. Hasta aqui todo parece perfecto, ?verdad? La vida perfecta, trabajo perfecto, pelo perfecto... Pues no. Soy una desgraciada, mi vida es un drama y, en consecuencia, soy una Drama Queen. Por si todo esto no fuera suficiente, el universo planeaba mi muerte de la forma mas cruel e inoportuna posible, pero eso yo aun no lo sabia. Pensareis que soy una exagerada, pero no es asi. Bueno... Quizas un poco, pero solo cuando tengo la regla... y cuando me tiene que venir. A veces incluso unas semanas despues... Yo me lo tomo como un entrenamiento emocional para que mi mente no se desacostumbre. El caso es que soy una desgraciada, si bien pueda parecer que tenga una vida de ensueno. La Barbie rubia, guapa y triunfadora acompanada de su mejor amigo guapo y triunfador, el Ken. Barbie y Ken, inseparables. Perfecto, ?no? !Pues no! Porque mi Ken tambien es una desgraciada, asi que el drama se multiplica. Hasta el 2018 yo no era una desdichada... Al menos, no tanto. Sufria las desgracias justas de los dramas primermundistas, pero fue salir del 2018, mi fabuloso ano 2018, y todo se torcio. Maldito 2019, !destruyo mi vida por completo! Os pondre en contexto para que me entendais. El que fue el mejor ano de mi vida termino sin yo saberlo tras las doce campanadas. El ano que resumia todos mis exitos y cumplio todos mis propositos: el trabajo perrrrfecto en la agencia de marketing y publicidad Perfect. Ironico, ?verdad? Dinero, centro de Londres, viajes por todo el mundo desde Dubai a Miami, lujos, gastos pagados, un Paul y un Markus. !Lo tenia todo! Un atico en el centro de Londres (!era lo mas!) y cerca de lo mas importante de Londres, el Soho. Y, por ultimo, pero no menos importante, el mejor companero de piso y de vida: mi gato Foffy. En mi familia siempre ha habido perros, pero los gatos son mejores, y yo tenia el mejor gato del mundo. Hasta se parecia a mi cuando se ponia borde. ?No os parece adorable? Asi era mi vida: perfecta, divina y fantastica. Las probabilidades de sentir envidia ahora mismo son altas, y no te culpo, pero en cuanto sigas leyendo un poco mas lo que sentiras sera pena por mi. Desgraciadamente el perfecto 2018 termino, llego el odioso 2019 y, bum, sin saberlo, adios a mi ano perfecto. !Au revoir, vida perfecta! No pude saber que el 2019 seria horrible solo por el primer dia porque empezar, empezo muy bien. Comenzo como un ano cualquiera, de fiesta. Club de moda, fiesta de lujo, cocteles, bares, conocidos y desconocidos... Era como un fin de semana cualquiera, pero con mas gente, mas ambiente y mas alcohol. Lastima que me cruzara con el indeseable de Max. Si ese engreido no hubiera aparecido, habria sido la noche perfecta. Una noche fantastica, divertida e inolvidable si no fuera por el alcohol. Empezo muy bien, pero habia un problema; era 2019 y, por lo visto, el universo decidio que una pobrecita persona normal y corriente como yo no podia permitirse el lujo de ser feliz dos anos seguidos. Eso explicaria el encontronazo con Max y el castanazo de despues. Era un companero de trabajo que me atormentaba la existencia con su mera y embriagadora presencia. Con unos ojos verdes que resaltaban en su tez oscura, el rapado impecable y una sonrisa de anuncio. En resumidas cuentas: un Doctor Jackson Avery de Anatomia de Grey, pero en capullo. Ese tio lo tenia todo y, en concreto, tenia el don de la oportunidad, apareciendo justo a tiempo para ver con esos ojazos como me caia por las escaleras al salir del club, tras lo cual recuerdo a mi mejor amigo Paul meandose de la risa cogido a la barandilla para no caerse, un monton de tipos ayudandome a levantarme y la risilla soberbia de Max al otro lado. Tambien recuerdo el moreton de mi rodilla. Una entrada al nuevo ano bastante normal en mi. Sin embargo, ese no fue el dia en que mi vida empezo a desmoronarse. Recuerdo el momento exacto en el que mi vida, tal y como la conocia, murio: fue el 17 de enero de 2019 a las 11:58 horas. Entonces me converti oficialmente en la chica rubia mas desgraciada de Londres. Capitulo 2 El peor dia de mi vida Aun tengo ese dia grabado a fuego en mi mente, 17 de enero de 2019 a las 11:58 horas. Eran las rebajas. A las 8 de la manana estaba disfrutando de mi desayuno repleto de energia y nutrientes: tortitas de avena con chocolate 0 % en compania de mi queridisimo Paul. Si, mi Ken, mi mejor amigo gay que hacia apenas unos dias se estaba riendo de mi por caerme. No lo culpeis; yo tambien lo hago continuamente. Ademas, por cada una de mis caidas, el sufria tres. Se caia de las tarimas, en los banos y tambien por las escaleras, pero siempre se levantaba rapido para huir del lugar antes de darle la oportunidad a los demas de reirse o ayudarlo. Muy digno. Desde luego Paul no pasaba desapercibido. Era tres centimetros mas alto que yo, es decir, media un metro ochenta y tres centimetros para ser exactos. Ojos azules, tupe negro y pomulos y culo perfectos. Todo un Can Yaman. Amigo, confidente y estilista. Planeamos minuciosamente cada detalle del plan de rebajas para aquel dia: donde parar a comer, que comprar, donde quemar nuestras tarjetas de credito... Lo tipico. Y asi avanzaba la manana de compras en Irregular Choice, Nico Didonna y obviamente, la que no podia faltar, Victoria's Secret, tienda que se convirtio en mi condena sin yo saberlo. Mi mision en aquel lugar era muy clara. Me iba de fin de semana con Markus, asi que necesitaba algo nuevo. Algo que no hubiera visto y que lo dejara sin palabras pero que a la vez le vinieran tantas a la cabeza que no supiera que decir. Y Paul era un experto en encontrar ese tipo de cosas, asi que mientras el estaba enfrascado en aquella ardua tarea yo recibia un mensaje: De Alice: Hoy es el cumple de mama. !Llamala! Estaba tan feliz y tan despreocupada que no me habia parado a pensar en ello. Yo quiero a mi madre, mucho, pero mas y mejor en la distancia; no se si me entendeis. De todos modos, no aprueban mucho mi estilo de vida exitoso y contemporaneo, asi que era mejor limitar las conversaciones para no acabar discutiendo. Alice sabia que se me pasaria y, si no lo hacia de inmediato, yo sabia que tambien, aunque me olvidara a proposito, asi que la llame. Y ese fue mi error, llamarla en mitad de la tienda a la vista de todos, para que todos supieran cuales eran mis movimientos exactos al sacar y guardar el movil. Esa puta llamada fue mi condena porque, cuando llegue a caja para pagar, me di cuenta de que mi movil NO estaba alli. Ni rastro de el: ni en el bolso, ni en los bolsillos, ni en las estanterias de Victoria's Secret donde habia estado hurgando. !Alguna maldita zorra de manos largas me lo habia robado! Ni quince minutos tardo aquella mala pecora en arrebatarme mi vida. Quince minutos de despiste y un segundo para convertirme en la desgraciada mas absoluta del mundo. Procure no sacar conclusiones precipitadas. --Paul, llamame --le exigi y Paul rapidamente pulso el boton de llamada. --El telefono al que llama esta apagado o fuera de cobertura --se escucho. --!AAAAAH! --Aquel grito debieron de escucharlo incluso en Hong Kong--. !Mentira! Mi movil jamas esta apagado. No puedo apagarlo. Imposible. Ese telefono tiene que estar activo 24 horas al dia los 7 dias de la semana. No puede apagarse --Estaba histerica, maldiciendo todo lo posible para mis adentros y actuando como una loca en medio de una tienda delante de mi mejor amigo. Habia perdido los estribos--. Ademas, no me se el pin, no puedo apagarlo --dije mas sosegada tras sacar mi furia e histeria exponiendo el unico y verdadero motivo por el que nunca podia apagar el movil. Ese fue el dia de mi muerte. El inicio de la decadencia. Ese movil era mi vida entera, mi trabajo, mi ocio, mi adiccion. Mi vida, agenda y contactos estaban en ese telefono. Ademas de Instagram, y todo ese tipo de aplicaciones superficiales que son de vital importancia para mi. --?Puedo llamar a mi hermana? --pregunte a Paul. Ya sabia que no tenia ni que preguntarselo, asi que no tardo en alargar el brazo con el numero de Alice. Tenia que bloquear y formatear ese telefono ipso facto. Le indique a Alice todos los pasos que debia seguir para bloquearlo y borrar todos los datos antes de que destruyeran aun mas mi vida. No podia arriesgarme a que tambien me la robaran si con arruinarla y destrozarla no tenian suficiente. !Que drama de dia! Al final irme de rebajas me salio carisimo, no solo por lo del telefono, sino porque casi todo lo que me compre era de nueva temporada. Ya era oficial que el dia era una mierda y no iba a mejorar, pero ?en serio hacia falta que empeorara? Al final tuvimos que detener nuestro plan de rebajas despues de entrar a solo tres tiendas y acabar en la policia. Necesitaba encontrar la caja del movil, necesitaba los datos que contenia para poder denunciar. ?Alguna vez os habeis mudado? Por si alguien dice que no, os dire que es una putada. Cuando te mudas, descubres que tienes mas cosas de las que necesitas y mas de las que te caben. Sin embargo, te lo llevas todo y amontonas aun mas mierda. El hecho de tener que buscar algo como una caja diminuta de un aparato electronico de hace unos cuatro anos se convirtio en algo bastante jodido. Y alli estabamos, rebuscando todo lo habido y por haber en busca de la condenada caja. --Yo no he pedido un dia libre para esto --murmure. Entonces recorde que tambien tendria que alertar al operador de la compania para hacer oficial la conversion de mi movil en un pisapapeles electronico. Un pisapapeles electronico con mucho estilo y muy caro. Ademas de congelar el contrato por si se les ocurria robarme algun minuto de llamada o los datos, aunque eso ultimo era mas improbable. De media, el dia 3 de cada mes, ya no me quedaban datos. Esa era una de mis desgracias primermundistas a las que me referia al principio de todo. Una desgracia continua con la que podia vivir, como todo el mundo, pero una cosa es sobrevivir mendigando wifi y otra muy distinta era sobrevivir sin movil. Paul era una de mis mayores suertes. No solo encontro la caja en el rincon mas recondito de un armario, sino que tambien me acompano a la policia para que la espera se me hiciera lo menos insufrible posible.

  • Un principe a mis 30 de Myrian Gonzalez Britos

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    Erase una vez… Valentina Gonzalez no creia en los finales felices y mucho menos ahora que estaba a punto de cumplir sus treinta anos. La muerte de su madre habia dejado un enorme vacio en su corazon. La pena y la desesperanza tendian a crecer cada dia mas y mas en su interior. ?El destino se apiadara de ella? Jonas Muller habia huido de su pais tras pillar a su hermano y su prometida en la cama. Nada tenia sentido para el triste vikingo, hasta que llego a Somo, y conocio a Valentina, la princesa que vivia encerrada en una libreria. ?Podrian dos almas rotas escribir una linda historia de amor?

  • Finanzas Pop de Mariano Pantanetti

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    Irreverente por momentos y riguroso siempre, Mariano Pantanetti analiza la cultura popular en busca de patrones y tendencias para que el lector pueda aprovechar oportunidades de inversion y protegerse de los riesgos del mercado de manera unica, de manera pop.

  • Al ritmo de tus besos, Sarah McCourt de Sarah Mccourt

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  • Los Duenos Del Viento de Patxi Irurzun

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  • Montenegro (Cienfuegos 4) de Alberto Vazquez-figueroa

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    La cuarta entrega de la apasionante saga Cienfuegos.

  • El manuscrito nazi de Juan Martorell

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    La arqueologa Nicole Pascal se ve de nuevo envuelta en una aventura que la llevara a adentrarse en los secretos y en las creencias esotericas de los grandes jefes del nazismo aleman. Una pluma que le regala su novio, Jean Massard, sera el desencadenante que llevara a la pareja a hacerse con un manuscrito de un importante jefe de las SS: Hans Heins. En el, el autor nos narra su vida y sus relaciones con la plana mayor de los dirigentes nazis. Protegido por Himmler, mantuvo relacion con Hitler, Hess, Rosenberg, Von Schirach, dentro del mundo de creencias magicas y ariosoficas que conformaron buena parte de la filosofia de quienes dirigieron el destino de Alemania en aquella epoca.

  • 987 y unos dias mas de Luis Pradal

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    Hace 987 dias, yo me habia levantado sin esperar nada especial. Estabamos a la mitad del crudo invierno del 2012 y muchas cosas habian pasado ya que por ahora prefiero olvidar. Digo, los recuerdos no me hacen sufrir a mi: la hacen sufrir a ella. Pero eso no quita el hecho que lo que paso ese martes fue. despues de todo, ella ni siquiera habia ido a la escuela. ?y como saber que despues de ese martes, habria otro martes? Asi como empezo, termino. Me termino. Todo el mundo se me vino encima. Todas las metas que ella habia ayudado a forjar se deshicieron. Todos los puentes hacia la libertad ella los desmantelo, ladrillo por ladrillo, palabra por palabra. Impresionante lo que nos pueden hacer sentir las palabras, ?no? Me hicieron sentir mariposas hace 987 dias. Me hicieron sentir muerto hoy. Hace 987 dias, empezo una historia. Hace 987 dias, empezo un sueno del cual precisamente hoy, 7 de octubre del 2014 a las 11:35, fui forzado a despertar. Y dejenme decirles de antemano: esta historia no es facil de contar. De hecho, con cada palabra siento que el corazon se me parte un poco mas. Sus “te amo” resuenan en mi cabeza como ecos distantes cada vez que veo una foto de ella. Oh, Azul. No sabes la historia que has desencadenado en mi.

  • Solo si es contigo de Maria Garel

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    Devastada por la traicion de su recien esposo, Nuria decide subirse en un crucero que la llevara a reencontrarse con Matias, el amor de su vida. Durante quince dias, viviran encuentros apasionados y aventuras que la haran creer nuevamente en el amor. Pero los secretos del pasado les pasaran factura, y junto con un tormentoso divorcio, las mentiras, abusos y chantajes de Roberto y Raquel, pondran a prueba este amor por el cual tendran que luchar contra viento y marea.

  • Desayuno con cruasanes de Shirin Klaus

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    Sergio se ha encaprichado de una misteriosa rubia que se niega a desvelarle su identidad y que le propone que en cada cita interpreten el papel de una persona distinta. Ni siquiera sabe su nombre real, pero a Sergio le encantan los juegos y esta dispuesto a seguir quedando con ella e ir descubriendo poco a poco sus secretos.

  • A traves de susurros de Sonia Lopez Souto

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    Ella es preciosa.
    Ella es perfecta.
    Un sueno hecho realidad.
    Mis dedos arden por tocarla.
    Por descubrir si es real.
    Esta vez no puedo equivocarme.
    Ella es mi presente, mi futuro, mi fin ultimo.
    Ella es mia.

  • La escapista de Brad Meltzer

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    ?Quien es Nola Brown? Un misterio. Un problema. Y se supone que esta muerta.

  • El final de todas las cosas de John Scalzi

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    Tras la expansion de los humanos por el espacio, la Union Colonial se creo para ayudar a protegernos de un universo hostil. Pero uso la Tierra como fuente de reclutas hasta que sus habitantes dijeron: basta. Ahora, la Union Colonial esta en peligro: cuenta con un par de decadas antes de que las Fuerzas de Defensa Colonial se agoten y las colonias humanas en apuros sean vulnerables a los ataques alienigenas. En este universo colapsado, el teniente de la FDC Harry Wilson y los diplomaticos de la Union Colonial trabajan a contrarreloj para descubrir quien esta detras de los ataques a la Union y de los alienigenas. Si no encuentran el modo de encontrar la paz con una Tierra recelosa y enojada y mantener intacta la union de la humanidad, se arriesgan al olvido y la extincion, y al final de todas las cosas.

  • Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato de Jaron Lanier

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    Un brillante manifiesto que llama a la accion para comenzar a reinventar Internet.

  • Sonrie, mi amor, en Nueva York de Silvia Garcia Ruiz

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    Amanda Black es una arrogante modelo publicitaria que solo se deja retratar por el mejor fotografo, su tio, el unico capaz de captar la alegria que ella perdio tras la muerte de sus padres. Y desde que un impertinente fotografo se cruza en su camino y se atreve a insultar el trabajo de su adorado tio, Amanda jura hacerle la vida imposible, y para ello, nada mejor que convertirse en su modelo en exclusiva durante un tiempo.

  • Pecados Ardientes de Ariel Omer

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    Todos tenemos un amor al cual nos aferramos, un amor verdadero que jamas vamos a olvidar.

  • Protegeme de Sophie Saint Rose

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    Laia hacia anos que no tenia una relacion con un hombre y en la despedida de soltera de su amiga Grace, se solto un poco la melena. Bueno, igual no fue un poco porque las consecuencias de esa noche iban a cambiar su vida para siempre. Lo preocupante era que no recordaba muy bien lo que habia ocurrido.

  • Cerrado en invierno (Cuarteto Wisting 1) de Jorn Lier Horst

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    Empieza el cuarteto Wisting.

  • Bajo el sol protector de Rowan Fox

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    Brina Bonato es feliz siendo cortesana en la Venecia de finales del siglo diecisiete. Se sabe afortunada, ama su vida y la ciudad que la vio nacer, pero pronto la suerte dejara de acompanarla, obligandola a emprender un viaje hasta llegar al palacio de Versalles, aun en ciernes de lo que sera una monumental obra de arquitectura.
    Las aventuras y desventuras la obligaran a buscar un nuevo estatus en el que sentirse a salvo, haciendo grandes amigos en el camino, pero soportando grandes pesares tambien.
    Sumergete en esta historia y descubre si la veneciana sera capaz de dejar atras su pasado como meretriz para revelarse como una perfecta cortesana en la corte del Rey Sol.

  • El Cielo De Bitinia de Miguel Angel Manrique

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    Nicomedia, provincia de Bitinia. Ano 284 d.C. El cuerpo del emperador Numeriano es descubierto sin vida. El caos se apodera del Imperio romano en su etapa mas critica ya que se encuentra envuelto en una profunda crisis politica e ideologica. La depresion y la decadencia amenazan con destruirlo todo. Los continuos conflictos religiosos entre cristianos y paganos son cada vez mas frecuentes y virulentos, tratando de disputar la supremacia oficial del Imperio. El incremento politico del ejercito tiene al Senado entre las cuerdas y pone en riesgo la soberania de Roma. Pero la muerte del emperador no ha pasado desapercibida: alguien sabe quien y como ha perpetrado el asesinato. Alguien tiene el poder de cambiar el rumbo del Imperio romano.

  • Falsas cartas de amor de Nicola Cornick

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    Lady Lucy MacMorlan podia haber renegado de los hombres y del matrimonio, pero eso no le impedia obtener algun beneficio escribiendo cartas de amor para los amigos de su hermano. Cartas que llegaron a ser cada vez mas picantes conforme su fama fue creciendo. Hasta que, inadvertidamente, arruino el compromiso matrimonial de un conocido laird.
    Robert, el gallardo marques de Methven, estaba al tanto del secreto de Lucy. Y ciertamente no pretendia dejar que la encantadora lady Lucy tuviera la ultima palabra, sobre todo cuando sus cartas sugerian que era bastante experimentada.
    Sin embargo, el conocimiento de Lucy no se fundamentaba de manera empirica. Si continuaba escribiendo cartas iba a necesitar documentarse de primera mano. Y Robert estaba absolutamente dispuesto a ayudar a una dama en apuros, sobre todo cuando necesitaba desesperadamente una novia.

  • La iglesia y sus enigmas de Lourdes Gomez Martin

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    La historia de la Iglesia esta llena de fenomenos sin explicacion aparente, personajes con facultades extraordinarias y objetos a los que se les atribuye un poder divino. Aunque la teologia catolica defiende que no sustenta su fe en estas manifestaciones, en las biografias de los santos encontramos multitud de prodigios y los templos cristianos estan rodeados de leyendas fascinantes. Esta obra profundiza en las reliquias mas importantes, como el Grial o la Sabana Santa; se adentra en los santuarios marianos que acogen las advocaciones mas enigmaticas, como Guadalupe o Fatima; asi como en el mundo de los milagros, las animas, el exorcismo o las luminarias.

  • Sur de Antonio Soler

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    En el amanecer de un dia torrido de agosto de 2016, en uno de los descampados de la ciudad de Malaga, aparece el cuerpo de un hombre moribundo cubierto de hormigas. Este hecho marginal de la cronica de sucesos da origen a la narracion del dia de una ciudad y su abigarrada realidad: policias y delincuentes, adolescentes y jubilados, sacerdotes y musicos ambulantes, medicos y reporteros, escritores y asesinos, drogadictos y chamarileros, misticos y supervivientes, camareros y constructores, vivos y muertos. En la gran tradicion de las novelas que ocurren en un solo dia, como Ulises, de James Joyce, Mrs. Dalloway, de Virginia Woolf o Bajo el volcan, de Malcolm Lowry; y de las novelas que se centran en el desarrollo de la vida de una ciudad, como Manhattan Transfer de John Dos Passos, Berlin Alexanderplatz de Alfred Doblin o Petersburgo de Andrey Biely, esta nueva novela de Antonio Soler es sin duda su obra mas ambiciosa que solo un novelista con su experiencia podia acometer. La variedad de personajes, de situaciones, de registros linguisticos, de tecnicas narrativas, hacen de Sur una novela deslumbrante y fascinantemente rica en la que estan todas las historias que hierven en una ciudad, oscilando cada dia entre el infierno, la salvacion o la insignificancia.

  • Warlock de Rachel Rp

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    Aldara es una humana simple a la que le han arrebatado a quien mas amaba, se lo llevaron sin mas, ella no dudara en ir a buscarlo aunque le cueste su libertad.
    Duxlan va a convertirse en el proximo rey de Alfoz 1 y debera elegir a las humanas simples que se convertiran en sus fuentes de energia. Se presentan todo tipo de mujeres, pero hay una que le ha llamado especialmente la atencion. Una que no parece estar interesado en el. Pero eso va a cambiar, y el se encargara de ello.

  • El origen de las dos reinas (Furyborn 1) de Claire Legrand

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    La profecia lo anuncio: llegara una Reina de la Sangre para destruir el mundo, y una Reina del Sol para reconstruirlo. No se sabe cuando, no se sabe quien. Pero sucedera.