• el cuentahilos - Jacinta Ramirez de Rodrigo

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    Tres acontecimientos historicos transformaran a Rafael Bernal. El primero, el incendio del Tribunal Supremo en Madrid, este sera la causa por la que deba abandonar, siendo un adolescente, su comoda y aburguesada existencia en la capital espanola y emigrar a Argentina. El segundo, el espectacular vuelo del zepelin sobre Buenos Aires, ese dia conocera a la mujer que cambiara su futuro y por la que arriesgara la vida. El tercero, la Segunda Guerra Mundial, sus viajes por la Europa ocupada le convertiran en otra persona. A la vez que se narra la azarosa historia del protagonista, la novela nos cuenta la investigacion de unos extranos asesinatos cometidos en la capital bonaerense despues de la guerra. Dos policias se ocupan de esos crimenes sin sospechar que sus pesquisas les llevaran a descubrir, ademas de una trama criminal, una conspiracion politica.

  • El cuentahílos Tapa blanda – 17 marzo 2020 - Libros - Amazon

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  • Ramírez de Rodrigo, Jacinta - El cuentahílos eBook - Amazon ...

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  • Colección completa de los libros de Cuentahilos | Fnac

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    Cuentahilos ; Las letras del Bosque, Textos sobre naturaleza, animales y libros. - Normal en español (Libro) Publicado en 10/2021 ; La Olivetti, la espía y el ...

  • Entrevista a Jacinta Ramírez de Rodrigo - Algunos Libros ...

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    24 may 2021 — Jacinta Ramírez de Rodrigo, autora de «El cuentahílos»: «Cuento una época convulsa donde la gente sobrevivió como pudo y eso les obligó a ...

  • El Libro Durmiente - Facebook

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    Reseña "El cuentahílos" de Jacinta Ramírez de Rodrigo Ed. Amazon Kindle -La forma de escribir de Jacinta Ramírez es rápida, sencilla y clara. No se...

  • 'El cuentahílos' de Jacinta Ramírez de Rodrigo, un thriller ...

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    17 may 2021 — Como escritora Jacinta Ramírez de Rodrigo, ha publicado la novela Las señoritas Lagarde con Esfera de Libros y Relatos para tiempos de ...

  • de Jacinta Ramírez, el thriller histórico más apasionante

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    18 may 2021 — ... ha publicado la novela Las señoritas Lagarde con Esfera de Libros y Relatos para tiempos de crisis y El cuentahílos en Amazon.

  • Colección: CUENTAHILOS Tus libros los puedes comprar en ...

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    Colección: CUENTAHILOS Librerías Proteo y Prometeo. Desde 1969 entre Libros. La mayor librería especializada de Málaga. Textos UNED y Universitarios, ...

  • Sangre de fuego (Sangre de hielo 2) de Elly Blake

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    Descubre un mundo en el que el fuego y el hielo son enemigos mortales.

  • El hombre que intuia de David Castells

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    Meritxell Egger, tambien llamada Blue, es una chica de padre suizo y madre catalana que acaba de terminar la carrera de economicas. Cuando su padre muere, ella hereda el 60% de las acciones de unos laboratorios suizos.

  • Las esquinas rotas de Joaquin M. Barrero

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  • Viajera en el deseo 3 de Ana Allende

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    Evan y yo no encontramos en la cama de la habitacion. El paquete de toallas sanitarias sin abrir entre nosostros. Esto no puede estar sucediendo, se supone que yo tengo colocado un implante en el brazo derecho queevita me vea inmersa en situaciones como estas. Trato de recordar cuando fue la ultima vez que me hice un chequeo. ?Como se supone que voy a tener un bebe de un hombre al que solo tengo un par de semanas conociendo? Todo esta sucediendo muy rapido, miro de reojo a Evan y esta practicamente pasmado; no emite ningun tipo de comentario. Sentado, con la boca entreabierta y los ojos muy grandes. No me sorprenderia que ahora mismo recogiera sus cosas y corriera lejos. Corro al bano y comienzo a vomitar, creo que todo lo que he comido los ultimos dias empieza a salir. Siento como si estuviera dentro de una pelicula de terror. Alguien esta parado en la puerta del bano, no hace falta levantar la cara para saber que es Evan. --Si tienes que irte, vete. Intento contener las lagrimas, pero cuando me toca y me abraza lloro desconsoladamente. --No tienes que disculparte. Yo si debo irme. No puedo creer lo que me esta diciendo ?de verdad se alejara de mi? Evan me planta un pequeno beso en el cabello y escucho como se marcha y cierra la puerta. Se fue. Tirada en este frio piso del bano, levanto la cara y me percato de la soledad de mi cuarto. No me habia dado cuenta hasta este momento de lo oscuro y triste que puede ser la soledad de un cuarto. Cojo fuerza y me levanto. En el espejo mis ojos rojos de tanto llorar, el cabello despeinado,ojeras y palidez. Me veo horrible y desastrosa, tanto por dentro como por fuera. ?Lo puedo culpar? Aun si hubiera sido planificado seria una sorpresa muy grande para una pareja que todavia se esta conociendo Empiezo a pensar que todo esto es un error pero me coloco la mano en la barriga y pese a todos los nervios y preocupaciones que puedo tener y la enorme tristeza que me embarga solo puedo sonreir. Una sonrisa enorme que detiene mis lagrimas y llena de calidez mi corazon. Justo en este momento me doy cuenta que esto no es un error, es una bendicion, dentro de mi crece una personita que todavia no sabe de tristeza, ni de problemas, ni de nada, solo debe de saber de amor, el amor que sentian sus padres cuando lo estaban haciendo aun sin saberlo. Abrazo mi abdomen y sonrio aun mas grande si es que es posible, ya no tengo dudas, solo tengo amor, amor por mi bebe, ya que acepto que sere mama. Despues de ver a mis padres sacare tiempo para ir al medico, todavia tengo que hacerme una prueba de embarazo porque aunque todos los sintomas lo indican no tengo una prueba que lo avale. Cuando me estoy vistiendo veo que la maleta de Evan sigue en el cuarto, tal vez corrio tan rapido que la olvido y seguro manda por ella ahora mas tarde. --Buenos dias, nana. --Buenos dias mi nina. --?Sucede algo? --No se, dimelo tu. ?Donde esta Evan? ?Se pelearon? Recuerda mi nina que en el exito de una relacion se encuentra la paciencia. --Si, lo se, pero no te preocupes, todo estara bien. --Eso espero porque ese muchacho es perfecto para ti, no lo vayas a perder. Cuando salgo de la casa me siento calmada y feliz, pero en cuanto entro a mi carro, lo prendo y escucho Girls like you de Maroon 5, y mi estado de animo cae en picada. A Evan le encanta esa cancion; anoche me la canto camino a casa, jurandome que nunca habria una chica como yo para el y que me querria para siempre. Cuando llego al hospital mis padres se encuentran muchisimo mejor, ambos me preguntan por Evan y para no preocuparlos les digo que se esta haciendo cargo de una eventualidad que salio en uno de sus restaurantes. Una enfermera entra para sacarles un poco de sangre para unos examenes que deben hacer, mientras la enfermera se entretiene con mi madre, mi padre me mira con ojos de intriga. --?Estas bien? --Si. Me alegra que esten en tan buen estado de salud. --Sabes que no me refiero a eso. ?Todo bien con Evan? --Claro, lo que pasa es que anoche me dormi tarde y me siento cansada todavia. --Helen, ?recuerdas cuando estabamos recien casados? --!Como olvidarlo amor!, las noches en vela riendo, conversando y haciendo el amor… Paso la tarde con mis padres. Cuando les vuelvo a contar lo de Leah con lujos y detalles ambos se emocionan y mi mama hasta llora un poco, todos coincidimos que Carter es un buen muchacho y que de verdad la quiere. --Quisiera tener el dinero suficiente para ayudarla con la boda --dice mama--. Ella se merece una boda de ensueno. --Pero el desgraciado de Tom nos dejo con lo suficiente para vivir; a mi tambien me gustaria ayudarle, ella es una buena chica, pero ahorita no estamos en la disposicion de ayudar a nadie. --Por cierto, mi nina, ?ethan como ha sobrellevado todo esto? --No lo se mama, no he hablado con el desde... bueno desde un percance que tuvimos. --Es una lastima que ese pobre muchacho haya tenido que pasar por tanto, en tan poco tiempo. Yo asiento con la cabeza; ella se refiere a la vida que el ha llevado, su madre murio cuando el tenia 8 anos de edad, le diagnosticaron cancer de mama, ella se sometio a todos los procedimiento pero no fue suficiente y fallecio rapidamente. Ethan es hijo unico, al igual que su madre y su padre, sus abuelos fallecieron unos antes de la muerte de su madre y otros despues, es decir que el nunca conto con nadie en cuanto a apoyo o lo que fuere. No tuvo primos ni tios ni nada, despues de la muerte de su madre su padre fue su unico apoyo, pero no sabia como manejar la perdida de una esposa y se perdio en la bebida un tiempo hasta que mi padre lo ayudo a salir de eso y hacer una mejor persona o eso fue lo que nosotros pensabamos. Creo que despues de todo le debo aunque sea una llamada para ver si esta bien, me prometo a mi misma hacerlo despues que salga de todo esto de mis padres y de... mi supuesto embarazo. Son las 3 de la tarde, mi consulta con el ginecologo es a las 4 y no quiero llegar tarde, asi que sutilmente me despido de mis padres. La secretaria me llama, es mi turno, asi que respiro hondo y me dispongo a afrontar la situacion mas dificil de mi vida. Despues de un par de preguntas hechas por el medico. Aunque me manda a hacer un examen de sangre, me da una caja con un dispositivo casero para que salgamos rapidamente de dudas. Hago exactamente lo que dice la cajita, coloco unas gotas de orine en el dispositivo, le pongo la tapa, salgo del bano y se la entrego al doctor; esperamos los dos minutos mas largos de mi vida y cuando el doctor ve la prueba y sonrie, ya no necesito mas afirmacion, estoy embarazada. --?Quiere que le realice un ecograma en estos momentos o desea esperar darle la noticia al padre y venir junto con el? Me imagino que este embarazo no es deseado, pero le aseguro que cuando tenga a su bebe en los brazos por primera vez todo eso que siente en este momento pasara y despues sera la mujer mas feliz del mundo. Me dirijo al carro y conduzco hasta mi hogar, no se si es por el embarazo pero me siento agotada, solo quiero acostarme en mi cama y llorar un poco por el hombre que quiero pero que ya no tengo. Cuando entro a la casa Maria me esta esperando con mi cena lista. --Evan estuvo por aqui. Se llevo su maleta, me dijo que se contactaria contigo. Tienes que decirme lo que sucede. --No es nada; tuvimos una discusion la otra noche pero de seguro lo resolveremos. Me dirijo a mi habitacion, entre lagrimas me bano, me visto y me acuesto, me quedo dormida y sueno con un cuarto rosado, una cuna y una bebe hermosa blanca como la nieve con los ojos como los mio. CAPITULO 2 Me encuentro profundamente dormida, inmersa en un fantastico sueno. Evan y yo acurrucados en la cama, el diciendome cuanto me ama y yo respondiendole con besos y mimos; todo es tan bonito que inmediatamente se que es un sueno. --Por dios maria dejame dormir un poco mas. --No soy Maria. --?Que haces aqui? Pense que habias regresado a Madrid. --?Como me voy a ir? --Te fuiste Evan, en el momento que mas te necesitaba. --No es lo que piensas amor. --?Y que es? --Estaba organizando las cosas. --?Que cosas? Habla. --?Confias en mi? Evan conduce un auto nuevo. Voy entretenida mirando por la ventana, pensando en la curiosidad que me ocasiona el saber que es lo que tiene que mostrarme Evan. Desde que nos montamos en el vehiculo no ha emitido ni una palabra y no se si eso sea algo bueno o algo malo, pero trato de no pensar mucho porque las lagrimas amenazan con aparecer de nuevo. Aparcamos frente a una hermosa casa, se podria decir que es la tipica casa de sueno americano, Evan se baja del vehiculo sin mediar palabra y yo hago lo mismo aunque el no me lo ha pedido, pero este lugar me causa curiosidad y quiero saber para que me trajo. --?Que hacemos aqui, Evan? Cruzamos la pequena cerca blanca y caminamos por el amplio jardin de la casa, es hermoso, tiene mucha grama y dos arboles grandes en cada lado, uno tiene un columpio y eso me hace sonreir y tocar mi estomago de manera inconsciente. a ese lugar, suelto su mano me cruzo de brazos y me preparo para preguntarle. --?Que te parece la casa? --Es linda, pero no entiendo que tiene que ver todo esto conmigo. --Pues tiene que ver todo contigo. Lamento mucho que pensaras que te abandone. --Haberte rescatado ese dia en la cafeteria de Madrid fue lo mejor que pude haber hecho en mi vida, despues de eso quede enganchado a ti y cuando me diste la oportunidad de estar contigo supe y te lo dije que ya no seria capaz de dejarte ir. Compre esta casa para ti, para nosotros, para que sea nuestro espacio, nuestro hogar. Se arrodilla mientras mis ojos se agigantan por un segundo y mi boca se abre escandalosamente. --Hanna Moore ?quisieras ser mi esposa y compartir todo esto conmigo? --?Como me puedes pedir que me case contigo si ni siquiera estas seguro si estoy o no embarazada? --Eso no importa amor, no te pido que te cases conmigo por el bebe, te pido que te cases conmigo porque te amo y porque quiero un hogar contigo. Ahi nos encontramos por un par de minutos y cuando de su bolsillo trasero saca una pequena caja y me la entrega me doy cuenta que todo esto esta sucediendo en realidad. All abrirla me encuentro con una argolla de oro blanco y en su centro un hermoso diamante rosado en forma oval, lo miro y veo una pequena chispa en sus ojos y no puedo evitar sonreir, pero antes de ponerme el anillo debo ser sincera y sacarme unas cuantas espinas del pecho. --Evan ?estas seguro que esto es lo que quieres? --?Que parte no entiendes? Quiero estar contigo. --Aun si fuera cierto que estoy embarazada no debes sentirte responsable, estamos en pleno siglo XXI, yo puedo salir adelante. Me toma de las manos, me mira a los ojos y sonrie. --Hanna, desde que te conoci supe que no habia nadie mas perfecta para mi que tu, con o sin bebe.

  • La vida real en tiempos de la felicidad de

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    ?Es usted feliz? ?Cree que podria ser mas feliz? ?Por que parecen los demas tan felices? ?Lo son realmente? ?Hay que ser siempre positivo? ?Existe una ciencia de la felicidad?
    La felicidad y la actitud positiva son la ideologia de nuestro tiempo. Perseguir la felicidad se nos presenta casi como una obligacion. Preocuparse por el propio desarrollo, pase lo que pase a nuestro alrededor, nos parece de lo mas natural. La psicologia positiva se autoproclama como la ciencia de la felicidad y nos ofrece tecnicas para ser felices, dificiles de rechazar, bajo el supuesto de que quien no es feliz es porque no quiere.
    La tesis de este libro es que no existe tal ciencia de la felicidad y que su discurso no conduce a una vida con mas sentido, ni individual ni colectivo. Escrito por psicologos de distintas especialidades, este volumen aporta una critica integral de la psicologia y de la ideologia positivas de nuestro tiempo. Sin dejar de reconocer la racionalidad de la psicologia positiva, muestra la inconsistencia de sus fundamentos y hallazgos cientificos. Mas que en la ciencia, el sentido de la psicologia positiva se enmarca en una tradicion ideologica muy peculiar (norteamericana, individualista y neoliberal). Por ello, la psicologia positiva encierra su propio camino de servidumbre en el mundo del trabajo y de la nueva empresa. En definitiva, se propone un enfoque alternativo (sin recetas ni promesas) sobre la cuestion de la felicidad y su funcion en nuestras vidas.

  • La carachupita Alina de Gavino Quinde Pintado

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    La carachupita Alina se encuentra en un dilema: adentrarse en la Gran Ciudad o regresar al bosque. Ha recorrido un camino largo, en busca de una familia de humanos con quienes tuvo una buena experiencia. Algunos animales le motivan en su busqueda, otros le aseguran que ellos, los hombres, no son buenos. ?Que hara la carachupita Alina? ?Los buscara por entre los edificios, entre los vehiculos, el cemento y las peligrosas calles de la Gran Ciudad? ?Los encontrara?

  • Luchando por ella de Amy Brent

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    iona Cassidy Aunque parezca de locos, creo que Kyle queria que lo pillara follando con Wendy Lowenstein en nuestra propia cama aquella noche. Sabia que yo llegaria despues de las diez. Era como si todo estuviera planeado solo para ver mi mirada de sorpresa y mi cara de asco. Wendy era la jefa de Relaciones Publicas de la empresa de Kyle, Cassidy Event Management. Una pelirroja bajita, de tetas grandes y expectativas pequenas, que habria saltado de un puente si Kyle le hubiera dicho que lo hiciera. Era guapa, aunque iba siempre demasiado maquillada; de ojos azules y labios gruesos, que mojaba con la lengua todo el tiempo, especialmente cuando Kyle estaba en la misma habitacion. Resultaba muy triste lo pateticamente colada que estaba por mi marido. Por supuesto, Kyle era apuesto; alto, se mantenia en forma, tenia un bonito cabello rubio arena, tez bronceada, brillantes ojos verdes y una preciosa sonrisa que, en los viejos tiempos, hacia que me derritiese. Parecia mas un surfista vestido de Armani que el director general de una multimillonaria empresa dedicada a la organizacion de eventos. Y la mayoria de las veces, actuaba de esa manera. Tambien era un verdadero seductor, demasiado cuando se trataba de mujeres con las que queria acostarse. Kyle se autoproclamo como un experto dando abrazos. Si eras mujer, encontraba una razon para tocarte el brazo o ponerte la mano en la espalda. Te abrazaba cuando entrabas en la habitacion y te abrazaba cuando te ibas. A veces, el gesto duraba demasiado como para ser simple cordialidad. A mi solia abrazarme asi. Y yo solia disfrutarlo. Ahora, en cambio, no. Encuentro sus abrazos repulsivos. Lo mas chocante de pillarle con Wendy fue que ella no encajaba en su tipo. Wendy era bajita, no estaba delgada y era la tipica persona ansiosa por complacer. Todas las mujeres con las que me habia enganado, al menos las que yo conocia, eran altas y delgadas, de pelo rubio y ojos azules, como yo. Tal vez mi magullado ego asumia que yo establecia el estereotipo de las chicas con las que Kyle se acostaba. Tal vez el hecho de que se parecieran a su esposa era solo una coincidencia. O, tal vez, nunca tuvo un tipo de mujer en concreto. Quiza se habia abierto camino entre las rubias altas y, ahora, estaba pasando a las pelirrojas gorditas. No me sorprendio lo mas minimo que Wendy se acostara con mi marido. Se lo habria follado en la plaza del pueblo al mediodia si el quisiera. Ella, literalmente, babeaba cuando Kyle la miraba. Practicamente tenia tatuada en la frente la palabra <>, al menos en lo que respectaba a Kyle. Siempre senti un poco de lastima por ella, hasta que la encontre tirandose a mi marido en mi casa, en mi cama. No me habria molestado tanto si se lo hubiera montado con Wendy en su despacho, apoyando su gordo trasero sobre su escritorio, pero la trajo a mi casa, le quito la ropa y se la follo en mi cama. Hace mucho tiempo que dejo de importarme que Kyle follase con otras, era un hecho que habia asimilado ya, pero tenia que respetar ciertos limites si esperaba que siguiese casada con el. Y mi casa estaba fuera de ellos. Kyle sabia que iba a asistir a esa cena benefica con sus padres --su propia empresa la patrocinaba--, que terminaria sobre las diez y que me iria directamente a casa, por lo que llegaria a las diez y media como muy tarde. Debi suponer que algo pasaba cuando vi a ese babuino de Danny O’Shea frente a nuestro edificio, fumando con el portero. Kyle no era capaz ni de ir a cagar, a menos que supiera que Danny vigilaba. Desde luego, su vida no estaba en peligro. No era ningun mafioso, por el amor de Dios, aunque a veces creo que se imaginaba a si mismo como tal. Su serie favorita era Los Sopranos. Adoraba a Tony Soprano; el mafioso asesino, tramposo, despiadado y fornido que hacia lo que queria a quien queria, sin importarle las consecuencias. La idea de hacer lo que quisiera, sin tener que rendir cuentas, fascinaba a Kyle. --Imaginate el vivir sin preocuparse por las repercusiones de tus actos --me dijo una vez mientras veiamos la serie en la cama, despues de una ronda de sexo a medias--. ?No seria genial? Esa fue su manera de decirme que yo era una repercusion. Yo era la unica ante la que respondia, aunque ya no lo hacia mucho. No le importaba lo que yo pensara, siempre y cuando mantuviera las apariencias y no malgastara su fortuna familiar. La diferencia entre Tony Soprano y Kyle Cassidy era que Tony Soprano era un ganster y Kyle no. Aunque ambos coincidian en algo: no tenian corazon. Danny O, como Kyle llamaba a su gorila, no me dijo nada cuando sali de la limusina y espere a que el portero me abriera la puerta para entrar. Danny habia sido luchador profesional y su cara lucia las marcas y cicatrices de la docena de anos que habia pasado peleando contra otros hombres tan grandes como el. Su frente colgaba sobre sus ojos, como la ceja de un cavernicola. La nariz se la habian roto numerosas veces, por lo que en el puente tenia un chichon y la punta se inclinaba extranamente hacia la derecha. Su oreja derecha habia sido tan golpeada que, ahora, semejaba una coliflor y su rapada cabeza estaba llena de cicatrices, que el mostraba como insignias de honor. Su complexion era fuerte, por supuesto; hombros anchos y brazos gruesos que parecia que, en cualquier momento, romperian las costuras de los caros trajes que llevaba; trajes comprados por mi marido. Lo mas amenazante de Danny O’Shea, al menos para mi, eran sus ojos. Nuestras miradas se encontraron un instante cuando sali de la limusina y camine hacia la puerta. Fue como mirar fijamente los ojos muertos de un tiburon justo antes de que hundiera sus dientes en tu carne. No soportaba estar cerca de Danny O’Shea y sabia que el no me apreciaba mucho. Me miraba como si fuera a comerme de un solo bocado, pero Kyle adoraba a ese pitbull. Danny haria lo que Kyle le dijera, cosas que mi marido nunca se atreveria a hacer por si mismo. Una vez dentro del ascensor, puse mi tarjeta en la ranura y marque los numeros del teclado para que me llevara a nuestro atico, en el piso 30. Me recoste contra la pared del fondo y suspire. Entonces, contemple mi reflejo en las puertas de espejo. Parecia cansada, a pesar de que el maquillaje y el pelo siguieran aun perfectos. El corto vestido negro que llevaba y los tacones hacian que mis tonificadas y bronceadas piernas se vieran increibles, pero los zapatos me estaban matando y el tanga se me habia metido incomodamente por el culo. Lo unico que deseaba en ese momento era llegar a casa, desnudarme y meterme en la banera. Di por hecho que Danny habia avisado a mi marido de que estaba subiendo. Kyle probablemente ya estaria borracho, repantingado frente a la television, viendo una pelea de lucha libre. No me sorprendio que no se presentara aquella noche a la velada, aunque me habia jurado que lo haria. Las promesas de Kyle tenian muy poco peso para mi. ?Por que se molestaba en mentirme, si ambos sabiamos que no las cumpliria? Supongo que era un habito. A veces me preguntaba cuanto tiempo tratariamos de seguir manteniendo lo nuestro. Kyle odiaba todo lo que no implicara a hombres sudorosos dandose palizas sobre un ring o a mujeres bailar desnudas alrededor de una barra. Los actos de caridad eran proyectos de su madre, Ramona, y como el padre de Kyle --Edward-- era el dueno de la compania y controlaba los hilos, querian que su unico hijo estuviera con ellos. Kyle tenia que asistir, sin embargo, solia inventarse cualquier excusa de ultimo momento para no ir y a mi no me quedaba otra que acudir sola. Eso no me importaba. En realidad, me caia bien su padre y podia tolerar a su madre. Ademas, resultaba agradable alejarse de el, aunque fuera solo por una noche. --Nos vemos alli, Fee --me habia dicho mi marido por telefono a las ocho. Supongo que me llamo <> porque Fiona debia ser demasiado esfuerzo para el. Cuando trate de localizarlo, media hora despues, saltaba directamente el buzon de voz. Su madre estaba decepcionada. Su padre, furioso. A Kyle le esperaba una buena bronca el lunes, aunque no serviria de mucho. Las puertas del ascensor se abrieron en nuestro vestibulo. El atico era enorme --tenia mas de quinientos metros cuadrados-- y era todo un homenaje al despilfarro. Mi suegra habia insistido en decorarlo como regalo de aniversario y Kyle se nego a que yo lo redecorara porque eso heriria los sentimientos de su madre. Dios, odiaba aquellos adornos tan recargados, los muebles antiguos, el pesado papel tapiz y las persianas. Parecia sacado de una vieja pelicula. El dia en que la madre de Kyle muriera, seria el dia en que comenzaria la redecoracion. El atico tambien tenia mucho mas espacio del que necesitaban dos personas. Incluso aunque, como nosotros, se evitaran y vivieran en extremos opuestos de la casa. Mi dormitorio era mi santuario personal, mientras que Kyle pasaba la mayor parte del tiempo en la sala, donde una gigantesca pantalla de television cubria una pared entera. Cuando Kyle compro el piso, sin siquiera consultarme, dijo que era porque seria el lugar perfecto para formar una familia ya que habria espacio de sobra para que los ninos jugaran. Eso fue hace cinco anos y todavia no tenemos hijos. Lo intentamos durante un tiempo, sin embargo, luego parecio convertirse en una carga para el; tener relaciones con el fin de tener hijos, en vez de como simple diversion, no es lo suyo. Asi que, el sexo disminuyo de manera constante y la idea de formar una familia se perdio por el camino. Me alegro de que no hubieramos tenido hijos. No desearia que un nino tuviera que soportar un matrimonio como el nuestro. Aunque, lo cierto, es que tampoco recuerdo cuando fue la ultima vez que nos acostamos juntos. Apostaria a que no fue muy bueno. Al salir del ascensor, el atico estaba en silencio. Deje el bolso y las llaves en la mesita del vestibulo y me saque los tacones porque los pies me estaban matando. Cogi los zapatos y me dirigi a nuestra habitacion. El dormitorio principal se hallaba al final de un largo pasillo. Iba por la mitad del corredor cuando, de pronto, oi unos gemidos que procedian de nuestro cuarto, cuya puerta estaba entreabierta. Enseguida supe lo que pasaba alli dentro. Reconoci vagamente los silbidos y grunidos de Kyle. Eran unos sonidos que hacia mucho que no oia. Como pude encontrarlos sexis antes. Me acerque hasta la puerta y me asome. Entonces, vi a Wendy acostada en mi cama, con el culo en el borde del colchon. Sus piernas se encontraban abiertas de par en par, sus pies en el aire y apretaba los punos con fuerza en mis sabanas. Kyle estaba de pie entre sus muslos, sosteniendola por los tobillos, mientras entraba y salia de ella con un movimiento tan brusco que parecia que montaba un toro mecanico. Me concentre en Wendy por alguna razon. Probablemente porque ya habia visto a Kyle follar y nunca fue tan impresionante. Sus grandes tetas saltaban como globos de agua en su pecho. Tenia los ojos cerrados y se mordia el labio inferior, al tiempo que emitia pequenos chirridos cada vez que Kyle se metia en ella. Kyle iba a toda velocidad. Salia casi fuera de su sucia vagina y, luego, empujaba tan fuerte que sus pelotas golpeaban su culo carnoso y causaron que todo su cuerpo saltara. La polla de Kyle no era larga, pero era extranamente gruesa, semejaba mas un pepino gordo que un pene. Tuve que reconocerle el merito. Estaba dandole un gran uso a lo que tenia. Aparentemente, no habia perdido su toque porque Wendy lloraba como una verdadera banshee al ser liberada de la caja de Pandora.

  • Una Odisea de Daniel Mendelsohn

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  • Las manos de mi madre de Karmele Jaio Eiguren

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    Veo una nina en la orilla de la playa. Levanta un muro de arena mojada, lo moldea con sus manos hasta construir la proa de un barco, y se sienta dentro, de cara a las blancas olas, con los pies al frente. Tiene los pies arrugados, como sus manos. El agua se le acerca, y una ola ataca la parte izquierda de la proa, pero la nina vuelve a levantar el muro y se queda de rodillas, con el tirante del banador caido del hombro, preparada para hacer frente al siguiente ataque. Sabe que el mar acabara ganando la batalla y que las olas arrastraran su barco de arena como la lengua se lleva un helado, pero, aun asi, defiende con unas y dientes su pequeno reino. Con las mandibulas bien prietas. Huele a verano. Recuerdo el olor de la crema de sol mientras la mano de mi madre resbalaba por mi espalda. Mi padre paseando por la orilla y mi madre tumbada en una hamaca. Hoy, treinta anos despues de haberse tomado esta fotografia, mi madre tambien esta tumbada, aunque no en una hamaca de playa, sino en la cama de un hospital. Y el calor se ha hecho frio, el ocre de la imagen se ha vuelto blanco. Es un blanco casi violento, como el de la silla en la que estoy sentada y desde la que miro las manos de mi madre, mientras guardo en el bolso la vieja fotografia en la que una nina se atreve a retar al mar. Estan posadas sobre las sabanas, sin mover un dedo, parecen manos de piedra, como si la sangre de sus venas se hubiera convertido en agua estancada. Esconde con sus manos el nombre del hospital estampado en el embozo, como si quisiera ocultar donde se encuentra. Como si, incluso dormida, hiciera todo lo posible para no preocupar a nadie. Esconde con sus manos la palabra Ospitalea estampada en las sabanas, igual que ha ocultado durante anos tantos suspiros y lagrimas, secandolas en el delantal de cocina. Pero entre los dedos ha dejado al descubierto parte de la palabra: ...tale. Y me hace gracia, porque la palabra tale significa "cuento" en la lengua de mi marido, y desde que la ingresaron, mi madre tambien vive en una especie de cuento. Cuando me acerco a ella, me parece ver en sus ojos siluetas de ninas jugando en el patio de un colegio, e incluso me parece oir sus gritos y sus risas. Cuando abre los ojos, nos sonrie a Xabier y a mi, pero no nos reconoce, aunque seamos sus hijos, aunque un dia nos diera la vida en este mismo hospital, antes de que lo reformaran. Aun asi nos sonrie, y su sonrisa aligera la carga que sentimos sobre los hombros desde que la ingresaron. En parte, al menos. Mi madre lleva ya mas de una semana rodeada de sabanas blancas y azules, y si las cosas no cambian mucho, nos van a dar las Navidades aqui, sin salir del hospital. Estamos solas en la habitacion, y ella duerme. Duerme casi todo el dia, como los bebes. La cama de al lado de la ventana esta vacia y solo las toses de otras habitaciones rompen este silencio incomodo. Escucho mi respiracion, tambien la de mi madre, y no consigo concentrarme en nada mas que en mirar sus manos. Soy incapaz de leer dos lineas seguidas de una revista, o seguir contemplando con tranquilidad las fotografias que he traido para ensenarle, para hacerle recordar, tal y como nos pidio el doctor. Las venas de sus manos parecen carreteras llenas de curvas. Son las mismas manos que alzan la barbilla de una nina en una foto en blanco y negro. "Levanta esa cabeza, Nerea". Recuerdo las manos de mi madre en mi barbilla, animandome para que mirara a la camara. Miro a la cama vacia que hay junto a la ventana e imagino a una nina y un nino saltando sobre el colchon. Se lanzan cojines y rien, rien sin descanso. La habitacion se llena de risas infantiles, y tras ellas, oigo al fondo la voz de mi madre, "no hagais tanto ruido que subiran los vecinos", pero la nina y el nino siguen saltando, y riendo, como si estuvieran en el patio del colegio. Y me veo riendo, saltando sobre la cama. Mi hermano desaparece, tambien la voz lejana de mi madre. Salto con fuerza sobre el colchon, y me quedo en el aire, colgada del cielo, como si me hubiesen crecido alas en la espalda, y un fuerte viento me arrastrara de repente por la ventana. Sobrevuelo la ciudad buscando algo, como una gaviota sobre el mar. Paso por encima de tejados rojos y chimeneas humeantes, hasta llegar a la ventana entreabierta de una casa. Me cuelo y aparezco en una sala de estar. Hay un televisor de la marca Telefunken enfrente y sobre el una foto, en un marco. Ahi estan. Nada mas verlas descubro que es lo que buscaba. Son las manos de mi madre. Manos en blanco y negro que alzan la barbilla de una nina que apenas se atreve a mirar a la camara. Y de repente todo se vuelve blanco y negro y escucho una voz lejana, "Nerea ?quieres hacer el favor de levantar la cabeza?". La voz me pide que mire al fotografo, por favor, y cojo aire y aspiro el olor a lejia y jabon de Marsella de las manos de mi madre que me sujetan la barbilla. Una melodia proviene de la cocina. Mi madre escucha alli la radio, mientras remienda los calcetines de futbol de mi hermano con las gafas en la punta de la nariz. Cierro y abro los ojos y la veo apuntando en un cuaderno los gastos de la compra, "tomates cinco pesetas, huevos siete pesetas", dejando casi sin punta el lapiz afilado con cuchillo. La veo en una habitacion, sentada al borde de la cama de una nina, acariciando con su mano su frente y susurrandole una cancion. No callara hasta que la nina se duerma. La melodia me sobresalta. Miro a mi madre, tumbada en la cama del hospital, y compruebo que no es ella la que canta. No ha abierto la boca. Sigue quieta como el muro de una iglesia centenaria. Pero yo sigo oyendo la voz que susurra una cancion de cuna. No callara hasta que la nina duerma. Y por un momento, siento las manos de mi madre acariciando mi frente, a pesar de que estan quietas sobre la sabana. A pesar de que parecen de piedra. Y mis ojos siguen sin apartarse de sus manos. Las miro con tanta atencion que hasta llego a creer que sus dedos van a echar a hablar en cualquier momento, que voy a encontrar en las manos de mi madre la respuesta a todas las preguntas que nunca le hice, que voy a poder escuchar los pensamientos que ha guardado durante anos. Todo eso simplemente mirando con atencion sus manos. Mirando esas mismas manos que ocultan ahora la palabra hospital estampada en la sabana. Entre sus dedos se puede leer la palabra tale, "cuento" en la lengua de mi marido, y no puedo evitar sonreir, porque desde que la ingresaron, mi madre tambien parece vivir en un cuento. Con la sonrisa congelada, alzo la vista y miro hacia la cama vacia junto a la ventana. Las sabanas estan revueltas, como si alguien hubiese estado saltando sobre ellas.

  • Nora: Diario de una amante de Esperanza Alonso Campos

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    Nora solo quiere amar y ser amada, pero la suerte no le acompana en su empeno. Ella misma nos cuenta sus aventuras y, sobre todo, sus desventuras romanticas. ?Sera capaz de encontrar a su hombre ideal?

  • Necios y mortales de Bernard Cornwell

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    Londres, siglo XVI.
    En el corazon de la Inglaterra isabelina, el joven Richard Shakespeare suena con una brillante carrera en los teatros londinenses, dominados por su hermano mayor, William. Aunque este le da trabajo en su compania, los papeles son minimos, y Richard esta sin un centimo y tiene que buscarse la vida para sobrevivir. La gratitud que siempre ha sentido hacia William comienza a resquebrajarse, y llega a plantearse robar los manuscritos de su hermano y venderlos a teatros rivales.

  • Algun Dia, Hoy de Angela Becerra

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    En una noche de tormenta y barro nace una nina bastarda a la que, creyendola muerta, bautizan con el nombre de Betsabe. Nadie sabe que en su interior lleva la fuerza de la feminidad, asi como la magia y la rebeldia que la haran superar todos los obstaculos. Creara un vinculo indisoluble con su hermana de leche, Capitolina, una pobre nina rica, y ninguno quedara indiferente a su mirada de fuego. Ni siquiera Emmanuel, el revolucionario frances salido del Montparnasse mas artistico que, al conocerla, caera enfermo de amor.

  • Blaze – Stephen King de Stephen King

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    Clay Blaisdell, llamado Blaze por todos, mide dos metros y pesa ciento treinta y seis kilos. Es un verdadero gigante. Sin embargo, hasta conocer a George Rackley nunca habia hecho nada grande.

  • Homo Lubitz de Ricardo Menendez Salmon

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    Richard O’Hara aguarda en un hotel de Shanghai la firma de un contrato entre el Gobierno de China y las farmaceuticas occidentales que lo convertira en un hombre rico. Tras su estancia en Asia, recibe un extrano encargo: hallar el paisaje que aparece en una vieja fotografia. Obsesionado por esa imagen, emprendera entonces un viaje alrededor del planeta en compania de una mujer llamada Amanda. En este thriller vertiginoso, en el que los accidentes juegan un papel decisivo, los vampiros son coleccionistas de arte y el cineasta David Cronenberg explica cual es el verdadero espiritu del siglo xxi, Ricardo Menendez Salmon muestra su confianza en la ficcion literaria como instrumento para interpretar nuestro mundo.

  • El suspiro del infierno (Los Elementos Oscuros 3) de Jennifer L. Armentrout

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    ALGUNOS AMORES DURARAN HASTA EL ULTIMO SUSPIRO

  • San Valentin en Alaska (Alaska 2) de N. Q. Palm

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    <>, o eso afirmaban las historias que Susan habia oido siendo pequena. Los hombres que alli vivian no eran unos simples mortales, y habia uno en especial, que llamaba poderosamente su atencion. Storm era alto, musculoso y muy atractivo. Mas o menos como el hombre que la habia atacado dos meses atras, y al que no reconocio. Asi que no iba a haber un acercamiento por su parte. Ella desconfiaba de esos tipos.
    Storm miraba con deseo a la mujer que se cruzaba de vez en cuando en la ciudad, pero el ya habia cubierto el cupo. En su linaje habia unas normas, y el no estaba exento de ellas. Seguiria admirando su curvilineo cuerpo y sonando con poseerla. Nada mas que eso. Pero esos ojos azules no hacian mas que aparecer en su mente, una y otra vez.
    Cuando un suceso precipita las cosas, tanto Storm como Susan tendran que superar los obstaculos que una cultura y otra impone sobre ellos.

  • Las horas de terciopelo de Alyson Richman

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    Cuando los nazis amenazan con tomar el control de paris, una joven cierra para siempre el maravilloso departamento de su abuela, dejando tras sus puertas tesoros y bellezas inimaginables.

  • La muerte de la verdad de Michiko Kakutani

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    En Los origenes del totalitarismo, Hannah Arendt escribio que “el sujeto ideal para un gobierno totalitario no es el nazi convencido ni el comunista convencido, sino el individuo para quien la distincion entre hechos y ficcion, y entre lo verdadero y lo falso han dejado de existir”. En este libro, Michiko Kakutani advierte que las palabras de Hannah Arendt ya no parecen referirse a acontecimientos de hace mas de un siglo sino que describen lo que ocurre en el mundo en que hoy vivimos. Kakutani analiza como los diversos populismos y fundamentalismos erosionan la idea de verdad y las instituciones democraticas al imponer el miedo y la ira por encima del debate razonado, y de que manera se imponen aquellas construcciones retoricas que apelan unicamente a la emocion y al sentimiento. ?Como ha sido posible que la verdad y la razon se hayan convertido en especies en peligro de extincion? ?Que augurasignifica su agonia para nuestro discurso publico y el futuro de nuestras politicas y nuestra gobernanza? Responder a todas estas cuestiones es el objeto de este libro.

  • Un cafe a medianoche de Santana M. Hernandez

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    Alana regenta un bar con terraza junto al mar. Su vida transcurre con tranquilidad en un pueblo costero, con su activa abuela y su querida amiga y socia Candela. Pero esa tranquilidad se rompe cuando una noche aparece en la terraza un atractivo desconocido que le dedica una nota:

  • El caliz y la espada de Bernardo De Worms

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    Corre el ano 797 y el reino de Carlomagno esta a punto de alcanzar su apogeo. La espada del monarca se ha convertido en garante de la estabilidad de la Iglesia en cuanto se refiere a su poder secular, pero tambien de su expansion a nivel de dominio espiritual en Europa. Pronto el Papa Leon III lo coronara Emperador de occidente. Sin embargo, en una abadia de Alemania, se conserva, protegido por el mayor secreto, un objeto fabuloso que, se dice, otorga un poder ilimitado al Rey; pero que, por esa misma razon, despierta un prurito inmoderado de posesion entre sus enemigos. A la muerte del nonagenario Ramiro, discipulo del monje que lo habia sacado de Espana para evitar que cayera en manos de los musulmanes y cuya reputacion de mago omnimodo lo habia convertido en su temible custodio, se desencadena en la abadia, entre los diferentes grupos de espias a sueldo de las grandes potencias de la epoca, una lucha cruel por apoderarse de el o, cuanto menos, de usarlo en beneficio propio. Para ello, no dudaran en asesinar y torturar. Sin embargo, cuando al fin consiguen hallarse ante el objeto de todos sus deseos, mueren sistematicamente, pues desconocen la clave que les hubiera permitido un uso eficaz. Bernardo, un joven novicio recien llegado al monasterio, acabara descubriendola.

  • April, adam y la trayectoria de planetas de Andrea Longarela

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  • Respirame de Laura Rocca

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    Freya no cree en el amor, el matrimonio ficticio de sus padres devasto todas sus expectativas en cuanto a los sentimientos.
    Solo hay dos cosas que le alegran la vida: Chase y un libro antiguo: <>.
    Chase es muy agraciado, siempre sonrie y dice la verdad en todo momento, pero es demasiado para ella: inaccesible.
    Pero al destino le gusta jugar y cambiar las tornas.
    Cuando Freya se ve al lado de Chase, comete un unico gran pecado: se permite ser feliz, se deja llevar por el amor.
    Chase es muy deseado, por lo que esto provocara la envidia de quienes la rodean. De la noche a la manana, la vida de Freya se convertira en un infierno, los amigos le daran la espalda y no dejaran pasar la ocasion de senalarla con el dedo.

  • Una sombra en la oscuridad de Robert Bryndza

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  • Una Vez Tomado (Un Misterio de Riley Paige 2) de Blake Pierce

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    Mujeres estan siendo asesinadas en el norte del estado de Nueva York, sus cuerpos encontrados misteriosamente colgando en cadenas. El FBI esta en el caso. Dada la naturaleza bizarra de los asesinatos y la falta de pistas, solo hay una agente a la que pueden recurrir-la Agente Especial Riley Paige.

  • Besos bajo la lluvia, Joana Arteaga de Joana Arteaga

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  • Los caminantes (Aeternum 4) de Carlos Sisi

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    Llega la continuacion de la saga de zombis mas famosa de nuestra geografia. En esta cuarta novela Carlos Sisi recupera a sus personajes mas emblematicos y da respuesta a los interrogantes que planteo en Hades Nebula.

  • Una Historia Crepuscular de Stefan Zweig

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    ?Ha sido el viento lo que ha traido de nuevo la lluvia a la ciudad haciendo que nuestra habitacion se oscurezca de pronto? No. La atmosfera esta tranquila y tiene una claridad argentada, como raras veces ocurre en estos dias de verano, pero se ha hecho tarde y no nos hemos dado cuenta. Solo los tragaluces de enfrente sonrien todavia con un debil resplandor y por encima de los tejados el cielo se cubre ya de una bruma dorada. En una hora sera de noche. Una hora maravillosa, pues nada es mas bello que ese color que poco a poco se marchita y se ensombrece, y luego la oscuridad, que brotara del suelo, invadira la estancia, hasta que sus negras olas se replieguen en silencio sobre las paredes y nos arrastren a las tinieblas. Entonces, cuando en este momento nos sentemos uno frente al otro y nos miremos sin hablar, nos parecera que el rostro familiar que entra en las sombras se ha vuelto mas viejo, extrano y lejano, como si nunca lo hubieramos conocido y lo contemplaramos a distancia y a traves de muchos anos. Pero ahora quieres que hablemos, porque en el silencio oyes acongojado como el reloj rompe el tiempo en cien pequenas astillas y la respiracion se vuelve ruidosa como la de un enfermo. Quieres que te cuente algo. Con mucho gusto. Aunque no de mi, pues nuestra vida en estas ciudades inmensas es pobre en acontecimientos o asi nos lo parece, porque todavia no sabemos lo que en realidad nos pertenece. Pero voy a contarte una historia adecuada para esta hora que, a decir verdad, solo ama al silencio, y quisiera que tuviese un poco de esa luz crepuscular, calida, dulce y profusa que se extiende como un velo ante nuestras ventanas. No se cual es el origen de esta historia. Simplemente recuerdo que, desde primera hora de la tarde, he estado aqui sentado mucho rato, leyendo un libro, despues lo he dejado y me he sumido en una especie de ensueno letargico, tal vez incluso en un sueno ligero. De pronto he visto unas figuras que se deslizaban a lo largo de la pared, y podia oir sus voces y penetrar en sus vidas. Pero cuando he querido seguir con la mirada esas formas fugitivas, me he encontrado de nuevo despierto y solo. El libro habia caido a mis pies. Lo he recogido y le he preguntado acerca de las figuras: ya no he encontrado la historia en el, como si hubiera caido de sus paginas a mis manos o como si nunca hubiera estado alli. Quiza la habia sonado o la habia leido en una de aquellas nubes de colores que hoy habian llegado de tierras lejanas a nuestra ciudad transportando la lluvia que durante tanto tiempo nos ha importunado. Quiza la habia oido en una vieja e ingenua cancion que un organillo habia tocado entre melancolicos gemidos bajo mi ventana, o alguien me la habia contado anos atras... No lo se. A menudo me llega este tipo de historias, y me divierte dejar fluir entre mis dedos las cosas que cuentan, sin retenerlas, al igual que uno acaricia espigas y flores de tallo largo sin cogerlas. Solo las sueno a partir de una imagen repentina y coloreada que termina por difuminarse, pero no las retengo. Sin embargo, hoy quieres una historia, y te la voy a contar en esta hora del crepusculo en la que nos invade el deseo de ver algo multicolor agitandose y brillando ante nuestros ojos que los tonos grises entristecen. ?Como empezar? Tengo la sensacion de que debo hacer salir por un momento de las sombras una imagen y una figura, pues asi comienzan tambien en mi esos extranos suenos. Ya me acuerdo. Veo a un esbelto muchacho que desciende por los anchos peldanos de la escalera de un castillo. Es de noche, una noche con solo un palido claro de luna, pero, como si tuviera un poderoso faro, abarco el perfil entero de su cuerpo agil, distingo perfectamente sus rasgos. Son extraordinariamente bellos. Sus cabellos negros peinados a la moda infantil caen sobre su frente un poco demasiado ancha, y las manos, que el extiende hacia delante en la oscuridad para palpar el calor del aire caldeado por el sol, son muy finas y nobles. Su paso vacila. Desciende absorto hacia el gran jardin que murmura con sus numerosos arboles redondeados y entre los cuales reluce como un sendero blanco una unica y amplia avenida. No se cuando sucedio, si ayer o hace cincuenta anos, ni tampoco se donde, pero creo que debio de ser en Inglaterra o en Escocia, pues solo alli conozco castillos de piedra tallada tan altos y grandes que de lejos parecen fortalezas altivas y amenazadoras y que solo para el ojo familiarizado se inclinan sobre sus jardines luminosos y floridos. Si, ahora lo se seguro, esta alla arriba en Escocia, pues solo alli las noches de verano son tan luminosas que el cielo tiene el brillo lacteo del opalo y los campos nunca estan oscuros, todo parece tenuemente iluminado desde el interior y solo las sombras, semejantes a gigantescos pajaros negros, caen sobre esas capas de luz. Es Escocia, oh si, ahora lo se con seguridad y, si me esforzara, encontraria el nombre de aquel castillo condal y tambien el del muchacho, pues ahora la oscura corteza de mi sueno se desprende rapidamente y lo percibo todo con tanta claridad como si no fuera un recuerdo, sino una vivencia. Durante el verano, el muchacho se aloja en casa de su hermana casada y, siguiendo la afable costumbre de las familias inglesas distinguidas, no es el unico invitado; la cena reune a todo un grupo de cazadores y sus mujeres, asi como a algunas muchachas: personas bien parecidas y de categoria cuya juventud e hilaridad, sin ser ruidosas, juegan con el eco de los viejos muros. De dia los caballos galopan por doquier, acompanados de una jauria de perros; al otro lado, en el rio, centellean dos o tres barcas: una actividad sosegada confiere al dia un agradable ritmo rapido. Terminada la cena, se levanta la sobremesa. Los caballeros han ido al salon, fuman y juegan; hasta medianoche las ventanas proyectan en el parque conos de luz blanca y vibrante en los bordes, a veces tambien una risa franca y jovial. La mayoria de las damas se ha retirado a las habitaciones, tal vez dos o tres conversan todavia en el vestibulo. Asi que el muchacho esta solo. No tiene permiso para ir con los hombres, o solo por unos instantes, y se siente cohibido en presencia de las damas, porque a menudo, cuando abre la puerta, ellas bajan la voz, y comprende que hablan de cosas que el no debe oir. Por otra parte, no le gusta su compania, pues le interrogan como a un nino y no prestan demasiada atencion a sus respuestas; simplemente lo utilizan para mil pequenos favores y luego le dan las gracias como a un chico bueno y obediente. Asi que ha decidido irse a la cama y ya ha subido la escalera de caracol; pero la habitacion esta demasiado caldeada, con una atmosfera cargada y sofocante. Se han olvidado de cerrar las ventanas de dia y el sol ha campado por sus respetos: ha abrasado la mesa y la cama, se ha encarnizado con las paredes y los rincones, y las cortinas despiden todavia su halito ardiente e irritado. Y, despues de todo, es demasiado pronto, y fuera la noche estival resplandece como una vela blanca, tan tranquila, tan en calma, tan deliciosamente en calma. De modo que el muchacho baja de nuevo la gran escalinata del castillo hasta el jardin, sobre cuyo oscuro contorno circular el cielo derrama su luz mortecina como un nimbo y adonde lo atrae el aroma tremulo de mil flores invisibles. Tiene una extrana sensacion. En la confusion de sentimientos propia de sus quince anos, no sabe explicarlo, pero sus labios tiemblan como si tuviera que hablar a la noche, levantar las manos o cerrar los ojos mucho rato, como si hubiera algo misterioso y familiar entre el y aquella encalmada noche de verano que pide una palabra o un gesto de cortesia. El muchacho sale poco a poco de la amplia y despejada avenida para adentrarse en uno de los estrechos senderos laterales, donde los arboles parecen abrazarse en lo alto con sus copas iluminadas por destellos argentados, mientras que abajo impera la oscuridad prenada de noche. Todo esta absolutamente tranquilo. El paseante, perdido en una dulce y vaga melancolia, solo percibe el indescriptible ruido del silencio en el jardin, el vibrante zumbido como de una lluvia fina que cae en la hierba o de susurrantes briznas frotandose ligeramente unas a otras. A veces roza con un arbol o se detiene para escuchar ese ruido fugitivo: el sombrero le cae sobre la frente y se lo quita para sentir sobre sus sienes desnudas, donde golpea la sangre, la mano del viento aletargado. Y entonces, de golpe, a medida que se adentra en la oscuridad, ocurre algo inaudito. La grava cruje levemente detras de el. Cuando se vuelve, asustado, ve el brillo como de fuego fatuo de una gran figura blanca que avanza hacia el, ya esta cerca y siente con un escalofrio el abrazo fuerte, aunque sin violencia, de una mujer. Un cuerpo calido y suave se estrecha febrilmente contra el suyo, una mano le acaricia rapida y temblorosa el pelo y le inclina la cabeza hacia atras: tambaleante, el siente en la boca un fruto abierto, desconocido, unos labios estremecidos que sorben los suyos. Tan cerca esta este rostro del suyo que el no puede verle los rasgos. Y no se atreve a mirarlos, porque un doloroso escalofrio recorre su cuerpo y le obliga a cerrar los ojos y abandonarse sin resistencia como botin a esos labios ardientes; vacilante, inseguro como una pregunta, sus brazos acogen entonces a la desconocida figura y, ebrio de repente, estrecha el cuerpo extrano contra si. Sus manos se deslizan avidas a lo largo de las delicadas formas, se detienen y se retiran temblorosas, luego se vuelven mas febriles y atrevidas. Cada vez mas apremiante e inclinada, la feliz carga descansa ahora todo su peso sobre el complaciente pecho del muchacho. De alguna manera se siente engullido, arrastrado por este abrazo jadeante, y se le doblan las rodillas. No piensa en nada, no se pregunta por que aquella mujer ha acudido a el ni como se llama, se limita a sorber hasta embriagarse de la voluptuosidad de sus labios desconocidos, humedos y perfumados, sin voluntad, sin comprender lo que le impulsa a ese apasionamiento inaudito. Le parece como si de repente hubieran caido estrellas, tan intenso es el centelleo delante de sus ojos, y todo lo que toca chispea y quema. Y no sabe cuanto tiempo transcurre, si horas, tan blandas son las cadenas que lo atan, o si segundos: siente que todo se inflama y es arrastrado en el arrebato de una lucha voluptuosa, en un torbellino maravillosamente vertiginoso. Y bruscamente, de golpe, la ardiente cadena se rompe. De repente, casi con ira, el abrazo libera su pecho apresado; la figura desconocida se incorpora, una cinta de luz blanca se desliza veloz a lo largo de los arboles, ha desaparecido antes de que el pueda levantar las manos para retenerla. ?Quien habra sido? ?Y cuanto tiempo habra durado? Angustiado, aturdido, se levanta apoyandose en un arbol. Poco a poco el frio raciocinio vuelve a su cerebro calenturiento: le parece de repente que su vida ha avanzado mil horas. ?Acaso todos sus suenos confusos acerca de las mujeres y la pasion se han vuelto de pronto realidad? ?O todo ha sido un sueno en definitiva? Se palpa, se toca el pelo. Si, sus sienes palpitantes estan humedas, humedas y frescas del rocio de la hierba sobre la que se han revolcado. Ante sus ojos se repite la escena con la velocidad del rayo, siente de nuevo el ardor de los labios, aspira el perfume de voluptuosidad, extrano y penetrante, que desprendia la ropa de la mujer, y trata de recordar cada una de sus palabras. Pero no le viene ninguna a la memoria. Y entonces, subitamente, recuerda alarmado que ella no ha dicho nada, ni siquiera lo ha llamado por su nombre, que de ella no conoce sino los suspiros que rebosaban de su pecho como una amenaza, los sollozos de placer convulsivamente ahogados, el perfume de su pelo enmaranado, la calida presion de sus pechos, el esmalte pulido de su piel; sabe que su cuerpo, su respiracion, todos sus sentimientos le han pertenecido y, sin embargo, no sospecha quien es la mujer que lo ha sorprendido con su amor en la noche. Sabe que solo puede balbucear un nombre para designar su sorpresa, su felicidad. Y ahora esta experiencia fugaz e inaudita que acaba de vivir con una mujer le parece pobre, banal y completamente baladi al lado del fulgurante misterio de los ojos cautivadores que lo acechaban desde la oscuridad. ?Quien era esa mujer? Al vuelo estudia todas las posibilidades, pasa revista mentalmente a todas las mujeres que viven en el castillo; evoca todos los momentos singulares y todas las conversaciones que ha mantenido con ellas, las sonrisas de cinco o seis de ellas, las unicas que podrian estar envueltas en este enigma. ?Quiza la joven condesa E., que suele tratar con aspereza a su marido ya mayor, o la joven esposa de su tio, que tiene ojos de una dulzura extrana y, sin embargo, tan irisados, o bien--se estremecio al recordarla--una de las tres hermanas, primas suyas, que tanto se parecen en su porte altivo, orgulloso y estirado? No, porque todas ellas son personas frias y discretas. En los ultimos anos a menudo se habia considerado un desheredado, un enfermo, desde que secretos ardores agitaban su espiritu y se mezclaban flameantes en sus suenos. !Como habia envidiado a todos los que eran o parecian tan serenos, tan equilibrados y desprovistos de cualquier deseo! El habia tenido miedo de su pasion naciente como de una enfermedad. ?Y ahora...? Pero ?quien, cual de ellas era capaz de semejante engano? Poco a poco esta pregunta obsesiva disipa la embriaguez que enturbia sus sentidos. Se ha hecho tarde, las luces del comedor se han apagado, solo el esta despierto en el castillo, el... y quiza aquella otra. La desconocida. La fatiga empieza a hacer mella en el. ?Para que seguir dandole vueltas? Seguro que manana una mirada, una llama entre los parpados, un apreton de manos a hurtadillas, se lo revelara todo. Sube entre suenos las escaleras, tal como las habia bajado, pero ahora sus suenos son infinitamente diferentes. Tiene la sangre todavia un poco agitada, y la habitacion caldeada ahora le parece mas clara y fresca. Cuando al dia siguiente se despierta, los caballos ya piafan y escarban en el patio, oye pronunciar su nombre en medio de risas. Se levanta de un salto--ha pasado la hora del desayuno --, se viste con una rapidez febril y se precipita abajo, donde los demas lo reciben con alborozo. <>, le espeta la condesa E. riendo, y la risa brilla en sus ojos claros. El escruta su rostro con ansiosa curiosidad; no, no puede ser ella, su risa es demasiado despreocupada. <>, se burla la joven, pero a el su cuerpo delicado le parece demasiado delgado. La pregunta del muchacho vuela de un rostro a otro, pero en ninguno descubre el reflejo de una sonrisa. Da comienzo la excursion a caballo por el campo. El escucha todas las voces, con la mirada espia cada linea del cuerpo de las mujeres, las ondulaciones del pelo que el ritmo del trote les impone, observa los movimientos de sus espaldas al doblarse y el modo como levantan los brazos. Durante el almuerzo se inclina sobre ellas para percibir el perfume de sus labios o la tibieza de sus cabellos, pero nada, nada le proporciona el menor indicio, una fugaz pista que su imaginacion inflamada pueda seguir. El dia se alarga inacabable hasta el atardecer. Ahora que quiere leer un libro, las lineas saltan fuera de los margenes y lo conducen hasta el jardin, y vuelve a ser de noche, una noche extrana, y se siente de nuevo rodeado por los brazos de la desconocida. Deja caer el libro de sus manos temblorosas, quiere ir al estanque y, de repente, asustado, se encuentra en el camino de grava, en el mismo lugar. Durante la cena sus manos estan nerviosas, palpan sin descanso a diestro y siniestro, como perseguidas, sus ojos se esconden timidos bajo los parpados. Por fin, oh, por fin, cuando los demas retiran sus sillas, el se siente feliz, sale corriendo de la sala y se adentra en el parque, cien veces, mil, camina arriba y abajo de la blanca avenida, que bajo sus pies parece centellear como una niebla lactea. ?Estan ya encendidas las luces del salon? Si, por fin llamean, y por fin brillan tambien algunas ventanas del primer piso. Las damas se han retirado. Si ella va a venir, ya no puede tardar mas de unos minutos, pero cada minuto se hincha de rubea impaciencia hasta estallar. Y continua arriba y abajo con pasos convulsos, como tirado por hilos invisibles. Y entonces, de repente, la figura blanca se desliza escaleras abajo, rapida, demasiado rapida para poderla reconocer. Parece un rayo de luna o un velo perdido flotando entre los arboles que un viento impetuoso empuja hacia el, y ahora, ahora, esta en sus brazos, que se estrechan como garras avidas alrededor del cuerpo indomito, ardiente y palpitante, acalorado por la carrera. Como ayer, de nuevo es un unico instante en el que la calida oleada se rompe de improviso contra su pecho, con tanta fuerza que el cree desfallecer por el dulce golpe, y su unico deseo es dejarse llevar, arrastrado a un sombrio abismo de placer. Pero luego su embriaguez se extingue de golpe, y el reprime su ardor. !No, no se perdera en esta maravillosa voluptuosidad, no se abandonara a estos labios voraginosos antes de saber el nombre de este cuerpo que se aprieta tan estrechamente contra el que es como si un corazon extrano latiera fuerte en su propio pecho! Echa hacia atras la cabeza ante sus besos para verle la cara: pero caen unas sombras y, en la luz incierta, se confunden con los cabellos oscuros de la mujer. El follaje de los arboles es demasiado espeso y demasiado palido el claro de luna velado por las nubes. Solo ve los ojos de ella, que brillan fosforescentes como rubies encastados en marmol blanco. Entonces el quiere oir una palabra, solo una astilla arrancada a su voz:

  • Libres de Alejandra Rodriguez

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    Aprendi por mi cuenta que el amor no conoce barreras, que no entiende de frascos y que no siempre habita entre un hombre y una mujer.
    Averigue que hay tantas clases de amor como personas habitamos en la Tierra y, por mucho que lo rehuyas o lo busques, aparece cuando y donde menos te lo esperas.
    A veces es el culpable de que a una mujer le de un infarto por enterarse de que su hijo se ha casado con ese al que ella llamaba error.
    A veces esta entre una chica, como yo, y un chico como Hector y otro como Eliot.
    Si. A veces tampoco es cosa de dos. En ocasiones los sentimientos son tan traviesos que son capaces de unir a tres personas en el mismo espacio-tiempo.
    Me llamo Nicole; esta es mi historia y la de ellos.
    Advertencia: Esto no es un cuento de hadas. Es una historia de personas libres.

  • El misterio de las cuatro cartas de Sophie Hannah

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    Hercules Poirot se encuentra con una mujer muy enfadada esperando a la puerta de su casa: le exige saber por que motivo le ha enviado una carta acusandola del asesinato de Barnabas Pandy, un hombre a quien no conoce y que aparentemente fallecio por causas naturales. El problema es que Poirot no le ha enviado ninguna carta y, ademas, tampoco conoce al Sr. Pandy. El desconcierto es total cuando el investigador belga descubre que en su salon le espera un desconocido que tambien afirma haber recibido una carta firmada por su puno y letra esa misma manana y, sorprendentemente, tambien lo acusa del asesinato de Barnabas Pandy. ?Cuantas cartas mas de este tipo se han enviado en su nombre? ?Quien las ha enviado y, sobre todo, por que? Y mas importante aun, ?alguien asesino a Barnabas Pandy?

  • El gigolo seducido de Noelia Gonzalez Fernandez

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    Alison, una chica joven, con un trabajo estable y una vida sencilla, se encuentra, de un dia para otro, con la peor noticia que le podrian dar: se esta muriendo. A partir de entonces, decide hacer todo lo que siempre quiso hacer antes de que sea demasiado tarde. Contrata a un gigolo, Marc, segura de que con un profesional podra disfrutar de todas las experiencias sexuales habidas y por haber, ademas de asegurarse de que los sentimientos no seran un problema. Lo malo es que el corazon no entiende de situaciones complicadas y termina haciendo acto de presencia por parte de ambos. Los dos se gustan, se atraen, todo es perfecto. Hasta que llega el dia en que todo se descubre, y aquello que fue en un principio de color rosa, se vuelve negro.

  • Querida Rosaura de Lujan Fraix

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    Rosaura Waner fue una persona que no supo entender la vida. Se entrego a los demas en un ir y venir de situaciones divididas. Amo a su madre Magdalena quien cerceno, desde nina, sus deseos mas queridos; la obligo a ser una mujer y a llevar sobre si las cargas de un adulto. No disfruto de los momentos por hallarse inmersa en un pasado que le dejo secuelas hondas: la muerte temprana de Magdalena y la de su hermano Juan Jose de treinta y cinco anos.
    Rosaura vivio para el dolor, para llorar de la manana a la noche a sus muertos, para velar por su hermano menor, Ruben, hasta el ultimo dia. A Maria, su hija, la cuido como un tesoro que le costo mucho concebir. Sintio terror por su salud porque conocia de memoria el sabor de las ausencias; ahogo su juventud con reclamos absurdos y extendio la doctrina de su madre hasta el final de su historia.
    Segun sus propias palabras amo a un Dios que le arrebato la vida.

  • Beso feroz de Roberto Saviano

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    Con esta novela basada en la muy cruenta realidad napolitana, Roberto Saviano continua explorando las entranas de la Camorra. En Beso feroz retoma a los adolescentes mafiosos de La banda de los ninos alli donde los dejo. Si ese libro se cerraba con una madre clamando venganza por la muerte de su hijo, este arranca con el intento de llevar a cabo esa venganza de la forma mas terrible posible: asesinando a un bebe en la sala de recien nacidos de un hospital.

  • La conquista de America contada para escepticos de Juan Eslava Galan

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    Sobre la turbulenta relacion entre Espana y America y sus origenes se ha escrito mucho, pero hasta ahora no habiamos podido disfrutar de la voz de Eslava Galan para contarnos esta historia recurrente, llena de contradicciones, alianzas, traiciones y desencuentros. Detras de la historia que todos conocemos, estan las vidas de los personajes que la vivieron e hicieron que sucediera.
    En este nuevo libro, Juan Eslava Galan expone las circunstancias de la conquista del Nuevo Mundo, presentandonos a los personajes mas importantes que tomaron parte en ella. De forma detallada pero amena, expone desde los problemas de abastecimiento de especias orientales y oro, principales fuentes de riqueza de la epoca, que padecia Europa (presentado como un dialogo casual entre un consul flamenco y un mercader veneciano hacia 1480), hasta la conquista de buena parte de America por los espanoles hacia el ano 1550.

  • La vidente de Lars Kepler

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  • La sala Marte de Rachel Kushner

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    El camino que recorre Romy, condenada a dos cadenas perpetuas, es el que parece programado para ciertas personas y que pone en cuestion el sueno americano: un camino que va directo desde la pobreza hasta la carcel. En La sala Marte entramos de lleno en este mundo extrano situado tras los muros de una prision de mujeres, cargado de detalles y de un idioma y una rutina propios; un mundo aparte pero unido intimamente al del exterior.

  • Verdad de Care Santos Torres

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    Absuelto del cargo de asesinato, del que fue injustamente acusado a los 14 anos de edad, y una vez probada su inocencia, el ahora joven Eric sale del Correccional de Menores tras cuatro anos de internamiento. Sin embargo, la reinsercion en una sociedad cargada de prejuicios resultara una realidad todavia mas dura: no volver a caer en la delincuencia cuando el entorno parece empenado en ello, continuar los estudios, encontrar un trabajo, alejarse de su barrio. Xenia le ayudo a superar unas barreras que creia infranqueables, ?pero sera el amor una fuerza suficiente para superar las dificultades ahora?

  • Por donde sale el sol de Blanca Garcia-valdecasas

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    Por donde sale el Sol: Violeta, la mujer del pintor Rogelio Diaz, le dice que esta pintando por rutina y deben cambiar de aires y paisajes, viajar, con sus siete hijos. Ella se ocupara de todo. El se deja convencer: se iran a Chile por un par de anos. Ocurre un imprevisto y Violeta no los acompana en el viaje pero sera un personaje oblicuo, siempre presente, fundamental, a lo largo de la novela. Historia de amor: entre ellos dos, amor a la familia, a las personas, al Arte, la Naturaleza, a toda la Creacion.

  • Siempre sera el de Monica Lezama Zelayaran

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    Sin saberlo el, le cambio una vida tranquila por un destino diferente al introducirla a un mundo de negocios y relaciones que la envolverian en un remolino de emociones, en donde se convirtio en la mujer que marcaria la vida de los cinco jovenes mas poderosos e importantes del mundo.
    Aprendio que, un solo gesto puede representar la ruina o el exito, y por mucho que te amen: el poder, los titulos nobles y el honor pueden mas.

  • La importancia del quince de febrero de Sofia Rhei

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  • Sucedio en Larkswood de Valerie Mendes

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    Una saga familiar adictiva e inolvidable que desentierra los secretos mas profundos de una mansion inglesa.

  • Relatos de Carlos Ruiz Zafon

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    Recopilacion de relatos de Carlos Ruiz Zafon realizada por el Proyecto Scriptorium. Todos estos relatos se pueden encontrar en la web del autor, salvo <> que salio publicado en la prensa espanola.

  • El secreto del Padre Alcazar de Cami Flores

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    Una chica con graves problemas familiares conoce a un hombre muy apuesto en un club de intercambios de pareja. Mas que el sexo, su halo pacifico, y el color de su alma le hace enamorarse perdidamente de el... Pero Santiago Alcazar es el parroco de una iglesia catolica y lucha con sus propios demonios, entre ellos ser un adicto sexual...

  • Cinco minutos de Faith Carroll

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    --No puedo creer que me hayas convencido para venir aqui. Elyse arrugo la frente cuando, a su lado, un chico empezo a vomitar en los arbustos. En todo el campus eran conocidas las fiestas salvajes de la fraternidad Gamma Kappa, un grupo de chicos que se unian bajo el lema de "Diversion, sexo y hermandad" y no tenian reparos en cumplirlo a rajatabla. Ella llevaba dos anos en la universidad y no sentia predileccion por esas fiestas. Sin embargo, su amiga Eva parecia haber estado sonando con ir a una desde hace meses. --Me la debias, Elyse--dijo ella. Eva era su unica amiga, con la que compartia muchas horas de clases. Al contrario que la morena Elyse, la chica tenia una envidiable melena rubia que llamaba la atencion de muchos chicos. Y esta noche no era una excepcion. Cuando entraron en la fraternidad, el olor a cigarrillos y alcohol era evidente. No eran las unicas chicas, aun asi estaban en minoria. Un par de ojos masculinos se detuvieron en el vestido de la rubia, sobre todo en la parte de su escote. Otro lo intento con el trasero de Elyse, enfundado en un apretado short tejano, hasta que ella le asesino con la mirada. --Es la ultima vez que dejo que me cubras--dijo Elyse. Esa semana no habia podido terminar el trabajo de una de las asignaturas que se le atravesaba por lo que opto por perder una clase. Eva habia confirmado al profesor lo enferma que estaba su amiga, era tan creible cuando se lo proponia que, al dia siguiente el profesor se habia acercado a la morena, preocupado por su salud--. No merece la pena. --No seas tan sosa y disfruta--respondio Eva, soltando una sonora carcajada--. Los chicos invitan a las cervezas, hay buena musica y es viernes. ?Que mas necesitas? Espera... ya lo se. !Un buen polvo! El rostro de Elyse se contrajo. Miro a su amiga con seriedad, no era un buen momento. Todavia no. --No estoy para eso --dijo, casi bufando. Eva la entendio, no por algo ella habia sido su pano de lagrimas esos dias. --Alex es un cretino. El decidio dejarte, asi que no le debes nada y mucho menos un tiempo de celibato por el. --No es por el, soy yo --dijo Elyse, incomoda. Habia venido a divertirse, aunque ese no fuera su ambiente se sentia capaz. Pero con el recuerdo de ese desamor, las cosas empezaban a torcerse. Eva se dio cuenta, sin previo aviso le dio un cachete en el culo que la hizo saltar mientras ella se reia y varios chicos las miraban, cachondos. --Un clavo saca a otro clavo, te lo digo por experiencia. O, en este caso, mejor deja que el clavo entre. La chica le dio un punetazo suave al hombro. La habia hecho sonreir con sus insinuaciones obscenas, lo necesitaba. Llevaba con Alex desde el instituto, primero como amigo hasta llegar a mas. Poco a poco, con gestos y detalles romanticos la habia enamorado. Alex era un buen chico, todo lo que ella deseaba. Elyse no creia en las peliculas Disney; eso no quitaba poder pensar que habia encontrado al amor de su vida. Pero el no tenia la misma idea. Quizas su amiga tenia razon. No le debia nada a nadie asi que se atuso su camiseta de tirantes con la imagen de un gatito pequeno con gafas hipster y se adentro en la fiesta. Tal como habia dicho Eva, en esa fraternidad tenian la costumbre de ocuparse de que las mujeres tuvieran en la mano siempre algo de beber. Ellas no eran tontas, sabian las razones por lo que controlaron sus bebidas, bebiendo poco a poco. La musica era buena, las chicas se fueron relajando, incluso Elyse aprendio a ignorar a los borrachos y el olor, riendo y bailando con su amiga. Eva la cogio y la hizo dar vueltas alrededor de si misma, mareandola. Elyse le siguio el juego entre risas, hasta que sus miradas se cruzaron. No podia ser. El no. ?Que diablos hacia Keith Durham ahi? Elyse se paro de golpe, arrastrando consigo a su amiga que casi se da bruces con ella. Se recompuso en sus altos tacones y miro a su amiga. --Eh, ?hola? --Eva movio la mano frente a su cara pero nada--. Elyse, ?estas bien? --?Que? --dijo ella, volviendo a su mundo. Su amiga la miraba, extranada y sin entender nada. Pero Elyse estaba pendiente de otras cosas en su mente. No, era imposible. Un tipo como Keith no hubiera llegado a una universidad tan prestigiosa como esta, era pura casualidad. --Parece que hayas visto un fantasma --dijo Eva, mirando al rincon. Por suerte para la chica, habia dos universitarios mas por lo que no podia saber a quien miraba ella--. Siento que me pierdo algo. --No pasa nada, fue un mareo. De verdad, confia en mi. Eva no las tenia todas consigo, aun asi siguio a la chica hasta una mesa donde se unieron a una partida de cartas. Elyse busco el sitio que no le permitiera ver al joven de pelo negro que tanto se parecia a aquel amor estupido. Lo que no podia saber es que esos ojos azules estaban fijos en ella. ** Keith la habia visto antes que ella a el. Ver la cara de sorpresa al reconocerlo le provoco un sentimiento de orgullo que oculto bajo una capa de indiferencia. Nunca sabia como actuar frente a esa joven de melena color chocolate y sonrisa perfecta. Y le recordaba, despues de ese tiempo. Bueno, el se habia ocupado de crear una marca imborrable en la vida de Elyse Miller. Aunque, puede que no fuera buena idea volver a verse. Ella le odiaria. A no ser que aquello estuviera olvidado. --?Algo interesante, Durham? --Nathan, su amigo, se apoyo en sus hombros, colgandose en busca de la nueva presa de Keith--. Si no te convence me la quedo yo. Y, a todo esto, ?a quien miramos? --?Ves la chica del gato? --senalo con disimulo hacia Elyse--. Fuimos juntos al instituto. --Oh, vaya. ?Te la tiraste? --No. Le hice la vida imposible. --?Pegabas a las ninas, Durham? Eras un cabron. --No era eso, imbecil --dijo Keith empezando a sentirse ofuscado. No le gustaba recordar mucho esa epoca. Con diecisiete anos Keith era el adolescente de pelo negro y revoltoso que vestia cadenas y camisetas de sus grupos de punk acido mientras, gracias a su estilo y el respeto que obligaba a que todos le tuvieran, se maquillaba los ojos con delineador sin que nadie le insultase por ello. Se convirtio en ese joven en el que nadie confiaba, siendo reciproco. No tenia ninguna razon para ser asi: sus padres le trataban bien, no cargaba tras sus espaldas una mochila de abusos, dolor o humillacion. Sin embargo, sentia como si nadie le entendiera. Era demasiado joven y estupido, asi se definia el chico de ahora. Sabia la suerte que habia tenido en encauzar su vida antes de que su fama de rebelde sin causa tuviera una base policial, gracias a una sustanciosa beca habia llegado a la universidad. E iba a sacar su carrera, por los disgustos a su familia, con el sudor de su frente. Pero verla alli le recordaba lo unico por lo que no se pudo retractar jamas. Habia estado enamorado de Elyse Miller desde el primer dia que habia llegado a su instituto. Era todo lo contrario a el: Una chica dulce, alegre, con una vision mucho mas positiva de la vida que el. Ella le habia sonreido mientras caminaba por el pasillo en busca de su sitio. Keith se prometio que hablaria con ella, que la haria recordarle. Solo que no supo como. Y ahi, la cago. Por completo. --Entonces, ?me la puedo pedir? --?Que? --dijo Keith, tardando en asimilar lo que su amigo acababa de decir-- No, claro que no. Grito sin darse cuenta, llamando la atencion de los companeros mas cercanos. Su corazon se paro, rezando para que la joven no formara parte de ellos. Pudo respirar tranquilo cuando la vio continuar a lo suyo, jugando a las cartas con otra chica y dos de la fraternidad. --Vale, era una broma. No te pongas asi, tigre --dijo su amigo dandole un golpe en la espalda. --Me pongo como me da la gana --gruno, provocandole una risotada mas fuerte. Nathan dio un sorbo largo a su cerveza y dejo el bote en una mesa cercana. Conocia a su amigo y sabia mejor que el cuando necesitaba un pequeno empujon. --No te preocupes, tu amigo Nathan esta aqui. Voy a ayudarte a sacarte esa espinita. --Nathan, no --le advirtio su amigo. Palabras fatuas para un chico borracho--. No es asunto tuyo.

  • Solo hace falta esperar de Alma Sandher , Josefina Fernandez

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    Alma y Laura deciden hacer un viaje especial con destino, Varadero. Con entusiasmo y ganas de disfrutar cada momento, emprenden su aventura, con vivencias que jamas podrian haber imaginado. Regresan con las maletas cargadas de recuerdos inolvidables, y una nueva vida. Aunque a veces las cosas no son lo que parecen, y entre sorpresas, encuentros, verdades y mentiras, las dos amigas se subiran a una montana rusa de emociones con un destino inesperado. Una historia donde la amistad y el amor dan sentido a todo. La vida les regalara un gran aprendizaje, solo hace falta esperar, para que te suceda todo lo que mereces, ser feliz.

  • Dulce animal de compania de Triunfo Arciniegas

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    Una apasionante novela sobre la delgada linea que separa el amor del deseo.

  • La mujer sin marido de Lori Beasley Bradley

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    En el nombre de Dios, ?que hice para merecer tal verguenza y humillacion? Callie Jamison estaba sentada con su espalda erguida, usando su mejor traje negro y su sombrero: su vestimenta de luto. Se enjugo las lagrimas de rabia y verguenza. En el asiento del acompanante del calesin de su marido, bajaban por la calle Principal de Ellsworth, Kansas. En aquella soleada manana de junio, volvian del juzgado, lugar donde un juez acababa de disolver su matrimonio de diez anos con Evan Jamison. Fui una buena esposa. Lagrimas de verguenza mojaron la mejilla bronceada de Callie, quien se negaba a dirigirle la mirada a Evan. ?Como pudo hacerle esto? Ahora era una mujer divorciada, una mujer sin marido. ?Como soportaria la verguenza y el ridiculo? Las divorciadas eran destinadas a ser rechazadas. -!Ahi esta, Callie! Tu nuevo hogar -dijo Evan con desprecio cuando detuvo el calesin frente a la Casa Ellsworth. -No puedes estar hablando en serio -respondio Callie mientras miraba el edificio de tres pisos con estructura de madera y la leyenda <> grabada en oro en la enorme ventana delantera-. No puedo quedarme en este lugar, tiene… mala reputacion. -El juez dijo que tenia que pagar por tu alojamiento y comida en una residencia adecuada -se burlo Evan-. Ahora eres una mujer de mala reputacion, Callie, asi que esto te sienta muy bien, en mi opinion. Evan comenzo a reirse mientras levantaba sus tres bolsos de viaje de la parte trasera del calesin. -Apurate, mujer -le grito Evan mientras cargaba sus bolsas y las dejaba en la entrada de la casa de huespedes-. No tengo todo el dia. Tengo un rancho que administrar. Y supongo que vas a traer a esa nina a mi casa tan pronto como puedas. Evan no habia ocultado ni un poco su amorio con Polly Hardin, una chica de diecinueve anos, hija de un vecino y antigua alumna de Callie en la escuela. Durante los ultimos siete anos, Callie habia educado a los ninos que vivian en Ellsworth. Callie respiro hondo, se levanto la falda y se bajo del calesin. La brisa calida y seca hizo que un mechon suelto de su cabello castano se posara en sus ojos azules llenos de lagrimas. Callie lo volvio a colocar en su sitio con su mano enguantada. Sostuvo la cabeza en alto, se enderezo la chaqueta y camino por el polvoriento sendero. Le costo poner un pie delante del otro mientras seguia a Evan hasta el llamativo vestibulo de la casa de huespedes del pueblo, que tambien funcionaba como burdel, si los rumores eran correctos. Jovenes mujeres con vestidos de encaje estaban sentadas en sillones tapizados en terciopelo rojo. Callie no necesitaba mas pruebas para comprobar que los rumores eran correctos. La Casa Ellsworth era, de hecho, un burdel. Le hare una solicitud al juez. No hay nada menos adecuado para una maestra de escuela y una mujer que va a la iglesia. Evan no puede estar hablando en serio. -?Como puedo ayudarlos? -pregunto un hombre alto con cicatrices en la cara desde detras del mostrador, observando las bolsas que Evan llevaba y a Callie. Los penetrantes ojos oscuros del hombre le provocaron un escalofrio a Callie. -?Tienes lista la habitacion de la que te hable, Caine? -pregunto Evan mientras le dirigia una sonrisa de satisfaccion a Callie. -Se que querias que este en el tercer piso -respondio Matthew Caine con la mirada puesta en Callie. Se lamio sus delgados labios y sonrio. -Pero he tenido que dejarla abajo con las chicas hasta que algo se desocupe alli arriba. Tengo la casa llena en este momento. -Matt, ?no es un poco vieja para que este aqui abajo con nosotras? -pregunto una de las jovenes mujeres. -Parece tan vieja como mi madre, e igual de mojigata con su cuello alto y su cabello recogido bajo ese sombrero de matrona. Las demas mujeres rieron, y Callie sintio como sus mejillas enrojecian de verguenza al tiempo que sus ojos se llenaban de lagrimas. Le hare una peticion al juez, incluso si me tengo que arrastrar hasta el juzgado de rodillas. No puedo quedarme en este lugar horrendo junto con estas mujeres. -No me importa donde carajo la pongas -grito Evan y dejo caer las bolsas de Callie al suelo de madera pulida. -Ella no es mas mi problema. Levanto las manos en el aire, se dio la vuelta y abandono el vestibulo. -Que hombre tan encantador -murmuro con sarcasmo una de las jovenes al acercarse a Callie. – ?Donde la quieres, Matt? ?En la vieja habitacion de Ruthie? El hombre alto asintio con la cabeza sin apartar la vista de los senos de Callie. Puedo jurar que me esta tomando las medidas. -Vamos, carino -dijo la chica y se inclino para recoger dos de los bolsos de Callie-. Te mostrare tu habitacion. Callie se agacho, tomo su otro bolso, y siguio a la delgada pelirroja, quien paso el mostrador y camino por un estrecho y oscuro pasillo empapelado con el mismo llamativo tapiz del vestibulo. -Las chicas usamos estas habitaciones porque hay una puerta que da al exterior al final del pasillo para que nuestros clientes no tengan que salir por el vestibulo -explico la mujer senalando una luz difusa al final del pasillo-, y para que ese cabron entrometido de Caine no sepa nuestras idas y venidas – anadio mientras abria una puerta al final del pasillo. -?No tiene llave? -pregunto Callie con los ojos abiertos y horrorizada ante tanta vulgaridad por parte de la joven. La pelirroja llevo los bolsos de Callie a una habitacion donde una gran cama con marco de bronce era el elemento central. En la pared opuesta habia un armario alto. En una de sus puertas habia un espejo ovalado con una fisura que lo atravesaba. Vio un lavamanos con una jarra y un cuenco, ambos esmaltados. Un orinal a juego estaba en el suelo junto a la cama. Al lado de la ventana se veia un pequeno tocador con un espejo ovalado arriba sobre la pared. La habitacion olia como si el antiguo residente hubiera dejado el orinal lleno y nadie se hubiera molestado en vaciarlo. -Me llamo Maisie -dijo la chica, estrechandole su pecosa mano-, pero la mayoria de las chicas me llama Ruby por mi cabello. -?Que nombre te gusta mas?- pregunto Callie tomando la calida mano de la chica. Maisie la miro perpleja como si nadie le hubiera hecho esa pregunta antes. -Mi mama y mi abuela siempre me llamaban Mae -le susurro-. Tu puedes llamarme Mae si quieres. -Soy Callie -dijo mientras le estrechaba la mano-. Gracias por ayudarme con los bolsos, Mae. -Por nada -respondio la linda chica con una sonrisa que acerco las pecas de sus mejillas a sus brillantes ojos verdes. -Matt si que es una molestia terrible, y un holgazan. Nos manda clientes, se lleva la paga y estamos seguras de que se queda con mas del diez por ciento -dijo Mae entrecerrando los ojos-. Ten cuidado con el -le advirtio-. No me gusto la forma en que te miro. Al menos no soy la unica que se dio cuenta. -Tendras que conseguir tu propia agua de la bomba de atras y llevar tu orinal al retrete de afuera. Tambien esta en la parte de atras, pero puedes llegar facilmente desde la puerta que esta al final del pasillo. Sus ojos recorrieron la habitacion y se detuvieron en la cama, en donde se encontraba un delgado colchon sin almohada. -Me temo que tendras que conseguir tu propia ropa de cama -suspiro Mae-. La mayoria de nosotras cargamos la nuestra en el maletero cuando viajamos de ciudad en ciudad, pero tu puedes comprar ropa de cama nueva en el mercado de la calle. -Gracias -dijo Callie frunciendo el ceno. No habia considerado la ropa de cama cuando empaco sus cosas apresuradamente esa manana. Asumio que Evan la llevaria al hotel y no la dejaria en este prostibulo. Sin embargo, Callie sabia perfectamente cual seria el resultado en el juzgado. Evan y el juez Sterling jugaban juntos al poquer y Callie sabia que el hombre le concederia a Evan el divorcio que queria. -?Tienes dinero? -pregunto la chica con humildad-. Si no tienes, puedo darte unos cuantos dolares hasta que puedas conseguir los tuyos. -Tengo un poco -respondio Callie con una debil sonrisa-, pero muchas gracias por la oferta. -No es facil ser una mujer y estar por tu cuenta -suspiro Mae-. Tienes que pagar todo. La mayoria de nosotras comemos en El Filete Jugoso, al otro lado de la calle. El viejo Jenkins canjea las comidas por una mamada en la cocina de vez en cuando, siempre y cuando su mujer no este alli – dijo ruborizada. Callie sonrio. Conocia a Hiram Jenkins. -Creo que puedo pagar por mi comida. -!Casi me olvido! -anadio la chica mientras se dirigia a la puerta-, aqui esta tu llave -dijo sacando la llave de la cerradura y entregandosela a Callie. -Todas llevamos la nuestra con nosotras. Nunca se las dejamos a Caine en la recepcion cuando salimos. -Gracias, Mae -dijo Callie-. Supongo que sera mejor que guarde mis cosas y haga una lista de lo que necesito comprar en el mercado. -Claro, senora -respondio Mae y abrio la puerta. Las risas joviales y agudas de las jovenes entraron por la puerta y Mae puso los ojos en blanco. -Tabby debe haber contado otro de sus tontos chistes. Es tu vecina, por cierto, y te lo advierto ahora -dijo con un guino, senalando con la cabeza la pared que separaba la habitacion de Callie de la de al lado-. Tabby disfruta de su trabajo y puede ser muy ruidosa cuando lo hace. Cuando la chica cerro la puerta, Callie se apresuro a ponerle llave y comprobo que funcionara con un giro de la perilla y un fuerte tiron. Una vez convencida de que la puerta era segura, se tomo un minuto para estudiar su nueva morada. Las paredes de yeso eran de un verde palido y apagado, pero algunas grietas marcaban el yeso en ciertos lugares. Callie arrugo su nariz. No queria saber de que eran las manchas que bajaban por la pared detras de la opaca cabecera de metal de la cama. Podria pintar para refrescar el ambiente. Pero me niego a considerar este lugar como mi residencia permanente. La unica ventana de la habitacion no tenia cortina y cuando Callie se acerco a ella, noto huellas. Parecia como si se hubiera apoyado una cara contra el vidrio, tratando de echar un vistazo al interior

  • Siete Cero Dos de Paloma Ainsa

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    Emma es contable. Su vida transcurre sin sobresaltos, y su circulo social se limita a cuatro amigos y a su excentrica madre.

  • El secreto de Marrowbone de Sergio G. Sanchez

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  • Parte de una historia de Ignacio Aldecoa

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    imborrable en la narrativa espanola del siglo XX. El planteamiento es sencillo: a una aldea de pescadores de una isla del Atlantico #La Graciosa, en Canarias# llegan unos hombres extranos que alteraran, por poco tiempo pero dramaticamente, la vida cotidiana de los islenos. Fluye bajo la historia uno de los grandes temas contemporaneos: el enfrentamiento entre la sociedad tradicional y la sociedad moderna urbanizada. Por su precision narrativa, por la perfeccion de sus dialogos y por la belleza austera de sus descripciones, Parte de una historia es uno de esos libros que los criticos llaman una obra maestra y los lectores leen con el mas profundo gozo literario.

  • Operacion Caronte de Maria Arenas

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    “Soy Dolores Suarez de Tejada. Naci y me crie en Madrid, en una familia acomodada; rica, vaya. Tuve todo lo que quise. No habia visto nunca morir a nadie y no sabia disparar un arma.
    Desde hace pocos anos, soy agente de la seccion de secuestros de la Organizacion Internacional de Intervencion, una unidad secreta creada por Naciones Unidas.
    Cuando conoci a Ian quise recuperar mi vida, dejar la OII, pero ya era demasiado tarde.
    Arrastro mi pasado como una losa. A ratos, puedo apartarlo, dejarlo al margen, pero forma parte de lo que soy.
    Sientate. Te invito a un tequila y te lo cuento… “.
    Una historia de secretos truculentos, verdades a medias y conspiraciones internacionales, que reune las grandes cuestiones de la frontera norte mexicana: narcotrafico, migracion e intereses opacos por ambos lados.
    Cuando Lola decide tomar las riendas de su vida y abandonar la OII, su jefe le encarga una ultima mision que la lleva de regreso a Mexico para interrogar al jefe de un cartel del narcotrafico.
    Cruzara el pais hasta Sinaloa en busca de un secreto y encontrara un dosier, una carpeta marron con fotografias y documentos de blanqueo de dinero. Un ejercito de sicarios aterroriza la frontera y bloquea el transito de emigrantes y mercancias. Y se vera envuelta en una conspiracion, perseguida por brutales sicarios y acorralada en el desierto.
    Pero solo cuando atacan lo mas importante de su vida, sabra cual es el camino a seguir.

  • Los misterios de Charlotte Holmes de Brittany Cavallaro

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    Holmes y Watson como nunca los habias visto

  • Destino Italia, Adrianne Holt de Adrianne Holt

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    Tras la ruptura de su compromiso Hanna McCain busca sanar sus heridas embarcandose en un viaje por Italia.