• david arrabal carrion - David Arrabal Carrion

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    Acompana a un grupo de refugiados sirios en su penoso camino hacia la libertad, blande la espada junto a un vengativo samurai, huye de ti mismo en lo mas profundo de Africa, espera a tu esposo para cenar, contrata a un sicario para que ponga fin a tu enfermedad, levantate como un dios contra la humanidad o desciende hasta el mismo corazon del Infierno. Entra en estas paginas sin miedo, pues como todos los personajes de estos cuentos, lo creas o no, ya estas sentenciado. En esta coleccion de 18 relatos seremos conducidos a traves de una oscuridad cotidiana hacia la ausencia, el dolor, el anhelo, la venganza, la impotencia, la resignacion y la muerte.

  • David Arrabal Carrión: Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Libros-David-Arrabal-Carri%C3%B3n/s?rh=n%3A599364031%2Cp_27%3ADavid+Arrabal+Carri%C3%B3n

    Compra online entre un amplio catálogo de productos en la tienda Libros. ... de David Arrabal Carrión | 15 noviembre 2021.

  • Libros y Ebooks de David Arrabal Carrión - Amazon

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    David Arrabal Carrión (Barcelona, 1977), publicó en 2012 su primera novela, «El final de todos los inviernos», y desde entonces ha engrosado su currículum con ...

  • Todos los libros del autor Arrabal Carrion David

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  • EN UN SUEÑO DE VERANO | DAVID ARRABAL CARRION

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    10 ene 2022 — El libro EN UN SUEÑO DE VERANO de DAVID ARRABAL CARRION en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • EL SUEÑO INEFABLE - DAVID ARRABAL CARRION - Agapea

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  • Todos los libros de Arrabal Carrion David en Imosver.com

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  • El sueño inefable - David Arrabal - Verkami

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    El proyecto busca financiar la edición y la distribución nacional del libro "El sueño inefable" del autor David Arrabal Carrión. El mismo servirá para ...

  • El sueño inefable. | David Arrabal Carrión - Libros usados

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    LibroUsado.es - El sueño inefable. | David Arrabal Carrión | 9788494278365 | G68404. Amaltea - 189pp Rústica editorial. 2014. Nos sumerge en una historia ...

  • DAVID ARRABAL CARRIÓN - El Corte Inglés

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  • david carrion - Iberlibro

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    Sitra Ahra de David Arrabal Carrion y una gran selección de libros, arte y artículos de colección disponible en Iberlibro.com.

  • El Final de todos los Inviernos de David Arrabal Carrion

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    Araziel escapa del Infierno decidido a recuperar el amor que Dios le arrebato. Para ello no dudara en matar a todo aquel que se cruce en su camino, ya sea humano, angel o demonio. Los que fueron sus hermanos no dudaran en detenerle, mientras que su antiguo enemigo se revela como la piedra angular de su destino. Mientras, Irene, sumida en la indestructible tristeza a la que fue condenada, ignora la batalla que se libra a su alrededor, una lucha que busca liberarla del castigo divino impuesto por amar a alguien prohibido. “El final de todos los inviernos” es una historia de amor y muerte, de fe y tenacidad, de superacion y sacrificio, un canto a la esperanza.

  • Los avispones de Peter Handke

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    Los avispones, publicada en 1966, es la primera novela de Peter Handke, uno de los escritores europeos mas reconocidos y que en numerosas ocasiones ha sido propuesto como candidato al premio Nobel. Estudio derecho hasta 1965, fecha en la que la editorial alemana Suhrkamp acepto la publicacion de este libro, comenzando asi su exitosa carrera literaria. A traves de textos fragmentarios que nos relatan la muerte del hermano, la ceguera del narrador, las relaciones familiares, Handke nos va contando como se construye una novela, que finalmente se titulara Los avispones. No es tanto un recorrido como un descenso; no describe una realidad, sino <> realidad, que le sirve de pretexto para encontrarse nuevamente con los traumas y terrores de su infancia, a traves del recuerdo de hechos cotidianos vividos con su familia en el mundo rural.

  • Te reservo mis derechos de Cristina Gonzalez

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    Alvaro habia forrado con folios blancos las dos novelas que habian llevado a la escritora Irene Leblanc a hacerse famosa por sus textos de romance. El joven profesor habia leido ambos libros con verdadera adiccion y los habia releido varias veces en ocasiones posteriores. No obstante, no queria que su hermano se enterase de que era un apasionado de las novelas romanticas de Irene Leblanc. En general, preferia no revelarle a nadie su ferviente interes por aquellas historias de amor y pasion que eran tan populares entre el genero femenino. Por eso ocultaba las portadas tras la opacidad del papel. Alvaro se incorporo sobre el escritorio de su gran despacho. Abrio su portatil y se pregunto a si mismo si no estaba llevando aquella obsesion demasiado lejos. Sin esperar la respuesta, tecleo el nombre de su escritora favorita en el buscador de Google. Unas cuantas entradas de blogs de novela romantica bombardearon la pantalla. Tendria que asegurarse de borrar el historial antes de que Jesus se apoderase del portatil. Su hermano era el editor de Irene Leblanc. Y aun asi Alvaro todavia no habia tenido la oportunidad de conocerla en persona. El, a diferencia de su hermano, habia preferido dedicarse a la docencia universitaria. Estaba orgulloso de haber adquirido una plaza como catedratico con tan solo treinta y dos anos. Suspiro. Solo un pequeno flexo de luz anaranjada alumbraba el escritorio. Deslizo el puntero hacia el buscador de imagenes de Google. Tenia cierta curiosidad por saber como era ella fisicamente. Queria comprobar que su imaginacion volaba acorde con la realidad. - Vaya - musito en el silencio de su solitario apartamento. Su hermano no mentia. Irene era una mujer particular. Alvaro habia dado con una imagen de ella de cuerpo entero, sentada sobre un taburete y vestida con un bonito traje de raya diplomatica. La fotografia pertenecia a una entrevista que le habian realizado un ano atras. El sabia perfectamente que Irene tenia veintiocho anos, habia leido su biografia unas cuantas veces. Lo que mas le llamaba la atencion era que Irene estaba licenciada en medicina. Y, sin embargo, ella habia dejado de ejercer para escribir. Desde luego, la profundidad de aquellos ojos grandes y castanos debia de proceder de algun lugar. Tenia el aspecto de ser una mujer compleja. La curva de sus labios finos mostraba a una Irene melancolicamente sonriente. Alvaro sacudio la cabeza. Era consciente de que elucubraba demasiado acerca de ella. A medida que habia ido leyendo sus libros, habia forjado una imagen de la escritora en su cabeza. Por eso no habia querido ver las fotos de Irene Leblanc antes de imaginarsela a su manera. Y ahora que por fin la tenia frente a sus ojos, no le quedaba mas remedio que reconocer que no le defraudaba. Tal vez le hubiese gustado que tuviera el cabello mas corto. No se esperaba aquella melena tan espesa y oscura. - Esta bien asi... Es como tiene que ser - dijo el. Con una sonrisa de triunfo, apago el ordenador y se dirigio a la cocina para cenar algo de verdura cruda. Mientras rayaba un trozo de zanahoria para anadirlo a su ensalada mixta, su Iphone comenzo a vibrar sobre la encimera. - Siempre en el mejor momento... - susurro para si mismo mientras se secaba las manos rapidamente con el pano de cocina. Descolgo y contesto. - Diga. - Abre la puerta - dijo su hermano al otro lado del telefono. Colgo y camino hasta la entrada. Al abrir dijo: - Los timbres no estan hechos para ti. - Es cierto, sobre todo cuando no suenan - dijo su hermano. Jesus arrastro su maleta por el pasillo enmoquetado hasta llegar a la habitacion de invitados. Un cuarto que en realidad solo utilizaba el porque su Alvaro no solia invitar a nadie, a excepcion de su hermano mellizo. Alvaro miro el boton del timbre con desconfianza. Tres dias. Eso era lo que habia tardado en romperse desde que lo cambio. - Debe ser un mal contacto... - murmuro el con frustracion al comprobar que, efectivamente, no funcionaba. - !Asumelo! - grito Jesus desde la habitacion. Camino de nuevo hacia la entrada, a medida que se fue acercando a la puerta principal fue disminuyendo el volumen de su voz - ?Sabes? Llamar a un electricista no es algo degradante... Te lo aseguro. Alvaro lo ignoro y fue a buscar su caja de herramientas. Cuando logro encontrar el destornillador adecuado, regreso junto al timbre averiado, dispuesto a repararlo. Costase lo que costase. Jesus se reia entredientes mientras su hermano se peleaba con el primero de los tornillos. - Lo aprete demasiado... - farfullaba Alvaro. - Manana lo arreglas. Ahora quiero que cenemos juntos. Tengo que contarte algo genial. !Te va a encantar! - dijo su hermano emocionado. Alvaro abandono por un momento al timbre y a sus tornillos y le presto atencion. - Puedes decirmelo ahora... Mientras intento sacar... Esto... - forcejeaba y forcejeaba con el destornillador. Con resultados desalentadores. Jesus decidio soltar la perla para hacer reaccionar a su hermano. - Manana te presentare a la mismisima Irene Leblanc. Fue rapido. Fue inesperado. Fue doloroso. - !Joder! - grito Alvaro. Habia hecho tanta fuerza con el destornillador que este se habia escurrido hasta acabar rajandole la palma de la mano contraria. - Me gusta tu actitud. Es muy emotiva - bromeo Jesus. Alvaro se incorporo y entro en el piso. Cerro la puerta y camino hacia el cuarto de bano para rociarse con agua oxigenada. - ?Y que te hace pensar que quiero conocerla? Por supuesto, Jesus no sabia que su hermano era uno de los lectores mas acerrimos de Irene Leblanc. - Nada en absoluto. Pero te la presentare de todas maneras. Alvaro apreto los dientes cuando peroxido de oxigeno comenzo a burbujear sobre su herida. Aun tenia en su mente la sugerente mirada oscura de la escritora. - ?Y si no quiero? - se apresuro a decir el. - Ella necesita un buen egiptologo para documentarse. Esta escribiendo un romance ambientado en la epoca de Cleopatra. A Alvaro se le ilumino fugazmente la mirada. Afortunadamente, Jesus paso por alto aquel gesto. - ?Y por que yo? - pregunto el intrigado. - Porque eres mi hermano y saldras mas barato. Alvaro resoplo. Entonces Jesus dijo: - Y porque eres de los mejores que hay en esta ciudad. Ambos hermanos se miraron con complicidad. Despues Alvaro le estrecho a Jesus la mano sana y le dijo: - Yo la conozco primero. Despues ya vere si colaboro. Jesus se fue a dormir contento. Estaba absolutamente seguro de que su hermano aceptaria el trabajo. Para Jesus, Irene era una mujer particularmente atractiva. Y estaba convencido de que Alvaro seria incapaz de resistirse a sus encantos. CAPITULO 2 Irene sudaba la gota gorda encima del banco de abdominales. No recordaba cuando dejo que su madre la convenciera para ir al gimnasio. - Cielo, yo te quiero, y como te quiero, te digo que se te esta empezando a poner fofa la barriga - habia dicho ella. Irene, rezongando y maldiciendo, habia llamado por telefono al gimnasio que habia a cinco minutos de su pequeno apartamento. Y alli estaba aquel lunes por la manana, recuperando la tonicidad perdida. Esa tonicidad que parecia importarle mas a su madre que a ella misma. - Doce... - dijo a punto de exhalar su ultimo aliento. Incapaz de forzar sus musculos una vez mas, anadio: - Y doce. Miro su BlackBerry. Las diez y cincuenta y ocho. - Llego estupendamente tarde - dijo con resignacion. De camino al vestuario se pregunto la razon por la cual habia accedido a escribir una novela que ella no queria escribir. !Cleopatra! !Arg! !Y lo quieren vender como el antiguo Egipto! Penso Irene Leblanc mientras arrojaba su camiseta sudada en la bolsa. Y no es que no le fascinaran los egipcios. Habia leido "Sinuhe el egipcio" varias veces. Al terminar tercero de medicina, dedico su verano a aquel clasico. Admiro una y mil veces al escritor Mika Waltari. Pero Cleopatra... La pobre Cleopatra estaba ya muy manida. - !Pero lo habras escrito tu! Y tus historias siempre conmueven a tus lectores - le persuadio su agente. - Yo he escrito romances medievales... De esos en los que el enamorado siempre tiene ganas de suicidarse porque su amada no le corresponde. Son bonitos, platonicos y sumergen a las lectoras en una fantasia romantica. !Pero yo no escribo sobre egipcios, ni griegos, ni romanos! No tengo conocimientos suficientes... No tengo ni pajolera idea de como ambientar la trama. Ah y tampoco se me ocurre ninguna trama... - habia alegado Irene a su favor. - Llamare a tu editor y le dire que busque a alguien que si tenga esos conocimientos para que te ayude - habia respondido su agente con un fingido optimismo. Y asi es como Irene salia corriendo del gimnasio, ataviada con un chandal limpio - que no dejaba de ser un chandal - en direccion a su pequeno Citroen Saxo del ano de la polca. Habia quedado con el doctor en historia antigua: Alvaro Ferreras y con su editor - Jesus Ferreras, Chus para los amigos - en el despacho de su agente. No queria conocer al tal Alvaro, ni queria escribir sobre Cleopatra. No queria escribir sobre algo que no conocia y que no le gustaba. !Pero Irene Leblanc tenia que escribir sobre algo que se pudiera vender! - Tus libros a veces son aburridos. Tienes que ser mas dinamica, mas actual - dijo su agente a continuacion. - Supongo que Cleopatra es una mujer actual. !Ayer lei una entrevista suya en el Yo Dona! - habia ironizado Irene. - Te prometo que se vendera... Ademas, estas bloqueada, tu misma lo has reconocido. No se te ocurre nada, y necesitamos material para que sigas publicando. Bien, fueron estas palabras las que hicieron que Irene accediese a escribir sobre la amante de Julio Cesar. Su agente no quiso discutir mas. Sabia que Irene tenia potencial y que habia una editorial dispuesta a publicar un romance nacido entre piramides. - Los semaforos en las glorietas son un engendro... - se quejo ella al volante de su pequeno Saxo. Verde. Irene piso el acelerador y giro el volante

  • Encargo de Berta Marse

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    a) Elegir escenario y b) situar al protagonista o protagonistas en medio de una escena cotidiana, y, sin mas, c) abrir el telon. He tenido que leerlo varias veces para entenderlo. Vale que no estoy en mi mejor momento, que la medicacion me tiene algo atontada y hace demasiado que no pongo mi cerebro a prueba, que no leo, que no hago crucigramas, que no pienso. Y vale que me he apuntado al taller de escritura creativa solo porque es lo que se espera que haga. Pero el enunciado del ejercicio tampoco esta muy inspirado que digamos. Parece un sencillo ejercicio de orientacion hacia el cuando y el por donde empezar; si no lo he entendido mal, y puesto que en algun lugar y en algun momento hay que empezar. Pues venga, vamos alla. Sin mas. Mi escenario seria una habitacion ordenada y pulcra. En las paredes se exhibirian posters, postales, fotografias, dibujos y demas senas de identidad propias de un temperamento joven, romantico, femenino. Habria una unica estanteria, de pared a pared, algo combada por el peso de los libros. Del techo colgaria un ventilador de aspas de madera y lamparita en forma de tulipan, estropeado desde hace tiempo. Un armario de luna, un perchero, una alfombra, un pequeno escritorio en el que una de las protagonistas estaria estudiando con los codos hincados. Veinteanera. Ni gorda ni delgada. Con gafas. A su izquierda una estrecha ventana abierta que daria a un patio interior. Se oiria el arrullo de las palomas y la tele de los vecinos. A la derecha, la cama. Sobre ella un punado de peluches raidos. De pronto, sin que mediase una orden u otra indicacion aparente, uno de ellos (uno con forma de chucho sin raza, tamano mediano, pelo duro y apelmazado, color pardo) abriria mecanicamente los ojos, se incorporaria con sumo cuidado, se bajaria de la cama y se enroscaria de nuevo sobre la alfombra. A todo esto la chica seguiria estudiando sin levantar siquiera la vista del papel, concentrada en sus apuntes y sus libros. Minutos despues se oiria el girar de una llave en la cerradura de entrada, y luego el chirriar de un carrito de la compra por el pasillo. Nada fuera de lo habitual. Hasta aqui, una escena cotidiana que vendria representandose alrededor de una decada; que es de lo que se trataba, si no lo he entendido mal. Sin embargo, aquel dia… 1 Aquel dia (9 de junio de 2013, sabado) el carrito de la compra no se detuvo a la altura de la cocina sino que avanzo chirriando, pasillo adelante, hasta que alguien abrio sin llamar la puerta de mi habitacion. -?Que pasa? -le pregunte a mi madre, al ver su cara de susto. -Ha vuelto. -?Quien? Mi madre miro a uno y a otro lado, como si hubiese microfonos cerca. -Yesi -dijo bajando la voz-. Yesica Lugano. La hija mayor de Isabel. Te acuerdas de Yesi, ?no? La garganta se me encogio de repente, y el corazon empezo a bombear alli con tanta fuerza que temi por mis timpanos… ?Que si me acordaba de Yesi Lugano? Como podria no acordarme, hubiese sido la pregunta correcta, aunque igualmente aterradora… -Me acabo de enterar en el mercado. Se ve que anoche llamaron al interfono de los Lugano y era ella. Asi, sin mas. ?Te lo puedes creer? !Es como un milagro! Un milagro para mi madre. Para mi, uno de esos inmensos agujeros negros que engulle todo lo que se acerca a su campo gravitatorio. Me aferre a la mesa con las dos manos. Con la cabeza gacha, Chimo agitaba la cola esperando que mi madre, que lanzaba miraditas nerviosas a su alrededor, mordiendose los labios, no reparase en su rastro sobre la colcha. Su preocupacion le delataba. -Al parecer esta bien, al menos fisicamente, pero… -tambien mi madre parecia impactada por la noticia, agarrada al pomo de la puerta con una mano y con la otra al carro de la compra, del que asomaba un apio-, pero fijate, Desi, ya hace no se cuantas horas que ha vuelto y todavia no saben nada, aun no les ha contado nada a sus padres, ni a la policia, ni a los medicos que han tenido que ir de madrugada para reconocerla… Se ve que podria estar tan traumatizada que les han aconsejado a Isa y a Piero que no la presionen, que ya hablara cuando se sienta mas segura, que procuren estar tranquilos y actuar con naturalidad… !Como si fuese tan facil -resoplaba, entre el estupor y la angustia- estar tranquilos con toda esa gente entrando y saliendo! Y actuar con naturalidad, si, claro, pero si tienes mas de cinco anos y no has pasado por una academia de arte dramatico, ya me diras tu como… Pero yo no iba a decir nada, seguia muda, sin aliento; como cada vez que me topaba con una fotografia de Yesi a la vuelta de una esquina, en una farola, en un semaforo, en un escaparate; como cada vez que su recuerdo me perseguia por el barrio y me hacia llegar a casa con el corazon en la boca; como cada vez que, de noche, en la cama con el perro, me acordaba de ella. -Pobre Isa, que horror… Quiero decir, es un milagro pero… no se, no se como podra soportar otra vez tanta presion… ?A ti te parece que deberia llamarla?… o tambien crees que no es el mejor momento… !Por Dios, di algo! 2 Nacer en el mismo ano, bajo el mismo signo zodiacal, vivir en el mismo barrio y estudiar en el mismo colegio, frecuentar el mismo parque, las mismas plazas, los mismos comercios no tiene por que suponer una estrecha amistad. Si acaso una amistad circunscrita al espacio y al tiempo, ineludible, como una especie de tara genetica. Pero no una amistad verdadera. Yesica Lugano y yo nunca fuimos amigas de verdad, nunca intimamos ni nos hicimos confidencias. Ni siquiera en los anos de parvulario y colegio que compartimos -hasta que su padre se decidio a matricularla en una prestigiosa escuela italiana-, y por mucho empeno que pusieran nuestras madres; o quiza, en buena parte, a causa de ello. Porque todo lo que yo sabia de Yesi -y entonces creia que lo sabia practicamente todo-, lo sabia por mi madre. Mi madre tenia (tiene) una tienda en el barrio de Sant Antoni de la que la madre de Yesi, Isabel, era (ya no es) clienta fija. En el distrito izquierdo del Eixample aun se recuerda la fiesta de inauguracion, en Navidad de 1995. Yo tenia tres anos. Una traca interminable y alguien exclamando que mi madre habia tirado la casa por la ventana son mis unicos recuerdos; y la razon de que no haya una sola fotografia, un solo fotograma de video casero, donde no aparezca con la boca abierta como un cazo, congestionada y tensa, totalmente aterrorizada. A Yesi, en cambio, se la ve la mar de tranquila en brazos de su madre, toda ojos, con su gorrito blanco de perle anudado bajo el menton con hoyuelo. Acababan de escolarizarnos. Mi madre siempre habia querido montar una tienda de labores de costura, donde ofrecer asesoramiento practico y tal vez hasta impartir cursillos y talleres, una tienda que hiciese las veces de centro de reunion para las mujeres del barrio. Pero habia aparcado la idea durante anos; los que le llevaron encajar y asumir que no podia tener hijos, y hasta mi adopcion. Mi padre habia aprovechado el auge de su profesion (el diseno grafico), durante los felices noventa, para asociarse y montar un estudio puntero, y le alquilo a mi madre un pequeno local a dos manzanas de casa. En aquel momento se lo podian permitir. Los bancos y las cajas de ahorro animaban a emprender con lemas infalibles. Lo veo. Lo quiero. Lo tengo. Los suenos de futuro parecian al alcance de la mano. Nadie sospechaba la que se estaba fraguando y hasta que punto se deteriorarian todos, desde los mas modernos y ambiciosos hasta los humildes negocios de barrio. Todos menos la tienda de mi madre. Pero asi fue. Las mujeres acudian en tropel y pasaban tanto tiempo en la tienda que acabaron arrastrando con ellas a las abuelas y a los mas pequenos. Cochecitos de bebe, andadores, bastones, paraguas, patinetes, mochilas, carros de la compra se amontonaban en la entrada, dando cuenta del exito, y mi padre protestaba cuando tenia que dejarme en medio de aquel caos, antes de volver a su trabajo, porque a mi madre no le habia dado tiempo a recogerme. Pero esto que es…, se preguntaba en voz alta, con retintin, ?un negocio o un mercadillo? Nadie le hacia demasiado caso. Y de todas formas dejaria de preguntarselo (por lo menos en voz alta) al ano de la inauguracion, cuando mi madre alquilo el local de al lado para ampliar lo que ya era, a todas luces, un prospero negocio. Sustituyo el modesto rotulo en el que se anunciaba como Merceria por grandes letras de metacrilato que se iluminaban por dentro, disenadas en el estudio de mi padre. RIBO & CARALPS. Como a una hija mas, le puso mis apellidos a la tienda; y de paso le guino un ojo a Ribes & Casals, emblematico establecimiento de venta de tejidos al por mayor y al detalle, al otro lado del Eixample. No daba puntada sin hilo. Tambien contrato personal para atender a su cada vez mas numerosa clientela, un servicio de catering resolutivo y sencillo -caldo casero, cafe y te y todo tipo de pastas saladas y dulces- y a un valenciano con peluquin, el senor Ramon, que nos recogia en la puerta del cole con su minibus escolar de catorce plazas y un cuarto de hora despues nos dejaba en la tienda. Ribo & Caralps, centro de reunion, informacion, produccion e intercambio. El eje alrededor del cual todo giro de forma ordenada y rentable durante anos. Ganchillo, bordado, punto de cruz, patchwork, tricot, petit point… En la tienda de mi madre se hacian labores de todo tipo y a destajo. Una muy considerable cantidad de primorosas y delicadas labores a las que nadie prestaba demasiada atencion y acababan arrinconadas o regaladas a asociaciones beneficas. A mi me daba muchisima rabia. No podia entender que tanta velocidad y perfeccion no tuviesen importancia alguna ni asombrasen a nadie. Me preguntaba cual seria entonces el sentido, el proposito de toda aquella frenetica productividad; aparte de reunirse y hablar por los codos, claro. Porque en la tienda de mi madre se hablaba por los codos. Se hablaba de todas las cosas que sucedian en el mundo, un lugar remoto y amenazador para nosotros los ninos. El escandalo Lewinsky. El fin del milenio. El genoma humano. El cambio climatico. Windows 2000. Cuanto menos entendiamos los titulares, mas excitantes y peligrosos nos parecian. Tambien se hablaba de las cosas que sucedian de puertas hacia dentro, en cada uno de los mundos; no por mas reconditos menos excitantes, ni menos peligrosos. De ese modo me entere de muchas de las intrigas e intimidades que circulaban por el subsuelo del barrio. Que la senora Valles, capaz de tejer una virgueria de patucos en menos de dos horas, estaba en guerra fria con su suegra… Que la senora Garcia se habia inyectado no se que en los labios… Que los cinco hijos de los Reguant se meaban en la cama porque le tenian miedo al padre… Que Piero, el padre de Yesi, asediaba a su mujer por un hijo varon… Que el mio encajaba con indiferencia el exito profesional de la suya… Se hace dificil rastrear, en el inicio algo apocaliptico del tercer milenio, el momento preciso a partir del cual ciertas palabras se cambiaron por otras y segun que temas se omitieron una vez descargada la furgoneta del senor Ramon en la puerta de la tienda. ?Como pudo suceder asi, de la noche a la manana? Yo que se. Supongo que a los que empezabamos a comprender de que hablaban exactamente se nos debio de notar en la cara. Tal vez fue una mirada demasiado atenta, demasiado sagaz. Puede que una pregunta demasiado capciosa. El caso es que, en cuanto tomaron conciencia de que estabamos alli, ya nada volvio a ser lo mismo. Habia que encontrar otras formas de entretenerse. Los mayores empezamos a salir a la calle, con los bolsillos llenos de pastas, para alimentar a un chucho que merodeaba abandonado por el barrio (sin raza, tamano mediano, pelo duro y apelmazado, color pardo), y que ya no se moveria mas de la puerta de la tienda. Pegados a los cristales habia adhesivos del No a la Guerra. Dentro, aun se hablaba acaloradamente de las Torres Gemelas y del desastre del Prestige. El euro ya estaba en vigor y algunas clientas veian con nostalgia la vuelta a los centimos, pero la mayoria aun se hacia un lio con los cambios y a nosotros nos hacia muchisima gracia. Fue la epoca en que Yesi y yo estuvimos mas unidas -por los cuidados de Chimo y la campana organizada para su adopcion-, y sin embargo en la que mas la odie. La epoca en la que a mi me pusieron gafas y ella empezo a perfilarse como la perfeccion hecha hija. Notas brillantes, oido musical, inquietudes intelectuales, habilidades deportivas. Y, por si el dechado de talentos y virtudes fuera poco, se le afino la cara y el hoyuelo en el menton empezo a brillar con luz propia. El mismo hoyuelo que hasta entonces la habia hecho parecer rolliza se convirtio, segun sus padres, en la marca de los angeles, puesto que de repente le quedaba que ni pintado y no era herencia ni de la una ni del otro. Yesi Lugano prometia mucho. Al menos asi lo entendio mi madre, que a partir de entonces empezaria a imponermela de ejemplo y modelo a seguir, sistematicamente, deliberadamente, y no desaprovecharia ninguna oportunidad para hacerlo hasta aquel fatidico 5 de junio de 2008, cuando todo se desgracio. 3 Yesi ayuda a su madre en las faenas de la casa. Yesi cuida a sus hermanas pequenas. Yesi ha sacado todo notables y sobresalientes. Yesi se ha leido El codigo Da Vinci. Yesi ha ganado otra vez los Juegos Florales de su instituto. Yesi es la protagonista de la obra de fin de curso. Yesi toca el chelo maravillosamente. Yesi es medalla de plata en los campeonatos de natacion. Yesi ha sido elegida en un casting para un anuncio de leche rica en calcio y le va a dar a su madre todo el dinero… En realidad, no habia demasiadas razones para creer que empezar la ESO en institutos separados supondria un respiro para mi, una tregua que me permitiria recuperar fuerzas y, quiza, algo del terreno invadido. Si me hice algunas ilusiones al respecto, estas no me duraron ni un trimestre; lo que tardo Yesi en adaptarse a su nuevo instituto y consolidarse entre las top ten de la clase. Sus excelencias y sus logros fueron un mantra a lo largo de mi preadolescencia. Y todo gracias a mi madre, que por entonces habia intimado mucho con la suya. Isa se arrastraba hasta la tienda, empujando un cochecito y de nuevo embarazada, en busca del consuelo y el apoyo que necesitaba en aquellos momentos. Lo que no necesitaba era tener mas hijos, le diria a mi madre, en confidencia. Con su Yesi le bastaba, y ademas queria retomar algun dia los estudios de nutricion y dietetica. Pero habia cedido para complacer a Piero, cuya insistencia calificaba de taladrante; sobre todo tras su ascenso en la empresa de venta y mantenimiento de electrodomesticos en la que trabajaba, que le libraba de tanto viaje y le permitia pasar mas tiempo en casa. Y tuvieron dos ninas mas, una detras de la otra; las dos poco antes del cheque bebe, ninguna con hoyuelo en el menton. Mi madre solo destacaba este tipo de detalles cuando le traicionaba el subconsciente, la envidia por la fertilidad que a ella le habia sido negada. Por lo demas, todo era solidaridad, aliento y elogios, cuando nos las cruzabamos a las cuatro por el barrio o en la tienda. A mi tambien me daba un poco de envidia, pero yo apretaba los dientes y me limitaba a saludar a Yesi con un golpe de barbilla y a no mostrar (nunca jamas) interes por nada de lo que ella pudiese hacer o decir. Siempre que Yesi queria comunicarme algo, yo ya lo sabia, porque mi madre me lo habia dicho antes.

  • La vida de las hormigas de Maurice Maeterlinck

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    En La vida de las hormigas, Maurice Maeterlinck, premio Nobel de Literatura, vuelve a hacer gala de su interes entomologico y decide observar el minusculo universo de estos prodigiosos insectos con la conviccion de que encierra innombrables misterios pero que, a la vez, puede despertar un sinfin de analogias con el comportamiento humano. Las hormigas se nos muestran en este libro como seres capaces de extraordinarias proezas. Como el hombre, tambien ellas cuentan con ejercitos organizados, algunas se han especializado en una suerte de ganaderia y otras parecen haber aprendido a cultivar sus alimentos. Su sistema de comunicacion tambien despierta el asombro, y nos recuerda a la telepatia. Un microcosmos admirable relatado en un estilo exquisito.

  • Hoy te quiero mas que ayer, ya manana se vera de Benito Troya

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    Comedia romantica que nos muestra la vision masculina del amor y las primeras citas.

  • Munich de Robert Harris

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    Una novela de espias en el marco del encuentro entre Hitler y el gobierno ingles para impedir la guerra en 1938, por el autor de Patria y Enigma.

  • Ladronas de Nueva York 4 de Estefania Yepes

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    Me moria de sed. Como si no me hubiera pasado la noche entera bebiendo. Mandaba narices. Encendi la lucecita de la mesilla que habia junto a mi cama y busque la botella de agua, pero esta estaba completamente vacia. Fantastico. Me puse en pie y antes de salir, me acerque a la puerta tambaleandome, con el objetivo de comprobar que ya no quedara nadie en casa. Me habia metido en la cama en ropa interior y una camiseta de tirantes y no tenia ningun tipo de intencion de cambiarme por un simple botellin de agua. ?Como demonios habiamos llegado a beber tanto? Sali y anduve haciendo eses hasta la cocina. Todo el apartamento estaba a oscuras. No obstante, con el tiempo habia desarrollado la virtuosa habilidad de recorrerlo a tientas, sin magullarme los dedos de los pies contra ningun mueble. Me frote la cara y abri la puerta del frigorifico de donde saque un botellin. Fui a cerrarla y entonces, al girarme para regresar, el pulso se me acelero de golpe, alcanzando limites peligrosos. Muy peligrosos. No pude gritar ni moverme; ni siquiera sabia como podia no haberle visto antes. Apoyado contra la mesa del salon estaba Olly. Tenia la respiracion agitada y la vista perdida en algun punto de la mesa. La estampa era... Estaba segura de que si despegaba los labios para preguntarle que hacia ahi se me escaparian las pocas fuerzas que permitian que todavia me mantuviera en pie. Me fije mejor en su aspecto y descubri que llevaba la camisa abierta y su pecho oscilaba arriba y abajo, visiblemente alterado. Mis ojos comenzaron a acostumbrarse a la penumbra y al final, aunque temerosa, di un paso al frente. Como si se percatara por primera vez de mi presencia, elevo el menton y su mirada, turbia y enajenada, me busco. Crei que iba a morir en ese mismo instante. Literalmente. Y juro por Dios que lo hubiera hecho si a cambio hubiera podido seguir siendo observada de ese modo durante el resto de mi eterea eternidad. Pero ese sencillo pensamiento lo unico que logro fue colapsarme las arterias, mientras que sus ojos desfilaban inclementes por mi cuerpo, recorriendolo por completo. No estaba bien, no hacia falta ser adivina para darse cuenta de ello, pero yo tampoco me hallaba en plenas facultades y quiza eso lo volvia todo mucho mas facil todavia... o tal vez menos real. Mis dedos se aferraron con fuerza a la botella de plastico cuando sus ojos se detuvieron sobre mis piernas desnudas. Tal vez me hubiera desmayado a lo largo de la noche y eso no fuera mas que un sueno. Al fin y al cabo, no veia a Elle por ninguna parte, tendria sentido que asi fuera... ?no? Trago saliva a camara lenta y el movimiento de su garganta se perfilo en la penumbra, a traves de la poca luz que se colaba impetuosa a traves de las ventanas. Aparto las manos de la mesa y se irguio por completo, con la camisa completamente abierta y el pecho descubierto. Si antes de salir del dormitorio me moria por un trago de agua es que no tenia ni la mas remota idea de lo que era sentirse asfixiado y deshidratado. Ahora era consciente y a pesar de ello, no hubiera cambiado esa sensacion por todos los botellines de agua del mundo. Preferiria morir en sus ojos que vivir en su invisible presencia. Mi mente se nublo cuando dio un paso al frente, todavia jadeante, sin dejar de mirarme fijamente. Tenia la mirada completamente ida y su aliento destilaba un fuerte aroma a alcohol. Estaba ebrio. Y a mi no me hacia falta tener que dar otro paso para demostrar que tampoco me encontraba precisamente en uno de mis momentos mas lucidos. Me hubiera gustado suplicarle que parara de mirarme asi, que me contara que le pasaba y de ese modo, poder ayudarle. En cambio, no podia dejar de observarlo y de excitarme cada vez que sus ojos volvian a pasearse indecorosos por mi cuerpo, semidesnudo. Dio otro paso mas en mi direccion y supe que perderia el equilibrio si me movia un solo centimetro. Sin pretenderlo, mis ojos se desviaron hacia su torso, cubierto por una fina capa de vello, y senti un intenso cosquilleo en la columna que se esparcio por todo mi cuerpo. Su respiracion seguia igual de agitada, como si aquel estado en el que se hallaba sumido no remitiera. Le veia sufrir y al mismo tiempo veia en sus ojos el deseo. Y yo no era tan fuerte. Nunca lo habia sido. Se acerco todavia mas y nuestros cuerpos quedaron apenas a unos centimetros de distancia. Su aliento me rozo las mejillas y senti vertigo, del de verdad, del que crees que no podras combatir jamas, ni siquiera con el farmaco mas potente del mercado. Olia a vino y cerveza, y en sus labios resultaba una mezcla demasiado tentadora. Me observaba con el fuego crepitando en sus ojos, que incluso en la oscuridad se intuian claros y llameantes. Alzo una mano y la llevo hacia mi rostro. La mantuvo durante unos instantes en el aire, sin moverse, sin dejar de mirarme. No se si pedia permiso o perdon pero, en ambos casos, me lo pedia a mi, solo a mi, y estaba dispuesta a concederle ambas cosas. La yema de sus dedos entro en contacto con mi piel y crei que no iba a poder soportarlo. Era injusto, seguramente ni siquiera sabia lo que estaba haciendo, a juzgar por la turbia intensidad de su mirada. En sus ojos tal vez yo era Elle y a pesar de ello, no me aparte. Sus dedos recorrieron mi mejilla y descendieron muy lentamente por mi cuello. Se deslizaron por mi clavicula y entonces, con una parsimonia que amenazaba con romperme en millones de micropedacitos de mi misma, se detuvo sobre mi pecho y lo contorneo con una delicadeza que podria servir para someter incluso al mas incredulo e insensible. Tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano por contener un par de lagrimas. La lucha que se estaba librando en mi interior bajo su intensa mirada era algo para lo que nadie me habia preparado jamas. Por un lado queria sentirme libre, sonreir y disfrutar, provocarle y sentirme viva. Sin embargo, a pesar de ello, no podia dejar de pensar en que estaba traicionando a mi mejor amiga. Aunque ella hubiera dicho que no queria estar con el... que no tenian nada serio. Pero, a pesar de eso, el seguiria siendo suyo... Siempre seria suyo. --Olly... --murmure entonces, incapaz de acabar con lo que en realidad habria querido decirle. Su mano ascendio y entonces, con suavidad, su dedo pulgar se poso sobre mi labio mientras que con la palma envolvia mi mandibula. Jugueteo con el dedo y dibujo su contorno, obligandome a levantar un poco la cabeza, gesto al que cedi. No podia dejar de mirarlo, no podia dejar de sentirme viva mientras el siguiera contemplandome de ese modo. No podia dejar de pensar que era la peor amiga del mundo y al mismo tiempo, suplicarle que acabara de una vez por todas con la soga que habia anudado a mi cuello y de la que el estaba tirando demasiado sin ser consciente. --Olly... --intente de nuevo, buscando algun resquicio de razon que pudiera quedar en mi interior. Pero esta vez no me dio tiempo a mas. Sus labios se posaron sobre los mios con una fuerza tan protectora como desconsiderada y entonces, cuando crei que iba a morir, a alcanzar el nirvana o cualquier otra de esas cosas que siempre habia imaginado, paso todo lo contrario. Lo unico que no esperaba; lo unico para lo que no estaba preparada. Deje de pensar. Deje de pensar en el, en mi y en todo lo demas. Nada; no habia absolutamente nada mas en mi interior que no fuera el deseo que sus besos encendieron. No habia remordimientos, miedo ni reproches. No habia inseguridades ni menosprecios. Sus besos me devoraban con pasion, enajenados pero hambrientos, y me entregue a ellos sin poder pensar en nada que no fuera lo bien que sabian despues de haberlos sonado durante tanto tiempo. Una de sus manos se acoplo a la curva de mi espalda y la otra bajo hacia mis nalgas, donde se aferro con una fuerza casi animal. No tarde en reaccionar. No podia creer lo que estaba sucediendo pero no podia detenerme para tratar de comprenderlo. Ni siquiera se como llegamos a mi dormitorio. Lo hicimos sin mas y de repente, sus manos levantaban mi camiseta sin necesidad de pedir permiso. Mis brazos obedecieron y se alzaron, mientras sus besos seguian torturandome con el sabor del mismisimo eden. Asi con fuerza su camisa y tire de ella, dejandola caer al suelo. Todo sucedio demasiado deprisa a partir de ese momento. Tenia un hambre feroz, su necesidad de un cuerpo en el que desahogarse era aniquiladora y el mio estaba preparado y predispuesto, mientras en mi cabeza tenia lugar una contienda muy distinta. Razon y corazon luchaban a muerte, con todas sus armas, con todas sus fuerzas. Ahora sin ejercitos de por medio, tan solo ellos dos. Y mientras tanto, mi cuerpo se liberaba encajado bajo el suyo, sintiendole tan adentro que ni siquiera la gran cantidad de alcohol evito que una lagrima resbalara por mi sien cuando me arquee despues de vibrar con el orgasmo mas puro, intenso y vivo que hubiera experimentado jamas. Lo senti en mi cuerpo, en mi cabeza, en todo mi ser... CAPITULO 2 Sarah. Ahora. --Lorie por favor, deja de llorar... deja de culparte. El llanto silencioso es el mas doloroso de todos. Lo aprendi de jovencita, cuando Mike desaparecio de mi vida sin mas. Lorie tenia razon, por mucho que me negara a aceptarlo --todavia--, siempre fue mi primer amor y aunque lo supere con el tiempo, hay lecciones que jamas puedes volver a olvidar. Y esa era una de ellas. Las lagrimas de Lorie me mojaron el hombro pero su silencio era todavia peor. Sabia que estaba colada por Olly pero jamas llegue a imaginar que lo estaba hasta ese punto. Y eso complicaba muchisimo mas la situacion. --Lorie... --dije, sin dejar de acariciarle la espalda. Lo peor de todo era que el seguia en su dormitorio y tendria que enfrentarse a la realidad, por mucho que esta amenazara con destruirla. ?Como habian podido permitir que eso pasara? Cuando crei que iba a tener que emplear un tono mas severo con tal de hacerla reaccionar de una vez por todas, lo hizo ella por sus propios medios. Aparto lentamente la cabeza y cogio una servilleta que habia sobre la mesa para pasarla por sus mejillas y luego sonarse. Me dolia en el alma verla tan abatida. --?Que he hecho, Sarah? --sollozo, con un sufrimiento contenido que te rompia por dentro. --No te castigues, Lorie. Lo hecho, hecho esta. Pero ahora tenemos que pensar rapido. Elle saldra hecha un basilisco de un momento a otro y Olly todavia esta durmiendo en tu cama... --Oh... mierda --musito, al borde del llanto una vez mas--. !?Que hago?! --Tienes que despertarlo y decirle que se vaya. --No... no puedo, Sarah. No puedo. Cuando su labio inferior comenzo a temblar supe que lo decia de verdad. No tenia fuerzas para enfrentarse a Olly, lo cual no hacia mas que confirmar todas mis sospechas. Lo que sentia por el era mucho mas fuerte de lo que deberia. --Vale, hagamos una cosa --la apremie--. Metete en el cuarto de bano. Yo me encargo de Olly. --?Harias eso...? Escuchamos un ruido al fondo y no supimos identificar de que dormitorio venia, lo que solo confirmo que se nos agotaba el tiempo de verdad. --Ve, corre. Se puso en pie y desaparecio a toda prisa por el pasillo hasta llegar al cuarto de bano, donde se encerro sin hacer ruido. Suspire, me pase las manos por el pelo mientras mi cabeza trabajaba a toda velocidad y al final, tambien me puse en pie. No me importaba que el me viera en pijama, que llevara el pelo revuelo o el maquillaje corrido. Abri la puerta sin llamar siquiera y un fuerte e intenso olor a alcohol me recibio. Cerre y anduve hacia la cama de Lorie, en la que Olly seguia dormido. Estaba tumbado boca abajo con los brazos sobre la almohada y el rostro de lado. Parecia estar teniendo un sueno apacible. Le observe y me senti mal por el y por ellas, por los tres, porque lo que iba a suceder a partir de ese momento les acabaria pasando factura a todos. Me incline y puse la mano sobre su hombro, suave y fuerte. No se inmuto. --Olliver... --murmure flojito. Volvi a zarandearlo--. Olliver... Despierta, Olly. Pero no habia manera. Pase de su hombro y busque directamente su rostro. Primero le acaricie la mejilla y luego le revolvi el pelo. Estaba profundamente dormido y nada le hacia reaccionar. Que dificil iba a resultarme aquello. Eche un vistazo a mi alrededor y vi que todo era un amasijo de ropa, zapatos y almohadones. Exhale un suspiro. A continuacion, cogi sus pantalones, la camisa y lo deje todo sobre los pies de la cama. Desde fuera escuche otro ruido, seguramente era Elle. Volvi a poner la mano sobre su espalda y esta vez trate de moverlo, con mas impetu. Al tercer o cuarto intento comenzo a reaccionar. Le escuchaba murmurar de forma ininteligible mientras escondia la cabeza en la almohada. --Olliver, demonios, !despierta! --?Olliver...? --musito todavia con el rostro encajado en la almohada. De repente, se quedo en silencio y entonces, pasados unos segundos en los que crei que se habia quedado dormido de nuevo, levanto la cabeza con tal brusquedad que di un saltito hacia atras, sobresaltada--. !?Sarah?! --exclamo sin comprender. Lo mire tratando de descubrir hasta que punto estaba despierto o si seguia sumido en un estado de semiinconsciencia todavia

  • Emparejame de Nina Minina

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    Disparatada, tierna, erotica y valiente, Emparejame propone un feminismo canalla carente de filosofia y con mucha picardia. Una de esas novelas que al acabar abrazas, te saca una sonrisa de buen rollo y regalas a tus amigas.

  • Ni dulce, ni amargo de Sarina Bowen

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    La nueva autora de novela erotica que no puedes dejar de leer.

  • Traicion. Un Secreto Peligroso de Mary Martin

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    Despues de un doloroso trayecto
    nuevamente la vida junta a los
    enamorados, lo que hace que
    compartan un cruel destino.

  • El encargo de Javier Melero

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    Este no es un libro mas de los muchos que van a aparecer sobre el juicio al proces. Este es EL LIBRO.

  • El Imperio Ivanovic (La Profesional 8) de Kris Buendia

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    Soy Aleksei Ivanovic, me deje atrapar por La Profesional. Pero hay muchas cosas que todavia tienes que saber de nuestra historia... ?Negociamos?

  • Todo saldra bien de Emilio Ortiz

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    Una nueva agencia de detectives acaba de nacer en Madrid. La forman un grupo de lo mas peculiar y divertido: Mario, un joven emprendedor invidente; Nicolas, su amigo del alma, y Milagros y Juanma, dos jovenes con unas capacidades muy especiales. Juntos intentaran averiguar que le ha sucedido a una joven que lleva meses desaparecida. Al equipo de detectives se unen dos sabuesos de primera: Cross, el extraordinario perro guia ya jubilado de Mario, que tendra que verselas con Jazz, el jugueton pastor aleman que lo acompana ahora. La ciudad esconde muchos secretos y peligros, pero las aventuras en compania son, sin duda, mucho mas divertidas.

  • La deshonra de Mazzola de Fernando Llorden Brota

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    La vida en Florencia transcurre con total normalidad para Nora Laguzzi, una joven de veinticuatro anos que acude a casa de su pareja. Sin embargo, una puerta entreabierta le indica que algo no va bien. Al subir las escaleras, su corazon se desboca viendo el cuerpo de Dario en el suelo, inerte y con un reguero de sangre como muestra de un certero asesinato.
    Nora se encuentra confusa, y no consigue salir de su congoja hasta que una sirena de policia la saca de un golpe. Decide huir de Florencia, sabiendo que la policia la inculparia sin dudar. Tiene que investigar por su cuenta, saber quien ha asesinado a Dario, y para ello debera desenredar la historia que hay detras su muerte. Nora Laguzzi tiene que buscar su justicia.

  • Al final mueren los dos de Adam Silvera

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    ?Puede un solo dia albergar toda una vida?

  • La piel del cordero (Entreguerras 3) de Eva Garcia Carrion

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    No es facil sobrevivir a un desamor. Vives sin vivir, con los suenos rotos y el corazon muerto.
    Erroll Flanagan de Lyon creyo firmemente que jamas superaria que Kelsey se hubiese casado con otro hasta que, por avatares del destino, se cruzo con cierta gata.
    Catherine Berrycloth tenia una deuda pendiente con el hombre que le habia robado el corazon. Le devolveria su espada y seguiria adelante, como siempre habia hecho, con la certeza de no poder olvidarlo.
    La ofensiva entre escoceses e ingleses se recrudece, pero Erroll esta decidido a cruzar un pais en guerra para no perder su ultima oportunidad de ser feliz.
    El futuro predice barbarie y muerte. Irlanda parece ser el unico lugar idoneo para empezar una nueva vida.

  • El Cielo De Bitinia de Miguel Angel Manrique

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    Nicomedia, provincia de Bitinia. Ano 284 d.C. El cuerpo del emperador Numeriano es descubierto sin vida. El caos se apodera del Imperio romano en su etapa mas critica ya que se encuentra envuelto en una profunda crisis politica e ideologica. La depresion y la decadencia amenazan con destruirlo todo. Los continuos conflictos religiosos entre cristianos y paganos son cada vez mas frecuentes y virulentos, tratando de disputar la supremacia oficial del Imperio. El incremento politico del ejercito tiene al Senado entre las cuerdas y pone en riesgo la soberania de Roma. Pero la muerte del emperador no ha pasado desapercibida: alguien sabe quien y como ha perpetrado el asesinato. Alguien tiene el poder de cambiar el rumbo del Imperio romano.

  • La mitad de la noche de Mayra Montero

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    Un domingo de agosto de 1926, cuando Magdalena Laparra ha vuelto de Cuba para pasar las vacaciones con su familia, coge a sus dos hijos, uno de cada mano, y se mete al mar en la playa de Biarritz con la intencion de ahogarse. La nina de siete anos, Elsa, advierte algo extrano en la actitud de su madre y consigue escapar tras un forcejeo. El nino pequeno en cambio, de solo dos anos, muere ahogado y Magdalena es internada en un psiquiatrico por el resto de su vida.

  • Los feos tambien se enamoran, Minerva Hall de Minerva Hall

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    ?Es posible superar el primer amor?

  • La promesa de un beso (Besos 01) de Olivia Kiss

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    Katie vislumbro a lo lejos la vieja propiedad que, tiempo atras, habia sido la casa de invitados y, ahora, era todo lo que le quedaba. Tomo una bocanada de aire al distinguir entre las sombras de la noche el abandono que podia respirarse tras cada tabla de madera. Olia a humedad y los escalones del porche crujieron bajo los unicos zapatos de tacon que habia conseguido salvar. Encajo la llave en la cerradura, entro en la casa y encendio la luz. Por suerte, todavia no habian cortado el suministro electrico, aunque lo harian en cuanto se diesen cuenta de que ella no podia pagar las facturas. El silencio se colo en la estancia y Katie se quedo muy quieta mirando a su alrededor. ?Quien le iba a decir que terminaria volviendo a Sound River? ?Quien se imaginaria que la guapa, radiante y ocurrente Katie acabaria siendo una fracasada? Ella no, desde luego. Ella habia estado convencida de que triunfaria y de que su rostro ocuparia todas las portadas de las revistas del pais; pero la nube en la que se subio a los diecinueve anos se habia convertido en una tormenta catastrofica y ahora estaba alli, sola, con menos de cien dolares en el bolsillo, el orgullo herido y el estomago rugiendo de hambre. Estaba agotada despues del largo viaje, asi que cogio una manta llena de polvo que habia en un armario y se acurruco en el sofa del diminuto salon. Imagino lo que diria la gente de Sound River en cuanto descubriesen que ella habia vuelto a ese pueblo que desprecio en el pasado, ese que no habia vuelto a pisar desde hacia casi ocho anos. Seguro que hablarian por lo bajo y se fijarian en su aspecto cansado, en las ojeras que surcaban sus ojos y en el brillo que habia desaparecido de su mirada azulada. Sollozo, cobijada bajo el calor de la manta, y deseo con todas sus fuerzas que Amber, Hollie y James ya no estuviesen alli, porque le resultaba insoportable la idea de cruzarse con ellos y ver el desprecio en sus ojos. Aquellas que habian sido sus mejores amigas, fieles y leales, y que ella habia dejado atras con tanta facilidad. Y el... James, el chico con el que todas deseaban salir, el chico que conseguia que todo el mundo se girase cuando caminaba por las calles del pueblo con su brillante sonrisa. El chico al que, al final, ella le habia roto el corazon largandose sin mirar atras. A la manana siguiente, Katie inspecciono la casa mas a fondo. Tal como habia previsto, necesitaba muchos arreglos antes de poder considerarse un hogar, pero era todo lo que tenia y, tras meses de dificultad, aquello parecia mejor que nada. Tenia dos habitaciones, un bano de espacio reducido y una cocina que se comunicaba con el salon a traves de una barra de madera. Era la herencia que su padre le habia dejado unos anos atras, cuando murio a causa de un ataque cardiaco, junto a un poco de dinero que Katie se fundio en poco tiempo. Ni siquiera habia acudido al funeral, aunque era cierto que jamas habia tenido una relacion estrecha con su padre, un hombre que se habia pasado la vida mas preocupado por comprar la siguiente botella de alcohol que por cuidar de su unica hija. De su madre, en cambio, apenas guardaba ningun recuerdo. Ella habia fallecido por culpa del cancer cuando Katie apenas tenia tres anos de edad. Asi que se habia criado con un hombre que vivia anclado en el pasado, echando de menos a la mujer que habia perdido y culpando a Katie por tener sus mismos ojos claros, su mismo cabello rubio y su mismo rostro de forma ovalada. Quiza por eso, por su desprecio constante, ella se habia cobijado en sus amigos, en los hermanos Faith, Amber y James, y en la adorable Hollie Stinger, una nina de redondas gafas y baja autoestima que siempre estaba dispuesta a tenderle un brazo a los demas, a pesar de todas las burlas que habia recibido de pequena. Amber y James eran hermanos mellizos y vivian en la propiedad contigua a la casa de Katie. De hecho, ahora, esa propiedad era de ellos, pues el padre de Katie se la habia vendido anos atras, antes de morir, quedandose tan solo con la casa de invitados para vivir, en el extremo de las inmensas hectareas del rancho de los Faith. Desde pequena, Amber y ella habian sido inseparables. Jugaban juntas todos los dias y no habia secretos entre ellas. Con el tiempo, James dejo de meterse con ambas y de intentar hacerlas enfadar rompiendoles sus juguetes y termino pasando a convertirse en ese chico de sonrisa ladeada que estaba dispuesto a protegerlas de todo y de todos. Y conforme los anos fueron quedando atras, el y Katie se enamoraron. Katie nunca supo cuando ocurrio, si fue algo que siempre habia sentido, aunque el sentimiento estuviese dormido en su interior o si paso de la noche a la manana, conforme James comenzo a despertar miradas de adoracion entre las demas chicas y ella notaba un nudo en el estomago cada vez que el les sonreia, pero, al final, no logro esconder lo evidente: que estaba enamorada de James Faith. Sacudio la cabeza cuando el recuerdo de aquellos anos pasados se apodero de sus pensamientos y emitio un suspiro cansado. Tras intentar maquillarse lo mejor posible para esconder la apatia que reflejaba su mirada, Katie se armo de valor, a sabiendas de que pronto los chismes sobre su regreso empezarian a correr por el pueblo, y decidio que habia llegado la hora de acercarse al centro para comprar algo de comida antes de decidir que era lo que iba a hacer, porque, ahora mismo, no tenia ningun plan, vivia sobre la marcha.

  • El caso Emily Dumont de Dylan Martins

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    La hija de una adinerada familia parisina ha desaparecido. El inspector Cloutier, nuevo en el departamento, sera el encargado de llevar el caso junto a la subinspectora Bellamy, una mujer que, ademas de convertirse en su companera, sera tambien quien le demuestre que el amor siempre nos da una segunda oportunidad.
    La desaparicion de la joven y todo lo que provocara se convertira en una obsesion para ambos, uniendolos mas alla de una amistad laboral por un fin comun: encontrar a Emily y descubrir toda la verdad.

  • La disciplina sin lagrimas de Daniel J. Siegel

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    Una guia imprescindible para orientar y alimentar el desarrollo mental de tu hijo.

  • El latido de la tierra de Luz Gabas

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    Vuelve Luz Gabas con su novela mas sentida.

  • Alto! ese novio es mio de Vanessa Lorrenz

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    ?Quien dice que el amor todo lo puede? Pues dejenme decirles algo, eso es una total y completa mentira, porque lo digo, !porque lo se!, en menos de lo que pensaba conoci el verdadero amor, ese que te lleva a las estrellas y te vuelve a bajar, ese amor del que hablan todas las canciones de amor. Ese en el que los poetas ponen sus bases para sus creaciones. Si alguien le hubiera dicho a Jeime que el amor la destruiria, se habria reido en la cara de esa persona. Ella vivio siempre rodeada de amor, sus padres eran un matrimonio estable al igual que sus abuelos y sus tios, todo era amor a su alrededor, por eso cuando termino sus estudios monto una pequena empresa de planner wedding o lo que es lo mismo una planificadora de bodas. Pero no crean que es sencillo, porque estar detras de la novia, las veinticuatro horas del dia, escogiendo vajilla, adornos, el vestido, es mas de lo que cualquiera podia aguantar. Por eso ahora estaba tratando de calmar los nervios de una novia histerica, sin que lo lograra. --Jeime dime que todo esta bien, llegaron mis tulipanes holandeses, dimelo, porque si no me muero. Ella suspiro cansada, esas nuevas ricas que creen que todo es muy importante, que si las flores, que la verdad es que ella las consiguio en nada de tiempo, pero bueno una planificadora de bodas, es la perfecta dama de honor detras de la dama de honor oficial, asi que le tocaba aguantar todos esos numeritos, mientras las verdaderas damas de honor se ligaban a los padrinos del novio. --Si Caroline llegaron todas las flores, la tarta es del disenador que querias, con el estrambotico sabor que elegiste, el servicio de catering es el que me pediste, todo esta tal como ordenaste--la tomo de los hombros para que enfocara su mirada en ella y dejara de morderse las unas--Es tu gran dia Caroline, disfruta del momento, tienes a un hombre grandioso que te esta esperando en el altar, asi que no lo hagas esperar. Esperaba que la sonrisa resplandeciente que tenia en el rostro calmara un poco los nervios de la novia, pero lamentablemente no fue asi, cuando ella vio que las lagrimas comenzaban a brillar en los ojos de Caroline, sintio que lo peor se avecinaba. -- ?Crees que estoy haciendo lo correcto? !He! Por dios esa mujer estaba loca, tenia un hombre guapo que la estaba esperando en el altar, para unir su vida en sagrado matrimonio, y ella solo se preguntaba si estaria haciendo lo correcto, pero en que mundo vivia esa mujer. --Claro que estas haciendo lo correcto, Caroline es con lo que siempre has sonado, tu gran dia, el hombre que siempre sonaste esta ahi afuera esperando por ti. --Pero estoy confundida, no estoy segura de amarlo, ?Como sabes cuando de verdad amas a una persona? !No puede ser! !O dios mio! Esto era lo peor que le puede pasar a una planificadora de bodas, que la novia quisiera salir corriendo en el ultimo momento. --Caroline, eso es algo que solo tu sabes, tu corazon lo sabe, amar a un apersona es encontrar la mitad que te falta en la presencia de la persona amada, es saber que recorrerias el mundo entero con tal de estar a su lado, sabras que estas con la persona correcta el dia que sientas que tu hogar no es otro mas que entre sus brazos. La novia comenzo a estallar en llanto y ella no pudo hacer nada, estaba a punto de pegarle una bofetada para que reaccionara, cuando la puerta de la pequena habitacion destinada para la novia se abrio sobresaltandolas. --Caroline no cometas esa locura, por favor te lo suplico. Un hombre de unos treinta y cinco anos, vestido con un traje de firma que en ese momento estaba desabotonado, llevaba la corbata floja, su cabello negro revuelto como si se hubiera pasado las manos varias veces desesperadamente. Ahora extendia una mano en direccion de la novia que estaba palida como una vela observando al hombre. --Jack ?Que estas haciendo aqui? Bien ahora Jeime sabia que se llamaba Jack, el intruso que queria impedir la boda, !la boda! Por dios ahora le tocaba a ella impedir que la novia se fugara. -- ?Como me preguntas eso? ?Crees que voy a dejar que te cases con ese estupido? --Sabias lo que habia Jack jamas te engane, no entiendo a que viene todo esto. --Solo respondeme una sola cosa, y dependiendo de tu respuesta me ire y no volveras a verme nunca en tu vida. --No lo hagas mas dificil, Jack por favor, no hagas que este momento sea aun mas horrible--dijo Caroline llorando a lagrima viva, Jeime puedo ver que se amaban con locura y no sabia la causa de porque no estaban juntos. -- ?Crees que vas a tener lo que tienes conmigo a su lado? Vio como Caroline le dio la espalda al pobre hombre que parecia desesperado, !Es que era estupida!, no se habia dado cuenta de que las lagrimas se le saltaron cuando vio como Jack daba la media vuelta con los hombros caidos, derrotado estaba a punto de salir por la puerta cuando ella sintio que tenia que hacer algo para impedir que eso terminara asi. --Caroline, eres estupida, vas a dejar ir al hombre que amas. Ambas miraron a la puerta cuando se escucho un sonoro portazo. --Se ha ido-- Caroline se tumbo de rodillas llorando desconsolada, la levanto de los hombros de mala manera, como vio que no reaccionaba le dio una bofetada, esperando que eso la sacara de su estado de nerviosismo. --Estupida ve detras de el, antes de que sea demasiado tarde, es que no lo amas, que esperas para ser feliz. --La boda--dijo aun llorando --Deja de pensar en eso, yo me ocupo del asunto, ahora ve por el. Cuando vio como la mujer salia corriendo, recogiendo entre sus manos la cola de su vestido, suspiro de alivio ahora quedaba lo mas dificil, como decirle a los invitados y principalmente al novio, que la boda se cancelaba.

  • La vida de Dani de Christian Martins

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    La vida de Dani es perfecta.
    Se va a casar con Guillermo (alto, guapo, rico) y esta organizando la boda de sus suenos. Todo va sobre ruedas hasta que. Hasta que Alvaro, un amor de su juventud, reaparece en su vida.
    Una noche loca en una piscina marcara un antes y un despues.
    ?Sera capaz de ocultarle a su futuro esposo una infidelidad?
    Y si Alvaro no significa nada para ella. ?Por que diablos tiene tanta ansiedad? ?Por que no consigue sacarlo de sus pensamientos?

  • Los complicados amores de las hermanas Valverde, Maria Paulina Camejo de Maria Paulina Camejo

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  • Verano y amor de William Trevor

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    Uno de los mejores narradores irlandeses vivos, a menudo comparado nada menos que con su ilustre compatriota James Joyce. Siete anos despues de publicar La historia de Lucy Gault --editada tambien en Salamandra--, esta ultima obra de Trevor, ambientada en una pequena poblacion de Irlanda durante un verano de finales de los anos cincuenta, ha sido recibida por la critica anglosajona con elogios tan entusiastas como <> y <>. El destino parece haber dictado que Ellie y Dillahan se hayan convertido en marido y mujer. Criada en un orfanato, la joven Ellie es enviada a servir a la granja de Dillahan, donde se encuentra a un hombre que arrastra el sufrimiento de haber perdido a su esposa y a su hijo recien nacido en un extrano accidente. No obstante, ya sea fruto del azar o la necesidad, la vida de la pareja transcurre ordenada y tranquila hasta que, un dia de verano, la aparicion de Florian, un veinteanero melancolico que esta ultimando la venta de la casa de sus padres, despierta las emociones dormidas de Ellie. La pasion, repentina e irrefrenable, empuja a la joven Ellie hacia una turbadora relacion con Florian, que afectara incluso a algunos habitantes del pueblo hasta desembocar en un desenlace sorprendente. La prosa sobria y luminosa de Trevor retrata con precision fotografica los detalles mas reveladores de la vida cotidiana de unos personajes indefectiblemente ligados al entorno y al momento historico que les ha tocado vivir, creando una historia de amor acorde con los mas altos canones de excelencia literaria y estetica. Titulo Original: Love and summer Traductor: Malet Perdigo, Victoria (c)2009, Trevor, William (c)2011, Salamandra Coleccion: Narrativa ISBN: 9788498383805 Generado con: QualityEbook v0.63 WILLIAM TREVOR Verano y amor Traduccion del ingles de Victoria Malet 1 Una tarde de junio de mediados del siglo pasado, la senora Eileen Connulty atraveso la localidad de Rathmoye; partio de la pension Numero 4, en la plaza, hacia Magennis Street, continuo por Hurley Lane, recorrio Irish Street y cruzo Cloughjordan Road en direccion a la iglesia del Santisimo Redentor. Alli pasaria la noche. La vida que acababa de llegar a su fin habia estado marcada por sus buenas obras y firmes propositos, asi como por cierta severidad en los asuntos domesticos y familiares. Las expectativas de satisfaccion personal, que antano la habian influido a la hora de contraer matrimonio y dar a luz a dos hijos, se habian frustrado hacia tiempo: su marido y su hija la habian decepcionado. A medida que la muerte se acercaba, habia temido verse obligada a reunirse con su esposo y rezado para que no ocurriera. Se alegraba de separarse de su hija; habia llorado amargamente por dejar atras a su hijo, que entonces contaba cincuenta anos y habia sido su preferido desde el primer instante en que lo habia tenido en brazos. Las persianas de las casas, echadas mientras pasaba el feretro, se alzaron en cuanto lo hubo hecho. Las tiendas que habian cerrado reabrieron sus puertas. Los hombres que se habian descubierto la cabeza se calaron la gorra o el sombrero, y a los ninos que habian interrumpido sus juegos en Hurley Lane se les permitio reanudarlos. Los empleados de la funeraria bajaron los peldanos de la iglesia. Un obispo oficiaria la misa al dia siguiente; hasta el ultimisimo momento, la senora Connulty tendria lo que le correspondia. Por entonces, la gente decia que la familia con la que la senora Connulty habia emparentado al casarse era duena de la mitad de Rathmoye; una impresion causada por los locales que poseian en Magennis Street, el almacen de carbon en Saint Matthew Street y el Numero 4, la casa de huespedes de la plaza que los Connulty habian abierto en 1903. Durante las decadas transcurridas desde entonces habian adquirido otras propiedades en la localidad; restauradas en su mayor parte, les proporcionaban unas rentas modestas, pero que, sumadas, constituian una cantidad considerable. Aun asi, no dejaba de ser una exageracion afirmar que los Connulty eran propietarios de media ciudad. Rathmoye, apinada y sin nada especial, habia surgido en una hondonada, nadie sabia ni se preguntaba por que. Los granjeros llevaban alli el ganado el primer lunes de cada mes, y pedian un prestamo en uno de los dos bancos locales. Iban al dentista que tenia la consulta en la plaza para que les extrajera una muela, de vez en cuando pedian consejo a un abogado, revisaban la maquinaria agricola en Des Devlin, en Nenagh Road, trataban con Heffernan el vendedor de semillas, y bebian en alguno de los diversos pubs de la localidad. Sus esposas hacian la compra en los grandes almacenes Cash and Carry o, cuando no habia que economizar, en McGovern's; adquirian los zapatos en Tyler, y la ropa, la tela para cortinas y el hule en la merceria Corbally. Anos atras habia trabajo en la fabrica textil y, antes de que llegara la Shannon Scheme, tambien en la planta electrica; ahora generaban empleo la fabrica de productos lacteos y la de leche condensada, las constructoras, las tiendas y los pubs, y la planta embotelladora de agua. En la plaza se hallaba el juzgado, y en un extremo de Mill Street, una estacion de tren abandonada. Habia dos iglesias y un convento, un colegio de Hermanos Cristianos y una escuela tecnica. El proyecto de construccion de una piscina estaba listo, pero se posponia por falta de fondos. Segun sus habitantes, en Rathmoye nunca ocurria nada, pero la mayoria de ellos seguia viviendo alli. Los jovenes se marchaban: a Dublin, Cork o Limerick, o a Inglaterra, a veces a Estados Unidos. Muchos volvian. Eso de que nunca ocurria nada tambien era una exageracion. El funeral se celebro la manana del dia siguiente, y al finalizar, los asistentes se congregaron a las puertas del cementerio, comentando que la senora Connulty siempre seria recordada en la ciudad y sus alrededores. Las mujeres con las que habia trabajado codo con codo en la iglesia del Santisimo Redentor afirmaron que la finada habia sido un ejemplo para todas. Recordaron que no se le caian los anillos ante ninguna tarea, por humilde que fuera; que no se quejaba por pasarse horas abrillantando objetos de laton o rascando la cera derretida de los candelabros. Durante sesenta anos, no habia habido un solo dia en que a las flores del altar les faltara agua fresca, o que no se repusiera el misal de los bancos cuando era menester. Hacia pequenos arreglos a las sotanas, las sobrepellices y las vestiduras sacerdotales, y consideraba un deber sagrado fregar las baldosas del coro y el presbiterio. Mientras compartian sus recuerdos, desgranando elogios sobre la vida que acababa de llegar a su fin, un joven con traje de tweed claro, que llamaba un poco la atencion en la calida manana, fotografiaba a hurtadillas la escena. Un rato antes, habia recorrido en bicicleta los doce kilometros desde el lugar donde vivia, hasta que el paso del funeral lo habia obligado a detenerse. Tenia intencion de fotografiar el cine incendiado, del que habia oido hablar en una pequena localidad parecida a Rathmoye, donde no hacia mucho habia tomado unas instantaneas de una hilera de casas adosadas que un corrimiento de tierras habia arrancado de sus cimientos.

  • La epopeya de una derrota de Luis Gonzalo Diez

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    Este ensayo sobre los Episodios nacionales de Galdos no es un estudio literario, ni historico. Su objetivo, al margen de convenciones academicas, consiste en abordar esa obra como un laboratorio donde Galdos puso a prueba su pensamiento respecto de un asunto que le obsesionaba: la politica convertida en enfermedad, en el padecimiento de una sociedad y unos hombres que han sido seducidos por un demonio contemporaneo y terrible.

  • El misterio de la rosa de Claudia Cardozo

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    Una rosa recuerda en su forma a una espiral; una que se cierra sobre si misma. Una rosa es, entonces, siempre, un misterio que se devela, que se abre, petalo a petalo, si se la sabe rozar con habilidad. Mary Browning es esa rosa y ese misterio, incluso para quienes mas la conocen.

  • El destino de una bruja de Antonia J. Corrales

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    El destino de una bruja, tercera parte de la trilogia Historia de una bruja contemporanea.

  • Amarte de Olivia Saint

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  • Quedate solo esta noche de Norah Carter

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    Desperte temprano. Aun tenia un poco de resaca de la noche anterior. Habia cenado con mi amiga Marta en un restaurante italiano y el lambrusco estaba haciendo estragos, pero tenia que sacar fuerzas y salir pitando para el aeropuerto. --Ten cuidado, hija, me da miedo que viajes sola. --Mama, ni que fuera la primera vez... --Bueno, pero recuerda tener precaucion con todo, ya sabes que hay mucho loco suelto y no quiero por nada del mundo que te pase nada. --Lo mismo vuelvo con novio --bromee. --No me importaria, solo espero que tengas buen ojo. --Tranquila, prometo tenerlo. Dos escarmientos han sido suficientes. Dicen que a la tercera va la vencida --le solte mientras besaba su mejilla y me iba con mi pequeno equipaje hacia la puerta. --Llama en cuanto llegues. --Claro, no te preocupes. El avion despegaba. Estaba feliz. El dia anterior habia cumplido treinta y dos anos, y tenia una vida con un futuro bastante prometedor. Hacia dos meses que me ascendieron a directora de marketing de la empresa en la que trabajaba, "Medison". Llevaba alli ocho anos. Ese fin de semana era el evento anual de la empresa. Esta vez seria en Bruselas, asi que ahi estaba en el primer vuelo que salia hacia ese pais. Iba sola, pues la noche anterior se fueron los jefes de departamentos, pero yo, como era mi cumpleanos, preferi salir mas tarde. De todas formas, hasta el dia siguiente no se celebraria la reunion. Tres dias eran los que iba a pasar alli, tres dias completos. Era viernes, pero aterrizaria en la capital a las diez de la manana. La vuelta la tenia para el lunes a primera hora. Me encantaba conocer lugares y en Belgica nunca habia estado, asi que esta era mi oportunidad de hacer un poco de turismo. Un taxi me llevo hasta el hotel, en pleno centro de la ciudad. Me registre y sali a la calle a hacer un poco de turismo. No me habia preparado nada. Cuando viajaba, me gustaba estudiar la ciudad antes de ir, pero en este caso, un dia por otro, y nunca lo hice, asi que cogi hacia la derecha y decidi perderme, descubrir por instinto todo. Estaba feliz, me sentia bien conmigo misma. Por esa razon, me deje llevar y comence a caminar. Enseguida me di cuenta de que estaba en un sitio importante, La Grand Place, una belleza ante mis ojos. Solo el hecho de leer el nombre imponia. Me puse en el centro. Queria observar todo. Sabia que en cada edificio espectacular habia una historia detras, asi que puse el nombre de la plaza en Google y descubri que estaba el ayuntamiento, la casa del Rey, panaderias, sastrerias, cervecerias, pastelerias, todo estaba ante mis ojos. Despues de unos minutos observando, me compre un gofre con un delicioso chocolate y me sente a observar, solo eso, aquello era magia, un escenario imprescindible para deleitarse un rato. --No puedo, carino, te he dicho que no --escuche a un chico hablar por telefono. Por su acento juraria que era de Galicia. Me hizo gracia, se sento en la mesa de al lado-- No me puedes liar estos petates cada vez que salgo de viaje, asi no se puede vivir --dijo en voz baja pero muy enfadado. Yo hacia que miraba a la plaza embelesada por el atractivo que ofrecia, pero me hacia mucha gracia escuchar a ese chico discutir con la novia o mujer que le estaba liando la de Dios. --Estas quedandote loca, no es normal las cosas que me estas diciendo, esto es trabajo, ese que mantiene nuestro hogar, vives enferma de celos, esto no es vida, Natalia --recriminaba cada vez mas acelerado--. Mira, ya me has terminado de enfadar, no te voy a coger el telefono hasta el lunes, es imposible hablar contigo, cada vez que viajo, un numerito... !Ya esta bien! --colgo el telefono. Lo mire y vi que estaba tan enfadado que lo tiro sobre la mesa y el movil salio lanzado para el suelo. El telefono se habia roto en mil pedazos. No sabia si cogerlo y darselo, si echarme a reir, calmarlo o quedarme quietecita, que seria lo mejor... No, yo no me podia quedar quietecita, el si, ni se inmuto en mirar el movil. Estaba muy enfadado. Me levante y fui a cogerlo, pero antes de agacharme, lo mire. --Perdone, se le ha caido el movil --dije aguantando la risa mientras me agachaba para recogerlo. Podia ver que se estaba levantando apresuradamente. Aquella escena me habia parecido como recien sacada de una comedia americana, de esas que solemos ver a mediodia o por las noches, cuando estamos aburridos y nos apetece reir un poco. --No te preocupes. Ya lo recojo yo --decia mientras se agachaba y se quedaba en cuclillas, como yo. --No pasa nada --iba recogiendo y entregandole a el los pedazos. Estaba aguantando la risa cada vez mas. Parecia que me estaba haciendo efecto el lambrusco de la noche anterior. --?Eres espanola tambien, verdad? Me llamo Rodrigo --se acerco a darme dos besos. --Yo me llamo Hanna --dije reventando a reir. --?Y esa risa? --pregunto sonriendo. --Perdona, es que vi como lanzabas el movil... --dije a trancas y barrancas, llorando de la risa. --?Te sientas? --senalo a la silla de su mesa, sorprendido gratamente por lo que yo le habia revelado. --Vale --cogi las cosas de mi mesa y me fui para la suya. --?Has venido de viaje sola? --pregunto intrigado. --Si, aunque estas calles deben estar inundadas por companeros mios. He venido a un evento de mi empresa, se celebra manana. --?No seras empleada de Medison, verdad? --!Si! ?Tu tambien? --Si, soy de las oficinas centrales de Vigo. !Que coincidencia! --No, no lo es, solo a un espanol se le ocurriria estampar un movil por una discusion con su pareja --solte riendo aun mas. --!Mi madre! Te has enterado de todo --dijo poniendo sus manos sobre la cara. --No, tranquilo, a ella no la escuchaba --sonrei de forma malefica. --Mejor... --volvio a ponerse las manos en la cara. --No te preocupes. Las mujeres sacamos de quicio, lo llevamos en las venas por naturaleza -- intente suavizar el tema. --Pues esta lo debe llevar en el cuerpo entero. Que de numeritos cada vez que salgo de viaje. Me ha montado un pollo en un momento... impresionante. Esta se cree que soy Richard Gere o algo por el estilo, no la entiendo. Hombre, Richard Gere no, pero vamos, que bueno y guapo era bastante, de esos que a muchas no les importaria tener un rato en su vida. Ese pelo castano, un poco largo, engominado hacia atras, esos ojos color miel, esa mandibula tan acentuada, ese cuerpo tan definido, con ese polito blanco que le hacia unos brazos impresionantes, esos vaqueros ajustados.... Ni que fuera Richard Gere decia... aguante para no reir solo de pensarlo. --No te preocupes, se le pasara. --Mas le vale, porque llamar ya no puede --miro hacia el movil que estaba en la mesa roto en mil pedazos, los dos nos reimos. --No se yo si eso la enfadara mas --encogi los hombros. --Paso, para tres dias que voy a estar aqui, no voy a estar amargado. Total, ella, hasta que no llegue, no se va a quedar tranquila --puso ojos en blanco. --Algunas mujeres no tenemos solucion --dije de sopeton. Nos miramos con complicidad y, en el brillo de sus ojos, pude leer que yo le habia caido en gracia. Permanecimos callados durante un instante, un instante que para mi fue magico y creo que, para el, tambien. Pero la magia tambien tiene fecha de caducidad, como los yogures. Ya sabreis por que dentro de nada. Cuando viajas a otro pais, tienes la sensacion de que estas en otro mundo, en otra realidad y que tienes libertad para hacer muchas cosas que, en tu entorno, eres incapaz de hacer. Creo que a nosotros nos estaba pasando algo parecido. El hecho de que el hubiera roto el movil en mil pedazos me decia que las cosas con aquella joven no iban tan bien. Los celos son de las peores emociones que puede experimentar una pareja. Y, como el habia dicho, su chica estaba siendo presa de ellos. La verdad es que cada vez que lo miraba me recordaba mas a Richard Gere. Pero solo era una fantasia de las que se producian en mi cabeza constantemente. Lo estaba pasando genial con aquel chico. De repente, me di cuenta de que se estaba poniendo cada vez mas nervioso. Note que estaba completamente morado. Se habia atragantado con uno de los aperitivos que nos habian servido junto a la cerveza. Ya no podia ni hablar. Yo me asuste tanto que me levante para intentar ayudarlo. Rodrigo se atragantaba y no habia forma de que pudiera respirar.

  • Te elegi eternamente (Por amor 10) de Maria Beatobe

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    A Naira y Gael se les ha complicado el fin de semana, debido a la inesperada noticia que reciben a su vuelta. Y es que, para Naira, las cosas perfectas siempre acababan estropeandose por algun motivo.

  • Exigencias de pasion de Andrea Laurence

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    Siempre hay margen de negociacion

  • LA ELEGIDA. EL NUEVO MUNDO de Eva Olarra Diez

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    Cuando en la tierra ya nada es lo que era y todo lo que conocimos ya no existe, se establece un nuevo orden con nuevas criaturas que hacen que la supervivencia sea un milagro. En la actualidad esta poblada por brujos, guerreros oscuros y otras criaturas sin alma.
    En todo este caos Veronica, la elegida y Jayden, un guerrero oscuro tendran que descubrir la verdad y enfrentarse a su propio destino.

  • Hijos de la sombra de Graciela Ramos

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    Era una pequena comunidad olvidada por las lineas cartograficas. No quedaba de paso para ningun lugar. Cada vez tenia menos habitantes. Los jovenes huian, los viejos morian. La vida de todos circulaba por las calles empolvadas alrededor de la unica plaza coronada por la comuna, la comisaria, la iglesia, la escuela primaria y el club social. Los grifos incrustados en lapidas eran los proveedores de agua potable. Rosalinda Espinosa era la curandera para todos los males. Era curioso ver como las personas salian del unico dispensario y caminaban hasta la casa de Rosalinda. Lo que les decia el doctor tenia que estar avalado por ella. El club social, un respiro para las almas cansadas. Y la iglesia, con todos sus dones, era la que gobernaba en el pueblo. "?Por que habre nacido aca? ?Tendre el valor para irme algun dia de este pueblo?", rezaba Agustin. 2 Los huevos, amontonados en la canasta de mimbre, marrones, gordos, fanfarrones, esperaban. Agustin, apurado, los vio, se detuvo y les clavo la mirada. Su pecho comenzo a palpitar y su respiracion a acelerarse. Comenzo a largar aire por la nariz como un bufalo. Estaba enojado. Tenia ganas de correr al gallinero, apresar una por una las ponedoras y acogotarlas. Y ahora, con la llegada de Eusebio, el gallo nuevo, estaban como locas. No paraban de poner y poner huevos. "Espero que esta vez no me toque a mi. Por favor. Ella no entiende que me averguenza salir con esa canasta por el pueblo. Me la paso esquivando a los conocidos y escondiendome de las chicas. ?Tanto le cuesta entender que un chico no puede andar vendiendo huevos? Esas son cosas de viejas, o bien, de mujeres", pensaba Agustin, cruzando los dedos. Tratando de escabullirse antes de que lo vieran. --Hoy va la Rosana a vender los huevos --dijo Erna, su madre, como si hubiera escuchado su pensamiento--, y uste vaya a arreglar el alambrado del gallinero antes de irse a la escuela. !Dios bendiga mis gallinas! Esos zorros me los manda el mismisimo diablo. A la Pepa le mataron el Quique. No se puede reponer la pobre. Un pavo como ese… El pavito lo esta criando en la cocina. Es hijo del Quique. Erna era el motor de la familia, a su manera, porque todo lo sometia a la voluntad de Dios. Luis, su padre, trabajaba en el aserradero de los Salvatierra, como casi la mitad del pueblo. Y Rosana, su hermanita, se pasaba la mayor parte del tiempo haciendo munecas de trapo con los retazos de tela que quedaban en el costurero de su madre. Luego, a escondidas, las vendia en la feria que eventualmente se hacia en la escuela. Con ese dinero Agustin le traia del pueblo vecino, Las Chunas, pinturas de labios, de unas, revistas. Las tenia escondidas en una caja con candado debajo de la cama. Era su tesoro. --Pobre dona Pepa. Si, lo queria al pavo. Voy a arreglar el gallinero -- contesto Agustin y salio rapido. A ver si todavia se arrepentia y le enchufaba la canasta. Era extrano ver como funcionaban las cosas en su familia, su padre era el hombre de la casa, pero todo se hacia como lo mandaba su madre. Rosana se acomodo el sombrero de tela gastado, tomo la canasta con los huevos y camino hacia la calle. A ella no le importaba, pero, claro, no era tan eficiente como Agustin, recorria la mitad de las calles y nunca se acordaba de cobrar las deudas de la semana anterior. --!Pase a cobrarle a dona Pepa, que se viene haciendo la sota y me debe dos docenas ya! --grito Erna desde la cocina. Y asi las cosas se acomodaron para Agustin. Silbando y con las herramientas de la precaria cajita de madera de su padre, fue a visitar la casa de las gallinas. "Cuando me vaya de este pueblo, voy a ser medico", rumio. 3 Acariciaba sus crines, revisaba sus patas, la llamo Lola. La yegua no era suya, era de Cosme, un vecino. Se la prestaba los dias habiles para que pudieran ir a la escuela en Las Chunas. A cambio, lo ayudaban a mantener su huerta, que ocupaba el potrero donde antes, cuando era joven, tenia caballos. Rastrillar, limpiar, poner las semillas. El ano pasado habian cosechado mas de cien zapallos y doscientas zanahorias. Las habia contado, si, no podia controlar esa mania de contar las cosas. No lo hacia feliz, lo cansaba, pero hasta que no llegaba al ultimo numero no podia parar. Erna sacudia la cabeza y observaba desde la ventana de la cocina. --!Cuantas veces le tengo que decir que primero ensilla el sulky, luego se pone el guardapolvo! --grito. --!No voy en sulky! --contesto y ajusto las correas de cinchar. Hacia calor y no tenia ganas de ir a la escuela. Pero sabia que, si queria una oportunidad para progresar en la vida, debia estudiar. Eran muy pocas las familias que podian enviar a sus hijos pupilos a diferentes ciudades para cursar el secundario. --!Mejor que vaya solo, esos dos burros no son buena compania para uste! -- contesto Erna y siguio con sus cosas. Se referia a sus amigos. Marcos habia repetido tres veces primer ano. Y Diego, dos. Salio como un rayo montado sobre Lola mientras conjugaba los verbos. Tenia leccion. Le faltaba poco para terminar el secundario. No le costaba tanto estudiar, pero no le gustaba ir solo a la escuela, era como ir desnudo. Sentia que todo el mundo lo escrutaba, el extrano, el raro… Cuando estaban los tres juntos, era diferente. Enfrentaban con heroismo las miradas inquisidoras

  • Punto y seguido, Meme Martin de Meme Martin

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    Punto y seguido, narra la historia de la vivaz y dicharachera Gigi Greene, una ayudante de redaccion (o simple correctora, como ella prefiere decir) de la OMG Magazine con muchas aspiraciones y pocos pelos en la lengua. Gigi, aceptara asistir a una peculiar cita a ciegas organizada por sus amigas, que hara que su vida se vuelva mas caotica aun si cabe que de costumbre. ?Quieres reirte y hasta incluso enamorarte? !Deja que Gigi te cuente su historia!

  • Liam (Detras de la musica 2) de Yunnuen Gonzalez

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    No es facil ser fan de The Radicals y seguidora de The Border.
    No es facil ser la mejor amiga de Cassie Berryman y ser invisible para el resto del mundo.
    Nadie sabe que Sophie McNamara existe, ni siquiera el guitarrista de The Border, de quien ha estado enamorada por cinco anos.

  • Zonas de guerra de Roland Spranger

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    Profundamente traumatizado por su experiencia en la guerra de Afganistan como soldado de elite, Daniel Schramm regresa a su tierra, en donde vive completamente desorientado. Su matrimonio ha naufragado y su esposa Melanie se ha ido a vivir con su nueva pareja. La vida de Daniel ha tocado fondo. En su entorno comienzan a suceder crimenes terribles y Daniel se convierte en sospechoso para la policia, pero el comienza a investigar por su cuenta para intentar descubrir quien se encuentra detras de los asesinatos. Se pregunta si no sera el el asesino, si una parte de su doble personalidad esquizofrenica ha comenzado a matar en serie y la otra no es capaz de recordar tales actos.

  • Calor extremo (Serie Castle 7) de Richard Castle

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  • Gold and Diamonds 4 de Eli Jane Foster

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    La vida de Sara da un vuelco cuando conoce al atractivo doctor Calvin Mayors. Trabajar con el como su enfermera es una dulce tortura. Deseaba estar a su lado mas que nada, pero Calvin tiene unos gustos algo especiales y lo demostraba en los descansos que se tomaba en pleno horario laboral con mujeres que consentian todos sus caprichos. Los celos estan a punto de volverla loca. ?Podria ella llegar a atraerle? Y lo mas importante, ?podria llegar a enamorarle?

  • Independizate de Papa Estado de Carlos Galan Rubio

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    Eres consciente de que invertir para tu futuro es importante y cada vez tienes mas dudas acerca de la sostenibilidad del sistema de pensiones. Es posible que cuando llegue tu turno para cobrar la pension no quede ni un duro. Estas preocupado. Y con razon. Aun con todo, crees que todavia eres joven y ya habra tiempo de invertir.
    Quiza cuando te asciendan, o cuando recibas un dinero inesperado (herencia, premio etc), o cuando conozcas a un millonario que te revele el truco definitivo para ganar en bolsa. Estas esperando el momento perfecto.
    Aunque te decidieses a hacerlo hoy mismo, ?por donde empezar? Hay tantos bancos, tantos productos distintos, tantas teorias, tantos libros... que te sientes abrumado. ?A quien hacer caso?
    De alguna forma sabes que tienes que hacer algo pero despues de investigar superficialmente sobre el tema te sientes confundido y no haces nada. El TIEMPO pasa…

  • Por y para siempre (La Posada de Sunset Harbor 2) de Sophie Love

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    --Buenos dias. Emily se estiro y abrio los ojos. La imagen que le dio la bienvenida era la mas hermosa que hubiese podido imaginar: Daniel, rodeado por las limpias sabanas blancas y con el halo de la luz matutina besandole el cabello revuelto. Inspiro una bocanada de aire profunda y satisfecha, preguntandose como habia podido alinearse su vida de un modo tan perfecto. Parecia que el destino, tras tantos anos de dificultades, por fin habia decidido darle un respiro. --Buenos dias. --Le devolvio la sonrisa con un bostezo. Volvio a acurrucarse bajo las sabanas, sintiendose comoda, abrigada y mas relajada de lo que lo habia estado nunca. La calma silenciosa de las mananas en Sunset Harbor contrastaban drasticamente con el ajetreo de su antigua vida en Nueva York. Podria llegar a acostumbrarse a aquello: al sonido de las olas rompiendo a lo lejos, al olor del oceano, a tener a un hombre atractivo tumbado junto a ella en la cama. Se levanto y fue hacia las puertas cristaleras que daban al balcon, abriendolas para poder sentir la calidez del sol en la piel. El oceano destellaba en la distancia, y los rayos de luz iluminaron el dormitorio principal que tenia a la espalda. A su llegada, hacia seis meses, habia sido un desastre lleno de polvo, pero ahora era una ensenada de tranquilidad de paredes y sabanas blancas, alfombra suave, una preciosa cama con dosel y mesitas de noche antiguas cuidadosamente restauradas. En aquel momento, con el sol dandole en la cara, Emily sintio que por una vez todo era perfecto. --?Estas lista para tu gran dia? --dijo Daniel desde la cama. Emily fruncio el ceno, con la cabeza todavia demasiado embotada por el sueno como para comprenderle. --?Mi gran dia? Daniel sonrio con suficiencia. --Tu primer cliente, ?recuerdas? A los pensamientos de Emily le hicieron falta un segundo para caer en la cuenta, pero enseguida recordo que tenia a su primer cliente, el senor Kapowski, durmiendo en la habitacion al final del pasillo. La casa que se habia pasado seis meses restaurando habia pasado de ser un hogar a un negocio, y aquello significaba que tenia que preparar un desayuno. --?Que hora es? --pregunto. --Las ocho --contesto Daniel. Emily se quedo paralizada. --?Las ocho? --Si. --!No! !Me he quedado dormida! --exclamo, volviendo a entrar a la carrera al dormitorio desde el balcon. Cogio el reloj despertador y lo agito con furia--. !Se suponia que tenias que despertarme a las seis, maldito cacharro! Lo volvio a dejar con un golpe sobre la mesita de noche y despues se apresuro hacia la comoda en busca de algo de ropa, lanzando sueteres y pantalones por todas partes. Nada le parecia lo bastante profesional.; habia tirado a la oficina toda la ropa que habia tenido para la oficina de su antigua vida en Nueva York, y ahora todo lo que tenia era ropa practica. --Tranquila --rio Daniel entre dientes desde la cama--. No pasa nada. --?Como que no pasa nada? --gimoteo Emily, saltando a la pata coja mientras se ponia unos pantalones--. !El desayuno empezaba a las siete! --Y solo hacen falta cinco minutos para escalfar un huevo --anadio Daniel. Emily se quedo paralizada alli donde estaba, medio vestida y con cara de haber visto a un fantasma. --?Crees que querra huevos escalfados? !No tengo ni idea de como escalfar un huevo! En lugar de tranquilizarla, las palabras de Daniel solo sirvieron para hundirla todavia mas en el panico. Arranco un arrugado sueter liliaceo del cajon y se lo paso con la cabeza, consiguiendo que la electricidad estatica le encrespase el cabello al instante. --?Donde esta mi mascara de pestanas? --pregunto, corriendo de un lado al otro--. ?Y podrias dejar de reirte de mi? --anadio, dirigiendo una mirada enfurecida a Daniel--. Esto no es divertido. Tengo a un huesped. !A un huesped que paga! Y no tengo mas que zapatillas de deporte que ponerme. ?Por que tire todos los tacones? Las risitas ahogadas de Daniel se convirtieron en carcajadas. --No me rio de ti --consiguio decir--. Me rio porque soy feliz. Porque estar contigo me hace feliz. Emily hizo una pausa; aquellas palabras tocaron algo en lo profundo de su ser. Lo miro, alli tumbado de manera languida como si fuera un Dios en su cama. Daniel tenia una cara con la que no se podia estar enfadada mucho tiempo. Daniel aparto la vista. Aunque Emily ya estaba acostumbrada a que Daniel se encerrase en si mismo cuando demostraba demasiado lo que sentia, aquello seguia poniendola nerviosa. Los propios sentimientos de Emily eran tan evidentes que era como si fuera trasparente. No le cabia duda de que siempre llevaba el corazon en la mano. Pero a veces Daniel la hacia sentirse perdida. Con el nunca estaba segura, y aquello le recordaba de manera casi dolorosa a sus relaciones anteriores y a la falta de estabilidad que habia sentido en ellas, como si estuviese de pie en la cubierta de un barco que se balancease sobre el mar y nunca fuese a acostumbrarse al balanceo. No queria que aquella historia se repitiese con Daniel, queria que con el fuese distinto. Pero la experiencia le habia ensenado que en la vida es muy raro conseguir lo que se desea. Volvio a girarse hacia la comoda, ahora en silencio, y se puso unos pequenos pendientes de plata. --Tendra que servir --dijo, desviando la mirada del reflejo de Daniel en el espejo para mirarse a si misma, y su expresion paso de ser la de una chica llena de panico a la de una mujer de negocios decidida. Salio con paso firme del dormitorio y se lo encontro todo sumido en el silencio. El pasillo del segundo piso era ahora imponente, con unas preciosas lamparas de pared y una arana en el techo que atrapaba la luz del sol matutino y la reflejaba en todas partes. El suelo de madera se habia pulido hasta la perfeccion, anadiendo un toque rustico pero glamuroso. Emily miro hacia la puerta que habia al final de dicho pasillo, la puerta de la habitacion que previamente habia pertenecido a Charlotte y a ella. Restaurar aquella habitacion habia sido lo mas dificil de todo, puesto que para ella habia sido como borrar a su hermana. Pero todas las cosas de Charlotte estaban ordenadas con cuidado en un rincon especial del atico, y Serena, amiga de Emily y artista local, habia creado algunas obras de arte asombrosas con la ropa de su hermana. Aun asi, seguia sintiendo un cosquilleo en el estomago al saber que habia un desconocido durmiendo al otro lado de aquella puerta, un desconocido al que ahora tenia que servirle el desayuno. En sus fantasias de convertir la casa en un hostal nunca habia llegado a imaginar como seria realmente, que aspecto tendria ni como se sentiria al respecto. De repente le parecia que no estaba preparada en lo mas minimo, como si fuera una nina jugando a ser adulta. Recorrio el pasillo hacia las escaleras asegurandose de hacer el minimo ruido posible. La nueva alfombra color crema era esponjosa bajo sus pies, y no pudo evitar mirarla con adoracion. La transformacion de la casa habia sido una autentica maravilla que contemplar. Todavia quedaba trabajo por hacer: el tercer piso en concreto era un completo desastre, con habitaciones en las que todavia ni habia entrado, y aquello sin mencionar los demas edificios de la propiedad que contenian una piscina abandonada y todo un ejercito de cajas que organizar. Pero lo que habia conseguido hasta el momento con una pequena ayuda de la amable gente de Sunset Harbor todavia le sorprendia. La casa le parecia ahora una amiga, una que todavia tenia secretos que compartir. De hecho, habia una llave en concreto que estaba demostrando ser todo un misterio; no importaba lo que intentase Emily, no conseguia encontrar que era lo que abria. Lo habia comprobado todo, desde los cajones de los escritorios hasta las puertas de los armarios, pero todavia no lo habia encontrado. Bajo la larga escalera que ahora contaba con unas barandillas pulidas y relucientes, la esponjosa alfombra de aspecto resplandeciente y los afianzadores de cobre que destacaban los colores a la perfeccion. Pero mientras bajaba admirandolo todo, se percato de que habia una mancha en la alfombra: una huella de barro desdibujada. Era claramente la huella de la bota de un hombre. Se detuvo en el ultimo escalon. <>, penso. Pero entonces noto que la huella se alejaba de ella, dirigiendose hacia la puerta principal, lo que significaba que la persona habia bajado las escaleras. Y si Daniel seguia en la cama, entonces aquella huella solo podia pertenecer a su huesped, el senor Kapowski. Emily se apresuro hacia la puerta y la abrio a toda prisa. El senor Kapowski habia llegado con su coche el dia anterior por el camino de entrada recien pavimentado y habia aparcado justo alli. El coche ya no estaba. Emily no se lo podia creer. Se habia ido. CAPITULO DOS Llena de panico, volvio a entrar corriendo en la casa. --!Daniel! --grito desde el pie de las escaleras--. !El senor Kapowski se ha ido! !Se ha ido porque no me he levantado a tiempo de prepararle el desayuno! Daniel aparecio en lo alto de las escaleras cubierto unicamente con unos pantalones de pijama, dejando al descubierto los hombros anchos y el pecho musculoso. Su cabello estaba enmaranado, lo que le daba el aspecto de un estudiante que se hubiese levantado con prisas. --Seguramente tan solo haya ido a Joe's --repuso, bajando las escaleras hacia Emily al trote--. Mencionaste lo buenos que son sus gofres, ?recuerdas? --!Pero se supone que yo le tengo que preparar el desayuno! --exclamo Emily--. El hostal es un B&B, de bed and breakfast, alojamiento y desayuno, no un B de bed a secas! Daniel llego al pie de los escalones y la tomo entre sus brazos, abrazandola suavemente por la cintura. --Quizas no se haya dado cuenta de lo que significa la segunda B. Quizas creia que significaba <>. O banana --bromeo. Le dio un beso en el cuello, pero Emily lo aparto agitando la mano y se escabullo de su abrazo. --!Daniel, deja de hacer el tonto! --espeto--. Esto es serio. Es mi primer huesped y no me he despertado a tiempo de hacerle el desayuno. Daniel sacudio la cabeza y puso los ojos en blanco con afecto. --No es para tanto. Habra bajado a desayunar junto al oceano en lugar de eso. Esta de vacaciones, ?te acuerdas? --Pero desde mi porche se ve el oceano --tartamudeo Emily con una voz que empezaba a fallarle. Se dejo caer sentada en el ultimo escalon sintiendose pequena, como una nina que hubieran castigado a sentarse alli, y dejo caer la cabeza entre las manos--. Soy una anfitriona horrible. Daniel le froto los hombros. --Eso no es verdad. Simplemente todavia no le has cogido el ritmo. Todo es nuevo y extrano, pero lo estas haciendo bien. ?Vale? Dijo aquella ultima palabra con firmeza, casi con paternalismo, y Emily no pudo evitar sentirse reconfortada. Alzo la mirada hacia el. --?Quieres que te escalfe a ti un huevo al menos? --pregunto. --Eso seria un detalle --dijo Daniel con una sonrisa. Tomo el rostro de Emily entre las manos y le dio un beso en los labios. Fueron juntos a la cocina y el sonido de la puerta abriendose desperto a Mogsy y a su cachorro, Lluvia, de su duermevela en el lavadero que habia justo al otro lado de la puerta tipo granero. Emily sabia que mantener a los perros fuera de la cocina y de cualquier otra parte de la casa que necesitase para el negocio del hostal era un deber absoluto si no queria que le cerrasen el negocio al instante por higiene y salubridad, pero se sentia mal por confinar a los perros a un espacio tan pequeno de la casa. Se recordo a si misma que era una situacion temporal; ya habia conseguido que cuatro de los cinco cachorros de Mogsy fuesen adoptados por amigos del pueblo, pero Lluvia, el mas pequeno de la camada, era mas dificil de colocar, y nadie parecia ni remotamente interesado en aceptar a la madre. A fin de cuentas era, siendo amables, una perra callejera bastante fea. Tras llevar a los perros fuera y darles de comer, Emily volvio a la cocina. Mientras tanto Daniel habia logrado salir un momento al jardin para recoger los huevos que habian puesto aquella manana las gallinas Lola y Lolly, y habia preparado una jarra de cafe. Emily acepto una taza agradecida y aspiro el aroma antes de acercarse a los fogones Arga, otra de las reliquias de su padre que habia restaurado, y se puso a practicar el arte de escalfar huevos. De entre todas las habitaciones de la casa, la cocina era su preferida. Aquel pobre espacio habia sido victima del tiempo y el abandono a su llegada, y despues los habia asaltado una tormenta que habia provocado mas danos, y despues la tostadora se habia fundido y habia provocado un incendio. El dano por el humo habia sido mas destructor que el fuego en si: las llamas tan solo habian alcanzado un estante y consumido algunos libros de cocina, pero el humo habia conseguido filtrarse por todos los huecos y resquicios, dejando tras de si manchas negras y el olor de plastico quemado en todo lo que habia tocado. En tan solo seis meses, a aquella habitacion le habia pasado todo lo malo que podia pasarle. Pero tras algunas noches de trabajo duro, por fin habia sido restaurada por tercera vez y tenia un aspecto encantador con su frigorifico retro y su original palangana blanca victoriana Belfast, ademas de sus encimeras de marmol negro. --Resulta --dijo Emily, sirviendo su quinto intento de huevo escalfado en el plato de Daniel--, que no soy una cocinera tan mala despues de todo. --?Ves? --dijo Daniel, cortando la clara del huevo y dejando que la yema dorada cayese sobre la tostada--. Ya te lo habia dicho. Tienes que escucharme mas a menudo. Emily sonrio, disfrutando del humor amable de Daniel. Ben, su ex, nunca la habia hecho reir como lo hacia Daniel, y tampoco habia podido reconfortarla nunca en sus momentos de panico. Con Daniel era como si nada fuera nunca demasiado complicado para hacerle frente. No importaba si se trataba de una tormenta o un incendio, Daniel siempre le hacia sentir que todo iba bien, que podia arreglarse. Su estabilidad era uno de sus rasgos mas atractivos; podia calmarla y tranquilizarla del mismo modo en que la tranquilizaba el oceano. Pero aun asi Emily nunca estaba segura de que opinaba Daniel, de si sentia lo mismo que ella. Tenia la impresion de que su relacion era como la marea, y al igual que esta, no podian controlarla por mucho que lo intentasen.

  • La escuela catolica de Edoardo Albinati

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    ?QUE SIGNIFICA SER UN HOMBRE?

  • Origenes de Lewis Dartnell

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  • Terror de Ferdinand Von Schirach

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    Cada vez que se produce un atentado terrorista en un pais occidental, provocando un sentimiento general de panico y estupor en la sociedad, surge inevitablemente un dilema dificil de resolver: ?estamos dispuestos a sacrificar nuestra libertad individual en aras de la seguridad colectiva? ?Cual es el camino correcto para preservar la democracia?

  • Demasiados bombones para el embajador de Lara Smirnov

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  • Cuando deje de llover de Maria Solino Barcia

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    “Comenzo a llorar mordiendose el dorso de la mano intentando contener los hipidos que brotaban de su garganta.
    Recordaba a Lorenzo clavandole los dedos en la piel, besandola, mordiendola, arrasandola.
    Estuvo un buen rato bajo el agua, intentando borrar todo rastro de otro hombre en su cuerpo.”

  • Persigueme de Tessa Bailey

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    Bailey nos muestra una heroina apasionada e independiente que nos hara vibrar y emocionar a partes iguales. Una historia que nos sorprende por su dosis de humor y sus escenas ardientes. Emociones honestas y verdadera pasion.- Publishers Weekly. Roxy Cumberland se traslada a Nueva York con la intencion de lograr su sueno de ser actriz, pero nada es tan facil como parece Para colmo su cuenta bancaria disminuye dia a dia y ya no consigue ni llegar a fin de mes. Asi que ante su desesperacion por conseguir algo de dinero, decide apuntarse a un trabajo que consiste en cantar telegramas -la gente envia telegramas originales a alguien a modo de actuacion-. Su primer cliente es Louis McNally, un joven abogado al que su ligue de una noche le envia un telegrama cantado para reirse de su masculinidad. Por si el tema de la cancion no fuera suficientemente humillante, Roxy tiene que ir vestida de conejita, ?de verdad le esta pasando esto a ella? A pesar de una situacion tan comica, bromean y la tension sexual y la complicidad entre ellos es evidente Louis queda impresionado del audaz ingenio y la sensual voz de Roxy, y mas cuando ella toma la iniciativa para besarlo y dejarlo sin aliento. Desde ese momento, Louis estara perdido, y hara todo lo posible por saber mas de Roxy, simplemente la desea Pero Roxy es una mujer independiente, no esta dispuesta a tener una relacion con un hombre acostumbrado a conseguir todo lo que quiere ?Sera Roxy la excepcion? ?O podria ser Louis el hombre que necesita en su vida?

  • La final de nuestras vidas de Andres Burgo

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    La final de nuestras vidas es un libro a la altura de lo que hubo en juego entre los dos equipos mas grandes de la Argentina durante la edicion 2018 de la Copa Libertadores de America. Y su autor, un experto en escribir sobre encrucijadas deportivas que marcaron a fuego la historia del futbol argentino: ya lo habia hecho en Ser de River en las buenas y en las malas y en El partido, Argentina-Inglaterra 1986, dos de sus exitosos libros. Con talento, oficio y sentimiento, Andres Burgo le da forma en estas paginas a una historia inolvidable sobre los partidos que ya nadie nunca podra olvidar.

  • El Retrato ( El Don 1) de Patricia Villanueva Polo

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    Este libro de la saga es autoconclusivo.
    Sinopsis: Genevieve acaba de ser atacada en su propia casa. Por suerte un hombre interviene y logra librarla de su agresor, aunque ahora la policia es incapaz de encontrarlo, pues no ha dejado huellas ni rastro alguno de su presencia.
    Al volver del hospital el sonido de un viejo retrato cayendo al suelo la alerta, rebelando la presencia de su salvador. Un hombre cuyo rostro es sospechosamente familiar. Lleva anos fantaseando con el, pero no puede ser real, pues insiste en provenir del interior del retrato, haber nacido en el siglo XVII y ser presa de una maldicion que le obliga a cumplir con todos los deseos de su duena.
    ?Es un sueno o acaso una treta para sumergirla en sus oscuros juegos? ?Que hizo para estar maldito? La atraccion se vuelve cada vez mas poderosa y Gene no puede evitar desearle. Y, en el mundo de El Retrato, los deseos son un arma muy peligrosa.

  • La huida de Bella de Elsa Tablac

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    DUNCAN Estaba convencido de que ese no era su nombre real, pero yo ya no podria llamarla de otra forma. Bella. Observe como se deslizaba alrededor de la barra, sobre el escenario, vestida solo con un bikini minimo y brillante. Nuestras miradas se cruzaron y creo que en ese instante baje los ojos. Era complicado asimilar tanta belleza y ponerla en el contexto en el que me hallaba. El sitio no era otro que el club de striptease de Roscoe. Era la tercera vez en menos de diez dias que acudia alli para tomar una copa con mi socio y amigo Justin. Esa era la version que el tenia. Una excusa debil que dudaba que pudiese sostener durante mucho mas tiempo. En realidad solo queria volver una y otra vez para verla a ella. A Bella. Todas las noches que hiciesen falta. Pero ya habia decidido que la proxima vez acudiria solo. --No te creas que no me he dado cuenta, Dun --me dijo Justin. Empezaba a arrastrar un poco algunas silabas. Aquella noche conducia yo de regreso al motel donde nos alojabamos, y el ya iba por su tercera copa. Desvie la mirada. En ese momento el local de Roscoe estaba en uno de sus momentos algidos de la semana. Eran las doce de la noche del jueves y el bullicio era casi atronador. --?Que es lo que no se te ha escapado esta vez? --le pregunte. Justin senalo a la stripper con el dedo. A mi Bella. --He visto como la miras. --?Acaso hay alguien en este antro que no la este mirando? --No. No no no. Ya sabes a lo que me refiero. Jamas has querido acompanarme a un club de striptease, Duncan. Nunca te ha dado la gana. Y esta noche estamos aqui por tu propia iniciativa. Por tercera vez. ?Y piensas que voy a creerme que solo te apetecia tomar una copa? Si ni siquiera quieres beberte una cerveza. Sonrei. Era muy dificil enganar a aquel cabron. Demasiados anos juntos. --Eh, amigo. Que yo no te estoy juzgando --continuo--. Pero si te interesa esa chica deberias… no se, acercarte a ella. Intentar hablarle. No siempre va a estar subida ahi arriba. O al menos ponerle uno de estos entre ese par de tetas. Justin me extendio un billete de veinte dolares sobre la barra. La sola idea de plantarme delante de Bella y ofrecerle dinero a cambio de unos segundos de su atencion me resultaba casi ofensiva. Le devolvi el billete. --Nah. Veinte dolares no llega para pagar ni uno de sus pestaneos. Justin solto una carcajada. --?Una stripper, Duncan? ?Estas seguro? Podrias tener a la mujer que quisieras y te encaprichas de una de las chicas de Roscoe. Me encogi de hombros. Tampoco me apetecia seguir negando la evidencia. Mi socio saco la cartera del bolsillo. Una de las razones por las que estaba tan euforico ese dia era que habia ganado una mano importante de poker justo antes de nuestro viaje. --?Que haces? --le pregunte. --Tengo una idea mejor --dijo, sacando un fajo de billetes--. Un lap dance. Te vas con ella a uno de esos apartados. Y que te haga un striptease privado detras de la cortina. Y cuando termine le dices que te encantaria llevarla a cenar y al cine, y regalarle joyas. --Tu ves demasiadas peliculas --respondi, riendome--. Guarda eso, anda. Justin levanto el dedo para llamar la atencion de Mindy, la camarera. Una veterana del Roscoe que no habia dejado de mascar chicle desde que habiamos entrado y a la que ya nada podia sorprender. --Dime, guapo. --?Cuanto dirias que cuesta un show privado de aquella senorita? --le pregunto. Le propine una patada por debajo de la barra, pero no se dio por aludido. --?Quien? ?Bella? --Si, aquella. La rubia flexible con cara de buena chica. Mindy se rio abriendo mucho la boca y exhibiendo varias caries. --Sigue sonando, guapo. Bella no hace privados. No los necesita. Es la chica de Roscoe que mas dinero gana. La numero uno. Con diferencia. --Todos tenemos un precio --dijo Justin. Mindy se encogio de hombros. --Todos excepto Bella. Yo puedo hacerte ese show privado, si quieres --contesto la camarera. No habia podido evitar echar un goloso vistazo al fajo de billetes que Justin habia sacado de paseo por encima de la barra hacia unos segundos. Me acerque a su oido y le susurre que parase de una vez. A veces era un ordinario y un fanfarron. Justin disfrutaba dejandome en evidencia solo para satisfacer su morbo personal. Mientras el se ponia a charlar con Mindy, le di la espalda y la contemple de nuevo. La idea de que Bella supiese que se habia insertado a fuego en mi pensamiento me provocaba vertigo. Era ridiculo. No estabamos en el instituto. Soy un tipo con exito y tengo mi propio negocio. Y ella es una stripper. Como minimo. Quien sabe si va mas alla. La cancion que sonaba en ese instante era Poison, de Alice Cooper. Bella se contorsionaba alrededor de la barra como si esta fuese una extension de su cuerpo, una mas de sus perfectas extremidades. Cada uno de sus movimientos se amoldaba a la musica y a todas y cada una de mis expectativas. Observe el coro de babosos que tenia alrededor y que lanzaban billetes a sus pies. Ella les sonreia como si fuese de otro planeta. Era una autentica diosa y no podia dejar de pensar en ella desde hacia casi diez dias, los mas extranos de mi vida. Una stripper, Duncan Murphy. Nada menos. Diez dias tratando de asimilar la realidad. Que me habia colgado de una mujer que bailaba mientras se quitaba la ropa y de la que no sabia absolutamente nada. Ni siquiera su nombre real. Un nombre que ni ella misma me diria. Y sin embargo, tal vez yo no era muy diferente de los tipos que la jaleaban a sus pies. Simplemente la observaba desde la distancia, desde la seguridad de la barra del bar. No me atrevia a acercarme, y si Justin se enteraba de todo lo que pasaba por mi cabeza se reiria de mi hasta el dia del juicio final. Mi proceso mental durante aquellos dias habia sido…curioso. Al principio, negue la evidencia. Trate de olvidarla, aniquilar mi obsesion todo lo rapido posible. Llame a Julia, una antigua amiga con la que tenia citas esporadicas. Conduje hasta la ciudad; la invite a cenar y me sorprendi a mi mismo pensando en Bella mientras esperabamos el postre. Despues, la lleve a su casa y esa misma noche trate de buscar algo de informacion sobre ella en internet. Menudo idiota. Como si estas chicas dejasen algun tipo de rastro en la red. Bella era menuda, atletica y tenia una melena rubia y sedosa que le caia sobre los hombros. Los labios en forma de corazon, y las curvas mas mareantes que recuerdo. Me gustaba fijarme en su mirada, en ver hacia donde dirigia aquellos enormes ojos claros, y debo reconocer que me estremeci cada una de las ocasiones en las que crei que me estaba observando desde su pequeno escenario. Me gire y vi que Justin seguia con la distendida conversacion con Mindy. --Vuelvo enseguida --murmure, aunque mi amigo no me prestaba ninguna atencion. Me dirigi al bano del Roscoe y al salir me quede plantado en medio de la sala. Bella seguia moviendose por el escenario, y justo en aquel momento se desprendia de su sujetador. Inmediatamente cubria sus grandes pechos, rosados y perfectos, con su antebrazo. Era magnetica. No podia apartar la mirada de ella, a pesar de que habia otras chicas haciendo cosas muy parecidas en aquella sala. Me encamine hacia el borde de su escenario. En aquel momento no pensaba, solo respondia a mis impulsos. A pesar de la contundencia de sus curvas yo no podia apartar la mirada de sus ojos, convertidos en un ancla que ya nos habia unido.