• carine fernandez - Carine Fernandez

    https://gigalibros.com/mil-anos-despues-de-la-guerra.html

    Miguel Carabajal, un solitario anciano, decide dejar atras su pueblo en la provincia de Toledo y tomar, junto a su inseparable perro Ramon, un autobus hasta su pueblo natal, Montepalomas, al que no volvia desde el tiempo de la guerra. Pero todo en el pueblo ha cambiado: las aguas de un pantano inundan ahora las callejuelas y plazas de su infancia. Alli, Miguel hara un repaso de todo lo vivido: las aventuras de su ninez, con el apodado de Medianoche en sus espaldas, el asesinato de su hermano mellizo, Mediodia, por los falangistas, sus diez anos en distintas carceles, su primer amor, su matrimonio fallido y el suicidio de su hijo, entre otros. Carine Fernandez, hija de un republicano espanol exiliado en Francia, dibuja un viaje interior hacia la redencion, a traves de una revision del pasado mas oscuro en la historia de nuestro pais.

  • CARINE FERNANDEZ | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libros-ebooks/carine-fernandez/20100548

    Carine Fernandez. Mediodía y Medianoche: dos gemelos, dos vidas partidas por la guerra. Una conmovedora novela sobre las consecuencias de la sinrazón.

  • MIL AÑOS DESPUÉS DE LA GUERRA | CARINE ...

    https://www.casadellibro.com/libro-mil-anos-despues-de-la-guerra/9788467051674/6161630

    6 feb 2018 — Un homenaje a las librerías, a los libros y a todos aquellos que los aman. Una lectura ideal para recrearse y saborear con un buen te ...

  • Mil años después de la guerra (Espasa Narrativa) eBook

    https://www.amazon.es/a%C3%B1os-despu%C3%A9s-guerra-Carine-Fernandez-ebook/dp/B078KMB6XC

    Código QR para descargar la app de Kindle. Mirar en el interior de este libro. Mil años después de la guerra (Espasa Narrativa) de [Carine Fernandez, Rosa ...

  • Carine Fernandez | PlanetadeLibros

    https://www.planetadelibros.com/autor/carine-fernandez/000048414

    Encuentra los últimos libros de Carine Fernandez y descubre toda su bibliografía, sus mejores novelas y su biografía en Planetadelibros.

  • Mil años después de la guerra - Carine Fernandez - Planeta ...

    https://www.planetadelibros.com/libro-mil-anos-despues-de-la-guerra/262906

    6 feb 2018 — Apúntate y descubre cada mes todas las novelas contemporáneas. ¡No podrás parar de leer! Cargando... Otros libros de ...

  • MIL AÑOS DESPUÉS DE LA GUERRA (Libro en papel)

    https://www.popularlibros.com/libro/mil-anos-despues-de-la-guerra_888564

    Carine Fernandez, hija de un republicano español exiliado en Francia, dibuja un viaje interior hacia la redención, a través de una revisión del pasado más ...

  • mil año despues de la guerra - Machado Libros.

    https://www.machadolibros.com/libro/mil-ano-despues-de-la-guerra_524434

    MIL AÑO DESPUES DE LA GUERRA, CARINE FERNANDEZ, 18,50€. Miguel Carabajal, un solitario anciano, decide dejar atrás su pueblo en la provincia de Toledo y ...

  • Mil Años Después De La Guerra... - CARINE FERNANDEZ

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  • Mil años después de la guerra - Carine Fernández -5% en libros

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    13 feb 2018 — Mil años después de la guerra, libro o eBook de Carine Fernández. Editorial: Espasa. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • Mil años después de la guerra (Espasa Narrativa) - Buscalibre ...

    https://www.buscalibre.es/libro-mil-anos-despues-de-la-guerra-espasa-narrativa/9788467051674/p/49520406

    Libro Mil años después de la guerra (Espasa Narrativa), Carine Fernandez, ISBN 9788467051674. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios.

  • La tia amelia de Myrna Del Carmen Flores

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    ?De donde puede una mujer del Mexico del siglo pasado, obtener la fuerza suficiente para sostener una familia? Una mujer atrapada en un conflicto interno entre sus convicciones, sus pasiones escondidas y el deseo de ver felices a cada uno de sus sobrinos. Una mujer capaz de todo con tal de salvarlos.
    Esa es Amelia, un ser dificil de describir por lo cambiante de sus ideas, las cuales oscilan entre el deseo de sobrevivir en una sociedad de reglas impuestas e inmutables y las ansias de vivir y dejar vivir en plenitud a sus seres amados.
    Una historia contada por once mujeres ligadas a Amelia, con cada una de sus luchas, sus deseos y sus miedos, enfrentando un mundo que no le concede a la mujer la libertad de ser distinta.

  • La leyenda 1 de Eilana Osorio Paez

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    Cuando el universo se conspira y nace convertido en hombre para proteger a la mujer que esta destinado a cuidar… Cuando el amor es mas grande que cualquier mal generado por la codicia del ser humano…Una leyenda surge desde los primeros anos de la humanidad en la Tierra, al descubrir que la corrupcion cae sobre la naturaleza y la maxima creacion se cree dueno de todo lo que lo rodea.

  • La nina de las agujas del numero 3 de Daniel Diez Crespo

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  • Mirate con mis ojos de Rosario Rodilana

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    Siendo la hija pequena en una familia de cuatro hermanas, crecio como el patito feo del cuento y, lejos de protegerla, ellas se ocuparon de recodarselo cada dia de su vida. Pronto acato su lugar en el mundo y desarrollo una gran capacidad para expresar la vida a traves de su objetivo.
    Con sus veintidos anos, Alba es una de las mejores fotografas del panorama, muchos conocen su trabajo, pero no a ella, ya que apenas existen fotos suyas, sabe que su lugar esta detras de la camara.
    ?Que ocurrira si por una amistad comun se cruza con un hombre que la ve con otros ojos?
    Jorge, un empresario y modelo, vive por y para el negocio, rodeado de mujeres bellas que no le llenan el pecho, ?que pasara cuando conozca a una mujer que no encaja en las medidas de su mundo, pero si en las de su corazon?

  • Yo soy. Libelula Azul (Steel 7) de Rose Gate

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    A los que me juzgan les dire que no saben nada de mi, las personas siempre se rigen por lo que creen pero no se paran a analizar lo que realmente sucede.
    A ti, que me estas juzgando, te pregunto,

  • Fuego en la montana de Penelope Dunn

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    Laura viene saliendo de una relacion toxica y tortuosa, y su amiga la ayuda a despejarse invitandola a pasar unos dias de vacaciones a la montana.

  • Guardiana 2 de Nesa Costas

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    Cada paso que das te moldea, dando forma a quien eres. Como no dejas de moverte, es dificil saber en que puedes terminar convirtiendote.
    El escenario cambia y los lleva al terreno de Tarik. La vida en el poblado no es facil, sobre todo para Clara. La incertidumbre los mantendra a la defensiva; no saben que va a pasar, no les gusta lo que sienten. El pasado regresa de forma inesperada, obligando a ambos a posicionarse.
    Nuevos aliados, viejos enemigos. Clara y Tarik tendran que dar con el mejor modo de hacer frente a la mayor amenaza.
    Ciudades, poblados y aldeas ecologicas han perdido significado. La infeccion puso fin a las distancias, ahora se quedan sin tiempo.

  • No puedo fiarme de ti de Sophie Saint Rose

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    La necesidad y la desesperacion llevaron a Jeanine Patterson a Dobbs Hill, pero sabia que no hacia lo correcto al buscar a esa parte de la familia para pedir ayuda. Su madre se lo habia advertido claramente.
    Todo lo que veia a su alrededor era tan idilico... Pero Greyson no la queria alli y no dudaba en dejarselo claro cada vez que tenia oportunidad.

  • El paisaje de los suenos de oro, Belinda Alexandra de Belinda Alexandra

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    Una conmovedora historia que se mueve entre dos grandes ciudades: Barcelona, en el periodo previo a la Guerra Civil, y Paris en la decada de 1970.

  • El silencio antes del invierno de Yolanda Revuelta

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    Tessa camino por la ya solitaria y vacia casa con la mirada baja y las manos en las caderas. Ya no quedaba nada de su antigua vida, solo blancas paredes desnudas y suelos relucientes de caoba. El camion de la mudanza se habia llevado los ultimos muebles y sus pertenencias, todo ello bien distribuido en enormes cajas de carton que aguardarian en un garaje hasta que ella encontrase algun lugar donde vivir. Ni siquiera los recuerdos se habian quedado; se habian esfumado de un plumazo, como sus ultimos diez anos de matrimonio. Habian comprado esa casa pocas semanas antes de casarse. Aquello fue amor a primera vista. Su porche flanqueado por dos enormes columnas griegas causaba un efecto clasico y tradicional que les habia enamorado. La casa estaba situada en uno de los distritos mas encantadores de Georgetown y se habian divertido decorandola y creando espacios nuevos donde creian que envejecerian juntos; nada mas lejos de la realidad. A su manera habian sido felices, a pesar de sus muchas noches vacias a causa de sus compromisos laborales y sociales que les privaban de la compania del otro. Su matrimonio, como el de muchos, iba a buen ritmo. Tenia sus desaceleraciones, pero se compenetraban bien y nada hacia presagiar aquel fatidico dia en el que Tom se sirvio su segunda taza de cafe. Deberia haberle extranado, el tenia mucho cuidado con la cafeina y no solia abusar de ella a causa de un amago de infarto que habia padecido dos anos antes y le habia mantenido postrado en una cama de hospital toda una semana. No estaba preparada para ver como todo lo que habian creado juntos estaba a punto de precipitarse por el desague. Una fatidica manana de sabado de septiembre, Tom le habia pedido el divorcio. --No soy feliz, Tessa --le dijo, sin mas. Aquella frase la dejo impactada y tuvo que tomar aire para poder continuar con esa extrana conversacion que cambiaria su vida tal y como la conocia hasta el momento. Escucho las razones y ella, mas sorprendida que dolida, decidio no luchar; quizas porque ya sabia que su matrimonio estaba herido de muerte antes de que su marido le dijese que llevaba dos anos teniendo una aventura con su secretario. !Que tipico y soez al mismo tiempo! !Su secretario! Debia confesarlo, le habia pillado desprevenida. Se habia amoldado de tal forma a la rutina diaria, que no habia notado esos cambios sutiles que algunas mujeres, mas avispadas que ella, solian cazar al vuelo. Jamas penso que Robert, el hombre con el que su ya exmarido trabajaba codo con codo mas de doce horas diarias, compartiese algo mas que despacho y almuerzos. Estaba claro que tres eran multitud. Tom no se habia andado por las ramas. Una semana mas tarde habia exigido a su abogado varias clausulas, entre ellas, una destacable y confidencial: si la incumplia, el la llevaria ante los tribunales, le haria pagar una alta cifra por danos morales y ademas le haria la vida imposible, tanto que ella desearia que se la tragase la tierra (bueno, eso ultimo era una lectura libre, pero sabia que Tom cumplia siempre lo que prometia). Deberia mantener la boca cerrada y no hablar jamas de los jamases de la vida privada de su marido ni del motivo de su divorcio. Punto final. Asi era la vida de un politico en Washington: llena de mentiras, rencores y chantajes a gran escala. Tan pronto estabas en la cima como al dia siguiente, por un pequeno o no tan pequeno desliz, te encontrabas nadando en el fango de los perdedores. No habia segundas oportunidades y Tom lo sabia mejor que nadie. Descalza, se dirigio a la ventana y apoyo las manos en el marco. Washington D.C. tenia su encanto; sin embargo, ella sabia mejor que nadie que podia llegar a ser una ciudad destructiva para aquellos que tuviesen el valor de querer conquistarla. A sus casi cuarenta anos estaba divorciada, sin un lugar donde vivir y lo peor de todo es que se habia quedado sin trabajo. Para alguien que adoraba su profesion, esto ultimo podia convertirse en la peor de las condenas. Su boca se curvo un poco hacia arriba cuando nuevos pensamientos comenzaron a tomar forma en su mente. Leccion numero uno: no trabajes nunca a las ordenes de tu marido. Leccion dos: cambiar de profesion, ser asesora politica a la larga puede llegar a ser demoledor. Leccion tres... Suspiro y el cristal se empano con su aliento. No habia leccion tres, porque quedaba anulada con las dos primeras. --Ser tu misma --susurro contra el cristal--. Y hacerte valer. Su movil vibro en el bolsillo de su pantalon. Se quedo mirando fijamente el nombre en la pantalla y un segundo despues, solto otro hastiado suspiro. Era de esperar que su abuela la llamase. Nada mas descolgar, escucho la armoniosa voz de la anciana. --!Hola, carino! Odiaba que el resto del mundo sintiese lastima por ella. Cerro los ojos unos segundos y decidio que no le iba a mentir. Ya lo hacia bastante consigo misma. --Hola, abuela. ?Que tal va todo? --Eso deberia preguntartelo yo a ti, ?no? Nancy Hereford irradiaba energia a sus ochenta y seis anos. Su apellido, de ascendencia noble, le habia abierto muchas puertas a lo largo de su vida. Pero Tessa sabia que su abuela, mas que una aristocrata, era un alma guerrera. Tras todos esos titulos nobiliarios habia una mujer luchadora y feminista que no se dejaba mangonear por el sexo contrario. --Intento no pensar demasiado en ello --dijo con entereza. Tessa escucho un bufido perfectamente audible a traves de la linea. --Deberias haberle cortado las pelotas cuando dormia. Nos habriamos ahorrado muchos disgustos --replico con voz gelida. Tessa no supo si reir o llorar ante el comentario. --El dramatismo nunca ha ido contigo, abuela. --Lo se, lo se --se apresuro a anadir la mujer--. Pero me espanta que te este haciendo sufrir. --Aprendere a vivir sin el. Un breve silencio se adueno de la linea. --Tienes que aprender mas que eso. Has venido a esta vida para cambiar las cosas, no para aceptarlas. ?Comprendes? Su abuela habia sido la primera persona a la que habia llamado para contarselo y ahora entendia mas que nunca el porque. --Si --respondio Tessa con voz contenida. --Bien, ahora sal de esa casa y aventurate. Los labios de Tessa se levantaron mas por un lado que por otro de la boca. --No es tan sencillo. --Intento no mostrarse afectada. --Nadie ha dicho que lo sea; sin embargo, debes ser valiente y mostrarte al mundo como la mujer que eres. Tessa se pregunto que tipo de mujer era ahora. Le daba la impresion de no conocerla, de ser una desconocida para si misma. --Eres una Hereford. Y eso ya lo dice todo. Quizas por sus venas corriese sangre aristocratica, pero su apellido no era el mismo que el de su abuela. Iba a replicar, pero la anciana tomo de nuevo la palabra. --Habia pensado que podrias pasar algunos dias en la casa de Cornualles. --Crei que la habias vendido. --!?Que te hizo pensar que haria algo asi?! Jamas podria deshacerme de esa casa --dijo con acritud--. Tu padre era el que se empenaba en que la vendiese, pero lo unico bueno que ha hecho ese hombre en la vida ha sido engendrarte a ti. Tessa esta vez sonrio. Estaba claro que Nancy Hereford no sentia ningun tipo de admiracion por su unico yerno. --?Que me dices? --No se, abuela... --respondio. Tessa, dubitativa. --Escuchame bien. Te voy a dar un consejo, aunque se que es lo ultimo que quieres oir en este momento: Todos quieren evitarse el dolor de la ruptura, pero necesitas sufrir ese dolor para sanar, ?comprendes? La mirada de Tessa se perdio en las nubes algodonosas de un cielo grisaceo que amenazaba lluvia. Su abuela, como ya era costumbre, tenia razon. --Eso es algo que no logre que tu madre entendiera y aun sigue pagando las consecuencias de un matrimonio fallido y un marido excesivamente egolatra. No obstante, ella es ella, y tu eres tu. --La voz de su abuela se escucho alta y clara a traves del telefono--. Lame tus heridas, pequena, y luego vuelve al mundo mas fuerte que nunca. Veinte minutos mas tarde, Tessa cerro la puerta de la casa. Fuera esperaba un taxi. No miro hacia atras, cogio el asa de su maleta, se ajusto el abrigo a causa de un viento frio y desagradable que soplaba con fuerza y, mas decidida que nunca, descendio los escalones del porche flanqueado por las dos inmensas columnas de estilo griego, que ya no le parecian ni tan elegantes ni tan exoticas. El taxista la saludo y, acto seguido, sin mediar una palabra mas, guardo su equipaje en el maletero. Una vez dentro del taxi, pregunto: --?A donde vamos? --Al aeropuerto --contesto Tessa, dejando atras diez largos anos de su vida. CAPITULO 2 El vuelo habia sido apacible y a pesar del jet lag, se sentia bien al estar tan lejos de Washington y de todos los problemas que habia dejado atras, o al menos eso esperaba. Mientras cruzaba el Atlantico sentada en su butaca de clase turista, el contrincante de Tom para el senado, Bruno Makinson, le habia telefoneado. Al parecer, su divorcio ya era un hecho consumado en el terreno politico. Segun Makinson, eran muchos los rumores y especulaciones que pululaban por los despachos de Washington D.C. sobre su ruptura matrimonial. Pero como era de esperar, Tom no habia confirmado ni desmentido nada en referencia a la noticia que habia cambiado sus vidas por completo, algo muy tipico de el. Y ella no iba a ser quien levantase la liebre, asi que se limito a cambiar de tema, muy a pesar de su interlocutor. El hecho en si le hizo sentirse vulnerable; sin embargo, la propuesta siguiente obro lo contrario. Permitio que su autoestima subiese como la espuma. Makinson le habia ofrecido trabajar en su campana, ella seria quien decidiria su salario y horario. De no haber estado en ese momento sobrevolando el Oceano Atlantico seguramente habria aceptado la sugerencia sin ningun tipo de reparo. Seria la venganza perfecta. Recordo las palabras de su abuela. En el fondo sabia que necesitaba unos dias para si misma, para recomponerse y volver al mundo como una mujer fuerte y dispuesta a mirar al frente, dejando atras las lamentaciones. Y asi se lo hizo saber a Makinson. Agradecio su interes, se despidio afectuosamente y colgo, con las ilusiones renovadas. Poner los pies en suelo ingles fue mejor de lo que esperaba. Llego a Londres, respondio algunos mensajes pendientes e importantes, otros directamente los borro, como los de algunos companeros que trabajaban en la campana electoral de Tom y decian estar preocupados por ella. Veinte minutos mas tarde tomo otro vuelo hasta el aeropuerto de Newquay. Durante el vuelo solicito un Uber y hojeo una revista del corazon que abandono a los pocos segundos, ya tenia suficiente con su vida como para interesarse en la de otros. Cerro los ojos y, antes de que pudiera darse cuenta, un dulce sueno la vencio. Una hora mas tarde aproximadamente, una pequena sacudida la hizo volver a la realidad: era una servicial azafata, que la aconsejaba abrocharse el cinturon para mayor seguridad. --Muchas gracias --dijo la azafata antes de alejarse--. Espero que el vuelo haya sido de su agrado. Tessa sonrio amablemente, a pesar de tener el cuello tenso. Estaba claro que no habia elegido una postura de lo mas recomendada para su pequena siesta. Nada mas aterrizar puso rumbo a la salida de forma precipitada. Estaba deseando llegar a la casa y darse un bano caliente para aliviar sus piernas cansadas y evitar que el incipiente dolor que comenzaba a fraguarse muy cerca de su sien fuese a mayores. Trato de no colisionar con otros pasajeros y sus maletas mientras notificaba al conductor la terminal y el numero de puerta por la que iba a salir. Cruzo la puerta y, nada mas hacerlo, entrecerro los ojos: un soplo de aire frio y humedo le dio la bienvenida. Las inclemencias del tiempo nunca le habian importado, pero habria agradecido unos calidos rayos de sol a su llegada. Se abrocho el abrigo e intento no echarse a temblar por el brusco cambio de temperatura. El coche solicitado ya la estaba esperando, con un unico destino: Tintagel. Unos dias en soledad era lo que necesitaba para purificar alma y mente. Atras quedarian Tom y un pasado del cual ya no queria saber nada. Pasar pagina se habia vuelto una necesidad.

  • Fidelidad de Marco Missiroli

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    Carlo y Margherita son una pareja joven a la que se podria considerar feliz. Una pareja como muchas. Hasta <>. Asi es como empiezan a llamar a un atisbo de duda que poco a poco va erosionando su matrimonio. Alguien vio, alguien aviso, los colegas hablaron, y la supuesta traicion acaba por convertirse en una poderosa coartada que abre la puerta a las fantasias. ?Somos capaces de no caer en la tentacion de ser infieles a nuestros propios sentimientos? Marco Missiroli lo cuenta con un estilo punzante y envolvente, dirigiendose al corazon de sus personajes: el, ella, la otra, el otro. Nosotros mismos. Preparate para leer tu propia historia.

  • Se busca duende a tiempo parcial (Hostal Dreamers 2) de Lighling Tucker

    https://gigalibros.com/se-busca-duende-a-tiempo-parcial-hostal-dreamers-2.html

    Para Kya las ultimas navidades fueron un desastre, por poco muere a manos de su amante Tom en el Hostal Dreamers. Pues este ano no parece mejor, su exmarido ha hecho publico su divorcio a los medios y las camaras la siguen a donde quiera que vaya.

  • Nuestra epopeya de Manuel Longares

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    Asi es nuestra epopeya. Pediamos la luna y nos dieron una carretera…

  • La pasion lo es todo de Milagro Sanchez

    https://gigalibros.com/la-pasion-lo-es-todo.html

    Lucas es el irreconocible que salvo a Jacqueline de una acometida a manos de otro estudiante. Jamas se habia fijado en este enigmatico chico hot y tatuado, pero desde ese momento se lo encuentra por todas partes. La atraccion entre ellos es instantanea y arrolladora. Pero ?puede Jacqueline confiar en el o acabaran los misterios de Lucas interponiendose entre ellos? Juntos lucharan contra el mal y la responsabilidad, pero ademas van a descubrir el poder inesperado del amor.

  • La hija de la indiana de Maria Teresa Alvarez

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    En todas las familias hay secretos que es mejor no conocerMarina y Silverio viven juntos y enamorados en su pueblo asturiano de Candas a mediados de los anos veinte. Con ellos, Rosita, la nina que Marina adopto en Cuba. Su existencia transcurre de forma apacible hasta que deciden regresar a La Habana para que la joven se reencuentre con sus raices.

  • Africa. La vida desnuda de Alberto Rojas

    https://gigalibros.com/africa-la-vida-desnuda.html

    Una serie de cronicas africanas que dan voz a las historias que no son contadas.

  • Mujeres de invierno de Luis Carranza Torres

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    Una madre y una hija se admiran con distancia, sin decirselo. Una madre y una hija compiten, discuten, pelean, se recelan una a la otra. Estan, en apariencia, en veredas opuestas, en la Alemania nazi, con la guerra en ciernes. Ambas son rebeldes, adaptadas, contradictorias, hermosas, amantes. Ambas estan presas de la soledad, alejadas del calor, como mujeres de invierno.

  • El Libro de Toth de Juan Carlos Boiza Lopez

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    Del Libro de Toth, la mitologia egipcia cuenta que su lectura concedia poderes inimaginables sobre el cielo, la tierra y el mar, permitia controlar personas y animales, resucitar a los difuntos e incluso daba poder para mirar al sol cara a cara.
    Una serie de sucesos de caracter sobrenatural estan sacudiendo el mundo por lo que el Vaticano decide encargar a Antonio Alviero, un joven sacerdote y brillante investigador de la Iglesia Catolica, que averigue que esta ocurriendo. La investigacion concluye que un terrible poder, temido desde tiempo inmemorial por al Vaticano y conocido como "La Fuente", esta despertando. El padre Elias, un oscuro sacerdote venerado y temido a partes iguales en la Iglesia, por ser el responsable del Circulo Octogonus, una organizacion secreta bajo el mando directo del Santo Padre, sera el encargado de buscar "La Fuente" y neutralizarla con la ayuda del padre Alviero.

  • Seducir a un asesino (Novelas solidarias 2) de Antonio Arteaga Perez

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    Un investigador privado especializado en casos de infidelidad irrumpe por accidente en el lugar donde se esta cometiendo un sangriento crimen. Es atacado por alguien a quien no puede ver con claridad, sobrevive de milagro y solo conserva recuerdos borrosos de lo ocurrido. A partir de ese momento se producen mas asesinatos que parecen estar relacionados con su persona y sus circulos mas cercanos. Ayudado por un inspector de homicidios retirado y sus companeros de la agencia de detectives tratara de hallar alguna pista alli donde la policia no parece encontrar nada.

  • Suenos y sombras de C. Robert Cargill

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    Junto a nosotros hay un mundo en el que la materia de la que estan hechos los suenos se hace realidad. Una vez que conoces ese mundo mitico que ha pervivido junto al mundo moderno, no vuelves a ser el mismo. “Suenos y sombras” nos lleva mas alla de ese tenue velo. Relata la historia de dos muchachos desde su fatidica infancia en el reino de la magia hasta que se hacen mayores. Ewan es ahora musico y Colby, un librero poco comun. Pero si Ewan y Colby abandonaron de ninos aquel reino, este nunca los ha olvidado.

  • El libro de Joe Byers de Christian Martins

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    EL LIBRO DE JOE BYERS
    La vida de Alison Grove no es precisamente tal y como ella imaginaba que iba a ser, pero todo da un giro cuando el chico mas guapo y popular de Alnmouth se fija en ella. Colin no solamente es rico y atractivo, sino que ademas parece tener todo lo necesario para hacer feliz a Ali.
    Todo parece comenzar a tener sentido hasta que un misterioso libro llega a las manos de Alison. Un libro que narra la vida de Joe Byers. ?Sera ficcion todo lo que esta leyendo? ?Por que no puede sacarse ese maldito libro de la cabeza?
    Atrapante, intrigante y muy romantica.
    Te enamoraras.

  • Las diez mil vidas de Milo de Michael Poore

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    Milo ha tenido 9.995 oportunidades hasta ahora y le quedan solo cinco vidas para ganarse un lugar en el alma cosmica. Si no aprueba con nota, lo espera el olvido eterno. Pero lo unico que Milo quiere es caer por siempre en los brazos de la Muerte. O Suzie, como el la llama. Suzie no solo ha sido la amante de Milo durante sus incontables escalas en la Otra Vida; Suzie es, literalmente, su razon para vivir. Milo va de vida en vida, zambullendose en una existencia tras otra, y rezando por que llegue el dia en que no tenga que volver a separarse de ella. Pero “Las 10.000 vidas de Milo” es mas que una gran historia de amor: con cada viaje de la cuna a la tumba, Milo descubre nuevas piezas del increible rompecabezas cosmico, que solo se revelaran utiles si es capaz de dilucidar a tiempo lo que significa formar parte de algo mayor que el infinito.
    Michael Poore nos deleita con el encanto oscuro de las obras de Neil Gaiman y el humor inteligente de Kurt Vonnegut, con una historia sobre todas las cosas que hacen de la vida un acontecimiento profundo, hermoso, absurdo y desgarrador. Porque es algo mas que la historia de Milo y Suzie. Tambien es tu historia.

  • Karma, ?por que me odias? de Daniel De La Pena

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    Si alguna vez has pensado que el karma te odia, esta es tu historia.
    Si no lo has pensado nunca… !!estas mintiendo!!

  • Al final de la calle 118 de Clara Cortes

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    La calle que lleva al motel donde vivo es larga y ancha, y una acera no tiene nada que ver con la otra. Es como si una barrera invisible separara ambos lados. Por supuesto, siempre que quieras puedes cruzar al otro lado, pero eso no significa que la gente lo haga. Es como la valla que rodea un instituto: aunque muchos querrian y podrian saltarla, eso no significa que la salten de verdad. Porque saben que su lugar esta dentro. Cuanto mas camino de la derecha recorro, mas grietas me encuentro. Y mas suciedad. Y menos casas. En la otra acera, sin embargo, la fila de chalets de color amarillo y naranja sigue hasta mas alla del motel, hasta alcanzar la carretera del norte. Aunque pueda sonar a mentira, me gusta mucho mas la acera de la derecha que la de la izquierda. Es mucho mas real. La vida es asi, rota, con hierba seca entre los huecos que deja la piedra de los adoquines. Si conoces a alguien con una vida-chalet, probablemente todo se quede en esa fachada amarilla, tan igual a lo largo de toda la fila. Probablemente su sitio tambien este en este lado, nuestro lado, pero no quieran aceptarlo. Antes de llegar al motel, en la acera de la derecha, la calle esta flanqueada por la verja de un orfanato. Es el que cubre la zona norte de la ciudad, adonde se sabe que llegan muchos ninos todos los meses. A veces lloran tanto y tantos a la vez que puedo oir sus sollozos sincronizados desde mi habitacion, y eso que no tiene ninguna ventana que pueda cerrar para acallarlos. Son gritos desgarradores. Cuando pasa me pregunto si habra alguna nina especial ahi dentro, alguien que se parezca a mi y que llore mas fuerte que todos los demas. Tambien me pregunto si la habre visto alguna vez cuando he pasado por delante y todos los ninos estaban jugando fuera, aunque me desespera pensar que he podido hacerlo y que no la he reconocido. Normalmente me gusta pasar la mano por la verja de rombos metalicos mientras camino. El sonido que hacen los anillos de mis dedos contra los alambres es musical y, si lo cuento en mi cabeza, sigue cierto ritmo que puede llegar a ser agradable. Siempre logro encontrarlo, aunque cada vez es diferente, pero eso es lo que mas me gusta. Sin embargo, ahora paro de hacerlo, porque, como todos los dias, tengo que mirar. Siempre me obligo a hacerlo al menos una vez, porque seria una persona horrible si no me molestara en dedicarle unos segundos al dia; busco un par de coletas desiguales que yo podria haber conocido, a esa nina que deberia tener mi nariz, o mis ojos, o los de Raven... Como de costumbre, no veo nada -porque no hay nada, ni siquiera suerte-, asi que tengo que seguir andando para volver a casa. Solo que, esta vez, si que hay algo cuando me pongo a andar otra vez. No lo habia visto porque mi mente habia elegido omitirlo y concentrarse en buscar, como cada dia; es curioso como nuestro cerebro es capaz de aislarnos hasta el punto de no dejarnos ver cosas tan obviamente claras. Porque, cuando vuelvo a andar, hay ahi otro sonido que esta vez no es mio. No rozo la verja con la yema de los dedos, pero, aun asi, en alguna parte hay musica. Y son notas. Notas de verdad, quiero decir, no solo en mi cabeza. Sol. Do. Re. La. No es metalico. Es una guitarra, y creo que viene de dentro. Vuelvo a mirar hacia alli sin dejar de andar. Ahi esta. No tardo demasiado en localizarla. La guitarra. Obviamente, alguien la esta tocando. Es un chico. Esta al fondo, encorvado y sentado sobre un banco. A pesar de todos los ninos que hay a su alrededor, parece estar muy solo. El chico es larguirucho y grande, o eso es lo que parece desde aqui. Tiene los dedos agiles, pero, a pesar de eso, se mueve como si no se sintiera seguro; vacila cuando hace amago de levantar la cabeza y al final nunca aparta la vista del movimiento de sus dedos sobre las cuerdas, como si de verdad temiera perderse o equivocarse. Esta cantando y lo que oigo en la distancia es grave y fuerte, pero a la vez suave y agradable. Cuando han pasado unos segundos y creo haber escuchado lo suficiente, decido que me gusta su voz. No parece que el este muy de acuerdo en eso, sin embargo. Tiene el ceno levemente fruncido y los hombros tensos. Las gafas de pasta negra que lleva juegan a ser equilibristas sobre la punta de su nariz, y me pregunto por que no puede, simplemente, hacer algun tipo de movimiento para subirselas. Siempre me ha puesto nerviosa la gente que mira el mundo por encima de la montura de sus gafas, como la senora que se encarga de la biblioteca del centro, aunque no se exactamente por que me molesta. Cuando acaba la cancion se queda un momento mirando la vibracion de las cuerdas antes de subir la cabeza y sonreirles a los ninos, un publico realmente desagradecido. Si, han estado tranquilos, pero no escuchandole. Gritan, saltan y rien mientras se persiguen los unos a los otros, y el baile sigue para ellos aunque ya no haya musica para acompanarlo. Me sobresalto al darme cuenta de que he estado parada tarareando todo el rato, aunque ni siquiera se como se llama la cancion. He debido de oirla en la radio alguna vez, o en el centro comercial, o en alguna sesion de fotos. No era consciente de habermela aprendido. Me doy la vuelta y sigo mi camino justo despues de que el chico se suba las gafas con un gesto despreocupado. El no me ve. No reanudo el sonido de mis anillos, simplemente meto las manos en los bolsillos y ando mas rapido, porque quiero llegar ya al motel. Solo unos treinta y cinco o cuarenta metros lo separan del orfanato. Cuando subo las escaleras metalicas que llevan al segundo piso y entro en el apartamento 36, la sensacion tan rara que se me habia puesto en el estomago tras escuchar esa cancion es sustituida por la colonia postsexo de Raven. Tengo que aguantar la respiracion y pasar directamente a la cocina. Y aunque alli no es mejor, porque ella esta fumando, al menos no es ese tufo a fruta, sudor y suciedad. -Ah, hola -dice, tranquila-. No he oido la llave. -Hola. Vacio mi mochila en la mesa blanca donde comemos. El tablero esta lleno de quemaduras y manchas marrones que no se pueden quitar. Caen las llaves, un libro, una camiseta sucia y un sobre. Justo antes de venir he pasado por el banco para sacar lo que me han pagado hoy. Raven apaga el cigarrillo dentro de una lata de cerveza arrugada y se acerca a mi con curiosidad. -?Cuanto? -Cincuenta pavos. -La ultima sesion fueron mas. -Porque me pase seis horas en ese estudio sin parar ni para mear, Raven. Por eso fueron mas. Mi hermana agarra el sobre antes de que yo pueda alcanzarlo y sale de la cocina contoneandose. Me dan ganas de gritarle que no hay nadie mirando, que no hace falta que haga eso, pero no quiero discutir. Necesita montar un espectaculo todo el tiempo. Ademas, suele estar de muy mal humor despues de estar con un cliente, por eso me callo. Se agacha junto a su cama y mete la mano debajo. Saca una caja de metal rosa que tiene un pequeno candado. Ahi es donde guardamos todo nuestro dinero. Esta llena de polvo y tiene un par de pelusas enganchadas en las esquinas. Muchas veces pienso en que pasaria si alguien entrara a robar, porque no seria nada dificil hacerlo. No seria dificil encontrar la caja bajo la cama y que alguien rompiera ese estupido candado y nos robara todo lo que tenemos. De hecho, yo misma podria hacerlo si quisiera. Podria agarrar una piedra de fuera, acercarme, golpearlo hasta que se partiese... Y luego irme lejos de aqui con el dinero. Pero Raven abre la caja y me quedo a medias preguntandome adonde iria. A un lado, los billetes estan sucios, algo rotos y arrugados. Al otro lado, el monton de mi dinero, es decir, el dinero que yo gano y que sale directamente del banco, descansa en pilas mas o menos agrupadas por su valor. Mis billetes estan limpios, en todos los sentidos posibles. En total no hay demasiado dinero, pero si mucha diferencia entre ambos lados. <>, pienso. Es como si cada monton saliera de un mundo completamente distinto, o viniera de una cara diferente de la luna, y en parte, si lo piensas, es un poco asi. -Bueno, supongo que esta vez, cuando venga ese baboso del casero, podre pagarle en condiciones. No soporto tener que tocarlo cuando vamos un poco justas. Doy la vuelta a su cama para ir hacia mi habitacion. -No necesitaba saber eso. -C'est la vie, Valeria. No puedes ser tan tiquismiquis. Las cosas son como son, a ver si lo aprendes de una vez. <>, dice siempre Raven. Raven, la que esta hecha de piedra. La que es dura y fria como el hielo. La que tiene muchos problemas y muchas responsabilidades que siempre prefiere evitar. Es Raven, es casi una extrana

  • El control de tu estado de animo de Dennis Greenberger

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  • Los Hijos del Tiempo de Chaiene Santos

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    Vencedor del Premio Wattys, casi dos millones de lecturas con la trilogia en portugues en Wattpad.
    Premisa: Un joven estudiante salva a una princesa de un perverso enemigo en un exoplaneta – y el mundo de cambios en el pasado del planeta Tierra.
    ?Que misterios se ocultan mas alla de las estrellas?
    Mientras la mayoria de los jovenes se preocupa con la facultad, amistades e incluso novias, Nicolas pasa sus horas con la cabeza fuera de orbita; literalmente. El nunca tuvo un padre y por eso se siente triste. Su mayor deseo es conocer el espacio. Haciendo el curso de Astronomia, el se siente mas a gusto entre cuerpos gaseosos, supernovas y agujeros negros, sonando en un dia desvendar los grandes enigmas del Universo. Hasta que una misteriosa chica entra en el aula…

  • La Senal de Maxime Chattam

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    El nuevo joven prodigio frances con siete millones de lectores en Francia, traducido a veinte idiomas.

  • Una mentira al dia (Unidos por el amor 5) de Fernanda Suarez

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    !Vuelve la serie romantica de regencia <>!

  • Justa venganza de Alejandro Khan

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    Un viaje de rutina de un politico europeo a los Estados Unidos se va a convertir en el origen de la mayor conspiracion politico criminal de la historia reciente. Najla, una joven desilusionada con el sistema, tras la injusta muerte de su marido, va a luchar por lo que la ley no le ha dado: justicia. Con la ayuda del joven abogado Alejandro Novely y del hacker “Bicho”, Najla emprende su particular forma de venganza, como la unica forma de conseguir justicia, sin sospechar siquiera como van a cambiar sus vidas cuando descubren . lo inimaginable. Ladrones y asesinos a sueldo, de Washington a Madrid, de Marbella a Panama y a Mar del Plata, seran incapaces de detener la cruzada de venganza que Najla ha empezado para conseguir una especial forma de justicia.

  • Dias temibles de A. M. Homes

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    Tensiones familiares; crisis de pareja; personajes desnortados; el apasionado encuentro de una novelista transgresora y un corresponsal de guerra en un congreso sobre genocidios; un chat en el que asoma una historia de abusos sexuales a una menor; una jornada de compras en un supermercado que acaba con una candidatura a la presidencia de Estados Unidos; un encuentro en Disneylandia, donde el protagonista estuvo de nino en un ultimo viaje familiar antes de que todo se desmoronase.

  • Especie (inspectora Camino Vargas 2) de Susana Martin Gijon

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    Hace un calor del demonio. Son las diez de la noche pero el termometro no baja de los treinta y cinco grados. A pesar de los manguerazos del camarero, el asfalto sigue hirviendo y contribuye a mantener un ambiente torrido y asfixiante. Camino lleva una camisa verde oliva y una falda blanca de lino que realza sus piernas bronceadas. La estira cuanto puede para evitar el contacto con la butaca de plastico que se le pega al culo. Se ha recogido el largo cabello rubio en una coleta y se ha puesto unos pendientes verdes a juego con la blusa. Hace menos de media hora que ha salido de casa recien duchada, pero ya ha roto a sudar de nuevo. Se mira bajo las axilas y comprueba disgustada que se le han formado los cercos oscuros que tanto detesta. Saca el abanico del bolso y trata de airearlos, pero se detiene con disimulo cuando divisa a Paco en la distancia. A el no parece pasarle factura el calor. Va lidiando con sus dos muletas con destreza. Lleva una camisa floreada al mas puro estilo hawaiano y un pantalon corto con bolsillos a los lados. No esta acostumbrada a un estilo tan informal, aunque reconoce que le sienta bien. Como siempre que le ve, se le hace un nudo en el estomago y se vuelve terriblemente torpe. Para aparentar normalidad, agarra el botellin y lo vacia de un trago. Despues juega con el, pasandoselo de una mano a la otra mientras Paco acaba de llegar. Tras salir del coma, los doctores fueron muy cautos sobre la posibilidad de una recuperacion total. Uno incluso llego a decir que no volveria a andar; se equivocaba. Al inspector Arenas no le gana nadie a testarudo y el estaba decidido a reponerse. Asi que eso es justo lo que esta haciendo. Ella sonrie al ver como se esfuerza en los ultimos pasos. Ahora se da cuenta de que el tambien esta sudando a mares, pero no aparenta importarle lo mas minimo. Le parece increible el cambio operado en solo un par de meses. --Estas mas gordo --le suelta por todo saludo cuando alcanza la terraza del bar. --Falta me hacia --Paco sonrie. Eso en boca de Camino es un halago. Ni sabe ni quiere hacerlo mejor--. El hospital me dejo en los huesos, parecia un puto esqueleto. --Tampoco es que hayas sido nunca un luchador de sumo. --Pues tu en cambio estas muy bien. Camino se sonroja. Segun los canones de belleza actuales, le sobran diez o quince kilos. A ella esos estandares sociales le importan un pimiento. Ya hay bastantes reglas que obedecer en la vida de adulta como para autoimponerse alguna mas. Ademas, le gusta su cuerpo de curvas generosas compatible con una buena forma fisica. Pero aun no se acostumbra a los nuevos modos del inspector. Antes jamas le hubiera lanzado ni medio piropo. Tambien con respecto a ella se ha obrado un cambio desde que salio del coma. Y eso es algo que le da mucho vertigo, aunque se acerca al borde del precipicio cada vez que puede y mira de frente a sus propios miedos. Esta dispuesta a vencerlos. --?Que tal el fin de semana? --Paco lanza la pregunta al aire, como si fuera poco mas que una formula de cortesia, pero esta lejos de serlo y Camino lo sabe. Lo ve en el fondo de sus ojos. Curiosidad, intriga, y algo mas que atisba y no acierta a descifrar. ?Celos? --Normal, lo de siempre --dice ella con una mueca de quitarle importancia. --?Saliste a bailar? --Habia campeonato de salsa en el Azucar. Quedamos los terceros. --No esta mal. ?Que se cuenta Victor? Victor es el companero de baile de Camino. Hacen una pareja desigual. El, con diez anos menos, espigado y finolis; ella, tosca y regordeta, muy distinta a las jovenes esbeltas que frecuentan la academia. Pero cuando se juntan los dos, se compenetran como nadie y a menudo acaban cediendoles el centro de la pista. --Ha roto con su novio. Tuve que emborracharme con el despues de los bailes. --Que coraje, lo que hay que hacer por los amigos. --Lo que haga falta --Camino hace una sena al camarero para que traiga otros dos botellines. --Pues se ve que os pillasteis una buena cogorza, todavia se te notan las ojeras. --?Cuando vuelves al tajo? --ella cambia de asunto. Lo cierto es que se ha despertado esta manana en la cama del speaker que animo la competicion, un cubano mestizo de pelo afro que la hipnotizo con su forma de moverse y con los mojitos que aparecian en sus manos como por arte de magia. Desde que Paco salio del coma habia dejado a un lado su parte mas promiscua, y ahora se siente rara. Se ha despertado con un remordimiento absurdo y ha salido pitando del piso del cubano, que estaba preparando un desayuno al estilo de la isla y se ha quedado con un palmo de narices y el mandil puesto sobre los slips de superheroe. --Dame un respiro, anda. No hace ni dos meses que me mandaron a casa. --Ni hablar. Vuelve ya, estoy harta de ser la jefa. --Pues yo creo que se te da bien. --No digas tonterias. --De hecho, creo que deberias seguir asi. --?Asi, como? --Como hasta ahora. Coordinando el Grupo de Homicidios. Camino entorna los ojos. Deja pasar unos segundos, el tiempo de calibrar las palabras del inspector. --?Y tu? --dice, temiendose la respuesta. --Yo ya estoy viejo. Es hora de pasarme a la fila de atras. --Pero bueno, ?es que esa bala que tienes ahi metida te esta friendo el cerebro? --La bala esta quietecita. Y que siga asi. Camino se muerde el labio. A veces se pasa de bruta. --Perdona. Pero, ?puedo saber a que viene eso? --Solo estoy pensandolo. --Pues no lo pienses mas. Te necesitamos. Paco da un trago a su cerveza y coge la carta. Estudia el listado de raciones como si acaso no se las supiera ya de memoria. --?Unas puntillitas? --Adobo --ella le mira desafiante. --Las dos cosas. --Tu mismo. Ya veras que pecha nos vamos a pegar --Paco sabe tan bien como ella que las raciones son enormes. Pero no sera Camino quien se acochine. Si quiere pedir, que pida. Y que se ponga gordo. --Estupendo --dice el mientras llama al camarero por su nombre de pila y sonrie satisfecho. Ha logrado su objetivo: aparcar el tema. Camino se percata demasiado tarde. Intuye que no tiene que apretarle mas, pero no le ha gustado lo que ha oido. Ella cuenta los dias para que Paco Arenas regrese a la Brigada y tome los mandos del Grupo de Homicidios. No es solo que a ella no se le de bien dirigir un equipo, es que le echa muchisimo de menos. Y asi, al menos tendra la excusa de verle a diario. --Ya se ha jubilado Teresa --deja caer como quien no quiere la cosa. --?Ya? --Cumplio los sesenta y cinco la semana pasada. --Vaya, como pasa el tiempo. Estaria feliz. --Como unas castanuelas. Dice que va a dedicarse a ser abuela a tiempo completo. --Pues tiene para entretenerse. --Ya lo creo. Ocho polluelos. Por cierto, esta organizando una barbacoa en su casa. Vendras, ?no? --No lo se. --Vamos, tienes que ir. Todos estan deseando verte asi de recuperado. Paco frunce el ceno. La verdad es que le apetece reunirse con su equipo. Y despedir por todo lo alto a la mujer policia mas veterana de Sevilla. Pero teme que traten de convencerle igual que Camino. Y, aunque a ella aun no se lo reconozca, lo tiene decidido. Ya ha pasado demasiados anos de su vida entregado a la profesion. Le falto poco para no contarlo, y no quiere ponerse en riesgo de nuevo. Quiere vivir, y quiere tomar las decisiones que siempre fue relegando. --Me lo pensare. ?Quien vendra en sustitucion de Teresa? --Ya ha venido, empezo el martes pasado. Eva Gallego. Evita, quiere que la llamen. Como si tuviera seis anos. --?Y que tal? --Un poco desaboria. Y habla como una senorita, toda fina ella. Ademas, esta muy verde. --Habra que ensenarla. --He pensado en poner a Fito de pareja con ella --en los ultimos tiempos, Camino se ha acostumbrado a contarle las decisiones a Paco y dejar que le de su opinion. Es lo que tanto necesito cuando el entro en coma y a ella le asignaron de forma provisional la Jefatura del Grupo de Homicidios. Se sintio terriblemente sola, sin su amigo y su mentor. Asi que ahora que puede, se aprovecha. --?A Fito? ?Por que a el? --Por ser subinspector. Es el unico que no es de la escala basica. --Si ese es tu criterio, Fito no es el unico. --?Yo? --ella ve por donde va--. Lo que me faltaba. Adiestrar a una pipiola. --Es lo que hice yo contigo. --Yo no estaba tan verde. --Que te lo crees tu. Camino suelta un bufido que hace reir al inspector. --Viene de Seguridad Ciudadana, pero parece que viene de Dora la exploradora. --No seas mala. --Que no, que cada vez entran mas perdidos, de verdad. --Eso mismo decia yo. La carcajada de Paco se oye en toda la terraza. --Menos guasa, tu. Ya sabes que no tengo paciencia para esas cosas. Y con el hablar redicho que se gasta, me saca de quicio. No la aguantaria ni media jornada. ?Ves como tienes que volver? Tu ensenas a la pipiola y yo sigo a lo mio. --Claro, claro. Anda, cuentame con que estais ahora. A eso el veterano no se puede resistir. Dieciocho anos en Homicidios son muchos anos. --Nada importante. Algunos casos antiguos sin resolver, alguna que otra desaparicion. En ese momento ve a Rafa, el hijo de Paco, acercarse con el perro. Ella achina los ojos. Siempre aparece. Esta segura de que le manda Flor, a quien nunca le ha gustado Camino y de la que no se fia nada. Y hace bien.

  • Los ultimos dias de Nueva Paris de China Mieville

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    Marsella, 1941. En el caos de la guerra, el ingeniero estadounidense Jack Parsons tropieza con un grupo clandestino antinazi, incluido el teorico surrealista Andre Breton. En los extranos juegos de los diplomaticos disidentes, los revolucionarios exiliados y los artistas de vanguardia, Parsons encuentra y canaliza la esperanza. Pero lo que involuntariamente desencadena es el poder de los suenos y las pesadillas, cambiando la guerra y el mundo para siempre. Ano 1950. Thibaut, un luchador surrealista solitario, camina por una nueva y alucinogena Paris, donde los nazis y la Resistencia estan atrapados en un conflicto interminable y las calles son acechadas por imagenes y textos que parecen cobrar vida con las fuerzas del Infierno. Para escapar de la ciudad, debe unirse a Sam, un fotografo estadounidense, y hacer causa comun con una poderosa y enigmatica figura… Pero Sam esta siendo cazado. Y surgiran nuevos secretos que pondran a prueba todas sus lealtades, a la nueva y la vieja Paris, y a la realidad misma. <> URSULA K. LE GUIN <> NEIL GAIMAN La critica ha escrito sobre Los ultimos dias de nueva Paris<> NPR <> USA TODAY <> CHICAGO TRIBUNE

  • Siempre nos quedara el verano (Verano 3) de Jenny Han

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    Belly solo ha querido a dos chicos en su vida. Y ambos se apellidan Fisher. Tras salir con Jeremiah durante los ultimos dos anos, esta casi segura de que es su alma gemela. En cambio, Conrad no ha superado el error de haberla dejado escapar, asi que cuando Belly y Jere deciden dar un paso mas en su relacion, sabe que no le queda mas remedio que hablar ahora o callar para siempre.

  • Black, black, black de Marta Sanz

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    --?Paula? --?Si, Zarco?, ?que me cuentas? Ayer me puse mis pantalones con la raya perfectamente definida, mi pulover mas elegante, mi chaqueta cruzada, y sali a la calle con los ojos ocultos tras unas gafas de sol. Me perfume con una colonia que huele a madera y a musgo. Como un refinadisimo Philo Vance. Al mismo tiempo, fuerte, viril. Guapo. No puedo evitar ser una persona pulcrita ni que me gusten los muchachos de baja estatura y complexion debil. Ni que se me vayan los ojos. Mis clientes son una familia destrozada por el estrangulamiento de su hija; una familia que no entiende que la policia no haya aun apuntado con el dedo hacia ningun sospechoso y haya archivado el caso despues de un ano de infructuosas investigaciones. El marido de la muerta aun vive en el que fue su hogar conyugal y no puede decirse que sus suegros se fien de el. --Es moro --me informo el padre de la muerta. --?Quiere usted decir arabe?, ?marroqui?, ?argelino?, ?tunecino? --Quiero decir moro. El senor Esquivel no se desdice con facilidad. No tiene una predisposicion complaciente. Cuando me recibe, esta leyendo un diario conservador que ahora descansa encima del sofa abierto por la pagina de necrologicas. Ha estado resolviendo el crucigrama apretando tanto el boligrafo que casi ha traspasado el papel. Un ciego, tocando el reverso de la hoja, hubiera sido capaz de descifrar los trazos del senor Esquivel. Este hombre es tajante y no debe de pensar las cosas dos veces. El craneo lampino se le pliega como un acordeon cuando intuye que alguien matiza sus opiniones, lo que en su lenguaje quiere decir que se le lleva la contraria. --Moro --repito en voz alta mientras apunto el dato en mi cuadernito, y a Esquivel la calva se le vuelve a poner tersa. Las hostilidades entre el marido de la difunta y su familia politica justifican que mis clientes no vean demasiado a su nietecita, Leila, que acaba de cumplir dos anos. --?A usted ese le parece un nombre para una criatura? Mas alla de la eleccion del nombre, de la religion que pudiera profesar en el futuro y de la posibilidad de que Leila de mayor se pusiera un velito para cubrirse, a los Esquivel no les preocupa en exceso ese asunto. Si se resuelve lo del padre, lo de Leila se arreglara solo. Antes de continuar, aprovecho la mencion a la nina para explicarles que yo no puedo intervenir en un caso de asesinato, aunque si de otra indole. Como si se le hubiera ocurrido a el, Esquivel me interrumpe: --El caso esta archivado por la policia y, ademas, usted siempre puede decir que nuestro unico objetivo es recuperar a la nieta. La madre de la difunta, una mujer aparentemente servicial, con los parpados pintados con una sombra rosada, abre la boca: --Le advertimos a Cristina que no se casase. Pero no nos hizo caso. --Era muy bruta. Muy obcecada. Si se le metia algo entre ceja y ceja, no habia forma de hacerla cambiar de opinion. El padre pronuncio su diagnostico con cierto orgullo de casta y la madre rompio a llorar mientras compartia conmigo sus recuerdos: --Tambien estudio medicina por pura cabezoneria. Y todo para acabar limpiando culos, viendo carne vieja en un asilo. --Cristina no limpiaba culos. Y el asilo es una clinica de mucha categoria. --Me da igual. Nosotros le insistimos en que no hacia falta que se esforzase tanto, que con nosotros nada le iba a faltar, pero ella se empeno y, al final, fijese usted, !doctora geriatra! --Y muerta --apostillo el senor Esquivel. En nuestra cultura el empecinamiento esta bien visto. Lo mismo que las voluntades ferreas, la efusividad, la propension al llanto y la sinceridad a ultranza. Eche de menos que los Esquivel disimularan un poco sus fobias, que se mostraran mas corteses y opacos. Tal vez los filtros de su enmascaramiento les hubieran ayudado a no ser exactamente lo que parecian ser: dos viejos que hubiesen estampado, con gusto y cargados de razon, un bate de beisbol contra la cabeza de un pariente politico; un matrimonio anonimo, sediento de venganza, en un linchamiento popular. Quiero decir <>, pero logro que la expresion no se me escape. En su lugar formulo una pregunta: --?Era Cristina hija unica? La senora Esquivel se apresura a contestar con pudibundez: --Si. Aunque nos hubiera gustado, no pudimos tener mas hijos. La casa de los Esquivel es un chale en una zona privilegiada de la ciudad. Un chale anodino, decorado con mal gusto y que no cuenta con ninguna estancia tan hipnotica como el asfixiante invernadero en el que el Coronel recibe a Marlowe despues de que Carmen Sherwood haya intentado tomar asiento en las rodillas del detective: <>. En el chale de los Esquivel no me recibe una muchacha que se chupa el dedo con ojos de perdida mientras restriega su cuerpo contra mi bragueta impasible. Me recibe un matrimonio sesenton con unos rasgos fisicos tan vulgares que los recuerdo con dificultad. Alli no hay invernadero ni orquideas con petalos carnicos. No bebo varios vasos largos de whisky o de conac, llenos hasta el borde, mientras el senor Esquivel se emborracha solo con mirarme y aspira el humo de mis cigarrillos sin filtro para embriagarse por transferencia. Me dan una fanta de naranja y encima de la mesita no hay ceniceros. La camisa no se me empapa en sudor ni la tela deja transparentar la tableta de chocolate de mi musculatura. No es necesario que me quite la chaqueta. La senora Esquivel no tiene oportunidad de abrir la boca y de quedarse con ella abierta por motivos directamente relacionados con la dureza y proporcion de mi anatomia. Este oficio hay que tomarselo o con sentido del humor o con cierto culturalismo. El sentido del humor sirve para los galanteos, las entrevistas con los sospechosos y con los clientes --no esta de mas hacerse el simpatico--, para la aproximacion a la sordidez y para dormir como un tronco cuando uno se acuesta muerto de aburrimiento tras una jornada rutinaria. El culturalismo se aplica para contemplar el agujero de bala, la aguja de la trepanacion, el hachazo, las amputaciones de dedos y de orejas, incluso para darle a la infidelidad otra luz. Todo --los cuerpos desmembrados y los papeles de periodico-- son elementos para un bodegon, por ejemplo, de Chaim Soutine. Chaim Soutine deambulaba por las calles de Paris buscando el mostrador de la carniceria que exhibiera la gallina de sus suenos, la pieza de vacuno abierta, el costillar en exposicion salvaje, el color rojo, granate, magenta, menstrual, burdeos, carmin, bermellon, barroso, carmesi, fuego, sangre, rubi, pimenton, azafran, tomate, sandia, purpura. Chaim Soutine caminaba por las calles de Paris y, despues, se murio en una mesa de operaciones. El culturalismo he de aplicarlo pocas veces, porque yo casi nunca veo sangre a borbotones. Repaso documentos, ingresos y perdidas, asientos contables, tiro fotos. Converso con personas que se quedan palidas. Desde que saque mi licencia, rebusco entre las basuras un pasaje que ya he leido, la escena de una pelicula en la que un director, casi siempre en deuda con el expresionismo aleman, enfoca a contraluz el perfil fumador de un villano trajeado. Pero en la casa de los Esquivel no hay literatura, sino dinero. Invertido con mal gusto, pero dinero. Mientras lo anoto en mi libreta repito en voz alta: --Hija unica. Si hubieran sido conscientes de lo que le agradezco a la senora Esquivel que sea pudibunda; si hubieran podido ver las imagenes que desfilan por mi cabeza, la repugnancia que me produce representarmelos queriendo traer mas hijos al mundo; si hubieran sabido que me parecen atractivas las curvas y la apacibilidad domestica del Dr. Watson, que me encanta su caracter y que imagino lo bien que le irian a sus manos una aguja de ganchillo y una bobina de hilo de perle, que Watson seria el hombre perfecto para iniciar una convivencia en la edad madura, una vez olvidados los efebos, los apretones y el tiempo que perdi, los Esquivel no me habrian contratado jamas. Pero mis aptitudes para el disimulo y para la contencion son mas que notables, y los Esquivel no parecen muy observadores. Solo ven en mi a un hombre educado que apunta con eficiencia algunos datos en su cuadernito. Un hombre que, ademas, huele bien. Probablemente la muerta era un calco de papa, porque el senor Esquivel sigue resobando su idea fija: --Es que es incomprensible. Lo tienen delante de los ojos y !no quieren verlo! Esquivel me presenta el caso como pan comido. --Si mi hija se hubiera casado con un blanco, ya estaria en la carcel el pobre hombre. Pero con los moros nos andamos con pies de plomo...

  • Deseo contenido de Inma Black

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    Cuando Melissa trabajaba con el, Bret Terrell la acuso de espionaje.
    Una vez casada con el, no era mas que la complaciente madrastra de su unico hijo.
    ?Habria alguna manera de que Melissa pudiera romper su gelida resolucion?
    A Bret le habian herido en el pasado y estaba decidido a no volver a amar jamas.
    ?Que oportunidad tenia el amor de Melissa de disipar las sombras?

  • En silla de pista de Miguel Angel Aguilar

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    iempre asombrado, un punto incredulo, Miguel Angel Aguilar saborea el espectaculo del circo contemporaneo en silla de pista, en primera fila. Apenas a unos metros de los prestidigitadores de la Transicion, los domadores del golpismo y el terrorismo, los trapecistas de la libertad que parecia imposible. Aplicado alumno de la realidad, maestro del periodismo, Aguilar evoca hechos memorables del ultimo medio siglo de Espana. Fue testigo, a veces incluso un poco protagonista, y lo cuenta como nadie, con su inconfundible estilo ironico, agudo y elegante. Vio morir una Espana y nacer otra. Estuvo en El Pardo y en La Paz cuando se leian los partes del equipo medico habitual, y en las sesiones, comidas, cenas y conciliabulos que acabaron dando a luz a la Constitucion. Anduvo por El Aaiun cuando la Marcha Verde, en el Congreso el 23-F, lo proceso la jurisdiccion militar y acabo formando parte del tribunal que otorgaba el premio del tonto contemporaneo. Una vida profesional plena, resumida en un libro intenso.
    En silla de pista es un cronicon hecho de muchas cronicas. Recuerdos de cincuenta anos de la vida nacional. Un retrato impagable de Espana y sus personajes. Y tambien un gran homenaje a una prensa que ya no existe pero que fue esencial en la consolidacion del Estado democratico que hoy conocemos.

  • El cuerpo tiene sus razones de Therese Bertherat

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    Habitualmente confiamos la responsabilidad de nuestra vida y de nuestro cuerpo a los demas, pero a veces esta confianza no nos proporciona mas salud y libertad, sino que mas bien nos hace reprimir nuestros instintos. ?Como tomar las riendas de la situacion para recuperar la salud, la vitalidad y la autonomia a que tenemos derecho? Desde luego, tratar de fortalecernos mediante la gimnasia no es la respuesta adecuada, ya que la esta considera el cuerpo como un animal al que hay que domesticar.

  • Textrovert (Roca Juvenil), Lindsey Summers de Lindsey Summers

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    ?Podrias enamorarte de alguien a quien nunca has conocido?

  • Crimen perfecto de Brenda Novak

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    Esos tipos que mataban a sus esposas no tenian la menor idea de como hacer las cosas bien, de como liquidarlas y salir despues de rositas. Malcolm Turner fruncio el ceno disgustado mientras aparecian los creditos que senalaban el final de un programa basado en crimenes reales que acababa de ver en la television. El de aquel dia habia tratado el caso de un enfermero que habia asesinado a su esposa, una mujer rubia y respondona. Por lo que a Malcolm concernia, se merecia la muerte, porque se habia comportado como una autentica perra. ?Pero que clase de estupido hablaba con nadie de cloruro de succinilcolina justo antes de utilizarlo para poner fin a una vida? --Que estupidez --musito Malcolm. Miro de nuevo a su esposa, que dormia a su lado. Cuando el matara a su mujer y a su hijastro, nadie se haria ni una sola pregunta. Creerian exactamente lo que queria que creyeran, porque el sabia lo que se hacia. No podia ser de otra manera. Al fin y al cabo, llevaba quince anos trabajando como policia. Capitulo 1 Mary tenia muy buen aspecto. Mejor que cuando estaba en el instituto. Habian aumentado sus curvas, su rostro mostraba una nueva sofisticacion y parecian ocultarse muchas cosas tras su sonrisa. Pero se mostraba recelosa. El divorcio le habia pasado factura. Y estaba completamente entregada a sus dos hijos. Malcolm, que estaba parcialmente oculto tras un alamo, cambio de postura y se agacho al oir el ruido de un motor. A juzgar por el volumen de la musica de lo que parecia ser un potente automovil, el conductor del coche que se acercaba debia de ser un adolescente tan ensimismado y despistado como todos los de su edad. Pero aun asi, no queria que le viera mirando por la ventana de Mary. El coche, con los bajos atronando a traves de los altavoces, paso sin reducir la velocidad. El sonido de la musica y del motor se fueron desvaneciendo y el vecindario volvio a quedar envuelto en el silencio de la noche. Aquella era la hora en la que a Malcolm le gustaba contemplar a Mary. Pero a veces, si pensaba que habria vuelto ya del trabajo, tambien se acercaba de dia. Desde que se habia quedado sin trabajo le resultaba dificil llenar las veinticuatro horas del dia. Su nueva vida no se parecia en absoluto a lo que habia imaginado cuando habia comenzado a planificarla. Echaba de menos a sus viejos conocidos, se moria de ganas de ponerse en contacto con alguno de ellos, pero todos le daban por muerto y el preferia que asi fuera. A lo mejor esa era la razon por la que, al cabo de tantos anos, se habia decidido a localizar a su primer amor y le habia seguido hasta California. De otro modo, no tendria ningun sentido aquel impulso de reencontrarse con el pasado. Veinte anos atras, se habia alejado de su lado sin preocuparse si quiera. Se habia casado dos veces, se habia divorciado una y… No queria pensar en lo que le habia hecho a su segunda esposa. No se arrepentia de haberla matado, ni de haber matado a su hijastro. Se lo merecian. Pero desde que se habia jugado la mayor parte del dinero del seguro que se habia llevado de Jersey, se veia obligado a vivir en casas miserables que alquilaba en areas rurales, en las que el olor a estiercol era tan fuerte que a veces se sentia como si estuviera rodeado de excrementos de animales. Era dificil conseguir algo mejor cuando solo tenia acceso a trabajos en companias de seguros de segunda categoria por los que le pagaban poco mas que el salario minimo. Maldijo en silencio al recordar su ultimo empleo. No le molestaba tanto lo exiguo del salario como la falta de respeto. Despues de haber sido un autentico policia, no lo soportaba. Rebusco en la bolsa que llevaba siempre con el y se sento cerca de la ventana para poder disfrutar de una mejor vista de Mary mientras esta consultaba su ordenador. Probablemente esperaba tener noticias suyas. Diciendo ser alguien a quien Mary una vez habia conocido brevemente, se habia puesto en contacto con ella a traves de la web en la que Mary publicitaba sus joyas y habia conseguido mantener una relacion con ella. Pero aquella noche no le bastaba con esconderse tras un alias y un ordenador. Estaba aburrido, inquieto. Despues de pasar unos cuantos minutos frente al ordenador, Mary se levanto y comenzo a apagar las luces de la casa. Tenia dos hijos en edad escolar y trabajaba como enfermera, de modo que sus horarios eran extraordinariamente predecibles. Malcolm sabia que de alli iria al dormitorio, bajaria las persianas y el espectaculo habria terminado. A no ser que no se molestara en bajar las persianas. Durante los meses que llevaba observandola, solo se habia olvidado de bajar las persianas en una ocasion, pero eso le hacia albergar esperanzas. Se dirigio a escondidas hacia el otro lado de la casa, se agacho detras de un seto y espero a que entrara en el dormitorio. La vio llegar, encender la television, apartar la ropa que antes habia doblado y sentarse en una butaca. Despues se acerco a la ventana. Estaban a solo unos centimetros de distancia, tan cerca, de hecho, que podia apreciar que se le habia corrido la mascara de ojos, lo que queria decir que se los habia estado frotando. Y entonces bajo las persianas. Mierda. Malcolm se agacho todavia mas. ?Que podia hacer? ?Deberia dirigirse al casino y esperar alli durante unas horas? No. Necesitaba algo mas visceral, mas emocionante. Algo que le recordara el poder del que en otro tiempo habia disfrutado. Jugo con la idea de meterse en la casa, explorar las habitaciones vacias, acariciar los objetos de Mary y robarle una prenda de ropa interior. Quiza incluso de observarla mientras dormia. La tentacion de hacer algo asi era mas fuerte cada dia. Pensaba mucho en ello. Pero temia que pudiera descubrirle y arruinar de esa forma la posibilidad de mantener una verdadera relacion cuando reuniera el valor suficiente como para revelar su autentica identidad. Habia ido demasiado lejos como para echar todo a perder por culpa de su impaciencia. Tenia que marcharse. Pero es no significaba que tuviera que renunciar a la noche. Al pensar en la sirena que conservaba en la furgoneta mejoro su humor. Hacerse pasar por policia no le iba a llevar a la cama de Mary, pero le proporcionaria la adrenalina que tanto ansiaba… y quiza tambien algunos favores sexuales. Tres semanas despues… Jane Burke era capaz de reconocer una oportunidad cuando la veia. Desde que habia empezado a trabajar en El Ultimo Reducto, habia estado esperando que se presentara algun caso que le permitiera demostrar su valia. Y estaba segura de que ese caso acababa de cruzar la puerta de la organizacion.

  • La dama del pozo de Daniel Sanchez Pardos

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    Adentrate en un thriller gotico ambientado en un momento clave de la historia de Barcelona.

  • Matices de Thais Duthie

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    Vega es sinestesica grafema-color; es decir, que ve un color unico e indescriptible en cada palabra. Comparte ese ligero cambio en la percepcion de las cosas con tan solo un 4% de la poblacion, aunque no es por esta particularidad que su cita esta siendo un desastre. De hecho, gracias a ella despierta el interes de Alma que, poco a poco, ira empatizando con sus experiencias. A lo largo de una conversacion que dura toda la noche, salpicada con la narracion de algunos de los encuentros intimos que ha tenido Vega, descubrira que los colores esconden algo mas que la impresion causada por la luz y que el sentido de la vida depende de los ojos que la miren.

  • Un debut en la vida de Anita Brookner

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  • Anatomia de una entrega de Kat De Moor

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    Valentina y Vicente se conocen en 1998 pero su relacion se mantiene a nivel platonico. Tras una larga separacion se vuelven a
    encontrar para darse cuenta de que los sentimientos aun estan presentes, y que la atraccion es mas fuerte que nunca. Mientras, ya no viven en la misma ciudad, sino a diez mil kilometros uno del otro.
    ?Estaran listos para aceptar el desafio y dar una segunda oportunidad a su amor?

  • Gold and Diamonds 2 de Eli Jane Foster

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    Glory les observaba sentada en su trono de terciopelo rojo, convenientemente alejada de la pareja. El hombre desnudo ante la mujer y totalmente excitado, la cogia por el cabello rubio metiendole el miembro en la boca casi hasta ahogarla. La chica, que era una de las habituales, estaba atada a una x de madera con unas correas e intentaba apartar la cabeza, pero el no se lo permitia. Glory suspiro cuando ella con lagrimas en los ojos la miro de reojo intentando respirar desesperadamente. Se levanto lentamente cogiendo su latigo de la mesa y camino sobre sus tacones de aguja hasta ellos. --!Sueltala! El tipo la miro sonriendo y tapo la nariz de la chica haciendola gritar de miedo quedandose sin aire. --Si le gusta. ?No ves como disfruta esta zorra? --Se aparto lo suficiente para que la chica aspirara una bocanada de aire y tosiera antes de que el volviera a metersela en la boca. --No estas siguiendo las reglas, guapo. Nada de poner en peligro a las chicas. --Dejo caer la cola de su latigo observando aquel culo caido del tipo que debia tener unos cincuenta anos. --No te lo repito mas. Es nuestra primera sesion y no me conoces, pero hablo muy en serio. !Si yo digo basta, es que basta! --!Callate, puta! !Pago para esto! --Se alejo de la chica pegandole un tortazo. --!Solo estas aqui para observar porque eres una mirona! Esas palabras la enfurecieron, pero aun asi no movio el gesto mirandole friamente. --Como vuelvas a ponerla en peligro, te voy a meter el latigo por el culo. --Sonrio maliciosa. --Seguro que te gusta. Tienes toda la pinta. El tipo se acerco a ella con la mano levantada para pegarla, pero antes de que llegara a ella, levanto el latigo dandole en la cara. El se aparto cubriendose la mejilla con la mano. --!Hija de puta! --Se iba a tirar sobre ella de nuevo y Glory no se reprimio mas. Le dio dos latigazos y uno le dio en su miembro retorciendole de dolor hasta caer al suelo. Lentamente Glory se acerco a el y puso el tacon de acero sobre su pecho. --Como vuelvas a intentar joderme, te voy a dar tal manta de hostias que te dejare lisiado. --Levantando una ceja por debajo de la mascara de latex miro su miembro ahora flacido. Sonrio ironica y clavo el tacon en su pezon haciendolo chillar de dolor. --Se ha terminado la sesion. --Si, ama --siseo mirandola con odio antes de que se apartara de el dandole la espalda. --Desatala y largate. Informare al jefe. --!He pagado una fortuna por ser miembro de esta mierda de club! --El club tiene reglas. Sadomasoquismo consentido. Si ella quiere parar, se detiene la sesion. Punto. --Miro a la chica que no habia disfrutado en absoluto de todo aquello y lloraba del alivio. --?Quieres parar? --Si, Glory. Sueltame, por favor... Este cabron es un sadico, que no tiene ni idea de lo que hace. Glory hizo una mueca al mirar al tipo que estaba furioso sin poder levantarse todavia. --!Tu consentiste! --!Para tener sexo, no para que molieras a hostias, cabron! Glory se echo a reir al ver la confusion en la mirada del viejo y se acerco a la chica abriendo con una mano una de las correas. La chica se desato el resto y salio corriendo desnuda como estaba. --Vaya... --Divertida miro al tipo. --No se la ve muy contenta. --!No tiene que irse contenta, zorra! Yo mando. Glory chasqueo la lengua acercandose con el latigo en la mano. --Estas sesiones se basan en dos cosas muy simples, carino. El placer de ella unido al dolor y tu placer al provocarla hasta el limite. --Le fulmino con sus preciosos ojos verdes. --Nunca rebases el limite porque no tendre piedad. Eso te lo juro. --Esta me la vas a pagar. Glory se echo a reir a carcajadas. --Si me dieran diez pavos cada vez que me dicen eso, seria rica. --Se volvio yendo hacia el ascensor. --Te aconsejo que te vayas. Voy a avisar al jefe de que has sido un chico muy malo. Se subio en el ascensor y sonrio maliciosa mirando a aquel cerdo. Llevaba en ese trabajo seis anos. Cuando tenia diecinueve vivia en la calle y Lucius la recogio dandole un lugar donde vivir en el atico del club. Sabia perfectamente lo que sucedia alli, pero Lucius nunca le pidio que trabajara alli. El anciano la trato como una hija e incluso insistio en que siguiera estudiando, pero ella no quiso sabiendo que al menos le debia trabajar para colaborar en su manutencion. Pidio trabajar en el guardarropa donde alli estaria segura de varios pervertidos del club y el estuvo de acuerdo. Estaba sentada leyendo un libro cuando escucho los gritos del piso de abajo. Miro hacia la puerta, pero el de seguridad debia estar fumandose un cigarrillo y no estaba en su puesto. Glory no se lo penso, porque la que estaba abajo era Shine y era una chica fantastica. Bajo por las escaleras y al ver que un hombre desnudo la tenia encadenada a la pared de espaldas golpeandola con una vara, se acerco furiosa a la pared y cogio el latigo. El tipo ni vio llegar el primer latigazo tan concentrado que estaba en infringir dolor y ya no pudo detener ni el segundo, ni el tercero. Glory perdio el control y le dio una paliza que el tipo no olvidaria nunca. Cuando Lucius bajo y vio la situacion, pidio a sus gorilas que sacaran al tipo de alli y antes de que se lo llevaran a rastras, le cogio por el cabello levantando su cabeza y siseo --Como abras la boca, te la vuelvo a enviar. No se destroza la mercancia, hijo de puta. Solo se disfruta. Mi nina ha hecho lo que hubiera hecho yo. No vuelvas por aqui si quieres seguir conservando la piel en el cuerpo. Unas chicas se acercaron a Shine que estaba inconsciente en ese momento y la desencadenaron llevandosela entre todas para atenderla. Con la respiracion agitada, Glory aun con el latigo en la mano miro a Lucius algo preocupada. Su jefe sonrio. --Nina, has hecho bien. --Metio la mano en el interior de la chaqueta y saco un puro mordiendo el extremo y escupiendo en el suelo de piedra. Saco el mechero y encendiendolo, ilumino su rostro y su pelo blanco mientras aspiraba una y otra vez hasta encenderlo. Lucius sonrio cogiendo el puro entre sus dedos y apartandolo de la boca para expulsar el humo. --?Como te has sentido? Le miro con desconfianza. --?A que te refieres? --pregunto agresiva. --?Crees que no se tu secreto? Eres tan transparente para mi. --Lucius sonrio mirando a su alrededor. --Se lo que opinas de nosotros. Que somos enfermos. --No opino eso de ti. --?Crees que a mi no me gusta dominar a una mujer cuando le hago el amor? --Se que te gusta, pero nunca harias algo asi. --No. --Miro con desprecio los grilletes de la pared. --A mi no me gusta torturarla provocandole dolor. --Sonrio malicioso. --Aunque un poco no viene mal para alargar el extasis, algo continuado me parece excesivo. Glory le observaba sin decir nada. Su porte y su traje demostraban que era un hombre que siempre lo habia tenido todo. Le vio caminar haciendo ruido con sus zapatos italianos sobre el suelo de piedra. --No has contestado a mi pregunta, pequena ?Como te has sentido? --?Golpeando a ese cabron? --?Cuantas veces te he dicho que no digas tacos? Sonrio sin poder evitarlo por la reganina y Lucius movio la cabeza de un lado a otro como si no pudiera con ella. --Me he sentido bien. --?Como de bien? Glory entrecerro los ojos. --No me he excitado, si es lo que preguntas. Lucius suspiro de alivio. --Pero te ha gustado. --Me encantaria pegar a todos esos cabrones, que se creen con derecho a golpear a una mujer --dijo con rabia. --No podras hacerlo si ella disfruta. Esa es la regla. Solo si el se pasa de la raya. Los ojos de Glory brillaron. --?Me dejaras? --Me acabo de dar cuenta que lo que ha sucedido hoy no puede volver a pasar. Tu evitaras que ocurra de nuevo. ?Podras soportarlo? Veras cosas que puede que te escandalicen. Glory levanto una ceja. --?No te has dado cuenta que ya no me escandaliza nada? Lucius la miro con pena. --Siento que siendo tan joven hayas visto tanto. Se encogio de hombros tirando el latigo al suelo. --Me voy con los abrigos o esos ricachones me lo revolveran todo.

  • Frankissstein. una historia de amor de Jeanette Winterson

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    ?Como sera el futuro que las mujeres no estan decidiendo?

  • El cuaderno de las flores de Kayte Nunn

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    Dos mujeres aventureras, un viaje y la busqueda de una flor que puede dar y quitar la vida

  • El aroma del tiempo de Nuria Pradas

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  • Masaje para un cabron de Ana R. Canil

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    A Tasia le han destrozado la vida su marido y los canallas que han arruinado a medio pais. Esta tan cabreada que ha pasado de sonar con su chalecito adosado o su negocio de belleza -ambos embargados- a fantasear con el mejor metodo para cargarse a los responsables de su desgracia.

  • Chick de Eneida Wolf

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    Esa ha sido siempre la diferencia entre tu y yo. Que yo creo en el amor aunque nunca me han querido, y tu no crees en el aun teniendolo delante de las narices.

  • Formas de estar lejos de Edurne Portela

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    Alicia y Matty se conocen en un pequeno pueblo del sur de Estados Unidos, se enamoran, comienzan una vida juntos, tienen eso que algunos llaman exito: una casa, una carrera, un buen trabajo, un buen coche. Ella ha dejado atras a su familia, sus amigos, su vida en Euskadi y se ha lanzado a una intensa carrera universitaria; el ha alcanzado esa forma de felicidad estable que crean las rutinas. Pero poco a poco se iran desvelando las mentiras y perversiones que se esconden detras de la vida perfecta, tambien las multiples maneras en las que el amor se confunde con sus imposturas.

  • La estrella ardiente de Iris Vermeil

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    Descubre un insolito romance relatado de la mano de Iris Goldstein, una mujer poco usual para la Alemania de los anos treinta. De familia judia y humilde, detallara como es vivir en esa epoca de tanta represion e injusticia cuando el racismo y la intolerancia estan a la orden del dia. Por si fuera poco, tiene la suerte o la desgracia de conocer a Kurt Auttemberg, un joven ario de excelente posicion social. El hombre que le cambiara la vida por completo.
    ?Podra su amor soportar todas las adversidades que estan por venir?
    No te puedes perder esta fascinante novela llena de emociones, traiciones, amistad y perdon.

  • El fiordo de la Quimera de Antonio Sanz Oliva

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    La muerte de su marido hace que Aurora se de cuenta de que no le conocia tan bien como creia…