• alas amor - Marisa Citeroni

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    El sentimiento mas poderoso es el amor, esta presente en cada acto, en cada demostracion, en cada palabra, en cada instante de la vida misma.
    En las historias aqui contadas, se habla de este amor, reflejando personas que luchan por aferrarse a este sentimiento.
    Mujeres que no entienden de mandatos ni preceptos, solo de pasion.
    Hombres que necesitan llenar sus almas vacias y no vacilan en hacerlo incluso en contra del mundo que se opone a ello.
    Protagonistas que se enfrentan de forma incansable con quienes no pueden aceptar que es simplemente eso: amor puro, egoista, desenfadado, obsesivo, pero tambien tierno, carinoso, dulce. Solo amor.

  • 56. Las Alas del Amor (La Colección Eterna de Barbara ...

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  • En alas del amor Tapa blanda – 9 mayo 2018 - Libros ...

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  • en las alas del amor (ebook) - elizabeth lane - Casa del ...

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  • ALAS DEL AMOR: LEYENDAS DE ANIMALIA - Casa del ...

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    EN LAS ALAS DEL AMOR (Libro en papel) ; Materia: Literatura y ficción ; ISBN: 978-84-671-6160-1 ; Páginas: 320 ; Encuadernación: RUSTICA ; Colección: VARIAS.

  • EN ALAS DEL AMOR - MIGUEL LOZANO MARTINEZ - Agapea

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  • LIBRO: SOBRE LAS ALAS DEL AMOR | TIENDA FECP

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  • En las alas del amor - Libros De Mario

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  • Todo saldra bien de Emilio Ortiz

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    Una nueva agencia de detectives acaba de nacer en Madrid. La forman un grupo de lo mas peculiar y divertido: Mario, un joven emprendedor invidente; Nicolas, su amigo del alma, y Milagros y Juanma, dos jovenes con unas capacidades muy especiales. Juntos intentaran averiguar que le ha sucedido a una joven que lleva meses desaparecida. Al equipo de detectives se unen dos sabuesos de primera: Cross, el extraordinario perro guia ya jubilado de Mario, que tendra que verselas con Jazz, el jugueton pastor aleman que lo acompana ahora. La ciudad esconde muchos secretos y peligros, pero las aventuras en compania son, sin duda, mucho mas divertidas.

  • Las manos de la madre de Massimo Recalcati

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    Benditas, escribe Rilke, sean las manos de la madre. Bendito el sosten que ofrecen al <> y a los <> de la vida. Bendita la <> de la madre y su memoria. Presentando publicamente en las mas dispares ocasiones (tanto en universidades como en festivales culturales, tanto en escuelas de psicoanalisis como en jornadas de formacion de los partidos politicos, en teatros y plazas, en centros comunitarios y en centros religiosos) mis recientes obras sobre la figura paterna, sobre su declive y sobre la necesidad de su replanteamiento radical <>,1 ocurre siempre, sin excepcion, que en determinado momento del debate se levante una mano -de mujer por lo general- para hacerme la misma pregunta: <> Este libro toma muy en serio esa pregunta y aspira a proporcionar una primera respuesta articulada. En las paginas que siguen me concentro en la experiencia de la maternidad, en su herencia y en sus fantasmas, en sus luces y en sus sombras. Trato de interrogarme sobre el misterio de la maternidad y, mas en concreto, sobre lo que queda de la madre en esta epoca de declive de su representacion patriarcal. En los ultimos anos me he dedicado a la figura del padre, a su evaporacion y, sobre todo, a lo que queda de sus funciones en una epoca que ha dejado atras la figura tristemente opresiva del padre-amo. Sin nostalgia de su autoridad disciplinaria, de su mirada severa ni de su atronadora voz. Contra quienes me han acusado de querer exhumar esta figura de la paternidad, siempre he aclamado y dado la bienvenida a esta epoca que ha visto su disolucion. No siento anoranza alguna respecto a la fascinacion oscura por la Ley inhumana del padre-amo. Al elevar al padre a una especie de ideal disciplinario represivo, la cultura patriarcal nos lego y al mismo tiempo nos impuso una version de la madre igualmente incomoda. Me refiero a la madre del sacrificio y de la abnegacion, a la madre como destino ineluctable de la condicion de mujer. La ideologia patriarcal que hoy esta exhalando sus ultimos y, en ocasiones, desesperados suspiros pretendia reducir el ser de la mujer al de la madre. Solo la figura de la madre podia sancionar una version socialmente aceptable, benefica, positiva, saludable, generativa de la feminidad. En cambio, la mujer divorciada de la funcion materna aparecia como la encarnacion de los fantasmas mas malignos: maldad, pecado, lujuria, falta de fiabilidad, brujeria, crueldad. Mientras que la mujer que se realizaba en la maternidad enmendaba los aspectos mas inquietantes de la feminidad, la mujer que se negaba a limitarse unicamente a la maternidad, renunciando a su libertad, acarreaba el estigma de una anarquia peligrosa y antisocial que habia de ser redimida con las herramientas de la moral pedagogica, la psiquiatria o la marginacion social. En definitiva, segun la perspectiva de la ideologia patriarcal, solo el acceso a la maternidad podia conferir una forma de realizacion benefica y publicamente aceptable a la mujer. Se trata de una version esquizoide y maniquea de la feminidad (madre=bien, mujer=mal), que constituye la espina dorsal de la representacion patriarcal de la maternidad y que con toda razon ha sido criticada y superada. La libertad social y sexual adquirida por las mujeres en las ultimas decadas ha subvertido, de hecho, tal representacion. Hoy en dia las mujeres trabajan, estan socialmente comprometidas y, al igual que los hombres, tienen poco tiempo para dedicar a sus hijos. La organizacion social de nuestra vida no facilita, en efecto, la integracion fructifera entre la mujer y la madre, sino, al contrario, favorece su divorcio. A causa de ello, han brotado nuevos fantasmas que introducen ineditas versiones patologicas de la maternidad; no ya la tradicional de la madre que devora su propio fruto, que no deja marcharse a su propia criatura, sino la hipermoderna de la madre que vive los hijos como un obstaculo para su afirmacion social. En nuestro tiempo, la maternidad no depende ya de la capacidad generativa ni del sexo de los progenitores. Algunas evidencias que regulaban el proceso de filiacion -la generacion proviene del coito, la sexualidad es la primera condicion de la generacion, la funcion paterna y materna estan sostenidas, respectivamente, por una madre (mujer) y un padre (varon)- estan saltando irreversiblemente por los aires. La ciencia y el derecho facilitan la posibilidad de tener un hijo sin pasar por la generacion sexual de los cuerpos y prescinden del deseo de maternidad como evento que nace de un vinculo amoroso. Se ha consolidado una nueva industria -la de la reproduccion asistida medicamente- que ha hecho que el deseo de maternidad se vuelva autonomo respecto al deseo amoroso hacia el otro sexo. Se trata del trasfondo hipermoderno de este libro, que nos impone una serie inedita de preguntas: en un epoca en la que el coito ya no resulta necesario para la fecundacion y los sexos de los padres no tienen por que corresponder necesariamente con la heterosexualidad anatomica, en una epoca en la que el sexo se ha desprendido de las leyes de la naturaleza y ha sido colonizado por la ciencia, en una epoca en la que la nocion neutra de progenitor (1 y 2) parece querer reemplazar a la de padre y madre, ?sigue teniendo sentido plantearse el problema de la diferenciacion simbolica entre funcion paterna y funcion materna? En una epoca en la que el deseo de maternidad se ha emancipado por completo de la referencia inmediata a la madre como progenitora, como la que trae a la luz del mundo a un hijo, ?que es lo que queda de la madre? ?Que queda cuando convertirse en madre deja de ser el destino natural de la mujer para pasar a ser una eleccion en libertad que decide sus tiempos gracias al apoyo de la ciencia y el derecho? ?Cuando sexualidad y procreacion no forman ya un binomio indisoluble? Un hilo conductor recorre mi trabajo de los ultimos anos: el tema de la herencia. Este tema plantea con fuerza el problema de la humanizacion de la vida. Lo que esta en juego son las modalidades mediante las que el deseo se transmite de una generacion a otra. Es el gran tema de la filiacion simbolica que nuestro tiempo nos obliga a replantearnos desde el momento en que se aprecia, con mayor evidencia cada vez, que el proceso de filiacion no depende de la dimension naturalista de la familia. Pero por mas que no sea ya la familia la base natural de la filiacion, este dato no elimina en absoluto la centralidad de la filiacion simbolica, es mas, acentua ulteriormente, si eso fuera posible, su importancia. Dos prejuicios especulares han condicionado la lectura psicoanalitica de la funcion materna. Por un lado, estan aquellos que han identificado a la madre como la prision en la que se halla detenido el nino y al padre como su liberador necesario. En esta identificacion, la generatividad materna queda aplastada por una cultura que asimila a la madre con el caos original, con un lugar informe, prelinguistico, indiferenciado, que solo la intervencion del padre tiene el poder de ordenar y reglamentar.2 Por otro lado, estan aquellos que atribuyen a la madre una funcion tan exclusiva en el cuidado de los hijos que corren el riesgo de acabar cayendo en un proceso retorico de idealizacion que no tenga debidamente en cuenta la necesidad de que el hijo sea siempre el resultado de Dos y nunca de Uno solo. Contra el primer prejuicio, este libro quiere demostrar la centralidad activa de la funcion materna en el proceso de filiacion y de humanizacion de la vida. Contra el segundo, quiere demostrar que la madre no excluye nunca la ambivalencia y su division interna, que la idealizacion de la madre <> acaba unicamente por alimentar esteriles fantasmas de omnipotencia. La madre que suprime a la mujer -como sucedia en la version patriarcal de la maternidad- o la mujer que niega a la madre -como sucede en esta epoca hipermoderna- no son dos representaciones de la madre, sino dos declinaciones igualmente patologicas. Este libro se detendra en todo ello, pero sin ninguna intencion de reducir la maternidad a su patologia. Las ensenanzas de Lacan nos demuestran que la existencia del deseo de la mujer como no totalmente absorbido en el de la madre es la condicion esencial para que el deseo de la madre pueda ser generativo. Solo si la mirada de la madre no se concentra en sentido unico en la existencia del hijo puede la maternidad realizar plenamente su funcion. Es lo que nos ensena cotidianamente el psicoanalisis: solo si la madre es <> puede atesorar el nino experiencia de esa ausencia que hace posible su acceso al mundo de los simbolos y de la cultura. La contradiccion entre la entrega al cuidado y el impulso hacia la propia (y legitima) afirmacion personal parece hacer hoy en dia casi imposible el oficio de madre: la atencion materna entra en conflicto directo con la aceleracion maniatica del tiempo, totalmente carente de atencion, que es ensena de nuestra epoca dominada por el discurso del capitalista.3 Los cuidados maternos, al contrario de lo que sucede en todas las esferas de nuestra vida individual y colectiva, nunca son anonimos, genericos, protocolarios, estandares; nunca se insistira lo suficiente acerca de la importancia de la atencion materna que nunca es cuidado de la vida en general, sino siempre y unicamente cuidado de una vida en particular. Estos cuidados no se miden por el numero de horas dedicadas a los hijos. El psicoanalisis nos ensena que la presencia sin palabra y sin deseo puede ser bastante mas danina que una ausencia que sabe regalar sin embargo unas (pocas) palabras adecuadas. Lo que sigue siendo insustituible en la madre es el testimonio de que aun puede existir, en nuestro tiempo, una atencion que no sea anonima, una atencion que ame el detalle mas particular del sujeto, una atencion capaz de recibir el <> que llega con la luz del dia. No existe, en efecto, amor por la vida, al igual que no existe el amor por lo universal. Solo existe el amor por el uno por uno, el amor por el nombre propio, como diria Lacan. Y es precisamente ese amor el que la maternidad -a despecho de todas las transformaciones hipermodernas que han modificado su fenomenologia- tiene el cometido de custodiar. Su leccion mas profunda es la de oponer la atencion hacia lo particular como una resistencia irreductible ante la voragine vertiginosa que impulsa la negligencia absoluta del discurso del capitalista. Milan, febrero de 2015 Deseo dar las gracias a Matthias de Bernardis y a Donatella Berasi de la editorial Feltrinelli por su valioso trabajo, y a Ludwig Monti, de la Comunidad de Bose, por su generosa amistad

  • Temporada de avispas de Elisa Ferrer

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    La superheroina imbatible que era de nina ha perdido sus poderes. Esta manana, que me encantaria volar, desaparecer, viajar en el tiempo, detenerlo, solo siento un pinchazo espantoso en la cabeza, el regusto acido de las copas de ayer. Ha sonado el telefono y mi madre me ha despertado antes de las ocho de la manana con su urgencia por hablar conmigo, aunque no tuviera nada que decirme: Nuria, carino, ?todo bien? Me ha costado levantarme, no sentirme culpable por tener a Juan respirando en mi nuca, ahogandome con su abrazo de cuchara. Me ha costado no enfadarme porque me prometi no liarme mas con el. Y al final me cabreo, porque respondo cuando me llama, porque voy a verle, aunque ya no quiera. Me ha costado darme una ducha, salir de su casa, que, aunque hace un tiempo fue mia, ahora me es ajena, lejana, triste; meterme en el metro, en el ascensor. Pensar en encerrarme en el sarcofago de la oficina. Llego a la redaccion y, al abrir la puerta, Lucas me mira de reojo. Sabe de donde vengo, el porque de mi cara culpable y mi ropa de ayer y me sonrie como el que espera que en cualquier momento reviente una tormenta; ojala la unica tormenta fuera la que esta por estallar en mi cabeza, el craneo partido, la masa encefalica contra la pantalla del ordenador. !Buena resaca, ?eh, Nuria?!, el grito de Hector en mi oido. Le sonrio, pero querria escupirle. ?Resaca?, repito. Ninguna. Y sonrio con mas enfasis tras responder, aunque haya espadas apunalandome las sienes. Enciendo el ordenador con desgana, intentando olvidar que me esperan ocho horas en ese cubiculo, y retomo la vineta de ayer sobre la operacion bikini y unas salchichas de Frankfurt. No la recordaba y resulta que es una mierda, a mi jefe le va a encantar. Siempre llega el ultimo, y no se como lo hace, pero todos los dias tiene una mancha de cafe o de tinta o de salsa en su camiseta de algodon. Camisetas que llevan escrito un texto gracioso que pronuncia en voz alta cuando llega por las mananas: <>. Hoy llega antes, apenas he encendido el ordenador, y ya ha abierto la puerta, KEEP CALM AND LOVE YOUR BOSS, senala su camiseta y mi dolor de cabeza detona tras el grito, el portazo. Nada mas sentarse, me llama a su mesa y mira de reojo mis dibujos mientras se corta las unas con un cortaunas ronoso y desportillado que guarda en el bote de los boligrafos. Hay algo extrano en su modo de no mirarme a mi, cuando se concentra en valorar la vineta. Creo que le gusta, que le gusta de verdad, lo creo por su hoyuelo, porque quiere asomarle en la mejilla, pero el no lo deja. Quiero comentarte una cosa, me dice serio, tengo que decirte algo. ?Que ocurre? Y me siento estupida frente a mi jefe, con aliento a roncola, con mi ropa de ayer, con su intencion de decir algo y luego callarse. Porque el tio se calla y mueve la mano como quien llama al camarero para decirme que luego, que hablamos luego, que cuando termine la vineta escriba un articulo sobre la maternidad hoy. ?Como? Si, sobre ser madre hoy. ?En que contexto? En el que quieras, Nuria. Ser madre hoy. Estoy harta. No se escribir, no soy periodista, pero no te puedes quejar, me dicen, al menos tienes trabajo. Y hoy prefiero no protestar, callarme, agachar la cabeza, pasar desapercibida. Lucas se acerca a mi cubiculo para decirme que no me preocupe por lo de mi jefe, que no sera nada, pero, aunque mueva las manos como si fuera una vendedora de Tupperware y le quite importancia, el tambien esta preocupado. Y para rebajar la tension, le corto del unico modo que funciona, le hablo de sus canas, de las pocas que le han salido y ya asoman en la parte derecha de su cabeza. Mas de quince canas en la derecha, Nuria, ni una en la izquierda. El asunto del desequilibrio capilar, asi lo llamamos, <>, le pone nervioso, le desquicia. ?Tu te acostarias con un tio con la cabeza dividida en dos colores? ?Con la cabeza como una punetera tarta helada? Y me obliga a arrancarle dos, tres canas mientras grita. Pero es el esfuerzo que debo hacer, dice, para seguir seduciendo a tipos tan guapos como yo. Le pido que me acompane a fumarnos un porro en la azotea, pero me responde que ni hablar, que eso me faltaba hoy, que me ve descentrada, resacosa, que acabe con el dibujo de una santa vez. Intento concentrarme en la vineta en la que trabajo con la tableta grafica, pero mi mano se mueve sola y termina dibujando con el rotulador como tantas veces, como siempre, avispas en un papel. Las avispas que pueblan mis cuadernos, el corcho de la cocina, las servilletas del desayuno que se van a la basura junto a la corteza del pan de molde. El rotulador amarillo y el negro las trazan solas. La semana pasada dibuje avispas en chandal de tactel, en kimono, en posturas imposibles para una avispa, para el Kamasutra, y esta manana a una le he puesto bigote y quiza la convierta en nazi. Ni lo pienso, la mano se mueve sola desde que empece a dibujarlas en clase en lugar de tomar apuntes y aun hoy, como cuando era nina, me siento Batman, que vence su miedo a los murcielagos aliandose con ellos. A golpe de trazos amarillos y negros me crezco frente a esos aguijones afilados que de pequena eran para mi mas que un pinchazo caliente y doloroso, de hecho, representaban el final del juego. Mi movil vibra con insistencia y al final respondo. No es Juan, a pesar del martilleo de mensajes al que me ha sometido a lo largo de la manana, se trata de un numero que desconozco, pero es una voz que he oido antes, desgastada, de hombre mayor, una voz que me dice que tal Nuria, pero la llamada se corta antes de que me de tiempo a preguntar quien es, que quiere, quien habla. Esa breve conversacion me deja una sensacion extrana, la vista clavada en la pantalla del telefono, donde el reloj parece detenido, mientras mi mano se queda estancada sobre la ilustracion sin acabar. Apenas faltan diez minutos para salir, cuando termino la vineta. ?Que tal vas?, pregunta mi jefe. Ya esta, le digo. El la mira en la pantalla del ordenador, el sol, los crateres planetarios, la pierna trazada con ligereza, como si fuera real aun siendo un dibujo. Manana a primera hora me pongo con el articulo ese de las madres, le digo. Y hace un gesto raro. Le encanta, se que el dibujo le encanta, pero ni una palmadita en la espalda, ni un Buen trabajo, Nuria. Bien, bien. Mandame la vineta y manana vemos eso. ?Querias hablar conmigo?, le pregunto. Pero Hector le zarandea, tira de la manga de su camiseta, KEEP CALM AND LOVE YOUR BOSS. ?Unas canitas? Ese zarandeo es el salvavidas al que se aferra mi jefe, que mira el reloj y claro, claro, anda si ya es la hora. Unas canas, ?por que no? Y esta incomodo. Bajais, ?verdad, Nuria? Y va a decir Lucas, pero siempre se queda en blanco y le llama Nicolas o Luis o tu, sin mas, tu. Tu, ?bajas? El bar huele a humo, aunque no se pueda fumar. Quiza sigue alli ahogando los poros de los sillones de escay desde el ultimo cigarrillo que se disfruto antes de la prohibicion. Hector pide canas para todos sin preguntar si las queremos, como tampoco pregunto si queriamos salir de la oficina, ni nos pidio permiso para interrumpirnos cuando al fin empezabamos a hablar.

  • El papa multimillonario y la ninera de Mia Ford

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    Aparque en el garaje, me di cuenta de que mi marido Sean estaba en casa y sonrei. Ultimamente trabajaba tanto en su empresa de arquitectura que parecia que no nos veiamos nunca, pero me decia a mi misma que eso nos ayudaba a vivir en esta preciosa casa en la mejor zona de Boston y lo dejaba pasar. Me mire en el espejo y me humedeci el brillo de labios tras retirar mis rizos negros con una mano. De un salto, entre en la espaciosa cocina y grite su nombre. --?Sean? --No hubo respuesta, y mire un momento a mi alrededor, preguntandome si estaria en su despacho. Yo trabajaba en la guarderia de un hospital, atendiendo a los ninos que estaban ingresados, y ese dia me habian dejado irme antes de tiempo como agradecimiento por haber trabajado horas extra. Todavia no tenia hijos, asi que intentaba ayudar a los que si los tenian, ya que disfrutaba cada momento de mi trabajo. Me moria de ganas por empezar a intentar tener un bebe a los veintitres anos, pero Sean parecia querer esperar. Deje caer mi bolso sobre la encimera y me dirigi hacia las escaleras que llevaban a mi habitacion. Iba a ver si estaba Sean, y si estaba ocupado, siempre me quedaba la enorme banera del bano del dormitorio principal para relajarme un rato. Estaba subiendo las escaleras y me dirigia a mi habitacion cuando escuche algo procedente del despacho situado en el extremo opuesto del pasillo. Me lami el brillo de mis labios carnosos con nerviosismo mientras giraba a la izquierda para caminar hacia la intimidante puerta cerrada. Gire el pomo lentamente, abri la puerta de un empujon y vi a Sean mientras se follaba a una mujer rubia que parecia al menos cinco anos mas joven que yo en el futon que el habia querido tener alli. Se suponia que era para descansar de estar tanto tiempo sentado en su escritorio mientras trabajaba, aunque ahora sabia la verdad. --Supongo que deberia alegrarme porque no esteis en nuestra cama. --Mi voz era extranamente calmada, aunque sentia que mi vida se desmoronaba ante mis ojos. Sean dio un salto, apartandose de la chica mientras me miraba con ojos sorprendidos, revelando que esa chica era efectivamente joven. No adolescente, pero quizas en los primeros anos de la universidad. Sean tenia treinta y cinco anos, una edad en la que uno pensaria que ya habia superado esta etapa de su vida. Llevabamos dos anos casados y yo creia que eramos felices. Estaba muy equivocada, y senti la rabia dentro de mis venas mientras me di la vuelta para salir de la habitacion. Sabia que Sean y yo habiamos terminado, ya que no habia manera de que pudiera perdonarle por esto, y mucho menos de que actuara como una esposa para el. Mi mente divagaba mientras me preguntaba que iba a hacer. Sean me mantenia bien, y la guarderia era simplemente un trabajo voluntario para mi, ya que me dijo que no queria que trabajara cuando nos casaramos. No termine el colegio porque era joven y tonta, y en cambio elegi empezar una relacion tumultuosa con un chico malo porque era atractivo y excitante. Era una pena que lo interesante a menudo significara criminal y abusivo, por lo que me tranquilizo el hecho de haber salido viva de la relacion y sin ser arrestada por nada de lo que hizo Brad. Entonces tenia diecisiete anos y me contuve hasta que conoci a Sean, que estaba asentado y estable. Lo consideraba aburrido en algunos aspectos, pero, sin embargo, Sean me trataba bien y me prometio un buen futuro. Nos casamos cuando yo acababa de cumplir veintiun anos. Estaba feliz y muy ilusionada con mi futuro, que seria diferente al que habria vivido con Brad. Mis padres estaban encantados y vinieron desde Mendocino para asistir a la boda, seguros de que habia encontrado al hombre perfecto para mi. Que equivocados estabamos todos. Entre en la cocina y saque el vino de la nevera, mirando el vicio que utilizaba para relajarme por la noche antes de acostarme. Justo entonces, lo abri y di un gran trago para intentar calmar mi mente y ordenar mis aceleradas emociones. Imbecil. Sean estaba con esa perra estas noches cuando yo creia que estaba trabajando. Estos pensamientos me hicieron beber otro gran trago. --Celia, no crei que estuvieras en casa --dijo Sean mientras yo respiraba lenta y controladamente. --Obviamente. ?Cuanto tiempo lleva esto? --pregunte mientras me giraba para mirarlo, observando su pelo castano oscuro y sus preciosos ojos azules. Ahora parecian arrepentidos, y entrecerre los mios marrones. --Seis meses. La conoci en un hotel cuando tenia una reunion con un cliente para un nuevo proyecto, y las cosas simplemente sucedieron --dijo Sean mientras miraba al suelo--. Se mudo aqui hace unos tres meses. --?Se mudo aqui? Vaya… ?cuando pensabas contarme esta nueva parte de tu vida? --pregunte mientras me miraba fijamente durante un momento. --Pronto. Celia, estoy enamorado de ella. Queremos estar juntos. --Habia bebido mas vino antes de dejar la botella sobre la encimera de granito--. Quiero la casa. --Puedes vivir en cualquier parte, Sean. Tienes un trabajo. ?Recuerdas cuando me dijiste que no querias que trabajara? -- pregunte mientras las lagrimas de rabia resbalaban por mis mejillas. --A Brittany le encanta la casa --me dijo mientras yo cogia el vino y lo lanzaba hacia el, encontrando gracioso el hecho de que se estrellara contra la pared color mostaza que habia a su lado--. Jesus, Celia. --Me vas a pagar un hotel hasta que se me ocurra algo --le dije mientras pasaba junto a el para ir al dormitorio a recoger algunas cosas.

  • Sed de otras cenizas de Richard Sabogal

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    La calle me consume en cada salida. Abro la boca y trago excremento de carro. Quiero morderle la nalga a la morena que va mas adelante agarrada de la mano del tonto que seguramente la insatisface. Un nino con ojos tristes me pide una colaboracion para comprar un pan de la panaderia de vitrinas desnudas. Camino por el tubo digestivo de esta ciudad que me da cobijo y me drena cada semana que la visito. Le arranco la ropa a las mujeres bellas con las que me cruzo, a la del escote que asoma senos turgentes, a la de senos con cicatrices de maternidad, a la de pantalones cortos con una autopista como piernas. Pongo mi mano en el bolsillo, atrapo el celular que el tipo de la moto miro con lascivia. Arriba, como un dios silencioso, el pedazo de Avila nos mira, en dias como este quisiera que sus paredes verdes crujieran como un trozo de galleta y se desmoronaran sobre las casas; sobre la soberbia catedral en lo alto del pueblo, con sus rezos, sus culpas y sus munecos de yeso; sobre la pendiente solitaria donde siempre roban; sobre la morena de nalgas hermosas; sobre los tipos de las motos que buscan victimas; sobre las mujeres escotadas y de piernas desnudas; sobre el hospital, la maternidad, el supermercado. Sobre todos. Que al final solo queden bolas de humo y escombros. Que salgan las lombrices de la tierra removida y queden gallinas que las traguen como un fideo. Que muera todo, que no quede nada, que renazca este pueblo, esta ciudad, este pais. El mundo entero. Para asi dejar de oir las letanias de los moralistas desde su color preferido, con sus figuras de carton y sus lideres en forma de munecos inflables. Quiero atravesar la autopista sin mirar a los lados para que los histericos recuerden a mi madre. La ciudad es soleada, siempre hace calor, pero empieza a llover. Caen gotas gordas, que encharcan el piso. Son gotas escarlata. Pronto la ausencia de canerias forma pequenos rios de agua que se acarician con los restos de acera. Huele a bujia, a papas podridas, a bolsas de basura abiertas. Un perro callejero, con el hambre tatuada en sus costillas, va en un trote suave huyendo de la escena llevando en el hocico un panal lleno de crema amarilla. Me dejo banar, mi cabello se tine de rojo, las gotas descienden por mi frente, siento el sabor metalico en mi boca. Levanto la vista al cielo, camino en direccion a la autopista, los cauchos rechinan y siento como la montana cruje. Abro los ojos para ver el destino descender colina abajo. La bicicleta La bicicleta de mi infancia era amarilla con verde, rin 20, con una silla amarilla de plastico duro. Brillaba al sol y por un tiempo fue mi amiga. La silla se me metia por el fundillo y me lastimaba. Mi papa no quiso dejarme las ruedas de seguridad y sin anestesia tuve que aprender a manejarla conociendo el sabor del suelo. Mi tio homosexual se entallaba sus pantalones cortos de jean y su sonrisa eterna, y me llevaba a la cancha de mi barrio. El se sentaba en la pequena silla y yo de lado, en el marco de la bicicleta. Mi barrio era una pendiente pronunciada y la descendiamos a toda velocidad. Era un placer efimero esos pocos segundos que tardabamos en llegar a la cancha. La bicicleta estaba llena de calcomanias de autobus y hasta le puse un aviso de mototaxi. Aprender a manejar bicicleta es de los pocos recuerdos dolorosos y felices de mi infancia. La cancha la recorria en circulos, mi tio me sostenia de la silla y corria a mi lado, a veces volteaba a verlo para que aplaudiera mi hazana, pero estaba treinta metros atras, siempre sonriendo, yo me veia abandonado, perdia el equilibrio y estampaba mi suerte contra el concreto de la cancha, a pocos metros de la porteria. Mi tio se carcajeaba, me ayudaba a levantar, me soplaba la arena de la raspadura y seguiamos. La crudeza de la infancia que marca. Pero aprendi a dominarla en poco tiempo y pronto mi tio desaparecio de mis recuerdos y luego me vi recorrer el barrio de arriba abajo, pedalear con fuerza la pendiente y bajar a toda velocidad, mirando para los lados, asustando a los ninos pequenos pasandoles a gran velocidad casi rozandolos. Aprendi a manejar con una sola mano, luego sin las dos manos en el volante y finalmente pedaleando con las manos en los bolsillos. Haciendo estas hazanas cerca de la casa de Carolina, la nina buena de la esquina, la blanquita con un lunar en lo alto de su nariz y sus dientes de perla, la que me sonreia y me rechazaba. El corazon me dolia, pero tambien las manos que de tanto agarrar los mangos de goma barata se me ampollaron. Pero yo queria jugar mas. Y pedalear mas. Demostrarle a Carolina que era un gran ciclista. El bodeguero Elias, se burlaba de mis intentos de ciclismo, aunque una vez me grito cuando, intentando salvar mi cuerpo de estrellarse contra el pavimento, salte con todo y bicicleta sobre la acera y cai sobre sus flores, y aplaste un pedazo de sabila y me arune la pantorrilla. Carolina me miraba desde su ventana, rio, se despidio y cerro.

  • El legado de Damian, Chris de Witt [PDF] de Chris De Witt

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    Damian Di Monaco, de setecientos anos, es un implacable guerrero de la casta de los Silverwalkers de la Estirpe de Plata. Tiene a su cargo hallar un simbolo, indispensable para la evolucion de la estirpe, que esta en poder de una guardiana, Maia Serrano.

  • La mujer fuera del cuadro de Nieves Garcia Bautista

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    La extraordinaria historia de una mujer, la del cuadro que la inmortalizo y la de una epoca, la bohemia parisina de finales del siglo XIX, tan bella como extrema en sus contrastes.

  • Oriente Medio, Oriente roto de Mikel Ayestaran

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    Cuando Mikel Ayestaran decidio convertirse en reportero de guerra, dejando atras un apacible trabajo de redaccion, no tuvo demasiadas dudas sobre hacia donde iba a dirigir sus pasos. Oriente Medio no es la unica zona caliente del planeta, pero, de entre ellas, es la que no falta ningun dia en las secciones de internacional de los medios de todo el mundo. Marcada por profundas divisiones etnicas, politicas y religiosas, en la region las potencias mundiales y los regimenes locales dirimen sus diferencias a traves de terceros paises, y florecen grupos terroristas que han llegado a erigirse en amenaza global, como Al Qaeda o Estado Islamico.

  • Lo eres todo de Fran Moran

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    CERRO los ojos y escucho su voz, como siempre lo hacia cuando la camara se movia de ella a algun invitado o pasaba a algun rollo B de la historia que ella estuviera relatando. El no necesitaba informacion sobre otro tiroteo en alguna escuela, o sobre los gatitos rescatados de un desague. Solo queria saber de ella. Eso era todo lo que veia en las noticias. Eloy Marti. Sus rasgos eran suaves y dulces, acompanados de una cabellera rubia oscura y rizada, que caia hasta sus hombros en suaves ondas. Sus ojos emanaban calidez y empatia. Tenia labios rosados, y sus pechos bajo la elegante y cara blusa lo volvian loco. Cristo, el la queria. Siempre lo habia hecho. Desde aquel dia en la universidad cuando entro en la biblioteca de Harvard y la vio. Con su apariencia, dinero y posicion en el Upper East Side de Nueva York, el podria tener a cualquier mujer que quisiera, y habia tenido bastantes. Pero siempre recordaria esa. La que se le escapo. La chica de la camiseta rosa. Ese dia, la biblioteca estaba tranquila y casi vacia. Ella estaba sola en uno de los pasillos, leyendo. Miro hacia arriba cuando el se acerco. Era una chica pequena, delgada y joven, tal vez de diecisiete, o dieciocho anos. Al mirarlo, le sonrio. A su parecer, era encantadora, no solo bonita, sino dolorosamente hermosa. Tenia grandes ojos de color marron intenso y una calida y amistosa sonrisa. Para ese momento, su cabello colgaba casi hasta su cintura, luciendo suave y un poco desordenado. Ella le habia quitado el aliento. Era la chica que habia estado buscando. Y asi como asi, se habia ido. Una voz detras de el la habia llamado. Ella se despidio con una sonrisa y paso junto a el. En menos de treinta segundos, su vida habia cambiado para siempre. Y ahora ella estaba en su television todas las noches. Pero esta noche, sin embargo, las cosas serian diferentes. Sabia donde encontrarla, y donde llevarla. Su lugar en el campo era aislado y seguro. Ella definitivamente aprenderia a amarlo alli. Abrio los ojos cuando escucho al reportero devolverle el pase a Eloy, y sonrio cuando vio su hermoso rostro de nuevo. Esta noche, querida, esta noche… ELOY CERRO las noticias con una sonrisa y espero hasta que la camara apagara la lucecita para asegurarse de que estuvieran fuera del aire. --Gracias a todos. Sonrio para sus companeros mientras el personal del piso le aplaudia. Era una de las pocas anclas que trataba a todos por igual y siempre habia sido amable y cortes. Eloy se rio de sus aplausos, ignorando a su co-presentador que se quejaba del sonido. Su asistente, Rae, se rio mientras Eloy la levantaba un poco y la hacia girar. --Alguien esta de buen humor. Bajo a su amiga, y volvieron a su camerino. --Puedes apostar a que si. Guido me va a recoger y vamos a tener dos felices semanas de nada mas que sol, mar, arena y divertido sexo sucio. Rae se rio. --No estoy celosa en lo absoluto. Realmente, realmente no. Eloy se rio. --Lo siento, boo. No deberia regodearme, pero Dios, he estado esperando esto desde siempre. --Escucha, te lo mereces. ?Entre tu y yo? Me preocupa que trabajes demasiado. --No --Eloy le sonrio--. Sabes que vivo y respiro las noticias. Escucha, ya que compartimos secretos… cuando regrese, le preguntare a Jack si puedo hacer mas periodismo de investigacion. Me encanta ser ancla, pero tambien extrano estar en el campo. Rae le sonrio. Ella tenia unos cincuenta anos, era afroamericana y la crema y nata de las asistentes personales. Ellas se conocieron hacia ya un ano, y desde entonces eran inseparables. Ahora mismo, charlaba con Eloy, mientras ella se ponia unos jeans y una camiseta, y se preparaba para encontrarse con su novio, Guido Wheeler. Llevaban dos anos juntos, y estaban tan enamorados como siempre. Eloy sabia que el era el indicado, su personalidad divertida y ferozmente inteligente los hacian coincidir en todo lo que hacian. Guido llego poco despues y la beso, permaneciendo ambos en un abrazo prolongado. Le sonrio, y sus ojos marrones oscuros, se volvieron alegres y llenos de emocion. --?Estas lista, nena? --Vamos, guapo. Se tomaron de la mano al salir del edificio hacia la cabina de espera, y no fue hasta que escucho su nombre que Eloy se dio la vuelta para ver al hombre que esperaba detras de ellos. Empezo a sonreir, ya que era su respuesta automatica para los fans que la esperaban fuera del estudio. De pronto, todo parecio ir mas despacio cuando ella vio el arma. Escucho el grito de Guido, oyo un disparo y vio su pecho explotar. Ella grito de rabia cuando el hombre le apunto con el arma, pero aun asi se lanzo sobre el sin pensar en las consecuencias. Sintio tanto dolor, que su vision se volvio negra. Por la manana, en el hospital, despues de horas de cirugia, le dieron la noticia. Guido habia fallecido, y el hombre que lo habia matado se habia escapado, desapareciendo en el frio viento de la noche. Eloy sabia que nunca mas sentiria la calidez de la felicidad, o la sensacion de estar a salvo. CAPITULO UNO UN ANO DESPUES ELOY MARTI DEJO de existir en el momento en que cerro la noticia esa noche con una sonrisa para su publico, seguida de su habitual y alegre despedida. Charlo con Rae como de costumbre, se puso su ropa y le dijo a su amiga que la veria manana. Usando un baston que ya no necesitaba, pero que guardaba para desviar la atencion, salio cojeando hacia la limusina que la esperaba, y entonces, desaparecio. Mientras el auto, conducido por uno de los choferes del FBI, se adentraba en la oscuridad del estado de Nueva York y se dirigia al refugio, la Eloy que todos conocian quedo en el pasado, y en su lugar, nacio Sunday Kemp. En el refugio, su cabello rubio oscuro fue tenido profesionalmente hasta alcanzar un tono marron oscuro que lucia natural, sus ojos marrones fueron cubiertos con lentes de contacto violetas, su nariz perforada, e incluso se hizo un pequeno tatuaje en su muneca. Entonces, el jet privado que la llevaria a su nueva casa estuvo listo, y ella supo que eso seria todo. El ultimo momento de su antigua vida. Dudo una vez mas antes de subir al avion. Sam, su protector, que se habia convertido en un buen amigo durante el ultimo ano, le puso una mano en el hombro. --?Estas bien, Sunday? Sunday. Su nuevo nombre. Lo habia elegido para honrar a Guido, a quien conocio un dia domingo. Kemp era el apellido de soltera de su madre. Cuando perdio a Guido, sintio que de hecho perdio a ambos. Habia sido demasiado doloroso para la familia de el volver a verla, aunque Patricia, la madre de Guido, se habia quedado al lado de Eloy mientras esta se recuperaba del disparo. Tan pronto como fue dada de alta, sin embargo, se quedo sola. Su propia familia, dispersa desde hacia mucho tiempo por el mundo, habia enviado sus condolencias, pero ninguno de ellos la habia visitado. Rae habia sido su familia, y ahora tenia que dejar atras a su unica amiga. Se fue desde Nueva York, el unico hogar que habia conocido, hasta la vida de pueblo en las Rocosas, Colorado. Paso de presentadora de noticias a mecanografa de alguien. Le habian encontrado trabajo con un artista que vivia en el pequeno pueblo cerca de Telluride y ella se reuniria con el el lunes siguiente. Hasta entonces, se instalaria en su nuevo hogar, un pequeno apartamento en la calle principal de la ciudad, en lo alto de las Montanas Rocosas. No habia traido nada de casa, ni siquiera ropa interior, excepto una fotografia de Guido que habia colado en el bolsillo de su chaqueta. El FBI le habia dicho que dejara todo lo que pudiera atarla a su antigua vida. --Todo sera provisto para ti --fue lo que dijeron--. Tienes que dejar tus cosas atras --le dijo Sam gentilmente--. Si apareces en la ciudad con millones en el banco… --Lo entiendo --dijo. El dinero no significaba nada mas para ella que una herramienta para hacer su vida mas conveniente; nunca habia sido una mujer avara. Pero odiaba dejar sus libros, su piano, y sobre todo, a sus amigos y companeros en la estacion. Las amenazas a su vida eran constantes. El, quienquiera que fuera, era implacable y muy sigiloso. Constantemente le enviaba recordatorios de que estaba cerca, que terminaria el trabajo, que le haria pagar por su "traicion". Imbecil. Su intestino se retorcia de la rabia, y a veces deseaba que su acosador mostrara la cara. Aunque la matara, al menos tendria la oportunidad de vengarse. El FBI estaba preocupado, y para cuando la convencieron de la posibilidad de que su atacante fuera alguien conectado a la mafia y que nunca escaparia de el, Eloy, o Sunday, casi se habia resignado a morir joven. El equipo del FBI, y Sam Duarte en particular, finalmente la convencieron de que se protegiera. --Tienes mucha mas vida que vivir --le dijo Sam, un hombre amable de unos cuarenta anos--. Tienes veintiocho anos, carino. Vive. Vive para honrar la memoria de Guido. No podria haberlo dicho de otra manera que pudiera persuadirla. De repente, un ritmo de vida mas lento, y tener tiempo para llorar por Guido, sonaba mas tentador que continuar con su carrera en Nueva York. En el jet privado, Sam le sonrio. --?Estas lista, Sunday? Ella asintio. --Creo que estoy lista, Sam. Gracias por organizar todo esto, en serio. Y el trabajo tambien. Me volveria loco sin algo que hacer. El le dio una palmadita en la mano. --No se mucho sobre tu futuro empleador, excepto que mantiene sus cosas para si mismo. Es muy reservado. --Bien. Se sintio aliviada al oir eso. Sabia que su nuevo jefe tenia una casa grande y esperaba que no se cruzaran tanto y asi tener espacio suficiente para trabajar y pensar. El avion aterrizo en Telluride, y los agentes le dieron las llaves de un todoterreno de segunda mano. Todo era parte del engano, ella lo sabia, pero realmente no le importaba. Era comodo y fiable. En la parte de atras habia maletas llenas con su nuevo guardarropas. Sam se aseguro de que estuviera comoda. --Te seguiremos hasta el nuevo apartamento --le dijo--, pero mantendremos la distancia para no llamar la atencion. Parecera que has llegado por tu cuenta. El lugar esta amueblado, por lo que deberias ser capaz de instalarte rapidamente. Hay un par de bolsas con alimentos basicos en la camioneta. ?Tienes el telefono desechable que te di? Sunday cavo en su bolso y se lo mostro, sacudiendo su mano ligeramente. --Buena chica. Entonces, estare en contacto. Manten eso contigo, pero consigue uno nuevo para usar con tus nuevos amigos aqui.

  • El juego del amor de Sophie Saint Rose

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    Diana estaba tan contenta. Habia ganado un premio estupendo para toda su familia. Un viaje a las Vegas de una semana completa. Y la cosa habia empezado pero que muy bien y mas aun cuando vio a un morenazo que estaba para comerselo. Lo malo es que iba con su familia y se empenaban en amargarle la vida. ?Lo que pasa en las Vegas se queda en las Vegas? No siempre es asi.

  • Aunque no lo sepas de Gema Samaro

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    Max regresa a Madrid despues de una larga estancia en Londres, con un divorcio a sus espaldas, una nueva aventura empresarial y un sobrino rebelde, Coque, al que su tia Florencia le ha encargado la mision de centrarle.
    Max acepta la mision, pero con pinzas porque no piensa meter a Coque en su casa, sino en el atico de enfrente que tiene alquilado a Blanca, cuyo contrato esta proximo a vencer.
    Blanca no esta dispuesta a dejar la casa por nada del mundo, es el lugar donde mas se inspira para su trabajo y donde parasita desde hace meses Ben, su profesor de yoga, que esta a punto de caer a sus pies.
    O eso cree y por eso le propone a su casero que Coque se vaya a vivir con ellos.
    A Max le parece un disparate que su sobrino conviva en el caos de Blanca, pero fue la primera mujer que le rechazo, cuando tenia siete anos y esas cosas no se olvidan.
    La venganza se sirve en plato frio y Max piensa disfrutarlo con palomitas y prismaticos, desde el atico de enfrente donde disfruta de su orden, de su paz y de su armonia.
    Por un rato... porque Coque no para de liarla parda y Blanca es demasiada Blanca...

  • Todo esto existe de Inigo Redondo

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    La historia de una chica y un hombre que se cruzan cuando la vida les da la espalda.

  • A contraluz (Baltimore 2) de Claudia Cardozo

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    Logan llego al edificio principal de la Escuela de Arte de Maryland quince minutos antes de que iniciara la clase de Retrato y figura humana a la que llevaba asistiendo cada sabado desde los ultimos tres meses. Su premura no estaba relacionada con el hecho de que era escrupulosamente puntual, que tambien. En realidad, y le habia costado reconocerlo en tanto hacia el camino de ida, se sentia un poco nervioso. Hasta entonces, la clase habia sido netamente teorica; incluso, habian llevado un interesante seminario de Anatomia Artistica en que aprendio todo lo relacionado con el estudio de las articulaciones, las proporciones humanas y las perspectivas de movimiento. Ahora, sin embargo, tocaba llevar todo ese conocimiento a la practica. Como un artista aficionado que llevaba dibujando desde que tenia uso de razon, a Logan le gustaba pensar que tenia ya una base solida sobre la cual trabajar y no era tan modesto como para no reconocer que era bastante bueno. Pero nunca habia trabajado con modelos vivos y la idea no dejaba de ser un poco extrana. Dibujar algo que se le ocurria de la nada o recordar a algo o a alguien que deseara perpetuar en el papel no era en absoluto lo mismo que contemplar a un ser humano cuyo unico fin era posar durante horas ante un auditorio que podia analizar cada detalle de su cuerpo para plasmarlo en un block de dibujo. Tal vez se inquietara por nada de cualquier forma, se dijo segun ascendia las escalinatas de marmol que conducian al salon principal. Quiza el fuera un principiante en todo aquello, pero sin duda los modelos no lo eran, y tampoco la extraordinaria maestra que impartia el curso. Casi como si la hubiera conjurado, oyo una voz pronunciando su nombre y giro a su izquierda para encontrarse con la avida mirada de Lisa Vossler. La claraboya en lo alto del vestibulo arranco destellos de su cabello de un rubio dorado que caia en lisas cascadas hasta los hombros y que ella despejo con un movimiento elegante. Iba de negro, como acostumbraba, con un vestido cenido hasta debajo de la rodilla; Logan suponia que era muy consciente de lo bien que le quedaba el color y de la forma en que resaltaba sus curvas, y procuraba sacar al mejor partido a aquello. Cuando un conocido le hablo de ese taller no dudo dos veces en inscribirse. Seguia la obra de Lisa desde que descubrio su trabajo en una galeria de Baltimore y creyo que seria fascinante conocerla y aprender de ella. Y asi habia sido, reconocio componiendo una sonrisa al verla llegar a su lado y ponerse de puntillas para depositar un par de besos sobre sus mejillas, una costumbre a la que no creia que fuera a acostumbrarse. Apoyo las manos sobre sus codos para apartarla con delicadeza y dio un paso hacia atras de forma casi inconsciente. Habia algo en ella, en la forma en que lo veia y la postura que asumia cada vez que se encontraban, que no dejaba de hacerlo sentir incomodo. Se trataba de una mujer muy atractiva, sin duda; voluptuosa y con una sensualidad casi palpable; era, en suma, totalmente su tipo. Y era evidente, ademas, que ella lo encontraba tambien muy atractivo. Sin embargo, Logan no podia evitar el mantener la guardia en alto cuando se encontraba cerca. Deformacion profesional, lo habria llamado su madre. --Has llegado justo a tiempo para acompanarme al salon --Lisa le sonrio y se hizo a un lado la melena con un movimiento delicado; tenia una voz aspera y extranamente musical--. Nos espera una buena clase. --Precisamente pensaba en eso al llegar. Logan la siguio por las escalinatas camino al segundo nivel y, en tanto, desvio la mirada de su rostro para admirar el vestibulo desde lo alto antes de girar en un recodo en direccion al ala destinada a las clases de arte y diseno. Nunca dejaria de estremecerse al contemplar la belleza del edificio; era, de lejos, su favorito en la ciudad. --?Nervioso? Logan parpadeo y llevo su atencion a Lisa, que lo observaba a su vez con una pequena sonrisa sardonica. --Algo, supongo --reconocio el con sencillez encogiendose de hombros--. Nunca he trabajado con modelos vivos; sera un reto. --Lo haras bien. Eres bueno, Logan; mejor de lo que piensas --ella lo sondeo con la mirada y sus tacones resonaron sobre el marmol del corredor--. No entiendo como no te dedicas al arte en exclusiva. --Bueno, eso se debe a que no soy tan bueno como crees; estas siendo demasiado generosa. No soy un artista de verdad, no como tu. Lisa entorno los parpados y lo observo con interes. --Nunca he creido que la modestia sea una virtud tan atractiva como algunos piensan --senalo ella--. Aunque debo reconocer que en ti resulta encantadora. Logan sonrio, sin responder, y dio una mirada hacia adelante, agradecido al reconocer la puerta que conducia al auditorio destinado a la clase, y donde un pequeno grupo aguardaba la llegada de la maestra. Esta, al notar su mirada, hizo un pequeno mohin y simulo una expresion animada de bienvenida que engano a todos, excepto a el. ?Por que no?, se pregunto Logan tras ingresar al salon en tanto ella se ocupaba de saludar a los otros estudiantes. Estaba claro que cualquier avance suyo seria bien recibido y, considerando que aquel era un curso libre, no tenia que enfrentarse a ningun problema de etica por involucrarse con la maestra que lo impartia. Lisa era preciosa, inteligente, y una artista renombrada; la consumacion de sus suenos humedos. Estaba claro, ademas, que lo mismo que el, no estaba interesada en una relacion seria, lo que la hacia practicamente perfecta. Podria invitarla al final de esa clase, llevarla a cenar y algo le dijo que no encontraria muchos obstaculos para pasar una noche estupenda a su lado. ?Por que no, ciertamente?, se repitio al dar un rodeo a las sillas dispuestas alrededor de la plataforma en que se ubicaria el modelo. Eligio el lugar mas apartado a la izquierda en primera fila y rebusco en su mochila para sacar el block de dibujo y los utiles que tendria que utilizar durante la clase para disponerlos en el caballete situado a su derecha. Los otros estudiantes empezaron a entrar tambien y a ocupar sus lugares y dio una nueva mirada a la mujer que se ubico en el centro de la clase. Su mirada se detuvo un segundo en su rostro afilado y ella, al notarlo, le dirigio una pequena sonrisa que termino por convencerlo de que se estaba portando como un idiota. Tan pronto como terminara esa clase le propondria una salida, se prometio, aliviado en parte de haber tomado una decision. Lisa cerro la puerta a la hora exacta en que iniciaba la clase y atenuo las luces del salon hasta que quedaron sumidos en una semi penumbra; pero mantuvo una potente lampara encendida sobre la plataforma. Logan dio una mirada alrededor y comprobo que los otros estudiantes parecian encontrarse en su misma posicion: expectantes y un poco nerviosos. Supuso que todos esperaban que en cualquier momento se abrieran las puertas tras la plataforma y un hombre con el tipo de Apolo reencarnado apareciera para empezar la clase. El auditorio estaba compuesto por hombres y mujeres en similar proporcion: todos artistas aficionados, como el, aunque Logan pudo reconocer a un par de expositores que conocia de sus recorridos por las galerias de la ciudad. Ellos captaron su mirada y le sonrieron alzando las manos; Logan hizo un gesto discreto de saludo y volvio su atencion a la plataforma precisamente en el momento en que las puertas batientes tras ella se abrieron y una figura alta y espigada se abrio paso. Lo primero que Logan penso al mirarla con atencion fue que se habia equivocado de plano con la idea de Apolo reencarnado. Era Artemisa. Sus dedos sujetaron el lapiz que acababa de afilar y lo sostuvo de forma casi inconsciente ante su rostro en tanto analizaba los rasgos de la modelo. Ella vestia una bata blanca que la cubria del cuello a los tobillos y por un momento se permitio admirar su rostro. Tenia una fisonomia realmente extrana, se dijo el; pero en el buen sentido. Unas cejas bien perfiladas enmarcaban unos ojos grandes y de un tono cafe con matices de verde que destellaban bajo la luz; sus pomulos pronunciados y una nariz aquilina remataban en una barbilla puntiaguda que lo llevo a pensar irremisiblemente en un ser sobrenatural. Un duende, tal vez. Y su boca... labios de proporcion perfecta que mantenia entreabiertos en tanto veia a la nada. La vio intercambiar un rapido gesto con Lisa, que se habia puesto un metro a su lado, y una marana espesa de cabello castano corto hasta la barbilla refulgio en el momento en que se puso de espaldas y dejo caer la bata a sus pies. Logan estaba seguro de que no imagino el suspiro colectivo que emitio la clase por el asombro al observar la piel expuesta bajo la luz de la lampara. Hasta entonces habia creido que se sentiria incomodo al encontrarse ante una persona que se desnudaba con el fin de que un grupo de gente estudiara sus formas y la plasmara en el papel; pero en ese momento comprendio que se sentia demasiado fascinado como para hacer nada que no fuera admirarla. Habia visto mujeres desnudas antes. Varias y en distintas circunstancias, y definitivamente estaba lejos de ser un mojigato. Asi que no vio nada que no hubiera contemplado antes; sin embargo, recorrer el cuerpo de la mujer en la plataforma le hizo pensar que nunca se habia detenido a apreciar los muchos matices de la naturaleza humana. Tal vez las ultimas clases tuvieran algo que ver con eso, supuso al tomar el lapiz con mayor fuerza y asentarlo sobre el papel sin ser muy consciente de lo que hacia. Las lineas del cuerpo de la mujer le parecieron perfectas bajo la luz; tenia una figura delgada pero atletica; los musculos de los hombros y los brazos estaban bien definidos y hacian un conjunto armonioso con la linea de los omoplatos y su estrecha cintura. Sus caderas delgadas se unian a unas piernas que le parecieron interminables. --El modelo es una de las armas primordiales del arte. La voz de Lisa lo volvio a la realidad y aparto la mirada de la joven para fijarla en ella, que alternaba sus ojos azulados alrededor de la clase con una expresion levemente sardonica. --Es importante no olvidar esa frase; me la dijo mi maestro de anatomia durante mi primera clase de dibujo humano y la repito ahora --continuo ella iniciando un lento paseo alrededor de la modelo--. Admiren la perfeccion humana e intenten replicarla lo mejor que puedan. Ya hemos estudiado la teoria y ahora es momento de llevarla a la practica; hoy nos centraremos en el contorno. Recuerden la importancia del analisis, la atencion al detalle y dejen que su imaginacion fluya. No se preocupen si tienen problemas esta primera vez y no se encuentran satisfechos con su trabajo al final de la clase; lo intentaremos de nuevo en la siguiente. Lisa apenas habia terminado de decir la ultima frase cuando el sonido de los blocks de dibujo y los lapices siendo afilados reemplazaron a su voz. Logan, que tenia todo ya listo y en las manos, le presto atencion a medias; todos sus sentidos estaban puestos en la modelo y en la forma en que permanecia de pie sobre la plataforma sin mover un solo musculo y sin que pareciera como si le afectara que la maestra se refiriera a ella como un cuerpo sin emociones. Claro que no podia verle el rostro, concluyo Logan; tal vez estuviera lejos de sentirse tan serena como aparentaba. Trazo unas lineas sobre el papel con los ojos entrecerrados; alternaba la mirada de la modelo a sus manos e iba bosquejando el contorno con expresion concentrada. Fue mas sencillo de lo que habia pensado que seria y al mismo tiempo lo mas complejo a lo que se habia enfrentado en su vida; al menos en lo que a su inclinacion artistica se referia. El tiempo paso de una forma extrana, lo que le ocurria siempre que se hallaba embebido en su trabajo. Dibujo sin pausa excepto para beber un trago de agua de la botella que llevara consigo y para tender un borrador al hombre ubicado a su derecha y que por algun motivo parecia haber olvidado algo tan importante. Cuando su mirada se encontro con la suya luego de que le diera las gracias en un murmullo, lo reconocio como uno de sus conocidos de las galerias. Este le sonrio y senalo a la modelo con una cabezada y un guino lascivo que, por algun motivo que no se vio capaz de analizar en ese momento, le provoco estampar su rostro contra el caballete. Tal vez se debiera a que no soportaba a la gente que no podia controlar sus instintos, se dijo luego desviando la mirada con una mueca de desagrado y retomando su trabajo. Se perdio de nuevo en lo suyo y no se detuvo hasta que una campanilla marco el final de la clase. El sonido de los lapices rasgunando el papel se detuvieron de golpe y el dejo caer el suyo con un suspiro y un molesto adormecimiento en la muneca. Al mirar en direccion a la modelo, advirtio que ella se inclinaba para tomar su bata y se vestia con ella con movimientos calmados; luego, se perdio por las puertas por la que habia llegado en un parpadeo. Por un momento, Logan se pregunto si no la habria imaginado, pero al mirar a su caballete y encontrarse con el contorno de su figura y la linea de su espalda que habia dibujado y vuelto a dibujar una y otra vez, se dijo que no, que desde luego que habia sido muy real. Lisa dio otro breve discurso entonces antes de dar una mirada a los trabajos de la clase; senalo errores y alabo avances. Al detenerse ante el suyo, arqueo las cejas y le dirigio una mirada entendida, sin decir una palabra; tal vez quisiera implicar con eso que estaba impresionada, Logan no lo tenia muy seguro, pero no se quedo a averiguarlo. Sus companeros comenzaron a despedirse y el hizo otro tanto, pero cuando llego a la puerta del auditorio recordo que se habia prometido invitar a Lisa al salir. Sin embargo, cuando la vio en medio del salon, reuniendo sus cosas, y sus miradas se encontraron un segundo, la suya expectante, tan solo atino a elevar una mano en senal de despedida y se dirigio a la salida del edificio sin pensarlo dos veces. De alguna forma, la idea de pasar el tiempo con ella le parecio menos tentadora que antes. Estaba cansado, se dijo al encaminarse al estacionamiento en busca de su auto. Habia tenido una semana dificil y le esperaba una mas dura aun. Quiza el sabado siguiente, decidio al iniciar el regreso a casa. Entonces estaria bien. Tara olisqueo el aire y emitio un corto gemido de anhelo al tiempo que su estomago empezaba a rugir. Estaba mucho mas hambrienta de lo que habia pensado y el delicioso aroma proveniente de la cocina que le salio al paso tan pronto como puso un pie en casa solo incremento la sensacion. Pasta. En salsa bolonesa, si su olfato no la enganaba. --?Papa? --llamo en voz alta. --!Lavate las manos primero! Tara sonrio y se encogio de hombros, dirigiendose al bano bajo la escalera para hacer lo que su padre ordenara. No importaba la edad que tuviera, los habitos de higiene del senor Duncan permanecian inalterables. Cuando fue a la cocina, lo encontro afanandose ante la estufa; la pequena mesa bajo la ventana que acostumbraban compartir cuando coincidian a la hora de las comidas se encontraba puesta y Tara se acerco a darle un beso en la mejilla antes de llevar unos vasos y el agua que saco de la nevera. --?Que tal el trabajo? --Pregunto su padre. Tara se encogio de hombros y doblo unas servilletas con expresion concentrada antes de responder. --Aburrido. Como siempre --dijo ella al fin observandolo servir el contenido de la cacerola en una fuente--. Pero esta bien. --Bueno, es una suerte que lo tengas y que sea solo los sabados. No podrias hacerlo entre semana con la escuela y todo lo demas. --Me las arreglaria. Su padre arqueo una ceja rojiza y le tendio la fuente que ella se apresuro a sostener en tanto el cogia el baston que dejara apoyado contra la encimera de la cocina. --Si, claro --comento el-- ?Y cuando dormirias? --En clase, claro. ?Donde mas? El senor Duncan se dejo caer sobre la silla con un suspiro ahogado y sostuvo su plato para que Tara lo rellenara luego de ocupar el asiento frente a el. --Mas te vale estar bromeando --dijo el senalandola con el tenedor. Tara no respondio. No hacia falta; el sabia que bromeaba. Comieron en un silencio armonioso, roto apenas para que ella respondiera las preguntas acerca de como habia ido su dia y si la semana siguiente tendria que salir tambien tan temprano como lo hizo en esa ocasion. Tara respondio con monosilabos, y no solo porque se encontrara encantada con el almuerzo; nunca se sentia comoda respondiendo a las preguntas de su padre referidas a su empleo de fin de semana. --En serio. No es nada interesante; de no ser por lo bien que pagan ni siquiera me lo plantearia --comento ella ante su insistencia. El senor Duncan se limpio la comisura de los labios con una servilleta y la observo por encima de su vaso con el ceno fruncido. --No deberias de hablar asi --la reprendio el--. Y vaya que te pagan bien; en especial considerando que es solo por unas horas. ?Que clase de dibujos dijiste que hace esa gente? Tara bajo la mirada a su plato.

  • Paginas de sangre de Thomas Harding

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    En junio de 2006 el anciano Allan Chappelow, un reputado fotografo y experto en George Bernard Shaw, fue encontrado en su casa londinense bajo una montana de papeles y desperdicios. Lo habian golpeado brutalmente hasta matarlo. Casi tres anos despues, Wang Yam, un disidente politico chino, fue declarado culpable de su asesinato.

  • Navegando hacia el amor (Amor es una historia) de Esther Llull

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    En el verano, al alargarse las tardes, la playa se convierte en atomos que se lleva el viento, estrellas que rutilan en los corazones de sus paseantes, mar, nube y cielo reunidos intencionadamente para asociar las partes desperdigadas de una vision. La vision de Claire de esa isla es un hecho de un unico atomo unido. El ruido y el crepitar de las olas no disgustan ni atemorizan a Claire, que queria aceptarlos, como si alimentara su poder y esplendor, viendo tambien como se alimentaba la playa con los tesoros que las olas escondian. Los rayos del sol inciden como flechas sobre un manojo de olas deshechas y son un torbellino que se hunde. Y la playa es dorada. Y la espuma que se desliza sobre la playa es muy blanca. Claire esta tomando fotos en la Isla Azul, una isla natural llena de interesantes plantas, aves marinas y animales invertebrados, es una isla deshabitada cerca de su ciudad, Willow Bay, que esta a solo veinte minutos de distancia. Ella ha venido a la isla, sobre todo, para hacer una excursion y respirar la brisa del mar, y tambien para buscar un ave, un ave centenaria que habitaba las antiguas aguas de la isla, ella dibuja en uno de sus cuadernos la imagen de un pajaro, es profesora de biologia y esta haciendo un curso de enriquecimiento de verano para algunos alumnos de secundaria de ese verano. La isla tiene un ambiente romantico y tranquilo. La superficie del mar se hace despacio transparente, y esta destellante y rizada hasta que oscuras barras de sombras borran el trasfondo y se hacen opacas. Un arco de fuego arde en el borde del horizonte, y a su alrededor el mar lanza llamas doradas. El sol proyecta luces amarillas y verdes en el cielo. La luz incide en la superficie del agua, y le da transparencia a una ola. Y luego a otra. Una pompa de agua se forma en el orificio de una tabla, y lenta y densa crece y crece. Se ven las burbujas surgiendo del fondo del mar. El sol se alza mas. Olas azules, olas verdes, dibujan rapidos contornos de lineas en la playa, rodeando un hierro vertical clavado en la arena, y dejando aqui y alla, superficies encharcadas sobre los canales de agua. En la playa, los pajaros cantan al amanecer sin orden ni concierto, esporadicamente, en aquel seto o arbusto, ahora cantan a coro en sonido agudo y cortante. Luego, aisladamente. Las rocas quiebran la corriente de la danza, la resquebrajan, la estremecen. Y despues alargandose, en suaves y sinuosos pliegues, la lenta marea mece a Claire y la mece como si se tratase de un cuerpo fluido. Pero su cuerpo esta quieto y esta duro, se para, por un momento, para volverse y mirar una vez mas al mar y tomar alguna foto. En ese momento se acuerda de Christine. Saca el movil del bolsillo trasero de su pantalon porque recibe un mensaje, se trata de Christine: "SOS". Necesita su ayuda. Sus tres mejores amigas en Willow Bay cuando estaban en el instituto se han puesto de acuerdo y todas se van a casar ese verano. Ella es la unica que todavia no ha decidido que hacer con su vida. Ahora coge su pequeno bote motora que tiene anclado en el puerto y se vuelve para la ciudad. En la Isla Azul hay un faro tambien que quiebra la linea azul de la marea. Cuando va llegando al puerto aparca en uno de los muelles. Y sale hacia fuera donde el camino son tablas de madera. Cuando sigue, sale a su paso alguien que viene hacia ella cargado con un cubo de cebo, pero se vuelve para atras para saludar a un pescador, y al volverse no puede verla a ella y ambos se chocan. --Oye. El casi se desequilibra en el borde del muelle y al empujarse hacia dentro pone parte del cubo con los peces pequenos sobre ella. --Buena captura --dice ella. --En serio, sabes un poco de bicarbonato de sodio saca eso de inmediato... En este caso, tal vez mucho bicarbonato de sodio. El recoge algunos peces pequenos que se han quedado prendados en la gabardina de ella. --Disculpa. Ella entonces se coloca su mochila sobre el hombro y sigue su paso. Pero cuando ella se aleja, Tom se da cuenta que hay algo en el suelo, es un cuaderno de notas encuadernado en piel de cuero, y sospecha que se le ha debido caer a ella con el ajetreo. Lo recoge y se pone de pie y trata de mirar si todavia puede llamarla para darselo. En el cuaderno dice "Guia de campo". --Oye, joven, te olvidaste tu cuaderno. Pero ella ya se ha alejado y no puede oirle. Luego Claire se ha citado con Christine para la boda, ella esta planeando como los va a sentar a los invitados y ambas hablan de como hacerlo. --Mama y papa, Karl y Dan, ?donde voy a ponerlos? Ahora entra Claire con dos cafes de carton para llevar. --Estoy aqui. --Oh, gracias a dios, oh, dios mio, me estoy muriendo... --Lo siento, me tuve que cambiar, es una larga historia... Esto es para ti --ella le entrega su cafe. --Oh, gracias, eres un salvavidas. --Bien. Ahora se sientan y se ponen a ver el cuadro que ella ha dibujado en frente de su mesa, donde tiene colocadas las figuras de las mesas y pequenos botones con los nombres de los invitados. --?Que esta mal? --le pregunta Claire. --Bien, sabes como la gente planea sus bodas durante meses y meses hasta el mas ultimo detalle... --Como alguien que va a estar en tres bodas este mes. Y ?que es ahora? --Bien, Mark acaba de decidir invitar a dos de sus companeros de trabajo a la boda. --Oh, no es bueno. --Sigo diciendole que no puede hacer estas decisiones de ultimo minuto con la boda a solo tres semanas de distancia. --Esta bien, dejame ver, se ve bastante bien, um, y ?si lo hicieramos de este modo? --Uh, no, no podemos poner a mi tia Gladys al lado de la tia Bea, han estado en una pelea durante anos. --Todo esta bien. ?Y si nosotros...? --Intente eso, oh, eso podria funcionar, y luego podemos poner a ella aqui, y a ella alli, genial. Ahora solo queda un lugar en la mesa principal para... hmm... --Jason... --dice Claire cuando ve su boton. --Sabes que podemos ponerlo en otro lugar. --No, ?por que? --Claire, no quiero sentar a tu ex novio en tu mesa, me siento lo suficientemente culpable si no te viene bien. --No debes sentirte culpable, es uno de los mejores amigos de Mark, y ademas fue invitado mucho antes de que rompieramos. De todos modos, terminamos las cosas porque tomo un trabajo en otro estado, no porque quisieramos que las cosas terminaran y me pidio que fuera con el... --Sabiendo que tu familia estaba aqui, mas tu trabajo de profesora que te encanta tanto. Jason, de todos modos, deberia haber entendido eso. --Y yo entiendo cuanto significa su trabajo para el, es una lastima que nuestros trabajos no estuvieran en el mismo lugar, en el mismo tiempo... --Bueno ?estas deseando verle? --Ha pasado un ano, sabes que tengo un plan para mi vida y el no puede realmente deshacer gran parte de eso, soy una chica adulta... Por tanto, ella coge el boton y lo pone a el en la mesa sentado junto a ella, en la misma mesa que estaran sus otras dos mejores amigas, que seran las damas de honor, Bridget y Amber, sentadas con sus respectivos novios. --Puedo manejarlo --dice ella convencida y sonrie a su amiga Christine

  • Carlo. Una promesa, tequila y pasion de Claudia A. Perez R

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    Carlo Lastiry, orgulloso mexicano originario de Jalisco, es uno de los duenos de la reconocida marca de tequila “Don Arturo”. El es sinonimo de franqueza, lujuria y diversion, un Potro indomable que combina su pasion por los caballos de fina estampa con su trabajo en la empresa familiar.
    Los negocios nunca han sido un problema para el, tiene una capacidad ingeniosa con la que logra lo que se propone, aunque la despreocupacion y sus largos fines de semana aparenten lo contrario.

  • Memoria del olvido de Jacqueline Diamond

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    Irrumpir en la boda de su novia del instituto iba mas alla de lo que le exigia el deber, pero el oficial Joseph Lowery habia percibido algo inquietante, incluso siniestro, en el inminente matrimonio de Erin Marshall con un hombre al que ni siquiera recordaba haber dicho que si. Despues del terrible accidente Erin no habia podido recordar nada del dia en que habia estado a punto de morir. Y ahora la desconcertada heredera iba a pasar lo que habria sido su luna de miel esquivando balas junto al policia que habia arriesgado su placa… y su vida para protegerla.

  • Tuya Sin Limites 3 de April Russel

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    Mikhail ha decidido dar ese paso que tanto le costo dar por miedo a su pasado, proponerle matrimonio a Megan. Para ella todo parece estar perfecto. Aunque aun no conoce por completo al que en unos meses sera su esposo. Megan se ha puesto como meta descubrir sus limites sexuales en esas diez salas, donde lo unico que sabe es que una vez entre, no podra arrepentirse de hacer lo que haya dentro. Pero ni el sexo, ni la fama y mucho menos un anillo de compromiso en su anular le hace feliz por completo. Quiere conocer eso que tanto atormenta a Mikhail. Un secreto que al ser revelado, puede fortalecer su relacion, como destruirla por completo. El peor temor de ese hombre frio y gelido que lo unico que ha conocido en la vida es dolor, y sufrimiento.

  • Ropa musica chicos de Viv Albertine

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    Como los viejos elepes, este libro tiene una cara A y una cara B. La primera podria titularse <>. La segunda, <>. Viv Albertine llega a Londres en 1958 con cuatro anos, procedente de Sidney. Estas memorias arrancan con su infan-cia y adolescencia, entre descubrimientos musicales -John Lennon, los Kinks, Marc Bolan-, conciertos –de los Stones, David Bowie…-, primeras escapadas -a Amsterdam- y primeras experiencias adultas -con ladillas incorporadas-. A finales de los setenta, dos encuentros lo cambian todo: conoce a Mick Jones y descubre a Patti Smith. A partir de ahi, Viv se integra en la emergente escena punk y vive en primera linea aquellos anos de revuelta, provocacion y excesos: los Sex Pistols, Malcolm McLaren, Vivienne Westwood, los Clash, Sid Vicious y Johnny Thunders, la formacion del grupo de chicas The Slits, en el que toca la guitarra, los locales miticos, el Soho, con sus cines porno y sus clubs, los conciertos salvajes, la heroina, las peleas con skinheads, el descubrimiento del free jazz y la gira a la que invitan a Don Cherry…, hasta que a principios de los ochenta su banda se disuelve. Arranca entonces la cara B, con la necesidad de reinventarse, el interes por el cine, un aborto, una hija, el cancer de cuello de utero, el divorcio tras un largo matrimonio y su nueva situacion como mujer madura, tema al que dedica una cancion: <>.

  • Amor en Paris (Amor 3) de Esther Llull

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    A 1 qui en Paris tambien soy la duena de la tranquilidad y el orden, la heredera de altivas tradiciones. Las luces comienzan a proyectar amarillas rayas en la plaza de Notre-Dame. Me encuentro de nuevo en ella, pues me encanta. La niebla nacida en el rio llena estos antiguos espacios. Suavemente se pega a la blanquecina piedra. Le he mandado a Christian un mensaje, espero que pueda leerlo a tiempo. Entre nosotros la comunicacion nunca se corto. El se mostro tan concernido con lo mio, que a veces pienso que si es real. Sin embargo, siempre ha estado la distancia que lo cambia todo, que nos distancia mas. Pronto en Paris nos perderemos los dos en el frio y en la noche. Si, porque estamos destinados a ser como dos seres de hielo, para que esta amistad no se deshiele a destiempo. Me consta que ahora hace buen tiempo en esta renacida primavera en Paris. El suscito en mi el deseo de progresar en la vida. Sin rumbo, avance por la Promenade plantee (paseo plantado) de Paris. Me quede con curiosidad observando los rostros, los rostros de los recien nacidos empujados en sus carritos por sus madres, esos rostros un poco desvividos, incluso repelentes o llorosos. Y este altivo latir -tic-tac, tic-tac- del pulso de la mente adquirio mas mayestatico ritmo. El cuerpo es mas fuerte de lo que yo creia. Y estoy mas aturdida de lo que suponia. Ya nada me importa. Nada claro necesito. Nada que surja ya hecho, con todos sus pies, para aposentarse en el suelo. Ahora soy una de esas resonancias y amables ecos que resuenan y suenan de nervio en nervio, dentro de nuestro pecho, formando una musica de pecho coral, y pienso en la musica de opera. Me quedo extasiada pensando en que estoy cerca de la opera de la Bastilla. Una lluvia fina parece estremecer esta noche, una fina radiacion que no acusa y que resiste defendida por una serie de resistencias que se crean en mi cuerpo animado. Desposeido, no busca poseer. Y viene a tomar espacio sin posesion, sin lugar propio. La cabeza se me va hacia atras como movida por una imperceptible brisa, y ese momento es como coger la ruta convenida. Y esta luz inconfundible es la luz de sus ojos, los ojos de Christian que me han hipnotizado, con la luz de la pura razon. No desmiente el agua o la fina lluvia que cae, sino que en la oscuridad el alma bebe de las divinas tinieblas. Pues que el agua tambien es agua viviente, sangre, luz derretida. L 2 os relampagueantes arboles y las blancas barandas del exterior se alzaron en densa lluvia. El mundo parecia que se resquebrajaba, hubo un brusco impulso en mi interior y un zumbido en mis oidos, y se me hizo pesada la respiracion. El sueno me vencio. Eche una ojeada al reloj. Una vez mas las inquisiciones nocturnas han robado a mi descanso mas de dos horas sobrecargadas de recuerdos. Ciertos hechos pasados se niegan a desaparecer de mi memoria. Avaros quieren abarcar un presente con la ferocidad de un animal rabioso. Son terriblemente codiciosos. No claudican. No admiten "ser olvidados". Nada se parece tanto al olvido como a la dispersion de las ideas. Sin saber por que de repente todo es un caos, todo se convierte en incertidumbres vertiginosas y desvios mentales. Nada esta en su sitio. Ahora los hechos se desnudan, cambian de color y recatan la verdad que la conveniencia humana. Ahora en Paris, en este sitio idilico como un valle de expurgaciones, solo caben las confirmaciones y las certezas, limpias de enganos o fabulas amoldables y transigentes. Ahora ya no voy disfrazando con imposiciones acomodaticias las cosas. Y me es imposible modificar los matices y borrar evidencias. En este lugar todo aumenta de tamano, las evocaciones son como insectos gigantes. Hechos que carecian de importancia ahora me quitan el sueno. Las evocaciones nos acosan, nos clavan aguijones y nos martirizan constantemente. El amor jamas se apoya en sensaciones para destruir algo. Ni se apoya en conceptos que admiten hipocresia. A veces recapacitamos pero ya es tarde. B 3 asta un detalle cualquiera para recuperar infinidad de pequeneces que durante el dia consideramos perdidas. No obstante y sin saber por que las pequeneces surgen vigorosas y exigentes en los desvelos. Son como taladros para mantenernos despiertos y obligarnos a pensar. Y el insomnio volcando recuerdos que la memoria se empena en acumular. Parecia que se deslizaba un sutil velo sobre la arena blanca de la improvisada playa que se habia creado artificialmente en la orilla del Sena, en la isla de la Cite. La improvisada y artificial ola se detenia, y despues volvia a retirarse arrastrandose como en un suspiro. O como el durmiente cuyo aliento va y viene en la inconsciencia. El dia cae copioso y esplendente. Ahora me ato, sin cenirla demasiado, la cinta del vestido suelto que llevo, y me tiendo sobre esta arena de playa, sobre una tumbona, cubriendome con la delgada sabana de luz que flota en la sutil playa que es como una leve capa de agua lanzada por una ola. A su traves, lejos, muy lejos, debilmente, oigo el comienzo de una musica coral, ruedas de coches, perros, hombres que gritan, campanas de la iglesia, el comienzo del coro, y ruedas de un carruaje a caballo. El sol se alzo mas. Quedo una sutil linea negra en la arena. Las piedras del muro, antes suaves y neblinosas, se endurecieron y quedaron marcadas por rojas grietas. Me gusta este vestido tan sutil, entreverado de hebras rojas y negras que brillan a la luz del fuego. El vestido parece que revolotea en mi cuerpo y que flota con la forma de una flor. Debo abrir ahora este ordenador portatil para que salgan estas frases encadenadas con las que logro unir cuanto ocurre, de manera que, en vez de incoherencia, se perciba un hilo de vagabunda linea que auna sutilmente una cosa con otra. Ahora te contare la historia de mi futuro, no la del pasado. Me sumerjo y chapoteo en las destellantes aguas de la infancia, pero solo para traspasar las puertas del futuro. Algo prende y arde. Ahora la viajera, que soy yo, esta despierta, pero le gustaria sonar. No creo en la separacion, no somos individuales. Pero siento deseos de incrementar mis observaciones como si me separaran de la naturaleza humana y de la vida. Ahora vendra Christian. Lo espero de un momento a otro. II. Paris, primavera J 1 ean Louis lo que el siempre quiso es que yo fuese hacia el, que yo volviese a repetir el papel de la chica que lo da todo, lo entrega todo. Ahora dice que va a venir pero no me lo creo, porque el se fue a vivir afuera tambien. En ese momento de debilidad que el tuvo conmigo, tal vez si yo hubiera ido hasta el lo hubiera retenido, lo tendria conmigo ahora, pero hubiera tenido que renunciar a mi misma, estoy segura, no hubiera podido hacer nada para mi. Con Christian hemos sustituido el fuego por una sutil llama inextinguible, algo que es admiracion y, al mismo tiempo, nos permite crecer el uno con el otro. Y eso siempre ha sido muy dificil para mi. Esa felicidad adictiva de hoy dia no es felicidad. Lo que da es un placer corto y repetitivo que nos hace mas infelices todavia, por sus notas adictivas. Si hablo de las emociones positivas, no hablo de la felicidad, sino de los diversos sentimientos positivos que experimentamos en torno a este sentimiento: la alegria, la exuberancia, el humor y la risa, el optimismo… incluso la curiosidad, que fomenta la supervivencia en un ambiente extrano, y es necesaria y positiva para sobrevivir. Regular las emociones y filtrar las emociones negativas --odio, envidia, ira…-- hasta hacerlas casi desaparecer, concentrandose en las emociones positivas, esto deberia ser considerado un arte. Un verdadero arte alquimico. Transformar en oro el carbon. "No tienes por que agobiarte con mi presencia, no voy a ser un incordio para ti o para las personas que esten contigo, solo quiero verte, quiero hablar contigo unos momentos y eso es todo. Tendre unos dias libres y quiero aprovecharlos. No tengas miedo, tu amigo esta a salvo conmigo". La indiferencia al sufrimiento es lo que convierte al humano en inhumano. La indiferencia, despues de todo, es mas peligrosa que la ira o el odio. Las emociones nos afectan positiva o negativamente, no hay emociones neutras, y con ellas conformamos el ambiente que respiramos. Cae una hoja y cae de alegria. Amo la vida, estoy enamorada de la vida. Miro como el sauce lanza en el aire sus chorros sutiles. Miro como a traves de ellos se desliza una barca, que pasa junto al Sena, en un vivir de inconsciencia. Veo el fondo, el corazon, las profundidades. Veo como los amores temblando se convierten en fuego. Y los celos disparan verdes rayos aqui y alla. Se la intrincada manera en que el amor se entrecruza con el amor; el amor forma nudos; el amor los rompe brutalmente. He sido anudada. He sido rota. Habia un arbol de haya y las doradas luces de la noche destellando entre los arboles. Las palomas abrieron las hojas. Las cambiantes luces moviles me recorrieron. Y huyeron.

  • La estrella robada de Mary Higgins Clark

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    Faltaban veintidos dias para Navidad, pero este ano Lenny queria comprar sus regalos con antelacion. Seguro de que nadie conocia su presencia y tan inmovil y silencioso que apenas se oia respirar, observo desde el confesionario como monsenor Ferris recorria la iglesia cerrando con llave las puertas para la noche. Con una sonrisa despectiva en los labios, aguardo impaciente a que las luces del sagrario se apagaran. Al ver que el monsenor echaba a andar por el pasillo lateral encogio el cuerpo, pues eso significaba que iba a pasar por delante del confesionario. Una de las tablas del cubiculo crujio y Lenny blasfemo en silencio. Por un resquicio de la cortina vio que el clerigo se detenia y aguzaba el oido. Luego, creyendo que no era nada, monsenor Ferris siguio hasta el fondo de la iglesia. Instantes despues la luz del vestibulo se apago y se oyo una puerta al cerrarse. Lenny se permitio un suspiro audible. Estaba completamente solo en la iglesia de San Clemente, en la calle 103 Oeste de Manhattan. Sondra se hallaba bajo el portal de una casa situada justo enfrente de la iglesia, al otro lado de la calle. El edificio estaba en reformas y el andamio, levantado a ras de suelo, la ocultaba de la vista de los transeuntes. Queria asegurarse de que el monsenor salia de la iglesia y entraba en la rectoria antes de dejar al bebe. Durante los dos ultimos dias habia asistido a los oficios de San Clemente para conocer las costumbres del clerigo. Tambien sabia que cada dia a las siete, en epoca de Adviento, dirigia el rosario. Debilitada por la tension y el esfuerzo del parto ocurrido unas horas antes, con los pechos hinchados por el liquido que precedia a la leche, se apoyo en el marco de la puerta. Un debil gemido procedente del interior de su abrigo parcialmente abotonado hizo que sus brazos, llevados por el instinto materno, hicieran el gesto de mecer. En la hoja de papel que planeaba dejar con el bebe habia escrito cuanto podia revelar sin delatarse: <>. Sintiendo un nudo en la garganta, Sondra vio la figura alta y algo encorvada del monsenor salir de la iglesia y dirigirse a la rectoria, situada justo al lado. Era el momento. Habia comprado dos camisitas, unos patucos, un camison largo, un abrigo con capucha, algunos biberones y panales desechables. Habia arropado a la pequena al estilo indio, con una bata de lana gruesa y dos mantas, pero la noche era tan fria que en el ultimo momento habia traido consigo una bolsa de papel marron. Habia leido en algun lugar que el papel era un buen aislante contra el frio. De todos modos, el bebe no iba a pasar mucho tiempo a la intemperie, solo hasta que Sondra encontrara un telefono y llamara a la rectoria. Lentamente, se desabrocho el abrigo y cambio de postura al bebe teniendo especial cuidado con la cabeza. Las farolas de la calle le permitian ver la cara de la pequena con claridad. --Te quiero --susurro con vehemencia--. Siempre te querre. La nina levanto la vista. Tenia los ojos totalmente abiertos por primera vez. Unos ojos marrones, unos mechones claros y rizados sobre una frente diminuta, labios pequenos y encogidos buscando el pecho de la madre. Sondra estrecho la cabecita y sus labios rozaron la suave mejilla de la criatura al tiempo que le acariciaba el cuerpecito. Luego, con gesto decidido, introdujo la diminuta figura en la bolsa marron y cogio el cochecito de segunda mano que, cerrado, descansaba a su lado. Los coches aparcados la protegian de las miradas curiosas al cruzar la calle en direccion a la rectoria. Subio los tres escalones de la estrecha entrada y abrio el cochecito. Tras colocar el freno, deposito a su hijita debajo de la capota y dejo la bolsa con la ropa y los biberones a sus pies. Se arrodillo y la contemplo por ultima vez. --Adios --susurro, y echo a andar a toda prisa hacia la avenida Columbus. Telefonearia a la rectoria desde una cabina situada a dos manzanas de alli. ***** Lenny se enorgullecia de ser capaz de entrar y salir de una iglesia en menos de tres minutos. Podria haber alarmas silenciosas, penso al abrir su mochila y sacar la linterna. Tras dirigir el haz de luz al suelo, inicio el recorrido de costumbre. Primero se encamino hacia el cepillo de los pobres. Sabia que ultimamente la cuantia de las limosnas habia disminuido, pero este cepillo contenia una recaudacion mas sustanciosa de lo normal, entre treinta y cuarenta dolares. Los cepillos de las ofrendas, situados debajo de las velas votivas, fueron los mas satisfactorios de las ultimas diez iglesias que habia saqueado. Habia siete, cada uno instalado frente a la estatua de un santo. Con mano rapida, forzo los cerrojos y recogio el dinero. Durante el ultimo mes habia acudido a misa en dos ocasiones para estudiar la distribucion de la iglesia y habia observado que el cura consagraba el pan y el vino en copas muy sencillas, de modo que no se molesto en forzar el tabernaculo. Ademas, se alegraba de no hacerlo. En su opinion, los dos anos vividos en la escuela parroquial le habian afectado profundamente, pues ahora le creaba remordimiento hacer ciertas cosas, lo cual era un fastidio a la hora de saquear iglesias. En cambio, no tenia reparos en hacerse con el trofeo que le habia llevado hasta aqui: el caliz de plata con el diamante en forma de estrella en la base. Habia pertenecido al sacerdote Joseph Santori, el fundador, un siglo atras, de la parroquia de San Clemente, y era el unico tesoro que poseia esta iglesia historica. Sobre una vitrina de caoba, en un nicho situado a la derecha del sagrario, colgaba un retrato de Santori. La vitrina, muy ornada, poseia una reja destinada a proteger el caliz. En una de las ocasiones en que habia asistido a misa, Lenny se habia acercado para leer la placa expuesta debajo de la vitrina: <>.

  • La catedratica de Maria Lopez Villarquide

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    Esta es la apasionante e ignorada historia de Luisa de Medrano, la primera mujer que fue catedratica, nada menos que en el siglo XVI y en la Universidad de Salamanca, el centro del saber mas prestigioso del
    mundo hispano. Todo en la vida de Luisa fue extraordinario: hija de aristocratas, enseguida llamo la atencion de la reina Isabel la Catolica, quien la reclamo a su lado para que se educara en la corte con sus hijas Juana y Catalina y quien, a la vista de sus dotes, favorecio que fuera la primera mujer admitida en Salamanca. En estos tiempos en los que tanto se habla de empoderamiento femenino, el ejemplo de la tenaz Luisa Medrano merece el reconocimiento que se le ha negado durante cinco siglos.

  • Sonar bajo el agua de Libby Page

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  • La psiquiatra de Wulf Dorn

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    El caso de una paciente maltratada y aterrorizada se convierte en la pesadilla de la psiquiatra Ellen Roth. La mujer teme ser raptadas por el hombre del saco. Se lo susurra a Ellen y luego desaparece sin dejar rastro. Nadie la ha visto ni sabe nada de ella. Ellen quiere encontrarla. Pero cuando lo intenta, se ve involucrada en un macabro juego del que no sabe como salir para salvar a la paciente y a si misma. Solo puede intentar encajar las piezas de un rompecabezas diabolico. Mientras se precipita a un abismo de violencia, paranoia y terror, descubre que los problemas nunca no se arreglan solos…

  • Dulce despedida de David Nicholls

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    Durante un verano que va a cambiar su vida, Charlie conoce a Fran...
    En 1997, Charlie Lewis es el chico que nadie recuerda en la fotografia del instituto. No le ha ido muy bien en sus examenes. En su casa, se ocupa de su padre, aunque esta seguro de que deberia ser al reves, y, si piensa en el futuro, lo hace con cierto terror.
    Hasta que Fran Fisher irrumpe en su vida y, muy a su pesar, Charlie empieza a tener esperanzas.
    Pero si Charlie quiere estar con Fran, debera aceptar un desafio que podria hacerle perder el respeto de sus amigos y que requerira que se convierta en otra persona. Debe unirse a la Compania. Y si la Compania parece una secta, la verdad es aun peor.
    Al parecer, el precio de la esperanza es Shakespeare.
    Conmovedora, graciosa, encantadora y devastadora, Dulce dolor es una comedia tragica sobre el duro camino hacia la adultez y la confusion de la vida familiar, una celebracion de la capacidad de reanimar que tiene la amistad y la explosion breve y ardiente del primer amor, al que solo se puede mirar una vez que la llama se ha apagado.

  • Cafeina y Nicotina de G. A. Picota

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    11. Si pudiera redactar instantes y volverlos versos en este pedazo de papel me acabaria la tinta del mundo solo describiendo tu sonrisa calmando mis miedos al amanecer. Y si fuera capaz de ser adictiva buscaria en tus labios volverme cocaina. Si hubiera un cielo tan inmenso, capaz de cubrir nuestros suenos, Dieramos vueltas entre las nubes, burlandonos de los deseos ajenos y me besas la mano, entrelazando nuestros dedos. Y si escribir me diera mil significados, ya yo dejaria de hacer poesia, porque confieso que lo que me satisface es pensar que paraiso es sol, playa, arena y tu corazon latiendo sobre mi pecho, haciendome tuya, haciendome mia. 12. No es que tu nombre me recuerde cosas; es que todas las cosas llevan tu nombre. No es que quiera quererte y tenerte; es que quiero quererte y tenerme, encontrarme. "Mi vida tambien fue una mancha negra en un lienzo blanco, pero luego alguien me llevo al museo y me llamo Arte. Quizas solo se trate de encontrar a quien te siga mirando cuando tu cierras los ojos" -Elvira Sastre 13. Si las paredes hablaran, ?Que dirian? Tal vez conversarian sobre como el amor esta extinto pero que lo han visto en tus ojos y los mios. Si las almohadas escucharan, ?Que oirian? Seria el silencio de mis lagrimas derramadas por las noches o los sonidos de los gemidos regalados por el dia. Si las camas sintieran ?Que sentirian? Seguramente las palmas de tus manos y su forma de sudar junto a las mias o los latidos de nuestros corazones cuando por tu boca me venia Si las luces degustaran ?Que probarian? Quizas pedirian permiso para lamer nuestros besos y apagarse en agonia al saborear lo agridulce que es tu lengua sobre la mia. 14. ?Como se ven mis ojos desde los tuyos? ?Brillan cuando veo la libertad en lo natural? ?O son solo dos mas que ignoras al pasar? ?Que te dice mi sonrisa? ?Acaso habla de lo que siento cuando soy yo ilimitada? ?O te conformas mejor con las hipocritas y falsas? ?A que te saben mis palabras al leerme? ?Escuchas tu nombre entre lineas? ?En serio me oyes bien? ?O solo vas pasando paginas olvidando lo que lees? ?Como me veo cuando pienso? ?Soy capaz de transmitir los universos habitando mi cabeza? ?O solo te fijaste en la mirada vacia y hueca? ?Se nota el mundo que cargo en mis hombros al caminar? Ese mundo que me da la capacidad de cerrar los ojos y volar ?O solo se ve la pesadez en mi nuca, mi inhabilidad para respirar? ?Demuestro en mis acciones que el amor se me esta desbordando? Es que tengo tanto que juro que me estoy ahogando Pero justo antes del colapso encuentro el placer de todo lo que estoy entregando. ?He sido suficientemente clara? Yo siento que no. Asi que continuare escribiendo, hasta que muera el amor. 15. Yo no rimo, solo escribo pocas veces mido lo que digo. No por eso el arte esta perdido No por eso quedare en el olvido. Yo no pienso, solo siento Unicamente se vivir de momentos. Se perderme indefinidamente en el tiempo Se encontrarme mejor cuando no me tengo. Yo no beso, hago versos Capaces de hacer que nos perdamos en el universo Para encontrarnos al final, en el comienzo, y besarnos, perdernos y hacer versos de nuevo. Yo no amo, solo entrego No se arder sin prenderme en fuego Y si en algun momento vuelvo a decir que no amo te estoy mintiendo, si lo hago. "Si la vida a mi me hizo arte, entonces a ti yo te hago inmortal" -Gigi Picota 21. Es de esos dias que te das cuenta que puedes tener el dia mas triste en el mas hermoso dia de verano como te pueden doler los labios de tanto reirte en una tarde lluviosa y oscura de mayo. Aquellos dias en los que nada importa Y tu vida pareciera poder disolverse con ron le has quitado el nombre a tus tormentas y las unicas reglas que sigues son las del viento Ya no existen los problemas Hoy ha sido el dia en que realizo que el sol no dejara de ocultarse para alumbrar mi corazon lleno de insomnios y tampoco dejara de salir para poder ocultarme en la soledad de mi cama De esos en los que he sentido que estoy mejor sin ti y no respiro por tus caricias que me ayudan a existir no me siento asfixiada al pensar de que estas mejor sin mi y vuelvo a ver brillar mi luz, realzando mi alma sin necesidad a que estes aqui. Hoy es uno de esos dias, donde te das cuenta que nada importa, y realizo que estoy mejor sin ti. 24. Te lo agradezco. Seguro mis palabras te sorprendan ya que tu mejor que nadie sabes el dolor que haz causado en mi corazon pero mis pocos anos de experiencia me han ensenado que no existe dolor en el corazon que no venga acompanado de una valiosa leccion y yo no he sido mas que otra alumna de las clases crueles que dictas tu. Me ensenaste que, en el amor, soy capaz de entregarlo todo a pesar de no recibir nada a cambio pero que nadie que no de algo se merece recibirlo todo. Me ensenaste que soy capaz de confiar ciegamente aun pudiendo ver claramente las falsedades. Me demostraste mi propia capacidad de aceptar sin negar, pero negar cuando no me aceptan. Me ensenaste que la esperanza aguanta, hasta donde el corazon apriete. 26. Porque sin haber sido mio haz sido mas mio que de nadie porque sin haber nunca sido tuya soy solo tuya. "De eso se trata, de coincidir con gente que te haga ver cosas que tu no ves. Que te ensene a mirar con otros ojos" -Mario Benedetti 27. "?Por que yo?" me pregunta... Por que no mejor se cuestiona la razon por la cual el viento decidio ir en esa direccion haciendo que aquella nube gris quedara justo arriba de nosotros esperando para hacer caer las primeras gotas en su pelo en medio de una sonrisa y un beso. Por que no se pregunta Como es posible que mi piel se erice completamente cuando su boca susurra poemas desatando nudos que apretaban el pulso de mi pecho, de mi corazon... Por que no se pregunta de que manera nos encontramos asi de facil, sin buscarnos el cayendo, yo volando como si de pronto nos miramos y nos agarramos de la mano pudiendo confiar mi alma en sus brazos ambos olvidando la direccion perdidos en el cielo en la caida solos... pero a nuestro lado.

  • Seducido por Valentina de Adrian Blake

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    Carlo trabaja en el Fenway como guardia de seguridad. Su vida es simple… Se acuesta con quien quiere, cuando quiere y sin preocuparse del manana. Una noche conoce a Valentina… una mujer de infarto que pondra su vida patas arriba.

  • Neandertal 1, Mary Ferre de Mary Ferre

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    Nancy Sullivan es una joven emprendedora que lo tiene todo, familia, amigos y ha conseguido un trabajo del que se siente orgullosa. En su ultimo dia en Ravenswood, su descaro hizo que cruzara una puerta prohibida para el resto de los trabajadores y se encontro con alguien que cambiaria su vida para siempre.

  • Cinder y el principe de Medianoche de Susan Ee

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    Una joven huerfana.
    Un reino oscuro y retorcido.
    Una guerra en la sombra con el fin de esclavizar hadas y despojarlas de su poder...

  • La cabana 8 de Lucia Coll Medina

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    !Hoy va a ser un dia especial! Estoy un poco nervioso pero muy emocionado. Le va a encantar. Estoy seguro de que me dira que si. !Va a ser un fin de semana inolvidable! --dije saltando de la cama. Mi hermano me mando a callar porque eran las cinco y media de la manana y el queria seguir durmiendo. Sabia que el tambien estaba emocionado pero sus ganas de dormir podian mas con el. Chris me ayudo a preparar todo. Cuando le conte mi plan me dijo que estaba loco. Solia decirme cosas asi aunque luego siempre me ayudaba cuando lo necesitaba. Hacia frio esa manana. Habian bajado las temperaturas diez grados como habia previsto el del tiempo. Necesitaba empacar mi maleta. Ademas, tenia que buscar mi bufanda de rayas verde y gris y los guantes negros a juego con las botas para la nieve. <>. Me dije dudando. Aqui en Murcia no suele nevar pero si en la Cordillera Cantabrica y mucho. Habia reservado una cabana en <> Y lo mas importante: <> me pregunte. Agachado sobre la densa nieve, trate de ocultarme mientras me acercaba a la cabana. La nieve helada rozaba mis muslos, <>. Cuando llegue a la puerta de la cabana vi que tenia el numero 8 pintado en ella. <>. Me dije ilusionado. Habia notado, que el color de la pintura negra del numero se veia mas vivo que el primer dia que llegamos. Tal vez la humedad de la nieve hacia que brillara mas. Decidi mirar por la ventana que daba al gran salon-cocina. Desde fuera no podia ver a nadie. Solo veia que el fuego de la chimenea se estaba consumiendo. Estaba muy preocupado por Lara. Queria encontrarla, saber que estaba bien e irnos de ese lugar lo antes posible. Al fin y al cabo ese no era el fin de semana que yo habia planeado. Con miedo de que hubiera un huesped nuevo dentro, llame a la puerta con el puno. No hubo respuesta. Volvi a llamar. Esa vez fue un poco mas fuerte. Note, que mi cuerpo no se movia con la misma rapidez y fuerza de antes. Me sentia muy cansado. Sabia que no podia quedarme mucho mas tiempo fuera o me congelaria alli mismo. Asi que, agarre el pomo de la puerta y la empuje despacio. Un chirrido se oyo de repente. --!Mierda! dije enfadado y un poco asustado. Si habia alguien en la cabana ya sabria que otro alguien estaba intentando entrar. Me llene de valor y pase adentro. Cerre la puerta de un empujon tras de mi y mire a mi alrededor. El interior de la cabana era igual que la mia. Todo estaba en silencio. Parecia estar vacia. Tenia el frio calado en los huesos por lo que di varios pasos, muy despacio hacia la chimenea. Mis pies pasaron de notar la madera a sentir la calida alfombra beige frente a la lumbre. Me puse en cuclillas y estire los brazos. <>. Notaba como el calor llegaba a las puntas de mis dedos y pasaba por mis manos, a traves de mis brazos y se esparcia por todo mi cuerpo. Habia perdido la nocion del tiempo por el cansancio y el frio. Cuando por fin mi cuerpo hubo cogido una buena temperatura, ya estaba listo para ir a explorar la cabana y averiguar donde se encontraba Lara. Asi que, me levante y camine hacia la cocina. No habia restos de comida, ni platos sucios, <> me dije. 'Tal vez, si que hay nuevos huespedes en la cabana que me puedan ayudar. Respire hondo, me atrevi y grite: --Hola, ?hay alguien? !necesito ayuda, por favor! Mi voz sono aspera y quebrada. Silencio. Despues, oi un fuerte golpe y cai contra el suelo. Veia motitas de polvo, alguna astilla levantada en la madera y luego nada. VIERNES Capitulo 2 Baje a la cocina con la maleta ya hecha y la deje al lado de la pared junto a la puerta principal. Mire el reloj <>. --Dije para mi. Decidi preparar el desayuno favorito de mi madre: tortitas con bacon, sirope de arce y frutas silvestres. !Me encanta cocinar! Aun recuerdo cuando tenia 6 anos y le dije a mi madre que un dia me convertiria en un Chef profesional. Recuerdo como me tomo de las manos y me miro con sus ojos azules, en los cuales podia ver el mar si los miraba fijamente. Me sonrio y me dijo con voz dulce: --carino, tu podras ser lo que tu quieras si te lo propones y luchas por ello. Todavia recuerdo su cara y el beso que me dio en la frente aquel dia y siempre lo recordare aunque ella ya no este. El primero en bajar aquella manana fue mi padre, todavia llevaba el pijama de cuadros que mi hermano y yo le regalamos por Navidad. Su pelo negro y rizado se veia tan despeinado como si hubiese batallado con alguien toda la noche. --Buenos dias, Erik. ?Has dormido bien? --Buenos dias, papa. Si y por lo que veo mejor que tu. Dije con una sonrisa burlona. --Ni lo menciones. Sali a tomar unas cervezas con los companeros de trabajo y volvimos a las tantas. --Es que, papa, aunque te empenes en negarlo ya no eres tan joven. Le dije dandole un par de palmaditas en la espalda que le provocaron un poco de tos. Yo me reia y mi padre se unio a las risas cuando dejo de toser. --?Que esta pasando aqui abajo? Dijo una voz detras de nosotros. Era Chris. --Por fin bajas, bello durmiente. Le dije mientras me inclinaba con una reverencia. --Anda calla. Y ?el desayuno? Huelo a tortitas recien hechas. Dijo Chris mientras se frotaba las manos ansioso de comida. --Toma, aqui las tienes. Pense que hoy seria bueno comer el desayuno favorito de mama. Hoy seria su cumpleanos. --?Que? Ah, si, si. Dame y vamos a comer. Ademas de las arrugas que tenia marcadas en la cara por la sabana, note en la cara de mi hermano un ligero sentimiento de tristeza. No estaba muy seguro de si se habria olvidado o todavia no lo habria superado. Desde que mama murio hace dieciocho anos nunca ha hablado del tema. Supongo que le entiendo. Chris era mas pequeno que yo. Para mi, con 20 anos fue duro, asi que para el que solo tenia quince ni me lo puedo imaginar.

  • Lo inolvidable de Eduardo Berti

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    Eduardo Berti posee una de las escrituras mas solidas de la literatura argentina actual.

  • Banderas en la niebla, Javier Reverte de Javier Reverte

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    Una historia real escrita con los rasgos de una novela.
    Un libro excepcional sobre la Guerra Civil Espanola.

  • Dulce enemiga de Vanessa Lorrenz

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    Londres 1838 Las ruedas del carruaje parecia que se saldrian de su eje en cualquier momento, la velocidad con la que se dirigian no era la normal. Los duques de Brentwood no sabian lo que estaba ocurriendo, habian intentado llamar al cochero, pero nunca recibieron respuesta. Venian rogando por no encontrarse con algun asaltante de caminos, pero parecia que la suerte no les habia sonreido. La duquesa sabia que ese viaje desde que habia comenzado fue una completa locura, pero ahora que estaban en camino de regreso a su casa, no esperaba que los fueran a atracar. Se lamentaba haber sido tan imprudente. --Edward, ?que esta sucediendo? --la voz de alarma de la duquesa no paso desapercibida para el duque, sobre todo teniendo en cuenta que entre sus brazos llevaba a su pequena hija que tenia una semana de nacida, una nina hermosa que habia heredado el mismo color de cabello que su esposo, los ojos redondos del mismo color de la miel lucian en ese instante cerrados, mientras dormia ajena a la preocupacion de sus padres. Se sobresaltaron al sentir que el carruaje giraba de manera desenfrenada, provocando que casi se voltearan, las ruedas aumentaron la velocidad, aunque eso parecia imposible, mientras el duque golpeaba de nuevo la ventanilla de comunicacion sin obtener respuesta alguna. No se escuchaban mas que el ruido de los cascos de los caballos galopando a una velocidad fuera de lo normal. Su esposa volvio a llamar su atencion preguntando que sucedia, pero en ese instante no tenia la menor idea, mucho se temia que nada bueno estaba pasando. No sabian que era mejor; si detenerse y enfrentar a los asaltantes, terminar en medio de un lago, o en el mejor de los casos volteados en medio del camino. --Pase lo que pase, Charlotte, necesito que mantengas la calma --dijo el duque tratando de parecer sereno, cuando no lo estaba en absoluto. Sus vidas estaban en peligro y si algo le pasaba a su esposa o a su hija jamas se lo podria perdonar. --Me estas asustando, Edward --le contesto la duquesa, mientras aferraba a su hija contra su pecho en un gesto de proteccion. --Cielo, no debe de ser nada, solo te lo digo para que estes prevenida por si nos llegamos a topar con forajidos. Un jadeo escapo de los labios de la duquesa por el temor que la recorrio, eran bien conocidas las historias sobre los asaltantes; solian ser despiadados sino conseguian hacerse con el botin, de manera inconsciente se llevo la mano al collar que habia pertenecido a su familia, su valor sentimental era incuantificable, pero ella daria todo lo que poseia porque los tres lograran salir de ese peligro sin un solo rasguno. Cerro los ojos rogando para que todo se tratara de una simple equivocacion. Bajo la mirada al regordete rostro de su hija y lo acaricio con ternura mientras veia el brillo destellante del camafeo que llevaba ese dia colgado en su pequeno pecho; el carruaje fue perdiendo velocidad y en cuestion de minutos se detenia poniendolos mas nerviosos. El duque busco el arma que estaba siempre guardada debajo del asiento; en un compartimiento secreto, pero no la encontro. Ambos se sobresaltaron al escuchar el estruendo con el que se abrio la puerta dejando ver a un hombre corpulento con la cara cubierta, apuntandolos directamente con un arma. No les dio tiempo de decir una sola palabra, dos disparos se escucharon en aquel camino desolado, mientras el llanto de un bebe se alejaba al igual que los pasos de los forajidos. CAPITULO 1 Londres 1855 El agua cristalina del lago reflejaba los intensos rayos del sol. Marian sonrio cubriendose los ojos para contar hasta diez mientras Olivia corria a esconderse. Solo tenian una hora de juego dentro del convento que, hacia la funcion de orfanato, ya que despues tenian que regresar para hacer sus labores. Asi que trataban de disfrutar al maximo de esos momentos. --!!Diez, listos o no, alla voy!! --Encontrar a Olivia no fue dificil, ya que nunca lograba estarse quieta en un solo lugar, aunque Marian trato de fingir que no la veia caminando alrededor del campo, buscando por todas partes, aunque el tenue sonido de su cantarina risa la delato, asi fue como la encontro de manera rapida detras de un arbol frondoso de manzanas, su mejor amiga estaba en cuclillas tratando de sofocar una carcajada--. !!Te atrape!! Ahora tenemos que regresar antes de que nos den unos azotes por no ayudar en la cocina. Ese era el pan de cada dia, acababan de cumplir diecisiete anos, y habian llegado al convento cuando tenian unos dias de nacidas, con la unica diferencia que Marian llego unas horas antes que Olivia; de ahi que todas dijeran que eran hermanas. Nadie sabia el paradero de sus padres, ni siquiera si tenian algun familiar lejano. Las hermanas del convento las recogieron dandoles la bienvenida a las dos pequenas que se sumarian a los mas de cincuenta que ya atendian. Como Marian fue la primera en llegar decidieron llamarla con el nombre de la madre superiora y, a la otra pequena la nombraron Olivia, ya que era el nombre que traia el santoral. --Apresurate, Olivia, tenemos que llegar a tiempo. --Su amiga resoplo, mientras ella se sacudia una mancha de tierra que se habia adherido a su vestido color gris, odiaba esa vestimenta, pero no tenian mas ropa que esa, y la verdad es que deberian estar muy agradecidas con las hermanas que las adoptaron pues les debian todo, les habian dado lo mas parecido a un hogar. Camino lo mas rapido que pudo, pero sus botines de cuero que eran un numero mas grande se le atoraron en una piedra provocando que trastabillara. Por suerte, su amiga la sostuvo del brazo evitando que cayera. --!?Por que siempre sois tan torpe, Marian?! --dijo su amiga con el ceno fruncido como si estuviera enojada--, deberian de ponerte un cartel de peligro. --Lo siento, es culpa de estos zapatos, me quedan grandes --dijo tratando de acomodarse el botin que se habia salido de su pie. --?Sabes?, cuando salga de este lugar, voy a buscar a un duque que me lleve a vivir a su castillo. --Los duques no viven en castillos --dijo sonriendo, porque su amiga siempre decia lo mismo, repetia mil veces que estaba harta de vivir en ese lugar y que algun dia saldria de ahi para conquistar a un caballero de armadura dorada que la rescatara de la pobreza donde estaban sumergidas. --Pues conquistare a un principe, no importa, lo unico que quiero es no tener que utilizar estos vestidos tan horrendos. --Marian miro a su amiga con enfado, no le gustaba la manera en la que se expresaba de lo que les daban en ese lugar, pero las hermanas no podian hacer gran cosa por ellas, ya que vivian de la caridad de la buena sociedad londinense. --Sabes que la madre superiora hace todo lo posible por darnos ropa y calzado, debemos estar agradecidas --dijo Marian reprendiendola. --Marian, pero ?es que no has visto cuando la duquesa ha venido a dejar los viveres de este mes? --dijo Olivia refiriendose a la duquesa de Brentwood, que cada mes se dedicaba a llevar en persona todos los apoyos del comite de beneficencia. Esa era una de las funciones de las damas de sociedad, bueno, tal vez solo de las damas mas respetadas, porque habia tambien las que se dedicaban unicamente a asistir a los bailes hasta caer el amanecer y dormir hasta que el atardecer les despertaba para asistir de nuevo a otra velada. --Debes dejar de sonar con esas ideas, aunque encontraras a un duque dispuesto a enamorarse de ti, solo te utilizara y te dejara por no tener sangre noble. --Tal vez si muestro el camafeo que me regalaste, pueda aspirar a tener un buen marido. Me niego a ser una criada en casa de esos ricos. --Doncella, Olivia --la reprendio porque su amiga siempre hablaba con desprecio de las personas que servian en la casa grande--. La duquesa aun no ha mencionado a quien se llevara a su casa para que se integre al servicio, pero seria un honor que nos eligiera, nuestra vida cambiaria por completo. ?No te ilusiona?, estariamos todo el dia trabajando, siendo parte del mundo que los rodea. --Pues espero que no me elija a mi, yo naci para bailar a la luz de las velas, entre los brazos de un apuesto caballero --dijo Olivia, simulando que tomaba entre sus manos la tela de un vestido de fiesta y daba vueltas por el patio trasero del convento. --Estas mas loca que una cabra --dijo, mientras sonreia y comenzaba a caminar mas deprisa. En cuanto pusieron un pie dentro del convento la actividad no ceso hasta que todas las huerfanas estuvieran en sus camas.

  • La ultima bruja de Northern Hills de Sarah Wall

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    Hemos perdido recientemente a una persona parte fundamental de la familia: mi suegro fallecio el pasado mes de noviembre de 2020 tras una encarnizada lucha por la vida. Era el primero en leerse mis historias en cuanto estas veian la luz. Aun guardo su ultimo mensaje sobre lo que le parecio !Anda, Lucia!, el ultimo libro que pudo leer. Siempre me apoyaba en mis locuras. Han sido treinta y un anos juntos. Un hombre, al que no solo me unio un lazo familiar, sino tambien laboral durante anos. Con el aprendi muchas cosas de la vida. Su filosofia de vida era extranamente moderna para la epoca que le toco vivir y estaba dotado de un gran sentido del humor, aunque el dolor apareciera hace anos para trastocar su existencia. Para ti, Jaume, no podia ser de otra forma. Sempre et portare al cor. SOMOS LAS NIETAS DE TODAS LAS BRUJAS QUE NO PUDISTE QUEMAR (frase popular) La caza, tortura y persecucion de brujas fue en ese momento historico una manera de control social del cual se valio el Estado aliado con la Iglesia durante la epoca de la Inquisicion. Es de comun conocimiento que la caza de brujas fue un gran genocidio humano. De esto y de alguna cosa mas va esta historia. Prologo Las leyendas sobre las brujas del medievo constituyen un tema que ha llegado hasta la actualidad cargado de misterio y misticismo. Son muchos los poderes que se les atribuyen a estas mujeres, provocando que sean objeto de veneracion o, simplemente, sean utilizadas como cabeza de turco por una sociedad aterrada por sucesos que no tenian explicacion. Sea como sea, la realidad que envuelve estos hechos ha dado lugar a sorprendentes historias dignas de ser contadas. De esta forma, Sarah ha sabido aunar en esta novela el pasado magico de aquella epoca con la incredulidad actual. ?Es posible que fuera verdad todo lo que ha llegado a nuestros dias? ?Hay algo mas que folklore en esas leyendas? Es por ello que, aunque La ultima bruja de Northern Hills es una novela de fantasia, se presentan los eventos y personajes de tal forma que bien podrian ser reales, pues es facil imaginar todas las situaciones que nos relata. En cuanto a Sarah, debo decir que es una persona maravillosa a quien he tenido la suerte de conocer y, poco a poco, ir creando una amistad sincera y descubrir a una mujer tan fuerte y magica como la protagonista de esta novela, en la cual comprobaras como su pluma te envuelve entre las letras y te hace vivir y sentir las historias como si tu mismo fueras el protagonista. Si ya has leido algo de su autoria, sabes a que me refiero, y si aun no lo has hecho, te aseguro que vas a disfrutar de cada pagina que pases de este libro. Por eso, adelante, lee lo verdaderamente importante: La ultima bruja de Northern Hills. Clara Delgado Capitulo 1 Londres, 2019 --!Mira, George! Dios, ?ves ese bulto? !Parece una persona! --Aunque andaba corto de vista, diviso sin duda alguna lo que parecia un cuerpo humano. Charles paseaba con su inseparable amigo, George, por el impresionante Holland Park, uno mas de los increibles parques publicos del oeste de Londres, situado en uno de los distritos mas distinguidos de la ciudad. Lugar que fue alguna vez parte de los terrenos de Cope Castle, una gigantesca mansion Jacobina construida a principios del siglo XVI. Desde que estaban jubilados no habia dia que no dejaran de acercarse por el increible bosque silvestre del lugar, muy temprano, en cuanto abrian las puertas. Merodear y dar de comer a los patos era su aficion mas destacada tras dejar sus trabajos. No solian tener sobresaltos mientras practicaban esa rutina diaria. Ese dia, sin embargo, ambos se llevaron un gran susto al ver el cuerpo de una chica, inconsciente y completamente empapada, muy cerca de uno de los estanques. Con decision, el anciano saco su movil del bolsillo y llamo a emergencias a la vez que George, medico jubilado, intentaba saber mas del estado de la joven que no movio ni un solo musculo de su escualido cuerpo durante todo el rato en que el la estuvo observando mientras se acercaba a socorrerla. --Esta en parada, Charles. !Que se den prisa, por Dios bendito! El antano doctor, puso a la desconocida en posicion decubito dorsal y comenzo a realizar las maniobras de reanimacion. Se agotaba, pues ya no era un jovencito. Al poco rato, aunque a el le parecieron siglos, la muchacha empezo a expulsar agua por la boca y abrio los ojos. Respiraba ya, aunque con dificultad, intentando atrapar una gran bocanada de aire que le oxigenara los pulmones y la devolviera a este mundo. La chica, que no aparentaba mas que unos veintipocos anos, miro a su alrededor intentando comprender donde estaba sin exito. --Joven, ha tenido usted un accidente. Enseguida viene una ambulancia. No se preocupe. -- George intento tranquilizarla mientras ella le miraba con extraneza. No sabia que hacia alli. --?Cual es su nombre? ?Recuerda que le ha pasado? --pregunto Charles que ya oia como se acercaban las sirenas de las ambulancias. --?Donde estoy? --balbuceo con los ojos entreabiertos. --En Holland Park. No te preocupes, los sanitarios vienen de camino. Dinos a quien podemos llamar para avisar de a donde te llevan. --No se... quien... Estoy muy confusa... --susurro, y noto sus parpados muy pesados como si fuera a perder la consciencia de nuevo. --George, no veo ningun movil cerca ni tampoco un bolso, seguramente lo habra perdido o se lo han robado. No sabemos ni quien es, y ella parece no recordar nada. Podria tratarse de amnesia --intervino de nuevo Charles. --Es normal. Probablemente se haya golpeado la cabeza o haya vivido alguna experiencia traumatica... En el hospital se encargaran de avisar a las autoridades. --No te duermas, monada. --Charles le dio unos suaves cachetes, que mas bien parecieron unas caricias a cualquiera de sus nietas, con la finalidad de que el color volviera a sus mejillas. Llego la ambulancia y la policia. Los agentes y los sanitarios se hicieron cargo de la mujer. --Han hecho ustedes un gran trabajo, le han salvado la vida --agradecio uno de los medicos que se acerco al lugar. Los jubilados se fueron en cuanto la ambulancia se alejo con la desorientada desconocida. Ambos con una sensacion satisfactoria, aunque les hubiera gustado saber mucho mas sobre esa mujer de palido rostro. **** --Mujer; veintitantos; constantes debiles, aunque ahora estable. Parece que ha sufrido un atraco, y todo indica a que alguien ha intentado ahogarla. Puede que haya sido agredida sexualmente. Unos ancianos le han salvado la vida. --El sanitario se abria paso a toda prisa por el largo pasillo que llevaba a urgencias desde el aparcamiento de ambulancias--. Esta hipotermica, aunque hemos conseguido que su temperatura corporal suba a 34,1 grados. Segun colocaban a la muchacha encima de la cama de urgencias, tres doctores intervenian como en un buen concierto, cada uno al cargo de un instrumento vital para la pieza y sabiendo que hacer, tocando en harmonia. --Ha mejorado la oxigenacion --intervino de nuevo el paramedico--, pero no sabemos cuanto tiempo ha podido estar sumergida, aunque la encontraron fuera del agua, aun no se sabe como, posiblemente salio ella misma con su ultimo aliento. --Okey, ya nos encargamos --indico el doctor Welles, que acababa de entrar en un turno intenso que duraria veinticuatro horas. Le pusieron calor para que su temperatura se pareciera mas a la que hay que tener en este mundo para sobrevivir. En febrero, en Londres hace bastante frio y con las ropas empapadas era normal estar hipotermica. Efectuaron un primer examen fisico, una radiografia de torax y la medicion de los gases en sangre. Se sorprendieron al comprobar que todo estaba medianamente en orden en el organismo de la chica que, asimismo, iba cogiendo color; sin embargo, esta no se acordaba de nada; ni nombre, ni domicilio, ni telefonos de allegados... Ademas, apenas hablaba. Supusieron que habia acudido a una fiesta tematica o algo similar pues sus ropas parecian sacadas del medievo: un largo traje de color rojo como su cabello y de un tejido que recordaba al terciopelo; mangas de murcielago y escote cerrado a caja. En la parte central, abotonadura con piedras brillantes de color granate. Era muy elegante para ser un disfraz; sin embargo, se podian encontrar de ese estilo en algunas tiendas exclusivas de la localidad, por lo que imaginaron que la chica del pelo de fuego era de buena familia, no una vagabunda ni una drogadicta que viviera en uno de los barrios conflictivos de la ciudad. Entre sus pocas pertenencias, un colgante que representaba un extrano, aunque bello simbolo que, sin ser expertos, pensaron era de bisuteria de alta gama. Era lindo, pero llevaba demasiadas piedras como para ser verdadero y, sobre todo, para que pasara desapercibido a los que le robaron el bolso y sus otras posesiones, que no aparecian por ningun lado. Welles la ingreso, mayormente, para hacerle mas pruebas. Un escaner y un TAC como minimo. El hecho de que no recordara nada podria indicar un golpe, aunque en su cabeza no hubiera ninguna evidencia externa a primera vista, o bien que se tratara de un hecho traumatico que quisiera olvidar. Era una incognita. El caso es que la bella muchacha no recordaba ni su nombre. Mientras esperaban los resultados, trabajaron codo con codo con la policia que estaba investigando su caso: quiza hubiera alguna denuncia por desaparicion que encajara con su perfil. Los agentes llegaron al hospital para intentar tomar declaracion a la misteriosa desconocida.

  • Un millon de gotas de Victor Del Arbol

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    Gonzalo Gil es un abogado metido en una vida que le resulta ajena, en una carrera malograda que trata de esquivar la constante manipulacion de su omnipresente suegro, un personaje todopoderoso de sombra muy alargada. Pero algo va a sacudir esa monotonia.
    Tras anos sin saber de ella, Gonzalo recibe la noticia de que su hermana Laura se ha suicidado en dramaticas circunstancias. Su muerte obliga a Gonzalo a tensar hasta limites insospechados el fragil hilo que sostiene el equilibrio de su vida como padre y esposo. Al involucrarse decididamente en la investigacion de los pasos que han llevado a su hermana al suicidio, descubrira que Laura es la sospechosa de haber torturado y asesinado a un mafioso ruso que tiempo atras secuestro y mato a su hijo pequeno.
    Pero lo que parece una venganza es solo el principio de un tortuoso camino que va a arrastrar a Gonzalo a espacios ineditos de su propio pasado y del de su familia que tal vez hubiera preferido no afrontar.
    Tendra que adentrarse de lleno en la fascinante historia de su padre, Elias Gil, el gran heroe de la resistencia contra el fascismo, el joven ingeniero asturiano que viajo a la URSS comprometido con los ideales de la revolucion, que fue delatado, detenido y confinado en la pavorosa isla de Nazino, y que se convirtio en personaje clave, admirado y temido, de los anos mas oscuros de nuestro pais.

  • Un pacto por amor de Aswan Dewin

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    Un beso es todo lo que necesitaran estos polos opuestos para convertirse en algo mas. El, un autentico desastre. Ella, la popularidad en persona.
    ?Que buscan? Su historia te lo contara y no te dejara indiferente.

  • Que nadie toque nada de Blas Ruiz Grau

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    El mundo de la ficcion se ha encargado de vendernos una imagen que quiza dista demasiado de lo real cuando hablamos de la investigacion de un crimen. Series de television que muestran a criminalistas trajeados en un escenario no ayudan a que esa veracidad se muestre.

  • Un mojito, por favor de Ariadna Baker

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    El sol abrasaba no solo la piel, sino las entranas mientras Camila, bolsa en mano cargada de ropa y esperanza, caminaba a paso ligero por las calles adoquinadas de La Habana para entrar en su casa y darse una buena ducha. Tenia unas ganas inmensurables de abrazar a su hijo Fidel, las mismas que tenia de echar una cabezadita antes de volver al mundo real, al mundo de ama de casa que se sacaba unos cuartos cosiendo para la calle. La cosa estaba dificil alla y todos se las tenian que ingeniar para llevar un plato caliente a la mesa. Suerte que Fidel habia encontrado trabajo como camarero en un bar para hispanos y gringos. Sin duda, el era el sustento de la casa. Si no fuera por su Fidel...decia siempre. Entro por la puerta y dejo el saco de ropa, al que llamaba bolsa, en uno de los laterales del recibidor, no tenia animo para ponerse ahora a lavar, ordenar y planchar. Se descalzo en la entrada para no ensuciar el piso y se fue directa a la cama. El viaje a las afueras de La Habana para estar con su familia habia sido muy enriquecedor, pero agotador a la vez y era hora de descansar, asi que se fue a la cama y se desplomo como si llevara siglos sin poder tumbarse para relajar sus atormentados huesos. Se desperto dos horas despues. El calor era insoportable y fue a darse una buena ducha fria, pero no era suficiente, y sentandose en la mesa del sofa, encendio el ventilador. Era un soplo de aire fresco revitalizador. No sabia donde estaba Fidel, lo habia buscado al llegar en cada una de las estancias de la casa. Estaria por ahi disfrutando de su juventud con sus amigos o eso imaginaba. La verdad es que no habian tenido una vida facil y el no habia tenido una infancia del todo feliz, su padre habia muerto en un accidente de trafico y los habia dejado solos. Ellos estaban orgullosos de que hubiera luchado por la familia, por el pais, por la sangre, pero les habia dejado un gran vacio irreparable y aquello los carcomia por dentro. Dejo de entablar conversaciones con su propio subconsciente y se levanto para coger un vaso de agua y volvio a sentarse en la mesa. Alli habia una especie de television pequena que Camila no habia visto nunca. Se imagino que era de su hijo, pero la curiosidad mato al gato y la cogio entre sus dedos para examinar ese cachivache que no habia visto en su vida. Al cogerlo, apreto un boton y la pantalla se encendio como si de luces de neon se tratara. Alli habia escrito lo que parecia un libro dentro de la pantalla. ?Acaso aquello era posible? Camila jamas habia visto una Tablet y mucho menos un libro digital, asi que para Camila casi parecia brujeria. Empezo leyendo las primeras lineas y se quedo asombrada. Era la historia de unas amigas que viajaban a cuba para encontrarse con otras. Al principio Camila no entendia bien que estaba sucediendo, pero aquello la enganchaba mas y mas y no podia dejar de leer. Aquellas chicas iban a Cuba, !a Cuba! Su tierra, su mundo, su vida. Eso la animaba mas y mas. No entendia bien por que se hacian llamar la tribu, ?eran de alguna tribu indigena? Deberia preguntarselo a Fidel cuando volviera a casa. Siguio leyendo y descubrio que habia amigas en ese grupo que vivian en Cuba. Quiza las conocia y podia tomar un cafe con ellas para que le contaran si aquello era real o solamente una invencion. La verdad es que, aunque alli vivia mucha gente, todos se conocian y preguntando se llegaba a todos lados. Tomo un trago de agua y prosiguio su lectura animada, hasta se le habia pasado el sueno y tenia los ojos como platos dispuesta a leer mil y una historias de su Cuba natal. Rio cuando leyo como las chicas se morian de calor al llegar a Cuba, ella llevaba alli desde que nacio, hacia ya mas de sesenta anos y todavia no se habia acostumbrado a ese clima tan caracteristico, pero sabia que ya no podria vivir de otro modo, se habia acostumbrado a ello. Las siguientes lineas hablaban en unos terminos un tanto ardientes de los mulatos de la zona. Todas los amaban, en especial una de ellas, que los veia y se los queria comer a todos, como si fueran helados de chocolate con los que derretirse despues de darles unos cuantos lametones. Camila reia como una loca ante las ocurrencias que iba leyendo, incluso cuando aparecio un chico, que tenia la sensacion de que era de muy bien ver. La verdad es que no le hubiese importado para nada tener cuarenta anos menos y darle un buen repasito. Ya era mayor para enganarse a si misma, pero sonar era gratis. Dylan se hacia llamar en aquellos escritos que con tanta atencion leia. Le gustaron las promesas que hacian entre ellos y entre ellas y le encantaba que admiraran su lugar de origen catalogandolo como un lugar magico al que sin duda volver algun dia. Y entonces se quedo helada ante lo que vieron sus ojos. Alli, en aquel inicio de pagina se encontraba un nombre muy conocido para ella, y rogo al Dios suprema que fuera el y no otro, su querido hijo Fidel. El y una tal Ariadna coqueteaban sin cesar, y aunque ella se hacia la dificil, provocandolo a cada momento, en el fondo le gustaba, mas de lo que queria confesar. Si es que su hijo era muy bello, tanto por fuera como por dentro. Camila no sabia si realmente era su hijo, aunque queria pensar que asi era, sobre todo porque la historia se tornaria mucho mas interesante y la veria con otros ojos, o mas bien la leeria desde otra perspectiva. La chica, que supuestamente bebia los vientos por su hijo, se bebia hasta los charcos de los suelos, algo que Camila no aprobaba, pero se propuso que, si en verdad existia y podia encontrarla, corregiria esos malos habitos para que fuera una muchacha de buenos habitos y porvenir.

  • La novia de Ivy Green (Historias de Ivy Hill 3) de Julie Klassen

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    Varias historias que parecen una cosa y seran otra... Y una novia inesperada que sorprendera a todos.

  • Las 48 leyes del poder de Robert Greene

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    Como llegar a lo mas alto y quedarse alli…

  • Un cerezo en Nueva York de Alba Biznaga

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  • Terrafertile de Rosana Ample

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    Mientras Benedetta se recupera de una neumonia, entiende que debe llevar las riendas de su vida sola, romper su relacion sentimental y dejar Milan. Ha llegado el momento de volver a Florencia donde estan los suyos y formar su propio hogar en Montepulciano. ?Quien le iba a decir que tras dicho achaque, decidiera rehabilitar una hermosa villa familiar rodeada de valles, vinedos y olivos?Terrafertile, ubicada en de Montepulciano, se erige en un antiguo asentamiento etrusco lleno de leyendas mitologicas. Ceres habia posado su gracia en el lugar y cualquier fruto de arbol, tuberculo o planta, proliferaba dando al recolector sabrosas y turgentes cosechasBenedetta no conecta con la villa, las paredes de ese hogar han contenido secretos y mucho dolor. Es hora de airearlos, descubrir la dolorosa verdad que sus ancestros se llevaron a la tumba. Son ya tres generaciones repitiendose el mismo patron, es ella la elegida para identificarlo, dar una solucion diferente a los mismos problemas y liberar asi a su “clan”. El camino parecia vislumbrarse sencillo tras conocer la verdad y es en ese instante, cuando la vida le otorga a Benedetta uno de los mayores retos de su vida; atreverse a ser quien es, sin censuras.

  • El novio del mundo de Felipe Benitez Reyes

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    El protagonista de esta novela, Walter Arias, es una mezcla de filosofo surrealista y de psicoanalista antifreudiano, de romantico y de obseso sexual, de arlequin y de monstruo, de moralista y delincuente. Mezcla, en fin, de todo aquello que no puede ni debe mezclarse. <>, confiesa Walter Arias, precursor del movimiento filosofico llamado walterismo, una de las corrientes espirituales menos espirituales de cuantas conocio el pasado milenio. Burlon y despiadado, visionario y reflexivo, humoristico y macabro, Walter Arias nos cuenta los vaivenes de su vida -su noviazgo con el mundo- a lo largo de un hilarante thriller picaresco y metafisico.

  • Sinfonia del destino de Graci Suarez

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  • Seis meses de Paloma Carnero

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    Angela, una animadora que trabaja en un hotel de la Costa del Sol, recibe en la noche de Halloween de 2020 un regalo. A la manana siguiente, despierta en Santo Domingo (Republica Dominicana) !pero en 1783! Todos la tratan como la senora de la hacienda, y cual es su sorpresa al ver que su supuesto marido es sospechosamente parecido a un antiguo amor de adolescencia. ?Que demonios estaba pasando?
    Cuando la santera yoruba, Yeji, le explica que es la responsable de todo lo que le ha ocurrido, le propone hacerse pasar por la esposa de Jaime, el dueno de aquellas tierras, porque la vida de todos los que viven de esa hacienda depende de ello.
    Aventuras, amor, magia, un acuerdo matrimonial, y un enemigo al acecho, todo bajo un telon historico real de fondo en la paradisiaca isla espanola de finales del siglo XVIII.

  • Sumisa obligada (sumisas 6), Saray Gil Diaz de Saray Gil Diaz

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    Elena es una mujer normal y muy trabajadora llamada por una empresa de empleo temporal accede a trabajar de camarera una noche en el hotel mas lujoso de Madrid, lo que no espera de esa noche es que seis ?hombres? se obsesionen por ella hasta el punto de querer matarse, secuestrarla o darle unas citas increibles, pero ella no cree en el amor para siempre y menos entre unos hombres que se obsesionan con ella como unos animales o seres de otro mundo, ?O si?

  • Los moteros del MidWay, 2 de Patricia Sutherland

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    !Las historias de la serie Moteros que siempre has querido leer!

  • Los juegos de Nemesis (The Expanse 5) de James S. A. Corey

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    La quinta entrega de la saga superventas en la que se basa la serie de TV The Expanse.

  • Hoffland, mis reglas de Jazmin Riera

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    Toda historia de amor tiene dos partes.
    Ella no pudo resistirse a sus reglas, ya escuchaste su version de la historia.
    ?Estas lista para conocer la otra?

  • Una boda por sorpresa de Dylan Martins

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    Tras una duradera y fuerte amistad entre Iker y Sheila, esta le pide el mayor favor de su vida.
    Iker no puede creer lo que Sheila llega a pedirle, pero por la amistad que los une, acepta.
    La locura que llevan a cabo hara que su relacion cambie por completo, arrastrandolos a un nuevo nivel donde nunca pensaron verse juntos.
    El fuerte caracter de ella y la tranquilidad de el seran el detonante de situaciones que los pondran al limite.
    Despues de esa peticion, ?lograran resolver todo lo que parece separarlos para siempre?

  • LA APUESTA de Sabina Rogado

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    Erika, vive recluida en su apartamento de Dublin, a causa de una agresion que la ha convertido en una joven sin ganas de vivir y con un miedo atroz.
    Hugo, un rompecorazones cuyo lema en la vida es: su moto y no esperar por ninguna mujer mas de cinco minutos. Vive en la sierra de Madrid.
    Una oferta de trabajo, inesperada, que llevara a Erika a reencontrarse consigo misma, pero tambien con lo que quiere olvidar…
    Y una apuesta, que empezo como un juego, y que sera la artifice de que todo pueda cambiar… ?O no?
    Sumergete entre las lineas de esta apasionante historia y dejate llevar a un mundo lleno de sensaciones en las que, la ternura, el enfado, la intriga, la pasion, y sobre todo el amor, te llegaran al corazon.
    ?Te atreves con LA APUESTA?

  • Sigueme de Nisa Arce

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    Mientras avanzaba por la zona VIP de aquella discoteca que habia frecuentado durante los ultimos cuatro meses, Joan se dijo que si bien su vida habia cambiado bastante desde que se marchase a Italia con apenas dieciocho anos, habia algo que permanecia exactamente igual a como lo recordaba de por aquel entonces: el ambiente artificial, sordido y adictivo de los locales nocturnos. Daba igual que el garito se encontrase en Milan o en Madrid, o que estuviera ahi en ese mismo momento en lugar de una decada y media atras, pues la atmosfera era la misma: musica sonando con estruendo por los altavoces; la pista repleta de gente que se giraba para mirarle en cuanto se percataban de su identidad; la llamada de atencion que le enviaba la voz de su conciencia cuando esta le recordo que tenia entrenamiento a la manana siguiente. La acallo y siguio avanzando. Al fondo, hablando con alguien a quien ya le habia presentado y cuyo nombre no recordaba --ni le importaba--, estaba Oscar. Hacia dos semanas que no se veian, exactamente el tiempo que le habia llevado a la plantilla del Juventud cumplir la pretemporada en Estados Unidos. Cinco encuentros amistosos con los principales equipos del futbol estadounidense, cuyo nivel distaba del europeo lo justo como para que las estrellas del balompie, al alcanzar cierta edad, lo contemplasen como opcion para extender un par de anos sus carreras, a fin de seguir compitiendo a un ritmo mucho mas tranquilo del acostumbrado. Joan habia descartado tal opcion, pues lo consideraba prolongar innecesariamente la agonia. El habia decidido retirarse, y punto. Esa seria su ultima temporada en activo, y no habia dia, hora ni minuto en que no se lo recordase. Una marana de pensamientos que solo era capaz de aparcar precisamente cuando estaba con el. O, mejor dicho, cuando se desfogaba con el. --Pero mira quien esta por aqui... --lo saludo Oscar nada mas se le hubo acercado. Joan sello el reencuentro buscando su boca. Y sin embargo, no tardo en apartarse. --?No te dije que iba a venir? --Si. ?Por? --Y aun asi, te pones a fumar --espeto el catalan de mal humor. Oscar se encogio de hombros, como si la cosa no fuera con el. --Dejame compensarte. Joan acepto que lo tomase de la mano para conducirlo entre la marea de cuerpos que se contorsionaban al compas de lo que pinchaba el DJ de turno. Desde un principio, de Oscar le habia atraido la manera en que se movia como pez en el agua por aquel submundo, como se enorgullecia, en una forma que rozaba lo arrogante, de ser una criatura nocturna; tambien le gustaba que pese a llevar tantos dias sin saber el uno del otro, pues poco mas que algun mensaje habian intercambiado, Oscar no hiciera ademan de preguntarle como le habia ido, que tal la experiencia, como se encontraba; supuso que los titulares en la prensa deportiva ya lo tendrian al tanto. Tampoco Joan mostraba intenciones de hacerle esas mismas preguntas. Y es que lo que mas le gustaba de su actual novio era que siempre le daba, precisamente, lo que de el estaba buscando. Aquella discoteca no contaba con cuarto oscuro, como las otras de ambiente en las que Oscar ejercia de relaciones publicas ademas de organizar eventos. Asi que en su lugar, este lo llevo al pequeno despacho que el dueno le dejaba emplear para cerrar negocios, y que el, en ocasiones como esa, aprovechaba para darle un uso mas bien de indole privada. Joan cerro la puerta una vez ambos dentro, y reprimiendo el impulso de impedirselo cuando Oscar se abalanzo sobre el a fin de comerselo a besos, pues detestaba con toda el alma el sabor y el olor del tabaco, le correspondio. El habitaculo no era lo que se decia amplio, y apenas tardo en arrinconarlo contra un escritorio. --Ya veo que me has echado de menos... --dijo aquel, apoyado sobre la superficie de madera mientras observaba como Joan le bajaba la cremallera de los cenidos vaqueros que llevaba puestos. El delantero, de rodillas y tras haberle liberado, lo miro a los ojos mientras acercaba los labios a la ereccion que sujetaba entre los dedos. --Un poco --respondio justo antes de lamerla con la punta de la lengua. Oscar jadeo y echo la cabeza hacia atras al sentir que Joan le engullia. El hambre de sexo que este siempre mostraba le parecia tan conveniente como fascinante, hasta el punto de que en realidad si que habia estado al tanto del calendario, asi como de las noticias en Internet, con tal de tenerlo pronto de vuelta. A el y a su apetito insaciable. Le dejo hacer, hasta que el grado de excitacion lo llevo a depositar ambas manos detras de la nuca del futbolista. Lo que en un principio fue un simple indicativo con el que lo alentaba a seguir, se convirtio primero en una guia del ritmo que queria que imprimiese, luego el motor con el que el mismo marco la velocidad a la que se introducia en la calidez de su boca; cada vez mas profundo, mas rapido, mas fuerte. A Joan no le disgustaba aquella rudeza, pero una cosa era dejarse llevar por el momento y otra que, al hacer ademan de aflojar la presion que Oscar ejercia sobre su cabeza, este no cediera. Trato de forcejear, pero el movia la pelvis con furia mientras seguia inmovilizandole. Sabiendo que no iba a parar, Joan no ofrecio resistencia. Poco despues, de un ultimo empellon y acompanado de un gutural gemido, Oscar descargo directamente en su garganta. Inmerso en los ultimos aleteos de placer, se relajo, y el catalan aprovecho para zafarse, reprimiendo una arcada y tosiendo. --Joder, tio... --se quejo; la furia asomando a sus llamativos ojos verdes--. ?Cuantas veces te he dicho que no me gusta tragarmelo? --Es que me pones demasiado --replico Oscar mientras le deslizaba el pulgar por los enrojecidos labios; una sonrisa satisfecha pintada en los suyos. Haciendo ademan de abrocharse la cremallera con cuidado, anadio--: Tengo que pasarme por el Black&Noise. ?Vienes? Joan, sintiendose humillado, pero tambien presa de un calenton que no habia tenido oportunidad de apagar, asintio. La voz de su conciencia volvio a manifestarse durante el desplazamiento hacia la otra discoteca, y de nuevo cuando, una vez alli, el reloj marco las dos de la madrugada. Le dio un ultimo toque de atencion cuando acepto la copa que le ofrecieron, y la mando al cuerno tras recalar, por fin, en el cuarto oscuro donde se habian conocido no tanto tiempo atras. La penumbra, unicamente rota por la iluminacion tenue de unas bombillas rojas, conferia a las siluetas de los presentes un halo de falsa privacidad mientras observaban, sin descaro, las actividades a las que se entregaban los demas. Sin demasiados preambulos, Joan se puso el condon lubricado que habian cogido antes de entrar a la sala y le penetro. Oscar gimio, de cara a la pared como estaba, mientras el delantero volcaba la urgencia del deseo en cada golpe de cadera. --?Quieres? --le dijo tras girar el rostro. Joan, a punto de volver a adentrarse en el de un movimiento energico, se quedo mirando lo que Oscar estaba mostrandole. Como no obtenia respuesta, este ultimo insistio: --Te dara un subidon bestial, el mejor polvo que hayas echado... --jadeo, en referencia a la dosis de popper que se habia agenciado gracias a un contacto. Joan, apretando los dientes, atino a responder: --No... Sin perder ni un segundo, Oscar se llevo el pequeno recipiente a la nariz e inhalo la sustancia, la cual hizo que le invadiera una sensacion instantanea de euforia. Joan siguio entrando y saliendo de su cuerpo, notando que las miradas lascivas de los que los rodeaban le acariciaban como lo hacia el sudor que le bajaba por la espalda.