• christine kabus el secreto del solsticio de verano - Christine Kabus

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  • EL SECRETO DEL SOLSTICIO DE VERANO - Casa del Libro

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  • El secreto del solsticio de verano Versión Kindle - Libros

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    Christine Kabus nació en 1964 en Wurzburgo. Estudió literatura e historia en Múnich y Heidelberg. Ha sido asistente de dirección y dramaturga, trabajando en ...

  • El secreto del solsticio de verano (Grandes novelas) - Amazon ...

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  • El secreto del solsticio de verano - Christine Kabus - Babelio

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    Críticas, citas extractos de El secreto del solsticio de verano de Christine Kabus. ¡Qué gran descubrimiento! de autora, de historias y de personajes fem...

  • El secreto del solsticio de verano - Anika Entre Libros

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    Título: El secreto del solsticio de verano. Título Original: (Das Geheimnis der Mittsommernacht, 2016) Autor: Christine Kabus Editorial: Ediciones B

  • El secreto del solsticio de verano - Christine Kabus - Lecturalia

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  • El secreto del solsticio de verano, de Christine Kabus.

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    27 abr 2018 — El secreto del solsticio de verano, de Christine Kabus. ... Sinopsis: Noruega, 1895. Cuando Clara, una joven alemana, sigue a su marido hasta ...

  • El secreto del solsticio de verano | Penguin Libros ES

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    El secreto del solsticio de verano. Christine Kabus · B DE BOOKS , septiembre 2016. Vuelve la autora landscape más exitosa en Alemania, con una conmovedora ...

  • El Secreto Del Solsticio De Verano - Agapea

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  • EL SECRETO DEL SOLSTICIO DE VERANO (ebook)

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  • La Isla De Los Glaciares Azules, Christine Kabus de Christine Kabus

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  • Hasta que el camino se acabe (Bilogia Amame 1) de Priscila S

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    Peter llego como cada dia a su instituto. Este se llamaba Instituto Puente Marco. Estaba cruzando el puente que separaba Espana de Portugal a unos pocos kilometros. Al llegar vio a su mejor amigo Carlos, este estaba con su novia Alba. Era una chica delgada y bajita, pero con una cara muy linda. Carlos vivia en Espana y Peter en Portugal, pero eran amigos desde la infancia, casi hermanos. --Hola, chicos --saludo Peter al llegar. Carlos se separo de Alba y saludo a su amigo. --Hola, ?que te paso ayer? Me dejaste tirado en la fiesta de Arturo --exclamo Carlos. Peter sonrio con picardia. El dia anterior estuvieron en una fiesta que dio su amigo Arturo. La fiesta la hizo sin motivo aparente, el lema de Arturo era que si tenias ganas de fiesta ?por que no hacer una? Peter dejo tirado a Carlos porque se fue con una chica. Estuvo con ella toda la noche. Asi se divertia el, no tenia compromiso con ninguna, si le gustaba alguna iba a por ella sin mas. --Me fui con Melody --respondio alzando las cejas. -- ?Me dejaste tirado por esa? Estas perdiendo facultades hermano. --Anda callate y vamos a entrar, que ya falta poco para terminar la tortura del instituto. Les faltaba poco para terminar y coger vacaciones. Aunque en realidad ya se graduaban. Segundo de bachillerato habia sido muy duro para ambos. Entraron en la primera clase de Fisica. Al entrar lo primero que dijo la profesora es que tenian un examen. Peter bufo, se olvido por completo del examen que tenian, menos mal que era un chico que atendia en clase y pocas veces le hacia falta estudiar. Despues de una hora haciendo el examen, salieron de clase y se fueron a la cafeteria. Se sentaron en una de las mesas que habia cerca de la ventana. Carlos y Alba estaban todo el rato besandose y no hablaban con Peter, este llegaba a tal punto de levantarse e irse, no los aguantaba. Se levanto como cada dia para dejarlos tirados. Fue hasta la salida y, al llegar, choco con una chica rubia, jamas la habia visto. --Lo siento --se disculpo ella. Peter la miro y se quedo sin habla. Era una chica preciosa, tenian el pelo largo y sedoso, los ojos verdes mas bonitos que habia visto y una boca tan perfecta como ella misma. --No, lo siento yo --respondio Peter. La chica lo miro y le sonrio. A Peter casi le da un micro infarto al ver esa sonrisa. --No por favor, iba distraida, todavia no conozco bien el edificio. -- ?Eres nueva? --pregunto Peter. Ella asintio sonriendo. <<Joder, espabila Peter>>, penso. --Perdon, ni siquiera me he presentado. Me llamo Bibiana --se presento extendiendo la mano. --Encantado. Soy Peter. --Cogio la mano, encantado. Escucharon una tos que provenia de detras de ella. Eran unos chicos que querian entrar en la cafeteria y como ellos estaban en medio no podian pasar. Bibiana se aparto y los dos rieron al darse cuenta. Peter le dijo a Bibiana que fuera con el, le iba a presentar a sus amigos, asi por lo menos conoceria a alguien mas. Llegaron hasta donde estaba Carlos y Alba y estos dos seguian en la misma postura de minutos atras cuando Peter los dejo. --Carlos, para de una vez que te la vas a tragar --hablo Peter haciendo reir a Bibiana. Peter inconscientemente se quedo mirandola embobado como reia. Carlos paro de besar a Alba y miro a Peter para luego pasar la mirada a Bibiana. Carlos se quedo mudo al ver a Bibiana. --Carlos esta es Bibiana, es nueva --le presento Peter. Este se levanto y le dio dos besos a Bibiana. Eso a Alba no le hizo mucha gracia. --Ella es Alba la novia de Carlos --dijo Peter al darse cuenta como Carlos miraba a Bibiana. Queria marcar territorio, el la vio primero. Bibiana no borraba la sonrisa de la cara. Era una chica muy simpatica y risuena y tenia a los dos amigos completamente hipnotizados. Cuando acabaron las clases Peter se ofrecio a acompanar a Bibiana a su casa y ella acepto. Por el camino iban hablando de sus familias y conociendose. Ella era andaluza, concretamente de Cadiz, pero por motivos de trabajo de su padre se mudaron a Badajoz y ahi estaba. La vida de los dos era muy parecida, puesto que Peter era de Francia y por motivos del trabajo de su padre se mudaron a Portugal. Se les hizo el camino muy corto para seguir hablando, pues ya habian llegado a la casa de Bibiana. -- ?Te gustaria salir conmigo? --pregunto Peter. Bibiana asintio nerviosa. --Claro estaria bien --acepto nerviosa. Se despidieron y quedaron para salir. Por la tarde la recogeria Peter para llevarla a una cafeteria del centro de Portugal donde hacian las mejores tortitas del mundo, segun Peter. Al llegar la tarde Peter llego a casa de Bibiana sobre las seis. Bibiana salio de su casa y nada mas ver a Peter se le ilumino la cara. El le sonrio marcando los hoyuelos que le salian en la cara y haciendo que Bibiana se derritiera por completo. Se montaron en el coche y emprendieron camino hacia la cafeteria. Despues de unos cuarenta minutos de camino llegaron a su destino. La cafeteria por fuera se veia moderna, pero luego al entrar era rustica y antigua. A Bibiana le encanto la decoracion. Todo era de madera oscura lo unico que resaltaba eran las cortinas de color azul claro. Era muy acogedora. Pasaron la tarde comiendo tortitas y tomando batidos de chocolate. Lo estaban pasando genial. Peter se sentia raro, el jamas hizo eso con una chica, pero con ella era diferente. No sabia el motivo, lo unico que sentia era que con ella debia de ir despacio, con ella queria ir despacio. Le gustaba mucho. Se dio cuenta nada mas verla sonreir. Porque al ver esa sonrisa sabia que queria verla por el resto de su vida. Capitulo 1 Ano 1990 Dos semanas despues. Ya habian terminado el instituto. Peter se graduo con honores, en cambio a Bibiana le quedaba un ultimo ano para acabar. Peter y Bibiana cada vez estaban mas unidos, aun no eran nada solo eran amigos, de echo ella, Peter y Carlos se habian convertido en los mejores amigos a todos lados iban juntos. Carlos llevaba una semana de solteria su novia Alba lo habia dejado porque al graduarse se fue a Nueva York con sus abuelos, ella siempre quiso estudiar periodismo y alli tendria mas oportunidades que en Europa. Peter iba a estudiar arquitectura y Carlos queria ser piloto y la manera mas facil para conseguir eso era metiendose en las fuerzas armadas. Ya lo tenia mas que decidido, en unos meses Carlos se iria. Bibiana estaba metida en el conservatorio, ella queria ser bailarina y cuando terminara el instituto se meteria de lleno en lo que era su pasion. La tercera semana habia pasado muy rapido y en un pueblo que habia cerca de Badajoz empezarian las fiestas, las que los chicos no se perdian por nada del mundo y esta vez llevaban a Bibiana que estaba como loca por ir. *** Peter estaba en la cocina, comeria algo antes de ir a recoger a Carlos y Bibiana. En ese momento entro su padre. --Hola hijo, ?como estas? Hace dias que no hablamos --expuso su padre sentandose al lado de el. Su padre era un hombre muy estricto que estaba chapado a la antigua. El era arquitecto de ahi que Peter estudiara eso. --No digas eso papa, ya sabes que estamos en vacaciones y comienzan las fiestas. Y sabes que pronto se me acabara la libertad y no podre disfrutar tanto. --Su padre asintio, Peter tenia razon, pronto tendria que ir a la universidad y se le acabaria todo. -- ?Iras a la universidad de Francia? --pregunto su padre. Su hijo se quedo mudo, el no queria ir a la universidad de Francia, queria quedarse en Portugal, no iba a dejar de ver a Bibiana. --Estudiare aqui --respondio muy seguro. Su padre le echo una mala mirada, no estaba de acuerdo, segun el tenia que ir a la misma universidad que el, pero Peter habia cambiado de parecer. En un primer momento si penso ir a Francia, pero despues de conocer a Bibiana, todo eso cambio y ya no estaba seguro de querer irse. --De eso nada, iras a Francia y no hay mas que hablar --sentencio su padre levantandose para irse. --Lo siento, papa, pero no voy a ir a Francia, ya soy mayorcito para poder decidir por mi mismo, ?no crees? --Se levanto y se fue, dejando con la palabra en la boca a su padre. Estaba harto de tener que hacer lo que su padre queria. -- !Esta conversacion no ha acabado, Peter! --grito antes de que este saliera por la puerta. Miro a su padre y nego con la cabeza. Salio de casa con un cabreo monumental. Se metio en su coche y fue primero a por Bibiana. Al llegar le dio al claxon para que supiera que habia llegado. Bibiana no se hizo esperar y salio de la casa directa hasta su coche. Cuando la vio con ese vestido verde que llevaba se le cayo la baba. Estaba preciosa. Entro en el coche y Bibiana fue a darle un beso en la mejilla, pero la necesitaba tanto que le viro la cara para que el beso llegara hasta sus labios, conectando todos sus sentimientos, haciendo que sus corazones latieran a un ritmo infernal. Bibiana al principio se quedo estatica no sabia que hacer no se lo esperaba, pero despues no pudo mas que corresponder ese beso que habia deseado tanto desde el dia que se conocieron. Al separarse ella estaba roja como un tomate y Peter le sonrio y acaricio su mejilla. --Estas preciosa --expuso con su mano aun en su mejilla. --Gracias, tu tambien estas muy guapo --respondio echa un manojo de nervios. Estaba tan nerviosa que pronto se desmayaria. Peter lo noto y le cogio la mano para luego besarle los nudillos. -- ?Preparada para pasarlo bien? --pregunto Peter. Ella asintio y este arranco. Fueron a recoger a Carlos. Este al llegar ya los esperaba en la puerta con cara de cabreo. --Joder, ?por que habeis tardado tanto? --pregunto Carlos. --Por nada --contestaron los dos a la vez. Se miraron y soltaron una carcajada. Carlos los miro y fruncio el ceno.

  • La grieta de Brandon Q. Morris

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    --PREPARENSE PARA EL IMPACTO. M6 gimio. La advertencia casi llego demasiado tarde. Tuvo el tiempo justo para doblar las rodillas y apoyar su cuerpo contra el suelo. Casi de inmediato sus sensores sismicos detectaron la fuerza del impacto. El meteorito apenas le habia rozado. A unos 100 metros al norte debia haber un nuevo crater. !Esta era su oportunidad! M6 enderezo con fuerza cuatro de sus seis rodillas, adquiriendo un impulso que lo levanto inmediatamente del suelo. Sus piernas habian estado apuntando hacia el sur, asi que navego hacia el norte a traves del espacio, justo sobre la superficie del planeta enano. No paso mucho tiempo hasta que vio el nuevo crater. Para analizar su composicion, M6 disparo su laser a la nube de polvo que se habia formado sobre el crater. Simultaneamente, registro la estructura del crater y midio las temperaturas en su interior. Sus impulsores de posicionamiento se accionaron para acercarlo aun mas a la accion. El impacto casi le costo la vida. El meteorito habia entrado en una trayectoria muy horizontal y, debido a la rapida rotacion de Ceres, habia permanecido invisible para sus instrumentos durante demasiado tiempo, como una bala de canon que habia sido disparada justo antes de que su objetivo doblara la esquina. Pero ahora que habia sobrevivido, habia ahorrado trabajo. El meteorito habia perforado directamente en la cara lateral de Ahuna Mons, el unico criovolcan de Ceres. M6 habia planeado, a partir de manana, empezar a perforar la montana de cuatro kilometros de altura, sin embargo, el meteorito ya habia abierto su gelido interior. Lo que M6 observo fue fascinante. Como en camara lenta, el material fluia hacia el crater desde arriba, mientras que el borde inferior del mismo se derrumbaba. El agujero del impacto parecia una boca extrana y gigante, con secreciones que salian de su nariz y sobre el labio superior, mientras el inferior caia tristemente. El analisis espectral de la nube mostro que su composicion era una mezcla de varias soluciones salinas con amoniaco y agua helada. La energia del impacto habia vaporizado parte de la cara de la montana y derretido el resto de esta. La radiacion solar que golpeaba el borde del crater lo mantenia mas caliente y por lo tanto mas viscoso, mientras que el oscuro interior se solidificaba de nuevo con rapidez. M6 lo registro todo. En unas pocas semanas, cuando contactara de nuevo con la Tierra, enviaria un resumen de sus hallazgos para que fueran analizados por los cientificos del Grupo RB. Probablemente se alegrarian por todo el progreso que habia hecho. <>, penso. Luego, movio con cuidado sus articulaciones. Ceres no tenia atmosfera, pero el seguia de pie en medio de la nube de polvo provocada por el impacto. Pequenas particulas podian entrar en cualquiera de las tres articulaciones de cada una de sus seis patas, haciendolo incapaz de moverse. Esa era su peor pesadilla, aunque tenia medios para solucionar esos problemas. Esperaba que todo lo que tuviera que hacer fuera calentar las partes afectadas de su cuerpo, desde el interior, y fundir las particulas intrusas. Su cuerpo tenia un diseno simetrico radial y estaba suspendido entre sus seis piernas por medio de articulaciones flexibles. M6 nunca se habia visto a si mismo desde fuera de su cuerpo, pero un ingeniero le dijo una vez que parecia una arana gigante. La comparacion no le preocupaba. Lo importante para el era que su cuerpo fuera practico y duradero. Obtenia energia de una pequena bateria atomica, y de los paneles solares que se hallaban en su parte superior y que parecian ojos polifaceticos gigantes, debido a las numerosas lentes que los cubrian. Sus organos visuales estaban situados en el interior de su dura coraza. Estos eran sensibles a todo el espectro, desde el infrarrojo hasta los rayos gamma. M6 siempre se hacia muchas preguntas. Surgian en su mente cada vez que se encontraba con uno de los secretos de Ceres. Y cada respuesta constituia la semilla de, al menos, una nueva pregunta. Ni siquiera necesitaba las preguntas que los cientificos de la Tierra le enviaban, el tenia muchas suyas. Pero habia una cuestion que nunca se hizo a si mismo: <> ?No bastaba con que estuviera alli y buscara respuestas? M6 no deseaba ninguna otra vida. Pero un miedo persistente acechaba en el fondo de su mente. <> No lo sabia, y eso lo aterrorizaba. M6 ya habia calculado cuanto tiempo tardaria en volar a otro objeto en las cercanias. Aunque el cinturon de asteroides estaba lleno de millones de trozos de roca, un desplazamiento no seria algo sencillo. Su sistema de propulsion solo le daba suficiente impulso para saltos poderosos, para que pudiera moverse por la superficie del planeta enano y luego volver a descender, no para viajes largos a traves del vacio del espacio. El viaje tardaria anos, anos en los que no tendria nada que hacer. Pero ese era un futuro teorico y lejano. En este momento, ni siquiera estaba claro como funcionaba ese volcan. No parecia tener nada en comun con las brillantes montanas de Io, Venus o la Tierra. Comprender a Ahuna Mons era el objetivo principal de sus instrucciones actuales. Con su pierna delantera, M6 toco el borde del crater, el labio inferior caido. El sustrato parecia ser ya lo suficientemente solido. Registro 40 grados bajo cero en el suelo. Si hubiera sido hielo puro, habria sido duro como una piedra a esa temperatura. Solo las numerosas impurezas hacian que siguiera fluyendo lentamente. Sin embargo, debido a la baja gravedad de Ceres, apenas se movia. M6 pudo avanzar, sin miedo, mas en el abismo creado por el meteorito. Mientras se adentraba en la oscuridad y apoyaba con cuidado una pierna delante de la otra, examino las paredes del agujero. Obviamente habian sido dispuestas en capas que le parecieron como anillos de crecimiento anual. Tal vez podria usarlos para averiguar la verdadera edad del volcan. Todo lo que se sabia era que, a pesar de su enorme altura, no podia tener mas de un millon de anos, de lo contrario habria habido mas crateres como ese. Las capas individuales tenian cada una aproximadamente 20 a 30 centimetros de espesor. Su composicion era muy diferente. Estaban separados por finas capas de un material similar al silicato. M6 cogio una muestra y la introdujo en el analizador, situado en su zona abdominal. El material de la capa separadora era identico al polvo de regolito que formaba una fina capa que cubria todo Ceres. M6 ya intuia que se estaban formando nuevas preguntas en su mente. Si analizaba suficientes capas, podia compilar una cronologia de las condiciones en Ceres en los ultimos miles de anos, de la misma manera que los biologos terrestres determinaron el clima de la Tierra a partir del analisis de los troncos de los arboles. ?Estarian los cientificos del Grupo RB tan interesados como el en echar un vistazo al pasado? No todas las preguntas que habia planteado fueron igualmente bien recibidas por sus jefes. Ceres era uno de los cuerpos celestes que las Naciones Unidas habian declarado fuera de los limites de la mineria de asteroides. Solo las misiones de investigacion cientifica como la suya se permitian. Pero, por supuesto, el Grupo RB esperaba que esa restriccion se levantara en algun momento. Si Ceres ofrecia importantes recursos para el desarrollo de la humanidad, su estatus de area protegida podria ser reconsiderado, y entonces el Grupo RB tendria ventaja. M6 recogio otra muestra de la capa divisoria mas hacia el interior y la analizo. Su contenido de elementos radiactivos mostro que debia ser, al menos, mil anos mas antigua que la primera muestra. ?Hasta que punto del pasado le permitiria viajar ese crater? M6 se adentro cuidadosamente en el agujero. Siempre manteniendo dos piernas ancladas en el hielo, dos apoyandolo en la parte delantera, y el tercer par comprobaba el subsuelo antes de desplazar su peso. Estaba realizando un buen progreso. El escaner laser revelo que el meteorito se habia enterrado a unos cien metros de profundidad. Justo en ese momento sus patas traseras rompieron la capa de hielo. M6 no pudo reaccionar con la rapidez requerida. Su peso lo empujo hacia atras, y sus patas delanteras perdieron contacto. La parte superior del agujero estaba demasiado lejos para que el la alcanzara. La parte trasera de su cuerpo se apoyo en el hielo. M6 percibio el frio. Estaba enfadado consigo mismo. !No deberia haber permitido que eso sucediera! Pero no se dejo llevar por el panico. Con mucha calma analizo la situacion. Sus patas traseras se habian hundido profundamente en el hielo. No tenia suficiente espacio para mover sus articulaciones y maniobrar para sacar sus piernas del terreno congelado. Solo las articulaciones eran calefactables, no las piernas en si, asi que tampoco podia liberarlas derritiendo el hielo a su alrededor. Estaba claro lo que tenia que hacer. Debia renunciar a esas dos extremidades. Siguiendo una senal de su mente, la articulacion superior de cada una de sus patas traseras se separo en dos partes, para que las otras cuatro patas pudieran levantar su cuerpo. El dano fue minimo. Lo unico que lamentaba era que tendria que abandonar la exploracion del crater por el momento, porque necesitaba las seis piernas para hacerlo. Por eso estaba mas disgustado. Con la ayuda de los nanofabricantes de su cuerpo, seria capaz de construir nuevas piernas. Tal vez sus jefes disenarian algo mejor para que el. Sin embargo, primero tendria que obtener los materiales necesarios. Los nanofabricantes podrian ensamblar cualquier diseno que les diera, pero necesitarian las materias primas adecuadas para dicha labor; en este caso, metales. Y el ya sabia donde buscar. Recordo haber visto manchas blancas en el crater del Occator, dos anos antes, durante su aproximacion a Ceres. 14 de mayo de 2085, Pomona, Kansas --PAPA, ?puedo usar la camioneta esta noche? Derek McMaster miro hacia arriba. La voz de su hija llegaba, desde el segundo piso, a traves de las paredes de madera hasta el pasillo. Se sorprendio. Normalmente aun estaba durmiendo a esas horas. Probablemente habia estado pendiente de oirle. --No hay problema. ?Cuando la necesitas? --pregunto en voz alta. --A las siete me vendria bien. --Volvere a las cinco. Tu madre ya esta preparando la cena. A ver si podemos cenar todos juntos. Elizabeth llevaba tres dias en casa, pero apenas la habian visto. O bien se escondia en su habitacion, supuestamente estudiando, o estaba con amigos de cursos anteriores, que es lo que probablemente planeaba hacer de nuevo esa noche. Imaginaba que, al dia siguiente, volveria a centrarse en sus estudios. --Vale --respondio. --Hasta luego entonces --grito Derek. Abrio la puerta delantera, salio y la cerro detras de si. Las tablas de madera del porche crujieron bajo sus botas de cuero. Era agradable saber que su hija mayor estaria en casa una temporada. Miro hacia el garaje, que tenia la puerta abierta. Podia ver la casa de munecas con la que ella solia jugar en un rincon. En algun momento, debio haberla guardado alli. Derek se ajusto mas el abrigo. El aire todavia era fresco y agradable. Le encantaban las primeras horas de la manana. Solia haber siempre niebla sobre los campos cuando salia en su camioneta a inspeccionar los cultivos. Pero hacia demasiado calor para eso, la niebla solo aparecia en invierno. El informe meteorologico indicaba que, por la tarde, alcanzarian los treinta grados. Su hija le preguntaria que queria decir ese numero. Ella habia crecido usando las nuevas unidades de medida universales, pero el tendia a emplear los grados Celsius y los kilometros. Treinta. <>, pensaba. La camioneta ya estaba fuera del garaje, junto al porche. Su parte delantera se hallaba salpicada de barro. No estaba asi cuando volvio ayer. Tenia que haber sido obra de su hija. Ella tambien habia cogido el vehiculo anoche. Pero ?como lo habia ensuciarlo de barro? !Las ultimas lluvias habian caido hacia casi tres meses! Derek froto las manchas. El barro estaba seco y se le metio bajo los dedos. <>, penso, <>. Eso no era tan facil en esa zona olvidada de la mano de Dios. Esa era una de las razones por las que habia ido a estudiar a Kansas City. Derek abrio la puerta de la camioneta y se sento en el asiento del conductor, que se hundio bajo su peso. Olia a tabaco. Su hija no fumaba, asi que debia haber ido alguien mas con ella. <> Pero eso no era asunto suyo. Suspiro y fue a girar la llave. Normalmente las dejaba puestas, pero sus dedos no encontraron nada mas que aire. <> Ahora tendria que volver a entrar. Sin embargo, antes, Derek reviso la guantera. Alli estaba la llave, justo al lado del arma que guardaba alli por nostalgia. Metio la llave en el contacto, puso el pie en el pedal del freno y giro la llave. El motor comenzo a vibrar suavemente. Su camioneta se impulsaba por hidrogeno. Alli, era mucho mas fiable que un vehiculo electrico porque hasta el mas pequeno de los tornados, inevitablemente, derribaba las lineas en la zona. Durante 30 anos, el condado habia pedido al estado que pusiera las lineas electricas bajo tierra, pero resultaba demasiado caro ya que todas casas se hallaban muy dispersas unas de otras. Derek habia optado por instalar un tanque de hidrogeno extra en su casa para poder ser energeticamente independiente, y solo necesitaba que un camion de combustible viniera una vez al mes para llenar el tanque. Condujo despacio por la carretera de acceso a Colorado Road. El camino de acceso a su vivienda no estaba pavimentado, asi que la camioneta levanto una nube de polvo. Su esposa solia reganarlo respecto a la pavimentacion del camino, pero se habia abstenido de hacerlo desde que dejo de llover tanto. No sabia si su silencio se debia a que ya no tenia que andar en bicicleta por los charcos cuando iba a visitar a sus amigos o a que habia notado la fuerte disminucion de los ingresos de la granja. Ya no se hablaban mucho. Despues de su agotador trabajo en el campo, Derek necesitaba descansar.

  • La guerra mas larga de la Historia de Lola Venegas

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    La violencia contra la mujer, la intromision violenta del Estado y de los hombres para controlar el cuerpo de las mujeres, esta documentada desde hace casi 4000 anos.

  • ?Seria mi novia, senorita? (Mi senorita 1), Javiera Bielefeldt de Javiera Bielefeldt

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    Ashlee es una joven mujer, la cual al terminar sus estudios, debe hacerse cargo de la economia familiar, tras ser diagnosticada la leucemia que padece su hermana.
    Lleva dos anos trabajando para Christopher Adams, dueno de una emergente y prestigiosa empresa de marketing.
    Una movida inesperada de un cliente, hara que Christopher haga una mas inesperada propuesta a Ashlee.
    ?Seran capaces de diferenciar la ficcion de la realidad? ?O se rendiran a aquello que esta destinado a ser?

  • Un matrimonio de anuncio, Romina Naranjo de Romina Naranjo

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    Oliver Hamer, afamado publicista y reconocido playboy, se enfrenta a uno de los mayores retos de su carrera profesional cuando un titan mexicano de la industria automovilistica se interesa en el para que dirija la campana publicitaria de su nueva flota de vehiculos.

  • Alborada de Cristina Duran

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    Camila estaba acostada, pero no dormia, solo disimulaba que lo hacia. No se acordaba de cuando habia dejado de anorar un beso o una caricia de su marido. Solo ansiaba oir el sonido de la puerta de la calle cerrarse. Cuando por fin lo escucho, echo las sabanas hacia atras. Lucas por fin se habia marchado a trabajar. Era el momento de escapar de la carcel de su hogar. Se sento en su taburete delante del tocador, encendio las luces del espejo y mientras se maquillaba pensaba: <> Mientras ese pensamiento se reproducia en su cabeza una y otra vez, peinaba su larga melena negra azabache, maquillaba sus ojos verdes intentando tapar el desgaste de la vida y la rutina. Intento que el labial rojo tapara su falta de besos. Su escasez de suenos. Con un suspiro fue al armario y se vistio con su vestido rojo de polipiel, corto, por encima de las rodillas. Sus botas negras de tacon de aguja y una chaqueta de cuero negra para tapar el frio de la noche. Lista para salir. Preparada para olvidar su desgana entre musica, humo de cigarrillo y vaivenes de cadera. En el salon cogio su bolso, las llaves de su coche y su telefono movil. Ahi iba una noche mas dispuesta a espantar sus malos suenos, alejar la rutina de un matrimonio que habia empezado a asfixiarla. Llego al club y saludo a sus companeras, habia logrado una sintonia especial con ellas. Aexcepcion de una compa- nera que buscaba cualquier oportunidad para pelearse con ella. Aguanto estoicamente los piropos de su jefe, ese hombre que ponia su carne de gallina y le calentaba la sangre. No sabia como, pero llevaba todo un ano, resistiendose a los multiples encantos de Marc. No queria serle infiel a su marido, aunque la atraccion que sentia por aquel individuo, crecia cada dia mas. Se preparo para salir al escenario, ese escenario que la llamaba, que hacia que se entregara en cada nota de musica a un baile sensual y desenfrenado. Su cuerpo siendo invadido por cada nota musical, el vaiven de sus caderas animando al publico. La alborada rozaba en el cielo cuando llegaba a casa, pero ese dia algo le habia entretenido, haciendo que se le hiciera demasiado tarde. Lucas no tardaria en volver. Mientras conducia su viejo coche pensaba en el hecho que le habia retrasado. Marc la habia llamado para ordenarle que bailara para el, con una excusa que no lograba recordar. Podia haberse negado, pero algun diablo poseyo su alma, porque no supo decir que no. Su jefe puso una melodia que la incitaba a contonear sus caderas y bailo para el. Las prendas de ropa fueron cayendo. Pudo haberse negado, pero le apetecia tanto sentirse querida, el deseo que sentia por Marc sobrepasaba al que una vez sintiera por su marido. Se transporto a otra galaxia sin darse cuenta, solo estaba su cuerpo y la musica. Estaba en su propio mundo, cuando unos sentimientos que no deberia sentir, se abrieron paso por su alma y su corazon. Hasta que sintio unas manos fuertes y asperas posarse en sus pechos. Entonces volvio a la realidad y sintio que se ahogaba con la lujuria que empezaba a recorrerle todo el cuerpo. Deseo prohibido, anhelaba tanto lanzarse a esos brazos, dejarse llevar. Pero una vez mas huyo llenandose de insatisfaccion. Todo su ser clamando por entregarse y dejarse enamorar. Pero creia que no debia. Sentia que no era lo correcto. Aparco y subio corriendo, no le daba tiempo a ducharse, se desnudo escondiendo su ropa de trabajo y para tapar su desnudez se puso una bata de seda. Justo cuando ponia la cafetera al fuego y el pan en la tostadora la puerta de la calle se abria. Su marido entro con paso cansado al apartamento. --?Te has dormido? Normalmente a esta hora me tienes el desayuno -- protesto el, solo queria comer, una ducha caliente y dormir. --Ya voy Lucas, ya voy --contesto ella molesta, cansada de ser solo una criada para el. Hacia tiempo que no se sentia como una mujer, tampoco el la trataba como tal. De mala gana sirvio el desayuno como su marido esperaba, como siempre ni un beso. Ni un agradecimiento, ni darse cuenta que su corazon ya volaba muy lejos del que fue su hogar. Reprimiendo un bostezo fue al cuarto de bano para darse una ducha corta, unos minutos despues Lucas entro en el bano. No le dedico ni una sola mirada al cuerpo de su mujer. --!Joder! !Y ahora me quitas la ducha! --volvio a quejarse. --Ya voy a salir Lucas, ?por un dia podrias dejar de protestar? ?Que tal si te metes en la ducha conmigo y me haces el amor salvajemente? ?Cuanto hace que no me tocas Lucas? --Pregunto ella con amargura. --Estoy cansado Camila te prometo que en nuestras vacaciones sera todo fantastico --contesto el deseando irse a dormir. --Si como el ano pasado que las anulaste --ahora le llego el turno a Camila de quejarse. Salio de la ducha envuelta en una toalla y se marcho del bano rozandose con el cuerpo de su marido con la intencion de provocar una reaccion en el. Como siempre nada paso, entonces ella se sintio cansada y dolida. Cuando llego a la habitacion se sento en la cama y penso: <>. A Lucas solia molestarle cuando su mujer se ponia minifaldas o escotes, no le gustaba que nadie la mirara. Por eso Camila habia decidido vestirse como realmente le gustaba. Ya no le importaba su opinion, ya le daba igual lo que Lucas quisiera. Se vestiria como ella realmente queria hacerlo. Tal vez asi podria lograr algo de su atencion. Aunque ya dudaba que quisiera eso. Se perdio en el fondo del armario buscando sus antiguas minifaldas, las vaqueras nunca pasaban de moda. Despues de ponerse la ropa interior se coloco la corta prenda. Busco algo con que conjuntar y encontro un corse precioso. Sonrio malevolamente. Salio del vestidor calzandose unos zapatos de tacon de aguja rojos, Lucas aun no habia salido del bano. Se llevaria una sorpresa. O eso queria pensar. Cogio su rizador de pelo del cajon y procedio a rizarse su lisa melena. Se esmero en maquillarse, aunque no se maquillo tanto como cuando iba al club. Sonrio cuando sintio la presencia de su marido en la habitacion. Se levanto lentamente sin mirarle, se puso una cazadora vaquera. Y se acerco a el para darle un beso en la mejilla. --Querido, me voy a trabajar --dijo para despedirse. --?Desde cuando vas asi a trabajar? --pregunto el mirando su atuendo y sintiendose preocupado. --Desde que he decidido que no me importa lo que me digas. Chao mi amor --contesto ella saliendo de la habitacion. Cogio su bolso, las llaves del coche y salio en direccion al garaje. Era una tortura encontrar aparcamiento en aquella ciudad. Cuando por fin encontro un hueco aparco, corrio ave- nida abajo para poder abrir la tienda de bisuteria que tenia a medias con su mejor amiga. Se sorprendio de que Samanta aun no hubiese llegado, levanto el cierre y colgo el cartel de abierto. Dejo su bolso y la cazadora en la parte de atras para poder trabajar comodamente. La campanita sono, penso que seria demasiado temprano para que fuera un cliente, creyo que era su amiga. Por eso se agacho para ordenar los collares de la estanteria de abajo. Supo que no era Sami cuando sintio una mano grande y aspera pasearse por su pierna. Sabia que su marido no era. Sentia su sangre mas caliente y espesa. El tacto de la persona que le tocaba no era el mismo que el de su marido. Le falto el aliento, sentia que se ahogaba, Lucas jamas causo ese efecto en ella. Podia sentir un calor que le quemaba. --?Cuando te vas a rendir y ser mia? --pregunto Marc con esa voz ronca que le volvia loca. En ese momento todo el flujo sanguineo se le habia acu- mulado en la entrepierna. Quiso aullar de frustracion, de deseo incumplido. Deseo poder ser libre para poder entregarse sin miedos. Se le puso la carne de gallina cuando el paso su lengua por su cuello. --Llevas un ano resistiendote a mi. Me estas volviendo loco de deseo. Cuando te veo bailar en el club solo pienso en empotrarte contra la pared. --Estoy casada Marc. No me acostare contigo nunca --murmuro ella intentando no gemir. Con un movimiento rapido y experto la arrincono con- tra el mostrador, le levanto la pierna para poder conseguir una pose intima. Se restrego descaradamente. --?Me sientes? ?Sientes lo duro que me pones? --volvio a preguntar el incansable. --?A que has venido Marc? --pregunto ella intentando que su voz no sonara ronca. --A darte la noche libre. Esta noche se cierra el club por motivos personales. Pero manana por la noche a la hora de siempre. Siempre el mismo juego, el provocando e intentando seducirla, ella intentando resistirse. No queria convertirse en una mujer infiel. No oyeron la campanita de la puerta, concentrados como estaban en ganar terreno. --Vaya amiga si quieres vete a un hotel yo me encargo de la tienda --se escucho decir a Samanta con voz alegre. --Hagamos caso a tu socia, vamonos, dejame llevarte al paraiso --dijo con chuleria Marc. --Marc por favor vete. Tengo que trabajar --suplico Camila de repente sintiendose agotada por culpa de aquella situacion. Entonces el la solto y salio del lugar, dejandola temblorosa y triste. Sami quiso acercarse y abrazarla para darle consuelo, pero Camila no queria que se acercara aun. Necesitaba recomponerse. Su entrepierna latia furiosa y sentia las piernas como si fueran gelatina. Marc siempre arrasando, dejandola con ganas de mas y muerta de deseo por el. Cuando su cuerpo volvio a la tranquilidad suspiro, sus ojos se llenaron de lagrimas. Samanta se acerco preocupada y le dio un corto abrazo. Como amigas lo sabian todo sobre sus vidas, por eso Sami volvio a decirle lo de siempre. --Cam tienes que pedirle el divorcio a Lucas no puedes seguir asi. Te esta destruyendo, hermana no puedes seguir asi. Lo primero que hiciste fue irte a trabajar a ese club. No estas haciendo cosas logicas. --Necesitaba algo para escapar de la rutina, Lucas se dedica a ignorarme -- intento defenderse Camila. Aunque en el fondo sabia que Sami tenia razon. --Y llevas un ano bailando en ese club de striptease, no es que me parezca mal. ?Pero que pasara si Lucas te descubre? --pregunto preocupada Samy. --No lo hara, en este ultimo ano lo unico que ha hecho es trabajar en su taxi. Ni me sorprenderia que se quedara a dormir en el --contesto dolida ella. La campana le salvo de seguir hablando, llegaban clientes, empezaba el dia de trabajo. Jornada que Camila esperaba que fuera intensa para poder olvidar los problemas de su casa. Borrar de la memoria su soledad, dejar entre renglones ese infierno que se habia convertido su matrimonio. Cuando cerraron la tienda a las siete ella le dio una orden a su amiga. Tenia la noche libre y no estaba dispuesta a quedarse en casa. --Sami, reune al grupo. Saldremos esta noche. --Manana es dia laboral. No podremos trasnochar mucho --advirtio Samanta. --?Que te parece cena en el Ginos de Gran Via? Y luego una copichuela rapida en el Gin club --planeo Camila sabiendo que su amiga moveria cielo y tierra por una pizza marinera en el Ginos. --Quedamos en la boca del metro de tu barrio --dijo aceptando Sami. Camila subio la calle sonriendo, era tan facil convencer a su amiga. Ojala fuera tan facil de convencer su marido para tener una noche loca, o para hacerle ver que su matrimonio se iba a la basura. Sus ojos se posaron en el escaparate de una tienda y se enamoro de un vestido, espero que el semaforo cambiara para cruzar y poderselo comprar. Entro tambien en un establecimiento de lenceria para elegir ropa interior nueva. Se enamoro de los encajes, de las sedas, de los lazos y de los colores brillantes. Lastima que por mas dinero que gastara en lenceria Lucas no se fijara en ella. Feliz con sus compras fue a buscar su coche para dirigirse a casa, compro en el supermercado algo rapido para prepararle a su marido para cenar. Subio casi corriendo las escaleras, ese era su ejercicio diario, penso que quiza podria apuntarse a un gimnasio para ejercitarse en las horas del mediodia. Pero luego penso que no seria buena idea, esas horas eran las que aprovechaba para dormir.

  • La maldicion de los Montreal de Raul Garbantes

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    Capitulo 1 Era una de esas madrugadas, de las que parecen que ya van cargadas de pesares y cansancios, cuyo manto gelido y sombrio abriga, tanto el sueno inocente de los incautos como la fechoria del bribon. En la estacion de policia, no obstante, poco o nada habia que hacer. Del aburrimiento, algunos oficiales jugaban con cartas viejas que nadie sabia de quien ni de donde habia salido. Mucho menos de cuando. Otros contaban historias, como si se encontraran en un bar, bebiendo. Historias de maldiciones, de tiroteos, supuestos actos heroicos, o dignos de carcajadas, si no, que carecian del brillo de esas narraciones que llevan alcohol en la sangre. De entre las risas y los lamentos de apuestas perdidas, se escucho sonar un telefono. Se encontraba en el escritorio del diligente oficial Marcos Isla. Pocas veces se trata de buenas noticias, pero el oficial solo espera que no sea nada grave. Minutos despues se ve en su auto en direccion de un apartamento cuyos vecinos han presentado quejas por gritos y lo que parece ser una situacion violenta dentro del mismo. En las afueras del edificio distinguio lo que era una atractiva figura femenina, temblorosa. Pueden ser los nervios, tambien el frio. La mujer le habia explicado que en el apartamento contiguo al de ella, se escuchaban discusiones fuertes con tono muy agresivo y que temia que la vida de alguien pudiera estar en peligro. Probablemente una pelea domestica. Le dijo a su companero que lo esperara afuera y entro solo con la mujer al edificio. --?Pelea de pareja? --preguntaba el oficial, mientras subian en el ascensor. --No --respondia la mujer, afectada--. El vive solo. Ademas no se escucha la voz de mas nadie. A veces como que grita "no", como si no quisiera que pasara algo, pero solo se escucha su voz. Pero casi siempre solo parecen ruidos extranos. --No se preocupe, senorita --dijo Marcos--. Pronto se resolvera la situacion. Solo lleveme hasta alla y dejeme el resto a mi. --Es en el ultimo piso, ya casi llegamos. El oficial miraba de reojo a la atractiva mujer, a su figura, que solo la juventud permite y luego sentia culpa al no poder evitar la comparacion con su esposa, en cuyo cuerpo los anos ya empezaban a dejar su indolente huella. Luego se abrieron las puertas del ascensor y ambos escucharon gritos y el sonido de objetos rompiendose contra el suelo. El oficial Marcos noto la reaccion inmediata de la mujer, visiblemente asustada. --Creo que es mejor que me vaya --dijo la mujer--. No quiero tener problemas. El oficial asintio. La mujer se dirigio a su puerta y el despidio su cuerpo exuberante echandole un ultimo vistazo. De todas maneras, si ella no lo hacia por su cuenta, hubiera tenido que pedirle que permaneciera dentro de su apartamento. Apenas la mujer cerro la puerta, el oficial saco su arma, se ubico a un lado de la puerta vecina y llamo con voz firme, pero nadie respondia y los gritos se hacian mas fuertes. Entonces llamo a su companero por el radio comunicador. A lo mejor necesitaria refuerzos. Luego intento nuevamente comunicarse con alguien dentro del apartamento, solicitando que le permitieran la entrada. --!Esta aqui! --dijo un hombre desde adentro-- !Quiere asesinarme! Al escuchar esto, de inmediato el oficial Marcos se dispuso a entrar por la fuerza. Sin embargo, la puerta era de un metal muy resistente y le resulto dificil forzarla. Penso en disparar a la cerradura, pero la bala podia rebotar y causar danos innecesarios, a el o a su companero. Rapidamente, el oficial Marcos tuvo que buscar nuevamente a la mujer que hizo la denuncia para ubicar al conserje y que este subiera a abrir la puerta. A su vez, el oficial se habia encargado de pedir refuerzos, informando que la situacion podia tratarse de un secuestro o intento de homicidio. Tanto como se lo permitieron sus piernas maltrechas por la artritis y el vaiven de los anos, el conserje subio de inmediato, manipulando el manojo de llaves con sus arrugadas manos, buscando la llave adecuada. Cuando al fin la encontro, los ruidos que venian desde el interior del apartamento habian cesado. El oficial Marcos y su companero entraron cautelosamente, en busca de la victima y el agresor. Era un apartamento lujoso y de tenue iluminacion, la escasa luz reflejandose en los adornos de marmol y cristal. Todo parecia estar en orden: los cuadros aparecian perfectamente colgados en las paredes, las lamparas de cristal permanecian sobre las repisas. En la sala, un cenicero todavia despedia humo y los muebles lucian tan pulcros que parecia que nunca nadie los hubiese tocado. El piso no revelaba ni una sola mancha. Nada de lo que hasta ahora presentaba la escena tenia sentido alguno para el oficial Marcos o su companero. Despues de tanto estruendo, el lugar deberia parecer un chiquero, pero he aqui que mas se asemejaba al museo local que a una escena de agresion y violencia. Y todo ello envuelto en un silencio absoluto, aterrador. En la cocina, encontraron el cuerpo de un hombre que yacia en el piso y que parecia haberse ahogado en su propia sangre, que aun borboteaba. El oficial Marcos corrio para auxiliarlo, pero ya era demasiado tarde. Su ultimo aliento se habia desvanecido; su vida, expirado. --!Policia! --exclamaba el oficial, mientras terminaban de registrar el apartamento-- !Salga con las manos en alto! --El lugar esta vacio --replico su companero--. Lo he revisado completamente. --?Pero como carajos pudo escapar? No hay salida, estamos en el ultimo piso. ?Sabes cuantos pisos son? Veinticuatro. Alerta a nuestros hombres, quiero un perimetro alrededor del edificio, nadie sale ni entra sin ser interrogado. El responsable aun debe estar en la zona. --Marcos --dijo el companero--, no hay manera de huir. Estamos en un apartamento de maxima seguridad. Las ventanas tienen protectores de acero, los ductos son estrechos y la unica salida estaba cubierta por nosotros. Eso solo puede significar una cosa. --Debemos esperar una confirmacion del forense, mientras tanto esta es una investigacion abierta por homicidio. El sujeto estaba vivo cuando llegue y estaba gritando por ayuda. No me pidas que ignore eso porque no lo hare. Otros oficiales llegaban a la escena del crimen. Marcos, mientras observaba el cuerpo tendido en el piso. --Que alguien averigue quien era este hombre --dijo--. Debemos notificarle a la familia.

  • El cazador de la patagonia de Francisco Rodriguez Tejedor

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    La venganza se convierte en el motor de la vida de aquel a quien se lo han quitado todo y cree que la justicia reparadora deviene en un imposible. Ese objetivo justiciero personal quedara entonces grabado a fuego en sus entranas y no cejara hasta que lo logre, hasta que consiga apagar esa inmensa sed que le arde por dentro.
    El problema del vengador es que necesita informacion, un plan meticuloso y capacidades y entereza para llevarlo a cabo en el momento mas adecuado posible. Y aliados fiables si el enemigo es poderoso. Hay que ser todo un estratega de la venganza.
    La guerra entre los padrinos de las mafias, en esta historia la mafia portena argentina y la mafia del Golfo de Cadiz, siempre es una lucha por el poder, por la conquista del territorio en el que desarrollar de forma impune sus actividades: droga, prostitucion, juego, armas, blanqueo, etc.
    Para lograr una venganza personal en medio de una guerra entre mafias, que tienen sus propios intereses, se necesita mucho valor, mucha inteligencia y mucha suerte. Y, sobre todo, echar los sentimientos a un lado, para que no nublen la mente ni alteren el pulso ante la posibilidad de un certero disparo.

  • La daga del destino. Canada V de Mariah Evans

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    El mundo esta al borde de la extincion y solo una persona puede hacer frente a la amenaza que se cierne sobre la humanidad.
    Cinco eran los oraculos que permanecian ocultos sobre la faz de la Tierra. Ahora, solo queda con vida una de ellos, Cintya, pues el resto ha muerto a manos de los aliados de Mabus. Ella se esconde a fin de mantenerse con vida, conocedora de que Mabus y los vampiros la quieren muerta, al ser la unica que tiene informacion suficiente como para derrotarlos.
    Asi es como la division inicia una busqueda sin tregua y a contrarreloj para hallarla y ponerla a salvo, conscientes de que Cintya representa la ultima oportunidad para hacer frente a Mabus.
    Desde un principio, Scott se sentira atraido por Cintya, a la que apoda de forma carinosa “pelirroja”. Ella, no obstante, ademas de tener un don impresionante es tambien una mujer con una fortaleza sin igual, que sorprendera a toda la division.
    A partir de ese momento iniciaran un viaje “al lugar en la tierra mas cercano a Dios”, en busca de la unica arma capaz de destruir a la bestia, lugar que pondra a prueba la fortaleza de la division y donde sobrevivir sera la unica esperanza para proteger al mundo de la horrible oscuridad que lo amenaza.

  • Un amor a la fuerza II de Helen Blue

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    Jack Rowan, un atractivo pirata a cargo de un barco dispuesto a conquistar el oceano, lleva nueve anos sin apenas poder dormir por culpa de un sueno que se repite cada dia, atormentandolo. Cuando durante una parada en una isla su camino se cruza con una joven dama a la que escucha decir que sufre su misma maldicion, decide secuestrarla sin saber que, en realidad, Elizabeth no es solo una chica mas de la corte, sino que se trata de la mismisima princesa y la hija del hombre que el tanto odia. Una vez en alta mar, a pesar de lo diferentes que son, la atraccion entre ambos pronto resulta imposible de ignorar.
    “Una apasionante historia de piratas, princesas, matrimonios a la fuerza, secuestros, misterios, traiciones y pasiones”.

  • En los ojos del highlander de Ana E. Guevara

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    ?Exiten los highlanders tal y como nos los han contado? ?Guerreros musculosos y sin miedo, con falda, y sin nada debajo? ?Crees que no?

  • El Color Del Silencio (Novela), Elia Barcelo de Elia Barcelo

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  • Degenerado de Ariana Harwicz

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    Degenerado es la historia de un proceso judicial. Empieza una noche gelida cuando un hombre se dispone a hacerse un te y leer despues de una larga jornada. Pronto lo distraen las luces de gendarmeria: fuera de su casa los vecinos se agolpan, y, a medida que corre el rumor de que el hombre es un pedofilo, se arma una batalla campal. A los animales del corral, por su parte, no les interesa saber si el vecino es o no es un pedofilo: quieren comer, abrir la boca y que el dueno les eche algo. Mientras, algunos vecinos ya piden la cabeza del hombre: como en las plazas publicas, sacan fotos al condenado, y los chicos son alzados sobre los hombros. La madre del acusado esta ausente, esta presente, es testigo: ese es siempre el drama del amor materno. El acusado acepta pelear hasta el final contra todo y contra todos, porque ?quien esta seguro de haber cometido un error? ?Quien se puede autoinculpar? En la noche estrellada, ?donde empieza el criminal y dondeel hombre honesto?
    Degenerado podria ser el cuento de un borracho o de un hombre que recuerda la guerra, pero sucede en tiempos de paz, en plena democracia capitalista. Degenerado, es, pues, un laberintico y sordido monologo pronunciado con un hilo de voz: el hilo de voz entrecortada de un hombre que, enfrentado a una sociedad que le pide que sea alguien, que exista, le devuelve lo peor de que es capaz.

  • Las 48 leyes del poder de Robert Greene

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    Como llegar a lo mas alto y quedarse alli…

  • Rendidos al Deseo de Robyn Donald

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    Paige Howard siempre habia deseado al magnate neozelandes Marc Corbett, desde el dia en que se conocieron… y el se caso con su mejor amiga.

  • Ardiente pasion de Adrian Blake

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    Me llamo Leo Johnson, y soy oficial de la brigada 118 del cuerpo de bomberos de Nueva York, situada en Middagh St, muy cerca del puente de Brooklyn. Me encuentro dando vueltas por la fiesta de disfraces que han organizado en el Nixx, uno de los mejores hoteles del barrio. Hoy es mi primer dia de descanso despues de un turno de veinticuatro horas, y aunque la idea principal era quedarme en casa viendo la television, ha sido imposible hacerlo. Estamos a viernes de carnaval, y la mayoria de los pubs y hoteles de la zona han organizado fiestas de disfraces. Wess, mi mejor amigo y companero de trabajo, no ha dejado de incordiar hasta que me he liado la manta a la cabeza y nos hemos echado a la calle. En el Nixx hay una unica regla esta noche: todos los asistentes tienen que permanecer con el rostro cubierto hasta salir del hotel. He elegido para la ocasion disfrazarme del fantasma de la opera. La mascara esta hecha a medida y se sujeta a mi cara con pegamento para piel, de modo que no necesito gomas para sujetarla. El disfraz me ha poseido, lo reconozco, tengo el porte y los andares de un autentico dandi del siglo XIX. Me acerco hasta la barra, donde Wess, sentado en un banco disfrazado de Hercules, se despide de Persefone, a la que probablemente se habra follado en la habitacion que hemos cogido para pasar la noche, porque ninguno de los dos tiene ganas de quedarse sin probar el alcohol por tener que conducir. --Veo que estabas muy bien acompanado --bromeo apoyandome en la barra. --Tenia que marcharse, pero he quedado en llamarla manana... --contesta cogiendo un canape de una de las bandejas-- o pasado. Estos canapes estan de muerte, tio. --El ambiente esta muy animado. Parece que a la gente le encanta disfrazarse. --Las noches con mascaras siempre traen consigo mayor afluencia de personas. Hay muchos que guardan demasiado su intimidad, y asi tienen la ocasion de soltarse la melena. --Estas muy bien informado... --Que quieres que te diga. Las mascaradas son las fiestas en las que mas follas sin tener que atarte a nadie. Llegas, echas un polvo y adios. Observo detenidamente a un par de bailarinas que se contonean alrededor de una barra de pole dance. --Estan buenas, ?verdad? --comenta Wess. --Y que lo digas. La morena me esta poniendo a mil por hora. Y es verdad. En la barra de la izquierda, una mujer morena, alta, con unas curvas que me hacen babear parece que estuviera bailando para mi. Aunque sus ojos estan cubiertos por una mascara de plumas, sus labios carnosos cubiertos de carmin sonrien, y no puedo evitar querer subirme a la plataforma para morderlos y hacer a su duena perder el sentido. Veo aparecer a John por la puerta disfrazado de marine, y me sorprende no ver a Linda colgada de su brazo, pues desde que estan casados no le deja ni a sol ni a sombra. Le doy un abrazo cuando se para a mi lado y le miro interrogante. --?Has convencido a Linda para que te suelte la correa? --bromeo. --No seas cabron. Esta manana se ha levantado con fiebre y ha tenido que quedarse en la cama. --?Y la has dejado sola, capullo? --pregunta Wess. --!Claro que no! Su hermana vino a pasar el fin de semana en casa y se ha quedado con ella --protesta mi amigo--. Tengo la mejor cunada del mundo, ha convencido a mi mujer de que me deje salir con vosotros. --Eso es porque tu cunada no nos conoce --dice Wess con una carcajada--. Si lo hiciera te habria esposado a la cama junto a tu mujer. Echo un ultimo vistazo a la bailarina, que ha fijado su mirada en mi. Se contonea provocandome, insinuandose de manera deliciosa. Esta decidido, en cuanto se baje del escenario me la voy a subir a la habitacion. Salgo de la sala para ir a fumarme un cigarro al patio trasero del hotel. Mi madre solia trabajar aqui, asi que conozco todos los recovecos del edificio. Me sorprendo al oir llantos saliendo del cuarto donde las limpiadoras guardan sus utensilios, y entro de inmediato para encontrarme a una conejita de Playboy sentada en el suelo llorando a mares. --?Te encuentras bien? --digo suavemente para no asustarla. Ella levanta la vista y me mira con los ojos mas verdes que haya visto en mi vida, y suspira conteniendo un sollozo. --No, nada esta bien. Mi vida es una mierda, y no puedo arreglarlo. Me siento junto a ella y le paso la palma de la mano por la espalda intentando calmarla, y ella se acerca a mi y apoya la cabeza en mi hombro con un suspiro. --Hoy he descubierto que mi marido me engana --susurra--. Ni siquiera ha intentado negarlo, ?sabes? Ha dicho que es culpa mia por no darle lo que quiere. --Tipico de un cabron manipulador. Solo el tiene la culpa de una infidelidad, dulzura, e intenta echarte la culpa para poder seguir haciendolo. Lo mejor que puedes hacer es mandarle a tomar por el culo. --No me ha dado oportunidad de dejarle. Se ha marchado de casa ofendido, dando un portazo. Por eso estoy aqui. He salido con mi mejor amiga para pagarle con la misma moneda. Se incorpora y vuelve a mirarme a los ojos. --Soy tan imbecil que no he sido capaz de hacerlo. Cuando un chico ha intentado ligar conmigo, me he acobardado y he salido a correr. --?Y crees que las escobas son la mejor compania? --No he conseguido encontrar a mi amiga y ella tiene la llave de nuestra habitacion, asi que estoy perdida hasta que decida aparecer. Suspiro ante la irresponsabilidad de la amiga de la joven. --?Que te parece si te llevo a casa? --No quiero irme a casa. No soportaria verle la cara esta noche a ese desgraciado. --Entonces vamos a mi habitacion. Quizas yo sea capaz de hacerte olvidar lo desastrosa que ha sido esta noche. Uno mis labios a los suyos en un impulso que soy incapaz de controlar, y la sangre comienza a hervir en mis venas. Ella permanece pasiva, dejandome recorrer sus labios con los mios una y otra vez, y cuando deja escapar un suspiro, aprovecho la oportunidad para hundir la lengua en su boca. !Joder! Sabe a gloria, literalmente. Su lengua juguetea un rato con la mia antes de romper el beso, y agacha la cabeza, muerta de verguenza. La ayudo a ponerse de pie y tiro de su mano hasta el ascensor. En cuanto entramos en la habitacion, se deja caer timidamente en el sofa. --Voy a bajar un momento para avisar a mis amigos de donde estoy --susurro--. No tardare. --Vale. Vuelvo a la barra, donde mis amigos charlan animadamente. --Wess, cogete otra habitacion --ordeno. --?Ya has cazado, capullo? --pregunta John. --Eso parece --contesto--. La tia esta tremenda, asi que voy a disfrutar de ella toda la noche. --Disfruta, mamon --rie Wess--. No se como te las apanas que siempre terminas llevandote una mujer a la cama. Me acerco a recepcion y pido que nos suban algo para cenar. La pobre no habra podido probar bocado con el disgusto, y a estas horas debe tener hambre. Ya habra tiempo mas tarde para el sexo. Cuando entro de nuevo en la habitacion, veo que la chica se ha quitado los zapatos de aguja y se ha sentado en la cama con las piernas cruzadas, para poder ver la tele. --Veo que te has puesto comoda --digo tumbandome a su lado. --Con este traje es dificil hacerlo. !Dios! No se por que tuve que hacerle caso a Lindsay. Me acerco a la bolsa de viaje que he traido con la ropa de manana y saco el pantalon de deporte y la camiseta que traje para dormir. Ella los acepta con una sonrisa y se mete en el bano a cambiarse, mientras me quito la capa, el chaleco y el corbatin, que me tiene hasta las narices. En ese momento el camarero llama a la puerta, y me entrega una bandeja con una seleccion de pequenos sandwiches de distintos sabores, y dos trozos de tarta de chocolate y nueces, cortesia de mama Rose, la cocinera, que me conoce desde que usaba panales. Cuando sale del bano, veo que tambien se ha quitado la mascara, dejando al descubierto el rostro de un autentico angel. Sus ojos verdes estan escondidos tras unas largas pestanas, sin una gota de maquillaje. Natural... y absolutamente arrebatadora. Dejo caer mi mirada por todo ese cuerpo escondido tras mi ropa, deseando que llegue el momento de desenvolver este delicioso regalo para poder darme un festin con el. Ante mi escrutinio, ella me mira avergonzada y se sienta en la cama de nuevo. --Gracias, esto es mejor que ese condenado disfraz --susurra. --He pedido algo para comer, supongo que tendras hambre. --No he comido nada en todo el dia. Comemos en silencio, absortos en el programa de television que ella habia puesto para entretenerse mientras yo no estaba. --!Dios, estaba famelica! --suspira. --?Que te apetece hacer ahora? Ella acaricia mi mascara y sonrie. --?No te la quitas? --pregunta-- Ya no estamos en la fiesta. --Es mejor que no lo haga. Esta noche solo somos dos desconocidos que se conocen en una fiesta. --Vaya... me gustaria verte la cara completa. --Puedes imaginarla. A fin de cuentas ya estas viendo la mitad de ella. --Tienes razon. ?Por que no me cuentas algo de ti? --Soy Erik... un alma atormentada por el amor de una cantante de opera. Ella se echa a reir por primera vez desde que la conozco, y un par de dulces hoyuelos aparecen en sus sonrosadas mejillas, haciendola parecer mucho mas joven. --Esta bien, entonces yo soy Lola, una conejita traviesa que esta buscando pasar un rato divertido. El juego de seduccion se alarga durante horas. Una mirada, una sonrisa, una caricia accidental, son los alicientes de la pasion, que comienza a florecer entre nosotros. Las botellas del mini bar se acumulan en la mesita de cristal que hay junto a la cama. Estoy en mangas de camisa, con la mitad de los botones desabrochados debido al calor de las copas... y del juego. Ella esta tumbada a mi lado, acariciando distraidamente el vello ensortijado que asoma por la abertura de mi camisa, mordiendose el labio inferior mientras me mira fijamente a los ojos, y antes de darme cuenta me encuentro tumbado sobre ella con mis labios pegados a los suyos.

  • Quiero volver a bailar bajo la nieve de Beatriz Saiz

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    Entro en su casa. El silencio me acompana mientras acudo a la cocina a dejar la compra. Hara unos dos meses que deje de fingir. Desde aquella tormenta de principios de diciembre. Asi que no pienso poner ninguna excusa. Me he mudado porque le amo, y estaba equivocada. El no es sexo, es mucho mas, pero me da miedo confesarselo. No quiero asustarlo. Se siente seguro detras de esa fachada, pero he visto mas alla. He permanecido atenta en los momentos que no tenia la mascara puesta. He descubierto su yo de verdad, y me fascina. Muchisimo. Me seducen sus intensos ojos marrones. Me cautiva su sonrisa ladeada. Me apasiona en la cama. Adoro su cuerpo. Me hipnotiza la manera en la que no quiere implicarse, sin poder evitar entregarme pequenos trocitos que atesoro bajo llave. El es distinto a lo que se cree que demuestra. Antes de meterme en el meollo, subo a cambiarme de ropa. Cojo una camiseta de el, en concreto, la que se puso anoche para dormir. La huelo nada mas ponermela e inspiro profundamente. Su olor persiste. Pillo unos pantalones de yoga y me pongo unos calcetines. Me hago un mono en lo alto de la cabeza y regreso a mi lugar favorito de la casa. Aprovecho mi dia libre para preparar una cena romantica para cuando regrese de trabajar. Tras colocar las cosas en su sitio, me lavo las manos y comienzo a pelar las patatas. Las dejo en un bol con agua y pico las cebollas en juliana. Corto, a su vez, la verdura para la salsa; las introduzco en una olla y dejo que se haga a fuego lento. Me pongo con el pescado, su comida favorita; en este caso, salmon. Seguro que me comera a mi de postre, despues de este festin. Escucho el tintineo de las llaves muy cerca de la puerta. Esta a punto de entrar y mi cuerpo se excita por la anticipacion. Como siempre que estoy con el. Me contempla desde el umbral. Le echo una rapida mirada y percibo en sus ojos varias emociones, pero no consigo distinguirlas. Me pregunto en que estara pensado para que tantos sentimientos lo atraviesen en un par de segundos. Me giro para prestar atencion a la salsa que se cuece en la olla. El me abraza por la espalda y apoya la barbilla en mi hombro. Me da un tierno beso en el cuello y me muerde. Rio en sus brazos y el se queda medio embobado con el sonido de mi risa. Regresa a mi hombro despues de repartir pequenos besos por mi clavicula e inhalar mi aroma. Lo se porque entierra la nariz en mi cabello y aspira profundo, varias veces. Ojala pudieramos estar siempre asi. Pero, por desgracia, uno de los sentimientos que sus ojos me gritan con claridad es: culpa. ?Culpa? ?Por que? Zarandeo la cabeza para aquietar esas ideas. No me gusta hacia donde van mis pensamientos. Hago un esfuerzo por bloquearlos. Siguen presentes en mi mente. ?Que narices me ocurre? Meto las patatas y las cebollas en el horno, y me volteo para contemplarlo fijamente. Tengo miles de preguntas instaladas mi rostro, en mis ojos, pero temo lanzarlas. Lo mas seguro es que para el sea facil descifrar lo que pienso... Mi mirada me delata. A el, sin embargo, siempre le ha resultado sencillo ocultarlo. No es un libro abierto ni pretende serlo. Y, al contrario de lo que piense, adoro su caracter reservado. Es una de las cosas que han hecho que me enamore de el. Es como una de esas buenas recetas, que no elaboras tan a menudo porque necesitan su tiempo de coccion, junto con una pizca de paciencia; pero, al final, el resultado es de lo mas delicioso. Asi es mi amor por el. Le confieso que lo quiero, pero se mantiene inmovil, sin dejar de estudiarme, sin moverse. Mantengo la mirada fija en el, aguanto la respiracion, esperando una respuesta, pero el solo me contempla. En su mirada soy capaz de leer con claridad que siente lo mismo, pero teme meter la pata. ?Me quiere? Seguro que pensara que esa clase de sentimientos van en contra de sus planes. Acerca su boca despacio, sin apartar la vista, como si sus ojos pudieran transmitirme lo que acaba de descubrir y tiene miedo a decir. Le sonrio y me besa. Aparto mis manos de el y solloza en mi boca, pero se relaja cuando las enredo en su pelo. Necesito su contacto. Sus manos, su lengua, su cuerpo, comprender que esta conmigo. El chico que me enamoro y es incapaz de decirme lo que siente, aunque sus ojos lo gritan por el. De algun modo, adivino lo que intenta explicarme, y lo quiero mas si cabe. Pero no son mas que los deseos de una necia enamorada. A la manana siguiente, su ordenador me arroja toda la verdad. Comprendo que imagine lo que me clamaban sus ojos, quise creer que sus caricias silenciosas marcaban mi cuerpo con pequenos <> y pretendi escuchar a sus labios posesivos. No fue mas que eso. Una mentira. Un engano. Una traicion. Capitulo 1 PASADO Bad Wolves – Zombie 23 de febrero de 2017. Me llamo Mackenzie y no es oro todo lo que reluce. Mi vida es perfecta, poseo lo que cualquier otra persona sonaria o querria. Estudie Derecho y ejerzo de abogada para la empresa de mi padre. Gracias a la carrera conoci a mi unico y gran amor, mi marido Jason. Es un hombre atractivo, alto; no muy delgado, quiza mas bien fuerte; ojos azules, pelo castano, detallista, simpatico y leal. En la soledad de mi despacho, me pregunto como es que acabo conmigo. No soy guapa, por lo menos para mi no lo soy: tengo la belleza de lo que hoy en dia se conoce como curvy, el pelo rojo (tenido, por supuesto), los ojos color miel, y doy gracias al senor de que por lo menos soy simpatica. Los ninos del colegio me senalaban y se burlaban de mi, veia el rechazo en los ojos de la gente, y no me gustaba nada. No paro de pensar en como mi marido se fijo en mi; soy masoquista. <>. Me centro en el trabajo a la vez que me tomo un cafe y reviso en el ordenador las cuentas de la empresa. Me meto en internet para comprobar el correo, hay mas de cien sin leer. Un suspiro se escapa de entre mis labios; es mas agotador de lo que pensaba. No les echo un ojo siquiera, me levanto de la silla y camino por mi despacho: ?que es lo que me pasa? ?Por que parece que no estoy contenta con nada? <>. El sonido de la puerta hace que me paralice en medio del despacho. Respiro e intento concentrarme. Aviso a quien ha tocado de que pase y compruebo que es mi odiada secretaria. Bueno, mas bien yo soy su odiada jefa, porque a mi ella me da igual. Hace algun tiempo comprobe que lo que yo hacia, luego lo acababa haciendo ella. ?Me tenia el pelo? Alla que iba Rachel a tenirselo; adquiria un coche, y tardaba menos de dos segundos en tener el mismo; ?que me compraba una falda? Al dia siguiente la traia ella. Lo mejor de todo es que me critica a escondidas como si no pudiera escucharla, pero si que lo hago. --Senora Mackenzie, acuerdese que tiene una reunion a las cuatro de la tarde --senala Rachel --, y no se olvide de la cena con su marido por la noche. --Lo olvidaba: tambien quiere a Jason, de ahi el retintin de su tono. --Gracias --contesto sin mas. Rachel cierra la puerta y vuelve a dejarme en la soledad de mi despacho. Esa que a veces asfixia, me aprieta, y me impide respirar. Tomo un par de bocanadas de aire, y unas tres veces mas. Y, cuando al fin me tranquilizo, me preparo la reunion de esta tarde. No se cuanto mas va a durar mi actitud, fingiendo ser alguien cuando en realidad la verdadera Mackenzie pugna por salir. Y ultimamente no veas como lucha, me cuesta mantenerla encerrada en un rincon de mi cuerpo, en un minusculo escondrijo donde nadie pueda encontrarla. La reunion no salio tan mal como pensaba gracias al perfecto de mi marido, porque yo no sabia ni lo que estaba haciendo. Sin embargo, los socios se quedaron impresionados y ese es el resultado que necesitamos. Antes de ir a cenar, me desplazo hasta mi casa para ducharme; me encontrare con Jason en el restaurante, porque tiene que hacer un par de cosas mas en el despacho. Me pongo los cascos, cojo un libro, lleno la banera y me zambullo en ella. Abro el libro por donde me habia quedado y leo un poco. Tras el bano, me visto con un traje negro, unos zapatos de tacon rojo, me dejo el pelo suelto y me maquillo un poco. Los labios, por supuesto, me los pinto del mismo color que mis zapatos; en mi opinion, es un tono que me sienta de maravilla. Al entrar en el restaurante, Jason, el increible y dulce Jason, me esta esperando con un ramo de flores. Me lo como a besos hasta que el camarero tose a nuestras espaldas. Entonces decidimos sentarnos y pedir para comer. --?Que tal, preciosa? --se interesa cuando el camarero se aleja. Ambos tenemos por norma no hablar de nuestro trabajo y, aunque el me salva el culo la mayoria de las veces, eso es lo que hacemos. No queremos que el trabajo interfiera en la vida familiar, y viceversa. --Muy bien, mejor ahora que estoy contigo. --El me regala su dulce sonrisa ladeada y me agarra la mano--. ?Tu? --Fantastico, no sabes lo estupendo que es verte. --Tu siempre tan adulador --digo, incluso me pongo timida. --Es la verdad, Kenzie. No sabes lo bella que eres, me tienes loco. Cuando llegamos a casa, la cosa ha subido de tono, bastante, para ser sinceros, y hacemos el amor. Al terminar, Jason me abraza desde atras, me da un beso en la nuca y me desea buenas noches. Yo me siento sucia, vacia. Me odio. Me odio por no sentir lo mismo que el por mi, me odio por no poder amarlo de la misma manera, y me odio por volver a dejar salir a la verdadera Mackenzie a la luz. A la manana siguiente me doy una ducha, me visto y me dirijo a la cocina a prepararme un cafe; solo que ese cafe ya esta hecho, y me lo entrega un hombre con una dulce sonrisa en los labios. --Te quiero --expresa cuando llego a el, y me agarra por la cintura--. No me cansare de decirtelo. --Yo tambien te quiero. --Y es verdad. El problema es que no lo amo. --He de ir al curro. No tardes; no abuses por ser la hija del jefe. --Me guina un ojo y me besa. --No lo hare.

  • El Maestro Del Desastre de Samuel Sanaga

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    Perverso. La idea salio como le salen las ideas a todo gentio: por una minuscula probada, como se lo incito ella al entregarse al sendero de las hormonas. Ella, un cuerpo helado por la incertidumbre que le calaba las entranas, encorvada entre esos brazos como un nino pequeno. El, sudando frio, su piel palida, sus ojos enfermizos y vivaces arriba de orificios diminutos, sentia golpecitos en el pecho de adentro hacia fuera, y el darse cuenta de eso le inquietaba mas. La sentia liviana, porque no era la primera vez que la tomaba en sus brazos. Iba a trote, con el temor de escuchar el sonido de otros zapatos que los suyos en medio del silencio criptico. Llego a una esquina solitaria; al frente, a diez pasos, un muro de ladrillos viejos. Giro a la izquierda, fue estirando las piernas cuesta abajo. La humedad ya se sentia debajo de ese tremendo abrigo y tambien debajo de la capucha, una hilacha de liquido corria por la sien. ?Tan poquito has caminado y ya sudas? De tranco en tranco manoseaba la pierna de la chica, y evocaba movimientos frondosos de glorias bajo sabanas; pero las luces de los postes, uno en cada veinte pasos, imponian entornos amarillentos, hepaticos, en la pista de cerro muerto por la que se desplaza, que parecia aumentar de longitud con cada pisada. La adrenalina de hacer lo que hacia le permitia concentrarse mas en las hileras de casas mudas a la izquierda, y el muro de la derecha del estadio la Bombonera, que continuaba hasta terminar la ultima esquina del bullanguero 15 de Enero. El tipo desconocia el aire que deambulaba; por mas que vivio casi toda su vida en Lima, la frialdad era inusual, parecia penetrar desde los resquicios descubiertos de las ventanas oscuras, entre las lenguetas de tierra laterales a las veredas, le calaba la piel erosionada en puntos como gallina, hasta la punta de los mas reconditos bellos de su pulverizada conciencia. ?O es frio o eres tu el que tiembla tanto? Era precisamente la conciencia la que le estaba jugando una mala pasada. Miro al cielo vacio, Hasta la luna no quiere ser testigo de lo que hare hoy. Por la izquierda, a unos cuantos pasos, un gran grupo de piedras de cemento, desmonte de alguna casa remodelandose, quiza la que seguia. Al otro lado a medio metro debajo de la vista, una cabeza pequena, un par de ojos asustadizos, la criatura escualida denoto su olfato con un sonido, rompio el silencio de la madrugada comenzando a ladrar, el sujeto carajeo bajito y maldijo, se alejaba para prevenir muelas sucias en la piel. Sintio cerca del pie una roca de tamano regular y quiso saltarla, uno de los bordes le rasguno un tobillo, el cuerpo de la chica se le vencio al mar de piedras, el cayo apoyado en sus manos arriba de ella como si la protegiera, en posicion de cuadrupedo. Quedo perplejo un instante observandola, Gerald giro un tanto la cabeza, una roca le elevaba por su lado occipital. El tipo sintio dolor ajeno, se reprochaba, !Como llegue a este punto! Se levanto sintiendo hinchazon en las palmas de las manos. Alargando los brazos, quiso recogerla mientras los ladridos lo aturdian; puteo al perro, cogio una piedra y le asesto en pleno pescuezo. Sus ladridos se opacaron y se alejaron al igual que su silueta a la luz de un poste, al profesor le quedo en la cabeza el sonido de la piedra impactando esa piel. Recogio a la adolescente en sus brazos y reanudo la corrida. Su mente maquinaba forzosa, por querer callar la conciencia que brotaba; recuerda ocasiones entretejidas en telaranas, una sobre otra, cuando la perforaba con gusto y todo, sus movimientos, sus melodiosos gemidos bajo su cuerpo, sus temblores, las canciones que canturreaban luego de la accion en un limbo de oscuridad total, juntitos, endiablados, en medio de cuatro estrechas paredes. Quiso recordar mas, pero un sentimiento le golpeo el foco de su atencion; empezo a ralentizar sus pasos. A solo unos cuantos metros de la ultima esquina, el profesor dejo de correr. Quedo inerte un instante, mirando al suelo. Su memoria opera: la vez que se pasearon el parque de La Reserva, el la empujo hacia uno de los chorros que formaban arcos acuaticos cubriendo sus cabezas, emocionados con los reflectores de luz, ambos metiendo las manos en los arcos para lanzarse el agua como ninos; Tambien vino la vez en que ella se asomo al salon del primero C mientras el espectaba desde el pupitre a los uniformados haciendo tareas, se acerco y le dejo en las manos un poema que le habia compuesto, cuyas letras manejadas de su mano, le hicieron sentir un sabor a madurez y verano mezcladas en un solo cuerpo, y no pudo despedirse de el mas que con una estrechada de manos por miedo a que los chiquillos de primero vieran cosas imprudentes; Finalmente le vino a la cabeza la ocasion en que, sentados en un banco de madera labrada, apreciando un grupito de ninos dando vueltas en el centro de una alameda, ella le apreto las mejillas con dulzura como nunca sintio que se lo habia hecho mujer, mirandole a los ojos y susurrando: Te amo. La letra de una cancion de Grupo 5 pasaba por su mente, ?Por que tengo ahora estos recuerdos tan triviales? Todas esas imagenes, siempre con una Gerald sonriente, pudica, le hicieron analizar en como el amorio desequilibrado que vivieron los llevo a perder toda pulcritud; Tanto horror, tanta inconciencia, tanto condenado. Por fin bajo el rostro para verla: la muchacha tenia los parpados cerrados, tan dulce se veia con la carita blanca apegada a su pecho, silenciosa, drogada. Empezo a dudar; con todos los pensamientos de arrepentimiento y empatia que le apesadumbraban, deseaba hacerle algun bien y dejar de pensar --por lo menos por unas horas-- en si mismo y en su hambre de venganza, y la depresion de no volver a sentir -- ?Que cosa?-- el ocio, los bailes, las canciones, sus rodillas, sus muslos, su… !Ya! Carajo, ya se habia invertido mucho tiempo como para pensar en tirar la toalla justo ahora, en la penultima etapa. Aquella voz estridente le persuadio a seguir. Dio tres pasos agigantados. Freno de nuevo, los brazos, las piernas y el torso entero llevaban un temblorcillo que aumenta mientras mas piensa. Miro al frente, la calle despejada. Volvio a avanzar, cruzo el umbral de la reja en la que terminaba el barrio quincineriano, giro en diagonal a la izquierda donde lo esperaba el carro azul, al costado de un terreno baldosado y con cesped, con ciertos banquitos de concreto. Abrio la puerta trasera y acomodo a la chica durmiente en los asientos. Gira la vista, observa el tramo de la pista que va en subida, Tanto me he demorado en esa poca calle. Dejo a la adolescente con el cuerpo estirado y cerro la puerta. Acerco la muneca izquierda y apreto el boton de la luz. Eran las tres. Froto las palmas de las manos por los ojos y parte del rostro. La observaba recostada sobre su lado izquierdo. La piyama solo consistia en una camiseta rosada y un pantaloncillo plomo y delgado, y penso nuevamente en que Esto pudo haber terminado mejor. Giro la vista a la derecha, un misero pedazo de cesped del terreno baldosado. Sacudio la cabeza y las manos para darse valor. Entro al vehiculo y giro la llave. Tremulo, arranco a gran velocidad. II --Claro que esos sentimientos llegan cuando estas mas hundido, para terminar de fregarte --Ricardo hablaba senalando hacia abajo con la vista. Tenia apariencia trasojada, como si no hubiera dormido la noche anterior. Gerald cruzo los brazos sobre la carpeta. --Ya hasta hablas como filosofo... o, mejor dicho, pretendes hacerlo --respondio. --Tu no tienes enamorado, ?no, Gerald? --Stefany pregunta, dejo de maniobrar el lapicero azul y manoseo su barbilla. --No. --Geraldine es una intelectual, cualquier mequetrefe no estara a su altura --afirmo Ricardo palmeando la carpeta y sonriendo. Gerald permanecio seria. --No es que sea sobrada, simplemente no me da la gana. --Lo que pasa es que eres un poco alzada, Gerald, no lo niegues --dijo el companero bromeando; abajo de su barbilla, se lucia el lapicero al lado de una letra mayuscula escrita en el cuaderno. Lo tomo, observo su cobertura negra. --Que no soy alzada. --Si lo eres, se te nota en los ojos. --Eres mal educado --reprendio Stefany--, no sabes expresarte con amabilidad a una chica. --Soy directo, mujer. --Te apuesto que nunca tuviste enamorada. Gerald oprimio la punta con tinta haciendo el punto final al parrafo. Dejo caer al lapicero sobre el cuaderno. --?Tu crees en el amor? --Stefany le hablo apoyando la cara sobre sus manos. --Yo creo que ese... ese manojo de emociones... florece... en la juventud. Stefany junto los parpados. --Oye, ?que te has fumado? --Nada que te importe. --No necesitas decir cosas elegantes a cada rato. Gerald apoyo la nuca en sus manos, mirando hacia el techo. Los amorios no la preocupaban, preferia pensar en su ninez, ?Te acuerdas? Tu cabello era olitas diminutas, y tu mentecilla se preocupaba en juegos libres, caricias, ganarles las canicas a los ninos, los malditos ponies que nunca te compraron, en vez de preocuparte en rellenar cuadernos, presentar tareas ineficaces, escuchar a tus companeros hablar estupidez y media. Ella baja la vista para observarlos: sus palabras son ausentes a sus meditaciones, dos ojos masculinos hundidos arriba de pomulos redondos, casi una senal de depresion, una voz dulce; la companera de al lado, robustita, lentuda, intercambiaba palabras como no lo hacia con muchos. Los uniformados de todo el sitio se prestaban a socializar; el profesor, estrabico de sus actividades, sentado en su pupitre, ojeaba un cuaderno y una hoja se caia para un lado, tenia cuadraditos rellenos de numeros diminutos, y Gerald se preguntaba de que color eran esas notas, Mas rojas que azules, de seguro. Giro la cabeza a la izquierda y miro a los demas; unos copiando la tarea de la pizarra, otros, tan ajenos al texto, intercambiaban frases y abrian grande la boca, tan profunda como un tunel, y los ojos, como si no pareciese que se estan riendo de lo sucia que esta la falda de una companera, otro se burla senalando al alumno que apoyaba la cabeza y los brazos sobre la carpeta, muerto en suenos, delante de ella. Dejo caer los brazos a los costados. Nunca hizo falta las presiones atolondradas ni los castigos risibles de ineficaces padres para que mantuvieras buena posicion en los puntajes ?no, Gerald? Eres de las muchachas que poco se encuentra, y que poco se conoce, y con el soporte social de conversar con muchos y amistarte solo con algunos cuantos. En sus pensamientos mas comunes idealizaba que nadie podia negar lo atractivo y lo presentable de su fisionomia, un par de ventanas cristalinas con dos pelotitas negras brillosas, con apariencia de piedad, y en medio una nariz regular y lisa, como la tez blanca. De lejos, parecia que su rostro llevara una forma casi redonda, pero su mirada era de las que pronosticaban a la primera impresion un gesto de pureza, armoniosa con la personalidad esbelta que demostraba. Se acordo del consejo de alguien, que solo le hacia falta lentes para combinar lindura e intelectualidad, pero ella aborrecia la idea. "Las personas que usan lentes son muy intelectuales". Gerald puso las cejas pesadas, ella conocio a personas de erudicion que no necesitaron mejorar la apariencia con un par de vidrios, y lo confirmo al mirar a la derecha, en el grupo de cuatro carpetas mas cercano a la puerta, El Duro lanzaba a sus companeros repulsivas babosadas y mentadas de madre, llevaba puesto un par de ojos adicionales como apariencia de "intelecto"; tambien giro al sentido contrario para divisar, en el otro grupo, a la companera que hoy se puso en la vista un par de lunas con monturas rosadas y pensaba lo mismo que sus companeras le decian: "Se te ve lindo", "Te asienta". Gerald la miro bien, !?te asienta?! No pudo evitar que salga un sonido risueno. --Tonta-- el pensamiento salio literalmente de su boca. Miro a su costado, Stefany escribia concentrada, no la escucho, parece. Volvio a poner las manos tras la nuca, relajandola. Ricardo ha levantado la vista para verla. Ella percibe a su companero por el rabillo del ojo, se formula la duda si le esta viendo los pechos o si esta mirando hacia otra direccion. Dirigio el iris hacia el, el muchacho bajo la mirada al cuaderno donde transcribia. --Se ve que escribes muy rapido, Gerald. --Ella ha devuelto la vista al techo. --Asi es. A dos carpetas de distancia, Jorge, un palillo alagado, torcido, con la piel de un matiz oscuro, la miraba de reojo a su izquierda. Jugaba con un D.N. I. ajeno en una mano, leia el apellido Castillo. --Maldita --susurro entre dientes. --Oye, tu si te pasas. --Aurelio se acomodaba el cordon amarillo que se le caia del hombro. Estaba riendo. --De que cosa. --Angello le miraba con ojos vivos. --Lo de hacer una de esas jugadas. Pero seria bacan, ?no? --Si, pues, tenemos que hacerlo. --Verdad, la profesora de historia dejo tarea ?no? --dije yo. --Creo que si --dijo Aurelio, y siguio el tema-; pero no hay maestro mas jodido que Paul. ?Te contaron lo que hizo en el bano? --En el bano pasa de todo. Claro. --El tiene tino para eso. --Si, ?no?, ese huevon revento una rata-blanca en el water, ya te imaginaras como salio la aguita marron como volcan --dijo Angello, la risa se le salia atorada, y sus ojos se ponian mas chinos. Los tres saliamos del salon despues que la campana del recreo habia sonado, ya medio salon habia desaparecido. Nos ibamos al bano. --A mi me han contado que dos anos antes, uno de quinto se grabo cagando encima de una carpeta. --!Ja, ja, ja! --Y fue en el salon donde estamos ahora. Yo los escuchaba casi sin hablar mucho, el pasillo no tenia mucha gente que estorbaba el paso, hasta llegar a donde queriamos. El bano tenia una reja nueva, observamos las losetas limpias y celestinas del lavadero de un lado, antes eran de un color blanco falso, porque parecian con manchas amarillentas de tanto uso. Cuando entramos los cuadritos de losa estaban tan nuevos que hasta reflejaban las caras. Se veian mejor a comparacion de antes, cuando los banos de los hombres estaban en el segundo piso y no habia ni puerta, un marco de fierros oxidados rodeaba la entrada, y algunos de los bloques donde estaban los inodoros no tenian ni puerta. --Me gustaria hacer algo mejor que eso --dijo Angello mientras se acercaba a una puertilla y la abrio. --!Oigan, oigan, miren aqui! Angello ?Te refieres a esto? --Aurelio senalaba el inodoro y nos acercamos a mirar. Al fondo de la tasa en medio de la aguita repugnante, habia un DNI enmicado y con la cara de una chica en la parte frontal. Rieron mas fuerte que antes. --Ella no es.... --No jodas. --Ella no es... --!Esa es Gerald! alaaa, esto es literalmente la prediccion del futuro --dijo Angello. --Pues, si sigue siendo como es --dijo Aurelio. --?Como "es"? --dije yo. --!Ah, perdon, Ricardo! no debi decirlo contigo aqui. --Aurelio me tocaba de un hombro y luego se tapaba la sonrisa con la mano. En el recreo, ha llevado una silla cerca a la puerta, y sentada, observaba el desfile desorganizado de jovenes de todas las clases y tamanos, y le distraen de sus pensamientos dos criaturas enanas que parecian saltar delante suyo a toda prisa como crias de chivo. Los nuevos que entraron a secundaria siguen pareciendo ninos, ?no?, y que feo, Gerald, estos mocosos parecen ser mas vivos de lo que eramos el C en primero. Por andar correteando casi le arrancan los audifonos que estan colgando del cierre de su casaca, que reproducen una cancion a bajo volumen. Se los pone a los oidos. Entrelazadas como canasta, dos de sus companeras van tomadas del brazo al quiosco, igualitas como la mayoria del colegio: las vastas de las faldas cuatro dedos mas subidas de la rodilla, los cuellos de la camisa sin abotonar, bordeadas por una especie de culebras oscuras y largas, y los monos que no estan detras de la cabeza sino arriba en la coronilla, deformes, informales, sujetos con un cole de distintos colores, ?De donde salio esa moda tan lacra? Quiza nunca lo sepas, Gerald; para ti las vacaciones ya terminaron, fueron dos semanas pequenisimas, solo una interrupcion a diez meses de rutinarias ensenanzas, un pequeno viajecito a provincia, para visitar a los primos, unas cuantas vueltas a la Lima jodida, y de vuelta seis horas y media adentro de esta cazuela pintada de azul, casi todos los dias, acompanada de chibolos excentricos y estrabicos que se creen de lo mejor, aunque para algunos de ellos, las vacaciones nunca terminan. El timbre ha sonado y ella prefirio meterse sin comprarse algo para el estomago. El recreo duro veinte minutos y hacia falta cinco para que todas las cabezas dejen de chapar en los sitios oscuros, los hombres dejen la pelota y todo el mundo se encuentre en el aula. Los del quinto C entran mas despacio, porque parece que el profesor de fisica no llega todavia. --Y eso que el es puntual --ha dicho Saltachin--. Hoy toca fisica ?no? --?Ya no te acuerdas? --le dijo El Duro-- Mejor si no viene. Ambos estiran las piernas por el pasillo, se alejan del salon, pero grande es su sorpresa al ver llegar a una mujer de contextura regular, de cabello corto color rubio artificial, y usando un par de ojos adicionales con monturas doradas y redondas como un reloj de pendulo. --Mierda, alla esta Elia. --Ah, que pesada.

  • El tunel de las almas perdidas de Mara Urnoba

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    Una historia donde la memoria, el espacio y el tiempo van cogidos de la mano. La novela arrastra al lector al desconocido e intrigante mundo de la psicologia y de la historia contemporanea a traves de unos extranos acontecimientos que tienen lugar en un geriatrico de Gandia. Las acciones, los pensamientos y los recuerdos de los personajes principales, entre los que destaca la psiquiatra jubilada y residente en Toulouse, Eulalia Lambert, exprisionera de Ravensbruck, y el exagente del Servicio de Inteligencia espanol, Fernando Escriva, llevan el peso de las diferentes tramas. Estos dos singulares ancianos intentan desentranar el misterio que se esconde entre las paredes de un lugar aparentemente inofensivo con la ayuda de sus nietos, Alexandra y Leo. Una trama policiaca que envuelve a estos cuatro personajes hasta un final sorprendente e inesperado.

  • A dos mundos de ti de Cameron Heart

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    A Yulia no le sienta muy bien que su companera de piso la meta en un lio cuando decide inscribirla sin su consentimiento en un programa de intercambio. Pero no le quedara mas remedio que aceptarlo y ejercer de anfitriona para Adam; un chico que para su sorpresa acabara siendo algo mas que unos abdominales bonitos y una sonrisa perfecta. Y que irrumpira en los aspectos mas intimos de su vida cambiandola por completo.

  • El riesgo de la verdad de Josep Antoni Duran Lleida

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    El conocido politico democristiano, artifice de innumerables pactos entre la minoria catalana y el Gobierno espanol a lo largo de los cuarenta anos de democracia, hombre de consenso con conexiones internacionales, presenta aqui sus memorias politicas. Apartado prematuramente del terreno de juego por la dinamica maniquea del proces, Josep Antoni Duran i Lleida pone, negro sobre blanco, su experiencia personal y su vision del pasado, presente y futuro de Cataluna y Espana.
    Unas memorias en las que no esquiva las cuestiones mas controvertidas: las tensiones entre la coalicion de Convergencia i Unio, los primeros contactos informales con Aznar, los casos de corrupcion politica que salpicaron a Unio y el giro independentista del nacionalismo conservador. Todo queda abordado de una manera clara y directa, aportando un destacable nuevo punto de vista a la vida politica espanola de los ultimos anos.

  • Guerrera Oscura de Laura Cruz

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    Las sombras habian comenzado a cobrar fuerza en el mundo, su presencia, abarcaba casi cada uno de todos los rincones de cualquier espacio. Aquellos que habian podido escapar de esta amenaza, aun permanecian temblorosos ante el impacto que habia generado la presencia de todo este mal en algun momento de sus vidas. Aunque el bien habia hecho lo posible por combatir a estas legiones de la oscuridad, parecia que con cada batalla que se llevaba a cabo, estas cobraban mas fuerza. Liderados por el propio demonio, estos habian conseguido un dominio absoluto del planeta, volando en pedazos cada campamento, cada asentamiento, cada pueblo, sembrando el terror y dominando a las personas, logrando la manipulacion absoluta que los llevaria a colaborar con ellos. El reclutamiento era masivo, aquellos que se resistian, eran asesinados, y muchos, simplemente habian tratado de salvar sus vidas al enganar a estos militantes del mal, los cuales, habian generado tantas muertes y asesinatos. Habia quedado absolutamente claro que no estaban en medio de ningun juego. Cada una de las pruebas que habian tenido que afrontar los miembros de esta leccion, eran determinantes, y en muchas, la muerte era caracteristica de ellas. Si no podian cumplir con su objetivo, debia morir, ya que, la conviccion de que el mundo necesitaba una raza mejor, estaba siempre latente presionando a los debiles a ser mucho mejores. Muchos habian nacido en medio de todo este desastre, no habian conocido un mundo normal y libre, lo unico que habian hecho era huir durante toda su vida, y entre ellos se encontraba Rayne, una joven humana que habia entendido que la unica forma de poder sobrevivir era codeandose con los demonios. La historia de Rayne no era demasiado interesante, al menos, no hasta ahora, habia tenido una vida llena de miedos y temores, ya que, habia nacido en un asentamiento que habia sido tomado por los demonios de la legion de la oscuridad. Su madre apenas estaba embarazada cuando habia sido atacada por estos sujetos. Con la intencion de salvar a su bebe y su propia vida, habia intentado escapar, pero habia sido atrapada. Las ordenes de los tenientes de estas hordas oscuras, era asesinara absolutamente todo lo que se resistieran, pero la piedad se habia aduenado de aquellos soldados, los cuales no habian tenido el corazon para asesinar a una mujer embarazada. Habia sido tomada y llevada a un campamento, el cual, se habia convertido en el hogar de esta mujer, la cual habia sido separada definitivamente de su entorno y su familia. Nunca mas habia vuelto a ver a su esposo, sus padres, se habian quedado dentro de una cabana que habia sido incendiada en medio del ataque. Aquel sufrimiento, habia hecho que finalmente aquella mujer colapsara, rompiendo fuente en el momento menos indicado. Su parto fue asistido, y aunque trato de hacer lo posible por mantenerse consciente, Lucila habia fallecido tras dar a luz a su hija. Necesitaba verla a los ojos, y cuando pudo ver a aquella pequena nina llorando con una fuerza increible, supo que finalmente habia llegado al mundo su razon de felicidad mas grande. Todo lo que habia hecho estaba destinado a salvarle la vida a esta pequena bebe, la cual, habia sido tomada en brazos por uno de los soldados de aquel lugar, mientras este, veia con ojos frios y distantes como aquella mujer se despedia de la vida. Lucila ni siquiera habia llegado a tener en brazos a su hija, ya que, cuando le fue acercada, esta simplemente sonrio, cerro sus ojos y se desvanecio. Su corazon dejo de latir unos pocos segundos despues, pero al menos, se habia marchado del mundo Consciente de que su hija habia nacido sana y salva. Esto, habia dejado en manos del mal a una pequena nina que no habia conocido otra forma de ver el mundo. Entre demonios y humanos, Rayne habia crecido en un campamento en el cual, preparaban a los mas aguerridos para ser parte de la legion oscura. Esto, no era una tarea facil, ya que, se requeria de una preparacion muy fuerte y atravesar pruebas que ponian en el fuego la verdadera conviccion y compromiso que tenian con la oscuridad. Se le habia negado el derecho de tener una vida normal, no habia conocido a sus verdaderos padres y mucho menos habia tenido la oportunidad de conocer los buenos sentimientos de los seres humanos. Aunque los demonios simplemente estaban listos para seducir y destruir la vida de los seres humanos, esta especie podia ser neutralizada si se alimentaban los buenos sentimientos de la humanidad. La guerra, estaba basada precisamente en desaparecer por completo la posibilidad de que las personas amaran, se enamoraran, o llevaron a cabo acciones totalmente genuinas y de corazon, algo que dejaba sin ningun tipo de opcion a los demonios. Mientras estos pudiesen tener el control de la parte mas negativa de las personas, estos estarian obligados ante sus ordenes. El principal objetivo de Mephisto, era erradicar por completo esos grupos rebeldes que se habian generado en diferentes partes del planeta, los cuales trataban de sugestionar a las personas para que plantaran una posicion solida en contra del lider del mal. Estos, eran perseguidos y acosados constantemente por los demonios, los cuales, no habian podido radicar la totalidad de los focos de amenaza. Este grupo de personas, constantemente se trasladaban de un punto a otro, yendo de la posibilidad de ser atacados y asesinados, pero cada vez el grupo se hacia mucho mas grande. Rayne habia vivido durante 20 anos en aquel asentamiento, no habia conocido absolutamente nada mas del mundo, no habia podido compartir los lugares hermosos que la naturaleza habia proporcionado al planeta, lo unico que conocia eran las paredes que habian sido levantadas. Grandes muros de contencion que permanecian imponentes ante los ojos de aquellos que no podian salir de alli hasta que estuviesen listos. Rayne simplemente era una aprendiz, una amante de las artes oscuras, peleadora de una manera indescriptible, y bajo la tutela de uno de los tenientes mas temidos de ese asentamiento. Este, habia logrado ver el gran potencial que tenia Rayne en su sangre, y aunque era una humana, una simple y corriente chica de la raza mas debil, esta parecia tener un corazon indomable, dispuesto a enfrentar a cualquiera para demostrar quien era realmente. Mientras estuviese encerrada en este lugar, Rayne experimentaba una desesperacion tremenda ya que imaginaba que habia un mundo mucho mas atractivo esperando por ella, alli, afuera mas alla de los muros. Pero la unica autorizacion que necesitaba para esto era la de Mephisto, un demonio totalmente devastador que pocos habian visto en persona. Mephisto era tan alabado y respetado, que solo unos pocos humanos habian tenido la posibilidad de verlo directamente a los ojos. Los rumores decian que su forma humana era realmente imponente, era fuerte, sofisticado, intenso y muy atractivo, y esto, habia despertado enormemente la curiosidad de Rayne. Durante los ultimos dias, se habia corrido el rumor del surgimiento de una fuerza enemiga muy intensa, la cual, debia ser erradicada por las legiones de la oscuridad. Esta, habia escuchado muy constante mente que se estaba preparando un nuevo ejercito para contraatacar la rebelion, ante lo que, Rayne habia destacado tremendamente en los ultimos entrenamientos, pues consideraba que estaba lista para ser parte de estas nuevas guerras. -- Parece que te estas esforzando mucho mas. Eso me agrada. -- Dijo Adriel, el teniente que lideraba las tropas de entrenamiento donde participaba Rayne. Esta chica, evadia algunos obstaculos, corria con la fuerza del viento, era ligera, agil, y podia evadir los ataques de aquellos que habian sido dispuestos para ser obstaculos para los aprendices. Esta chica parecia proyectar una energia que era totalmente incomparable e indetenible. Tenia un potencial de pelea brutal, y esto, hacia que se dibujara una sonrisa tremenda en los ojos de los demonios que la visualizaban. Lo mas importante para estos seres de oscuridad era poder reclutar a soldados valiosos como Rayne, y aunque era joven y aparentemente fragil, habia comenzado a demostrar que su potencial iba mas alla de una simple chica con aspecto delicado. La belleza de Rayne habia hecho que cautivara enormemente a muchos de estos demonios, los cuales, tenian completamente prohibido involucrarse con humanos. La raza debia evolucionar, asi que, mezclarse con humanos que era completamente absurdo. Necesitaban hacer que las razas fueran mucho mas poderosas e intimidantes, y un demonio que se mezclara con una humana simplemente estaria degradando su potencial de poder. Durante las ultimas sesiones de entrenamiento, Adriel habia visualizado con mucho detalle la manera en que Rayne se habia esforzado. Mientras otros simplemente se detenian a vomitar por el agotamiento, la chica seguia adelante como si tuviese una fuerza de energia inagotable que la movia con todo el impetu. En sus brazos, habia una potencia tremenda, esquivaba los ataques y detenia algunas de las embestidas de los soldados, los cuales, no tenia ninguna piedad con ella, a pesar de que era una simple chica. Rayne no estaba dispuesta a mostrar un poco de fragilidad o debilidad, ella debia ser parte de las tropas de las legiones, asi que, su limite estaba en el cielo. El principal incentivo que habia llevado a la chica a comportarse de una manera tan aguerrida y fuerte era salir de aquel reino, ya que, estaba cansada de vivir encerrada y poder ver el mundo exterior simplemente trepando se a los arboles. Era la unica manera en que podia ver mas alla de los muros. En dos oportunidades habia intentado escapar, y habia recibido fuertes castigos por parte de los tenientes, los cuales, la habian azotado tremendamente, dejando marcas en su espalda que, hasta el dia de hoy, permanecian para recordarle cuales serian las consecuencias de los traidores. Si Rayne no habia muerto en esos intentos de escape era porque de alguna u otra forma contaba con una proteccion energetica su alrededor. Por menos de eso, otros habian sido asesinados de inmediato atravesados con lanzas, decapitados o ahorcados. Los demonios no tenian ningun tipo de piedad, ese sentimiento no corria por sus corazones. De hecho, se dudaba tremendamente de la existencia de un corazon en el interior de estos seres. El obstaculo mas dificil era escalar por un muro donde solo tenia una cuerda a su disposicion la cual estaba cubierta de espinas. Aquellos que fuesen capaces de subir por aquella cuerda destruyendo por completo sus manos, simplemente confiando en su fortaleza y en su equilibrio, serian capaces de entrar directamente a las legiones y abandonar por completo el calificativo de "aprendiz". Rayne habia hablado con Adriel aquella tarde, y habia asegurado que estaba lista para trepar la muralla de los lamentos. -- No creo que seas capaz de hacerlo, Rayne. Pero si quieres intentarlo, debes estar consciente de que puedes morir al caer desde esa altura. -- No caere... Me he preparado mucho en los ultimos anos para enfrentar ese muro. Dame la oportunidad de demostrarte que estoy lista para entrar a las legiones. -- Esta tarde, al terminar los entrenamientos, citare a todos para que contemplen tu intento. Recuerda, deberas enfrentar una posible muerte, la verguenza o el escarnio. La conviccion que se veia en los ojos de Rayne, era impresionante, ella creia en si misma, y era la unica manera de mantenerse en pie, ya que, en un contexto como este, la confianza no era algo que estuviese presente siempre. Si queria salir adelante, debia demostrar por sus propios medios que podia lograr cualquier cosa, asi que, simplemente era cuestion de creer. El sueno de Rayne siempre habia sido empunar una de las espadas negras del reino, ya que, estas solamente podian ser poseidas por aquellos guerreros de alto estandar. Podia ver como muchos de estos demonios eran acompanados de humanos que cabalgaban esas bestias negras que lucian totalmente aterradoras. Estos, eran los vehiculos utilizados para poder desplazar todo el mal por el planeta. Su poder, alcance y devastacion, se habia hecho completamente inevitable, y cuando los ejercitos se movilizaban, ya no habia marcha atras. Era su oportunidad para ser parte de una de estas embestidas en contra de los rebeldes, los cuales, trataban de hacer que el bien surgiera de forma absoluta y el mal cayera para siempre. Era posible que el aspecto de Rayne enganara, ya que, era una mujer delgada, delicada, un poco silenciosa y sublime, pero sabia que podia empunar una de estas espadas oscuras, y luchar por los ideales de Mephisto. Habia escuchado hablar tantas veces sobre este demonio, que habia comenzado a tener suenos y fantasias en las cuales lo veia por primera vez. Pero estos suenos tenian una caracteristica bastante particular, ya que, siempre estaban llenos de lujuria y mucho sexo. Esto resultaba bastante curioso para Rayne, ya que, esta era una chica virgen que nunca habia estado involucrada en actos sexuales. No sabia como eran estas orgias de las cuales habia escuchado hablar. Mucho menos estaba dispuesto a entregarle su cuerpo a alguien de aquel lugar donde la maldad, el dolor y la tortura siempre eran caracteristicas del dia a dia. Pero, aunque estos suenos resultaban bastante curiosos, disfrutaba de ellos, le gustaba tener en su mente durante el despertar en las mananas, esas imagenes vividas que habia experimentado durante la noche, algo que resultaba bastante extrano, pero agradable. Con esta conviccion de poder convertirse en una de estos soldados, Rayne finalmente se encontraba a punto de enfrentarse a que el muro de los lamentos. Cuando Adriel dio la indicacion, esta corrio tan rapido como pudo hacia este, sus manos sujetaron la cuerda llena de espinas, y rapidamente se incrustaban en su carne, haciendo que esta sangrara desde el primer segundo. Rayne desconecta su mente de su cuerpo, trata de canalizar el dolor desde otra perspectiva y lo disfruta, mientras sus pies se posan firmemente sobre la muralla, comenzando a ascender a un ritmo intimidante. Era una de las primeras mujeres que se habia enfrentado a este muro, y aunque Adriel sabe que la chica tiene un poder increible, aun no confia plenamente en sus habilidades. Lagrimas corren por los ojos de Rayne, mientras las gotas de sangre comienzan a caer hacia el vacio, ya que, mientras mas rapido se mueve, mayor es la altura que comienza alcanzar. El panico la invade, pero no puede permitirse que este sentimiento la inmovilice. Bajo sus ojos el vacio la amenaza, mientras sus manos imploran que pare. Solo faltan algunos metros, pero parece que fuesen kilometros. Su necesidad de demostrar que puede hacer cualquier cosa la motivan, y los ojos de Adriel se muestran impresionados ante tal nivel de decision. Cuando sus pies llegaron al final de la muralla, la sensacion fue indescriptible algo que no pidio explicar con palabras, pero sus lagrimas pasaron a ser de dolor a felicidad. Habia conquistado ese muro imponente, y esto solo podia significar su entrada a las legiones, aunque fuese como aprendiz, pero tenia un lugar seguro.

  • Tu voz entre un millon de voces de Marian Viladrich

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    Es oscuro, cinico, hurano y egoista.
    Miles Baker, antiguo dios del rock, es ahora un ermitano incapaz de escribir una cancion.

  • La espada y la semilla de Jordi Nogues

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    A partir de unos personajes historicos que cobran vida de nuevo con fuerza y determinacion, La espada y la semilla reconstruye un momento clave de la historia catalana cuando -despues de la victoria de Ramon Berenguer IV contra Al-Muzaffar en Lleida en el ano 1149- se empiezan a repoblar las tierras entre el Ebro y el Llobregat que se conoceran con el nombre de Cataluna Nueva.

  • Nuestros mejores momentos de Audrey Ferrer

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    Elea es psicologa y su vida esta patas arriba.
    Marco solo es alguien de su pasado. Alguien enterrado, olvidado, carente de importancia... al menos eso es lo que ella quiere creer.
    Pero ?y si ese seductor de ojos verdes vuelve con su sonrisa ladeada para demostrarle que no esta dispuesto a rendirse?
    ?Y si se reencontraran en el MOMENTO menos idoneo?
    Paula es la mejor amiga de Elea, ademas de la mas picante y divertida. Podria ayudar a la psicologa en su desorden, si no estuviese demasiado ocupada con sus lios con dos hombretones.
    Un libro, pero dos historias de amor, dos conquistadores irrefrenables, muchas risas y... emocion.

  • Quiereme sin miedos de Lia Foster

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    Las barreras seran el ingrediente principal cuando estos dos protagonistas, de culturas muy diferentes, se cruzan en la vida del otro.
    Los sentimientos afloran, pero ?sera el amor capaz de vencer cada obstaculo?

  • A la orilla del mar (Hermanos Inclan 1) de Ana F. Malory

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    Primera entrega de la serie <>.

  • Cuanto mas lejos mejor, mi amor de Becca Devereux

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    Siete de la tarde de un domingo cualquiera. Como todos los domingos, me preparo para ir al club al que pertenezco desde hace dos anos y medio. Siempre quedamos en el mismo bar. Lo regenta el hermano de Cris, una de las integrantes del club, y alli nos sentimos como en nuestra propia casa. ?De que va mi club? Bueno... es un poco raro de explicar. Solo te dire que hace dos anos y medio mi vida era una autentica mierda. Me quede sola. Literalmente. Despues de un desengano amoroso del que prefiero no hablar, que conste que ya lo he superado, ejem, me vi mas sola que la una y enterrando mis penas en helado de chocolate. Entonces me tropece por casualidad con Lina, aunque yo sigo pensando que fue obra de mi angel de la guardia, que despues de ver lo mal que lo habia pasado, decidio echarme un cable. Lina me presento a Cris. Decian haber formado un exclusivo club que consistia basicamente en beber margaritas, despotricar del sexo contrario y apoyarnos mutuamente. El club de las solteras. ?La unica norma para entrar en el? No permitir, bajo ningun concepto, que un tio te volviese a romper el corazon. Lina tiene un dicho que repite constantemente para que no se nos olvide: el hombre es el unico animal que tropieza dos veces con la misma piedra. La mujer es mas lista y la siguiente vez la esquiva. Despues llegaron Lola y Maria. Asi, cuando nos dimos cuenta, eramos un grupo de seis mujeres que se apoyaban mutuamente entre si. Dispuestas a dar una palmadita en la espalda de la otra cuando habia tenido un dia horrible, o a dar un tiron de oreja cuando una de nosotras cometia un error. Ese es nuestro club. Nos aconsejamos, nos reimos, bebemos margaritas y lo pasamos en grande. No hay excusa para no quedar porque aquel es, sin lugar a duda, el mejor dia de la semana. Hablamos sin tapujos sobre sexo, trabajo o nuestros problemas. Nos escuchamos sin juzgar y nos divertimos de lo lindo. Tengo tal conexion con estas mujeres que ya las considero mi familia. Una familia de mujeres, algunas de ellas madres, otras separadas, triunfadoras o unas completas guerreras, que se escuchan sin juzgar y se quieren incondicionalmente. El club de las solteras donde el unico requisito es aprender a vivir sin un tio porque, ?de verdad tengo que decirlo? !Sola se esta mejor! Hoy estoy de buen humor. En realidad, todos los domingos lo estoy. Me lo paso genial con las chicas y estoy deseando conocer el ultimo ligue con el que Lina se ha ido a la cama. Escuchar sus aventuras de Tinder es mas entretenido que una telenovela de Netflix. Aunque tambien estoy preocupada por Maria y la crisis adolescente de su hija. A su ex le ha dado por hacer de "buen" padre y ahora intenta comprar a la nina con entradas a conciertos y ropa de marca. Pobre Maria, ultimamente no levanta cabeza. Menos mal que ahi estamos nosotras para apoyarla. Estoy tan ensimismada en mis pensamientos que cruzo el paso de peatones sin mirar. Sucede tan deprisa que ni siquiera me da tiempo a pensar. Un fuerte golpe en la espinilla me tira de boca sobre la carretera. Escucho el derrape de unas ruedas y a alguien maldecir en voz alta. Y entonces si que aullo de dolor. Tengo la rodilla en carne viva y las palmas de las manos magulladas porque he conseguido apoyarlas antes de caerme al suelo. Uf, al menos no me he roto nada. --?Te encuentras bien? Lanzo una mirada furiosa al motorista que acaba de atropellarme. Camiseta de un grupo de rock, vaqueros desalinados y brazos tatuados. Menudas pintas. Me estoy poniendo de pie cuando me agarra de la cintura. --?Que haces? --le espeto furiosa, y me aparto de mala manera. Ni en broma permitiria que un tio con aspecto de malote me pusiera una mano encima--. ?Primero me atropellas y luego me manoseas? El motorista se sobresalta y retrocede. Se quita el casco y me observa con una mezcla de estupor y enfado. Esa mirada chulesca confirma mis peores sospechas. Es la clase de hombre que evito como la peste. No hay mas que verlo. --No te estaba sobando, intentaba ayudarte. Sobando. Brrr... menuda palabra mas desagradable. Pero que se puede esperar de un hombre con semejante apariencia. ?Que tendra? ?Treinta anos? Ni siquiera se ha afeitado. Por Dios, tambien tiene las manos tatuadas. Alguien deberia decirle que le costara encontrar un trabajo decente con esa pinta de motorista grenudo. Ladea la cabeza y me dedica una sonrisa pretenciosa. --?Me quito la camiseta para que me veas mejor? Pongo cara de asco. --Ay, no. Ya he visto toda la mercancia y no hay necesidad de desenvolverla --me agacho para recoger mi bolso y no lo encuentro por ninguna parte--. Es culpa tuya. Deberias conducir con mas cuidado. --La furgoneta que hay aparcada delante del paso de peatones me ha cortado la visibilidad. --Que excusa tan barata... Cuando veo que sostiene algo en la mano, me pongo colorada al ver que es mi ropa interior. Tengo la absurda mania de llevar ropa interior de repuesto dentro del bolso. No se para que, si llevo tanto tiempo sin acostarme con alguien que a estas alturas podria volver a ser virgen. Toda la culpa la tiene Lina y sus consejitos sobre ir preparada por si acaso. El motorista sostiene mi tanga de encaje con un dedo y una sonrisa traviesa en los labios. --Hagas lo que hagas ponte bra... Se lo arrebato antes de que pueda terminar la frase. Menudo cretino. Encuentro mi bolso debajo de un coche y meto a toda prisa el resto de las pertenencias mientras el ni siquiera se digna a ayudarme. --?No me vas a decir como te llamas? Me vuelvo hacia el con cara de poker. A ver ?este tio de donde se ha escapado? Supongo que en algun lugar de su cerebro la unica neurona que le queda ha debido de pensar que despues de atropellarme lo podria encontrar remotamente atractivo. --Claro, primero me atropellas y luego te digo mi nombre. ?Tambien quieres mi numero? --No estoy tan desesperado. Le doy un empujon con el hombro para quitarmelo de encima. Menudo energumeno. Tampoco se de que me sorprendo. En mi trabajo estoy acostumbrada a lidiar con tipos desagradables y ya deberia estar curada de espanto. --Espera, guapa. Me vuelvo hacia el con cara de pocos amigos. --No me llames guapa. Es sexista. Me mira confundido y estoy a punto de reirme. Pobrecillo. Seguro que la palabra sexista no la conoce su reducido vocabulario. --Te dejas tu juguetito. Me lanza el estimulador de clitoris y esta a punto de darme un infarto. Dios de mi vida, esto es el colmo. Lo cojo al vuelo, respiro profundamente y finjo no sentirme avergonzada. Soy una mujer moderna que vive su sexualidad como le da la gana, ?no? --Gracias --respondo con fingida chuleria. --De nada, mujer. Pero si quieres llamar la atencion del proximo desconocido que se te cruce, no hagas que te atropelle. Lo puedes invitar a un cafe. Es mas efectivo. Me meto el dedo en la boca y finjo vomitar. El se rie. Le doy la espalda y camino con decision hacia el bar. Espero no volver a verlo en la vida. --!Adios, guapa! Me despido de el ensenandole el dedo corazon y lo escucho reirse mas fuerte. Si es que... todos los tios son iguales... *** Cuando llego a nuestra mesa, la ultima del fondo con un desgastado sofa rojo, todas me miran horrorizadas. Maria se levanta con un panuelo en la mano y hace de madre, como siempre. --Llevo un botiquin en el bolso. No te muevas. --No hace falta que... --?Que te ha pasado? --pregunta Lola. --Un gilipollas en moto me ha atropellado --me dejo caer en el sofa con expresion resentida. Ahora me arrepiento de no haberlo puesto en su sitio--. !Estoy bien! Maria hace caso omiso a mis quejas y me desinfecta la herida de la rodilla. --Y luego diran aquello de: !mujer tenias que ser! Cuando nosotras conducimos --dice Lina, poniendo los ojos en blanco--. ?Que tal en el trabajo? Dime que traes esa cara por lo del atropello y no porque no consigues imponerte. Desvio la mirada hacia un punto fijo de la pared. Aprovecho que Raul, el hermano de Cris, mira en nuestra direccion para pedirle un coctel margarita y asi evitar la mirada inquisitiva de Lina. Ella se toma mi silencio como una respuesta y resopla. --?Hace falta que te diga que eres la jefa de esa panda de cretinos? Si tu no te impones, nadie ira a rescatarte. Eres su jefa, actua como tal. --No me soportan. --Mejor. El jefe siempre cae mal. Eres su jefa, no tienes que ser su amiga. Agacho los hombros y le doy un sorbo al margarita que Raul acaba de dejar sobre la mesa. --Hoy estas especialmente arrebatadora --le dice Raul a Lina. Ella le dedica una mirada glacial. --Largate. El hace caso omiso a su orden y se sienta a mi lado. No se soportan y nadie sabe por que. Al principio se llevaban bien, pero algo tuvo que suceder hace un ano y medio para que desde entonces se traten de esa forma. Raul la provoca con sus insinuaciones y Lina lo despacha sin miramientos. --?Que se cuentan mis chicas? --?Por que no te largas? Es una reunion de mujeres, por si no te has dado cuenta --le espeta Lina. --Porque me encanta estar con vosotras. Tecnicamente ya soy uno mas, ?no? --el le guina un ojo.--Raul... --le pide su hermana. El pone los ojos en blanco, se levanta y le lanza un beso a Lina. Ella finge que no lo ha visto y se vuelve hacia mi. --?Por donde ibamos? --?Que tal esta Martina? --le pregunto a Maria, con tal de desviar la atencion. --Ha suspendido matematicas, y su padre la llevo el viernes a comprarse un movil como premio. ?Que os parece? Me hace quedar como la mala de la pelicula. Ayer le quite el movil para que estudiase para el examen de recuperacion y me grito que me odiaba. Lo proximo sera decirme que se quiere ir a vivir con su padre. --!No dira eso! --la tranquiliza Lola--. Ya sabes el caracter que se gastan a esa edad. Pero en el fondo Martina conoce la verdad. Su padre viaja de un sitio a otro y solo esta con ella los fines de semana. Sabe que quien se desvive por ella eres tu. --No lo tengo tan claro --Maria se vuelve hacia Cris con lagrimas en los ojos--. A veces preferiria ser madre soltera. El rostro de Cris se ensombrece y se forma un silencio muy incomodo. Maria se arrepiente de inmediato y le coge la mano. --!Perdon! No se ni lo que digo. Ay... normal que Martina no me soporte. ?Creeis que soy una mujer insoportable?

  • El Club de la Elite de Esteban Navarro

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    Pau no podia apartar los ojos de la pantalla de su movil. Y mientras que con la mano izquierda sostenia el volante del Nissan Micra, con la derecha aguantaba el telefono con pericia. En una rampa del barrio de Salamanca, en la calle Jorge Juan, tuvo que cambiar de velocidad con gran dificultad, sin soltar el movil de la mano. Con el vaiven se le cayo el telefono en el asiento del copiloto y, al agacharse para recogerlo, sus ojos se clavaron en el letrero que indicaba el nombre de la calle. --Calle de Claudio Coello --leyo en voz alta. En ese momento le parecio un mal presagio pasar por alli, por esa calle. Aunque era lo suficientemente joven, tan solo tenia dieciocho anos, como para no haber vivido epocas oscuras de Espana, si que conocia que en esa calle asesinaron al entonces vicepresidente del Gobierno de Franco: el almirante Carrero Blanco. Al llegar a la calle Principe de Vergara, viro situandose bien pegado al carril de la izquierda. En cuanto le fuera posible detendria el coche para poder llamar a Luis Miguel. O Luismi, como lo conocian todos sus amigos. Tenia que contactar con el. Habia de contactar con el. Era una necesidad imperante que su amigo descolgara. Luismi le habia estado enviando numerosos mensajes de WhatsApp durante toda esa manana y el no le habia respondido porque estuvo ocupado instalando el sistema operativo en el ordenador de un conocido. Eso es lo que tenia ser estudiante de Ingenieria en Computacion e Informatica: que todas tus amistades quieren que les repares los fallos de su ordenador. <>, le habia escrito. No habia duda de que esos mensajes los habia anotado Luismi, de forma atribulada, seguramente mientras conducia. Pau detuvo el Nissan en un hueco que hallo en una zona de carga y descarga frente a un supermercado. Soporto con estoicismo el bocinazo del taxista que llevaba pegado detras. Esos dias los taxistas andaban a la grena con los de Uber y se palpaba en el ambiente el malestar que habia entre los dos colectivos. Agarro con fuerza el telefono movil con la mano izquierda y con un dedo de la mano derecha busco a Luismi en la agenda. No disponia de tiempo para dejar que <> se encargara de hacerlo por el. En la pantalla vio la fotografia de su amigo. Sonriente, como siempre lo conocio. Le caia el pelo lacio alrededor de las orejas. Su tez agitanada, que recordaba a un Joaquin Cortes en sus anos mozos, ensombrecia la pantalla del movil y Pau penso en que le preocuparia a su amigo para que le hubiera enviado tantos mensajes. El logotipo de un telefono de color verde se encendia y se apagaba, indicando que la llamada estaba en curso. --Vamos, vamos --chillo--. Coge el telefono de una puta vez. Un mendigo se acerco hasta la ventanilla del Nissan. Era el orgulloso poseedor de un enorme bigote que se esparcio por el cristal como si fuese una medusa dentro de una pecera. El hombre mostro un paquete de panuelos de papel, mientras que sus ojos desvariaron por los tatuajes de los brazos de Pau. --La voluntad --dijo. Pau cogio un punado de monedas de la bandeja que tenia al lado del freno de mano y, sin contarlas, se las entrego al mendigo por el minusculo hueco que quedo al bajar la ventanilla. Una bofetada del calor de julio paso al interior del Micra, como si en ese instante se hubiese abierto la tapa del infierno. El hombre, de ropajes sucios y harapientos, pero de tez lampina y mirada limpia, cogio las monedas con una mano enguantada. --Gracias, senor --dijo con un acento indeterminado, que tanto podia ser rumano como ruso. La llamada realizada a Luismi se corto cuando paso el suficiente tiempo sin que su interlocutor descolgara. Pau no creyo necesario llamar de nuevo. Cuando Luismi viera la llamada la devolveria, sin duda. Siguio conduciendo por la calle Principe de Vergara hasta que hallo un hueco al lado de unos contenedores de basura. Orillo el coche. Alli podia pensar sin que nadie lo molestara, se dijo. Todo comenzo cuando Luismi le conto que estaba trabajando en la investigacion de un club de lectura muy elitista. Luis Miguel Artapalo, al igual que Sonia, era un detective privado que trabajaba sin oficina. Fue policia local del ayuntamiento de Madrid durante diez anos, pero hacia dos que lo habian echado, nunca supo por que. Tampoco se lo pregunto, pero sabia que hay que hacerla muy gorda para que te echen de la policia. Desde entonces se habia dedicado a la investigacion con desigual exito. El abanico de posibilidades de los detectives era muy reducido y el margen de ganancia nulo. Era complicado, por no decir imposible, que un detective que trabajara por su cuenta pudiera hacerse rico. A Luismi lo habia contratado la mujer de un escritor para que investigara a un extrano club de lectura. Eran un grupo de notables que se reunian en un chale de la urbanizacion Caraquiz, en Uceda, un pequeno municipio de la provincia de Guadalajara. Luismi le habia dicho que, una vez al mes, se juntaban en la casa de un conocido alcalde de Matasena varias personalidades de la region. <>, le habia preguntado Pau. Su amigo lo nego de forma tajante. Aquellas reuniones no tenian nada que ver con el club Bilderberg. Los congregados eran: un alcalde, un presidente de una Diputacion, un fiscal, un juez, un comisario de la Policia Nacional y un mando de la Guardia Civil. --?Y para que se reunen? --se intereso Pau. --Dicen que para hablar de literatura --respondio su amigo--. Ellos dicen que es un club de lectura de novela negra --explico con voz cavernosa. Pau siempre quiso saber, desde que lo conocio, la cantidad de cigarrillos negros que habria fumado para tener semejante voz--. Escogen una novela y se reunen en una tertulia privada donde comentan que les ha parecido. Pau basculo la barbilla sin percibir nada extrano en ese club. Luismi, que mientras hablaba removia en el aire sus enormes manos, insistio en lo extrano que era que un grupo de notables se reuniera cada mes con el pretexto de comentar una novela. --?Extrano? ?Que hay de extrano? --habia preguntado Pau. --Esos hombres se reunen cada mes en el chale de Caraquiz --explico su amigo--. Al finalizar la reunion deciden el titulo y el autor de la novela que han de leer para el siguiente encuentro. Pero hace un mes, en la primera reunion literaria desde que se sepa, la del 31 de mayo, ocurrio algo por lo que me han contratado. --Pau contuvo la respiracion esperando a que Luismi se explicara--. El autor de la novela que comentaron en aquella reunion fallecio en un accidente de trafico una semana despues de que se reunieran los notables, cuando conducia su Chrysler 300. --?Casual? --consulto Pau. --Es posible. El autor era vecino de un pueblo que hay entre Pinto y Valdemoro. Se llamaba Cesario Pidal y su novela tenia un titulo tan poco sugerente como repelente: Todos los idiotas. --Pero si entre Pinto y Valdemoro no hay nada --objeto el joven agente. --!?Como que no hay nada?! --protesto colerico Luismi--. Esta Matasena. --Matasena es un municipio de apenas cuatrocientos habitantes, enclavado entre las poblaciones de Pinto y Valdemoro--. Pero la coincidencia es que el alcalde de ese municipio es uno de los notables del club de lectura, ademas de propietario del chale de Caraquiz donde se reunen. En esa conversacion fue cuando Pau se entero de que la esposa del escritor fallecido habia contratado a Luismi, que ademas era amigo personal de Pau y habia tenido una relacion intensa con Sonia Ruiz, su companera de aventuras y pesquisas. La senora Pidal lo contrato para que investigara la muerte de su marido, porque no se creia que hubiera fallecido en un accidente. La guardia civil, que son los que habian llevado la investigacion, determino que su esposo habia muerto en un accidente de trafico en el tramo entre Pinto y Valdemoro, pero ella no se lo crecia. Asi que no le quedo mas remedio que contratar los servicios de un detective privado para que indagara. Luismi y Pau habian quedado unos dias despues de que iniciara la investigacion, para tomar una cerveza en una terraza del Retiro. Pau temio que le solicitara ayuda. Los detectives privados necesitaban de la estrecha colaboracion de la policia para avanzar en sus investigaciones. Un detective privado sin contactos dentro de la policia o del CNI es como una pistola sin municion: no sirve para nada. Luismi le manifesto su preocupacion a hurgar en ese club.

  • La pregunta y la respuesta (Chaos Walking 2) de Patrick Ness

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    La continuacion de la aclamada trilogia en que se basa la superproduccion Chaos Walking, del novelista de Un monstruo viene a verme.

  • La encantadora familia Dumont de Juan Aparicio Belmonte

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    Los Dumont se consideran un matrimonio muy afortunado, unico en el mundo. Tienen un hijo al cual adoran y una estrecha relacion amorosa ajena a las tensiones y las habladurias. Sin embargo, no atribuyen su dicha al esfuerzo y la atraccion mutua, sino a un capricho del destino vinculado con el misterioso apellido de origen frances que comparten. Solo un problema cada vez mas acuciante los aflige: el extrano negocio que han abierto para poder dejar su trabajo como enfermeros de Urgencias psiquiatricas no termina de salir adelante y sus deudas aumentan sin remedio.

  • La vida de Dani de Christian Martins

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    La vida de Dani es perfecta.
    Se va a casar con Guillermo (alto, guapo, rico) y esta organizando la boda de sus suenos. Todo va sobre ruedas hasta que. Hasta que Alvaro, un amor de su juventud, reaparece en su vida.
    Una noche loca en una piscina marcara un antes y un despues.
    ?Sera capaz de ocultarle a su futuro esposo una infidelidad?
    Y si Alvaro no significa nada para ella. ?Por que diablos tiene tanta ansiedad? ?Por que no consigue sacarlo de sus pensamientos?

  • Tal para Cual (Amores a flor de piel 3) de A.m. Silva

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    NOTA: CAMBIO DE PORTADA.
    Raquel es una exitosa disenadora de interiores que sabe lo que quiere y no tiene ningun reparo a la hora de imponer su voluntad. Pero nada es permanente y, de un dia para otro, su perfecta vida da un giro de ciento y ochenta grados. Completamente arruinada acepta el reto que se le presenta y se marcha a Londres para poder ejercer su profesion. Sin embargo, nada mas llegar descubre que las cosas no van a ser como ella imaginaba.
    Bastian Drake es un arquitecto de renombre internacional. Es un obseso del control y esta acostumbrado a que su palabra sea ley. Vive por y para su empresa hasta que la mujer que le hizo perder la cabeza un ano atras vuelve a irrumpir en su ordenada vida para ponerla del reves. Eso... si el lo permite.
    Raquel tiene que hacer frente al mal genio de su jefe dia tras dia si quiere sobrevivir. ?O sera el quien tendra que hacerlo? Porque ella es una mujer de armas tomar que lo unico que quiere es otra oportunidad para seguir adelante.
    Ninguno da su brazo a torcer. ?Derrotara el amor al orgullo?

  • Tu, mi atraccion favorita (Sweet Love 3) de Lorraine Coco

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    Payton intento entrar en el edificio en el que se encontraba su nuevo apartamento, cargada con una caja, un bolson colgado al hombro y una gran maleta con ruedas. Pero la puerta era pesada y no pudo abrirla mas de un par de centimetros antes de que esta se volviese a cerrar. Por suerte, un hombre de unos cincuenta y tantos anos lo hizo por ella y la saludo dandole una calida bienvenida. --Buenas tardes. Es usted la senorita Payton, ?verdad? --le dijo arrebatandole la caja de las manos. --Si... --repuso casi sin resuello--, la misma. Muchas gracias por la ayuda. Le sonrio abiertamente, admirando al tiempo lo bonita que era la porteria de aquel edificio familiar. Sarah y Matt le habian asegurado que le encantaria vivir alli y empezaba a pensar que no habian exagerado. --No hay de que. Yo soy Irvin, el conserje. Puede contar conmigo para lo que necesite. Daniel y Eric me avisaron de que vendria y me pidieron que la guiase hasta el apartamento. --Irvin, es usted muy amable, pero no sera necesario. Ya tengo la llave. Puedo hacerlo sola --le dijo con gesto decidido. --Como usted desee --concedio el hombre--, pero al menos dejeme que la acompane al ascensor. --Y antes de que pudiese negarse, fue hasta alli y apreto el boton mientras seguia cargando con su caja. Payton espero junto a el mientras ambos, en silencio, aguardaban su llegada. Se sentia algo nerviosa. Habia tenido que buscar un apartamento compartido con urgencia, tras tener varios problemas serios con su casero, y el que Matt dejaba vacio estaba en una zona inmejorable. Era la primera vez que iba a tener que compartir vivienda con dos hombres, pero no le preocupaba demasiado. Eran cirujanos, como Matt, y eso hacia que estuviesen mucho tiempo fuera. Ademas, el hecho de que Sarah viviese tambien en el edificio, le hacia estar mas segura de su decision. Habian congeniado bastante en la boda de Lauren, su mejor amiga y hermana del novio de Sarah, Matt. Aun asi, la experiencia con su casero anterior habia sido tan mala que ahora iba con pies de plomo. Cuando el ascensor pito justo antes de que se abriesen sus puertas, se sintio aliviada. Tenia ganas de instalarse y tener, por primera vez en mucho tiempo, algo de paz. Estaba a punto de entrar cuando tuvo que dar un par de pasos atras al ver como el ser mas horrendo sobre la faz de la tierra, clavaba su mirada azul en ella con desconfianza. La portadora de semejante bicho, una senora octogenaria de expresion adusta, la observo con los parpados entornados. --Buenas tardes, senora Fleming. Buenas tardes, Lucifer --oyo decir al portero. En cuanto a ella, no tuvo tiempo de saludar a la extrana pareja porque la senora hablo primero. --?La nueva del 8B? --le pregunto sin rodeos repasandola de arriba abajo inquisitivamente. --La misma --dijo sin dejarse amedrentar por su tono seco. --Es usted... --La volvio a inspeccionar-- demasiado joven y atractiva --termino por declarar en un tono en el que no supo si la estaba halagando o insultando. Pero finalmente arrugo la nariz como si sus cualidades la convirtiesen en persona no grata--. Espero que no nos de problemas. Su declaracion la dejo alucinada y muda. La vio alzar la barbilla y salir del cubiculo con su gato, dando por zanjado aquel extrano intercambio de presentaciones. Sin embargo, la oyo anadir, farfullando mientras se dirigia a la salida del edificio: --Y mas viviendo con esos dos... ?Verdad, Lucifer? --se dirigio a su gato hablando de ella como si no pudiese escucharla. Algo a todas luces absurdo, con lo que le quedo claro que no le importaba un apice que lo hiciera. Payton abrio los ojos de par en par e hizo una mueca, sin terminar de creer lo que acababa de pasar. --Una senora encantadora --le dijo al portero tras sacudir la cabeza, decidiendo entrar en el ascensor. El hombre se limito a sonreir dejando la caja en el interior. Apenas le dio tiempo a salir del cubiculo antes de que se cerrasen las puertas y ella quedase sola en el interior. Apoyo la espalda en la pared metalica y suspiro. Estaba claro que vivir alli iba a ser mucho mas interesante de lo que habia imaginado. Decidio no tomarse los comentarios de aquella senora como una senal de que mudarse alli no habia sido una buena idea. Tenia que mantener su optimismo. Necesitaba pensar que estaba empezando una nueva etapa en su vida que le reportaria grandes alegrias. Y durante los escasos segundos que el ascensor tardo en llevarla hasta el octavo piso, tuvo tiempo de hacer un repaso rapido y mental a la lista de cosas que tenia a favor. Acababa de conseguir su propia seccion en la revista para la que trabajaba desde hacia tres anos como redactora: Revolution, la mejor publicacion femenina del momento. Adoraba trabajar alli porque sentia que estaba en un medio en constante crecimiento. Y tras su <>, con una proyeccion inmejorable en el trabajo. Su labor tambien le habia reportado un grupo de amigos y companeros muy agradables con los que llenar su vida social en un lugar tan vertiginoso como Manhattan, que en nada se parecia ni a su Austin natal, ni a Rhode Island, donde estaba ubicada la universidad de Brown. Echaba de menos a Lauren, su mejor amiga, pero estaba viviendo su sueno. Un sueno que el ser siniestro y despreciable de su anterior casero habia amenazado con hacer anicos. Habia aprendido la leccion y conseguido esquivar esa peligrosa bala, descubriendolo a tiempo. Habia escapado de su antiguo apartamento, como alma que lleva el diablo, en mitad de la noche y sin mirar atras. Tuvo que mudarse a un hotelucho durante varias semanas tras encontrarse en la calle, pero por suerte, en la boda de su mejor amiga, habia descubierto que Matt dejaba su increible apartamento en una de sus zonas favoritas de la ciudad: el West Village. Tenia el centro de la ciudad a veinte minutos en metro y el edificio era una pasada. No iba a estar sola, como en el anterior, y tendria que acostumbrarse a compartir espacio con dos hombres, algo que no habia hecho desde que abandono la casa de sus padres y con ellos a sus cuatro hermanos: una chica menor, y tres chicos mayores que ella. No recordaba la convivencia como un sencillo paseo; sus hermanos eran lo peor. Y ese fue uno de los motivos de decidirse a estudiar en la otra punta del pais. Preferia su independencia, pero a veces no importa lo que uno desea, sino saber adaptarse a las circunstancias. Y eso era lo que hacia ella, adaptarse y pagar por sus malas decisiones del pasado. Tampoco era algo definitivo, se dijo cuando la puerta del ascensor se abrio y, arrastrando la maleta, la saco del cubiculo metalico, coloco sobre esta la caja y se acomodo el bolson en el hombro. Comenzo a caminar por el pasillo mientras miraba los numeros de las puertas, recordandose que por malo que fuese lo que se iba a encontrar, era cien mil veces mejor que lo que habia dejado atras y que en pocos meses podria permitirse alquilar un espacio solo para ella. Con todo aquello en mente llego hasta la puerta junto a la que se podia leer en letras doradas, 8B. Saco la llave del bolsillo trasero de sus vaqueros y tomo aire un par de veces, mirandola antes de introducirla en la cerradura. <>, se dijo a si misma y, tras girarla un par de veces, entro en el que se convertiria en su nuevo hogar durante los proximos meses. La puerta daba a un pasillo que hacia las veces de recibidor. Alli solo encontro un perchero, vacio salvo por un juego de llaves que colgaba solitario de uno de los ganchos. Dejo caer el pesado bolson y solto la maleta con la caja para tomarlo con los dedos. Tenia un llavero en el que se leia: <>. Pero a ella no se le daba bien obedecer, asi que siguio haciendolo con una sonrisa en los labios. ?Que tenian de especial esas llaves? Encogio la mirada, pero sin cambiar el gesto sacudio la cabeza. Dejo el equipaje en la entrada y se dispuso a inspeccionar el apartamento aun con mas curiosidad. Y lo que encontro a continuacion la sorprendio bastante. El salon era amplio, pintado de blanco salvo por un par de paredes que mantenian el ladrillo original, rojo y desgastado. Las paredes estaban decoradas con cuadros de laminas en blanco y negro. El mobiliario era contemporaneo, eclectico, y en el se combinaban varios colores dando una sensacion acogedora. Estaba presidido por un gran sofa gris, con dos butacas a los lados, una blanca y otra morada que la enamoro al instante y en la que se imagino acomodada con un buen libro. Era una habitacion espaciosa y muy bien iluminada con tres ventanas altas. En la pared del fondo habia una chimenea con pinta de hacer decadas que no se usaba y en la que ahora habia una pila de libros. En realidad, le sorprendio la cantidad de ellos que habia dispersos por toda la estancia. Los habia en las estanterias de madera de las paredes, distribuidos sobre distintos muebles y en un cesto de mimbre junto al sofa. Era un lugar agradable, sin el aire excesivamente masculino que habia supuesto. Tampoco esperaba que hubiese tanto orden. Paso un par de dedos por la superficie de cristal de la mesita auxiliar que habia frente a ella y comprobo que estaba impoluta. Fruncio el ceno. Ella no era tan limpia ni de lejos. Esperaba que eso no fuese un problema. Con esa duda se adentro en la siguiente habitacion, la cocina. Le encanto. No era una gran cocinera, pero tenia tres o cuatro especialidades que solia cocinar cuando estaba estresada, y aquel espacio estaba equipado con todo lo necesario. Habian pintado el ladrillo de blanco y este combinaba con muebles del mismo color y encimeras de madera clara. Los electrodomesticos eran de acero y una mesa blanca, con ruedas, hacia las veces de isla, flanqueada por un par de taburetes. Tambien alli estaba todo limpio y recogido. Enarco una ceja y fue hasta el frigorifico. Y al abrirlo, sonrio. Estaba dividido en dos secciones claramente diferenciadas. La de la izquierda, llena de comida basura, precocinada, restos de pizza y otras cosas que no supo identificar. El lado de la derecha era diametralmente opuesto; productos frescos, muchas frutas y verduras, carnes y pescados, lacteos desnatados y zumos. Eso si, la zona inferior estaba llena de botellines de cerveza, que ademas eran de su marca favorita. Cerro la nevera y fue hacia el pasillo donde se encontraban las habitaciones y el bano. Este ultimo fue el primero que hallo. Tenia banera, algo que le encanto. Era sencillo, con un buen espejo y estaba igual de limpio que el resto de la casa. Al salir se dio cuenta de que, sobre la madera blanca de una de las puertas, habia un papel pegado en el que se leia: <>. Volvio a sonreir. Estaba a punto de entrar en su cuarto cuando vio que uno de los otros tenia la puerta abierta, no lo pudo evitar y asomo la cabeza. Una gran cama presidia el dormitorio en el que predominaban los tonos verdes y tierra. En la pared del cabecero habia un cuadro enorme con una de esas preciosas vacas escocesas de pelo largo. Le gustaba, era acogedor. La otra puerta estaba cerrada y no intento siquiera abrirla. Fue directamente a la suya y al girar el pomo, se sintio en casa. Era un dormitorio sencillo de cama doble y muebles de madera. Las paredes blancas y una butaca morada, gemela a la que le habia enamorado del salon. Ubicada en una esquina, era perfecta para dejar sus cosas cada dia. El armario era amplio y tenia una comoda de gran tamano tambien. Por lo demas, el cuarto estaba vacio y carente por completo de decoracion, pero cuando ella le diese su toque, haria de el un lugar perfecto. Su lugar perfecto, penso antes de tirarse de espaldas sobre la cama y suspirar aliviada. CAPITULO 2 Puso su lista de reproduccion en el movil y con ayuda de Bruno Mars apenas tardo un par de horas en sacar todas sus cosas y colocarlas. Eso la dejo en mitad de su cuarto, con media manana libre, algo que no le habia sucedido en mucho tiempo. No estaba acostumbrada a estar ociosa y se puso a maquinar. Estaba claro que limpiar no era necesario, habia hecho la colada antes de ir hasta alli y tenia el articulo de esa semana terminado. Podia haberse dedicado a investigar un poco sobre la idea que tenia para el siguiente, pero lo cierto era que hacia un dia precioso y se moria por conocer la zona. Tampoco le vendria mal recorrer el barrio, hacer algo de compra y localizar su futura nueva cafeteria favorita.

  • El final del comienzo de Nisa Arce

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    Mientras abria la puerta con la tarjeta llave que le habian dado en recepcion, Mateo no pudo evitar esbozar una sonrisa. Se quedo de pie en el marco, maleta en mano, observando aquella estancia: las lineas clasicas y elegantes aunque frias de la decoracion, los cortinajes que tapaban las ventanas, la amplia cama en la que habia pasado la que recordaba como una de las peores noches de su vida, si no la que mas. Se sento en el lecho, y mientras deslizaba lentamente la mano sobre la colcha para recrearse en el tacto, se dijo que aquella si que era una buena manera de cobrarse su pequena venganza personal. Y es que Alejo, eficiente y cumplidor como de costumbre, habia hecho realidad sus peticiones en cuanto se hizo publico que estaba nominado nuevamente al Balon de Oro por sus logros la temporada pasada. Lo que le habia pedido era sencillo, aunque lleno de significado: queria alojarse en el mismo hotel de Zurich que la anterior vez. En concreto, en la misma habitacion. Y alli estaba cinco anos despues, mas empoderado y seguro de si mismo, con muchas mas cargas y preocupaciones sobre los hombros, pero tambien con la tranquilidad de tener la conciencia totalmente limpia, a apenas unas horas de saber si el mundo del futbol profesional, ese mismo que habia tratado de aislarle formando un vacio a su alrededor, claudicaba por carecer de motivos que justificasen que no se tuvieran en cuenta sus logros meramente deportivos. Una parte de si mismo estaba deseando comprobarlo, pero la otra, dominante en aquellos momentos, ya celebraba el poder seguir ejerciendo su vendetta. Que importaban los premios, las alabanzas de los medios o el reconocimiento de los cientos de companeros del sector que habian hecho constar su voto para la categoria a la que estaba nominado. Todo ello quedo en un segundo plano en cuanto escucho que la puerta volvia a abrirse. Sentado en la amplia cama, vistiendo, al igual que aquella noche funesta, un traje a medias tras haberse despojado de la chaqueta y los zapatos, Mateo dejo que Dani volviera a convertirse en el epicentro de su universo, solo que en lugar de tenerlo al otro lado de una linea telefonica se encontraba a pocos metros de el, recien llegado del aeropuerto tras haber tomado un vuelo en Madrid. Ese momento, tenerle ahi con el justo donde la historia de ambos se habia resquebrajado cuando no sabian cual iba a ser el curso de los acontecimientos, se le antojo perfecto. --Joder, menos mal que apenas habia trafico para venir hasta aqui. Creia que no iba a llegar nunca --protesto Dani tras dejar su maleta en el suelo. En lugar de responderle, Mateo le sujeto de las munecas y tiro hasta conseguir que el defensa se metiera con el en la cama. Tras quedar recostado sobre su torso, Dani procedio, esta vez si, a saludarle como era debido: --?En serio han pasado solo dos semanas? --Le beso--. Se me ha hecho eterno. --Dos semanas y tres dias --puntualizo el delantero argentino, que llevaba a pies juntillas la cuenta del tiempo transcurrido desde la ultima vez que se habian visto. Dani se lo quedo mirando, haciendo un esfuerzo tremendo por centrarse, tal y como llevaban haciendo desde que retomasen su relacion, en disfrutar del presente, pero saber que tendrian que volver a separarse a primera hora de la manana era un dato dificil de obviar. --?Nervioso? --le pregunto. --?Yo? Pero boludo, si quedare finalista --replico con guasa, como si diera por hecho que no iba a llevarse el galardon. El gesto del capitan del Juventud se torno serio. --Mateo, vas a ganar --afirmo--. Si no lo haces, somos muchos los que dejaremos de creer en las federaciones y todo lo que representan. El, pasandole las manos por detras de la cintura, volvio a restarle importancia: --No hay que menospreciar los meritos de los demas. --Por una vez, creetelo --pidio Dani, visiblemente enervado--. Lo digo en serio: te lo mereces. Mateo tomo aire y volvio a sonreir. Haciendole caso, repaso mentalmente lo que habian sido sus registros la anterior temporada: de nuevo maximo goleador tanto en liga como en copa; los titulos ganados con el Westhound; y, sobre todo, la segunda Copa del Mundo, consecutiva ademas. Su imagen vistiendo la albiceleste con la banda de capitan en el brazo y la medalla al cuello, levantando el iconico trofeo mientras se apoyaba en una muleta tras haberse lesionado al marcar el gol que habia decantado la balanza a favor de Argentina, habia dado la vuelta al planeta. --Y si gano, ?que? --se cuestiono mas bien a si mismo. --Pues elegantemente les dices a todos los que trataron de enterrarte antes de tiempo que se pueden ir a tomar por culo. El delantero rio. --En verdad, algo por el estilo preparamos Alejo y yo para el discurso por si lo tuviera que leer... Che, cuanto te extrane. --Cada vez se hace mas cuesta arriba sobrellevar la distancia, ?verdad...? --musito Dani contra sus labios. Mateo asintio mientras volvia a besarle. No disponian de demasiado margen antes de tener que poner rumbo al Kongresshaus, el recinto en donde tendria lugar la ceremonia, por lo que aunque nada le hubiera gustado mas que poder aislarse del mundo con el lo que quedaba de jornada, opto por ir al grano: --?Vos estas preparado para salir? --Tengo que cambiarme, pero lo hago en un momento. ?Por? --Este..., es que antes de que Alejo nos venga a buscar quiero hablar con vos de un asunto. Dani fruncio el ceno. --?Va todo bien?

  • Pasajero 64A de Luciana V. Suarez

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    Un siniestro pasajero de un avion hara que la protagonista de esta historia viva una inesperada historia de amor.

  • La llave del corazon (Los hijos del monstruo 1) de Marcia Cotlan

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  • Dueto a la luz de la luna de Javier Romero

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    Han pasado cinco largos anos y Luca tan solo piensa en vivir la vida sin importarle la soledad que recorre cada poro de su piel o la impotencia que siente al verse relegado a un trabajo sin importancia en el Teatro Real de Madrid.
    El dia que escucha por primera vez la impresionante voz de Ariadna siente que su corazon comienza a latir de nuevo en su pecho. La opera atraviesa su mente como un fugaz relampago y se deja llevar al mundo de las preciosas arias de soprano que la joven canta para el.

  • La Nave de Terry Pratchett

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    En alguna parte, lejos, muy lejos, una nave espera para llevar a los gnomos a casa, al lugar del que llegaron... Ante la amenaza que ahora supone la cantera para el hogar de los gnomos, uno de estos, Masklin, es consciente de que necesitan encontrar la forma de ponerse en contacto con esa nave. Para ello tiene que ir a Florida (donde quiera que quede eso) y asistir al lanzamiento de un satelite de comunicaciones (fuera lo que fuese eso). Es un plan ridiculo, imposible, pero Masklin no lo sabe, asi que intenta llevarlo a cabo de todos modos. Y el primer paso es hacer ese viaje en otro, aunque este es un poco diferente a los que ya conoce: un camion con alas, el Concorde. Lo unico que se propone es robar uno de aquellos vehiculos que llaman coches. Pero cuando uno solo mide diez centimetros en un mundo de humanos, las cosas tienen la desagradable costumbre de complicarse mucho.

  • Mi rancho sera tuyo de Erina Alcala

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    Un ano antes en el Hospital HCA Houston Healthecare de Texas... Se encontraba Michael Morris, de veintinueve anos, haciendose todo tipo de pruebas. Habia tardado en ir, por cabezota. Su capataz, Set, del rancho Morris en Olmos Park, a cuatro kilometros de San Antonio Texas, ya llevaba tiempo diciendole que tenia que ir al hospital o, al menos, al medico. Todo comenzo casi ocho meses antes con veintisiete anos. Se caia del caballo, tropezaba demasiado, se caia al suelo en pleno rancho y a veces no se sostenia. Pero el decia que seria cansancio. Lo cierto era que desde que su madre murio de cancer, se quedaron los dos hermanos solos con el padre. Su hermano mayor, dos anos mayor que el, Robert, habia tenido un ano despues de la muerte de su madre una gran bronca con su padre, porque este queria que se hiciera cargo del rancho con su hermano, y Robert dijo que no, que queria ir a la universidad antes para estudiar Derecho, tener una carrera universitaria como sus companeros de instituto, y asi poder llevar las cuentas y demas. Siempre habia querido tener un titulo universitario, era inteligente y solo serian cuatro anos, no haria master para no perder un ano mas, pero su padre, un gran trabajador y que era un tipo rudo, le dijo que no; Robert le comento que su hermano podia ocuparse esos anos mientras el volvia. Michael sabia llevar el rancho, y aunque tambien queria ir a la universidad, no dijo nada. Si dejaba a Robert, cuando este volviera pediria ir el, y le gustaba el rancho, aun asi, el padre se negaba. Por mas que los queria convencer de que los dos llevarian el rancho junto a el, no dio su brazo a torcer. --Si te vas, te iras sin un dolar, no voy a pagarte la universidad --decia el padre. La cosa casi llega a mayores, si no es porque medio el menor de los hermanos, Michael, que habia sido mas de su madre y aun sufria por no tenerla. Robert preparo una maleta con algo de ropa y se fue del rancho. --Cuidalo, es un testarudo --le decia Robert. --Hermano, no te vayas. --Tengo que irme, Michael, tu sabes llevar esto, volvere dentro de cuatro anos. --Por aqui no vengas, nada sera tuyo, manana voy al notario. Jamas vengas a mi rancho --dijo el padre--. Nada sera tuyo a partir de que salgas por esa puerta. Pero Robert salio y se fue. Ya habian pasado trece anos y Michael se quedo solo, porque el padre con rabia, se marcho a la manana siguiente a San Antonio a hacer un nuevo testamento, con tan mala fortuna de que tuvo un accidente antes de llegar y murio en el acto. Y Michael se quedo solo a los diecisiete anos en ese rancho, sin nadie, salvo Set, su capataz, que fue su padre, Nat, su mujer, su madre y los chicos que trabajaban en el rancho Morris. Fue un gran golpe porque apenas era un adolescente para hacerse cargo de ese rancho sin su hermano y este no contesto a las miles de llamadas que le hizo ni el ni Set. Y se dieron por vencidos. --Esperemos que Robert se entere y vuelva, Michael, no te preocupes. Pero el tiempo pasaba y no volvio. El se hizo con el rancho, que ya de por si era grande con mas de 10000 cabezas de ganado. Y trabajo siendo un adolescente; lo dio todo por ese rancho, perdiendo parte de su juventud, porque el tambien hubiese querido ir a la universidad. Y a veces se preguntaba donde estaria su hermano, lo echaba de menos, habian sido mas amigos que hermanos y Robert siempre lo cuidaba, pero ni una carta, ni ninguna llamada hizo al rancho jamas en esos anos. Y alli estaba ahora, sin casi movimientos en sus musculos y sin saber que le pasaba. Se quedo dos dias con Set en el hospital. Este daba instrucciones a los chicos por telefono y a su mujer Nat desde el hospital y les dijo que volverian al dia siguiente. Michael se habia dedicado al rancho descuidando un poco las casas y el barracon de los chicos y Set se lo decia. <>, decia siempre. Estaban sentados, Michael en una silla de ruedas y Set detras de el en la consulta del doctor; este llevaba todos los informes medicos. --Digame, doctor, ?que me pasa? --Lo siento, Michael, tienes una distrofia muscular rara que avanza a pasos agigantados. --?Es grave? --Me temo que si. --?Con veintinueve anos? --Lo siento, muchacho. --?Voy a morirme? --Tienes un ano por delante, poco mas, si te cuidas, haz lo que siempre has querido, pero si, te queda un ano de vida. No voy a mentirte. Te dare para el dolor medicinas, ahi las llevas, pero esta enfermedad no tiene aun solucion, los dolores se paliara al final con morfina, porque tus musculos van a estar rigidos cada vez mas y al final sera la circulacion, la que no podra hacer su funcion. Sera como si tu cuerpo te atrapara. --Un ano solo... --Si, ahora estas bien, en menos de ocho meses vendra lo peor. Lo siento. --?Tengo que venir? --No, no hace falta, el doctor de Olmos Park puede llevar tu caso, hablare con el para que te vaya recetando los medicamentos a medida que te vayan haciendo falta y le contare tu caso, te aconsejo que contrates a un quiromasajista para alargar la atrofia muscular. Si fuese a diario, mejor. Y le enseno fotos de la enfermedad. --Asi es como vas a verte, lo siento. Si, Michael, no voy a mentirte. No me gusta mentir a mis pacientes. No somos ninos ya. --!Joder! --Lo siento, muchacho. --Medicinas, morfina, y al final, cuidados paliativos. --Gracias, doctor. Set salio llorando y el sin poder creerlo. --Mi hermano, tengo que verlo, Set. --Intentaremos encontrarlo, Michael. --A mi padre no le dio tiempo de cambiar el testamento. --Buscaremos en dos meses a ver si damos con el. Y se fueron a casa. --Set, ?estas bien? --Si, llama a un contratista y a un investigador privado. --!Esta bien! --Y encargate del rancho. --Vale, pero deberias quitar esa sala de abajo y poner ahi tu dormitorio. --Eso pienso hacer. Y una lista de lo que me gustaria hacer antes de morir, entre ellas, casarme y tener un hijo. --?Como? --Que voy a tener un hijo. El doctor me dijo que me quedaba un ano de vida, pero alargaremos al menos para tenerlo. Prepara la maleta, nos vamos a Las Vegas. --Pero, Michael, ?estas loco? --Nos vamos, mientras hacen la obra. --?Que obra? --Todo lo que he dejado pasar estos anos, para mi mujer. --?Que mujer, Michael? ?Estas loco? --Voy a casarme en Las Vegas. Pero, haz lo que te digo. Al dia siguiente tenia al investigador privado alli. Le dio fotos antiguas y toda la documentacion necesaria para encontrar a su hermano. Le pago la mitad y este quedo en ir llamandole. Despues tuvo al constructor de San Antonio. Y le dijo que queria. --La casa, nueva, preciosa y moderna, lo mas moderno, con decoracion incluida, la casa de Set, los barracones de los muchachos y un repaso a todo. Los utiles, tractor y camionetas, los he comprado nuevos el ano anterior. Vallas blancas y altas y una nueva entrada preciosa, quiero un rancho bonito, tiene tres millones de dolares y esta Nat, que se ocupa de lo que sea. Lo quiero antes de dos meses todo. --Lo tendra. --Empiece por todo y cuando me vaya, la casa.

  • Lo imperdonable de Norma Lazo

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    Eddie no era su nombre, Michael la llamaba asi. Tenian poco tiempo de conocerse y los unia una amistad profunda aunque prudente. Eran mayores y habian aprendido que los mejores amigos buscan la distancia adecuada. Al igual que puercoespines, ni tan lejos que de frio, ni tan cerca que espine. Al principio Eddie no hablaba de su vida o de su pasado. Habia callado sus dias salvajes sin destino, las playas banadas de abulia y desasosiego y las horas mirando nubes para adivinar formas de animales mitologicos. Tampoco le habia contado del malestar nacido por la incertidumbre que le provocaba su futuro. Malestar a veces alejado con algun libro robado y, en otras, provocando pleitos en la escuela. Eddie no se habia atrevido a hablar de ello hasta la noche en la que volvio su pasado. Entonces decidio contarle todo a Michael, aunque no supiera como. El destino de Eddie se sello treinta anos atras, mientras esperaba sentada en la barda del colegio a su mejor amigo, Ian, leyendo Mas que humano de Theodore Sturgeon, una novela de ciencia ficcion que tomo prestada de casa de Camilo Garcia Moreno, otro de sus amigos. Pero aquello era un eufemismo, Eddie solo regresaba los libros si alguien le reclamaba. Miro su reloj Swatch de caratula azul. Ian solia ser puntual y ahora llevaba retrasado veinte minutos. Eddie brinco desde la barda del colegio y se asomo por la calle en busca de su amigo. Entre los coches apelotados por el trafico avisto el Mustang color cobre y de llantas achaparradas rebasando impacientemente a los demas automovilistas. Eddie echo la novela de Sturgeon en la mochila y se preparo, como cada dia, para subir al auto. --?Aburrida? --le pregunto Ian desde la ventanilla mientras quitaba el seguro de la puerta del copiloto. Eddie afirmo con la cabeza y avento la mochila en la parte de atras. Reclino el respaldo hasta topar con el asiento trasero. --Nos esperan en la playa --le dijo Ian. Eddie tomo la cajetilla de Camel de la camisa de su amigo y encendio uno. El Mustang rozaba el suelo en cada vuelta. Ian era adicto a la velocidad, a los brincos sorpresivos provocados por los topes y a las miradas reprobatorias de los parroquianos quienes, al verlo venir a lo lejos, se replegaban contra la pared de las aceras. En la playa, recostados sobre el automovil de Ian, el grupo de amigos observaba a las gaviotas clavar sus picos en las crestas del oceano en busca de alimento. Las mas habiles pescaban a su presa en la primera zambullida, en tanto que las torpes levantaban el vuelo para intentarlo nuevamente hasta conseguirlo. Cuando Eddie se iba de pinta con sus amigos solian reunirse en las dunas El Infiernillo. Tomaban cerveza envueltos por las bocanadas de aliento salado y caluroso del verano mientras el mar marcaba su frontera de espuma con la que jugaban a salpicarse. Pudo ser un dia cualquiera, inutil y perezoso como el anterior, de no haber sido por la llegada abrupta de Alma Grande. --El menor de los Garcia Moreno se mato --dicho esto, Alma Grande desplomo su enorme cuerpo de ciento veinte kilos y metro noventa de estatura sobre la arena, cayo doblado sobre sus rodillas como los musulmanes en oracion. El menor de los Garcia Moreno se llamaba Mauro y tenia once anos; su hermano, Camilo, era parte del grupo de amigos. Mauro era un nino gordo y rubio, de rostro palido, marcado por las manchas de sol. No hablaba mucho y, taciturno y melancolico, pasaba la mayor parte del tiempo encerrado en su recamara escuchando discos. Fantaseaba con ser invisible y pasar inadvertido en el colegio para no dar explicaciones de su aislamiento. En la familia nadie entendia a ese ser silencioso que parecia vivir en otra dimension, distante, perdido en lo mas profundo de los caracoles, alli donde suena el mar pero no atropella con su vaiven violento. El unico que conseguia sacarlo del mutismo era Camilo. Si sus padres salian y el grupo de amigos se aduenaba de la casa, Mauro hacia lo imposible por pegarseles, aunque su hermano no lo permitia, pues todos bebian e incluso algunos ya fumaban marihuana. Penso que alejandolo lo mantendria a salvo. Eddie aun recordaba vividamente al giganton Alma Grande --quiza sea el recuerdo mas nitido de aquellos dias--, sumido en el llanto como un nino que acaba de descubrir la muerte. Alma Grande conto entre sollozos, recriminandose porque solian tratar al nino con indiferencia, que Mauro, a escondidas de su padre, el famoso abogado Raymundo Garcia Moreno, habia tomado la pistola de la biblioteca. A la familia le extrano la chamarra gruesa que llevaba Mauro en ese dia tan soleado, pero nadie le pregunto si no sentia calor. Tambien llevo a la escuela una caja con algunas de sus pertenencias mas preciadas: la coleccion de comics de Linterna verde, los munecos de accion de la Guerra de la Galaxias y sus discos de los Beatles. Les parecio raro su comportamiento, pero nadie imagino lo que vendria. En el colegio, Mauro las regalo todas a los companeros que nunca lo molestaron; la mayoria acostumbraba ponerle sobrenombres relacionados con su gordura, burlarse de su silencio, de la forma en que reprobaba cualquier materia y el estado de abulia perenne. En el salon de clases Mauro se planto al frente, al lado del profesor, y le pidio permiso para dirigirse al grupo. Sin decir palabra, extrajo la pistola oculta bajo su chamarra y se dio un balazo. Cuando Alma Grande termino su relato, el cielo azul se torno gris y brumoso, un temporal imprevisto se avecinaba. Asi era el clima en el puerto, impredecible y fiero como la vida. La ventisca proveniente del norte levanto las toallas de la arena, volaron los vasos de plastico y el liston morado con el que Gabriela habia amarrado su largo cabello negro mientras construia torres de arena. Las olas del mar empezaron a picarse y las pequenas crestas que las gaviotas penetraban se alzaron en violentos muros de agua. En medio de gritos, aturdidos por el tragico relato y el cambio repentino del clima, levantaron sus cosas para entrar al coche. Gabriela grito llamando la atencion de todos, luego senalo hacia la orilla de la playa donde descubrieron a lan desprendiendose del uniforme del colegio para caminar en traje de bano mar adentro, sin voltear, decidido y tambaleante por la fuerza de la corriente. Gabriela miro a los demas esperando respuesta y ante el desconcierto de todos se desprendio del uniforme y corrio tras de Ian. Alma Grande, los hermanos Caiman y Eddie hicieron lo propio, corriendo en traje de bano hacia el ir y venir de las olas que elevaban y descendian los cuerpos indefensos flotando de muertito a la deriva. Relampagos colericos enraizados ferreamente a las nubes parpadeaban semejando raigones viejos. Las olas empujaban al grupo de amigos con furia. Ian les grito que no nadaran y permitieran que estas los llevaran adonde quisieran. Fueron arrojados por remolinos de agua a las piedras y lanzados por el oleaje, salieron del mar con raspones y algunas espinas de erizo enterradas en los pies. Antes de subir al coche alcanzaron a ver una gran ola arrasando las torres de arena construidas por Gabriela. Era la ola mas grande que habian visto en meses. La masa de agua golpeo las torres y las deshizo en moronas de lodo y espuma, para luego retroceder con indiferencia de la misma forma en que la vida lo haria con ellos. 2. LA AMISTAD ENTRA POR LA LENGUA LA HISTORIA DE EDDIE Y MICHAEL PARKER Se conocieron la manana en la que Michael entrevistaba a aspirantes al puesto de traductor. La vio llegar desde el barandal de hierro forjado de su departamento. A juzgar por su apariencia, estaba nerviosa. Su cuerpo empequenecido, fragil, doblado por la pesadumbre de los secretos, se habia enjutado aun mas. Tenia el rostro limpio, sin maquillaje --nunca usaba maquillaje-, ni siquiera algun brillo tenue en los labios. Su ropa era insignificante, casi siempre arrugada y con ese olor a viejo que revelaba su paso por las tiendas de segunda mano. Eddie era una mujer de cuarenta y seis anos, sin pareja --jamas tuvo interes en tener una--, tampoco hijos. Delgada, de pomulos salidos y ojos profundos como pozos sin agua, ocultos detras de sus anteojos de poco aumento, y su cabello negro siempre revuelto, bucles crispados con los cuales luchaba para aparentar que se habia peinado. Desde el instante en el que se conocieron, a Michael le llamo la atencion ese rostro marcado por las ausencias que, si bien no matan, debilitan al cuerpo. Eddie, parada ahi con las palabras atrapadas en la garganta y la timidez exponiendola al cuchicheo de los vecinos, le causo pena. Entonces se adelanto para conducirla al interior de su departamento. Con manos temblorosas ella abrio su portafolios negro y maltratado por anos de uso y le entrego algunas de sus traducciones. Sin levantar la mirada de los papeles le dijo tener excelente redaccion y un ingles tan perfecto como el del mejor parlante no nativo. Eddie no miraba a Michael de frente pero lo escrutaba por el rabillo del ojo. Michael Parker era oriundo de Nueva York y tres anos mayor que Eddie, no obstante, parecia mas joven. Su rostro de nino contrastaba con su vestimenta de otra epoca: camisa blanca y sobria tipo mormon, pajarita azul cielo, chaleco tejido de rombos, pantalones sencillos, oscuros y lisos, sin ningun detalle memorable. Sus lentes de aumento tambien vintage, de pasta gruesa y moteada --simulando ser de carey- montada sobre el armazon dorado expuesto en la parte inferior. Michael odiaba lo moderno, con renuencia compro el celular que usaba como camara fotografica y una computadora para enviar sus textos a The Wall Street Journal y a algunos periodicos locales y del extranjero. El trabajo de su traductor seria transcribir todos sus manuscritos a la computadora y traducir algunos al espanol para despues enviarlos por correo electronico. Michael meso su cabello ralo y rojizo e inicio una conversacion en ingles. Despues de hablar de libros y peliculas con Eddie, quedo satisfecho con su soltura del idioma. --Se nota que viviste mucho tiempo en el extranjero --comento Michael, halagando su acento. --Jamas he salido del pais --respondio Eddie presurosamente. A Michael no le creo suspicacia que Eddie, con tan buena pronunciacion, jamas hubiera vivido en un pais anglosajon. Estaba convencido de los frutos de la tenacidad. --?Que es lo que mas te gusta hacer? --le pregunto. Ella respondio que le gustaban los trabajos solitarios como leer y arreglar cosas. Le seducian los escritores con vidas intensas y conmovedoras. Michael, hablantin y sociable por naturaleza, quiso saber mas de Eddie, por lo que le confeso que le apasionaba su trabajo y, al igual que ella, preferia a ese tipo de autores. La mayoria de sus traductoras fueron eficientes, pero carecian de ese rasgo en comun, aunque tampoco era requisito para ocupar la vacante. De hecho Michael no queria intimarlas mas de lo debido. Pensaba que, si contrataba a alguien con sus mismas aficiones terminaria escuchando una pila de opiniones en las que no estaba interesado. Aunque nunca lo menciono en los avisos de periodico, elegia a mujeres con gustos distintos a los suyos. Debido a su oficio, pasaba la mayor parte del tiempo asido a su asistente, que mejor si se trataba de alguien con poco que decir. Pese a ello, la inexplicable atraccion hacia Eddie lo obligo a pasar por alto sus propias reglas, accediendo incluso apagarle sin comprobantes fiscales. --Perdi mis documentos en la estacion de autobuses -le explico a Michael --, te prometo hacer pronto los tramites para tenerlos en orden. Nunca lo hizo. Eddie y Michael se hicieron amigos recatadamente sin confianzas vulgares o intrusiones incomodas. Ella no permitia gran acercamiento, rehusaba cualquier conversacion intima o ajena a sus obligaciones laborales. Eso lo intrigaba aun mas e inventaba pretextos para romper el hielo, asi que tras varios intentos consiguio que comieran juntos. Eddie accedio despues de pensarlo por unos segundos, como si se tratara de una decision trascendente, y el se avergonzo por haberla intimidado. Para evitar confusiones prefirio confesarle su orientacion sexual, no le atraian las mujeres. --Me asusta mi irresistible seduccion hacia el sexo opuesto --respondio Eddie. Ambos parecieron reirse de su aspecto descuidado y poco atractivo. Eddie comia despacio, dando bocados pequenos masticados por minutos. No habia perdido el aire provinciano. Parecia un personaje de Carson McCullers, de esos sofocados en lo profundo del sur americano. Aqui tambien hay otro sur, no menos brutal, ni menos desolador. --Desde nina quise irme del puerto --le confeso a Michael cubriendose la boca, todavia masticaba un pedazo de strudel de manzana, su postre favorito-, siempre hubo algo ominoso bajo la luz del sol. Lo unico que Eddie echaba de menos de su lugar de origen era el mar. Nadar sorteando las olas fue su pasatiempo favorito hasta que ella y sus amigos iniciaron el juego <>. Se pautaba con el parte meteorologico, cuando el mal tiempo se avecinaba. Los siete adolescentes se cubrian de heridas causadas por piedras y corales, heridas que eran medallas de guerra; condecoraciones que alardeaban mas tarde chocando las botellas de cerveza. Superficialmente todo seguia normal entre ellos, sin embargo, algo iba cambiando. A Eddie le costaba verbalizarlo. Se trataba mas que de una sensacion, acaso de un mal presagio. La sospecha de no ser los mismos y de que, despues del suicidio de Mauro y la partida de los Garcia Moreno al extranjero, jamas volverian a serlo. El juego era cada vez mas salvaje. Durante una tormenta, con rafagas de viento de hasta ciento veinte kilometros por hora, Alma Grande se estrello contra los costales de cemento en la escollera. Sufrio una contusion. Entre todos lo sacaron del mar. Fue tan arduo como rescatar a una tonina varada en la playa. Entonces se dieron cuenta de que sus vidas pendian de la necesidad de ser afirmadas con fiereza.

  • Hola, preciosa de R. Vera

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    Rebeca Millan es una joven profesora interina de instituto que nunca ha tenido demasiada suerte con los hombres. Su unica meta al comienzo del nuevo curso academico es aprobar las malditas oposiciones y dejar de sonar todas las noches con. el, un desconocido enfundado en gafas de sol y gorra con el que se lleva cruzando durante todo el verano cuando va a correr por el Paseo Maritimo.

  • Con carino, para Sailor’s Rest de Christian Martins

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    Julie Ward se ve obligada a regresar a su hogar y a reencontrarse con su viejo amor, Brett Harris, el propietario de una de las bodegas mas importantes de Chelan. Ella lleva diez anos sin olvidarle, aunque se esfuerza por convencerse de que ha pasado pagina.
    ?Y el? ?Se habra olvidado Brett de Julie o seguira sonando con aquella infancia repleta de besos furtivos?

  • Donde se cumplen los suenos de Loren Mills

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  • Tu eres mi mejor medicina de Paris Yolanda

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    Lucas y Yolanda viajan a Espana con la idea de reencontrarse con sus amigos y revivir juntos un sinfin de buenos momentos. Nada mas lejos de la realidad, puesto que en cuanto pisan territorio espanol, se dan cuenta de que las cosas han cambiado bastante y que ya nadie es lo que era.

  • Tentacion Pasion Frenesi. Serie completa de Dylan Martins

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    Mire la hora en el movil ya que tenia la sensacion de que era mas tarde y de que el despertador habia fallado. Senti alivio al comprobar que solo eran las seis y media de la manana y hasta media hora despues no tenia que sonar. Me quede mirando la foto de mi hija Lucia, tan bonita y sonriente. La echaba de menos ya que vivia con su madre Cata, de la que me habia divorciado dos anos atras cuando la pequena solo tenia cuatro. Cata no es que me pusiera las cosas dificiles con nuestra hija, sino que las hacia imposibles. No colaboraba para que reinara la armonia por el bien de lo que teniamos en comun. Mi ex mujer era modelo. Trabajaba para una de las firmas de moda mas importantes a nivel internacional y vivia en Tenerife, pero siempre andaba viajando entre Paris y Londres. A la pequena la dejaba con sus padres con los que yo no tenia relacion. Me la entregaban cuando correspondia ella, o en su defecto la ninera de la nina, Lia. El problema residia en que a mi me tocaba un fin de semana de cada dos, cuatro dias en Semana Santa, un mes en verano y una semana en las fiestas de Navidad, pero, aunque ella estuviera fuera un mes, era incapaz de permitirme recoger a la nina y llevarla conmigo. Yo sentia que Cata preferia dejarla en manos de su cuidadora antes que con su padre. Era una persona toxica y se habia empenado en intentar joderme la vida. Su actitud me dolia hasta el infinito porque mi hija Lucia era mi mayor tesoro y hubiera dado lo que no tenia por poder pasar mas tiempo con ella. Sin embargo, y de la forma mas injusta del mundo, parecia que esa posibilidad cada vez era mas inalcanzable para mi. La mia era una vida estable, bastante buena. Habia heredado la empresa de mi padre la cual yo dirigia, "Financiera Montalvo". Tenia contratados a tres asesores financieros, a una asesora laboral y a la recepcionista, ademas de una empresa que se encargaba de la limpieza de las oficinas. habia fallado. Senti vivia con su madre dirigia, "Financiera sta, ademas de una Mi casa era la que yo habia elegido, de una sola planta, una gran terraza, mil metros de terreno de jardin con palmeras, zona de copas, piscina y tumbonas. En honor a la verdad en ella todo era precioso. Por mi parte, ser meticuloso formaba parte de mi ADN y habia encargado la construccion de cada zona interior y exterior con mucho mimo. Si tuviera que elegir una zona de mi casa que especialmente quedo a mi gusto, destacaria la cocina, confortable y amplia, con sus cincuenta metros cuadrados, los mismos con los que contaba el salon. Capitulo aparte merecia mi dormitorio, al que consideraba mi santuario, con vestidor y bano. A el habia que anadir tres dormitorios mas con sus correspondientes banos y esa terraza amplia y ancha donde pasaba mucho tiempo, ya que el clima de la isla invitaba a disfrutarla. Yo la tenia de lo mas chill out, todo en madera y con unos comodos sillones que sugerian descanso y tertulia. Tenia todo lo que deseaba, pero habia estudiado mucho y trabajaba desde joven con mi padre, aprendiendo todo lo que pude de el, hasta que se jubilo. Al verme preparado, me dejo a cargo de la financiera, asi que me sentia bien con mi vida, pero me faltaba lo mas importante, mi pequena Lucia, la nina de mis ojos. Sali de la cama ya que me estaba empezando a agobiar con esos pensamientos y mirando la cara de mi pequena como fondo de pantalla del movil. Soy partidario de cambiar de chip cuando algun sentimiento te sobrepasa y eso era lo que me estaba ocurriendo en ese momento. Me prepare un cafe y me sente sobre la mesa de piedra de mi cocina. Tenia esa mania, asi que alli estaba, mas temprano de lo normal, disfrutando de esa primera taza, del relax de no ir con prisas. En mi cabeza no cabia como algunas personas saltaban practicamente de la cama al trabajo. Yo de siempre he necesitado mi tiempo. Ir despertando poco a poco y entrando en sintonia con el dia. El estres es un concepto que llevaba intentado evitar toda la vida, en la medida de lo posible. Revise algunos correos desde el movil y fui descartando segun la importancia. Mas tarde responderia a los que debia hacerlo desde el despacho. Los demas contenian pura informacion y no necesitaban respuesta. prendiendo todo lo taba ocurriendo en Un rato despues me vesti y me fui hacia el jardin donde tenia a un lado el aparcamiento. Cogi mi coche, puse la radio y me dirigi al trabajo escuchando las noticias. Disfrutaba mucho de las vistas de mi casa al trabajo. Aquel trayecto, unido al buen tiempo reinante, eran como una especie de soplo de aire fresco que me ayudaba a incorporarme a la ardua jornada, pues si algo me sobraba era trabajo. Mis oficinas estaban en la decima planta de un edificio comercial mirando al mar en Puerto de la Cruz. En el interior se ubicaban los despachos de los trabajadores. La recepcion amplia a la entrada, todo muy iluminado y predominando los cristales opacos con el logo de la empresa. Los distintos despachos situados a los lados de un amplio pasillo y el mio al final, ocupando todo el largo del local. Despues de la marcha de mi padre, habia acometido una reforma integral para darle al negocio un renovado aspecto, modernizandolo. Finalmente, habia quedado totalmente a mi gusto y me mostraba encantado con el resultado. Llegue al parking del edificio y subi al ascensor hasta mis oficinas. Carlota la recepcionista me recibio sonriente. -- Buenos dias, Alexis. -- Buenos dias, guapa. ?Alguna novedad? -- Ninguna, recuerda que a las nueve tienes la entrevista para el puesto de contable. -- Es verdad, lo habia olvidado -- negue mientras caminaba hacia mi despacho y saludaba a los trabajadores que ya estaban en sus despachos con las puertas abiertas. Nuestro contable habia tenido un problema grave de salud y se le habia concedido la prejubilacion, asi que ahora necesitaba alguien que fuera capaz de llevar todo el trabajo que hacia el. Realmente lo necesitaba para preparar facturas y entregarlas a Elba, nuestra asesora laboral que tambien trabajaba en las oficinas. Carlota aparecio por mi despacho con un cafe. Siempre lo hacia por la manana. A pesar de que tenia cafetera con lgo me sobraba era capsulas en mi despacho, a ella le gustaba llevarme el primero. -- Gracias, guapa. -- Un placer -- sonrio mientras cerraba la puerta. Era simpatica, predispuesta, amable. Se notaba que era una persona muy feliz. Ademas, estaba loca con su hija Martina de cinco anos y con su marido al que amaba, Tony, un policia local de Puerto de la Cruz. Llevaba conmigo desde que cumplio los veinticinco, diez anos atras. En aquel momento aun estaba en manos de mi padre la direccion de la empresa. Si de algo podia presumir era de un gran equipo a mi lado y de que el buen rollo imperaba en mi negocio. Eso era algo que aprendi de mi padre: la importancia de rodearme de gente competente que ademas supiera aceptar las criticas constructivas. Uno de mis mayores logros consideraba que era el hecho de que, aunque yo fuera el jefe, disfrutaba escuchando las opiniones de mi equipo, que a menudo aportaba puntos de vista de lo mas interesantes que quizas yo no hubiera visto a priori. Me tome el cafe mientras respondia todos los emails para despues ponerme a revisar los expedientes mas importantes que estabamos tramitando en la empresa. Un rato mas tarde Carlota me aviso de que la chica a la que tenia que entrevistar ya estaba en la sala. Habia llegado puntual, asi que le dije que la recibiria sobre la marcha. Dos golpes en la puerta por parte de Carlota y abrio, alargando su mano para que la chica pasara. -- Buenos dias -- me levante y le extendi la mano -- Mi nombre es Alexis. -- Buenos dias, senor Montalvo -- me nombro por mi apellido ese que tenia claro cual era -- Soy Olivia Palma -- sonreia apretando su mano con seguridad y mirandome a los ojos. Le invite a sentarse y le ofreci un cafe, pero declino la invitacion, ya que no le apetecia. Se mostraba segura, nada nerviosa, convincente y preparada. Habia estudiado la carrera de Contabilidad y posteriormente varios masteres, a pesar de solo tener veintiocho anos. Por otra parte, desprendia clase y personalidad. Era preciosa, rubia con una melena larga y lisa, ademas de simpatica y correcta. A todas luces, se me antojo como la candidata idonea. Le comente las condiciones y no dudo en aceptar, ademas de transmitirme su predisposicion para incorporarse inmediatamente. Llame a Carlota para que le ensenara su despacho y le presentara a Elba, la asesora laboral de la empresa y la voz en todos los temas fiscales. La idea era que se pudiera incorporar al dia siguiente. Lo cierto es que aquello me alegro mucho, pues lo de perder el tiempo haciendo una entrevista de trabajo tras otra era algo que me solia molestar bastante. En cualquier caso, era una cuestion en la que no podia delegar pues formaba parte de mis obligaciones. La manana transcurrio en un abrir y cerrar de ojos. Cuando me vine a dar cuenta ya era la hora de salida de todos nosotros, ya que trabajabamos en una jornada continua de ocho a tres. Aquello era algo que tuve en mente de toda la vida y que tambien cambie cuando mi padre se jubilo. Soy de los que piensa que mejor calidad que cantidad y que una manana bien aprovechada valia por un dia entero en la oficina con la mente mas dispersa. Como colofon de la jornada me dirigi al bar de la planta baja del edificio. Alli estaban dos de mis asesores financieros, Fernando y Daniel. Fernando siempre comia algo en el bar ya que a su mujer le absorbia mucho tiempo su tienda de ropa y no volvia hasta por la noche. No tenian hijos, pero formaban un matrimonio muy consolidado. Daniel tenia cuarenta y cinco anos. Todo un mujeriego, soltero, un guapeton de esos que tenia a media isla loca, pero no se casaba con nadie. -- Hombre, el jefe -- bromeo Fernando. de trabajo tras otra -- El jefazo -- dijo Daniel. -- Necesito una cerveza -- voltee los ojos. -- ?Mal dia? -- No, Daniel, pero hoy estoy con el tema de Lucia un poco mal. Creo que cada dia me pesa mas. -- ?Cuando te toca? -- pregunto Fernando. -- Este fin de semana, pero parece que los dias no pasan. -- Ya estamos a lunes, el viernes llega volando. -- Espero, eso espero -- cogi la cerveza que me habia puesto el camarero al verme aparecer por la barra. Pedi unas tapas. Ese dia habia avisado a Fina, la mujer que me llevaba la casa por las mananas, de que no me dejara nada para almorzar, como hacia la mayoria de los dias. De ese modo, solo tendria que haberme dejado preparada la cena antes de marcharse al mediodia. Se incorporo un poco mas tarde Davinia, otra de mis asesoras financieras. Con treinta y tres anos, era muy graciosa, la alegria de la oficina, siempre amenazando a sus companeros con demandarlos por pesados. Por supuesto lo hacia de broma, pero lo decia porque su pareja, Sergio, era abogado. Ambos llevaban un tiempo conviviendo. Aquello era como una familia. Todos llevaban desde el comienzo de su carrera alli, pues habian entrado para sustituir a algunos veteranos pertenecientes a la plantilla de mi padre que se iban a jubilar y al final quedamos los jovenes, como decia mi madre. Estuve tapeando con ellos y charlando. Cuando nos quisimos dar cuenta, el reloj marcaba las cinco de la tarde, hora del cafe. Despues nos despedimos hasta el dia siguiente. Me fui hacia mi casa, me meti en la ducha y me puse comodo. Queria pasar la tarde trabajando en un expediente que necesitaba tener listo para el dia siguiente. No solia llevarme trabajo a casa a no ser que fuera necesario. Tiempo atras, cuando tenia la suerte de convivir con mi pequena Lucia, la tarde procuraba dedicarsela a ella. Una de las cosas que mas echaba de menos era darle la merienda y llevarla al parque a jugar. Llamaba poderosamente mi atencion que los que eran mis mejores recuerdos tambien eran los que mas me azotaban, pues de vez en cuando caia preso de la melancolia cuando revivia mentalmente esas imagenes. A la hora de la cena me comi el salteado de verduras que me habia dejado Fina listo para calentar. Aquella mujer era una joya, de mi total confianza. Llevaba la casa como si fuera suya y jamas habiamos tenido un desencuentro de ningun tipo. Consideraba que era suerte total porque me permitia desentenderme de todo lo que tuviera que ver con las cuestiones domesticas. Me acoste temprano ya que me gustaba descansar bien. Para hacer locuras ya estaban los fines de semana que no estaba con mi Lucia. Puse la radio, solia dormir escuchando las noticias internacionales y la tenia programada para que se apagara a la hora. No llegaba nunca ni a los treinta minutos cuando ya estaba en el septimo sueno.

  • La Idea del Millon de Pablo Poveda

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    Caballero ha tenido una idea. de un millon de euros
    Una idea que no es suya y que pondra en peligro su vida

  • Solo recuerdo tu voz de Priscila Serrano

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    Se suponia que iba a ser el dia mas feliz de mi vida. Se suponia que, tras cinco anos de estar juntos, ibamos a ser felices para siempre. Se suponia que nos conociamos hasta el punto de saber los secretos mas inconfesables. Supuse tantas cosas y se fueron al traste en menos de tres segundos. Los miseros segundos que Carlos eligio para decirme que no podia hacerlo. --Lo he intentado, de verdad. --Agacho la cabeza avergonzado--. Tu sabes que si, pero... --Pero no hay suficiente amor entre ambos como para poder superarlos, ?no? ?Es eso lo que me ibas a decir? No fue capaz de responderme, ni siquiera tuvo la decencia de hacerlo antes de ponernos frente al altar. Porque era ahi donde nos encontrabamos, delante de todos los invitados y a punto de darnos el <>. ?Se podia ser mas cobarde que el? No lo creia, estaba segura de ello. --Lo siento, Judith. Sin mas, sin darme un minuto para intentar convencerle de que lo que estaba haciendo era el peor error de su vida, porque se iba a arrepentir, se fue. Por unos largos minutos, estuve mirando al frente, creyendo que iba a volver, que se daria la vuelta y me abrazaria prometiendome que era una broma. No lo hizo, se fue sin mirar atras. Y solo cuando reaccione, corri tras el, tras el hombre que me hubo prometido hacia anos que ibamos a estar juntos para toda la vida. En cuanto sali de la iglesia, la luz del sol me dio de lleno, obligandome a cerrar los ojos unos instantes hasta acostumbrarme a su brillante luz. Aunque segui corriendo sin importar nada. Puse un pie en la carretera sin antes cerciorarme de que no viniese ningun vehiculo cuando... Senti el fuerte golpe en mi cuerpo desplazandome a su vez unos centimetros cayendo al suelo. Los gritos desgarradores de mi familia se escuchaban tan lejanos que no era capaz de distinguir a quien pertenecia. --!Judith! Capitulo 1 Judith Tiempo despues Que cansado era levantarse a las seis de la manana para estudiar. Estaba bastante agotada, pero solo me quedaban tres examenes y terminaria la carrera de Periodismo. En los momentos de aburrimiento era capaz de entender por que decidi estudiar eso. Mi cotilla interior siempre andaba leyendo las revistas, pendiente de cada lanzamiento para saber los secretos mas jugosos de las celebrities. Lo unico es que a mis veintiseis anos deberia haber terminado, pero estuve mucho tiempo incapacitada fisica y mentalmente como para ponerme a ello. Entre el intento fallido de boda y el accidente, mi vida se estropeo un poco. Cosas que pasan. Ahora intentaba ponerme al dia en todos los sentidos, los tres anos en los que ni siquiera queria ver a mis padres y mi hermano, habian sido del todo liberadores. Estuve todo ese tiempo curandome tanto en cuerpo como en alma y, aun asi, mi alma seguia destrozada; solo que la coraza que yo misma me habia puesto, no dejaba ver la angustia que aun vivia en mi interior y que creia que jamas se iria de mi lado. Tras terminar el estudio, sali de mi habitacion para desayunar algo. En la cocina me encontre a mi amiga y companera de piso, Fernanda. --Buenos dias, dormilona --dijo en cuanto me puse delante de ella. --?Dormilona yo? --Me senale con un dedo--. Llevo estudiando desde las seis de la manana. ?Acaso no ves las preciosas ojeras que ya llevo como maquillaje diario? Yo no se por que nos maquillamos, si esto --indique poniendo un dedo en mi ojo-- queda genial. Fernanda se acerco a mi y me metio el dedo en el ojo, haciendome dano por unos pequenos segundos. --Au, ?estas loca o que? Tienes la cabeza perdida del todo, eh. --Lo siento, pero es que pretendia quitarte el negro luto de tus ojos para cambiarlo por el rojo drogada. Creo que te va mejor. Intente no reirme y digo intente porque la carcajada que se me escapo de entre los labios fue tan fuerte que hasta mis padres me habrian escuchado, y eso que vivian a cinco calles de mi apartamento. No podia negar que Fernanda era capaz de hacerme reir con puras tonterias. --Asi esta mejor. Es que me agobias cuando te pones tan dramatica --refunfuno, sirviendose una taza de cafe--. Cono, ?tan dificil es levantarte con una sonrisa? Me quede en silencio de golpe, pero solo por no responderle, porque tenia razon. Pero aun me costaba despertar sintiendome en paz. Aun creia que estar viva, era pura suerte y nada mas. Habia dias en los que preferia estar dormida mas tiempo, asi como sucedio despues del accidente. Era tan relajante, me sentia tan bien. Claro que tambien ayudaba esa voz, la voz del hombre que me atropello. No sabia quien era, solo que era joven y guapo; palabras de mi madre. Vino a verme durante mas de una semana, hasta que dejo de hacerlo. Estuve en coma tres meses, descansando, y cuando desperte todos los recuerdos me vinieron como una rafaga de viento, haciendome mas dano que mis propias heridas. Y es que dolia recordar que me habian dejado plantada en el altar, solo por no ser lo suficientemente fuerte como para superar algo que aun hoy era incapaz de hacer. Era todo demasiado complicado y, Carlos, lo complico aun mas. Solo esperaba que donde quiera que estuviera, porque desde que salio de la iglesia no supimos nada mas de el, encontrase esa felicidad que tanto..., que ambos ansiabamos. --Judith, Judith. --Fernanda puso una mano en mi hombro, despertandome de mis pensamientos. --Eh, dime. --Te has quedado en Babia. ?Estas bien? --Si, tranquila. --?Segura? --insistio algo preocupada. Asenti dandole un bocado a la magdalena casera de su madre. Dora, la madre de Fernanda, siempre nos traia comida, dulces y todo lo que sabiamos que iba a las caderas. Aunque en eso yo no tenia queja, mis caderas eran bastante pronunciadas y la talla cuarenta y dos a veces me apretaba. Aunque tampoco ayudaba la estatura, mi metro sesenta y uno no era compatible con mi peso. Pero aun asi, yo me veia estupenda, nunca tuve complejos en ese sentido. Sin embargo, Fernanda era alta y delgada; demasiado, a decir verdad. Siempre me metia con ella llamandola jirafa, o esqueleto andante. Lo hacia de carino, todo hay que decirlo. Pero la adoraba con toda mi alma. Desde que la conoci en el instituto, cuando estabamos en la edad del pavo y teniamos la cara llena de acne, no nos separamos ni para ir al bano. Ella llego desde Venezuela, algo aterrada por ser la nueva y en un pais diferente, pero yo me propuse ser su angel de la guarda y nos hicimos casi hermanas. Hasta su madre y la mia ya lo eran y pasaban muchas tardes juntas, bebiendo, comiendo y poniendonos a caldo. Nos criticaban solo por no pasar tiempo con ellas, no podian entender que nosotras eramos personas muy ocupadas entre los estudios, el trabajo y las juergas a las que Fernanda me obligaba a ir. Sobre las once de la manana sali de mi apartamento junto con Fer. Ella se dirigio a su trabajo, era cocinera en uno de los restaurantes mas conocido de Madrid; y yo me dirigi a la universidad para hacer el dichoso examen que no llevaba preparado, aunque me hubiese levantado a las seis. Era un desastre. Al llegar a la universidad, me sente en la ultima fila y deje el tiempo pasar mientras me comia la cabeza buscando las respuestas correctas del examen. Las manos me sudaban tanto que el lapiz se me cayo al suelo dos veces. El profesor ya me miraba mal y con eso me demostraba que si por el fuera, estaba suspendida. --Joder --musite, tan bajito que solo yo debia escucharlo. Aunque siempre estaba el tipico que estaba pendiente a todo y el siseo tenia que darmelo. Mire a mi derecha y dos sillas mas alejadas de mi, estaba el susodicho que me callo. Lo mire con el ceno fruncido en cuanto se puso un dedo en los labios, insistiendome. --Callate tu, pesado --respondi supuestamente bajito, supuestamente, porque el profesor se acerco a mi y me quito el examen de entre las manos. --Creo que has terminado, ?verdad? --aseguro, mirandome con una ceja alzada. Trague saliva hecha un manojo de nervios. Nunca en mi vida me habia pasado esto. Negue, aferrandome al folio del examen, casi tirando de la hoja porque el tambien lo hacia. --Suelte el examen, Srta. Robles. --No es justo, el ha sido el culpable --me queje como si fuese una nina pequena. --No mienta, llevo observandola un buen rato y el Sr. Castillo no ha hecho mas que intentar callarla. Rode los ojos ofuscada y me levante para despues empezar a recoger mis pertenencias. Me di cuenta de que el estupido con apellido estupido no dejaba de mirarme con una sonrisa llena de suficiencia que le hubiera quitado de un punetazo. El profesor Navarro tampoco dejaba de mirarme y ambos me tenian hasta el mismo... Me di la vuelta tras terminar de recoger y me dirigi hacia la puerta para marcharme; porque, si no me iba a dejar de terminar el examen, ?para que quedarme en el aula? --Espere, Srta. Robles. Manana la quiero aqui a las nueve de la manana. Tendremos una tutoria --exigio el muy... <>. Asenti con una sonrisa fingida y sali de alli y, por consiguiente, de la universidad. El haber salido mas temprano me dejaba tiempo para aburrirme, asi que me subi a mi coche y conduje hasta la casa de mis padres para verles. Hacia ya una semana que no los veia, pero es que con los examenes estaba demasiado estresada como para lidiar con ellos por mas de media hora. No era que no los aguantara, pero mis padres se pasaban el dia quejandose por todo y eran agotadores. Cuando llegue, aparque en el aparcamiento de mis padres y me encamine al ascensor para despues marcar el numero tres. Ya frente la puerta, toque un par de veces y me abrio la puerta mi madre. --Hombre, pero si tengo una hija --se quejo, obligandome a desear irme sin llegar a pisar la casa. --Mama, no empieces, por favor --pedi en tono conciliador. --Es que no me negaras que parece que solo tengo a Jesus. Me dejo pasar tras darle un beso en la mejilla y fui hasta el salon para sentarme en el sillon de mi padre. Como no estaba, cosa rara, aproveche porque el sillon era tan comodo que hasta seria capaz de echarme una buena siesta. --?Donde esta papa? --me interese viendo como recogia la ropa que tenia sobre el sofa. --Ya sabes, a esta hora esta con los amigotes tomandose una cerveza en el bar de la esquina. A no, como lo vas a saber si no vienes a vernos --volvio a quejarse y yo puse los ojos en blanco. --Hace bien --respondi sin ser consciente de lo que mi respuesta iba a provocar en mi madre, ademas de evitar su chascarrillo. Que, de llegar a saber que se pondria asi, me hubiese callado. El problema estaba en que yo era igual que mi padre, no era capaz de cerrar la boca cuando habia que hacerlo. Era un defecto que teniamos ambos, segun mi madre.

  • La comunidad secreta de Philip Pullman

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    Philip Pullman regresa al mundo de La Materia Oscura con esta maravillosa segunda entrega de la serie EL LIBRO DE LA OSCURIDAD.
    Han pasado veinte anos desde los sucesos acaecidos en La bella salvaje. En el primer volumen de El libro de la oscuridad, se narraba el trascendental viaje que emprendia Lyra Belacqua siendo un bebe.
    Ahora, en La comunidad secreta, nos encontramos con Lyra Lenguadeplata, y ya no es una nina...

  • En la piscina vacia de Felix Sabroso

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    Llevaba ya mas de dos anos sin escribir. Casi ni siquiera fantaseaba con hacerlo. Me habia dedicado un tiempo, demasiado, a esa pequena literatura oral que nos convierte en charlatanes de fiestas, sobreactuados de red social, manipuladores de las palabras en favor de un goce no siempre de ida y vuelta. Un intenso palabritas, sobrado y elucubrador. Un pesado a evitar, soportable solo a ratos. Siempre conseguia eludir el papel. No queria bajar al sotano, aterrado ante el sonido que de alli me llegaba. No era un sonido, era un terrible olor que a duras penas conseguia disfrazar, un hedor sonoro como un grito podrido. Pensaba a menudo que era cuestion de tiempo, de rachas, periodos de observacion y reflexion, de etapas de llenado. Acumulando sin discriminar, como si todo fuese informacion, como si todo me sirviese alguna vez para algo en mi Diogenes absoluto. Amontonando vivencias apestosas, situaciones y miradas como bolsas de basura apiladas en los pasillos... Me castigaba y me toleraba al mismo tiempo. Siempre supe hacerlo, combinar indulgencia y autorreproche, mi coctel favorito. Pero en cada uno de aquellos dias habia siempre un momento para la decision y la audacia, asi me convencia de que estaba intentando remediarlo, de que arrancaria con la escritura por fin partiendo de cualquiera de las innumerables ideas que diariamente hacian en mi el camino de entrada y salida. Cualquiera de ellas, incluso la peor de todas. La satisfaccion estaba solo en pensarlo: un goce neurotico, una fantasia analgesica y paralizante. El cuerpo obedece con automatica ferocidad y busca caminos para nuestros mas titubeantes requerimientos, casi siempre en contra de nosotros mismos. El cuerpo gobierna y, atendiendo a ese deseo de volver a escribir, realizo algunos movimientos, intentando ponerle remedio de la unica manera que sabia: haciendo mas ruido aun, rompiendolo todo y poniendome en jaque. Asi, una noche en la que el olor estaba a punto de asfixiarme, mi cuerpo abrio las ventanas de par en par; y alli estaba el, husmeando, merodeando. Y yo, claro, lo deje entrar. Aun confundo el momento exacto en que entro en mi vida, pero esta intacto el retrato mental que me hice de el. Era un torpe, un ambicioso, el muchacho sordo y mudo que tenia todos los nombres y ninguno. Ese idiota innecesario al que invitaria al festin con mi desden de vampiro amateur y mi exceso de falso enamorado de la vida sin decirle que el era la unica vianda. Lo habia visto ya antes, a distancia, y sabia lo que estaba haciendo. No eran, ni por asomo, pasos inocentes los suyos, pero los mios tampoco. Comence con algunas frases tontas y el respondio con algun cuestionable halago. Luego, un gesto suyo de prematuro desinteres fue decisivo para que afilase mis colmillos y me tirase en barrena a por el a una velocidad vertiginosa y comica a un tiempo. Se llamaba Victor, como siempre humilde y pretencioso como el charol embarrado de un zapato que no esta hecho para caminar y que sin embargo lleva ya el cuentakilometros al limite. Podria completar la descripcion pero lo cierto es que el dibujo a trazo gordo del idiota interesado saltaba de el a mi como las pulgas... Y nos fundiamos, o mejor, nos confundiamos, mezclandose nuestros rasgos de origen antagonicos hasta el mimetismo absoluto, como en esos videoclips con morphing de los noventa. Asi, a veces yo era el y otras el era yo, a veces moria de pena por el y otras me lamentaba de mi mismo. En cuanto a el, tambien a veces le ocurria todo, pero casi siempre nada. Podria dedicar mas tiempo a describir con detalle todos los episodios de esta breve relacion que venia a colmar el vaso, a provocar un equilibrio a traves de un gran desastre, a cambiar las cosas quiza o a desmontarlas definitivamente para que nada se moviese. Podria contarlo, disfrazando habilmente las obviedades, porque tengo cada instante de aquellos escasos dos meses minuciosamente elaborado y, por supuesto, reinventado: cuando el idiota se hizo listo, cuando yo me volvi idiota, cuando manipule triunfante, cuando me dieron la vuelta, cuando crei amar, cuando jugue sin piedad, cuando creyo amar el, cuando me desprecio, cuando se sintio despreciado, cuando nos reimos todos de el, cuando el se rio el ultimo... Pero definitivamente esto no es una cancion de amor, hablamos del egoismo y sus excelencias, asi que el relato exige a gritos una elipsis. Se trataba de un asunto de dos tan intenso como comun, tan brillante como repetido, de tal manera que todo el que fuese ajeno a aquella borrachera emocional, es decir, todo el mundo excepto yo, lo encontraria, sin duda, eludible, inutil, soporifero y no pasaria de estas primeras paginas. Malos tiempos para cuentos de amor con el unico y endeble fin de emocionar, para historias esperanzadoras que no han sido desvirgadas por venenosos puntos de giro, para paginas y paginas de dulce retrato prenado de eficaz empatia pero sin cargas de dinamita ocultas tras cada punto y aparte. Nada de eso. Voy a ir a lo que considero sin duda el verdadero arranque de la cuestion. Dare un salto mortal para situarme directamente en el momento en que mate a Victor. Aquella imborrable noche en la que destroce a ese muchacho de tal modo que no lo reconocio ni su madre. 2 Comienzos exagerados de eyaculador precoz. Siempre me pongo el liston muy alto para asi defraudar y defraudarme, creando para mi mismo un apacible fracaso, una emocion familiar que me devuelve al mismo lugar: ese narcotico confort donde siempre me rindo, me inmovilizo y apago el ruido. Destroce a aquel muchacho de tal modo que no lo reconocio ni su madre. !Que exageracion tan resultona! Soy un gandul acomodado con infulas de roquero que confunde a la audiencia haciendole esperar algo mas audaz, incorrecto y emocionante de lo que en realidad fue: ni un crimen de pasiones del hemisferio sur, ni el de un psicopata descuartizador, ni el de un escritor asesino con complejo de Dios --creador y destructor, filosofia y metafora del mundo que se desmorona, la podredumbre de la sociedad del exito, ego y naturaleza creativa--. Nada de eso. Fue solo un torpe accidente: no conduzco bien, no conduzco nada y habia bebido tanto como una comunidad autonoma. No estaba colerico ni desesperado, no se me habia colmado el vaso, aun no estaba a punto para la revolucion que posteriormente protagonizaria. Solo fue una llamada de atencion, un trailer promocional, una actuacion histerica e innecesaria: me largaba de la fiesta de cumpleanos de Adriana, mi editora, tras discutir con ella -- desacuerdos y amenazas-- y despues de una sobredosis de impertinencias de Victor. Pero la fiesta la dejamos para luego. Ahora vamos al accidente: a la rueda que marcha adelante y atras, al neumatico chirriante, a mi mano errada titubeando con las marchas, quemando el mecanismo, a su cabeza arrastrandose por el asfalto, al chof de cucaracha aplastada, al ruido de la maquina cuando cruje al ser. Le habia pedido las llaves de su coche. Nos conociamos hacia apenas dos meses y era nuestra primera fiesta juntos, pero el ya sabia perfectamente que yo no conducia nunca y se hacia evidente que estaba muy borracho. Aun asi me las dio. La indolencia y la irresponsabilidad impidieron que Victor dudase ante mi solicitud, muy propio de una generacion en la que debieron verter sosa caustica sobre el neurotransmisor encargado de la empatia con el projimo. Sali de aquel chale --oda tantas veces repetida al siglo XX y sus excelencias decorativas-- haciendome notar, interpretando el orgullo, la altivez y la radicalidad de alguien que hubiese llegado a una suerte de conclusion iluminada: una tontuna en contra de todavia no sabia que... Como pude llegue al coche y, tampoco se como, consegui meter las llaves en el contacto. El equipo de musica se activo enseguida, saturando y aniquilando mas si cabe mi percepcion del entorno. Sonaba un CD del chico, una macarrada infumable. No lo apague. La senti de pronto como la banda sonora perfecta para dar contenido a mi terrorista interior; en ese momento yo era Victor. Y probablemente tambien Victor fuera yo, porque hizo lo que sin duda hubiese hecho yo mismo: seguirme arrepentido hasta el parking. En nuestros escasos encuentros esos habian sido los pequenos gestos que yo interpretaba como amorosos, no habia otros a los que asirse. Asi se construia nuestro endeble y enganoso asunto. Victor me siguio preocupado y a mi, subjetivo como mi oficio, estos cuasigestos me ponian hasta el culo de endorfinas. Probablemente solo penso --porque efectivamente alguna vez parecio hacerlo (mas por fria templanza que por comun proceso reflexivo)-- en como cono volveria a su barrio desde aquella urbanizacion tan irritantemente desubicada, o quiza temio que me cargara su coche, su unica y mas preciada propiedad: una chatarra patria de tercera mano. Di marcha atras. No lo vi, nunca lo veia y esta vez tampoco. No supe que era lo que se habia enganchado, primero a las ruedas y luego al chasis inferior. Lo arrastre una y otra vez. En lugar de frenar, debi de concluir que la mejor manera de deshacerme del bulto seria superarlo, pisotearlo hasta que se soltase. Tambien soy asi, cuando la cago insisto hasta la gran cagada y remato... No fue tan facil mover el vehiculo adelante y atras, pero segui hasta acabar envolviendolo todo en humo. Por fin me detuve y baje del coche. Alli estaba Victor: sus zapatos pretenciosos me enternecieron. Me di cuenta por primera vez de que los llevaba para buscar mi aprobacion, otro gesto que sobreinterprete nuevamente como mudo acto de amor. Asi, antes del horror, primero senti lastima de aquel pobre hombre que en ese momento era yo; antes del horror, me cupieron incluso las milesimas ironicas, el chiste que enciende la culpa inmediata y te obliga a recular sobre ti mismo. Una casi risa ante sus delgadas piernas saliendo por la parte trasera del vehiculo: una imagen de dibujos animados, el coyote aplastado. ?Por que no grito? ?Por que cayo inerte desde el primer instante como un saco de patatas? No somos de piedra y, aunque recorramos carreteras secundarias ante el dolor --humor, escepticismo, lastima--, al final, en estas situaciones, de un modo o de otro, siempre acaba teniendo lugar la unica posible emocion de resultante logica: el horror absoluto. Vomite, me cegue y camine por las calles oscuras de la urbanizacion hasta poner entre ambos toda la distancia posible. Pero no la suficiente. Victor se quedaria conmigo mucho tiempo. ?Como llegue hasta el centro y hasta mi casa desde aquella colonia periferica? Eso es otra elipsis. El caso es que llegue y no debi tardar tanto porque la enajenacion nerviosa no me habia abandonado aun... Asi comenzo todo: el panico, la espiral de errores, las hojas de periodico tapando las ventanas, el fantasma maltratador, la locura absoluta... Pero rebobinemos hasta Adriana, mi editora, su cumpleanos, la fiesta y un grabado de Baco

  • Es mi vida de Fortunata Barrios

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    Antes que el amor romantico, y tanto como el sexo, la amistad puede ser el vinculo mas incombustible entre los seres humanos. Amalia y Vero se rencuentran tras decadas sin verse, y acuerdan un intercambio electronico. ?Que se escriben dos antiguas companeras de colegio cuya amistad quedo interrumpida por una circunstancia adversa?

  • Maquillaje para chicas con prisas de Georgina Geronimo

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    No necesitas maquillaje, pero. !es taaaaan divertido el color! !Se ve una taaaaan glamurosa cuando se pone un poco de mascara de pestanas! Y el maquillaje no solo es diversion, tambien es poder, y es poderoso, porque pocas cosas te hacen sentir tan segura de ti misma como un buen morro rojo cuando estas de bajon. Aprende a usar ese poder, a conseguir el efecto <> en cinco minutos de reloj y !prepara los pinceles! Porque aprenderas a sacar el maximo partido a tu belleza en muy poquito tiempo, y el resultado va a ser es-pecta- cu-lar.