• con otra mirada 7nn - Anabel Saiz Ripoll

    https://gigalibros.com/con-otra-mirada.html

    Raul es un joven adolescente que vive en una gran ciudad y al que, de repente, la vida se lo pone del reves. Su padre sufre un infarto y, para recuperarse con calma, han de ir al pueblo de la familia materna. El pueblo es pequeno, parece que no ofrezca ningun atractivo, pero alla estan los abuelos de Raul y otros personajes entranables, como Veva, la maestra o Ursula, la contadora de cuentos o Beatriz. Poco a poco Raul se sentira captado por el embrujo del pueblo, por la emocion de las historias que aprende acerca de la familia y otros personajes y por la magia del lugar. Al fin, aprendera a observarlo todo con otra mirada y valorara lo que tiene de una forma muy especial. Raul crecera, sin duda, en las paginas de la novela.

  • Historia de España - 18-01-2022 - Con otra mirada ...

    https://www.ivoox.com/historia-espana-18-01-2022-con-otra-audios-mp3_rf_81092596_1.html

    19 ene 2022 — Programa: Con otra mirada - Fernando Paz (7NN TV). ... manual para españoles sin complejos un libro bueno en la línea de los que felizmente ...

  • Especial COVID - 26-01-2022 - Con otra mirada (Fernando Paz)

    https://www.ivoox.com/especial-covid-26-01-2022-con-otra-mirada-audios-mp3_rf_81421273_1.html

    26 ene 2022 — Programa: Con otra mirada - Fernando Paz (7NN TV). ... fármacos resumió el comportamiento de las farmacéuticas en su libro medicamentos que ...

  • Roberto Vaquero on Twitter: "En directo en el canal 7nn, en el ...

    https://twitter.com/robertovaquero_/status/1453100183093485575

    26 oct 2021 — En directo en el canal 7nn, en el programa "Con otra mirada". ... Buenísima la promoción del libro, me alegro un montón.

  • 7NN - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/7NN

    7NN es un canal de televisión abierto español de carácter informativo. ... 7NN. 7NN TV.svg. Eslogan, La alternativa ... Con otra Mirada con Fernando Paz.

  • Covidismo y manipulación - Con Otra Mirada - Vanity Fea

    http://vanityfea.blogspot.com/2021/11/covidismo-y-manipulacion-con-otra-mirada.html

    17 nov 2021 — ARTE CONTEMPORÁNEO: conferencia y libro. FORJA 131 · Refoto · All Along the Watchtower (2) · OMS Cuando usar mascarilla VIRAL ...

  • con otra mirada - Librería Publics.

    https://www.llibreriapublics.com/es/libro/con-otra-mirada_687315

    CON OTRA MIRADA, WOLF, CHRISTA, 16,95€. ... ... Enviar a un amigo. Otros libros del autor. FUNCIO D'ESTIU: WOLF, CHRISTA: En stock. 5,98 €.

  • La extrema derecha tiene un nuevo altavoz - Eulixe

    https://www.eulixe.com/articulo/reportajes/7nn-nuevo-altavoz/20210929103858024314.html

    29 sept 2021 — La nueva cadena de televisión 7nn es propiedad de Producciones ... Otro de los protagonistas de este libro es precisamente Santiago Abascal, ...

  • El secreto de la highlander (Al tiempo del highlander 2) de Mariah Stone

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    --!C! Marjorie gimio. Debia estar sonando. ?Por que otro motivo oiria el llamado a guerra de su clan? El colchon de paja le rasgunaba la piel. La habitacion estaba en silencio y olia al polvo acumulado en las cortinas del dosel. ?Estaba sola? Intento abrir los parpados, pero le pesaban, y de pronto recordo… Si abria los ojos, podia verlo a el. Y el querria golpearla de nuevo. O tomarla de nuevo. <>. Queria perderse en el olvido oscuro y entumecedor. El olvido le permitia estar lejos del dolor que sentia en todo el cuerpo. Un sonido extrano le lleno los oidos, y se aferro a el como si estuviera al borde de un precipicio. El ruido venia de afuera y de abajo. Gritos de dolor. Varias espadas chocando contra otras. Y, de pronto… --!Cruachan! --En esta ocasion, el grito se oyo mas fuerte y mas cerca. Era el coro de varios hombres. ?Acaso se lo estaba imaginando? ?Estaba tan desesperada y quebrada que estaba sonando con su hogar? El aire olia a humo. Varios pasos resonaban contra el piso de piedra al otro lado de la puerta de la habitacion en la que la tenian prisionera. La puerta se abrio, y el enrejado de hierro solto un chirrido. Luego se cerro. Ese sonido, el de esa puerta, significaba una cosa: <>. Y si el se encontraba alli, seria para causarle dolor. Unos pasos rapidos y pesados se aproximaron. El hombre respiraba agitado y caminaba de un lado al otro de la habitacion. La cota de malla hacia un sonido metalico. Aun no la habia tocado, de modo que quizas no habia venido por ella. <> Afuera, los gritos se intensificaron. Algo pesado arremetio contra la madera. --!Cruachan! <>. La esperanza florecio en el pecho de Marjorie y le dio fuerzas. Abrio un solo ojo, pues el otro estaba hinchado y cerrado, y volvio la cabeza hacia la luz que se colaba por la ventana. Alasdair MacDougall recorrio la dura pared de piedra oscura. Tenia las fosas nasales dilatadas, la mirada perdida y el cabello oscuro despeinado bajo la cota de malla que le cubria la cabeza y los hombros. Tamborileaba la hoja plana de la espada contra la mano. La miro de reojo y se congelo durante un instante, con el rostro inexpresivo. --?Estas despierta, zorrita? --Cruzo la distancia que los separaba con tres zancadas. Aunque no le quedaban fuerzas en el cuerpo, Marjorie se incorporo en la cama para intentar alejarse de el lo mas posible. La manta que la cubria se cayo, y sus muslos desnudos, cubiertos de sangre seca, destellaron en tonos blancos, rojos y amarronados. Se queria cubrir, pero se sentia muy debil. El aroma de el, con el que ya estaba familiarizada, se impregno en el aire; apestaba a sudor y almizcle masculino. Dejo caer la espada, que aterrizo en el suelo con un fuerte ruido metalico. Con una mano, la sujeto del cabello y con la otra, la abofeteo. Una oleada de dolor cegador le atraveso la cabeza. Luego la golpeo del otro lado. Marjorie sintio que los ojos le explotaban dentro del craneo. Sin embargo, no lloro. Alasdair la jalo del cuero cabelludo para acercarla a su rostro, y ella sintio su mal aliento: una mezcla de cerveza, alcohol y carne con cebollas. --?Estas contenta ahora, princesita? Creiste que eras demasiado buena como para aceptar mi propuesta, pero ahora todos veran la zorra que eres en realidad. No vales nada. Ella tomo aire para llenarse los pulmones. --?De que hablas? --se las ingenio para preguntar. --El clan Cambel esta llamando a nuestra puerta. Pero mientras yo te tenga, tengo el poder. Que el dijera que su familia habia venido a buscarla era muy distinto a que ella lo pensara o lo imaginara. Era un hecho real. Habian venido. Marjorie sonrio y se rio abiertamente en su cara. Junto saliva en la boca y le escupio una mezcla de saliva y sangre en el rostro antes de romper a reir mas fuerte. El esfuerzo le causo dolor, pero a la vez le trajo alivio. Marjorie lucharia su batalla en esa habitacion mientras su clan peleaba por ella en el patio. --Se ha acabado, maldito violador --le aseguro. El rostro de Alasdair empalidecio, y ella se siguio riendo, aunque podria acabar muerta en cualquier momento. Alasdair descargo toda la fuerza de su puno contra su rostro, y Marjorie se hundio en una niebla oscura. A traves de la neblina, diviso a dos hombres blandiendo sus espadas. --!Te voy a matar, alimana! --grito alguien. El acero resono y destello contra la luz que se colaba por la ventana. Gritos de dolor le perforaron la mente. Luego oyo un aullido mortal y desesperado, y un sonido estrepitoso de algo pesado que cayo al suelo. Se desperto al oir una voz familiar que la llamaba. Una voz muy querida que habia conocido durante toda su vida. --Marjorie. Alguien le acaricio la cabeza, pero se sintio como si unas cuchillas le estuvieran atravesando la piel. Se esforzo para abrir los ojos y apenas logro levantar un parpado. Era Craig. Su hermano. Ensangrentado y lleno de moretones, se hallaba arrodillado a su lado. Le sonreia, tenia los ojos rojos y el cabello enmaranado. Las lagrimas le nublaron la vista y le hicieron arder los ojos. El estaba alli. Y eso significaba que Alasdair ya no representaba una amenaza para ella. Craig la cuidaria. La llevaria a casa. Una ola de alivio la invadio. El eco de los sentimientos de gratitud y amor le lleno el pecho. A pesar de que tenia los labios partidos y magullados, se las ingenio para sonreir. --Hermano --susurro. La puerta se abrio de par en par, y su primo Ian entro en la habitacion. Sus rizos pelirrojos estaban cubiertos de sudor y tenia el rostro lleno de cortes y moretones, pero estaba vivo. --La encontre --le dijo Craig. --Que bien. Vamonos. El camino esta despejado. Craig asintio. Marjorie supo que le estaba prometiendo que todo estaria bien. Con cuidado, la envolvio con una manta y la levanto. El dolor la atraveso. Mientras Craig se la llevaba de la habitacion, vio el cuerpo sin vida de Alasdair en el suelo, con un charco de sangre a su alrededor. Le hubiera gustado sonreir y reirse, pero se sentia vacia. Craig bajo hasta el descanso de la escalera de madera, donde los hombres de su clan aguardaban de pie. La luz de las antorchas iluminaba sus rostros serios. Ian bajo las escaleras primero con la espada en alto, para asegurarse de que no hubiera mas peligros en el camino. Sin embargo, mientras Craig descendia los escalones, la lucha se fue deteniendo en el piso de abajo. Su padre se hallaba de pie en el siguiente descanso, con el rostro distorsionado de dolor al ver a su hija a los ojos. Ella intento sonreir para calmarlo y demostrarle que no estaba enfadada con el por no haberla protegido o no haber venido antes. Craig siguio avanzando, y Marjorie vio al tio Neil y sus hijos. Sus miradas reflejaban sentimientos de pena y furia. Al salir de la torre, Marjorie vio a John MacDougall, jefe del clan MacDougall y padre de Alasdair, aprisionado por dos Cambel. Se retorcia en vano, tenia el palido rostro crispado con una rabia silenciosa al comprender que su hijo debia haber muerto si Marjorie se encontraba en los brazos de Craig. MacDougall nunca debio haber permitido que Alasdair la secuestrara y la tratara de ese modo. Debio haber puesto fin a esa locura y haberla enviado a casa. John MacDougall habia consentido todo lo que le habia pasado a Marjorie. Por lo que a ella respectaba, el era tan culpable como su hijo. Craig por fin salio a la luz del dia del patio rodeado de los muros cortina de piedra, y Marjorie cerro los ojos. Muchos hombres habian muerto ese dia para salvarla, y no podia soportar ver la evidencia del hecho. No en ese momento. Craig camino un poco mas y, de pronto, se arrodillo en el suelo. Marjorie abrio los ojos. Su abuelo, sir Colin Cambel, yacia sobre el cesped tenido de rojo. Tenia una herida profunda cerca del corazon, pero ya no manaba sangre. Sus ojos estaban cerrados; su piel, palida. Estaba completamente quieto, excepto por el cabello blanquecino que el viento mecia. Craig tomo la mano de su abuelo y la apreto. Ian se detuvo al lado de ellos y apoyo una mano sobre el hombro de Craig. Craig le susurro algo a su abuelo, y Marjorie sintio que una lagrima se le deslizaba por la mejilla. Entonces, su hermano se puso de pie y camino con ella hacia los caballos y las carretas. --Tenemos una carreta para ti. Esta llena de mantas y pieles. Estaras en casa en breve. --La deposito sobre el lecho improvisado y la cubrio con las mantas. Pronto, el calor comenzo a regresar a ella. Se sintio a salvo. Y libre. Ciertamente, era libre; sin embargo, la humillacion, el dolor y el sentimiento de ser indigna le carcomian el corazon. La mantenian prisionera. Marjorie se doblo en un ovillo y comenzo a llorar. --Oh, Marjorie, tesoro, no llores. --Craig le dio una palmadita en la espalda--. Por favor, carino. Lamento mucho no haber venido antes. Hemos venido ni bien supimos quien te habia secuestrado. Marjorie no podia dejar de sollozar. Craig se sento a su lado en la carreta, la abrazo y la cubrio como una manta pesada y protectora. Cuando por fin dejo de llorar, se quedo quieta e intento acostumbrarse a la sensacion de libertad que le llenaba el pecho y que se sentia tan extrana. ?Como seria volver a estar rodeada de gente? ?Poder andar de una habitacion a otra? ?Salir a la luz del sol? ?Montar a caballo? Tras haber pasado un mes en cautiverio, penso que nunca volveria a experimentar esas cosas. Abrio los ojos y miro a Craig. El la observaba preocupado, con una mezcla de dolor y furia en los ojos. --?Que puedo hacer? --le pregunto. Marjorie nego con la cabeza. --Nada --susurro--. Me has salvado. Me has vengado. Has asesinado a ese bastardo. No hay mas nada que puedas hacer. Craig le apreto la mano y asintio. --Ahora nos enfocaremos en sanarte. Pronto volveras a ser la Marjorie de siempre. Ella tomo una profunda bocanada de aire y cerro los ojos. Por mas que le doliera admitirlo, eso nunca seria cierto. Por dentro, era una piedra: fria y dura. Nunca dejaria que un hombre la tocara. Nunca se casaria. Y nunca dejaria que nadie le volviera a hacer lo que Alasdair le habia hecho.

  • Mujeres olvidadas de Antonina Rodrigo

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    Antonina Rodrigo inicio hace muchos anos la labor de recuperar y dar a conocer la vida y la obra de las grandes mujeres de la Segunda Republica espanola, excluidas de la historia de Espana a causa de la guerra, la represion posterior y el exilio. A pesar de silencios y olvidos, la lucha y utopia de estas pioneras, convertidas en materia de estudio, forjaron a la mujer de hoy, en una cronica oral para las nuevas las generaciones.

  • Tu perfume al atardecer (Hielo y fuego 3) de Anna Soler

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    Cuando Neil Montana decide alistarse en el ejercito no sabe hasta que punto su vida cambiara por completo. Testarudo como una mula y acostumbrado a ser el mediano de cuatro hermanos, Neil se niega a dar su brazo a torcer. Necesita un cambio, alejarse todo, pero en especial de Ivy Campbell, la unica chica que parece haberle robado el corazon al joven vaquero.Neil no estaba preparado para el amor. Renegaba de aquellos confusos sentimientos y preferia ignorarlos. De esa manera huye, sin mas salida que enganarse a si mismo. Pero ni la distancia ni la guerra logran apaciguar ese amor en su corazon.Ivy siempre estuvo enamorada de Neil Montana, el era su amor platonico, pero nunca comprendio sus razones para marcharse de esa manera. Un unico beso la unia a Neil en aquel atardecer de Texas, un beso que mantenia viva su esperanza hasta su vuelta. Pero un giro inesperado hace peligrar ese reencuentro, un accidente lo cambiara todo y volvera a Neil un hombre amargado y resentido por la sombra de su pasado.?Sera Ivy capaz de romper esa coraza para llegar a su corazon? ?Afrontara Neil los peligros del amor? El orgullo podia separarlos o unirlos para siempre.

  • El maestro de las sombras de Donato Carrisi

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    Ano 1521.
    Nueve dias antes de morir,
    el papa Leon X emite una bula
    que contiene un mandato solemne:
    < nunca quedarse a oscuras.>>

  • Perdido en la tormenta (Esencia Irlandesa 2) de Yolanda Revuelta

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    Brianna oteo hacia el mar, como le gustaba hacer cada amanecer desde que habia vuelto a Ballycotton. El viento frio del norte hacia fluctuar el agua formando grandes ondulaciones que embestian con fuerza contra el acantilado y como habian hecho a lo largo de los siglos. El batir constante de las olas aranaba con impetu las gigantescas paredes de roca que se encumbraban hasta querer conquistar tierra firme, y ella, alli de pie, era una mera espectadora de esa fuerza devastadora y del hipnotizador rugido sibilante. Adoraba ese ritual matutino y era quiza lo que mas habia echado de menos durante su estancia en Dublin en la epoca que habia estado estudiando en la universidad. Decenas de gaviotas volaban en circulo por el cielo y con sus extensas alas desplegadas planeaban con elegancia a favor de la corriente de aire. Eran totalmente ajenas a lo que sucedia a su alrededor; no asi a su presencia, ya que sus graznidos se podian escuchar claramente desde tierra cuando se acercaban a ella. Brianna se llevo la mano a la frente y la dispuso a modo de visera, para evitar que los rayos del sol la cegasen. Le gusto ver como las aves surcaban las nubes esponjosas tenidas de un rojo intenso, el mismo que vestia el amanecer. Adoraba la casa que le habian dejado sus abuelos en herencia. Quizas y solo por eso, habia decidido restaurarla y emprender un nuevo futuro junto a sus amigas, Caitlin y Meg. Craig House se alzaba a su espalda como una mole mas de piedra que parecia integrarse perfectamente con el verde intenso del paisaje. Tras varios meses de restauracion, la casa resplandecia con orgullo a pesar de sus doscientos anos como unico testigo de los devastadores acantilados. El soplo de aire helado perforo su abrigo y ella no pudo mas que estremecerse; bajo la mano y se abrazo a si misma con la unica intencion de protegerse de las frias rafagas que la atravesaban de forma incesante. Su larga cabellera era como llamaradas de fuego que ondeaba cual bandera a favor del viento y, por primera vez en mucho tiempo, percibio la sensacion de libertad que tanto habia anhelado en esos ultimos meses. No pudo evitar fijarse en el barco de color rojo que rompia contra las olas y que parecia avanzar sin esfuerzo alguno a traves de las corrientes marinas; parecia una pequena e insignificante mancha rojiza en comparacion al elemento que lo rodeaba. No tuvo que preguntarse quien lo tripulaba, puesto que pudo leer en su casco las inmensas letras que daban nombre a la embarcacion: Green Star. El nombre de Garrett sacudio su mente con fuerza, pero esta vez pudo controlar la sensacion de abandono que la habia acompanado a lo largo de los ultimos meses. Lo amaba, pero eso ya formaba parte del pasado. El le habia dejado muy claro con anterioridad que no podria haber nada entre ellos, y ella, a su pesar, habia llegado a respetar su decision. Era un hombre que no deseaba complicaciones en su vida y asi se lo habia hecho saber hacia muchos anos, antes de partir a Dublin. No habian cruzado mas de dos o tres frases desde su regreso; con eso le dejaba claro que su decision al respecto seguia firme. <>, se dijo a si misma parafraseando a su abuela, <>. Dudaba que asi fuera. Llego a la conclusion de que se aprendia a vivir con el rechazo y el dolor, pero que la sensacion de olvido nunca parecia terminar de cicatrizar. La embarcacion avanzo despacio, como si no tuviera destino alguno por alcanzar. Trato de asimilar ese pensamiento y llego a la conclusion que con esa reflexion tambien habia descrito a Garrett. No tenia sentido seguir alli de pie, lamentandose de si misma. Tenia cosas por hacer, Meg llegaria en breve para organizar la cocina y los posibles menus que se servirian en un futuro muy cercano a los clientes. Con ese pensamiento se giro despacio y dio la espalda al mar, se dirigio con pasos lentos hacia la casa y asumio que la tristeza no tenia cabida ese dia en su corazon. *** Garrett percibio las sacudidas de las olas en el casco de la embarcacion; ese balanceo ya formaba parte de su existencia y tenia muy claro que no podria vivir sin el. Preferia la soledad del mar al bullicio y a las personas en tierra. Exhalo un suspiro de derrota al ver la figura femenina en lo alto del acantilado. No tenia duda de quien se trataba ya que habria podido describir sus rasgos con los ojos cerrados. El viento bailaba caprichosamente con su cabello, como si tratase de apagar el fuego que habitaba en ellos; alli de pie, parecia una figura alada bajada del mismo cielo. La vio subir la mano hasta la frente y observar a las ruidosas gaviotas que eran presencia indiscutible cada vez que divisaban un barco en alta mar, puesto que la seguridad de alimento las hacia ser escoltas de cada una de las embarcaciones que encontraban a su paso. No necesitaba tener a Brianna en su pensamiento. Muchas eran las noches que pasaba en vela por su causa, pero no habia marcha atras. No era un hombre hecho para el matrimonio; le gustaba vivir en libertad, sin tener que dar explicaciones a nadie, ser dueno de si mismo. Al menos, durante unos anos, se habia convencido de ello, pero estos ultimos meses la duda sembraba toda logica y eso le creaba un humor de perros. La vio girarse y encaminarse hacia la casa; parecia inmersa en sus pensamientos y deseo ser el quien borrase esa tristeza de sus ojos, pero parecia que ya era tarde para todo. <>, se dijo. Brianna aun era muy joven y tenia toda la vida por delante; el pronto cumpliria los cuarenta y parte de su juventud se habia evaporado. Solo el hecho de ser patron de un barco daba cierto significado a su existencia. Puso el cebo en las nasas y, a continuacion, las echo al agua. Con un poco de suerte encontraria suficientes cangrejos para que el dia no fuese del todo desaprovechado. --!Jefe! --vocifero uno de los marineros, que trabajaban para el, desde proa. --Dime, Patrick. Patrick y Sean, el otro marinero, senalaron con el indice hacia la bandada de gaviotas que volaban en circulo sobre las aguas profundas. --!Atunes! --gritaron al unisono. Garrett recogio con premura las nasas y las dejo caer precipitadamente a sus pies, mas tarde recogeria el cebo. Despues de todo, no iba a ser tan mal dia. El banco de atunes habia llegado con varias semanas de antelacion y eso se traducia en dos cosas: mas ventas y mas dinero. --Coged las canas y echadlas al agua --ordeno Garrett desde babor, mientras se acercaba con determinacion a proa--. !Vamos, aprisa! Ambos marineros asintieron y obedecieron en el acto. Sin poder evitarlo, oteo de nuevo los acantilados en busca de Brianna, pero ella ya habia desaparecido, dejando un vacio insondable en su interior que no supo interpretar. *** --?Estas segura? --pregunto Meg, mientras abria una enorme caja sobre la encimera de la cocina. Brianna no estaba segura de nada, pero a lo largo de los ultimos meses habia tomado tantas decisiones que, en vez de una complicacion, se habia convertido en un ritual. --Creo que sera lo mejor --comenzo a decir--, si abrimos la ultima semana de mayo, podremos empezar a reservar habitaciones y quiza para mediados de junio la casa ya este en pleno rendimiento. Meg desembalo el robot de cocina que habia pedido a Dublin esa semana. Al quitarle el papel transparente que lo envolvia, no la defraudo en absoluto. Si algo habia aprendido en la escuela de gastronomia esos ultimos meses, era que la tecnologia no debia estar renida con la cocina tradicional. --Es perfecto, ?no crees? --le dijo Meg con una amplia sonrisa en el rostro e ignorando el comentario de Brianna hecho con anterioridad. Brianna no quiso desilusionarla y asintio, pero no muy convencida. No tenia muy claro cual seria la funcionalidad de ese armatoste. Mientras Meg seguia con su chachara, Brianna la observo con detenimiento. Ya no era la muchacha timida y asustadiza que habia ido a Cork a realizar un curso de alta cocina. Meg habia vuelto convertida en toda una mujer, por su forma de hablar y de interactuar, pudo llegar a la conclusion de que estaba ante alguien que sabia lo que queria. Si con anterioridad tuvo algunas dudas de que una mujer tan joven como Meg se pudiera ocupar de la cocina de la casa, en ese instante se disiparon todas. Sus ojos azules estaban muy abiertos, quizas el hecho de tener entre sus manos el robot de cocina era suficiente para iluminar su mirada; su media melena era rubia como el trigo de los campos en verano, en ese momento, una diadema lo despejaba de su rostro y aun asi se movia con soltura sobre sus hombros. Era delgada, de estatura media, pero lo que Brianna no pudo evitar, fue compararla con su hermano mayor: Garrett. Una y otra vez, ese nombre resonaba en su cerebro como una cancion pegadiza y desesperada. --Tierra llamando al planeta Brianna.

  • Brilla todo lo que puedas de Sara Rattaro

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    El amor no pide permiso. Aparece subitamente. Asi fue para Emma cuando conocio a Marco. Todo con el es perfecto. Hasta que un dia Marco empieza a tener repentinos cambios de humor y es incapaz de contener sus celos. Se obsesiona. Cada ocasion es buena para alejarla de sus amigos, sus padres, su mundo entero. Emma descubre que aquello que se llama amor a veces no lo es. Ya no sabe quien es. Y no sabe como recuperar su vida. El nacimiento de su hija Martina le da el valor para cambiar su destino. Para decir basta. El corazon, incluso si esta roto o herido, sabe siempre como volver a volar. Como volver a brillar. Mas fuerte incluso que antes.

  • Biovigilados de Roxana Tabakman

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    Un peligro viral se extiende sobre varias poblaciones sin que la comunidad cientifica tome cartas en el asunto. Una talentosa investigadora desarrolla la vacuna que podria evitar la tragedia, pero cuando inicia la inmunizacion libera involuntariamente una dosis alterada que produce mutaciones geneticas monstruosas.

  • Ondina o la ira del fuego de Irene Gracia

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    Un teatro en llamas celebrando las nupcias del fuego y el agua. Una representacion convertida en una hoguera en mitad de la noche, clausurando las funciones de Ondina, la primera opera del Romanticismo aleman, compuesta por el escritor E. T. A. Hoffmann, amante de los cuentos de terror y bebedor inveterado. Un agape tras las llamas en el que tambien se desata un incendio, un banquete baquico donde las narraciones fluyen tan deprisa como el vino y el deseo. Un enigma que se desliza por el cuerpo y el alma de los asistentes: ?quien ha quemado el recinto y desea el cese del espectaculo? ?Es la envidia una pasion cuyo poder supera todas las creaciones del arte?

  • Como (no) fracasar con tu novel de Joan Bekker

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    Al contrario que otras muchas guias de marketing, esta no te promete vender mil copias ni hacerte famoso. Yo, el autor, no soy best-seller de nada, solo un simple experto en marketing.

  • La invitacion de Belinda Alexandra

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    Cuando llegue a la cafeteria de la Rue du Faubourg-Montmartre, mis extravagantes amigos ya estaban alli enfrascados en una animada conversacion. Claude fue el primero en verme y me saludo con la mano. Los demas se volvieron para ver quien habia llamado su atencion. Por su expresion de alegria estaba claro que les habia dado la buena noticia. --!Ahi va nuestro gran exito literario! --dijo Nicolas. No se habia quitado el mono antes de ir a la cafeteria y llevaba la ropa y la cara manchadas de pintura amarilla y negra--. !Os presento a mademoiselle Emma Lacasse, autora de historias de misterio! Claude se levanto y me dio un beso. Estaba guapo con su traje de pana, la cara bien afeitada y su mata de pelo castano ondulado. Aunque era frances, rezumaba una sensualidad mediterranea que acentuaba su atractivo. Despues de cinco anos juntos, aun me hipnotizaban sus ojos grises. --Supongo que no te importara que les haya contado lo de la novelita antes de que tuvieras la oportunidad de hacerlo tu --dijo, dandome un apreton en la mano--. La noticia es demasiado emocionante para callarsela. --Nos da esperanzas de que nuestros barcos lleguen algun dia --dijo Sophie, que se cambio de sitio para que Claude y yo pudieramos sentarnos juntos--. Que bonito, por cierto --anadio, clavando sus ojos de muneca en mi vestido azul marino--. ?Es nuevo? Negue con la cabeza. --No, pero le he puesto encaje en el cuello y los punos. --!Hoy invitas tu! --exclamo Robert, peinandose hacia atras su cabello castano rojizo. Era poeta, pero su verdadero talento era convencer a otros de que le pagaran las cosas. --De acuerdo --dije, haciendo senas a Jean-Francois, el propietario de la cafeteria, para que nos trajera un par de jarras de vino y unos vasos. Aunque el anticipo que habia cobrado por la novela dificilmente ahuyentaria a los lobos, tenia ganas de celebrarlo. Despues de anos enviando textos a revistas literarias, docenas de relatos cortos y unas cuantas obras en un acto, finalmente habia escrito algo sustancial. Belda, cuyo cabello blanco grisaceo, pomulos altos y piel de porcelana recordaban a una reina de cuento de hadas, se me acerco. --Me gusta el argumento --dijo--. Todas las mujeres que han sido traicionadas por su amante querrian cobrarse su venganza igual que lo hace tu heroina, aunque su retribucion es bastante accidental. ?Que estas escribiendo ahora? --Estoy acabando otra novela corta titulada El gato misterioso... y varios relatos --respondi --. Despues intentare escribir mi primera novela extensa. --?Ya tienes alguna idea? --pregunto--. Tendrias que incluir a un personaje que sea arpista. Lo que conoces siempre es util a la hora de escribir. Mientras le exponia mis ideas, abrio su cuaderno de bocetos y empezo a dibujar furiosamente. Belda era una de mis excentricas favoritas de Montmartre. De joven era una artista prometedora, pero su marchante la explotaba. Cuando intento despedirlo, el le aplasto la mano derecha con un torculo. No se habia percatado de que Belda era zurda, y el juicio posterior la hizo famosa y disparo la cotizacion de su obra. Con el dinero de la indemnizacion, compro en la Rue Girardon una casa con jardin cuyas dimensiones le permitian alquilar varias habitaciones, y se daba una buena vida con su coleccion de gatos, perros, ocas y cabras rescatados. Tambien dirigia galerias de arte y en ocasiones ejercia de critica literaria. Fue Belda quien me presento a mi editor. Cuando hubo terminado, me tendio el dibujo. Habia captado fielmente mi rubio niveo, mi cuello esbelto y mis hombros y brazos delgados. Curiosamente, tambien habia logrado plasmar mi mirada ausente. Jean-Francois llego con el vino y los vasos, y dejo un ejemplar de mi coleccion de relatos cortos, Histoires de fantomes, encima de la mesa para que lo firmara. Siempre me emocionaba al ver la portada de tela amarilla con mi nombre grabado en oro encima del titulo. --Lo pondre con orgullo en el mostrador y le dire a la gente que mademoiselle Lacasse es una de mis clientas habituales --dijo. --Miralos --susurro Sophie, senalando a una pareja que nos observaba desde la otra acera. La mujer llevaba un vestido de bucle con mangas pierna de cordero y cuello y canesu de saten. Su acompanante tambien iba muy elegante con un traje de rayas, solapas en punta de lanza y un sombrero estilo Homburg. No podian desentonar mas en aquella calle cubierta de estiercol, pero nos miraban a nosotros y a la cafeteria como dos ninos asomados al escaparate de una tienda de chucherias. --!Venid, venid! --exclamo Jean-Francois--. !Venid a beber en una autentica cafeteria bohemia donde los artistas, bailarines y escritores mas interesantes se pasan el dia fraguando ideas maravillosas! Su invitacion fue como agitar una zanahoria delante de un burro. La pareja se miro, cruzo la calle a toda prisa y se sento entusiasmada a la mesa que les ofrecia Jean-Francois. Claude y yo intercambiamos una sonrisa. --!Que guantes! --dijo Sophie, cautivada por el atuendo de la adinerada dama--. !Amarillo claro, imaginate! Probablemente se los pone solo una vez y luego los tira. --Suspiro de envidia --. Estoy convencida de que nunca tiene frio. Seguramente no sale de la cama hasta que los sirvientes han encendido las chimeneas. A mi me aterra este invierno. El estudio de Vauclain siempre esta helado y, aunque tiene dinero, protesta si le pido que eche mas carbon a la estufa. --Una vez fui a cenar a casa de Vauclain --dijo Belda--. Se guardo su mejor botella de vino para el y sirvio uno mas barato a sus invitados. Todos nos echamos a reir. --Eso mismo hara Robert algun dia --dijo Claude--. Si es que alguna vez nos invita a cenar. Robert se unio al jolgorio. En nuestro pequeno grupo de artistas nos tomabamos el pelo sin compasion, pero siempre nos apoyabamos unos a otros. Pese a la avaricia de Robert, nos gustaban sus fanfarronadas y disfrutabamos oyendo sus historias, sobre todo de su epoca trabajando en un circo. Mientras los demas seguian hablando, me fije en el brazo delgado de Sophie cuando cogio su copa de vino. Era todo piel y huesos, y no podia permitirse perder mas peso si queria seguir trabajando como modelo de artistas. Pedi sopa de champinones y pan y despues fingi que era demasiado para mi y se la pase. --Gracias --dijo antes de probar una cucharada--. Mi hermana, la de Pont-Aven, vuelve a vivir conmigo. La quiero, pero me vuelve loca. !Insiste en cocinar para mi, pero, o se pasa con la sal, o se quema la comida! No tengo dinero para ir constantemente al mercado. --?Por que vive contigo? --Ella y su marido han vuelto a discutir. Es un bruto que se pone violento cuando bebe. Yo ya le dije que no se casara con el. --Al menos podeis recurrir la una a la otra en tiempos de necesidad --dije--. Compensa que te vuelvan loca. Mientras hablaba, me percate de que Claude estaba escuchando. Se tiro del lobulo de la oreja, pero no dijo nada. Robert empezo a contar una historia sobre unas hermanas siamesas a las que conocio en el circo. --Una era contralto, y la otra, soprano, y era precioso escucharlas... Claude me toco la mano y ladeo la cabeza en direccion al reloj colgado en la pared de la cafeteria. --Deberiamos irnos si quieres ver a tu editor antes de que se vaya --me recordo. Nos despedimos del resto y entramos en la cafeteria para pagar a Jean-Francois, que busco debajo de la barra y entrego a Claude un sobre con dinero. --Esta semana he vendido casi todas tus postales --dijo--. No tardes en traerme mas. Claude se guardo el sobre en el bolsillo sin mirarlo y asintio. Los bocetos llevaban la firma de <>, que para Claude era el equivalente a un seudonimo. Dibujaba escenas parisinas y las vendia en varias cafeterias y tiendas para turistas para financiar sus obras de arte mas serias. --Y para usted, mademoiselle --dijo Jean Francois--, tengo un paquete aun mas grande. -- Me entrego un monton de sobres atados con un cordel--. Sus admiradores aumentan cada dia. Llegaron todas de golpe. !Si todas las cartas fueran de mis admiradores! Me meti el paquete debajo del brazo antes de que Claude viera los sobres amarillos de Roche & Associates, los acreedores. --El editor te aconsejo bien cuando dijo que no les dieras tu direccion a los lectores -- comento Claude cuando salimos a la calle--. Pronto tendras que contratar a una secretaria. Mi sonrisa era mas bien una mueca. No me gustaba guardarle secretos a Claude, pero no era rico. Lo ultimo que queria era que hiciera un esfuerzo heroico para salvarme. Mis deudas eran mi problema y tenia que afrontarlas yo sola. Mi editor, monsieur Plamondon, tenia su oficina en la Rue Auber, en el noveno arrondissement. Cuando su empleado anuncio mi llegada, me recibio con una amplia sonrisa que mostraba el hueco que tenia entre las dos paletas. Tuve suerte de que Belda me presentara a monsieur Plamondon. No solia aceptar a nuevos escritores y, en materia de ficcion, sus criterios eran exigentes. <> --Mademoiselle Lacasse --dijo ahora--, !es un placer verla! --Senalo con la cabeza las cartas que llevaba debajo del brazo--. Veo que le ha llegado la correspondencia que le enviamos a la cafeteria. El numero de cartas aumenta cada dia. !Ha hecho felices a un monton de lectores! --Eso parece --dije mientras ocupaba el asiento que me ofrecia. Unas estanterias de caoba atestadas de novelas cubrian todas las paredes de su despacho. En el aire se percibia una curiosa mezcla de olores: libros viejos y mohosos y tinta fresca de los documentos que se amontonaban sobre la mesa. --Cuenteme, ?en que esta trabajando ahora mismo? --dijo. Le hice un resumen de la novela corta, que trataba de una mujer que se reencarna en gato y visita a sus amigos y parientes para descubrir que pensaban realmente de ella cuando estaba viva. --Tambien estoy trabajando en varias ideas para una novela. Por alguna razon, sigue viniendome a la mente la imagen de dos hermanas, dos hermanas con un secreto. Monsieur Plamondon arrugaba la cara cuando yo hablaba y la relajaba de nuevo cuando hacia una pausa. Era como si fuera una esponja que intentara absorber cada una de mis palabras. --Lo que me sorprende de usted, mademoiselle Lacasse, es que cuando viene se la ve tan fresca e inocente como un diente de leon en el campo. Estoy bastante seguro de que seria usted incapaz de hacerle dano a otro ser humano o incluso desearle mal. Sin embargo, sus historias revelan el lado oscuro de la naturaleza humana. Me parece fascinante. --A lo mejor nos atrae lo contrario de lo que somos --le dije--. Mis historias de amores que duran mas alla de la tumba, muertes truculentas y una tristeza infinita a menudo me sorprenden. Nunca me he considerado macabra, pero mis escritos con frecuencia lo son. --Pues claro que nos fascinan nuestros opuestos. Era el caso de mi difunta esposa, y el mio, desde luego. Ella vivia solo a un volumen: fuerte. Yo, en cambio, siempre valore la tranquilidad. --Monsieur Plamondon se recosto y cerro los ojos un momento, como si estuviera deleitandose en el silencio de su despacho. Luego sonrio--. He oido que toco usted el arpa para una produccion del Theatre de l'Oe uvre. No sabia que era usted una arpista consumada. --Mi abuela me enseno cuando era pequena, hasta que su artritis se lo impidio. Entonces contrato a una profesora. Mi abuelo era medico, pero tambien un gran pianista. Por lo visto, se enamoraron tocando duos. Monsieur Plamondon aplaudio. --Una manera perfecta de enamorarse. Es una lastima que no escriba usted ficcion romantica. Seria una buena historia. Cuando llego la hora de irme, monsieur Plamondon busco entre los papeles de su mesa y me entrego un libro escrito en ingles: El despertar, de Kate Chopin. --Un companero estadounidense me envio esto. Es excelente. Me gustaria saber si puede leerlo y darme su opinion como mujer. A cambio, yo le mande Historia de una casa solitaria, por si cree que puede haber lectores estadounidenses para su obra. --Espero que los haya --respondi satisfecha--. Que me publicaran en ingles seria maravilloso. Estados Unidos tenia una poblacion de mas de setenta millones de habitantes, el doble que Francia. Tener lectores alli podia salvarme de mis problemas economicos. --Trata de una mujer que deja a su marido y a sus hijos para buscar su libertad personal --dijo monsieur Plamondon, senalando la novela de Chopin--. La historia esta ambientada en Luisiana. Usted nacio alli, ?verdad? --Me fui de Estados Unidos cuando aun no habia cumplido dos anos --dije--. La plantacion en la que naci fue destruida en la guerra de Secesion y mis padres murieron de fiebre amarilla. Vine a vivir con mi abuela materna y..., aqui, en Paris. Estuve a punto de mencionar a Caroline. Tenia mucho cuidado con a quien le hablaba de mi hermana, ya que explicar nuestro distanciamiento resultaba demasiado doloroso. La hermana de Sophie la volvia loca, pero al menos se tenian la una a la otra. En mi caso, era como si Caroline no existiera. Monsieur Plamondon se froto la barbilla. --Luisiana tiene una atmosfera inquietante, llena de fantasmas y vudu. ?Escribira sobre ella algun dia? Aunque era muy pequena cuando se fue, es increible lo que puede alojarse en nuestro subconsciente.

  • A contraluz (Libros del Asteroide), Rachel Cusk de Rachel Cusk

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  • Tras la huella de Cristo de Kathy Reichs

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    UN ENIGMA MILENARIO SE OCULTA EN TIERRA SANTA
    Sobre una camilla de la sala de autopsias yace el cuerpo de Avram Ferris, un judio ortodoxo que la antropologa forense Temperance Brennan debe analizar. Normalmente, su trabajo se limitaria a determinar las circunstancias de su muerte, pero esta vez cuenta con una insospechada pista adicional: un desconocido le ofrece la fotografia de un esqueleto y le asegura que esa es la razon por la que murio Ferris. Tempe no tarda en averiguar que esos restos humanos se encontraron en un yacimiento de Israel y tienen dos mil anos de antiguedad. ?Podria ese hallazgo socavar las creencias religiosas de millones de personas?

  • Un vaquero con pasado de Erina Alcala

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    --Hija, ?estas segura? --le decia su madre a Carmen. Estaba preocupada, porque la queria de vuelta y asi poder cuidarla en casa, lo antes posible, despues de lo que habia pasado un par de meses antes. A pesar de todo, no lograba convencerla de que se volviera a Espana desde Nueva York. --Bueno, mama, voy a probar por ultima vez. Y si al fin no consigo nada de lo que me gusta, me vuelvo a casa. Es lo que me ha recomendado el psicologo. --?Eso es lo que quieres? --le pregunto--. Estoy preocupada, carino. --Te prometo que, si ninguna de esas oportunidades me salen bien, regreso. No quiero darme por vencida y volver como una fracasada, quiero luchar e intentar salir adelante sin sentirme derrotada. --Y lo decia muy convencida--. Ya estoy de nuevo preparada para ello. Estoy animada, contenta y con ganas de empezar de nuevo otras oportunidades, y esta, creo, que sera buena. --Estas tan lejos, mi nina... Te queremos --dijo con sentimiento--. Antonio y yo te cuidaremos bien en casa y aqui podras buscar tambien un trabajo o montar tu propio negocio. Antonio puede ayudarte y te prestaremos dinero para abrir tu propia tienda, si eso es lo que tu quieres. --Mama, quiero hacer las cosas por mi cuenta. Os lo agradezco de todas maneras. Ademas, estoy a siete horas en avion. Pero quiero darme una nueva oportunidad. --Pero ?que vas a hacer tu en un rancho en Montana? Su madre no lo veia nada claro. --Mama... --Eso no es lo tuyo. --Y no le faltaba razon--. Tu restauras y ademas eres una chica de ciudad, carino. No te veo yo en el campo en medio de la nada. --?Que voy a hacer? Descansar. Liberarme. Trabajar. En el anuncio de trabajo solo ponia encargarse de una casa pequena en un rancho. <>, penso. --Pero, hija... --He visto la zona y es preciosa. El pueblo se llama Lewistown y tiene cinco mil habitantes y el rancho esta a siete kilometros mas o menos del pueblo. Creo que estare muy bien alli, y si no me va bien o no es lo que espero, me vuelto, ya te lo he dicho. No te preocupes tanto. --?Pero ya te han contratado? --Si, claro --dijo muy resuelta--, ya he hablado con el dueno, me da el tiempo necesario para llegar. Tengo que llevarme la camioneta. Por lo visto, ha heredado el rancho familiar y lo esta reformando. Y eso es lo mio. Restaurar y reformar. --Bueno, hija, al menos alli puedes tener paz y descansar... --No te preocupes, tambien se limpiar y hacer de comer, por si lo dudabas. --Yo solo quiero que estes bien despues de lo que te hizo ese maldito cabr... --!Mama! A veces su madre se preocupaba en exceso, pero todo eso era porque la queria. --!Oh! Hija... --Mama, el mundo esta lleno de cabrones. A mi me toco uno, pero al menos he tenido buena ayuda para salir adelante --dijo, esperando que ella supiera que estaba entre esas personas que tanto la habian ayudado--. Y he sido fuerte, asi que no te preocupes. --Pareces tu la madre. Carmen rio. --Si, lo he pasado muy mal, pero al menos me he liberado. !No iba a acostarme con ese viejo por mantener un trabajo! --!Desde luego que no! --Mama, voy a terminar de arreglarlo todo y terminar las maletas, quiero salir temprano manana. Tengo cuatro dias para llegar y quiero estar alli para el fin de semana, porque el lunes de la siguiente semana... !Empiezo a trabajar! Su madre suspiro, a sabiendas de que su hija no regresaria a Espana por una buena temporada. --?Ya sabes que sueldo vas a tener? --Eso es lo de menos. --Aunque su madre no pudiera verla, Carmen hizo un gesto con la mano--. Tengo ahorrado bastante dinero de mis dos anos aqui, unos cincuenta mil dolares. Sabes que estaba ahorrando para abrir mi propio negocio, pero necesito mucho mas para no quedarme sin nada. Y montar un negocio en Nueva York, requiere mucho mas de lo que tengo. --Mientras te pague algo... --El dueno me va a pagar al principio unos dos mil dolares, pero tengo comida y cama. Asi que los ahorrare enteros, que es mas de lo que ahorro aqui. Y ademas estare en el campo y lejos de todo. Creo que estare bien en ese lugar, lo presiento. Al menos, por un tiempo. --Si no, vuelves a casa --dijo su madre--. Llamame todos los dias, carino, hasta que llegues, para que sepa que has llegado bien. --Lo hare, mama, te quiero. Dale besos a Antonio. --Se los dare de tu parte. Y yo tambien te quiero a ti, hija. Cuidate. Carmen Valle era una chica inquieta e imparable trabajando, ya desde pequena, lo era. No paraba quieta un momento, empezaba algo y ya estaba pensando en hacer otra cosa en cuanto terminaba. Era de Sevilla capital, alli vivia su madre, Inma Ortiz, viuda desde hacia unos anos de su marido Eduardo Valle, padre de Carmen y de su hermano mayor, Raul. Su padre habia sido militar del ejercito del aire y murio accidentalmente en unas maniobras militares cuando ella tenia doce anos y su hermano Raul, quince. Eso, le peso a ella, porque era la princesa de su padre. Lo queria mucho y no pudo disfrutar de el todo lo que hubiese querido. Le hacia falta muchas veces como ahora. Aunque su madre siempre estuvo ahi, su padre le habia dejado un hueco enorme de infelicidad y melancolia, un vacio dificil de llenar. Su padre habia sido un hombre recto y serio, pero en casa con ellos era el mejor padre del mundo. Aun lo recordaba son su uniforme azul. Tan alto y guapo. Su madre no se volvio a casar, eran un matrimonio muy unido y tuvo que sacar adelante a sus dos hijos, y se dedico a cuidarlos hasta que estos se hicieron mayores, terminaron sus carreras, y se independizaron. Esa fue la mision y el objetivo que se impuso y lo habia conseguido con los dos, lo cual no queria decir que no se preocupara por ellos despues. Ahora que tenia a sus hijos lejos de ella, salia con un buen hombre, Antonio. Abogado de cincuenta anos y sus hijos estaban encantados de que no estuviera sola y hubiese encontrado un buen hombre, porque era joven aun y tenia derecho a ser feliz. Antonio tenia un bufete de abogados en Los Remedios, un barrio de Sevilla, donde habian vivido ellos y su madre. Aun tenian la casa familiar, y conocio a Antonio en la cafeteria donde iba a desayunar todas las mananas. Y al final decidieron vivir juntos en la casa de su madre. Su hermano Raul era militar como su padre, habia seguido sus pasos y estaba destinado en el ejercito del aire en Madrid, en Moncloa. Alli llevaba ya unos anos, y ella quiso estudiar Bellas Artes en Sevilla y hacer varios cursos de restauracion que era lo que le gustaba. Todo lo que pasaba por sus manos, ella lo restauraba. Se le daba bien y era creativa y trabajadora y conseguia restauraciones maravillosas. Le encantaba todo lo vintage que ademas estaba de moda ahora. Pero podia hacer otro tipo de restauraciones e incluso tapizaba, hacia marcos para cuadros, sillas, sofas. Compraba jarrones y los modificaba y pintaba. Le daba igual lo que fuese, lo restauraba todo. Pintaba y le daba a todo la vuelta. Le encantaba la madera, los muebles antiguos, esa era su predileccion y en un intercambio que hizo a Nueva York cuando estaba en la Universidad, se enamoro de la ciudad y supo que se iria al terminar la carrera. Alli tenia mas oportunidades. Y con veintidos anos, su carrera terminada y algunos cursos, hizo las maletas y con una amiga, Paula, que conocio en la Universidad, emprendieron rumbo a la Gran Manzana, a la aventura. Tuvieron muy buena suerte, pues en menos de un mes, encontraron ambas facilmente trabajo en una empresa de muebles antiguos y las contrataron como restauradoras. Alquilaron un apartamento de dos dormitorios en Brooklyn, en una zona tranquila, y durante un ano vivieron y conocieron Nueva York perfectamente. Salian los fines de semana a divertirse como dos jovenes de su edad y eran felices con su vida. Tenian un buen sueldo, pues aparte del salario cobraban una comision y a veces lograban ganar hasta ocho mil dolares al mes, porque eran muy buenas y las restauraciones se pagaban bien y resultaban costosas. Y Carmen logro ahorrar en un ano casi cincuenta mil dolares. Paula conocio a Dan, un abogado de Boston y se fue a vivir con el de la noche a la manana, y termino casandose con el. Carmen se quedo sola, sin creerselo apenas, pues lo de su amiga habia sido un flechazo autentico en toda regla con Dan, en cuatro meses ocurrio todo. Cuando se quedo sola, tuvo que cambiarse a un estudio para poder mantenerse, ya que si seguia en el apartamento no podria ahorrar nada. El estudio era apenas una sala con una cocina y un bano pequeno con ducha, lavadora y secadora. En el salon tenia un sofa cama, una mesa para dos de comedor y una pequena mesita con un mueble para la television, pero no podia permitirse mas, si queria ahorrar algo. Y ella queria hacerlo para montar su propia tienda de restauracion. Al irse su amiga, empezo su calvario. El dueno de la empresa empezo a acosarla, la molestaba constantemente con palabras casi obscenas y sibilinas, pero que parecia lo que no era. Se arrimaba por delante de ella y por detras frotandose a veces, sin parecer que fuera acoso. Y como ella no hizo caso a sus pretensiones, le quitaba clientes, no le dejaba contestar al telefono, la ninguneaba o renia delante de los clientes y companeros de la tienda, le decia que si es que ya no le gustaba trabajar en la tienda, hasta que ella se encontro encerrada en ese circulo de la noche a la manana sin poder hacer nada, porque se sentia debil y enferma, no salia y fue encerrandose en si misma y deprimiendose, y al ano, ella ya no aguanto mas.

  • La Rendicion de Suzanna de Nora Roberts

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    Suzanna Calhoun y sus hermanas pidieron ayuda al ex policia Holt Bradford para encontrar el collar de esmeraldas de su bisabuela. Holt siempre habia sentido un especial interes por Suzanna y ahora tenia la oportunidad de proteger su vida y de intentar que ella se interesara por el...

  • Una Propuesta casi Indecente de Mia Del Valle

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    Su saldo no es suficiente para realizar la siguiente llamada_ Nuevamente lo mismo, mi celular sin saldo. Apoyo los codos en la mesa del comedor y descanso la cabeza en mis manos. Mi perro Lechuga mueve su cola a mi lado esperando algun mimo, acaricio su papada y rasco sus orejas, bueno mejor dicho su oreja y media, es que una de ellas la tiene por la mitad. Cuando lo encontramos en la calle era tan solo un cachorro, yo volvia del secundario andando y unos ninos malvados lo estaban torturando, lo pateaban y uno de ellos con una navaja le corto su pequena oreja. No dude ni un segundo ante semejante pelicula de terror, tome un palo que encontre en la calle y mande un fuerte y caracteristico grito de los mios. --Bastaaaaaaa, dejen ese animal ya mismo o van a ver. Uno de ellos, el mas grande, que tendria unos 12 anos se me vino encima. --Si no queres lo mismo para ti nenita, mejor vete. --Nenita tu madre mariconcito, es mejor que dejes a ese animal o te las veras conmigo --mantenia mi menton en alto tratando de intimidar a los agresores. El comenzo a reir, en verdad daba miedo, era de mi altura y robusto, un pequeno proyecto de maton, dio unos pazos y me empujo, trastabille pero me mantuve firme. La pequena bola de pelos blanca con manchones negros temblaba y lloraba, no paraba de sangrar. El otro nino dejo por un momento al animal mientras observaba la contienda que se estaba armando, tambien lo disfrutaba, dos sadicos, !que asco! --Mejor dejamos al perrito, y nos ocupamos de esta pequena putita, creo que necesita atencion --esa fue la frase antes de tocar uno de mis pechos, estiro el brazo y con una mano me manoseo. <> Puede sonar parecido al sonido que produjo el tronco rompiendo su cara, o su cara rompiendo el tronco; todo depende del cristal con el que se miran las cosas. Fue uno; no, fueron dos. Tres, si, fueron tres dientes los que escupio el gordo baboso, luego que yo estrellara el tronco en su nariz y boca. Ante el asombro del segundo nino, tome en brazos al cachorro y sali corriendo como alma que lleva el diablo. Esta bien que sea valiente, pero vamos, tampoco loca, y era seguro que en cuanto salieran del shock vendrian por mi. Corri lo mas rapido que pude, con el animal sangrando en brazos, hasta llegar a mi querido barrio. Directo a la veterinaria del senor Flanginsky, el y su hijo, me vieron entrar y colocar al sangriento cachorro sobre la camilla. No pude decir mas, me largue a llorar aflojando toda la tension que habia dentro mio. Flanginsky padre, me acompana hasta la pequena cocina, me entrega un vaso con agua, yo lo acepto con mi temblorosa mano. No puedo dejar de llorar. El buen hombre toma asiento frente a mi con los codos apoyados sobre sus rodillas. --?Maria Victoria, te paso algo?, ?te han hecho dano? --me observa con preocupacion. --No, solo al cachorro. --logro responder. --Bueno, tranquila. Tu quedate aqui, vamos a ver al pequeno. --Sale de la cocina y acto seguido entra Daniel, Flanginsky hijo. --Victoria, papa me dijo que te haga compania --intento sonreir, no lo consigo, mi labio tiembla con la amenaza de otro llanto inminente. --Gracias --logro decir. Daniel es un chico dulce y guapo, tiene un bello rostro, y espalda ancha. Es tres anos mayor que yo, vamos al mismo instituto, dentro de poco ingresara a la Facultad de Veterinaria y asi continuar con su pasion; los animales. Mas tarde llegaba mi tio por mi. Por suerte, el cachorro, mejor dicho mi cachorro, con el correr de los dias se fue recuperando hasta que por fin pude llevarlo a casa. Con media oreja menos y unos traumas, llego a ser un perro feliz. !Si hasta rie! <> Es bandido, le gusta esconder cosas, si se molesta por algo orina dentro y !rie! Amo a Lechuga. Se preguntaran porque el nombre, bueno eso no tiene nada muy cientifico que digamos, la noche que vino a casa, su primer acto de vandalismo fue tirar el bote de basura, luego de revolver todo se durmio con una hoja de lechuga encima, y asi fue su nombre, Lechuga para aqui; Lechuga para alla. Pero bueno, es mi turno de presentarme, soy Victoria, Maria Victoria Rodriguez, a sus ordenes, 25 anos, cabello castano claro, ojos miel o verdes dependiendo el clima, solterisima y en este momento de mi vida pobre, muy pobre. Bien, no se que mas contar. <>... ?ya lo mencione? Vivo con mi tio, un viejo pastelero alegre y muy simpatico, amante de la buena comida y la lectura. Solo somos nosotros, no tengo mas familia, mis padres; o mejor dicho la hermana de mi tio, la cual vendria a ser mi "madre" me abandono cuando tenia tres anos de edad, no se preocupen, casi no la recuerdo <> y mi padre; bueno, jamas supe nada de el. Mi vida no es muy interesante, estudio psicologia, estoy a un ano y medio de recibirme. No trabajo, me dedico a los libros y hacer las entregas de los pasteles en nuestra destartalada camioneta. A cambio, recibo propinas y una mesada para mis gastos. Tio Mario me entrega una humeante taza de te con limon. <> Estamos en nuestra gran y despintada casa, es muy calida, mi hogar desde que tengo uso de razon. Tio esta amasando Tortas fritas, una tipica preparacion de mi pais y un clasico de los dias de lluvia. Son unos discos de masa con un pequeno orificio en medio u ombligo como se les dice, las que se frien en grasa y luego se espolvorean con azucar. El secreto esta en comerlas bien calientes, cuanto mas calientes mas ricas y mas grande la indigestion, pero bueno, "SARNA CON GUSTO NO PICA". Como les contaba anteriormente estoy o mejor dicho estamos en bancarrota, las entradas del tio como pastelero, no alcanzan para mantenernos, y mis magros ingresos como repartidora menos que menos. Los impuestos se estan acumulando y no tenemos respiro. Dentro de algunos meses nos remataran la casa. Mi tio no sabe esto aun, temo que se enferme por tantas preocupaciones, por lo que planee pedir un prestamo estudiantil, saldar los pagos de impuestos y buscar un empleo urgente o sacarme la loteria; o !algo! Necesito un trabajo de verdad, uno de ocho horas. Es momento de dejar a un lado mis estudios y retribuir todo lo que el tio ha hecho por mi, deseenme suerte me voy al banco. --!Tio me voy! --?Pero con esta lluvia? ?A donde vas querida? --Me junto a estudiar con las chicas, vuelvo de tarde. -- se que no deberia mentirle, pero es por su bien. Beso su frente calva, coloco mis botas de lluvia, campera, bolso y me voy. En la calle el agua cae sin piedad. Abro mi paraguas transparente y comienzo a caminar en busca de un autobus, un condenado autobus que me lleve al puto Banco. Un despiadado camion, que pasa a toda velocidad por un bache hace que el agua salte empapandome de pies a cabeza. Tengo ganas de ponerme a llorar. Ganas de que alguien me abrace y cuide, una madre, un padre, un novio, alguien que aligere el stress de vivir con el corazon en la boca, por las deudas. En fin no voy a llorar, no voy a llorar, no voy a llorar repito una y otra vez como si fuera un mantra. Sin darme cuenta choco contra una mujer la cual reacciona de mala manera insultandome y empujandome contra un semaforo, mi paraguas se rompe. <> En un momento asi, solo queda reir. No se puede hacer mas que eso, cuando las fuerzas de la naturaleza estan en contra de uno ?verdad? Claro que la "pesadilla" continua, subo al autobus que va repleto de personas. Dentro el vapor deja los cristales empanados, no hay ni siquiera una ventana abierta, el gentio mas la humedad del dia impide que se respire bien. El viaje dura unos treinta minutos, cuanto ya casi no puedo mantenerme en pie, llego a destino y bajo del sauna con ruedas. <> !No puedo creer! !Me robaron el celular! Oh si senores, claro que si, ilusa yo de viajar con el telefono en el bolsillo de mi chaqueta en un medio de transporte capitalino !repleto! Lo unico que me queda es abrazar fuerte mi bolso <> e ingresar al lujoso Banco a toda prisa. No es raro que el guardia de seguridad me observe de arriba abajo deteniendose mas de lo necesario en mi "delantera". Mi pelo es un desastre, esta pegado a mi frente por la lluvia, el maquillaje se me ha corrido, la mascara de pestanas se transformo en un gran manchon debajo de mis ojos, parezco un mapache ojeroso, la ropa esta empapada y aun gotea. <> Llega mi turno de ser atendida. Una gentil dama de unos cincuenta anos me invita a tomar asiento. Entrego mi documento de identidad y formularios completos para el prestamo, no es tanto dinero el que necesito, solo diez mil dolares. A cambio traigo como respaldo las escrituras de mi casa que estan a mi nombre. Uno de los tantos resguardos de mi paranoico tio. En el caso de que le suceda algo, yo pueda contar con un techo donde vivir. Y no terminar siendo una indigente que viva en las calles con un carro de supermercado rodeada de perros; textuales palabras suyas. "Nena, estudia mucho. No soy eterno, en algun momento no estare. Y si eso ocurre ahora, !puedes terminar viviendo en las calles!, salvo que te saques la loteria o te cases con un viejo calvo y millonario" Mi respuesta siempre era la misma "Jamas me casare, prefiero jugar a la loteria". --Buenos dias. Tome asiento por favor, enseguida ingresamos los formularios --pide amablemente la ejecutiva. --Gracias senora, hoy fue un dia un poco complicado. Creo que mi cuota de mala suerte queda cumplida con la tarde de hoy. --Comento al tiempo que cuelgo mi ensopado abrigo en el respaldo de la silla. --Bien, nombre completo ?Maria Victoria Rodriguez?-- escribe sin mirar la profesional empleada. --Correcto... --?Segundo apellido? --la pregunta que atormento mi vida desde nina. --No hay segundo apellido. --tengo mis manos entrelazadas sobre el escritorio, estas comienzan a transpirar. --Lo siento --se disculpa incomoda. --No lo haga, no hay problema. De nina me era mas dificil responder esa pregunta. Por suerte ya no. --Comento en un balbuceo, mientras descascaro el esmalte de mis unas. Cuando ingresa mis datos en el ordenador la observo. Cuanta elegancia. Viste falda y chaqueta negra. Cabello castano no muy largo, gafas sin montura, anillos y en su cuello una cadena de oro, que lo mas cerca de ella que puedo estar es sacando una foto con mi telefono, desde fuera de la joyeria; claro, eso si tuviera movil. Tendra unos cuarenta anos; quizas mas, es bella y educada. Corroboramos unos cuantos datos mas y !CATAPLUM! O algun sonido onomatopeyico que pueda reproducir el de mi culo cayendo al suelo a causa de la noticia que recibo. --Bien senora Rodriguez, solo nos faltaria la firma de su esposo para poder ingresar el pedido de prestamo. En el caso de los matrimonios firman ambos conyuges. <> !Pero si esa palabra no entra en mi vocabulario! --!No!, disculpe pero debe haber un error. Yo no soy casada --Me produce risa imaginarme casada, pero !no definitivamente no! Es que nunca estuvo en mis planes el matrimonio, ni lo estara. --Pero en el sistema figura que usted esta casada con.... --la elegante y desquiciada mujer corrobora en su ordenador. Y con sus lentes apoyados en la punta de la nariz escupe el nombre -- Senor Federico Betner --en ese instante, fue la primera vez que escuche su nombre. Su maldito nombre. Respiro hondo. Trato de explicarme mejor. Aclaro mi garganta. --Perdon senora, pero le repito. !Yo no estoy casada! --noto que poco a poco me voy alterando. El tono de mi voz aumenta unos decibeles, esta bien que tenga una buena actitud ante la vida, y que trate de sacar lo positivo a cada situacion. Pero esto es simplemente !demasiado! --?Te separaste? <> --!Pero como mierda hago para que entienda, no se quien cuernos es ese hombre! --la palma de mi mano golpea fuerte sobre el escritorio de la loca mujer. Tocan mi hombro. Un guardia de seguridad, me advierte que baje la voz o tendre que salir del recinto en ese momento. Levanto mi dedo indice y pido solo un minuto. --Disculpe mi manera de hablar, pero le juro soy soltera. Jamas me case, ni comprometi, es mas no tengo novio,... !si hasta soy virgen! Le ruego me crea --Estoy temblando y ahora si noto que estoy perdiendo los modales. Tengo ganas de romper todo y gritar, no puedo controlar mas mis ganas de llorar. Una lagrima escapa, la limpio rapido con mi mano. --Bueno senorita, aqui le anoto el nombre de su NO esposo, hablelo con el y arreglen sus asuntos --y si los estaba por perder, a mis modales me refiero, en ese instante los pierdo por completo, y lejos estoy de encontrarlos nuevamente. Estoy furiosa e indignada y escupo toda la mierda que venia conteniendo --!Que no soy casada! !ESTUPIDA MUJER DE LENTES DE VIEJA! --grito a todo pulmon antes de ser sacada a la fuerza del Banco. <> Miro el post it amarillo que hay en mi mano. Federico Betner, debo conseguir la direccion de este hombre. Todo es muy raro, estas cosas no pasan, bueno o no deberian pasar. Esa noche en la seguridad de mi hogar, salgo del bano, ya con mi pijama puesto y una toalla en la cabeza. La ducha de hoy duro mas de lo que acostumbro. Pase cuarenta y cinco minutos bajo el agua tratando de limpiar esa mezcla de frustracion y enojo, con la musica a todo volumen. Hay dias como el de hoy, en el que disfruto el tener musica en el bano. Un capricho un tanto excentrico de mi tio, el cual adopte yo tambien. Menos mal que en casa hay dos retretes, porque con este chiche, demoramos bastante mas de la cuenta en banarnos. Entro en mi dormitorio.

  • La ayudante de Cupido de Lighling Tucker

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    -No ha quedado tan mal. -sonrio Destino mirando una nueva faena hecha. Gracias a el y Cupido habian unido a una pareja que ya habia perdido la esperanza en el amor. Verlos pasear de la mano como si de dos mozuelos se tratara lo conmovio. Era bonito ver el amor abrazar dos personas de setenta anos. Chasco los dedos y el libro donde miraba el mundo humano se cerro. Era un nuevo caso cerrado con efectividad y rapidez y sabia quien habia redactado el informe. -Setenta anos ?eh? -dijo tratando de llamar la atencion de su socio Cupido, el cual andaba mirando los peces de colores que tenia en su despacho. -Un caso muy complicado ?no crees? -Uhm. -asintio su socio complacido viendo nadar los pequenos animales de un lado al otro. Pero Destino no iba a dejar el tema. -?Me pregunto quien habra redactado el informe? Y, al fin, su socio comprendio lo que el estaba tratando de hacer. Dejo de estar encorvado mirando sus mascotas para ponerse recto y encararlo de frente. Su rostro lucia interrogativo, ademas, hizo una mueca de desagrado antes de tomar la palabra. -Sabes de sobra que ha sido Paige. ?Por que? -Esa chica trabaja demasiado. Cupido nego con la cabeza, ese tema lo habian tratado tantas veces que sabia lo que estaba pasando por la cabeza de su amigo. Estaba a punto de estrangularlo, no habia dia que no le sacara el tema de su ayudante y el comenzaba a ceder terreno. -Tienes que enviarla a la Tierra Cupido, su tiempo a expirado. -dijo como si las cosas fueran tan sencillas. En realidad no lo eran, pero Destino tenia que convencerle que la entregara antes de que todo fuera demasiado tarde. -No... -titubeo Cupido. -No puedo hacerlo. -confeso. Y esa era una realidad devastadora, el no podia hacerla partir a la Tierra pero era de vital importancia que dejara libre a Paige. -No puede quedarse mas tiempo aqui. Lo observo caminar hasta el asiento tras su escritorio y dejarse caer pesadamente. Era mas que evidente que le costaba deshacerse de la pequena humana. -Solo un poco mas. -suplico como si de un nino se tratase. No, era el momento. -Eso lo dijiste hace cuatro anos. -tomo aire y continuo:-Esto ha durado demasiado tiempo, debe volver a la Tierra. Hazlo como veas pero tienes una semana para que retorne a su lugar o lo hare yo. Y era una promesa solemne. Cupido, finalmente, se dio por rendido. En realidad, era lo mejor. -Esta bien. Lo hare. -Buena decision. Capitulo 1 -!?Vacaciones?! -bramo llevandose las manos a la cabeza. "Esta bien, que no cunda el panico." -penso antes de lanzarse a la yugular de su jefe. Aquello debia de tratarse de una broma, de lo contrario comenzaba a no tener gracia alguna. -Paige. -la voz profunda de su jefe entro en su mente y lo alboroto todo. No, aquel tono de voz no era de estar tomandole el pelo. -Cupido, no puedes obligarme. El se tomo aquella frase lanzada al aire como un reto, se tomo el menton con la mano derecha y sonrio directo a ella. Si, aquella mujer le provocaba ternura y mas ahora que suplicaba seguir trabajando. Por otra parte, no podia seguir haciendolo, era el momento que aquellos anos a su servicio fiel y total le regalaran un merecido descanso. -A ver... -penso bien sus palabras antes de que Paige las tomara en su contra. -No es un castigo, necesitas descansar. Y la pobre lo miro con la cara desencajada, era mas que evidente que le desagradaba la orden. Su rostro era pura desolacion, todos sus rasgos se habian marchitado en una profunda pena. Era dificil ver a semejante belleza tan triste. Si, Paige Moon era una mujer completamente hermosa. -?He hecho algo mal? -pregunto arrugando entre sus manos, aun mas, su vestido blanco. ?Era algo malo trabajar mas de doce horas diarias? ?Dedicarse en cuerpo y alma a que los humanos encuentren el amor verdadero? ?Saciarles de felicidad para sentirse bien? En el caso de Paige si, ya que llevaba demasiado tiempo sin vivir su propia vida. -Te repito que no es un castigo. Necesitas desconectar de todo esto. Se sentia miserable haciendo pasar aquella alma pura un rato tan amargo pero ella debia de comprender que el reposo era obligatorio. Cupido apoyo el trasero en la mesa de su despacho, mirando sin perder detalle a su ayudante. No recordaba haberla visto tan aterrada en todo el tiempo que llevaba trabajando para el. Tomo un par de respiraciones y penso en que no debia volverse blando, era una decision tomada. -Hoy, en cuanto acabes te iras de vacaciones. Las siguientes palabras de ella fueron tan inconexas que no pudo comprenderlas. Rio y espero a que sus ideas se aclararan. Su indignacion era maxima. ?Como se atrevia su jefe a obligarla a que se tomara un descanso? ?Como habia sido capaz? Ademas de anadir el hecho de que se sentia como si la estuviera castigando por todo el tiempo que habia trabajado duramente con el. *** -No tienes que hacerme un drama por ello. Solo seran unos dias, luego volveras aqui y seguiras trabajando tan duro como de costumbre. Sonrio pensando en lo siguiente que tenia que decirle pero, al mismo tiempo, esperaba que la pobre chica entendiera que aquella era una decision tomada; no iban a convencerle todos los argumentos que podia inventarse. Sabia de buena tinta que aquel trabajo podia llegar a ser duramente adictivo pero, al mismo tiempo, sabia las consecuencias de volcarse demasiado. El habia perdido su vida encauzando las de las demas y no iba a p 8iermitir que su inocente ayudante viviera el calvario en el que el cayo. -Jefe, tengo demasiados casos abiertos, no puedo simplemente dejarlos y desaparecer. -su nerviosismo era palpable en su tono de voz. -Dejalo, Audriel lo hara por ti. Una mueca de desagrado cruzo el rostro de Paige, sabia que no se llevaba bien con su companero pero no se imaginaba que, la sola mencion de su nombre, desencadenara una respuesta fisica tan fuerte. Conto hasta diez para no reirse, no queria enfadarla mas de lo que estaba. Oteo el ambiente, si, ella sentia como si descansar fuera un castigo, si, era el momento justo de poner en marcha su plan. Antes de que te marches me gustaria que pasaras a despedirte por mi despacho. *** Paige, simplemente asintio y comenzo a recoger. El aire agridulce que acaricio su nariz le mostro lo enfadada que estaba. Pobre mujer, no esperaba que se tomara aquello tan a pecho. -Eres la primera persona que veo que se enfada por que le den vacaciones.- la voz de su companera-amiga Andrea le hizo soltar un bufido. ?Por que nadie comprendia que queria seguir trabajando? Nadie le habia preguntado si queria parar, unicamente se habia basado en pura estadistica y habia ido a por ella a decirle que debia descansar. ?Paige descansar? De locos, aquello era para llevar una camisa de fuerza. -No quiero dejar mis casos. -gruno cogiendo un monton de carpetas. Todos aquellos archivos eran personas que merecian encontrar el amor de verdad y ella se queria hacer cargo de encontrar a la persona adecuada. Luego, solo hacia falta pasarle el informe definitivo a Cupido y que el los uniera. -La idea no es solo de Cupido y lo sabes. Si los jefazos quieren que descanses, vete a casa y disfruta. Sabia que su amiga unicamente buscaba animarla pero, en aquellos momentos, ella estaba reprimiendo el impulso de gritarle que dejara los animos para otra persona que quisiera escucharlos. -Si, se que Destino ha tenido algo que ver. E, intuyo, que ha sido por que hace una semana me vio casi dormida en la mesa. Y no lo culpaba por haberse preocupada, la semana anterior Paige se estaba recuperando de la madre de todas las gripes y apenas habia tenido fuerzas para mantener los ojos abiertos. Su jefe la habia descubierto cuando habia decidido que cerraria los ojos un par de minutos para descansar. -?Cuanto hace que no sales, Paige? -Sali hace una semana. -contesto ella recordando el momento. -No a dar un paseo, si no a divertirte. Ligar, reir, beber, follar, algo que requiera que tu cuerpo sienta sentimientos de verdad. -!Claro que tengo sentimientos! Andrea nego con la cabeza y la abrazo. -Lo se. -Y continuo-Pero hace demasiado tiempo que no te dedicas un dia para ti. Si, tenia razon, comenzo a pensar la ultima vez que habia tenido un dia libre y no pudo recordarlo. Llevaba demasiado tiempo trabajando en aquel lugar. Al inicio comenzo haciendo horas extras, luego alargo de ocho a diez horas su jornada laboral y, al final, trabajo de lunes a domingo sin parar. Ya no sabia cuando habian sido sus ultimas vacaciones. Pero los humanos la necesitaban, aquellas personas necesitaban amor, llenar sus vidas con ese sentimiento calido y acogedor. No podia descansar hasta ver la sonrisa en los seres que ayudaba. Era su medio de vida y le pagaban con amor. Algo que jamas habia sentido, no habia tenido tiempo. Paige miro su despacho, de paredes de cristal donde los secretos eran facilmente encontrados, toda aquella planta estaba dirigida a los ayudantes y trabajadores de Cupido. Trabajaba en Loves Forever S.L., una empresa fundada por Cupido y Destino, socios capitalistas de aquel lugar. El edificio contaba con tres plantas y Paige trabajaba en la segunda planta, donde estaban todos los ayudantes de cupidos. Ellos se encargaban de seleccionar perfiles de personas y emparejarlas con otras. ?En que se basaban? Estadisticas, numeros, tablas y mucha intuicion. Elaboraban un informe que Cupido leia concienzudamente y si el lo creia valido unia, gracias a Destino, a esos humanos que tenian marcado conocerse. La planta superior estaba destinada para contabilidad y la primera para Destino y sus ayudantes. ?Que hacian alli? Era un misterio, nadie era mas hermetico que Destino, un hombre que le producia escalofrios solo de pensarlo. ?Y que decir de su jefe? Lejos quedaba la imagen del bebe en panales, con mini alas decorando su espalda y un arco y flechas para unir amores. No, su jefe era caliente, fuerte, peligroso y sexy. Era como comerse un bombon de chocolate relleno de almendra, el summun de los bombones. Largas piernas curtidas en batallas alzaban a un hombre alto, cerca de los dos metros de puro musculo. Era muy ancho de espaldas y los trajes que solia vestir le hacian parecer mucho mas grande. Recordo su olor a lluvia y los largos cabellos negros ondeando al aire, era un hombre que calentaria hasta a la mas frigida de las mujeres. Y su rostro era angelical, rasgos suaves, esculpidos concienzudamente en una nariz pequena, unos labios gruesos y unos enormes ojos verdes esmeralda. Si, ese era su jefe, el bombon que no le permitia su dieta. -Vamos, ya es hora de acabar la jornada. -le susurro Andrea con carino. Cargando sus carpetas salio de su despacho y caminaron el largo pasillo hasta el de Audriel. El susodicho tecleaba algo en su ordenador y ni se molesto en levantar la vista de la pantalla donde trabajaba. -Dejalos encima la mesa, el jefe ya me aviso. Y con esa frialdad Paige sintio que el corazon se le encogia, aquellos humanos eran sus ninos y no podia dejarlo en manos de alguien a quien no les importaba, que unicamente los veia como numeros para llenar un cupo. La mano de Andrea toco su antebrazo derecho, la miro y ella la sonreia cordialmente. Tenia que hacerlo y eso le rompia el alma. -Vamos carino. -la alento su amiga. Esbozo una sonrisa amarga en respuesta y dejo su trabajo sobre el escritorio de aquel hombre tan indeseable. Ahi estaba el trabajo de meses. -Cuidalos. -suplico en un susurro. -Claro, claro y ahora iros que tengo faena. -contesto su companero haciendo aspavientos con la mano indicandoles la salida. Aquel hombre la enervaba y estuvo a escasos segundos de coger la grapadora y ponerle los parpados fijos a la frente. Freno sus instintos sanguinarios y, con toda la dignidad que pudo reunir, salio de aquel despacho. Oficialmente estaba de vacaciones. Capitulo 2 Iam esperaba tranquilamente el autobus, bufo mientras comprobaba que el transporte publico llegaba veinte minutos tarde. No era algo de extranar en Manhattan, seguramente alguna pobre alma se habia tirado a la via del tren y ese era el causante de todo el atraso. Miro, nuevamente el reloj, si se retrasaba mas no iba a poder llegar al juicio a tiempo. En toda su carrera jamas habia llegado tarde al trabajo. Era abogado criminalista y su fama le predecia, era voraz y letal en la sala pero llegar tarde le haria una enorme mancha en su impecable curriculum. Su coche estaba en el taller y el tren no venia, parecia que el mundo se habia confabulado para hacerle un mal dia. Bufo sonoramente y trato de mantener la calma. Su bolsillo vibro y espero que fueran buenas noticias. La pantalla le revelo que se trataba de su secretaria, descolgo y saludo: -Buenos dias, Rose. ?Todo bien? -Si, todo perfecto. Me preguntaba si ya estabas en el tren... Iam sonrio. -No y no parece que vaya a venir en la proxima media hora. Estoy perdido. -Bien, voy a buscarte y te llevo al juicio. -Gracias. Y unas pocas palabras cordiales despues ya habian colgado, estaba claro que aquella mujer cuidaba mejor de el que su propia madre. Estaba atenta a todo y habia escuchado por la radio que habia un gran paron de trenes en su zona. Vivia demasiado lejos del juzgado, debia llegar al Tribunal penal de Nueva York, que estaba a una hora en coche de su casa. Miro nuevamente el reloj, el juicio se iba a celebrar en dos horas y media, unicamente esperaba no dejar a su cliente solo. *** -Sube. -sonrio Rose abriendo la puerta del copiloto desde dentro. Rapidamente se lanzo al asiento y cerro, antes

  • Tipos duros. Aiden de Isabella Marin

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    Aiden King es ahora el principe del rap, pero su vida no siempre fue portada de una revista. Antes de que sus singles empezaran a encabezar tops alrededor del mundo, Aiden era el cajero de una gasolinera, vivia en una casa sin luz y sin calefaccion, y no conseguia ganar lo suficiente como para poder alimentar a su familia.

  • Gente asi 1 de Vicente Lenero

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    Este libro reune diecisiete historias de Vicente Lenero, una de las plumas mas representativas de Mexico.

  • Ciudad espejo de Jose A. Bonilla Hontoria

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    --?Donde esta el nino? La mujer tenia la cara desencajada, el corazon en un puno. Su marido habia empalidecido, su rostro transformado en una enfermiza luna como la que se aferraba al cielo aquella noche, mas alla de la cima de los titanicos edificios que los rodeaban. Sus labios temblaban, la voz entrecortada, sus pupilas vibrantes, desesperadas, buscando sin encontrar... ?El nino? ?Donde estaba el nino? El nino habia desaparecido. Clavados al suelo, enraizados a la angustia, se miraban sin comprender lo sucedido, procurando una exigua explicacion que no hallaban. Debia de estar con ella. Debia de estar con el. Pero no estaba con ninguno de los dos. Un oceano de gente pasaba a su lado sin prestarles la menor atencion, una riada humana cargada de bolsas y paquetes que discurria por las aceras, cerca de los luminosos aparadores engalanados para las fiestas navidenas, yendo y viniendo, con los bolsillos cada vez mas vacios, pero con las ilusiones llenas. Faltaban apenas tres dias para Navidad, los comercios hervian de actividad y los villancicos que salian de algunas de las tiendas, o que proyectaban altavoces estrategicamente colocados en las calles, recordaban de forma machacona que era tiempo de compras, de dispendio, de regalos, de obligada felicidad... --!Tenia que estar contigo! --le recrimino la mujer, las lagrimas rodando por sus encendidas mejillas, fuera de si, temblando de rabia y temor. --Pen... pensaba lo mismo. Se separo de mi mano y crei... crei que iba hacia ti. De verdad, ha sido tan solo un segundo. Un miserable segundo… --Solo eso es suficiente, ?no lo entiendes? Un maldito segundo. Un segundo...-- Sus ojos no dejaban de escudrinar entre la muchedumbre buscando a su pequeno, pero no veia mas que perfiles desconocidos, caritas sonrientes y luminosas que no eran las de su hijo. Sentia una fuerte opresion en el pecho, el corazon golpeando con fuerza contra su esternon, galopando desbocado. No podia sufrir uno de sus ataques de ansiedad, no en aquellos momentos. Su hijo la necesitaba. La necesitaba mas que nunca. Tenian que buscarlo, tenian que encontrarlo. Probablemente estaria con la naricilla pegada a uno de los escaparates de los alrededores, contemplando con los ojos repletos de emocion sus juguetes preferidos, si, seria eso, seguro que era eso, tenia que serlo. Por favor, que lo fuera. --!Marc! !Marc! Marc, ?donde estas? --Su voz fue ahogada por los acordes navidenos de All I want for Christmas is you de Mariah Carey que comenzaron a vomitar unos potentes altavoces colgados en una farola. No recordaba que aquella cancion le hubiera resultado otras veces tan irritante, tan agobiante; le estaba crispando sus ya de por si alterados nervios. --!Marc, hijo! !Marc! --Su marido se abria paso entre los viandantes a base de codazos, de premura, de urgencia. Los transeuntes le dedicaban miradas desagradables, acompanadas de muecas de sorpresa y enfado. No entendian lo que sucedia y el no tenia tiempo de dar explicaciones. No podia perder ni un suspiro, ni un latido, ni un halito de su vida en hacerlo. Tan solo habia sido un segundo... !Joder! No podia andar muy lejos. Jamas habia rezado a nadie, pero, en aquellos instantes, la plegaria que se repetia como un perverso soniquete en su cabeza era ferviente y devota. Si existia un dios al menos que no se hiciera el sordo, que escuchara sus suplicas, luego ya arreglarian cuentas. ?Donde estas, hijo? ?Donde? Aun podia recordar las yemas de sus deditos desprendiendose de los suyos, creyendo que iba en busca de su madre, a escasos metros de el, como tantas veces hacia, entretanto el decidia que ordenador portatil comprarse entre los expuestos en el escaparate de la tienda. Y ya esta. Habia sido suficiente. Un parpadeo y el nino se habia sumergido en una marea humana que lo habia devorado, engullido para siempre, arrastrado al olvido igual que la putrefacta tabla de un naufragio. ?Por que pensaba aquellas cosas? !No, no, Marc tenia que estar cerca, muy cerca! Lo peor es que habian perdido unos valiosisimos segundos antes de darse cuenta de lo que sucedia, unos alarmantes momentos que ahora se le antojaban simas abismales imposibles de superar. Entre la muchedumbre, sus ojos tropezaron con una pareja de la policia local. Su corazon le dio un brinco en el pecho. Ellos podrian ayudarlos. Corrio hacia los agentes mientras su mujer seguia gritando a los cuatro vientos, cada vez mas angustiada, el nombre de su hijo. Paraba a los peatones y, con atropelladas palabras, les preguntaba si habian visto a su pequeno. La mayoria la esquivaban asustados, otros le dedicaban duras miradas de indiferencia y, los que menos, negaban con la cabeza huyendo lejos de los problemas, como si aquella mujer pudiera trasmitirles un contagioso virus. No, no lo habian visto. La calle estaba llena, repleta de ninos que iban de las manos de sus padres, de sus abuelos, de sus familiares, no sabian a cual de ellos se referia, y tampoco deseaban saberlo, continuando su camino, cabizbajos, procurando olvidarla cuanto antes y dejandola sin esperanzas, arrancandole un pedazo mas de vida. El hombre, afligido, al borde del llanto, les comunico a los policias lo que habia sucedido. Los agentes avisaron por radio de inmediato a sus companeros de la patrulla movil, que se encontraba cerca del lugar, dandoles una breve descripcion del nino para que procedieran a vigilar la zona e identificar cualquier actividad sospechosa. Al verlos llegar con su marido, la mujer, con el rostro contraido en una mueca descompuesta y el maquillaje convertido en dramaticos tizonazos trazados por las lagrimas, corrio hacia ellos como si fueran su ultima salvacion. Su esposo sintio una punzada de dolor cuando paso por su lado sin dirigirle una misera mirada complice, agarrando del brazo a uno de los agentes, una mujer que debia tener mas o menos su edad, y a la que, vomitando su dolor, le explico lo sucedido. El se acerco para arroparla, para proporcionarle un atisbo de consuelo, pero fue respondido con un frio y brusco gesto de desprecio. Y entonces supo lo que eso significaba. El era el culpable de la perdida de su pequeno. El, y unicamente el, habia permitido, con su torpe y egoista negligencia, que la oleada humana se lo llevara, que su hijo se encontrara solo y perdido en aquella marabunta carente de alma y de corazon. Y no se lo perdonaria. Jamas. Alli, aquella maldita noche del recien inaugurado invierno, se rompia su proyecto en comun, su matrimonio, su amor. Nada seria capaz de compensar lo que habia sucedido, nada seria capaz de reparar su imprudencia, ni tan siquiera el encontrarlo sano y salvo. O quizas eso si. Quizas, despues de todo, aun existia una posibilidad de enmendar su error. Y eso le acongojo todavia mas. ?Y si no lo encontraban? ?Que sucederia con Marc? ?Que seria de ellos, de sus vidas? No queria ni imaginarselo. Pensarlo le colapsaba los sentidos, abotargaba sus sentimientos, provocandole un terror desconocido y feroz que le destrozaba por dentro. Nunca habia experimentado un miedo tan atroz, tan salvaje, tan violento, un miedo que te anulaba, que te impedia pensar, actuar, que te inhabilitaba como persona. !Tenia seis anos recien cumplidos, por el amor de Dios! ?Como habia sido capaz de perderlo?, se volvio a preguntar, flagelandose, asumiendo toda la culpa de su desdicha. ?Como no habia reaccionado a tiempo y le habia dejado marchar sin comprobar que acabara en manos de su madre? Ella tenia razon, se merecia cuanto le sucediera, pues el era el responsable de que la sangre de su sangre se hubiera desvanecido ante sus ojos. Estaba helado y no era precisamente por el frio. La sensacion de perdida, de impotencia y vacio era una astilla gelida recorriendo el interior de sus arterias y venas, desgarradora y cruel. Podia comprenderla. ?Como no iba a hacerlo? Pero ella debia de darse cuenta de un detalle que parecia habersele olvidado, que parecia haber pasado por alto. El era su padre y amaba a Marc como a nadie en el mundo. Su llegada le habia devuelto las ganas de vivir, le habia convertido en el hombre que era. Y... y... y, despues de todo, tambien le habria podido suceder a ella, ?verdad? ?O no? Sabia la respuesta. Y eso le resulto aun mas doloroso. Incapaz de contenerse, empezo a temblar, y las lagrimas, que durante los ultimos minutos habian enturbiado su vision, quemandole como acido, comenzaron a derramarse por sus mejillas, calcinando sus ultimas esperanzas. Marc, hijo, ?donde estas? PROLOGO Marc sintio que tiraban de el. Supuso que era su madre, que queria ensenarle uno de los juguetes que habia pedido para Navidad, uno de tantos que se exponian en aquellas enormes tiendas repletas de colores y luces que llenaban la calle en la que se encontraban. Por eso se dejo separar de su padre, por eso dejo de sentir el contacto de sus dedos con los de el y por eso se habia dejado llevar. Mas, tras aquel suave tiron de su bracito, no estaba su madre, sino una senora a la que no conocia. Entrecerro los ojos y penso en llamar a su mama, pero dudo unos instantes y la senora aprovecho para apartarle a un lado, haciendose paso entre la gente, agachandose y poniendose a su altura. Busco a su alrededor. No vio a sus padres cerca. ?Donde se habian metido? Mama siempre le decia que no debia perderlos de vista, para evitar extraviarse. Pero en realidad no lo habia hecho, estaba alli con aquella senora que, por otro lado, a primera vista, le resulto bastante agradable. --Hola, pequeno, ?te gustan los perritos? ?Te gustaria ver uno? ?Ver un perrito? !Eso era mejor que los juguetes de las tiendas! Le encantaban los perros, sobre todo si se dejaban acariciar. Era muy gracioso cuando movian la colita y empezaban a saltar a tu alrededor, ladrando contentos, su lengua rebotando descolocada. Si, claro que le gustaria verlo. Por supuesto. Pero sus padres le habian advertido que no debia irse con desconocidos. Que habia gente mala. Claro que… ver un perro no podia considerarse nada muy terrible. Aun asi, no estaba muy convencido de querer aceptar la proposicion de aquella senora a la que le brillaban intensamente los ojos. --Mis papas dicen que no debo hablar con desconocidos --dijo el, con firmeza y rotundidad. --Tus papas tienen toda la razon del mundo. Me llamo Carla, ?y tu? --Yo me llamo Marc Isern Garcia. --Ahora ya nos conocemos, Marc. --Sonrio--. Te he visto hace un rato. Eres muy guapo. Y... he pensado que quizas te apeteciera ir a ver a mi cachorrito. ?Que te parece? Marc inclino la cabeza hacia un lado, pensativo. Aquella mujer se llamaba Carla y tenia un cachorro que le queria ensenar. Nunca la habia visto, pero le habia dicho su nombre. Ademas, no pensaba tardar. Le diria a aquella senora que le trajera al mismo sitio y asi sus padres no se preocuparian. Si, podia ir a ver al perrito, decidio. ?Por que no? Ademas, le hacia una ilusion barbara. Y, si le gustaba mucho, aun tenia tiempo de escribir a Santa Claus y pedirle que le trajera uno por Navidad.

  • Silencio (Don 4) de Pablo Poveda

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    Un enjambre de turistas transitaba por la vieja plaza del mercado de la ciudad. La mayoria, visitantes extranjeros, buscaban la foto perfecta delante de la torre del Reloj Astronomico, el reloj medieval mas famoso del mundo. El sol comenzaba su retirada. Eran las siete de la tarde y una gelida brisa soplaba por las terrazas que ocupaban la plaza, bajo la mirada de las coloridas fachadas de influencia gotica y Art Noveau. Sentado en una mesita del Caffe Italia, un restaurante que de italiano solo tenia el nombre, terminaba su agua con gas mientras clavaba la mirada en el edificio de tonos rojizos y pasteles que tenia en frente: la Narodni Galerie. Ricardo Donoso, vestido de traje y con un abrigo de tres cuartos de color negro, pidio la cuenta con un ademan de mano, mientras una pareja de britanicos devoraba un codillo y saciaba su sed con dos cervezas Pilsner de medio litro. La mujer atendia a la pantalla de su telefono, mientras el hombre comia como si no existiera manana. Don los miro seriamente, hasta que la mirada del extrano se cruzo con la suya. La tension se alargo unos segundos, obligando a que este dejara de masticar, pero el arquitecto no vacilo en retirarse. Intimidado, el desconocido regreso a su plato con desaire y sin mediar palabra con la mujer que lo acompanaba. Las religiones occidentales habian instaurado el concepto de que el cielo y el infierno no eran sino lugares a los que se iba una vez muerto. Destinos como consecuencia de nuestras acciones en vida. Sin embargo, Don tenia otra idea. El arquitecto creia en el infierno como un lugar accesible, real, en el que la mayoria de las personas vivian, con suerte, en algun momento de sus vidas o, sin fortuna, para siempre. Por esa misma razon, no podia sentir pena por nadie, ni siquiera por sus victimas. La lastima no era mas que una invencion que postergaba la solucion del problema. Volvio a mirar al matrimonio. Ellos vivian atrapados, como el, en celdas distintas, pero en un mismo lugar. De repente, atisbo un grupo de personas a la salida de la Galeria Nacional. Era el, su objetivo estaba alli y debia ponerse en movimiento. Un hombre alto, de tez bronceada, cabello oscuro peinado hacia un lado y barba frondosa, salia acompanado de dos mujeres esbeltas, otro tipo de piel mas palida y movimientos torpes. Nicos Thalassinos, el cacique griego que los hombres de Velez tenian en el punto de mira desde el inicio de la crisis economica. Tsipras habia prometido destruir a los oligarcas que controlaban los medios del pais, pero solo consiguio que nacieran nuevos. Cuando esto sucedio, Thalassinos apenas rozaba los cuarenta anos, pero habia aprendido rapido las reglas del juego. Su destreza en los negocios, heredada de su padre, un magnate nautico griego; le ayudaron a escalar rapido y adquirir un fuerte poder social y politico. Pero esa no fue la razon por la que los hombres de Velez le habian encargado al arquitecto encontrar al griego. Durante la crisis y las fuertes oleadas de inmigracion que sufrio Grecia, el empresario se aprovecho de imagen publica, dono millones de euros para ayudar a los refugiados y, entre las sombras, introdujo su garra aprovechandose de la desesperacion humana y desarrollando una fuerte red de prostitucion ilegal que llegaba hasta Portugal. Un objetivo facil, a simple vista, pero delicado. Thalassinos conocia el precio de su cabeza, asi como el del silencio de sus clientes mas privilegiados. El encargo de Don era simple: sacarle los nombres de los politicos europeos que le protegian de los tribunales. Empero, nadie le indico si debia quedar vivo. Harto de esperar, introdujo la mano en el bolsillo del pantalon y dejo una moneda de cincuenta coronas en la mesa. Se puso en pie, levanto las solapas del abrigo y camino hacia el museo. Cuando menos se esperaba, el cielo se tenia de rojo. Un BMW de color negro los recogio frente a la entrada del edificio del Ministerio del Desarrollo Regional y se adentro por una estrecha calle empedrada. Don se aproximo a un viejo Mercedes de color blanco que se encontraba vacio y le pidio en ingles que siguiera al coche. El conductor, un checo cercano a la jubilacion, con fuerte olor a cigarrillos y una camisa blanca con cuadros, puso en marcha el contador y siguio la serpiente de coches que atravesaba la calle del casco antiguo. --?Italiano? --Pregunto el chofer mirando por el espejo retrovisor con una ligera sonrisa. El arquitecto guardo silencio y dudo en contestar por diferentes razones. Aquel chofer solo pretendia ser amable, pero le era indiferente. El corazon bombeaba con tanta fuerza que podia sentirlo en la frente. Hacia tiempo que no lograba saciar la necesidad de matar. Despertarse cada manana con la certeza de ser controlado, avivaba su deseo. Por otro lado, le costaba horrores lidiar con ello en silencio desde que su relacion con Marlena habia progresado. Lo mas duro era aceptar que jamas podria contarselo. Ni a ella, ni a nadie. El silencio era su unico aliado. Siempre habia un precio que pagar, penso. --Si --respondio finalmente. Podia haberle explicado que era espanol, pero eso solo lo exponia aun mas, en cualquiera de las situaciones. Ninguno de los dos hombres que estaba en ese vehiculo conocia el final de aquella noche. El taxista balbuceo algo en el idioma vecino, pero Don lo ignoro por completo. Con la mirada siguio el trayecto del coche que iba delante. Los vehiculos abandonaron el casco antiguo para alcanzar la ladera del rio Moldava, que separaba la ciudad en dos, incorporandose a la Ludvik Svobody, una gran avenida de asfalto arropada por los aledanos del parque Lannova y los barcos atracados que funcionaban como locales de ocio en verano. Don miro por la ventanilla y llego a la conclusion de que, en cierto punto, todas las grandes ciudades eran iguales. Aguardo silencioso, expectante por lo que iba a encontrar una vez se bajara del sedan. Mantente concentrado, repetia la voz de Velez en su interior. Jamas creyo que el tono de aquel indeseable le resultara familiar. El vehiculo en el que viajaba el griego con sus acompanantes se detuvo en la entrada de un gran edificio rectangular iluminado y acristalado con espejo. En lo mas alto, luces rosadas alumbraban el cielo. --Aha... --dijo el taxista mientras reducia la velocidad--. Hotel Hilton Prague, signore. En efecto, penso el arquitecto. Miro el contador y saco un billete de doscientas coronas. Acto seguido vio salir a su victima junto a las dos mujeres. El otro tipo se quedo en el interior del coche. Dos obstaculos. Era parte del plan de Thalassinos. Deshacerse de ellas no seria muy dificil. --Dekuji --respondio el espanol haciendo uso de las palabras en checo que habia aprendido para su viaje y le entrego el billete. El taxista senalo al contador para explicarle que le habia dado de mas, pero Don levanto la mano. --Dekuji... --murmuro asombrado gratamente sin rechistar. Cuando vio como el empresario desaparecia tras la puerta giratoria del hotel, salio al exterior y cerro de un portazo el viejo coche aleman. Decidido, camino hacia el interior del edificio escuchando el ruido de la suela de sus zapatos bajo el gelido sosiego de la noche. Asi como por fuera el hotel parecia un bloque hermetico, el interior revelaba el porque de su forma. Era extrano, atipico y con un sobrecargado aspecto futurista, como si estar alli dentro perteneciera a otro lugar. Don recordo algunas ciudades de Oriente Medio en las que los centros comerciales se convertian en autenticas pequenas ciudades ficticias. Suelo de marmol blanco, palmeras de decoracion, luz tenue de tonos rosados y unas escaleras subian hasta la primera planta. Los alrededores estaban formados por las ventanas interiores de las habitaciones, apiladas en torres blancas de mas de diecisiete alturas. Cuando el espanol alzo la mirada al firmamento, no vio mas que un techo formado por vigas de hierro y una gran bola de acero dividida en laminas que formaba parte de la decoracion. Sin duda, un lugar estridente para los sentidos con un exceso de modernidad. A lo lejos, vislumbro las tres figuras humanas caminar hacia los ascensores. Tomo aire y se dirigio hacia ellos. No temia que lo descubrieran, pues nadie sabia quien era el y por eso iba a realizar su trabajo con eficacia. Cuando el ascensor llego, las puertas se abrieron y el empresario espero a que entraran las dos mujeres, ambas checas y mas jovenes que el. Entonces, las miradas de los varones se cruzaron por un instante.

  • Escandalo en el dormitorio de Caitlin Crews

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    Un multimillonario desaparecido y una mujer inocente para… doblegarlo.

  • Fuego blanco (Inspector Pendergast 13) de Douglas Preston , Lincoln Child

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    Pasado y presente se entrelazan en este nuevo y escalofriante misterio del inspector Aloysius Pendergast.

  • El Hombre de Tiza de C.j. Tudor

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    Hay juegos que solo tienen un final posible.

  • Podrias hacerlo mejor de Sophie Saint Rose

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    Meredith, sentada en el banco del parque, revisaba el periodico buscando algun casting que fuera con ella. Gruno tachando el de payaso de fiesta. Estaba harta de actuar en fiestas infantiles. Empezaba a tener autenticas pesadillas con ninos chillones, que la seguian corriendo con esos globos largos en sus sucias manitas por las golosinas, para acorralarla y golpearla con ellos, hasta que la tiraban al suelo mientras ella pedia ayuda a las madres que sonrien indulgentes, las muy brujas. Siguio leyendo los anuncios, dispuesta a meterse a camarera para pagar el alquiler de su cochambroso piso. Se ajusto el gorro de lana y redondeo un anuncio para un restaurante de cocina rapida del centro. Miro su reloj de pulsera de plastico violeta porque no podia llamar hasta las cinco. Todavia quedaba una hora. Siguio mirando y un anuncio le llamo la atencion. "Se necesita mujer joven, refinada, de conversacion inteligente, estudios superiores y buena presencia para trabajo temporal. Bien pagado. Abstenerse ex presidiarias, personas bajo tratamiento psiquiatrico, embarazadas, casadas o mujeres con hijos." Meredith se echo a reir. Menudo chiflado el que habia puesto ese anuncio. Aunque ella cumplia todos los requisitos. Era joven. Vamos, tenia veintiseis anos, asi que entraba en esa categoria. Y era refinada. Su conversacion era la leche, asi que con ella no se iban a aburrir. Podia hablar por los codos si hacia falta. Ademas, tenia estudios superiores en arte dramatico. Sus cuatro anos le habia costado de hacer de mimo moviendo las manos de un lado a otro, aparentando estar metida en una punetera caja invisible. Tenia buena presencia. Se toco sus rizos pelirrojos bajo el gorro que necesitaban un corte, pero se llevaban las melenas, asi que estaba a la moda. No era ex presidiaria. Salvo una vez que la detuvieron por escandalo publico cuando se levanto la camiseta mostrando los pechos en una manifestacion, su expediente era impecable. Eso no podia considerarse ser ex presidiaria, ?o si? Habia dormido una noche en la carcel, pero la habian soltado cuando su foto salio en la prensa al dia siguiente en primera pagina del Times. No estaba en tratamiento de ningun tipo, salvo las vitaminas que se tomaba todas las mananas. No estaba embarazada, entre otras cosas porque no se acostaba con nadie desde tres anos antes. Se le erizaba el cabello de la nuca solo de pensarlo, recordando a los ninos de sus pesadillas.

  • ?Puede Pensar una Maquina? de Alan M. Turing

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    En 1947 Alan M. Turing pronuncio una conferencia ante un auditorio compuesto en su mayor parte por miembros del National Physical Laboratory de Londres en la que intentaba responder a la vieja y controvertida pregunta ?Puede pensar una maquina? Lo expuesto en ese acto aparecio publicado tres anos mas tarde en Mind -- una importante revista de filosofia britanica-- y es lo que ofrecemos aqui al lector en su traduccion castellana. Este texto se convirtio enseguida en uno de los escritos fundacionales de la logica informatica y la inteligencia artificial, al presentar las lineas generales por las que deberia discurrir una respuesta precisa y manejable (aunque no indiscutible) a la pregunta formulada. Se trata del famoso Test de Turing, una prueba para decidir si una maquina es inteligente (o <>). Para ello Turing diseno un juego de imitacion en el que participan una maquina y seres humanos; podemos decir que una maquina piensa si un ser humano que se comunica con la maquina y con otros seres humanos no logra distinguir cuando su interlocutor es una maquina y cuando un humano. Una <> como la que participa en el juego, es un dispositivo ideal de calculo, capaz de resolver una funcion computable --una funcion cuya solucion es susceptible de ser obtenida por un procedimiento mecanico--. Pero lo mas significativo es que Turing demostro que hay una maquina peculiar --la maquina universal de Turing-- en la que se puede representar cualquier maquina que sea capaz de computar una funcion particular. De acuerdo con esto, una maquina universal de Turing seria una especie de sistema operativo en el que se implementan diferentes programas (maquinas de Turing especiales), un poco a la manera en que nos es familiar en los ordenadores personales. La denominada <> como modelo capaz de simular la mente humana y, por ende, el pensar, tiene aqui su fuente.

  • Estampas de nina de Camila Couve

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    “Premio Circulo de Criticos de Chile, 2018, mejor obra literaria categoria Escrituras de la memoria”

  • El Amor Que Tuvimos Y Perdimos (LGBT) de Fabian Tapia

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    Estonia, 1960
    Para Anton la llegada de Mihkel supone una revelacion; el es un joven dedicado a los tulipanes (el ultimo rastro que dejo su padre ausente) y Mihk es un joven que llega por un intercambio de Alemania para lograr la escultura que lo catapulte a la Universidad de sus suenos. Anton solo espera poder recabar la valentia necesaria para poner en orden sus pensamientos teniendolo cerca y lejos -porque el amor, segun el, es una casa que salta por los aires-. Pronto se veran envueltos en un torrido romance en el que ninguno de los dos estara a salvo, pues no estan muy seguros de que disimular sea la opcion mas correcta porque podrian desaparecerse en medio del secreto.
    En Estonia, lo saben ambos, un amor asi se castiga.
    Pero, ?no duele mas el castigo de dos corazones en la distancia?

  • Lady McGregor de Arlette Geneve

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    Nicholas Cameron Worthington es el cuarto conde de Blakwey, pero su nombre y su titulo estan manchados con sangre. Nadie en el reino posee mejor punteria que el, pero el ultimo duelo mantenido con el marques de Bell, ha eliminado cualquier posibilidad de tener un compromiso con lady Rawhide, y Nicholas necesita con urgencia una esposa...

  • Damon de Gloria Vilarino

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    En este baile de mascaras, manipulacion y amor, todos los participes danzan como marionetas en un teatrillo unidos por el hilo del destino que los entrelaza, donde los actos que cada uno de ellos ejecuta tienen consecuencias imprevisibles en la vida de los demas, pues a veces, nuestros errores crean demonios; demonios capaces de perseguirnos incluso mas alla de la muerte.
    Descubrir ese yo que reside en lo mas profundo de cada uno de nosotros, donde sin ataduras sociales o morales sabemos quien y que somos, sin esa careta que esconde nuestro verdadero ser es lo verdaderamente complejo, y es que la maldad usa muchas mascaras y la mas peligrosa es, sin duda, con la que se viste el demonio.

  • En el otro lado del corazon.: Volumen 1, Andrea Adrich de Andrea Adrich

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  • La hija de su jefe de Mia Ford

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    Ella se estrello contra mi vida… como fuegos artificiales.

  • La casa de York de Charlotte Byrd

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    El mundo es mio… entonces ella lo rompe todo.?

  • Un Sheriff De Alabama de Erina Alcala

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    Rosa Vera habia nacido hacia veintinueve anos en Martos, un pueblo de la provincia de Jaen, situado en Andalucia, en el sur de Espana. Ahora habia vuelto a su tierra que la vio nacer, y no precisamente para felices reencuentros. Era hija y nieta unica. Sus abuelos y sus padres habian sido ricos terratenientes de la zona. Poseedores de una de las mas extensas tierras de olivos de la provincia de Jaen y, por consiguiente, de infinidad de fabricas de aceite de oliva, repartidas por los pueblos de dicha provincia y tambien de parte de la provincia de Cordoba. Para desgracia de Rosa, a los catorce anos se habia quedado huerfana. Sus padres murieron una noche lluviosa de invierno, en un accidente de coche, cuando se desplazaban de un pueblo cercano hacia su casa, a solo cinco kilometros de distancia: TorreDonjimeno. Ese era uno de los muchos pueblos donde tenian una fabrica de aceite de oliva. Una de un total de mas de cien fabricas. La fortuna de sus padres la habian generado por ellos mismos, y no eran menos ricos que los abuelos. Y estos, cuando murio su unico hijo, el padre de Rosa, eran los unicos familiares de la pequena, asi que se hicieron cargo de ella. Le dieron siempre lo mejor. Rosa estudio bachiller en Martos, un pueblo de casas blancas de veinte mil habitantes a unos doce kilometros de la capital de la provincia, Jaen. Cuando quiso ir a la Universidad a estudiar medicina, sus abuelos, al igual que lo hubiesen querido sus padres, la enviaron a estudiar a una universidad de EE. UU. En parte, porque daba prestigio y porque la carrera de medicina era lo que Rosa habia querido estudiar desde siempre. La admitieron en la Columbia University de Manhattan. Alli permanecio, desde los diecisiete anos, edad en que termino el instituto, hasta los veinticinco. De la universidad salio con un doctorado en cirugia y su titulo de medicina. Era buena, por lo que en poco tiempo empezo su trabajo en el Presbyterian Lower Manhattan Hospital. Alli permanecio especializandose durante cuatro anos. Llego a ser, en esos anos, una cirujana de reconocido prestigio, a pesar de su edad. Era, sin duda, de las mejores que tenia el hospital. Ademas, Rosa caia bien. Siempre estaba dispuesta a hacer horas extras y guardias. En el transcurso de los anos, solicito la Green Card, que le otorgaria la nacionalidad americana. Y le fue concedida. Tenia doble nacionalidad y hablaba tres idiomas, frances, ingles y castellano, por supuesto. Mientras vivio en EE. UU., habia vuelto al pueblo, cada dos anos, a ver a sus abuelos. Utilizaba sus vacaciones para ello. El trabajo en el hospital era tan estresante, que las utilizaba para ir a ver a sus abuelos, que ya eran mayores y la unica familia que tenia en el mundo. Se querian mucho, y no era para menos. La habian criado de pequena y eran su unica familia. Rosa recordaria con carino esas vacaciones. Ahora hacia un ano que su abuela habia fallecido. Evidentemente fue a su entierro y sintio una pena infinita por su abuelo, que se quedaba solo despues de perder a su esposa por un ictus, del cual no consiguio sobreponerse del todo, y cuando sufrio el segundo, le fue imposible superarlo. Ahora estaba de nuevo en el pueblo, porque el que habia muerto era el abuelo. Ya no le quedaba a nadie en esta vida. Habia pedido veinte dias de vacaciones en el hospital, y utilizo tres con solo hacer la maleta, sacar los vuelos y llegar al pueblo. Un periplo amargo con el unico objetivo de despedirse del que ya no estaba. No se atrevio a ir a casa del abuelo para pasar la noche. Rosa se habia quedado en el hotel del pueblo. Ya tendria tiempo de recoger las llaves cuando fuera de dia. Miro por la ventana la noche estrellada que abrazaba al pueblo que la vio nacer. Parecia mentira que, aunque estuviera lejos, siempre llevaba un pedazo de esas calles en su corazon. A la manana siguiente a su llegada, se dirigio a la oficina del abogado justo despues de desayunar. El era el albacea de sus abuelos, como lo fue de sus padres. El abogado, Juan Medina, era un hombre alto, de mediana edad, algo calvo por la coronilla, muy serio y educado. Era el hijo de los abogados que toda la vida tuvieron sus familiares y que mantenia el bufete de su antecesor. Nada mas verla entrar en su despacho la invito a sentarse. --Sientese, senorita Vera. --Y ella se sento. --Como sabra, mi padre y yo, por ende, somos los albaceas de sus padres y de sus abuelos. Como mi padre murio, no le queda mas remedio que tratar conmigo de todos sus asuntos legales.--Bien, muchas gracias, senor Medina, siento lo de su padre. --Gracias. Y yo, lo de su abuelo. Mientras ponia encima de la mesa una carpeta negra algo gruesa, con el nombre de Familiares Vera, ella observaba sus movimientos metodicos y tranquilos. --Como sabra, su abuelo fue enterrado ayer junto a su abuela. Era lo que solicito, su ultima voluntad y su deseo. No se pudo esperar a que llegase. Nos hicimos cargo de todo. --Lo se. Y se lo agradezco. He venido lo antes posible, pero estoy lejos. Aunque pasare mas tarde por el cementerio. O estos dias que permanecere aqui. --Bueno, si esta lista, empiezo. Aqui tengo todas sus propiedades. Paso a enumerarselas: cincuenta fabricas de aceite (sus abuelos vendieron la otra mitad de las fabricas, antes de morir su abuela), diez mil fanegas de olivos, tres cortijos, mas la propiedad de sus abuelos que es la casa del pueblo, mas el dinero que tenian en el banco. --?Todo eso tenian mis familiares? Sabia que eran ricos, pero esto es una barbaridad. --Si, senorita. Eso hace un total aproximadamente de ciento cincuenta y tres millones de euros aproximadamente. Evaluandolo por encima, claro. --El abogado la miro con una sonrisa blanca por primera vez. Rosa se quedo en blanco. Ella, de sus abuelos habia recibido lo suficiente para estudiar, sin que le sobrara el dinero. No habian sido tacanos con ella mientras estudiaba, pero en modo alguno dadivosos. Y luego al acabar la carrera y empezar a trabajar, no recibio un euro. Ganaba mas de doce mil euros mensuales en el hospital y desde luego, no los necesitaba economicamente. Ella habia conseguido ahorrar con sus guardias y recibiendo un buen sueldo de cirujana en esos casi cuatro anos, unos doscientos cincuenta mil dolares y algo mas, porque vivia bien. Tenia alquilado un apartamento pequeno, pero caro en Manhattan y le gustaba vivir bien, ropa cara, maquillaje y perfume. Ir de vez en cuando a darse masajes, mas bien por necesidad y cuando podia ir al gimnasio a desentumecer los musculos. Salir a tomar unas copas algunos fines de semana o comer en algun restaurante. El resto lo hacia en casa. Tampoco eran demasiados lujos si se lo podia permitir con su sueldo. Lo que nunca penso es que sus padres y sus abuelos tuvieran tal cantidad de propiedades. Ella, nunca pregunto y ellos nunca le dijeron nada. El abogado, la saco de sus pensamientos. --?Como? --dijo ella sin haberlo escuchado--, perdone, me habia perdido. --Le decia, senorita Vera, que su abuelo ya tenia compradores para todas sus propiedades. El senor Vera, sabia que usted no iba a volver aqui, que se quedaria en Estados Unidos. Y habia conseguido hablar con algunos futuros compradores para sus propiedades. Y asi usted recibir el dinero en metalico. --Si, alli tengo mi trabajo y mi vida. No voy a vivir aqui, ni a volver a Espana. Ya no tengo a nadie. Mi intencion es vivir en Estados Unidos. --Entonces, ?que piensa hacer? --Creo que lo que tenia mi abuelo pensado. Vender todas las propiedades. ?En cuanto tiempo cree que podria venderlos? Tengo apenas quince dias para cerrar esos asuntos. ?Lo podria conseguir en ese tiempo? --No es mucho tiempo, pero lo podemos intentar, ya que tenemos a los compradores adjudicados a cada propiedad. Eso si, puede llevarse los objetos personales de la casa, si quiere. Y quedarse en ella hasta que terminemos todo el asunto. --Me llevare las fotografias, el resto no. Y si es necesario, me quedaria a vivir en el hotel en que me aloje anoche durante ese tiempo. Si los compradores quieren entrar antes, claro. --No sera necesario. Esperaran. Tras una breve pausa. --Bien. Hoy mismo me pondre en contacto y resolvemos esto lo antes posible. Mi bufete trabajara incansable en este asunto para que pueda irse con sus propiedades vendidas. La llamare para firmar todos los documentos. Mis ayudantes trabajaran estos dias para usted, antes de que regrese. Le advierto, que hay que descontar lo de Hacienda y nuestra minuta. --No se preocupe, lo entiendo. Es lo normal. --Hacienda se lleva un buen pico. --?Cuanto? --pregunto ella, porque no sabia lo que en Espana se cobraba por la venta o compra de propiedades. No estaba al tanto, pero miraria en internet por la tarde. No por desconfianza. Sus abuelos y sus padres habian confiado en ese bufete toda la vida y ella confiaba tambien. Tenian un gran prestigio, no solo en Martos, sino en los alrededores. --Un veinte por ciento. --Habra que pagarlo antes de irme. Quiero dejar pagado todo, para que no se me reclame nada una vez este fuera del pais. No quiero problemas con Hacienda, si ustedes pueden encargarse tambien de ello, se lo agradeceria. Y en todo caso, les voy a dejar mi tarjeta y mi telefono por si fuese necesario. Y yo, tambien los llamare. --Perfecto. Pues en eso quedamos. Le avisaremos para las firmas y necesitaremos un numero de cuenta para el ingreso antes de que venga de nuevo. --Y ella, se lo dio--. Aqui tiene las llaves de la casa de sus abuelos. --Estupendo. Espero su llamada. Gracias, senor Medina --dijo, levantandose y saludando al abogado que tambien se levanto y la acompano a la puerta. --A ustedes, por confiar en nosotros. Se despidio del abogado y cuando salio a la calle, al centro de la ciudad, casi le da un ataque de ansiedad. Sabia que sus abuelos eran ricos, pero eso era una barbaridad. Con esos pensamientos en la cabeza, lo primero que hizo fue ir a un bar y tomarse un par de cervezas y un par de tapas e irse al hotel donde se habia quedado la noche anterior, pagar la cuenta y subir a casa de los abuelos, en la parte alta del pueblo. La casa era maravillosa, una gran casona andaluza, estilo antiguo con un gran patio de flores. Ella recordaba haber estado alli cuando era nina jugando y de adolescente durante el instituto. Dormiria en su antigua habitacion; donde se quedaba cuando iba a ver a sus abuelos desde Nueva York. Se hizo un cafe y se tumbo en el sofa. Habia dormido poco desde que el vuelo desde Nueva York la dejara en Madrid, y de ahi el Ave hasta Cordoba y otro tren a Jaen y tomo un taxi hasta Martos. Ya estaba cansada y no iba a tomar el autobus. Tendria que hacer lo mismo a la vuelta. Se quedo dormida hasta el dia siguiente. Nunca habia dormido tanto. Ni habia tanto silencio en la casa. Abrio su maleta y se ducho, se cambio de ropa y salio a desayunar. Se dio una vuelta por el pueblo y se compro un libro para esos dias de espera, el periodico y una revista del corazon. Era 25 de marzo y el tiempo aun era frio en ese tiempo, a pesar de estar ya en primavera. Despues de cinco dias, se puso algo nerviosa al ver que el abogado no la habia llamado, pero decidio esperar. Recorrio el pueblo de parte a parte, e incluso un dia subio a la Pena, al cementerio, con flores para sus abuelos y sus padres. Al siguiente dia de espera, fue a ver el Castillo de Jaen y paso la manana en la capital, donde comio y paseo. Volvio por la tarde despues de tomar el cafe. Al sexto dia, la llamo el abogado. Deberia pasar manana por la tarde para firmar los documentos. Ella estuvo de acuerdo. !Que eficiencia! CAPITULO 2 <>, penso Rosa. Habia firmado los documentos y el abogado vendio las propiedades. Tal como le habia indicado, tambien pago a Hacienda, para que no tuviera que preocuparse de nada. Le paso su numero de cuenta donde le hicieron una transferencia. Cuando Rosa salio del despacho, despues de entradas y salidas, tenia en su haber: ciento veinte millones de euros que cambio a dolares. Casi ciento cuarenta millones de dolares, mas lo que tenia ahorrado, daban un total de ciento cuarenta millones doscientos cincuenta mil dolares. Una fortuna millonaria. A eso habia que anadirle el dinero que llevaba encima para el viaje, que era la ultima nomina. Con ella saco los pasajes, pago el hotel y lo que se gasto alli. Toda una locura. Tendria que invertir en algo, quizas en propiedades. Pero todo eso lo haria cuando llegara a Estados Unidos. Tres dias despues, volaba a Nueva York. Solo se llevo una maleta y una bolsa de fotografias de sus seres queridos, una cuenta abultada y una ansiedad latente por volver al hospital. Esos dias, en el pueblo le hicieron querer recobrar una paz que no habia conseguido desde que termino el instituto. La Gran Manzana podia ser estresante. Su trabajo en el hospital mucho mas y su vida emocional cero. Su vida sexual y romantica, menos que cero. Suspiro mientras miraba por la ventanilla del avion. Con el dinero que tenia, incluso podia dejar de trabajar, pero eso no era lo que queria. Se habia pasado anos estudiando para trabajar y le gustaba ser doctora y tambien cirujana. Pero desde que habia pasado esos dias en el pueblo le rondaba una idea en la cabeza: dejar Nueva York. Si, no era necesario dejar de ser doctora, pero podia abandonar Nueva York, el bullicio y el estres e irse a un lugar mas tranquilo. No sabia donde, ni cuando, pero tal vez... lo antes posible. Un hospital pequeno, puede que no de un pueblo, se conformaba con una pequena ciudad... El lugar no era tan importante. Ese cambio era algo que necesitaba en esos momentos. Siendo cirujana y medica, dos ramas en las que era buena, no le faltaria trabajo. Tenia veintinueve anos y necesitaba un cambio en su vida. El haber pasado por el pueblo le habia hecho pensar en su estilo de vida. Al final era de pueblo, no de ciudad. Le gustaba la gente mas que la soledad de un apartamento en un lugar de millones de personas que ni se saludaban. Por no pensar en que en ese ambiente no se sentia comoda, le costaba hacer amigos con la gente de la urbe, siempre recelosa. En cuanto a los hombres... No tenia suerte, aunque Rosa era una chica guapa de uno sesenta centimetros. Morena, con el pelo largo ondulado y ojos verdes claros como el agua de un lago transparente, que cuando te miraban siempre se veian risuenos. Su nariz respingona estaba salpicada de pecas. Llevaba las unas cortas y sin pintar, todo a causa de su profesion. Tenia un buen cuerpo y los pechos generosos, sin llegar a ser demasiado exagerados. El gimnasio hacia su efecto. Era una mujer feliz por naturaleza. Y no solo estaba por su alegria, sino tambien por sus andares seguros. Atraia a los hombres, pero era quizas demasiado distante, independiente e ironica y cuando ligaban con ella, desconfiada. Se creia la mitad de la mitad de lo que los hombres le contaban. Y no se cortaba un pelo al hablar o decir lo que tuviese que decir. No habia tenido novios al uso. Nunca. Pero se habia acostado por necesidad con algunos hombres. Cuando habia salido sola algun fin de semana a tomar una copa a algun lugar de moda y le habia gustado un hombre se acostaba con el, pero nada mas. No daba nunca su telefono, quizas porque no le habia interesado ninguno. ?Que le gustaria encontrar a su media naranja?, claro, pero eso era dificilisimo. Y su reloj biologico iba a darle cualquier dia un disgusto. Pero ella sabia que era una chica familiar, que en un futuro no muy lejano querria hijos y un marido y ese ultimo era el que tenia que encontrar. Un hombre con quien formar una familia. Suspiro de nuevo. Seguro que en la Gran Manzana no habria un hombre para ella.

  • La ciudad de la niebla de Claudia Barzana

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    La niebla es tenue como la voz apagada de un confidente, envuelve, predispone una intimidad: nebulosos son los suenos, los anhelos de quienes se necesitan, de quienes quieren estar juntos. La niebla tambien hace avanzar a tientas, como el desencuentro de dos que quieren encontrarse, errantes, sin rumbo. En las dos nieblas estan Victoria y Thomas, hallados y perdidos a la vez, sin dejar de querer reconocerse sin lo nebuloso, en medio de la luz.

  • Tras el desvario del amor (Sexo, amor y rock ‘n’ roll 2) de J. A. Silva

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    La vida de Leo es una autentica tortura ahora que no esta Liliana. Al enterarse de que ha sido enganada, la chica se va, sin darle la oportunidad a Leo de explicar lo ocurrido.
    Ni siquiera el puede recordar lo sucedido. En su mente todo esta confuso, nada tiene sentido y se encierra en la soledad por el dolor que siente al haber perdido a su amada.
    Liliana, en busca de cobijo, vuelve a la ciudad con sus padres. Alli descubre que nada es como antes y su vida comienza a ir de mal en peor.
    Los dos mundos que antes unio el destino se separan como si de un juego de ninos se tratase. Y aunque la llama intenta apagarse, no hay retorno a la conciencia tras el desvario del amor.

  • Azul Venezia de Marina G. Torrus

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  • La Legion. (Todos mis demonios 5), Veronica A. Fleitas Solich de Veronica A. Fleitas Solich

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    Con un proyecto de futuro entre sus manos, Eliza y Vicente se enfrentan a la realidad que parece no querer darles respiro.
    Milenios de enfrentamientos convergen en una situacion imposible de esquivar.
    La Tierra se ha convertido en el campo de guerra de demonios y angeles, y determinar quien es amigo y quien enemigo siquiera es tan simple como descubrir la verdad.
    Acompana a tus demonios y angeles favoritos es este ultimo tramo de su camino hacia el fin de la historia que dejo tu alma marcada.
    Amor, coraje, amistad, sacrificio. Nuestros personajes daran todo de si en “La Legion” el quinto y ultimo libro de la saga “Todos mis demonios”.

  • El dia antes de Sorj Chalandon

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    Una novela magistral de uno de los mejores autores europeos del presente.

  • Solo contigo de Wendy Etherington

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    Por fin Rebecca Parsons iba a escaparse de su ciudad y se iba a Nueva York para darle un nuevo rumbo a su vida. Pero primero tenia que vender su excentrica casa victoriana. ?Quien querria aquella ruina? Por algun misterio insondable, el estupendo Alex Carlisle la queria. Si Rebecca era capaz de reparar todas las averias que amenazaban con acabar con la casa, y escaparse del irresistible encanto de Alex, solo tenia que cerrar el negocio…

  • Sangre, sudor y paz de Lorenzo Silva

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    Su asunto, el nacimiento, auge, caida y extincion forzada de uno de los grupos terroristas mas letales y persistentes del ultimo siglo en Europa Occidental, esta narrado desde un lado de la grieta que su actuacion provoco en el seno de las sociedades vasca y espanola: en particular, desde el lado de quienes lo combatieron y finalmente lo redujeron a la mas absoluta inoperancia. Esta es, por tanto, la historia de la lucha contra ETA tal y como la vivieron los guardias civiles y sus familias: el colectivo mas golpeado por la accion de la banda --con mas de doscientos muertos y muchos centenares de heridos--, y tambien aquel que acabo demostrando un compromiso mayor en su neutralizacion y liquidacion.

  • El Convidado de las Ultimas Fiestas de Auguste Villiers De L'isle-adam

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    Villiers en Paris queria jugar con el concepto de la crueldad, de igual manera que Baudelaire jugaba con el mal y con el pecado. Ahora, desventuradamente, nos conocemos demasiado para jugar con ellos. Contes cruels es ahora un titulo ingenuo; no lo fue cuando Villiers de l'IsleAdam, entre grandilocuente y conmovido, lo propuso a los cenaculos de Paris. Este casi indigente gran senor, que se sentia el protagonista enlutado de imaginarios duelos y de imaginarias ficciones, ha impuesto su imagen en la historia de la literatura de Francia. Jorge Luis Borges

  • Viaje alrededor de mi craneo de Frigyes Karinthy

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    Frigyes Karinthy era el columnista mas popular de Budapest, en 1936, cuando se entero de que tenia un tumor cerebral y que debia operarse de urgencia para sobrevivir. El unico cirujano que podia hacerlo estaba en Suecia. Una colecta le permitio llegar a Estocolmo y enfrentar el bisturi. Con el desparpajo y la agudeza que lo caracterizaban, Karinthy conto paso a paso la experiencia a sus lectores, a traves de su columna semanal en la prensa. Meticuloso y alucinatorio, burlon y emocionante, egocentrico y universal, su libro es simultaneamente una novela de intriga y un caso clinico, un viaje al fondo del miedo y una bitacora de la resistencia, el chisporroteo de un espiritu brillante y el anticipo del derrumbe del humanismo que Europa padeceria poco despues.

  • En un pais extrano de Charles Cumming

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    Seis semanas antes de asumir la direccion del MI6 y convertirse en la primera mujer que encabeza uno de los servicios de espionaje mas prestigiosos del mundo, Amelia Levene desaparece sin dejar rastro, provocando asi la crisis mas grave que la institucion ha vivido en una decada. Los altos mandos se encuentran en un trance: no solo tienen que encontrar a Levene, sino que la tarea tiene que realizarse en el mas absoluto secreto si quieren evitar un duro golpe a la imagen y credibilidad del MI6. Asi pues, la mejor opcion que les queda es acudir a Thomas Kell, un agente al que despidieron del cuerpo ocho meses atras por presuntas torturas a un detenido durante una antigua mision en Kabul.

  • La corte de los espejos, Concepcion Perea de Concepcion Perea

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    Una novela de fantasia repleta de accion y aventura donde, por fin, se acabaron las hadas buenas.

  • Harley R. (Moteros 2) de Patricia Sutherland

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    Para Abby nunca ha habido nadie mas que Dakota, un motero con el que suena despierta desde que iban al parvulario, pero ahora sabe que sus suenos nunca se haran realidad porque el no esta enamorado de ella, sino de Tess, su hermana mayor. Prendada de un hombre que el destino ha querido convertir en su cunado, sintiendose traicionada por su propia hermana y dolida con su familia que parece haberse puesto de su parte, Abby se precipita al vacio de la depresion, un abismo del que, haga lo haga, no consigue salir. Cuando aquella manana, sin saber como, amanece en la cama de Evel, el mejor amigo de Dakota, Abby comprende que ya no puede caer mas bajo.

  • Mecida por el viento de Laura Toves

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    En Madrid, una tarde de primeros de diciembre Olivia y Sean se conocen en un concierto de musica clasica, de forma absolutamente inesperada. En ese momento el siente un flechazo. Sin embargo, Olivia, que esta atravesando una etapa personal de mucho dolor y oscuridad, no mirara a Sean de la misma forma. Pese a ello, ambos recorreran un camino nada facil, lleno de incertidumbres y de terceras personas que se entremezclaran por el camino; un laberinto de emociones y de situaciones inesperadas que les pondran a prueba.

  • Kidon, los verdugos del Mossad de Eric Frattini

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    Desde la creacion del Mossad en marzo de 1951, sus agentes se dedicaron a buscar a los oponentes al Estado de Israel en lo mas recondito del planeta. La primera operacion autorizada ‘politicamente’ por un jefe de gobierno a la entonces unidad de Nokmin (Vengadores) sucederia en mayo de 1960, cuando David Ben-Gurion permitio a Isser Harel el secuestro y posterior traslado a Israel de Adolf Eichmann, uno de los maximos responsables de la llamada ‘Solucion Final’ nazi, que vivia bajo otra identidad en la ciudad de Buenos Aires. Eichmann seria ajusticiado en la horca en 1962.

  • Enamorados sin querer de Bianca De Santis

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    Lamentablemente, dias despues de haber aceptado, mire a mi alrededor y me percate que no habia sido asi.

  • El joven Arquimedes de Aldous Huxley

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    Aldous Huxley (1894-1963) no es solo el singularisimo autor de Viejo muere el cisne, creador de una nueva formula novelesca; es tambien, en cuanto narrador, y aparte de sus ensayos, biografias y libros de viaje, un admirable cuentista. Ducho en todas las dimensiones de la ficcion, se mueve con pareja maestria tanto en los espacios abiertos de la gran novela como en los mas exiguos de la nouvelle. Acierta del mismo modo al presentar una accion fraccionada, vista en cortes transversales, yendo y viniendo a traves del tiempo, como en <>, y otros tres apasionantes relatos, de ritmo seguido y progresion continua.

  • No me toques (Ancora & Delfin) de Andrea Camilleri

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    No, no, absolutamente normal… --Pienselo bien. Hasta el mas minimo detalle, aunque a usted le parezca irrelevante, a nosotros puede sernos util. --!Pero imaginese si no he pensado y he vuelto a pensar! De dia y de noche, ya no consigo ni dormir. Yo, se lo repito, no he notado nada anormal… Y nunca he sido un marido desatento, creame. Aunque en los ultimos dos o tres dias le habia venido un lebeche mas fuerte de lo habitual… --No lo he entendido, perdone. ?Ha dicho lebeche? Pero ?el lebeche no es el viento del desierto? --Perdoneme usted, si, es el viento del desierto; he empleado una palabra de nuestra jerga familiar. Decia que tenia el lebeche, vaya a saber por que lo llamaba asi, cuando no le apetecia hacer nada y se quedaba durante horas en la cama mirando el techo. En silencio y de mal humor, !ay de ti si la molestabas! Se aislaba por completo del mundo exterior, no hablaba ni conmigo. Desconectaba, como suele decirse. Le ocurria al menos una vez cada dos meses; luego, al cabo de unos dias, se le pasaba y volvia a ser… --?Que causaba esos cambios de humor? --Nada en concreto. --En resumen, una cuestion de caracter. --No exactamente. No siempre fue asi. --Entonces, ?cuando comenzo? --Esta historia del lebeche pienso que era una manera de obtener una total concentracion; estaba en la cama y escuchaba… --?Que escuchaba? ?Musica? --No, no, se escuchaba a si misma, sus pensamientos, su cuerpo. En efecto, el lebeche le empezo hace un ano y medio, cuando decidio dar el gran paso y escribir su primera novela… --?Ella tambien? --?Se asombra? ?Que le parece tan extrano? Habriamos sido la tipica pareja de escritores… Hay tantas… Moravia y Morante, por ejemplo. --?Como se conocieron? --?Sabe?, recibo decenas de manuscritos de autores desconocidos que me piden que les escriba dos lineas de presentacion para un editor… En general, cosas ilegibles. Laura me mando unas poesias que no estaban nada mal, pero nada mal, para que le diera mi opinion… Le conteste de forma positiva, ella se alegro y me pidio una cita. Me enamore de ella en cuanto la vi entrar en mi estudio. Un verdadero flechazo. Como le sucedio al pobre Carducci con Annie Vivanti… Incluso ahora Laura es tan bella como entonces. --?Cuando se casaron? --Hace cuatro anos. Cuatro anos y tres meses, para ser exactos. --?Hijos? --No quiero tenerlos. --?La senora opina lo mismo? --Creo que si. --?Que significa <>? --Creo significa creo. Si no le gusta el verbo, lo cambio de inmediato. ?Le parece mejor <>? --No se altere, no pretendia… --No me he alterado. ?Decia…? --?No lo han hablado entre ustedes? --?El que? --Tener o no tener hijos. --No. --Me parece extrano. --Tampoco en este caso hay nada de extrano. Mire, antes de que nos casaramos le dije a Laura que no queria hijos, y ella no… no tuvo ninguna reaccion, eso es todo. Y desde entonces no ha vuelto a tocar este tema. --Permitame una curiosidad. ?Por que usted esta tan decidido a no…? --Demasiada diferencia de edad. Trate de entender. Cuando nos casamos, Laura tenia treinta y un anos, y yo, sesenta y cinco. Habria podido ser su… Si hubieramos tenido hijos, habria sido un padre-abuelo. Lo encontraba absolutamente ridiculo, y aun pienso lo mismo. --?Quien fue, de los dos, el que propuso que se casaran? --Yo. --?La senora acepto enseguida? --Si. --Por tanto, de inmediato se… --No de inmediato. --?Por que? --Laura me pidio solo que retrasara un poco el anuncio oficial a los amigos. --?Con que fin? --No queria seguir arrastrando a nadie. --?Se puede explicar mejor? --No me resulta facil. --Lo siento, pero… --Para mi es muy embarazoso. --Debo insistir. --Bien, Laura, como es tan guapa, es natural que haya tenido historias con varios hombres…, historias que no habian concluido en el momento en que decidimos casarnos…, no se si me explico. Por eso pretendia ajustar las cuentas, cortar de forma definitiva. --Entiendo. Quiso barrer con todo. --Si, esa era su intencion. --Permitame entender mejor. --Si no hay mas remedio… --?Me esta diciendo que alguna historia ha continuado incluso despues de su boda? --Digamos mejor que hubo algunos coletazos que, sin embargo, gracias a la habilidad de Laura, no han turbado en absoluto la marcha de nuestro menage. --Por casualidad, ?la senora le ha dado los nombres de estos… coletazos? --Nunca. Ni yo se los he pedido. Habia un pacto tacito. Sabia que, a pesar de que continuaba teniendo algun encuentro con estos hombres, su intencion era romper con ellos. Como, en efecto, ha sucedido. --?Esta seguro? --Laura me ha convencido. Con hechos, no con palabras. Y no quiero entrar en detalles. --No se los estoy pidiendo. --Perdone. --?Que le parece si recapitulamos? --Como quiera. ?Desde el principio? --Si. --Pues… Anteayer, despues de haber desayunado solo porque Laura se habia quedado en la cama, entre en su habitacion para ver como estaba y la encontre levantada y vestida de punta en blanco. --?Duermen en habitaciones separadas? --No habitualmente, solo en los dias del lebeche. Como le decia, la encontre vestida y con la maleta casi hecha. Me dijo que habia decidido ir a pasar algunos dias a nuestra casa de campo. --?Lo habia hecho otras veces? --Si. --?Donde esta la casa? --En Gonfalone, a dos horas en coche de aqui. La acompane abajo hasta su automovil, nos abrazamos, nos besamos y se fue. --?Como le parecio que estaba? --Diria que serena. --?Estaban solo ustedes dos en la casa? --No, estaba tambien su vieja asistenta, Filippa. --Continue. --A las cinco me llamo. Me dijo que habia encontrado la casa en orden, aunque un poco humeda, hasta el punto de que habia encendido la calefaccion y la chimenea. --?Dio senales de vida, despues? --Si, a las nueve. Me conto que habia trabajado de forma intensa en la novela, que el lebeche se le habia pasado y que se iba a la cama cansada pero contenta. ?Que mas? Habia cenado, el congelador siempre esta lleno, tenia mucho apetito. Queria levantarse temprano y volver a escribir. Nos dimos las buenas noches y quedamos en llamarnos a la manana siguiente. Sin embargo, me desperto el telefono; mire instintivamente el reloj y eran las doce y media de la noche. Era un amigo frances. Queria comunicarme que se habia enterado a traves de una buena fuente de que me habian otorgado el premio a la mejor novela traducida en Francia. Una noticia buenisima. Asi que llame a Laura al movil. Ella, cuando se va a dormir, lo deja siempre sobre la mesilla. Estaba apagado. Entonces la llame al fijo. Sono durante un buen rato, pero no contesto nadie. Lo intente una y otra vez. Nada. Me preocupe. ?Por que no respondia? ?Estaba mal? O bien… ?Sabe?, comence a preocuparme, la casa esta aislada y en estos tiempos que corren… Me vesti, cogi el coche y fui a Gonfalone. Lo primero que senti al entrar fue la humedad. Los radiadores estaban gelidos, nadie habia encendido la chimenea. Me quedo claro de inmediato que Laura no solo no estaba en esa casa, sino que ni siquiera habia llegado a ir…

  • Todo sobre mi alma de Fran Cazorla

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    Esta es la tercera edicion, revisada y aumentada.
    Muchas veces, pocas palabras dicen mucho mas de lo que parece.
    Un recorrido por los poemas, relatos y microrrelatos de una parte especial de la vida del autor.
    Lee despacio, sin prisas, haciendo tuya cada linea que entre en tu mente.
    Y ante todo: Gracias.

  • Me quedo contigo de Grace Marie March

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    Marie se encontro frente a un cuadro, era fisicamente igual que ella pero ese cuadro se habia pintado hacia muchos siglos, era distinta ropa, distinto peinado, pero el parecido entre ambas era tal, que se sintio atraida a tocarlo.
    Marjorie se encontro frente al cuadro que habian hecho pintar sus padres cuando volvio del convento para prepararse para su boda, acababa de casarse con un barbaro por un acuerdo que tenia ese hombre con sus padres, y ahora frente a ese cuadro tan solo deseaba poder estar en otro sitio, lejos de alli, tanto que se sintio atraida a tocarlo.
    ?Que sucedera cuando Marie y Marjorie intercambien sus vidas?
    Broderik tiene que llevar a su nueva esposa hasta su casa, se caso con una temerosa mujer, pero… ?Tanto podia haberse equivocado con su primera impresion?
    ?Sera Marie feliz en su nueva vida? ?Podra conseguir averiguar el modo de volver a casa? ?Y si lo consigue… querra volver o quedarse con Broderik?