• cuando yo me vaya - Emma H. Fer

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    Silvia y sus dos mejores amigas hacen un viaje solas en su dieciocho cumpleanos. Pero ella comete un gran error que le conduce a vivir una experiencia devastadora. No podia llegar a imaginar que los errores tarde o temprano se pagan.Jorge es un chico que tuvo que madurar antes de tiempo tras la muerte de su madre, jamas se habia enamorado hasta que la conocio a ella. No tiene una vida para nada facil pero esta dispuesto a complicarsela aun mas por la chica de su vida.Juntos descubriran que dentro de la oscuridad, se puede hallar la luz mas intensa.

  • CUANDO YO ME VAYA | EMMA H. FER | Casa del Libro

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  • CUANDO YO ME VAYA - EMMA H. FER - 9781796441222

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  • Cuando Yo Me Vaya de Emma H. Fer - eselibro.es

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  • Cuando me vaya Versión Kindle - Amazon.es

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  • Cuando Yo Me Vaya - - EMMA H. FER - Imosver

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  • Cuando yo me vaya - Comprar en Editorial Santa María

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    Cuando yo me vaya por Carlos A. Boaglio Cada mensaje desarrollado página por página con variadas ilustraciones. Un espacio para dedicárselo a alguien muy ...

  • Cuando yo me vaya - Emma H. Fer - Debeleer.com

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    PDF • Descargar Libros Gratis ... Cuando yo me vaya – Emma H. Fer ... Andaba como loca buscando la camiseta de lentejuelas que me había comprado un par de ...

  • La pagina numero treinta y tres de J.l. Dominguez

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    LA PAGINA NUMERO TREINTA Y TRES

  • La jefa (Los jefes 1) de Victoria Quinn

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    El hombre mas poderoso del mundo.

  • Ojos sabor a menta de Rocio Ramirez Castillo

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    “Me llamo Veronica pero todos me dicen Vera, para no confundirme con mi mama, que se llama igual que yo. Pero soy diferente a las demas. Cuando veo colores, siento sabores. Cuando escucho musica, veo colores. Tengo los sentidos intercambiados, o sinestesia. En la escuela me dicen “la rara” o “la come-colores”. No tengo amigos, pero si hay dos chicos en mi vida. Mario, el chico que me gusta, porque cuando toca su guitarra veo colores en su musica, y Raul, el chico que mas odio, es un arrogante, un presumido, pero… tambien me gusta, porque tiene ojos sabor a menta”.

  • El rey del hampa, Marcia Cotlan de Marcia Cotlan

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    Raven, a quienes todos conocen como el Cuervo, es el rey de los bajos fondos londinenses. Cuando un aristocrata llamado Robert Penrose adquiere con el una deuda de miles de libras, Raven decide asegurarse de que el noble va a pagarle con lo que gane apostando a los naipes. Pero considera que este se dara mas prisa en hacerlo si tiene algo verdaderamente valioso que perder, asi que decide secuestrar a su hermana y solo se la devolvera cuando la deuda quede saldada. Lo que no sabe Raven es que Rosalind Penrose es mucho mas que una aristocrata bonita: es una joven inteligente que con su inocencia conquistara el corazon del rey del hampa.

  • Oculto tras el cuadro de Conchi Aragon

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  • El blues de Beale Street de James Baldwin

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  • Marea toxica de Chen Qiufan

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    El nuevo talento de la ciencia ficcion llegado de China.

  • Ultima Navidad en Paris de Encarna Magin

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    Navidad… la epoca mas magica del ano donde todos los milagros son posibles.
    Paris… la ciudad del amor.
    ?Que puede fallar?

  • Contigo al fin del mundo de Kattie Black

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    Soy Olimpia. Mi prometido decidio hacerme el mejor regalo de mi vida en el dia de San Valentin: dejarme con un mensaje en el movil. Una cobardia, si, pero en ese momento no sabia la suerte que tenia. La curiosidad me llevo a un bar de carretera donde vivi una de mis mas secretas fantasias, pero ?sabeis que? Nada de aquello fue un sueno.

  • Te ofreci mi corazon de Sandra Gabriel

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    Las puertas del ascensor se abrieron brevemente y al momento se volvieron a cerrar. Rashid quedo impactado, estaba acostumbrado a ver mujeres hermosas, pero esta superaba todos sus suenos.

  • El gremio de los magos (Cronicas del Mago Negro 1) de Trudi Canavan

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    El primer volumen de <>, una deslumbrante trilogia de genero fantastico.

  • El demonio escondido de Jose Antonio Jimenez-barbero

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    El aparente suicidio de un adolescente problematico. Una presencia malvada, hambrienta, acechando entre los centenarios muros de un estricto colegio religioso. Una conspiracion de silencio. Y el miedo, siempre el miedo, que se palpa, que se huele.

  • Secretos a voces de Alice Munro

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    Un libro que reune ocho relatos de la Premio Nobel de Literatura 2013 Alice Munro.

  • Flores y mentiras de Monica Benitez

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    Camino hacia la comisaria con el corazon en un puno y los nervios a flor de piel. Es mi primer dia como policia, jamas pense que lo lograria, pero aqui estoy. No puedo decir que sea la primera de mi promocion ni la segunda, pero, aunque sea un poco tarde, a mis treinta y dos anos lo he logrado con mucho esfuerzo y pienso entregarme en cuerpo y alma. Cruzo la calle, el dia ha amanecido gris y las primeras gotas de una lluvia que amenaza con quedarse todo el dia empiezan a caer. Como siempre, no he cogido el paraguas. Llego al otro lado de la calle, cinco minutos mas y cruzare esa puerta que tanto tiempo llevo ansiando, y entonces lo veo, frente a mi, caminando a paso rapido unos metros por delante, vestido con un chandal tan gris como el dia y la capucha puesta. Nada anormal, un chico como cualquier otro, solo que este, da un fuerte tiron al bolso de una senora cuando pasa por su lado y se lo arranca del brazo. La senora cae al suelo de forma estrepitosa a la misma vez que el joven echa a correr. No dudo ni un instante, y como movida por un resorte salgo corriendo detras de el. Mientras intento que mis pulmones no estallen por el esfuerzo me pregunto que cojones estoy haciendo. Deberia haberme parado a socorrer a la senora y dejarme de gilipolleces de heroina, nadie me ha pedido nada, hasta dentro de quince minutos no estare oficialmente de servicio ni tendre que presentarme ante la que sera mi superior, la inspectora Blanco. No puedo haber tenido mas suerte, novata y me destinan directamente al grupo de homicidios, eso si, solo a ayudar a los inspectores en lo que me pidan. Sigo corriendo como no recuerdo haberlo hecho nunca, el chico es agil y rapido como una gacela. Sortea coches como si llevase haciendolo toda la vida mientras que yo ya he tropezado dos veces, he resbalado tres y me he rasgado la chaqueta en una esquina. --!Policia! !Parate, cabron! --grito mas por rabia que por la esperanza de que lo haga. Se que el chico no se detendra. Tuerce en una esquina, el es rapido, pero yo soy terca como una mula y a pesar de sentirme a punto de desfallecer, sigo corriendo con todas mis fuerzas. El muchacho mira hacia atras cada vez mas a menudo y vuelve a torcer por otra calle, de repente dejamos atras las avenidas mas transitadas para llegar a una calle de esas llenas de chales adosados para familias felices con un monovolumen, dos hijos y un perro. Hay menos coches aparcados y eso me da cierta ventaja, porque corriendo en linea recta empiezo a ser mas rapida que el, cosa sorprendente porque el deporte y yo jamas nos hemos llevado bien, de ahi que haya tardado tanto en conseguir entrar en el cuerpo, suspendi tres veces las pruebas fisicas. La distancia se va acortando, el chico vuelve a mirar hacia atras y yo intento retener en mi retina alguno de sus rasgos por si el cabron se me escapa. Todos los agresores en general me parecen escoria, pero los que agreden y se aprovechan de personas vulnerables e indefensas como esa pobre senora, mas. Ya hemos pasado otras dos calles y empiezo a flaquear, siento los pulmones a punto de estallarme dentro del pecho y los gemelos tan tensos que en cualquier momento sentire un calambrazo de esos que me haran trastabillar y pegarme la hostia de mi vida. Mi carrera por media ciudad habra sido en vano. La poca gente que pasa por la calle ataviada con sus paraguas nos observa sin comprender nada, podria gritar a los que estan mas adelante para que me ayuden a detener al chaval, pero eso seria ponerlos en peligro de forma absurda y mi sentido de la moral no me lo permite. Vuelve a girar. --Me cago en la leche--jadeo sin aliento. El chico, buscando un modo de deshacerse de mi, de repente trepa con dos saltos que me dejan asombrada y se sube al muro que separa las casas de la calle. Empieza a correr sobre ese muro que segun calculo apenas tendra un palmo de ancho, y se que, si yo no subo, en cualquier momento podria saltar al interior de alguna casa y hacer dano a alguien con tal de escapar. Asi que, ruedo los ojos negando y decido que tambien he de subir. Obviamente, no lo hago en dos saltos como el, yo tengo que encaramarme como un chimpance, dejarme la piel de las palmas de las manos y la rodilla izquierda y empezar a hacer equilibrios para correr sin caerme hacia un lado o el otro. Empieza a llover, hemos pasado cuatro casas y si echo la vista al frente la hilera se me antoja interminable. ?Cuantos putos chales tiene esta calle? De repente, el muchacho se detiene en seco y se gira, a mi ese acto me coge desprevenida, no me lo esperaba y mucho menos lo que el chico hace a continuacion. Desesperado por dejarme atras, decide deshacerse del bolso y salir corriendo, pero se deshace de el lanzandomelo a mi. El jodido bolso me impacta en el pecho con un golpe seco y lo agarro con ambas manos justo en el momento en el que mi pie derecho se resbala hacia un lado, el izquierdo lo hace hacia el otro y mi cuerpo desciende de repente quedando el muro entre mis piernas. En decimas de segundo, noto como la cara interna de mis muslos se desgarra con el roce del hormigon y el escozor que me produce me parece insoportable, pero no es nada comparado con el dolor que siento cuando mi entrepierna golpea de forma seca contra la parte superior del muro. Ni siquiera soy capaz de soltar un grito de dolor porque la respiracion se me corta y me mareo, lo que provoca que mi cuerpo se ladee hacia el interior del muro y caiga desgarrandome todavia mas la cara interna de mi pierna izquierda. Si todo eso me parece fruto de la mala suerte, lo que sucede despues me parece el colmo; porque antes de tocar el suelo, noto como algo afilado me desgarra la piel del costado, del torso, los brazos y la cara. No comprendo lo que pasa hasta que ya estoy en el suelo y abro los ojos. A las buenas personas que viven en esta casa se les ha ocurrido decorar su jardin con unos enormes rosales que tiene ramas como dedos de gordas y espinas como unas. Al menos huele bien, pienso mientras vuelvo a marearme. --!Levanta las manos y sal de ahi! --escucho gritar a alguien. Todavia jadeando por el esfuerzo de la carrera y sintiendo un dolor punzante en varias zonas de mi cuerpo, intento buscar la procedencia de la voz. --?Estas sorda? --me pregunta lo que ahora me parece la voz de una mujer. Giro lentamente la cabeza a mi derecha y entonces la veo a traves de las ramas del rosal, al otro lado, esta de pie, con un pijama del Monstruo de las galletas, el pelo negro suelto y revuelto, mojandose cada vez mas bajo la lluvia. La vision me parece una autentica maravilla, y estaria dispuesta a decir que el super tortazo que me he dado ha merecido la pena por verla si no fuese porque la mujer me esta apuntando con un arma. Capitulo 2 Miriam --No dispare, soy policia--logro decir entre jadeos y muecas de dolor. --Policia soy yo y no me suenas de nada, bonita--suelta en tono borde--ponte en pie muy despacito. --No puedo, se lo juro, si me muevo me rajo con estos jodidos pinchos. La mujer con el pijama del Monstruo de las galletas me observa en el suelo sin acabar de comprender que cojones hago ahi. --Cuando he salido despues de ver algo caer por mi muro, pensaba que seria el gilipollas del cartero, al que ultimamente le ha dado por lanzar los paquetes desde el otro lado del muro, algo que sin duda pienso solucionar poniendo la debida reclamacion. Lo que no esperaba era encontrarme a una mujer tirada detras de mis rosales, de esos que con tanta paciencia y mimo he regado y cuidado y que ahora voy a tener que podar de forma salvaje si quiero sacar a una loca que dice ser policia de ahi--explica mas para ella que para mi. Da un paso hacia la derecha y se agacha un poco, como si todavia no se creyese que estoy aqui, en medio de las putas ramas mas gordas de los rosales. --Joder--dice poniendo los ojos en blanco--intenta no moverte, voy a sacarte de ahi. --Tranquila, no tengo intencion de hacerlo. Lo que no le digo es que no estoy muy segura de ser capaz de mantenerme en pie, las piernas me duelen horrores, por no hablar de la preocupacion extrema que siento por mi sexo, que por primera vez en mi vida no palpita de excitacion, lo hace de dolor. La mujer deja su pistola en la repisa de la ventana y camina hacia un armario de exteriores, del que saca unos guantes de jardineria y unas tijeras de podar que hacen que abra los ojos perpleja en cuanto la veo. --Ten cuidado con eso, por favor. --Tranquila, preocupate mas por la pistola, porque como me hayas mentido, te arrepentiras--amenaza antes de dar el primer tijeretazo. La mujer comienza a cortar con cuidado todas las ramas que de algun modo estan pegadas a mi cuerpo o suponen un riesgo. Las va retirando con suma delicadeza, sobre todo cuando observa que me encojo de dolor cuando separa las que estan tocando mi piel. Cuando por fin termina, mira hacia un lado y ve ese monton de ramas llenas de espinas que han acabado con la vida de sus rosales porque una tia que dice ser policia se ha caido por su muro.--Levantate--me pide calada hasta los huesos. La observo desde el suelo mientras me incorporo lentamente hasta estar sentada, dudo que pueda hacer mas que eso, las piernas me tiemblan, mas de dolor que de miedo. --Ensename tu placa--me pide la mujer, a la que ya no le viene de mojarse un poco mas. --Esta en la bandolera, puedes cogerla tu misma. Me observa recelosa, mira la bandolera que cuelga del lado derecho de mi cuerpo y entonces repara en que sobre mis piernas hay un bolso que sin duda no me pega nada. ?Que chica de treinta y pocos va por ahi con una bandolera y un bolso? La pobre tiene que estar flipando, quiza demasiada informacion para alguien que acaba de levantarse. Estira el brazo y coge el bolso sin permiso. --Ese no es--me quejo, pero ella ya lo ha abierto y ha sacado un enorme monedero de piel de color negro. Lo abre y busca entre un punado de tarjetas hasta dar con lo que parece que busca, mi documento de identificacion. --Te conservas muy bien para tener setenta y dos anos--dice mordaz mientras me mira inquisitiva. Pienso que en otra ocasion seria el momento perfecto para hacer una de mis bromas, pero en esta me podria costar un tiro por listilla, y ademas me encuentro mal, siento escalofrios y el dolor empieza a ser intenso en mis piernas. --No es mio. --Eso ya lo veo. ?Eso es lo que hacias? ?Huir porque le has robado el bolso a una senora? Deberia darte verguenza. La mujer me observa incapaz de comprender nada, como si toda la situacion le pareciese surreal. No la culpo. Le devuelvo la mirada, una mirada que creo que a ella no le parece la de una delincuente, y por su forma de mirarme tengo la sensacion de que ha visto muchas. Despues su modo de enfocarme cambia y noto que lo hace de otro modo, del mismo en el que lo he hecho yo con ella al descubrir que me parecia atractiva, y eso hace que me ruborice un poco y sienta la necesidad de cortar esa conexion entre nuestros ojos. --Yo no le he robado a nadie. La respuesta saca a la mujer de sus pensamientos, sin duda algo turbados, y la deja descolocada unos instantes. --?Eh? --El bolso. Yo iba camino de comisaria, de hecho, estaba llegando, y un gilipollas en chandal le dio un tiron a una senora y salio corriendo. --Y tu detras de el...--anade ella esbozando media sonrisa que me hace temblar. --Exacto, me he dejado el cono para recuperar ese bolso, asi que no me acuses de haberlo robado. Mi frase es literal, solo que ella no lo sabe y el lenguaje que he usado, en lugar de parecerle soez, le arranca otra sonrisa divertida que hace que algo chispeante me recorra el pecho. Se vuelve a acercar a mi y esta vez me coge la bandolera, donde en efecto, encuentra la placa que demuestra que no miento, o eso, o llevo la falsificacion de placa mas lograda que esta mujer ha visto en su vida. --?Le has visto la cara? --?A quien? --pregunto descolocada. --Al chorizo del chandal.

  • Mi autonomia de Nadia Colella

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    E Capitulo 1 l humo de mi cigarrillo se formaba delante de mis ojos como una nube de tormenta a punto de estallar sobre mi. Me quede observando como el tiempo lo atravesaba, milimetro a milimetro, devorandolo como un virus que avanzaba a rapida velocidad hasta hacerlo desaparecer por completo. Y, de un momento a otro, ya no quedaba nada, salvo la mancha negra que estaba en el techo. Fije la mirada para intentar descifrar el posible origen de aquello y me pregunte si seria humedad o algo mas, pero no se me ocurrio nada. Me encogi de hombros y le di otra pitada a mi cigarrillo. Cansada de estar acostada, me puse de pie y senti como si hubiera pisado sobre hielo. Busque con la mirada mi calzado, pero no sabia donde lo habia dejado, asi que le di la bienvenida al frio y segui mi camino. La ventana del balcon estaba abierta y la brisa matutina envolvio mi cuerpo desnudo. Me acerque a la computadora y abri mi casilla de correo. Lo primero que vi era un mail del propietario del edificio con un asunto en mayusculas y mas de tres signos de admiracion: <>. Ni siquiera lo lei; lo borre directamente. Lo peor de todo era que no habia mas correos nuevos. --!La puta madre! --grite. Tire el cigarrillo al piso y me sostuve la cabeza entre las manos. Respire profundo y me obligue a hacerlo mas de una vez. No iba a poder encontrar una solucion a mi problema si me dejaba llevar por las emociones. Tenia que serenarme y buscar alternativas. De pronto, senti una mano sobre mi hombro y me levante saltando de la silla. Tenia una media sonrisa que se esfumo en cuanto me observo con atencion. --Perdon, no queria... --No me asustes asi, Javier. --Jonathan. --Si, Jonathan --le respondi volviendo a mi habitacion. Me acerque al armario y abri mi segundo cajon. Alli se encontraba mi remera favorita, la que mi mejor amigo me habia comprado en Nueva York. Despues de ponermela, encontre mis pantuflas asomandose por debajo de la cama, del lado izquierdo. Me agache para juntarlas y volvi a salir hacia el living. --Gracias por la cena --le dije mientras ponia agua a hervir. Jonathan se acerco a mi lado y apoyo su cintura contra el borde de la mesada. Se cruzo de brazos y giro su cabeza para poder mirarme, pero yo me aparte de la cocina y busque en las alacenas mi taza. --Tomo lo que tomes vos --me dijo. Me rei. --Voy a desayunar sola. Gracias por todo, Jonathan. --Y busque el polvo para hacerme un capuchino. Por el rabillo del ojo pude ver como se apartaba de la mesada y se quedaba de pie observandome. Yo segui con mi tarea. Busque el azucar y me puse a revolver el contenido. Escuche su bufido y se dirigio hacia la habitacion con pasos pesados. Unos segundos despues, salio de mi departamento sin siquiera decirme adios. Yo tampoco lo salude. Cuando mi infusion estuvo lista, sali al balcon y me sente en la reposera. El cielo azul claro de Buenos Aires estaba impoluto. Me entretuve observando el horizonte mientras degustaba mi bebida. Intente que nada atosigara mis pensamientos. Necesitaba reconectarme, dejar a un lado todos los problemas y sentirme presente en el momento. Si en cada minuto que respiraba pensaba en mis problemas, era lo que iba a seguir atrayendo. Eso me habia ensenado mi mama y lo habia comprobado con el tiempo, asi que dejaria en blanco mi mente y respiraria. Pero el sonido de mi celular me hizo sobresaltar y por poco me hizo tirar lo que me quedaba del capuchino. Deje a un lado la taza y volvi al interior del departamento a buscar el aparato. Era una llamada entrante de Quimey. --!Hey! --le dije con una sonrisa y busque el reloj que estaba colgado sobre el escritorio de mi computadora--. ?Que haces levantado tan temprano? --Me estoy yendo a Ezeiza --me respondio riendose. Recien en ese momento me percate del sonido del exterior. No estaba solo. --?A Ezeiza? --le dije sentandome en una silla--. ?Tenias un viaje planeado y no me dijiste nada? --No, fue un viaje espontaneo. --Bajo la voz--. Me estoy yendo con Lucas. --Te escucho igual --dijo una voz lejana. --?Lucas? --pregunte asombrada--. ?Lucas, Lucas? ?El del bar de Palermo? --El mismo --me dijo volviendo a hablar normal--. Le salio un viaje de negocios y me invito a Londres. --Ah, pero... !que natural! --Y no pude evitar reirme--. Siempre te suceden cosas extraordinarias. --Las busco. No suceden de la nada. ?Y vos como estas? Trague saliva y, sin querer, mire la computadora. --Bien. --A mi no, Hunter --me dijo con su voz reprochadora--. Contame como estas. Mira que cancelo todo y voy para alla. --!No! --me apresure a decirle. Sabia que era capaz de hacerlo--. Estoy bien. El negocio no lo esta. --?Otra vez? Te dije que te paso plata si necesitas. --Y yo te dije que no hace falta. Que voy a encontrar una solucion. --Se que la vas a encontrar, pero, mientras tanto, puedo ayudarte. No seas cabeza dura. --No, te agradezco de verdad. --?Te volvio a contactar el dueno del edificio? --Si. Me dio un mes. --!Mia! --Me grito al oido y tuve que alejar el celular--. ?Por que no queres aceptar la plata? !Te pueden echar del departamento! --Porque no voy a tener como devolvertelo en el corto tiempo. --Quimey iba a quejarse, pero lo interrumpi antes de que lo intentara. --Y ya se que no te importa cuando te lo devuelva, pero a mi si me importa. Ya todos me ayudaron lo suficiente; no puedo seguir dependiendo de los demas para vivir mi vida. Tengo que encontrar las soluciones por mi cuenta. Y, si me llegan a echar, tendre que encontrar otro departamento que se adapte mejor a mi nueva realidad. Habia vivido en ese lugar casi cuatro anos. Me gustaba el balcon porque cada noche salia a respirar el aire de la ciudad y a disfrutar del murmullo bajo de una ciudad viva. Incluso cuando tenia compania. Me escabullia del dormitorio para estar un rato en paz. O la amplia cocina, que me permitia experimentar con la comida cada vez que tenia ganas. Aunque, realidad, mas la usaba Quimey cuando jugaba con las bebidas e inventaba tragos. Las dimensiones del living tambien me permitian alojar a toda mi familia y que pudieramos disfrutar de una buena pelicula o algun tentempie. Y, por supuesto, mi estudio fotografico. Habia usado una de las habitaciones de huespedes para mis utensilios de fotografias, los marcos que compraba, las imagenes que mandaba a imprimir... Era un departamento grande para mi sola, pero habia podido pagarlo. Aunque, si era sincera, el primer ano me habia ayudado mi familia, el segundo y el tercero habia tenido que ayudarme mas de una vez Quimey y el cuarto lo estaba soportando... Pero dia a dia las ventas caian. Habia estado enviando solicitudes para realizar muestras digitales en las paginas de las grandes galerias de arte, pero ninguna me habia respondido. Ni siquiera me habia llegado un pedido de compra. ?Que iba a hacer? Pensar en dejar la fotografia me oprimia la garganta, pero tenia un ultimatum del dueno del edificio. Solo treinta dias para que, finalmente, me echara. No me agradaba la idea de tener que mudarme a un lugar mucho mas chico. No me agradaba la idea de reconocer otro fracaso. --?Y si buscas un empleo de medio tiempo, aunque sea? Suspire. --Por el momento no quiero hacerlo. No querria tener que hacerlo nunca. Pero algo voy a encontrar. Lo se. --Sos una persona creativa. Abri tu mente y vas a ver que la solucion te llegara sin esfuerzo. Dicen que salir del lugar donde uno se encuentra estancado ayuda. ?Por que no vas a dar una vuelta con tu camara? --Es una buena idea. --Era verdad--. Subi muchas fotos a Instagram. !Que tengas un lindo viaje! --Gracias, mi amor. Y cualquier cosa... --Lo se. Te llamo. Te quiero. --Yo tambien. Entre a mi estudio y lo primero que vi sobre la mesa de vidrio fue mi camara fotografica. El peso que tenia sobre los hombros parecio desvanecerse por un instante. Por un escaso momento, el sentimiento de satisfaccion y calidez que me generaba ese aparato me recorrio por completo, como si en medio de una tormenta de nieve, encontraras una cabana con una chimenea encendida. Eso era la fotografia para mi. Mi refugio. Aun asi, no la habia tratado con el respeto que se merecia. No la habia cuidado lo suficiente y en ese momento estaba viendo las consecuencias. No podia volver a buscar un trabajo esclavo al que tuviera que dedicarle mas de ocho horas de mi vida. No podia volver a hacerlo. De solo pensarlo, me dolia la cabeza. Tenia que encontrar una solucion pronto. Asi que respire hondo y segui el consejo de mi amigo. Escogi Puerto Madero, cerca del Puente de la Mujer. No podria explicarte como funciona, pero la camara es como una extension de mi cuerpo que me pide que haga ciertas cosas. A veces, no se bien lo que hago, pero le hago caso a mi instinto. Confio en el y se que hacia alguna direccion intenta llevarme. Asi que, cuando mi camara me pidio que empezara a sacar fotografias a mi alrededor, no lo dude ni un segundo. Mi fuerte siempre fueron los paisajes. He tenido la suerte de poder recorrer el mundo, dado que mis padres lo viven recorriendo constantemente y tengo un hermano asentado en Alaska. Me resulto natural captar esos momentos maravillosos que nos regala la madre naturaleza. Sin embargo, en el ultimo tiempo me sentia presa de una rutina que no me gustaba. Asi que sacar fotos a extranos se sintio como una brisa fresca en pleno verano. Familias, grupos de amigos, parejas. Mi mente comenzo a expandirse y las historias se iban formando solas en mi cabeza. Un padre abrazaba a su esposa, quien sonreia contenta porque el acababa de decirle que finalmente podrian irse de vacaciones. Era alli cuando los hijos se sumaban al abrazo y, entre los cuatro, formaban una especie de fortaleza impenetrable. Despues habia dos amigas que reian a carcajadas porque una de ellas habia conseguido el trabajo que tanto anhelaba. Al lado de ellas, un hombre besaba a una mujer, susurrandole mentiras al oido. Ella sonreia sin saber el dolor que le esperaba. De a poco, fui captando distintas situaciones, momento a momento, formando una historia en imagenes. Y, entonces, un hombre me llamo la atencion. Mi instinto supero cualquier control que podria llegar a ejercer sobre este. Mi dedo no paraba de tocar el obturador. Una tras otra. Hasta mi corazon se habia acelerado de la emocion. Tenia el cabello oscuro, en abundante proporcion, y sin el minimo resguardo por acomodarlo. La barba era pareja en la altura de los cachetes, pero en el menton la tenia mas poblada y algunos de sus cabellos estaban tenidos de color ceniza. Sin darme cuenta, me acerque a el para poder verle mejor el rostro. Estaba vestido con un jean negro desgastado y de su cintura colgaba una cadena plateada sujetada a un cinturon con tachas. En la parte de arriba llevaba una camisa cuadrille de color negro y rojo. Y no podia obviar a la mujer que estaba con el. Su melena lacia y rubia bailaba con el viento. Ella sonrio con sus labios de rojo carmesi cuando el apoyo su cuerpo contra su espalda. Sus fuertes brazos la capturaron y le susurro algo al oido. Aparte la mirada incomoda, como si estuviera espiando algo secreto. Me aleje de alli y me acerque hacia la baranda que rodeaba el rio para poder mirar las imagenes en la camara. Tanto las que habia sacado al resto del mundo como las que le habia sacado a ese hombre me hacian sentir una chispa en el cuerpo. Sobre todo, las que aparecia el... Una tras otra, fui pasando todas las fotos que le habia sacado. No me di cuenta del tiempo que habia pasado observandolas hasta que escuche una voz. --?Salimos bien en las fotos? Cuando levante la mirada, me encontre con unos ojos azules y una melena oscura. Debajo de la camisa tenia una musculosa blanca que se le cenia al cuerpo. La sorpresa de su aparicion me hizo perder el control de mis extremidades. Nunca me saco la correa del cuello, por cualquier cosa que me suceda en las manos. Sin embargo, el paso por alto ese detalle. Y, asumiendo lo que podia pasar, estiro su mano para sostener mi camara de fotos y sacarla de la zona del agua. La capturo en el aire y la atrajo hacia su cuerpo, por lo que la correa en mi cuello me tiro contra el. Levante mis manos para frenar el choque y pude sentir la dureza de su pecho y su aliento contra mi coronilla. En ese momento, me senti como un pajaro al que le sacuden su jaula.

  • La casa natural de Beth Greer

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    Beth Greer seguia un estilo de vida ecologico, o al menos eso creia ella, desde que llego a la edad adulta. Eso fue antes de que un problema de salud la llevase a replantearse su estilo de vida y su entorno, a identificar y eliminar las toxinas a las que nunca habia sospechado que se encontraba expuesta.

  • Las aventuras y misterios de Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle

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    El libro consta de doce cuentos: doce asuntos en los que Sherlock Holmes se valdra de su deslumbrante inteligencia para dejar boquiabierto a su ayudante Watson --y tambien al lector-- con su logica implacable y sus certeras deducciones. Tabla de contenidos: 1. Escandalo en Bohemia. 2. La Liga de los Pelirrojos. 3. Un caso de identidad. 4. El misterio del valle Boscombe. 5. Las cinco semillas de naranja. 6. El hombre del labio torcido. 7. El carbunclo azul. 8. La banda de lunares. 9. El dedo pulgar del ingeniero. 10. El aristocrata solteron. 11. La corona de berilos. 12. El misterio de Copper Beeches. Sir Arthur Ignatius Conan Doyle (1859 – 1930) fue un medico y escritor escoces, creador del celebre detective de ficcion Sherlock Holmes. Fue un autor prolifico cuya obra incluye relatos de ciencia ficcion, novela historica, teatro y poesia.

  • La red de Alice de Kate Quinn

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    LA NOVELA HISTORICA DEL ANO

  • La memoria secreta de las hojas de Hope Jahren

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    La memoria secreta de las hojas no es solo un libro, es el fascinante debut de una mujer consagrada a la ciencia, el retrato conmovedor de una larga amistad y una exposicion sorprendente del mundo de las plantas que cambiara radicalmente nuestra forma de contemplar la naturaleza.

  • El secreto del millonario de Ryanne Corey

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    El millonario Zack Daniel mantenia su riqueza en secreto para asegurarse que sus companeros de la policia lo aceptaban. No habia nada que lo hiciera disfrutar mas que luchar contra el crimen… hasta que se encontro encerrado en un sotano con la bella Anna Smith. Zack estaba temporalmente de baja en la policia de Los Angeles, por eso acepto gustoso el trabajo que le ofrecio Anna: tenia que hacerse pasar por su novio.

  • Heridas de Guerra de Elena Romero

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    Ese dia lo perdi todo.
    El dia que dieron a mi marido por muerto.
    El era mi mundo. y todo se volvio negro.
    Llore durante meses. Me deprimi anos.

  • La herencia de Vigdis Hjorth

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    Cuatro hermanos, dos casas de verano en Hvaler y un terrible secreto. El reparto de la herencia familiar se convertira en un tema de desencuentro.
    La aparente disputa entre los hermanos por las propiedades encierra algo mucho mas profundo: los fantasmas del pasado regresan y lo que parecia olvidado revive en la familia.
    Galardonada con los mas prestigiosos premios literarios de su pais, La herencia se convirtio desde su salida en un exito de ventas en Noruega y genero, junto a la serie Mi lucha de Karl Ove Knausgard, un importante debate sobre la relacion entre literatura y realidad. Marmara y Nordica nos unimos para publicar una de las grandes novelas de la literatura europea de los ultimos anos.

  • La Amante Cautiva Del Jeque de Jessica Brooke

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    Emma James queria escapar del aburrimiento de su vida. Todo lo que hacia era predecible. Despues de terminar con honores en la universidad de Dartmouth, iba a estudiar derecho en Harvard en otono, tal y como habian hecho su padre y su hermano mayor antes que ella. Si Emma se pareciera en algo a su hermano mayor, Bradley, encontraria al <> en Harvard, se casaria al acabar derecho, y estaria cargada de ninos poco despues de convertirse en socia junior de un importante bufete de Washington DC. Estaba predestinada. Despues de todo, el senador Alan James Senior lograba todo lo que se proponia. Esa noche Emma habia ido con sus dos mejores amigas, Alexis y Parker, al local de moda de Georgetown, para fantasear con que era libre. Fue una especie de rebelion por tener que estar otras dos semanas mas enterrada bajo gruesos tomos de jurisprudencia y encadenada a la biblioteca preparando el inicio de las clases. Su padre insistio en que se acostumbrara primero a los textos legales, puesto que sabia lo duro que le resultaria, al haber sido el mismo abogado antes de convertirse en senador. Tras haber estado varias horas encerrada en el sotano, tuvo la sensacion de que la vida pasaba por delante sin disfrutarla. Necesitaba un respiro. --Es tu cuarto Grey Goose. --La reprendio Alexis, mientras se apartaba un largo mechon color miel de la cara. Cuando fruncio el ceno, su nariz aguilena parecia aun mas angular y pronunciada. --Solo es medianoche. ?No prefieres que nos vayamos? Emma puso los ojos en blanco y dio un trago a su vodka con tonica. --Apenas bebo. Que diablos, apenas hago nada aparte de estudiar. --Lo se, y por eso lo vas a lamentar en menos de dos horas. --respondio Alexis, bebiendo tranquilamente su ron con cola, y anadio: --Pero, ?que es lo que te agobia tanto? Emma suspiro y miro a la multitud. Parker ya estaba bailando, flanqueada por dos chicos de la fraternidad enfundados en polos de color pastel con los cuellos levantados. Era una chica alta, esbelta, de largas piernas, justo lo contrario que Emma, que, lejos de ser fea (su madre siempre decia que tenia <>), no era exactamente lo que en la avenida Madison considerarian una belleza. Su cabello era rubio natural, tan claro que parecia blanco, y tenia los ojos azules, aunque no era exactamente delgada. Es decir, tenia sus curvas, y un cuerpo voluptuoso y algo rubenesco. Con un metro sesenta, era bajita, can anchas caderas y un busto mas generoso de lo que a ella le hubiese gustado. Nunca seria tan espectacular como Parker, que podia ser modelo si los estudios universitarios le fallaban, ni como Alexis, a la que se le pegaban los chicos fuera donde fuese. La opcion que le quedo a Emma fue convertirse en la lista del grupo, la alumna estudiosa y aplicada, la paciente amiga que ayudaba a los demas a enfocar mejor sus problemas. Normalmente no le importaba su fisico, pero entre otro sermon de su padre y su inminente ingreso en la facultad de derecho, Emma estaba empezando a preocuparse por todo. --Es que quizas no es todo tan genial. Alexis resoplo. --Soy yo la que no tiene mas remedio que estudiar derecho en la universidad estatal. Tu eres muy afortunada, querida. --Quizas yo no pienso asi-- murmuro Emma, antes de terminar su bebida y saltar a la pista de baile. Tal vez otra persona podria dejar de lado esas preocupaciones y dejarse llevar por la locura de la noche, aunque en realidad ella nunca habia sido ese tipo de chica. En el instituto solo tuvo un novio y, despues, un fugaz compromiso en su ultimo ano en Dartmouth. Kevin, su prometido, habia resultado ser un completo idiota. Emma se lo encontro en la cama con otra al regresar pronto de un viaje, tras entrar en el apartamento que compartian ambos. Desde entonces, su vida habia sido basicamente la de una monja. Un infierno para su autoestima, pero excelente para sus notas. Dirigiendose al grupo de Parker, Emma sorteo a la gente que danzaba y reia, hasta llegar al lado de su amiga, y se unio al baile. Le encantaba. Sintio el repiqueteo del bajo, y el calor de la gente que la rodeaba, mezclandose entre si, bajo las luces estroboscopicas que destelleaban sobre la pista. Cerrando los ojos, Emma se apoyo en Parker moviendo las caderas al ritmo de su amiga. Se escucharon silbidos y aplausos por parte de la gente que las observaban, y, por un momento, fue divertido formar parte del grupo con el que todo el mundo queria bailar. Una vez que se calmo el alboroto, Parker se separo y se fue con los dos chicos, dejando a Emma bailando sola y sintiendo como su pulso se aceleraba al ritmo del tema de hip-hop que salia a todo volumen por los altavoces. Cuando abrio los ojos de nuevo, fue porque Alexis le estaba dando golpecitos en el hombro. Unos inquietos ojos verdes se clavaron en los suyos. --Parker se ha ido a casa con Grant y Matt. Y ha llamado mi hermana, que esta al final de la calle, en el restaurante Sullivan's. ?Quieres venir conmigo? Emma se obligo a no fruncir el ceno mientras seguia a su amiga hasta una esquina de la pista de baile. Cada vez que comian juntas, pasaba lo mismo, pero esa noche haria todo lo posible por evitarse el mal rato. Cuando Emma iba a un restaurante, lo hacia, obviamente, para pedir comida y disfrutar de ella. La hermana de Alexis, por el contrario, no tomaba mas que una minuscula ensalada y un vaso de agua… para luego pasarse el resto de la noche sermoneando impertinentemente a Emma sobre lo malo que es cenar en exceso. Lo ultimo que queria era juntarse con alguien que la reganara mientras saboreaba la ultima copa de la noche Pero Alexis era una buena amiga, por lo que Emma encontro la manera de declinar su invitacion con sutileza. Fingiendo un bostezo, sonrio. --No. Ve tu. Prometi a mis padres que volveria pronto para poder almorzar con ellos manana. Deberia irme antes de que todo me empiece a dar vueltas. Alexis dudo, y miro de reojo hacia la puerta del local. --Hemos aparcado a varias manzanas y esta bastante oscuro. --Y resulta que estamos en Georgetown, rodeadas de universitarios y boutiques. No hables como mi padre, que esto no es el centro ni hay cerca ningun fumadero de crack. --Cierto. Solo quiero que llegues bien a casa. Pero si estas segura… -- anadio su amiga, mordiendose el labio. --!Por supuesto! Todo esta controlado. No esta tan lejos, ?que podria pasarme? --respondio Emma, yendo en direccion a la mesa y recogiendo su bolso. Dejo unos billetes de propina para el camarero, que habia sido muy amable, y al fin y al cabo, alguna ventaja tenia que tener vivir en una jaula de oro. Al menos podia dar buenas propinas a los desafortunados que habitualmente tenian que lidiar con los borrachos del mundo. --Te llamo cuando llegue a casa. Si no tienes noticias mias en una hora, es que me ha pasado algo, ?de acuerdo? --Vale. Aunque no te va a pasar nada por ir a comer algo al Sullivan's, y asi luego nos vamos juntas. Solo que Allison no le quitaria el ojo de encima y soltaria su risita con cada patata frita que rozara sus labios. No, gracias. --No, me marcho a casa, estoy cansada, luego te llamo ?vale? --insistio ella, abrazando a su amiga. Despues de todo, ?que le podia pasar por caminar sola cuatro ridiculas manzanas? *** Durante el primer tramo, todo fue bien. No era tan tarde, y de vez en cuando se cruzaba con grupos de universitarios de su edad, que iban de bar en bar por aquella calle. Pero al cruzar a la siguiente manzana, una zona apartada de los locales y mal iluminada, Emma dejo de ver a otros jovenes. En la tercera manzana se dio cuenta de que un escalofrio le recorria lo mas profundo de sus entranas. Habia un hombre detras ella. Al principio no estaba muy segura. Al fin y al cabo, lo mas probable era que tambien se dirigiera al aparcamiento, pero habia algo raro. La iba siguiendo muy de cerca, y sus pasos parecian coordinarse con los suyos. Hasta le parecio notar su aliento caliente y putrido en el cuello. Cuando se detuvo en seco, el hizo lo mismo. Tragando saliva, apreto su bolso con fuerza y empezo a correr. En un primer momento, Emma penso que todo habia sido paranoia suya, porque el hombre no se puso a correr tras ella, pero de repente sintio como apresuraba el paso. Se paro y miro por encima del hombro a su supuesto perseguidor. Parecia estar caminando con rapidez, adrede. Su piel se veia oscura bajo la luz de la farola, tenia una tez olivacea y unos ojos negros que se cruzaron con los de ella. Pero lo que mas la alarmo fue su barba; era larga y gruesa, y le recordo a las que lucen los terroristas de Oriente Medio en los telediarios. Dios mio, ?Que esta pasando? Hacia la cuarta manzana, Emma corria hacia su coche a toda velocidad, y de pronto, el hombre se puso a correr. Ella jadeaba, mientras el sudor le corria por la frente. De repente, al girar la esquina del area de estacionamiento, perdio una de las sandalias, y con una patada se deshizo de la otra. Al cuerno. Podia comprar otras, podia hacer cualquier cosa siempre que ese tipo no la tocara. Cuando llego a su Volkswagen Escarabajo, busco en el bolso, apartando a un lado el movil y el maquillaje. Su llavero era grande, una cabeza de Yoda por la que sus amigas le tomaban el pelo, pero que era muy util para encontrar las llaves tanto en el apartamento como en el fondo del bolso. En ese momento, se sintio muy afortunada de tenerlo. Emma tomo las llaves y pulso el boton para abrir el coche. Estaba rozando el tirador de la puerta cuando su perseguidor la alcanzo. La agarro con fuerza del brazo, y ella grito !Fuego! tan alto como pudo. Hacia tiempo que le habian ensenado que esa palabra es mas efectiva que cualquier otra para pedir ayuda en una situacion asi. El hombre trato de tirar de ella, pero Emma se echo hacia atras, contenta, por una vez, de tener unos kilos de mas, haciendo que su asaltante perdiera el equilibrio. --!Zorra!--grito el, y anadio un sonido desagradable y gutural, en un idioma que ella no pudo identificar. El extendio la mano de nuevo con la intencion de agarrarla, pero Emma estaba preparada. Con un movimiento rapido, le dio un rodillazo en la entrepierna. Su aspirante a captor gimio y cayo al suelo. Gracias a Dios. Emma no espero. Se retorcio para abrir la puerta y entro en el coche de un salto. No se molesto en cerrarla antes de poner en marcha el motor. --!Vamos, vamos! Fue entonces cuando sintio una descarga de electricidad provocada por una pistola taser, y se dio cuenta, con horror, de que habia mas de un hombre, y que habian venido preparados para secuestrarla. *** La sacudida de la pistola electrica fue suficiente para hacerle perder el conocimiento. Cuando desperto, se encontro en la parte posterior de un VUD. Por desgracia, tenia las ventanas tintadas, tan oscuras que se pregunto si el tinte seria legal. Nadie podia verla. Con el corazon latiendole a mil por hora, intento acercarse a la ventana para golpearla y llamar la atencion de la gente para que la liberaran. Pero sintio el frio canon de una pistola clavandose en sus costillas. --!Ay! --Grito, y al parpadear distinguio a cuatro hombres que la rodeaban. Los asientos del todoterreno se habian recolocado de forma que quedaban unos frente a otros, como en las limusinas en las que su padre se desplazaba al Capitolio. Escudrino a los cuatro hombres a la vez, eran grandes y musculosos, y no le quitaban el ojo de encima. Todos tenian el mismo color de piel y lucian largas y tupidas barbas negras. --?Que esta pasando? ?Quienes sois? Uno de ellos, el mas alto, y al que le faltaba un ojo, centro su atencion en ella. Tiro de la solapa de su chaqueta hacia atras, lo suficiente para revelar la pistola taser alli escondida, haciendole entender a Emma que habia sido el el que la habia dejado inconsciente. --Trabajamos para el Jeque Munir Yassin de Yoman.

  • La identidad oculta de Dylan (Amar a un multimillonario 2) de Towanda Richardson

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    Dylan lleva demasiado tiempo siendo alguien que no quiere ser. Que no merece ser. Lleva demasiado tiempo con el peso de la culpabilidad sobre sus hombros, y ya no sabe que mas hacer para solucionarlo. Hasta que decide romper con todo e iniciar una nueva vida en la que ni sus errores del pasado, ni el dolor que provoco ni su fortuna familiar sean un lastre para ser feliz.

  • Cita en la luna de Merche Diolch

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    Dicen que el tiempo lo cura todo...
    Pero Melisa no esta tan segura de ello y menos desde que Jan ha regresado a su vida.
    Amigos desde la infancia, la luna ha sido testigo de su relacion... De su comienzo y su transformacion, de como con los anos los sentimientos han cambiado y sus protagonistas, en vez de asumir que de la amistad al amor solo hay un paso, decidieron huir en direcciones opuestas.
    Miedo...
    Promesas incumplidas...
    Sonrisas y llantos...
    Suenos... y la musica como lazo de union entre dos cabezotas que solo desean que las agujas del reloj giren hacia atras para regresar a su cita en la luna.

  • Cuando la vida te da un martillo de Kate Tempest

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    Cuando la vida te da un martillo es una primera novela de gran alcance, que ilumina a una generacion de jovenes adultos para quienes pareciera que la vida en sociedad cada vez ofrece menor cabida. Con una escritura de un lirismo suave, preciso, las vidas de los protagonistas de esta novela transcurren entre anhelos frustrados y ambiciones no realizadas, como si Londres fuera un gran teatro -por momentos tan terrible como hermoso- que cobra vida gracias a la mirada aguda de Kate Tempest, para fungir como escenario donde se desarrolla la tragicomedia humana, siempre renovada por las vertiginosas transformaciones, y tambien siempre igual a las primeras historias sobre su discurrir.

  • La Mujer Carmesi de Jaime Heras

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    California, anos 90. Los Crawford han recuperado una vieja foto familiar. Para su sorpresa descubren que en la foto aparecen posando con un hijo que no recuerdan. Tras entrar en contacto con una mujer que ha sufrido un caso parecido, los tres comenzaran una investigacion para averiguar que ha sido de sus hijos y por que nadie los recuerda. Contaran con la ayuda de un hippie con lagunas de memoria y un investigador de fenonemos paranormales. En su aventura desentranaran una historia que comenzo sesenta anos antes, pero cuyas raices se hunden en la noche de los tiempos.

  • Anibal, Enemigo de Roma de Ben Kane

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    Durante la Primera Guerra Punica, las legiones romanas derrotaron a Cartago, su unico rival en todo el Mediterraneo. Pero hoy Anibal, un brillante general cartagines, prepara la venganza. Paralelamente, dos jovenes (Hanno, el hijo de un confidente de Anibal, y Quinto, hijo de un terrateniente) se veran inmersos en un periplo que amenaza, cuando ya se oyen tambores de guerra, con destrozar la amistad entre dos chicos criados en imperios enfrentados...

  • 50 sombras de mami de Mamen Jimenez Lapsicomami

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    ?Como cambia DE VERDAD la vida de una mujer tras convertirse en madre? Mas alla de los topicos edulcorados que nos vende la sociedad, tener hijos es todo un desafio que se enfrenta a menudo en soledad. Este libro quiere ser un manifiesto a la vez que una guia practica que acompane a TODAS las mujeres en este momento de su vida. Aqui se desvelan muchas verdades sin medias tintas, pero tambien se dan herramientas para que convertirse en madre deje de ser una carrera de obstaculos y se vuelva una experiencia enriquecedora, placentera y con cabida para el humor.

  • Heredero (La Segunda Revolucion 1) de Costa Alcala

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  • Deirdre (Las feas tambien los enamoran 2) de Elizabeth Urian

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    Camile, Deirdre, Edith, Leonor y ahora Phillipa son las protagonistas de la saga romantica ambientada en la epoca Victoriana <>, cinco historias que demuestran que el amor se rige por su propia logica.

  • Pedacitos de ti (Los hermanos Montgomery II) de Moruena Estringana

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    Emma acaba de vivir el peor momento de su vida; no solo porque sus padres hayan acabado en la carcel acusados de narcotrafico, sino porque su prometido la ha abandonado nada mas conocer la noticia.

  • Una pareja escandalosa de Marcia Cotlan

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    Una novela muy entretenida, que arrancara mas de un suspiro y muchas sonrisas. Aimee Du Maurier es la beldad del condado. Tiene diecisiete anos y pertenece a una de las familias mas antiguas de Carolina del Sur. Obligada a casarse con el mujeriego Edward Robilard, el odio que sienten el uno hacia el otro acabara por transformarse. Marcia Cotlan (Asturias, 1975) ha estudidado Filologia y en la actualidad trabaja como profesora de Literatura. Lectora voraz, la escritura ha sido su camino logico.

  • Las libelulas purpura de Salva Vercher Ibanez

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    Flanagan habitaba un cuchitril en los suburbios de Madrid. Las paredes llenas de mugre, las abundantes goteras en el techo y un silencio perpetuo eran sus unicos companeros. Cuando sono el timbre, le dio un vuelco el corazon y se quedo paralizado. Temia que fuesen unos matones para reclamarle el pago de la deuda. Tuvo que sonar una segunda vez para que su cuerpo y su mente reaccionaran. Con satisfaccion hubiera comprobado a traves de la mirilla quien diablos era, pero la lente estaba rota, como casi todo en su casa. Asi que pregunto, con una voz quebrada por el exceso de whisky y tabaco. Una vocecilla similar al maullido de una gata en celo le respondio. --Buenas noches, senor Flanagan --lo saludo el casero cuando le abrio la puerta. Era evidente que estaba molesto--. Me he tomado la libertad de venir a verlo a esta hora intempestiva, ya que usted nunca esta en casa durante el dia, para recordarle que me debe tres meses de alquiler. --Espero en silencio algun tipo de reaccion por parte de su interlocutor--. Lo siento, pero ya no puedo soportar los gastos y me vere obligado a invitarlo a que haga las maletas. --Lo siento, senor Perez, pero ultimamente he tenido ciertos pagos extraordinarios. Le prometo que al finalizar la semana usted habra cobrado ya los meses pendientes. ?Quiere pasar a tomar cafe y unas galletitas? --dijo Flanagan. --Muchas gracias, pero es tarde y manana he de madrugar. Buenas noches. --El casero, contrariado, dio media vuelta y se marcho. Flanagan le devolvio las buenas noches cuando ya habia desaparecido escaleras abajo. Entro en su apartamento, saco una botella, su balsamo predilecto, y se dispuso a tomar el ultimo trago antes de acostarse. Quizas medio vaso de whisky escoces sin hielo calmara su sed y lo ayudase a conciliar el sueno. Se quito la camiseta raida y los muelles de la cama chirriaron cuando se recosto. Tamizada por la persiana, la luz del cartel luminoso de la planta baja entraba en la habitacion. Pertenecia al bar de Manuel, el segundo hogar de Flanagan, a tenor de las horas que pasaba alli. Habia sido un dia mas, sin nada extraordinario que rememorar; igual que lo fue el anterior y, casi con total seguridad, lo seria el siguiente. Penso en los anos dulces y lejanos de su vida. En la cara de ternura que le ponia su mujer cuando la sorprendia con una caja de bombones, siempre de chocolate puro, como a ella le gustaban. O en el beso conmovedor que le regalaba su hija antes de acostarse. Con estos recuerdos, exasperadamente vividos por la anoranza, se quedo dormido. No era frecuente que lo hiciera con tanta facilidad. Desde hacia muchos anos, solo conseguia adormecerse unas pocas horas. Durante la vigilia nocturna, solia dejarse llevar por pensamientos mas ambiguos, mientras lo invadian la melancolia y la frustracion. En terminos maritimos, era un naufrago, vocablo que quizas la sociedad sustituiria por otro mas peyorativo. Alguien que lo habia tenido todo en sus manos y, a la larga, habia acabado perdiendolo. Estudio en una de las mejores academias de Policia del pais, con unos resultados excelentes. Fue el que obtuvo la nota mas alta en las oposiciones, no solamente de su promocion, sino de la ultima decada. Entro en la comisaria de la Policia Nacional del distrito de Tetuan, en Madrid, y en menos de un ano se convirtio en inspector. Todo indicaba que aquel muchacho raquitico de tez palida llegaria lejos. Anos mas tarde, y despues de resolver algunos de los casos mas dificiles, su creciente adiccion al alcohol le empezo a pasar factura: acentuo su mal caracter e hizo que en el cuerpo policial se le multiplicaran los enemigos. A partir de ahi, sus errores se fueron acumulando, pero solo uno le echo a Asuntos Internos encima: acabar con la vida de un pobre inocente. Aunque Flanagan le habia advertido que levantase las manos, el joven metio una en el bolsillo, posiblemente para sacar el carne de identidad y esclarecer que el no era el peligroso delincuente que estaba buscando. Aquello hubiese quedado en un disparo en defensa propia debido a una desgraciada confusion, pero dio positivo en alcohol en el analisis que le realizaron a posteriori, y Asuntos Internos, que desde hacia mucho tenia su expediente sobre la mesa, comenzo a vigilarlo las veinticuatro horas del dia. Despues se paso a la investigacion. Era un detective de poca monta, al que le encargaban casos esporadicamente, y apenas ganaba para sobrevivir. La luz del alba se asomo por las rendijas de la persiana. Flanagan ya llevaba unas cuantas horas despierto, demasiadas. La relatividad del tiempo se hacia mas patente cuando el tedio se apoderaba de el. Aunque intentaba ocuparse en quehaceres que lo ilusionaran, la verdad es que nada le despertaba el menor interes.

  • Cristina en las Highlands (Las Highlands 3) de Jana Westwood

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    El silencio. El atronador silencio. Abrio los ojos lentamente mientras el dolor lo acompanaba en su regreso al mundo de los vivos. Trato de levantar la cabeza para vislumbrar el manto de cadaveres que se extendian a su alrededor, pero el dolor que le produjo ese sencillo gesto le resulto insoportable y se desmayo. Cuando volvio a abrir los ojos su cerebro reacciono con mayor rapidez y los recuerdos de la batalla regresaron en forma de gritos, ruidos metalicos y olor a polvora. La ultima imagen antes de caer habia sido la de su padre desplomandose con la sangre saliendo a borbotones de la herida de su cuello. Trato de incorporarse, pero la cabeza le daba vueltas. Rodo hasta colocarse bocabajo. Quiza asi pudiera tener una vision clara del campo de batalla y le seria mas sencillo llegar hasta su padre. Volvio a levantar la cabeza, pero todo a su alrededor habia cambiado. Ya no habia cadaveres y estaba entre arboles. Se apreto las sienes con las manos, convencido de que veia visiones. --Agachate --dijo una voz a su izquierda. --?Patrick? El otro le hizo un gesto para que callase y le senalo con el dedo hacia su espalda. Cuando se giro vio el color rojo del uniforme ingles y comprendio que esas alimanas estaban recorriendo el campo de batalla en busca de supervivientes para acabar el trabajo. Patrick le hizo otro gesto con el dedo, como si se cortase el cuello para advertirle de que eso era exactamente lo que estaban haciendo los dragones de su majestad. Miro a su amigo y sin emitir sonido vocalizo ampliamente para preguntarle por su padre. El otro le confirmo que habia muerto. Los dolores que lo atacaban por todo el cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, resultaron nimios frente al sentimiento que se abrio paso en su pecho al saber que Joseph Done, el hombre mas admirable de la tierra, estaba muerto. A su mente llegaron los primeros momentos de la batalla cuando la furia y la hombria se abrian paso frente al raciocinio, empujandolos contra el enemigo. Las primeras filas de highlanders habian levantado sus espadas con determinacion. Morir matando, esa era la consigna. Las demas tropas salieron de los flancos y se unieron a ellos con un ritmo desigual. Por el rabillo del ojo pudo ver que algunos de los soldados habian dudado y mantuvieron su posicion demasiado tiempo. Entre esos hombres estaban los MacDonald. Su abuelo los maldeciria un millon de veces por la actitud que habian tenido. Por las venas del viejo corria sangre MacDonald, aunque para su padre siempre fue tan solo un bastardo. Se toco la cara y desprendio parte de la capa de sangre y barro que la cubria. No recordaba el primer golpe, tan solo el ultimo. La imagen de su padre desplomandose con aquella mirada sorprendida despues de que el maldito ingles le cercenara el cuello. Jamas olvidaria esa mirada. Si los que portaban enormes espadas habian caido, no queria pensar en todos aquellos pobres diablos que iban pertrechados con hojas de guadana, azadas, palos y arpones. Campesinos cuyo odio habia convertido sus herramientas de labranza en armas con las que destripar a su enemigo. Los ingleses tenian mejores armas y soldados entrenados. Ellos solo contaban con el conocimiento de su propia tierra y un exaltado fervor por defender su modo de vida y a su rey. Y el fervor no fue suficiente. Patrick le indico que lo siguiera y se arrastro por el suelo utilizando los codos. El lo imito en silencio con un insoportable dolor en el brazo y en la pierna. Hasta ese momento no se habia dado cuenta de que no podia moverla. Detras de ellos les perseguian los gritos de los heridos a los que los dragones estaban rematando. Cuando estuvieron lo suficientemente lejos como para poder ponerse de pie, Patrick se paso el brazo bueno de su amigo por el cuello y lo sujeto de la cintura para ayudarlo a caminar. La suerte volvio a sonreirles en aquel aciago dia y se toparon con uno de los caballos extraviados de la contienda. Montaron en el, no sin muchas dificultades a causa del herido, y se alejaron silenciosamente. Ninguno de los tres queria regresar a aquel infierno. Tan solo querian alejarse lo mas posible. Detuvo el caballo en lo alto de la colina, desde alli se divisaba el castillo de Robert Done. Giro la cabeza lo suficiente para asegurarse de que su amigo estaba consciente. Habia perdido mucha sangre y estaba muy debil, por lo que habia tenido que recogerlo del suelo dos veces. --No nos acogera --dijo casi sin fuerzas--, nos echara a patadas o nos entregara a los ingleses. --Te moriras si no te curan esas heridas --sentencio Patrick mientras apretaba las piernas contra el caballo para que se pusiera en marcha, sujetando las riendas con firmeza y evitando que se moviera demasiado. --Entonces dejame frente a la casa y tu, marchate --dijo el otro inclinandose peligrosamente hacia un lado. --Aguanta un poco mas. Capitulo 1 Cristina se dejo caer contra el respaldo de la silla todavia en shock. Las imagenes que habia estado revisando en el ordenador de Deacon seguian pasando frente a sus ojos sin que pudiera darles credito. ?Que pretendia hacer con ellas? Les habia puesto incluso fecha a futuro, como si tuviera pensado publicarlas. Pero el no le haria eso. No podia ser. Fuese por el motivo que fuese, las habia grabado sin su consentimiento y no habia ninguna razon para que ella deseara que aquellos videos existieran. De modo que los borro, asegurandose de que no quedaban almacenados en la papelera. Tambien borro los otros, los de Kalinda, aunque fuera una puta era una mujer y no se merecia eso. Porque estaba segura de que ella tampoco sabia que la habia estado grabando, de haberlo sabido jamas habria dejado que se le viese la celulitis. Se puso a buscar por toda la casa hasta encontrar todas las tarjetas de memoria de Deacon. Borro todo lo que habia en ellas, no le apetecia ver mas porno y no se iba a arriesgar. Sonrio, taimada, iba a tener que grabar mucho para tener material para sus videos. Se sentia amenazada, como si una sombra oscura estuviese acechandola para saltar sobre ella en cualquier momento. No habia peligro, sabia que tenia tiempo de sobra, habia salido a surfear con sus amigos y nunca regresaba antes de las cinco de la tarde, pero igualmente sentia aquella urgencia, aquel temor a ser <> antes de haber terminado con todo. Tuvo tanto miedo de que pudieran recuperarse aquellos videos que se guardo las tarjetas para destruirlas cuando estuviese en su casa. Se sento frente al ordenador y lo miro con odio. ?Como habia podido Deacon hacerle eso? Lo de que la estuviese enganando con Kalinda ya era una putada, pero que estuviese guardandose videos de ellos dos haciendolo era una violacion en toda regla. No era una mojigata, le gustaba el sexo, por supuesto, pero practicarlo. ?Quien le impedia compartir los videos? Estaba claro que iba a cortar con ella, ?para que los guardaba? Y ?por que tenian fechas a futuro? Subio los pies a la silla y se abrazo a sus rodillas. No pudo contener los sollozos y todo su cuerpo se agito como las olas sobre las que Deacon surfeaba en ese mismo momento. ?A quien trataba de enganar? Lo de Kalinda le habia hecho dano. Las cosas entre Deacon y ella no iban bien, pero todas las parejas tienen problemas. La imagen de la youtubera del momento, que estaba causando sensacion con sus videos de maquillaje, se fue haciendo mas y mas nitida en su cerebro. De pronto un monton de senales luminosas se encendieron en sus recuerdos. La ultima, en la fiesta del sabado en casa de Clara, cuando entro en la cocina y vio a Deacon delante de Kalinda, que estaba sentada en la encimera de marmol. El actuo con tanta naturalidad que creyo lo que dijo, aunque ahora solo recordaba la mirada de Kalinda, su sonrisa inocente y el abrazo con el que la obsequio... Luego estaban los comentarios con sus amigotes sobre lo buena que estaba la youtubera y el exito que le esperaba. A su mente llego tambien su conversacion con Marta. --No me gustan nada estas fiestas --dijo Marta. --Lo se --habia respondido Cris. Marta se habia escabullido hasta el patio delantero y Cris la encontro sentada en el suelo, recostada contra la pared con una cerveza en la mano. Se habia quitado los zapatos de tacon que, aunque no tenian mas que siete centimetros, para ella eran una tortura. Todo el mundo estaba en la parte de detras de la casa, en la zona de la piscina, bebiendo cocteles. --No se por que he venido. Cris se sento a su lado poniendo cuidado en que la piedra del suelo no le hiciese una rozadura en su terso y desprotegido trasero. Aun tenia el pelo mojado del chapuzon que acababa de darse en la piscina y solo llevaba puesto un bikini de lo mas cuco. --?Por que no te gustan? --pregunto cogiendo la botella de cerveza que le ofrecia. Marta la habia mirado de un modo extrano y, al recordar ahora aquella mirada y sus palabras, todo cobraba sentido. --Porque siempre veo cosas que no quiero ver. En ese momento Cris penso que se referia al suceso con Wichi, que se habia tirado a la piscina como su madre lo trajo al mundo. --Creo que no voy a volver a aceptar estas invitaciones --dijo Marta--. Ya se que es bueno para el canal tener contactos, pero siempre me ha ido bien por mi cuenta. --Todo el mundo te quiere --habia dicho Cris. Y era cierto. Su canal de belleza era de los mas respetados y todo era gracias a su sinceridad y buen trabajo. --Yo me tomo esto en serio. Y no se que narices hago en una fiesta con gente como Wichi, Sanders o Deacon, que lo unico que hacen es ponerse a parir todo el tiempo y luego los ves planificando a escondidas su proxima bronca mediatica. --Tienen millones de seguidores --siguio Cris. Marta giro la cabeza y la miro con tristeza. --Tu tambien deberias alejarte de todo esto, Cris. --Se puso de pie con los zapatos en la mano--. En serio, acepta mi consejo: alejate de toda esta gente. En ese momento comprendia muy bien a que se referia con <>. Estaba claro que ella tambien sabia lo de Deacon con Kalinda. Para ser honesta debia reconocer que ella tambien habia fallado. ?Cuanto hacia del ultimo polvo? Era cierto que a ella ya no le apetecia casi nunca, pero el tampoco es que insistiera mucho. Solto el aire que se le habia acumulado en los pulmones y se limpio las lagrimas. No, de ningun modo iba a permitir que le hiciese lo que le hizo a Mayte, su antigua novia. Se levanto de la silla, cogio el ordenador y salio con el por la puerta que daba al jardin, recorrio el trecho que habia hasta la piscina y sin un apice de duda lo lanzo al agua y lo observo mientras se hundia. --Que te jodan, imbecil. --?Que ha hecho que? --Maria la miraba con los ojos como platos--. Deacon es gilipollas, pero eso es demasiado incluso para el. Cristina asintio hecha un mar de lagrimas. --?Como puede haberme grabado sin mi permiso? Estoy segura de que eso es ilegal. --Eso esta claro. --!Dios! --sollozo con la nariz tan roja que parecia iluminada. --Vamos a tranquilizarnos --dijo Maria acercandole el paquete de panuelos--. Deja de llorar que no se lo merece. ?Estas segura de haber borrado todos los videos? ?Tambien los de la camara? Cristina se limpio la cara al tiempo que asentia. --Todos. --Esperemos que no tuviera ninguna copia en el movil. Nego con la cabeza.

  • Anda, Lucia de Sarah Wall

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    Cuando Sarah Wall me pidio hacer el prologo para su nueva novela, me senti verdaderamente orgullosa de poder participar en uno de los proyectos de la que, para mi, ademas de amiga, es una grandisima escritora. Debo admitir, que no pude evitar ponerme nerviosa, pero en el momento en el que comence a leer la historia que habia escrito, los nervios de disiparon, pasando a un estado de emocion desde la primera hasta la ultima pagina. No es facil trasmitir las emociones dentro de una historia, y no todos los escritores tienen esa varita magica que consigue atar y cerrar una novela, haciendo que seas parte de esa magia sin poder dejar de leer. Llevo mucho tiempo leyendo a Sarah Wall, incluso antes de conocernos, y por ello se que todos sus libros, sin excepcion, te hacen pasear entre sus letras, linea a linea, pagina a pagina, porque Sarah no solo escribe, Sarah te regala los sentimientos de cada personaje y es inevitable no sentirte parte de cada historia. !Anda, Lucia! es una historia actual y fresca donde la autora mezcla la vida, preocupaciones y problemas cotidianos de la protagonista, que la obligaran a tomar una serie de decisiones que cambiaran su destino. Una historia divertida, romantica y emotiva donde la escritora se desenvuelve con facilidad y nos trasmite naturalidad. Me encantaria poder ver a Lucia en la gran pantalla. !Seria maravilloso!, y asi tambien poder disfrutar de sus dos enclaves, Barcelona y ese pueblecito en la sierra cordobesa que te roba el corazon. Me he reido, me he emocionado, me he sorprendido y me he visto identificada en muchas de sus situaciones, como estoy segura lo hareis muchos de vosotros, lectores. Leer es una sensacion que no se puede suplir con ninguna otra actividad. Solo leyendo podras llegar a conocer lugares y experimentar sensaciones que quiza nunca puedas vivir en la vida real. Leer, es pura magia. Cada libro que tenemos en nuestras manos es un portal magico en el que adentrarte y que sin darte cuenta te robara un <> de tu corazon o de tu alma; un portal magico donde poder vivir vidas infinitas y elegir en todo momento quien quieres ser en cada historia. Gracias a escritoras como Sarah Wall, tenemos la oportunidad de disfrutar de esa magia. Jamas un libro de esta autora te dejara indiferente. !Anda, Lucia! os va a gustar mucho, mucho. Y yo no puedo dejar de decir: !Anda, Sarah! !Vaya libro nos has regalado! Os propongo un plan: Escoger el lugar que mas os guste para leer, servios una buena copa de vino, o lo que os apetezca en ese momento, poned una musica relajante de fondo y dejaos llevar a traves de este viaje. Lucia esta deseando que la acompaneis en su aventura. !Lo vais a disfrutar! Alicia San Miguel Capitulo 1. Es por ti (Complices) Lucia llego a la clinica veterinaria a las dos en punto. Le tocaba turno de tarde, eso significaba que estaria hasta las diez de la noche trabajando; aun asi, lo preferia al horario matinal, ya que las mananas las dedicaba a leer novelas romanticas, su gran pasion y tambien, esos ultimos meses, a ultimar los preparativos de su boda con Borja, su novio, con el que mantenia una relacion bastante seria desde hacia tiempo. --Lo siento, llego con retraso --dijo con evidente nerviosismo, pues odiaba la impuntualidad. --No te preocupes, Lucia, solo han sido cinco minutos de nada --respondio Ana, la recepcionista de la clinica, intentando que se calmara. --?Ha llegado ya Zenit? Tengo que hacerle el seguimiento de la operacion de la pata. --Si, estan esperandote dentro, pero tranquila, acaban de llegar. Lucia rapidamente se puso la bata y cogio una golosina. Solia hacerlo para mantener la atencion de sus pacientes, en este caso, un precioso labrador dorado de tres anos que habia sido atacado por otro can y como resultado hubo de ser operado para fijar la fractura. --Zenit, bonito. --Se acerco a el y el perrito, lejos de asustarse, movio la cola en clara senal de felicidad. --Esta noche ha vomitado, esta un poco flojillo --dijo Mercedes, su mami adoptiva. --Podria ser por la medicacion. Dejame examinarlo a ver como esta el chiquitin. La cicatriz de la pata estaba sanando bastante bien, y al palparle el estomago, no noto nada extrano. En ese momento, Zenit estaba jugueton y contento. --Mercedes, todo va perfectamente. Te dare un protector de estomago y si vuelve a vomitar, me llamas. Pero todo parece normal. --Menos mal --respiro aliviada--, ya hemos tenido bastante. --Lo se. En serio, estate tranquila, se esta recuperando muy bien y dentro de cinco semanas podra correr sin problemas. --Pobrecito mio, con lo que le gusta jugar y ahora no poder hacerlo... --Es por su bien, pero ya veras que pasara pronto. Puede dar paseos con correa corta, pero, sobre todo, que no corra ni salte ?vale? Se puede mover la placa que le pusimos para fijar la fractura, y eso significaria que le tendriamos que operar de nuevo y volver a empezar con la recuperacion. Es cuestion de paciencia estas proximas semanas. Lucia amaba su trabajo por encima de todo, aunque no siempre era agradable, pues habia momentos muy duros, como dar un diagnostico nefasto, y odiaba profundamente cuando llegaba ese momento tan tragico. Esa tarde estuvo plagada de luces y tambien de sombras. Adoraba a sus pacientes, mayoritariamente perros y gatos, y si algo se le hacia cuesta arriba era hacer dormir a alguno para siempre; sobre todo cuando habian pasado por su consulta durante mucho tiempo: el vinculo era fuerte. Y en una misma tarde dos eutanasias, era para ella dificil de sobrellevar. No se acostumbraria nunca, dado que Lucia lo habia vivido en primera persona y sabia el dolor que producia. Se convencia de que en ese momento lo que hacia era aliviar su mal y su pena; sin embargo, era muy complicado. Sin duda, la peor parte de ser veterinaria. La cercana relacion no solo era con el animal, tambien con los <>, como los llamaba ella. Para muchos, la marcha de su perfecto companero era tan dificil de asimilar como la de un familiar cercano, pasando una fase dura, tanto en la decision a tomar para que se duerman y no despertar jamas, como para asimilar esa perdida de forma permanente. Es un duelo en toda regla. Por esta razon, su muerte puede suponer uno de los momentos mas dificiles en la vida de una persona, a pesar de que a nivel social no este reconocido como el mismo impacto emocional y animico que se vive con el fallecimiento de un ser humano. Estaba deseando llegar a casa y achuchar a su gato, Kaos. Un felino callejero que llego a la clinica despues de ser atropellado, y al que salvaron la vida tras muchas jornadas jugandosela, debido a las terribles heridas que le causo el accidente. Sobrevivio y Lucia se hizo cargo de el. Calculo que su pequeno companero ya contaba catorce anos de vida gatuna y era consciente de que no les quedaba demasiado tiempo para disfrutar juntos. Decidio que cada dia que pasaran acompanandose iba a ser un regalo que debian degustar. **** Borja era un buen hombre, lo que se dice un buen chico y, posiblemente, el hombre de los suenos para muchas; se ganaba la vida como medico en un centro privado, propiedad de su familia. De un tiempo a esta parte, demasiado distraido con sus cosas como para dedicarle mas de ese tiempo tan valioso a Lucia, y eso era algo que no estaba dispuesta a consentir. A ella le encantaba salir a bailar, tomarse unas copas y viajar, otra de sus pasiones; sin embargo, Borja, entre las consultas, las operaciones, los seminarios por todo el mundo y, como no, el golf, cada vez tenia menos tiempo para ella. Como a Valentina, la protagonista del libro que estaba leyendo en esos momentos, a Lucia le aterraba ser tan solo una ama de casa y madre: tenia sus ambiciones y estar entre cuatro paredes encerrada, como pretendia su casi suegra, Barbara, no entraba en sus planes. El problema, pese a que ya tenia treinta y tres anos, era que ella era poco de verbalizar, y eso era un obstaculo ya que, si se hubiera quejado en cuanto noto que todo cambiaba, quiza la pelota no se hubiera hecho tan grande. Ahora que lo veia todo casi imparable, empezaba a sentir miedo ante lo que se avecinaba. Cada dia que pasaba era uno menos para la ceremonia, y notaba la congoja en forma de nudo en la garganta que no bajaba ni a tiros.

  • Con mis bragas por bandera de Garbine Las Heras

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    ?Echabas de menos a las Incompresas?!Pues ya estan aqui! Claudia, Martina y Silvia, quienes nos mostraron El increible mundo de mear sentada vuelven a la carga y esta vez mas naturales que nunca. Silvia, ya totalmente inmersa en su rol de madre, empezara a entender que, en muchas ocasiones, <>. Con carino pero con claridad nos hablara de ampliar la familia, de abrirse al mundo laboral y de las trabas para la conciliacion. Claudia, a pesar de sus circunstancias y sus barreras, nos muestra una vez mas que con fuerza y decision puede superar todo lo que se proponga. ?Que implicara para ella el reencuentro con Jon? Martina, mas valiente que nunca, seguira dejandonos ser participes de los vaivenes de su matrimonio. ?Conseguira esta pareja recuperar la confianza perdida?

  • Lo que somos de Veronica A. Fleitas Solich

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    Paris siempre ha sido el destino preferido de Antonia. Sin embargo, en esta ocasion, la ciudad de las luces la sorprende haciendose complice de su marido en una demanda de divorcio poco ortodoxa.

  • Tientame solo tu – Elena Montagud de Elena Montagud

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    Una huida a un lugar paradisiaco. Un regreso que jamas debio darse. Una traicion inesperada. Una mujer obsesionada que quiere recuperar lo suyo. Un hombre al que le gusta la sumision. Una mansion donde cualquier practica erotica es posible. Un peligro del que es dificil escapar. Dejate arrastrar por la tentacion.

  • En Tus Brazos 1, Noe Casado de Noe Casado

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    Nicole lleva una vida que desean muchas mujeres de su edad: tiene una familia perfecta, un novio ideal y una carrera exitosa como abogada. Suele caer bien a la gente y nunca se desvia del camino correcto.
    Pero tras ese mundo modelico se esconde la verdadera Nicole: una mujer infeliz que anhela por encima de todas las cosas una noche de pasion y desenfreno que la haga temblar de placer.

  • Lo Mejor de mi Amor de Susan Mallery

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  • La hora de las brujas de Nicholas Bowling

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    La Reina Elizabeth I ha encarcelado a Maria Reina de Escocia, acusada de intrigar en su contra. La madre de Alyce ha sido incinerada publicamente acusada de brujeria. Alyce se ve obligada a huir a Londres, pero al ir descubriendo sus poderes de magia oscura, se da cuenta de que fuerzas poderosas le persiguen. Y pronto Alyce se encontrara en lo mas profundo de una batalla secreta entre la rivalidad de dos reinas. Una fantasia repleta de giros magistrales, magia, oscuridad y originalidad que explora la Historia real a traves de pasajes fantasticos, construidos en un universo alternativo repleto de amistad, perseverancia y muerte.

  • El lenguaje oculto de las piedras de Chiara Parenti

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  • La Venus de las Pieles de Leopold Von Sacher-masoch

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    En La Venus de las pieles el lector descubrira en Severino al sujeto que busca una dominadora a la cual esclavizarse, acudiendo inclusive a obligarse formalmente mediante un contrato que consagrara con detalle su deber, voluntariamente consentido, de someterse a las mas diversas situaciones humillantes y a las sofisticadas torturas que ofrece la imaginacion depravada de los dos firmantes, con el fin de provocarse la ansiada excitacion sexual, al tiempo que el sujeto pasivo que recibe el beneficio del sufrimiento es puesto en el centro de un ritual de dolor, humillacion y sumision, de desdenosa frialdad y de castigos fisicos y morales, que entre mas insufribles le resulten, le propiciaran el extasis buscado. No olvidemos que es Severino quien fuerza a Wanda, contra la voluntad de ella, a adoptar el papel de ama y a aceptarlo a el como esclavo, para lo cual la obliga incluso a firmar un contrato, una de cuyas clausulas estipula que debera ir envuelta en pieles tan a menudo como pueda y, en particular, cuando se muestre cruel con su esclavo. Asi que ya saben: sumerjanse en la lectura de esta novela que con tanta agudeza profundiza en la imposible igualdad de las relaciones amorosas y quizas hallen aqui esas alegrias verdaderas que la vida tan cruelmente nos niega.

  • Tres semanas seran suficientes de Hugo Sanz

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    La vida de Leo se pone patas arriba cuando Ainhoa, su pareja, le confiesa que esta enamorada de otro hombre. Es entonces cuando toma conciencia de que su relacion sentimental, que parecia muy estable, no ha sido mas que una farsa.

  • Sudor, ritmo y magia de Zoe Xaern

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    Tras un accidentado concierto, Alex, decepcionado con la vida que le ha tocado vivir, se encontrara con la unica mujer que no querra con el un “juntos para siempre”. Inmaduro emocional y mujeriego enfermizo, se embarcara en un viaje por terreno desconocido hacia el corazon de Esther. En su camino tendra que hacer frente a la tentacion, los celos, la traicion, la lujuria y “Don Perfecto”, con el que competira por amor. Urdidas en esta adictiva y sorprendente trama se encuentran las vidas de una dominatriz novata, un bateria de rock que odia los tatuajes, un voyeur con grandes aspiraciones, una mujer enamorada de su vecina pelirroja y un hombre casado que pierde los papeles con un amor de juventud. ?Como puede acabar esto?

  • Recuerda, mi amor de Nekane Gonzalez

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    Dejate enamorar por la historia de Julia y Tony en la que tendran que enfrentarse a innumerables acontecimientos, peligros que jamas imaginaron y situaciones adversas en las que nadie es lo que parece.

  • La caricia de la bestia de Cristina C. Pombo

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    En un bosque solitario, dos adolescentes son brutalmente atacados por un ser de una fuerza sobrenatural. En su declaracion, ambos sostienen que el agresor es un zombi.

  • La camara oscura de Rebeca R. Rodriguez

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    Jeriel es una muchacha especial con habilidades poco comunes que despierta el interes de cualquier persona. Sin embargo, sus padres creen que ha sido poseida por un ente perturbador que amenaza con sus vidas. Debido a su fanatismo, los padres deciden ofrecer a su hija en sacrificio para liberar su alma. Esa noche Jeriel lucha por su vida y consigue escapar.Sola, deshidratada y muerta de miedo, se adentra en la espesura de un bosque donde es rescatada por un hombre que cambiara su vida como jamas penso que podria ocurrir.

  • Amanecer (La guerra de las dos rosas 4) de Conn Iggulden

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    Un futuro incierto y nebuloso se cierne sobre Eduardo IV. La Casa de York ha sido derrotada y el rey se ha exiliado en Flandes, aunque no por mucho tiempo. El empeno por defender aquello que considera suyo lleva a Eduardo a zarpar junto a su hermano hacia Ravenspur, el lugar donde se jara su destino. Un ejercito diezmado y exhausto llega a la costa, a casa. Las fuerzas escasean, y en el horizonte solo se dibuja una opcion: atacar. Sin embargo, nuevos vientos soplan no lejos de alli y el joven Enrique Tudor, convertido ya en un hombre, sera llamado a entrar en el tumultuoso curso de la historia, la historia de la guerra de las Dos Rosas.

  • Lo que nos Pasa por Dentro de Eduardo Punset

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    Saber como somos es la llave maestra para entender lo que nos pasa por dentro y aprender a manejarnos por fuera. Lo que nos pasa por dentro descifra la rosa de los vientos emocional del ser humano, a la luz de lo que dice la ciencia y lo que confirman la experiencia y el testimonio de decenas de casos reales. La huella imborrable de la infancia, la turbulenta adolescencia, los problemas del aprendizaje, el amor y sus laberintos, el exito social, la medicina personalizada, el miedo a la muerte... Nueve retos de la vida de cualquier persona, ilustrados con casos tratados por el equipo de profesionales de apoyo psicologico online y acompanados de las siempre lucidas reflexiones del autor.

  • Amigos carinosos de J.f. Jimenez

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