• cuando menos te lo esperes en ingles - maria angeles lopez rodriguez

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    Las bodas lo cambian todo... Y precisamente eso es lo que sucedio cuando mi mejor amigo, Marcos, me llamo hace unas semanas. Para poneros en situacion os puedo contar que hemos pasado la vida juntos y que no hay un solo recuerdo desde mi infancia en el que Marcos no este presente. Mi primer dia de colegio, el recreo en quinto curso en el que me rompi la muneca, nuestra primera borrachera, las primeras vacaciones de desfase total en Ibiza a los dieciseis... y podria continuar con el dia que decidimos abrir nuestra propia agencia de publicidad y llegar hasta esta misma manana, mientras desayunabamos juntos en el bar de Carlos, debajo de la oficina. Por eso, volviendo a lo que os decia al principio, si tu mejor amigo te llama, cuando podria caminar los escasos tres metros que separan su despacho del tuyo, es porque no sabe como contarte hasta que punto su vida y la tuya, aunque sea de rebote, estan a punto de ser arrolladas por un tsunami llamado "compromiso". --Hola tio --me saludo Marcos inocentemente cuando respondi al telefono. --Marcos, ?que pasa? ?Como ha ido la comida con los clientes? --Todo bien, pero no te llamo por eso. Ana quiere que te invite el domingo 28 de agosto a una barbacoa en casa de sus padres --me propuso con una voz divertida. --Aun quedan dos semanas, ?por que me avisas con tanta antelacion? ?Me estoy perdiendo algo? No habra sido su cumpleanos o algo por el estilo, ?no? --Mas bien algo por el estilo. Vamos a anunciar nuestro compromiso. --?Que? Espera, espera --de repente estaba hiperventilando y necesitaba respirar profundamente. --David, !espabila! Tio, !me caso! Y una vez solto esa bomba de relojeria, !me colgo! Asi como si nada. ?Os lo podeis creer? Tu mejor amigo decide que se casa y de lo primero que eres consciente es de que, despues de anos de vidas paralelas, tu hermano de vida ha tomado la primera decision importante de su existencia sin contar contigo. Asi que en lugar de alegrarme, empece a experimentar una serie de emociones completamente desconocidas para mi hasta ese momento. En cuestion de segundos, empapado de un sudor frio que me mantenia pegado a mi escritorio como una estatua de hielo, empece a luchar contra una retahila de sentimientos absurdamente contradictorios y desconocidos. Pasaba del rechazo a la incomprension, de la rabia a la envidia, de la estupefaccion al miedo. De repente, una gran verdad me golpeo duramente y fue como si Obelix hubiera dejado caer sobre mis hombros un dolmen de 600 quilos. !Adios a nuestros dias de salvaje solteria! Mi amigo Marcos, que el mayor compromiso que habia asumido en su vida habia sido el contrato de permanencia con la compania telefonica, me abandonaba para casarse con Ana. ?Por que no podian seguir viviendo juntos?, ?que diferencia habia? Mi subconsciente se debatia en una autentica batalla campal y el panico que me invadia se materializo en el recuerdo de las sabias palabras de mi adorable abuela, que siempre me decia: "David, cuando una manzana se pudre, hay que tirar el cesto". Y por si no tenia suficiente, podia escuchar alta y clara la implacable sentencia de mi madre: "hijo, ya te lo dije, a cada cerdo…". Vamos, que si Marcos se casaba, al que le iba a llegar su San Martin era a mi. Tras el miedo, en la espiral de los sentimientos en la que me hundia cada vez mas, alcance el bucle de la autocompasion. ?Como me podia estar pasando esto a mi? No es por presumir, pero tengo treinta y cinco anos, soy mi propio jefe y vivo en mi propio apartamento, lo que me permite disfrutar de la independencia que cualquier soltero necesita. Y es que, a pesar de que mi "cama" ha visto desfilar a un buen numero de bellezas en los ultimos anos, la noticia de Marcos desperto en mi el sentimiento mas vil que un ser humano puede padecer: la envidia. Porque en el fondo, yo sabia que Marcos habia encontrado a esa persona con la que despertarse el resto de su vida. En lo que a mi respectaba, hasta ahora la busqueda de "mi otra mitad", esa de la que tanto hablo Platon en El banquete, habia sido un fracaso continuo. Siempre me gusto ser el primero en todo, asi que a los diecinueve anos quise ver en Esther el amor de mi vida. Nos conocimos en la cafeteria de la universidad y podria enganaros diciendo que me fulmino su mirada, que me enamore de su belleza interior, pero lo cierto es que Esther era lo que se conoce como una "tia buena" y a esa edad, mas que nunca, se piensa con la polla. El sexo con ella era genial, lo haciamos en todas partes. Asi que pasados tres meses, me dije a mi mismo "?que mas se puede pedir?", y me embarque en una relacion seria que convirtio el sexo espontaneo y fortuito en comidas los domingos en casa de mis suegros. Dos anos mas tarde, mientras los muchachos se divertian, emborrachaban y empalmaban una juerga con otra, yo jugaba a ser adulto, intentando afrontar la peor noticia que podia recibir a los 21: Esther estaba embarazada, o eso pensabamos. Y ese fue el principio del fin. Imagino que ser conscientes de la responsabilidad que debiamos afrontar fue tan grande que, al ver que la prueba de embarazo daba negativo, sentimos un alivio que hizo aflorar la autentica realidad, ya no sentiamos nada el uno por el otro. Imagino que aprendi la leccion temprano ya que, desde entonces, he estado con muchas mujeres, pero no me he vuelto a enganar a mi mismo confundiendo sexo con amor. El sexo es siempre bienvenido pero las relaciones, no. En los ultimos anos, he visto caer en las redes del matrimonio a muchos de mis amigos, pero nunca me importo porque siempre podia contar con Marcos. Y lo digo en pasado porque una nueva llamada suya me saco de mis cavilaciones y dio paso a un nuevo tsunami: --David, Ana quiere que me confirmes si vendras solo, ?que dices? Y en ese preciso instante fue cuando la decision de Marcos empezo a modificar el devenir de mi existencia. No es que la maldita pregunta hiciese replantearme la escala de valores por la que felizmente me regia desde hacia anos, no. Lo unico que ocurria es que sabia reconocer un reto cuando lo veia y Marcos me estaba desafiando a conseguir una chica a la que poder llevar a un acontecimiento como aquel. --Si estas insinuando que no conozco a ninguna mujer que me quiera acompanar a tu fiesta de compromiso, estas muy equivocado. --Estoy seguro de que cualquiera de tus ultimas amiguitas estaria encantada de acompanarte aunque, si lo haces, igual piensan que quieres algo mas serio. Ademas, no creo que ninguna de ellas te haga quedar muy bien delante de mis suegros y nuestros clientes mas importantes --anadio Marcos con sorna. --No tienes que recordarme de donde viene tu familia politica. Pero como mi mejor amigo que eres, deberias tener un poco mas de fe en mi. Aun quedan dos semanas para el gran dia y te apuesto lo que quieras a que acudire del brazo de la combinacion perfecta entre una primera dama de los EEUU y una top model internacional. --Estoy deseando que llegue el momento y verlo con mis propios ojos. El tiempo pasaba volando y ya solo quedaban setenta y dos horas para que se cumpliera el plazo. Aunque aun no habia encontrado a la mujer adecuada que me acompanase a la fiesta de compromiso de Marcos, tenia dos opciones. Podia rendirme, asumir la derrota y dar a Marcos un motivo para machacarme los proximos meses, o bien, podia luchar hasta que el arbitro pitase el final del partido. O lo que es lo mismo, tirar de agenda y probar suerte. Por mucho que Marcos me tomase el pelo, entre todas las mujeres que habian pasado por mi vida, tenia que haber mas de una que estuviera encantada de acompanarme. Con mi venerada Biblia de soltero en la mano, hice una short list con los mejores contactos que encontre en la agenda, tras lo cual decidi empezar llamando a Marta. Eramos muy amigos en la universidad y tras dejarlo con Esther fuimos folla-amigos hasta que todo termino cuando ella se lio con un tipo mayor. Con la moral muy alta, marque el numero de su casa y tras varios tonos una voz femenina respondio desde el otro lado de la linea telefonica: --Buenos dias. ?Podria hablar con Marta, por favor? Soy David, un companero de la universidad. --Supongo que esta de broma. Mi hija termino la universidad hace anos. --Disculpe, creo que me he explicado mal, lo que queria decir es que somos amigos desde la universidad. ?Esta ella en casa? --?Y dice que son amigos? Permitame que lo dude. Si asi fuera sabria que mi hija Marta no vive aqui desde hace mas de cinco anos. ?Mas de cinco anos? Tirando de mi encanto natural consegui que la madre de Marta se relajara y me contara que Marta se habia ido de casa cuando se caso y que acababa de tener su segundo hijo, un bebe que ya tenia ocho meses. La siguiente en la lista de muy probables era Sonia y como me sentia muy osado y estaba casi seguro de que iba a aceptar en cuanto le hiciera la propuesta, decidi dejarla para el final. La verdad era que me picaba la curiosidad, y mi espiritu de cazador de las cavernas me llevaba a querer explorar todas las posibilidades. Con Sonia sentada en el banquillo de suplentes, decidi que era el momento de probar suerte con Patricia y Lucia. Dos llamadas, dos negativas. Igual no era mi dia de suerte. Patricia parecia algo dolida por el modo en el que lo dejamos. Segun ella, cuando le dije que la llamaria no pensaba que iban a pasar anos... y Lucia, en cuanto respondio a mi llamada, me espeto: --Ni te atrevas a preguntarmelo. Acabo de hablar con Patricia y para tu informacion desde que nos dejaste somos muy amigas. !Que agresividad! Con el convencimiento de que nunca fundarian mi Club de Fans, pense de nuevo en Sonia. Era el momento de sacarla al terreno de juego. ?O no lo era? La puerta de mi despacho se abrio de repente y ahi estaba de nuevo Marcos preguntandome con sorna: --?Ya has encontrado victima? Te recuerdo que el domingo es el gran dia. --Y yo te recuerdo que eres un capullo. --?Tomamos algo? --pregunto cambiando de tema. --Esta bien. Esperame en el bar de Carlos. --Ok, recojo y te veo alli en veinte minutos

  • Y cuando menos te los esperas Tapa blanda – 11 octubre ...

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  • Cuando menos te lo esperas (2003) - Filmaffinity

    https://www.filmaffinity.com/es/film658192.html

    Cuando menos te lo esperas es una película dirigida por Nancy Meyers con Jack Nicholson, Diane Keaton, Keanu Reeves, Amanda Peet, ... Tráiler (INGLÉS) ...

  • Traducción en inglés de “esperar” - Collins Dictionary

    https://www.collinsdictionary.com/es/diccionario/espanol-ingles/esperar

    llamará cuando menos te lo esperes he'll call when you least expect it. ▫ idiom: esperar algo como agua de mayo to await sth with eager anticipation.

  • Traducción en inglés de “no esperaba menos de ti” - Collins ...

    https://www.collinsdictionary.com/es/diccionario/espanol-ingles/no-esperaba-menos-de-ti

    ¡la que te espera cuando llegues a casa! you're (in) for it when you get home! ... ¿esperas visita? are you expecting someone? ... ¿acaso esperas que pague yo? you' ...

  • Something's Gotta Give - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/Something%27s_Gotta_Give

    Something's Gotta Give (Cuando menos te lo esperas en España y Alguien tiene que ceder en Hispanoamérica) es una película del género comedia romántica del ...

  • leer un libro entero - Traducción al inglés – Linguee

    https://www.linguee.es/espanol-ingles/traduccion/leer+un+libro+entero.html

    que yo puedo leer un libro de capítulos entero en más o menos [...] media hora. ... Podría escribir un libro entero acerca de cómo esperas [...].

  • Cuando menos te lo esperas -

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    Digital Cloud Reader allows you to read books easily. It's plenty of funcionalities for readers.

  • La chica invisible de Blue Jeans

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  • Relatos ‘Segundas Oportunidades, Becca Berger de Becca Berger

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    Una segunda oportunidad para amar… para volver a sentirte completa. Superar cada obstaculo vale la pena si al final, puedes compartir tu vida con tu otra mitad.

  • Yo soy una senora de Jaime Bayly

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    “Yo desde chica, he sido muy de derecha. Nunca he sido comunista, tan bruta no soy. He sido marihuanera, pero no comunista, he sido marihuanera de derecha”.

  • Por nuestro amor de Maria Isabel Salsench Olle

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    Es al separarse cuando uno comprende la fuerza con que se ama.

  • Bajo los tilos de Maria Jose Moreno

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    Una novela de sentimientos encontrados -dolor, angustia, felicidad, esperanza, reconciliacion- en la que descubrimos que no conocemos a nuestra propia familia.
    Elena fallece en el avion que la traslada a Nueva York sin que nadie, ni siquiera su familia, este enterado. Al fin y al cabo, ?que sabemos en realidad de nuestros padres?
    Maria Jose Moreno (Cordoba, 1958) es autora, ademas, de Vida y milagros de un ex (2013), La caricia de Tanatos (2013) y El poder de la sombra (2016).

  • El Rey de los cuatro confines. La estrella caida de Marc Sans

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    La paz duradera en los Cuatro Confines se sostiene con pinzas. Las dos superpotencias mundiales (los Dominios Aliados de Kramel y la Comunidad de Vyneran) tienen suficientes reservas del mineral magico urum para lanzarse Canones de Sizla entre ellos y aniquilar a todo el planeta. En estas fragiles circunstancias -conocida como la Guerra Sigilosa- el Consejero Real Oxdon (en nombre del Rey Drogivus de los Dominios) llega a lomos de su dragon Flecha de Fuego a la Fortaleza Roja para parlamentar con el Rey Kurvezh, amenazado por todos los frentes posibles. El acercamiento entre los dos paises se ira sucediendo de forma sorprendente, dejando ver la cara mas oscura de todos los personajes involucrados en este conflicto de intereses.

  • Un hombre al mando de Laurelin Paige

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    Tenia el brazo levantado y el movil en la mano mientras buscaba cobertura cuando lo oi. Un maullido leve. El tipico sonido de un gatito en apuros. Aguce el oido y examine a mi alrededor. Detras de mi, cuatro estructuras con forma de silo se erigian apinadas. Abajo, el bar de la azotea bullia de actividad. Enfrente, el Empire State atraia todas las miradas, resplandeciente con los colores del arcoiris (en honor a la manifestacion en favor del colectivo LGBTQ, convocada para ese fin de semana), pero el exceso de luces centelleantes de discoteca del local hacia palidecer la atraccion turistica. Habia mucho barullo, una de las razones por las que me habia escabullido a la parte mas alta del edificio: queria hacer una llamada. El otro motivo que me habia empujado a subir a la azotea era que todavia no habia conseguido que en mi pantalla apareciera mas de una raya de cobertura. Los maullidos, conclui, debian de proceder de los depositos, sirvieran para lo que sirvieran. Imagine que hacian las veces de trastero para guardar objetos mecanicos para el edificio: para el sistema electrico, el aire acondicionado y vete a saber que mas. Algun arquitecto de esos de prestigio habia decidido, por alguna razon, que unas torres cilindricas de un tono bronce con tapas que parecian un sombrero conico asiatico eran el mejor modo de hacer que el material industrial quedara mas bonito. De verdad, la ultima moda en diseno de la ciudad de Nueva York escapaba a mi entendimiento. Para mi, tenian una pinta rarisima. Ademas, los habian colocado en la parte mas alta de un edificio de sesenta plantas, de modo que la probabilidad de que hubiera oido a un gatito extraviado era bastante infima. De todas formas, el ruidito habia cesado. Es probable que hubiera sido el chirrido de un generador o que me lo hubiese imaginado. Volvi a centrarme en el movil. Dos rayas si me situaba en esa direccion. Termine de subir los tres escalones que faltaban para llegar por fin a la planta superior. !Tres rayas! Con eso bastaria. Pero... volvi a oir al gatito. Otra vez. Y otra. Quedaba descartado que fuera algo mecanico. Baje la mano con la que sostenia el telefono y empece a rodear uno de los depositos. Si no se trataba de un gato (porque tan arriba no podia ser, ?no?), ?que era entonces? ?Esos ruidos los podian hacer las ratas? Solo de pensarlo me puse a temblar. Lo cierto es que no tenia ningun motivo para ponerme a buscar de donde procedia el sonido. Pero ?y si era un gatito? Quiza los del bar hipster de abajo tenian uno aqui en la azotea para que mantuviera a raya a los ratones. No era una idea tan descabellada y me empezo a picar la curiosidad, asi que, en contra de lo que me dictaba el instinto, segui rodeando el segundo deposito. De pronto, me quede petrificada. Aquel ruidito no lo emitia un animal, sino una mujer. Se encontraba a unos cinco metros y apoyaba la espalda en la pared de ladrillos de una chimenea al otro lado de los depositos. Tenia los ojos cerrados, llevaba un vestido de fiesta remangado por la cadera y los sonidos que emitia eran gemidos de placer, no de sufrimiento. Segun parecia, se los estaba provocando el hombre situado delante de ella. En concreto, su mano, que se movia entre sus piernas. Y !uf!, a juzgar por la expresion de la mujer, el hombre sabia lo que hacia. Retrocedi con sigilo y a toda velocidad mientras rodeaba el deposito y solte el aire despacio. No sabia si echarme a reir o... bueno. ?Es que que otra reaccion iba a tener, si no? Desde luego, el cosquilleo instantaneo de excitacion que se me habia despertado entre los muslos no era la respuesta adecuada. Vamos, que lo mejor era reirse. Me rei en silencio, para no molestar a los <>. Sin embargo, cuando el impulso de tomarmelo con humor se desvanecio, el cosquilleo seguia ahi. Hacia mucho tiempo desde la ultima vez que habia echado un polvo. La ultima relacion seria que habia tenido termino en verano, y luego busque un clavo que sacara a otro calvo durante el fin de semana de Halloween, pero, desde entonces, nada... y estabamos a principios de septiembre. !Madre mia, pero si ya casi hacia un ano! No me extranaba que sintiera tanta curiosidad por aquel par de desconocidos que se metian mano en un rincon apartado de la juerga en la azotea. La excitacion indirecta era demasiado tentadora. Sin hacer ruido, rodee el deposito de puntillas con el cuerpo pegado al edificio. Solo queria... echar una miradita. Guau. Esta segunda vez, la escena era tan sensual como la primera. Mas incluso ahora, que la mujer empujaba las caderas hacia la mano de el. La forma en que el hombre le sostenia las manos por encima de la cabeza, el hecho de que no se estuvieran besando, que los unicos puntos de union entre sus cuerpos fueran la mano de el que le agarraba las munecas y la otra metida entre sus piernas, constituian un espectaculo obsceno, lisa y llanamente. Y cuando ella solto otro gemido, por poco no se me escapo uno a mi tambien. Tome nota mental: <>. Tanto, que habia olvidado por completo la razon por la que habia subido a la azotea. Tanto, que me palpitaba la entrepierna. Tanto, que ni se me ocurrio esconderme cuando la mujer profirio un ultimo grito ahogado y se estremecio al llegar al orgasmo. Era evidente que aquel era el preciso instante en que deberia haberme ido. Bueno, vale, deberia haberme ido antes, pero como no lo habia hecho, el momento era ese. Sin embargo, me quede ahi, pasmada por la actitud indiferente con la que el hombre se saco un panuelo de un bolsillo interior del esmoquin y se limpio la mano antes de metersela en el bolsillo. Ni siquiera se lo ofrecio a la mujer. No fui la unica que se dio cuenta. Ella puso mala cara mientras se recolocaba el vestido, pero enseguida recupero la sonrisa. Se echo la melena castana por encima del hombro (oscura, pero no tanto como la mia), se acerco a el y le toco la entrepierna. --Va, Eden, que tu ya has terminado... --Aunque no alcanzaba a oirlo todo desde mi escondite privilegiado, si que vi con claridad que el le apartaba la mano. --Pero tu no --dijo ella entre susurros. El la miro fijamente unos segundos. Ojala hubiera estado de cara a mi para poder ver su expresion. Oye, que complicado era espiar a gente que no cooperaba. --No te esfuerces --repuso al final. Una negativa, clara como el agua. No necesite verle el rostro para saberlo--. La unica razon por la que he hecho que te corrieras ha sido para que me dejes en paz. <>. !Menudo imbecil, el tio! Bueno, o quiza no. Habia que tener en cuenta que, antes de rechazarla, le habia provocado lo que, a todas luces, habia sido un orgasmo de calidad excepcional. Claro que carecia de la informacion necesaria para formarme una opinion a partir de lo que habia visto. Pero era dificil no figurarme los detalles de la situacion mientras observaba la escena como quien come palomitas, y, en mi imaginacion, al tipo se le daba tan bien follar como tener los modales de un autentico imbecil. La experiencia me habia ensenado que ambas caracteristicas iban de la mano. Eden se aclaro la garganta, pero parecia que sabia cuando retirarse: --Tu te lo pierdes. Sabes perfectamente que te trato muy bien. --Si, exacto. Ese es el problema. Madre mia, menudo cabron. Era el tipico tio que necesitaba poner distancia. El tipico que solo se enrollaba contigo una vez y si te he visto no me acuerdo. Recorde que habia alquilado el bar de abajo entero, en la azotea, para celebrar una fiesta con invitados de clase alta, y lo cale: un ricachon arrogante que se creia que tenia privilegios. Todo un casanova, vamos. Lo mejor que Eden podia hacer era salir disparada en direccion contraria. Se le borro la sonrisa. Irguio la espalda y lo fulmino con la mirada. --Eres un imbecil. <>. El casanova se encogio de hombros. --Ya te lo adverti. --Me avisaste, pero sabias que, al hacerlo, darias ni mas ni menos que la imagen contraria. Mira, ?sabes que? Te mereces estar tan amargado. Parecia que estaba a punto de irse, lo que significaba que yo debia salir por patas, pero vacile al ver que el alargaba la mano y la agarraba del brazo. --Espera, Eden. La expresion de esta se suavizo, aliviada, como si hubiera deseado que el la detuviera. Yo tambien sabia lo que era albergar esa esperanza. Ademas, estaba bastante segura de que Eden sabia donde se metia cuando se habia enrollado con este cabron, pero, aun asi, me costaba no empatizar. Le solto el brazo y le acaricio el rostro. Y, justo cuando creia que el casanova quiza no estaba tan mal, espeto: --Limpiate antes de bajar. Se te ha corrido el rimel. Eden se aparto de golpe y, sin mediar palabra, se fue echa una furia. Una furia que venia derechita hacia mi. <>. Sali disparada y rodee el deposito lo suficiente para que no me viera cuando bajara las escaleras, pero no tanto como para que don imbecil me viera desde el otro lado. Entonces, espere mientras trataba de oir sus pisadas para saber cuando podria salir de mi escondite. Por lo visto, el cabron caminaba de forma muy silenciosa, porque no se oia ni una mosca. Asi que me puse a contar hasta doscientos, solo para estar segura de que habia pasado el tiempo suficiente. Y me pase de los doscientos tambien, porque perdi la cuenta un par de veces cuando me asalto una imagen de la escena tan sensual con la que me habia encontrado. Sin duda, en la lista de pendientes debia anadir <>. No podia seguir asi. Al fin, asome la cabeza por donde lo habia visto la ultima vez. No habia nadie. Avance unos pasos para asegurarme. No estaba en ninguna parte. Suspire, aliviada. --?Buscas a alguien? Di un bote al oir la voz a mi espalda. Gire sobre los talones y lo vi de pie, entre las sombras, donde habia estado escondida hacia tan solo unos segundos. Era imposible que supiera que yo estaba alli. Imposible. Igual de imposible que que supiera que los habia visto. Llegue a esas conclusiones en un instante, de modo que me hice la inocente: --Me habia parecido oir a un animal. Un gatito atrapado. Solo estaba echando un vistazo. <>. --Un gato. En la azotea de un edificio de sesenta plantas. --No se lo creyo, como era logico. --Ya, a mi tambien me parecia raro. Por eso estaba echando un vistazo. --Aja. Estaba tan nerviosa que me habia puesto a sudar. Tenia muy presente que habia venido a la fiesta haciendome pasar por quien no era y, aunque no habia ninguna razon para que este tipo lo pusiera en duda, la posibilidad habia hecho que me pusiera en guardia. Pero eso no tenia por que ser positivo per se. Porque deberia haber defendido mi version (era la verdad, al fin y al cabo) y haberme largado. El seguia entre las sombras, con el rostro oculto en la oscuridad. Tampoco es que fuera a tratar de impedirmelo. Con todo, esas dos silabas encerraban una provocacion, un reto implicito, y quien me conocia sabia que yo no era de las que salian corriendo ante un desafio. Di un paso adelante para acercarme. --?Aja? ?Aja, que? ?Que quieres decir con eso? ?No me crees? Se encogio de hombros con la misma indiferencia que le habia demostrado a Eden. --Aja solo quiere decir aja. --Ah. --Quiza me lo habia imaginado. Toda esta odisea habia sido un error. ?Por que habia creido que seria capaz de hacerlo sin perder los papeles? Tal vez era el tipo de persona que no se achicaba ante un desafio, pero tampoco era estupida, y haber venido a esta fiesta habia sido una absoluta insensatez. Ademas, estaba imaginando conflictos donde no los habia--. Bueno, pues... --dije y me di la vuelta para alejarme de ese hombre misterioso. Del mismo modo que habia alargado la mano para detener a Eden, elevo la voz para detenerme a mi. --?Sabes? Creo que has venido a echar un vistazo porque has oido algo y luego te has topado con otra cosa. Y en vez de irte..., has preferido quedarte. Gire sobre mis talones de nuevo. --No me he... --perdi el hilo de golpe. Habia salido de las sombras y ahora, por primera vez, le vi la cara. Y era impresionante. Impresionante nivel: te quedabas sin respiracion. Impresionante nivel: braguitas chorreando. No me extranaba que Eden se hubiera muerto del gusto con el. Los hombres normales y corrientes no eran asi. Este era como un modelo de portada de revista. Si me hubiesen obligado a describirlo, no habria sido capaz de decir que lo hacia tan atractivo. Todo. La forma en la que encajaban sus rasgos. Los pomulos marcados. La mandibula cincelada y manifiesta bajo una barba castana, cuidada y corta. Los ojos... (habia demasiada poca luz para identificar el color, pero estaban colocados en el lugar perfecto). Y, aunque su apariencia por detras se disimulaba bastante, el traje confeccionado a medida que llevaba revelaba lo suficiente de la parte frontal para apreciar que tenia un cuerpo muy bien definido como quien no solo tiene un gimnasio en casa, sino que tambien se pasa horas en el. Me sorprendio tanto, me pillo tan desprevenida, que vomite las palabras antes de tener la oportunidad de refrenarlas: --Ostras, menudo pibon. La verguenza me subio por el cuello hasta el rostro. Mi piel olivacea no se sonrojaba con facilidad, pero la sangre todavia se me acumulaba en la cara cada vez que hacia el ridiculo. Y acababa de hacer un ridiculo monumental. Era imposible arreglarlo. Mientras me mosqueaba conmigo misma y me moria por el bochorno, el metio cucharada como si nada: --Justo estaba pensando lo mismo de ti. Me acababa de tirar los tejos. Y hacia nada que le habia provocado un orgasmo a otra mujer. Pero que bien lo habia calado. Era un donjuan de manual. Me eche a reir, en parte por los nervios y tambien porque no me lo podia creer. --Eh... no. Eso no. No vamos... No. Gracias, pero creo que me voy a ir. Estaba tan nerviosa que no habia acabado de dar la media vuelta cuando me detuvo de nuevo. --No, espera. Lo siento. No queria pasarme de la raya. Como lo has dicho tu primero, creia que podia responderte en los mismos terminos. Reflexione unos segundos antes de contestar (algo que sabia que deberia hacer mas a menudo). Bueno, vale. Habia decidido que no era mas que un ligon, pero no tenia pruebas de ello. Y luego habia sido yo quien le habia soltado aquello a un completo desconocido. Sin duda, era yo quien se habia pasado de la raya. --Si que lo he hecho --admiti--. Lo siento, me ha salido solo. --No hace falta que te disculpes. --Su sonrisa brillaba como el oro. Resultaba hipnotica. Capaz de convencer a muchas mujeres para cometer estupideces con tan solo exhibirla. Desee que ese <> no me incluyera a mi. Pero tambien era realista, asi que me puse en guardia porque lo mas probable era que yo tambien formara parte de dicho grupo. Y todavia estaba alli parada. --Tambien se aplica a que te hayas quedado aqui arriba despues de presenciar lo que te has encontrado. --Estaba decidido a obligarme a admitir lo que habia visto. Eran meras suposiciones. Solo tanteaba el terreno. Sin embargo, ?habia alguna razon de peso para negarlo? Sentia curiosidad por saber hacia donde queria llevar la conversacion, de modo que me limite a preguntar: --?Y? --Y eso, combinado con el comentario que has hecho sobre mi fisico, me ha dado a entender que esta conversacion podria terminar de una forma muy distinta. --Avanzo hacia mi al acecho, como un depredador. Lo juro. Como un depredador. Que locura lo sensual que podia resultar un hombre con tan solo dar un par de pasos. Y una locura todavia mayor era lo mucho que me estaba afectando. Y, ay, la madre, me habia costado unos segundos procesarlo, pero ?de verdad acababa de soltarme eso? --Por favor --dije, con un grunido de irritacion que iba tan dirigido a mi como a el--. Solo porque te he pillado en plena faena por casualidad, ?crees que ahora yo tambien voy a querer? --No, claro que no. --Se volvio a encoger de hombros con indiferencia--. Solo porque te hayas quedado mirando... Otra oleada de sangre me incendio las mejillas. El habia estado de espaldas a mi durante todo el rato. Eden ni siquiera me habia visto y era ella quien estaba de cara a mi. ?Me habia equivocado? Quiza en la pared de ladrillo habia algo reflectante. Me gire para examinar el lugar donde habia estado el. Volvi la vista atras hacia el punto donde habia estado yo. No, para nada. Imposible. No me habia visto. Me gire para enfrentarme a el con una sonrisa de satisfaccion. --Es imposible que lo sepas. Entonces, me devolvio la misma sonrisa, porque acababa de confesar que, en efecto, me habia quedado mirando. --Estaba evaluando si habia sido consentido --anadi, en un arranque. --Claro, te preocupaba la seguridad de otra mujer. --Exacto. --La mentira me hizo sentir honrada. Como si, en realidad, me hubiera comportado como una heroina en vez de una mirona, motivada por la preocupacion de si Eden estaba sufriendo una violacion o no. Su sonrisita de autosuficiencia me decia que no lo enganaba, pero me siguio el juego: --Espero que hayas llegado a la conclusion de que era consentido. --Al menos por parte de ella. --Lo dije porque pense que seria una pulla, pero, al oirlo, me di cuenta de que parecia que estuviera tonteando. Joder. Quiza si que tonteaba. Su expresion reflejaba la misma duda. --No me he visto obligado a hacer nada que no quisiera. Pero si, razon no te falta. Estaba un poco distraido. En cambio, tu tienes toda mi atencion. --Dudara o no, tenia un descaro impresionante. Y a mi me encantaban los ligones atractivos y descarados. Pero enrollarme con uno no formaba parte del plan de esa noche, asi que tenia que irme. --Ah, muy bien --continue, echa un lio y atontada--. Vale. Si. Me... Bueno. Gracias, pero no. Solo habia subido para hacer una llamada, asi que voy a ello. --Tuve la sensatez de largarme, pero fui incluso mas sensata al decirle mientras me iba--: Por favor, no me sigas. Bueno, quiza no habia sido la sensatez lo que me habia impulsado a echar un ultimo vistazo en su direccion. Queria saber si estaba mirando como me iba. Y, quiza soy una idiota, pero me encanto saber que, efectivamente, lo hacia. Capitulo 2 Teyana respondio tras el primer tono de llamada. --Cuentamelo todo. Yo seguia con la cabeza perdida entre los depositos, en ese desconocido tan atractivo y exasperante. Seguramente, deberia haberme esperado a que me bajara el sofoco antes de llamar, pero me moria por ponerme al telefono para que pareciera que estaba haciendo algo, por si se le ocurria seguirme. No obstante, no habia sido el caso y ahora estaba condenada a hacer un esfuerzo por hablar. Solte algo a medio camino entre un grunido y un suspiro. --Todo iria mejor si estuvieras aqui --asegure, y era la verdad, pero no lo habria expresado como una quejica si hubiese estado centrada. Al instante, trate de suavizar mi comentario--. Quiero decir, se que no seria lo mejor para ti, pero lo seria para mi, y no trato de hacer que te sientas mal, pero es que me gusta que me acompane mi amiga. Joder, que insensible. Mira que centrarme en como me sentia yo y lo mierda que era tener que estar sin ella en vez de preocuparme porque Teyana si que sufria a nivel fisico. Sabia comportarme como una buena amiga para alguien que padecia una enfermedad cronica y agotadora, pero, de vez en cuando, metia la pata hasta el fondo. --Lo siento --anadi, mientras desee haber comenzado por ahi. --Eh, va, no empieces... --Como solia pasar, Tey termino por consolarme a mi--. Soy muy consciente de que mis brotes no solo son una molestia para mi. --Pero es que ahi esta el problema: que solo para mi son una molestia. Para ti, son algo mucho peor. --Si --reconocio--. Son una absoluta mierda. Ojala pudiera estar contigo, de verdad. Ese habia sido el plan original: venir juntas. De hecho, cuando habia visto la invitacion entre la correspondencia de mi jefa, mi idea habia sido tirarla a la basura y no darle mas vueltas, pero Tey me la habia quitado de las manos y los ojos se le habian iluminado con un plan. <>, le habia senalado yo. <>. <>. <>. Fue entonces cuando me lo plantee en serio. Kendra nos habia prestado ropa a Teyana y a mi millones de veces desde que las tres nos conocimos y nos hicimos amigas cuando cursabamos el master en la Universidad de Georgetown. Aunque ya no eramos tan intimas como entonces (convertirse en mi jefa tras la graduacion habia cambiado las dinamicas de la relacion), sin duda me habria prestado algo de haber estado alli. Claro que, si hubiera estado alli, yo no habria fisgado entre su correspondencia y no habria descubierto que se celebraba esta fiesta. Tey debio de darse cuenta de que mi conformidad se abria paso: <>. Los Sebastian pertenecian a la realeza estadounidense. Tenian dinero invertido en todo, desde el acero y el petroleo hasta medios de comunicacion y tecnologia, de modo que, practicamente, la ciudad entera les pertenecia. Su apellido figuraba en tantos edificios como el de los Rockefeller, entre los que se contaba el Sebastian Center, la sede principal de la mayor parte de sus negocios en Nueva York. Y una fiesta con estos fabulosos millonarios como anfitriones resultaba, sin duda, tentadora. <>, habia insistido Tey. <>. Y como razon no le habia faltado en ese sentido, y dado que ultimamente estaba un tanto resentida con Kendra, yo habia accedido. Pero entonces, Teyana sufrio un brote que la mando derechita a la cama y en posicion fetal. Solo habia aceptado acudir a la fiesta para que ella pudiera vivirla de forma indirecta a traves de mi. Hacia tanto tiempo que eramos amigas que era consciente de que, a veces, lo unico que podia hacer para aliviar su enfermedad era vivir mi propia vida al maximo. En muchos sentidos, el hecho de que Teyana padeciera esta enfermedad me habia impulsado a ir mas lejos de lo que habria ido yo sola. Y eso me hacia sentir incluso mas culpable. --?Como te encuentras? --le pregunte esta vez. --Mareada, y es como si alguien no dejara de clavarme un cuchillo de sierra entre las costillas. Pero, sobre todo, estoy aburrida, asi que distraeme y cuentame como va la fiesta. --Bueno... --Lo cierto era que apenas habia pisado la fiesta. Me habia paseado de una punta a la otra de la azotea, habia pillado unos cuantos aperitivos exoticos de las bandejas que se paseaban por el local y, por fin, habia subido por la escalerilla para buscar cobertura y llamarla. Sin embargo, esta version de la noche no iba a distraerla, asi que trate de echarle mas miga: --Todo el mundo va muy elegante, por supuesto. Ropa exclusiva, de diseno. De hecho, me da la sensacion de que no voy todo lo arreglada que deberia, y mira que llevo un Dolce & Gabbana. --He visto la foto. Encajas a la perfeccion, te lo aseguro. Baje la mirada en direccion a la falda de tul rosado. --Parezco una bailarina. --Pareces la primera bailarina del ballet de Nueva York, en todo caso, y eres un pibonazo. Y punto. ?Que mas? Venga, cuenta.

  • Una Larga Espera de Joan Elliott Pickart

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    Habia dejado su corazon en aquel lugar. y ahora regresaba para entregarselo a el.

  • Siempre estuvieron ellas de Javier Santamarta Del Pozo

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    Espana es un pais femenino. Dudarlo seria no reconocer que su Historia esta salpicada, y aun forjada, por mujeres que despuntaron en todos los campos en que quisieron destacar. Tanto si era posible, como si no. Espana es un lugar donde las mujeres han desarrollado un papel como en pocos sitios mas podemos encontrar. Hay heroinas, literatas, reinas, escultoras, inventoras, cientificas, santas. Mujeres avanzadas a su tiempo que se toparon con trabas e impedimentos y que, pese a todo, triunfaron. Magnificos exponentes del coraje y del empeno puesto en una causa, aunque les costara la vida.

  • Seducida por su ex de Anne Oliver

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    Pertenecian a mundos diferentes.

  • El librero de Roald Dalh

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    En Londres, el librero William Buggage y su ayudante la senorita Tottle, se dedican a estafar a viudas de hombres importantes enviandoles facturas falsas de supuestas compras de literatura pornografica que habrian realizado sus esposos recientemente fallecidos. Las viudas para evitar el escandalo, las pagan. El final, como siempre en Dalh, sorprendente e inesperado.

  • Un guiso de lentejas de Mary Cholmondeley

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    <>. Asi arranca uno de los capitulos de esta novela cuya publicacion, en la Inglaterra posvictoriana, causo un escandalo por plantear cuestiones como la emancipacion de la mujer. A la manera de una Jane Austen al alba del siglo XX, esta discipula de Henry James narra un episodio de la vida de dos amigas desde la infancia cuyos diferentes rumbos -la una es escritora y la otra, joven heredera- se enfrentan al provincianismo del entorno rural, asi como al esnobismo de la sociedad londinense a traves del amor a la escritura, por un lado, y la busqueda del amor verdadero, por otro.

  • LONDON: ?Destino o casualidad? de Luz Rios

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    El mundo conspira, las circunstancias se acoplan y las piezas de mi vida encajaron hasta llevarme a mi alma gemela. ?Casualidad o destino? Mi respuesta es destino, no puede haber otra cuando el viaje de tu vida te lleva a encontrar a ese ser que te ilumina, te mejora, te comprende y te acompana; ese amor que tiene el poder de destruirte, pero que dentro de la destruccion te hace renacer en una mejor version de ti. Esta novela habla de lo que me llevo a encontrar ese amor, aceptarlo en mi vida y permitirme renacer.
    Se que a el lo encontrare en cada una de mis vidas.

  • Bombay sin salida de Alfredo De Braganza

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    Nada igual le habia sucedido en el pasado. El corazon le palpitaba dolorosamente. Sintio un agudo pinchazo en el pecho. Laura Garcia sabia que iba a morir. --Mierda, me muero --mascullo con el sudor provocado por el panico, victima del proceso conocido como <>. --Te pondras bien --le dijo David apretando con fuerza la herida del costado. Tenia las manos manchadas de sangre. La garganta de Laura emitio un ruido al tragar saliva. La tapiceria del asiento estaba llena de cristales rotos. David habia tenido que romper la ventana para amedrentar al tembloroso conductor de que o los llevaba al hospital o se quedaba sin vehiculo. Laura asintio al tiempo que se puso a temblar, pero empalidecio todavia mas. Trago otra vez saliva con dificultad. --Lo siento. --Habia un deje quejumbroso en su voz. Tenia los ojos anegados en lagrimas, los latidos del corazon le resonaban con fuerza en la cabeza y en el pecho--. No debi haberte llamado. --No es un tema para tratar ahora. Te pondras bien. David Ribas conocia la ciudad de Bombay como la palma de su mano. Con aspavientos, iba dirigiendo desde el asiento trasero al asustado conductor del taxi que camino tomar por las callejuelas intrincadas formadas a base de improvisacion en una ciudad superpoblada. Se encontraron de frente con una inesperada fila de vehiculos obstaculizando el trafico. Ninos, bicicletas y un vendedor de cacahuetes tostados pasaban junto a ellos bajo el calor humedo. David fruncio el ceno en gesto reflexivo. Miro por las ventanas laterales, buscando una salida. No la habia. --!Vamos! --ordeno a gritos antes de quedar taponados--. !Atras, atras! El conductor dio marcha atras, se oyo un sonoro ruido en la caja de cambios y la rodadura del neumatico quedo marcada en el asfalto. Dos motocicletas se apartaron para dejarle paso. El coche dio la vuelta por completo y, cuando lo tuvo enderezado hacia la direccion contraria, piso el acelerador a fondo. A punto estuvieron de que un camion colisionara brutalmente con ellos. Si no sucedio fue gracias a la pericia del conductor del camion, que consiguio esquivarlos en el ultimo momento. Cuando giro bruscamente de nuevo saltandose la mediana, metio tercera y se salto un semaforo el rojo. El coche apestaba a liquido de embrague chamuscado. --!A la derecha! --le grito David indicando la direccion con el brazo extendido hacia un lado. Cruzaron la interseccion Chapekar Chowk para adentrarse en una serie de calles estrechas, haciendo caso omiso de indignados bocinazos. Del Consulado de Espana, situado en la zona de Nariman Point, al hospital mas cercano la distancia no era mucha, pero aquel mediodia Marine Drive, el paseo maritimo tambien conocido como <> (cuando se ve por la noche desde un punto elevado en cualquier lugar a lo largo del malecon, las luces de la calle se asemejan a un collar de perlas) estaba bloqueado por el trafico. Hacia pocos minutos que la explosion por el atentado habia sumido en un autentico caos las inmediaciones y los accesos por carretera de Bombay, capital financiera de la India, ya de por si sujeta a las molestias del crecimiento, asi como a la alterada vision de la incomoda convivencia de la riqueza con la inmensa pobreza, de lo moderno con lo viejo. Tras las rapidas indicaciones del espanol, el conductor entro en una amplia avenida. De repente, dio un volantazo para esquivar a un vendedor ambulante de fruta que pretendia cruzar la carretera empujando su carro lleno de mercancias. Despues, enfilo en direccion recta con un rugido. A David le vino a la memoria algo curioso que habia aprendido en los inicios de su estancia en la India: por reaccion automatica e inconsciente una persona, en caso de emergencia, siempre tiende a desviarse hacia la izquierda. Por este motivo conducir en la India es mas seguro que en otros paises, ya que el conductor con prisas y panico que se sale de la carretera va al arcen; de lo contrario, ocasionaria una colision frontal. Tras indicarle a voz en grito que direccion tomar, el conductor hindu, empapado en sudor y empujado por el nerviosismo, obedecio virando a la derecha, saltando de nuevo otra mediana, internandose en direccion contraria y haciendo posteriormente un giro hacia una calle perpendicular a velocidad supersonica. Intimidados por esta agresiva forma de conducir, los vehiculos que venian de frente se apartaban. Los ojos del conductor pasaban continuamente del frente al retrovisor interior y al lateral. Al entrar en una calle de un solo sentido se toparon con la comitiva de una boda. Frente a ellos, a escasos metros, el novio iba a lomos de un caballo enjaezado. Habia musica y bailes al ritmo estridente de una cancion popular de Bollywood. La gente tiraba petardos, cantaba y bailaba al son de la musica. El aire caliente y humedo que se colaba por las ventanillas del coche olia a humo de polvora a causa de los petardos. Sin tiempo para pensarselo dos veces, la decision fue instintiva. David grito al conductor: --!Atras, atras! !Rapido! A velocidad vertiginosa, el vehiculo retrocedio hasta dar la vuelta por completo y, tras un derrape en el que perdio el tapacubos de una rueda, se impulso hacia delante y tomo una calle paralela de dos direcciones, donde les recibieron bocinas atronando y conductores que agitaban violentamente los punos y les insultaban desde las ventanillas. El nervioso conductor del taxi recitaba en voz alta un rezo en sanscrito al tiempo que tocaba con una mano las coloridas figuras de las deidades hindues pegadas en el salpicadero para llevarse rapidamente los dedos a la altura del corazon y a los labios. Laura Garcia estaba tumbada sobre el regazo de David. Le miro asustada y solto un grunido. --Aguanta… --La beso en la coronilla. --Perdoname --respondio sosteniendo un sollozo ahogado. --Hiciste lo que debias hacer --repuso el acariciandole el pelo. Tenia la frente perlada de sudor. Desde la distancia se escuchaba el ulular de las sirenas. Dos ambulancias cruzaron en sentido contrario. --?Como supiste que habia venido a Bombay a matarte? --pregunto Laura. En su boca tenia un extrano regusto metalico y por experiencia propia sabia que era el sabor del miedo. David la observaba detenidamente y aguardo un instante. --La experiencia... Siguiendo las indicaciones de su pasajero, el conductor atraveso una mediana entre chirridos de neumaticos y mas estruendo de bocinas del trafico que circulaba en sentido contrario. Luego hizo girar en redondo el coche haciendo un torpe cambio de sentido, saliendo a una carretera mas estrecha y de un solo sentido. Gotas de sudor en las sienes, ojos inquietos, aspecto de nina indefensa. Asustada. --Y aun sabiendo que ibas a morir viniste a verme. --Cada palabra caia lentamente como pesadas piedras. David la escuchaba, pero mantenia la vista al frente, controlando las direcciones que el conductor indio iba tomando. --Si. --Lo unico que deseaba era que sucediera algo que pudiera impedirmelo. --Pues mira que suerte la tuya, yo me muero --mascullo angustiada y temblorosa. --No, no te vas a morir. No lo voy a permitir. --La voz de David temblo por la intensidad de las emociones que lo abrumaban. Antes de cruzar la interseccion con Queen's Road estuvieron a punto de golpear a un vendedor ambulante que empujaba su carro lleno de verduras. --Estamos ya en el hospital --dijo David alzando la voz--. Vamos a conseguirlo. Te pondras bien. !Aguanta! Con el grito, Laura abrio los ojos de par en par. --Escuchame... Escuchame... --dijo tan despacio y tan debil que David se vio obligado a inclinarse hasta que sus narices casi se rozaron--. Eres encantador. El se dio cuenta de que su rostro empalidecia. Tenia los ojos hundidos y los labios de color violeta. Entraron a gran velocidad en el parking del Bombay Hospital & Medical Research Centre. Los viandantes saltaban a los lados al tiempo que el conductor golpeaba insistentemente el claxon y soltaba improperios por la ventanilla. El vehiculo paro frente al porche, en un lugar exclusivo para ambulancias. Un enfurecido guardia de seguridad salio corriendo, apresurandose a llamar la atencion al conductor, pero al ver al pasajero banado en sangre sacando el cuerpo de una mujer, a toda vista extranjera y blanca, corrio de vuelta al interior del edificio pidiendo ayuda a gritos. --!Aguanta! --le grito David al tiempo que subia los escalones con rapidez, sujetando en brazos su cuerpo. Laura esbozo una leve sonrisa y alzo la mano para tocarle la mejilla. David miro alrededor mientras seguia caminando y pedia ayuda en marati y en ingles. Un grupo de enfermeros llego empujando una camilla. Le quitaron de los brazos a Laura y la tumbaron. Mientras uno de ellos empujaba, otra persona pinchaba una bolsa de suero y la conectaba a la via del brazo para aumentar el fluido en su sistema circulatorio y reponer la sangre perdida. David los siguio sujetando la mano de Laura. Las brillantes luces de los plafones del techo robaban todo el color a su rostro y le daban una apariencia espectral. Un medico llego corriendo. Mientras los enfermeros empujaban la camilla por el pasillo, uno de ellos le puso al corriente del estado de la paciente. --Quiero inmediatamente dos vias intravenosas de alto flujo y dos litros de suero salino. !Ya! --grito antes de acercar su rostro a Laura--. Aguante, que ya estamos. --Dirigiendose a David, anadio con seriedad--: Vamos a llevarla de inmediato a la planta superior. Frente a ellos aparecio el rotulo luminoso rojo de <>. Un enfermero detuvo a David, que intento entrar en el ascensor con ellos. --Usted quedese en la sala de espera de la segunda planta --dijo poniendole la mano en el pecho--. Alli tendra que rellenar los formularios pertinentes. David sentia las piernas temblorosas, flojas. Queria aferrarse a ella como un clavo ardiendo, pero se quedo de pie, parado en medio del pasillo, con la ropa banada en sangre y sudor. La rabia le subio por la garganta, pero trago saliva para controlarla. Frente a el, la puerta del ascensor se cerro. Primera Parte Vivir o Morir 1 David Ribas estaba encaramado en lo alto de un andamio hecho con palos de bambu y cuerdas. Sentado a horcajadas, divisaba el parque publico situado a escasos metros, donde unos ninos jugaban alegremente al criquet. Hacia un calor y una humedad poco habituales para aquel mes del ano, y se alcanzaban los niveles de una sauna a vapor. Treinta y siete y subiendo, y todavia no eran ni las doce del mediodia. Se limpio el sudor de la frente con la palma de la mano y, dando martillazos a los tablones de madera, se dispuso a reanudar la tarea de reconstruir el techo del colegio. El propietario, llamado Manjit, que ejercia a la vez de director, no pudo contratar a un equipo de expertos. El colegio no pertenecia al gobierno, ya que, de hacerlo, y debido a las trabas administrativas, acabaria corrompiendose, y llegaria a tener que pagar sobornos hasta para conseguir permisos de luz a ciertas horas o incluso por la distribucion del agua. David llamo a sus hombres y bajo del precario andamio para tomar un vaso de lassi [1] que les ofrecia Manjit en una gran jarra de barro. Entre sorbos, el espanol le dijo a Manjit que estaba convencido de que conseguirian terminar antes de que los jovenes estudiantes comenzaran el nuevo curso escolar. Faltaba un mes hasta que se reanudasen las clases. Ya se imaginaba el tejado restaurado y a prueba de goteras para cuando llegara el monzon. Para terminar el trabajo de remodelacion del techo, David se habia traido a cuatro albaniles que eran unos manitas, pues sabian de fontaneria, carpinteria y pintura. Era todo cuanto necesitaba para ayudar al director a reconstruir su colegio para los ninos de primaria y secundaria que vivian en el cercano barrio de chabolas. No habia hecho falta comprar nada, ya que habia obtenido todo el material gracias a los contactos de Hassena, jefa del crimen organizado en Bombay y protectora del espanol. David Ribas habia llegado a la India hacia anos. Su mujer murio asesinada por terroristas islamistas que asediaron el hotel Taj Mahal Palace, donde se hospedaban. El fue rescatado y devuelto a la vida por Hassena, y desde entonces se habia convertido en su esbirro. Hassena le habia dicho que emplease su tiempo libre en otros menesteres, que ya se encargaria ella de mandar a un equipo de profesionales, pero el espanol queria hacerlo por si mismo. Le caia muy bien el propietario del colegio. Manjit era un hombre de unos sesenta anos que aparentaba ochenta, conocido por su labor altruista, sobre todo en su completa dedicacion a la educacion gratuita para ninos. Uno de los ninos que jugaban al criquet, llamado Sameer, siempre estaba ojo avizor. Era un pequeno desgarbado de unos doce anos, --ni el mismo sabia con exactitud su edad--, con pantalon corto roido y camiseta gris de tirantes. Dejo lo que estaba haciendo y salio discretamente corriendo hacia el colegio. A fuerza de ir andando todo el dia descalzo, tenia las plantas de los pies tan duras como las suelas de unas sandalias. Con sonidos guturales, se acerco llamando la atencion del espanol sentado en lo alto del andamio. Desde abajo, realizo signos con sus manos al aire en direccion al tejado. Con movimientos rapidos de sus dedos, el nino mudo le advirtio de que un hombre permanecia escondido dentro de un vehiculo y tomando fotos en su direccion. David le respondio con signos, dandole las gracias, y le pidio que volviese a reanudar el juego con sus amigos. Antes de salir corriendo, Sameer se volvio y solto un gemido hacia el espanol, moviendo con frenesi de nuevo los dedos. Desde el andamio, David le sonrio y respondio que tendria cuidado, que nada malo le iba a pasar. David lanzo una fugaz mirada mas alla, a la sombra de un gran arbol. Alli, en el interior de un vehiculo, vio a un hombre agazapado. Sabia que debia extremar la precaucion desde ese momento. Por la noche, cuando hubo terminado de trabajar, despues de despedir a sus ayudantes y quedar con Manjit para el dia siguiente, decidio irse a cenar a su puesto de comida preferido, un restaurante de comida tipica india a pie de calle. Tras una rapida aunque concienzuda inspeccion de su motocicleta Royal Enfield, concluyo que nadie la habia manipulado. Metio las llaves en el contacto y salio disparado con su inconfundible motor ronroneando, sumergiendose en el atolondrado trafico. Encorvado sobre la moto, zigzagueaba entre el trafico modificando la velocidad. Aparco a cierta distancia y camino hasta el puesto de comida callejera, uno de los muchos que solia frecuentar. Conocia al detalle lo mejor de cada uno y sus horarios. Incluso en horas tan intempestivas como la madrugada, sabia que establecimiento estaria abierto y cual era la especialidad. Caminaba hacia el local aparentemente sin mirar a nadie, pero en realidad no dejaba de observar a cualquier transeunte que estuviera dirigiendo indebidamente la atencion hacia el. El Coromandel presentaba sus clientes habituales sentados en butacas de colores y sillas de plastico. Eran jovenes estudiantes, empleados mal pagados y explotados en centros de llamadas internacionales, popularmente conocidos como call centers. Tambien habia un grupo familiar con sus ruidosos ninos correteando por el local. El camarero iba sirviendo las mesas con agilidad al tiempo que tomaba nota. David tomo asiento en una mesa apartada y, mientras esperaba su pedido, se quedo escuchando las noticias nacionales en lengua marati que proyectaba un raido televisor de pantalla plana colgado de la pared. A pocos metros de distancia, en el interior de una furgoneta Omni, tres hombres contemplaban varias fotografias de David Ribas ampliadas a veinte por veinticinco. Eran instantaneas poco recientes, de su vida anterior en Espana. Las compararon con las imagenes digitales que acababan de captar al sospechoso entrando en el local y las tomadas previamente, mientras trabajaba en la construccion del tejado del colegio. Habia perdido peso, tenia el pelo mas canoso y desalinado, ahora llevaba barba poblada y antes estaba completamente rasurado; sin embargo, la frente y nariz eran las mismas. ?Podia ser el hombre que realmente buscaban? Desde un pequeno ordenador portatil enviaron las fotografias a traves de archivos jpg a un destinatario. No tardaron mucho en recibir respuesta. Las imagenes habian sido sometidas al maximo escrutinio tecnologico y confirmaban que aquel hombre era el espanol David Ribas, dado por muerto hacia anos en el atentado terrorista contra el hotel Taj Mahal Palace de Bombay. 2 Al salir del local despues de cenar, no se fijo en nada en concreto. Sin embargo, seguia asimilandolo todo: transeuntes, coches aparcados y vehiculos que pasaban por la calzada. Un conductor de autorickshaw se aproximo. --?Quiere que le lleve? --le pregunto en ingles con un marcado acento tipico indio. --Donde quiera que me diga, le llevo. Cobro muy barato. El espanol sabia que le habia tomado por un gora [2] , un extranjero mochilero de aspecto hippy. Iba a alzar la mano para indicarle su negativa cuando observo un movimiento por un lateral. --Si quiere fijamos un precio --insistio el conductor al tiempo que manejaba su vehiculo de forma paralela.

  • La imperfecta maravilla de Andrea De Carlo

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    La imperfecta maravilla es una brillante diseccion del amor en la actualidad y nos plantea ante un inquietante cuestionamiento: ?realmente estamos con la persona con la que deberiamos estar? A traves de sus paginas, descubriremos como a veces nos enredamos en justo aquello que nos hace infelices.

  • DISTRITO 1011 – Mary Ferre de Mary Ferre

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    Quise respirar por ultima vez en aquel almacen abandonado, lanzarme al abismo saboreando el aliento de mi asesino y emprender el rumbo hacia la luz para reunirme con mi familia. Pero el me salvo.

  • Miedo y progreso de Antonio Cazorla

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    El mensaje principal de la dictadura de Franco durante cuarenta anos de propaganda fue que habia traido la paz y el orden a Espana. Pero el origen y base del modelo franquista estuvo en la combinacion de miedo y hambre o, dicho mas claramente, el asesinato de lideres sindicales, la destruccion de organizaciones representativas y la imposicion generalizada del terror y de la opresion socio-economica durante y despues de la guerra. Y en los anos sesenta, con las politicas macroeconomicas correctas y con los trabajadores controlados, el franquismo garantizo un ambiente positivo para la inversion. Y asi pudo tener lugar la optima explotacion del trabajo tanto por el Estado como por el capital privado.

  • Tantos dias felices de Laurie Colwin

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    Guido y Vincent son amigos desde ninos, estudian en Cambridge (Massachusetts) y comparten suenos: Guido quiere escribir poesia y a Vincent le gustaria ganar el Premio Nobel de Fisica. Cuando Guido se encuentra con la extravagante Holly a la salida de un museo se enamora perdidamente de ella, pero presiente que no tendran una relacion facil. Vincent, mas abierto y alegre, conoce a Misty en el trabajo y, aunque ella es una misantropa terrible, estaria dispuesto a darlo todo por salir con ella.

  • SOS microbios de

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    ?Como esta el consumo abusivo de antibioticos avivando la aparicion y la propagacion de plagas modernas?

  • Volver a Assam (Aromas de te 3) de Janet Macleod Trotter

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    La India, 1933. Adela Robson es una adolescente que escapa de la escuela, decidida a perseguir su pasion por la interpretacion. En Shimla, la sede veraniega del Gobierno imperial, se entrega a cuantas diversiones ofrece la sociedad india de la epoca a una hermosa debutante. Pero cuando parece a un paso de alcanzar sus ambiciones, la joven llama la atencion de un apuesto principe, un juerguista encantador que dara al traste con sus suenos…

  • Jazmines en el pelo de Amanda Sanh

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    Lo malo que tiene el pasado es que no lo puedes negar.

  • Fabulosas y rebeldes de Joana Bonet

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    Este es el libro mas personal de la periodista Joana Bonet. En un libro dificil de clasificar, nos adentra a su historia mas intima, la de como se hizo mujer. Desde la nina que crece en el seno de una familia en un pequeno pueblo de Lleida, Vinaixa, hasta la prestigiosa periodista y directora de las revistas femeninas mas importantes de nuestro pais. Sensible, irreverente, inteligente, seductora, lectora voraz, Joana
    Bonet se sirve de su vida para hablarnos de como hemos llegado las mujeres hasta hoy.

  • Transcrepuscular (Los ojos bizcos del sol 1) de Emilio Bueso

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    Esta es la historia de una busqueda que arranca con el canto de los caracoles para viajar mas alla del ocaso, de los huertos surcados por escarabajos de tiro, de los refugios de tormentas, los funcionarios simbioticos, los establos de las libelulas, los templos de cristal de los animistas, los circulos de dolmenes de los astrologos, las cuevas de hielo siete y los bosques de helechos plagados de aranas gigantes.

  • El ultimo deseo de Monserrat Vila Cunillera

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    Un leve chapoteo llamo su atencion. Lentamente, alzo los ojos de la botella casi vacia que sostenian sus temblorosas manos. Por entre los barrotes de la terraza busco la piscina. Descubrio el origen del sonido que lo sorprendio: una figura femenina hacia largos en ella. No iba muy rapida, pero si a buen ritmo, con movimientos seguidos, dinamicos. Practicamente no levantaba agua a su paso; simplemente, quedo cautivado por su estilo suave, sencillo y ritmico. Permanecio embobado observandola. Una, dos, tres, cuatro brazadas y respirar; llegaba al final, giro, y vuelta a empezar. Siguio un buen rato contemplandola, acompanandola con la mirada. Tenia una ingenua ilusion: que el vaiven repetitivo lograra adormecerlo. Dos dias registrado en el hotel y aun no habia conseguido pegar ojo. El insomnio lo estaba matando; cada vez necesitaba dosis mas altas de alcohol. Ya al limite de su resistencia, deseo que pronto terminase todo. Empezaba a creer que, quiza, escogio la peor opcion. En lugar de huir, deberia haberse quedado y apechugar con las consecuencias de sus acciones. Con toda seguridad ya no tendria problemas de insomnio. <>, se lamento, con un punto de tristeza. No tenia claro si tomo una decision valiente, o realizo el acto de cobardia mas grande jamas imaginable. Sus peores temores se confirmaron, la suerte no estaba de su lado. No habia conseguido siquiera cerrar un poco los ojos, cuando la joven salio del agua; con agilidad se encaramo por la escalera. Su mano derecha retiro el gorro de bano, liberando una larga cola que deshizo con la izquierda mientras se dirigia a la ducha. La melena oscura medio mojada cayo a lo largo de su espalda hasta casi la cintura, la acomodo con los dedos. Era una mujer joven, no excesivamente delgada ni muy alta, no llegaria al metro sesenta. Se recreo en sus formas redondeadas. Noto un leve cosquilleo en su entrepierna. Chasqueo la lengua y esbozo una sonrisa. Unas semanas antes ni siquiera le habria prestado la mas minima atencion, acostumbrado como estaba a andar con mujeres perfectas, de cuerpos esculturales y gran belleza: actrices, modelos famosas, otras buscando su oportunidad. Esa diminuta dama hubiera pasado del todo desapercibida para el. Movio negativamente la cabeza; todo eso formaba parte de un pasado que ya no volveria jamas. Apuro el contenido de la botella, que dejo en el suelo junto a las otras. Cerro los ojos e intento recordar a las que pasaron por su vida: tres esposas e incontables parejas de mayor o menor duracion, aparte de un sinfin de amantes ocasionales. Aunque se esforzara, sabia que era mision imposible recordar ni sus nombres ni sus caras. Las habia gozado disfrutando de sus cuerpos en la intimidad y lucido en publico. No habia nada de lo que arrepentirse, esa simbiosis fue mutua. Ellas tambien lo habian usado para sus fines, dinero rapido, fama, contactos. Lo deseaban, si, era bueno en la cama y las mujeres se lo pasaban bien en sus brazos, pero nada mas. Tenia gancho, no porque fuera guapo, al contrario, sus facciones eran demasiado rudas para su gusto, pero su cuerpo musculoso le daba aspecto de hombre duro; imaginaba que era eso lo que las atraia. Eso, y lo que representaba: un triunfador, rico y famoso, aclamado por el publico. Las mujeres que eran vistas a su lado enseguida gozaban del favor de la prensa. Tenian las puertas abiertas de la fama facil. Lamentablemente pasaban por su vida sin dejar huella; relaciones tan efimeras y veloces que la mayoria de ellas no tenia tiempo de darse cuenta que era un fraude. Un perdedor. Todo lo contrario de lo que aparentaba. No se equivocaba al afirmar que si le sucediera algo desagradable ninguna se tocaria el corazon por el. Nunca le dieron nada mas que compania y placer. El tampoco les dio nada mas. No dejaron rastro en el, y pondria la mano en el fuego que a ellas les sucedia lo mismo respecto a su persona. No amo a ninguna y estaba seguro de que ninguna lo amo. No lograba recordar ni un minimo atisbo de pena al terminar una relacion; una mujer se iba de su lado, pero siempre tenia el recambio a mano. El unico vacio que dejaban era en su cartera. No necesitaria fingir su muerte y asistir a su funeral de incognito, -recordaba haberlo visto en una vieja pelicula-, para comprobar que nadie lloraba de verdad su perdida. De todas formas, no podria reprochar a nadie que no llorasen por el, ni siquiera confiaba en que asistieran. <>, una risa lugubre se apodero de el. <>. El tambien habia sido parte en su caida en desgracia. De la penosa situacion en la que se encontraba solo el era el unico culpable, no podia a achacar el merito a nadie mas. Ni siquiera le serviria para buscar excusas. Era demasiado tarde para mirar atras y arrepentirse; ya no iba a servirle de mucho. Al abrir nuevamente los ojos, en un timido intento de apartar los tristes pensamientos que lo acechaban, comprobo que la muchacha ya se habia esfumado. Encogio los hombros antes de entrar en la habitacion, llamo a recepcion y pidio una botella de whisky. El hombre que le respondio parecia dubitativo, lo apuro para que no tardara. Solo le faltaba un recepcionista pudoroso y cotilla. No se molesto en regresar el telefono a su sitio, lo dejo caer de cualquier manera encima de la pequena butaca de la habitacion; el aparato siguio su recorrido y aterrizo en el suelo encima de un monton de ropa. Ni siquiera se volvio a recogerlo. Desecho la cama con una mueca de asco: en ella yacian dormidas, evidentemente extenuadas, las dos prostitutas con las que habia pasado una noche de desenfreno y excesos, no mejor ni peor que otras muchas. Hacia tiempo que el sexo solo lograba calmar sus mas bajos instintos, pero no sentia nada. Se sento a esperar al camarero. -Buenos dias, Tomas. ?Hay algo que deba saber? -pregunto la joven con una amplia sonrisa, sentandose tras el mostrador de recepcion. Encima de este la aguardaban un buen punado de cartas por abrir. -Buenos dias, senorita. ?Ha desayunado ya? -interrogo el hombre, respondiendo tambien con calidez a su saludo. Se acerco a la muchacha con una nota en la mano. Rondaria los cincuenta anos, aunque ya entrado en canas, estatura media y complexion delgada, rostro agradable y risa facil: la tipica estampa del bonachon. La muchacha respondio con una mueca de disgusto, el hombre se dio cuenta y rectifico. -Buenos dias, Montse. Nunca me acostumbrare a tutearte -se justifico con sinceridad. -Pues tendras que hacerlo, llevas mas tiempo aqui que yo. He aprendido todo lo que se siguiendo tus pasos cuando era pequena. Acuerdate que pasaba mis vacaciones pegada a tu espalda. Sabes que eres como un padre para mi -le aclaro la muchacha mirandolo carinosamente, antes de proseguir con sus preguntas-. Bueno, dime de una vez: ?hay alguna novedad, puedo ir a comer algo? -dudo unos segundos antes de anadir-, ?o prefieres ir tu primero? -El desayuno de los dos tendra que esperar -aseguro el empleado releyendo la nota que tenia en la mano-. Al parecer, los Gomez han estado quejandose toda la noche por demasiado ruido en la habitacion contigua. Segun me conto el cliente a sus vecinos se les fue la mano con la fiesta: musica alta, gritos, golpes y un sinfin de molestias mas. -Los Gomez estan en la 23, ?no? -pregunto levantando la cabeza de las cartas que estaba repartiendo en grupos. -Si, sus hijos ocupan la 21; al parecer, el alboroto provenia de la 25. -?Crees que sera para tanto y deberiamos hacerles caso? -insistio la muchacha, no muy segura de la queja. Los Gomez eran unos clientes de toda la vida, una familia muy tranquila con tres hijos pequenos, dos ninos y una nina en medio. Se llevarian poco entre ellos y se parecian tanto que practicamente no se distinguian, ademas solian vestirlos exactamente igual. Ahora, quiza, se consideraria un poco friki esa costumbre. -Yo creo que si, ya sabes que los Gomez son clientes del hotel desde hace muchos anos, son un tanto intransigentes y maniaticos, pero nunca han dado problemas que yo recuerde y siempre que se han quejado de algo han tenido razon. Un asunto complicado, deberia ir a hablar con el cliente o los clientes de la 25 y avisarles de que se abstuvieran de incomodar a los otros huespedes y provocar altercados en el hotel. Esa era la unica parte de su trabajo que no le gustaba hacer, odiaba tener que violentarse con los usuarios molestos, pero formaba parte de su cometido como duena de ese establecimiento. Tomas se ofrecio a hacerlo por ella, pero rehuso; no era de esos jefes cobardes que se esconden tras los empleados para que se coman marrones que no les corresponden. Quiso saber quien ocupaba la 25. Tomas recordo que fue el quien lo atendio. Un hombre joven, de aspecto agradable, bien vestido. Llego a media tarde, solo con una maleta pequena, hacia un par de dias solamente. Lo acepto, a pesar de no disponer de reserva previa, sin pensarselo demasiado. Desgraciadamente tenian mas disponibilidad de la deseada, y un cliente nuevo era mas que bienvenido. Dejo la reserva abierta pues no sabia cuanto tiempo se quedaria; solo alojamiento, sin derecho a desayuno ni cena. Se extrano puesto que no recordaba haberlo visto salir de la habitacion, pero tampoco se pasaba las veinticuatro horas del dia en recepcion. Revisaron en el terminal los datos personales, resulto ser italiano, Alessandro Belletti. Al hombre se le antojaba un nombre conocido, igual sensacion tuvo al verlo, su cara le recordaba a alguien, pero no lograba asociar a quien. Un cliente asiduo no era, puesto que no estaba en la base de datos del hotel. Reconocio ante Montse que le estaba dando vueltas desde que llego. La joven apenas se fijo en la fotografia del documento de identidad, levantando los ojos del ordenador aprovecho para bromear con su empleado sugiriendo que deberia parecerse a algun actor famoso, o lo mas probable, conociendo con quien estaba hablando, seguro a un deportista de exito. Tomas era aficionado a todos los deportes. Devoraba horas y horas de competiciones deportivas de todo tipo en la television. Comprobaron el extracto de pedidos de la habitacion y hallaron una de las causas de la fiesta, llevaba consumidas, o al menos cargadas en cuenta, cinco botellas de whisky. -?Solo en un par de dias? -Se sorprendio Montse. -Pues acaba de pedir la sexta -le informo Tomas-. Justo antes de que tu llegaras tome el pedido. Esperaba que llegaras para ir al bar a buscarla. -le informo sin darle demasiada importancia. -?A las nueve de la manana? -Se extrano la joven. Tiro uno de los montones de cartas que habia hecho directamente a la papelera sin abrir, guardo el resto en un cajon de su escritorio. Decidida se levanto, salio de detras del mostrador dispuesta a enfrentarse a ese cliente molesto-. Ni lo suene que se la vamos a subir -agrego en voz alta, sin darse cuenta que era mas un pensamiento que una orden a Tomas. -Vas en contra de tu propio negocio Montse -bromeo Tomas al oirla pronunciar tan rotundamente esas palabras-. A ti que mas te da si se quiere ahogar en alcohol. -Al contrario -aclaro la joven, al darse cuenta que su empleado oyo su ultimo comentario. Se volvio nuevamente hacia el y aprovecho para hacerle, ahora si, una advertencia-. ?Has comprobado su tarjeta? No seria el primero que se aloja, acaba con las reservas de bebidas y luego se larga sin pagar. Ella misma respondio a su pregunta. Eso si fue una orden, de la cual el empleado tomo buena nota para cumplir asintiendo levemente, la chica sabia lo que se hacia, lastima que hubiera heredado una propiedad en tan mal estado, y su hermano solo supiera poner pegas a todo. Bajo su batuta el establecimiento hubiera podido volver al esplendor pasado, tenia los conocimientos apropiados y el empeno necesario, sin olvidar el amor por su trabajo y por el hotel, herencia de sus queridos padres. Montse no oyo como el encargado le daba la razon porque ya andaba en direccion a la escalera con cara de circunstancias. Ascendio a pie hasta el segundo piso, si no iba muy cargada le gustaba usar las escaleras, era bueno hacer ejercicio y los cuatro pisos de altura que formaban el hotel no suponian mucho esfuerzo, aunque tuviera que recorrerlas montones de veces durante su jornada laboral.

  • Para Elisa (Elisa 1) de Lily Perozo

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    Acostumbrado a una rutina de desenfreno, que lo lleva a poner en riesgo la estabilidad y reputacion de su familia. Jules Le Blanc ve como su vida cambia de la noche a la manana, cuando una decision radical lo obliga a empezar desde cero, lejos de su hogar.
    Elisa Wells, una esposa y madre perfecta, que lleva una vida aparentemente idilica, pero que guarda sentimientos en ella que jamas ha experimentado, sensaciones que desconoce y han permanecido dormidas en su interior.
    Estos dos personajes se veran envueltos en un vortice de sentimientos que los haran vivir entre el infierno y el paraiso. Una mujer que se divide entre el respeto hacia su esposo y la pasion que ha despertado en ella placeres que jamas penso sentir. Un hombre que encontro en un cuerpo prohibido la fuente de sus mas profundos anhelos, pero que al mismo tiempo lo hunde en la culpa de traicionar a quien confia en el como en un hijo.
    Para Elisa, nos muestra una relacion clandestina, un hombre y una mujer que acariciaran el cielo mientras pecan, tendran la fortaleza para soportar verse en brazos de otra persona y aun asi, entregarlo todo sin medidas, porque el sentimiento que los une sera mas poderoso que sus voluntades.

  • Bajo la sombra de una mentira de Arenos Consuegra

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    Bajo la sombra de una mentira, ambientada a principios del siglo XX, narra la historia de Marina, una joven muchacha que deja su pequeno pueblo para ir a trabajar como doncella a una mansion a orillas del mar. En aquella casa escuchara unos gritos extranos, sobre los que preguntara y nadie le dara respuesta. Descubrira en Fernando, el senor de la mansion, un amor diferente al de Diego, su primer amor. La vida de Diego, el pasado de dona Clotilde y el resto de los habitantes de la aldea, se iran desvelando y desarrollando a la par que la suya. El tiempo y una serie de circunstancias, alguna tragica, volveran a llevar a Marina a su pueblo y a cruzar su vida con la de Diego.

  • Una cierta edad de Marcos Ordonez

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    <>, dice Marcos Ordonez en el portico de este variadisimo dietario, que abarca de 2011 a 2016. En el afirma tambien: <>
    Ordonez entiende los dietarios como unas memorias con otra forma, mitad <> y mitad <>. Y que revele, senala, el <> del escritor, <>. Pero hay mucho mas.

  • Las recetas de la dieta del metabolismo acelerado (Coleccion Vital), Haylie Pomroy [PDF] de Haylie Pomroy

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  • La Creadora Hielo y Llamas de Haimi Snown

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    En un mundo gobernado por los ergys, Anahy es una insignificante coctel, una mezcla entre los seres de fuego que aborrece y los pobres nulos que han nacido sin dones. Su poca energia no basta para ser recibida en el circulo de los primeros, pero es demasiada para ser aceptada por los segundos.
    Encontrar un sitio al que pertenecer es su sueno, y espera poder cumplirlo en la fria Isla Held.
    Pero cuando la fachada de mentiras empieza a derretirse, Anahy descubre que la verdad tiene una cara horrible: la de Sasha, un cabezota y desesperante ergy. El mayor tramposo, su principal adversario, un villano nato.
    ?Podra una coctel controlar el fuego, el privilegio de los ergys?
    ?Aceptara un amor fundado sobre enganos?
    ?Encontrara la libertad en una carcel de hielo?

  • Londres, Berlin, Washington (Todo es posible 3) de Audrey Carlan

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    <> Parker Ellis es el CEO de International Guy Inc. y su trabajo consiste en asesorar a la gente mas rica del mundo sobre la vida y sobre el amor, aunque a veces no pueda evitar que salte la chispa entre el y sus clientas. Sabe que hay todo un mundo alli fuera esperandole, pero lo que no sabe es que quiza tambien se
    cruce con alguien que le acabe robando el corazon.

  • Estas bajo mi mando de Olivia Chipres

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  • ?Quien mato a Palomino Molero? de Mario Vargas Llosa

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    Un joven soldado de aviacion aparece muerto y con signos evidentes de haber sido torturado. Dos policias, un teniente y un guardia, emprenden la investigacion del crimen. A traves de sus pesquisas, los policias van descubriendo poco a poco las peculiaridades de la sociedad en la que se desenvuelven --el Peru de los anos 50--, adentrandose cada vez mas en un inexorable mecanismo de corrupcion en el que ambos son solo dos piezas que no acaban de encajar... Esta novela, que oscila entre el relato de intriga y la denuncia social, se cuenta entre las mas representativas del autor peruano.

  • Hiddensee de Gregory Maguire

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    UNA VERSION MAGICA Y FANTASTICA DEL CUENTO DE EL CASCANUECES <> Kirkus Reviews <> Booklist <> People Magazine Gregory Maguire combina la leyenda del origen del Cascanueces con la vida de Drosselmeier, su creador.Tras transportar a sus seguidores a Oz gracias a Wicked y al Pais de Nunca Jamas con After Alice, Maguire nos lleva en esta ocasion a los reinos de los Hermanos Grimm y E.T.A. Hoffman, a la encantada Selva Negra de Baviera y a los salones de Munich. Hiddensee trata los origenes del Cascanueces: ?como se tallo esta fascinante criatura? ?Como acabo guiando a una nina enferma llamada Klara a un paraiso de ensueno en Nochebuena? Hiddensee no es una mera version de un cuento clasico. En el prospero romanticismo aleman, Maguire descubre un bosque emigrante perteneciente a un misterioso culto helenico y sopesa una cuestion trascendental: a pesar de los pormenores, enganos y retos de la vida, ?como puede una persona acceder a unos secretos que beneficiaran a desamparados y desvalidos? Lo que Hiddensee ofrece es una brizna de esperanza. Si en una oscura noche de invierno, el infeliz del padrino Drosselmeier puede llevar un Cascanueces encantado a una nina en apuros, quizas todo el mundo, por muy solo o marginado que este, posea un objeto preciado que pueda compartir

  • El legado de Europa de Stefan Zweig

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    Richard Friedenthal, editor y gran amigo de Stefan Zweig, reunio, en “El legado de Europa”, aquellos ensayos en que el escritor austriaco rinde homenaje a los artistas que supieron expresar la esencia de la conciencia comun europea. Tras la fragmentacion de esa patria compartida que fue Europa, Zweig la reconstruyo en el unico mundo que le era posible, el del espiritu. En esta reconstruccion le ayudaron aquellos autores que fueron sus companeros de viaje: Montaigne, Chateaubriand, Wassermann, Rilke, Roth… Artistas y amigos que, a modo de herencia, nos lega para inmortalizarlos en el tiempo, para que permanezcan imperecederamente en nuestra conciencia.

  • Todas las estrellas son para ti, J. De La Rosa de J. De La Rosa

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    Ines lleva diez anos viviendo en Noruega, donde ha erigido una nueva vida: el trabajo de sus suenos, un apartamento decente y Bjorn, el hombre con el que intenta construir un futuro. Una noche recibe una llamada inesperada. Su padre acaba de fallecer y debe regresar a Sevilla para el funeral. Aquel era el hombre con el que ella habia medido a todos los demas, el caballero perfecto, y es entonces cuando descubre una vieja carta escrita por el, en la que declara su amor a una mujer que no es su madre. Confundida, incredula, Ines recurre al unico que puede ayudarla, un viejo amigo que es ahora inspector de policia. Reticente, Pedro se ofrece a resolver el misterio, pero la razon por la que Ines huyo de Espana quiza tenga mucho que ver con el, y los fantasmas del pasado pueden resurgir con el color asombroso de los ojos de este antiguo amor.

  • No puedes ser mi jefe de Dina Reed

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    Audrey entro en el despacho del senor Stone, en uno de los rascacielos mas elegantes de Midtown, a las ocho de la manana en punto, de un lunes de primeros de febrero, y saludo al joven que estaba mirando por el ventanal como no paraba de nevar. --!Buenos dias! --saludo Audrey, convencida de que ese joven no podia ser el senor Stone. Y es que, a pesar de que era un misterio todo lo que rodeaba a la figura de Duncan Stone, porque no concedia entrevistas, no habia publicada ni una sola foto suya y ni siquiera tenia perfil profesional en LinkedIn, Audrey suponia que ese hombre tendria unos sesenta anos y, en cualquier caso, jamas tendria la planta del tio que tenia delante. Porque era un joven de unos treinta anos, alto, moreno, con un cuerpazo espectacular, buen corte de pelo, abundante y liso, y una voz profunda que era como para derretirse ahi mismo. Pero Audrey no se derritio, porque no estaba ahi para eso... --!Buenos dias! !Menudo dia! ?Le ha costado mucho llegar? --pregunto el senor Stone sin despegar la vista del ventanal y con cierto desden. No en vano, esta era la octava asistente que iba a contratar en seis meses y estaba mas que harto. Desde que la senora Carter se habia jubilado no habia vuelto a encontrar a nadie que estuviera a su altura. De hecho, todas las asistentes que habian venido despues de ella, por desgracia, habian salido despavoridas a las pocas semanas de trabajo duro y muy intenso. El no sabia hacerlo de otra manera... Y suponia que con la chica que acababa de enviarle la agencia iba a pasarle lo mismo. Tanto era asi, que ni se habia molestado en ojear su curriculum, para que, si ya sabia lo que iba a suceder con ella. --He venido en metro --respondio Audrey a ese tio que no tenia ni idea de quien era. ?Tal vez el hijo del senor Stone? Porque el traje azul oscuro que llevaba, y que le quedaba perfecto, tenia pinta de ser carisimo. El caso fue que ese joven replico, sin demasiado entusiasmo, justo antes de darse la vuelta: --Es lo mas inteligente que se puede hacer estos dias. Nueva York cuando nieva es... Duncan no pudo acabar la frase, ya que en cuanto se giro y comprobo quien era la chica que tenia en frente se quedo atonito. --!No! --exclamo Audrey que estaba tan perpleja como el. Y es que no podia creerlo. Aquello no podia ser. Era imposible. Y Duncan estaba pensando otro tanto de lo mismo, porque la chica que tenia enfrente no podia ser ella. La mujer con la que habia pasado el mejor verano de su vida... --?Audrey? ?Tu eres la Audrey que me envia la agencia como asistente de direccion? Audrey se encogio de hombros, resoplo y luego asintio sin salir de su asombro: --Yo soy Audrey Lacer. Pero tu no puedes ser el senor Stone. O al menos, el senor que Stone que es dueno de la compania. Tu debes ser Duncan Stone, hijo; o el sobrino del senor Stone, o... Duncan sonrio divertido, pues se alegraba muchisimo de que Audrey estuviera de nuevo en su vida, y replico: --Soy el unico Duncan Stone, soy el dueno de la compania Dunfly. Audrey se quedo boquiabierta, puesto que no podia ser que el chico con el que habia pasado la mejor semana de su vida fuera a ser su maldito jefe: --No, o sea, no. Es que no me lo puedo creer. Duncan se cruzo de brazos y pregunto sin dejar de sonreir: --?Por que te cuesta tanto creer que la compania sea mia? Audrey sabia que era un chico listo, pero habia tantos chicos en Nueva York que estaban sirviendo mesas que replico: --Estaba convencida de que el senor Duncan tendria la edad de mi padre o mas. ?Como demonios puedes tener una compania de aviones privados con treinta anos? Duncan se quedo mirandola, con esa coleta tirante, un traje sastre marron, botines de tacon cuadrado y un bolso de lo mas anodino, y no pudo evitar preguntar: --?Y tu? ?Como has podido vestirte asi? Audrey le miro con el ceno fruncido y replico mosqueada: --?Asi como? --Como si fueras una chica aburrida, formal y gris. --Es un traje de corte recto, elegante y serio. Visto como se supone que tiene que hacerlo una asistente de direccion. Te recuerdo que esto no es Malibu. A Duncan se le encendio la mirada y se le fue la sangre a la entrepierna de solo escuchar la palabra Malibu. --Si esto fuera Malibu, ahora mismo estariamos follando contra esa pared --mascullo Duncan, sin dejar de mirarla. Audrey sintio que un calor subito se le subia hasta el rostro y repuso: --?Que? --Lo que paso entre nosotros fue muy intenso. Una atraccion salvaje. La mas bestia que he tenido en mi vida. Asi que si esto fuera Malibu... --Ya, pero no lo es --se apresuro a decir Audrey. --No. No lo es. Y ademas estoy prometido --dijo Duncan, clavando la mirada en la de ella. Audrey sintio un escalofrio extrano al notar la mirada de Duncan, trago saliva y replico forzando la sonrisa: --Eso es genial. Pero ?tu no eras el que no creias en el amor? Duncan, que no podia dejar de mirarla, sintio tambien algo extrano y unas ganas absurdas de volver a besarla. Pero no le dio la menor importancia y replico sonriendo tambien: --No me caso por amor. Me caso por placer y por negocios. Audrey levanto una ceja de pura perplejidad y repuso: --Lo del matrimonio por interes ?no es algo que esta pasadisimo de moda? --Yo no sigo las modas. Y ahora sientate, por favor, y echemos un vistazo a tu curriculum. Duncan le senalo la silla que estaba frente a el, Audrey se sento y el hizo lo mismo en su sillon giratorio de piel negra, moderno, funcional y elegante. --?Todavia no te ha dado tiempo a echarle un vistazo? Duncan abrio la carpeta donde estaba el curriculum de Audrey y respondio con la misma sinceridad que ella estaba gastando con el: --Las asistentes no me duran demasiado y pense que tu serias una mas. --?Que pasa que en la agencia te mandan a todas las incompetentes o es que tu eres un jefe tocapelotas que no hay Dios que te aguante? Duncan levanto la cabeza de la carpeta y se echo a reir, porque le encantaba como era esa chica. --?Ves? Tu ropa no tiene nada que ver con como eres. Una chica que no tiene pelos en la lengua jamas se pondria ese traje marron tan feo. ?De donde diablos lo has sacado? Audrey bufo, dio un manotazo al aire y replico tras fijarse en que Duncan seguia llevando en su muneca las pulseras de cuentas de madera que le habia comprado en un puesto callejero en Malibu: --!Que pesadito estas con mi traje! Y ahora responde: ?por que no aguantan las asistentes ni dos tardes? --No te pases, tampoco salen por piernas en cuanto me ven, pero si al cabo de unas semanas porque soy un jefe cabron, exigente, duro y si, muy tocapelotas. Audrey que no daba credito, porque la verdad era que le costaba creer que el surfero jodidamente divertido y sexy que habia conocido en Malibu fuera todo un senor don importante, replico: --Supongo que por ser como eres has logrado el exitazo que tienes con tu compania. --Trabajo muy duro, pero tambien he tenido suerte. --Me temo que en tu caso la suerte tiene que ver mucho con el talento tambien --observo Audrey. Y es que le habia conocido lo suficiente como para saber que era un tio muy talentoso, y no solo en la cama... --?Me estas haciendo la pelota, senorita Lacer? Por cierto, si supieras la de veces que me pregunte como te apellidarias... --Jajajaja. A mi tambien me despertaba mucha curiosidad saber cual seria tu nombre completo. Pero como decidimos que era mejor que lo nuestro fuera sin preguntas... Duncan sonrio de solo recordar otra vez aquellos dias tan felices y afirmo: --Y fue genial. Pero ahora que vas a ser mi asistente voy a tener que hacerte unas cuantas preguntas. Audrey sonrio de oreja a oreja y repuso: --Y yo a ti, senor Stone...

  • En el ultimo trago nos vamos de Edgardo Cozarinsky

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    Siempre hay un trago despues del ultimo en las obras de Edgardo Cozarinsky, y aunque la cancion lo anuncie nadie se va del todo. Los insomnes errantes encuentran un bar abierto donde los esperan historias inauditas. En Buenos Aires los muertos sobreviven en una precaria segunda vida; en la selva guarani o en las ruinas de Angkor palpitan, invictos, los sacrificados. Y en un rincon de Brooklyn atiende una vidente que puede transformarse en la madre del incauto que se anima a consultarla. Como un caleidoscopio de todos sus registros narrativos, Cozarinsky explora las muchas dimensiones de lo imaginario, de la memoria afectiva y sus imprevistas confluencias, de distintos rostros del deseo. El resultado es un libro inquietante, donde la superficie de lo narrado se quiebra constantemente para revelar una realidad insospechada.

  • Amor, me ahogo de Carlota Manzano

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    Estaba deseando llegar a aquel pequeno pueblecito. Se lo decia a "mi pastelito" como llamaba a mi Fiat 500 color rosa. Me lo habia comprado seis meses antes y ahora, hasta el pago de sus cuotas estaba en peligro. --Tu no te preocupes, cielo, que a ti y a mi no ha nacido quien nos separe. Ya veras como Kayra sale adelante, por mi vida que lo hago. Poco podia imaginarme el dia que lo saque del concesionario que a la senora Engracia, mi jefa en el restaurante, le quedaban dos telediarios. Y no lo digo de manera metaforica, que menudo numerito habiamos tenido. Aquel aciago domingo el restaurante estaba de bote en bote y ella, como la polvorilla que era, no podia menearse con mas gracia y garbo por el. Engracia era una manchega con todas las de la ley y a sus ochenta anos, decia que no la jubilaba ni Dios. Yo siempre pense que se iba a morir con las botas puestas, pero no en ese momento ni de aquella forma. Salia de la cocina con un buen plato de queso recien cortado cuando escuche su caida, sorda que, paradojicamente, nos dejo mudos a todos los presentes. Nada pudo hacerse por ella, que salio de alli con los pies por delante. Y ninguno de los que alli trabajamos pudimos convencer al buitre de su hijo Santi para seguir adelante con el bar. Para mi, sin querer ser mala, que la muerte de su madre le vino como anillo al dedo, pues ese debia tener ya apalabrada la venta del bar, que tiraron en las siguientes semanas, para levantar aquel edificio de pisos de lujo. Ahi comenzaron mis penurias economicas y, como mi pueblo en Albacete no es que fuera precisamente Nueva York, me quede con una mano delante y con otra detras. Mi amiga Vero fue la primera en localizar por Internet aquel anuncio de trabajo en el que pedian una chica para trabajar en la cocina de un club social perteneciente a una urbanizacion de lujo. Habia varias maneras de contactar con la persona que ofrecia el puesto, pero a mi la que me mas me convencio fue la de llamarla por telefono. No voy a decir que Nuria, que asi se llamaba me cayera nada bien. Mas bien lo hizo como un tiro de mierda, pero yo no aspiraba a conquistar su corazon sino, simple y llanamente, a que me diera el puesto. --?Estas segura de que tienes experiencia acreditada y ganas de trabajar? Porque si no es asi, te digo desde ya que puedes ahorrarte el viaje. En mi club solo quiero a gente competente, tenlo en cuenta. Era de lo mas simpatica y me daba la impresion de que confiaba en las personas de antemano, dicho sea con toda la ironia del mundo, que la tia debia tener timba. Ganas no me faltaron de mandarla a tomar vientos, pero yo el curro lo necesitaba. Desde que mi padre, Rodolfo, se quedo en paro, en casa nos habiamos quedado a la cuarta pregunta. Bastante tenian el y mi madre, Manuela, con mantenerse y mantener a mi hermanito, David, que tenia quince anos, once menos que yo. Total, que en casa no es que estuvieramos nadando en la abundancia precisamente y, hasta entonces, mi sueldo habia caido como agua de mayo. Imposible que yo me convirtiera en una boca mas que alimentar que encima no aportara nada, antes muerta. Sin mas, me puse como loca a echar curriculums y a buscar trabajo, y este del que me hablo Vero se perfilo como el principal candidato. Cerca de casa no es que estuviera, pero, al tratarse del club social de una lujosa urbanizacion, contaba con unos pequenos apartamentos en los que alojaban a los currantes. Eso suponia para mi una bendicion porque mi sueldo pasaria integro a mis manos, habida cuenta de que tambien podria comer en el restaurante del club. ?Que mas daba si mi jefa era una amargada? Lo importante seria que me adaptara bien al puesto, como una garrapata pensaba hacerlo. A mi no me echaban de alli ni con agua caliente. Fui escuchando musica por todo el camino, necesitaba animarme, ya que era la primera vez que salia de casa para trabajar y la idea me daba un poco de vertigo. Por suerte, eso si, no dejaba ningun amor a mis espaldas. Desde que un ano antes Julian y yo habiamos roto, yo andaba libre como el viento. Mejor, asi no tenia mas perdidas que lamentar y podia desplazarme de lugar libre como el viento. --Dios, pastelito, otra gasolinera que me paso de largo. ?Como puedo ser tan desastre? Apura, ?eh? No me vayas a dejar tirada, por lo que mas quieras... Al pobre solo le faltaba hablar, y no seria porque yo no hiciera encajes de bolillos para que asi fuera, que me pasaba el rato dirigiendome a el como si fuera una persona. El wasap no paraba de sonarme y, como lo tenia personalizado, sabia que era de Vero. No podia estar mas pendiente de mi. La de horas que nos habiamos pasado sonando juntas en los ultimos dias con la posibilidad de que pudiera venir a verme en cuanto yo le hubiera cogido el tranquillo a mi curro... Con el verano a la vuelta de la esquina, Valencia seria digna de ver, estaria de no caber un alfiler. Pese a ello, mi trabajo no solo seria de temporada estival, sino para el ano completo. Y es que, en aquella urbanizacion de lujo, aunque cerraran la piscina cuando los termometros tiraran a la baja, el club social seguia a tope el ano entero. Si algo podia decir que me tenia nerviosa, eso si, era el talante de la que iba a ser mi jefa, la engreida de Nuria, pero a mi me sobraban redanos para pasar de ella como de comer mierda llegado el momento. Lo tenia muy claro; yo iria a lo mio. Mi idea era subsistir, quedarme con algo de dinero y, con lo que me sobrara, aprovechando que no tenia que pagar alojamiento ni manutencion, echar una manita en casa. La carita que pondria David cuando le llegaran esas botas de futbol con las que llevaba meses sonando, bien valdria cualquier esfuerzo por mi parte. Mi pastelito llego al pueblo en cuestion, que era turistico a mas no poder, con el combustible justo para que no tuvieran que empujarme. Me pare en una gasolinera que habia a las afueras y un chaval encantador me atendio. --?Vienes de turismo? --No, vengo a trabajar a la urbanizacion "Las Acacias", ?la conoces? --Nos ha jodido, pues claro que la conozco, la de los pijos. --Si, eso me han dicho, que alli hay mucho nivel. --Y mucha tonteria, y muchos cuentos y, ya de paso, muchos cuernos. --El chaval hizo el gesto con la cabeza, como si fuera un toro y yo me eche a reir. --?Muchos cuernos? Mira que si acabo yo sentada en el "Salvame" dandole a la lengua--bromee. --Pues no lo descartes del todo, que ahi alquila de vez en cuando hasta algun famosete. --No me digas, mira, espero que no sea Mario Casas porque me puedo quedar muerta en la piedra, aunque tampoco su hermano pequeno esta para hacerle ascos, que vaya dos maromos que echo ahi su madre al mundo. --Yo de eso no entiendo mucho, de maromos digo, aunque mi hermana Lucia opina exactamente igual que tu, asi que supongo que algo tendran. --Si, algo tienen, ?me pones tambien estos caramelos? --Eche mano de unos de propoleo porque, de tanto cantar por el camino, llevaba la garganta un tanto perjudicada. --De acuerdo, pero a esos invita la casa, no te preocupes. --Que majo, espero tener suerte con el resto de la gente que me encuentre en el pueblo.

  • La maldicion del mar de Shea Ernshaw

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    Tres jovenes hermosas e incomprendidas llegaron al pueblo de Sparrow, en 1822.
    Tres jovenes hermosas e incomprendidas fueron ejecutadas por brujeria un ano mas tarde.
    La vida de las tres jovenes se la llevo el mar.
    Entonces cayo una maldicion sobre Sparrow y, en el aniversario de la muerte de las hermanas Swan, la historia se repite.
    Ellas han vuelto. con sed de venganza.
    ?Quien podra escapar de la cancion del mar?

  • Los Boston en Londres (Damas poderosas 5) de Noa Pascual

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    Miranda Boston miraba en rededor, buscando a su hermano mayor, el mismo que la habia obligado a viajar a Inglaterra sin contar con sus deseos. No habia tenido a bien escuchar sus quejas cuando ella, en su ultima carta, le habia explicado con mucha educacion y paciencia, que su peticion, justo en ese momento, no era la mas acertada, ya que el senor Lonan Hill le habia pedido matrimonio... Bueno, no habia sido una peticion oficial exactamente, ni romantica, pero, literalmente, el habia dicho: <>. Suspiro, nostalgica, recordando ese momento. Deseaba tanto convertirse en la senora Hill... Por fin se sentiria parte de alguien, ya que desde que fallecio su padre, su mundo se habia desmoronado; ya no tenia una familia a su lado. No es que sus hermanos no hubiesen mirado por ella, pero la diferencia de edad entre ellos tan solo era de dos anos, mientras que con ella eran quince y trece, y eso la convertia en la nina molesta que siempre los perseguia y a la que no sabian como tratar. Echaba de menos aquella epoca en la que estaban todos juntos; eran pobres, pero estaban muy unidos. Si la fatalidad no hubiese entrado en su casa y unas fiebres no se hubiesen llevado a su madre al cielo, posiblemente habrian continuado siendo la familia feliz que fueron. Pero aquella tragedia los separo o, mejor dicho, los cambio, pues su padre se trastorno, y lo dejo todo para convertirse en un cazador de tesoros. El oro con el que sonaba desde hacia anos se metio en su cabeza como si fuese lo unico que importaba, ya no veia nada excepto la forma de encontrar el preciado metal, y por ello se marcho en su busca, !y vaya si lo encontro! Sonrio con carino al recordar a su padre. Ella lo habia admirado incluso antes de convertirse en el hombre al que todos adulaban, los mismos que durante anos lo habian perseguido para que pagase sus deudas, que no eran pocas, ya que se obstino en convertir a sus hijos en hombres de provecho. Deseaba el mejor futuro para ellos, y se dejo la piel y todo cuanto poseia para ofrecerles una educacion exquisita, pues nada menos que los hijos de un granjero se habian convertido en medico y notario. Cerro los ojos con pesar al recordar a su hermano mayor el dia que murio su madre; en esa misma fecha decidio abandonar todos sus conocimientos en medicina, pues de nada le habian servido para salvar la vida de la mujer que mas queria. Nego con la cabeza para ahuyentar aquellos tristes recuerdos. Debia ser positiva y estar contenta por poder abrazar de nuevo a Dereck; habian pasado cinco anos desde la ultima vez que se vieron y anhelaba aquel reencuentro. Sin poderlo evitar, solto una risita nerviosa. Estaba convencida de que su hermano mayor esperaba encontrarse con la ninita de trece anos que vio por ultima vez, con lagrimas en los ojos por tener que separarse de ellos, en la puerta del internado para senoritas mas afamado de Nueva York, donde la elite de la alta sociedad enviaba a sus hijas para convertirlas en las damas perfectas con las que cualquier hombre querria casarse. Ella no habia pensado nunca en el matrimonio; de hecho, la sola idea de tener que intimar con un hombre la hacia estremecer. ?Quien querria casarse despues de todo lo que las maestras les habian contado respecto a los salvajes anhelos de los hombres? Ella desde luego no queria. Ahora bien, cuando nueve meses atras salio del internado y llego a su casa, vacia y fria, cambio de opinion. A tenor del panico de dejarse poseer por un esposo, siempre seria mejor que soportar aquella soledad. Nunca le habia gustado estar sola y, al llegar a su casa, aquella soledad fue su unica compania; eso la hizo recapacitar con respecto al matrimonio. Y Lonan parecia haber leido sus pensamientos, pues a la semana de conocerse, en el despacho de la naviera familiar, el se ofrecio a llevarla a su casa y en la misma puerta comento: <>. Habian pasado tres meses desde esas palabras y el ultimo dia que se vieron, antes de partir ella a Inglaterra, el le beso la mano enguantada y se despidio con una frase muy esperanzadora: <>. Un par de ojos la estaban observando. ?Quien era aquella muchachita menuda de rostro angelical? Una pregunta que se hizo el marques de Frotell. No la habia visto con anterioridad, estaba seguro de ello, pues hubiese sido imposible olvidarse de aquella figura. Parecia tan moldeable, que se sintio irremediablemente atraido por ella; necesitaba comprobar si su cuerpo se amoldaria a la perfeccion entre sus brazos. Tan ensimismado estaba que sus pies se pusieron en movimiento sin ser consciente de ello. Camino hasta quedarse a tan solo un par de metros de esa mujer, que parecia tan absorta en sus pensamientos que apenas se habia percatado de su presencia. Y casi agradecio que no lo hiciera, pues asi podia comprobar con tranquilidad que la joven no era un sueno. Era real, tan real como que el empezaba a sentirse mareado. ?Que le ocurria? Estaba acariciando con su mirada aquel rostro, anhelando inclinarse y rozar con sus labios aquellas palidas mejillas, embriagarse de su olor y besar aquellas tupidas pestanas negras, tan oscuras como el cabello largo y rizado que la joven mostraba con descaro bajo el sombrerito que apenas llevaba anudado, con las cintas en libertad, balanceandose en el viento por la brisa que corria al estar cerca del mar. Penso que con ello advertiria si la joven seria capaz de bailar con tanta sensualidad entre sus brazos, escuchando los acordes de un vals. Pestaneo para comprobar si estaba bajo los efectos del brandi que habia ingerido minutos antes, pero no; esa muchachita era real, y aquellos ojos oscuros parecian guardar cientos de secretos. La risita timida que ella emitio lo hechizo por completo. ?Que hacia una damita en los muelles de Bristol? Una pregunta que estaba a punto de realizar cuando, justo delante de la joven, paro un carruaje con el emblema del conde de Stanton y Oxford. --Frotell, no me gusta repetir las cosas --se quejo el duque de Manfford. Benedick se giro lentamente; se habia olvidado por completo de su padre. Apenas habia prestado atencion a sus quejas, ya que de normal grunia por todo. En esta ocasion, su mente habia estado abstraida por la belleza de la joven morena, y, por desgracia, no habia podido averiguar siquiera su nombre. Si el carruaje pertenecia al conde de Stanton, era muy posible que se tratase de alguna de las primas del conde. No era ningun secreto que los St. John habian sido una familia tan prolifera que no existia comarca alguna en la que no habitase alguien con ese apellido. Claro que, dada la juventud de la chica, y el hecho de que el no la hubiese visto en ninguna fiesta de la temporada, significaba que la joven seguramente habia acudido a Londres para ser proximamente presentada en sociedad. Ademas, que luciese con tal descaro su larga melena suelta mostraba a todas luces que provenia de alguna comarca interior; era sin duda una senorita de campo, y, por lo tanto, habia llegado a Londres para debutar. Con ese pensamiento sonrio interiormente, pues el, como uno de los nobles mas solicitados por las madres de damas casaderas, era invitado a todos los eventos, y eso significaba que, antes o despues, sus caminos volverian a cruzarse. Miranda se sorprendio al ver ante ella a una mujer rubia muy alta. --Debes de ser la senorita Boston --saludo lady Stanton. Ella asintio con la cabeza. --Ah, es un placer tenerte en Inglaterra --comunico, amistosa--. Disculpa a tu hermano, un asunto urgente de ultima hora le ha impedido venir a recibirte. Miranda se mordio el labio inferior, incredula porque el la hubiese obligado a viajar hasta Inglaterra, posponiendo sus planes de boda, y no hubiese sido capaz de ir a recibirla. Al fijarse en la mujer que tenia delante acabo sonriendo. Puede que Dereck no estuviese alli, pero desde luego habia mantenido su promesa de permanecer en contacto, al contrario que Owen, del que no sabia nada desde hacia casi un ano. Y gracias a la correspondencia mensual que recibia, estaba al tanto de la amistad entre el y ciertas mujeres que lo habian ayudado a integrarse en la sociedad inglesa. --Tu debes de ser Abby. La mujer se rio con tanto encanto que Miranda rectifico de inmediato. Sin duda, Dereck habia sabido describir a la perfeccion a las gemelas Allende. La dulzura y encanto de la mujer que tenia delante la delataba. --No, no, eres Sophie --se corrigio con rapidez--. Segun tengo entendido, debo felicitarte por tu reciente union con el conde de Stanton y tu estado de buena esperanza. A Sophie le gusto que la joven la reconociese, decia mucho del senor Boston. Y tambien le agrado que la tuteara; al fin y al cabo, solo se llevaban tres anos. Un hombre moreno de ojos verdes y tan alto como su hermano Dereck se acerco hasta ellas. --Connor, querido, permiteme presentarte a la senorita Boston. El conde de Stanton y Oxford hizo una pequena reverencia como saludo, pero Miranda alargo el brazo y le tendio la mano. Connor miro a su esposa y los dos reprimieron las sonrisas; esa jovencita tenia mucho que aprender sobre protocolo ingles. Claro que, el era un caballero y jamas dejaria en evidencia a una dama, por lo que se la estrecho sin mostrar desacuerdo alguno. Sophie se percato de que junto a Miranda habia dos baules. --?Has venido sola? --indago, preocupada. Miranda parpadeo. --No. Ademas de unos cuantos marineros --explico con tranquilidad--, tambien viajaba el capitan y... -- comunico como si fuese la respuesta mas normal--, por supuesto, Wyatt Mendoza. Sophie miro a Connor; los dos se quedaron atonitos con aquella aclaracion. --Wyatt Mendoza --repitio el conde, invitando a la joven a explicarse mejor. --?Acaso mi hermano no os ha hablado de Wyatt? Sophie nego con la cabeza. Miranda torcio el labio; no era posible que su hermano nunca hubiese mencionado a su mejor amigo. Habian sido inseparables. Mas que eso, Mendoza pertenecia a la familia; incluso a ella le costo asimilar que Wyatt era un vecino y no un hermano mas. --Es el mejor amigo de mi hermano, su contable y su hombre de confianza --informo, un tanto molesta por que nadie supiese de la existencia de Wyatt, cuando, por el contrario, Mendoza y ella conocian a las gemelas y a todas las amistades que Dereck habia contraido en Inglaterra. Como si lo hubiesen invocado, el hombre de largo cabello castano oscuro, ojos como las avellanas y menton cuadrado, aparecio justo delante de ellos. Su porte esbelto y fornido mostraba que, bajo ese traje de buena calidad, habia un hombre salvaje capaz de matar con un punetazo a cualquier entrometido. --Ya esta todo dispuesto --comunico a Miranda. Al ver a dos desconocidos alli, los miro interrogativo. --Soy el conde de Stanton y Oxford --se presento Connor--. Hemos venido a recibir a la senorita Boston. Wyatt miro de soslayo a Miranda; sabia que estaria algo decepcionada por no haber sido recibida por su hermano mayor, al que adoraba e idolatraba. --Wyatt Mendoza --dijo, extendiendo la mano para saludar al conde. Tras las presentaciones pertinentes, los cuatro montaron en el carruaje de los condes. Wyatt permanecio callado, sin comprender todavia que habia podido ser tan importante como para que Dereck no hubiese ido a recibir a su hermana pequena, a la que llevaba cinco anos sin ver. No era propio de Boston ser tan desapegado. Menos, cuando nada mas enviarle la nota en la que le comunicaba que Lonan Hill, el afamado mujeriego y cazafortunas, habia puesto sus miras en Miranda, el respondio de inmediato que no se despegara de su hermana, y que impidiera a toda costa que ese truhan se quedase a solas con ella, pues, conociendo a Hill, haria lo posible por mancillarla para obtener la dote de Miranda. Y, ademas, lo habia dispuesto todo para zarpar de inmediato a Inglaterra, con tal de impedir que su hermana se embarcara en algun preparativo ceremonial. Miranda observaba. Era una cualidad que poseia desde pequena, siempre observadora y atenta a todo cuanto se producia a su alrededor. Observo las sonrisas de los condes. Habia algo especial en ellas, como si estuviesen manteniendo un lenguaje secreto... Agrando los ojos al percatarse de que el conde, de manera disimulada, estaba acariciando con su dedo menique el contorno de la cintura de su esposa. Trago con dificultad; eso era un gesto inapropiado y escandaloso. A ella le habian ensenado que cualquier tocamiento en publico era una muestra de pecado. Ademas, era el preambulo y el anuncio de que un hombre deseaba mas. Se le acelero la respiracion. Aunque, observo detenidamente a la condesa, y no parecia estar incomoda, sino mas bien lo contrario. Eso la perturbo. Giro la cabeza para apartar aquella imagen y penso que, si lady Stanton se habia acostumbrado a los instintos primarios de su esposo, quiza ella acabaria acostumbrandose tambien en el futuro. Ese pensamiento la hizo sonreir y recordar que, en cuanto llegase a casa, se mantendria ocupada con los preparativos para su boda. No volveria a estar sola nunca mas. Sophie desvio la mirada hacia Miranda y tambien sonrio. Se la veia tan joven y tan bonita que Boston seguramente querria ocultarla, ya que sin duda le iban a salir muchos pretendientes. Tuvo que reprimir una carcajada, pues tambien Beatrice iba a tener una ardua tarea, ya que el senor Boston la habia convencido para que instruyese a su hermana en las lindes protocolarias. Y para ser sinceros, algo le decia que, con Miranda, ese camino no iba a ser de rosas, ya que la joven mostraba una naturaleza independiente. Solo verla corroboraba su pensamiento, pues habia viajado sin carabina, sin doncella personal y sin temor a nada. !Iba a ser muy divertido ver lidiar a Boston con su hermana! Cap i tulo 2 Benedick llevaba la mitad del trayecto sin prestar atencion a las quejas de su padre. No podia apartarse la imagen de aquella muchacha. Y eso era lo que le tenia abstraido, mas que nada porque no habia sentido una atraccion pasional. Ni siquiera penso en ella en terminos eroticos, como tampoco fue su belleza lo que lo cautivo y hechizo. No, no habia sentido ese tipo de atraccion; era una mas temerosa, salvaje y preocupante. Al verla alli sola y desamparada ante la mirada y pensamiento pervertido de cualquier desalmado que pudiese vagar por los muelles, deseo protegerla. Trago con dificultad. ?Quien querria proteger a una persona que no conocia? El. Asi de rotunda y contundente era la respuesta. --Tienen el castigo que se merecen --sentencio el duque. Esa frase tan concluyente lo saco de su ensonacion. --?Perdon? El duque lo miro, desafiante; no le gustaba repetir las cosas y su hijo estaba acabando con su paciencia ese dia. --El vizconde Armony y toda su familia han sido castigados como se merecian --anuncio, triunfal--. Han perdido el titulo y todo cuanto poseian. --Querra decir que usted los ha despojado de todo ello. El duque apreto la mandibula; su hijo era un desagradecido. --Si te hubieses comportado como el hombre que yo pense que habia criado, en vez de comportarte con tanta benevolencia, esa hija descarriada de Armony ahora seria tu esposa y nuestro apellido no se habria visto ridiculizado --le reprocho, recordandole que lo habia avergonzado ante toda la sociedad. --Estaba enamorada de Sunsett --replico, aludiendo al vizconde con el que habian pillado a la joven besandose entre unos arbustos el mismo dia en que el habia anunciado su compromiso con ella--. El escandalo habria sido mayor de haberme casado --se justifico. --Una aristocrata no tiene derecho a enamorarse --sentencio, con su tipica arrogancia--. Su mision es aceptar al candidato que llegue a un acuerdo con su padre --expuso, como si su palabra fuese ley--. Y eso hara tu hermana, porque asi es como se comporta la hija de un duque y asi es como durante siglos hemos impedido que sangre de indeseables se mezclase con la nuestra. --Jezabel es hija de un vizconde --defendio a la muchacha sin saber por que, pues, al fin y al cabo, lo habia ridiculizado--. Y Sunsett tambien es un noble. --!Y tu la verguenza de esta familia! --escupio las palabras sin piedad--. Todos tus ancestros deben de estar revolviendose en sus tumbas al comprobar que, en lugar de comportarte como el futuro heredero del ducado de Manfford, eres un petimetre. Las palabras fueron hirientes, pero Benedick las recibio con elegancia, pues no respondio. --Menos mal que sigo al mando de este ducado y he sabido castigar a los culpables de este escandalo --adujo--. Procura a partir de ahora no volver a avergonzarme --amenazo--. Mi permisividad contigo ha llegado al limite; a partir de hoy sere yo quien se encargue de encontrarte una esposa acorde a tu condicion social. Has demostrado que no eres capaz de elegir a una futura duquesa. Benedick habia soportado muchas humillaciones por parte de su padre, tantas que era imposible recordarlas todas. Sin embargo, esta seria la ultima; no estaba dispuesto a someterse mas. --La eleccion de mi esposa la decidire yo --proclamo, autoritario. El duque se sorprendio; su hijo no se habia mostrado tan firme desde... No, no se habia mostrado asi nunca, por lo que le concedio una ultima oportunidad. --Mas vale que me demuestres que eres digno hijo mio o te desheredare. Benedick no respondio. --Recuerda bien mis palabras, Frotell --mas que un consejo, fue una orden--. Hoy en dia quedan muy pocas mujeres aptas para ostentar a ser de duquesa --menosprecio a la mayoria de mujeres que quedaban solteras--. Por el contrario, existen muchas otras, que se dividen en dos grupos: las cazafortunas y las que cazan titulos. Esas son las peores de todas. Benedick no pudo rebatir, pues Jezabel habia demostrado que era una de las cazafortunas, a pesar de ser hija de un vizconde. Lo habia enganado como al mas estupido de los mortales. No es que el esperase un matrimonio por amor; su padre ya se habia encargado durante veintiseis anos de recordarle que un marques no podia encapricharse de una mujer, el amor no formaba parte de sus vidas. Aun asi, habia albergado la esperanza de casarse con una mujer con la que fraguar cierto grado de amistad, ya que el se habia criado con unos padres que apenas se dirigian la palabra. Su relacion se habia basado en la apariencia; delante de la sociedad se mostraban perfectos, cuando en realidad se detestaban el uno al otro. Y bien lo sabian Victoria y el, pues nunca escucharon ni vieron entre aquel matrimonio una conversacion carinosa o amigable. El poco trato que mantenian por obligacion acababa siempre en discusion, falta de respeto y reproches.

  • La guerra mas larga de la Historia de Lola Venegas

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    La violencia contra la mujer, la intromision violenta del Estado y de los hombres para controlar el cuerpo de las mujeres, esta documentada desde hace casi 4000 anos.

  • La fragilidad del crisantemo de Jose Vicente Alfaro

    https://gigalibros.com/la-fragilidad-del-crisantemo.html

    Dos hermanos pequenos se sumergen en la profundidad del bosque en busca de lena, cuando una extrana criatura alada se materializa ante sus aterrorizados ojos...

  • Un chantaje arriesgado (Escandalos de temporada 2) de Eneida Wolf

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  • Lain. El bastardo de Francisco Narla

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    Era huerfano, y bastardo, pero su ilusion estaba clara: que cuando su padre, don Rodrigo Seijas, senor de San Paio, volviera de las Cruzadas, estuviera orgulloso de el. Por eso habia escalado el roquedal hasta conseguir un polluelo de halcon, que criaria para regalarselo. Pero las malas noticias llegaron al fin: don Rodrigo no iba a volver. Y ahi empezo todo. Expulsado a golpes por su hermanastro, sera acogido por Guy de Tarba, infanzon fiel al senor de la villa y, con el, Lain se embarcara en un viaje lleno de peligros y aventuras. Desde Galicia, pasaran los Pirineos y, ya en Venecia, embarcaran hacia la Palestina y allende ultramar. Perseguido por los templarios, sera traicionado, embaucado, torturado., pero se convertira en un hombre, en un heroe. Y lo mantendra vivo una unica esperanza: la venganza.
    Como si fuera una cantiga moderna, Martin Codax nos relata la historia de Lain, el bastardo de de San Paio; la gesta del halconero, una historia de aventuras, conspiraciones y honor, sumergida en la epoca mas turbulenta del medioevo europeo, desde la Espana de Alfonso X el Sabio hasta las lejanas tierras de Mongolia, donde la sombra del gran Gengis Kan sigue enmudeciendo a vivos y a muertos.

  • Hija de la Fortuna de Isabel Allende

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    Eliza Sommers es una joven chilena que vive en Valparaiso en 1849, el ano en que se descubre oro en California. Su amante, Joaquin Andieta, parte hacia el norte decidido a encontrar fortuna, y ella decide seguirlo. El viaje infernal, escondida en la cala de un velero, y la busqueda de su amante en una tierra de hombres solos y prostitutas atraidos por la fiebre del oro, transforman a la joven inocente en una mujer fuera de lo comun. Eliza recibe ayuda y afecto de Tao Chi’en, un medico chino, quien la conducira de la mano en un itinerario memorable por los misterios y contradicciones de la condicion humana. Hija de la fortuna es un retrato palpitante de una epoca marcada por la violencia y la codicia, en la cual los protagonistas rescatan el amor, la amistad, la compasion y el valor. En esta, su mas ambiciosa novela, Isabel Allende presenta un universo fascinante, poblado de entranables personajes que, como tantos otros de la autora, se quedan para siempre en la memoria y el corazon de los lectores.

  • La razon eres tu. Gris acerado, verde ardiente de Anali Sangar

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    Noe, marcada por un pasado dificil, se siente vulnerable, y la relacion que mantiene con Rober hace algun tiempo que dejo de aportarle algo positivo. Solo el apoyo de sus amigos la mantiene lo suficientemente fuerte para seguir adelante.
    Todo parece cambiar cuando su amigo de la ninez, con el que comparte un pasado lleno de altibajos, se cruza en su camino de la manera mas insospechada. Mario, con su mirada verde jade, sus manos de musico y su voz rasgada, consigue despertar en Noe un sentimiento de verdadero amor.
    ?Es viable trazar un vinculo entre pasion y amistad? ?Es seguro enamorarse de la persona que conoce todo sobre ti? Posiblemente, pero... Rober no estara dispuesto a permitirlo.
    La razon eres tu es una novela rebosante de sentimientos y deseos, de actos nobles y mezquinos, de situaciones divertidas y desesperadas, de amistad, amor y sexo, de besos, risas y lagrimas, de partituras y tablaturas, y de todas las emociones que se muestran y demuestran cuando se tienen veintitantos.

  • Los chicos malos las prefieren morenas de Paola Noguera Franco

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    Diana y Fabrizio, el noviazgo dorado teen de Buenos Aires rompe su compromiso. Y en medio de su pena, ella comete un desliz, entregandole su virginidad a Alexander Francois.
    Hay tres detalles fundamentales aqui: primero que Alex y Fabrizio son primos ; segundo, que Alex es el mayor casanova de la ciudad y tercero; que todos son amigos y van al mismo colegio.
    Diana ahora se encuentra atrapada en las nuevas sensaciones que le produce su mujeriego amigo y la sensacion de comodidad que tenia con Fabrizio ?que eleccion tomara?
    Un peligroso juego de seduccion y mentiras desarrollado en medio de la elite de la mas alta sociedad de Buenos Aires.

  • El Despertar de Monica Tinoco Vazquez

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    El mundo que conoce Sara, una joven incomprendida, condenada a vivir en un lugar llamado Eron, comenzara a cambiar al descubrir secretos escondidos en el que es su hogar.

  • 28 dias de David Safier

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    Varsovia 1943: Mira, una chica de 16 anos, sobrevive como puede en el gueto de Varsovia dedicandose al contrabando de alimentos. Su unico objetivo es proteger a su hermana pequena, Hanna. Cuando empiezan a deportar a los habitantes del gueto a los campos de concentracion, Mira se une a la Resistencia. Juntos consiguen hacer frente a las SS mucho mas tiempo de lo imaginado. 28 dias. 28 dias en los que Mira experimentara la traicion, el sufrimiento y la felicidad.
    28 dias para vivir toda una vida.
    28 dias para descubrir el amor verdadero.
    28 dias para convertirse en una leyenda.
    28 dias para contestar la mayor de las preguntas: ?que clase de persona quieres ser?

  • Memorias de un arbol de Guido Mina Di Sospiro

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    La historia del mundo a traves de la mirada de un arbol. Una bella novela que te hara crecer y fortalecera tus raices emocionales.

  • La reticente amante del principe (Atracciones innegables 2) de Elizabeth Lennox

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    Wyndi Carmichael contuvo el aliento cuando el hombre, sorprendentemente alto y escalofriante, entro en el restaurante barato y grasiento del muelle. Se sento a una mesa de la zona donde estaba ella, recogio el menu plastificado y contemplo las opciones. Definitivamente no encajaba entre la clientela habitual que frecuentaba ese restaurante barato y grasiento. Ella lo observo detenidamente, desconfiando al momento y limpiandose las manos con nerviosismo en el sucio delantal que llevaba atado alrededor de la cintura. Ese hombre era alto y elegante, y de el emanaba un poder en cierto modo escalofriante. Sus ojos negros otearon el restaurante como si el fuera el dueno, y tambien al resto de clientes. Su nariz de aguila y su mandibula cuadrada anadian un toque de peligro a su aspecto. No se le podia considerar guapo de ninguna forma, pero era locamente atractivo. Habia un aspecto crudo en el que era… tentador, a muchos niveles, haciendo que fuera el doble de peligroso. Wyndi se acerco a su mesa con precaucion, insegura de que esperar. El vestia ropas demasiado caras para ser de la misma clase socioeconomica que sus clientes habituales y sus ojos estaban inquietos, como si buscara a alguien. ?O quiza esperaba a alguien? No estaba segura. Pero el estaba en su zona, asi que se acerco a la mesa. No pudo mostrar su sonrisa habitual, pero intento mostrar un semblante educado en lugar de su tipica amabilidad publica. Le gustaba relacionarse con otras personas, le parecian fascinantes. Uno de los motivos por los que era tan buena en su trabajo. Las propinas que recibia como camarera estaban por encima de lo normal, pero incluso en las raras ocasiones en que recibia una propina mayor que la media, la cantidad no era excesiva. En ese restaurante de esa parte de la ciudad, los clientes no ganaban montones de dinero como en Wall Street. No vestian a la ultima moda y desde luego que no tomaban vino para comer. Lo normal era una cerveza el dia de la paga, y agua el dia de antes, cuando iban justos de dinero. Asi que, ?por que estaba ese hombre, vestido con un traje que probablemente costaba mas que los sueldos de todos los demas clientes juntos, sentado a una mesa y mirando en direccion a ella con expectacion? Wyndi se acerco a la mesa, fingiendo que no le temblaban los dedos mientras rebuscaba su boligrafo y libreta de comandas en su delantal. -?Que desea tomar hoy? -pregunto, mas alejada de la mesa de lo que estaria normalmente. Acostumbraba a apoyar la cadera o el muslo contra la mesa, conectando en cierta manera con los comensales. Pero aquel hombre era aterrador. Su mirada penetrante le creaba una sensacion de poder amenazante. La observaba con aquellos ojos negros, quiza atravesandola, evaluandola. Tamar levanto la mirada y se sorprendio al ver los delicados rasgos de la encantadora criatura que le devolvia la mirada. Sus ojos azules y sus gruesos rizos rubios eran sorprendentemente bellos. Tenia una boca amplia con unos labios sensuales que se mordia con unos dientes blancos y bonitos. Pero lo que mas le llamo la atencion fueron los asustados ojos azules que le devolvian la mirada. Normalmente no causaba ese efecto en las mujeres. Se amontonaban ante el, invitandole al juego del apareamiento. Por su experiencia, la mayoria de ellas esperaba conseguir un dije caro; la mas ambiciosa buscaba el prestigioso titulo de esposa. Los ojos azules de esa mujer eran precavidos, como si ella pudiera sentir el poder que el tenia y lo temiera. Para el era un misterio por que esa adorable mujer estaba tan nerviosa, pero estaba intrigado. -?Que me recomendarias? -pregunto el, fascinado por el destello de sus iris y su respiracion entrecortada. Su cuerpo respondio del mismo modo mientras pensaba en todas las maneras en que le gustaria morder ese carnoso labio inferior. Entre otras partes exquisitas de su cuerpo. Wyndi vio el fulgor de su nariz, el calor que emanaba de aquellos ojos negros y misteriosos, y quiso huir, esconderse en algun lugar hasta que ese hombre perturbador desapareciera. La asustaba hasta los huesos, y ella no era alguien a quien le gustara burlarse del peligro o provocar a un oso. Aunque, desde luego, ese hombre no podia ser considerado un oso. <>, penso ella cada vez con mas escalofrios de conciencia que se esforzaba por sofocar. No era que creyera que el pudiera saber cual era su mision secreta. Cuando ella lo miro a los ojos, sospecho que podria saber el resto de cosas. Lo cual era mucho, mucho peor. Ella aparto la mirada y se metio las manos en los bolsillos. -Hay una hamburgueseria genial tres locales mas abajo. Tamar se rio levemente de esa <>, sorprendido no solo porque intentara mantener la distancia, sino por que intentara echarlo del restaurante. -He escuchado que la comida aqui es bastante deliciosa -mintio sin remordimientos. El unico motivo por el que se encontraba en ese restaurante era porque sus tecnicos habian rastreado la senal de un hacker hasta esa direccion. Encontrar a ese angel entre los trabajadores del lugar no fue mas que un hecho fortuito. Ella parpadeo extranada por su lenguaje formal, insegura de que pensar de el. Definitivamente no encajaba alli. Aquel era un barrio obrero. Los clientes del lugar eran del tipo brusco que se toman una hamburguesa rapida y varias cervezas tras un duro dia de trabajo en los muelles. El lugar de aquel hombre parecia ser una sala de juntas, no sentado en la cabina de una excavadora. Ella hubiera apostado a que ni siquiera se habia ensuciado las manos nunca. Probablemente tampoco seria muy bueno en una pelea a punetazos, aunque sus hombros parecian bastante anchos y robustos bajo el tejido fino de su traje. Wyndi se encogio de hombros, como si la comida fuera pasable. -No parece usted el tipo de hombre que come hamburguesas y bebe cerveza -contesto, preparada para despacharlo. -Quiza tu y yo podamos cenar esta noche y ver que tipo de hombre soy -ofrecio el, fascinado por la nerviosa criatura. En un instante, supo que esa bella rubia de precavidos ojos azules seria su siguiente amante. Se froto la barbilla mientras calculaba mentalmente cuanto tardaria en tenerla ronroneando, rogandole que la tocara. Wyndi jadeo, sorprendida por lo directo que era el. -No lo creo -replico ella-. ?Va a pedir algo? Si no, hay otras mesas que debo atender. Tamar solto una risita mientras la observaba atentamente. <>, penso. -Traeme la especialidad de la casa -le dijo el devolviendole el menu plastificado y ligeramente grasiento. Wyndi le devolvio la mirada, intentando comprender que pretendia. ?Quien se creia que era? ?La especialidad de la casa? Aquello era un restaurante de un barrio de clase obrera, no el Ritz. No tenian una especialidad de la casa. Pero en lugar de discutir con el, se encogio de hombros, ignoro el menu ya que su sitio estaba en los asperos soportes de madera que habia sobre la mesa, al lado de la ventana, y se dio la vuelta sobre el tacon revestido de sus zapatillas deportivas. ?Queria la especialidad de la casa? <>, penso con una sonrisa de deleite. El no podia verla, por suerte, pero ella escribio algo en su libreta de comandas y despues clavo el papel en la rueda metalica de comandas, girandola para que Billy, el cocinero ese dia, pudiera ver la comanda. Tras hacer eso, fue a las demas mesas, sonriendo y saludando a los clientes. Relleno sus tazas con cafe o sus vasos con agua e ignoro completamente al hombre de la mesa, que ahora hablaba por el movil. Intento escuchar disimuladamente, sin importarle que fuera de mala educacion. Solo queria comprender que hacia el alli. Era muy extrano, pero hablaba en un idioma que ella no podia entender, asi que se alejo con la intencion de dejarle en paz todo lo posible. Cuando Billy grito que la comanda estaba lista, ella volvio a la cocina y sonrio en anticipacion a lo que venia. Llevo el pesado plato a la mesa y lo coloco delante del hombre junto a una gran jarra de agua y un vaso. -!Buen provecho! -dijo ella, intentando ocultar su diversion mientras el observaba el enorme plato. Tamar contemplo el plato de comida con interes, inseguro de que era exactamente, pero pudo ver en la encantadora mirada de ella que creia haberle hecho una jugarreta. Lo que ella no sabia era que el viajaba por todo el mundo en representacion de los intereses de Surisia. Su primo era el jeque y habian crecido juntos desafiandose el uno al otro a probar las comidas mas exoticas que pudieran encontrar. Aquella hamburguesa con multitud de condimentos no iba a poder con el. -?Imagino que el agua es por mi propio bien? -pregunto el. Su deseo de llevarse a esa mujer a la cama, de doblegar su voluntad, era incluso mas intenso ahora que ella le habia desafiado de esa manera. Wyndi se encogio de hombros, mirandolo y sonriendo triunfante. -El chile es bastante picante. Y los jalapenos tampoco se quedan muy cortos -ella se pauso, intentando esconder su sonrisa-, pero si desea otra cosa, solo tiene que decirmelo. Tamar rio, encantado con ella. -Tiene una pinta maravillosa. Gracias por tu ayuda. Le excitaba tanto el travieso destello en la mirada de ella que queria levantarla, sentarla sobre la mesa y besarla hasta que ronroneara bajo sus caricias. No dudo ni un momento mas y agarro la hamburguesa con ambas manos como si fuera un profesional devorando las comidas mas pringosas posibles. Wyndi se aparto, sintiendose derrotada de alguna forma. Se esforzo por ignorarlo, pero mientras atendia el resto de tablas mantenia la mirada sobre ese hombre y su hamburguesa. Cuando dio el primer bocado y no se quejo, ella comenzo a sentirse culpable. !Era una hamburguesa enorme! !Tenia guacamole, un huevo frito, montones de rebanadas de jalapeno, una gran cucharada de chile picantisimo y tambien crema agria! Era una de esas hamburguesas que algunos se comian por la noche, tras un largo y duro dia de trabajo, y normalmente les encantaba. !Pero aquel hombre no era uno de ellos! Era demasiado elegante, demasiado refinado. Ella se dio la vuelta cuando el dio otro bocado, pensando que deberia pasar otra comanda para el. Quiza una buena ensalada o algo ligero. No tardaria en tener el estomago revuelto. !Bueno, lo tendria si seguia comiendose esa maldita cosa! Se sintio tan mal por lo que habia hecho que ni siquiera podia mirar en direccion al hombre. Se quedo mirando fijamente la bandeja de vasos limpios, con el corazon retorciendosele por la sucia jugada que le habia hecho. Ese hombre la habia asustado, ?

  • La rapsodia de la gata Holmes de Jiro Akagawa

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    Tras recibir una amenaza de muerte, la joven violinista Mari Sakurai permanecera aislada junto al resto de finalistas de un prestigioso certamen musical en una residencia a las afueras de Tokio. El detective Katayama es el elegido para proteger a los participantes. Durante la semana que estaran incomunicados, Katayama, junto a la perspicaz gata Holmes, se enfrentara a un sinfin de sucesos inesperados y desvelara la oscuridad que se esconde tras las bambalinas del brillante escenario musical. Un prestigioso concurso de violin. Siete finalistas. Una amenaza de muerte. Una residencia a las afueras de Tokio. Una espiral de crimenes... El regreso de la Gata Holmes, uno de los personajes mas populares y queridos de la ficcion nipona.