• el corazon de una campbell - Edith Stewart

    https://gigalibros.com/el-corazon-de-una-campbell.html

    Colin McGregor ha conseguido salir con vida del paramo de Culloden, no sin gran esfuerzo. Herido, busca refugio en una cuadra donde sus fuerzas le abandonan y cae desmayado.
    Brenna Campbell, duena y senora del castillo de Cawdor, no puede creer que el herido en sus cuadras sea un McGregor. Sabe que si los ingleses lo descubren alli, el clan sera acusado de traicion a la corona. Pero ese no es su unico problema, Brenna tiene que lidiar con las atenciones del capitan Fullarton quien pretende cortejarla. Pero ella jamas se casara con un sassenach, asi que esta dispuesta a pedirle a Colin McGregor, una vez repuesto de sus heridas, que se haga pasar por su prometido para alejar al baron ingles.
    Lo que comienza como una farsa ante los ojos de todos, pronto dara paso a la pasion mas abrasadora.

  • El corazón de una Campbell (Serie Campbell) Versión Kindle

    https://www.amazon.es/coraz%C3%B3n-una-Campbell-Edith-Stewart-ebook/dp/B085LM769G

    El corazón de una Campbell (Serie Campbell) eBook : Stewart, ... Mirar en el interior de este libro. El corazón de ... Parte de: Serie Campbell (2 libros) ...

  • El Corazon De Una Campbell - Edith Stewart - Debeleer.com

    https://www.debeleer.com/el-corazon-de-una-campbell-edith-stewart/

    Agazapado entre cuerpos sin vida de soldados ingleses y jacobitas, contuvo la respiración unos instantes. Los casacas rojas del rey Jorge se aseguraban de que ...

  • EL CORAZON DE UNA CAMPBELL (EBOOK) - Agapea

    https://www.agapea.com/libros/El-corazon-de-una-Campbell-Ebook--EB9788417474621-i.htm

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  • El corazón de una Campbell - Libro electrónico - Edith Stewart

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    19 mar 2020 — El corazón de una Campbell. Autor: Edith Stewart Libro electrónico. Colin McGregor ha conseguido salir con vida del páramo de Culloden, ...

  • Lee El corazón de una Campbell de Edith Stewart - Scribd

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    Lee El corazón de una Campbell de Edith Stewart con una prueba gratuita. ... Romantic Ediciones. Publicado: 19 mar 2020. ISBN: 9788417474621. Formato: Libro ...

  • El corazón de una Campbell - El Rincón de la Novela ...

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    12 mar 2020 — Información, sinopsis y comentarios de la novela El corazón de una Campbell de la escritora Edith Stewart.

  • Descargar El Corazón De Una Campbell - Edith Stewart (2020)

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  • DESCARGAR El corazón de una Campbell PDF - Libros Ninja

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    Descargar El corazón de una Campbell de Edith Stewart Colin McGregor logró salir con vida del páramo de Colluden y sin más fuerzas que lo acompañen cayó ...

  • 1. El corazon de una Campbell - Edith Stewart - Docer.com

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    15 dic 2020 — 1. El corazon de una Campbell - Edith Stewart - documento [*.epub] Š Š Š Š El corazon de una Campbell Š Š Š Edith Stewart Š Š Primera ...

  • El corazón de una Campbell | E-book | Edith Stewart | Nextory

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    19 mar 2020 — Es fantástico poder escuchar un libro en el tren o en un avión. Anita. Es fácil de leer y me gusta la posibilidad de cambiar el color del ...

  • El rescate de un rey de Edith Stewart

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    Inglaterra S. XII
    La bella Lady Aelis ha sido prometida por su padre a Sir Brian de Monfort. Sin demora debe viajar a Inglaterra cuyo rey Ricardo se encuentra retenido en Alemania.
    Hereward, hijo del noble sajon Eadric, esta mas que dispuesto conseguir la cantidad de oro necesaria para pagar el rescate del rey Ricardo, retenido en Alemania. Espera sin duda, que el prometido de Lady Aelis aporte la gran parte de la suma, pera ello no dudara en secuestrar a la joven dama.
    ?Que ocurrira cuando el baron se niegue a pagar el rescate de su prometida? ?Y cuando Lady Aelis se se cuenta de que el sajon que la ha secuestrado no es como ella esperaba?
    Sumergete de la mano de Edith Stewart en la lucha de sajones y normandos. Una historia de amor que florece entre dos personas que poco o nada tienen en comun.

  • Contemplacion (Lucifer 3) de Charlotte Bennet

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    Mi vida era monotona y vacia hasta que conoci a Emma Marie Taylor. Ella era la secretaria de mi difunto hermano David con la que tuve una disputa en el pasado. Pero ello no evito que, con el tiempo, me enamorara y me casara con aquella extraordinaria mujer pues Emma es lo que siempre habia sonado. Es increiblemente bondadosa, comprensiva, valiente y decidida. Su amor alivia mis males y hace que la esperanza emerja de forma insolita puesto que los dos hemos sufrido por culpa de un destino cruel e injusto. Unidos tratamos de ver la vida desde otra perspectiva a pesar de la dificultad que supone resistir en medio de tanta adversidad, ya que nuestros enemigos crecen en la sombra a la espera de destruir todo cuanto hemos construido. Pero una serie de acontecimientos volveran a poner a prueba nuestros votos. Porque amarnos y respetarnos fue el comienzo de todo. Pelear por preservar este amor va a suponer un gran reto para nosotros ya que, algunas veces, hay que arriesgar y tomar decisiones por muy dificiles y dolorosas que sean...

  • El Trasplante de Jose Miguel Vasquez Gonzalez

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    John Parker, a sus quince anos sufre un cambio tragico en su rutina al ser diagnosticado con una grave enfermedad que lo lleva a una insuficiencia renal terminal. Cuando Carlos Luis, su padre, al darse cuenta de que ingresarlo en la lista de espera para un trasplante podria costarle la vida al joven, decide conseguirle un rinon fuera del sistema, para lo que se instala en una cabana en el bosque, desde donde tendra que ponerse en contacto con un mundo que va mucho mas alla de lo etico o moralmente aceptable --como la parte oscura de la internet profunda, la coaccion, el chantaje y hasta el secuestro-- poniendo en peligro no solo su estabilidad laboral y su matrimonio, sino hasta su vida.

  • ?QUIEN SOY? de Alina Covalschi

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    Angela despierta en una habitacion insolita junto a un hombre desconocido. Todos sus recuerdos han sido borrados en un instante dejando un vacio enorme en su pecho. Pero el corazon nunca pierde la memoria y resiste a los fuertes golpes de la vida. Ella aprendera a querer de nuevo ideando nuevos recuerdos, pero nunca reemplazando a los que se quedaron atrapados en el olvido.

  • La dolce vita de Rachel Rp

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    Mudarse al otro lado del pais para vivir con su mejor amigo parecia una buena idea. Lo que no parece tan buena idea es que en la misma casa viva su nuevo jefe.
    Amor, amistad, trabajo, chicos, todo se mezcla en esta discoteca, entra a conocer La Dolce Vita

  • La chica que miraba al cielo de Jonaira Campagnuolo

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  • V de Valkyria de Lena Valenti

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    Un mundo de sensibilidad y descaro; de claros y oscuros; de verdades que sanan y mentiras que hieren. Un mundo honesto y a quemarropa. El pensamiento optimista de una mujer valkyria, que cree en su V, que cree en las demas, y que sabe que seremos poderosas cuando dejemos de destruirnos entre nosotras. La prosa, los pensamientos, las ocurrencias y la poesia de quien ha hecho de la tierra su Valhalla. V de Valkyria es amar con todo. Y jugar a ganar, a sabiendas de que se puede perder. V es un grito a la libertad, en todos sus generos.

  • Hormigas en los pantalones de Agatha Allen

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    Esta es la apasionante historia de un joven que representa a toda una generacion que tuvo que enfrentarse a la apertura y los avances de un pais que despierta tras la represion de la guerra civil

  • Las maldiciones de Claudia Pineiro

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    Una novela certera, conmovedora y actual, que pone el foco en las perversiones de los gobernantes, pero que tambien les hace lugar a las historias de lealtad y amor mas verdaderas.

  • La marca del pentagono (Diana Davila 4) de Esteban Navarro

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    La oficial de policia nacional Diana se traslada a Laspaules, una poblacion de Huesca relacionada historicamente con la brujeria, donde comparte investigacion con el Inspector Jefe Vazquez de la Unidad Central de Madrid.
    El motivo de que Diana se desplace a Laspaules es porque han asesinado a Andres Hernandez, un policia amigo de la oficial destinado en la comisaria de Huesca, en lo que parece un ritual relacionado con la brujeria. La joven policia se ve obligada a implicarse en la investigacion cuando recibe una llamada perdida del telefono movil del policia de Huesca justo en el momento que es asesinado.
    Una vez se traslada al pueblo y mientras indaga en que es lo que estaba buscando su amigo antes de ser asesinado, va recibiendo mensajes de texto desde su telefono advirtiendole sobre las brujas y de que no se fie de nadie.
    Enfrascada en seguir la pista de los ultimos pasos del policia, descubre que semanas antes habia recibido el encargo de un banquero de Zaragoza al que le robaron una edicion original del Fausto de Goethe de 1882, de un valor incalculable. Registrando el ordenador del policia descubre que en sus ultimas notas apunta como sospechosas a cuatro amigas jovenes de esa localidad a la que todos los vecinos de la villa tienen como brujas. Su sorpresa es cuando descubre que una de ellas, precisamente, es hija del banquero que contrato al policia.

  • A la orilla del mar (Hermanos Inclan 1) de Ana F. Malory

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    Primera entrega de la serie <>.

  • Niebla en Tanger de Cristina Lopez Barrio

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    El 24 de diciembre de 1951 Paul Dingle desaparecio en el puerto de Tanger sin que se llegara a saber que fue de el. Sesenta y cuatro anos despues, Flora Gascon sospecha que es el mismo hombre con el que ha tenido una aventura en Madrid y del que se ha enamorado. El nexo entre ellos: Niebla en Tanger, la novela que Paul tenia sobre su mesilla de noche.

  • Juramentos de sangre de Brianna Callum

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    Corre el ano 1720 en Escocia. En un tiempo donde rigen la espada, los senores de las tierras, el honor y la traicion, dos parejas se encontraran para no perderse jamas, o quizas si.
    Dos historias de amor y aventuras que se entrecruzan y que se tejen a traves de los siglos, en diferentes epocas y ciudades, y que ponen a prueba el Tiempo. Cuatro almas signadas por una promesa de amor eterno y por un juramento de honor, que deberan enfrentar peligros, odio, envidia y persecuciones. incluso desafiar a la misma muerte para estar juntos.

  • Luchando por ella de Amy Brent

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    iona Cassidy Aunque parezca de locos, creo que Kyle queria que lo pillara follando con Wendy Lowenstein en nuestra propia cama aquella noche. Sabia que yo llegaria despues de las diez. Era como si todo estuviera planeado solo para ver mi mirada de sorpresa y mi cara de asco. Wendy era la jefa de Relaciones Publicas de la empresa de Kyle, Cassidy Event Management. Una pelirroja bajita, de tetas grandes y expectativas pequenas, que habria saltado de un puente si Kyle le hubiera dicho que lo hiciera. Era guapa, aunque iba siempre demasiado maquillada; de ojos azules y labios gruesos, que mojaba con la lengua todo el tiempo, especialmente cuando Kyle estaba en la misma habitacion. Resultaba muy triste lo pateticamente colada que estaba por mi marido. Por supuesto, Kyle era apuesto; alto, se mantenia en forma, tenia un bonito cabello rubio arena, tez bronceada, brillantes ojos verdes y una preciosa sonrisa que, en los viejos tiempos, hacia que me derritiese. Parecia mas un surfista vestido de Armani que el director general de una multimillonaria empresa dedicada a la organizacion de eventos. Y la mayoria de las veces, actuaba de esa manera. Tambien era un verdadero seductor, demasiado cuando se trataba de mujeres con las que queria acostarse. Kyle se autoproclamo como un experto dando abrazos. Si eras mujer, encontraba una razon para tocarte el brazo o ponerte la mano en la espalda. Te abrazaba cuando entrabas en la habitacion y te abrazaba cuando te ibas. A veces, el gesto duraba demasiado como para ser simple cordialidad. A mi solia abrazarme asi. Y yo solia disfrutarlo. Ahora, en cambio, no. Encuentro sus abrazos repulsivos. Lo mas chocante de pillarle con Wendy fue que ella no encajaba en su tipo. Wendy era bajita, no estaba delgada y era la tipica persona ansiosa por complacer. Todas las mujeres con las que me habia enganado, al menos las que yo conocia, eran altas y delgadas, de pelo rubio y ojos azules, como yo. Tal vez mi magullado ego asumia que yo establecia el estereotipo de las chicas con las que Kyle se acostaba. Tal vez el hecho de que se parecieran a su esposa era solo una coincidencia. O, tal vez, nunca tuvo un tipo de mujer en concreto. Quiza se habia abierto camino entre las rubias altas y, ahora, estaba pasando a las pelirrojas gorditas. No me sorprendio lo mas minimo que Wendy se acostara con mi marido. Se lo habria follado en la plaza del pueblo al mediodia si el quisiera. Ella, literalmente, babeaba cuando Kyle la miraba. Practicamente tenia tatuada en la frente la palabra <>, al menos en lo que respectaba a Kyle. Siempre senti un poco de lastima por ella, hasta que la encontre tirandose a mi marido en mi casa, en mi cama. No me habria molestado tanto si se lo hubiera montado con Wendy en su despacho, apoyando su gordo trasero sobre su escritorio, pero la trajo a mi casa, le quito la ropa y se la follo en mi cama. Hace mucho tiempo que dejo de importarme que Kyle follase con otras, era un hecho que habia asimilado ya, pero tenia que respetar ciertos limites si esperaba que siguiese casada con el. Y mi casa estaba fuera de ellos. Kyle sabia que iba a asistir a esa cena benefica con sus padres --su propia empresa la patrocinaba--, que terminaria sobre las diez y que me iria directamente a casa, por lo que llegaria a las diez y media como muy tarde. Debi suponer que algo pasaba cuando vi a ese babuino de Danny O’Shea frente a nuestro edificio, fumando con el portero. Kyle no era capaz ni de ir a cagar, a menos que supiera que Danny vigilaba. Desde luego, su vida no estaba en peligro. No era ningun mafioso, por el amor de Dios, aunque a veces creo que se imaginaba a si mismo como tal. Su serie favorita era Los Sopranos. Adoraba a Tony Soprano; el mafioso asesino, tramposo, despiadado y fornido que hacia lo que queria a quien queria, sin importarle las consecuencias. La idea de hacer lo que quisiera, sin tener que rendir cuentas, fascinaba a Kyle. --Imaginate el vivir sin preocuparse por las repercusiones de tus actos --me dijo una vez mientras veiamos la serie en la cama, despues de una ronda de sexo a medias--. ?No seria genial? Esa fue su manera de decirme que yo era una repercusion. Yo era la unica ante la que respondia, aunque ya no lo hacia mucho. No le importaba lo que yo pensara, siempre y cuando mantuviera las apariencias y no malgastara su fortuna familiar. La diferencia entre Tony Soprano y Kyle Cassidy era que Tony Soprano era un ganster y Kyle no. Aunque ambos coincidian en algo: no tenian corazon. Danny O, como Kyle llamaba a su gorila, no me dijo nada cuando sali de la limusina y espere a que el portero me abriera la puerta para entrar. Danny habia sido luchador profesional y su cara lucia las marcas y cicatrices de la docena de anos que habia pasado peleando contra otros hombres tan grandes como el. Su frente colgaba sobre sus ojos, como la ceja de un cavernicola. La nariz se la habian roto numerosas veces, por lo que en el puente tenia un chichon y la punta se inclinaba extranamente hacia la derecha. Su oreja derecha habia sido tan golpeada que, ahora, semejaba una coliflor y su rapada cabeza estaba llena de cicatrices, que el mostraba como insignias de honor. Su complexion era fuerte, por supuesto; hombros anchos y brazos gruesos que parecia que, en cualquier momento, romperian las costuras de los caros trajes que llevaba; trajes comprados por mi marido. Lo mas amenazante de Danny O’Shea, al menos para mi, eran sus ojos. Nuestras miradas se encontraron un instante cuando sali de la limusina y camine hacia la puerta. Fue como mirar fijamente los ojos muertos de un tiburon justo antes de que hundiera sus dientes en tu carne. No soportaba estar cerca de Danny O’Shea y sabia que el no me apreciaba mucho. Me miraba como si fuera a comerme de un solo bocado, pero Kyle adoraba a ese pitbull. Danny haria lo que Kyle le dijera, cosas que mi marido nunca se atreveria a hacer por si mismo. Una vez dentro del ascensor, puse mi tarjeta en la ranura y marque los numeros del teclado para que me llevara a nuestro atico, en el piso 30. Me recoste contra la pared del fondo y suspire. Entonces, contemple mi reflejo en las puertas de espejo. Parecia cansada, a pesar de que el maquillaje y el pelo siguieran aun perfectos. El corto vestido negro que llevaba y los tacones hacian que mis tonificadas y bronceadas piernas se vieran increibles, pero los zapatos me estaban matando y el tanga se me habia metido incomodamente por el culo. Lo unico que deseaba en ese momento era llegar a casa, desnudarme y meterme en la banera. Di por hecho que Danny habia avisado a mi marido de que estaba subiendo. Kyle probablemente ya estaria borracho, repantingado frente a la television, viendo una pelea de lucha libre. No me sorprendio que no se presentara aquella noche a la velada, aunque me habia jurado que lo haria. Las promesas de Kyle tenian muy poco peso para mi. ?Por que se molestaba en mentirme, si ambos sabiamos que no las cumpliria? Supongo que era un habito. A veces me preguntaba cuanto tiempo tratariamos de seguir manteniendo lo nuestro. Kyle odiaba todo lo que no implicara a hombres sudorosos dandose palizas sobre un ring o a mujeres bailar desnudas alrededor de una barra. Los actos de caridad eran proyectos de su madre, Ramona, y como el padre de Kyle --Edward-- era el dueno de la compania y controlaba los hilos, querian que su unico hijo estuviera con ellos. Kyle tenia que asistir, sin embargo, solia inventarse cualquier excusa de ultimo momento para no ir y a mi no me quedaba otra que acudir sola. Eso no me importaba. En realidad, me caia bien su padre y podia tolerar a su madre. Ademas, resultaba agradable alejarse de el, aunque fuera solo por una noche. --Nos vemos alli, Fee --me habia dicho mi marido por telefono a las ocho. Supongo que me llamo <> porque Fiona debia ser demasiado esfuerzo para el. Cuando trate de localizarlo, media hora despues, saltaba directamente el buzon de voz. Su madre estaba decepcionada. Su padre, furioso. A Kyle le esperaba una buena bronca el lunes, aunque no serviria de mucho. Las puertas del ascensor se abrieron en nuestro vestibulo. El atico era enorme --tenia mas de quinientos metros cuadrados-- y era todo un homenaje al despilfarro. Mi suegra habia insistido en decorarlo como regalo de aniversario y Kyle se nego a que yo lo redecorara porque eso heriria los sentimientos de su madre. Dios, odiaba aquellos adornos tan recargados, los muebles antiguos, el pesado papel tapiz y las persianas. Parecia sacado de una vieja pelicula. El dia en que la madre de Kyle muriera, seria el dia en que comenzaria la redecoracion. El atico tambien tenia mucho mas espacio del que necesitaban dos personas. Incluso aunque, como nosotros, se evitaran y vivieran en extremos opuestos de la casa. Mi dormitorio era mi santuario personal, mientras que Kyle pasaba la mayor parte del tiempo en la sala, donde una gigantesca pantalla de television cubria una pared entera. Cuando Kyle compro el piso, sin siquiera consultarme, dijo que era porque seria el lugar perfecto para formar una familia ya que habria espacio de sobra para que los ninos jugaran. Eso fue hace cinco anos y todavia no tenemos hijos. Lo intentamos durante un tiempo, sin embargo, luego parecio convertirse en una carga para el; tener relaciones con el fin de tener hijos, en vez de como simple diversion, no es lo suyo. Asi que, el sexo disminuyo de manera constante y la idea de formar una familia se perdio por el camino. Me alegro de que no hubieramos tenido hijos. No desearia que un nino tuviera que soportar un matrimonio como el nuestro. Aunque, lo cierto, es que tampoco recuerdo cuando fue la ultima vez que nos acostamos juntos. Apostaria a que no fue muy bueno. Al salir del ascensor, el atico estaba en silencio. Deje el bolso y las llaves en la mesita del vestibulo y me saque los tacones porque los pies me estaban matando. Cogi los zapatos y me dirigi a nuestra habitacion. El dormitorio principal se hallaba al final de un largo pasillo. Iba por la mitad del corredor cuando, de pronto, oi unos gemidos que procedian de nuestro cuarto, cuya puerta estaba entreabierta. Enseguida supe lo que pasaba alli dentro. Reconoci vagamente los silbidos y grunidos de Kyle. Eran unos sonidos que hacia mucho que no oia. Como pude encontrarlos sexis antes. Me acerque hasta la puerta y me asome. Entonces, vi a Wendy acostada en mi cama, con el culo en el borde del colchon. Sus piernas se encontraban abiertas de par en par, sus pies en el aire y apretaba los punos con fuerza en mis sabanas. Kyle estaba de pie entre sus muslos, sosteniendola por los tobillos, mientras entraba y salia de ella con un movimiento tan brusco que parecia que montaba un toro mecanico. Me concentre en Wendy por alguna razon. Probablemente porque ya habia visto a Kyle follar y nunca fue tan impresionante. Sus grandes tetas saltaban como globos de agua en su pecho. Tenia los ojos cerrados y se mordia el labio inferior, al tiempo que emitia pequenos chirridos cada vez que Kyle se metia en ella. Kyle iba a toda velocidad. Salia casi fuera de su sucia vagina y, luego, empujaba tan fuerte que sus pelotas golpeaban su culo carnoso y causaron que todo su cuerpo saltara. La polla de Kyle no era larga, pero era extranamente gruesa, semejaba mas un pepino gordo que un pene. Tuve que reconocerle el merito. Estaba dandole un gran uso a lo que tenia. Aparentemente, no habia perdido su toque porque Wendy lloraba como una verdadera banshee al ser liberada de la caja de Pandora.

  • El club de los martes de Mario Escobar

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  • Las recetas de la dieta del metabolismo acelerado (Coleccion Vital), Haylie Pomroy [PDF] de Haylie Pomroy

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  • Cuando sea manana de Adriana W Hernandez

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    Sus vidas iban a la perfeccion, rodeados de popularidad, fama, amor y riquezas. Hasta que una serie de eventos extranos los lleva a conocerse en las peores circunstancias. Ahora, deben luchar por sobrevivir e investigar la manera de salir de alli a salvo. Lo peor esta por venir cuando se enteren el por que se encuentran en ese lugar y se sepa toda la verdad. Cada segundo cuenta.
    El amor lo puede todo ?Podra ayudarlos a salir con vida a los dos? ?Quienes estan involucrados?

  • Estocolmo de Rodolfo Alpizar Castillo

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    Estocolmo: una novela que no dejara impasible a ningun lector. Presentes en esta magnifica narracion estan el asesinato y la busqueda de un asesino en serie. En algun momento, escenas de maltrato fisico, muerte violenta de un personaje ante los ojos del lector: elementos basicos de una novela policial. Pero Estocolmo no es una novela policial; antes del crimen y la indagacion, se ha asistido a otra muerte, callada, en vida: la anulacion paulatina de una mujer por el hombre que eligio como marido. Una mujer que, como muchas, intenta mantener ante si misma la fachada de un "hogar perfecto". La violencia fisica, pues, no es la tonica de la obra, sino el maltrato cotidiano, moral, que borra la personalidad, al cual, sin embargo, la propia victima se acomoda poco a poco, hasta crear una "zona de confort" donde se siente segura, hasta convencerse de que, fuera de ese espacio, ya no podra vivir. Despues de leer la novela Estocolmo seria bueno preguntarse "amigo lector" cuantas mujeres que conocen padecen el sindrome Estocolmo, cuantas estan conscientes de padecerlo y sobre que preceptos descansa la satisfaccion personal de muchas feminas, la vida holgada y la paz hogarena.

  • El baile de las mascaras de Fernando Claudin

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    Ella era una mujer joven y hermosa. No se merecia esa clase de vida. El amor llamaba a su puerta. Ya no podia seguir manteniendo el voto de castidad. No deseaba mantenerlo. Mas bien ansiaba infringirlo. !Ansiaba entregarse a sus brazos, abrasarse en el fuego de la pasion!
    El joven sacerdote que le habia robado el corazon se llamaba Harold. Era tan joven como ella. Y rabiosamente atractivo, con su aire romantico, sus profundos ojos azules, su cabello rubio, ensortijado, rebelde, que se resistia a ser peinado, y con ese arrebatador aire romantico que lo acompanaba alla adonde fuese, hiciera lo que hiciese.

  • La chica miedosa que fingia ser valiente muy mal de Barbijaputa

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    Barbijaputa, la tuitera mas canera y feminista de la Red, presenta su primera novela: la historia de Barbara, una chica miedosa que fingia ser valiente, aunque no demasiado bien.

  • A Sexy Berling Christmas (Sexy Berling 1), Maya Blair de Maya Blair

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  • Amar en tiempos de guerra (Una mujer en el cruce de los Andes 2) de Nidia Restovich

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    Ultima entrega de la bilogia <> de Nidia Restovich.

  • Algun dia te dire que si (Los Dybron 1) de Nadia Petru

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  • Clamor de Sangre de Silvana G. Sanchez

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  • Leal al Corazon de Noa Xireau

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    Reino de Lanlow Lissy y yo intercambiamos una mirada divertida cuando el carruaje cogio un bache y los ronquidos de mi tia resonaron en el pequeno espacio como los grunidos de un cerdo al atragantarse. Ambas nos tapamos la boca para acallar nuestras risitas, aunque no sirvio de mucho. Mi tia abrio un ojo y se incorporo. Frente a mi, mi tutor, nos echo una de esas miradas recriminatorias con las que pretendia aleccionarnos, pero le traiciono el leve temblor en la comisura de sus labios y que escondiera sus manos bajo su habito de fraile. --?Cuanto falta? --Mi tia se limpio apresurada el fino hilillo humedo que le caia por la barbilla. Solte un profundo suspiro. ?Cuantas veces le habia respondido a la misma pregunta desde que habiamos salido de la posada al amanecer? Con su acostumbrada cortesia, Fray Roland se asomo por la ventana. --El paisaje se esta volviendo cada vez mas empinado y los bosques mas frondosos, Crowshead ya no debe estar demasiado lejos. Mi tia asintio con expresion agria, apreto los labios y se limito a estudiar enfurrunada una protuberancia en la madera algo desgastada de la puerta. --?Desea algo de comer, tia? --Senale la cesta que tenia a mis pies. Si a mi me dolia la espalda y estaba desesperada por estirar un rato las piernas, ella, con su corpulencia y mas del doble de edad, debia de encontrarse agonizando. Nego abstraida hasta que de repente se puso rigida y le lanzo una mirada a fray Roland. --?Podemos hacer una parada? Mi tutor puso cara de <>, pero acabo por asentir con un disimulado suspiro. --Por supuesto, lady Grey. Sacando su baston por la ventana, dio varios golpes en el techo del vehiculo indicandole al cochero que frenase. Enseguida se acerco el oficial de la escolta que nos acompanaba. --?Ocurre algo, padre? --Lady Grey desea hacer un alto. El hombre estudio con rostro grave el trayecto por delante y detras de nosotros. --No es el mejor sitio. El camino es estrecho y, en caso de una emboscada, el carruaje tendria problemas para girar si nos cerrasen la huida hacia el frente. Tampoco es un buen lugar en el que dividir a los hombres. Fray Roland hizo un gesto de confirmacion como si se hubiese esperado aquella respuesta, pero mi tia resoplo y se bajo del carruaje. --Si nos atacan, lo mismo da que sea aqui que dentro de cien metros y prefiero tener la vejiga vacia de darse el caso --gruno con una mueca mientras arqueaba la espalda con un gimoteo y las manos en la cintura. --La acompanare --me ofreci cuando quedo claro que la decision ya estaba tomada--. Lissy, ?vienes? La chica asintio reajustandose inquieta su tunica. No es que me hubiera esperado otra cosa, podiamos ser amigas, pero Lissy jamas olvidaba cual era su posicion como mi sirvienta. --No tienes que venir si no quieres --le recalque con tranquilidad, a sabiendas de lo miedosa que era. Lissy nego. --Como dice milady, hay cosas que es mejor enfrentarlas con la vejiga vacia. Apenas habiamos entrado en la linea de la arboleda cuando mi tia se giro hacia nuestra escolta. --?A donde creen que van? --pregunto con los brazos en jarras a fray Roland y al oficial, que iba seguido por uno de sus soldados. Los hombres se miraron entre ellos y no me paso desapercibido como el joven soldado aparto incomodo la vista en tanto que Fray Roland se masajeo el puente de la nariz. Me mordi el interior de la mejilla para no reir. Dudaba mucho que ninguno de ellos quisiera espiar a mi tia mientras se levantaba la saya. El oficial era lo suficientemente atractivo como para no echar en falta la atencion femenina en su vida y el joven soldado tenia ese tipo de facciones lindas que le hacian a una desear robarle un beso en la parte trasera del establo. --No vamos a permitir que se adentren a solas en el bosque, nos quedaremos a una distancia prudencial --el tono del oficial era de pura resignacion. --Esta bien asi, tia --intercedi--. Tras unos arbustos o un buen tronco no la veran, y nos avisaran si viene alguien --murmure solo para ella cuando por su semblante quedo patente que estaba a punto de aclararle al pobre hombre donde se podia meter su <>. --Al menos guarda tu capa, Maria. ?Como pretendes hacer una entrada grandiosa en Crowshead si llegas como si fueras la hija de un herrero? --me reprocho, con la mirada sobre el borde de la lujosa piel de armino blanco que remataba mi larga capa azul, en la que ya se habian enganchado algunas ramas y hojas secas. Con un suspiro, la deslice por los hombros y se la entregue a Lissy. --?Te importa dejarla en el asiento? --Me frote los brazos en un intento por contrarrestar el frio.--Tome la mia. Hace fresco y tampoco queremos que enferme. Cogere la manta para envolverme --se anticipo Lissy a mi protesta. Colocandome su capa, mi tia y yo retomamos el camino. Si habia esperado que mi tia siguiese teniendo prisa, por desgracia me equivoque. Su vejiga paso a un segundo plano y no ceso en su busqueda del mejor sitio para aliviarse hasta que encontro un viejo abedul con un enorme tronco, flanqueado por varios arbustos. --?Necesita ayuda, tia? --le pregunte apenas acabo su gemido de placer desde detras de los arbustos. De repente, alguien me tapo la boca y tiro de mi hacia el suelo. --!Shhh! --El oficial senalo una mancha oscura a unos treinta metros por delante de nosotros. Me llevo unos instantes discernir que se trataba de un hombre agazapado de espaldas a nosotros y, aun mas, detectar a otras siete figuras que tambien se ocultaban. Con un vistazo asustado sobre mi hombro, comprobe que el joven soldado se habia hecho cargo de mi tia. Fray Roland, por su parte, se encontraba encorvado tras un roble y rodeaba su cruz con ambas manos. --!Lissy! Tenemos que avisarla a ella y a los demas --susurre lo mas bajo que pude. El oficial vacilo como si le costara tomar aquella decision. --Ire yo, pero necesito que se quede aqui escondida. Sera menos peligroso para mis hombres si no tienen que estar protegiendolas a vuestra merced y a su tia. Tiendase y cubrase de hojas secas, mientras menos visible sea, mas segura estara y, sobre todo, no haga ruido. Asenti aterrada. ?Que otra cosa podia hacer? Como si fueran una maquina bien engrasada, bastaron algunas cortas senales del oficial para que fray Roland se aproximase a nosotros, refugiandose conmigo entre los matorrales. Apenas habian pasado unos minutos de la marcha del oficial, antes de que comenzaran a oirse gritos de batalla y el estruendo de las armas al chocar. Sin la necesidad de presenciarlo era facil adivinar que alaridos eran de rabia y cuales de dolor. Aun asi, no mirar era lo mas dificil que habia hecho en mi vida. Fray Roland permanecio con los labios apretados, pero, lejos del nerviosismo que habria esperado de un religioso de cierta edad como el, conservaba una ferrea calma. --!Corra! --El rugido urgente del oficial, que se oyo desde la contienda, me llego hasta los huesos. Asustada mire a mi tutor. No hubo ocasion de formular preguntas. Un agonico chillido femenino atraveso el bosque. --!Lissy! --Intente incorporarme llena de panico, pero el peso de fray Roland me aplasto sobre el terreno y su mano acallo mis sollozos con eficiente frialdad. --Demasiado tarde --murmuro con pesar--. Nos mataran a todos si nos descubren. El mundo, el tiempo, todo parecio detenerse a mi alrededor mientras seguian sonando algunos los gritos, los lamentos de los heridos, las voces camufladas de los desconocidos, los relinchos de los caballos y lo que suponia que era el estruendo de nuestras baules al estamparse contra el suelo. Cuando las voces se alejaron y se hizo el silencio, fray Roland me mantuvo atrapada durante un buen rato mas. Por entre las copas de los arboles iban entrando algunos rayos de sol que parecian irreales, casi magicos. Desee perderme en ellos para que me trasladasen a otra dimension, cualquier cosa por no tener que enfrentarme a lo que me esperaba cuando me levantara. Pero los deseos eran solo eso, la ilusion de alguien que se aferra a la mas exigua esperanza con tal de no enfrentar la realidad. El soldado que habia estado junto a mi tia aparecio a nuestro lado con una expresion hermetica, como si se hubiera obligado a no sentir. --Parecen haberse ido. Ire a comprobar si queda alguno de los atacantes en la retaguardia -- le informo a fray Roland en murmullos--. Se han marchado en la misma direccion a la que nos dirigiamos. Si me ocurre algo, sera mas seguro que regresen hasta el ultimo poblado por el que hemos pasado. Fray Roland asintio y aligero el peso con el que me mantenia aprisionada, pero no me libero hasta que el soldado regreso. Mi tia se acerco enseguida a mi y se lanzo a mi cuello con un sollozo. --Se han ido --anuncio el soldado--. No eran ladrones, excepto sus heridos, no se han llevado nada mas. Mi tutor escruto el paisaje con una mirada distante, como si considerase la informacion. --Era de prever. El populacho no posee espadas como esas. Habia al menos dos caballeros nobles entre ellos y el resto eran sin duda sus hombres o mercenarios. --?Y Lissy? --Mi voz salio tan apagada y temblorosa que apenas se escucho. --Cielo... --Mi tia me abrazo cuando el soldado aparto la mirada. No espere a que me revelasen lo evidente, me alce las faldas y corri dando tumbos en busca de la que habia sido mi amiga y companera desde el dia que mi tia me acogio en su hogar. La encontre al principio de la arboleda, tendida bocabajo, la cabeza ladeada, los ojos abiertos de par en par y el horror aun reflejado en su semblante. Fray Roland se arrodillo a mi lado y le cerro los parpados mientras murmuraba una oracion. --Era una buena chica --comento despues de hacer la senal de la cruz. --Llevaba puesta mi capa. --Mi voz se quebro. --Si, te era fiel. --Fray Roland me apreto la mano. --?Por que iba a llevar mi capa si dijo que cogeria la manta? Ella nunca se ponia mi ropa -- balbucee. --Era una chica lista. Sabia que venian a por ti y que si no te encontraban saldrian a buscarte. --La compasion en los ojos del fraile fue inconfundible mientras dejaba que sus palabras penetraran en mi mente. --?Ha dado la vida por mi? --musite. --A ella ya no le quedaban esperanzas, la habrian matado de una u otra forma. Seguro que lo intuia y tomo la decision mas noble. --!Oh, Dios! --Me tape el rostro y rompi a llorar. --Hemos de marcharnos, cuanto mas tiempo permanezcamos aqui, mayor sera el peligro. Ademas, algunos de los heridos aun siguen vivos. Debemos atenderlos y llevarlos al pueblo mas cercano. ?Puedes ayudar? Asenti agradecida de que me diera una tarea que no me permitiese pensar demasiado. Despues de atender a los heridos y subirlos como pudimos al carruaje junto a los muertos, me volvi hacia fray Roland y el soldado, quienes discutian en voz baja. Ambos se callaron cuando me acerque a ellos. --?Que ocurre? --exigi. --Tenemos dos opciones --me explico mi tutor con su usual paciencia--. Regresar por donde hemos venido, dejar a los heridos en un lugar seguro en el que puedan ser atendidos y procurar llevaros a ti y a tu tia a la proteccion de su ducado, o seguir adelante para que puedas reclamar tu trono. Aunque ahora carecemos de la mas minima defensa si vuelven a venir a por nosotros. --En apariencia la primera opcion seria la mas factible y segura. ?Cuales son los inconvenientes? --Lo conocia lo suficiente como para sospechar que no me habria presentado una alternativa si tuviera una solucion indiscutible. --Fueran quienes fuesen esos atacantes, es muy posible que acaben por enterarse de la existencia de dos mujeres viajando junto a un grupo de soldados malheridos. En cuanto lo hagan, vendran a por nosotros con el proposito de terminar su trabajo. Tambien te mostrara como una persona debil y dependiente que huye ante el mas minimo obstaculo, lo que no favorecera en absoluto tu ya de por si inestable posicion como la sucesora de tu tio. Si ser una mujer joven en el trono iba a resultar dificil, mas aun lo seria si daba muestras claras de debilidad. No necesite que me explicase mas y elabore mi propia lista de posibilidades. --En ese caso, solo nos queda la tercera opcion --decidi al fin. --?Si? --Mi tutor no parecia sorprendido de que le propusiese una via diferente a las que el me habia ofrecido. --Llevara de regreso a mi tia junto a los escoltas heridos --le indique al soldado. --No puedo abandonarla sin proteccion, vuestra merced --objeto el hombre--. Mi deber es protegerla por encima de cualquier otra persona. --Y eso es justo lo que hara. Tambien se llevara a Lissy. De esa forma recibira el funeral que se merece a su llegada a Goodshire. Entretanto, la gente la confundira conmigo y creera que he muerto. De ese modo, yo y fray Roland podremos seguir nuestro viaje con tranquilidad. Nadie espera que la futura reina llegue a caballo, acompanada solo por un religioso. Una vez en Crowshead, no podran atacarme en publico y habremos superado el primer escollo. En cuanto llegue a casa de mi tia, ocupese de elegir a hombres de confianza que puedan venir a apoyar a mi Guardia Real. Eso ayudara a reforzar mi seguridad. --?Y luego? --indago Roland complacido. --Tendremos la oportunidad de plantearnos ese luego mientras viajemos. ?No has dicho que debiamos partir cuanto antes? Intente aparentar fortaleza y calma mientras me despedia de mi tia. Vi como el soldado se llevaba el cuerpo ensangrentado de Lissy al carruaje y la depositaba en lo alto del techo, junto a uno de los heridos. Al observarlo, no deje de preguntarme que seria lo que me esperaba cuando llegase a mi destino, un sitio en el que, a todas luces, me deseaban muerta. A CAPITULO 2 KADEN ntes de que pudiese dar un paso para salir de detras de la esquina en la que me habia estado ocultando, un conocido rostro femenino aparecio frente a mi con una radiante sonrisa. --?Que tal un ratito a solas, capitan? --Las cejas rubias se arquearon en una provocacion casi tan abierta, como la mano femenina que fue deslizandose por mi estomago acompanado por un lento ronroneo--. Contigo seria capaz de pasarlo gratis. Sonrei divertido ante el descaro de Sira, una de las camareras mas codiciadas de la taberna del Pato Cojo, y le sujete la muneca antes de que alcanzase terreno peligroso. --?Eso no seria desperdiciar un tiempo valioso para una mujer como tu? --Me lleve su mano a los labios y le bese la parte interna de la muneca con estudiada delicadeza. --Una tambien tiene que consentirse un capricho de vez en cuando --murmuro Sira, recorriendome con la mirada sin enmascarar el apetito en sus ojos verdes. --Lo tendre en cuenta, pero me temo que ahora mismo estoy de servicio. --?Que tal a media tarde? --Poniendose de puntillas, se inclino hacia mi regalandome un tentador vistazo a su escote--. Procurare estar libre para ti --me murmuro al oido, acariciandome con su aliento mientras sus generosos pechos se aplastaban contra mi brazo. Sira no era exactamente mi tipo, pero podria llegar a ser una bienvenida distraccion de la tensa situacion en el castillo. --Vere que puedo hacer --respondi sin comprometerme. No era del todo mentira. Puede que realmente me plantease su oferta. ?Por que no? Le eche una ojeada a la elegante figura encapuchada a la que llevaba siguiendo las ultimas dos calles. Con ella probablemente no hubiera dudado en aceptar una propuesta como aquella, aunque, para ser sincero, tampoco parecia el perfil de mujer que las hiciera. Cuando la forastera se acerco a otro puesto y olisqueo un ramo de especias, cerrando los ojos de placer, avance unos pasos mas. Sira me sujeto del brazo. --Acuerdate, a media tarde. Asenti y me olvide de ella tan pronto como quedo a mi espalda. Aprete la mandibula al reparar en el calzado de terciopelo azul bordado de mi sospechosa. Puede que vistiera una capa de lo mas corriente, una digna del personal de servicio de alguna casa de bien o de un familiar de algun mercader, pero su calzado era harina de otro costal, lo mismo que la tunica que ocultaba bajo la capa. Poseia la gracia de una dama en sus ademanes, pero una verdadera senora jamas se aventuraria a solas al mercado, ni se entretendria en inspeccionar las mercancias mas simples con aquel interes desbordado. ?Se habria hecho con los ropajes de su ama? ?O se habia buscado un amante que pudiese mantenerla bien? Lo ultimo habria sido una explicacion plausible. Por lo poco que habia conseguido ver de ella, tenia un corte de cara agraciado y una nariz quiza demasiado recta y puntiaguda, aunque su estrecha cintura y caderas anchas lo compensaban, al igual que lo hacian sus senos. Habria apostado mi proxima paga a que cabrian en mis manos. La simple idea de constatarlo ya hacia que las palmas me cosquillearan. Cruce los brazos sobre el pecho cuando una de las ratas callejeras, que solian dedicarse a birlar a los incautos compradores, la convirtio en su blanco y le saco de la limosnera, sin ella percatarse, lo que probablemente era un saquito de monedas. En el ultimo segundo ella se giro con un jadeo ahogado, sin embargo, al contrario de lo que hubiera hecho cualquier otra victima, no hubo gritos de auxilio ni acusaciones, ni un solo: <>. Lo que en si mismo atizo aun mas mi curiosidad por descubrir quien era aquella desconocida y lo que hacia alli.

  • La ley de los justos de Chufo Llorens

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    En la Barcelona modernista germina una historia de amor entre dos jovenes de clases sociales distintas. Una gran novela historica de pasion, ideales y venganza.

  • Viaje alrededor de mi craneo de Frigyes Karinthy

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    Frigyes Karinthy era el columnista mas popular de Budapest, en 1936, cuando se entero de que tenia un tumor cerebral y que debia operarse de urgencia para sobrevivir. El unico cirujano que podia hacerlo estaba en Suecia. Una colecta le permitio llegar a Estocolmo y enfrentar el bisturi. Con el desparpajo y la agudeza que lo caracterizaban, Karinthy conto paso a paso la experiencia a sus lectores, a traves de su columna semanal en la prensa. Meticuloso y alucinatorio, burlon y emocionante, egocentrico y universal, su libro es simultaneamente una novela de intriga y un caso clinico, un viaje al fondo del miedo y una bitacora de la resistencia, el chisporroteo de un espiritu brillante y el anticipo del derrumbe del humanismo que Europa padeceria poco despues.

  • El hielo bajo tus pies (Hermanos McGregor 1) de Josephine Lys

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    Evan McAlister, jefe del clan McAlister recibe la orden del Rey Guillermo de Escocia de contraer matrimonio con una de las hijas del jefe del clan McGregor a fin de acabar con anos de enemistad entre los dos clanes. Sin poder eludir lo inevitable Evan intenta contener los problemas que dicha union esta creando en la alianza con sus clanes vecinos y en el seno del suyo propio, sin poder imaginar que el enemigo esta mas cerca de lo que piensa.

  • Luciernagas en la ciudad de Jose Salento

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    El recuerdo de aquellos dias es lo unico que me queda de un viaje inesperado entre la razon y la locura. Yo, que ahora no soy mas que la triste sombra de lo que una vez fui, ejerzo mi derecho a no olvidar, a nunca olvidar la traicion que acabo con la ultima esperanza de la humanidad. Pero no os adelantare mucho mas, narrare toda la verdad --o por lo menos mi verdad-- en las siguientes paginas. No sabria decirlo con certeza, quizas todo sucedio hace cincuenta anos o puede que fuera hace un siglo, para nosotros el tiempo no es mas que un invento humano al que debemos atenernos cuando trabajamos. La tarde en la que empezo el principio del final recibi un nombre, una direccion y una hora. Acto seguido me puse con los preparativos previos a cualquier recogida: me peine cuidando cada detalle, mi larga melena oscura es el fruto del trabajo de una eternidad y supone un gran esfuerzo ponerla a punto para el publico; luego me pinte los labios de un rojo intenso y las pestanas de negro; por ultimo, me maquille. Al acabar busque un traje formal en el fondo del armario, ajuste mi reloj y me dispuse a poner rumbo hacia la direccion senalada. Aunque no conocia el barrio al que me dirigia no estaba preocupada, nosotros nunca nos perdemos porque siempre sabemos encontrar el sitio al que debemos acudir. En ocasiones calculamos mal y llegamos a deshora, como aquella noche, pero esto no suele suponer un problema. Alcance el lugar indicado una hora antes y me sente a esperar. Era un cruce de avenidas en pleno corazon de la ciudad. Alli las calles se presentaban como lo que fueron y ya no eran, hasta donde alcanzaba la vista habia viejos locales vacios que habian albergado negocios que otrora habian tenido exito... y que ya no lo tendrian mas. Ahora apenas sobrevivian una peluqueria, alguna cafeteria y un avejentado pub. Normalmente tenemos varios nombres a por los que debemos ir al cabo del dia, pero yo llevaba un par de semanas sin recibir ninguno. Esas cosas pasan, a veces hay mucho trabajo, otras no hay tanto, pero siempre acaba llegando algun encargo. Por aquel entonces estaba leyendo un libro que habia pertenecido al ultimo nombre al que habia ido a buscar. Tenemos totalmente prohibido manipular o quedarnos con pertenencias de quienes recogemos, pero hacia ya mucho que empece a sentir que me aburria desarrollando mi funcion y comence a desobedecer el reglamento. Supongo que mi falta de respeto hacia las normas seria la causa de todo lo que ocurrio a continuacion. Asi que, con todas las ganas del mundo de acabar la novela e intentar comprender el porque de lo que sucedia en ella, me sente en un banco, abri mi bolso... y me di cuenta de que me la habia olvidado en casa. Hubiera sido mejor para mi haberme quedado quieta en aquel cruce, pero no, tuve que meterme en aquel pub de luces tenues. No estaba dispuesta a quedarme mirando el suelo una hora, ya ves tu que tonteria: ?que supone una hora en el infinito de la eternidad? Pues en aquel momento me parecio demasiado para estarme sin hacer nada. El pub era lo unico abierto cerca del cruce y no te miento si te digo que siempre he tenido atraccion por los sitios oscuros. Cuando entre todo estaba en silencio, mire extranada hacia el fondo y vi un pequeno escenario iluminado. Puede que en la oscuridad hubiera unas veinte o veinticinco personas de publico, no sabria deciros con certeza porque quede absorta en la imagen que vi sobre la tarima. Un hombre, sobre las tablas solo habia un hombre, pero su manera de hablar y lo que decia me atraparon. Estaba recitando unos versos con los labios pegados al microfono, recuerdo perfectamente aquellas palabras: <>. Entonces me percate que tenia sus enormes pupilas azules clavadas en mi. Aquello era catastrofico, ningun humano puede ver a un angel de la muerte... salvo que vaya a morir en poco tiempo, y ni siquiera eso es comun. Aquel hombre ataviado con una vieja chaqueta, que originalmente fue una compra cara pero que ya se notaba pasada de moda, siguio hablando tras un fuerte aplauso. Inicio un discurso sobre la necesidad de la experiencia como unico testigo real de haber vivido, sobre lo importante de entender el presente como algo irrepetible. En realidad, no era nada que antes no hubiera escuchado o leido, pero no podia retirar mi atencion de el, estaba atrapada en esa voz grave y limpia que fluia a traves de los altavoces del pub. Recito un poema sobre dos amantes que no saben que son amantes porque se desean, pero se niegan, y en esa tension no resuelta se encuentra latente su relacion. El pequeno aforo se puso de pie y aplaudio como si les fuera la vida en ello. Yo pense de manera automatica que no podia ser menos y aplaudi todo lo fuerte que podia, que a efectos practicos no es mas que lo que dos manos normales pueden. Era evidente que quien pisaba el escenario era alguien reconocido por el publico, ya que le lanzaban frases de elogio y alguna que otra proposicion indecente desde el sector femenino (supe minutos despues que su pareja estaba entre los asistentes). A continuacion, aquel hombre se dirigio a sus oyentes para agradecerles el haber acudido al recital. Para finalizar, quiso invitar a subir al escenario a una persona muy especial para el --la senorita Marta Rivas, dijo--, y la gente la ovaciono. Al subir se besaron brevemente, lo que me provoco una inesperada necesidad de separarle la cabeza del cuello a esa insolente muchacha. Nosotros no podemos segar las vidas que se nos antojen, solo tenemos acceso a aquellos nombres que nos asignen y, por tanto, llevarme un anima a voluntad no me estaba permitido. De todas formas, daba igual, mis ganas homicidas desaparecieron en un segundo: me di cuenta que su luz -- al igual que la de su pareja-- tambien se estaba apagando, no le quedaba mucho en este mundo. Marta Rivas se presento como un cargo de un partido politico que abogaba por la justicia social y un estado para el pueblo y por el pueblo. No soy experta en discursos y no juzgare sus palabras, pero tenia metido en el bolsillo a la gente --luego supe que casi todo el publico eran amigos y cargos del partido--. No te voy a mentir, no le preste nada de atencion, no dejaba de mirar al poeta o al que recitaba poesia o al que fuera lo que fuese. Ahi, en una esquina de la tarima, con la cabeza medio rapada intentado ocultar un evidente principio de alopecia, se alzaba su esbelta figura de ojos azules y barba de varios dias. No era muy alto, pero tenia algo que hacia que su presencia fuese imponente, incluso de ese modo tambien habia algo en el que lo hacia parecer extremadamente fragil. Sujetaba un vaso de ginebra que levantaba como si fuese agua y se muriese de sed. Mire el reloj, quedaban veinte minutos. Al acabar el minimitin, los aplausos exagerados y los gritos de animo inundaron el local. Muchos querian fotografiarse con ella, todos buscaban la foto con el, y yo no podia dejar de mirarlo. El, de vez en cuando, me devolvia la mirada, no sabia si se habia dado cuenta de quien era yo o si simplemente pensaba que era una espectadora mas. Incluso llegue a pensar que era una obsesion mia y me estaba imaginando que me veia, cuando el hecho normal seria que no lo hiciera. Estuve tentada en ir a hablar con el, pero ?que le iba a decir? Tenia la sensacion dentro de mi de que todo esto iba directo a ser una catastrofe de dimensiones nunca vistas. No me equivoque ni por un apice. Fuera, en la calle, comenzo a llover y yo me acerque a la puerta. Al mirar al exterior lo vi, alli estaba con su mascara cadaverica el otro angel, y lo salude con la mano. Cada uno puede ir a trabajar con las vestimentas o apariencias que desee, pero creo que debemos de poner un poco de coherencia a nuestra labor, si ya resulta traumatico para el humano comprender que ha fallecido, mas lo es tener que caminar junto a la Parca hasta las puertas del otro lado. No cuesta nada arreglarse, ponerse formal, que, aunque no quita el trauma del deceso, si que ayuda. Pero asi estaba, con su aterradora figura, le daba igual. En el local la gente se iba yendo. El estaba con el codo en la barra hablando de manera amistosa con un hombre, no parecian conocerse de antes, intercambiaban comentarios sobre no se que escritor americano del siglo XIX. En una mesa estaba ella con cuatro personas mas y varios papeles sobre la madera. No se por que me fui hacia aquel grupo, es como si hubiera tenido verguenza de acercarme a la barra y sentirme observada, no lo entiendo, nosotros no tenemos sentimientos. Asi que me sente en una silla que estaba vacia y cotillee los documentos un poco, los deje porque eran informes de proximos movimientos politicos: mitines, reuniones, congresos locales... algo bastante aburrido. Hablaban de que quedaban diez meses para las proximas elecciones nacionales y que el partido veia posibilidades de conseguir algo grande. Hablaban de la violencia y de la agresividad que estaban tomando los ultimos encuentros parlamentarios. Hablaban de simpatizantes de uno y otro lado reventando actos del partido contrario. Hablaban, hablaban simplemente. En un momento dado, uno de ellos le sugirio a Marta Rivas la necesidad de contar con su pareja como activo politico, ya que --segun decia--habia rechazado todas las propuestas para apoyarlos y era fundamental que cambiase de parecer debido a la importancia del apoyo de un intelectual tan distinguido. La discusion saco de quicio a Marta. Ella asentia y comprendia el requerimiento, pero argumentaba que su pareja era libre de decidir y habia decidido no compartir la lucha politica del lado de ellos. Terminaron la conversacion con el compromiso de parte de la joven candidata de que volveria a discutir con el poeta la posibilidad de un apoyo publico en actos de la futura campana electoral. Yo sabia que esa conversacion nunca tendria lugar, la luz de ambos se apagaba y ahora solo titilaban tenues en la oscuridad del pub. Mi reloj marcaba siete minutos para recoger el alma de aquel que discutia en la barra sobre un poeta muerto al otro lado del oceano. Tenia curiosidad por ver como ocurria todo, era evidente que no iba a ser un fallo natural, dos almas serian recogidas simultaneamente. No podia evitar mirar de un lado para otro nerviosa, en realidad aquello no tenia mucho sentido, la recogida seria en el cruce de las avenidas y no en el interior del local. Queria hablar con el hombre, no sabia que decirle, pero algo me llamaba la atencion en el como nunca me lo habia llamado nada. Aproveche para abordarlo cuando se adentro en el pasillo para ir al bano. Le toque el hombro y el se dio la vuelta, entonces se hizo el silencio, el cual rompi al titubear <>. Sonrio, se acerco a una mesa, saco un papel de un servilletero y un boligrafo de su bolsillo y escribio <>. Lo lei emocionada y quise agradecerle su dedicatoria, pero el ya habia desaparecido cuando levante la mirada. Me apoye en la barra y volvi a leer aquellos versos. Senti que todo se habia helado dentro de mi. Lo lei una tercera vez y decidi avisarlo, le iba a decir que huyera, que le daria todo el tiempo del mundo o, mejor aun, que me fugaria a su lado. Asi que saque valor de lo mas profundo de mi y me gire para buscarlo, pero ni el ni ella estaban ya en aquel lugar. Me habia quedado atrapada en el texto de la servilleta, sin darme cuenta de que ellos se habian despedido de la gente y se habian ido. El reloj marcaba dos minutos. Sali fuera todo lo rapido que pude y los vi entrando en un vehiculo. El se sento frente al volante, su pareja en el asiento aledano. Ella estaba muy alterada, las palabras que decia las acompanaba de gestos nerviosos que hacia con las manos. El otro buitre de la muerte esperaba en el cruce de avenidas a que el funesto coche llegara. Me quedaba sin tiempo y sin ideas. Ellos empezaron a discutir dentro del automovil. El reloj marcaba un minuto. Me coloque delante del coche sujetando mi bolso fuertemente, no debian llegar al cruce. El encendio el motor y quito el freno de mano sin dejar de discutir con ella, no habian apartado la mirada el uno del otro y nadie se percato de mi presencia. Metio la primera marcha y me vio, puso cara de asombro e hizo un gesto para que me apartara a un lado. Le fui a decir que apagase el motor, pero, de repente, alguien golpeo con los dedos la puerta del copiloto. No lo vi llegar. El buitre de la muerte se relamia en el cruce de las avenidas. Todos miramos al individuo que acababa de entrar en escena. Ella bajo la ventanilla: -- ?Es usted Marta Rivas? -- Si. --Tengo un mensaje para sus votantes. Acto seguido, aquel hombre dio un paso atras y descubrio el revolver que sostenia con su mano derecha. Sin dudarlo un segundo, le acerco el canon a la cara de la politica. El asaltante fue a decir algo cuando, inesperadamente, el motor rugio y el poeta hizo el intento de escapar con el coche, pero no habia espacio para salir sin maniobrar y choco con el que estaba aparcado justo delante suya. El intento de evasion hizo que la ventanilla golpeara fuertemente la mano de aquel individuo, disparandose el arma que portaba. La bala alcanzo a Marta Rivas en la sien derecha. Nosotros no tenemos sentimientos. Mateo Rosas dio marcha atras y volvio a meter primera. El buitre de la muerte esperaba en el cruce de avenidas. El asaltante, que parecia haber quedado paralizado tras haber abierto fuego, volvio a apuntar al automovil, que ya habia conseguido salir

  • Empezar otra vez de Helena Sivianes

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    ?Es posible que dos almas rotas se puedan unir para empezar otra vez?
    Maggie, despues de pasar por una adolescencia que la marcara de por vida, intenta empezar de cero su vida lejos de todo lo que conoce, pero no todo es tan facil como parece. Cuando la vida parece que empieza a sonreirle, aparece Trent, un chico misterioso que le hace sentir miedo de los sentimientos que despierta en ella.
    Trent, un chico con un pasado misterioso, que no acepta el amor como parte de su vida, empieza a ver como esta se derrumba cuando conoce a Maggie.
    Una historia donde dos almas rotas lucharan contra sus temores para poder empezar otra vez.

  • El camino de Greta de Rosa Boliart

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    Greta, Yolanda y Marta son tres amigas que deciden realizar el Camino de Santiago. El primer dia conocen a un hombre que viaja solo y con el cual comparten vivencias.
    Al salir de sus rutinas cotidianas surgen situaciones que ponen al descubierto actitudes y secretos personales. Las diferencias entre ellas aparecen cuando conversan sobre temas que antes no habian tratado y una de ellas se siente atraida por el desconocido.
    Al regresar a sus casas ya nada es igual, ni la relacion entre ellas, ni la relacion de la protagonista con su entorno familiar. Greta confecciona un plan para cambiar de vida, pero un reves causado por una circunstancia repentina le hace dar un vuelco a sus planes al tener que tomar la decision mas importante y dura de su vida.

  • Siete minutos de Carmen Serrano

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    7 minutos es el tiempo que Gara y Airam deben permanecer
    encerrados en un armario como parte de un juego.
    7 minutos a solas con todos los recuerdos de lo que han vivido
    como compania en el reducido espacio.
    7 minutos para recorrer su historia compartida;
    los anos en que se odiaban mutuamente y tambien la etapa
    en la que se ruborizaban al mirarse por sus propios sentimientos.
    7 minutos para terminar o comenzar aquello que sienten
    el uno por el otro.

  • Quien tuvo la culpa de Corin Tellado

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    Aquella manana del 21 de junio, Mary recorrio la calle Alcala con mas rabia que placer. Hacia un calor sofocante. El sol, con su rostro redondo, parecia burlarse de todo transeunte que, fatigoso cruzaba apresurado la calzada. Mary salio de la RENFE con el billete en su poder, y piso la calle tomando direccion al Retiro, donde esperaba hallar la tranquilidad espiritual que precisaba para calmar los nervios, que aquella manana se sentian a flor de piel, tensos, agudos, pareciendo salir del cuerpo y clavarse como pinchos. --!Mary! Volviose en redondo, y una sonrisita de felicidad ilumino el rostro que momentos antes mostraba solo amargura. --i Sole! ! Que alegria, chiquilla! Un abrazo, seguido de la risa franca de ambas. --?Y el veraneo? -- pregunto Sole, mirandola con picardia--. ?Cuando marchas a Gijon, con tus hermanos? Vengo del colegio, y alli me han dicho que habias salido. Mary le mostro los billetes. --Vengo de la RENFE. Salgo el dia treinta. !Me tar da mas...! La otra la miro dudosa. --?De veras, lo dices? ?Tan mal van tus asuntos sentimentales? --?Crees que me voy por eso? --Se que no. Tu familia te reclama. --No guasees, que es asi. --Si no lo dudo, querida. Pero lo de Pepe... El rostro exotico de Mary tuvo una contraccion. --Aquello paso. --?Estas segura? ?Que si lo estaba? !Cualquiera lo sabia! Ella menos que nadie, porque el corazon, por ser un organo demasiado sensible y rebelde a la vez, habia de continuar exigiendo su parte en la vida, y ella ya no tenia que darle, porque todo se lo habia llevado el amor. !Insensato amor! --Debe pasar, Sole; y eso es lo que me interesa; tener la voluntad suficiente para olvidar, para domenar el deseo, para ahogar la pasion. ?Crees que lo podre conseguir? La otra muchacha la miro con detenimiento. !Era tan alegre, tan desconcertante y linda aquella Mary un algo inconsciente, pero maravillosa en su mismo despiste...! --Si te lo propones, si -- repuso convencida, pues la conocia lo suficiente para hacer la afirmacion basada en algo concreto--. Vete a Gijon y olvida. Trata de cultivar las buenas amistades que dejaste alli hace cuatro anos, y veras como al fin y a la postre, eres feliz. Mereces ser muy dichosa, y lo seras. -- Despues, tras una breve pausa, anadio dulcemente --: Pienso que aun volveras con el. Nego, no con demasiada conviccion. --?Y tu? -- pregunto luego, con carino--. ?Cuando os llega el bebe de Paris? El rostro de Sole se ilumino. --Prontito -- dijo feliz--. !Si supieras, Mary, con que ilusion lo esperamos...! Debes casarte, Mary, y entregarte sin reservas al hombre que te toque en suerte. --?Crees que me tocara alguno? La otra respondio, totalmente convencida: --Te tocara. Mereces ser muy feliz por todo lo des graciada que fuiste hasta ahora. Muchas veces me digo, querida Mary, que tu misma has tenido la culpa de todo. --?Yo? Sole afirmo: --!Si supieras lo bonito que es perder alguna vez de nuestra parte...! Tienes un caracter complicado e irascible, y para ser feliz, todo lo feliz que ambiciona una mujer de tu temperamento, es preciso domenar los impulsos de la sangre y los sentidos para dejar solo paso al corazon. --!Vaya perorata! --?Crees que no hablo con logica? --?Quien lo duda? --Entonces, atiende mi consejo y vete a Gijon, convencida de que con Pepe ya no hay nada que hacer. En primer lugar, el no te conviene. Emboto tus sentidos, apago los deseos de tu corazon, y dejo tus ansias de mujer presas en su persona; no digo en su alma, porque dio muestras de tenerla muy mal definida. --! No hables asi! --?Es que aun le quieres? Mary suspiro hondo. !Le dolia tanto hablar de aquello...! Y no es que le causara pesar el recuerdo: es que la llaga aun sangraba, y las gotas rojas parecian subirle a la boca dejando en ella aquel amargor. --Te lo dire cuando vuelva para octubre -- dijo sonriente, cambiando totalmente la expresion de su rostro alegre por naturaleza, en aquella manana ensombrecido por la melancolia--. Creo que atendere tus consejos. Tal vez me enamore de nuevo en Gijon Sole rio alegremente. --!Si fuera asi...! --?Crees que no lo conseguire? --!Que se yo! Estoy por decir que si, puesto que jamas has deseado algo que no lo lograras. ! Pero es que esto del amor es tan diferente...! De todas formas, se me antoja que vas camino de Gijon totalmente amargada, dispuesta quiza a reirte de todo, y quien sabe si hasta de la misma vida. Mary salto impulsiva, con aquel tono que Coral, mucho tiempo despues -- cuando en la ciudad del carbon se hicieron las amigas mas intimas que Mary pudiera imaginar--, definio diciendo: <> --?No crees que la vida se reira de mi? Sole nego rotunda: --No, querida. Presiento que de ti no lograra reirse nadie. --!Pero si se rien hasta las piedras! --Sigues como siempre. Eres un torbellino donde no se puede atar un solo cabo. Ni siquiera las amarguras te hacen variar. --No consentire jamas que una amargura mengue mi alegria. --!Cuanto me satisface oirte...! Mi lema es aquel aforismo tan viejo, pero que para mi encierra un gran consuelo: <> --Tras una breve pausa, prosiguio --: Siento que marches por mi hermana Pili, puesto que le sera muy dificil adaptarse sin ti, pero por otra parte me alegro. Alli olvidaras todos los sufrimientos pasados, y te sentiras mas la Mary alegre y feliz que hemos visto a nuestro lado en aquel colegio donde reinaba la felicidad en un grupo de bellas muchachas, la principal, tu. --! Que halagador! Sole dio una palmada en la esbelta espalda de su amiga. --Te veo ardiendo por dejarme -- dijo--. Vete, y si no puedes venir a casa a despedirte, nosotros iremos al colegio a darte un abrazo. * * * Continuo caminando en direccion al Retiro. Su intencion era guiar sus pasos hacia el colegio, pero no lo hizo asi, pensando que de llegar a la residencia en aquellos instantes, todas acudirian a su lado queriendo saber lo que sucedia para que el rostro se viera crispado con aquella mueca indefinida que lo delataba todo y, sin embargo..., !decia tan poco! Muy despacito enfilo el paseo predilecto. al que acudia en aquellos momentos en que Pepe aun formaba parte de ella misma. !Que lejanos dias! !Que lejanos, y que cerquita los, sintio ahora, porque le parecia que de nuevo se hallaba viviendolos! ?Por que el corazon era tan complejo? ?Por que sentia? ?Por que no moria a la par que el amor? Desalentada dejose caer en un banco solitario, y miro con nostalgia todo lo que la rodeaba. Segun los ojos vagaban en torno, la imaginacion fue hilvanando con esfuerzo los recuerdos que aun atenazaban su corazon, y vivio por ultima vez todo lo sucedido, pues sabia por demas que aquel dia daria punto final a su novela sentimental: despues de lanzarse por la corriente de la vida, jamas tornaria a su lado: !nunca! Penso tambien, anhelando con imperio ser justa consigo misma, en que el no habia tenido toda la culpa de lo sucedido. No; ambos se habian hundido en el lodazal del olvido por no ser, quiza, ni ella ni el, lo suficientemente constantes y leales para lograr consagrar una vida a otra, dejandose de sacudidas violentas que tormentan el espiritu aunque hagan vibrar el cuerpo. * * * Siempre habia imaginado su regreso a Gijon alegre y feliz en compania del hombre que habia creido querer. Las luchas por las que habia pasado en aquellos cuatro anos transcurridos dentro de las cuatro paredes de aquella santa casa, donde la <> tanto y tanto le habia hecho recordar a Dios, parecian desvanecerse segun los dias se sucedian unos a otros y Pepe se aferraba mas a sus sentidos, pues en el corazon jamas habia tomado parte. Su vuelta a la ciudad del carbon, donde todo era negro, le pareciera blanco y atractivo a ella, que anhelaba verse envuelta en su bruma grisacea en compania de aquel hombre que habia creido amar con toda su alma. Una vez mas tuvo que confesarse que el amor no existia, que todo era mentira, y hasta la misma vida era un engano que torturaba en vez de satisfacer. !Todo mentira! La misma existencia era falsa y cruel. Pero mas que nada los hombres, que se dejaban manejar por la mano blanca de un tonto prejuicio. Ahora, todo era diferente. Perdido el, llegadas las vacaciones, nunca se sentiria todo lo feliz que quiza imaginaban los familiares que alla, en Gijon, esperaban ansiosos su llegada. El retorno a la ciudad natal, fria y deprimida, obligada a fingir lo que en forma alguna podia experimentar el corazon. De pronto, brusca y fiera, enojada consigo misma, pusose en pie y echo a andar sin rumbo fijo. Estar quieta, cuando los nervios parecian salirse del cuerpo. le parecia de todo punto imposible. Con aquel gesto, tan suyo, lanzo el rojo cabello hacia atras, dejando al descubierto la mirada intensa de sus ojos claros, quietos, que lucian la expresion entre acariciadora y fria que los hacia aun mas personales si esto era posible en Mary, la mujer que jamas dejo de ser <> aunque la vida azotara su alma con sus mas duros trallazos. Los ojos, aquellas gemas que expresaban candor y crudeza a la vez, quisieron decir: <> --Si no quiere ayudarme, que me mate de una vez y en paz -- oyose decir a si misma con la voz falsa que descubria en ella un fondo que solo guardaba para las ocasiones en que su corazon gemia, dejandola postrada, sin deseo siquiera de continuar luchando por una causa tan pobre como era la misma vida que le tocara en suerte. <> se dijo de nuevo, saliendo a la calle y enfilando la direccion del colegio. Muchos ojos se volvieron admirativos, clavandose avariciosos en la silueta estilizada de la mujer que, ajena a todo, caminaba gentil por la acera. No era bonita Mary, no; pero tenia, en cambio, algo en su persona que atraia y subyugaba. Su rostro de ovalo perfecto, aunque con pomulos un tanto agudizados, poseia un sello tan personal que nadie, despues de contemplarla, se hubiera atrevido a negar su atractivo, que se manifestaba en los menores gestos y rasgos de la carita de epidermis blanca, donde la boca grande dejaba ver unos dientes irregulares, salpicados con dos gotas de oro que hacian resaltar aquellos labios sensuales, siempre humedos y entreabiertos como pidiendo, vehementes, una caricia. Enmarcaba el exotico rostro una cabellera rojiza, sedosa y brillante, donde se perdia la mirada codiciosa del apasionado varon. II La habitacion, completamente revuelta, causaba en Mary un disgusto terrible. Ya no recordo su ruptura con Pepe, ni la conversacion que habia tenido lugar en mitad de la calle con aquella Sole, amiguita del corazon que tan bien y con tanto acierto sabia aconsejarla. Buena estaba ella en aquellos momentos para recordar nada, cuando sus ojos, muy abiertos, vagaban desesperadamente por la estancia, donde no habia cosa en su sitio. Todo se hallaba desordenado: la maleta abierta sobre una silla, los zapatos esparcidos por el suelo... !Ay, Senor, pero si ella siempre habia creido que todo cogia en una maleta, y resultaba que ahora no cabia nada! Suspiro con ansia, como si se ahogara. Y como la paciencia habia llegado al limite, dio un grito llamando a todas sus companeras, cuyas risas aun crisparon mas sus nervios ya de por si alterados: -- !Loli, Pili, Mary, Tere! !Ay, Dios, os quiero ver en seguida a mi lado! Cuatro rostros aparecieron en el quicio de la puerta abierta de par en par. --?Aun estas asi? Mary se lanzo al suelo, donde tuvo que bufar como una fiera. --! Estoy desesperada! -- grito destempladamente --. Os juro que si tengo que continuar metiendo ropa en la maleta, dejo mi viaje para cuando tenga menos. !No cabe nada! Todas a una se lanzaron sobre la maleta. Pero Mary, no conforme con la ayuda de sus atolondradas companeras, lanzo el <> grito que la caracterizaba, cuyo eco llego a los oidos de la senorita Sagrario, la encargada de contener los impetus de aquella juventud que residia dentro de las cuatro gruesas paredes de la residencia, donde ella era el angel bueno, la ayuda y el sosten espiritual de muchas de aquellas almas inconscientes que caminaban por la vida sin saber por que lo hacian. Una de ellas era Mary, que se presento anhelando mucho carino y mas amparo, y fue a encontrarlo en el corazon blando y sensible de la buena mujer que tan bien y con tanto acierto supo comprenderla. --!<>! Y al grito furioso de la muchacha, la puerta de la alcoba volvio a abrirse dando paso a la cara dulce de la <>. --<>, querida, por favor... ?Por que yo no puedo hacer nada sin usted? -- grito la muchacha, lanzandose al encuentro de la senorita--. No me cabe nada de ropa en la maleta. La <> sonrio compresiva, mirando dubitativa los ojos muy abiertos de Mary. --Jesus, Jesus, hija, estas que no hay quien te aguante. Anda, vete, y olvidate por un momento del viaje. Yo tratare de colocar tus cosas en la maleta. Y, en unos segundos, las manos agiles del angel bueno del colegio fueron colocando todo en forma que, cuando Mary y sus companeras se dieron cuenta, ya todo se hallaba dentro y las llaves en las manos de la <>. --Toma -- dijo esta, alargandoselas a Mary --. Ahora, a calmar los nervios y esperar que el tren se halle dispuesto para salir en direccion a la tierra que tanto anhelas ver. Mary, que jamas dejaba asomar a sus gemas claras el resquemor de una lagrima, sintio el reguero dilatado correr raudo por la mejilla satinada, mientras pedia con voz entrecortada, como si quisiera alegrar los corazones, y mas que ninguno el suyo, que se sentia anegado en dolor: --!La tila, <> de mi alma! Traigame esa clasica tila que calma tan bien mis nervios, y que sabe Dios cuando la volvere a tomar. En vez de romper el silencio que ella hubo dejado, con un sollozo mas, estallo una carcajada general, a la que se unio la risa de la dulce <>. --Jamas dejaras de ser tu, Mary, nunca; ni siquiera cuando te veas pasando el mayor apuro de tu vida lograras cambiar ese caracter terriblemente burlon que tan poco te favorece y que tanto divierte a los demas. Y al hablar, su rostro reflejaba la pena que le causaba ver marchar a su mejor amiguita; pena infinita que laceraba su corazon bueno, que tan bien sabia disculpar las extravagancias de la irascible chiquilla. Cuando todo hubo sido dispuesto, y Mary quedo de pie bajo el dintel, dijo la <>: --?No se te olvida nada, Mary? Esta corrio a su lado, apretandose contra ella. --Un abrazo, querida <>. La senorita nego. --?No es eso? -- pregunto Mary. --No. Tu santina... Y solo aquello basto para que a la mente de Mary acudiera la virgencita que tanto y tanto habia consolado su dolor. Fuese a la capilla, donde, postrada una vez mas, pidio amparo y consuelo para su angustiado corazon. Con la boca, nada pidio. Aunque quisiera, estaba segura de no poder conseguirlo. !Era tanto lo que deseaba, y tan grande el peso que llevaba sobre su alma...! Alli habia sufrido y disfrutado. Mas de una vez acudio al rinconcito donde la santina, sonriente, la miraba con sus ojos acariciadores como si se dispusiera a hablar y reir, pidiendole que jamas dejara de domenar su voluntad que era lo unico que le quedaba, y lo unico tambien que podia sostenerla en su lugar, en el lugar que corresponde a toda mujer de bien, de dignidad que no claudica ante un tonto y falso oropel, cuando la vida no es oro y alegria, sino dolor y crudeza, falsedad y algo mas que ella no queria analizar porque lo temia... -- Diviertete mucho -- dijo la <>, dandole el ultimo abrazo --; comulga mas, y no olvides a Santa Gema, que tanto te protege. Mary asintio en silencio, devolviendo con ansia el abrazo. Mas tarde, cuando en compania de muchas de sus discipulas y companeras de fatigas, se vio ante el tren que habia de conducirla a la querida tierrina, dijo alguien, sonriendo con picardia: --Todo esto lo hubieras cambiado por una sola despedida. Mary se encigio de hombros. --Ahora solo pienso en llegar alli. --?No llevas recuerdos? --Los vuestros, muy gratos. --?Nada mas? Mary se encogio de hombros. --No debo llevar mas. Es impropio de mi lo contrario. Y como el tren habia advertido que la marcha se hallaba proxima, Mary subio al vagon, asomando luego la cabeza rubia por la ventanilla. --Adios, queridas. Nada respondieron. !Dolia tanto verla marchar! --Hasta octubre -- dijo Pili, limpiando una lagrima. --Hasta octubre. Y como el tren se perdia lentamente, solo se vio la mano larga y fina que, temblorosa, se alzaba diciendo el ultimo adios. Luego, la mole negra fue un puntito tenue, difuso en la lejania hasta que desaparecio camino de Gijon, donde Mary no contaba hallar la tranquilidad espiritual que tanto necesitaba para calmar su desasosiego y su congoja.

  • Al final mueren los dos de Adam Silvera

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    ?Puede un solo dia albergar toda una vida?

  • La posada del pozo de Raquel Victoria Morea

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    En la Espana de los anos veinte, en un pueblo limitrofe de Teruel, Nieves regenta, junto a su padre, una legendaria y reputada posada familiar. Su fuerte caracter y su avanzada mentalidad le llevaran a concienciarse con las miserias y penurias padecidas por la gente humilde de su entorno. Mas tarde, con su marido Bernardo, sus amigas y otros paisanos, se involucrara en la lucha de clases por la igualdad y la justicia social, alentada por un pueblo que vive del campo y las minas. La repentina llegada de la Guerra Civil truncara los propositos de todos ellos, pero hara fluir sus sentimientos mas profundos y honestos, que floreceran en medio de un universo lleno de angustia y desolacion, volviendose cada vez mas aterrador con el paso de los dias.

  • Las cartas codificadas de Begona Pro Uriarte

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    Un ano despues de participar en la batalla de las Navas de Tolosa, Roland Miguelez llega a Marrakech siguiendo los dictados de su corazon y el recuerdo imborrable de la esclava Nabila. Alli se encontrara
    con un imperio almohade decadente y peligroso. Mientras, en Pamplona, su padre Miguel de Grez continua con su inestimable tarea de impartir justicia como miembro de las Juntas de Infanzones y con su sueno de ser algun dia su buruzagi, ambicion que se vera trastocada por el comportamiento agresivo de su hermano Garcia. Pero esta actitud no sera para el ni la mitad de dolorosa que el descubrimiento
    de unas cartas codificadas en posesion de su esposa Laraine. Porque entonces, no solo sus anhelos se van a ver comprometidos, sino tambien su corazon. Las cartas codificadas es la cuarta y ultima entrega de la saga de caballerias La chanson de los Infanzones. En ella se narran las vivencias de los primeros hombres que fundaron en la Navarra del siglo XIII las Juntas de Infanzones de Obanos, siguiendo la vida de dos de sus primeros cabos: Garcia Almoravid y Miguel de Grez. Hombres capaces de sacrificarlo
    todo por la justicia y la familia..

  • La catedral de los libros de Beatriz Sobrino De Mingo

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    Una vida de lujo y comodidades en los Hampton, de eso disfruta Gabriel, un joven rebelde y egoista.Decide que ha llegado el momento de cambiar.Y cuando esta empezando a valerse por si mismo, alguien le ofrece un extrano trabajo.Comienza entonces para el un viaje sin destino, donde su futuro depende del pasado de otros, donde el misterio y la muerte le acechan, y toda la humanidad depende de una decision. Por primera vez se sentira prisionero de sus propios sentimientos,y sin buscarlo se encuentra con un desafio mayor:el amor. Las cosas se pondran muy dificiles, y su corazon le hara sufrir por la duda y la confusion.

  • Manzanas Verdes de Aida Del Pozo

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    Hay personas que no son para cualquier paladar y lenguas que no son para cualquier boca.
    Hay deseos en el corazon y secretos en el alma que solo confesarias a unas cuantas.
    Hay mentiras que pesan mucho y verdades que duelen demasiado.
    Hay fuego entre las piernas que no podria ser apagado por cualquiera.
    Todo tiene su momento…

  • Highlander. Un corazon al que ganar de Dylan Martins

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    Escocia, 1980.
    Cuando Fiona termina sus estudios, vuelve junto a sus padres, quienes siguen trabajando para la familia MacGuffey, duenos de las tierras donde viven.
    Antes de regresar a Edimburgo para ejercer su profesion como doctora, durante el tiempo que pasa con ellos, no le extrana ver que alli todo sigue como antano.
    La cultura de sus antepasados continua, aun, en este siglo y sera muy dificil convencerlos para que avancen.
    Scott, el hijo de los duenos de las tierras, provocara que la vida de Fiona de un giro inesperado. El desafio de Fiona sera, ademas, enfrentarse tambien a el si quiere conseguir implantar en esas tierras los avances que desea.
    Una historia donde las emociones y la lucha de poder te ensenaran que nada es lo que parece.

  • Sensible (Insensible 2) de Veronica A. Fleitas Solich

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    Conocerse los obligo a ver mas alla de lo que deseaban ver. Compartir sus miedos, a sentir mas de lo que se atrevian. Enfrentarse puso en evidencia para Felix y Gabriela que no solamente guardaban secretos ante otros sino tambien ante si mismos.
    Con la ruptura de la corta relacion que tuvieron, ambos intentan regresar a sus vidas pero ni ellos ni sus existencias son las mismas que antes de que sus caminos se cruzaran. El hombre que se sentia poderoso, intocable y ajeno a su propia humanidad ahora apenas si puede despegarse de los sentimientos que lo abruman, y la mujer que se creia demasiado debil para enfrentar sus propios deseos, comienza a aceptar que puede empujar sus limites cada vez mas, para alcanzar sus metas.

  • Balada de amor para un soldado de Nut

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    Idris Mackie, desde que decidio abandonar la musica, vive sumergido en una desidia que le lleva a desentenderse de todo aquello que no sea pasar el rato bebiendo cervezas con sus amigos, fumar maria y disfrutar del sexo sin inhibiciones ni compromisos. Un buen dia recibe una carta que contiene un Cd con una cancion, y cuyo remitente es el soldado Kevin Miller, alguien que esta seguro de no conocer pero que parece dispuesto a irrumpir en su anodina vida. Amistad, sexo, soledad, amor, son algunos de los ingredientes que componen esta Balada de amor para un soldado que tiene como telon de fondo la musica, ese lenguaje universal, y a la ciudad de New York como testigo silencioso de como dos almas a la deriva, presas de las decisiones que han marcado su existencia, se buscan sin saberlo.

  • El silencio de Lobo de Kris L. Jordan

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    Un bonito hotel sobre un acantilado, un hombre que quiere ser libre, dos mujeres que huyen del amor, el mar…A Lobo le gusta banarse en agua helada y dormir al raso bajo las estrellas.Carol adora cocinar, es sensible, carinosa. Pero la vida no la ha tratado nada bien.Katy fue una modelo cotizada. Dolida tras un desengano, decide dejarlo todo y junto a Carol, hacer realidad el sueno de su abuelo Colin. Un viaje que las llevara a Kirkwall, una bonita villa de las islas Orcadas. ?Que papel jugara Lobo en esta ecuacion? Descubrelo en El silencio de Lobo

  • Sesion nocturna de Michael Connelly

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    Renee Ballard trabaja en el turno de noche en Hollywood. Empieza muchas investigaciones, pero no termina ninguna, porque cada manana entrega sus casos a los detectives del turno de dia. A la que fuera prometedora detective le han asignado ese puesto como castigo despues de presentar una demanda por acoso sexual contra un superior.
    Sin embargo, una noche le tocan dos casos de los que no quiere desprenderse: la brutal paliza a una prostituta que es abandonada y dada por muerta en un aparcamiento, y el asesinato de una joven camarera durante un tiroteo en un club nocturno. Ballard esta decidida a no renunciar a los casos al amanecer. Contra las ordenes y los deseos de su propio companero, se dedica a ambas investigaciones de dia mientras cumple con su turno de noche. Los casos se complican y acercan a Ballard a sus propios demonios y a la razon por la que no renunciara al trabajo por mas dificultades que le ponga el departamento.

  • Una maleta cargada de suenos de Carmen Caceres

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    Una maleta cargada de suenos" mas que novela es una exposicion de la situacion social de los paraguayos, de clase menos favorecida, que se ven forzados a emigrar dejando a su familia, amigos, costumbre, su pais, para sumergirse en un mundo desconocido y lleno de desafios. La maleta contiene suenos de los paraguayos que parten a buscar la tierra prometida. ?Seran ellos capaces de cumplir sus suenos o los mismos permaneceran guardados en la oscura maleta de la desesperacion? Amalia, personaje de la obra, recapacita: "Mi segunda noche en Espana... La primera detenida en el aeropuerto de Barajas y la segunda encerrada en este rincon oscuro de un lugar desconocido".

  • Camila de Marie Battaglia

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    CAMILA
    Novela por Marie Battaglia
    Una saga de suspenso que empieza en los anos 1890.

  • Volvere cuando me encuentre de Tamara Sr

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    Esta es la historia de Irene, una chica normal y corriente.
    Nunca sabes que puedes llegar hacer o en quien te puedes llegar a convertir, cuando tu vida da un giro inesperado de 180o.
    Todo lo que conocia ya no volvera a existir, ahora la gente le tiene miedo, cruzan de calle, la senalan.
    Todo se complicara, porque ella guarda un gran secreto, que por ahora no debe ser descubierto.
    Todos su planes cambian, su vida vuelve a dar un giro, su corazon vuelve a latir, cuando menos se lo espera, aparece el, Brian.

  • Los ciegos del 13 de marzo de Francisco J. Sanchez

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    Emitio un desesperado quejido al sentir un intenso dolor agudo, entreabrio los ojos y vislumbro a alguien vestido de blanco. Sus parpados volvieron a cerrarse y otra dolorida punzada le obligo a despertar. El frenesi de personal con batas y pijamas blancos por toda la sala era incesante. Aquella marea de actividad que pululaba de un lado para otro le sobrepasaba, no sabia donde se encontraba ni que sucedia, intento incorporase, pero le fallaron las fuerzas, opto por desistir y volver al mundo de Morfeo. --?Como te llamas?, ?que como te llamas? --oia con insistencia. --Ra... fa... --balbuceo con los dos ojos cerrados. --?Cuantas pastillas te has tomado? ?Que cuantas pastillas te has tomado? --volvio a interrogar la joven con voz firme y decidida. Le costaba mantener los ojos abiertos, solo le apetecia dormir y aquella gente le estaban incordiando. --Dejadme... tengo... sueno... --De eso nada. !Espabila! --ordeno la voz. El dolor provocado por la fuerte presion en el lobulo de su oreja le abrio los ojos, busco enfadado la causa de aquel ataque, pero sus munecas estaban maniatadas a la camilla. --Tranquilo, colabora, es por tu bien. Comprendio que se encontraba en el hospital, en urgencias, estaba muy somnoliento, pero vivo. Lo ultimo que recordaba fue el titanico esfuerzo que realizo para pulsar la roja tecla de emergencias de su telefono movil de ultima generacion. De subito se encontro mas lucido y espabilado, la inyeccion por via intravenosa que le aplico el enfermero por orden de la joven doctora le habia hecho un efecto inmediato. La facultativa, ya en un tono mas suave, comenzo a interrogarle para realizarle su historia clinica. Que si tenia alergias, si padecia alguna enfermedad, si tomaba algun tratamiento, antecedentes familiares. Rafa contestaba docilmente mientras quedaba embobado por la belleza de la doctora; <>, pudo leer de soslayo en la tarjeta identificativa que colgaba de su bata desabrochada. Por primera vez en su vida, se sintio relajado, tranquilo y a gusto con una mujer, a excepcion de su madre por supuesto. Se entretuvo contemplando a Alicia, su vaiven por la sala, escribir en el ordenador, susurrar ordenes a las enfermeras con un aterciopelado acento del norte: --Lavado de estomago con carbon activado y despues consulta con psiquiatria. Rafa permanecia fascinado, Alicia era alta y esbelta, morena con pelo largo atado en una coleta de caballo, ojos azules, labios carnosos. Sus pechos turgentes intentaban escapar del generoso escote, cintura de avispa, tras la bata se le adivinaba un culo prieto. --Si, mi turno de hoy es de veinticuatro horas, salgo a las ocho de la manana --escucho decirle a un companero. Tras el tipico sermon sobre las bondades de la vida y la estupidez del suicidio, le inculco animos para buscar solucion a sus problemas. Alicia se despidio muy amable y contoneandose por la sala de pacientes criticos se dirigio al pasillo, hacia su consulta. Debia continuar atendiendo a la larga cola de pacientes que seguian esperando atencion medica en la sala de espera. Rafa la observo obnubilado mientras se alejaba. Tras terminar de vomitar fue trasladado al area de psiquiatria. A primera hora de la manana no tuvo mas remedio que mantener una larga y sincera charla con el especialista. Rafa fue un nino gordito, de estilo rechoncho, un negado para el deporte y todos los juegos que requerian un esfuerzo fisico. Dado su peculiar aspecto, tuvo problemas con frecuencia en el colegio y en su pequeno pueblo natal, famoso por su puente de hierro, aledano a la sierra de la Alpujarra de Granada. Siempre fue el centro de las burlas y desprecio de sus companeros, se mofaban bastante de el. Esto le provoco un gran aislamiento social, convirtiendose en un solitario. En su infancia solo encontro refugio en las novelas, tebeos y enciclopedias de historia, convirtiendose en un avido devorador de literatura de todos los generos. Alcanzo su adolescencia padeciendo una timidez extrema. La unica ventaja es que disponia de mucho tiempo libre para dedicar al estudio y a una de sus aficiones favoritas, la informatica. Geneticamente se parecia mas a su padre que a su madre, por lo que heredo su pelo escaso y grasiento, asi como su baja estatura. Su traslado a la ciudad y la entrada en el ambiente universitario no le cambio demasiado la vida. Ya lucia ademas una prematura alopecia y una gran miopia adornadas con unas gruesas y poco estilosas gafas de alta graduacion que resaltaban aun mas su morfologia. Se licencio con excelentes notas, lo que le permitio buscar con facilidad su futuro profesional como programador. Lo encontro en Almeria, ciudad del sureste, en la costa mediterranea. Pero a demasiada distancia de la unica relacion estable y carinosa de toda su vida, su pequena familia. Adecuo su trabajo a su estilo de vida, se convirtio en su propio jefe. Su profesion la realizaba en casa, sin horario. Le presentaban el desarrollo de una aplicacion o el diseno de una pagina web, solo debia concentrarse, sumergirse en la tarea y dedicarle todo su tiempo. Descubrio que por la noche trabajaba mejor, las conexiones de Internet fluian mas despejadas, su ordenador iba mucho mas rapido y las paginas web subian con mayor velocidad. Asi que cambio sus habitos de vida, dormia mas por la manana y trabajaba en sus proyectos durante las tardes y las noches. Un dia se descubrio con cuarenta anos, sin amigos, sin pareja, sin familia, sin relaciones, solo y amargado. Dada las circunstancias de su vida, siempre tuvo una personalidad depresiva que solventaba con medicacion y muchas horas de trabajo. Le gustaba mucho el sexo, como a casi todo el mundo, aunque nunca habia mantenido relaciones, era virgen e incapaz siquiera de charlar de cosas banales con ninguna mujer. Se ponia tan nervioso que apenas conseguia articular palabra, provocandole una ridicula tartamudez. En una ocasion, recien llegado a la ciudad, intento contratar los servicios profesionales de una prostituta. Al subir a la habitacion de la pension, mientras la chica se desnudaba, se sintio tan nervioso que un amargo sabor de boca le provoco unas arcadas que no pudo reprimir, sin previo aviso y sin poder evitarlo vomito sobre la prostituta. La chica, que ya habia cobrado por adelantado, entro en colera y encontro la excusa perfecta para finalizar su trabajo y largarle a base de gritos: --!Pero sera asqueroso el gordo seboso este! !Como que me llamo Susana, que no me vuelvas a buscar en tu vida! !Cerdo! !A la puta calle! Tras la colosal bronca, Rafa, muy avergonzado, salio apresuradamente huyendo de alli en un lamentable estado de ansiedad. Despues de esta nefasta experiencia, su sexualidad continuo reduciendose a su coleccion de peliculas porno y a su muy querida y fiel amiga <>. Sus circunstancias vitales le provocaron un fuerte rechazo a la sociedad, un resentido y profundo odio general. Aquella fatidica madrugada las cosas iban rematadamente mal. Estaba atascado, como espeso, no le salia nada bien. Decidio tomarse un descanso, ver un poco la tele. No habia nada interesante, multitud de programas de concursos de llamadas, esos de respuesta muy facil, ganchos para sacarle dinero a la gente via telefonica. Encontro en un canal de television local una estupenda y guapisima chica, con unas curvas impresionantes. Realizaba un strip tease al ritmo de una suave musica, a los cinco minutos ya tenia una ereccion y tras otros cinco minutos se limpiaba el semen con un panuelo. Siguio sintiendose mal, fue al botiquin a tomarse su acostumbrada pildora antidepresiva pero en un arrebato, entre lagrimas, se tomo el frasco entero. Se tumbo a esperar en el sillon, mientras seguia viendo en la television lo que mas anoraba, el suave y aterciopelado contacto humano de una mujer. Cada vez le costaba mas sujetar los parpados, insistian en cerrarse, no podia con ellos. No supo por que, movido por un resorte inconsciente, quizas el instinto de supervivencia, alargo el brazo intentando coger el movil de la mesa, el cable que lo mantenia enchufado para cargar la bateria lo impidio y este cayo al suelo hacia el otro lado. Rafa se levanto para recogerlo, sus piernas ya no le sostenian y tambien cayo al suelo. Tras arrastrarse, consiguio alcanzarlo, estaba apagado, lo encendio con dificultad. No podia fijar la vista para marcar el pin, pulso el boton rojo de emergencias y al escuchar la voz de la operadora, solo alcanzo a suspirar <> antes de perder el conocimiento... Rafa salio del hospital convencido de la idiotez que habia cometido, el lavado de estomago habia sido una experiencia que no queria volver a repetir jamas. Le habia costado convencer al psiquiatra de que la crisis autolitica habia cesado y que se tomaria las cosas de otro modo, encarando los problemas de su vida. Llego a su casa, pero le aguardaba una desagradable sorpresa, la puerta estaba destrozada, solo se mantenia cerrada por unas pegatinas de la policia local con la leyenda de <>. El interior estaba algo revuelto, estaba muy cansado para ordenar, le apetecia dormir, asi que dejo el desorden para despues y bloqueo la puerta con una simple silla. Se acosto dejando su dormitorio a oscuras, con las persianas completamente bajadas y la opaca cortina extendida, como era su costumbre. Mientras entraba en el sueno no pudo reprimir pensar en Alicia que le habia causado una honda impresion, sabia que era inalcanzable, ella nunca se fijaria en un tipo como el. Se durmio mientras fantaseaba como podria conseguir atraer su atencion. Descanso durante varias horas, aunque, a pesar de tener un sueno profundo, unas voces lejanas le despertaron. Estaba empapado en sudor, volvio a oir voces, pero esta vez mas cerca. Abrio la puerta del dormitorio y la voz se oyo con mas fuerza, no entendia lo que decia, pero si, era aqui en su piso, dedujo que alguien se habia colado en casa aprovechando la rotura de la puerta. --!Un ladron! --penso preocupado. Tenia unos equipos informaticos por valor de mas de quince mil euros, se iba a enterar el <>, cogio una pesada lampara de la mesita de noche y se dirigio con sigilo hacia la cocina de donde provenia el ruido. Entro y se encontro al individuo de espaldas, como no era del genero valiente quiso evitar un enfrentamiento, no lo dudo y le asesto un fuerte golpe en la cabeza. El delincuente cayo al suelo inconsciente y un hilillo de sangre que manaba de la cabeza, invadio con rapidez el suelo de la cocina. La vision de tanta sangre le asusto. --<> --penso. Se arrodillo y volteo el cuerpo dejandolo boca arriba.

  • Black Rose (Traicion 1) de B. Castillo , S. Pugliese

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    Una gala de mascaras cruzara los destinos de un cantante y una modelo con la lider de Black Rose, una antigua organizacion secreta que ha dominado el mundo desde tiempos inmemoriales. Ahora sus vidas se convertiran en una persecusion a muerte en la que seres inmortales haran lo necesario por mantener su identidad oculta.

  • La espada del diablo de Mariano F. Urresti

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    La luz de las velas proyectaba la gigantesca sombra del monarca sobre la tienda de campana. Pedro II de Aragon caminaba alrededor de los dos gruesos tendales, los postes que sostenian aquella fabrica de telas y brocados donde se alojaba. Desde los extremos superiores de los fornidos maderos coronados por una pieza de cuero partia un haz de cuerdas clavadas en la tierra mediante estacas, y sobre ellas se disponian las lonas y alabes que hacian las veces de paredes y puertas. Los dos metros de altura del aragones parecian ser cuatro gracias al juego de sombras que provocaban las parpadeantes llamas, y la fiera expresion de su rostro, que tanto espanto habia provocado a los infieles un ano antes en la batalla de las Navas de Tolosa, hubiera acobardado al mas templado en aquel claroscuro. El monarca evidenciaba su irritacion por aquel retraso; y es que el no estaba acostumbrado a esperar, y menos a una mujer. Un grunido escapo a traves de su poblado bigote, y sobre sus cabellos, largos y enmaranados, resbalo por un instante la luz dorada de las velas. En el exterior de la tienda se escuchaban las voces de los soldados, el piafar de los caballos y el miedo, porque el miedo habla en voz alta con los hombres en la vispera de una batalla. Pedro II escupio al suelo de tierra y paja seca. El aire olia a cera quemada, sudor, estiercol, arena y vinagre, con el que los hombres limpiaban sus cotas de malla. Y a orines viejos, a cuerpos sucios y a tierra humeda. El monarca reanudo su ir y venir por la tienda dando enormes zancadas. Tenia treinta y cinco anos y estaba viudo. Su esposa, Maria de Montpellier, habia fallecido meses antes, pero no la echaba de menos. En realidad, de no haber sido porque el papa se opuso a ello, se hubiera divorciado de aquella mujer que a punto estuvo de no cumplir con su deber de darle un heredero. Y aunque al final pario a su hijo Jaime, el monarca necesitaba muchas mujeres para saciar su sed de sexo, y justamente ese era el motivo de su impaciencia y malhumor aquella noche. --?Donde se ha metido esa dama? --bramo. Dos arrugas verticales atravesaron su ceno. Sin embargo, nadie respondio, porque el rey estaba solo en su tienda. Minutos antes habia ordenado salir a todo el mundo. Los condes de Tolosa, de Foix y de Cominges se vieron arrojados al exterior de un modo que juzgaron humillante, pero no se atrevieron a levantar la voz ante el iracundo monarca a quien habian jurado vasallaje y a cuya fortaleza militar habian apostado su propia supervivencia y la de su gente, muchos de ellos entregados a la fe catara. Pero al soberano aragones los cataros y sus ideas religiosas le traian sin cuidado. Si estaba alli, en el bello y ansiado Languedoc, no era por una guerra de credos, sino para lograr que Aragon reinara al fin al otro lado de los Pirineos. Ademas, los occitanos le enervaban. Todo en ellos era diferente: su lengua, mas parecida a la catalana que a la francesa; su peculiar cultura, que incluia la presencia de trovadores en los castillos --algo que Pedro consideraba un sintoma de la propia debilidad de una nobleza--, o aquel peculiar compendio de virtudes religiosas, morales y sociales por el que se regian y al que denominaban paratge. Aquellas gentes extranas hablaban de cristianismo, pero no eran catolicos; al mismo tiempo, brindaban por el disfrute de la vida y eran excesivamente corteses para el gusto del aragones. En cuanto al orgullo del que hacian gala, el rey lo ridiculizaba cuando hablaba con los condes recordandoles su incapacidad para formar un ejercito unico, solido y capaz de enfrentarse a los soldados del papa y del rey frances. La causa principal de aquella debilidad militar era la existencia de una constelacion de pequenos senores feudales debido a que en aquellas tierras no imperaba la costumbre del mayorazgo, de manera que al no heredar el feudo el primogenito, las haciendas se subdividian y enflaquecian de ese modo sus fuerzas. En resumen, aquella gente vivia lejos de lo que un rey como el, aguerrido y virtuoso en la batalla, consideraba principios morales. Y, para colmo, los occitanos eran indisciplinados y carentes de virtudes militares. Aquella misma manana, sin que el hubiera autorizado semejante aventura, los milicianos procedentes de Tolosa se habian lanzado a la toma de la ciudad y fortaleza de Muret, frente a la cual todos estaban acampados. Aquel ataque, contraviniendo su voluntad, habia puesto en grave riesgo la estrategia que el habia disenado para derrotar definitivamente a Simon de Montfort. El rey se detuvo de nuevo y sintio como la sangre le hervia en la entrepierna y en el pecho. La primera se saciaria en breve, se consolo, pero la ira que habia provocado aquel ataque no consentido no se aplacaria facilmente. ?Como hacer entender a aquellos estupidos occitanos que el objetivo no era vencer a los defensores de Muret, sino acabar con el maldito Simon de Montfort de una vez por todas? --?Donde se ha metido? --gruno de nuevo y, colerico, levanto uno de los alabes de lona que cerraban la tienda a modo de puerta. Los soldados que custodiaban la entrada se envararon, pero el rey los ignoro. Sus ojos negros se achicaron buscando entre la oscuridad salpicada de antorchas del campamento a la mujer que aguardaba, Azalais de Boissezon, esposa de uno de aquellos faidits, como se llamaba a los senores occitanos que habian perdido hacienda y posicion por el empuje de los soldados del papa en aquella guerra. El rey habia quedado prendado de aquella belleza morena desde el mismo instante en que la vio, tiempo atras. Y ahora el destino la ponia a su alcance, puesto que era una de las damas que habian visitado a sus maridos antes de la batalla. Al verla en el campamento, el rey le hizo llegar una ardorosa carta en la que le ordenaba, mas que solicitaba, un encuentro en su tienda aquella misma noche, sin preocuparle lo mas minimo la presencia del esposo de Azalais. La amaria hasta el amanecer, rubricaba el gigantesco aragones al final del billete. Pero Azalais se retrasaba. Los guardias miraban al frente y el rey paso entre ellos olvidando durante unos segundos a la dama de sus anhelos. Contemplo en silencio la ciudad amurallada de Muret y se prometio que al dia siguiente seria suya. Tras sus muros, juro, no habria sino enemigos muertos o derrotados. --Mi senor. --La voz joven de una mujer le saco de sus pensamientos, y el rey se giro dejando a su espalda Muret--. Mi senor, traigo una nota de la dama Azalais de Boissezon, a quien tengo el honor de servir. Pedro II arrebato el papel de las manos de la joven sin ceremonia ni palabra alguna. La muchacha, paralizada por el temor, se palpo instintivamente su abultado vientre. En un mes, pariria. El rey entro en su tienda y leyo la nota a la luz de las velas. Cuatro lineas le habia escrito la dama Azalais. En las dos primeras, elogiaba el valor del monarca y expresaba su rubor por el interes del aragones hacia su persona; en las dos ultimas, declinaba la invitacion de visitar su lecho, pues su esposo le habia ordenado retirarse, junto a las mujeres de otros caballeros y senores, a alguna de las fortalezas cataras que aun podian conceder cierta seguridad. El monarca estrujo la nota entre sus poderosos dedos y, furioso, levanto el alabe y salio al exterior. Necesitaba respirar el aire frio de la noche. Por un instante, penso en dar muerte al incomodo esposo, pero comprendio que aquella decision lo enemistaria irremediablemente con el conde de Tolosa y con los demas nobles occitanos. --!Por todos los diablos! ?Es que esta gente no respeta nada? --grito. Los soldados mas proximos se estremecieron y procuraron desviar la mirada. El rey bufo una vez mas y miro a su alrededor con los ojos extraviados. Y de pronto, reparo en la joven mensajera y, por primera vez, poso sus ojos en su abultado vientre. Pero tambien admiro sus jugosos labios, su cabello rubio y su piel blanca. No debia tener aun veinte anos, presumio. Y asi agoto el monarca el ultimo pensamiento racional de aquella jornada. --?Como os llamais? --Ysabela, mi senor --respondio con un hilo de voz la muchacha. Y quiso anadir algo mas--: Soy dama de compania de... --No preciso saber nada mas de ti --atajo el rey--. Esta noche, solo me serviras a mi. Los ojos claros de Ysabela se encharcaron y volvio a palpar su vientre antes de que el aragones le rasgara el vestido con sus dedos de oso. Simon contemplo desde la torre Prima del castillo de Muret el mar de tiendas de campana de sus enemigos. Cientos de antorchas alumbraban el campamento dando forma a un inquietante ejercito titilante. Las tiendas de los aragoneses y occitanos se extendian como una plaga a tres kilometros al noroeste de la ciudad, y aun mas cerca, entre el arroyo Saudrune y una zona pantanosa proxima, podia divisar el campamento de los milicianos tolosanos. Sus ojos verdes se cerraron, pero no con pesar, sino con esperanza. Dos noches antes, mientras estaban en Fanjeaux, su esposa, Alix de Montmorency, habia tenido un sueno terrible. En la pesadilla, un torrente de sangre manaba de sus brazos, y Alix desperto angustiada. Llorosa y con voz entrecortada, le explico lo sucedido. --Hablais como una mujer --respondio Simon a los lamentos de su mujer, que le suplicaba no acudir al combate--. ?Creeis que doy fe a los augurios como hacen los aragoneses o esos herejes occitanos? Si yo hubiera sonado que iba a morir en la batalla, iria a ella aun mas seguro para burlarme de esos malos cristianos que dirige el rey Pedro --anadio rubricando sus palabras con un poderoso punetazo sobre la cama de nogal, que temblo como una hoja. Hacia tiempo que Simon de Montfort sospechaba que el rey Pedro II de Aragon cruzaria los Pirineos para alinearse con los condes cataros, y por ello habia salido de Carcasona dispuesto a ir al encuentro del aragones. Al mismo tiempo, ordeno a su hijo Amaury partir desde Cominges para encontrarse con el. Sus sospechas se confirmaron poco despues, cuando un correo llegado desde Muret le advirtio de la presencia de un formidable ejercito acampado frente a esa ciudad. En Muret no habia ni hombres ni viveres suficientes para resistir un asedio mientras llegaban refuerzos. No obstante, se encomendo a Dios y, aunque aun lo separaban sesenta kilometros de Muret, ordeno a sus hombres avanzar hasta la abadia cisterciense de Boulbonne, donde se detuvo para rezar. --!Oh, Senor! Tu me has elegido, pese a mi indignidad, para tus combates --murmuro en la soledad de la iglesia, rodilla en tierra, tras depositar su espada sobre el altar. A continuacion, se concedio unos segundos de introspeccion durante los cuales creyo escuchar dentro de si una voz reconfortante. Despues, recogio su espada, y anadio--: De tu altar recibo hoy de ti mis armas para que en el momento de la batalla estes a mi lado. Cuando salio de la iglesia, sus hombres lo miraron como si contemplaran a un profeta. Todos lo conocian ya como el conde de Cristo. De pronto, entre todos ellos se abrio paso un clerigo que dijo ser sacristan de la abadia de SaintAntonin de Pamiers y llamarse Maurin de Montlaur. --Mi senor, teneis poca gente en comparacion con vuestros enemigos --advirtio el enjuto hombre de Dios--. He visto su campamento, y entre ellos esta el rey de Aragon, hombre muy experto en la guerra. Junto a el estan los ejercitos de los condes de Tolosa, Raimundo VI, de Cominges, Bernardo IV, y el de Foix, Raimundo Roger. Simon escucho al sacristan imperturbable, y cuando el de Pamiers concluyo, se limito a sacar de su limosnera una carta y se la entrego a su informador. Desconcertado, el clerigo leyo su contenido y descubrio que habia sido escrita por el rey aragones y dirigida a la dama Azalais de Boissezon. En la nota, Pedro hablaba de amor y sexo del modo mas desvergonzado. --?Que quereis decir con esto, mi senor? --pregunto el sacristan, perplejo. --?Que que quiero decir? --trono Montfort. Su enorme corpachon ensombrecio al canijo capellan--. ?Aun lo preguntais? --Agarro por los habitos al clerigo y lo zarandeo como a un muneco, evidenciando su fuerza herculea--. ?Que clase de fe teneis vos? ?No veis acaso que Dios me envia una senal? ?No veis que Dios dispuso lo necesario para que nos hicieramos con esa carta? No temo a un rey que en lugar de cuidar del negocio de Dios viene a la batalla para fornicar con una mujer. A continuacion, empujo al sacristan apartandolo de su camino, monto sobre su imponente caballo blanco y ordeno a los suyos partir rumbo a Saverdum, adonde llegaron al atardecer. Al dia siguiente, atravesaron un arroyo que desembocaba en el rio Aure y dejaron atras las colinas de Terrefort. Estaban a pocos kilometros de Muret, y todos aguardaban el inminente ataque que, presumian, ordenaria el rey de Aragon para evitar que llegaran a la ciudad. Pero, para su sorpresa, la emboscada nunca se produjo y llegaron al pie de las murallas rojizas de Muret sin sobresaltos. Envalentonados, sus hombres propusieron cruzar de inmediato el puente sobre el rio Garona y cargar contra el enemigo acampado, pero Simon les disuadio de ello. --Estamos cansados, y ellos frescos --dijo aun sin descender de su montura, y girandose contemplo el inmenso campamento, cuya extension era superior a la de la propia ciudad de Muret--. Dejemosles que sigan creyendose superiores solo porque lo sean en numero. A continuacion, entraron en la ciudad por la Puerta de Salas, atravesaron el Mercadal, la enorme plaza que era el corazon de la ciudad, y mientras sus hombres se instalaron en la Villa Nova, el se traslado al Castillo Viejo, desde lo alto del cual contemplaba en aquel momento el mar de hogueras y antorchas de sus enemigos. --?Por que nos han permitido entrar en Muret? --murmuro para si. Se habia hecho aquella pregunta mil veces a lo largo del camino. Una rafaga de viento removio la barba y el cabello, salpicados de canas, de aquel hombre cuya mano creia guiada por Dios. De pronto, se sintio demasiado lejos de su hogar, y viejo. Estaba en la cincuentena, y se pregunto si regresaria a su casa antes de morir. Era de origen franco-normando, y su linaje hundia sus raices en Montfor-l'Amaury, al oeste de la Isla de Francia. Sin embargo, desde hacia cinco anos, cada primavera y cada verano, habia entregado su vida a imponer la verdadera fe en aquellas tierras, erradicando de raiz la herejia. --!Cinco anos! !Que rapido se escapa el tiempo! --murmuro. El 10 de marzo de 1208, el papa Inocencio III habia convocado una cruzada contra los occitanos, deseoso de extirpar la herejia catara de aquellas tierras. El asesinato en Sant Geli un ano antes de su legado, de fray Pierre de Castelanau, a manos de un soldado al servicio del conde de Tolosa, le sirvio en bandeja la excusa necesaria para tomar una decision como aquella, sin precedentes: !una cruzada contra otros cristianos! Voluntarios de Normandia, Champana, Anjou, Flandes o Picardia acudieron a la llamada del pontifice. Muchos eran pecadores que ansiaban el perdon de sus faltas; otros, salivaban imaginandose ya senores de las ricas tierras del sur, y otros encontraron en aquella cruzada el modo de evitar cumplir su promesa de acudir a Tierra Santa para combatir al infiel. Y de entre todos aquellos senores, Simon de Montfort fue elegido como brazo armado del pontifice, aunque fuera Arnaud Amaury, legado papal y abad de Citeaux, quien capitaneara a aquella gigantesca hueste. --!Malnacidos! --escupio con la mirada clavada en el campamento aragones y occitano. Si hasta entonces ningun cataro habia logrado derrotarle, ?por que iba a ser diferente al dia siguiente?, penso. Las aguas del rio Louge, que discurrian mansas a los pies del castillo, le parecieron de pronto siniestras. El rio Garona abrigaba la fortaleza por el lado opuesto. Un foso inundado por las aguas de ambos rios aislaba el Castillo Viejo de la Villa Nueva de Muret, aunque un puente levadizo permitia la comunicacion entre ambos. Desde su atalaya, Simon podia contemplar a su derecha el puente de Sant Serni, que permitia abandonar la fortaleza hacia el este, donde estaban acampados los voluntarios occitanos. El castillo se erguia, orgulloso, aranando el cielo negro con sus cinco torres. La de Lissac tenia mas de treinta metros de altura, y vigilaba el rio Garona; la del homenaje, o de Loja, superaba los cuarenta metros de alto, y se alzaba sobre el vertice en el que se abrazaban las aguas de los dos rios que rodeaban la fortaleza. Simon se encontraba en la torre de Prima, y a su espalda se alzaba la torre de Dantin. La quinta torre defendia el puente levadizo que unia el castillo con la ciudad, y las cinco se enlazaban por muros de quince metros de altura y tres metros de anchura. Simon contemplo el paseo de ronda que rodeaba las murallas de aquella fortaleza de mas de cinco mil metros cuadrados y, a pesar de ello, se sintio indefenso. --Si nos quedamos aqui, moriremos --penso. Entonces, alzo la mirada al cielo y pidio ayuda a Dios; el mismo Dios en nombre del cual habia matado, mutilado y torturado a mujeres, ninos y ancianos desde que estaba en aquella maldita tierra de herejes. El sol salio poco antes de las siete y media de la manana. Era jueves 13 de septiembre; un buen dia para matar a Montfort, penso el rey Pedro al despertar. En el suelo, hecha un ovillo, permanecia Ysabela. La muchacha tenia los ojos enrojecidos por el llanto, las nalgas enrojecidas por los azotes, los pechos enrojecidos por los mordiscos del monarca, el cuerpo molido tras sentir el gigantesco corpachon del aragones en todas las posturas que el deseo durante aquella interminable noche, y el alma en los huesos. Por un instante, parecio que el rey se apiadaba de ella pero el brillo en sus ojos nada tenia que ver con la piedad. Pedro se levanto del jergon, puso sus pies en el suelo cubierto de paja, y acerco su virilidad a la boca de la joven. La muchacha comprendio, mientras las lagrimas caian por sus mejillas. Minutos despues, el rey se aparto de ella.

  • Puentes de papel de Caterina Gravina

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    Suzanne, una joven divorciada madre de dos adolescentes, se encuentra en un momento de su vida donde no ve la felicidad en ninguna parte. Sus valores, el respeto y la lealtad a la familia, le obligan a zanjar una situacion que ha estado atormentandola durante mucho tiempo.
    Una noche, mientras esta valorando como vivir otra vez de manera intensa, se encuentra con una verdad que no conocia. Esa realidad la empuja a enfrentarse cara a cara con su pasado.
    ?Que o quien tendera ese fragil puente que une el pasado y el presente?

  • Una novia de pelicula de Carla Tristan

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    El:
    La vida de un actor es rapida, cambiante y estricta. Y cuando la mia iba cuesta arriba sucedio lo impensado, cayo al piso.
    Lo bueno es que la conoci a ella y aun que solo era un juego de mis amigos para hacerme sentir mejor, resulto ser de lo mas agradable. Linda, perspicaz, divertida, una sonadora muy sexy. Justo lo que le faltaba a mis dias. Claro que no estaba seguro de que fuera lo correcto en este momento.
    Yo debia enfocarme en mis asuntos y reconciliarme con mi publico...

  • Heroes de cobre de Iguazel Seron , Marta Alvarez

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    Cuando el rey de Galvania muere, se convoca una competicion de aspirantes al trono. ?El objetivo? Encontrar una serie de objetos magicos antes de que concluya el tiempo. ?Las principales normas?

  • Otra Navidad sin ti de Nq Palm

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    Jared se bajo del autobus y dio la vuelta para ir a buscar su petate entre los pasajeros que se agolpaban a los costados del vehiculo, intentando recuperar sus pertenencias. La gente parecia tener prisa, asi que espero. El no tenia demasiadas ganas de correr hacia la casa que su familia tenia al norte de Nueva York. La Navidad anterior se habia librado, su destacamento debia hacer los trabajos de vigilancia en la frontera entre Afganistan y Pakistan. Pero este ano el coronel Jones no habia querido escuchar sus pretextos para quedarse en la base, <>, habia expresado impasible. No era cierto, eran grandes amigos fuera de la vida militar. Jones era mas mayor y habia sido amigo de su padre, y tambien tenia una familia a la que este ano no veria. Jared, pensando en ellos, se habia ofrecido a quedarse para que el pudiera ver a sus nietos pequenos. Aun asi, no lo habia conseguido. Desde su altura podia ver a los hombres, mujeres y ninos que chocaban entre si para salir de manera precipitada de la estacion de autobuses. Resoplo y se agacho a coger su petate, ya habia esperado suficiente, la paciencia no era una de sus virtudes. Camino un par de manzanas hasta llegar al parking donde dejaba su Harley a buen recaudo, mientras estaba fuera del pais. Saco las llaves del bolsillo y, despues de enganchar su bolsa, arranco. El rugido del motor entre sus piernas le dio la primera alegria del dia, eran las ocho de la tarde, pero el viaje en el autobus se le habia hecho eterno y pesado. Subio la cremallera de su cazadora de cuero y se dispuso a volar sobre el asfalto. Tenia su propio apartamento en Manhattan, pero habia prometido a su madre ir directamente a verla y quedarse con ellos unos dias. Mientras conducia a velocidad moderada penso en su padre, ya hacia nueve anos que habia muerto; un maldito cancer se lo habia llevado en tan solo seis meses. Fue una epoca dura para el, con veinte anos necesitaba de los consejos de su progenitor, en lo referente al ejercito y en su cabezoneria por ingresar en los Marines. Su padre tambien lo habia sido y decidio seguir sus pasos. A su madre le habia sentado como un tiro, pero decidio aceptar viendo las malas companias que habia adquirido en su adolescencia. Maggie, su madre, se habia vuelto a casar tres anos despues con un buen hombre. John se habia divorciado de su esposa y tenia una hija adolescente preciosa de la que tanto el como su hermano se habian encaprichado, le parecio bastante gracioso ver al cabron de Tyler perder la cabeza por una mujer. El, que siempre decia que antes de atarse tenia que conocer el amor libre. En aquella epoca, Jared se retiro, ya que ella tambien parecia corresponder a esa atraccion por su hermano pequeno. Tanto su madre como John se quedaron congelados en el sitio cuando su hermano y su hermanastra anunciaron su boda. Y el no queria ni recordar lo que vivio en aquel momento, una mezcla de felicidad por Tyler y unos celos que no habia sentido jamas en su vida. Esa chica se habia instalado bajo su piel y lo supo demasiado tarde. No asistio a la boda, ni queria ni podia. Se casaron jovenes, los dos tenian la misma edad, veinticuatro anos, Jared tenia dos mas. Por suerte, solo los veia una vez al ano. El dia de Navidad era la fecha en que todos se reunian en la casa de John, a la que su madre se mudo despues de casarse con el. El problema era que cuando el la cagaba lo hacia a lo grande; un par de Navidades atras se habia acostado con Kyra. Joder, se habia enredado con la mujer de su hermano. Algo impensable y repentino, pero habia sido el mejor sexo de su vida. Tenerla entre sus brazos habia sido un sueno hecho realidad, aun recordada el toque de su piel y lo adictiva que habia resultado. Se habia enamorado de ella y por eso los evitaba siempre que podia. Tyler era un tipo con suerte y el un capullo por haberse metido entre ellos. La verja de la entrada estaba abierta y la fachada totalmente llena de esas bombillas de colores, se detuvo un momento para admirar la pomposa decoracion y algo llamo su atencion en el tejado, ?habia un puto trineo con sus renos incluidos? Joder, su madre llevaba esto de la Navidad al extremo, conseguiria que John se matara por hacerla feliz. Llevo la Harley por el camino empedrado hasta la misma puerta principal y apago el motor. Estaba estabilizando la maquina en el irregular suelo de gravilla cuando oyo la voz de John. --Jared, todo ese ruido ensordecedor solo podias hacerlo tu --dijo descendiendo los peldanos en su direccion. Era un hombre fornido con el cabello lleno de canas. --Hola, John, lo siento... --No te preocupes por eso, me alegra que este ano hayas podido venir. Tu madre es una mujer feliz desde que llamaste para darle la noticia. --Le tendio la mano y se la estrecho en cuanto bajo de la moto. --Sigues entero despues de subir el trineo... John alzo la cabeza y sonrio. --Esta vez fue a Tyler a quien le toco hacer el trabajo. Oir el nombre de su hermano lo puso en guardia, despues de dos anos sin verse, tendria que enfrentar su ira... o eso suponia. Cogio la bolsa y subio las escaleras al lado del hombre, pero se mantuvo en silencio. --Tu hermano no esta, tenia trabajo en Washington y se fue ayer. Vendra antes de Navidad, pero no ha asegurado el dia. Kyra ya esta aqui, aunque ha salido --informo John. Parecia leer en su mente la pregunta que le rondaba la cabeza. Bien, saludaria a su madre y se iria tambien, no habia necesidad de ver a Kyra hasta la manana siguiente. El destino le daba unas horas mas de tranquilidad. --!Jared! --El grito de su madre le llego desde la cocina, la mujer salio con un trapo entre las manos y cubierta con un delantal rojo con las letras <> bordadas en el. Solto el petate para coger a su madre, que se habia lanzado a sus brazos, al vuelo. --Hola, mama, ?ya te estas pringando en la cocina? Le dio un sonoro beso en la mejilla que el correspondio sonriendo. Cuando su madre se ponia con ganas, hacia comida para todo un batallon, solo se podia esperar salir con diez kilos de mas de esa casa. --Este ano, por fin, os reuno a todos. Tambien vendran vuestros tios y ya sabes que no quiero que falte de nada en la mesa. --Estoy seguro de que eso nunca ocurrira. --Me rellenas como a un pavo para luego ponerme a dieta, eso es bastante injusto, mujer --solto John frunciendo el ceno. --!Hombres! Siempre quejandose --contesto ella, dandose la vuelta--. Nosotros ya hemos cenado, no sabiamos a que hora vendrias. Enseguida te preparo algo, Jared. Ahi tenia su oportunidad. --No te molestes, voy a ver a los chicos, ya cenare algo con ellos. --?Acabas de llegar y ya te vas? --dijo frenando su avance hacia la cocina y dandose la vuelta para encararlo.