• ardo por ti candela pdf - Mar Deneb

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    Una diosa dispuesta a prender las llamas de Eros, el fuego, la pasion...

  • Ardo por ti, Candela - Mar Deneb - Debeleer.com

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  • Ardo por ti, Candela (PDF) - Mar Deneb

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    25 sept 2017 — Sinopsis: Este libro nos cuenta una historia sin tapujos sobre lo que se esconde a nuestra espaldas. Y es que el amor verdaderos no tiene ...

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    Ardo por ti, Candela Tapa blanda – 18 junio 2016 ; Longitud de impresión. 476 páginas ; Idioma. Español ; Biografía del autor. Nace en Sevilla (España). Bióloga y ...

  • Ardo Por Ti - Mar Deneb | PDF | Verdad | Amor - Scribd

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    Ardo por ti, ... Cálmate, Candela, que como sigas así van a empezar a mirarnos. ... En fin, su sexto sentido le dice ahora que se vaya a por los libros, ...

  • Ardo por ti, Candela by Mar Deneb | Goodreads

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    Ha trabajado profesionalmente en el mundo del libro y su distribución y comercialización.

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  • Ardo por ti, Candela: CAPÍTULO 1 - Mar Deneb

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    23 jul 2016 — Si no había nada que pensar ni que sentir, si el amor que tú me diste para siempre he de sentir. Ardo por ti, Candela: Filigrana. —Yo creo que ...

  • Ojos de caramelo de Mar Deneb

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    Candela llego a sus vidas y se las desmorono.
    A cada uno los despiezo en su esencia y los encaro a su metamorfosis, solo con el infinito de su mirada de caramelo.
    Y uno de ellos fue Roberto.
    Esta es, brevemente, su historia, vivida y sentida por el...

  • La buena esposa de Meg Wolitzer

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    Joan Castleman, mujer de un famoso escritor norteamericano, acompana a su marido a Helsinki, donde posiblemente le den un premio literario casi tan importante como el Nobel. Ya en el avion, el lector se entera de que pase lo que pase, despues de toda una vida juntos, ha decidido dejarle. Esta harta de el y de su egolatria. Al mismo tiempo empieza a rememorar como lo conocio en la Universidad donde era uno de sus profesores y como acabo casandose con el despues de separarse de su mujer anterior y de una hija pequena a las que abandono. Tambien ella ha tenido dos hijos con Joe, pero no se llevan bien con su padre. En un texto muy agil, tipico de Wolitzer, se van desarrollando dos temas paralelos: el triunfo literario de Joe y su pasion por las mujeres, y la frustracion creciente de una mujer que, de joven, queria convertirse en una gran escritora.

  • La ruta de los reyes de Morgan Rice

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    El rey MacGil ha muerto. Sus perversos enemigos esta vez si han logrado el objetivo que ya persiguieran en La senda de los heroes y, con su asesinato, el caos se aduena rapidamente del Reino Occidental del Anillo: las luchas por el poder, los celos, la violencia y la traicion se apoderan de la situacion y los McClud tratan de aprovecharla para hacerse con el reino. Al mismo tiempo, Thor intenta saber mas sobre su origen y esos extranos poderes que tantos contratiempos le han ocasionado. Sus descubrimientos pueden ayudarle a acabar con la sinrazon que gobierna el reino, asi como servirle para otro de sus fines mas anhelados: recuperar el amor de la hija del rey, Gwendolyn.

  • La mecedora. Lo que no sabes te salvara de Anna Hernandez

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    Un asesino invisible. Dos policias. Un angustioso triangulo del que no pueden escapar. La cuenta atras empieza con un secuestro. La tragedia se esconde en una casa perdida en los bosques suecos de Kalvtrask.
    La vida de Nils Akerman, inspector de policia en Ostersund, Suecia, queda en suspenso el dia que desaparece su hijo Axel, de tres anos. El pequeno estaba a cargo de Elena Rius, una inspectora de policia espanola, amiga de la familia, que pasaba sus vacaciones con ellos. Mykola Solonenko no sabe quien es, pero debe raptarla para llevarse al nino.

  • Un deseo por navidad de James Lopez

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    Cuando naces en un pueblo y vives ahi es muy dificil salir adelante, estudiar una carrera o en todo caso ser independiente es complicado, el exito es casarse y atender bien a tu marido, quien se casa es una mujer con mucha suerte, quien se casa es triunfante, y es por eso que Margaret ha evitado visitar a su familia, no quiere escuchar comentarios sobre su solteria. Maggy no era una mujer que no creia en el amor, todo lo contrario; ella creia ciegamente en aquel sentimiento, el problema es que aun no encontraba aquel hombre que la hiciera sentir parte de algo. Margaret Fabri ha pasado los ultimos anos pidiendole a los santos de su pueblo y a Santa Claus que le envien el amor, cada cumpleanos soplaba la vela con el unico pensamiento de encontrar aquel hombre especial que la amara sin condiciones. Cuando cumple treinta y cinco anos, ella ya sabe perfectamente que ni Santa Rosa de Lima y mucho menos Eros le mandaran al amor de su vida.
    Ha tenido que ver a sus hermanas pequenas casadas, a sus amigas las liberales llevar un anillo en sus dedos y a todos sus ex que solo buscaban divertirse terminando en una iglesia y diciendo <>. ?Que paso con ella? es la pregunta que todos los dias se hace. Ella es linda, tiene un buen empleo y dos gatitos que le hacen compania, ?que esta mal con ella?
    Pero esta navidad todo cambia, su padre le pide que pase noche buena en la casa del pueblo remarcando que toda la familia ira. Ella esta aterrada, desde hace anos ha evitado ir a todas las fiestas para evitar aquellas miradas y preguntas que se repiten una y otra vez cada ano: ?Y cuando se casara la pequena Maggy? o advirtiendole que se le pasara el tren. Pero esta vez sera diferente, porque Santa Claus bajara por su chimenea para mostrarle la otra cara del amor.

  • Lo eres todo de Fran Moran

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    CERRO los ojos y escucho su voz, como siempre lo hacia cuando la camara se movia de ella a algun invitado o pasaba a algun rollo B de la historia que ella estuviera relatando. El no necesitaba informacion sobre otro tiroteo en alguna escuela, o sobre los gatitos rescatados de un desague. Solo queria saber de ella. Eso era todo lo que veia en las noticias. Eloy Marti. Sus rasgos eran suaves y dulces, acompanados de una cabellera rubia oscura y rizada, que caia hasta sus hombros en suaves ondas. Sus ojos emanaban calidez y empatia. Tenia labios rosados, y sus pechos bajo la elegante y cara blusa lo volvian loco. Cristo, el la queria. Siempre lo habia hecho. Desde aquel dia en la universidad cuando entro en la biblioteca de Harvard y la vio. Con su apariencia, dinero y posicion en el Upper East Side de Nueva York, el podria tener a cualquier mujer que quisiera, y habia tenido bastantes. Pero siempre recordaria esa. La que se le escapo. La chica de la camiseta rosa. Ese dia, la biblioteca estaba tranquila y casi vacia. Ella estaba sola en uno de los pasillos, leyendo. Miro hacia arriba cuando el se acerco. Era una chica pequena, delgada y joven, tal vez de diecisiete, o dieciocho anos. Al mirarlo, le sonrio. A su parecer, era encantadora, no solo bonita, sino dolorosamente hermosa. Tenia grandes ojos de color marron intenso y una calida y amistosa sonrisa. Para ese momento, su cabello colgaba casi hasta su cintura, luciendo suave y un poco desordenado. Ella le habia quitado el aliento. Era la chica que habia estado buscando. Y asi como asi, se habia ido. Una voz detras de el la habia llamado. Ella se despidio con una sonrisa y paso junto a el. En menos de treinta segundos, su vida habia cambiado para siempre. Y ahora ella estaba en su television todas las noches. Pero esta noche, sin embargo, las cosas serian diferentes. Sabia donde encontrarla, y donde llevarla. Su lugar en el campo era aislado y seguro. Ella definitivamente aprenderia a amarlo alli. Abrio los ojos cuando escucho al reportero devolverle el pase a Eloy, y sonrio cuando vio su hermoso rostro de nuevo. Esta noche, querida, esta noche… ELOY CERRO las noticias con una sonrisa y espero hasta que la camara apagara la lucecita para asegurarse de que estuvieran fuera del aire. --Gracias a todos. Sonrio para sus companeros mientras el personal del piso le aplaudia. Era una de las pocas anclas que trataba a todos por igual y siempre habia sido amable y cortes. Eloy se rio de sus aplausos, ignorando a su co-presentador que se quejaba del sonido. Su asistente, Rae, se rio mientras Eloy la levantaba un poco y la hacia girar. --Alguien esta de buen humor. Bajo a su amiga, y volvieron a su camerino. --Puedes apostar a que si. Guido me va a recoger y vamos a tener dos felices semanas de nada mas que sol, mar, arena y divertido sexo sucio. Rae se rio. --No estoy celosa en lo absoluto. Realmente, realmente no. Eloy se rio. --Lo siento, boo. No deberia regodearme, pero Dios, he estado esperando esto desde siempre. --Escucha, te lo mereces. ?Entre tu y yo? Me preocupa que trabajes demasiado. --No --Eloy le sonrio--. Sabes que vivo y respiro las noticias. Escucha, ya que compartimos secretos… cuando regrese, le preguntare a Jack si puedo hacer mas periodismo de investigacion. Me encanta ser ancla, pero tambien extrano estar en el campo. Rae le sonrio. Ella tenia unos cincuenta anos, era afroamericana y la crema y nata de las asistentes personales. Ellas se conocieron hacia ya un ano, y desde entonces eran inseparables. Ahora mismo, charlaba con Eloy, mientras ella se ponia unos jeans y una camiseta, y se preparaba para encontrarse con su novio, Guido Wheeler. Llevaban dos anos juntos, y estaban tan enamorados como siempre. Eloy sabia que el era el indicado, su personalidad divertida y ferozmente inteligente los hacian coincidir en todo lo que hacian. Guido llego poco despues y la beso, permaneciendo ambos en un abrazo prolongado. Le sonrio, y sus ojos marrones oscuros, se volvieron alegres y llenos de emocion. --?Estas lista, nena? --Vamos, guapo. Se tomaron de la mano al salir del edificio hacia la cabina de espera, y no fue hasta que escucho su nombre que Eloy se dio la vuelta para ver al hombre que esperaba detras de ellos. Empezo a sonreir, ya que era su respuesta automatica para los fans que la esperaban fuera del estudio. De pronto, todo parecio ir mas despacio cuando ella vio el arma. Escucho el grito de Guido, oyo un disparo y vio su pecho explotar. Ella grito de rabia cuando el hombre le apunto con el arma, pero aun asi se lanzo sobre el sin pensar en las consecuencias. Sintio tanto dolor, que su vision se volvio negra. Por la manana, en el hospital, despues de horas de cirugia, le dieron la noticia. Guido habia fallecido, y el hombre que lo habia matado se habia escapado, desapareciendo en el frio viento de la noche. Eloy sabia que nunca mas sentiria la calidez de la felicidad, o la sensacion de estar a salvo. CAPITULO UNO UN ANO DESPUES ELOY MARTI DEJO de existir en el momento en que cerro la noticia esa noche con una sonrisa para su publico, seguida de su habitual y alegre despedida. Charlo con Rae como de costumbre, se puso su ropa y le dijo a su amiga que la veria manana. Usando un baston que ya no necesitaba, pero que guardaba para desviar la atencion, salio cojeando hacia la limusina que la esperaba, y entonces, desaparecio. Mientras el auto, conducido por uno de los choferes del FBI, se adentraba en la oscuridad del estado de Nueva York y se dirigia al refugio, la Eloy que todos conocian quedo en el pasado, y en su lugar, nacio Sunday Kemp. En el refugio, su cabello rubio oscuro fue tenido profesionalmente hasta alcanzar un tono marron oscuro que lucia natural, sus ojos marrones fueron cubiertos con lentes de contacto violetas, su nariz perforada, e incluso se hizo un pequeno tatuaje en su muneca. Entonces, el jet privado que la llevaria a su nueva casa estuvo listo, y ella supo que eso seria todo. El ultimo momento de su antigua vida. Dudo una vez mas antes de subir al avion. Sam, su protector, que se habia convertido en un buen amigo durante el ultimo ano, le puso una mano en el hombro. --?Estas bien, Sunday? Sunday. Su nuevo nombre. Lo habia elegido para honrar a Guido, a quien conocio un dia domingo. Kemp era el apellido de soltera de su madre. Cuando perdio a Guido, sintio que de hecho perdio a ambos. Habia sido demasiado doloroso para la familia de el volver a verla, aunque Patricia, la madre de Guido, se habia quedado al lado de Eloy mientras esta se recuperaba del disparo. Tan pronto como fue dada de alta, sin embargo, se quedo sola. Su propia familia, dispersa desde hacia mucho tiempo por el mundo, habia enviado sus condolencias, pero ninguno de ellos la habia visitado. Rae habia sido su familia, y ahora tenia que dejar atras a su unica amiga. Se fue desde Nueva York, el unico hogar que habia conocido, hasta la vida de pueblo en las Rocosas, Colorado. Paso de presentadora de noticias a mecanografa de alguien. Le habian encontrado trabajo con un artista que vivia en el pequeno pueblo cerca de Telluride y ella se reuniria con el el lunes siguiente. Hasta entonces, se instalaria en su nuevo hogar, un pequeno apartamento en la calle principal de la ciudad, en lo alto de las Montanas Rocosas. No habia traido nada de casa, ni siquiera ropa interior, excepto una fotografia de Guido que habia colado en el bolsillo de su chaqueta. El FBI le habia dicho que dejara todo lo que pudiera atarla a su antigua vida. --Todo sera provisto para ti --fue lo que dijeron--. Tienes que dejar tus cosas atras --le dijo Sam gentilmente--. Si apareces en la ciudad con millones en el banco… --Lo entiendo --dijo. El dinero no significaba nada mas para ella que una herramienta para hacer su vida mas conveniente; nunca habia sido una mujer avara. Pero odiaba dejar sus libros, su piano, y sobre todo, a sus amigos y companeros en la estacion. Las amenazas a su vida eran constantes. El, quienquiera que fuera, era implacable y muy sigiloso. Constantemente le enviaba recordatorios de que estaba cerca, que terminaria el trabajo, que le haria pagar por su "traicion". Imbecil. Su intestino se retorcia de la rabia, y a veces deseaba que su acosador mostrara la cara. Aunque la matara, al menos tendria la oportunidad de vengarse. El FBI estaba preocupado, y para cuando la convencieron de la posibilidad de que su atacante fuera alguien conectado a la mafia y que nunca escaparia de el, Eloy, o Sunday, casi se habia resignado a morir joven. El equipo del FBI, y Sam Duarte en particular, finalmente la convencieron de que se protegiera. --Tienes mucha mas vida que vivir --le dijo Sam, un hombre amable de unos cuarenta anos--. Tienes veintiocho anos, carino. Vive. Vive para honrar la memoria de Guido. No podria haberlo dicho de otra manera que pudiera persuadirla. De repente, un ritmo de vida mas lento, y tener tiempo para llorar por Guido, sonaba mas tentador que continuar con su carrera en Nueva York. En el jet privado, Sam le sonrio. --?Estas lista, Sunday? Ella asintio. --Creo que estoy lista, Sam. Gracias por organizar todo esto, en serio. Y el trabajo tambien. Me volveria loco sin algo que hacer. El le dio una palmadita en la mano. --No se mucho sobre tu futuro empleador, excepto que mantiene sus cosas para si mismo. Es muy reservado. --Bien. Se sintio aliviada al oir eso. Sabia que su nuevo jefe tenia una casa grande y esperaba que no se cruzaran tanto y asi tener espacio suficiente para trabajar y pensar. El avion aterrizo en Telluride, y los agentes le dieron las llaves de un todoterreno de segunda mano. Todo era parte del engano, ella lo sabia, pero realmente no le importaba. Era comodo y fiable. En la parte de atras habia maletas llenas con su nuevo guardarropas. Sam se aseguro de que estuviera comoda. --Te seguiremos hasta el nuevo apartamento --le dijo--, pero mantendremos la distancia para no llamar la atencion. Parecera que has llegado por tu cuenta. El lugar esta amueblado, por lo que deberias ser capaz de instalarte rapidamente. Hay un par de bolsas con alimentos basicos en la camioneta. ?Tienes el telefono desechable que te di? Sunday cavo en su bolso y se lo mostro, sacudiendo su mano ligeramente. --Buena chica. Entonces, estare en contacto. Manten eso contigo, pero consigue uno nuevo para usar con tus nuevos amigos aqui.

  • El chico de la eterna sonrisa de Brianna Wild

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    Noah es un chico guapo que ha sufrido y Laura es esa amiga a la que nunca deberia haber besado. Un hecho que pone patas arriba sus vidas y a prueba su amistad. Ambos tienen algo que perder, pero pueden ganar mucho mas. ?Seran capaces de olvidarlo y seguir adelante? ?O se lanzaran al fuego sin mirar atras?

  • 33 anos sin llorar de F.g. Labandal

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  • Cuando el emperador era Dios de Julie Otsuka

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    En un dia soleado de 1942, en California, una mujer se detiene ante un cartel en la oficina de correos. Despues de leerlo, regresa inmediatamente a casa y comienza a preparar un equipaje con todas sus pertenencias. El gobierno de Estados Unidos la ha declarado a ella y a su familia, como a otros miles de americanos de origen japones, <> en su propio pais y estan a punto de ser arrancados de su hogar. Un campo de internamiento, en el desierto de Utah, les espera.

  • Hacia la belleza de David Foenkinos

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    La nueva novela del autor que enamoro a tres millones de lectores con La delicadeza y gano el Premio Renaudot con Charlotte.

  • El aprendizaje de la creativida de Jose Antonio Marina

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  • Venganza de Calavera 1 (AMOS Y MAZMORRAS 13) de Lena Valenti

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    KODA KUMAR ES EL PEQUENO DE LOS CALAVERA. EL QUE POSEE EL
    DON DEL CHAMAN. Y EL QUE HA VIVIDO SIEMPRE PARA LOGRAR SU VENGANZA.
    AHORA ESTA A PUNTO DE LLEVARLA A CABO, PERO DESCONOCE LAS CONSECUENCIAS.
    SKY SABE DE JUEGOS, DE SEDUCCION Y DE LEER ALMAS. PERO HA VIVIDO
    PERMANENTEMENTE DOMINADA POR EL PODER DEL PATRON.
    CUANDO KODA KUMAR LA SECUESTRA NO SE IMAGINA COMO DE CARA
    VA A SER SU LIBERTAD. PERO ESTA DISPUESTA A LUCHAR POR ELLA.

  • Yo no vengo a decir un discurso de Gabriel Garcia Marquez

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    ?Que hago yo encaramado en esta percha de honor, yo que siempre he considerado los discursos como el mas terrorifico de los compromisos humanos? G. G. M. Los textos que Gabriel Garcia Marquez ha reunido en este libro fueron escritos con la intencion de ser leidos por el mismo en publico, ante una audiencia, y recorren practicamente toda su vida, desde el primero, que escribe a los diecisiete anos para despedir a sus companeros del curso superior en Zipaquira, hasta el que lee ante las Academias de la Lengua y los reyes de Espana al cumplir ochenta anos. Estos discursos del premio Nobel nos ayudan a comprender mas profundamente su vida y nos desvelan sus obsesiones fundamentales como escritor y ciudadano: su fervorosa vocacion por la literatura, la pasion por el periodismo, su inquietud ante el desastre ecologico que se avecina, su propuesta de simplificar la gramatica, los problemas de su tierra colombiana o el recuerdo emocionado de amigos escritores como Julio Cortazar o Alvaro Mutis, entre otros muchos. El lector tiene entre sus manos el complemento indispensable a una obra narrativa que nos seguira hablando en un largo porvenir.

  • Tengo ganas de ti de Federico Moccia

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  • 59 Segundos de Richard Wiseman

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    Para realizar un cambio efectivo y duradero en tu vida, no hace falta invertir mucho tiempo. De hecho, puede hacerse en menos de un minuto. Gracias a sus investigaciones cientificas, el psicologo mas innovador de la actualidad te proporciona las pautas para cambiar cualquier aspecto personal con el que no estes satisfecho: desde tu situacion laboral hasta tu relacion sentimental, pasando por tu entorno familiar o por problemas de estres o autoestima. Solo necesitas 59 segundos o menos.

  • La cueva del ciclope de Arturo Perez Reverte

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  • Una sentencia al corazon de Hugo Sanz

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    Lucia es una inspectora de policia, joven y con un futuro prometedor. Asier es un juez capaz de hacer derretir a cualquier mujer a su paso. Tras coincidir una noche, entre ellos estalla algo que va mas alla del amor que sienten hacia sus respectivas profesiones. Sin embargo, el lio que genera un capitulo no cerrado de la vida de uno de ellos los envolvera sin remedio.

  • Preguntale al polvo de John Fante

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    Los Angeles en la decada de los anos treinta. El joven aprendiz de escritor Arturo Bandini lucha por la dura supervivencia diaria, mientras suena con el triunfo artistico y economico. Arturo proclama que es un genio de las letras, mientras se enfrenta a una compleja relacion amorosa con Camilla, una chica mexicana que trabaja como camarera. Arturo Bandini se ve abocado a una destructiva relacion de amor-odio, mientras sigue sonando con alcanzar la gloria. Novela de supervivientes urbanos que entusiasmo a Bukowski, Preguntale al polvo es un nuevo volumen de la saga protagonizada por Arturo Bandini, alter ego de John Fante.

  • La decadencia de la mentira de Oscar Wilde

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    La decadencia de la mentira (1898) no es solo uno de los dialogos de mayor alcance teorico de Oscar Wilde, sino que representa su manifiesto antinaturalista y una contribucion tan notable como polemica, aun hoy, al debate sobre el valor del arte. Para Wilde, cuando se exige al arte que renuncie a la bellezala mas elevada aspiracion humanaen pos de la verdad, se sacrifica una de las capacidades mas extraordinarias del ser humano: la de transformar la realidad. Crear significa urdir maravillosas mentiras para convertir el mundo en un lugar digno de nuestro asombro. Y cuando el Arte consigue liberarse de las cadenas del realismo, no solo no imita a la Naturaleza ni a la Vida, sino que se convierte en el modelo de ambas.

  • El mundo que nos viene de Josep Pique

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    Son muchos los analisis que hablan del inevitable relevo de Estados Unidos por China en el concierto global de las naciones. Esta tesis supondria un cambio de eje en el que un Oriente pujante, productivo y eficiente sucederia a un Occidente marcado por las dudas politicas y la debilidad economica.

  • Intervenciones de Noam Chomsky

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    DESDE 2002, Noam Chomsky ha escrito una columna para el servicio de noticias The New York Times, en la que de una manera critica y contundente analiza los temas mas candentes del mundo de hoy. Estos articulos han sido publicados en todo el mundo y han contribuido a que las opiniones de Chomsky sean conocidas a nivel global. En est impactante coleccion de agudos ensayos, Chomsky analiza la invasion y la ocupacion de Irak, la presidencia de Bush, la invasion de Israel al Libano y otros temas clave de nuestros dias. Una oportuna, asequible y excelente contribucion de uno de los intelectuales y disidentes politicos mas destacados del mundo.

  • El hilo que todo lo cose de Vega Rigel

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    Cada dia, al alba, Lisa sale a correr por el paseo que bordea las playas de Cambrils intentando ahogar los recuerdos que la han sumido en una profunda depresion durante meses. A traves del running, ha encontrado el camino para darse una nueva oportunidad y aunque las pesadillas la atormentan cruelmente durante la noche, cada dia se levanta y le planta cara a su amarga realidad.

  • El ultimo de los nuestros de Adelaide De Clermont-tonnerre

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    Ambientada en Nueva York en los anos setenta y en Dresde durante los ultimos dias de la Segunda Guerra Mundial. Una historia de amor imposible, en un tiempo en el que todo parecia posible. Werner Zilch es un joven y atrevido empresario en el Nueva York de a principios de los anos setenta que busca el reconocimiento y el exito. Werner fue adoptado cuando era un bebe por una familia de clase media de Nueva Jersey. No sabe nada de su procedencia ni de su familia biologica, pero tampoco parece estar particularmente interesado en el tema. Pero cuando conoce a Rebecca, la hija de una familia acomodada e influyente de Nueva York, se enamora de ella locamente. Lo que no sabe es que corre el riesgo de perderla a menos que descubra la verdad sobre su propio pasado.

  • La Flor de Chamberi de Claudia Gomez

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    Julia Prado, una periodista de radio y television, a traves de la historia que le cuenta Margarita, una vendedora de flores casi anciana, es capaz de descubrir quien es ella en realidad. Pasado y presente conviven en esta apasionante novela ubicada en el Madrid republicano y que nos trae una historia fascinante de nuestro pasado reciente. Conspiraciones, muerte, enganos…, se cruzan en las historias de vida de “La Flor de Chamberi”, vidas que nos emocionan con la profunda sinceridad y cercania de sus personajes.”

  • Oh my Gothess de Lucia Arca Sancho-arroyo

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    En la red, Dark Gothess es una bloguera que escribe sus reflexiones y sentimientos en una bitacora personal. El misterioso Cold Raven es su mas fiel seguidor.

  • Las horas perdidas, Lorena Franco de Lorena Franco

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    Josh Parker, uno de los directivos creativos de la prestigiosa agencia publicitaria en la que trabaja Paula Hawkins, aparece brutalmente asesinado. Paula es la ultima persona que lo vio con vida y, junto al inspector Paul Tischmann, intentara resolver el misterioso crimen.
    Las voces de Paula y Paul se entremezclan para dar paso a un inquietante y escalofriante Thriller con algo oculto, para lo que ni siquiera sus propios protagonistas estaran preparados.
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  • Los centenarios de Lore Segal

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    Que todas las personas mayores que pisan cierto hospital “pierdan la chaveta” -y he alli el diagnostico mas preciso con el que han conseguido dar los medicos-, podria ser el resultado de una conspiracion, un plan terrorista para mantener a los ancianos occidentales con vida hasta el final de los tiempos, pero sin que puedan valerse. Mal de la chaveta. Al menos eso opina uno de los personajes de esta satira, el experto en textos apocalipticos y teorias de conspiracion. Y ya se sabe que un paranoico es el que acaba de darse cuenta de lo que en teorias de conspiracion esta pasando.

  • Un granito de mostaza de Laila Ibrahim

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  • No me mires asi, nena de Kris Buendia

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    !Maldicion! ?Que ocurre? --Salto en un solo pie al ver que el elevador se ha detenido. De acuerdo soy toda una valiente, pero cuando se trata de estar encerrada en el ultimo piso del elevador de la empresa Barbieri Advertising para la cual empece a trabajar hoy, todo lo valiente se puede ir al carajo en un segundo. --!La madre que los pario! --Vuelvo a gritar y esta vez siento una mano grande y fuerte sobre mi hombro. No se si esta confortandome o si esta reprendiendome por mi lenguaje. Me importa una mierda, estamos atrapados, podemos morir en cualquier momento. ?Y cuanto lleva ahi de todas maneras? De acuerdo, Amy relajate. --Senorita, por favor tranquilicese. Joder, he entrado al elevador sin darme cuenta que habia alguien, pense que estarian vacios y es porque me salte cinco minutos antes de mi almuerzo para encontrar el mejor lugar en la cafeteria de la esquina que vi hoy por la manana. --?Que me que? --Casi es una ofensa--No me pida que me tranquilice cuando mi vida puede terminar aqui en este elevador de mala muerte. Ni si quiera se por que le estoy siguiendo la conversacion. Por su tono de voz es un hombre fuerte, pero estoy empezando a maldecir esta oscuridad porque no puedo verlo como quisiera. Vaya, Amy. No es momento para que te pongas cachonda. La luz empieza a brillar, mi subconsciente me dice gire sobre mi propio eje y vea al hombre que me ha tocado el hombro. Lo hago sin pensarlo y como la torpe que soy mi bolso cae al suelo, haciendo que el hombre misterioso se agache para recogerla. Pelo castano. Oh, mierda la lampara del elevador ha vuelto a fallar precisamente cuando el iba a levantar su rostro para verme. ?Donde he visto ese pelo castano antes? --Tenga--Me entrega tanteando por la ausencia de luz y rapidamente tomo mi bolso y lo aplasto contra mi pecho. --Gracias. --?Siempre eres asi? --?Ya nos empezamos a tutear? --Lo siento--Se disculpa--Me deje llevar. --Pues agarrese para que no se lo lleven, senor... --?Siempre eres asi? --Otra vez con las preguntas--Me quejo ya sintiendo que me va a dar algo porque este hombre me esta sacando de quicio. Empieza a reirse a carcajadas, ahora me siento dichosa de poder escuchar solamente yo esa carcajada varonil del caballero misterioso. Su acento italiano es sexy. Sera porque me encuentro aqui y se ha dado cuenta que no soy de aqui que, me sigue la corriente. --Mire--Me llevo las manos al cuello y doy gracias a Dios y los santos porque no puede verme--Mejor piense en algo para sacarnos de aqui, me voy a desmayar en cualquier momento. --Tranquila--Vuelve a tocarme y esta vez ese roce manda chispas a todo mi cuerpo--Pronto saldremos de aqui, he llamado a los tecnicos del edificio. ?Y cuando los llamo que no me di cuenta? --No sabia que habian de esos--Mi insolencia sale de nuevo a la luz --Para ser una empresa prestigiosa, cuyo dueno es italiano, y que si tuviese la oportunidad de tenerlo de frente para maldecirlo por tener elevadores en mal estado. Jamas pense que me pasaria algo como esto. --?Maldecirlo? --Pregunta curioso. --En mi idioma es que le diria un par de cosas que seguramente me despediria en ese momento, pero es que los elevadores hacen que me de algo. --?Le de algo? --Oiga, ?Usted no se cansa de hacer preguntas? --Ahora si me enfado. --Le hare la ultima pregunta--Ignora lo que dije--?Cual es su nombre? Vaya, con este hombre no se cansa. --?Si le digo mi nombre me va a dejar en paz y nos sacara de aqui? Como si eso fuese posible. --Si. --Amy Collins, hoy es mi primer dia de trabajo, el que va a ser mi jefe no se ha aparecido en toda la manana y por eso me he escapado para almorzar en vez de estar esperando un hombre con cara dura segun me han contado. --Hombre de cara dura--No ha sido una pregunta--?Entonces no sabes quien es tu jefe? --Nop--Hago que suene la “p” mas fuerte de lo normal. Si vamos a estar aqui mas tiempo juro que voy a matar a dos hombres hoy. El primero sera el y el segundo el maldito quien sera mi jefe. Pero primero: --?Y usted es?… La luz regresa y el elevador se abre por dos hombres con trajes color naranja, deben ser los tecnicos del Barbieri Advertising. --Gracias a Dios--resoplo y cuando levanto mi vista para agradecerle a esos hombres que hicieron mas que el que estaba dentro conmigo, con mi ceno fruncido les pregunto: --?Que sucede? --S...senor Barbieri--Dice uno de ellos--Disculpe la tardanza. --No se preocupen--Dice la voz detras de mi y juro que he dejado de respirar--Hagan el favor de revisar todos los elevadores de la empresa-- Hace una pausa--No quisiera que alguien se desmayara aqui dentro si algo asi vuelve a suceder. --S… si, senor Barbieri. No me muevo. No parpadeo. No hablo. ?Senor Barbieri? Hago una memoria mental y maldigo esta vez para mis adentros. El hombre que estaba conmigo, el que soporto mi insolencia y mala leche, al que le dije que iba a maldecirlo. Es el Senor Barbieri. Mi jefe. 2 ?Mi jefe? !Jo...joder! He amenazado con cantarle sus tres. !Y en sus narices! --?Senorita Collins? --Pregunta alguien y yo sigo como una loca ridicula sin moverme--Senorita Collins haga el favor de responder. ?Ahora me ordena? De pronto la misma electricidad--Miento--Ahora una muy fuerte corre por todo mi cuerpo al sentir las manos del senor Barbieri en mi cintura para que salga del elevador. Hago lo que silenciosamente me pide y salgo sin decir mas. Los tecnicos hacen una nena reverencia en presencia del jefe y yo me encuentro haciendo lo mismo. --?Senorita... --Bien--Lo interrumpo--Estoy bien...senor Barbieri. Levanto la mirada y !Maldicion! Ahi esta ese rostro. Nariz respingona. Cabello castano. Ojos verdes que acompanan esa mirada sensual. Voz recargada de: "Quiero cogerte aqui y ahora" !Joder contigo, Amy! Que contigo todo es coger. --No me mires asi, nena. Y haz el favor de no hacer temblar tu voz y mucho menos tartamudear--Exige y mis entranas empiezan a sacudirse al escuchar ahora esa voz de mando--Me gustaba mas la mujer asustada del elevador... ademas de insolente y que ha amenazado a su jefe con--Ladea la cabeza--?Maldecirlo? Oh, diosito este hombre me hace sentir cosas con solo verlo y no es precisamente maldecirlo. !Aunque deberia! El muy cabron me esta intimidando, pero ni leches. !Ni loca! --Senor... --Brandon. Me llamo Brandon. Trago, trago y estoy segura que me he tragado hasta la lengua porque ahora me cuesta responderle. A pesar de ser un manojo de nervios para mis adentros no se lo demuestro y me mantengo firme despues de escuchar semejante barbaridad. --Yo--Hago una pausa breve y recuerdo no tartamudear como una cria--Yo lo lamento, pero usted es mi jefe. Por lo tanto lo llamare por: <> --En el ascensor me dijiste <> ?A que ha venido el cambio? --Estaba asustada. Y me disculpo por mi comportamiento, senor Barbieri. Veo a nuestro alrededor y la gente del edificio ha empezado su rutina. Veo el reloj en mi muneca y en efecto ya es hora del almuerzo. Varias miradas se cruzan entre nosotros y ahora me siento como una anormal por estar frente a mi jefe. !Al jefe de todos! --?Almuerzas conmigo? ?!Pero de que va!? !Madre que hoy si me da algo! --No. --Es hora del almuerzo--Ahora es el quien ve su caro reloj de oro en su muneca--Ademas es mi manera de disculparme por haber venido un poco tarde en tu primer dia de trabajo. No se cuanto tiempo lleves en Italia, y si quieres, puedo ensenarte los alrededores. --Eso no es problema, senor... --Brandon. --Senor Barbieri--Le gruno--No es necesario y no tengo nada que disculparle. Si me disculpa. Hago el movimiento de irme, pero de pronto me detiene del brazo. Casi tropiezo con ese roce que cada vez que lo siento es mas electrico y estoy segura que ya tengo los pelos de punta. Como si una eternidad pasara, clava esos ojos verdes en mi. Repasa mi rostro, mi cabello y el muy sinico ve mi pequeno escote y sonrie. !Dios, esa sonrisa! El ultimo accesorio que da a juego con ese trajo oscuro y elegante. --Almuerzas conmigo. De nuevo... no ha sido una pregunta. ... Practicamente soy arrastrada hasta su BMW y la hora pico a esta hora no ayuda en nada. Mis nervios se han ido y ahora me siento como una ninfomana pensando guarradas. Su perfume se ha apoderado de cada poro de mi piel y tengo mucho calor. Pero no es porque el clima aqui dentro no sea agradable. Es por esos jodidos ojos verdes. --?Que te gustaria comer? --Rompe el silencio mientras esperamos que el semaforo cambie a verde. --Iba al restaurante de la esquina--Veo hacia la ventana en vez de su rostro--Solamente tengo una hora. No dice nada y ese silencio hace que lo vea. Tiene su mirada puesta en mi pero no sonrie. ?Lo he enfadado? Ahora soy yo la que no dice nada, sino que hago lo mismo. Lo veo. Lo estudio. Lo deseo. !Joder, lo deseo en este momento! --?Senor? --Me obligo a preguntar aclarando mi garganta. --Brandon--Insiste--Pero asi me gusta, que me veas a la cara cuando me hablas y no que te escondas viendo hacia la ventana. --No me estaba escondiendo. --?Ah, no? Niego con la cabeza y veo sus manos que aprietan mucho el volante a pesar de que el auto no se esta moviendo. Tiene manos grandes y seguro que mis pequenos pechos pueden ser envueltos en una sola mano sin problema. El semaforo se ha puesto en verde y la bocina detras de nosotros hace que mi hombre de cara dura reaccione !Y yo tambien! --Cara de poquer--Siseo enfadada por lo que me hace pensar. --?Disculpa? --Eh... nada, que tengo mucha hambre. --He reservado en el Amore. ?Y cuando reservo en el Amore? Lo quedo viendo pasmada. Primero en el elevador y ahora esto. Esta asustandome un poco esa mania controladora. ?Sera con todo asi? Yo creo que no. Todavia no conoce a Amy Collins. Y estoy segura que lo que me gusta controlar sera un arma de doble filo tanto para el como para mi. Al momento de ver el gran letrero en letras doradas y cursivas, abro mi boca al ver la fachada del restaurante. Nunca habia imaginado un lugar tan bonito, pero es porque me gusta mas estar en <> que compartiendo el ambiente con gente estirada como el. --Llegamos, senorita Collins. --?Por que me llama de esa manera si a usted no le gusta que le diga <>? !Sere idiota! El senor Barbieri se aproxima como un iman buscando mis ojos, mis labios y hasta mi alma cuando dice: --?Te gusta que te lleven la contraria? --Pregunta respirando en mi cara y la barrita de excitacion se esta empezando a cargar. Labios carnosos. Es lo unico que puedo ver en estos momentos. --Responde. --No. Entonces saca su lengua y remoja sus labios, apenas levanta la comisura de su labio para sonreir y cuando pienso que no hay mas distancia entre nosotros, vuelve a sacar su lengua y la pasa por mi labio inferior. !Oh, si Barbieri! Cierro mis ojos y espero por mas. De pronto siento el aire que no proviene de su respiracion y abro mis ojos.

  • Todo Mortal de Ana Belen , Rodriguez Patino

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    ?Que pasaria si supieras que alguien ha atravesado el pais, desde Asturias a Sevilla, buscando la solucion a una extrana dolencia? ?Y si conocieras los misterios de personas que dicen ser quienes no son en realidad? ?Que ocurriria si te enteraras de los oscuros secretos que esconde el hombre al que amas? ?Y si otras casas, y tu propia ciudad, tambien los guardaran? Descubrelo en esta novela de destinos que se cruzan, y sobre el valor de las palabras y el poder ancestral de los libros, que gano el Primer Premio de Narrativa Mujer al Viento 2015 (Ayt. Torrejon de Ardoz, Madrid).
    Poesia, coleccionismo, supersticion y ciencia en la Sevilla magica del siglo XIX, con un adolescente Gustavo Adolfo Becquer como testigo de excepcion de una epoca tan fascinante como misteriosa

  • Desinformacion de Pascual Serrano

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  • Las Grietas del Multiverso de Alejandro Fernandez

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    Pearce, un hechicero de Rodam se ha apoderado de un objeto extrano, el “metal”, capaz de desatar un poder increible en el mundo de Gimm, pero Betlic, un ladron, se lo ha robado y las consecuencias comienzan a manifestarse. En un mundo donde la guerra enfrenta a elfos, humanos, enanos y otras razas, y donde las organizaciones criminales se codean con los reyes, el multiverso empezara a tambalearse. Brittany, proveniente de otra realidad, despertara en el mundo de Gimm e intentara regresar a su universo atravesando incontables peligros, acompanada del principe Greg del reino de Cadwgan que solamente piensa en cobrar venganza contra sus enemigos. Ademas, esta el otro terror, que se oculta en los bosques de Gimm y que pronto descubrira Blinda, una driada caza recompensas. El tiempo ha comenzado a girar sobre la cabeza de todos y cada segundo acerca el preludio de una destruccion de la que algunos solo alcanzan a ver su sombra. Las raices del Grenmesslit se removeran debajo del Gran Arbol que sostiene todo lo creado y algunas entraran a cruzarse, provocando disrupciones, interferencias y cambios entre diferentes universos. Todo apunta a la presencia del “metal” y su invisible influencia. Las Grietas del Multiverso comienzan a abrirse.

  • Virus Luna. El Torreon de V.m. Granda

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    Cuando Corea del Norte libera un letal y desconocido virus, este se propaga velozmente por occidente y a los pocos dias, millones de enfermos colapsan los centros sanitarios, pero cuando llega el crepusculo y la luna brilla, se convierten en bestias sedientas de sangre que salen en busca de presas con las que saciar su hambre.

  • La sinfonia del tiempo de Alvaro Arbina

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    Una joven escritora que trata de desentranar la misteriosa desaparicion de su marido…

  • Mentiras en La Hora del Te de Susana F. Ameijeiras

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    Consiguio vaciar su habitacion de cualquier trasto inutil a la misma velocidad que eliminaba de su interior todo pensamiento inservible. Los dos habitaculos se eliminaron a la vez sin haberse puesto de acuerdo. Ya no quedaba nada a lo que poder echar mano para seguir buscando; habia agotado todos sus recursos: los externos y tambien los internos. Estaba vacio. --Senor... La cabeza del senor se dio la vuelta muy despacio; le costaba despegar su cuerpo erguido mirando a traves de aquella enorme cristalera que, de manera curiosa, todavia estaba brillante y limpia. La cristalera era la unica superviviente de todo aquello; quizas, aquel senor todavia la necesitaba para algo. --Dime, Carlos. --Creo que ya esta todo, senor. --Querras decir que ya no queda nada. Carlos balbuceo. --Puede que, para usted, senor, no quede nada, pero yo le aseguro que, para mi, irme de aqui hace que comience todo. El senor levanto las cejas; en realidad, las retorcio de una manera extrana. Aquellos ojos parecian moverse de una manera poco usual detras de sus pequenas gafas cada vez que al senor le llamaba algo la atencion. --Entonces, nos vamos ya, senor. --Estoy listo. Carlos conducia el coche mientras aquel hombre iba detras. Una de sus cejas habia quedado arqueada, sintoma inequivoco de que algo estaba pensando. Tal vez su cabeza todavia seguia sin estar vacia del todo; quizas, todavia se agarraba a algo. Siendo sinceros, aquel hombre a poca cosa podia agarrarse, ya que, por no tener, no tenia ni un hogar. Lo habia perdido todo o casi todo. --Carlos, ?has guardado el dinero donde te dije? --Si, senor --contesto Carlos--. ?Sigue queriendo que lo traspase a la cuenta que me dio? --Si, hazlo cuando puedas, gracias. Carlos miraba de vez en cuando a aquel hombre por el espejo retrovisor. Habia sido su mano derecha durante muchos anos, su chofer, su asistente personal, su chico de los recados... Si Carlos no habia fallado, entonces, ?que habia sido lo que habia provocado aquel desastre? Carlos era solo un chico normal, sin mas. No tenia pretensiones; no buscaba reconocimiento. Cualquier persona lo habria etiquetado, tal vez, de pusilanime o, quizas, habria pensado que carecia de objetivos, de foco, de ilusion, de reconocimiento... Todo lo que se le ocurria pensar a aquel hombre eran etiquetas, muchas etiquetas. Todo lo pasaba por una etiqueta. Era posible que las etiquetas pudieran resolver sus dudas. Quizas una mala colocacion de estas habia producido todo aquel caos que lo habia llevado a perder anos de trabajo. Una mala organizacion, un mal enfoque como lider... --Senor, ?se encuentra bien? El hombre levanto despacio la mirada. --Si, estoy bien. Mas de media hora en el coche casi habia conseguido que aquel hombre terminara echandose una pequena cabezada en el asiento de atras, pero ya habian llegado a su destino y debia bajarse. --Senor, deje que le abra la puerta. --Gracias, Carlos. El hombre miro aquella oficina donde debia dejar las llaves de todas sus posesiones. Algo le agarro el pecho. Suspiro levemente y se volvio a sentar. --Senor, debe hacerlo y, cuanto antes, mejor. --Lo se, Carlos, lo se. Hubo un silencio pequeno, o no. --Carlos, ?tienes dinero en la cartera? Creo que necesito dar un paseo, tomar el aire y beber un vaso de agua. Carlos lo miro, sin juicio, solo lo miro. Eran muchos anos con el. Lo normal era que Carlos quisiera asegurarse de que el senor estuviera bien. --Tome, senor, lo espero en el coche. Aquel hombre entro en una cafeteria. Intuitivamente, se sento en la mesa con menos atractivo de todas: la que estaba justo al lado de la puerta de la cocina y por la que salian todos los olores cuando algun camarero la abria. El sitio no podia reflejar mejor el valor que se daba a si mismo: ninguno. --Un cafe, por favor --pidio de manera correcta aquel hombre con el hilo de voz justo para ser amable con alguien una vez mas. El camarero poso un pequeno tazon con algo de leche y dos gotas de cafe. Aquel hombre miro la taza, un poco antigua y con restos de lo que podria haber sido el cafe anterior alli vertido. <>, penso. El senor abrio despacio el sobre del azucar, tambien malogrado por la torpeza del camarero al depositar el cafe encima de la mesa, y comenzo a fijarse como aquellos pequenos granos caian de una manera casi perfecta: no habia una sola arena de aquel azucar que se desviara hacia ningun lado. Siendo el un hombre que, en sus mejores tiempos, tomaba cafe casi a diario, el olor que desprendia aquella mezcla comenzo a parecerle muy desagradable. Su estomago termino por rechazar aquel olor y dejo el cafe. En ese momento en que no tenia ni un cafe que tomar, comenzo a sentir una extrana emocion que no controlaba. Se asusto; aquel hombre siempre lo controlaba todo. Fueron quizas los dos peores segundos en mucho tiempo: sudor, desesperacion, miedo, nervios... Por una vez en su vida sintio lo que siempre habia tenido miedo de sentir: vacio, desesperanza y ansiedad. --Ja, ja, ja. --Algo interrumpio la lucha interna de aquel hombre; unas risas y unas voces que venian de algun sitio llamaron su atencion. El senor miro. Llamo al camarero. --Un boligrafo, un papel y un vaso de agua. --Si, caballero. --Ah, una ultima cosa --continuo el senor--. Llevese este cafe y planteese cambiar de marca. Escribio y escribio, etiqueto y etiqueto; las anotaciones se iban amontonando en la mesa. Pidio mas y mas papel. Sus manos sudorosas empezaron a temblar al no poder seguir el ritmo intenso de su escritura. Carlos ya se habia asomado a la cristalera, tambien brillante (quizas lo unico brillante), de la cafeteria, pero Carlos esperaba; Carlos no tenia prisa. Solo era una persona fiel con ganas de seguir sirviendo a su senor. Carlos no protestaba. Aquel hombre dejo el boligrafo, pidio un whisky y respiro, siempre cabizbajo, pero respiro. Tras pagar la cuenta, salio en busca de Carlos, que esperaba pacientemente en el vehiculo. --Carlos, a mi casa. --Senor... --Lo se, tengo que devolver las llaves, pero todavia me queda algo por coger. Por favor, a mi casa. Carlos no dijo nada, arranco el coche y dejo a aquel hombre justo en la entrada de su casa. El senor abrio el portal, subio las escaleras y abrio la puerta. Solo fueron unos minutos. --Ya esta, Carlos, ahora vamos al banco. --No se preocupe, senor; eso ya lo hago yo como usted me mando. --No, Carlos, hay cambio de planes; yo me encargo del dinero. --Como usted quiera. El senor se fue, tal vez a cualquier habitacion de un hostal. Devolvio las llaves de todas sus pertenencias y tuvo muy claro lo que tocaba hacer a partir de ese momento. Carlos tambien se fue. Sus caminos no se volvieron a juntar.

  • Ocho fantasmas ingleses de Varios Autores

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    Ocho destacados escritores contemporaneos reinterpretan las clasicas historias de fantasmas en esta inquietante coleccion de relatos ambientados en las localizaciones mas misteriosas de las islas britanicas. Inglaterra es por excelencia la tierra de las apariciones y los lugares encantados.

  • En el nombre del Espiritu de Mario Escobar

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    A veces tenia la sensacion de que su vida se encontraba llena de contradicciones. Aquella manana habia asistido a la ultima concentracion del 8 de marzo para celebrar y revindicar la igualdad entre hombres y mujeres, mejor dicho, la equidad, ya que no necesitaba para nada ser igual que un hombre. Habia ido a la ultima misa del dia en la catedral. A veces pensaba que acudia a la iglesia porque era lo que le habia ensenado su madre, aunque su abuela Librada siempre fue contraria a cualquier tipo de religion, pero en el fondo necesitaba algo de sosiego y la paz que experimentaba en un templo no la sentia en ninguna otra parte. Aquel desasosiego que siempre la invadia, esa necesidad de reposar el alma parecia algo totalmente ajeno a su generacion. Tal vez la iglesia habia dejado de cumplir la labor para la que fue concebida, un sitio de amor, comprension y comunidad, para convertirse en un nido de viboras criticonas donde solo se desearia aparentar. Algunas vecinas de banco, a las que conocia perfectamente, la miraban con cierto recelo desde que habia destapado los casos de pederastia del obispado de Oviedo. Muchos feligreses desconfiaban del nuevo obispo, aunque debia de admitir que su actitud era totalmente diferente. Juan Bueno era un hombre joven, apenas pasaba de los cuarenta, de origen canario, siempre con una sonrisa en los labios y unos ojos luminosos que parecian transmitir la paz que ella anhelaba. Sobre todo en un dia como aquel. El obispo subio al pulpito y se dirigio a los fieles. --Queridos hermanos, el mundo parece estar suspendido por un fino hilo, siempre a punto de destruirse y dejar de existir. Nos ha sacudido una pandemia, pero tal vez la mas terrible de las plagas es la falta de amor y empatia. Mientras los politicos juegan al cruel juego de las sillas, mas preocupados de sus puestos que de los ciudadanos, decenas de miles de personas se suman a las que ya se han denominado "las colas del hambre". ?Hasta cuando? No me gusta hablar de politica, creo que la Iglesia ya ha cometido suficientes desmanes a lo largo de la historia a causa de posicionarse politicamente. Mas bien defiendo el Reino de Dios. Denuncio la pasividad de los que deberian ser los servidores publicos y terminan sirviendose del pueblo. ?Hasta cuando clamara la voz de los debiles? Mientras, los unicos beneficiados de este caos son los extremistas, los violentos y los agoreros de los malos tiempos que se avecinan. La voz del obispo atronaba en la amplisima capilla, sin apenas paredes donde retumbar, para terminar muriendo en las conciencias apagadas de los feligreses, deseosos de regresar a sus corrientes y seguras vidas cotidianas. --?Por que nos afanamos tanto? ?Por que agotamos nuestras vidas en conseguir mas cosas? Como dice Eclesiastes, la vida es como correr en pos del viento. Se escapa de nuestros dedos, sin que nuestros ansiosos dedos puedan detenerla. Algunos se movian inquietos en los bancos, muchos feligreses habian apodado al obispo el "cura rojo", aunque el religioso criticaba a derecha e izquierda por igual. --Estamos preocupados por agrandar nuestros graneros y se nos olvida que esta noche Dios viene a llevarse nuestra alma. ?De que vale ganar el mundo entero y perder nuestra alma? Al terminar la homilia la mayoria de los feligreses se marcho de inmediato para evitar saludar al obispo, pero Priscila permanecio en su banco, con la cabeza gacha y una triste expresion de angustia. En cuanto Juan Bueno despacho a las ultimas beatas se sento con la casulla aun puesta al lado de la joven. --Querida Priscila. ?Como estas hoy? --Mal, padre. Mi abuela esta ingresada, no se si lograra salir de esta. El cancer parece muy avanzado. --?Tiene dolores? --pregunto el obispo, mientras sus ojos negros brillaban detras de las gafas redondas de color plateado. Priscila trago saliva para contener las lagrimas. Librada llevaba tres dias ingresada. La habia hallado en el suelo de la habitacion, se habia pasado toda la noche sin poder moverse, demasiado debil para llamar a emergencias o intentar incorporarse. --Le estoy rogando a la Virgen de Covadonga. --Es inutil, padre. Mi abuela ya ha vivido todo lo que tenia que vivir, pero me rompe el corazon verla sufrir. Odia estar encerrada en un hospital, no quiere morir alli. El obispo se froto la frente, como si intentara ordenar sus ideas. --Puedo pedir que la trasladen a la Casa de Maria, es una residencia para enfermos terminales. Priscila fruncio el ceno. --!Unicamente hay algo que odie mas mi abuela que a las monjas, una residencia de ancianos! --Es un lugar especial, cerca del mar, ni notara que esta en una residencia. Las hermanas son todas encantadoras. Si quiere, manana mismo podemos pedir el traslado. --Gracias, se lo dire. El obispo apoyo la mano en el hombro de la joven, ella respiro hondo y estaba a punto de ponerse en pie cuando el hombre le comento. --Te pedi que vinieras por algo, por un asunto que me tiene preocupado. Ella giro la cara y fruncio el ceno. No se esperaba que precisamente el obispo de Oviedo le fuera a proponer un caso. Lo cierto es que no le faltaba el trabajo, la resolucion del ultimo crimen y el caso de los mineros sindicalistas habian logrado que se hiciera aun mas famosa. --Usted dira. --No me hables de usted, no soy tan viejo. El obispo sonrio, su barba cerrada parecia hincharse como si fuera una esponja empapada en agua. --Tengo varios casos entre manos, pero si necesita algo le dare prioridad absoluta. --No es para mi, es sobre la hija de una feligresa. Se llama Jacinta. ?La conoces? A pesar de que conocia a la mayoria de vista, no sabia sus nombres. --Jacinta Bosque. --No caigo. --Es una mujer que se sienta en la ultima fila, tiene el pelo blanco y viste casi siempre de negro, es viuda. --Ya se quien es --contesto Priscila. --Bueno, su hija estudio en Santiago de Compostela, hizo Derecho y despues se fue a vivir a Ponferrada, encontro un puesto en el ayuntamiento de asesora. Desaparecio hace una semana. La policia la ha estado buscando, pero no hay ni rastro de ella. Priscila habia escuchado algo en la television, pero con la situacion de su abuela no le habia prestado demasiada atencion. --?Como se llama? --La joven es Alexandra Bosque. --Hare lo que pueda, aunque no puedo alejarme mucho de Oviedo, al menos mientras mi abuela se encuentre asi. --Te paso el telefono de la madre y hablas con ella. Despues haz lo que puedas. --Si, padre. --Llamame Juan. Aqui en Oviedo la gente es un poco estirada, pero en mi Tenerife natal a los curas se les trata de forma mas cordial. Estoy pidiendo a Dios que me de fuerzas para transformar la diocesis. --Ten en cuenta que en Covadonga se comenzo la Reconquista, te encuentras en el corazon mismo de la Espana cristiana. --Precisamente tengo que ir a Covadonga manana para oficiar una misa. Odio esas ceremonias solemnes, prefiero estar con la gente. Llamame si tu abuela se anima a ir a la residencia. Priscila salio del templo y sintio frio, a pesar de que estaba a las puertas de la primavera. Las nubes cubrian el cielo negro de la noche, dando cierto aspecto fantasmagorico a la plaza. En ese momento sono el telefono. Le dio un vuelco el corazon. Desde que su abuela estaba en el hospital se temia lo peor. Era su madre que, desde que la abuela habia empeorado, no paraba de llamarla, anadiendo mas tension a sus pobres nervios. Decidio no llamarla, se dirigio hacia su coche y despues enfilo camino del hospital. Mientras su cabeza no dejaba de rememorar su ninez cuando su abuela parecia la mujer mas fuerte y sabia del mundo. 2. Urgencia El hospital se encontraba adormecido cuando subio por las escaleras y se dirigio a la habitacion de su abuela. Afortunadamente la cama de al lado estaba vacia, no queria que nadie perturbara su paz, ahora que parecia quedarle tan poco tiempo de vida. Se acerco a la cama casi a oscuras, la unica luz que iluminaba el rostro dolorido de su abuela era la que penetraba por los sucios cristales del ventanal. A sus pies, la ciudad de Oviedo intentaba sobrellevar su adusta y trivial vida llenando las terrazas de los bares o las tiendas de moda. Priscila se aproximo a la anciana y le puso la mano en la frente. Esta reacciono de forma violenta. --!Joder, que todavia no me he muerto! --grito la anciana rompiendo la calma y el silencio del lugar. --Soy yo, abuela. --Perdona hija, creia que era tu madre. Siempre esta por aqui dando el conazo. Ya sabes como es, siempre quiere ser la protagonista. Ya le he dicho, menos dramas bonita, que la que se esta muriendo soy yo. --No hables asi. --Es verdad, carino. La muerte es el ultimo acto de una funcion que siempre se hace corta. Pues algunos estan a punto de robarte tu ultima frase o peor aun, obligarte a que pongan en tu epitafio: "Se cago en todos sus muertos para que la dejaran descansar en paz". --Te veo mejor que esta manana. La anciana intento incorporarse un poco, pero sin exito. --No se manejar estos potros de tortura. Eso que son nuevos, y con ese mando lleno de botones tienes que haber hecho una ingenieria para entenderlo. Priscila incorporo un poco a su abuela. --?Quieres que te ponga un poco la tele? --No por Dios, debian prohibirla como en Corea del Norte. --En Corea del Norte hay television, abuela. --Me refiero a eso de tener tantos canales, para al final no decir nada o, mucho peor, para embrollarlo todo. En una siempre hablan a favor del gobierno, en las otras en contra, todo es siempre la misma vaina. Priscila se sento en la butaca, no se habia dado cuenta de lo cansada que estaba hasta que lo hizo. Se quito los zapatos de tacon y cerro los ojos. Le encantaba oir grunir a su abuela. Tenia la sensacion de que todo estaba bien cuando la escuchaba refunfunar y despotricar contras los politicos. --?Tu has visto a la "dona Rogelia" que gobierna en Madrid? Por Dios, parece que habla un ventrilocuo o que es la nina del exorcista. Y yo que pense que despues del "bigotes" no podian caer mas bajo en la derecha. --Bueno, ya sabes como es la politica.

  • Cada estrella de mi cielo de Victoria Vilchez

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    Sobre mi cabeza habia tan solo un cielo plagado de estrellas; bajo mi espalda, un tejado que habia visto tiempos mejores y, a mi lado, estaba Aiden, mi vecino y tambien mi mejor amigo. Nos conociamos desde que ambos usabamos panales. Habiamos quemado muchas etapas juntos y pasado por numerosos dramas; al principio del tipo <>, pero con el paso de los anos habiamos crecido y madurado, y nuestros dramas tambien. Aunque tal vez no del todo, ya que a veces el todavia se entretenia haciendo desaparecer mi movil o mis zapatillas favoritas, y yo le robaba sus camisetas del equipo de futbol porque eran estupendas como pijama. Lo que no habia cambiado era nuestra amistad y la cantidad de tiempo que pasabamos juntos; eso, en realidad, se habia incrementado. --No puedes hablar en serio --me dijo, tumbado a mi lado y con sus ojos azules fijos en el cielo. Era de noche y, si me hubiera mirado, estaba segura de que hubieran parecido casi negros; tambien se le oscurecian cuando se enfadaba. A la luz del dia, en cambio, el tono azul cobalto de su iris resultaba perturbador. Aiden habria podido cumplir con los estandares de chico popular del instituto si se hubiera esforzado un poco para aparentarlo y su vida no estuviera continuamente rozando el desastre. Solo tenia quince anos, los mismos que yo, aunque en apenas unas semanas el cumpliria los dieciseis, y ya alcanzaba el metro ochenta. Era bastante atractivo, no solo por su altura y sus ojos, sino por todo el conjunto: su rostro armonioso, los hoyuelos que solo aparecian cuando sonreia con verdadero entusiasmo, la mandibula cuadrada y un cuerpo digno del equipo de futbol del instituto. Sin embargo, en un pueblo como el nuestro, donde casi todos conocian las miserias de sus vecinos, el estigma de una familia rota pesaba demasiado. El procuraba no prestar atencion a las habladurias, pero yo sabia que le afectaban aun cuando se esforzaba por disimularlo. --Me da igual --respondi, girando la cabeza para observar su perfil--. De todas formas, ?en que momento hemos acabado hablando de mi virginidad? Aiden y yo charlabamos sobre los temas mas variados, y hoy parecia que aquel era el elegido para entretenernos. --No deberias entrometerte --anadi, y solo entonces tambien el volvio el rostro hacia mi. Una de sus cejas se elevo. --?Por que? ?Te gusta alguien? ?Lo conozco? --se intereso, y una sonrisita picara asomo a sus labios. Incluso yo, que me consideraba inmune a sus encantos, apreciaba lo lejos que podia llegar con una sonrisa asi. --?De verdad hay que darle tanta importancia? Tu no se la diste a la tuya. ?Por que habria de darsela yo? ?Porque soy una chica? --refunfune, y su sonrisa se esfumo. --Por eso mismo lo digo, Madi --comento muy serio--. Yo era un crio y lo mio fue un revolcon rapido y del que no me quedo precisamente un buen recuerdo. Esto no tiene nada que ver con que seas una chica. Sencillamente, no quiero eso para ti. Silencie el comentario que me quemaba en la punta de la lengua. Hasta donde yo sabia, esa primera vez suya no se diferenciaba mucho de lo que hacia ahora con algunas de las chicas (la mayoria chicas mayores) con las que salia, pero no iba a echarselo en cara. Aiden tenia serios problemas con las relaciones que implicaran algun tipo de compromiso por su parte. En ese aspecto, yo era su relacion mas larga, y lo nuestro no podria haber sido mas platonico. Sin embargo, entendia que, con todo por lo que habia pasado su familia, no fuera de los que creyera fervientemente en el amor. --Solo es sexo, ?no? --lo chinche, con el unico objetivo de hacerlo sonreir. El agito la cabeza de un lado a otro. --A veces dudo de que tengas realmente quince anos. --Le di un empujoncito con el hombro que lo hizo reir. A continuacion, solto un suspiro y sus ojos se pasearon por mi rostro--. Busca a alguien con el que te encuentres a gusto, aunque no se trate del... amor de tu vida. --Incluso le costaba pronunciar esa palabra. Yo sabia que no creia en el amor, lo decia solo por mi--. Que te haga sentir comoda; un tio que no este unicamente pensando en lo bien que se lo va a pasar luego contandoselo a sus amigos. --?Hablas por experiencia? Ahora fue el el que me dio un codazo, pero no rio mi broma. --Hablo como tu mejor amigo, me preocupo por ti. Nos habiamos puesto serios de repente, a pesar de que ni siquiera habia buscado tener esa conversacion. Yo no era aun mas que una cria que estaba empezando a descubrir el porque de tanto revuelo en torno al sexo. Observe su rostro mientras el volvia a contemplar el firmamento. El ceno fruncido y la linea recta que formaban sus labios bastaron para que comprendiera que sus pensamientos no debian de haber tomado un rumbo agradable. A pesar de nuestra amistad, Aiden a veces resultaba un enigma para mi; descifrar sus pensamientos, un desafio. Habia sombras en el, claroscuros y tambien partes que brillaban tanto que te hacian apartar la vista; las ultimas eran las que el se esforzaba por no mostrar a los demas. --Vale --acepte al fin. No queria continuar con aquella estupida conversacion, pero lo siguiente que dije resulto aun mas estupido--: Hazlo tu entonces. --?Hacer que? --inquirio, confundido, y sus ojos volvieron a recaer sobre mi, turbulentos y arrolladores. Trague saliva. --Conmigo. Hacerlo... conmigo. Durante unos segundos no dijo nada. Su mirada estaba fija en mi rostro, tan intensa que me arrepenti de inmediato de haber dicho semejante tonteria. Acto seguido, comenzo a reirse a carcajadas. --!Eh! --proteste, empujandolo sin demasiada fuerza. No queria que terminara rodando y cayendose del tejado. --Por un momento he creido que lo decias en serio --solto, aun riendo. Mis labios se curvaron en una sonrisa, aunque por algun motivo me costo mas que de costumbre. --Imbecil --me burle, contenta por haber borrado la tristeza de su expresion. --Estas loca, pequena. Me rodeo con el brazo y tiro de mi. Acabe con la mejilla apoyada en su hombro. Estar con el era facil y reconfortante. Al dia siguiente, y como cada manana, Aiden me esperaba en el coche para llevarme al instituto. Contaba con una licencia de aprendizaje que en realidad le permitia practicar y poco mas, pero mi mejor amigo no era de los que se preocupaban en exceso por las normas. Aquello me habia costado mas de una discusion con mi madre, aunque habia accedido finalmente solo para no tener que escucharme refunfunar por la casa y despues de que le repitiera una y otra vez que siempre ibamos directos al instituto. Nada de paradas. Lo cierto era que Aiden solia detenerse en el pueblo para comprarme un cafe; decia que no lograba entender nada de lo que salia por mi boca hasta que tomaba uno. --?No piensas volver al equipo? --le pregunte cuando el instituto asomo al final de la carretera, larga y empinada, por la que conducia. No contesto de inmediato y, con las gafas de sol puestas, me era imposible verle los ojos. --?Aiden? --Es que no me fui exactamente. --?Te han echado? --inquiri perpleja. No se por que me sorprendia. Mi amigo era un iman para los problemas. Nunca habia estado segura de si era el quien se los buscaba o le salian al paso. Se encogio de hombros; expulsado entonces. --?Que has hecho esta vez? Se detuvo junto a un aparcamiento libre, pero no hizo nada para meter el coche en el. --Tienes muy poca fe en mi, ?no? Me rei. El tambien sonreia. --La justita para continuar siendo tu amiga. Era mentira y el lo sabia. Si habia algo que yo tenia, era fe en Aiden. Pero nuestra relacion era asi, un continuo tira y afloja. --Vamos, llegaras tarde --me dijo, invitandome a bajar del coche. No habia parado el motor. Enarque las cejas y le lance una de mis miradas intimidatorias, o al menos lo intente, con Aiden no solian funcionar. --?Tu no vienes? El se inclino y me dio un beso en la sien. --Tengo algo que hacer. Estare aqui para el descanso. Definitivamente, habia llegado la hora de descubrir que estaba pasando. Le arranque las gafas de un manotazo antes de que pudiera hacer nada para evitarlo, dispuesta a bucear en su mirada azul y robarle una respuesta, y se me escapo un gemido al contemplar la hinchazon que se extendia alrededor de su ojo.

  • El amigo de Sigrid Nunez

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    La protagonista y narradora de esta novela es una escritora neoyorquina que pierde de forma inesperada a su gran amigo y mentor, y de forma no menos inesperada se ve obligada a hacerse cargo de su perro -un enorme y artritico gran danes-, que se ha quedado solo y traumatizado por la subita desaparicion de su amo. La protagonista no tendra otro remedio que llevarselo a su minusculo apartamento, arriesgandose a que la echen porque en el edificio esta prohibido tener animales. Y asi, con el trasfondo del duelo por el amigo y el amo desaparecido en tragicas circunstancias, se desarrollara la singular y bellisima historia de la amistad entre una escritora solitaria y un perro que se ha quedado sin dueno.

  • El pueblo de los maldecidos de Marc Sans

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    Ava tiene 18 anos y durante unas vacaciones con sus amigas tiene un accidente de coche en mitad de un bosque desconocido de un lugar perdido de Polonia.
    Sin saberlo, ha traspasado una frontera invisible.
    Ahora se encuentra en Zamozni, un pueblo oculto del mundo durante siglos, donde TODOS sus habitantes son maldecidos al nacer por Ela, la Reina Bruja que los gobierna.
    Las maldiciones son insolitas y variadas, como la de los Starek, la familia que acoge a nuestra protagonista: todos tienen la apariencia de unos jovenes adolescentes. Pueden convivir con las maldiciones pero, desde luego, en el mundo real no pasarian desapercibidos.
    Los habitantes del pueblo maldito no han conseguido salir de el y nunca antes habia entrado nadie. Solo la Reina Bruja puede.
    Hasta que llego la misteriosa extranjera. A salvarlos. A enamorarse sin esperarlo.

  • La guerra de las Dos Rosas – Estirpe de Conn Iggulden

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    DOS HOMBRES RECLAMAN LA CORONA, PERO SOLO UNO PODRA ALZARSE CON ELLA.1461. Ricardo de York ha muerto. Su cabeza es exhibida sobre las murallas de la ciudad. La reina Margarita parece imparable; sin embargo, al matar al padre ha desatado la furia de los hijos.

  • Curiosa Historia La Antigua Roma de Paula Navas

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    Rea Silvia, una Virgen Vestal, no podia concebir hijos pero no pudo resistirse y sucumbio a la seduccion de Marte quedandose embarazada de dos gemelos, Romulo y Remo. Una vez dio a luz, su tio Amulio cogio a los gemelos y los metio en una cesta dejandolos a su suerte en el rio Tiber. ?Por que? Pues sencillamente porque Amulio destrono del trono a su hermano Numitor, padre de Rea Silvia. Amulio simplemente se aseguro no tener quien pudiera quitarle el trono. Una loba encontro la cesta encallada a orillas del rio pegada al monte Palatino. La loba, llamada Luperca, los cuido y amamanto hasta que un pastor, Faustulo, encontro a los gemelos. Faustulo se encargo de ellos como si fueran hijos suyos. Cuando Romulo y Remo crecieron destronaron a Amulio y colocaron en el trono a su abuelo Numitor que como agradecimiento les dejo que fundaran una ciudad. Los hermanos se enfrentaron, ya que no decidian quien iba a ser el fundador. Finalmente, tras la disputa, Remo murio a manos de su hermano Romulo y este fundo Roma en el ano 753aC. Asi fue como Romulo se convirtio en el primer rey. ?Sin embargo, verdaderamente fue Romulo el fundador de Roma? La arqueologia ha revelado evidencias del asentamiento de Roma en la colina del Palatino desde el ano 1000aC pero para los romanos, provenir de un dios, era algo excepcional. Roma empezo siendo una pequena monarquia y acabo convirtiendose, a lo largo de mas de 600 anos, en uno de los imperios mas grandes de la antiguedad. Roma paso por varias formas de gobierno, monarquia, republica e imperio. La monarquia se acabo junto con el derrocamiento de su ultimo rey, Tarquinio el Soberbio. Despues de Tarquinio, comenzo una nueva forma de gobierno, la Republica, nos encontramos en el ano 509 a. C. y Roma es gobernada por el Senado y dos consules. Roma durante aproximadamente ciento cincuenta anos, se expandio con exito por tierras extranjeras. Mas adelante, los romanos conocerian una nueva clase de enemigos, les creian inferiores, incivilizados y feroces, fueron conocidos como los barbaros. En el siglo II a.C., una nueva tribu avanzaba contra el Imperio Romano, querian conquistar, saquear y establecerse en las poblaciones. Se trataba de los cimbrios cuyos mejores aliados fueron los Teutones y Ambrones. Los romanos prepararon con horas de antelacion la batalla pero de nada les sirvio. Los barbaros, impredecibles en el combate y sin una aparente tactica de guerra, ganaron todas las batallas. Roma busco a alguien capaz de detener la masacre barbara. El elegido fue el militar Cayo Mario. Cayo Mario, al que algunos creen que tuvo un origen humilde, fue muy admirado por sus soldados. Trabajaba con ellos, comia con ellos y entrenaba con ellos. Pero en aquella epoca, a Cayo Mario le costo reclutar soldados que quisieran luchar debido a las numerosas derrotas que habia sufrido el ejercito romano contra poblacion, ya no importaba que no tuvieran los suficientes recursos y cualquier persona podia alistarse en el ejercito. Este hecho hizo que el ejercito se agrandara considerablemente. Cayo Mario fue eliminando a las tribus Teutonas y finalmente, en la batalla de Vercelae, 120.000 cimbrios fueron derrotados acabando con 13 anos de conflictos barbaros. Cabe destacar que estamos en el periodo de la Republica y solo las personas con suficientes recursos eran las que podian alistarse. Cayo Mario tuvo que cambiar este sistema y comenzo a reclutar sin importar la condicion social de las personas. En el ano 59 a. C., la popularidad del sobrino de Cayo Mario ya era un hecho. La historia lo conoceria como el mas importante general de Roma, Cayo Julio Cesar. Para lograr su exito politico, tuvo que solicitar el apoyo de dos personas, Craso y Pompeyo el Grande. Juntos, formarian el primer Triunvirato. Cesar, entre otras cosas, amplio los dominios de Roma, conquisto la Galia y derroto a los optimates en el norte de Africa, en Hispania y en Grecia. Mas tarde, Cesar seria proclamado dictador perpetuo y tras una guerra civil y enfrentandose al Senado, fue asesinado desatando una serie de guerras civiles que termino con la Republica y provoco la elevacion del sobrino de Cesar y su heredero, Octaviano, como Augusto, el primer emperador.

  • Celos y Mentiras (El Amor de Sophie 2) de M. T. Greenlay

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    Luego de que Rob se fue manejando, me encontre con mis padres en la sala. Ya tenian una botella de vino abierta y una copa esperandome. Tome un gran sorbo antes de dejarme caer en una silla al lado de la chimenea. Todavia era temprano en la noche, pero luego de estar atrapada por horas en la mina para luego venir a casa y encontrarme a mi expareja sentado en la entrada, sentia que ese trago era bien merecido. --?Que estaba haciendo Rob aqui? ?Que queria? --Pregunto papa en cuanto me sente. --Dice que me quiere de vuelta --le dije sonrojandome. --?Y por que querrias estar con el cuando el te engana? --Pregunto mama. --Rob afirma que no volvera a pasar --Explique volteando los ojos. --?Y cuantas veces has escuchado eso? --Papa se burlo. --Lo se papa. Esta bien, no estoy interesada en volver a tener una relacion con el. Solo que no tuve la oportunidad de decirle eso antes de que se fuera manejando --les asegure. --!Gracias a Dios por eso! Ese hombre te ha roto el corazon demasiadas veces durante todos estos anos. Te mereces algo mejor que eso, mi amor --Dijo mama con una sonrisa de alivio. --Gracias, mama. Me termine mi trago, les di a un beso en la mejilla a cada uno de mis padres y me fui a mi habitacion. Deje correr la regadera mientras me quitaba mi ropa sucia. Todavia me sentia polvorienta por haber estado en la mina y recibi de buena manera la oportunidad de enjabonar mi cuerpo debajo del tibio rocio. Agradecida por poder lavar la mugre de mi largo cabello castano. Vestida con un pijama rosado de satin y una bata que combinaba, eventualmente volvia a unirme a mis padres, aceptando con felicidad una segunda copa de vino. --?Entonces desde hace cuanto has estado viendo a escondidas a Gavin Carter? --Papa espeto repentinamente. --Por un tiempo ya. Siento haberles mentido a ambos, pero era la unica opcion que teniamos. La mirada de decepcion que cruzo entre mis padres me llego hasta el corazon. Usualmente, podria hablar sobre cualquier cosa con mama y papa. Siempre tomando en consideracion los consejos que me daban, pero esta vez habia sido diferente. Que hubieran sabido la verdad desde el comienzo hubiera causado solamente discusiones y descontento. Asi que habia hecho todo lo posible para conservar mi relacion con Gavin como un secreto para evitarles eso. Ahora que todo se sabia, significaba que estaban conscientes de mis mentiras de las ultimas semanas. Mis padres siempre habian sido firmes defensores de la honestidad, asi que defraudarlos me llenaba de culpa. --Nuestra hija menor esta a salvo, John. Eso es lo unico que me importa --Senalo mama. --Y a mi; sin embargo, sabes como me siento respecto a las mentiras. Pero al menos ahora que lo sabemos, ustedes dos no necesitan volverse a encontrar en minas abandonadas. Mama y yo no pudimos evitar reirnos de su ocurrente comentario. Solo para callarnos cuando alguien toco a la puerta principal de forma histerica. Me levante para abrir mientras mi madre reflexionaba... --Me pregunto quien podra ser. --Es simplemente Claire --respondi mientras la dejaba entrar en la casa. Mi amiga puso sus brazos alrededor de mi cuello inmediatamente, abrazandome firmemente. Pude ver que sus ojos estaban llenos de lagrimas mientras ella trataba de calmarse. --!Geoff Carter me acaba de detener en la calle y me dijo lo que les paso a ti y a Gavin! ?Estas bien?--Si, tuvimos suerte. Pedimos permiso y tome una botella de vino de la nevera junto con un par de copas. Guie a Claire hasta mi habitacion. Saltamos sobre la cama como habiamos hecho muchas veces mientras creciamos. Claire se aferro a una de las almohadas desparramadas desordenadamente sobre las sabanas como siempre lo habia hecho. --Entonces. Cuentame todo --dijo efusivamente. La puse al tanto rapidamente, viendo su expresion cambiante mientras lo hacia. Abriendo los ojos tanto como yo cuando el conte que Gavin declaro su amor. Moviendose entre la mezcla de horror y furia cuando descubrio que Rob tambien habia estado aqui esta noche. --Por favor no vuelvas a escuchar sus mentiras de nuevo, Sophie --me pidio. --No lo hare, no te preocupes --Le respondi con sinceridad. A pesar de las palabras de aliento de Claire, estuve toda la noche dando vueltas y retorciendome sobre las sabanas. Y luego simplemente me quede ahi acostada viendo a traves de las cortinas abiertas. Los distantes faroles arrojando su brillo en mi habitacion junto con los brillantes rayos nocturnos de la luna. Varias estrellas titilaban en la oscuridad, a veces desapareciendo detras de las nubes ocasionales que flotaban sobre ellas. A pesar de que sabia donde se encontraba mi corazon ahora, tambien sabia que seria dificil decirle la verdad a Rob manana. Verlo esta noche me hizo darme cuenta lo mucho que me seguia importando. Pero tambien me habia recordado lo mucho que me habia herido a traves de los anos con su infidelidad. Y eso era lo que necesitaba mantener en mi mente la proxima vez que lo viera. Con eso en mente, a la manana siguiente conduje hasta el motel con determinacion. Me aparque en el estacionamiento y di zancadas a traves del asfalto a proposito. Pero en cuanto Rob abrio la puerta de su habitacion, senti mi confianza tambaleandose. A pesar de que solamente estaba usando un par de pantalones deportivos y una camiseta destenida, aun asi, lo encontraba atractivo. El brillo del que me habia enamorado todavia seguia brillante en sus ojos azul cristal mientras me invitaba a pasar. --Sophie, estoy feliz de que pudieras venir. Estuve toda la noche preguntandome si lo harias o no --sonrio calidamente. --Bueno, creo que deberiamos hablar --respondi, tratando de esconder mis repentinos nervios. --Por favor, toma asiento. Aunque mirando alrededor de la habitacion, me pregunte donde sentarme. El motel estaba pasado de moda, como el papel tapiz desgastado que colgaba de las paredes. Su diseno floral estaba rasgado en algunos lugares, pero tambien estaban tratando de ocultar algunos parches de humedad que se escondian debajo de el. La alfombra era color chocolate oscuro con areas que ahora estaban raidas. Aunque no pude esconder mi mueca cuando vi las sabanas grises que cubrian la cama. Todo parecia estar cubierto por una capa de suciedad o de polvo, mientras me encaramaba en el borde de una silla que estaba al lado de la ventana sucia. --Me disculpo por la decoracion. Pero esto fue todo lo que pude conseguir con tan poca antelacion y necesitaba verte --Rob se disculpo. --?Por que? --pregunte abruptamente. Rob vacilo por un breve segundo y pude notar que estaba pensando en como responder. Habia estado aqui dos veces antes y hasta ahora habia creido sus excusas. Esta vez no estaba preparada para ser tan misericordiosa y el claramente podia sentir eso mientras me observaba cautelosamente. --Querida, te he extranado tanto. Se que Molly fue un error --empezo a decir Rob--. Lo que mas deseo es que vuelvas a ser parte de mi vida de nuevo. --?Y que hay con Katrina y Lisa? --Ellas no significan nada para mi. Y eso fue hace anos, Sophie. No puedo vivir sin ti. --?Como es posible que te crea? --discuti. --Sophie, tienes que hacerlo. Te prometo que ya termine con todo eso !No hay una mujer que se compare contigo! Por favor, ?solo dame otra oportunidad de probarte mi amor por ti? --Suplico Rob. Los ojos de Rob se encontraron con los mios y luche para apartar la mirada. De nuevo me habia quedado atrapada en su profundidad como lo habia hecho muchas veces. Me pregunte como seria tener sus brazos alrededor de mi una vez mas. Pero resisti la urgencia de preguntar. Cualquier recuerdo feliz que haya guardado de Rob ahora eran eclipsados por el dolor que el me habia causado. El rostro sonriente de Gavin paso ante mis ojos, dandome la fortaleza interna que necesitaba. Cuadrando mis hombros, tome una postura, feliz de ver a Rob retroceder cautelosamente. --Lo siento, Rob, pero hemos terminado. No hay forma de que te pueda perdonar lo que has hecho esta vez --dije con firmeza. Hecho trizas, Rob continuo suplicandome que lo reconsiderara, pero el no podia retroceder en el tiempo. Ya habia aceptado sus excusas antes y no podia obligarme a creermelas de nuevo. Sin embargo, sin importar lo que dijera, era como si mis palabras cayeran en oidos sordos. --Escucha, Rob, no tiene sentido seguir hablando de esto. Sera mejor que vuelvas a la ciudad. --Oh, no te vas a deshacer de mi tan facilmente. Me tome un extenso permiso, asi que me estaras viendo por el pueblo por un tiempo --Me dijo Rob con una sonrisita desafiante. --Haz lo que quieras. Me voy a casa. No hay forma de hablar contigo cuando estas de este humor --perdi las esperanzas. --!No me ire a ninguna parte hasta que te recupere, Sophie! --Dijo Rob detras de mi mientras me subia a mi auto y me iba conduciendo. Capitulo Dos Para esa noche, habia entrado en frenesi. Durante todo el dia, habia estado pensando sobre mi conversacion con Rob. Preocupada por el hecho de que el no parecio escuchar y seguia firme de que volveriamos a ser una pareja. Pero tenia planes de ver a Gavin para la cena y no estaba segura de como le iba a explicar mi ultimo predicamento. Habia hablado por mucho tiempo con mis padres y pase horas en el telefono con Claire para reconfirmar lo que ya sabia. Necesitaba ser honesta con Gavin y decirle que Rob estaba en el pueblo. Era justo. Sin embargo, eso no detuvo mis nervios mientras el taxi se detenia afuera del restaurante. The Three Sails era el lugar mas prestigioso para comer en la localidad. Su reputacion llegaba a todas partes por su menu a la carta. Solamente habiendo comido aqui en una ocasion familiar, me senti como la realeza mientras que el maitre me recibia con un calido abrazo, dandome un beso en cada mejilla. --Senorita Sophie, es un placer volverla a ver. --Y a ti, Marco --sonrei. --Ahora, ?creo que esta aqui para ver al Sr. Carter? --pregunto Marco con una curiosidad evidente--. El ya esta aqui y la espera en el bar. Encontre a Gavin segundos despues con una copa de vino blanco en su mano. Me deslice en el taburete al lado de el, ajustando el dobladillo de mi vestido. A pesar de que senti el suave beso de sus labios en mi mejilla, deseaba abrazarlo. Ya habia una copa vacia esperandome y Gavin me sirvio rapidamente un trago de la botella de vino que estaba en una cubeta de hielo al lado de el. Tome un ligero sorbo, sintiendo un revoloteo en mi corazon mientras el se acercaba mas. --?Estas lista para ser el tema de conversacion? Estamos destinados a ser el apogeo del chisme local --Gavin se hecho a reir. --Creo que puedo manejar eso --me rei en respuesta. Un mar de rostros familiares nos dio la bienvenida cuando Marco nos llevo a traves del comedor. Todos estos mirandonos sorprendidos y atonitos. Determinados a ignorar las expresiones embobadas, Gavin y yo nos sentamos en una pequena mesa al lado de la ventana. Vimos a las personas acercandose mas entre si, charlando calladamente para especular porque estabamos ahi juntos. Carla se presento como nuestra mesera mientras nos pasaba el menu, dejandonos revisar la lista de deliciosos platillos. Opte por el salmon ahumado para empezar, seguido por el cordero como platillo principal. Mientras que Gavin escogio la sopa del dia y un filete termino medio. Mi estomago cada vez tenia mas hambre mientras probaba el vino que el sommelier, Wayne, habia recomendado para complementar la comida que habiamos pedido. Sin embargo, mientras empezaba a ponerle mantequilla a una rebanada de pan caliente que nos habian colocado en la mesa, me di cuenta de que el animo actual iba a cambiar pronto. Sabiendo que necesitaba decirle sobre mi reunion con Rob y lo que se habia dicho. Pero sin querer arruinar la noche, decidi no decir nada por el mayor tiempo posible, tratando de conservar una sonrisa en mi rostro mientras Gavin me contaba sobre su dia. Para el momento en que nos sirvieron nuestros platos principales, me habia relajado un poco, por fin empezando a disfrutar la noche. Aunque cuando estaba cortando mi cordero, algo afuera llamo mi atencion. Mi tenedor se quedo en medio del aire cuando visualice a Rob en la ventana. Solo viendolo brevemente antes de que el volviera a las sombras. --Sophie, ?que sucede? --pregunto Gavin, siguiendo mi mirada para ver solamente el cielo nocturno oscurecerse.

  • Cartas de un asesino insignificante de Jose Carlos Somoza

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    Estimada senorita. Voy a matarla y usted lo sabe, asi que me asombra su silencio. La flor del almendro ya destella de blancura en las ramas, pero no advierto la flor de sus cartas en el muro. Eso no es lo convenido. Yo me tomo en serio mi papel de verdugo: haga lo mismo con el suyo de victima. Le sugiero, por ejemplo, que se vuelva romantica. He aqui algunos ejercicios. Ejercicios romanticos a) Aproveche la geofisica de Roquedal. El viento tiene fuerza en los pueblos costeros: escuche atentamente su silbido cuando azota las ventanas de su casa. Pensara: <>. b) El mar y la soledad. Camine sola hacia la playa a horas inusuales, idealmente el crepusculo, y dirijase al espigon. Acceda a salpicarse con los rociones de espuma. Contemple la poderosa tunica azul oscura y la guadana blanca de las olas. Y hagase nuevas preguntas: <>. c) De noche, escoja la ruta de los solares, hacia el norte, para que las luces del pueblo no la estorben. Entonces levante la cabeza y observe detenidamente las estrellas. Piense en la Tierra con minusculas: tierra, un pedazo de ella que gira sin vertigo en la pulcritud del espacio. Concedale, en cambio, mayusculas a la luna: Luna, una roca helada y blanca, un satelite muerto. Y piense: <>. Haga como si, por un descuido, el mundo se le hubiese caido en la oscuridad y usted lo perdiera. d) Aceche los angulos de las paredes; perciba el inagotable trajin de los fantasmas; vague por los pasillos hasta que un espejo emboscado la sorprenda; encienda velas y columbre la forma de las sombras; plantese en medio de la oscuridad y recele de su propio cuerpo respirador. e) Y si no puede evitarlo, riase. Pero descifre la risa, compruebe su semejanza con la agonia --garganta convulsa, espasmos de vientre, gritos--. Cese de reir riendose. Sobre su muerte, senorita, elaboramos una ilusion: la de que todo lo que usted haga antes de morir sera trascendental. La solucion perfecta consiste en que se vuelva romantica. Mi inestimable senor. Ya se quien es usted. No te escondas tras las palabras, Luis, que destacarias hasta en un desfile de locos. No es preciso ser psicopata para interesarle a una escritora cuarentona como yo, por mucho que me dedique a traducir a Faulkner. Ademas, te tomas demasiadas confianzas, dado lo poco que nos conocemos: apenas un intercambio de cervezas en la Trocha y un mal dia, o una mala noche, para ser exactos, en que me invitaste a tu casa de mas alla del espigon con el pretexto de mostrarme tus nuevos cuadros y la encontre invadida por: a) una pareja de yonquis germanos que apenas hablaban mi idioma; y b) una escualida y alienada pintora fuengirolena que parecia no hablar ningun idioma. Recuerdo que la copa en que me escanciaste el vino estaba orlada de labios fosiles y que la fondue resulto un engrudo incomible. Y lo mejor: cuando desertaste de la espantosa conversacion para ensayar con la flauta en la terracita y los demas nos pusimos a escucharte como cobras hipnotizadas. La verdad, confiaba en que la velada fuera mas intima. No por nada: ya te dije en cierta ocasion que padezco una especie de claustrofobia social, y no soporto la asfixia de dos o mas personas hablando a mi alrededor. Anadire que no soy de tu epoca, de igual forma que tu tampoco eres de esta, porque --seamos sinceros, Luis-- tu trasnochado aspecto hippy, con chaleco de cuero abierto, tejanos raidos y el make love not war colgado del cuello podra parecer rebelde en el pueblo, pero queda carrozon para los tiempos que corren. No obstante, debo admitirlo, eres el mejor Joe Christmas de Roquedal, el numero uno de la lista de los candidatos a Negro, palabra de la senorita Burden. Solo te encuentro un pequeno defecto: que estes muerto. Que lastima que te mataras hace dos semanas, que te abrieras el craneo con la moto y tu cerebro drogado se derramara sobre el asfalto (me imagino un estallido versicolor, como en tus lienzos). Razon de mas, por otra parte, para no contestar las cartas que subrepticiamente me dejas en el muro. Que lastima de accidente, y de aficion a las drogas, y de moto peligrosa. Perdona, pero he tenido que llorar un poco. Sigue escribiendome, por favor. Muy bien, senorita. Descubrame en alguien. Finjamos por un momento que me encarno en cualquier idiota y disimulo frente a usted, pero que mis ojos brillan al fondo con el relumbre del engano. Juegue, pues, a creer que soy un vecino del pueblo. De inmediato empezara a pensar que puedo no serlo. Y entre estos y otros pasatiempos, el dia acabara y vendra la noche. Ayer tome en la Trocha unas canas con el bueno de Manolo Guerin, <>. Manolo ejerce de ermitano como yo, aunque no creo que disfrute del placer de cartearse con alguien que quiere matarle. Es verdad que lleva viviendo en Roquedal una pila de anos y conoce al dedillo el laberinto de sus leyendas, pero yo escatimo nuestros encuentros, porque ya sabe usted que no me interesa el pasado de nadie y no veo de que otra cosa podria hablar el pobre Manolo. El, no obstante, me aprecia y rastrea mi compania. A veces me lanza guinos de complicidad, una especie de morse de miradas que yo, traductora siempre, vierto como: <>. Y es cierto que con Manolo se puede hablar, y que eso es lo que hago cuando lo veo, pero posee sus defectos de viejo, como todos los viejos. Se que nunca le agrado, por ejemplo, mi parvula aficion a Luis Blasco y a su conversacion esnob, aunque comprendia que ahi tenia que callarse y no podia invocar sus consignas, porque yo me ponia de parte de Luis y, si era preciso, lo defendia con tanta vehemencia que terminaba enfadandolo (sospecho, por tanto, que se ha tomado su muerte con el jubilo mal disimulado de quien ve desaparecer un rival). --?Y como va la novela? --indago ayer--. ?Marchando? --Asi, asi. Todavia estoy con la traduccion. Creo que ya te lo dije. --Ah, si, el americano ese...

  • Esclava domestica de Julio Poder

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    Mia.
    Solo un maletero, cuerda y cloroformo.
    Hasta que la muerte nos separe.
    Los barrotes de mi mansion no lo haran.

  • El Regreso de Jake (Juego Cerebral 2) de Jose Miguel Vasquez Gonzalez

    https://gigalibros.com/el-regreso-de-jake-juego-cerebral-2.html

    Sin darse cuenta, a traves del poder adquirido a partir de la extirpacion de un tumor cerebral, el cual le permite cambiar la realidad a traves de su escritura, Peter Mark-Hodges envia a Jake, su hijo de once anos, a una realidad paralela. Su cerebro ha quedado conectado a un mundo onirico, con una fuerza superior que trata de guiar sus pasos, pero se ha convertido en el blanco de varias organizaciones que tratan de manipular su poder. El Gran Conejo Azul, lider del mundo onirico es enviado a la Tierra para tratar de controlar la situacion. En esta segunda entrega de Juego Cerebral, el nino tendra que valerse por si mismo para tratar de reunirse con su padre.

  • El funeral de Lolita de Luna Miguel

    https://gigalibros.com/el-funeral-de-lolita.html

    La esperada primera novela de Luna Miguel, <> (Tua Blesa, El Cultural de El Mundo).

  • El mal camino de Mikel Santiago

    https://gigalibros.com/el-mal-camino.html

    Tras convertirse en un fenomeno internacional con La ultima noche en Tremore Beach, Mikel Santiago se consagra definitivamente como un maestro de la intriga con su segunda novela, aun mas adictiva y llena de suspense que la anterior.

  • La esperada lluvia de Myriam Imedio

    https://gigalibros.com/la-esperada-lluvia.html

    Un secreto milenario, una cuenta atras y un cielo a punto de estallar. Nadie escapara de la tormenta ni de la verdad. No se puede huir del destino.

  • Casi compatibles de Anna Garcia

    https://gigalibros.com/casi-compatibles.html

    Elliott y Rachel no son compatibles porque tienen un pasado muy diferente.
    Elliott y Rachel no son compatibles porque viven en barrios totalmente distintos.
    Elliott y Rachel no son compatibles porque tienen trabajos muy dispares.
    Elliott y Rachel no son compatibles porque sus amigos no tienen nada en comun.
    Elliott y Rachel no son compatibles porque sus hobbies no tienen nada que ver.
    Elliott y Rachel no son compatibles porque tienen diferentes prioridades en la vida.
    Elliott y Rachel si son compatibles porque los entrometidos de sus amigos asi lo deciden y porque, a veces, un 49% de compatibilidad es suficiente para darse cuenta de lo perfectos que son el uno para el otro.
    Son. Casi compatibles.

  • Camille (Un caso del comandante Camille Verhoeven 4) de Pierre Lemaitre

    https://gigalibros.com/camille-un-caso-del-comandante-camille-verhoeven-4.html

    El final de la tetralogia protagonizada por el comandante Camille Verhoeven, la serie mas apasionante de los ultimos anos, ganadora del prestigioso Dagger Award de novela negra.

  • La paciente silenciosa de Alex Michaelides

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    < thriller perfecto>> (segun A.J. Finn, autor de La mujer en la ventana) que esta conmocionando a treinta y siete paises y cuyos derechos han sido comprados para una adaptacion cinematografica producida por Brad Pitt.

  • Desmembrado de Joyce Carol Oates

    https://gigalibros.com/desmembrado.html

    Joyce Carol Oates ahonda en las vidas de ninas y mujeres vulnerables: unas se convierten en victimas, mientras que otras se ven incitadas, por un profundo malestar emocional, a cometer actos violentos contra los demas. En <>, una nina precoz de once anos se sube al Chevrolet azul celeste de un pariente de la familia, un hombre atractivo y misterioso, que la conducira a un destino incierto e imposible de olvidar; en <>, una viuda regresa de manera obsesiva a la casa que antano compartia con su marido, hasta que una invitacion a entrar por parte de los nuevos propietarios adquiere visos amenazadores; en <>,una estudiante universitaria se obsesiona con el caso de una mujer que murio; ahogada o fue asesinad