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  • DE LA MANO DE FEDERICO por LLUIS PASQUAL

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  • MANOS DE PRIMAVERA - Tipos Infames

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    La voz de Lorca ilustrada por la mano poética de Aitor Saraiba. ... Un libro, sí, un canto a la libertad y al arte. ... GARCÍA LORCA, FEDERICO.

  • Rosas al corazon de Amanda Seibiel

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    Mi hermana me tenia la cabeza hecha un bombo de tanto hablar. No hacia mas que quejarse del idiota de su exmarido. Yo estaba tan aburrida y tan agotada que me deje caer en la cama del hotel como una muneca de trapo. Acababa de aterrizar a Nueva York y solo pensaba en regresar a Valencia. Llevaba quince anos yendo y viniendo a esta ciudad y cada vez me gustaba menos. Solo habia sacado dos cosas en claro de todo esto: hablar un ingles perfecto y saber que es lo que no queria en la vida: un marido. --Patricia, ?puedes callarte un momento? --dije--. Ya se que James es un capullo en toda regla, pero dejame descansar un poco. Acabo de llegar y estoy molida. Mi hermana puso cara de ofendida y se echo a llorar. Mi cunado se la habia liado bien gorda con los ninos y ese era el motivo de mi repentina presencia en Nueva York. Patricia se habia casado con James quince anos atras. Se conocieron un verano en Valencia y el yanqui se trajo a mi hermana para los Estados Unidos, donde se casaron y tuvieron dos ninos: James Junior y Dakota. Todo iba genial hasta que el se canso de mi hermana y la vida juntos se hizo insoportable. James utilizaba a los ninos como moneda de cambio, hasta que a ella se le inflaron los ovarios. Su ultima ocurrencia fue durante las vacaciones de verano: se presento en la casa de mi hermana diciendo que iba a pasarlas alli, que no tenia donde quedarse y que los ninos debian estar en el hogar conyugal. Mi hermana me llamo histerica a Espana, con una voz totalmente desesperada: --Ese cabron quiere amargarme la existencia. Si pretende que comparta el mismo techo que el va listo. Antes me lo cargo. --Relajate --respondi--. Lo que pretende es sacarte de tus casillas y, por lo que veo, lo esta consiguiendo. --?Como voy a relajarme, Carla? No se que hacer. Mis ninos son lo primero, pero no soporto a James. Intenta desquiciarme. Ya me ha hecho mucho dano, tu lo sabes. James la habia enganado y luego se lo nego vilmente. Era un cabron de mucho cuidado. Me jodia escuchar a mi hermana en ese estado y mas estando sola en un pais desconocido.

  • Un falso matrimonio con un cowboy de Kate Bristol

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    Kurt apreto los dientes mientras observaba sus tierras desde el porche de su rancho, en Montana. Su propiedad, en las Montanas Rocosas le daba unas vistas privilegiadas. El paisaje era simplemente abrumador. Estaba muy orgulloso de su rancho. Lo habia sacado adelante sin la ayuda de nadie. Su madre habia muerto demasiado pronto y su padre le siguio en espiritu meses despues. El cuerpo del viejo ranchero Daniel Harris se fue apagando despues de que su mujer muriera cuando Kurt apenas cumplio los cinco anos. Pero a pesar de la tragedia, Kurt se habia hecho un hombre de bien, cuidado en parte por la cocinera, una anciana cascarrabias, y el capataz, que habia llevado el rancho lo mejor que habia podido, hasta que su salud se fue deteriorando. Thomas le habia ensenado todo lo que sabia, quizas por eso cuando Kurt cumplio veinte anos, ya nadie podia ensenarle nada mas sobre como llevar un rancho. Pero de eso ya hacia mucho. Ahora a sus treinta y cinco anos, estaba practicamente solo en el mundo y les devolvia el favor a Thomas, que habia poco mas de seis meses que habia sufrido una embolia y a la abuela Ginger, ya una anciana. --Moriras solo hijo --habia dicho Thomas, con rictus preocupado--. Este rancho te quitara todo el tiempo que puedes ofrecerle. Debes hacer algo mas de lo que hicimos nosotros y tu difunto padre. Kurt no habia sabido que responder a aquellas palabras, pero el mensaje habia sido claro: Lo unico que podia ofrecerle la vida en aquel lugar, era morir solo. Nada mas. --?Que me propones, viejo tullido? Thomas rio en su silla de ruedas y le dio como pudo un punetazo en el brazo. El hombre estaba junto a el, en el hermoso porche de la propiedad, observando las bellas montanas. --He pensado en buscarte una esposa. --!Oh, maravilloso! --se burlo Kurt-- ?Y como conseguiras que una mujer venga hasta aqui? --!De eso me encargo yo! La duena de esa voz, una figura encorvada y con cara de pocos amigos, se acercaba a ellos ayudada por un baston. Llevaba una taza de cafe en la mano y Kurt la miro denegando con la cabeza. --Eso no te dejara dormir a estas horas, Ginger. --!Bah! --la vieja hizo un gesto de desden y dio un sorbo a su cafe--. No pienso dormir cuanto hay tanto por hacer. ?Verdad Thomas? El hombre gruno como respuesta. --Bueno --dijo Kurt, alzando las manos--, ?seria muy descortes que me fuera a la cama antes de que os pongais a organizar mi vida? La abuela Ginger le dio un golpe con el baston, pero el rio por su mal caracter y despues se inclino para besarla en la cabeza. Los tres en aquel mar de silencio salpicado por estrellas brillantes en el cielo se quedaron callados mientras la abuela Ginger encontraba las palabras adecuadas. Kurt sabia que los anos pasaban, y aunque era cierto que se habia divertido mucho con sus amigos en el pueblo cercano, y que nunca le habian faltado romances cuando visitaba la ciudad, ninguna mujer se habia planteado siquiera ir a vivir alli, en un lugar tan apartado del mundo, tan salvaje. Eso en parte lo entristecia. ?Como era posible que no apreciaran la belleza que tenia ante sus ojos? Pero suponia que estar a tres horas de camino desde cualquier punto de vida civilizada, era un elemento disuasorio bastante importante a tener en cuenta. --Kurt... --empezo diciendo la anciana. --?Si? Al ver que Thomas lo miraba de reojo se dio cuenta de que los dos viejos amigos estaban algo mas que compinchados con respecto a lo que iban a decir. --Hemos pensado, como ya te hemos dicho antes --empezo a decir la abuela Ginger--, que lo mejor para ti es que encuentres una buena mujer. Un grunido de Thomas dejo claro que el pensaba lo mismo. --Bien --parpadeo Kurt--. No sabia que parecia tan necesitado de carino y afecto. Intento burlarse, pero la mano rugosa de Ginger se puso sobre la suya. --Querido hijo, no queremos morirnos sin ver que eres realmente feliz. --Soy feliz --lo dijo tan rotundamente que cualquiera podria haber pensado que era cierto. --No es asi. --Si, lo es --pero Kurt parpadeo, mirando a la anciana, que le sonrio con ternura, algo poco usual en ella. --Como te he dicho --repitio Ginger--, no pensamos morirnos sin verte establecido con una buena mujer y quien sabe si hijos. Thomas rio. --Creo que yo partire antes --dijo, con la dificultad que le habia dejado la embolia en el habla. --No vais a moriros, ?entendido? --!Oh, como si pudieras frenar el avance de la edad! --dijo, dando un golpe en el suelo de madera con el baston. Kurt empezaba a enfadarse con Ginger. No le gustaba que hablara de la muerte, era como si la llamara. Y que siempre hiciera referencia constante a sus mas de ochenta anos lo ponia nervioso. --?De que demonios estais hablando? ?Y que tramais vosotros dos? Yo soy feliz en el rancho de mi familia, tengo amigos... --Que vienen dos veces al ano. --Voy al pueblo cuando me aburro... --Para ver a la misma gente. --!Y he tenido novias! --Idiotas incapaces de apreciar la vida que tenemos aqui. Todas las replicas de Ginger hacian un agujero en el corazon de Kurt. --Si eso no ha cambiado durante toda mi vida, no creo que ahora, por mucho que lo deseeis, aparezca una joven casadera a establecerse en Blue Rock. Thomas rio y fue entonces cuando Kurt comprendio que no solo habian tramado un plan, sino que lo habian estado llevando a cabo en silencio, a saber durante cuanto tiempo. --!?Que demonios habeis hecho?! --exclamo. Los dos ancianos se miraron. --Puede... --Ginger se acabo la taza de cafe y miro hacia otro lado--, que hayamos encontrado a una mujer para ti. --?Donde? --Kurt se puso en pie y se alejo de la mecedora para quedar cara a cara con los dos-- ?En que momento y por que? --los senalo con el dedo--. Y de todas estas preguntas no tengo muy claro cual quiero que me contesteis primero. Thomas levanto un dedo. --Primero --dijo la abuela Ginger--. Porque estas solo. Y un chico tan guapo y fuerte como tu, no puede quedarse aqui solo toda la vida. --Tengo a mis trabajadores, son mas de treinta y estan muy felices, gracias --replico, Kurt. No podia creerse todo ese embrollo... !Como si estuviesen en el siglo diecinueve! --Se... segundo --dijo Thomas, ignorando por completo la pataleta de Kurt. Ginger asintio al ver que Thomas se esforzaba por levantar un dedo. --Segundo. A tu pregunta de cuando... !Buuuuuh! Hace mas de un ano que lo planeamos. Y nos ha costado mucho encontrar a la candidata adecuada para ti. Kurt parpadeo, como si todos se hubieran vuelto locos. --No se donde habeis podido encontrar a una mujer que quiera venir aqui --exclamo--. Las empleadas del rancho estan casadas, por lo que no creo que propongais que tenga una aventura o le robe la mujer a Gabriel... Gabriel era su mejor amigo en el rancho, se ocupaba de la cria de caballos y de todo lo relacionado con la herreria. --No, muchacho --dijo Ginger-- Gabriel tendra suerte si Pamela no se le escapa, pero no hablo de ella. Sino de otra chica, que respondiendo a tu pregunta de donde la hemos encontrado... Kurt pudo escuchar un redoble de tambores cuando Ginger miro a Thomas y este se rio mas fuerte. --!Agg… garrate! --No me lo puedo creer --Kurt puso los ojos en blanco-- ?Quien demonios es? ?La conozco? --Oh no, pero ella cree que si. --?Por que cree eso? --pregunto, frunciendo el ceno. --Porque nos hemos hecho pasar por ti en una web de citas. Si Kurt no hubiese sido un curtido vaquero se habria desplomado alli mismo. --Maldita sea --susurro en shock. --Y... hi… jo... --intento decir Thomas, a lo que Ginger se adelanto, por falta de paciencia --!Llega manana! Kurt se agarro a la barandilla del porche y sintio como sus rodillas se aflojaban. ?Por que demonios habian hecho eso? ?Y por que sus sonrisas eran de pura satisfaccion? --Vais a matarme... 2 --No puedo creer que me hayais hecho esto. Kurt estaba visiblemente furioso con la taza de cafe en la mano. No habia podido dormir durante toda la noche, y todo era culpa de esos dos. La abuela Ginger preparaba el desayuno para todos en la cocina, ayudada por dos mujeres mas que estaban alli para encargarse de las compras y la limpieza. Pam era la novia de Gabriel, aunque ultimamente estaban en crisis, y Teresa, la mujer de uno de los ayudantes de Gabriel. El rancho era una gran familia, hasta habia tres crios revoltosos y cuatro adolescentes, uno el hijo de Teresa, que le habia dado mas de un disgusto. --Tomate unas tostadas tambien --le dijo la abuela. --No tengo hambre --respondio Kurt de mal humor--, me la habeis quitado con vuestro matrimonio concertado. --!Sssh! --la abuela Ginger le dio un capon en la cabeza al darse cuenta de que las dos mujeres lo miraron con extraneza--. !Callate, aqui nadie sabe nada de eso! --Sera mucho mejor asi cuando le diga a esa pobre chica que la habeis enganado para venir aqui. --No le diras nada --Ginger fruncio el ceno y dejo el plato frente a Kurt con un fuerte golpe. El miro hacia abajo para cerciorarse de que no lo hubiera roto--. Vas a poner tu mejor cara e iras al aeropuerto de Helena a buscarla. --Por supuesto --fingio entusiasmo--. Solo son cuatro horas en coche. --Quedaos a dormir en un motel y conoceos mejor. Ese "conoceos mejor" significaba que confiaba que el la encontrara atractiva y que tuviera sexo con ella. --Oh, ya veo que quieres que llegue al rancho con un heredero. --La mujer gruno y miro por encima del hombro a Thomas, cuyo cuidador los miraba tan sorprendido que no podia mediar palabra. --?Se va a casar? --pregunto Javier, mientras tomaba un trozo de tortilla y se lo daba a Thomas en la boca. El viejo rio. Si algo no habia hecho la embolia era quitarle su sentido del humor. Uno muy retorcido, diria Kurt. --No voy a casarme --Sentencio. Y al decirlo, Pam y Teresa se miraron como si no tuvieran ni idea de lo que estaba pasando, pero que, de seguro era algo gordo. --Claro que lo haras --le susurro la abuela al oido, con cara de pocos amigos--. Se un caballero, portate bien con ella y todo ira bien. A las chicas surenas le gustan los modales. Kurt abrio la boca, de hecho, parecio que se le desencajaba la mandibula. --?Como cuanto del Sur? --Alabama. --?Por que demonios una muchacha de Alabama querria casarse con un ranchero de Montana? La abuela se encogio de hombros y se dirigio a los fogones para controlar la comida que estaban elaborando para el medio dia. --Quizas le gustaste. --?Como puedo haberle gustado si no...? --Callo de repente al darse cuenta-- ?Le habeis mandado una foto mia? --Y... vvvvideos... Javier quedo atonito. --?Te han buscado una novia? --palmeo la espalda de Thomas, quien y asintio--. Oye abuela Ginger, ?no puedes buscarme una a mi? La chica mas guapa del rancho esta comprometida. Al decirlo, le guino un ojo a Pam, que se rio meneando la cabeza. --Puede que si. Si te portas bien. Pero por supuesto que Javier se portaba bien a ojos de Ginger. Era un cuidador excelente, habia empezado a estudiar enfermeria, hasta que las cosas se pusieron mal para su familia y tuvo que emigrar de Mexico a Houston. Pero finalmente, gracias al destino, habia acabado en el rancho mientras iba rumbo a Canada. Y Thomas no podia estar mas satisfecho. Javier era amable, y educado, con estudios y tenia una paciencia infinita. La abuela Ginger se lo quedo mirando. Si, quizas a el tambien le vendria bien una novia. --?Y cuando se supone que tengo que irme? --pregunto Kurt. --Su avion llega por la noche. --!Maldita sea! Todos se quedaron mirando a Kurt. No era habitual ver un estallido de furia por su parte. --!No puedo creer que hayais hecho esto! --Yo aun no se lo que han hecho --pregunto Pam, muerta de curiosidad. --Venga chicas, dejadnos unos minutos a solas --dijo Ginger, para desgracia de Teresa y Pam, que se miraron y al ver la cara de la abuela Ginger asintieron y abandonaron la cocina. --?Yo tambien? --pregunto Javier. --No es necesario --Ginger le sonrio--. Kurt necesitara un amigo que le haga entrar en razon. Le hemos concertado un matrimonio. --!Un momento! --dijo Javier, atonito--. ?Matrimonio concertado? ?Directamente va a casarse con una mujer sin conocerla? ?Y donde la habeis encontrado? --La hemos sacado de una empresa que arregla matrimonios. Segun la compatibilidad, ella es perfecta. Kurt miro a Ginger negando con la cabeza. --No entiendo que puedas decir eso y no te averguences de haber enganado a una pobre chica. --Solo sera engano si no te casas con ella. --No voy a casarme con ella --lo dijo en tono tajante y muy convencido. --?Por que dices eso? --pregunto Javier--. Es muy probable que te guste, y quizas os enamoreis a primera vista. --?Todos los latinos sois tan...? --?Romanticos? --Ingenuos. Javier sonrio y se encogio de hombros. --Hemos nacido para creer que un hombre no puede estar solo toda la vida. Y se que Ginger y Thomas tambien lo creen ?por que tu no? --Porque no me gusta que me busquen mujeres, como si yo no pudiera... --Claro que puedes --dijo Javier--. Pero admitamoslo, en un lugar como este es muy dificil conocer gente nueva. Lo tenemos un poco mas complicado que la gente de la ciudad. Y si la abuela Ginger y el Senor Thomas, quieren ayudarte... !Dejalos! --!Asi se habla muchacho!

  • Seducida por su ex de Anne Oliver

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    Pertenecian a mundos diferentes.

  • Las hijas de la novia de Susan Mallery

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  • Comienzo sin ti de Macarena Moya Solis

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    A l bajar del avion respiro profundo, saco su movil de su cartera y se percato al encenderlo que tenia llamadas perdidas de los padres de John y de su padre, <> Lo primero que hizo al llegar al hotel, fue llamar a su padre. --?Que locura hiciste, Selene? --Papa, estoy haciendo lo que John me pidio, me dejo una grabacion, el sabia que intentaria sufrir escuchando nuestras canciones, sin embargo, lo que sono en el equipo de musica fue su voz, pidiendome un tiempo fuera, que saliera y es lo que hago. --?Pero a Escocia? Un tiempo fuera, hubiese sido tan factible aqui en Hampton o en otro estado. --El me dijo, sabia que yo queria volver a este lugar, hice lo que mi esposo queria. --Bien -suspiro- cuidate, ?ok? Por favor... si necesitas algo, me llamas y voy para alla. --Papa, estoy bien y nada sucedera, solo conocere este lugar en la maravillosa compania de Aiden. --Cuidate, y nos envias fotos. --Todos los dias. Te amo papa... nos vemos. Despues de cortar, llamo a la mama de John, para avisarle que todo estaba bien y que no habia enloquecido, sino, que seguia las instrucciones de su esposo, si, porque John es y sera a pesar de la ausencia, su esposo. De pronto se encontro pensando en Arthur, ?por que dijo eso? ?Es que se habia vuelto loco? O es porque penso que se llevaria para siempre a su ahijado, sin embargo, diciendo eso, solo lograba alejarla, ?como podia ser capaz de decir algo asi? Sobre todo, el, un hombre que es tan volatil y mujeriego como ninguno que conocio antes. De seguro que solo lo dijo bromeando. Si, definitivamente eso debio ser. Fue lo que se repitio una y otra vez. Despues de darle un bano a Aiden y darse uno ella, durmieron toda la noche. Ahora comenzaba la aventura, recorrer esa maravillosa ciudad y todas sus atracciones. El dia comenzo con un recorrido por la ciudad, coloco a Aiden en su carriola para dar inicio a su visita, como solo era un bebe, durmio todo el camino, siendo lo mejor que pudo ocurrir, ya que, Selene pudo apreciar las maravillas arquitectonicas con la que Aberdeen recibe a sus visitantes. El dia fue provechoso, pudo recorrer lugares maravillosos como el museo The Talbooth que en el siglo XVII fue una prision, cuando Aiden desperto, lo llevo hasta el museo maritimo, sin embargo, fue ella la que disfruto de todo, Aiden es tan solo un bebe que no puede apreciar bien todo su encanto, a pesar de su corta edad, le prometio en ese momento, que cuando tuviese la edad, volverian para recorrer ese majestuoso lugar. Terminando su paseo de ese dia en la catedral St. Machar's. Despues de cenar, ambos durmieron toda la noche. Al despertar, por la manana, le dio un bano que disfruto enormemente, lo preparo para salir otra vez, fijandose que su telefono tenia mas de diez llamadas perdidas de Arthur, sostuvo su movil en las manos un momento, quiso por un momento llamarlo, sin embargo, no lo hizo, sus palabras al despedirse de ella en el aeropuerto la detuvieron. Colocando a Aiden en el coche, volvieron a salir por la ciudad. Por la tarde paso a un lindo restaurant cerca de la costa, la brisa marina la hizo despejar su mente, respondio unos correos de Mark donde pedia ayuda, desesperado. Resolvio los problemas de la oficina, envio unas fotografias a los padres de John y a sus padres, tambien un mensaje a Annabelle, aunque nada para Arthur, seguia consternada por lo que dijo. Mientras estaba en el restaurant, conocio a una joven muy simpatica que se acerco hasta su mesa.--Hola, mi nombre es Elsbeht - saludo, estirando su mano para saludar, asi que Selene la tomo. --Hola, es un gusto, soy Selene. --?americana? - pregunto en su acento escoces aun mas marcado que las demas personas. --Si, de New York. --Ayer te vi paseando por varios lugares, soy guia turistica, estoy con un grupo. ?Andas sola? --Si, vine sola, yo... necesitaba cambiar de lugar. --Escogiste un lugar muy lejos, ?escapabas de alguien?, ?quizas un esposo abusador? - interrogo ella sin tapujos, hablaba como si la conociera de toda la vida. --No, para nada, mi esposo fue un gran hombre. --?Fue?… Lo lamento - se disculpo abatida. --No te preocupes, todo esta bien. --Entonces, ?andas de viaje para soportar la pena?... ?es eso? --Si, algo asi. --Me agradas mucho, fue algo a primera vista, te gustaria acompanarnos, vamos a varios lugares muy hermosos y asi no estas sola. --No, gracias, te lo agradezco, ahora voy al hotel a descansar, hemos caminado mucho. --Pero deberias ir con nosotros manana, vamos a resolver el misterio del monstruo del lago Ness. ?Vienes?… Vamos, te gustara el lugar y no estaras sola, estar solo no es bueno para el alma. Miro a la joven y por un momento penso que John la habia enviado para que no deambulara sola por toda Escocia. A simple vista, le parecio una buena muchacha, acepto su invitacion y le dejo su telefono para coordinar desde donde salian en el bus hasta el lago. Elsbeht se despidio de Selene gritando <> lo que causo mucha risa en Selene. Vio como dirigia el grupo que subio a un bello bus de dos pisos. Cuando regresaba al hotel, paso por una antigua libreria, donde lo primero que compro fue una guia de Aberdeen, luego un libro que llamo mucho su atencion, tambien compro un cuaderno de tapa de terciopelo, como un diario, que asemejaba ser muy antiguo, que fue lo que mas le gusto. Una vez que llego al hotel, escribio lo que habia vivido estos dias, sus recorridos lo que sentia respecto a John, lo simpatico que fue el encuentro con Elsbeth. Luego de pasear a Aiden en sus brazos, lo dejo acostado y ella se sento en su balcon a mirar las luces de la noche, su telefono sonaba, era Arthur, no podia dejar de hablarle para siempre, era el padrino de su hijo. Asi que, tomo el movil y digito aceptar en la pantalla. --Hola [?] pronuncio escuetamente. --Selene, por fin, ?por que no contestaste mis llamados? --?Que hora es alla Arthur? Quiero saber. --?Como?… ?La hora? ...Son las cuatro de la tarde. --Aqui son las nueve y las luces de la ciudad brillan de una manera maravillosa. --?Como estas Selene? ?Como esta Aiden? Tu padre los extrana mucho, me vino a ver a la oficina el otro dia. Ya regresaron a Hampton otra vez. --?Si?... Es lo mejor, la ciudad no es para mama. --?Estas bien? [?] pregunto suavizando su voz. --Si, estamos perfecto, hemos recorrido la cuidad y manana voy con un grupo al lago Ness. --?Que grupo, Selene?… No puedes andar con desconocidos... puede ser peligroso. --Te hubiese gustado la muchacha Arthur, es muy linda, una colorina joven, muy atractiva, estaba dirigiendo un grupo de turistas y como me vio sola, me invito - le menciono lo de la mujer para ver que sucedia con el, pero no fue lo que esperaba. --Selene, por favor, ten cuidado con quien andas y no lleves a Aiden a cualquier lugar, podria enfermar. --No le sucedera nada. --No dejes mis llamadas sin atender, por favor. --Esta bien [?] ninguno menciono lo del aeropuerto y fue lo mejor - Ahora voy a darme un bano, manana voy al lago Ness y sera espectacular, te enviare fotos. --Ten cuidado, hablamos despues... Adios, Selene. --Adios, Arthur. Arthur con su movil en la mano, camino por la oficina, estaba preocupado, Selene estaba muy lejos, le habia confesado como un tonto que la amaba, sin embargo, al parecer ella no lo creyo o solo le resto importancia a lo que decia. Sentia que la distancia lo desgarraba por dentro, lo unico que tenia de ella era la fotografia que compro, una que guardaba con gran recelo. Sintio atraccion por ella desde la primera vez que la vio, sin embargo, John se puso por delante y obtuvo su amor, no sentia rabia ni nada, sabia que John fue merecedor del amor de Selene, quizas a su lado ella solo hubiese estado una noche, para no dejar de ser ese seductor indomable que todos conocian, no obstante, ya no podia continuar asi, la queria para el, queria sentirla cerca, queria poder deleitarse con sus labios, con su cuerpo, se odiaba por sentir eso por ella, ya que su amigo llevaba muy poco muerto, aunque John le pidio que la cuidara, porque sabia lo que el sentia por Selene, era como tener su permiso, pero no, aun no podia intentar nada con Selene, eso solo la alejaria de su lado y seria para siempre. Personas maravillosas Ll ego a tiempo para subir al bus, en el viajaban matrimonios, parejas de amigos, hasta unas hermanas gemelas que hacian todo juntas, hasta viajar, por supuesto, compartir novio no estaba en lo que querian hacer juntas, lo dejaron muy en claro. El viaje fue largo hasta el lago, cuando Aiden desperto y comenzo a llorar, paso por todos los brazos posibles dentro del bus. La gente fue muy carinosa, y de todas partes del mundo. Asi fue como llegaron hasta Inverness, el lago Ness es un lugar maravilloso, y muy extenso, incluso pudo visitar los restos de ruinas del castillo Urquhart, un lugar que la cargo de energias positivas y grandes sensaciones, poder recorrer ese lugar, pasar sus manos por la pared, sintiendo las voces de los que ahi habitaron alguna vez, imaginando sus vidas, todo fue magico, fantastico, por decir lo menos. El viento daba en su rostro, vio que ahora una pareja, un matrimonio adulto paseaba a Aiden cerca de ella, de seguro despues de este paseo estaria acostumbrado a estar cargado en los brazos, miro el agua, rodeada por unas majestuosas montanas. No pudo evitar pensar en John, saco su movil viendo las fotografias que guardaba de el, sonrio al verlo tan guapo, ambos lucian felices en cada imagen. Ahora, ella no lograba sacar el dolor de su corazon, aunque lo trataba en todo momento, vivir con dolor es agotador y estresante. Solo deseaba poder tenerlo entre sus brazos o estar ahi junto a el, contemplando ese maravilloso lugar. No sabe por que, pero marco el numero del telefono del departamento en New York, cuando sono la contestadora cerro sus ojos dejando derramar unas lagrimas de dolor, la voz de John contestaba, <> oirlo fue un duro golpe, sin embargo, no podia evitar atormentarse con eso cada dia. Lo extranaba demasiado. --?Sabes? Cuando quede viuda, tenia solo cuarenta anos, mas de los que tu tienes ahora, estaba sola con dos hijos, mi esposo enfermo y murio, crei que nunca mas podria vivir, que no podria nunca mas sentir lo que senti por mi amado Peter. Duele mucho tiempo, a pesar de ello, puedes salir adelante, se puede, la vida pondra delante de ti un hombre tan maravilloso como el que perdiste, no dejes de verlo, por tu dolor puedes estar cegada y dejarlo pasar, no lo hagas. Miro a su lado y habia una mujer de unos setenta anos, que viajaba en el bus, al oirla hablar Selene no pudo evitar llorar con mucho dolor, la mujer la rodeo con sus brazos consolandola, como una madre lo hace con su hija. Le pidio que llorara, que no guardara nada en su corazon, almacenar el dolor solo provoca mas dolor, debemos soltar todo y continuar con nuestra vida. Luego de calmarse y llorar todo lo que tenia dentro, Selene se sento con su hijo en brazos para comer algo y conversar con Mary, la mujer que le dijo esas profundas palabras. --Eres joven, y tu esposo murio muy joven tambien, fuiste feliz, atesora eso, sin embargo, debes continuar. Aun es muy pronto para comenzar otra vez, pero cuando sea tu tiempo, lo sabras. --Siento que nunca podre amar otra vez. --Pero lo haras, tranquila, lo haras. --Gracias por conversar conmigo, has sido una gran ayuda, y disculpa por mojar tu hombro con mis lagrimas. --Para eso estamos, y es necesario sacar esas lagrimas a veces, es bueno. No hagas lo que yo hice, al ano que murio mi esposo, conoci un hombre, era un buen hombre, lo se, no obstante, me negue a estar con el, porque pense que no era tiempo, porque no estaba bien, por cientos de cosas. Espero por mi un tiempo, sin embargo, todos merecen vivir, y el se fue, ahora yo estoy aqui con setenta y tres anos, sola, mis hijos tienen sus vidas, y yo aqui, sola. No hagas eso, no lo hagas, vive, eres una mujer hermosa, se ve que eres una buena persona. No te dejes hundir por la pena, vive tu duelo, para que despues vivas tu vida. Las sabias palabras de Mary le llegaron al corazon, se sento con ella en el viaje de regreso, resulta que Mary era de Londres, y le dio su telefono y direccion para que cuando viajase otra vez, pudiese visitarla, ademas era una mujer muy moderna y conectada, le dio su Facebook e Instagram para estar en contacto hasta cuando pudieran verse otra vez.

  • Reclusa de Debra Jo Immergut

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    Miranda Greene planeaba morir en mayo de 1998 en el correccional de Milford Basin; New York. Le quedaban 52 anos de carcel por asesinato en segundo grado y sin libertad bajo fianza por un estupido accidente que ni tan siquiera provoco. Pero le toco un juez duro y era la hija de un excongresista. Tenia planeado ir a la consulta del psiquiatra y guardar pastillas durante semanas hasta tener la cantidad necesaria.

  • Lo que pasa en Elixyr, se queda en Elixyr de Rose Gate

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    “Donde tengas la olla no metas la polla”.Ese dicho tendria que haberlo conocido yo antes que a mi exmarido, tal vez asi las cosas me habrian ido mejor.Disculpad, me presento, me llamo Yanet, treinta y cinco anos, aliviadamente divorciada, con una hija adolescente que vive con su padre en mi pais, Cuba.?Que donde vivo yo?Pues a mas de siete mil kilometros, al otro lado del Atlantico; en Barcelona, hasta aqui tuve que venir cuando el cabron de mi ex me veto en la Habana y no me quedo mas remedio que emigrar para subsistir.Si algo tengo claro en esta vida es que nunca mas voy a acostarme con mi jefe y, mucho menos, casarme con el.Llevo dos anos en Barcelona y, pese a mis estudios, aqui solo soy una inmigrante sin papeles mas.

  • Un destino caprichoso de Angela Martinez

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    Diana estudio fisioterapia. Entre las aulas y los pasillos conocio a Ivan, quien se convirtio en si gran amigo y en una de las personas mas importantes de su vida. La amistad se fortalecio cuando Diana vio truncado de la noche a la manana, su sueno de ser una gran pianista. Y ahi estuvo Ivan para apoyarla, en las buenas y en las malas. Juntos han decidido montar una clinica de masajes y rehabilitacion.
    Miguel es neurocirujano, y tambien es un canalla y un seductor que esta envuelto en un peligroso lio que no le deja ejercer su profesion hasta que se ponga en claro su dudosa conducta en el pasado. A pesar de todos los problemas, su corazon aun tiene tiempo para quedarse deslumbrado por la belleza natural de Diana. Se ha propuesto conquistarla, pero por unica vez en su vida no sabe como.

  • Te envolvi en besos (Por amor 3), Maria Beatobe de Maria Beatobe

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    Tras el accidente, llega el cumpleanos de Naira y la gran celebracion que sus mejores amigas le prepararan en una discoteca !Por fin cumple dieciocho anos! La fiesta dara mucho de si, pero sobre todo una sorpresa que nunca olvidara.

  • La mala suerte de Marta Robles

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    Regresa el carismatico detective Roures, ex corresponsal de guerra y hombre marcado por un pasado que siempre vuelve, para enfrentarse en esta segunda novela negra de Marta Robles a la extrana desaparicion de una joven en Mallorca, de la que, tras dos anos de intensas busquedas, no parece haber ninguna pista.

  • Recuerdame (Welcome to London 3) de Yunnuen Gonzalez

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    Algunos dicen que los primeros dias de clase siempre seran inigualables, llenos de cosas nuevas y excitantes. Yo concordaba con esa aseguracion. Para mi era un viaje a lo desconocido, en donde todo era posible si ponia empeno en ello. Sobre todo en la universidad. Me apresure a hacer todas las cosas cotidianas que uno hace usualmente en la manana. Tenia que salir a tiempo para ir a la universidad y registrarme para el nuevo semestre. Habia quedado de verme con mi mejor amiga, Vera, a las afueras de las oficinas para inscribirnos juntas. Este no era un primer dia, ni siquiera era de la semana, pero aun asi presentia que estaria a la altura de uno maravilloso. --!Hola, Vera! --llame a mi amiga que hacia fila para inscribirse. Para molestia de los alumnos de atras, me metio en la fila. Vera era mi mejor amiga desde el primer dia de clases. Ambas habiamos cruzado la puerta de la universidad juntas, con esa mirada asombrada y palpitaciones aterradas. Coincidio que ibamos en las mismas clases. Ella era de Gales y vivia en una de las casas para estudiantes que tenia la universidad a algunos minutos caminando, cerca de Waterloo. --Hola, Ally. ?Como estas? --!Muy bien! ?Y tu? --No tanto. Volvi a pelear con Tom. --?Otra vez? Vera asintio mientras hacia muecas de fastidio. --Si no fuera porque lo amo mucho, ya hubiera terminado lo nuestro... --respondio en lo que tomaba de su bolso el celular que no paraba de sonar. Por supuesto era Tom que, de acuerdo a las respuestas de Vera, deseaba verla para hablar y posiblemente conciliarse. Espere pacientemente a que terminaran de hablar. Su noviazgo con Tom databa de la preparatoria. Sus personalidades eran tan diferentes que no sabia como habian durado ya tanto. Justo termino de hablar cuando era nuestro turno de entrar. Quince minutos despues, salimos las dos con nuestro nuevo horario. Nos sentamos en una banca para revisar las asignaturas que tomariamos ese semestre. Al poco rato se acercaron Mason y Luke, nuestros mejores amigos, y nos arrebataron los horarios para averiguar cuantas clases compartiriamos. Al parecer, Vera estaria todas con Luke, una noticia que no le agrado mucho porque el la ha pretendido desde que la conocio. Aun recuerdo cuando los conocimos. Era una historia que empezo conmigo odiando a Mason y Vera sintiendose incomoda con el constante escrutinio de Luke. Pero ?como no podia odiar a Mason en un principio? Quitando que me parecio guapo, se habia acercado a mi con la tonta excusa de que necesitaba una regla, como si yo aun fuera una nina de primaria que cargara con una. Mi respuesta logica fue una sonrisa ironica que le dio la oportunidad de derretir el hielo entre los cuatro. Dias despues, llegue a la conclusion de que yo no le gustaba, y solo me habia hablado para que su amigo llegara a Vera. Solo que no sabian que ella ya estaba harta de el. A donde fueremos, ahi estaban siempre vigilando nuestros movimientos desde lejos. Con el paso de los dias, porque compartiamos un par de clases con ellos, platique mucho con Mason, y me di cuenta de que me caia mejor de lo que creia. Igual le sucedio a Vera con Luke. La amistad crecio sin mucho esfuerzo, hasta el punto en que ibamos mucho al pub a divertirnos y los extranabamos cuando no nos veiamos entre clase y clase. Me puse de pie para estirarme un poco. Vi de reojo que Mason me escudrino con la mirada. --?Que sucede? --le pregunte revisandome de pies a cabeza. Esperaba descubrir que me habia puesto zapatos disparejos, u otra cosa. --?Como le haces para verte bien aun sin arreglarte? Me sonroje, no pude evitarlo. Mason rio por lo alto, como si yo hubiera caido en una de sus tantas bromas. Aunque esta no lo parecia, ya que estaba muy serio cuando me hizo la pregunta. No quise averiguarlo, por eso le pique las costillas para alejar esa incomodidad que sentia. Mason era guapo, pero era uno de esos casos en que no sentia quimica con el; con todo y que eramos juguetones con el otro, como ninos de primaria. --!Es en serio! Eres preciosa hasta mas no poder --siguio coqueteando conmigo. Volvi a picarle las costillas en lo que el reia. Luke y Vera se interesaron por nuestro jugueteo, entonces, Mason quiso abrazarme para detenerme pero su toque incomodo me dio escalofrios, por lo que retrocedi torpemente. Al instante senti como unas manos me tomaron por la cintura sorpresivamente; habia chocado contra alguien. Mi mirada se encontro sin dificultad con el tipo que aun me tenia sujetada por la cintura; unos escalofrios extranos me atacaron y mis latidos se aceleraron sin razon alguna. Jamas me habia pasado esto. No dijo nada; de hecho, se veia molesto porque tire su documentacion y le habia pisado un pie cuando chocamos. --Lo siento --murmure alejandome de el; nuestras miradas chocaron de nuevo sin querer. Quise ayudarlo con sus cosas pero su mirada aun estaba en mi; se sentia como un peligroso fuego que me llamaba a fundirme con el, y no podia resistirme. Termine escondiendome detras de la atractiva presencia de Mason. El tipo termino de levantar sus papeles y se alejo. Tras tal encuentro, fui a sentarme a la banca, aun intimidada. --Ally --me llamo Vera--, ?no hay problema si te dejo? Luke va a darme un aventon a casa. --No hay problema. Tambien tengo que irme. Las despedidas iniciaron, siempre acompanadas con los usuales comentarios tontos. Cuando llegue a Mason, me tomo del brazo para retenerme unos segundos mas a su lado. --Por favor, no te vayas aun. Quiero hablar contigo --me dijo al oido. Asenti. No estaba nerviosa, no era la primera vez que nos quedabamos solos. Generalmente, ibamos a comer algo para seguir conversando de cosas vanales; nos gustaba pasar el tiempo juntos. Tras que Vera y Luke se marcharon, volvi a sentarme en la banca. Mason no se decidia en sentarse, quedarse de pie o seguir paseando frente a mi muy nervioso; parecia gatito enjaulado. Empece a balbucear acerca de mi dia para relajar el momento. Mason me puso aun mas nerviosa con ese gemido callado que me decia que me estaba escuchando. Entonces, finalmente se sento a mi lado. --?Que sucede? --pregunte, acomodandome de tal manera que quedaba frente a el. Pero apenas nuestras miradas se encontraron, sonrio conquistador y sujeto mi rostro entre sus manos sin esperarlo para robarme un beso. Logicamente me sorprendi, pero no se por que no lo rechace; aunque hubiera terminado cediendo. Mason era tenaz cuando queria algo. Como un lindo cachorrito que no soltaba el hueso hasta que lo conseguia. --?Quieres andar conmigo? --pregunto despues de detener sus labios un segundo para averiguar si estaba feliz o no. Retiro algunos cabellos que cayeron sobre mi rostro. Si no supe por que no rechace su beso, mucho menos por que le susurre un si. Mason volvio a besarme y, no, no senti nada aun, pero decidi que le daria algunos dias para que esos sentimientos escondidos salieran a la luz. Solo porque recorde que alguna vez me senti celosa cuando una companera le acomodo un mechon de cabello mientras conversaban durante un cambio de clases. Ademas, me gustaba pasar el rato con el. Si era un buen amigo, tambien seria un buen novio. Despues de haber ido a comer una hamburguesa, Mason me llevo a mi casa. Por suerte no me pidio pasar y solo se despidio con un beso apasionado. Finalmente senti un hormigueo en mi estomago y algo de emocion. Tal vez, muy en el interior, Mason si me hacia estremecer. Por todo ese fin de semana no lo vi. Lo cual fue mejor porque me dio tiempo para analizar mis sentimientos por el. A decir verdad, no me sentia incomoda con la idea de ser su novia; por el contrario, me alagaba que alguien tan guapo quisiera estar conmigo, y que se estremeciera al besarme. Porque sus labios temblaron de emocion y torpeza cuando me robo ese beso. Mason me gustaba, eso siempre lo he tenido claro desde el momento en que lo conoci. Solo tenia que darle tiempo al tiempo para que esa atraccion se convirtiera en amor. LUNES Mason me telefoneo la noche del domingo para decirme que pasaria a recogerme, pero le dije que preferia verlo en la universidad. Nadie sabia aun que eramos novios, ni siquiera Vera y Luke. No queria hacerlo con pompa y circunstancia y muy agarraditos de la mano al entrar a la universidad. Sali temprano de casa. Queria llegar antes para hablar con Vera y comentarle de la nueva. Espere pacientemente en la misma banca de siempre, en donde se reunia el pequeno grupo de amigos. La banca en cuestion estaba en el pasillo principal que llevaba a los salones de clase, podia ver quien entraba y con quien. Tenia a toda la universidad vigilada desde ahi. Nadie se me escapaba. --!Ally! --escuche que me grito Vera--. ?Por que no me llamaste para platicarme el chisme? --Veo que ya te enteraste. --!No puedo creerlo! !Tu y Mason! !Wow! --!Shhh! --No sabia que te gustaba. --Siempre me ha gustado. Que sintiera algo por el, eso es otro asunto. Le platique todo lo que llegue en conclusion durante el fin de semana. De que le daria una oportunidad al romance. --?Sabe Mason como te sientes respecto a el? --No. --Creo que lo mejor es que le pongas las cosas en claro, Ally. Asi si te arrepientes, no le rompes el corazon. --?Decirle que esta a prueba? --Si, tal y como lo esta Luke. --?Disculpa? ?Que tiene que ver Luke en todo esto? --Deje a Tom por Luke --revelo como si nada. --!?Que?! --exclame asombrada. ?Como podia hacerle eso a Tom? --Termine con el el viernes. Ya estaba fastidiada de tanto drama. Hablamos y nos dimos cuenta que llegamos a un punto en que ya no sentiamos nada uno por el otro. Ya era rutina. --!Pero me dijiste que lo amabas! --!Exacto! !Lo amaba!… Tiempo pasado. Me quede boquiabierta, pero finalmente pude hablar. --?Quieres a Luke? --Un poco. Me gusta. Es por eso que le hice "rogarme", queria saber que tan seguro estaba de sus sentimientos por mi. --?Y? --Salimos a tomar un cafe, hablamos y... Me quiere y vamos a probar. --!Sorprendente! ?Quien diria que empezariamos este semestre con novio? --Nadie. Ambas reimos. Vera me relato como fue su fin de semana romantico con Luke. Nuestro amigo era realmente detallista y trataba a mi amiga como una princesa. Era logico, tanto habia molestado a Vera con que le hiciera caso, que ahora que por fin era suya no iba a descuidarla para que Tom la convenciera de regresar con el. Vera siguio parloteando cuando, de pronto, perdi la mirada en un tipo que me cautivo con su sonrisa desde lejos. !Ah! Todo paso a segundo termino al instante: mi amiga, las risas de los demas estudiantes... mi respiracion. Era como si alguien hubiera robado el boceto de mi chico ideal y lo hubiera moldeado en arcilla solo para darme una sorpresa. Desafortunadamente, no pude ver sus ojos porque los cubrian unas gafas oscuras. Miro su reloj deportivo en lo que seguia andando cual top model. Mi corazon se desboco de nervios porque pasaria frente a mi, lo que me permitiria ver con mas detalle toda su persona. !Nunca me he sentido asi de atraida por un hombre! El venia platicando con quienes supuse eran sus amigos. No noto que me tenia totalmente fascinada. Segui cada uno de sus movimientos: como traia su cuaderno en la mano, marcando ligeramente los musculos de su antebrazo; como se acomodaba las gafas, como torcia sus labios en una sonrisa ironica pero igual de seductora cuando la chica de alado lo hizo sonreir. !Argg, la odie por eso! --!Hey! !Despierta! --grito Vera por lo alto, al mismo tiempo que aplaudio frente a mi cara. Sali del embobamiento con un exagerado sobresalto. Todo el barullo hizo que el y compania voltearan a vernos. Por supuesto, sus amigos se dieron cuenta de que estaba babeando aun por el. Lo que no le gusto, porque de inmediato apreto los labios hasta desaparecer y solto un resoplido molesto. Desvio la mirada y apresuro el paso en lo que sus amigos se burlaban de como me habia puesto. Baje la cabeza muy apenada hasta que crei que ya se habian alejado. --?Quien es el? --pregunte a mi misma en un susurro. --?Quien? ?El de los lentes oscuros? --me inquirio Vera. --Si. ?Lo conoces? --pregunte emocionada. --No. ?No lo recuerdas? --No. --Es el tipo con el que chocaste el miercoles pasado. --!?Es el?! --exclame realmente sorprendida. Voltee a verlo. No recordaba que fuera tan atractivo; a decir verdad, solo recordaba que su mirada me habia acribillado por cruzarme en su camino, nada mas. --!Vaya, necesitas lentes! --No los necesito. Es que no vi su rostro lo suficiente para poder recordarlo... Es mas, solo recuerdo el choque electrico que me dio al tocarme --confese en un suspiro mientras que lo seguia a lo lejos con la mirada. Rogaba a mis adentros que volteara para deleitarme con su perfecta fisionomia. --?De que choque electrico hablas? --escuche que me preguntaron por detras. La sorpresa me levanto rapido. Eran Mason y Luke. --Hola, nena --saludo Luke a Vera con un beso rapido. --El que tu le das --respondio Vera sagazmente. Mason sonrio de oreja a oreja, muy satisfecho, cuando vio que yo asentia como loca. --Buenos dias --dije a Mason. Me acerque a el y le di un beso rapido para que ya no preguntara mas. Me dio pena ser carinosa en publico. --?Nos estaban esperando? --pregunto Mason al aire. --Si --respondio Vera en lo que tomo la mano de Luke. --Bien, vamonos o llegaremos tarde --dijo Luke en lo que cambio la tomada de manos por un abrazo. Zigzaguee para que Mason no tomara mi mano tambien. No queria que el averiguara que tenia novio. Ahora me arrepentia de ser la novia de Mason. MESES DESPUES El semestre corrio con una inusual rapidez. Me sorprendieron mucho cuan rapido mis sentimientos por Mason crecieron. En realidad, su forma de ser no cambio mucho de amigo a novio. Lo que queria decir que si seguia siendo galante, dedicado a mi y, sobre todo, me hiciera reir como loca, terminaria amandolo. Muchas no tienen la fortuna de tener a un amigo en su novio, alguien que supiera distinguir cuando estar ahi para apoyarme y cuando estar ahi para apapacharme. Era feliz, mas de lo que crei llegar a ser. Sin embargo, dentro de toda esa felicidad habia una pequena nube que opacaba el carisma de Mason por momentos: el tipo con el que quede en ridiculo. No lo habia vuelto a ver. Logico, era una universidad grande con muchos alumnos. Muchas veces llegue temprano a la universidad para esperar en la entrada y verlo llegar; quizas se atreveria a acercarse a mi. Pero no tuve tal suerte tampoco. Tenia una necesidad desesperante de conocerlo bien. El recuerdo de sus intimidantes ojos no se acoplaba bien con el resto de su cuerpo. Parecia mas un cuadro de Picasso que un ser humano. Y, por lo que comento Vera, era muy guapo. Tanto que merecia el ridiculo que hice, segun ella. Para la semana de examenes finales, me rendi en buscarlo y me concentre en Mason tanto que me olvide por fin de el. No era justo para Mason estar pensando en alguien mas. --?Que haremos despues de clases? --pregunte casual a Mason. Estabamos tonteando con las manos. --Tengo el departamento para mi solo --comento--. ?Quieres pasar la tarde conmigo?… !Mmm!, tengo mucha hambre de ti --enfatizo la palabra hambre con connotacion sexual. --Tu... Yo... ?Solos? --dije en lo que me acercaba a el para acomodar un mechon de su cabello castano claro. El tambien retiro parte de mi cabello para que mi rostro estuviera libre--. !Me encanta la idea! --agregue en lo que me ponia de puntas para besarle. Besar a Mason en publico se volvio un placer, sobre todo cuando al andar conmigo fue descubierto por muchas estudiantes que empezaron a pavonearse frente a nosotros para atraer su atencion. El solo tenia ojos para mi. --Ally, es hora --me llamo uno de mis companeros. Me separe de Mason a reganadientes. --Suerte, nena --dijo en lo que yo caminaba al salon. --Igualmente, carino --conteste en lo que le aventaba un beso cual caricatura sexy. Entre al salon y fui a sentarme en el lugar de siempre. --Bien... --dijo el profesor para llamar nuestra atencion--, ya saben las reglas. No me hagan repetirselas, por favor. Acomode todo lo que iba a necesitar para el examen, mientras que el profesor entregaba los examenes a cada estudiante sin olvidar desearnos buena suerte. Segui pensando en Mason y su invitacion, en lo mucho que nos ibamos a divertir teniendo sexo, hasta que me di cuenta que habia desperdiciado diez minutos en el. Deje de fantasear y me apresure a contestar las preguntas mas faciles. Dedicaria el resto del tiempo a las dificiles. Tras una hora recordando, analizando y respondiendo, me tome un descanso. Me perdi en el escenario antiguo que me dejaba ver la puerta abierta del salon, o sea la pared. Senti una punzada en la cabeza, no era buena senal; un dolor de cabeza se avecinaba. Me restregue los ojos fuertemente y, cuando los abri, lo vi pasar. Por una fraccion de segundo crei que estaba tan agotada que mi cerebro me jugaba una mala pasada, trayendome su recuerdo sin desearlo. Pero algo me aseguro que si era el y me arrojo a salir corriendo del salon detras de el. Escuche al profesor exclamar en trasfondo: "!Cuando tienes que ir, tienes que ir!" Mis companeros se carcajearon. Trote por el pasillo, buscandolo, pero no habia nadie. Me apresure al cubo de las escaleras, y desafortunadamente tampoco estaba ahi. ?Como podia ser? ?No podia ser en realidad un fantasma para desaparecer como tal? Aunque eso explicaria por que no lo he visto en todo el semestre. No, Vera lo vio tambien. Lo mas logico era que habia entrado a uno de los tantos salones que corrian a lo largo del pasillo.

  • El secreto mejor guardado de Jackson de Towanda Richardson

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    Tiffany bajo del taxi con una mueca de fastidio. El calor de agosto en Kentucky deberia haberla hecho desistir de llevar aquella ropa, pero hacia anos que Tiffany se vestia cada manana por pura intuicion y que no le importaban ni las opiniones ajenas, ni la incomodidad ni la temperatura reinante en el ambiente. Claro que Tiffany no sabia que aquel dia, su primer dia de trabajo, iba a estar presidido por una ola de calor y por un taxista negligente que no habia revisado a tiempo el sistema de aire acondicionado del coche. Cuando ya estaba a punto de olvidarlo sobre la tapiceria del asiento trasero, tomo su maletin de cuero por el asa y lo transporto (casi casi lo arrastro) hasta la garita donde le habian comunicado que debia presentarse aquel diez de agosto, a las nueve en punto de la manana. La garita de acceso a la carcel de Westmoore Fields, el penal de maxima seguridad del estado. Tiffany habia acabado su carrera de Literatura Inglesa, con no poco esfuerzo, un par de meses antes. Los estudios nunca habian sido lo suyo, pero en su casa eran el peaje innegociable para que sus padres siguieran pasandole una asignacion mensual que le permitia hacer lo que a ella mas le gustaba: comprar. Libros y ropa, fundamentalmente, aunque no hacia ascos a perfumes, maquillajes, muebles y, en general, cualquier objeto disponible en alguna seccion de unos grandes almacenes. Se habia decidido por estudiar Literatura porque leer era una de las pocas actividades que la apasionaba. Desde nina, se habia refugiado en los libros de la sensacion de abandono que los continuos viajes de sus padres le provocaban. Su familia poseia empresas a lo largo y ancho del pais, y los senores Thownsend pasaban demasiado tiempo ocupandose de asistir en ellas a reuniones de los diferentes consejos de administracion, y demasiado poco pendientes de su unica hija. Tiffany habia crecido para ser guapa y casarse bien. Asi, literalmente, se lo habia dicho su padre al cumplir dieciseis anos, durante la gran fiesta de celebracion que habian dado en la mansion de la familia en Newport, que mas bien era la gran fiesta de presentacion de Tiffany en el mercado matrimonial de la costa este. Y, bueno, ella habia cumplido mas o menos bien en lo de ser guapa -la falsa modestia servia de poco cuando la genetica habia sido tan generosa-, pero podia considerarse un completo fracaso en lo del matrimonio. Acababa de cumplir veinticuatro anos y sus experiencias con los hombres se reducian a tres novios, hijos perfectos de los amigos perfectos de sus padres perfectos, a los que habia dejado antes de sentir la tentacion de tirarse por una ventana presa del aburrimiento que le provocaban. Eran buenos chicos, eso estaba fuera de toda duda, pero no eran para ella. Tiffany sonaba con un hombre de verdad, uno que hiciera que la piel le temblara desde el cuero cabelludo hasta las puntas de los dedos de los pies. Un hombre que la hiciera sentir mujer, hermosa, fascinante... sexual. De esa otra faceta, preferia no hablar. Habia probado lo del sexo esporadico durante su estancia en Yale, pero habia conseguido el mismo conteo de orgasmos que en toda la experiencia anterior con sus novios: cero. No se podia caer mas bajo. Cuando acabo la carrera, Tiffany tuvo que tomar una decision crucial. Sus padres se lo habian dejado muy claro: en el momento en que se licenciara, debia elegir entre ser mantenida por un marido o ser autosuficiente. Ellos le cortaban el grifo, indignados con que hubiera puesto mas empeno en acabar la carrera, cuando todos sabian que los estudios no eran lo suyo, que en buscar un buen partido que los hiciera abuelos, jugara al golf con su padre y le ofreciera un nivel de vida similar a aquel al que estaba acostumbrada desde la cuna. Contra todo pronostico, Tiffany dijo que trabajaria. Que le cortaran el grifo, que ella se buscaria la forma de salir adelante. Que no queria casarse todavia, entre otras cosas, porque aun no habia encontrado al hombre que hiciera que los pelos de la nuca se le erizaran solo con mirarla fijamente. Al fin y al cabo, solo tenia veinticuatro anos. No habia prisa en la busqueda. Tiffany podia parecer una valiente, pero lo cierto fue que temblo tanto cuando comunico a sus padres su decision que tuvo que agarrar su telefono ultimo modelo con las dos manos para evitar que se le cayera al suelo. Recordo entonces que, si se rompia en mil pedazos, seria ella quien tendria que pagar un sustituto, y que su nula experiencia laboral no le proporcionaria un trabajo en el que se pudiera permitir grandes alardes. Lo cierto es que Tiffany habia sido tan valiente porque pensaba que sus padres no aceptarian. Que su padre le daria una prorroga a su nina bonita o que su madre le suplicaria al cabeza de familia que no obligara a su hija a hacer algo tan indigno para una mujer como trabajar duro. Habia una manicura que conservar y el posible futuro de Tiffany tirando hamburguesas sobre la plancha de un McDonald's no era la mejor receta para ello. Pero sus padres se habian mantenido firmes en la promesa, y la siguiente vez que Tiffany acudio a su centro comercial favorito, la tarjeta de credito aparecio como denegada en la caja. Y entro en panico, claro. Le quedaban cuatrocientos veintisiete dolares en efectivo, de los quinientos que habia tenido la suerte de retirar unos dias antes, porque siempre le gustaba tener algo de dinero suelto en casa. Aquel dia, Tiffany salio corriendo de la residencia universitaria en la que vivia desde hacia seis anos y se encontro en su buzon la carta que le comunicaba que le quedaban dieciocho dias de estancia pagada. El once de agosto, como muy tarde, debia abandonar su habitacion o abonar ella misma los dos mil seiscientos dolares que costaba el alquiler cada mes. El motivo por el que habia abandonado su habitacion con prisas se incremento. Tenia que hablar con el profesor McMillan. El era el unico profesor de toda la facultad que siempre habia mostrado interes en que ella se aplicara en los estudios, y sabia que la ayudaria a orientar su vida laboral. Entro en su despacho tan despeinada que su madre se habria horrorizado ante la idea de que presentara ese aspecto delante de un profesor. Pero su madre no estaba alli, ni tampoco al otro lado de su cuenta corriente, asi que mostrar aspecto desesperado quiza incluso la ayudara. El profesor McMillan la miro de arriba abajo, probablemente poco acostumbrado a que Tiffany no mantuviera su fachada impecable y sus modales exquisitos, y le pregunto que hacia alli. Dos horas, unos tres litros de lagrimas y dos tazas de te verde despues, Tiffany salia del edificio de la facultad de Literatura con un trabajo bajo el brazo. Seria la profesora de alfabetizacion del modulo de presos de nivel uno de la carcel de maxima seguridad de Westmoore Fields. Que Dios la cogiera confesada. No es que aquel fuera el trabajo de sus suenos. Incluso la idea de servir cafes en Starbucks a todos aquellos companeros que, sin duda, a partir de ese momento la mirarian por encima del hombro le parecia mejor que entrar en una carcel a dar clase a unos tipos que, para empezar, le daban un miedo atroz. Pero el profesor habia conseguido convencerla apelando a su autoestima, que no era una maravilla precisamente, y al hecho de que el trabajo estaba bastante mejor pagado que cualquier otro que Tiffany pudiera conseguir con su expediente academico raspadito y su experiencia laboral, que se resumia en cero dias trabajados en toda su vida. Los mismos que orgasmos disfrutados, por cierto

  • Como tocar a una estrella (Estrellas del basket 1) de Lola Cooper

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    Bruce Ross, capitan del equipo de baloncesto Ottawa Owls, se teme lo peor; apenas puede mover el hombro sin sentir un dolor intenso. Es la peor de las noticias justo en la mitad de una temporada en la que se juega su futuro profesional. Su vida personal tambien es un desastre; las continuas apariciones de su exnovia en las televisiones, inventando todo tipo de historias escabrosas sobre su relacion, estan afectando a su imagen. No, la verdad es que no esta en su mejor momento. Por suerte, Samantha Riley, una de las mejores fisioterapeutas de Ottawa, tiene una paciencia infinita para aguantar al malhumorado, engreido y carismatico capitan. Cuando Sam le pide ayuda para entrenar a un grupo de ninos de la organizacion benefica con la que ella colabora, el se niega en redondo; la paciencia no es su mayor virtud y aun asi. ?podra convencerlo Samantha de que la vida es algo mas que jugar al baloncesto?

  • Intercambios. No volveras a ser la de ayer de Lorena A. Falcon

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    Una madre, una hija, una perdida.

  • Saltare las olas de Elena Castillo Castro

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    *Una novela con el sello caracteristico de la autora, sencilla, bien escrita y tan bonita, que desearas que no se acabe.
    *El estilo sencillo, dulce y efectivo de Elena Castillo vuelve a seducirnos con una historia de personajes heridos que desean volver a enamorarse.
    *Con una ambientacion exquisita, Irlanda se convierte en un personaje mas de la novela. Los paisajes enmarcan escenas romanticas y el alma melancolica del pais acaba impregnandolo todo. Imogen necesita alejarse de la persona que ha roto su corazon y de una familia que piensa que no es capaz de cuidarse por si sola, desea comenzar de cero. El problema es que no sabe como hacerlo porque se ha dado cuenta de que en verdad no se conoce a si misma.Por ello, su mejor amiga lo organizara todo para llevarla consigo hasta Irlanda, donde le espera su primer puesto de trabajo en una residencia clinica como enfermera y una habitacion de alquiler en una preciosa cottage a los pies de los acantilados de Howth, que compartira con un joven pescador.Nadie en el pueblo esperaba que Liam regresara despues de tanto tiempo, pero el tambien se sorprende cuando al llegar se encuentra con que su familia ha metido a una inquilina en su casa.Mientras Imogen ira descubriendose poco a poco con su "lista de nuevas experiencias", su misterioso companero de casa se volcara en ayudarla a conseguir todos sus retos, terminando por poner a prueba los sentimientos de su corazon.Tres pacientes con mucho que aportar, un club de lectura con algo de magia y una amistad inquebrantable, ensenaran a Imogen que en la vida solo hay que saltar las olas."La mejor forma de curar un corazon es rescatar a otro"

  • Perfectos, Cecelia Ahern de Cecelia Ahern

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  • Sobre la naturaleza humana de Roger Scruton

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    Scruton lleva a cabo una defensa radical de la singularidad humana. Frente a pensadores utilitaristas y materialistas como Richard Dawkins y Daniel Dennett, defiende que el ser humano no puede entenderse solo como un objeto biologico.

  • La peor pesadilla de Mark Edwards

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    Le cayo como una bomba nuclear: unos segundos de inocente calma, quiza un leve silbido al precipitarse sobre el y, despues, la nada cuando, al abrir la puerta de casa, vio que todo estaba demasiado tranquilo y supo de inmediato que algo iba mal, pero no hasta que punto, no pudo siquiera sospechar lo absoluto e irrevocable de ese mal. Habia sido un dia especialmente largo. El inspector Patrick Lennon habia estado encerrado siete horas en una sala de interrogatorios sin ventanas con un drogadicto poco dispuesto a colaborar llamado Dean Kervin, que tenia la cara como una patata hervida hacia varios dias. Pese a que varios testigos y dos camaras de seguridad lo habian visto reventar el escaparate del outlet de prendas deportivas y matar a palos al guardia de seguridad, el se empenaba en negarlo. No paraba de repetir: <>. Patrick llevaba todo el dia ansiando un poco de aire fresco y un cafe sin recalentar, pero lo que de verdad lo mantenia en pie era la idea de volver a su casa, calentita y perfumada, y abrazar a su tierna pequena de cinco meses, Bonnie. Una copa de vino en una mano, Bonnie acurrucada en la curva de su otro brazo y, en cuanto Bonnie se quedara dormida, comida china a domicilio mientras veia una pelicula con Gill. Casi le hacia reir el que un cuadro asi lo reconfortara tanto. Su yo adolescente se habria burlado despiadadamente de el. ?Vino y bebes? ?Chino y peli? Patetico. No. Patetico, no. La felicidad, la seguridad, la pureza de la familia eran la esencia de la vida. El unico inconveniente, en el frente domestico, era que Gill llevaba algun tiempo bastante deprimida. Todos sabian lo duro que era quedarse en casa el dia entero con la chiquitina, sobre todo para una atareada profesional con un cargo de responsabilidad. Gill era abogada y nada la hacia mas feliz que destrozar, destripar con palabras a desgraciados como aquel Dean, el tipo de la cara de patata. Lo hacia con tanto aplomo... Patrick confiaba en que pronto recuperase esa chispa. Aunque fuera de los tribunales era una mujer sociable y cordial por naturaleza, toda aquella camarilla de la NCT, esa oenege de apoyo a las madres primerizas, con sus cuadrillas de madres amamantadoras que invadian las cafeterias y asistian a clases de musica infantil, no acababa de llenarla. Lo habia intentado, pero siempre habia vuelto a casa amenazando con ponerse a gritar en cuanto volviera a oir hablar de panales y caquitas. La idea hizo sonreir a Patrick mientras estacionaba, marcha atras, el Prius bronce (otra de esas cosas que su yo adolescente le habria censurado) en la pequena entrada de la casita adosada que ocupaban en West Molesey. Cuando queria impresionar a alguien, les decia que vivia <>, aunque, en realidad, West Molesey estaba a dos kilometros y medio y era la hermana pobre de la grandiosa East Molesey, que disponia, en cambio, de una zona declarada patrimonio historico-artistico y multitud de fincas de dos millones de libras. Nunca se habia alegrado tanto de volver a casa. Hasta habia parado en el super para comprar una botella de vino y un ramo de gerberas, las favoritas de Gill. Mas tarde se pregunto si lo habia sabido desde el mismo instante en que habia hecho girar la llave en la cerradura o si solo habia imaginado que lo sabia. Lo que si percibio de inmediato fue el silencio. No creia que hubieran salido porque el cochecito estaba en el pasillo y todas las luces encendidas. ?Habrian ido un momento a casa de algun vecino? Improbable. Los vecinos mas proximos habian resultado bastante desagradables y Gill no habia hecho amistades en las inmediaciones. Normalmente se oia Radio 2 a todo volumen y en la tele se veia, sin sonido, la programacion infantil de la BBC. Ni el ruido de la secadora dando vueltas, ni el de la tetera hirviendo el agua, ni el repiquetear habitual de Gill por la cocina mientras preparaba la cena para ellos dos... No se oia nada de eso. --?Hola? --grito Patrick al tiempo que entraba y cerraba la puerta--. ?Gill? Nada. Fruncio el ceno. Se quito la chaqueta de cuero, colgo las llaves del automovil en el cuelgallaves dispuesto junto a la puerta y dejo las flores y el vino en el suelo de la entrada. Debian de haber salido, se dijo, luego titubeo; tuvo el presentimiento de que no era asi. Se le erizo el vello de todo el cuerpo, pese a que, en aquellos momentos, no tenia motivo para temer nada. --Gill, ?donde estas? --insistio nervioso antes de enfilar el pasillo que conducia a la cocina, al fondo de la casa. Cuando pasaba junto a la escalera, un movimiento lo sobresalto. Su mujer estaba sentada en el tercer escalon, con una cara que el no le habia visto a nadie en toda su vida. Su rostro, por lo general sonrosado, estaba ceroso y demacrado, y sus ojos, inmoviles, eran dos mares de espanto. Aferrada al juguete favorito de Bonnie, una Peppa Pig de punto, se mecia en silencio adelante y atras. Patrick hizo un aspaviento y la agarro por los hombros, medio abrazandola medio zarandeandola. --!Gill, carino!, ?que ocurre? --pregunto, hincandose de rodillas en las escaleras, abrazandola fuerte y meciendose con ella--. ?Que ha pasado? ?Ha muerto alguien? Aquel fue su primer pensamiento, porque, de haberle pasado algo a Bonnie, Gill no estaria sentada en las escaleras, sino junto a su cuna. Ella no respondio. Lo ignoro, como si no hubiera detectado su presencia. --Hablame, carino, ?que ha pasado? !Gill, por favor! La encontro menuda, la mitad de su tamano normal, como encogida por la conmocion y por aquel terrible dolor no manifiesto. --?Donde esta Bonnie? Gill dejo de mecerse. Dejo de respirar y apreto los labios, aquellos labios sensuales de los que Patrick se habia enamorado antes incluso de conocerla bien. Cerro los ojos y clavo los dedos en el rosado cuerpecito blando de Peppa Pig. Luego empezo a gemir. El gemido se torno ganido, despues bramido y, por ultimo, cuando volvio a abrir la boca, se transformo en un aullido de dolor casi animal que retumbo en las paredes y privo la casa de cualquier resquicio de paz para siempre. Patrick se levanto como un resorte mientras escapaba de su boca un sollozo. --Ay, Dios mio, Gill, ?donde esta la nina? ?Que ha pasado? ?DONDE ESTA? Aparto a su mujer y, aunque lo hizo solo con un empujoncito, Gill volco y rodo por los dos peldanos restantes hasta el suelo, donde quedo inmovil, sin dejar de proferir aquel aullido sobrenatural. El subio la estrecha escalera como un maratonista en su tramo final y, con la respiracion atrapada en el pecho, rodeo bruscamente la barandilla y entro en el diminuto dormitorio de Bonnie. Al principio, penso que habia una muneca tendida en su camita, una extrana muneca hinchada, de color purpura. Se adentro en la estancia y comprendio que la muneca era Bonnie. Sus extremidades estaban retorcidas de forma poco natural y tenia marcas visibles alrededor del cuello. Marcas de dedos. Tras proferir un aullido aun mayor que el de su mujer, solto la barra protectora de la cuna e inclinandose sobre su hija sin vida trato de insuflar aire en sus pulmoncitos inertes. Con dos dedos delicados y temblorosos le masajeo el esternon, rezando para hacerlo bien, procurando recordar correctamente los pasos del curso de reanimacion cardiopulmonar infantil al que Gill habia insistido en que asistieran ambos durante su embarazo. <> Bonnie seguia amoratada. Aun estaba caliente. Eso era bueno. <> Las lagrimas de Patrick cayeron en los parpados cerrados de la criatura. <>

  • El conspirador de Humphrey Slater

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    Todos guardamos secretos. Harriet, una joven inglesa candida e inocente que acaba de casarse con un comandante de la Guardia de Granaderos mucho mayor que ella, Desmond Ferneaux-Lighfoot, esta a punto de descubrirlo.Obnubilada por la prestancia y la inteligencia del hombre con el que ha decidido compartir su vida, unas extranas postales que llegan a su casa sin remitente ni texto seran la senal de alarma, el preludio de un peligroso juego del que Harriet ignora las normas, pero al que se ve abocada sin remedio. Sera entonces cuando conozca el verdadero rostro de su esposo…Fallecido en Espana en 1958, Slater nos dejo como legado este magistral relato acerca de la lealtad y la traicion, escrito en una prosa ironica y mordaz.

  • El amor puede fallar de Matthew Quick

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    Tras sufrir una gran decepcion, Portia Kane decide abandonar a su marido, y con ello, la vida de lujo que llevaba en Florida. Asi, se traslada a su ciudad natal, donde recuperara antiguas amistades y recordara al unico hombre que la ayudo a creer en ella: Nathan Vernon, su querido profesor de literatura inglesa que tuvo en el instituto.El senor Vernon la ayudo a creer en ella, a descubrir que tipo de persona queria ser, a luchar por sus suenos. ?como ha podido olvidarlo? Ahora esta decidida a recuperar el contacto con el, pero Vernon ya no es lo que era, ahora vive deprimido y solo tras un traumatico accidente en las aulas.Portia no esta dispuesta a rendirse, y asi, con la ayuda de una monja de armas tomar, un ex heroinomano, un nino fanatico de la musica y su acaparadora madre, intentara visualizar un futuro esperanzador.”El amor puede fallar” trata de los grandes altibajos de la vida: de las dolorosas y valientes decisiones que necesitamos tomar para llegar a ser lo que estamos destinados a ser.

  • Desdichas modernas de Sophie Divry

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    Una Emma Bovary de nuestros dias.

  • La chica del abrigo azul de Monica Hesse

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    Mucho tiempo antes de que Bas muriera, nos enzarzamos en una pelea de mentirijillas acerca de quien tenia la culpa de que se hubiera enamorado de mi. <>. Le dije que se equivocaba. Que era desidia culparme de su amor por mi. Irresponsable, en realidad. Lo recuerdo todo de esa conversacion. Tuvo lugar en la sala de estar de sus padres y oiamos la radio nueva de la familia mientras le preguntaba la leccion para un examen de geometria que ninguno de los dos consideraba importante. La cantante estadounidense Judy Garland cantaba <>. Asi empezo la conversacion. Bas dijo que yo le habia obligado a amarme. Me burle de el porque no queria que supiera lo rapido que me latia el corazon al oirle decir las palabras <> y <> en la misma frase. A continuacion afirmo que yo tambien tenia la culpa de que quisiera besarme. Y yo le dije que si se lo permitia seria culpa suya. En ese momento su hermano entro en la sala y dijo que los dos teniamos la culpa de que al oirnos le entraran ganas de vomitar. Horas despues, camino de casa --cuando podia ir a casa a pie sin preocuparme de que me pararan los soldados, de saltarme el toque de queda o de que me detuvieran--, cai en la cuenta de que no le habia dicho que yo tambien le amaba. La primera vez que Bas me declaraba su amor, y me habia olvidado de decirle que le correspondia. Tendria que haberlo hecho. Si hubiera sabido lo que sucederia y lo que descubriria acerca del amor y la guerra, me habria asegurado de decirselo entonces. Esa es mi culpa. 1 Enero de 1943 Martes --Hola, preciosa. ?Que lleva ahi? ?Algo para mi? Me paro porque el soldado es joven y guapo, y porque su voz contiene un guino, y porque apuesto a que me haria reir una tarde en el cine. Es mentira. Me paro porque el soldado podria ser un buen contacto, porque quiza podria conseguirme articulos que ya no podemos comprar, porque es probable que tenga los cajones de la comoda repletos de filas y filas de tabletas de chocolate y de calcetines sin agujeros en la puntera. En realidad eso tampoco es cierto. En ocasiones prescindo de la verdad porque resulta mas facil fingir que tomo decisiones por motivos racionales. Resulta mas facil fingir que puedo elegir. Me paro porque el uniforme del soldado es verde. Es la unica razon por la que me paro. Porque viste uniforme verde, lo cual significa que no puedo elegir. --Son muchos paquetes para una chica tan guapa. Su holandes tiene un leve acento, pero me sorprende que lo hable tan bien. Algunos agentes de la policia verde no lo hablan y se enfadan al ver que no dominamos el aleman, como si hubieramos debido prepararnos toda la vida para el dia en que invadirian nuestro pais. Aparco la bicicleta, pero no desmonto. --Es la cantidad justa de paquetes, creo yo. --?Que lleva en ellos? --Se inclina sobre el manillar y palpa con mano indolente la cesta sujeta a la parte delantera. --?No le gustaria verlo? ?No le gustaria abrir todos mis paquetes? -- Suelto una risita y bajo las pestanas para que no se percate de que se trata de una frase bien ensayada. En la postura en que estoy, el bajo del vestido se me ha subido por encima de la rodilla y el soldado lo advierte. Es azul marino, de varios anos antes de la guerra, me queda demasiado estrecho y tiene el dobladillo deshilachado. Me muevo un poco para que el bajo suba aun mas, hasta la mitad del muslo, donde tengo la carne de gallina. Esta interaccion seria peor si el policia fuera mayor, si tuviera arrugas, los dientes manchados o una panza fofa. Seria peor, pero yo coquetearia de todas formas. Lo he hecho docenas de veces. Se inclina mas. Detras de el, el agua del Herengracht esta turbia y apesta a pescado. Podria empujarlo al canal y recorrer medio camino hasta casa en esta vergonzosa bicicleta de segunda mano antes de que el lograra salir chapoteando. Es un pasatiempo que me gusta practicar con cada agente de la policia verde que me para. <>. --Esto es un libro que le llevo a mi madre. --Senalo el primer paquete envuelto en papel--. Y ahi hay patatas para nuestra cena. Y esto es un jersey que me han remendado y que he ido a recoger. --Hoe heet je? --me pregunta. Quiere saber como me llamo y me lo pregunta con el estilo informal y desenfadado en que un chico preguntaria en una fiesta a una jovencita dentuda como se llama, y esto es una buena senal, pues prefiero con mucho que se interese por mi antes que por los paquetes de la cesta. --Hanneke Bakker. --Mentiria, pero no tiene sentido ahora que todos estamos obligados a llevar encima los documentos de identidad--. ?Y como se llama usted, soldado? Saca pecho cuando le llamo <>. Los jovenes todavia estan encantados con el uniforme. Cuando se mueve, veo un destello dorado alrededor de su garganta. --?Y que tiene en el medallon? --le pregunto. Su sonrisa flaquea mientras se lleva la mano volando al colgante que pende bajo el cuello de la camisa. El medallon, dorado y en forma de corazon, probablemente contenga la fotografia de una muchacha alemana con cara de pan que ha prometido serle fiel en Berlin. La pregunta ha sido una apuesta arriesgada, pero una apuesta que da buen resultado siempre que acierto. --?Una fotografia de su madre? Debe de quererle mucho para haberle regalado un colgante tan bonito. Se pone colorado mientras se mete la cadena bajo el cuello almidonado. --?De su hermana? --prosigo--. ?De su perrito? --Cuesta encontrar el equilibrio, la dosis adecuada de ingenuidad. Mis palabras han de contener la inocencia suficiente para no justificar que se enfade conmigo, y la mordacidad necesaria para que prefiera deshacerse de mi a tenerme aqui parada e interrogarme sobre lo que llevo--. No le habia visto nunca -- anado--. ?Esta apostado en esta calle todos los dias? --No me gustan las chicas tontas como usted. Vayase a casa, Hanneke. Cuando me alejo en la bicicleta, los mangos del manillar tiemblan solo un poquito. En gran medida le he dicho la verdad acerca de los paquetes. En efecto, los tres primeros si contienen un libro, un jersey y unas pocas patatas. Sin embargo, debajo de las patatas hay salchichas, compradas con cuatro cupones de racionamiento de un hombre muerto, y debajo llevo pintalabios y lociones, comprados con cupones de racionamiento de otro hombre fallecido, y mas abajo hay cigarrillos y bebidas alcoholicas, comprados con el dinero que mi jefe, el senor Kreuk, me ha entregado esta manana con ese fin. Ninguno de esos articulos es mio. La mayoria diria que trafico en el mercado negro, una actividad ilicita que consiste en el comercio clandestino de mercancias. Yo prefiero considerarme una <>. Encuentro cosas. Encuentro patatas, carne y manteca. Al principio encontraba azucar y chocolate, pero ultimamente resulta mas dificil hallar esos productos y solo los consigo de vez en cuando. Encuentro te. Encuentro beicon. Los ricos de Holanda siguen estando regordetes gracias a mi. Encuentro las cosas de que nos vemos obligados a privarnos, a menos que sepamos donde buscar. La ultima pregunta que he dirigido al soldado, acerca de si esa calle es su nuevo puesto..., ojala la hubiera respondido. Porque si en adelante va a estar apostado en esa esquina cada dia tendre que pensar en hacerme amiga suya o en cambiar de ruta. Mi primera parada de esta manana es la casa de la senorita Akkerman, que vive con sus abuelos en uno de los edificios viejos cercanos a los museos. Para ella son las lociones y los pintalabios. La semana pasada fue perfume. Es una de las pocas mujeres que conozco a quien aun le interesan mucho esos articulos; un dia me explico que espera que su novio le pida matrimonio antes de su proximo cumpleanos; la gente se gasta el dinero por razones extranas. Me abre la puerta con horquillas en el pelo, que lleva mojado. Debe de tener una cita con Theo esta noche. --!Hanneke! Pasa, que voy a buscar el monedero. Siempre encuentra alguna excusa para invitarme a entrar. Creo que se aburre durante el dia, a solas con sus abuelos, que hablan en voz demasiado alta y huelen a repollo. El interior de la casa es oscuro y agobiante. Al otro lado de la puerta, el abuelo de la senorita Akkerman desayuna sentado a la mesa. --?Quien es? --grita. --Es una entrega, abuelo --le responde ella a voces volviendo la cabeza. --?Quien dices que es? --Es para mi. --Me mira y baja la voz--. Tienes que ayudarme, Hanneke. Theo vendra esta noche a preguntar a mis abuelos si me dejan mudarme a su apartamento. Tengo que decidir que me pongo. Quedate aqui; te ensenare las opciones. No se me ocurre ningun vestido capaz de conseguir que sus abuelos aprueben que se vaya a vivir con su novio antes de casarse, si bien se que es algo que ocurre con mas frecuencia desde que empezo la guerra. Cuando la senorita Akkerman regresa al vestibulo, finjo reflexionar sobre los dos vestidos que ha traido, aunque en realidad miro el reloj de pared. No tengo tiempo para la vida social. Despues de aconsejarle que se ponga el gris, le indico con un gesto que coja los paquetes que sostengo desde que he llegado. --Son para usted. ?Quiere comprobar que todo esta bien? --Estoy segura de que es correcto. ?Te quedas a tomar cafe?

  • Caribes (Cienfuegos 2) de Alberto Vazquez-figueroa

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    Segunda entrega de esta celebre saga, Caribes continua las apasionantes aventuras de su protagonista, un joven canario en el Nuevo Mundo, un mundo hostil y desconocido.

  • El acuerdo de Liss Moura

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    Soy un espiritu libre, no dejare que ningun hombre me domestique. Si todas mis amigas se casan no significa que yo tenga esa misma necesidad. El amor siempre termina mal y no expondre a mi corazon a ello.

  • El gato que regalaba sonrisas de Rachel Wells

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    Desde que se mudo a Edgar Road, Alfie no conoce otro lugar al que pueda llamar hogar: pasea feliz entre los jardines de las casitas y colecciona los mimos de los afectuosos vecinos. Es uno mas de la familia. Ahora tiene un amigo: George, un minino a quien presta todas sus atenciones. Pero Alfie tiene que estar atento y no perder de vista a los vecinos del barrio que parecen tener problemas. No hay un minuto que perder, Alfie debe intervenir pronto para mostrar a sus amigos el camino de la alegria. Porque solamente el sabe transformar un problema en una oportunidad y una herida del corazon en una nueva ocasion para el amor.

  • Virginia Woolf de Irene Chikiar Bauer

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    La mayor investigacion sobre Virginia Woolf publicada en espanol.

  • La promesa (Los caballeros del tiempo 3) de Jimena Cook

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    Llega la ultima entrega de la trilogia <>, iniciada en La elegida, con la historia de Aldan y Monica.

  • El arte de la fuga de Vicente Valero

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    En verdad ninguno de los frailes apinados en aquella celdilla fria y oscura consiguio ver que el alma saliera de su boca, solo puntos amarillos de saliva expulsados de la lengua llagada, cuando el estertor se transformo en un suspiro ultimo, negro como el crujido de un alamo en la noche de invierno. Asi pues, pensaron todos entonces, el alma de los santos enamorados tambien era invisible; es decir, que se escurria como cualquier otra entre los labios resecos, casi azules, sin ser vista ni oida, para buscar inmediatamente despues, ansiosa, la frente ungida con los oleos y poder de esta manera tomar impulso hacia lo mas alto, deslizarse por fin hacia una paz definitiva. Hubieran dado todo cuanto poseian --aunque esto es, por supuesto, solo un decir, pues nada poseian aquellos pobres rezadores-- por contemplar el cuerpo moreno y entregado de la Amada, incluso sospechando que aquel deseo pudiera ser impuro, como tantos otros deseos del hombre, si bien las sagradas escrituras nada decian sobre aquel asunto. Pero Juan acababa de morir, se trataba ya de un hecho indiscutible, y en aquella covacha desnuda ni los descalzos de Ubeda ni aquellos otros llegados de Baeza y La Penuela habian conseguido vislumbrar el vuelo ultimo del alma, aunque Dios ya andaba por todas partes en aquella hora nocturna, nadie podia dudarlo, Dios era un olor bendito que emanaba de la carne podrida y de sus vapores todavia calidos, una luz humeda, casi irrespirable. Hacinados e inquietos, aquellos hombres flacos y devotos de la Virgen del Carmen se habian asomado a la boca del moribundo con la esperanza de ver. Alli buscaron, con los ojos bien abiertos, emocionados, unidos en el mirar, un ultimo rescoldo, una sombra palpitante, la mariposa de la fe. El poeta, el santo, el mistico, aquel fraile distraido y un poco loco --?cual de todos ellos era entonces o a cual se le esperaba mas alla de la vida y la muerte?-- se habia consumido entre estertores, despues de haber escuchado una vez mas las preciosas margaritas de Salomon, el canto perfecto del amor perfecto, y sus ojos empezaban a divisar una oscuridad nueva, todas las llagas de su cuerpo ardian como antorchas en la noche --?a que esperaba entonces el Amado?--, mientras los frailes besaban sus manos y sus pies, esperaban la salida fulgurante de la esposa. Dejaremos dicho aqui para empezar que durante aquel largo otono andaluz del ano 1591 hubo sol y hubo tormentas, despues de los ultimos sudores empezaron a caer las hojas de los arboles, llego por fin un dia la nieve a las cimas serranas, el cielo se lleno de nubes grises. Nadie sabe como seran sus ultimos dias, si hara frio o calor, si llovera y los rios inundaran calles y sembrados, si habra sequia y enfermaran los animales, o si la luz del sol, como una mano de madre imperecedera, acariciara una a una todas las palabras de la despedida. Puede que Juan supiera, sin embargo, cuando escogio Ubeda y no quiso ir a Baeza ni a Linares, como le suplicaron los frailes campesinos de La Penuela --aquel lugar silvestre donde comenzaron sus heridas--, que en su morir habria cielos de otono cada vez mas frios y solitarios, como los que su alma deseaba, pero el abrazo tambien de los hermanos descalzos y la fe no menos calida de los vecinos que nada sabian de el, que nunca habian oido hablar de sus canciones, y que su cuerpo imploraba tal vez como el de un nino desamparado. Durante aquellos casi ochenta dias ultimos que paso Juan en el convento ubetense, las noches fueron haciendose cada vez mas largas y oscuras, como el dolor de la carne y la soledad del sacrificio, pero no por ello la dulzura del otono estuvo ausente en aquella celdilla con su plenitud de estacion profunda y generosa. Asi, durante aquellos dias, hubo pajaros tambien en la ciudad, estorninos y petirrojos, grullas de paso, zorzales y codornices. Hubo un repetido runrun de aguas sobre las piedras de las murallas y de las iglesias, que Juan podia oir tendido en su camastro, tal vez con cierto placer, o al menos con el alivio que la lluvia concede siempre a los sedientos, y un viento que soplaba y batia las ramas de chopos y naranjos. Pudo beber el zumo rojo de la granada, morder la carne amarga del membrillo. Y por el estrecho ventanuco es posible que entraran alguna vez tambien el aroma de los limoneros y la rafaga candente del relampago. Que al padre Crisostomo, prior del convento, no le viniera nadie con monsergas de milagros ni de versos, el era un hombre de pulpito y de tratados gruesos. No habia visto nunca a un santo, pero si a muchos extraviados que se decian poetas, incluso a algunos herejes alumbrados que habian merecido el castigo riguroso pero justo de Roma. Lo mejor era hablar poco con el enfermo y, a ser posible, que nadie supiera que estaba alli con ellos. No era este prior, a decir verdad, un hombre envidioso, pero si un fraile asustadizo, cumplidor y obediente, que maldecia la hora en la que a Juan se le habia ocurrido ir a morirse a su convento. Cuando lo vio llegar, aquel anochecer caluroso de septiembre, a lomos de un burro fatigado, ya se temio lo peor. Y lo peor era entonces solamente que aquel hombre a quien su propia orden habia perseguido, encarcelado y ahora tambien desterrado, cuyas cartas habian sembrado las clausuras de palabras dudosas y de sofocos misticos, llegara ahora a Ubeda para repartir rimas y milagros. Se prometio entonces a si mismo, mientras Juan se bajaba con dificultad del pollino, que no se lo permitiria y, sobre todo, que no se dejaria enganar por el, por su habito raido y sucio, por su ya celebre jerigonza de nadas y desiertos, y menos aun por sus jaculatorias contra incendios y tormentas. Que habia venido a buscar exactamente el perseguido, sin embargo, lo sabria el prior muy pronto, cuando Juan cayo desmayado en la puerta del convento, con sus llagas y sus calenturas, porque aquella debilidad tan cierta --con aquel rostro suplicante y famelico, con aquel temblor de piernas-- le dio a entender que el enfermo lo habia elegido precisamente a el para que guiara su alma por el sendero ultimo de la noche y se compadeciera de su cuerpo en los dolores terribles, y con ello tal vez para ser seducido tambien, oh Virgen piadosa, por aquellas metricas italianas del demonio. Para los hermanos aquellas heridas inmensas y aquel morir en la celda mas oscura del convento pronto se transformaron en pura alegria, una gracia especial del Amado, la musica presentida y tantas veces solicitada. Se lloraba por los pasillos y, a hurtadillas del prior, cantaban las canciones de Juan, se abrazaban y se besaban; la felicidad era entonces aquello, un ir y venir entre lagrimas incontenibles, traer las vendas limpias y dar a lavar las sucias, lamer las sucias por el camino, llevarse a la boca el pus, la sangre negra, la saliva del poeta, agradecerle a Dios aquellos liquidos, aquel enfermo unico. Una y otra vez por los pasillos se oian las canciones del alma y el esposo, que tan bien se sabian todos, aprendidas en otros conventos lugubres --tan oscuros y frios como aquella mazmorra toledana donde habian sido compuestas casi quince anos atras--, dichas y repetidas muchas veces, calladas tambien otras muchas, segun soplara el viento de la regla o del prior, favorable u hostil a la musica amatoria y al cantor de Avila, pero siempre luminosas en el corazon secreto de los humildes. Ah, el coro de descalzos, voces olvidadas por el mundo, rezadores de la vieja ciudad de Ubeda: Bartolome de San Basilio, dulce y generoso, antiguo discipulo de Juan; Alonso de la Madre de Dios, inteligente y agradecido, lector de salmos y profecias; Bernardo de la Virgen, hermano lego, de dia y de noche a los pies del moribundo, siempre el perro mas fiel; Diego Pablo de Jesus, modesto y pequeno como un jilguero de la vega, bondadoso; Pedro de San Jose, mundano y alegre como un vino nuevo de aldea. Coro insospechado de servidores, adoradores de llagas putrefactas, moscas benditas. Todo empezo en aquel solitario retiro de La Penuela, lleno de olivos y de vinas, entre ermitanos labradores, adonde Juan habia llegado a principios de agosto, en plena canicula, para cumplir nuevo destierro, sin oficio, solo como un descalzo mas. La brisa de Sierra Morena invadia todas las mananas aquellas celdillas blancas con su olor a tomillo y a encinar humedo, con su musica de currucas tempraneras. Una docena de hermanos barbudos y penitentes regaban las coles en silencio, sembraban el ajo y la cebolla, o recogian la aceituna. Habia en aquel lugar tan puro una alegria de uva andaluza y de amor a la Virgen, unos cielos azules sobre los roquedales altos, una fe felicisima. Por fin el poeta que amaba las soledades y la luz podia tambien gozar de ellas, despues de tantos anos de disputas capitulares y de vicarias nomadas, despues de interminables andaduras. Por fin el fraile que amaba la obediencia podia tambien gozar de ella como un imberbe novicio castellano. Se dijo despues que, en aquellos dias soleados, iba a rezar todas las tardes junto a una vieja fuente de montana, rodeada de laureles y lentiscos, por donde saltaban las liebres, susurraban las tortolas y vigilaban los cernicalos. De rodillas y con las manos unidas en el pecho, como era habitual en el, aspirando siempre a lo mas alto, a veces levitaba, esto tambien se dijo despues. De su boca brotaba entonces la palabra como el agua de la fuente, fresca y natural, transparente y solitaria. Era Juan en La Penuela, a solas con la esposa que llevaba dentro, en coloquio verdadero, con ella y con su Dios enamorado. No habia amargura en su corazon ni recuerdo alguno de sus perseguidores que, sin embargo, no cejaban y aun dilataban sus discursos difamatorios por las extensas comarcas del carmelo. O tal vez si, puede que hubiera cierta amargura todavia, esto lo decimos nosotros ahora, algun resentimiento, pues fue aqui mismo tambien donde escribio que mejor se estaba en compania de piedras y garbanzos que de apostoles locuaces, de criaturas mudas que de hombres envidiosos. Comia entonces pan de habas con hierbas cocidas y era feliz. Ya de noche, dormia sobre unos manojos de romero tejidos y de sarmientos a modo de zarzo y era feliz. Encendia la llama de amor viva, una y otra vez, reescribiendo pasajes inconclusos, penetrando en honduras incandescentes, dejandose iluminar por ella. Hasta que un dia de aquellos de verano llegaron tambien las fiebres, y con ellas el cansancio y el sueno, la mirada vidriosa, aquella sed.

  • Dulce animal de compania de Triunfo Arciniegas

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    Una apasionante novela sobre la delgada linea que separa el amor del deseo.

  • La alondra (Noches en Florencia 2) de Sylvain Reynard

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    Raven Woods pasa los dias en la galeria de los Uffi zi de Florencia restaurando valiosas obras de arte renacentistas. Una noche, cuando regresa a casa, ve a unos desconocidos dandole una paliza a un mendigo y decide intervenir para impedirlo. Los asaltantes la arrastran hasta un callejon, aunque, de pronto, el ataque se interrumpe entre una cacofonia de cuervos y los gritos de sus asaltantes. Por suerte para ella, pierde el conocimiento tras ver la sombra de una figura que le susurra: <>.
    Cuando Raven se despierta, esta inexplicablemente cambiada. Nadie la reconoce en la galeria y, lo que es mas grave, se da cuenta de que ha estado ausente durante una semana. La joven no recuerda nada de lo que sucedio antes de su desaparicion que, casualmente, coincide con uno de los robos mas importantes de la historia de la galeria: el de un conjunto de ilustraciones de Botticelli de un valor incalculable.
    Cuando la policia la senala como la principal sospechosa del robo, Raven trata desesperadamente de limpiar su nombre. Para ello, contacta con uno de los hombres mas ricos, enigmaticos y esquivos de la ciudad y le pide que la ayude a aclarar que hay tras su desaparicion.
    Con el se vera arrastrada a un inframundo oscuro cuyos habitantes matan para mantener sus secretos a salvo.

  • el cuerpo prohibido de Cynthia Wila

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    Como la Cenicienta --intervino el analista. Y dio por finalizada la sesion. Camila permanecio unos segundos recostada en el divan sin moverse. A veces las verdades pueden dejarnos ciegos por un rato, penso. Su respiracion era lenta; la mirada clavada en un punto fijo del techo, casi en penumbras. Asi se sentia en ese momento. Cuando Patricio Blanchet se levanto para abandonar el sillon, pudo sentir su perfume moviendose en el espacio de aire que los separaba. Ese aroma de hombre acompano sus pasos hacia la salida haciendo aun mas evidente su silencio. Lo siguio con la vista. Era muy alto, seguramente pasaba el metro ochenta; la espalda ancha y unas piernas bien formadas con muslos que parecian siempre contraidos. Tal vez por su profesion o debido a esa personalidad indescifrable que la mantenia intrigada, no solia hablar demasiado: ni antes ni despues de terminar los encuentros. Sus labios, de proporciones desiguales, estaban cerrados al dialogo. Pero esos ojos intensos reflejaban mensajes ocultos que sus pacientes intentaban descubrir, como quien trata de encajar la pieza que falta en un rompecabezas. Patricio la esperaba en el escritorio de estilo ingles ubicado a unos metros del divan. Camila Infraga Mitre, por fin, se incorporo. Pago sus honorarios y lo saludo con gesto pobre. Una atmosfera densa la rodeo al salir del edificio. Como de costumbre, cruzo al bar ubicado en la esquina y pidio un cortado espumoso. Hoy --mas que nunca-- necesitaba esos minutos de soledad que a veces la relajaban y otras la empujaban a mortificarse. Solo le habia descripto la escena del accidente: ?Que tenia que ver el hecho de haber perdido un zapato al desmayarse con el cuentito de la Cenicienta? Era logico que se le cayera luego de semejante golpe pues se habia desvanecido al instante. Las preguntas se sucedian a borbotones en su mente, aunque siempre ligadas a las mismas cosas. Y eso la confundia mas. <> --!Y a Patricio unicamente se le ocurrio decir: como la Cenicienta! --murmuro enojada para si. En el cuento de los hermanos Grimm, la protagonista no recibia ninguna gratificacion. Por el contrario, era objeto de exigencias que la humillaban constantemente. Sin embargo, el maltrato de la madrastra y sus hermanas simbolizaba una rivalidad fraterna que las mantenia unidas a su manera. Su propio nombre --Cenicienta-- referia a la condicion de vivir entre cenizas; cuestion que la degradaba respecto de las demas. Su existencia quedaba a la espera de un superheroe que la rescatara de una vida miserable, que incluia un duelo no resuelto por la muerte de su madre. Entonces, sobre el final, un principe hermoso operaba de redentor y lograba liberarla de toda su desgracia. La fabula mencionaba a una mujer que padecia y a otras que la hacian sufrir. El varon venia a poner un corte a esta situacion dolosa, pero, en definitiva, no parecia ser el protagonista de la historia. Al fin, Camila pudo hilvanar algo de lo que habia ocurrido en su terapia: solo se trataba de mujeres... La madre de Cenicienta, al igual que su propia madre, metida en cada una de las cuestiones de su vida. Los cuentos de hadas tenian por costumbre intimidar a sus heroinas describiendo un mundo con gente malvada empenada en hacerles dano. ?Que estaba tratando de sugerirle su analista con esta analogia? Sus intervenciones la empujaban a buscar dentro de ella la responsabilidad que le cabia en cada situacion de la que se quejaba. Quizas por eso habia aludido a la Cenicienta aquella tarde, en la que Camila no paraba de querellar a su marido desde que entro. No recordaba muy bien como habia llegado al relato del accidente, lo cierto fue que, de iniciar la sesion a puro reproche contra su esposo, termino hablando del viaje de sus padres y su desmayo. Otra vez aparecia en escena como la pobre desgraciada que habia perdido la conciencia y !un zapato! Cuando en verdad, habia sido la unica que no sufrio dano: su padre termino con las costillas rotas y su hermana con la clavicula fracturada. Ella, nada. Pero en su discurso afloraba como la victima. --!Basta! --dijo de pronto. Ya no soportaba el cumulo de preguntas y mas preguntas que no paraban de torturar su cabeza. Pago al mozo con una sonrisa y se marcho. Ese detalle jamas faltaba: aunque estuviera de mal humor, siempre sonreia ante la gente. Durante el trayecto hacia la oficina de su marido llamo Irma, la nueva secretaria, para recordarle que esa noche cenarian con el grupo de inversores que llegaba del Sur. Lucio estaria de buen animo, y ella deberia simular gestos amables como venia haciendo desde hacia un ano. Reclino la cabeza hacia atras y se acomodo en el asiento del vehiculo. La sesion con Patricio, sus palabras y el calor agobiante de la tarde la habian dejado exhausta. Cerro los ojos y comenzo a evocar situaciones cargadas de sufrimiento. Mas que recordar, eran dificiles de olvidar aquellas imagenes llenas de dolor. ?Era posible olvidarse de todo y empezar de nuevo?, penso. Infidelidad... esa palabra la perseguia desde nina. En rigor, desde antes de su nacimiento. Ya su abuela le habia advertido del tema. Como una parte mas de los cuentos que le relataba de pequena, siempre aludia a la tal Pasifae, la princesa de Colquis de la mitologia griega que fue dada en matrimonio al Rey Minos de Creta. Las numerosas infidelidades de su esposo la habian enfurecido de tal manera, que ideo una venganza y le lanzo un conjuro para que ninguna amante se atreviera a sus brazos: en cada una de sus relaciones eyacularia viboras y escorpiones dentro del vientre de sus companeras, y con ello las condenaria a la muerte. <>, le decia con el dedo en alto. Como para olvidarlo... * * * Nacida en Paris, Ivonne Lafont, la abuela de Camila, habia crecido en medio de un clima candente producto de una Primera Guerra Mundial que devasto las economias europeas. La politica restrictiva de prestamos aplicada por los Estados Unidos en una epoca que pedia a gritos su colaboracion, influyo en las finanzas del Viejo Continente perjudicando a Francia frente a las deudas contraidas con el pais americano. La estrategia consistia en sortear los compromisos adquiridos con las indemnizaciones devengadas por Alemania en su favor, sin prever que el antiguo invasor jamas le pagaria. Las presiones contra el pais germano que habia quedado en ruinas generaron una inflacion imposible de manejar, lo cual incito a su acreedor a tomar cartas en el asunto: en 1923 el ejercito frances y su aliado de Belgica ocuparon la franja alemana del Ruhr, centro de produccion de carbon, hierro y acero; a Francia la tentaba la riqueza de esas tierras. Si bien la ocupacion no pretendia ser violenta, existieron incidentes de sabotajes promovidos por pequenos grupos de resistencia civil armada que obligaron a Francia a reprimir y ejecutar. La contienda se cobro la vida de manifestantes huelguistas y algunos soldados franceses, entre los que se encontraba Bernard Lafont, padre de Ivonne, quien, tras salvar su pellejo durante la Primera Guerra, fallecio de septicemia luego de haber sido baleado en un enfrentamiento con jovenes alemanes. La pequena Ivonne vio llegar a la ciudad el contingente de oficiales que volvian a su patria; caminaban por el centro de una hilera de gente que se habia aglutinado alli para esperarlos. Los sanos estaban primeros en la fila; atras, rezagados marchaban los heridos. Algunas mujeres tiraban flores a su paso; otras, en cambio, escondian su llanto entre panuelos blancos por aquellos que habian muerto. Ivonne cayo en la cuenta de que todas ellas tenian algo en comun: vestian de manera humilde y en sus rostros podia verse el sufrimiento. Carol Lafont, su madre, vio que dos soldados sostenian a Bernard al final del camino. Corrio y se abalanzo sobre el: <>, dijo su companero. Luego de llevarlo al hogar, Carol tomo la mano de Ivonne y la arrastro desesperada en busca de algun medico para salvar a su marido. Llego al hospital en un grito suplicando que la acompanaran a su casa pues Bernard no podia moverse. Pero nadie tuvo tiempo para ella; estaban demasiado ocupados con aquellos que podian pagar para ser atendidos. Y la mujer no tenia recursos. Con diez anos, la nina comprendio que solo los pobres luchaban en el frente y solo ellos eran los que morian. Esa impresion quedo grabada de manera tan fuerte en su memoria que, a partir de entonces, se instalo en su mente una idea que la acompanaria siempre: su corazon estaria del lado de quienes padecieran injusticias. La perdida definitiva de un papa al que no habia conocido demasiado, puso a Ivonne ante otro desafio: debio enfrentar la depresion de una madre cuyo duelo no cederia con el tiempo en ese mundo de tiranos y comunistas. Asi crecio la joven, sufriendo por su padre fallecido y por la escasa presencia de una mama abulica que la privo de carino. A poco de cumplir los quince anos, ya trabajaba como mesera en el bar de la familia de una amiga intima. Sirviendo jarras de cerveza helada para soportar el calor de un verano agobiante, su mirada quedo capturada por el hijo de un importante terrateniente argentino que estaba de paseo por Paris y se deslumbro con ella en cuanto la vio. Ivonne admiraba el estilo malevo de los hombres latinos, que conocia muy bien debido al triunfo de Carlos Gardel en sus tierras; el extranjero de veintinueve anos que la pretendia se peinaba a la gomina como el cantante, y sus modos reflejaban los de esos machos rudos de Buenos Aires que penaban por amor en las frases de los tangos. La diferencia de edad entre ambos no impidio que ella se fuera con el hacia America para casarse bien lejos de su historia, en busca de un futuro diferente. Logro su cometido, pero la vida no le seria tan simple: con el tiempo conoceria el precio de vivir con la soberbia de aquel hombre. Mientras el reconocido diario El Mundo destacaba el enlace del hijo de Don Antonio Infraga Mitre con una bella francesa, la alta sociedad argentina les dio la espalda. A pesar de los buenos modales y su hermosura, se notaba que la joven foranea no tenia clase ni distincion, y tampoco la instruccion adecuada para estar a la altura de semejante prometido. Pero la boda se realizo igual y los amigos de la familia asistieron simulando cortesia a pesar del desacuerdo. En el pais se vivia un clima de exaltacion: el radical Hipolito Yrigoyen triunfaba de manera abrumadora en los comicios accediendo a su segunda presidencia con setenta y seis anos, sin saber por entonces que no lograria terminar su mandato.

  • Me recuerdas de Marie Ximena

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    Sofia no vive el mejor momento de su vida. Esta en el paro, no le ha tocado la loteria de Navidad, y encima tiene que cenar en Nochebuena en casa de su hermano el triunfador. Por si eso fuera poco, su madre no para de chincharle las narices para que le compre a su cunada la insufrible, un regalito de Navidad. Para no liarla mas y en el ultimo momento se acerca a comprar un disco hasta una tienda del barrio.

  • La portavoz de Sophie Saint Rose

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    Katherine tiene la mala suerte de tener que cumplir con una obligacion civica. Formar parte de un jurado en un juicio por asesinato. Pero su mala suerte no termina ahi pues se enamora perdidamente de la persona que menos le conviene. El acusado, Sean Crawford no recuerda lo que ocurrio esa noche y ella estaba dispuesta a todo para librarle de la carcel para poder conocerle.

  • No estabas en mi agenda de Dina Reed

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    Despues de una decepcion amorosa y profesional, Jessica Cooper regresa a Manhattan y necesita trabajar como sea. Asi que acepta sin pensarlo el puesto de secretaria en la compania de Chris Swift, mas conocido como el Lobo, a pesar de que todo el mundo le advierte de que hasta el momento ninguna secretaria ha aguantado mucho en el puesto.Y es que el Lobo es insufrible, por su ambicion sin limites, su alto nivel de exigencia y su caracter implacable y duro: siempre va derecho a la yugular y no se conforma con nada que no sea ganar.Nadie quiere tenerlo de enemigo y casi todas suspiran por el, no en vano es un multimillonario irresistible, guapo, sexy y carismatico.

  • Puzzle. Fusion perfecta de Moruena Estringana

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    Peyton siempre ha sentido que no encaja en la perfecta vida de su padre. Ha vivido toda su vida en un internado, pues su padre preferia tenerla lejos desde que volvio a casarse, haciendo que Peyton se sienta como un error que prefiere mantener oculto. Pero todo va a cambiar, su padre la quiere de vuelta en la ciudad donde es Alcalde. Ella no tiene mas remedio que regresar y estudiar la carrera elegida por su padre. Tiene una razon de mucho peso, pese a que ya es mayor de edad.

  • El dragon que vino del hielo de Irene Sitjas Esplugas

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    Las frias y solitarias montanas de Rialta ocultan muchos secretos y uno de esos secretos posee nombre propio: Micklaw, un metamorfo dragon muy cobarde que vive en una de las cuevas.
    Un dia hara un peculiar hallazgo: un hombre congelado en perfecto estado de conservacion, al que decide descongelar llevado por la curiosidad y el aburrimiento. Esta decision cambiara su vida para siempre, abandonara su hogar y conocera todo un mundo mas alla de su cueva helada junto a Till, un cazador de reliquias, en una increible aventura en busca de una ciudad sumergida bajo el mar.

  • El dia que se fue de Adrian De La Torre

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    David nunca fue un nino normal, no lloro cuando nacio, ni siquiera cuando su hermano menor le ocasiono por accidente una quemadura que le dejaria el rostro marcado de por vida. Unos dias antes de navidad, David observa como un hombre se lleva al pequeno Alan y decide no decir lo que vio, ni a las autoridades ni a sus padres. Anos despues, David se prepara para ser policia mientras Alan es liberado del encierro sin ningun recuerdo previo a su secuestro, buscando al hombre que en su cabeza cree que lo amo. El encuentro con la verdad se vuelve cada dia mas inevitable mientras David hace todos sus esfuerzos por enterrar el pasado.

  • Los secretos de Holden de Becka Sallow

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    Otra manana mas avanzo a la misma tortuosa velocidad de siempre no tardando en llegar a su fin sin que apenas pudiera percatarme de que esta habia comenzado. No pude retener el suspiro que escapo de mis labios al hacer memoria y comprobar que ese dia no se diferencio mucho de los demas para mi desgracia. Entre con una gran sonrisa en la cara esperando ilusamente que algo en mi rutina cambiara por alguna cuestion divina y a medida que las manecillas del reloj avanzaban mi animo iba cayendo proporcionalmente, aunque no por eso deje de ofrecer mi ayuda a todo companero que pasaba por mi lado sin que los resultados fueran diferentes de las semanas anteriores. Tal y como cada dia solo querian una cosa de mi, que fuera una especie de secretaria personal para ellos cuya unica mision era hacer sus recados y complacerlos. Me estaba empezando a cansar de que solo me pidieran ayuda para llevarles cafes, bebidas energeticas, tes, donuts (de chocolate, con almendras, sin gluten,…), algun informe o algo similar. A esas alturas, tras dos meses trabajando en el hospital como nadie podia arriesgarme poniendo la mano en el fuego a que me sabia exactamente como le gustaba el cafe y que tipo de bolleria consumian cada dia cualquier trabajador del centro. Al menos no era un edificio demasiado grande, cosa que me servia de consuelo en mis dias malos que solian ser bastantes visto el panorama. Me ponia decepcionaba la manera en la que me juzgaban mis companeros sin darme una oportunidad de demostrar lo que sabia hacer, que acabara de terminar la carrera no significaba que fuera una mala trabajadora. Ninguno de los enfermeros del hospital se atrevian siquiera a que pusiera una simple inyeccion por miedo a que lo hiciera mal. !Que no tuviera experiencia aun no significaba que no supiera nada sobre enfermeria! !Tenia una carrera! --!Molly! Mi cuerpo se puso en alerta nada mas escuchar mi nombre pronunciado por aquella espantosa voz aguda anunciando malas noticias. Solte un gemido de fastidio mientras intentaba escabullirme sin que la morena se diera cuenta entre miradas extranadas de pacientes que me observaban perplejos mientras recorria de puntillas el pasillo. Cloe, tambien conocida como mi demonio personal, se habia encargado desde el minuto uno de dejarme saber que a partir de ese momento yo estaba alli para ser unica y exclusivamente su recadera personal. --!Molly no te escondas, necesito un cafe bien cargado! Ignorando sus chillidos camine de la forma mas silenciosa que pude hasta la sala de urgencias conociendo el camino de memoria. Esta estaba abarrotada de gente con toda clase de problemas como la mayoria del tiempo. Y a pesar de eso, yo no podia ayudarles en nada. Menos cuando alguno tenia algun problema digestivo y le daba por sacar de su intestino toda la comida ingerida, ahi si que me buscaban mis companeros. Desde luego que cuando ingrese en la universidad para hacer enfermeria no me imaginaba que mi trabajo fuera a ser asi. Un silencio se hizo espacio por la gran sala en la que la gente esperaba atenta a que su turno llegara. Apenas se escuchaba la voz de la reportera que salia por los parlantes de las televisiones a bajo volumen. La gente enmudecio de un momento a otro, casi parecia que ni se atrevian a respirar con demasiada brusquedad por si rompian el ambiente que se habia formado. Cualquier otra persona no se hubiese percatado de lo que se venia, pero yo si. Tampoco era algo muy extrano dado que llevaba ya dos meses en el hospital y situaciones como esas se habian repetido en algunas ocasiones, las suficientes como para saber que aquel era un silencio antes de la tempestad. Y no me equivoque, en apenas segundos los chirridos de unas ruedas se empezaron a escuchar cada vez con mas fuerza por el pasillo de la planta. Las puertas se abrieron con brusquedad mientras una camilla blanca inclinada horizontalmente entraba a gran velocidad acompanada de un par de paramedicos y algun que otro doctor con la bata cubierta de sangre. Un escalofrio me recorrio todo el cuerpo al ver pasar la camilla por delante de mi. Apenas fueron unos segundos pero eso no quito que para mi todo sucediera como a camara lenta. Mi cerebro fue capaz de procesar unos ojos celestes encharcados de dolor. Su marcada mandibula reflejaba lo mismo a juzgar por la manera en la que la apretaba, sus cejas fruncidas por el esfuerzo completaban esa imagen de sufrimiento y por si eso no fuera suficiente el chico soltaba pequenos gemidos de dolor presionando sus carnosos labios en el proceso. Lo segui con la mirada mientras salia de la sala sin poder borrar aquella mirada de mi mente sintiendo un repentino impulso de seguir la camilla por los pasillos para averiguar que le habia ocurrido. Habia visto mucha gente sufrir a lo largo de mis veintitres anos de vida, pero nunca me habia sentido tan deseosa de poder ayer como en ese momento. No asi. Poco a poco los murmullos fueron renaciendo hasta dar paso a la estampa inicial: una sala de urgencias con gente hablando a gran volumen mientras se quejaban por falta de personal y enfermeros pasando de un lado al otro intentando evaluar los danos de cada uno. Todo el mundo parecia haberse olvidado completamente de lo que habia pasado hacia apenas unos minutos. Yo no fui una de esas personas. --!Por fin te encuentro! ?Donde estabas? No respondas. --se retracto la morena poniendo una mano perfectamente arreglada enfrente de mi-- Solo traeme un cafe. Que divertido es ser enfermera, ?eh?

  • Para siempre en Nueva York de Chris Razo

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    Connor esta enamorado de Valery, pero la amistad que tiene con Adam es mucho mas importante que lo que el pueda llegar a sentir por ella o ninguna otra mujer.Hace anos decidio que no compartiria su vida con nadie y hasta ahora lo habia cumplido, pero el destino tiene otros planes para el, haciendo que todas las barreras que se habia autoimpuesto dejen de tener sentido cuando Andrea, una mujer fuerte y decidida a cumplir su sueno, irrumpe en el SWAT. Sin embargo, ella carga a sus espaldas un tormentoso pasado que vuelve para recordarle que su felicidad tiene los dias contados. La vida de Connor corre peligro, y ella no puede permitirlo. Ambos han comenzado a sentir, y el no esta dispuesto a perderla. Sumergete en una historia llena de accion, pasion, mucho amor y algun que otro cocodrilo, que te demostrara que las segundas oportunidades existen, que el amor puede ganar mil batallas y, sobre todo, que los inviernos en Nueva York son para siempre.!!No la dejes escapar!!

  • Cuatro siglos de esclavitud trasatlantica de Kenneth Morgan

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    Desde que en 1501 los Reyes Catolicos autorizaron la entrada en America de esclavos africanos, mas de doce millones de seres humanos fueron transportados a traves del Atlantico y vendidos como trabajadores forzados. Se calcula que dos millones de africanos murieron en esta travesia. ?Por que la esclavitud fue consentida por lideres religiosos, politicos y filosoficos durante tanto tiempo? ?Como es posible que las clases educadas del mundo occidental aprobaran y promocionaran una actividad que, anos mas tarde, ha sido considerada como una barbarie?

  • Volver a Assam (Aromas de te 3) de Janet Macleod Trotter

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    La India, 1933. Adela Robson es una adolescente que escapa de la escuela, decidida a perseguir su pasion por la interpretacion. En Shimla, la sede veraniega del Gobierno imperial, se entrega a cuantas diversiones ofrece la sociedad india de la epoca a una hermosa debutante. Pero cuando parece a un paso de alcanzar sus ambiciones, la joven llama la atencion de un apuesto principe, un juerguista encantador que dara al traste con sus suenos…

  • Los misterios de East Lynne de Ellen Wood

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    La novela victoriana que escandalizo a toda Europa
    Archibald Carlyle se prenda de lady Isabel Vane y desea casarse con ella. Sin embargo, la joven siente una fuerte atraccion hacia Francis Levison, un hombre de reputacion dudosa. Isabel debera escoger entre los dos, y esa decision marcara su destino de por vida. Entretanto, el asesinato de George Hallijohn sacude la placida vida de East Lynne: Richard Hare, hijo del respetado juez Hare, es acusado del crimen y se da a la fuga, y la dulce Barbara Hare, enamorada en secreto de Archibald Carlyle, tratara de demostrar su inocencia. El escandalo esta servido y las vidas de los habitantes de East Lynne jamas volveran a ser las mismas.
    Ellen Wood, celebre autora y editora que llego a ser mas popular en su tiempo que Charles Dickens y cuyas obras hicieron las delicias de lectores como Lev Tolstoi y Joseph Conrad, ofrece al lector en Los misterios de East Lynne un escandaloso retrato de la sociedad victoriana y lleva a cabo un agudo analisis psicologico de las pasiones humanas.

  • El ganso salvaje de Ogai Mori

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    La bella Otama se ve obligada a convertirse en la mantenida de un prestamista para proporcionar sustento a su anciano padre. La monotonia y resignacion con que la muchacha deja pasar los dias se ve rota por el cortes saludo que con su sombrero le dedica el apuesto Okada en sus habituales paseos. hasta que un insospechado incidente propicia que entre ambos se intercambien las primeras palabras. Dos vidas que se cruzan sin apenas rozarse, dos destinos que se truncan cuando la fatalidad, materializada en un ganso salvaje, hace acto de presencia. Una elegante historia que nos retrata con exquisitez la desventura de un amor apasionado.

  • El sonido de tu mirada de Inma Cerezo

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    Nathan, una vez superados sus errores del pasado, ha dejado atras lo que es mas importante para el: Los Angeles, su familia, sus amigos y su grupo de rock. Se refugia en la universidad, y lo unico que le llena es seguir componiendo canciones.
    Leah esta a punto de empezar la facultad, y cree que esta nueva etapa, en otra ciudad, con nuevas amigas y junto a sus hermanos, sera emocionante..., pero estos ultimos no tienen pensado perderla de vista, sobre todo si ven algun roquero tatuado revoloteando a su alrededor...
    Ambos se encuentran en un presente plagado de desconfianza y ante un futuro que parece negarse a darles la oportunidad de estar juntos, pero... ?y si el destino tuviera otros planes?

  • Los ojos de Max de Susan Seller

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    El amor ciega, el amor perdona …pero ?pueden sus ojos negarse a la evidencia?
    Cuando lo ve por primera vez despues de anos de invidencia no es el marido que ella sonaba.
    ?Y quien es aquel hombre que la persigue con su mirada?
    Amor, fascinacion, intriga y una verdad que pronto saldra a la luz.
    Las llamas cegaron sus ojos pero no la verdad de su corazon.

  • El camino hacia ti (Creek Canyon 1) de Catherine Bybee

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    Parker se miro al espejo, cerro un ojo y trazo una linea perfecta sobre el borde del parpado para darse un aire felino de ojos rasgados. Se seco el delineador liquido dandose aire con la mano antes de abrir el ojo por completo. Dio un paso hacia atras y movio la cabeza de un lado a otro para comprobar su pericia con el maquillaje. Su companera de piso, Suzzie, estaba a su lado, compitiendo por el espacio en el bano minusculo de su apartamento. --Ojala no tuvieras que trabajar esta noche; Marcus me ha dicho que la fiesta va a ser apoteosica: el momento mas memorable del verano. Era finales de agosto y ya habian completado la primera semana de clases del primer semestre. A sus veinticuatro anos, Parker habia pasado mas tiempo con gente como Marcus haciendo fogatas en la playa que en las clases, y sus padres se habian puesto firmes. Tenia un ano para terminar la carrera y conseguir un titulo universitario, dos objetivos perfectamente asequibles si pasaba de las puestas de sol rodeada de botellas de tequila y se mataba a estudiar. Solo trabajaba los sabados y los domingos, y como los fines de semana era cuando recibia las mejores propinas, eso era lo que iba a hacer. --Ya va siendo hora de que madures un poco, Parker. Tu padre y yo hemos tenido mucha paciencia contigo, pero ya se nos ha agotado. --Su madre y su padre estaban sentados frente a ella, al otro lado de la mesa del comedor, haciendo que se sintiera como el objeto de una intervencion. Sus padres tenian cincuenta y pocos anos y eran personas de mentalidad abierta --. Cuando dijiste que te tomarias un par de anos para decidir que hacer, nos parecio bien. Cuando empezaste la universidad a los veinte, estuvimos encantados de ayudarte y hacerlo posible, pero es que han pasado ya cuatro anos y vemos que no te lo estas tomando en serio. --Eso es porque todavia no se lo que quiero hacer --les habia dicho. Su padre sonrio y le dio una palmadita en la mano desde el otro extremo de la mesa. --Ya nos dimos cuenta de eso cuando cambiaste de especialidad por tercera vez. Tambien sabemos que en la Universidad Estatal de San Diego se hacen muchas fiestas, y nosotros tambien fuimos jovenes... Le dieron ganas de responder que muchos universitarios cambiaban de especialidad, y que ella no salia de fiesta tanto como ellos insinuaban, pero se callo. Su madre solto un prolongado suspiro de sufrimiento y la miro directamente a los ojos. --A Mallory la han aceptado en cuatro universidades, y la verdad es que no podemos permitirnos pagaros mas de un ano de la carrera a las dos al mismo tiempo. Pensabamos que, para cuando ella empezara el primer curso, tu ya habrias acabado, y a Austin solo le quedan tres anos para terminar el instituto e ir a la universidad el tambien. Y ya sabes cuanto dinero tuvimos que gastar el ano pasado, antes de que muriera Nana... Su abuela habia vivido con ellos en la casa de invitados antes de sufrir un derrame cerebral y de que atenderla se convirtiera en una carga demasiado pesada para su madre. La residencia y los cuidados que habia necesitado a partir de entonces no habian sido baratos, precisamente. Parker miro a su alrededor, a la casa familiar, un amplio rancho que se extendia unas dos hectareas en una zona residencial de clase alta en el valle de Santa Clarita. Era lo mas parecido a vivir en el campo que se podia conseguir estando a menos de cuarenta minutos en coche de Los Angeles. Se habia criado rodeada de todo cuanto necesitaba y de muchas de las cosas que queria, pero eso no significaba que sus padres nadasen en la abundancia. Cuando eran pequenos, su padre siempre les decia a gritos a ella y a sus hermanos que apagaran las luces, y no les dejaban desperdiciar la comida cuando habia sobras. Al final, Parker opto por no llevarles la contraria. Sus padres tenian razon: ya iba siendo hora de que se comportara como una mujer adulta, y eso empezaba por terminar la universidad y conseguir un trabajo de verdad. Parker retiro la funda del pintalabios y se lo puso dandose tres toques suaves. --Dile a Marcus que, si salgo pronto, me pasare por alli un rato. Se deslizo por detras de Suzzie y salio del bano. Despues de coger su delantal y una goma para el pelo, se guardo el movil en el bolso y salio a toda prisa del apartamento. En San Diego hacia un calor exagerado, incluso para ser el mes de agosto, y en su fuero interno esperaba que no le asignaran el patio para el turno de noche. Enchufo el cable auxiliar al telefono y se deslizo por su lista de reproduccion para escuchar algo de musica durante el breve trayecto al trabajo. En ese momento, sono el movil y el nombre de su hermana aparecio en la pantalla. Parker lo silencio y continuo rebuscando en su lista de reproduccion. Maniobro con la palanca de cambios y salio marcha atras de su plaza de aparcamiento. Su hermana la llamo de nuevo. En lugar de ignorarla por segunda vez, Parker respondio la llamada y mantuvo el pie en el freno. --Voy conduciendo, camino del trabajo, ?puedo llamarte mas tarde? --!Parker! --Mallory grito su nombre, histerica. A Parker se le paralizo todo el cuerpo. --?Que pasa? --Se trata de mama y papa. Ven a casa ahora mismo. --?Que pasa, Mallory? Su hermana empezo a llorar y el panico se apodero de Parker. --Dios... Dime que pasa... ?Que ha pasado? Se oyo movimiento y una voz desconocida hablo por la linea de telefono. --Hola, ?hablo con Parker? Las lagrimas ya amenazaban con salir. Era como si todo estuviera ocurriendo a camara lenta y Parker no pudiese detener lo que estaba a punto de suceder. --?Que pasa? --Soy una de las enfermeras del hospital Henry Mayo. Ha habido un accidente. DOS ANOS DESPUES Capitulo 1 --Vamos a llegar tarde. --Confia en mi. Es la tercera vez que hago esto. --Parker espero pacientemente a que la puerta del rancho se abriera para dejarlos salir--. Da igual a la hora que llegues, entraremos en una salita enana con un monton de chavales de tu escuela, anotaran tu nombre en una lista y tendras que esperar. Tener cita previa no sirve de nada. Atravesaron la puerta y enfilaron con el coche hacia la carretera privada que compartian con setenta de sus vecinos. Parker puso el aire acondicionado a tope, con la esperanza de combatir el calor infernal que irradiaban las ventanillas. --Es que no soporto llegar tarde. Parker miro a su hermano de diecisiete anos, que tenia la mirada fija al otro lado de la ventanilla. Cada dia se parecia mas a su padre. --Podrias haber ido tu solo --le recordo. El chico se encogio de hombros. El mes siguiente iba a empezar su ultimo ano de instituto, y ese dia iban a hacerles a los alumnos las fotografias de la orla, de ahi las prisas por llegar a la pequena sala abarrotada de chavales con la cara llena de granos y a punto de inaugurar su nuevo futuro. Si, claro, Austin podria haber ido el solo con el coche, pero la verdad es que queria que ella estuviera alli, acompanandolo. No podia ser una sustituta para la madre de ambos, eso no, pero si la mejor alternativa. De los tres, Austin era quien lo habia pasado peor tras el accidente de sus padres. Exteriorizo su dolor en forma de una rebeldia que se prolongo seis meses y que casi acaba obligando a los jueces del tribunal de menores a encerrarlo. Parker ahuyento los malos recuerdos y se concentro en lo que tenia delante. --Cuando mama me llevo a mi, la obligue a llegar casi una hora antes --dijo Parker mientras abandonaban el camino privado y se incorporaban a la calle principal que atravesaba su vecindario--. Al final acabamos teniendo que esperar una hora y media. --Espero que hoy no tardemos tanto. Les dije a mis amigos que quedaria con ellos en el In-NOut a las dos. Pasaron por delante de la hamburgueseria en cuestion y entraron en la autopista. --Pues es muy posible que llegues tarde. --No soporto llegar tarde --murmuro por segunda vez. Parker miro por el retrovisor mientras se incorporaba a la autopista y vio una columna de humo remontando hacia el cielo. --Oh, no... Austin se volvio en el asiento. Para entonces, Parker ya se habia incorporado al carril y estaba examinando el horizonte que acababan de dejar atras.

  • Eulalia de Arlette Geneve

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    En el interior de la cripta cerrada, Eulalia se despojo de las prendas que vestia, y se dispuso a colocarse el vestido que habia guardado toda su vida. Era su mayor tesoro, porque para ella era como la carta escrita con letras de plata y oro que nunca recibio del amor de su vida. Toco la tela, y contuvo un sollozo. El vestido de encaje color perla habia sido disenado para ser muy voluminoso, pero Eulalia habia dejado en su alcoba de Redtower las diversas capas de enaguas que lo acompanaban. Con el vestido en las manos, se permitio recordar el pasado cuando era una muchacha de dieciseis anos completamente enamorada del hombre mas maravilloso del mundo. Habia conocido a Alonso Miguel en una feria de ganado en Sevilla. Su familia gitana vendia caballos de tiro y aperos de labranza. Despues se volvieron a encontrar en el cafe Tarantos, y ese fue el detonante de la relacion que comenzaron ambos. Alonso Miguel la miro la primera vez, y el cuerpo de Eulalia se estremecio de la cabeza a los pies. Todo dejo de existir para ella salvo el hombre misterioso y atractivo que no dejaba de mirarla. Se fijo en su esbelta figura, en su caminar decidido. Era un hombre de reales porque las ropas que vestian era de la mejor calidad que ella habia visto nunca. Eulalia se escabullo hasta el lugar donde se encontraba el, y cuando le susurro si era un angel o una hechicera, Eulalia solo pudo ocultar la mirada y bajar los ojos. Ese fue el comienzo de algo muy especial entre ambos, y que siguieron alimentando en cada ocasion que podian, ya fuese en la feria, en el puerto, o en el Cafe Tarantos. De las conversaciones pasaron a los besos, de los besos a las caricias superfluas, y poco despues a los encuentros intimos que tan feliz la hicieron. Vivio junto a Alonso Miguel momentos unicos e inolvidables, donde no existia la separacion de clases ni de pensamientos. Eran dos personas que se amaban con toda su alma, pero que no podian estar juntas porque la sociedad no lo permitia, ni su etnia tampoco. Para estar mas cerca de el, Eulalia habia convencido a sus padres de que la dejaran visitar a su familia materna de Lora del Rio, y alli, en una vivienda que el duque de Alcazar habia rentado, dieron rienda suelta al amor que se profesaban. Pero todo termino descubriendose. Alonso era un hombre demasiado importante para pasar desapercibido, y, hasta que las murmuraciones y las complicaciones no los alcanzaron, ella ignoraba que estaba enamorada de un duque. Conocer esa verdad no vario ni un apice los sentimientos que seguian naciendo y fructificando en su interior, pero ambos pertenecian a dos mundos muy opuestos: el, a la nobleza, ella, a los gitanos. Despues del amor, vino el desastre pues la familia de Eulalia busco la venganza a la deshonra que ella habia consumado. La apartaron sin contemplaciones del lado de el, y la encerraron en un cortijo en Malaga. Durante semanas, el llanto era lo unico a lo que Eulalia podia recurrir para dar desahogo a su desesperacion, y entonces descubrio que estaba encinta, y cuando hizo calculos, se llevo la mano a la boca porque estaba embarazada de casi cuatro meses. La ilusion y la angustia convergieron en su interior porque conocer esa noticia tan maravillosa podria cambiar su existencia, pero Eulalia se equivoco pues su familia no se atuvo a razones, e hicieron planes para mandarla a la ciudad portuaria de Cartagena. Supo que el duque la buscaba, y que habia hablado con su familia. Llego a saberlo por una de sus primas que se habia compadecido de ella al constatar su embarazo. Tambien fue la que le informo de los planes que tenia su familia para ella, pero Eulalia no pensaba conformarse e hizo todo lo posible por escapar, y lo consiguio. Eulalia trato en vano de ponerse en contacto con el, pero en Silencios le dijeron que se encontraba de viaje. Regreso varias veces, pero el duque estaba ausente, y a ella no le quedo mas remedio que esconderse lejos de Sevilla, y lo hizo en la serrania de Malaga, pero poco le duro la libertad porque su padre y su tio Raimundo la encontraron meses despues. Cuando su padre vio su vientre pronunciado, la miro con tal odio, que Eulalia supo que su vida corria peligro. Trato de escapar de nuevo, y entonces fue cuando la golpearon hasta casi provocarle la muerte. Su padre la maldijo, y la dejo tirada en una zanja en el campo. Alli la encontro su nina Ines, y sin nada mas que el vestido raido que llevaba puesto y empapado en sangre. Eulalia, cuando se recupero de sus heridas bajo los cuidados amorosos de los Velasco, regreso tiempo despues a la zanja donde la habian tirado como a un perro, y rescato el saco que contenia todas sus ilusiones. El hermoso vestido no habia sufrido dano alguno, y ella lo guardo con celo en el interior de un arcon que siempre la acompanaba alli donde iba. Habia pasado mucho tiempo desde entonces. Anos de ilusiones perdidas, porque jamas podria verse frente a un altar acompanada del el amor de su vida. Saco el velo que tenia algunos jirones, tambien la corona de perlas que lo sujetaba. A Eulalia le habian sobrado razones para guardarlo todo porque en el fondo de su corazon siempre habia tenido la esperanza de regresar junto a el, y ser la esposa que perfecta que Alonso Miguel se merecia. Habia secado las flores del unico ramo que Alonso Miguel le habia regalado en uno de sus encuentros intimos. Eulalia habia pretendido engarzarlas junto al que seria su ramo de novia, pero no pudo ser. Se llevo las secas flores a la nariz, e inhalo el poco olor que todavia desprendian. El olor de las flores era seco, como el conjunto de sus ilusiones. Decidio no perder mas tiempo. Se paso el vestido por la cabeza, y se lo ajusto al busto y a las caderas. No pudo abotonarse los ultimos botones de la espalda porque no llegaba, pero no le importo. Se quito la peineta de bronce que sujetaba su cabello, la redecilla, y deshizo el mono prieto. Dejo la pequena peineta sobre el sepulcro de piedra al mismo tiempo que se masajeaba el cuero cabelludo. Que Eulalia guardara una de las llaves de la cripta familiar de los Penword, habia sido toda una ventaja, pues era consciente de que la buscarian en el momento que notaran su ausencia en Redtower, pero en el interior de la cripta, y frente al sepulcro del anterior duque de Arun, nadie la buscaria. Confiaba que Elina O'Brien cumpliera sus deseos y repartiera las cartas que le habia confiado, sobre todo la de el: el hijo de sus entranas que la habia despreciado. Eulalia habia llorado durante horas hasta quedarse sin una gota de liquido en el interior de su cuerpo, pero las lagrimas no habian limpiado su alma ni habian detenido los inmensos dolores que la habian azotado hasta el ultimo de sus cabellos. Dolia tanto conocer la verdad. Dolia tanto el engano infame al que la habian sometido, y precisamente por las personas a las que amaba, a las que consideraba su familia. Eulalia contuvo un nuevo sollozo. Ella habia hecho lo propio, y como gitana que era, habia vengado el agravio vertido sobre su persona. La mujer que habia sido la instigadora de todos su infortunio, estaba maldita, aunque tenia que entregar algo muy valioso para que la maldicion fuera eterna, y para que nada ni nadie pudiera deshacerla. Eulalia guardo las prendas que se habia quitado en un saco de arpillera. No se olvido de la peineta, dejarla sobre el marmol de la tumba del duque era toda una intencion. Aurora la veria, cuando el primer dia de cada mes y como era costumbre, llegara a la cripta familiar para cambiar las flores marchitas por frescas. Se coloco el velo de novia sobre el cabello para ocultar el rostro. Fuera del cementerio tomaria un carruaje de alquiler para que la llevara al lugar que seria su ultimo destino. Sin titubear un momento, Eulalia sujeto el saco bajo su brazo, se despidio del difunto duque, y salio de la cripta en silencio bajo el anonimato del velo. Su intencion era la de parecer una viuda, y penso que lo habia logrado. Fuera del cementerio tomo un carruaje, y le dio la direccion al cochero cuando la ayudo a introducirse en el interior. Llegar hasta el lugar escogido le llevaria unas horas, pero Eulalia tenia todo el tiempo del mundo. No durmio durante el trayecto, y tampoco se permitio el lujo de llorar de nuevo. Todas las lagrimas habian sido ya derramadas, y ahora tenia que cumplir su ultima mision. El cochero la dejo muy cerca de Richmond Bridge. Como era tarde, todo estaba desierto. No habia ni un alma por las calles, ni ella las esperaba. Eulalia habia escogido ese lugar porque lo habia visitado en una ocasion con la Familia Beresford: era un lugar tranquilo y alejado de todo. Lo mas importante, nadie lo recordaria, por ese motivo se habia decidido por ese sitio. Vestida de novia, y con el velo cubriendole el rostro, Eulalia camino decidida. Una vez que alcanzo la mitad del puente, se subio a la barandilla de piedra. Observo durante un momento las aguas que discurrian bajo sus pies. Parecian mansas, pero ella intuia que no lo eran. Inspiro profundo varias veces, pero no por miedo, sino por una cierta vacilacion de ultimo momento. Eulalia habia tomado una decision: iba a saltar sobre las aguas y se dejaria llevar por ellas. Como no sabia nadar, su muerte estaba garantizada. --Yo te maldigo, Maria --susurro entre dientes--. Maldito seas tambien, hijo de mi carne. Que nunca encontreis la paz como no la he podido encontrar yo, y por eso, malditos ambos. Eulalia termino de decir las palabras, y salto...

  • El rey del hampa, Marcia Cotlan de Marcia Cotlan

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    Raven, a quienes todos conocen como el Cuervo, es el rey de los bajos fondos londinenses. Cuando un aristocrata llamado Robert Penrose adquiere con el una deuda de miles de libras, Raven decide asegurarse de que el noble va a pagarle con lo que gane apostando a los naipes. Pero considera que este se dara mas prisa en hacerlo si tiene algo verdaderamente valioso que perder, asi que decide secuestrar a su hermana y solo se la devolvera cuando la deuda quede saldada. Lo que no sabe Raven es que Rosalind Penrose es mucho mas que una aristocrata bonita: es una joven inteligente que con su inocencia conquistara el corazon del rey del hampa.

  • Cuando el grajo vuela bajo de Pedro Tijera Alvarez

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    Ambientado en la posguerra y ubicado en un pueblecito de la provincia de Leon (en aquel tiempo un importante nudo ferroviario a nivel nacional), y abusando adrede de los elementos propios del genero folletinesco, este relato cuenta la historia de una monja, hija natural de un indiano millonario, que tras dieciocho anos de clausura, sale por primera vez del convento para hacerse cargo del funeral de su padre y de la inmensa fortuna que le corresponde heredar, pero con la orden explicita de la madre superiora de volver al convento con el montante que resulte de la venta de todo lo heredado.
    Sin embargo los calculos de la abadesa se tuercen cuando la monjita se enamora del hijo de uno de los carniceros del pueblo el cual, tras una relacion turbulenta, y a pocos dias de la fecha establecida para la boda, decide romper su compromiso para casarse con otra mujer.
    La ruptura hace que la monjita pierda la razon y se empecine en pasarse la vida sentada en un banco frente a la carniceria del su antiguo prometido, vestida de blanco y pintarrajeada y enjoyada como un payaso.

  • Chicas de papel y de fuego de Natasha Ngan

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    Cada ano, eligen a ocho chicas hermosas que serviran al rey como Chicas de Papel. Es el mas alto honor al que pueden aspirar. y a la vez, el mas degradante. Este ano hay una novena chica.
    Y en lugar de papel, esta hecha de fuego.
    Lei pertenece a la casta de papel, la clase mas baja de Ikhara. A pesar de eso, un rumor sobre sus ojos dorados ha despertado la curiosidad del rey; por eso, la apartan de su hogar y la llevan al opulento palacio, una prision dorada, y su vida queda sometida a los caprichos del Rey Demonio.
    Mientras suena con escapar, Lei comete lo impensable: se enamora.

  • La hazana secreta de Ismael Grasa

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    Me dispongo a escribir sobre algunas cosas sencillas. Entiendo que cada cierto tiempo es preciso decir aquello que consideramos bueno, o lo que nos dijeron a nosotros y que pensamos que nos hizo bien. Me refiero a decirlo en voz alta, a decirlo a otros. En ocasiones nos quedamos con la sensacion de que deberiamos haber dirigido unas palabras a alguien en lugar de quedarnos callados. O con la sensacion de que con nuestro silencio fuimos complices de algo que se dijo a nuestro lado, y que en el fondo desaprobamos. Desde luego, no faltan tambien las ocasiones en que hablamos de mas. Pero la cuestion es que entre nosotros se suele criticar eso, el hablar de mas, y rara vez el haber hablado de menos. Algunas de las cosas sobre las que me propongo escribir en estas hojas son asuntos que damos por hecho, hasta el punto de que puede parecer tonto que alguien se incline sobre un papel para tratar de expresarlas. Una de ellas es que las personas, a veces, decimos la verdad, o mas o menos la verdad. El mundo es complejo, grandes intereses se mueven tras las apariencias de lo que sucede, entramados economicos y corporaciones hacen valer sus influencias. Pero eso no debe abocarnos a la idea de que la verdad es entonces algo inalcanzable, algo que se oculta tras un laberinto en el que hace mucho tiempo que todos nos perdimos. Las democracias en que deseamos vivir son las formas mas complejas de gobierno, pero a un tiempo se apoyan sobre lo mas simple, que es la confianza en las otras personas y en la verdad. Es asi como nuestra vida empieza a hacerse mejor. Quiero tratar tambien en estas hojas sobre el aspecto que ofrecemos y la urbanidad. Uno ha de atender a su forma de vestir, y ha de respetar ciertas normas y tratar a los demas sin rudeza. Puede ser una fuente de placer el aprendizaje sobre los tejidos y los cortes, o el cuidado de los objetos que uno luzca, sean unos zapatos de piel o la cartera en la que guarde el dinero. Uno ha de saber disfrutar eligiendo unas gafas de sol o llevando un reloj heredado. Es una frivolidad tratar la moda como una frivolidad. Cada uno es libre de interpretar la elegancia como quiera, pero no es aceptable la dejadez. Cada vez que uno se viste ha de procurar ofrecer algo a los demas, una prenda escogida, alguna clase de delicadeza. Ese exceso intencionado de tela que hay en una linea de corte, cualquier detalle gratuito, manifiesta una disposicion a la alegria de vivir. El escritor Salman Rushdie senalo la moda como una de las maneras que los ciudadanos teniamos de combatir el integrismo. Uno no ha de privarse de entrar de vez en cuando en una tienda bonita. A modo de introduccion, copio aqui la frase de Rushdie a la que me referia: "El integrista cree que nosotros no creemos en nada. Segun su vision del mundo, el tiene sus certezas absolutas, mientras que nosotros nos sumimos en excesos sibariticos. Para demostrarle que se equivoca, primero debemos saber que se equivoca. Debemos ponernos de acuerdo en que es importante: besarse en publico, los bocadillos de beicon, las discrepancias, la moda de rabiosa actualidad, la literatura, la generosidad, el agua, una distribucion mas equitativa de los recursos del mundo, el cine, la musica, la libertad de pensamiento, la belleza, el amor. Esas seran nuestras armas". Es preciso amar el centro de nuestra ciudad. No digo que uno haga mal en vivir en una casa con jardin de las afueras, en una zona residencial, me refiero a que no se ha de perder de vista el centro. No se puede ser feliz si uno vive simplemente protegido tras el muro de una urbanizacion. Se ha de tener el centro como referencia, con su pasado, sus plazas publicas y sus edificios antiguos y algo deteriorados. Se han de considerar afortunadas las personas que se alojan en alguna de las calles o avenidas del centro, o en el mismo casco historico. Las que viven en otros lugares han de pasear esos espacios del centro y hacerlos tambien suyos. Uno elige una prenda que ponerse, coge de la mano o del brazo a alguien querido y camina por una de esas aceras con firmeza. Porque esas avenidas o bulevares no dejan de ser la continuacion de la calle mas bella de Budapest, de Nueva York o de Buenos Aires. Todos los centros de las ciudades, si son ciudades, forman un centro comun. No es necesario ir muy lejos para hacer mejor el mundo, porque tal vez uno deberia empezar por el centro de su ciudad. Como primer paso uno deberia recorrer tranquilamente, ejemplarmente, una calle arbolada. Despues hay que sentarse en un banco, hay que entrar en una heladeria o en una tienda de nuestro gusto, aunque no podamos comprar nada, y hay que detenerse a mirar una fachada o la cartelera de un cine. Quiza muchas de las calles historicas de nuestras ciudades esten degradadas o no ofrezcan un aspecto invitador, pero eso no deberia apartarnos de ellas o hacernos renunciar a ese espacio antiguo y central. Uno no deberia detener ahi su paseo. Porque la realidad no solo es lo que es, sino tambien el modo en que la miramos. Y es sabido que el modo de mirar transforma ya las cosas. Quienes se desplacen en bicicleta, por su parte, no deben circular entre los peatones ni sobresaltar su paseo con adelantamientos o timbrazos, porque la vida que queremos se sostiene en ese paseo de los peatones sobre la acera, ese detenerse a contemplar algo, un tipo particular de conversacion. La cita que copio hoy es de Aristoteles. Se refiere a la simplicidad ultima de la que trataba en el texto anterior. Dice este filosofo que verdad es decir que es lo que es, y que no es lo que no es, y lo contrario es la mentira. Tambien lo expresa con estas palabras: "Hay en los entes cierto principio acerca del cual no es posible enganarse, sino que necesariamente se hara siempre lo contrario, es decir, descubrir la verdad; a saber: que no cabe que la misma cosa sea y no sea simultaneamente". Como escribio en una de sus sentencias el pintor Pepe Cerda, un dia es una cosa muy seria. Es nuestra unidad de medida de vivir. No tenemos otra cosa que unos cuantos dias, un numero concreto. Para los que trabajan de modo autonomo un dia es ademas el tiempo para ganar el sustento de otro dia. Y para los que tenemos un sueldo un dia deberia ser lo mismo, si somos honestos. De joven me dijeron que debia hacerme la cama al levantarme, y lo mismo he dicho luego a otros. Si uno no tiene ninguna tarea, si uno esta triste, quiza deba sentarse en la cama que acaba de hacer y respetar asi la estructura del dia. Es posible que sea su ocupacion ese estar sentado. Tal vez le sobrevenga entonces alguna clase de luz. Cuando llegue la noche uno vuelve a deshacer aquella cama. Igual que el artista espera la inspiracion en su estudio, o el escritor en su silla, conviene esperar lo que traiga el dia con la cama hecha, por decirlo de algun modo. Y si no es gran cosa lo que trae, no deberia poder decirse lo mismo de nuestra disposicion. Otra cosa que me ensenaron es a empezar el dia por ducharse y, en el caso del varon, por afeitarse. Uno se ha de arreglar el pelo y ha de cepillar unos zapatos. Uno ha de mirarse en un espejo de cuerpo entero -en toda casa deberia haberlo-. Es posible que la imagen que nos devuelva el espejo sea la de una persona sola, pero otros tal vez se hagan sitio en ese reflejo junto a nosotros en el futuro. Uno lleva a cabo sus tareas, sus obligaciones. Uno lee el periodico de esa manana y dice delante de otros, en voz alta, una opinion que no suene demasiado destemplada. Pasan las horas y uno procura no perder el respeto a lo que quede de dia. Sucede que a ratos nos sentimos alegres, como una brisa que nos atraviesa. Copio hoy una cita de Albert Camus, de Cartas a un amigo aleman. El autor, previendo que los nazis van a perder la guerra, escribe a uno de ellos: "Vosotros habeis escogido el heroismo sin direccion, porque es el unico valor que queda en un mundo que ha perdido su sentido. Y al escogerlo para vosotros, lo habeis escogido para todo el mundo y para nosotros. Hemos sido obligados a imitaros con el fin de no morir. Pero nos hemos dado cuenta entonces de que nuestra superioridad sobre vosotros era la de tener una direccion. Ahora que esto se va a acabar, podemos deciros lo que hemos aprendido: es que el heroismo es poca cosa, que es mas dificil la felicidad". Hay un tipo de ebriedad que nos embrutece, nos empequenece y nos hace mas previsibles. Hablo del alcohol y de las drogas, aunque no solo de eso. Desde luego, la mayoria de nosotros dejamos un espacio en nuestras vidas a ciertos grados de ebriedad, pero puede llegar un momento en que uno deba saber apartarse de su modo habitual de actuar. Puede ser preciso, incluso, cierto morir en vida -porque es la muerte lo que nos parece entonces prescindir de aquello-. Uno, como suele decirse, ha de tener el valor de mirar al vacio, a la oquedad a la que ha ido dejando paso a su alrededor. Por recurrir a la metafora comun: no se levanta un edificio sobre suelo raso. En todo caso, aquello que buscamos con nuestra recuperacion no es un mero encontrarnos bien, sino el privilegio de estar realmente tristes, aquella puerta a la verdad y al paraiso que contiene la vida. Se nos dice que desde la adolescencia los hombres toman decisiones en la vida porque sufren crisis. Por eso, nos explicaban, no se deben evitar los conflictos buscando el cobijo de los falsos refugios. Los pasos equivocados nos llevan a privarnos de cierta tristeza, de una clase de melancolia que es la que nos hace merecedores de la amistad y de la fraternidad. O lo que es lo mismo: no se trata de alcanzar un bienestar o una clase de salud psiquica, por utilizar una expresion actual. Esa salud es sin duda deseable, pero, si hablamos de dignidad humana, no es un fin. El fin es ser un hombre. Porque la dignidad empieza en la consciencia de la muerte y en cierta clase de desesperacion. Y asi es como buscamos la felicidad. Es en ese punto, una vez que hemos dejado un lugar a la desesperacion, cuando las personas encuentran la razon de amar a otros, de lavarse la cara en la pila del bano y de ponerse de pie frente al espejo de cuerpo entero del vestidor. Empezamos entonces el dia como si realmente fuesemos cierta clase de divinidad, y cada cosa que nos dispusiesemos a hacer fuese algo extraordinario. Esa es la verdad a la que se llega. Un dios, contemplandonos, bien podria postrarse ante nosotros, un gesto que evitariamos cogiendole de los hombros e invitandole a tratarnos con camaraderia. La cita de hoy expresa la idea de que lo realmente extraordinario esta en lo inmediato. Es del escritor Mariano Gistain. Hablando de que cada hombre contiene el universo, dice: "Escuchar equivale a buscar vida extraterrestre, pero en la cocina". Es preciso sacar un tiempo para leer, pero uno no debe tener los libros por cualquier lado. Se ha de contar con un mueble o, si se puede, con una habitacion, una biblioteca, donde guardarlos. En las casas de los lectores los libros no deberian estar dispersos por todas las habitaciones, como si la vida que tuviesemos en ellas no fuese algo real o valido por si mismo. Las lecturas forman parte de la vida buena, pero, llegado el caso, uno no debe atrincherarse tras ellas. Es facil caer en la tentacion de presumir de ser lector, o de sumarse a campanas mas o menos publicas a favor de la lectura, cuando quiza la mejor campana por la lectura sea un hombre que lee a solas y guarda luego su libro, si considera que merece ser guardado, en la balda de su biblioteca. Me refiero con esto a que antes que esforzarnos en que a otros les parezca la lectura algo atractivo, deberiamos ocuparnos de que nuestras vidas -leyendo, si, tal vez- sean ciertamente atractivas. Aunque uno lea en aparatos electronicos, hay un valor en tener a nuestro lado algunas primeras ediciones en papel o volumenes que por alguna razon valga la pena conservar. Cualquiera dira que lo importante es el contenido y no el continente, y no le faltara razon, pero hay que tener presente que el continente, lo bibliografico, esos objetos que sostenemos entre las manos, son cosas que tambien nos incumben. El coleccionismo, cuando obedece a un impulso bien ordenado, es un modo de virtud antes que una deformacion del caracter. Una casa con una biblioteca, por reducida y sencilla que sea, tiene algo de ejemplar. El dueno ha de saber entonces dar razon de aquellos volumenes, de cuales son antiguos o heredados, o raros o valiosos por alguna razon. En todo caso, parece que nunca se deba abandonar la actitud de seguir aprendiendo.

  • Jugando con el destino de Sarah Rusell

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    Elena y Silvia viajan rumbo a Nueva York, la locura mas grande de su vida. Parece ser que el destino las manda hacia alli para encontrar a los hombres de su vida y, aunque Elena no lo cree en absoluto, todo cambia cuando Daniel aparece en su vida.
    Es entonces cuando comienza a dudar de que, quizas, el destino si esta escrito. Pero ?sera eso fugaz o eterno?