• amenaza bajo el mar clive cussler - Clive Cussler

    https://gigalibros.com/amenaza-bajo-el-mar.html

    En 1859 se produce el naufragio de un barco britanico que transporta condenados a Australia. Dos de los supervivientes consiguen llegar a una isla desierta donde descubren una mina de diamantes. Este hecho dara lugar a la fundacion de un imperio familiar dirigido por Arthur Dorsett y sus tres hijas. Una de estas, Maeve, se ha apartado de su familia y alterna su profesion de biologa con trabajos como guia cientifica de cruceros por la Antartida. Durante uno de estos viajes, un grupo de turistas muere repentinamente por causas misteriosas y la propia Maeve, junto a unos pocos, es rescatada por Dirk Pitt. A partir de entonces las investigaciones de Pitt pondran al descubierto una monstruosa trama de ambicion y codicia cuyo epicentro se halla precisamente en las minas de diamante de la familia Dorsett.

  • AMENAZA BAJO EL MAR (SERIE DIRK PITT 13) - Casa del ...

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  • AMENAZA BAJO EL MAR - CUSSLER CLIVE

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    En 1859 se produce el naufragio de un barco británico que transporta condenados a Austalia. Dos de los supervivientes consiguen llegar a una isla desierta, ...

  • Amenaza bajo el mar - Libro de Clive Cussler - Lecturalia

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    Resumen y sinópsis de Amenaza bajo el mar de Clive Cussler. En 1859 se produce el naufragio de un barco británico que transporta condenados a Australia.

  • AMENAZA BAJO EL MAR, CLIVE CUSSLER - Sopa de Libros

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    En 1859 se produce el naufragio de un barco británico que transporta condenados a Austalia. Dos de los supervivientes consiguen llegar a una isla desierta,.

  • Amenaza bajo el mar - Wikipedia, la enciclopedia libre

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    Amenaza bajo el mar es una novela de Clive Cussler, publicada en 1996. Es la aventura número 13 protagonizada por Dirk Pitt. El título original en inglés es ...

  • AMENAZA BAJO EL MAR - LAIE

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  • Amenaza bajo el Mar - Bazar del TBO

    http://bazardeltebeo.com/gl/novela-extranjera/237-amenaza-bajo-el-mar.html

    Libros>Literatura>Novela Extranjera>Amenaza bajo el Mar. Amenaza bajo el Mar ... Autor: Clive Cussler. Editorial: Plaza & Janés. Año: 1997.

  • AMENAZA BAJO EL MAR (DIRK PITT 13) - CLIVE CUSSLER

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  • Laberinto de espias (Jack Bale 1) de Simon Wade

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    Una operacion de rescate que termina en tragedia.
    Un topo en lo mas alto de los servicios secretos.
    Una terrorista sin escrupulos de vuelta de la muerte.

  • Mercurio retrogrado de Elsa Tablac

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    No, yo no voy a cenar. Pero tu come tranquila, faltaria mas. El tipo exhibio otra vez su sonrisa blanca y perfecta y acto seguido dio un nuevo sorbo a su agua con gas. Pestanee varias veces, navegando entre la inercia y la incredulidad. ?En serio me estaba pasando esto? --?No vas a comer nada? --insisti sutilmente--. Crei que cenariamos algo. Quiero decir, por la hora que es... Mire mi reloj, aunque sabia perfectamente que hora era: !la hora de huir de aquella cita decepcionante! --No quiero romper mi ayuno --contesto el, imitando mi gesto y echando un vistazo a su reloj. --Tu ayuno. --Ayuno intermitente. Raul --o al menos asi se suponia que se llamaba, no me habia ensenado ninguna identificacion-- se dio unos golpecitos en los abdominales. Aguce el oido, casi se podia escuchar el acero que habia debajo de aquella camisa. De repente lo del ayuno tenia cierta logica. Ese cuerpazo moldeado por el crossfit debia someterse a unas dinamicas mas o menos estrictas. Y la dosis de carbohidratos que yo estaba engullendo en su presencia no estaba entre ellas seguro. --Quiero quitarme pronto los dos kilos extra de las vacaciones --dijo. Se senalo el labio. --Tienes… mayonesa. Horrorizada, eche mano de la servilleta, golpeando de paso mi copa de vino, que acabo desparramada por la mesa. !Hola! Mi nombre es Miranda Tuna y me pillas en medio de la cita mas desastrosa del ano; buscando ya la salida de emergencia con la mirada. La verdad es que en lo profesional no puedo quejarme; dirijo una de las revistas de cotilleo mas vendidas del pais: ALOHA. Y eso, teniendo en cuenta que a estas alturas del siglo veintiuno las revistas en papel son practicamente un muerto que se acumula en cafeterias y peluquerias, es todo un logro. Otro tema es el asunto masculino que, sorprendentemente, no se me da tan bien como cabria esperar. Asi que ahi estaba esa noche en un animado bar de copas cercano a la Gran Via, acompanada del tal Raul, alias "el crossfitero", mientras un pequeno reguero de mayonesa se escapaba entre mis labios. Estaba descolocada, esa es la verdad; y obviamente ya habia tachado el nombre de aquel chico de mi lista en el momento en que se nego a pedir algo de cenar y me dejo a mi sola delante de un delicioso taco mexicano. !Pero es que tenia hambre! Una copa de vino y un taco era todo lo que necesitaba para reconducir mi dia despues de una intensa jornada en la redaccion de la revista. Solo a mi se me ocurre tener una cita despues del trabajo con un hombre que ni siquiera tiene la decencia de acompanarme en una cena rapida y se limita a pedir un agua con gas y a senalar que una salsa resbala por mi cara. Era atractivo, si, y tenia un cuerpo de escandalo, pero como dice mi madre, "acababa de volcarme el guiso". Engulli el resto del taco en dos bocados y me limpie con la servilleta sin pensar mucho en la destruccion del pintalabios. --He de irme --le anuncie. --?Como? --Estoy muerta de cansancio, ha sido un dia muy largo. Se callo, consciente de que en el fondo el tampoco queria alargar aquella cita sin sentido. --Solo hace media hora que hemos llegado --me dijo. Levante el dedo para llamar la atencion del camarero. Nos trajo la cuenta y observe, perpleja, como mi acompanante no hacia ni el mas minimo gesto de echar mano de su cartera. Creo que mi cara me delato. --?Te importa? --inquirio--. Solo he pedido un agua con gas. Yo solo queria salir de alli. --Claro, no te preocupes. Hoy pago yo --dije. Hoy. No habria ningun otro dia, y ambos lo sabiamos. Pague la cuenta (el taco, la copa de vino derramada y el agua con gas del crossfitero) y sali del local. El me dijo que iba al bano, pero no lo espere. Me largue de alli a la francesa, sin despedirme. ?Para que? Tengo tantas citas insulsas con desconocidos a mis espaldas que, la verdad, me daba permiso a mi misma para ahorrarme ciertas despedidas que no conducirian a ningun sitio. Empece a andar a toda prisa, como si me hubiese ido sin pagar. Pense en parar un taxi, llegar a casa y sumergirme un buen rato en la banera; pero cuando me di cuenta ya habia caminado unos veinte minutos a pesar de que no llevaba los zapatos mas comodos del mundo. Me habia detenido en un semaforo mas tiempo de la cuenta y habia borrado de mi movil las cuatro aplicaciones que habia estado usando en el ultimo ano para ligar. Se acabaron las apps, pense. Desisto. Ha sido entretenido, interesante a ratos, pero lo que busco o, mas bien, lo que me gustaria encontrar sin necesidad de buscarlo, no esta tras la pantalla del telefono. Realmente no se donde esta, pero yo ya habia tomado una de mis decisiones categoricas y repentinas. Se habian acabado las citas con desconocidos. Y en el mismo momento en el que me senti plenamente liberada de esa extrana carga autoimpuesta levante la vista y lo vi. Era alto, tendria mas o menos mi edad, unos cuarenta anos. La piel demasiado bronceada para nuestra ciudad sin mar, la mirada azul, dura y concentrada en algun punto fijo sobre mi hombro. Lo supe porque el corazon me dio un vuelco. El estaba esperando en la otra acera a que el hombrecillo verde apareciese. Es decir, lo normal seria que nos cruzasemos en ese paso de cebra, con suerte nos observariamos mutuamente durante unas decimas de segundo y no nos volveriamos a ver jamas. Asi son la mayoria de encuentros fugaces en la ciudad. Ese dia, sin embargo, mi cuerpo, o tal vez mis zapatos se rebelaron. El apuesto desconocido y yo nos cruzamos en el asfalto, y mientras me acercaba a su hombro izquierdo me dije a mi misma: si me mira, me dare la vuelta y caminare tras el. "Caminare en la misma direccion que el" es una manera sutil de referirse a "lo perseguire". Y eso sucedio. Nos cruzamos, nos miramos como si estuviesemos solos en el centro de la ciudad y reconociesemos a alguien de nuestra misma especie en un Arca de Noe. Deje pasar unos segundos, me gire y camine tras el. Es absurdo, lo se. Pero lo hice. Me convenci a mi misma mientras aligeraba el paso con algunas excusas banales: Tomatelo como un poco de ejercicio extra, Miranda: te sienta muy bien dar paseos largos. La cita ha acabado antes de lo previsto, aun es pronto. Jamas has hecho eso… seguir a un desconocido por la calle, !puede ser excitante! ?Donde ira? Lo dicho, me gire sobre mis tacones y camine tras el apuesto moreno a cierta distancia durante unos quince minutos, sin tener la menor idea de quien era ni hacia donde se dirigia. Serpenteamos por las calles del centro y pronto la distancia fisica entre nosotros fue aumentando, hasta que me detuve bruscamente en otro paso de peatones. Un taxi con la luz verde se detuvo a mi lado. ?Que demonios estas haciendo, Miranda Tuna? Levante la mano y el taxista detuvo el coche a mi lado. Abri la puerta trasera y murmure mi direccion. Iba siendo hora de poner punto final a aquel dia infame. Me fui a casa. Y sin embargo, resulta que ni en casa puede estar una tranquila. Abri la puerta y segui el pequeno circuito de rituales cotidianos con los que me encuentro todas las noches al llegar (si, has leido bien: solo voy a casa a dormir), abrir la nevera, dar un trago del tetra brik de leche de la nevera, descalzarme, coger los zapatos y llevarlos hasta mi armario. Y justo entonces, el ultimo desastre del dia. El estante superior donde estaban perfectamente ordenados la mayoria de mis preciados zapatos se partio por arte de magia. Todos los zapatos cayeron encima de mi. Me llovieron los tacones y las plataformas. ?Te imaginas una muerte mas ridicula? Murio sola en casa, aplastada por su propia coleccion de zapatos; y por supuesto, posteriormente fue devorada por su gata. Tras unos segundos de aturdimiento, consegui ponerme de nuevo en pie. Unas plataformas de Prada habian aterrizado sobre mi frente, provocando una pequena herida. Pero en fin… !Sorpresa! Seguia viva

  • El secreto del Area 51 (La pandilla UFO 2) de Israel Moreno

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  • Deseo de venganza de Esperanza Riscart

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    Una novela de romance y suspense en la que todo es posible.
    Cuando el amor aparece en la vida de Alexander sus deseos de venganza se veran relegados a un segundo plano pero… ?Cuanto se puede dar por amor?

  • Mi ultimo recuerdo, Christian Martins de Christian Martins

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  • La ciudad de la lluvia de Alfonso Del Rio

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    En el Bilbao de principios de los anos ochenta, tres misteriosas muertes uniran los destinos de varios personajes sin conexion aparente. Alain Lara, un joven y prometedor jugador del Athletic, descubre una vieja fotografia de los anos cuarenta que su abuelo Rodrigo habia mantenido siempre oculta. De todos los personajes que aparecen en ella Alain reconoce a su abuelo, junto a un tambien joven Ignacio Aberasturi, el gran empresario bilbaino y actual candidato a la presidencia del Banco del Norte. La repentina y extrana coincidente desaparicion de ambos, junto con otros sucesos, lo llevara a una investigacion que se remontara a un pasado oculto.
    En un intento por entender lo que sucede, Alain contactara con Maria, la hija y heredera del imperio Aberasturi, y junto a ella tejeran los hilos del pasado que unieron a sus familias en los anos del Berlin nazi, en busca de respuestas. Pero lo que obtendran seran mas preguntas, mas dudas, mas sospechas.
    ?Que pudo unir hace mas de cuarenta anos a estos dos hombres cuyas vidas nunca mas volvieron a cruzarse? ?Quienes son los demas personajes que aparecen retratados junto a ellos? ?Quien y por que anda detras de ellos?
    La ciudad de la lluvia es un thriller que reune lo mejor y lo peor que anida en el ser humano. Es una historia sobre el poder magnetico de la ambicion, el amor y la complicidad entre las personas, y que nos muestra que la cara oculta que todos tenemos no puede permanecer indefinidamente en la sombra.

  • El Tesoro del Diablo de Victor Toth

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    Cansado de su extenuante trabajo en las cosechas, un hombre decide partir en busca de una leyenda, el tesoro perdido de los antiguos pobladores. La riqueza es inmensa, pero el precio a pagar es demasiado alto.

  • Uno siempre cambia al amor de su vida de Amalia Andrade Arango

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    Cambiar no es una renuncia sino una promesa, nos dice la autora. Porque si algo no funciona, SIEMPRE habra un nuevo amor o una nueva vida. Amalia se enfrenta a un corazon roto. ?el suyo? Con una mirada positiva, energica y con toques de humor, construye un kit de primeros auxilios absolutamente interactivo: muy util para combatir el desamor a traves de reflexiones, consejos, recetas y montones de listas e ideas ingeniosas capaces de transformar una experiencia negativa en una fuerza liberadora. Porque en el amor y en el desamor nunca estamos solos.

  • El reto mas dificil de Lory Squire

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    Las chicas duras no se enamoran de los ninos guapos… ?O si?

  • Mariela de Yolanda Guerrero

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    Esta historia apasionada, epica e inolvidable nos habla de como la vida y el amor se abren paso incluso en la oscuridad de la mayor de las tragedias.

  • Ayantek de Miriam Jimenez Iriarte

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    A pesar de descender de muchas generaciones de Bendecidos, Kora no logra despertar el Don. Es la hija del director de la escuela de sanacion de Avacornis y, cuando su padre muera, se vera obligada a vivir en el barrio de los Durmientes, el estrato mas bajo de la sociedad.

  • El fuego invisible de Javier Sierra

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    David Salas, un prometedor linguista del Trinity Collage de Dublin, se encuentra, despues de aterrizar en Madrid para pasar sus vacaciones, con Victoria Goodman, una vieja amiga de sus abuelos y con su joven ayudante, una misteriosa historiadora del arte. Ese hecho trastocara sus planes y lo empujara a una sorprendente carrera por averiguar que ha sucedido con una de los alumnos de la escuela de literatura que regenta lady Goodman. Para su sorpresa, la clave parece esconderse en el mito del grial y su vinculacion con Espana. Remotas iglesias romanicas de los Pirineos, colecciones de arte en Barcelona, libros antiguos y extranos codigos en piedra se alinean en una trama llena de intriga que nos hara pensar sobre el origen de toda inspiracion, literatura y arte verdaderos.

  • Dejaras La Tierra de Renato Cisneros

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    Un silencio antiguo sello durante doscientos anos el misterio de una familia demasiado parecida a las tragedias y ambiciones de un pais como Peru. Patriarcas decolorados, mujeres sacudiendose el peso de su tiempo; personas, al fin y al cabo, que han sido rescatadas en este libro para redimensionar la historia. Esta novela nos recuerda que las familias estan hechas de todo lo que se ocultan y que solo una prosa capaz de atravesar lo visible y lo soterrado puede rastrear el cauce de eso que llamamos identidad.
    Si la voluntad de forjarse una estrella propia llevo a Renato Cisneros a escribir La distancia que nos separa, lo que nos entrega en Dejaras la tierra es, al mismo tiempo, el cierre de aquella historia y la confirmacion de un narrador capaz de ver el precipicio y dar un paso mas.

  • En tu vientre de Jose Luis Peixoto

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    El autor revelacion de las letras portuguesas firma una reflexion sobre la maternidad, una obra feminista de gran riqueza literaria y profunda carga emocional.

  • Solo he sido feliz a tu lado de Sophie Saint Rose

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    Mathew acaricio la espalda de Ingrid que sentada en la cama se estaba poniendo las medias. --No pongas esa cara. --Es pensar lo que opinaran los chicos y me pongo de los nervios. --Le miro de reojo. --Y Aaron. --Gimio llevandose la mano a la frente. --Esto es una locura. Cogio su barbilla e hizo que levantara su rostro hacia el. Apreto los labios al ver en sus preciosos ojos azules que estaba a punto de echarse atras y no podia consentirlo. No podia perderla de nuevo. Llevaban diez anos separados y por fin habian limado asperezas. Habian conseguido entenderse y no pensaba consentir que nadie se interpusiera en su camino. --Te quiero. Te he querido media vida. Ingrid sonrio acariciando su rostro. --Y yo a ti, mi amor. Pero tenemos ya una edad... --?Edad? Cuando se ama la edad no importa. Y tu estas hecha una jovencita. --Carino, que nuestra hija pequena tiene veintiseis anos. Le guino un ojo. --Y es casi tan lista como yo. Ella agacho la mirada. --Lo paso muy mal con el divorcio. Era la unica que aun vivia conmigo y... --Eh... es nuestra vida. Samantha lo comprendera. Ingrid se mordio el labio inferior porque la conocia muy bien y le iba a sentar como un tiro. No porque no quisiera que fueran felices, sino porque temeria que todo se torciera de nuevo y volvieran a perder la pequena tregua que habian conseguido tras diez anos de discusiones. -- Solo prometeme una cosa. --Lo que quieras. --Dejame hablar a mi con ella primero. --Mathew apreto los labios como hacia su hija cuando algo no le gustaba demasiado y vio en sus ojos verdes que estaba a punto de protestar. -- Si se lo decimos juntos van a saltar fuegos artificiales porque teneis el mismo caracter. El acaricio su melena rubia hasta llegar a su cuello y la beso suavemente en los labios. -- Muy bien. Habla con ella, pero no dejes que te convenza. --Mathew suspiro levantandose y se paso las manos por su cabello negro que empezaba a tener canas en las patillas, lo que le hacia mas sexy. --Aaron se va a quedar de piedra. --Seamos francos, no le va a sentar bien a nadie. Por Dios, si nos hemos tirado los trastos a la cabeza diez anos --dijo incredula como si no entendiera como habian llegado alli. --Cielo, eso es porque nos queriamos. Si hubieramos sido indiferentes a lo que hacia el otro, ni nos hubieramos hablado y todo nos hubiera dado igual. --Van a creer que estamos locos. --Y lo estamos. Estamos locos el uno por el otro y no pienso estar ni un minuto mas disimulando. Llevamos asi casi un ano. Quiero casarme otra vez contigo, preciosa. Ingrid sonrio ilusionada. Mucho mas ilusionada que la primera vez porque estaba mas enamorada si eso era posible. --Bueno, pues este fin de semana se lo digo. Mathew se acerco, cogio sus manos y la levanto para abrazarla por la cintura. --Perfecto. Y en Navidades la boda. --No, ese sofa no pega ni con cola --dijo a su ayudante descartando ese modelo en la decoracion para el salon de los Connelly. Preocupada se paso la mano por la frente apartando su flequillo rubio--. Dime que me estas tomando el pelo. Quieren algo clasico, Albert. El suspiro y se paso la mano por el puente de la nariz. --Lo siento, Samantha... pero la nina no deja de llorar con los colicos y casi no pego ojo. --Vete a casa. --Se sento en su sillon molesta fulminandole con sus ojos verdes. --No, no... Me quedo que estoy buscando el aparador del hall que me pediste y... --Asi no me sirves para nada. Vete a casa y descansa. O mejor, vete a dormir a un hotel. Albert rio por lo bajo. --?Hablas en serio? --Mira, tengo que hacer esta presentacion el lunes. No quiero que pienses que soy insensible con tu situacion, pero si no me gano a estos clientes mi despacho va a durar menos abierto de lo que duraria un caramelo ante la puerta de un colegio. Son gente de pasta que es lo que necesito y conocen a muchisima gente que pueden proporcionar buenos ingresos en el futuro. !Asi que te aconsejo que si quieres conservar el trabajo y si quieres que esto despegue para asegurarlo, ya puedes ir poniendote las pilas por mucho que llore tu nina! !Ayer no dormi para terminar el diseno del dormitorio y tu solo tenias que buscar un punetero sofa! Albert se sonrojo. --Lo siento, Samantha. Suspiro tirando el lapiz sobre la mesa. --Vete a casa, te vere el lunes. Ya lo terminare yo. Su ayudante apreto los labios y salio del despacho en silencio. Samantha juro por lo bajo mirando el sofa que era realmente horrible. Se notaba que lo habia buscado sin ninguna gana. Necesitaban exclusividad. Se mordio el labio inferior cogiendo el raton para pinchar en su pagina favorita, rezando para que hubieran traido algo nuevo cuando le sono su movil. Al ver que era su madre lo cogio distraida. --Mama, estoy trabajando. --?Estas reunida con algun cliente? --?Cliente? Eso seria casi un milagro. Estoy con un diseno. --?Vienes a cenar a casa? --Mama, tengo que terminar esto. Esperan una presentacion el lunes y... --Tenemos que hablar. La frase fatidica le hizo entrecerrar los ojos. --?Que pasa? ?Es David? --Tu hermano esta bien. Pero me gustaria contarte algo importante. --?Como de importante? --?Vas a venir o no? --pregunto levantando la voz. Sorprendida miro el telefono. --Vale. --Su madre suspiro como si estuviera aliviada. -- Mama, ?estas bien? ?No estaras enferma? --pregunto preocupada levantandose--. Voy para alla. --No estoy enferma, cielo --dijo con carino. --Menos mal, por un momento me he mosqueado. ?Por que no me lo cuentas por telefono? --Prefiero decirtelo cara a cara. --Estas muy misteriosa. --Bufo mirando los disenos desperdigados sobre la mesa. --Esta bien, cenare contigo. --De repente se enderezo. --Esto no sera otra encerrona para que conozca a un hombre, ?no? Mira que si es eso me voy a cabrear. --No, hija. Nada de encerronas. --Menos mal, porque ya he pasado cinco veces por eso y esta vez no seria tan amable con todo lo que tengo que hacer. Su madre se echo a reir. --?Amable? Cielo, al ultimo le plantaste antes de que llegara el primer plato. --Es que no hablaba, mama. Lo decia yo todo --dijo exasperada--. Menudo aburrimiento de vida.--Pues he tenido que cambiar de dentista porque me miraba con rencor. --Tu te lo buscaste por meter la nariz donde no te llama nadie. No me busques mas citas, te lo he dicho mil veces. --Te aseguro que despues de lo del dentista he aprendido la leccion. --Pues mira, de algo ha servido. Te veo en un par de horas, ?vale? --Iba a colgar cuando dijo rapidamente --Mama, ?tienes bizcocho? Su madre se echo a reir. --Te hare uno. Gimio de gusto. --Te quiero. Mi trasero no te lo agradece tanto como mi estomago, pero te quiero. Ingrid riendo colgo el telefono y lo dejo sobre la encimera de la cocina mirando los dos bizcochos, las pastas y la lasana que estaba a punto de meter en el horno. No sabia donde lo metia, pero si su hija estaba mas relajada cuando comia la iba a inflar. --Uy, el pan de ajo... Vio como devoraba la lasana como si no hubiera comido en una semana y fruncio el ceno. -- Hija, ?te alimentas bien? Estas mas delgada. --Esto esta buenisimo --dijo con la boca llena antes de cortar otro pedazo --. Me alimento a base de pizzas congeladas. La miro con horror. --Hija, tienes que alimentarte mejor. ?Que ocurre? ?El negocio no va bien?--Eso es decir poco. Me lo gasto casi todo en alquileres. Entre la casa y la oficina casi no llego. --Si necesitas dinero... Su orgullosa hija la miro fijamente dejando de masticar. --No necesito nada, mama. Suspiro sirviendole mas agua. --Papa podria echarte una mano. --Pienso hacerlo sola. Ya me habeis ayudado bastante. --Puede presentarte clientes. --Claro, voy a tirar de sus amigos para que me contraten por compromiso. Quiero salir adelante por mi misma como los demas. Ingrid apreto los labios. --Aaron y David lo han tenido mas facil. Han aprendido del mejor. Gruno metiendose el ultimo pedazo de lasana en la boca y cuando mastico levanto una de sus cejas rubias. --Mama, estoy encantada con este banquete que has preparado, ?pero no tenias algo importante que contarme? Llevo aqui una hora y todavia no has soltado palabra. La verdad es que estoy intrigada. Ingrid se puso nerviosa. --?No quieres mas? Ya lo se. He hecho tarta de manzana y... Samantha entrecerro los ojos. --?Que pasa, mama? --Al ver que forzaba una sonrisa y que parecia realmente preocupada se mosqueo. --Mama, ?no me habras mentido? Me dijiste que ese catarro... --Estoy totalmente curada, cielo. Suspiro del alivio. --?Quieres soltarlo de una vez? Forzo una sonrisa de una manera que parecia una loca peligrosa. --Sabes que hay momentos en la vida que... No, mejor empiezo de otra manera. --Samantha entrecerro los ojos. --La vida puede darte sorpresas. A veces son agradables y a veces no tan agradables. Pero no todas las que en principio parecen desagradables lo son del todo. Solo hay que ver el lado bueno. --Dios mio, sabia que ese profesor de yoga iba a liarte con sus paranoias. --Que no, que Fruido no tiene nada que ver en esto.

  • Mi vida K-Drama de Alissa Bronte

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    Un lunes mas. No, ya nunca seria un lunes mas. Lola llegaba a la oficina con una gran sonrisa en la cara, habia pasado un inolvidable fin de semana en compania de German. Al principio penso que era un error por eso de donde tengas la olla no metas la..., pero ahora estaba contenta con la decision. Aunque nunca habia querido tener una relacion con un companero de trabajo, la verdad era que sentia que estaba enamorada. En una nube. Casi como si sus pies pudieran flotar, pero ?como no sentirse asi si acababa de empezar, hacia poco mas de un par de meses, una relacion que iba viento en popa? Y, para aumentar mas su felicidad, el viernes habian anunciado que el iba a ser ascendido. Y eso era algo muy bueno porque las oportunidades en su empresa no eran muchas, menos en el departamento de contabilidad. Asi que pasar de ser uno mas al jefe de equipo era un logro que no estaba al alcance de cualquiera. Y lo habian celebrado por todo lo alto. En las nubes andaba cuando llego a la oficina y se dio cuenta del revuelo. Estaba claro que algo gordo habia pasado porque todos sus companeros, por lo general con el modo estatua en on, estaban revolucionados y no dejaban de cuchichear en corrillos repartidos por toda la oficina. Se acerco a uno de los grupos, no lo eligio por nada en especial, ya que no tenia relacion con ningun otro empleado mas alla de un <> o un <>, para ver si lograba enterarse de algo. --Buenos dias, ?ha pasado algo interesante? --pregunto, dando un sorbo al cafe que habia sacado de la maquina de la planta de abajo. --Buenos dias, Lola. Si, ha pasado esto --respondio un joven de aspecto desalinado y gafas redondeadas y sucias. --?Eso? ?Que es? Parece una invitacion de boda --anadio, mirando la cartulina que sostenia entre las manos. --!Bingo! --afirmo otro de los chicos a la vez que la senalaba con las manos formando pistolas imaginarias. ?De verdad habia hecho eso? Lola no entendia por que la invitacion de boda de alguien podria ser la causa de ese alboroto. --?Quien se casa? --pregunto con curiosidad, observandola. --Miralo tu misma --dijo una de las chicas del corrillo que llevaba poco tiempo en la empresa, y de la que no sabia ni el nombre, dandole la invitacion--. Vas a alucinar --anadio mas tension y curiosidad a la que ya sentia. --!Menudo braguetazo! Que calladito se lo tenia... --Ahora entiendo todo. --Estaba claro que algo habia detras... Los comentarios de sus companeros no paraban y la curiosidad por saber quien era el del braguetazo fue tan grande que abrio la invitacion de boda, todavia entre sus manos, y la miro con atencion. Era elegante, de un color blanco nacarado y con una cinta de saten gris brillante, con algo parecido a la purpurina, pero sin que se quedara pegada en cualquier lado, que hacia las veces de cierre. Era muy bonita. Saco la invitacion. La verdad era que se esperaba cualquier cosa menos eso. Se quedo sin aire en los pulmones, como si alguien la hubiera pateado en el estomago, y sintio que se mareaba, que perdia la conexion con la realidad. Boqueo con desesperacion, como un pez fuera del agua. Parpadeo para aclarar la vision y alejar todos esos sentimientos que la abrumaban hasta confundirla, y se centro en las letras escritas sobre relieve en la invitacion de boda. No habia dudas, ninguna. El nombre del novio era el puto nombre de <> novio. ?Era una broma de mal gusto? ?Estaban a 28 de diciembre y no se habia enterado? Releyo una vez mas lo que habia escrito en la nota. Como si al hacerlo de nuevo algo fuera a cambiar. --Ahora cuadra lo del ascenso porque todos sabemos que ni lleva aqui el suficiente tiempo ni destaca por su trabajo... --murmuraba uno. --Lo que me ha sorprendido mas es que el jefe nos haya invitado a todos --respondia otro. --Si, pero teniendo en cuenta que es su unica hija es normal que tire la casa por la ventana -- aclaraba otra de sus companeras. Los comentarios no cesaban a su alrededor, era logico porque esa noticia habia sido inesperada, aunque para una mas que para otros. --?Que te parece, Lola? ?Ha pegado o no German el braguetazo de su vida? --le pregunto otro de sus companeros. Pero ella no estaba para escuchar a nadie. Apreto la carta entre las manos y, furiosa como nunca antes, se acerco al puesto de su novio, bueno, no de su novio, del novio de otra al parecer. Coloco las manos sobre el tablero de la mesa con tanta rabia que todo vibro con la misma fuerza que el huracan que se arremolinaba dentro de ella y la hacia temblar. Busco a German por la oficina y vio que salia del despacho del director. Los ojos de este, al encontrarse con los de ella, se abrieron mucho por la sorpresa, pero ?que sorpresa era para el? ?Acaso no sabia lo que habia hecho? La sorprendida era ella. Temiendo lo que llegaria a continuacion, German le hizo un gesto con la mano que tenia libre para que esperara. Ella cruzo los brazos bajo el pecho, para intentar que estos no la traicionaran y que una de sus manos acabara estampada en su atractiva cara. --Si, si, todo me parece perfecto. Luego te llamo, Amanda, tengo un asunto pendiente que cerrar --explico a toda prisa a la mujer, Amanda, con la que hablaba al otro lado. Amanda, como la Amanda de la puta invitacion. Estrujo la tarjeta entre las manos y no pudo evitar pensar que en vez del trozo de cartulina eran sus pelotas las que apretaba hasta dejarselas inservibles. --?En eso me he convertido de repente, German? ?En un asunto pendiente que has de cerrar? --rugio. Queria controlarse, pero no podia, el huracan se habia desatado con fuerza y el ojo estaba justo en su corazon, cegando cualquier otro sentimiento que no fuera la ira. Ni siquiera le importaba que estuvieran en medio de la oficina y que los companeros estuvieran pendientes de todo lo que sucedia entre ellos. --Lola, dejame explicartelo. Tranquilizate, por favor --pidio en voz baja con una calma pasmosa--. Vamos a otro lugar y hablemos de ello --ordeno, tomandola por la muneca y arrastrandola para llevarla a otra zona. --?Que me vas a explicar? --bramo, pegando un fuerte tiron de la mano y parandose con firmeza; no estaba dispuesta a dar un paso mas--. ?El hecho de que me entero por esto -- mascullo, tirandole a la cara la invitacion-- que el que era mi novio hasta ayer se va a casar con otra? Ah, no, espera, que resulta que <> era yo --escupio, enfadada. Nunca, jamas, habia sentido un odio tan fuerte por nadie. Tras sus palabras, los murmullos lejos de apagarse cobraron intensidad. Eran la atraccion del dia y, sin verlos, podia imaginarse a todos sus companeros con las palomitas recien hechas sentados con comodidad para ver la pelicula que, de manera inesperada, iban a disfrutar a costa de ella. --?No has visto las llamadas perdidas? --interrogo bajando la voz, como si fuera lo importante en esa situacion--. Ademas, no es necesaria esa actitud tuya amenazante --anadio, molesto. Lola escuchaba sus palabras, pero no las llegaba a asimilar, ?estaba mosqueado? ?Encima? --!?Que cono esperas?! ?Que me ofrezca a acompanarte al altar? --pregunto, mirandolo con toda la fuerza de la ira que burbujeaba en sus venas, rezando por ser capaz de lanzarle rayos laser con los ojos y fulminarlo alli mismo. Si no era una broma..., iba a arder Troya. --Vamos, Lola. No ha pasado nada entre nosotros para que estes tan indignada. Ademas, nunca quise enganarte, pero aquella noche te me insinuaste y yo me deje llevar y luego..., luego no supe como explicarte que estaba en una relacion y que tenia fecha de boda y... --trato de explicarle en voz baja. Lola abrio la boca tanto que le hubiera cabido dentro un paquete de Amazon. ?En serio le echaba la culpa a ella delante de todos? ?Insinuaba que ella lo habia seducido? ?Estaba de cona? --!Seras cabron! --grito sin reparar donde estaba ni quienes podian oirla--. ?Que me insinue? ?Que te dejaste llevar? Que te has dejado llevar, ?por los dos ultimos meses? !Seras hijo de puta! --Lola, guarda la compostura, nos estan mirando todos --suplico. --?Y que cono me importa? ?Crees, de verdad, que en este puto momento de mi vida me importa algo que nos escuchen? ?Como has podido, German? !Como! Me enganaste, me hiciste creer que te importaba, que me querias, que significaba algo para ti... y resulta, resulta... --se detuvo para soltar una carcajada histerica--, resulta que yo era la otra. !Era la otra! ?Y todavia me pides que me tranquilice? ?En que mundo vives, en el de Yupi, gilipollas? --Lola, no sigas por ese camino o me voy a ver obligado a... --?A que? --pregunto, amenazante. --A denunciarte... por calumnias --balbuceo. Y aquello fue la gota que colmo el vaso, rompio a reir a carcajadas que se parecian mas a los alaridos de una persona fuera de si que a una risa normal, pero estaba a punto de enloquecer. --?Me vas a denunciar por calumnias? ?Y por lo del sabado, German? ?Vas a decir que abuse sexualmente de ti? !Vamos a celebrarlo con las piernas en alto! Ah, no, espera, <>, solo que me confundi... --espeto tan enfadada que podia prender fuego con tocarlo. --!German! !Lola! ?Que demonios sucede? ?Por que estan discutiendo? --inquirio su jefe, que, alterado por el revuelo que se intuia tras los cristales de su despacho, salio de su oficina. --Senor Ramirez --llamo dirigiendose a su jefe--, no se meta, por favor. Esto no va con usted --pidio al hombre. No le tenia ningun aprecio, la verdad, pero tenia ya unos anos y lo ultimo que queria era que le diera un sincope por su culpa. De hecho, agradecia que la oficina de este estuviera insonorizada y no fuera consciente del tema que trataban. --Lola, ?como que no va conmigo? ?Acaso quiere que, aparte de la invitacion de boda de mi hija, le llegue una carta de despido? --amenazo, iracundo. Esas palabras la remataron, miro a German, despues se acerco hasta el lugar donde la tarjeta habia caido cuando la lanzo, miro otra vez el nombre de la tarjeta para comprobar que, efectivamente, era la hija de su jefe. Como si no hubiera estado claro, como si su mente hubiera querido negar la realidad. --?En serio, German? --interpelo--. ?Te vas a casar con la hija del jefe y todavia me buscaste el sabado para celebrar tu ascenso? Aunque, claro, tambien estabas celebrando tu despedida de soltero privada a mi costa, cabron. --Senorita Salazar, ?de que esta hablando? --pregunto Ramirez al darse cuenta de que no era una discusion laboral. --Que se lo explique su futuro yerno, senor. Yo dimito --afirmo con rotundidad --. !Dimito, jefe! Ninguno de los dos me va a despedir, la que se va soy yo. ?Me oyes, German? Dimito de todo, de esta mierda de empresa y de esta mierda de... relacion --bufo, senalando de uno al otro --. Ojala cuando lo descubra todo Amada, te... <> a la mierda. !Gilipollas! --!Lola! --grito su jefe con la cara roja como un tomate, como si le fuera a dar un infarto o algo similar--. !A mi despacho! !Ahora! Asi habia resultado su lunes; ya no era un buen lunes. Dio la espalda a su jefe, se acerco hasta la que habia sido su mesa los ultimos cinco anos y se esforzo por no derramar ni una sola lagrima por German, ni por el trabajo que abandonaba para no regresar jamas. Todos sus companeros la miraban en silencio, era incomodo verlos y no escucharlos, parecian maniquies baratos amontonados. Podia ver sus pensamientos brotando como setas de sus cabezas y sus miradas iban desde la lastima hasta la indiferencia pasando por la satisfaccion. Pero le daba igual, en ese momento, solo podia sentir la tormenta que no perdia intensidad en su interior y sabia que corria el peligro de quedar destrozada si no la frenaba. Y el no merecia la pena. Nadie que enganara a la persona a la que se suponia queria merecia la pena. Dejo la oficina con cinco anos de su vida metidos en el bolso. En unas horas estaria triste, lo estaria en ese instante en el que se diera cuenta de que sus mejores anos los habia desperdiciado en ese lugar, que se habia hecho ilusiones de futuro con un impresentable que no habia tenido las pelotas suficientes de decirle que ya estaba en una relacion con la hija del jefe y, a cambio, ?que habia ganado? Nada bueno: una talla mas. Lo mas triste era que ni siquiera iba a echar de menos a los companeros, porque eran solo eso, companeros de oficina, ningun amigo, ninguno con el que tuviera una relacion mas estrecha. Volvia a estar sola. Volvia a tener que empezar de cero. Capitulo 1 Tres meses despues... Era el tercer k-drama que veia esa semana, estaban siendo su sanacion. No tenia ni idea de como no los habia descubierto antes, ?que habia estado haciendo con su vida hasta ese momento? <>, grito una vocecilla impertinente en su cabeza, aunque en las ultimas semanas la habia estado escuchando mas de la cuenta. Se limpio las lagrimas a la vez que dejaba escapar un suspiro de la emocion, ?como podia haber historias tan bonitas? ?Como podia haber hombres tan atractivos? Habia echado numeros, era lo suyo, y el tanto por ciento de tios buenos por cada millon de habitantes que habia en Corea del Sur era desorbitado. Habia estado a punto, varias veces, de escribir a la reina Letizia y pedirle que hiciera una ley en la que fuera obligatoria la crianza de los ninos a base de algas y arroz, porque, vamos, lo de Corea del Sur no era normal, no lo era... o, tal vez, la que no lo era, era ella. Se levanto a por otra tarrina de helado, ?cuantas llevaba ese dia? Y se puso a husmear entre la lista de series para ver cual atacaba en ese instante, le apetecia una de accion, y dudaba entre City Hunter o Healer. En ello estaba cuando el telefono sono. Le parecio muy raro porque nunca nadie la llamaba. Pero ahi estaba su telefono fijo, al que tenia por lo general criando malvas, sonando con ese timbre estridente que le hacia rechinar los dientes. ?Para que lo tenia? Nadie usaba ya los fijos, bueno, ella si. Se levanto en plan zombi y, al pasar frente al espejo que colgaba en una de las paredes de la habitacion, miro de reojo y no pudo creer lo que vio: !estaba horrible! Mejor no le hacia caso y cogia el telefono para que dejara de sonar. --?Si? --pregunto con la voz pastosa y extranada al ver un numero muy raro. --?Lola? --interrogo a su vez la voz al otro lado, una que no reconocio. --Si, soy yo. ?Quien es? --!Sorpresa! !Soy yo! --?Eres tu? ?Y quien eres tu? --volvio a indagar, hastiada y cabreada porque una loca la habia interrumpido y, en esos momentos, no tenia tiempo para nada mas que para revolcarse en su miseria como un cerdo en el barro. --!Joder! ?En serio? ?Me voy a vivir fuera y ya no sabes quien soy? !Soy Sonia! !Tu prima Sonia! --?Sonia? !Que sorpresa! ?Que demonios te pasa en la voz? No te he reconocido --aclaro a la vez que regresaba al sofa y se sentaba con las piernas cruzadas. --?Como estas? --curioseo. --Pues, la verdad... --dudo, no tenia claro si debia o no decirle la verdad, ?pero para que mentir? Estaban a miles de kilometros de distancia--, es que estoy hecha un puto asco. --?Que ha pasado? --pregunto con un tono de voz mas serio, preocupado. --Pues..., que no me case con un hombre rico como tu --solto sin ocultar que estaba molesta, aunque su prima no tuviera la culpa de nada. --Eso no lo es todo en la vida... --suspiro al otro lado su prima. --Yo creo que si --afirmo, convencida. --Vale, esta bien. Sientate y cuentame todo. --No creo que tengas tanto tiempo... --Abre la puerta, anda --pidio a la vez que el timbre sonaba con insistencia. --!?Que...?! --exclamo sin creerlo. !No podia ser verdad! !Tenia que ser cona! Una coincidencia, nada mas. No podia creer que su prima, despues de dos anos sin apenas saber nada de ella, apareciera justo ahora en su vida, cuando mas la necesitaba, aunque le jodiera reconocerlo. Era hija unica porque habia sido una <>: llego cuando sus padres eran demasiado mayores y sus esperanzas se habian esfumado. Su madre tuvo un embarazo complicado y el parto dejo sus fuerzas mermadas. Lola, en su fuero interno, estaba segura de que su madre nunca se recupero de esa prueba inesperada del destino y que era, de cierta forma, la responsable de su muerte prematura. Tiempo despues, su padre la abandono tambien para unirse al amor de su vida, siempre supo que habia muerto de pena; la echaba de menos hasta limites insospechados y no ayudaba el hecho de que ella se pareciera a su madre como dos gotas de agua. A veces, en la mirada de su padre veia el dolor que la similitud entre ambas le causaba, hasta el punto de que habia dias en que evitaba mirarla a la cara. Y su prima, Sonia, era lo mas parecido a una hermana que habia tenido, pero crecieron y sus caminos se separaron. Sonia se caso con un hombre de negocios de Nueva York que la alejo de ella y eso hizo que el contacto entre ambas se enfriara. Con paso inseguro y el pecho tronando de emociones, se dirigio a la puerta y abrio para encontrarse con su prima, que lucia <>. --!Prima! --exclamo feliz a la vez que la abrazaba con fuerza. Su larga melena, morena, rizada y tan alocada como todo en ella, hacia destacar todavia mas sus redondeados ojos del color de las almendras y su piel... ?morena? ?Donde estaba el color de su piel? Ahora parecia que una fina capa de leche la impregnaba. --?Sonia? ?Eres... eres tu? --susurro porque dudaba que esa mujer de aspecto desconocido fuera su prima. --!Claro, tonta! ?No me ves? ?O es que mi belleza te ha cegado? --pregunto gritando las palabras y sin dejar de dar pequenos saltitos enganchada a su cuello, lo que hizo que sus pechos de silicona rebotaran sobre los de Lola, normales y empezando a acusar el efecto de la gravedad. Al contrario que los suyos, los de su prima permanecerian en su sitio pasara lo que pasara, incluso, estaba segura, podrian servir de anclaje a un barco en plena tormenta y no se moverian. --!Joder! ?Que te has hecho? Apenas pareces tu... Estas muy cambiada. --Estoy estupenda, ?verdad? Esto es la nueva vida. --Estas irreconocible... --admiro sin quitarle la vista de encima. --Si, !gracias a Dios! --suspiro, adentrandose en el apartamento y cerrando la puerta con un delicioso y encantador puntapie. Verla moverse con tanta gracia, con esa cintura de avispa y un cuerpo perfecto en el que todo estaba en su lugar, la hizo sentirse no un cerdo revolcandose en el barro, sino un mamut peludo, torpe y pesado que no tiraba de su cuerpo. No le entraba en la cabeza como era posible que caminase dando esos pasitos cortos con esos altos tacones y como, ademas, lograba que su trasero se contoneara de esa manera que la hizo, de forma involuntaria, ladear la cabeza: hipnotizada por, al parecer, la musica magica que sus perfectos gluteos creaban a cada paso. --?Que te ha pasado? --inquirio, confusa, mientras Sonia se dejaba caer en el sofa con una gracia que, desde luego, no era innata. Lola se pregunto cuantas horas habria pasado estudiando esa caida accidental. --Me ha pasado !el Gangnam style 1! Seul, querida prima, todo eso me ha pasado --grito, feliz.

  • Al dia de Jesus Ruiz Mantilla

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    Si tus hijas te regalan un cuaderno en blanco y eres escritor, debes devolverselo con algo especial. Es un reto que un autor no le desea a cualquiera, pero que le obliga y le exige mas de lo que esta dispuesto a darse a si mismo. Por su cincuenta cumpleanos, Paula y Cristina dejaron a su padre, Jesus Ruiz Mantilla, el autor de este libro, precisamente eso: un cuaderno en blanco. Al cabo de dos anos, el se lo devolvio con poemas y un diario. La poesia era un genero que no se habia atrevido a abordar a fondo antes, mas que en alguna timida tentativa que no habia cuajado. Algo verdaderamente raro en una carrera dedicada al periodismo, la novela y el ensayo. Decidio entremezclarlo con un diario donde refleja el calibre de su atrevimiento. Tambien da notaria de los tiempos convulsos y sus vidas cambiantes, la relacion paternofilial, sus reflexiones literarias, politicas, artisticas, musicales, periodisticas, viajeras. El amor, la amistad, la celebracion de la vida y el temor por los riesgos que entrana la incertidumbre presente en un documento hibrido y transversal que busca hermanar generos y vivencias.

  • El informe Alcatraz de Lisbeth Cavey

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    Briana hereda la fortuna de sus abuelos y la gran casa familiar, sin embargo, no se imagina que en ese mismo momento ha abierto algo que habia permanecido subyacente durante anos.
    Intriga, misterio, secretos, accion y los terrorificos episodios de paralisis del sueno que sufre cada vez con mayor intensidad, la pondran a prueba una y otra vez.
    Ella no estara sola en esta aventura; Aitor Bravo, policia de la comisaria de La Costa y alguien que se debate entre la atraccion y la desconfianza hacia Briana, vivira junto a ella situaciones que le haran aflorar todo tipo de sentimientos.

  • Las flechas de Cupido de Grace Marie March

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    Richard vive cada dia mas volcado en su trabajo, solo su hermana le hacia desconectar de la empresa, pero desde que Marie esta recuperandose de un pequeno accidente, en el cual perdio la memoria, no se han podido reunir igual que hacian antes.
    Tessa trabaja en una cafeteria, para poder llevar adelante los gastos diarios y cuidar de sus hermanas, desde que sus padres fallecieron las cosas han ido cada vez peor, pero si algo tiene claro, es que ya sea en buenos o malos momentos, estaran las tres juntas.

  • Largo petalo de mar de Isabel Allende

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    La fascinante nueva novela de Isabel Allende.

  • Buscando la noche que perdimos de Miguel Ale

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    Fernando, un joven astrofisico hijo de un empresario espanol, decide viajar a Miami desde Barcelona. Para su sorpresa, descubre entre la tripulacion a Mary Wilson, desempenandose como azafata.
    Desde hace tres anos vive en un infierno por haberla perdido, despues de un hecho confuso y violento planeado por una mente siniestra..
    Se amaron con locura apenas se conocieron, pero celos e intereses de una tercera persona inescrupulosa, que no dudaba en eliminar a todo lo que se interpusiera en su camino, hizo que esta bellisima historia de amor no continuara.
    Tras la muerte de su padre en circunstancias poco claras, Mary, unica heredera de una cuantiosa fortuna, es despojada de todo ese capital mediante maniobras mafiosas.
    En este relato en el que se combinan romance, violencia, misterio y aventura, el estilo narrativo es el factor fundamental para llegar a comprender lo mas abnegado y despiadado que puede anidar en la mente y el corazon de sus protagonistas

  • El ultimo verano de Ricarda Huch

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    Corre el ano 1906, y el gobernador de San Petersburgo, Yegor Rasimkara, ha cerrado la universidad a raiz de las protestas estudiantiles y se ha refugiado en su casa de campo, donde pretende proteger a su familia y a si mismo de las amenazas de muerte. Todo es en vano, porque el hombre que su esposa ha elegido para que vele por su seguridad esta conspirando a sus espaldas. Capaz de ganarse la confianza, la admiracion e incluso el amor de los miembros de la familia,?llegara a cumplir la mision que tiene encomendada?
    Brillante y premonitorio, este clasico de la literatura es, como apunta Cecilia Dreymuller en su revelador prologo, una joya entre las novelas historicas, que puede leerse tambien como una novela policiaca, llena de presagios. Ricarda Huch se descubre como una escritora de caracteres a la altura de Dostoievski.

  • Ahora que ya bailas de Miguel Gane

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    El nuevo poemario del autor de Con tal de verte volar, Miguel Gane.

  • La Sonrisa Eterna (La Primera Meiga 2) de Juan J. Prieto

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    13 de marzo de 2013
    En Roma Habemus Papam. Al mismo tiempo, miles de fieles llegan a un pueblo portugues llamado Nazare. Siniestros Monjes Negros les rodean. Acaba de nacer Jesus, aquel que traera al mundo la sonrisa eterna.
    Y a la misma hora, repartidos por el mundo, doce apostoles reciben la llamada de Lilium, la constelacion perdida de los dioses. Belshazzar, un mago arabe, acude al alumbramiento, guiado por su estrella, para ser el mentor de Jesus.
    Hordos, el oscuro prelado, no cedera en su deseo de arrancar la vida al recien nacido. Reclamara el trono de Dios que considera legitimo e incluso pactara con sus enemigos, los Hijos del Profeta. Pero Jesus ha venido al mundo para darle su sonrisa.
    Una historia epica sobre los dificiles equilibrios entre el bien y el mal. Un canto a la tolerancia entre todas las civilizaciones y sus religiones. Un viaje fantastico por el interior de la autentica esencia humana. Y un canto al milagro de la verdadera inclusion.

  • El inocente de Mario Escobar

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    .”Todos debemos enfrentarnos alguna vez en la vida con nuestra conciencia”.

  • La cancion de la espada (IV) de Bernard Cornwell

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    El guerrero Uhtred, ahora casado, con dos hijos y propietario de tierras, parece destinado a gozar de una paz semejante a la que hay en Inglaterra, donde el reino danes del norte y el reino sanon de Wessex inician una nueva etapa de paz. Pero los vikingos siguen al acecho en Londinium, dispuestos a conquistar Wessex, para lo cual precisan la ayuda del su viejo camarada Uhtred. Por su parte, el rey Alfredo el Grande confia en que sea el quien encabece una operacion destinada a expulsar a los vikingos, lo que llevara a Uhtred a enfrentarse de nuevo a su ambivalente identidad, y a poner en la balanza su origen vikingo y la lealtad a su rey; en cualqueir caso, su ardor guerrero pesara mas que la placidez familiar.

  • Nacida Libre. La historia de la leona Elsa de Joy Adamson

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    La historia de Joy Adamson sobre un cachorro de leona en transicion entre el cautiverio en el que se cria y la temible vida salvaje a la que regresa captura las habilidades tanto de los humanos como de los animales para cruzar la brecha aparentemente insuperable entre dos mundos radicalmente diferentes. Especialmente ahora, en un momento en que la santidad de la naturaleza y sus habitantes se ve cada vez mas amenazada por el desarrollo humano y el desastre natural, el extraordinario relato de Adamson es un idilio al que volver una y otra vez. Ilustrado con las mismas hermosas y evocadoras fotografias que encantaron al mundo hace 50 anos y con una nueva introduccion de George Page, ex presentador y editor ejecutivo de la serie de PBS “Nature” y autor de” Inside the Animal Mind”

  • Por que el tiempo vuela de Alan Burdick

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    En esta exploracion ingeniosa, elegante e intima, Alan Burdick, autor galardonado y redactor de la revista The New Yorker, embarca a los lectores en una busqueda personal para comprender los relojes que hacen tictac dentro de todos nosotros. Durante casi una decada, Burdick se dedico a visitar a cientificos que estudian las cuestiones mas espinosas acerca de nuestras percepciones del tiempo.

  • Imposible es nada de Elena Pita

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    Aquella manana le tocaba ir al hospital, probablemente el lugar que mas habia odiado nunca; aquel hospital de paredes sucias y pasillos atestados de enfermos dolientes como animas sin vida, de personal atropellado y a punto de la desidia. Tenia que recoger los resultados del ultimo PET, una de esas tomografias nucleares que evaluan el dano en los tejidos. A Carmen Lopez le habian descubierto un cancer de pulmon, iba a hacer ya dos anos. Dos anos ganados a la vida porque el tumor se habia diagnosticado en fase muy avanzada (estadio IV) y propagado en dos metastasis. Ella no se habia resignado y, blindada de la energia positiva y la fuerza que contagian la responsabilidad y el amor de dos hijos aun pequenos, se sometio con excelentes resultados a tratamientos de radio y quimioterapia que habian logrado disipar aquellas oscuras manchas, ramificadas en la columna vertebral y el esofago, y reducir el tumor principal, que amordazaba la vena cava. Eran resultados excepcionales que los doctores habian presentado en simposios medicos; admirable fortaleza la de Carmen, que durante aquellos largos meses fue capaz de ocultarle la enfermedad al mundo e incluso a su anciana madre: detestaba dar lastima. Y en su intimidad, sus horas de mayor soledad, recordaba la lectura de La sonrisa etrusca, tierna novela en la que Jose Luis Sampedro relata la lucha de un viejo partisano contra el peor enemigo jamas enfrentado en su vida: la Rusca, un cancer de estomago que acabaria robandole a mordiscos hasta el ultimo soplo, y que encima el escritor habia bautizado con el nombre de las perras pastoras de la madre de Carmen, transmitido el nombre de generacion en generacion canina. No tenia por que ser distinta aquella manana de principios de diciembre. El mismo e infecto hospital, el cielo cubierto, las calles mojadas. Llego a la consulta del oncologo con optimismo, esperando escuchar lo que ya se habia convertido en una tonica progresiva: una vez mas el tumor primigenio habria reducido su tamano y actividad, pese a que una nueva sombra les inquietaba desde la ultima radiografia. <>. Las palabras de su admirado oncologo taponaron los oidos de Carmen. Ya no escucharia mas que un zumbido en su cabeza. Eran sus palabras una sentencia de muerte irrevocable y pronta que ella se negaba a aceptar. Aun noqueada por el shock, percibio sin embargo que el doctor estaba dejando una pequena espita abierta, una diminuta posibilidad de vida que su esposo si pudo escuchar con nitidez. Se trataba de un joven cirujano que habia desarrollado una tecnica quirurgica minimamente invasiva que, a traves de una sola incision y valiendose de una camara, operaba proezas y se atrevia con los mas endiablados tumores de torax. <>. <>, le estaba diciendo el doctor Firvida cuando Carmen pudo volver a escuchar: <>. * * * La camilla de Carmen esta siendo introducida en el ascensor de planta camino al quirofano. Han transcurrido apenas dieciocho dias desde su sentencia. Dieciocho dias con sus noches de espanto y panico, abrazada a su marido, ocultando a sus dos hijos y a su madre todo indicio de la grave situacion. Dieciocho dias y sus noches de ferreo control mental para no desesperarse. Carmen padecio siendo aun bebe la poliomielitis, durante la ultima y temida plaga del virus que se propago en Espana en los anos cincuenta. Fue primero intervenida, con solo tres anos, por un doctor aleman que en Madrid le fijo a la tibia el pie que habia quedado suelto y desarmado, y luego con trece se sometio a la tecnica quirurgica experimental del doctor Esteve de Miguel, que, sirviendose de un hierro colocado en forma de zeta, lograba alargar hasta cinco centimetros las tibias de aquellos ninos de la polio. Su padre, urologo, no dudo en confiar en la experimentacion de su colega catalan: fueron ocho operaciones en total para el estiramiento de la tibia, un dolor inenarrable que al primer asalto le haria adelgazar once kilos en veintiocho dias, y cuya sola contemplacion noquearia a su madre en el viejo Hospital Quiron de Barcelona: <>, le rogaba a su esposo. Y el, que las visitaba los fines de semana: <>, a la nina. Una memoria tan atroz que ensenaria a Carmen <>. <>. Asi pues, dieciocho dias de espera con la seguridad de que todo iba a ir mejor: <>. Dieciocho jornadas de carreras recopilando pruebas e historial clinico y siguiendo los pasos de aquel cirujano prodigioso que curiosamente tenia su plaza en la Seguridad Social a tan solo ciento setenta kilometros de distancia de su ciudad, pero que al parecer viajaba por todo el planeta sin descanso ensenando su innovacion. El joven cirujano que, !Dios le bendiga!, despues de recibir las imagenes del tumor habia dicho que si, que el la operaria aunque su equipo lo hubiera descartado o simplemente no se sintiera capaz de abordar el caso: una masa localizada en el hilio pulmonar, esa cavidad central, entre ambas visceras, donde nacen los vasos del corazon, atravesada por las principales arterias toracicas. Media catorce centimetros de diametro, invadia el lobulo superior derecho y estaba literalmente incrustado en la vena cava; ademas, habia sido sometido a una radio y quimioterapias limites durante dos anos, con la consecuente debilitacion de los tejidos. El diagnostico de los cirujanos que le correspondian por la Seguridad Social habia sido tajante y volvio entonces a ser tajante: <>. Pero consiguen hablar con Diego y hacerle llegar todo el historial y las ultimas pruebas, y el esposo de Carmen, el doctor estomatologo Ignacio Romero, jamas podra ya olvidar lo que aquel cirujano ofrecio como respuesta. <>. Expuso con claridad al esposo y cunado de Carmen (medicos ambos) los riesgos de la intervencion, que eran muchos, pero que el asumia como cirujano y ella como paciente: <>. Tampoco les parecio una historia increible, un cuento, casualidad o supercheria que aquel cirujano tuviera su plaza de origen en A Coruna, tan cerca, <>. Se lo comunica al oncologo jefe del equipo, y el doctor Firvida dice que si, que es bueno tener esa segunda opinion. Carmen se dirige entonces con todo su historial al equipo del doctor Josep Baselga, quien acababa de ser nombrado director medico del Memorial Solan Kettering Cancer Center de Nueva York, el mas prestigioso centro oncologico del mundo. El insigne doctor catalan recibe personalmente sus pruebas y la emplaza a una cita con la jefa del programa de cancer de pulmon en su instituto de Barcelona. La doctora Felip (gran conocida de Firvida), tras un sinfin de examenes, descarta la compatibilidad de su tumor con los tratamientos inmunoterapeuticos que estan aplicando, y le aconseja que abandone toda quimioterapia, porque le va a destruir. Algo que la paciente una vez mas no admitira: <>. Y continua con la quimio hasta que, como ya contamos, se revela inoperante. * * * Se celebraban elecciones generales en Espana y, de nuevo, como si la casualidad existiera, el cirujano vendria a votar en un plazo de, eso precisamente, dieciocho dias. Carmen dio gracias incluso a la politica. Ni tiempo hubo de consulta previa, apenas se habia visitado con su equipo medico, que no se sintio capaz pero que no dudo en remitir las pruebas a su colega, que impartia esos dias entre Shanghai y Estados Unidos. Acostumbrado el equipo a que el si asuma retos que para cualquier otro resultarian un imposible: sobradamente conocian aquellos medicos la intolerancia de Diego al termino <>. * * * Estan introduciendo su camilla en el ascensor de la planta para bajar a quirofano y de pronto hace su aparicion decidida un chico jovencisimo enfundado en un plumifero azul, acompanado por su colega (y hoy jefa de servicio) Mercedes de la Torre, tocada de un gorrito de lana. El joven se acerca a la camilla: <>. Le cogio una mano y se la apreto con suma delicadeza y a la vez firme teson.

  • La isla de los cien ojos de Mikel Santiago

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    La tormenta lo trajo. Lo arranco de donde nunca debio salir y lo dejo varado en nuestras playas. Ocurrio durante una terrible noche de viento y lluvia como no habiamos vivido en anos. Los rayos partieron dos arboles en Santry Hill y las olas embistieron el puerto con tal fuerza que destrozaron un par de chalupas. La tarde anterior, mientras oiamos los primeros y furiosos embistes del ciclon contra las ventanas del Bohars Head, el viejo Gallagher dijo que aquello era "viento del sur". Afirmo que debia ser la punta del algun tortuoso huracan procedente de Mejico. Dijo que pasaba uno cada cincuenta anos y que el recordaba uno de cuando era nino. "Se llevo varios tejados y una vaca del establo de Doyle" recordo "A Dios gracias que solo fue eso" Gallagher siguio profetizando mas desgracias y aconsejo a los hombres que metieran a su familia bajo la cama aquella noche. Dijo que tenia un "muy mal palpito" con aquel viento silbante y calido "que algo muy malo estaba a punto de ocurrir" Yo hubiera alzado mi voz para serenar los animos y explicar lo improbable de que un ciclon caribeno llegase siquiera a rozar la costa de Irlanda, pero me contuve. ?De que hubiera servido iniciar una discusion? Todos los datos cientificos que yo pudiera aportar sonarian, a oidos de aquellos lugarenos, igual de magicos que las palabras de Gallagher, de modo que al final todo se reducia a una cuestion de credito. ?Y quien era yo al lado del viejo Gallagher? Solo un medico recien llegado de la ciudad, que ademas era protestante, y que muchos opinaban que tenia rostro de nino (por mucho que yo quisiera aderezarlo con un varonil bigote) Con todo, la noche fue terrible, digna de una profecia como la de Gallagher. Jamas he oido el viento golpear de aquella manera, como un ejercito de fantasmas aullantes que hubiese desembarcado en la tierra. Las furiosas rafagas recorrian la calle moviendo letreros, agitando los arboles y derribando tiestos. Cualquier cosa que estuviera levemente mal atada, clavada o pegada aquella noche debio salir volando. Pase casi toda la noche en vela, asustado por los rayos y los golpes que el viento daba contra mis ventanas. Supuse que la campana de mi consulta no tardaria en sonar para requerirme en algun sitio, pero curiosamente, aquella noche nadie necesito de mi ayuda. Imagine (no sin una malvada sonrisa en los labios) que los habitantes de Dowan estarian bajo de sus camas rezando al Todopoderoso mientras que el viejo Gallagher dormia su borrachera sin enterarse de un pito. Al dia siguiente amanecio claro y tranquilo, como si nunca hubiera existido la tormenta. Kate, una muchacha pecosa y habladora que servia en mi casa, fue la primera en darme algunas noticias cuando llego aquella manana. Me dijo que habia visto algunos arboles humeando en Santry Hill y que en el puerto habia habido varios destrozos. – El barco de Donovan aparecio medio hundido. Al parecer uno de los botes debio golpearle el casco y abrirle un buen boquete. Y han desaparecido un par de barcas. Y se inundo la tienda de Nolan y ha echado a perder muchisimo genero. Y... La chica estaba tan excitada haciendo inventario de las desgracias que y ni siquiera se retiro para dejarme desayunar a solas. No me importo. Al fin y al cabo, en Dublin solia leer el periodico mientras desayunaba, y en Dowan, a falta de periodico, estaba bien tener a Kate. Despues del desayuno me dirigi a la consulta y lo dispuse todo para comenzar la jornada. En el mismo instante que termine de ordenar mi escritorio sono la primera campana de la manana. Oi a Kate correr a abrir y escuche como se desarrollaba una conversacion en el vestibulo. Despues aparecio Kate otra vez, con gesto de extraneza en el rostro. – Es John Mulvaney - anuncio - Trae un caballo para usted. Dice que ha ocurrido algo en Sandyford. – Hagale pasar - le dije John Mulvaney era un chico de doce anos que servia en la mansion de Sandyford, a unas diez millas del Dowan. Su padre era el zapatero del pueblo. Me habia pagado con un exquisito par de botines de cuero por un remedio para las jaquecas de su mujer. Kate acompano al muchacho hasta la consulta, que con gesto timido se quito la gorra y se aclaro la garganta para hablar. Dijo que traia recado del senor Coverdale de llevarme con el a Sandyrock. -?Algun accidente? - pregunte. El nego con la cabeza. – ?Algun enfermo entonces? El muchacho enrojecio y volvio a ladear la cabeza. – !John Mulvaney! - le recrimino Kate - ?Puedes hacer el favor de hablar por esa boca? ?Que es lo que ocurre? El doctor no tiene tiempo para perder. – Es algo que ha aparecido en la playa - respondio el chico, ya completamente ruborizado – ... el senor... quiere que lo vea usted. – ?Que algo ha aparecido...? – Si, senor, un bote. Lo trajo la tormenta. – ?Y para que me necesita alli? Seguramente sera uno de los que han desaparecido del puerto esta noche. – No lo creo senor - dijo John – Vera ... es mejor que venga y lo vea usted. Me quede en silencio mirando a John. Estaba como asustado, sumido en un inconfesable secreto, y decidi no hacerle mas preguntas. El senor Coverdale era un hacendado ingles dueno de practicamente toda la isla. Habiamos charlado en cierta ocasion, meses atras, durante una revision medica que me pago generosamente. No me parecio un hombre tendente a la exageracion ni a las bromas. Asi que decidi que aquel misterio debia tener cierto fundamento. Apure mi te y le pedi a Kate mi gaban. Tras preparar un maletin con equipo basico, sali con John a la calle, donde nos esperaban dos magnificos caballos. Tomamos el camino de Santry Hill, la colina mas alta de las tres que rodeaban el poblado de Dowan. Al llegar alli vimos los dos arboles que los rayos habian partido e incendiado esa noche. Aun humeaban. Desde alli se tenia una buena vista del pueblo. El puerto, tal y como habia dicho Kate, uno de los dos barcos pesqueros estaba escorado. Una cuadrilla de hombres se esforzaba por enderezarlo mientras otros achicaban el agua. Pense que aquello costaria una verdadera fortuna a la economia local. Cabalgamos por el camino que bordeaba los acantilados de Ben Guillian (Llamados asi en honor a un antiguo fantasma local que debio suicidarse alli) y llegamos a la "roca del aguila" desde donde se divisaba la mansion de Sandyrock. El cielo estaba claro, sin una brizna de viento, y el mar estaba radiante. En contraste con el azul, relucia la blanca fachada de la mansion, una elegante casa senorial de tres plantas rodeada de una brillante extension de hierba y pequenos jardines. La casa estaba construida sobre un saliente bajo el cual las olas se batian en espumosos ataques contra la roca negra. A cien yardas de ella, rendida a la fuerza de la naturaleza, se abria una cala de arena blanca. Sobre ella aviste un grupo de personas rodeando un negro objeto que yacia varado junto a la orilla. Arree mi caballo. Edward Coverdale tenia porte de artista mas que de aristocrata. Tendria unos cuarenta anos, o quizas mas, pero su rostro parecia resistir los efectos de la edad. Vestia de una forma un tanto bohemia -botines negros, pantalones estrechos y una amplia camisa blanca que se hinchaba como una vela al viento – , y llevaba el pelo largo, recogido en una coleta. Era el suyo un aspecto mas apropiado para un actor del west end londinense que para un distinguido terrateniente Irlandes, cosa que al parecer (segun sabia por los chismes de Kate) tambien irritaba a sus parentela, que lo habria enviado a administrar aquella remota hacienda para alejarlo de los "circulos" Dublineses. Tambien sabia que en el pueblo no le profesaban mucha simpatia. No debia de ser un terrateniente demasiado fiero – le bastaba con cobrar las rentas aunque llegasen con cierto retraso – pero sus dedicaciones artisticas (como la pintura o la literatura) y cierta aficion por el estudio de los vestigios celtas de Dowan habian ayudado a granjearle una fama oscura entre los supersticiosos parroquianos; Ademas, no faltaban las leyendas sobre pactos con el diablo y brujeria que los contadores de historias locales (encabezados por Gallagher) se habian encargado de inventar aprovechando sus poco habituales aficiones. – Temo haberle molestado en una manana especialmente agitada - me saludo nada mas desmontar- ?Como ha despertado el pueblo? ?Ha habido muchos destrozos? – Uno de los pesqueros resulto danado - respondi – , por lo demas todo parecen cosas menores. Tejas rotas y algun negocio inundado. Sobreviviremos. ?Y que hay de usted? – El viento casi se lleva uno de los establos esta noche. Tambien me rompio un par de ventanas. Y tambien trajo eso - dijo senalando a un bote que yacia varado a unas diez yardas de nosotros – Uno de los mozos lo encontro esta manana -continuo diciendo – La tormenta debio arrastrarlo hasta aqui desde alta mar. Y por lo que encontramos en su interior, supongo que llevaba vagando a la deriva bastante tiempo. ?Quiere echarle un vistazo? – Por supuesto - respondi. Coverdale saco entonces un foulard blanco que llevaba en una de sus mangas y me lo ofrecio – Sera mejor que se tape la nariz y boca. Extranado, pero sin hacer preguntas, tome el panuelo y arrancamos a caminar hacia el bote. Mientras lo haciamos me percate del sepulcral silencio que nos rodeaba. Habia alli un par de mozos ademas de John y todos permanecian en silencio, guardando una buena distancia respecto del bote. A medida que nos acercabamos comence a percibir un fuerte olor a descomposicion que fue haciendose mas fuerte a cada paso que dabamos. Tome el panuelo de Coverdale y me lo coloque a modo de mascara, debatiendome entre la curiosidad y el temor sobre el origen de semejante fetidez. El bote yacia varado, hundido en la arena que brillaba como un espejo. Una capa de costra se extendia por su casco, salpicado de grietas y suciedad. Lo primero que mis ojos distinguieron, aun en la distancia, fue una capa de algas oscuras que cubrian practicamente todo el interior de la lancha. Sobre ella se arremolinaba un enjambre de moscas enloquecidas. Pero habia algo mas alli, una forma acurrucada bajo de aquella carpa amarillenta y resquebrajada... No tarde en verlo. Y el espanto hizo que retrocediera inconscientemente. Debajo de la carpa, enredado entre aquellas algas putrefactas asomaba el horrible cadaver de un hombre. Era un muneco atroz. Como una marioneta hecha de tela de saco. No tenia ojos, tan solo dos cuencas vacias. Su boca, por la que entraban y salian aquellas laboriosas moscas en busca de alimento, era como una negra caverna sin fondo. El resto de su cuerpo, medio cubierto de harapos desgarrados por el sol y el salitre, mostraba una piel cauterizada, reseca y dura como jamas habia visto en ningun otro cadaver antes (ni siquiera en mis practicas de la universidad donde a veces los traficantes de cuerpos traian desechos de la peor clase)

  • Pecado y pecadores de Julio E. Zambrano

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    Danielle Fontaine vive su sueno. Ha hecho su debut en las pasarelas de Paris y alcanzo la cumbre. Su noche de triunfo, sin embargo, se hace anicos cuando Roberto Rossi, un amante del pasado, regresa inesperadamente queriendo retomar aquel fallido romance. Su unica noche de pasion se torna violenta y Danielle viaja a America dejando atras su mayor exito. Llega a South Beach, Miami, con poco equipaje y una gran necesidad de trabajar.

  • Lord John y el prisionero escoces de Diana Gabaldon

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    Ano 1760. La <> existencia de Jamie Fraser -jacobita escoces- esta a punto de desmoronarse debido a la aparicion de Tobias Quinn, un antiguo camarada del Levantamiento.

  • La mirada de los peces de Sergio Del Molino

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    Tras el exito sin precedentes de La Espana vacia, Sergio del Molino regresa con una novela intimista que mira al pasado desde la lucidez resignada del presente, interpelando a todo un pais y toda una generacion.

  • F de fugitivo de Sue Grafton

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    Cuando Kinsey Millhone acepta trabajar para el viejo Fowler y averigua quien mato hace diecisiete anos a la jovencisima Jean, no se da cuenta en seguida de que las heridas familiares pueden ocultar tanto misterio y tanta pasion. Bailey, hijo de Fowler, habia sido juzgado y declarado culpable y, tras un ano de prision, habia huido y desaparecido. Fowler quiere probar la inocencia de su hijo para que pueda volver a su lado. Kinsey descubrira que Jean era mas bien ligera de cascos; sabra donde fueron a parar los 40.000 dolares que el primer sospechoso dejo a la jovencita antes de que ella muriera; y por que tambien podrian haber sido sospechosos el director de la escuela, el propietario de un yacuzzi o la chiflada de su mujer, el abogado del acusado o incluso el pastor anglicano. Entretanto la policia tropieza con el fugitivo Bailey, que vive otra vida con otro nombre. Vuelve a abrirse el caso, y todo sigue igual que la manana en que habian encontrado el cuerpo estrangulado de Jean en las arenas de la playa.

  • El sur lo encontre en tus ojos de Cherry Chic

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    Lola lleva toda la vida sonando con encontrar a alguien que comparta sus gustos por las maratones de series y peliculas desde el sofa. Alguien que adore comprar chorradas por internet, ir a la playa, aprovechar cualquier ocasion para comer y que se lleve bien con sus amigos y su familia, que lo son todo para ella. Pero, cuando ese alguien aparece, apenas cumple ninguno de los requisitos que Lola siempre ha deseado.

  • Era diciembre de Alejandra Beneyto

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    Emi juro que no volveria.
    Emi aun sufre al pensar en lo que ocurrio.
    Emi no esta preparada para afrontar lo que dejo atras.
    Y, sin embargo, Emi tiene en la mano un billete de avion.
    Al otro lado del oceano, Julien no ha superado el pasado.
    Julien aun tiembla cuando escucha su nombre.
    Julien no puede ni pensar en volver a tenerla cerca.
    La hostilidad de el es lo primero que Emi encuentra cuando pone un pie en la que fue su casa. Por delante tiene pocos dias para averiguar a donde fueron a parar los recuerdos y tambien para entender por que su vida parece haberse escrito sobre algo que no paso como ella imaginaba.
    Una pista de hielo que ya no brilla.
    Una ciudad que aun encierra sus pasos.
    Y un nuevo diciembre para demostrarse que decir adios no es sinonimo de olvido; que hay historias que se congelan en la memoria, que por mucho que quieras huir siempre te atrapan.
    Y que, tal vez, la suya sea una de ellas.

  • Atrevete a enamorarte de Estelle Maskame

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    MacKenzie esta enamorada de Jaden. Pero, tras un tragico acontecimiento, ella no sabe como acercarse a el. Quiza ambos solo teman perder lo que mas les importa. O quiza valga la pena arriesgarse y saborear los detalles, descubrir el placer de las pequenas cosas juntos y enamorarse.

  • Crimenes de cafeteria (Cuentos largos de cafe 3) de Jorge Sacha

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    La mayor asesina de la historia escala una montana con un proposito que ella misma desconoce.

  • Quien viene a cenar esta noche de Merche Diolch

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    --Buenos dias, senor Manuel. El anciano, sentado en el descansillo del edificio antiguo de viviendas, miro al chico que le habia saludado. --Buenos dias. --?Se encuentra bien? Asintio dubitativo. --Si... El joven se acuclillo y le agarro las heladas manos. --?Podemos ayudarle en algo? --pregunto. Fue en ese momento cuando el anciano se dio cuenta de que no estaban solos. Dos hombres de uniforme azul le observaban. --No. Estoy esperando a mi hija. Un sollozo ahogado reverbero en la escalera, atrayendo su atencion. Miro a la mujer que lloraba desde la puerta del corredor pero no la reconocio. --?Quiere que le llevemos a su casa? --Estoy... Pero no termino lo que fuera a decir. Se encontraba en el descansillo, sentado en los escalones de fria piedra, en pijama y con las pantuflas como calzado. El pelo lo tenia revuelto, indicio claro de que acababa de salir de la cama y... No sabia por que estaba alli. Capitulo 1 --Buenos dias, papa. --La mujer se acerco hasta el anciano, le dio un beso y le robo la taza de cafe. --Daniela, te he dicho miles de veces que si no te levantaras tan justa de tiempo podrias desayunar en condiciones --la reprendio al mismo tiempo que se dirigia a la cocina para ponerse otro cafe. --Ya lo hago --senalo, arrancandole una carcajada a su padre, mientras bebia el liquido negro y dejaba escapar un suspiro de satisfaccion. La mujer se sento en una de las sillas que habia alrededor de la gran mesa de madera del salon e intento prestar atencion a lo que en la television se decia. En realidad, mas de lo mismo. El paro seguia subiendo, los desahucios se sucedian y la gente cada vez tenia menos para sobrevivir. Lo sabia por propia experiencia. Llevaba sin trabajar casi dos anos y tras luchar lo que pudo, por mantener su independencia, no pudo hacer frente a ningun alquiler mas y tuvo que volver al hogar familiar, junto a su padre. --?Cuentan algo nuevo? --se intereso el hombre en cuanto regreso a la habitacion. Ella se encogio de hombros y bufo. --Lo mismo de siempre. Su padre le revolvio el largo cabello, como si todavia tuviera diez anos, y se sento frente a ella. --Ya veras como todo se soluciona --dijo--. Este pais lo ha pasado peor en otras ocasiones y miranos... --Pero papa, llevamos casi diez anos inmersos en esto --senalo la pantalla donde aparecia uno de los multiples graficos que ya no eran extranos para el comun de la poblacion--, y seguimos sin ver la luz detras del tunel. --Hija, no seas tan pesimista --el anciano la regano sin despegar los ojos de la television--. Hazme caso. Pronto encontraras trabajo. Daniela se levanto arrastrando su asiento hacia atras, estiro la blusa para quitar las posibles arrugas que pudieran haber aparecido y miro con amor a su padre. --Ojala tengas razon. El hombre bebio de la taza y siguio absorto en las noticias. No la habia escuchado y ella no esperaba respuesta alguna. Era la misma conversacion que mantenian desde que se habia mudado a esa casa, hacia casi dos anos. Recogio su bolso, donde guardo el movil, tomo las llaves y se despidio de su padre con dos besos, quien la sujeto de la mano para retenerla. --?A que hora volveras? --le pregunto centrando la cansada mirada en la de ella. Daniela se deshizo de su agarre y le acaricio la arrugada mejilla donde ya se apreciaba algo de barba. Dentro de poco tendria que afeitarle de nuevo. --No lo se. Tengo que pasar por la farmacia a recoger tus medicamentos y quiero ir donde Pepi, por si tiene noticias de algun posible trabajo. Su padre asintio y sonrio. --No te retrases. Hoy hay huevos fritos con patatas y se lo que te gustan. Ella le dio un beso en la frente, donde habia vuelto a salir la incansable herida de siempre, y le prometio que no se retrasaria. Paro en la cocina para hacerse con una manzana y salio al pasillo comunitario, acallando el sonido de las noticias al cerrar la puerta. Se apoyo en la lisa superficie y cerro los ojos. Necesitaba unos segundos, unos pocos segundos para reponerse. Su padre envejecia a pasos agigantados delante de ella. La vida se le escapaba de las manos y solo podia observar como se marchaba. Manuel habia conducido los autobuses de la EMT 1 hasta que tuvo que jubilarse. Habia luchado por sacar a su hija hacia adelante tras la muerte de su mujer, inculcandole los principios que la vida le habia ensenado desde nino, y habia conseguido una nota inmejorable en su educacion. De gran atractivo desde joven, atraia todas las miradas, hasta que la madre de Daniela le cazo, obligandole a asentar cabeza como a su padre le gustaba decir con una sonrisa en el rostro y un brillo especial en la mirada. Pero el reloj del tiempo no se detenia ante nadie y Daniela podia asegurar que, desde que habia vuelto al hogar familiar, la caida del grano de arena en el reloj de la vida se habia acelerado. El porte recio de su padre se habia encorvado, como si llevara todo el peso del mundo sobre sus hombros, a la par que se debilitaba su pulso. Hacia tiempo que la cabellera castana se habia sustituido por el blanco que otorgaba la sabiduria de la experiencia y en sus ojos, la luz que presagiaba alguna travesura habia desaparecido dando paso a una mirada cansada. --Buenos dias, Daniela. La voz de una mujer mayor le devolvio al presente. --?Que tal esta hoy, Remedios? --le pregunto a su vecina con interes, al mismo tiempo que apreciaba su vestido ajado y el perfume a naftalina. --Muy bien, hija. Con los tipicos achaques de la edad --indico llevandose una mano teatral al corazon, donde las puntillas amarillas predominaban--. ?Esta tu padre? Ella afirmo con la cabeza. --Ahi dentro esta. --Senalo la puerta--. Viendo las noticias. La mujer gruno mientras se atusaba el cabello que evidenciaba que habia pasado por la peluqueria. --Nada bueno sale de esa caja tonta --dijo, haciendola reir--. Voy a ver si quiere algunos de los calabacines que me ha traido mi hija del pueblo, para la cena de esta noche. Daniela le abrio la puerta mientras le agradecia el gesto con un beso en la mejilla. La conocia desde que era pequena, vecina pared contra pared, habia crecido con sus hijas, jugando en el parque de enfrente o correteando en el pasillo que comunicaba el resto de viviendas. --De seguro que si los querra --afirmo--. Pase y tome un cafe con el. La anciana se rio. --Creo que mejor un te, este corazon mio no soportaria mas excitante. Recomendaciones del doctor: solo un cafe por dia, descafeinado a ser posible y ya llevo dos. --Pues entonces un te, aunque recuerde que tambien es una bebida excitante --le senalo con una sonrisa. --Pero el medico solo hablo de cafe. Daniela se rio, le abrio la puerta de la casa y se despidio de ella y de su padre que, como buen anfitrion, ya se levantaba para recibir a su invitada. Los engranajes del ascensor le acompanaron en su descenso mientras se observaba en el gran espejo. Sentimientos encontrados tenia respecto a esa superficie lisa, donde cualquier imperfeccion, arruga o granito era visible y aunque la consideraba una herramienta <>, no podia evitar mirar su reflejo e intentar asimilar que por ella tambien pasaban los anos. Llevaba su larga melena oscura recogida en una cola de caballo, dejando visible su rostro moreno, donde el protagonismo lo tenian sus grandes ojos negros. De estatura baja y con curvas, Daniela no consideraba que tuviera un cuerpo que entrara dentro del canon de belleza actual pero estaba a gusto con el, y si exceptuaba las canas, los anos, las arrugas, las patas de gallo, y un largo etcetera, todavia atraia alguna que otra mirada. Esa manana se habia puesto la blusa azul, un color que sus allegados le decian que le sentaba bastante bien, junto a unos vaqueros comodos y sus deportivas moradas favoritas. Si se iba a recorrer el barrio, a la caza y captura de un trabajo, de nada le servirian los zapatos de tacon de aguja y las faldas estrechas que guardaba en su armario desde que la habian despedido del colegio donde ensenaba. Ropa que la quedaba bien --mas de un hombre y alguna que otra mujer habia seguido el vaiven de sus caderas con ella--, pero lo consideraba un <> de obligado uso que llevaba cuando ensenaba en la institucion elitista a la que acudia cada manana, desde que termino la carrera de Magisterio. --Quien iba a decirte que los ricos tambien sufren la crisis --se dijo en voz alta con ironia, cuando llego a la planta baja.

  • Un poco menos que angeles de Barbara Pym

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    Un poco menos que angeles es la historia de los amores, los trabajos y las esperanzas de un grupo de jovenes antropologos. Catherine Oliphant es escritora y vive con el apuesto antropologo Tom Mallow. Su relacion se tambalea cuando el comienza a tontear con una estudiante, Deirdre Swann. Al enterarse, Catherine se muestra interesada por el solitario antropologo Alaric Lydgate. Al enredo amoroso se anadiran los tejemanejes de los companeros de Deirdre y la competitividad que existe entre ellos por ganar una prestigiosa beca de investigacion.

  • El diablo en primavera, Lisa Kleypas de Lisa Kleypas

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    La mayoria de las debutantes suenan con encontrar marido,
    pero Lady Pandora Ravenel tiene otros planes. Tan
    joven y bella como ambiciosa, preferiria quedarse en casa
    y planear su nueva empresa de juegos de mesa en vez de
    asistir a fiestas en los salones londinenses. Pero una noche,
    durante un deslumbrante baile de sociedad, se ve envuelta
    en un escandalo con un apuesto desconocido… Tras
    anos de eludir el matrimonio, Gabriel, Lord St. Vincent,
    por fin ha sido atrapado por una muchacha rebelde que no
    podria ser menos adecuada. De hecho, ella no quiere saber
    nada de el, pero Gabriel encuentra irresistible a la fogosa
    Pandora, de modo que hara lo imposible por poseerla.

  • Irina de Empar Fernandez

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    Una nina que sobrevivio al silencio y a la distancia, una novela sobre la tragedia del exilio republicano en Rusia.

  • Atardecer (Voces del pasado 2) de Moruena Estringana

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    Los secretos no han hecho mas que empezar.
    Todos giran en torno a un pasado que se esperaba dormido. Que se ansiaba acallado.
    Hasta ahora.
    Es el momento de posicionarse y de hacerse fuertes. Sobre todo cuando Will y Andy caminan en bandos separados y todos luchan por alejarnos el uno del otro.
    ?Sera mas fuerte su amor? ?Merece la pena la busqueda de la verdad si esto te separa de la persona amada?
    Solo la fuerza de una union perfecta podra lograr ese ansiado atardecer que se abre paso tras un largo dia de lluvia.

  • Anxious II, Idoia Amo y Eva M. Soler de Eva M. Soler , Idoia Amo

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    Me dirijo a todos los supervivientes del desastre que esta asolando nuestra querida nacion para darles un mensaje de esperanza. Me he visto obligado a declarar el estado de excepcion, pero el ejercito esta ahi para ayudarles. Si se encuentran con algun soldado, no huyan: identifiquense y seran evacuados a un lugar seguro.
    No todo esta perdido.
    Nuestro pais se encuentra inmerso en una lucha por la supervivencia y pasaran anos antes de que sea habitable de nuevo. Nuestro ejercito y cientificos se estan encargando de ello. Hasta entonces, estamos organizando varios lugares donde poder reinstaurar nuestra sociedad y modo de vida americano.
    Aquellos que se encuentren en la costa Oeste, dirijanse a los puertos de Seattle, San Francisco y San Diego.
    En la Costa Este, a los puertos de Jacksonville, Nueva York, Boston y Portland.
    La frontera con Mexico se encuentra cerrada y Canada esta en la misma situacion que nosotros, por lo que las unicas salidas son por mar.
    Unidos, lo lograremos.
    Buena suerte.

  • La Playa de los Cristales de Pedro Ramos

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    La Playa de los Cristales cuenta la historia de Juana, una chica de 16 anos que se escapa de un campamento de verano para buscar a su hermano de 11. Gracias a la ayuda de Marcos, un monitor que se siente culpable de la desaparicion, y de su pequeno grupo, Juana descubrira que la amistad es la mejor ayuda para superar los problemas, por muy graves y secretos que nos parezcan. Amor, amistad, aventuras y la reconciliacion de Juana con su padre hacen de La Playa de los Cristales una novela emocionante, con suspense y un ritmo que crea adiccion. Este viaje acaba de empezar y me gustaria que lo hicieramos juntos. !Feliz lectura!

  • Nunca dejes de bailar de Pat Casala

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  • La gran travesia de Shion Miura

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    Cuando el responsable del departamento de diccionarios de la editorial Genbu Books esta a punto de jubilarse, se propone elegir a un sustituto para que se embarque en un ambicioso proyecto: la creacion del nuevo diccionario La gran travesia. Y Majime, un timido joven de escasas habilidades sociales aunque con una gran pasion por las palabras, resulta ser la persona adecuada.

  • Secretos en las paredes de Kimberley Freeman

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    1891: Tilly Kirkland, huerfana desde nina, encuentra un hogar lleno de amor con su abuelo en Dorset. Pero la Inglaterra del siglo XIX es un lugar que no perdona a una joven con pocos medios. Asi que cuando la salud de su abuelo empeora aparece justo a tiempo la aparicion de Jasper Dellafore.

  • Romance en otono (Cuatro Estaciones 1) de Lola Cooper

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    Claudia ha planeado hasta el ultimo detalle del fin de semana: un hotel romantico en un pequeno pueblo del Pirineo, largos paseos por el bosque otonal, gloriosas sesiones de amor frente a la chimenea… va a ser una escapada inolvidable. O eso piensa hasta que descubre que su novio tiene otros planes muy distintos !y ella no esta incluida en ellos!
    Cuando llega al hotel es una mujer hundida, pero pronto las montanas se convertiran en su casa, los hombres y mujeres de ese lugar en su familia y el dueno del hotel. ?en algo mas que su jefe?

  • El aroma de la incertidumbre de Marlon Hernando Guerra Mutis

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    Klaus Vegner, capitan de la policia de Twente, termina sus dias inocentemente abandonado a su propia obsesion por resolver el aparente suicidio de un cientifico colombo-holandes, un caso absurdamente cerrado por el mismo dias previos a su retiro del servicio, quizas impulsado por la imposibilidad de desarticular la incoherencia de los hechos.
    Tres anos mas tarde, un joven e inquieto agente de la policia de Barcelona y oficial de Interpol, Marcos Gandara Verastegui, es convenientemente trasladado a Holanda con el fin de apoyar a la Division Antinarcoticos de la policia de Twente. En el momento exacto, mientras se familiariza con su nuevo entorno, se encuentra por azar con el caso y gestiona su reapertura: segun su criterio, existen cabos sueltos que son evidentes.
    En un periplo lleno de decepcion, aprendizaje, traicion, emocion, latencia y muerte por temas de conflictos individuales que se supone que la sociedad ya ha superado con creces, y alguna que otra incongruencia inmersa en evidencias sutilmente ocultas y dispersas entre Holanda, Francia y Colombia, emergen elementos complejos y de dificil conexion con la realidad que Marcos solo percibe en apariencia.

  • Tu eres tierra firme de Maira Varea

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    El mundo se habia vuelto oscuro. Negro. Sus parpados, tercos, se afanaban por permanecer cerrados. El dolor se expandia por su cuerpo como el fuego en una mecha. Tenia sed y mas frio del que hubiese tenido que soportar jamas. No lucho. Habia agotado sus fuerzas en el ataque, y habian quedado desparramadas sobre la cubierta del barco, resquebrajado por la tormenta y por las pisadas de los asaltantes. Sin vapor, sin velas y sin ancla. Se rindio y se dejo mecer al ritmo del mar, resacoso tras la tempestad. Supuso que la muerte llegaria en cualquier momento y lamento, con su escasa consciencia, no recordar si la criatura de carne brillante y humeda que lo habia arrojado al agua era humana o no; si era una sirena, una serpiente mitologica o el mismisimo kraken. Quizas habia tenido muy cerca a un monstruo marino, despues de tantos anos de busqueda pertinaz. Se maldijo varias veces, por mil motivos: por no haber salvado a sus companeros, por no haber luchado mas; por no haber podido acabar tampoco aquella expedicion, ni dibujado el mapa con James o escrito su propio libro de leyendas; por no haber garabateado una carta para su familia desde hacia mas de seis meses. Por no haber logrado ni una triste empresa mas alla de haber intentado escapar de su destino. Por no ser nadie. Solo un hombre que tiritaba en una balsa a la deriva. Perdio el sentido y llego la nada. No iba a despertar, ?para que? Pero oyo una voz y regreso, a bocanadas, al oxigeno y a la vida. Abrio los ojos y vio a la sirena, que lo atraveso con sus ojos grises como el Mediterraneo en invierno y lo cubrio con un manto de pelo dorado. Ella acerco su rostro, palido, translucido, y le canto. A el. Y, en un instante, la inmensidad del mundo que habia recorrido durante anos quedo reducida al regazo en el que lo acunaba. Quedo preso. Encadenado. Hechizado. Cuando volvio a cerrar los ojos, se dio cuenta de que el Arthur que habia sido hasta entonces se habia quebrado en mil astillas contra el acantilado. Capitulo 1 LA MUJER DE SAL Formentera, 1862 Lena habia vivido tres abandonos, y habia aprendido que el mejor modo de superar el dolor que provocaban era saborearlos. Despacio y sin descanso, hasta volverlos insipidos. El primero, casi de nina, habia sido amargo. El segundo, acido. El tercero habia resultado muy salado. Sal de lagrimas. El ultimo todavia le escocia en la lengua, a pesar de que su corazon habia comenzado a limpiarse por fin. A veces, el graznido de una gaviota, el tacto de la arena en los tobillos o la primera estrella de la tarde le recordaban que en ese instante podria haber sido una mujer muy diferente. Cogio aire, y el frio de enero le quemo la garganta. --Este cielo me recuerda al dia en que se marcharon. El pensamiento se le escapo en voz alta, y ni el fuerte viento de llebeig que soplaba aquella manana evito que su amiga Marina, que caminaba a su lado, se volviera con una sonrisa y le preguntara: --?Quienes? Lena no contesto, pero Marina, que sabia leer sus silencios mejor que nadie, no tardo en comprender. Se puso seria, se cambio de mano el cesto que transportaba y enlazo su brazo al de ella, a la espera de una respuesta. --Todos --dijo Lena al fin--. ?Que mas da quienes si todos se marchan? Siempre es igual: sopla el viento, el cielo se vuelve gris, casi blanco, llega la bruma y… huele a perdida. --Las perdidas no huelen, Lena. Y no ha sido asi todas las veces; cuando Joan se fue, era verano. --Pero el cielo estaba blanco --insistio. Marina sacudio la cabeza, confusa. Lena se sintio culpable por rememorar momentos tristes; su amiga irradiaba felicidad desde su reciente compromiso y no se merecia que ella enturbiara su alegria recordando sus miserias. Una fuerte rafaga le descoloco el panuelo con el que se cubria el pelo. Se lo sujeto con la mano libre y aprovecho para mirar hacia arriba. --Es el cielo de la perdida. La despedida de los que se van para no volver. --Contuvo el aire un momento para que la emocion no dominara su voz--. De los que me dejan atras. Marina le estrecho el brazo con carino. --Un dia vendra alguien y se quedara contigo. Ya lo veras. --A esta isla no viene nadie, Marina; de aqui solo se puede salir, y no siempre, por mas que lo desees. --Lena… --Mira --la interrumpio incomoda--, ahi esta Toniet. El muchacho se les acerco corriendo, casi a saltos. Vestia su ropa de domingo, muy distinta a su habitual traje de payes, y se habia limpiado los zapatos y la cara. A Lena le llamo la atencion la sombra oscura que cubria su rostro, ya de por si moreno; se habia hecho un hombre, y no estaba segura de que eso le agradara. --?A donde van las dos mujeres mas hermosas de la isla? --pregunto con su perpetua sonrisa. Marina rio con escandalo y fingio estar avergonzada. Lena, en cambio, se acerco a el y le dio un beso en la mejilla, como hacia desde que era pequeno. --?Tu no vas a darme uno? --le pregunto Toniet a Marina con picardia. --Lo siento, pero yo ya tengo novio --le recordo Marina con orgullo. --Es verdad. Una lastima. Pero me queda mi Lena; ella si me querra. Ella le saco la lengua con una mueca jocosa, pues sabia que Toniet estaba bromeando. Sus familias eran vecinas, por lo que habian crecido juntos, y, aunque la diferencia de edad entre ambos no era muy grande, Lena habia visto como le cambiaban muchos panales. A sus ojos, Toniet seria siempre un nino. --?Por que te has puesto tan guapo? --le pregunto curiosa. El se miro de arriba abajo. --Porque acaba de llegar el nuevo farero --respondio avergonzado, con tono inocente--, y voy a presentarle mis respetos; con suerte, me dara trabajo. --?Un nuevo farero? Lena se volvio hacia Marina de inmediato, inquisitiva. Su amiga solo asintio y echo a caminar de nuevo, con Toniet a su lado. Los siguio con el animo abatido y con un nudo apretado en la boca del estomago, como cada vez que se acercaba al faro. Recorrieron aprisa los escasos metros que restaban hasta la torre, que fue creciendo frente a ellos, fuerte, blanca, ruda y poderosa. Imponente en medio de la desolacion del paisaje rocoso, apenas vestido con algun pino diseminado y ariscas chumberas. Desde que lo habian terminado de construir y habian culminado su altura con la cupula de cristal, Lena lo observaba fascinada todas las noches desde la ventana de su habitacion. Hasta entonces, su casa habia sido el ultimo vestigio de vida humana de la meseta de la Mola, antes de que esta se truncara en el abismo de un acantilado que parecia no tener fin. Por las noches, mas alla de las velas que descansaban en el alfeizar, solo se habia extendido la oscuridad, el fin del mundo o el vacio, iluminado apenas por la luna timida. En ese momento, en cambio, le parecia que su corazon palpitaba al ritmo de la luz del faro. Como si fueran dos extremos de un mismo ser. Porque ambos pasaban las horas buscando vida en la penumbra, la sombra de algun barco que regresaba al hogar. Cuando llegaron al edificio, salieron a su encuentro dos hombres. Rafael, el novio de Marina, se acerco a la joven e hizo amago de darle un beso en la mejilla, pero ella se lo impidio con una risita y fingio que recolocaba en la trenza sus preciosos rizos oscuros. Se sonrieron como bobos. Acababan de prometerse y vivian presos el uno en el otro. Marina no hablaba de otra cosa mas que de su enamorado, y contaba los dias que le quedaban para casarse y trasladarse a vivir al faro con el. Lena la escuchaba con carino sincero, pero a la vez la envidiaba hasta el dolor; porque era feliz y libre, amaba el mar y tenia un companero. Y porque pronto podria recorrer aquel impresionante torreon y asomarse a curiosear el infinito. Por suerte, el otro hombre hablo y la saco de su ensimismamiento. --Soy Quim. Y tambien me siento un poco ignorado por ese par. Lena no pudo contener la risa. Tenia un acento peculiar, exotico, e imagino que debia de haber llegado desde muy lejos. Si de algo estaba segura era de que, en aquella isla, no nacian fareros. --Yo soy Lena. --Lena… --Lo repitio en voz baja, despacio, como si paladeara una cucharada de miel. --De Magdalena --aclaro. Se mordio la lengua antes de decirle que sus lagrimas frias en las noches de tormenta hacian honor a su nombre. --?Vienes a menudo por aqui? Porque, mientras recorria ese camino infernal hasta este lugar apartado de todo, ha empezado a asustarme la posibilidad de no volver a hablar con ningun otro ser humano. --Con Rafael… --apunto ella. --?Tu crees? Miralo. Lena le hizo caso y descubrio a los novios mirandose sin decir nada, embelesados. La envidia la golpeo de nuevo, y fijo su atencion en el rostro de Quim. Le sorprendio que fuera guapo, porque Rafael no lo era en absoluto; y Lena, que no entendia de fareros y que apenas conocia a nadie de fuera de la isla, habia dado por hecho que todos eran feos, como si fuera un requisito de la profesion. Aquel, en cambio, tenia unos bonitos ojos marron oscuro y el pelo negro y ensortijado. --Yo soy Toniet. --El muchacho habia permanecido callado hasta entonces, pero aprovecho el momentaneo silencio para colarse entre ambos y tenderle la mano al nuevo farero--. Si tiene algun trabajo o lo puedo ayudar en algo, estoy a sus ordenes. Quim hizo una mueca a Lena que le parecio de fastidio. Luego, le sonrio. Ella tambien. El tenia una sonrisa bonita. --?Que tal si vacias aquella carreta mientras yo acompano a Lena a ver el faro? Al principio, se asusto. La idea de entrar en aquel coloso la abrumo. Pero antes de que la Lena prudente, recatada y responsable que llevaba siendo desde nina se hiciera con el control, acepto la invitacion y se dispuso a otear el horizonte junto a aquel hombre, que parecia haber llegado como una senal del destino. Porque los fareros no se marchaban. Los fareros no se echaban al mar. Los fareros se quedaban en tierra. *** Conto cien escalones y llego a lo alto con las piernas temblorosas. No por el cansancio, pues estaba acostumbrada a caminar cuesta arriba, cargada de sacos de trigo y carbon o tirando de la mula, sino por la expectacion. Mientras seguia a Quim, imagino lo que iba a ver, y el corazon le trono con fuerza en el pecho. No se habia atrevido a preguntarle a su guia por que motivo la estaba conduciendo hasta alli, y no tuvo fuerzas para pararse a pensar si era apropiado quedarse a solas con un desconocido. Ni siquiera Marina habia subido, y eso que llevaba tiempo cortejando con Rafael y visitaba la zona del faro con frecuencia. Contuvo la respiracion cuando abandonaron el corredor de las escaleras y salieron a la luz del dia. Sobre sus cabezas, una enorme cupula de cristal proyectaba destellos, de un extremo de la estancia circular a otro, y protegia de la intemperie la inmensa lampara que, apagada a aquellas horas, ocupaba la parte central. Quim se aproximo hipnotizado hasta el artilugio y empezo a explicarle algo sobre su funcionamiento con su extrana forma de pronunciar las palabras. Lena no le presto atencion, aunque su voz sonaba agradable. Se acerco mucho hasta el cristal, puso las manos con cautela sobre el y se asomo al mar. Y no vio nada. Solo agua. Mar. Olas grises coronadas de espuma. El lugar donde no se atreveria nunca a poner un pie. Entorno los ojos y forzo la vista, sin resultado. Percibio como Quim se acercaba y se detenia a su lado. No le veia la cara, pero Lena estaba segura de que sonreia. --No se ve America --musito decepcionada. --?America? Eso esta muy lejos. --?Tanto? La tristeza la abatio. Porque, si desde el punto mas alto de la isla, desde donde parecia que podria dominarse el mundo y su inmensidad, no se veia America ni se veia nada, entonces no podria seguir conservando ninguna esperanza de recuperar lo que habia perdido. Jamas obtendria lo que habia ahi fuera. Salvo, quizas, a un hombre dispuesto a quedarse encerrado en el mismo minusculo punto del universo en el que ella vivia. --?Querias ver America? Lena percibio burla en su voz, pero no le dio importancia. El venia de lejos, el tenia un trabajo importante. Habria estudiado y sabria miles de cosas mas que ella. --Una tonteria. --Reunio valor para iniciar una conversacion y disimular su ingenuidad--. ?De donde eres, Quim? --Naci y creci en Tarragona, pero llevo varios anos viviendo en diferentes faros del pais. --Se volvio y la miro a los ojos, y Lena se puso nerviosa--. Como aprendiz, ya sabes. Estaba buscando un lugar en el que establecerme. --?Vas a ayudar a Rafael? --Si. Nos encargaremos los dos de esto. ?Vienes a menudo por aqui? --Solo cuando Rafael no puede ir a ver a Marina a su casa y esta no soporta mas su ausencia. --Le parecio ver decepcion en su rostro, y eso la alento--. Pero vivo muy cerca; mi casa es la ultima de la Mola, esta justo antes de llegar a los acantilados. El abrio los ojos con admiracion y sorpresa. --Me parece increible que alguien quiera vivir en un sitio asi. --A mi tambien --confeso. Quim rio, pero ella no encontro cual era la gracia. Le habria gustado ver si seguiria riendo despues de haber pasado toda su vida cercado por el agua, tan terrorifica y tirana, sin atreverse a poner un dedo en ella. --?Tienes novio? Estuvo a punto de mentirle, pero vio un brillo de ilusion en sus pupilas y decidio ser sincera. --Tengo tres, pero no se donde estan. Se lo dijo porque era su verdad, porque dolia como un golpe en el vientre cada vez que lo recordaba. Y porque, si iba a quedarse en la isla, tarde o temprano alguien del pueblo se lo contaria. Tal vez, incluso le hablarian de la maldicion; eran todos muy ridiculos. El volvio a romper en carcajadas. --Eres muy graciosa, Lenita, ?sabes? --Es verdad --insistio--. Queria subir aqui para averiguar si podia ver a alguno. O a mi padre. Le dio la impresion de que iba a preguntarle algo, pero ella se pego mas al cristal y volvio a buscar en la lejania. Nada. Ni America, ni Denia, ni algun islote en el que pudiera haberse perdido la barca de un pescador. Le parecio todo mucho mas inmenso, y su isla, mas pequena. Se sintio mas encerrada. Aunque habria deseado echar a caminar, a correr, a nadar, se quedo inmovil y se lamento en silencio mientras era consciente de la inmensidad que tenia frente a si; pero tambien de la carga que le pesaba detras, en tierra, a la espalda. Se quedo sin fuerzas, petrificada; sacudida por un anhelo danino que la llamaba a escapar, por una curiosidad infinita por averiguar que podria esperarla mas alla, adonde nunca podria llegar; blanca y quieta, contemplando lo prohibido, la tentacion. Como una estatua de sal. Y entonces, entre la bruma, percibio una sombra, diminuta y solida. --Alli hay algo --dijo. Quim siguio la direccion de su dedo y entorno los ojos. --Son las olas --aseguro. --No, mira. Esperaron unos segundos, y lo que parecia un espejismo fue tomando forma conforme la marejada lo empujaba hacia la costa. Su contorno se definio y sus colores se dibujaron. Entonces, Quim se aparto de su lado y corrio hacia la salida con un grito que retumbo de un lado a otro de la cupula. --!Un hombre! !Se acerca un hombre! !Un naufrago! *** Lena siguio a Quim escaleras abajo, tan rapido que se quedo sin aliento; pero el saltaba los peldanos de dos en dos, y lo perdio de vista de inmediato. Cuando llego a la sala de la planta baja, se detuvo un instante, indecisa y desorientada. Entonces oyo gritar a los hombres y salio al exterior. Los vio alejarse del faro y de las pequenas viviendas colindantes, y correr a lo largo del acantilado. Marina, asustada, se aproximo hasta ella. --?Que ocurre? --pregunto. --Un naufrago. Hay un hombre en una balsa, a punto de estrellarse. Su amiga se tapo la boca para contener una exclamacion. Ambas se quedaron paralizadas, sin saber que hacer. Vieron como los dos fareros corrian hacia el unico punto por el que se podia descender, y Toniet entro al edificio despues de que estos le dieran alguna orden que ellas no habian alcanzado a oir. Una fuerte rafaga de viento les trajo el olor y rugido del mar contra las rocas, y Lena le puso al desconocido que habia avistado en la distancia el rostro de todos los hombres a los que ella habia perdido. El de su padre, que habia partido rumbo a America; el de Guiem, su amor de sonrisa dulce que la habia dejado con el corazon roto; el de Sebastia, su futuro sereno, que habia desaparecido una manana de otono en la que habia salido a pescar; tambien, el de Joan, su anhelado companero, aunque a el todavia le guardaba un poco de rencor. Y, sin pensarlo, echo a correr en direccion al lugar por donde habian desaparecido Quim y Rafael. Marina la llamo a voces y la siguio. Cuando, muchos metros mas alla, llego hasta el inicio de la escalinata tallada en la roca que descendia hasta el mar, oyo que le preguntaba si se habia vuelto loca. Lena se agarro la falda y bajo la pendiente con pasos seguros, a pesar de la inclinacion y la humedad que volvia la piedra resbaladiza. Era la primera vez que se atrevia a hacerlo, pero no dudo. En unos minutos, se encontro, sofocada, sobre el pequeno varadero que remataba una cala minuscula. El temporal mojaba sin descanso los tablones de madera y le salpicaban la ropa, los zapatos y la cara. Se le habian caido el panuelo y el lazo de la trenza, pero no se habia detenido a recuperarlos. Su peinado se deshizo y el fuerte viento le metio el pelo en los ojos y en la boca. Cuando consiguio apartarselo, los dos fareros se habian subido a una barca y remaban en direccion a la balsa, que se dirigia implacable hacia las rocas cercanas. Gritaban para alertar a su ocupante, pero este parecia inconsciente. Uno de ellos se lanzo al agua, Lena no pudo distinguir quien. Si vio como se agarraba a la barca y el otro le tiraba un remo y un cabo, con el que rodeo su propio cuerpo de inmediato. Le costaba nadar y se hundia en las olas de forma intermitente. Logro subir sobre la balsa del naufrago y empezo a remar desde alli. Su companero, unido a el por la cuerda, hizo lo mismo. Tardaron una eternidad en llegar hasta el pequeno muelle. Otra mas en amarrar las barcas. Lena se acerco a ayudarlos, pero la ignoraron. Solo queria ver al hombre al que acababan de rescatar. Se le habia pasado por la cabeza la idea absurda de que pudiera tratarse de uno de los suyos, e intento distinguir su cara. Lo sacaron inconsciente de la balsa; uno lo agarro de los hombros y el otro, por los pies. Lo soltaron sin miramientos sobre un pequeno reducto de arena y posidonia; cayo a plomo, con un sonido hueco al golpearse y con un gemido que les dejo claro, al fin, que estaba vivo. --Necesitamos algo para subirlo --dijo Rafael--. A peso es imposible, ni siquiera entre los dos. --Unas tablas --respondio Quim con seguridad--. Vayamos a por unas tablas y unas cuerdas. Se fueron a toda prisa y Lena se quedo alli abajo, con el mar que la amenazaba a escasos centimetros y con un hombre inerte sobre la arena. Lo observo de lejos, temerosa, y le parecio enorme. Fragil. Su ropa era ligera y estaba hecha harapos. Se acerco un poco y vio que se movia. La sacudio la compasion; estaria helado y dolorido. Se aproximo mas y estudio su rostro. Era joven, y su frente y sus mejillas estaban cubiertas de sangre seca que apenas la dejaba adivinar sus rasgos. Se agacho y se arrodillo a su lado. Quiso hacer algo, decir algo, pero ella no entendia de naufragos. Se pregunto que se sentiria al creer que ibas a morir ahogado, que nunca mas verias a tus seres queridos. Contuvo un sollozo al pensar que, en algun lugar del mundo, habria alguien que lo esperaria por siempre. Deseo hacer que volviera, que viviera por si quien lo aguardaba era tal vez una mujer, una muchacha ilusa que, como ella, sonaba con un futuro mejor. Le temblaban las manos cuando se arrastro hacia el sobre la arena mojada; tomo su cabeza con suavidad y la poso sobre sus piernas, sobre su delantal. El volvio a gemir. Y Lena, que de verdad no entendia de naufragos aunque lo deseara, simplemente le canto. Porque no sabia que otra cosa hacer. Le canto suave, lento, desde el nudo asfixiante de su garganta. Una cancion de cuna. Y luego, una tonada de amor. Canto y canto y lo consolo, como querria que alguien hubiera hecho con los suyos. El, entre suenos, murmuro algo, pero Lena no se asusto. Le aparto el pelo, oscuro y demasiado largo, del rostro. Le acaricio las mejillas heladas. Rozo sus labios agrietados con los nudillos y, aunque estaban amoratados y frios, su tacto le hizo recordar el sabor de su primer beso. Y el abrio los ojos. De golpe y oscurecidos por la sorpresa, confusos. Su expresion se suavizo en cuanto la miro a la cara. Lena enrojecio y quiso salir corriendo. Pero el sonrio, complacido, y volvio a cerrar los parpados con un suspiro de placer. Lena siguio cantando. Lo acuno con ternura. Y penso, como una ilusa, que no siempre era malo que azotara el temporal.

  • Maldito ex. diario de una ruptura de Isabella Marin

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    Que tu novio corte contigo, cuando tu ya habias fichado el vestido de novia, es una desgracia.