diario de un cuerpo
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diario de un cuerpo - Erika Irusta
https://gigalibros.com/diario-de-un-cuerpo.htmlDiario de un cuerpo es un texto intimo y de una sinceridad extraordinaria. Ilumina infinidad de aspectos ocultos de los estadios por los que pasa el cuerpo femenino a lo largo del ciclo menstrual. El libro tiene la capacidad liberadora de hacernos ver como normal aquello que hasta hoy era entendido como un estorbo o una debilidad.
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DIARIO DE UN CUERPO | ERIKA IRUSTA | Casa del Libro
https://www.casadellibro.com/libro-diario-de-un-cuerpo/9788416673162/4729803Diario de un cuerpo es un texto �ntimo y de una sinceridad extraordinaria. Ilumina infinidad de aspectos ocultos de los estadios por los que pasa el cuerpo ...
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DIARIO DE UN CUERPO | DANIEL PENNAC | Casa del Libro
https://www.casadellibro.com/libro-diario-de-un-cuerpo/9788439726111/1983808Diario de un cuerpo es el relato en forma de diario de la vida de un hombre desde 1936, cuando el protagonista tiene doce a�os, hasta su muerte en 2010.
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Diario de un Cuerpo: La menstruaci�n, el �ltimo tab�
https://www.amazon.es/Diario-Cuerpo-menstruaci%C3%B3n-%C3%BAltimo-tab%C3%BA/dp/8416673160Diario de un cuerpo es un texto �ntimo y de una sinceridad extraordinaria. Ilumina infinidad de aspectos ocultos de los estadios por los que pasa el cuerpo ...
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Diario de un cuerpo_ - Erika Irusta
https://erikairusta.com/diario-de-un-cuerpo/Diario de un cuerpo es la historia de un cuerpo c�clico, fuerte, desnudo, menstruante, un cuerpo que son cuatro. Es el diario sincero y carnal de un cuerpo ...
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Diario de un cuerpo - Libro de Daniel Pennac - Lecturalia
https://www.lecturalia.com/libro/74131/diario-de-un-cuerpoResumen y sin�psis de Diario de un cuerpo de Daniel Pennac ... Como dice el protagonista al final del libro, con 86 a�os y despu�s de muchas anotaciones, ...
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DIARIO DE UN CUERPO | LA MENSTRUACI�N, EL �LTIMO ...
https://traficantes.net/libros/diario-de-un-cuerpo-0Ilumina infinidad de aspectos ocultos de los estadios por los que pasa el cuerpo femenino a lo largo del ciclo menstrual. El libro tiene la capacidad ...
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DIARIO DE UN CUERPO - PENNAC DANIEL
http://quelibroleo.com/diario-de-un-cuerpoDiario de un cuerpo es una reinvenci�n absoluta de un g�nero literario, el de los diarios, tan antiguo como la propia literatura. Porque en este libro no se ...
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Diario de un cuerpo | Penguin Libros
https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/29199-libro-diario-de-un-cuerpo-9788439726111Diario de un cuerpo es el relato en forma de diario de la vida de un hombre desde 1936, cuando el protagonista tiene doce a�os, ... Casa del libro.
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Diario de un cuerpo by Erika Irusta - Goodreads
https://www.goodreads.com/es/book/show/32784728Ilumina infinidad de aspectos ocultos de los estadios por los que pasa el cuerpo femenino a lo largo del ciclo menstrual. El libro tiene la capacidad liberadora ...
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Diario de un Cuerpo: La Menstruaci�n, el �ltimo Tab�
https://www.buscalibre.es/libro-diario-de-un-cuerpo-la-menstruacion-el-ultimo-tabu/9788416673162/p/47801579Libro Diario de un Cuerpo: La Menstruaci�n, el �ltimo Tab�, Erika Irusta, ISBN 9788416673162. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios.
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Menudas historias de la Historia de Nieves Concostrina
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Sin compromiso (Bolonia 2) de Laimie Scott
https://gigalibros.com/sin-compromiso-bolonia-2.htmlNo te pierdas la divertida, actual y adictiva segunda entrega de la serie romantica <
> de Laimie Scott. -
Feminismo para principiantes de Nuria Varela
https://gigalibros.com/feminismo-para-principiantes.htmlApasionante recorrido sobre el origen del feminismo y su evolucion a lo largo de la historia.
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La receta secreta de las segundas oportunidades de J. D. Barret
https://gigalibros.com/la-receta-secreta-de-las-segundas-oportunidades.htmlLucy Muir ha decidido dejar a su marido. Es un tema complicado.
Teniendo en cuenta que son copropietarios y chefs de uno de los mejores restaurantes de la ciudad, no va resultar facil cortar por lo sano. Pero, seamos realistas, una no puede soportar eternamente que le pongan los cuernos, le roben las recetas y la menosprecien. -
Madres arrepentidas de Orna Donath
https://gigalibros.com/madres-arrepentidas.htmlAman a sus hijos, pero se arrepienten de ser madres.
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Los Graham de Mia Del Valle
https://gigalibros.com/los-graham.htmlLos Graham no son una familia normal y aunque aparentan ser educados y correctos, el clan tiene demasiados secretos como para poder mantenerlos ocultos por mucho tiempo mas.
Derek, el hijo mimado del clan es un cerdo engreido, que pasa sus dias dando ordenes a todo aquel que se ponga en su camino, Diana su secretaria no lo soporta, y luego de una borrachera en la cena navidena le canta las cuarenta al multimillonario… pero la cosa no queda asi, ya que sin querer Diana se ha metido en la boca del lobo y ahora debera buscar la forma de escapar sin salir herida en el camino. -
Como el arcoiris despues de la tormenta (Dos Amigas 1) de Sabrina Mercado
https://gigalibros.com/como-el-arcoiris-despues-de-la-tormenta-dos-amigas-1.htmlEstaba oscuro, pero le agradaba. La suavidad de las sabanas envolvia su desnudez. Escuchaba una musica que le gustaba. El le decia al oido que esa era su cancion. Y que su voz le cantaba a ella. Solo a ella. Sus manos la recorrian y ella disfrutaba. Cada parte que tocaban la hacian estremecer. Habia besos. Fogosos, calientes. Sus lenguas entrelazadas la encendian mas y mas. Temblaba. Vibraba. Enardecia. Ella deseaba todo, necesitaba todo. Se ahogaba en un extasis infinito. Queria mirarlo a los ojos, pero no podia. ?Por que no podia? Queria ver su rostro, pero desaparecia… Finalmente todo desaparecia… PRIMERA PARTE La tormenta Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Julio Cortazar Amo tus pies porque anduvieron sobre la tierra y sobre el viento y sobre el agua, hasta que me encontraron. Pablo Neruda 1 Habia comenzado el invierno. Gris. Frio, muy frio. Tan frio como el que sentia en su corazon. <
>, pensaba, mientras se ajustaba las medias negras de seda. Era tarde. Otra vez. ?Cuantas veces se habia quedado dormida en el ultimo mes? Ya no importaba. En la oficina lo sabian. Apuro los zapatos de taco y el sweater gris. Que ironia. Se vestia con los colores del clima. Su estado de animo podia verse a traves de su ropa. La ventana de su cuarto dejaba entrever un plomizo y oscuro cielo de amanecer tardio. La misma ventana que alguna vez le habia mostrado los colores del mundo, en ese momento solo revelaba grises. Otra gran ironia. El ruidito de su celular la saco de sus cavilaciones. Pero no habia tiempo para revisar los mensajes. Tomo la cartera, la llaves… ?se olvidaba algo? No importaba. !Era tarde! Y salio al mundo gris. No quedaba otra. En los quince minutos que llevaba en el auto, la calefaccion empezaba a surtir efecto. Afuera comenzaba a garuar. Menos mal que se habia quedado con el auto. Total el no lo usaria y para ella era fundamental. Y ahi estaba… El otra vez. ?Cuanto le habia llevado esa manana traer su recuerdo? Menos de una hora. Teniendo en cuenta que se habia quedado dormida, era todo un record. Por lo general pensaba en el apenas abria los ojos y miraba el lado vacio de la cama. Porque ella seguia durmiendo en su mitad. Amanda le decia, con razon, que se le iba a gastar solo una parte de las sabanas, y que durmiera una noche de cada lado. ?Como se le ocurrian esas cosas? Es que Amanda era asi. Todo lo que respectaba a Amanda era divertido, alegre, ameno. ?Como podria? Todavia no hacia un ano que se habia separado (definitivamente, porque habia tenido varias rupturas y reconciliaciones), y su mundo era feliz. No le molestaba cargar de aqui para alla con el pequeno Joaquin, su hijito de cuatro anos. Al menos ella no tenia hijos. O tal vez eso era lo malo… Si tuviera un hijo no se sentiria tan sola, tan vacia, tan… tan fuera de su eje. Estaciono el auto en el parking del edificio central. Su oficina era un anexo y quedaba en la otra cuadra. Mejor asi. Mas tranquilo y acogedor. Amanda la alentaba a que pidiera el pase a una oficina de otro edificio. !Estaba lleno de tipos! Solteros, casados, divorciados. Pero ella no queria un tipo. Ella solo queria a su gran amor para toda la vida. Asi lo habia llamado siempre. Se puso el abrigo, se enrollo la bufanda roja (regalo de Amanda, que siempre queria ponerle un poco de color) y salio al frio matinal. Una cuadra se hacia rapido. Y ella no queria tipos. El olorcito a cafe recien hecho le desperto los sentidos. Ni siquiera paso por su escritorio. Fue directo a la cocina. Ahi se encontro con Karen, de Legales. --?Otra vez te quedaste dormida? --pregunto entre intrigada y preocupada. --Si. --Fue todo lo que recibio por respuesta. --Tranquila, ya lo vas a superar. Es dificil. Lleva tiempo. Le acaricio el brazo derecho y salio de alli con su taza de te de menta. ?Que cuernos podia saber ella? Estaba casada hacia dos meses. Su vida navegaba en un mar de petalos de rosa. Karen, la joven y atractiva Karen. Habia conocido a su esposo en la oficina de conferencias del edificio central. Era uno de los tipos. !Se habia casado con uno de los tipos de Amanda! Bueno, no de Amanda. No creia que Amanda hubiera salido con Pedro (?o era Pablo?). Daba igual. Era uno de los tipos de los que hablaba Amanda, y Karen se lo habia apartado. Tal vez, despues de todo, no fuera tan mala idea mudarse al gran edificio. Su trabajo era independiente, estaba sola en su despacho, y salvo por las reuniones semanales con su jefe, no tenia necesidad de permanecer ahi, en las antiguas oficinas. Pero se sentia a gusto en medio de los viejos anaqueles y las repisas atestadas de libros. Entre esas paredes habia iniciado sus actividades la pequena empresa familiar treinta anos atras, y se habia convertido en una gran compania. Ella habia sido parte de ese crecimiento. No, definitivamente no se mudaria. Y mientras pensaba en ello, se quemaba la lengua con el cafe. Salir a almorzar con su amiga era una de las pocas cosas que la animaban en el ultimo tiempo. Pero habia llegado tarde, y si se tomaba esa hora sagrada, iba a tener que quedarse despues de hora en la oficina. Encima tenia trabajo atrasado. Que mas daba. Nadie la esperaba en casa. Bueno, estaba Pipo. Su gato anaranjado rescatado de la calle. El si que tenia devocion por ella. Era un gatito especial. Pero no iba a morir de hambre. Habia pasado cosas peores antes de conocerla. Se encontraron a la una en punto en el barcito de la esquina. Amanda podia tener muchos defectos, pero la impuntualidad no era uno de ellos. Siempre llegaba a horario a todos lados, ya fuera a una reunion de trabajo, a una fiesta o a la cita con el dentista. Tendria que hacerle confesar el secreto. Ella, por mas que se lo propusiera, nunca lograba llegar a la hora convenida. Por eso, cuando se encontraron en el horario establecido, Amanda la beso y la abrazo como si fuera su cumpleanos. --!Epa! No exageremos --contesto Lola al efusivo saludo. --Algo te pasa. Definitivamente tenes alguna enfermedad, de esas bien raras. --Deja de decir pavadas, queres. Tenia que salir de la oficina. No aguantaba mas. --Otra vez lo mismo --asevero Amanda arqueando las cejas. --Si. ?Que puedo hacer? No lo controlo. Desde que habia sucedido la circunstancia, como solia llamarla, los episodios se repetian. Falta de aire, sofocacion, jaqueca. Todas juntas y de repente. No lo podia manejar. --Ataque de panico. Eso es lo que tenes. Lo busque en Internet --dijo Amanda categoricamente. --Callate. Ataque de panico es otra cosa. Son nervios, nada mas. Estando aca con vos se me pasa. -
Y no a un metro de distancia de Marta Frances
https://gigalibros.com/y-no-a-un-metro-de-distancia.htmlHoy esta nublado. Ha llovido casi toda la noche y mi balcon esta mojado. Genial. Ni siquiera voy a poder salir, aunque... pensandolo mejor... !Que narices! Que estamos en cuarentena, que vivo solo y que me importa un pepino mojarme los zapatos. Mejor dicho, las zapatillas de estar por casa. Asi que abro y salgo al exterior con la taza de cafe entre las manos. Mi primera reaccion, como en dias anteriores, es cerrar los ojos y aspirar fuerte, dejar que el frio de esta manana impacte en mi rostro y me reconforte. Esto es duro, mas de lo que crei al principio, cuando no me tomaba la situacion del todo en serio. Hoy, quinto dia de confinamiento, agradezco cualquier brisa, rayo de sol o gota de lluvia en mi piel. Como echo de menos salir a la calle, pasear, a mi madre, a mis amigos... mi libertad. Suspiro tan fuerte que creo que alguien me ha oido porque escucho una risita sofocada que viene de algun lugar cercano. Me asomo al balcon, mojandome la sudadera con el agua de la barandilla, y entonces la veo. Esta en el edificio de enfrente, dos pisos mas abajo. Vivo en un cuarto, ella en el segundo, segun confirmo contando las ventanas. No la habia visto nunca, aunque eso no es relevante porque, hasta estos dias, no conocia ni a la mitad de mi vecindario. Esto esta cambiado ahora que nos asomamos a los balcones cada dos por tres a tomar el aire, a aplaudir o a escuchar a algun atrevido cantar o tocar un instrumento. Ya se que a mi lado vive una pareja mayor muy simpatica, que debajo hay una familia con dos ninos pequenos y encima un senor de unos cincuenta anos que es profesor. Los del edificio de enfrente no los tengo tan controlados, me suenan las caras, pero nada mas. En cambio, ella... Si la hubiera visto antes lo recordaria. Tiene el pelo rubio, recogido en un mono despreocupado del que se desprenden algunos mechones. No se de que color son sus ojos, tampoco el tamano de su nariz, pero veo su sonrisa y es tan bonita que ilumina esta languida manana. Va vestida con unas mallas negras y una sudadera holgada de color rojo. Madre mia, ?donde has estado toda mi cuarentena? --Hola. Su voz me despierta del trance en el que me he sumido para darme cuenta de que llevo un rato mirandola sin decir nada, tiempo en el que ella no ha dejado de sonreir y de observarme. Joder, esto del encierro esta afectandome a la cabeza, ya todo lo que tengo delante me parece estar viendolo en Netflix, y no, ahora mismo no estoy viendo la tele, estoy mirandola a ella. Y haciendo el ridiculo. --Hola --respondo lo mas serio que puedo, tratando que no note mi especie de cuelgue de hace unos segundos. --?Como lo llevas? --Tirandillo. ?Y tu? --Ahi vamos. Esto es chungo, ?verdad? --Y que lo digas. ?Vives sola? De repente me doy cuenta de que esa pregunta puede no ser muy apropiada y corro a enmendar mi error. --A ver, que no es por interrogarte ni quiero que te sientas incomoda, no tienes que responder si no te apetece. Solo es que me aburro, estamos encerrados, vivo solo, no se que hacer la mitad del dia, me he visto todas las series que me interesaban en Netflix y... --Su expresion divertida hace que guarde silencio un instante. Me rasco la nuca y sonrio--. Hablo demasiado. Perdona. --No pasa nada, agradezco la charla. --Suelta una risita--. Aunque tengo que dejarte. Mi madre quiere que juguemos una partida de Trivial. --?Tan temprano? --Son las diez. No es temprano. Nota mental: chica madrugadora, tenerlo en cuenta. --Vale, que disfrutes la partida. --Gracias. Que disfrutes... --La cuarentena. Hace una mueca y se encoge de hombros. --Hagamos lo que podamos. Se despide con la mano y desaparece de mi campo de vision. Yo permanezco un rato mas en la misma posicion, mirando su balcon, observando las macetas de flores que lo adornan y, no se, esperando que vuelva a aparecer o algo asi. No lo hace, por supuesto, pero tardo un par de minutos en ser consciente de ello y entrar en casa. El dia pasa lento, para variar. Despues de terminar mi trabajo de hoy (teletrabajo) intento llenar las horas libres con series, una pelicula, haciendo algo de ejercicio, comiendo mas de la cuenta y conversando por WhatsApp con amigos y familiares a los que echo de menos mas de lo que pensaba. Pero cada cierto tiempo (varias veces a lo largo del dia, para ser sincero), salgo al balcon y miro abajo, buscandola, esperando encontrarla ahi, asomada, con esa sonrisa que se ha colado en mis pensamientos sin pedir permiso. Son casi las ocho, uno de los momentos mas esperados del dia. ?Que que hago? Salir al balcon. Innovador, ?verdad? Dada la situacion hay poco mas que poder hacer, y desde que a alguien en Italia se le ocurrio que salir a aplaudir a los sanitarios que estan haciendolo todo por nosotros en esta crisis todos hemos adoptado esa actividad como una mas en nuestro dia a dia. Y ha sido asi como he conocido a mis vecinos, coincidiendo con ellos a esta hora. Saludo a Tomas y Mari, que ya estan en sus puestos, justo a mi derecha. --?Que tal el dia, Marcos? --Uno mas casi pasado, Tomas. ?Que tal vosotros? --Mari ha hecho croquetas, te ha guardado unas pocas. --?En serio? Ella entra al piso y me quedo unos segundos mirando al cielo, sorprendido. --Nuestro hijo vive en Madrid --susurra Tomas--. Mi mujer esta muy preocupada por el. Sara, mi nuera, es enfermera en el Ramon y Cajal. No dice nada mas. No hace falta. Comprendo lo que deben sentir, y eso que yo no tengo a nadie en esa misma situacion. La persona que mas me preocupa es mi abuela, que vive en una residencia de ancianos, aunque esta en el pueblo, y eso, no se por que, me da mayor seguridad. Aqui, en la ciudad, parece que la cosa esta mas complicada que en lugares pequenos. Mari regresa en este momento y se asoma para darme un tuper. Lleva guantes de plastico. Ve que los miro y se encoge de hombros. --Por si acaso. Sonrio y asiento con la cabeza, cojo el tuper y lo dejo sobre la pequena mesa blanca de plastico que ocupa casi todo mi balcon. --Muchas gracias, Mari. No era necesario, pero te lo agradezco. --Tenemos que cuidarnos los unos a los otros. Vuelvo a sonreirle porque tiene razon. Nos asomamos al escuchar la voz que viene de arriba. La cabeza de Leo nos sonrie e intercambiamos varias frases contando que hemos hecho hoy. Llega un momento en que mi mirada vaga por el edificio de enfrente. Hace un buen rato que queria hacerlo, buscarla, volver a verla. Y ahi esta, conversando con la que deduzco es su madre. Lleva la misma ropa que esta manana y esta igual de bonita. Desconecto de la conversacion con mis vecinos y me centro en ella, en como mueve las manos, en como sonrie, en el leve movimiento de los mechones sueltos de su cabello... Me quedo embobado. De repente los aplausos interrumpen mi tonteria. Ya son las ocho en punto y, como cada dia, nos sumamos a esta iniciativa, nos asomamos un poco al exterior y aplaudimos para agradecer a todos los que nos cuidan la labor que desempenan. Yo no solo aplaudo a los sanitarios, dentro de mi agradecimiento tambien hay un hueco enorme para cajeras y dependientes de cualquiera de las tiendas y establecimientos que nos abastecen estos dias. Desvio la mirada hacia abajo para descubrir que me esta mirando. Sus labios se curvan en una sonrisa y deja de aplaudir para saludarme con la mano. Le respondo igual. Ahora mismo me gustaria tenerla delante, frente a mi. Y no a un metro de distancia. Me gustaria estar sentado a su lado en una terraza, sonriendo mientras nos contamos anecdotas, riendo por tonterias y disfrutando de una cerveza fresquita. Me gustaria llevarla a cenar a algun sitio, a bailar despues y, quien sabe, puede que me atreviera a susurrarle algo al oido que la hiciera reir, que acariciara su brazo con delicadeza y despues fuera tan osado como para tocar su boca... Dios mio. El confinamiento esta siendo demasiado para mi. Todo esto por una chica que no conozco. !Ni siquiera se su nombre! --Ey. Me sobresalto y miro hacia abajo. Esta alli, mirandome, sonriendo de nuevo. --Sigues ahi --susurra. Vale, llevo un buen rato plantado en el balcon. Los vecinos ya se han metido en sus casas pero yo no. La verdad es que no se por que, pero siento cierta frustracion que me ha obligado a quedarme tomando el aire un poco mas. ?Que que frustracion? La de querer y no poder. --Necesitaba aire --miento a medias mientras apoyo los brazos en la barandilla--. ?Y tu? ?Cual es tu excusa? Me muestra un cigarrillo. --Joder, me muero por fumarme uno --admito. --?No tienes? --La cosa es que no fumo. Se echa a reir y mi corazon vibra de forma inesperada. Sonrio antes de explicarme. --Lo deje hace anos, pero ahora, con toda esta situacion, me fumaria un cigarro super a gusto. Suspiro y ella desaparece del balcon. ?Que ha pasado? ?Que he dicho? Pasan un par de minutos, me dan ganas de meterme en casa aunque no lo hago. Permanezco aqui, mirando su balcon y deseando muy fuerte que regrese. Vuelve de repente. Parece acalorada, con una determinacion que no comprendo que la hace moverse con seguridad por su balcon. No se que lleva en la mano. La veo dar dos pasos atras y coger carrerilla, lanza algo que choca contra la pared del piso de abajo y cae al vacio. Los dos nos asomamos para verlo en medio de la acera. --?Que haces? --pregunto confuso. --Era una prueba. Ahora va el de verdad. Atento, por si tienes que cogerlo al vuelo.
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Alfas de Jorge Borges
https://gigalibros.com/alfas.htmlLa Montana: Boxeador, Mafioso y Amante
Roberto Montana.
"Montana" para los Amigos.
Ex-boxeador profesional.
Hoy, boxeador de los suburbios. -
La familia y otros lios de Marian Keyes
https://gigalibros.com/la-familia-y-otros-lios.htmlLa nueva novela de la inimitable Marian Keyes.
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El pacto Churchill – Hitler de Carlos De Napoli
https://gigalibros.com/el-pacto-churchill-8211-hitler.html -
Al pie de la Muralla de Begona Pro Uriarte
https://gigalibros.com/al-pie-de-la-muralla.htmlFui arrancado con sana de la inocencia de la ninez. Los banelatus robaron mis juegos infantiles y aniquilaron a mis parientes y amigos, obligandome a presenciar su exterminio. Decidieron robarme mi vida para jugar con ella. Me crie entre seres sin sentimientos, que aunque de aspecto semejante al nuestro, carecen de alma y, simplemente, buscan el modo de aniquilar a una raza que creen inferior. Lo hacen a base de herirnos una y otra vez con el fuego de sus mentes. Creci en Bankada, la ciudad mas importante del supremio banelatu del oeste, y juro que cada dia alli fue una batalla continua en la que todos queriamos morir. Pero ellos se empenaban en sanarnos una y otra vez para volver a intentar matarnos al dia siguiente. Hasta que una vez lo consiguieron; me mataron.
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Tu regalo soy yo de Jenny Del
https://gigalibros.com/tu-regalo-soy-yo.htmlLlevaba tan solo un mes trabajando en aquel hotel y una cosa tenia clara; en el pasado debi ser dominicano, porque fue llegar a el y sentir que yo pertenecia a aquel lugar, desde siempre. Por razones que no me apetece reproducir, al ser demasiado dolorosas, en Espana apenas me quedaba un reducido punado de parientes, ninguno de ellos demasiado cercanos, por lo que podria decirse que carecia de raices y que, por tanto, no sabia donde "poner el huevo". Un buen dia, mi amigo Borja, que ya intuireis que con ese nombre era mas pijo que hecho de encargo, me hablo de la posibilidad de irnos a trabajar a un hotel a Republica Dominicana. Bueno, creo que ante todo no estaria mal que me presentase. Me llamo Aitor y en ese momento contaba con veinticinco anos, sin rima, por favor. Borja y yo no hacia demasiado que acabamos la carrera de Turismo y, aunque a el le iba mejor porque entro a trabajar en una empresa del sector con su padre, le apetecia cambiar de aires y salir de debajo del ala paterna. En cuanto a mi, que compatibilizaba el trabajo que me iba saliendo por aqui y por alla con mi pasion, la de ser escritor de novela romantica, la suya me parecio, en principio, una idea un tanto extravagante. No obstante, con el paso de los dias, me lo comence a plantear como una posibilidad real y vine a decirme mas o menos eso de "?quien dijo miedo?". --?Tu lo ves viable? --le pregunte, asi como una semana despues. --?Tu crees que si no lo viera me meteria en semejante movida? Ya te he dicho que mi padre tiene amistad con Cristopher, el director del hotel al que iriamos. --Se me olvidaba que siempre has sido un enchufado y que siempre lo seras, jodido. --Y a mi se me olvidaba que tu eres un cagado, Aitorcito. --Mira, guaperas de playa, a mi no me toques la moral que a dia de hoy no ha nacido quien me de miedo. --Eso esta bien, porque tambien se viene con nosotros Samuel--me anuncio. --?Samuel? No puedes estar hablando en serio, que te gusta quedarte conmigo. --Si, si, me encanta, pero aparte Samuel se viene con nosotros. --?No es una trola? Venga ya, sabes que no es mal tio pero que tiene... --Una fijacion contigo, ?y? ?Que temes? El chaval no puede evitar haberse enamorado, Aitor, reconoce que estas en racha y has atraido tambien a Samuel. --Vaya, hombre, que suerte la mia. Pero solo me ire con vosotros si me prometes que te haras cargo de el. --Claro, hombre, ?quieres que le ponga tambien un bozal? Y a ver si luego vamos a comprarle la correa, del color que el senor Aitor quiera, no sea que haya mosqueo. Asi comenzo nuestra aventura dominicana, con la Navidad a la vuelta de la esquina. Una aventura que no abordariamos los tres solos, no, porque Borja tenia un corazon muy pijo, si, pero que no le cabia en el pecho y se llevo tambien a Mercedes, una amiga nuestra, super buena gente, pero pava como ella sola y a su antitesis, Elizabeth. Elizabeth, al contrario que Mercedes, era un torbellino que se jactaba de serlo, divertida al maximo y con la que no nos faltaria diversion. Ademas, bailaba salsa que era una locura y, desde el mismo momento en el que supo que nos marchabamos, no dejo de enviarnos videos con "tutoriales" grabados por ella para que nos fueramos poniendo al dia. --Para que no os tomen por tres pavisosos y tengais la oportunidad de ligar tambien--nos solia decir en la confianza de que ella lo haria tan pronto como aterrizara. Un mes, un solo mes y nuestras previsiones se habian cumplido y mejorado. --Aitor, un coctel de esos azul y rosa como el que me pusiste anoche--me pidio Sebas, un espanol que llevaba alli un par de dias y con el que ya me habia hartado de hablar la noche anterior. --Un momento, un momento, ?azul y rosa dices? Metele algun color mas y sera un unicornio con el cuerno de colores, ?no te habras equivocado? --Que va, si me lo pusiste asi anoche, tio. --?A que hora? Porque despues de la tercera copa, todos los gatos son pardos. --Chato, ?eso fue antes o despues de que me pegaras a mi el repaso? Porque lo mismo es que despues de eso ya viste la vida en colores--Le guino el ojo Elizabeth a Sebas. --Tia, tu no vas a dejar titere con cabeza--le dije negando porque no habia un tio que estuviera bien con el que ella no acabase en el catre. --Espera, espera, ?y me lo estas diciendo tu? Porque bien que nos vendiste que antes eras un tanto timidin y tal, pero eso debio ser en otra vida, no vea si te has desmelenado. --No te voy a negar que Punta Cana me ha sentado muy bien, guapa, tienes razon--Le di una palmada en el culo porque teniamos mucha confianza y al final es lo que pasa. --Oye, estoy pensando que, dado que tu y yo hemos catado a la mitad del personal que transita por aqui, podrias pasarte esta noche por mi habitacion para intercambiar impresiones--me propuso. No era la primera vez que la quimica saltaba entre nosotros, lo que ocurre es que hasta ese momento ninguno de los dos se lo habia propuesto abiertamente al otro. --Pues no te digo yo que no, luego tratamos de hacer el cambio. --No, si aqui el unico que no echa un polvo es Samuel, que ese pobre esta gafado--Hablo de el mismo en tercera persona y vimos que estaba peluson. --Pero esta noche te mandamos a Merceditas para que te de chachara--le propuse. --?A Merceditas? Esa mosquita muerta me pone de los nervios y lo sabes. --No seas malo, que ella es muy buena gente, solo que le falta... --Un hervor, eso es lo que le falta a la pan sin sal esa, y me pone de los nervios, ?por que no te quedas tu a darme palique, Aitor? --Porque eso no es lo que tu quieres que te de y lo sabes. No me hagas hablar. --Ay, nino, si supieras lo que te estas perdiendo, yo podria llevarte a universos que ni imaginas. --Mira, Samuel, algo si que me imagino, ?por que no vas a tirarle fichas a Rafael? Yo creo que con el tendrias mas posibilidades, pero que muchas mas. Rafael era otro companero nuestro, gay, dominicano, musculado, con una parla increible y una marcha en el cuerpo de no te menees. El era animador y bailaba de locura, por lo que era habitual el pillar a Samuel mirandolo embobado. --Claro, montones de posibilidades tendre con el, ?no ves que el tio no tiene con quien ligar? Dios mio, si se lo tirarian todas las mujeres de la sala y la mayoria de los maromos tambien. --Para el carro, Samuel, que yo no me lo tiraria--le comente. --Pero eso es porque tu has llegado a esta isla con prejuicios, nino, solo por eso. --?Yo con prejuicios? Venga ya. --Pues eso, que se te debe abrir la mente ya. --Como si fuera la mente lo que tu aspiras a abrirme. Mira, te mando luego a Merceditas y no se hable mas. --?Que le pasa a Merceditas? --Llego ella de servir mesas con cara de pocos amigos. --Que esta noche duermes con los chicos--le ordeno Elizabeth. --?Y eso por que? --Porque Aitor y yo tenemos jarana. Es eso o te unes, tu eliges--Ya sabia la bocachancla de Elizabeth que con ese comentario la estaba escandalizando. --?Unirme? Sois unos guarros, es que sois todos unos guarros. La teniamos frita, a que negarlo. La pobre tenia muy poquito animo, pese a ser una chica guapisima que llamaba la atencion; pelirroja, alta, con unos ojos claros de esos que parecen dos faros... --?Que te ha pasado ahora, corazon? --resoplo Samuel, sabiendola apurada. --Aquel grupo, ?lo ves? Pues que los tios esos se han pensado que todo el monte es oregano y uno de ellos me ha dado un pellizco en el culo. --?Y? Aitor acaba de darme una palmada en el mio y yo estoy encantada. --Elizabeth, no compares--le dije porque tenia cosas de bombero retirado. --?Y eso por que? A mi me has puesto to perra, te lo advierto desde ya. --Pues a mi me han puesto de un humor de perros, que es parecido, pero no igual. Yo voy a decir que me metan en oficinas y ya, paso de estar aqui con todos estos, que van mas salidos que el pico de una plancha. Ay, ya me esta dando el mareo... --Nina, ni se te ocurra darnos un susto, ?eh? Mercedes tenia esa peculiaridad, que cuando estaba demasiado agobiada, no podia respirar y terminaba en el suelo. --!Ayuda! --pedi y en esas que llegaba Borja. --Merceditas, ?otra vez llamando la atencion? Mira que me vas a obligar a hacerte el boca y boca y lo mismo lo graba alguien y se hace viral. --?Que dices? Quita, quita, que ya estoy mejor. --Oye, tio, tu si que la entiendes--le dije a Borja. --Es que, ahi donde la ves, la tengo en el bote. --?Si? Pero si no me habia dado cuenta, mira es que yo creo que veo a Merceditas como un ser asexual, como los angeles, vaya. --Chaval, todavia te falta recorrido, la tengo comiendo en la palma de mi mano, pero la estoy dejando a su aire porque a mi me gusta otra. --Joder, pues ni cuenta me habia dado, claro que con el ritmo que llevamos tampoco es para percatarse de nada. --Sobre todo tu, que no paras de triunfar. Esta noche, ?cual? --Esta noche Elizabeth, se me acaba de poner a tiro. --Venga ya, pero si yo lo he intentado un par de veces y no me ha seguido el rollo. --Pues a mi me ha bastado con darle una palmadita en el trasero, guaperas, lo mismo tus metodos no son tan efectivos como tu crees. --Ay, yo moriria por darle una palmada en el trasero a Rafael--suspiro Samuel mientras lo veia bailar. --Pues olvidate, que me han dicho que esta liado con Cristopher--le comento Merceditas. --?Que dices, nina? A ti te dan los mareos esos y ya estas inventando, ?como va a ser eso? --?Y por que no? Cristopher esta que cruje--intervino Elizabeth. --A lo mejor prefieres irte con el--le sugeri. --Aitor, no te pongas celoso que seria ya lo que me faltase por ver, hay que reconocer que el tio esta buenisimo. --Si, tiene cuarenta y cinco tacos, pero a mi me parece un galan de esos del tipo de George Clooney--suspiro Merceditas. --Un viejo, es un viejo, ?como va a estar con Rafael? --Samuel no daba credito, estaba indignado. --!Que no es ningun viejo! --le aclararon las dos chicas a la vez, porque Cristopher seguia teniendo una planta impresionante. --Que me dejeis, que me estais agobiando, eso te lo has inventado tu para hacerme sufrir, mosquita muerta--le solto a Merceditas. --?Como me has llamado? Mira, tu, no te vayas a creer que no se defenderme porque todavia te canto las cuarenta y de lo que te entra te... --Perdona, si es que tienes razon, el problema es que no me entra nada--Se echo las manos a la cabeza y yo tambien. --Mira que emprenderla con Merceditas, tio, ya te vale... --Si es que la abstinencia es muy mala, Aitor. Tu no lo sabes porque estas que te sales, pero que te digo que, de esta, palmo. --Ya sera menos, Samuel, ya sera menos. --?Y tu no podrias hacerme un favor, aunque fuera solo uno chiquitito? Una cosita rapida, lo que viene siendo de toda la vida de Dios, un alivio... --Samuel, estoy intentando tener paciencia, pero no se cuanto me durara. Mira, aqui viene Borja, pideselo a el. --?Que me tiene que pedir? --Borja era el unico de nosotros que no ponia copas porque el se encargaba de dar clases de surf durante el dia, mientras que el resto lo mismo las poniamos en cualquiera de los locales nocturnos que en el chiringuito de la piscina durante el dia. --Un favor chiquitito, que estoy muy falto. --Tio, ?me quieres dejar en paz? Buscate la vida, pues anda que no hay tios buenos aqui por metro cuadrado. Y, ademas, la costumbre es que le tires los trastos a Aitor, ?a que viene ahora esto? --Gracias por la parte que me toca, con colegas asi no me hacen falta enemigos--le dije mientras miraba a un monumento de orondas caderas que avanzaba hacia mi. Capitulo 2 Para caderas tambien las de Elizabeth. Yo ya me habia fijado en ellas muchas veces, pero no es lo mismo ver algo que tenerlo entre tus manos, como yo lo tenia en ese momento. --Que caderas, que caderas tienes... --Si es que a veces uno no se fija en lo que tiene al lado, atontado, que eres un atontado. --?Y quien te dice a ti que yo no me habia fijado? --Pues razon no te falta, pero como no te lanzabas... Aunque tambien es verdad que ni tiempo te ha dado, vas a una por noche. --Como que tu te las pasas rezando el rosario, venga ya... Estabamos desmadrados, lo cierto era que lo estabamos. Al menos nosotros dos y Borja, a quien tampoco le falaba compania. Lo de los otros dos era harina de otro costal... Terminamos de quitarnos la ropa y comenzamos a comernos la boca como si no hubiera un manana. Elizabeth era pura fogosidad y yo me habia imaginado mas de una vez que estar con ella debia ser poco menos que explosivo. --Alucinante, es que es alucinante. --Mi buen dinero que me costaron, no te vayas a creer que estas cayeron del cielo... Le miraba aquel par de buenas razones que tenia en la delantera y resoplaba. --Pues que trabajo mas bien hecho... Comence a lamerla mientras ella, completamente desnuda ya, cabalgaba sobre mi muslo, al que amenazaba con derretir. Sus jadeos no se hicieron esperar. Tan pronto yo saque a pasear mi lengua y su sexo se acoplo en ese muslo que nadie habia rozado asi hasta la fecha, jadeo incesantemente, con tal intensidad que temi que nos llamaran la atencion. --Eres una escandalosilla--Le puse mi mano en la boca y ella comenzo a mordisquearla.
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Los drusos de Belgrado de Rabee Jaber
https://gigalibros.com/los-drusos-de-belgrado.htmlEn 1860, el Imperio otomano dominaba todo el Mediterraneo oriental, desde Tunez hasta Bosnia. Los pueblos musulmanes y cristianos de uno y otro lado del Bosforo convivian bajo un mismo e insostenible poder, que pronto llegaria a su fin.
Una manana de ese ano, Hanna Yaqub, un joven cristiano vendedor de huevos de Beirut, se despide de su esposa y de su hija, para salir a recorrer la ciudad con su cesta. -
Pelillos Al Cafe de Goya Red Summer
https://gigalibros.com/pelillos-al-cafe.htmlTodo empezo cuando rasure la barba de mi abuelo. No le corte ni una sola vez. Jamas me hubiese perdonado que manchara de sangre su camisa nueva. Nada de lo que te cuente tiene importancia si decir que mi abuela acababa de morir. Ibamos a su funeral. Las palabras de mi abuelo fueron: No voy a despedirme de mi senora con estas pintas de hippie desarrapado. Por supuesto que no, abuelo. Le deje hecho un pincel. Me opuse, claro que me opuse. Mientras el resto de la familia se vestia como se supone que te debes vestir en ocasiones como estas, yo estaba sentada frente a un taco de folios blancos. Ahi me quede, a la espera de que en un momento de derrota y despedida, las palabras brotaran de mis tripas, recorrieran cada una de mis venas y los dedos las tradujeran a ritmo moderado un particular adios. No voy a enganarte, queria arrancar las lagrimas de mi familia, demostrar que bajo la fachada sobria en la que se enfrascaban a diario, habia algo de humanidad en ellos. Pero nada de eso paso. Me quede en silencio en mi cuarto, vi el amanecer, me di una ducha, me tome un cafe mirando viejos albumes, repase notas que tenia en viejos cuadernos cubiertos de polvo en las estanterias de arriba y retome el blanco de las hojas vacias de nuevo. Eche a llorar. Cuando se me secaron las mejillas sali al pasillo y mi abuelo me tendio la emboscada mas grande de su vida. Llevaba la camisa desabrochada, una camiseta de algodon ridiculamente estrecha por debajo y el pelo revuelto. --He engordado un poco --me dijo con cara de asombro--. Ayudame, Gaia, por favor. --!Todavia asi! Mama te mata. Mi madre era, y es, un ser complicado. Coge la primera revista de moda que encuentres. Mira la contraportada. Asi es mi madre. Altiva, engreida, petulante. Bueno, la clase de madre que no quiere una hija como yo, pero si unos hijos como mis hermanos. Que orgullosa estaba de ellos. Luca y Leon, valientes megalomanos. Dos anos mas pequenos que yo pero con el mismo ego que un octogenario que haya superado once operaciones a corazon abierto. Iban por la vida con la intencion de aparentar que lo sabian todo, pero nada mas lejos de la realidad. De los dos, Leon era el mas espabilado y, sin saber a dia de hoy si tiene algo que ver o no, peor persona. Luca era corto. No bobalicon o inocente, no: corto. Joder, los tres nos habiamos tragado todo el cine italiano del siglo XX, habiamos leido a Nietzsche, a Schopenhauer, a Maquiavelo y montamos lo suficiente a caballo de pequenos para tener conciencia de disciplina. No parecia tonto despues de haber hecho todo eso, pero un dia me dijo que era mucha casualidad que el agua se congelase a cero grados centigrados e hirviera a los cien. Leon le dio con el codo en las costillas sin decirle nada. Yo puse los ojos en blanco. --Tu madre esta en la peluqueria --se justifico mi abuelo. --Y tu deberias haber ido con ella --pense en alto mirandole el pelo. Dio media vuelta y se metio en su cuarto. Se lamio la mano y trato de peinarse el remolino que se le formaba en la frente. Con el gris oscuro de sus canas perecia un huracan furioso. Furioso porque su sirena se habia ido, furiosos porque no la volveria a ver en mucho tiempo, furioso porque aun no la habia llorado todo lo que tenia que llorarle. --No voy a despedirme de mi senora con estas pintas de hippie desarrapado --como os dije, dijo--. Ven. Mi abuelo era, y es, peculiar. En el pecho llevaba el tatuaje de una virgen que se hizo, naturalmente, antes de conocer a mi abuela y sentar la cabeza. Aun asi siempre juro que era ella a la que llevaba retratada, y lo decia tan convencido, que el tatuaje lo disfrazamos de premonicion y destino para justificar que decia la verdad. Tenia un tono azulado que se confundia sus las venas de pecho palido y angosto. Formaban parte el uno del otro, siempre lo pense asi. Le segui. Lo hice porque no sabia, ni se me paso por la mente, lo que me pediria. --Me gusta la raya al lado. Y no me quites las patillas, me hacen mas esbelto -dijo estirando el cuello mientras observaba su perfil en el espejo --?Lo ves? Si la abuela estuviese aqui te pagaria porque me las quitaras. Nunca quiso que fuese muy guapo, por si me robaban, ?sabes como te digo? Juntos hasta la muerte --susurro con la mano en el pecho. Grave y arenosa, asi sono su voz. Tan convencido como de que mi abuela estaba en el dibujo de su pecho como de que yo podria ayudarle. --Claro. Pero, ?quieres que te corte y todo? --Por favor, no. --Si. El pelo crece, la vida acaba. Fui a buscar las tijeras buenas al bano de mi madre. Olia a una mezcla pomposa y desagradable de los mejores perfumes de mis hermanos. Cedro y sandalo. Violeta y mimosa. Se habian banado en esencias extravagantes para enfundarse en prendas oscuras, nuevas y almidonadas. Apostaria mi mano derecha a que ensayaron el apreton de manos que darian a los asistentes en la iglesia. Eran unos capullos. Tengo que ser adoptada, seguro. Apoyado en la jamba, Luca me hablo: --?Sabe mama que le estas cogiendo las tijeras? --Si, le he llamado para pedirle permiso --dije. Cuando hablo con ellos de verdad espero que me entiendan, pero no suelen hacerlo a menudo. Evidentemente, no la habia llamado. La ironia y Luca aun no tenian el placer de conocerse. --Bien --como si mi hermano pequeno fuese mi instructor en la vida--. ?Quieres estar guapa para Abigail? --No puede venir. --?Y eso? --pregunto llevandose las manos a los bolsillos. --Tiene trabajo --dije. Respire hondo --Mira, Luca, de verdad. No me apetece darte explicaciones de nada. Abbie trabajaba tanto que, si ganase el minimo por hora establecido por la ley, tendria un par de casas a su nombre y tres coches en la puerta. Sin embargo, Abbie y yo viviamos en un sexto sin ascensor, minusculo y tendiamos la ropa en radiadores electricos. Su jefe era un tirano. Leon algun dia seria como el. --Es tu amiga, deberia venir a algo como esto --para mi sorpresa, coincidia con lo que intentaba decirme. --Es mi novia, no mi amiga. Pero, si, deberia venir. No se, Luca. Es el menor de mis problemas ahora mismo. La abuela ha muerto, todo lo demas me da un poco igual, la verdad. Luca se fue con una sonrisa ironica en la cara. Cuando se reia le florecia un maldito hoyuelo en su mejilla. Los gemelos no eran de reirse a carcajadas, pero siempre llevaban una sonrisa picarona que habian mejorado con el paso del tiempo y el hoyuelo les delataba. Era imperceptible para el resto de la especie. Para mi sus intenciones se hacian evidentes bajo esa marca. Abbie no fue bienvenida nunca. Hoy tampoco. Aun asi esa falsa modestia heredada de mi madre les hacia parecer encantadores. Nada mas lejos de la realidad, eran unos capullos, sobre todo Leon. Cuando llegue al cuarto de invitados, mi abuelo ya se habia colocado una toalla sobre los hombros. La habia anudado torpemente y se habia dejado un hueco considerable entre el cuello y la espalda. Hasta la crin mas gruesa de caballo entraria por ahi. Trate de colocarselo mejor sin hacerle parecer un desastre. Sonrio. --A tu abuela le va a encantar. --Estoy segura de que si. Una taza de agua basto. Fui metiendo la yema de los dedos en ella y dejando caer las gotas en su cabeza. Una de ellas resbalo por la frente se mi abuelo hasta su nariz. La respiracion pausada pero profunda la hizo desaparecer. Se descompuso con la exhalacion de mi abuelo y seguramente cayeron centenas de micro esferas a su regazo. Una explosion de moleculas. Le moje el pelo. El agua estaba tibia y oscurecia aun mas las canas de mi abuelo. La raya al lado, como el me pidio. Hasta ahora no me habia dado cuenta de lo gratificante que era cortar el pelo a alguien. Era como deshacerse del pasado para siempre. Todo lo contrario al apego; cortar, retirar, barrer. Era liberarse. Mi abuelo tuvo muchos demonios en su vida y yo los estaba mutilando. No le recuerdo fuera de casa hasta este dia. Por foto le habia visto hasta bailar, pero mi abuela enfermo antes de que yo naciera y, segun me contaron, desde entonces que el no bailaba. Cuando mi abuela salio del hospital para marchitarse poco a poco en su propia casa, mi abuelo agarro del reposabrazos una de las butacas de su salon. A pulso. Solo. Retiro su mesilla de noche y coloco el que seria su nuevo asiento favorito. Cuando se cansaba de estar sentado, daba paseos por el cuarto o se tumbaba boca abajo en los pies de la cama. Era enorme, mi abuela no llegaba con los pies al final del colchon. A veces se quedaba dormido ahi, como un gato. Custodiaba los suenos de mi abuela. Paso asi treinta de sus setenta y nueve anos. --Te voy a peinar ya, ?vale? --Espera --me dijo--. Busca en mi bolsa el neceser y traemelo. Es azul. Un neceser azul. --?Este? --Si, ese. El azul, el azul. Trae. La maleta de mi abuelo era un escaparate variopinto. Debajo de sus camisas y sus pantalones de pinzas, tenia una decena de libros antiquisimos, una brujula y un mapa de carretera descolorido. Yo suponia que se quedaria bastante tiempo en casa de mi madre, despues de todo ocupar de nuevo ese sillon en una habitacion vacia no seria el hogar que hubiese deseado para el, pero la casa no era tan grande como para usar brujula. Ah, abuelo, que magicos estos artilugios tuyos. Abrio el neceser y saco una brocha, un frasco y una cuchilla. --?Me afeitas? Sobre todo el cuello y la nuca, que eso ya solo no puedo. !Ah! Y cuidado con el bigote --me dijo el adorable caradura. --No voy a afeitarte. No. --?Crees que te lo pediria si pudiera hacerlo yo? Vamos... Soy un viejo que ya no vale para nada --esas palabras no se las creia ni el. Era un chantaje en toda regla al que acabaria cediendo. --No. Lo hice. Por supuesto que lo hice. Mi abuelo tenia una piel agrietada. No, no es esa la palabra. No eran grietas, eran rias. Lo se porque cuando rasuraba su cuello le broto una lagrima que recorrio su mejilla por un canal que antes yacia seco. El mar eran sus ojos, salados, llenos de despedida y de recuerdos. Como brillaban; tanto como la cuchilla que acariciaba su cara descabezando el trigo plateado que emergia de el. Era un hombre gris, mi abuelo. Ese dia lo era. Sin ella que matices le esperaban. --Bien al ras, Gaia. No quiero nada de ayer en mi. No le deje nada de ayer en el. Supongo que en la ducha froto hasta hacerse dano en la piel porque no soportaba el terrible peso de una sola fibra que llevase el nombre de mi abuela. Cuando acabe no dijo nada. El se miro al espejo, irreconocible. Tanteo sus patillas, encendio el grifo y se echo agua fresca en la cara. Se seco con la toalla de sus hombros, la sacudio y la dejo perfectamente doblada encima del lavabo. Hasta la cena familiar de esa noche, no hablo. --!Por la abuela! --dijo levantando su copa e incorporandose torpemente mientras recolocaba su cinturon. Yo, por supuesto, agarre mi copa y observe que nadie mas lo hacia. En un acto de solidaridad, me levante. Ahi estabamos, uno frente al otro, tratando de arrancar a esa panda de insensibles un acto de conmemoracion y respeto. Y de amor, sobre todo de amor. --Por la abuela --mire a mis hermanos furiosa. --Por la abuela --susurro Luca levantandose. Leon se le quedo mirando con un codo por encima del respaldo de su silla. Mi madre se froto las manos y suspiro mientras cogia su copa y la alzaba. --Por mama --dijo. --Levantate, Leon --le ordeno. Cuando mis hermanos nacieron yo ya tenia cinco anos y habia disfrutado algo mas de la abuela. Ellos, sin embargo, el recuerdo mas lejano que tienen es de cuando ya no podia levantarse y se orinaba encima. El beso de saludo y el beso de despedida se les obligo siempre, pero mientras yo ya empezaba a tener conciencia de las cosas y me quedaba leyendo a su lado, ellos correteaban por el pasillo y la terraza sin acercarse mucho a su cuarto. Mi madre se llevaba a mi abuelo a la terraza, en parte para vigilar a los gemelos y para hablar de asuntos de mayores, como a mi me decian, sin que la abuela se enterase. --Gaia, ve a jugar. Debe hacer un dia maravilloso. Que te de el sol en ese pelo de fuego que tienes. --No abuela. Ya me da el sol todos los dias --le decia peinando los rizos que inundaban mi cara. Leon se levanto de mala gana, se fue a la licorera del comedor y se sirvio un whisky sin hielo. Le dio un par de vueltas en el vaso antes de aproximarse a la mesa y levantar su vaso algo mas alto que los del resto. --Por ella, la senora que nos ha dejado pelados --bebio de un trago el whisky mientras los demas bajabamos las copas. --!Leon! !Controla lo que dices! --grito mi madre. --Deja de beber. !Luca! Quitale la copa a tu hermano. --Eres un capullo borracho --le dije mientras salia en busca de mi abuelo que habia salido del comedor tras escucharle. --!Borracho como papa! !Egoista como la abuela! Pero mas honrado que tu, hermanita. A mi no me mantiene mi novia. Por cierto, ?donde esta Abbie? --grito dando pasos torpes por todo el comedor. --Te has pasando --le dijo Luca sentado en su silla. --!Oh, callate, lelo! --le contesto. Cuando encontre al abuelo tras zigzaguear por toda la casa, ya se habia puesto un abrigo y llevaba una maleta consigo. Le agarre del hombro y al darse la vuelta vi que lloraba. De sus mares cayeron todas las rias del continente. Lo abrace, el metio la cabeza entre mi cuello y mi hombro y sollozo tres veces hasta que un grito de mi madre llamandole le recompuso. --Antes de que venga tu madre, toma --me dio un sobre. --Esto es tuyo y solo tuyo, ya lo he arreglado. No le digas nada a tu madre ni a tus hermanos. --Abuelo --le dije confusa mirando el sobre y su maleta. --No hace falta que vuelvas a casa, esta es tu casa ahora. --Gaia, yo no he dicho que me vaya a casa. Se fue misterioso por la puerta de la cocina. Cuando mi madre llego yo estaba sola con la mirada perdida en direccion al picaporte que acababa de resonar el cierre. La ignore completamente. --Gaia, mirame. No tenia nada que hablar con ella ni con nadie. Recogi mi bolso y me fui a casa. La noche estaba despejada, la ciudad tranquila y mi curiosidad aflorando a cada paso que daba.
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El diablo en invierno (Las Wallflowers 3) de Lisa Kleypas
https://gigalibros.com/el-diablo-en-invierno-las-wallflowers-3.html -
Buenas noches querida de Gi Maelys
https://gigalibros.com/buenas-noches-querida.htmlSe aproxima un verano escalofriante.Caden es asechado por un serial fanatico del arte, y sus dilemas respecto a la mujer que ha conocido, no le permiten pensar con claridad.Su secreto esta por ser descubierto, la policia va tras el, hay un caso que debe resolver y el es el centro de todo.Caden es inteligente, precavido, metodico… y es un asesino.
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La economista en el burdel de Allison Schrager
https://gigalibros.com/la-economista-en-el-burdel.html?Vale la pena adentrarse en aguas infestadas de tiburones para surfear sobre una ola de quince metros?
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Tu y yo. Nivel avanzado (Tu y yo 2) de S.j. Hooks
https://gigalibros.com/tu-y-yo-nivel-avanzado-tu-y-yo-2.htmlSenor profesor, quitese la pajarita. Llego la hora de la leccion.
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Caballos lentos de Mick Herron
https://gigalibros.com/caballos-lentos.htmlCaballos lentos es la primera entrega de la multipremiada serie protagonizada por el irreverente y sarcastico Jackson Lamb, un libro que The Mail on Sunday describe como <
> y que The Daily Telegraph escogio entre las veinte mejores novelas de espias de todos los tiempos. De lo que no cabe duda es de que Jackson Lamb y sus < > no dejaran indiferente a ningun lector. En esta serie, Mick Herron ha modernizado con brillo y humor la tradicional novela de espionaje y nos brinda una mirada critica y sin concesiones sobre la sociedad britanica actual. Londres, hoy en dia: la Casa de la Cienaga es el reino de Jackson Lamb; un vertedero al que van a parar los miembros de los servicios de inteligencia que han metido la pata alguna vez: por dejarse un documento olvidado en un tren, por despistarse en una vigilancia, o porque la bebida los ha vuelto poco fiables. Son los < >, los parientes pobres del espionaje britanico, y tienen una cosa en comun: todos quieren volver a la accion, salir de alli a cualquier precio. El mas amargado de todos es River Cartwright, que se pasa la vida transcribiendo conversaciones interceptadas de telefonos moviles. Sin embargo, cuando se produce el secuestro de un joven y los autores amenazan con decapitarlo y mostrarlo en directo por internet, River lo ve como una oportunidad para redimirse. ?La victima es quien parece ser? ?Y que relacion tienen los raptores con el periodista caido en desgracia que los caballos lentos investigan? Mientras suena el tictac del reloj que nos acerca al plazo establecido para la ejecucion, River descubre que cada uno de los implicados tiene intereses ocultos. Si los caballos lentos no consiguen demostrar que no son tan inutiles como los consideran los demas, el eco de la muerte de un joven resonara por todo el mundo. Mick -
Callejones de Brooklyn de Wil Medearis
https://gigalibros.com/callejones-de-brooklyn.htmlReddick es un joven pintor frustrado que vive en Brooklyn. A la espera de abrirse camino en el feroz mundo artistico neoyorquino, trabaja para una empresa que se dedica a montar exposiciones en las viviendas de la gente mas acaudalada de Manhattan. Una gelida noche, en un callejon al lado de su casa, se encuentra a una desconocida con la que charla un rato antes de que ella desaparezca bruscamente. El descubrimiento de que se trata de la novia del heredero de un emporio inmobiliario dara un vuelco a su vida.
Decidido a saber que ha sido de ella ante la indiferencia general, Reddick se convertira en un detective accidental, recorriendo sin descanso las calles de Nueva York para encontrarla y despejar un sinfin de inquietantes incognitas. -
Corazon de Escamas de Rafael Clavijo
https://gigalibros.com/corazon-de-escamas.htmlCarlos, un joven nadador profesional de veintiun anos, ya no es capaz de distinguir entre la realidad y las terribles imagenes que ve en sus pesadillas, protagonizadas por un monstruo marino con escamas azules y ojos negros como el fondo del mar. Durante toda su vida, Carlos ha estado sometido a la obsesiva exigencia de su padre, que ademas es su entrenador. Como resultado de esta presion desmesurada, la mala situacion familiar y la continua amenaza de no llegar a ser un campeon, Carlos comete el mayor error de su vida. Tendra que afrontar las consecuencias de sus actos y emprendera una apasionante aventura en busca de la redencion, en la que intentara averiguar el secreto de quien es realmente. ?Podra Carlos descubrir la identidad de “La Bestia” que lo acosa en sus pesadillas? ?Conseguira huir de este misterioso monstruo que se le presenta en suenos? ?Es posible dejar atras la imborrable mancha del dopaje?
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El mundo en 2050 de Lauren C. Smith
https://gigalibros.com/el-mundo-en-2050.html -
La princesa desdenada de Tara Pammi
https://gigalibros.com/la-princesa-desdenada.htmlNo habia previsto el fuego devastador que brotaria entre ellos… !y que los uniria para siempre!
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Estrellaria mi estrella de Irene Ferb
https://gigalibros.com/estrellaria-mi-estrella.htmlEstrella se regala una nueva vida.
Ella no es cobarde, ella brillaba. Ella no es miedosa, ella se alzaba
en la oscuridad. Ella no es una, ella era el universo. Y alguien
muy malo se lo intento arrebatar.
Estrella descubre que solo hay alguien que espanta a sus fantasmas,
descubre que solo sus besos saben a mas y que solo el
le despierta las ganas de sonreir por nada. Pero el esta total e
infinitamente prohibido.
Edu se regala una nueva vida.
El quiso el universo y se quedo sin nada. El siempre ganaba hasta
que lo perdio todo.
El se enamoro pero no se lo dijo. Edu huye de la derrota pero se
topa con un ser tan puro y fresco que siente que de nuevo vuelve
a respirar. Pero ella esta total e infinitamente prohibida.
Estrellarian su estrella. hoy.
Quizas exista una oportunidad, un fugaz crepusculo en el que las
constelaciones se alineen a su favor, pero ?sabran verlo? -
Eternas (Bellas 2) de Dhonielle Clayton
https://gigalibros.com/eternas-bellas-2.htmlLA FAVORITA HA CAIDO EN DESGRACIA. Y HAN PUESTO PRECIO A SU CABEZA.
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El Pueblo. Auge y declive de la clase obrera britanica de Selina Todd
https://gigalibros.com/el-pueblo-auge-y-declive-de-la-clase-obrera-britanica.html?Como fue realmente la vida a lo largo del siglo XX? En 1910, tres cuartas partes de la poblacion britanica pertenecian a la clase trabajadora, pero sus historias han pasado inadvertidas hasta ahora.
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Paciente 0. El origen de Cesar Albarracin
https://gigalibros.com/paciente-0-el-origen.htmlEl sabor metalico en la boca le recordaba su ninez, cuando jugaba en el columpio de la pequena plaza cerca de la casa de padre. Las ninas mas grandes siempre ocupaban los lugares, y habia que esperar a que alguna se cansara para poder subir un rato, y hacer esperar a las ninas mas pequenas, siempre y cuando, claro, una mayor no reclame el juego, o madre le dijera: "hija, dejale el columpio a la pequena, que es menor que tu". Siempre esa mierda de madre de querer guardar las apariencias y quedar bien con todos, incluso con padres desconocidos de ninas aun mas desconocidas. Y asi, no quedaba mas que esperar. No era muy sociable, asi que se apoyaba en uno de los canos metalicos del costado y, casi como en un tic nervioso para manejar la ansiedad, pasaba la lengua lentamente por el cano, en las partes que ya se habian despintado de tantas manos que se alguna vez se posaron en el travesano. Esa costumbre se mantuvo cuando crecio, y en la secundaria y los primeros anos de la universidad, todavia sintiendo esa necesidad de tener un objeto metalico en la boca, el cano paso a ser el juego de llaves. Cuando estudiaba y se concentraba demasiado, inconscientemente metia su mano al bolsillo buscando una llave, y se la llevaba a la boca. Le gustaba sentir la arandela metalica del llavero entre los dientes y juguetear con los labios en ella. Algun companero, enamorado, comenzo a burlarse por eso. En realidad, al joven, ella le parecia hermosa, y utilizaba la burla como una forma de acercarse, de hacerla reir, tocarla en los hombros... Algo inutil, por que las obsesiones de madre por ser un puto referente de buena educacion, habian hecho que la nina, ahora un hermoso especimen de hembra humana, sea bastante reacia a las relaciones con companeros. Pero ahora el sabor metalico en la boca no era ni el cano del columpio, ni sus llaves. Y eso eran dos problemas. Primero, el sabor metalico en la boca esta vez era sangre, liquida, tibia y abundante. Segundo, no sabia en donde estaban sus llaves, y ella siempre sabia donde estaban las llaves. Habia perdido completamente el control sobre si misma. No sabia donde estaba. La venda en los ojos le impedia ver, y algo de tela, quizas un panuelo, estaba dentro de su boca, apretado con una mordaza, para evitar que lo escupiera. Ella no podia saber el si la sangre en su boca era de los labios, o de algun diente. Solo sabia que el objeto de tela se empapaba de sangre, y en los esfuerzos por gritar, lo presionaba con el paladar, y la sangre se escurria entre algun que otro orificio de la cavidad bucal. No recordaba nada, solo que habia decidido desobedecer a su correcta madre, y salir con una de sus companeras de la facultad. La excusa fue quedarse a estudiar con Fany. Si su mama conociera bien a Fany y sus historias, diria que esa chica era una puta por la cantidad de relaciones amorosas que tenia. Probablemente media facultad de lenguas extranjeras habian pasado por sus piernas, sin distincion de sexo. Pero habia cuidado mucho que Fany solo fuera una nina bien ante los ojos de madre. Por la noche unos amigos les escribieron, siempre habia chicos escribiendole a Fany, quizas debido a sus fotos sensuales que amaba cargar en las redes sociales. Las invitaban a salir a un bar a tomar unos tragos, y luego a bailar. Ella no tenia ropa como para salir, pero Fany era mas o menos de su talla, asi que luego de una divertida sesion de prueba de ropas, ambas parecian modelos de Instagram. Entre la ropa de Fany estaba su consolador, se llamaba "Pepe", a Fany le encantaba ponerle nombres a esas cosas. Ella, en cambio, nunca habia visto uno, y dijo parecerle un espanto mientras su rubia amiga se lo acercaba a la boca y le ensenaba la manera correcta de usar la lengua con maestria en un objeto de ese porte. Salieron, se encontraron con los chavales, tomaron quizas un par de copas de mas en el bar, fueron a bailar, y luego la nada. Ella no recordaba absolutamente nada. Solo flashes. Luces, gente riendo, y la oscuridad. Primero penso que sonaba, como cuando era adolescente y se despertaba sin poder moverse, ni gritar... paralisis nocturna que le llaman algunos, "espiritus de atadura", decia el parroco de la iglesia a la que iban con madre luego de la separacion de padre. Pero nunca en un sueno habia sentido sus manos atadas con algo que parecia ser un precinto de plastico, por que era fuerte, delgado, y le cortaba las munecas al moverse. Las piernas tambien estaban atadas. No podia ver, ni gritar, ni soltarse. Solo podia oir. -Tranquila...-Se dijo-!Trata de pensar! Si sigues lloriqueando no vas a poder hacer nada. Siempre fue metodica. Los metodos la habian llevado a ser lo que era. Tenia que volver a sus metodos y reglas para ser, de nuevo, ella. Empezo a usar el panuelo en su boca como una forma de tranquilizar su mente. La sangre tiene sabor metalico, pues bien, el metal en su boca era su forma de retomar el control. -?Donde estoy? Estaba en un lugar cerrado y pequeno, por que no podia estirar las piernas del todo, y estaba en movimiento. Era la cajuela de un automovil. El motor... sentia el ruido del motor... parecia un coche relativamente nuevo. No habia olor a humedad, sino a alfombra limpia. El andar era suave. Era un vehiculo de alta gama. Por afuera se escuchaban algunos autos, pero ninguna moto. No se habia frenado en ninguna esquina. Entonces quizas no habia esquina, era una autopista. -?Puedes mover tus manos?- Se pregunto. Podia, pero de forma limitada. Las tenia detras de su espalda. Intento pasarlas por detras de sus piernas, pero los precintos de las munecas estaban muy presionados, no era posible. El vehiculo bajo la velocidad, y entro en una calle pedregosa. -?Que sabemos?-se dijo-Que me drogaron y me secuestraron... que Fany no esta aqui conmigo, pero si se encuentra bien no se va a dar cuenta de lo que paso, por que sus resacas duran mucho... Que el auto esta llegando a donde sea que me llevan... ?que hago?… Este auto es nuevo, es gente de dinero... No me han violado... tengo la ropa puesta... ?Habra algo en el baul para defenderme? Comenzo a tantear con las manos, pero no parecia ser un vehiculo que tuviera herramientas o cosas parecidas. Sin embargo, algo aparecio. Un tornillo. Por alguna razon habia un largo tornillo para madera que entraba en su puno. Quizas ese tornillo era su salvacion. Lo aferro con su mano izquierda.
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El ultimo riesgo (Match Point 1) de Kristel Ralston
https://gigalibros.com/el-ultimo-riesgo-match-point-1.htmlColette esta cansada de ser la oveja negra de su familia, es decir, el proyecto fallido del prestigioso matrimonio Kessler. Ahora, mas que nunca, esta dispuesta a demostrar su valia profesional como periodista. Cuando le llega una oportunidad laboral, acepta jugarselo todo. Pero no cuenta con reencontrarse con la unica persona capaz de confundirla lo suficiente para echar por tierra su determinacion de alejarse de aquello que todos llaman tentacion. Sin embargo, lo mas dificil sera lidiar con un gran secreto que llegara para desequilibrarla, dejandola confusa y vulnerable.
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El Principe Coreano de Mia Antiere
https://gigalibros.com/el-principe-coreano.htmlMel nacio y vivio como una princesa hasta la muerte de su padre.
Perseguida por una madrastra ambiciosa huye al escenario de sus programas favoritos: Corea del Sur, pero no encuentra la paz que tanto busca. Lo que la espera son muchos desafios y un hombre dividido entre la arrogancia y el amor. -
Y si fuera cierto de Antonia J. Corrales
https://gigalibros.com/y-si-fuera-cierto.htmlNo recordaba haber viajado nunca en un tren tan arcaico. Era lento y destartalado, con asientos de madera vieja y eskay marron decolorado, sucio y aplastado por el uso. Aquel vehiculo parecia quejarse en cada tramo del recorrido. Al circular emitia un ruido metalico, constante y monotono que se asemejaba a un quejido. En cada curva que tomaba aparentaba partirse en dos, como si hubiese perdido algun anclaje y con el la posibilidad de seguir su curso por aquellas vias tan primitivas como el. Durante el viaje, a pesar de los traqueteos que dejaron mi espalda maltrecha, consegui dormitar. Aquel duermevela siempre desembocaba en una pesadilla que me llevaba una y otra vez a nuestro ultimo encuentro. A la imagen surrealista de las hojas de arce girando en el aire; rojas, de un rojo tan intenso como irreal. Y de ellas a su copa y a la mia. A la mirada de el, a nuestro silencio, a sus manos soltando las de ella. Al dolor que senti, al dolor que se tambien sintio el cuando nuestras miradas se cruzaron. Al abismo por el que se precipito nuestra vida en comun; al barranco por el que fue resbalando nuestra relacion hasta hacerse girones. A nuestras mentiras, a nuestros enganos, a sus sonrisas y mis lagrimas, al luto que acompano nuestras ultimas veladas. A aquellas noches marchitas, adornadas con rosas de petalos desprendidos y secos que se dejaban caer sobre el mantel blanco, junto a las copas de aquel vino tinto de reserva que dejamos de compartir. Los recuerdos de aquellos dias, los ultimos de nuestra relacion de pareja, se sucedian uno tras otro sin orden ni concierto, componiendo aquella pesadilla hasta que el tren brincaba sobre algun riel ligeramente dilatado y el salto me devolvia al interior de aquel vagon que olia a suenos rotos. Alli todos dormian. Lo hacian como yo, a intervalos cortos. Entreabrian los ojos y quejumbrosos intentaban adoptar una nueva posicion. Con la mirada perdida y desorientados volvian a cerrarlos a los pocos segundos, bamboleados por el traqueteo constante y molesto del vagon, al que acompanaba un chirrido que, a veces, se asemejaba a los acordes producidos por las cuerdas de un violin desafinado. Dentro de aquel vagon el presente parecia no existir, al menos esa fue mi sensacion, que todos estabamos inmersos en una extrana pausa que no terminaria hasta que el tren llegara a su destino. Antes de subir a aquel artilugio, que parecia haber regresado del pasado, me percate de que no llevaba mi ordenador, pero ya era demasiado tarde para regresar. Habia esperado mas de una hora sentada en uno de los bancos de aquel apeadero que, por su austeridad y decoracion decadente, parecia pertenecer a otro siglo. Cuando a traves de los altavoces indicaron la llegada del tren y fui a echar mano de mi equipaje comprobe que solo llevaba el trolley. No habia cogido el maletin con el ordenador portatil, ni la maleta con mi ropa. Arrecida y sola en aquel paraje que se me antojo inhospito, gelido, silencioso y demasiado solitario, me recrimine el despiste, las prisas con las que habia abandonado mi lugar de residencia. Me reproche haber permitido que mis sentimientos se antepusieran a la razon. Ser tan visceral siempre me habia dado problemas y dejar mi ordenador y la maleta con la mayor parte de mi vestuario en casa, era uno mas para anadir a la lista. Apenas recordaba lo sucedido la noche anterior, despues de salir del restaurante. Tampoco lo que hablamos Torcuato y yo. Sin embargo, estando segura de que hablamos, no conseguia recordar ni tan siquiera un gesto suyo, ni una palabra que apuntar; nada. Su ausencia era extrana, demasiado inusual y ello me llevo a suponer que, tal vez, le hubiese molestado mi marcha apresurada. Pero lo deseche porque le habia manifestado mi deseo de aceptar el trabajo y el se mostro receptivo; me apoyo. Entonces, ?por que no se habia despedido de mi?, me cuestione varias veces sin encontrar una respuesta. Todo parecia haber perdido sentido, como si aquello, lo sucedido en el restaurante, no hubiera ocurrido jamas. Sin embargo, la hoja de arce permanecia en mis manos, roja, brillante y esclarecedora; demostrandome que todo era real. Me marche de forma precipitada. Senti la necesidad de escapar, de huir. Aquel detalle era lo unico que recordaba con mayor claridad. La prisa; la necesidad casi vital de perderme, de no regresar a la casa, de no volver a verle, de no enfrentarme a una realidad que nos perseguia hacia tiempo y que ambos nos negabamos a aceptar. Mi falta de valentia ante aquella situacion inesperada, tan infrecuente como posible, permanecia fresca en mis pensamientos aranandome por dentro, haciendo que me sintiera mal. Recordaba una y otra vez sus ojos fijos en los mios y una inusual sensacion de ahogo. Aquella presion en el pecho que me impedia hablar y el sonido seco de la puerta de casa al cerrarse tras de mi, parecian adheridos a todos mis pensamientos. --Estas loca, como te vas a marchar a un lugar al que no llega ni la senal de la telefonia movil. No sabes quien es ese hombre, que tipo de vida lleva, ni tan siquiera si su identidad es real. Es una irresponsabilidad. Puede ser un paranoico, un perturbado o vete tu a saber--me dijo mi marido una semana antes, cuando le mostre el anuncio que habia recortado de la pagina de ofertas de trabajo de un diario nacional. --Imagino que habra algun pueblo cerca desde el que pueda comunicarme. Hoy en dia no existe ningun lugar tan alejado de la civilizacion, tan incomunicado. No dramatices, igual hasta te sientes mejor sin mi. Total, casi que va a ser lo mismo que ahora. No creo que me eches mucho en falta..., ni yo a ti -le respondi en un tono ironico al que no se enfrento. Nunca se enfrentaba a mis palabras si estas eran recriminatorias. Le dijese lo que le dijese el simulaba no escuchar si hacerlo le iba a suponer una discusion. Algo que a mi me ponia empirica y que tambien contribuyo a que nuestro distanciamiento fuese cada vez mayor. --No te das cuenta de que hasta el anuncio es, cuando menos, un poco raro. No hay ningun dato, ni direccion, solo un numero de telefono movil. Deberias cerciorarte de que todo es veraz antes de aceptar el trabajo. Tendrias que hacerlo, aunque solo fuese por responsabilidad. --Tu siempre has dicho que hay que arriesgar, arriesgar para ganar. Pues eso precisamente es lo que voy a hacer. Ademas, ?que tengo que perder?, mi vida es como un juguete roto, un puzle al que cada dia le faltan mas piezas... La llegada a la estacion fue tan brusca como los baches y desniveles que durante el viaje truncaban mis continuos intentos por descansar. El tren paro en seco. Fue como si sus ruedas metalicas y viejas se hubieran clavado en el suelo de golpe. El sonido que produjo, ferreo y estridente, parecio convertirlas en unas de hierro que se aferraron a las viejas vias, incrustandose en ellas y parandolo contra su voluntad. A pesar de aquel frenazo brusco e inesperado, del ruido agudo que invadio el vagon, nadie se movio de sus asientos, ni hizo un solo gesto de extraneza; solo me levante yo. En el apeadero me esperaba el, el hombre que me habia contratado para que escribiese su vida. Era alto, de complexion fuerte y cojeaba ligeramente de su pierna derecha. Vestia abrigo de pano gris. Sus manos estaban cubiertas por unos guantes negros de cuero. Llevaba la solapa del abrigo alzada y rodeandola una bufanda de lana negra. Su rictus era severo, como su planta, de aire castrense. Si no fuese por aquella sonrisa que me dio la bienvenida antes que sus palabras, habria pensado que no solo su vestimenta y sus ojos eran grises, su interior tambien. Me resulto intranquilizador comprobar que nadie mas que yo se apeaba en la estacion, tambien la aparente desolacion que rodeaba el lugar. Tal vez estuviera equivocada, quiza aquel viaje era una locura, un riesgo que no debia correr, pense mirando desconcertada hacia el vagon del que terminaba de bajarme. El tren comenzo a moverse paulatinamente, demasiado lento, como si quisiera y no pudiese coger velocidad. Una de las ventanas de mi vagon se abrio y la mujer que habia viajado frente a mi se asomo por ella. Saco su mano y dejo caer una hoja de arce que, llevada por el viento, llego hasta mis pies. Instintivamente busque en mi agenda la hoja de arce, la hoja roja del restaurante, pero no estaba. Debio caerseme dentro del vagon, pense. El se agacho, la recogio y con una expresion calida y entranable dijo: --Aqui hay muchos arces --senalo las montanas y el valle--, pero ninguno tiene unas hojas tan rojas como esta, parece de terciopelo. Puedo plastificarsela..., si quiere. La convertiriamos en un marca paginas perfecto-- afirmo ofreciendomela. >>Soy Santos, y usted debe ser mi biografa, Fabiola, ?me equivoco?...
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La emperatriz Romanov de C.w. Gortner
https://gigalibros.com/la-emperatriz-romanov.htmlPara los lectores de Philippa Gregory y Alison Weir llega una novela dramatica de la querida Emperatriz Maria, la nina danesa que se convirtio en la madre del ultimo zar ruso.
Narrada por la madre del ultimo zar de Rusia, esta novela vivida e historicamente autentica revive la valiente historia de Maria Feodorovna, una de las mujeres mas atractivas de la Rusia imperial que fue testigo del esplendor y la caida tragica de los Romanov mientras luchaba por salvar su dinastia los ultimos anos de su largo reinado. -
Volver a Canfranc de Rosario Raro
https://gigalibros.com/volver-a-canfranc.htmlMarzo de 1943. Agazapados dentro de una habitacion secreta, varias personas contienen la respiracion mientras aguardan a que el sonido de las botas reforzadas con metal de los soldados alemanes se aleje. En la estacion internacional de Canfranc, en el Pirineo, la esvastica ondea sobre la playa de vias. En medio de la oscuridad, Laurent Juste, jefe de la aduana, Jana Belerma, camarera del hotel, y el bandolero Esteve Durandarte arriesgan sus vidas para devolverles la libertad.
Volver a Canfranc es su historia. Jana y Esteve, armados tan solo con la valentia que da el amor, lucharon porque miles de ciudadanos judios consiguieran atravesar esta estacion mitica. Ademas de ellos, otras personas guiadas por la generosidad decidieron enfrentar el terror y ayudarlos. Para miles de perseguidos por el regimen nazi la esperanza se llamo Canfranc. -
Antes de que todo se rompiera de Ruth Ibanez Amez
https://gigalibros.com/antes-de-que-todo-se-rompiera.htmlTodas las mananas el mismo desconcierto. Alex siempre tarda unos segundos, que a el le parecen horas, en saber donde esta. Extrana la cama, ve la ventana en el lado equivocado, y donde debia haber una mesilla con una lampara, hay una pared con la que se golpea cuando intenta dar la luz. Poco a poco se da cuenta: esa no es su habitacion. No la que fue suya durante quince anos, no la de su casa en Madrid. La luz tenue crea sombras y lo recuerda de golpe. Esta en Vitoria, en el cuarto de la casa nueva, con su nuevo hermano, con su nueva madre. Y con el padre de siempre. El que lo trajo aqui hace ya mas de un ano. El dia apenas ha amanecido y una fina niebla cubre los tejados que puede ver desde la cama. El ruido del agua en el bano le dice que alguien se le ha adelantado. Sera Ander, porque ni su padre ni Sara madrugan tanto, y ninguno de los dos se pasa veinte minutos bajo la ducha. Mea en el bano pequeno, y antes de llegar a la cocina se da cuenta de que se ha olvidado el movil. Mejor. A veces, el ruido de los mensajes no le deja oir su propia voz, aunque lo tenga en silencio. Esa obligacion de estar siempre conectado, siempre disponible, siempre ahi para quienquiera que tenga una chorrada que compartir, un chiste malo, la ultima foto manipulada de quien toque esa semana, le genera un estres que le ha costado identificar. Prepara el cafe bien cargado mientras piensa en como seria su vida si no existieran los moviles. <
>, se dice mientras sonrie al poner el bote de Colacao en la mesa, porque le sigue haciendo gracia que Ander tome Colacao. < >. Se prepara un par de tostadas y se sirve el cafe solo y sin azucar. Esta tan fuerte que le hace guinar los ojos. Perfecto. A su padre le va a encantar. Sara va a hacer un chiste sobre drogas duras, va a rellenar el vaso de leche y a endulzarlo tanto que deje de saber a cafe. Anos atras, su padre y el se habrian reido de ella al unisono, como se reian siempre de los que piden caramelo en el cafe del Starbucks. Anos atras, cuando su padre y el compartian bromas y gustos, como el cafe solo y sin azucar, como los malotes de las peliculas, como las actrices pechugonas y de labios grandes. Antes de que todo se rompiera. Se sienta a la mesa y unta con mantequilla una tostada, la mirada adormilada y perdida. Repasa el dia que tiene por delante, los libros que debe meter en la mochila. Esta repitiendo curso y se ha prometido a si mismo que ya no mas, que no piensa quedarse en la ESO para siempre; si no consigue pasar a Bachiller con Ander, dejara de estudiar, o se metera en un ciclo de Formacion Profesional o algo, pero no va a volver a pasar por el trago de ser el repetidor, el tonto del instituto. Consiguio pasar de curso en septiembre, todo un logro teniendo en cuenta que da las clases en euskera y el lleva poco mas de un ano aprendiendo el idioma, pero tiene que andarse con ojo. Lengua la tiene aprobada, Euskera la va a suspender si o si, porque milagros, los justos. Toca darle fuerte a las Matematicas, incluso si eso supone arriesgarse a pencar otra. Deberia haberse puesto a estudiar mucho antes. Deberia haber pasado las tardes con los libros, en lugar de haciendo el tonto en la calle. Oye a alguien en el pasillo. Se pone tenso. Cuando su padre asoma por la puerta, aparta la vista. --Buenos dias --dice Martin. Su voz es timida, precavida--. Has hecho cafe. Menos mal, el de Sara no sabe a nada. Alex se mantiene en silencio. Mastica esforzandose en no hacerlo rapido, pero tampoco despacio. Se esta aprendiendo de memoria el dibujo del baldosin. Esta cocina necesita una reforma. Es digna de una abuela. Martin se sirve una taza y se sienta a la mesa frente a el. --?Tienes el horario muy cargado hoy? ?Muchas asignaturas dificiles? Mirar a su padre es como mirarse en un espejo que adelanta, en el que puede ver como sera el cuando tenga su edad. Lo unico que los diferencia es el pelo, de un rubio mas oscuro en su padre; los ojos, la nariz y la boca son identicos. Alex da un trago de cafe y vuelve a su tostada. Martin no se rinde. --?Os han dado ya las fechas de los examenes? --Sabes que si --contesta Alex sin mirarlo--. Ander le enseno el papel a Sara la semana pasada. Su padre asiente. Nunca admite cuando miente, ni cuando lo pillan. Por eso es tan buen abogado. --Empezais mas tarde que en Madrid. Mejor, mas tiempo para estudiar. --Silencio--. ?Que te cuentan los de tu antiguo instituto? ?Sigues en contacto? Alex levanta la cabeza y lo mira con ojos entrecerrados. --?Por que lo preguntas? ?Quieres quitarme el movil? ?Bloquearlos? ?Hacerme cambiar de numero? --Claro que no, ?a que viene eso? No quiero que pierdas tus amistades de Madrid. --Ah, ?no? Pensaba que me habias sacado de alli precisamente por eso. Para que no anduviera con gente rara. Martin abre la boca, se lo piensa, vuelve a cerrarla. Su voz, cuando por fin habla, suena tranquila, demasiado. Esta haciendo un esfuerzo por no perder el control. Alex sabe que no es por el. Lo que no quiere es que su novia lo oiga gritar o perder la paciencia con su hijo adolescente. Sara no lo hace nunca. Pero claro, Ander no es como el. --Sabes perfectamente por que te saque de alli. Estabas al borde de hacer una estupidez. --De tal palo, tal astilla. Golpe bajo. Su padre parpadea, pero es el unico gesto que se permite. No mostrar debilidad es una de las premisas de su trabajo. --Te he pedido perdon un monton de veces, no puedo hacer mas. Lo que yo hiciera no es excusa para que pongas tu vida en peligro, Alex. Esa gente con la que andabas... --No soy imbecil. Se donde parar. --No lo parecia. Joder, Alex, desapareciste de casa tres dias, casi me da algo. Te di por muerto, hijo. --Mira, igual que yo durante quince anos. Ya sabes lo que se siente. Martin se calla y mete los labios hacia dentro. Algun dia va a dejar de disimular y le va a pegar el grito que Alex sabe que lleva dentro, algun dia en el que Sara no este cerca y no pueda aparecer en cualquier momento. Como ahora, que se asoma por la puerta. --Buenos dias. --Sus ojos bailan entre uno y otro. No se atreve a entrar en la cocina de su propia casa--. Eh... ?Os dejo solos un rato? --Mejor os dejo solos yo. --Alex se levanta y deja el plato vacio y la taza en el fregadero. Alguien tendra que vaciar el lavavajillas en algun momento, porque empiezan a tener mas platos sucios fuera que limpios dentro. Esquiva a su padre y se detiene para dar un beso en la mejilla a Sara, que se lo devuelve con ganas--. ?Ha salido Ander de la ducha ya? --Creo que si. Otra cosa es que haya salido del bano, ya sabes que le cuesta media hora peinarse. --Ay, Dulcinea del Toboso, que guerra da. Sara rie y le acaricia la cara. Ahora hablaran de la conversacion, Martin dira aquello de < >, y Sara contestara con lo de < >. Alex resopla. Llega al bano, donde el secador sustituye al ruido del agua. Golpea con el puno cerrado. --Venga, Ander, cojones, que si, que estas muy guapo, que el mechon esta perfecto. Sal ya, cono, que me vas a hacer llegar tarde. --La puerta esta abierta, gilipollas, no hace falta que la tires abajo. Ander se esta secando el pelo delante del espejo, una toalla atada a la cintura, el torso desnudo. Es un poco mas bajo que el, aunque mas alto que la media, y su espalda es mas ancha, su cuerpo mas de hombre que el suyo, a pesar de tener un ano menos. Le esta cambiando la cara y empieza a atisbarse el adulto que se oculta bajo esos rasgos que ya no son de nino: mandibula cuadrada, pomulos fuertes, cejas espesas, una cara que en otra persona seria agresiva, pero la curva de sus labios siempre sonrie, y esos ojos marrones, que a veces son verdes, encierran toda la inocencia que Alex perdio hace tiempo. Su rostro oculta algo delicado, casi femenino. < >. Pero es su obligacion tomarle el pelo: --Joder, lo que te cuesta ducharte. Ni que fueras una tia, colega. --Soy de esos especimenes de macho a los que les gusta estar limpios, que le vamos a hacer. --Alex empieza a desvestirse y Ander aparta la vista de su reflejo en el espejo. Alex sonrie. No es la primera vez que lo pilla haciendo eso--. ?Ya has desayunado? --Con lo que has tardado, me ha dado tiempo a desayunar y a tener la primera bronca del dia con mi padre. Ya tengo dos cosas de la lista hechas. Ander se gira hacia el, el pelo olvidado. --?Que ha pasado? ?Que te ha dicho? --Nada, en realidad. --Alex abre el agua y comprueba la temperatura con la mano--. Pero me toca los cojones que vaya de padre guay despues de lo que me hizo. Que si sigo en contacto con la gente de Madrid, me pregunta. ?Y que mas te da, si no vas a dejar que los vuelva a ver? Alex entra en la ducha y ve la imagen de Ander desde el otro lado de la mampara empanada. Se esta mordiendo el labio, como hace siempre cuando piensa. --No puedes pasarte la vida enfadado con el. Algun dia vas a tener que perdonarlo. --Algun dia. Pero no hoy. Alex mete la cabeza debajo del agua y deja que le empape el pelo, los hombros, la espalda. Nada como una charla con su padre a primera hora de la manana para tensar todos los musculos del cuerpo. Apoya las manos contra la pared y cierra los ojos. Se esta bien ahi dentro. Ander golpea el cristal de la mampara y el se vuelve. Esta serio, el mechon de pelo sobre su frente perfecto, la toalla aun en la cintura. Lo mira con sus enormes ojos de cachorro de pastor aleman. --Piensalo --le dice, y Alex le oye a pesar del agua--. Si no llega a ser por lo que te hizo, tu y yo seguiriamos siendo hijos unicos. --Con lo bien que vivia yo entonces… --Sonrie Alex. Ander le ensena el dedo corazon y sale del bano hacia su cuarto. Alex se frota los ojos un buen rato antes de coger el champu. 2 Vitoria es un ser esquizofrenico hecho ciudad. En el mes de abril puedes estar un dia a dos grados, con los puertos de montana de alrededor cerrados o con cadenas, y a la semana siguiente te planteas ponerte zapatillas de verano sin calcetines, con veinte grados a la sombra y picos de calor que ni en pleno agosto. La hierba acaba de brotar en el parque que esta al lado del instituto y entona cantos de sirena cuando estas en clase mirando por la ventana: lo unico que te apetece es tirarte al sol e ignorar la voz de la conciencia que te dice que deberias estar en clase, mira que si hoy explican lo que va a caer en el examen, ay como te pille tu madre. La voz siempre gana en el caso de Pedro, porque su madre es profesora de ese mismo instituto y, con su suerte, seguro que se la cruza de camino al parque. Nada de tirarse a la bartola para el. Porsiaca. Friolero por naturaleza, Pedro se ha abrigado tanto como si estuvieran en pleno febrero porque no se fia de los cambios de temperatura. Nada mas salir a la calle empieza a sudar. < >, piensa mientras recorre los doscientos metros que lo separan de la bocacalle donde suele quedar con sus amigos para ir a clase; ser friolero en Vitoria es su penitencia por los males que debio de causar en una vida anterior. Friolero en Vitoria. Como vivir frente a la playa y tener alergia a la arena. Como ser hijo de pastelero y diabetico. Como tener un padre torero y ser animalista. Un conazo, vaya. Llega temprano, como siempre. La puntualidad se hereda, y el se parece a su madre tambien en eso, aunque por suerte ha sacado la altura de su padre. Estos cinco minutos de paz antes de que empiece la voragine del dia le saben a gloria. Deja la mente vagar tranquila; se fija en las pocas personas que se han puesto en marcha ya a esta hora, en el olor a humedad que hay en el ambiente (< >), en las sensaciones que recorren su cuerpo. < >. Su padre dice que es lo que toca, por la edad, que luego estara en tu mano parar esa voragine. Pedro no lo tiene tan claro. Los adultos de su entorno no parecen pasar demasiado tiempo consigo mismos. Menos sus padres. Pero sus padres siempre han sido un poco raros en ese sentido. Sacude la cabeza. Como le diria Ander: < >. Ha sido pensar en el y verlo aparecer. Por un instante, Pedro cree que su deseo lo ha convocado. Viene con Alex, como siempre, dandole empujones y recibiendolos en ese lenguaje adolescente de los chicos que sustituye abrazos por golpes y < > por < >. < >, piensa Pedro. No habra muchas personas en el mundo que se hayan encontrado con un hermano de su edad hecho y derecho, sin tener que pasar por los celos de crecer juntos o esos enfados que, segun dicen, son normales entre quienes comparten la infancia. Como en un cuento de hadas, un dia se levantaron y se encontraron con un colega de su edad en su propia casa, un amigo con el que compartirlo todo, incluso a sus padres. Pedro los envidia mas de lo que reconocera nunca. Ya le gustaria a el haber vivido algo asi. Aunque, con su suerte, seguro que su hermano seria gilipollas. O estaria tan bueno que se enamoraria locamente de el, y ay, se liaba gorda en casa. O era una hermana. Puaj. Cambia de postura para recibirlos. Quiere que su lenguaje corporal diga: < >. Pero en lugar de eso parece que se esta meando, asi que adopta de nuevo la pose algo encorvada que es natural en el. Los dos hermanos lo alcanzan y el se une a su paso sin molestarse en saludar. Se ven demasiado para formalidades como esas. --?Llegamos tarde? --dice Alex al tiempo que mira el reloj. --No, que va, soy yo el que ha llegado pronto. No he calculado bien. --Yo cuando no calculo bien llego diez minutos tarde, no antes. Que raro eres, Pedrito. --Ya ves, Alejandro, cada uno tiene sus manias. --Que no me llames Alejandro, capullo. --Pues tu no me llames Pedrito, mamon. --Cuanto amor a estas horas de la manana, que armonia, que maravilla --se une Ander. Alex le golpea el hombro. --Calla, ander the table, que para ti tambien tenemos. --Me podia haber callado. --No aprendes, broda. --Alex se dirige a Pedro, que va a su lado--: ?Que, ya te han hecho ponerte a estudiar? Menos de cuatro semanas para el primer examen, tu madre ya te habra metido prisa. --Como no. --Pedro resopla--. En cuanto pusieron las fechas empezo a apretarme las tuercas. --Tiene que ser horrible lo de tener una madre profesora. --Se rie Alex--. No puedes hacer pira, ni liarla en clase ni dejarte los deberes. --Ni contestar mal a un profesor, ni sacar menos de un siete en un examen, ni pedir ir al bano demasiadas veces... --?En serio? ?Hasta eso? --Te lo juro. --Venga ya, Pedro, que tu madre no es asi --le corta Ander. Pedro siente un cosquilleo travieso en la nuca al oir su nombre de sus labios--. No me la imagino yo preguntando a nadie que tal vas o pidiendo que se chiven de ti. --Lo primero: tu solo has visto a mi madre de buenas, asi que ni puta idea del monstruo en el que se convierte cuando se enfada. Y segundo: no se si pregunta o se lo cuentan sin que ella quiera, pero que se entera de todo todo todo lo que hago, ya te digo yo que si. --Pero seguro que alguno tambien te sube la nota porque le cae bien tu madre, o para no tener bronca con ella luego. Alguna ventaja seguro que tiene. --Alguna ventaja, a ver, veamos... --Pedro finge un gesto de concentracion, la mirada perdida a lo lejos--. Nunca me equivoco con las fechas de los examenes. --Una pausa de tres segundos --. Ya. --Tambien te enteras antes que nadie de cuando son. Y sabes tu nota antes de que la digan en clase. --Pedro levanta las cejas, dispuesto a negarlo, pero Ander es mas rapido--: No mientas, tio, que canta un huevo. Siempre sabes tu nota antes de que repartan los examenes. --No siempre --murmura. Alex le da una palmada en la espalda. --?Te habla alguna vez de la gente de clase? Seguro que de Gorka te ha contado alguna cosa. --No, nunca. --Alex lo mira esceptico--. Te lo juro, nunca. A mi padre si, alguna vez, cuando cree que no la oigo, pero a mi nunca. Si que se le cambia la cara cuando hablo de segun que gente, pero nunca dice nada. --?Segun que gente? ?Como quien? --Vosotros, por ejemplo. No hace mas que decirme que no ande con malas companias. --Que profesional lo de no contarte nada de lo que pasa en clase. --Alex tuerce la cara en un gesto de burla--. Yo no podria callarme nada. --?En serio? --Ander esquiva la colleja de Alex, que hace amago de revolverle el pelo--. El pelo ni tocar, capullo. --Uy, si, perdona, a ver si te vas a tener que pasar otros veinte minutos acicalandote cuando lleguemos. --No he tardado veinte minutos. --Media hora. --Mentira. Ni un cuarto. --Ahi esta Gorka. Senal de que ahora si que vamos tarde. --Que desastre es el tio. Ni un solo dia va con la ropa bien puesta. Pedro quiere defender a su amigo, pero Alex tiene razon. Gorka lleva la camiseta a medio meter bajo el abrigo desabrochado y mal colocado sobre los hombros, la mitad de la capucha escondida entre su espalda y el abrigo. Su cabeza no parece haber visto un peine recientemente y, aun a distancia, se le distinguen las comisuras de los labios sucias, con pegotes del Colacao del desayuno. Pedro baja la cara para ocultar una sonrisa. --Pues ha mejorado una barbaridad. Tenias que haberlo visto en primaria --dice Ander. Mira a Pedro, que asiente con la cabeza--. ?Te acuerdas aquel dia que vino con el pijama por debajo de la ropa porque se le habia olvidado quitarselo al vestirse? --Si. --Pedro se echa a reir--. O cuando se trajo la agenda y el cuaderno de su padre pensando que eran los suyos, y vino el hombre todo desesperado a buscarlos al colegio. Era el teniente de alcalde en aquel momento y debia de haber informacion muy comprometida en aquellos cuadernos. --Una vez acumulo cinco mudas sucias en la mochila de gimnasia porque su madre decidio que ya era hora de que aprendiera a hacerse cargo de sus cosas y dejo de vaciarsela ella. !En sexto! --Los tres sueltan una carcajada--. Llamo la consultora del centro a su casa, diciendoles que aquello ya era un caso de negligencia grave. Como olia aquello cuando la abrio, que peste. --Y su madre volvio a vaciarle la mochila, ?no? --pregunta Alex entre hipidos. Gorka esta ya a pocos pasos. --Si. Hasta hoy, creo. --?Que pasa? ?De que os reis? --Del capitulo de la piscina de Mr. Bean. Un clasico. El recien llegado alza las cejas y asiente, confuso, antes de cambiar de tema: --Oye, que venia pensando. --No te esfuerces tanto, a ver si te vas a hacer dano. Gorka ignora a Pedro. --Estamos casi a fin de curso. Nos queda nada y menos para los examenes. A partir de ahora, nuestra vida va a ser un puto infierno hasta que terminemos bachillerato, y luego igual peor, porque en la universidad nos vamos a cagar. --Joder, macho, que positivo te levantas tu por las mananas, ?no? --le corta Alex, que aun no ha podido dejar de reirse. Gorka hace un aspaviento con las manos para hacerle callar. --Necesitamos hacer algo antes de que empiecen los examenes. Una buena juerga, pero mas que eso, un desmadre, un... No se, algo. --Podemos echar un kinito este fin de semana --apunta Ander--. La plaza esa donde quedamos el otro dia no estaba mal. --?Eso es para ti un desmadre? --Alex acaricia la mejilla de Ander. Pedro se derrite por dentro--. Hermanito, cuanto tengo que ensenarte. --?Y que quieres hacer tu? ?Puenting? --Mejor que beber kalimotxo en una plaza llena de meados. --?Y donde hacen puenting por aqui cerca? --pregunta Pedro--. Ademas, ?no se mato una chica hace poco? --Porque salto antes de que la ataran, que hay que ser torda. --A mi no me apetece mucho lo de tirarme por un puente. --Es lo que siempre nos dicen en casa. Si los demas se tiran por un puente, ?tu vas detras? --En mi casa dicen < >. Si los demas se tiran por la... --!Fin de semana en Santa Cruz de Campezo! --grita Gorka. Se callan de golpe--. Podemos pasar un fin de semana en la casa de mis padres en Campezo. --?Donde esta eso? --pregunta Alex. --Donde Cristo perdio el mechero. ?Hasta alli quieres ir? --se extrana Ander. --Es media hora en coche, un poco mas en autobus, no esta tan lejos. La zona es muy chula, y mis padres tienen una casa muy guay, con jardin y todo. --Pero si eso es un pueblo de mala muerte --insiste Ander, mientras Pedro recuerda un rio, un camping y cuatro casas--. Solo hay gente en verano, la mitad del pueblo esta vacio el resto del ano.--?Y que mas da? La cosa es estar juntos, nosotros solos, sin padres. --Gorka, si me quieres llevar a lo oscuro, no te hace falta una casa perdida por ahi. --Alex le guina un ojo--. El bano del instituto es suficiente. --Mas quisieras tu que catar este cuerpo, chaval. Esta reservado exclusivamente para las chatis. --Pues no se que vas a pillar en Campezo, aparte de catarro, si solo vamos los cuatro --le dice Ander muerto de risa--. ?O piensas pillarte alguna campezana? --?Campezana? --Pedro lo mira con extraneza. Ander imita su gesto. --?Campezotarra? ?Santacrucense? -
Tu+Yo= Extenso de Phavy Prieto
https://gigalibros.com/tu-yo-extenso.htmlAlejandro ha confesado sus miedos a Irina, se ha enfrentado al pasado y
aceptando que no puede vivir sin ella le ha propuesto matrimonio. -
El lado equivocado del cielo de Eva M. Soler , Idoia Amo
https://gigalibros.com/el-lado-equivocado-del-cielo.htmlLiv Monroe. Derek Gray. Shawn Bennett. Zazzie, Carter, Kumiko. ?Que tienen en comun este variopinto grupo de desconocidos? Que van a pasar un largo, complicado y caluroso verano en Hendersonville como resultado de varios delitos leves.
Todos han sido condenados a prestar servicios comunitarios para pagar su deuda con la sociedad, y que mejor manera que participar como mano de obra en la restauracion de una preciosa mansion en Carolina del Norte.
Liderados por Adeline, una jefa de obra que los maneja con mano dura, y en medio de un entorno muy diferente al que estan acostumbrados, este grupo de personas tan distintas entre si estan a punto de descubrir que ese castigo puede ser la mejor experiencia de sus vidas. -
Territorio prohibido, Menchu Garceran de Menchu Garceran
https://gigalibros.com/territorio-prohibido-menchu-garceran.html?Te gustaria evadirte de la rutina diaria, distraerte, no pensar, sumergirte en la historia de unos personajes que pasaran por un monton de pruebas? Territorio prohibido te hara compania mientras esperas en la consulta del medico, ira contigo en el autobus, el metro o el cercanias. Tambien puedes llevartela de crucero, o a la playa, o a la piscina. A estas alturas, seguro que te haces a la idea de que tipo de lectura te espera tras estas paginas y de si te apetece leerla.
Pero… ?De que va? -
Otono lluvioso de Claudio Hernandez
https://gigalibros.com/otono-lluvioso.htmlEl sheriff Burt se ve mezclado de nuevo, en una serie de crimenes espantosos, que parecen ser obra de un imitador del asesino apodado Jack pies de pluma, quien dejo un reguero de chicas muertas en el frio invierno. Peter todavia distante de su amor platonico Ann, aunque recuperada la amista de su hermano Denny, se ve involucrado otra vez en una espiral de asesinatos de chicas jovenes de la escuela secundaria News Academy. Burt decide cerrar el centro, durante el otono lluvioso, pero los cadaveres aparecen en cualquier parte. Peter esta vez no esta solo. Ethan y Charlotte, pertenecientes al FBI, se unen a la investigacion, pero se producen serios enfrentamientos contra Burt y Peter.
Peter ahora ve los recuerdos de las chicas muertas. Lo ultimo que quedo grabado en sus retinas. Pero ademas descubre que puede ver mas alla, con solo tocar un objeto, y lo que mas le desconcierta, puede ver a traves de los ojos del asesino, ayudado por las difuntas. Pero lejos de avanzar, ni uno ni otro consiguen dar un paso, al contrario, retroceden y se estacan.
Sin embargo, la ultima victima y tras encontrar un boton que pertenece al asesino, toda la investigacion da un giro. Con una precision de relojeria, deben llegar al final en una trepidante carrera que les llevara a un final inesperado para todos.
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El aroma del miedo de Armando Rodera
https://gigalibros.com/el-aroma-del-miedo.htmlMeses despues de su ultimo gran operativo, el inspector Bermejo debera enfrentarse a una doble mision en Valencia: descubrir al causante de los misteriosos asesinatos de mujeres ocurridos en la region y acabar con una trama de corrupcion en la que se ven involucrados algunos miembros de la Policia.
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Salvenme de la navidad de Vanessa Lorrenz
https://gigalibros.com/salvenme-de-la-navidad.html“Por eso y muchas cosas mas
Ven a mi casa esta Navidad” -
Estrella nos cuenta de Melania Virues Morilla
https://gigalibros.com/estrella-nos-cuenta.htmlDescubre junto a Mery, como Estrella conocio al amor de su vida. Su locura caracteristica fue aun mayor cuando era una adolescente. Conocera a un chico que le dara estabilidad y a otro que se la quitara por completo. Una historia de amor de gran intensidad. ?Estabilidad o descontrol? ?Cual sera su decision? Capitulos especiales narrados por Mery o Jay. Precuela/Secuela de NO SOY UN EXPERIMENTO.
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Siete grados al norte de Jose Luis Canada
https://gigalibros.com/siete-grados-al-norte.htmlMikel Barbera, un prestigioso cocinero internacional, fallece en los aseos del aeropuerto Pablo Ruiz Picasso de Malaga, despues de acudir a una cita con sus abogados.
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La flor de la verdad (Amores callados 1) de V. E. Dickinson
https://gigalibros.com/la-flor-de-la-verdad-amores-callados-1.htmlLondres 1850
Lady Soledad Winston es una joven dama de la alta sociedad, que, de la noche a la manana, se ve perdida en un mundo de mentiras, asesinatos y chantajes, que llevan a sus padres al cadalso. Victima inocente de cuanto su familia ha ideado para llegar a lo mas alto y de una amistad de doble filo. Sin embargo, informado sobre lo que sucedia, lord James Jones, le ofrece el hombro en el cual se pueda apoyar, disfrutando de agradables salidas con lady Thompson, de placidos paseos por Hyde Park y de bailes donde dejan claro que se llevan mas que bien, aunque desconocen que ambas vidas tienen mucho en comun.
Pero lord James tambien tiene sus propios problemas, entre ellos, poder localizar y ayudar a un medio hermano que termina trabajando en las minas a la edad de 9 anos, pero a medida que va solucionando sus conflictos, se le va presentando la oportunidad de hacer feliz a la joven de la cual se ha enamorado nada mas verla, pero la vida no le da la ocasion para vivir ese amor junto a su amada, hasta que ella, una vez informada de ese amor, comprende que tambien le ama. Sin embargo, no puede ir con el.
Pero ?de verdad no le importa a el su pobreza? ?De verdad a el no le importa que ella sea hija de quien es? ?Como van a vivir si tambien el ha perdido su fortuna? ?Tendran que vivir la vida en los barrios bajos?
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Lola (Moteros 3) de Patricia Sutherland
https://gigalibros.com/lola-moteros-3.html.Porque, a veces, el amor llega cuando menos te lo esperas…
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Remordimiento de F. Javier Beristain Labaca
https://gigalibros.com/remordimiento.htmlFinales del siglo XX.
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El silencio antes del invierno de Yolanda Revuelta
https://gigalibros.com/el-silencio-antes-del-invierno.htmlTessa camino por la ya solitaria y vacia casa con la mirada baja y las manos en las caderas. Ya no quedaba nada de su antigua vida, solo blancas paredes desnudas y suelos relucientes de caoba. El camion de la mudanza se habia llevado los ultimos muebles y sus pertenencias, todo ello bien distribuido en enormes cajas de carton que aguardarian en un garaje hasta que ella encontrase algun lugar donde vivir. Ni siquiera los recuerdos se habian quedado; se habian esfumado de un plumazo, como sus ultimos diez anos de matrimonio. Habian comprado esa casa pocas semanas antes de casarse. Aquello fue amor a primera vista. Su porche flanqueado por dos enormes columnas griegas causaba un efecto clasico y tradicional que les habia enamorado. La casa estaba situada en uno de los distritos mas encantadores de Georgetown y se habian divertido decorandola y creando espacios nuevos donde creian que envejecerian juntos; nada mas lejos de la realidad. A su manera habian sido felices, a pesar de sus muchas noches vacias a causa de sus compromisos laborales y sociales que les privaban de la compania del otro. Su matrimonio, como el de muchos, iba a buen ritmo. Tenia sus desaceleraciones, pero se compenetraban bien y nada hacia presagiar aquel fatidico dia en el que Tom se sirvio su segunda taza de cafe. Deberia haberle extranado, el tenia mucho cuidado con la cafeina y no solia abusar de ella a causa de un amago de infarto que habia padecido dos anos antes y le habia mantenido postrado en una cama de hospital toda una semana. No estaba preparada para ver como todo lo que habian creado juntos estaba a punto de precipitarse por el desague. Una fatidica manana de sabado de septiembre, Tom le habia pedido el divorcio. --No soy feliz, Tessa --le dijo, sin mas. Aquella frase la dejo impactada y tuvo que tomar aire para poder continuar con esa extrana conversacion que cambiaria su vida tal y como la conocia hasta el momento. Escucho las razones y ella, mas sorprendida que dolida, decidio no luchar; quizas porque ya sabia que su matrimonio estaba herido de muerte antes de que su marido le dijese que llevaba dos anos teniendo una aventura con su secretario. !Que tipico y soez al mismo tiempo! !Su secretario! Debia confesarlo, le habia pillado desprevenida. Se habia amoldado de tal forma a la rutina diaria, que no habia notado esos cambios sutiles que algunas mujeres, mas avispadas que ella, solian cazar al vuelo. Jamas penso que Robert, el hombre con el que su ya exmarido trabajaba codo con codo mas de doce horas diarias, compartiese algo mas que despacho y almuerzos. Estaba claro que tres eran multitud. Tom no se habia andado por las ramas. Una semana mas tarde habia exigido a su abogado varias clausulas, entre ellas, una destacable y confidencial: si la incumplia, el la llevaria ante los tribunales, le haria pagar una alta cifra por danos morales y ademas le haria la vida imposible, tanto que ella desearia que se la tragase la tierra (bueno, eso ultimo era una lectura libre, pero sabia que Tom cumplia siempre lo que prometia). Deberia mantener la boca cerrada y no hablar jamas de los jamases de la vida privada de su marido ni del motivo de su divorcio. Punto final. Asi era la vida de un politico en Washington: llena de mentiras, rencores y chantajes a gran escala. Tan pronto estabas en la cima como al dia siguiente, por un pequeno o no tan pequeno desliz, te encontrabas nadando en el fango de los perdedores. No habia segundas oportunidades y Tom lo sabia mejor que nadie. Descalza, se dirigio a la ventana y apoyo las manos en el marco. Washington D.C. tenia su encanto; sin embargo, ella sabia mejor que nadie que podia llegar a ser una ciudad destructiva para aquellos que tuviesen el valor de querer conquistarla. A sus casi cuarenta anos estaba divorciada, sin un lugar donde vivir y lo peor de todo es que se habia quedado sin trabajo. Para alguien que adoraba su profesion, esto ultimo podia convertirse en la peor de las condenas. Su boca se curvo un poco hacia arriba cuando nuevos pensamientos comenzaron a tomar forma en su mente. Leccion numero uno: no trabajes nunca a las ordenes de tu marido. Leccion dos: cambiar de profesion, ser asesora politica a la larga puede llegar a ser demoledor. Leccion tres... Suspiro y el cristal se empano con su aliento. No habia leccion tres, porque quedaba anulada con las dos primeras. --Ser tu misma --susurro contra el cristal--. Y hacerte valer. Su movil vibro en el bolsillo de su pantalon. Se quedo mirando fijamente el nombre en la pantalla y un segundo despues, solto otro hastiado suspiro. Era de esperar que su abuela la llamase. Nada mas descolgar, escucho la armoniosa voz de la anciana. --!Hola, carino! Odiaba que el resto del mundo sintiese lastima por ella. Cerro los ojos unos segundos y decidio que no le iba a mentir. Ya lo hacia bastante consigo misma. --Hola, abuela. ?Que tal va todo? --Eso deberia preguntartelo yo a ti, ?no? Nancy Hereford irradiaba energia a sus ochenta y seis anos. Su apellido, de ascendencia noble, le habia abierto muchas puertas a lo largo de su vida. Pero Tessa sabia que su abuela, mas que una aristocrata, era un alma guerrera. Tras todos esos titulos nobiliarios habia una mujer luchadora y feminista que no se dejaba mangonear por el sexo contrario. --Intento no pensar demasiado en ello --dijo con entereza. Tessa escucho un bufido perfectamente audible a traves de la linea. --Deberias haberle cortado las pelotas cuando dormia. Nos habriamos ahorrado muchos disgustos --replico con voz gelida. Tessa no supo si reir o llorar ante el comentario. --El dramatismo nunca ha ido contigo, abuela. --Lo se, lo se --se apresuro a anadir la mujer--. Pero me espanta que te este haciendo sufrir. --Aprendere a vivir sin el. Un breve silencio se adueno de la linea. --Tienes que aprender mas que eso. Has venido a esta vida para cambiar las cosas, no para aceptarlas. ?Comprendes? Su abuela habia sido la primera persona a la que habia llamado para contarselo y ahora entendia mas que nunca el porque. --Si --respondio Tessa con voz contenida. --Bien, ahora sal de esa casa y aventurate. Los labios de Tessa se levantaron mas por un lado que por otro de la boca. --No es tan sencillo. --Intento no mostrarse afectada. --Nadie ha dicho que lo sea; sin embargo, debes ser valiente y mostrarte al mundo como la mujer que eres. Tessa se pregunto que tipo de mujer era ahora. Le daba la impresion de no conocerla, de ser una desconocida para si misma. --Eres una Hereford. Y eso ya lo dice todo. Quizas por sus venas corriese sangre aristocratica, pero su apellido no era el mismo que el de su abuela. Iba a replicar, pero la anciana tomo de nuevo la palabra. --Habia pensado que podrias pasar algunos dias en la casa de Cornualles. --Crei que la habias vendido. --!?Que te hizo pensar que haria algo asi?! Jamas podria deshacerme de esa casa --dijo con acritud--. Tu padre era el que se empenaba en que la vendiese, pero lo unico bueno que ha hecho ese hombre en la vida ha sido engendrarte a ti. Tessa esta vez sonrio. Estaba claro que Nancy Hereford no sentia ningun tipo de admiracion por su unico yerno. --?Que me dices? --No se, abuela... --respondio. Tessa, dubitativa. --Escuchame bien. Te voy a dar un consejo, aunque se que es lo ultimo que quieres oir en este momento: Todos quieren evitarse el dolor de la ruptura, pero necesitas sufrir ese dolor para sanar, ?comprendes? La mirada de Tessa se perdio en las nubes algodonosas de un cielo grisaceo que amenazaba lluvia. Su abuela, como ya era costumbre, tenia razon. --Eso es algo que no logre que tu madre entendiera y aun sigue pagando las consecuencias de un matrimonio fallido y un marido excesivamente egolatra. No obstante, ella es ella, y tu eres tu. --La voz de su abuela se escucho alta y clara a traves del telefono--. Lame tus heridas, pequena, y luego vuelve al mundo mas fuerte que nunca. Veinte minutos mas tarde, Tessa cerro la puerta de la casa. Fuera esperaba un taxi. No miro hacia atras, cogio el asa de su maleta, se ajusto el abrigo a causa de un viento frio y desagradable que soplaba con fuerza y, mas decidida que nunca, descendio los escalones del porche flanqueado por las dos inmensas columnas de estilo griego, que ya no le parecian ni tan elegantes ni tan exoticas. El taxista la saludo y, acto seguido, sin mediar una palabra mas, guardo su equipaje en el maletero. Una vez dentro del taxi, pregunto: --?A donde vamos? --Al aeropuerto --contesto Tessa, dejando atras diez largos anos de su vida. CAPITULO 2 El vuelo habia sido apacible y a pesar del jet lag, se sentia bien al estar tan lejos de Washington y de todos los problemas que habia dejado atras, o al menos eso esperaba. Mientras cruzaba el Atlantico sentada en su butaca de clase turista, el contrincante de Tom para el senado, Bruno Makinson, le habia telefoneado. Al parecer, su divorcio ya era un hecho consumado en el terreno politico. Segun Makinson, eran muchos los rumores y especulaciones que pululaban por los despachos de Washington D.C. sobre su ruptura matrimonial. Pero como era de esperar, Tom no habia confirmado ni desmentido nada en referencia a la noticia que habia cambiado sus vidas por completo, algo muy tipico de el. Y ella no iba a ser quien levantase la liebre, asi que se limito a cambiar de tema, muy a pesar de su interlocutor. El hecho en si le hizo sentirse vulnerable; sin embargo, la propuesta siguiente obro lo contrario. Permitio que su autoestima subiese como la espuma. Makinson le habia ofrecido trabajar en su campana, ella seria quien decidiria su salario y horario. De no haber estado en ese momento sobrevolando el Oceano Atlantico seguramente habria aceptado la sugerencia sin ningun tipo de reparo. Seria la venganza perfecta. Recordo las palabras de su abuela. En el fondo sabia que necesitaba unos dias para si misma, para recomponerse y volver al mundo como una mujer fuerte y dispuesta a mirar al frente, dejando atras las lamentaciones. Y asi se lo hizo saber a Makinson. Agradecio su interes, se despidio afectuosamente y colgo, con las ilusiones renovadas. Poner los pies en suelo ingles fue mejor de lo que esperaba. Llego a Londres, respondio algunos mensajes pendientes e importantes, otros directamente los borro, como los de algunos companeros que trabajaban en la campana electoral de Tom y decian estar preocupados por ella. Veinte minutos mas tarde tomo otro vuelo hasta el aeropuerto de Newquay. Durante el vuelo solicito un Uber y hojeo una revista del corazon que abandono a los pocos segundos, ya tenia suficiente con su vida como para interesarse en la de otros. Cerro los ojos y, antes de que pudiera darse cuenta, un dulce sueno la vencio. Una hora mas tarde aproximadamente, una pequena sacudida la hizo volver a la realidad: era una servicial azafata, que la aconsejaba abrocharse el cinturon para mayor seguridad. --Muchas gracias --dijo la azafata antes de alejarse--. Espero que el vuelo haya sido de su agrado. Tessa sonrio amablemente, a pesar de tener el cuello tenso. Estaba claro que no habia elegido una postura de lo mas recomendada para su pequena siesta. Nada mas aterrizar puso rumbo a la salida de forma precipitada. Estaba deseando llegar a la casa y darse un bano caliente para aliviar sus piernas cansadas y evitar que el incipiente dolor que comenzaba a fraguarse muy cerca de su sien fuese a mayores. Trato de no colisionar con otros pasajeros y sus maletas mientras notificaba al conductor la terminal y el numero de puerta por la que iba a salir. Cruzo la puerta y, nada mas hacerlo, entrecerro los ojos: un soplo de aire frio y humedo le dio la bienvenida. Las inclemencias del tiempo nunca le habian importado, pero habria agradecido unos calidos rayos de sol a su llegada. Se abrocho el abrigo e intento no echarse a temblar por el brusco cambio de temperatura. El coche solicitado ya la estaba esperando, con un unico destino: Tintagel. Unos dias en soledad era lo que necesitaba para purificar alma y mente. Atras quedarian Tom y un pasado del cual ya no queria saber nada. Pasar pagina se habia vuelto una necesidad.
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Gold and diamonds, Eli Jane Foste de Eli Jane Foster
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A tres pasos de la luna, Beatriz Caceres de Beatriz Caceres
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El nombre de los caballos de M. N. Mera
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Construye tu destino de Wayne W. Dyer
https://gigalibros.com/construye-tu-destino.htmlEste libro te brinda nueve principios espirituales para lograr todo aquello a lo que aspiras.
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No quiero esperar de Rocio Mulas
https://gigalibros.com/no-quiero-esperar.html?Como es posible que a veces quiera cerrarle la boca con cinta adhesiva y otras quiera hacerlo con un beso?
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Te tengo en mi piel (Segundas oportunidades 2) de Bela Marbel
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