• donde los hombres llevaban sombrero - Inaki Martinez

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  • Donde los hombres llevaban sombrero - Iñaki Martínez

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    10 may 2018 — Sinopsis de Donde los hombres llevaban sombrero: La novela de la Cuba más espectacular, la Habana de los años cincuenta. La historia de un país ...

  • DONDE LOS HOMBRES LLEVABAN SOMBRERO - Casa del ...

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  • Donde los hombres llevaban sombrero (Áncora & Delfín) eBook

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    Mirar en el interior de este libro. Donde los hombres llevaban sombrero (Áncora & Delfín) de [Iñaki Martínez] ...

  • Donde los hombres llevaban sombrero: 2 (Áncora & Delfín ...

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    Donde los hombres llevaban sombrero: 2 (Áncora & Delfín) : Martínez, Iñaki: Amazon.es: Libros.

  • “Donde los hombres llevaban sombrero” - Iñaki Martínez

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    2 nov 2018 — “Donde los hombres llevaban sombrero” - Iñaki Martínez. No suelo leer muchas novelas de espías y , sin embargo, el mes pasado leí dos.

  • Donde los hombres llevaban sombrero - El Búho entre libros

    http://www.elbuhoentrelibros.com/2018/10/donde-los-hombres-llevaban-sombrero-inaki-martinez.html

    3 oct 2018 — Reseña con opinión y argumento de Donde los hombres llevaban sombrero, novela de Iñaki Martínez.

  • Donde los hombre llevaban sombrero - Iñaki Martínez - Fnac

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    Donde los hombre llevaban sombrero, libro o eBook de Iñaki Martínez. Editorial: Destino. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • DONDE LOS HOMBRES LLEVABAN SOMBRERO - Librerías ...

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    En Donde los hombres llevan sombrero, Iñaki Martínez retoma la vida de tres de los principales personajes de su anterior novela, La ciudad de la mentira, ...

  • DONDE LOS HOMBRES LLEVABAN SOMBRERO. IÑAKI ...

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    DONDE LOS HOMBRES LLEVABAN SOMBRERO (Libro en papel) ; Editorial: EDICIONES DESTINO, S.A. ; Año de edición: 2018 ; Materia: Literatura y ficción ; ISBN: 978-84-233- ...

  • Donde Los Hombres Llevaban Sombrero - IÑAKI MARTINEZ

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  • Comunidad de Ann Patchett

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    Un domingo por la tarde en el sur de California, Bert Cousins aparece sin invitacion previa en la fiesta del bautizo de Franny Keating. Antes de terminar el dia, ha besado ya a la madre de Franny, Beverly, y ha puesto en marcha la disolucion de dos matrimonios y la union de dos familias. Comunidad explora los ecos que este encuentro fortuito despierta a lo largo de cinco decadas en la vida de los cuatro progenitores y los seis hijos involucrados. Los ninos Keating y Cousins pasan los veranos juntos en Virginia, donde forjan un vinculo duradero basado en la desilusion respecto a sus padres y el afecto extrano y sincero que crece entre ellos. Cuando Franny, a los veinte anos de edad, comienza una relacion con el legendario autor Leon Posen y le habla de su familia, la historia de sus hermanos deja de pertenecerle. La infancia de Franny se convierte en la base de un libro de gran exito de Posen, lo que termina por llevarlos a aceptar sus perdidas, sus sentimientos de culpa y el vinculo profundamente leal que sienten entre si. Contada con tanto humor como desgarro, Comunidad es una reflexion sobre la inspiracion, la interpretacion y la propiedad de las historias. Es un relato tierno y brillante basado en los grandes lazos del amor y la responsabilidad que nos unen.

  • En algun lugar en el cielo de Fernando Cabeza

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    Durante una apacible manana de otono, el vuelo AT 2031 de la compania Air Atlantic, despega del aeropuerto de Santiago de Compostela con destino Londres. Se trata de un viaje rutinario de poco mas de dos horas, pero algo no sale como deberia. Los pilotos son incapaces de tomar tierra en la capital britanica, a pesar de que la aeronave no tiene ningun problema tecnico. Lo que en un principio parece un incidente aislado, pronto se convierte en un grave problema. La tripulacion pide ayuda de forma desesperada, pero las autoridades en tierra omiten dar respuesta o explicacion alguna, bajo un extrano secretismo. Sus pasajeros tendran que enfrentarse a las horas mas angustiosas de sus vidas, confinados dentro de un cilindro metalico de 28 metros de largo, sin comunicacion alguna con el exterior.

  • Entre Dos Mundos de Maca Soler Alba

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    Bien, Mal, Paz, Dolor, Sufrimiento, Alegria…todo con un nexo comun: la saltadora.
    Cuando Jacqueline Dubois descubre que el infierno en el que se encuentra sumida puede ser su propia salvacion, decide hacer lo que siempre ha sentido que estaba destinada a hacer: luchar, muchas veces incluso consigo misma.
    Cuando tu destino esta escrito entre dos mundos es algo de lo que no puedes escapar.

  • Comunicacion no violenta de Marshall B. Rosenberg

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    Segun el autor la Comunicacion NoViolenta es un medio para establecer una conexion empatica con nosotros mismos y con el otro. La empatia es una cualidad muy valiosa y profundamente humana que todos podemos desarrollar. La Comunicacion NoViolenta nos ayuda a recuperar de nuevo nuestra capacidad natural de escuchar con el corazon. Marshall B. Rosenberg, conocido mediador internacional, ha ensenado durante cuatro decadas su modelo de Comunicacion NoViolenta en todo el mundo.

  • Lagartija de Banana Yoshimoto

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    Uniendo armonicamente el Japon tradicional y el moderno, Banana Yoshimoto ofrece en este volumen seis relatos cuyos protagonistas, jovenes y no tan jovenes, hombres y mujeres, se enfrentan al paso del tiempo y a la necesidad de superar sus traumas infantiles, sus amores atormentados, los abandonos. Tambien la de contemplar lucidamente sus vidas. Existencias que parecen discurrir sin rumbo, sin sentido, o sin apenas sorpresas, tienen de pronto la oportunidad de albergar por primera vez la esperanza en un futuro mas feliz, en seis relatos tejidos en un Tokio donde al atardecer la luna se funde con el cielo y empiezan a parpadear las luces nocturnas.

  • La redencion del lobo (Wolfheart 2) de Jess Gr

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    Hace diez anos deje escapar a la mujer de mi vida. Desde entonces me he convertido en un hombre frio y sin escrupulos, pero ahora ella ha vuelto para recordarme que aun hay bondad en mi interior.

  • Ahora llega el silencio de Alvaro Colomer

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    Solo hay dos opciones: rendirse o luchar.

  • Pescando salmones en Alaska de Caridad Bernal Perez

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  • Ausencia de Tania Sexton

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    Me llamo Alejandra Pacheco Cortes. Desciendo de mexicanos, que, a su vez, descienden de espanoles, pero he nacido en California, y soy. perfecta.
    No lo digo yo, lo ve cualquiera, sobran las palabras. Pero si mi cuerpo y mi rostro son perfectos, mi cerebro es superior.
    He conseguido muchas cosas, la mayoria con sacrificio y trabajo. otras. con planificacion y sangre fria; pero ahora, toca el siguiente paso. Ya estoy preparada, y lo estoy porque lo he encontrado. Es el, a quien deseo por esposo, el hombre con el que formare una familia, y sera mio sin lugar a dudas, eliminando cualquier obstaculo, cualquier impedimento que surja.
    Espero no equivocarme. Hasta ahora, no me ha pasado.
    Yo soy la que planifico mi futuro, igual que planifique el pasado.
    Yo soy la que decido.
    El libre albedrio me pertenece.
    Y la ausencia de sentimientos me hace mas fuerte.
    ?No te lo crees?
    Preguntaselo a mi familia.

  • Parpados de Toni Quero

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    Duna y su companero se instalan a principios de junio en un desierto y fantasmal delta del Ebro con la intencion de trabajar durante el verano en un restaurante de la zona y fortalecer su relacion. Pronto, vencidos por el aburrimiento y el hastio, deciden emprender un viaje en moto sin rumbo fijo hacia el norte de Europa, que los llevara de Paris a Copenhague. Durante el trayecto, mientras consumen kilometros y sus escasos ahorros, Duna intenta aprehender en su cuaderno de dibujo una realidad que se desvanece; su pareja, en cambio, captura la vida a traves del visor de una camara fotografica.

  • Crimenes del futuro de Juan Soto Ivars

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    En un mundo preapocaliptico al borde del cataclismo social y moral, tres mujeres atormentadas luchan por sobrevivir y ser duenas de su propio destino. Julia, Margarita y Palida son las protagonistas de Crimenes del futuro, una fabula de inquietantes signos profeticos, en la que Espana se parece mas a los turbulentos y miserables anos 40 que a lo que deseariamos que fuera el siglo XXI.

  • El Jinete de Wyoming de Luna Davers

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    ‘Chica de ciudad conoce a robusto y atractivo vaquero…’

  • Viuda, al fin de Minna Lindgren

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    Una divertida novela llena de ternura y humor negro sobre como la amistad y el amor cambian cuando te haces mayor.

  • Km 123 de Andrea Camilleri

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    La novela arranca con un movil apagado. Ester es la que llama; quien no responde, Giulio, que acaba de ser trasladado al hospital en estado grave a causa de un accidente en el kilometro 123 de la Via Aurelia de Roma. Sin embargo, quien conectara el telefono es Giuditta, la mujer de Giulio, quien logicamente no sabe nada de Ester. Podria parecer el inicio de una comedia de enredo, pero nada mas lejos de la realidad: un testigo afirma que el accidente de Giulio ha sido en realidad un intento de asesinato, por lo que la investigacion sera asignada al perspicaz inspector de la policia criminal Attilio Bongioanni, quien debera enfrentarse a un caso en el que nada es lo que parece.
    Un thriller muy inteligente, rapido, de multiples voces que nuca dan respiro y que sumergen al lector en una trama endiabladamente habil para disfrutar de principio a fin y que confirman, una vez mas, a Andrea Camilleri como el maestro de la novela negra contemporanea.

  • Consultorio de mama Walsh de Marian Keyes

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    Aquellos de vosotros que hayais leido libros donde aparece la familia Walsh ya conoceis a mama Walsh. Espero que al resto tambien os guste. Os presento a mama Walsh, madre, esposa, ama de casa y mediadora. No se anda con rodeos, no intenta quitar hierro. Mama Walsh llama a las cosas por su nombre. Hola a todo el mundo, soy mama Walsh. Enviame tus problemas y hare lo posible por ayudarte. Pero antes has de saber que no he recibido ningun tipo de formacion oficial. He aprendido en la <>. En otras palabras, tengo cinco hijas que, en diferentes momentos, han sido un quebradero de cabeza. La mayor, Claire, siempre fue un poco alocada, pero se caso y se quedo embarazada y pense que todo se habia normalizado, hasta que el cerdo de su marido huyo el dia que ella dio a luz. Al final todo se soluciono, pero en aquel momento no tuvo ninguna gracia, te lo aseguro.* Luego la mediana, Rachel, decidio que tenia un problema con las drogas y que debia ingresar en ese centro de desintoxicacion que cuesta una fortuna.* Por el mismo dinero el senor Walsh y yo podriamos haber viajado en el Orient Express a Venecia y habernos pasado ahi un mes. Luego, y hete aqui el golpe mas fuerte, Margaret, la unica hija buena, abandona a su --lo reconozco, soso, sosisimo-- marido y se larga a Los Angeles, donde vive su amiga Emily. * Anna, la cuarta, siempre estuvo algo mal de la cabeza. Para seros totalmente sincera, siempre pense que le faltaba mas de un tornillo. Pero me equivocaba, pues despues de pasarse anos dando tumbos, ha conseguido un estupendo empleo en Nueva York con una casa de cosmeticos. Seguramente habreis oido hablar de ella; es una marca que esta muy de moda y se llama Candy Grrrl. Mis hijas y yo conseguimos un monton de productos gratis, a veces incluso antes de que lleguen a las tiendas. Estamos muy orgullosas de ella, aunque todavia nos cueste creerlo. Y Helen, la pequena, mas inutil aun que su hermana, tambien ha encontrado un trabajo estupendo. Es detective privada, o DP, como la llamamos a veces. Cuando tiene mucho trabajo, me suplica que la ayude en sus operaciones de vigilancia, y si no coincide con mi dia del bridge, acepto, porque no me gusta fallarle. En dos ocasiones la he ayudado a entrar en pisos ajenos y buscar documentos y otras cosas, y os dire algo: no imaginais la de suciedad que se acumula en las casas cuando la gente no espera visita. De todas mis hijas, Helen probablemente sea la que tiene el mejor trabajo, con excepcion de la noche que alguien arrojo un ladrillo a la ventana de nuestra sala de estar mientras daban EastEnders para <>. PREGUNTA. Querida mama Walsh, le escribo porque no tengo a nadie mas a quien acudir. Creo que mi esposa tiene un amante. Solo llevamos casados diecisiete meses, pero en cinco ocasiones durante los ultimos meses he visto marcas de neumatico en la entrada de nuestra casa que no pertenecen a mi coche. Podrian ser de un Saab. (Yo conduzco un Ford Mondeo.) Luego encontre un trozo de envoltorio debajo de mi almohada que podria ser de un condon, pero no de la marca que yo uso. Ademas, ultimamente mi vecino me mira con mucha compasion, como si se me hubiera muerto alguien, y antes nunca habia sido tan amable conmigo; a mi esposa y a mi no nos invitaba a sus reuniones de amigos. Amo profundamente a mi mujer y esta sospecha me esta desquiciando. Le he preguntado directamente si hay alguien y ella me ha dicho que no. ?Que debo hacer? DAVID, Dublin. RESPUESTA. Querido David de Dublin, has tenido suerte porque, efectivamente, puedo ayudarte. Mi hija menor, Helen, es detective privada y esta especializada en esa clase de casos. Creo que sus honorarios son muy elevados, pero eso es porque carece de moral y no teme incumplir la ley. No obstante, puedo pedirle, como un favor, que te haga un descuento. Obtiene resultados muy buenos. Instala camaras en dormitorios y pilla a la gente haciendo toda clase de travesuras. Tambien se esconde en setos y fotografia a la gente saliendo y entrando de casas. Ojala no lo hiciera, porque siempre anda pillando infecciones de garganta y es a mi a quien le toca escuchar sus lamentos. Es, ademas, una chica muy atractiva y los hombres siempre se enamoran de ella. Existe la posibilidad de que tu tambien te enamores, en cuyo caso la situacion con tu esposa ya no importaria. Debo advertirte, con todo, que Helen te cobrara igual. P. D. El senor Walsh dice que los Saab son coches muy buenos, mucho mejores que el Ford Mondeo. En realidad dijo que los Saab son <>, lo cual encuentro sumamente irritante. Todo tiene que ser <> estos dias. ?Como puede un coche ser <>? Los culos son <> (o pueden serlo). Los ojos son <>. Pero no los sillones blancos ni el arroz y aun menos los coches... Lo siento, me he ido por las ramas. ?Por donde iba? Ah, si. El senor Walsh dice --y mis disculpas si te resulta un poco fuerte, pero me limito a comunicarte lo que el me ha dicho-- que si fuera mujer se acostaria con el hombre del Saab. P. Querida Mama Walsh, me pregunto si podria aconsejarme en lo siguiente. Tengo un novio al que quiero mucho. Llevamos dos anos y hace poco nos fuimos a vivir juntos. Ayer por la noche me dijo que sus padres, que viven en Nottingham, vendran a pasar el fin de semana con nosotros. El problema no es eso, el problema es que mi novio dice que su madre espera que el domingo le prepare un redondo de ternera, y soy vegetariana. La carne me da asco y la sola idea de tocarla me pone la piel de gallina. Sin embargo, mi novio insiste en que debo hacerlo. Dice que, de lo contrario, su madre no me aceptara. ?Que debo hacer? ?Me empeno en que sea el quien cocine la carne, y fingimos que la he hecho yo? ANGIE, Londres R. ?Estas loca? ?Quieres que tu casa se incendie? Los hombres son un desastre en la cocina, todo el mundo lo sabe. No, tienes que afrontar la situacion y abandonar esa tonteria vegetariana. Mi hija Rachel tambien fue vegetariana durante un tiempo, pero solo porque queria llamar la atencion. Luego se aficiono a las drogas e intento suicidarse, y entonces fue capaz de dejar el vegetarianismo porque recibio toda la atencion que necesitaba. El caso, Angie, es que la carne es deliciosa, no tiene sentido comer sin ella y la necesitas para que te aporte hierro y otros nutrientes basicos. Si no comes carne, sufriras infecciones de oido e hidropesia. ?Y quien acabara subiendo y bajando las escaleras para cuidarte? Exacto, tu mama. Empieza por el pollo --Marks and Spencer hace menus completos muy sabrosos-- y cuando menos te lo esperes, !te estaras comiendo un filete! !Suerte! PREGUNTA. Querida mama Walsh, le escribo por un problema bastante delicado. Se trata de mi novio. Cuando hace <>, lo mancha todo. El cuarto de bano esta salpicado de gotas y huele fatal. Le he pedido que sea mas cuidadoso, pero no hace caso. ?Que debo hacer? FIONA, Edimburgo RESPUESTA. Al principio de nuestro matrimonio, el senor Walsh era culpable del mismo comportamiento. Mi consejo es que se lo restriegues por las narices. P. Querida mama Walsh, tengo una hija que dice que es lesbiana y se pasea por nuestra calle de la mano de su <> a plena luz del dia. Estoy muerta de verguenza. ?Que debo hacer? ANON, sin direccion. R. Querida Marguerite (he reconocido tu letra), no me hare la sorprendida porque yo misma las he visto con mis propios ojos y todos los vecinos se dedican a espiarlas por detras de las cortinas. A ellas les trae sin cuidado que las vean y en una ocasion hasta se detuvieron al lado de mi cipres para <>. Angela es una chica encantadora y solo busca llamar la atencion. Todas las hijas lo hacen, y muchas veces me he preguntado si seria mas facil con un hijo. Si las hijas no son lesbianas, se empenan en ser vegetarianas o drogadictas, o se esconden detras de setos humedos con un objetivo de largo alcance, pillan anginas y se pasan una semana en la cama pidiendo Lemsip y Kit-Kats Chunky. Es la cruz que nosotras, las madres, tenemos que cargar. Resignate. Piensa en nuestro Senor en la cruz, con clavos de quince centimetros en las manos y en los pies, muriendo por nuestros pecados, y hay gente que ni se lo agradece.

  • El sonido de los suenos de Diego Fischerman

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  • Arrastrame al infierno contigo (Samsara 1) de Jane Reyals

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    ?Que harias si el amor de tu vida, por el que renunciaste a tus alas, no recordara siquiera tu nombre? Los secretos, los celos, el amor, el deseo y la posesividad inundan la vida de Naia, una joven que oculta un gran secreto. Inmersa en sus estudios, rechaza cualquier tipo de relacion con los hombres, pero pronto se sentira acorralada por un profesor que afirma conocerla mas de lo que ella cree. Entretanto, Zackary, un angel arrojado a la tierra, condenado por amar lo prohibido, intentara recuperar a su angel. Para ello entregara sus alas a los Kazoos, los guerreros del infierno, encargados de recuperar el mapa, el unico conducto que puede llevarlos de vuelta al Eden. Angeles deberan unir fuerzas para derrotar Kazoos del ultimo ser que esperarian, aquel que aguarda librar una batalla milenaria para cumplir su venganza.

  • Espana embrujada de Nekane Flisflisher

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    Maldiciones, misterios, lugares hechizados y leyendas ocultas de nuestro pais.
    Un recorrido por los secretos mas oscuros y mejor guardados de la geografia espanola.

  • Poder contarlo de Ferran Torrent

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    Valencia, ano 1982. Messie y Llargo regentan varios negocios sospechosos, como una sala de juegos clandestina y combates de boxeo irregulares. Esta relativa calma se ve truncada cuando Messie convence a Llargo para rememorar los viejos tiempos y unirse a un antiguo socio y a dos jovenes de extrema
    izquierda que planean robar el importante banco Intrans.

  • Nunca dejes de bailar de Pat Casala

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  • El circulo perfecto (El reino del aguila 1), Moruena Estringana de Moruena Estringana

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  • Tuya Cuando Quieras 2 de April Russel

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    Tras sentirse enganada, Megan decide irse a Roma con su madre para sanar las heridas del pasado. Retoma la musica y cuando cree que comienza a olvidar a Mikhail, este aparece en Italia para convencerla de su carino su orgullo y dolor no le permiten ver mas alla del rencor. Estara en Mikhail convencerla de su carino y sobrepasar otro obstaculo que se interpondra entre ellos, Megan tendra que elegir ?La musica o el amor? ambas no encajaran en su vida. Cientos de retos se le presentaran y el amor sera puesto a prueba retando los limites de ambos sin imaginarse lo doloroso que pueda llegar a ser. Una historia que continua llena de erotismo, juegos y amor.

  • Intimando con el diablo de J. M. Guilengo

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    Un poderoso demonio expulsado del infierno al mundo de los humanos y convertido en mortal, una dulce y devota joven a la que la vida no ha hecho mas que torturar, y un veterano y arisco detective sumergido en el ultimo y mas oscuro caso de toda su carrera. Los caminos de tan distintos personajes se cruzaran en la ciudad de Barcelona y cambiaran el curso de la historia. Intriga, amor, fantasia y traiciones de la mano de "Intimando con el Diablo".

  • Una influencer en apuros (Influencer 1) de Hugo Sanz

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    Chloe es una joven y afamada influencer britanica, que saborea las mieles del exito. En un viaje familiar conoce a Nelson, novio de una de sus odiosas primas, que irrumpe con fuerza en su corazon. No obstante, la protagonista decide apartarlo de su existencia, dadas las circunstancias, pese a que sus sentimientos por el siguen intactos.

  • Tu sueno hecho realidad de Chris Guillebeau

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    Al igual que los heroes de antano se lanzaban a realizar sus suenos y a lomos de un caballo se adentraban en bosques encantados, muchos hombres y mujeres siguen recorriendo un camino para <> a si mismos. Como descubrio don Quijote hace muchos anos, una mision no siempre resulta ser como se habia planeado. Los viajeros sufren contratiempos inesperados o se pierden porque alguien les ha orientado mal, y algunas situaciones que han de afrontar son un autentico reto. Sin embargo, por extrano que parezca, las desventuras (y a veces hasta los desastres) generan confianza. Este libro trata sobre esta oportunidad de aprender. Vas a estar en compania de hombres y mujeres que iniciaron grandes aventuras y dieron un proposito a sus vidas trabajando en pos de algo que para ellos tenia un profundo sentido. Encontraras aqui sus relatos y las lecciones que aprendieron. Sabras lo que les sucedio por el camino, pero, sobre todo, sabras por que ocurrio y por que importa. Fabuloso… Bien escrito, entretenido e inspirador. HUFFINGTON POST. Las increibles aventuras a las que Chris Guillebeau nos remite en Tu sueno hecho realidad, incluida la suya propia de viajar a todos los paises del mundo, me dejaron exhausto.

  • Un plan imperfecto de Lara Beli

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    Fiona Archer tiene un objetivo: convertirse en una periodista seria y respetada y se ha esforzado mucho para conseguirlo. Por eso no esta nada satisfecha cuando el unico empleo que consigue es de redactora de sociedad en la revista Madame, entrevistando a los ricos y famosos que tanto desprecia.

  • Mis Ojos En Ti de Lisy Noboa

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    ?Se puede amar en un mundo lleno de dolor y traiciones?

  • Las Peregrinas de Y. Lorenzo

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    Cecilia es una chica cubana que ha emigrado a Espana. Su futuro se presenta incierto al encontrar trabajos precarios e inestables debido a la situacion actual del pais. Su amiga Laura la convence de que puede ganar mucho dinero si la acompana en un viaje por Europa. Por fin va a poder cumplir algunos de sus suenos, pero le suceden una serie de contratiempos. Cada vez se le hace mas dificil salir del agujero donde se habia metido, no perdiendo nunca su alegria y la ilusion por encontrar el amor. Las amigas se desenvuelven con total naturalidad y seguridad por un mundo que para muchos parece incierto.

  • Princesa Vendida de Gema Perez

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    Clarissa era hermosa.
    La mujer mas hermosa del reino.
    Y la princesa. La heredera.
    . y la moneda de cambio de su padre.

  • Hijos del desierto 1 de Jose Valero Cuadra

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    ?Te imaginas un mundo futuro desertico, azotado periodicamente por inundaciones de hojas? ?Te imaginas un imperio del futuro, mas atrasado tecnologicamente, en el que los arboles y las plantas son odiados, pero en el que sobrevive una isla de verdor?
    El punto de partida de la novela es una inundacion de hojas y ramas que sepulta la ciudad de Estrasburgo bajo toneladas de hojarasca.
    ?Que misterio se esconde tras la lluvia de hojas? ?Cual es su causa? ?Sobrevivira el Imperio a la invasion arborea? ?Vencera el Imperio a los arboles? ?O sera devorado el desierto por las plantas?
    Descubrelo en “Hijos del desierto”, una novela en la que hay aventuras, accion, intrigas palaciegas, asesinatos, traiciones y misterios por resolver.

  • Mi error fue ser solo tu mejor amiga. Parte 1 de Moruena Estringana

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  • Fuego en la montana de Penelope Dunn

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    Laura viene saliendo de una relacion toxica y tortuosa, y su amiga la ayuda a despejarse invitandola a pasar unos dias de vacaciones a la montana.

  • Entrega certificada de Sophie Saint Rose

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    Symone cruzo la calle a toda prisa cargando con su pesada bolsa de cartera y esquivando un taxi que hizo sonar el claxon. Al llegar a la acera suspiro abriendo la bolsa para hacer el reparto y sonrio al ver el sobre rojo -- Claro, hoy es jueves. -- dijo para si subiendo las escaleras del numero cuarenta y siete. El portal estaba abierto y no veia al portero por ningun sitio. El senor Patterson bajaba en ese momento, asi que encantada se acerco con los sobres en la mano-- Le ha llegado carta, senor Patterson. Como todos los jueves. -- miro en el monton del edificio y saco dos cartas para el. --Gracias, ?Sybil? --Symone. Symone Murray. El hombre ya debia tener sesenta y tantos, pero era tan atractivo como un actor de cine. Incluso con su pelo moreno cubierto de canas, se conservaba muy bien para su edad. -- ?Eres nueva en este trabajo? Creo que antes repartia las cartas un hombre, ?verdad? --Phill, pero se jubilo hace un ano. Ahora esta zona es mia. --lo miro maliciosa-- Usted es mio. El hombre se echo a reir y Jack, el portero, se acerco poniendose la chaqueta. Estaba claro que habia ido al bano-- Buenos dias, Symone. --Buenos dias, Jack. ?Como va ese intestino? --Mucho mejor, gracias. --Ya sabes, come mucha fibra. Hasta manana. -- se volvio y le guino un ojo al senor Patterson, que sonrio agradablemente. Hizo su ruta saludando a todo el mundo y charlando un rato con ellos, pero se puso a llover, algo que no era extrano en Nueva York a finales de septiembre. Su pelo castano, que habia tardado una hora en dejar impecable con la plancha la noche anterior, ahora era una masa de rizos desgrenados -- Mierda de tiempo. -- era lo que mas odiaba de su trabajo. El tiempo. En invierno era una pesadilla repartir el correo porque siempre llegaba empapada y muerta de frio cuando nevaba. Desde el ano anterior, que era cuando habia empezado a trabajar en correos, habia pillado cinco resfriados. Habia tenido la nariz roja durante todo el invierno y eso que habia probado de todo. Su amiga Tavie decia que parecia una payasita. Y no solo eso. En verano se asaba con aquellos pantalones ridiculos y los zapatones con cordones. Ademas, la camisa azul le quedaba enorme. Era el uniforme menos sexy del mundo. Asi no se comia ni un rosco y llevaba sin sexo... bueno ahi su trabajo tenia poco que ver, porque hacia dos anos que no echaba un polvo. Cuando por fin llego a casa, se quito la chaqueta de punto azul y puso los ojos en blanco al oir los jadeos de su companera de piso en su habitacion. -Esto es estupendo. -- siseo viendo que el piso estaba hecho un asco mientras iba hacia la nevera y cuando la abrio, pudo comprobar que Tavie no habia ido a comprar esa manana como habia dicho que haria. --Espaguetis otra vez. -- dijo resignada abriendo la alacena. Se puso a cocer los espaguetis sacando una lata de salsa bolonesa ya preparada y cuando tenia la comida ya a punto, escucho el grito de satisfaccion de Tavie terminando la faena. Su novio salio de la habitacion con unos gayumbos rojos sonriendo como un bobalicon mientras se apartaba el cabello rubio de la cara -- Ehh. Ese era el saludo de Cris. Siempre decia Ehh. Estaria bueno, pero era el tio con menos cerebro del mundo. Todavia no entendia como Tavie estaba con el. Por los orgasmos que le proporcionaba seguramente. Cuando su amiga salio de la habitacion atandose la bata de seda rosa que su madre le habia regalado a Symone por Navidad, se dijo que ya tenia bastante-- Esto no puede seguir asi. --Vamos, ?estas enfadada? --No trabajas, tengo que encargarme yo hasta de hacer la comida. !No has ido a la compra! -- dijo enfadada-- !Y hasta coges mis cosas sin mi permiso! -- !Somos amigas! -- exclamo Tavie recogiendo su cabello rubio en una coleta alta mientras la miraba como si dijera disparates. -- !Precisamente por eso! !Si queremos seguir siendo amigas, esto tiene que cambiar! Tavie la miro con sus ojos azules mientras que los verdes de Symone brillaban de rabia por no pegarle cuatro gritos -- Esta bien. Veo que igual me he pasado, pero no me he dado cuenta, te lo juro. -- !Solo faltaria que hubieras sido tan egoista a proposito! --Necesita un polvo. -- dijo Cris cogiendo de la olla unos espaguetis con la mano y metiendoselos en la boca. -- !Cierra la boca, Cris! -- dijeron las dos a la vez. --Esta bien. A partir de ahora colaborare mas. -- su amiga se acerco a los espaguetis y saco un plato de la alacena sirviendose. Cogio un tenedor y se sento sobre la encimera comiendo tranquilamente -- Ire a la compra por la tarde. --dijo sin darle importancia. Cuando un espagueti cayo como a camara lenta sobre la bata que ni ella habia estrenado, lo vio todo rojo-- !Largo! Tavie mastico lentamente dejando el plato sobre la encimera-- Cris, corre. -- ?Que? -- pregunto su novio con la boca llena. -- !Corre! !Tiene esa mirada de loca! Cris la miro y ella indignada grito -- !No tiene gracia! Tavie solto una risita-- Lo siento. Prometo ser buena. Siempre le decia lo mismo y por muy amigas que fueran, aquello ya era el colmo. Nego con la cabeza y Tavie perdio la sonrisa poco a poco-- Hablas en serio. --Mira el apartamento, Tavie. !Tienes veinticinco anos y no limpias, no colaboras, te comes todo lo que compro y este gorron tambien! !No aportas dinero a la renta porque no trabajas y encima tienes el descaro de reirte de mi! !Y me has estropeado una bata que me ha regalado mi madre! --Tavie se sonrojo-- Nos conocemos desde hace anos y cuando te dije que podias vivir aqui, se suponia que era algo temporal. !Llevo un ano manteniendote y estoy harta! --Entiendo. -- dijo muy digna bajando de la encimera-- Hare las maletas. -- ?Y a donde vas a ir? -- pregunto Cris con la boca llena. --A tu casa. Cris abrio los ojos como platos-- !No puedes venir a mi casa! !No entro ni yo! Tavie jadeo indignada-- ?No me quieres en tu casa? --No es eso palomita...-- siguio a su furiosa novia y Symone se mordio el labio inferior sintiendo remordimientos. --No cedas, no cedas. -- se dijo a si misma en voz baja. Saco un plato del armario y cuando llego a la olla vio que estaba casi vacia. Eso la decidio. Furiosa fue hasta la habitacion y cerro de un portazo. Se quito el horrible uniforme y salio con su albornoz rosa hacia el bano. Alli se encontro con Tavie, que estaba recogiendo sus cosas. Symone se sintio fatal sobre todo porque se conocian desde los diez anos y Tavie abrio los ojos como platos cogiendola de la muneca y metiendola en el cuarto de bano a toda prisa-- !No lo digas! -- ?El que? --Cris me acaba de decir que esta bien que me quede en su casa y si te echas atras, nunca querra que viva con el. Symone entrecerro los ojos-- !Lo has hecho a proposito! --Tecnica de supervivencia. -- hizo una mueca--Siento lo de la bata. Ahi me he pasado. --se volvio y siguio recogiendo sus innumerables potingues-- Vamos, parece que no me conoces. Tampoco soy tan desordenada. --Increible. -- siseo-- Tu no estas bien de la cabeza. --En el amor y la guerra todo vale. -- se volvio y le dio un beso en la mejilla-- Te llamo manana. Atonita la vio irse del bano como si nada. Miro el estante casi vacio, pensando que ese pringado no tenia ninguna oportunidad con su amiga. Se lo iba a comer vivo. Se paso lo que quedo del dia recogiendo el apartamento y yendo a la compra. Cuando al fin se tumbo en la cama hizo una mueca porque echaba de menos a Tavie. Siempre hablaban antes de irse a dormir y era un habito que echaria de menos. -- Bueno, Symone... es hora de buscarte un novio. Una semana despues estaba en la central de correos recogiendo la correspondencia de su zona, cuando repasando que todas las cartas estuvieran colocadas por calles, se dio cuenta que faltaba algo. Sin saber que era, las reviso dos veces, pero tenia las cartas de todos los portales y de todas sus calles--Que raro. -- susurro metiendolas por orden de entrega, para ir sacandolas segun las iba necesitando. Esa vez llevaba un carrito porque tenia demasiado volumen y no le cabian en la bolsa. Odiaba el dichoso carrito. Sonrio porque afortunadamente no llovia. Cuando llego al numero cuarenta y siete de la cincuenta y ocho, sonrio cogiendo las cartas para entregarlas-- Buenos dias, Jack. --Buenos dias, Symone. -- de repente se puso palido y salio corriendo. --Vaya. -- subio las escaleras --Pobre hombre. --iba a dejar las cartas sobre la mesa, pero se decidio a meterlas en los buzones para que no tuviera que hacerlo el. Estaba echando las cartas en el buzon de Patterson cuando se detuvo en seco. Paso una carta tras otra -- !Mierda! !La carta roja! Seguro que la habia dejado en la central porque nunca faltaba. Hizo sus entregas en tiempo record corriendo por su zona sin detenerse con nadie. Cuando llego a la central, dejo el carrito en su sitio y fue a la zona de reparto para revisar su cajetin. Al verlo vacio, se llevo la mano a la frente pensando en ello--Mierda, mierda. -- ?Que ocurre? -- pregunto su supervisora mirandola fijamente a traves de sus gafas de pasta negras. --Oh, nada. Creo. Es que un usuario esperaba una carta y me he pasado a mirar por si estaba alli. --No habra llegado. Si se hubiera enviado, la habrias repartido. -- entrecerro los ojos--A no ser que la hayas perdido. Symone abrio los ojos como platos-- Por supuesto que no, senora Liles. Yo no he perdido nada. La mujer sonrio asintiendo-- Nunca hemos tenido una queja de ti y seguro que esta vez sera igual. Esa carta no ha llegado. Punto. --Si, senora Liles. --Bien. ?Has terminado? --Si, senora. Miro su reloj y sonrio encantada-- Muy bien. Un tiempo excelente. Puedes irte a casa. Cuando la mujer se volvio a echarle la bronca a otro, gimio mirando su cajetin-- !Mierda! Despues de darle vueltas durante una hora, se acerco al portal del senor Patterson para disculparse. Estaba convencida que la carta habia desaparecido en algun punto porque las recibia todos los jueves y se sentia culpable porque era mas que evidente que eran cartas de amor. Symone se imaginaba que seria un amor imposible y que solo les era posible comunicarse asi, como en los romances del siglo diecisiete. La posibilidad de que por culpa de ella no hubiera recibido la carta de la semana, le provocaba una desazon que no se iba. Asi que como decia su madre, cuando habia que disculparse, cuanto antes mejor. Entro en el portal y saludo a Jack-- ?Como estas? El hombre que debia tener unos treinta anos sonrio como si estuviera encantado con la pregunta y Symone incomoda porque pensara que tenia interes en el, miro a su alrededor disimulando. -- Mucho mejor. Es que tengo el colon irritable, ?sabes? Y si me pongo nervioso...-- de repente palidecio y salio corriendo. Symone se quedo mirando su espalda con la boca abierta y entonces comprendio que se ponia nervioso al verla. Hizo una mueca esperando que se le pasara, porque le iba a ver casi todos los dias a no ser que la cambiaran de ruta. Algo poco probable. Sujetandose la correa del bolso que cruzaba su pecho fue hasta el ascensor y pulso el octavo. Se miro al espejo y se aparto un rizo castano de la frente. Se paso el dedo por debajo de sus ojos verdes para quitar algo del rimel que se le habia corrido y tomo aire dandose valor porque no sabia como iba a reaccionar el pobre hombre. Esperaba que estuviera en casa. Salio del ascensor y admiro un precioso cuadro que estaba en el pasillo. Era una preciosidad que representaba un puente sobre un rio lleno de flores acuaticas. En su barrio ese cuadro duraria alli tres minutos. Fue hasta la puerta A y toco el timbre. Miro a su alrededor y se sobresalto cuando abrieron la puerta. Una mujer de la edad del senor Patterson le sonrio dulcemente y Symone fruncio el ceno mirando la letra de su puerta. Se suponia que ese hombre no tenia esposa. Nunca habia enviado una carta a la mujer de Patterson, pero temio meter la pata, asi que pregunto-- ?Es la senora Patterson? --Oh no, querida. Soy su asistenta. ?Traes una carta certificada para Richard? Suspiro de alivio-- No, pero necesito hablar con el de un asunto importante. La mujer asintio con una agradable sonrisa mirandola con sus ojos azules --Por supuesto. Pasa, que le aviso. La llevo a un salon que estaba elegantemente decorado. Era masculino en tonos marrones y el gran sofa de cuero le recordo a los que se veian en las peliculas inglesas. Todo estaba puesto con mucho gusto. Habia un cuadro que le llamo la atencion porque no pegaba con la decoracion clasica de ese hombre. Era el retrato de una mujer en tonos pastel. Era preciosa, con su pelo rubio y sus ojos verdes brillando de alegria mientras se reia. Seguro que era alguien importante para el. --Enseguida le aviso. ?Quieres tomar algo? --No, gracias. --se sento en el sofa sacando la correa del bolso por la cabeza para colocarlo a su lado en el sofa-- Acabo de tomarme un cafe. La mujer asintio girandose y yendo hacia una puerta que habia a su izquierda. Llamo a la puerta -Adelante. La senora entro en lo que parecia un despacho. Desde el sofa vio que el senor Patterson estaba sentado detras de un escritorio muy fino. La mujer le dijo algo que ella no llego a entender desde alli y el hombre se levanto rodeando el escritorio. Cuando salio, Symone sonrio levantandose del sofa. Al verla sonrio agradablemente --Pero si es nuestra repartidora de noticias. --Que manera mas delicada de decir repartidora de facturas. El hombre divertido le indico el sofa -- Por favor, sientate. Tienes que estar cansada despues de recorrer las calles toda la manana. Symone se sento mientras la mujer recorria el salon para entrar en otra puerta a su derecha. --Bueno, Symone... ?ha ocurrido algo? -- se sento en la butaca al lado del sofa y ella pudo ver en sus ojos que tenia la esperanza que hubiera sido asi. --Queria disculparme por no haberle traido el sobre rojo hoy. -- dijo preocupada-- En realidad no se que ha pasado y temo haberlo perdido. --Tuteame, por favor. -- la miro con sus ojos grises y apreto los labios-- ?Por que te disculpas si no sabes que ha ocurrido? --Me he imaginado que la culpa ha sido mia, porque ella no falla ni una semana. -- se sonrojo intensamente-- Perdon. Supuse que era una mujer quien... --Tienes razon. -- la interrumpio con una triste sonrisa-- En treinta y dos anos no ha fallado nunca. --eso la hizo sentirse peor aun. Que hubiera pasado en su turno, era tener mala suerte --Desgraciadamente creo que a ella puede haberle pasado algo y por eso no ha escrito la carta de esta semana. --Pero puede enterarse, ?verdad? --pregunto ansiosa. Richard nego con la cabeza --No puedo llamar a su casa. --Entiendo. -- susurro mirando la tristeza en sus ojos -- Si esta casada, puedo ... --No esta casada. Es viuda. Symone le miro confundida-- ?Y si es viuda por que razon no pueden mantener contacto? -- al darse cuenta que habia preguntado algo demasiado personal, se puso como un tomate y susurro --Lo siento, no es asunto mio. El hombre suspiro y miro el cuadro --Cuando conoci a Valeria si que estaba casada. --a Symone se le corto el aliento-- Llevaba casada cinco anos y tenia una hija con su marido. -- ?Como se conocieron? Richard sonrio con nostalgia-- En el cine. Habia ido sola porque su marido no soportaba el cine europeo. Estabamos en la cola de las palomitas y tropece con ella. Fue amor a primera vista. --Oh, que bonito. --Intentamos separarnos, de verdad. Pero era superior a nuestras fuerzas. --miro a Symone a los ojos-- Le pedi mil veces que le dejara y cuando lo iba a hacer, su marido tuvo un problema de salud que le impidio hacerlo. --Algo de corazon, seguro. -- dijo haciendole reir-- En las grandes historias de amor siempre pasa algo asi. --No paso solo eso. Yo me enfade y... --Se separaron. --No queria hacerle dano a su marido, ni a su hija, asi que cuando se entero de que estaba embarazada de mi, no me dijo nada. -- Symone se llevo una mano al pecho sintiendo mucha pena por el -- Yo me case con otra, pero el matrimonio no duro ni dos anos. Me estaba divorciando cuando vi a Valeria en Central Park con el nino en el carricoche. Cuando nos encontramos, volvimos a sentir lo mismo que cuando estabamos juntos, asi que fue inevitable. Pero cuando un dia el nino me llamo papa en uno de nuestros encuentros, ella me miro con horror y ya no quiso volver a verme, sintiendose muy culpable por todo lo que habiamos provocado. --Asi que tu hijo vive en la ignorancia. Richard asintio. -- ?Y su marido? --Murio hace siete anos. -- ?Y por que no estan juntos, si se puede saber? El senalo una foto que habia sobre una estanteria y Symone abrio los ojos como platos al ver a un hombre guapisimo, riendo con la mujer rubia al lado. Tenia los ojos grises y miraba a la camara, pero Symone sintio que la miraba a ella --Esta buenisimo. Richard se echo a reir a carcajadas-- Segun su madre, tiene un exito terrible con las mujeres. No le extranaba nada-- Seguramente usted tambien lo tendria porque son igualitos. -- Symone miro la foto y a su anfitrion varias veces. --Ese es el problema. Que cuando me vea, sabra todo lo que ha pasado y su madre no puede soportar que sepa que le ha enganado. Que ha enganado a toda la familia. Seria demasiado para ella. -- !Por Dios, llevan asi treinta anos! -- dijo ella indignada-- Tienen derecho a ser felices de una vez. El se cabreara, pero tendra que aceptarlo. !No es un nino! Richard la miro con admiracion --Eso mismo le he dicho a Valeria, pero... --Se niega. --Sus hijos son el amor de su vida. --Symone suspiro mirando la foto-- Ademas, no se lo que ha pasado, asi que hasta que no se ponga en contacto conmigo tengo las manos atadas. --Pues me voy a enterar. -- dijo levantandose del sofa decidida-- ?La direccion? Richard abrio los ojos como platos-- ?Que? -- !No puedes pasarte con esta incertidumbre varios dias! Me das la direccion y voy a preguntar por ella. !Soy cartera! De algo tiene que servir mi profesion. El hombre parecio pensarlo-- No es mala idea. --Tu no puedes ir, pero yo si. -- sonrio radiante-- Y si tengo suerte puede que vea a tu hijo. --No le contaras nada, ?verdad? --Soy cartera. -dijo ofendida-- Soy discreta por naturaleza. Si supieras las cosas que se. -- ?Como que? --Soy una tumba. Richard se echo a reir y sus ojos brillaron. Se levanto y fue hasta su despacho donde escribio en un post-it lo que suponia que era la direccion. Cuando volvio, parecio pensarselo mejor con el post- it en la mano-- No dudes mas. Por mi no se enterara de nada. Preguntare por ella. !Incluso puede que no pase nada y yo haya perdido la carta! Richard apreto los labios y le entrego la nota-- Valeria Thorton. --Muy bien. Volvere. -- dijo yendo hacia la puerta con paso firme --Tardare un par de horas. Tengo que pasar por la central. --De acuerdo. Estare aqui esperando. Saliendo del piso apreto los labios. Pobre hombre. Llevaba esperando toda su vida. Su unico nexo de union con su familia eran esas cartas y ella iba a descubrir que estaba pasando. Capitulo 2 A toda prisa fue hasta la central con la esperanza de que hubiera en el cajetin de su calle alguna carta a nombre de Valeria Thorton. Sonrio porque tuvo suerte y discretamente cogio la carta, que era de un banco. Hizo una mueca porque le vendria mejor una certificada, pero le serviria para tener una excusa. Cuando la habia guardado en el bolso, paso su supervisora ante ella. --Symone, ?que haces todavia aqui? --Se me olvido algo en la taquilla y me he pasado a ver como iba el trabajo para manana. La senora Liles la miro asombrada-- No deberias pensar tanto en el trabajo. Eres joven. Sal a divertirte. --Es que me gusta que todo este en orden. --Esta entrega en tu trabajo, me hace pensar que puede que te recomiende para un ascenso a clasificacion. !Dios mio, que horror! Estar todo el dia sentada clasificando cartas por codigo postal. Preferia helarse de frio. --No se moleste. Ya conozco a los vecinos y estoy muy a gusto en la ruta. --Estupendo. Ahora vete y disfruta de lo que queda del dia. --Lo hare. Hasta manana. Salio de alli a toda prisa y corrio a la parada de metro para ir a la calle sesenta y cuatro este. Estaba claro que tenian mucho dinero y Symone esperaba que eso no hubiera tenido nada que ver a la hora de no separarse de su marido. Cuando llego a la casa de tres pisos, miro la fachada de ladrillo rojo y se paso las manos sudorosas por su chaqueta antes de sacar la carta de su bolso. Con la carta en la mano cruzo la calle y subio los cinco escalones que llevaban a la puerta, decorada con un llamador de cobre en forma de leon. --Vamos alla. -- toco el timbre y puso una sonrisa en la cara. -- !Ya voy yo! -- escucho desde dentro de la casa y cuando abrieron la puerta Symone sintio que se le detenia el corazon. El hijo del senor Patterson estaba ante ella con una camisa blanca y unos pantalones negros. Las mangas de la camisa estaban enrolladas hasta los codos mostrando su vello negro y Symone trago saliva al ver el color dorado de su piel. Estaba para comerselo -- ?Si? La voz grave del macizo le hizo levantar la vista a sus ojos grises, igualitos a los de su padre. -- ?Queria algo? --Oh. -miro la carta como si leyera el nombre que se sabia de memoria-- ?Valeria Thorton? --Es mi madre. -- extendio la mano, pero ella la aparto de el sorprendiendolo. -- ?Y eso como lo se? -- ?Perdon? -- ?Esta en casa? --Mi madre esta en el hospital. -- respondio molesto-- ?Me da la carta? -- ?En el hospital? -- pregunto alarmada-- Estara bien, ?no? Richard la miro asombrado y respondio entre dientes-- ?Es asunto suyo? -- !Me gusta saber que mis asignados estan bien! Es de buen cartero. --Querra decir de buena cartera cotilla. Symone jadeo ofendida-- ?Esta bien o no? --Ha tenido una infeccion de vesicula y han tenido que operarla de urgencia. Iba a entregarle la carta cuando la volvio a apartar-- ?Pero esta bien? --Los medicos dicen que si. Tardara unas semanas en recuperarse, pero se pondra bien. Le tendio la carta y Richard iba a cogerla cuando volvio a separarla-- ?En que hospital esta? --Oiga, senora... -- !Senorita! --exclamo ofendida-- Senorita Murray. -- ?Me da la carta de una buena vez? -- !Es por si algun vecino quiere enviarle flores! --En el Lenox Hill. -- respondio entre dientes. -- ?Habitacion? --Trescientos dieciseis. Ella sonrio radiante-- Gracias. -- le entrego la carta, pero cuando el la cogio Symone no la solto-- Por cierto. ?Esta soltero? La miro asombrado-- ?Y eso que tiene que ver con mi madre? --No, si esa pregunta es para mi informacion personal. --No es asunto suyo. --Pues veras… ?te importa que te tutee? No, ?verdad? Pues veras... si de algo me he dado cuenta en el dia de hoy, es que no hay que desaprovechar las oportunidades, porque luego vienen los arrepentimientos. --?No me diga? -- tiro de la carta, pero ella no la solto cogiendola con la otra mano--!Esto es ridiculo! -- ?Esta soltero o no? -- !Si! Y si todas las mujeres son como usted, lo estare muchos anos. Ella se echo a reir dejandolo de piedra-- ?Novia? Se dio por vencido -No. --No eres gay, ?verdad? -- !No! --Tengo un trabajo estable y no estoy mal. ?Quieres casarte conmigo? La miro como si le hubieran salido dos cabezas antes de cerrarle la puerta en las narices. Symone parpadeo mirando el llamador. Parecia que el dichoso leon se reia de ella. -- ?Eso es que no? -- pregunto en alto para que la oyera --Vale, te meto la carta por debajo de la puerta. -- metio la mitad de la carta por la ranura y cuando la carta desaparecio sonrio sin poder evitarlo-- !Por cierto, me llamo Symone! Espero su respuesta, pero al no escuchar nada bajo los escalones lentamente sonriendo como una tonta. !Que hombre! Caminaba por la acera y volvio la vista a la ventana. !La estaba mirando! Ella le saludo con la mano y el cerro la cortina a toda prisa. --Le has gustado. Sino no se hubiera quedado mirando. -- dijo para si loca de contenta. Cuando llego a casa de Richard padre, entro en el portal donde Jack en cuanto la vio se sonrojo intensamente. -- Hola. --Hola, Symone. Sobre lo de antes... --Hablamos luego, tengo prisa. -- dijo entrando rapidamente en el ascensor dejandolo con la palabra en la boca. Cuando llego al octavo, Richard abrio la puerta el mismo, lo que demostraba el estado de nervios en el que se encontraba-- Sabes que estamos en el siglo veintiuno y que existen los moviles, ?verdad? -- ?Esta bien? Entro en el piso sonriendo de oreja a oreja-- Esta bien. La han operado de la vesicula de urgencia, pero esta bien. Richard suspiro de alivio pasandose una mano por la frente -- ?Por que no vas a verla? Esta en el Lenox Hill. Habitacion trescientos dieciseis. -- ?Como te has enterado de eso? --Sonsaque a tu hijo. -- le guino un ojo-- Se me resistia, pero al final hablo. Por cierto, ?como es que no os llamais por telefono? Richard se sento en la butaca --Empezamos con lo de las cartas. En aquella epoca no habia moviles y cuando Richard le regalo uno hace diez anos, no me quiso dar el numero porque su marido pagaba las facturas. --Entiendo. --Despues Richard se encargaba de esas cosas y seguimos como estabamos. --Pero os veis, ?verdad? En algun momento teneis que veros. --Una vez a la semana nos vemos aqui. Suele venir el lunes porque es el dia que tiene mas desocupado. Su hija tiene dos hijos y le quitan mucho tiempo. Ademas, tiene que seguir yendo a sus causas beneficas porque si no sus hijos se extranarian. --Asi que esta muy ocupada con la familia y eso. --Viene cuando puede. A veces me sorprende cuando tiene una tarde libre. Le parecia terrible tener que esperar siempre a que ella pudiera hacerle un hueco. Ese hombre tenia la paciencia del santo Job. Symone se sento en el sofa-- ?Vas a ir a verla? --Por mi iria ahora mismo, pero si Steffani esta alli, se sabra enseguida la verdad. --Por tu parecido con el. --Exacto. --Steffani es su hija mayor, supongo. Richard asintio preocupado-- Ya no lo soporto mas. Todo esto es... --Has tenido mucha paciencia. ?Como lo has soportado? La miro a los ojos-- Si hubieras conocido al amor de tu vida, harias lo que fuera por estar con el, aunque sea un minuto al mes. -el corazon salto en su pecho al oirle hablar -- Se que ella sufre tanto como yo, pero el amor que siente por sus hijos la retiene. Y a mi tambien. No quiero hacerles sufrir. Despues de tantos anos le tengo tanto carino a Steffani como a mi hijo. --senalo una foto donde estaba toda la familia junta. Una chica rubia rodeaba con el brazo al que debia ser su marido, un hombre moreno con cara de buena gente. Al lado del marido estaba Valeria y al otro lado Richard que miraba a sus dos sobrinos sentados en el suelo ante ellos. El gran arbol de Navidad indicaba que estaban en fiestas. El unico que faltaba era el y miro a Richard con pena. --Lo siento. Richard sonrio intentando disimular su estado de nerviosismo-- Nunca nos habia pasado algo asi y estoy preocupado. -- ?Quieres que manana vaya a verla? Si no hay nadie, le dare mi telefono para que hable contigo. Sus ojos grises brillaron-- ?Haras eso por mi? --Claro. -le miro maliciosa-- Ademas, tengo la intencion de ligarme a tu retono. Richard se echo a reir a carcajadas --No te rias. -- dijo indignada-- Lo conseguire. Me gusta. -- ?Te gusta, eh? -- dijo hinchando el pecho --Es un partido estupendo. --Eso ya lo he visto. --Y lleva su empresa con mano de hierro. -- se notaba que estaba muy orgulloso de el. --Eso a mi no me importa. -- dijo levantandose del sofa-- Yo me mantengo sola. Richard la miro pensativo-- ?Sabes que eres una persona estupenda? Nada me gustaria mas que se uniera a una mujer como tu. Symone se sonrojo por el piropo-- Hare lo que pueda. -- fue hasta la puerta y Richard la siguio-- ?Quieres que le diga algo si no puede llamarte? --Que la amo mas que a mi vida. Esa respuesta le corto el aliento y espero que alguien la amara asi algun dia --Lo hare. -- susurro. Forzo una sonrisa y salio del piso. --Gracias, Symone. Gracias por todo. --No es nada. Estamos para servir. -- le guino un ojo haciendole reir y Symone se sintio mucho mejor. Al dia siguiente hizo su reparto como todos los dias, deseando que llegara el fin de semana porque estaba agotada. Antes de ir al hospital, decidio cambiarse de ropa y se puso unos vaqueros ajustados negros y un jersey verde que resaltaba el color de sus ojos. Se maquillo ligeramente y como no le daba tiempo a plancharselo dejo sus rizos castanos sueltos, llegandole la melena a mitad de la espalda. Como no podia presentarse con las manos vacias a visitar a una enferma, decidio comprarle algo de parte de Richard. Entro en la floristeria del barrio y miro a su alrededor. -- ?Puedo ayudarla en algo? Se volvio hacia un chico que por su camisa supo inmediatamente que era gay. Un heterosexual no se pondria ese tono de rosa--Quiero el ramo de flores mas bonito del mundo. Quiero que cuando lo vea, se quede con la boca abierta y sepa que la persona que se lo regala la quiere con locura. --Tu novio es muy afortunado. -- dijo mirandole las piernas. Pues no, no era gay. --No es mi novio. Es un amor imposible que perdura a lo largo de los anos. -- comento distraida mirando un pequeno ramillete de violetas. -- ?Cual es su flor favorita? --No tengo ni idea. -le miro a los ojos que eran de un increible color azul. Llevaba lentillas, era gay -- ?Alguna sugerencia? --Oh carino, tengo miles. -- se volvio hacia los jarrones de cristal llenos de flores que tenia metidos en un expositor refrigerado -- Las rosas son tan tipicas en estos casos. No, tiene que ser algo especial. Gladiolos. -- ?Esas no son para los funerales? --Que va. Los que te vendo son un hibrido con colvillei. -- a ella le sonaba a chino --Mira, estos blancos enormes son magnificos. Eran bonitos. Sus grandes petalos blancos que se curvaban hacia abajo eran delicados y con clase. Perfectos para Valeria. -- ?Son muy caros? --Te hare precio y te saldran mas baratos que las rosas. --Muy bien. Hora de demostrar lo que vales. --Eso es todo un reto. Cogio todo el jarron y lo puso sobre la mesa de trabajo. En menos de cinco minutos habia hecho un enorme ramo envuelto con un precioso celofan y un gran lazo de seda rojo. Era perfecto. -- Eres un artista. --Gracias. -dijo cogiendo la tarjeta de credito que le tendia. --Te recomendare por ahi. El sonrio divertido --Te iba a hacer descuento igual. --Ahora te recomendare mas. El florista se echo a reir y cuando le entrego el recibo, lo firmo pensando que ese mes tendria que hacer algun ajuste por los setenta pavos que se acababa de gastar. Pero si le gustaba, mereceria la pena. Cogio el ramo de flores que casi la cubria y se lo coloco en el costado-- Hasta la proxima... --Alan. --Symone. -- le tendio la mano-- Hasta la proxima, Alan. El se la estrecho divertido y la acompano hasta la puerta. Cuando se la abrio para que saliera, la sorprendio tendiendole una rosa azul. Symone abrio los ojos como platos-- !Es azul! --Preciosa y fuera de lo normal. Como tu. -- ?Es de verdad? -- toco los petalos suavemente y si que era de verdad. Le miro a los ojos-- Gracias es muy bonita. --Ya me contaras si le ha gustado. Symone sonriendo casi se choca con un hombre que entraba y que le dio un beso a Alan en los labios. --Claro que te lo contare. Adios Alan. Cuando llego a la tercera planta del Lenox, salio del ascensor y busco la habitacion trescientos dieciseis. La puerta estaba cerrada, asi que llamo. Cuando se abrio la puerta y vio frente a ella a su Richard sonrio radiante-- !Hola! --Dios, ?que haces aqui? -- pregunto exasperado. --He venido a ver a tu madre. Richard la miro atonito y ella se lo comio con los ojos. Iba con un traje gris que resaltaba el color de sus ojos y la camisa blanca con la corbata azul le sentaban de miedo. -- ?Quien es, hijo? --Tu cartera. Symone le puso una mano en el pecho para empujarlo y que la dejara pasar. La mujer rubia que habia visto en las fotos estaba sentada en la cama algo despeinada y con cara de cansancio. Symone se quedo de piedra al ver la habitacion repleta de flores y algunos ramos eran impresionantes. --Hola, no se si se acuerda de mi, pero soy la sobrina de Patt-- la miro a los ojos mientras se acercaba a la cama y Valeria sonrio sonrojandose -- ?La recuerda? --Si, por supuesto. -- ?La sobrina de Patt? ?Que Patt? -- Richard se cruzo de brazos mirandola como si fuera un peligro. --Va, tu no la conoces. --se volvio hacia Richard y le sonriendole le tendio las flores -Para ti. -- ?Para mi? --Si, ella ya tiene muchas. Valeria se echo a reir---Eso es cierto. ---a miro a los ojos-- Asi que eres la sobrina de Patt. ?Como se encuentra? --Se asusto un poco al enterarse de que estabas en el hospital, pero ahora esta mucho mejor. Esta deseando que le hagas una llamadita para tranquilizarse. --Llama a esa amiga tuya, mama. -- dijo Richard mirando el enorme ramo de gladiolos --Si esta preocupada... Valeria la miro a los ojos emocionada-- No tengo aqui el movil y no se me el numero. --Tranquila. -- ella saco el telefono que tenia preparado y busco al padre de Richard en la agenda. Ahora tenia que entretener a Richard para que no escuchara la conversacion y lo haria encantada. Pulso el boton verde tendiendole el telefono y se giro hacia Richard, que miraba a su alrededor sin saber que hacer con el ramo. -- ?Como estas, guapo? --el la miro como si quisiera salir corriendo-- ?Me has echado de menos, cielito? -- ?Cielito? -- ?Te gusta mas carinito? -- dio un paso hacia el y Richard dio un paso atras con el ramo en la mano -- ?Te gustan mis flores? Son gladiolos. -- ?Esto no se usa en los funerales? Ella se echo a reir porque habia preguntado lo mismo que ella-- Pues no. Pero en las bodas si. ?Te has pensado mi proposicion? Richard buscando una salida miro a su madre, que hablaba con Patt sonriendo radiante. -- Te aseguro que soy un buen partido. -- dijo llamando su atencion. La fulmino con sus preciosos ojos grises rodeados por unas pestanas oscuras y muy largas. Symone suspiro sin poder evitarlo-- Se cocinar muy bien. --Tengo asistenta. --Y hago unos masajes estupendos. Soy fisioterapeuta, ?sabes? -- ?No eras cartera? --La crisis economica. -- dio otro paso hacia el. --Tengo un masajista increible. --Pero no serian como los mios. --Richard puso los ojos en blanco e impaciente volvio a mirar a su madre -- ?Que tal si vamos a comernos una hamburguesa? --Tengo una cena de negocios. -- dijo mirando su reloj de pulsera --Y creo que tengo que irme. -- !No fastidies! !Lo estoy haciendo yo todo! -- puso las manos en las caderas mirandole con el ceno fruncido-- ?Lo de la cena es cierto o es una manera de decirme que no quieres nada conmigo? --Lo primero y lo segundo. Le miro decepcionada-- No te gusto. En sus ojos leyo que creia que estaba chiflada y Symone se echo a reir-- Vamos, dimelo. Si no te gusto, no hay nada que hacer. -- ?Siempre haces esto con los tios? -- pregunto interesado. -- !Ja! !No has dicho que no! -- le senalo con el dedo-- Vamos carinito, si quieres vamos al cine. --Me gusta llevar a mi la iniciativa. -- dijo molesto. -- ?Es eso? Pero si hubiera sido por ti, hubieras cogido la carta sin preguntarme nada... --Sigo sin preguntarte nada. ?Eso no te dice algo? -- dejo el ramo sobre el alfeizar de la ventana. Con lo grande que era se cayo al suelo. Symone entrecerro los ojos. --Ese ramo me ha costado una pasta. Lo menos que podias hacer, es meterlo en un jarron y aparentar que te gusta. --No era para mi. -- !Te lo he regalado yo! !Si tu me regalaras algo, lo cuidaria! Richard se agacho a cogerlo enfadado-- No quiero que me regales nada. -- le puso el ramo en el pecho soltandolo y ella lo agarro antes de que cayera al suelo --De hecho, no quiero saber nada de ti. No me interesas. ?Lo entiendes? -- !Richard! -- exclamo su madre mirandolo asombrada-- ?Y tus modales? --su hijo se sonrojo por la reganina --!Disculpate ahora mismo! --Mama, si me disculpo, no me librare de ella. -exasperado se acerco a su madre y la beso en la mejilla-- Me tengo que ir. Symone se coloco ante la puerta y sonrio --Vale, puede que haya ido demasiado deprisa, pero estoy segura que te volveras loco por mi. --Richard no salia de su asombro -- Eres mi media naranja y no me voy a dar por vencida facilmente. ?Ahora me das un besito de despedida? Richard se volvio hacia su madre-- ?Ves lo que queria decir? Valeria solto una risita-- Dale el besito para que te deje salir. -- !Ni hablar! No pienso dejar que me chantajee. --Symone puso morritos y cerro los ojos esperando su beso. Richard gruno-- Esto es increible. --Me van a doler los mofletes. -- dijo sin apenas mover los labios. -- ?No tenias prisa? -- pregunto Valeria divertida. --?Sabes lo que es el acoso? Symone no se movio de su sitio. Esperaria lo que hiciera falta. Cuando se abrio la puerta empujandola hacia delante, Richard se escabullo antes de darse cuenta. La enfermera que llevaba una bandeja en la mano les miro asombrada. -- !Ya te pillare! -- !Que mas quisieras! Bufo mirando a Valeria que sonreia con su telefono en la mano-- ?Que tal todo con Patt? --Fantastico. ?Que tal todo con Richard? --Se resiste, pero todavia no he utilizado todas mis artimanas. --Estoy impaciente por enterarme de ellas. Sonriendo se acerco a la cama-- ?Como te encuentras? Patt esta algo nervioso. --Me duele un poco, pero no se lo digas. -la miro a los ojos-- ?Como os habeis conocido? --Soy su cartera. --Valeria abrio la boca entendiendo-- Falto tu carta. Se pasaron hablando una hora de como habia logrado enterarse de donde estaba y charlando de todo un poco. -- ?Como puedes vivir asi? -- pregunto sentada a su lado sin recriminarla. --No lo se. -- susurro con la mirada perdida-- Todo empezo sin buscarlo y era tan inevitable...A veces me pregunto como seria mi vida sino hubiera entrado en ese cine hace treinta y dos anos. -- ?Y el verdadero amor? -- ?Que clase de amor es este? Richard no conoce a su hijo y he mentido a todo el mundo. -- sus ojos se llenaban de lagrimas-- Me da tanto miedo hacerles dano. Que me odien por lo que hice... No sabia que decir a eso. Ella no tenia hijos, pero suponia que el amor a un hijo era superior a todo lo que se puede sentir. --Bueno, espero que lo arregleis. -dijo levantandose de su silla--Ahora tengo que irme. --Gracias por venir y por todo lo demas. --No me lo agradezca. He conocido a su hijo. -- le guino un ojo mientras ella se reia -- Por cierto, ?donde trabaja? --En el edificio Thorton de Beekman Street. -- !No! -- exclamo asombrada. !Tenia su propio edificio! --Si. Le encontraras en la ultima planta, querida. Symone hizo una mueca-- Algo se me ocurrira. --Seguro que si. -- sonrio divertida-- No tengo ninguna duda.

  • Vuelve de Samuel Benchetrit

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    Adicto a los cigarrillos y al alcohol, con alergia a las responsabilidades y en busqueda constante de una inspiracion que no llega. Asi es el antiheroe encantador y tierno de Vuelve, al que solo le queda agarrarse
    desesperadamente al unico proyecto viable que tiene en el horizonte: la adaptacion de uno de sus libros a serie de television. El problema es que el libro ya no esta disponible y el productor en cuestion todavia
    tiene que leerlo.

  • Tu dale samba, y yo… rock and roll, Sylvia Marx de Sylvia Marx

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  • Tu eres tierra firme de Maira Varea

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    El mundo se habia vuelto oscuro. Negro. Sus parpados, tercos, se afanaban por permanecer cerrados. El dolor se expandia por su cuerpo como el fuego en una mecha. Tenia sed y mas frio del que hubiese tenido que soportar jamas. No lucho. Habia agotado sus fuerzas en el ataque, y habian quedado desparramadas sobre la cubierta del barco, resquebrajado por la tormenta y por las pisadas de los asaltantes. Sin vapor, sin velas y sin ancla. Se rindio y se dejo mecer al ritmo del mar, resacoso tras la tempestad. Supuso que la muerte llegaria en cualquier momento y lamento, con su escasa consciencia, no recordar si la criatura de carne brillante y humeda que lo habia arrojado al agua era humana o no; si era una sirena, una serpiente mitologica o el mismisimo kraken. Quizas habia tenido muy cerca a un monstruo marino, despues de tantos anos de busqueda pertinaz. Se maldijo varias veces, por mil motivos: por no haber salvado a sus companeros, por no haber luchado mas; por no haber podido acabar tampoco aquella expedicion, ni dibujado el mapa con James o escrito su propio libro de leyendas; por no haber garabateado una carta para su familia desde hacia mas de seis meses. Por no haber logrado ni una triste empresa mas alla de haber intentado escapar de su destino. Por no ser nadie. Solo un hombre que tiritaba en una balsa a la deriva. Perdio el sentido y llego la nada. No iba a despertar, ?para que? Pero oyo una voz y regreso, a bocanadas, al oxigeno y a la vida. Abrio los ojos y vio a la sirena, que lo atraveso con sus ojos grises como el Mediterraneo en invierno y lo cubrio con un manto de pelo dorado. Ella acerco su rostro, palido, translucido, y le canto. A el. Y, en un instante, la inmensidad del mundo que habia recorrido durante anos quedo reducida al regazo en el que lo acunaba. Quedo preso. Encadenado. Hechizado. Cuando volvio a cerrar los ojos, se dio cuenta de que el Arthur que habia sido hasta entonces se habia quebrado en mil astillas contra el acantilado. Capitulo 1 LA MUJER DE SAL Formentera, 1862 Lena habia vivido tres abandonos, y habia aprendido que el mejor modo de superar el dolor que provocaban era saborearlos. Despacio y sin descanso, hasta volverlos insipidos. El primero, casi de nina, habia sido amargo. El segundo, acido. El tercero habia resultado muy salado. Sal de lagrimas. El ultimo todavia le escocia en la lengua, a pesar de que su corazon habia comenzado a limpiarse por fin. A veces, el graznido de una gaviota, el tacto de la arena en los tobillos o la primera estrella de la tarde le recordaban que en ese instante podria haber sido una mujer muy diferente. Cogio aire, y el frio de enero le quemo la garganta. --Este cielo me recuerda al dia en que se marcharon. El pensamiento se le escapo en voz alta, y ni el fuerte viento de llebeig que soplaba aquella manana evito que su amiga Marina, que caminaba a su lado, se volviera con una sonrisa y le preguntara: --?Quienes? Lena no contesto, pero Marina, que sabia leer sus silencios mejor que nadie, no tardo en comprender. Se puso seria, se cambio de mano el cesto que transportaba y enlazo su brazo al de ella, a la espera de una respuesta. --Todos --dijo Lena al fin--. ?Que mas da quienes si todos se marchan? Siempre es igual: sopla el viento, el cielo se vuelve gris, casi blanco, llega la bruma y… huele a perdida. --Las perdidas no huelen, Lena. Y no ha sido asi todas las veces; cuando Joan se fue, era verano. --Pero el cielo estaba blanco --insistio. Marina sacudio la cabeza, confusa. Lena se sintio culpable por rememorar momentos tristes; su amiga irradiaba felicidad desde su reciente compromiso y no se merecia que ella enturbiara su alegria recordando sus miserias. Una fuerte rafaga le descoloco el panuelo con el que se cubria el pelo. Se lo sujeto con la mano libre y aprovecho para mirar hacia arriba. --Es el cielo de la perdida. La despedida de los que se van para no volver. --Contuvo el aire un momento para que la emocion no dominara su voz--. De los que me dejan atras. Marina le estrecho el brazo con carino. --Un dia vendra alguien y se quedara contigo. Ya lo veras. --A esta isla no viene nadie, Marina; de aqui solo se puede salir, y no siempre, por mas que lo desees. --Lena… --Mira --la interrumpio incomoda--, ahi esta Toniet. El muchacho se les acerco corriendo, casi a saltos. Vestia su ropa de domingo, muy distinta a su habitual traje de payes, y se habia limpiado los zapatos y la cara. A Lena le llamo la atencion la sombra oscura que cubria su rostro, ya de por si moreno; se habia hecho un hombre, y no estaba segura de que eso le agradara. --?A donde van las dos mujeres mas hermosas de la isla? --pregunto con su perpetua sonrisa. Marina rio con escandalo y fingio estar avergonzada. Lena, en cambio, se acerco a el y le dio un beso en la mejilla, como hacia desde que era pequeno. --?Tu no vas a darme uno? --le pregunto Toniet a Marina con picardia. --Lo siento, pero yo ya tengo novio --le recordo Marina con orgullo. --Es verdad. Una lastima. Pero me queda mi Lena; ella si me querra. Ella le saco la lengua con una mueca jocosa, pues sabia que Toniet estaba bromeando. Sus familias eran vecinas, por lo que habian crecido juntos, y, aunque la diferencia de edad entre ambos no era muy grande, Lena habia visto como le cambiaban muchos panales. A sus ojos, Toniet seria siempre un nino. --?Por que te has puesto tan guapo? --le pregunto curiosa. El se miro de arriba abajo. --Porque acaba de llegar el nuevo farero --respondio avergonzado, con tono inocente--, y voy a presentarle mis respetos; con suerte, me dara trabajo. --?Un nuevo farero? Lena se volvio hacia Marina de inmediato, inquisitiva. Su amiga solo asintio y echo a caminar de nuevo, con Toniet a su lado. Los siguio con el animo abatido y con un nudo apretado en la boca del estomago, como cada vez que se acercaba al faro. Recorrieron aprisa los escasos metros que restaban hasta la torre, que fue creciendo frente a ellos, fuerte, blanca, ruda y poderosa. Imponente en medio de la desolacion del paisaje rocoso, apenas vestido con algun pino diseminado y ariscas chumberas. Desde que lo habian terminado de construir y habian culminado su altura con la cupula de cristal, Lena lo observaba fascinada todas las noches desde la ventana de su habitacion. Hasta entonces, su casa habia sido el ultimo vestigio de vida humana de la meseta de la Mola, antes de que esta se truncara en el abismo de un acantilado que parecia no tener fin. Por las noches, mas alla de las velas que descansaban en el alfeizar, solo se habia extendido la oscuridad, el fin del mundo o el vacio, iluminado apenas por la luna timida. En ese momento, en cambio, le parecia que su corazon palpitaba al ritmo de la luz del faro. Como si fueran dos extremos de un mismo ser. Porque ambos pasaban las horas buscando vida en la penumbra, la sombra de algun barco que regresaba al hogar. Cuando llegaron al edificio, salieron a su encuentro dos hombres. Rafael, el novio de Marina, se acerco a la joven e hizo amago de darle un beso en la mejilla, pero ella se lo impidio con una risita y fingio que recolocaba en la trenza sus preciosos rizos oscuros. Se sonrieron como bobos. Acababan de prometerse y vivian presos el uno en el otro. Marina no hablaba de otra cosa mas que de su enamorado, y contaba los dias que le quedaban para casarse y trasladarse a vivir al faro con el. Lena la escuchaba con carino sincero, pero a la vez la envidiaba hasta el dolor; porque era feliz y libre, amaba el mar y tenia un companero. Y porque pronto podria recorrer aquel impresionante torreon y asomarse a curiosear el infinito. Por suerte, el otro hombre hablo y la saco de su ensimismamiento. --Soy Quim. Y tambien me siento un poco ignorado por ese par. Lena no pudo contener la risa. Tenia un acento peculiar, exotico, e imagino que debia de haber llegado desde muy lejos. Si de algo estaba segura era de que, en aquella isla, no nacian fareros. --Yo soy Lena. --Lena… --Lo repitio en voz baja, despacio, como si paladeara una cucharada de miel. --De Magdalena --aclaro. Se mordio la lengua antes de decirle que sus lagrimas frias en las noches de tormenta hacian honor a su nombre. --?Vienes a menudo por aqui? Porque, mientras recorria ese camino infernal hasta este lugar apartado de todo, ha empezado a asustarme la posibilidad de no volver a hablar con ningun otro ser humano. --Con Rafael… --apunto ella. --?Tu crees? Miralo. Lena le hizo caso y descubrio a los novios mirandose sin decir nada, embelesados. La envidia la golpeo de nuevo, y fijo su atencion en el rostro de Quim. Le sorprendio que fuera guapo, porque Rafael no lo era en absoluto; y Lena, que no entendia de fareros y que apenas conocia a nadie de fuera de la isla, habia dado por hecho que todos eran feos, como si fuera un requisito de la profesion. Aquel, en cambio, tenia unos bonitos ojos marron oscuro y el pelo negro y ensortijado. --Yo soy Toniet. --El muchacho habia permanecido callado hasta entonces, pero aprovecho el momentaneo silencio para colarse entre ambos y tenderle la mano al nuevo farero--. Si tiene algun trabajo o lo puedo ayudar en algo, estoy a sus ordenes. Quim hizo una mueca a Lena que le parecio de fastidio. Luego, le sonrio. Ella tambien. El tenia una sonrisa bonita. --?Que tal si vacias aquella carreta mientras yo acompano a Lena a ver el faro? Al principio, se asusto. La idea de entrar en aquel coloso la abrumo. Pero antes de que la Lena prudente, recatada y responsable que llevaba siendo desde nina se hiciera con el control, acepto la invitacion y se dispuso a otear el horizonte junto a aquel hombre, que parecia haber llegado como una senal del destino. Porque los fareros no se marchaban. Los fareros no se echaban al mar. Los fareros se quedaban en tierra. *** Conto cien escalones y llego a lo alto con las piernas temblorosas. No por el cansancio, pues estaba acostumbrada a caminar cuesta arriba, cargada de sacos de trigo y carbon o tirando de la mula, sino por la expectacion. Mientras seguia a Quim, imagino lo que iba a ver, y el corazon le trono con fuerza en el pecho. No se habia atrevido a preguntarle a su guia por que motivo la estaba conduciendo hasta alli, y no tuvo fuerzas para pararse a pensar si era apropiado quedarse a solas con un desconocido. Ni siquiera Marina habia subido, y eso que llevaba tiempo cortejando con Rafael y visitaba la zona del faro con frecuencia. Contuvo la respiracion cuando abandonaron el corredor de las escaleras y salieron a la luz del dia. Sobre sus cabezas, una enorme cupula de cristal proyectaba destellos, de un extremo de la estancia circular a otro, y protegia de la intemperie la inmensa lampara que, apagada a aquellas horas, ocupaba la parte central. Quim se aproximo hipnotizado hasta el artilugio y empezo a explicarle algo sobre su funcionamiento con su extrana forma de pronunciar las palabras. Lena no le presto atencion, aunque su voz sonaba agradable. Se acerco mucho hasta el cristal, puso las manos con cautela sobre el y se asomo al mar. Y no vio nada. Solo agua. Mar. Olas grises coronadas de espuma. El lugar donde no se atreveria nunca a poner un pie. Entorno los ojos y forzo la vista, sin resultado. Percibio como Quim se acercaba y se detenia a su lado. No le veia la cara, pero Lena estaba segura de que sonreia. --No se ve America --musito decepcionada. --?America? Eso esta muy lejos. --?Tanto? La tristeza la abatio. Porque, si desde el punto mas alto de la isla, desde donde parecia que podria dominarse el mundo y su inmensidad, no se veia America ni se veia nada, entonces no podria seguir conservando ninguna esperanza de recuperar lo que habia perdido. Jamas obtendria lo que habia ahi fuera. Salvo, quizas, a un hombre dispuesto a quedarse encerrado en el mismo minusculo punto del universo en el que ella vivia. --?Querias ver America? Lena percibio burla en su voz, pero no le dio importancia. El venia de lejos, el tenia un trabajo importante. Habria estudiado y sabria miles de cosas mas que ella. --Una tonteria. --Reunio valor para iniciar una conversacion y disimular su ingenuidad--. ?De donde eres, Quim? --Naci y creci en Tarragona, pero llevo varios anos viviendo en diferentes faros del pais. --Se volvio y la miro a los ojos, y Lena se puso nerviosa--. Como aprendiz, ya sabes. Estaba buscando un lugar en el que establecerme. --?Vas a ayudar a Rafael? --Si. Nos encargaremos los dos de esto. ?Vienes a menudo por aqui? --Solo cuando Rafael no puede ir a ver a Marina a su casa y esta no soporta mas su ausencia. --Le parecio ver decepcion en su rostro, y eso la alento--. Pero vivo muy cerca; mi casa es la ultima de la Mola, esta justo antes de llegar a los acantilados. El abrio los ojos con admiracion y sorpresa. --Me parece increible que alguien quiera vivir en un sitio asi. --A mi tambien --confeso. Quim rio, pero ella no encontro cual era la gracia. Le habria gustado ver si seguiria riendo despues de haber pasado toda su vida cercado por el agua, tan terrorifica y tirana, sin atreverse a poner un dedo en ella. --?Tienes novio? Estuvo a punto de mentirle, pero vio un brillo de ilusion en sus pupilas y decidio ser sincera. --Tengo tres, pero no se donde estan. Se lo dijo porque era su verdad, porque dolia como un golpe en el vientre cada vez que lo recordaba. Y porque, si iba a quedarse en la isla, tarde o temprano alguien del pueblo se lo contaria. Tal vez, incluso le hablarian de la maldicion; eran todos muy ridiculos. El volvio a romper en carcajadas. --Eres muy graciosa, Lenita, ?sabes? --Es verdad --insistio--. Queria subir aqui para averiguar si podia ver a alguno. O a mi padre. Le dio la impresion de que iba a preguntarle algo, pero ella se pego mas al cristal y volvio a buscar en la lejania. Nada. Ni America, ni Denia, ni algun islote en el que pudiera haberse perdido la barca de un pescador. Le parecio todo mucho mas inmenso, y su isla, mas pequena. Se sintio mas encerrada. Aunque habria deseado echar a caminar, a correr, a nadar, se quedo inmovil y se lamento en silencio mientras era consciente de la inmensidad que tenia frente a si; pero tambien de la carga que le pesaba detras, en tierra, a la espalda. Se quedo sin fuerzas, petrificada; sacudida por un anhelo danino que la llamaba a escapar, por una curiosidad infinita por averiguar que podria esperarla mas alla, adonde nunca podria llegar; blanca y quieta, contemplando lo prohibido, la tentacion. Como una estatua de sal. Y entonces, entre la bruma, percibio una sombra, diminuta y solida. --Alli hay algo --dijo. Quim siguio la direccion de su dedo y entorno los ojos. --Son las olas --aseguro. --No, mira. Esperaron unos segundos, y lo que parecia un espejismo fue tomando forma conforme la marejada lo empujaba hacia la costa. Su contorno se definio y sus colores se dibujaron. Entonces, Quim se aparto de su lado y corrio hacia la salida con un grito que retumbo de un lado a otro de la cupula. --!Un hombre! !Se acerca un hombre! !Un naufrago! *** Lena siguio a Quim escaleras abajo, tan rapido que se quedo sin aliento; pero el saltaba los peldanos de dos en dos, y lo perdio de vista de inmediato. Cuando llego a la sala de la planta baja, se detuvo un instante, indecisa y desorientada. Entonces oyo gritar a los hombres y salio al exterior. Los vio alejarse del faro y de las pequenas viviendas colindantes, y correr a lo largo del acantilado. Marina, asustada, se aproximo hasta ella. --?Que ocurre? --pregunto. --Un naufrago. Hay un hombre en una balsa, a punto de estrellarse. Su amiga se tapo la boca para contener una exclamacion. Ambas se quedaron paralizadas, sin saber que hacer. Vieron como los dos fareros corrian hacia el unico punto por el que se podia descender, y Toniet entro al edificio despues de que estos le dieran alguna orden que ellas no habian alcanzado a oir. Una fuerte rafaga de viento les trajo el olor y rugido del mar contra las rocas, y Lena le puso al desconocido que habia avistado en la distancia el rostro de todos los hombres a los que ella habia perdido. El de su padre, que habia partido rumbo a America; el de Guiem, su amor de sonrisa dulce que la habia dejado con el corazon roto; el de Sebastia, su futuro sereno, que habia desaparecido una manana de otono en la que habia salido a pescar; tambien, el de Joan, su anhelado companero, aunque a el todavia le guardaba un poco de rencor. Y, sin pensarlo, echo a correr en direccion al lugar por donde habian desaparecido Quim y Rafael. Marina la llamo a voces y la siguio. Cuando, muchos metros mas alla, llego hasta el inicio de la escalinata tallada en la roca que descendia hasta el mar, oyo que le preguntaba si se habia vuelto loca. Lena se agarro la falda y bajo la pendiente con pasos seguros, a pesar de la inclinacion y la humedad que volvia la piedra resbaladiza. Era la primera vez que se atrevia a hacerlo, pero no dudo. En unos minutos, se encontro, sofocada, sobre el pequeno varadero que remataba una cala minuscula. El temporal mojaba sin descanso los tablones de madera y le salpicaban la ropa, los zapatos y la cara. Se le habian caido el panuelo y el lazo de la trenza, pero no se habia detenido a recuperarlos. Su peinado se deshizo y el fuerte viento le metio el pelo en los ojos y en la boca. Cuando consiguio apartarselo, los dos fareros se habian subido a una barca y remaban en direccion a la balsa, que se dirigia implacable hacia las rocas cercanas. Gritaban para alertar a su ocupante, pero este parecia inconsciente. Uno de ellos se lanzo al agua, Lena no pudo distinguir quien. Si vio como se agarraba a la barca y el otro le tiraba un remo y un cabo, con el que rodeo su propio cuerpo de inmediato. Le costaba nadar y se hundia en las olas de forma intermitente. Logro subir sobre la balsa del naufrago y empezo a remar desde alli. Su companero, unido a el por la cuerda, hizo lo mismo. Tardaron una eternidad en llegar hasta el pequeno muelle. Otra mas en amarrar las barcas. Lena se acerco a ayudarlos, pero la ignoraron. Solo queria ver al hombre al que acababan de rescatar. Se le habia pasado por la cabeza la idea absurda de que pudiera tratarse de uno de los suyos, e intento distinguir su cara. Lo sacaron inconsciente de la balsa; uno lo agarro de los hombros y el otro, por los pies. Lo soltaron sin miramientos sobre un pequeno reducto de arena y posidonia; cayo a plomo, con un sonido hueco al golpearse y con un gemido que les dejo claro, al fin, que estaba vivo. --Necesitamos algo para subirlo --dijo Rafael--. A peso es imposible, ni siquiera entre los dos. --Unas tablas --respondio Quim con seguridad--. Vayamos a por unas tablas y unas cuerdas. Se fueron a toda prisa y Lena se quedo alli abajo, con el mar que la amenazaba a escasos centimetros y con un hombre inerte sobre la arena. Lo observo de lejos, temerosa, y le parecio enorme. Fragil. Su ropa era ligera y estaba hecha harapos. Se acerco un poco y vio que se movia. La sacudio la compasion; estaria helado y dolorido. Se aproximo mas y estudio su rostro. Era joven, y su frente y sus mejillas estaban cubiertas de sangre seca que apenas la dejaba adivinar sus rasgos. Se agacho y se arrodillo a su lado. Quiso hacer algo, decir algo, pero ella no entendia de naufragos. Se pregunto que se sentiria al creer que ibas a morir ahogado, que nunca mas verias a tus seres queridos. Contuvo un sollozo al pensar que, en algun lugar del mundo, habria alguien que lo esperaria por siempre. Deseo hacer que volviera, que viviera por si quien lo aguardaba era tal vez una mujer, una muchacha ilusa que, como ella, sonaba con un futuro mejor. Le temblaban las manos cuando se arrastro hacia el sobre la arena mojada; tomo su cabeza con suavidad y la poso sobre sus piernas, sobre su delantal. El volvio a gemir. Y Lena, que de verdad no entendia de naufragos aunque lo deseara, simplemente le canto. Porque no sabia que otra cosa hacer. Le canto suave, lento, desde el nudo asfixiante de su garganta. Una cancion de cuna. Y luego, una tonada de amor. Canto y canto y lo consolo, como querria que alguien hubiera hecho con los suyos. El, entre suenos, murmuro algo, pero Lena no se asusto. Le aparto el pelo, oscuro y demasiado largo, del rostro. Le acaricio las mejillas heladas. Rozo sus labios agrietados con los nudillos y, aunque estaban amoratados y frios, su tacto le hizo recordar el sabor de su primer beso. Y el abrio los ojos. De golpe y oscurecidos por la sorpresa, confusos. Su expresion se suavizo en cuanto la miro a la cara. Lena enrojecio y quiso salir corriendo. Pero el sonrio, complacido, y volvio a cerrar los parpados con un suspiro de placer. Lena siguio cantando. Lo acuno con ternura. Y penso, como una ilusa, que no siempre era malo que azotara el temporal.

  • Oliver (Australia 3) de Emma Madden

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    -!Vamos, Sean!, corre... Agarro a su sobrino en brazos y corrio con el hasta el final del jardin para marcar un Try. El pequenajo, que solo tenia un ano y medio, no solto el balon hasta llegar a la linea de goal, tal como le habia ensenado, y se tiro con el sobre el cesped muerto de la risa. -!Sean Campbell marca cinco puntos, senores! !Bravo! !Campbell!, !Campbell! -?Que haceis? -Sophie se les acerco entornando los ojos y el nino, al ver a su madre, corrio hacia ella para abrazarse a sus piernas-. ?Que haces con el tio Oliver, carino? -Estamos aprendiendo a jugar al rugby, ?verdad, Sean? El balon que le he traido es perfecto. -Es muy bonito -inspecciono el balon pequeno y blandito que le habian hecho por encargo y luego miro a su hijo-. Que suerte tienes de que el tio te ensene a jugar al rugby, mi vida, pero ahora vamos a entrar a comer, ?quieres? -!No! -Si, si, campeon, para jugar al rugby hay que comer mucho y bien, asi que, a comer con mama, luego seguimos jugando. ?De acuerdo? -Le revolvio el pelo rubio y el asintio-. Genial. -Nosotros comemos en media hora, Oliver ?Te apetece tomar algo mientras tanto? Tengo croquetas, tortilla de patatas, jamon serrano... -Quiero de todo, eres la mejor, Sophie... espera... -se detuvo al sentir vibrar el telefono movil en el bolsillo de los vaqueros y le hizo un gesto para que entrara en la casa-. Tengo que contestar, ahora voy. -Vale... vamos, mi vida, ?tienes hambre? -Hola -Respondio siguiendolos con los ojos y su amiga Tricia, que ademas de amiga era su jefa de prensa y su asistente personal, lo saludo en su tono habitual. -Hola, macho, ?donde te metes? -Estoy en Piper Point, en casa de mi hermano William para comer una paella en familia. -?Casera? -Por supuesto, es una de las especialidades de mi cunada, que es medio espanola, ?recuerdas? -?Estais todos? -Si te refieres a los tres hermanos, si. Sashi esta como nueva y ha venido con el bebe y con Alex, tambien con mi sobrino Jackson, que ha llegado de Escocia para conocer a su hermanito, aunque se vuelve en seguida a Edimburgo. ?Tu que te cuentas? -?Cuando nacio el bebe de Sashi? -Hace un mes, dio a luz en cuatro horas y ahora esta igual que antes. Un milagro de la naturaleza. -Que envidia, dicen que eso es genetico. -Eso dice mi madre, pero no tengo ni idea. En fin, ?que necesitas?, no puedo entretenerme. -Isabella vuelve a Sydney. -... -Guardo silencio y al no recibir respuesta Tricia siguio hablando. -Ha dejado su trabajo en Wellington y pasara unos dias aqui porque se marcha a vivir con su novio a Inglaterra, la buena noticia es que ha suspendido la boda. -Madre mia -Respiro hondo pasandose la mano por la cara, porque llevaba muchas semanas intentando pasar de su ex y de su nuevo novio, y trago saliva. -Se que quieres olvidarla, pero tambien se que te mueres de ganas por tener noticias suyas. Te conozco demasiado bien, Oli. -En serio, no puedo seguir hablando, me estan esperando para comer. -Creo que esto necesitabas saberlo. Adios y portate bien, capullo. Colgo, arrepintiendose de inmediato de haber cogido el telefono a Tricia, que era amiga suya desde el instituto, una tia leal y muy divertida, aunque en lo referente a Bella solia sacarlo bastante de quicio, y penso en ella, en Bella, en Isabella Howard, su novia de siempre, la mujer de su vida, esa que lo habia dejado despues de anos de rupturas, dramas y reconciliaciones, y un agujero en el centro del estomago lo paralizo. Respiro hondo intentando calmarse, levanto la cabeza y se encontro de frente con su hermano Alex, que salia a buscarlo con un botellin de cerveza en la mano. -Tio, dijimos que nada de moviles. -Si, lo siento, pero era importante, ahora lo apago. Gracias -cogio la cerveza y camino hacia la casa tratando de espantar el desconcierto-. ?Que tal el peque? -Durmiendo, gracias a Dios, ha tomado el pecho y se ha quedado frito, pero a saber. Duerme fatal. -Bueno, es lo habitual, ?no?, es un recien nacido. -Hay otros mas tranquilos, a este le gusta la juerga. ?Estas bien? -Lo detuvo antes de entrar en la casa y busco sus ojos. -Si, ?por que? -Hace media hora estabas fenomenal y ahora te has venido abajo. ?Quien te ha llamado?, ?que te ha dicho?, ?hay algun problema? -Isabella vuelve a Sydney. -?Y? -Ha dejado su trabajo y se marcha a vivir con su novio a Inglaterra. -?Te ha llamado ella? -No, me ha llamado Tricia, ya sabes que nos conoce a los dos. -Vale, pero crei que ese tema estaba zanjado y que tu... -Si, hermano, no te preocupes, no pasa nada. Ha sido el shock inicial, pero estoy bien. Vamos a comer, me muero de ganas de probar esa paella. 1 -?Sigues a gusto en los Sydney Roosters, Oliver?, las malas lenguas aseguran que tienes ofertas para marcharte a jugar al Reino Unido. ?Es eso cierto? -Si, siempre hay ofertas, pero no es mi intencion mudarme a vivir al Reino Unido, no soportaria el clima. Bromeo, guinandole un ojo a esa chica tan guapa, la periodista de Men’s Health Australia, que le estaba haciendo una entrevista mientras un fotografo, dos asistentes, un productor, un estilista, una peluquera, una maquilladora, su representante, su jefa de prensa, su madre y dos personas que no tenia ni idea de quienes eran, los observaban atentos, y suspiro. -Me han contado que tienes familia en Escocia, eso podria facilitar las cosas ?no? -Todos los australianos tenemos familia en alguna parte. -Ya, pero igual te apetece estrechar lazos con tu familia paterna. -!Stop! -Solto Tricia muy seria y miro a la periodista desde su metro ochenta de estatura haciendola parpadear asustada-. Nada de temas personales, Lucy, y mucho menos en esa linea, en el contrato habia quedado claro. ?Necesitas que te lo ensene? -?Que tiene de malo hablar de su familia paterna? -No habla de su vida personal. -No le estoy preguntando quien es su novia o si piensa casarse este ano, le estoy preguntando por su familia escocesa, la Wikipedia dice... -Genial, ?documentas las entrevistas en la Wikipedia?, que profesional. -No te pases, Tricia, le estamos haciendo un reportaje fotografico espectacular, hemos hecho todo lo que no habeis pedido, solo necesito que me conteste a temas que vayan mas alla del rugby o de su rutina de ejercicios, ?sabes? -Y yo te repito que no vayas por ese camino o esto se acaba aqui... -Basta -levanto la mano para aplacar a Tricia, que solo estaba defendiendo su filosofia con respecto a la prensa, pero que se estaba pasando cuatro pueblos, y le sonrio-. Esta bien, no pasa nada, le contestare a Lucy un par de cosas personales para que complete su reportaje. -Tu mismo -Bufo ella, se dio la vuelta y desaparecio cabreada. -Gracias. Lucy -miro a la periodista y le sonrio-. Supongo que ya sabes que conozco desde hace poco a mi familia paterna. Es verdad que tengo tios y primos en Edimburgo, y son encantadores, pero no pienso mudarme a jugar a Escocia, ni a ningun otro equipo del Reino Unido o de Europa, me quedo en los Sydney Roosters hasta que me quieran aqui. -?Es cierto que tienes dos hermanos en Australia? -Dos hermanos, dos cunadas y tres sobrinos. Todas personas anonimas a las que quiero, con las que paso mucho tiempo y de las que no voy a dar mas detalles para respetar su intimidad. -?Por que ahora usas el apellido Campbell?, durante anos solo fuiste Oliver Watson, es... -Mi apellido es compuesto, me llamo Watson-Campbell desde siempre, mis padres lo decidieron asi, sin embargo, cuando entre a jugar en la liga profesional me empezaron a llamar solo Watson y ahora, desde hace un tiempo, la prensa usa el apellido completo. No es algo que yo decida o imponga o... -?No es un homenaje a tu padre que salio a la luz tras anos de permanecer en el anonimato? -Acabo de decir que no es algo que yo haya decidido o haya impuesto -Respondio un poco aspero y ella sonrio. -Es muy curioso que muestres tanto celo en lo referente a tu entorno familiar paterno, porque siempre has sido muy abierto con tus fans, con la prensa... -Bueno, hay cosas que son sagradas y me gusta respetarlas. -Acabas de cumplir treinta y dos anos, ?has pensado en sentar la cabeza?, ?casarte y ser padre? -Me encantaria ser padre, no se si llegare a casarme, pero espero, algun dia, formar una gran familia. -?Que buscas en una mujer? -No se, aun no lo tengo claro -Volvio a bromear para quitar hierro a la situacion, y miro a su madre, que observaba la escena con el ceno fruncido. -?Que opinas de ser uno de los hombres mas deseados del pais y el australiano mas deseado del mundo? -?Quien dice eso? -Una encuesta de nuestra revista y de otros medios de comunicacion. -?En serio? -?No te condiciona tu aspecto fisico?, obviamente eres muy atractivo, no puedes negar el efecto que produces en las demas personas. -No se de que me hablas.

  • Vamos Juntos de Mia Ford

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    Era jueves, gracias a Dios, y la semana estaba a punto de terminar. Desde que empece con este negocio tecnologico despues de la universidad, no habia hecho mas que avanzar, avanzar y avanzar. Sabia lo que habia que hacer para que un negocio tuviera exito, y siempre me decia a mi mismo que cuando llegara al club de los multimillonarios bajaria el ritmo, pero alli estaba, trabajando como un esclavo en mi escritorio despues de que todo el mundo se hubiera ido a casa, intentando sacar adelante un poco mas de trabajo. Era casi una obsesion, en realidad. Mi padre me enseno desde muy joven que para tener exito habia que hacer sacrificios, asi que eso fue exactamente lo que hice. El telefono sono, interrumpiendo mi concentracion, y suspire, asumiendo que era un cliente tardio con mas trabajo. --Blaine Butler, Butler Technologies --dije, contestando al telefono. --Eh, gilipollas, ?que haces todavia ahi? Me rei. --Hola, Caleb. Caleb y yo nos habiamos conocido en la universidad, y ambos nos mudamos a Filadelfia despues para perseguir nuestros suenos. El era un gran abogado fiscal y acababa de convertirse en socio de su empresa a principios de ano. Era mi hombre de referencia, el tipo con el que podia hablar de cualquier cosa, sin importar que. --Todavia vas a venir a la boda de mi hermana el sabado, ?verdad? --pregunto. --Tio, tengo mucho trabajo que hacer --conteste--. Creo que voy a tener que faltar. --No --dijo con severidad--. Lo prometiste. No puedes dejarme solo con todos los viejos. --Esperaba terminar un gran proyecto este fin de semana --dije--. Para estar a la vanguardia. --Vamos, hombre --dijo Caleb--. El trabajo seguira ahi el lunes. Pasa el rato este fin de semana. Pon un poco de diversion en tu vida. Hazlo por mi. Me rei. --Uf, bien. Pero solo porque me has hecho sentir culpable. Espero que te sientas bien con eso. --Espectacular --dijo riendo--. No llegues tarde o te mato. --Si, si --dije, colgando el telefono. Mire el reloj y decidi que habia terminado por hoy. Lo deje todo de lado y sali de la oficina, decidiendo que me convenia tomar una copa despues de haber trabajado tanto. Baje a un bar no muy lejos de mi oficina y entre, me quite la chaqueta del traje y me sente en la barra. Pedi un whisky con hielo y mire la television que habia sobre la barra, leyendo los subtitulos de la resena deportiva. Los comentaristas hablaban de un monton de partidos que yo no veia por culpa del trabajo. A veces me parecia que me perdia muchas cosas de la vida por tener la cabeza metida en la pantalla del ordenador. Suspire y mire mi bebida. Una mujer se sento a unos cuantos asientos de mi, llamando mi atencion. Observe las curvas de sus caderas y sus sensuales labios y supe inmediatamente que estaba alli por una sola razon: encontrar un hombre. Se echo hacia atras y cruzo sus largas piernas desnudas. Su corta falda se deslizaba por sus suaves muslos. Llevaba la blusa desabrochada y pude ver el encaje negro de su sujetador envolviendo sus grandes tetas. Me miro y sonrio, con un brillo en sus ojos mientras miraba mi traje y se metia la cereza de su bebida entre los labios. Esto iba a ser pan comido. --Oye --dije, poniendome de pie y acercandome a ella--. ?Te importa si me siento? --En absoluto --dijo ella, todavia jugando con la cereza--. Soy Missy. --Encantado de conocerte, Missy, soy Blaine Butler --respondi, mostrando una sonrisa. --Blaine Butler --dijo ella con una mirada tensa de pensamiento pasando por sus ojos--. ?Como Butler Technologies? --Si. --Me rei, mirando su telefono--. Veo que te gusta el movil Slicer. Era uno de mis favoritos cuando se fabrico. Tuve cuatro de ellos. --Vaya. --Ella solto una risita, acercandose y tocando mi pierna--. Es bastante impresionante. --?A que te dedicas? --Soy cosmetologa, --dijo--. Trabajo para MAC en el centro de la ciudad. Tambien soy masajista certificada, pero aun no he encontrado un spa donde conseguir trabajo. --Que bien, me encanta el sitio de la Octava --dije, sonriendo--. Voy al menos dos veces al mes. --Son fantasticos --dijo emocionada--. Sabes, si no quieres salir de tu casa, siempre puedes llamarme y puedo ser tu masajista personal. --?Ah, si? --Me rei y la mire a los ojos--. No estoy seguro de poder soportar que me toques de esa manera sin cruzar el limite entre paciente y masajista. --No creo que me importe ni un poco --dijo, inclinandose y sonriendo. --Oye --dije, inclinandome tambien--. Se que esto puede ser presuntuoso, pero ?quieres que nos vayamos de aqui? Mi casa esta a unas pocas manzanas. --Claro que si --dijo ella, dando un trago a su bebida y poniendose de pie para ponerse el abrigo sobre los hombros. Salimos inmediatamente, cogimos uno de los primeros taxis y nos dirigimos a mi atico. Cuando entramos, ella se quedo boquiabierta ante la loca tecnologia con la que habia equipado el lugar. Todo se activaba con la voz, y cuando entre por la puerta principal ya estaba sonando musica. Se acerco a los grandes ventanales de la sala de estar y miro el horizonte de Filadelfia, moviendo la cabeza. --Una vista increible --dijo. --Estoy de acuerdo --respondi, poniendome detras de ella y mirando su firme y redondo trasero--. ?Te apetece una copa? --Me encantaria --dijo, mirando la decoracion--. Este es un lugar increible, aunque no se que esperaba del genio dueno de Butler Technologies. --Me gusta trastear --dije, dirigiendome a la cocina abierta contigua. Servi dos copas de champan--. Este sistema fue mi creacion. No lo vendemos. --Deberiais hacerlo --dijo ella--. A la gente le encantaria. Volvi a acercarme a ella y le di una copa. Ella tomo un trago y siguio mirando todo el arte, pero yo mantuve mis ojos pegados a ella. Hacia bastante tiempo que no tenia sexo con nadie, y me sentia extremadamente reprimido. No tenia tiempo para complicaciones, asi que me mantuve alejado de las relaciones. Habia tenido varias relaciones de una noche en el ultimo ano, pero habia estado tan ocupado que la mayoria de las veces estaba demasiado agotado al final del dia para salir. Missy era exactamente lo que buscaba y me abalance sobre ella como un cazador que atrapa a su presa. Avance hacia delante y le quite el vaso de la mano, dejando los dos sobre la mesa de centro. Con un suave movimiento, me levante y la agarre por la nuca, presionando mi boca profundamente contra la suya. Ella solto una risita cuando mi lengua se movio por sus labios y yo hundi mi lengua en su boca, haciendola callar muy rapido. Al instante, el fuego me recorrio y baje la mano, deslizandola por su muslo y subiendo su falda hasta la cintura. Se aparto de mi y me miro fijamente, haciendome pensar que no estaba contenta con lo que estaba haciendo. Aparte mis manos de ella, pero entonces vi como una timida sonrisa se dibujaba en sus labios. Se arrodillo lentamente, juntando sus labios rojos y brillantes, y me desabrocho los pantalones, bajando la cremallera y dejandolos caer a mis pies. Froto su mano por mi dura polla que tiraba de mis calzoncillos negros. Los musculos de mi vientre se tensaron cuando me toco los huevos, haciendolos girar en su mano. Se levanto, agarro la cintura y tiro de mis calzoncillos hasta los tobillos, agarrando mi polla dura y rebotante con su mano y mirandome con una sonrisa. Sus labios rojo rubi se adelantaron y pude sentir el calor de su aliento en la punta de mi polla. Incline la cabeza hacia atras y cerre los ojos. El humedo movimiento de su lengua me provoco, y sonrei ligeramente antes de gemir cuando sus labios se movieron sobre la punta y su boca se abrio, acogiendome profundamente. Cuando su boca se abrio y se cerro en torno a mi pene y comenzo la succion, me di cuenta de que era una buena idea. Levanto la mano y me agarro por las caderas, atrayendome hacia ella mientras empezaba a mover la cabeza hacia delante y hacia atras con un movimiento mas rapido y mas fuerte. Baje la mano y la enrede en su pelo rubio y empuje y me movi con su ritmo. Si no creyera que es una groseria recibir una mamada y mandarla a paseo, habria dejado que me hiciera acabar asi. Sin embargo, siendo el caballero que soy, vigile de cerca el calor que se cocia a fuego lento en mi estomago. Ella gimio con fuerza cuando mi polla se acerco al borde de sus labios y luego volvio a bajar. El ruido vibraba arriba y abajo de mi ereccion. Gruni con fuerza, haciendole saber lo mucho que me gustaba y vi como me miraba, con los ojos llorosos y una pequena sonrisa en los bordes de su boca. La agarre por la cara y le saque la polla de la boca, no queria esperar ni un segundo mas y arriesgarme a explotar en ese momento. La levante y la lleve al sofa, orientandola hacia el respaldo y empujandola sobre sus rodillas. Separe sus piernas y apoye mis rodillas en el borde, agarrando mi polla por la base y llevandola hacia ella. Le empuje la falda hasta la cintura y le aparte el tanga rojo, frotando la cabeza de mi polla entre sus jugos. Empuje hacia delante y ella solto un profundo gemido, agarrandose al respaldo del sofa e inclinandose hacia delante con el culo asomando. Le pase la mano por la mejilla del culo y la abofetee ligeramente, escuchando sus risitas y gemidos de dolor y placer. Estaba muy mojada y tarde un segundo en darme cuenta de que tenia que coger un condon. Me agache y saque uno de la cartera de mis pantalones y le arranque la parte superior, sacando la polla solo lo suficiente para deslizar la goma por encima y hacia abajo. Volvi a empujar dentro de ella, dejando que su humedad me guiara. Rodee sus caderas con las manos y empuje y tire, introduciendome con fuerza en su interior. El sonido de su voz resonando en el apartamento era erotico, y esperaba que se corriera pronto porque yo estaba muy cerca. --Frotate el cono --gemi. Ella se metio la mano entre las piernas y gimio con fuerza mientras sus dedos bailaban sobre su clitoris. Se ponia cada vez mas tensa a medida que mi polla se hundia y sus dedos seguian el ritmo de mis caderas. A medida que su voz aumentaba, yo me movia mas rapido, sintiendo como su cuerpo se retorcia entre mis manos. --Dios --grito--. Me voy a correr. --Si, nena, correte en mi polla --gruni. Con dos empujones mas, ella estallo en un orgasmo, y su cono se apreto contra mi eje. Con solo tres empujones mas, finalmente me deje llevar, empujando tan profundo como pude y gimiendo fuertemente mientras mi semilla llenaba el condon y sus calidos jugos goteaban sobre mis pelotas. Mi cuerpo se tenso y flexiono mientras el placer fluia a traves de mi, hasta que finalmente mis hombros se relajaron y deje salir el aire de mis pulmones. Lentamente, me retraje, tirando de mi polla hacia atras y dirigiendome al bano para limpiarme. Era justo lo que necesitaba para quitarme el estres de la semana. En el bano, tire del condon y me lave las manos y la polla, nunca me ha gustado la sensacion despues de tener sexo con una total desconocida. Me mire el pelo en el espejo y tense el pecho, impresionado por la constitucion que habia mantenido los ultimos meses. Podia oir a Missy vistiendose en el salon, y esperaba que no insistiera en quedarse. Cogi los pantalones del pijama que colgaban de la parte trasera de la puerta del bano y me los puse antes de volver a salir de la habitacion. --Espero que no te importe --dijo ella, recogiendo sus cosas y poniendose la ropa--. Realmente tengo que irme. Tengo que trabajar temprano por la manana. --Que pena --dije, tratando de sonar convincente. --Tal vez podamos vernos pronto --dijo, acercandose y besando mis labios antes de dirigirse a la puerta. --Si --dije, siguiendola y entregandole mi tarjeta--. Aqui esta mi tarjeta. Llamame. --Genial --dijo, abriendo la puerta y volviendose--. Tal vez pueda traer a mi perro, y podemos ir al parque o algo asi. Hice una mueca al oir la palabra <>, y todo mi cuerpo se puso inmediatamente en tension. Los perros y yo no nos llevamos bien despues de haber sido atacado por uno cuando era nino. El simple hecho de escuchar esas palabras eran un sincero freno al trato. --Bueno, probablemente no --dije, negando con la cabeza--. Ni por ti ni por tu perro. Pero fue divertido. Cerre la puerta antes de que pudiera procesar lo que habia dicho. No iba a permitir el asunto del perro en absoluto, sin importar quien fuera la mujer. Era la tipica mujer de siempre. Capitulo 2 Reese Abri la puerta trasera de mi oficina y entre sonriendo, cuando un pequeno cachorro corrio hacia adelante para saludarme. Me agache, riendo cuando tropezo con una de sus grandes orejas y choco con mi pie. Me acerque y le acaricie la cabeza, lo rodee con la mano y lo cogi en brazos. --?De donde has salido, pequeno? Yo tenia un centro de cuidado de animales que se centraba principalmente en el alojamiento, la limpieza, el aseo y los cuidados menores que no requerian la atencion de un veterinario. Organizabamos clinicas de esterilizacion y castracion una vez al mes, acogiamos a los perros callejeros para los que la perrera no tenia sitio y, lo mas importante, podiamos pasar el rato con todos los amigos peludos y emplumados que venian a visitarnos. Me acerque al corral que albergaba a los nuevos cachorros que habiamos acogido y deje al cachorro con los demas, cerrando la puerta. Deje mis bolsas en la mesa de aseo y entre en la zona de alojamiento, donde me recibio un coro de ladridos. Cada uno de esos perros estaba a mi cargo de una forma u otra, ya fuera porque su familia estaba de viaje, porque necesitaban un nuevo hogar o porque habian envejecido y necesitaban que alguien los cuidara. Los perros mas viejos eran los mas dificiles para mi. No por su cuidado, sino porque me enamoraba de todos los perros que pasaban por alli, y estos solian estar alli por poco tiempo, ya que sus vidas habian llegado a los ultimos anos. En cualquier caso, siempre trate a cada uno de ellos como si fuera de la familia. --Bueno, buenos dias, amigos mios --dije, pasando la mano por las jaulas--. Por fin es viernes. Espero que ya hayais hecho planes. Pase y salude a cada perro. Luego, pase a la habitacion de al lado e hice lo mismo con los gatos. No teniamos ningun otro animal en ese momento, asi que me salte por completo la sala de los conejos, cobayas y reptiles. Cuando volvi al puesto de acicalamiento, Lenna entraba por la puerta con un aspecto mas cansado que de costumbre. Era mi mejor amiga, y habiamos empezado este negocio juntas justo despues del instituto, sabiendo ambas que no teniamos ambiciones universitarias en ese momento. Tuve que admitir que era bastante impresionante trabajar con mi mejor amiga. Ella y yo nunca nos habiamos peleado por nada, y no podia imaginar una socia mas perfecta. Ambas amabamos a los animales, trabajabamos muy duro para mantener el local en marcha y nos complementabamos. Donde yo era debil, ella era fuerte, y viceversa. Ademas, ella era la tecnica veterinaria y podia poner inyecciones y cosas asi cuando era necesario. --El Senor Floppy volvio a salir --dije riendo--. Me ha saludado en la puerta, asi que ten cuidado donde pisas. Todavia no he buscado bombas de caca. --Oh, alegria --dijo Leena con un bostezo--. Es demasiado pronto para esto. --?Empezaste el fin de semana temprano? --Claro que si --dijo con una sonrisa somnolienta--. Y he conocido a un tio que esta muy bueno, con el que tengo una cita de nuevo el sabado por la noche. --Mirate, siempre en movimiento. --Me rei. --?Que hiciste anoche? --Me bane, vi una pelicula y me quede dormida. --Sonrei. --Vaya --dijo con voz monotona--. Emocionante. ?Que tal este fin de semana? ?Tienes algun plan increible? --?Lo tengo alguna vez? --No, pero seguire preguntando cada semana con la esperanza de que un dia me sorprendas con algo escandaloso, como, oh, no se, una cita o algo asi --dijo, mirandome a la cadera mientras pasaba. Yo me conformaba con seguir trabajando en el negocio, centrarme en crecer y aprender y, al mismo tiempo, mantener los ojos abiertos para cuando apareciera ese chico. Ese chico que hace que todo encaje, el que toda chica suena con conocer algun dia. Sin embargo, Leena piensa que estoy loca por pensar en ese cuento de hadas y esta mas que dispuesta a sacarme, a llevarme a que eche un polvo y a llevarme por otro camino. No era virgen porque estuviera esperando al Senor Perfecto. Simplemente no habia encontrado ningun Senor Perfecto en este momento que realmente pudiera encajar. De hecho, no habia habido ningun Senor Nada durante bastante tiempo, y yo estaba bien con eso, incluso aunque pareciera molestar a todos los demas a mi alrededor. --Si, tengo esa boda este proximo fin de semana --dije, sacando mis materiales y alineandolos sobre la mesa. --Oh, si --dijo ella--. ?Quien se casa esta vez? --Caroline Haynes --dije--. Era una chica con la que salia cuando eramos ninas. --Oh, si, en el club al que pertenecia tu padre --respondio--. Sigo pensando que es muy raro que vengas de una familia con dinero. --?Por que? --Es que pareces tan normal. --Ella se rio. --Supongo que si, si consideras normal a una virgen de veintitres anos que ha abandonado la universidad --dije, poniendo los ojos en blanco. --Recuerdas que tienes un negocio realmente exitoso que construiste desde cero, ?verdad? --Si, y estoy orgullosa de ello, pero mi padre es otra historia --dije con un suspiro--. No se hizo a la idea de este negocio hasta que compramos el edificio. --Bueno, es bueno que tu dirijas tu vida, no tu padre --dijo, dandome una palmadita en el hombro--. Ademas, a tu madre le encanta este lugar. Estoy bastante segura de que ya ha pasado la hora a la que suele venir a visitar a todos los perritos. --Es el final de los eventos de verano en el club --le recorde--. Le quedan como tres dias para marujear con las otras mujeres antes de que el clima se enfrie y todos los ricos se escondan en las zonas residenciales. --?Van a ir a la boda? --No, gracias a Dios --dije con una risa nerviosa--. Van a estar fuera el fin de semana visitando a mi hermano en Nueva York. --Bueno, ahi tienes --dijo, volviendose hacia mi--. Entonces puedes contar totalmente con la boda como planes de fin de semana. Pensaba que tus padres te iban a llevar a rastras y te iban a exhibir como una munequita, como tanto les gusta hacer. --No. --Me rei--. ?Y sabes que? Eso significa que tengo planes para este fin de semana. Voy a beber champan, bailar y mirar fijamente a la hermosa y feliz pareja, preguntandome a cuantas bodas ire antes de tener la mia. --Asi que, podrias llevar una cita a esa fiesta, ?verdad? --Si conociera a alguien que pudiera ser una cita, si --dije--. Pero sabes tan bien como yo que no he conocido a ningun hombre ultimamente. Diablos, no he conocido a nadie sin pelo y cuatro patas en mucho tiempo. --Vaya, ?a que clase de bares vas? --Muy gracioso --respondi, riendo.

  • Secretos De Papel de Teresa Corroto

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    El ruido de unos zapatos negros de tacon de un cuarenta y dos retumbando bajo los pies de una mujer que pisaba ahora mas decidida que nunca, no dejaba indiferente a nadie. Una brisa de aire caliente. tipica de un mes de verano mas caluroso de lo habitual, mecia su corta y lisa melena a falta de subir solo los dos ultimos escalones para ver la luz del dia. La tradicional boca de metro de Atocha impasible ante el paso del tiempo, daba pie a un sol que acentuaba mas todavia el color rubio ceniza de su pelo. Siete minutos a paso ligero eran los que separaban a Alexia de su destino. Fueron tantos los dias que sus pies se habian dedicado a realizar ese recorrido, que hasta podia indicar los metros exactos que separaban su parada de metro diaria de la pinacoteca madrilena por excelencia la que se habia encomendado los ultimos treinta anos de su vida. Un ano entero era el tiempo exacto que habia permanecido alejada del lugar que consideraba como su segunda casa y que ahora la reclamaba de nuevo. La jubilacion habia llamado a sus puertas el mismo dia en que cumplia los sesenta y cinco. El semblante de la estatua de Velazquez custodiando incansable la entrada principal del museo, parecia mirarla de forma entranable y Alexia dejaba escapar su imaginacion al pensar que hasta esa estatua de bronce se habia atusado el bigote para darla la bienvenida. --Yo tambien me alegro de verte Diego --guinandole un ojo disimuladamente. El V Centenario de la muerte de El Bosco junto a la muestra monografica que se le dedicaba en Espana, eran la excusa perfecta para volver a pisar el museo del Prado y, de paso, aprovechar para rescatar momentos entre cercanos y olvidados, calles llenas de vida y descubrir otro Madrid que apenas hacia un ano parecia que se hubiese reinventado. Rumbo a la sala 56 A, dedicada en exclusiva al maestro flamenco, no dudo ni por un momento el recorrido que deberia seguir y no hizo escala en ninguna otra sala mas a no ser por el resto de visitantes que tenia que sortear y con los que deberia tener paciencia para que abriesen el hueco suficiente para poder atravesar. Atras quedaron aquellos tiempos en los que interrumpir a una pareja con un plano en la mano para ubicarles en el punto <>, ya no se encontraba dentro de su cometido, aunque ganas no le faltasen de hacerlo. Era espectacular como unas luces led adheridas a un falso techo iluminaban toda la sala como nunca antes la habia visto y unos altillos de pladur, a la altura de la cintura de cualquier viandante, daban asiento a cada uno de los tripticos que compartian esa sala y singularizaba mas su caracter al contemplar tanto el anverso como el reves de sus laterales. <>, penso. Nada mas entrar, a la derecha, estaba el Carro del heno, a la izquierda La Adoracion de los magos y, entre medias, El jardin de las delicias. Una vez dentro, el profundo suspiro de Alexia acaparaba toda la sala del museo. Mientras exhalaba por completo el aire que sus pulmones habian retenido durante unos escasos segundos, sentia que su alma aun encerraba todas esas preguntas que nadie le habia sabido responder con palabras. A pesar de encontrarse situada justo entre los tres tripticos mas conocidos de todos los tiempos, El jardin de las delicias era su obra preferida y mas que merecedora de requisar toda su atencion. No era la primera vez ni la segunda que Alexia se sumergia entre tal alboroto de imagenes no para intentar desvelar su misterio, sino para permanecer sumergida en el. Figuras fantasmagoricas, animales maravillosos y un caos incendiandolo todo como un dia de fiebre, eran ilustraciones mas que emblematicas para ahondar en ellas y perderse el tiempo suficiente hasta conseguir despejar su mente. --El apocalipsis --decia Alexia en voz alta al contemplar la ultima tabla del triptico--. Todo arde ante el tormento de las almas torturadas por seres que despellejan y deguellan. Casi como en la vida real --retorciendo la comisura de sus labios al terminar de hablar y observando por el rabillo del ojo las curiosas miradas de los que se encontraban a su alrededor al escucharla. Era evidente que, ni su atrevido comentario, ni unas cuerdas vocales retocadas anos atras por la cirugia, iban a pasar inadvertidas ante nadie. Y es que nada le gustaba mas que permanecer con su impavida mirada ante la obra mas extraordinaria y, a la vez, mas enigmatica que el ser humano haya podido constatar y a la cual siempre visitaba cuando el trabajo se lo permitia antes de marcharse a casa. Nada menos que tres rigurosas decadas completaban el tiempo que Alexia habia dedicado en cuerpo y alma a procurar la proteccion de ese museo. Y nunca mejor dicho. Tambien llego a formar parte del cuerpo de seguridad que, al caer el sol, se encargaba de custodiar todas y cada una de esas obras. O como a ella le gustaba llamarlo, otra forma de felicidad terrenal. Su cuerpo habia sufrido una transformacion tremenda desde entonces y, ese museo, habia sido el maximo testigo de todo ese cambio fase por fase. Ni el mismisimo cuadro de La pasion de Juana de Arco juzgada por la inquisicion por actuar y vestir como un varon, podria explicar mejor un espiritu atrapado en un cuerpo que no se corresponde. Aspecto de hombre de dia, corazon de mujer de noche. Alli, donde las ideas revolotean como los angeles, lo extrano era bello, las obras solo pueden hacerse con amor y la imaginacion es capaz de dispararse sobre un simple lienzo en blanco, era donde su nostalgia encontraba cura. Y porque alli, entre dioses hermafroditas de la antigua Grecia plasmados en lienzos y delicadas estatuas de ninfas con pene, podia desnudar su alma y mostrarse tal y como era porque las obras de arte no la juzgaban, sino que se sentian identificados con ella. Desde que, por caprichos del destino, se establecio en Madrid con tan solo quince anos, lo unico que la ataba a su Mediterraneo y a su luz y calor, era el recuerdo de una tierna infancia y de una menos acertada adolescencia. Y de eso su querido Sorolla sabia mucho. No necesitaba mas que un barrido de ojos a su paleta de colores para regresar a su anorada Valencia y sentirse cuya nina, perfectamente plasmada, correteaba inofensiva por el mar. Atras quedaban ya las reuniones de amigos alrededor de las hogueras con olor a sal, el caluroso viento de levante, o los atardeceres envueltos en agua espumosa. Sus padres junto con el y su hermana, abandonaban su casa de Altea de toda la vida por la promesa de un ascenso para su padre a cuatrocientos kilometros de alli y de la posibilidad de darles una vida mejor. Una vida de privilegios con un final que se truncaba desde el mismo momento en que su hijo, recien cumplida la quincena, aparecia de repente a ojos de su padre vestido de mujer. --Pero ?que cojones haces con eso puesto? --le increpo su padre malhumorado mientras le atravesaba con fuego en la mirada. --Nada, papa --acerto a decir completamente bloqueado. --Alejandro, !que que cojones llevas puesto! --elevo el tono. Un silencio sepulcral entre ellos que hasta parecia atravesar las paredes impregnaba todo el salon. El nudo de Alex, cada vez mas latente en su garganta, parecia ahogarle. Si los ojos son el espejo del alma, el alma de su padre parecia estar cociendose en ese momento en las mismisimas puertas del infierno y Lucifer, a su lado, ser un simple aprendiz. Lo poco que fuese que se le estuviese pasando por la cabeza mientras observaba a su hijo travestido, o como diria el: disfrazado de marica, no seria ni por asomo la mitad comparado con la hostia que le esperaba a Alex si no arrancaba a hablar de un momento a otro y daba una buena explicacion de su modelito. --Tranquilo, papa, te lo puedo explicar --colocando sus manos frente a su padre a modo de escudo. --Te estoy esperando.

  • Donde termina el arco iris de Cecelia Ahern

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    Una conmovedora novela en la que se nos presenta una seleccion de los divertidos y frescos dialogos que Rosie y Alex, amigos desde la infancia, intercambian.

  • El Principe Coreano de Mia Antiere

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    Mel nacio y vivio como una princesa hasta la muerte de su padre.
    Perseguida por una madrastra ambiciosa huye al escenario de sus programas favoritos: Corea del Sur, pero no encuentra la paz que tanto busca. Lo que la espera son muchos desafios y un hombre dividido entre la arrogancia y el amor.

  • El Caballero De Los Deseos Fugaces de R. Crespo

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    Mi abuela mantuvo la sonrisa en su rostro arrugado mientras de mis labios no hacian mas que salir palabras de incredulidad ante lo que me habia contado. Cuando termine, ella volvio a hablar sin dejar de sonreir. --No soy quien para obligarte a creer, pero te aseguro que no fue ningun invento de mi subconsciente, ni ninguna alucinacion. Lo tuve a mi lado durante tres dias, pude tocarlo y hablar con el durante horas sin necesidad de hacer nada mas. En algun momento aparecera ante ti y tendras que tragarte tus palabras. --El dia que eso pase seguramente los cerdos empezaran a volar. --Cuidado con lo que dices, nina --me advirtio, poniendose seria de repente--, porque quiza el dia menos pensado veas a un cerdo volar y recordaras mis palabras. Tuve que aguantar la risa para no hacer sentir mal a mi abuela, pero la conversacion que estabamos teniendo empezaba a tornarse surrealista. ?Cerdos volando? ?Un hombre misterioso capaz de conceder deseos? Y si asi fuera, ?como podria seguir siendo atractivo o joven? Esa historia no habia quien se la creyera. --Abuela, otro dia seguiremos con la conversacion, tengo que irme o llegare tarde al trabajo. Me acerque a ella un poco mas para darle un beso en la frente. --Ten cuidado, Noelia --dijo como despedida. Asenti mientras caminaba hacia la puerta agitando mi mano derecha. *** A las nueve de la noche me despedi de Alba, la chica que tenia contratada en la libreria, y coloque el letrero de cerrado. Antes de marcharme coloque bien algunos libros que los clientes habian dejado por ahi y limpie un poco el local. Despues apague las luces y sali, cerrando bien con llave. Las guarde en el bolso y comence a caminar en direccion a la casa de mi abuela. Siempre que salia de trabajar pasaba por alli para ver que todo estuviera bien antes de irme a la mia. Solo esperaba que no repitiera la misma historia del misterioso hombre que la cautivo en su juventud. <> repeti en mi mente sin dejar de caminar. Seguia dandole vueltas a aquella increible historia de magia y romance de la que mi abuela habia sido participe. ?Y si hubiera sido real y yo estaba equivocada? ?Podria aparecer aquel hombre solo con un deseo expresado desde el corazon? !Parecia tan inverosimil! Llegue pronto a mi destino y, tras comprobar que todo estaba bien y que mi abuela dormia placidamente en su habitacion, volvi a la calle para ponerme rumbo hacia mi piso. Sevilla tenia esa magia incluso de noche, aunque en mi caso la preferia por el dia. En mi cabeza habia muchos peligros y tenia la certeza de que existian realmente. Entre en mi coche, que estaba aparcado cerca, y arranque el motor para ponerme en marcha. *** Aparque el coche en la misma manzana en la que vivia y fui caminando hacia mi bloque de pisos. No habia mucha distancia, pero por alguna razon, aquella noche me parecio interminable el camino. Las sombras de la noche parecian cernirse sobre mi y, entonces, entre en panico. No fui consciente hasta que note que mis piernas parecian fallarme con cada paso nuevo que daba y el aire comenzo a faltarme. Notaba la presencia cercana de alguien, pero por mas que miraba hacia todas partes, no conseguia averiguar si era alguien real o solo producto de mi imaginacion. !Maldita oscuridad! Aligere el paso para llegar cuanto antes a mi hogar, pero por mas que lo intentaba, mis piernas no respondian como yo queria. Tuve la intencion de gritar, pero preferi no hacerlo para no llamar la atencion de los vecinos. ?Y si solo era uno de mis ataques de panico comunes? Pero ?y si era mas que eso? Mientras divagaba, senti un empujon y, tras colocarme de frente a la fachada de un edificio, senti otro cuerpo aprisionandome. Me resisti con todas mis fuerzas, lance patadas al aire como pude, pero todo fue en vano. No fui capaz de zafarme de esa presencia que no queria revelarse ante mi. Desee con todas mis fuerzas, o al menos las que me quedaban, librarme de lo que estaba por llegar. De alguna forma era consciente de que no me esperaba nada bueno y mi pensamiento se acrecento cuando empece a notar unas manos sobando mi cuerpo. No podia ser otra cosa. --Detente si no quieres sufrir mi ira. --Una voz masculina se alzo en el silencio de la noche. Una voz que desconocia. --?Y a quien se supone que debo temer? Note mi cuerpo mas ligero. Despacio, mas de lo que quiza pretendia, me separe de la pared e intente girar la cabeza. Sin embargo, algo me impidio observar mas alla del cuerpo de mi captor. Las sombras no me permitieron distinguir de quien era la figura, pues las luces de las farolas se encontraban lejos y la que teniamos cerca se habia fundido. Aunque no recordaba que estuviera apagada cuando llegue… Me puse de puntillas y, al fin, logre distinguir algo mas alla de las sombras proyectadas en ese lado de la calle. Una figura con sombrero se encontraba ante nosotros. Una figura deforme, a decir verdad. El panico se apodero aun mas de mi al imaginar que clase de criatura se habia enfrentado al desconocido que se habia atrevido a tocarme. ?Y si lo que queria era divertirse conmigo tambien? No estaba pensando con claridad. --No lo repetire mas. !Dejala en paz! El hombre no se movio del sitio, solo apreto los punos y se puso en posicion de ataque. Al parecer, pretendia atacar a la figura del sombrero. De nuevo, y sin hacer ruido, me desplace poco a poco hacia la derecha sin dejar de mirar la escena. Me fije en los detalles una vez estuve en un lugar seguro y, con el panico aun en el cuerpo, me quede para saber como terminaba aquello. El morbo podia mas que mi propio miedo. Sin embargo, todo se torno mas negro en cuestion de segundos. *** --!Los cerdos vuelan! --exclame tras despertarme. No me encontraba en mi casa, tampoco en la de mi abuela y, por supuesto, no reconocia el entorno que me rodeaba. Me incorpore sobre la cama tan rapido que la cabeza me dio vueltas. --Deberias descansar. --Dos manos acompanaron a una voz masculina, pero suave. Se apoyaron en mis hombros e intento tumbarme de nuevo. Sin embargo, me resisti. No sabia donde estaba, ?y si me tenian secuestrada? --Tranquila, Noelia. --Su voz seguia siendo suave, aterciopelada. Pero ?como sabia mi nombre? A pesar de mis esfuerzos por resistirme, algo en su voz me hipnotizaba. Hasta que mi mirada se encontro con la suya y me perdi. Tenia los ojos verdes, que contrastaban a la perfeccion con su piel morena, y sus labios me resultaron tan apetecibles que hubiera podido besarlos si sus manos no estuvieran inmovilizandome. Quiza exageraba, pero nada mas verlos por primera vez los imagine sobre los mios, degustando mi sabor de la misma forma intensa que yo podria hacerlo con el suyo. --?Que hago aqui? ?Quien eres tu? --Cuando descanses un poco mas respondere a esas preguntas. Ahora, no te preocupes de mas. Deje de moverme bajo sus brazos, rendida, y mi cuerpo se relajo. En ese momento se separo de mi, sentandose en una silla que habia junto a la cama. Observe mejor el lugar donde me encontraba, pero la penumbra me impedia hacer un examen exhaustivo tal y como yo queria. Tendria que esperar a que hubiera luz para averiguar un poco mas. *** Desperte de nuevo, esta vez mas tranquila. Al no ver a la figura misteriosa a mi lado, pense que todo habia sido un sueno, pero no era asi. Seguia en una habitacion que no era la mia y el perfume que embriagaba todo a mi alrededor era masculino. Uno de esos aromas que causan fascinacion y permanecen en la memoria. Me levante de la cama y dirigi mis pasos hacia la puerta, pero antes de poder acercar mi mano al pomo, se abrio sola. --Oh, ya estas despierta. !Cuanto me alegro! --Sonrio. Parecia una sonrisa verdadera, de esas que llegan a los ojos y entonces te das cuenta de que no es una patrana. De nuevo me fije en el, ya que la luz que entraba por la puerta no dejaba duda alguna de sus rasgos. --?Quien eres tu? ?Por que estoy aqui? --?Te apetece una taza de cafe? ?Agua? Debes estar sedienta… --Lo que me apetece es que no evadas mis preguntas, ?podria ser posible? --replique, un poco cansada de que siempre evitara responderme. --Esta bien, pero mientras te respondo, ?te gustaria tomar algo? Has pasado muchas horas durmiendo y necesitas reponer fuerzas. A pesar de como le habia hablado, el seguia respondiendo de manera tranquila. Quiza por eso asenti con una pequena sonrisa, para demostrarle que no era tan antipatica como parecia. Me condujo hacia la sala de estar y me invito a sentarme antes de desaparecer por una puerta, tal vez la de la cocina. Volvio con un vaso de agua y, tras darmelo, se sento a mi lado en el sofa. El silencio se hizo entre nosotros mientras a sorbos pequenos vaciaba el recipiente. Cuando termine de beber, lo deje sobre una mesita que habia enfrente. --?Por donde quieres que comience? --pregunto, rompiendo el silencio. --Por el principio. --Esta bien, pero me gustaria que me miraras mientras tanto. En caso contrario, no sabras si miento o digo la verdad. Mi sorpresa fue mayuscula. Observe la estancia con detenimiento, empezando por la derecha y desembocando en los ojos verdes de quien me acompanaba. No sabia cuanto aguantaria con mi mirada sobre la suya. --Mi nombre es Silvester, pero me suelen conocer como <>. --Mis labios se entreabrieron debido al asombro. Habia sido tan directo y sus ojos eran tan expresivos que no crei que mintiera. Pero, entonces, !mi abuela no habia inventado nada!--. Quiza resulte imposible de creer, pero hace mucho tiempo, en la vispera de mi trigesimo cumpleanos, una hechicera poderosa me maldijo. Me condeno a vagar por el mundo durante decadas concediendo deseos a todas las personas que lo necesitaran de corazon. Y tu, Noelia, sin saberlo me llamaste anoche. --?Como sabes mi nombre? --La maldicion me otorgo como don la posibilidad de ver en el corazon de las personas, asi como saber su nombre sin necesidad de tener que preguntar por el. Pocas veces hago uso de el, por si alguien de perverso corazon llegara a saberlo y me obligara, de alguna manera, a cometer actos crueles para los que no estaria preparado. Confio en ti. --Me tomo de las manos, como si de esa forma quisiera asegurarse de que, mediante el contacto, no cometeria una locura. Pero no lo haria. Yo no era quien para desvelar secretos que no me pertenecian. --Puedes confiar en mi, Silvester. --Sonrei. --Me alegra saberlo. --Solto mis manos curvando sus labios en una sonrisa. Mis ojos vagaron por la sala. Un detalle me llamo la atencion: todo lo que tenia parecian antiguedades, exceptuando algunos objetos que yo misma podria tener en mi casa. Cosas modernas. --?Deseas algo en particular? Puedo concederte lo que mas desees con la condicion de que no me retengas mas de tres dias a tu lado. ?Habia oido bien? ?Cualquier cosa, mientras no le retuviera conmigo mas de tres dias? --?Hablas en serio? --Volvi a mirarle, atenta a su respuesta. --Por supuesto. Soy el hombre que concede deseos, ?no? ?No quieres probar? --Si tengo que decidirme por uno, prefiero pensarlo bien. Puedo, ?verdad? --De hecho, es lo recomendable --afirmo, mirandome seriamente--. He conocido personas que no pensaron bien sus deseos y se arrepintieron por el resto de sus vidas. Se dejaron llevar por sus impulsos, por el primer pensamiento, y la cosa no termino tan bien como creyeron. No tengo demasiada prisa, por lo que no es necesario que me des una respuesta ahora. Mientras tanto, puedes quedarte conmigo. --Pero tengo que trabajar y ver a mi abuela… --replique. --No te preocupes, el tiempo conmigo no pasa demasiado deprisa, al menos fuera de aqui. Y cuando me marche, todo volvera a la normalidad, con la salvedad de que lo que sucedio anoche, no pasara. Ya me he encargado de que asi sea. --Hizo una pequena pausa antes de agregar--: ?Que te apetece comer? Ya es mediodia y deberias tomar algo para reponer fuerzas. Despues de saber un poco mas sobre el, no me negue. Cuando se levanto, movio la cabeza hacia ambos lados, como si buscara algo, y observe como levantaba el brazo y se colocaba un sombrero sobre la cabeza. Despues me miro de nuevo antes de marcharse hacia la cocina. Esos ojos verdes, con la sombra que proyectaba aquel complemento sobre su rostro, provocaban en mi algunas sensaciones que no habia experimentado nunca. ?Por que me atraia tanto un completo desconocido?

  • Seb Damon 3 14 (Seb Damon 1) de Martin Mccoy

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    ?Imaginas vivir una historia digna del cine negro en una ciudad de la Luna? Tal vez te cueste imaginarlo, pero puedes leerlo.

  • Dulce desvelo 3 de Megan Marsell

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    Tanto Beth como Maddox tienen un pasado oscuro y traumatico, un pasado marcado que les causa horribles pesadillas, obligandolos a permanecer despiertos.
    Cuando Maddox y Beth se conocen, establecen una conexion que los unira cada vez mas en las largas horas de desvelo.

  • El Perro de Alberto Vazquez Figueroa

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    En un penal de America Central, un preso politico y un perro se observan como fascinados el uno con el otro. Cuando se evade el preso, tras herir mortalmente al guardian, el animal, condicionado por su amo antes de morir, se lanza en persecucion del homicida. Los dos adversarios se enfrentaran en una lucha atroz, hostigante, incansable, y a medida que transcurren las semanas, se establece entre ellos una extrana complicidad, hecha de sentimientos tan opuestos como el odio y la estima. ——- El Hombre observo al Perro, inmovil y jadeante, fijos los ojos en su amo, aguardando una orden que nunca llegaria, porque el Guardian se habia enzarzado ya en una charla intrascendente con sus companeros, olvidando al animal que permaneceria alli, estatuario, hasta que el violento sol del tropico le achicharrara el cerebro. Era una fiera y bella mezcla de pastor aleman y lobo, de pelaje castano rojizo en el lomo que iba aclarando hacia las patas; unas patas gruesas y fuertes de color casi dorado. El negro hocico destacaba, afilado e inquieto, sobre una quijada de hierro por la que asomaban la agitada lengua y los largos y amenazantes colmillos, todo ello dominado por unas orejas siempre enhiestas y unos enormes y brillantes ojos, vivos e inteligentes. Le recordaba a Barrabas, su cachorro, al que mato un camion, y se pregunto si Barrabas habria llegado alguna vez, con el tiempo, a convertirse en una bestia semejante, capaz de ejecutar una orden apenas apuntada por un gesto de cabeza o de permanecer inmovil bajo el sol porque no le habian dado permiso para buscar cobijo. Sonrio tristemente recordando su pena el dia que Barrabas cruzo la calle en busca de su ultimo destino. Durante meses se sintio culpable por no haber sabido ensenarle donde estaba el peligro, y autos, motos y camiones no eran cosas de juego a las que perseguir ladrando alegremente, sino maquinas infernales e invencibles, contra las que nada podia un estupido cachorro.

  • El Inicio de Dahiana J. Vasquez S

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    Era inmortal, pero a que precio. Su vida era solitaria. Estaba cansado y se sentia infeliz. Sabia que podia saciar su sed en el bosque, con animales, pero luchar a diario contra su naturaleza lo atormentaba. Por eso estaba ahi, frente esa cabana abandonada. La puerta se abrio sin tocar, sabia que lo esperaba. El hechicero lo recibio con una sonrisa y tomo en sus manos una botella de color azul.--?Estas seguro de que quieres hacerlo? --pregunto, mirandolo dudoso. La mirada que le devolvio lo dijo todo. Los dhampir eran criados para cazar vampiros, pero el habia fallado. Luego de ingerir la sustancia que sabia a jarabe para la tos, salio sin rumbo fijo hasta llegar a un edificio. Se sentia alterado y tenso, su cabello oscuro se erizo y su rostro poco a poco se transformo. Al escuchar los gritos los vecinos empezaron a salir de sus apartamentos. Cuando quisieron ocultarse, ya era muy tarde. El aparecido paso sobre ellos, sin dejar rastros hasta llegar a la ultima puerta del pasillo. Escucho el sonido de tres corazones acelerados. Eran jovenes estudiantes. El aparecido escucho sus sollozos detras de la puerta. Se encontraban agachadas, abrazadas unas a otras. No pudieron evitar que la puerta se estrellara contra el piso. Se acerco a paso lento, una de ellas intento salir corriendo, pero el la halo por sus trenzas rubias y la empujo. Las demas no pudieron mas que quedarse estaticas observando como la levanto para luego tirar el cuerpo sin vida. Fue entonces cuando la mas baja, de cabello castano y corto, tomo una lampara y se la lanzo con toda su fuerza. Las dos muchachas aprovecharon su distraccion para correr a la puerta, pero el tobillo de una quedo atrapado entre las manos del dhampir. La que quedo, salio del apartamento saltando por la puerta pero ya era muy tarde. El estaba detras. Se volteo, cerrando los punos y lo miro a los ojos. El la observo. Era una joven de mediana estatura, de cabellos negros que sobresalian de los hombros y piel clara. Pero sus ojos, su mirada lo hizo paralizarse. No fue hasta que escucho su voz que reacciono. --?Por que hace esto? --dijo sin gritar, sin alterarse. El no contesto--. Si me va a matar, !hagalo! --dijo resignada a lo peor--. ?Que espera? La tomo del cuello, dispuesto a hacerla sufrir. Sin embargo, se detuvo al notar que una lagrima salia de aquellos ojos tan profundos. ?Que le pasaba? ?Por que se conmovia ante una lagrima? --!Vamos! !Termina con esto! --dijo desafiante. Pero el no hizo mas que observarla con una expresion contrariada en su rostro. No dijo nada, le solto el cuello y dio un paso hacia atras. Ella cayo al suelo tocandose la garganta. Cuando pudo recobrar el aire, volvio a mirarlo, mientras el seguia paralizado, tratando de entender lo que estaba sucediendo. Ella lloro, pero aun asi no dejo de mirarlo. El se arrodillo y con su mano la tomo de la barbilla, ella reacciono moviendose hacia atras, chocando con la pared. Por un momento estuvo tentado a mostrar su forma humana, pero la mirada de terror que la joven le expresaba lo hizo desistir de esa idea. Le acaricio el rostro y la beso sin malicia en la comisura de los labios. Desde ese momento su vida seria diferente. Con ese beso se alejo de ella y, escuchando las sirenas de las patrullas policiacas, se retiro llevando en su memoria los ojos de aquella joven. Capitulo Dos La historia del Angel 452 dias habia pasado desde los sucesos de San Luis --como lo nombraron los periodicos--, Fey regreso a su rutina. Por un ano se trato con psiquiatras a causa del trauma. Cambio de escuela y de carrera, se mudo con su hermano y empezo a cultivar cierta aficion por las leyendas y los mitos. Muchos dirian que mas que un interes curioso, estaba obsesionada con lo sobrenatural. Al escuchar las sirenas, salio del edificio aturdido. Camino sin rumbo por varias horas, hasta que la luz del dia empezo a asomarse por el horizonte. Despues de tanto caminar, se recosto bajo un arbol, no sintio la presencia del hechicero hasta que estuvo frente a el. Lo ayudo a ponerse de pie y se dirigieron a su cabana. Una vez en su interior, le paso una toalla humeda para que se limpiara el cuerpo, mientras el hojeaba unos libros de las estanterias. --No lo entiendo. Debio haber funcionado --dijo. Estaba confundido. --Si. Bueno, algo hiciste mal porque no funciono. Al menos no del todo --comento. --?Puedes decirme lo que paso otra vez? ?Como fue eso de que ibas a morder a esta chica y entonces...? --Y entonces no pude --dijo, cortandole los ojos con mirada inquisidora. --!Lo tengo! --exclamo el hechicero, saco un libro del estante emocionado. Lo coloco encima de la mesa y lo abrio. El se acerco. Al fin se detuvo en una de las paginas la cual poseia una imagen de un dhampir con el titulo de <>. De inmediato supo que se trataba de su biografia. El hechicero empezo a leer en voz alta: <>. --?Quien escribe estas cosas? --le pregunto al hechicero cuando termino de leer. --?No hay otra pagina? Esto es algo que ya sabia --exclamo sorprendido. --Bien, hemos aprendido que no todo esta en los libros --dijo en tono ironico. --Tiene que haber algo aqui --senalo mientras ubicaba el libro frente a la luz. --Bueno, ahi no dice como el senor Kafka me encontro y me obligo a matar a esas personas -- dijo al tiempo en que volvia a sentarse en la silla. --Cierto... espera, !eso es! !Eres un dhampir! !Estas destinado a ser un cazador, no un asesino! --exclamo una vez mas el hechicero mientras cerraba el libro y sacaba otro del mismo lugar. --Pero no soy un cazador, y eso no explica mis deseos de…ya sabes…--dijo sin entender a donde queria llegar el anciano. --Tienes que entrenarte para serlo, y la pocion esta supuesta a actuar a favor de tu naturaleza, no en contra. Y tu naturaleza no es matar humanos, sino vampiros. --?Y que tiene que ver la joven con eso? --Tengo la ligera sensacion de que no es una humana normal --respondio con una ligera sonrisa en el rostro. --?Y como lo vamos a averiguar? --respondio adivinando sus intenciones. --Facil, acercate a ella y conocela. Quiero ver que otro efecto tiene en ti --respondio acercandose a el. --?Y como esperas que haga eso? --dijo pensando que su amigo estaba loco. --Se me ocurren una o dos ideas... Al siguiente dia, la muchacha, como era su costumbre, estaba sentada en una de las mesas de la biblioteca publica, con la cabeza hundida en libros. Solia acaparar toda una mesa para si sola y dejar encima varios tomos abiertos. Se encontraba tan concentrada que apenas se dio cuenta cuando su telefono celular empezo a vibrar. --?Donde estas? --oyo una voz aguda del otro lado del auricular. --En la biblioteca --contesto como si la pregunta estuviera de mas. --?Otra vez? !Fey! !Ya olvidalo! !Eso sucedio hace mucho tiempo! --452 dias --le corto. --!Mas de un ano! --respondio--. ?Por que no dejas eso y vienes a casa, comemos algo, vemos una pelicula... te distraes --dijo casi rogando. --No, gracias, prefiero terminar esto antes de que sea mas tarde --respondio cansada. --Cinco minutos para cerrar --anuncio la bibliotecaria apagando las luces de los pasillos. --Te hablo luego --dijo mientras recogia sus cosas. --Esperare por ti para cenar, mas te vale que llegues si no quieres que muera de hambre --la amenazo risuena. Capitulo Tres El ataque en el parqueo Roxan no entendia por que su mejor amiga seguia obsesionada con los recuerdos de esa noche. Se conocian de toda la vida, habian crecido juntas y Roxan fue testigo de los cambios de Fey. Fey crecio con su abuela y su hermano mayor, Ted. Ellos eran su unica familia tras la muerte de sus padres. Apenas tenia seis anos cuando fueron asaltados en medio de la carretera y los ladrones les dispararon sin querer. La noticia se publico en los diarios, por lo que la mirada condescendiente de todos a su alrededor era parte de su dia a dia. Su abuela le habia ensenado que todo ocurria por una razon. Incluso, aquellas cosas horribles sin explicacion. A la larga, sus padres estaban en un mejor lugar desde donde podian protegerla y velar por ella. Siempre le decia que era especial, que de sus manos siempre emanaba luz, aunque ella no lo entendia. Esta idea le permitio crecer tranquila y en paz, al lado de sus seres queridos, aunque no podia negar que sentia cierto rencor hacia cualquier delincuente o ladron. A pesar de ese sentir, todos decian que era alguien especial: agradable, servicial, atenta... Pero, tras el incidente se habia encerrado en si misma, casi no hablaba y evitaba que cualquiera le dirigiera la palabra. Envuelta en esos pensamientos, no se habia dado cuenta de la hora hasta que la empleada anuncio el cierre de la biblioteca. Tras cerrar el telefono, camino distraida a la parada de autobuses pensando en el ultimo texto que habia leido sobre los demonios terrestres. De pronto, escucho un grito que la paralizo. Apenas empezaba a respirar de nuevo, cuando volvio a escucharlo. Dejo caer sus libros y miro a su alrededor. Alguien estaba siendo atacado cerca del estacionamiento. Ella debia de hacer algo. Pero, ?que? Una vez mas se escucho el grito desesperado. Salio corriendo en direccion a los gritos que parecian ahogarse poco a poco, cuando llego al lugar de los hechos. Se quedo paralizada al ver como una muchacha no mayor que ella parecia haber sido atacada por algun animal. Y lo vio. Era una especie de perro de gran tamano, de un color negro azabache. De su labio inferior brotaba la sangre de la joven que acababa de atacar, de su hocico salia espuma como si estuviera sufriendo algun ataque de rabia. Fey estaba petrificada, no tenia como defenderse y mucho menos con que hacerlo, respiro hondo y se armo de valor para hablar. --?Es... estas bien? --Duele...duele... --dijo con la voz apagada. --Tran...tranquila. No te muevas --dijo mirando a aquel perro que empezaba a verla --. Dios, ?que hago? Si esta chica no va a un hospital se va a desangrar y si este perro ataca, seremos dos las muertas --penso mientras ideaba alguna manera de salir de ese aprieto. La muchacha volvio a gemir. Ella tenia que hacer algo. Para llamar la atencion uso los sonidos de su celular. Busco en su carpeta de musica y coloco una pieza que al escucharla, el animal se le acerco. De pronto, la bateria del celular empezo a fallarle y el aparato se apago, la bestia empezo a salir de su trance. Movio la cabeza de un lado a otro, tomo impulso y se abalanzo hacia ella,

  • La llave de bronce: Magisterium 3, Cassandra Clare de Cassandra Clare

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  • West End de Jose Morella

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    Nicomedes Miranda ha pasado los primeros cincuenta anos de su vida sin apenas salir de su pueblo. Todo el equilibro del que goza su fragil salud mental se lo debe a la rutina, a su vida sencilla de campo. Pero la llegada a Espana del turismo masivo augura para sus cuatro hijos una vida mas prospera, y la familia al completo emigra a un lugar del Mediterraneo del que el no conoce ni el nombre: una isla en plena ebullicion que es ahora el epicentro de un cambio radical en la forma de vivir y de sentir, un aire fresco que asusta al torpe y sordido tardofranquismo. Atras quedaran para Nicomedes su paisaje y su oficio, sus muchos afectos y sus cada vez menos seguridades…

  • Frontera alterada de Julio Gude

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    El inexpugnable muro de Trump, finalmente levantado en la totalidad de la frontera entre Estados Unidos y Mexico, ha arrancado la esperanza para cualquier ciudadano latinoamericano de encontrar una vida mejor emigrando hacia el norte. Ahora un hecho sobrecogedor provocara que la sociedad estadounidense busque huir hacia tierras meridionales, pero ?que pasa cuando tu propio medio de defensa se convierte en una trampa mortal?

  • Volver a Amar de Olivia Saint

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  • Carlo. Una Promesa, Tequila y Pasion 2 (Paraiso 6) de Claudia A. Perez R

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    El caracter bravio del Potro se ve entumecido por una nueva traicion,
    pero aun con el alma en ruinas, la autocompasion no es una alternativa.
    Ha llegado el momento de sacar la casta,
    defender lo que mas ama en contra de todo y de todos,
    enfrentar el pasado, combatir a su propia sangre,
    brincar las trancas y cumplir las promesas que han mantenido unidos a los Lastiry.
    Confesiones dolorosas.
    Pasiones desbocadas.
    Lealtades inquebrantables.
    Agrestes sentimientos colisionan alterando el rumbo de sus vidas.
    Cabalga por estas paginas en una carrera donde dejarse vencer,
    no es una opcion.

  • Por amor de mi amor de Gadea Fitera

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    El dia que a Columna Ara le entregan la carta, no sabe que su mundo, tal y como lo conoce, va a dejar de existir. Con los ultimos coletazos de la Segunda Guerra Mundial resonando y Espana sumida en una dura posguerra, debera dejar atras Zaragoza y partir rumbo a la Costa Azul en busca de respuestas.