• dias meses anos - Yan Lianke

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    Una terrible sequia asola sin piedad la sierra de Balou, la tierra se resquebraja y las cosechas se malogran. Los habitantes de una pequena aldea, temiendo por sus vidas, deciden huir en busca de un clima mejor. Sin embargo, un anciano se queda atras, acompanado por su perro ciego, para vigilar la unica planta de maiz que ha brotado. Cada dia que pase sera una victoria sobre la muerte.
    Yan Lianke, uno de los mas grandes maestros de la narrativa china contemporanea, ha creado esta bellisima parabola sobre el amor, la vejez, la soledad y la fuerza de la vida; una alegoria luminosa y conmovedora, que rinde homenaje y dignifica
    la vida campesina, sus rigores y sacrificios.
    Se trata del cuarto titulo de este autor que publica Automatica Editorial tras El Sueno de la Aldea Ding, Los besos de Lenin y Cronica de una Explosion. Dias, meses, anos ha sido galardonada con el prestigioso premio Lu Xun y es un clasico en su pais.

  • DIAS, MESES, AÑOS | YAN LIANKE | Casa del Libro

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    10 sept 2019 — El libro DIAS, MESES, AÑOS de YAN LIANKE en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • Días, meses, años: 43 (Narrativa) Tapa blanda - Libros

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    Días, meses, años: 43 (Narrativa) : Lianke, Yan, Cuadra Mora, Belén: Amazon.es: Libros.

  • Días, meses, años | Automática Editorial

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    10 sept 2019 — Sobre este libro han dicho: ... La prosa de Yan Lianke en Días, meses, años alcanza un lirismo sin fin que nos abstrae, en ocasiones, ...

  • "Días, meses, años" de Yan Lianke – Literatura de Japón

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    13 nov 2020 — «Días, meses, años» ... Yan Lianke nos relata la historia de una terrible sequía en la sierra de Balou, donde los cultivos no prosperan y la ...

  • Un libro para recomendar: “Días, meses, años”, de Yan Lianke

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    29 mar 2021 — Cultura. Un libro para recomendar: “Días, meses, años”, de Yan Lianke. En esta novela corta, el escritor chino recrea la historia de una ...

  • DÍAS, MESES, AÑOS · LIANKE, YAN - Libros - Tipos Infames

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    DÍAS, MESES, AÑOS. Autor/es. LIANKE, YAN. EAN: 9788415509431; ISBN: 978-84-15509-43-1; Editorial: AUTOMATICA EDITORIAL; Año de la edición: 2019 ...

  • DIAS, MESES, AÑOS - YAN LIANKE - 9788415509431

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  • DÍAS, MESES, AÑOS - YAN LIANKE | Alibrate

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  • Días, meses, años - El Agente Secreto Libros

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    Días, meses, años. , Lianke, Yan, 15,50€ ... Editorial: AUTOMATICA EDITORIAL; Año de edición: 2019; Materia: Ficcion moderna y ... Otros libros del autor.

  • DÍAS, MESES, AÑOS. LIANKE, YAN. Comprar libro

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  • Cronica de una explosion de Yan Lianke

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    La pequena aldea de Explotia, situada entre las cristalinas aguas del rio Yi y las imponentes cumbres de la sierra de Balou, pasara, en escasos cincuenta anos, de tener unos pocos cientos de habitantes a transformarse en una megalopolis de mas de veinte millones de almas capaz de rivalizar con Pekin y Shanghai. Esta titanica transformacion, que se cimenta sobre la corrupcion, la prostitucion y la ambicion desmesurada (representada por los respectivos lideres de los dos clanes dominantes: el alcalde Kong Mingliang y la poderosa empresaria del sexo y la noche, Zhu Ying) acarreara inesperadas consecuencias para Explotia y sus habitantes.
    Una vez mas, Yan Lianke, uno de los mas grandes maestros de la literatura china contemporanea, nos sorprende con esta Cronica de una explosion, un texto que muestra las profundas heridas abiertas en la sociedad china actual y nos ofrece una imagen especular del gigante asiatico que, al igual que la diminuta aldea, ha vivido durante las ultimas decadas cambios tan increibles y profundos que, muchas veces, sus resultados parecen sacados de una fabula fantastica.

  • El patriota de Dios de Mario Escobar

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    Una serie de extranas muertes estan sucediendo en el Capitolio. La agente Alexandra Kolbe, viuda de uno de los heroes del US Capitol Police, tiene que resolver los crimenes y descubrir al asesino antes de que se disuelvan las camaras de representantes. Un funcionario iraqui del ministerio del Interior tiene que supervisar el sistema de seguridad del Capitolio para implantarlo en el Parlamento de Irak, pero unos terroristas amenazan a su familia, obligandole a realizar el atentado mas terrible de la historia.

  • El laberinto de Ariadne de G. S. Santos

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    G. S. Santos presenta una nueva aventura de ciencia ficcion, con trepidante accion y suspense, ademas de un romance que trascendera la muerte, la distancia y los universos paralelos.

  • Razzagel y las armas magicas de J.c. Marwill

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    Treinta anos despues de derrotar a una temible reina, quien puso al mundo de los humanos y seres magicos en tinieblas, nuevos sucesos inesperados estan por ocurrir. Un ser siniestro intentara resurgir nuevamente a la reina de la oscuridad.
    Para detener su cruel plan, Razzagel y un grupo de jovenes guerreros buscaran conseguir las poderosas armas magicas. Con ellas, intentaran vencer, definitivamente, al mal que aspira reaparecer.

  • Juntos de Cristina Guzman

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    Emma, una chica que siempre ha pasado desapercibida, siempre con un libro en las manos.Paco siempre ha estado rodeado de gente, es un chico muy popular, pero siempre se fijaba mas alla de su grupo.Aunque ellos nunca han hablado, se conocenY un dia, pasara algo que cambiara la opinion que tienen el uno del otro. El destino tiene una sorpresa para ambos que les cambiara para siempre.

  • La ley del corazon de Amy Harmon

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    Una preciosa historia sobre nuevos comienzos y un amor eterno

  • Una asesina rendida (Atraccion peligrosa 4) de Alina Covalschi

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    El destino volvera a unir los caminos de Victoria y Andrew en esta novela que pone fin a esta serie llena de misterios, mentiras, enganos y juegos entre policias y asesinos.

  • Shokunin de David B. Gil

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    Shokunin es un spin-off de El guerrero a la sombra del cerezo, la novela de ficcion historica mejor valorada en las librerias on-line.

  • Valerie (Damas Victorianas 1) de Camila Winter

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    Norwich, Inglaterra ano 1879 En el salon del anciano conde de Gladstone se encontraban reunidos un grupo de jovenes, disertando sobre temas mundanos muy importantes y trascendentes como los misterios de la ciencia, el destino, la existencia de Dios, la politica, la filosofia y ese tema tan inquietante como era la inmortalidad. La ciencia era un tema apasionante por si y le conde Gladstone ademas de erudito, era un solteron empedernido que gustaba del sabor de esas charlas interesantes y trascendentes. Era un provocador que le gustaba hacer pensar a los demas y hacerles creer tambien que el realmente estaba a punto de hacer un descubrimiento muy trascendente y perturbador. Pero en esos momentos solo queria enriquecerse con esa charla. Sus favoritos eran el doctor Murray y su primo el joven Francis, estudiante de arqueologia e historia. Sin embargo, el joven Francis estaba algo callado ese dia. Triste. Apagado y no podia entenderlo. Se pregunto si tal vez algun problema familiar o contratiempo financiero lo tenia tan preocupado. Lo noto distinto y de pronto recordo cierto enredo amoroso con la bella hija del conde de Kingston. A la edad en que muchos hombres perdian la cabeza por una hermosa dama, su amigo Francis no era la excepcion, al contrario. --?Y que me dicen del amor, mis amigos? ?Es una invencion producto de la necesidad de tener una companera para tener descendencia o es algo profundo y duradero? --pregunto de pronto. Se hizo un silencio general. --Rayos. ?Que pasa aqui? ?Acaso esto es el club de los corazones rotos? --dijo el anfitrion observandoles con cierta malicia. --Tal vez --se atrevio a responder el joven Francis con inusitada franqueza. --El amor es un sentimiento puro y noble--dijo sir Clemens con profundo respeto. Otros dijeron que el amor era un triste invento y cosas como esas. Muy pocos hablaron bien del amor romantico. No era para menos, todos eran solterones y guardaban tristes historias del corazon. Abandonados, despreciados por no ser guapos, ricos ni encantadores. --Es asombroso como las apariencias son el mejor engano para las damas, senores. Fingir ser algo es mas importante que serlo-dijo el anfitrion. Todos estuvieron de acuerdo en eso. El joven Francis no dijo nada. Prefirio guardar silencio, pero en su mirada estaba todo y el anfitrion lo noto. Todavia estaba triste por ese amor malogrado y no correspondido. Si bien muchos se habian fijado en esa joven y habian intentado llegar a ella con sutilezas en un vano intento de cortejo, ninguno habia tenido suerte. Valerie Kingston no era como las jovencitas de su edad que comienzan a llevar a cabo la maliciosa coqueteria para atrapar un marido, muy por el contrario, vivia recluida en su mansion campestre desde su llegada de Northumbria hacia meses. Ella era como una bella flor encerrada en su huerto triste y solitario, como si una gran pena gobernara su caracter y fuera incapaz de sobreponerse. Por eso era practicamente inalcanzable para el joven Francis o para cualquier otro candidato. Claro que esas eran habladurias, divagaciones de personas que no conocian en profundidad a la senorita Valerie Kingston de Melrose house. En lo personal, sir Gladstone el anfitrion, pensaba que era una joven guapa, pero de personalidad rara. Se rumoreaba que poseia un caracter melancolico que le impedia ser sociable y alegre en la edad en que las muchachas rien y charlan y son como gorriones volando de aqui y alla, la alegria de su familia, de las fiestas y demas. Hermosas y jovenes, risuenas y coquetas. La senorita Valerie en cambio era inusitadamente seria y retraida, silenciosa. Pero muy hermosa. Bella como una flor y se decia que su escaso talento para sociabilizar y sonreir se debia a que no disfrutaba de las reuniones sociales y que las muchedumbres la agobiaban. Al igual que los caballeros que caian rendidos de sus encantos y aguardaban una senal confiable para avanzar. Y a pesar de que muchos lo intentaron, se decia que uno de los talentos de la joven era dar de calabazas a todos ellos pues no estaba interesada en el matrimonio a pesar de tener la edad adecuada. No era su prioridad, ni su deseo. Al conde le entristecia pensar que su amigo Francis habia sido uno mas. ?Que le ocurria a esa jovencita? ?Acaso era incapaz de ver la nobleza y el afecto sincero en su joven amigo? El pobre parecia triste y habia oido que sufria en silencio. Ajeno a las maquinaciones de su erudito amigo, Francis Richmond pensaba que el amor era un demonio tirano que le corroia las entranas desde hacia tiempo al haberse enamorado de una joven que simplemente no correspondia a su amor. Pero muy lejos de querer hablar de ese amor sin esperanzas por la senorita Valerie, prefirio guardar silencio: no queria mostrarse triste y resentido. Ademas, aunque su familia era de solido linaje, su fortuna era escasa, no era un candidato deseable para la hija del conde, pero al menos gozaba de su estima y amistad. Era tan fria y tan hermosa, y sus conversaciones tan interesantes. Rayos, esa joven habia leido tanto y era tan inteligente y sagaz. A veces se preguntaba si no tenia el don de leer los pensamientos, si no era una hechicera perversa que enamoraba a todos y luego los alejaba con sutileza. No. Debia ser justo. Ella no era una coqueta ni una bruja. Pero el encontraba encantador su rostro, el cabello castano ensortijado, y esos ojos de un tono azul aguamarina, intensos y dulces a la vez, almendrados y tiernos. Fue mirarle una vez y dejarle flechado al instante, pero sabia que solo a el le paso, no fue algo reciproco. Al ser presentados en la velada de la senora Riverton sintio algo tan intenso, mientras la miraba y charlaban supo que deseaba que esa joven fuera su esposa. Y luego su andar suave y delicado y habia caido rendido a sus pies cuando la vio por primera vez. Fue tan extrano. Nunca le habia ocurrido algo asi. Su corazon se regocijo al saber que era la hija menor del conde y era aun soltera a pesar del extrano anillo de oro y zafiros que llevaba en su mano derecha… Una perla escondida, hermosa, delicada y tan inteligente. Escucho su disertacion esa noche sobre un descubrimiento inquietante y se enamoro, se enamoro de sus dulces ojos azules, de su piel de terciopelo, sus labios delicados y llenos, y durante meses, durante incontables veces asistio a las reuniones de la sociedad y aporto sus conocimientos, y logro mas simpatizantes, pero para el ir a la mansion de la familia Kingston tenia una razon: Valerie. No tardo en comprender que estaba locamente enamorado y a medida que su amor crecia se daba cuenta que ella se mantenia distante y se alejaba de el, como si adivinara sus sentimientos mas profundos y no quisiera alentarle ni herirle. Eran solo amigos. Una amistad reciente que habia crecido de forma insospechada, pues tenian mucha afinidad y las mismas preocupaciones. Ella le hablaba de los recientes descubrimientos de la ciencia, de la musica que despertaba la conciencia interior y tantos temas apasionantes y sabia que podian estar horas charlando... cualquier excusa era buena para ello, y para el esas charlas eran algo especial, sentia esa afinidad... Cuando se enfrascaban en esas grandes disertaciones el se sentia proximo, se sentia tan cautivado por su belleza e inteligencia y tenia la esperanza de que ella correspondiera a su amor. Su corazon tenia esperanzas, pero era un hombre practico, ademas de sonador y sabia que a pesar de que su familia fuera noble, digna y muy antigua, una de las mejores del condado, no tenia mas herencia que un senorio decadente. Su padre habia tenido que vender varias propiedades para poder solventar los gastos y sus ultimos negocios invertidos en Londres no habian dado los frutos necesarios. Era el hijo mayor y un dia ese caserio seria suyo, pero no podia darle a esa joven la vida que ella merecia. Y al comprender la verdad decidio distanciar las visitas, alejarse, para que el ultimo adios no fuera tan doloroso. Ademas, creia haber notado que la dama se sentia abrumada al ser cortejada por otros caballeros y a muchos les habia rogado que no regresaran a la mansion Melrose. Se sentia afortunado que ella no lo pusiera en la lista negra, habria muerto de tristeza, pero en verdad que su situacion no era muy diferente. Por eso jamas le hablo, jamas le dio a conocer sus sentimientos. Temia ser rechazado, no correspondido y, ademas, no tenia nada que ofrecerle. Valoraba mucho mas su amistad, que no deseaba perder. Aunque sufriera por no poder verla y conversar con ella, temia delatarse y que ella sintiera pena al comprender la verdadera naturaleza de su tristeza. La senorita Valerie era su amor, su unico amor, pero era inalcanzable y podia imaginar su futuro como el solteron de la familia, el solteron del condado, reuniendose con sus amigos felices y casados, aunque sus otros amigos tampoco habian tenido suerte en el amor. Casi se veian como el club de los hombres tristes y abandonados. Hasta su gran amigo; el conde de Gladstone era un solteron que sufrio amores contrariados en su juventud y por eso nunca se caso. Habia oido que se enamoro de la hija de un vicario, pero ella prefirio a fugarse con el pretendiente que su familia no aprobaba por licencioso y jugador. El adoraba a esa joven, pero no pudo salvarla del cruel destino. Murio al dar a luz su tercer hijo y dicen que murio de pena al verse sumida en la tristeza y el abandono de aquel que le arrebato su inocencia de juventud, sus suenos de amor para sumirla en el dolor y la miseria. Francis tambien sufria al pensar en la senorita Kingston tan bella y tan distante, imposible para el... Le dolia pensar que sus propios sentimientos intensos y desesperados lo habian apartado de la joven, espaciando las visitas. Y ahora se moria por verla, solo un momento, conversar, saber que estaba bien. Aunque supiera que era un amor sin esperanzas se negaba a renunciar a su amistad a pesar de saber que era lo mas sensato. Y cuando esa noche regreso a su casa le quedo la alegre satisfaccion de la compania y la charla y el triste saber de su vacio amoroso. De ese amor sin esperanzas que lentamente comenzaba a consumirle. Era como un prisionero de su propia desdicha, enredado en una ilusion, en una hermosa quimera y le costaba mucho desprenderse de ella. y nada mas llegar y apoyar la cabeza en su almohada suspiro al recordar su perfume, el calido sonido de su voz, sus hermosos ojos mirandole a la distancia y se imagino que la tenia alli entre sus brazos y le hacia el amor, porque era suya, suya para siempre.... Tanto habia acariciado ese anhelo y sin embargo ahora ese deseo ardiente se habia vuelto un recuerdo doloroso, pero se moria porque fuera suya un dia, porque sucediera un milagro y el pudiera convertirla en su esposa. Luego comprendia que no era digno de pedir su mano, era solo un festejante sin fortuna sin herencia. Su familia jamas lo aprobaria y el era demasiado caballero para siquiera hacer una insinuacion amorosa que arruinaria lo unico que le quedaba: su amistad. ************* Valerie se movio inquieta cuando anunciaron la llegada de su amigo Francis Richmond. Algo en sus ojos la delataba y tambien una creciente turbacion que su hermano mayor no dejo de notar. --Valerie, ?que sucede? --le pregunto. Ella lo miro inquieta y sonrojada. No habia nada peor que ser puesta en evidencia. Pero eran muy cercanos con su hermano asi que era imposible ocultarle algo. --?Os agrada el? --le pregunto en un susurro aprovechando que su padre habia abandonado la reunion en compania de su hijo menor. La joven lo miro mortificada, no era necesario que respondiera y sin embargo su hermano no parecio feliz con ese gesto. --Es imposible y bien lo sabeis. --Si, lo se, pero no puedo evitarlo. --?Te has enamorado de ese pobre hombre? --No es un pobre hombre. --Lo sera cuando tu esposo se entere. Valerie lo miro furiosa. --Mi esposo esta muerto, ?por que no puedo tener un companero bueno y leal? --Porque os casasteis sin oir a nuestra madre con un hombre ruin y perverso, y luego de tu boda se desato la desgracia. Por eso. --No, no es verdad. --Nuestra madre murio del corazon seis meses despues luego de avisarte que el no era lo que tu creias, nuestra madre siempre lo supo y vos erais tan joven y obcecada, tan ciega. --?Por favor Alan, es que vais a culparme de eso? Tambien sufri por la muerte de nuestra madre, pero no fue mi culpa. --No, no lo fue... sin embargo muchas cosas nefastas sucedieron luego de tu boda con ese siniestro conde. ?Debo recordartelo? --No, no lo hagais por favor. Solo quiero ser feliz, por favor. Creo que he encontrado a un hombre bueno y leal y sospecho, siento que sus sentimientos por mi son sinceros y profundos. --Entonces os habeis enamorado? Su hermano mayor le hablaba como si estuviera enferma, como si hubiera pillado un resfriado furioso. la miraba espantado y francamente alarmado. --Sabeis que es una locura, que todavia estais atada a ese hombre. --mi esposo murio, yo lo enterre. Fallecio hace anos. por que insistes en decir lo contrario? ?Es que no sabes que me hace dano? --Porque lo he visto, es como una sombra nefasta siguiendo vuestros pasos Valerie. El jamas os habria dejado escapar. Desde el instante en que te vio supo que serias suya y aun ahora, luego de esa tragedia, aun despues de muerto ese hombre vendra por ti y tu lo sabes. No te dejara en paz. No hay hechizo ni conjuro que pueda apartarlo de ti y os lo digo sintiendo terror en mi corazon pues nada me inquieta mas que vuestro bienestar, que vuestra felicidad. --Alan por favor, el esta muerto, esta en el lugar donde nadie puede regresar y eso me atormento durante anos. era tan joven, tan inocente. Pero mi esposo no era quien yo pense. Y aunque mi matrimonio fue por amor luego termine atrapada sin sentir mas que terror y desesperacion. Pero ahora es un milagro, ahora al fin mi corazon ha vuelto a latir y a pesar del miedo que siento a veces, el miedo y la duda, se que el joven Francis es un hombre bueno y leal. Y que me hablaria si yo... Su hermano la miro horrorizado. --Oh no por favor, Valerie. No lo hagais. No le deis esperanzas al pobre caballero, me agrada y su familia es una de las mejores del condado. Nada tendria que objetar de su amistad, pero en cuanto a lo otro si. Ella miro a su hermano angustiada. Tenia razon, ay que pena sentia. --Mi esposo esta muerto, era tan joven entonces... --Es tarde para lamentaciones. Sabeis lo que paso con ese caballero que intento cortejaros hace tiempo. acaso lo habeis olvidado? Ella lo miro angustiada. Su cuerpo estaba marcado, su alma tambien, jamas seria feliz con otro hombre pues antes de morir su marido le dijo que siempre seria suya, hasta que volvieran a encontrarse en otra vida. En otro cuerpo... sus creencias paganas eran muy extranas. Tenia la insolita creencia que la muerte no existia, que no era el fin como todos creian y que luego de morir el alma no se iba ni al infierno, ni a un lugar mas reconfortante, sino que volvia a casa. A su antiguo hogar, para luego regresar pues la vida humana era tan efimera y fugaz. La vida humana era un hilo rojo, asi de fragil que cualquier cosa podia terminar con ella. Su esposo era un hombre extrano y ella lo amo, estaba embrujada, dominada por el y por eso lo soporto todo, sus prolongadas ausencias, sus bruscos cambios de humor y las marcas que habia dejado en su cuerpo y en su corazon. Nunca supo por que de repente sentia que era un extrano para ella y luego de su muerte, sintio dolor y alivio, mucho alivio, como si una sombra oscura que durante anos la hubiera mantenido atrapada e infeliz al fin hubiera desaparecido como por ensalmo. Y en ese pueblo nadie sabia que era viuda, todos la conocian por la senorita Valerie Kingston, heredera de un antiguo y distinguido linaje, rica pero soltera. Su familia habia decidido negar su apellido de casada junto con la circunstancia de que habia tenido esposo y era viuda. Su hermano creia que no era de buen augurio mencionar ese triste asunto y todos sus recuerdos, retratos, sus encendidas cartas de amor habian perecido en el fuego, junto ese amor que enterro de igual manera en un esfuerzo desesperado por recomenzar y ser feliz. Por eso abandono la mansion de su esposo y regreso temblando a casa de sus padres. Jamas conto el horrible infierno que vivio luego de perder a su esposo y penso que estaria a salvo si se alejaba de esa mansion maldita, pero a veces sentia su presencia. Como un triste y cruel fantasma su marido seguia sus pasos como si la vigilara, aun ahora despues de tanto tiempo a veces lo veia en suenos y despertaba angustiada pues esos suenos siempre eran pesadillas. La voz de su hermano la desperto de sus pensamientos, ella lo miro inquieta. --Eso no puede ser y lo sabes, no es correcto. No esta bien que juegues con los sentimientos de ese joven. Esta loco por ti y todos lo saben. Pero tu no puedes corresponderle. No puedes hacerlo. --Alan por favor, no digais eso. --Es la triste verdad, Valerie.

  • Auschwitz de Esther Mucznik

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    <> Shlomo Venezia, superviviente de Auschwitz El campo de concentracion de Auschwitz es el sinonimo del mal absoluto que el nazismo preconizo. Los judios y gitanos sirvieron como cobayas para la experimentacion diabolica de los nazis, gaseando a mas de un millon de personas y matando de hambre, frio, agotamiento o, simplemente, de soledad y desesperanza. Sin embargo, muchos presos resistieron a la total deshumanizacion del campo esforzandose por mantener la dignidad. Cuidar la higiene, escribir o dibujar eran actos que ayudaban a sobrevivir. Esther Mucznik cuenta a traves de las voces de aquellos que sobrevivieron al infierno de Auschwitz el insoportable silencio tras los asesinatos de ninos, la barbarie de la experimentacion medica sobre miles de hombres y mujeres o la lucha por sobrevivir en un campo de horror y muerte. Estos son los relatos que deben servir para mantener viva la memoria de aquellos que sucumbieron a la maquinaria del terror nazi.

  • Desnudame de Clara Montecarlo

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    He esperado toda la vida al hombre de mi vida. Joven, soltera, trabajadora, independiente, divertida... Y sigue sin aparecer. Hasta hoy. Abdominales de acero, sonrisa de diablo. Corbata de empresario, mirada de cazador. John Corvus es el hombre de mi vida. Lo se. Mi corazon se detiene al verle. Me muerdo el labio. No habia visto a nadie asi en mi vida. Decidido, confiado, comprensivo, seductor. Inteligente, salvaje, protector, divertido. Y me quiere a mi. Noto como me devora con la mirada. Yo soy una princesa. Nunca se lo pongo facil. Pero es dificil resistir cuando su mirada te quita el aliento. Estoy cansada de ser la chica buena que termina sola. Es hora de que descubra quien es la verdadera Ann Jones.

  • El juego del multimillonario de J. S. Scott

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    Kade Harrison siempre le habia gustado juegos. Incluso podria tener que decir que vivio y respiro solo para participar en casi cualquier tipo de evento deportivo. Era la unica cosa que era bueno en la unica cosa en la que el sobresalio, y que no le gustaba perder. Por desgracia, habia ido perdiendo en los ultimos dos meses, y estaba realmente empezando a molestarlo. ?Donde diablos esta? La localizacion de Asha Paritala casi se habia convertido en un deporte de competicion. Kade habia estado trabajando en arrinconar a Asha durante dos meses, viajando de un lado del pais al otro, solo para volver con las manos vacias cada vez. Estaba perdiendo este concurso en particular, y no le gusta. La mujer era inteligente, abandonandolo antes de que pudiera ponerse al dia con ella. Kade no tenia ninguna duda de que el y Asha estaban jugando un juego del gato y el raton, y ella estaba evitandolo. Dios sabia que habia dejado suficientes mensajes en varios lugares y ella debe haber obtenido al menos uno de ellos. Ella lo estaba evadiendo por alguna razon desconocida, pero el gato iba a atacar. Tan pronto como pudo atrapar el pequeno raton astuto. Entrando en su habitacion del hotel de Nashville, Kade se quito la gorra de beisbol y se desplomo en la cama tamano King con un suspiro. Tendria que llamar a su hermano de ley, Max, y le hizo saber que habia fallado… otra vez. Asha acababa de salir del refugio para desamparados unos pocos minutos antes de que el llegara, y nadie habia tenido idea de a donde se dirigia. Ella habia dejado sus escasas pertenencias detras, por lo que Kade tenia alguna esperanza de que volveria, pero nadie en el refugio la conocia bien a ella, y nadie parecia bastante seguro de donde estaba o si ella iba a volver. Todo vale en el seguimiento y ganar este juego. Noticia de ultima hora, pequeno raton: Puedo pelear sucio. Sabe donde estan sus pertenencias… que venga a por ellas. Sonriendo, Kade se dio la vuelta en la cama y cogio la bolsa con las pertenencias de Asha, solo lucha con su conciencia por un momento acerca de tomar sus cosas y salir, dejando un mensaje de donde podrian ser recogidas. Se las daria de nuevo siempre y cuando se presente. Mientras tanto, usaria cualquier pista que pudiera encontrar para averiguar exactamente quien era y si habia alguna posibilidad de que ella era una hermana perdida de Max. Habia desperdiciado dos meses tratar de hacer este favor. La localizacion de una mujer que no conocia, una mujer que posiblemente podria estar relacionada con Max, e iba a llevarlo a su fin. A pesar de su gemelo, Travis, hizo la mayor parte de la obra en Tampa para la Harris Corporation, Kade tenia algunas responsabilidades que el habia insistido en tomar mas de una vez, su carrera en el futbol habia terminado, y finalmente tenia que volver a Tampa. Hizo una mueca mientras estiraba su cuerpo sobre la cama. Su pierna coja, la derecha, le dolia a partir de dos meses de busqueda sin parar de una mujer que estaba empezando a pensar que no era mas que un fantasma, una ilusion. Pero sabia que existia Asha Paritala, que ella era real, y estaba decidido a encontrarla. Maddie y Max merecen saber si esta mujer era su hermana. No importa que ni siquiera hubiera conseguido una pequena vision de Asha. Lo haria. Pronto. En cierto modo, casi no queria que la busqueda finalice. Se habia sentido mas vivo en los ultimos dos meses de lo que habia sentido desde su accidente. Coincidir con el ingenio de la mujer desconocida fue un reto, y no habia nada Kade quisiera mas que ganar un juego dificil. El instinto le dijo que ella sabia que el la estaba buscando. La pregunta era… ?por que estaba huyendo? No era como si quisiera nada excepto informacion de ella, y que podria ganar dos hermanos que nunca habia sabido que existia. No habia muchas personas que no quisieran estar relacionado con Max y Maddie, ya que eran dos de las personas mas ricas del mundo- ademas de ser dos de las personas mas amables que Kade conocia. “No estoy seguro de por que estoy tan impaciente. No es como si tuviera otra cosa que hacer hasta que Travis me necesite”, se dijo con gravedad, admitiendo que su gemelo rara vez lo llamo para nada, y Travis nunca necesito a nadie. Y habia dejado a Kade sentirse inutil, inquieto. Sus dias como un jugador de futbol profesional se habian acabado. Su paso como un quarterback estrella de los pumas de Florida no era mas que un recuerdo, lo unico que amaba le habia sido arrancado hace casi dos anos, cuando un conductor borracho no habia visto su motocicleta. Su pierna habia sido destrozada cuando el idiota embriagado se habia instalado en su carril y atrapo la pierna de Kade entre su camion y la moto de Kade. No recordaba mucho del accidente. Pero una de las primeras cosas que recordaba con claridad cristalina era el despertar en la UCI, su novia, Amy, el ceno fruncido, como si la hubiera decepcionado. Y, obviamente… lo hacia. Ella lo habia dejado en ese mismo momento, dejandole claro a Kade que se negaba a estar con un lisiado y no con una celebridad. Tratando de cerrar de golpe su mente por los recuerdos desagradables y dolorosos de su accidente, se centro en las pertenencias que habia dejado en la cama: algunos articulos de ropa desgastada, un cepillo para el pelo, un cepillo de dientes que habia visto dias mejores, una gran bloc de papel y algunos blocs y lapices de carbon bien utilizado. Empujo los otros articulos a un lado, abrio la libreta de papel, hipnotizado mientras lentamente paso las paginas, estudio cada dibujo antes de ir al siguiente. Cada imagen casi salio de la pagina, tan real que casi parecia como si pudieran saltar del papel y volver a la vida frente a el. Los dibujos eran de fantasia – muchos de ellos como criaturas o animales mitologicos- en la primera parte de la coleccion. Ella es una artista. Una maldita artista increible. -“Maldita sea” susurro con voz impresionada cuando se salto algunas paginas en blanco y llego a otra seccion, dejando al descubierto sus retratos. No reconocio ninguna de las personas que habia dibujado. Obviamente, ellos fueron personas comunes en sus actividades diarias, pero podia sentir todas las emociones en un dibujo de la cara de una mujer de edad, una mujer que se parecia a ella estaba sentada en un banco en una parada de autobus, y casi se podian compartir la alegria de un grupo de ninos jugando en un parque infantil. Al hojear el resto de los cuadros de la gente, estaba estupefacto por el talento de Asha. No era un artista, pero los dibujos podian tocar sus emociones, y no era un tipo particularmente emocional. Kade sintio que se le secaba la boca y el estomago se sacudio cuando revelo la ultima imagen, un hombre y una mujer a punto de participar en un apasionado abrazo. El rostro del varon fue sombreado, con la cabeza vuelta hacia un lado, pero el deseo de la mujer estaba tan potentemente dibujado que podia sentir su anhelo desnudo, su desesperacion mientras esperaba a que el hombre que estaba abrazando fuera a besarla. El pelo largo, sedoso en cascada por su espalda, con la cabeza inclinada durante su beso, su rostro revela necesidad. Las palabras escritas debajo del dibujo golpearon Kade con una reaccion visceral: !Alguien! !Algun dia! !En algun lugar

  • El ultimo sueno de Guillem Lopez Arnal

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    En los barrios, en cada calle, se presiente la calma que antecede a la tormenta. Las bandas imponen su ley en cada distrito. Los Abandonados es una de ellas, la mas insignificante, pero todo cambia cuando encuentran a Kemi, una esclava que huye de sindicos y sacerdotes con un secreto y la sombra de la muerte a cuestas. Unirse a su desesperada huida sera la unica manera para esos miserables pandilleros de dar con una salida, un futuro que nunca tuvieron en una ciudad que jamas los quiso y que ahora se hunde bajo sus pies descalzos.

  • Dejame conocerte de Emma Sheridan

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    Brendan Connolly es un hombre atractivo, exitoso y con una aparente seguridad en si mismo que dista mucho de ser real. Las heridas de su tortuoso pasado le han dejado profundas cicatrices, pero aun asi, no se rinde y lucha para ser feliz.
    Julia Rivera, es una madre que intenta dia a dia salir adelante, tratando de dejar atras el dolor causado por quien penso que mas la amaba, dejandola sola y enfrentando las consecuencias.
    Un encuentro fortuito unira las vidas de Brendan y Julia, dos almas heridas que deberan luchar en contra de sus inseguridades, el miedo y la desconfianza. ?Podran encontrar la cura para sus almas rotas y volver a amar, o las sombras de su pasado no les dejaran espacio para alcanzarlo?

  • Mi mitad oscura de Antonio Jesus Rubio Munoz

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    Cuando Alba abandono su pueblo natal, dejando atras a su familia y sus raices, penso que aquel suceso tambien quedaria enterrado en el pasado.
    Hoy, veinticinco anos despues, los recuerdos de aquel traumatico suceso han regresado a su mente para recordarle que nada puede olvidarse para siempre. Las pesadillas han vuelto para ser de nuevo las protagonistas de sus noches. La imagen de su amiga Alicia muerta parece querer decirle que, de nuevo, algo esta por suceder.

  • El llanto de los terneros de Daniel Cardona

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    E El llanto de los terneros s la tercera vez que suena el CD de Stone Temple Pilots. Es el unico que tengo en la guantera y al viaje a Santa Ana le quedan todavia varias horas por delante. No hay senal de radio que entre en esta carretera olvidada por el olvido. Parece que le hubieran arrancado a pedazos los pocos vestigios de vida que le quedaban. Ni un arbol en pie, ni una rata agonizante en el camino, ni una estacion de gasolina. Nada, una carretera desierta en la que vararse podria costarte la vida. Tengo varias garrafas de agua en el maletero y comida enlatada en caso de que me falle esta carcacha. Son las provisiones necesarias para caminar hasta Santa Ana en caso de averia mecanica. Tambien llevo un pasajero en la parte de atras. Mas adelante te hablare de el. Apago el CD. Me gustan los Pilots pero si escucho otra vez a Scott Weiland repitiendo las mismas canciones terminare con el cerebro mas frito que el suyo. Apretar el boton del stop me sienta bien. Un poco de silencio me ayuda a concentrarme en lo que he venido a hacer. No es la primera vez que me envian a este pueblo perdido, pero igual nunca voy a acostumbrarme. El trayecto es lo de menos, lo que sientes al pisar el suelo de Santa Ana no se lo deseo a nadie. Espera un poco y lo entenderas. Aumento la velocidad, quiero llegar y salir de este lugar lo antes posible. El calor es insoportable, el sudor me bana los ojos y dificulta la visibilidad. Veo todo en forma difusa, como si un borrador de goma hubiera tratado de desaparecerlo todo, los arboles, las rocas, el asfalto. A lo lejos veo una figura que se retuerce a la orilla de la carretera. Al principio parece un animal, pero al acercarme puedo ver que se trata de un ser humano, o lo que queda de el para ser exacto. Desacelero al avanzar. El tipo tiene las manos sobre su estomago y su camisa esta ensangrentada. No luce nada bien y no parece estar fingiendo. Mi cerebro procesa informacion a una velocidad endemoniada. Mi yo humanitario me susurra al oido que debo socorrer al moribundo. Mi yo calculador me susurra al derecho que esto es una trampa, que de bajarme del auto terminare rodeado por una banda de asesinos que no dudarian un segundo en sacarme el corazon con tal de quedarse con mis provisiones. Cuando las decisiones son de vida o muerte prima tu instinto de conservacion. Acelero, tomo una botella de agua sin empezar y al pasar al lado del extrano se la lanzo lo mas certeramente posible. Tengo buena punteria y esta vez lo he vuelto a hacer. La botella cae justo al alcance de sus manos. Se que esto no le va a salvar la vida pero a mi si puede mantenerme respirando. Miro por el retrovisor y solo alcanzo a ver un bulto difuminado por el aire ardiente que flota sobre el asfalto. Te dije que llevo un pasajero en la parte de atras. Es una chica de 24 anos en avanzado estado de embarazo a quien tengo prohibido dirigirle la palabra. La recogi en el lugar acordado a primera hora de la manana, le entregue una bolsa llena de monedas de oro, le abri la puerta trasera y le sonrei como se le sonrie a alguien que acaba de enterrar a un ser querido o a quien se le acaba de diagnosticar un tumor cerebral. Ella no me devolvio la sonrisa, sabe a que ha venido y ha aceptado las condiciones. La suma que ha recibido le permitira vivir sin preocupaciones por el resto de sus dias. Lo que esta dispuesta a realizar a cambio del dinero acordado le puede costar su cordura. Todas estas chicas tienen la misma mirada, la de alguien que sabe es demasiado tarde para dar marcha atras. El viaje de ida a Santa Ana lo hacen con los ojos de los que estan a punto de perder su tesoro mas preciado. El de regreso lo hacen con el alma vacia. Piensa en una finca de ganaderia. El destino de las vacas es ser prenadas y ver como sus crias son arrebatadas al nacer, una y otra vez, en un ciclo interminable. Su tristeza es diferente porque ellas no eligieron hacerlo por cuenta propia ni existe recompensa por su sacrificio. Soy Caronte, el barquero que transporta las almas perdidas a traves de las aguas que conducen al infierno. Lo hago en un Cadillac destartalado a traves de una carretera fantasma y no en una barca del inframundo. Lo que suceda alla no me corresponde, mi papel es el de hacer llegar el encargo. No le dispares al mensajero. El sol comienza a esconderse y el calor se hace mas insoportable. Miro el reloj. No falta mucho para llegar. Acomodo el espejo para echarle un ojo a la muchacha. Sigue en lo suyo. Absorta, acariciando su vientre y sumida en sus pensamientos. Es una imagen que he visto multiples veces pero que me sigue golpeando de la misma forma. Fijo mi vista en la carretera. Un letrero descolorido me indica que quedan cinco kilometros para llegar a mi destino. Justo a tiempo. Cuando llegas a un pueblo, cualquiera que sea, esperas encontrarte con un minimo de civilizacion. Es lo normal en cualquier asentamiento. Un puesto de policia, un minimercado, una gasolinera, un bar, un motel y una iglesia. Aqui no encuentras nada de eso. Al entrar en Santa Ana te topas con un punado de casuchas abandonadas cuyas puertas estan marcadas con un signo rojo en forma de T. Tambien escuchas esa mezcla de llantos de bebes y gritos de mujeres arrepentidas que te hacen helar la sangre. Sonidos que rebotan en las rocas de las colinas circundantes y regresan multiplicados por el eco para meterse a la fuerza hasta el fondo de tu cabeza. Pero es apenas el comienzo. Lo peor es el olor a carne quemada y los rezos incomprensibles de los encapuchados que vienen a recibirte. El proceso es siempre el mismo. Debo parquear el auto en el centro de lo que alguna vez fue la plaza de este lugar. Es ahi cuando ves a lo lejos al grupo de seres de la noche siguiendo a una muchacha desconsolada a traves de un callejon estrecho, portando antorchas y banderas adornadas con el mismo simbolo rojo que decora las casuchas del pueblo. Poco a poco te va llegando el sonido de sus rezos combinado con los lamentos de la muchacha. Se te eriza la piel y se te acelera el pulso. La fonetica de sus rezos no encaja con ningun idioma que conozca. No hay correspondencia latina, sajona o eslava ni nada medianamente cercano a lo que haya escuchado antes. Puede ser un idioma fabricado o una lengua hablada al reves que se te mete por los poros a traves del sistema nervioso para atacar tus funciones motrices y dejarte tan petrificado como un condenado a muerte tras recibir la primera inyeccion letal, esa que te paraliza por fuera y te dibuja una sonrisa de angel para camuflar el dolor de las punaladas que recibes por dentro. El lider del grupo levanta su antorcha y los rezos se detienen. Le da una bolsa de tela a la muchacha y le indica que se dirija hacia mi auto. La chica viene a mi encuentro y me entrega la bolsa. Abro la puerta trasera y le indico a mi pasajera que ha llegado el momento. Ambas muchachas se miran de frente. Una tiene la mirada de quien esta a punto de perder su tesoro mas preciado. La otra tiene los ojos vacios. Entro al auto con una chica hecha pedazos. La otra desaparece en medio de los encapuchados. A lo lejos, los sollozos de los pequenos se hacen mas intensos, como suplicando auxilio a quien esta a punto de dejarlos a su suerte. Sollozos que se combinan con los rezos de los seres de la noche y los gritos de las muchachas. Es la sinfonia del infierno. Un requiem por un mal sueno. Saco a los Pilots de la guantera y subo el volumen al maximo. Scott Weiland viene a mi salvacion y me revienta la cabeza con su voz rasgada. Camufla todo sonido exterior y me trae algo de tranquilidad de regreso. Bueno, parte de ella, el olor a carne quemada no hay nada que lo camufle. PS/ Este cuento fue premiado en el XIV Concurso de Cuento Nuestra Palabra que se celebra cada ano en Canada. SOMBRAS !Senor, protegeme con tu Santa Sangre! Esas fueron las palabras que pronuncie cuando aquella entidad poso sus ojos sobre mi humanidad. Senti un profundo alivio al notar que mi invocacion habia surtido efecto. La oscura figura se alejo de inmediato. Entre Canibales Algunos diran que soy un monstruo. Otros, que soy su heroe. Tal vez ambos tengan razon, tal vez ambos esten equivocados. Tu decide. Escucha esta historia y saca tus propias conclusiones. Estoy en la cocina de mi apartamento. Llevo puesta una bata de laboratorio, unos guantes de latex y una mascara de enfermero. Diras que no es el atuendo habitual para preparar una cena. Tienes razon, pero esta no es una cena cualquiera. He invitado esta noche a la Profesora Norma y a su esposo, el Doctor Cuesta, a una comida inolvidable. Ambos me han inspirado, cada uno a su manera, como nadie lo ha hecho; y ha llegado el momento de devolverles un poco de todo lo que me han entregado. Te voy a adelantar algo, el Doctor Cuesta no va a llegar a la cita, puedes darlo por hecho. Te voy a decir algo mas, el Doctor Cuesta (o lo que queda de el), se encuentra en el refrigerador. El resto lo acabo de poner a cocinar. Diras que soy un monstruo. Tal vez tengas razon. Espera a que termine la historia y toma una decision. Tomo el celular del Doctor Cuesta y le envio un mensaje de texto a su esposa. --A las ocho en la casa del arrastrado --Jajaja. Te pasas, a las ocho entonces. Xoxoxoxo --responde la profe Norma segundos despues. Arrastrado es el apodo que me puso el Doctor Cuesta gracias a la empalagosa admiracion que le profeso a su esposa, mi profesora de apreciacion cinematografica. Una mujer fina, culta, delicada. Esa mujer perfecta a quien no imaginas casada con alguien tan despreciable como Cuesta. Hay que decir que el tipo es exitoso en su campo y a nadie le gusta apostar por un caballo perdedor. Mi zalameria con la Profe Norma siempre fue parte del plan.

  • Demasiados bombones para el embajador de Lara Smirnov

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  • Contrato II. Lo que quiero de ti de Aryam Shields

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    Ama sin esperar nada a cambio, vive dando y muere recibiendo. Esta deberia ser una premisa de vida…
    ?Como hacer cuando el lado egoista desea algo mas.?
    Katheryne y Alessandro han pasado seis meses, el siendo dominante y ella sumisa, pero el castigo injustificado lleva a Kath a abrir los ojos y a reconsiderar el contrato que habia firmado con Alessandro, instaurando un nuevo acuerdo entre los dos que traera nuevas condiciones que los llevara a profundizar su relacion.
    ?Podra Alessandro aceptar las condiciones que Katheryne le exige a cambio de permanecer juntos?

  • Mi bombero dominante de Anastasia Lee

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    Lisa es una bombera que desea comenzar una nueva vida. Luego de romper su compromiso con un hombre que la enganaba, ha decidido concentrarse en su carrera; batallar el fuego y salvar personas. Sin embargo, bajo su fachada fuerte y feminista yacen muchas inseguridades y soledad.
    La noche antes de su primer dia de trabajo en un destacamento nuevo, se emborracha y tiene un torrido encuentro casual con un misterioso hombre de cabello negro y un dragon tatuado en su brazo. A la manana siguiente, ademas de una enorme resaca, Lisa descubre que ese hombre misterioso es Jack, jefe del departamento de bomberos, y su nuevo jefe.
    Su caracter dominante choca con el de Lisa, pero a la vez una potente atraccion les impide trabajar juntos.
    ?Podran Lisa y Jack llegar a un tratado que les permita trabajar juntos? ?o se rendiran a la lujuria? ?y cuando esa lujuria se convierta en amor?

  • La traicion de las sirenas de Fernando Benzo Sainz

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    Cuando Emilio, un abogado en la treintena sumido en una crisis de identidad, recibe la noticia de la muerte de Paula, su amor de juventud, decide regresar al reencuentro del lugar donde paso su adolescencia y de su grupo de amigos de entonces.

  • Volvere a por mi hijo de Erina Alcala

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    Olga Diaz, iba con el corazon encogido. Su vida habia dado un giro de 180 grados desde que hacia cuatro anos, se vino a Harvard tras terminar la licenciatura de Medicina, con una beca AAUW. Esas becas las obtenian licenciados que sabian el idioma perfectamente y tenia unas notas de matricula de honor como ella. Las habia tenido desde el colegio. Tenia una mente prodigiosa para los estudios, y para la lectura. Su vida habia sido estudiar desde pequena. Hasta sus padres se sorprendian cada vez que traia notas a casa y como una nina, y adolescente responsable, se metia en su habitacion horas y horas de estudio. Es mas, a cambio de otras jovenes de su edad, no salia, tenian que decirle que saliera a dar un paseo con amigas, pero ella solo salia cuando sus padres iban los domingos a comer fuera, nada mas. Era el bicho raro de la familia. Pero no era una chica seria ni introvertida, todo lo contrario. Sin embargo, le encantaba estudiar. Tenia un hermano mayor, tres anos mas que ella, Raul, que estudio ingenieria industrial tambien con beca en Sevilla. Y ahora trabajaba en los astilleros de Cadiz. Olga se fue a Harvard con 23 anos, pues al nacer en diciembre era la mas pequena de la clase y esa beca fue para ella un deseo hecho realidad, que sus padres nunca habian visto en los ojos de su hija. Esa ilusion cuando le llego la carta… fue para ella como si le hubiese tocado la loteria. Sus padres sabian que habia solicitado esa beca, pero era tan dificil conseguirla que nunca pensaron que se la concedieran a su hija. Se alegraron por ella y estaban orgullosos. Claro que Harvard estaba en Estados Unidos y era demasiado joven para sus padres, pero su hermano les dijo que ya era hora de que se espabilara por su cuenta, aunque fuese lejos. --?Ah si? --le dijo ironicamente su padre, porque Raul llevaba dos anos viviendo con ellos. --Pues claro, viajara y vera mundo. --?Y tu que? ?No quieres ver mundo? --Yo en unos meses me voy a un piso solo, no te preocupes, estaba ahorrando. --Muy gracioso mi hijo. --Asi podeis quedaros solitos como novios. No podeis decirle que no se va. Estas becas no las consigue nadie. Tanto si se quedaba en el campus a hacer el master como si se alquila un apartamento estudiantil cerca del campus, estara bien. Todo esta dentro. Y seguro que le van a renovar otro ano. Son 30.000 dolares anuales. Es una pasada. Y era posible que la contrataran al acabar el master, asi que sus padres, no pudieron negarse. Era una gran oportunidad laboral para su hija mas adelante estar estudiando en una universidad de prestigio como esa. --Hermana, hay que ver que suerte tienes, empollona, me voy contigo a Estados Unidos. --Puedes venir a verme en verano. --?No vas a venir en verano? --Lo mas seguir que el primer verano no venga hasta que termine el master. Hay cursos y puedo trabajar y hacer cursos, puedo quedarme en el campus o en un apartamento compartido, lo he visto. Y los cursos son de investigacion. Intentare ahorrar lo mas que pueda para pagarme al menos uno el primer verano. --No me extrana, te empollas hasta los trabajos, !Que tia! --Tonto… --Me alegro por ti, Olga. --Gracias hermano. !Te quiero! Y te voy a echar de menos. --?Estas nerviosa? --Un poco, si. --Tu vales, ya veras, sacaras mas nota que todos los americanos. --Si, eso es aqui, alli hay un nivel que no veas. --Bueno, ?necesitas dinero? --Papa me va a dar, pero tengo 30.000 dolares cuando llegue y el billete ya lo tengo. --30.000 dolares es una pasada. --Si ?verdad? intentare ahorrar lo mas posible, es lo maximo que te dan y si tienes casa y comida gratis, imagina. Ahorrare. --Comprate algo si vas a Nueva York, mujer, alguna ropa. --Voy a ir esta tarde con mama a por una maleta y ropa toda nueva, dice. Pero me va a faltar maleta porque hara frio, es septiembre, cuando llegue. --Pues de invierno. --Si. --?Vamos hija? --aparecio su madre. --Si, mama. --Comprale ropa interior sexy --se guaseaba Raul. --!Que tonto que es mi hijo! --Tendra que ligar ?o no? Se quedara en America ya veras. --Anda vamos que tu hermano es… --!Te quiero! --Y nosotras. El padre de Olga, Ramon, era un inspector de los astilleros de Cadiz, aunque en otro sitio distinto de su hijo, y ganaba bien y la madre trabajaba en una inmobiliaria, y al menos llevaba un sueldo, no tan alto como el padre, pero, vivian bien. Y ahora se iba su hija en dos dias a Harvard, estaban orgullosos, pero preocupados a la vez, porque era joven, e iba al otro lado del charco. Alli estaban, a traves de las cristaleras del aeropuerto de Malaga viendo como el avion de su hija salia camino de Cambridge. Desde alli iria a la universidad de Harvard en un taxi, ya que llevaba demasiado equipaje. --Le ira bien mujer, ni llores, --le decia el padre de Ramon a Paula, la madre de Olga. --Ya veras, si ella es feliz… Y Raul se ira pronto. Nos quedamos solitos, eso es lo bueno. --O no, la casa se queda vacia. --Pero si estamos todo el dia fuera, mujer. --Es verdad. --Vamos a casa, tenemos unas horas por delante. Ya nos llamara cuando llegue y se instale. Y efectivamente, al dia siguiente, los llamo. Estaba en el campus, le habian dado una tarjeta con su dinero, al entregar en la universidad el pasaporte, la beca y toda la documentacion, relleno unas hojas y le dieron una habitacion en una de las alas del campus. Cuando llego cargada hasta las cejas a su habitacion, tenia una companera de que era mejicana. Se llamaba Sarita y era mas bajita que ella, que ya era decir, ya que Olga media 1,63 cm. Estaba contenta, porque al menos las unia el idioma y algunas formas de vida, a Sarita y a ella. Le encanto su companera. Era una chica simpatica y sencilla. Las dos tenian la misma beca, aunque Sara era un mano mayor que ella, estudiaban medicina, diferente especialidad, pero tenian muchas asignaturas y clases en comun en el master, Olga, queria hacer el master en enfermedades oncologicas, que era lo que queria ser en su carrera, Oncologa y Sarita estudiaba las enfermedades coronarias. Pronto se hicieron las mejores amigas, Diria que nunca tuvo una amiga y la encontro. Mas que una amiga, era su hermana. No se apuntaron a hermandades, no querian perder el tiempo y eran ya mayores para eso, que les parecia una tonteria. Llamo a sus padres y le dijo que aquello era inmenso y estaba feliz con su companera y que ya empezaban las clases. Y asi pasaba el tiempo. Ella llamaba una vez a la semana a casa, igual que Sarita. A veces salian el sabado a comer o a tomar cafe a dar una vuelta para despejarse. Si que un dia, el dia de Accion de Gracias, muchos de los estudiantes se quedaban alli, algunos eran de la otra punta del pais, otros los extranjeros, y se hizo una cena para los que se quedaban en el campus. Se sentaron en la cena y frente a ellas se sentaron dos chicos que nunca habian visto en el campus. El que sento frente a Olga, era alto, al menos media 1,87, era castano claro, de ojos azules transparentes y era super sexy como decian ellas. La miro y Olga se puso colorada, y el sonrio. --!Hola! Soy Jim Collins, de Texas, bueno de Houston. --Eso esta lejos dijo Sarita. Yo soy Sara mejicana de Tijuana y mi amiga Olga de Espana, del sur. --Encantados --dijo Jim. --Y este es mi amigo Kevin, tambien de Huston, estudiamos en la misma escuela, nos conocemos desde ninos. Ya llevamos aqui unos anos, 6 con este para ser exactos. Tuvimos beca de deporte. Baloncesto. Es el ultimo ano que estamos. --!Vaya que suerte! --dijo Sarita. Kevin media uno ochenta y era rubio con ojos color caramelo. --Supongo que somos los que estamos mas lejos y no nos hemos ido. --Supones bien. --?Os quedais en verano? --pregunto Kevin. --Yo me ire en verano, pero mi amiga Olga, se va a quedar. --Si, --dijo ella por fin y Jim pudo oir su voz bonita, quiero hacer un par de cursos o uno y puedo trabajar a la vez. --?De que? --le pregunto Jim, mientras Kevin hablaba con Sarita. --De camarera. No me importa, de lo que sea. He visto que necesitan a gente en una copisteria, a las afueras del campus. A lo mejor encuentro unas horas alli y con eso pagarme el curso. --Pero te tendras que quedar fuera, en las casitas que hay.

  • Pasiones de Lola Bach

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    Lo odio.

  • Derrota al corazon de Emma Weimann

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    Pero eres una mujer. Ese sujeto era uno de los gerentes de la construccion mas repulsivo que Sam habia conocido en su vida. Se separo la camiseta gris del cuerpo y bajo la mirada hacia el sosten. --Si, lo soy. Definitivamente, una mujer. --Volvio a elevar la mirada e ignoro la forma en que el senor Hayes tenso la mandibula--. Vengo a pintar el apartamento de los Wallace. El sujeto clavo la mirada en el calendario. --Pero me dijeron que le habian encargado el trabajo a un Sam Freedman. Sam reprimio las ganas de golpearlo con los altoparlantes llenos de polvo que habia sobre el escritorio. --Sam es el diminutivo de Samantha. Y esa soy yo. Ya se lo explique dos veces. ?Por que no llama a los Wallace y simplemente les pregunta? Reprimio las ganas de gemir. ?Como era posible que un sujeto como ese obtuviera empleo en uno de esos lujosos complejos de apartamentos? El reviso la agenda sobre el escritorio. --No puedo. Estan de vacaciones. --Fruncio el ceno y contemplo la pintura, los pinceles y la escalera que ella habia llevado--. De acuerdo. Te llevare al apartamento. Pero ire a controlarte de vez en cuando. Para que lo sepas. --Al terminar, dejo la sala. Claro. Patan. ?Acaso pensaba que iba a robar aire de un apartamento vacio? Con un gesto negativo de la cabeza, Sam recogio la mayor cantidad de cosas que podia cargar. Las manijas de los baldes se le clavaron en los dedos. Tendria que regresar por la escalera. El senor Hayes se quedo de pie en el pasillo, con los brazos en jarra y un ceno tan fruncido que haria llorar a los ninos. --El elevador de servicio no funciona. Debemos tomar el otro. Intenta pasar lo mas desapercibida posible. Mientras lo seguia por el vestibulo de cielo raso alto, Sam intento ser silenciosa. Ese edificio emanaba una atmosfera de iglesia, construido para impresionar y presumir ante los visitantes. Ciertamente lo habia logrado con ella. Pasaron por una fuente rebosante con escalones acuaticos de pizarra. Sam no queria ni adivinar cuanto habia costado eso. Milagrosamente se las arreglo para meter todas sus cosas en el elevador vidriado; los baldes se plantaron con firmeza entre ella y el senor Hayes, quien le clavo la mirada al tiempo que entrecerraba los ojos. Los segundos parecieron horas. Finalmente, el elevador repico. --Llegamos. --Con desden, la observo luchar para sacar los materiales del elevador. Sam coloco los baldes en el piso. El pasillo estaba vacio. --?Que numero es? --El apartamento siete --escupio el senor Hayes a sus espaldas--. Al fondo del pasillo, la ultima puerta a la derecha. Antes de que Sam pudiera responder, se abrio la puerta a su izquierda. Una mujer con cabello largo y oscuro, vestida con un traje pantalon de un rojo intenso aparecio en el umbral. --Gillian, carino --grito hacia el apartamento--. Apresurate. --Se volvio hacia el senor Hayes--. Detenga el elevador, ?si? --Por supuesto, senora. --Casi se tropieza y cae para asegurarse de presionar el boton del elevador a tiempo. Sam apenas se contuvo de poner los ojos en blanco. El mismo hombre que no habia pensado dos veces dejarle hacer todo el trabajo de carga ahora practicamente se desvivia para asegurarse de que las puertas del elevador permanecieran abiertas para la femme fatale. Siempre lo mismo. Cuando una mujer tenia pechos del tamano de melones, cintura de avispa y cerebro de pajarito, los hombres se volvian locos. Sam sonrio. Bueno, por otro lado... le echo una mirada a la mujer en traje pantalon. De verdad tiene buenos pechos. Una segunda mujer salio del apartamento y cerro la puerta a sus espaldas. --De acuerdo. Estoy lista. --Le echo una mirada a Sam antes de bajar la vista y dirigirse hacia el elevador. Si, asi se deben sentir los insectos cuando los observa una mantis con ojos verdes. --Cielos, esas dos estaban buenas. --El senor Hayes casi se estaba babeando sobre la camisa. Este sujeto realmente es un cliche andante. Sam cruzo los brazos sobre el pecho. --?Tiene las llaves del apartamento? --Si, si, vamos. --Se alejo y la dejo cargando todo de nuevo. Que patan. Esperaba que la dejara sola tan pronto como estuviera instalada con todas sus cosas. Pero primero, probablemente le diria exactamente como debia haber su trabajo. Sam se sento en el suelo y apoyo su espalda protestante contra la pared. Esa noche requeria una ducha larga y caliente. Y una cerveza fria. Y una pizza. Satisfecha, miro las paredes con pintura blanca todavia fresca. Por mucho que le doliera la espalda luego de ocho horas de pintura, habia hecho un buen trabajo. Las dos habitaciones mas pequenas estaban terminadas. Quedaba la habitacion grande, lo que significaba un dia mas de trabajo razonable y bien pago. Los duenos del apartamento habian estado tan contentos con su disponibilidad para comenzar de inmediato que ni siquiera intentaron debatir su tarifa por hora. Eso habia sido una sorpresa agradable. A menudo, las personas adineradas resultaban ser los clientes mas molestos. Fue afortunada de que los duenos del apartamento fueran parientes de una de sus clientas mas antiguas y agradables. La vieja senora Henderson probablemente habia hablado bien de ella y se habia encargado de las negociaciones del pago. Y Sam estaba de acuerdo con eso. Abrio la botella de agua y bebio un sorbo. Trabajar en un edificio como ese era inusual para ella. A menudo eran propiedad de profesionales con sueldos altos y trabajos que demandaban que se quedaran a pasar la noche en la ciudad mientras sus deslumbrantes familias felices vivian sus deslumbrantes vidas felices en una casa no tan pequena en las afueras. Su opinion sobre eso era: trabajos aburridos, vecindarios aburridos, vidas aburridas y mas dinero del que nadie necesitaba. Suspiro. Esa vida bien podria haber sido la suya. El sonido del celular saco a Sam de su cavilacion. --?Si? --Hola, Sam, soy Linda. ?Como estas, guapa? Ag. Un llamado de su amiga y companera de trabajo solia significar mas trabajo o compras compulsivas de cosas que estaban en liquidacion en algun sitio. --Estoy bien. ?Que sucede? --Voy de camino a lo del senor Zimmer para hacer la instalacion electrica. Dime, ?vienes esta noche? !Mierda! --?A la fiesta? --?De que otro evento crees que hablo? Sam se paso una mano por el pelo. Se habia olvidado de la invitacion por completo. --No lo se. Solo tengo dos dias para pintar un apartamento entero. --Ay, vamos, Sam. Me lo debes. Si y me lo recuerdas cada vez que quieres algo. --De acuerdo. Pero no te prometo que me quede mucho tiempo. --Genial. Nos vemos esta noche, maquinita de amor. Sam dejo caer la espalda contra la pared. Mierda. Hasta ahi llego mi agradable noche de relajacion en casa.

  • Pasion en la Habana de Louise Fuller

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    Un torrido encuentro en el calor caribeno la dejo embarazada de su jefe...

  • Un rincon llamado hogar de Isabella Marin

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    Lo dejo plantado en su baile de graduacion. Anos mas tarde, cuando toda su vida empieza a desmoronarse, Zooey regresa a casa y sus caminos se cruzan de nuevo. ?Sigue siendo T.J. el mismo chico enamorado de ella, o la vida le ha hecho cambiar? ?Y que es lo que siente Zooey exactamente por el?

  • Si las mujeres mandasen de Varios Autores

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    Un recorrido por algunos de los textos que contribuyeron a sentar las bases de la defensa de la dignidad, la inteligencia y el potencial humano de las mujeres durante la primera ola feminista.
    ?Como iban a gobernar las mujeres, si se las consideraba menores de edad y necesitaban un hombre para supervisarlas? ?Como iban a hacerse cargo de tal responsabilidad, si habia quien pensaba que su capacidad intelectual era tan probadamente inferior que no podia malgastarse ni el erario publico ni el privado en educarlas? Hasta la segunda mitad del siglo XVIII, las mujeres que ejercieron libremente como escritoras no pasaron de ser ejemplos aislados. Pero, a finales de ese siglo, la Ilustracion habia enarbolado las banderas de la libertad y la igualdad, y habia convencido a las mujeres de que su momento habia llegado, y, aunque los grandes ideologos de las incipientes democracias liberales no tardaron en abandonarlas, se las puede considerar como precursoras de lo que, a finales del siglo XIX, se conoceria como feminismo.
    El relato de las injusticias, las desigualdades, el enclaustramiento fisico y mental es el hilo violeta que une los relatos de esta antologia. Muchas de sus autoras no se consideraban feministas, pocas entre ellas fueron militantes activas en alguno de los movimientos que englobamos bajo la primera ola del feminismo, pero esta claro que todas contribuyeron a que podamos entender por que el feminismo se convirtio en un movimiento tan solido a traves de tantos anos.

  • El triciclo rojo de Vincent Hauuy

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  • El diablo tambien se enamora de Eleanor Rigby

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  • El amante de la Patagonia de Isabelle Autissier

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    El amante de la Patagonia, de Isabelle Autissier, es una novela memorable sobre la cultura yamana en los confines del nuevo mundo y la gran novela landscape sobre Argentina. Esta obra de la narrativa extranjera comienza con un viaje de Escocia a Ushuaia (Patagonia), mezcla aventura y amor en una tierra d esconocida y hace un tratamiento epico del territorio argentino y de la comunidad yamana en las costas patagonicas. Se trata del primer titulo landscape de procedencia francofona, firmado por una autora con perfil aventurero que conoce a la perfeccion esta region de Argentina. Para lectores de Sarah Lark, Elizabeth Haran, Isabel Allende e Isak Dinesen. Isabelle Autissier (Paris, 1956) es escritora y aventurera. Es celebre tanto por sus novelas como por ser la primera mujer en haber completado la vuelta al mundo en navegacion en solitario (BOC Challenge 1991). En 1998, en medio de otra travesia en solitario, Autissier naufrago y fue rescatada en el Cabo de Hornos, una experiencia extrema que no hizo mas que aumentar su interes por la Patagonia y su insolito paisaje. Autissier tambien hace expediciones regulares a la Antartida y es, ademas, presidenta de la delegacion francesa de la fundacion encargada de la preservacion del medio ambiente WWF. Ushuaia, 1880. Emily, una joven escocesa huerfana de dieciseis anos, es enviada a la Patagonia como cuidadora de los hijos del reverendo de la region en su tarea de evangelizacion del Nuevo Mundo. Emily desconoce por completo el territorio que le espera, pero rapidamente percibira la belleza salvaje de la naturaleza, el esplendor aspero de los pueblos, con sus aguas y sus bosques inmersos en un sol intenso, frio y luminoso. Emily, bella e inocente, tambien descubrira el amor con Aneki, un nativo yamana. Sera entonces cuando su vida cambie de repente y para siempre: condenada a seguir los codigos y las leyes de la civilizacion blanca, Emily se fugara con el, intentando vivir una pasion libre en medio de la feroz colonizacion de las tierras de la Patagonia. Isabelle Autissier EL AMANTE de la PATAGONIA 1 Soy Cushinjizkipa, del pais de Yeskumaala, cerca, muy cerca del fin del mundo. Soy Cushinjizkipa; keepa porque soy una mujer y cushinjiz porque naci en la bahia de los numerosos patos. Los mios me llaman Cushi, los demas me llamaron Rosy. Este nombre no quiere decir nada, pero debo responder a el. Dice el relato que uno de los padres de mis padres vio a los otros por primera vez. Un dia de cada dia, habia llovido toda la jornada y el cielo huia llevandose a Akainix, el arco iris. Saliendo de la bruma, estaba aquella inmensa ballena, tan extrana, con tres arboles plantados en el lomo. Mi pueblo tiene buena vista, puedo todavia, a mi edad, distinguir la sombra del cormoran, por la noche, en las cavidades de los acantilados. El padre de mis padres grito que veia grandes pajaros azules y rojos encaramados en todas partes. La gente se apretujaba en la playa. El animal se acerco a la ribera y dio a luz un cachorro en el que se posaron algunos pajaros. Cuando tocaron tierra, todo mi pueblo lo vio entonces. No eran pajaros, sino seres parecidos a nosotros. Andaban, tenian dos brazos, dos piernas y una cabeza, pero sus cuerpos eran casi invisibles, cubiertos de esas pieles coloreadas que les habian hecho parecer pajaros. Eran terriblemente feos, algo mas altos que nosotros pero, sobre todo, mas robustos, sin ni un apice de esa finura que forja la belleza de los cuerpos. La piel de su rostro era palida como la de los muertos y estaba devorada por unos largos pelos. Algunos tenian ojos descoloridos, casi transparentes, como los que se atribuyen a Yetaite, el maligno espiritu de la Tierra. Llevaban unos bastones, que brillaban bajo el timido sol. Akainix, el arco iris, no es un espiritu maligno, no castiga, no es signo de desgracia. Entonces, el pueblo de los hombres sintio confianza y permanecio en la playa, por curiosidad, pero tambien porque es de regla acoger a quienes trae el mar. Soy Cushinjizkipa, vivo hoy lejos de mi pais, a mas de una semana de canoa. El barco de los blancos llego antes del alba. Todo estaba tranquilo y limpido, el sol se deslizo hacia el cielo, en el eje del canal. En el bote que los desembarco habia una mujer, una desconocida. Tengo poderes, soy una yekamush, formo parte de aquellos que saben hablar con los espiritus. Entonces, vi. En lo alto de la colina, tan lejos, vi y supe que ella traia la tormenta.

  • Memorias del principe perfecto de Phavy Prieto

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    !Con mas de treinta millones de lecturas, regresa la novela mas deseada! Si leiste la historia de Plebeya a Princesa por una noche en las Vegas, no puedes perderte como sucedio todo desde el punto de vista del principe Bohdan Vasylyk I

  • Entre letras y amor de Mary Kate Williams

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    Ser escritora es transitar por un camino de constante esfuerzo y dedicacion. Lograr un espacio en la industria no es algo facil.
    Al llegar a esta prometedora entrevista estaba preparada para cualquier cosa menos para encontrarme con mi viejo amor de secundaria. Alto, guapo y millonario hubiera sido suficiente para caer a sus pies, pero mi antiguo amor de juventud fue quien me dejo mi corazon sin animos de volver a amar.

  • Los Indeseados de Yrsa Sigurdardottir

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    Un thriller nordico contundente que reune lo mejor del genero: misterio y ambientacion.

  • Un revolver y siete rosas (Elizabethtown 1) de Brenna Watson

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    Le dolian tanto los pies que apenas podia continuar avanzando. Desde que habian abandonado Cold Harbor, donde la Union habia sufrido una de sus mayores derrotas, se habian dirigido a Petersburg para unirse al asedio de la ciudad. Alli pretendian hacerse con el control de aquel punto estrategico y cortar las comunicaciones ferroviarias que abastecian al ejercito del general Lee. Gabriel Sinclair no recordaba cuantas horas llevaba caminando y, cuando al fin alcanzaron su destino y obtuvieron permiso para descansar, lo primero que hizo fue quitarse aquellas malditas botas. Contemplo, con una mueca de dolor, sus pies ensangrentados y los dedos casi agarrotados y deformes a fuerza de llevar un calzado dos numeros menor al que le correspondia. Al menos, penso, no iba descalzo. No hacia muchos dias que habia contemplado el cadaver de uno de aquellos confederados, que habia cubierto sus pies con pedazos de carton pintados de negro. A su lado se tendio su primo Russell. El y Mitchell Chapman, Mitch, parecian los unicos conformes con su indumentaria, el ultimo a causa de unas relucientes botas que le habia hecho llegar su padre desde Saint Louis, aunque al parecer seguia echando de menos sus zapatos Oxford. <>, se dijo, aunque sin atisbo de acritud. Mitch era un buen chico, y generoso ademas. Compartia con sus companeros casi todo lo que le hacian llegar desde casa, desde dulces a camisas nuevas. De hecho, le habia sugerido a Gabriel intercambiar con el las botas de vez en cuando, solo para que pudiera descansar los pies, pero se habia negado a aceptar. Ya era suficiente con que sufriera uno de los dos, aunque en ocasiones, como esa en concreto, se arrepentia de no haber accedido. David Cassane se sento cerca de ellos, apoyo la espalda contra un arbol y, como era su costumbre, abrio aquel cuaderno de tapas negras que siempre llevaba con el para ponerse a escribir. Gabriel admiraba su capacidad de concentracion. Era capaz de abstraerse hasta en las condiciones mas adversas. --?Que crees que escribira ahora? --pregunto Brett McFarlane con su habitual sonrisa. Se dejo caer junto a Russell, que protesto cuando lo empujo sin querer--. Si no hemos hecho otra cosa que caminar durante dias. --Seguro que esta escribiendo sobre ti --bufo Russell. --Entonces necesitara un cuaderno mas grande --bromeo Brett. Mitch habia encendido un pequeno fuego y colocado una cafetera encima. Por suerte, en ese momento disponian de agua en abundancia, aunque nunca se sabia cuanto iba a durar la buena fortuna. Gabriel aun recordaba la ultima vez que habia recogido el agua de lluvia con sus botas y habia tenido que beber de ellas antes de llenar su cantimplora. David finalizo su escritura antes de lo acostumbrado, guardo el cuaderno en el bolsillo superior de su chaqueta, y la pluma, con sus iniciales grabadas, en el macuto. --?Que creeis que hacemos aqui? --les pregunto a bocajarro. --Impedir que los confederados entren o salgan de Petersburg --respondio Mitch, que siempre parecia el mejor informado de todos. --Es decir, que esto puede alargarse durante dias. --Si, supongo. Cuando la cafetera comenzo a silbar, Mitch la retiro del fuego y sirvio cafe para todos. Gabriel nunca habia sido muy aficionado a aquella bebida tan amarga, pero era una de las pocas cosas que el ejercito distribuia con profusion. Mientras disfrutaban de aquellos minutos de descanso, observo a los hombres que lo rodeaban uno a uno. Se habian conocido en Pennsylvania, al poco de alistarse en el ejercito, y en los tres anos infernales que llevaban juntos se habian vuelto inseparables. Juntos tambien padecieron hambre y sed, un calor abrasador y un frio que a punto estuvo de llevarselos al otro lado. Se habian curado mutuamente las heridas y compartido las provisiones y, en las noches mas oscuras, se habian consolado compartiendo lagrimas y suenos. Eran los mejores amigos que un hombre podia tener, estaba convencido. Gabriel Sinclair aun no podia saber lo que les aguardaba, ni sospechar siquiera que muy pronto iban a perder a uno de ellos en la que seria conocida como una de las acciones mas sangrientas de toda la guerra: la batalla del Crater. Capitulo 1 Elizabethtown, Kansas. Octubre de 1870 El sol aun estaba alto cuando Eleanor Montgomery se bajo del tren en Elizabethtown. La estacion no era mas que un conjunto de tablas desbastadas y una pequena oficina, con los cristales tan cubiertos de polvo que era imposible apreciar si habia alguien en su interior. Un hombrecillo emergio del edificio para ocuparse de que su equipaje fuese colocado en el anden. Cuando el tren se puso en marcha de nuevo, le dedico una leve inclinacion de cabeza y regreso a su cubiculo. Eleanor recorrio con la mirada el modesto apeadero para cerciorarse de que su marido, James Montgomery, no habia acudido a recibirla. Tras casi una semana de viaje desde Richmond, Virginia, llegaba por fin a su destino, al Salvaje Oeste del que tanto habia oido hablar. Se pregunto una vez mas si habia tomado la decision acertada. Un ano antes, tras el fallecimiento de su madre, le sugirio a su esposo la idea de reunirse con el en el Oeste, pero James alego multitud de buenas razones para que no lo hiciera, y ella se plego a sus deseos. La guerra le habia arrebatado a Eleanor cuanto poseia, empezando por su padre y sus dos hermanos, y luego su plantacion de tabaco, que vio arder hasta los cimientos a manos de los yanquis. Su madre y ella se vieron obligadas a aceptar la generosidad de los Cathaway, viejos amigos de la familia, para poder sobrevivir. James Montgomery III habia sido amigo de su padre toda la vida, a pesar de ser algo mas joven, y habia aceptado la propuesta de desposar a su hija como un favor personal. Su fortuna habia sucumbido bajo el ejercito del general Ulysses S. Grant, al igual que la de Eleanor y su familia, y los habitantes del viejo Sur habian tratado de estrechar aun mas los lazos que los unian. Con veinticuatro anos ya cumplidos, Eleanor seguia soltera, y las posibilidades de encontrar un esposo apropiado se habian desvanecido con la guerra. Su padre, que se recuperaba de una herida por aquel entonces que acabaria con el meses despues, habia propuesto un matrimonio de conveniencia que fue aceptado por ambas partes. Eleanor recordo, no sin cierto rubor, su noche de bodas. James era veinte anos mayor que ella, un viudo bien parecido que resulto ser un hombre considerado y atento, en el lecho y fuera de el. Hacia anos que Eleanor habia abandonado sus suenos romanticos de juventud, y vio el matrimonio con James como la ultima oportunidad de no convertirse en una solterona. Solo un mes despues del matrimonio, el se habia mudado al Oeste en busca de fortuna, con la esperanza de regresar con dinero suficiente como para empezar de nuevo. Cinco anos llevaba Eleanor aguardando reunirse con ese hombre que era practicamente un desconocido, y se habia cansado de esperar y de aceptar todas las excusas con las que el habia argumentado esa separacion. Nada la ataba ya a su Virginia natal y su deber era estar junto a su esposo, para labrar juntos su incierto futuro. Habia empaquetado sus cosas y, el dia antes de partir, le habia enviado una carta anunciando su llegada, sin otorgarle tiempo suficiente para una replica en la que intentaria hacerle cambiar de idea. Algo habia fallado en su plan, porque James no se encontraba alli. Sintio que el jefe de estacion la observaba desde el otro lado del sucio cristal de su ventanilla. Se imagino que no debia de ser muy corriente ver a una mujer ataviada con un vestido de muselina sentada sobre un desvencijado banco, rodeada por media docena de baules y otros tantos bultos de distintos tamanos. Esa manana, en el tren, se habia esmerado en acicalarse para causar buena impresion a un marido al que apenas recordaba. La estrategia no surtiria efecto si no aparecia pronto; el aspecto saludable y lozano que pretendia aparentar se iria al traste. Decidio concederle otros veinte minutos, tiempo mas que suficiente para que el hubiese oido el silbato del tren desde cualquier punto del pueblo en el que se hallase y acudiese en su busca. Transcurrio ese tiempo, y algo mas. La espera comenzaba a ser insoportable. Tal vez James no estaba ese dia en Elizabethtown, quizas habia viajado hasta Abilene, a cuarenta y cinco millas de distancia, y habia olvidado dejar instrucciones para que alguien acudiese a recogerla. O, peor aun, tal vez su carta aun no habia llegado. Ese pensamiento le helo momentaneamente la sangre. Se aproximo a la ventanilla, dispuesta a remediar el estado de incertidumbre en el que se hallaba. --?Necesita ayuda? --le pregunto el hombrecillo desde el otro lado del cristal. --Si, por favor --le respondio, ofreciendole su mejor sonrisa--. ?Podria guardar mi equipaje en la estacion mientras voy en busca de mi esposo? --Por supuesto --contesto solicito--. Ahora mismo me ocupo de ello. Eleanor permanecio erguida, retorciendose las manos con nerviosismo mientras el hombre salia de detras del mostrador, cruzaba la puerta y se aproximaba a sus baules. Su aspecto le resultaba simpatico, un hombre pequeno y energico, que caminaba dando saltitos y cuyos ojos, de un azul desvaido, se movian al mismo ritmo bajo la montura de sus lentes. --?Se le ofrece algo mas? --le pregunto, al ver que ella no se movia del sitio. --Le agradeceria mucho si pudiera orientarme. Acabo de llegar y aun no conozco el pueblo. --Me he dado cuenta de ello. --Le sonrio con amabilidad--. Permitame que me presente. Soy Matt Perkins, el jefe de estacion --le dijo, e inclino ligeramente la cabeza al tiempo que sus pulgares se enganchaban de los tirantes que sostenian sus pantalones--. Este es un lugar pequeno, y aqui nos conocemos todos. ?Que necesita saber? --?Podria indicarme como llegar al negocio de James Montgomery? --Le dedico su mejor sonrisa. --Crei que habia dicho que iba en busca de su esposo --contesto el hombre mientras la miraba con cierta suspicacia. --El senor Montgomery es mi marido --aclaro ella, irguiendose ante lo que parecia una inexplicable mirada de reproche. --!Que me aspen! ?Habla usted en serio? --Perkins la observo de arriba abajo, con las cejas ligeramente alzadas y la boca formando una extrana mueca que no supo interpretar. --Desde luego que si --contesto de forma rotunda, atonita ante la falta de modales de su interlocutor--. ?Como se atreve a dudarlo? --Disculpeme, senora, no era mi intencion ofenderla --le respondio con un tono mucho mas suave--. Es solo que no sabia que tuviera esposa… --Le escribi diciendole que venia, pero, como puede ver, no ha acudido a recibirme. Tal vez mi carta no llegara a tiempo --dijo con una voz apenas audible, mientras se recriminaba el proporcionar tanta informacion a un desconocido. De repente, el hombre parecio a punto de sufrir una apoplejia. Se saco un arrugado panuelo del bolsillo y se seco la frente, sin dejar de observarla durante todo el proceso. Luego se coloco las manos sobre los rinones, como si se estuviese preparando para pronunciar un discurso. Cuando volvio a meterlas en los bolsillos y a hundir los hombros, la que estaba a punto de sufrir la apoplejia era Eleanor. --Creo que sera mejor que se siente --le dijo al fin, indicandole el mismo banco que acababa de abandonar. --!Pero si acabo de levantarme! --Lo se, lo se, pero sera lo mejor --le aseguro con un expresivo gesto de las manos en direccion al descascarillado asiento. --?Que ocurre? !Me esta usted incomodando! --Oh, creame que lo lamento, de verdad que si. ?Quiere usted tomar un vaso de agua? --?Un vaso de agua? --Eleanor no salia de su asombro. --Si, claro, que estupidez --contesto Perkins sin mirarla, como si hablara consigo mismo--. Mejor un whisky, ?no? --?Un whisky? ?Pero se puede saber que ocurre? ?Donde esta mi marido? --Las sospechas se acumulaban en el aire como un remolino de polvo--. ?Le ha sucedido algo? La pausa fue tan elocuente que Eleanor cayo desmadejada sobre el banco. --Es eso, ?verdad? --pregunto con un hilo de voz, lamentando no haber aceptado ese vaso de agua. --Me temo que si, senora --balbuceo el hombrecillo--. Creame que siento ser yo quien le comunique la noticia, pero su marido… bueno, su marido ya no esta entre nosotros. --?Mi marido ha… muerto? --Eleanor sentia como si el mundo se hubiese puesto a dar vueltas a su alrededor. --Eso es, senora, exactamente --respondio Perkins, visiblemente aliviado. --?Como? ?Cuando? --balbuceo ella al cabo de una larga pausa. --Sufrio un ataque el domingo, y el medico no pudo hacer nada por el. Dijo que le habia fallado el corazon, asi, de repente. Fue enterrado hace dos dias. Lo siento mucho. Muerto. James habia muerto. Eleanor aguardo a experimentar el aguijonazo de dolor que ya le resultaba familiar, pero, para su sorpresa, no se produjo. Un latido sordo en el interior del pecho, producto mas del asombro que de la angustia, fue la unica senal que se dejo sentir. No era una reaccion inapropiada, se dijo a si misma, teniendo en cuenta que apenas se conocian. Pero era una desgracia. Aun era un hombre joven y era su marido. ?Como habia podido suceder algo tan terrible? ?Que iba a ser de ella ahora? Mientras esos pensamientos cruzaban por su mente, no era consciente de que el jefe de estacion observaba consternado los dos lagrimones que se deslizaban por sus mejillas. --?Quiere que vaya a buscar a alguien? --le pregunto transcurridos unos minutos. Eleanor emergio de su catarsis y observo al hombre, al que le parecia ver por primera vez. Su rostro angosto y veteado de arrugas, enmarcando esos ojillos vivaces de un azul traslucido que ahora parecian ligeramente empanados, las cejas tupidas y aun oscuras, el escaso cabello que ya empezaba a clarear… Su cara ahora amable la contemplaba con cierta preocupacion, que le parecio normal dadas las circunstancias. --No, gracias. No conozco a nadie en el pueblo --contesto mientras intentaba recuperar la compostura. --Podria avisar al reverendo Spencer. O al medico. ?Necesita usted sus sales? --?Mis sales? --inquirio con cierta perplejidad. --Si, ?no las necesitara? ?Y si se desmaya? ?No es eso lo que se utiliza cuando una mujer pierde el conocimiento? --No se inquiete. Estoy practicamente segura de que no voy a desmayarme --respondio, no del todo segura de sus palabras. El cansancio de los ultimos dias parecio abatirse sobre ella. Perkins asintio, aunque no parecio muy convencido con la respuesta. La vio fruncir el ceno y morderse el labio inferior, como si anduviera perdida en profundas cavilaciones, lo que no era de extranar. --?Podria usted indicarme ahora como llegar a la casa de mi marido? --pregunto al fin, clavando en el unos ojos de color miel que de repente parecian demasiado grandes para aquel rostro tan delicado--. Creo que sera lo mas apropiado. --Oh, bueno, vera… yo creo que estara mejor donde la viuda Dupre. Tiene una casa de huespedes y seguro que la acogera con mucho gusto, hasta que se sienta con fuerzas. --Es muy amable, pero creo que sera mas conveniente que me aloje en mi propia vivienda. --Si, por supuesto, pero… en fin… no se como… --Perkins se miraba los pies mientras trataba de encontrar las palabras apropiadas, para mayor consternacion de Eleanor--. Su marido no tenia una casa propiamente dicha. --?Donde vivia entonces? --inquirio, preguntandose que mas desagradables sorpresas la aguardaban--. ?En un hotel, quizas? --Oh, no, no, senora. James Montgomery tenia una buena propiedad --aclaro. --Senor Perkins, ?donde vivia mi marido? --Encima de su local, senora, en una especie de apartamento que se hizo construir a su gusto. Eleanor asintio, aprobando la idea de James de aprovechar el negocio tambien como vivienda, un modo de ahorrar un dinero que pensaba invertir en Virginia a su regreso. --?Y sabe usted donde esta? --pregunto con suavidad. --Por supuesto que si, senora --respondio con desparpajo, como si le ofendiera la idea de no saber donde se encontraba el lugar--. En la calle principal, justo pasada la barberia de Cooper, gire a la izquierda y se dara de bruces con el. --Muchas gracias, senor Perkins. --Le sonrio con dulzura mientras se incorporaba--. ?Me guardara el equipaje hasta que pueda hacer que alguien venga a buscarlo? --No pensara ir alli ahora, ?verdad? --Me temo que no tengo otra opcion. No puedo quedarme aqui indefinidamente, ?no le parece? --No, claro. Pero ya le he dicho que la viuda Dupre estara encantada de acogerla. Es una mujer muy amable, y su cocina es estupenda. --Gracias, lo tendre en cuenta. Ha sido usted muy considerado, senor Perkins, y se lo agradezco mucho. Espero que volvamos a vernos pronto. Eleanor se sacudio el vestido, irguio la espalda y, tras despedirse con un leve y estudiado gesto, cruzo la estacion y salio por el lado que daba al pueblo, que se arracimaba a escasa distancia. Elizabethtown habia crecido alrededor de una calle principal y se habia extendido hacia ambos lados mediante una serie de calles mas estrechas, formando una cuadricula. Eleanor sabia por las cartas de James que el ganado procedente de las propiedades situadas al sur bordeaba el pueblo una vez al ano, con destino a los corrales situados al otro lado de las vias, para ser posteriormente subido a los vagones y transportado hasta las fabricas del Este. Mientras recorria la arteria principal, apenas era consciente de las miradas curiosas de las personas con las que se cruzaba. Las visitas femeninas no eran muy frecuentes en un pueblo que vivia casi exclusivamente del ganado de los ranchos vecinos y de algunas manadas que llegaban desde Texas. Y menos visitas tan elegantemente ataviadas como aquella mujer, cuyo vestido de muselina amarillo palido destacaba como una flor en un prado. La gracia con la que caminaba, sosteniendo con elegancia su sombrilla y balanceando suavemente su ridiculo, atrajo mas de una mirada. Eleanor paso frente a varios negocios y viviendas sin fijarse en nada, buscando con la mirada la columna bicolor que anunciara la barberia del pueblo. Su mente solo registro que el pueblo no parecia demasiado grande, que las construcciones eran solidas y que hacia mucho calor. Los tacones de sus botines resonaban sobre el entarimado de madera con una cadencia ritmica, mientras iba inclinando la cabeza de forma mecanica ante todo aquel que se cruzaba en su camino. Se sentia tan aturdida y cansada que temia detenerse antes de llegar a su destino y echarse a llorar en mitad de la calle, algo que una senorita no debia hacer jamas. Su educacion y sus modales eran lo unico que poseia en esos momentos, y trataba de aferrarse a ellos como a una tabla de salvacion en medio de un naufragio. Se permitiria derrumbarse y llorar solo cuando se encontrase en el interior de su nuevo hogar, sin testigos.

  • Los Revolucionarios de R.g. Grimaldi

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    Novela romantica y erotica, basada en el historico y fugaz romance en el Mexico posrevolucionario de Tina Modotti, una de las fotografas mas relevantes de la historia, con Julio Antonio Mella, un joven revolucionario cubano al cual la historia se ha encargado de eliminar, por lo peligrosos que aun son sus ideales para el statu quo. Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Jose Clemente Orozco, Jose Vasconcelos, Edward Stieglitz, Georgia O’Keeffe, Edward Weston, Frida Kahlo y las mas grandes figuras intelectuales de los inicios de los 1900 en America se tergiversan en este apasionante relato revolucionario.

  • Maldito ex. diario de una ruptura de Isabella Marin

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    Que tu novio corte contigo, cuando tu ya habias fichado el vestido de novia, es una desgracia.

  • Mandibula de Monica Ojeda

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    Una adolescente fanatica del horror y de las creepypastas (historias de terror que circulan por internet) despierta maniatada en una cabana en medio del bosque. Su secuestradora no es una desconocida, sino su maestra de Lengua y Literatura, una mujer joven a quien ella y sus amigas han atormentado durante meses en un colegio de elite del Opus Dei. Pero pronto los motivos de ese secuestro se revelaran mucho mas oscuros que el bullying a una maestra: un perturbador amor juvenil, una traicion inesperada y algunos ritos secretos e iniciaticos inspirados en esas historias virales y terrorificas gestadas en Internet.

  • Un ramo de violetas de Andrea Munoz Majarrez

    https://gigalibros.com/un-ramo-de-violetas.html

    Una historia de amor llena de secretos, ambientada en el Madrid del siglo XIX.

  • Un mandato de reinas de Morgan Rice

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    EL DECRETO DE LAS REINAS es el Libro#13 de la serie de best-sellers EL ANILLO DEL HECHICERO, qu empieza con LA SENDA DE LOS HEROES (Libro#1).

  • Touchdown de Ludmila Ramis

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    Un amor abstracto se delimito con cada mirada, palabra y accion, hasta definirse como una relacion fascinante en su sencillez, y, a veces, en su complejidad.
    Kansas Shepard es una espontanea y comica universitaria que siempre termina enredada en lios que no ocasiona. Malcom Beasley, por otro lado, es del tipo de personas que evitan todos los problemas. El sigue una rutina estructurada y permanece lejos de los rebeldes ciclones de los sentimientos humanos y de los imprevistos.
    Cuando estas dos personalidades deben vivir bajo el mismo techo, la coexistencia, que parecia imposible en un principio, resulta ser el detonante de una aventura que terminara por arrasar tanto con el corazon de Kansas como con el del jugador de los Jaguars, el numero 27.
    ?El resultado?
    Un touchdown.

  • No recuerdo si lo hice de Alice Laplante

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    Una impactante novela sobre las trampas de nuestra mente.

  • La conquista romana de Hispania de Javier Negrete

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    Esta es la historia ilustrada de una de las mayores epopeyas de la Antiguedad, la conquista romana de Hispania. Marcada por continuas guerras y conjuras, la llegada de Roma a la peninsula forjo el caracter y el destino de este territorio a lo largo de sucesivos siglos. Javier Negrete nos introduce con su habitual maestria en una epoca fascinante apoyado por la reconocida ilustradora Sandra Delgado, que ha realizado treinta obras originales para plasmar la vida, la lucha y la muerte en la Hispania romana. Cartago, los pueblos iberos o las guerras civiles, se entremezclan en un relato trepidante con personajes como Escipion, Anibal, Viriato o el gran Julio Cesar para ofrecer al lector uno de los episodios historicos mas apasionantes de nuestro pasado.

  • Poniente de Alber Vazquez

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    Esta novela narra una de las aventuras mas increibles de la historia de la Humanidad: la primera circunvalacion al globo terraqueo. Un viaje unico donde las distancias asombran, la voluntad triunfa sobre las limitaciones y el tiempo deja de ser relevante cuando de alcanzar la gloria se trata.

  • Ni un paso atras de Pilar Pinero

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    La autora de la novela Voy a volverte loco vuelve con esta nueva y atrevida historia.

  • Los pecados de Lord Cameron de Jennifer Ashley

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    1881. Los cuatro hermanos Mackenzie son ricos, poderosos, peligrosos, excentricos y. escoceses. Los escandalos y rumores que les envuelven, las habladurias sobre sus amantes y sus oscuros apetitos, tienen alborotado a todo el pais. Cualquier dama sabe que si es vista con uno de ellos perdera la reputacion de inmediato.

  • Catarsis 1 de Anabel Garcia

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    Noa tiene una vida normal y corriente, como la de cualquier chica moderna rozando la treintena. Pero de repente, un buen dia, ocurre algo increible que transforma su monotonia en una trepidante aventura sin precedentes. Tanto es asi que incluso cree que esta inmersa en algun extrano sueno o broma pesada. Y para que os hagais una ligera idea de lo que estoy hablando, digamos que se ve rodeada de elfos, dragones, serafines, unicornios y un sinfin de criaturas extraordinarias.
    Mientras intenta desesperadamente escapar de ese mundo llamado Catarsis, o al menos sobrevivir a el, ya que sus inesperados dotes como hechicera son nefastos y sus enemigos no se andan con jueguecitos, descubre que alli todos consideran que es La Elegida, aunque la cuestion es ?elegida por quien y para que?
    Ademas, y para colmo de males, si pretende cumplir con su paradojico destino como salvadora del mundo, debe acatar las descabelladas ordenes del ser mas odioso que jamas haya existido, nada mas y nada menos que el mismisimo Senor del Mal, que no tardara en descubrir atonito lo que conlleva el caracter de una gaditana enojada.
    !Adentrate en Catarsis y demuestrame que el miedo no existe!

  • Ellos y nosotros (La Segunda Revolucion 2) de Costa Alcala

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    Despues de la Revolucion, Aura y Dominio desaparecieron de Nylert. Las ocho Familias restantes vivieron en paz. Pero ahora Dominio ha vuelto. Y solo unos pocos estan preparados para lo que va a suceder.

  • Escarcha de Ernesto Perez Zuniga

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    Dentro de la rica tradicion europea de las novelas de aprendizaje, Escarcha retrata la Espana de la transicion a traves de los ojos de Monte, un adolescente que ha vivido desde la infancia con sensacion de extravio. Y, ademas, a traves de una perspectiva coral: la de multiples personajes arrastrados por su propia inquietud, como el profesor de musica que se empena en hurtar la pureza de sus alumnos antes de que se conviertan en adultos. Monte tendra que aprender que todo, incluso lo mas bello, puede ser fuente de dolor. Pero tambien que hay un tesoro oculto que se puede descubrir en el desprendimiento de la identidad recibida. Una luz cuya plenitud no sera robada. Escrita con tanta intensidad como armonia, Escarcha es una novela generacional, la novela crucial en la obra de Ernesto Perez Zuniga. Un retrato desnudo y extraordinariamente sensible de la experiencia de vivir y del viaje del alma humana hacia la reconciliacion consigo misma.

  • La Asesina en el Imperio de Sarah J. Maas

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    La asesina Celaena Sardothien parece tenerlo todo: un lugar propio, el amor del atractivo Sam y, sobre todo, su libertad. Pero Celaena no sera absolutamente libre hasta que se distancie definitivamente de su maestro Arobynn Hamel, asi que Sam y ella deciden cometer un ultimo asesinato que los liberara para siempre. Y asi es como Celaena aprende que tenerlo todo significa poder perderlo todo.

  • El Club de la Elite de Esteban Navarro

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    Pau no podia apartar los ojos de la pantalla de su movil. Y mientras que con la mano izquierda sostenia el volante del Nissan Micra, con la derecha aguantaba el telefono con pericia. En una rampa del barrio de Salamanca, en la calle Jorge Juan, tuvo que cambiar de velocidad con gran dificultad, sin soltar el movil de la mano. Con el vaiven se le cayo el telefono en el asiento del copiloto y, al agacharse para recogerlo, sus ojos se clavaron en el letrero que indicaba el nombre de la calle. --Calle de Claudio Coello --leyo en voz alta. En ese momento le parecio un mal presagio pasar por alli, por esa calle. Aunque era lo suficientemente joven, tan solo tenia dieciocho anos, como para no haber vivido epocas oscuras de Espana, si que conocia que en esa calle asesinaron al entonces vicepresidente del Gobierno de Franco: el almirante Carrero Blanco. Al llegar a la calle Principe de Vergara, viro situandose bien pegado al carril de la izquierda. En cuanto le fuera posible detendria el coche para poder llamar a Luis Miguel. O Luismi, como lo conocian todos sus amigos. Tenia que contactar con el. Habia de contactar con el. Era una necesidad imperante que su amigo descolgara. Luismi le habia estado enviando numerosos mensajes de WhatsApp durante toda esa manana y el no le habia respondido porque estuvo ocupado instalando el sistema operativo en el ordenador de un conocido. Eso es lo que tenia ser estudiante de Ingenieria en Computacion e Informatica: que todas tus amistades quieren que les repares los fallos de su ordenador. <>, le habia escrito. No habia duda de que esos mensajes los habia anotado Luismi, de forma atribulada, seguramente mientras conducia. Pau detuvo el Nissan en un hueco que hallo en una zona de carga y descarga frente a un supermercado. Soporto con estoicismo el bocinazo del taxista que llevaba pegado detras. Esos dias los taxistas andaban a la grena con los de Uber y se palpaba en el ambiente el malestar que habia entre los dos colectivos. Agarro con fuerza el telefono movil con la mano izquierda y con un dedo de la mano derecha busco a Luismi en la agenda. No disponia de tiempo para dejar que <> se encargara de hacerlo por el. En la pantalla vio la fotografia de su amigo. Sonriente, como siempre lo conocio. Le caia el pelo lacio alrededor de las orejas. Su tez agitanada, que recordaba a un Joaquin Cortes en sus anos mozos, ensombrecia la pantalla del movil y Pau penso en que le preocuparia a su amigo para que le hubiera enviado tantos mensajes. El logotipo de un telefono de color verde se encendia y se apagaba, indicando que la llamada estaba en curso. --Vamos, vamos --chillo--. Coge el telefono de una puta vez. Un mendigo se acerco hasta la ventanilla del Nissan. Era el orgulloso poseedor de un enorme bigote que se esparcio por el cristal como si fuese una medusa dentro de una pecera. El hombre mostro un paquete de panuelos de papel, mientras que sus ojos desvariaron por los tatuajes de los brazos de Pau. --La voluntad --dijo. Pau cogio un punado de monedas de la bandeja que tenia al lado del freno de mano y, sin contarlas, se las entrego al mendigo por el minusculo hueco que quedo al bajar la ventanilla. Una bofetada del calor de julio paso al interior del Micra, como si en ese instante se hubiese abierto la tapa del infierno. El hombre, de ropajes sucios y harapientos, pero de tez lampina y mirada limpia, cogio las monedas con una mano enguantada. --Gracias, senor --dijo con un acento indeterminado, que tanto podia ser rumano como ruso. La llamada realizada a Luismi se corto cuando paso el suficiente tiempo sin que su interlocutor descolgara. Pau no creyo necesario llamar de nuevo. Cuando Luismi viera la llamada la devolveria, sin duda. Siguio conduciendo por la calle Principe de Vergara hasta que hallo un hueco al lado de unos contenedores de basura. Orillo el coche. Alli podia pensar sin que nadie lo molestara, se dijo. Todo comenzo cuando Luismi le conto que estaba trabajando en la investigacion de un club de lectura muy elitista. Luis Miguel Artapalo, al igual que Sonia, era un detective privado que trabajaba sin oficina. Fue policia local del ayuntamiento de Madrid durante diez anos, pero hacia dos que lo habian echado, nunca supo por que. Tampoco se lo pregunto, pero sabia que hay que hacerla muy gorda para que te echen de la policia. Desde entonces se habia dedicado a la investigacion con desigual exito. El abanico de posibilidades de los detectives era muy reducido y el margen de ganancia nulo. Era complicado, por no decir imposible, que un detective que trabajara por su cuenta pudiera hacerse rico. A Luismi lo habia contratado la mujer de un escritor para que investigara a un extrano club de lectura. Eran un grupo de notables que se reunian en un chale de la urbanizacion Caraquiz, en Uceda, un pequeno municipio de la provincia de Guadalajara. Luismi le habia dicho que, una vez al mes, se juntaban en la casa de un conocido alcalde de Matasena varias personalidades de la region. <>, le habia preguntado Pau. Su amigo lo nego de forma tajante. Aquellas reuniones no tenian nada que ver con el club Bilderberg. Los congregados eran: un alcalde, un presidente de una Diputacion, un fiscal, un juez, un comisario de la Policia Nacional y un mando de la Guardia Civil. --?Y para que se reunen? --se intereso Pau. --Dicen que para hablar de literatura --respondio su amigo--. Ellos dicen que es un club de lectura de novela negra --explico con voz cavernosa. Pau siempre quiso saber, desde que lo conocio, la cantidad de cigarrillos negros que habria fumado para tener semejante voz--. Escogen una novela y se reunen en una tertulia privada donde comentan que les ha parecido. Pau basculo la barbilla sin percibir nada extrano en ese club. Luismi, que mientras hablaba removia en el aire sus enormes manos, insistio en lo extrano que era que un grupo de notables se reuniera cada mes con el pretexto de comentar una novela. --?Extrano? ?Que hay de extrano? --habia preguntado Pau. --Esos hombres se reunen cada mes en el chale de Caraquiz --explico su amigo--. Al finalizar la reunion deciden el titulo y el autor de la novela que han de leer para el siguiente encuentro. Pero hace un mes, en la primera reunion literaria desde que se sepa, la del 31 de mayo, ocurrio algo por lo que me han contratado. --Pau contuvo la respiracion esperando a que Luismi se explicara--. El autor de la novela que comentaron en aquella reunion fallecio en un accidente de trafico una semana despues de que se reunieran los notables, cuando conducia su Chrysler 300. --?Casual? --consulto Pau. --Es posible. El autor era vecino de un pueblo que hay entre Pinto y Valdemoro. Se llamaba Cesario Pidal y su novela tenia un titulo tan poco sugerente como repelente: Todos los idiotas. --Pero si entre Pinto y Valdemoro no hay nada --objeto el joven agente. --!?Como que no hay nada?! --protesto colerico Luismi--. Esta Matasena. --Matasena es un municipio de apenas cuatrocientos habitantes, enclavado entre las poblaciones de Pinto y Valdemoro--. Pero la coincidencia es que el alcalde de ese municipio es uno de los notables del club de lectura, ademas de propietario del chale de Caraquiz donde se reunen. En esa conversacion fue cuando Pau se entero de que la esposa del escritor fallecido habia contratado a Luismi, que ademas era amigo personal de Pau y habia tenido una relacion intensa con Sonia Ruiz, su companera de aventuras y pesquisas. La senora Pidal lo contrato para que investigara la muerte de su marido, porque no se creia que hubiera fallecido en un accidente. La guardia civil, que son los que habian llevado la investigacion, determino que su esposo habia muerto en un accidente de trafico en el tramo entre Pinto y Valdemoro, pero ella no se lo crecia. Asi que no le quedo mas remedio que contratar los servicios de un detective privado para que indagara. Luismi y Pau habian quedado unos dias despues de que iniciara la investigacion, para tomar una cerveza en una terraza del Retiro. Pau temio que le solicitara ayuda. Los detectives privados necesitaban de la estrecha colaboracion de la policia para avanzar en sus investigaciones. Un detective privado sin contactos dentro de la policia o del CNI es como una pistola sin municion: no sirve para nada. Luismi le manifesto su preocupacion a hurgar en ese club.

  • Grial (Britannia 3) El poder que reside en la magia, Javier Pelegrin & Ana Alonso de Ana Alonso , Javier Pelegrin

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    Magia, aventura, lucha y una historia de amor que trasciende la leyenda.

  • La Vidriera del Duque de Raquel Campos

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    Granada, ano del senor de 1565
    A la finca de la Vidriera, un lugar aislado y fascinante, llegara un misterioso caballero que cambiara la vida de todos sus habitantes. Luchara contra las injusticias que ira descubriendo y una joven de cabellos triguenos hara que su mundo se tambalee.

  • Momentos estelares de la humanidad de Stefan Zweig

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    Este es probablemente el libro mas famoso de Stefan Zweig. En el lleva a su cima el arte de la miniatura historica y literaria. Muy variados son los acontecimientos que reune bajo el titulo de ?Momentos estelares?: el ocaso del imperio de Oriente, en el que la caida de Constantinopla a manos de los turcos en 1453 adquiere su signo mas visible; el nacimiento de ?El Mesias? de Handel en 1741; la derrota de Napoleon en 1815; el indulto de Dostoievski momentos antes de su ejecucion en 1849; el viaje de Lenin hacia Rusia en 1917… <>, de manera que podemos ver en ellos unos puntos clave de inflexion de la historia, que leemos en estas catorce miniaturas historicas con la fascinacion que siempre nos produce Zweig.

  • Mas peligroso es no amar de Lucia Etxebarria

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    El nuevo libro de Lucia Etxebarria. Una investigacion en torno al fenomeno del poliamor y otros modelos de relacion que probablemente te haga replantearte muchos mitos sobre el amor romantico.