• a la sombra del arbol violeta critica - Sahar Delijani

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    Azar iba sentada en el suelo de chapa ondulada de la furgoneta, acurrucada contra la pared. El vehiculo daba bandazos por la sinuosa calle, zarandeando a Azar de aqui para alla. Con la mano libre se aferraba a lo que, al tacto, parecia un asidero. La otra mano sujetaba su vientre tenso y abultado, que se contraia obligandola a respirar de forma entrecortada, irregular. Una ardiente punzada de dolor surgio en un punto indeterminado de su columna y se extendio a todo el cuerpo como un estallido. Reprimiendo un grito, Azar cerro los dedos en torno al chador que la envolvia y lo estrujo con tanta fuerza que se le blanquearon los nudillos. Cada vez que la furgoneta doblaba una esquina, se veia lanzada contra los costados del vehiculo. Con cada sacudida y cada bache, su cuerpo rebotaba hacia el techo y la criatura que llevaba en el vientre se tensaba y se encogia. La venda que le tapaba los ojos estaba empapada de sudor. Se llevo una mano a los ojos para secarselos. Aunque iba sola en la parte trasera de la furgoneta, no se atrevio a quitarse la venda, pero sabia que habia una ventanilla a su espalda. Habia tocado el cristal al subirse. Si la Hermana en el asiento delantero se volvia, podria verla, o tal vez se detuvieran de repente y no le diera tiempo a ponerse de nuevo la venda. No sabia que sucederia si la sorprendieran con los ojos descubiertos, pero preferia no saberlo. A veces intentaba convencerse de que el miedo que habia anidado en su interior, que la seguia alla donde fuera, no estaba justificado; nadie le habia levantado la mano jamas, ni la habia empujado, ni siquiera amenazado. No tenia ningun motivo para temer a las Hermanas y los Hermanos, ninguna razon tangible. Pero habia oido los gritos que hacian vibrar los muros de la carcel y resonaban en los pasillos desiertos, despertando a las reclusas por la noche, interrumpiendo la conversacion de las que compartian almuerzo, sumiendolas en un silencio de dientes apretados y extremidades agarrotadas que se prolongaba hasta la noche. Nadie sabia de donde venian aquellos gritos. Nadie se atrevia a preguntarlo. Pero eran gritos de dolor, eso si lo sabian. Nadie habria podido confundir aquellos alaridos con un lamento de otra clase; eran aullidos de un cuerpo privado de su identidad, abandonado, aplastado hasta acabar convertido en una masa informe cuya unica manifestacion vital era la fuerza con que rasgaba el silencio entre los muros de la prision. Y nadie sabia cuando le llegaria el turno, cuando desapareceria por el pasillo sin dejar mas rastro que sus gritos. Asi que seguian viviendo, esperando y acatando ordenes a la sombra de una amenaza que -- bien lo sabian-- no podrian esquivar para siempre. Por una rendija situada por encima de su cabeza se colaba en la furgoneta, amortiguado, el clamor de la ciudad, que a esa hora se desperezaba: el enrollar de las persianas, los bocinazos, las risas infantiles, los pregones de los vendedores ambulantes. Por la ventanilla oia tambien los sonidos intermitentes del parloteo y las risas en la cabina, aunque no alcanzaba a distinguir lo que decian. Solo oia las carcajadas de la Hermana en respuesta a lo que uno de los Hermanos acababa de contar. Azar trato de acallar las voces que resonaban en la furgoneta concentrandose en el rumor de las calles de Teheran, su querida ciudad, que llevaba meses sin ver ni oir. Se pregunto hasta que punto habria cambiado, despues de tres anos de guerra con Irak. ?Habrian llegado los combates a la capital? ?Se habrian visto sus habitantes obligados a abandonar la ciudad? A juzgar por el ruido que procedia de las calles, todo parecia igual que siempre, el mismo caos, el mismo bullicio de lucha, de supervivencia. Se pregunto que estarian haciendo sus padres en ese momento.

  • Traumas (y almas) persas | Babelia | EL PAÍS

    https://elpais.com/cultura/2014/10/03/babelia/1412360153_784240.html

    8 oct 2014 — 'A la sombra del árbol violeta' es un relato coral de Sahar Delijani ... Este primer libro de Sahar Delijani (Teherán, 1983), escritora iraní ...

  • A LA SOMBRA DEL ÁRBOL VIOLETA - DELIJANI SAHAR

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    A LA SOMBRA DEL ÁRBOL VIOLETADELIJANI, SAHAR. Nota media 7,75 Muy bueno 12 votos 2 críticas ... Información del libro. GéneroNarrativa; EditorialSALAMANDRA ...

  • A LA SOMBRA DEL ARBOL VIOLETA | SAHAR DELIJANI

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    10 sept 2014 — El libro A LA SOMBRA DEL ARBOL VIOLETA de SAHAR DELIJANI en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • A LA SOMBRA DEL ÁRBOL VIOLETA – Sahar Delijani | Hislibris

    https://www.hislibris.com/a-la-sombra-del-arbol-violeta-sahar-delijani/

    13 ene 2016 — A LA SOMBRA DEL ÁRBOL VIOLETA – Sahar Delijani ... En definitiva, la novela es una crítica sin concesiones al régimen ... Compra el libro.

  • A la sombra del árbol violeta - Sahar Delijani - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Delijani-A-la-sombra-del-rbol-violeta/87260

    Críticas (3), citas extractos de A la sombra del árbol violeta de Sahar ... l árbol violeta al que se refiere el título (traducción) del libro de la iraní ...

  • A la sombra del árbol violeta - Sahar Delijani - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/89814/a-la-sombra-del-arbol-violeta

    Resumen y sinópsis de A la sombra del árbol violeta de Sahar Delijani ... La casa de ladrillos rojos es grande y espaciosa y, en el jardín, una fuente azul ...

  • "A la sombra del árbol violeta" Sahar Delijani - Cuéntame una ...

    http://elblogdelafabula.blogspot.com/2015/05/a-la-sombra-del-arbol-violeta-sahar.html

    El árbol violeta es el jacarandá que preside los patios en algunas casas de Teherán. Es un precioso árbol traído de Sudamérica y, aunque en ningún momento ...

  • A la sombra del árbol violeta (Salamandra Narrativa)

    https://www.amazon.es/sombra-del-%C3%A1rbol-violeta-Narrativa/dp/8498386209

    Delijani shows us a claustrophobic world where fear, injustice and sacrifice dominate every life. And it also shows the silent resistance, the indomitable will ...

  • A la sombra del árbol violeta, de Sahar Delijani - Mortal y rosa

    https://mortalyrosa.com/2018/06/28/a-la-sombra-del-arbol-violeta-de-sahar-delijani/

    28 jun 2018 — Ya en la faja del libro se alaba la genialidad poética que tiene la autora para escribir un libro como este. Este es un libro que, al menos al ...

  • A la sombra del árbol violeta - Lecturafilia

    https://lecturafilia.com/2014/12/23/a-la-sombra-del-arbol-violeta/

    23 dic 2014 — Las partes tienen un nexo común, pero podrían pertenecer a libros separados y eso es lo que resta valor a la novela como conjunto. Con todo, la ...

  • El hombre Z de Pedro Suarez Ochoa

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    Una ciudad en Venezuela se paralizo por un extrano evento ocurrido en 1998. Algunos hablaban del advenimiento de la era zombi, pero 21 anos despues se conocio la verdad.

  • La sacerdotisa blanca (La Era de los Cinco Dioses 1) de Trudi Canavan

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    Magia y aventuras, guerra y amor, en el inicio de una saga fantastica protagonizada por una joven hechicera lista y valiente en un nuevo e intrigante universo.

  • Huida desesperada de Sabina Rogado

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    Zoe esta acostumbrada a llevar las riendas de su vida y decide rechazar a todos los hombres que acuden al rancho familiar con una peticion de compromiso.
    El convencimiento de no contraer matrimonio si no alberga sentimientos hacia la otra persona es inquebrantable… Al menos hasta que sus padres fallecen. Entonces, los hermanos Evanson se ven obligados a tomar una decision. Doblegarse ante los deseos de un ser mezquino y cruel, o huir en busca de la unica persona que puede ayudarles. ?Que hacer?
    La vida de los hermanos cambia drasticamente y emprenden un viaje repleto de peligros.
    Una posada en mitad de la nada.
    Unos desalmados dispuestos a mancillar el honor de una mujer indefensa.
    La aparicion de un hombre mitad indio, mitad noble.
    Y una historia que conseguira robarte el corazon.

  • El secreto de Julieta (Mi jefe 1) de Dylan Martins

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    Observe tras los cristales de mi despacho que el sol comenzaba a brillar con mas intensidad de lo habitual, se asomaba la primavera en su maximo esplendor. La taza de cafe en la mano era mi mejor aliada para afrontar un nuevo dia lleno de trabajo y, ademas, una entrevista para ocupar la vacante de secretaria. Mi anterior secretaria se habia casado con un chico militar y a este lo habian destinado fuera por lo que perdi a la joya mas valiosa de mi dia a dia y fue justo en ese momento cuando me di cuenta de que encontrar otra igual iba a ser mision imposible. Victor, mi amigo de toda la vida me pidio el favor de echarle un cable a la hermana de su novia, o sea, a su cunada que se habia quedado en paro despues de trabajar tres anos en una empresa que ahora habia quebrado, por lo que al menos experiencia tenia, solo quedaba entrevistarla. Faltaban cuatro dias para el sabado, el dia de mi cumpleanos. Al cumplir cuarenta anos iba a celebrarlo como Dios manda y por todo lo alto. Lo estaba preparando todo con mucho ahinco, no iba a permitir que faltara detalle y para eso era muy meticuloso. Habia invitado a todos mis amigos, compromisos de trabajo, familiares... En total, unas doscientas personas. Ya que no tenia planes de casarme y mucho menos pareja, al menos lo haria en plan bodorrio y a lo grande. Mi empresa era una de las redes sociales mas importantes del mundo, por lo que habia tenido una suerte impresionante cinco anos atras y ahora contaba con un equipo de mas de cien trabajadores en diferentes partes del mundo, ademas de la oficina central donde yo tenia mi despacho y una parte del personal. Ademas de haber conseguido el sueno de mi hermana Estibaliz: ser influencer. Llevaba dos anos en ello y ahora a sus veinte era una de las mas codiciadas y cotizadas. Ni que decir tiene que hicimos cuanto pudimos para que tuviera la mayor visibilidad del mundo y que en menos de un mes contara con millones de seguidores. Ella era veinte anos menor, y es que, como decian mis padres, habia venido de sorpresa, pero eso si, se convirtio en la princesa de la casa, era la nina de todos, hasta casi la crie como si fuera mi propia hija. Mis padres estaban jubilados, los dos habian sido profesores y ahora estaban mejor que nunca viviendo en unas infinitas vacaciones, donde cada dia hacian algo. Era un matrimonio de esos unidos para toda la vida, donde el respeto, el amor y el carino los mantenian en un absoluto enamoramiento. Yo creia en el amor de los de antes, aunque no me lo aplicaba, era estar con una chica viendome mas de una semana y me entraba el agobio, me alejaba fulminantemente, era como no querer afrontar mi vida ligada a la de otra persona. Queria ser libre. Mi amigo Victor era como yo hasta que conocio a Susy, en la sala de urgencias cuando fue por un colico nefritico y alli trabajaba ella como enfermera. Segun el, fue un flechazo a primera vista, yo no me lo crei, pero la broma ya lleva casi un ano, asi que por lo visto tenia razon. Poco me habia durado la paz esa manana, por la puerta aparecio mi hermana, sin llamar siquiera, tipico en ella. --Buenos dias, hermano --entro directa a sentarse en uno de los sillones de mi mesa. --Buenos dias --sonrei mientras le senalaba mi taza por si queria un cafe. --No, ya sabes que no tomo mucha cafeina --volteo los ojos--. Vengo a pedirte un favor. --Que raro... --ironice. --Bueno, ?a quien mejor que a tu hermana favorita? --Eres a la unica que tengo --voltee los ojos. --Pues blanco y en botella... --Pide por esa boca --solte el aire viendo venir que tantos rodeos no eran buenos. --Necesito que me acompanes esta noche a un evento que me han invitado. Me entere de que va un influencer que me gusta y quiero darle celos contigo. --?Tu estas loca? --resople negando. --Un poquito, pero ya a estas alturas no me podeis devolver. --Ni suenes que ire --le adverti senalandola con el dedo. --Si que iras --se levanto--. Recogeme a las ocho en casa de nuestros padres. --Claro, ?donde si no? !A ver cuando te independizas! --?Yo? --Se senalo a ella misma desde la puerta haciendo un gesto de lo mas exagerado--. Ni que fuera tonta. ?Donde voy a vivir mejor que alli? --me saco la lengua y dio un portazo que debio resonar en todo el edificio. Lo peor de todo es que a las ocho en punto estaria el "menda" en la puerta de casa de mis padres esperando a que la nina saliera para acompanarla a darle celos a un chico, que seguro seria de esos que solo sabian hacer poses en las redes. Vamos, que lo tenia claro. Dos golpes en la puerta y no podia ser mi hermana porque se hubiese dejado algo, ella no llamaba. --Adelante. --Hola --sonrio una joven preciosa con un gesto entre despiste y nervios. --Hola, buenos dias --me levante para dale la mano--. Soy Lorenzo y tu debes de ser Julieta. --Claro --se sento sin darme tiempo a ofrecerle asiento--. Vengo a firmar el contrato que me consiguio mi cunado Victor, menos mal que sirve para algo --dijo con indiferencia causandome una carcajada. --?Como que para el contrato? Lo de Victor hare como que no lo he escuchado, te recuerdo que es mi amigo --carraspee aguantando la risa--, pero esto es una entrevista --arquee la ceja. --Bueno, pero estoy recomendada, ademas, como sabras vengo de trabajar tres anos de secretaria, a lo que hay que anadir que tengo unos trillizos que mantener y soy viuda con treinta anos. --Vaya, lo siento... --No sabia si estaba intentando convencerme, puesto que era una descarada, o es que Victor casi le habia garantizado el empleo, pero cualquiera le decia que no. !Menudo genio gastaba la senorita! --Entonces, ?firmamos el contrato? --Claro, empezaras con seis meses de prueba y si funcionas se te pasara a la plantilla fija. Manana a las ocho puedes comenzar y tendre preparado el contrato para que lo firmes. Deja a mi companero de la primera puerta del pasillo una copia de tu documento de identidad. --?Horario? --De ocho a tres --sonrei negando. --Pues me voy, he dejado a los ninos con mi madre, hoy no fueron al colegio porque tenian pediatra, asi que me aligero que deben estar volviendola loca. --Claro --madre mia, esta mujer era puro nervio. ?Donde me habia metido Victor? Se fue dando un portazo como habia hecho un rato antes Estibaliz, aqui parecia que tenian algo en contra de la puerta y al final iba a tener que quitarla por la seguridad del edificio. Trabaje esa manana revisando graficos y datos que me habian enviado de la semana, la verdad es que todo crecia a la velocidad de la luz y no habia un solo dia que no me impresionara la cantidad de nuevos clientes que entraban para ver su publicidad plasmada en nuestra pagina. Llame a Victor para darle mi primera impresion. --Hola, hermano, ?que tal? --pregunto con ese tono de felicidad que siempre le acompanaba. --Hola, bien, ya entreviste a Julieta. --?Viste que es la perfecta? --Bueno, que quede entre nosotros, la vi un poco descarada. --Pero en su trabajo es profesional, es un poco alocada, pero responsable. --Se fue rapido porque tenia que recoger a sus trillizos que los habia dejado en casa de su madre. --?Sus trillizos? --Si, ya me conto que era viuda. --Yo la mato... --?Pasa algo? --Obviando que no tiene hijos, nunca estuvo casada y no le duro un novio dos telediarios, nada mas... Bueno si, vive con sus padres. --?En serio? --me eche a reir, no me quedaba otra, me la habia colado sin venir a cuento de nada. --Nada, esa es Julieta en su estado puro, bromista y alocada, pero de verdad, en el trabajo es profesional, por lo demas no le hagas ni caso. --Vale, es bueno saberlo --trague saliva y ladee la cabeza. Quedamos en vernos el sabado en mi cumpleanos, asi que, segui trabajando pues la manana se iba de forma veloz y queria terminar de revisar varias cosas. Dos golpes en la puerta y volvio a aparecer Julieta. --Dime --sonrei. --Nada, que ya deje mi documento ahi, para que veas que soy eficaz --un gesto de adios con sus dedos y otro portazo mas. Estaria bueno que dejar un documento fuese digno de eficacia y no de responsabilidad para poderle hacer su tan ansiado contrato, pero bueno, se veia que ella vivia en su mundo y yo me iba a tener que adaptar a el, por el bien de mi tranquilidad mental, al menos iba a intentarlo. Para colmo esa noche tenia un evento con mi hermana, el dia parecia que habia comenzado movidito e iba a terminar de igual manera...

  • La amante del Highlander de Hugo Sanz

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    Cuando Malvina acepta un trabajo en la casa de los McLarcon, no imagina que un simple primer cruce de miradas con Duncan, su jefe, dara un giro de ciento ochenta grados a lo que habia sido su vida hasta ese momento.

  • Malaherba de Manuel Jabois

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    Manuel Jabois llega a la novela.

  • Como llegue a conocer a los peces de Ota Pavel

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    Lo mejor para cualquier pescador es empezar con los peces siendo aun crio. Que lo inicie en los misterios de la pesca su padre, su tio o un balsero. En nuestro caso fue el balsero Karel Prosek, de la aldea de Luh, en la municipalidad de Branov, que con el tiempo se convirtio en nuestro tio. Fue el quien enseno a pescar no solo a mis hermanos Hugo y Jirka y a mi, sino tambien a nuestro astuto padre. El tio Prosek seguramente nacio en el rio Berounka como genio de las aguas y llego a Luh con una crecida. Tenia un hermoso mostacho, como el de un dragon, una voz sonora y una buena planta. Era capaz de cualquier cosa: arar y sembrar, ordenar las vacas, cocinar patatas revueltas, encontrar setas fuera de temporada, barquear durante una crecida, trenzar cestos, cazar corzos, rescatar a gente y a animales transidos de frio, romperle los morros a los idiotas, reir. Durante las crecidas barqueo un par de veces a la comadrona Flybertova con su indispensable maletin. Y tambien sabia de peces. Los ensartaba desde la barca en las noches de luna con un tridente llamado <>, interponia nasas en su camino, echaba el palangre y, en publico, los pescaba con cana, como un senorito. Todo esto sucedia aun en tiempos del Imperio Austrohungaro, cuando en el castillo de Krivoklat todavia senoreaba el principe Max Egon Furstenberg, comiendo gulash al estilo del cazador y sorbiendo cerveza de Rakovnik. A Prosek, puesto que era el mejor pescador de la region, le estaba permitido capturar presas con cualquiera de las artes posibles a lo largo de todo el rio. Tan solo debia llevar a palacio las anguilas, con su carne semejante a las flores de loto. Disponia para ellas de un morral que su esposa Karolina le habia tejido de canamazo. Las transportaba vivas por la orilla del Berounka hasta el castillo. Sus puertas se abrian solas ante el, como ante un paladin. Vertia las anguilas en una tina de madera embreada llena de agua y de cuando en cuando recibia una pieza de oro con la imagen del emperador. La pieza entera se asemejaba al sol. Despues de que el principe se marchara en carruaje tras cuatro colinas lejanas y tras cuatro rios lejanos, prohibieron a Prosek capturar presas con cualquiera de las artes posibles, asegurandole que le bastaba con una sola, a saber: la cana. Prosek tenia una cana de bambu larga, ambarina. Un rebenque sin carrete. Avanzaba a contracorriente para que los peces no lo advirtieran, chasqueando de cuando en cuando el rebenque y sus bigotes de dragon, razon por la que a esa arte se la denominaba <>. [1] Por aquella epoca llegamos nosotros en nuestro vehiculo: nuestro padre Leo, nuestra madre Herma, mis hermanos Hugo y Jiri y yo. Esta era toda nuestra familia. Atisbamos a Prosek desde los chopos de la orilla opuesta del rio. Se movia por las resbaladizas rocas como una nutria pescadora. La veleta de la cana volaba con precision hasta los lugares senalados. ?Y los peces? Era como si saltaran fuera del agua por si mismos. Plateados bagres con el rojo timon de la aleta en el trasero y elegantes comizas con bigote. Panzudos cachuelos de los remansos y leuciscos de los torrentes. Se deslizaban hacia el interior de la red: se acabo la libertad, habia llegado su amo y senor, el rey de los furtivos. Mi padre exclamo entusiasta: --!Herma! !Menudo concierto! !Como Kubelik! [2] Y, de golpe, crecieron como setas en mi cabeza, a lo largo de toda la orilla, filas de butacas en las que se aposentaban caballeros con bombachos ingleses a cuadros y damas vestidas con crinolinas rosas, suspirando y aplaudiendo con cada pez: --Messieurs, mesdames, esto es autentico arte. Prosek apreso en su red al ultimo de los peces, encendio un pitillo e hizo una reverencia. La platea desaparecio y el vadeo el rio, poco profundo, hasta mi padre. Se cayeron en gracia al instante, porque papa era tambien una buena pieza. Sabia partirle los morros a los idiotas igual de bien que Prosek. Y todo lo que no sabia se lo enseno Prosek. A papa le caia bien el patan de Prosek, ya que de toda la vida habia asegurado que los finolis no valian una mierda. Acordo con Prosek que iriamos con el de veraneo a la cabana del balsero, a ninguna otra parte. El lucio negro Tendria yo unos seis anos. Mis hermanos no me admitian demasiado en su compania. No era digno de ellos. Observaba sus diversiones desde la distancia. La mayor parte del tiempo lo unico que hacia era chuparme el dedo a orillas del rio Berounka. Lo que mas les gustaba a Hugo y Jirka era ir hasta un islote a atrapar con las manos peces ocultos entre las algas verdes. Hugo era apuesto y delicado. Jirka era un forzudo y un bribon dispuesto a medirse con quien se le pusiera delante. En el islote crecian unas largas algas verdes, fascinantes, parecidas a los cabellos del genio de las aguas del rio, Oskar. Los cabellos ondeaban en la corriente, como si yaciera ahogado en la arena dorada. De vez en cuando en las algas crecian florecillas, ya no recuerdo de que color, quiza de un blanco rosado, como las de las novias. Habia poca profundidad y en las algas pastaban, como en un prado, los copepodos y las cochinillas. Las comizas y el resto de los peces solian acudir a chapotear en busca de bichos, mascando como gorrinos. Era entonces cuando mis hermanos se metian en calzoncillos para, hundiendo las manos entre las algas, palpar a tientas hasta echar mano al frio cuerpo de un pez. El pez se quedaba pasmado, despues salia pitando, mi hermano reaccionaba y saltaba en su busca, erraba el blanco, salpicaba el agua, mi hermano chillaba. Como un rodeo. En una ocasion se toparon entre las algas con un pez gigantesco; al principio pensaron que era un tronco flotante. Se trataba, en cambio, de un lucio negro: se habia adentrado hasta alli tras los pececillos y no podia salir. Cuando arranco como un torpedo, el agua volo en todas direcciones. Hugo vociferaba: --!No te quedes ahi mirando y ven a ayudarnos! De golpe les parecia bueno. Pero no tenia ni la mas minima gana de meterme alli. Avance despacio entre las algas. El lucio giro, se dirigio hacia mi y se detuvo. Vi como boqueaba mientras me observaba con ojos despiadados, las fauces entreabiertas, llenas de dientes. Queria devorarme. Empece a alargar los brazos. Se puso en marcha. Salto. Salvo sin esfuerzo el tablazo y desaparecio en las profundidades. Jirka me dijo: --!Idiota! !Lo tenias al alcance de la mano! !No tenias mas que estrujarlo por el pescuezo! En realidad todos suspiramos aliviados de que se hubiera largado. Mis hermanos tampoco habrian intentado agarrarlo. Y esta anecdota fue una especie de predestinacion, como si aquel enorme lucio fuera nuestra parca. ?Pescaria alguno de nosotros alguna vez en su vida un pez grande de verdad? Tal vez no nos hubiera sido concedido, al no haber sido valientes entonces. Mi primer pez Prosek regresaba de la taberna Anamo algo achispado y canturreando cancioncillas castrenses. Conocia una infinidad de ellas, ya que durante la guerra habia librado mil batallas en Serbia. En el costado le quedo de recuerdo metralla sin extraer que, sin embargo, dejaba de fastidiarlo tan pronto como se echaba para el coleto un par de copazos. Al llegar a casa en la barca, le dio un beso en el hocico a nuestro pastor alsaciano, Holan, y se sento al pie de una fragante acacia. Yo estaba entonces en la balsadera: mis hermanos, de nuevo, me habian dejado atras; preferian llevar consigo a Dasa, la hija de Beda Peroutka, que pasaba de mi olimpicamente. Tio Prosek me miro con sus ojos verdes: --!Ven aca, mequetrefe! Arrastre de mala gana los pies hasta el; no es que me tuviera en gran estima. Al que mas queria era a Jirka, que era un granuja muy de su gusto. Yo era el menor, el nino de mama. Prosek, escudrinandome inquisitivo, se saco del bolsillo, mugriento, un pepinillo: --Toma. Sustitui el dedo de la boca por el pepinillo. Prosek me seguia observando. Despues saco una botella plana y me ordeno: --Pega un lingotazo. No quedaba ni gota en su interior, pero fingi la mayor de las felicidades. El inexistente alcohol nos amisto. Se puso en pie y me hizo senas para que lo siguiera hasta el granero. Saco una larga vara de avellano y dijo: --Te tallare una cana. La tengo preparada para ti hace ya tiempo. Saco del bolsillo un cuchillo afilado e hizo tris por aqui y tras por alla. Yo contemplaba sus manos callosas, a las que les faltaba un dedo que el mismo se habia sajado al cortar mimbre para los cestos. Contemplaba su rostro, crispado en una mueca por el dolor: de nuevo lo mortificaba la metralla en el costado, pero el alcohol para aliviarlo se le habia acabado. Termino la cana. Entonces yo aun no sabia que aquella seria mi mas preciada cana. Hoy lo se. Era la cana de mi infancia, a la que no se podrian equiparar productos posteriores de fabricacion americana o japonesa. Amarro a ella el sedal, del que prendio un canon de ganso y un anzuelo. Despues anadio: --Junto a la isla suele haber percas solitarias. Ve alli, mequetrefe, y despeinales las grenas. Yo te espero aqui. Se acocho en un ovillo y Holan le puso la cabeza en el regazo. Alcance la isla por la vereda. Era algo antes del mediodia, el sol arreciaba. Enganche una lombriz y eche la cana. No picaba nada, tan solo las azuladas libelulas se posaban en los nenufares y en algun lugar remoto del recodo se daban un banquete, mascando, los bagres. El canon blanquecino flotaba sobre la superficie, inmovil como un barco blanco en calma chicha. Para mis adentros, le ice las velas y ordene al capitan que navegara, que lo remolcara por la superficie un pez multicolor. Pero el canon ni se inmuto, a mi se me cerraban los ojos y, solamente de vez en cuando, entreabria uno de ellos para comprobar si mi barquichuela blanca ya habia zarpado. De repente la veleta se sacudio, generandose a su alrededor un circulo. Una y otra vez, como si fueran senales procedentes de las insondables profundidades de las aguas. Alguien jugueteaba y hacia travesuras con el barquito, como si arrancaran el motor tirando de la correa. De modo que no era un velero, sino una lancha motora blanca. Entonces la veleta comenzo a encabritarse, haciendo el pino, patas arriba, como un ganso medio zambullido en el agua. Para entonces ya me habia aferrado a la cana con las manos crispadas. Seguro que era una de esas percas con melena que habitaban aquellos andurriales en soledad. Entretanto la veleta hizo !chof! y se esfumo. Sin embargo, se podia ver, bajo la superficie, que habia tomado rumbo a los nenufares. Frene. La cana se arqueo y yo senti por primera vez en mi vida el delicioso tironeo del pez. Tras un tira y afloja por ambas partes, emergio una hirsuta bocaza: se trataba de una perca, grande como un gorro rojo a cuadros pero de color aceitunado y con franjas transversales oscuras. Alzaba sus aletas rojizas como estandartes en la batalla y, por su joroba, se parecia a un toro. En vez de ojos tenia monedas doradas y sobre su dorso se erguia una lanza erizada. Aquello no era un pez, era un dragon, un paladin armado hasta los dientes con plumaje rojo en el casco. La arrastre hasta la hierba y me tendi sobre ella para que no huyera. Ambos eramos dos chavales peleones. Luego, victorioso, lo lleve hasta la balsadera. Me habia pinchado con su lanza, por lo que del dedo me manaba un reguerillo de sangre. Se me ocurrio que a partir de aquel dia el tio Prosek me querria tanto como a Jirka. Prosek, sentado en una banqueta, bebia vermut de cabra, leche, para depurar el alcohol. Me elogio: --Eres un hacha. Desollo la perca y clavo la cabeza en el porton del granero. Para que todos vieran que en Luh junto a Branov habia nacido otro pescador. Cogi un taburete para ordenar y me sente bajo el trofeo durante dias. Cuando pasaba alguien por la balsadera, yo carraspeaba y moqueaba para que se fijaran en la perca. Coseche una buena dosis de gloria. Vino hasta Dasa, la hija de Beda Peroutka. Me dio un beso en la mejilla y declaro: --Eres un verdadero machote. Una noche, sin embargo, mi trofeo desaparecio sin saber como. Es posible que se lo zampara la gata Andelka. Pero es mas probable que lo quitara del porton mi amado tio Prosek, quien, hasta el gorro de mi pavoneo, volvia a aborrecerme.

  • Tierra de bisontes (Cienfuegos 7) de Alberto Vazquez-figueroa

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    Una nueva aventura del guanche Cienfuegos, el cabrero de La Gomera que se embarco por error en una de las naves en las que Cristobal Colon se dirigia al Nuevo Mundo.

  • Vecinos de Danielle Steel

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    Dentro de la impresionante mansion de piedra hacia calor incluso en el sotano, donde Debbie Speck se afanaba en la amplia y eficiente cocina guardando la compra que su marido, Jack, acababa de traer. El hombre sudaba copiosamente. Tenia algo mas de cuarenta anos, y un poco de sobrepeso. El pelo oscuro le empezaba a clarear y siempre olia a la locion para el afeitado con la que trataba de disimular el olor al whisky barato que bebia por las noches y que guardaba en su habitacion. Al dia siguiente, cuando hacia algun esfuerzo, exudaba el alcohol por los poros. Debbie solia unirsele para tomar una copa o dos. Ella preferia el gin-tonic o el vodka, que mantenia frio en la nevera del apartamento del sotano, al que su senora, Meredith White, nunca bajaba. Respetaba su privacidad, algo que les parecia perfecto a los dos. Debbie tambien era un tanto corpulenta y se tenia ella misma de rubio. Jack y Debbie llevaban quince anos trabajando como interinos cuidando de la casa de Meredith White, celebre estrella de cine que habia escogido una vida de reclusion. Cuando les contrato todavia estaba en activo, rodando una pelicula tras otra, a menudo fuera de la ciudad, y su marido, el actor y productor Scott Price, hacia lo mismo. En ocasiones pasaban meses separados trabajando en rodajes distintos. Era el empleo ideal para Jack y Debbie: una inmensa y lujosa mansion cuyos senores estaban fuera casi todo el tiempo y, cuando se encontraban en casa, siempre se hallaban muy ocupados. No tenian tiempo para controlarlos estrechamente y confiaban en ellos. Cuando entraron a trabajar eran jovenes, apenas tenian veintinueve anos, pero ya conocian las ventajas y los beneficios ocultos que conllevaba ese tipo de empleo. Era como recoger fruta madura de los arboles. Las tiendas en las que compraban o los trabajadores a los que contrataban les ofrecian sustanciosas comisiones o les proporcionaban servicios que a ellos les salian gratis pero que sus jefes pagaban sin saberlo, ya que los proveedores poco honrados inflaban las facturas de manera considerable. Y habia mucha gente que se apuntaba al juego. A los pocos meses, ya habian establecido toda una red de fructiferas relaciones comerciales. Era una practica habitual, y ellos no tenian ningun reparo en aprovecharse de sus senores. Ya lo habian hecho antes. Seleccionaban a la gente para la que trabajaban en funcion de lo ocupados, distraidos o ausentes que estaban. Cuando les contrato, Meredith era una de las actrices mejor pagadas de la industria del cine y fue muy generosa con ellos. Al principio, de vez en cuando hacian de chofer para su hijo Justin, de trece anos, pero siempre habia tutores para supervisarlo, y tambien un joven universitario que se alojaba en la mansion y lo llevaba a la escuela cuando ambos padres se encontraban fuera rodando. Pero cuando estaban en casa, se encargaban de hacerlo ellos mismos. Tenian tambien una hija, Kendall, que a los dieciocho anos se habia marchado a la universidad en Nueva York y ya no habia vuelto a vivir en San Francisco. Cuando Jack y Debbie entraron a trabajar, Kendall tenia ya veinticinco anos, se habia casado y era madre de una nina, Julia, y solo regresaba por Navidad. Y Meredith y Scott estaban tan atareados con sus carreras que casi nunca disponian de tiempo libre y no podian ir a verlas tanto como querrian. Era el trabajo ideal para Jack y Debbie. Tenian su propio apartamento dentro de la residencia, que contaba con una entrada independiente y estaba amueblado con muy buen gusto. La mansion, la mas grande de todo San Francisco, se encontraba en Pacific Heights, el mejor barrio residencial de la ciudad. Trabajar para dos grandes estrellas de cine no solo les conferia prestigio, sino que tambien resultaba muy provechoso para ambos. Meredith y Scott se habian trasladado cuando Justin nacio y Kendall tenia ya doce anos. No querian criar a otro hijo en Los Angeles, les habia explicado Meredith. San Francisco era una ciudad mas pequena y conservadora, con un ambiente mas saludable, excelentes escuelas para los ninos y buen tiempo todo el ano. El terreno en el que se alzaba la mansion les proporcionaba el espacio y la privacidad que necesitaban, sobre todo gracias al altisimo seto que mandaron plantar cuando se mudaron. Con el tiempo, Debbie y Jack habian sacado grandes beneficios de las ventajas que conllevaba su empleo. Despues de muchos anos de comisiones bajo mano, habian logrado un importante colchon economico. Tambien se habian hecho con algunos tesoros procedentes de la casa principal, en especial dos pequenas pinturas francesas muy valiosas que desde hacia mas de una decada estaban colgadas en su dormitorio. Meredith nunca habia reparado en su desaparicion. A Debbie le gustaban tanto que habia decidido <> en sus aposentos. Meredith tenia ademas una cuenta bancaria destinada al pago de los gastos de la casa. Unos anos antes, Debbie se habia ofrecido a encargarse del pago de esas facturas para aliviarla de ese tedio. Y de vez en cuando desviaba pequenas cantidades a su propia cuenta, tan exiguas que ni siquiera el contable de Meredith las habia cuestionado. Debbie y Jack eran unos ladrones muy astutos. Pero tambien sabian que debian permanecer muy atentos a las necesidades de sus senores, y catorce anos atras se mostraron de lo mas compasivos y afectuosos cuando la vida de Meredith se derrumbo por completo. Solo un ano despues de que entraran a trabajar en la casa, el mundo dorado de la actriz se desmorono de repente, dejando solamente cenizas a sus pies. Y eso hizo que Meredith se volviera todavia menos cautelosa con las cuentas y pudieran enganarla con mayor facilidad. Catorce anos antes, Scott mantuvo un romance muy sonado con una joven actriz italiana con la que habia rodado una pelicula. Ella tenia veintisiete anos, y el, a sus cincuenta y cinco, le doblaba con creces la edad. Cuando Jack y Debbie entraron a trabajar en la casa, el matrimonio parecia muy solido y estable, algo poco habitual en el mundo del espectaculo. Por lo que observaron, estaban enamorados y sentian devocion por sus hijos. Pero entonces Scott se marcho a rodar a Bangkok y, cuando volvio, el matrimonio ya estaba hecho pedazos. En cuanto llego a casa, dejo a Meredith por Silvana Rossi y se fue a vivir con ella a Nueva York. Meredith se sintio profundamente herida por la traicion, pero mantuvo el tipo ante sus hijos. A los encargados de la casa les sorprendio que nunca hablara mal a Justin de su padre, pero Debbie la encontro mas de una vez llorando a solas en su habitacion y la consolo abrazandola con carino. Humillada por las noticias sobre la nueva pareja que aparecian en los tabloides, Meredith corto de raiz todo tipo de vida social. Apenas salia de casa y centro toda su atencion en Justin. Lo llevaba a la escuela y a los entrenamientos, pasaba tiempo con el y cenaban juntos todas las noches. Debbie la oyo rechazar una pelicula que le habian ofrecido. Meredith queria quedarse en casa con su hijo hasta que amainara la tormenta provocada por el escandalo de la separacion. Justin estaba muy afectado y viajo en varias ocasiones a Nueva York para visitar a su padre. Cuando volvia, siempre decia lo mucho que odiaba a su futura madrastra. Scott planeaba casarse con ella en cuanto consiguiera el divorcio. A los catorce anos, Justin habia llamado <> a Silvana cuando hablaba en confianza con Jack, que a su vez se lo habia contado a Debbie. El chico le habia confesado que a su hermana, a la que Jack y Debbie apenas conocian, tampoco le gustaba aquella mujer. Meredith nunca hablaba de Silvana con Debbie. Era una mujer muy digna, discreta y respetuosa, aunque no cabia duda de que debia odiar a la joven estrella italiana. Y Scott estaba empecinado en conseguir el divorcio cuanto antes. Su matrimonio, aparentemente feliz, habia saltado por los aires. Meredith aparco su impresionante carrera para pasar mas tiempo con su hijo, y aunque por entonces aun no la conocia mucho, Debbie la admiro por ello. Jack y Debbie no tenian hijos. Tiempo atras habian trabajado en Palm Springs para una pareja de ancianos, que murieron con escasos meses de diferencia. Se habian conocido en un programa de rehabilitacion en San Diego dos anos antes de conseguir ese empleo. Aunque ambos habian crecido en el sur de California, no habian coincidido hasta entonces. A Jack lo habian arrestado varias veces por delitos menores, sobre todo fraude con tarjetas de credito para costear su drogadiccion. Debbie habia sido acusada de hurto menor, sustraccion de tarjetas y posesion de marihuana con fines de trafico. El juez les habia enviado al mismo programa de rehabilitacion. Ambos tenian veintidos anos y pasaron seis meses alli. Durante ese tiempo urdieron un plan para trabajar juntos, lo cual acabo convirtiendose en amor, o auno sus ambiciones en un proyecto de vida comun. Se casaron porque asi podrian conseguir mejores empleos, como encargados en casas de familias ricas. Jack habia sugerido que trabajar para los ricos podria ser muy lucrativo y una buena oportunidad para maquinar planes mas ambiciosos para el futuro. Debbie se mostro bastante reacia, pues no queria ser una criada, limpiar lavabos ni llevar uniforme, pero Jack la convencio diciendole que podrian hacer lo que quisieran. Contratarian a otra gente para que se ocupara del mantenimiento y el trabajo sucio, mientras ellos se llevaban la mejor parte. Incluso podrian afanar dinero o algunos objetos valiosos mientras sus jefes estaban fuera, culpando a otros de los robos, al tiempo que ganaban un buen sueldo y vivian a sus anchas en casa ajena. Jack logro que el plan sonara tan atractivo que, cuando salieron de rehabilitacion, decidieron llevarlo a la practica. Fueron a una respetable agencia de empleo en Los Angeles. Presentaron referencias escritas por el mismo Jack en un papel de correspondencia tambien falsificado, y que supuestamente habian sido escritas por una pareja mayor que habia fallecido sin dejar herederos que pudieran confirmar su historia. La agencia ni siquiera se molesto en comprobar las referencias ni tampoco sus antecedentes penales, algo que solo hacia si lo solicitaba el cliente. Les despidieron de su primer empleo por incompetencia general, por no tener ni idea de lo que hacian. Pronto aprendieron lo que se esperaba de ellos, y entonces entraron a trabajar para la pareja de ancianos de Palm Springs, la que acabo muriendo de verdad. Eran tan mayores que apenas prestaban atencion a lo que hacian sus empleados. Los hijos de la pareja se mostraron agradecidos de que sus padres estuvieran tan bien cuidados por gente afectuosa y responsable, y la pareja incluso les dejo una pequena suma al morir. Mas adelante, cuando entraron a trabajar para Scott y Meredith en San Francisco, sus referencias eran autenticas. Los actores estaban buscando a alguien para ocuparse de su casa a traves de una agencia de confianza de Los Angeles. Jack y Debbie no tenian ninguna prisa, pues podian ir tirando con el dinero que les habia dejado la pareja de ancianos. Sin embargo, cuando les ofrecieron trabajar para Scott y Meredith, no pudieron resistirse. Supondria un gran avance en su carrera, y para entonces ya sabian lo que se esperaba de ellos, lo serviciales y obsequiosos que debian mostrarse para adaptarse sin problemas a la vida de sus senores. A Scott no le gusto mucho la pareja. Le dijo a Meredith que creia que eran demasiado serviles, pero al final sus recelos no importaron, ya que al cabo de un ano se fue a rodar a Bangkok y, a su regreso, se marcho para siempre. Meredith no mostro tantos reparos a la hora de confiar en ellos. Tras quince anos trabajando para la actriz, esta habia llegado a depender por completo de ellos para protegerla del mundo exterior y atender todas sus necesidades, que eran minimas. No era una persona exigente, y se pasaba la mayor parte del tiempo leyendo en el estudio que habia junto a su dormitorio o sentada en el jardin. Ya no recibia a nadie en casa. Durante los ultimos catorce anos, se habia retirado del mundo y preferia llevar una vida mas tranquila que la que habia llevado como estrella de cine. Sin embargo, el mundo no se habia olvidado de ella, y su reclusion voluntaria la habia convertido en una leyenda. Seis meses despues de que Scott se marchara a Nueva York con Silvana, y de que solicitara el divorcio para poder casarse con ella, Justin fue a visitarles a la casa que la pareja habia alquilado en Maine durante el mes de agosto. Kendall, su marido y su hija Julia tambien irian a pasar las dos ultimas semanas alli. A Kendall, como a Justin, no le gustaba nada Silvana, pero adoraba a su padre y a su hermano pequeno. No estaba feliz por la separacion, pero se sentia mas unida a Scott que a Meredith y se alegraba de que su padre viviera cerca de ella. Kendall estaba casada con un prospero banquero de inversiones y disfrutaban de una vida magnifica en Nueva York. En la casa de Maine habia una lancha motora que Scott estaba deseando usar, y tambien un pequeno velero que sabia que a Justin le encantaria, ya que los dos ultimos veranos habia ido a un campamento nautico en el estado de Washington. Con solo catorce anos, era un entusiasta de la navegacion. Meredith habia advertido a Scott de que no queria que su hijo saliera a navegar solo en las aguas desconocidas e impredecibles de la costa de Maine. Scott la tranquilizo diciendole que siempre le acompanaria, aunque anadio que Justin era mejor patron que muchos hombres que le doblaban la edad. Era un deporte que le fascinaba y siempre decia que de mayor se compraria un velero y navegaria por todo el mundo. Acordaron que Justin pasaria el mes de agosto con su padre, asi que el muchacho lo estaba deseando. El divorcio tambien le habia afectado mucho y echaba de menos a su padre. Le encantaba la idea de pasar un mes entero con el, y tambien compartir un par de semanas con su hermana mayor, a la que idolatraba, pese a la presencia de Silvana. Decia que era muy tonta y que siempre se estaba enroscando alrededor del cuerpo de su padre como si fuera una serpiente, lo cual le hacia sentir verguenza. Justin hacia todo lo posible por ignorarla. Y como el ingles de Silvana no era muy bueno, tenia una excusa para no hablar con ella. Diez dias despues de que Justin llegara a Maine, Scott se desperto una soleada manana de domingo con una resaca espantosa. La noche anterior habian ido a una fiesta en casa de unos nuevos amigos que habian hecho por la zona. Tenia un terrible dolor de cabeza y no queria levantarse de la cama, asi que dio permiso a Justin para que saliera a navegar solo en el pequeno velero. Era poco mas que un bote, y el chico le prometio que no se alejaria de la orilla y que volveria para la hora del almuerzo. Una hora despues se desato una fuerte tempestad y el oceano se encabrito inesperadamente. El velero de Justin se alejo de la costa mas de lo previsto, arrastrado por las corrientes y zarandeado por las enormes olas. Cuando Scott se desperto a mediodia, al ver el fuerte oleaje que se habia levantado y descubrir que Justin aun no habia regresado, llamo a la Guardia Costera. Bajo al muelle con un nudo en el estomago que se iba haciendo cada vez mas grande: su hijo seguia sin aparecer y era demasiado peligroso salir con la lancha motora para intentar buscarlo. Por la tarde, la Guardia Costera encontro el bote volcado. No habia ni rastro de Justin. Dos dias despues, su cuerpo aparecio varado en la playa de una de las islitas cercanas. Para entonces Kendall ya habia volado a Maine para esperar noticias junto a su padre, mientras que Meredith se habia quedado en San Francisco, sentada junto al telefono, rezando. Sus peores temores se hicieron realidad. Scott la habia llamado llorando el dia que desaparecio, y tambien cuando encontraron su cuerpo. Kendall estaba destrozada cuando hablo con su madre. Todos lo estaban. Scott se veia totalmente desolado cuando Kendall y el volaron a San Francisco con el cuerpo de Justin para el funeral que Meredith habia preparado para su hijo. Kendall estuvo en todo momento pendiente de su padre, pues sabia lo culpable que se sentia. Creia que su madre era mas fuerte y que podria sobrellevarlo mejor. Catorce anos mas tarde, aquellos borrosos recuerdos seguian atormentandolos a todos. Despues de la tragedia, Meredith apenas habia vuelto a hablar con Scott. Kendall sentia mucha lastima por su padre y eso la unio mas a el. Tras la muerte de Justin, fue a visitar diligentemente a su madre una o dos veces al ano, pero la culpaba por lo dura que se habia mostrado con Scott, algo que habia acabado pasandole una terrible factura: el sentimiento de culpa estuvo a punto de destruirle. Durante un par de anos, Scott se sumio en una espiral de drogas y alcohol de la que solo logro salir gracias a la ayuda de Kendall y de Silvana. Meredith le habia echado toda la culpa de la muerte de Justin, algo que a Kendall le parecia cruel. Habia sido un accidente. El no lo habia matado. Sin embargo, habia actuado de forma estupida y negligente, y habia faltado a la promesa que le hizo a Meredith, y como resultado Justin habia muerto. Ella no tardo en firmar los papeles del divorcio. Scott y Silvana se casaron finalmente. En aquellos momentos la necesitaba mas que nunca. Y dos anos despues de la muerte de Justin, de nuevo sobrio, retomo su carrera. En esos momentos, con sesenta y nueve anos, apenas actuaba y se dedicaba sobre todo a dirigir y a producir, con mas exito que antes si cabia. La incipiente carrera de Silvana fracaso de manera estrepitosa y cayo en el olvido antes incluso de que Scott volviera a trabajar. Ya tenia cuarenta y un anos, y llevaba la vida de la esposa de una celebridad de Hollywood, lo cual ya le iba bien. Ya no quedaba rastro de su belleza, habia ganado peso y se habia convertido en una persona cargante, sin talento ni personalidad. Era una de esas mujeres que habian sido deslumbrantes en su juventud y que se esforzaban por continuar pareciendolo a golpe de botox y bisturi, aunque lo unico que conseguian era resultar vulgares. Pero despues de trece anos de matrimonio continuaban juntos, y ella estaba encantada con su papel de esposa de un actor y productor famoso. Seguian viviendo en Nueva York, donde Scott podia pasar mas tiempo con su hija y con su nieta. Meredith dudaba de que le fuera fiel a Silvana, aunque lo que hiciera con su vida le traia sin cuidado. Kendall habia crecido y Justin ya no estaba, de modo que no tenian razon alguna para hablarse. No habian vuelto a verse desde el funeral de Justin, un recuerdo que resultaba desgarrador para todos. Scott nunca se habia perdonado por su muerte y no habia tenido mas hijos con Silvana. Ella tampoco queria tenerlos. Era veintiocho anos mas joven que el y se contentaba con seguir siendo su nina. Continuaba comportandose como si fuera su munequita, aunque ya no lo pareciera en absoluto. Kendall nunca habia perdonado a su madre por lo dura que habia sido con su padre a causa del accidente, y rara vez iba a visitarla a San Francisco, algo que a Meredith le causaba una enorme afliccion. La deprimia ver la casa donde ella y su hermano habian crecido. Su madre mantenia la habitacion de Justin intacta, como si fuera un santuario, y ella misma se habia recluido y vivia como un espectro. Los dos encargados de la casa, Jack y Debbie, le producian escalofrios. Se comportaban como si fueran los duenos del lugar, algo de lo que su madre ni siquiera parecia darse cuenta. Y, como resultado de su distanciamiento con Kendall, Meredith habia llegado a tratar a Debbie casi como a una hija. Solo era cuatro anos mayor que Kendall, y Meredith podria haber sido perfectamente su madre. Ademas, vivian en la misma casa y se veian a diario. La exitosa carrera cinematografica de Meredith llego a su fin cuando Justin murio. Tras su muerte se paso dos anos encerrada en la mansion, llorando la perdida de su hijo. Le costo otros tres anos volver a sentirse remotamente ella misma. Tuvo pesadillas durante anos, hasta que por fin, de forma lenta y dolorosa, llego a aceptarlo. Para entonces, rodar peliculas ya no le interesaba. Ella y Scott habian invertido su dinero de forma inteligente. Meredith no tenia grandes gastos y no necesitaba trabajar. Intentar recuperar su categoria de estrella le parecia una farsa absurda despues de la perdida de su hijo, asi que, sin siquiera pretenderlo, se recluyo en la mansion. Se pasaba dias sin hablar con nadie, salvo unas pocas palabras con sus empleados, quienes de manera eficiente, tal como ella les habia ordenado, mantenian el mundo exterior a raya. Ellos la protegian de una vida publica de la que ya no queria formar parte. Durante aquellos cinco primeros anos tras la muerte de Justin, Meredith permanecio ajena por completo a cuanto la rodeaba. No se dio cuenta de que habian desaparecido cuadros de las paredes del salon, ya que rara vez entraba en la estancia y no prestaba atencion a lo que contenia. Cuando Debbie le conto que una sirvienta a la que habia contratado habia robado algunos abrigos de pieles, ella no le dio ninguna importancia y dejo que la despidiera. No se imaginaba volviendo a lucir nada tan glamuroso. En esa etapa de su vida se vestia con vaqueros, y con parkas viejas cuando hacia frio, y se limitaba a sentarse en el jardin. Llevaba zapatillas deportivas o botas de jardineria. Cuando salia a dar sus largos paseos, nadie la reconocia. La gente de la zona solo sabia que la legendaria actriz vivia en aquella mansion. Sabia lo que le habia sucedido y que casi nunca salia de su propiedad. Era una de aquellas tragedias que ocurren en la vida y de la que algunas personas jamas se recuperan. Al parecer, Meredith era una de ellas. Su carrera cinematografica habia llegado a un abrupto final cuando tenia cuarenta y nueve anos. Y, con ella, el resto de su vida. Meredith dejo de ver a todas sus amistades. No le quedaba mas familia que Kendall, que vivia a cinco mil kilometros con su marido y su hija, tenia su propia vida y casi nunca iba a San Francisco. Kendall habia permanecido unida a su padre y la habia excluido a ella de su vida. La traicion de su marido, la muerte de su hijo y el hecho de que su hija se pusiera de parte de su padre y la abandonara habian sido unos mazazos terribles que habian sumido a Meredith en la soledad. Catorce anos despues de la muerte de Justin, a la edad de sesenta y tres, Meredith llevaba una vida tranquila. Durante todo ese tiempo se habia negado a recibir a su agente, que habia fallecido antes de que llegaran a hablar siquiera. No tenia el menor interes en retomar su carrera o volver a convertirse en la gran estrella que habia sido. Ya no se sentia atormentada por la perdida de su hijo. Habia aprendido a vivir con ello, a aceptarlo, y creia firmemente que volveria a encontrarse con el algun dia. Tampoco viajaba. No le gustaba salir de San Francisco, preferia quedarse en la casa donde Justin habia vivido toda su corta vida. Su habitacion, en la planta superior, permanecia intacta. Ya apenas entraba, salvo para buscar una fotografia o algun objeto suyo. Se conformaba con saber que estaba alli y que seguia igual que cuando el vivia. Nada habia cambiado en la casa desde hacia catorce anos. Eso le hacia sentir que, despues de la muerte de Justin, el tiempo se habia detenido. Pero los anos siguieron pasando… Jack y Debbie se habian convertido en los guardianes de Meredith, su escudo contra las miradas indiscretas del mundo exterior, y se aprovechaban de la situacion a su antojo sin que ella cuestionara ni reparara siquiera en lo que hacian. Habian dejado que el seto creciera aun mas para que nadie viera lo que se ocultaba tras aquellos muros. Durante los primeros cinco anos, Meredith habia sufrido una depresion enfermiza. Para entonces su vida podria definirse como apacible, era una mujer con un pasado conocido y una historia tragica, que se conformaba con pasear por el jardin o, en los dias tempestuosos, conducir hasta la playa para plantarse frente al mar y dejar que el viento le azotara la cara. No sentia necesidad de compania ni le apetecia volver a ver a sus viejas amistades. Sus vidas eran muy diferentes de la suya. Meredith habia visto algunas de las peliculas que Scott habia dirigido ultimamente. Le sorprendio lo buenas que eran y la alivio que el no saliera en ellas. No tenia ganas de volver a verle la cara. Hacia tiempo que todas sus fotografias habian desaparecido de la casa. En cambio, habia retratos de Justin por todas partes, en todas las etapas de su corta vida, y tambien de Kendall, aunque bastantes menos. Debbie hablaba a Meredith de su hijo en tono reverente y supo convertirse en alguien esencial a la hora de reconfortarla. Sabia que le apetecia comer y cuando y como le gustaba que le sirvieran. Sabia el tipo de libros que le gustaba leer y se encargaba de conseguirselos. Le dio a conocer algunas series nuevas de television y las veian juntas. Debbie se convirtio en una especie de filtro para ella, evitandole todo aquello con lo que no queria lidiar y haciendole la vida mas facil. Por su parte, Jack la tranquilizaba diciendole que el la mantenia a salvo, y ella le creia. El mundo exterior se le antojaba extrano y peligroso, y, casi sin darse cuenta, Meredith se volvio dependiente de la pareja. Ellos le facilitaban la existencia, y ella les estaba agradecida por ello. No la habian abandonado, como habian hecho Scott y Kendall. Incluso habian colocado una malla tupida entre los barrotes de la verja principal para que los curiosos no pudieran atisbar en el interior de la propiedad. Meredith era una especie de leyenda en el vecindario, la famosa estrella de cine cuyo hijo habia muerto y que se habia retirado del mundo.

  • Un matrimonio perfecto de Paul Pen

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    Crees que conoces a tu pareja. Crees que tu matrimonio es perfecto. Pero todos tenemos secretos. Y la verdad siempre emerge, aunque la ahogues. La verdad nunca muere, aunque la mates.

  • Los pasatiempos de la reina que buscaba catarinas de Jean Baptiste Andrea

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    A traves de la voz y el pensamiento de un nino al que todos consideran <>, Jean-Baptiste Andrea celebra la infancia, pero tambien la crueldad que puede nacer de los juegos mas inocentes.

  • Hija unica de Mi-ae Seo

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    Se informo del incendio en el barrio de Eungam-dong a las 3.37 de la madrugada del 17 de junio. El aviso <> aparecio en la pantalla de la sala de control del cuartel general de la Direccion Nacional de Bomberos de Namsan y de inmediato se informo al cuerpo de bomberos del distrito Oeste, las comisarias de la zona y el equipo de investigacion sobre incendios de la Oficina Forense de la Policia Metropolitana de Seul. El investigador de incendios Lee Sang-uk, de la Direccion Nacional de Bomberos, estaba de guardia cuando llego la informacion, durmiendo en la sala de descanso del personal. Lo llamaron al movil y se levanto frotandose los ojos. Habia dormido apenas dos horas, porque habia tenido que quedarse hasta despues de la una de la madrugada redactando un informe. Los parpados se le caian, pero salio a tomar aire y el viento frio le espabilo. El aire fresco de la madrugada incluso se llevo los ultimos rastros del sueno. Sang-uk fue caminando al aparcamiento. Antes de subirse al coche, llamo a su companero, el sargento Yu Dong-sik. Su voz delataba que tambien lo habian cogido durmiendo. --Ya estoy despierto, ya. Al parecer, lo habian llamado antes desde la Policia de Seul. Aun sin verlo, visualice su reaccion. Estaria sentado en la cama sacudiendo la cabeza para impedir que su mente, que rehusaba despertar, se durmiera nuevamente. Tratando de espantar el sueno y escuchando con los ojos cerrados la voz al otro lado del telefono. Habia veces que el sargento Yu se movia como un nino, lo que contrastaba con su cuerpo fornido. Reprimiendo una risa que se le escapaba entre los labios, Sang-uk le aviso de que se dirigia al lugar del incendio. --No tardes. --Espera… --?Si? Cuando estaba por colgar, Yu le detuvo con prisa. Sanguk, pendiente de las palabras del otro, presto atencion. --?Donde dijiste que era el incendio? Seguramente sabia donde era. Sin embargo, pregunto de nuevo a Sang-uk, quiza porque la informacion se le habia pasado por estar medio dormido o para cerciorarse de que lo habia escuchado bien. --En Eungam-dong. Esta vez, en la calle Baeknyeonsa-gil, cerca de la interseccion del Colegio Chungam. Se oyo al sargento Yu suspirar. Un momento despues, un breve silencio. Estaria tratando de ordenar sus pensamientos. Pero a los pocos segundos se escucho un pequeno gemido y Yu murmuro. Probablemente estaria maldiciendo mientras se levantaba de la cama. Sang-uk se imaginaba como estaba, aunque no dijera nada, porque simpatizaba con el. --Si… A mi tampoco me hace gracia. --Esta bien. Me preparo y salgo enseguida. Nos vemos alli. Sang-uk colgo y se subio al coche. Introdujo la llave para arrancar y miro la hora. Ya eran mas de las cuatro de la madrugada. Suponia que no habria mucho trafico en las calles porque era de madrugada y penso que llegaria a su destino en unos veinte minutos, pasando por la puerta Sungnyemun y la zona de Muakjae. Saliendo del aparcamiento, intento enumerar los incendios que habia habido recientemente en el barrio de Eungam-dong. Desde el inicio de la primavera, la cifra ya ascendia a seis. A estas alturas, en Eungam-dong, un simple comentario sobre alguien con una cerilla ponia los pelos de punta a cualquiera. El primer caso tuvo lugar no muy lejos de unas obras de construccion, en el distrito Siete de Eungam-dong, cerca del Hospital Municipal de Eunpyeong. Habia mucho desorden en la zona por estar en marcha la edificacion de un megacomplejo residencial en las faldas del monte Baeknyeonsan, pues los materiales de construccion se amontonaban por doquier, asi como los camiones utilizados en esas obras. El incendio se produjo en un terreno baldio en la calle Baeknyeonsa-gil, frente a las obras, y lo extinguieron sin que muriera nadie. Aunque se quemaron planchas de madera y otros materiales de construccion, el dano material no fue grande y pudieron reprimir el fuego porque un obrero dio el aviso a tiempo. El cuerpo de bomberos a cargo tampoco encontro indicios sospechosos sobre las causas del incendio, de ahi que concluyera que habia sido accidental, quiza causado por un cigarrillo sin apagar que alguien habia arrojado. Sin embargo, como lo siguieron otros incendios en el mismo barrio de Eungam-dong, empezaron a investigar de nuevo ese primer caso que dieron por accidental. Hasta se planteo una nueva hipotesis: alguien pudo haberlo provocado deliberadamente, aprovechando que por la noche, cuando se interrumpian las obras, casi no pasaba gente ni coches por la zona. El incendio intencionado que mas danos ocasiono fue el tercero. Fue entonces cuando se incorporaron al equipo de investigacion el agente Lee Sang-uk, de la Direccion Nacional de Bomberos, y el sargento Yu Dong-sik, de la Oficina Forense de la Policia Metropolitana de Seul. Ese incendio, al otro lado de la calle Baeknyeonsa-gil, cerca de la iglesia que hay detras de la escuela de primaria de Eungam-dong, dejo perdidas serias, pues afecto a un edificio de viviendas al propagarse el fuego por culpa de las tormentas de arena que soplan cada ano en esas fechas. Asi que se quemaron tres apartamentos y fallecieron tres personas que estaban durmiendo, integrantes de la misma familia. Aunque ocurrio alrededor de las tres de la manana, al tener lugar en un area residencial, aparecio un testigo. Este declaro haber visto a una persona con una conducta sospechosa en las proximidades del lugar del incendio mientras regresaba a casa tras hacer horas extra en el trabajo. Atestiguo que, despues de que esa persona desapareciera por la calle principal, el fuego se extendio. Sin embargo, debido a que estaba oscuro, no pudo ver como era ni la ropa que llevaba. Junto con Yu, buscaron y rebuscaron entre las cenizas en el punto donde, segun el testigo, habia comenzado el fuego, para dilucidar las causas del incendio. No obstante, la investigacion se estanco, pues no coincidian las declaraciones del testigo ni el estado fisico del lugar. Los vecinos alegaron que los incendios reiterados podrian tener alguna conexion con el conflicto que existia desde hacia tiempo entre los residentes de la zona y la constructora por un proyecto de reurbanizacion. Le sono el movil a Sang-uk cuando el coche entraba en la calle Moraenae-gil desde la interseccion de Hongje tras atravesar Muakjae. --?Donde estas? --Yu hablaba en tono bajo y serio--. ?Ya has llegado? --No. Estoy en camino. --?No quedamos en vernos alli? --Es ya el sexto, ?no, Sang-uk? --Si. El silencio se prolongo. --?Tienes algo que decirme? --le pregunto Sang-uk en voz alta para asegurarse de que aun seguia al telefono. --Es que… He tenido una pesadilla… --?Un sueno? Sang-uk parecia estar inquieto por la pesadilla que habia tenido y encima va y le dicen que ha habido otro incendio, probablemente intencionado. Ese repentino momento de debilidad del sargento Yu lo perturbo. Nunca actuaba asi. Quiza su conducta se debia al estres por los incendios en serie. Sang-uk y el sargento Yu investigaban juntos los mismos siniestros; no obstante, sus perspectivas diferian. El trabajo de Sang-uk era analizar los restos de los incendios y el estado de los lugares afectados, asi como las declaraciones tanto de los testigos como de las victimas, para llegar a la causa. Mientras tanto, el sargento Yu se encargaba de inspeccionar los lugares de los mismos en caso de existir indicios de dolo o intencion deliberada con base en los hallazgos obtenidos en la investigacion preliminar, con la colaboracion de investigadores como Sang-uk. Luego su objetivo era encontrar rastros de los autores de los incendios y resolver los casos desde el punto de vista criminal. En otras palabras, el trabajo de Sang-uk terminaba en el lugar de los siniestros. En cambio, para Yu ese era el punto de partida. Si se trataba, en efecto, de un incendio intencionado, uno que involucraba un crimen, su trabajo no acabaria hasta encontrar al autor. Colaboraban intercambiando sus opiniones sobre los incendios; pero, inevitablemente, quien padecia mas estres era el sargento Yu. Para colmo, se habian producido varios en serie en un mismo barrio en un lapso de apenas unos meses. Era de esperar que se sintiera angustiado. En situaciones ordinarias, no acudiria al lugar del siniestro con tanta prontitud ante una denuncia. Pero, con el aumento de los incendios en Eungam-dong, a Sang-uk y al sargento Yu los requerian inmediatamente cada vez que surgia un nuevo caso. Sang-uk no sabia como responder. Solo ansiaba que el de ese dia fuera el ultimo. Que cogieran al autor y que no hubiera mas incendios. --?No crees en los suenos? --Si. Mi madre tuvo uno muy revelador durante mi nacimiento, y gracias a ese sueno me converti en bombero. ?No te lo he contado? Sang-uk aludia al sueno de su madre en un tono jocoso, que no solia usar, con la intencion de relajar a Yu, aunque fuera un poco. Pero el sargento, que habia escuchado aquella historia mil veces, colgo antes de que Sang-uk terminara. Sang-uk bajo el movil con una sonrisa y acelero el coche. Aunque faltaban varios metros hasta la interseccion del instituto Chungam, el caos ya avisaba de que habia habido un incendio en la zona. La gente, pese a la hora, estaba en la calle para ver que ocurria y los conductores desaceleraban con el mismo proposito y obstaculizaban el paso. Sang-uk pudo entrar por la calle que daba acceso al templo Baeknyeonsa despues de pitar varias veces, incluso con la luz de emergencia sobre el coche. Esquivando a la gente, logro estacionar en una esquina y se acerco al lugar del siniestro, donde se percibia el ambiente inquieto tipico de estas situaciones.

  • Dos maneras de decir te quiero de Nina Minina

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  • Un lugar en el mundo de Katherine Marsh

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    Septiembre de 2015. Despues de cruzar el mar Egeo huyendo de una vida de sufrimiento en Siria y de perder a su padre, Ahmed, un chico sirio de 14 anos sin pasaporte, decide escaparse del campamento de refugiados en Bruselas por miedo a que lo deporten. Sin un lugar a donde ir, comida, ropa ni conocidos, decide esconderse en la bodega de una gran casa.

  • Jezabel de Eduardo Sanchez Rugeles

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    Jezabel hace memoria de un crimen atroz. El cadaver de la joven Eliana Bloom fue hallado en su apartamento de Caracas con indicios de maltrato fisico y violencia sexual. La novela cuenta la reconstruccion que, muchos anos despues, Alain Barral (uno de los mejores amigos de la victima), hace de los acontecimientos que precedieron al asesinato. El remordimiento, justificado por la condena a un falso culpable, es el motor de una busqueda cuyos hallazgos seran inesperados y dolorosos. El crimen muestra, ademas, el deterioro creciente de un pais, el hundimiento de una sociedad envilecida por el militarismo y la pobreza del conflicto politico. En medio del desastre, Alain, Eliana y sus amigas construyen un mundo aparte modelado por los excesos, la sexualidad indiferente, la transgresion banal y la plena conciencia de que forman parte de una generacion vencida, condenada a padecer el hastio y la indiferencia.

  • Atentamente, tu asesino de Zid Castaneda

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    Linda es una mujer exitosa, felizmente casada y forjandose una carrera en el area gubernamental, pero un dia comienza a ser acosada y observada por un hombre obsesionado, un poeta retorcido que cae en la psicopatia.

  • Circe de Madeline Miller

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  • El amor puede esperar de Oscar R.campos

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  • La nina que miraba los trenes partir de Ruperto Long

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  • Carita de Angel de Tania Sexton

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    La chica se quedo clavada en el sitio al ver a ese hombre montado a caballo, y supo antes de oir la voz grave y profunda, que era un yanqui. Ralph Hathaway buscaba a un muchacho llamado Taylor Lewis, pero no se le paso por la cabeza en momento alguno, que ese nombre perteneciera a una chica. Una criatura preciosa, con cara de angel, que utilizaba un lenguaje soez y grosero; el mismo vocabulario que el solia emplear, mas de lo correcto.
    Habia llegado a Las Carolinas con intencion de encontrar a los integrantes de la familia Lewis. Despues de la guerra solo quedo esta muchacha, que viviendo en compania de una anciana cascarrabias y para mantener al sexo masculino a raya, habia optado por vestirse con las ropas de su padre fallecido, cargar un revolver a la cadera y emplear el vocabulario mas vulgar y ordinario.
    Hathaway intento no dejarse llevar por esa belleza en todo su esplendor; su mision, pues asi se lo prometio al tio de la chica, era llevarla a Boston, dejarla en sus manos y que el se apanara con esa fierecilla a medio domar.
    Pero antes de subirla al barco que los llevaria a destino...
    Y al llegar a la ciudad...
    Todo se complico.

  • A traves del tiempo de Brian Weiss

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    El doctor Brian Weiss, analiza en este libro la capacidad de curacion de la terapia de regresion a vidas pasadas.

  • Jamas me olvidaras de Sophie Saint Rose

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    Lidia esta loquita por su nuevo jefe. Y no es para menos porque esta para comerselo, es inteligente y le altera los chakras. Pero su ayudante personal la odia, literalmente. Y que no pueda ni verla es un problema porque no deja ni que se le acerque. Todo pasa por el, asi que tenia unas ganas de que le atropellara un autobus... Solo necesitaba un golpe de suerte. Y llegaria, ella tenia mucha paciencia y era muy positiva. Era el amor de su vida y esperaria lo que hiciera falta.
    ?Mereceria la pena?

  • El irlandes. Jimmy Hoffa. Caso cerrado de Charles Brandt

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    Mas conocido como <>, Frank Sheeran fue un sicario responsable de mas de 25 asesinatos, entre ellos el de Jimmy Hoffa, poderoso jefe del sindicato de camioneros que usaba su millonario fondo de pensiones para hacer negocios con la Mafia y que desaparecio en 1975. El FBI no logro resolver el caso hasta que el propio Sheeran, ya en su lecho de muerte, se confeso culpable. Charles Brandt dedico cinco anos al seguimiento de Sheeran; este es el fruto de los cientos de horas de grabacion de sus conversaciones y la investigacion que se llevo a cabo, que termino relacionando al asesino a sueldo y a Hoffa con la familia Kennedy.

  • La casa de arenas movedizas de Carlton Mellick Iii

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    Esta es la historia de dos ninos que no conocen a sus padres, aunque viven en la misma casa que ellos. Suenan con el momento en que podran abrazarlos por primera vez, pero parece que los padres nunca tienen tiempo para ir a verlos. Los ninos saben que tienen que estar en algun lugar de la mansion que comparten con sus progenitores, pero tienen prohibido salir de la guarderia en la que viven. Siempre les han dicho que si la abandonan, sus vidas corren peligro.

  • Ortografia facil para la ESO de Guillermo Mirecki

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    ORTOGRAFIA FACIL PARA LA ESO es una recopilacion de todos los resumenes, esquemas, cuadros, sinopsis y apuntes imprescindibles para aprender y aprobar la materia sin dificultades. LOS ESTUDIANTES tendran todos los conocimientos necesarios resumidos y de facil consulta para aprobar la materia. LOS PADRES encontraran el apoyo perfecto para ayudar a sus hijos de forma rapida en aquella materia que mas esfuerzo les supone. LOS PROFESORES hallaran en estos resumenes, esquemas y cuadros el mas eficaz aliado para que sus alumnos comprendan y aprendan la materia que imparten.

  • La calma y el viento de Jose Antonio Gonzalez Queiro

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    La calma y el viento es una novela basada en hechos reales, que cuenta diez anos de la historia de una familia de migrantes salmantinos que llega a Madrid en el otono de 1929, reinando el rey Alfonso XIII y bajo la dictadura del general Miguel Primo de Rivera. La caida de la monarquia en 1931, la instauracion de la II republica (1931/1936) y la terrible guerra civil (1936/1939) forman el nucleo central de este apasionante relato, que iremos recorriendo en la piel de esta familia, viviendo sus alegrias y penas, sus exitos y fracasos, que nos llenaran de viva emocion y nos transportaran a un epoca convulsa, llena de vaivenes.

  • La nueva condesa de Brandbury Hall (Bilogia Aprendiendo a amar 2), Anne Marie Warren de Anne Marie Warren

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  • Con la miss en los talones de Ines Sainz

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    Despertarse una manana y descubrir que tu exmarido tiene nueva pareja y es una ex Miss Espana despampanante. Odiarla desde el minuto cero, ?acaso hay otra opcion? Enfrentarte a tu casero porque quiere plantarte en la calle en menos de una semana con dos ninos a tu cargo y la cuenta corriente en numeros rojos. Y eso es solo el principio.
    Esa soy yo, Mar Tillo, un infortunio de nombre a una letrada pegado. Madre soltera incapaz de llegar a tiempo a todo lo que la vida me pone por delante. Ademas, mis amigas son unas locas del peine, mi madre vive una segunda juventud y sus instintos maternales estan en el baul de los recuerdos.
    Si crees que las cosas no te pueden ir peor, te equivocas. Siempre puede pasar que tu ex se lie con una miss.

  • Salvando el para siempre 2, Lexy Timms de Lexy Timms

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    Cuando una relacion rota expone las cicatrices ocultas del pasado, ?podra una exitosa mujer de negocios soltar el dolor?

  • El ladron de niebla de Lavinia Petti

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    CONOCE AL LADRON DE NIEBLA. ALGUIEN QUE PERSIGUE LAS ESPERANZAS Y LOS AMORES OLVIDADOS, ALGUIEN QUE ROBARA TUS SUENOS.
    Antonio M. Fonte es un escritor de exito. Pero eso no significa nada para el, que vive alejado de todo y que, mas alla de su agente literario, no se relaciona con nadie. Sin embargo, un dia algo le obliga a salir de su aislamiento: es una carta, fechada quince anos atras, escrita a un antiguo amor, en la que se habla de un hombre que acaba de ser asesinado. Comienza asi una intrepida busqueda por Napoles, que llevara a Antonio a caminar por entornos extranos tras los pasos de un personaje enigmatico. Un ladron de niebla que colecciona todo aquello que los hombres pierden, desde llaves, gafas y libros hasta recuerdos de amores juveniles, esperanzas o suenos olvidados. Lavinia Petti sabe evocar, con la magia de los grandes escritores, el recuerdo persistente de un mundo que quizas no ha existido nunca.

  • Historia argentina de Rodrigo Fresan

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    Con Historia argentina, su primer libro (que contiene, dice, el germen de todos los libros posteriores), Rodrigo Fresan causo conmocion y fue considerado el abanderado de la llamada joven narrativa argentina.

  • Mas rapida que la vida de Celia Santos

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    Hay vidas que contienen toda la emocion de una gran novela.

  • Otra oportunidad para el amor de Robyn Grady

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    Jack Prescott salio de la habitacion del hospital con una desagradable sensacion de aturdimiento. Habia recibido la llamada a las diez de la manana. De inmediato se habia subido a su bimotor y habia volado a Sydney con el corazon en la garganta. Hacia anos que Dahlia y el no hablaban y ahora ya no tendria oportunidad de decirle adios. Ni de pedirle perdon. Echo a caminar por el pasillo. Le escocian los ojos. El aire olia a detergente y a muerte. A partir de aquel dia, era el unico superviviente de los Prescott y no habia nadie a quien culpar excepto a si mismo. En ese momento se cruzo con un medico que iba tan absorto en la conversacion que se choco contra el sin darse cuenta. Jack se tambaleo un instante, luego se miro las manos y se pregunto cuanto tiempo tardaria en venirse abajo, en asimilar la verdadera dimension de aquella pesadilla y maldecir aquel mundo despiadado. Dahlia solo tenia veintitres anos. Una mujer que habia sentada en la abarrotada sala de espera atrajo su atencion por algun motivo. El cabello claro le caia por los hombros. Llevaba un nino entre los brazos. Jack se froto los ojos y volvio a mirarla. Tenia los ojos llenos de lagrimas y estaba mirandolo. Jack se pregunto si se conocian y, cuando la vio esbozar una sonrisa de condolencia, se le encogio el estomago. Era amiga de Dahlia. No estaba seguro de poder hablar aun. No se sentia con fuerzas para darle las gracias por estar alli o por darle el pesame y luego excusarse lo mas rapido posible. La mujer siguio esperando mientras le sujetaba la cabecita al pequeno y Jack se dio cuenta de que no podia huir. Dio un paso, luego otro y finalmente acabo frente a ella. --Eres el hermano de Dahlia, ?verdad? --le pregunto ella--. Eres Jack --tenia las mejillas sonrojadas y manchadas de lagrimas, las unas mordidas y los ojos... Sus ojos eran de un azul intenso. Jack se sorprendio a si mismo. Hacia siglos que no se fijaba en los ojos de una mujer. Ni siquiera estaba seguro de saber de que color tenia los ojos Tara. Quiza deberia fijarse cuando volviera. Claro que el suyo no iba a ser esa clase de matrimonio, al menos para el. Tras la muerte de su esposa hacia tres anos, Tara Anderson habia pasado cada vez mas tiempo en Leadeebrook, la explotacion ganadera de Queensland en la que vivia Jack. Habia tardado en apreciar la compania de Tara; seguramente porque en los ultimos tiempos, a Jack no le gustaba mucho hablar. Pero poco a poco Tara y el se habian hecho casi tan amigos como lo habian sido su mujer y ella. Y entonces, la semana anterior, Tara le habia ofrecido algo mas. Jack habia sido muy claro con ella. Jamas se enamoraria de otra mujer. Llevaba la alianza de boda colgada de una cadenita que jamas se quitaba del cuello, mientras que la de su mujer descansaba junto a una foto suya que tenia en el dormitorio. Sin embargo Tara le habia explicado que creia que necesitaba una relacion estable, y que ella necesitaba alguien que le ayudara a dirigir su propiedad. Aquello habia dado que pensar a Jack. Veinte anos antes su padre se habia visto obligado a vender la mitad de sus tierras a un vecino, el tio abuelo de Tara. Despues habia intentado volver a comprar la tierra, pero a Dwight Anderson no le habia interesado vendersela. Despues de la muerte de Sue, Jack habia tenido la sensacion de que su vida no tenia sentido. Ya no disfrutaba de actividades que en otro tiempo le habian apasionado, como montar a caballo por las extensas llanuras de Leadeebrook. Sin embargo la idea de cumplir el sueno de su padre de recuperar aquellas tierras le habia hecho albergar una nueva ilusion. Tara era una buena persona y cualquier hombre la consideraria atractiva. Quiza si que pudiesen ayudarse mutuamente. Pero antes de casarse con ella, debia resolver algo. La raza humana dependia en gran parte del poder del instinto maternal; las mujeres deseaban tener hijos y sin duda Tara seria una madre estupenda. Pero el no tenia el menor deseo de ser padre. Ya habia cometido suficientes errores, uno de ellos imperdonable. Pensaba en ello a menudo y no solo cuando visitaba la tumba diminuta que habia junto a la de su esposa en Leadeebrook. Ningun hombre podria soportar que le desgarrasen el corazon una segunda vez. No pensaba tentar al destino engendrando otro hijo. Si Tara queria un matrimonio de conveniencia, tendria que renunciar a la idea de tener familia. Habia asentido cuando Jack se lo habia explicado, pero el brillo de sus ojos hacia pensar que esperaba que algun dia el cambiara de opinion. Pero eso no ocurriria. Jack estaba completamente convencido de ello. Jack tenia la mirada clavada en el pequeno cuando la mujer del vestido rojo volvio a hablar. --Dahlia y yo eramos amigas --murmuro con voz debil--. Muy buenas amigas. El respiro hondo, se paso la mano por el pelo y trato de ordenar sus pensamientos. --El medico dice que el que la atropello se dio a la fuga. La habian atropellado en un paso de peatones y habia muerto solo unos minutos despues de ingresar en el hospital. Jack le habia tocado la mano, aun caliente, y se habia acordado de cuando la habia ensenado a montar a Jasper, su primer caballo, y de cuando la habia consolado tras la muerte de su corderito. Cuando ella le habia suplicado que lo comprendiera... cuando mas lo habia necesitado... --Recobro el conocimiento solo un momento. Aquellas palabras agarraron desprevenido a Jack. Sintio tal debilidad en las rodillas que tuvo que sentarse, pero enseguida se arrepintio de haberlo hecho porque eso implicaba que queria hablar, cuando lo que queria era quitarse las botas, beberse un whisky y... Levanto la mirada y sintio que se le nublaba la vista. ?Que le esperaba ahora? ?Documentacion, la funeraria, elegir el ataud? --Hablo conmigo antes... antes de irse --a la mujer le temblaba el labio inferior al hablar--. Me llamo Madison Tyler --se coloco al bebe en el regazo y se sento junto a Jack--. Mis amigos me llaman Maddy. Jack trago saliva. --Ha dicho que recobro el conocimiento... que hablo con usted. Pero seguramente no habria sido sobre el. Dahlia se habia quedado destrozada tras la muerte de sus padres. Ni siquiera la paciencia y el apoyo de su mujer habian servido para anidarla. Aquella ultima noche Dahlia habia dicho gritando que no queria tener nada que ver con su hermano, con sus estupidas reglas ni con Leadeebrook. Despues habia acudido al funeral de Sue, pero Jack habia estado demasiado aturdido como para hablar con ella. En los siguientes anos, habia recibido sus felicitaciones de Navidad, pero todas ellas habian llegado sin direccion del remitente. Apreto los punos con rabia. Dios, deberia haber dejado a un lado su orgullo y haber tratado de encontrarla. Deberia haber cuidado de ella y haberla llevado de vuelta a casa. Un movimiento del bebe hizo que Jack se fijara en su carita, en sus mejillas regordetas. Un rostro lleno de salud y de promesas. Lleno de vida. Respiro hondo, se puso en pie y trato de recuperar el control. --Podremos hablar en el funeral, senorita... --Maddy. Jack se saco una tarjeta de visita de la cartera. --Si necesita cualquier cosa, puede ponerse en contacto conmigo en este numero. Ella tambien se puso en pie y lo miro a los ojos. --Jack, necesito hablar contigo ahora --miro un segundo al bebe--. Yo no sabia... Dahlia nunca me habia hablado de ti. Cuando volvio a mirarlo, lo hizo con los ojos suplicantes, como si buscase una explicacion. Parecia amable y estaba comprensiblemente afectada por la muerte de su hermana, pero no importaba lo que Dahlia le hubiese dicho, Jack no iba a justificarse ante una completa desconocida. Ni ante nadie. --La verdad es que tengo que irme. --Me dijo que te queria mucho --solto ella, acercandose un poco mas--. Y que te perdonaba. Jack se detuvo en seco despues de dejar la tarjeta sobre la silla. Cerro los ojos con fuerza y trato de acallar el zumbido que sentia en los oidos. Queria que pasase el tiempo. Queria volver a casa, a lo que conocia, a aquello que no podian arrebatarle. El bebe estaba moviendose, parecia inquieto. Jack sintio la tentacion de mirarlo, pero por otra parte solo deseaba taparse los oidos y salir corriendo. Lo ultimo que le faltaba era oir el llanto de un nino. --Aqui no puede hacer nada --dijo por fin--. Deberia llevar a ese nino a su casa. --Eso intento --respondio ella y lo miro fijamente. --Lo siento, pero no comprendo. La mujer se limito a morderse el labio inferior, tenia los ojos abiertos de par en par. ?Estaba asustada? Jack la observo detenidamente. Tenia la piel del color de la porcelana, unos rasgos perfectos y, a pesar de todo, Jack sintio una ligera excitacion. ?Estaba tratandole de decir que el hijo era suyo? Un tiempo despues de la muerte de su mujer, muchos amigos suyos habian intentado sacarlo de su encierro, lo habian convencido para que fuera a verlos a Sydney y conociera a algunas mujeres de su circulo social y, aunque tenia un muro de acero alrededor del corazon, en un par de ocasiones habia pasado la noche con alguna de esas mujeres. ?Seria por eso por lo que le resultaba familiar el rostro de aquella mujer? La miro de nuevo. No. Habria recordado aquellos labios. --Escuche, senorita... --Maddy. Jack esbozo una tensa sonrisa. --Maddy. Creo que ninguno de los dos estamos de humor para juegos. Sea lo que sea lo que quieres decirme, te agradeceria que lo soltases cuanto antes. Ella no se inmuto ante tal brusquedad, mas bien adopto un aire mas firme. --Este bebe no es hijo mio --dijo por fin--. Dahlia me lo ha dejado hoy. Es tu sobrino. Pasaron varios segundos antes de que Jack asimilara el significado de aquellas palabras, y entonces fue como un golpe en la cabeza. Parpadeo varias veces. Debia de haber oido mal. --No... no es posible. De los ojos de Maddy cayo una lagrima. --El ultimo deseo de tu hermana ha sido que os presentara el uno al otro. Jack, Dahlia queria que te quedases con su hijo. Que lo llevases contigo a Leadeebrook. Capitulo 2 Quince minutos despues, sentada frente a Jack Prescott, Maddy se llevo la taza a los labios, convencida de que nunca habia visto a nadie tan demacrado. Ni tan guapo. Con una mirada cada vez mas oscura, tanto como su gesto, el movia su cafe con la cucharilla. La megafonia reclamo la presencia del doctor Grant en la sala diez. Una anciana que habia sentada en una mesa cercana sonrio al bebe antes de tomar un bocado. Junto a la caja, a una enfermera se le cayo un plato; el estruendo retumbo en toda la cafeteria y sin embargo Jack parecia ajeno a todo. Su mirada parecia centrada en su propio interior. Maddy analizo con discrecion su rostro de estrella de cine; la mandibula marcada, la nariz recta y orgullosa. Era curioso, pero resultaba apasionado y distante al mismo tiempo. Percibia en el, bajo su mascara, una intensa energia que casi daba miedo. Era el tipo de hombre que podria enfrentarse a un incendio el solo y evitar que aquello y aquellos que le importaban sufrieran el menor dano. La pregunta del millon era: ?que era lo que le importaba a Jack Prescott? Apenas habia mirado al bebe, su sobrino huerfano al que acababa de conocer. Parecia de piedra, todo un enigma. Quiza Maddy nunca se enterase del motivo por el que Dahlia habia apartado de su vida a su hermano. Y si no fuera por el pequeno Beau, tampoco habria querido saberlo. Jack dejo la taza sobre el plato y miro al bebe, que habia vuelto a quedarse dormido en el cochecito. Habia sido Jack el que habia sugerido que tomaran un cafe, pero despues de un silencio tan largo, Maddy ya no aguantaba mas aquella fria calma. Tenia una mision, una promesa que debia cumplir... y un tiempo limitado para hacerlo. --Dahlia era una madre magnifica --le dijo ella--. Termino la carrera de Marketing despues de que naciera el nino. Ahora se habia tomado un ano libre antes de ponerse a buscar un buen trabajo --Maddy bajo la mirada mientras algo se le rompia por dentro. Era el momento de decirlo. El momento de confesar--. Dahlia apenas habia salido de su casa desde que llego con el pequeno --continuo--. Yo la convenci para que fuera a la peluqueria, que se hiciera la manicura... Maddy sintio que se le encogia el estomago y se le hundian los hombros bajo el peso de la culpa

  • De la naturaleza de los dioses de Antonio Lobo Antunes

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    El lenguaje sagaz y el manejo exquisito de la memoria de Antonio Lobo Antunes nos sumergen dentro de los dilemas morales que la corrupcion y el poder conllevan en la polifonica De la naturaleza de los dioses.

  • El lugar prohibido de Susanne Jansson

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    Un thriller internacional que apelara a las lectoras de Dolores Redondo y Eva G. Saez de Urturi.

  • Sed de Neal Shusterman

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    ?Hasta donde llegarias para conseguir la ultima gota de agua?

  • El tercer rey de Pedro Miguel Lamet

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    1517. En medio de una espesa niebla un extrano cortejo, compuesto por lo mas granado de la corte y la nobleza, avanza por las estepas castellanas para dar la bienvenida al nuevo rey, Carlos I, que acaba de desembarcar procedente de Flandes. En parihuelas, el cardenal regente Francisco Jimenez de Cisneros, casi moribundo, suena con que se produzca este encuentro para transmitir al joven monarca sus consejos y experiencias de gobernante. Pero, alertado por su corte flamenca, el recien llegado evita mantener dicha entrevista con quien habia servido fielmente a sus abuelos, los Reyes Catolicos, y habia preservado para el los reinos.

  • El jardin de las delicias de E.m. Cubas

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    El Jardin de las Delicias es un club para el pecado, para realizar las fantasias prohibidas y desinhibirse de los tabues y la Dama lo regenta con mano firme…, hasta que un joven abogado atraviesa sus puertas pidiendole que sea su maestra.

  • En carrera al amor de Mary Kate Williams

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    Ella:
    Disfruto del olor de las calles, la emocion y la incertidumbre de correr en la clandestinidad. Me gusta este mundo, pero me mantuve al margen porque aun era joven. Este ano es diferente. Todo es muy diferente. Este ano soy la chica que da la partida. Lo que no estaba en mis planes, era ver el regreso de Felix a las pistas. Yo lo habia visto sufrir, lo vi realmente mal. Ni siquiera estaba segura de que este fuera un buen momento para volver. Pero de alguna manera confiaba en el. Creia en el.
    Si tan solo supiera las veces que me quede viendolo cada vez que podia, las ganas que me daban de acercarme y fundirme en el. Es la tentacion hecha carne para mi.
    Puede que sufra, pero tambien puede que seas inmensamente feliz en el lugar correcto. A mi me parece que eso es lo que voy a vivir.

  • Apegos feroces de Vivian Gornick

    https://gigalibros.com/apegos-feroces.html

    … Contenido ….

  • Mi eterna protegida de C. J. Benito

    https://gigalibros.com/mi-eterna-protegida.html

    Gabriel acaba de ser expulsado de la CIA y ahora se ve obligado a trabajar como guardaespaldas en la empresa privada de un amigo. Su primer servicio es tranquilo,
    acompanar a una dulce abuelita a la que le sobran los millones pero todo dara un giro radical cuando su jefe le asigna otro servicio. Ahora debera hacerse cargo del
    equipo de seguridad de la famosa cantante de pop, Alexia Moore.

  • Nada es lo que parece de Alejandro Khan

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    311 d.C Pergamo. El joven escriba Lisandro, tiene una habilidad especial, con la que su amo Blasius esta encantado: puede transcribir exactamente cualquier discurso por largo que sea. Tras pertenecer a varios amos, Lisandro llega a ser escriba en la corte de Constantino el Grande, donde transcribira en un codice, todos los detalles de como el emperador consiguio demostrar la falsedad de los origenes de la secta de los cristianos. Si el codice de Lisandro, llegara a hacerse publico.la Iglesia podria desaparecer para siempre. Un abogado, Mark y dos arqueologos, Hector y Emy, empiezan a investigar la extranisima muerte de Fidel, sacerdote y tio de Mark y de Hector Deveris, tambien arqueologo y padre de Hector y Emy. A medida que avanzan en su investigacion, los jovenes se sienten vigilados y amenazados por los que se autoproclaman como los Milites Dei, o soldados de Dios y por los Aureos, escepticos ateos que rinden culto a phi o el numero aureo (F) En una espiral de accion, que les lleva de Malaga a Estambul, Roma e Israel, el Vaticano, la mafia, los Milites Dei y los Aureos, parecen estar buscando algo desesperadamente, pero al final. nada es lo que parece

  • Los Wadlow II: ?Atraccion, amor… o gratitud? de Marisa Maverick

    https://gigalibros.com/los-wadlow-ii-atraccion-amor-8230-o-gratitud.html

    Segunda entrega de la Saga Los Wadlow. En la primera, “?Azar, destino… o premeditacion?” conocimos la historia de Adam y Kathy, con final cerrado dicho libro. Aqui sabremos que ha sido de la vida de Johan, hermano de Adam, historia tambien con final cerrado. SINOPSIS Traicionado y manipulado. Insultado y despreciado en su hombria. Johan Wadlow, educado en los principios de amor a la familia, respeto a la ley y fidelidad a la pareja, vio que todo ello era despiadadamente pisoteado. Sus suenos fueron arrollados por una avaricia sin fin. El amor que entrego, azotado por el latigo de la oculta lujuria de ella. Y su personalidad, simplemente, anulada por un espejismo. Con el corazon sangrando, ?es posible superar tanta humillacion y digerir que solo has sido un titere en las codiciosas manos de la persona que amabas? Tal vez no acerto en sus decisiones... Quizas cuando quiso dar un paso al frente ya era tarde, paralizado por el temor a las consecuencias. Por todo ello, hoy es un hombre destruido que sobrevive con la esperanza puesta en un futuro mas amable. Sin embargo, un acto de total generosidad convulsionara su vida y le traera... ?Satisfacer una mera atraccion? ?Un amor... sincero? ?O gratitud como moneda de pago?… Que los hados le sean propicios y escuchen su anhelo lanzado al viento: Ven a mi... Norbert, su padre, tal vez tenga la respuesta al citar: <> Conoce el pasado de Johan en Los Wadlow I ?Azar, destino... o premeditacion?, y descubre los hechos que hicieron que su corazon dejara de sentir.

  • Nadie muere en Wellington de Carmen Sereno

    https://gigalibros.com/nadie-muere-en-wellington.html

    “Con el aprendi que el amor no se mide en tiempo, sino en intensidad.”

  • De la mano de Federico de Lluis Pasqual

    https://gigalibros.com/de-la-mano-de-federico.html

    revela un extraordinario narrador. Un ensayo delicioso, de una sensibilidad y una fuerza narrativa excepcionales.

  • Regalo del cielo de Mercedes Gallego

    https://gigalibros.com/regalo-del-cielo.html

    ?Puede ser Axel un regalo para el mundo y un infierno para Devon?

  • Despues de Kim de Angeles Gonzalez-sinde

    https://gigalibros.com/despues-de-kim.html

    Desde que Geraldine y John se divorciaron hace decadas, se ven lo menos posible. Sin embargo, la inesperada muerte de su hija Kim en Espana les obliga a iniciar juntos un viaje en el que no solo tendran que aprender a convivir y a conocerse de nuevo, sino que les embarcara en la busqueda de un nino, su nieto, cuya existencia ignoraban y que ahora desean recuperar. El amor y el desamor del pasado se cruzaran con el presente para ayudarles a superar sus distintos fracasos personales.

  • Los secretos de Alexia (Alexia 1) de Susana Rubio

    https://gigalibros.com/los-secretos-de-alexia-alexia-1.html

    Descubre los secretos de Alexia en la nueva saga de Susana Rubio y vive una historia de amor que te erizara la piel.

  • Por ti pagaria las consecuencias de Laura Kaestner

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    Dixie Cabbot y Ahmed Tarik se criaron juntos en la campina francesa, cobijados por un parentesco lejano, rodeados de caballos y tradiciones vitivinicolas, y compartieron su primer despertar en el amor, seguros de que estarian juntos para siempre. Sin embargo, el destino les jugo una mala pasada: reclamos familiares, amores escondidos, reproches maritales y un adulterio fueron causantes de su separacion. Veinte anos despues vuelven a encontrarse en las mismas tierras y esta vez el destino les dara la posibilidad de una revancha, de demostrarse que, a pesar del tiempo, todo sigue intacto en el mismo lugar.

  • ?Nunca? Jamas de Sophie Saint Rose

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    Sharon Morris estaba dispuesta a realizar su nuevo trabajo eficientemente, pero el caracter de su jefe dejaba bastante que desear. Pero cuando Evan Weixler le salvo la vida y tuvo que depender de el, acabo perdiendo su corazon y se dio cuenta que tendria que amoldarse a sus deseos si queria que funcionara su relacion. No sabia si seria capaz de hacerlo.

  • Lo Mejor de mi Amor de Susan Mallery

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  • Devuelveme la luna de Elena Moreno Scheredre

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    No importa si alguien oso prometerte la luna y le creiste, lo importante es descubrir que nadie puede darte aquello que no posee.Al destino se le puede esquivar, pero el corazon siempre te encuentra.