• cuando el alma tiene dos caras - Doli Pereira

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    Elena es una joven que solo tiene un proposito: dejar el tipo de vida que tiene.
    Cuando Javier, un importante hombre de negocios, se cruza en su camino, ve en el la oportunidad de conseguir lo que siempre ha sonado, aunque ello implique comenzar una nueva vida en un nuevo pais. Sin saber que la persona con la que se casa esconde un gran secreto, que provocara que aflore una personalidad totalmente opuesta a la que conoce y que la vida que ha construido al lado de Javier se resquebraje por completo.
    ?Hasta que punto merecio la pena dejarlo todo atras? ?El poder da la felicidad?

  • Cuando el alma tiene dos caras (Novela) Tapa blanda

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  • CUANDO EL ALMA TIENE DOS CARAS | DOLI PEREIRA

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  • CUANDO EL ALMA TIENE DOS CARAS - DOLI PEREIRA

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  • CUANDO EL ALMA TIENE DOS CARAS (Libro en papel)

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    CUANDO EL ALMA TIENE DOS CARAS 12,48€Envío gratis. Elena es una joven que solo tiene un prop¢sito: dejar el tipo de vidaque tiene.

  • Cuando el alma tiene dos caras - Letrame Grupo Editorial

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  • Cuando el alma tiene dos caras - Pereira, Doli - Todos tus libros

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    15 jul 2018 — Sinopsis de: "Cuando el alma tiene dos caras". Elena es una joven que solo tiene un propósito: dejar el tipo de vida que tiene.

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    10 oct 2018 — Elena es una joven con un propósito: dejar el tipo de vida que tiene. Cuando conoce a Javier, un hombre de negocios, ve en él la oportunidad ...

  • Una buhardilla en Paris de Catherine Roberts

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    Siglo XIX. Amy escapa de Londres el dia antes de su boda concertada, que la hubiese llevado a un destino muy comodo, pero con un hombre al que detesta.
    El viaje hacia su libertad no sera facil. Vivira lo mejor y lo peor del Paris bohemio, poblado de actrices, cabarets, moda y atrevidos pintores impresionistas.
    El misterioso vecino de la buhardilla la introducira en un mundo que ella nunca pudo imaginar.
    ?Has sonado alguna vez con ser libre y escapar?

  • Por un minuto de vida breve unica de Esther Llull

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    !UNA NOVELA TIERNA Y ENCANTADORA EN LA INOLVIDABLE, BULLICIOSA Y ESTRAFALARIA CIUDAD DE SAN FRANCISCO! SASHA TENIA SUS PEQUENOS RITUALES DE JUEGO PARA SALIR FUERA DE SU REALIDAD. Y ENTRA EN SU VIDA UN AIRE NUEVO, UN NUEVO RITUAL O JUEGO QUE PUEDE SER TRANSFORMADOR PORQUE LE PERMITE CONVERTIRSE DURANTE UN MOMENTO EN UNA PERSONA DIFERENTE.Sasha vive en la privilegiada ciudad de San Francisco pero no puede soportar el ritmo de la sociedad. Casi siempre ha tenido trabajos temporales, arreglados y esporadicos, aunque su sueno siempre ha sido poder viajar y escribir como copywriter en una agencia publicitaria. Sin embargo, ella tenia sus pequenos rituales de juego para salir fuera de su realidad, para sacarla de lo de siempre. Habia tenido una pareja estable pero su mundo emocional se habia tambaleado al llegar a la madurez. Ella logra no desperdiciar el poder del tiempo en sus pequenos rituales que la ayudan a salir de su realidad. Pero sigue buscando trabajos insolitos, con dementes y personas discapacitadas, y refleja tambien su mundo a traves de la lectura de libros. Su vida debe dar un giro pero no sabe a que agarrarse hasta que un dia recibe un mensaje especial en un sobre de papel. Nuevamente entra en su vida un aire nuevo, un nuevo ritual o juego que puede ser transformador porque le permite convertirse durante un momento en una persona diferente. Crea una realidad alternativa que le permite regresar a su mundo habitual habiendo cambiado un poco lo que ella era y sin tener que fingir

  • La guardiana del bosque de Javier Montes

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    Un enorme oso Grizzli salva a Jane de ser violada por unos cazadores furtivos en Alaska

  • My Hell de Dama Beltran

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  • El doctor (Seleccion RNR) de Bel Diciembre

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    La casa era imponente. En medio de la campina inglesa, sus muros grises se alzaban majestuosos. Con una altura de tres pisos, mas de mil metros cuadrados por planta y una extension de casi tres mil hectareas, no cabia duda de que la mansion del Conde de Gloucester era una muestra del poderio de aquel noble ingles. Martin caminaba despacio intentando seguir el ritmo que su padre, con la pierna lesionada, no tenia mas remedio que tener. Pero eso le permitia apreciar con mayor capacidad toda la inmensidad del lugar en el que se encontraba. Sin embargo, su padre no paraba de grunir y resoplar. --No te preocupes. Vamos con tiempo suficiente. --Martin intento tranquilizarle sabiendo que el sufria siempre por mantener lo que consideraba las minimas formas, y entre las que se encontraba el guardar una correcta puntualidad. --Lo se, hijo, pero me siento un inutil viendo como debes contener tu paso. La edad no perdona y esto solo es una muestra de lo que puede pasarme en un futuro muy cercano. --No digas tonterias. No hay ningun futuro cercano que anuncie calamidades y, cuando llegue el futuro lejano al que te refieres, tendras tu propia casa y el jardin en la misma puerta para poder regarlo si quieres desde la misma ventana, sentado en tu butaca. De eso me encargo yo, te lo aseguro. El senor Golsmith miro a su hijo con orgullo. Tenia ya veintisiete anos y habia heredado la hermosura de su madre, pero con una masculinidad propia. El color de su pelo era rubio mientras que sus ojos se acercaban al gris profundo abandonando el azul. Sin embargo, estaban siempre brillantes, muestra de una fuerte personalidad, curiosa y avida de conocimientos, que disfrutaba con lo nuevo y lo antiguo sin distincion. El cuerpo atletico era el de alguien que siempre ejercia algun que otro ejercicio fisico y todos los esfuerzos realizados por su educacion se dejaban ver en sus gestos y maneras, propias de cualquier miembro de la aristocracia. El senor Golsmith nunca habia ahorrado una sola libra en esa formacion pero, ademas, habia tenido la inmensa suerte de que el marques de Standford, con quien estuvo trabajando durante mas de veinte anos, le dejo en herencia una cantidad que para John Golsmith fue toda una fortuna. Aquel dinero se dedico en su integridad a su unico hijo a quien, con catorce anos, envio al mejor college de Inglaterra. Conocia los riesgos de esa decision. Relacionarse con la aristocracia cuando tus origenes eran tan humildes como los que correspondian a un simple jardinero no iba a ser facil para su hijo. Pero tambien era cierto que los tiempos estaban cambiando y que ya no era imprescindible poseer un titulo nobiliario para acceder a las mejores posiciones e, incluso, ser miembro del Parlamento. Martin demostro ser un muchacho con una tremenda personalidad. Nunca se acomplejo ni se amilano ante sus companeros de altisima clase social. Muy al contrario, su caracter bondadoso, su liderazgo natural y su privilegiada capacidad intelectual le granjearon, en muy poco tiempo, grandes amigos entre los que se contaban el vizconde de Ressy y el conde de Charmington. Junto con ellos, estudio aquellos primeros anos y nunca perdieron la amistad pese a que cada uno escogio caminos diversos para completar su formacion, desde el mundo de las finanzas para el conde de Charmington hasta la formacion en naviera militar preferida por el vizconde de Ressy, pasando por los estudios de medicina que habian sido la pasion de su hijo desde que, a los ocho anos, se habia quedado sin madre por una enfermedad que fue tan devastadora como cruel y repentina. El orgullo de ir conociendo como su hijo iba progresando personalmente fue un sentimiento mucho mas poderoso que la anoranza de no verlo mas que muy de vez en cuando. Durante todos aquellos anos se habian escrito cartas casi con frecuencia semanal y en todas ellas su hijo siempre le informaba de los mas nimios detalles, al tiempo que nunca olvidada transmitirle un carino que parecia ser incombustible a la distancia sin que nunca mediara un solo reproche. Era una prueba mas del caracter bondadoso de aquel muchacho, que habia sido siempre una constante en su personalidad. Sin embargo, lo cierto era que cada vez que lo miraba, John Golsmith veia a un hijo fisicamente muy diferente y a veces temia no poder reconocerlo en la siguiente ocasion. No era de extranar, la visitas que siempre suponian el traslado del padre donde estuviera su hijo, solo se producian una o dos veces como mucho al ano, y por muy breve tiempo. Para John Golsmith no era facil viajar porque suponia abandonar su trabajo y tenia un coste importante. Traer a Martin a su lado tampoco era simple. Los jardineros siempre vivian en casas muy humildes y pequenas ubicadas en las propiedades que cuidaban. Pero, por encima de todo, Mr. Golsmith queria evitar que su hijo tuviera que conciliar de una manera excesiva sus posibilidades y entorno con lo que significaba su propia familia

  • Lo que esta en mi corazon de Marcela Serrano

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    Una novela donde la revolucion mexicana sirve de paisaje de fondo para una conmovedora historia que invita a reflexionar, desde el punto de vista de lo femenino, sobre temas como la perdida de los hijos, de la pasion y las pequenas cobardias cotidianas.

  • Un diario para Jo de Eneida Wolf

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    Jo Foster colecciona cactus en su cocina, Shakespeare es su autor favorito y esta convencida de que, si hubiese algun episodio de fuerza mayor en el que tuviera que sobrevivir, seria de las que moriria nada mas empezar la catastrofe.

  • Seductora inocencia (Knight 1) de Gaelen Foley

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    La venganza los unio, ?los separara el amor?

  • La cima mas profunda de Michel Crisol

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    “!Arriba, arriba! Yo siempre ascendia guiada por el instinto mas certero, confiada en mi empeno y la fuerza de mi cuerpo. Sorteaba cualquier obstaculo de la roca, rapido, sin esfuerzo; al reves de lo que hacia con los enigmas de mi vida… ?Como no iba a lanzarme tras la leyenda, ojos vendados y corazon en la mano, a cambiarlo todo?”.

  • La sospecha de Fiona Barton

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    Cuando dos jovenes britanicas desaparecen en su ano sabatico en Tailandia, su caso pasa a copar el foco de la atencion mediatica internacional. La periodista Kate Waters esta lista para informar sobre la historia: como siempre, quiere ser la primera en conseguir la exclusiva y descubrir la verdad, y esta vez no sera una excepcion. Sin embargo, a medida que se van conociendo mas detalles de la investigacion, Kate no puede dejar de pensar en su propio hijo, a quien no ha visto en dos anos.

  • Los asquerosos de Santiago Lorenzo

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    Manuel acuchilla a un policia antidisturbios que queria pegarle. Huye. Se esconde en una aldea abandonada. Sobrevive de libros Austral, vegetales de los alrededores, una pequena compra en el Lidl que le envia su tio. Y se da cuenta de que cuanto menos tiene, menos necesita. Un thriller estatico, una version de Robinson Crusoe ambientada en la Espana vacia, una redefinicion del concepto <>. Una historia que nos hace plantearnos si los unicos sanos son los que saben que esta sociedad esta enferma. Santiago Lorenzo ha escrito su novela mas rabiosamente politica, lirica y hermosa.

  • LA APUESTA de Sabina Rogado

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    Erika, vive recluida en su apartamento de Dublin, a causa de una agresion que la ha convertido en una joven sin ganas de vivir y con un miedo atroz.
    Hugo, un rompecorazones cuyo lema en la vida es: su moto y no esperar por ninguna mujer mas de cinco minutos. Vive en la sierra de Madrid.
    Una oferta de trabajo, inesperada, que llevara a Erika a reencontrarse consigo misma, pero tambien con lo que quiere olvidar…
    Y una apuesta, que empezo como un juego, y que sera la artifice de que todo pueda cambiar… ?O no?
    Sumergete entre las lineas de esta apasionante historia y dejate llevar a un mundo lleno de sensaciones en las que, la ternura, el enfado, la intriga, la pasion, y sobre todo el amor, te llegaran al corazon.
    ?Te atreves con LA APUESTA?

  • La buena hija de Karin Slaughter

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    La nueva y deslumbrante novela de una de las autoras mas vendidas del panorama literario internacional: un thriller absorbente que mezcla el suspense psicologico con la investigacion de un misterio sin resolver.

  • La Agenda Roja de Sofia Lundberg

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    Una vida esta cargada de amor, de pena y de felicidad. Si al menos nos parasemos a escuchar

  • Los pequenos brotes de Abel Azcona

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    Los pequenos brotes’ Es una de las obras narrativas mas intimas de Abel Azcona, en la que revisa los acontecimientos que han marcado su vida. A traves de relatos breves, Azcona reune un compendio de experiencias reales que nos permiten comprender mejor la complejidad de un artista inclasificable y controvertido. Un libro muy personal en el que indaga en su trayectoria vital como nunca antes lo habia hecho. <>.

  • Quien teme a la muerte de Nnedi Okorafor

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    Africa postapocaliptica. El mundo ha cambiado drasticamente y, aun asi, en una region de este continente dos pueblos siguen regando la tierra con sangre. Tras anos esclavizando a la tribu okeke, los nurus han decido seguir las indicaciones del Gran Libro y exterminarlos a todos. Una mujer okeke, superviviente de una terrible violacion por parte de un general nuru, deambula por el desierto esperando a la muerte. En lugar de morir, da a luz a una nina con la piel y el pelo del color de la arena. Con la certeza de que su hija es especial, le da el nombre de Onyesonwu, que significa: <>.

  • Una dama en apuros de Marta Bezares

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    William Monroe decide dejar atras una vida que no le satisface. Renuncia a ser duque y a su entrenamiento como caballero a cambio de ser libre de elegir su destino.

  • El nino que comia lana de Cristina Sanchez-andrade

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    Un nino traumatizado por la desaparicion de su cordero empieza a comer lana, que vomita en forma de bolas; un ama de cria suena con emigrar a America mientras mantiene la leche utilizando a un perrito; a un marques le proporcionan dentaduras postizas de dudosa procedencia; a un nino le extirpan las amigdalas, que acaban convertidas en trofeo; un naufrago logra sobrevivir gracias a un secreto inconfesable; una anciana toma una decision inaudita tras la muerte de su marido; un oficinista selecciona por catalogo a una novia que al final resulta no ser la mujer con la que sonaba…

  • Los sonambulos de Chuck Wendig

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    Yumiko Sakamoto, la mujer que descubrio el cometa, tenia veintiocho anos y era una astronoma aficionada del pueblo de Kurashiki, en la prefectura de Okayama. Lo encontro de chiripa, ya que en realidad buscaba uno del todo diferente que se esperaba que chocase contra Jupiter. Yumiko Sakamoto afirmo que el descubrimiento le habia cambiado la vida. En una entrevista al periodico Asahi Shimbun comento: Hasta ahora me he centrado demasiado en las cuestiones materiales, como conseguir un buen trabajo o encontrar un buen marido, pero he renunciado a objetivos tan mundanos como el romance o mi carrera profesional. Volvere a la universidad y aprendere mas sobre el mundo y el cosmos que lo rodea, no para obtener beneficios economicos, sino porque la busqueda de conocimientos es un objetivo noble de por si. Acto seguido proclamo su intencion de empezar a formar parte de la comunidad asexual y arromantica de Japon, que cada vez era mayor. Sentia que el mundo ya estaba <> y que no tenia por que ponerle las cosas mas dificiles engendrando descendencia. El cometa, llamado Sakamoto en su honor, paso a 0,1 UA (unidades astronomicas) de la Tierra el 2 de junio. No era lo bastante cerca como para convertirse en un peligro, pero si para contemplarlo a simple vista y que se uniese al grupo de grandes cometas, entre los que se encuentran los famosos Halley o Hale-Bopp. Yumiko Sakamoto iba a comenzar sus estudios academicos el siguiente mes de octubre, pero no vivio lo suficiente para ello. Murio de un aneurisma cerebral la noche en que el cometa surcaba los cielos. PRIMERA PARTE La incubacion 1 El primer sonambulo Los astronomos aficionados tuvieron mucha suerte anoche, ya que recibieron el paso del cometa Sakamoto con cielos despejados y luna nueva. Los ultimos tres grandes cometas habian sido el Lovejoy en 2011, el McNaught en 2007 y el famoso (?o infame?) Hale-Bopp en 1997, que por supuesto dio lugar a la secta Heaven's Gate, cuyos miembros cometieron un suicidio en masa movidos por la creencia de que seria como hacer autoestop en la nave espacial extraterrestre que iba a pasar justo detras del cometa. Estan escuchando a Tom Stonekettle en Stonekettle Radio, 970 BRG. El Show de Stonekettle Radio , 970AM WBRG, Pittsburgh 3 de junio, Maker's Bell (Pensilvania) S hana estaba en pie y contemplaba la cama vacia de su hermana pequena. <>, fue lo primero que penso. La llamo unas cuantas veces. Despues de que Nessie se hubiese quedado despierta hasta las tantas de la noche anterior para ver el cometa a traves del telescopio cutre de papa, Shana supuso que la joven debia de seguir en la cama roncando como un oso. No estaba segura de donde narices podia estar Nessie. Shana se habia despertado hacia una hora para preparar los almuerzos, terminar la colada y sacar tanto la basura reciclable como la no reciclable para llevarla al dia siguiente en la camioneta, por lo que sabia que Nessie no estaba en la cocina. Tal vez estuviese en el bano de arriba. --?Nessie? --Se quedo en silencio y espero--. ?Nessie? Venga ya. Pero no oyo nada. Volvio a pensar. <> En aquel momento no tenia mucho sentido, no como la primera vez que se habia escapado. Habian perdido a su madre, perdido de la manera mas literal. Los cuatro habian ido a un supermercado y solo habian vuelto tres. Temian que alguien la hubiese secuestrado para hacerle dano, pero al cabo vieron gracias a las camaras de seguridad del Giant Eagle que nadie la habia secuestrado. Habia salido por las puertas automaticas como si nada y desaparecido de sus vidas para siempre. Mama se termino por convertir en un enorme signo de interrogacion que se les habia clavado en la mejilla como si fuese un anzuelo. Pero a Shana le habia quedado claro que su madre ya no queria formar parte de sus vidas. Supo desde ese momento que iba a tardar mucho en hacerse a la idea, pero ese no fue el caso de Nessie, que aun no lo habia conseguido. Nessie opinaba que habia sido culpa de papa. Y quiza Shana tambien. Por eso, hacia casi dos anos exactos, despues de que se acabara el curso, Nessie preparo una mochila llena de comida en lata y agua embotellada (y algunas chocolatinas) y se fugo. Encontraron a Nessie cuatro horas despues bajo la marquesina de madera de la parada que habia en Granger, resguardandose de una tormenta inesperada y temblando como un perrito perdido. Se habia puesto a patalear y a dar manotazos cuando papa la intento coger. Habia sido como ver a un luchador intentando detener un tornado. Al final dio el brazo a torcer y papa le dijo: --Si quieres fugarte, fugate, pero si pretendes ir en busca de tu madre, que sepas que no creo que quiera que la encontremos. Fue como ver un vaso de agua derramarse a camara lenta. Nessie se desplomo en sus brazos y comenzo a llorar con tal desconsuelo que solo era capaz de coger aire despues de cada uno de esos sollozos exagerados. Le empezaron a temblar los hombros y metio las manos en las axilas, como si se abrazara a si misma. La llevaron a casa, se paso dos dias durmiendo y luego retomo la vida cotidiana de manera lenta pero seguida. Hacia ya dos anos de aquello. Pero ahora Shana no sabia por que a Nessie se le ocurriria fugarse otra vez. La chica tenia quince anos y no lo estaba pasando tan mal como Shana a su edad. Papa siempre decia que Shana habia pasado una epoca de <>. Depresion, locura y hormonas, como un caballo que no parase de dar coces. Ahora Shana tenia casi dieciocho y ya estaba mejor. Mas o menos. Nessie tampoco estaba tan mal. No es que se hubiera convertido en una mujer lobo. Seguia feliz. Optimista. Los ojos le brillaban como una moneda de cinco centavos recien acunada. Tenia un pequeno cuaderno en el que escribia todas las cosas que queria hacer (bucear con tiburones, estudiar a los murcielagos, tejerse sus propias pantuflas como hace..., como hacia mama), todos los lugares a los que queria ir (Edimburgo, el Tibet, San Diego) y todas las personas a las que queria conocer (la presidenta, un astronauta, a su futuro marido). Un dia le habia dicho a Shana: --He oido que, si te quejas, tu cerebro se reprograma como si tuviese un virus de ordenador y empiezas a ser cada vez mas infeliz, asi que voy a ser positiva, porque estoy segura de que tambien funciona al reves. El cuaderno estaba tirado en su cama vacia. Junto a la cama habia una caja abierta: Nessie habia recibido un paquete por correo, algo de ciencias que habia pedido. (Shana le habia pedido prestada una pequena probeta para guardar la hierba.) Sus sabanas amarillas como narcisos estaban arrugadas como si hubiese dormido en la cama, y su almohada rosada aun tenia la marca de su cabeza. Shana echo un vistazo al cuaderno. Nessie habia empezado una nueva lista: <>. En ella se leia: <>. ?Fotografa?, penso Shana. Esa es la mia. Sintio como la banaba una oleada de rabia. A Nessie se le daba bien todo. Si decidia hacer lo mismo que Shana, seguro que lo haria mejor y ella seria una torpe y se odiarian para siempre. (Bueno, no. Shana odiaria a Nessie. Nessie la querria de manera incondicional, porque su hermana era asi.) Shana volvio a gritar su nombre. --?Ness? ?Nessie? Oyo el eco de su voz, pero nadie respondio. Joder. Papa ya estaria en lo que el llamaba la <> (decia que, si iban a formar parte del movimiento del queso artesanal de Pensilvania, tenia que empezar a llamar las cosas por su nombre, cono) y estaria esperando a Ness y Shana para que ayudaran en el tenderete que montaba junto a la carretera. Luego ordenaria a una de ellas que fuese al cobertizo del queso para comprobar la cuajada del Gouda o para quitar el agua de los azules, despues mezclar el forraje, alimentar a las vacas y, joder, la veterinaria iba a venir ese dia para echarles un ojo a las pobres ubres hinchadas y rojas de Belinda. Despues... Quiza Nessie se hubiese fugado por eso. Las clases ya se habian acabado, y las vacaciones de verano nunca eran tales: todo era trabajo, trabajo y trabajo. (Shana se pregunto si Nessie habria hecho lo correcto. A lo mejor ella tambien se fugaba. Aunque solo fuese un dia. Podia llamar a su amigo Zig para que acudiese a buscarla en su Honda, fumar algo de hierba, leer comics, insultar a los estudiantes que se acababan de graduar...) (Dios, tenia que salir de alli. ) (Si no salia de alli pronto, se quedaria en la granja para siempre. Aquel lugar era como arenas movedizas.) Pero sabia que Nessie era demasiado nina buena como para haberse escapado otra vez, por lo que quiza se hubiera levantado antes que ella y ya estuviese en el tenderete. Menuda curranta. ?Como se llamaba esa cancion del viejo disco de REM que tenia papa? ?Shiny Happy People? Pues esa era Nessie. Shana ya habia desayunado, por lo que fue a buscar el adaptador de objetivo macro para el movil con el que hacia fotos de cosas que estaban muy cerca. Era como descubrir pequenos mundos, lo micro hecho macro. No tenia una camara de verdad, pero estaba ahorrando para comprar una reflex digital algun dia. Mientras, tendria que seguir usando el telefono. Acaso encontrara algo en el establo o en la queseria que estuviese guapo para sacar fotos muy de cerca: oxido descascarillado, la aguja roja del termometro o las burbujas y los cristales del queso. Recordo donde habia dejado el adaptador la ultima vez: estaba sacandole fotos a una arana que colgaba de su ventana y la habia dejado en el alfeizar. Por lo que fue a buscarlo y... Algo que habia fuera le llamo la atencion. Un movimiento en el aparcamiento. Lo primero que penso fue que una de las vacas se habia quedado suelta. Shana se acerco a la ventana. Habia alguien fuera, caminando. No. No era alguien. Una colgada habia recorrido la mitad del aparcamiento en pantalones de pijama y camiseta rosa. Tambien descalza, al parecer. ?Que narices? ?Nessie? Shana corrio a la cocina y se olvido por completo del objetivo. Se puso las zapatillas lo mas deprisa que pudo y corrio hacia la puerta del porche trasero al tiempo que trastabillaba porque una se le habia quedado mal puesta, pero enseguida le dio un buen pisoton con el talon y siguio corriendo. Penso en gritarle a su hermana pequena, pero decidio no hacerlo. No habia razon para llamar la atencion de papa. Seguro que si descubria que aun no estaba en el tenderete les iba a largar un sermon de los suyos y el dia ya habia empezado con suficiente mal pie. En lugar de eso, se limito a correr por el aparcamiento mientras la gravilla crujia bajo sus zapatillas. Las vacas Holstein que habia a la izquierda mugieron. Un joven ternero, que creia que era Moo Radley, se quedo mirandola con las patas torcidas mientras ella iba en busca de la lerda de su hermana. --Nessie --siseo--. !Oye, Nessie! Pero Nessie no se dio la vuelta. Siguio caminando. <> Shana troto hasta ponerse delante de ella y planto los pies como raices. --Por Dios, Nessie, pero que carajo estas... En ese momento vio los ojos de la chica. Estaban abiertos, pero su hermana tenia la mirada perdida. Era como si mirase detras de Shana o a traves de ella. Eran como los ojos de un muerto, como las cabezas inmoviles de unos clavos muy grandes. Ya no brillaban ni tenian esa chispa tan natural en ella. Nessie siguio caminando descalza. Shana no sabia que hacer. ?Apartarse? ?Seguir plantada como un poste telefonico? La indecision la obligo a hacer un poco de ambas cosas, se movio unos centimetros, pero aun seguia en el camino inevitable de su hermana. El hombro de la chica la golpeo con fuerza, y Shana se tambaleo hacia la izquierda despues de recibir el golpe. La carcajada que solto era de sorpresa. Era una risa de molestia, un ladrido de incredulidad. --Eso ha dolido, capulla --dijo al tiempo que la agarraba por el hombro y empezaba a zarandearla. Nada. Nessie se zafo y siguio caminando. --Nessie. Nessie. Shana agito una mano delante de los ojos de su hermana. La agito, una y otra vez. En aquel momento empezo a pensar, se le ocurrio la idea improbable pero que podia ser cierta: <> Pero Shana era la bromista, y los chistes del repertorio de Nessie eran tan malos que hasta papa torcia el gesto, y eso que los chistes malos le encantaban. Pero, por si acaso, levanto el dedo y le apreto la nariz como si fuese un boton. --!Bup! --dijo--. Te acabo de apagar, robotita. Nessie no reacciono. Ni parpadeo siquiera. ?Habia parpadeado en algun momento? A Shana le parecia que no. Luego vio delante de ellas un gran charco de agua de lluvia y aviso a su hermana: --Nessie, cuidado. Hay un... Demasiado tarde. Nessie lo vadeo sin inmutarse. Plis. Plas. Metio los pies en el agua casi hasta los tobillos, pero no se detuvo ni por un instante, como si fuese un juguete al que le habian dado cuerda y solo pudiera caminar en una direccion. Seguia mirando al frente. Seguia avanzando. Tenia los brazos rigidos en los costados. Algo iba mal. La idea impacto el corazon de Shana como si fuera un puno. Se le cerro el estomago y sintio como se le espesaba la sangre. Empezo a sentir miedo, pero de todas maneras intento razonar consigo misma: <> Vale, no. A Nessie nunca le habia pasado algo asi, pero quiza fuera la manera en la que su cerebro habia decidido tratar con las hormonas que recorrian su cuerpo como caballos de carreras. La cuestion era otra:

  • Lo que esta en juego es la moral de G. B Tatian

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    La luz naranja de las farolas iluminaba las calles aquella oscura madrugada de invierno. Benicio San Emeterio caminaba erguido por la acera de aquella larga calle sujetando las asas de una bolsa de deporte negra y rectangular. Con la otra mano agarraba un tetrabrik de leche. Su rostro reflejaba seriedad y el sonido que provocaba al caminar era casi imperceptible a pesar del silencio de la noche y de sus 109 kilogramos de peso de puro musculo. Su figura era intimidante y robusta incluso desde lejos. Media casi un metro noventa y hacia parecer que su bolsa de deporte era pequena a su lado, aunque no lo era. Se detuvo un momento para dar el ultimo sorbo al tetrabrik de leche e inclino la cabeza hacia atras para beber. Vio una pequena parte de la luna sobresaliendo por encima de la azotea de un edificio. La calle completamente vacia. Los cristales de los coches aparcados reflejaban la luz de las farolas. Deposito el carton de leche en la papelera y siguio caminando. Al cabo de unos metros empezo a sentir los golpes de la punta de sus cordones contra sus zapatillas. Se detuvo de nuevo y se agacho posando una rodilla contra el suelo. Solto la bolsa de deporte y al caer hizo un breve pero tremendo ruido pesado de objetos metalicos chocando unos con otros. Se ato los cordones y se puso en pie enseguida, agarro su bolsa y la levanto del suelo como si no pesara nada. Siguio caminando por aquella calle y a la altura de un callejon a pocos metros empezo a escuchar ruidos extranos, como de un animal sollozando. Empezo a caminar mas despacio y a medida que se acercaba el sonido era mas perceptible. Siguio hasta la entrada del callejon y se detuvo en medio. Dentro habia alguien, y vio como la enorme figura de Benicio aparecia de la nada y se detenia a la entrada. De pronto aquel sonido desaparecio de golpe. Benicio permanecio parado unos segundos mirando hacia el fondo, pero no pudo ver nada, la escasez de luz y la lejania no lo permitian. Desde dentro vieron como su oscura figura empezaba a moverse y desaparecia tras la esquina. Tras unos escasos segundos un sonido leve y suave salio del interior del callejon. El sonido que hace alguien cuando pide silencio: -- Shhh... Entonces vieron desde el interior la enorme y oscura figura de Benicio retrocediendo sobre sus pasos hasta situarse en el centro de la entrada de nuevo. Hubo unos segundos de completo silencio. De pronto Benicio comenzo a caminar hacia el interior del callejon. Se escuchaba el sonido de la cremallera de su bolsa de deporte abriendose. La luz era insuficiente y solo podia ver a unos escasos metros a su alrededor a medida que se adentraba. Los muros, el suelo y el fondo oscuro. Camino hasta el final y se detuvo cuando se le hizo visible. Habia una mujer con el torso inclinado y apoyado sobre una mesa de madera al lado de la basura. Tenia los pantalones bajados y sollozaba, cayendo lagrimas de sus ojos. Tras ella, un hombre sujetando una navaja sobre su nuca. El hombre se aparto de ella y sujeto con fuerza la navaja. Benicio se hizo a un lado y la joven salio corriendo y volvio a situarse en el medio frente al hombre. Hubo un breve instante de silencio. Rebuscaba en su bolsa y el choque de piezas metalicas emitia un leve sonido. El hombre se mantenia estatico en la distancia. De pronto Benicio saco una escopeta corta de aspecto antiguo, la amartillo y empezo a alzarla hasta colocarla a la altura del pecho y justo cuando el hombre abrio la boca para decir algo, abrio fuego y cayo derribado. El estruendo fue enorme y camuflo el fuerte gemido del hombre cuando la violencia del disparo vacio el aire de sus pulmones. Se acerco hasta el y se quedo alli de pie hasta que se aseguro de que habia dejado de respirar. Despues siguio caminando por la calle hasta el pequeno hotel de la esquina, subio a la habitacion y se sento en la cama. La bolsa estaba a sus pies, se inclino y abrio la cremallera del compartimento lateral y saco un boligrafo negro. Saco un billete de cincuenta euros de su bolsillo y lo sujeto con las dos manos frente a el. Habia algo escrito a lo largo del billete, en la parte baja. Samanta T. Cruz – (Asesinato) Le quito la capucha al boligrafo y lo tacho hasta que quedo ilegible. Encima de el habia mas nombres tachados. Le dio la vuelta al billete y vio que por la otra cara tambien estaban todos tachados. Entonces se levanto de la cama y fue hasta la ventana y la abrio, saco de su bolsillo una caja de cerillas y encendio una, coloco el billete en la repisa exterior y puso la cerilla sobre el billete y cerro la ventana. Se tumbo en la cama y extendio su brazo y agarro la delgada cuerda de la lampara, tiro de ella y se apago. 2 Andres levanto la cabeza de la almohada y le vio sentado en el extremo de la cama de al lado con la cabeza entre sus manos, sobre su gorro. Tiro de la cuerda de la lampara y la luz fragil ilumino solo una parte de la habitacion. Miro el reloj que estaba al lado de la lampara en la mesita de noche con los ojos entrecerrados por culpa de la luz. Las 03:33 de la noche. Se levanto de la cama y se sento en el borde frente a el y le agarro del brazo. La pequena ventana era un agujero oscuro hacia la madrugada. Se desplazo por la cama hacia la mesita de noche y agarro la pequena libreta y el boligrafo que estaban encima y volvio a sentarse en el mismo lugar. Con la mano que sujetaba el boligrafo le acaricio su hombro y luego puso las dos entre sus brazos para que pudiera coger las cosas. -- Antonio, ?Que te pasa? Antonio levanto la cabeza y le miro a los ojos. Cogio la libreta y el boligrafo y comenzo a escribir. Le entrego la libreta y el la oriento hacia la luz para poder leer. -- No puedo seguir haciendo esto. Andres se quedo mirandole pensativo. -- ?Es por lo que paso ayer? Antonio asintio con la cabeza mientras Andres le devolvia la libreta. El volvio a empezar a escribir. -- No puedo seguir haciendo como que no he visto nada. Eso no es lo que hace un hombre justo. Ellos eran mas y ese hombre no podia defenderse, pero nadie nunca hace nada. Todo el mundo mira para otro lado y hace como que no lo ha visto, y esperan que la injusticia se resuelva sola. Eso es exactamente lo que hacen los cobardes y yo no quiero serlo, pero el miedo me detiene y para entonces ya es tarde. La injusticia ha sucedido y despues llega la noche, y no puedo dormir, porque es imposible dormir cuando estas decepcionado contigo mismo. Andres leia mientras Antonio agachaba la cabeza y miraba al suelo. Cuando acabo de leer le agarro de la mano. -- Se muy bien como te sientes, pero no tiene sentido atormentarse. No puedes volver atras y cambiarlo. Asi que todo lo que puedes hacer es comprender que eres un hombre justo y bueno, pero que te equivocaste, y rectificar la proxima vez. Antonio no levanto la mirada del suelo, pero asintio con la cabeza. Andres se levanto sin soltarle la mano y tiro de el para que se pusiera de pie. Le abrazo y le paso la mano por la espalda para consolarle, luego le solto. -- ?Vuelves a la cama? Antonio miro el reloj y luego nego con la cabeza. -- No te atormentes tio, no lo hagas. -- Andres se metio en la cama y Antonio le tapo con el edredon y apago la luz, luego salio de la habitacion y se sento en el sillon a mirar por la ventana. Miraba el arbol que habia enfrente. El unico arbol que habia. Era grande y no tenia ni una sola hoja. Todas las ramas estaban desnudas. 3 Antonio abrocho su abrigo y metio las manos en los bolsillos. Lo unico que llevaba al descubierto era la cara. Llevaba puesto su gorro negro y el abrigo le cubria el cuello hasta la barbilla. De largo era casi hasta las rodillas. Andres cerraba la puerta de la casa, la de abajo, mientras acariciaba su barba corta y despejaba sus ojos del sueno. Empezaron a caminar a las seis de la manana, cuando todavia el Sol no habia salido. A lo lejos se veian en el cielo los primeros hilos de luz. La calle tenia un muro a cada lado y los dos estaban completamente llenos de grafitis iluminados por la luz blanca de los faroles de pared. Los muros eran muy extensos, pero no habia sitio para un solo grafiti mas, por lo que, cada cierto tiempo, algunos habian desaparecido y se habia pintado otro encima. Antonio y Andres caminaban atentos para ver los nuevos y cuando pasaron por al lado de los cubos de basura, varios gatos salieron corriendo y se metieron debajo de los coches. Despues de los muros habia una zona abierta. A la derecha habia un parque a media distancia, oscuro por la madrugada, y un bloque de edificios con soportales. En el interior de un portal de los soportales se veian las piernas de un sintecho, y del interior del portal salio una revista rotando en el aire que fue a parar justo en el centro de la fogata que habia a sus pies. A la izquierda habia un puente a lo lejos, por donde pasaba el rio cuando habia agua. Ahora habia un grupo de jovenes debajo y desde la distancia se veia el punto rojo diminuto de sus cigarrillos. Ahi se reunian para drogarse. Despues de pasar por ahi, pasaron por el parque en el que habia un hombre sentado en un banco, tapado con una manta vieja y hablando y riendose solo. De vez en cuando guardaba silencio y luego se giraba para gritar a alguien que el creia que le perseguia, pero detras no habia nadie. Siguieron caminando hasta la calle que corta las vias del tren y giraron. Tenian que cruzar las vias para ir al trabajo. Debajo de las escaleras del puente que cruza las vias habia una chica. Andres no la vio, pero Antonio la senalo y fueron hasta ahi. La chica estaba recogida sobre si misma y lloraba. -- ?Que te pasa? -- Pregunto Andres. La chica levanto la cabeza. -- Tengo frio. -- Dijo ella temblando. Lloraba y le temblaban mucho las manos. Llevaba puesta solo una camisa. Los chicos se miraron. No hicieron preguntas. Antonio desabrocho la cremallera de su abrigo y se lo quito y levanto a la chica. Se lo paso por la espalda y la ayudo a meter los brazos en las mangas, se lo abrocho y le metio las manos en los bolsillos, le puso la capucha y luego metio las manos dentro para limpiarle las lagrimas. La chica habia parado de llorar y le miraba a los ojos. Era un poco mas joven que ellos. Todavia menor de edad. Antonio saco del bolsillo de su pantalon la libreta y el boligrafo. Escribio y se la enseno. -- ?Tienes a donde ir? La chica asintio ligeramente con la cabeza. Entonces los chicos se giraron y se fueron.

  • Savage & Blue de Karen Delorbe

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    El escribe novelas romanticas. Yo soy su mayor fan.

  • Baile de otono (Un baile austeniano 4) de M. Cavani

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    La vida de Emma se habia convertido en un caos; en los ultimos meses habian sucedido tantos eventos desconcertantes e inesperados que ella, creyendose tan entera e incapaz de afectarse ante la adversidad, no pensaba que pudiera soportarlo. En su interes por demostrarle a todo Highbury --y por todo Highbury se referia al senor Knightley-- que ella tenia una gran sensibilidad para unir sentimentalmente a sus amigos, proveerle un marido a Harriet Smith se habia vuelto su obsesion desde el baile de invierno, pero, entre todos sus disparates para propiciar tal boda entre su amiga y cualquiera --excepto Robert Martin--, fue ella misma quien recibio una propuesta del senor Elton. Todavia no comprendia como habia sucedido tal confusion, ella solo habia estado promoviendo encuentros entre el vicario de Highbury y su amiga cuando una noche que compartian carruaje, luego de una cena con los Weston, mientras la pobre Harriet se sentia indispuesta, sin consideracion alguna, el le tomo la mano, solicito su atencion y comenzo a declararle su apasionado amor. ?Que estaba pasando? Todo este tiempo habia estado convencida de que el senor Elton, era el candidato perfecto para su amiga, era un hombre con meritos y caracteristicas imposibles de ignorar, tenia buen caracter y buena voluntad, sin embargo, tales cualidades no eran suficientes como para que sus intenciones de unirlos se prestaran a confusion; ademas, ella no pensaba en el matrimonio para si misma... Al menos no lo creia asi. Y estaba segura de que no queria tener algo que ver con el senor Elton. Mas este inconveniente fue solo el segundo de sus errores --el primero habia sido cuando orquesto el baile de invierno para que Charles Bingley se fijara en Harriet--; su tercera equivocacion sucedio cuando, tras sus primeros fracasos, intento que el orgullo de Highbury, Frank Churchill, tambien se fijara en su amiga . Y aunque esta vez se prometio que limitaria su intervencion, pues estaba segura de que su plan funcionaria, por un breve momento, sus propios sentimientos se vieron involucrados. Veran, desde que el senor Weston se casara con su institutriz habia existido una especie de secreta fantasia entre ambos de que ella, siendo la hija casadera de los Woodhouse, y Frank, el respetable hijo del senor Weston, se unieran, una secreta fantasia que, ella lo reconocia, alimentaba su ego y, no lo negaba, por algunos dias habia conquistado su cabeza cuando las atenciones del joven la confundieron: por primera vez, en veintiun anos, creyo estar enamorada. Sin embargo, a tiempo se dio cuenta de que sus sentimientos por Frank no eran tales y que si la idea de casarse rondara su cabeza, nunca iba a ser con alguien que viajara hasta Londres por un corte de cabello (nada de eso), debia ser con un hombre de caracter fuerte y buen criterio, que la representara y supiese hacerle frente, uno con el que ella pudiese expresarse, aunque luego se sintiese juzgada, un hombre como... No, lo mejor era olvidarse de ello. Pero lo cierto era que Frank Churchill ya estaba reservado, y mucho, aunque no para Emma Woodhouse o Harriet Smith, sino para Jane Fairfax. Si, esta habia sido la ultima sorpresa en Highbury, la noticia de la que todos hablaban: Frank Churchill y Jane Fairfax. Aunque no fue sencillo de asimilar, luego pudo atar todos los cabos sueltos, Emma se dio cuenta de algo, el hijo del senor Weston no se presento en Highbury hasta que su querida Jane se establecio definitivamente durante el verano. No obstante, entre todo lo ilogico que habia sucedido durante el estio y las primeras semanas del otono, lo mas asombroso habia sido escuchar la reciente confesion de Harriet Smith, que no habia dudado un segundo en reconocer su afecto !reciproco! por el senor Knightley. !El senor Knightley! Unos meses atras habia creido que cualquier dia el senor Knightley anunciaria sus planes de boda con otra senorita, Elizabeth Bennet, la joven que le habia eclipsado, a la que habia conocido gracias a ella misma, si, cuando se le ocurrio aquella brillante idea de celebrar el baile de invierno; pero, ?Harriet Smith? En la actualidad se daba cuenta de cada uno de sus errores y de su obstinacion en conseguir algo que desde donde se le viera era ilogico, pero que el senor Knightley estuviese sentimentalmente interesado en Harriet era impensable. ?Como habia sucedido? ?Cuando? Emma reconocia que habia sido demasiado irracional cuando se habia propuesto como meta de vida pactar, de acuerdo a su voluntad, una boda para Harriet Smith. !Cuan ciega habia sido! ?De donde habia obtenido tanta locura? Su exito al conseguir la boda entre los Weston se le habia subido a la cabeza en tales proporciones que se creia imbatible. El senor Knightley se lo habia advertido una vez, que estaba siendo obstinada y estupida en insistir en su amistad con Harriet, pero, si de ella pensaba de ese modo, ?que aplicaba, entonces, a el? Desconsolada, ahora estaba en Pemberley, ella y el senor Darcy eran los anfitriones del baile de otono en el cual, a pesar de los confusos sentimientos que la conmovian y atormentaban, celebrarian un compromiso inmejorable. Pemberley Elizabeth leyo nuevamente la tarjeta de invitacion al baile de otono sintiendo que estaba siendo objeto de diversion del destino; habia pasado de ser la posible duena de Pemberley a una mera espectadora del compromiso entre Emma Woodhouse y Fitzwilliam Darcy. --Espero que cuando nos encontremos con el senor Bingley sea todo muy civilizado... Sus pensamientos fueron interrumpidos por los de su hermana. --Me gustara poner un punto final a esta historia para que podamos continuar nuestras vidas... Lizzy noto que Jane bajaba la mirada, como si pensar en el caballero, despues de esta noche, fuese reprochable. Un acto prohibido. --En realidad, no se por que he venido, Lizzy. Lizzy tampoco comprendia exactamente que la habia movido a regresar esta noche a Pemberley, solo sabia que, aquella manana, cuando estaba reunida con sus hermanas en el estar de Longbourn, algunas ocupadas en la labor, otras leyendo, confiando en que seria un dia sin emociones, su madre coloco en las manos de Jane una invitacion que iba dirigida a las dos, que no podian declinar. --Porque tu nombre, como el mio, ha venido impreso en la invitacion --le respondio, aunque sabia que, en una buena parte, la presencia de su hermana en este baile se debia a que habia empleado sus tecnicas persuasivas. Como era de esperarse, Jane temia al inminente encuentro con el senor Bingley, pero ella misma, Lizzy, necesitaba de su apoyo cuando se encontrara con el senor Darcy--, y habria sido una descortesia ignorarla. Lizzy rodeo a su hermana con los brazos cuando la miro suspirar. --Todo va a estar bien, Jane --la consolo mientras admiraba lo hermosa que lucia al continuar el camino desde el carruaje hasta la recepcion--. Lo que puede ocurrir es que cuando el senor Bingley te vea nuevamente se vuelva loco por ti. --No tengo esperanzas que alimentar... Ademas de que no lo espero. Lizzy, estare bien. Lizzy le coloco un beso en la sien y, abrazandola un poco mas, le dijo: --Lo se --y avanzaron hacia la entrada del salon. No era la primera vez que Lizzy visitaba Pemberley, habia sucedido durante el verano, cuando fue de vacaciones con sus tios, los Gardiner; en aquel entonces, se suponia que irian hasta Los Lagos, pero, por los compromisos de su tio, debieron reducir la excursion y solo pudieron llegar hasta Derbyshire. Mientras cruzaba el salon, Lizzy recordo aquel dia con la misma agitacion de saber que esta noche estaba en el territorio del senor Darcy. Pero, ?por que si en el baile de primavera Lizzy estaba tan opuesta al senor Darcy, ahora parecia haber operado un cambio en sus sentimientos por el? Pues sucedio que la manana siguiente al baile de primavera, el senor Darcy habia puesto en sus manos una carta que habia modificado todos los prejuicios que, rencorosamente, ella habia guardado hacia el. Su carta era tan poderosa que tambien habia influido en la percepcion que tenia de su propia familia, y cambiado la parcialidad con la que habia actuado en relacion al tema Wickham; habia sido orgullosa y vanidosa y habia procedido bajo la conviccion de ser incapaz de equivocarse. Lizzy habia leido aquella carta repetidas veces, incluso cuando volvio a Longbourn, luego de aquel viaje, todavia la leia a hurtadillas y la consideraba su secreto tesoro. A traves de esta, el senor Darcy habia insertado la comprension de elementos y detalles que ella habia ignorado de su actuacion, entendio que el habia estado protegiendo a su amigo de la union con una joven que, si bien no consideraba su igual, tambien la creia indispuesta en su afecto; al respecto, el recuerdo de un comentario de su amiga Charlotte, la noche del baile de invierno, cuando el senor Bingley y Jane se conocieron, confirmaba que las conjeturas del senor Darcy no eran del todo invalidas: Si no le demuestra pronto al senor Bingley lo que siente por el, dudo que su amistad se extienda a algo mas que una simple preferencia en un baile publico. En relacion a su familia, la justicia de sus acusaciones le parecia demasiado evidente para que pudiera negarla, y las circunstancias a las que aludia en particular como ocurridas en el baile de invierno, no le podian haber impresionado a el mas de lo que le habian abochornado a ella [1] , su madre se habia entregado al chismorreo, Kitty y Lydia a coquetear con el regimiento que estaba de paso en Highbury, mientras Mary tocaba el piano de esa forma jactanciosa, aunque inexperta. En resumen, le habia juzgado como el peor de los hombres cuando siempre habia actuado cabalmente. --?Y como te sentiras, tu, Lizzy, cuando te encuentres con el senor Darcy? --Elizabeth bajo la mirada y sonrio, pero sabia que su sonrisa no reflejaba su habitual alegria. A pesar de la violencia con la que habia recibido su propuesta de matrimonio, aquella noche habia quedado tan impresionada que necesito desahogarse con el papel en una carta expresa que, a la manana siguiente, envio a Londres, donde estaba Jane. Pero ahora, luego del giro que habia tomado la historia, no se arrepentia de haberla rechazado, aunque, si en aquel momento hubiera tenido la informacion que le fue transmitida esa manana siguiente, no estaba segura de si habria optado por dejar una respuesta abierta a la propuesta. No podia disimular, ni siquiera para si misma, que admiraba al senor Darcy. Que le admiraba demasiado. --Me sentire feliz por su compromiso con la senorita Woodhouse. Creo que sera una union inmejorable para ambos --pues estaba segura de que, imposibilitada de conseguir el interes de su sobrino por su propia hija, nada le era mas conveniente, a Lady Catherine de Bourgh, que el compromiso del senor Darcy con la senorita Woodhouse. --Ya no le guardas rencor. En el fondo, Lizzy, creo que nunca se lo tuviste, solo te dejaste llevar por los prejuicios. --Eso no voy a ocultarlo, pero, espero que sea feliz --sonrio nuevamente y bajo la mirada. Sus deseos de felicidad no eran reflejo de hipocresia, habia entendido que, la pasada primavera, el senor Darcy se habia dejado llevar por un apasionamiento que, luego de aquel baile en Rosings, fue superado por la razon, centrandose asi en lo que era socialmente correcto para el, donde, por supuesto, ella no representaba una opcion. En reflexiones parecidas, Lizzy habia estado trabajando durante el verano, especialmente luego de que ella y Darcy se encontraran fortuitamente aca, en Pemberley, cuando, confiando en que su dueno estaba de viaje, entro con sus tios para hacer un recorrido, Pemberley era una de esas grandes y exquisitas propiedades del reino abiertas para la excursion de los forasteros; en aquel entonces la version que presento de si mismo era tan distinta al hombre orgulloso y distante al que habia conocido en Highbury --y con el que se habia encontrado en Rosings--, que Lizzy estaba calidamente sorprendida del cambio operado y se preguntaba si ella habria influido de alguna manera en ello. Ahora, aunque trataba de ser fuerte y le deseaba lo mejor, no podia expresar su resignacion con la mirada. Esta noche otonal Pemberley lucia igual de hermoso y elegante que aquella tarde estival cuando inesperadamente se encontro bajo los dominios del senor Darcy, solo que en esta oportunidad todo tenia un cariz distinto; no obstante, ella era Elizabeth Bennet, siempre alegre y segura de si misma, asi que arreglo su mejor sonrisa y avanzo, pues nada iba a derrumbarla.

  • Tu eres tierra firme de Maira Varea

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    El mundo se habia vuelto oscuro. Negro. Sus parpados, tercos, se afanaban por permanecer cerrados. El dolor se expandia por su cuerpo como el fuego en una mecha. Tenia sed y mas frio del que hubiese tenido que soportar jamas. No lucho. Habia agotado sus fuerzas en el ataque, y habian quedado desparramadas sobre la cubierta del barco, resquebrajado por la tormenta y por las pisadas de los asaltantes. Sin vapor, sin velas y sin ancla. Se rindio y se dejo mecer al ritmo del mar, resacoso tras la tempestad. Supuso que la muerte llegaria en cualquier momento y lamento, con su escasa consciencia, no recordar si la criatura de carne brillante y humeda que lo habia arrojado al agua era humana o no; si era una sirena, una serpiente mitologica o el mismisimo kraken. Quizas habia tenido muy cerca a un monstruo marino, despues de tantos anos de busqueda pertinaz. Se maldijo varias veces, por mil motivos: por no haber salvado a sus companeros, por no haber luchado mas; por no haber podido acabar tampoco aquella expedicion, ni dibujado el mapa con James o escrito su propio libro de leyendas; por no haber garabateado una carta para su familia desde hacia mas de seis meses. Por no haber logrado ni una triste empresa mas alla de haber intentado escapar de su destino. Por no ser nadie. Solo un hombre que tiritaba en una balsa a la deriva. Perdio el sentido y llego la nada. No iba a despertar, ?para que? Pero oyo una voz y regreso, a bocanadas, al oxigeno y a la vida. Abrio los ojos y vio a la sirena, que lo atraveso con sus ojos grises como el Mediterraneo en invierno y lo cubrio con un manto de pelo dorado. Ella acerco su rostro, palido, translucido, y le canto. A el. Y, en un instante, la inmensidad del mundo que habia recorrido durante anos quedo reducida al regazo en el que lo acunaba. Quedo preso. Encadenado. Hechizado. Cuando volvio a cerrar los ojos, se dio cuenta de que el Arthur que habia sido hasta entonces se habia quebrado en mil astillas contra el acantilado. Capitulo 1 LA MUJER DE SAL Formentera, 1862 Lena habia vivido tres abandonos, y habia aprendido que el mejor modo de superar el dolor que provocaban era saborearlos. Despacio y sin descanso, hasta volverlos insipidos. El primero, casi de nina, habia sido amargo. El segundo, acido. El tercero habia resultado muy salado. Sal de lagrimas. El ultimo todavia le escocia en la lengua, a pesar de que su corazon habia comenzado a limpiarse por fin. A veces, el graznido de una gaviota, el tacto de la arena en los tobillos o la primera estrella de la tarde le recordaban que en ese instante podria haber sido una mujer muy diferente. Cogio aire, y el frio de enero le quemo la garganta. --Este cielo me recuerda al dia en que se marcharon. El pensamiento se le escapo en voz alta, y ni el fuerte viento de llebeig que soplaba aquella manana evito que su amiga Marina, que caminaba a su lado, se volviera con una sonrisa y le preguntara: --?Quienes? Lena no contesto, pero Marina, que sabia leer sus silencios mejor que nadie, no tardo en comprender. Se puso seria, se cambio de mano el cesto que transportaba y enlazo su brazo al de ella, a la espera de una respuesta. --Todos --dijo Lena al fin--. ?Que mas da quienes si todos se marchan? Siempre es igual: sopla el viento, el cielo se vuelve gris, casi blanco, llega la bruma y… huele a perdida. --Las perdidas no huelen, Lena. Y no ha sido asi todas las veces; cuando Joan se fue, era verano. --Pero el cielo estaba blanco --insistio. Marina sacudio la cabeza, confusa. Lena se sintio culpable por rememorar momentos tristes; su amiga irradiaba felicidad desde su reciente compromiso y no se merecia que ella enturbiara su alegria recordando sus miserias. Una fuerte rafaga le descoloco el panuelo con el que se cubria el pelo. Se lo sujeto con la mano libre y aprovecho para mirar hacia arriba. --Es el cielo de la perdida. La despedida de los que se van para no volver. --Contuvo el aire un momento para que la emocion no dominara su voz--. De los que me dejan atras. Marina le estrecho el brazo con carino. --Un dia vendra alguien y se quedara contigo. Ya lo veras. --A esta isla no viene nadie, Marina; de aqui solo se puede salir, y no siempre, por mas que lo desees. --Lena… --Mira --la interrumpio incomoda--, ahi esta Toniet. El muchacho se les acerco corriendo, casi a saltos. Vestia su ropa de domingo, muy distinta a su habitual traje de payes, y se habia limpiado los zapatos y la cara. A Lena le llamo la atencion la sombra oscura que cubria su rostro, ya de por si moreno; se habia hecho un hombre, y no estaba segura de que eso le agradara. --?A donde van las dos mujeres mas hermosas de la isla? --pregunto con su perpetua sonrisa. Marina rio con escandalo y fingio estar avergonzada. Lena, en cambio, se acerco a el y le dio un beso en la mejilla, como hacia desde que era pequeno. --?Tu no vas a darme uno? --le pregunto Toniet a Marina con picardia. --Lo siento, pero yo ya tengo novio --le recordo Marina con orgullo. --Es verdad. Una lastima. Pero me queda mi Lena; ella si me querra. Ella le saco la lengua con una mueca jocosa, pues sabia que Toniet estaba bromeando. Sus familias eran vecinas, por lo que habian crecido juntos, y, aunque la diferencia de edad entre ambos no era muy grande, Lena habia visto como le cambiaban muchos panales. A sus ojos, Toniet seria siempre un nino. --?Por que te has puesto tan guapo? --le pregunto curiosa. El se miro de arriba abajo. --Porque acaba de llegar el nuevo farero --respondio avergonzado, con tono inocente--, y voy a presentarle mis respetos; con suerte, me dara trabajo. --?Un nuevo farero? Lena se volvio hacia Marina de inmediato, inquisitiva. Su amiga solo asintio y echo a caminar de nuevo, con Toniet a su lado. Los siguio con el animo abatido y con un nudo apretado en la boca del estomago, como cada vez que se acercaba al faro. Recorrieron aprisa los escasos metros que restaban hasta la torre, que fue creciendo frente a ellos, fuerte, blanca, ruda y poderosa. Imponente en medio de la desolacion del paisaje rocoso, apenas vestido con algun pino diseminado y ariscas chumberas. Desde que lo habian terminado de construir y habian culminado su altura con la cupula de cristal, Lena lo observaba fascinada todas las noches desde la ventana de su habitacion. Hasta entonces, su casa habia sido el ultimo vestigio de vida humana de la meseta de la Mola, antes de que esta se truncara en el abismo de un acantilado que parecia no tener fin. Por las noches, mas alla de las velas que descansaban en el alfeizar, solo se habia extendido la oscuridad, el fin del mundo o el vacio, iluminado apenas por la luna timida. En ese momento, en cambio, le parecia que su corazon palpitaba al ritmo de la luz del faro. Como si fueran dos extremos de un mismo ser. Porque ambos pasaban las horas buscando vida en la penumbra, la sombra de algun barco que regresaba al hogar. Cuando llegaron al edificio, salieron a su encuentro dos hombres. Rafael, el novio de Marina, se acerco a la joven e hizo amago de darle un beso en la mejilla, pero ella se lo impidio con una risita y fingio que recolocaba en la trenza sus preciosos rizos oscuros. Se sonrieron como bobos. Acababan de prometerse y vivian presos el uno en el otro. Marina no hablaba de otra cosa mas que de su enamorado, y contaba los dias que le quedaban para casarse y trasladarse a vivir al faro con el. Lena la escuchaba con carino sincero, pero a la vez la envidiaba hasta el dolor; porque era feliz y libre, amaba el mar y tenia un companero. Y porque pronto podria recorrer aquel impresionante torreon y asomarse a curiosear el infinito. Por suerte, el otro hombre hablo y la saco de su ensimismamiento. --Soy Quim. Y tambien me siento un poco ignorado por ese par. Lena no pudo contener la risa. Tenia un acento peculiar, exotico, e imagino que debia de haber llegado desde muy lejos. Si de algo estaba segura era de que, en aquella isla, no nacian fareros. --Yo soy Lena. --Lena… --Lo repitio en voz baja, despacio, como si paladeara una cucharada de miel. --De Magdalena --aclaro. Se mordio la lengua antes de decirle que sus lagrimas frias en las noches de tormenta hacian honor a su nombre. --?Vienes a menudo por aqui? Porque, mientras recorria ese camino infernal hasta este lugar apartado de todo, ha empezado a asustarme la posibilidad de no volver a hablar con ningun otro ser humano. --Con Rafael… --apunto ella. --?Tu crees? Miralo. Lena le hizo caso y descubrio a los novios mirandose sin decir nada, embelesados. La envidia la golpeo de nuevo, y fijo su atencion en el rostro de Quim. Le sorprendio que fuera guapo, porque Rafael no lo era en absoluto; y Lena, que no entendia de fareros y que apenas conocia a nadie de fuera de la isla, habia dado por hecho que todos eran feos, como si fuera un requisito de la profesion. Aquel, en cambio, tenia unos bonitos ojos marron oscuro y el pelo negro y ensortijado. --Yo soy Toniet. --El muchacho habia permanecido callado hasta entonces, pero aprovecho el momentaneo silencio para colarse entre ambos y tenderle la mano al nuevo farero--. Si tiene algun trabajo o lo puedo ayudar en algo, estoy a sus ordenes. Quim hizo una mueca a Lena que le parecio de fastidio. Luego, le sonrio. Ella tambien. El tenia una sonrisa bonita. --?Que tal si vacias aquella carreta mientras yo acompano a Lena a ver el faro? Al principio, se asusto. La idea de entrar en aquel coloso la abrumo. Pero antes de que la Lena prudente, recatada y responsable que llevaba siendo desde nina se hiciera con el control, acepto la invitacion y se dispuso a otear el horizonte junto a aquel hombre, que parecia haber llegado como una senal del destino. Porque los fareros no se marchaban. Los fareros no se echaban al mar. Los fareros se quedaban en tierra. *** Conto cien escalones y llego a lo alto con las piernas temblorosas. No por el cansancio, pues estaba acostumbrada a caminar cuesta arriba, cargada de sacos de trigo y carbon o tirando de la mula, sino por la expectacion. Mientras seguia a Quim, imagino lo que iba a ver, y el corazon le trono con fuerza en el pecho. No se habia atrevido a preguntarle a su guia por que motivo la estaba conduciendo hasta alli, y no tuvo fuerzas para pararse a pensar si era apropiado quedarse a solas con un desconocido. Ni siquiera Marina habia subido, y eso que llevaba tiempo cortejando con Rafael y visitaba la zona del faro con frecuencia. Contuvo la respiracion cuando abandonaron el corredor de las escaleras y salieron a la luz del dia. Sobre sus cabezas, una enorme cupula de cristal proyectaba destellos, de un extremo de la estancia circular a otro, y protegia de la intemperie la inmensa lampara que, apagada a aquellas horas, ocupaba la parte central. Quim se aproximo hipnotizado hasta el artilugio y empezo a explicarle algo sobre su funcionamiento con su extrana forma de pronunciar las palabras. Lena no le presto atencion, aunque su voz sonaba agradable. Se acerco mucho hasta el cristal, puso las manos con cautela sobre el y se asomo al mar. Y no vio nada. Solo agua. Mar. Olas grises coronadas de espuma. El lugar donde no se atreveria nunca a poner un pie. Entorno los ojos y forzo la vista, sin resultado. Percibio como Quim se acercaba y se detenia a su lado. No le veia la cara, pero Lena estaba segura de que sonreia. --No se ve America --musito decepcionada. --?America? Eso esta muy lejos. --?Tanto? La tristeza la abatio. Porque, si desde el punto mas alto de la isla, desde donde parecia que podria dominarse el mundo y su inmensidad, no se veia America ni se veia nada, entonces no podria seguir conservando ninguna esperanza de recuperar lo que habia perdido. Jamas obtendria lo que habia ahi fuera. Salvo, quizas, a un hombre dispuesto a quedarse encerrado en el mismo minusculo punto del universo en el que ella vivia. --?Querias ver America? Lena percibio burla en su voz, pero no le dio importancia. El venia de lejos, el tenia un trabajo importante. Habria estudiado y sabria miles de cosas mas que ella. --Una tonteria. --Reunio valor para iniciar una conversacion y disimular su ingenuidad--. ?De donde eres, Quim? --Naci y creci en Tarragona, pero llevo varios anos viviendo en diferentes faros del pais. --Se volvio y la miro a los ojos, y Lena se puso nerviosa--. Como aprendiz, ya sabes. Estaba buscando un lugar en el que establecerme. --?Vas a ayudar a Rafael? --Si. Nos encargaremos los dos de esto. ?Vienes a menudo por aqui? --Solo cuando Rafael no puede ir a ver a Marina a su casa y esta no soporta mas su ausencia. --Le parecio ver decepcion en su rostro, y eso la alento--. Pero vivo muy cerca; mi casa es la ultima de la Mola, esta justo antes de llegar a los acantilados. El abrio los ojos con admiracion y sorpresa. --Me parece increible que alguien quiera vivir en un sitio asi. --A mi tambien --confeso. Quim rio, pero ella no encontro cual era la gracia. Le habria gustado ver si seguiria riendo despues de haber pasado toda su vida cercado por el agua, tan terrorifica y tirana, sin atreverse a poner un dedo en ella. --?Tienes novio? Estuvo a punto de mentirle, pero vio un brillo de ilusion en sus pupilas y decidio ser sincera. --Tengo tres, pero no se donde estan. Se lo dijo porque era su verdad, porque dolia como un golpe en el vientre cada vez que lo recordaba. Y porque, si iba a quedarse en la isla, tarde o temprano alguien del pueblo se lo contaria. Tal vez, incluso le hablarian de la maldicion; eran todos muy ridiculos. El volvio a romper en carcajadas. --Eres muy graciosa, Lenita, ?sabes? --Es verdad --insistio--. Queria subir aqui para averiguar si podia ver a alguno. O a mi padre. Le dio la impresion de que iba a preguntarle algo, pero ella se pego mas al cristal y volvio a buscar en la lejania. Nada. Ni America, ni Denia, ni algun islote en el que pudiera haberse perdido la barca de un pescador. Le parecio todo mucho mas inmenso, y su isla, mas pequena. Se sintio mas encerrada. Aunque habria deseado echar a caminar, a correr, a nadar, se quedo inmovil y se lamento en silencio mientras era consciente de la inmensidad que tenia frente a si; pero tambien de la carga que le pesaba detras, en tierra, a la espalda. Se quedo sin fuerzas, petrificada; sacudida por un anhelo danino que la llamaba a escapar, por una curiosidad infinita por averiguar que podria esperarla mas alla, adonde nunca podria llegar; blanca y quieta, contemplando lo prohibido, la tentacion. Como una estatua de sal. Y entonces, entre la bruma, percibio una sombra, diminuta y solida. --Alli hay algo --dijo. Quim siguio la direccion de su dedo y entorno los ojos. --Son las olas --aseguro. --No, mira. Esperaron unos segundos, y lo que parecia un espejismo fue tomando forma conforme la marejada lo empujaba hacia la costa. Su contorno se definio y sus colores se dibujaron. Entonces, Quim se aparto de su lado y corrio hacia la salida con un grito que retumbo de un lado a otro de la cupula. --!Un hombre! !Se acerca un hombre! !Un naufrago! *** Lena siguio a Quim escaleras abajo, tan rapido que se quedo sin aliento; pero el saltaba los peldanos de dos en dos, y lo perdio de vista de inmediato. Cuando llego a la sala de la planta baja, se detuvo un instante, indecisa y desorientada. Entonces oyo gritar a los hombres y salio al exterior. Los vio alejarse del faro y de las pequenas viviendas colindantes, y correr a lo largo del acantilado. Marina, asustada, se aproximo hasta ella. --?Que ocurre? --pregunto. --Un naufrago. Hay un hombre en una balsa, a punto de estrellarse. Su amiga se tapo la boca para contener una exclamacion. Ambas se quedaron paralizadas, sin saber que hacer. Vieron como los dos fareros corrian hacia el unico punto por el que se podia descender, y Toniet entro al edificio despues de que estos le dieran alguna orden que ellas no habian alcanzado a oir. Una fuerte rafaga de viento les trajo el olor y rugido del mar contra las rocas, y Lena le puso al desconocido que habia avistado en la distancia el rostro de todos los hombres a los que ella habia perdido. El de su padre, que habia partido rumbo a America; el de Guiem, su amor de sonrisa dulce que la habia dejado con el corazon roto; el de Sebastia, su futuro sereno, que habia desaparecido una manana de otono en la que habia salido a pescar; tambien, el de Joan, su anhelado companero, aunque a el todavia le guardaba un poco de rencor. Y, sin pensarlo, echo a correr en direccion al lugar por donde habian desaparecido Quim y Rafael. Marina la llamo a voces y la siguio. Cuando, muchos metros mas alla, llego hasta el inicio de la escalinata tallada en la roca que descendia hasta el mar, oyo que le preguntaba si se habia vuelto loca. Lena se agarro la falda y bajo la pendiente con pasos seguros, a pesar de la inclinacion y la humedad que volvia la piedra resbaladiza. Era la primera vez que se atrevia a hacerlo, pero no dudo. En unos minutos, se encontro, sofocada, sobre el pequeno varadero que remataba una cala minuscula. El temporal mojaba sin descanso los tablones de madera y le salpicaban la ropa, los zapatos y la cara. Se le habian caido el panuelo y el lazo de la trenza, pero no se habia detenido a recuperarlos. Su peinado se deshizo y el fuerte viento le metio el pelo en los ojos y en la boca. Cuando consiguio apartarselo, los dos fareros se habian subido a una barca y remaban en direccion a la balsa, que se dirigia implacable hacia las rocas cercanas. Gritaban para alertar a su ocupante, pero este parecia inconsciente. Uno de ellos se lanzo al agua, Lena no pudo distinguir quien. Si vio como se agarraba a la barca y el otro le tiraba un remo y un cabo, con el que rodeo su propio cuerpo de inmediato. Le costaba nadar y se hundia en las olas de forma intermitente. Logro subir sobre la balsa del naufrago y empezo a remar desde alli. Su companero, unido a el por la cuerda, hizo lo mismo. Tardaron una eternidad en llegar hasta el pequeno muelle. Otra mas en amarrar las barcas. Lena se acerco a ayudarlos, pero la ignoraron. Solo queria ver al hombre al que acababan de rescatar. Se le habia pasado por la cabeza la idea absurda de que pudiera tratarse de uno de los suyos, e intento distinguir su cara. Lo sacaron inconsciente de la balsa; uno lo agarro de los hombros y el otro, por los pies. Lo soltaron sin miramientos sobre un pequeno reducto de arena y posidonia; cayo a plomo, con un sonido hueco al golpearse y con un gemido que les dejo claro, al fin, que estaba vivo. --Necesitamos algo para subirlo --dijo Rafael--. A peso es imposible, ni siquiera entre los dos. --Unas tablas --respondio Quim con seguridad--. Vayamos a por unas tablas y unas cuerdas. Se fueron a toda prisa y Lena se quedo alli abajo, con el mar que la amenazaba a escasos centimetros y con un hombre inerte sobre la arena. Lo observo de lejos, temerosa, y le parecio enorme. Fragil. Su ropa era ligera y estaba hecha harapos. Se acerco un poco y vio que se movia. La sacudio la compasion; estaria helado y dolorido. Se aproximo mas y estudio su rostro. Era joven, y su frente y sus mejillas estaban cubiertas de sangre seca que apenas la dejaba adivinar sus rasgos. Se agacho y se arrodillo a su lado. Quiso hacer algo, decir algo, pero ella no entendia de naufragos. Se pregunto que se sentiria al creer que ibas a morir ahogado, que nunca mas verias a tus seres queridos. Contuvo un sollozo al pensar que, en algun lugar del mundo, habria alguien que lo esperaria por siempre. Deseo hacer que volviera, que viviera por si quien lo aguardaba era tal vez una mujer, una muchacha ilusa que, como ella, sonaba con un futuro mejor. Le temblaban las manos cuando se arrastro hacia el sobre la arena mojada; tomo su cabeza con suavidad y la poso sobre sus piernas, sobre su delantal. El volvio a gemir. Y Lena, que de verdad no entendia de naufragos aunque lo deseara, simplemente le canto. Porque no sabia que otra cosa hacer. Le canto suave, lento, desde el nudo asfixiante de su garganta. Una cancion de cuna. Y luego, una tonada de amor. Canto y canto y lo consolo, como querria que alguien hubiera hecho con los suyos. El, entre suenos, murmuro algo, pero Lena no se asusto. Le aparto el pelo, oscuro y demasiado largo, del rostro. Le acaricio las mejillas heladas. Rozo sus labios agrietados con los nudillos y, aunque estaban amoratados y frios, su tacto le hizo recordar el sabor de su primer beso. Y el abrio los ojos. De golpe y oscurecidos por la sorpresa, confusos. Su expresion se suavizo en cuanto la miro a la cara. Lena enrojecio y quiso salir corriendo. Pero el sonrio, complacido, y volvio a cerrar los parpados con un suspiro de placer. Lena siguio cantando. Lo acuno con ternura. Y penso, como una ilusa, que no siempre era malo que azotara el temporal.

  • El halcon (La guardia de los Highlanders 2) de Monica Mccarty

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    AHORA que el rey Hood se congrega en el erial, no muestra deseo de venir a la ciudad; si los barones de Inglaterra lo pudieran atrapar, a la fuerza le harian tocar la gaita en ingles: que sea siempre tenaz aun cuando lo vayan a buscar por la tierra y por el mar. Canciones politicas de Inglaterra Isla de Rathlin, a tres millas de la costa norte de Irlanda, Idus de septiembre, 1306 Robert Bruce queria que todo cesara, y cerro sus ojos no como un rey, sino como un cobarde. Pero aquellas imagenes seguian asaltandolo y aparecian ante sus ojos como las escenas de una pesadilla: espadas que revoloteaban y entrechocaban creando una ola de muerte perpetua, flechas que caian del cielo en una espesa lluvia con la que el dia se tornaba noche, el fiero batir de cascos de los enormes caballos de batalla ingleses que aplastaban todo cuanto encontraban a su paso, el tremulo brillo plateado de las cotas de malla oscurecidas por la sangre y el barro, el horror y el miedo en las caras de sus leales companeros de batalla enfrentandose a la muerte. Y el olor... esa odiosa mezcla de sangre, sudor y locura que penetraba en su nariz, en sus pulmones, en sus huesos. Llevo sus manos a los oidos para taparselos. Pero los gemidos y gritos de la muerte no podian eludirse. Por un momento se vio regresando al campo de batalla ensangrentado de Methven. Retornaba a aquel lugar en el que todo habia salido tan horriblemente mal, el lugar en el que habia faltado poco para que el codigo de caballeria acabara con el. Pero no se trataba simplemente de una pesadilla. Cuando Bruce abrio los ojos, no se encontro ante la ira de Eduardo de Inglaterra, sino ante la ira de Dios. Aquel sonido metalico no provenia de las espadas, sino de los truenos. Lo que caia desde el cielo no eran flechas, sino lluvia helada. Los horrendos alaridos no eran gritos de muerte, sino que provenian del viento. Y ese incesante batir no eran cascos de caballos, sino los golpes que daba el martillo del comitre sobre el brocal del escudo para marcar el ritmo de los remeros. No obstante, el miedo... el miedo era exactamente el mismo. Podia verlo en los rostros de los hombres que lo acompanaban. Tenian plena conciencia de que estaban todos a punto de morir. Y no en un maldito campo de batalla, sino en medio de aquel mar sacudido por la tempestad, en un barco dejado de la mano de Dios, mientras huian de su propio reino como si fueran criminales. <>, lo llamaban los ingleses. El rey proscrito. Mas humillante aun resultaba pensar que aquello correspondia con la realidad. Poco menos de un centenar de hombres en un par de birlinns, eso era lo que restaba de las orgullosas fuerzas que en un tiempo penso capaces de derrocar al ejercito mas poderoso de la cristiandad. Y ahora miradlos. Menos de seis meses despues de su coronacion no eran mas que una panda de forajidos desarrapados, apinados en un barco a la deriva, algunos tan enfermos que tan solo les quedaba esperar la muerte, otros temblando y palidos del miedo por mantener sus vidas a flote. Todos salvo los highlanders. Bruce no creia que reconocieran el miedo ni aunque el mismo Lucifer les abriera las abrasadoras puertas del infierno para darles la bienvenida. Y entre ellos, ninguno era tan intrepido como el hombre encargado de salvaguardar sus vidas. Erguido sobre la popa, con la lluvia cayendole sobre el rostro y vientos huracanados a su alrededor, luchando por afirmar los cabos de la vela, parecia que fuera algun tipo de divinidad marina pagana, dispuesto a presentar batalla ante lo que la naturaleza tuviera a bien arrojarle. Si habia alguien que pudiera sacarlos de esa, se trataba de Erik MacSorley, o Halcon, como se le conocia desde que se uniera a la Guardia de los Highlanders, el grupo de elite secreto en el que Bruce habia reunido a los guerreros mejor capacitados del lugar. Aquel descarado lobo de mar habia sido elegido por sus cualidades como navegante y nadador, pero tambien habia que admitir que los tenia muy bien puestos. Parecia deleitarse con cualquier desafio, por imposible que resultara. Esa misma manana MacSorley los habia sacado a hurtadillas del castillo de Dunaverty ante las mismisimas narices del ejercito ingles. Ahora intentaba cruzar el estrecho canal de unos veinticinco kilometros que separaba Kintyre, en Escocia, de la costa de Irlanda, en medio de la peor tormenta que Bruce habia presenciado en su vida. --Agarraos fuerte, companeros --grito el temible capitan por encima del rugido de la tormenta mientras sonreia como un demente--. Esta va a ser una de las buenas. MacSorley, como la mayoria de los highlanders, tenia gran facilidad para subestimar el peligro. Bruce aguanto la respiracion en tanto que el viento, emprendiendola contra la vela, levantaba el barco como si pesara menos que el juguete de un nino, los conducia a traves de las empinadas y altisimas olas y arreciaba con fuerza contra ellos por estribor. Durante un instante agonizante, el barco quedo inclinado hacia uno de los costados de manera peligrosa, y Bruce penso que alli acabaria todo, que aquel seria el momento en el que el barco zozobraria. Pero una vez mas aquel marino desafio las leyes de la naturaleza con un rapido ajuste de los cabos, y el barco volvio a enderezarse. Aunque no por mucho tiempo. La tormenta se abatio de nuevo sobre ellos con toda su fuerza. Las olas llegaban una tras otra, como abruptos acantilados que amenazaban con hacerlos naufragar a cada uno de sus impetuosos embates. Violentos vientos se arremolinaban entre las aguas y arreciaban contra las velas, al tiempo que unas pesadas cortinas de lluvia llenaban el casco de la nave sin darles tiempo para achicar. El corazon se le encogia a cada traqueteo y crujido de aquel proceloso mar que se ensanaba contra el barco de madera, haciendo que se preguntara si seria aquella la ola que los despedazaria y acabaria con su misera existencia. <> En el mundo real, David no vencia a Goliat. En el mundo real, David era masacrado. O daba con sus huesos en el fondo de un mar tempestuoso. Pero el highlander no estaba dispuesto a darse por vencido. Permanecia al timon, tan implacable como la tormenta, sin dar senal alguna de que no podria sacarlos de esa. A pesar de ello, se trataba de un choque de fuerzas en el que no cabia esperanza alguna. El poder de la naturaleza era devastador, incluso para ese hombre mitad gaelico mitad nordico, descendiente de los mas grandes piratas que los tiempos hayan conocido: los vikingos. Bruce oyo un crujido aterrador instantes antes de que la voz del navegante clamara: <>. Pero ya era demasiado tarde. Alzo la vista justo a tiempo para ver como parte del mastil se precipitaba sobre el. Cuando abrio los ojos, Bruce se encontro en medio de la oscuridad. Por un momento penso que estaba en el infierno. Todo cuanto alcanzaba a ver sobre su cabeza era una pared de piedra negra irregular que brillaba por la humedad. Un sonido a la izquierda reclamo su atencion. Al volverse, le parecio que caia sobre su cabeza una lluvia de estrellas como chuzos de punta. En cuanto recobro la vision, advirtio el movimiento. Unos hombres, sus hombres, se adentraban a duras penas por la rocosa orilla y se desplomaban en la entrada arqueada de lo que aparentaba ser una cueva marina. No estaba muerto, despues de todo. Pero no sabia si sentirse agradecido o no. Una muerte entre las aguas era preferible a la que le tendria preparada Eduardo en caso de que lo atrapara. En eso habian quedado sus propositos. Su reino se veia reducido a la lobrega y oscura entrada de una cueva marina. Otro movimiento, este a pocos centimetros de su cara, le dijo que incluso ese desdichado reino en el que moraba podia serle impugnado: una enorme arana negra acechaba desde la pared que habia sobre su cabeza. Parecia empenada en un futil esfuerzo por saltar de un saliente de la pared a otro, pero al no poder agarrarse a la escurridiza superficie, habia resbalado y pendia de un solo hilo de seda, balanceandose impotente a merced del viento. Una y otra vez intentaba erigir su red sin resultados, condenada al fracaso.

  • El dia que nos conocimos de Emilia Hover

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    Soy una mujer joven en busca de su primer trabajo.

    Las cosas no han salido muy bien en el ultimo ano... perdi a mi padre y eso cambio todo mi mundo.

  • Simpatia por el diablo de Agustin Diaz Yanes

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    Al ordenar las hojas, Isabel no pudo por menos que reparar en su contenido. Cerro la puerta del despacho y las leyo a fondo. Se asusto: lo que tenia entre las manos era el plan de una conspiracion para apoderarse del Estado. La casualidad convierte a Isabel, la secretaria del banquero mas importante del pais, en la heroina que pone en marcha la red de resistencia que se enfrentara a los poderosos de este mundo: politicos corruptos manejados por banqueros al servicio de oscuros intereses dispuestos a vender Espana al mejor postor. Una Espana que no es exactamente la que vivimos, pero que se parece en todo, es el tablero donde se juega esta apasionante partida, narrada con el estilo inconfundible de uno de los creadores mas personales de la actualidad.

  • ?Es o no es? de Cristo Alcala

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  • Un escape casi perfecto (Novias Fugitivas 1) de Pamela Palma Mendoza

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    !Oh no! !Hannah Monroe lo habia hecho!

  • Mapa del Corazon de Susan Wiggs

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    Camille Adams habia enviudado a causa de una gran tragedia, pero consiguio seguir adelante con su vida en una tranquila ciudad de la costa junto a su hija adolescente, Julie. La llegada de un misterioso paquete abrio de par en par la puerta a los antiguos secretos de su familia.

  • Forever You de Estelle Maskame

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    La gente cree que Tyler lo tiene todo… aunque el sabe que no tiene nada.
    Una novia alucinante, un coche imponente, una vida llena de fiestas y admiracion: parece que no le falta ni un detalle para una vida deslumbrante. Pero Tyler se siente roto, y solo el sabe el motivo. Una realidad dramatica que oculta a todo el mundo, aunque este destrozandole por dentro. Hasta que Eden aparece y todo estalla en mil pedazos. Ella es la unica capaz de ver mas alla de las apariencias, de atravesar la imagen de chico malo, de descubrir su vulnerabilidad. Y eso es algo que Tyler no se puede permitir…

  • El jardin del hombre ciego de Nadeem Aslam

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    El jardin de un hombre ciego narra los problemas provocados por el choque de culturas en el ambito familiar con el terrorismo como telon de fondo. La historia se desarrolla a lo largo de un mes clave de nuestra historia: el octubre que precedio al 11-S.

  • Tiempo y poder de Christopher Clark

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    Este libro pionero plantea nuevos puntos de vista acerca de como las distintas nociones del tiempo condicionan el ejercicio del poder. El aclamado historiador Christopher Clark se sirve de cuatro figuras clave de la historia de Alemania -Federico Guillermo de Brandemburgo-Prusia, Federico el Grande, Otto von Bismarck y Adolf Hitler- para observar la historia a traves de una lupa temporal y preguntarse si los actores historicos y sus regimenes encarnan conceptos singulares del tiempo.

  • Postales desde Grecia de Victoria Hislop

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  • El secreto de las siete chimeneas de Maria Sala

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    Sara tiene once anos y reside en un barrio Madrileno de clase media junto a su familia. Le encanta comer pizza los domingos, jugar con sus amigos y hacer rabiar a su hermana mayor. Su vida transcurre con total normalidad hasta que una tarde su padre muere frente a ella. Este suceso lo cambia todo: la pequena deja de hablar y se encierra en si misma.

  • Selfies (MAEVA noir) de Jussi Adler-olsen

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    Cuando en un parque de Copenhague aparece el cuerpo sin vida de una mujer mayor, el comisario Carl Morck recibe el encargo de esclarecer ese asesinato brutal, cuyas circunstancias parecen estar relacionadas con otra muerte sucedida anos atras. Al mismo tiempo, un asesino en serie se dedica a atropellar a mujeres jovenes. Por si fuera poco, las instancias superiores del Departamento Q estan todo menos contentas con el bajo porcentaje de resolucion de casos y se plantean suprimir gran parte de la financiacion del departamento. Ademas, Rose, ayudante de Carl Morck y pieza fundamental de su equipo, pasa por un mal momento. Vive atormentada por recuerdos de acontecimientos espeluznantes de su pasado que la obligan a ingresar en un hospital psiquiatrico. ?Que tienen que ver con todo esto una trabajadora social resentida, Anne-Line Svendsen, y tres jovenes muy atractivas y obsesionadas con su apariencia, Michelle, Jasmin y Denise, que se conocen en la sala de espera del despacho de Svendsen y para inmortalizar el momento se hacen un selfie?

  • Yeruldelgger. La muerte nomada de Ian Manook

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    Los anos de lucha contra el crimen y el dolor por la muerte de su hija Koshi han hecho mella en Yeruldelgger. Encerrado en un misticismo a ultranza, hace cuatro meses que el incorruptible comisario ha abandonado la policia de Ulan Bator y ha plantado su yurta en el desierto de Gobi, donde, gracias al silencio y la belleza del lugar, espera reencontrarse con las tradiciones ancestrales y recuperar la paz espiritual. Pero su retiro durara muy poco: contra su voluntad, dos jinetes extranos lo empujaran a la accion, y Yeruldelgger se vera envuelto asi en un fuego cruzado entre mercenarios pagados por voraces companias mineras, politicos inmorales, policias corruptos y jovenes seguidores del juramento de Gengis Kan. Una marana sangrienta en una Mongolia destripada por las excavadoras de las multinacionales, expoliada por las ansias de los especuladores y arruinada por la venalidad de sus dirigentes, y de la que Yeruldelgger, siempre fiel a sus ideales, no saldra indemne.

  • Bajo tu toque de Rebeca B

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  • El Levante de Mircea Cartarescu

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    Mircea Cartarescu comenzo a escribir El Levante en 1987, cuando era un amargado profesor en una escuela de barrio en Bucarest. Recien casado y con una hija pequena, escribia en la cocina, en su maquina de escribir Erika, sobre un mantel de hule; con una mano tecleaba y con la otra mecia el cochecito de la nina.
    Concluyo la obra pocos meses antes de la caida del comunismo, sin sonar siquiera con la posibilidad de publicarla. El resultado fue uno de los experimentos poeticos mas fascinantes escritos jamas: una epopeya heroico-comica, que es tambien una aventura a traves de la historia de la literatura rumana, que sigue la tecnica utilizada por James Joyce en el capitulo del Ulises <>. Pero no hace falta conocer la literatura rumana para disfrutar como un nino de las aventuras del poeta Manoil, de Zotalis, de la bella Zenaida, del temible Yogurta, de los piratas y ladrones que pululan por las aguas del Mediterraneo, y de acompanarles en su propia Odisea, plagada de batallas, amores y deserciones. Un delicioso escenario bizantino donde se confunden realidad y ficcion, y un cautivador relato que invita a una lectura gozosa, pueril, inolvidable.

  • Lo que descubriras a continuacion te sorprendera de La Mandanga

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    Quiza hayas jugado alguna vez a ?Que prefieres? Si no, tampoco importa, porque este libro lleva el juego un poco mas alla. Atras quedan opciones como mar o montana, carne o pescado, activo o pasivo. Aqui lo que encontraras es conflicto del bueno.

  • Olas en Australia de Erina Alcala

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    Nora Duran, se llamaba asi porque a su madre le encantaban las novelas romanticas y tenia una escritora famosa que le gustaba con ese mismo nombre. Y cuando tuvo a su hija, ya tenia cerca de 40 anos. A ella, Pilar Benitez, madre de Nora y a su padre Alvaro Duran, que no se casaron precisamente jovenes porque habian tenido relaciones largas con otras parejas, se conocieron mas alla de los treinta anos y se enamoraron perdidamente, y, ademas, les costo tener un hijo cuando decidieron tenerlo. Vivieron cuatro anos juntos, y despues se casaron, pero el nino no venia, y al final vino Nora, una pequena morena de ojos color miel claros, de nariz pequena y de pequena era preciosa, una munequita. Asi que ahora que tenia 24 anos sus padres se acababan de jubilar, tenian 65 anos e iban a disfrutar de su casa de Almeria y sus playas, donde vivian. Habian sido funcionarios en el ayuntamiento de Almeria, y ella, Nora, habia estudiado una carrera en Granada, Interpretacion y Traduccion de Ingles y Aleman. Y queria viajar fuera, a Australia. Habia visto unos programas en la universidad antes de volver a casa. Su intencion era sacarse el master y prepararse oposiciones para dar ingles, aunque sabia aleman ya que estuvo en Berlin un ano de Erasmus. Y trabajaba en los hoteles de Almeria, en la recepcion, los veranos y ganaba un dinerillo. sobre todo, para ir ahorrandolo para el master. Trabajaria ese verano y haria el master, sin embargo, al ver el programa en el panel de corcho de la universidad se llevo uno. Era una empresa que se llamaba Australia Center, una agencia especializada en intercambios con Australia. Le llamo la atencion y estudio a fondo todo. Ese verano, tenia que hacer cuentas cuando terminara los hoteles y si queria solicitar plaza para el programa debia hablar con sus padres. Porque alli, se estudiaba por semestres y el primero empezaba a mediados de febrero. Sin embargo, nada mas acabar la universidad, su abuela materna, la unica que le quedaba de abuelos murio de repente. Y fue un palo para todos, vivia en su casa con sus padres, aunque tenia una casa, cerrada en Almeria. La casa se la dejo a su hija y el dinero a su nieta Nora, que no esperaba nada. Su madre se alegro porque ellos no necesitaban el dinero. Sin embargo para ella fue una suerte a costa de la muerte de su abuela. Hubiese querido que fuese de otra manera conseguir ese dinero. Poco mas de doscientos mil euros y la casa otros tantos que vendieron sus padres. -Hija me alegro de que la abuela te haya dejado el dinero. Asi puedes hacer el master que querias y las oposiciones y no trabajar. Y entonces esa noche cuando estaban juntos, Nora les enseno el libreto de la empresa de intercambio. Los padres la leyeron... -!Pero hija, ?A Australia? -A Sidney, es una buena universidad, tengo algo de dinero ahorrado, lo de la abuela y lo que trabaje el verano, si pudiera que darme hasta despues de las Navidades en el hotel, ganaria mas, puedo hacerlo. Alli, trabajaria 20 horas a la semana, que seran unos 1600 dolares australianos, tendre al menos para la casa y parte de los gastos, si ahorro bien. No puedo trabajar mas. Es lo que pone, no puedo trabajar mas de 80 horas al mes. -?Y donde vas a trabajar? -Tendre que buscar trabajo. Aunque creo que a ellos te buscan algo dependiendo de tus cualidades. -?Pero sabes lo que necesitas para irte? -Si, lo se, papa. -Son dos matriculas si quieres hacer el master para dar ingles y el postgrado, las matriculas son un dineral. Pasaporte, dinero debes tener para entrar al pais, seguro de salud, viajes, un examen medico... -Pues si que piden, las matriculas, una visa...- Dijo La madre. -Bueno, el pasaporte lo tengo, y dinero tambien. Voy a ver si consigo beca, voy a solicitarla, aunque es complicado. Pero son solo dos anos. -Dos anos... -!Madre mia hija, en el fin del mundo! -Intentare ahorrar todo lo posible, solo son matriculas y libros, es parte de intercambios, no tengo que pagar nada mas. Y podre venir al final de cada curso, unos dias a veros. -?Estas segura de que quieres irte hija? -le dijo el padre. -Si, me gustaria. En dos anos me traigo el master y un postgrado y quien sabe quiza pueda quedarme a dar clases alli o ya vengo para las oposiciones. Me vendra bien para el idioma para todo, salir, va gente de todo el mundo. !Mirad la universidad que bonita! -?Y cuanto cuesta un apartamento? ?O te quedas en familias o en residencias de estudiantes? -No, quiero mi propio apartamento, cerca de la universidad, unos mil dolares. -!Madre mia! Hija, que caro... -Un euro aqui es mas que un dolar australiano, aunque la vida es mas cara, estamos a la par, solo que gano mas, pero quiero intentarlo. -Bueno, ya tienes 24 anos, puedes hablar con la empresa y que te comenten todo. ?Hay en Almeria? -Si, manana voy a verlos. Hay una sucursal aqui. No se que te cobraran por hacerte todas las gestiones. -Esta bien. Te enteras bien de todo. -!Ay, Dios! Tan lejos mi nina... -Mama tengo 24 anos, un master de la carrera y todo el mundo se independiza. -Pero tu te vas al quinto pino. -Asi estareis de novios. -Dejate tonta. Te echaremos de menos. -Pero si llevo cinco anos fuera de casa... -No es lo mismo, Granada esta al lado, pero venga, sal al mundo ahora que eres joven. -Gracias os quiero. Manana me entero de todo. Al dia siguiente, se fue a la empresa que llevaba este tipo de intercambios a informarse, le dijeron que becas daban muy pocas y que como era un tipo de intercambio, solo tenian que pagar la matricula. Aun asi, la echaria por si acaso. Le dieron toda la informacion y quedo en ir al dia siguiente cuando lo hablara con sus padres y preparar todo lo que necesitaba. La directora del centro le dijo que quedaban pocas plazas si queria ir, tenia que darse prisa, porque en agosto se cerraba el plazo, debia irse a buscar casa, al menos una semana antes, ya que empezaban las clases a mediados de febrero. Pero tenian que acordar con la universidad todo. Y estaban ya en julio. Ese verano, iba a trabajar en hoteles. Tenia lo de su abuela y lo suyo y muchos documentos que preparar. Se sento con sus padres a cenar y tras quitar la mesa ella expuso todo cuando necesitaba para irse, y lo que queria hacer y lo que necesitaba preparar. -?Estas segura de lo que vas a hacer Nora? -Si mama, quiero irme. Si puedo venir en verano del ano que viene, vengo, si no , vendre al acabar, depende. -Esta bien hija a ver, ?que tienes pensado hacer? -le dijeron. -Voy a hacer un curso de postgrado en la universidad de Sidney y uno para dar clases, un curso universitario a la vez, duran dos anos y puedo dar clases en cualquier universidad privada o publica. Ingles se, necesito una visa, que la tengo, el pasaporte, dinero. El centro nos proporciona un seguro de salud que tengo que pagarlo, completo o con algunas necesidades, pero lo cogere completo. Ellos te orientan, pero tu pagas y a ellos tambien. Pero al menos lo llevas todo hecho. -Si, tienes dinero. Y si te falta, te podemos dar algo. -Tengo que pagar las tasas, las matriculas, un documento del consulado y me hacen un pequeno examen de ingles y me orientan sobre donde quedarme. Si quiero me buscan apartamento, que les voy a decir que si.

  • Alex (Los hijos de monica amder 2) de Erina Alcala

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    La madre de Alex Ponce siempre estuvo enamorada desde que tuvo 12 anos del padre de Alex, Nolan Wilson, su vecino del rancho de al lado, pero este, unos anos mayor que ella nunca se fijo en esa chica seria, timida pequena y callada que fue. A parte de tener novia desde el instituto, Pam, la chica rubia, animadora y guapa. Su madre, Monica Ponce, habia nacido en Malaga, Espana, de padre malagueno y madre americana, cuyo abuelo, el bisabuelo de Alex, tenia un rancho en Dubois, un pueblo del estado de Wyoming y cuando este murio, los padres de su madre tuvieron que irse desde Malaga a hacerse cargo del rancho. Y su abuelo lo hizo prospero. Sin embargo, la noche de la fiesta de graduacion del instituto, sus padres lo concibieron. Sin saberlo, su abuelo, el padre de su madre quiso que su madre Monica, estudiara en la universidad de Malaga y asi estar con sus abuelos paternos. Y alli nacio Alex, al que su madre le puso su apellido y nunca, ni su abuelo ni su padre supieron de el hasta que su madre, regreso al rancho seis anos despues. El era pequeno y recordaba poco, recordaba haber conocido a su padre en el rancho cuando volvieron de Espana, poco tiempo, pero tambien recordo que su padre iba a tener otra hija con su novia que se habia ido a California y habia vuelto embarazada, llevandose a su padre consigo. Sin embargo, la novia de su padre perdio a su hija en el parto. Pero se caso con ella, meses despues y el siguio con su madre que tuvo que hacerse cargo del rancho y ponerlo a punto al morir su abuelo. Recordaba como estuvieron los dos solos y como su madre trabajo e iba de un lado a otro hasta dejar el rancho precioso. Contrato a trabajadores y se enamoro del cocinero, un chico de Montana, West y al que quiso mas que a su propio padre que no fue a verlo nunca mas, salvo llamarlo por telefono y mandarle dinero mensualmente. No lo volvio a ver hasta los 17 anos. Sin embargo, si recordaba irse al rancho de al lado de pequeno y hasta los 17, con sus abuelos, los padres de su padre que lo querian mucho. Su padre nunca le puso el apellido y su madre no quiso que West, su marido, le pusiera el suyo, para no hacer dano a su verdadero padre Nolan, y paso a llamarse Alex Ponce, el apellido de su madre que siempre tuvo y no quiso cambiarlo. Su madre tuvo dos gemelos de su padre West, el que lo habia criado con amor y lo queria como su propio hijo, y a los gemelos les puso su segundo apellido para que todos sus hijos tuvieran el suyo, Ponce, asi sus hermanos a los que llevaba siete anos, West y John, se llamaban Amder Ponce. Cuando Alex acabo el instituto, tanto sus abuelos paternos como su madre, vendieron sus ranchos y se fueron a Nueva York. Su madre le dijo que iban a cumplir el sueno de su padre West. West era un tipo alto, mas que su padre, guapo y fuerte de ojos negros profundos como sus hermanos. Era de Montana y tenia un rancho, que su hermana mayor, le hizo vender cuando murio su padre. Y aun conservaba la mitad del dinero de su rancho, pero al ver el anuncio de su madre buscando cocinero anos atras, fue a Dubois y nunca se arrepintio. Anos atras habia estado cuatro anos en Nueva York haciendo un curso extenso de chef, pero dejo su sueno de montar un restaurante por su madre. Se enamoro perdidamente de ella y nunca habia visto una pareja que se amara mas que sus padres. Siempre se lo decia a su madre, que queria un amor como el de ellos y una mujer como su madre, que se amaban tanto. El no veia que discutieran sino por tonterias y su padre cogia a su madre en alto y se le quitaba el enfado, y siempre estaba cogiendola y besandola y ella a su padre igual. Siendo el pequeno, participaba en esos juegos. En la adolescencia, le parecian pesados, pero despues eran una envidia para todo el mundo. Eran su media naranja, el amor de su vida cada uno. Cuando se fueron a Nueva York, compraron un apartamento enorme y precioso y sus padres montaron una cafeteria justo en el bajo del apartamento. El edificio tenia gimnasio y piscina. Y su madre siempre era la madre generosa que no queria que no le faltara nada a sus hijos, y su padre era mas recto y lo respetaban y querian y West, se emocionaba a veces, sin disimular nada. Justo el ano que se cambiaron a Nueva York, Alex recibio una beca para estudiar en Harvard, habia solicitado Derecho y alli, conocio a su mejor amigo, de Wyoming, de Cheyenne, la capital y durante los seis anos que permanecieron en la universidad, fueron los mejores amigos. Iban juntos a todos lados, estudiaban, salian con chicas. Mas un tonteo que otra cosa los primeros anos, pero el cuarto ano de universidad, Alex creyo enamorarse de una chica que en una de las fiestas que hicieron, chocaron y ella le echo su refresco encima. Tenia 21 anos y cuando miro la cara de esa chica asustada y preciosa, supo que habia tenido la mayor suerte del mundo. --!Ay Dios! Lo siento, siento haberte echado... --No pasa nada, ha sido un accidente --Dijo el casi encantado. -- Lo siento de verdad --Dijo de nuevo la chica. --Te lo perdono si vienes a que me cambie. --?A tu habitacion? --No te voy a comer. --?Que estudias? --Derecho ?y Tu? --Le pregunto Alex. --Yo tambien. --?Que ano? --Cuarto. --Yo tercero --Dijo ella. --Pero no eres de aqui por el acento, digo... --No, soy espanola, de Malaga. Marbella en concreto. --?En serio? --Si, ?Por que? --Yo naci alli, mi abuelo tambien lo era y mi madre, pero me viene a los casi seis anos a Wyoming a nuestro rancho, ahora vivimos en Nueva York --Le contaba mientras caminaban hacia su dormitorio. --!Que casualidad! Yo soy de Marbella y mis padres quisieron que estudiara en esta universidad. --?Tienes beca? --No, ?Tu si? --Si --Dijo Alex. --!Que suerte! --?Como te llamas? --Sofia ?Y tu? --Alex encantado, ya llegamos y me cambio. --Vale. Y lo acompano a traves del campus y se metio en el bano y se cambio. --Bueno, ya esta. ?Volvemos a la fiesta? --Si. --?A que se dedican tus padres? --Mi padre es medico y mi madre tambien. --?Son ricos? --No demasiado, solo que ganan bien y mis abuelos me dan algo para la universidad. --?Tienes mas hermanos? --Si, tengo uno mayor. Julio. Es policia en Malaga, pero ya es independiente. --?Que edad tienes? --20, pronto cumplire 21 en marzo. --Yo 21. Y cumplire en unos meses 22. Nunca te he visto por aqui --Siempre estoy en la habitacion o en la biblioteca. Tengo que estudiar, no puedo dejar que mis padres se sacrifiquen y no aprobar los examenes. A partir de esa noche, Alex, un chico de 1,85, de ojos verdes, pelo oscuro y cuerpo formandose, se creyo enamorado de Sofia, pequena como su madre, si pasaba de 1,60, con unos ojos castanos claros y un pelo castano por media espalda que era su debilidad, tenia un cuerpo precioso. Y cada vez que tenian un rato libre estaban juntos. Eran inseparables, asi como su amigo Jim de Wyoming que se echo otra novia Karen de Nueva York. Iban los cuatro a la biblioteca, a comer y cenar y salian por Cambridge. Y dos meses despues de conocerse, hicieron el amor en un hotel de Cambridge un fin de semana que se quedaron solos. El, ya se habia acostado con algunas chicas en tonteos los anos anteriores. Pero para Sofia era su primera vez y fue muy especial para los dos. Fue intenso y estaban enamorados como adolescentes. El adoraba a esa chica buena que lo adoraba a el. No habia otra. No se lo quiso contar a sus padres hasta que esa relacion tuviera mas tiempo, y ademas no queria preocuparlos y que pensaran que no estudiaba y estudiaba mas con ella. Alex era muy carinoso, y lo que aprendio de su padre West, lo ponia en practica, la cogia al vuelo, la besaba siempre, la tocaba y era su pequena espanola. Asi estuvieron un ano y medio, saliendo. Y cuando Alex empezo el master, justo a la mitad del primer ano de los dos que hizo de master, y cuando Sofia, terminaba la carrera, los padres de Sofia murieron en un accidente de coche y tuvo que volver a Espana para no volver mas. Y aquello fue muy duro para ambos que estaban tan enamorados. Alex recordaba como lloraban el dia que ella tomo el tren para irse al aeropuerto de Nueva York. Era el fin de todo. Alex se hundio en los libros y su amigo Jim, hacia lo que podia porque sabia lo enamorado que estaba de ella. Hablaban por Skype, pero sabia que eso no llevaba a ningun lado y ella no queria sufrir mas de que ya sufria por la muerte de sus padres, y dejo de hablar con el. Le dijo que se buscara otra chica y la olvidara. Alex termino su master, pero nunca olvido a Sofia, estuvo dos anos en casa de sus padres y lo llamaron para trabajar en un bufete, y a los 26 anos, se independizo, tenia trabajo, un apartamento situado en la misma avenida que vivian sus dos padres, y que le pagaron y decoraron entre ambos padres, y ademas tenia dinero. Sus abuelos cuando vendieron el rancho le habian dado un millon de dolares que su madre junto con lo que le habia ido dando su padre Nolan a lo largo de los anos, recibio. Y su cuenta fue aumentando con los dos anos que vivio en casa de sus padres y que no quisieron cobrarle nada. Vivia feliz, tenia todo, chicas no le faltaban y a veces veia a su amigo Jim que se mudo a Nueva York y seguia con Karen y cuando los veia juntos, se acordaba de Sofia, pero eso ya no podria ser. Sin embargo, ninguna chica fue como Sofia en esos anos. Sofia por su parte, al ano siguiente y con uno de retraso, tuvo que repetir curso en Malaga, el ultimo de Derecho, en cambio el master duraba un ano alli, asi que cuando acabo tenia 24 anos y vivia con sus abuelos. No habia olvidado a Alex y nunca mas salio con otros chicos. Queria ir a Nueva York, pero ?Como encontrarlo?, quiza tuviera novia, quiza... Pero iria. Asi que una noche cuando habia acabado su master quiso irse a Nueva York y asi se lo dijo a sus abuelos que, acongojados, no querian perder a su nieta. Su hermano en cambio le dijo que si ese era su deseo, se fuera y probara, si no, que volviera. Era su vida. --Pero abuelo, esta mi hermano Julio, he hablado y con el y con Manuela. --?Y que te ha dicho tu hermano y tu cunada? --Que haga mi vida. Hemos repartido el dinero y vendido la casa de mis padres. --?Y cuanto tienes hija? --Despues de pagar el master, casi 500.000 euros, seran mas en dolares, alquilare un apartamento en Manhattan. Donde vivia Alex con la intencion de verlo. Esa era la unica intencion, encontrar trabajo tambien, pero verlo...

  • Giselle (Divas 2) de Emma Madden

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    Giselle Erikson, extenista sueca, Top Model y una personalidad internacional reconocida, llega a Oregon, en los Estados Unidos, para pasar dos semanas en Green Mountain, una exclusiva clinica de reposo donde pretende curar su corazon roto, rehacerse y disfrutar de unos dias alejada del mundanal ruido, sin otra preocupacion que cuidarse y descansar. Unos planes muy precisos que se enriquecen cuando conoce Daniel, un misterioso artista, un colaborador de la clinica, con el que entabla una insolita y novedosa relacion que le cambiara la vida para siempre.
    El pasado complicado de Giselle, la familia de Daniel, los secretos y los malentendidos, la falta de comunicacion, los celos, los llevaran a vivir una historia de amor llena de altibajos que, sin embargo, lograra encontrar el camino hacia la felicidad.
    “Giselle” es el segundo libro de la Serie Divas, de la escritora Emma Madden, dedicada a esas mujeres fuertes, famosas y con un exito esplendoroso, que viven el amor a su manera y con una tremenda pasion.

  • Las hijas de Erik de Mercedes Martin

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    ?Puede una mujer vivir de su espada? ?Ofrecer sus servicios en guerras y expediciones de saqueo, sin la necesidad de ocultarse tras un disfraz masculino?
    Siglo diez en Dinamarca, en plena Era Vikinga. Erika “Ojos de Hielo” y Erika “la Berserker”, dos de las hijas bastardas de Erik, son saqueadoras y soldados a sueldo desde que eran apenas dos muchachas. Ha terminado el invierno y ya se disponen las campanas primaverales, que guiaran a cientos de los temidos barcos nordicos hacia Inglaterra. Esta vez, la hija de Erik, a la que apodan “Ojos de Hielo”, no buscara un barco en el que alistarse con la intencion de combatir a sueldo, y asi hacerse con una buena bolsa de monedas y oro, para regresar antes del invierno a su patria. En esta ocasion, lo hara obligada y pretendiendo escapar de los planes que su tirano padre prepara para ella. La huida la llevara hacia una aventura inesperada y peligrosa, muy distinta a la que esperaba cuando abandono su hogar.

  • Echadme a los lobos de Patrick Mcguinness

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    EL PASADO ES UN LUGAR DONDE SIEMPRE ES AHORA. Un caustico y certero noir literario basado en un caso real. <>. JONATHAN LEE <>. FRANCINE PROSE <>. JOHN BANVILLE Poco despues del anuncio del Brexit, aparece en el estuario del Tamesis el cuerpo sin vida de una joven. Casi de inmediato, su vecino ;solitario, elegante, profesor jubilado del Chapleton College; es detenido para su sorpresa como principal sospechoso y convertido por la prensa en un monstruo con el que ensanarse. Tampoco el circunspecto detective Ander Widdowson, encargado del interrogatorio, puede creer que algo asi le este sucediendo: el hombre sentado al otro lado de la mesa es alguien a quien conoce, alguien a quien no ha visto en casi treinta anos, desde que el mismo ocupaba como alumno uno de los viejos pupitres de Chapleton; Un presente saturado por la impiedad de los medios de comunicacion y un pasado anclado en el abusivo sistema escolar ingles de los anos ochenta; dos sombrios tiempos que Patrick McGuinness maneja y conecta con una precision heredada de los grandes maestros del genero en este lucido y reflexivo noir literario, basado en un caso real.

  • Ambicion de Adrian Blake

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    Mi nombre es Daniel Goldman y soy el presidente de CRC International. Mi vida estaba perfectamente planificada a pesar de los intentos de mi madre de manipularme… pero entonces la conoci a ella. Ni siquiera se su nombre, lo unico que puedo recordar es el sonido de la cadena de su bicicleta a traves de la lluvia y su cara de preocupacion cuando me vio tirado en mitad de la calle con una herida en el abdomen. Ahora que la he encontrado no parare hasta volver a verla…

  • En la tercera habitacion (Zillah Roth 1) de Vecca Preetz

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    Capitulo I – Lo menos esperado Las hojas crujian debajo de las ruedas de la bicicleta. La brisa otonal barria el sendero y recordaba que el verano habia quedado atras en San Lorenzo. Una villa turistica al norte de Argentina. El paseo por la Quebrada era obligatorio para los amantes de la naturaleza. Tambien de Zillah Roth. Pedaleaba todos los domingos hasta alli acompanada por Yaco, su ovejero aleman. A Zillah le encantaba contemplar las aguas del rio desde el final del puente. Ver el agua correr entre las piedras, hipnotizaba su melancolia. La frescura que transmitian las gotas salpicando las rocas, captaban su atencion. Cada una de ellas se desprendia de aquella masa de agua incansable sufriendo el desgarro inevitable del olvido. El final de su existencia. No entendia muy bien porque los enamorados se paraban a observar el rio. <>, pensaba mientras retomaba su pedaleo tranquilo. Siempre iba durante la apacible hora de la siesta, cuando todos, en la casa, dormian. A veces la acompanaba su amigo Ivan, pero este ultimo domingo no quiso hacerlo. Era un domingo distinto en San Lorenzo. A pesar del aire fresco, las moscas se acercaban pesadas, como en los dias de mucho calor. De repente, un presentimiento extrano se apodero de sus visceras. Como una soga que conectaba su garganta y la boca del estomago. Percibia cierta tension en el aire. Parecia como si un ser extrano rondara la Quebrada, pero no caminando. Por el aire. Un ser oscuro e impredecible. Volteo su cabeza pretendiendo que alguien la seguia, pero estaba sola por el sendero. Recordo que su hermana le decia que no se dejara manejar por el miedo. El miedo se disfraza de siluetas negras que luego nos persiguen como sombras. Por todas partes. De dia y de noche. Una mosca se poso en su oreja y regreso de su pensamiento para quitarsela con una palmada que le dejo un zumbido agudo dentro de la cabeza. Podia ver que una sensacion asfixiante sobrevolaba a los insectos. De pronto Yaco comenzo a correr con una urgencia inusual, delante de ella. Siempre la seguia a su lado o detras. Raras veces se adelantaba y menos, corriendo. Ella lo siguio tan rapido como sus cortas piernas le permitian pedalear. Pero el camino se hacia cada vez mas empinado. Dejo la bicicleta a un costado de la calle y comenzo a correr detras de Yaco. No queria perderlo, pero el perro no obedecia a su llamado. En el ultimo sendero marcado, se desvio sin voltear, ingresando a la selva tupida y solitaria. La nina seguia corriendo sin dejar de mirar donde su perro iba abriendo camino. Sus piernas sufrian latigazos provocados por los arbustos que pretendian impedir su paso. Como si negaran el ingreso a ese lugar de la Quebrada. Gritaba su nombre para que no fuera demasiado lejos, pero el perro parecia no escuchar. La paz del lugar iba a caer en pedazos en un breve lapso de tiempo. De pronto, Yaco se detuvo. Inmovil mirando a un punto fijo. Como si fuera un perro de caza. La brisa timida tambien se detuvo, suspendida en la atmosfera silenciosa, augurando un mal momento. Parecia que todo el mundo habia dejado de girar en ese instante. Todos, excepto las ruedas de la bicicleta, que, recostada sobre la calle, seguian girando ruidosamente. Las bicicletas no conocen el silencio. Chillan como criaturas caprichosas. Zillah estaba a pocos metros detras del perro. --?Que encontraste, Yaco? --dijo mientras le daba palmadas en la cabeza. Siguio con los ojos la direccion de su mirada inamovible. Y se quedo sin aliento. Un pequeno grito se ahogo detras de su garganta. Los pulmones de Zillah dejaron de inhalar por unos segundos. Su mandibula quedo atascada, como si hubiera ingerido de golpe un par de piedras. El sudor se apodero de sus pequenas manos. Un escalofrio recorrio todo su cuerpo dejandole los pelos crispados. Luego respiro fuerte y entrecortado sin saber que hacer. Inesperadamente el hallazgo habia oscurecido su paseo, por no decir que habia echado sombra a toda su vida. Nadie imagina encontrar a alguien sin vida en medio de un paseo. Menos aun alguien conocido sin vida. Entre dos troncos grandes como horquetas, descansaba un palo atravesado, y en el un hombre colgaba muerto. Atado de pies y manos de espalda al suelo. La cabeza volteaba hacia un costado dejando ver una gran herida en su cuello. La sangre no caia ya, parecia que se habia vaciado y estaba derramada sobre la tierra seca, justo debajo de el. Un hombre que no era cualquier hombre. Era su padre. No grito. Le faltaba el aire. Le faltaba la voz. Dio unos pasos hacia adelante y lo toco con el dedo indice, para cerciorarse que no tenia vida. Yaco empujaba la cabeza con su hocico mientras dejaba salir un sonido extrano. Parecia un lamento. Volteo asustada buscando alguien que pudiera sacarla del espanto. Pero solo las sombras se asomaban en el camino. Estaba aterrada. Respiraba fuerte ahora. Respiraba con panico. Los latidos de su corazon aceleraron de tal modo que el bombeo de sangre la impulso a huir. Corrio hasta donde habia dejado su bicicleta, la levanto y pedaleo con la mayor rapidez que sus pequenas piernas le permitian. Yaco no la seguia. Tampoco volteaba a comprobarlo. <>, pensaba mientras sus piernas giraban cada vez mas rapido. Como en un tunel de tiempo las imagenes vividas con su padre tropezaban unas contra otras en su cabeza. Trece cuadras hasta llegar a su casa. Pero nunca el camino de regreso habia sido tan largo. A pesar de que las calles de regreso eran todas en bajada. El miedo y la culpa se mezclaban. El miedo y la culpa de haber hecho algo equivocado la ultima vez que lo vio con vida. No recordaba nada especifico. Solo tenia un amotinamiento de recuerdos confusos y sudorosos. Tiro la bicicleta de lado y entro corriendo por el jardin, volteando para cerciorarse que nadie la seguia. Su madre, que estaba recostada en una hamaca tejida, leyendo un libro, la escucho llegar agitada. Se sento y la miro acercarse con un estado de angustia inigualable. --!Zillah!, ?que paso? La pequena estaba en estado de shock. Sus ojos claros, paralizados en la mirada de su madre, ni siquiera parpadeaban. Respiraba entrecortado, con la boca cerrada, sin poder emitir ningun sonido con su voz. Comenzo a sacudir las manos, como queriendo deshacerse de algo pegajoso, de algo sucio mientras movia las piernas en un trote nervioso. --?Le ocurrio algo a Yaco? --le decia Emma apretando con sus manos los hombros de la pequena. Zillah movia la cabeza hacia ambos lados, dando pasos hacia atras, pretendiendo alejarse de su madre. --?Por que tienes esa cara? Me estas asustando, por favor, !di algo! En ese momento aparecio su hermana mayor Erika, que estaba dentro de la casa. --?Por que tienen esas caras? ?paso algo? --pregunto mirando a su madre que respondio haciendo un gesto con los hombros y llevando la mirada nuevamente a la pequena-- Zil que paso? ?alguien te hizo algo? La pequena negaba nuevamente. --Esta muy asustada. --mientras decia esto, Emma entraba a la casa. Regreso con un vaso de agua y un cuaderno con una lapicera. --Toma un poco de agua, te va a hacer bien. Intenta escribir lo que paso. Vamos linda, por favor, me estas poniendo nerviosa. La pequena tomo la lapicera con su mano izquierda. Temblaba. Sostenia la mano para poder escribir y que se entendiera lo que intentaba decir. Tras varios intentos, escribio: "papa". --?Que pasa con papa? Regresa esta noche de su viaje. --se adelanto Emma. Zillah movio la cabeza negando las palabras de su madre y siguio escribiendo: "esta... en la Quebrada" Emma fruncio el ceno. Por unos instantes, inmersa en su inseguridad imaginaria, penso que su hija habia visto a su padre con otra mujer. --Seguramente lo confundiste. --le dijo intentando tranquilizar a su hija y tomando el celular para llamarlo. Pero faltaba escribir una palabra que cambiaria todo. "roto. Todo roto". Termino de escribir Zillah. --?Que intentas decir con eso, Zil? !como que papa esta roto! --dijo Erika mientras una sensacion de frio estanco se apoderaba de la boca de su estomago-- ?Puedes hablar y dejar esa estupida lapicera? --grito nerviosa dando un manotazo a la mano de su hermana y haciendo que la tirara al suelo. --!Erika! --grito Emma-- !deja en paz a tu hermana! ?no te das cuenta que esta en shock? Mientras ambas se gritaban, como siempre, la pequena levanto la lapicera y, con sus cortos diez anos, siguio buscando dentro de su mente la palabra adecuada, hasta que por fin la encontro y escribio, al final de la hoja del cuaderno: "Muerto. Papa esta muerto" Un silencio sepulcral envolvio el momento. Las dos se quedaron pasmadas, mirando las ultimas palabras como si una fuerza imantada hubiera atrapado sus ojos sin poder quitarlos de alli. Una respiracion extrana salio de la boca de Emma y una fuerza interna empujo sus manos hacia la mesa, buscando apoyo, abriendo los dedos para sostenerse y tirando el celular al suelo. Erika manoteo la lapicera nuevamente y arrojandola directamente a la cara de su hermana, grito otra vez:--!Que estupideces son esas Zillah! Si estas jugando, no es un juego que nos guste. Zillah negaba aturdida con la cabeza. Tenia los ojos cerrados y sus manos apretando las sienes. Abria la boca como si emitiera un grito desgarrador totalmente silencioso. Era una escena sofocante. Emma dio dos pasos inestables hacia atras y se aferro a uno de los pilares de la galeria. Sus ojos parecian estar huecos, profundos. Una lluvia de sensaciones viscerales cayo sobre Erika que llevo sus manos a la boca tapando el asombro que le provocaba haber leido esa palabra. Su padre no podia estar muerto. No debia estarlo. --No puede ser. Es imposible, papa regresa hoy. --dijo Emma Se agacho y levanto las tres partes en que se habia separado el celular. Coloco la bateria y luego la tapa. Lo encendio y temerosa realizo la llamada. El celular de Blas devolvia la llamada con la voz de la grabadora: "El numero al que llama esta apagado o fuera del area de cobertura" Emma solto el movil sobre la mesa, como si le quemara. Sentia como sus entranas se retorcian dentro del estomago. Las paredes se volvian negras, opresoras. La hermosa tarde de sol se habia transformado en un cuadro gotico donde la actuacion era primordial. Entonces reacciono: --?Donde esta?, quiero verlo, !vamos, llevame con el! ?puedes llevarme al lugar donde lo viste? --pedia Emma acelerando la voz. --!Mama, no puedes ir alli, hay que llamar a la policia! --grito Erika en su logica cordura.--Si, tienes razon, primero hay que llamar a la policia. --perturbada no dejaba de mirar a Zillah y la pequena, a su vez, no quitaba la mirada de los ojos de su madre. Marco el 911. Luego de tres tonos aparecio una voz masculina.

  • La Aprendiz de Meghan Reed

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    Es la maldita hora de que la alumna supere a su maestro

  • La casa de la arana de Paul Bowles

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    Tres personajes muy diferentes confluyen en la ciudad marroqui de Fez: John Stenham, escritor norteamericano defensor de la cultura autoctona frente al imperialismo frances; Polly Veyron, turista estadounidense que aboga por el desarrollo de lo que considera una ciudad tercermundista, y Amar, un joven marroqui que pasa del despertar politico al desencanto.

  • La redencion del tiempo de Baoshu

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    Al final del cuarto ano de la Era de la Crisis, YunTianming, enfermo de cancer, decide acabar con su vida. Esta decision es el principio de un viaje hasta el final del universo. Congelan su cerebro y lo suben abordo de una nave espacial lanzada para interceptar a los trisolarianos.

  • La pintora de hielo de Kristin Marja Baldursdottir

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    Una maravillosa epopeya sobre el talento, el amor y la busqueda de la libertad de una mujer en la Islandia de principios del siglo XX.

  • Estado de miedo de Michael Crichton

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    blaba en ingles, tenia un acento exotico. A decir verdad, todo en ella era exotico, penso Jonathan. De piel oscura, pomulos prominentes y cabello negro, podria haber sido modelo. Y se contoneaba como una modelo, con su falda corta y sus zapatos de tacon de aguja. Era medio vietnamita y se llamaba Marisa. Mirando alrededor, anadio- : Pero ?no hay nadie aqui? – No, no -respondio el-. Es domingo. Hoy no viene nadie. Jonathan Marshall, de veinticuatro anos, era un londinense licenciado en fisica que, como parte de sus estudios de posgrado, trabajaba durante el verano en el ultramoderno Laboratoire Ondulatoire -Laboratorio de Mecanica Ondulatoria- del Instituto de la Marina frances en Vissy, al norte de Paris. Pero en el barrio residian sobre todo familias jovenes, y para Marshall habia sido un verano solitario. Por eso no podia dar credito a la buena suerte que habia tenido al conocer a aquella chica. Una chica muy guapa y sexy. – Explicame que hace esta maquina -dijo Marisa con una mirada radiante-, y que haces tu. – Con mucho gusto -contesto Marshall. Se acerco al gran panel de control y empezo a conectar las bombas y los sensores. Al otro extremo del deposito, los treinta paneles del generador de olas se activaron uno tras otro. Marshall miro a la chica, y ella le sonrio. – Es complicadisimo -comento Marisa. Se coloco junto a el frente al panel de control-. ?Hay camaras para grabar vuestra investigacion? – Si, en el techo y a los lados del deposito. Crean un registro visual de las olas generadas. En el deposito tambien hay sensores que recogen los parametros de presion de la ola al pasar. – ?Estan conectadas ahora esas camaras? – No, no -dijo el-. No las necesitamos; no estamos haciendo ningun experimento. – Quiza si -respondio ella, y apoyo la mano en el hombro de Marshall. Tenia unos dedos largos y delicados, unos dedos preciosos. Miro alrededor por un momento-. En esta sala todo es carisimo. Debe de haber grandes medidas de seguridad, ?no? – En realidad no. Simplemente hay que usar una tarjeta para entrar. Y solo hay una camara de seguridad. -Senalo por encima del hombro-. En aquel rincon. Marisa se volvio. – ?y esa esta encendida? – Si, claro -contesto el-, esa siempre. Marisa le acaricio suavemente el cuello. – ?Asi que ahora hay alguien vigilandonos? – Eso me temo. – Entonces debemos portarnos bien. – Probablemente. Por cierto, ?y tu novio? – Ese. -Dejo escapar un resoplido de desden-. Ya me he hartado de el. Unas horas antes aquel mismo dia Marshall habia salido de su pequeno apartamento para ir a la cafeteria de la rue Montaigne, que visitaba cada manana, llevandose como de costumbre un articulo especializado para leer. Al rato, aquella chica se sento en la mesa contigua con su novio. En breve la pareja empezo a discutir. A decir verdad, Marshall tuvo la impresion de que Marisa y el novio no estaban hechos el uno para el otro. El era un americano rubicundo y fornido, corpulento como un jugador de futbol, con el cabello largo y gafas de montura metalica poco acordes con sus toscas facciones. Tenia todo el aspecto de un cerdo que pretendia pasar por intelectual. Se llamaba Jim y estaba enfadado con Marisa porque esta, al parecer, no habia pasado la noche con el. – No se por que no me dices donde estuviste -repetia el una y otra vez. – Porque no es asunto tuyo, por eso. – Pero yo pensaba que ibamos a cenar juntos. – Jimmy, ya te dije que no. – No, me dijiste que si. Y yo te espere en el hotel. Toda la noche. – ?Y que? Nadie te obligo. Podias marcharte y pasartelo bien. – Pero te esperaba. – Jimmy, no eres mi dueno. -Exasperada, suspiraba, levantaba las manos o se daba palmadas en las rodillas desnudas. Tenia las piernas cruzadas y se le habia subido mucho la falda-. Yo hago lo que me da la gana. – Eso esta claro. – Si -dijo ella, y en ese momento se volvio hacia Marshall-. ?Que es eso que lees? Parece muy complicado. En un primer momento Marshall se alarmo. Saltaba a la vista que le habia dirigido la palabra para provocar al novio. No queria dejarse arrastrar a la pelea de la pareja. – Es fisica -contesto laconicamente, y se volvio un poco, procurando pasar por alto la belleza de la chica. – ?Que clase de fisica? -insistio ella. – Mecanica ondulatoria. Olas marinas. – ?Eres estudiante, pues? – Estudiante de posgrado. – Ah. E inteligente, por lo que se ve. ?Eres ingles? ?Que haces en Francia? Y casi sin darse cuenta Marshall entablo conversacion con la chica, y ella le presento al novio, que le dirigio a Marshall una sonrisa de suficiencia y le dio un desidioso apreton de manos. La situacion seguia siendo embarazosa, pero ella se comportaba como si no lo fuese. – ?Asi que trabajas por aqui? ?En que? ?Un deposito con una maquina? La verdad, no consigo imaginarmelo. ?Me lo ensenas? y alli estaban, en el Laboratorio de Mecanica Ondu1atoria. Jimmy, el novio, se habia quedado fuera, en el aparcamiento, malhumorado, fumando un pitillo. – ?Que hacemos con Jimmy? -pregunto Marisa, de pie junto a Marshall mientras el trabajaba en el panel de control. – Aqui dentro no puede fumar. – Yo me encargare de que no fume. Pero no quiero que se enfade mas. ?Crees que puedo dejarte entrar? A Marshall lo invadio un sentimiento de decepcion. – Claro. Supongo. Ella le apreto el hombro. – No te preocupes. Despues estara ocupado con otros asuntos suyos. Se alejo y abrio la puerta del fondo del laboratorio. Jimmy entro. Marshall echo un vistazo y vio que se quedaba rezagado, con las manos el1los bolsillos. Marisa regreso junto a el, que seguia frente al panel de control. – Jimmy ya se ha calmado -dijo-. Ahora ensenamelo. Los motores electricos del extremo opuesto del deposito ronronearon y las palas generaron la primera ola. Era pequena, y recorrio suavemente el deposito en toda su longitud hasta chocar, con un ligero chapoteo, en un panel inclinado en el lado donde ellos se hallaban. – ?Y esto es un maremoto? -pregunto Marisa. – Es la simulacion de un tsunami, si -contesto Marshall mientras pulsaba el teclado. En el panel de control, los monitores mostraron la temperatura y la presion, asi como imagenes en color falso de la ola. – Una simulacion -repitio ella-. ?Yeso que quiere decir? – En este deposito podemos crear olas de hasta un metro de altura -explico Marshall-. Pero los verdaderos tsunamis alcanzan cuatro, ocho o diez metros. A veces incluso mas. – ?Una ola de diez metros en el mar? -Marisa abrio los ojos desorbitadamente-. ?En serio? – Miro al techo intentando imaginarla. Marshall movio la cabeza en un gesto de asentimiento. Esa altura equivalia a un edificio de tres plantas. Y alcanzaba una velocidad de ochocientos kilometros por hora, avanzando atronadoramente hacia la costa. – ?y cuando llega a la costa? -pregunto ella- ?Eso representa el panel inclinado de este extremo? Tiene una textura de guijarros, parece. ?Eso es la costa? – Exactamente -contesto Marshall-. La distancia que recorre la ola tierra adentro depende del angulo de la pendiente. Podemos ajustar esa pendiente a cualquier angulo. El novio se acerco al deposito, pero siguio apartado de ellos, sin pronunciar una sola palabra. Marisa estaba entusiasmada. – ?Podeis ajustada? ?Como? – Esta motorizada. – ?A cualquier angulo? -Se rio-. Pon1a a vingt-sept grados. Veintisiete. – Alla va. -Marshall tecleo. Con un ligero chirrido, la pendiente de la costa aumento de angulo. El novio americano, atraido por la actividad, se aproximo mas al deposito para echar un vistazo. Era fascinante, penso Marshall. Cualquiera sentiria interes. Sin embargo aquel tipo continuo en silencio. Alli de pie, se limito a observar como crecia la inclinacion de la superficie enguijarrada. Esta no tardo en detenerse. – ?Esa es la pendiente, pues? -pregunto Marisa. – Si -dijo Marshall-. Aunque de hecho veintisiete grados es una inclinacion excesiva, por encima del promedio de las costas del mundo real. Quiza deberia ponerla... Marisa cerro su mano morena sobre la de el. – No, no -dijo. Tenia la piel suave-o Dejala asi. Ensename una ola. Quiero ver una ola. Cada treinta segundos se generaban pequenas olas que recorrian el deposito con un leve zumbido. _ – Bueno, primero tengo que conocer la forma de la costa. En este momento es una playa llana, pero si hubiese un entrante... – ?Cambiaria si hubiese un entrante? – Claro. – ?De verdad? Ensenamelo. – ?Que clase de entrante quieres? Un puerto, un rio, una bahia... – Ah -dijo ella, y se encogio de hombros-, que sea una bahia. Marshall sonrio. – Bien. ?De que tamano? Con un ronroneo de motores electricos, la costa empezo a curvarse y se formo una hendidura

  • Tibio tempano de nuestra calidez de Daniel Maturana

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    Simona Ferrara se convierte en la peor asesina serial que ha visto Chile y la prensa se deleita con esto. Sin embargo, Morena Cabello, encargada del caso, pretende ir mas alla del morbo y encontrar respuestas a todas sus interrogantes.