• con la espada de mi boca - Ines Garland

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    Relatos de iniciacion sexual, amorosa y emocional de adolescentes, jovenes y adultos en una sociedad en pleno cambio, que conforman el universo personal de la autora.

  • Con la espada de mi boca | Penguin Libros ES

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    El nuevo libro de Inés Garland recrea su particular universo de personajes donde las relaciones son siempre difíciles, sorprendentes e inesperadas.

  • Con la espada de mi boca Versión Kindle - Libros - Amazon.es

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  • Reseñas: Con la espada de mi boca, de Inés Garland - La ...

    https://www.lanacion.com.ar/opinion/resenas-nid2292012/

    28 sept 2019 — Muchos de los diecisiete relatos que integran Con la espada de mi boca, de la argentina Inés Garland, sondean distintos aspectos del mundo ...

  • inés garland - con la espada de mi boca (ebook) - Casa del ...

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  • CON LA ESPADA DE MI BOCA (ebook) - Popular Libros

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  • Con la espada de mi boca by Inés Garland - Goodreads

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  • Con La Espada De Mi Boca por GARLAND INES

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  • Con la espada de mi boca, de Inés Garland - Estación Libro

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    Con la espada de mi boca, de Inés Garland. Los relatos de este nuevo libro de la Garland (Alfaguara, 2019), tienen la impronta de ...

  • Con la espada de mi boca - Revista Otra Parte

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    28 nov 2019 — Esa espada filosa manda y organiza el patriarcado cuya piedra de toque, como en el nuevo libro de Inés Garland, es la sexualidad.

  • Detestable Error de Ana Coello

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    Sin percatarse, se enamoraron en aquellas cinco semanas inolvidables que pasaron juntos. Se dejaron llevar gozando de lo que sentian, olvidandose de la soledad, de su vacio presente.Glia; dulce, fuerte, inteligente. Antonio; poderoso, implacable, habil. Ambos sintieron que podian hacer a un lado lo que eran y ser ellos cuando estaban juntos. Sin embargo, un detestable error ensuciara de forma atroz lo mas bello que han encontrado; el uno al otro.?Como creerle si todo la acusaba? ?Como enfrentar su burla y dolorosa traicion??Como olvidarla si se clavo en su interior?

  • De la mano de Christie Watson

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    El conmovedor relato de una enfermera y las vidas que ha tocado a lo largo de veinte anos de experiencia.

  • Las palabras heridas de Jordi Sierra I Fabra

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    La nieve era blanca. Parecia lo mas normal. Pero ?cuanto llevaba sin ver nieve blanca? Era como si ya cayese sucia del cielo. Sucia por las pisadas de las botas, por el silencio, el miedo y la desolacion. Sucia porque era como si los propios pensamientos de unos y otros, soldados y prisioneros, la contaminaran. Sucia porque en el aire flotaba la misma niebla, gris y opaca, que se les metia en el cuerpo y les anulara los sentimientos. Sentimientos, alli. Li Huan se detuvo frente al barracon. Si, la nieve que lo rodeaba era blanca. Impoluta. Una extrana sensacion. Como si aquello fuese una isla. Estaba cansado, habia sido un viaje largo. Cuanto antes terminara con los prolegomenos y la burocracia, mejor. Aun asi, permanecio quieto unos segundos, con la puerta a menos de cinco pasos. La puerta tras la cual se adivinaba un cierto calor, porque de la chimenea salia una columna de humo oscuro que se elevaba directa hacia el cielo. No habia viento. Nada. Solo el silencio. Li Huan enderezo la espalda, estiro su maltrecho uniforme, se calo bien la gorra. En el cuartel del que procedia, un simple boton mal abrochado representaba gritos, un castigo, una cruz en el expediente militar. Claro que alli, tan lejos de ninguna parte, en un campo de prisioneros politicos, tal vez las cosas fueran distintas. Se miro las botas embarradas. Imposibles de limpiar. Pese a ello, hizo lo que pudo con la mano izquierda. Cinco pasos. Dio el primero, y con el ultimo abrio la puerta de madera. Al otro lado, un soldado, como el, levanto la cabeza. Estaba sentado detras de una mesa llena de papeles y parecia muy concentrado en ellos. Su cara no cambio de expresion. Siguio siendo hieratica. Tendria tres o cuatro anos mas y debia llevar mucho tiempo haciendo lo mismo. La piel era tan blanca como la nieve que rodeaba el barracon. Li Huan penso que, probablemente, el sol nunca iluminara aquel rincon sombrio de la tierra. --Cierra la puerta --le espeto el soldado al ver que se detenia mas de la cuenta en el umbral. Le obedecio. El frio quedo en el exterior. --?Eres el nuevo? --volvio a hablar el soldado. --Si. --Papeles. --Oh, claro. Los saco del bolsillo derecho del uniforme y se los entrego. El examen fue rapido. Tampoco le tocaba a el darle la bienvenida. Eso le correspondia al oficial al mando. El soldado acabo poniendose en pie. --Espera. --Si --asintio. La siguiente puerta estaba a espaldas de su anfitrion. Le vio desaparecer tras ella y se quedo solo. Li Huan miro a su alrededor. Nada. Pragmatismo puro. Algunos estantes, un mapa de la zona, ningun libro. La chimenea debia de estar en el despacho del oficial. La sensacion de desaliento acabo impregnandole mas y mas, como consumacion de su largo viaje. Que lejos estaba la capital. Su mundo. Su casa. Por su cabeza revolotearon las voces. --Cuanto mas lejos llegues, mas mundo conoceras --le habia dicho su padre. --Cumpliras una mision sagrada. Hay muchas formas de servir a la patria -- le habia dicho su madre. --Haz bien tu trabajo y volveras --le habian dicho los amigos. --!Que suerte tienes! --le habia dicho su hermano pequeno--. !No haras sino vigilar a unos desgraciados, lejos de cualquier problema! ?Suerte? ?Alli? !Suerte la de el, que por ser el segundo se quedaba a cuidar de sus padres, escapando de la obligacion del servicio militar que le correspondia al hijo mayor! Tardaria no menos de tres anos en regresar a casa. Para entonces quiza Shi Lin estaria ya prometida o casada con otro. Li Huan volvio a sentir aquel dolor. Aquella frustracion. Recupero el semblante serio al volver a abrirse la puerta. Si alguien interpretaba sus pensamientos, veia un resquicio o leia en sus ojos, acabaria alli mismo, pero preso. Cualquier duda equivalia a una sentencia. No podia cundir el desanimo ni el desaliento entre la tropa. Servian al lider. Servian al Partido. Servian a una idea. Defendian su libertad frente a la opresion caduca y ruin del decadente Occidente. Esa era su fuerza. --Te recibira ahora mismo --le dijo el soldado. --Bien. El otro no se sento. Dio un par de pasos, se apoyo en la mesa y cruzo los brazos sobre el pecho. --?Que tal va todo por ahi fuera? --pregunto de manera mas amigable. --Como siempre. --Li Huan se encogio de hombros. --?Como siempre? --Si. --Repitio el gesto--. Todo esta muy tranquilo. --Aqui no llegan muchas noticias, ?sabes? --Lo imagino. --Ya te acostumbraras. --Supongo. La voz del superior llego hasta ellos con fuerza. El soldado se aparto de la mesa y le dejo paso. --Le gusta controlarlo todo personalmente --dijo. --Gracias. Li Huan cruzo el segundo umbral. --Entra --ordeno el oficial al mando. No levanto la cabeza para mirarle. Siguio escribiendo algo en un cuaderno. Li Huan cubrio la breve distancia, tres pasos, y se cuadro. El oficial llevaba galones de capitan, asi que alli la maxima autoridad tenia un rango inferior a comandante. Una prueba mas de lo lejos que estaban de todo. El fuego rugia en la estufa. Unos troncos de madera se apilaban junto a ella. Por detras del hombre, presidiendo la estancia y sus vidas, un enorme retrato del lider, el Gran Padre, con su mirada seria y penetrante. La leyenda decia que algunos incluso habian muerto al estar en su presencia o al mirarle directamente a los ojos. Nadie se atrevia a negarlo. Para algo eran leyendas. Cuando acabo de escribir, el oficial levanto por fin la cabeza y hundio en el sus acerados ojos. Los papeles que acababa de entregarle al soldado de la entrada estaban alli, a un lado. No hizo falta que los leyera de nuevo. --Li Huan. --Si, mi capitan. --Dieciocho anos. --Si, mi capitan. --Sabes leer y escribir mucho mas alla de la evaluacion media. --Si, mi capitan. El oficial se reclino en su silla. Unio las dos manos frente a si mismo y las apoyo en la mesa. Seguia muy serio. --Deja de llamarme capitan, ?quieres? --Su tono rezumaba fastidio--. Tengo dolor de cabeza. --Hizo una pausa--. Llamame camarada, o mejor solo asiente. Li Huan hizo esto ultimo. --Ahi dice que eres listo. --Senalo el expediente--. Y que eras un buen estudiante. --Si, camarada. --?Que pretendias con eso? --Queria ser escritor. --Fue sincero, porque mentir significaba una traicion al Sistema--. No era mas que un nino, claro. Fue antes de la Revolucion. Por suerte tuve buenos maestros y me di cuenta de mi temeridad. Eso me hizo reflexionar. Se sirve con la fe ciega, no con las ideas o las palabras. El capitan fue ahora el que asintio con la cabeza. --Nos vendras bien aqui --dijo--. Son nuevos tiempos, nuevas directrices, y se necesitan nuevos empujes para llevarlas a cabo. Por eso te han mandado a este campo. --Si, cap… camarada. --?Sabes que clase de prisioneros tenemos aqui? --Politicos. --No. --Chasqueo la lengua--. Es algo mas que eso. Mucho peor. --Volvio a aproximarse a la mesa y se acodo en ella, sin apartar los ojos del recien llegado--. Aqui tenemos a la escoria, al cancer de nuestra sociedad. Los disidentes politicos son los peores, Li Huan. Un traidor es un traidor, un enemigo. Pero un disidente, un intelectual, que dice amar a la patria pero niega el orden, el Sistema, el Estado popular, las directrices del Partido y de nuestro Gran Padre… --Arrastraba las palabras con asco--. Este no es un campo de prisioneros normal. Tenemos a lo peor de nosotros mismos, de nuestro pueblo. Podriamos matarlos, y eso seria lo mas sencillo. Muerto el perro, muerta la rabia. Sin embargo, no somos bestias. Esa es la magnanimidad de nuestro lider. Aqui intentamos que juzguen su mal por si mismos, con la esperanza de una reeducacion ejemplar. A la mayoria les bastaria una palabra, pero no la pronuncian. Prefieren morir. Son obstinados. Nuestra mision, pues, no es facil. Pero el Gran Padre confia en nosotros. Por cada uno que se salva, ganamos todos. ?Entiendes lo que estoy diciendote, Li Huan? --Si, camarada. El capitan le apunto con un dedo. --No hables con ellos. Eso lo hacen los reeducadores. Ten mucho cuidado: te envenenan con las palabras y te confunden con las ideas. Va a haber cambios, de los que te informare oportunamente. De momento haz tu trabajo y sirve a tu patria. Es un honor del que pocos pueden presumir. Li Huan asintio. El oficial tambien lo hizo. Fin del primer encuentro. --Presentate al sargento de guardia. El te dara instrucciones. --Gracias, capitan. --Se cuadro de nuevo--. Servire con lealtad al maximo de mis capacidades. Su superior correspondio al saludo. Un minuto despues, caminando sobre la nieve, Li Huan penso que todo habia ido mejor de lo esperado. A fin de cuentas, aunque <>, no era mas que un soldado. ?O no? 2 El sargento de guardia estaba en el barracon central. Recogio su petate de la entrada, donde ya se lo habian inspeccionado y controlado, y se dirigio a el. No tuvo que preguntar. Lo primero que escucho fueron sus gritos, su vozarron grueso, de tono marcadamente grave, como si no hubiera hecho otra cosa en la vida que gritar y gritar. Cuando se cuadro ante el hombre, se sintio empequenecido por su envergadura, el doble de la normal. Se pregunto si era sargento mayor a causa de ello o si por su tamano lo habian colocado en aquel escalafon militar. --?Tu eres el nuevo? --le aullo en la cara. --Si, mi sargento mayor. --?Como te llamas? --Li Huan, mi sargento mayor. --?Vas a repetir siempre eso? --?El que, mi sargento mayor? Tenia la cara a un palmo de la suya. Pero seguia gritandole. Mirada afilada. Aliento podrido. --!Wu! --Sono como si quisiera asustarle--. !Mi nombre es Wu! --Si, sargento Wu. --?Que edad tienes? --Dieciocho. No le gusto. Lo demostro con su cara de desprecio, sin cortarse. --?Ahora nos mandan ninos? Li Huan no se atrevio a contestarle. --Algo traman --rezongo Wu--. Pero aqui no nos dicen mucho. ?Has visto ya al capitan Qun Ming? --Si, mi sargento. --?Y? --Ha ordenado que me presente, camarada. El corpachon vacilo un par de segundos. Debia gustarle que le llamaran camarada. --Descansa. --Dejo de hablarle tan cerca de la cara--. Pareces un palo tieso. Li Huan adopto una posicion mas relajada. Sin bajar la guardia. --?De donde vienes? --Del Centro Asistencial 9. --Esta vez se ahorro el tratamiento. No paso nada. --?Y te mandan aqui? --Wu movio la cabeza de lado a lado--. Si, algo traman. En lugar de arrasar este lugar nos envian a chicos como tu. De la capital, nada menos. --Miro por la ventana, hacia la oscuridad exterior--. Yo nunca he estado en la capital, ?sabes? No era una pregunta. Solo un comentario en voz alta. Tal vez una queja. Transcurrieron cinco, seis segundos. Hasta que el sargento mayor recupero su tono mas agresivo. Se volvio hacia el. --Escucha, soldado. --Senalo al otro lado de la ventana--. Estamos aqui para cuidar de unas bestias. Si por mi fuera, ya estarian todas bajo tierra. Pero yo no soy nadie. Si nuestros lideres se empenan en no rendirse, demostrando su valor y buen juicio, ?quien soy yo para obstinarme en lo contrario? Si ellos creen que recuperarles sirve a un bien comun y es una victoria para el Sistema, !haremos lo posible para que asi sea! ?Estas de acuerdo? --Si, sargento Wu. --Pero eso no significa que debamos bajar la cabeza, ni ser debiles, ni respetar a quien no nos respeta. !Si para reeducarles hay que emplear el latigo, se emplea! !Si para hacerles ver la verdad hemos de hacerles sangrar, les hacemos sangrar! !Y si ellos prefieren morir, van a morir, pero no a su manera, sino a la nuestra! --Volvio a aproximar su rostro al de Li Huan--. !Esos intelectuales nos miran con superioridad aun estando aqui! !Se creen superiores! !Viven en un mundo falso creado por sus mentes fanaticas! No podemos mostrar la menor debilidad, soldado. !Jamas! Si ellos creen que tenemos dudas, a su modo van a ganar. !Y eso no podemos consentirselo! !Si para que uno entienda hay que matar a diez, mataremos a diez, y finalmente a ese uno si, a pesar de todo, sigue sin cambiar de actitud! !Ese es el desafio, soldado Li Huan! !Ese y no otro! ?Lo has entendido? --Si, sargento Wu. Volvio a apartarse de el y, tras los gritos, acompaso la respiracion. Wu era calvo, pero mantenia un fino bigotito que iba de un lado a otro de su labio superior. Tenia las manos grandes. Manos capaces de aplastar a una persona con solo un golpe. --Quiero el maximo de disciplina. --Si, camarada. --Me contaras a mi personalmente todo lo que veas, todo lo que oigas, todo lo que intuyas, todo lo que pienses. No al capitan: a mi. Soy yo el que debe informarle a el. --?Y si es el quien me pregunta? --?Me tomas por tonto? !Entonces le respondes, naturalmente! --Perdone, sargento Wu. --Se estremecio de manera instintiva. --?Tienes frio? --Si, camarada. --Ve a que te den ropa de abrigo. Luego te llevaran a tu alojamiento. Descansa esta noche. Manana, a las seis en punto, en pie. Que tu companero de habitacion te cuente las normas del campo. ?Alguna pregunta? Tenia muchas, pero no quiso hacerlas. No al sargento Wu. El barracon de intendencia estaba justo al lado. No habia mucho donde escoger. Tenian media docena de uniformes, de abrigos, de botas y de casi todo lo demas. El soldado que lo examino de pies a cabeza lo evaluo sin hacerle preguntas y le entrego un abrigo y un gorro. Luego le puso un papel sobre el mostrador. --Pon aqui tu nombre. --?He de firmar conforme recibo esto? --?Tu que crees? --El soldado le miro con sorna--. Abrigo numero 57 y gorro numero 35. Pobre de ti si cuando te vayas no los devuelves. --?Y si se rompen? --Se cosen y en paz. --?Y si pierdo algo? No hizo falta que le contestara. Basto con la nueva mirada de <>. Recogio las dos cosas y salio sin ponerselas. Las distancias en la zona exterior no eran grandes. De hecho, el campo tampoco lo era. La <> residia en el hecho de que estaban muy lejos de cualquier pueblo, ciudad o lugar habitado. Fugarse era una locura. Le habian dicho que alli permanecian encerrados menos de doscientos hombres. Pocos salian

  • Elly. parajes sangrientos de Javier Enrique Quintana

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    Los copos de nieve caian lentamente sobre el tejado de chapa que tenia la casa de la familia Rosiak, ubicada en las inmediaciones del paraje Camion Cue de 25 de Mayo. Ellos se dedicaban a la plantacion de tabaco para luego acopiarlo y venderlo. El crudo frio habia golpeado con fuerza hasta el momento y se veia reflejado en los terrenos que tenia la familia dentro de su propiedad, la nieve cubria en su totalidad todo el campo donde Emilio realizaba las plantaciones. Parte de su casa estaba construida con madera y en el interior tenian una cocina a lena que le servia para calentarse del intenso viento gelido que entraba por las rendijas de las puertas. Al lado de la cocina se encontraba su hijo Adrian acostado en su cama, cerca del fuego para que le brindase calor. Su madre, Deborah, estaba a su lado llorando mientras el empezaba a tener convulsiones, moviendo su cuerpo de un lado a otro tratando de agarrarse al colchon para evitar estos sobresaltos. Emilio entro sacandose las botas llenas de barro y nieve, mirando otra vez aquella situacion que padecia su hijo. Adrian volvio a moverse, pero esta vez lo hizo levantando su cuerpo de arriba abajo y golpeando con fuerza su cabeza contra la almohada. Deborah trato de tocarle la frente para ver si su fiebre disminuia, pero el la sostuvo con fuerza, agarrando su muneca. --No me toques --grito Adrian con una voz tan grave y gutural que hizo retroceder a su madre. Ella logro zafarse y miro a su marido. Emilio hizo lo mismo, diciendo para sus adentros <>, y rapidamente fue en busca de una estaca de madera y un martillo. Deborah, llorando, salio del lugar y se encerro en su cuarto. Emilio se acerco a su hijo sin mostrar las herramientas que llevaba y fugazmente coloco la pieza de madera sobre el pecho de Adrian y de un martillazo seco se la incrusto para sacar la dolencia que padecia su hijo. Adrian, luego del hecho, miro a su padre y le dijo: --Gracias Tata, no te angusties que termino todo. --Luego exhalo profundamente, cerrando sus ojos para siempre. Su padre se sento junto a el llorando y llamo a su esposa para que hiciera lo mismo, ella lo abrazo y juntos dejaron correr todo ese dolor y padecimiento que habian tenido durante meses. --Esa maldita ciudad --mascullo Emilio. --Si no se hubiese ido a esa perversa y maldita ciudad --termino diciendo y se abrazaron aun mas. Seras parte de mi cena Dentro del local la musica hacia doler los timpanos a cualquiera que no estuviera acostumbrado a la vida nocturna de Posadas. La gente estaba agolpada por todos los lugares que tenia Dosier a esas alturas de la noche, sencillamente no se podia transitar por los pasillos que tenia el sitio sin ser pisoteado o recibir un codazo en pleno rostro. La pista de baile ubicada a escasos metros de la entrada principal tambien desbordaba de personas que danzaban al compas de la musica I like the way you move del grupo Body Rockers que hacian explotar los parlantes incrustados en las paredes. La gente bailaba de diferentes formas, pero en ese mismo lugar habia una mujer exorbitante, con un cuerpo tan armonioso y perfecto que los hombres no paraban de mirarla. Ella se movia de una manera diferente, como si estuviera danzando una musica egipcia. Tenia el pelo rubio, era de mediana estatura y vestia un conjunto entero de color rojo transparente, haciendo traslucir su corpino y su tanga de tal manera que George queria abrazarla por completo y ella lo frenaba colocando sus manos en los antebrazos de el y diciendole <>. Se habian conocido esa misma noche y ella habia tomado la iniciativa, produciendo en el un impacto profundo, puesto que George no era muy apuesto y este accionar lo habia tomado por sorpresa. Al llegar casi las seis de la manana, una voz en el parlante anuncio que la fiesta ya habia terminado y los concurrentes comenzaron a salir despacio por las puertas de Dosier; entre ellos, los dos enamorados que bajaban por calle La Rioja e iban directamente a la casa de ella. Iban abrazados, caminando despacio, el un poco borracho por la cantidad de Rutini que habia ingerido; ella sobria, como si el alcohol no produjera efectos en su organismo. Ya habian caminado varias cuadras cuando un viento suave muy apacible llego a los oidos de ella levantandole un poco el pelo lacio y rubio que tenia. Se dio vuelta por completo, empujando a George a un lado de la vereda y empezo a escrutar con sus ojos todos los lugares de la zona. No encontro nada. --?Como puede ser? --pregunto en voz alta la rubia y continuo mirando para todos los rincones, los techos y las partes altas que tenian los edificios del barrio. --?Como pude ser que, carinnnnooo? --respondio George, queriendo abrazarla de nuevo. Ella extendio su brazo derecho y empujo al hombre, quien volo a unos treinta metros, cayendo boca arriba sobre la vereda. Al cabo de unos minutos empezo a calmarse, sus brazos volvieron a pegarse contra su cuerpo y miro al hombre que estaba tirado sobre un charco de sangre, corrio hasta el y lo levanto como si fuera un muneco, lo sujeto de su cintura y empezaron a caminar lentamente, llevandolo a cuestas. Cuando estaban a escasos metros de su casa, el silencio se interrumpio cuando la voz de un muchacho exclamo: --!Mira, es la rubia que estaba en el boliche! --Si, es ella, la de la tanga --menciono el amigo y juntos empezaron a correr hacia ellos. Ella comenzo a arrastrar a George mas rapido, hizo mover los pies como si estuviera casi volando y con la otra mano bajo su mini, que le estaba subiendo hasta las caderas. Los otros empezaron a seguirla, corriendo velozmente, pero no lograban acercarse. Siempre les llevaba mucha distancia, como si fuese empujada por un motor a reaccion. Finalmente llego a su casa, ubicada en calle La Rioja y 3 de Febrero, era una vivienda desvencijada, corroida por el tiempo. Tenia un porton de hierro herrumbrado y el inmueble tenia el formato de las viviendas hechas antiguamente. La entrada principal tenia la forma de una U, pero al reves, y toda su puerta era de madera solida. Rapidamente la abrio y entraron, encendio la luz y arrojo a George en uno de sus sillones e inmediatamente se pego a la puerta. Los dos jovenes llegaron a la casa, abrieron el porton y, sin saberlo, ella los estaba esperando con la puerta abierta. Uno de ellos no dudo en ingresar, pero el otro desconfiando le dijo en voz alta: --Ven Ruben, vamonos porque esta situacion me parece muy extrana. --No tengas miedo, ahora seras parte de mi cena --respondio la rubia, quien tomandolo del brazo lo arrojo a la oscuridad, similar a la boca de un lobo.

  • El ultimo lapon de Olivier Truc

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    Kautokeino, Laponia central, 10 de enero. Ultimo dia de la noche polar. El sol, desaparecido cuarenta dias atras, volvera a brillar. Pero de pronto, el pueblo se ve conmocionado por la desaparicion de un tambor sami, un misterioso objeto que permitia a los chamanes comunicarse con los muertos, y que habia sido recientemente recuperado por un explorador frances. Entre los sospechosos del robo estan los componentes de un grupo de extrema derecha que disputan a los sami sus tierras y fundamentalistas que se oponen al revival de su antigua religion. Al mismo tiempo, aparece el cadaver mutilado de un ganadero sami en medio de la tundra que no hace sino complicar el caso. Laponia, ese lugar aparentemente tranquilo, se revelara como una tierra de conflictos, misterios y odios ancestrales. Klemet Nango y Nina Nansen, miembros del cuerpo de la policia especial de los renos, entran a liderar la investigacion. Klemet va a jubilarse pronto, mientras que Nina es una rubia de la costa sur de Noruega con poco interes por la naturaleza hostil de Laponia. Nadie en Kautokeino parece querer ayudarlos, asi que la investigacion va a ser larga, en condiciones durisimas, y les revelara hechos mucho mas sombrios de lo que podian imaginar, enfrentandolos con un verdadero demonio contemporaneo.

  • Manual de la casa limpia y ordenada de Pepa Tabero

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    El estado de nuestra casa influira de manera determinante en nuestro animo y en el de nuestra familia. Si queremos que la vida resulte mas facil y fluida, hemos de mantener el orden pero sin estresarnos. Para ello, la autora de este practico manual nos ofrece un sistema inteligente que nos ensenara a:

  • Un Amor en los Hamptons (Hamptons 1) de Angela Bennett

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    Alan Lewis busca un cambio en su vida y el comienzo para lograrlo es adquirir una mansion en los Hamptons.
    Maggie Evans es decoradora y se enfrenta al proyecto mas importante de su carrera: la renovacion de una casa en una zona muy exclusiva.
    La atraccion entre ellos es inmediata, pero el esta comprometido y ella no parece estar abierta a una relacion.
    Las cosas se complican cuando extranos sucesos comienzan a ocurrir a su alrededor poniendo en peligro el proyecto y sus vidas. ?Descubriran quien es el responsable de los incidentes? ?Podran vivir un amor en los Hamptons?

  • Bailar al borde del abismo de Gregoire Delacourt

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    ?Que arriesgamos cuando lo arriesgamos todo? A veces hay que perder y perderse para encontrarse a uno mismo.

  • La hija olvidada de Armando Lucas Correa

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    Tras el exito del best seller internacional La nina alemana, la segunda novela de Armando Lucas correa narra un nuevo episodio desconocido de la Segunda Guerra Mundial.

  • Dos copas y una noche (Dos mas dos 1) de Ana Alvarez

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    Primera entrega de la bilogia <> de una de las autoras mas exitosas del sello digital Selecta.

  • Las dos muertes de Ray Loriga de Daniel Jimenez

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    En 2017, tras varios anos de silencio, Ray Loriga gana el Premio Alfaguara con su novela Rendicion. El escritor mas representativo de la nueva narrativa espanola de los noventa recupera de golpe la fama que habia ido perdiendo. El libro recibe buenas criticas y se agota la primera edicion, la segunda, la tercera. Ray concede entrevistas, bromea con los periodistas que le habian dado por muerto, acude como invitado a un late night. Luego viaja a Latinoamerica para promocionar su obra. La gira finaliza en Buenos Aires. Y alli, en un hospedaje del barrio de La Boca, aparece su cadaver.

  • El engano de la princesa de Kiersten White

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    LA PRINCESA GINEBRA HA LLEGADO A CAMELOT PARA CASARSE CON UN EXTRANO: EL CARISMATICO REY ARTURO.

  • Construye tu SUPERMEMORIA volviendo a ser nino de Marcos Mugica

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    ?Quieres aprender y memorizar mas deprisa?

    No quiero prometer otro metodo mas para mejorar la memoria y aprendizaje en pocos dias. Pero lo que si puedo prometer, es que este libro por un coste ridiculo, tendra un efecto permanente en tu dia a dia personal y profesional durante toda tu vida. El metodo esta basado en rescatar la imaginacion y creatividad que teniamos cuando eramos ninos. Asi como aprender desde cero, sin juzgar. Esta es la principal razon de que los ninos aprendan tan deprisa y lo que emularemos en el libro. El contenido del mismo es suficiente para que tengas una extraordinaria memoria y gran capacidad de aprendizaje.

  • A ciegas de Josh Malerman

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    NO ABRAS LOS OJOS. Hay algo ahi fuera. Algo espantoso, que hace que la gente enloquezca y se suicide ante su sola vision. Nadie sabe que es ni de donde viene.

  • Y yo a mi de Elsa Garcia

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    La familia de Jota no es muy tradicional.

  • La estrategia del Diablo de Armando Cuevas Calderon

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    El robo de un objeto legendario, un extrano asesinato, un misterioso experto en antiguedades y una policia de homicidios atormentada por su pasado se entremezclaran en este perturbador thriller policiaco.
    Enfrentada a una investigacion repleta de mitos y secretos, la inspectora Elena Valdeon debera sumergirse en el oscuro mundo de las sectas satanicas, y seguir las pistas dejadas por un crimen atroz cometido hace casi dos mil anos, si desea resolver el caso mas inquietante y peligroso de toda su carrera.

  • Lo eres todo de Fran Moran

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    CERRO los ojos y escucho su voz, como siempre lo hacia cuando la camara se movia de ella a algun invitado o pasaba a algun rollo B de la historia que ella estuviera relatando. El no necesitaba informacion sobre otro tiroteo en alguna escuela, o sobre los gatitos rescatados de un desague. Solo queria saber de ella. Eso era todo lo que veia en las noticias. Eloy Marti. Sus rasgos eran suaves y dulces, acompanados de una cabellera rubia oscura y rizada, que caia hasta sus hombros en suaves ondas. Sus ojos emanaban calidez y empatia. Tenia labios rosados, y sus pechos bajo la elegante y cara blusa lo volvian loco. Cristo, el la queria. Siempre lo habia hecho. Desde aquel dia en la universidad cuando entro en la biblioteca de Harvard y la vio. Con su apariencia, dinero y posicion en el Upper East Side de Nueva York, el podria tener a cualquier mujer que quisiera, y habia tenido bastantes. Pero siempre recordaria esa. La que se le escapo. La chica de la camiseta rosa. Ese dia, la biblioteca estaba tranquila y casi vacia. Ella estaba sola en uno de los pasillos, leyendo. Miro hacia arriba cuando el se acerco. Era una chica pequena, delgada y joven, tal vez de diecisiete, o dieciocho anos. Al mirarlo, le sonrio. A su parecer, era encantadora, no solo bonita, sino dolorosamente hermosa. Tenia grandes ojos de color marron intenso y una calida y amistosa sonrisa. Para ese momento, su cabello colgaba casi hasta su cintura, luciendo suave y un poco desordenado. Ella le habia quitado el aliento. Era la chica que habia estado buscando. Y asi como asi, se habia ido. Una voz detras de el la habia llamado. Ella se despidio con una sonrisa y paso junto a el. En menos de treinta segundos, su vida habia cambiado para siempre. Y ahora ella estaba en su television todas las noches. Pero esta noche, sin embargo, las cosas serian diferentes. Sabia donde encontrarla, y donde llevarla. Su lugar en el campo era aislado y seguro. Ella definitivamente aprenderia a amarlo alli. Abrio los ojos cuando escucho al reportero devolverle el pase a Eloy, y sonrio cuando vio su hermoso rostro de nuevo. Esta noche, querida, esta noche… ELOY CERRO las noticias con una sonrisa y espero hasta que la camara apagara la lucecita para asegurarse de que estuvieran fuera del aire. --Gracias a todos. Sonrio para sus companeros mientras el personal del piso le aplaudia. Era una de las pocas anclas que trataba a todos por igual y siempre habia sido amable y cortes. Eloy se rio de sus aplausos, ignorando a su co-presentador que se quejaba del sonido. Su asistente, Rae, se rio mientras Eloy la levantaba un poco y la hacia girar. --Alguien esta de buen humor. Bajo a su amiga, y volvieron a su camerino. --Puedes apostar a que si. Guido me va a recoger y vamos a tener dos felices semanas de nada mas que sol, mar, arena y divertido sexo sucio. Rae se rio. --No estoy celosa en lo absoluto. Realmente, realmente no. Eloy se rio. --Lo siento, boo. No deberia regodearme, pero Dios, he estado esperando esto desde siempre. --Escucha, te lo mereces. ?Entre tu y yo? Me preocupa que trabajes demasiado. --No --Eloy le sonrio--. Sabes que vivo y respiro las noticias. Escucha, ya que compartimos secretos… cuando regrese, le preguntare a Jack si puedo hacer mas periodismo de investigacion. Me encanta ser ancla, pero tambien extrano estar en el campo. Rae le sonrio. Ella tenia unos cincuenta anos, era afroamericana y la crema y nata de las asistentes personales. Ellas se conocieron hacia ya un ano, y desde entonces eran inseparables. Ahora mismo, charlaba con Eloy, mientras ella se ponia unos jeans y una camiseta, y se preparaba para encontrarse con su novio, Guido Wheeler. Llevaban dos anos juntos, y estaban tan enamorados como siempre. Eloy sabia que el era el indicado, su personalidad divertida y ferozmente inteligente los hacian coincidir en todo lo que hacian. Guido llego poco despues y la beso, permaneciendo ambos en un abrazo prolongado. Le sonrio, y sus ojos marrones oscuros, se volvieron alegres y llenos de emocion. --?Estas lista, nena? --Vamos, guapo. Se tomaron de la mano al salir del edificio hacia la cabina de espera, y no fue hasta que escucho su nombre que Eloy se dio la vuelta para ver al hombre que esperaba detras de ellos. Empezo a sonreir, ya que era su respuesta automatica para los fans que la esperaban fuera del estudio. De pronto, todo parecio ir mas despacio cuando ella vio el arma. Escucho el grito de Guido, oyo un disparo y vio su pecho explotar. Ella grito de rabia cuando el hombre le apunto con el arma, pero aun asi se lanzo sobre el sin pensar en las consecuencias. Sintio tanto dolor, que su vision se volvio negra. Por la manana, en el hospital, despues de horas de cirugia, le dieron la noticia. Guido habia fallecido, y el hombre que lo habia matado se habia escapado, desapareciendo en el frio viento de la noche. Eloy sabia que nunca mas sentiria la calidez de la felicidad, o la sensacion de estar a salvo. CAPITULO UNO UN ANO DESPUES ELOY MARTI DEJO de existir en el momento en que cerro la noticia esa noche con una sonrisa para su publico, seguida de su habitual y alegre despedida. Charlo con Rae como de costumbre, se puso su ropa y le dijo a su amiga que la veria manana. Usando un baston que ya no necesitaba, pero que guardaba para desviar la atencion, salio cojeando hacia la limusina que la esperaba, y entonces, desaparecio. Mientras el auto, conducido por uno de los choferes del FBI, se adentraba en la oscuridad del estado de Nueva York y se dirigia al refugio, la Eloy que todos conocian quedo en el pasado, y en su lugar, nacio Sunday Kemp. En el refugio, su cabello rubio oscuro fue tenido profesionalmente hasta alcanzar un tono marron oscuro que lucia natural, sus ojos marrones fueron cubiertos con lentes de contacto violetas, su nariz perforada, e incluso se hizo un pequeno tatuaje en su muneca. Entonces, el jet privado que la llevaria a su nueva casa estuvo listo, y ella supo que eso seria todo. El ultimo momento de su antigua vida. Dudo una vez mas antes de subir al avion. Sam, su protector, que se habia convertido en un buen amigo durante el ultimo ano, le puso una mano en el hombro. --?Estas bien, Sunday? Sunday. Su nuevo nombre. Lo habia elegido para honrar a Guido, a quien conocio un dia domingo. Kemp era el apellido de soltera de su madre. Cuando perdio a Guido, sintio que de hecho perdio a ambos. Habia sido demasiado doloroso para la familia de el volver a verla, aunque Patricia, la madre de Guido, se habia quedado al lado de Eloy mientras esta se recuperaba del disparo. Tan pronto como fue dada de alta, sin embargo, se quedo sola. Su propia familia, dispersa desde hacia mucho tiempo por el mundo, habia enviado sus condolencias, pero ninguno de ellos la habia visitado. Rae habia sido su familia, y ahora tenia que dejar atras a su unica amiga. Se fue desde Nueva York, el unico hogar que habia conocido, hasta la vida de pueblo en las Rocosas, Colorado. Paso de presentadora de noticias a mecanografa de alguien. Le habian encontrado trabajo con un artista que vivia en el pequeno pueblo cerca de Telluride y ella se reuniria con el el lunes siguiente. Hasta entonces, se instalaria en su nuevo hogar, un pequeno apartamento en la calle principal de la ciudad, en lo alto de las Montanas Rocosas. No habia traido nada de casa, ni siquiera ropa interior, excepto una fotografia de Guido que habia colado en el bolsillo de su chaqueta. El FBI le habia dicho que dejara todo lo que pudiera atarla a su antigua vida. --Todo sera provisto para ti --fue lo que dijeron--. Tienes que dejar tus cosas atras --le dijo Sam gentilmente--. Si apareces en la ciudad con millones en el banco… --Lo entiendo --dijo. El dinero no significaba nada mas para ella que una herramienta para hacer su vida mas conveniente; nunca habia sido una mujer avara. Pero odiaba dejar sus libros, su piano, y sobre todo, a sus amigos y companeros en la estacion. Las amenazas a su vida eran constantes. El, quienquiera que fuera, era implacable y muy sigiloso. Constantemente le enviaba recordatorios de que estaba cerca, que terminaria el trabajo, que le haria pagar por su "traicion". Imbecil. Su intestino se retorcia de la rabia, y a veces deseaba que su acosador mostrara la cara. Aunque la matara, al menos tendria la oportunidad de vengarse. El FBI estaba preocupado, y para cuando la convencieron de la posibilidad de que su atacante fuera alguien conectado a la mafia y que nunca escaparia de el, Eloy, o Sunday, casi se habia resignado a morir joven. El equipo del FBI, y Sam Duarte en particular, finalmente la convencieron de que se protegiera. --Tienes mucha mas vida que vivir --le dijo Sam, un hombre amable de unos cuarenta anos--. Tienes veintiocho anos, carino. Vive. Vive para honrar la memoria de Guido. No podria haberlo dicho de otra manera que pudiera persuadirla. De repente, un ritmo de vida mas lento, y tener tiempo para llorar por Guido, sonaba mas tentador que continuar con su carrera en Nueva York. En el jet privado, Sam le sonrio. --?Estas lista, Sunday? Ella asintio. --Creo que estoy lista, Sam. Gracias por organizar todo esto, en serio. Y el trabajo tambien. Me volveria loco sin algo que hacer. El le dio una palmadita en la mano. --No se mucho sobre tu futuro empleador, excepto que mantiene sus cosas para si mismo. Es muy reservado. --Bien. Se sintio aliviada al oir eso. Sabia que su nuevo jefe tenia una casa grande y esperaba que no se cruzaran tanto y asi tener espacio suficiente para trabajar y pensar. El avion aterrizo en Telluride, y los agentes le dieron las llaves de un todoterreno de segunda mano. Todo era parte del engano, ella lo sabia, pero realmente no le importaba. Era comodo y fiable. En la parte de atras habia maletas llenas con su nuevo guardarropas. Sam se aseguro de que estuviera comoda. --Te seguiremos hasta el nuevo apartamento --le dijo--, pero mantendremos la distancia para no llamar la atencion. Parecera que has llegado por tu cuenta. El lugar esta amueblado, por lo que deberias ser capaz de instalarte rapidamente. Hay un par de bolsas con alimentos basicos en la camioneta. ?Tienes el telefono desechable que te di? Sunday cavo en su bolso y se lo mostro, sacudiendo su mano ligeramente. --Buena chica. Entonces, estare en contacto. Manten eso contigo, pero consigue uno nuevo para usar con tus nuevos amigos aqui.

  • Los amantes anonimos de Salvador Gutierrez Solis

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    Carmen Puerto esta despierta desde hace una hora, pero no quiere comenzar este lunes, esta semana, y finge dormir. Continua, ficticiamente, el sueno de la pasada noche. Ha sonado que paseaba entre las dunas de una blanca y luminosa playa, como si fuera una de las mujeres que aparecen en el cuadro de Alex Katz que cuelga en una de las paredes del salon; que se banaba en un mar esmeralda, agua templada, acogedora; que se tumbaba en la arena, desnuda, relajada. Corria, gritaba, era feliz. Ha sonado que un hombre, alto, moreno y guapo, muy musculoso, el pelo corto y rizado, encrespado, la esperaba tumbado sobre una toalla, tambien desnudo. Cuando llegaba a su lado, el hombre la abrazaba, la besaba, la acariciaba, y comenzaban a hacer el amor. El hombre, se parecia a Alberto pero no era Alberto y hacia el amor hasta quedar sin fuerza, felices ambos, desmayados de tanto placer. A continuacion, reian, bebian cerveza y comian bocadillos, antes de volver a hacer el amor. Cuando desperto, Carmen estaba desnuda y muy excitada, y siguio sonando, ficticiamente, mientras se acariciaba con un pequeno vibrador violeta. Quiere seguir sintiendo a ese hombre a su lado, volverse a banar en ese mar esmeralda, cuando la pantalla del ordenador portatil, que la acompana en la cama, se ilumina. --?Estas despierta? --No, por eso te respondo. --Ese humor tuyo... --El humor tiene horario nocturno. --A veces ni eso. --No escoges la serie adecuada. --No te imagino riendote con una teleserie. --Deberias llevar tu imaginacion al gimnasio... --?Hay gimnasios para la simpatia? --Los cerraron con esto de la crisis. --Y a ti no te pillaba uno cerca... --Te dejo, me voy al gimnasio --en la pantalla de su Iphone puede leer JJ1 . Carmen Puerto minimiza la ventana del chat y atiende la llamada de telefono. --Dime --su voz es seria y ronca, como si pretendiera exhibir que le molesta que la llamen tan temprano, todavia en la cama. Al mismo tiempo, Carmen abre una fotografia en la pantalla de su ordenador portatil: un hombre de unos cuarenta anos, moreno, alto, con nariz prominente, ojos grandes, marrones, cejas muy pobladas, y negras, como su cabello, con facciones agradables, con una gabardina de un gris verdoso. Es Jaime Cuesta. --Carmen, disculpa la hora, pero necesitamos tu ayuda -- la conoce Jaime y sabe que tono de voz y que palabras debe emplear. --?Estas con esa? --enfadada, interrumpe a Jaime. --?Como, quien? --Esa, tu companera o lo que sea, la tal Julia... --Si, si... --disimula Jaime, pero Julia, a su lado, sabe que habla de ella y recrea un gesto de incertidumbre. --Dile que no vuelva a intentar localizarme, que no lo vuelva a intentar, que me deje en paz -- dice Carmen muy despacio, grave, amenazante. --Yo se lo digo, no te preocupes. --Jaime, no me has entendido, quiero que se lo digas ahora mismo... --?Ahora? --Ahora. --Diselo tu --le indica, y Julia arquea las cejas, preguntando. --?Que cono pasa? --le susurra Julia a Jaime, muy cerca del oido. --Yo no voy a hablar con esa tipa, diselo tu... --ordena Carmen. --No creo que... --divaga Jaime, en medio de una situacion, violenta y embarazosa, ante la que no sabe como reaccionar. --Adios, Jaime, adios... --amenaza Carmen con finalizar la conversacion. --Cono. --Adios, adios... --Espera. --Diselo. --Julia, por favor, no vuelvas a intentar localizar a Carmen --por fin dice Jaime, que se lleva un dedo a la sien, escenificando locura, mientras que Julia frunce el ceno, visiblemente contrariada. Hace por hablar, pero Jaime se lo impide, tapandole la boca con la palma de la mano. --Que no lo vuelva a hacer --imagina Carmen la escena al otro lado del telefono. Puede ver a Julia muy enfadada, histerica, haciendo lo imposible por arrebatar el movil de Jaime. --No lo hara --trata Jaime de conservar el equilibrio, contentando a Carmen, manteniendo en silencio a Julia. --Si lo hace... --no concluye Carmen la frase. --No te preocupes. Tras un incomodo silencio de varios segundos, Carmen pregunta con desinteres: --?Que habeis encontrado? --Julia te lo acaba de enviar al WhatsApp. --Julia... --Si, ya lo tienes. Carmen abre una nueva fotografia en la pantalla del ordenador. En ella se puede ver a una mujer de unos treinta y largos, cuarenta tal vez, pelo rubio muy corto, cara delgada, mas atractiva que guapa, cuello muy estilizado, ojos amplios, luminosos, de un azul cielo, sin pendientes en las orejas, de piel blanca. Es una fotografia de Julia Nunez. --Ahora te llamo --interrumpe Carmen bruscamente la conversacion. Julia se separa de Jaime, se muerde los labios y golpea con fuerza su hombro derecho. --!Eres el puto perro de la pirada esta, el puto perro, puto perro, que lo sepas! --le recrimina con violencia. --Vete a la mierda. No se detiene Carmen a contemplar las tres imagenes que ha recibido en su telefono movil, directamente las reenvia a su cuenta personal de correo electronico. El dormitorio permanece a oscuras, apenas unos rayos de sol se cuelan por las primeras rendijas de la persiana. Sin embargo, Carmen se mueve con agilidad en la oscuridad, esta acostumbrada a ella. Abandona la cama, busca a sus pies la parte superior de un chandal azul marino con tres rayas blancas en las mangas, que se coloca a toda velocidad, no cierra la cremallera, y recorre el pasillo y el salon, entre una densa penumbra que fabrica un decorado fantasmagorico; en la cocina, introduce una taza de agua en el microondas, selecciona un minuto en el temporizador, escoge al azar un tarro de capuchino --varios tarros se apilan sin orden junto a la placa de vitroceramica, sobre la encimera--; lia un cigarrillo con tabaco, Cutters Choice; anade dos pastillas de sacarina al agua caliente y cuatro cucharadas de capuchino en polvo; se dirige al desordenado y oscuro salon, durante varios segundos contempla un cuadro de Alex Katz en el que aparecen dos mujeres caminando entre las dunas de una playa --Partida --, en la pared que prosigue al pasillo, y el sueno de la pasada noche regresa fulgurante y electrico durante un segundo. Enciende el cigarrillo y lo coloca sobre un cenicero de cristal, transparente, toma asiento en un sofa de cuero marron, frente a una pantalla de plasma de 50 pulgadas, bajo otra reproduccion de Alex Katz, Blue umbrella , que representa a una mujer con la cabeza cubierta con un panuelo y bajo un paraguas en un dia de lluvia. Conecta la pantalla de plasma y, ayudandose de un teclado inalambrico, accede a su correo electronico y comienza a examinar las tres fotografias que se ha reenviado desde su telefono movil. En la primera fotografia puede ver una blanca y palida mano de mujer, seccionada limpiamente donde arranca la muneca, con las unas pintadas de un rojo intenso. --Un corte limpio, una sierra electrica con toda probabilidad. Sin rastros de sangre, unas en perfecto estado, pintadas una vez fallecida --repite en voz alta lo que escribe en una libreta de pastas verdes. La segunda fotografia corresponde a un pie, seccionado a mitad de tobillo, igualmente blanco y palido, tambien limpio de restos de sangre, igualmente las unas perfectamente pintadas, pero en esta ocasion de un azul marino muy brillante. Con una pequena cicatriz junto al menique, no reciente , tal vez un corte de la infancia, deduce mentalmente Carmen. --?Te gusta el color? --se gira Carmen, y le pregunta al cuadro de Alex Katz que tiene a su espalda: Karen (La sonrisa de Karen ). En la tercera fotografia aparece un corazon humano, cortadas las arterias y venas a ras, dentro de una de esas bolsas de plastico transparente que se utilizan para conservar alimentos. --Vaya, ha pasado por el super --murmura Carmen Puerto, sin apartar la vista de la pantalla. Carmen abandona momentaneamente el sofa de cuero, se coloca en cuclillas delante de la pantalla y, como si estuviera escaneando o memorizando las imagenes, examina las tres fotografias centimetro a centimetro. Se detiene especialmente en las unas pintadas de la mano y pie, en sus llamativos colores. Bebe el resto de capuchino con un gesto de desaprobacion, ya frio, y a ella le gusta muy caliente, lia un nuevo cigarrillo, y marca el telefono de Jaime (JJ1 ). --?Por que habeis sacado el pie y la mano de sus bolsas? --le recrimina a Jaime, nada mas escuchar su voz. --Ahhh --duda Jaime, se lleva la mano libre a la nuca, centra su mirada en Julia, que continua furiosa--, para que se vieran mejor en las fotografias --concluye. --No alteres mortajas, hijo mio ... Habeis manipulado unas pruebas --le advierte Carmen. No puede evitar pensar en Hilario Pino cada vez que habla con Jaime. --Nosotros no hemos hecho nada, ya sabes... De todos modos, lo han hecho siguiendo el procedimiento, no temas, las bolsas tambien van a ser analizadas --trata de ser convincente Jaime. --Cuando hagan las pruebas los batiblancas descubriran que los restos corresponden a tres personas diferentes, a tres mujeres, con toda probabilidad. Pero esto no quiere decir que sean victimas preferenciales --explica Carmen Puerto mientras recorre con su mano la pantalla, tal si estuviera acariciando los miembros encontrados. --Tres mujeres... --intenta decir Jaime. Julia escucha cerca de su hombro. --Tres mujeres de mas o menos la misma edad, si, tres mujeres... --se detiene un instante Carmen, hipnotizada por el azul de las unas del pie--. Estan congelados todos los restos, y me atreveria a decir que hasta hace no tanto estuvieron en un congelador, a muy baja temperatura, veinticinco o treinta grados bajo cero. Seguramente, no se trata de un congelador domestico, mas potente. --Si, estaban congelados... --confirma Jaime, sorprendido. --Teneis que haberlos encontrado en un lugar muy publico, muy popular, necesita llamar la atencion, presentarse ante todos como es debido... a lo grande: es su carta de presentacion. Ya estoy aqui , nos esta diciendo --sigue hablando Carmen mientras no cesa de mirar las fotografias de la pantalla. --Carmen, los han encontrado en tres puntos diferentes -- le rectifica Jaime, y los labios y ojos de Julia fabrican un gesto de satisfaccion. --Joder, tres sitios diferentes, joder, mas a lo grande de lo que imaginaba... Va a por todas el hijo de la gran puta. --Si, en tres. --?Donde? --Madrid, Barcelona y Sevilla. --Joder, joder, si que apunta alto. --Si, y en lugares muy populares, como tu decias --una apostilla de Jaime que contraria a Julia. --Evidente. --El pie en Madrid, en la Plaza del Callao, a escasos metros del edificio Capitol. En Barcelona, en Plaza Catalunya, la mano. El corazon, en Sevilla, a unos pocos metros del Ayuntamiento. En los tres casos, dentro de papeleras, perfectamente envueltos, bien protegidos, en esas bolsas... -- le informa Jaime. --Esas bolsas que han estropeado. --Las van a analizar --repite Jaime. --?Ya hemos comprobado las camaras de seguridad? --Si, y de momento no hemos encontrado nada. --Nada, nada... --replica Carmen y amplia nuevamente las fotografias de los tres miembros. Conoce la posicion de las camaras , escribe Carmen Puerto en su libreta. --Estamos tratando de buscar con cuantas de las denuncias por desaparicion que tenemos coinciden. Estamos en ello, ya sabes... --le gustaria a Jaime ser mas preciso. --Con ninguna coincidira, ya te lo digo --sentencia Carmen y se dirige a la cocina para prepararse otro capuchino--. Todavia no hay denuncias. --?Tu crees? --Necesita llamar la atencion --dice Carmen a la vez que abre fotografias de los lugares indicados, a traves de la aplicacion de Google. --No te puedes imaginar la que se ha montado --comienza a decir a Jaime, pero Carmen lo interrumpe. --?Cuando los habeis encontrado? ?Con cuantas horas de diferencia? --pregunta Carmen, con un lapiz en la mano. --La mano de Barcelona, ayer por la noche. El pie de Madrid cuatro horas despues, sobre las dos de la madrugada y el corazon de Sevilla hace un rato... a las siete. En ese orden los hemos encontrado. --Vaya juerga que se ha metido el cabron --comenta Carmen. Anota en una libreta: BCN, ?sabado 31M/1J?, Mad 1J, ?Sev 1J/2J? --Estamos comprobando si le podria haber dado tiempo a una sola persona... --dice Jaime. --Le ha dado --y rodea con un circulo las abreviaturas de las fechas y de las ciudades anotadas. --?Tu crees? --escucha Jaime en su telefono el crujido, al quemarse, del papel del cigarrillo que Carmen esta fumando. --Estos han sido los fuegos artificiales... --masculla Carmen. --?Fuegos artificiales? --Volvera a matar --sentencia Carmen, al tiempo que despliega sobre la pantalla un programa pirata por el que puede acceder a las camaras de seguridad de los tres lugares en los que se han encontrado los miembros. --?Como? --Volvera a matar. Y no tardara en hacerlo. LUNES, 2 DE JUNIO DE 2014. 9:00 H. A pesar de la llamada que la saco de la cama poco antes de las ocho, Carmen Puerto se entrega a su rutina diaria. Como cada manana, salvo la de los domingos, a las nueve en punto conecta la camara del videoportero de la puerta al ordenador y aguarda la llegada de Jesus mientras fuma, toma un capuchino y escucha las noticias en la radio. Aunque ella misma ha sido la que ha construido y mantiene esta excusa a lo largo de los anos, en realidad no solo lo hace por esperar la llegada de Jesus. En estas esperas, frente a la pantalla del ordenador, cada manana contempla a sus personajes habituales: los clientes del bar de la esquina, en direccion a la Avenida de Andalucia, Manuel, el propietario del taller de motocicletas, y sus caracteristicos silbidos; la duena de la fruteria de la esquina, Rocio, ese anciano de estirado pelo negro que saca a pasear su perro, un boxer con el cuello blanco, a Monica, la dependienta de la pequena tienda de ultramarinos de enfrente. Con suerte, tambien puede contemplar Carmen a otras nuevas personas, desconocidas, anonimas, a las que asigna actividades y personalidades de todo tipo. <>. Cuando era una nina, con su hermana Ana, Carmen Puerto jugaba a algo parecido, se asomaban al balcon y trataban de adivinar quien apareceria bajo el arco de la plaza. Contabilizaban los aciertos en una libreta y la que antes llegaba a diez era la ganadora. A las 9.02 h. aparece Jesus en la pantalla del ordenador. A pesar de que la imagen no es lo nitida que Carmen desearia, puede verle ojos de sueno y gesto de lunes. Carmen se reincorpora, apoya los antebrazos sobre el cristal que cubre la mesa. Repite Jesus la camisa negra, con doble cuello, que se compro en las ultimas rebajas y unos vaqueros gastados, manchados en la parte posterior de la rodilla izquierda, descubre Carmen. Como siempre, su bolsito azulon colgando de su hombro derecho. Y como casi siempre, justo despues de levantar la persiana metalica, Jesus se queda un instante, menos de un segundo, mirando hacia la camara del portal adyacente a su establecimiento. Tal vez sea su manera de desear buenos dias cada manana. --Buenos dias --dice nada mas dejar de verlo--. Karen, se ha cortado demasiado el pelo esta vez, le hace cara de tonto -- se gira Carmen sobre ella misma y le comenta al cuadro que tiene a su espalda. Como la mayoria de las ubicadas en la zona, la casa de Carmen Puerto cuenta con dos plantas, fachada estrecha, rectangular, rematada por una azotea. Calle Padre Pedro Ayala, barrio de Nervion, en Sevilla. Es una zona muy tranquila, familiar, con aspecto de pueblo en la mayoria de sus calles. Muy cerca de la antigua fabrica de cerveza Cruzcampo y de la Prision Provincial, <>, como se la conoce en la actualidad. Nada dejo al azar, la situacion geografica de la vivienda de Carmen Puerto surgio de un minucioso estudio previo: a menos de 15 minutos, caminando, de la estacion de tren de Santa Justa; a menos de dos kilometros, tras finalizar la Avenida de Andalucia, de la SE30 , que conecta con Cadiz, Huelva, Malaga y Cordoba; y a menos de 10 minutos, en coche, del aeropuerto de San Pablo. La planta baja de la casa de Carmen Puerto la ocupan la puerta de entrada, tras la que se encuentra la empinada escalera que conduce a su vivienda, y la peluqueria para <> de Jesus, Jesus Fernandez Cortes, su particular inquilino. Aunque exteriormente pueda parecer mas amplio, a tenor del tamano de la fachada, el piso de Carmen Puerto, situado en la primera planta del edificio, es relativamente pequeno: 66 metros cuadrados. Un dormitorio con dos ventanas que dan a la calle, pero que siempre estan cerradas, las persianas hasta abajo; un amplio salon cuadrado y oscuro; un cuarto de bano y una cocina rectangular, que concluye en un pequeno lavadero, en el que se eleva una escalera metalica, de caracol, que conduce a la azotea. Todavia sentada frente a la pantalla de plasma, Carmen da por concluida la conexion con la calle de esta manana, una vez que Jesus ha accedido a la peluqueria. Recupera las fotografias de los tres miembros seccionados que le han enviado Jaime y Julia. Contempla las imagenes una a una, las examina y analiza de forma individual, y a continuacion de manera colectiva, estableciendo posibles vinculos que desarrolla mentalmente. No escribe en su libreta, de momento. Visita las portadas de las ediciones digitales de algunos periodicos, necesita comprobar que, de momento, nadie ha filtrado la noticia. A traves de una de sus cuentas falsas, escoge @arga2 en esta ocasion, accede a la cuenta de Twitter de Pedro Gines, un periodista de <>, celebre por sus apariciones televisivas y por sus informaciones <>. --De momento este cabron no ha dicho nada --murmura Carmen, tras comprobar que su ultimo tuit es del 31 de mayo. A continuacion, como si alguien le indicase los pasos a dar, Carmen se coloca unas gafas de sol, unas Rayban metalicas con cristales verdes, descuelga un manojo de llaves de un clavo en la pared, a la izquierda del cuadro de Alex Katz de las dos banistas que pasean relajadamente entre las dunas y se dirige a la cocina. Se prepara un capuchino: agua muy caliente, cuatro cucharadas y dos comprimidos de sacarina. Introduce una de las llaves en la cerradura de seguridad de la reja metalica negra que separa la cocina del lavadero. Una lavadora, un pequeno tendedero y tres estanterias de pvc . Nada mas comenzar a subir la escalera de caracol, escucha: <>, que exclama un My Little Pony de tonos violetas, rosas y grisaceos, con voz aguda de cuento infantil, sentado en el septimo peldano. La voz del pequeno unicornio no sorprende a Carmen Puerto, que se detiene a medio camino de la escalera e introduce una llave en la cerradura que hay en la trampilla del techo. Ayudandose de las dos manos levanta la portezuela de acero y una avalancha de luz, de rayos de sol, se proyecta sobre su rostro. Por unos segundos, instalada en la oscuridad, Carmen Puerto se siente indefensa, vulnerable, atropellada, a pesar de la proteccion de las gafas. Aun asi, la rutina traza el recorrido, repite los movimientos de cada manana, tiene memorizadas todas las distancias, y accede a la azotea sin mayores complicaciones. Flanqueada en sus cuatro costados por un tupido y alto canizo artificial, desde la azotea de Carmen solo se contempla el cielo, interminable y azul, como una infinita cupula monocolor. Ningun edificio, antena o similar a la vista, como si se tratara de un lugar en mitad de la nada o por encima de todo. Carmen Puerto camina hasta la parte delantera, donde se alza la fachada principal del edificio hacia la calle Padre Pedro Ayala y ayudandose de una manguera azul marino riega un amplio arriate donde crecen sus plantas de marihuana. Verdes y frondosas, rezuman salud y atencion permanente. Comprueba el estado de las hojas, busca imperfecciones, examina el color y grosor de los tallos, toca la tierra para cerciorarse de que la humedad es la adecuada. Seguidamente, busca en la parte inferior de un armario de aluminio una llave, oculta en la parte interna, que no tarda en encontrar. Abre el armario, de la balda superior coge un cenicero, papel de fumar y boquillas marrones, un encendedor y una cajita de madera. Toma asiento en una hamaca de lona, en el centro de la azotea, y lia dos cigarrillos con marihuana. Durante unos segundos contempla el cielo, sin nubes, azul, monotematico, que lo cubre todo, mas alla de los canizos que la protegen de posibles miradas. A continuacion, con naturalidad, es un ritual que repite la mayoria de los dias que luce el sol, se despoja del chandal azul marino que la cubre, tambien de la ropa interior, bragas y sujetador blancos, de algodon, y desnuda se deja caer sobre la hamaca. Comienza a fumar la marihuana con los ojos cerrados. Sigue teniendo Carmen un cuerpo menudo y armonico, los anos aun no se han cebado con ella; su piel continua siendo palida y tersa, con un mapa de pecas en el pecho y en las mejillas. Delgada, de ojos inquietos, de un marron miel, nariz con intencion aguilena. Desde los veinticinco, dentro de unos meses cumplira cincuenta anos, Carmen tine su pelo de una intensa tonalidad cobriza que subraya la delgadez de su rostro. Raramente usa pendientes, anillos o pulseras, como en tantas otras cosas es una mujer sencilla, austera. Si tuviera que elegir Carmen una parte de su cuerpo se decantaria por sus manos, puede que lo haya confesado en alguna ocasion, afiladas, de unas cuidadas, jamas pintadas. Le gusta mirarlas cuando habla por telefono o cuando fuma marihuana desnuda en la azotea, como en este momento. Pero ahora, Carmen no mira sus unas, sigue reproduciendo las tres fotografias que le han enviado Jaime y Julia. Trata de establecer conexiones, puentes, con otras imagenes similares que conserva en su memoria. Una mano, un pie y un corazon congelados, envueltos en bolsas de plastico de las que se emplean para la conservacion de alimentos. <>, deduce.

  • Denahi de Christian Martins

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    Denahi lleva tiempo solo, condenado por un pasado que no deja de atormentarle, hasta que aparece ella. Magena. Su companera, su mitad. La chica apache que ha logrado robarle el corazon con su testarudez.
    ?Conseguiran mantenerse a salvo de los peligros que les acechan?

  • Gladius et peplum. El baluarte fronterizo de Jesus Andrades Fernandez

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    Ano 46 d. C, frontera occidental, bosques de la Germania Inferior.
    Despues de cosechar una brillante victoria, al tribuno Cneo Fabio Sabino y a su principal hombre, el centurion Sexto Valerio, se les envia a una complicada mision: atacar por mar a un puerto fortificado internado en territorio enemigo.

  • K de Kinsey de Sue Grafton

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    Lorna Kepler era guapa y obstinada, una solitaria a quien le gustaba coquetear con el peligro. Puede que muriera por esta razon. El caso es que, cuando encontraron su cadaver, estaba tan descompuesto que nadie pudo averiguar si habia fallecido de muerte natural o no, y se archivo el caso. Solo la madre, Janice Kepler, seguia interesada y convencida de que su hija habia sido victima de un crimen cuyo anterior autor permanecia en libertad. Cuando Kinsey le abrio la puerta de Investigaciones Millhone, no sabia que se veria arrastrada al infierno de los crimenes impunes, en los que solo un pacto con el diablo puede apaciguar los inquietos fantasmas de las victimas y liberar a los vivos que aquellas han abandonado. Grafton lleva aqui a Kinsey a una zona sombria, profundamente turbadora, en la que los asesinos andan sueltos, sin remordimientos ni castigo.

  • Objetivo Cupcake perfecto – Alma Obregon de

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    La bloguera de reposteria de moda en nuestro pais, Alma Obregon, desvela sus mejores recetas de cupcakes en este libro de cocina delicioso e innovador.

  • Quince segundos de Cristina Rodriguez Trueba

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    Te presento a Clara, vive sola y es una chica timida, introvertida y muy ordenada. Siempre cena a las nueve de la noche, respeta los horarios que ella misma se ha impuesto porque esos gestos hacen que se sienta mas segura.'Imaginate que eres Clara y que a las nueve menos dos minutos escuchas un ruido. Sales de la cocina y en el pasillo hay un desconocido con una cebolla roja en una mano. ?Que pensarias?: que es un ladron rarito. ?Y cuando a los pocos segundos desaparece delante de tus ojos?: que es un ladron y un escapista.No salgas de la piel de Clara. ?Cual seria tu reaccion si el volviese al dia siguiente a la misma hora?, y el siguiente, y el siguiente…: “se cuela por la ventana”, “tiene llaves de mi apartamento”, “me he vuelto loca”, “es un espiritu”…Siempre quince segundos. Se llama Beltran y tampoco sabe porque cada noche aparece en el pasillo de Clara. Es muy poco tiempo para hablar, para decirse lo que esta creciendo en sus corazones. Una novela con un argumento tan original y sorprendente que no podras parar de leer.?Encontraran el modo de estar siempre juntos?

  • Bajo los vientos de Neptuno de Fred Vargas

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    El comisario Adamsberg se dispone a cruzar el Atlantico para instruirse en unas nuevas tecnicas de investigacion que estan desarrollando sus colegas del otro lado del oceano. Pero no sabe que el pasado se ha metido en su maleta y le acompana en su viaje. En Quebec se encontrara con una joven asesinada con tres heridas de arma blanca y una cadena de homicidios todos iguales, cometidos por el misterioso Tridente, un asesino fantasmal que persigue al joven comisario, obligandole a enfrentarse al unico enemigo del que hay que tener miedo: uno mismo. Adamsberg esta vez tiene problemas muy serios.

  • La invencion ocasional de Elena Ferrante

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    Vuelve la escritora mas misteriosa y fascinante de la actualidad, autora de la saga Dos amigas, con mas de treinta millones de lectores.

  • La Luisi de Angel Sanchidrian

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    Angel Sanchidrian, autor de Sinopsis de Cine, uno de los mayores exitos literarios de 2014, libro editado por Poe Books que en febrero de 2015 alcanzo su quinta edicion, da el gran paso de todo escritor debutante y nos presenta su primera novela. El estilo de Sanchidrian, directo, sencillo, complice con un lector que nunca llego a pensar que el castellano pudiera expresar tantas cosas con palabras y expresiones de las de siempre, se vuelca ahora en las aventuras de la Luisi. La prejubilada de edad indeterminadamente madura, una mujer que ya es mayor pero que tampoco es vieja, la tipica madre o suegra que todos tenemos, cotilla, insistente, ni paleta ni universitaria, ni gorda ni flaca, y que no tiene problemas en taparse la cabeza con una bolsa del Carrefour cuando llueve, llego a ser trending topic en Twitter cuando sanchidrian compartio con el mundo el relato 50 sombras de Luisi. Solo unos dias despues, mas de tres millones y medio de personas expresaron en las redes sociales las sonoras y necesarias risas que habian experimentado con las andanzas sexuales de Luisi con su Manolo. era el adelanto para lo que viene ahora, La Luisi, una novela costumbrista, con cosas que nos pasan a todos en cualquier tiempo y lugar, pero que narradas por la pluma de Sanchidrian llegan al nivel de las mejores comedias del Hollywood dorado. asi que aprietense la tripa, por los dolores de la risa, y preparense a disfrutar con la nueva heroina espanola…

  • Los archivos de Van Helsing de Xavier B. Fernandez

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    El padre Abraham Van Helsing, un anciano sacerdote jesuita que, de nino, sobrevivio a los campos de exterminio nazis, descubre la existencia de un fondo documental que pertenecio a su tio abuelo, el respetado teologo. Mientras examina los diversos documentos que lo componen -cartas, diarios, memorandums-, el padre Van Helsing va reconstruyendo la genealogia de su familia, la cual, generacion tras generacion, ha dedicado sus esfuerzos a luchar contra un hombre que, para vencer a la muerte, escogio convertirse en un demonio. Desde el siglo XV hasta nuestros dias, las andanzas del malvado inmortal y las de diferentes miembros de la saga de los Van Helsing se entrecruzan con multitud de personajes historicos: entre otros, el Sultan Murad, el rey Matthias Corvinus de Hungria, la condesa Bathory, Napoleon Bonaparte y su medico, el doctor Larrey, la Reina Victoria de Inglaterra, los escritores Oscar Wilde y Arthur Conan Doyle, Heinrich Himmler, Adolf Hitler, el papa Juan Pablo II y Nicolae Ceaucescu.

  • Las cenizas y las cosas de Naief Yehya

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  • El Caballero De Los Deseos Fugaces de R. Crespo

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    Mi abuela mantuvo la sonrisa en su rostro arrugado mientras de mis labios no hacian mas que salir palabras de incredulidad ante lo que me habia contado. Cuando termine, ella volvio a hablar sin dejar de sonreir. --No soy quien para obligarte a creer, pero te aseguro que no fue ningun invento de mi subconsciente, ni ninguna alucinacion. Lo tuve a mi lado durante tres dias, pude tocarlo y hablar con el durante horas sin necesidad de hacer nada mas. En algun momento aparecera ante ti y tendras que tragarte tus palabras. --El dia que eso pase seguramente los cerdos empezaran a volar. --Cuidado con lo que dices, nina --me advirtio, poniendose seria de repente--, porque quiza el dia menos pensado veas a un cerdo volar y recordaras mis palabras. Tuve que aguantar la risa para no hacer sentir mal a mi abuela, pero la conversacion que estabamos teniendo empezaba a tornarse surrealista. ?Cerdos volando? ?Un hombre misterioso capaz de conceder deseos? Y si asi fuera, ?como podria seguir siendo atractivo o joven? Esa historia no habia quien se la creyera. --Abuela, otro dia seguiremos con la conversacion, tengo que irme o llegare tarde al trabajo. Me acerque a ella un poco mas para darle un beso en la frente. --Ten cuidado, Noelia --dijo como despedida. Asenti mientras caminaba hacia la puerta agitando mi mano derecha. *** A las nueve de la noche me despedi de Alba, la chica que tenia contratada en la libreria, y coloque el letrero de cerrado. Antes de marcharme coloque bien algunos libros que los clientes habian dejado por ahi y limpie un poco el local. Despues apague las luces y sali, cerrando bien con llave. Las guarde en el bolso y comence a caminar en direccion a la casa de mi abuela. Siempre que salia de trabajar pasaba por alli para ver que todo estuviera bien antes de irme a la mia. Solo esperaba que no repitiera la misma historia del misterioso hombre que la cautivo en su juventud. <> repeti en mi mente sin dejar de caminar. Seguia dandole vueltas a aquella increible historia de magia y romance de la que mi abuela habia sido participe. ?Y si hubiera sido real y yo estaba equivocada? ?Podria aparecer aquel hombre solo con un deseo expresado desde el corazon? !Parecia tan inverosimil! Llegue pronto a mi destino y, tras comprobar que todo estaba bien y que mi abuela dormia placidamente en su habitacion, volvi a la calle para ponerme rumbo hacia mi piso. Sevilla tenia esa magia incluso de noche, aunque en mi caso la preferia por el dia. En mi cabeza habia muchos peligros y tenia la certeza de que existian realmente. Entre en mi coche, que estaba aparcado cerca, y arranque el motor para ponerme en marcha. *** Aparque el coche en la misma manzana en la que vivia y fui caminando hacia mi bloque de pisos. No habia mucha distancia, pero por alguna razon, aquella noche me parecio interminable el camino. Las sombras de la noche parecian cernirse sobre mi y, entonces, entre en panico. No fui consciente hasta que note que mis piernas parecian fallarme con cada paso nuevo que daba y el aire comenzo a faltarme. Notaba la presencia cercana de alguien, pero por mas que miraba hacia todas partes, no conseguia averiguar si era alguien real o solo producto de mi imaginacion. !Maldita oscuridad! Aligere el paso para llegar cuanto antes a mi hogar, pero por mas que lo intentaba, mis piernas no respondian como yo queria. Tuve la intencion de gritar, pero preferi no hacerlo para no llamar la atencion de los vecinos. ?Y si solo era uno de mis ataques de panico comunes? Pero ?y si era mas que eso? Mientras divagaba, senti un empujon y, tras colocarme de frente a la fachada de un edificio, senti otro cuerpo aprisionandome. Me resisti con todas mis fuerzas, lance patadas al aire como pude, pero todo fue en vano. No fui capaz de zafarme de esa presencia que no queria revelarse ante mi. Desee con todas mis fuerzas, o al menos las que me quedaban, librarme de lo que estaba por llegar. De alguna forma era consciente de que no me esperaba nada bueno y mi pensamiento se acrecento cuando empece a notar unas manos sobando mi cuerpo. No podia ser otra cosa. --Detente si no quieres sufrir mi ira. --Una voz masculina se alzo en el silencio de la noche. Una voz que desconocia. --?Y a quien se supone que debo temer? Note mi cuerpo mas ligero. Despacio, mas de lo que quiza pretendia, me separe de la pared e intente girar la cabeza. Sin embargo, algo me impidio observar mas alla del cuerpo de mi captor. Las sombras no me permitieron distinguir de quien era la figura, pues las luces de las farolas se encontraban lejos y la que teniamos cerca se habia fundido. Aunque no recordaba que estuviera apagada cuando llegue… Me puse de puntillas y, al fin, logre distinguir algo mas alla de las sombras proyectadas en ese lado de la calle. Una figura con sombrero se encontraba ante nosotros. Una figura deforme, a decir verdad. El panico se apodero aun mas de mi al imaginar que clase de criatura se habia enfrentado al desconocido que se habia atrevido a tocarme. ?Y si lo que queria era divertirse conmigo tambien? No estaba pensando con claridad. --No lo repetire mas. !Dejala en paz! El hombre no se movio del sitio, solo apreto los punos y se puso en posicion de ataque. Al parecer, pretendia atacar a la figura del sombrero. De nuevo, y sin hacer ruido, me desplace poco a poco hacia la derecha sin dejar de mirar la escena. Me fije en los detalles una vez estuve en un lugar seguro y, con el panico aun en el cuerpo, me quede para saber como terminaba aquello. El morbo podia mas que mi propio miedo. Sin embargo, todo se torno mas negro en cuestion de segundos. *** --!Los cerdos vuelan! --exclame tras despertarme. No me encontraba en mi casa, tampoco en la de mi abuela y, por supuesto, no reconocia el entorno que me rodeaba. Me incorpore sobre la cama tan rapido que la cabeza me dio vueltas. --Deberias descansar. --Dos manos acompanaron a una voz masculina, pero suave. Se apoyaron en mis hombros e intento tumbarme de nuevo. Sin embargo, me resisti. No sabia donde estaba, ?y si me tenian secuestrada? --Tranquila, Noelia. --Su voz seguia siendo suave, aterciopelada. Pero ?como sabia mi nombre? A pesar de mis esfuerzos por resistirme, algo en su voz me hipnotizaba. Hasta que mi mirada se encontro con la suya y me perdi. Tenia los ojos verdes, que contrastaban a la perfeccion con su piel morena, y sus labios me resultaron tan apetecibles que hubiera podido besarlos si sus manos no estuvieran inmovilizandome. Quiza exageraba, pero nada mas verlos por primera vez los imagine sobre los mios, degustando mi sabor de la misma forma intensa que yo podria hacerlo con el suyo. --?Que hago aqui? ?Quien eres tu? --Cuando descanses un poco mas respondere a esas preguntas. Ahora, no te preocupes de mas. Deje de moverme bajo sus brazos, rendida, y mi cuerpo se relajo. En ese momento se separo de mi, sentandose en una silla que habia junto a la cama. Observe mejor el lugar donde me encontraba, pero la penumbra me impedia hacer un examen exhaustivo tal y como yo queria. Tendria que esperar a que hubiera luz para averiguar un poco mas. *** Desperte de nuevo, esta vez mas tranquila. Al no ver a la figura misteriosa a mi lado, pense que todo habia sido un sueno, pero no era asi. Seguia en una habitacion que no era la mia y el perfume que embriagaba todo a mi alrededor era masculino. Uno de esos aromas que causan fascinacion y permanecen en la memoria. Me levante de la cama y dirigi mis pasos hacia la puerta, pero antes de poder acercar mi mano al pomo, se abrio sola. --Oh, ya estas despierta. !Cuanto me alegro! --Sonrio. Parecia una sonrisa verdadera, de esas que llegan a los ojos y entonces te das cuenta de que no es una patrana. De nuevo me fije en el, ya que la luz que entraba por la puerta no dejaba duda alguna de sus rasgos. --?Quien eres tu? ?Por que estoy aqui? --?Te apetece una taza de cafe? ?Agua? Debes estar sedienta… --Lo que me apetece es que no evadas mis preguntas, ?podria ser posible? --replique, un poco cansada de que siempre evitara responderme. --Esta bien, pero mientras te respondo, ?te gustaria tomar algo? Has pasado muchas horas durmiendo y necesitas reponer fuerzas. A pesar de como le habia hablado, el seguia respondiendo de manera tranquila. Quiza por eso asenti con una pequena sonrisa, para demostrarle que no era tan antipatica como parecia. Me condujo hacia la sala de estar y me invito a sentarme antes de desaparecer por una puerta, tal vez la de la cocina. Volvio con un vaso de agua y, tras darmelo, se sento a mi lado en el sofa. El silencio se hizo entre nosotros mientras a sorbos pequenos vaciaba el recipiente. Cuando termine de beber, lo deje sobre una mesita que habia enfrente. --?Por donde quieres que comience? --pregunto, rompiendo el silencio. --Por el principio. --Esta bien, pero me gustaria que me miraras mientras tanto. En caso contrario, no sabras si miento o digo la verdad. Mi sorpresa fue mayuscula. Observe la estancia con detenimiento, empezando por la derecha y desembocando en los ojos verdes de quien me acompanaba. No sabia cuanto aguantaria con mi mirada sobre la suya. --Mi nombre es Silvester, pero me suelen conocer como <>. --Mis labios se entreabrieron debido al asombro. Habia sido tan directo y sus ojos eran tan expresivos que no crei que mintiera. Pero, entonces, !mi abuela no habia inventado nada!--. Quiza resulte imposible de creer, pero hace mucho tiempo, en la vispera de mi trigesimo cumpleanos, una hechicera poderosa me maldijo. Me condeno a vagar por el mundo durante decadas concediendo deseos a todas las personas que lo necesitaran de corazon. Y tu, Noelia, sin saberlo me llamaste anoche. --?Como sabes mi nombre? --La maldicion me otorgo como don la posibilidad de ver en el corazon de las personas, asi como saber su nombre sin necesidad de tener que preguntar por el. Pocas veces hago uso de el, por si alguien de perverso corazon llegara a saberlo y me obligara, de alguna manera, a cometer actos crueles para los que no estaria preparado. Confio en ti. --Me tomo de las manos, como si de esa forma quisiera asegurarse de que, mediante el contacto, no cometeria una locura. Pero no lo haria. Yo no era quien para desvelar secretos que no me pertenecian. --Puedes confiar en mi, Silvester. --Sonrei. --Me alegra saberlo. --Solto mis manos curvando sus labios en una sonrisa. Mis ojos vagaron por la sala. Un detalle me llamo la atencion: todo lo que tenia parecian antiguedades, exceptuando algunos objetos que yo misma podria tener en mi casa. Cosas modernas. --?Deseas algo en particular? Puedo concederte lo que mas desees con la condicion de que no me retengas mas de tres dias a tu lado. ?Habia oido bien? ?Cualquier cosa, mientras no le retuviera conmigo mas de tres dias? --?Hablas en serio? --Volvi a mirarle, atenta a su respuesta. --Por supuesto. Soy el hombre que concede deseos, ?no? ?No quieres probar? --Si tengo que decidirme por uno, prefiero pensarlo bien. Puedo, ?verdad? --De hecho, es lo recomendable --afirmo, mirandome seriamente--. He conocido personas que no pensaron bien sus deseos y se arrepintieron por el resto de sus vidas. Se dejaron llevar por sus impulsos, por el primer pensamiento, y la cosa no termino tan bien como creyeron. No tengo demasiada prisa, por lo que no es necesario que me des una respuesta ahora. Mientras tanto, puedes quedarte conmigo. --Pero tengo que trabajar y ver a mi abuela… --replique. --No te preocupes, el tiempo conmigo no pasa demasiado deprisa, al menos fuera de aqui. Y cuando me marche, todo volvera a la normalidad, con la salvedad de que lo que sucedio anoche, no pasara. Ya me he encargado de que asi sea. --Hizo una pequena pausa antes de agregar--: ?Que te apetece comer? Ya es mediodia y deberias tomar algo para reponer fuerzas. Despues de saber un poco mas sobre el, no me negue. Cuando se levanto, movio la cabeza hacia ambos lados, como si buscara algo, y observe como levantaba el brazo y se colocaba un sombrero sobre la cabeza. Despues me miro de nuevo antes de marcharse hacia la cocina. Esos ojos verdes, con la sombra que proyectaba aquel complemento sobre su rostro, provocaban en mi algunas sensaciones que no habia experimentado nunca. ?Por que me atraia tanto un completo desconocido?

  • Tenias que ser tu de Sophie Saint Rose

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    Avariella queria ser madre. Se habia convertido en algo imperativo y el tiempo la apremiaba. Asi que habia que ponerse las pilas y cuando vio el anuncio de un viaje de solteros no dudo en pedir informacion porque estaba harta de las citas rapidas. Esperaba que ese viaje le cambiara la vida.

  • Ortografia facil para la ESO de Guillermo Mirecki

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    ORTOGRAFIA FACIL PARA LA ESO es una recopilacion de todos los resumenes, esquemas, cuadros, sinopsis y apuntes imprescindibles para aprender y aprobar la materia sin dificultades. LOS ESTUDIANTES tendran todos los conocimientos necesarios resumidos y de facil consulta para aprobar la materia. LOS PADRES encontraran el apoyo perfecto para ayudar a sus hijos de forma rapida en aquella materia que mas esfuerzo les supone. LOS PROFESORES hallaran en estos resumenes, esquemas y cuadros el mas eficaz aliado para que sus alumnos comprendan y aprendan la materia que imparten.

  • Jamas imagine, Fabiana Peralta de Fabiana Peralta

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    Nicole Blade conoce demasiado bien la soledad y lucha cada dia para deshacerse de su pasado, tratando de ser una chica normal y vivir un romance ardiente y legendario, de esos que te cambian la vida. Sin embargo, cuando esta a punto de hacer realidad su propio cuento de hadas, los fantasmas del pasado regresan y ponen en peligro su precaria estabilidad emocional.

  • Demonio de los mares de Susana Biset

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    El mar es un dios inclemente, decide sobre la vida de los que lo cruzan sin contemplaciones: naufragios, tormentas, arrecifes inesperados. El mar, a veces, tambien se encarina con sus hijos dilectos, con aquellos que han sorteado los obstaculos; entonces, decide, benevolente, darles una compania, alguien a quien anhelar.

  • La Bestia (Guardianes del Rey 1) de Emily Delevigne

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    Lux estaba en el lugar menos indicado en el momento menos apropiado del mundo. Cuando los guardias del aparcamiento empezaron a convertirse en hombres lobo penso que estaba viviendo una pesadilla. Pero en ese instante entraron en escena los vampiros…
    <> nos presenta a tres mujeres -Lux, Virginia y Luna- inmersas de repente en un mundo que transcurre paralelo a la realidad de los humanos. Donde las razas mas dispares continuan sus guerras que comenzaron en tiempos inmemoriales; donde hay peleas, muertes, secuestros, violaciones… pero donde, aunque parezca mentira, puede haber lugar para el amor.
    Mestizos que esconden su identidad para no ser exterminados por sus propios companeros. Hombres lobo que atacan en manada. Y humanas que logran robarles el corazon a sus amantes vampiros, aunque para ello tengan que entregar el precio de su propia sangre.

  • Lanzado al vacio de A.a Espigares-sanchez

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    “El ano es 2048.
    En una peninsula iberica arruinada e incomunicada del resto de Europa por un infranqueable muro, un hombre despierta una manana de invierno sin el mas minimo recuerdo de su pasado en la memoria. Como unica respuesta tiene una escueta nota: por sus crimenes pasados ha sido expulsado de las Islas Baleares, alli donde las personalidades espanolas mas poderosas se refugiaron cuando la Peninsula colapso. Este hombre sin nombre ha sido condenado de por vida a vagar por un territorio enfermo de pobreza, violencia y odio. Pero no esta solo; alguien de su pasado olvidado parece dispuesto a sacarle de alli a cualquier precio, aunque no es una tarea sencilla.”

  • Recoge la luz del sol con las manos de Toyo Shibata

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    El sensacional exito llegado de Japon: 2 millones de ejemplares vendidos.

  • La burbuja terapeutica de Josep Darnes

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    Como cai en las trampas del crecimiento personal y las terapias.

    ?Puede uno volverse adicto al crecimiento personal? ?Cuando la terapia deja de ser la solucion y se transforma en el problema?

  • Alma de Cristal de Rocio Manana Bouzon

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    Cuando Alma sabe que necesita un cambio de aires, huye de Madrid y se aventura a probar suerte en A Coruna. Una vez alli, el impulso de un nuevo comienzo hace que conozca a Sebas, un chico que, al igual que Alma, ha sufrido y no esta dispuesto a dejar que le hagan dano una vez mas.
    Una nueva ciudad, un nuevo destino y una persona desconocida en la que confiar.
    ?Pueden dos almas rotas estar destinadas?

  • TE QUIERO EN MI VIDA de Sabina Rogado

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    Cuando Alexia, (una chica timida e introvertida), descubre al unico chico que ha pasado por su vida liado con otro hombre, todo se viene abajo. Y si por un instante cree que ahi se acaban los contratiempos esta muy equivocada, porque todo parece complicarse a cada paso que da… Pero de repente, una invitacion completamente casual, hace que su vida de un giro inesperado en el momento en que termina en una discoteca donde tiene el privilegio de conocer al actor de moda y del que todo el mundo habla. El guapisimo Robert Brownn, (un hombre atormentado y que acaba de grabar su primera pelicula de genero erotico), provocando que todo cambie a partir de conocerse, y es que… por una parte Alexia no dejara que la hagan mas dano, y por la otra, un Robert desubicado por la reaccion desmesurada de ella al conocerle, hace que sienta, irremediablemente, una gran curiosidad hacia aquella chica que esta dispuesta a pasar desapercibida ante todo y todos, incluido el. Algo que le va a terminar costando demasiado despues de aparecer en la portada de una revista en los brazos del atractivo y guapo actor…
    Te quiero en mi vida es una novela romantica llena de pasion en la que las inseguridades, los celos, y sobre todo las sorpresas, estaran presentes de principio a fin.

  • Te envolvi en besos (Por amor 03) de Maria Beatobe

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    De lo siguiente que tenia recuerdos era del sonido de la ambulancia y del revuelo que se habia formado en la calle. Por un momento crei que todo era un sueno o que estaba viviendo una realidad paralela, pero no. Era real como la vida misma y a mi amiga acababan de atropellarla. Me sentia totalmente anegada y aturdida. Esto no podia estar pasandole a ella. Note que Gael me abrazaba con fuerza mientras de reojo veia como metian a Noe en la ambulancia. Acababa de caer en la aplastante realidad. Seguia inconsciente. Yo solo queria zafarme de el y correr a abrazar a mi amiga, pero los sanitarios tampoco me lo permitieron y le pidieron a Gael que me retuviera. Estaba temblando. !Noe! No hacia mas que repetir su nombre como si de un mantra se tratara. Queria pensar que, cuanto mas lo gritara, antes despertaria. Pero mis fuerzas flaquearon cuando vi que cerraban las puertas traseras de la ambulancia con un sonido que me partio el corazon. --Vamos, Naira, seguiremos a la uvi movil hasta el hospital --dijo Gael mientras me ponia la mano en la espalda. ?Habia dicho uvi? ?Tan mal estaba que necesitaba una ambulancia de ese calibre? Yo lo vivia todo como fuera de mi; en algunas ocasiones incluso tenia la sensacion de levitar. Agradeci que Gael estuviera conmigo en ese momento; si no, probablemente habria terminado desmayada junto al cuerpo de mi amiga. Le mire agobiada hasta que consegui decir una palabra. --Vamos. Subimos al coche y nos pusimos el cinturon de seguridad a toda velocidad. Gael arranco resuelto y corrimos al hospital que nos habian indicado los sanitarios. Conducia rapido, pero no tenia miedo; en ese instante, por lo que sentia verdadero panico era por mi amiga. Zigzagueo con maestria entre los coches hasta que vi de lejos la ambulancia que trasladaba a Noe. --!Esta alli! --grite senalando con el dedo y mirando despues a Gael--. ?La ves? Fruncio el ceno, concentrado, y giro el volante para cambiarse de carril y adelantar a un par de coches. Al final, la alcanzo y se puso tras ella, mientras el sonido de la sirena me hacia ser consciente de la gravedad de la situacion. Notaba de vez en cuando la mirada fugaz de Gael sobre mi, preocupado por como me encontraba. En apenas diez minutos llegamos al hospital. La ambulancia se metio por una via en la que una senal avisaba de que era un acceso restringido a vehiculos especiales. Me daban ganas de tirarme del coche en marcha y correr hacia la camilla en la que iba mi amiga, agarrarla de la mano y no soltarla hasta que despertara. Aparcamos en el garaje y sali del vehiculo casi antes de que Gael pudiera apagar el motor. Sentia como me seguia con premura. Corri despavorida mientras buscaba el modo de llegar a urgencias. Vi muchos carteles que dirigian hacia alli, pero el panico me tenia tan paralizada que no era capaz de descifrar ninguno de ellos. Gael debio de notar mi miedo y tomo el mando. --Ven conmigo --dijo mientras me cogia de la mano y caminaba con ligereza. Finalmente, llegamos a la sala de espera de urgencias. Era una estancia en tonos grises que, a pesar del calor que hacia en la calle, desprendia un frio paralizante. Nos cruzamos con un ir y venir de personal sanitario, y me sentia hasta mareada de tanto mirar hacia los lados. Apenas vi la ventanilla de informacion, me dirigi directamente alli. --Hola --dije alterada y con palpitaciones--. ?Como esta Noemi? La chica que estaba al otro lado intento calmarme. Era joven, de pelo largo moreno y lacio, y con una pequena placa en el uniforme que rezaba Estela Martin. Nos atendio con una sonrisa amable, que no perdio tras mi acelerada pregunta. --A ver, tranquila, necesito que me des mas datos. ?Como se apellida? --me pregunto solicita. --Soler, se apellida Soler --respondi casi metiendo la cabeza por la ventanilla. La chica tecleo con soltura en su ordenador el apellido de mi amiga. La espera se me hizo eterna. --Pues... no me aparece nada. Espera que pruebe otra vez. De nuevo, volvio a pulsar las teclas y note que la ansiedad crecia en mi por segundos. Como no me dijera algo ya, iba a explotar y me iba a poner a gritar sin parar hasta que me dejaran ver a mi amiga. La recepcionista volvio a decirme lo mismo: --Lo siento, pero no aparece en el ordenador --respondio al fin, negando con la cabeza. --!Como que no aparece! --chille--. !Tiene que estar! !Una uvi la acaba de traer! Pruebe otra vez, por favor, !pruebe otra vez! En ese momento, Gael me cogio por la cintura, dio un paso adelante y se hizo cargo de la situacion. --Disculpe, acaban de trasladarla en una uvi movil --dijo con educacion mientras yo esperaba a punto del infarto. --!Ah! Es la chica que acaba de llegar. --De repente, la recepcionista se percato de la persona por la que preguntabamos--. Aun no estan los datos actualizados en el ordenador. Esperadme un momento, que voy a consultarlo. Y desaparecio tras aquellas puertas color plata.

  • Una Virgen Para El Jeque de Kate Simmons

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    El dia de calor sofocante acabo en tormenta, una tormenta de polvo sulfuroso que oculto el sol y rugio toda la noche hasta el amanecer, dejando una estela de naranjos y datileros devastados. Las persianas de la casa de la plantacion se habian roto, las lamparas y floreros se habian estrellado al caer y el agua de la torre de irrigacion habia inundado el suelo. Agnes se detuvo en la galeria y sintio un desamparo mas alla de las lagrimas. Estas le habrian servido de consuelo al comprobar como el agua anegaba tambien el pasillo y al oir el intermitente ulular del viento rompiendo la quietud que habia seguido a la frenetica noche del siroco. Los dias precedentes habian sido de calor bajo un cielo plomizo, que habia trocado el desierto en un paisaje siniestro. Todavia en aquel momento el bochornoso calor parecia resecar las paredes de la maltrecha vivienda y Agnes podia sentir el sudor bajando por su espalda. Con su valor casi tan abatido como la casa se apoyo en la barandilla con la boca seca, los ojos chispeantes, y su espiritu destrozado. Una persiana suelta seguia golpeando; era como si algo extrano tratara de llegar a ella, atacando sus nervios. Se encontraba sin energias para acercarse a sujetar la persiana. Tensa como un gato, sin ningun sitio donde esconderse, trato en vano de no pensar en la silenciosa figura que yacia en la cama del dormitorio principal. Agnes se estremecio, a pesar del calor; el azul sorprendente de sus ojos estaba velado por los sucesos de la noche. Se trataba de un azul semejante al de las vidrieras de una capilla. Recordo la capilla anexa al colegio del convento donde ella habia pasado su ninez. Alla, los instintos de Agnes Lacroix se habian rebelado frecuentemente en contra de la disciplina; de los dormitorios, donde la intimidad era un factor desconocido; de la comida, que era sencilla y sin sabor. Las buenas hermanas habian decretado que la carne debia someterse al espiritu. Apenas cumplidos los diecisiete anos la llamaron al despacho de la Madre Superiora y le dijeron que tenia que irse a vivir con su abuelo. Hasta aquel momento, Agnes Lacroix habia ignorado su existencia, pero desde el dia en que Agnes llego a El Oasis, se sintio como si hubiera entrado en el hogar que siempre habia deseado. Un fascinante hogar en la umbria de una posesion de arboles frutales, donde el continuo rumor del agua en las acequias hacia que incluso el dia mas torrido pareciera fresco. Resulto cautivada por el desierto y salir a montar al amanecer o cuando las estrellas brillaban en el cielo, fue un placer del que nunca antes habia disfrutado ni sonado. En aquel instante estaba sola y temerosa, detenida en la amplia galeria de madera que dominaba el pasillo. Sola, porque el dia anterior los criados habian huido asustados, tanto por la tormenta de arena como por el anciano que yacia muerto dentro de la casa del Viejo Leon. Sadik habia sido el ultimo en marcharse, conmovido por la presencia de Agnes al lado de la cama del gigante sin vida; del hombre al que la joven habia llegado a amar en los dos anos que vivio en El Oasis. Se habia acostumbrado a su aspera arrogancia y habia aprendido a aceptar su implacable actitud hacia su madre, a quien nunca llego a perdonarle haberse casado con un ingles. De repente, en el dormitorio con altas puertas de palo de rosa, algo se estrello contra el suelo y el poco control que aun tenia sobre si misma desaparecio. Hubiera querido correr a los establos y saltar a los lomos de Firefly, pero parecia cruel huir cabalgando y dejar a su abuelo solo en la casa destruida por la tormenta. La habia cuidado, a su manera tratandola mas como a un muchacho que como a una mujer. Sus labios se movieron y se encontro murmurando una de las oraciones que las hermanas habian hecho que sus alumnas rezaran manana y tarde. Pero la oracion no borraba de su mente la convulsa cara de su abuelo ni la forma en que el se habia arrastrado hasta su aposento, gritando algo, pero no se habia recobrado del ataque y finalmente, le cubrio el distorsionado rostro con la sabana. Con frialdad, Agnes clavo la mirada en el pasillo. Su cabello denso rubio claro, se aparto de su pomulo cuando se inclino sobre la barandilla tratando de identificar un sonido ajeno al viento. El golpeteo de cascos sobre la piedra, la hizo preguntarse si algun criado habia regresado. Aun cuando era lo que esperaba, un instintivo temor la hizo retirarse de la escalera. Una figura alta, encapuchada, se movio abajo, poniendose deliberadamente ante su vista. El manto la cubria desde los hombros hasta los pies. Agnes clavo sus ojos en los del visitante, en tanto que este ponia su bota en el primer peldano de la escalera. --?Que quiere? ?Como se atreve a venir aqui? --sus palabras surgieron con prisa y, en su agitacion, hablo en ingles--. No tiene derecho a entrar en esta casa. --Se sorprenderia si conociera todos mis derechos --su voz era profunda, la pronunciacion de las vocales en ingles sonaba extrana en sus oidos. Y entonces lo reconocio… Aquel hombre habia estado alli una noche. Acababa de regresar de montar y estaba a punto de entrar en el estudio de su abuelo, cuando sorprendio voces iracundas que hicieron que se retirara por el pasillo, desde donde le vio salir a grandes zancadas, con visible rabia en sus facciones. Despues, durante la cena, Guillaume Lacroix le habia dicho que no hiciera preguntas. Sus asuntos con Razul al Kebir Bey no tenian nada que ver con ella. --No regresara aqui otra vez --aseguro--. Es muy orgulloso y le indigna que mi plantacion este en su territorio, como el lo llama. Tengo permiso por escrito del viejo cadi. El todopoderoso Razul Bey es solo un sobrino que se apodero del poder cuando surgio la ocasion. --Se dice en Bar Soudi que su abuelo ha muerto. La imperiosa voz resono en los ya destrozados nervios de Agnes y cuando el individuo empezo a subir la escalera, ella retrocedio hacia el dormitorio donde yacia Guillaume Lacroix. Lo unico en que podia pensar era en la enemistad existente entre ambos hombres y en que habia una pistola en la alcoba del anciano. Con rapidez, abrio de un tiron las puertas y cruzo la habitacion a la carrera; sus sentidos estaban puestos en la sombra con manto rojizo que la perseguia. Por alguna razon irrefrenable, tenia la idea de que aquel manto le seria arrojado sobre la cabeza por lo que, con manos temblorosas, abrio un cajon y empuno firmemente la pistola. Se volvio y vio a Razul Bey en la puerta. --Deje ese arma --habia rudeza y un dejo de mofa en su voz--. He venido a El Oasis a ayudarla. --?Ayudarme? --desdenosamente, siguio apuntandole--. Se como eran las relaciones entre usted y mi abuelo. Soy una Lacroix y estoy enterada de que cuando uno de ustedes odia a alguien, incluye a todos los miembros de la familia. --La justicia del bey --al pronunciar tales palabras, Razul dio un paso hacia ella--. Puede estar segura que tengo mis razones para estar aqui. --?Para regocijarse con la muerte de Lion? -- Agnes le miro fijamente--. Ya me hablo de lo mucho que lo odiaba porque El Oasis esta en tierras que usted afirma que son de su propiedad. !Si ha venido para arrojarme de la finca de mi abuelo, puede pensar en otra cosa! Los ojos de Agnes se tornaron azul oscuro, mientras se quitaba de la cara el alborotado cabello. Si tenia que disparar, queria hacerlo con tino, de la forma en que Lion le habia ensenado. Nunca antes habia sentido aquella tension animal; su cuerpo se estremecio al enfrentarse a Razul Bey, un extrano para ella, casi un barbaro en su apariencia y actitud. En los dos anos transcurridos en El Oasis, habia aprendido algo sobre la gente. Sabia que los odios familiares pasaban de generacion en generacion. --No voy a discutir los detalles de propiedad de la tierra con una muchacha --su misma postura parecia significar un reto, en tanto la miraba de arriba abajo--. Le advierto que, si no deja el arma, me vere obligado a quitarsela. Su imperiosa mirada y el tono amenazante la enfurecieron de tal modo, que Agnes olvido su vulnerabilidad. --Salga de esta casa --espero que algo del aspero orgullo de Lion se notara en su voz--. !Vayase, fuera! --?Puedo hablarle sobre su abuelo, ese hombre que usted veneraba y cuyo cuerpo ha velado durante toda la tormenta? --?Que hay que decir? --Tal vez lo suficiente para que lo odie. --Nunca podria hacer tal cosa --el solo pensamiento la hizo estremecerse y la pistola se movio en su mano. Lion estaba muerto y ya no existia nadie que pudiera cuidar de ella. --!No oire sus mentiras! --No acostumbro a mentir --refuto--. Si Guillaume Lacroix la hizo creer que la trajo a El Oasis por amor e interes hacia usted, el si era el mentiroso. --Me queria --reto al hombre--. ?Como puede usted decir lo contrario? --Porque lo se. Agnes no podia separar los ojos de su impenetrable interlocutor. --Y creo que usted deberia saberlo --dijo el deliberadamente--. Lacroix estaba tan determinado a permanecer en El Oasis que, cuando el arrendamiento vencio hace dos anos, me ofrecio a su virginal nieta a cambio. <>. Intocada, pura como la nieve de las montanas del Atlas, la clase de joven que valdria una buena bolsa de oro en los mercados en los que aun existen subastas de mujeres. Lugares prohibidos del corazon del desierto, donde su reverenciado Lion la hubiera puesto en exhibicion para no ser despojado de la unica cosa en la vida que significaba algo para el: esta casa y cuanto la rodea, y que el viento ha convertido en ruinas. Hizo una pausa, para dejar que las palabras penetraran en el cerebro de la joven, quien sostuvo su penetrante mirada que parecia querer grabar tan increibles palabras. --!Que increiblemente malvado es usted! ?Como puede decir tales falsedades? --La maldad no es mia, senorita --Razul Bey hablo curvando sus labios. Inesperadamente, tan peligrosamente agil como cualquier felino, le agarro la muneca forzandola a soltar la pistola. Resono contra el piso y el le dio una patada, alejandola de su alcance. Un grito involuntario escapo de los labios de Agnes, cuando se encontro entre sus garras. --!Maldito bruto! --peleo con furia, pero no era contrincante para un hombre tan fuerte como aquel--. !Mentiroso! !Quiteme sus sucias manos de encima! El la arrastro fuera del aposento de Lion hasta la galeria. --Deje de resistirse o le dare unos azotes. Necesita botas y una capa. ?Cual es su habitacion? --!Dejeme en paz! Agnes nunca se habia encontrado en tal situacion, sin nadie que pudiera ayudarla. Aunque gritara hasta tirar la casa abajo, no habria quien la oyera. Aun asi, un grito se le escapo de su garganta, mientras el trataba de reducirla. --Las mujeres histericas colman mi paciencia. Recupere la razon o me vere obligado a infundirle algo de cordura. El Oasis ha sido devastado por la cola de la tormenta, pero esta aun no ha terminado. Se revolvera y entonces regresara. ?No ha sido suficiente esta prueba para usted? ?Acaso desea mas de lo mismo, sola en esta casa, con el cadaver de su abuelo? --Dira y hara cualquier cosa para sacarme de aqui. Le lanzo una mirada venenosa y odio el temor que se anidaba dentro de ella, cuando encontro sus ojos. Ojos de color ambar bajo un par de cejas intensamente negras. --?Cual es su habitacion? --insistio. Reacia y con resentimiento, le indico una puerta mas alla en la misma galeria en que se hallaban. Fueron hasta el lugar y Razul Bey la observo mientras se calzaba sus botas de montar y se ajustaba la capa que utilizaba por el desierto. --?Me lleva a Bar-Soudi? --?Es donde quiere ir? Agnes asintio y lo vio reaccionar con un leve encogimiento de hombros. Ella se volvio hacia la mesa donde la lampara de petroleo aun lanzaba sus llamas. Mientras recogia el latigo, recordo el pasaje de un libro que habia leido sobre un funeral pagano que dos jovenes soldados habian preparado para su hermano muerto en la batalla. Agito el latigo y la lampara fue barrida de la mesa, derramando su contenido por el suelo de madera, que se inflamo inmediatamente. Las llamas saltaron al instante, tratando de alcanzarla, pero un brazo la rodeo por la cintura y tiro de ella hacia la galeria. --!Lo ha hecho a proposito! --los ojos la miraban tan ardientemente como el fuego que se habia apoderado de la habitacion. --Si, Lion apreciara este funeral pagano y el hecho de que todo lo que obtenga de El Oasis sea un monton de cenizas. Solo falta una cosa y es un perro a sus pies. !Deberia ser usted! Durante un buen rato, en tanto que las llamas se avivaban y consumian las cortinas de muselina alrededor de la cama, Razul Bey tenia una vaga mirada en los ojos. No habia senales de ira; sin embargo, Agnes estaba segura de que su comentario lo habia herido. --!Venga! --la llevo apresuradamente por la escalera, ya que pronto el fuego se extenderia. La casa de la plantacion era de madera y no tardaria mucho tiempo en desaparecer bajo el voraz incendio. La joven no sentia el menor remordimiento por lo que habia hecho. Lo que contaba era que habia asestado un golpe a las crueles y despiadadas mentiras que aquel hombre habia manifestado. A la incierta luz del dia, el viento azotaba las palmeras frente a la casa, doblandolas hacia atras y hacia adelante como si fuera a arrancarlas. Agnes se puso la capucha de su manto sobre la cabeza, doblando el cuerpo para vencer la fuerza del viento cargado de arena, mientras seguia a Razul Bey, el cual se dirigia a un grupo de hombres que estaban resguardados tras las protectoras jorobas de sus camellos. Cuando comprendio que se esperaba que cabalgara uno de aquellos animales, que durante una tormenta de arena podian cerrar los orificios de la nariz para evitar la entrada del polvo, grito que queria montar a caballo para ir a Bar-Soudi. Se dirigia hacia los establos cuando una mano cayo sobre su hombro. --Sus caballos se desbocaron anoche. --?Se ha escapado Firefly? --lagrimas ardientes rodaron por sus mejillas, pues a duras penas podia soportar aquella nueva perdida. Acalorada, se enfrento al bey--. ?Me esta diciendo mas mentiras? ?Ha dejado sueltos los caballos en su desierto abandonado de Dios? !Oh, eso si que no se lo tolero! --En su miedo a la tormenta, rompieron las puertas y salieron de los establos --replico--. No correran sueltos mucho tiempo, pronto encontraran un amo. De alguna manera aquellas palabras la hicieron vacilar. <>, penso. <>. Una repentina llamarada, surgida de una de las ventanas del piso superior de la casa, hizo que Razul Bey, con una corta palabra de mando, ordenara a su sequito que se pusiera en pie. Agnes fue conducida a uno de los camellos rojizos, aun arrodillado para que pudiera subir a la silla; cada centimetro de su cuerpo temblo contra el arzon, cuando el bey monto detras de ella. Una vez el animal se puso en pie y echo a andar, los demas lo siguieron con largas zancadas, a traves de las puertas de El Oasis, hacia el desierto. --Ahora vamos rapidos --la voz de Razul Bey resono a traves del gemido del viento. Hablo en ingles, pero cuando volvio la cabeza para dar una nueva orden a sus hombres, hablo en su propio idioma. Era una lengua que Agnes no habia podido dominar durante su estancia en la casa de su abuelo. El no habia alentado el uso de aquellas palabras de sonidos barbaros, sino que se habia aplicado a corregirle su frances hasta que fue casi tan correcto como el suyo. Entonces le dijo: <>. Con el tiempo, la joven la habia perdonado el desprecio hacia su padre. Como Razul Bey, Lion habia sido duro y tirano, creyendo en su propia invulnerabilidad, y mostrandose egoista en lo que respecta a los demas. Tales hombres rara vez desean piedad para ellos o se la conceden a sus semejantes. Con la cabeza protegida por la capucha, observo la casa en llamas, que pronto seria la pira de su abuelo. Queria llorar, pero estaba demasiado pendiente de la proximidad del hombre. El vaiven del camello hacia que sus cuerpos entraran en contacto y cuando esto sucedia ella se encogia pensando en las cosas horribles que el habia dicho y ansiando que el viaje hubiera terminado ya. <>, se dijo, <>. No dudaba de que la dejaria en el Hotel Ramis. No tenia dinero, pero sabia que la cuenta del viejo Lacroix estaba en el banco local. Esperaba tener acceso a ella, como la unica beneficiaria de Lion. Aquel pensamiento la esperanzo e inyecto nuevos animos. Aquellos individuos eran tan enigmaticos como el desierto mismo y apenas podia tolerar la insufrible cercania del que iba junto a ella, pero nada podia hacer para evitarlo, tendria que soportarlo hasta que llegara a Bar-Soudi. Capitulo 2 Agnes desperto de repente; medio ofuscada aun, se dio cuenta de que el vaiven del animal la habia adormecido en la silla. No sabia durante cuanto tiempo. ?Tal vez solo un momento, o habian transcurrido horas? La fila de camellos avanzaba a lo largo de un camino empedrado que gradualmente ascendia por una colina hasta desembocar en unas altas murallas frente a una puerta almenada, que fue abierta por hombres uniformados. Agnes espio a traves de la niebla causada por el polvo, que aun giraba en el aire y se pregunto si serian guardias. Pero, que ella recordase, no habia guardias en Bar-Soudi. Entonces, ?en donde se encontraba? Su ahogado grito debio de transmitirse al hombre, cuyos brazos, mientras conducian el camello, se mantenian alrededor de su cuerpo como un lazo. --Es El Karah --explico--. Estamos entrando en el patio de mi palacio. --?Su… que? --exclamo. Estaba aun un poco adormilada y se sentia inclinada a imaginarse que todo aquello era un mal sueno--. ?No puede dejar de bromear? --Le aseguro que tiene siempre mejor aspecto a la luz del dia --la voz, sobre su cabeza, era impersonal, como si se tratara de un guia y ella una turista--. Su arquitectura es algo confusa en este momento, pero, en mi opinion, se trata de uno de los mejores ejemplos de artesania de la region. Fue construido por uno de mis antepasados, sobre las ruinas donde varios ejercitos lucharon y murieron, cada uno de ellos tan convencido como los otros de que su bandera y su fe eran las verdaderas. Existen camaras aun intactas debajo, donde los prisioneros eran… alentados a cambiar su forma de pensar. --No me importa lo que haya dentro, alrededor o debajo de su palacio --dijo Agnes furiosa; su cuerpo se retorcio en la silla para poder lanzarle las palabras a la cara--. Usted me hizo creer que ibamos a Bar-Soudi. !Es infame que me haya traido aqui! Este es el ultimo lugar de la tierra donde deseo estar. ?Me oye? --Con claridad, mon enfant. --Yo no soy su pequena --estallo--. !No soy nada de usted, ni nunca he querido serlo! !Exijo que me lleven al Hotel Ramis! --?Exige? --una sonrisa entreabrio sus labios, pero no precisamente una sonrisa divertida--. Es usted, sin duda, una costilla del viejo Lacroix. El tambien era un saco lleno de exigencias. --Callese y dele la vuelta al camello --replico furiosa. El entrecerro los parpados ante el tono de voz de la joven, pero esta capto un extrano brillo en aquellos ojos color ambar y sintio la fuerza del hombre que gobernaba El Karah. Un hombre para quien una mujer podia significar menos que un semental entrenado para todos sus caprichos. La autoridad de su alta posicion estaba estampada en sus facciones y Agnes se percato de los grandes peligros que podian acecharla, unos peligros sobre los cuales apenas habia pensado ni siquiera cuando cabalgaba sola por el desierto. --Hay otra cosa historica notable en El Karah --manifesto arrastrando suavemente las palabras--. El viejo mercado de esclavos, con una plataforma de piedra asperamente labrada sobre la cual se realizaba la venta. Acudian de todos los puntos cardinales para contemplar la mercancia y quienes alcanzaban los mas altos precios eran los jovenes vigorosos y las muchachas virgenes. Los camellos se habian detenido y los hombres de la tribu del bey esperaban su orden para desmontar. La joven sintio el latir de su corazon cuando Razul se inclino, acercandose a ella, y descubrio su aturdimiento. Ella habia oido decir que el tiempo se detenia en el desierto, y que, en cierta forma, su gente y sus costumbres permanecian iguales a como habian sido durante incontables anos. Pudo creerlo cuando miro al bey de Karah. Intuyo, con un enorme sobresalto, que, si se hubiera acogido a su oferta original de ayuda, podria ahora estar a salvo en el hotel en Bar-Soudi. Su cultura occidental lo habia mantenido controlado hasta que ella, impetuosamente, habia prendido fuego a la casa de la plantacion. Ahora, el lado barbaro de su naturaleza se habia apoderado de el, por lo que Agnes se dijo que era preciso hallar una formula razonablemente aceptable para convencerle. Las palabras suplicantes la mortificarian no podia rogarle que la llevara a Bar-Soudi y como era mucho mas rico que ella, resultaria absurdo ofrecerle dinero, en especial cuando este dinero deberia salir del legado de Guillaume Lacroix. --La gente de Bar-Soudi se preguntara que me ha pasado --comento--. Las autoridades le acusaran de secuestro, si me retiene contra mi voluntad. --Las autoridades probablemente pensaran que perecio usted en el incendio, junto con el viejo. Usted encendio la llama, pero supondran que la lampara se cayo de la mesa a causa de una rafaga de viento. --Sus hombres saben que me ha traido aqui --Agnes se esforzo por ocultar su panico. --Mis hombres estan atados por una lealtad tal que no puede imaginarla --ahora sus ojos se mostraban burlones--. Ellos nacieron en el desierto; usted no es mas que un terron de azucar en la boca del Kismet. Cuando Razul Bey ordeno a su camello que se arrodillara, la joven contuvo el aliento, abrumada por un sentimiento de angustia, y en el momento en que, una vez en el suelo, intento agarrarla, ella se sujeto fuertemente al arzon, sin lograr otra cosa que la risa de su antagonista a la que hizo coro la de sus hombres. Sintio sus mejillas enrojecer. Un terron de azucar, habia dicho el, como si en El Karah pudiera esconderla, tratarla como se le antojara y pisotear sus derechos. --Es… esto ha ido demasiado lejos --dijo--. Ya esta bien de bromas. Ya se ha desquitado de lo que hice… --?De verdad cree que se trata de una broma? --la arranco energicamente de la silla--. Nadie, senorita, me llama perro, sin pagar por el insulto. Ninguna mujer me llama mentiroso sin aprender algunas dolorosas verdades. Nadie en la ciudad de El Karah movera un dedo si traigo una mujer a mi serrallo, aunque su pelo sea de oro fino. Agnes lo miro fijamente a traves del polvo que el viento habia esparcido por el cielo. Existia algo fatal y como prohibido en el aire, algo que parecia inclinar una parte de su ser a pensar que lo que estaba sucediendo se hallaba escrito en las ardientes arenas. !Pero no! !Aquello solo eran supersticiones tontas! Lo arranco de su mente y se echo atras la capucha.

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    Ahora, Cass junto a Jacob (su mejor amigo, que es un fantasma) estan en Paris, donde los padres de
    Cassidy se encuentran filmando un nuevo episodio de su programa sobre las ciudades mas embrujadas del mundo. Comer croissants y visitar la Torre Eiffel es muy divertido, pero hay peligros verdaderamente escalofriantes al acecho debajo de Paris. en las famosas Catacumbas.
    Cuando Cass, por accidente, despierta a un espiritu muy poderoso, se ve obligada a confiar en sus habilidades como cazafantasmas que aun esta aprendiendo a dominar. Ahora, debera confiar en viejos y nuevos amigos para develar el misterio que se esconde en la ciudad de las luces. Pero el tiempo corre y el espiritu que Cassidy desperto se esta volviendo cada vez mas fuerte.
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  • Finca negra de Eduard Freundlinger

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    Ya hace anos que la hermana de Joana desaparecio sin dejar rastro. Entretanto Joana dejo su pais y construyo una nueva vida en Alemania. De pronto recibe un mensaje comunicando que Carmen aun podria estar viva y Joana vuelve a Andalucia. La certeza sobre el destino de Carmen esta al alcance de su mano, pero bajo el sol de la costa Tropical le esperan otras oscuras verdades…

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  • Ocaso y aurora de Matilde Cherner

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    Escrita inicialmente como serial para la prensa, Ocaso y aurora versa sobre la monarquia y el patriotismo, y muestra las consecuencias de los acontecimientos historicos en la vida privada de los personajes, especialmente en los femeninos. A la muerte de Carlos II, en un tiempo convulso de la historia de Espana, las intrigas y tensiones politicas marcan el destino del pais. Un hombre, el conde de Frigiliana, emprende una carrera contrarreloj para encontrar al sucesor que asegure la continuidad de la sangre espanola en el poder.

  • Trazos del corazon de Jezz Burning

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    En Trazos del corazon encontraras seis historias de amor: historias de leyendas, de misterios, de excarcelacion, de deseos, de anhelos, de superacion. Seis relatos muy distintos entre si pero con un nexo comun: el amor.
    Ven a conocer a Rodrigo e Ines y un amor inconfeso, maldito y eterno; a Zucca y Nala, su tierna historia te conmovera; a Juana y Gregory cumpliendo sus deseos mas intimos; a Gabrielle y John, quienes deberan vencer a los miedos y la maldad mas terrible, la que anida en el interior de cada uno; a Carla y Alberto, y su ansiado reencuentro; y a Mina y Adrian, quienes buscaran una segunda oportunidad para ella, aunque les cueste la vida.

  • Sumisa de siete tigres (Sumisas 2) de Saray Gil Diaz

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    Nerea corria por las calles de la plaza mas famosa de Moscu en el barrio comercial conocido como Kitay-gorod . Corria lo mas rapido que podia por los 330 metros de largo que tenia y otros dos kilometros mas que tenia que correr en unos inmensos zapatos negros que no estaban hechos para correr. De la nada escucho un rugido que sintio como si el Leon mas grande de toda africa fuese a saltar sobre ella, avanzo mas rapido, tropezando con los adoquines mal puestos, miro sus pies y justo a su lado tenia un enorme tigre que la hizo saltar del susto cayendo de nalgas al suelo, suspiro de dolor acariciando sus nalgas y miro al animal de unos preciosos ojos verdes, sintiendo su cuerpo estremecerse, el animal se acerco, se agacho como un gato para tirarse jugando sobre ella, la reaccion de ella fue lanzarle un guantazo que una mano paro casi cuando rozaba al inmenso tigre, miro arriba y los ojos grises de Alek Damikoich la miraban con furia en los ojos y el rostro contraido de furia. ?Pretendias abofetear a un tigre? Nerea trato de soltarse de su agarre, pero le resultaba imposible. – Ha sido espontaneo. El la cogio de la cadera alzandola con un brazo y chasqueo los dedos haciendo a los tigres irse dejandola petrificada. ?Trabajas en un circo? Alek rompio a reir a carcajadas y de un solo movimiento de cabeza, el rostro se le volvio completamente serio, paso su gigantesco dedo gordo por su cuello hasta abrir su abrigo y enterrarlo entre sus pechos. Me debes una. Una sonrisa malevola marcaba su rost Yo no te debo nada. De un manotazo aparto la mano de su pecho y lo vio mirarla con furia en los ojos. Casi te comen seis Tigres, menos mal que te he salvado la vida, pero en fin, me debes una y pienso cobrarmela. Nerea gimio recorriendo su mirada por su rostro, su cuello y su pecho lleno de tatuajes llamativos. ?Que quieres de mi? yo no tengo nada. El recorrio su cuerpo voluptuoso, lleno de curvas con sus gigantescas manos tatuadas por su increible piel morena, sin apartar sus frios ojos grises de sus ojos negros al igual que su hermoso cabello que acababa en sus gigantescas nalgas, un cabello que estando ella de rodillas y echada para atras descansaria en sus nalgas o le haria cosquillas en las caderas mientras la poseia por detras al mecerse entre sus estocadas mientras chillaba su nombre, salio de sus pensamientos y se lamio los labios ante sus ojos. Quiero que vengas a cenar a mi castillo y seas nuestra para siempre. Nerea solto una carcajada ante el comentario del ruso. Te he dicho que no, no me gustas, ni tu forma de ser, ni tu cuerpo y tus hermanos menos aun. Nerea senalo sus brazos llenos de intrincados y coloridos tatuajes fingiendo nauseas provocandole a el un enfurecimiento que lo hizo ensenarle los dientes dejandola boquiabierta, Alek la sintio y se relajo mirandola fijamente. Si te ponemos una venda en los ojos ?Pensarias igual? El le hablo al oido, pero ella no tardo en separarse de su increible boca mirandola deseosa. Si, seria igual pero sin verte, sueltame que pareces un mapa de carretera con tantos tatuajes. Sintio a Alek apretarla mas contra su pecho como si fuera una serpiente. ?Y si te ato? Sus inmensos forcejeos no servian de nada, solo la hacian agotarse. No me importa lo que me hagas, me dais asco, nunca me tendreis. El tiro de ella fuerte haciendola quedarse sin aliento mientras cogia su pelo tirando para atras haciendola mirar al cielo, dejando su cuello expuesto mientras acariciaba sus nalgas de brazos golpearlo, respiro su aroma y ronroneo alzando su rostro con besos hasta llegar a sus labios besandolos, dejandola completamente sorprendida y sin aliento. Tu cuerpo no piensa igual que tu boca. Sin el esperarselo Nerea le asesto una inmensa patada en su entre pierna dejandolo encogiendose de dolor mientras caia de rodillas en el frio suelo cubierto levemente por la nieve y mirando a sus hermanos acercarse rapidamente, para ella huir por las frias calles de la capital rusa, respiro con fuerza tragando todo el aire que podia sintiendo las venas de su cuello y su frente a punto de reventar. Dejarla marchar. Todos se volvieron en su carrera tras ella al ver a Alek levantandose con las manos en su entrepierna tratando de respirar completamente enrojecido. ?Te encuentras bien? Este nego a Vova mientras Malik y sus hombres los rodeaban entregandoles ropas a todos aun desnudos, salvo Alek. ?Que piensas hacer jefe? Una sonrisa diabolica salio de sus labios mientras todos sus hermanos terminaban de vestirse y se dirigian a los vehiculos negros con una fina capa de nieve para Alek terminar de colocarse el paquete aun muy adolorido y moverse tras sus hermanos. De momento quiero como minimo a cinco cambia formas de los mas fuertes vigilandola las veinticuatro horas del dia. Se volvio ante la puerta abierta de la descomunal limusina mirando seriamente a sus empleados. Y cuando nuestra companera este en nuestro castillo. Lo vieron agarrarse a la puerta haciendo a la chapa crujir por la gran fuerza que estaba ejerciendo sobre ella, la solto cambiando el semblante mostrando una sonrisa oscura terminando de subir en la oscuridad del vehiculo donde siete pares de ojos verdes, azules y gris brillantes atemorizarian a cualquiera que pasara. No se os ocurrira mirarla o tocarla, es nuestra desde ahora, si veis algun hombre, cambia formas, lo que sea tras ella lo alejareis, nos da igual el metodo. Un mes mas tarde Alek, Sergey, Alexey, Vova, Mijail, Dima y Yura, se miraban unos a otros en el inmenso lleno de hielo y agua helada tratando de calmar sus deseos sexuales, un mes siguiendo desesperados por toda Rusia a Nerea, dejandola verlos por las heladas calles, oliendo su excitacion al verlos, provocando desgracias a su alrededor, pagando una cuantiosa suma por un despido a su antiguo y baboso jefe, pagando una carisima cena y una noche en un burdel carisimo rodeados de humanas deseosas de dinero del que tuvieron que desprenderse sin importarles nada el pagar por que solo molestaran al viejo jefe de Nerea y a ellos les dejaran. <> Muy bien, aqui tengo todo el dinero. El anciano y vicioso hombre cerro el maletin de cuero mirandolos sonriente. Ahora quiero putas. Alek como todos sus hermanos sabia que queria y trato de excusarse. Vale, ahi tiene dinero suficiente para estar meses rodeado de mujeres. Miraron los siete negar al viejo verde. Quiero que me inviteis y vengais conmigo. Despues de toda una noche tras el asqueroso hombre por fin pudieron irse a casa y esperar, un periodico falso en su puerta con un puesto de trabajo para ellos, les habia hecho sudar la gota gorda, miro acercarseles a su mas fiel guarda espaldas Malik y saco la cabeza del agua tan fria como el agua del mar Artico, sin tan siquiera tener un apice de frio, recordo hace dos noches a una stripper que se dejaba hacer de todo por ellos siete, provocandolos en ese mismo cuarto de juegos y de como incluso Yura la habia despachado haciendola enfurecer. No puedo. Yura tenia a sus pies desnuda a la mujer tratando de tirar de sus boxer a la vez que el los subia tratando de alejarse de su toque. Lo siento mucho. La miraron alzarse en sus plataformas, seguida detras por Vova, se acercaron al gran ventanal para verla salir por las puertas del castillo seguida de su hermano que se alejo de su toque abriendo la puerta de la limusina que la habia traido. ?Que os pasa? Pregunto la imponente rusa, se cruzo de brazos ante Vova furiosa y trato de arrojarse a sus No me toques por favor, no puedo. Vieron como Vova era acorralado en la limusina y apretado entre los gigantescos pechos de la mujer negando. Dejame. Ella trato de alcanzar sus labios y este la aparto tratando de no lastimarla, envuelto en unas nauseas que lo ahogaban. No puedo, no soporto el toque de ninguna mujer. La rubia se paralizo sorprendida. Nunca disteis signos de ser gays y menos tu Vova. El agarro la puerta dejandola subir furiosa, viendo sus nalgas contonearse sin sentir nada en absoluto y espero a que se acomodara mirandolo. No soy gay, solo me pasa que no soporto el toque de ninguna mujer que no sea la mia. Sergey golpeo a su hermano con el codo. <> Mi Senor. Alek miro a Malik volviendo a la realidad. Ha llamado para la entrevista. El se froto las manos bajo el agua helada y se relamio los labios, una entrevista falsa manana a manos de su guarda espaldas, cuando la lleven al castillo y firme los documentos cerraran con llave las puertas, le haran el amor hasta la saciedad y… El plan marcha segun lo previsto. Sergey lo miro, con un brillo en sus ojos verdes, como los de un nino ante un chupa chups y se froto las manos con hielo, aplastandolos sin casi esforzarse moviendo sus hombros musculosos repletos de intrincados tatuajes. Despues de un mes sin sumisas y sin sexo, me voy a correr solo por rozarla. Dima, tatuado por todo su cuerpo, con ojos azules, mas grande que un armario y de piel casi blanca por el escaso sol, dijo lo que pensaba tal cual. Yo quiero tenerla de rodillas ante mi, rogando por mis caricias, como si no hubiera nada mas importante en el mundo que mis dedos sobre Vova tenia los ojos azules como el cielo entre una lluvia de estrellas y su pelo rubio hacia un juego con los tatuajes que los tenia por casi todo su cuerpo, con su barba perfectamente cortada, era tan grande como todos sus hermanos, de una increible belleza natural que hacia suspirar a su paso. Yo quiero estar enterrado hasta las bolas en su interior, mientras me suplica clemencia por la patada que me dio en los huevos y estamos a punto de saborear nuestro premio. Alek ronroneo ante sus pensamientos.

  • Apartamento 16 de Adam Nevill

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    Algunas puertas deberian permanecer cerradas… En Barrington House, un elegante bloque de pisos londinense, hay un apartamento vacio. Nadie entra, nadie sale. Y ha permanecido asi durante cincuenta anos. Hasta que una noche el vigilante oye unos ruidos despues de medianoche y decide ir a investigar. Lo que experimenta alli basta para cambiar su vida para siempre. La joven Apryl llega a Barrington House procedente de Estados Unidos. Ha heredado un apartamento de su misteriosa tia abuela Lillian, fallecida en extranas circunstancias. Se rumorea que Lillian estaba loca. Pero su diario insinua que estuvo implicada en un suceso terrible e inexplicable varias decadas atras. Decidida a averiguar algo sobre esta excentrica mujer, Apryl comenzara a desentranar la historia oculta de Barrington House. No tardara demasiado en descubrir que un mal que transforma a la gente aun habita el edificio. Y que la puerta del apartamento 16 es el acceso a algo mucho mas terrorifico…

  • El fuste torcido de la humanidad de Isaiah Berlin

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    El fuste torcido de la humanidad explora las conexiones entre las ideas del pasado y los cambios radicales que se vivieron en Occidente en el siglo xx: por un lado, la fe en la verdad absoluta de Platon, la ideologia reaccionaria de Joseph de Maistre y el romanticismo de Schiller y Byron; por el otro, los autoritarismos, el fascismo y el nacionalismo, que gana cada vez mas adeptos alrededor del mundo.

  • Stone (Corazones Amargos 1) de B. E. Raya

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    El Fiscal Allister Morrison cargaba un duro peso amargo en su corazon, la perdida del amor de su vida ocho anos atras lo dejo destrozado, solo y con una nina de ocho anos. El dia que murio su amado Nicholas se endurecio su corazon de por vida, nadie jamas habia podido llenar ese vacio en su interior, se concentro en su trabajo y la crianza de su hija. Hasta el dia en que un hermoso panadero entro en la escena para alterarlo de formas que jamas penso volver a sentir por una persona, el problema era que el habia hecho la promesa de que jamas dejaria de amar a Nicholas. Iain Griffin con esfuerzo y trabajo duro logro abrir su cafeteria propia, estaba claro que ahora mas que nunca debia dedicarse a trabajar, pero el destino quiso que sus ojos se posaran en el sexy y serio Abogado. En el corazon no se mandaba y el termino enamorado de un hombre el cual seguia enamorado de un fantasma ?Como luchar contra eso?

  • Mil Mariposas (Amor y sangre 2) de M.c. Sark

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    Mon dieu! En el mismo instante en el que la conoci, mi pobre corazon quedo rendido ante lo que mi cerebro no quiso entender.
    Ahora mi alegre e indecoroso modo de vida me pasa factura. Durante todos estos anos no he sido precisamente un ejemplo a seguir y empiezo a pensar que mas que mi oscura naturaleza, es ese el muro invisible que hay entre los dos.
    Necesito que confie en mi.
    ?Sera mi amor capaz de derribar sus murallas?

  • Chantaje 2 : Mi mejor eleccion – Mia del Valle de Mia Del Valle

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    Ha pasado el tiempo. Clara y Aaron se vuelven a encontrar con un nuevo desafio entre manos, esta vez las cartas estan a favor de Clara y su eleccion debera ser acertada, ya no tendra cabida el corazon, sino la razon. Ella debera planear con cuidado cada uno de sus movimientos en el reencuentro con el hombre mas egoista, resentido, egolatra y vengativo que jamas ha conocido. En menos de un ano Aaron ha hecho estragos con su vida, gracias a el perdio todo. su padre, su trabajo. fue chantajeada, enamorada y desechada cual envoltorio de caramelo; se caso y separo en lo que dura un suspiro y ahora la vida la pone nuevamente en el ruedo.
    Con mas fuerzas que antes, decidida a que las cosas desde ahora se hagan cuando y donde ella lo decida, duena de una vez y para siempre de su vida, Clara se halla en una encrucijada y debera medir en la balanza de la vida, el peso de sus sentimientos o lo que le dicta su mente.
    “Si Aaron me quiere de vuelta en su vida debera sudar como yo lo hice meses atras… Estar junto a el no es la unica opcion que tengo delante. desde ahora solo sera mi peor o mi mejor eleccion”