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  • Noche a media luz de Jacquie D'alessandro

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    Mallory sabia que estaba dolida por como habia acabado su ultima relacion, pero aquello no duraria mas que una noche. Una noche que tendria que bastarle.

  • Pastrana. En el nombre de la guerra sucia de Joaquin Vidal , Manuel Pastrana

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  • Cada siete olas de Daniel Glattauer

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  • La herencia de Vigdis Hjorth

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    Cuatro hermanos, dos casas de verano en Hvaler y un terrible secreto. El reparto de la herencia familiar se convertira en un tema de desencuentro.
    La aparente disputa entre los hermanos por las propiedades encierra algo mucho mas profundo: los fantasmas del pasado regresan y lo que parecia olvidado revive en la familia.
    Galardonada con los mas prestigiosos premios literarios de su pais, La herencia se convirtio desde su salida en un exito de ventas en Noruega y genero, junto a la serie Mi lucha de Karl Ove Knausgard, un importante debate sobre la relacion entre literatura y realidad. Marmara y Nordica nos unimos para publicar una de las grandes novelas de la literatura europea de los ultimos anos.

  • Queen Square de Bali Rosenqvist

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    Caitlin Bailey ha gozado de una vida llena de comodidades gracias a su condicion de protegida en la lujosa casa de Queen Square. Aunque no pertenece a ese mundo de grandes fiestas, su posicion de observadora le permite tomar ideas para las novelas de corte liberal y romantico que en secreto publica bajo el seudonimo de la Condesa de Clare.

  • 6000 kilometros de amor (Unicornios 2) de Noni Garcia

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    R 1 odrigo miraba al techo tumbado en la cama. El sexo con Daniel siempre lo dejaba exhausto, su fogosidad y entrega eran tales que podian pasarse las noches enteras dandose placer. Daniel se acurruco en su pecho. Siempre habia sido un hombre carinoso con todos, aunque con el era aun mas especial. Rodrigo siempre penso que su excesivo carino era por la culpabilidad que sentia por tenerlo oculto, por no querer que nadie lo viera con el, que nadie llegara a la conclusion de que era gay. Para el eso era algo absolutamente imposible, su carrera estaba despegando... En realidad, ya habia mas que despegado, pero siempre habia algun motivo por el que postergarlo. No hizo por abrazarlo, sabia lo que venia a continuacion: se vestiria y saldria de aquella habitacion como si fuera cualquier persona que habia ido a cenar o estar con cualquiera; el lo haria al dia siguiente, cuando despertara, desayunara y tuviera una buena sesion de spa. Esa era la rutina de todos sus encuentros, y ya empezaba a cansarle. Esa noche, una vez mas, mientras se corrian, habia jurado que pronto todo saldria a la luz, que serian libres para amarse sin miedos. Si, eso era lo que el siempre habia querido, lo que tanto habia ansiado, porque era el primer hombre del que realmente se habia enamorado, el unico que le habia llenado hasta el punto de permitir esa relacion oculta. Salio de la cama, fue al bano, se echo agua fria en la cara y se miro en el espejo. ?Quien era ese hombre que se reflejaba en el? Porque ese no era el Rodrigo de siempre, el hombre fuerte, decidido, al que no le importaba el que diran, que jamas habia ocultado su sexualidad a nadie. Regreso a la habitacion y comenzo a vestirse. Daniel lo miro desde la cama, lo que menos queria era que se fuera ya, aun tenian mucha noche por delante, y sabia que al dia siguiente no tenia que trabajar. Se le antojaba un buen plan pasarlo sin salir de entre las sabanas, pidiendo comida al servicio de habitaciones, viendo alguna pelicula en la tele o bajando a la piscina... Cada uno por su lado, obviamente. Tenia una imagen que mantener, aunque su agente le habia comentado que en breve podria soltar la bomba, que le haria mas bien que mal. Lo que no le gustaba nada era que le dijo que antes debia suceder algo, el sabria lo que habia que hacer, era un experto en ese tipo de asuntos. --?Ya te vas? --le pregunto Daniel, acercandose a Rodrigo y abrazandolo por la espalda. --Si. --No te vayas. Manana no tienes que trabajar, y yo no tengo nada que hacer. --Ya... Nos quedaremos todo el dia en la habitacion, veremos alguna peli, follaremos sin descanso y pediremos comida al servicio de habitaciones, ?no? --Tambien podemos bajar a la piscina. --Cada uno por su lado, como dos extranos que no se conocen de nada, ?verdad? --Rodrigo... --Me voy. --Por favor... --No tengo ganas de discutir, siempre es lo mismo y empiezo a cansarme. --Alberto me ha dicho que ya no queda mucho para que podamos hacerlo publico. --Eso lleva diciendo dos anos, y seguimos en las mismas. --Me ha dicho que esta sera la definitiva, mi amor --besaba su espalda en cada palabra, consiguiendo que Rodrigo se debilitara por momentos. Aun asi, siguio abrochandose la correa del pantalon. Sabia que terminaria por ceder, siempre lo hacia, estaba loco por ese hombre, pero queria hacerselo pasar un poquito mal antes de que lo consiguiera. --?De verdad lo crees? --Esta vez, si. Le he dejado claro que, pase lo que pase, en un par de meses... --?Vas a desobedecer sus ordenes? Daniel guardo silencio, y Rodrigo sabia que significaba eso, que de nuevo eran palabras que se llevaria el viento. Una gran pena se alojo en su pecho, y sus planes de hacerlo sufrir y despues quedarse ya no fueron viables, necesitaba salir de aquella habitacion, le ahogaba estar encerrado en un armario que era de otro cuando el suyo siempre habia tenido las puertas abiertas. Cogio el polito de Pedro del Hierro que descansaba sobre el butacon que estaba junto a la cristalera que daba acceso a la terraza de la habitacion y no tardo mas de unos segundos en ponerselo, haciendo que Daniel se separara de el. --Por favor, Rodrigo, no te vayas. Rodrigo no contesto a su ruego, no dijo ni una sola palabra. Se sento en la cama y empezo a calzarse los nauticos. Daniel se subio, se coloco detras de el y comenzo a masajearle los hombros, para despues besarle el cuello. Lo conocia demasiado bien, sabia que no era capaz de resistirse a esas caricias, que solo necesitaba unos segundos para que estuviera de nuevo quitandose la ropa. Siempre pasaba lo mismo, siempre solucionaban ese gran problema que existia entre ellos de esa manera, con una buena sesion de sexo, donde volveria a sentirlo dentro de el, donde le demostraria que nada ni nadie podria nunca terminar con el amor que se tenian. Rodrigo, a pesar de su voluntad de salir de aquella habitacion, sabia que tenia la batalla perdida, que terminaria cediendo. Solo esperaba que esa vez fuera verdad, que en tan solo un par de meses dejaran atras esa pesadilla que llevaban viviendo casi dos anos, no creia que pudiera soportarlo mucho mas. Se quito el unico zapato que habia tenido tiempo de ponerse. Se giro en la cama, tomo su cara entre sus manos y lo beso con rabia, porque asi eran sus besos cuando discutian por ese tema, porque asi reaccionaba su cuerpo y su mente a esos desplantes que tanto le dolian. --Sabes que cuando salgas de esta habitacion no vas a poder sentarte en una semana, ?verdad? --Usare el flotador, fingire que han vuelto mis almorranas, pero necesito que me folles. Sabes que eres mi unica droga, que sin ti no puedo vivir. Rodrigo se deshizo de la ropa con rapidez y se tumbo en la cama, entrelazando las manos tras su cabeza. Daniel sabia que tenia que hacer, asi que no tardo mas de unos segundos en lamer su polla, que ya estaba dura como una roca. La engullo hasta que toco la campanilla, provocandole una arcada, y Rodrigo gimio; eso si que era musica para sus oidos. Tiro de su pelo, provocando que abandonara su tarea. Lo miro a los ojos y pudo ver la lujuria y la entrega en su mirada. --Ahora voy a follarte, pero ni se te ocurra correrte. Despues de este mal rato, me merezco que este orgasmo sea solo mio hasta que yo lo decida. Si te corres, me voy. Daniel no dijo nada. Haria todo lo que el quisiera. Se aparto y espero ordenes, aunque no las necesitaba, conocia todos y cada uno de sus pasos, sus gustos, sus preferencias, asi que se tumbo bocabajo y se dejo hacer. Rodrigo cogio el bote de lubricante que descansaba sobre la mesita de noche y un condon. Era tal la rabia que tenia, que no pensaba pararse a prepararlo demasiado. Si a el le dolia el corazon, iba a encargarse de que a Daniel le doliera el culo, aunque sabia que eso, su brusquedad, le gustaba mas que cualquier dano que pudiera infringirle. Se puso el condon, vertio lubricante en el canal que se abria entre sus nalgas, e introdujo dos dedos en el sin previo aviso, haciendo que diera un respingo y contrajera un poco los musculos. Ante la reaccion, le dio una sonora palmada en el culo que le dejo marcados los dedos y le arranco un gemido de autentico placer. Rodrigo abandono la invasion de los dedos, poso su glande en la entrada del ano, presiono y lo penetro de una sola embestida. Daniel contuvo la respiracion, aquello habia dolido, pero poco a poco fue haciendose a la invasion, no le quedaba de otra, ya que su amante habia emprendido un frenetico galopar que hacia que sus testiculos chocaran en cada envite, hasta que sintio como se corria; el tambien queria hacerlo, pero tenia que aguantar, por nada queria que se fuera de aquella habitacion. Rodrigo, con la satisfaccion mas absoluta, salio de el y lo obligo a tumbarse. Ni siquiera se paro a quitarse el condon, su boca fue directa a la ereccion de Daniel, que sabia que estaba a un tris de correrse, pero debia aguantar, asi eran sus juegos. Se conocian bien, Rodrigo sabia que tenia que hacer para que se derramara en su boca, aunque tambien que haria hasta el mayor de sus esfuerzos para no hacerlo. Engullo su falo sin descanso, saboreo la gota preseminal que precedia al orgasmo, a su estallido, y no quiso que siguiera sufriendo, deseaba que lo disfrutara tanto como lo habia hecho el hacia tan solo un momento, necesitaba que se corriera en su boca, sentir que solo el provocaba todo en Daniel. --Correte. Solo necesito un par de succiones mas para sentir el calor de su semen invadiendo su boca. Lo trago y saboreo, era el mas dulce y salado elixir que nunca habia probado, y habian sido unos cuantos; nunca habia sido persona de un solo hombre. Hasta que lo conocio a el. Cayeron exhaustos de nuevo sobre la cama. Aquel era el pistoletazo de salida a muchas horas en las que no saldrian de aquella habitacion, en la que, una vez mas, se amarian en secreto. R 2 odrigo salia del hotel en el que entro mas de veinticuatro horas antes. Como siempre, pasar tiempo con Daniel era maravilloso, anhelaba a diario estar con el, sentirlo cerca, levantarse cada manana y verlo a su lado... Y esos mismos sentimientos eran los que hacian que en ese instante se sintiera como una autentica mierda. Cada vez que se veian, su salud emocional sufria un fuerte varapalo que lo dejaba bastante tocado. Se subio al coche y condujo hasta la que habia sido la casa de sus tios. Ahora vivian en Washington, y el se habia trasladado alli para cuidarla y, de paso, se ahorraba el alquiler. Tenia un buen sueldo, pero eran setecientos los euros que iban a la cuenta de ahorro; si todo iba bien, pronto podria realizar su sueno de tomarse un ano sabatico y recorrer el mundo. Lo unico que le frenaba era que Daniel no podria acompanarlo, aunque si le habia prometido que se escaparia e iria a buscarlo en algunos de los puntos donde estaria. Promesas. Nunca habia cumplido ninguna de ellas, esa no tenia por que ser menos, sabia a ciencia cierta que no irian juntos a ninguno de esos lugares, igual que dudaba de que lo que habia entre ellos viera la luz en un par de meses... Pero lo queria tanto que no podia evitar creer todas y cada una de ellas, ilusionarse, sonar con que en algun momento se cumplirian.

  • El color del perdon, Maria Sure de Maria Sure

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    EL COLOR DEL PERDON es una historia de amor y sentimientos contradictorios, en la que la huella de un pasado enigmatico marca el camino para huir del presente e intentar reescribir un futuro incierto pero esperanzador. SINOPSIS: Los pilares que han sustentado hasta el momento la existencia de Jane, se derrumban cuando aparece el cadaver de su padre desaparecido durante su infancia. A partir de ese momento, Jane compagina la busqueda de la verdad sobre su pasado con el intento de sobrevivir a un amor que el tiempo ha ido transformando en una pesadilla de la que no puede despertar. Con la ayuda de su amiga Serena, que posee un extrano don que le permite percibir la vida de una manera muy peculiar, Jane intentara urdir un arriesgado plan para huir de una vida que nada tiene que ver con la que siempre sono. Pero quiza tenga que pagar un precio demasiado caro a cambio de su libertad.

  • Mision Riesgosa de Raul Garbantes

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  • El guardian de los objetos perdidos de Ruth Hogan

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    Una bella historia sobre objetos perdidos y segundas oportunidades. Anthony Peardew, celebre autor de relatos que se acerca al final de sus dias, ha pasado la mitad de su vida coleccionando objetos extraviados, tratando de expiar una promesa rota anos atras. Con el tiempo en su contra, decide legar su casa y todos los tesoros perdidos a su asistente, Laura, la unica persona en quien confia para cumplir su promesa y reunir los cientos de objetos con sus legitimos duenos. El ultimo deseo de este guardian de objetos perdidos desencadena una serie de encuentros afortunados que dan una segunda oportunidad a todos aquellos que creian haberse extraviado.

  • Hippie de Paulo Coelho

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    En su libro mas autobiografico, Paulo Coelho narra el encuentro entre dos jovenes: Paulo, que suena con ser escritor y llega a Amsterdam en busca de libertad y de un sentido para su vida, y Karla, una veinteanera de Rotterdam decidida a cambiar su forma de ver el mundo. Juntos recorreran “la ruta Hippie” que realizaba el legendario Magic Bus, un viaje por Europa y Asia rumbo a Katmandu. Durante esta experiencia unica y transformadora viviran una gran historia de amor. Con ellos iran pasajeros de diferentes nacionalidades que a lo largo del recorrido se plantearan sus prioridades y valores vitales.

  • No es tiempo para amar de Carlota Manzano

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    No sabia que hacia en ese lugar, ni siquiera que me habia llevado alli, mas que ese arrebato de querer demostrar algo que ni yo misma creia. No me sentia militar, me sentia asalariada y con un trabajo fijo, que me permitia poner mantenerme a flote. Me habia separado de mi batallon. De repente estaba sola en medio de la nada, en esas tierras dominadas por el ansia de captura y si caia prisionera era mujer muerta. Miraba hacia fuera a traves de las ventanas huecas de esa casa destruida para ver si hallaba el modo de llegar al campamento, pero el panorama era desolador cuando mi mirada se encontro con un sargento de mi ejercito. Me miro y me hizo un gesto indicativo de para donde nos ibamos a ir, aunque no representara mi salvacion, me hacia sentir un alivio tremendo no estar sola en tierra hostil y poder aferrarme a ese companero que tambien se habia separado del grupo. Me iba a cubrir, sus dedos avisaban que a la de una, a la de dos y a la de tres... Corri agachada hasta donde me indico, una zona de arbustos y arboles, que logre alcanzar y esconderme. Lo volvi a mirar y me hizo un gesto de que lo cubriera, mire a todos lados y le saque el dedo pulgar para que avanzara hacia mi. --Sargento Chester --le hice el saludo--. Gracias a Dios que no estoy sola --mi voz sonaba agitada--. Soy la soldado Gilca. --Tenemos un problema, la base esta al otro lado de aquel pueblo --senalo hacia atras. --Tendremos que rodear por uno de los dos lados. --Los guerrilleros estan avanzando por el interior de las poblaciones, estan desde alli colocados estrategicamente. --Tambien los tienen rodeados, debemos alejarnos por las montanas lo suficiente para que no nos vean. Soldado Gilca tenemos que irnos ya, ponte a cubierto, yo voy delante de ti, y vamos a avanzar hasta alli, no pierdas la zona de atras. El pulso me temblaba, recordaba aquellas palabras de mis padres de que no iba a ser nada en la vida. Eso si, cabezona como era, me presente a las pruebas del ejercito sin saber que las pasaria y alli estaba en mi primera mision, jugandome la vida por el simple hecho de demostrar al mundo que podia ser alguien. Fuimos avanzando mientras me sentia en el ojo del huracan. Para mi, que debia haber mil guerrilleros apuntandonos. Esa era mi sensacion en cada momento, pero queria demostrar fuerza y dejar esa sensacion a un lado, calibrar el peligro real y controlarlo, en la medida de lo posible. Por fin logramos llegar a ese punto donde nos sentiamos un poco mas seguros para planear el nuevo avance. ?Habria sido solo el buen hacer del sargento o Dios, el universo o lo que quisiera que fuera habian escuchado mis plegarias? Porque ya se sabe, una, creyente no es, pero cuando le ves la cara a la muerte haces un pacto con el mismisimo diablo, si es necesario. El campamento principal estaba alli, en la provincia de Kabul donde se habian levantado dos campamentos de nuestro ejercito. Nuestra mision consistia en minimizar los actos terroristas y para ello los asaltos a edificios, las operaciones nocturnas y las incursiones enemigas formaban parte de nuestro dia a dia. --Vamos a tardar por lo menos doce horas en llegar hasta alli --me miraba con seguridad y eso me hacia sentir que habia probabilidades de llegar. --?Crees que llegaremos de verdad? --No creo, estoy seguro, pero tenemos que estar atentos en todo momento y con la cabeza fria --su mirada era convincente y su media sonrisa de consuelo era lo que me llenaba de esperanzas. --Si me saca de aqui me tiene a sus ordenes para toda la vida --bromee. --No lo dudo, muerta no lo estarias --reimos en voz baja. --Tambien es verdad, mientras este viva y en el ejercito estare a su disposicion --sonrei adoptando un gesto de resignacion. --Tampoco soy tan malo, es mas creo que nunca cruzamos palabra. --Nunca --sonrei. Aunque perteneciamos a la misma base en nuestro pais, yo tenia otro destino cuyo mando no ostentaba el, asi que lo conocia de vista, pero nunca nos habiamos parado a hablar, ni siquiera en aquella mision. Eso si, sabia quien era perfectamente. --La noche va a caer y es bueno para avanzar, ahora tenemos la oportunidad de hacerlo con mas seguridad que si fuera de dia. --Lo que usted diga, me siento un conejo a punto de ser presa de los guerrilleros --mire hacia arriba. --Tranquila, no tenemos otra que llegar hasta alli, asi que pensemos en positivo y a confiar en que lo vamos a lograr, no contemplo ninguna otra opcion. --Mejor, mejor --asentia nerviosa mientras lo miraba. Comenzo a visualizar cuanto estaba al alcance de sus prismaticos y yo lo seguia sin perder la vista a todos lados, sabia que podiamos llevarnos una sorpresa en cualquier momento. Y, si algo tenia claro es que no iba a ser buena. Sentia un frio interior imposible de describir. ?En que diantres pensaba? En ese momento en el que por fin tenia un trabajo, aunque pensara que no valiera para el, voy yo y me meto en ese lio del Monte Pio. Por el amor de Dios, si hasta ya tenia mi propia casa y con ello mi ansiada independencia, esa que tanto me habia costado y que tanta ilusion me hacia, pero no, se ve que pense que en Kabul habia mejores fiestas. Paramos al comprobar que un coche todoterreno salia del pueblo en direccion a la montana, pero lejos, hacia el frente. Nosotros estabamos a un lado, a una distancia considerable. No obstante, no podiamos hacer ningun movimiento extrano. Mi corazon se aceleraba por segundos, no queria que por nada del mundo ese coche cambiara el rumbo ya que iban cinco personas que estarian deseosas de abrir fuego. --Se van, tranquila, se van --no perdia la vista de ellos. --Y que no vuelvan --murmure en voz alta. ?Habria escuchado mi aceleracion? No queria ponerlo mas nervioso, bastante tenia el con ser la cabeza pensante del asunto, pero lo mio era irremediable. Me sonrio y me hizo un gesto con la cabeza para avanzar, yo veia que nuestro destino estaba a anos luz de nosotros, que no tardariamos doce horas sino una eternidad. Me seguia temblando hasta el pelo, no veia avance alguno de aquella manera, pero obvio que lo estabamos haciendo. Sin embargo, mis miedos eran mas grandes que mi sueno de llegar a ese punto, que ya es decir. --Si llegamos a mi me tienen que arrestar --volvi a hablar en voz alta. --?Y eso? --Se giro y levanto la ceja. --Ya se, no lo entiendes, pero eso significa que, si logro mi objetivo y llego, no me muevo hasta que me lleven para Espana. Vamos, que lo tengo claro. No salgo asi me encanonen para obligarme --dije sin pensar que le estaba hablando a un suboficial. De todos modos, en la situacion que estabamos no creia que me lo tomara en cuenta. --?Piensas que despues de esta yo voy a salir del campamento de nuevo? --pregunto confirmando mi broma. --Pense que eras mas valiente --me maldije por volver a hablar en voz alta, pero ya lo habia dicho. --Todos los somos hasta que nos vemos en estas --me sorprendio su respuesta--. En cualquier caso, no es lo mismo estar en grupo que como los dos estamos ahora mismo y menos mal que nos hemos encontrado --seguia andando mientras yo iba detras de el. --La verdad es que es en estos momentos cuando una se plantea la de cosas que haria a cambio de no estar en esta situacion. --Si, es verdad --decia girando su cara para transmitirme su media sonrisa. --Hasta me casaria con un guerrillero si me atrapara y me lo pidiera, todo con tal de no morir aqui --rei nerviosa solo de imaginarlo. --Yo te vendo a cambio de mi libertad --bromeo. --Pues vaya aliciente me acabas de dar --negue incredula. Sinceramente, no lo creia. No sabia por que, pero aquel hombre me transmitia seguridad. Quizas fuera por el simple hecho de que yo iba por alli sola como pollo sin cabeza hasta que me di de bruces con el o porque realmente sabia lo que hacia y eso se notaba. Seguimos avanzando con cuidado extremo y sin hacer apenas ruido. Evitabamos hablar cuando estabamos andando ya que el iba pendiente a cuanto nos rodeaba. ?Y yo? Yo iba pendiente a su culo, a ese que me guiaba hasta la posible salvacion. Hablando de culo, nunca me habia fijado en el y no podia negar que a traves de lo mucho que llevaba de ropa, mochila y demas, se dibujaba respingon, bien curtido. Ya se me pasaba de todo por la cabeza, el miedo mas que alejarme de pensamientos lujuriosos, me acercaba a una mezcla explosiva que evadia mi mente. ?Explosiva tenia que ser el termino? Vaya si era desafortunado, rei internamente.

  • La princesa del millon de dolares de Claudia Velasco

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  • Alianza de A.g. Keller

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    El dia que el principe Kadar regresa a palacio en compania de Kelly, su novia britanica, despues de pasarse siete anos viviendo en Londres, se entera que esa noche se celebrara en su nombre un banquete para anunciar al mundo entero, su compromiso. Un acuerdo pactado por sus padres hace quince anos, con la princesa Amira; una desconocida para el.

  • Litio de Malen Denis

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    Litio es una novela hecha de cartas que la autora se manda a si misma o a un desconocido, y que juntas suman la experiencia de la migracion, de precariedad, de una generacion millennial hiper-medicada en busca de esa felicidad que nadie encuentra.

  • Amor en la Frontera (Western 2) de Lee Vincent

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    Amor en la Frontera 2

  • Theodora de Christina Mcknight

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    Amistad…

  • Farina de Nacho Carretero

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    Coca, farlopa, perico, merca, Farina. Nunca Galicia comercializo un producto con tanto exito.

  • Cancion de invierno de S. Jae-jones

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    Oscura, romantica e inolvidable, Cancion de invierno es una encantadora historia para las lectoras de Dentro del laberinto y La bella y la bestia.

  • No todos los principes han sido ranas de Sweet Melibea

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    Ay, mi madre! --Me lleve las manitas a la boca, asombrada ante la belleza de aquel vestido que me iba a prestar mi amiga Cayetana. Cayetana tenia un vestidor de envidia y yo, lo cierto es que, en los ultimos anos habia tenido que renunciar a ciertos caprichos, pues Carmen, mi pequena hijita de tres anos, se habia convertido en mi prioridad en todos los sentidos. --?Te gusta? --me pregunto Cayetana, sonriendo. --?Que si me gusta? --pregunte yo, emocionada--. !Es una preciosidad! La verdad es que lo era. Era un vestido precioso de seda color marfil con ribetes dorados y sisa.--Quedara perfecto con una americana --me aconsejo Cayetana. Asenti, haciendo mover asi mi larga coleta de caballo de color rubio. --De eso si que tengo --dije poniendo morritos, despues cogi el vestido de las manos de Cayetana, el cual estaba metido en una funda de plastico y lo admire de nuevo. --Es un Dior, querida, cuidalo. --Is in Diiir, quirida, ciidili --se burlo Alejandra de Cayetana para despues guinarme un ojo. Ahi estabamos de nuevo las tres, como las tres mosqueteras, solo que, sin espada, pero siempre dispuestas a ayudarnos las unas a las otras. Le saque la lengua a Cayetana. --Te lo cuidare genial --le asegure convencida. Aquel dia era especial, pues Carmencita empezaba su primer dia de colegio, al igual que yo, ya que habia encontrado una plaza en la bolsa de trabajo en la que me habia apuntado y, ademas, tenia una cita. Hale, hale, alegria, todo junto. Lo ultimo es lo que mas preocupada me tenia, pues Carmencita era una nina muy extrovertida y estaba segura de que su adaptacion al colegio no seria un gran problema para ella, y en cuanto a mi nuevo trabajo, estaba encantada, pues ademas era en el mismo centro educativo al que iria Carmen y estaria cerca de ella, a pesar de que no pudiera verla. En efecto, me dedicaba a la docencia y habia tenido la suerte de poder dedicarme a ello nada mas terminar la carrera, algunos anos atras. Estudie un doble grado de magisterio infantil y primaria y, si bien habia trabajado ya con los ninos y ninas mas mayores, en primaria, aquel ano me habia tocado infantil. Pero mi gran drama era que, en aquel momento, en el que tenia casi veintisiete anos, para mi desgracia, todavia no habia encontrado a ese hombre que seria para mi un principe azul, porque, por supuesto, yo si creia en aquellos seres de cuya existencia han dudado la mayoria de las mujeres, asi que lo que mas angustiada me tenia era eso: la busqueda. No queria darme por vencida, pues Dani, el padre de Carmen y mi primer novio formal, perdio el azul de su capa de principe, asi que ansiaba encontrar un nuevo amor que tuviese aquellas caracteristicas. Mi relacion con Dani se habia convertido en algo un tanto toxico, pues tantos intentos nunca son buenos, por lo que hacia tiempo que habia decidido cortar de raiz cualquier lazo amoroso y tener una relacion meramente cordial por Carmen, la unica union que teniamos. Si habia tardado tanto tiempo en hacer aquello habia sido porque Dani era demasiado. Chupa de cuero, pelito de punta, algun que otro tatuaje escondido, chico de gym... tu ya me entiendes. Ademas, a todos esos atributos se sumaba el tiempo que habiamos estado como pareja y todos los momentos que habiamos pasado juntos. Pero, pese a todo eso, no dejabamos de ser incompatibles y eso yo lo sabia de sobra. Por supuesto, mis amigas Alejandra y Cayetana, habian decidido tomar partido en aquel asunto y, con fin de aportar su granito de arena, presentarme un par de chicos para que tuviera algunas citas. Nunca se sabia donde se podia encontrar el amor verdadero. --Seguro que impresionas a Miguel --dijo Cayetana. Asenti con la cabeza, aunque no las tenia todas conmigo, pues los nervios solian jugarme a menudo malas pasadas. Miguel era una de aquellas citas, amigo de Cayetana, y con el que quedaria para cenar aquella noche. --Y el a ti --anadio Alejandra sonriendo. --!Ya me diras! Alto, guapo, rubio como tu, nena. Y piloto. --Cayetana me guino un ojo. --Me estais poniendo nerviosa --admiti borrando toda sonrisa de mi cara--, y cuando me pongo nerviosa me hago cacota, asi que, por favor, os pido que... --Uy, cacota, dice --se carcajeo Alejandra interrumpiendome--. Carino, tranquila, todo va a salir bien. Eso no sucedera hasta esta noche, primero tienes que llevar a Carmen a su primer dia de escuela. Trague saliva, un apice mas tranquila, Alejandra tenia razon, aunque... --Un momento, ?me estas diciendo que esta noche si me cagare encima? --pregunte con la ceja arqueada. Alejandra solto una risotada. --!No! --exclamo--. Solo era una forma de hablar. Tengo que irme, mi turno en el hospital comienza en nada. Alejandra beso nuestras mejillas y se marcho de mi casa. Habiamos quedado pronto, justo antes de que me marcharse al colegio con Carmen, porque durante el dia, entre unas cosas y otras, nos seria imposible vernos. --Yo tambien me voy --dijo Cayetana. --?Tienes algo que hacer? --le pregunte interesada al tiempo que cogia el babi del colegio de Carmen y lo metia en su mochila de Peppa Pig, la cerdita rosa de dibujo animado que traia loca a mi hija. --Lo cierto es que no --contesto Cayetana mirandose una una--, asi que supongo que ire un rato al spa. Arrugue el ceno. Cayetana era asi, tenia dinero y solamente se dedicaba a actuar en recitales de piano. Menos mal que desde que Alejandra recupero su buena suerte, una vez la hubo perdido por haber interrumpido un ritual, nosotras tambien sufrimos el rebote de la buena fortuna y la habiamos recuperado tambien, y Cayetana habia logrado de nuevo subirse a un escenario y yo que me hija comiese como antes, ya que me escupia el pure en la cara y, por supuesto, volver a tener citas. Me encogi de hombros y Cayetana se levanto del sofa para marcharse, haciendo resonar por las baldosas del suelo sus caros zapatos de tacon. --Llamame cuando Miguel te haya traido a casa. --De acuerdo. --Un besito, cielo. --Cayetana se despidio con la mano antes de salir del apartamento y despues cerro la puerta. Fue en ese momento, cuando me quede sola, con Carmen un tanto adormecida en el sofa como unica compania, que tuve que respirar para controlar los nervios. <>, pense. --Carmen, bonita, ?al cole? --pregunte a mi nina con una sonrisa, conteniendo aquellas tontas ganas de gritar que habian aparecido de pronto. La pequena me miro a los ojos y asintio sin rechistar. --Perfecto. Vamos a ello. Y asi, comenzo mi dia, como tambien el resto de mi vida, aunque yo todavia no era consciente. Capitulo 2 Como habia esperado, la puerta del colegio estaba abarrotada de mamas y papas emocionados por el primer dia de colegio de sus retonos, sobretodo en el area de infantil. Los futuros companeros de clase de Carmen lloraban desganitados, tornandose asi rojas como los tomates sus caras; otros soltaban algun que otro gemido lastimero al tiempo que los moquillos salian de su nariz. Y luego estaba Carmen, que parecia totalmente impasible a lo que sucedia a su alrededor. --Mira todos tus amigos, Carmen --le dije agachandome para ponerme a su altura. Ella miro a su alrededor y despues mordio una de sus unitas, algo que habia heredado de mi. --Estan llorando, mama --dijo con la boquita pequena. --Si, tienen un poco de miedo, pero no va a pasar nada --le dije sonriendo, no fuera a ser que se pusiera a llorar ella tambien, con lo que bien que iba todo--. Tu no lloras, eres muy valiente. Ella me miro y me sonrio ladeando un tanto la cabeza, haciendo que sus dos coletitas se movieran. --?Me tengo que ir con la profesora? --Claro, aunque esta profesora es de ninos y ninas mayores, como tu. --Es verdad. --Vas a jugar un monton --le recorde acariciandole la pequena espalda con la palma de mi mano. Ella sonrio y asintio con la cabeza. En ese momento, la atencion de las madres se desvio hacia una persona que venia hacia el lugar en el que nos habiamos concentrado; suponia que seria la profesora, que venia a por sus pequenos alumnos, por lo que no preste demasiada atencion. Suerte que, al principio, durante algunas semanas, entraban de forma escalonada para que la adaptacion fuera menos dura. --?Es mi profe, mami? --pregunto Carmen, estirandome de la camiseta. Arquee mis cejitas. --Pues... Entonces, de entre todas las miradas que tenia a su alrededor, se centro en la mia, como si la estuviera buscando, como si realmente esperara encontrarme ahi. --?Nerea? Parpadee un par de veces, un poco aturdida. !Menuda casualidad! --Si --atine a decir, nerviosa. ?Por que? Pues no se, si no pasaba absolutamente nada, pero yo era asi, asi que vete acostumbrando a mis meteduras de pata por ponerme taquicardica. --Nerea Robles, si --dijo el chico, abriendose paso entre las mamas y papas, que comenzaban a mirarme con mucho interes. Sonrei. --Nacho, ?que haces aqui? --pregunte.

  • Primavera con una esquina rota de Mario Benedetti

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    Esta noche estoy solo. Mi companero (algun dia sabras el nombre) esta en la enfermeria. Es buena gente, pero de vez en cuando no viene mal estar solo. Puedo reflexionar mejor. No necesito armar un biombo para pensar en vos. Diras que cuatro anos, cinco meses y catorce dias son demasiado tiempo para reflexionar. Y es cierto. Pero no son demasiado tiempo para pensar en vos. Aprovecho para escribirte porque hay luna. Y la luna siempre me tranquiliza, es como un balsamo. Ademas ilumina, asi sea precariamente, el papel, y esto tiene su importancia porque a esta hora no tenemos luz electrica. En los dos primeros anos ni siquiera tenia luna, asi que no me quejo. Siempre hay alguien que esta peor, como concluia Esopo. Y hasta peorisimo, como concluyo yo. Es curioso. Cuando uno esta afuera e imagina que, por una razon o por otra, puede pasar varios anos entre cuatro paredes, piensa que no aguantaria, que eso seria sencillamente insoportable. No obstante, es soportable, ya se ve. Al menos yo lo he soportado. No niego haber pasado momentos de desesperacion, ademas de aquellos en que la desesperacion incluye sufrimiento fisico. Pero ahora me refiero a la desesperacion pura, cuando uno empieza a calcular, y el resultado es esta jornada de clausura, multiplicada por miles de dias. No obstante, el cuerpo es mas adaptable que el animo. El cuerpo es el primero que se acostumbra a los nuevos horarios, a sus nuevas posturas, al nuevo ritmo de sus necesidades, a sus nuevos cansancios, a sus nuevos descansos, a su nuevo hacer y a su nuevo no hacer. Si tenes un companero, lo podes medir al principio como a un intruso. Pero de a poco se va convirtiendo en interlocutor. El de ahora es el octavo. Creo que con todos me he llevado bastante bien. Lo bravo es cuando las desesperaciones no coinciden, y el otro te contagia la suya, o vos le contagias la tuya. O tambien puede ocurrir que uno de los dos se oponga resueltamente al contagio y esa resistencia origine un choque verbal, un enfrentamiento, y en esos casos justamente la condicion de clausura ayuda poco, mas bien exacerba los animos, le hace a uno (y al otro) pronunciar agravios, y, algunas veces, hasta decir cosas irreparables que enseguida agudizan su significado por el mero hecho de que la presencia del otro es obligatoria y por tanto inevitable. Y si la situacion se pone tan dura que los dos ocupantes del lugarcito no se dirijan la palabra, entonces tal compania, embarazosa y tensa, lo deteriora a uno mucho mas, y mas rapidamente, que una soledad total. Por suerte, en este ya largo historial, tuve un solo capitulo de este estilo, y duro poco. Estabamos tan podridos de ese silencio a dos voces, que una tarde nos miramos y casi simultaneamente empezamos a hablar. Despues fue facil. Hace aproximadamente dos meses que no tengo noticias tuyas. No te pregunto que pasa porque se lo que pasa. Y lo que no. Dicen que dentro de una semana todo se regularizara otra vez. Ojala. No sabes lo importante que es una carta para cualquiera de nosotros. Cuando hay recreo y salimos, de inmediato se sabe quienes recibieron cartas y quienes no. Hay una extrana iluminacion en los rostros de los primeros, aunque muchas veces traten de ocultar su alegria para no entristecer mas a los que no tuvieron esa suerte. En estas ultimas semanas, por razones obvias, todos estabamos con caras largas, y eso tampoco es bueno. De modo que no tengo respuesta a ninguna pregunta tuya, sencillamente porque carezco de tus preguntas. Pero yo si tengo preguntas. No las que vos ya sabes sin necesidad de que te las haga, y que, dicho sea de paso, no me gusta hacerte para no tentarte a que alguna vez (en broma, o lo que seria muchisimo mas grave, en serio) me digas: <>. Simplemente queria preguntarte por el Viejo. Hace mucho que no me escribe. Y en este caso tengo la impresion de que no hay ninguna otra causa para la no recepcion de cartas. Solo que hace mucho que no me escribe. Y no se por que. Repaso a veces (solo mentalmente, claro) lo que recuerdo haberle escrito en algunos de mis breves mensajes, pero no creo que haya habido en ellos nada que lo hiriera. ?Lo ves a menudo? Otra pregunta: ?como le va a Beatriz en la escuela? En su ultima cartita me parecio notar cierta ambiguedad en sus datos. ?Te das cuenta de que te extrano? Pese a mi capacidad de adaptacion, que no es poca, esta es una de las faltas a las que ni mi animo ni mi cuerpo se han acostumbrado. Al menos, hasta hoy. ?Llegare a habituarme? No lo creo. ?Vos te habituaste? Heridos y contusos (Hechos politicos) --Graciela --dijo la nina, con un vaso en la mano--. ?Queres limonada? Vestia una blusa blanca, pantalones vaqueros, sandalias. Los cabellos negros, largos aunque no demasiado, sujetos en la nuca con una cinta amarilla. La piel muy blanca. Nueve anos; diez, quiza. --Ya te he dicho que no me llames Graciela. --?Por que? ?No es tu nombre? --Claro que es mi nombre. Pero prefiero que me digas mama. --Esta bien, pero no entiendo. Vos no me decis hija, sino Beatriz. --Es otra cosa. --Bueno, ?queres limonada? --Si, gracias. Graciela aparenta treinta y dos o treinta y cinco anos, y tal vez los tenga. Lleva una pollera gris y una camisa roja. Pelo castano, ojos grandes y expresivos. Labios calidos, casi sin pintura. Mientras hablaba con su hija, se habia quitado los anteojos, pero ahora se los coloca de nuevo para seguir leyendo. Beatriz deja el vaso con limonada en una mesita que tiene dos ceniceros, y sale de la habitacion. Pero al cabo de cinco minutos vuelve a entrar. --Ayer en la clase me pelee con Lucila. --Ah. --?No te interesa? --Siempre te peleas con Lucila. Debe ser una forma que ustedes dos tienen de quererse. Porque son amigas, ?no? --Somos. --?Y entonces? --Otras veces nos peleamos casi como un juego, pero ayer fue en serio. --Ah si. --Hablo de papa. Graciela se quita otra vez los anteojos. Ahora muestra interes. Bebe de una sola vez la limonada. --Dijo que si papa esta preso debe ser un delincuente. --?Y vos que respondiste? --Yo le dije que no. Que era un preso politico. Pero despues pense que no sabia bien que era eso. Siempre lo oigo, pero no se bien que es. --?Y por eso te peleaste? --Por eso, y ademas porque me dijo que en su casa el padre dice que los exiliados politicos vienen a quitarle trabajo a la gente del pais. --?Y vos que respondiste? --Ahi no supe que decirle, y entonces le di un golpe. --Asi el papa podra decir ahora que los hijos de los exiliados castigan a su nena. --En realidad no fue un golpe, sino un golpecito. Pero ella reacciono como si la hubiera lastimado. Graciela se agacha para arreglarse una media, y quiza tambien para tomarse una tregua o reflexionar. --Esta mal que la hayas golpeado. --Me imagino que si. Pero ?que iba a hacer? --Tambien es cierto que su padre no deberia decir esas cosas. El sobre todo tendria que comprendernos mejor. --?Por que el sobre todo? --Porque es un hombre con cultura politica. --?Vos sos una mujer con cultura politica? Graciela rie, se afloja un poco, y le acaricia el pelo. --Un poco si. Pero me falta mucho. --?Te falta para que? --Para ser como tu padre, por ejemplo. --?El esta preso por culpa de su cultura politica? --No exactamente por eso. Mas bien por hechos politicos. --?Queres decir que mato a alguien? --No, Beatriz, no mato a nadie. Hay otros hechos politicos. Beatriz se contiene. Parece a punto de llorar, y sin embargo esta sonriendo. --Anda, traeme mas limonada. --Si, Graciela.

  • Mi jefe otra vez de Whitney G

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    Cuando ella y Jonathan empiezan a preparar la boda de sus suenos para formalizar su compromiso de amor eterno, Claire se da cuenta de que el doloroso pasado que habia dejado atras esta mucho mas encima de lo que pensaba, y la duda parece querer instalarse en su perfecta vida junto a Jonathan.

  • Antes de caer de Erika Fiorucci

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  • Humeda de Francisco Correa

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    La distancia es el olvido, o por lo menos eso es lo que dicen, y esa es la esperanza que tiene Alicia, al emprender un crucero solo para solteros, valga destacar. Lo ha hecho por la insistencia de sus amigas, que no dejan de alentarla para que se olvide de las terribles circunstancias que le han sucedido durante los ultimos anos. Mientras se dirige en taxi al aeropuerto para tomar un vuelo, que la llevara de Madrid a Bari en Italia, donde se encuentra el puerto para abordar el crucero, no puede evitar recordar todo lo que sufrio por culpa de un supuesto amor. Uno que, en vez de sumar, le resto, le rompio el corazon y la autoestima en mil pedazos, y que ella no supo terminar a tiempo, de no ser por la intervencion de sus grandes amigas Lucia y Rocio. Le parecia increible que, lo que habia comenzado como una bonita relacion llena de amor y detalles, se habia convertido en un infierno. Alicia conocio a Sergio hace mas o menos tres anos, cuando ella comenzo en un nuevo trabajo en una compania de publicidad, y el tambien trabajaba alli hacia ya dos anos. Era un hombre muy guapo, alto, rubio, con muy buen cuerpo, unos ojos color avellana muy grandes y unos labios delgados, pero con una sonrisa que a cualquier mujer hacia temblar. Siempre se mostraba considerado, la ayudo a ponerse al dia con los clientes y sus requerimientos. Una maravilla, o por lo menos eso parecia. Empezaron a compartir almuerzos, y salir de copas los viernes con companeros del trabajo. Se enfrascaban en largas conversaciones de las series de moda, peliculas de estreno, musica y libros. Tenian tambien en comun, ser hijos de padres divorciados y tener dos hermanos cada uno. Al paso de los meses, comenzaron a quedar para recorrer los sitios turisticos de Madrid, porque el era de Barcelona, y con el trabajo apenas la habia quedado tiempo en dos anos para conocer mejor la ciudad. Recorrian juntos El Retiro, pasando las tardes de domingo juntos, o salian de copas el sabado por la noche. Nunca surgian insinuaciones romanticas de ningun tipo, solo disfrutaban el tiempo juntos. Habia mucha complicidad entre ellos y eso se notaba. Ella continuaba saliendo en citas con algunos chicos, pero nada pasaba a mayores, en realidad tenia bastante tiempo sin tener una relacion, ni siquiera de sexo ocasional. El salia con chicas muy guapas, rubias con piernas interminables, con porte de modelo, ese era el tipo de mujeres que le gustaban a Sergio. Nada que ver con ella, que era guapa, no porque ella lo sintiera asi, si no, porque la gente solia decirselo. Alicia es de piel morena clara, con cabello castano abundante y con unas ondas naturales muy bonitas, ojos verdes con unos toques amarillos, labios carnosos, no muy alta y con curvas. Pero el problema no era la percepcion de los demas, el problema era su propia percepcion. No tenia muy alta autoestima, siempre se sintio la chica fea. Ella preferia pasar el tiempo leyendo, sacando buenas calificaciones y destacar en el ambito laboral, que dedicarse horas y horas como lo hacian sus amigas para arreglarse, ya que, segun ella, no tenia "arreglo". Con el paso de los anos comprendio que era guapa, porque los chicos siempre querian salir con ella, y aparentemente supero todos los complejos que habia tenido en la adolescencia. Pero luego se dio cuenta que no habia sido asi, nunca los supero del todo. Un dia despues de una semana dificil en la oficina, Sergio invito a Alicia a las acostumbradas copas de los viernes. Pero esa semana todos estaban complicados con otros compromisos, y fueron solo ellos dos. Alicia que no solia tomar mucho alcohol, se tomo tres gin-tonic, y se sentia un poco achispada. Despues de tantos meses de sequia sexual, nunca habia sido una mujer con un apetito sexual muy grande, pero, ya mas de seis meses era mucho. Y para que negarlo, Sergio estaba muy bien. El por su parte, siempre habia visto guapa a su amiga y companera de trabajo. Pero no queria estropear la relacion que tenian, por un simple revolcon de una noche. Pero esa noche habia algo que fluia entre los dos, una energia que no se podia describir con palabras. Algo de lo que mas adelante, ambos se arrepentirian. En el lugar donde se encontraban pusieron una cancion que le encantaba a Alicia, ella lo invito a bailar, y el la tomo por la cintura, ella paso sus brazos por el cuello de el, quedando bastante cerca. Podian oler la fragancia uno del otro. El le paso los labios por el lobulo de la oreja, buscando proximidad, ella giro el rostro y le dio un beso suave, primero, sin abrir la boca. Luego se besaron con ganas. Se marcharon juntos al piso de el. Nada mas al entrar, se quitaron la ropa y tuvieron por primera vez un encuentro apasionado que los dejo sin aliento. Ambos se sentian muy bien, ella se quedo a dormir y a la manana siguiente repitieron. Se dieron cuenta que no habia sido un polvo de una noche, querian mas. Las cosas fueron fluyendo, convirtieron su vida en una rutina. Asistian al trabajo, compartian almuerzo y luego salian en el coche de el. Iban al piso de ella, pedian algo para cenar, veian alguna pelicula, hacian el amor y luego el, se marchaba a su piso. Trataban de que en el trabajo no se enteraran de la relacion que tenian, no querian que se prestara para rumores o malas interpretaciones, por lo menos hasta que no estuvieran seguros, que querian algo mas serio. Llevaban casi seis meses con la relacion, cuando Sergio decidio lanzarse y pedirle a Alicia que se mudara a su piso, ya que, segun el, era mas grande y mas cerca de la oficina. Alicia acepto sin pensarlo mucho. Se mudo al piso de Sergio con mucha ilusion y muchos planes, en ese momento ella ya estaba enamorada hasta la medula de el. La vida en comun comenzo siendo un lecho de rosas, compartian gastos porque ella habia insistido, el no se lo tomo muy bien, porque decia que, "el hombre debe ocuparse de todo lo de su mujer". Esta era la primera senal de alerta. En la oficina, ya todos estaban al tanto que estaban juntos, y eso no suponia ningun problema. No habia reglamento que se los impidiera, ambos cumplian con sus trabajos de manera eficiente. Al llegar a casa se amaban, y en la cama se complementaban muy bien, Sergio era buen amante y ella hacia lo posible por complacerlo. Aunque algunas cosas no terminaban de gustarle, ella aceptaba. Como el hecho de que siempre el tenia que tener el control, habia momentos en que el la azotaba y eso no la ponia muy caliente. Le encantaba ver porno, eso si lo veia solo, parecia obsesionado, hubiese preferido que la dejara a ella poner en practica todas las fantasias que tenia. Cada vez, que esta se lo mencionaba, le decia que una mujer decente no hacia esas cosas. Segunda senal de alerta. Pero lo que desencadeno el desastre, ocurrio al ano de estar viviendo juntos. En la oficina quedo vacante el puesto de gerente de cuentas, por el que se encargaba de supervisar a todos los publicistas del departamento, y se tomarian en cuenta a algunos de los chicos y chicas, que ya contaban con experiencia en la compania. Era de suponer que tomarian en cuenta el tiempo que estuviesen trabajando, los estudios, es decir, varios factores. Sergio contaba con mas experiencia en el area, en la empresa y estudios de postgrado en negocios, que lo hacian el candidato por excelencia para el puesto. Por su parte Alicia, tambien era especialista en marketing digital y hablaba ingles, frances e italiano. Habia hecho un master en negocios y lo mas importante, era muy accesible a las personas. Caso contrario de Sergio, que tenia un caracter un tanto dificil. Los directivos de la empresa se decidieron por Alicia, cosa que aparentemente no molesto a Sergio, que se mostro feliz por el nombramiento de su chica. Para Alicia, como era logico, le aumentaron el sueldo, le dieron un despacho para ella sola y le asignaron una secretaria, un cambio total en las condiciones de trabajo, y bien merecidas. Pero lo mas importante que cambio en la vida de Alicia, fue su relacion de pareja. A los pocos dias de estar en el cargo, la agencia gano un cliente muy importante que significaria miles de euros. Ella tenia que asignarle la cuenta al creativo con mas experiencia, y se decidio por Sergio. Alicia se reunio con el cliente y con Sergio, para definir la estrategia promocional de un nuevo producto. Durante la reunion, Sergio se mostro prepotente, llevandole la contraria a ella en todo lo que mencionaba. A lo que reacciono dejandole en claro y de manera muy profesional, que la que tomaba las decisiones finales en cuanto a la campana, eran ella y el cliente. Eso lo tomo de muy mala manera. Esa tarde ella se marcho sola a casa, porque el desaparecio de la oficina. Aparecio a eso de las dos de la madrugada, muy tomado y la desperto. -- Sergio, ?Que ha ocurrido? ?Por que vienes borracho? -- Le pregunta Alicia. -- ?A ti que te importa? ?O tambien tu decides cuando puedo beber o no? -- Le responde Sergio con altaneria. -- No carino, no quise decir eso. Solo que me extrana, porque tu no sueles beber. ?Vamos a dormir vale?, que manana tenemos que madrugar. -- Cierto, si no mi jefa me puede correr del trabajo. -- Dice de nuevo con sarcasmo. -- Sergio, dejalo ya, ?si? -- ?Y si no lo dejo que? -- Le grito con violencia, tomandola del cabello. -- Ya carino, esta bien… Esta bien. -- Dice Alicia llorando y tratando de zafarse del agarre. Sergio parecio reaccionar y la solto, se dio cuenta de lo que habia hecho y le pidio disculpas. Se fue al bano y se dio una ducha, al regresar se acosto a dormir como si nada habia pasado. Tercera senal de alerta. Alicia se volteo dandole la espalda y lloro todo lo que restaba de noche, sin poder pegar un ojo. A la manana siguiente, el le pidio disculpas de nuevo, diciendole que no sabia que le habia pasado, que no volveria a ocurrir. Que era un imbecil y que la amaba muchisimo. Ella, como una tonta lo perdono, y pasaron unos cuantos dias de relativa tranquilidad. No digamos felicidad, porque despues del episodio de la borrachera, algo como que se comenzo a resquebrajar entre ellos. Alicia hacia lo posible por pedirle las cosas en el trabajo, de una forma que el no se sintiera disminuido. Tampoco es que ella tratara mal a nadie, pero es que a la menor diferencia en el plano laboral, el se ponia como un monstruo. Cosa que estaba haciendo que la gente comenzara a hablar, porque eso le estaba quitando seriedad y credibilidad a Alicia. Por otro lado, a la menor discusion que tenian, Sergio desaparecia y llegaba al dia siguiente a cambiarse la ropa para ir al trabajo. Siempre venia con una historia nueva, "que se habia quedado con algun amigo, porque estaba molesto y queria evitar encontronazos con ella". Las cosas se pusieron peores un dia que ella se esmero unas cuantas horas, en preparar una cena especial. Puso velas y musica, como solian hacer cuando comenzaron a estar juntos. El llego a casa y la saludo con un beso. Alicia le pidio que destapara una botella de vino que tenian guardada. Se sentaron a la mesa a disfrutar de la comida. Comenzaron a hablar de muchas cosas, con un ambiente tranquilo, saboreando el filete de ternera con vegetales que estaba delicioso. Hasta que tocaron el tema de trabajo. -- Sergio, se que estas semanas hemos estado un poco agobiados. Pero te recuerdo que para el martes a primera hora necesito la propuesta del cliente para el lanzamiento. Hubo un silencio previo, como acumulando una potente respuesta. -- !Joder, Alicia! Yo se lo que tengo que hacer, no tienes por que repetirlo todo el tiempo. -- Le dice alzando la voz. -- No tienes por que molestarte, es un simple comentario. Ademas, yo soy la que tiene que dar la cara ante los directivos de la empresa, y ante el cliente. -- Le responde Alicia, levantando tambien la voz. -- Si, eres la jefa, y no se porque. Aunque ya me lo imagino. -- ?Que quieres decir con eso? -- Que supongo que debes haberte follado a medio mundo, para que te pusieran por encima de mi, que tengo mas experiencia que tu para ese cargo. -- Le grito. Se quedo estupefacta, no parecia una respuesta de alguien a quien "amaba". -- Si seras imbecil, ?como te atreves? Ella se pone de pie para irse a su habitacion. El la tomo con fuerza del brazo, haciendole dano. -- !Sueltame! -- Le grita Alicia. Ella trata de soltarse, a lo que el reacciona agarrandola con mas fuerza aun.

  • El vuelo del petirrojo de Jose Luis Jimeno Zarza

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    ?Puede una nina de once anos sobrevivir sola en un conflicto belico?
    Angela apenas ha salido de la ninez cuando mira de frente al hambre, el frio y la represion de los vencedores; no obstante, el amor y la solidaridad de algunas personas que aun conservan la pureza de los inocentes, dulcificaran esa mirada de nina que ha tenido que contemplar tantas tragedias.
    Esta es la historia de tres mujeres fuertes que luchan solas en un mundo que parece haberse vuelto loco. La historia de Julia, madre coraje que no esta dispuesta a renunciar a sus ideales. La de la dulce Maria, segada su juventud solo por haber nacido mujer y hermosa. Y la de Angela, la adolescente que conseguira doblegar los barrotes de esa ciudad sitiada y emprender el vuelo hacia la madurez.
    Y en el recuerdo, como un espejismo entre el horror, las tardes felices de un jardin cordobes y las figuras de dos hombres, que aunque ya no esten, siguen presentes en los corazones.

  • La historia de amor mas bonita del mundo, Brendan Kiely de Brendan Kiely

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    Hendrix es un joven de diecisiete anos solitario e interesado en la poesia. Su madre viaja mucho por trabajo y su abuelo reside en un complejo de apartamentos adaptados para enfermos de alzheimer. Siente que su familia se esta desmoronando. Entonces conoce a Corrina, una joven de su clase de poesia que canta en la calle. Corrina quiere huir a Nueva York y Hendrix decide ayudarla. El camino es largo, esta lleno de aventuras, imprevistos y sorpresas.Un viaje en el que no hay vuelta atras y que les cambiara para siempre.

  • Mi libro enterrado de Mauro Libertella

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    Relato autobiografico sensible y equilibrado sobre la muerte de su padre, Hector Libertella, escritor de culto e impulsor de un canon alternativo en la literatura argentina.

  • Balsamo de Juan Antonio Vallejo Narvaez

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    Atipica, hipnotica, brutal. Un thriller que no te dejara indiferente.

  • Tras el desvario del amor (Sexo, amor y rock ‘n’ roll 2) de J. A. Silva

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    La vida de Leo es una autentica tortura ahora que no esta Liliana. Al enterarse de que ha sido enganada, la chica se va, sin darle la oportunidad a Leo de explicar lo ocurrido.
    Ni siquiera el puede recordar lo sucedido. En su mente todo esta confuso, nada tiene sentido y se encierra en la soledad por el dolor que siente al haber perdido a su amada.
    Liliana, en busca de cobijo, vuelve a la ciudad con sus padres. Alli descubre que nada es como antes y su vida comienza a ir de mal en peor.
    Los dos mundos que antes unio el destino se separan como si de un juego de ninos se tratase. Y aunque la llama intenta apagarse, no hay retorno a la conciencia tras el desvario del amor.

  • Un millar de flores de Lis Haley

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    “Tras dejar atras su Japon natal, Kaori elije Nueva York como destino en el que vivir segun sus propias normas. Va disenando su futuro a traves del pequeno negocio de arreglos florales que dirige, y solo se lamenta porque posee una brujula de lo mas erronea para elegir pareja. Por este motivo, no le extrana verse atrapada en una irresistible atraccion hacia un hombre de negocios que tiene planificado hasta el ultimo milimetro del resto de su vida.
    Victor Tilman tiene un unico objetivo: conseguir que la Tilman Company Purchases, su empresa inmobiliaria, sea la numero uno a nivel internacional. Con ese objetivo, se compromete con Ariana Fox, hija del magnate que supone su principal competidor. A pocos dias de la boda, su sofisticada prometida le pide que consiga los centros florales mas bonit”

  • Pelillos Al Cafe de Goya Red Summer

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    Todo empezo cuando rasure la barba de mi abuelo. No le corte ni una sola vez. Jamas me hubiese perdonado que manchara de sangre su camisa nueva. Nada de lo que te cuente tiene importancia si decir que mi abuela acababa de morir. Ibamos a su funeral. Las palabras de mi abuelo fueron: No voy a despedirme de mi senora con estas pintas de hippie desarrapado. Por supuesto que no, abuelo. Le deje hecho un pincel. Me opuse, claro que me opuse. Mientras el resto de la familia se vestia como se supone que te debes vestir en ocasiones como estas, yo estaba sentada frente a un taco de folios blancos. Ahi me quede, a la espera de que en un momento de derrota y despedida, las palabras brotaran de mis tripas, recorrieran cada una de mis venas y los dedos las tradujeran a ritmo moderado un particular adios. No voy a enganarte, queria arrancar las lagrimas de mi familia, demostrar que bajo la fachada sobria en la que se enfrascaban a diario, habia algo de humanidad en ellos. Pero nada de eso paso. Me quede en silencio en mi cuarto, vi el amanecer, me di una ducha, me tome un cafe mirando viejos albumes, repase notas que tenia en viejos cuadernos cubiertos de polvo en las estanterias de arriba y retome el blanco de las hojas vacias de nuevo. Eche a llorar. Cuando se me secaron las mejillas sali al pasillo y mi abuelo me tendio la emboscada mas grande de su vida. Llevaba la camisa desabrochada, una camiseta de algodon ridiculamente estrecha por debajo y el pelo revuelto. --He engordado un poco --me dijo con cara de asombro--. Ayudame, Gaia, por favor. --!Todavia asi! Mama te mata. Mi madre era, y es, un ser complicado. Coge la primera revista de moda que encuentres. Mira la contraportada. Asi es mi madre. Altiva, engreida, petulante. Bueno, la clase de madre que no quiere una hija como yo, pero si unos hijos como mis hermanos. Que orgullosa estaba de ellos. Luca y Leon, valientes megalomanos. Dos anos mas pequenos que yo pero con el mismo ego que un octogenario que haya superado once operaciones a corazon abierto. Iban por la vida con la intencion de aparentar que lo sabian todo, pero nada mas lejos de la realidad. De los dos, Leon era el mas espabilado y, sin saber a dia de hoy si tiene algo que ver o no, peor persona. Luca era corto. No bobalicon o inocente, no: corto. Joder, los tres nos habiamos tragado todo el cine italiano del siglo XX, habiamos leido a Nietzsche, a Schopenhauer, a Maquiavelo y montamos lo suficiente a caballo de pequenos para tener conciencia de disciplina. No parecia tonto despues de haber hecho todo eso, pero un dia me dijo que era mucha casualidad que el agua se congelase a cero grados centigrados e hirviera a los cien. Leon le dio con el codo en las costillas sin decirle nada. Yo puse los ojos en blanco. --Tu madre esta en la peluqueria --se justifico mi abuelo. --Y tu deberias haber ido con ella --pense en alto mirandole el pelo. Dio media vuelta y se metio en su cuarto. Se lamio la mano y trato de peinarse el remolino que se le formaba en la frente. Con el gris oscuro de sus canas perecia un huracan furioso. Furioso porque su sirena se habia ido, furiosos porque no la volveria a ver en mucho tiempo, furioso porque aun no la habia llorado todo lo que tenia que llorarle. --No voy a despedirme de mi senora con estas pintas de hippie desarrapado --como os dije, dijo--. Ven. Mi abuelo era, y es, peculiar. En el pecho llevaba el tatuaje de una virgen que se hizo, naturalmente, antes de conocer a mi abuela y sentar la cabeza. Aun asi siempre juro que era ella a la que llevaba retratada, y lo decia tan convencido, que el tatuaje lo disfrazamos de premonicion y destino para justificar que decia la verdad. Tenia un tono azulado que se confundia sus las venas de pecho palido y angosto. Formaban parte el uno del otro, siempre lo pense asi. Le segui. Lo hice porque no sabia, ni se me paso por la mente, lo que me pediria. --Me gusta la raya al lado. Y no me quites las patillas, me hacen mas esbelto -dijo estirando el cuello mientras observaba su perfil en el espejo --?Lo ves? Si la abuela estuviese aqui te pagaria porque me las quitaras. Nunca quiso que fuese muy guapo, por si me robaban, ?sabes como te digo? Juntos hasta la muerte --susurro con la mano en el pecho. Grave y arenosa, asi sono su voz. Tan convencido como de que mi abuela estaba en el dibujo de su pecho como de que yo podria ayudarle. --Claro. Pero, ?quieres que te corte y todo? --Por favor, no. --Si. El pelo crece, la vida acaba. Fui a buscar las tijeras buenas al bano de mi madre. Olia a una mezcla pomposa y desagradable de los mejores perfumes de mis hermanos. Cedro y sandalo. Violeta y mimosa. Se habian banado en esencias extravagantes para enfundarse en prendas oscuras, nuevas y almidonadas. Apostaria mi mano derecha a que ensayaron el apreton de manos que darian a los asistentes en la iglesia. Eran unos capullos. Tengo que ser adoptada, seguro. Apoyado en la jamba, Luca me hablo: --?Sabe mama que le estas cogiendo las tijeras? --Si, le he llamado para pedirle permiso --dije. Cuando hablo con ellos de verdad espero que me entiendan, pero no suelen hacerlo a menudo. Evidentemente, no la habia llamado. La ironia y Luca aun no tenian el placer de conocerse. --Bien --como si mi hermano pequeno fuese mi instructor en la vida--. ?Quieres estar guapa para Abigail? --No puede venir. --?Y eso? --pregunto llevandose las manos a los bolsillos. --Tiene trabajo --dije. Respire hondo --Mira, Luca, de verdad. No me apetece darte explicaciones de nada. Abbie trabajaba tanto que, si ganase el minimo por hora establecido por la ley, tendria un par de casas a su nombre y tres coches en la puerta. Sin embargo, Abbie y yo viviamos en un sexto sin ascensor, minusculo y tendiamos la ropa en radiadores electricos. Su jefe era un tirano. Leon algun dia seria como el. --Es tu amiga, deberia venir a algo como esto --para mi sorpresa, coincidia con lo que intentaba decirme. --Es mi novia, no mi amiga. Pero, si, deberia venir. No se, Luca. Es el menor de mis problemas ahora mismo. La abuela ha muerto, todo lo demas me da un poco igual, la verdad. Luca se fue con una sonrisa ironica en la cara. Cuando se reia le florecia un maldito hoyuelo en su mejilla. Los gemelos no eran de reirse a carcajadas, pero siempre llevaban una sonrisa picarona que habian mejorado con el paso del tiempo y el hoyuelo les delataba. Era imperceptible para el resto de la especie. Para mi sus intenciones se hacian evidentes bajo esa marca. Abbie no fue bienvenida nunca. Hoy tampoco. Aun asi esa falsa modestia heredada de mi madre les hacia parecer encantadores. Nada mas lejos de la realidad, eran unos capullos, sobre todo Leon. Cuando llegue al cuarto de invitados, mi abuelo ya se habia colocado una toalla sobre los hombros. La habia anudado torpemente y se habia dejado un hueco considerable entre el cuello y la espalda. Hasta la crin mas gruesa de caballo entraria por ahi. Trate de colocarselo mejor sin hacerle parecer un desastre. Sonrio. --A tu abuela le va a encantar. --Estoy segura de que si. Una taza de agua basto. Fui metiendo la yema de los dedos en ella y dejando caer las gotas en su cabeza. Una de ellas resbalo por la frente se mi abuelo hasta su nariz. La respiracion pausada pero profunda la hizo desaparecer. Se descompuso con la exhalacion de mi abuelo y seguramente cayeron centenas de micro esferas a su regazo. Una explosion de moleculas. Le moje el pelo. El agua estaba tibia y oscurecia aun mas las canas de mi abuelo. La raya al lado, como el me pidio. Hasta ahora no me habia dado cuenta de lo gratificante que era cortar el pelo a alguien. Era como deshacerse del pasado para siempre. Todo lo contrario al apego; cortar, retirar, barrer. Era liberarse. Mi abuelo tuvo muchos demonios en su vida y yo los estaba mutilando. No le recuerdo fuera de casa hasta este dia. Por foto le habia visto hasta bailar, pero mi abuela enfermo antes de que yo naciera y, segun me contaron, desde entonces que el no bailaba. Cuando mi abuela salio del hospital para marchitarse poco a poco en su propia casa, mi abuelo agarro del reposabrazos una de las butacas de su salon. A pulso. Solo. Retiro su mesilla de noche y coloco el que seria su nuevo asiento favorito. Cuando se cansaba de estar sentado, daba paseos por el cuarto o se tumbaba boca abajo en los pies de la cama. Era enorme, mi abuela no llegaba con los pies al final del colchon. A veces se quedaba dormido ahi, como un gato. Custodiaba los suenos de mi abuela. Paso asi treinta de sus setenta y nueve anos. --Te voy a peinar ya, ?vale? --Espera --me dijo--. Busca en mi bolsa el neceser y traemelo. Es azul. Un neceser azul. --?Este? --Si, ese. El azul, el azul. Trae. La maleta de mi abuelo era un escaparate variopinto. Debajo de sus camisas y sus pantalones de pinzas, tenia una decena de libros antiquisimos, una brujula y un mapa de carretera descolorido. Yo suponia que se quedaria bastante tiempo en casa de mi madre, despues de todo ocupar de nuevo ese sillon en una habitacion vacia no seria el hogar que hubiese deseado para el, pero la casa no era tan grande como para usar brujula. Ah, abuelo, que magicos estos artilugios tuyos. Abrio el neceser y saco una brocha, un frasco y una cuchilla. --?Me afeitas? Sobre todo el cuello y la nuca, que eso ya solo no puedo. !Ah! Y cuidado con el bigote --me dijo el adorable caradura. --No voy a afeitarte. No. --?Crees que te lo pediria si pudiera hacerlo yo? Vamos... Soy un viejo que ya no vale para nada --esas palabras no se las creia ni el. Era un chantaje en toda regla al que acabaria cediendo. --No. Lo hice. Por supuesto que lo hice. Mi abuelo tenia una piel agrietada. No, no es esa la palabra. No eran grietas, eran rias. Lo se porque cuando rasuraba su cuello le broto una lagrima que recorrio su mejilla por un canal que antes yacia seco. El mar eran sus ojos, salados, llenos de despedida y de recuerdos. Como brillaban; tanto como la cuchilla que acariciaba su cara descabezando el trigo plateado que emergia de el. Era un hombre gris, mi abuelo. Ese dia lo era. Sin ella que matices le esperaban. --Bien al ras, Gaia. No quiero nada de ayer en mi. No le deje nada de ayer en el. Supongo que en la ducha froto hasta hacerse dano en la piel porque no soportaba el terrible peso de una sola fibra que llevase el nombre de mi abuela. Cuando acabe no dijo nada. El se miro al espejo, irreconocible. Tanteo sus patillas, encendio el grifo y se echo agua fresca en la cara. Se seco con la toalla de sus hombros, la sacudio y la dejo perfectamente doblada encima del lavabo. Hasta la cena familiar de esa noche, no hablo. --!Por la abuela! --dijo levantando su copa e incorporandose torpemente mientras recolocaba su cinturon. Yo, por supuesto, agarre mi copa y observe que nadie mas lo hacia. En un acto de solidaridad, me levante. Ahi estabamos, uno frente al otro, tratando de arrancar a esa panda de insensibles un acto de conmemoracion y respeto. Y de amor, sobre todo de amor. --Por la abuela --mire a mis hermanos furiosa. --Por la abuela --susurro Luca levantandose. Leon se le quedo mirando con un codo por encima del respaldo de su silla. Mi madre se froto las manos y suspiro mientras cogia su copa y la alzaba. --Por mama --dijo. --Levantate, Leon --le ordeno. Cuando mis hermanos nacieron yo ya tenia cinco anos y habia disfrutado algo mas de la abuela. Ellos, sin embargo, el recuerdo mas lejano que tienen es de cuando ya no podia levantarse y se orinaba encima. El beso de saludo y el beso de despedida se les obligo siempre, pero mientras yo ya empezaba a tener conciencia de las cosas y me quedaba leyendo a su lado, ellos correteaban por el pasillo y la terraza sin acercarse mucho a su cuarto. Mi madre se llevaba a mi abuelo a la terraza, en parte para vigilar a los gemelos y para hablar de asuntos de mayores, como a mi me decian, sin que la abuela se enterase. --Gaia, ve a jugar. Debe hacer un dia maravilloso. Que te de el sol en ese pelo de fuego que tienes. --No abuela. Ya me da el sol todos los dias --le decia peinando los rizos que inundaban mi cara. Leon se levanto de mala gana, se fue a la licorera del comedor y se sirvio un whisky sin hielo. Le dio un par de vueltas en el vaso antes de aproximarse a la mesa y levantar su vaso algo mas alto que los del resto. --Por ella, la senora que nos ha dejado pelados --bebio de un trago el whisky mientras los demas bajabamos las copas. --!Leon! !Controla lo que dices! --grito mi madre. --Deja de beber. !Luca! Quitale la copa a tu hermano. --Eres un capullo borracho --le dije mientras salia en busca de mi abuelo que habia salido del comedor tras escucharle. --!Borracho como papa! !Egoista como la abuela! Pero mas honrado que tu, hermanita. A mi no me mantiene mi novia. Por cierto, ?donde esta Abbie? --grito dando pasos torpes por todo el comedor. --Te has pasando --le dijo Luca sentado en su silla. --!Oh, callate, lelo! --le contesto. Cuando encontre al abuelo tras zigzaguear por toda la casa, ya se habia puesto un abrigo y llevaba una maleta consigo. Le agarre del hombro y al darse la vuelta vi que lloraba. De sus mares cayeron todas las rias del continente. Lo abrace, el metio la cabeza entre mi cuello y mi hombro y sollozo tres veces hasta que un grito de mi madre llamandole le recompuso. --Antes de que venga tu madre, toma --me dio un sobre. --Esto es tuyo y solo tuyo, ya lo he arreglado. No le digas nada a tu madre ni a tus hermanos. --Abuelo --le dije confusa mirando el sobre y su maleta. --No hace falta que vuelvas a casa, esta es tu casa ahora. --Gaia, yo no he dicho que me vaya a casa. Se fue misterioso por la puerta de la cocina. Cuando mi madre llego yo estaba sola con la mirada perdida en direccion al picaporte que acababa de resonar el cierre. La ignore completamente. --Gaia, mirame. No tenia nada que hablar con ella ni con nadie. Recogi mi bolso y me fui a casa. La noche estaba despejada, la ciudad tranquila y mi curiosidad aflorando a cada paso que daba.

  • El baile de las marionetas de Mercedes Guerrero

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    Una historia de amistad, de supervivencia, de personajes entranables, de lealtades inquebrantables, amores imposibles y traiciones imperdonables.

  • Yeruldelgger 2, tiempos salvajes de Ian Manook

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    En medio de las gelidas estepas mongolas, la inspectora Oyun, ayudante del comisario Yeruldelgger, se topa con una escena dificil de interpretar: un jinete y su caballo yacen aplastados bajo el lomo de una hembra de yak que parece haber caido del cielo. La misma sorpresa experimenta su jefe cuando, en un desfiladero del macizo del Otgontenger, se descubre el cadaver de un hombre que solo puede haber acabado ahi… precipitandose desde las alturas. Y para cerrar el circulo de hechos insolitos, el mismo comisario es detenido como sospechoso del asesinato de Colette, una amiga prostituta a la que habia ayudado a rehacer su vida. Sumido en la perplejidad y temiendo ser victima de una trampa, Yeruldelgger acomete una investigacion clandestina que generara tensiones con su equipo, reabrira viejas heridas con su hija Saraa y provocara la intervencion de los maestros shaolin del septimo monasterio en el que fue criado. Pero la situacion da un vuelco completo con el hallazgo de los cuerpos sin vida de un grupo de ninos dentro de un contenedor en el puerto de El Havre. Pese a los miles de kilometros que separan Mongolia de Francia, las pistas acabaran por cruzarse para destapar un caso de corrupcion y abusos a todos los niveles que afecta a las mas altas esferas de diversos paises, desde Europa hasta Asia.

  • NIEVE en el corazon de Luna Villa

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    Un hombre atormentado por el dolor y la culpa. Un hijo por el que esta dispuesto a luchar para que no se lo arrebaten. Cuando parece que nada tiene sentido, Ethan abre los ojos para ver a lo mas bonito que ha podido pasarle desde el nacimiento de su hijo. Avery llega a Vancouver para darle un giro a su vida y a la de Ryan. ?Sera suficiente ese amor para acabar con la nieve que cubria su corazon?

  • Hormigas en la playa de Rafa Moya

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    Hormigas en la playa narra la historia de una obsesion. La obsesion de Eric por Pau, un amigo de juventud. Ambos se reencuentran treinta anos mas tarde de haberse perdido de vista, en una reunion de antiguos alumnos. A partir de ahi, Eric intenta recuperar la relacion que tuvieron en el pasado y para ello emprende una supuesta operacion de acoso basada en una nostalgia quiza mal planificada. Para algunos, una historia de amor, para otros un novela de suspense, quiza una novela urbana, psicologica, oscura, cerrada, emotiva, vital y para todos una novela impactante y dificil de olvidar.

  • Movie Star 3 de Alex Cartier

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    Ophelie vivia un idilio amoroso hasta el dia en que rompio con Michael y su vida empezo a tambalearse. Acompanada de su mejor amiga Laure, Ophelie pone los pies en Hollywood para abrir una agencia francesa de cine. Pero apenas llega, todo le recuerda a Michael, a quien no ha vuelto a ver desde hace cuatro meses, cuando sucedio el drama. Todo le recuerda a ese hombre que le hizo descubrir el amor y la pasion. En un momento en que busca pasar pagina, el destino pondra de nuevo al actor en su camino. ?Perdonar o vengarse? Para Ophelie, es una opcion dificil. ?Que sucedera cuando Michael se entere que Ophelie se interesa por otro hombre?

  • Rosa Primitiva de Ele Serfstone

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    La historia transcurre en el verano del ano 2041, en un pueblo ficticio llamado Rosa que se inspira en una comunidad rural ubicada en lo alto de la Sierra Madre Occidental, al norte de Mexico. En el lugar se dedican al cultivo y tala de madera de una especie de encino geneticamente modificado, del que, entre otras cosas, se obtiene una suerte de combustible limpio en la forma de carbon. Estos son usados para la generacion de electricidad como una alternativa al escaso y contaminante combustible fosil o a la inestable fusion nuclear. Recientemente ocurrio una tragedia a nivel mundial conocida como la gran purga, en la que poco mas de un tercio de la poblacion se suicido, principalmente jovenes y adolescentes.

  • Elige el corazon de Mara Brent

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    Esperanza ha perdido de golpe todo lo que tenia, y es enviada a trabajar a un castillo de criada, en lo que parece que va a ser toda su vida, gris y vacia. Pero su vida no sera asi finalmente. El amor surgira donde menos lo espera porque “el corazon elige por una lo que no parece ni cuerdo ni razonable”.
    En este libro he querido hacer un pequeno homenaje a mis abuelos maternos.
    Ellos, campesinos y pobres, se llevaban quince anos y siempre se quisieron mucho.
    Mi abuelo, cuyo primer apellido delataba que procedia de alguno de los emigrantes que durante la Edad Media fueron de la actual Alemania a Navarra, era muy alto.
    Y mi abuela, unica en eso de multiplicar los panes y los peces en la dura posguerra espanola, era pequena. Un hermano suyo que fue a Argentina se convirtio en un jockey famoso.
    Este libro esta ambientado en el siglo XVIII y me he documentado sobre la epoca, aunque respecto al robo frustrado me he permitido una pequena licencia, puesto que lo que relato solia suceder a principios del siglo XX.
    Primeramente los ladrones ponian un gorro o sombrero en el camino y habia que depositar dinero para poder continuar viaje sin problemas. Si no se ponia, aparecia un perro ladrando. Habia que poner mas dinero en esa ocasion. Y si finalmente no se ponia nada, uno recibia una paliza y le quitaban todo lo que llevaba encima.
    A mi abuelo le ocurrio eso en una ocasion en que llevaba encima todo el dinero de la venta de un ternero y, cuando aparecio el perro, decidio desviarse del camino y meterse en el monte. Llego a casa de madrugada, todo aranado y magullado.
    Espero que os guste el libro.

  • El Demonio de Brooklyn de M.j. Fernandez

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    Josh Bradbury, detective en el Estado de Florida, atraviesa por una crisis cuando por coincidencia descubre una verdad desconcertante que lo afecta en forma directa. Solicita traslado a Nueva York, donde se encuentra con la mayor sorpresa de su vida. Ademas, el mismo dia de su llegada descubren el cuerpo de una joven que ha sido violada y asesinada en un parque. Es el primero de una serie de homicidios que sembraran el miedo en la ciudad. La relacion entre las victimas es desconocida, salvo que se trata de mujeres jovenes violadas y asesinadas por asfixia y que todas han sido encontradas en parques de Nueva York. Josh se ocupa del caso junto con Cody Ryan, un respetado detective de Brooklyn. Al mismo tiempo, debe convencer a su companero de investigar un suceso acaecido mucho tiempo atras que les concierne a ambos, mientras un poderoso criminal pone precio a sus cabezas.
    Una historia que mantiene la tension desde el principio aumentando segun se acerca a un desenlace inesperado.

  • Todo esto existe de Inigo Redondo

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    La historia de una chica y un hombre que se cruzan cuando la vida les da la espalda.

  • Historias de un agente inmobiliario de Jacobo Armero

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    UNA NOVELA PARA ENTRAR A VIVIR

  • El ultimo Dickens de Matthew Pearl

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    Por el autor de El club Dante, una brillante y adictiva trama que mezcla el trafico del opio y la literatura, el efervescente Boston de fines del siglo XIX, el Londres victoriano y la India colonial.

  • Mujeres asesinas 3 de Marisa Grinstein

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    Una tarde, sola en su casa, Blanca A. empezo a escuchar voces. Ni por un momento se asusto ni penso que habia entrado alguien a robarle ni que se habia vuelto loca. Eran voces desconocidas pero firmes que le decian que tenia que cuidar a su marido. Las voces llegaron en una epoca en la que Blanca habia empezado a temer por la estabilidad de su matrimonio. Llevaba 16 anos casada con Cacho, un electricista apocado y honesto que la habia elegido como mujer despues de un desengano sentimental con su novia de toda la vida. Blanca, por su parte, tambien habia tenido un noviazgo frustrado que termino sin pena ni gloria por un clarisimo desinteres por parte del novio. Asi, la union de Blanca y Cacho estuvo marcada por el agradecimiento mutuo: cada uno sentia que el otro lo ponia a salvo de opciones peores y conflictivas. Cuando se casaron, Blanca tenia 24 anos y su marido 32. La diferencia de edad tranquilizaba a Blanca, cuya madre, Aurora, siempre le habia machacado sobre el mismo asunto. "Los maridos -le explicaba- tienen que ser bastante mayores. Si no, se aburren de una y se van con otras mujeres mas jovenes." Asi, Blanca vivio sus relaciones con un miedo enfermizo a que se aburrieran de ella. Y contra eso no podia hacer nada, tenia la certeza de que era una persona anodina, que no podia despertar el interes de nadie. Desde muy chica, Blanca queria ser arquitecta para construir casas enormes con vista a jardines. Pero Aurora la habia convencido de que su capacidad no daba para tanto. Impaciente, le recomendaba ser maestra y tener un trabajo seguro y menos complicado. Blanca acepto. Su hermana Rosa, cinco anos mas grande, la cuidaba y habia intentado preservarla de la asfixia materna. Pero muy pronto se fue de la casa: se caso un mes despues de haber terminado el colegio secundario y se instalo en otro barrio. Blanca todavia tenia 13 anos, de modo que paso su adolescencia como hija unica, escuchando los sermones de su madre. Su padre, un empleado municipal enfermo y depresivo, pasaba el tiempo escuchando radio y haciendo crucigramas, aunque una vez por semana, todos los miercoles, desaparecia de la casa a las 7 de la tarde y no volvia hasta las 11 de la noche. Cuando Blanca se animo a preguntarle a Aurora por el misterio de esas ausencias, recibio una cachetada. Mucho mas tarde, cuando su padre murio de un infarto y ella ya estaba casada, se entero de lo que ya suponia: su padre reservaba las tardes de los miercoles para encontrarse con su amante. El matrimonio de Blanca fue rutinario desde el comienzo. Sin embargo, ella compensaba la falta de pasion con la certeza intima de que Cacho se iba a cansar de ella y le pediria el divorcio. Y esa certeza hacia que el interes por su marido estuviera activado constantemente. Durante los primeros anos, trabajaba como maestra. Daba clases a alumnos de septimo grado, pero despues se dio cuenta de que nada le interesaba de la ensenanza primaria. Cada dia era una tortura: los planes de estudio le parecian mediocres, los alumnos la asustaban, sus madres le resultaban agresivas. Solia dar clases parapetada tras su escritorio, indecisa y fragil. Los chicos habian advertido sus puntos debiles y la martirizaban: le tiraban tizas, se burlaban de ella, la imitaban, le pegaban chicles en la silla. Volvia a su casa llorando y se quedaba en la cama todo el dia. Los medicos le habian dado varias licencias psiquiatricas hasta que, al fin, la jubilaron anticipadamente, a los 33 anos. Cacho, su marido, la acompanaba en este proceso. Nunca minimizo sus miedos ni sus fobias, y siempre fue partidario de que abandonase un trabajo que -era evidente- no la hacia feliz. Un dia, mientras tomaban el desayuno en la cocina. Cacho anuncio que Gutierrez, uno de sus mas antiguos clientes, queria instalar un negocio de articulos de electricidad. Habia alquilado un local a una cuadra de la estacion de trenes y, como sobraba espacio, lo habia invitado para poner alli mismo su taller de arreglos. Blanca estaba espantada. Todos sus miedos se materializaban: su marido, al fin, tal como ella habia imaginado, se iria. Al borde de las lagrimas, le suplico que no aceptara la propuesta de Gutierrez. A pesar de los antecedentes psicologicos de su esposa. Cacho no entendia esa reticencia absurda. Los miedos y traumas de Blanca eran demasiado complejos para un hombre sencillo como el. Tres meses despues, Gutierrez y Cacho inauguraron el local. Una semana antes, Blanca empezo a escuchar las voces que la alertaban sobre el alejamiento de su marido, y se acostumbro a contestarles. Solia hablar sola en voz alta, y disimulaba en cuanto llegaba su marido. Para distraerse, limpiaba su casa freneticamente. Compraba revistas femeninas en las que buscaba todo tipo de consejos para el hogar. Asi, se habia acostumbrado a varios rituales: frotaba las alfombras con vinagre, pasaba espatulas en las juntas de los azulejos, les daba brillo a las canillas usando un trapo con jugo de limon. Sus habitos de limpieza le calmaban los nervios, le hacian pasar mas rapido el tiempo en el que Cacho estaba fuera de la casa y le daban la idea de que su marido, viendo una casa reluciente y pulcra, no estaria tan ansioso por abandonarla. Paralelamente, habia desarrollado la costumbre de rascarse el brazo izquierdo hasta lastimarse. Durante anos, Blanca y Rosa respetaban la costumbre de visitar juntas a su madre una vez a la semana. Pero desde que Cacho habia instalado su taller en el local de Gutierrez, Blanca habia dejado de ir. Estaba demasiado desmoralizada y desganada como para, ademas, escuchar las permanentes criticas de su madre. Una tarde, sin embargo, Rosa fue a buscarla y la llevo casi a rastras. En casa de Aurora se comporto de forma tan esquiva que la madre y la hermana advirtieron que algo extrano estaba pasando. Blanca ofrecio resistencia, pero al final confeso que se sentia debil y sin ganas de nada. "Por ahora, Cacho se va a trabajar, pero dentro de poco me va a dejar. ?No entienden? Se va a ir y no va a volver", dijo. El marido de Rosa habia muerto hacia dos anos y vivia sola. Como su hermana, jamas habia podido quedar embarazada, pero si bien Rosa vivia este hecho como una injusticia menor, Blanca se sentia culpable de no haberle dado un hijo a Cacho. Le pregunto otra vez quien le habia contado que Cacho se iba a ir. Blanca no aguanto mas y dijo: "Escucho voces". Rosa la convencio de que fuera a un psiquiatra. Antes, tuvo que jurarle a Blanca que la acompanaria y no le contaria lo de las voces ni a su marido ni a su madre ni a nadie. Blanca siguio escuchando voces. Tomo las pastillas durante unas semanas, pero antes de que hubiera pasado el tiempo necesario para producir efecto las abandono. Las voces ya no solamente le confirmaban sus miedos y sospechas, sino que habian empezado a darle ordenes. Asi, las voces le exigieron que controlara de cerca la actividad de Cacho. Blanca pasaba entonces tardes enteras espiandolo desde la esquina del local, histerica ante la posibilidad de ser descubierta, rascandose el brazo hasta lastimarse. Otro dia, cuando Cacho llego a su casa mas tarde de lo habitual y explico que habia estado terminando un arreglo atrasado, las voces le dijeron a Blanca que el mentia. Enceguecida, ella le dijo que queria saber la verdad y que sus explicaciones eran falsas. Todo termino en una pelea feroz. Cacho estaba al tanto de la precariedad emocional de su esposa. Rosa, su cunada, le habia contado lo de las voces, las sesiones con el psiquiatra y los medicamentos. De modo que Cacho, a su vez, tambien espiaba a su mujer: escondido, pudo verla hablando sola, destornillador en mano, o cortando un tomate mientras movia los labios como si rezara. Una manana Cacho se despidio mas temprano que lo usual. Dijo que tenia que buscar un dinero en la casa de Gutierrez y despues pasar por el banco. En cuanto se fue, Blanca advirtio que habia dejado su caja de herramientas. Se sento al lado de la caja, pensativa. Las voces le indicaron que Cacho estaba mas dedicado a su trabajo que a ella, y que era esa dedicacion enfermiza lo que estaba acabando con su matrimonio.

  • Las hijas del agua de Sandra Barneda

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    Una hermandad secreta de mujeres, una joven elegida para proteger un legado escrito en el agua.

  • El gran lord (Cronicas del Mago Negro 3) de Trudi Canavan

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    El desenlace de una fantastica saga, la trilogia de las <>.

  • La casa de modas. Hijas de la la libertad de Julia Krohn

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    La saga familiar que ha enamorado a la autora de La villa de las telas.

  • Bajo el calor de tu piel de Noelia Amarillo

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    Ningun pais esta tan lejos como para no visitarlo. Esa es la filosofia de Andres. Hace tres anos huyo de su casa, su familia y su pais, y desde entonces recorre el mundo sin ningun plan excepto su propio antojo. Casi ha conseguido borrar de la memoria a quien no quiere recordar. Hasta que una manana, tras una noche especialmente descontrolada, recibe una llamada que dara un giro radical a su vida y le obligara a volver a donde no quiere regresar. Su tio Caleb ha sufrido un accidente y no pinta nada bien.
    Andres no tiene otro remedio que volver al pueblo que abandono sumido en el dolor y quedarse alli por un tiempo que se le antoja eterno. Alli descubre que su mejor amigo de la infancia ha ocupado su lugar. Hace su trabajo, se ha convertido en la mano derecha de su tio y es el inseparable companero de su exnovia, Paula.
    Y a Andres todo eso le parece maravilloso. Odia trabajar en el campo, y tampoco le importa mucho que Caleb solo tenga buenas palabras para su antiguo amigo (ese al que va a partir la cara en cuanto se cruce en su camino) y desde luego, le parece estupendo que este tan unido a Paula, esa zorra que le destrozo la vida y a la que no consigue olvidar.

  • Una mujer inalcanzable de Candace Camp

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    Kyria Moreland era lo bastante hermosa como para ganarse el sobrenombre de “La Diosa” y lo bastante rica para atraer a todos los caballeros de Londres, pero se negaba a casarse hasta que no hubiera encontrado el amor verdadero. Entonces recibio un extrano paquete en misteriosas circunstancias, y se vio enfrentada al peligro, al asesinato y a un atractivo americano cuyo destino parecia estar unido al suyo.

  • Amor y gin de Maria Jose Vela

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    Una joven llena de suenos. Un noviazgo eterno. Un seductor implacable.A veces, cuando creemos tocar la felicidad con los dedos, la vida nos lo arrebata todo para aprender lo que de verdad importa.

  • Duelo de Eduardo Halfon

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    En este nuevo libro del proyecto literario de Eduardo Halfon, el autor guatemalteco, siempre indagando en los mecanismos de la construccion de la identidad, se sumerge en aquellos que se originan en las relaciones fraternales: duelo como combate que se inicia con el nacimiento de un hermano y duelo tambien como luto por su muerte. Una novela profunda y emotiva que acrecienta la reputacion del autor.

  • Deseo en la montana (Una mujer en el cruce de los Andes 1) de Nidia Restovich

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  • Se llamaba Manuel de Victor Fernandez Correas

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  • El caso Kurilov de Irene Nemirovsky

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    El hallazgo y la publicacion de Suite francesa volvio a situar a Irene Nemirovsky en la constelacion de los escritores mas importantes de su tiempo, propiciando la reedicion de sus obras, algunas ineditas y otras injustamente relegadas al olvido. Entre las primeras se encuentra El caso Kurilov, excelente muestra de la incisiva caracterizacion psicologica que caracteriza todas las novelas de esta gran autora.