• checo martinez - Checko Martinez

    https://gigalibros.com/el-protector-elegido.html

    La ciudad de Terrance Mullen esta siendo atacada por seres sobrenaturales. Solo el Protector Elegido y sus amigos podran ponerla a salvo.

  • Checko E. Martinez - Amazon.com

    https://www.amazon.com/Checko-E.-Martinez/e/B00N478H9C%3Fref=dbs_a_mng_rwt_scns_share

    Sus libros son una mezcla de drama sobrenatural con mucho misterio, y están sumamente recomendados para aquellos que les encanta la lectura con un montón de ...

  • Checko E. Martinez: Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Libros-Checko-Martinez/s?rh=n%3A599364031%2Cp_27%3AChecko+E.+Martinez

    Secretos del Pasado: Una novela de misterio sobrenatural, fantasía y suspenso (El Circulo Protector nº 1). de Checko E Martinez | 17 agosto 2016.

  • Secretos del pasado by Checko E. Martinez - Goodreads

    https://www.goodreads.com/book/show/31568438-secretos-del-pasado

    SECRETOS DEL PASADO Libro #1 de "El Círculo Protector" (Una novela de suspense y misterio sobrenatural que te mantendrá atrapado capítulo tras capítulo)

  • Checo Para El Viajero - MARTINEZ MONGE ( TRAD.) - Agapea

    https://www.agapea.com/libros/Checo-para-el-viajero-9788408069614-i.htm

    Comprar el libro Checo para el viajero de Alejandro; Martínez Monge ( trad.), Editorial Planeta, S.A. (9788408069614) con ENVÍO GRATIS desde 18 € en nuestra ...

  • Nuevo libro en camino: Orígenes - Checko E. Martinez - Facebook

    https://tr-tr.facebook.com/checkobooks/videos/274163097769153/

    Nuevo libro en camino: Orígenes. ... Checko E. Martinez'in diğer videoları ... Mi nombre es Checo E Martínez, soy autor de Misterio y Ciencia ficción, ...

  • EI escritor checo... - Eduardo Martínez Moreira - Librería

    https://www.facebook.com/EduardoMartinezMoreira/posts/ei-escritor-checo-bohumil-hrabal-trabaj%C3%B3-como-empacador-en-una-prensa-de-recicla/3677448998959699/

    El protagonista, enamorado de los libros, sabe que en su prensa expiran obras maravillosas, pero no puede detener el flujo de la destrucción. «No soy sino un ...

  • Libros gratis de Sergio Martínez - Hola Ebook

    https://www.holaebook.com/autor/sergio-martnez.html

    Libros de Sergio Martínez para descargar gratis en formato epub, mobi y pdf. Baja todos los libros de Sergio Martínez para tu Kindle o cualquier lector de ...

  • Alfonso Martínez Garrido - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/Alfonso_Mart%C3%ADnez_Garrido

    Premio Nadal, de novela, en 1964 con El miedo y la esperanza, libro traducido al alemán y checo; tiene por base un episodio bélico (sin localización nien ...

  • Somos tu y yo de Claudia Velasco

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    Un amor inmenso e inquebrantable que desafiara las reglas y convenciones sociales.

  • Cupido por una vez de Yami Krismiya

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    Cuando Elizabeth descubre que el hombre del cual estaba profundamente enamorada sera su futuro cunado, se aferra a su mejor amigo: el alcohol.En una noche de desenfreno, en la que se pasa de mas con las copas, ofende a voz en grito al dios griego del amor. Cuando este desciende de sus dominios para atender al llamado, pidiendo explicaciones por la ofensa, no puede evitar iniciar un peligroso juego.Elizabeth debera unir a tres parejas de un solo flechazo. Todas deberan ser perfectas, amor verdadero. Asi, y solo asi, podra olvidar los sentimientos que alberga por el novio de su hermana, Jane.

  • Donde desaparecen las estrellas de Monica Banos

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    Si hay algo que caracteriza al pequeno pueblo costero de Melia es la creencia popular de que las estrellas pueden influir en la
    vida de sus habitantes. Alli vive Gala, una joven que pasa los dias trabajando en una floristeria. Todo cambiara con el regreso de Nestor, uno de sus mejores amigos de la infancia. Pero Gala ya no es la misma: una serie de acontecimientos que tuvieron lugar en el ultimo ano la han vuelto solitaria y algo hurana.
    Cuando se le presenta la oportunidad de trabajar para el periodico local y disipar asi los malos recuerdos que la acechan, se cruza en su camino Constanza, una elegante anciana que sacara a la luz secretos de la familia de Gala tenidos de dolor, pero, sobre todo, de esperanza.
    Gala debera aprender a perdonar a los fantasmas de su pasado, mientras encuentra la manera de perdonarse a si misma.

  • Buscando a Caleb de Anne Tyler

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    La busqueda de Caleb, el hermano de su abuelo que un buen dia desaparecio hace 60 anos, se convierte para Justine en la busqueda de su propia vida.

  • Hola Hermosura de Carmen De La Torre

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    Tras el fallecimiento repentino de su abuelo, Clara, una chica de ciudad, regresa al pueblecito natal familiar de Guadalajara, al que no volvia desde hacia mas de dieciseis anos, convertida en una autentica <> que no pasara desapercibida.
    En el pueblo Clara se reencontrara con antiguos companeros y amigos de la infancia que, para su sorpresa, se han convertido en atractivos muchachos, y acabara teniendo varios encuentros con un misterioso y atractivo joven que no resultara ser otro que Andres, el nino <> que, cuando eran pequenos, estaba <>.
    ?Como reaccionara Clara al descubrir que Andres se ha convertido en un apuesto e irreconocible conquistador?

  • Durmiendo en el fuego de Benjamin Ruiz

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    En “Durmiendo en el fuego” la historia parte de un momento distinto al que dejamos: el dia anterior a su partida para localizar a su amor de juventud, Toni Hernandez sufre un accidente de trafico que lo deja sumido en coma durante seis meses. Despierta con amnesia y tarda casi doce anos en recordarla. Cuando por fin lo hace, rompe con su vida anterior y emprende un viaje de mil kilometros para encontrarla, pero ella se ha esfumado como un fantasma y Toni tratara de reconstruir su vida por medio de entrevistas y conversaciones con las personas que la trataron, aunque sin renunciar a reencontrarse con la mujer que le robo el corazon diecisiete anos atras. Rachel es esa mujer cuyos ojos llamean, que no parece envejecer y que arrastra una maldicion que marcara la vida de Toni hasta el punto de replantearse sus propios sentimientos hacia ella y elegir entre lo que dicta su corazon o lo que aconseja su cerebro.

  • El Tiempo Heredado de Emilio Gutierrez Caba

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    Un recorrido por la saga familiar que ha definido el teatro espanol durante decadas.

  • Trilogia El Club (3 en 1) de Nina Klein

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    Este libro es una recopilacion de las tres primeras historias pertenecientes a la serie “El Club”, la historia completa de Mark y Caroline: “El Club”, “Una noche mas” y “Todos tus deseos”….Caroline esta harta de citas cutres en Tinder y de desperdiciar sabados por la noche en tipos que no merecen la pena.Cuando le cuenta su ultimo desastre a Chloe, su companera de oficina, esta le da una tarjeta misteriosa, con un palabra grabada en ella: Poison.

  • Subastada de Mia Ford

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    Katrina Donovan Nunca pense que cuatro palabritas pudieran tener tanto impacto en mi vida. Si me hubieras dicho ayer, o incluso esta manana, que los planes que habia trazado tan cuidadosamente para mi futuro desaparecerian al girar una tarjeta, habria dicho que estabas loco. Por otra parte, yo era la hija de Tommy Donovan, y Tommy Donovan posiblemente tuvo la peor suerte de cualquier jugador al este del Mississippi. Viviamos en un pequeno apartamento, encima de un bar de mala muerte, desde que mi madre murio de cancer hacia diez anos y el aposto todo lo que teniamos. Recuerdo que un dia llegue de la escuela y encontre un camion de mudanzas alquilado, frente a nuestra bonita casa de los suburbios. Mi padre cargo nuestras pertenencias en la parte trasera a un ritmo acelerado, como si tuvieramos que irnos lo mas rapido posible porque algo maligno se dirigiera hacia nosotros. Me quede alli, con mi pequeno uniforme escolar y los libros aferrados a mi pecho, preguntandome que pasaba. Me dijo que me subiera al camion y me quedara callada. Hasta el dia de hoy, no se que paso exactamente o por que tuvimos que irnos tan rapido, aparte de que habia perdido nuestra casa y la mayoria de nuestras posesiones jugando a las cartas. Pense que ya habian terminado sus dias de juego porque no teniamos nada mas que perder. Supongo que me equivoque. --Me van a matar --dijo mi padre en voz baja, como si estuviera hablando consigo mismo, o con alguien que no fuera yo. Mire hacia arriba, desde el otro lado de la mesa de naipes plegable que habiamos encajado en un rincon de nuestra cocina, y frunci el ceno. Por un momento, pense que habia imaginado su voz porque estaba sumida en mis propios pensamientos. Ya casi no hablabamos, ni siquiera el domingo, el unico dia que nos sentabamos a comer juntos. A mi madre le encantaban las cenas familiares de los domingos y no permitia que nada interfiriera en ellas, incluso los malos habitos o adicciones de mi padre. --No pido mucho, Tommy Ray Donovan --solia decir ella, aunque no podia recordar el sonido de su voz. Era irlandesa y tenia un encantador acento que esperaba heredar algun dia--. No tienes que ir a la iglesia, pero al menos puedes sentarte una hora y comer con tu familia. Nunca entendi su entonacion irlandesa. Mi voz es ronca y mi lengua afilada como la de todos los demas en el vecindario. Ademas, la cena de los domingos ya no era tan importante como antes. Supongo que ahora solo hacemos lo justo para honrar su memoria. Muchos domingos, mi padre se va antes de que yo me levante de la cama y no vuelve hasta la hora de abrir el bar para el almuerzo del lunes. Nunca hemos estado muy unidos. Yo era una nina de mama y el preferia la compania de sus companeros de juego a su familia. Ahora, simplemente compartiamos un espacio vital, no un hogar. Rara vez hablabamos, porque ninguno de los dos tenia mucho que decir al otro. Era como si todo estuviera dicho y no hubiera necesidad de decir nada mas. Estabamos esperando que pudiera entrar en una buena universidad para perseguir mis propios suenos y dejar atras mi antigua vida. A veces, me preguntaba si volveria a ver a mi padre despues de que me fuera a la universidad; si sobreviviria sin mi o si, simplemente, beberia hasta morir sin que yo estuviera cerca para cuidarlo. Ni siquiera se si me importaria, en el caso de que eso sucediera. Lo observe por un momento sin decir una palabra. Tenia la cabeza gacha y parecia murmurar para si mismo, mientras recogia la comida de su plato con un tenedor. No habia comido ni un bocado del pastel de carne que habia hecho, ni el pure de patatas instantaneo que habia cubierto con mantequilla y sal. Nunca ganaria un premio de cocina, pero nos permitimos el lujo de la carne una vez a la semana. Normalmente, devoraba lo que le ponia delante, como un hombre hambriento. Luego pedia mas antes de que pudiera darle un bocado. Sabia que algo tenia que estar muy mal si se dedicaba a pinchar el pastel de carne con el tenedor en vez de meterselo en la boca. --?Le ocurre algo al pastel? --Habia probado un trozo y estaba muy bueno, o tan bueno como podia estar mi version de pastel de carne. No me gustaba mucho la carne, lo que me venia bien ya que rara vez podiamos comerla. No me malinterpretes, no eramos pobres ni pasabamos hambre, pero andabamos siempre escasos de dinero, a pesar de que el bar era un buen negocio la mayoria de las noches. Sabia que mi padre se embolsaba mucho del dinero que venia de la caja y eso estaba bien. Era su negocio, su vida y tenia pensado salir de alli pronto, con o sin su ayuda. --?Necesitas ketchup? --Le entregue la botella. --No --dijo en voz baja. --Entonces, ?que te pasa? --?Has oido lo que he dicho? --Sono, irritado. --Supongo que no. --Deje el tenedor a un lado. Respire hondo y lo sostuve mientras ponia las manos en mi regazo y formaba dos punos apretados. Tenia la sensacion de que ese dia era igual que el que llegue a casa y lo vi cargando el camion de la mudanza. Algo malo se nos venia encima otra vez. Lo sabia. Me prepare para lo peor. --Me van a matar --susurro. Dejo el tenedor y presiono las palmas de las manos contra la mesa, una a cada lado del plato, como si tratara de evitar que la mesa flotara en el aire. Miro hacia arriba con lagrimas en los ojos--. Me van a matar. Y no puedo evitarlo. Sacudi la cabeza para asegurarme de que habia escuchado bien. Recorri su cara un segundo con la mirada y tuve la sensacion de estar mirando a un extrano. No me habia dado cuenta de lo viejo y castigado que estaba. Solo tenia cincuenta y siete anos, pero parecia estar mas cerca de los cien. Su rostro, que antes era agradable, era regordete y rojo por la bebida. Pequenas venas azules trazaban un mapa en sus abultadas ojeras y a traves de su engrosada nariz. Su piel estaba cenicienta, como la de un hombre que no habia visto el sol en mucho tiempo. Habia engordado y estaba perdiendo el pelo. Y tenia grandes lagrimas en los ojos. Eso fue lo que me pillo desprevenida, dandome a entender que algo andaba mal. Nunca habia visto a mi padre llorar. Ni siquiera cuando enterraban a mi madre. --?Quien va a matarte? --Force una pequena sonrisa de incredulidad. Mi padre no era bromista, pero no creia que hablara en serio, aunque su expresion indicaba que lo era.--. Jesus, papa, ?que has hecho? Respiro hondo y se estremecio. Cuando saco las palmas de las manos de la mesa, dejaron un perfecto perfil de sudor en la superficie. Las froto y evito mirarme a los ojos. --Tengo deudas. --Se limpio la nariz en el dorso de la mano--. Tengo deudas con alguna gente. --?Que clase de deudas? --Ya imaginaba la respuesta, pero queria que confesara en voz alta. Cruce los dedos sobre mi regazo para que no me temblaran las manos--. Papa, ?que deudas y que gente? Levanto la vista por un segundo y luego, rapidamente, miro la placa que aun estaba frente a el. Parecia que estaba rezando mientras decia en voz baja. --Deudas de juego. Y quienes son las personas no importa, solo que quieren su dinero para fin de mes o me mataran. Tome aire con lentitud y lo deje salir igual de despacio. Era triste, pero no me sorprendia lo que acababa de escuchar. Sinceramente, me sorprendia que no hubiera pasado antes. --?Cuanto debes, papa? --Hice la pregunta con calma, aunque por dentro estaba destrozada --. ?Papa? Mirame y dime cuanto debes. Levanto los ojos lentamente y dejo escapar un largo suspiro. Se limpio los mocos con la mano otra vez y se froto un nudillo de la otra mano bajo los ojos. --Setenta y cinco mil dolares. --!Jesucristo, papa! ?Como puedes perder setenta y cinco mil dolares jugando a las cartas? --Ladre sin querer y se estremecio ante el tono de mi voz, como un cachorro reganado por su dueno. Alce los punos y los coloque en la mesa, como si estuviera lista para golpear al aire o a su nariz. --Lo perdi jugando a las cartas. Tambien, apostando a los caballos. No pude evitar que se me abriera la boca e incline la cabeza, como si me pesara una tonelada. --?Caballos? Papa, ?que cono sabes tu de caballos? --No uses ese lenguaje en esta casa. --Fruncio el ceno--. Tu madre no lo aprobaria. --!Mi madre tampoco aprobaria que perdieras setenta y cinco mil dolares! --Grite. De repente me puse furiosa con el y no pude evitar golpear la mesa con los punos--. Oh, Dios mio,

  • Y ahora, volved a vuestras casas de Evelyn Mesquida

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    La tragica y olvidada historia de los espanoles que combatieron al enemigo nazi.

  • No te atreveras de Ana Maria Gonzalez Lopez

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    Tras la repentina muerte de su prometido, Sofia decide mudarse a Madrid con una antigua amiga del colegio. Buscando trabajo como profesora, se encuentra con Leonardo. Este es un futbolista de elite el cual tiene un problema con su hijo de ocho anos. Inicialmente, su relacion profesional y personal sera un verdadero desastre, debido a que ella se instalara en su casa como profesora interina, y hara estragos en la vida de pareja que tiene Leonardo con la famosa modelo Isabella. Leonardo poco a poco vera en Sofia aspectos de su difunta mujer, mientras que Sofia tendra que lidiar con los abusos sexuales que se produjeron en su ninez. Entre los dos nace algo mas que atraccion. ?Podran lidiar con sus nuevos sentimientos?

  • Ella es lady escandalo de Kate L. Morgan

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    Rayner Dankworth trato de escapar del pasado, renuncio a su titulo nobiliario como heredero del ducado de Letterston, se marcho de Inglaterra para comenzar de nuevo, pero ahora tiene que regresar a Pembroke House. Su abuela, la duquesa viuda, ha enfermado de gravedad. Su hermano menor ha desatado un buen lio famiar, y el tiene un asunto que resolver con cierta dama para terminar de enterrar a sus fantasmas.

  • Una estrella para el demonio de Ahna Sthauros

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    El antano general ruso Leivan Angelovitch se ha convertido en demonio de la lujuria por culpa del engano del Angel Caido llamado Dazel. Su hermosura y esa sensualidad que exuda de forma automatica lo han llevado a ser uno de los demonios mas poderosos, pero, ahora, sus existencia gira alrededor de dos conceptos: el odio y la venganaza.

  • Irina de Empar Fernandez

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    Una nina que sobrevivio al silencio y a la distancia, una novela sobre la tragedia del exilio republicano en Rusia.

  • El pequeno libro de las grandes feministas de Julia Pierpont

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    En este luminoso volumen, la exitosa escritora del The New York Times, Julia Pierpont, y la artista Manjit Thapp combinan biografias breves, vibrantes y sorprendentes con preciosos retratos de “santas” seculares, campeonas de la fuerza y el progreso: mujeres que sacudieron la tierra, rompieron techos e hicieron explotar los moldes.

  • Loco de Amor (Los McCarthys de Gansett Island 2) de Marie Force

    https://gigalibros.com/loco-de-amor-los-mccarthys-de-gansett-island-2.html

    Joe Cantrell, propietario de la Compania de Ferry de Gansett Island, ha estado enamorado de Janey McCarthy desde que tiene uso de razon. Al mismo tiempo, Janey ha estado saliendo y posteriormente se ha prometido al futuro medico David Lawrence. Cuando las cosas se ponen fatal entre David y Janey, esta llama a su “quinto hermano” Joe, una de las pocas personas en su circulo cercano que vive en el continente. Janey decide que pasar unos dias con el es justo lo que necesita antes de volver a casa y hacer frente a sus padres y familiares con la noticia de su compromiso roto. Ya era demasiado malo para Joe tener que amar a Janey en la distancia pero tenerla en casa es una autentica tortura. ?Aprovechara esta oportunidad para mostrarle lo que podrian tener juntos? ?Que tendra que decir el mejor amigo de Joe y el protector hermano mayor de Janey, Mac, al respecto?

  • La Princesa (Hermanas MacBride) de Kira Freitas

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    Libro 03 de la Trilogia de las Hermanas MacBride

  • Uno de los nuestros (Tracy Crosswhite 5) de Robert Dugoni

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    ubre con sorpresa que el sospechoso presta servicio en la base naval de la localidad. Poco despues, una decisiva prueba incriminatoria desaparece y el tribunal militar encargado del juicio acaba absolviendo al acusado.

  • El Asombroso Viaje de Pomponio Flato de Eduardo Mendoza

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    En el siglo I de nuestra era, Pomponio Flato viaja por los confines del Imperio romano en busca de unas aguas de efectos portentosos. El azar y la precariedad de su fortuna lo llevan a Nazaret, donde va a ser ejecutado el carpintero del pueblo, convicto del brutal asesinato de un rico ciudadano. Muy a su pesar, Pomponio se ve inmerso en la solucion del crimen, contratado por el mas extraordinario de los clientes: el hijo del carpintero, un nino candoroso y singular, convencido de la inocencia de su padre, hombre en apariencia pacifico y taciturno, que oculta, sin embargo, un gran secreto. Cruce de novela historica, novela policiaca, hagiografia y parodia de todas ellas, aqui se ajustan las cuentas a muchas novelas de consumo, y se construye una nueva modalidad del genero mas caracteristico de Eduardo Mendoza: la trama detectivesca original e ironica, que desemboca en una satira literaria y en una desternillante creacion novelesca.

  • Querida Enemiga de Vanessa Lorrenz

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    Marian nunca supo lo que era tener una familia, la unica que siempre habia estado a su lado era su amiga Olivia, ambas encontradas el mismo dia abandonadas en la puerta de un orfanato. Eran inseparables y para Marian su amiga era su hermana. Por eso cuando Olivia entra en la alta sociedad londinense al ser hija de un duque, la vida de Marian cambia por completo.
    Intrigas, pasion, enemistades disfrazadas de amistad, una lucha entre dos mujeres por conseguir recuperar su pasado, y el dolor de la traicion, es un poco de lo que encontraras en Querida enemiga: ?Hasta donde eres capaz de llegar por amor?

  • El inquilino de la Alhambra de Roberto Wolfgang Conde Schuh

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    Abdel, hijo de Hassan, medico que durante anos ha cuidado de la salud de Mohamed (sultan de Granada) y famoso por curar lo que a otros les era imposible, tiene que salir huyendo repentinamente de la ciudad para proteger a su familia.

  • Una comida en invierno de Hubert Mingarelli

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    Al amanecer, en uno de los desolados inviernos de la Segunda Guerra Mundial, tres soldados alemanes se arrastran por los helados campos de Polonia. Tienen ordenes de rastrear la zona y volver con <>. Tras atrapar a un joven judio escondido en el bosque, el grupo hace un alto en una cabana abandonada antes de regresar al campamento con su presa. Mientras con sus escasos recursos intentan encender fuego y preparan la cena, se suma al cuarteto un cazador polaco cuyo virulento antisemitismo eleva la tension de una atmosfera ya de por si a punto de estallar. A medida que avanza la velada y las implicaciones ultimas de su mision van perfilandose con mayor claridad, las lealtades y vinculos de unos hombres hambrientos, agotados e inmersos en un conflicto cuyas dimensiones y consecuencias estan muy lejos de poder calibrar, se veran puestas en entredicho.

  • La senora Stendhal, Rafel Nadal de Rafel Nadal

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    Cuando el ultimo dia de la guerra una bala se lleva la vida de una joven madre en un tiroteo en la plaza de Sant Pere de Girona, el destino de Lluc queda para siempre atado al de la senora Stendhal, que lo criara como si fuera hijo suyo. La fuerza de la madre adoptiva, la rebeldia del joven Dani y la sabiduria del abuelo Didac acompanaran la mirada inocente del nino por un paisaje cargado de emociones y promesas. Hasta que choque con el ansia de venganza de los ganadores, decididos a saldar cuentas. Despues del exito internacional de La maldicion de los Palmisano, Rafel Nadal vuelve a la posguerra con su obra mas madura; una novela, entre realidad y ficcion, que cierra el ciclo del autor sobre los bandos, el destino y la libertad individual.

  • Diccionario amoroso del psicoanalisis de Elisabeth Roudinesco

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  • Victima de la pasion de Frances Housden

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    Alguien que habia nacido rodeada de lujos y comodidades, como Chelsea Tedman, jamas habria imaginado que acabaria escalando el Everest. Debia resolver el misterio de la muerte de su hermana en aquella misma montana pero, antes de nada, necesitaba un guia.

  • Leon, nunca me dejes ir (Leon 2), Lorena Guerra Mendez de Lorena Guerra Mendez

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    En amor une corazones, Dafne y Hugo son dos victimas del amor, y viven felices en esta nueva etapa de su vida. Hugo es un gran deportista de elite, y Dafne aplaude cada uno de sus exitos, pero ? puede su nueva vida romper aquello que han creado dia a dia? Llega el desenlace de la historia de Hugo y Dafne a traves de ” Leon, nunca me dejes ir” ?Te lo vas a perder? !Te espero!

  • La condesa de Castiglione de Antonio Sanz Oliva

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    Los ultimos dias de Virginia Oldoini.
    Una espia en la corte de Napoleon III.

  • Una verdad oculta de Ann Cleeves

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    Un asesino crea bellas tumbas de flores y agua. ?Como sera su proxima obra maestra?

  • El secreto de las flores de Valerie Perrin

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    El secreto de las flores es un maravilloso himno a las cosas mas simples y sus paginas reunen una historia de amor imposible, la tragedia mas dura y la capacidad infinita de rendencion del amor.

  • Tientame solo tu – Elena Montagud de Elena Montagud

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    Una huida a un lugar paradisiaco. Un regreso que jamas debio darse. Una traicion inesperada. Una mujer obsesionada que quiere recuperar lo suyo. Un hombre al que le gusta la sumision. Una mansion donde cualquier practica erotica es posible. Un peligro del que es dificil escapar. Dejate arrastrar por la tentacion.

  • Ano uno (Cronicas de la Elegida 1) de Nora Roberts

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    El mundo se enfrenta a una pandemia. Entre el caos y la destruccion, un grupo de personas aparentemente inmunes busca un refugio para la humanidad.

  • Resurreccion de Alberto Garcia Briz

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    En 2029, un grupo de investigacion trabaja para recuperar un cerebro que ha permanecido congelado durante los ultimos once anos.

  • Mensajes desde el infierno de Meg Gardiner

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    Dos asesinatos. Las victimas llevan la firma del Profeta, un psicopata calculador que hace veinte anos sembro el terror en la bahia de San francisco y luego desaparecio. Aquel asesino en serie destruyo al padre de Caitlin Hendrix cuando era una nina. Ahora ella es policia y no piensa dejarle escapar. Aunque para ello tenga que asomarse al abismo.

  • El tesoro mas preciado de Rangel M. Bellerose

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    U CAPITULO 1 Presencia del Reino no de los mas bellos parajes de todo el Reino, en la provincia de Paris alla por el ano 955 D.C., bajo el dominio de Hugo el grande, fue testigo de una de las mas bellas historias de amor jamas contadas. En aquella epoca de numerosos conflictos, entre casas feudales, por hacerse con el trono de todo el territorio de los franco, en la zona occidental de lo que hoy es Francia, la casa de los Robertinos disputaban los demas territorios a traves de Hugo, el cual alcanzo la corona anos mas tarde entregandosela a su hijo, Hugo Capeto. Pero no adelantemos acontecimientos; por aquella fecha los valles de Paris eran prosperos, con grandes recursos para sustentar a su poblacion, en la aldea hacia el Oeste, junto a la orilla del rio Sena, vivia yo a mis veinte anos y trabajaba la tierra para el noble de la aldea, siempre con un gran optimismo a pesar de mi pobreza. Acabando el trabajo, siempre me dirigia de inmediato a mi casa, para seguir colaborando en ella; al caer la noche mi madre sabia que pronto entraria por la puerta de su humilde vivienda. Mis dos hermanas pequenas no desatendian a Marie, mi madre, pero los quehaceres en la construccion o reparacion de la choza recaian sobre mi, era huerfano de padre, como casi todos en aquella epoca, y las pocas horas nocturnas de las que disponia en las noches, siempre trataba de dar confort a mi familia. --Regis… ?cielo no deberias acostarte ya?--, me dijo mi madre. La oscuridad de la noche hacia ya tiempo que envolvia la aldea, apenas unos sonidos de la naturaleza rompian el silencio, no disponia de suficiente tiempo para que mi familia viviera en las mejores condiciones posibles, --acuestate tu… quiero terminar la cama de Amabel, no puedo posponerlo mas tiempo. --Ella no tiene que levantarse antes que el alba, piensa un poco en ti--, insistia ella. Una mujer fuerte y luchadora, bella hasta decir basta o al menos lo era para mi, su delgadez y pelo negro resaltaban sus verdes ojos, su tez blanca como la de todos en la aldea mostraba una piel aterciopelada; en verdad no era mi verdadera madre, yo fui acogido por esta familia cuando era un bebe, justo antes de que mi hermana naciera, si yo la llamo hermana aunque no fuera de sangre, lo era de familia. --No puedo ver a Amabel durmiendo en el suelo… dejame terminarla y luego me acuesto--, le dije.--Esta bien, pero no dejes que te alumbre el sol sin dormir nada. Amabel era mi hermana pequena, con quince anos era ya una mujer, comenzaba a atender las necesidades del hogar, ayudando en todo lo que podia a la familia, muy responsable y guapa, no podria describir cuanto la quiero, al igual que a mi madre y a mi otra hermana, Marian de dieciocho anos. El silencio atronador de aquella noche me inquietaba, ni los grillos emitian su particular ruido, tal vez fuera la presencia inminente de una tormenta o algo peor, lo cierto es que sali al exterior de mi pequena carpinteria, y vi en el cielo una luz extrana, no era la tipica de la luna reflejada en las nubes, mas bien una luz que iluminaba el suelo, que llenaba mi alma de paz, de tranquilidad, quede exhorto durante un buen tiempo hasta que desaparecio. No sabria explicar con exactitud lo visto, pero desde esa noche mis miedos abandonaron mi cuerpo, yo era alegre desde siempre, pero aquella luz en la mas profunda oscuridad me alento a ver con esperanzas el futuro. Antes del amanecer, el cielo se derrumbaba en forma de agua, una tormenta oscurecia al poderoso astro, para mi era una bendicion dado que no se podia trabajar el campo, no para resguardarnos del temporal, sino para no danar los cultivos. Unicamente encontraba descanso en esos dias grises de lluvia, en esos dias grises de tormenta, aunque debia trabajar en la carpinteria para Melendo, el noble de la casa de nuestra comarca. Cuando el alba despertaba a los gallos, era la hora de continuar el trabajo, el techo de mi carpinteria no aguantaria mucho tiempo el torrencial que caia, pero eso no detuvo a Amabel para visitarme y traerme el desayuno, lo cual agradeci, ya no solo por el acto sino por verla tan risuena y encantadora, hasta aquella luz en la noche, su bella sonrisa era mi mayor motivacion para no descansar. --Gracias por la cama--, me dijo. --Gracias a ti por el desayuno… esta noche quiero dejartela montada, espero que estes mas comoda. --Seguro que si, me gusta mucho verte trabajar la madera. --Es bonito ver lo que los troncos esconden en su interior… algun dia, cuando crezcas te ensenare a trabajarla. --Por mi bien--, dijo. Se sento sobre la estropeada mesa mientras yo comia. --?Y Marian?… ?esta ayudando a mama? --Si, tiene que hacerlo para poder ver despues a su novio… sino mama no la deja ir por agua. --Hoy le va a ser dificil ir al rio por agua, con la que esta cayendo. --?Crees que no va a ir?… el amor puede con una mojada y mas--, me dijo con su sonrisa picara. Amabel era una joven muy parecida a Marie, ella tenia el pelo rubio, pero si no fuera por eso serian identicas, sin embargo, Marian era una chica mas parecida a su padre, morena y ojos miel, con un bello rostro que ya enamoraba a muchos jovenes. --Las chicas os volveis locas por ese amor… a ver si tu no eres tan caprichosa. --Los chicos no me van a hacer que haga tantas tonterias. --Ja, ja, eso tengo que verlo--, le dije. Estuvo a mi lado un buen rato, pero a la hora de comer ya estaba en casa, las tres lo estaban preparando el caldo que nos alimentaba cada dia. Al entrar en la humilde vivienda encontre a Marian molesta con mama, --?que te pasa? --Parece ser que hoy no puedo ir al rio… ya ni llueve. --Le he pedido que se quede en casa hoy que esta la tarde tan mala, no quiero que salga, esta lloviendo y pronto no habra luz--, me contesto Marie. En el comedor solo habia una mesa de madera, sillas y al fondo la cocina de lena, la cual nos servia para calentarnos en los dias frios, --no te preocupes que yo la acompano, no temas que no le va a pasar nada. --?De verdad?… ?me vas a acompanar?--, salto Marian con una sonrisa. --Si, pero otros dias no me digas que no quieres ir cuando te mande mama. --No se la necesidad que tiene de salir en un dia tan malo--, dijo Marie. --?Tu nunca has estado enamorada?--, solto Amabel mientras comia. El alimento no sustentaba demasiado, pero al menos estaba caliente. --El amor no es como os creeis… pensamos que todo cambiara a mejor al casaros, pero solo cambia la casa donde viviras… poco mas--, dijo mama. Yo solo escuchaba la conversacion que mantenian, no me gustaba mucho hablar de esas cosas. --Papa murio muy pronto, pero si estuviera aqui, ?no te alegraria? --Solo digo que el matrimonio os traera unas consecuencias que os marcara la vida--, expuso la madre. --Ya vas a contarnos otra vez lo de la primera noche… yo no quiero saber de eso--, dijo la mayor. --Pues si piensas casarte tendras que saber de eso. --Dejalo ya mama… ella ya sabe lo que acarrea el matrimonio--, le dije al ver apenada a Marian y Amabel. Al caer la tarde, acompane a mi hermana al rio con la intencion de encontrarse con Mercero, el joven que pretendia a Marian, la llovizna no les impedia mantener la unica ilusion de sus vidas, lo unico que en esos momentos les dejaba descansar en las noches, el amor. Con mi capa me resguarde bajo un frondoso arbol, la luz abandonaba el lugar despacio, pero sin pausa, al fondo las siluetas de los enamorados me mostraban su comportamiento, una conversacion que animaba sus corazones, ese joven llevaba tiempo detras de mi hermana hasta conseguir su proposito, yo estaba muy tranquilo, le conocia desde pequeno y era un buen amigo. En aquel instante pensaba en lo pronto que Marian abandonaria el nido, lo pronto que buscaria su futuro junto a Mercero; la rafaga de viento me incomodaba y la fina lluvia mojaba mi cara, que triste era pensar en lo poco que valia una persona y en lo poco que valia una mujer, con lo amable que era, simpatica y carinosa, no podia entender que derecho tenia el noble sobre su cuerpo, acepto que seamos usados para trabajar y poco mas, pero llegar mas lejos de eso ya no era comprensible, pero aceptado entre la poblacion. Ademas, si mas de uno habia desaparecido y a nadie le importaba, que importancia tenia pasar la noche de la boda con el noble. --Ya podemos irnos--, me dijo Marian. Ni me habia dado cuenta de que se estaba acercando a mi, por unos momentos les habia perdido la vista, la mente se me fue hasta aquellos apenados pensamientos. De camino a casa mi hermana me contaba con ilusion todo lo que habia hablado con Mercero, para mi lo unico importante era la cara de Marian, su felicidad se reflejaba en su rostro, su sonrisa bajo la fina lluvia, su pelo mojado al igual que su unico vestido, la miraba y solo pensaba en cuanto daria para que nunca tuviera que pasar por ninguna mala experiencia, --me alegro que estes contenta… ?de verdad planeais casaros? --Tengo muchas ganas, el me quiere y yo a el… no quiero esperar mas tiempo… tengo muchas ganas de estar con el. --Modera ese vocabulario… no me expliques nada. --?Y tu no piensas en buscar a nadie?… se te va a pasar la edad--, me dijo. La noche ya no dejaba ver el camino, debiamos andar por inercia, sabiendo donde poniamos los pies. --No quiero enamorarme… no puedo pensar en...--, decia cuando me interrumpio. --No lo digas… ese paso lo pasamos las mujeres sin pensar en ello… no formara parte de mis recuerdos. --Eso espero… te deseo lo mejor--, le dije. Se detuvo y me miro en la oscuridad, al instante se acerco a mi y me abrazo, todo su cuerpo temblaba por el frio, pero eso no la detenia, luego busco mi mirada y me dijo, --siempre has demostrado ser el mejor hermano del mundo… vivire al otro lado de la calle… no me voy a ir lejos. --Lo se, y eso me alegra profundamente... no conozco otra vida que junto a vosotras tres, te quiero y quiero tu felicidad. Aquella mirada me produjo escalofrios, no solo por la mala noche, era la mirada de la bondad, del amor mas sincero, de todo lo que podia desear en aquellos momentos. Seguimos andando hasta llegar a la casa, no esperabamos encontrar en la aldea al sequito de Melendo, los caballeros se alumbraban con antorchas, no era costumbre salir en las noches sin un motivo importante; sobre el terrizo de las calles, los cascos de los caballos abandonaban la aldea entre rafagas de llama y viento. --?Que ha pasado?--, pregunte al vecino. --El rey, Hugo viene a la comarca y va a pasar por el camino de las piedras, Melendo ha comunicado que todos debemos estar en el camino para vitorear su paso. --?Para que viene?--, pregunte. --Eso no nos lo comunican… busca el apoyo de los feudos y las casas de nobles, ahora las guerras se ganan llenando las barrigas de los senores. --Ya… quien mas casas tenga mayor posibilidad de llegar al trono, bueno espero que no altere mucho la paz de la que ahora disfrutamos. --Tu padre dio su vida por ellos, y el mio, el de Marian y Amabel… no les importamos lo mas minimo… puedes ser su mejor guerrero que cuando pierdes la vida en la batalla, ni se acuerdan. --Nunca luchare por nadie, no pienso ir a la guerra por ellos… ojala no nos hagan elegir. --Tu vida es de ellos… y la de tu familia, no lo olvides--, me dijo. En gran parte llevaba razon, eso no iba a cambiar por mucho que lo desearamos, tal vez pudieramos conseguir algo con sus mismas armas, pero por el momento no. Al entra en casa, Marie estaba sentada en la silla frente al fuego, Amabel y Marian fueron a sus habitaciones, --?estas bien?

  • No robaras de Blas Ruiz Grau

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  • Manual de resistencia de Pedro Sanchez

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  • VenganZa: El apocalipsis zombi desde el otro lado de la verja de Gemma Herrero Virto

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    El apocalipsis zombi contado desde el otro lado de la verja

  • Polvo y sombra (Subjefe Rocco Schiavone 6) de Antonio Manzini

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    Heredero literario de Andrea Camilleri, Antonio Manzini vuelve con la sexta entrega de la serie dedicada al subjefe Rocco Schiavone.

  • Despojos de Rachel Cusk

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    Mi marido y yo nos separamos recientemente y, en cuestion de unas semanas, la vida que habiamos construido juntos se desarmo, como un puzle convertido en un monton de piezas con los bordes recortados. A veces, la matriz de un puzle no se detecta una vez montado --hay creadores de puzles magistrales que presumen de estas cosas--, pero, en general, se nota. La luz incide en las hendiduras de la superficie y unicamente vista de lejos la imagen parece completa. A mi hija pequena le gusta hacer puzles. A la mayor no: construye casas de carton, recintos en los que todo el mundo tiene que estar callado y quieto. En ambas actividades veo un intento de ejercer el control por distintas vias, pero tambien intuyo que demuestran que hay mas de un modo de ser paciente y que la intolerancia puede adoptar formas muy diversas. Mis hijas se toman quiza demasiado en serio estas diferencias de temperamento. A las dos les fastidia la tendencia contraria de la otra: de hecho, casi diria que dedicarse a actividades diferentes es para ellas una forma de discutir. Al fin y al cabo, discutir no es mas que la necesidad imperiosa de definirse a uno mismo. Y alguna vez me he preguntado si una de las dificultades de la vida familiar moderna, con su alegria continua, su optimismo totalmente infundado, su dependencia no de Dios o de la economia, sino del principio del amor, no reside quiza en la incapacidad de reconocer --y tomar precauciones para protegerse-- la necesidad humana de entrar en guerra. <> era una expresion que oia a todas horas esas primeras semanas: la gente la empleaba para describir mi situacion, como si en cierto modo representara un avance. Pero la verdad es que era una regresion: la vida habia metido la marcha atras. De repente no avanzabamos, sino que retrocediamos, volviamos al caos, a la historia y la prehistoria, a los comienzos de las cosas y al tiempo anterior a que esas cosas comenzaran. Un plato se cae al suelo: la nueva realidad es que esta roto. Tenia que acostumbrarme a la nueva realidad. Mis dos hijas tenian que acostumbrarse a la nueva realidad. Sin embargo, la nueva realidad, hasta donde yo era capaz de ver, sencillamente estaba rota. El plato habia existido y cumplido su funcion durante anos, pero hecho anicos --a menos que fuera posible pegarlo-- no servia de nada en absoluto. Mi marido creia que yo lo habia tratado monstruosamente. No habia quien le quitara esa idea de la cabeza: su mundo entero dependia de ella. Ese era su relato, y de un tiempo a esta parte he llegado a odiar los relatos. Si alguien me preguntara que desgracia me habia ocurrido, es posible que yo preguntara a mi vez si queria conocer el relato o la verdad. Diria, a modo de explicacion, que un importante voto de obediencia se habia roto. Explicaria que, cuando escribo mal una novela, termina colapsando, se viene abajo, se detiene y no se deja seguir escribiendo, y tengo que retroceder y buscar los defectos de su estructura. El problema reside normalmente en la relacion entre el relato y la verdad. El relato tiene que obedecer a la verdad para representarla, lo mismo que la ropa representa el cuerpo. Cuanto mejor sea al corte, mas agradable sera el resultado. Desnuda, la verdad puede ser vulnerable, desgarbada, horrorosa. Demasiado arreglada se Mi marido y yo nos separamos recientemente y, en cuestion de unas semanas, la vida que habiamos construido juntos se desarmo, como un puzle convertido en un monton de piezas con los A veces, la matriz de un puzle no se detecta una vez montado --hay creadores de puzles magistrales que presumen de estas cosas--, pero, en general, se nota. La luz incide en las hendiduras de la superficie y unicamente vista de lejos la imagen parece completa. A mi hija pequena le gusta hacer puzles. A la mayor no: construye casas de carton, recintos en los que todo el mundo tiene que estar callado y quieto. En ambas actividades veo un intento de ejercer el control por distintas vias, pero tambien intuyo que demuestran que hay mas de un modo de ser paciente y que la intolerancia puede adoptar formas muy diversas. Mis hijas se toman quiza demasiado en serio estas diferencias de temperamento. A las dos les fastidia la tendencia contraria de la otra: de hecho, casi diria que dedicarse a actividades diferentes es para ellas una forma de discutir. Al fin y al cabo, discutir no es mas que la necesidad imperiosa de definirse a uno mismo. Y alguna vez me he preguntado si una de las dificultades de la vida familiar moderna, con su alegria continua, su optimismo totalmente infundado, su dependencia no de Dios o de la economia, sino del principio del amor, no reside quiza en la incapacidad de reconocer --y tomar <> era una expresion que oia a todas horas esas primeras semanas: la gente la empleaba para describir mi situacion, como si en cierto modo representara un avance. Pero la verdad es que era una regresion: la vida habia metido la marcha atras. De repente no avanzabamos, sino que retrocediamos, volviamos al caos, a la historia y la prehistoria, a los comienzos de las cosas y al tiempo anterior a que esas cosas comenzaran. Un plato se cae al suelo: la nueva realidad es que esta roto. Tenia que acostumbrarme a la nueva realidad. Mis dos hijas tenian que acostumbrarse a la nueva realidad. Sin embargo, la nueva realidad, hasta donde yo era capaz de ver, sencillamente estaba rota. El plato habia existido y cumplido su funcion durante anos, pero hecho anicos --a menos que fuera posible pegarlo-- no servia de nada en Mi marido creia que yo lo habia tratado monstruosamente. No habia quien le quitara esa idea de la cabeza: su mundo entero dependia de ella. Ese era su relato, y de un tiempo a esta parte he llegado a odiar los relatos. Si alguien me preguntara que desgracia me habia ocurrido, es posible que yo preguntara a mi vez si queria conocer el relato o la verdad. Diria, a modo de explicacion, que un importante voto de obediencia se habia roto. Explicaria que, cuando escribo mal una novela, termina colapsando, se viene abajo, se detiene y no se deja seguir escribiendo, y tengo que retroceder y buscar los defectos de su estructura. El problema reside normalmente en la relacion entre el relato y la verdad. El relato tiene que obedecer a la verdad para representarla, lo mismo que la ropa representa el cuerpo. Cuanto mejor sea al corte, mas agradable sera el resultado. Desnuda, la verdad puede ser vulnerable, desgarbada, horrorosa. Demasiado arreglada se convierte en una mentira. Para mi, la dificultad de la vida ha consistido generalmente en el intento de reconciliar estas dos cosas, como los hijos de una pareja divorciada intentan reconciliar a sus padres. Mis hijas hacen eso: obligan a mi marido a que me coja de la mano cuando estamos juntos. Intentan que el relato vuelva a ser verdad, o que la verdad sea mentira. Yo no tengo ningun inconveniente en darle la mano, pero a el no le gusta. No son formas, y la forma es importante en los relatos. Todo lo que en nuestra vida comun era amorfo ahora me pertenece. Por eso no me altera, no me molesta darle la mano. Al cabo de un tiempo la vida dejo de ir hacia atras. Aun asi, habiamos retrocedido un buen trecho. En esas pocas semanas deshicimos todo lo que habia conducido al momento de la separacion; deshicimos el propio relato. Ya no quedaba nada por desmantelar, aparte de las ninas, y eso requeriria la intervencion de la ciencia. Pero estabamos en un tiempo anterior a la ciencia: habiamos vuelto mas o menos a la Gran Bretana del siglo vii, antes de que se hubiera constituido la nacion. Inglaterra era en aquella epoca un pais de compartimentos: recuerdo que, en el colegio, cuando miraba un mapa de la Heptarquia en la Alta Edad Media, me desconcertaba su falta de claridad y de poder centralizado, de un rey, una capital y una institucion. En vez de eso, solamente habia regiones --Mercia, Wessex--con nombres de resonancias femeninas, sumidas en incesantes batallas que se saldaban con pequenas y arduas perdidas y ganancias desprovistas de una fuerza motriz unificadora que, si me hubiera parado a pensarlo, podria haber identificado como masculina. Nuestra profesora de historia, la senora Lewis, era una mujer de envergadura y gracia, una especie de elefante-bailarina en quien los principios del volumen y la feminidad libraban una guerra sin cuartel. La Alta Edad Media era su especialidad: habia estudiado en Oxford y ahora daba clases en un mediocre colegio catolico para ninas, embutida en trajes de color beige hechos a medida --con zapatos de tacon a juego-- de los que daba la sensacion de que su imponente forma rosa podia surgir cualquier dia por sorpresa, como emerge una estatua de una sabana polvorienta. La otra cosa que sabiamos de ella, por su apellido, es que estaba casada. Pero no teniamos la menor idea de como relacionar estos dos aspectos diferentes de la senora Lewis. Daba mucha importancia a Offa de Mercia, en cuya vision de una Inglaterra unificada se detectaba la primera ofensiva de ambicion masculina, y cuya obra de ingenieria monumental, la muralla de Offa, nos sigue recordando que la division tambien es un aspecto de la unificacion, que un modo de definir lo que somos consiste en definir lo que no somos. Y lo cierto es que los historiadores nunca se han puesto de acuerdo en si la muralla se construyo para defenderse de los galeses o solo para delimitar la frontera. La senora Lewis tenia una actitud ambivalente sobre el poder de Offa: ese era el camino de la civilizacion, sin duda, pero a costa de una perdida de diversidad, del florecimiento sosegado que sigue su curso cuando las cosas no se construyen artificialmente y los objetivos no se fuerzan. A la senora Lewis le entusiasmaba el mundo primitivo de los sajones, donde los conceptos del poder aun no se habian reformulado; y, en cierto modo, la Edad Oscura era una version de <>, eran los trozos rotos del plato mas grande de todos los tiempos: el Imperio Romano. Unos lo llamaban oscuridad, los despojos de esa unidad megalomana dispuesta a conquistarlo todo, pero la senora Lewis, no. A ella le gustaba, le gustaban las ruinas abandonadas, le gustaban los monasterios donde se cultiva en silencio la creatividad, le gustaban los misticos y los visionarios, los primeros textos religiosos, le gustaban las mujeres que iban ganando importancia a lo largo de esos siglos amorfos y embrionarios, le convierte en una mentira. Para mi, la dificultad de la vida ha consistido generalmente en el intento de reconciliar estas dos cosas, como los hijos de una pareja divorciada intentan reconciliar a sus padres. Mis hijas hacen eso: obligan a mi marido a que me coja de la mano cuando estamos juntos. Intentan que el relato vuelva a ser verdad, o que la verdad sea mentira. Yo no tengo ningun inconveniente en darle la mano, pero a el no le gusta. No son formas, y la forma es importante en los relatos. Todo lo que en nuestra vida comun era amorfo ahora me pertenece. Por eso no me Al cabo de un tiempo la vida dejo de ir hacia atras. Aun asi, habiamos retrocedido un buen trecho. En esas pocas semanas deshicimos todo lo que habia conducido al momento de la separacion; deshicimos el propio relato. Ya no quedaba nada por desmantelar, aparte de las ninas, y eso requeriria la intervencion de la ciencia. Pero estabamos en un tiempo anterior a la ciencia: habiamos vuelto mas o menos a la Gran Bretana del siglo vii, antes de que se hubiera constituido la nacion. Inglaterra era en aquella epoca un pais de compartimentos: recuerdo que, en el colegio, cuando miraba un mapa de la Heptarquia en la Alta Edad Media, me desconcertaba su falta de claridad y de poder centralizado, de un rey, una capital y una institucion. En vez de eso, solamente habia regiones --Mercia, Wessex--con nombres de resonancias femeninas, sumidas en incesantes batallas que se saldaban con pequenas y arduas perdidas y ganancias desprovistas de una fuerza motriz unificadora que, si me hubiera parado a pensarlo, podria haber identificado como Nuestra profesora de historia, la senora Lewis, era una mujer de envergadura y gracia, una especie de elefante-bailarina en quien los principios del volumen y la feminidad libraban una guerra sin cuartel. La Alta Edad Media era su especialidad: habia estudiado en Oxford y ahora daba clases en un mediocre colegio catolico para ninas, embutida en trajes de color beige hechos a medida --con zapatos de tacon a juego-- de los que daba la sensacion de que su imponente forma rosa podia surgir cualquier dia por sorpresa, como emerge una estatua de una sabana polvorienta. La otra cosa que sabiamos de ella, por su apellido, es que estaba casada. Pero no teniamos la menor idea de como relacionar estos dos aspectos diferentes de la senora Lewis. Daba mucha importancia a Offa de Mercia, en cuya vision de una Inglaterra unificada se detectaba la primera ofensiva de ambicion masculina, y cuya obra de ingenieria monumental, la muralla de Offa, nos sigue recordando que la division tambien es un aspecto de la unificacion, que un modo de definir lo que somos consiste en definir lo que no somos. Y lo cierto es que los historiadores nunca se han puesto de acuerdo en si la muralla se construyo para defenderse de los galeses o solo para delimitar la frontera. La senora Lewis tenia una actitud ambivalente sobre el poder de Offa: ese era el camino de la civilizacion, sin duda, pero a costa de una perdida de diversidad, del florecimiento sosegado que sigue su curso cuando las cosas no se construyen artificialmente y los objetivos no se fuerzan. A la senora Lewis le entusiasmaba el mundo primitivo de los sajones, donde los conceptos del poder aun no se habian reformulado; y, en cierto modo, la Edad Oscura era una version de <>, eran los trozos rotos del plato mas grande de todos los tiempos: el Imperio Romano. Unos lo llamaban oscuridad, los despojos de esa unidad megalomana dispuesta a conquistarlo todo, pero la senora Lewis, no. A ella le gustaba, le gustaban las ruinas abandonadas, le gustaban los monasterios donde se cultiva en silencio la creatividad, le gustaban los misticos y los visionarios, los primeros textos religiosos, le gustaban las mujeres que iban ganando importancia a lo largo de esos siglos amorfos y embrionarios, le gustaban los cimientos --lo personal-- sobre los que ahora teniamos que dirimir las cuestiones de justicia y de creencias, a falta de esa gran civilizacion administradora. La cuestion era que esa oscuridad --llamenla como quieran--, esa oscuridad y esa desorganizacion no eran simple negacion o ausencia. Eran al mismo tiempo rastrojo y preludio. Los rastrojos son los tallos de la mies que quedan en la tierra despues de la siega, despojos sobre los que se siembra la nueva cosecha despues de la recoleccion. La civilizacion, el orden, el significado, las creencias no eran cumbres soleadas que pudieran conquistarse con una escalada constante. Se construian y caian, se reconstruian y volvian a caer, o se destruian. La oscuridad y la desorganizacion posteriores tenian su propia existencia, su propia integridad; estaban indisolublemente ligadas a la civilizacion, como lo esta el sueno a la actividad. En la vida compartimentada reside la posibilidad de unidad, lo mismo que la unidad lleva implicita la posibilidad de atomizacion. En opinion de la senora Lewis, mejor vivir una vida compartimentada y desorganizada, mejor sentir la oscura agitacion de la creatividad, que instalarse en una unidad civilizada y atormentada por el impulso de destruccion. Por la manana llevo a mis hijas al colegio y por la tarde vuelvo a recogerlas. Ordeno sus habitaciones, lavo la ropa y cocino. Pasamos la tarde casi siempre solas: las ayudo a hacer los deberes, les doy la cena y las acuesto. Cada pocos dias se van con su padre, y entonces la casa se queda vacia. Al principio me costaba sobrellevar esos intervalos. Ahora me parece ver en ellos cierta neutralidad, algo firme aunque vacio, algo ligeramente acusador a pesar de la vacuidad. Es como si estas horas solitarias, en las que por primera vez en muchos anos no se espera ni se necesita nada de mi, fueran mi botin de guerra, lo que he recibido a cambio de todo este conflicto. Las vivo una a una. Me las trago como la comida de los hospitales. Asi es como subsisto. Y tu te llamas feminista, me decia mi marido, con rabia, en las semanas de amargura brutal que siguieron a nuestra separacion. Creia que era el quien habia desempenado el papel de la mujer en nuestro matrimonio, y al parecer esperaba que yo lo defendiera de mi misma, del macho opresor. Creia que hacer la compra, cocinar y recoger a las ninas en el colegio eran tareas femeninas. Yo, en cambio, cuando mas asexuada me sentia era cuando hacia esas cosas. A mi mi madre no me parecia un modelo por su forma de cumplir con sus obligaciones maternales: al contrario, me parecia que esas tareas amenazaban su feminidad en lugar de subrayarla. Por aquel entonces viviamos en un pueblo de las llanuras de Suffolk; mi madre pasaba mucho tiempo hablando por telefono. Me hipnotizaba su tono de voz, como si hablara consigo misma. Sus frases me sonaban preparadas, su risa, ligeramente artificial. Sospechaba que impostaba la voz, como una actriz. ?Quien era la mujer que hablaba por telefono? Mi madre era alguien a quien yo solo conocia de puertas adentro; compartia su punto de vista, me parecia vivir envuelta en su aburrimiento, su placer o su irritacion. Vivia dentro de su personaje, perdida. ?Como podia saber quien era mi madre? ?Como podia verla? Su atencion era como la mirada de un ojo interior que nunca se fijaba en mi directamente, que extraia su conocimiento de mi intimo conocimiento de mi misma. Solo cuando la veia relacionandose con otras personas era capaz de mirarla objetivamente. A veces, mi madre invitaba a una amiga a comer y entonces, de pronto, ahi estaba la cara mi madre. De repente podia verla, podia compararla con su amiga y encontrarla mejor o peor, podia ver si la gustaban los cimientos --lo personal-- sobre los que ahora teniamos que dirimir las cuestiones de La cuestion era que esa oscuridad --llamenla como quieran--, esa oscuridad y esa desorganizacion no eran simple negacion o ausencia. Eran al mismo tiempo rastrojo y preludio. Los rastrojos son los tallos de la mies que quedan en la tierra despues de la siega, despojos sobre los que se siembra la nueva cosecha despues de la recoleccion. La civilizacion, el orden, el significado, las creencias no eran cumbres soleadas que pudieran conquistarse con una escalada constante. Se construian y caian, se reconstruian y volvian a caer, o se destruian. La oscuridad y la desorganizacion posteriores tenian su propia existencia, su propia integridad; estaban indisolublemente ligadas a la civilizacion, como lo esta el sueno a la actividad. En la vida compartimentada reside la posibilidad de unidad, lo mismo que la unidad lleva implicita la posibilidad de atomizacion. En opinion de la senora Lewis, mejor vivir una vida compartimentada y desorganizada, mejor sentir la oscura agitacion de la creatividad, que instalarse en una unidad Por la manana llevo a mis hijas al colegio y por la tarde vuelvo a recogerlas. Ordeno sus habitaciones, lavo la ropa y cocino. Pasamos la tarde casi siempre solas: las ayudo a hacer los deberes, les doy la cena y las acuesto. Cada pocos dias se van con su padre, y entonces la casa se queda vacia. Al principio me costaba sobrellevar esos intervalos. Ahora me parece ver en ellos cierta neutralidad, algo firme aunque vacio, algo ligeramente acusador a pesar de la vacuidad. Es como si estas horas solitarias, en las que por primera vez en muchos anos no se espera ni se necesita nada de mi, fueran mi botin de guerra, lo que he recibido a cambio de todo este conflicto. Y tu te llamas feminista, me decia mi marido, con rabia, en las semanas de amargura brutal que siguieron a nuestra separacion. Creia que era el quien habia desempenado el papel de la mujer en nuestro matrimonio, y al parecer esperaba que yo lo defendiera de mi misma, del macho opresor. Creia que hacer la compra, cocinar y recoger a las ninas en el colegio eran tareas femeninas. Yo, en cambio, cuando mas asexuada me sentia era cuando hacia esas cosas. A mi mi madre no me parecia un modelo por su forma de cumplir con sus obligaciones maternales: al contrario, me parecia que esas tareas amenazaban su feminidad en lugar de subrayarla. Por aquel entonces viviamos en un pueblo de las llanuras de Suffolk; mi madre pasaba mucho tiempo hablando por telefono. Me hipnotizaba su tono de voz, como si hablara consigo misma. Sus frases me sonaban preparadas, su risa, ligeramente artificial. Sospechaba que impostaba la voz, como una actriz. ?Quien era la mujer que hablaba por telefono? Mi madre era alguien a quien yo solo conocia de puertas adentro; compartia su punto de vista, me parecia vivir envuelta en su aburrimiento, su placer o su irritacion. Vivia dentro de su personaje, perdida. ?Como podia saber quien era mi madre? ?Como podia verla? Su atencion era como la mirada de un ojo interior que nunca se fijaba en mi directamente, que extraia su conocimiento de mi intimo conocimiento de mi Solo cuando la veia relacionandose con otras personas era capaz de mirarla objetivamente. A veces, mi madre invitaba a una amiga a comer y entonces, de pronto, ahi estaba la cara mi madre. De repente podia verla, podia compararla con su amiga y encontrarla mejor o peor, podia ver si la aceptaban, la envidiaban o la provocaban, saber cuales eran sus costumbres personales y su humor, distintos de los de su amiga. En esos momentos, su personaje, mi morada, me resultaba inaccesible; estaba oscuro, como una casa vacia. Si llamaba a esa puerta, me despachaban secamente, a veces de malos modos. Parecia como si alguien hubiera empaquetado y se hubiera llevado ese cuerpo, normalmente tan amplio, tan naturalmente ubicuo. Y, entonces, mi madre tambien se quedaba fuera, aislada, liberada temporalmente de la obligacion de ser quien era. En vez de eso, actuaba; era pura ficcion, bien o mal contada. Sus amigas, en general, tambien eran madres, mujeres con una geografia reconocible para mi: la sensacion de enigma oculto debajo de las mascaras del maquillaje y la conversacion, como el campo abierto que se extiende alrededor de una ciudad. Era imposible entrar en esos campos, aunque sabias que estaban ahi. Mi madre tenia una amiga, Sally, que no era como las demas. Entonces yo no entendia por que, pero ahora lo entiendo: Sally no tenia hijos. Era una mujer grande e ingeniosa, aunque tenia una cara triste. Se podia pasear por la tristeza de esa boca y esos ojos: estaba abierta a todo el mundo. Sally vino un dia que mi madre habia hecho un bizcocho de chocolate y quiso darle la receta. Sally dijo: <>. Yo no sabia que una mujer pudiera comerse un bizcocho entero. Me parecia una proeza, como el levantamiento de peso. Pero vi que a mi madre no le habia gustado la respuesta. Por alguna razon incomprensible, Sally habia estropeado el juego. Sin darse cuenta, habia abierto una grieta en la muralla de la feminidad y me habia dejado ver lo que habia al otro lado. De determinados acontecimientos de la vida no es posible tener un conocimiento previo: de la guerra, por ejemplo. El soldado que va a la guerra por primera vez no sabe como va a responder al enfrentarse con un enemigo armado. No conoce esa parte de si mismo. ?Es un asesino o un cobarde? Cuando llegue la hora respondera, pero no sabe de antemano cual sera su respuesta. Mi marido dijo que queria la mitad de todo, incluidas las ninas. Dije que no. ?Que quieres decir con eso?, pregunto. Esto fue por telefono. Yo estaba mirando el jardin por la ventana, un rectangulo entre otros rectangulos urbanos, con gatos merodeando por los limites. Nuestro jardin estaba abandonado ultimamente. Las malas hierbas ahogaban los arriates. El cesped habia crecido mucho, como el pelo. Pero, por mas que creciera el desorden, la cuadricula nunca se alteraria: los demas rectangulos conservarian su forma de todos modos. No puedes dividir a las personas por la mitad, dije. Tienen que pasar la mitad del tiempo conmigo, contesto. Son mis hijas, insisti. Son mias.

  • Un vaquero con pasado de Erina Alcala

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    --Hija, ?estas segura? --le decia su madre a Carmen. Estaba preocupada, porque la queria de vuelta y asi poder cuidarla en casa, lo antes posible, despues de lo que habia pasado un par de meses antes. A pesar de todo, no lograba convencerla de que se volviera a Espana desde Nueva York. --Bueno, mama, voy a probar por ultima vez. Y si al fin no consigo nada de lo que me gusta, me vuelvo a casa. Es lo que me ha recomendado el psicologo. --?Eso es lo que quieres? --le pregunto--. Estoy preocupada, carino. --Te prometo que, si ninguna de esas oportunidades me salen bien, regreso. No quiero darme por vencida y volver como una fracasada, quiero luchar e intentar salir adelante sin sentirme derrotada. --Y lo decia muy convencida--. Ya estoy de nuevo preparada para ello. Estoy animada, contenta y con ganas de empezar de nuevo otras oportunidades, y esta, creo, que sera buena. --Estas tan lejos, mi nina... Te queremos --dijo con sentimiento--. Antonio y yo te cuidaremos bien en casa y aqui podras buscar tambien un trabajo o montar tu propio negocio. Antonio puede ayudarte y te prestaremos dinero para abrir tu propia tienda, si eso es lo que tu quieres. --Mama, quiero hacer las cosas por mi cuenta. Os lo agradezco de todas maneras. Ademas, estoy a siete horas en avion. Pero quiero darme una nueva oportunidad. --Pero ?que vas a hacer tu en un rancho en Montana? Su madre no lo veia nada claro. --Mama... --Eso no es lo tuyo. --Y no le faltaba razon--. Tu restauras y ademas eres una chica de ciudad, carino. No te veo yo en el campo en medio de la nada. --?Que voy a hacer? Descansar. Liberarme. Trabajar. En el anuncio de trabajo solo ponia encargarse de una casa pequena en un rancho. <>, penso. --Pero, hija... --He visto la zona y es preciosa. El pueblo se llama Lewistown y tiene cinco mil habitantes y el rancho esta a siete kilometros mas o menos del pueblo. Creo que estare muy bien alli, y si no me va bien o no es lo que espero, me vuelto, ya te lo he dicho. No te preocupes tanto. --?Pero ya te han contratado? --Si, claro --dijo muy resuelta--, ya he hablado con el dueno, me da el tiempo necesario para llegar. Tengo que llevarme la camioneta. Por lo visto, ha heredado el rancho familiar y lo esta reformando. Y eso es lo mio. Restaurar y reformar. --Bueno, hija, al menos alli puedes tener paz y descansar... --No te preocupes, tambien se limpiar y hacer de comer, por si lo dudabas. --Yo solo quiero que estes bien despues de lo que te hizo ese maldito cabr... --!Mama! A veces su madre se preocupaba en exceso, pero todo eso era porque la queria. --!Oh! Hija... --Mama, el mundo esta lleno de cabrones. A mi me toco uno, pero al menos he tenido buena ayuda para salir adelante --dijo, esperando que ella supiera que estaba entre esas personas que tanto la habian ayudado--. Y he sido fuerte, asi que no te preocupes. --Pareces tu la madre. Carmen rio. --Si, lo he pasado muy mal, pero al menos me he liberado. !No iba a acostarme con ese viejo por mantener un trabajo! --!Desde luego que no! --Mama, voy a terminar de arreglarlo todo y terminar las maletas, quiero salir temprano manana. Tengo cuatro dias para llegar y quiero estar alli para el fin de semana, porque el lunes de la siguiente semana... !Empiezo a trabajar! Su madre suspiro, a sabiendas de que su hija no regresaria a Espana por una buena temporada. --?Ya sabes que sueldo vas a tener? --Eso es lo de menos. --Aunque su madre no pudiera verla, Carmen hizo un gesto con la mano--. Tengo ahorrado bastante dinero de mis dos anos aqui, unos cincuenta mil dolares. Sabes que estaba ahorrando para abrir mi propio negocio, pero necesito mucho mas para no quedarme sin nada. Y montar un negocio en Nueva York, requiere mucho mas de lo que tengo. --Mientras te pague algo... --El dueno me va a pagar al principio unos dos mil dolares, pero tengo comida y cama. Asi que los ahorrare enteros, que es mas de lo que ahorro aqui. Y ademas estare en el campo y lejos de todo. Creo que estare bien en ese lugar, lo presiento. Al menos, por un tiempo. --Si no, vuelves a casa --dijo su madre--. Llamame todos los dias, carino, hasta que llegues, para que sepa que has llegado bien. --Lo hare, mama, te quiero. Dale besos a Antonio. --Se los dare de tu parte. Y yo tambien te quiero a ti, hija. Cuidate. Carmen Valle era una chica inquieta e imparable trabajando, ya desde pequena, lo era. No paraba quieta un momento, empezaba algo y ya estaba pensando en hacer otra cosa en cuanto terminaba. Era de Sevilla capital, alli vivia su madre, Inma Ortiz, viuda desde hacia unos anos de su marido Eduardo Valle, padre de Carmen y de su hermano mayor, Raul. Su padre habia sido militar del ejercito del aire y murio accidentalmente en unas maniobras militares cuando ella tenia doce anos y su hermano Raul, quince. Eso, le peso a ella, porque era la princesa de su padre. Lo queria mucho y no pudo disfrutar de el todo lo que hubiese querido. Le hacia falta muchas veces como ahora. Aunque su madre siempre estuvo ahi, su padre le habia dejado un hueco enorme de infelicidad y melancolia, un vacio dificil de llenar. Su padre habia sido un hombre recto y serio, pero en casa con ellos era el mejor padre del mundo. Aun lo recordaba son su uniforme azul. Tan alto y guapo. Su madre no se volvio a casar, eran un matrimonio muy unido y tuvo que sacar adelante a sus dos hijos, y se dedico a cuidarlos hasta que estos se hicieron mayores, terminaron sus carreras, y se independizaron. Esa fue la mision y el objetivo que se impuso y lo habia conseguido con los dos, lo cual no queria decir que no se preocupara por ellos despues. Ahora que tenia a sus hijos lejos de ella, salia con un buen hombre, Antonio. Abogado de cincuenta anos y sus hijos estaban encantados de que no estuviera sola y hubiese encontrado un buen hombre, porque era joven aun y tenia derecho a ser feliz. Antonio tenia un bufete de abogados en Los Remedios, un barrio de Sevilla, donde habian vivido ellos y su madre. Aun tenian la casa familiar, y conocio a Antonio en la cafeteria donde iba a desayunar todas las mananas. Y al final decidieron vivir juntos en la casa de su madre. Su hermano Raul era militar como su padre, habia seguido sus pasos y estaba destinado en el ejercito del aire en Madrid, en Moncloa. Alli llevaba ya unos anos, y ella quiso estudiar Bellas Artes en Sevilla y hacer varios cursos de restauracion que era lo que le gustaba. Todo lo que pasaba por sus manos, ella lo restauraba. Se le daba bien y era creativa y trabajadora y conseguia restauraciones maravillosas. Le encantaba todo lo vintage que ademas estaba de moda ahora. Pero podia hacer otro tipo de restauraciones e incluso tapizaba, hacia marcos para cuadros, sillas, sofas. Compraba jarrones y los modificaba y pintaba. Le daba igual lo que fuese, lo restauraba todo. Pintaba y le daba a todo la vuelta. Le encantaba la madera, los muebles antiguos, esa era su predileccion y en un intercambio que hizo a Nueva York cuando estaba en la Universidad, se enamoro de la ciudad y supo que se iria al terminar la carrera. Alli tenia mas oportunidades. Y con veintidos anos, su carrera terminada y algunos cursos, hizo las maletas y con una amiga, Paula, que conocio en la Universidad, emprendieron rumbo a la Gran Manzana, a la aventura. Tuvieron muy buena suerte, pues en menos de un mes, encontraron ambas facilmente trabajo en una empresa de muebles antiguos y las contrataron como restauradoras. Alquilaron un apartamento de dos dormitorios en Brooklyn, en una zona tranquila, y durante un ano vivieron y conocieron Nueva York perfectamente. Salian los fines de semana a divertirse como dos jovenes de su edad y eran felices con su vida. Tenian un buen sueldo, pues aparte del salario cobraban una comision y a veces lograban ganar hasta ocho mil dolares al mes, porque eran muy buenas y las restauraciones se pagaban bien y resultaban costosas. Y Carmen logro ahorrar en un ano casi cincuenta mil dolares. Paula conocio a Dan, un abogado de Boston y se fue a vivir con el de la noche a la manana, y termino casandose con el. Carmen se quedo sola, sin creerselo apenas, pues lo de su amiga habia sido un flechazo autentico en toda regla con Dan, en cuatro meses ocurrio todo. Cuando se quedo sola, tuvo que cambiarse a un estudio para poder mantenerse, ya que si seguia en el apartamento no podria ahorrar nada. El estudio era apenas una sala con una cocina y un bano pequeno con ducha, lavadora y secadora. En el salon tenia un sofa cama, una mesa para dos de comedor y una pequena mesita con un mueble para la television, pero no podia permitirse mas, si queria ahorrar algo. Y ella queria hacerlo para montar su propia tienda de restauracion. Al irse su amiga, empezo su calvario. El dueno de la empresa empezo a acosarla, la molestaba constantemente con palabras casi obscenas y sibilinas, pero que parecia lo que no era. Se arrimaba por delante de ella y por detras frotandose a veces, sin parecer que fuera acoso. Y como ella no hizo caso a sus pretensiones, le quitaba clientes, no le dejaba contestar al telefono, la ninguneaba o renia delante de los clientes y companeros de la tienda, le decia que si es que ya no le gustaba trabajar en la tienda, hasta que ella se encontro encerrada en ese circulo de la noche a la manana sin poder hacer nada, porque se sentia debil y enferma, no salia y fue encerrandose en si misma y deprimiendose, y al ano, ella ya no aguanto mas.

  • Tengo un plan (A la deriva 1) de Sira Duque

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    Ser tan impulsiva, ruidosa y despistada no fue un obstaculo para que Cleo se adaptara al ritmo frenetico de la empresa familiar o para que se atreviera a estar orgullosa y feliz con el resultado de sus esfuerzos. Lo estaba. Al menos hasta que, en uno de sus descuidos, perdio algo. Y resulto que ese algo era del tipo de cosas que alguien con un poco de sentido comun no perderia de vista. Jamas.
    Durante anos, Joel habia formado parte del mismo puzle, pero solo cuando se vio obligado a abandonar la comodidad de sus costumbres y buscar otras nuevas, fue consciente de que no estaba muy orgulloso de la persona en la que se habia convertido.
    Y sucede.
    El chico perdido en su propia vida y la chica demasiado perseverante y cabezota para abandonar lo que se ha propuesto se encuentran. Y lo que empieza como un imprevisto termina siendo el pegamento que une y le da sentido a todo.

  • La bailarina de Auschwitz de Edith Eger

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    Eger tenia dieciseis anos cuando los nazis invadieron su pueblo de Hungria y se la llevaron con el resto de su familia a Auschwitz. Al pisar el campo, sus padres fueron enviados a la camara de gas y ella permanecio junto a su hermana, pendiente de una muerte segura. Pero bailar El Danubio azul para Mengele salvo su vida, y a partir de entonces empezo una nueva lucha por la supervivencia. Primero en los campos de exterminio, luego en la Checoslovaquia tomada por los comunistas y, finalmente, en Estados Unidos, donde acabaria convirtiendose en discipula de Viktor Frankl. Fue en ese momento, tras decadas ocultando su pasado, cuando se dio cuenta de la necesidad de curar sus heridas, de hablar del horror que habia vivido y de perdonar como camino a la sanacion.
    Su mensaje es claro: tenemos la capacidad de escapar de las prisiones que construimos en nuestras mentes y podemos elegir ser libres, sean cuales sean las circunstancias de nuestra vida.

  • Requiem por la bailarina de una caja de musica de Jose Ramon Gomez Cabezas

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    Angel Buendia desesperaba por vaciar sus intestinos. Llevaba ocho anos como guardagujas en la estacion de ferrocarril y nunca le habian entrado esas irreversibles ganas de evacuar estando de servicio. Saco el reloj del bolsillo de su chaleco para comprobar que restaba algo de tiempo antes de que el mercancias pasase por su posicion camino de otra que se le antojaba muy lejana. Con gesto nervioso volvio a depositar el reloj en su pequena prision a la vez que en su cabeza y estomago revoloteaban los ingredientes de la copiosa comida que se habia metido esa misma manana entre pecho y espalda. Habria sido el jodido bacalao del atascaburras o la carne lo que estuviera en mal estado; el caso es que los retortijones se le clavaban en el espinazo, y sus rinones no aguantarian otro envite. Tomo una decision. Disponia de algunos minutos antes de que llegara "La paloma". Con una mano agarro el farolillo y con la otra empezo a desabrocharse el cinturon del raido pantalon azul al salir de la garita. Se encamino a un rincon oscuro. El murete que delimitaba el entorno de la via y la frondosidad de un par de arbustos le proporcionaban, a pesar del frio y la humedad de la noche, una letrina de lujo. Apenas habia acomodado el cuerpo a la ocasion, un ruido no muy lejano le puso en alerta. Se subia los pantalones a toda prisa, cuando distinguio las siluetas de dos o tres personas moviendose por entre las vias. Encendio su farol y se dirigio hacia donde creia haberlos visto, maldiciendo en su camino por igual a esas figuras, los retortijones y el barro. Entre todos prometian fastidiarle lo que hubiera podido ser una noche tranquila. Avanzo unos metros e ilumino la zona. A lo lejos los vio correr por entre las traviesas. No parecian chavales. Algo no encajaba en aquel paisaje tantas veces pateado a lo largo de dias y noches de servicio. A la derecha de los railes, distinguio multitud de pisadas y rastros de matorrales destrozados. Esto no era normal. La luz roja del farolillo se iba proyectando, uno a uno, sobre cada recoveco, cada mata, cada pedrusco. De pronto, choco con lo inesperado. Angel Buendia habia asistido a multitud de entierros, pero todos aquellos difuntos que habia visto no se parecian en nada al bulto tenido de barro purpura que yacia en el suelo. Definitivamente, no iba a ser una noche tranquila. Primera parte Verbo temer, presente de indicativo, primera persona del singular Capitulo 1 Arpegio desafinado 22 de Noviembre de 1925 Al despertar, noto que no va a ser una manana como otra cualquiera. Un incesante martilleo golpea mis sienes mientras intento incorporarme. Oigo un respirar profundo y vuelvo la cabeza con dificultad. Mi tio Domingo dormita en una vieja mecedora, cerca de mi. --Agua... Un poco de agua, por favor --mi voz suena ronca y profunda. --Sera mejor que no hables durante un rato --dice mi tio, desperezandose--. Esta vez ha sido mas fuerte que las anteriores. Su afable imagen contrasta con un timbre de voz tembloroso y un pulso renqueante; al servir el agua derrama un poco por entre la colcha y el suelo. --?Cuanto tiempo llevo asi, tio? Se echa la mano al bolsillo del chaleco y consulta su pequeno reloj. --Aproximadamente, unas… cincuenta y cuatro horas. Nos has tenido muy preocupados muchacho; muy, pero que muy preocupados. --No recuerdo gran cosa. ?Que me ha pasado? En lugar de responder, se lleva la mano a la frente y comienza a pasar los huesudos dedos por el escaso cabello lacio. Su mirada vaga por una de las paredes del cuarto, incluso mientras responde: --Ya hablaremos luego, mas tranquilos. El doctor Messia te recomendo reposo, asi que cuando te recuperes nos iremos una temporada al Viso: alli te pondras bueno. ?Que te deciamos de pequeno? <> no seria la palabra adecuada. Queda con Dios, que yo voy a verlo ahora a misa de ocho y llego tarde. Cruzo lo que me resta de camino desconcertado por las palabras del medico. ?Que es <>...? Paco Carrion aun no ha terminado de limpiar; barre el suelo arenoso del local con un cepillo de ramas. Las pocas sillas de madera reposan encima de las mesas. Aturdido aun, traspaso el umbral. La mirada del viejo mesero se hunde en la mia como un punal de circo, y con un par de zancadas se planta frente a mi. Recibo un empujon que me arroja afuera de la taberna. El gesto del que hasta ahora consideraba casi un amigo me duele probablemente mas que el golpe que recibo en la frente contra una columna. --Aqui no quiero gente como tu, por muy hijo de tu padre que seas --y un sonoro portazo pone punto final a sus palabras. Las pocas personas que pasan por la plaza me miran como a un delincuente al que deberian ajusticiar. No entiendo nada. Esta pesadilla no tiene sentido alguno. Sin saber como, me he convertido en un autentico paria en mi propia ciudad. ?Que carajo ha sucedido durante mi convalecencia? Me apoyo en la pared de la posada "El Sol" para recomponer mi maltrecha figura. Al pasarme la mano por la frente se mancha de sangre: una pequena brecha marcara durante algun tiempo mi desafortunado encuentro con el tabernero. Paso hasta el recibidor de la pension esperando que dona Josefa tenga algo de yodo y un panuelo. Mis ojos se posan como perros cazadores en la pequena mesa de la entrada. Un par de ejemplares de La Gaceta son ahora muy valiosos para mi. Un muchacho de no mas de quince anos casi me sorprende guardandomelos en la chaqueta. --?Desea una habitacion, senor?

  • Cenizas de plata y sangre de Almudena De Arteaga

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  • Pasion sobre dos ruedas de Dana Curt

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    Senti que el whisky me quemaba mientras bajaba por mi garganta. Todavia podia recordar cuando papa me dio mi primer trago. Tenia once anos. El agua de vida, dijo. --?Sigues pensando en la rubia con la que te acostaste ayer? -- Cobra interrumpio mis pensamientos, golpeandome la espalda tan fuerte; que casi derramo el whisky del vaso. Cabron. --?Cual? -- Pregunte, girando en mi taburete del bar hacia ellos. Los otros se rieron, Cobra sonrio. --Anoche solo habia dos rubias--, dijo, y en mis labios aparecio una sonrisa. Cobra era un bromista, pero no era bueno para aceptar una chiste. Aunque, no estaba bromeando. Quise decirselo antes, pero luego lo olvide. --Exactamente--, dije, y el se abalanzo sobre mi, arrancandome el vaso de las manos. Anoche habia dos rubias. Claire o algo asi, la de las tetas grandes, y ni siquiera recuerdo el nombre de la otra. Tenia labios rojos y gruesos y recuerdo que me calzaban como un guante de latex alrededor de mi pene. Ella era la unica chica en la que Cobra habia estado interesado desde la semana pasada. Slash y Reyes me lo quitaron de encima, mientras el apretaba los dientes y me abria las fosas nasales. No iba a pelear con el. Me estaba divirtiendo, el era de la familia. No habia razon para que yo recibiera un punetazo. Respiraba con dificultad cuando me lo quitaron de encima e hizo un rapido tiron con las manos para bajarse la camisa que se le habia subido hasta el pecho. --Mas vale que sea tu idea de una broma, Dio--, dijo, y yo mire timidamente a los demas. Estaban sonriendo, pero yo sabia que secretamente esperaban que fuera una broma. ?Le digo que grito mi nombre mientras me estrellaba contra ella por detras? ?Que me dejo tres mensajes de voz esta manana? Fue tan facil irritar a Cobra. En el ultimo ano desde que tomo el lugar de Calavera en el Club, se convirtio en el tipo que usamos de saco de boxeo. No era como si fuera un hermano para mi. Me hubiera encantado ver su cara si le dijera que la chica que le gustaba era de las que se corria a chorros. --Solo bromeo, hermano--, dije en su lugar y me vacie el whisky en la garganta. Cobra se tomo un momento para analizarlo. Paso de fruncir el ceno y resoplar a sonreir y reir en cuestion de segundos. Llame la atencion del "Rey" mientras Cobra se sentaba en un taburete a mi lado y ordenaba otra ronda para todos nosotros. Reyes sabia lo que habia pasado. Me vio ir a la parte de atras del Club con las dos mujeres. Me advirtio con una senal de que era mala idea. Le alce mi vaso vacio y le sonrei. ?Que era la vida si no estaba hecha para follar con cualquiera disponible? Y esa rubia estaba disponible anoche. Yo no hubiera dicho nada si Cobra se hubiera acostado con ella anoche. Siempre y cuando llegara a ella primero. --Saben, podrian darme una mano con esto--, Big T nos trajo nuestros vasos. Siempre habia trabajado en el Club. Se decia que antes se le conocia como "El Psicologo", porque aparentemente, solia recostarse en una de las bancas y escuchar a estos hombres tatuados derramar sus corazones sobre el. Ahora que estaba retirado, era el mejor camarero del Club. Reyes le silbo a Slash como si estuviera llamando a un perro. --Puedes usar a este--, dijo y todos nos reimos a carcajadas. Big T puso los ojos en blanco, dando al mostrador un golpe con el trapo que tenia en el hombro. --?Quieres poner a los dos tipos mas grandes aqui detras de la barra? -- dijo y cruzo sus voluminosos biceps sobre su pecho. Todavia no podiamos dejar de reirnos. Solo pensar en Slash y Big T detras de la barra, apretandose. --Contrataremos a otro mesero, Big T, y no dejes que estos chicos te afecten con sus idioteces--, fue la voz de papa la que interrumpio nuestras risas. Estaba sentado al final del mostrador, rodeado por Coronado y los otros miembros mayores del club. Habia escuchado la conversacion y habia hablado con su voz profunda, que tenia el poder de silenciar a todos en la habitacion. Estas eran las cualidades que importantes para el: Poder Respeto La motocicleta Mujeres Habia hecho todo lo posible para inculcarme esas cualidades, para prepararme para cuando fuera mi turno de ser presidente de los "Outlaws". Era solo que a veces se me confundia el orden en que van esas cosas. --Si, senor--, dijo Big T y volvio a trabajar en el bar. A mucha gente le gustaba llamar a papa --Senor-- o solo --Angello--. Nunca los corrigio. Eramos una gran familia, una familia de hermanos como Coronado solia decir, pero papa se aseguro de que todos supieran quien era el jefe de la familia. Era el. Y luego iba a ser yo. Nos llamo la atencion y levanto un vaso a modo de saludo, yo hice lo mismo, brindamos y bebimos. --Entonces, ?como estaba ella? -- Cobra se habia acercado a mi mientras yo no miraba. Me volvi hacia el, un poco confundido. ?De quien estaba hablando? --Las tetas que te anotaste anoche. !Hombre, la escuche gritar! -- dijo con una risa y bebio un poco de su cerveza. No pude evitar preguntarme cuales fueron los gritos que escucho. --?Quieres que te invite a ver la proxima vez que tenga a una chica inclinada sobre mi motocicleta? -- Pregunte. Reyes y Slash se rieron. Cobra se encogio de hombros y se sento en su silla, inclinandola peligrosamente hacia atras, pero manteniendola perfectamente equilibrada. --Tal vez aprenda algo--, dijo con una risa y yo sacudi la cabeza. Cobra era un buen tipo. Era nuevo en el Club, solo un cachorro, pero me cubria las espaldas. Lo que significaba que yo siempre cubriria la suya. *** Estabamos jodidos. ?Cuanto tiempo habiamos estado bebiendo? El tiempo se habia solapado y entrelazado, para transformarse en un largo chorro de alcohol y chistes malos. --?Quien de ustedes va a arropar a mi hombre esta noche? -- La voz de una mujer nos interrumpio. Todos nos volvimos a la puerta del bar al unisono y vimos a Ruby de pie, con las manos en las caderas. Sus rizos marrones rizados enmarcaban su cara, y sus ojos eran severos. Mama. --Angello, tu vieja esta aqui para recogerte--, escuche a Coronado bromear y papa le dio una sonrisa. La mirada de mama me busco en la oscura multitud del bar y puso los ojos en blanco. Se habia casado con un motociclista. Habia criado a un motociclista. Esta era la vida con la que se habia conformado, no la que habia elegido y, a veces, me daba pena. Vi a papa deslizarse perezosamente de su taburete y alcanzar su chaqueta de cuero, mientras que mama permanecia de pie en la puerta, observando cada movimiento de papa. Se necesito mucha confianza y muchas agallas para forjar el solido matrimonio que mama y papa compartian. No habria sido facil para ella. El codigo de vida de papa incluia a las mujeres. Estaban al final de su lista de prioridades, pero estaban ahi. No tuve que estrujarme el cerebro para recordar cuantas veces lo habia pillado con otra mujer, y cuantas veces mama habia amenazado con irse. En ese entonces culpe a papa. Lo culpe por el dolor que le causo a mama, y jure que nunca haria pasar a otro ser humano por eso. No haria pasar a mis hijos por el dolor de ver a una familia desmoronarse. Por eso Miriam nos dejo a la primera oportunidad que tuvo. No podia soportar ver a mama destrozada, una y otra vez. Aunque papa no le habia sido infiel en mas de ocho anos, Miriam siempre creyo que volviera a suceder. No queria estar cerca cuando sucediera. Ahora vivia en la otra parte de la ciudad, y en secreto me alegraba que se mantuviera alejada del Club. Los chicos no estarian babeando en cada oportunidad que tuvieran de verla. Algunos de los chicos gritaron y vitorearon cuando papa se acerco a mama. Habia visto fotografias de los dos juntos cuando se acababan de conocer, antes de que Miriam y yo nacieramos. Eran muy atractivos y probablemente todavia lo eran. Papa la agarro por el culo y la tiro hacia si, antes de besarla. Puse los ojos en blanco y mire hacia otro lado. Creci viendo a los dos babeando el uno sobre el otro. Que asco. --!Vayanse a casa! -- Les ladre, y los demas siguieron animando. Cuando papa la solto, me miro directamente y arqueo las cejas, antes de volverse hacia los demas. --Todos ustedes deberian irse a casa. Es tarde, chicos--, dijo, con una voz amenazante y autoritaria. A lo largo de los anos, se habia desempenado bastante bien en su papel de matriarca, y yo sabia que eso solo habia fortalecido el matrimonio entre los dos. --Ruby es una gema, ?entiendes? -- Cobra bromeo y yo sacudi la cabeza con indulgencia. --?Como esta Miriam? -- Slash pregunto, sabiendo exactamente el efecto que tendria en mi. Mi cabeza ya nadaba en alcohol y luchaba contra las ganas de seguir el consejo de mama. --A salvo ahora que esta lejos de ti--, le dije y se rio. Miriam estaba fuera de su alcance y todos lo sabian, pero eso no les impidio tomar fotos en mi ausencia cada vez que podian. --Oye, ?no estas satisfecho con una hermana que preguntas por otra? -- Cobra se apresuro a intervenir. Slash habia empezado a ver a Sofia, la hermana de Cobra, y se habian embarcado en una extrana vida juntos. Una relacion que ninguno de nosotros pensaba que iba a funcionar. Sofia era dulce y sabia lo que queria. Slash era joven y desalinado y tenia demasiadas cosas en el pasado de su familia como para reconocer que tenia algo bueno con ella. Pero disfruto de lo mucho que esto molestaba a Cobra, sin embargo. El Rey se puso de pie. Pude ver en su cara que estaba acabado. Desde que papa lo tomo bajo sus alas hace cuatro anos, fuimos los mejores amigos. --?A donde vas? -- Slash le pregunto y Reyes senalo su reloj. Eran las tres de la manana. --?Tienes que decir tus oraciones matutinas? -- Cobra dijo con una risa, y Slash, Reyes y yo le disparamos miradas amenazantes. La religion de Reyes estaba fuera de discusion, al igual que Miriam. Incluso yo pense que era un poco raro cuando lo conoci, pero ya sabiamos que era lo que lo mantenia cuerdo. Solia ser un chico de la calle, la pandilla iba a matarlo si no salia y creia que era su religion la que lo habia traido a Angello. Respetamos sus creencias. Cobra parecia ser un estudiante lento y no se habia dado cuenta lo importante que era respetar los limites. --Recuerda lo que dijo tu madre--, me dijo Reyes, y me hizo un gesto de despedida con dos dedos. Le sonrei. --Reyes--, lo llame mientras lo veia salir del bar, despidiendose de los demas mientras se iba. Ahora solo estabamos Slash, Cobra y yo en este extremo del mostrador, todavia revolviendo nuestras bebidas. Al menos Slash tenia a Sofia esperandolo en casa. Todo lo que yo tenia era Roxana, y no era exactamente un ser humano. Era tarde y habia bebido demasiado, pero tambien era demasiado temprano para irme a dormir. Saque el telefono del bolsillo de mis jeans y me desplace por los mensajes.

  • Diamantes de luz helada de Carlos Diaz Dominguez

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    ?Quien es Alfredo? Esa sera la pregunta que se convertira en una obsesion para Sagrario Ortiz, una joven periodista a la que un cruce de casualidades llevara a conocer a alguien que se encuentra en la ultima etapa de su vida: Elvira Pineda. La intensa complicidad surgida entre ambas mujeres provocara que Elvira confie a Sagrario un asunto familiar de la maxima trascendencia acontecido hace mas de treinta anos.

  • Y eso fue lo que paso de Natalia Ginzburg

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    <>. Publicada en 1947, Y eso fue lo que paso, la segunda novela de Natalia Ginzburg, es la historia de un amor desesperado; una confesion, escrita con un lenguaje sencillo y conmovedor, de la desgarradora lucidez de una mujer sola que durante anos ha soportado la infidelidad de su marido y cuyos sentimientos, pasiones y esperanzas la abocan a extraviarse inexorablemente.

  • El Oceano de tus Ojos de Beatriz Gefer

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    Carlos conoce a Mel, justo cuando Lola y Hector estan celebrando el fin de su pesadilla en VOLVER A SER.

  • La decision de Blanca de Teresa Cameselle

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    Cogidas del brazo, Blanca e Ines caminaban siguiendo los pasos de sus familiares, de regreso a casa tras la merienda en la nueva cafeteria de la calle Real. Hacian una hermosa pareja, una morena y la otra rubia; alta y esbelta la primera, se veia obligada a acortar sus andares atleticos y vigorosos, en beneficio de su amiga, mas baja y delicada, de generosas curvas que provocaban suspiros y descaradas miradas a su paso. --Me alegro mucho de ver a tu tia mejor --dijo Ines, senalando con el menton a las mujeres que la adelantaban, acurrucandose mas contra el costado de Blanca, cuando una brisa fria y salobre les llego desde el puerto. --Si, estos dias esta mas animada --Blanca levanto el rostro y respiro hondo, llenandose los pulmones de aquel aire vigorizante--. Papa ha aceptado tomarse la medicacion. No hacian falta mayores explicaciones. Ines era la unica persona a la que nunca le ocultaba nada, ni los arrebatos enloquecidos de su padre cuando la vida se le hacia cuesta arriba, ni las amenazas constantes de su tia Angustias, harta de lidiar con el pobre loco de su hermano, con las escasas rentas y con la vida en una ciudad que la hacia sentirse muy humilde, ignorante y desubicada. Por suerte ella tambien habia encontrado una buena compania en la madre de su amiga, una dama tan dulce como la hija, tranquila y comprensiva, que sabia escuchar y no juzgar. --Te has quedado muy callada. Blanca salio de su ensimismamiento, ofreciendo una sonrisa torcida a su acompanante. --?Te ha parecido tan apuesto el hermanastro de Elisa Montalbo? --pregunto por hablar de algo. Aquella tarde, mientras merendaban, su antigua conocida se habia presentado en la cafeteria del brazo de un elegante caballero llamado Damian Lizandra, hijo del tercer esposo de su madre. --No se puede decir que sea feo. --Ines abrio los ojos con gesto apreciativo. --Bueno, a Marinita casi le caia la baba mientras lo miraba. --Que mala eres. Rieron las dos a pesar del reproche. Ambas sabian que su amiga buscaba desesperadamente un buen partido para casarse, le horrorizaba cumplir veinte anos sin estar al menos comprometida en firme. --?Y Mercedes? Parecia incomoda en su presencia. --Si, no creo que ella este interesada. Dejemos, pues, que se lo quede Marinita. Por un momento, la brisa se convirtio en un pequeno vendaval que a punto estuvo de deshacer sus peinados, enredandoles las largas faldas entre las piernas. --Que tiempo tan loco. --Y que frio hace --anadio Ines, estremeciendose al tiempo que se pegaba al costado de Blanca. La morena la miro con gesto carinoso y acaricio la mano que apoyaba sobre su brazo. --Si, mucho frio, aqui nunca llega la primavera. Las dos sabian que Blanca no era nada friolera y que en realidad no tenian prisa por que llegara el buen tiempo, porque entonces no tendrian excusa para pasear de aquel modo, pegadas la una a la otra, contandose las intimidades que no confesarian a ninguna otra persona. Pocas eran, si, las personas de la confianza de la morena, a las que abriese su corazon y sus pensamientos mas privados. Desde el fallecimiento de su madre anos atras, su vida se habia convertido en un torbellino entre las manias de un lunatico y el desapego de su tia, una solterona amargada que no ofrecia apoyo ni consuelo a su joven sobrina, desconcertada por la locura de su padre. Los dias apacibles como aquel eran escasos en la vida de Blanca desde su mas tierna infancia, por eso los valoraba tanto, y dejaba de lado su cara mas amarga y mordaz para mostrarse tal cual era: amable, carinosa, agradecida por el afecto recibido, pero solo ante Ines, su hermana del alma. --Tengo la extrana impresion de que algo va a cambiar en nuestras vidas. Sabes que no soy supersticiosa, pero esto es lo que mi madre llamaba tener un palpito. --?Te late fuerte el corazon? Al final va a resultar que te han impresionado los ojos azules de Damian Lizandra. Blanca nego con la cabeza, divertida. --Tendremos sorpresas en los proximos meses, ya lo veras, y entonces no te burlaras de mis palabras. Las dos mujeres mayores se habian detenido a esperarlas, despidiendose ya por la hora avanzada de la tarde, tiritando tambien ante aquel viento fresco e inesperado. --Si aciertas, tendras que poner una de esas consultas para adivinar el futuro, con mesas de tres patas y luces que se encienden y apagan misteriosamente. Entonces te llamaremos <>, y tendras que usar un turbante de seda. A pesar de sus bromas, Ines beso con carino a su amiga, antes de soltarla para enlazar el brazo de su madre. Se despidieron, encaminando sus pasos en direcciones contrarias. Mientras la rubia y su madre seguian por la zona de la Pescaderia hacia las nuevas calles, mas amplias y soleadas, Blanca y su tia regresaron por donde habian llegado, cruzando la calle Real hasta la de Tabernas, donde vivian. En la casa no habia novedad, aunque Blanca siempre entraba con el corazon en vilo preguntandose que encontrarian. Recostado en una butaca, su padre dormitaba, con la chaqueta manchada de ceniza de un cigarro que mantenia apagado entre sus dedos. Se acerco, dudando si despertarlo. --Dejalo dormir --le ordeno la tia--. Mientras descansa el descansamos nosotras. --Despues se desvelara toda la noche. La mujer mayor apreto la boca en un gesto obstinado que contenia una buena cantidad de desprecio y se alejo hacia su dormitorio sin anadir ni una palabra. Blanca acaricio la cara de su padre, palpando la piel calida en la frente y la mejilla, dejando deslizar sus dedos entre la tupida y desordenada barba. Tenia buena temperatura, desde que tomaba regularmente la medicina no habian vuelto los ataques, ni las subidas repentinas de fiebre que le enrojecian el rostro y lo hacian sudar como si tuviera un fuego por dentro que lo consumiera. En esas ocasiones, cuando la locura se apoderaba de el y comenzaba a lanzar objetos, o a gritar horribles juramentos, ella trataba de convertirse en su madre, serena y paciente, tratando de calmarlo con buenas palabras y toda la paciencia del mundo. Pero Blanca no era su madre. Y tenia marcas en su cuerpo para demostrarlo. --Papa --le susurro, moviendolo suavemente--. Papa, despierta, es hora de cenar. --Dejame. --Ya sabes que despues no duermes por la noche. --Estoy bien asi. --Papa... --!Que me dejes! La costumbre la hizo moverse justo a tiempo de esquivar su mano. Trastabillo y cayo sentada sobre la alfombra, mirando al hombre que por fin despertaba con ojos desorbitados, manoteando a su alrededor como si quisiera librarse de ataduras invisibles. --Papa, soy yo... --?Que ha pasado? ?Donde estoy? ?Que...? Logro centrar la vista en ella y al momento dejo de moverse, volviendo a recostarse en la butaca. --?Estas bien? Lo vio llevarse las manos a la cara y frotarse los ojos y las sienes. --La pregunta es: ?estas tu bien? Sus ojos color de chocolate, identicos a los de su hija, se posaron en ella, mas calmados de lo que se esperaba. --Estoy bien --Blanca se incorporo, arrodillandose al pie de su padre, poniendole las manos sobre las piernas--. Perdona por haberte despertado. El extendio su mano grande, ahora despacio, como si supiera cuanto miedo le producia a su hija, y envolvio las dos pequenas y delicadas que se apretaban sobre su pantalon. --Has hecho bien. Despues me cuesta dormirme de noche. Blanca asintio, ofreciendole una sonrisa tremula. --?Que tal el paseo? ?Lo has pasado bien con tus amigas? Ella asintio y al momento le estaba contando lo bueno que era el chocolate de aquella cafeteria fina de la calle Real, el frio que hacia en la calle y un monton de nimiedades sin importancia ninguna. Eran tan pocas las ocasiones en que podian hablar tranquilamente, sin que ninguna idea extrana se cruzara en la mente de su padre, convirtiendole en un ser irracional y peligroso, que las atesoraba y trataba de alargarlas al maximo. Despues vendria la tia Angustias a reganarla por no preparar la cena, pero ahora estaba disfrutando del mejor momento del dia, y no pensaba desperdiciarlo. Capitulo 2 Camino de casa, Carlos Figueroa se encontraba mas que orgulloso de llevar del brazo a su joven hija. Gloria era lo unico que le habia quedado de su querida esposa y por eso la adoraba, o al menos eso solia decir el en publico. En realidad, los anos que llevaba viudo habian suavizado el recuerdo de aquella dama delicadisima, quejicosa y de mala salud, que desde el nacimiento de su unica hija habia decidido encerrarse en su alcoba, enferma perpetua, a la que los medicos no encontraban mas remedio que tratar de curar sus nervios, puesto que no mostraba sintomas de enfermedad fisica alguna. Al final, cuando verdaderamente su estado se volvio grave, nadie le presto demasiada atencion, acostumbrados a sus quejas constantes, y la mujer fallecio entre suspiros, convertida en martir por su propio deseo. En los casi diez anos transcurridos, el viudo, aun joven y atractivo, no habia tenido tiempo ni ganas de buscar una segunda esposa. Sus dias se consumian entre las paredes de la redaccion del periodico que dirigia, y en casa tenia un ama y una doncella que se ocupaban de que todo estuviera perfecto. En cuanto a la compania, le bastaba con la de su hija adorada, a la que habia malcriado, convirtiendola en su propio reflejo. Mejor asi, se justificaba a si mismo cuando le entraban dudas sobre la conveniencia del exceso de educacion que Gloria habia recibido. Preferia a aquella muchacha culta, inquieta, llena de vida, antes que a la mustia flor que habia sido su difunta madre. --Padre, dime una cosa, ?quien es Aldrey? --se atrevio a preguntar Gloria, despues de un largo silencio. --?Que quieres decir? Aldrey es un empleado, como los otros. No entiendo tu pregunta. ?Hay algun problema con el? --No, no, ninguno. Solo me preguntaba de donde ha salido. ?Conoces a su familia? ?Son de La Coruna? He estado pensando, y no recuerdo si conocemos a ningun otro Aldrey. --Solo se que es un buen trabajador, tiene estudios y lo mismo redacta una noticia que trabaja en la imprenta. Es lo unico que me interesa de el y lo unico que deberia interesarte a ti, nina. En realidad, Carlos sabia bastante mas sobre su joven empleado, pero dentro de su contrato se habia acordado que nunca se haria mencion a su especial situacion y, conociendo a su deslenguada hija, sabia que, si llegaba a confiarselo, no tardaria demasiado en pedirle explicaciones a Aldrey sobre su secreto familiar. --Si a mi no me interesa nada lo que Aldrey haga o deje de hacer, padre, por supuesto que no. Gloria aligero el paso, obligando a su padre a igualarla, con las mejillas repentinamente arreboladas, lo que llevo a Carlos a preguntarse con inquietud si aquella negativa rotunda de su hija significaba exactamente lo contrario de lo que ella habia expresado. Recordo que le faltaban pocos meses para cumplir veinte anos, era una jovencita en edad de merecer y no seria de extranar que comenzaran a aparecer pretendientes interesados en ella. ?Que iba a ser de el cuando su queridisima hija abandonase la casa convertida en la esposa de algun afortunado joven? Era algo que le causaba demasiada pesadumbre, asi que decidio descartar la idea. --Mercedes Montenegro me ha invitado a su casa el viernes por la tarde, quiere que conozca a una amiga suya, Blanca Fontela. Carlos asintio complacido. Le hacia feliz que por fin su hija hubiese encontrado una amiga a su altura intelectual, alguien de su edad con quien podia conversar y divertirse, para salir un poco de su circulo cerrado de familiares y periodistas. La joven Montenegro escribia como el mejor de sus redactores y tenia inquietudes sorprendentes, como ese interes por las teorias de Charles Darwin, pero no por eso parecia descuidar su vida social, algo que Gloria desconocia por completo.

  • Mi unica reina de Jodi Ellen Malpas

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    Su historia de amor comenzo intensa y apasionadamente. La princesa Adeline y Josh Jameson sabian que cualquier futuro juntos era imposible: su estatus de princesa y la posicion de el como un galan de Hollywood lo impedian. Pero las cotas de placer a las que podian llevarse mutuamente fueron totalmente inesperadas. Y poco a poco los limites se hicieron mas y mas borrosos: lo fisico se volvio emocional, y sus corazones se entrelazaron. Pero un giro cruel de los acontecimientos vendra a amenazar su historia y Adeline se vera mas atada que nunca al protocolo que exige su titulo. El ejercito de asesores reales que esconden los secretos y escandalos de la monarquia hara todo lo posible para mantener a raya a los medios… y a Josh lejos de Adeline. Sin embargo, Josh se niega a perder a la mujer que lo ha consumido por completo y ha sido capaz de distorsionar sus limites. ?Triunfara el poder de la monarquia britanica? ?O cambiara su intenso amor el curso de la historia?

  • El camino para llegar hasta mi de Jenny Colgan

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    Flora esta absolutamente segura de que escapar de la tranquila isla escocesa donde crecio al ruido y el ajetreo de Londres fue la eleccion correcta. ?Que habria sido de su vida si se hubiera quedado en Mure? Alli todos la conocian y nadie le hubiera permitido olvidar el pasado. En la ciudad puede vivir en el anonimato, trabajar incansablemente en un importante despacho de abogados y disimular el amor por su jefe, Joel. El atractivo, distante e inexpugnable, Joel.

  • Milagro de Danielle Steel

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    Danielle Steel, la maestra de la novela romantica, nos ofrece de nuevo una novela milagrosa que entretiene y emociona.