• con mi maleta llena de dudas pero me fui - Diana Mesla

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    ?Es posible encontrar un confidente, un buen amigo, un companero de charlas… a traves de una aplicacion de citas? Siempre habia pensado que no era posible, que los usuarios tenian un unico objetivo en mente. Y mis sospechas se confirmaron cuando por fin decidi inscribirme en una, al menos hasta que le encontre. Despues de meses de conversaciones a distancia, conocerse en persona podria ser un gran error ?o no? Una celebracion que termina en la cama de un hotel, un ansiado viaje, un reencuentro inesperado, una reunion de excompaneras… y sigo con mi maleta de dudas.

  • Découvre les vidéos populaires de y me fui me fui con mi maleta

    https://www.tiktok.com/discover/y-me-fui-me-fui-con-mi-maleta?lang=fr

    Me fui… con mi maleta llena de dudas pero me fui… ... Me fui con una maleta y regresé con 2 llenas de libros ame ir ala convención de #hongkong ...

  • “Me fui para Madrid con una porquería de maleta vacía de ...

    https://www.elcorreogallego.es/tendencias/me-fui-para-madrid-con-una-porqueria-de-maleta-vacia-de-ropa-pero-llena-de-suenos-KE10142822

    16 ene 2022 — “Me fui para Madrid con una porquería de maleta vacía de ropa, pero llena de sueños”. PEPE DOMINGO CASTAÑO con su libro de recuerdos 'Hasta ...

  • UNA MALETA LLENA DE LIBROS - CAMINAD A MI LADO

    http://caminadamilado.blogspot.com/2016/11/una-maleta-llena-de-libros.html

    14 nov 2016 — Yo he hecho al revés, me fui con la maleta vacía de libros y poco a poco la llené de ellos. * Os los voy a enseñar:.

  • Me fui de casa y encontré mis sueños - Escritos Matutinos

    https://escritosmatutinos.wordpress.com/2017/07/06/me-fui-de-casa-y-encontre-mis-suenos/

    6 jul 2017 — El día antes de mi partida me puse a hacer la maleta. Una maleta llena de ropa, zapatos, libros y mi computadora y que yo hubiera querido ...

  • Una maleta. Libros. Un viaje - Entre montones de libros

    http://entremontonesdelibros.blogspot.com/2013/11/una-maleta-libros-un-viaje.html

    9 nov 2013 — Y lo hice tímidamente, esta vez me fui a Oviedo, Vetusta, de la mano de La regenta para descubrir sus calles y costumbres, con ese sabor a ...

  • "La maleta" Serguéi Dovlátov - Cuéntame una historia

    http://elblogdelafabula.blogspot.com/2019/05/la-maleta-serguei-dovlatov.html

    El propio autor lo cuenta en el prólogo del libro. Los libros eran libros prohibidos que nunca hubieran pasado la aduana y le hubieran podido suponer algún ...

  • Dime que me quieres de Corine Michaels

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  • Olivia y su caos de Christian Martins

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    La vida de Olivia Simmons es perfecta hasta que su nuevo vecino, el <>, se traslada al piso de enfrente. Desde entonces, todo se convierte en un verdadero caos.

  • Insondable de Joaquin Serrano Diaz

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    Transcurre el ano 1491. Dragan, un adinerado buscador de reliquias que intuye su final inminente a manos de mercenarios, le entrega tres pequenas cajas de alabastro a Victoria, su hija adolescente, apercibiendola de que en su interior esconden el fruto del trabajo de toda su vida, y que de su custodia dependera la de ella.
    Una de las cajas contiene un arcano del Tarot.
    Otra, fragmentos de un poema de caballeria.
    La siguiente esta vacia.
    Antes de huir a traves de un oscuro pasadizo subterraneo, su padre le da un ultimo consejo:
    <>

  • Volver a empezar de Claudia Velasco

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    Liam Galway necesita un cambio, necesita parar y volver a empezar tras anos de trabajo, exitos, premios y reconocimientos. Necesita dejar de ser Liam Galway, la rutilante estrella de Hollywood, para volver a ser Liam McDonagh, el anonimo ciudadano de a pie al que nadie reconoce, al que nadie persigue, al que nadie observa.
    Su vida profesional lo tiene agotado y la reaparicion de un fantasma terrorifico del pasado, Emma Capshaw, su acosadora, lo hacen replantearse su vida, deja California y se pierde en Ithaca, al norte del Estado de Nueva York, en un idilico paraje alejado del mundo y del ruido mediatico, donde al fin encuentra la paz, el equilibro y una nueva oportunidad para ser feliz.

  • Nubosidad variable de Carmen Martin Gaite

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    Sofia Montalvo y Mariana Leon fueron amigas en el colegio. Sofia, joven imaginativa, de caracter abierto, se ha visto atrapada en una anodina existencia de esposa y madre de familia. Mariana se ha convertido en una brillante psiquiatra de moda. Al cabo de mas de treinta anos, el azar las hace coincidir y el recuerdo de su amistad desencadena en ambas una revolucion interior que ira creciendo a lo largo del libro.

  • La vida secreta de las ciudades de Suketu Mehta

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    ?Cual es la historia de una ciudad? ?Cual es la historia de Mumbai, de Nueva York, de Sao Paulo? Depende de quien la cuente y de quien la escuche. Esta la ciudad estadistica y esta la ciudad impresionista: la percepcion que cada individuo, turista o residente, tiene de una ciudad en particular. Cuando los datos estadisticos contradicen las impresiones del individuo, a menudo resulta chocante. Pero no por ello sus impresiones son menos convincentes. Los turistas que visitan Nueva York la ven como un paraiso multietnico donde las razas se pasean por las avenidas formando un esplendido mosaico. La verdad estadistica, sin embargo, es que se trata de la segunda ciudad mas segregada de Estados Unidos. Toda ciudad tiene dos tipos de narrativa: la historia oficial y la historia oficiosa. La historia oficial se publicita a bombo y platillo; la oficiosa es mas discreta, pero tambien es mas probable que perdure. La oficiosa se transmite mayoritariamente por via oral: se oye en los locutorios de los barrios de inmigrantes de nuestras ciudades, en los videos y cedes que preparan para enviar a la familia, en las baladas y canciones tradicionales de las peliculas de Bollywood y en las telenovelas. Son las noticias sobre la ciudad que los inmigrantes transmiten al pueblo. La mayoria de las veces el resto de la gente no tiene acceso a esas historias, en parte a causa del idioma y, en parte, por lo primitivo de la tecnologia. En Mumbai, por ejemplo, existe una comunidad de escribientes que se sientan a las puertas de la oficina de correos y ayudan a los inmigrantes iletrados a escribir a los parientes del pueblo. Muchos de sus clientes son prostitutas; los amanuenses les ayudan a construir ficciones sobre su vida en la ciudad para enviarlas a sus atribulados padres. Crean personajes de mujeres de la limpieza, secretarias o teleoperadoras. Y los escritores de cartas tambien crean otras ficciones para las prostitutas: les escriben cartas a los clientes, cartas de amor, contandoles cuanto los anoran, lo mucho que necesitan el dinero para el nino, para no acostarse con otros. Los escribientes tambien son narradores. En Ciudad de Mexico me encontre con otro grupo de amanuenses sentados a la sombra de un soportal en el degradado zona centro. Uno de ellos tecleaba en una Selectric IBM algun tipo de correspondencia comercial. Antes habia ocho o nueve escribientes especializados en cartas de amor, pero ya solo queda un par. Viven tiempos dificiles, me conto el escritor de cartas comerciales. ?Por que? ?Internet esta matando el negocio? No, me contesto. <> Esas cartas no constan en los archivos de los historiadores. Pero deberian. Cuando el pueblerino se traslada a la ciudad, lo primero que hace es mandar una carta a casa con dinero; es una historia. Estas historias oficiosas son esenciales para que el emigrante mantenga alguna continuidad. Durante la mayor parte de nuestra historia como especie no hemos sabido adaptarnos al movimiento continuo, radical. Hemos permanecido en un lugar, en nuestros pueblos. Pero en el ultimo cuarto de siglo, la poblacion emigrante del mundo se ha duplicado. Hoy, 750 millones de personas viven en un pais donde no han nacido: uno de cada veintiocho seres humanos. Si todos los emigrantes conformaran una nacion, constituirian el quinto pais mas grande del planeta. Y estamos solo al principio: a medida que la guerra, las desigualdades y el cambio climatico nos empujen mas que nunca al extranjero, el fenomeno que definira a la humanidad del siglo XXI sera la migracion masiva. Mi propia familia ha vivido por todo el planeta, desde la India a Kenia e Inglaterra y Estados Unidos y de vuelta a la India... y sigue mudandose. Uno de mis abuelos cambio el Gujarat rural por Calcuta en los albores del siglo XX; mi otro abuelo, que vivia a medio dia en carro tirado por bueyes del primero, se mudo a Nairobi poco despues. En Calcuta, mi abuelo paterno se unio al negocio de joyeria de su hermano mayor; en Nairobi, mi abuelo materno comenzo su carrera, a los dieciseis anos, barriendo el suelo del despacho de contabilidad de su tio. Asi empezo el viaje de mi familia del pueblo a la ciudad. Fue, ahora me doy cuenta, hace menos de cien anos. Cuando regreso a Mahudha, de donde proviene la familia de mi padre, encuentro una casa con duraderos armarios de teca de Birmania, un pozo junto a un mango en el patio y una sensacion de paz tras altos muros. Pero el pueblo se ha convertido en una ciudad pequena; Mahudha ahora cuenta con unos dieciseis mil residentes, su propia pagina de Facebook y una organizacion que reune a sus oriundos en Nueva Jersey (la mayoria patels, a los que mi familia miraria por encima del hombro). En la pagina de Facebook hay una invitacion: <>. Lugar de encuentro: Parque Roosevelt, arboledas 2A y 2B, Edison, Nueva Jersey. Durante nuestros primeros anos en Estados Unidos la familia solia mandarnos cartas desde la India, finas paginas plegadas en tres, en las que cada centimetro estaba cubierto de escritura, de noticias urgentes, imprescindibles: el hijo de Nirufoi se habia casado, Ashaben tenia problemas cardiacos, el precio de las cebollas se habia disparado a diez rupias el kilo y eran tiempos dificiles. Cuando podiamos permitirnoslo, muy de vez en cuando, telefoneabamos. Mi padre aun levanta la voz en las conferencias desde su casa de Nueva Jersey a la mia de Nueva York. Todavia a finales de la decada de 1990, para llamar al extranjero desde la India, o incluso a otra ciudad india, habia que reservar una llamada al monopolio telefonico estatal. Podias pedir una llamada normal, una llamada <> o una llamada <>, las tarifas se incrementaban segun la urgencia. Te daban un numero de reserva y esperabas todo el dia, y luego sonaba el telefono y la operadora confirmaba tu identidad y la de quien llamara y os conectaba... durante tres minutos. Transcurridos los tres minutos, la operadora interrumpia la discusion amorosa o comercial y preguntaba: <>. <>, bramaba mi padre, y conseguia otros tres minutos. En su busqueda de la felicidad, a veces avariciosa, a veces altruista, mi familia ha viajado por todo el mundo, de pueblos a ciudades. ?Como mantenemos cierto sentido de continuidad? Como todos los emigrantes, nos consolamos de este movimiento incesante contandonos cuentos; el recuerdo, la recopilacion, como antidoto contra el desplazamiento. En Nueva York mis hijos, estadounidenses de nacimiento, se sientan con mi madre a que les cuente historias que les conto su padre sobre viajes por las tierras del Africa oriental vendiendo tejidos y whisky de una empresa escocesa; y se sientan con mi padre a que les hable de como el suyo compraba el patrimonio de los maharajas disolutos de Calcuta para su negocio de joyas. Con estos hilos narrativos tejemos parches para remendar el maltrecho tejido temporal de la familia. Y continuamos. Recibi mi educacion de escritor en un balcon del norte de Calcuta, en el patio de un moderno bloque de viviendas en Bombay y en la cafeteria de una brutal escuela catolica en Jackson Heights. Primero fue la observacion; luego, el flirteo con la experiencia. Provengo de tres generaciones de comerciantes de diamantes. A mi abuelo, mi padre y mi tio, a los tres les gusta contar anecdotas. En el mercado de diamantes importa lo especifico. No puedes juzgar, por ejemplo, si todo un grupo de <>>> es de fiar para los negocios o no. Tienes que hablar de un judio en particular. Conocer las peculiaridades de la personalidad del cliente, en un negocio basado enteramente en la confianza, marca la diferencia entra la bancarrota y la fortuna. Por tanto, los hombres de mi familia eran expertos en analizar personalidades y se transmitian dicho conocimiento por medio de las historias que contaban. El comercio de diamantes no es algo que se aprenda en una escuela de negocios. En Eufemia, la ciudad invisible de Calvino, los mercaderes de siete naciones se reunen cada solsticio y cada equinoccio para comerciar en los bazares; pero, lo que es mas importante, concluida la transaccion, mientras yacen sobre los sacos y toneles vacios, intercambian relatos. Cada palabra que pronuncian --<>, <>, <>-- suscita una historia de los otros. Hoy comenzare mis historias no con una palabra, sino con una estadistica, la estadistica mas importante de nuestra epoca: por primera vez en la historia, viven mas seres humanos en las ciudades que en los pueblos. Nos hemos convertido en una especie urbana. En 1900, el 10 por ciento viviamos en ciudades; en 2010, el 53 por ciento y, para 2050, cuando seamos nueve mil millones de personas en el planeta, el 75 por ciento habitaremos en ciudades. En 1970 el mundo tenia solo dos megaurbes o ciudades de mas de diez millones de habitantes: Nueva York y Tokio. Hoy, son veintitres; en 2025, seran al menos treinta y siete. La mayoria estaran en paises en desarrollo, lo que soliamos llamar el tercer mundo. Toda nuestra historia reciente puede entenderse contemplandola a traves de la lente de la urbanizacion. Las revoluciones de Oriente Proximo se han producido en ciudades, no en pueblos; necesitan una masa critica de gente que se reuna en las plazas publicas. Mohamed Bouazizi, el vendedor ambulante tunecino que se inmolo, se habia educado en un pueblo. Su protesta fue la de un aldeano al que la ciudad exigia obediencia a las leyes de zonificacion urbana. Despues toda la gente de los pueblos y las ciudades de la region salieron a protestar. Bouazizi se prendio fuego, y el fuego encendio miles de chispas que volaron a todas partes, en todas partes. El terremoto y el tsunami de Japon de 2011 fueron mas daninos porque afectaron a un pais densamente poblado y altamente urbanizado, que necesita electricidad y, por tanto, depende de la energia nuclear. Este ano, el ebola ha devenido pandemia debido a la emigracion desde los densos bosques de Africa occidental a los densos barrios de los suburbios. Como ha senalado recientemente Peter Piot, el investigador que descubrio el ebola: <>. La urbanizacion ha tumbado nuestras politicas de seguridad nacional. Resulta significativo que Osama Bin Laden decidiera ocultarse en la agradable ciudad de Abbottabad en lugar de en los barrancos del Hindu Kush. La ciudad concede mayor anonimato que el campo. En las montanas lo habrian reconocido facilmente; en la ciudad, para sus vecinos, su casa era solo otro complejo vallado, donde los ricos llevan vidas privadas, incluso secretas. Como observo Hamid Gul, ex jefe de los servicios secretos paquistanies (ISI): <>. Personas como Bin Laden, que se consideran hombres de Dios, mantienen una relacion dificil con las ciudades; son de ciudad pero persiguen huir de la urbe en las montanas, aunque luego regresan a ella en busca de refugio. Las ciudades son un <> escupido a la cara de la naturaleza. Construimos cosas para empequenecernos. Le decimos a Dios: nosotros tambien podemos erigir montanas, pero con ascensores. Por eso la Ciudad se asocia con tanta frecuencia con el pecado, Sodoma y Gomorra. Cuando estaba escribiendo Ciudad total, conoci a una familia jainista que se habia convertido a la vida monastica. Una de las leyes que debian obedecer era la siguiente: durante varios anos despues de entrar en la orden, tenian prohibido ir a Bombay, que llamaban paap ni bhoomi, <>. Para Mahatma Gandhi el pueblo era el espacio puro, libre de los vicios que corrompen la ciudad. <> Sostenia que los trabajadores de las ciudades <>.

  • Y llegaste tu de Aryam Shields

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    La vida de Brithanny Stevenson dio un vuelco total, despues de la muerte de sus padres, dejo atras parte de su familia y amigos para aprender a vivir con una hermana que para ella era una completa extrana.
    David Muller es un hombre sexy y arrogante, cuya enigmatica sonrisa esconde muchos secretos.
    Para el Brit es un fastidio y para ella David es un cabron.
    Una noche puede cambiarlo todo. En medio de los conflictos, una profunda atraccion surge entre ellos, envolviendolos en un huracan de sensaciones donde prima el deseo y el unico lenguaje es el placer, sin sentimientos, sin nombres, sin ataduras, simplemente dos adultos disfrutando de su sexualidad ?que puede salir mal?
    De la autora de la bilogia Ensename, Contrato y Nueve Meses entre otras llega esta romantica y pasional historia que cautivara tus sentidos.

  • El caso del banquero asesinado de Augusto De Angelis

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    El comisario Carlo de Vincenzi, inspector de la Brigada Movil de la ciudad de Milan, esta de guardia esa noche cuando recibe la visita inesperada de un antiguo companero de clase, Giannetto Aurigi. Este, segun le cuenta, despues de asistir en La Scala a los dos primeros actos de Aida, ha abandonado la representacion para pasear al azar por las brumosas calles y se le ha ocurrido pasar a saludarle. Todo perfectamente normal, si no fuera porque en ese momento una llamada telefonica informa al comisario de que en el apartamento de su visitante ha tenido lugar un crimen… La victima es el banquero Garlini y, tras el hallazgo en el bano de un frasco de acido prusico, todas las sospechas recaen de inmediato sobre el propietario de la vivienda. Dividido entre su sentido del deber y la lealtad hacia su antiguo camarada, De Vincenzi tendra que hacerse cargo del caso.
    Aparecida por primera vez en 1935 y reeditada sin interrupcion desde entonces, El caso del banquero asesinado es la mitica obra con la que De Angelis inauguro en Italia el genero de la novela negra.

  • La Ciudad del Fuego de Kate Mosse

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    Carcasona, tierra de cataros, 1562. La joven catolica Minou Joubert recibe una carta anonima sellada con el emblema de una poderosa saga, solo cinco palabras:

  • Quiza lo quiso el destino de Jorge Zaton Perez

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    Tras un ultimo ano en el que pierde a sus padres, su novia lo abandona y ve la relacion con su hermano seriamente danada, Berto se reencuentra con Lisa, un antiguo amor de la infancia. Con miedo y muchas dudas, no tarda en renacer en ellos su amor olvidado, aunque su relacion no es precisamente un camino de rosas. En Quiza lo quiso el destino vemos lo mas bello y lo mas amargo del amor, en una mezcla de sentimientos que cautivaran al lector.

  • Resina de Richard Parra

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    Estos cuentos se inscriben dentro del realismo sucio que sigue la estela de la tradicion beatnik. Los personajes que Parra retrata estan rotos y en el intento de volver a ensamblarse han perdido varias de sus piezas. Mas que hombres o mujeres plenos, son sobrevivientes. Hay algo elusivo en la drogadiccion, alcoholismo, las parafilias y el animo psicopatatico que define sus perfiles: una especie de renuncia a la vida, y, al mismo tiempo, una negacion de la muerte, una celebracion de los bordes en toda ley que los situa en un limbo del que no pueden escapar. Se rechaza la vida porque se aspira a algo mas, algo que no termina de llegar, pareciera ser la coda. Parra es un hacedor de historias incomodas y violentas, y es poseedor de un lenguaje descarnado y por momentos, sana contradiccion, ludico que interpela al lector, lo incomoda, no le deja un solo respiro al azar.

  • La testigo de Emma K. Johnson

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    Carino, este tipo tendra que limpiarse las babas cuando te vea --dijo Claudia al verme hacer mi mejor esfuerzo por no picarme los ojos con el delineador. --Ay si, seguramente --conteste, dejando la cochinada esa en mi mesita-- !Me rindo! !Mirame! Me veo... !Ridicula! --Sexy --me interrumpio--. Te ves sexy, muchacha --dijo Claudia al poner sus manos en mis hombros--. John me dijo que le encantaban tus ojos verdes, y asi con ese color resaltan todavia mas. Mi buena amiga. No se que hubiera hecho sin su apoyo. --?Te vas a poner eso? --pregunto frunciendo el ceno al ver la ropa que habia puesto en la cama. Me encogi de hombros y deslice mis manos encima de mis piernas. Siempre me relaja pasar mis dedos encima de la franela de mi pantalonera. Gire y vi el pantalon de mezclilla y la camisa que Claudia estaba viendo desde el pie de la cama. Creo que esa camisa era lo unico que me habia comprado cuando estuve casada con Pedro y que aun guardaba. --?Que tiene de malo? --pregunte, echando mis grenas rebeldes detras de mis hombros. --?Te llevara a un concierto de rock o a un bar de motociclistas? --dijo, levantando la camisa de la cama y mirandola como si quisiera usarla como trapo de limpieza. --No... No lo creo. --!Entonces tiene mucho de malo! --exclamo antes de irse a mi closet-- Fernanda, ?te gusta John? --Esta... guapo --dije. Nunca habia sido una chica que saliera mucho con chicos. En la prepa siempre fui una nina bien portada. Pedro fue mi unico novio y termine casandome con el. Pero no estaba hecha de piedra. Claro que veia a otros chavos y pensaba "esta lindo", pero asi como me sentia cuando sabia que Pedro iba a hacerme el amor o que me volteara a ver con deseo... No, ningun otro hombre mas que mi ex. !Y como queria que eso cambiara! --?Guapo? --grito Claudia desde las profundidades de mi closet-- Carino, John esta mucho mas ardiente que Pedro alguna vez lo fue. Okey, tenia buen cuerpo el tipo, pero ?esa nariz en forma de pelota de golf? !Yack! !No se que le viste! --Le vi algo --dije mirando el suelo del cuarto--. Dure cinco anos casada con el, despues de todo. --!Y que bueno que lo mandaste al carajo! --Sabes, no todo fue malo con el --dije, sacudiendo la cabeza y sobandome las manos--. Nunca me golpeo ni me maltrato ni nada. --!Uy! Que consuelo --dijo Claudia, asomandose y girando sus ojos hacia arriba--. Hay muchas maneras de maltratar, carino. ?Cuando te dejo salir conmigo? Negue con la cabeza. --?Cuando te dejo salir con tus companeras y companeros de trabajo? Volvi a negar. --?Cuando te dejo siquiera tener cuenta de redes sociales? Resople. El unico celular que tuve durante mi matrimonio fue de esos que solo servian para llamar y recibir llamadas. --Y ni empecemos con la ropa que te dejaba usar --dijo estremeciendose antes de entrar de nuevo a mi closet. Claudia tenia razon. No me apetecia regresar a una relacion que solo me habia hecho dano. --!Necesitamos ir de compras! --exclamo Claudia saliendo de mi closet. Me tomo de la mano y me llevo a jalones a su cuarto. Ahi abrio su armario y saco un vestido azul cielo de cuello circular. --!Vamos a ver! --dijo Claudia poniendolo frente a mi-- Oh si, esto servira. --!No me voy a poner esto! --?Por que no? Somos de la misma talla. Me levante y tome el vestido. --No lo se... --Midetelo. --!Estas loca! Vamos a ir a tomar un cafe, no a bailar. --?Y tu como sabes? Quiza despues del cafecito John quiera llevarte a otro lado... Y no necesariamente a bailar --dijo alzando las cejas y con una mueca burlona. Lleve el vestido de vuelta al armario. --Es mi primera cita en mucho tiempo, Clau. Dudo que lleguemos tan lejos. --!Ay, Fer! --exclamo-- ?Tienes idea de lo deprimente que es verte encuevada aqui todos los dias despues de trabajar? Claudia suspiro y se quedo paseando su vista por todo su armario. Me sente en la orilla de la cama. !Como admiraba a Claudia! Me habia cansado de todas las veces que me preguntaban en el trabajo por "la negrita guapa" que me iba a recoger. ?Y como no iban a querer con ella? Tenia un cuerpazo digno de concursos de belleza, igual de alta que yo, una mirada de esas que pueden hablar por si mismas, y el alma de cualquier fiesta a la que asistia. Para mi era un milagro que siguieramos siendo amigas antes, durante, y despues de mi divorcio. Pedro nunca la quiso. Siempre penso que era una mala influencia para mi con su vida fiestera y sus "ideas feministas", segun el les decia. Claro que Claudia tampoco quiso a Pedro. --!Ponte esto! --grito, lanzandome unos jeans. --Espera --me quite mi pantalonera y puse el pantalon. Claudia se asomo. --!Demonios! Chica, tienes mejor culo que yo. Me ataque de la risa al mirarme al espejo con el comentario de mi amiga. Estaba algo justo pero no estaba mal. No, no estaba nada mal. --Ahora ponte esto --dijo Claudia, dandome una blusa negra de tirantes. Me quedaba holgada de la panza y cintura, pero mis pechos quedaban justos y parecian que cualquier brinquito los haria saltar de mi escote. --!Andale! --dijo Claudia, abrazandome por atras y mirandome a los ojos en el espejo-- Te voy a decir una cosa: Si John puede seguirte viendo a los ojos durante su cita o es maricon o es un caballero. Me quede mirandome al espejo. No se veia de mal gusto mi escote, pero no me sentia comoda revelando tanto de mi. --Con Pedro jamas me hubiera podido vestir asi. --Fernanda, ?que dijimos? --dijo Claudia al darme la vuelta y mirarme a los ojos. --Que ya no hablariamos de ese imbecil. --?Que quieres que haga? Me miro como estoy vestida y escucho su voz en mi cabeza. --Dejame adivinar --dijo Claudia con el ceno fruncido--: ?Por que chingados te arreglaste? ?Quieres que se te queden viendo en la calle? ?Para que quieres que otros gueyes te vean las tetas y el culo? --dijo con voz grave y exagerada. Sonrei y mire mi perfil en el espejo. --Tambien me diria que me quitara esta mugre de la cara -- pase mi mano abierta frente a mi rostro--, que parezco payaso --el imaginarme a mi ex esposo diciendome esas cosas, y muchas otras peores, hizo que se humedecieran mis ojos--. Mas bien me diria que parezco puta. --!No no! --exclamo Claudia, acercandose y dandome un abrazo-- !Que lo metieran a la carcel es lo mejor que pudo haberte pasado! !Ya estas di-vor-cia-da! !Ya no le respondes al baboso ese! --No puedo hacer esto, Clau --me escape de su abrazo y fui hacia la ventana abrazandome de los brazos--. Todavia... todavia lo veo en los rostros de otros hombres. --Amiga, no todos son asi. --?Pero y si John es como Pedro? --Ay, amiga, ?por que crees que te lo presente? !Porque es todo lo opuesto a tu ex! --No estoy lista, Clau... Hablale y dile que... --No, ni madres --Claudia tomo mi celular y me lo estampo en la mano--. Si vas a cancelarle, hazlo tu. Solo me tomo unos segundos teclear un mensaje y enviarlo. --Listo --dije. Claudia gruno. -- ?Como esperas conocer a alguien si nunca sales de la casa? --No lo se... Pero... No, todavia no... Baje la cabeza y regrese a mi habitacion. Me sente en el escritorio y mire mis libros. "?Que estabas pensando, Fer?" pense, abriendo el libro. "Ahorita con mi certificacion no tengo tiempo de andar saliendo con nadie." Sono la campanita de mensajes de mi cel. Lo abri y vi el mensaje de John: --Al menos dejame llevarte esta flor que te compre. Que tierno. Debi contestarle, pero cuando trate de imaginarlo en mi puerta regalandome una rosa me asalto el recuerdo de la mirada imponente de Pedro sobre mi. Deje el cel en la mesa y de reojo vi que mi bote de basura ya estaba lleno de papeles. Tome mi cesto y recorri toda la casa para juntar las basuras de todos los botes. Un viejo habito de cuando estaba casada. Siempre que estaba a punto de explotar por algo juntaba toda la basura de la casa y la llevaba afuera. Y esa noche no era distinto. Ansiaba continuar con mi vida. Habia sido toda una odisea divorciarme con Pedro en la carcel. Y luego de escucharlo decirme todas las cosas que me dijo la unica vez que se me ocurrio irlo a visitar pense que me sentiria libre cuando ya terminara todo. Suspire cuando llegue al tambo y levante la tapa. Recorde cuando Pedro y yo eramos novios. Me regalaba rosas siempre que nos veiamos, hubiera jurado que conocimos todos los parques de la ciudad, y todo el tiempo me decia lo hermosa que era. Cerre el tambo luego de echar la basura, y me abrace los brazos. El aire estaba fresco, y parpadee mas rapido para no llorar. Talle mis ojos y sobe mis parpados mientras lo hacia. Me prometi que ya no lloraria por mi matrimonio fracasado. --Estas mejor que antes, estas mejor que antes --me repeti una y otra vez teniendo los ojos cerrados hasta tranquilizarme. Volvi a la casa y Claudia estaba encerrada en su habitacion hablando con algun muchacho. No sabia lo que estaba diciendo, pero identifique el tono que estaba usando. Habia visto a mas de un hombre doblarse a la voluntad de mi amiga cuando les hablaba asi. La envidie en ese momento. Fui a la cocina y me servi un vaso con agua mientras miraba fuera de mi ventana en completa oscuridad. Estaba viendo el vaso en mi mano cuando escuche un motor apagarse seguido de una puerta de coche azotarse. Levante la mirada y vi un auto negro con los vidrios polarizados estacionado a uno metros debajo el farol de una de las casas frente a las nuestra... Creo que el unico farol que funcionaba en toda mi calle. El que estaba junto a la mia llevaba meses fundido. El tipo que bajo del coche se quedo parado junto al vehiculo. Levanto la mirada y un escalofrio paso por mi espalda al verle. Claudia no vivia en el vecindario mas seguro, pero aquel tipo daba miedo. Tenia la cabeza rasurada y una barba de candado bastante gruesa. No se miraba muy alto, pero si muy corpulento. Traia una camisa negra ajustada, y sus manos se veian tambien negras. Debia estar usando guantes o algo, lo que se me hizo raro pues no estaba tan frio como para usar guantes.

  • Cuatro decadas y un amor de Maria Veronica Cochetti

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    Y finalmente llego el dia en que Paula se canso de tener amantes ocasionales; esos objetos sexuales buscados solo para pasar el rato. Hizo un breve repaso de como estaba su vida en esta etapa y se sintio sola. Arribo a la conclusion de que esas historias vacias de afecto no la estaban llevando a ningun lado. Respiro profundo y decidio que queria volver a ser feliz, compartiendo su vida con un companero que la abrace todas las noches y que la haga sentir valiosa y amada todos los dias. Se convencio en silencio y hasta con un gesto de resignacion, que era el momento de volver a querer y dejarse querer, aun corriendo el riesgo de volver a fallar. Esta sensacion de soledad, coincidio exactamente con un dia en que sus amigas la llamaron para saber porque estaba tan desaparecida. Era un viernes por la tarde de un caluroso verano en la ciudad de Rosario, cuando su voz al telefono denoto algo de melancolia. Su desanimo no paso desapercibido y fue por esa razon que la presionaron insistentemente para salir de copas, a reirse juntas y hacer catarsis grupal. Paula intento eludir la invitacion, pero no encontro una buena excusa que resultara creible. No le quedo otra opcion que aceptar salir con esas locas, que no aceptaban un no como respuesta, cuando de noche y diversion se trataba. Bueno... asi fue que se preparo desde temprano, se arreglo y pinto prolijamente las unas, aliso su cabello rubio y a pesar de creer que sus piernas siempre fueron demasiado largas, eligio unos zapatos con unos tacones de quince centimetros de altura para la ocasion. Se vistio pausadamente, mientras reflexionaba que deseaba que le depare el destino esa noche. Eligio una musculosa blanca con brillitos que contrastaba con su perfecto bronceado y una pollera floreada entallada, delicada y colorida. Se dio un toque de maquillaje muy natural realzando sus pestanas y salio determinada a encontrar al hombre de su vida. Aunque ella no se lo creyera, estaba hermosa e irradiaba frescura esa noche. La cita fue en Rock & Feller's, el bar ubicado sobre el boulevard Orono. Ese lugar de encuentro era frecuentemente el elegido por el grupo. Les gustaba la ambientacion tematica de rock, los tragos, los platos y la buena musica; pero tambien por ser lugar de encuentro de solos y solas. Lo consideraban un sitio muy jugoso para divertirse, aunque sea histeriqueando con la fauna del lugar. Sus amigas no sospechaban de sus intenciones de volver a enamorarse y esa noche (como todas las veces que salian juntas) la llevaron por el camino de la risa facil y las copas de mas. Pero el destino ya habia decidido por ella. Entre copa y copa sintio una mirada. Sintio una mirada de esas que se sienten en el corazon, de esas que cosquillean el alma y dejan huella. Apabullada por las risas de sus amigas intento ignorarla, pero ni las resonantes carcajadas de Daniela pudieron persuadirla de esa sensacion que le calaba hasta los huesos y se apoderaba de su cuerpo. De repente le parecio que el tiempo se congelo, observo a sus amigas que hablaban y reian, pero ella las percibia en camara lenta y con el sonido en off. Se sintio extranada con esa sensacion rara. Quiso negarla restandole importancia; intento seguir hablando como si nada pasara, pero esta persistia indefinible en su cuerpo. A partir de ese instante su vida cambiaria para siempre, aunque aun no lo supiera. La noche siguio su transcurso habitual, mientras ella ignorandolo todo, seguia siendo observada. Cuando ya no quedaron mas temas de conversacion y se saciaron de comer, reirse y tomar; sus amigas decidieron que era hora de retirarse. En el momento que estaban abandonando el local, una de ellas se adelanto y comenzo a conversar con un amigo que estaba en una mesa cercana a la salida, la otra fue directo al toilette y la tercera estaba en la barra pagando la cuenta. Paula quedo rezagada, sola y apurada por alcanzarlas. EL. El era un tipo solitario, un poco raro (dirian los que no conocen su pasado). Esa noche se acosto como solia hacerlo todas las noches: temprano y solo. Pero el calor y el recuerdo de lo vivido no le dejaban conciliar el sueno. Una y otra vez volvian a su mente las imagenes grabadas en su retina. No podia sacarse de la cabeza el feroz ataque de palometas acontecido esa tarde de calor en el balneario de la Florida. Uno a uno revivia los puntos de sutura que habia dado a cada una de las victimas. Recordo el ultimo cuerpo roido por las feroces bestias, que el sano con manos temblorosas y decidio que seria mejor salir a tomar un trago. Quiza un poco de alcohol ayudaria. Asi fue como coincidio con ella, en Rock & Feller's, aquella noche. Llego silencioso y triste. El silencio podia deberse a su cansancio, mas su tristeza lo acompanaba desde hacia un tiempo largo. Se sento en un rinconcito de la barra y ordeno al barman un whisky doble on the rocks. Giro los hielos con el dedo indice de su mano izquierda, mirando el vaso muy fijamente. Luego comenzo a beberlo lentamente, como dejandose anestesiar por el alcohol. Cuando sin querer la vio. Y no pudo dejar de mirarla... La vio riendo y en ese instante sin saberlo, pero sobre todo sin quererlo, se enamoro. La melancolia se le notaba en sus movimientos pausados, pero sobre todo en su mirada. Tenia los ojos mas tristes que la luna. Esa noche esos ojos tristes no pudieron despegarse ni un segundo de esa mujer. La admiro a la distancia y esbozo una mueca parecida a una sonrisa viendola interactuar animadamente con sus amigas, sin saber que estaba siendo observada. Le parecio tan linda y femenina que no podia creer que fuera real. Hacia mucho tiempo que no se sentia tan atraido por una mujer con solo verla. Esta situacion lo hizo parecerse un poco tonto, pero por primera vez en anos no se juzgo y acepto naturalmente sentir asi. Perdido en sus pensamientos, el no percibio que ella sintio esa mirada como un escalofrio que le recorrio el cuerpo, como una sensacion nueva en su ser

  • Saldremos a la lluvia de Mercedes Alonso

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  • Enamorarse de Olga Salar

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    Las hermanas Obando son dos mujeres completamente opuestas, tanto fisica como mentalmente y, a pesar de ello, ambas buscan lo mismo: la felicidad de la que todo el mundo habla, y la misma meta de una vida plena.

  • La ecuacion del amor de Helen Hoang

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    Una novela fresca y tierna que demuestra que no hay suficientes datos en el mundo que puedan predecir que hara que un corazon se enamore. Unos personajes adorables con los que conectas desde el primer momento. Una historia original que trata temas tan profundos como las relaciones, el amor y el sexo, entre personas complejas como un gigolo y una chica con Asperger. Stella Lane cree que las matematicas son lo unico que funciona en el universo. Utiliza algoritmos para predecir compras, un trabajo que le ha proporcionado mas dinero del que sabe gastar y menos experiencia en el apartado de las citas que la media de cualquier treintanera.

  • Retaguardia roja de Fernando Del Rey

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    Desde una perspectiva centrada en los ciudadanos de a pie, a los que se les pone rostro y voz, Retaguardia roja indaga en las logicas subyacentes a la violencia que se desplego de forma brutal contra los adversarios politicos en la zona republicana durante la guerra civil espanola (1936-1939). En contraposicion con las modas y los estudios mayoritarios al uso, que han tendido a priorizar la historia de las ciudades y la poblacion urbana pese al perfil abrumadoramente agrario que presentaba la sociedad de entonces, la mirada se ha focalizado aqui en el mundo rural, escenario privilegiado para calibrar el significado y el alcance politico de los conflictos y contradicciones que recorrieron la Espana de los anos treinta.

  • Un lugar desconocido de Seicho Matsumoto

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    Cuando recibio la noticia, Tsuneo Asai se encontraba de viaje de negocios en la ciudad de Kobe. Eran las ocho y media de la noche y estaba cenando con un grupo de empresarios de la industria de alimentos procesados. Asai era el encargado jefe del departamento de Alimentacion del Ministerio de Agricultura y Silvicultura. Habia llegado un dia antes junto con el director general, el senor Shiraishi, que el mes anterior habia sido ascendido desde otro departamento y no sabia practicamente nada sobre gestion de alimentos. Ambos habian estado visitando fabricas de enlatado y plantas de procesado de jamon en la region de Osaka y Kobe, y tenian previsto dirigirse a Hiroshima al dia siguiente. Aquella noche se habian reunido con algunos empresarios locales para celebrar una velada informal. El ambiente empezaba a decaer. El director general Shiraishi, que era tres anos mayor que Asai, mantenia una conversacion sobre golf con el presidente de la asociacion, sentado frente a el. Shiraishi tenia un handicap de golf bajo. Ademas, era practicamente un profesional en juegos de mesa como el go y el shogi, y su dominio del mahjong era conocido en todo el ministerio. Asai estaba sentado a su lado, bebiendo sake a pequenos sorbos mientras escuchaba al director con expresion sumisa. Consideraba que prestar atencion a la chachara de su jefe era una senal de respeto. Shiraishi hablaba en voz demasiado alta por culpa del whisky. Su carrera estaba siendo meteorica, pues habia llegado a director general a los cuarenta y cinco anos. A diferencia de Asai, Shiraishi habia estudiado Derecho en la Universidad de Tokio y era el nino mimado del viceministro, lider de una de las facciones politicas del ministerio. Antes del cambio de director, Asai habia advertido a los empresarios de que al cabo de tan solo dos anos -- quiza incluso uno y medio-- el nuevo director general seria trasladado a un ministerio de mas relevancia, y que aquel cargo no era mas que un peldano en su ascenso hacia el exito profesional, una simple ocupacion temporal a la que no tenia previsto dedicar demasiados esfuerzos. <> Los empresarios eran personas sin apenas formacion, por lo que solian dejar los asuntos practicos en manos del veterano Asai. El encargado jefe mantenia una relacion de perfecto entendimiento con ellos, pero delante del director general se esforzaba en disimularlo. En la universidad, Shiraishi habia dedicado su tiempo libre a perfeccionar pasatiempos como el go, el shogi o el mahjong, mientras que Asai era hijo de una familia humilde que habia conseguido con muchos esfuerzos graduarse en una universidad privada y ahora ocupaba un puesto en un departamento gubernamental. Ambos hombres eran tan diferentes que no parecian de la misma especie. En la sala habia unas veinte geishas. Enfrente del director general se encontraba la mas destacable. Resulto que la muchacha tambien jugaba al golf, y se habia unido a la conversacion. Su presencia frente a Shiraishi durante toda la velada, que ya se acercaba a su fin, parecia una maniobra del vicepresidente de la asociacion local de empresarios de alimentos procesados, el senor Yagishita. Al menos eso era lo que Asai sospechaba. Yagishita se dedicaba a la produccion de jamon y salchichas. De repente, alguien susurro algo al oido de Asai y este penso que se trataba de Yagishita, que se habia levantado del asiento desde donde analizaba todas las reacciones del director general. Pero no era Yagishita, sino una de las camareras del lujoso restaurante. --Tiene una llamada de su casa --dijo la muchacha en voz baja. Asai no se levanto enseguida. Salir precipitadamente habria sido una falta de respeto para con el director general. Para ganar tiempo, cogio el vaso de sake de la mesa y bebio un sorbo. Mientras fingia interesarse por la conversacion de su jefe, se pregunto cual seria el motivo de aquella llamada tan tardia. A pesar de que solia viajar bastante por trabajo, su esposa Eiko casi nunca le llamaba, y con ellos no vivia nadie mas. Cuando tenia previsto hacer un viaje largo, su mujer invitaba a su hermana pequena a casa para que le hiciera compania. Aquel viaje iba a durar cinco dias, asi que su cunada debia de estar con ella. Una llamada de Tokio a aquellas horas de la noche no presagiaba nada bueno. Si bien era cierto que no habia pisado el hotel en todo el dia, ?que podia ser tan urgente como para que Eiko, que casi nunca le llamaba, se viera obligada a localizarlo en el restaurante? No podia ser un asunto domestico trivial que se le hubiera ocurrido consultarle precisamente entonces. Despues de aproximadamente un minuto, Asai se levanto en silencio del cojin donde estaba sentado sobre sus talones. Su jefe estaba de espaldas a el, enfrascado en su conversacion con el vicepresidente. Al incorporarse, la geisha le dirigio una rapida mirada de soslayo, pero enseguida volvio a centrar la atencion en Shiraishi. Saltaba a la vista que aquella muchacha, de veintisiete o veintiocho anos y la cara perfectamente ovalada, era del agrado del director general. La camarera, que lo estaba esperando en el exterior de la sala de banquetes, condujo a Asai a traves de un pasillo. Despues de doblar dos equinas llegaron a una cabina telefonica. A traves de la puerta de cristal se veia el auricular descolgado. --Hola, soy yo --dijo Asai, pero nadie le respondio. Se le acelero el pulso. Al otro lado de la linea se oia un murmullo de voces, pero eran demasiado lejanas para descifrar lo que decian. Oyo a una mujer que sollozaba muy cerca de su oido y reconocio a su cunada Miyako. No podia decirle nada porque estaba llorando. --?Que ha pasado, Miyako? --pregunto Asai con un ligero temblor en la voz, temiendo que a Eiko le hubiera sucedido algo y no hubiera podido llamarle en persona. --Eiko ha… --Asai no entendio el resto de la frase. Su cunada estaba tan alterada que era dificil decir si estaba riendo o llorando. Entonces le parecio que habia dicho <>. --?Como? ?Que has dicho? --Ha muerto. Ha sido muy repentino. --?Ha muerto? ?Estas segura? --Una camarera paso por detras de la cabina, pero la puerta de cristal estaba firmemente cerrada y la chica ni siquiera reparo en el--. ?Cuando ha sido? Una fuerte oleada de sollozos ahogo las palabras de su cunada durante un buen rato. --Hace tres horas. ?Su mujer llevaba tres horas muerta y el no lo habia sabido hasta ahora? Tres horas antes acababa de entrar en el restaurante. Antes de salir de Tokio habia anotado para Eiko y Miyako su agenda de actividades previstas y los nombres de los hoteles en los que se alojaria. Miyako debia de haber llamado al hotel, donde le habrian dado el numero de telefono del restaurante. Aun asi, habria podido localizarlo inmediatamente. Asai penso que debia de haber sido un accidente: aquello justificaria el retraso en darle la noticia. Ademas, su mujer debia de haber muerto fuera de casa. De lo contrario le habrian avisado enseguida. Aunque la hubieran llevado al hospital, alguien le habria llamado mucho antes. --?Ha sido un accidente? --pregunto. --Soy yo --le respondio una voz diferente--. No, no ha sido un accidente. --Era el padre de Eiko. Incluso el, que vivia en Hachioji, habia tenido tiempo de llegar a su casa--. Se le ha parado el corazon. Ha sido muy repentino. --Un ataque de tos distorsiono la voz turbada de su suegro, de setenta anos--. Estaba en la calle. Ha sufrido un infarto y ha entrado precipitadamente en la tienda mas cercana. La duena ha llamado a Miyako, que ha ido enseguida en taxi, pero ya era demasiado tarde. --Ya veo. ?Y ha sido la duena de la tienda quien ha llamado a la ambulancia? --pregunto Asai, haciendo un esfuerzo por dominar sus emociones. --En realidad, habia una clinica de medicina general a unos doscientos metros y enseguida ha ido un medico. Pero su corazon ya habia dejado de latir. Eiko estaba delicada del corazon. Dos anos antes habia sufrido una angina de pecho. --?Donde esta ahora? --La han traido a casa hace una hora. Miyako ha llamado a tu hotel para preguntar donde estabas. --Parecia que su suegro intentara excusarse por haber tardado tanto en avisarle. A traves del auricular oia llorar a Miyako y a otra persona, que le parecio el hermano pequeno de su mujer--. ?A que hora llegaras? --Los trenes bala ya no circulan a esta hora. Si consigo llegar a tiempo al aeropuerto, volvere en avion. Si no, tomare el tren nocturno que llega a Tokio manana por la manana. --Te estaremos esperando. En fin, es una tragedia. Procura… --Su suegro seguramente iba a decirle que procurase mantener la calma y regresar a casa sano y salvo, pero la voz se le quebro. Casi parecia que le pesara mas el hecho de haberle fallado a su yerno avisandole tan tarde que la muerte de su propia hija. Asai salio de la cabina e hizo una sena a una camarera que pasaba por el pasillo. --?Hay algun avion que vuele a Tokio esta misma noche? La muchacha se arremango una de las mangas violeta del kimono que llevaba y consulto un pequeno reloj de pulsera. --Son casi las nueve y diez y el ultimo avion despega a las nueve y media, asi que me temo que ya no le da tiempo a llegar al aeropuerto de Itami. --El restaurante tenia muchos clientes de la capital, por eso el personal conocia de memoria el horario de los vuelos--. ?Necesita regresar ahora? --Si. ?A que hora sale el expreso? --Hay uno que sale de Sannomiya a las diez y cinco y llega a Tokio manana, sobre las nueve y media. --Pues tomare este. ?Puede llamar a un taxi? --?Para una persona? --Si, regresare yo solo. Es una emergencia. Mientras recorria el pasillo de vuelta a la sala de banquetes, decidio pedirle al vicepresidente Yagishita que atendiera al director Shiraishi. No podia pedir al ministerio que enviaran a un sustituto, asi que su jefe tendria que completar solo los dos dias de visitas que todavia tenia por delante. Un hombre como el, al que le gustaba darse aires de importancia, se sentiria humillado viajando sin acompanante. Se planteo pedir un sustituto a la delegacion de Hiroshima, pero descarto la idea porque le parecio irrespetuoso dejar al director general y a los empresarios con alguien que no fuera de la sede del ministerio. A pesar de la conmocion de haber perdido a su mujer de forma tan repentina, Asai estaba completamente centrado en resolver los asuntos del trabajo. Cuando volvio a la sala de banquetes ya habian servido el ultimo plato. Su jefe estaba dando buena cuenta de un cuenco de arroz con besugo y te verde. La geisha seguia entreteniendolo. Despues de que Asai le hiciera una reverencia a Shiraishi y se sentara, la muchacha le pregunto si queria arroz con besugo y te verde o preferia arroz blanco. Asai detecto en el rostro de perfil de su jefe un ligero malestar por su prolongada ausencia. Mientras sujetaba el cuenco caliente de arroz con la punta de los dedos, pensaba en la mejor forma de exponerle el asunto. No tenia tiempo que perder. La voz llorosa de Miyako todavia resonaba en sus oidos. Asai volvio a dejar encima de la mesa el cuenco que acababa de levantar, se arrodillo y se acerco a su jefe. --Senor Shiraishi, le pido disculpas de antemano --le susurro al oido. Su jefe se inclino en su direccion, frunciendo la frente para indicarle que lo escuchaba--. Me gustaria pedirle que este asunto no trascendiera al resto de los invitados. --La velada no estaba tan animada como a la hora del aperitivo, pero la conversacion continuaba viva--. Acabo de recibir una llamada de Tokio, desde mi casa. Parece ser que mi esposa ha fallecido repentinamente. --Shiraishi se inclino un poco mas con expresion confundida, como si no hubiera entendido bien la palabra <>--. Ha sufrido un infarto hace tres horas. La palabra <> si que llego a sus oidos con claridad. El director general abrio los ojos como platos y dejo el cuenco de arroz encima de la mesa. Su mirada se paseo por el comedor y finalmente se detuvo en el rostro de Asai.--?Estas seguro? --pregunto en el tono grave que la situacion requeria. --Me temo que si --confirmo Asai en un murmullo--. He hablado con mi suegro y mi cunada. --?Estaba enferma? --inquirio su jefe, bajando la voz como habia hecho Asai. --No, gozaba de buena salud. Se ve que ha empezado a encontrarse mal en la calle, ha entrado en una tienda cercana y ha muerto en el acto. --!Cielo santo! Como Asai le habia pedido la maxima discrecion para que la triste noticia no trascendiera, su jefe se limito a agachar ligeramente la cabeza. Su irritabilidad muto inmediatamente en una expresion en la que se mezclaban la compasion y el nerviosismo. --Debes volver a Tokio ahora mismo --le ordeno en voz baja. --Si, senor. Lamento no poder seguir siendole de ayuda en este viaje. --No te disculpes, no importa --dijo Shiraishi, y consulto su reloj--. A esta hora ya no saldran mas aviones. --No. --?Sabes si todavia hay trenes? --Le he preguntado a una de las camareras y me ha dicho que hay un tren nocturno que sale a las diez y cinco. --No tienes mucho tiempo. Mas vale que te vayas, me las arreglare solo. --Muchas gracias, senor. Lamento las molestias que le estoy ocasionando. --En absoluto. No te preocupes por mi. Los representantes de la industria de alimentos procesados seguian comiendo y bebiendo ajenos a todo, pero lanzaban alguna que otra mirada de curiosidad a los dos hombres que hablaban en susurros. La geisha habia tenido la discrecion de no entrometerse y estaba conversando en voz baja con una de sus companeras. --De acuerdo. Gracias, senor. --Ire a ofrecer mis condolencias a tu familia en cuanto regrese a Tokio. --No sera necesario, senor… Se lo agradezco mucho, pero se que esta muy ocupado. --En cualquier caso, sera mejor que te vayas. Ya encontrare el momento adecuado para decirselo a los demas. --No hace falta que se moleste. Llamare al vicepresidente Yagishita para que salga al pasillo un momento y le pondre al corriente yo mismo. El informara a los demas. --Entendido. El director general acepto sin vacilar, como si lo aliviara saber que no tendria que ocuparse el mismo de comunicar a los demas el infortunio sucedido en el hogar de su subordinado. --En cuanto al resto del viaje, senor, podria pedirle al director de Asuntos Generales de la delegacion de Hiroshima que le acompanara en sus visitas. Si esta usted de acuerdo, le dire a Yagishita que tome las disposiciones necesarias. --No te preocupes por nada, me las arreglare solo. --Pero habria que zanjar los asuntos pendientes… --Tranquilo. Anda, vete. Todavia tienes que pasar por el hotel para recoger tus cosas, ?verdad? --Si. En ese caso, senor, sera mejor que me vaya. A esas alturas, todo el mundo habia advertido ya que ocurria algo excepcional. Cuando Asai se levanto del cojin, treinta pares de ojos se posaron sobre el. Asai le hizo una sena a Yagishita con la mirada y salio al pasillo. El hombre lo siguio inmediatamente. El vicepresidente se quedo perplejo al oir la tragica noticia. Para no perder mas tiempo, ambos hombres hablaron mientras caminaban hacia la puerta de salida. --Me ha parecido raro que empezara a cuchichear con su jefe nada mas regresar, pero jamas habria imaginado que se tratara de algo tan espantoso. No se que decir… Yagishita agacho su cabeza calva y le hizo una profunda reverencia a Asai. --Gracias. Para mi tambien ha sido muy inesperado. --Naturalmente. Es una autentica pesadilla. Los demas tambien se sorprenderan mucho cuando se enteren. --No me ha parecido apropiado anunciar una noticia tan triste durante la cena. ?Lo haras tu cuando encuentres el momento adecuado? --Faltaria mas. Pero aqui no tiene por que guardar las apariencias, senor Asai. Nos conocemos desde hace mucho tiempo, esta usted entre amigos. No se preocupe, avisare a los demas. --Me gustaria pedirte otra cosa. Cuando yo me vaya, el director general tendra que seguir viajando solo. No habra nadie que lo acompane. Si tuviera que venir alguien del ministerio, ya no llegaria a tiempo, pero he pensado que tu podrias llamar manana por la manana a Asuntos Generales de la delegacion de Hiroshima y pedirle al director que vaya a recibir al senor Shiraishi a la estacion y lo acompane en mi lugar durante el resto del viaje. --Por supuesto, no hay problema. Asi lo hare. Pero no tiene por que pensar en estas cosas en un momento como este, senor Asai --observo Yagishita en tono compasivo. --Debo hacerlo, es mi responsabilidad. Tengo que asegurarme de dejarlo todo bien atado. No puedo permitir que los asuntos personales me distraigan del trabajo. --Pero esto no es un asunto personal cualquiera, !su esposa ha fallecido! Es completamente distinto. --Aun asi, hay que saber distinguir lo laboral de lo personal. El senor Shiraishi se quedara solo, y no le gustara dar esa imagen. --Bueno, supongo que tiene razon, pero… --?Me haras ese favor? --Si, de acuerdo. Espero que tenga un buen viaje de vuelta. Asai se detuvo un instante y se inclino hacia el oido de Yagishita. --?Que opinas de la muchacha que esta sentada enfrente del senor Shiraishi? ?Crees que podria surgir algo mas entre ambos? Yagishita se quedo atonito ante la pregunta de Asai. --Senor Asai, ?de verdad le preocupan esas cosas en un momento como este? Asai no salio de su estupor hasta mas tarde. Mecido por el traqueteo del tren nocturno, sin poder dormir, se dio cuenta de que se le habia olvidado preguntar donde estaba Eiko cuando habia sufrido el infarto.

  • Tenebris de Monica Benitez

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    Eiver --!Zaiguer! --lee nuestro adalid en voz alta y fuerte tras sacar un papel de la urna. Sonrio, Zaiguer es un chico fuerte y muy capaz de defenderse, a su lado, quiza logre sobrevivir un par de dias. --!Y por ultimo...! --grita metiendo la mano en la urna de las chicas. --!Me presento voluntaria! Mi voz suena por encima del silencio y de la inquietud que produce siempre este momento. Todos se giran hacia mi con asombro, lo que aumenta mi ritmo cardiaco al sentirme el centro de todo. --?Que demonios haces? --susurra mi amigo Brano a mi lado--?te has vuelto loca? --Tengo que encontrar a mi padre y a mi hermano--murmuro notando como me late el corazon con fuerza. --?Quien ha hablado? --pregunta el adalid. --Yo, Eiver--contesto hecha un mar de nervios y tambien cagada de miedo. --Acercate--ordena bajando de lo que el llama el pedestal. Aunque no es mas que una enorme roca plana que sobresale de la tierra. Todos los aldeanos se hacen a un lado para abrirme camino hasta el, que me espera con una sonrisa de labios finos y rectos que no se descifrar, mirandome con sus profundos ojos negros y ese pelo grisaceo y brillante que tapa parte de su futura calva. --Pudiste presentarte voluntaria hace meses, ?por que ahora? ?Es que hay algo que nos ocultas? Como era de esperar, se muestra desconfiado, tipico del hombre que nos gobierna. --No, senor--respondo con el corazon encogido--antes no estaba preparada, ahora si. --Ya--se rie con ironia--?A que te dedicas? --Herborista, soy herborista. Me mira con el ceno fruncido mientras un silencio sepulcral nos rodea esperando su respuesta, ahora mismo siento panico, antes esto era voluntario, cada semana dos personas se ofrecian para salir al otro lado de nuestros muros en busca de algun lugar donde trasladar nuestro asentamiento, nuestros recursos de agua se agotan, tres de nuestros cinco pozos ya estan totalmente secos, si no encontramos ese lugar pronto, no solo pasaremos sed, tambien pasaremos hambre. Al principio era asi, gente voluntaria la que se ofrecia, pero tras varias semanas viendo que nadie regresaba, los voluntarios dejaron de aparecer. Despues de una corta reunion entre el adalid y los miembros del consejo, se tomo la decision de incluir los nombres de todas las personas a las que ellos consideran prescindibles en dos urnas, una con los hombres y otra con las mujeres, y cada semana dos nuevas personas son elegidas para lo que todos consideran una mision suicida. --Nos sobran herboristas, lo cual te hace prescindible, ve a descansar, saldreis al amanecer--ordena dando la seleccion por concluida. Brano me coge del brazo con fuerza y me arrastra por todo el campamento hasta llegar a nuestro arbol, ese en el que tantas veces hemos reido y llorado juntos, donde nos hemos consolado el uno al otro. El es mi mejor amigo, mejor dicho, mi unico amigo teniendo en cuenta que aqui la amistad es un lujo que muy pocos se permiten, lo primero es la supervivencia, y si para ello tienes que traicionar a un amigo, se hace. Brano y yo no pensamos asi. --!Estas loca, joder! --grita iracundo--?como se te ocurre? Eres herborista, no sabes cazar, no sabes defenderte, ni siquiera sabes utilizar el cuchillo. No duraras ni una noche ahi fuera. --Me las apanare. --?Te las apanaras? Dime una cosa, ?que haras si algun salvaje de los asentamientos vecinos te ataca? ?O los moradores y los canibales? ?Te defenderas con una planta? -- pregunta mordaz, lo que me deja sin respuesta a la espera de que se calme. Por fin se sienta junto al tronco, encoge las rodillas y se las abraza mientras me observa intentando descifrar lo que pasa por mi mente. --?Por que? --susurra. --Ya lo sabes--contesto sentandome a su lado--tengo que encontrar a mi padre y a mi hermano. Brano suspira derrotado, sabe que nada me hara cambiar de opinion, y aunque lo consiguiera ahora ya es tarde, nadie puede retractarse de una decision asi. --Nadie ha vuelto, Eiver, mas de setenta personas han salido ya ahi fuera y ni uno solo de ellos ha vuelto, sabes que mi padre tambien esta entre ellos, pero tenemos que aceptar que estan muertos. --Me niego a pensar eso, quiza un lugar habitable donde cavar pozos esta mucho mas lejos de lo que pensabamos... --Los primeros partieron hace nueve meses, nadie puede caminar tan lejos sin toparse antes con el bosque oscuro de Tenebris, por no hablar de que antes se habran tropezado con varias comunidades de salvajes, con moradores, canibales... Salir ahi fuera es un suicidio y lo sabes. La piel se me eriza y un nudo de panico aterriza en mi pecho para quedarse, pero siento que es lo que debo hacer. --?Y que mas da? Ya has oido al adalid, soy prescindible, mi nombre esta en esa urna y tarde o temprano hubiese salido, solo he adelantado los acontecimientos. --Eso no lo sabes, quiza entre tanto hubiesen encontrado una solucion. --?Que solucion? --le corto--el agua se acaba, la mitad de los cultivos estan secos, las raciones diarias son cada vez menores, si no nos matan ahi fuera, acabaremos muriendo de sed o matandonos entre nosotros por las ultimas gotas de agua aqui dentro. --Si me hubieses dicho tu mierda de plan te hubiese acompanado. --Lo se, por eso no tenias que saberlo, aqui estas a salvo, Brano, estudias medicina, tu nombre jamas entrara en esa urna--sonrio. --Ya, pero olvidas que el agua se acaba--sonrie tambien. --Alguien encontrara un nuevo asentamiento, estoy segura. Seria muy heroico afirmar que ese alguien sere yo, pero no sera asi, Brano tiene razon, mis posibilidades de sobrevivir ahi fuera son muy pocas, por no decir ninguna. --Toma, llevate esto--dice entregandome su brujula. --Ni hablar, no puedo aceptarla, era de tu abuelo y se lo que significa para ti. --Escuchame, la vas a aceptar--ordena colocandola en mi mano--aqui la mision siempre es la misma, todos los que salen ahi fuera son enviados al este o al oeste para seguir la linea paralela del resto de asentamientos. --?Como sabes eso? --Oi parte de una conversacion entre el adalid y los consejeros, ya sabes como es la zona donde nos encontramos, ?no? --Pues la verdad es que nunca me ha quedado muy claro. --Da igual--dice cogiendo un palo y comenzando a dibujar en el suelo--este es nuestro asentamiento, y esto de aqui, las enormes montanas que ves ahi--senala a nuestras espaldas. Siempre me han producido mucha impresion, por mas que las veo a diario no consigo acostumbrarme a ellas, son enormes paredes verticales de rocas escarpadas que escalan hacia el cielo sin limite. Jamas hemos visto la cima, a partir de cierta altura siempre estan cubiertas por una densa niebla grisacea, son algo infranqueable. Sabemos poco de lo que sucedio durante los seismos, solo que murio mas del noventa por ciento de la poblacion mundial y que el mundo, tal y como era antes, dejo de existir para dejar paso a otro nuevo. Los mapas antiguos no sirven de nada, la orografia cambio completamente, donde antes habia una ciudad, ahora perfectamente puede haber una montana escarpada como la que tenemos aqui, o simplemente estar hundida bajo el mar. Segun los contadores de historias, esta montana no deberia estar aqui, se formo porque dos placas tectonicas chocaron con tanta fuerza que elevaron la tierra, dejando como prueba del impacto la monstruosidad junto a la que vivimos. --Esa montana se extiende a lo largo de toda la zona norte, nuestros exploradores nunca han encontrado el final, tanto en un sentido como el otro. Nuestro asentamiento, como todos los demas, se encuentra al pie de esta montana, por lo tanto--dice trazando una linea por debajo de la montana que ha dibujado--solo hay tres direcciones posibles cuando sales de aqui, este, oeste o hacia el sur. --El sur esta prohibido--susurro mientras un escalofrio me recorre la espalda. --Exacto, en el sur esta el bosque oscuro de Tenebris y ya sabes lo que se dice de el. --Que esta maldito--vuelvo a susurrar. Mi mente vuelve atras en el tiempo para recordar la ultima vez que nos sentamos alrededor de Kolian, el contador de historias de nuestro poblado. Desde que tengo memoria, todas las noches de luna llena nos reunimos todos en la explanada principal, se enciende una gran fogata, y Kolian, uno de los ancianos del poblado y al que todos conocemos como el contador de historias, nos recuerda entre otras muchas cosas, porque no debemos adentrarnos en el bosque oscuro, o Tenebris, como le llamamos nosotros. "Nadie que se haya adentrado en el bosque oscuro mas de cien pasos ha logrado salir, segun cuentan quienes han tenido la astucia necesaria para dar media vuelta a tiempo, en cuanto pones un pie dentro de sus limites, los dias se vuelven como las noches, la densidad de su vegetacion no deja paso a la luz del sol, el frio alli es como el peor de los inviernos. Cuentan que se oyen susurros de las almas perdidas, lamentos de quienes han sufrido las mas agonicas de las muertes..." Respiro profundamente y me centro de nuevo. --Ya sabes que la aguja de la brujula siempre senala el norte--dice mirandome fijamente. --Si. --Bien, porque si alguna vez te encuentras en apuros serios, quiero que utilices la brujula y te dirijas al sur. --?Hacia el bosque oscuro? --pregunto atonita. --Si. --Nadie ha salido de alli con vida, Brano--comento sorprendida de que mi amigo quiera que me dirija hacia una muerte segura. --Eso no lo sabes, ni tu, ni yo, ni nadie--sentencia. --?Que quieres decir? --Desde pequenos siempre nos han contado la misma historia, que nadie ha salido, pero ?y si no es cierto? Puede que no hayan salido porque a lo mejor lo han atravesado, y lo que han encontrado al otro lado ha sido mucho mejor que lo que tenemos aqui y simplemente hayan decidido quedarse. Le observo con una mezcla de miedo e intriga, Brano siempre ha destacado por su inteligencia, pero tambien por ser prudente, y esto ultimo no encaja con lo que me esta aconsejando. --Recuerda que todos los que han tomado la decision de entrar eran proscritos, gente que habia cometido algun delito penado con la muerte, es normal que no saliesen, Eiver, aqui les esperaba una muerte segura, en el bosque tenian una oportunidad. --No sabia que pensabas asi...

  • El amante silencioso de Clara Sanchez

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    Isabel, una mujer que trabaja en la Asociacion de Victimas Dependientes, recibe una propuesta peculiar que va mas alla de sus competencias: debe ir a una region de Kenia, Mombasa, para localizar y rescatar a un joven llamado Ezequiel que ha sido abducido por la Orden Humanitaria, una secta que esconde algo turbio.
    Isabel acepta la mision dispuesta a redimir la culpa que le atosiga desde que su hermano, victima de otra secta, se suicido sin que ella pudiera ayudarle.

  • LOS CADAVERES NO SUENAN: La segunda novela policiaca del agente del FBI Ethan Bush de Enrique Laso

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    Si te apasionaste con ‘Los Crimenes Azules’ volveras a disfrutar con LOS CADAVERES NO SUENAN. Una novela policiaca que esta fascinando a los amantes del genero.
    ENRIQUE LASO regresa con la segunda entrega de la serie de novela negra protagonizada por el agente de la UAC Ethan Bush, impulsado por el exito mundial tanto de ventas como de critica de ‘Los Crimenes Azules’ (ya traducida a 6 idiomas, los derechos cinematograficos comprometidos con Hollywood y con mas de 350.000 copias vendidas)

  • No te impliques de Sonia Lopez Souto

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    Kathleen es una joven volcada en su trabajo. La muerte de sus padres siendo una nina y mas tarde la de su abuela, no solo la han dejado huerfana, sino que tiene una sensacion de vacio que solo cuidar de los bebes mas fragiles logra mitigar.

  • Mentiras que seducen de Alessandra Torre

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    Hay secretos que pueden acabar con el amor mas grande… o hacerlo mas fuerte.

  • Por que el tiempo vuela de Alan Burdick

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    En esta exploracion ingeniosa, elegante e intima, Alan Burdick, autor galardonado y redactor de la revista The New Yorker, embarca a los lectores en una busqueda personal para comprender los relojes que hacen tictac dentro de todos nosotros. Durante casi una decada, Burdick se dedico a visitar a cientificos que estudian las cuestiones mas espinosas acerca de nuestras percepciones del tiempo.

  • Adanmel de Gema Gil Gutierrez

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    Raquel es una joven y brillante ingeniera medioambiental, contratada en una fabrica de quimicos en Irlanda. Un vertido al rio procedente de un deposito ilegal, y un informe detallado del incidente ocasiona el cierre de la fabrica, poniendo su vida en peligro. Salvada de la muerte por alguien que es mucho mas de lo que aparenta ser, descubrira un mundo que ha permanecido oculto durante siglos a la raza humana, y un amor que exigira un sacrificio.

  • Una alianza lujuriosa de Eneida Wolf

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    Continua <> con otra entrega de esta serie para las amantes de la regencia.

  • El bosque oscuro (Trilogia de los Tres Cuerpos 2) de Liu Cixin

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    La esperada continuacion de El problema de los tres cuerpos, el mejor libro de ciencia ficcion y fantasia de 2016 segun El Periodico, y uno de los diez mejores libros de ficcion de 2016 segunPlayground.

  • Culpable (Trilogia Criminal 1), Kris Buendia de Kris Buendia

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    Emily Thompson es declarada Culpable de un delito:
    El asesinato de su esposo.
    Mientras cumple su condena, lee las cartas que dejo antes de morir donde le confiesa la vida secreta que tenia:
    Un lider de El Circulo, un asesino.
    Ahora Emily Thompson esta libre y buscara a los verdaderos culpables, aunque esto la lleve a ser parte de El Circulo.
    Todo sea por cobrar su venganza.
    < Todos deben saber la verdad.
    Yo no lo mate. Yo no lo hice.>>

  • Cicatrices inutiles de Juan David Morgan

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    En 1989 Estados Unidos intervino militarmente en Panama para acabar con el gobierno dictatorial de Noriega, antiguo colaborador de la CIA. Cicatrices inutiles es la novela sobre este evento fundamental de la historia reciente de America Latina.

  • Solo tuyo (La fuerza de amar 1) de Barbara Crespo

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    Corrigiendo gracias por las observaciones.

  • Fruitlands de Louisa May Alcott

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    Massachussets, finales de 1840. Los Lamb acaban de llegar por fin a su eden particular: una comuna que profesa la filosofia de los trascendentalistas (la de Thoreau y Emerson). Alli, planean vivir apartados del resto de la sociedad, alimentandose de la tierra y siguiendo los principios de la belleza, la virtud, la justicia y el amor. Todo parece sencillo y amigable en ese bosque lleno de intelectuales bienintencionados, pero quiza necesiten algo mas que filosofia para sobrevivir: ?como haran frente al crudo invierno de Nueva Inglaterra? ?Acaso saben algo sobre el mundo del pastoreo y la agricultura? ?Que ocurrira cuando lleguen las primeras tormentas? Louisa May Alcott esboza un magistral retrato del sueno de una familia que no dudo en unir sus fuerzas para hacer realidad lo irrealizable.

  • En la casa del guarda de Julie Klassen

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    ?Por que habria una dama de esconderse en una casa llena de secretos?
    La senorita Mariah Aubrey desaparece tras un escandalo y se esconde en la casa abandonada de un guarda, en los confines de la hacienda de un pariente. Para ganarse la vida y pagar a su leal sirvienta, Mariah se dedica a lo unico que sabe hacer: escribir novelas.
    El capitan Matthew Bryant, que acaba de volver de la guerra rico y condecorado, alquila una enorme hacienda a un noble empobrecido, decidido a demostrarle a la bella mujer a la que un dia amo y lo rechazo que se equivocaba, y de que manera.
    Al visitar la propiedad, descubre la vieja casa de un guarda y le sorprende encontrar en ella a una joven de cuya identidad no sabe nada, ni tampoco de su pasado. Sin embargo, cuanto mas sabe de ella mas se da cuenta que debe alejarse de alli. Enamorarse de una mujer a la que ha rechazado la buena sociedad no serviria mas que para arruinar sus planes. Ademas, la propia casa alberga sus secretos. ?Podran Mariah y el capitan Bryant descubrirlos antes de que el astuto heredero de la propiedad los entierre para siempre?

  • Los hambrientos y los saciados de Timur Vermes

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    Alemania ha restringido el numero de solicitantes de asilo y Europa ha bloqueado su acceso a traves del norte de Africa. Mas alla del Sahara, se estan construyendo enormes campamentos donde millones de refugiados esperan, esperan y esperan.
    Cuando la presentadora estrella Nadeche Hackbusch visita el campamento mas grande, el joven Lionel reconoce que tienen ante si una oportunidad unica: con 150.000 refugiados, la atencion de la audiencia televisiva esta garantizada cuando empiezan a marchar en direccion a Europa. Pero si el publico esta hipnotizado enfrente de sus pantallas y los anunciantes encantados, no pasa lo mismo con la politica alemana que reacciona de manera tibia, intentando ignorar lo que se avecina. Cuanto mas avanzan, mas se requiere una reaccion del ministro del Interior, y se hace aun mas urgente que tanto el como el resto de alemanes se enfrenten a dos preguntas: ?Que se puede hacer? Y sobre todo ?en que tipo de paises queremos vivir?

  • Guardando las distancias de Iria Blake

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    Lucia esta cansada de su vida anodina junto a su novio.
    Lucia quiere romper con todo y empezar de nuevo.
    Lucia conoce a Liam y comete una locura.
    Pero, ?que es la vida si no hacemos locuras una sola vez?
    ?Que pasaria si, por un flechazo, te cambias hasta de pais para seguir al hombre de tu vida?
    Porque hay decisiones que, aunque sean precipitadas, pueden marcar tu destino.

  • Conjuro de luz de V.e. Schwab

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    Vivi lo que el destino les depara a tus amados heroes. y enemigos.
    El equilibrio de poder finalmente se ha roto. La precaria estabilidad entre los Londres finalmente ha llegado a su punto de quiebre. La oscuridad ha proyectado sus sombras sobre el Imperio Maresh, alguna vez vibrante con la vivacidad roja de la magia. ?Aprovechara otro Londres para resurgir?
    ?Quien caera? Kell, que creyo ser el ultimo Antari vivo, comienza a flaquear bajo la presion de lealtades rivales. Frente a la tragedia, ?podra sobrevivir Arnes?
    ?Quien se alzara? Lila Bard, alguna vez una ladrona comun -pero jamas corriente-, ha sobrevivido y se ha vuelto cada vez mas fuerte al atravesar una serie de combates magicos. Pero ahora debera aprender a controlar la magia, antes de que esta pueda consumirla. Mientras tanto, el desprestigiado capitan del Aguja Nocturna, Alucard Emery, reune a su tripulacion y juntos emprenden una carrera contra el tiempo para conseguir lo imposible.
    ?Quien tomara el control? Ademas, un viejo enemigo regresa a reclamar la corona, mientras un heroe caido intenta salvar a un mundo de la descomposicion.

  • El cerebro escindido de Antonio Trijueque Monge

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    Yo era periodista. No me resignaba a dejar de trabajar en esa profesion aunque estuviera limitado por mi paralisis. Entre en el despacho maniobrando la palanca de control de mi silla de ruedas, movida por la bateria electrica que producia un leve silbido, como si fuera dejando tras de si finos hilos de cautela. Ese motor me daba autonomia suficiente para desplazarme sin problemas, a no ser que me encontrara con los descorazonadores obstaculos de los lugares en donde todavia no habian habilitado rampas que posibilitaran los movimientos a esta clase de vehiculos. Pese vermelas frecuentemente con esos amargos inconvenientes, al menos no dependia de nadie que tuviera que venir empujando pesadamente tras de mi. --?Le apetece un cafe, un te, o tal vez prefiere un refresco? --me ofrecio amablemente el doctor Lizabe. --Un te me vendria bien. Gracias. El cafe me da ardor. Una enfermera fue la encargada de colocar, a los pocos segundos de haber terminado de pronunciar mis palabras, el platito con la taza sobre una mesa pequena que habia junto a mi silla de ruedas. --Esta perfecto --dije despues de haber dado un sorbo de cortesia para probarlo--. Gracias. --Mire estas radiografias --intervino Lizabe sin preambulos, senalando la amplia pantalla holografica del ordenador--. Bueno, no son exactamente radiografias. Son imagenes tomadas con diferentes dispositivos. Creo que ahora sobran explicaciones tecnicas sobre ese respecto. Yo asenti para que continuara. --Observe tambien estas otras fotos tomadas en el mismo lugar del accidente. Fije la vista con el interes que supuestamente debia demostrar. De entre los densos matorrales que crecian en la cuneta de una carretera secundaria, aparecia un coche completamente destrozado. --?Se da cuenta de la proporcion del siniestro? Cuando un mes despues los chicos abrieron los ojos, a nadie se le ocurrio que pudiera haber algo oculto, como lo que precisamente a continuacion le quiero explicar. Ya habia bastante sufrimiento con la muerte de uno de los jovenes. >>Es a causa de este suceso por lo que le he convocado a la cita. Ya ve, para hablarle de un caso olvidado desde hace ya tanto tiempo... ?Se ha planteado alguna vez el concepto de tiempo? Se lo pregunto porque hay miles de versiones al respecto desde que el ser humano tomo consciencia de su entorno. --El tiempo es lo que hay, dicen algunas existencias anodinas, para luego desaparecer como fugaces destellos de luciernaga. Lo lei en algun poema --dije. Observo mi gesto expectante y continuo. --Ahora vuelva a contemplar las imagenes tomadas por mi. No he dejado que las viera nadie antes, a no ser que fuera una persona en quien confiara plenamente. Como puede comprobar, aparecen dos craneos con la mitad de un cerebro cada uno. --Si, es cierto… Solo se ve la mitad de un cerebro. --Puse cara de escepticismo. --Es algo que se presta a inventar chistes impertinentes sobre cierto tipo de gente... ?No le parece? Yo me limite a seguir observando las imagenes que rotaban lentamente, procurando no dar mas juego al comentario. --Fijese bien. El de ella tiene el hemisferio izquierdo, y el de el el hemisferio derecho. El ADN de ambas masas cerebrales se corresponden mutuamente; mientras que los cuerpos, ademas de tener, como es natural, ADN diferentes entre si, no tienen ninguna relacion con cada una de las dos mitades del cerebro… Queria que usted lo supiera para que, como su profesion es la de periodista, se encargue de divulgarlo en su publicacion. Puse un semblante de incertidumbre, como quien de repente se percata de que le quieren vender una mercancia fraudulenta. --Ya veo que incluso en nuestros dias resulta dificil que este asunto sea creible --anadio al ver mi expresion de duda. El aspecto de Lizabe era como el de una persona sin perfil definido. Un hombre sin atributos destacables por el que se le pudiera describir pasadas unas horas despues de haber hablado con el.--Usted es un reportero de prestigio reconocido --prosiguio--, y seguro que encuentra la formula, para que todo esto que le estoy contando, resulte creible y no una ficcion insustancial. --Yo no lo veo asi en absoluto --le corte--. Solo veo que me esta induciendo a que escriba una serie de falacias sin sentido ni realidad. --Reconozco que es usted mas perspicaz de lo que hubiera imaginado. Tiene razon. Evidentemente, lo que yo le trato de explicar cabe a la perfeccion en el largo catalogo de fraudes, a los que dificilmente se les puede dar credito. Aun asi, voy a continuar, porque seguramente, al igual que lo he conseguido yo, en alguna parte del mundo habra otro u otros chalados que tambien ocultan logros similares. Muy pocas cosas suelen funcionar aisladamente. Yo arrugue la boca con un gesto lleno de preguntas sucesivas que se apelotonaban por salir. Al final pregunte: --?Un inconsciente colectivo? --Lleno de arquetipos. Otra vez consiguio arremolinar mi mente: --Demasiado para mi en estos momentos --dije chasqueando la boca con escepticismo--. Prefiero alejarme de esa deriva… Si, segun usted, todo lo que me esta mostrando es la pura verdad, no se de que tiene miedo. ?Que por falta de etica corra el peligro de acabar entre rejas? Al doctor Barnard no le paso nada cuando realizo el primer trasplante de corazon. Todo lo contrario. Quedo para la historia como un heroe y eso que el paciente sobrevivio tan solo una semana. --Efectivamente, por ahi va bien su razonamiento. Como organo, el cerebro no es mas que lo que pueda ser el higado, el bazo o el pancreas; salvo que el cerebro, ademas de consumir energia de manera similar, crea los pensamientos que nos llevan a ser o creer lo que somos. A poder decir <> o <>... o <>. --Entonces, ?por que no es un cientifico sin miedo y lo hace publico usted mismo, aunque eso le cause problemas? Esta claro que recibira el odio y la reprobacion de mucha gente, pero sabe que tambien conseguira el apoyo y la admiracion de muchos mas. No le hace falta el respaldo de ningun periodista como yo. --Le comprendo perfectamente. Pero quiero volver al principio, cuando realice toda la tarea en silencio y sin la ayuda de nadie. Lo hice porque sabia que no causaba ningun mal. Todo lo contrario --dijo sin mostrar sentimientos en su rostro inexpresivo. Mientras hablaba, se habia quedado mirando absorto a traves de los cristales del amplio ventanal a la ciudad sin confines. Algo me indicaba que sus opiniones transmitian muchos mas significados que los encerrados en las palabras anteriores, pronunciadas de una manera neutra, nebulosa… --El problema --continuo-- es que todavia me queda un segundo paso para superar todos estos inconvenientes eticos, morales, legales o como quieran ser llamados. Ustedes, los periodistas, tambien tienen un codigo etico, deontologico, igual que lo tenemos los medicos. De hecho, todo el mundo, se dediquen a la tarea que sea, vienen a tener unas reglas de convivencia con las que poderse entender y respetar. --En las sociedades civilizadas es lo que se suele establecer como principio necesario. Pero no encuentro mucho la relacion... que puede haber en todos estos conceptos que me esta presentando. Tras hacer una breve pausa, en la que parecio recopilar las ideas, continuo: --Le contare las circunstancias de lo que les sucedio a los tres amigos, como consecuencia del accidente… Se quedo pensativo unos segundos mas. --Para que el asunto quede claro, se lo voy a detallar aplicando una letra para cada unos de los tres sujetos y asi no perdernos en la explicacion. Aunque le prevengo de que las narraciones lineales no son precisamente mi fuerte. Por eso le pido disculpas por las veces que pueda saltar de un asunto a otro sin motivo aparente, ya que suelo despistarme y repetir lo que ya he comentado con anterioridad. --Por mi de acuerdo. No se preocupe. Fui a apretar el icono en la pantalla del telefono movil para empezar la grabacion, pero Lizabe me indico que preferia que lo hiciera a la usanza clasica, o sea, utilizando una agenda y un boligrafo

  • Contra la Pared: Y Atrevete de Francisco Correa

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    Sylvia era una rebelde.
    Sumisa en espiritu.
    Pero rebelde.
    Dificil de doblegar.

  • Veronica: “La leyenda… Cobra vida” (Biblioteca del terror 1), John Wolf de John Wolf

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  • El Largo Camino Hacia La Libertad de Nelson Mandela

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    La autobiografia de Nelson Mandela escrita de su puno y letra.

  • La nina de sus ojos de Vicente Muleiro

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    Es aca, sobrina, donde se levanta ese elefante de hormigon. Ahi vivieron. Desde ya, no en este cuadrupedo cargado de signos, la Biblioteca Nacional, construida con una forzada modernidad destinada a envejecer al dia siguiente de su inauguracion. No. En el Palacio Unzue, emplazado entonces en esta gran manzana: Aguero, Libertador --que en este tramo se llamaba Alvear--, Austria y Las Heras. Ahi vivieron, y ahi trabajo mi tio y tu tio abuelo Blas, un personaje al que llegue a conocer. ?Que se puede ver que ellos tambien hayan visto? Un ejercicio posible: contemplar las copas de los arboles que persisten y se trenzan en lo alto, tener la suerte de que la brisa del rio solape la cara y el pecho mientras se mira hacia arriba, dejandose encandilar por las fugaces estrellas solares que se filtran en la espesura. Puede que Peron y Nelly hayan compartido esas suaves epifanias; puede que Peron, contaminado por la adolescencia de ella, haya sentido otra vez la libertad intemporal de una promesa. Aca es. En la barranca que cae hacia la avenida quedan restos del jardin que disenara Ruben Dario. Pero las plantas de ambar que el poeta hizo sembrar ya no estan; las veinte palmeras arracimadas sobre el estanque esfumado, tampoco; al pino inclinado con claveles del aire que besaban el tronco, no se lo ve. Es sobre esa pared de enfrente que alguien escribio <> cuando Eva agonizaba a unos pocos metros. Nelly no se propuso reemplazarla. Tenia apenas catorce anos cuando se instalo en el Palacio, a principios del 54, pero suficiente lucidez para darse cuenta de que por ese camino no lo iba a encontrar a Peron. Ella le ofreceria otras pulsaciones de la devocion. Del Palacio Unzue, estrictamente de la planta del Palacio Unzue, no queda nada. Sobre la calle Austria, el Instituto Nacional Juan Domingo Peron, y el cafe donde el, muneco de marmol, sonrie desde una mesa, no son restos de aquella construccion porque todo fue condenado al derribo. Rugientes excavadoras y rencorosas piquetas ascendieron a los trompicones por la barranca con el objetivo fundamental de aniquilar a sus fantasmas por orden del general Pedro Eugenio Aramburu, que detentaba la presidencia. Durante su enfermedad, Eva habia desatado tambien aqui las desmesuras de su entrega fundacional. Cuando agonizaba en su cuarto del primer piso, los umbrales de la residencia se convirtieron en un centro de peregrinacion y de vigilia; tras su muerte, fue uno de los santuarios donde muchos trataron de enjuagar una pena huerfana. Si buscas en Internet, podras encontrar la filmacion, de poco mas de un minuto, de la demolicion aquella. Con voz deportiva y celebrante, el relator del noticiero cinematografico presenta la destruccion como un inevitable capitulo del progreso urbano. Las paredes caen como bombardeadas desde las costas de Normandia, en el ambito estallan los bloques de cemento contra el piso y un polvo de muerte ocupa el espacio. No es facil suponer que habra encontrado aquella brigada salvaje. ?Manuales de historia militar en la biblioteca? ?Un triste zapato de tacon? ?Los lapices siempre afilados y en fila de Peron, como otro peloton a sus ordenes? Es posible que no, que nada. Hay que recordar que, tras el golpe del 55, grupos de saqueadores ingresaron como un tropel de furia a robar y a burlarse de la intimidad de los derrotados y los muertos. El vestuario de Eva fue conservado para su exhibicion insultante, para que la plebe supiera de los lujos y exorbitancias en las que pueden caer los resentidos y las putas cuando el poder y los amasijos de la historia les dan un lugar. Pero no saben, no tienen ni idea de hasta donde pueden llegar dos guachos --como Peron y Eva-- si les es dado disfrutar de sus conquistas en un palacio afrancesado, como el Unzue, comprado por el Estado nacional para salvar a unos ricatolicos en desgracia y destinarlo a residencia presidencial, con sus insomnes leones de piedra blanca, su galeria flanqueada por columnas de gloria, su majestuosa escalera en Y. No saben: Peron y Eva se trepaban a las barandas de esa escalera y reconstruian alli los juegos de toboganes placeros que no habian disfrutado a su debido tiempo. La ausencia de infancia la prolonga para siempre, dijo un poeta diestro en paradojas. Desde el primer piso se montaban en las barandas, el a la derecha y ella a la izquierda. La voz de partida la daba ella, porque decia que siempre era justa y que, en cambio, el era ducho en triquinuelas. Se lanzaban a caballo desde la baranda y llegaban al unisono, o sea que la diferencia sobre quien de los dos apoyaba primero el pie era de decimas de segundos. Peron cantaba !gane! y Eva protestaba. En esas competencias los encontro una vez el padre Leonardo, que llegaba a intercambiar opiniones sobre conflictos terrenales. Eva le exigio: Padre, usted se me queda en la punta de la escalera y dictamina, como si fuera la voz del Senor, quien de los dos pone primero el pie en el suelo, porque este es un vivo. Y el cura los vio: dos saetas sonrientes, zigzagueando sobre los pasamanos redondeados de marmol, sin concederse nada, concentrados, sin mirarse siquiera de reojo para hacerse de la contienda. !Peron!, canto el cura. El se dejo ganar la siguiente carrera, pero Eva se dio cuenta y le dio un ataque de furia. La misma sensacion de frescura y clandestinidad sentian acaso cuando se preparaban para salir a una funcion de gala. Peron, con frac; Eva, con el calce de un vestido disenado en Europa. Van a decir de todo, menos que esta ropa no nos queda bien. Y partian del brazo y abrazados por el mismo burbujeo pecador, por la certeza de compartir una agradable sobrecarga jocosa al saludar al personal de Cancilleria, a los dignatarios del cuerpo diplomatico. Esos juegos, y otros mas graves, se derrumbaban junto con los esplendidos balcones que se habian dejado acariciar por el jardin; se hacian humo como las alfombras persas y los cortinados que alguna vez habian enmarcado la pose radiante de Eva. En esas semanas de demolicion alguien creyo escuchar su gemido por las noches, pero se trataba de roces del viento entre las paredes despenadas, soplos de brisa sobre los pedazos de una puerta que, en lo alto, daba al vacio sobre la calle Austria, extranas figuras de derrota aptas para la circulacion de espectros, hasta que al dia siguiente esos restos de vida habitada tambien caian bajo el dictamen de una masa vengadora. Pero el encuentro de Nelly con Peron no se produjo alli. Se produjo en la Quinta de Olivos, entonces residencia de descanso para los fines de semana e, impensadamente, una de las sedes de la Union de Estudiantes Secundarios (UES), en este caso para el recreo de las senoritas, segun la iniciativa del ministro de Educacion, Armando Mendez San Martin, quien habia cargado sobre si la responsabilidad de distraer a su jefe tras la concentrada soledad que respiraba luego de la muerte de su mujer. Nelly, Nelida Haydee Rivas, Nelita, vivia en San Telmo; era la hija de la portera de una casa de departamentos en Chacabuco al 1200. Habia crecido en las penumbras sepias de un hogar pobre y concurria al segundo ano del colegio profesional, que entonces preparaba a las mujeres en el arte de dejar caer una milanesa en la sarten y en las murallas defensivas de su monte de Venus. Sin proponerselo, Nelly gozaba de un raro ascendiente entre sus companeras que estaba dado por su circunspeccion, la firmeza de sus palabras, su seguridad motriz y la capacidad resolutiva para las nimiedades de la vida escolar. No le habia dicho ni a sus padres, ni a sus mas cercanas companeras de curso, que acariciaba el deseo de entregarse al Senor, que la indefinible intensidad con que cargaba su persona requeria una resolucion fuerte, con alguna variante del absoluto. Ese absoluto no podria ser otro que Dios mismo. Los espacios de consagracion deberian ser amplios, silenciosos y secretos como un templo, lejos del rumor humano; su habitat cotidiano, una celda donde no entrara una mota de polvo; su cuerpo, una piedra blanca, lisa e ignorada. El rumor mental de su solipsismo se complacia con esas imagenes pero, al contrario de su impulso inmaculado, las visceras le respondian a su imaginacion con un cosquilleo indefinible que subia y bajaba de su vientre a su garganta, de su garganta a su vientre. Cuando el curso tuvo que elegir a la delegada de la UES, su triunfo no deseado fue comodo: era la chica mas carismatica, aunque ese carisma no se apoyara en despliegues jocosos o liderazgos sonoros. Se nego a aceptarlo, mira vos. No estaba en el mundo para los esparcimientos deportivos y los cielos abiertos. Pero los maestros y los padres coincidieron en que una apertura a la expansion corporal podia combatir cierta palidez que a ellos les preocupaba. Decidio probar para complacerlos, con la salvedad de que, si la actividad le disgustaba, renunciaria de inmediato. Peron eran dos silabas vibrantes en la casa de Nelly, en ese cuarto de prestado al que el padre llegaba de la fabrica de chocolates Noel y donde la madre descansaba de sacar brillo a los corredores. Era, Peron, alguien a quien borrosamente se le debia la digna subsistencia, pero mas aun la promesa de salir alguna vez de ese cuartucho donde los tres se escuchaban la respiracion por las noches, acostumbrados ya al aroma de sopas o fritangas que seguia flotando a la hora de conciliar el sueno. En algun lugar, a Nelly le importaba mas conocer al Presidente, ese mito casero, que hacer deportes, subirse a una motoneta o respirar hondo, entre la arboleda, el aire rioplatense.

  • La promesa de Gerturda, Ram Oren de Ram Oren

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    <>Elie Wiesel, escritor y Premio Nobel de la PazMichael Stolowitzky, hijo unico de una acaudalada familia judia polaca, tiene tres anos cuando estalla la guerra y su familia lo pierde todo. Desesperado por salvar la empresa, su padre se va a Francia, dejando a su hijo al cuidado de su madre y Gertruda Babilinska, una ninera catolica muy unida a la familia. Cuando su madre sufre un infarto, Gertruda le promete en su lecho de muerte que llevara a Michael a Palestina y lo criara como a su propio hijo.Escrito con el asesoramiento exhaustivo de Michael Stolowitzky, La promesa de Gertruda es la cronica de un viaje extraordinario, el que emprendieron Michael y Gertruda para sobrevivir. En sus fascinantes estampas cobran vida quienes velaron por su vida, como Karl Rink, un oficial de las SS decidido a salvar a tantos judios como fuera posible tras la ejecucion de su mujer judia, o el doctor Berman, un medico judio que ayudo a Michael y Gertruda cuando atravesaban su peor momento.Testimonio fiel de un acto de gran valentia y entereza ante el terror, La promesa de Gertruda trasciende la historia para revelar la compasion y la esperanza que siguen iluminando milagrosamente un mundo asolado por guerras sin fin.Inmersos en la espiral de barbarie de la Segunda Guerra Mundial, una mujer y un nino partiran en un largo viaje de supervivencia: una historia apasionante y conmovedora, basada en hechos reales.

  • La voz de los Dioses de Mia Campbell

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    Cuando los dioses encadenan el destino, solo el amor puede obtener la llave.
    Sumergete en la antiguedad, en un mundo de dioses, heroes y leyendas griegas que han perdurado hasta nuestros dias, te acompanare de la mano a traves de las historias relatadas por sus protagonistas, unas que quiza difieran un poco de lo que los dioses querian que conocieses...
    ?Estas lista para adentrarte conmigo en la Antigua Grecia y conocer la verdad que se escondia detras del mito?

  • La respuesta es amarnos siempre de Mahuer Arenas

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    Manuel tiene una vida simple y monotona hasta que la conoce.
    Alba es la locura personificada y sabe lo que quiere.
    Manuel intenta que Alba no se adentre en su corazon, pero le es imposible.
    Alba solo sabe que Manu es muy importante para ella.
    El esconde un secreto que le hace sentir verguenza y a ella solo le importa el. Lo que no saben es que estan mas conectados de lo que a simple vista parece.
    Entonces, se dan cuenta de que el destino existe y los quiere juntos.

  • Seirs (Guardianes Del Alma 5) de Kim Richardson

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    Una tibia briza acariciaba su rostro mientras Kara corria a traves de la multitud de mortales que atiborraban el elaborado laberinto de calles. Ella intento seguir al bulldog ingles que corria a su lado manteniendose cerca de los edificios y fuera de la parte mas concurrida de la conmocion. Los olores iban de lo fragante hasta lo apestoso, habia un debil olor de gases de escape mezclada con un toque de flores. Se deslizo entre unos hombres con trajes que discutian en voz alta por sus telefonos celulares, mujeres equilibrando grandes bolsas mientras intentaban aferrarse a sus ninos, y adolescentes agrupados riendose animadamente sobre alguna cosa de sus telefonos inteligentes. Kara ignoro el hermoso parque exuberante y el dulce aroma de las flores de verano. Ni si quiera le echo un vistazo a los cachorros Golden Retriever colocados en la ventana de la tienda de mascotas. No tenia tiempo para detenerse. "?Cuanto mas hasta que lleguemos?" susurro Kara, deslizandose alrededor de una gran mujer que bebia una gaseosa. "Los mortales me estan viendo". Thor se zambullo debajo de las piernas de un anciano con un baston y mantuvo sus ojos en la calle. "No muy lejos, justo despues de la proxima cuadra". Kara golpeo accidentalmente a un hombre con su hombro, el se la comio con la mirada. "Perdon, perdon. No lo vi, dije que lo siento". Viro alrededor de el y corrio para alcanzar a Thor. "?Vas a decirme que esta pasando?", pregunto en voz alta al perro, ignorando el aspecto confuso con el que los mortales le veian. Le parecia justo saber que era lo que estaba pasando. Thor se detuvo y dio la vuelta, su lengua gris colgaba al lado de su mandibula y rozaba la acera formando un charco caldoso. "Lo veras cuando lleguemos alli, entonces vas a entender. Simplemente no puedo hablar de ello ahora, especialmente aqui". Sus grandes ojos marrones observaron los alrededores inquietamente, levanto su hocico y olfateo el aire. Con un rebote en su paso se volvio, y continuo su camino por la calle. Kara sintio un peso en el pecho y acelero su paso. Estaba en una excursion sin autorizacion en una cafeteria de Boston con Jenny cuando Thor aparecio de repente. Los Sensibles habian sufrido un ataque. Thor habia sabido donde estaba, y eso significaba que la Legion tambien lo sabia. Dejando a Jenny librada a sus propios recursos, Kara siguio a Thor fuera de la tienda. No lamentaba haber mentido acerca de una posible Grieta a la Division Contadora de Demonios. De hecho, lo haria otra vez con tal de ver esa sonrisa en la cara de Jenny cuando se encontro con ese guapo adolescente. Jenny casi habia muerto en el inframundo, y merecia un descanso y un poco de diversion. Tal vez los angeles guardianes eran buenos para esconder sus sentimientos, pero eso no significa que no los tuvieran. Kara queria hacer algo significativo para su amiga, aunque sin duda sabia que estaba infringiendo una ley sagrada. Estaba consciente de que sus acciones probablemente le costarian un descenso en la Legion o algo peor: un viaje al Tartaro, la prision de angeles, su lugar favorito. Pero parecia que los recientes ataques a los Sensibles le habian ahorrado el viaje. Y ahora, parecia que Tartaro era el menor de sus problemas. Las rodillas de Kara se doblaron al pensar en esos malvados Seirs descuartizando a los Sensibles en un ataque sin piedad. Un escalofrio le rodo por la espalda mientras recordaba las malvadas muecas pintadas en los horribles rostros de los Seirs. Los terribles ojos tatuados en la parte posterior de sus cabezas parecian seguirla dondequiera que iba, sus abrigos de piel negra y espadas de muerte la espantaban. Aunque una vez habian sido Sensibles, dotados con la capacidad de ver lo sobrenatural, los Seirs se habian vuelto malvados y habian jurado lealtad al inframundo. Ahora se habian convertido en enemigos contra los que los angeles de la guarda no podian luchar ni matar. Como todos los angeles guardianes, Kara habia hecho un juramento para proteger a todos los mortales, y aunque los Seirs eran los mas siniestros de todos, todavia eran mortales y no debian ser tocados. Los Seirs estaban fuera de sus limites. Kara adopto una mirada furibunda y apreto su mandibula decidiendo que de alguna manera encontraria como detenerlos. Alguien debia hacerlo, y ella bien podria ser ese alguien. Recordaba las caras amables y la expresion de confianza en los ojos de los Sensibles que la habian salvado a ella y a sus amigos de los Seirs en el almacen hacia una semana. Se veian tan elegantes con sus trajes y sombreros fedora, como los gansteres de las viejas peliculas que amaba ver con su abuela. Pero si los Sensibles a habian sido tan habiles con sus brillantes espadas y tan bien entrenados en las artes marciales, ?como los habian vencido los Seirs en estos recientes ataques? ?Estaba Lilith detras de esto? De alguna manera, Kara tenia la desagradable sensacion de lo estaba. Los Seirs seguian las ordenes de Lilith como perros obedientes. Se les habia prometido poder e inmortalidad, y a cambio obedecian los mandatos de Lilith. Cuando Kara habia rescatado a Jenny de sus garras, Lilith habia prometido que iba a vengar la muerte de su padre. Parecia como si la venganza de Lilith ya hubiese comenzado. La ultima visita de Kara al inframundo la habia dejado preocupada. No habia compartido las conversaciones que habia tenido con Morthdu, el guardian del inframundo, con nadie; ni siquiera con David. Ya era bastante malo haber sido marcada como para ahora resultar ser un engendro del demonio. Ella no podia culpar a la Legion por sospechar de ella, deben haber sabido que tenian traidores entre ellos. Kara no solo era hija de Asmodeus, sino que tambien compartia un enlace con Morthdu. Seria un error decirle a alguien algo sobre eso. La entidad verde habia dicho: La oscuridad vive dentro de ti… Kara se estremecio ante la idea. Ella sabia que era parte del inframundo y tenia una conexion inequivoca a otro nivel consciente. Lo que le habia dicho el sol verde era verdad, Kara tenia la oscuridad dentro de ella. Pero ?como llego alli? Desde su viaje al inframundo habia estado obsesionada por lo que Morthdu le habia dicho. Repetia las conversaciones en su cabeza una y otra vez. ?Se habia perdido de algo? ?No habia escuchado bien a Morthdu? Kara trato de negarlo en repetidas ocasiones, pero al final supo que tenia una oscuridad en ella, podia sentirlo. Pero queria desesperadamente compartirlo con alguien, de esa forma podrian decirle que no era cierto. La idea la corroia, como una bacteria comedora de carne, como un par de manos frias envueltas alrededor de su cuello asfixiando su vida angel. Y sin embargo, ella no podia sacudirse la emocion por ese poder y mas… Kara se estremecio. ?Era esa la oscuridad? Lo que es peor, cuanto mas usaba sus poderes elementales, mas se sentia atraida por el inframundo. Ella trato de negarlo, pero la sensacion era embriagadora. Parte de ella queria explorar estos sentimientos, y la otra parte estaba absolutamente aterrorizada de lo que eso significaba. Ella no era como su padre o su hermanastra Lilith, era una de los buenos. Los edificios de ladrillo alrededor de ellos proyectaban largas sombras, y Kara se apresuro para alcanzar a Thor. Dio vuelta en la esquina proxima al final del bloque. Una pared de edificios de piedra rojiza se asomo ante ellos. Thor corrio a traves de la calle. Kara ignoro los fuertes comentarios respecto a tener a su perro sin correa provenientes de una pareja de mediana edad y galopo detras de el. El se lanzo por un conjunto de escaleras de concreto que conducia a una gran puerta de madera negra. A Kara le sorprendio la agilidad de las mugrosas patitas del bulldog. El edificio de piedra tenia un calido color marron, y Kara imagino que el ladrillo estaba hecho de chocolate. !Como echaba de menos el sabor del chocolate derritiendose en su lengua! Sus dias mortales parecian estar realmente lejanos. Vibrantes cajas de flores con una variedad de pensamientos purpuras y geranios rojo sangre colgaban por debajo de las altas ventanas de los edificios vecinos, pero las flores que colgaban de las ventanas del edificio marron chocolate estaban muertas. Habia una sola vela prendida en una de las ventanas mas bajas. Thor se escurrio entre la barandilla de metal lateral y presiono una pata sobre el timbre de bronce en forma de daga. Despues de unos segundos hubo un zumbido, un clic y la puerta se abrio. Thor salto al balcon y abrio la puerta empujandola con su cara. Kara cerro la puerta detras de ella. El suelo crujio cuando ella piso el recibidor de la entrada y siguio a Thor por un pasillo. Intrincadas molduras decoraban las paredes como pastillaje en un pastel de fantasia. Era como un gran hotel, pero en menor escala. El sonido de las botas de Kara fue sofocado por exuberantes alfombras persas que corrian a lo largo del pasillo, la tenue iluminacion de un gran candelabro proyectaba una lugubre luz y Kara podia oir voces murmurando en el fondo. El aire olia a sangre y a desinfectante. Thor desaparecio por una puerta al final del pasillo, Kara camino detras de el a traves del umbral. David, Peter y algunos Sensibles ya estaban dentro. Frente a ellos, los cuerpos de hombres y mujeres yacian enredados uno sobre el otro con sus extremidades horriblemente retorcidas. Tenian heridas abiertas a traves de sus cuellos y sus manos vacias se aferraban a sus gargantas en un ultimo intento para evitar que la sangre abandonara sus cuerpos. La espeluznante escena le horrorizaba, y sin embargo se sintio obligada a investigar mas. Era como una escena del crimen de una de las series policiales de la television que amaba a ver con su madre. La sangre cubria las paredes como si hubieran lanzado cubos de pintura roja contra ellas. Kara busco pero no pudo encontrar ninguna arma. Una mujer joven con los ojos rojos e hinchados habia comenzado a limpiar la sangre de los pisos. Limpio las gotas que salian de la nariz con la manga y tallo un pano rosa sobre el piso. Su largo cabello rubio caia sobre su rostro. Ella lo empujo hacia atras murmurando incomprensiblemente mientras trabajaba tallando vigorosamente las manchas color marron oscuro que se colaban entre las tablas del piso de madera.

  • Un amor contra el viento de Susanna Kearsley

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    Una historia de amor plagada de aventuras entre una viajera en el tiempo y un contrabandista del siglo XVIII.

  • Detras de ti 1 de Yolanda Ravelo Sanchez

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    Que la vida pasa mientras nos empenamos en hacer otra cosa y que las cosas mas importantes en ella llegan cuando menos lo esperas son frases que a menudo la gente te repite pero la verdad yo nunca me habia parado a considerarlas hasta ahora. Y es que la vida a veces puede llegar a ser un lugar demasiado incierto. Y es que de repente, todo carece de sentido o por el contrario por primera vez todo lo tiene. Sin previo aviso la vida se convierte en una pequena estacion de trenes y la felicidad se dibuja ante tus ojos resumiendose en la decision mas dificil que jamas tuviste que tomar. En quedarte y ver marchar aquello que siempre has querido o subir a ese tren que ya se marcha y dejar atras lo que un dia llamaste hogar.

  • El hombre que ya no soy de Salvador Navarro Leon

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    Elisa, sevillana en la cuarentena y con dos carreras universitarias, aunque es de buena familia tiene una vida echada a perder, cree encontrar su salvacion en Roberto, un alto ejecutivo de abrazos imponentes. Despojada de toda etica, se entromete en el territorio explosivo de un hombre de exito en plena catarsis por la muerte violenta de su hermano pequeno; seduce a Fidel, amigo inseparable de su ansiado objeto del deseo, para acceder a el sin entender de las lealtades entre ellos, haciendo de cada paso un intento desesperado por dejar de ser una mujer maldita.

  • El aroma de la rosa del desierto de Beatrix Mannel

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    Beatrix Mannel es una de las autoras mas importantes del landscape en Alemania, pais de origen de todo un genero que ha irrumpido en medio mundo.

  • Ensename esta noche (Fantasias 1) de Nina Klein

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    E PROLOGO CHLOE l club Poison se veia de forma totalmente diferente a la luz del dia, cuando estaba cerrado. No habia nada del misterio, la seduccion, el calor, el deseo que lo empapaba todo durante la noche. Para empezar, las luces del techo estaban encendidas, creando la sensacion de que uno estaba en una especie de teatro vacio. En el ambiente flotaba un ligero olor a desinfectante, el rastro que quedaba despues de que el equipo de limpieza se hubiese pasado aquella manana. Salia una pasta hacer ese tipo de limpieza y desinfeccion profunda todos los dias, pero por una parte era necesario, y por la otra, dinero no era lo que les faltaba en el club, con las cuotas que cobraban a los socios y el numero de socios que tenian. Ese era un de los problemas: el numero de socios habia llegado a su tope. Los duenos nunca habian querido que aquello se masificara y el numero maximo de socios era un numero manejable, que hacia que en los dias de mas aforo --los viernes y los sabados-- se pudiese estar tranquilamente en el club, sin agobios. Asi que la lista de espera era kilometrica, y solo se abria una vacante cuando un miembro abandonaba el club, que no era tampoco muy a menudo. Mi idea venia un poco a mitigar ese problema. A "liberar" un poco el club, para que quizas pudieran admitir un grupo mas de socios. A diversificar, tambien. Y a hacerlo mas interesante. Respire hondo y me alise la americana que llevaba. Me habia vestido como cualquier dia en la oficina: unos pantalones negros de tela, rectos, mis "zapatos de oficina" --negros, de piel, no mucho tacon, comodos-- y una americana gris de pata de gallo. Llevaba uno de mis bolsos mas grandes al hombro, de donde sobresalia la carpeta de cartulina marron con la propuesta que estaba a punto de hacer a los duenos del club Poison. Respire hondo de nuevo, y mi amiga Caroline se dio la vuelta y se paro en medio de lo que era la pista de baile, el suelo negro brillante reflejando la luces del techo. --?No me digas que estas nerviosa? Era ella quien me habia abierto la puerta del club, y quien me acompanaba en el camino hacia las oficinas. Eran las tres de la tarde, y todavia faltaban horas para que abriese el club. --Un poco --reconoci. --Pero si solo son Mark, Paul y Derek. No le faltaba razon: al fin y al cabo les conocia desde hacia mas de un ano. Pero una cosa era ser amigos, tomarnos una copa de vez en cuando y hablar de nuestras vidas, y otra hacer negocios juntos. No queria que pareciese que me estaba aprovechando de la amistad. --No es lo mismo --dije, por fin--. Esto son negocios. Ademas, no estoy muy segura... igual es una idea ridicula. Caroline me sonrio. --Estoy segura de que es una idea genial. De todas formas, no estes nerviosa: si les gusta la idea bien, y si no, tambien. Yo tambien sonrei, mas para darme valor que otra cosa. --Okey. Seguimos avanzando por el club, los tacones de Caroline resonando en el suelo de marmol. Habiamos recorrido un largo camino, desde que eramos companeras de trabajo en una oficina horrenda, con cubiculos enanos y grises y luces fluorescentes en el techo. Hacia ya dos anos de aquello: un dia, Caroline estaba quejandose de las horribles citas por las que habia pasado gracias a --o por culpa de-- una app de citas que tenia instalada en el telefono. La decepcion, la incertidumbre... fue entonces cuando le di la tarjeta del club. No estaba segura de que fuese a ir --ella tampoco--, pero no solo habia acudido, sino que ademas habia acabado con uno de los duenos del club, Mark. Ahora estaban prometidos. Aparte de eso, Caroline trabajaba en las oficinas del club, llevandoles la contabilidad. La de vueltas que daba la vida. Yo habia acabado cambiando de trabajo. La oficina era todavia mas gris e insoportable cuando no tenia a Caroline para hablar en los descansos del cafe. Pero aunque el nuevo trabajo era menos gris y menos insoportable, seguia siendo bastante aburrido, la verdad. Quizas la culpa no era de los puestos de trabajo, sino de la profesion en si: ser contable no era lo mas apasionante del mundo. A no ser que fueras la contable de la mafia, en ese caso estoy segura de que el trabajo era una montana rusa de diversion. Sacudi la cabeza a uno y otro lado. Cuando estoy nerviosa se me ocurren todo tipo de tonterias. Tenia razon Caroline, de todas formas: era absurdo estar nerviosa. Simplemente habia tenido una idea, y necesitaba a los duenos del club para llevarla a cabo. Si les gustaba bien, y si no, tampoco pasaba nada. No tenia nada que perder. No tengo nada que perder, me repeti mientras seguia a Caroline por las escaleras de hierro que conducian a las oficinas. Y al final funciono: volvi a respirar hondo, y se me quito el nerviosismo de golpe. * ESTABAN todos en la sala de reuniones, conversando animadamente: Mark, Paul, Derek y Monique. Paul estaba haciendo cafe en la cafetera de capsulas que habia en una mesa junto a la pared. Derek y Monique estaban sentados juntos, como siempre, unidos por la cadera. Era curioso, porque cuando Derek llego al club, a Monique --que en aquel entonces trabajaba de guardarropa -- le cayo mal al instante. La antipatia no habia durando mucho, de todas formas. Ahora Monique trabajaba de manager, era quien se preocupaba de que todo saliese bien y funcionase como la seda cuando el club estaba abierto. El trabajo le iba como un guante, era la mejor relaciones publicas que habrian podido encontrar, y ademas el club daba un monton de trabajo. Cuanta mas gente se ocupase de el, mejor. La unica ausencia era Amanda, que aunque tambien estaba unida a la cadera con Paul, estaba estudiando para uno de sus examenes de derecho. Seguia trabajando de camarera en el club, porque le dejaba casi todo el dia libre para ir a clase y estudiar, y porque ademas le gustaba trabajar con Paul. No era como si necesitara vigilarle, ni nada de eso: los dias en los que Paul se tiraba a todo lo que se movia habian terminado. --!Chloe!--. Paul me saludo como si hiciese anos que no me veia, cuando le habia visto la noche anterior--. ?Que quieres? Le pedi un cafe solo, y me sente. Paul sirvio los cafes, Caroline se sento al lado de Mark, y cinco pares de ojos se volvieron a la vez hacia mi, expectantes. --Somos todo oidos --dijo Mark. Volvi a respirar hondo, sonrei y empece a hablar. LA IDEA ERA MUY SIMPLE, realmente. Habia empezado a darle vueltas unos meses atras, justo despues de cierto episodio que habia tenido en el club. No me importaba decirlo: habia sido una noche maravillosa donde conoci a un grupo de hombres tambien maravillosos. Antes de eso, estaba aburrida, pensando en darme de baja del club. Aquel dia habia conseguido realizar mi fantasia mas antigua, si, pero tambien me di cuenta de que habia sido por casualidad. Conoci a cuatro hombres perfectos que tenian la misma fantasia que yo. Un golpe de suerte, vaya. Poison era lo que era, un club de sexo: un lugar donde pasar la noche, donde ir a desfogarse en un ambiente seguro. Si, uno podia cumplir sus fantasias, si no eran muy complicadas, si tenia suerte y era una de las cosas que se ofrecian aquella noche. Trios, orgias, vouyerismo... no habia ningun problema. Pero repito: tenia que surgir la oportunidad, y ademas una tenia que tener... cierta tendencia al exhibicionismo, por llamarlo de alguna manera. No habia mucha intimidad. Es cierto que habia habitaciones privadas, pero el contacto tenia que iniciarse de alguna manera. Mi idea era ir un poco mas alla: ofrecer un servicio especificamente orientado a satisfacer las fantasias de los clientes. Tenia que ser un servicio extra que se ofreciese a los miembros mas antiguos del club, a los que fueran mas de fiar. Tenia que haber mas barreras, tambien, para asegurarnos de que fuese un entorno seguro. Y los encuentros no tenian por que producirse en el club: de hecho, la idea es que fueran en un hotel, o un apartamento alquilado, dependiendo de la fantasia y de los participantes. Cuanto mas hablaba, mas me emocionaba: podiamos conectar a diferentes personas que buscasen la misma fantasia, personas con perfiles parecidos, etc. Una especie de agencia matrimonial, conectando a gente con los mismos intereses, pero con fantasias sexuales en vez de matrimonio. Yo me ofrecia para gestionar el servicio, claro esta: ellos ya tenian suficiente con el dia a dia del club.

  • Cleptomanas de Kirsten Smith

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  • ?Como supe que era EL? de Laia Andia Adroher

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    ?Quien dijo que la familia no se escoge? Yo no puedo haber elegido una mejor en Barcelona. Contando con mi mejor amiga, la formamos poco a poco y estoy orgullosa de lo que hemos conseguido. Asi que si, la familia que elegimos es la mejor que podamos tener.
    Tengo unos amigos un poco locos, pero lo necesario para poder ser feliz. La gran mayoria emparejados, asi que las dos solteras del grupo contamos con unos grandes conocedores del amor para ayudarnos. O eso creen ellos. Todo empieza con una punetera lista, porque claro, todos ellos creen que tienen las claves para saber quien es el hombre de tu vida. Una lista que me va a llevar al camino de la amargura.
    Evidentemente, el destino nunca esta de nuestra parte y ha decidido traerme a un madrileno para removerme las entranas. Ahora, ?quien me iba a decir que vendria con un secreto envenenado? Si es que al final, no podemos alejarnos de lo que la vida nos ha dado, al final todo vuelve a aparecer.
    Ojala el amor lo pueda todo, ojala me de las fuerzas necesarias para enfrentarme a todo ello. Antes pero, hay que estar seguras de que es la persona adecuada. ?Podra la lista convencerme de que realmente he escogido bien? Descubrelo tu mismo.

  • La tienda de la esquina en la bahia de Cockleberry de Nicola May

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    Rosa Larkin tiene mala suerte en Londres, por lo que cuando hereda una tienda de una esquina casi abandonada en un pintoresco pueblo de Devon, su primer pensamiento es venderlo por dinero en efectivo y ordenar su vida. Pero nada es sencillo sobre este legado. Si bien la identidad de su benefactor sigue siendo un misterio, el, o ella, ha dejado una importante condicion legal: que la tienda no pueda venderse. Rosa toma la decision de intentarlo y pone de su parte para hacer que la tienda vuelva a funcionar. Pero, ?puede hacerlo ella sola? Y si no, ?quien la ayudara a tener exito, y quienes trabajaran en secreto para verla fracasar?
    Con resultados sorprendentes y sinceros, Rosa, acompanada en todo momento por su pequeno perro salchicha, Hot, desentranara lentamente los secretos sombrios de la herencia y tambien sacara a la luz su propia herencia, oculta durante mucho tiempo. La Tienda de la Esquina en la bahia de Cockleberry es un viaje de autodescubrimiento llenos de momentos impredecibles.