• el cerebro del nino explicado a los padres - Alvaro Bilbao

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    Como ayudar a tu hijo a desarrollar su potencial intelectual y emocional.
    Durante los seis primeros anos de vida el cerebro infantil tiene un potencial que no volvera a tener. Esto no quiere decir que debamos intentar convertir a los ninos en pequenos genios, porque ademas de resultar imposible, un cerebro que se desarrolla bajo presion puede perder por el camino parte de su esencia.
    Este libro es un manual practico que sintetiza los conocimientos que la neurociencia ofrece a los padres y educadores, con el fin de que puedan ayudar a los ninos a alcanzar un desarrollo intelectual y emocional pleno.

  • El cerebro del niño explicado a los padres (Plataforma Actual)

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    El cerebro del niño explicado a los padres (Plataforma Actual) Tapa blanda – Ilustrado, 9 septiembre 2015 · Versión Kindle 0,00 € Este título y más de un millón, ...

  • El cerebro del niño explicado a los padres - Casa del Libro

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  • El cerebro del niño explicado a los padres | Álvaro Bilbao

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    El comportamiento de tu hijo tiene un porqué. Comprende su mente y acércate a sus emociones con mi libro "El cerebro del niño explicado a los padres".

  • El Cerebro Del Niño Explicado A Los Padres - Álvaro Bilbao

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    El Cerebro Del Niño Explicado A Los Padres, libro o eBook de Álvaro Bilbao. Editorial: Plataforma. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • El cerebro del niño explicado a los padres - Plataforma Editorial

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    Un libro que ayuda a entender a nuestros hijos y proporciona herramientas prácticas para guiarnos en el gran reto de ser padres. Todo con una gran base ...

  • 'El cerebro del niño explicado a los padres', del ...

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    12 abr 2018 — El cerebro de los niños explicado a los padres es un libro que está ayudando a muchos progenitores a educar mejor a sus hijos, y también a ...

  • El cerebro del niño explicado a los padres - Dideco

    https://www.dideco.es/el-cerebro-del-nino-explicado-a-los-padres

    Este libro es un manual práctico que sintetiza los conocimientos que la neurociencia ofrece a los padres y educadores, con el fin de que puedan ayudar a los ...

  • El Cerebro del Niño Explicado a los Padres - Buscalibre España

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    Libro El Cerebro del Niño Explicado a los Padres, Álvaro Bilbao, ISBN 9788416429561. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios.

  • El apostol de la muerte (Susurros 2) de Gema Tacon

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    Cuando la vida de Kate Warne no podia ser mas soporifera, regresan los fantasmas del pasado removiendo sentimientos que ya creia extintos.Dos casos que nada tienen que ver surgen de pronto, convirtiendo su mundo en un autentico caos. Joseph es el unico que la mantiene atada a la realidad, pero incluso el puede llegar a dudar.

  • El vendedor de tabaco de Robert Seethaler

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    Antes del exito internacional de Toda una vida, Robert Seethaler habia escrito El vendedor de tabaco. En la tradicion de clasicos del genero como Reencuentro, de Fred Uhlman, y El lector, de Bernhard Schlink, Seethaler nos sorprende una vez mas con una novela sobre una serie de personas enfrentadas a los vaivenes de la historia, todo ello con la concision y la elegancia que lo caracterizan. En agosto de 1937, el joven Franz Huchel abandona las idilicas montanas de Austria por las bulliciosas calles de Viena y el estanco de Otto Tresniek, un hombre benevolo pero algo mordaz. En el quiosco de Tresniek, donde se encuentran las clases populares y la burguesia judia de la Viena de los anos treinta, Franz Huchel empezara su aprendizaje vital. Si bien la lectura asidua de la prensa y los rumores sobre el ascenso del nacionalsocialismo lo educan politicamente, su conocimiento de la vida sigue siendo insuficiente. Por eso, sin saber a quien pedir consejo sobre Anezka, la joven de la que esta enamorado, Franz buscara el asesoramiento del <>, el mismisimo Sigmund Freud, cliente del estanco y gran fumador de puros, que vive a dos calles del puesto. Aunque viejo y cansado, el profesor cedera ante el tenaz interes mostrado por este jovial y curioso chico de pueblo. Pero los tiempos son inciertos y, en marzo de 1938, el Anschluss pondra fin de forma brutal al aprendizaje de Franz y a su relacion con el prestigioso doctor. Otto Tresniek, poco dispuesto a boicotear a su clientela judia, se convierte en la diana de la Gestapo. El humor vienes que desprenden Otto Tresniek y Sigmund Freud es la respuesta a la desesperacion de una sociedad desorientada. En El vendedor de tabaco, Robert Seethaler confirma su enorme talento como escritor, capaz de emocionar con la sobriedad y la belleza de su prosa.

  • El dia que me calle me salen subtitulos de Anabel Garcia

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    Mi vida era perfecta hasta que ese mendrugo con cara de seductor forajido irrumpio en ella. Todo empezo aquella maldita noche en la que el se colo en mi playa privada de Los Angeles. En ese momento comenzo mi fatal descenso hacia los abismos de la locura, pero hare cuanto este en mi mano para recuperar la perfeccion. !Como que me llamo Zoe O'Connor!

  • Retrato del vizconde en invierno de Alvaro Pombo

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  • Pide un deseo de Lana Fry

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    Nuestra vida esta plagada de deseos cumplidos y por cumplir; aquellos que creemos conocer y los que solo nuestra alma conoce; los que mueven montanas y los que nos mueven a nosotros a seguir avanzando.
    Mientras la fe de Thea en los deseos se tambalea, Ethan esta a punto de cumplir el suyo.
    Diez anos atras, la vida les llevo por caminos separados. Ahora, Thea vive en Roma y es duena de una coqueta boutique de joyas. Puede que la relacion con sus padres no sea la mejor y eche de menos a sus amigos, pero es feliz. Por otro lado, Ethan esta en su mejor momento. ?Como no estarlo, si tiene el ascenso por el que ha peleado sin descanso al alcance de la mano? Nada puede salir mal.
    Pero el destino es caprichoso. Reencontrarse por sorpresa no solo tambaleara sus vidas sino que abrira viejas heridas que creian curadas.
    No hay nada como mirar a los ojos al pasado para darse cuenta de que, por mucho que traten de esconderse, hay suenos y deseos que son imposibles de apagar.
    <>.

  • La ultima linea del espejo de Gema Samaro

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    La manana era tan perfecta que ni nos inmutamos cuando un tipo con una bolsa de papel de una hamburgueseria en la cabeza salio a nuestro paso: --Fjewisfgielikie --dijo el tio de la bolsa. Eva y yo nos miramos y soltamos una carcajada. El senor se habia hecho dos agujeros para los ojos y habia abierto una ranura para la boca, pero la bolsa se habia ladeado de tal forma que no se le entendia nada. --?Podemos ayudarle en algo? --pregunto Eva, sin poder contener la risa. --Kefjeiwsfejiowe. --Disculpe, ?se podria quitar la bolsa? Es que no le oimos --propuse llevandome el dedo indice a la oreja. El hombre se ajusto la bolsa para que coincidiera la abertura con la boca y, de nuevo, se dirigio a nosotras: --Buenos dias, senoras --solto con una inclinacion de cabeza que por poco hizo que la bolsa saliera disparada. Nosotras rompimos a reir, mientras el tipo volvia a ajustar la bolsa a la cabeza. --Buenos dias. --Logramos decir al fin. --No quiero asustarlas... --No, tranquilo. No nos asusta --replique sin poder reprimir la carcajada. Era un tipo alto, atletico, joven a tenor de su voz, de sus manos y de su vestimenta, una camiseta de rayas y unos pantalones vaqueros desgastados. --Siento abordarlas de esta forma, pero no me queda mas remedio que hacerlo asi. --No se preocupe. ?Que vende? ?Ofertas de dos por una? --pregunto Eva, con los ojos achinados por la curiosidad y la risa. --No, no vendo nada --respondio encogiendose de hombros--. Estoy aqui por otra razon. Era primavera, la vida estallaba por todas partes, incluidas nosotras que estabamos exultantes, eramos primavera, dos flores que no podiamos mas que imaginar razones de lo mas creativas para explicar lo que estabamos viviendo: --Teatro de calle, es usted actor. Esto es una performance comercial financiada por la marca de las hamburguesas --deduje mirando a mi alrededor, convencida de que publico y actores en breve nos rodearian para disfrutar del espectaculo. --Esto es la vida --repuso muy serio y ofendido, dando un paso atras dramatico, como un actor de cine mudo. Era una pena que el pobre hombre estuviera tan perjudicado como para plantarse en la calle con una bolsa de Burger King en la cabeza a las ocho de la manana. No parecia borracho, mantenia bien la verticalidad y hablaba estupendamente. Posiblemente seria un trastornado: --?Donde vive? --Quise saber para devolverle a su casa. --!A usted que le importa! --?Tiene familia? --!Oiga, dejeme en paz! --protesto dando un manotazo al aire--. No soy un perturbado. --Entonces, ?quien es? --inquiri mordiendome los labios. --Alguien que necesita saber muchas cosas... --?Y por que lleva el rostro tapado con esa bolsa ridicula? --pregunto Eva retirandose un mechon de pelo detras de la oreja. --Me compre un pasamontanas en un chino y lo he perdido. Soy un desastre. No tenia nada mas a mano para cubrirme y me he colocado esta bolsa. --?Por que se cubre? ?Le conocemos? --dije intentando reconocer su mirada, unos ojos verdes, que brillaban de un modo especial. --Dejense de preguntitas y vayamos al grano. --El tipo se echo la mano a la espalda y saco una especie de punal. Cuando la primavera arranca con toda su fuerza, cuando la vida despierta, cuando el sol reina en lo alto de un cielo perfecto, lo que menos esperas es que esa maravilla se malogre por culpa de un atracador con una bolsa de papel en la cabeza. Respire hondo y tome a Eva por el brazo. Estaba embarazada de cinco meses y esos sustos podian resultar mas que peligrosos. Sin embargo, mi amiga estaba encantada. --!Que maravilla! --exclamo Eva, contemplando extasiada el arma--. !Es una daga de vela, de acero, hierro y madera, espectacular! !Del XVII! ?Me equivoco? --Se equivoca. Es del XVI. --Vi hace poco una asi en el Museo Lazaro Galdiano. --Esta es mia --informo el hombre agitando la daga al aire--. Lleva toda la vida conmigo, es una preciosidad --susurro mirandola fascinado. --!Es una joya! --grito Eva. --Cuidela mucho. Nosotras tenemos prisa. !Buenos dias! --me despedi tirando de Eva para salir pitando de alli. --!No tan deprisa! --El tipo nos corto el paso empunando la daga. Mire a derecha y a izquierda y por alli, a escasos veinte metros de la farmacia, no habia mas que un gato parduzco indolente cruzando la calle. Lo mejor era terminar aquello cuanto antes: abri mi bolso, cogi mi cartera, saque el DNI que luego renovarlo era un fastidio, y se lo tendi al atracador. --Tenga. Y dejenos marchar. --?Para que quiero yo esa cartera tan horrible? --replico mirando con desden mi cartera maravillosa roja, de hace mil anos, y a la que tengo tantisimo carino. --!Quien va a hablar! !El encapuchado de la bolsa de papel! !Tiene usted tanto estilo atracando! --A mi, la verdad, que tu cartera tambien me parece un pelin de abuela --comento Eva llevandose la mano al pecho. --No tienes ni idea, Eva. Y usted... Si no quiere dinero, ?que quiere? --dije molesta por lo que habia dicho de mi cartera y guardandola con mimo en el bolso. Eva metio la mano en su bolso, extrajo un bote de repelente de insectos y, apuntando a la cara del hombre, hablo con la serenidad propia de la mala de la pelicula: --Si lo que busca es sexo, preparese porque con esto... --Senora, no me ofenda, se lo ruego. Ni soy un agresor sexual ni un mosquito tigre. !Ande, guarde eso! --Como que, si lo fuera, me lo iba a decir... --Soy un hombre de palabra. Puede confiar en mi --confeso solemne, con una leve inclinacion de cabeza. --Dejese de pamplinas y no nos haga perder mas tiempo. ?Que quiere? ?Pasarse la manana vacilandonos? --El tio me estaba sacando de mis casillas. --Me cuesta muchisimo hacer esto --explico el tipo, moviendo la daga a un lado y a otro, con un movimiento zigzagueante de la muneca--. Pero la vida nos obliga a veces a hacer cosas que atentan contra nuestros principios y kdfeiofaejfeifeofejek. --No se esfuerce, que no se le entiende nada --le corte muy borde. El hombre se coloco la bolsa de nuevo para que pudieramos escucharlo y siguio: --Decia que lamento mucho lo que voy a hacer, pero no me queda otra para recuperar lo que es mio. --?De que habla? !Nosotras no tenemos nada suyo! --espete con un gesto de desprecio. --No estoy tan seguro, por eso es mejor hacer cierta comprobacion --informo el embozado trazando con la daga circulos en el aire. No tenia miedo. Y no porque fuera inmortal y supiera que no podia pasarme nada, es que la situacion era tan absurda que cualquier mortal no habria sentido mas que bochorno ante semejante espectaculo. --Deje de hacer el idiota y guarde esa daga --le ordene sin pestanear, como la mama le exige al nino que deje de jugar con las cerillas. --Solo sera un momento, senora. --!No hay momentos que valgan! Tome a Eva nuevamente del brazo y cuando apenas habiamos dado un paso, el hombre se dirigio a mi amiga diciendo: --Senora, ?ve aquello de alli? --Y senalo con el dedo indice a algo que estaba detras de nosotras. --?El que? --pregunto mi amiga. --Eso de ahi, grande, de lunares, con ojos grandes, dientes afilados, cola, cuernos... --!Que bobadas dice! --solte indignada. --Eso solo puede ser una jirafa --dedujo Eva entre risas. Las dos nos dimos la vuelta y al hacerlo el tiparraco aprovecho para gritar: <> y largarle una cuchillada a mi amiga en el culo, rauda y traicionera, que la hizo caer de rodillas al suelo. --!Rata inmunda! --le chille a la cara--. ?Que ha hecho? --Lo... lo... puedo explicar... Veran... yo... yo... tengo la profunda conviccion... --Antes de que el vil y rastrero energumeno terminara la frase, le arrebate la daga y se la puse en el cuello. --!Como le suceda algo al bebe que espera mi amiga, voy a convertir su vida en una perpetua agonia! --le amenace rabiosa, yo creo que hasta me salio espuma por la boca. Mis amenazas le resbalaron. Insensible, cruel y frio, el siguio a lo suyo: --?Por que solo le preocupa el bebe y no su amiga si le he propinado una punalada de picaro en el trasero? Mire a Eva, tenia la tela de su vestido blanco y las piernas banadas en sangre. Sin embargo, su rostro no mostraba ni el mas leve indicio de dolor, solo incredulidad y asombro. Las dos sabiamos que faltaban apenas unos segundos para que su herida cicatrizara y empezaramos a tener serios problemas ante un tipo demasiado curioso. --!Marchese de aqui! --le exigi a voz en grito. --Senora, lamento profundamente haberle dado este susto en su estado, pero no tengo otra forma de saber si usted es una de los nuestros. --!Majadero! --grite empunando la daga a un centimetro de su nariz--. Larguese si no quiere que le deje el cuerpo como un colador. --Haga lo que quiera, no pienso irme. Necesito comprobar como evoluciona esa herida -- replico el tipo, flematico, senalando con el dedo indice a mi amiga.

  • Pequena Ariel de F. Locks

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    Cuando suena el telefono en medio de su fallida cena de Navidad, Ana agradece al cielo por su jefe que no se molesto en llamar en cualquier momento, porque en ese momento estaba a punto de enloquecer con su hermana. Pero lo que nunca imagino fue que esta llamada de su guapo jefe vendria con una solicitud absurda que la involucrara a un bebe.

  • La piel desnuda de Pati Blasco

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    Esta es la historia de Angel Alamo, un escritor que esta atravesando un momento de crisis. Mientras conduce hacia su casa, atropella a Sofia y se da a la fuga. Acuciado por la culpa, decide volver al lugar del homicidio y comprobar si la victima ha fallecido.

  • Las ninas muertas de Cancun de Javier Chavez Ataxca

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    Los cadaveres de dos ninas gemelas son descubiertos en Cancun; es septiembre de 1988 y este paraiso juvenil del Caribe mexicano se prepara para el ataque destructor del huracan Gilberto. En esas horas de panico la abuela de las pequenas hace un hallazgo doloroso que detona otro crimen, mientras el asesino tiene en la mira otra nina indiscreta, amiga de las gemelas.
    A la investigacion en el pantano se suma Toribio Marquez, un soldado en retiro que tiro a matar en la masacre estudiantil del dos de octubre de 1968. Montserrat Valdivia es la directora de la Policia Judicial en un polo turistico inocente en esos anos por su imperceptible carga de crimenes, hasta la aparicion de los primeros cadaveres infantiles con la senal de la cruz.
    Inspirada en episodios reales, Las ninas muertas de Cancun se desarrolla en las etapas juveniles de este polo turistico del Caribe mexicano, cuando los crimenes ocurrian en otros rumbos parasitados por la maldad que hoy nos inunda.

  • Rivales de la seduccion (Libertinos Enamorados 5) de Vanny Ferrufino

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    Por su bien, lady Stanton, evite esta boda. Va a arrepentirse hasta el ultimo dia de su existencia por haberse puesto en mi camino, lady Devonshire. Mercancia danada. Su piel es tan repugnante que me ofende pensar que pretende seducirme. Mire su cicatriz, cree que querre desvestirla. Es usted lo peor que pudo tocarme como esposa. ?Dinero? ?Quiere dinero de su dote? Le recuerdo que ese dinero me pertenece. Yo se lo iba a devolver si evitaba nuestra boda, pero al unirnos en sagrado matrimonio, es el minimo pago que merezco por desposarla y tener que soportarla hasta el ultimo dia de mi existencia; aunque, hasta ahora que llevamos mas de tres meses casados y se ha presentado cuatro veces desnuda en mis aposentos con la intencion de consumar nuestro matrimonio, me doy cuenta que ni por cien mil libras la habria aceptado. Esas fueron unas cuantas de las humillaciones que lady Riley Gibbs, condesa de Devonshire, tuvo que escuchar por parte de su marido. Cada una mas dolorosa que la anterior. En los libros que alguna vez tuvo el placer de leer, el amor entre la pareja protagonica surgia de a poco, paso a paso con distintos acercamientos que con el tiempo empezaban a hacerse mas comunes entre ellos; no obstante, ahora se daba cuenta que ella no era ese tipo de personaje que salia de la inspiracion de un buen samaritano que tenia una historia de amor para contar. Lastimosamente ese no era su caso. Era una persona de carne y hueso que se habia unido en matrimonio por una promesa que su padre, el marques de Winchester, hizo con el de su marido, porque cuando ella nacio, su dote fue cedida a la familia Gibbs, que en aquel entonces se encontraba en la quiebra. Algo en lo que ahora no estaban, sino todo lo contrario. Desde que tenia uso de razon, todas sus lecciones y ensenanzas se resumian en satisfacer al conde de Devonshire, en cada nueva leccion le hablaban sobre sus gustos, aficiones y talentos, aptitudes que a cualquier nina enamoradiza habrian emocionado facilmente. En aquel entonces, Riley sentia que su sueno estaba al alcance de sus manos: el cual consistia en tener un matrimonio a base de amor, porque su unico objetivo era enamorar al conde. Sin embargo, nadie le hablo sobre el odio que lord Devonshire sentia hacia ella, un error bastante catastrofico desde su perspectiva. Enterarse que su esposo sentia repugnancia hacia su cicatriz --de la cual el se entero el mismo dia que la adquirio hace muchos anos--, fue un golpe letal para su autoestima y entusiasta perseverancia. Su familia le habia escondido la parte mas fea de su futuro esposo y no habia previsto el infierno que ella tendria que vivir junto a el. Porque si, lastimosamente el individuo con quien la prometieron no era el caballero de armadura que ella se habia imaginado en su infancia; sino todo lo contrario. Su vida de casada no era sencilla. Durante el primer ano de matrimonio, su madre, Noelle Stanton, le habia dotado de un sinfin de consejos para seducir a su esposo y poder enamorarlo; pero Riley comprendia que ningun consejo le serviria porque para poder seducir a un hombre, lo primero era que el susodicho se sintiera minimamente atraido hacia ella. El cual no era su caso ni lo seria nunca. Su esposo no la consideraba hermosa, ni siquiera aceptable, siempre tenia un comentario despectivo para ella. El primero de lo que el consideraba uno de sus defectos --que no dudo en cubrir--, fue la tonalidad de su piel: la cual era un poco mas dorada, en comparacion a la que poseian las damas inglesas, por los origenes italianos de su amada madre. Solucion: vestidos de cuello alto y mangas largas. Su estatura era de uno cincuenta y cinco, una altura misera para un hombre que pasaba los uno ochenta y cinco. Su cuerpo no era voluptuoso, carecia de curvas y sus ojos eran demasiados grandes para el agrado del conde, a quien no le gustaba mirarle a la cara. En cuanto a sus aptitudes, penso que podria gustarle que adorara leer, admirar el buen arte y pintar; pero lord Devonshire nunca se esforzo por conocerla y la denomino como una esposa aburrida e insipida, criada en el campo. Los primeros meses trato de ser optimista, creyo que pronto todo cambiaria y el se daria cuenta que estar casado con ella no era tan malo como pensaba; pero habia momentos donde simplemente no podia seguir soportando tantos desplantes. El conde habia optado por la aplicacion de nuevas restricciones que solo iban dirigidas para ella, lo cual la llevaba a sentirse mas retraida y preocupada. En esa casa no le importaba a nadie, su suegra la odiaba y su cunada tenia prohibido hablarle. Con el tiempo se dio cuenta que esas restricciones aumentaban en numero cada vez que el conde recibia una nueva correspondencia, en ocasiones el dejaba su despacho hecho un desastre. Desde hoy no te quiero en la mesa en la que como; desayunaras, almorzaras y cenaras en tu alcoba, a no ser que lo hagas antes o despues que nosotros. Intento comer antes, pero no funciono, el llegaba a la mitad de su comida y la echaba con una simple mirada del comedor que compartia con su madre, la condesa viuda, y su hermana, lady Laurine Gibbs. Opto por comer despues, pero todo se salia de su control cuando el permanecia mas tiempo de lo normal en el comedor conversando con su madre. Al final se resigno a comer en su alcoba, incomoda, pero a la vez contenta de tener su alimento a la hora correspondiente. Eso fue facil de sobrellevar, aunque odiaba comer sola, hasta que vino la segunda restriccion. No quiero que entres a mi biblioteca, no puedes tocar nada de ahi, y tampoco quiero que camines por mi casa mientras yo este dentro, el verte me pone de mal humor. Todas sus alarmas se prendieron y no tuvo mas remedio que acudir a su madre y pedirle una serie de consejos para enamorar a su marido, quien parecia querer matarla dentro de las cuatro paredes de su alcoba. Confeso, con verguenza, que su matrimonio no estaba consumado, que por mas que luchara, lord Devonshire no tenia intencion alguna de tocarla. La indignacion de su madre fue tal, que Noelle ideo un plan que haria que su marido se postrara a sus pies. Con sus alentadoras palabras, fue imposible no ilusionarse y volver a creer, por lo que esa tarde salio de la casa de sus padres con la idea de iniciar una nueva lucha. Despues de su primera noche junto a su esposo, Riley penso que todo ese ano de sufrimiento habia llegado a su fin. Sin embargo, cuando la luz del dia emergio, la realidad le dijo que las cosas no funcionaban asi y un verdadero infierno se desato para ella. Su matrimonio ya estaba consumado, pero para conseguirlo se habia burlado de un noble orgulloso, prepotente y vengativo, humillandolo vilmente. En aquel momento, habria dado todo lo que tenia para volver el tiempo atras y obedecerle cuando le ordeno que anulara todo, que renunciara al compromiso para dejarlo en libertad. Sus gritos e insultos le hicieron regresar a su horrible realidad, advirtiendole que las segundas oportunidades no existian; y su mundo de ilusiones y esperanza se tino de negro cuando el dolor fue palpable en su rostro. Totalmente desnuda, junto a la comoda a la que fue a parar, todo se hizo anicos a su alrededor. Ya no deseo mejorar su vida conyugal, ya no quiso ser aceptable para el, ya no penso en la feliz familia que siempre quiso formar. En aquel momento solo queria huir, esconderse de la furia que ella habia desatado en su esposo. Que tonta fue. Esa era la vida real, un mundo donde la mujer debia obedecer a su marido. Por suerte, ese dia desperto en su realidad; aunque le hubiera gustado que no fuese el peso de la mano masculina sobre su rostro lo que le advirtiera que acababa de cometer el mas grande error de su vida y su tormento apenas estaba dando inicio.

  • Nadie esta seguro con un libro en las manos de Santiago Alba Rico

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    La experiencia de la lectura viene siempre determinada por dos coordenadas materiales. Una tiene que ver con el texto, que nos llega en diferido, en la distancia de un pasado que, cristalizado y conservado entre las tapas del libro, como en una lata de conservas, dejo de existir hace ya tiempo y nos alcanza por tanto amortiguado, despuntado y vencido: es lo que llamamos ‘ficcion’. La otra coordenada tiene que ver con el cuerpo del lector. La lectura reclama la postura sedente y condiciones mas o menos confortables para la concentracion. Ponerse a leer es, de alguna manera, aburguesarse. Se puede leer tambien, es verdad, en una trinchera o de pie en un vagon de metro, pero hasta tal punto el libro impone unas reglas ergonomicas de recepcion que, apenas abrimos sus paginas, incluso baqueteados en medio de una tormenta, la lectura nos protege tanto de las verdades que contiene el libro como del mundo en que lo leemos. Esta diferencia en el tiempo y esta comodidad en el espacio constituyen la fuente de todos los peligros asociados a la literatura: el de que nos tomemos demasiado en serio lo muy lejano, como don Quijote, y el de que, al reves, nos tomemos como imposible o increible lo mas cercano.

  • Aborto en la escuela de Kathy Acker

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    Cuando aparecio en los setenta, se dijo de Kathy Acker que era la sucesora de Henry Miller, la primera pornografa feminista y la Patti Smith de la literatura pospunk. Sus libros fueron considerados <>, <> e <>. Robert Mapplethorpe la fotografiaba; en Nueva York se movia en el area de Andy Warhol, Laurie Anderson y los Talking Heads; realizaba performances en Londres; los oraculos de la modernidad la entrevistaban con frecuencia; algunos criticos abominaban de ella, mientras que otros le dedicaban arduos y sesudos estudios en los que la calificaban de <>.

  • ?Y si nos perdemos? de Paris Yolanda

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    Blue, una famosa cantante mundialmente conocida, disfruta de su publico y su trabajo. Sin embargo, harta de las presiones de su manager, decide tomarse unas vacaciones y ser solamente Celeste Ortiz, sin imaginarse lo trascendental que sera este viaje en su vida. De haberlo sabido, jamas lo hubiera hecho, ?o si?

  • La repeticion de Peter Handke

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    Relato y, al mismo tiempo, exploracion del relato, “La repeticion” (1986) narra el viaje a Eslovenia, desde la vecina Austria, de Filip Kobal en busca de las huellas de su hermano desaparecido. Rememorar el viaje semejante emprendido por el mismo veinticinco anos antes le sirve para constatar que el recuerdo no supone un mero retorno a algo ocurrido en el pasado, sino asignar finalmente el lugar adecuado a lo que se ha vivido. El nuevo viaje, el regreso (con la valiosa compania, ahora, de un antiguo cuaderno anotado por el hermano, de un diccionario aleman-esloveno del siglo XIX, y del omnipresente y evocador paisaje karstico), supone asi la recuperacion meticulosa de unas experiencias que al hilo de la narracion adquieren su definitivo sentido. Peter Handke (1942) es uno de los escritores actuales mas importantes, polemicos y populares en lengua alemana.

  • Magnolia’s Paradise de Araceli F. Rovira

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    --Bienvenidos y bienvenidas a la isla de Kauai y, por supuesto, bienvenidos al Magnolia's Paradise. Les agradecemos sinceramente que hayan escogido este destino para pasar sus vacaciones. Es un placer tenerlos como invitados y, de corazon, esperamos que tengan una bonita estancia. Todo el equipo de este gran resort y yo, personalmente, nos dedicaremos a hacer que su alojamiento sea lo mas agradable y relajante posible, atendiendo a sus necesidades y consiguiendo asi que vivan una gran experiencia en nuestro maravilloso hotel. Primero de todo haremos un recorrido por las instalaciones y al terminar, volveremos aqui para entregarles la llave de su habitacion. Esperamos que todo sea de su agrado y si tienen alguna duda, no tengan reparo en contactar conmigo. Por cierto, mi nombre es Camelia. Una vez mas repetia aquellas palabras guardadas a fuego en mi memoria. Era lunes, dia bastante ajetreado, considerando que era cuando llegaban los nuevos huespedes a la isla. Mi trabajo era recibirlos como merecian, ensenarles las instalaciones --cosa que me ocupaba toda la manana, debido a que el resort contaba con muchisimo terreno-- para finalmente acompanarlos a sus magnificas habitaciones. El Magnolia's Paradise recibia, en su mayoria, la visita de recien casados. Si, ya sabeis, ese tipo de parejas que acaban de dar el si quiero en alguna parte del mundo, sin ninguna razon aparente --al menos yo no habia sido capaz de encontrarla--. En fin, la cuestion era que decidian celebrarlo en una isla perdida en medio de la nada. Rectifico, una isla preciosa en medio de la nada. A mi favor dire que la clientela era muy agradecida, ya que acostumbraban a vestir una sonrisa permanente en sus rostros por todo lo acontecido los ultimos dias y les fascinaba todo lo que nuestro resort les ofrecia: champan en las habitaciones, petalos de rosa encima de las camas, cestas de frutas exoticas recien extraidas del arbol y un largo etcetera de cosas romanticas. En cuanto al humor de los huespedes -- intentando no generalizar, claro esta--, podiamos encontrar de todo: clientes insatisfechos, tiquismiquis, orgullosos, asi como clientes alegres, divertidos e interesantes. Cada persona era un mundo y el Magnolia's intentaba, en todo momento, adaptarse a cada necesidad, siempre y cuando entrara dentro de nuestras posibilidades, las cuales eran infinitas. Esa manana me levante energica, sonriente y con ganas de empezar un nuevo dia. La luz se filtraba por las ventanas de mi habitacion, bien pronto como cada manana, atravesando las cortinas y dandole la calidez que tanto esperaba a esas horas. Despues de una ducha rapida, donde solo me enjabone el cuerpo, me acerque al armario y me vesti con el uniforme del hotel: falda larga con estampado de flores, camiseta blanca de tirantes finos y unas sencillas sandalias rojas que combinaban a la perfeccion. En cuanto al peinado, me decante por una trenza ladeada, comoda y practica para afrontar el dia, acompanandolo de un coletero rosa. Aunque no acostumbraba a maquillarme, la energia de aquella manana me empujo a hacerlo, por lo que me aplique rimel en las pestanas y brillo de labios, quedando satisfecha con el resultado. La manana seguia su curso. Todo iba segun lo previsto. Los nuevos clientes llegaban sobre las once de la manana y tenia el tiempo justo para pasar por recepcion, echarle un vistazo a los nombres de dichos huespedes y revisar tareas pendientes. El trato personalizado era uno de los puntos fuertes del hotel, por lo que era necesario que me lo tomara como merecia, con mucha seriedad. Y lo hacia. Ese trabajo lo era todo para mi, siempre lo habia sido. Ademas, disfrutaba de el, aunque mi mente se empenara en boicotearme y recordarme que habia vida mas alla de aquel trozo de tierra rodeado de un inmenso mar. Tenia suenos, como la mayoria. Aspiraciones que por el momento veia imposibles de cumplir, puesto que las circunstancias no eran las mas adecuadas. Mi dia a dia no admitia demasiados cambios y debia aceptarlo. Siguiendo con mi rutina, me acerque al restaurante donde serviamos los desayunos. Mi padre insistia en que hiciera uso del servicio, que ocupara una mesa como los huespedes, pero yo preferia entrar en la cocina y ver el ajetreo que reinaba alli. Yo misma me preparaba una infusion de frutos del bosque --que por cierto, me encantaba-- y cogia alguna pieza de fruta. Eso la mayoria de los dias, porque si olia a bolleria, estaba perdida. Y si encima llevaba chocolate, mi autocontrol se volvia nulo. La melodia de mi telefono movil sono, devolviendome a la realidad. --Dime papa. --?Lo tienes todo listo? --Cada manana la misma llamada acompanada de una misma respuesta. --Claro papa, como siempre. --?Has mirado ya la lista de los clientes? --pregunto despertando mi atencion. --Estoy en ello. ?Hay algo que deba saber? --Si, hay una cosita. ?Te has fijado en la pareja que se apellida Cox? --Eche un vistazo a la lista y los encontre. --Si, Matthew y Barbara Cox. ?Que pasa con ellos? --De verdad hija mia, hay que explicartelo todo. Ni que vivieras en una isla. --Me hizo reir. Se le notaba tenso, pero se permitio el lujo de relajarse, aunque fuera solo un segundo--. Matthew es el hijo de Matthew Cox, uno de los hombres mas ricos de Canada. He leido en el periodico que Matthew padre esta decidido a traspasar la direccion de la empresa a su hijo cuando este vuelva de su luna de miel. --Papa, ?has estado leyendo la prensa rosa? --pregunte, sabiendo que la pregunta era negativa. --!Que graciosa eres! En ocasiones, me sorprendes --contesto en tono sarcastico--. Centrate, por favor. --Esta bien, dime que mas tengo que saber sobre los multimillonarios Cox. --Nada mas. Solamente que hay que tratarlos como si fueran reyes, ofrecerles todo lo que podamos y, evidentemente, asignarles la mejor habitacion. --Entendido. Ahora mismo hablare con los recepcionistas para que les asignen la habitacion Paradise y yo misma me encargare de que todo lo que les ofrezcamos sea de su agrado. Pero tranquilizate papa, siguen siendo personas. --Si, son personas. Pero una buena opinion de este tipo de personas, puede reportarnos muchos beneficios. En cambio, si una pequena cosa sale mal, esta isla se hunde. --A veces se ponia muy dramatico--. Yo mismo ire a presentarme a la hora de la cena, espero que tu hagas lo mismo cuando los recibas. Recuerda, trato personalizado. Le colgue. ?Clientes preferenciales? Teniamos la suerte de contar con muchos de ellos, no hacia falta ponernos mas nerviosos de lo necesario. Entendia perfectamente que mi padre quisiera tener un trato particular con ese tipo de clientela, pero dentro de unos limites. Pense en el. Continuamente vivia ese tipo de situaciones con mucho estres y bajo mi punto de vista, debia relajarse. Opte por hacerle una visita mas tarde, para tranquilizarlo y de paso recordarle que podia confiar en mi, aunque fuera innecesario. Nunca le habia fallado. El era el director general y dueno del Magnolia's Paradise, pero a efectos practicos, yo era la que me encargaba de que todo funcionara correctamente y, hasta el momento, siempre habia sido asi. Eche un vistazo a mi reloj de pulsera y emprendi mi camino hacia la entrada del hotel. El autocar debia estar a punto de aparecer con los nuevos clientes a bordo, preparados para sus idilicas vacaciones. Por un momento, imagine el olor que debia reinar el interior del vehiculo, asi como a... amor. Sonrisas de complicidad, alianzas brillantes recien estrenadas. Movi mi cabeza rapidamente borrando asi la imagen que yo misma habia creado y que no disfrutaba en absoluto. Iba distraida, centrada en mis pensamientos, cuando de repente algo llamo mi atencion. Mire hacia delante, focalizando --dado que mi mirada seguia perdida despues de aquella vision -- y mis ojos se abrieron como platos. Si bien era cierto que en ocasiones me mostraba intransigente, la situacion me parecio una buena manera de recordarlo. Sin dudar, me dispuse a actuar, haciendo uso de la parte mas oscura de mi caracter. --Perdone que le moleste, ?usted no se ha dado cuenta de que aqui no se puede fumar? Hay sitios habilitados para ello --espete de malas maneras al hombre que tenia frente a mi. Mis brazos en jarra acompanaban mis palabras, ilustrando asi mis pensamientos. --?Perdona? --contesto con tono condescendiente, cosa que me disgusto. Miro a ambos lados sin fijarse realmente, poniendo a prueba mi paciencia para finalmente responder: --Yo no veo ningun cartel que lo indique. --Mire, si se fija bien, puede ver dos desde esta distancia. --Respire profundamente y continue con mi sermon al ver que no hacia el minimo esfuerzo por complacer mi demanda--. ?Le importaria apagar el cigarro? --Lo intente decir con toda la amabilidad del mundo junto a la sonrisa falsa que utilizaba para estas ocasiones, pero consiguio desesperarme. --?Le importaria a usted dejarme en paz? --Boquiabierta. Asi es como me quede. No esperaba esa reaccion y mi ego cayo en picado. No conocia a aquel impresentable, de lo contrario, estaba segura de que me hubiera acordado. Metro ochenta y cinco, moreno, con un atractivo muy visible, que a juzgar por sus pintas, podia asegurar que no era un huesped del hotel. Supuse --ilusa de mi-- que era el conductor del autocar. Camisa parcialmente desabrochada, pantalon beige, chanclas ridiculas y, por supuesto, la arrogancia que le caracterizaba, acabaron de confirmar mi hipotesis. Convencida, le garantice: --Informare sobre su actitud a direccion, asi que vaya haciendose a la idea de perder su querido trabajo. --Me fui con la cabeza bien alta, pasando por delante de el sin ni siquiera volver la cabeza. Quiza me habia pasado. Podria haber sido un poco mas comprensiva, mas tolerante, pero el incumplimiento de algunas normas no podia dejarlas pasar. No queria, en realidad. Y esa actitud... ?Quien se habia creido que era para hablarme de ese modo? Mi ego era demasiado grande para tolerarlo. Fue curioso ver su cara de asombro tras mi comentario, pero no replico. Me escruto fijamente a traves de sus ojos grises, tratando de decirme algo, para finalmente no pronunciar ni una sola palabra. Lo preferi, en vista de que mis respuestas ingeniosas tenian un limite y el susodicho parecia haberme arrebatado las ultimas.

  • Aquello que no se ve de Ana Fernandez Arruty

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    Todos los vecinos sentian panico en su presencia. Aquella joven huidiza y excentrica, como salida de un cuento gotico, parecia haber nacido en la epoca equivocada, en otro tiempo. Muchos eran los rumores que se contaban en el pueblo sobre esa mujer de mirada feroz, similar a la de un animal indomito, y es que, en cada lugar, existe alguien extrano, fascinante, insolito... Alguien que sea el centro de las habladurias y que protagonice las historias de fantasmas que hacen temblar a los ninos...
    Una historia con secretos del pasado, emociones desbocadas, paisajes sombrios, neblinosos, nocturnos... con amor y venganza, con odio y locura, en la que los personajes unen sus vidas mas alla de la muerte.

  • No dejare de amarte de Jenny Uriguen

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    ?Que ocurriria si un extranjero exageradamente atractivo, dominante y seductor se interpone, sin consideracion alguna, entre una envidiable relacion de pareja de varios anos? Eso fue precisamente lo que hizo Imran Gadhavi, joven apuesto y elegante, hijo de un acaudalado empresario de la India tan pronto y llega a la ciudad de Burlington, Vermont y conoce a Adell Jerome, hermosa joven de veintiun anos quien, en el momento en que se encontro con su cautivante mirada vio peligro, un delicioso peligro, uno que la cegaria y que la torturaria; pues con ello lastimaria a quien ella mas ama.

  • Las madres secretas de Monica Crespo

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    Una pareja inicia un proceso de maternidad subrogada; una madre se enfrenta a la naturaleza predadora de su hija; una escritora huye para escribir; una mujer ave y la prohibicion de volar; una pareja en la que el se queda embarazado... Las madres secretas explora las aristas y los espacios marginales de la maternidad, las fragiles relaciones de pareja, las relaciones entre madres e hijos, las contradicciones ante el deseo de ser madre o no, la construccion cultural de este fenomeno biologico, la tension entre la creacion artistica y la maternidad. Los personajes de estos relatos muestran este complejo equilibrio a traves de sus conflictos. La autora, con una intensa voz narrativa, rompe los topicos y las imagenes idealizadas de la maternidad. Historias realistas y fantasticas que ofrecen una reinterpretacion de la familia y la maternidad, que puede ser tan natural como perversa.

  • Senderos de libertad de Javier Moro

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    Durante tres anos, Javier Moro recorrio miles de kilometros a traves de la Amazonia en avioneta, canoa, autocar e incluso a pie para recrear la epopeya del mayor plan de colonizacion jamas emprendido por el hombre. A traves de la historia de Chico Mendes, un humilde cauchero convertido en baluarte internacional de la defensa del medio ambiente, y de la de uno de los pistoleros contratado para eliminarlo, se desarrolla el drama de unos misioneros desgarrados entre su lealtad a la Iglesia y su compromiso con los pobres, de policias obligados a trabajar para asesinos, de un grupo de indigenas enfrentados a miles de mineros instalados en sus tierras, de los caucheros expulsados a sangre y fuego de sus hogares. Todos ellos, armados unicamente de su valor y de la fuerza de sus convicciones, organizan su resistencia contra los buldozers y los ejercitos de los terratenientes.

  • Quiza lo quiso el destino de Jorge Zaton Perez

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    Tras un ultimo ano en el que pierde a sus padres, su novia lo abandona y ve la relacion con su hermano seriamente danada, Berto se reencuentra con Lisa, un antiguo amor de la infancia. Con miedo y muchas dudas, no tarda en renacer en ellos su amor olvidado, aunque su relacion no es precisamente un camino de rosas. En Quiza lo quiso el destino vemos lo mas bello y lo mas amargo del amor, en una mezcla de sentimientos que cautivaran al lector.

  • El Gatopardo de Giuseppe Tomasi Di Lampedusa

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    Sicilia, 1860. El tiempo parece discurrir con parsimonia en estas tierras, marcadas por los ritmos de una campina de arida belleza y un orden social inamovible, cuya cuspide ocupa la aristocracia terrateniente. Pero la historia esta a punto de dar una sacudida con el desembarco de Garibaldi. Don Fabrizio, principe de Salina, hombre imponente, orgulloso, sensual y lucido, patriarca de una de las familias mas poderosas de la isla, contempla imperterrito estos tiempos convulsos que acaso supongan el hundimiento de su mundo o tal vez traigan cambios que en realidad permitiran que todo siga igual. Mientras tanto, su impetuoso sobrino Tancredi abraza la causa garibaldina y se enamora de la bella Angelica, hija de un advenedizo social… Recibida en su dia con polemica, la unica novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa es hoy ya un clasico indiscutible, que recuperamos en una nueva edicion que incluye posfacio de Carlo Feltrinelli.

  • Rayo de corazon de E. L. Todd

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    Ryker me conto por fin todo lo sucedido hace meses. Explico la razon de su distanciamiento y su frialdad.

  • Angel suicida de Charlotte Backman

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    Y una mierda. Si creian que no formaria parte de la investigacion, significaba que me conocian muy poco. El shock inicial se convirtio en tristeza y ahora, un dia despues de haber encontrado el cadaver de mi hermanastra tirado en el campo de futbol de debajo del Puente de Manhattan, solo siento ira. Esta ira sera la que me ayude a resolver que sucedio la pasada noche alrededor de las nueve y media, que fue, segun ha revelado la autopsia, la hora en la que Alice, con tan solo veinticuatro anos, perdio la vida. Segun mis superiores esta ira puede nublar mi mente y conseguir que no me centre; yo he logrado convencerles que no sera asi. Que nadie mejor que yo para atrapar al mal nacido que ha lanzado a mi hermanastra de un puente acabando con su vida. --Hacia cinco anos que no la veia --confese--. Somos hermanas por parte de padre, nos llevamos trece anos y nuestra relacion siempre ha sido nula. Para mi, aunque tengamos la misma sangre, es practicamente una desconocida. Dios sabe que me estaba muriendo por dentro; que solo podia recordar a Alice cuando era un bebe indefenso y yo una nina de trece anos a la que se le caia la baba y la besuqueaba todo el tiempo. A pesar de todo, logre sacar fuerzas. A pesar del sueno, a pesar del cansancio, a pesar de no poder entender nada ni el porque de todo esto. Mi serenidad logro convencerles. Todos estan de mi parte; no quiero su compasion, trato de no derramar lagrimas en publico y de disimular mi tristeza mostrandome mas seria y concentrada de lo normal. Aun no he pasado por casa, Jerry me ha aconsejado que deberia descansar y que Matt ha preguntado unas ciento tres veces por mi. Lo mas duro de todo esto ha sido llamar a mi padre. Se ha quedado mudo, se que durante unos segundos ni siquiera ha podido respirar. Una parte de mi tiene ganas de abrazarlo. La otra, prefiere esconderse. Me aterra tenerlo delante y tener que mirarle a los ojos en el momento en el que tenga que ver a su nina pequena sobre una camilla de metal. Blanca, pura y preciosa; con su melena rubia bien peinadita y sin su risa caracteristica o su mirada traviesa. Alice era una buena chica. No merecia este final. Nadie merece un final asi y quien haya creido que si, lo va a pagar muy caro. El examen toxicologico no ha dado muestras de alcohol u otro tipo de sustancia en su sangre. ?Accidente? Descartado. ?Suicidio? Me niego. ?De quien era si no el trozo de tela? Alguien la tiro del puente. La sangre del vagabundo era la de mi hermana y el trozo de tela perteneciente a una camisa a cuadros roja y negra, una prueba concluyente en la investigacion. Mi hermana debio arrancarsela al asesino antes de caer. Hoffman, el vagabundo, recibio una buena reprimenda por haber entrado en el campo de futbol donde cayo mi hermana, haberse llevado una prueba y haber tocado la sangre. Por lo demas, no se han encontrado mas huellas que las de Hoffman; mechones de cabello o restos de piel debajo de las unas de la victima, por ejemplo. Alice no se defendio. O no le dio tiempo a defenderse. Mi padre llega al anatomico forense donde esta el cuerpo de Alice a las tres de la tarde. Abatido y ausente, nada mas llegar me da un frio abrazo. No lo siento aqui. No conmigo. Esta en otro lugar que no logro alcanzar. --?Que le han hecho a mi nina, Gaby? ?Que le han hecho? Estoy segura que en estos momentos se alegra de que la madre de Alice falleciera hace tres anos a causa de un cancer. Las madres nunca superan las perdidas de sus hijos y menos en circunstancias tan extranas e inexplicables. Los padres tampoco, pero sobreviven en la mayoria de casos. Mi padre sobrevivira. Se niega a ver el cuerpo de Alice. Es algo extrano, pero cada uno reacciona a su manera. --No quiero verlo. No puedo, Gaby. No puedo. Se echa las manos a la cara; se derrumba delante de mis narices y pienso que de un momento a otro se va a desmayar. No lo hace, es duro como el acero. Yo, sin embargo, estoy alimentandome a base de cafes americanos y creo que la tension, que esta por las nubes, me va a pasar factura. --Papa, se que es muy duro. Pero tienes que recordar algo. ?Alice tenia algun enemigo? ?Sospechas de alguna persona? --Hacia tres meses que no la veia, Gaby --reconoce, con las mejillas inundadas en lagrimas--. No queria saber nada de mi. Su respuesta me paraliza; no se hacia donde llevar la conversacion. ?Tres meses sin verla? ?Tres meses en los que Alice no queria saber nada de papa? ?Por que? ?Que habia pasado? ?Que me habia perdido? CAPITULO 3 15 de septiembre, 2014 Alice Papa me llama cientos de veces a lo largo del dia. Pero no puedo dejar que me vea asi. No puedo. Es la tercera vez que me pega. Me he quedado en un rincon del apartamento aguantando sus punetazos, sus tirones de cabello y las dolorosas patadas en las costillas. Apenas me puedo mover. ?En que me he convertido? <> Lloro. Lloro hasta que me quedo sin lagrimas y entonces, cuando menos lo espero, me quedo dormida. Estoy dentro de un profundo sueno del que no quiero despertar, porque, al abrir los ojos, la realidad me golpea aun mas fuerte que el. Es un Monstruo. No tiene piedad. Bebe sin control y se que los porros y la coca lo estan dejando sin neuronas. Deberia ir a la comisaria mas cercana y denunciarlo. O llamar a Gaby. Gaby siempre saber solucionarlo todo. No es precisamente la hermanastra de los suenos de cualquier joven de veinticuatro anos, pero cuando la llamo esta. No quiero molestarla, tiene un hijo pequeno, su propia familia y un trabajo que la absorbe practicamente las veinticuatro horas del dia; pero hoy, mas que nunca, necesito hablar con ella. Contarle la verdad. Decirle que soy lo peor a la hora de tomar buenas decisiones. Que no soy como ella y que me arrepiento de no haber escuchado a mis amigas, cuando aun estaba a tiempo de dejarlo. Me levanto. Apoyo la mano en la pared y por poco me llevo la cortina por delante. Camino a rastras, me doy cuenta que me sale sangre de la cabeza al ver como gotea por el suelo de parque. <>, pienso. Voy hasta mi dormitorio. Me agacho con mucho esfuerzo y cojo una cajita de laton; en su interior hay un diario que tengo abandonado desde hace tiempo. Tengo

  • Atardeceres desde la ventana de Francisco Javier Rodenas

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    Un pueblo entero es sospechoso del asesinato de Carlos Palacios. Motivos no le faltan a nadie: Palacios abusaba de sus vecinos con su poder y arrogancia. Maltrataba a su esposa Carmen y era el responsable del distanciamiento entre ella y su mejor amiga Clara. Ademas, Palacios violo y asesino a Cristina Marquez, y su familia no lo ha olvidado. El encargado de dirigir esta compleja investigacion sera el inspector Valero, un policia perseguido por un pasado oscuro.

  • Jaulas de seda [LGBTI] de Iria G. Parente

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    Ivy de Dione ha sabido siempre que su destino era casarse para poder reinar y ahora, por fin, va a conocer a su prometido. Sin embargo, cuando el principe Fausto de Granth llega a las costas de su nuevo reino, no encuentra el lugar tranquilo que esperaba. Dione es en realidad una jaula, y sus barrotes se componen de secretos e intrigas por doquier.

  • La Herencia del Bebe de Mckenna James

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    ?RECHAZADA? --Si, senora. Lo intente dos veces. ?Tiene otra...? La voz del asistente se apaga mientras lo fulmino con la mirada. Ignoro el bufido apenas audible que se escapa de los labios de mi amiga Penelope. Ella esta parada directamente detras de mi, sin duda porque no quiere perderse el momento de presenciar el rechazo de mi tarjeta. Debe pensar que todos sus regalos de navidad han llegado improvisadamente al spa de dia. De hecho, me sorprende que se este controlando a si misma tan bien siendo como es ella. --Claro, dame un segundo--, murmuro, hurgando en mi bolso. Le lanzo una tarjeta de diamantes y lo despacho, asegurandome de que sepa lo molesta que estoy con todo esto. El no me devuelve la mirada mientras murmura un agradecimiento, antes de salir de mi vista. Respirando hondo, sonrio como si no me importara, antes de volver a mirar a mis amigos. --Lo siento--, le digo con un suspiro perezoso. --Estoy segura de que es solo una confusion con el banco-- Me apacigua Holly, apartandose el pelo largo y oscuro de los ojos. Sonrio cuando ella se acerca y me da un apreton tranquilizador en la mano. Estoy segura de que tiene razon, porque se con certeza que hay mucho efectivo en la primera tarjeta, no se llama tarjeta infinita por nada. --Seguro--. Penelope tambien me sonrie, pero a diferencia de Holly, no hay nada comprensivo o genuino en su sonrisa. --Aunque no puedo decir que alguna vez me haya pasado algo como esto--, dice con un fuerte acento sureno, sus labios entreabiertos en una amplia sonrisa. --?Quizas los bancos estan un poco mas atentos a sus clientes mas notables? Abro la boca para devolver una respuesta, pero estoy distraida al ver al asistente caminando. Incluso antes de que hable, se que no es bueno. Busco otra tarjeta en mi bolso en preparacion a lo que va a decir, aunque solo sea para evitar la verguenza de tener que mirarlo cuando me diga que la segunda tarjeta tambien fue rechazada. --Lo siento --Aqui tiene--, ladro, cortandolo mientras empujo otra tarjeta en su mano. --Prueba esa Estoy haciendo todo lo posible para no mostrarlo, pero realmente estoy empezando a entrar en panico. Claro, un rechazo puede explicarse como una confusion en el banco, pero ?dos bancos diferentes tienen problemas al mismo tiempo? No es probable. Aun asi, me aferro a la esperanza de que sea algo tonto, porque pensar en la alternativa es demasiado horrible. --?Puedo pagar con la mia si eso ayuda?-- dice Holly, dando un paso adelante. --Sabes lo mucho que odio cuando tratas de cubrirme de todos modos. Miro hacia otro lado, porque la lastima en sus ojos es aun peor que la expresion de emocion en los de Pen. Asi debe ser como se siente cada vez que trato de pagar por ella, ya que es la unica en nuestro grupo que no es de una familia adinerada. Antes de hoy, nunca habia pensado mucho en como eso podria afectarla. --Esta bien. Pagare--. Pen lanza un suspiro exagerado, antes de dar un paso adelante para ir al rescate y entregarle su tarjeta al asistente. El gran problema es que al hacer esto me hace aun menos feliz que dejar que me cubra, pero no tengo otra opcion. --Espero que no la rechacen--, dice entre risas mientras me mira. --Simplemente moriria de verguenza. Deja de ser una desgraciada y solo paga la maldita factura. Trago mis palabras, porque me niego a darle la reaccion que se que quiere. En cambio, retrocedo con Holly y espero mientras Pen arregla la cuenta. Evito encontrar la mirada de Holly, fingiendo escribir un texto. Lo que realmente estoy haciendo es intentar iniciar sesion en mi banco, pero sigue dandome un error no autorizado. Salto cuando Holly apoya su mano en mi espalda. La miro y deslizo el telefono en mi bolsillo. --Estoy seguro de que todo esta bien, V. Asiento y fuerzo una sonrisa de vuelta. --De acuerdo, chicas, estamos todas listas--, declara Penelope con un gesto dramatico de su mano. Sus ojos oscuros se fijan en los mios. --No necesitaras pasar el resto del dia lavando toallas sucias y malolientes--, dice por encima del hombro con una risita. --Aunque hubiera sido divertido verlo. Pongo los ojos en blanco a su espalda. Si lo refriega con mas fuerza, se rompera una una. No importa que le haya pagado los ultimos cincuenta viajes aqui; ella ordenara esto tanto como pueda. Mientras lucho contra las lagrimas, salimos. Respiro profundamente, el aire frio me quema los pulmones. Lo ultimo que quiero es que me vean llorar. --Oh, carino, relajate. Solo juego contigo-- Pen se rie y me abraza. --No seas tan sensible. Ni siquiera tienes que devolverme el dinero. --?Cuarenta y nueve viajes mas y estamos a mano?-- Respondo con una sonrisa falsa. --No sabia que llevabas la cuenta--, murmura, lanzandole una mirada a Holly. --De todos modos, me encantaria pasar el rato y conversar, pero tengo una cita y debo prepararme. Abrazo a las dos y luego camino hacia mi auto, un Fiat Spider rojo de dos asientos que papa me compro cuando me gradue de SCAD. Ir a la universidad era algo en lo que mi abuela habia insistido, aunque no estoy segura de por que, no es como si fuera a necesitar darle uso. Abrochandome el cinturon me dirijo a casa. Intento llamar a papa por el camino, pero no responde. Frunzo el ceno e intento de nuevo, pero todavia no hay respuesta. Esto es raro. Papa siempre responde, incluso si es solo para ladrar en la linea que el esta ocupado con algo mas importante que yo. En realidad, asi es como van las conversaciones. Si no va a contestar el telefono, entonces tendre que ir alli. Treinta minutos despues, al entrar en el largo y extenso camino de entrada que conduce a la mansion de mi padre, se que algo no esta bien. Probablemente sean los diez coches de policia que me estan dando esa impresion. Tampoco son coches de policia ordinarios, estas son furgonetas negras brillantes, del tipo que asocias con persecuciones de alto perfil o grandes operaciones: palabras pronunciadas por alguien que obviamente ha visto demasiado Criminal Minds. Aparco junto a una de las furgonetas y salgo. Mi corazon se acelera mientras avanzo por el camino, tan rapido como mis tacones Christian Louboutin de 4000 dolares me llevan. Los hombres con trajes pululan a mi alrededor, con lo que normalmente estaria muy feliz, pero no hoy, no cuando se que algo esta muy mal. Abriendome paso por la puerta principal, miro a mi alrededor en estado de shock. Hay gente por todos lados. Entran y salen, llevando todo, desde computadoras, a pilas de archivos, hasta una cuadernos y carpetas que reconozco como mias desde mi ultimo ano de secundaria. --Hola--, le digo, entrando en el camino de uno de esos hombres. Se detiene en seco y me mira impaciente. --?Que estas haciendo? --, pregunto. --Seguir ordenes--, replica, frunciendo el ceno. --?Y usted es? --Valentina Rossi--, anuncio, enderezandome al anunciar mi nombre tal como me ensenaron los anos de encanto de la escuela. --Ah-- El mira por encima del hombro y llama a alguien. Una mujer levanta la vista y asiente al verme. Ella camina hacia nosotros y me lleva fuera de la habitacion, hacia la sala formal. --?Senorita Rossi, supongo? Asiento, con la garganta seca. --?Donde esta mi padre? --Ha sido detenido bajo sospecha de fraude. Estamos aqui recolectando cualquier cosa que pueda contener evidencia --, explica. La miro y me rio. No puede hablar en serio, ?verdad? --?Sabes quien es mi padre?-- Pregunto, levantando una ceja. La mujer me mira directamente a los ojos. --Sabemos exactamente quien es el, y es por eso que nos estamos tomando esto tan en serio-- --Entonces, ?te lo llevas todo?--, cuestiono, aun incredula. --?Y sus cuentas?, ?Han sido congeladas tambien? Me sonrojo al darme cuenta de lo superficial que debo sonar. Probablemente piense que soy otro bebe malcriado del fondo fiduciario, que vive del dinero de papa. Bien, entonces ella tendria razon, pero no es mi culpa. Soy un producto de mi educacion. --Sus cuentas no estan congeladas, senorita Rossi. Estan vacias. --?Que quieres decir con vacias?-- gruno --Mis cuentas nunca han estado vacias en mi vida. Tengo un fondo fiduciario… --Tenias un fondo fiduciario--, Corrigio ella. --Tu padre movio todo a un lugar desconocido, y estamos haciendo todo lo posible para tratar de encontrarlo. ?Vacio mi fondo fiduciario? Mi corazon late en mi pecho. El no me haria eso … ?o si? No, tiene que haber algun tipo de explicacion. Probablemente este tratando de protegerme moviendo mi dinero a un lugar seguro. Estoy convencida que hablar con el aclarara todo. --Quiero verlo--, Demando. --?Donde esta el? Ella sacude su cabeza. --Lo siento, no puedes. No hasta que hayamos terminado de recopilar nuestra evidencia-- Se mete la mano en el bolsillo y saca una tarjeta. La tomo y miro, sintiendome entumecida. --Llamame manana. Arreglare que lo veas tan pronto como sea posible. Mientras tanto, lo siento, pero no puedes quedarte aqui. Puedo ayudarte a encontrar un alojamiento alternativo... --Tengo un apartamento--, interrumpo, metiendo la tarjeta en mi bolsillo. --Solo estaba aqui porque …-- Me detuve, dandole una sonrisa tensa. Al menos ahora se por que rechazaron mis tarjetas. --Gracias por tu ayuda. Camino hacia mi auto y entro. Me siento alli por un rato, mirandolos entrar y salir de la casa como abejas obreras. ?Fraude? Sacudo la cabeza. No tiene ningun sentido. Mi padre es muchas cosas, pero no esto. ?O tal vez no conozco a mi padre tan bien como pensaba? Salgo del ascensor de Sorrel Towers hacia el atico que llame hogar durante el ultimo ano. Todo lo que quiero hacer es acurrucarme como una pequena bola en mi cama, pero justo cuando llego a la puerta principal, escucho a alguien toser detras de mi. Me giro y encuentro al administrador del edificio, que sonrie torpemente mientras se pone de pie. --Valentina--, murmura, una gota de sudor cae por su frente. --Lo siento, pero el gerente de contabilidad llamo y me pidio que hable con usted. Parece que su ultimo cheque de alquiler reboto … --?Oh?-- Digo y frunzo el ceno, como si no tuviera idea de por que pudo haber sucedido. -- Bueno. Ire al banco y lo resolvere lo antes posible. El alivio inunda su rostro. --Gracias-- Respira y luego duda, como si estuviera sopesando decir que mas tiene en mente. Levanto las cejas, expectante. --Es solo que… ?esta todo bien? Vi a tu padre en las noticias, y luego, cuando el cheque no paso… --Se interrumpe nuevamente, luciendo avergonzado. Lo miro friamente, inclinando ligeramente la cabeza. --En el ano que he estado viviendo aqui, ?alguna vez he dejado de pagar, Andreas?-- pregunto. Sacude la cabeza, sus mejillas sonrojadas. --Exactamente. Y no tengo la intencion de empezar ahora-- Agrego, y le doy una mirada severa. --Por supuesto. No quise ofenderte --, musita. --Es solo que… estaba preocupado… -- Se rie con inquietud mientras se frota la nuca. Casi siento pena al notar su estado; pareciera que va a desmayarse en cualquier momento. --Si te preocupa como puedo pagar este lugar, deberias calmarte--, le aseguro --Tengo un fondo fiduciario que podria comprar comodamente este edificio y sus inquilinos tambien-- Lo que es mucho teniendo en cuenta que Sorrel Towers alberga a algunas de las elites mas ricas de toda Savannah. Me detengo el tiempo suficiente para deslizar mi llave en la cerradura, luego miro hacia atras y arqueo la frente. --?Hay algo mas?-- Agrego, esperando haber dejado en claro que nuestra conversacion ha terminado. --No, lamento haberle molestado con esto. Que tenga buenas noches, senorita Rossi-- El asiente con la cabeza hacia mi, luego corre a la vuelta de la esquina en direccion a los ascensores. Entro y recuesto mi espalda contra la puerta hasta que se cierra de golpe, luego me deslizo hacia el suelo, abrazando mis piernas contra mi. Esta manana me desperte y fue como cualquier otro dia. ?Como cambio todo tanto en el espacio de unas pocas horas? Mas importante aun, ?como diablos voy a llegar con el dinero del alquiler? No hay forma de que pueda encontrar ese monto de efectivo. Mi estomago se revuelve ante la idea de mudarme, porque amo mi departamento. Ubicado en el corazon del distrito historico, es la definicion de la opulencia y el lujo. Desde la vista de un millon de dolares hasta la banera de hidromasaje en el balcon, es la casa que siempre sone. El precio no fue un factor y mi padre estaba mas que feliz de conseguirlo, como todo lo que le pedia. Supongo que anos de descuidar emocionalmente a tu hija te hacen sentir culpa. Respiro lentamente, tratando de detener el ataque de panico que se que se avecina. Todo estara bien. Solo necesito sobrevivir hasta que mi padre resuelva esto. Me rio de lo ingenua que soy. ?Como puede estar bien? El unico dinero que tengo esta en ese fondo fiduciario, que aparentemente ahora esta vacio. Cuando quitas eso de la ecuacion, mi valor total asciende a la friolera de diez dolares. Conseguir un trabajo no tiene sentido, porque ni siquiera cubriria mi renta, y mucho menos mis otros gastos. Demonios, incluso diez trabajos no estarian cerca de sacarme de este lio. ?Que diablos voy a hacer?

  • Reina de Elizabeth Duval

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    Primeras memorias en Espana de una mujer de la generacion Z que a los 19 anos ya es un referente de la poesia y del activismo.

  • Fuego en la montana de Penelope Dunn

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    Laura viene saliendo de una relacion toxica y tortuosa, y su amiga la ayuda a despejarse invitandola a pasar unos dias de vacaciones a la montana.

  • FRANKCO HONOR-CODIGO-LEALTAD (Paraiso 4) de Claudia A. Perez R

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    Sin duda hay muchas personas a las que tengo que agradecer. En este camino literario me he encontrado con grandes personas que me han brindado su amistad y apoyo incondicional, una de ellas sin duda mi querida Swedhen, desde hace 2 anos hemos compartido recomendaciones literarias, de series, compartido alegrias, tristezas, te pegue mi aficion por los vampiros y has sido parte fundamental en la publicacion de esta serie que al dia de hoy esta formada por 4 libros, muchas gracias por no rendirte, por ser una inspiracion, por seguir sonriendo a pesar de que "Nadie dijo que la vida fuera facil", por el carino y apoyo a traves de la distancia, nunca dejes de luchar mi Rocky, !!Llevamos 4 y vamos por mas!! Otra gran amiga y companera de aficion, con la que tengo el placer de conversar practicamente a diario y se ha ofrecido a echarle un 3er. Ojo a las palabras resultantes de las voces en mi cabeza ha sido Wen, tiene las mejores puntadas y la cualidad de resenar los libros que te dejan con ganas de leerlos, sin duda un gran ser humano lleno de fortaleza y espiritu, ademas esta igual o peor de pirada que yo, creo que por eso nos caemos bien. Una chica que no ha dejado de pedirme que siga escribiendo desde la primera vez que leyo las primeras 11 paginas que escribi y desde entonces me ha brindado su amistad y carino es Aury, espero pronto tengamos la oportunidad de conocernos personalmente y si es en el Paraiso, aun mejor. A mis 3 hermosas administradoras del grupo de "El Sr. del Paraiso" que diariamente mantienen activo el grupo, lo llenan con sus bellos edits, y me ayudan a compartir las publicaciones mil gracias por todo el apoyo chicas Areli Avah, Rous Torres, Maria Vidal Parada y aqui tambien entras tu Lucy que has compartido con nosotras tus lindas obras. Se vuelve una tarea complicada que mis libros lleguen a otros paises, pero Yubi que me ha brindado su amistad ha sido un puente para que mis lectoras chilenas, tengan la oportunidad de tenerlos fisicamente, al igual que Gaby en Argentina con ese animo y ese acento "che", no cualquiera se ofrece para llevar a cabo esta tarea y yo se los agradezco infinitamente. Y por supuesto a mi querida Liz que junto a su comunidad de LQDH le dio la oportunidad a mi primer libro a pesar de tener cientos de pendientes de reconocidos escritores y editoriales en su lista, desde entonces no hemos parado de echar chisme y compartir un sin numero de aventuritas. Todas ustedes mujeres, fuertes, trabajadoras, sonadoras, de diferentes nacionalidades, pero con una gran aficion en comun, el amor por la lectura, de la sensacion de transportarte a otro mundo y sentir en carne viva los sentimientos a traves de las palabras, es un placer de conocerlas. !Las quiero! Cuando los personajes hablan por si mismos, es imposible callarlos, cuando lo que expresan te llena el alma, lo demas simplemente fluye, a mi No sueno, no le han importado los obstaculos, ni el tiempo, ni la logica, sigue aferrado a crecer tras cientos de horas de trabajo, placer y una infinita ilusion. "Play List" Californication Red Hot Chili Peppers From this momento Shania Twain 1 CAPITAN FRANKCO HARPER Informacion clasificada. Objetivo: "Rescate de Lady Margot Chapman" Ubicacion: E 108deg1’0.01″ N11deg10’0.01″ Mision 22STV102009: Rescatar a Lady Margot Chapman, secuestrada durante sus vacaciones, ha estado retenida los ultimos 2 meses por mercenarios, evitar enfrentamiento con los hostiles, sin relaciones diplomaticas con el anfitrion. Teniente Coronel Herbert Conclusion: Convertirnos en hombres invisibles, rescatar a la nina de papi y que nadie se entere, piece of cake (Facil). Di aviso inmediatamente a mi unidad elite conformada por 6 integrantes unicos en su tipo, unos malnacidos con un sentido del compromiso digno de un ingles, personalmente reclute a cada uno de ellos, con sobresalientes habilidades en las diferentes pruebas y entrenamientos dentro de la SAS (Special Air Service, Servicio Aereo Especial) ademas de una camaraderia excepcional y un instinto letal casi equiparable con el mio. Algunos eran mas testarudos que otros, pero me habia ganado el respeto y confianza del equipo entero a base de decisiones, trabajo, esfuerzo, sudor y sangre. Siempre me habia gustado decir que eran los peores hijos de puta, pero iria con ellos a la peor guerra toda la semana y dos veces en domingo. Era mi unidad, eran mis hombres y cada uno me confiaba su espalda al igual que yo lo hacia con ellos. Una vez listos, salimos a cumplir con nuestra mision, y aqui estabamos en medio de la selva, con insectos revoloteando a nuestro alrededor, una temperatura de 38deg centigrados y una humedad del 92%, brutal, con el equipo tactico encima con un peso de alrededor de 35 kg. Introduciendonos a una zona gobernada por mercenarios, que aunque no contaban con entrenamiento militar, no se iban a detener a dialogar al ver amenaza en su territorio. Todo para rescatar a una Lady de la nobleza que se metio en este lugar por voluntad propia de vacaciones, seguramente aburrida despues de recorrer las grandes ciudades del mundo, utilizando tiempo, recursos y personal entrenado para misiones estrategicas contra terrorismo, para rescatarla. Pero ?Quien es? o ?Por que esta aqui? No es asunto mio, mi unico objetivo: Extraer al rehen evitando enfrentamiento hostil, nada que no hubiera hecho antes. Alfa 2: ?A quien estamos rescatando? Frankco: Es clasificado soldado. Hace algun tiempo estuve en sus puestos y tambien odiaba exponer mi vida sin saber ?Por que? o ?Por quien?, pero seguir ordenes sin hacer preguntas es fundamental en la vida militar que habiamos elegido. Una vez que llegamos, identificamos la zona y permanecimos ocultos, tras el fango y la espesa vegetacion, observando la cantidad de hombres que resguardaban el lugar por varias horas, aguardando el momento indicado para proceder, no eran demasiados hombres, si todo salia segun lo planeado podriamos salir de aqui sin haber desperdiciado una sola bala. Localizamos a los rehenes, encerrados en pequenos cuartos improvisados de madera. Identificar a la victima no fue tan complicado a pesar de toda la suciedad que ocultaba su belleza, era la unica mujer que habia logrado ver, eso explicaba el porque a pesar de pertenecer a una familia adinerada, no pidieron ningun rescate, por lo tanto, seguramente su estadia en este lugar los ultimos 2 meses debio ser peor que el maldito infierno.

  • Black out de Maria Moreno

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    Novela, memorias, retrato de epoca, microensayo, cronica social, diario intimo, registro cientifico, desnudo, critica, mapa: de la magistral mixtura de generos a las fronteras entre Plaza Miserere y Barrio Norte, o a los parecidos entre Emilio, el mozo que le alcanza la cartera cuando tropieza hacia la vereda, y Georges, el barman del Ritz que ante Hemingway ignora a Scott Fitzgerald.

  • La cita de al lado (Cita para Rehacer 3) de Susan Hatler

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    Lo unico peor que deshacer las maletas es deshacer las maletas dos veces, y estoy deshaciendolas por tercera vez desde que me mude al centro de Sacramento. Si, !yo! No. En mi agenda, deshacer las maletas esta a la altura de fregar la olla despues de hacer macarrones con queso, quitar chicle de la suela de mis zapatillas favoritas o intentar encontrar una habitacion de alquiler en una casa compartida con alguien que no conozco. Asi que me converti en la reina del courchsurfing... hasta aquel dia. Previo a saltar de sofa en sofa por los apartamentos de mis amigos del centro, habia estado viviendo con dos de mis cuatro hermanos a las afueras de la ciudad y me habia cansado de ir al trabajo. ?Trafico en hora punta dos veces al dia? Paso. Tras vagabundear en el sofa de mi amiga Krista y luego en el sofa de mi amiga Abigail, me encontraba oficialmente de alquiler en una habitacion de la casa de mi mejor amiga de la infancia, Lucy Remington. Lucy y yo siempre habiamos hablado de compartir residencia en la universidad, pero luego ella se marcho a Princeton mientras yo entre en la universidad local, en U.C. Davis. Tras todos aquellos anos, Lucy y yo viviamos juntas por fin. Me encontraria saltando de alegria si no hubiera estado, ya sabeis, deshaciendo las maletas. Inspeccione mi nueva habitacion en su elegante casa adosada: techo alto, ventanas con adornos blancos con cortinas romanas y mi colchon doble, somier y foto que habia usado desde la universidad. Mi mirada se poso en Lucy mientras ella alzaba uno de mis vestidos de verano hasta su pecho y luego examinaba su reflejo en el espejo de cuerpo entero de la habitacion. Ella acababa de sacar ese vestido de una de las muchas cajas de carton que yo habia subido por las escaleras de la nueva casa adosada de Lucy, que su madre le habia comprado (pago en efectivo, fijate) solo para que Lucy viviera cerca de sus padres. Debia ser genial aquello. Lo ultimo que me compro mi madre fue una caja de dulces en el cine cuando vimos la ultima pelicula de Jennifer Lawrence. Pero, en defensa de mi madre, mis padres no estaban tan bien situados como los Remington. Lucy tenia una tarjeta de credito de sus padres sin limite de saldo y compraba en boutiques de disenadores, mientras que yo normalmente compraba mi ropa en estantes de rebajas y tiendas de segunda mano. A pesar de nuestras polaridades financieras, nacio una fuerte union entre nosotras cuando eramos ninas. Mis hombros se tensaron cuando colgue una chaqueta de mezclilla en una percha y despues la coloque en la percha dentro del armario. Desembalar, desembalar sin fin... Luego agarre un par de vaqueros, los doble y meti en un cajon de la comoda y me di la vuelta en busca del vestido de verano que mi amiga habia estado sosteniendo y que, en aquel momento, se encontraba arrojado en la caja que acababa de vaciar. --!Lucy! --Recogi el vestido mientras ella se volvia hacia mi, con su mano tocando la chaqueta que yo acababa de colgar. Ella retiro la mano y puso una mirada inocente. Sus ojos se agrandaron. --?Que pasa, Hannah? --Te estas perdiendo toda la parte de deshacer las maletas --dije, inclinando la cabeza hacia la izquierda, haciendo rebotar mis rizos oscuros sobre mi hombro--. Te ofreciste a ayudar, no a trabajar en mi contra. --Estoy tan emocionada de que finalmente vivamos juntas --Lucy sonrio y luego tomo el vestido y lo puso en una percha mientras yo regresaba a por otra caja aparentemente sin fondo--. Compartir ropa es practicamente un requisito de companeras de casa. Solo estoy revisando mis opciones. --Oh, ?es eso lo que estas haciendo? --Me rei mientras ella indagaba mas profundamente en mi armario casi a reventar. El armario de Lucy estaba lleno de Prada y Gucci, mientras que el mio tenia hallazgos de tiendas de segunda mano y compras gangas. Combinados, nuestros conjuntos de ropa serian definitivamente unicos. --Pero ninguna de estas faldas negras lisas o abotonadas va a funcionar en mi cita de esta noche --gruno Lucy, arrojando un par de opciones rechazadas por encima de su hombro, de vuelta a una caja de carton--. Este es el ultimo intento de encontrar un novio con el que puedo contar antes de renunciar a ello para siempre, asi que mi look tiene que reflejar ese objetivo o voy apanada. --Sin meter presion, eh --dije, levantando una ceja. --?Vale? Bueno, si Derek me estuviera preparando la cena en casa, uno de estos conjuntos podria haber funcionado, pero me llevara a The Boat House a cenar. ?Sabes ese restaurante en el rio en Old Sac? Asenti con la cabeza, sintiendo un poco de envidia. --Debe ser genial tener una cita. --Saliste con Patrick por alli durante un tiempo --dijo, mirandome de una forma que explicaba que no le gustaba Patrick y que no es que lo echara de menos exactamente. --Patrick era agradable --dije, encogiendome de hombros--. Solo que un poco tambien... extravagante para mi. --Yo tambien soy algo extravagante --Ella asintio, agarrando un punado de la nueva ropa de oficina que habia comprado tras mi reciente promocion laboral --. Asi que tampoco encuentro vestuario para mis citas. --Es mi nueva ropa de trabajo, ?vale? --dije, ordenando el desorden de Lucy. De hecho, habia estado arreglando el desorden de Lucy desde el primer dia de la escuela primaria cuando accidentalmente se le cayo la bandeja de la cafeteria en el comedor y lloro. Limpie su desastre, comparti mis rodajas de manzana con ella, y nos convertimos en las mejores amigas desde entonces. Me quede mirando mi nuevo look de oficina y suspire. --He soportado mucha presion en el trabajo desde que mi jefa renuncio y emprendio su propio negocio de maletas. --Jennifer, ?verdad? Pense que te habia ascendido antes de irse. --Lo hizo, pero ahora tengo que estar a la altura del aumento de sueldo impresionando a un cliente que mi nuevo jefe quiere que consiga. --Tu nuevo jefe todavia te esta probando, ?eh? --Por no decir otra cosa --dije, estudiando la falda de tubo a rayas que sostenia, que era una desviacion de mi estilo normalmente mas informal--. Si no logro que este cliente firme, creo que mi jefe me va a despedir. Yo no era su eleccion para el trabajo y Jennifer tuvo dificultades para convencerlo de que me diera una oportunidad. Solo tengo esta oportunidad, asi que no puedo desaprovecharla. Llevaba dos anos trabajando en la prestigiosa empresa de marketing Haskell & Haskell y recientemente me habian ascendido a jefa del recien creado departamento de redes sociales. A pesar de mi experiencia en la empresa, a Peter Haskell, el director ejecutivo, no le encanto que fuera licenciada en sociologia. Todo giraba en torno a quedar bien en el papel y aparentemente mi curriculum no se ajustaba a mi sueldo. Yo no era su primera (o segunda) opcion para el puesto, por lo que se dedicaba a examinar todos mis movimientos en la oficina. Afortunadamente, Jennifer habia convencido al Sr. Haskell de que me dejara dirigir el departamento de redes sociales, algo imprescindible en el mundo del marketing actual. Pero tenia que demostrar mi valia y hacerlo rapidamente. ?Mi prueba? Contratar a Ray Livingston para Haskell & Haskell, el millonario disenador de moda que se hizo a si mismo. ?El problema? Todas las demas empresas de la ciudad querian su cuenta. ?Nivel de estres? Alto. ?Como podria yo, Hannah Griffin, con una falda de ganga y tacones de tienda de segunda mano impresionar al multimillonario Ray Livingston? Si, eso es lo que todavia estaba tratando de averiguar. Pero pense que comenzar con un atuendo de trabajo sobrio (lease: aburrido) no haria dano. Lucy puso una mano en mi hombro, haciendome saltar. --No te preocupes, Han. Vas a conseguir a ese cliente y luego tu jefe se dara cuenta de que Jennifer tenia razon al promocionarte. --Gracias por tu fe, pero no lo se... --Mi estomago se revolvio. La cabeza me dio vueltas. Cada segundo que dedicaba a deshacer maletas era un segundo en el que podria estar elaborando una estrategia sobre como conseguir ese nuevo cliente. Pero no parecia estar progresando en el frente de desembalado gracias a que mi mejor amiga seguia centrada en su cita. Mire alrededor todo el desorden en mi habitacion y entre en panico. --Me van a despedir. --No, lo tienes hecho --Ella me dio un pequeno apreton en el hombro--. Se que lo haras. --No estoy tan segura --dije, deseando por primera vez haberme graduado en marketing para que el senor Haskell estuviera mas contento conmigo. En realidad, habia elegido estudiar sociologia porque parecia que me iba bien en esas clases y las disfrutaba. Me gradue, consegui un trabajo y tres anos despues todavia no habia encontrado mi pasion hasta que consegui el trabajo como asistente de Jennifer y poco a poco me di cuenta de lo que queria hacer a tiempo completo: marketing en redes sociales. Era mi oportunidad. Realmente pensaba que era buena en eso y creia que podia ayudar a Ray Livingston a mejorar la visibilidad de su marca a traves de las redes sociales. Tenia grandes ideas. El problema era que yo era una joven de veintiseis anos cuyo curriculum decia: sociologia, camarera y asistente. ?Quien escucharia mis sugerencias? No Peter Haskell, eso estaba claro. --Le vas a encantar a ese cliente --insistio Lucy, mirandome a los ojos y asintiendo con la cabeza como si estuviera segura--. Te lo vas a quedar. --?Pero como? --pregunte, recogiendo mis nuevos tacones negros y mostrandole un rasguno que no habia notado antes. Senti que era injusto que no venir de una familia adinerada me dejara en desventaja--. Ray Livingston no me tomara en serio si cree que no luzco como una profesional, lo cual admito que no importa en este momento ya que ni siquiera puedo lograr que conteste mis llamadas o que me llame por telefono. Este tipo es multimillonario, Lucy. Necesito tacones de Christian Louboutin para dar una buena impresion, no tacones de segunda mano.

  • Locos de amor, odio y fracaso de Edi Zunino

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    Anselmo Valdivia esta terminando su obra cumbre: la Primera enciclopedia del fracaso nacional. Es un periodista exitoso, admirado y obsesivo. Le dicen "Mito". A poco tiempo de producirse la muerte de El Procurador, que preparaba la presentacion de la evidencia irrefutable que condenaria a La Jefa, cree tener resuelto un dilema que divide al pais en dos: ?El Procurador fue asesinado o se suicido? Gracias a su metodo inigualable, Valdivia reune pruebas con detalles estremecedores y descubre alternativas ineditas de la guerra entre La Jefa y El Ingeniero, dos lideres antagonicos a los que ha visto con sus propios ojos en circunstancias que nadie se atreve a contar. La antinomia, como siempre, reina en el pais, tensada hasta limites inconcebibles.

  • Ultima (Judith Rashleigh 3) de L.s. Hilton

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    La glamourosa e internacionalmente conocida marchante de arte Elisabeth Teerlinc sabe bastante sobre el mundo de las falsificaciones. Despues de todo, ella misma no deja de ser una falsificacion o una especie de fraude. Su verdadera identidad, Judith Rashleigh, se encuentra enterrada bajo una fina capa de mentiras. Por no mencionar la cantidad de cadaveres que se ha llevado por delante, de todos aquellos que querian entorpecer su camino.

  • Traicion de sangre de Ariel A. Berretta

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    Los Cantu-Fernandez son una respetada y modelica familia de Santiago que ha hecho fortuna empezando desde abajo. Pero en una sociedad zarandeada por la violencia de las mafias en connivencia con los poderes del Estado, su prosperidad no pasa desapercibida. Ni siquiera para las ambiciones espurias de los de su propia sangre.
    Basada en hechos reales, esta novela de ritmo trepidante refleja con crudeza el oscuro mundo de la delincuencia organizada, y la codicia que anida, como contravalor, en una sociedad que ha sido corrompida hasta la medula por su clase dirigente.

  • La mano de Fatima de Ildefonso Falcones

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    En la opulenta Cordoba de la segunda mitad del siglo XVI, un joven morisco, desgarrado entre dos culturas y dos amores, inicia una ardiente lucha por la tolerancia religiosa y los derechos de su pueblo.

  • El ojo desnudo de Antonio Martinez Ron

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    En los sotanos del museo de Ciencia e Industria de Manchester hay una caja de cristal con unas pequenas virutas que parecen fragmentos de piel seca. Estos restos son lo que queda de los globos oculares de John Dalton, el padre de la teoria atomica y el primer cientifico en describir la ceguera al color. Dalton dejo encargado a su medico personal que tras su muerte le extrajera los ojos y los <> para aclarar un misterio que no pudo resolver en vida: ?por que el veia el mundo de manera distinta a los demas?

  • Pasion en la noche (Pasion 2) de Monica Escoda

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    Melissa trabaja como strippers en un club llamado Night Chance.
    Su sensualidad y erotismo consiguen que todos caigan rendidos a sus pies irremediablemente.
    Pero todo cambia la manana que se cruza con el.

  • No quiero solo un verano de Dama De Hierro

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    Mis vacaciones de verano dieron un giro inesperado cuando papa dijo que se casaria , eso no tendria nada de malo a no ser que la novia, sea la madre del chico que me robo el corazon el primer dia que llegue a este hermoso pais.

  • Visiones en la niebla de Jose Sanchez San Martin

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    Ayer enterramos a Jeronimo. Fue una de esas tardes grises y desapacibles que no se olvidan. La niebla se filtraba por los intersticios del cuerpo y el viento imponia su sonido sibilante sobre el gimoteo de los allegados y las herramientas de los obreros. Mientras asistia a la inhumacion, pense que el dia era apropiado para tal fin. Como si el lo hubiera elegido a proposito. Le agradaba inmiscuirse en medio de la voragine invernal, para desafiar a los elementos e imponer su presencia sobre ellos. Era asi de intempestivo y osado. Doblegarse significaba para el tanto como perder su intrinseca estima personal. En una de esas frases pretenciosas que a veces le gustaba citar y a mi me enervaban decia que preferia soportar la adversidad antes que ceder en las convicciones personales. Una solemne tonteria. Como si la vida, en su inherencia, no tendiera espontaneamente a la permisividad y la componenda. Quien no lo conociera podia pensar, oyendole hablar asi, que era un hombre incapacitado para aceptar la vida tal como es; pero creo que, en el caso de Jeronimo, habria que interpretar su enfatica declaracion como un reconocimiento explicito de ingenita tenacidad que le inhabilitaba para aceptar el estado natural de las cosas y le compelia a la busqueda de un ideal perfectivo. Digo esto porque, debido a esa terquedad suya en no ceder ante las conveniencias, hubo de soportar muchos contratiempos, entre ellos, el ultimo y definitivo, que le llevo a la tumba. No seria por no haberselo advertido. --Jeronimo, no fumes. Asumes un riesgo innecesario para tu salud, ademas de practicar un habito insipiente, anacronico y vulgar. Mi consejo era sincero, aunque no del todo desinteresado. Miraba por mi salud tanto como por la suya. El humo que expulsaba con pertinaz insistencia por boca y nariz me hacia toser y lagrimear, ademas de impregnar ropas y pelo de un nauseabundo olor a combustion. Mis advertencias jamas hicieron mella en el. En aquella epoca, llevar el pitillo en la boca era signo destacado de hombria, como sujetarlo entre los dedos resultaba un elemento de distincion. A nadie, ni siquiera a los medicos, se le ocurria pensar en la nocividad del tabaco. A mi tampoco, pero la vision de una chimenea ennegrecida por el humo me sugeria la idea aterradora del mal. Como reaccion a mis jaculatorias preventivas, Jeronimo expelia con virulencia el humo sobre mi rostro y me miraba con fingida lastima, esperando la asfixia momentanea. Yo hacia aspavientos para dar a entender que, en efecto, estaba a punto de quedarme sin aire, lo que motivaba sus carcajadas por la hazana. --!Aprende a fumar y actua como un hombre! --me decia con sarcasmo. Yo me apartaba con repugnancia del cerco humeante, pero el me perseguia arrojandome su vaho con pertinaz insistencia. Pese a esta pugna cotidiana a cuenta del tabaco, Jeronimo y yo nos entendiamos a la perfeccion. El solia comentar, con no poca admiracion, la buena amistad que manteniamos desde tantos anos ha. Era verdad, a pesar, anadia yo, picajoso, del obstaculo inevitable que interponia el tabaco. Jeronimo, como prueba irrefutable de que este nunca nos podria separar, echaba mano al bolsillo del pantalon, extraia el paquete de cuarteron y comenzaba a fumar, mientras ratificaba esa buena relacion entre nosotros. A veces, cuestionabamos en que podia fundamentarse tal amistad, considerando el divergente modo de ser y de pensar de cada uno: yo amaba la regularidad, el orden, la habitualidad; el, por el contrario, sentiase bohemio hasta el tuetano, gustaba del desorden, la diversidad, la ocasion excepcional. Yo era puntual, pacifico, disciplinado, ahormado en la moral imperante y sumiso al compromiso social. El buscaba el enfrentamiento para demostrar su superioridad, asumia la rebeldia como el mejor modo de asentar su personalismo y era tan reacio a cualquier moral como renuente al orden establecido. Tales contrastes de personalidad debieran habernos alejado el uno del otro, pero acontecio lo contrario, que nos ahormaron hasta hacernos inseparables. Jeronimo decia que precisamente lo que nos faltaba a cada uno era lo que servia para unirnos, complementandonos mutuamente. Asi debio de ser, cuando nos permitio fraguar una solida amistad que perduro para siempre. Con Ramiro, el tercer miembro del grupo, la amistad, aunque sincera, no tenia la misma intensidad. El se parecia en muchos aspectos a mi, y eso, quieras que no, siempre originaba controversias por cualquier tiquismiquis. Ambos pretendiamos imponer nuestro criterio, evidenciar la respectiva preparacion cultural o la agudeza de nuestro pensamiento. Hasta en lo fisico pretendiamos imponernos el uno al otro, aunque teniamos practicamente la misma estatura y una efigie mas bien vulgar. Con Jeronimo, sin embargo, todas estas prevenciones y piques estaban de mas. Asumiamos de principio que sus peculiares prendas fisicas, su acusada masculinidad, le hacian superior a nosotros. Tanto a Jeronimo como a Ramiro los conoci en el instituto, cuando estudiabamos el bachillerato. Eramos companeros de curso, aunque apenas si habiamos intercambiado media docena de palabras. Fue una manana de noviembre de aquel lejano tiempo cuando nuestros destinos se unieron. A la entrada en clase nos comunicaron la ausencia del profesor y nos dieron tiempo libre durante dos horas. Este era un lapso enorme para nosotros, que intentamos aprovechar a discrecion. A sugerencia de un companero, decidimos hacer una excursion a lo largo del cauce fluvial, no lejos de donde se ubicaba el centro docente. Deambulamos sin prisa, con descuido, a traves del camino de sirga. Ibamos en pandilla, aunque la estrechez del sendero nos permitio formar grupos de tres o cuatro chicos. En uno de ellos coincidi con Jeronimo. Intercambiamos pocas palabras, intrascendentes, como para quejarnos del intenso frio reinante o alabar la belleza del rio en aquel paraje que transitabamos. Ambas constataciones, por mas que evidentes y manidas, eran certeras. Recien salidos de los Santos, ya el frio novembrino se dejaba sentir como anticipo del invierno al que nos abocabamos. La humedad que se desprendia del rio acrecia esa sensacion de malestar y nos hacia apretar el abrigo contra el cuerpo, en una instintiva actitud de defensa. La andadura, no obstante, reactivaba la sangre y nos hacia reaccionar contra el frigido elemento. Eramos jovenes y el ejercicio nos servia para actualizar nuestra energia vital. Surgieron las primeras bromas y las risas afloraron con facilidad. Hubo amagos de empujar a alguno y arrojarlo al agua, lo que ocasiono pugnas apasionadas entre los que empujaban y los que resistian, con general jolgorio. La manana, ciertamente, resultaba desacostumbrada para nosotros. A esa hora debieramos estar enclaustrados en un aula, escuchando con gesto aburrido y displicente las explicaciones del profesor de turno. Pero con la oportuna e inesperada ausencia de este, nos propiciaba una excursion insolita, a traves de parajes exoticos y bellisimos. Lo que mas apreciabamos en ese momento era la inmediata sensacion de libertad que nos acuciaba. El grupo abigarrado de cincuenta muchachos disfrutabamos de la excepcionalidad de una escapada insospechada, a traves de un mundo novedoso y primordial. La constatacion de ese particularismo servia de acicate a nuestra despreocupacion y permitia aflorar nuestro mejor talante. El mismo aire que respirabamos, cargado de sutiles aromas campestres, nos permitia interiorizar la vivencia unica que disfrutabamos. Aspirabamos con delectacion esa atmosfera perfumada con los sutiles aromas de bosques y humedales, como si quisieramos saturar nuestro organismo con esas esencias de la naturaleza, para que perduraran en nosotros. Las conversaciones joviales, el retoce juvenil y las risas faciles, propensas a la escandalera, no nos impedian ponderar la apabullante belleza del paisaje que contemplabamos. El rio en aquella zona que transitabamos se expandia con ampulosidad al discurrir por tierras bajas y sin obstaculos, lo que propiciaba que las aguas fluyeran tranquilas, parsimoniosas. Mostrabase asi el cauce fluvial, al fondo de los ribazos, como un inmenso espejo, cuyos bordes fueran escrupulosamente vigilados por nucleos de chopos centenarios. El leve tintineo de sus hojas, a impulsos del suave cefiro, ponia contrapunto al contenido murmullo del agua en su lento discurrir. La epoca otonal en que nos encontrabamos tenia con patina dorada parte de las masas arboreas, propiciando, junto al cristal purisimo del rio, una conjuncion cromatica, subyugante y venusta, de naturaleza inmaculada, como recien surgida del halo magico de la creacion. Era facil extasiar la vista por ese escenario natural y admirar la serenidad y plenitud formal de un mundo magnificente, que parecia puesto a proposito para nuestro disfrute. Para influir mas en nuestro sobrecogido animo y darle un toque de misterio e irrealidad al apabullante paisaje, estaba la niebla. No tenia la densidad de los dias de invierno, cuando cae sobre nosotros como un manto pesado, oclusivo, que entorpece la vista e invade nuestra intimidad con sus vapores sinuosos. En aquella manana excepcional, nos envolvia una bruma sutil, ligera, que apenas sobresalia un metro por encima del suelo, suficiente para darnos la sensacion de que caminabamos entre algodones y de que los arboles que nos flanqueaban, asi como el terroso camino serpenteante, o todos los demas elementos que nos rodeaban, carecian de base y flotaban ingravidos sobre el lecho nebuloso. Pero la sensacion mas asombrosa procedia de la vision que ese espacio espectral nos sugeria. Ante su percepcion global, la realidad del paisaje se difuminaba para ser sustituida por el simbolismo de un mundo magico, preternatural, recien creado con retazos de cielo, tierra y agua, para nuestra contemplacion y deleite. He visto despues, a lo largo de mi vida, muchos parajes hermosos; pero la vision paradisiaca de aquel mundo primigenio y sublime permanece en mi recuerdo a traves de los anos como la idealizacion de un orbe sin macula, formado a imagen y semejanza de nuestra exultante juventud. No duro mucho aquel extasis natural, quiza para que aprendieramos a asumir que los momentos de exaltacion de la belleza no se prodigan y, en su oportunidad, deben ser apurados al maximo. Nuestra andadura continuaba en progresion indefinida, hasta que una de las corrientes tributarias del caudaloso rio nos hizo desviar el rumbo. Atravesabamos ahora tierras labrantias, alternantes con campillos y rozas de gleba, dejando a nuestra espalda el cauce fluvial. Pasado el instante de encantamiento, regresaron las bromas zafias y las risas prontas. Tan pronto pisoteabamos surcos perfectamente delineados en espera de la sembradura, como nos adentrabamos en tierras esteriles, de cascajal. El acicate de nuestra andanza residia en la carencia de rumbo; avanzabamos a donde nos conducian nuestros pasos, conscientes de que era el viaje mismo quien motivaba nuestro entusiasmo. No pretendiamos llegar a ninguna parte; solo deambular y descubrir lo que la andadura nos propiciaba, a traves de aquellas tierras llanas, sin alcores a la vista. El tiempo parecia desaparecido de nuestras vidas. Asumiamos con toda naturalidad que nos habiamos constituido en seres privilegiados, recien asomados a la pletorica pubertad, y disfrutabamos plenamente de nuestra privilegiada condicion. En medio de la inmensa paramera que ahora atravesabamos, gozabamos de nuestra juventud, liberados de la prision del tiempo, errantes por mundos ineditos sin un destino fijo. En cierto momento de nuestro nomadismo, uno de los companeros creyo reconocer el paraje por donde a la sazon transitabamos. Segun el, nos encontrabamos cerca del lugar donde antano hubiera un ventorro famoso, muy visitado en las epocas veraniegas y ahora medio en ruinas. Acuciados por la curiosidad de ver ese arcaico establecimiento, nos dejamos guiar por el chico que nos informara. Atravesamos ejidos y pisoteamos cornijales en erratica marcha, cual formas fantasmagoricas pululantes en medio de la tenue neblina. El improvisado guia parecia bastante desorientado y retrocediamos o ladeabamos el rumbo segun la ocasional inspiracion de aquel. En un determinado momento se detuvo y miro alrededor. Era evidente su confusion, lo que motivo que le arrojaramos gruesas pullas y lo avergonzaramos por su ineptitud. Hacia tiempo que el poderoso murmullo del rio se habia mitigado y un silencio forzado, de naturaleza muerta, se imponia en el ambiente. Hicimos un alto forzados por la desorientacion, mientras nuestro companero-guia daba cortos paseos de un lado a otro. Segun el debiera estar alli el objeto de nuestro interes, mas ninguna obra de hombre se veia a nuestro alrededor. Estabamos en medio de una amplia meseta, de suelo desigual, formado a base de canto y tierra. En el extremo de la irregular perspectiva el terreno se elevaba ligeramente para formar un monticulo rocoso. Era una zona extremadamente lata y arida, sin restos de yerbajos o ratizos. Para descansar de la caminata, nos sentamos un momento mientras reelaborabamos sugestiones e iniciativas. Nuestra incipiente aventura se frustraba y los animos se enfriaban a la vez que los ateridos cuerpos. Permaneciamos todavia sentados sobre el frio suelo, ajenos a la incomodidad, como si el tiempo se hubiese inmovilizado y nosotros estuvieramos cautivos de el. Nadie acerto a definir un proyecto que nos sedujera, por lo que nos incorporamos y enfilamos el camino de regreso. Estabamos lejos de sospechar que esa andadura aparentemente residual nos conduciria directamente a lo que, para Jeronimo y para mi, constituiria, muchos anos despues, un destino inesquivable, plagado de sugestiones, incertidumbres y sobresaltos. El punto de encuentro con el se encontraba en las afueras mismas de la ciudad, no muy lejos de nuestro instituto. Se trataba de un viejo, aunque robusto, edificio, construido en piedra, de amplias dimensiones, cuya fachada principal, sobria, sin aditamentos, estaba horadada por sendas aberturas sin trazos decorativos. Solo el vano de la puerta, en forma semiesferica, se permitia un cierto ornato, al rodearla con una linea de impostas, como si la forma curva pudiera provocar osada perturbacion en la tarea contemplativa, y se quisiera paliarla con el simbolico e inmediato cerco de lineas rectas, hechura de una existencia que no se permite la duda. Todos los vanos estaban oportunamente cegados. Incluia el edificio en uno de sus laterales airosa torre de tres cuerpos, el superior de los cuales aparecia trepanado a cada lado por una ventana, de dimensiones mas pequenas que las de la fachada. Quiza en tiempos pasados la atalaya rematara en forma de terraza almenada, pero ahora mostraba cubierta de teja, con la indudable finalidad de dar servicio a ese espacio suplementario. La singularidad del accesorio fue la que dio nombre al edificio, que en la ciudad se conocia popularmente como <>. Estaba rodeada por un amplio terreno, ahora arenoso, con un exiguo resto de miseros arbustos, que en tiempos debio de constituir el jardin de la peculiar mansion. Cercano a la edificacion se encontraba un pozo de amplia embocadura, hermeticamente protegida con tapa metalica, oportunamente candada. Sobre el brocal, se erigia un arco de hierro, en funciones de cigonal, que remataba airosamente el circulo de piedra. El senorial conjunto estaba resguardado por un tapial de mamposta, como de metro y medio de altura, sucio, destrozado en varios puntos, con apenas restos de su antiguo enlucido. La cancela de hierro que ocluia el lugar, de planchas en la parte inferior y de verja en la superior, rematada a modo de lanzas que apuntaban al cielo, estaba oxidada, con costurones como cicatrices que hendian la ferrea piel y mostraban sin piedad los desgarros seculares. A saber cuando dejo de cumplir su funcion la cerradura que aparecia medio desencajada del cuerpo de la cancela. Tal era el estado de abandono que, cuando pretendimos mover la pesada puerta para acceder al interior, los agarrotados goznes se negaban a girar; solo despues de un vigoroso esfuerzo conjunto conseguimos entreabrirla, entre el agudo rechinar del mecanismo, quejoso del imprudente trato. El companero que propuso adentrarnos en los terrenos de la obsoleta mansion hizo saber que estaba deshabitada desde muchos anos antes y que podiamos deambular por alli sin cuidado alguno, como si estuvieramos en la calle. Asi lo hicimos, intentando abrir la tapa del pozo para husmear en su interior, pero el grueso candado impidio nuestros propositos. Nos acercamos al palacete y tocamos con admiracion sus grandes sillares, heridos en varios puntos por la inclemencia del tiempo. Los mas cercanos al suelo eran los que mostraban mas desperfectos, habiendo perdido parte de su volumen, desmoronandose con facilidad en cuanto se hurgaba en ellos. Fue en este curioseo cuando descubrimos que, en la parte posterior del edificio, una de las piedras limitrofes con el suelo estaba desencajada y dejaba una hendidura, estrecha y oscura. Del inquieto grupo estudiantil surgio al instante la impertinente pregunta acerca de que habria en el interior. --Eso lo podemos saber ahora mismo. El que hablo fue Jeronimo, y su iniciativa nos permitio conocer su audacia y decision. Aparto a los que estabamos cerca de la abertura siniestra y la observo con detenimiento. Jeronimo era muy alto, con estructura fisica atletica y rasgos de cara armonicos y finamente delimitados. Me repugnaba apreciar la belleza masculina, asi que preferi pensar que las mujeres considerarian a Jeronimo como un hombre muy guapo. Se peinaba con raya al lado, en una epoca en que los chicos soliamos dirigir el pelo hacia atras. Como marca visible, mostraba en la mejilla izquierda, junto a la patilla, un lunar en forma ovalada, como de un centimetro y medio de largo; lo que en otro hubiera quiza supuesto un defecto natural, constituia en el un motivo mas de atraccion. Sin decir palabra alguna, se despojo del abrigo, que me alargo para que lo sostuviera. No tenia importancia aquel gesto, ya que era el companero mas cercano; pero me lleno de orgullo, porque, de algun modo, me hacia participe de la aventura que iba a protagonizar. Despues rebusco en los bolsillos y extrajo una caja de cerillas, que tambien me dio, con el encargo de que se la facilitara cuando estuviera dentro. Su voz era suave, agradable, sin rastro de nerviosismo o vacilacion. La decision de Jeronimo nos parecia a todos, mas que valerosa, temeraria. Causo tal impacto en mi que solo me atrevi a decirle que tuviera cuidado. Era tanto como animarle a seguir, para que no se frustrara nuestra curiosidad. Jeronimo, con admirable tranquilidad, introdujo las piernas en el agujero, ocupando totalmente el perimetro de este. Era imposible que el ampuloso pecho de Jeronimo cupiera por alli. ?Y si el valiente companero quedaba ocluido en medio del orificio, sin poder entrar ni salir? Este pensamiento me agobio durante un momento, el preciso en que Jeronimo, con admirable flema, dijo: <>. Expulso el aire para comprimir el torax y dio un fuerte impulso hacia abajo. Acontecio lo que me temia: pese a su prevision contractora, el pecho ocupaba todo el escueto espacio y no era posible deslizarse por el. Fueron unos segundos comprometidos, en los que algunos cambiamos angustiosas miradas, que traslucian el pensamiento aterrador de que nuestro companero quedara eternamente aprisionado. No seria el primer caso. Recorde, al efecto, la fachada sur de nuestro templo catedralicio, en una de cuyas ventanas, escueta y cegada, sobresalia el busto en piedra de una figura humana. Segun la leyenda, se trataba de un intruso que se introdujo en el templo con intencion de robar. Al ser descubierto, quiso huir por la escueta ventana, pero su fuerte complexion corporal le impidio traspasarla, quedo atrapado y, como castigo divino, convertido en piedra. Era una leyenda que a los muchachos nos espantaba, sin que prejuzgaramos el hecho sorprendente de que la carnalidad de un hombre fuera trastocada en petrea materia. !Pero si lo decian nuestras madres es que era verdad! En la ocasion presente, viendo a Jeronimo aprisionado en el agujero, sin posibilidad de moverse, recorde la siniestra leyenda catedralicia y me horrorice. Como portavoz autorizado por el hecho de sostener el abrigo de nuestro heroe, di un paso adelante y grite con desesperacion: --!Hay que hacer algo, antes de que se convierta en piedra! Los demas companeros me miraron estupefactos, sin comprender lo que queria decir. Tambien Jeronimo, desde su incomoda postura, me dirigio una mirada intencionada, cargada de ironia. Era evidente que conocia la leyenda del ladron, porque me dijo: --No te preocupes, que yo no me voy a quedar aqui eternamente. Lo expreso con desparpajo, como si estuviera disfrutando con la situacion. Tan pronto como termino de hablar, extendio los brazos hacia arriba para facilitar el resbalamiento, dio un fuerte impulso hacia abajo y desaparecio bajo tierra. A partir de ese momento, se produjo entre los que estabamos fuera un silencio respetuoso, como si temieramos que el companero hubiera desaparecido para siempre, devorado por las fauces siniestras de algun monstruo subterraneo. A impulso del miedo y la curiosidad, me acerque a la siniestra boca. Solo veia oscuridad. En esa posicion indagatoria y temerosa estaba cuando del antro surgio una garra, seguida de un grunido sobrecogedor: Lance un alarido de terror y pedi auxilio a los companeros, con voz angustiosa. Antes de que pudieramos reaccionar, se escucho una risita sarcastica y la voz de Jeronimo en tono de guasa: --Soy yo, hombre. No seas cobardica. Acercate y dame las cerillas. Fingi suficiencia y valor, como si mis anteriores palabras hubieran sido tambien expresion de broma. Pero mi corazon latia todavia sobresaltado. Introduje la mano en el orificio con la cajetilla. Al instante, senti como me la arrebataba Jeronimo desde dentro para, a continuacion, tirar con fuerza de mi brazo. Yo solte una risa forzada, aunque interiormente no las tenia todas conmigo.

  • Que gane el mejor de Sophie Saint Rose

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    Melissa se deja convencer por su mejor amiga de que necesita unas vacaciones. Pero lo que menos se imagina es que la metera en una caravana de mujeres que va rumbo a un rancho de Australia y menos aun que su dueno, un despota autoritario ha decidido quedarse con ella.

  • Asesinato en el Comite Central de Manuel Vazquez Montalban

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    Una reunion rutinaria del Comite Central del Partido Comunista de Espana. Se apagan las luces. Aparece asesinado el secretario general. A partir de este arranque empieza una investigacion paralela entre el comisario Fonseca, designado por el gobierno, y Pepe Carvalho, detective privado contratado por el PCE.

  • Espia y traidor de Ben Macintyre

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    Esta es la historia, por primera vez contada en toda su verdad, de Oleg Gordievski, que llego a ser un alto mando de la KGB sovietica a la vez que actuaba como informador del MI6 britanico: el hombre que con sus advertencias a los gobiernos britanico y norteamericano consiguio evitar que en 1985 se desencadenase un holocausto atomico y ayudo a acelerar el fin de la Guerra Fria.
    Ben Macintyre, maestro de la literatura de espionaje, consigue en esta ocasion, gracias a disponer de una informacion privilegiada, ofrecernos una imagen real de la actuacion de los servicios secretos durante la Guerra Fria. Pero su libro es tambien la historia de un hombre que vivio en un constante riesgo de muerte y tuvo que tomar las decisiones mas dificiles; un hombre cuyo odio por el comunismo tuvo el poder de cambiar el futuro de las naciones para protagonizar una historia con la que Macintyre consigue emocionarnos.

  • La invitacion de Belinda Alexandra

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    Cuando llegue a la cafeteria de la Rue du Faubourg-Montmartre, mis extravagantes amigos ya estaban alli enfrascados en una animada conversacion. Claude fue el primero en verme y me saludo con la mano. Los demas se volvieron para ver quien habia llamado su atencion. Por su expresion de alegria estaba claro que les habia dado la buena noticia. --!Ahi va nuestro gran exito literario! --dijo Nicolas. No se habia quitado el mono antes de ir a la cafeteria y llevaba la ropa y la cara manchadas de pintura amarilla y negra--. !Os presento a mademoiselle Emma Lacasse, autora de historias de misterio! Claude se levanto y me dio un beso. Estaba guapo con su traje de pana, la cara bien afeitada y su mata de pelo castano ondulado. Aunque era frances, rezumaba una sensualidad mediterranea que acentuaba su atractivo. Despues de cinco anos juntos, aun me hipnotizaban sus ojos grises. --Supongo que no te importara que les haya contado lo de la novelita antes de que tuvieras la oportunidad de hacerlo tu --dijo, dandome un apreton en la mano--. La noticia es demasiado emocionante para callarsela. --Nos da esperanzas de que nuestros barcos lleguen algun dia --dijo Sophie, que se cambio de sitio para que Claude y yo pudieramos sentarnos juntos--. Que bonito, por cierto --anadio, clavando sus ojos de muneca en mi vestido azul marino--. ?Es nuevo? Negue con la cabeza. --No, pero le he puesto encaje en el cuello y los punos. --!Hoy invitas tu! --exclamo Robert, peinandose hacia atras su cabello castano rojizo. Era poeta, pero su verdadero talento era convencer a otros de que le pagaran las cosas. --De acuerdo --dije, haciendo senas a Jean-Francois, el propietario de la cafeteria, para que nos trajera un par de jarras de vino y unos vasos. Aunque el anticipo que habia cobrado por la novela dificilmente ahuyentaria a los lobos, tenia ganas de celebrarlo. Despues de anos enviando textos a revistas literarias, docenas de relatos cortos y unas cuantas obras en un acto, finalmente habia escrito algo sustancial. Belda, cuyo cabello blanco grisaceo, pomulos altos y piel de porcelana recordaban a una reina de cuento de hadas, se me acerco. --Me gusta el argumento --dijo--. Todas las mujeres que han sido traicionadas por su amante querrian cobrarse su venganza igual que lo hace tu heroina, aunque su retribucion es bastante accidental. ?Que estas escribiendo ahora? --Estoy acabando otra novela corta titulada El gato misterioso... y varios relatos --respondi --. Despues intentare escribir mi primera novela extensa. --?Ya tienes alguna idea? --pregunto--. Tendrias que incluir a un personaje que sea arpista. Lo que conoces siempre es util a la hora de escribir. Mientras le exponia mis ideas, abrio su cuaderno de bocetos y empezo a dibujar furiosamente. Belda era una de mis excentricas favoritas de Montmartre. De joven era una artista prometedora, pero su marchante la explotaba. Cuando intento despedirlo, el le aplasto la mano derecha con un torculo. No se habia percatado de que Belda era zurda, y el juicio posterior la hizo famosa y disparo la cotizacion de su obra. Con el dinero de la indemnizacion, compro en la Rue Girardon una casa con jardin cuyas dimensiones le permitian alquilar varias habitaciones, y se daba una buena vida con su coleccion de gatos, perros, ocas y cabras rescatados. Tambien dirigia galerias de arte y en ocasiones ejercia de critica literaria. Fue Belda quien me presento a mi editor. Cuando hubo terminado, me tendio el dibujo. Habia captado fielmente mi rubio niveo, mi cuello esbelto y mis hombros y brazos delgados. Curiosamente, tambien habia logrado plasmar mi mirada ausente. Jean-Francois llego con el vino y los vasos, y dejo un ejemplar de mi coleccion de relatos cortos, Histoires de fantomes, encima de la mesa para que lo firmara. Siempre me emocionaba al ver la portada de tela amarilla con mi nombre grabado en oro encima del titulo. --Lo pondre con orgullo en el mostrador y le dire a la gente que mademoiselle Lacasse es una de mis clientas habituales --dijo. --Miralos --susurro Sophie, senalando a una pareja que nos observaba desde la otra acera. La mujer llevaba un vestido de bucle con mangas pierna de cordero y cuello y canesu de saten. Su acompanante tambien iba muy elegante con un traje de rayas, solapas en punta de lanza y un sombrero estilo Homburg. No podian desentonar mas en aquella calle cubierta de estiercol, pero nos miraban a nosotros y a la cafeteria como dos ninos asomados al escaparate de una tienda de chucherias. --!Venid, venid! --exclamo Jean-Francois--. !Venid a beber en una autentica cafeteria bohemia donde los artistas, bailarines y escritores mas interesantes se pasan el dia fraguando ideas maravillosas! Su invitacion fue como agitar una zanahoria delante de un burro. La pareja se miro, cruzo la calle a toda prisa y se sento entusiasmada a la mesa que les ofrecia Jean-Francois. Claude y yo intercambiamos una sonrisa. --!Que guantes! --dijo Sophie, cautivada por el atuendo de la adinerada dama--. !Amarillo claro, imaginate! Probablemente se los pone solo una vez y luego los tira. --Suspiro de envidia --. Estoy convencida de que nunca tiene frio. Seguramente no sale de la cama hasta que los sirvientes han encendido las chimeneas. A mi me aterra este invierno. El estudio de Vauclain siempre esta helado y, aunque tiene dinero, protesta si le pido que eche mas carbon a la estufa. --Una vez fui a cenar a casa de Vauclain --dijo Belda--. Se guardo su mejor botella de vino para el y sirvio uno mas barato a sus invitados. Todos nos echamos a reir. --Eso mismo hara Robert algun dia --dijo Claude--. Si es que alguna vez nos invita a cenar. Robert se unio al jolgorio. En nuestro pequeno grupo de artistas nos tomabamos el pelo sin compasion, pero siempre nos apoyabamos unos a otros. Pese a la avaricia de Robert, nos gustaban sus fanfarronadas y disfrutabamos oyendo sus historias, sobre todo de su epoca trabajando en un circo. Mientras los demas seguian hablando, me fije en el brazo delgado de Sophie cuando cogio su copa de vino. Era todo piel y huesos, y no podia permitirse perder mas peso si queria seguir trabajando como modelo de artistas. Pedi sopa de champinones y pan y despues fingi que era demasiado para mi y se la pase. --Gracias --dijo antes de probar una cucharada--. Mi hermana, la de Pont-Aven, vuelve a vivir conmigo. La quiero, pero me vuelve loca. !Insiste en cocinar para mi, pero, o se pasa con la sal, o se quema la comida! No tengo dinero para ir constantemente al mercado. --?Por que vive contigo? --Ella y su marido han vuelto a discutir. Es un bruto que se pone violento cuando bebe. Yo ya le dije que no se casara con el. --Al menos podeis recurrir la una a la otra en tiempos de necesidad --dije--. Compensa que te vuelvan loca. Mientras hablaba, me percate de que Claude estaba escuchando. Se tiro del lobulo de la oreja, pero no dijo nada. Robert empezo a contar una historia sobre unas hermanas siamesas a las que conocio en el circo. --Una era contralto, y la otra, soprano, y era precioso escucharlas... Claude me toco la mano y ladeo la cabeza en direccion al reloj colgado en la pared de la cafeteria. --Deberiamos irnos si quieres ver a tu editor antes de que se vaya --me recordo. Nos despedimos del resto y entramos en la cafeteria para pagar a Jean-Francois, que busco debajo de la barra y entrego a Claude un sobre con dinero. --Esta semana he vendido casi todas tus postales --dijo--. No tardes en traerme mas. Claude se guardo el sobre en el bolsillo sin mirarlo y asintio. Los bocetos llevaban la firma de <>, que para Claude era el equivalente a un seudonimo. Dibujaba escenas parisinas y las vendia en varias cafeterias y tiendas para turistas para financiar sus obras de arte mas serias. --Y para usted, mademoiselle --dijo Jean Francois--, tengo un paquete aun mas grande. -- Me entrego un monton de sobres atados con un cordel--. Sus admiradores aumentan cada dia. Llegaron todas de golpe. !Si todas las cartas fueran de mis admiradores! Me meti el paquete debajo del brazo antes de que Claude viera los sobres amarillos de Roche & Associates, los acreedores. --El editor te aconsejo bien cuando dijo que no les dieras tu direccion a los lectores -- comento Claude cuando salimos a la calle--. Pronto tendras que contratar a una secretaria. Mi sonrisa era mas bien una mueca. No me gustaba guardarle secretos a Claude, pero no era rico. Lo ultimo que queria era que hiciera un esfuerzo heroico para salvarme. Mis deudas eran mi problema y tenia que afrontarlas yo sola. Mi editor, monsieur Plamondon, tenia su oficina en la Rue Auber, en el noveno arrondissement. Cuando su empleado anuncio mi llegada, me recibio con una amplia sonrisa que mostraba el hueco que tenia entre las dos paletas. Tuve suerte de que Belda me presentara a monsieur Plamondon. No solia aceptar a nuevos escritores y, en materia de ficcion, sus criterios eran exigentes. <> --Mademoiselle Lacasse --dijo ahora--, !es un placer verla! --Senalo con la cabeza las cartas que llevaba debajo del brazo--. Veo que le ha llegado la correspondencia que le enviamos a la cafeteria. El numero de cartas aumenta cada dia. !Ha hecho felices a un monton de lectores! --Eso parece --dije mientras ocupaba el asiento que me ofrecia. Unas estanterias de caoba atestadas de novelas cubrian todas las paredes de su despacho. En el aire se percibia una curiosa mezcla de olores: libros viejos y mohosos y tinta fresca de los documentos que se amontonaban sobre la mesa. --Cuenteme, ?en que esta trabajando ahora mismo? --dijo. Le hice un resumen de la novela corta, que trataba de una mujer que se reencarna en gato y visita a sus amigos y parientes para descubrir que pensaban realmente de ella cuando estaba viva. --Tambien estoy trabajando en varias ideas para una novela. Por alguna razon, sigue viniendome a la mente la imagen de dos hermanas, dos hermanas con un secreto. Monsieur Plamondon arrugaba la cara cuando yo hablaba y la relajaba de nuevo cuando hacia una pausa. Era como si fuera una esponja que intentara absorber cada una de mis palabras. --Lo que me sorprende de usted, mademoiselle Lacasse, es que cuando viene se la ve tan fresca e inocente como un diente de leon en el campo. Estoy bastante seguro de que seria usted incapaz de hacerle dano a otro ser humano o incluso desearle mal. Sin embargo, sus historias revelan el lado oscuro de la naturaleza humana. Me parece fascinante. --A lo mejor nos atrae lo contrario de lo que somos --le dije--. Mis historias de amores que duran mas alla de la tumba, muertes truculentas y una tristeza infinita a menudo me sorprenden. Nunca me he considerado macabra, pero mis escritos con frecuencia lo son. --Pues claro que nos fascinan nuestros opuestos. Era el caso de mi difunta esposa, y el mio, desde luego. Ella vivia solo a un volumen: fuerte. Yo, en cambio, siempre valore la tranquilidad. --Monsieur Plamondon se recosto y cerro los ojos un momento, como si estuviera deleitandose en el silencio de su despacho. Luego sonrio--. He oido que toco usted el arpa para una produccion del Theatre de l'Oe uvre. No sabia que era usted una arpista consumada. --Mi abuela me enseno cuando era pequena, hasta que su artritis se lo impidio. Entonces contrato a una profesora. Mi abuelo era medico, pero tambien un gran pianista. Por lo visto, se enamoraron tocando duos. Monsieur Plamondon aplaudio. --Una manera perfecta de enamorarse. Es una lastima que no escriba usted ficcion romantica. Seria una buena historia. Cuando llego la hora de irme, monsieur Plamondon busco entre los papeles de su mesa y me entrego un libro escrito en ingles: El despertar, de Kate Chopin. --Un companero estadounidense me envio esto. Es excelente. Me gustaria saber si puede leerlo y darme su opinion como mujer. A cambio, yo le mande Historia de una casa solitaria, por si cree que puede haber lectores estadounidenses para su obra. --Espero que los haya --respondi satisfecha--. Que me publicaran en ingles seria maravilloso. Estados Unidos tenia una poblacion de mas de setenta millones de habitantes, el doble que Francia. Tener lectores alli podia salvarme de mis problemas economicos. --Trata de una mujer que deja a su marido y a sus hijos para buscar su libertad personal --dijo monsieur Plamondon, senalando la novela de Chopin--. La historia esta ambientada en Luisiana. Usted nacio alli, ?verdad? --Me fui de Estados Unidos cuando aun no habia cumplido dos anos --dije--. La plantacion en la que naci fue destruida en la guerra de Secesion y mis padres murieron de fiebre amarilla. Vine a vivir con mi abuela materna y..., aqui, en Paris. Estuve a punto de mencionar a Caroline. Tenia mucho cuidado con a quien le hablaba de mi hermana, ya que explicar nuestro distanciamiento resultaba demasiado doloroso. La hermana de Sophie la volvia loca, pero al menos se tenian la una a la otra. En mi caso, era como si Caroline no existiera. Monsieur Plamondon se froto la barbilla. --Luisiana tiene una atmosfera inquietante, llena de fantasmas y vudu. ?Escribira sobre ella algun dia? Aunque era muy pequena cuando se fue, es increible lo que puede alojarse en nuestro subconsciente.

  • Hilda y el espacio de la nada de Luke Pearson

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  • Luke. Liberacion (Chicago Cops 2) de Sara Halley

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    <>.Demasiado joven, Jenna Gray conoce lo que es el miedo y entiende que los lazos de sangre no implican amor. Pero tambien descubre que hay personas capaces de ofrecer todo sin pedir nada a cambio. Se ha convertido en una mujer fuerte que jamas duda en luchar por aquello en lo que cree, que siempre defiende la justicia, incluso si sus metodos no parecen ser los mas adecuados. Una mujer que valora su libertad por encima de todas las cosas y que, desde nina, anhela que el hombre al que ama <>.

  • Dominada por sus companeros (Programa de novias interestelares 1) de Grace Goodwin

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    Amanda Bryant ha sido una espia durante cinco largos anos, pero cuando los alienigenas aparecen repentinamente, afirmando que un enemigo mortal amenaza la supervivencia de los habitantes de la Tierra, los superiores de Amanda la envian a enfrentar la mision mas peligrosa de su vida: ofrecerse para ser la novia de un alienigena, compartir la cama con el extrano guerrero y, finalmente, traicionarlo.

  • El portal de los obeliscos (La Tierra Fragmentada 2) de N.k. Jemisin

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  • Trilogia de las damas, Candice Hern de Candice Hern

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  • La dama lo arriesga todo de Stephanie Laurens

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    El enigmatico Neville Roscoe, de una mas que dudosa reputacion, vivia completamente al margen de la sociedad, unicamente fiel a su propio codigo de honor. hasta que se vio desafiado por la unica mujer que no podia hacer suya.

  • El eco de la piel de Elia Barcelo

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    LA HISTORIA DE DOS GRANDES MUJERES A TRAVES DEL TIEMPO Y LAS PALABRAS.

  • Sin red (Serie Hacker 2) de Meredith Wild

    https://gigalibros.com/sin-red-serie-hacker-2.html

    A pesar de su caracter controlador, Blake Landon, el joven y rico hacker, ha conseguido por fin ganarse la confianza de la mujer que ama.
    Por su parte, Erica Hathaway, creadora de una red social de moda, ha accedido por fin a darle una oportunidad a Blake.
    Dispuestos a empezar juntos una nueva etapa, Erica esta decidida a no dejar que nada se interponga entre ellos, aunque para ello deba cederle el control a Blake dentro y fuera de su dormitorio.
    Pero cuando los demonios del pasado amenazan su futuro, Erica toma una decision que podria cambiar sus vidas para siempre.

  • Role Playing. Una apuesta arriesgada de Minerva Hall

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    Tras sobrevivir a una dificil y traumatica experiencia, Brenda necesita reencontrarse consigo misma, alcanzar la paz y redescubrir esas emociones que, de pronto, le resultan esquivas. Sabiendo que esta vacia por dentro y ansiosa por volver a sentir, se interna en el ambiente de seduccion del Pleasure’s Club, sin esperar que esa decision la vuelva a poner de lleno en el ojo del huracan.
    Gabriel Grier es uno de los Amos del club erotico mas exclusivo de la ciudad, o al menos lo era, ahora lleva meses sin disfrutar del sexo. La dominacion, tan necesaria para el como respirar, de pronto lo enferma y se descubre incapaz de tener una ereccion con cualquiera de sus habituales sumisas.
    Sin embargo, la noche de los viernes, cuando su nueva bailarina ameniza la velada, su cuerpo responde, su alma la anhela y su corazon sufre porque sabe que nunca podra tenerla.
    Pero cuando ella vuelve a ser objetivo de una mente perversa, sabra que sera capaz de cualquier cosa con tal de mantenerla a salvo.
    ?Seran capaces estas dos almas perdidas de abrir el corazon y amar por una vez y para siempre jamas?