• cierra los ojos y entregate pilar parralejo pdf - Pilar Parralejo

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    TAN pronto como termino la reunion, Miranda Warhol, editora jefe de Stardust Miracle, cerro la libreta sobre sus rodillas, estirandose sobre el puf en el que habia estado sentada durante mas de dos horas. Se puso en pie elegantemente y se coloco bien la chaqueta del traje. --Bien, chicas. Nos vemos aqui el proximo martes con los articulos de los zapatos mas extravagantes del mundo, --senalo a un par de chicas-- el articulo sobre vestidos de epoca, -- miro a otro par de ellas-- y el de los peinados sencillos pero elegantes para citas de ensueno. -- ?Y el de los consejos para conquistar al hombre de tus suenos, del mes proximo? --respondio una de las redactoras a medida que se acercaban a la puerta. --Bueno, de ese articulo me encargo yo --sonrio--. De vez en cuando tambien me gusta colaborar, ya lo sabeis. Cuando todas salieron de la enorme sala de colores en la que se reunian siempre, Miranda indico a su asistente que las siguiera, y este no tardo en unirse a ellas. Las chicas se acercaron a la puerta del ascensor de cristal exterior, desde donde se veia gran parte de la ciudad en una imponente panoramica. --Parece que hara buen tiempo el resto de la semana. Las chicas y yo iremos el viernes a un sitio nuevo ?Querras venir? --pregunto Pauline, una de las redactoras y alguien con quien Miranda se llevaba especialmente bien desde hacia algo mas de tres anos. --Pues no lo se, ese viernes por la tarde vienen los de la mudanza y no se si tardaran mucho --explico--. De todas formas enviame la direccion en un mensaje, si terminan rapido me pasare por alli, no me gustaria perdermelo. --!Hecho! --exclamo--. ?Sabes? A ese sitio nuevo suele ir tu amado Sebastian Jefferson --canturreo con intencion de avergonzar a su jefa. --Por dios Pauli, !callate! --Miranda la regano con los dientes apretados mientras le daba un golpe con el codo en las costillas. -- Vamos Warhol, ya todo el mundo sabe que te gusta el jefazo --rio, entrando en el elevador y corriendo para esconderse detras de sus companeras, haciendo que la editora se sonrojase por ver su secreto al descubierto. --Es cierto… --confirmaron las otras chicas asintiendo efusivamente. Miranda se abrazo a su asistente y fingio que se ponia a llorar, haciendo reir a las muchachas y al secretario. No podian negar que lo pasaban genial en aquel trabajo. Casi como si de una broma se tratase, Bastian, el guapo y sexy director general de New York Paper Ind., la editorial a la que pertenecia la revista de las chicas, esperaba en la puerta del ascensor. Cuando este se detuvo, la mandamas del grupo salio caminando de espaldas y, sin haber visto al hombre, choco aparatosamente con el. Las chicas empezaron a reir y a pasar sobre los papeles para ir a sus puestos y dejarlos solos. --!Oh, madre mia! Lo siento tanto… Disculpa. Lo lamento muchisimo --murmuraba completamente avergonzada, mientras recogia el monton de papeles que el choque entre ellos habia dejado desperdigados por el suelo. --No importa. ?Estas bien? --Si, estoy bien. Tu… ?te he hecho dano? Lo lamento de verdad. --Si, tambien estoy bien --sonrio el, poniendose en pie y presionando el boton para que las puertas del ascensor volvieran a abrirse-- Ten un buen dia. --Gracias, tu… tu tambien --dijo la editora, sonriendo como una tonta antes de darse la vuelta y correr a su despacho hecha un manojo de nervios. A Miranda nunca le habia gustado un hombre como Sebastian. El no era mucho mas alto que ella, tenia el cabello semi-largo, de un castano casi rubio, y ojos azul grisaceo. Era un hombre que siempre llevaba barba sin afeitar de varios dias y mayor que ella por varios anos. Miranda siempre se habia enamorado de tipos como Maximilien, su asistente, chico atractivos, jovenes y seductores. Hombres jovenes con los que podia acostarse una noche y olvidarlos la noche siguiente. Tampoco es que lo hiciera asi, se habia acostado con al menos una decena de chicos desde su adolescencia, pero salio con todos ellos como minimo por un mes. Pauline la habia visto correr a su despacho y, abrio una ventana de chat con el resto de las chicas para burlarse de ella. --Realmente te quita el aliento, ?no? --No --la miro a traves del cristal de su despacho con la cara aun colorada--. ?Por que siempre exagerais tanto? Solamente lo encuentro atractivo. Una de las redactoras habia encontrado una foto del ejecutivo en internet y la compartio en el chat. Miranda se puso en pie para reganarlas por su falta de decoro, pero su expresion risuena cambio inmediatamente, palideciendo mas por momentos. Bastian se acercaba directo a su despacho, con su siempre recta y elegante postura. NYPaper tenia reuniones todas las semanas en la sala de juntas contigua a la que usaban las chicas. Esta, por el contrario, no era en tonos blancos, rosas, naranjas y violetas, ni tenia como asientos cojines, pufs y sillones acolchados. Era una sala fria, gris, con una gran mesa de cristal ahumado en el centro y rodeada de sillas de simil piel color negro. Bastian solto la pila de papeles sobre la mesa conteniendo una sonrisa por el choque con esa chica. --?Pasa algo? --pregunto uno de los editores de la revista masculina que su editorial llevaba. --No, no en realidad. Desvio la mirada al monton de documentos y se dio cuenta de que los suyos estaban mezclados con los de la editora. Por un momento penso en mandar a Sean, su secretario, pero le apetecia verla de nuevo asi que, despues de rebuscar y seleccionar los informes y recortes de Miranda, bajo a su despacho. Al salir del ascensor la vio reir dentro de su acristalada oficina. Su cara aun lucia llena de color y parecia interesada mirando algo en el monitor de su ordenador. Camino despacio, observandola mientras se acercaba, hasta que ella alzo la vista y le miro. Su expresion perdio todo color que pudiera tener. --Buenos dias de nuevo, Senorita Warhol. --Saludo, apoyandose en el marco de cristal de la puerta. --Buenos… dias --respondio ella, colocandose frente a la pantalla en la que aun estaba la imagen. Las chicas reian, mirandolos. Ellas tambien estaban sorprendidas por la visita del jefazo, pero la cara de su editora era un poema y era inevitable no reirse. --Supongo que te sorprende mi visita. --!No! Bueno si. Pero por favor, pasa, sientate. --No. En realidad vengo a por los papeles de mi reunion --ella lo miro sin saber a que se referia, pero Bastian senalo con la mirada el monton que habia en una mesita al lado de su escritorio. --Oh, !lo siento! De verdad que lo siento… --No te disculpes tanto, yo tambien me he llevado los tuyos --anadio, sacudiendo los que llevaba en la mano. Maximilien miraba desde fuera. Habia ido a por los cafes que la mandamas le habia pedido y dudaba si entrar o no. Las chicas le llamaron con gestos, como si le dijeran que se apartase de alli. Su jefa se veia tan emocionada que, obedeciendo a las redactoras se acerco al escritorio de Pauline para no interrumpirles. --?Que ha pasado? ?Por que esta el jefazo en su despacho? --pregunto soltando las bebidas calientes en la mesa de la pelirroja, pero ella no respondio, solo se encogio de hombros sin apartar la mirada de su amiga. Mientras ella rebuscaba entre los papeles para devolverle los que se habia llevado por error, el ojeo el despacho y con el, el reflejo en el espejo que habia detras de ella. Desde ahi pudo ver el monitor, donde habia una foto suya en primera plana. Sin intencion alguna de disimular dio la vuelta al escritorio para verla mejor. --?Y esto? --pregunto risueno. Miranda se giro horrorizada, sin poder articular palabra-- Esa no es de mis mejores fotos, la verdad… ?Son esos? --pregunto, cambiando de tema, restandole importancia a lo que habia estado mirando. --Si… estos son. --Vale. Gracias. Espero chocar mas veces contigo, me gusta sonreir antes de una reunion importante, ayuda a aliviar tensiones --Bastian tendio una mano como saludo y ella la estrecho timidamente. Nunca antes habia pasado esa verguenza. Habia chocado con el, tirando todo lo que llevaba en las manos, le habia hecho ir a por los documentos que se habia llevado y, ademas, le habia pillado con un retrato suyo en la pantalla. Cuando el ejecutivo se marcho Miranda se llevo las manos a la cara, percibiendo sin querer, el aroma que la mano de ese hombre habia dejado impregnado en la suya.

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  • CIERRA LOS OJOS Y ENTRÉGATE de Pilar Parralejo

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    1 may 2015 — Ella, una joven con un futuro por delante. Él, un hombre divorciado. Ella, la editora de una revista actual. Él, director de la editorial ...

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    Cierra Los Ojos y Entregate (Spanish Edition) - Pilar Parralejo ... Camin entre cajas y montones de libros y revistas, se dej caer sobre el sof y suspir con ...

  • Casada, contigo de Pilar Parralejo

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    La melodia de una famosa cancion de Whitney Houston resonaban en la suite, y el aroma de las velas de rosa y vainilla se mezclaban con el del bano de burbujas de mora que Audrey se estaba dando. Adoraba su vida justo en ese momento, donde su felicidad no podia ser mas plena. Todo en ese preciso momento era mas que perfecto. Las luces bajas en la habitacion, el champan enfriandose, una heladera llena de fresas. Era un dia perfecto. Otras chicas probablemente preferirian una cena romantica en un restaurante lujoso en el centro de la ciudad, otras, quizas, preferirian pasar la noche entre las sabanas de su amado, pero ella estaba en Las Vegas. El padre de Sam habia recibido, como premio de su empresa, una noche en la ciudad de los excesos para dos personas y, como tanto Sam como Audrey estaban felices por cumplir un ano de novios, el senor Pear les regalo el primer viaje de sus vidas. Y alli estaba ella, dandose un bano super relajante y super romantico mientras hacia tiempo para que Sam volviera de su paseo por el hotel, luego bajarian juntos al restaurante y cenarian alguna exquisitez antes de pasear por las calles de aquella ciudad. Cerro los ojos y se dejo llevar por la musica, imaginando, con aquellos acordes, como seria su vida si todo siguiera por ese camino. Salio del bano envolviendose en un suave y esponjoso albornoz y se abrazo con el. Ya se acercaban las nueve de la noche y debian ir a cenar. Sam no subia a la suite y por un momento penso que quizas esperaba que ella bajase para reunirse con el, asi que no dudo que hacer. Corrio a por su reducido equipaje y saco de el un precioso vestido que habia comprado para la ocasion: blanco, fino, muy elegante, con un decorado metalico en la zona de los pechos y finos tirantes de brillantes que hacian aun mas marcado el ya de por si acentuado escote. Un vestido con dos telas y dos cortes: por encima de la rodilla en la parte frontal y por los gemelos en la parte trasera. De la maleta saco una bolsa de tela en la que habia un par de zapatos de tacon a juego. Antes de vestirse dio vueltas por la habitacion abrazada a esa ropa. --!Oh! ?Te imaginas que en un arrebato te pide que te cases con el? --Exclamo, dejando volar su imaginacion--. Ya iria de blanco… --Sonrio hundiendo la cara en el vestido--. Solo llevamos un ano. Es imposible que con tan poco tiempo… Le encantaba fantasear con el amor. Le encantaba imaginar que el era tan romantico como ella, aunque en realidad el era un chico, y como tal, el romanticismo lo veia de otra forma. Le encantaba imaginar un futuro en el que nada ni nadie podria separarlos. Termino de vestirse, recogio su larga y ondulada melena color chocolate de forma que le caia por un hombro dejando toda la espalda al descubierto. Se miro al espejo y lanzo un beso a su reflejo antes de coger el micro bolso y salir de la habitacion. Se sentia tan feliz que se veia radiante, y todos parecian poder apreciar su resplandor. Sonreia a todos, saludandolos animadamente mientras caminaba hacia el ascensor. Bajo con una sonrisa en los labios hasta la planta baja y camino hasta recepcion con intencion de preguntar por su novio cuando, de pronto, sintio como si alguien le hubiera dado un golpe en el estomago seguido de un punetazo en la cara. ?Aquel que se besaba apasionadamente con aquella mujer era Sam? Se acerco despacio al salon repleto de asientos de cuero negro con el pulso tan acelerado que parecia un solo latido y ahi estaba el: Sam. Su Sam. El chico con el que llevaba un ano de relacion y con el que habia venido a celebrar su primer aniversario. Se dejo caer en uno de los asientos y se cubrio la cara con un cojin, tratando de borrar la horrible imagen que se habia grabado en sus ojos. Sam tenia las manos metidas por debajo de la falda de esa muchacha, apretando sus muslos contra si mientras la besaba de una forma que ni siquiera habia hecho con ella. Lo peor era que no estaba enfadada. En ese momento no era ira lo que tenia, sino un dolor en el pecho, un dolor tan intenso que le impedia pensar con claridad. Sam se puso en pie arrastrando a esa chica consigo. Ella sonreia juguetona mientras el le susurraba algo en el oido. La nueva pareja paso por al lado de Audrey sin que el se diera cuenta de que la chica que estaba sola a pocos metros de ellos era su novia. Cuando Audrey perdio de vista a ese par supo que ahi acababa de terminar su relacion. Ella no era de las que perdonaban infidelidades, no era de las que toleraba una mentira, no era de las que dan segundas oportunidades. Tendria veintiun anos, pero tenia bastante conocimiento de la vida como para saber que una infidelidad no es solo una falta de respeto, sino de amor, y si Sam no valoraba su relacion, ella no podia hacer nada. Tampoco iba a llorar. Beberia hasta perder el conocimiento y por la manana volveria a casa sin mas, acortando un dia aquel que habia prometido ser un fin de semana de cuento de hadas. Atraveso el vestibulo para ir derecha a uno de los muchos bares de aquel magnifico complejo y se sento en uno de los taburetes que perfilaban la barra. La primera copa no tardo en llegar, ni la segunda, ni la tercera, y tampoco la cuarta. Pero siempre que tomaba algo con alcohol, por poco que fuera, siempre sentia la imperiosa necesidad de ir al bano. Y ahora no iba a ser diferente. Aunque aguantase como una campeona aun con la vejiga a punto de estallarle. Aun no estaba borracha. Habia bebido tan seguidas las cuatro copas que su organismo no habia tenido tiempo de asimilar la primera. De camino a los aseos cruzo miradas con un guapo desconocido que sonreia en su direccion. Busco a su alrededor a otra persona a quien pudiera ir dirigida esa sonrisa seductora, pero no encontro a nadie, asi que le sonrio en respuesta. Su expresion no habia mostrado una sonrisa sincera, sino mas bien una mezcla forzada entre cortesia e incredulidad. Orino como si se hubiera bebido el Lago Ness, se miro en el espejo, se humedecio la cara con cuidado de no estropear el maquillaje y salio, creyendo que iba tan derecha como una modelo en una pasarela. Nada mas lejos de la realidad. El alcohol habia empezado a hacer efecto de una manera exageradamente efectiva (si es que queria perder la razon). Se acerco al guapo de mirada cristalina y de sonrisa seductora y se sento frente a el. --Hola… --saludo, intentando mostrarse sexy e irresistible, pero lejos de conseguirlo. --Hola --sonrio el--. ?Has venido sola? --No. He venido con el capullo de mi… --empezo a gimotear, arrugando el rostro pero sin soltar ni una lagrima--. Ex. Eso es lo que es ahora mismo. El esta en una de las habitaciones con una chica que ha conocido esta tarde, espero. Y yo estoy… Creo que borracha. --Tranquila. Quedate aqui y bebe agua o come algo para que se te pase. --Me llamo Audrey Doherty. Pero todos me llaman O, ?y tu? --Edward. Edward Harrelson. Pero todos me llaman Eddie o Ed. --Tienes un nombre sexy. --Tu tambien. Y ademas una bonita cara y una figura muy sensual. Las insinuaciones no habian hecho mas que empezar, pero Audrey no dejo de beber, y cada vez que Edward pedia una copa, ella pedia otra, hasta que ya ni siquiera supo su nombre. El sol matutino entraba a raudales por la cristalera de su suite. Se llevo las manos hasta las sienes como si con ese gesto pudiera conseguir que doliera menos, pero parecia tener una docena de pajaros carpinteros martilleandole el cerebro. Al cubrirse la cabeza con la sabana se dio cuenta de que estaba completamente desnuda. Miro a su lado temiendo encontrar a alguien que no fuera Sam, pero ese pensamiento le devolvio a la realidad: Sam la habia enganado, y lo habia hecho con un descaro ofensivo, asi que ni siquiera Sam debia estar a su lado. Evidentemente estaba sola, pero tenia el vago recuerdo de haber llegado acompanada a la suite. --?Aquel guapo desconocido de sonrisa bonita? ?Un botones…? !Que mas da! Se incorporo sintiendo aun mas fuertes las punzadas de sus sienes, pero siguio hasta ponerse en pie y fue derecha al cuarto de bano. Tenia claro lo que debia hacer, y lo que debia hacer empezaba por una buena ducha. Al quitar el vaho del espejo para mirarse pudo ver un chupeton en su escote, en la parte de arriba de su pecho derecho. Un chupeton que parecia haber hecho un muerto de hambre, un chupeton grande y oscuro. --Madre mia, ?Y esto? --dijo mirandose el cuello, donde habia otro mas de iguales caracteristicas. Trato de pensar que habia hecho despues de levantarse de la barra para ir a orinar, pero un recuerdo confuso era todo lo que lograba alcanzar. Se habia sentado en la mesa de aquel tipo, pero nada mas, no recordaba nada mas. Ni siquiera como diablos habia llegado hasta la suite. Despues de vestirse no tuvo muchas vueltas que darle. Bajo a la recepcion para cancelar su estancia en el hotel, pidio un taxi y horas despues, estaba sentaba en un asiento en primera clase del vuelo que le devolveria a la realidad. Ni siquiera habia visto a Sam despues de que se fuera con la chica a la que habia estado manoseando y besuqueando frente a ella. No supo donde habia pasado la noche o con quien. No lo busco, y tampoco el la habia buscado a ella, asi que dio por hecho que ni siquiera iba a pedirle disculpas por lo que le habia hecho. Pero tampoco necesitaba que la buscase para llenarle la cabeza de mentiras.

  • Amor de segunda de Pilar Parralejo

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    Hacia apenas media hora que habia llegado del trabajo y, estaba en medio de una ducha reparadora cuando escucho los gritos de su padre mezclarse con el llanto de su madre en el salon. De repente una decena de motivos le cruzaron la mente. ?Su hermano? ?Una mala noticia por telefono? ?Habian despedido a su padre? Sin dudarlo estiro el brazo y descolgo la enorme toalla amarilla para secarse e ir a ver. Corrio descalza por el pasillo hasta el salon y se quedo helada al ver a sus progenitores de rodillas en el suelo, ante un perfecto desconocido con gafas, que iba acompanado de una joven de unos dieciocho o diecinueve anos, ambos muy elegantes y bien arreglados. --Castiganos a nosotros --suplicaba el padre con los ojos llenos de lagrimas. Liam, su hermano, no decia nada. Miraba la escena como si el no tuviera nada que ver con ninguno de ellos, aun asi parecia tenso y su rostro lucia un tanto mas palido que de costumbre. --?Que pasa? --Pregunto Katherine mirando a su hermano, a sus padres y por ultimo a los desconocidos que estaban en pie frente a ellos. --Kate, hija, ve a tu cuarto --pidio la madre completamente angustiada. El desconocido la miro como si estuviera jugando y devolvio la atencion a sus padres. --Ese es el precio. Quiero una respuesta para manana --exigio, a lo que la mujer se inclino hacia adelante y arranco a llorar escandalosamente con la cara casi pegada al suelo. Katherine se acerco a la pareja y se coloco frente al hombre, mirando hacia arriba porque era bastante mas alto. No debia ser mucho mayor que ella, si es que lo era. Sus ojos verde oscuro parecian atravesarla a traves de los cristales de sus gafas, aunque no daba la sensacion de haber sentimientos negativos en su mirada. --?Que respuesta? --inquirio ella. Su padre empezo a rogar a voz en grito, asustandola. Por un momento penso que ese hombre era un mafioso, un acreedor o algo por el estilo--. ?Que respuesta? --Repitio. Su voz no sono tan firme esta vez. --Senorita Mason, supongo que no sabes los secretitos de tu hermano. --Pero Brant, estoy bien… --interrumpio la muchacha de expresion dulce y bonita voz que acompanaba a ese hombre. --Samantha casi te mueres por culpa de ese… --se contuvo, apretando los dientes, antes de insultarlo gratuitamente--, !por dios, no digas que estas bien! --Kate, tuvo que buscar donde apoyarse al escuchar eso, y su cabeza empezo nuevamente a divagar por si sola, imaginando escenas en las que su hermano atacaba a esa nina de mil y una formas distintas--. Tu hermanito engano a mi hermana y le vendio drogas sin decirle como consumirlas. Esa noche fue a casa la policia para informarnos de que Sam estaba muy grave en el hospital. Le he estado investigando y se que es mayor de edad y que ademas, si le denuncio, ira a prision una muy buena temporada por lo que hizo. Y sabemos lo que puede pasarle si va alguien tan joven. --El matrimonio Mason lloraba desconsoladamente mientras la muchacha tiraba de la manga de la americana de su hermano--. El precio es muy facil de pagar. Te casaras conmigo a cambio de la libertad de tu hermano --Kate palidecio. Sentia una mezcla de consternacion e incredulidad. --?Se trata de una broma? --Pregunto con un hilo de voz. --Kate, ve a tu cuarto --grito el padre, alzando la voz mas que nunca. --Con ellos no se puede dialogar sin que se pongan a gritar o a llorar --dijo Brant con un tono frio y distante--. Esta es mi tarjeta por si quieres anular la cita. Sino, manana te espero a las siete en el restaurante japones Raisu. Sin anadir una sola palabra mas, la pareja de desconocidos se dio la vuelta y se marcharon, dejando a la familia Mason en el salon de su casa completamente destrozados. Sin decir nada, Kate se giro y camino por el pasillo hasta su habitacion. Ese extrano le habia contado lo ocurrido y Liam no lo habia desmentido, aun asi no entendia nada, ?por que demonios tenia que casarse ella con ese hombre por algo que habia hecho su hermano? La tarjeta que ese tipo le habia dado aun estaba entre sus dedos y la miro como si pudiera encontrar en ella alguna respuesta. --Brant Lennox --musito al leer el nombre--, abogado de L&A. Se dejo caer contra la cama antes de darse cuenta de que aun iba envuelta en la toalla. Justo cuando termino de ponerse el pijama sus padres pasaron al dormitorio, sentandose uno al lado del otro en el borde del colchon. Unos segundos despues entraba su hermano, apoyandose en el marco de la puerta. --Ese hombre es abogado… --Santo cielo… --Emerald, la madre, empezo a llorar nuevamente--. ?Que vamos a hacer? Liam ira a la carcel y si ese joven es abogado, sabra como pedir la mayor condena… Tu hermano tiene antecedentes… --No tienes que hacer esto, hermanita --hablo por primera vez el muchacho--. Ire a su casa y me disculpare. Antes de hacerlo ella iba muy borracha, ni siquiera se habria enterado de la dosis aunque se lo hubiera repetido. --?Hacerlo? --Grito el padre--. ?Hacerlo? --Repitio mas fuerte esta vez, lanzando a su hijo la toalla que Kate habia dejado a los pies de la cama--. Maldito sinverguenza. Eres un miserable nino problematico. Tuvimos que pagar una fortuna por ti hace un ano por tus drogas, y ahora esto… !Vete! Te quiero fuera de mi casa ahora mismo. Arreglatelas tu solo con tus problemas. --John, respira. Este no es momento para echarlo. Vamos a aclarar este asunto primero. Kate solo miraba la escena sin poder actuar. Temia que esa chica hubiera sido forzada por su hermano y que luego hubiera sido el quien le hubiera dado esas drogas para que no recordase nada y no pudiera acusarle. Conocia las amistades toxicas de su hermano, y sabia que, aunque el no era malo, cuando iba bebido accedia a cualquier cosa que sus amigos sugirieran, incluso hacerle eso a una chica de aspecto delicado como Samantha. Se llevo las manos a la cara mientras suspiraba. ?Como un dia tan bueno derivaba en una tarde tan espantosa? --?Que haremos? --pregunto firme, apoyando el trasero en el espejo de la puerta de su armario. --Cualquier cosa, ya encontraremos la solucion. Pero casarte con ese hombre no, eso esta claro --dijo la madre. --Si no lo hacemos asi, ese abogado… --?Sabeis? Es temprano pero necesito descansar. Asi que, ?por que no salis para que pueda dormir un poco? Pensaremos en esto manana por la manana, antes de que me vaya a la tienda. Cuando el padre paso al lado de Liam le dio un golpe en la espalda, indicandole que saliera del cuarto de su hermana, pero este entro en la habitacion y cerro la puerta para, acto seguido sentarse en el lugar en el que habian estado sus padres. La miro mordiendo el piercing de su labio inferior con nerviosismo. --Si te casas con ese tio te hara lo que yo le hice a su hermana. --?Y que le hiciste exactamente? --pregunto con tono monotono, deseando que no le dijera lo que habia estado imaginando un rato antes. --No la viole, si es lo que crees --aclaro Liam de inmediato--. Tal vez no fui lo suave que una virgen hubiera querido. Y a lo mejor le hice dano. No lo se. Pero no la viole --Katherine suspiro cubriendose los ojos con una mano--. Llevabamos tonteando toda la noche y cuando las amigas de Sam se fueron con mis amigos la invite a unas copas. Luego la convenci para que fueramos al coche del hermano de Tim. Ella iba borracha y yo tambien… Simplemente paso. Las drogas no se las vendi, ella las saco de mi bolsillo antes de ponerme los pantalones. Y antes de que pudiera decirle que no tomase mas de una se llevo a la boca unas cuantas pastillas. Cuando se desmayo me asuste, y sin saber que hacer con ella la dejamos en la puerta del hospital. --Eso es lo mas horrible que he oido nunca. Brant tiene razon con querer meterte en la carcel, maldita sea. Esa chica podria haber muerto por tu inconsciencia. --?Entonces? El padre habia estado escuchando tras la puerta e irrumpio en el dormitorio, dando manotazos a su hijo, en la cabeza, en la espalda, en los brazos… Aquello no era lo que le habian ensenado de pequeno, aquel no era un comportamiento digno de una persona normal, y esa actitud enfermiza iba a arrastrarlos a todos a un pozo negro de verguenza y falto de moralidad. Kate detuvo las manos de su padre y dio un toque con el pie a su hermano para que saliera de la habitacion. --?Que dijo exactamente ese hombre para que tuviera que casarme con el? --Que si enviaba a tu hermano a la carcel los convictos lo liquidarian en menos de una semana por lo que le hizo a su hermana y que tu eras su mejor baza para vengarse de el. --Manana me reunire con ese abogado para hablar sobre sus requisitos. --Hija no… --Ya no tengo quince anos, papa. Puedo valerme por mi misma y pararle los pies a ese tipo si quiere propasarse. Solo hablaremos, tratare de arreglar este asunto como pueda. Padre e hija se fundieron en un abrazo fraternal antes de que el hombre le diera un beso en la frente y saliese del dormitorio para dejarla a solas. DOS Paso la noche con los ojos como platos, manoseando sin para la tarjeta del abogado, debatiendose si llamarle o no hacerlo, si asistir o no a su cita con el y pensando continuamente que iba a ser de su vida si se le ocurria aceptar semejante trato. ?Casarse con el porque su hermano abusase de esa chica? Debia tratarse de una broma, una oscura y retorcida broma. Katherine estaba enamorada, y era asi desde los trece anos, cuando conocio a Devon McDeal. Habian salido durante anos antes de que le ascendieran a director de marketing de una importante empresa de cosmeticos y tuviera que irse una temporada a Londres. Entonces dejaron su relacion en standby con la promesa de retomarla cuando el regresase un par de anos despues, periodo de tiempo que aun no se habia cumplido. Ese era el principal motivo por el que no tenia deseos de aceptar el castigo en nombre de su hermano. Cuando amanecio se alegro de que fuera sabado y tener ese fin de semana libre, asi que no tenia que ir a trabajar. Le encantaba ser dependienta de una papeleria, adoraba el material escolar, y disfrutaba vendiendo boligrafos, libretas o cuadernos de caligrafia, pero esa manana no tenia animos mas que para terminar con todo ese asunto y descansar. Se estiro sobre la cama antes de levantarse y fijo la mirada en la tarjeta de Brant. Soplo, tratando de que el aire se llevase tambien su frustracion, pero parecia algo dificil de lograr. Al acercarse la hora acordada rebusco en su armario que ponerse. Era un perfecto desconocido, aun asi debia presentarse decente, con algo que pudiera pasar por desenfadado pero a su vez fuera acorde a la situacion. Nunca tuvo que vestir de traje ni con nada parecido, desde que salio de la universidad hacia un ano, habia empezado a trabajar en una de las papelerias mas grandes e importantes de la ciudad, y en su trabajo no era necesario un atuendo mas formal que el suyo habitual, asi que saco uno de sus vaqueros ajustados de siempre, una camisa blanca de algodon y unos zapatos de tacon amarillos que conjuntaria con un cinturon fino del mismo color. Peino su larga y ondulada melena de color chocolate y metio en el bolso su movil y sus llaves antes de salir. Se fue antes de que sus padres llegasen del trabajo, asi que no tuvo que escuchar nuevamente sus lamentos por lo que iba a hacer. Nunca habia estado en esa parte de la ciudad, a pesar de haber vivido alli toda su vida, asi que tampoco conocia ese restaurante, cuyas mesas bajas obligaban a los comensales a comer sentados en el suelo. Entro ignorando al hombre del atril y se adentro en busca del abogado, que estaba sentado, solo y al lado de las puertas de madera que separaban el salon de un jardin de estilo japones que habia detras. Sin siquiera saludarle, se sento frente a el, escudrinandolo con la mirada. Iba perfectamente arreglado, muy elegante, pero su rostro era serio e inescrutable. --Asi que has venido… --He venido. Pero no voy a aceptar alegremente casarme con un desconocido a menos que los motivos tengan la suficiente fuerza. --?Fuerza? --Pregunto con el ceno fruncido--. ?Te parece poco fuerte que tu hermano emborrachase a mi hermana, abusase de ella y que luego para colmo le vendiera drogas? --No se las vendio. --Asi que estas enterada. Lo que seguro que no sabes es que mi hermana, que solo tiene diecinueve anos, quedo embarazada despues de esa noche. Estando en coma, y de tres semanas, tuvieron que hacerla abortar porque ese bebe estaba absorbiendole la vida y hacia peligrar seriamente su recuperacion. --Katherine se llevo las manos a la boca completamente sobrecogida --. Mira, no me gustas, no estoy enamorado de ti, no te conozco ni quiero hacerlo, pero…

  • Eden de Pilar Parralejo

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    El pequeno reloj de pared marco las seis con su habitual y peculiar crujido, avisando a Ellie que ya era hora no solo de su fin de jornada sino de la particular fiesta de cumpleanos que tenia en menos de una hora. Se levanto, con una sonrisa de oreja a oreja despues de apagar su ordenador y, tras guardar todo debidamente, cogio su abrigo del perchero, lo dejo sobre su escritorio, se colgo el enorme bolso de su hombro derecho y camino hacia el despacho de su jefe, un tipo guapisimo del que llevaba casi tres anos platonicamente enamorada. Y es que… ?Como no estarlo? Chris era un seductor nato, rubio, ojos verdes, cuerpo atletico, alto, con una voz hipnotizadora… Tenia lo que ella consideraba un gran defecto y es que, aunque era como un Dios encarnado, era el tipo mas mujeriego del mundo, nada que una chica decente, como lo era ella, necesitaba. Llamo a su puerta con un par de toques y, cuando Chris le dio permiso para abrir, simplemente le dijo que ya era la hora de marcharse y que, si no necesitaba nada mas, se marchaba. --Puedes irte. --Dijo con una sonrisa--. Pero antes espera. Se levanto de la silla de cuero blanca y se acerco a ella. Ellie trato de dar un paso atras al creer que iba a hacer lo que ella pensaba, y no se equivoco, no al menos del todo. Chris la rodeo por la cintura, trayendola contra si, se inclino ligeramente y la beso. No fue un beso como el que cualquiera hubiera deseado, ella aparto la cara y sus labios terminaron en su mejilla izquierda, hecho que le hizo sonreir ya que Chris sabia que iba a hacer justo lo que hizo. --Feliz cumpleanos. --Gracias --respondio ella, colorada como un tomate. Chris volvio a su sillon con una sonrisa en la cara y ella simplemente salio de alli. En los casi tres anos que llevaba trabajando para Chris, ni una sola vez le habia felicitado en su cumpleanos. Supuso que, como todo estaba patas arriba por la boda de su hermano, el tambien estaba, en cierto modo, un poco traspuesto. Estaba recogiendo su abrigo cuando escucho unos tacones aproximandose. Al girarse se encontro con Tessa, la prometida de Kalos, el hermano de Chris. Esta se sorprendio al verla, como si acabase de pillarla infraganti con algo. --?Ya te marchas? --Pregunto, fingiendo desinteres. Ellie supo a lo que se referia con esa pregunta, y tampoco tenia motivos por los que quedarse, de forma que asintio con la cabeza y se alejo de su mesa--. Buenas noches. --Buenas noches, senorita Carpenter. Tenga un buen fin de semana. --!Tu tambien! --Exclamo con una sonrisa. Tessa era una mujer deseable, preciosa, simpatica, con buen cuerpo y muy buen gusto a la hora de vestir, sexy y provocativa sin ser vulgar. La miro un instante sintiendo algo de envidia, pero siguio su camino hacia el ascensor oyendo como se dirigia al despacho de Chris. Estaba subiendo al autobus cuando recordo la bolsa que habia olvidado bajo la mesa de su escritorio, algo que no podia dejar ahi sin mas hasta el lunes. Era el regalo para su sobrina, quien, de casualidad, tambien cumplia los anos el mismo dia que ella, solo que con casi veinte anos de diferencia. Habia caminado durante diez minutos y supuso que ya no habria nadie en el edificio, normalmente todos salian a la misma hora. --Hola Milo --sonrio al guardia de la entrada. --?Trabajo de ultima hora? --Que va. He olvidado algo de vital importancia en mi mesa. Corrio por la recepcion hasta el ascensor y llamo, esperando impaciente a que bajase. Habia quedado con su familia en una hora y ya habia perdido veinte minutos. Cuando las puertas se abrieron en la planta numero veinte, el corazon se le detuvo. Los gemidos de Tessa se mezclaban con los de Chris y llenaban toda la planta. Lo peor no era saber que su jefe estaba teniendo sexo en su oficina creyendo que no habia nadie, sino saber que, quien estaba teniendo sexo con el no era otra mas que su cunada, la prometida de su propio hermano. Se acerco despacio a su mesa para tirar del regalo de su sobrina y sin querer, desvio la mirada hacia el despacho. Chris arremetia contra Tessa, quien estaba completamente desnuda y pegada al cristal mate que separaba su despacho de la recepcion, desde el que se veia todo, algo borroso, pero sin dificultad, incluyendo a Chris, quien tenia los pantalones en los tobillos. Ella tuvo que ser testigo de ello sin querer. Desvio la mirada inmediatamente, tan avergonzada como deberian estar ellos y, sin hacer el menor ruido, regreso al elevador. En el vestibulo ni siquiera se despidio debidamente del guarda, simplemente le hizo un gesto con la mano y salio del edificio con un sentimiento de injusticia indescriptible. Kalos era un tipo bastante seco, y malhumorado. Fisicamente era igual de atractivo que su hermano Chris, o mas. Su pelo era oscuro, lo tenia algo mas largo que Chris y sus ojos no eran verdes, sino de un tono oscuro que parecia negro. Era mas alto que su hermano y con una complexion mas trabajada. Pero era una persona dificil de tratar en la empresa, solia reganar a los empleados que no hacian bien su trabajo, se enfadaba si las cosas no salian como el queria y era hosco y demasiado estricto con los horarios, todo lo contrario que su hermano, a quien todo parecia darle igual. A pesar de ser como era, le supo mal que, tanto su hermano como su prometida, estuvieran haciendole eso, en el mismo edificio en el que los dos trabajaban. Se arrepintio de haber vuelto a por el regalo, tendria que haber comprado otra cosa de camino y haberle dado el de la oficina en otro momento, de esa forma no se sentiria tan incomoda como lo estaba haciendo. --?Y esa cara? --Pregunto Jackson, el cunado de Ellie, quien estaba fuera, fumando, cuando ella llego. Habia estado tan sumida en sus pensamientos que no se habia percatado del trayecto desde la oficina hasta la casa de su hermana. --No es nada --dijo, sonriendo ampliamente. Adoraba a su cunado. Despues de su padre era el hombre al que mas admiraba. Cuando su hermana Chloe tenia dieciseis anos, se cayo al subir a un autobus, con tan mala pata que se dio contra un bordillo de la acera y se rompio la espalda. Fue la caida mas tonta de la historia, pero le costo sus piernas y desde entonces era invalida. Jackson habia estado toda su vida enamorado de ella y, aunque Chloe le rechazo creyendo que ya no era aceptable para ningun hombre, el insistio e insistio. A pesar de no poder salir con ella como lo haria con cualquier chica, no se separo de su lado y anos mas tarde se casaron. La adoraba, la queria con locura y junto a sus hijas, eran la familia mas entranable del mundo. Se acerco a el y, despues de un abrazo y un beso en la mejilla, entro en la coqueta casita en la que vivian. Saludo a sus padres igual que habia hecho con su cunado, con un abrazo y un beso en la mejilla, se inclino para besar tambien a su hermana mayor y levanto en brazos a la pequena cumpleanera. --Muchisisimas felicidades, mi pequena Missy. --Dijo levantandola por las axilas lo mas alto que pudo y empezo a girar con ella, algo que a la nina le encantaba. --Muchisisimas felicidades, tia Lizzy --rio. A pesar de llamarse Elisabeth, no le gustaba que la llamasen asi ya que le parecia un nombre demasiado serio para lo que ella era, siempre prefirio Ellie o Lizzy. Despues de bajarla, la llevo hasta el uno de los sofas del salon y le dio su regalo. --?Que es? --Pregunto la nina al ver la caja con un papel morado brillante envolviendola. --No es un elefante… --La nina rio--. Tampoco es… un panda… --le dijo, riendo esta vez ella --. Anda, abrela. La pequena no lo penso. Abrio el regalo rompiendo el papel y, cuando vio que se trataba de la muneca que mas queria, solto la caja a un lado y salto a los brazos de su tia. Envidiaba la familia tan bonita que hacian, los envidiaba por no haber podido hacer ella tambien una familia, mas aun, cuando tambien su hermana menor estaba felizmente casada y con un par de gemelos en camino. Pero Ellie no habia conocido al hombre indicado, si a chicos con los que salir a divertirse o con los que pasar el rato, pero no hombres con los que formar un hogar. Ese pensamiento le trajo a la mente a su jefe, al hermano de su jefe y a la prometida de este. Se pregunto si las familias ricas eran todas tan disfuncionales como la que iba a formarse el siguiente fin de semana, cuando la bella Tessa y Kalos se casaran. Mientras la nina corria a ensenarle a su hermana pequena su mas preciado regalo de cumpleanos, Chloe agarro la mano de su hermana y la llevo a la cocina mientras con la otra mano arrastraba su silla. --Hoy estas distante. --Le dijo. --No… Es solo que he olvidado el regalo de la nina al salir y cuando he vuelto a por el he tenido que ser testigo de una infidelidad. --Uuuuh… cuenta, cuenta. --Pidio curiosa. --Eran Chris y la prometida de su hermano. Chloe se llevo las manos a la boca con sorpresa. Ella no conocia a ninguno de ellos, pero Ellie le habia contado lo guapo y sexy que era su jefe. --Entiendo que estes asi… --Estaban en su despacho… contra los cristales de la mampara… --?Y como has contenido a la justiciera que llevas dentro? --Queria sacarla a pasear antes de ir a casa. Iba a ir al apartamento de Kalos, que vive a tres calles de aqui, y a decirle lo que he visto. --No te metas. Esa gente se junta con individuos como ellos. Chris es un mujeriego, la prometida de Kalos una indecente… ?Como crees que sera el? --Ellie levanto los hombros en un gesto de duda. --Casi no lo conozco. Solo lo poco que lo he visto en la oficina. Es despota, y altivo, y soberbio. Es malhumorado y grunon. --A lo mejor por eso su prometida le engana con su hermano, porque es todo lo opuesto. --No se… Pero no importa. No quiero pensar mas en ellos. Volvamos a la fiesta --le dijo, girando la silla de su hermana y empujandola de vuelta al salon. La fiesta no duro mucho, Jackson habia comprado billetes para llevar a su familia a Disney World, en Orlando, por lo que saldrian de viaje esa misma noche y estarian toda la semana en la otra punta del pais. A las ocho de la tarde se despidio de ellos en la puerta de su casita y emprendio camino hasta su apartamento. De camino a la parada del autobus miro en direccion al apartamento de Kalos, vivia a solo una manzana de ahi. Podia ir, decirle que su prometida y su hermano le estaban enganando y volver para coger su transporte. Asi lo hizo. Tomo una respiracion profunda, se aferro con fuerza al asa de su bolso y se encamino al lujoso edificio de tres plantas en el que vivia uno de los dos directivos de la empresa para la que trabajaba.

  • metamorfosis de Pilar Parralejo

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    Estaba realmente cansada. Habia tenido un dia agotador en el hospital, habia tenido que soportar el volumen estridente del pub en el que habia pasado las dos ultimas horas con los chicos y ahora, por si fuera poco, tenia que volver a presenciar el numerito que Dawson y su nueva amiguita estaban dandole en el asiento trasero de su coche. No es que quisiera mirar o estar pendiente de lo que hacian o dejaban de hacer, pero lejos de ser silenciosos, esa desconocida hacia gemidos exagerados cada vez que Dawson le metia las manos debajo de la ropa, o cada vez que le mordia en el cuello, y por mucho que se esforzase en ignorarlos, llamaban su atencion, aunque mirase un solo segundo y devolviera la vista a la carretera nuevamente. No le importaba hacerlo una o mil veces por el, no por nada era su mejor amigo, pero odiaba tener que llevar a las ligues de Dawson a sus casas teniendo que ser testigo de lo que hacian en el trayecto. Por suerte, esa vez solo habia tenido que presenciar manoseos varios, lenguas de ida y vuelta y sonrisas juguetonas. Pero la pelirroja no vivia muy lejos del local en el que habian pasado las dos ultimas horas, y terminaron de besarse en el portal. Y lo mas importante, fuera de su coche, algo que agradecia enormemente. Dawson volvio a subirse un par de minutos despues, ajustandose la camisa, con la enorme marca de un chupeton en el cuello y el labio inferior hinchado (probablemente por las succiones de ese pulpo con minifalda al que acababan de dejar atras). --No vuelvas a pedirme que te lleve, Dawson. Yo no tengo un Love Hotel en el asiento trasero, ni llevo un servicio… --…de taxis. Ya lo se. Me lo dices siempre. --Y siempre cedo. Pero un dia dejare de hacerlo. Me da igual lo que hagas, con quien lo hagas o las veces que lo hagas, pero no en mi coche. --Sentencio--. Dawson, hace dos dias el marido de tu hermana penso que las bragas de encaje rojo que habia en el asiento trasero eran mias. Yo ni siquiera sabia que se las habias quitado a una de tus chicas y las habiais dejado ahi. Casi me muero de la verguenza, ?sabes? Dawson no pudo contenerse y estallo en risas. Adoraba verla enfadada. Adoraba las caras que ponia o la forma en la que le reganaba, pero lo mejor era ver como poco a poco volvia a ser la de siempre. Y, escasos minutos mas tarde, el enfado de Brooke habia desaparecido. Detuvo el coche frente un edificio de enormes puertas de cristal ahumado y Dawson se aflojo el cinturon de seguridad. --?Vendras al club manana? --No lo se… --encogio los hombros y nego con la cabeza mientras doblaba, hacia abajo, la comisura de los labios en una expresion de duda. --Tienes que venir. Ya sabes que eres mi talisman. --Declaro antes de besar su mejilla. Brooke sintio como se le encogia el estomago. --Ya veremos. Depende de mi enfado. --Yo se que no estas enfadada conmigo. Sonrio antes de acercarse para darle un segundo beso. Pero Brooke le detuvo, poniendo una mano en su boca antes de que tocase su piel. --Antes de tocarme lavate los dientes. Esa tia fumaba como un carretero y su aliento seguro que olia peor que un cenicero. En realidad solo la habia visto fumar un cigarrillo desde que Dawson la hizo ir hasta su mesa, y ademas se lo habia ofrecido TJ. Y tampoco habia estado tan cerca como para respirar su aliento. --Olia a su pintalabios y sabia a fresa. Pero no trates de dar la vuelta a lo que te he dicho. No me importa cuando termines. Quiero verte en el club. --Ire, ?de acuerdo? ?Cuando no he ido? --Esa es mi chica. Buenas noches, carino. --Buenas noches, idiota. Despues de una sonrisa, Dawson bajo del coche y, tan pronto como cerro la puerta, Brooke resoplo mientras arrancaba el motor. Estaba realmente cansada y no veia el momento de llegar a casa y meterse en la cama. Cerca del mostrador de recepcion estaba Jay, su vecino de al lado, un famosisimo actor negro de talla mundial que parecia estar escondiendose en su edificio mientras tomaba un descanso. Le saludo cortesmente y camino hacia su piso. --Al fin en casa. --Suspiro aliviada, dejando las llaves sobre la mesa y dirigiendose a su habitacion. Por fin podria darse su ansiada ducha y aun mejor, podria tomar su merecido descanso. Capitulo 2 Lo prometido es deuda Eran mas de las once de la noche, y el salon del club de striptease masculino, Olimpvs, estaba a oscuras. El perfume femenino flotaba en el ambiente, mezclandose con el humo de tabaco y con la excitacion de ver a la estrella de la noche bailar para ellas. De pronto, una tenue luz anaranjada ilumino el escenario, y todas las mujeres empezaron a gritar cuando, el adonis de cuerpo esculpido, se situo bajo esta, cubierto con una bata de saten con capucha de color cava que, refulgia como el oro bajo aquella bombilla. Segundos mas tarde empezo la musica, y Dawson procedio, desnudandose lentamente y de forma sensual, al ritmo de los acordes. Sus movimientos eran de lo mas provocativos, y las expresiones de su cara hacian que todas deseasen tocarle. Movia las caderas hacia adelante y hacia atras, haciendo brillar su piel, quitandose una prenda, otra y otra, y otra mas. Las mujeres de las primeras filas se empujaban las unas a las otras para estar lo mas cerca posible del dios del erotismo. Estiraban los brazos para llegar a el, para dejar billetes en el elastico de su ropa interior, o simplemente para acariciar su piel. El se mordia el labio inferior, sonreia o guinaba un ojo de vez en cuando. Brooke no quiso mirar el espectaculo, de hecho nunca lo habia hecho. Cuando su mejor amigo salio a escena, ella se giro y se apalanco en el sofa del salon. --Exhibicionista… --murmuro graciosa al escuchar a las mujeres chillar aun mas escandalosamente. Cerro los ojos y apoyo la cabeza en el respaldo con una sonrisa dibujada en el rostro. --Hay que admitir que no por nada es el mejor. Randy se dejo caer a su lado, haciendola botar en su asiento. Brooke abrio los ojos para mirarle, pero se cubrio la cara con las manos, fingiendo estar, completamente avergonzada, al darse cuenta de que solo llevaba un diminuto y cenidisimo tanga de cuero rojo con cremallera que cubria lo minimo. --Randy, por favor, !tapate! --Oh, vamos, pequena… --decia el, levantandose con una expresion simpatica mientras sujetaba sus munecas, le apartaba las manos de la cara y movia las caderas de lado a lado frente a ella. Los chicos se sentian a gusto en su presencia. A tal punto que, a veces, incluso le preguntaban como les quedaba el traje de la actuacion o le pedian que les ayudase a untarse el cuerpo con pinturas, aceites o autobronceadores. Y, al contrario que otras mujeres, ella no se sentia incomoda al verlos paseando por ahi, medio desnudos, o saber que hacian cuando se metian con chicas en la que llamaron <>. Brooke habia estado desde la adolescencia con esos chicos y se sentia <> mas del grupo. La actuacion de Dawson termino unos minutos despues. Al volver al saloncito tenia la piel brillante, llena de perlas de sudor y respiraba pesadamente. Gary, el dueno del local, sabia que era el mejor, y siempre se encargaba de sacar a la estrella de la noche en los momentos clave, sobre todo cuando habia clientas VIP, por lo que, esa noche iba a ser agotadora. --Estoy molido… --se quejo. Brooke se levanto, cubrio sus hombros con una toalla y se puso de puntillas para darle un beso en la mejilla. --Pues descansa un rato. Yo me voy. Manana no trabajo y quiero aprovechar para dormir hasta el mediodia, que luego tenemos la fiesta de tu hermana y quiero estar descansada. --Quedate un rato mas… Despues podemos ir a tomar algo. --Si, eso, Brookie. Quedate. Luego te llevamos a casa. --Querras decir que os llevare a casa --dijo empezando a alejarse de ellos. Antes de llegar a la puerta se dio la vuelta. Se echo a reir al ver la estampa del salon: tres chicos, practicamente desnudos, suplicandole con la mirada que no se fuera. --Esta bien. Pero esta vez me llevais vosotros. --Advirtio, senalandoles con el dedo--. Estoy agotada del hospital y no me apetece tener que conducir tarde de camino a casa… --!Hecho! Las botellas de cerveza se acumulaban, vacias, a un lado de la mesa, junto a los vasos de tequila que habian ido bebiendo. TJ, Randy y Axel daban cabezadas en los asientos de cuero negro mientras Brooke y Dawson se miraban fijamente y en silencio, llevandose a los labios, un chupito tras otro. --Te apuesto cien dolares a que no puedes aguantar mi ritmo. --Cien… ?Crees que aun soy una ninita? !Que sean doscientos! --reto ella, levantando la mano con otro vasito. Dawson sonrio con autosuficiencia. Ella no solia tolerar demasiado bien el alcohol y si con lo que habian bebido, tres de sus amigos ya estaban K.O., daba por sentado de que ella no podria con un solo trago mas. Perdio, como era evidente. Despues del primer sorbo tuvo que parar. Se apoyo en las piernas de Axel, completamente mareada, y cerro los ojos, balbuceando algo como que no se relajase demasiado porque estaba a punto de ganar, lo que, por supuesto, habia estado lejos de pasar. --Eres una floja, carino. El camarero ya los conocia de otras veces y supo que no conducirian en ese estado, asi que llamo a un conductor sustituto para evitar que tuvieran un accidente. Este no tardo demasiado en llegar, algo que el stripper tambien agradecio, dada la cantidad de alcohol que habia consumido. Al llegar al apartamento de Brooke, Dawson la llevaba en brazos. Ya era casi una costumbre llegar juntos al piso de uno o del otro. Cuando bebian mas de la cuenta siempre era ella la que les acompanaba a casa, y la que peleaba con ellos hasta poderlos dejar en sus camas. Pero ahora era el turno de Brooke ser cuidada por sus amigos, o al menos por uno de ellos. Dawson la llevo al dormitorio y la dejo caer, sin tacto alguno, contra el colchon, pero ella ni se inmuto, solo se acomodo sobre las sabanas y siguio durmiendo. --Eres un desastre --rio. Le quito el calzado y los calcetines, la arropo y le dio un beso en la mejilla antes de tumbarse a su lado en la cama. Como siempre que se hacia tarde, tambien esa noche dormirian juntos. Tenia trece anos cuando sus padres murieron, el padre por una infeccion de oido y la madre por culpa del alcohol, con una horrible depresion por verse sin el amor de su vida. Brooke se quedo completamente sola ya que, ni sus tios ni sus abuelos quisieron hacerse cargo de una adolescente. Pero los Holden no iban a dejarla desamparada, era la mejor amiga de Lara y bastante mal lo habia pasado durante todo un ano como para que ellos tambien le dieran la espalda. Pero por mas que tratasen de convencerla, Brooke se nego en redondo a mudarse con ellos. Ella estaba bien aun sin sus padres, sabia cuidar de si misma y queria seguir viviendo donde lo habia hecho desde que nacio. Durante un tiempo fueron a asegurarse de que no le faltaba de nada, pero Brooke era realmente madura para su edad y no requeria demasiadas atenciones, todo lo contrario que Dawson y Lara, que siempre peleaban, que siempre tenian caprichos nuevos o que siempre tenian con lo que darles quebraderos de cabeza. Un par de anos despues Lara estaba empenada en mudarse a Miami con sus tios y, a pesar de que Brooke se quedaba sola, se nego a ir con ella sin importar lo mucho que le insistiese, de manera que, cuando esta se marcho volvio a quedarse sola. Fue entonces cuando Dawson decidio pegarse a ella como una lapa y no dejarla sola ni a sol ni a sombra. Dondequiera que fuera, Brooke debia ir con el, y dondequiera que fuera ella, el iba detras. Y asi fue como termino por ser un miembro mas de su pandilla de locos y la inseparable mejor amiga de Dawson. Pasaban de las once de la manana cuando Dawson se dio cuenta de que habian llegado tan borrachos como para acostarse sin siquiera ponerse un pijama. Brooke tenia la cara pegada a la almohada y la boca entreabierta en una expresion tan adorable como graciosa. Se agacho a su lado y le aparto el pelo de la cara. --Si te dijera que duermes asi no me creerias --dijo sacando el movil para hacerle una foto. Luego le dio un beso en la frente y salio de la habitacion. A parte del genero y el oficio, la unica diferencia resenable que habia entre ella y los chicos era su obsesion por la puntualidad, lo en serio que se tomaba el llegar a tiempo a los sitios, asi que se le ocurrio algo con lo que molestarla. Hacia poco que su hermana habia vuelto a Los Angeles. Y menos aun que ella y su recien estrenado marido se habian enterado de que, en pocos meses, serian padres, asi que habian estado organizando una pequena fiesta de celebracion a la que, evidentemente, todos estaban invitados. Esa fiesta empezaria a la una, y para ello faltaban solo dos horas. Con todo el cuidado que pudo bajo las persianas para dejar el dormitorio completamente a oscuras, la cubrio con la suave sabana para que estuviera aun mas comoda y puso su movil en silencio para que nada la despertase. --Que tengas un feliz descanso… --sonrio travieso, cerrando la puerta del apartamento sin hacer el menor ruido. Eran mas de las tres cuando un enorme estruendo la desperto de un sobresalto. Se sento en la cama de un brinco, y sin entender lo que estaba pasando miro a su alrededor completamente desubicada. Brooke nunca bajaba las persianas del dormitorio, le gustaba enterarse de cuando era de dia y de cuando no. De nuevo los golpes que la habian despertado volvieron a sonar, pero esta vez si pudo saber de donde venian. No comprobo la hora, pero supo, por la iluminacion de su apartamento que habia amanecido, !y hacia mucho! Corrio a la puerta sin mirarse a un espejo antes de abrir y se encontro de frente a Dawson. --Vaya, ya era hora --le dijo apoyado en el marco de la puerta--. Llevamos esperandote desde hace al menos dos horas. --?Dos…? --Brooke levanto la mano para ver la hora en su reloj de muneca y lo miro con espanto--. Esto es cosa tuya, ?verdad? --senalo hacia el interior de su apartamento. --El sonrio maliciosamente en respuesta--. Voy a matarte, Dawson. No sabes cuanto te odio --mascullo entre dientes. Iba vestida con la ropa del dia anterior, asi que no era necesario perder mas tiempo en cambiarse. Estiro el brazo para coger las llaves del apartamento y empujo a Dawson para salir. Al entrar en el deportivo del stripper bajo la visera para mirarse e hizo una mueca de desagrado al comprobar la palidez gris verdosa de su cara. Ademas, tenia los parpados hinchados, la mejilla derecha llena de marcas de las arrugas de las sabanas y para colmo, sin peinar. <>, penso Brooke con disgusto mirando a su amigo. En su cara no habia el menor rastro de la noche anterior. Sus ojos castanos no estaban turbios, sino relucientes de malvado humor. Su pelo oscuro y su brillante sonrisa podrian lucir, en la marquesina de cualquier anuncio de cosmeticos, en el sitio mas vistoso de la ciudad. En realidad, tenia el aspecto de haber pasado una velada tranquila y renovadora, quizas con un relajante bano de espuma y aromaterapia, o un libro entre las manos, pero nada parecido a como habia sido en realidad esa noche. --?Te gusto? Antes de que ella pudiera articular palabra en respuesta se detuvieron en un semaforo y Dawson fijo su atencion en una rubia con minifalda que cruzaba, contorneandose provocativamente, al saberse observada por los conductores de aquellos coches que esperaban su turno para retomar la marcha. Brooke nego al ver a su amigo babear por aquella mujer, pero hundio la cabeza entre los hombros cuando Dawson toco el claxon para llamar su atencion. El ruido resono en su cabeza como si la hubiera tenido hueca y, llevandose las manos a las sienes se quejo. --!Auch! ?Podrias comportarte como una persona normal y no como un animal en celo? Siento que la cabeza fuera a reventarme. --Vaya, vaya, vaya --dijo Dawson mirandola a los ojos y acercandose a ella para darle un beso en la mejilla--, ?asi que tenemos resaca? Esa pregunta y el tono gracioso con el que lo habia dicho, le hicieron pensar en las intenciones que tenia Dawson cuando le invito a quedarse con ellos: !Seguro que habia apostado con ella con la certeza de que perderia y sabiendo que su aspecto resultaria ser, con diferencia, el mas impresentable de aquella fiesta! --Callate, ?quieres? Estoy asi por culpa tuya --dijo Brooke, apartandolo con fuerza para que volviera a su asiento--. ?Puedo saber por que demonios os empenasteis en que saliera con vosotros a tomar algo? Era para esto, ?no? ?Estas satisfecho? --?Acaso tenias otros planes? Que habrias hecho hasta irte a dormir, ?buscar que ponerte de entre todas las prendas horribles que tienes en el armario? ?Ver una pelicula infumable en alguno de los canales de cable que nadie ve? --Rio Dawson--. Si lo miras desde este otro punto de vista, en lugar de haber estado sola y aburrida… lo pasaste con todos nosotros. Tampoco es tan malo, ?no? Brooke sabia que Dawson tenia toda la razon. --Ya… Asi que pensaste que la mejor manera de ayudar a la pobre Brooke para que no se aburriera era… !Claro! Llevarla a beber un tequila tras otro, hasta que muriera de coma etilico. --Oh si… Lo que mas me importaba en el mundo era, meterte una cantidad indecente de alcohol en el cuerpo, para que perdieras el norte, y asi poder arrastrarte a casa y acostarme contigo --se burlo Dawson con una sonrisa. --Vale. Supongamos que soy estupida y creo en tu benevolencia… --El alzo una ceja mientras retomaba la marcha--. Pero resulta que las persianas de mi habitacion estaban abajo, y yo nunca las bajo… ?La apuesta incluia hacerme dormir creyendo que aun era de noche para llegar tarde a la fiesta de tu hermana? Dawson contuvo la risa al ver la expresion seria que trataba de poner Brooke, pero tan pronto como sus ojos se encontraron ambos estallaron en risas. --?Te has enfadado? --?A ti que te parece? --Oh, vamos, carino. Solo queria gastarte una broma. --Callate --murmuro ella poniendose verde de repente y torciendo el gesto en una mueca de asco--. Callate o acabare vomitando los veinte litros de cerveza y tequila de anoche encima tuyo para que te veas tan horrible como yo. Se llevo las manos a las sienes, masajeandolas en circulos, mientras Dawson conducia en silencio hasta la casa de su hermana. Pero lo peor estaba por llegar: la fiesta. Gente, ruidos, musica a toda voz y mas alcohol.