• a la luz de lo que sabemos - Zia Haider Rahman

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    Una manana de septiembre de 2008, el narrador de A la luz de lo que sabemos recibe una visita inesperada en su casa de Londres. El visitante esta en los huesos, tiene el aire de un indigente. El narrador, un banquero de cuarenta anos, especializado en inversiones de riesgo, tarda unos minutos en reconocer en el a un viejo amigo de los anos de universidad que desaparecio hace tiempo en misteriosas circunstancias. Cuando los dos amigos empiezan a hablar da inicio un viaje por momentos hilarante y siempre sorprendente, intimo y extrano. Un viaje que, desde Kabul a Nueva York y desde Londres a Islamabad, recorre los caminos de la amistad y la traicion, las diferencias muchas veces insalvables de clase y de raza, la dificultad del encuentro con quien es distinto, el exilio como condicion permanente del ser humano incluso en el propio pais, cuando uno ya no siente como suyo el pais en el que nacio y vive aun. Un viaje tambien a traves de las grandes finanzas, las organizaciones internacionales, la crisis economica y la guerra. El resultado es una de las grandes novelas de nuestro tiempo, sobre lo que ocurre en el mundo de hoy mismo. Una novela en la que “las ideas y la provocacion abundan en cada pagina”

  • A LA LUZ DE LO QUE SABEMOS | ZIA HAIDER RAHMAN

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    2 nov 2016 — El libro A LA LUZ DE LO QUE SABEMOS de ZIA HAIDER RAHMAN en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • A la luz de lo que sabemos (GALAXIA NOVA) - Amazon

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    A la luz de lo que sabemos (GALAXIA NOVA) : Haider Rahman, Zia, Campos González, Vicente: Amazon.es: Libros.

  • A LA LUZ DE LO QUE SABEMOS - RAHMAN ZIA HAIDER

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    Una mañana de septiembre de 2008, el narrador de A la luz de lo que sabemos recibe una visita inesperada en su casa de Londres.

  • Libro: A la luz de lo que sabemos - 9788416252480 - Marcial ...

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    A la luz de lo que sabemos.[ Haider Rahman, Zia; ]. Una mañana de septiembre de 2008, el narrador de A la luz de lo que sabemos recibe una visita inesperada ...

  • A LA LUZ DE LO QUE SABEMOS. HAIDER RAHMAN, ZIA ...

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    ¿No encuentras el libro que buscas? Cervantes y Compañía Libros Esta actividad ha recibido una ayuda para la modernización de las librerías de la Comunidad de ...

  • a la luz de lo que sabemos - Librería Luces

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    A LA LUZ DE LO QUE SABEMOS, RAHMAN, ZIA HAIDER, 23,50€. Audaz y épica novela ambientada en la crisis financiera y de la guerra que define el comienzo de ...

  • A la luz de lo que sabemos - El Péndulo

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    A la luz de lo que sabemos, Rahman, Zia Haider, $572.00. Una mañana de septiembre de 2008, el narrador de A la luz de lo que sabemos recibe una visita ...

  • A La Luz De Lo Que Sabemos - Rahman Zia Haider (libro)

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    Título del libro, A LA LUZ DE LO QUE SABEMOS. Autor, RAHMAN ZIA HAIDER ... Somos Zivals, la tienda con mayor variedad de Vinilos, CDs y libros.

  • A LA LUZ DE LO QUE SABEMOS por RAHMAN ZIA HAIDER

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    DETALLES. Género: Libros < NARRATIVA CONTEMPORANEA < NARRATIVA ASIATICA. Editorial: GALAXIA GUTENBERG-CIRCULO DE L; Idioma: Español; Peso: 400; Alto: 3 mm ...

  • Solo una noche, Lucy Morton de Lucy Morton

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  • La ciudad de la niebla de Claudia Barzana

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    La niebla es tenue como la voz apagada de un confidente, envuelve, predispone una intimidad: nebulosos son los suenos, los anhelos de quienes se necesitan, de quienes quieren estar juntos. La niebla tambien hace avanzar a tientas, como el desencuentro de dos que quieren encontrarse, errantes, sin rumbo. En las dos nieblas estan Victoria y Thomas, hallados y perdidos a la vez, sin dejar de querer reconocerse sin lo nebuloso, en medio de la luz.

  • En cuestion de segundos de Abraham Stern

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    ?Hasta que punto puede una mala decision cambiar el destino de nuestras vidas?

  • Decidete, Margarita (Margarita 1) de Cinthya Huerta

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    ?Estarias dispuesta a enamorarte de alguien diez anos menor que tu, luego de un fracaso amoroso?

  • Diez lunas blancas de Phil Camino

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    <>, le pregunta una desconocida a la autora una manana en la puerta del colegio. <>, responde ella. Pero la respuesta no la satisface, y cuando llega a casa las palabras de la desconocida siguen revoloteando en su cabeza. <>, se pregunta entonces. Segura solo de que haber tenido cinco hijos es una de las pocas cosas de su vida que no puede cambiar y dispuesta a desmontar los topicos que adornan la maternidad, Phil Camino emprende un viaje valiente, insolito, conmovedor, beligerante y comico si, todos esos calificativos a la vez y otros muchos que descubrira el lector para explorar esa condicion irremediable, y para liberar el dolor de la muerte de una hija. Mezcla de diario, cuaderno de viaje y confesion, Diez lunas blancas nos ofrece una vision franca e inesperada de la maternidad, delicadamente entrelazada con el relato de como la ausencia puede ser un destino en el que es posible encontrar refugio. <> Adolfo Garcia Ortega

  • Infiernos de pasion (Los Kinsberly 3) de Evelin Mordan

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    Una historia donde el perdon no existe, pero el amor si.

  • Reinventando a Bella Style de Vanessa Hernando

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    <>
    Cuando despierto no tengo muy claro donde estoy ni que ha pasado. El gotero que tengo enchufado al brazo y las maquinas que pitan a mi alrededor me dan una pista. Y el ligero hormigueo y la escayola de la pierna confirman mis sospechas. Hace solo tres dias estaba en el despacho de mi madre intentando organizar mi boda con el amor de mi vida y probando un coche espectacular y, ahora, desde esta cama en el hospital, lo unico que tengo claro es que me quedan por delante meses de recuperacion y que tengo que buscar la manera de seguir trabajando en este estado desastroso. Nadie dijo que ser influencer fuera facil...

  • Mi doble vida Separados por las drogas de A. Sanh

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    Alejandra tiene una sensitividad especial a la hora de afrontar la realidad: respira, se enamora y suena como cualquier adolescente. Su mundo cambia a un ritmo trepidante que en ocasiones no sabe, no puede, o no quiere controlar. Algunas veces se deja arrastrar; otras se vuelve caotica o directamente lo arruina todo. Es la victima perfecta para caer atrapada en una vida complicada, y en cierto modo, sabe que es debil. Vive un momento dificil debido a las malas companias que han irrumpido en su rutina sin pedir permiso; y todo se sumara a no querer reconocer que se esta enamorando alguien muy especial, a quien puede perder si no controla su caos.

  • Perdiendo la virginidad de Richard Branson

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    Perdiendo la virginidad es mucho mas que unas simples memorias. Lo que ofrece este libro es la perspectiva del propio Richard Branson sobre la increible vida que ha llevado, asi como una guia para empresarios donde revela su filosofia para los negocios y sus reflexiones sobre el exito y la vida.

  • Blutstein de Allyn O'callaghan

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    Un macabro asesinato no debe ser el final de su historia y Carlos se pondra a prueba para desenmascarar lo que parece ser una muerte ritual.
    Pero no todo es lo que parece y un psicopata no se conforma con arrebatar vidas, sino que es capaz de llevar a sus perseguidores por los caminos de la locura y el miedo.

  • Todo empieza en ti de Vik Ria

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    Empezare explicando quien soy y porque he querido escribir este libro que ahora esta entre tus manos y estas a punto de leer. Mi nombre es Victoria, y escribi estas hojas con la intencion de poder ayudar a aquellas personas que, como yo en su dia, necesitan ese empujon para realizar un salto, un cambio vital y necesario hacia su propia felicidad o hacia aquello que pueda aportar luz a sus vidas. Aqui narro parte de mi historia, un relato que empieza en mi pasado para llegar hasta el mas presente de mis dias, contando todo lo que he tenido que vivir, sufrir y modificar, para que hoy pueda estar sonriendo y disfrutando de la vida como nunca, intentando ser feliz a cada instante. Este libro no es ningun manual de autoayuda donde poder encontrar soluciones o trucos para la vida, es mas una historia real, donde una persona de carne y hueso como podrias serlo tu, lucha por afrontar muchos de sus miedos e intenta perseguir algunos de sus suenos saliendo de un bucle de infelicidad en el que parecia haberse instalado eternamente. Entre las lineas de este libro cuento una bonita historia de amor, la mia. Un relato en el que intento explicar como vivia atrapada en una relacion que no me hacia feliz, un tiempo pasado donde a pesar de no sonreir los miedos no me dejaban escapar, manteniendome paralizada. Pero un dia todo empezaria a cambiar, un tiempo en el que lucharia por recuperar de nuevo mi sonrisa, una realidad en la que una persona lo desencadenaria todo… Poco a poco me ireis conociendo, partiendo de un pasado infeliz hasta el salto que decidi realizar, pasando por diferentes epocas de mi vida, en las que complejos, miedos, inseguridades, pequenos logros y hasta un gran amor que aparecio sin avisar, hilaron nuevos caminos que cambiarian por completo mi destino.... Esa luz y ese empujon que necesitaba llegaria un dia en forma de persona, un 9 de marzo del ano 2016, mas concretamente, a las puertas de mi oficina… Aqui comienza una historia basada en hechos reales, que trata de emociones, sentimientos, miedos, ilusiones y grandes cambios que tejeran el presente que siempre habia sonado.... *Todas las conversaciones que aparecen, son reales. Por ello, podreis encontrar faltas de ortografia o abreviaturas gramaticales ya que han sido sacadas de los historiales. El pasado "Al que juzgue mi camino, le presto mis zapatos"-Anonimo Muchas veces nos juzgan sin ni siquiera conocer el camino que nos ha tocado recorrer, a mi me ha sucedido en varias ocasiones como seguramente te haya podido ocurrir tambien a ti. Hubo un tiempo en el que pense que quizas lo que estaba viviendo era lo que me tocaba, sin importar si eso realmente me hacia feliz. Decidi incluso tirar la toalla, convenciendome de que todo aquello que no me aportaba nada era lo que realmente merecia, aunque tuviera tan solo veintitres anos. Pensar asi era realmente el unico error que cometia, pues aquellos momentos eran los mejores para comenzar a sentir la vida. El conformarse no era mi unico error, tambien lo era sentirse pequena o vencida cuando tienes toda la vida por delante o incluso pensar que se nos pasa el arroz y siendo igual las circunstancias en que puedas encontrarte, seria una memez sentirse minusculo o rendido, siempre hay opcion para encontrar la felicidad, lo unico que hay que saber es como hacer para que esta aparezca en nuestras vidas. Recuerdo cuando pude darme cuenta de ello, fue exactamente el momento en que mi cabeza solo me decia que debia conformarme con esa vida que estaba llevando, desde hacia anos. Algo dentro de mi me pedia a gritos que hiciera algo, que dejara de utilizar tanto la cabeza, que me diera cuenta de lo que mis ojos podian llegar a ver, si me empenaba en ello, fuera de aquella realidad. Siempre observaba gente feliz a mi alrededor, regalando sonrisas sin necesidad de forzarlas, momentos en que algo de envidia me invadia haciendome formular la misma pregunta, ?Por que yo nunca conseguia disfrutar de ese estado como lo hacian ellos? Tras cansarme de hacerme siempre esa pregunta, sin conseguir ninguna respuesta, decidi que llegaba el momento de realizar algun cambio, de dar ese "salto" que necesitaba para hacer que todo lo que un dia crei perdido, volviese a mi presente para siempre. Las cosas se aceptan, se cambian o se dejan Ese cambio que yo llamo tomar una decision o dar un salto, es esa accion que hace que te lances por cambiar y mejorar tu vida, cuando ya te has cansado de lamentarte o de seguir llorando buscando mejorar, luchando por hacerte mas fuerte de lo que pensabas y seguir adelante como deberiamos hacer siempre. Al principio tuve mucho miedo, sobre todo al llamado "que diran", y a poder ser juzgada por todo el mundo, algo inevitable cuando decidimos tomar una decision que afectara tambien a la vida de terceras personas. Ese miedo, ahora despues de haber pasado por todo aquello, puedo asegurar que desaparece de repente cuando llega el momento en que te decides a dar el salto, instante en el que te das cuenta de como realmente esos miedos los creamos nosotros mismos y son unicamente obstaculos que nos impiden llegar a nuestros objetivos o suenos. Limitaciones que solo existen en nuestra imaginacion, obstaculos que siempre dependieron de nosotros mismos y que siempre pudimos hacer desaparecer, simplemente, afrontandolos. Pude darme cuenta de que realmente lo unico que hacia que me conformara con la vida que tenia y tambien con el hecho de ser una infeliz, era yo misma. Sabia perfectamente muchos de los cambios que debia realizar y como tenia que hacerlo para poder sonreir de nuevo y empezar a vivir esa vida que tanto ansiaba. Pero a pesar de ser consciente de que estaba en mis manos conseguirlo, nunca era capaz de dar el mas minimo de los pasos que me ayudasen a volver a sonreir, por miedo. Siempre me sucedia lo mismo, barreras y obstaculos venian a mi como cubos de agua fria cada vez que me decidia a tomar una decision o dar un paso, y eran estos mismos los que hacian que me volviera para atras y regresara a esa zona que podria llamar “mi zona de confort”, donde seguia infeliz, pero tranquila porque todo era lineal, sin cambios y por ello tambien sin mas o distintos problemas. Es complicado salir de algo, y mas cuando llevas muchisimos anos metido en ello, pero una vez te decides a hacerlo y das un primer paso, te das cuenta de que jamas fue complicado. Antes de decidirme a cambiar mi forma de ver las cosas, de dar el paso, avanzar y seguir adelante, tuve miedo. Me cree una barrera en mi cabeza, obstaculos que no existian y temia realizar cambios radicales, debido al temor al "que diran" y a todos aquellos danos colaterales que aparecian despues o a todo cuanto dejaba atras... Una cosa que no tenia clara en esos momentos, pero que a dia de hoy puedo decir que es de lo primero que pude darme cuenta, es que no puedes ganar sin antes haber perdido. Y aunque me llevaria aun tiempo comenzar a caminar por esa nueva "yo" que parecia querer nacer, una frase me ayudaria a recordar que…. "Todo lo nuevo y bueno en la vida, nace de un salto al vacio" Alan Moore Comprendia que ese pensamiento en forma de remordimiento que nos corroe por dentro cuando pensamos en lo que podemos perder, no nos deja ver tampoco todo lo que podemos ganar despues, todo aquello que puede llegar a nuestras vidas sin tener que buscarlo y esa felicidad que al final nos invadira tras salir de algo que no nos aportaba nada. Muchas veces nos conformamos en una vida infeliz o sinsentido por ese tipo de educacion que hemos recibido o el estilo de vida que hemos llevado. Seguramente como a mi me ha sucedido, te has criado entre la sociedad que cree que cuando llevas toda la vida con alguien, seria un pecado mortal pensar en separarte por sentirte infeliz. Esta sociedad quiere que pienses que tener hijos, comprarte una casa o pasar por el altar sera lo que al final arregle esa infelicidad, un sistema que parece decirte y saber lo que se necesita en esta vida para sonreir. Pero, ?Por que hacerlo? ?Acaso no es mas importante luchar por nuestra propia felicidad, que por esa que parece dictarnos la sociedad? Por fortuna en mi realidad, contaba con unos padres que siempre valoraron mi libertad. Nunca me exigieron que estudiara una carrera, o que me casara o tuviera hijos, lo unico que siempre priorizaron fue que escogiera todo lo que me pudiera hacer feliz, y seguramente mucha de la historia que ahora os cuento les deba muchas cosas buenas a ellos. Y esa seria mi solucion precisamente, buscar todo aquello que me aportara felicidad o me hiciera sentir viva, comenzando por buscarlo en personas, trabajos, estudios o incluso aventuras en nuevos paises. El problema de ir probando, es que no encontraba la verdadera felicidad, ya que habia buscado por todas partes menos en un lugar, el mas importante de todos, en mi misma.

  • Siempre contigo, princesa de Nuria Teixidor Ibanez

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    Martin y Carlota llevaban once anos sin verse. Once anos donde sus vidas habian dado giros inesperados, donde no han logrado olvidarse. Su relacion hizo aguas un lluvioso abril de 2006 cuando todavia eran ninos. Un par de chiquillos que se habian visto obligados a aprender el significado del mundo de manera vertiginosa.
    Un concurso musical les unio, la fama les llevo a lo mas alto y de la misma forma en que culminaron el Everest del triunfo tambien visitaron la otra cara de la moneda. ?De verdad tanto exito profesional, tantas canciones, tantas vivencias les hacian felices si no podian compartir la alegria con la persona que amaban?
    Una nueva oportunidad de reencontrase se les presentaba. Carlota habia logrado una cierta estabilidad emocional tras multiples relaciones fallidas y Martin solo deseaba verla, pedirle perdon y que todos los fantasmas que les rodearan desaparecieran pero nada seria facil. El corazon debia ganar a la cuadriculada razon.
    La historia de Carlota y Martin no habia hecho mas que empezar.

  • Te llamare muerto de Jose De Cora

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    Ano 1900. En una casa de la costa gallega dos mujeres sufren ataques de fuerzas que no atienden a las leyes fisicas. El ruido de cien tormentas antecede al vuelo de los objetos mientras un gorila espalda plateada trata de ejercer con ellas su papel de semental. Nadie se explica que motiva las aberraciones de la Casa de los Muertos..., porque su terrible secreto hay que buscarlo dieciocho anos antes. Tres peculiares personajes coinciden alli para disputar el descubrimiento al arzobispado de Santiago. Son el medico y espiritista Manuel Otero Acevedo, el escritor de esperpentos Ramon Maria del Valle-Inclan y el abogado y periodista Prudencio Landin Tobio. Sin saberlo, cada uno de ellos representa una faceta de esta fabulosa historia basada en hechos reales que enfrenta supersticiones a vanguardia cientifica, carne a espiritu, vivos a muertos.
    Esta es la nueva y sorprendente novela que nos presenta Jose de Cora, autor de “El estornudo de la mariposa”.

  • Amor en el desierto de Maribel Roa

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    Samira Leibe es una mujer como la mayoria de las mujeres de la faz de la tierra, luchadora, segura y enamorada. Sin embargo, un dia todo salta por los aires. Un matrimonio que se esfuma, una inseguridad que se apodera de ella y una batalla de sentimientos que la deja devastada.
    Un dia, su confidente y mi mejor amiga, Cayetana, le propone embarcarse en una aventura, ir a visitar el pais vecino de vacaciones y hacer una ruta por las kasbahs. Sin saber muy bien por que, acepta.

  • Lo que tu digas de Christian Martins

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    Lindsay tiene treinta y pocos anos, dos amigas que no estan muy bien de la cabeza y muchas ganas de encontrar el amor. Esta cansada de ver que los cuentos de hadas se hacen realidad para todo el mundo menos para ella y que su hombre perfecto no existe.
    Y entonces aparece Jack Ackerman, el multimillonario jefazo, para ensenarle a Lindsay que los juegos sexuales en la oficina pueden ser muy, pero que muy peligrosos.
    Y ya sabemos lo que dice el dicho; quien juega con fuego, termina quemandose.

  • Diarios del agua de Roger Deakin

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    Inspirado por <> de John Cheever, el escritor Roger Deakin se lanzo en 1996 al foso que rodeaba su casa en Suffolk y se propuso recorrer las Islas Britanicas a nado. Playas, piscinas rocosas, rios, arroyos, pantanos, estanques, lagos y lidos. Diques, fosos, acueductos, cascadas, canales y canteras inundadas. Deakin recorrera su pais a nado contemplando la vida desde la perspectiva de las ranas, y sera detenido por alguaciles fluviales, interceptado por los guardacostas, confundido con un suicida, e incluso estara a punto de morir engullido por un remolino en las Hebridas. Una oda al inconformismo, la imaginacion y la libertad de vivir de un modo pleno, un viaje personal inolvidable, una audaz celebracion de la magia del agua que se ha convertido en un verdadero clasico moderno.

  • El Toque de las Sombras de Magenta Perales

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    Katrina no era nadie. No era nada.
    Un bebe abandonado mas.
    Una huerfana mas.
    Hasta que Kael aparecio en el orfanato.

  • Sin rastro de Caroline Eriksson

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    Sin rastro es uno de los fenomenos literarios internacionales mas inesperados de los ultimos anos. Caroline Eriksson firma un oscuro thriller familiar y psicologico que huye habilmente de los caminos trillados.

  • El secreto de las hermanas Blackwood de Ellen Marie Wiseman

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    L CAPITULO 1 LILLY Julio de 1931 Blackwood Manor Horse Farm Debbin's Comer, Nueva York ILLY BLACKWOOD, DE NUEVE ANOS, SE PLANTO EN LA buhardilla del atico de Blackwood Manor por milesima vez, deseando que la ventana se abriera y poder asi oler el aire fresco. Al dia siguiente seria su cumpleanos y no podia pensar en un regalo mejor que aquel. Seguramente, papa le traeria un vestido nuevo y otro libro cuando volviera de Pensilvania, pero habia estado lloviendo y queria saber si afuera se estaba igual que adentro. Se pregunto si las gotas de lluvia habrian impregnado el ambiente de suavidad y frescura, como le pasaba al agua cuando se daba un bano de esponja. ?O afuera tambien estaria el aire caliente y pegajoso como el de su cuarto? Le habia pedido cientos de veces a mama que cambiara la ventana por otra que pudiera abrir, y quitar aquella reja enroscada para poder ver mejor, pero mama, como de costumbre, nunca la escuchaba. Si mama supiera que papa la dejaba jugar en la otra parte del atico cuando ella se iba a misa, papa estaria en apuros. Mas que cuando la enseno a leer; mas incluso que cuando le regalo una gata en su tercer cumpleanos. Lilly suspiro, saco el telescopio por el alfeizar, y arrimo el ojo. Por lo menos era verano y no tenia que rascar el hielo del cristal. Papa llamaba a aquella hora del dia <>, cuando el paisaje parecia pintado unicamente con dos colores, verde y azul. La hilera de pinos al otro lado del establo, pasando por los prados donde jugaban los caballos, parecia hecha del mismo fieltro que Lilly usaba como mantas para las munecas. Las sombras, cada vez mas oscuras, estaban por todas partes. Fue deslizandose por el borde del bosque buscando al ciervo que habia visto el dia anterior. Ahi estaba el sauce torcido; la roca junto al arbusto que el invierno pasado se puso roja; el tronco quebrado junto a la valla de piedra; y ahi estaba la... Paro y volvio con el telescopio a la valla. Habia algo diferente al otro lado del bosque, cerca de las vias del tren que atravesaban el lejano prado. Aparto el telescopio del ojo, parpadeo, miro nuevamente y jadeo. Le silbo el pecho, como cada vez que se ponia nerviosa. Habia una serie de luces azules, rojas, amarillas y verdes, como las que papa colgaba en su cama en Navidades, colgando sobre una gigantesca casa de tela. Habia otras luces rodeando mas casas con forma de fantasmillas regordetes. Lilly no pudo distinguir las palabras, pero tambien habia senales con letras iluminadas por bombillas de colores. Las banderas ondeaban desde lo alto de sus postes, y una linea de luces amarillas flotaba a lo largo de las vias del ferrocarril. Parecian las ventanas de un tren que estuviera detenido. Uno de los largos. Lilly dejo el telescopio, espero a que sus pulmones dejaran de silbar, fue a la estanteria y cogio su libro ilustrado favorito. Paso las paginas hasta encontrar lo que estaba buscando --un colorido dibujo de una tienda a rayas rodeada de vagones, caballos, elefantes y payasos--. Se apresuro de vuelta a la ventana para comparar la forma de la tienda del libro con la casa brillante del otro lado del bosque. Estaba en lo cierto. Era un circo. Y podia verlo. Normalmente, las unicas cosas que podia ver a traves de su ventana eran caballos y pastizales, y a papa trabajando junto a su ayudante junto a las vallas blancas, o el establo amarillo de los caballos. A veces, mama paseaba cruzando los pastos hasta el establo, con su larga melena rubia arrastrandose tras ella como un velo. Otras veces, los camiones paraban a la entrada del establo y el ayudante de papa subia y bajaba los caballos de los remolques o descargaba sacos y balas de heno. Una vez, dos hombres vestidos con ropas anchas --papa los llamo gandules-- se encaminaron hacia la entrada, donde el ayudante de papa salio a recibirlos con la escopeta. Cuando Lilly tenia suerte, podia ver a los ciervos asomando por el bosque, o a los mapaches corriendo a lo largo de la valla en direccion al cobertizo, o el tren acercandose por las vias. Y si pegaba la oreja a la ventana, el ruido de la maquinaria del tren o el pitido del silbido llegaban hasta ella atravesando el cristal. Pero ahora habia un circo ahi fuera, al otro lado de la ventana. !Un circo de verdad, en ese mismo instante! Por primera vez en su vida, estaba viendo algo diferente y lo estaba viendo en vivo, no en un libro ilustrado. Se puso muy contenta, pero al mismo tiempo, tambien se puso triste. Si no se hubiera pasado la tarde leyendo, habria podido ver como descargaban las cosas del circo en la parada del tren; podria haber visto como traian las tiendas; podria haber visto los elefantes, las cebras y los payasos. Ahora estaba demasiado oscuro para ver nada salvo las luces. Dejo el libro y conto los travesanos de la ventana. A veces contar la hacia sentirse mejor. Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Nada. No funcionaba. No podia dejar de pensar en lo que se habia perdido. Apreto la oreja contra el cristal. A lo mejor podia oir los gritos del director o la musica del circo. Pero lo unico que oyo fue el pitido de su pecho y los latidos acelerados del corazon. En el alfeizar de la ventana, su gata, Abby, se desperto y parpadeo con somnolencia. Rodeo con el brazo al atigrado felino anaranjado, atrayendola hacia si, y hundiendo su nariz en el suave pelaje del animal. Abby era su mejor amiga y la gata mas lista del mundo. Podia apoyarse en sus patitas traseras para dar besitos y levantar la zarpita para tocarla y llamar su atencion. Incluso podia saltar a la cama de Lilly o bajarse de ella cuando se lo pedias. --Apuesto a que mama ira al circo --dijo Lilly-- porque la gente no le tiene miedo, asi que ella no tiene por que preocuparse de eso. La gata ronroneo. ?Como sera el hombre elefante?, se pregunto Lilly. ?Que se sentira al tocarle la piel arrugada y quedarte mirando esos ojos marrones y grandotes? ?Y montar en el caballo rosa y blanco de un carrusel? ?Como sera? ?O caminar entre la gente, comer cacahuetes y algodon de azucar? ?Y ver un espectaculo de leones autentico, en vivo y en directo? Habia noches en las que, tras apagar las luces y acurrucarse en la cama, los pensamientos salian de su mente abandonando la habitacion, corriendo escaleras abajo. Habia leido bastantes libros como para saber que la casa tenia mas de una planta, y se imaginaba a si misma escabullendose por el atico, encontrando una escalera, abriendose paso por las plantas inferiores de Blackwood Manor, y saliendo por la puerta principal. Se imagino alli fuera, con los pies sobre la tierra, respirando profundamente, oliendo a algo mas que madera vieja, telaranas y polvo caliente, para variar. Durante las visitas semanales de papa, uno de sus juegos favoritos consistia en adivinar a que olia su ropa. A veces olia a caballos y heno; otras veces a betun o humo, pan horneado o... ?Como se llamaba esa cosa que se suponia que era una mezcla de limones y cedro? ?Colonia? Bueno, fuera lo que fuese, olia bien. Papa le habia hablado mucho del mundo exterior. Tambien sabia como era por lo que habia leido en los libros, pero no tenia ni idea de lo que era sentir la hierba entre los dedos, ni como era el tacto de una corteza. Sabia que las flores eran aromaticas porque su padre le traia un ramillete cada primavera, pero se moria por pasear a traves de un campo de margaritas y dientes de leon y poder sentir la tierra y el rocio en los pies descalzos. Queria oir a los pajaros cantando y escuchar el viento. Queria sentir la brisa y el sol sobre su piel. Habia leido todo lo que se podia leer sobre plantas y animales, podia recitar el nombre de cada uno de ellos si era necesario, pero al margen de Abby y el raton que habia visto correr por el zocalo aquel invierno, jamas habia visto ningun otro animal de cerca. Su otro juego favorito era escoger un lugar en el atlas y leer todo lo que pudiera sobre el para, seguidamente, planear un viaje hasta quedarse dormida, decidiendo que hacer y donde ir cuando estuviera alli. Su lugar favorito era Africa, donde se imaginaba corriendo con los leones, los elefantes y las jirafas. A veces imaginaba que rompia la ventana de la buhardilla, se arrastraba hasta el tejado y se deslizaba hacia abajo por un lateral de la casa, escapando furtivamente hasta el establo para ver los caballos. Y es que por todo lo que habia visto y leido, eran sus animales favoritos, aparte de los gatos, por supuesto. No es solo porque fueran fuertes y hermosos, sino porque podian tirar de remolques, trineos y arados. Dejaban que la gente los montase y podian encontrar el camino de regreso a casa si se perdian. Papa decia que los caballos de Blackwood Manor estaban demasiado alejados de la ventana del atico, asi que Lilly los bautizo con nombres de su propia invencion: Gypsy, Eagle, Cinnamon, Magic, Chester, Samantha, Molly y Candy. Como le habria gustado acercarse a ellos, acariciarles las crines y cabalgar sobre sus lomos por los prados. Si esos estupidos barrotes de la ventana que mama decia que eran por su propio bien no estuvieran ahi... Entonces recordo la advertencia maternal, y sus suenos se convirtieron en pesadillas. --Esos barrotes son para protegerte --le habia dicho su madre en mas de una ocasion--. Si alguien se atreviera a entrar y te viera se asustaria, y trataria de hacerte dano. Cuando Lilly le pregunto por que tendrian que tener miedo de ella, mama le dijo que era porque era un monstruo, una abominacion. Lilly no sabia lo que era una abominacion, pero sonaba mal. Bajo los hombros y suspiro en mitad de la quietud de su habitacion. No habria circo para ella. Ni ahora ni nunca. Jamas podria salir del atico. El unico modo en el que podria ver el mundo seria a traves de los libros. Papa decia que afuera el mundo tampoco es que fuera una maravilla, como ella creia, y que debia estar agradecida y feliz por tener una cama caliente y comida que echarse a la boca. Habia mucha gente que no tenia casa ni trabajo, y tenian que hacer cola para que les dieran un trozo de pan y algo de sopa. Le conto algo sobre bancos y dinero, y no se que crisis financiera, pero ella no entendio ni jota. Y tampoco la hizo sentir mejor, la verdad. Rodeo a Abby entre sus brazos y se sento en la cama de hierro que habia medio escondida debajo de un rincon de papel pintado de un cielo azul redondeado. La lampara de su mesilla de noche proyectaba sombras alargadas sobre el suelo de madera, lo cual significaba que pronto oscureceria y seria hora de apagar la luz. No queria olvidarse de apagarla. De lo contrario, tendria que aguantar las monsergas de mama, siempre con la misma cantinela. Le habia dicho mas de cien veces que si alguien veia luz en su habitacion y la descubria alli se la llevarian lejos y nunca mas volveria a verlos. Pero la semana anterior hubo una noche que se olvido de hacerlo porque habia empezado a leer un libro nuevo y se habia quedado durmiendo. Dejo a la gata en la cama y examino las cicatrices de sus dedos. Papa tenia razon, la locion estaba surtiendo efecto. !Pero hay que ver como quemaba la llama de la lampara de mama! --La letra con sangre entra --habia dicho mama. Lilly estuvo a punto de preguntarle si la Biblia decia algo sobre aquello de la letra con sangre entra, pero al final no se atrevio. Se suponia que debia saber lo que decia la Biblia. --Me pregunto que haria mama si supiera que me paso el dia leyendo los libros de papa en lugar de esa vieja Biblia --le dijo a Abby. La gata restrego el hocico contra el brazo de Lilly. Despues se hizo un ovillo y se volvio a dormir. Cogio la Biblia de la mesilla de noche --no se habria atrevido a ponerla en ningun otro lugar --, movio el punto de lectura hasta situarlo unas cuantas paginas mas adelante, y volvio a dejarla en el mismo sitio. Mama solia revisar cuanto avanzaba la lectura, y si el marcapaginas no se movia, empezaban los problemas. De acuerdo a su madre, la Sagrada Biblia y el crucifijo que habia colgado en la pared sobre su cama eran las dos unicas cosas que necesitaba para ser feliz. El resto de cosas que habia en la habitacion eran cosa de papa: la mesa de mimbre para las fiestas de te, con tapete de encaje, su bandeja de plata y sus tazas de porcelana, la mecedora a juego y el osito de peluche que habia sentado en el taburete acolchado de color azul junto al armario; la casa de munecas con los muebles en miniatura y sus munequitas; la maqueta de la granja de animales asomando desde la balda superior de la biblioteca, con aquellas caras que parecia que se iban a poner a cantar de un momento a otro; tres munecas de porcelana con vestidos de encaje en un cochecito de bebes, de esas que tenian ojos que se abrian y se cerraban. Y, por supuesto, la biblioteca llena de libros. Hubo un tiempo en que parecia que no habia cosa en el mundo que papa no fuera capaz de darle, hasta que leyo Blancanieves y le pidio un espejo. A veces, en mitad de la noche, cuando estaba segura de que todo el mundo estaba durmiendo y no habia mas que una oscura negrura al otro lado de la ventana, encendia la luz y estudiaba su reflejo en el cristal. Lo unico que veia era una mascara fantasmagorica y borrosa devolviendole la mirada, con los barrotes rizados serpenteando sobre su piel. Observaba aquel reflejo blanco detenidamente, se tocaba la frente, la nariz y las mejillas, intentando hallar lo grotesco, o el trozo que faltaba, pero todo parecia encajar a la perfeccion. Cuando le preguntaba a papa que habia de malo en ella, le decia que para el era muy hermosa y eso era lo unico que importaba. Pero ponia ojos comicos cuando lo decia, asi que no creia que dijera la verdad. Pobre de el si mama llegaba a enterarse alguna vez, porque su madre siempre decia que mentir era pecado. Por suerte para el, ella nunca le delataria. Papa le habia ensenado a leer y escribir, a hacer sumas y restas. Fue el quien decoro las paredes de su habitacion con el papel pintado rosa, y era el quien le traia vestidos y zapatos cuando los que tenia se le quedaban pequenos. Traia comida para Abby y dejaba que Lilly fuera a la otra parte del atico para que pudiera estirar las piernas. Una vez, hasta trajo un fonografo para ensenarle a bailar el charleston y el tango, pero ella se ahogo de cansancio y tuvieron que parar. Le encantaba la musica. Le suplico que dejara el fonografo en su habitacion pero tuvo que llevarselo de vuelta abajo, y es que si mama se hubiera llegado a enterar de que lo habia cogido, se habria puesto hecha una furia.

  • El libro contra la muerte de Elias Canetti

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    Uno de los proyectos que Canetti acaricio toda su vida fue escribir un libro contra la muerte. Pero ese libro nunca se escribio, y es en sus innumerables apuntes donde sin lugar a dudas ha dejado su rastro mas marcado. En este libro se reunen por primera vez, ordenados cronologicamente de 1942 a 1994, los apuntes de Canetti sobre la muerte, tanto los publicados como los ineditos, que suman mas de una tercera parte. De todos ellos se desprende el contorno mas completo del libro que Canetti proyecto durante decadas, y sobre el que escribio en una ocasion: “El libro sobre la muerte continua siendo mi verdadero libro

  • Solo volver a empezar, Loren Mills de Loren Mills

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    Ser agente de la CIA es para Zoe el trabajo de su vida. Al menos, hasta que mataron a su prometido y ocho anos despues le informan de que tiene que trabajar con el agente encubierto que le asesino.
    Noah White, un hombre serio y dedicado cien por cien a su trabajo, despertara en ella el odio y el rencor de los actos pasados, pero no seran los unicos sentimientos que surjan entre ambos. Una mision, un viaje, su mejor amigo David y sus dos companeros de armas bastaran para que Zoe descubra que Noah no es el hombre duro que aparenta ser.
    Dos almas destrozadas por la perdida y el dolor descubriran que para el amor siempre existe una segunda oportunidad.
    Solo hay que volver a empezar.

  • No me conoces pero soy tu mejor amigo de Cata Kaoe

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    La novela juvenil de romance, misterio, y humor exito en Wattpad, escrita por Cata Kaoe.

  • La maldicion de la inteligencia de Carmen Sanz Chacon

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  • Probablemente Tu de J. Zaravia

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    Liz siente que su vida esta resuelta. Todavia no alcanza los treinta, es profesional y su relacion parece ser lo suficientemente fuerte como para darle la seguridad que su vida necesita para estar en sintonia de lo que llaman “el completo equilibrio”. Solo que en la vida muy pocas cosas son absolutas o definitivas. Un cambio repentino, termina dejandola con las manos llenas de mucho, de todo lo que se habia supuesto.
    Intentando rearmar su vida; termina dandose de bruces con un tipo que a simple vista, nada tiene que ver con ella. Liz es una joven arquitecta tratando de sobrevivir en un negocio mayoritariamente dominado por hombres. El, un atractivo y exitoso desarrollador de videojuegos de ultima tecnologia con un estilo de vida algo “excentrico” para el gusto de ella. Eso la hace dudar y negarse a aceptar que la vida puede dar segundas oportunidades donde menos se espera. Sin quererlo, el acaba convirtiendose en lo necesario, para dar ese salto al vacio que nunca antes se habia atrevido a dar.
    “Probablemente tu” es la primera parte de la historia de ambos. De sus luchas entre los sentimientos “confiables” y todos los deseos intensos de una mujer y un hombre que intentan rescribirse a si mismos. En manos de quien menos lo hubieran esperado.

  • Nessie bendita maldicion de Dalia B Rodriguez Chavez

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    Natalia, una talentosa estudiante de arte madrilena cansada de cumplir con los estereotipos clasistas de sus estrictos padres, vuelca su vida en la inconsciencia de rebelarse constantemente contra ellos. Hasta que su ultima locura la lleva a un pais extrano, lejos de todo lo que conoce y con el unico cobijo de una abuela que jamas vio hasta entonces.
    Logan, exitoso, pragmatico, y un tanto insoportable, segun Natalia; posee todo aquello que cualquiera puede desear, pero sus carencias van mas alla de las riquezas materiales y esta dispuesto a todo con tal de cazar a una fierecilla un tanto indomable.
    ?Lograran estos dos seres totalmente inflamables, cohabitar entre las llamas del amor, o descubriran que tal sentimiento no es mas que un concepto trillado con ganas de ser reescrito?
    El amor es una guerra contra uno mismo, el reflejo de nuestro yo mas interno. Si quieres fortalecerle, empieza por mejorarte a ti mismo.
    No te pierdas esta historia epica; llena de ensenanzas, humor, amistad, pasion, y todo lo que permitas entrar a tu corazon desde el minuto cero en el que abres la historia y dejas escapar la magia que hay en sus letras.
    Pero, cuidado, aviso importante:
    Este libro te marcara por siempre...

  • Dia de Gayle Wilson

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    ?Duncan? Habia recibido la llamada en el telefono movil, lo que significaba que la voz que estaba oyendo era la de una amiga, no una clienta. Sin embargo, dentro del exclusivo circulo de los que Duncan Culhane consideraba sus amigos, aquella era la ultima voz que esperaba oir. No habia ni una docena de personas que supieran aquel numero, y la mujer que acababa de decir su nombre no era una de ellas. Y no porque no hubiera querido darselo. En realidad, habria estado dispuesto a darle cualquier cosa que ella le pidiera. Pero ella nunca le habia pedido nada. Y aunque habian pasado cinco anos desde la ultima vez que habia oido su voz, no habia cambiado en absoluto el efecto que tenia sobre el. Incluso en aquel momento, despues del tiempo pasado, sintio un intenso calor en sus genitales. Era el resultado de un deseo que no habia confesado jamas. Y menos a ella. --?Andrea? Le encanto la firmeza de su voz. Y especialmente el haber sido capaz de imprimir una ligera vacilacion a su tono, como si no estuviera seguro de que fuera ella. Aunque habria reconocido su voz en una habitacion a oscuras y rodeado de miles de mujeres. El era capaz de distinguir su presencia haciendo lo que hacia cada vez que estaba cerca de ella. Le bastaria con respirar el aire que la rodeaba y llenarse de la sutil fragancia de su piel, como habia hecho cada vez que le besaba la mano o la mejilla. Jamas habia habido otro contacto fisico entre ellos, Andrea habia sido la esposa de su mejor amigo, de modo que no le habia quedado otra opcion que guardar las distancias. Y probablemente era mas necesario continuar manteniendolas despues de que Paul Sorrenson hubiera muerto. --Griff me sugirio que te llamara. Espero haber hecho bien. Deberia haberselo imaginado, penso Duncan, mientras se reclinaba en el sillon de cuero. Andrea nunca lo habria llamado por iniciativa propia. Deberia haberlo sabido antes de permitirse sentir aquella fuerte excitacion. --Claro que has hecho bien. Me alegro mucho de oirte. Hace mucho tiempo que no hablamos. Se produjo un pequeno y tenso silencio, como si Andrea estuviera intentando encontrar una respuesta. --Tengo un problema, Duncan. Y esa era la razon por la que Griff le habia sugerido que se pusiera en contacto con el, por supuesto. Cualquiera que buscara los servicios de Phoenix Brotherhood normalmente lo hacia a traves de un intermediario. Pero como Paul Sorrenson habia sido miembro del grupo antiterrorista de elite que Griff Cabot habia formado en la CIA, Andrea tenia acceso inmediato a ellos. Los miembros de Phoenix eran, al igual que el propio Duncan, antiguos agentes que trabajaban para una organizacion privada creada por Cabot despues de que la CIA disolviera el Equipo de Seguridad Exterior. La agencia habia decidido que, una vez acabada la Guerra Fria, nadie utilizaria sus servicios. Pero aunque el gobierno declarara que ya no necesitaba de sus habilidades, al parecer habia multitud de personas que las encontraban valiosas a juzgar por los dividendos que compartian. --?Que clase de problema? --pregunto, al tiempo que intentaba atemperar la respuesta emocional que la voz de Andrea evocaba. Agarraba el telefono con la mano derecha, una obra de arte hecha con plastico y sistemas electronicos y cubierta de piel sintetica, de la que sus creadores estaban mas que orgullosos. Con la otra mano, eligio un boligrafo de los que tenia en el escritorio. Nunca habia llegado a dominar el arte de escribir con la mano izquierda, al menos no tan bien como le habria gustado. Pero aun asi, normalmente era capaz de descifrar las notas que el mismo garabateaba sobre los casos que le eran asignados. Normalmente. --Es algo que tiene que ver con mis abuelos --contesto Andrea. El boligrafo caminaba vacilante sobre el papel mientras Duncan digeria aquella informacion. Teniendo en cuenta que Andrea debia de tener unos treinta y cinco anos, sus abuelos, como poco, tendrian mas de ochenta. --?Han tenido algun problema serio? --En realidad no es un problema. Es un asunto un poco complicado. A lo mejor no te apetece ocuparte de el. Griff me ha dicho que estabas en San Francisco... --vacilo un instante--. He pensado que podriamos vernos en alguna parte y hablar. La sugerencia quedo flotando entre ellos durante algunos segundos, provocando la misma clase de calor que minutos antes envolvia el cuerpo de Duncan. Aquella vez, la sensacion se unia a un cierto toque de ansiedad, incluso quiza de tristeza. Sentimientos que Duncan creia haber dejado tras el mucho tiempo atras. Quiza fue esa la razon por la que se mostro de acuerdo. Eso y el hecho de que si no hubiera sido por Paul Sorrenson el no estaria alli. --Por supuesto --contesto Duncan, sintiendo como aumentaba su tristeza--. Dime donde y cuando.

  • Belleza Animal de C. M. Rose

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    No podia creer lo que mis ojos estaban viendo era una casa gigantesca de dos plantas, habia espacio para mas de seis automoviles, parecia una mansion; me dio algo de nostalgia al ver esa casa y recordar mi hogar; parecia mas bien una casa de una familia muy adinerada que de seis personas como me habia comentado la senora Montes, revise varias veces las direccion que me anoto en un pedazo de papel, si era exactamente la misma pero no podia creer que en ese lugar solo vivieran seis personas y todos hombres, debia existir algun error para ello; estaba reconsiderando la idea de buscar otro lugar, pero no tenia mucho dinero para seguir viviendo en un hotel o en cualquier parte necesitaba estar en un lugar fijo; solo era unos dias que podia probar si me gustaria quedarme o si me queria marchar, lo peor que podia perder era mi tiempo. Agarre muy fuerte la llave contra mi pecho, odiaba que la senora Montes no me haya dado mucha informacion de mis companeros, iba ser un poco extrano compartir vivienda con seis hombres, pero la propuesta que ella me dio era tentadora y no me queria rehusar, era algo que me beneficiaba demasiado. Tome una gran bocanada de aire y segui adelante, abri la pequena reja; todo se veia muy limpio en la parte de afuera, el pasto estaba tan verde y parecia recien cortado, arrastrando mi gran maleta me acerque a la puerta y la toque varias veces, nadie abrio la puerta me enoje un poco. No me sentia muy comoda entrando a una casa sin que las personas que vivian alli no supieran que alguien iba a estar cuando regresaran, pero me encontraba muy cansada y lo que mas deseaba en ese momento era poder sentarme, tomar un vaso de agua y dormir un buen rato; no pude soportarlo y entre. – !Buenas tardes! – Grite muy fuerte esperando que alguien me escuchara. – !Buenas tardes soy el nuevo huesped la senora Montes me envio! – Segui gritando tal vez a la nada, pero igual continue esperando que alguien me escuchara. – Perdon la intromision y por haber entrado de esa manera… – Conclui que la casa estaba vacia se encontraba en silencio absoluto; era algo incomodo, era mejor dar media vuelta y marcharme; tal vez esperar en el pequeno portico a que alguien llegara, podria estar allanando una propiedad privada y en vez de estar en la casa podria terminar presa. Me senti aterrorizada y un escalofrio recorrio mi espalda en tan solo pensar en que llegaria estar en prision y la unica llamada tendria que hacerla a mi madre y me mataria por todo esto. Estaba algo perturbada, estar en un lugar que no conocia y que nadie me podria recibir y mucho menos sin saber con quien iba a vivir; ya habia entrado y debia afrontar que estaba en una casa que no era mia, sin permiso. Deje mis cosas en la entrada, pude notar que toda la casa estaba pintada con un tono blanco, el color de los muebles contrastaba de una manera muy estetica; tal vez tendrian a alguien que les limpiara todo estaba impecable, me daba mucha verguenza ensuciarla o arruinarla. No podia ser que seis hombres fueran tan limpios, podrian ser gais y parejas todos; y yo podria incomodarlos, o todos podrian ser hermanos, muchas ideas comenzaron a rondar mi cabeza de que serian estos seis chicos, o que relacion tendrian entre ellos. Me quite los zapatos y me adentre mas a la casa. – ?Hola? – Dije asomandome a la cocina, me sorprendio muchisimo al verla, era muy hermosa, la decoracion era muy sencilla, pero me gustaba; estaba segura que en esa cocina cabian mas de diez personas sin ningun problema; me acerque al frigorifico, se que no estaria bien pero no pude evitar abrirlo, para ver que comian estos hombres. Al verlo de arriba abajo me sorprendio muchisimo que tuvieran carne cruda congelada como para alimentar a un batallon. Menos mal no era vegetariana sino seria un karma para mi vivir con seis carnivoros; toda la estanteria de la cocina estaba de comida enlatada, frituras y caramelos. Parecia que estos chicos comian como animales, nunca habia visto tanta comida y estaba acostumbrada a ver mucha comida al tener una familia tan grande, pero ellos me estaban sorprendiendo sin ni siquiera conocerlos. Sali de la cocina, pero la curiosidad pudo conmigo, revise cada rincon de la casa, el primer piso tenia una habitacion muy grande, pero parecia que nadie la estaba usando, la cama estaba solo con el colchon, y parecia que hace mucho tiempo nadie entraba en ese gran lugar. Me sente en la cama, el colchon parecia comodo no me recoste; si lo hacia me quedaria dormida y eso seria el peor problema porque el que pudiera suceder en este lugar; pase mi dedo por la pequena mesita de noche, la linea por donde pase mi dedo quedo marcada demostrando que habia una gran gruesa capa de polvo e. Si esa llegase a ser mi habitacion tendria mucho que limpiar antes de poder dormir, tenia su propio bano, que tambien se notaba que estaba sin usar desde hace un buen tiempo. Termine de revisar el primer piso y no habia muchas cosas interesantes, sabia que no debia subir, pero no pude residirteme; para mi mala suerte todas las habitaciones estaban cerradas con llave, habia seis habitaciones cerradas y un bano. Baje desanimada las escaleras por no saber ni siquiera como eran, camine hasta el gran salon, habia un sofa de color blanco; me sente un rato mientras me imaginaba como serian mis companeros, a que se dedicarian o que harian de sus vidas, el sofa era demasiado como, me recoste un momento, estaba demasiado agotada para luchar con el cansancio, por mi cabeza comenzaron a pasar imagenes de leones tigres, lobos y zorros, no entendia muy bien el porque; cerre un momento los ojos y me quede profundamente dormida. Capitulo 1 Buscando donde vivir Me comenzaba a arrepentir de haber dejado mi casa, la comodidad de la que estaba acostumbrada, arrastrando la maleta por la calle y muy desanimada, no sabia que iba hacer, o para donde debia irme; aun no tenia amigos y no conocia a nadie, pero aunque estuviera mal por todo lo que habia pasado aun pensaba en iniciar mis clases en la universidad y me lograba animar un poco, habia trabajado tanto para lograrlo y no podia rendirme; pero las cosas no estaban marchando muy bien, pero no podia vivir en una casa compartida donde a todas horas hay personas gritandose groserias o cosas muy obscenas; la ropa sucia de cualquiera terminaba dentro del frigorifico, o alguien dormido encima de la mesa de la cocina desnudo pero creo que lo peor que todas las cosas que sucedian en esa casa eran las cucarachas, creo que hubiera pasado los gritos, la ropa sucia o una que otra vez a alguien dormido completamente desnudo, pero ese animalito no lo tolero, me habia quedado literal en la calle, pero ahora era mi responsabilidad y mi problema ver que hacia para salir de esta horrible situacion. Mi paciencia tenia su limite y estaba por acabarse me comenzaba a desesperar, mis clases estaban por comenzar, necesitaba un lugar lo antes posible para instalarme. Una parte de mi pensaba y se replanteaba en dejar todo botado y regresar al pueblo, despues de la lucha que tuve con mis padres esa idea no me entraba en la cabeza, al dejar la casa estaba segura que mi habitacion, debia estar transformada por uno de mis hermanos. – Hola – Dije atendiendo mi celular. – ?Como que hola no sabes quien soy? – Mama lo siento, estoy caminando y no pude ver quien era. – ?Que estas haciendo tan temprano un sabado en la calle? La ciudad es peligrosa ?No quieres regresar? – No mama – <> pense mientras se me ocurria que inventarle a mi progenitora. – Estoy conociendo la ruta que debo tomar todos los dias para ir a la universidad. – Menti. – Bueno tu sabras como hacer las cosas, no me hagas caso mas bien dame el numero del telefono de donde estas viviendo. – !?Que?! – Me exalte – ?Para que lo necesitas? – Si no atiendes ese aparato puedo llamar a esa casa para que me digan que estas haciendo. – Era increible por lo que estaba pasando. – Mama no tienen telefono ahi. – no se si estaba mintiendo o siendo honesta. – !?Como que no?! – mi mama estaba histerica, comenzo a gritar y no se por cuanto tiempo lo estuvo haciendo, segui caminando con mi maleta y mi celular alejado de mi oido, estaba segura que no queria quedarme sorda por los gritos de ella. – Mama no lo se, la verdad no he pregunte. – Pregunta de una buena vez – Necesitaba decirle algo para tranquilizarla. – Esta noche te llamare y te dire si hay o no hay telefono ?Te parece? – No muy convencida acepto; se que no estaba de muy buen genio, pero necesitaba que se tranquilizara, entre en panico. – !Dios iluminame! – Grite de la desesperacion que ese momento me consumio. Las personas me miraron como si estuvieran viendo a una loca. No estaba tan lejos de enloquecerme entonces no me molestaba que miraran de esa manera. Los dias pasaron y mi primer de clase llego, odiaba tener que dormir en hostales, era muy incomodo, teniendo una maleta gigante. Llegue a la facultad con una mi fiel compania que era la maleta morada que mis padres me habian regalado, los demas estudiantes me observaban de una manera extrana, no los puedo culpar nadie va a una universidad con una maleta llena de cosas y tan grande; estaba segura que este dia iba a ser demasiado largo. No podian seguir asi, esa semana debia pagar un hotel por lo menos para poder dejar mis cosas en un lugar seguro. Ojala ese fuera mi unico problema, todos los dias tenia a mi madre llamandome a preguntarme como eran mis companeros y que se los pasara para poder hablar con ellos. Todo se empezaba a complicar cada dia mas, el dinero que mis padres me enviaban, mas el que habia ahorrado desde la secundaria se estaba agotando con los dias. Necesitaba encontrar un trabajo de medio tiempo al igual que un lugar bueno, bonito y no muy costoso para vivir. Despues de la tormenta por fin llego la calma y las cosas comenzaron a mejorar, aunque no tuviera un lugar donde vivir, encontre un trabajo de medio tiempo, lo cual me venia como anillo al dedo, teniendo ya una entrada economica, me sentia un poco mas tranquila. Pero me gustaria encontrar un lugar donde pudiera vivir mas tranquila y sentirme mas comoda, aunque el hotel era bueno no era lo mismo que estar viviendo en una casa con companeros, o en un departamento sola. Un dia escuche a unos companeros hablando de que en la cartelera de nuestra facultad publicaban, lugares que alquilaban desde habitaciones, casas compartidas hasta departamentos para uno solo. Las cosas estaban mejorando y era algo que me alegraba muchisimo. Estaba muy enojada, llame a cada lugar de los que habia visto en la cartelera, ya estaban alquilados o pedian demasiado dinero y era el momento que no tenia tanto como para pagar, cada dia iba a revisar la cartelera, para ver si habia algo nuevo, o quizas disponible. Posiblemente fue cosa del destino o suerte no estaba segura, pero era la direccion de una mujer Emma Montes duena de una empresa de bienes raices; ya habia desgastado todas mis ideas asi que no perdia nada en intentar hablar con ella. En mi ultima clase de ese dia estaba demasiado ansiosa, queria ir a ver a la senora Montes, queria salir de la situacion tan horrenda en la que me encontraba; estaba contenta de que ese dia no trabajara, fue un alivio poder estar tranquila en mi busqueda; no fui al hotel aun tenia un par de horas para la guardar mis cosas, antes de que me cobraran otra noche. Tome el metro, con cada estacion menos sentia que estaba mas cerca de una solucion que me beneficiaria, me puse a ver por la ventana pensando en que conseguiria algo muy bueno. Por fin despues de unos minutos por fin llegue a mi destino, sali del vagon como si me estuvieran persiguiendo, segui la ruta que habia encontrado; camine un par de calles hasta que por fin encontre el lugar que tanto ansiaba, un letrero gigante con el nombre de Emma Montes me hizo sentir la persona mas dichosa del mundo. – !Buenas tardes! – entre saludando, esperando que alguien apareciera. – Bienvenida buenas tardes. – A los pocos segundos aparecio una mujer vestida con un perfecto vestido blanco y una chaqueta roja; con una pequena placa dorada con su nombre. – Busco a la senora Montes. – Dije, mirando a la mujer que me sonreia, parecia una modelo de pasarela, aunque ya pasara los cuarenta se veia demasiado bien; tenia unos tacones negros que eran bastante altos; su cabello tan negro como el carbon le llegaba un poco mas abajo de los hombros, detras de esas curiosas gafas amarillas escondia unos espectaculares ojos azules. – ?Que necesitas linda? – Me pregunto mirando sobre las gafas. – Es que … necesito un lugar donde vivir… – Titubee por un momento – ?Usted me puede ayudar? – La mire esperando respuesta ella se limito a sonreir. – Claro que te puedo ayudar, acompaname a mi oficina. – Ella camino por un pasillo, donde habia mas personas, algunas hablando por telefono, otros mirando una especie de folletos y otros escribiendo sin darse cuenta de la presencia de la senora Montes o mia, se encontraban muy concentrados en sus trabajos, todos los cubiculos estaban ocupados, se escuchaba el bullicio de todos hablando. – Sigue por favor. – Antes de que la puerta se abriera pude leer la inscripcion “Emma Montes Gerente General” – ?Como te llamas? – Me pregunto rodeando el escritorio que ocupaba gran espacio de la oficina. – Jessica. – Me sente en una de las sillas de cuero blanco frente a la Senora Montes, por la decoracion de su oficina pude notar que ella amaba el blanco, todas las paredes tenian el mismo color, al igual que la alfombra peluda. Tambien parecia que le gustaba muchos los gatos, tenia cuadros con gatos pintados al igual que una pequena estatua y otras cosas con la tierna forma. – Bueno Jess. – <> La senora Montes era un poco confianzuda conmigo. – Yo soy Emma Montes, por favor dime Emma. – Me miro fijamente con una sonrisa de oreja a oreja. – Cuentame que es exactamente lo que deseas. – Llegue a la ciudad hace un mes y estaba en una casa compartida con mas personas, pero las cosas se descontrolaban, fue terrible, despues de eso he vivido en hostales y ahora me encuentro en hotel. – ?Estas en un hotel ahora? – asenti. – Un hotel en esta ciudad es muy costoso, necesitamos encontrar algo para ti y pronto. – ella comenzo a buscar algo en su computadora que no podia faltar que fuera de un blanco mate muy hermoso.

  • Tal vez en otra vida de Isabel Acuna

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    En Paris, el colombiano Alvaro Trespalacios, agregado diplomatico, se tropieza con una misteriosa mujer muy parecida a Sofia Marinelli, una joven pintora a la que conocio en Nueva York nueve anos atras, y a la que amo con una pasion arrolladora, perdiendola mas adelante en circunstancias muy confusas. Las vivencias del pasado lo asaltan en un vaiven de sentimientos encontrados y pondra en juego todas sus armas hasta saber quien es ella y conquistarla.
    De la autora de Hermosa locura, Perdido en tu piel y Cerca de ti, llega esta magnetica e intensa historia que desborda amor y erotismo en un torbellino de secretos, suspenso y desconfianza.

  • El hielo de mis venas de Mike Lightwood

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    Vivir con culpa no es tarea facil, y eso es algo que Dario sabe muy bien. Despues de todo, el que solia ser su mejor amigo vive un autentico infierno tras confesarle lo que sentia por el, y lo peor es que Dario no puede hacer nada para arreglar la situacion. Atormentado por unas oscuras pesadillas, Dario se enfrenta cada dia a su peor enemigo: el mismo. El problema es que es demasiado dificil aceptar lo que siente, sobre todo cuando hacerlo significaria que tal vez no sea la persona que siempre ha creido ser. El hielo de sus venas se extiende cada vez mas, y dependera solo de el conseguir que se derrita o dejar que se extienda hasta congelarlo por completo.

  • La medida de los heroes de Andrea Marcolongo

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  • Cuentame como sucedio 2 de Erika Jennel

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    Relatos independientes 2.
    Historias de amor independientes con algo en comun: lucha por lo que quieres conseguir. Disfrutad con esta recopilacion de historias que os haran suspirar.

  • 1980 de Juan Vila

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    Fui a Barcelona pero no estaba buscando a mi padre. Fui a presentar una novela y ya no quedaba ni rastro de el. Ni de el ni de la ciudad que conoci de su mano, la de los viajes en Navidad para pasar las fiestas con su familia, la de mi adolescencia despues, cuando todos los anos me acercaba con mis amigos desde el pueblo en el que veraneaba para darnos una vuelta y romper la rutina de muchos dias seguidos a base de playa por las mananas y fiesta todas las noches hasta las tantas. Esa Barcelona para mi tenia algo muy superior a Madrid, era mas culta y civilizada, como lo era mi padre respecto a nosotros. El burguesito catalan presumia de su gran danesa color azul y de su palco en el Liceo. Era alto y fuerte, con aire aristocratico, tenia el pelo blanco y la nariz muy grande, los ojos claros, unas manos como no he vuelto a ver otras iguales en mi vida, unos brazos de acero. Olia muy bien papa, sobre todo cuando olia a el mismo, recien levantado y sin duchar, sin haberse rociado todavia en perfume como haria luego antes de salir de casa. Papa desayunaba zumo de pomelo todas las mananas y unas tostadas de pan con aceite de oliva virgen, cuando eso aun no se llevaba y era imposible encontrar en Madrid, o en Barcelona, otro aceite que no fuera el refinado. Y frente a el, frente al burguesito catalan, estabamos nosotros, los barbaros de la capital, la familia ordinaria y desestructurada que se entendia a base de gritos y malos modos. La abuela, siempre a un paso de estallar en un nuevo ataque de furia, siempre imponiendo su voluntad como una fuerza desatada de la naturaleza, como un tornado o un terremoto, siempre a regimen para controlar su obesidad y siempre comiendoselo todo aunque solo le quedara un diente. La recuerdo muy bien chupando las cabezas de los pescados y el cuello de los pollos, rebanando los platos, acabandose cualquier resto que los demas hubiesemos podido dejar. Era casi un ser mitologico, primitivo y oscuro, la gran ogresa, como la llama uno de mis primos mas queridos. Luego tambien hablaremos de ella, de cuanto la quise y cuanto aun hoy la sigo queriendo. El padre, mi primer padre, habia muerto en un accidente de coche, completamente aplastado por un camionero borracho, y eso fue una bendicion para mi madre. Mama, de pronto, se encontro viuda y con la necesidad de sacar a sus tres hijos adelante. Pero tambien mama se sintio libre en esos anos de cambio y falsa revolucion en Espana, mediados de los setenta, se volco en el trabajo y en divertirse. Mama, por lo tanto, se volvio ausente, invisible para sus hijos, poderosa al margen de ellos, y descubrio emociones hasta entonces desconocidas en diferentes redacciones y con diferentes hombres. La abuela se hizo cargo de esos tres ninos que entre sus gritos, pellizcos y lanzamientos de zapatilla fueron creciendo. Nada especialmente dramatico. No hubo abusos sexuales ni torturas. No hubo malos tratos. Los tres ninos, nosotros, no pasamos hambre, ni frio, ni penalidades de ningun tipo. Fue una infancia afortunada y llena de privilegios. Los tres hermanos hemos superado ya los cuarenta anos y en todo ese tiempo aun no hemos conocido ni la guerra ni la carcel ni una epidemia ni un cataclismo. Incluso el buen trabajo de la madre y su ascendente carrera en los medios le permitio pagar un carisimo pero mediocre colegio en las afueras de Madrid. Cada dia un autobus iba a buscarnos y haciamos, dormidos en el mejor de los casos, los casi treinta kilometros que separaban nuestra casa junto al Retiro de ese espanto de color verde y amarillo en el que perdimos un monton de anos y en el que solo aprendimos lecciones nefastas para el dia de manana. O sea, para hoy. Porque hoy ya es el futuro, incluso lleva tanto tiempo siendolo que el futuro tambien ha envejecido y se ha marchitado, tiene un aroma ligeramente rancio. Lo que quiero decir es que esa infancia no fue terrible, pero si triste, tristisima, y, al menos para el menor de los hermanos, estuvo marcada por una soledad absoluta, tanto en casa con el primer padre muerto, la madre ausente y la abuela gritona, como en el colegio, donde todo resultaba extrano y lejano, extranisimo, casi de otro planeta. Hasta que de repente obro el milagro y el burguesito catalan aparecio en nuestras vidas sin la doga ni el palco, porque esos los dejo en Barcelona, pero si con su presencia real e integradora, con su gran cuerpo, con su decadente sentido de la disciplina y de la familia, con sus viejos principios, que igual eran falsos, pero que consiguieron frenar el desastre y a mi me rescataron de ese vacio en el que flotaba a miles de kilometros de cualquier otro nino o adulto, de la tierra y del mundo, de cualquier cosa, concreta o no, a la que yo pudiera agarrarme o en la que yo pudiera encontrar un refugio, una referencia, un punto de apoyo, lo que fuera, ya digo, con tal de esquivar la tristeza y el miedo, ese vacio y aislamiento, el frio en las tripas y en los pies, un frio mas imaginado que real, pero un frio que helaba por dentro y que a mi estaba a punto de matarme justo cuando aparecio el. ?Como yo no iba a amar Barcelona y todo lo que tenga que ver con mi padre?, ?como, incluso tantos anos despues, yo no voy a sentirme vinculado con esa ciudad aunque nunca haya vivido en ella ni tenga el menor interes en hacerlo, aunque en esa ultima visita me dejara un sabor tan amargo de boca? He dicho que estaba a punto de morir cuando aparecio mi padre. He hablado de un frio en las tripas y en los pies. No exageraba. Aunque me ha podido el lirismo. Fue mas bien fuego, y no habia forma de detenerlo. Afectaba, sobre todo, a la cabeza. Fiebre. Un calurosisimo verano en Almeria y yo ardiendo sobre la cama, sudando y derritiendome, a punto de iniciar uno de esos procesos de combustion espontanea. Mi temperatura corporal se habia fijado en los cuarenta y uno o cuarenta y dos grados. Me deshidrataba por mas que bebiera. Empezaba a morir y nadie sabia que estaba pasando. Era el primer verano de mi padre con nosotros. Mi madre y el ni siquiera se habian casado. La relacion empezo en invierno. Recuerdo perfectamente la primera vez que le vi, y eso muy pocos hijos pueden decirlo. Recuerdo tambien cuanto le odie. Es una escena que ambos comentamos muchas veces y bromeabamos con ella. Debio ocurrir a media tarde. Ya habia oscurecido. Mi madre llamo de forma histerica al portero automatico. Es algo que aun sigue haciendo. Una fuerza desatada de la naturaleza ella tambien, un torbellino, un terremoto. Mama, entonces y ahora, aparece de pronto y le da al botoncito. Le da, le da, le da. Lo mantiene apretado un buen rato. Lo suelta. Vuelve a insistir, golpea con su dedo en el boton una y otra vez, una y otra vez. Ahora toca que suene de forma continuada. Cinco, diez, quince, veinte segundos. Suelta y vuelve a empezar... Mas que una llamada es una exigencia y una importantisima noticia. Es el anuncio de su llegada. El mundo entero debe pararse y rendirle pleitesia. Yo a los siete anos aun participaba del juego, ?como no iba a hacerlo? Ella llamaba y yo corria a abrirle desesperado y gritando: mama, mama, ha venido mama. Como si su vuelta a casa no fuera algo cotidiano sino excepcional. Porque en efecto asi era. Yo corria tan rapido como podia. Atravesaba el larguisimo pasillo de casa. Llegaba al hall. Hacia una breve parada para abrir la puerta. Continuaba corriendo por el descansillo y me lanzaba escaleras abajo para encontrarme con ella, que siempre subia andando, y la abrazaba. Pobre idiota de mi. Cuanto la queria y cuanto la echaba de menos, como me dejaba manipular, como consentia que estrechara y estrechara el vinculo para esclavizarme, para hacerme absolutamente dependiente de sus necesidades y caprichos, para asfixiarme en mas de dos y mas de tres sentidos, y para luego, al final, abandonarme otra vez al vacio y a la tristeza, al miedo, a esa soledad absoluta. Aunque justo esa tarde, o esa noche, despues de la carrera, cuando por fin iba a abrazarla, le vi a el. Le vi y le odie. Ya lo he dicho, pero lo repito. Es un detalle fundamental en esta historia. ?Quien era ese senor?, ?como se atrevia a aparecer en mi casa?, ?iba a robarme a mi madre como ese otro hombre habia hecho antes?, ?se la llevaria el tambien a aquel maldito apartamento de la calle Alberto Alcocer, lleno de libros estupendos, de humo, de whisky? Un paraiso, ya lo creo, para la relacion furtiva, o mas o menos furtiva, que ella habia mantenido con un periodista casado. Mi madre vivia alli mientras nosotros esperabamos junto a mi abuela a que sonara, de la manera mas violenta e impertinente posible, el timbre del portero automatico anunciando su vuelta a casa. Aquella tarde, mama dejo al senor con el que venia en el salon. Creo recordar que le sento en la vieja mecedora de mi abuelo. Es esa otra escena que tengo guardada de forma clarisima en la memoria, aun reconociendo que es muy probable que me la haya inventado: solo diez o quince minutos despues, mi hermana, ya casi en la adolescencia o, si no, en la pubertad, trepa por el cuerpo del burguesito catalan hasta llegar a su meta: las rodillas, y se sienta en ellas. Trata de camelarselo, de seducirlo para conseguir eso que tanto desea. Quiza luego explique de que se trata y por que la actitud de ella esta mas que justificada. De momento, me limitare a senalar hasta que punto somos ya a esa edad --mis siete anos y los once o doce de mi hermana-- la basura o el incalculable tesoro que el dia de manana podra ver el mundo. La idea en si resulta aterradora porque supone que el resto, cualquier cosa que pase o que hagas despues, no servira de mucho, o no servira de nada.

  • El cuento que nunca vio el final (Un mundo para Hector 1), Estefania Yepes de Estefania Yepes

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    Hector, a su corta edad, lo tiene todo. Una familia que le adora, un dormitorio que parece sacado de un cuento de hadas, todos los munecos de superheroes que admira e infinitos lapices de colores con los que dar rienda suelta a su imaginacion. Sin embargo, hay algo que a dia de hoy trae a Jana de cabeza pues, a sus tres anos de edad, Hector todavia no ha pronunciado palabra alguna. Jana, aparentemente feliz con su vida, con su pequeno, con su tienda y con la compania alocada de la pelirroja que tiene por amiga, siente que el vacio que impera en su vida se hace cada dia mas fuerte, mas intenso, llevandose a su paso el control de su propia voluntad, de su entereza y de todo cuanto habia construido hasta el momento, amenazandola sin piedad, poniendo en peligro su propia vida. y tal vez mucho mas que eso. Martin, un reputado psicologo especializado en el tratamiento y terapia en el ambito infantil, recibe el curioso expediente de un nino que, a pesar de los indicios iniciales que apuntan a un posible nuevo caso de autismo, esconde tras ese silencio extrano y permanente algo muy distinto a todo lo que ha visto hasta el momento.

  • El pueblo del viento de Grazia Deledda

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    Una luna de miel, un encuentro inesperado y las iridiscencias de un amor juvenil son las lineas que Grazia Deledda ha dibujado en esta novela, recorriendo variados caminos estilisticos desde una perspectiva moderna.

  • Razzagel y las armas magicas de J.c. Marwill

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    Treinta anos despues de derrotar a una temible reina, quien puso al mundo de los humanos y seres magicos en tinieblas, nuevos sucesos inesperados estan por ocurrir. Un ser siniestro intentara resurgir nuevamente a la reina de la oscuridad.
    Para detener su cruel plan, Razzagel y un grupo de jovenes guerreros buscaran conseguir las poderosas armas magicas. Con ellas, intentaran vencer, definitivamente, al mal que aspira reaparecer.

  • El vuelo de Lena de Sara Ballarin

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    ?Se puede avanzar hacia el futuro con las cicatrices del pasado? Lena esta a punto de descubrirlo. ?Quieres leer su historia?

  • Sexo, Camaras y Accion de Robin C. Tutti

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    Fidelidad o libertad, profesion o placer; el limite podria no existir.

  • La fatiga del amor de Alain De Botton

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    La historia de Rabih y Kristen se parece a la de muchos: una mujer y un hombre se encuentran, se enamoran y al cabo de poco tiempo se casan. Aqui podria acabar la novela con un <<…y vivieron felices comiendo perdices>>, pero en realidad este es el momento en que empieza el verdadero viaje, la fatiga del amor.

  • La casa de la arana de Paul Bowles

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    Tres personajes muy diferentes confluyen en la ciudad marroqui de Fez: John Stenham, escritor norteamericano defensor de la cultura autoctona frente al imperialismo frances; Polly Veyron, turista estadounidense que aboga por el desarrollo de lo que considera una ciudad tercermundista, y Amar, un joven marroqui que pasa del despertar politico al desencanto.

  • Cuando Sonries de Erica Vera

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    Buenos Aires. 2016. —Uh. Me olvide de contarte. Hoy te llamo tu madrina —dijo Jimena mientras terminaba de secar el plato que le alcanzaba Damaris—. Atendi porque no dejaba de sonar y pense que era importante, perdon. —Esta bien. Vi la llamada. Me escribio tambien. —?Y? —Nada. No le he dicho nada. —!?Por que?! Deberian saber lo que paso. —No. Y no me vas a convencer. —Creo que deberias contarles, Dami. —Le acaricio la mano en el intercambio de vajilla y le sonrio con dulzura. Aun pese a los dias que habian pasado y los antiinflamatorios que habia tomado, seguia llevando la marca de la mano de su marido en el rostro. —No creo que sea buena idea. Podria llegar a provocar una tragedia. No. —No estas sola, amiga. —Lo se. !Gracias! —Entonces… —Entonces… cuando me recupere, analizare que hacer. Yo no quiero volver y ser una carga para nadie, Jimena. No quiero que se compadezcan de mi. Ya tu sabes. —Si… pero alla esta tu mama, tu familia. Creo que… —Lo se. No creas que no pienso en ellos. —?Y entonces? —Entonces, nada. Por ahora no pienso volver y es decision tomada. —Te vas a arrepentir y lo sabes. Jimena y Damaris se acostaron a dormir sin hablar demasiado. La noche caia sobre el departamento que compartian en la capital portena desde hacia unas semanas. Sin embargo, una de las dos no podia conciliar el sueno. Como cada vez que hablaban sobre su tierra, todo volvia a comenzar. Los recuerdos regresaban como disparos que dolian como el primer dia. Todo lo que habia vivido en Republica Dominicana afectaba sus dias en el presente y estaba segura de que afectarian su futuro para siempre. Se acaricio la cicatriz del labio que, de a poco, iba sanando y se rebullo en la cama. Al cabo de unos minutos de pestanear en la negrura de la habitacion, se sento y tomo el celular para releer el mensaje de su madrina Margarita: Margarita: Mi nina, la casa no es la misma sin usted. Su madre la extrana, la necesita… igual o mas que yo. Vengase, aunque sea de visita. ?Estaba bien lo que hacia? ?Era correcto condenar a toda su familia por culpa de los recuerdos? ?Debia alejarse de sus seres queridos para olvidar? Cerro los mensajes y googleo el precio de los pasajes. Conocia de memoria los montos exactos y cada tanto controlaba si habia habido alguna variacion. Sabia, tambien, cuando y en que fecha serian mas economicos. Enseguida ingreso un dia cualquiera de agosto y encontro lo que ya sospechaba. Caro, muy caro. Aunque quisiera volver, no podria. Jimena desayunaba sobre la pequena mesita de la cocina: dos tostadas y un cafe con leche. Damaris se levanto cuando escucho la puerta cerrarse. No deseaba cruzarse con la mirada punzante de su amiga; sabia que podia ser insistente cuando queria. Desde que ella habia llegado con las marcas de su marido en el rostro, Jimena intentaba convencerla de que se marchara a su tierra, aunque mas no fuese de vacaciones. Insistia en que debia alejarse de Tom, de sus malos tratos y del infierno en que se habia convertido su matrimonio. Con las pantuflas puestas y la bata suelta en el cuerpo, camino hasta la cocina y puso la pava. Sonrio. Jimena, siendo argentina, no tomaba mate. Ella, dominicana, amaba con pasion aquel <> del que se enamoro apenas llego. Coloco la yerba en el recipiente, lo giro dejando la boca sobre su palma, y lo batio unos segundos. Le agrego un poco de azucar e inserto la bombilla tal y como habia aprendido a hacer. Se sento con los pies estirados y contemplo el edificio que le tapaba el sol. Odiaba vivir rodeada de cemento y ruido. Si algo extranaba de su pueblo era el silencio y la naturaleza. Ultimamente, los dias se hacian cada vez mas pesados porque las imagenes de su casa, del mar y de su familia la sorprendian a cada momento. Jimena tenia razon. Debia volver. Debia llenarse el alma de carino, de abrazos y sobre todo de amor… del bueno, del sano. La tarde la encontro en la misma posicion y la sorprendio el horario. Debia alistarse para ir a trabajar. Habia aprendido a viajar en subte y a hacer las combinaciones necesarias para ahorrarse dinero y tiempo. Al principio le habia costado; todo era nuevo para ella. Sin embargo, su curiosidad y, mas que nada, la necesidad la instaron a moverse por la ciudad como si fuera una portena mas. —Hola, ?Como estan? —saludo con una sonrisa enorme; la misma que siempre llevaba clavada en el rostro. A nadie se le ocurriria pensar que sufria, que su alma dolia y mucho. Eran pocos los que sabian la verdad y la razon sobre su labio partido y el moreton que su nariz aun cargaba. —!Damaris! !Por fin! —Walter se acerco y la abrazo con fuerza—. No se te ocurra dejarme otra vez con estas bichas. ?Que te paso en la boca? —Nada… Estoy bien. —Pero mira como tenes… —No es nada, Walter. Dejalo. Cuentame… ?Que te han hecho? —Lo abrazo para alejarlo del escrutinio y asi entraron a la cocina del restaurante donde trabajaban. —?Que hiciste? ?Donde fuiste? —A ningun lado, carino. Descanse mucho. —Damaris habia tenido que pedir unos dias obligada. No queria presentarse a trabajar en el estado en que la habia dejado Tom despues de la ultima pelea. Una semana para curarse las heridas de la piel. Las del alma… llevarian mucho mas, si es que algun dia sanaban—. Salimos con Jime a comer y a tomar algun trago por ahi, pero nada mas. —Una semana de vacaciones y… ?vos te quedas durmiendo en tu casa? —Creeme que lo necesitaba. —!Que bien mentia! !Cuanto habia aprendido de el! Walter y Damaris saludaron a los cocineros y al resto del staf de Pentos, el famosisimo restaurante de Puerto Madero. Gisela y Pia sonrieron con picardia cuando la vieron llegar. —Pero miren quien volvio… —comento Gisela cruzandose en el camino de Damaris. —No empecemos, Gisela. —Se interpuso Walter. —Si, mejor. No vale la pena. ?Vamos, Pia? Las dos se alejaron del pasillo, dejando una estela de veneno en el aire. —No les hagas caso. —Es que no las entiendo. ?Cual es su problema? —No les des bola. Vamos. Victoria ya debe haber llegado. Victoria era prima de Jimena. Asi fue que Damaris habia conseguido aquel puesto de trabajo aun siendo indocumentada. Aquel era un gran favor que le debia a su amiga y a Victoria tambien. Porque arriesgarse a perder el restaurante era una gran posibilidad. Los controles en Capital Federal eran exhaustivos, y cada vez que alguien con traje y corbata entraba preguntando por la duena, Damaris temblaba. —Ay, pero !que bonita! —Victoria la abrazo y, de a poco, recupero la calma que Pia y Gisela le habian arrebatado con sus gestos. Su jefa, al igual que Jimena, si sabia que habia ocurrido. Habia tenido que contarle para poder pedirle los dias necesarios. —Gracias. ?Como estas tu? ?Como ha estado todo por aqui? —le pregunto. —Igual. Ninguna novedad. Con Walter te extranamos mucho, Dami. —Pues veran, yo no puedo decir lo mismo —bromeo—. Disfrute mucho mis dias en casa. —Me alegro —respondio Victoria con la voz apagada, sabiendo que aquello era todo un montaje—. ?Estan listos para abrir? —!Claro! La noche estuvo bastante tranquila. El frio del invierno amedrentaba a la gente y, aunque el lugar estaba casi lleno, la jornada paso sin grandes sobresaltos. Pia y Gisela no tuvieron tiempo de molestar a Damaris porque su sector fue el mas concurrido. Ella, en cambio, agradecio volver al trabajo en una noche como aquella. —Dami, anda a comer. Pia se queda en tu lugar. Despues cambian. —Que la cubra Walter que tiene dos mesas —protesto la joven. —Vas vos, nena —le dijo Victoria con la peor cara. —Anda, corazon —animo a Damaris que se habia quedado dura en la puerta de la cocina. —Puedo comer mas tarde, no hay problema. —No. Vas a ir ahora que no hay muchos clientes. Devoro el plato de ravioles que Justino, el cocinero, habia preparado para ella y salio apresurada para volver a su puesto. Le sonrio a Walter mientras avanzaba hacia su sector y, cuando giro por el costado de la barra, se detuvo en seco. Sentado en una mesa un hombre de cabello corto, con una sonrisa igual a la de… !No! No diria su nombre. No lo habia pronunciado desde la ultima vez que se vieron. Pestaneo. Pestaneo. Pestaneo. !A Dios gracias! Era muy parecido, si, pero no era el. Capitulo 2 Un pasado que se fue Hay un delicado equilibrio entre honrar el pasado y perderse en el. Eckhart Tolle Jimena, como siempre, roncaba. Damaris abrio con mucho cuidado la puerta de su cuarto y la cerro lentamente para que el ruido de las bisagras no despertase a su amiga. Se quito la ropa, se puso el pijama y se sento en la cama con el espejito y las toallitas desmaquillantes entre las piernas. Habia utilizado bastante base para enmascarar el moreton que le habia quedado en la nariz. Mientras la pintura desaparecia de su rostro, sus ojos vagaban por los rasgos que aun conservaba de aquella nina que se habia criado en una tierra completamente diferente a la que pisaba en este momento. Damaris. Damaris Juarez Penaloza. Su madre, al igual que muchas otras, habia bautizado a su primera hija de aquella manera porque era comun unir los nombres de sus padres para formar el de los hijos. Su padre se llamaba Dalmiro y ella Marisa. Habia nacido en Abreu, un pueblito remoto en la provincia de Maria Trinidad Sanchez, al noreste de la Republica Dominicana, donde el verde enarbola la ciudad y el azul del mar son parte del paisaje cotidiano; donde las casas se banan en flores y la paz anida en el corazon de sus habitantes. Suspiro y cerro los ojos. Se echo hacia atras, dejandose envolver por las imagenes de su vida, de su pasado. La casa de Damaris esta —porque aun sigue ahi— ubicada a un paso de la carretera que une Rio San Juan (Norte) con Cabrera-Nagua (Sur) en el corazon de Abreu, dentro de un extenso solar[1] repleto de arboles de aguacate[2], chinola[3] y guandules[4]. En el centro, una vivienda de concreto con los pisos pulidos de rojo carmesi no la diferencian del resto que tienen las mismas caracteristicas. Comoda. Con tres habitaciones amplias, frescas y una galeria ancha desde donde se puede observar el pueblo en todo su esplendor. Detras de la propiedad se extiende un manto verde que finaliza con una caida libre de rocas afiladas y puntiagudas, donde el mar arremete sin descanso los dias tormentosos. Desde muy pequena fue servicial, amable, pero con mucho caracter. Se acostumbro a ayudar a su familia en cualquier tipo de quehacer domestico y nunca, jamas, tuvo una objecion sobre el destino que le toco en suerte. Ademas, cargaba con la gran responsabilidad de cuidar de sus tres hermanos mas pequenos desde que tuvo memoria. El espejo le devolvia una imagen triste que nada tenia que ver con esa muchachita que reia feliz los dias de sol, que corria por el campo con las manos repletas de limoncillos[5]. Se acaricio el rostro y sus dedos siguieron hasta la cabeza. Su cabello siempre perfecto parecia ser lo unico que no habia cambiado a lo largo de los anos. Su pelo negro seguia lacio, suave, sedoso, y aun caia sobre sus hombros, como una lluvia azabache. Al enredar los dedos entre los mechones, el cuero cabelludo se quejo; en Buenos Aires jamas se soltaba el pelo. La cola que, apretada, llevaba siempre como un estandarte, guardaba dentro recuerdos de su pasado. Tener el cabello atado significaba mantener su historia atada tambien; firme, contenida. Por la noche, cuando era el momento de liberar su pelo, se dejaba llevar por todo lo que su imagen le devolvia y liberaba tambien la melancolia, el miedo, la tristeza que cargaba con ella. No se dejo ganar por la angustia que le provocaba sentir los recuerdos y continuo con la inspeccion del rostro que le devolvia el espejo. Su cuerpo, el que habia comenzado a florecer con apenas once anos, tampoco era el mismo. Y sus ojos… Sus ojos verdes, que siempre llamaban la atencion de quien la mirase, habian perdido tiempo atras su brillo esmeralda. Ya no arrancaban los mas intensos suspiros y, en cambio, solo inspiraban lastima. Lastima y preocupacion. Esa noche, como nunca antes le habia pasado, deseo encontrarse en los brazos de su mama y llorar para sacar fuera todo el dolor que cargaba dentro. Las lagrimas se fueron formando con lentitud en su garganta. Porque la angustia suele nacer alli; justo entre las cuerdas vocales y el plexo solar. Luego, se propaga hacia arriba y llega con fuerza a los ojos que ya no tienen manera de aguantar el dolor que quema en el pecho. Como cada vez que pensaba en su madre, las penurias vividas a su lado y los problemas atravesados cobraban fuerza, y las cicatrices de lo vivido picaban, ardian, molestaban. Y no solo las que cargaba su cuerpo, sino tambien su alma. Marisa, su madre, habia aceptado trabajar en el Hotel de La Catalina, poco despues de que su esposo Dalmiro abandonara la casa. El altercado habia sucedido cuando Damaris era apenas una nina y su hermano Miguel acababa de nacer. Una madrugada lluviosa, el hombre habia regresado a dormir pasado de copas. Irreconocible y enojado ante la indiferencia de su esposa, le confeso que se habia acostado con Joanne, una extranjera para la cual trabajaba haciendo jardineria en una de las villas de Orchid Bay. Loco y aturdido por el ron, le grito a su mujer que no volveria porque se mudaria con su amante al dia siguiente. Y cuando todos pensaron que Marisa se tenderia a llorar y lo perdonaria, ella tomo las cosas de Dalmiro y las arrojo, una a una, fuera de la casa. No le importo su estado ni el que diran. El griterio se esparcio como la polvora y alerto a los vecinos que no se perderian otro espectaculo, igual o mejor, al que estaban acostumbrados. De a poco, fueron apareciendo detras de las ventanas, para disfrutar del show de los Penaloza. —!Se me larga de aqui! ?oyo? —le grito desencajada desde la puerta. —Pero claro que me largo, cono. !Vieja loca! —respondio el, balanceandose de aca para alla con las pocas cosas que sus manos pudieron juntar. Despues de anos y anos de infamias, golpes y sobre todo verguenzas, Marisa por fin habia logrado defenderse y poner punto final. La mujer, con casi treinta y seis anos y en la flor de su vida, comenzo a trabajar en el hotel por recomendacion de dona Margarita, su mejor amiga y madrina de Damaris. A partir de aquel momento, su mente se expandio hacia otros horizontes. Su actitud cambio completamente; era otra persona. Entendio que su independencia economica y la ayuda de su hija mayor era todo lo que necesitaba para salir adelante. No paso mucho tiempo hasta que Dalmiro se arrepintiera y regresara pidiendo disculpas. Luego de rogar, en vano, el perdon de Marisa, se mudo a Gaspar Hernandez con su familia y jamas nadie volvio a saber de el. Los anos pasaron. La vida y la rutina se acomodo: Damaris, cuidando a sus hermanos y yendo del liceo[6] a la casa. Las vacaciones con los amigos y los primos en El Breton. Las risas, las tardes largas y los bailes bajo la lluvia. Hasta que una manana soleada, uno de sus hermanos amanecio volando de fiebre y ella, luego de dejar a los dos mas chicos en lo de dona Margarita, se monto a una guagua[7] y se dirigio al hospital de Cabrera. Braulin estuvo internado mas de un mes sin que ningun medico supiese que lo afectaba. El dia en que el doctor Suarez Alcequiez les informo que estaba casi seguro de que el nino sufria de malaria y que, segun sus calculos, el cuadro estaba demasiado avanzado, las mujeres creyeron morir. Les dijo que, la unica y ultima esperanza, era que el nino fuese trasladado al hospital General de Nagua donde contaban con mas recursos. Y asi, los planes cambiaron y ya nada fue igual. —?Que haremos ahora? —sollozaban madre e hija, mientras aguardaban los partes medicos sentadas en un banco de madera de la sala de espera. El doctor aclaro que, a pesar de sus esfuerzos, traer la medicina que Braulin necesitaba se estaba complicando cada vez mas. No solo por razones economicas, sino tambien burocraticas; demasiados papeles y dinero. No habia otra manera: Braulin seria traslado inmediatamente a Nagua. Al cuadro complicado se le sumo una deshidratacion importante y una insuficiencia renal. Marisa no tuvo mas opcion que pedir permiso en el hotel para ausentarse y acompanar a su hijo. Hasta el momento Damaris, en complicidad con las enfermeras y doctores, cuidaba a su hermano desde muy temprano para luego cambiar el turno con su madre, quien se quedaba por las noches. Era mas que obvio que en Nagua no tendria los mismos privilegios y que dicho viaje requeriria de la presencia de Marisa constantemente. El gerente general del hotel le dejo bien en claro cual era la situacion. No habia mucho que pensar; no trabajaba, no cobraba. Fue asi que Marisa, lejos de abandonar a su hijo, partio hacia Nagua esperando y rogandole a Dios que al regresar contara con aquel puesto laboral. Damaris quedaba a cargo de Juan y Miguel, abandonaba el liceo y comenzaba a trabajar algunas horas en un salon de belleza en La Catalina. Se dedicaba a su casa y a sus hermanos mientras que su mama acompanaba a Braulin. Pero… la vida volvio a poner a prueba a la familia. Un mediodia caluroso, pesado y fatigoso, el tio Rosario Penaloza se apeo rapidamente de la pasola[8] y le trajo la noticia mas triste. Braulin no habia sobrevivido. Su madre acababa de llamarlo por telefono y le habia pedido que Damaris hablara con el pastor Lucero para acordar los detalles de su velatorio. La muchacha dejo a los pequenos solos en la casa, corrio en busca del religioso y se ocupo del sepelio de su hermano. ?Estaba preparada para aquello? Por supuesto que no. Damaris poco recordaba de su padre. Tenia presente algunos momentos que habian pasado juntos, pero no mucho mas. Ni siquiera habian quedado las fotos. Ningun recuerdo de el y de su paso por sus vidas quedaba en la casa de la familia. Sonrio avergonzada mientras se quitaba el labial de la boca. Casualmente, o no, habia encontrado un companero igual o peor que su padre. Quizas, como dicen, la manzana no se cae muy lejos del arbol. Sin embargo, con el pequeno Braulin era diferente. De el si tenia muchos recuerdos, fotos, sonidos, aromas. Braulin era dos anos mas chico que ella y con quien habia compartido no solo la habitacion, sino muchisimas aventuras durante los primeros anos de infancia. Si cerraba los ojos y volaba hacia la playa, podia verlo saltar las olas del mar con una sonrisa gigante en el rostro. Con los ojos iguales a los de su hermana; de un verde esmeralda magico y particular iluminando sus gestos.

  • Los pilares de la Tierra (Los pilares de la Tierra 1) – Ken Follett de Ken Follett

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    Los pilares de la Tierra es la obra maestra de Ken Follett y constituye una excepcional evocacion de una epoca de violentas pasiones.

  • La guerra de los pobres de Eric Vuillard

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    A su padre lo habian ahorcado. Habia caido al vacio como un saco de grano. Tuvieron que cargarlo a hombros por la noche, y despues enmudecio, la boca llena de tierra. Entonces todo ardio. Los robles, los prados, los rios, los galios de los taludes, la tierra pobre, la iglesia, todo. El tenia once anos. A los quince anos de edad, habia fundado una liga secreta contra el arzobispo de Magdeburgo y la Iglesia de Roma. Leia las Epistolas de san Clemente, el Martirio de Policarpo, los Fragmentos de Papias. El y algunos camaradas cantaban las maravillas de Dios, atravesaban el Jordan en batin y, trazando con tiza en el suelo el circulo cosmico, signo de union, se tumbaban dentro por turnos, y estiraban los brazos en cruz para que descendiese el Cielo en la Tierra. Y entonces el se acordaba del cadaver de su padre, de su lengua enorme como una palabra que se hubiese secado. <> Eso creia el. Cuentan que, en Stolberg, un tal Barthol Munzer habia sido vinador; se habla tambien de otro tal Monczer Berld y de un Monczers Merth, pero nada se sabe de ellos. Esta tambien Thomas Miinzer, muerto en una trifulca en una taberna. No se sabe si le habian sacudido un mamporro o le habian roto la crisma, tampoco se sabe si fue o no pariente del otro Thomas Muntzer, aquel cuyo padre, hacia 1500, por motivos desconocidos, fue ejecutado por orden del conde de Stolberg, unos dicen que ahorcado, otros que en la hoguera. * Cincuenta anos antes, una pasta ardiente habia fluido desde Maguncia hasta el resto de Europa, habia fluido entre las colinas de cada ciudad, entre las letras de cada nombre, en los canalones, en los recovecos de cada pensamiento, y cada letra, cada pedazo de idea, cada signo de puntuacion, habia quedado apresado en un trocito de metal. Esos trocitos los habian repartido en un cajon de madera. Las manos habian elegido uno, luego otro, y habian compuesto palabras, lineas, paginas. Los habian mojado con tinta y una fuerza prodigiosa habia presionado lentamente las letras sobre el papel. Repitieron la operacion decenas y decenas de veces, antes de doblar las hojas en cuatro, en ocho, en dieciseis. Las fueron colocando las unas a continuacion de las otras, las pegaron entre si, las cosieron, las envolvieron en cuero. De ese modo se formo un libro. La Biblia. Asi, en tres anos, confeccionaron mas de ciento ochenta ejemplares, cuando un solo monje no habria copiado mas que una. Y los libros se multiplicaron como los gusanos en un cadaver. Con lo cual, el pequeno Thomas Muntzer podia leer la Biblia, crecio con Ezequiel, Oseas y Daniel, pero era el Ezequiel de Gutenberg, el Oseas de Gutenberg y su Daniel; y tras abrir la cancela podrida y desvencijada que rascaba el suelo, permanecia largo rato abajo, en la vieja cocina, frotandose los ojos. No sabia lo que veia ni lo que debia ver. Estaba solo como un ladron, y era inocente. Paso el tiempo; vivio con su madre, sin duda en la estrechez. Padecia del corazon. Bajo los robles, los abetos, en la tierra pobre del Harz, mientras corria tras los cerdos con otros crios, tenia que detenerse, atontado de pronto, y rompia a llorar. Si, me lo imagino al borde de un rio de guijarros negros, el Wupper o el Krebsbach, eso poco importa, o en las laderas de pequenas lomas tristes, de caos rocosos, colinas erosionadas, miseras turberas, en el valle del Bode o del Oker, asfixiandose en medio de una mezcla de amargura y amor. Finalmente, curso estudios, en Leipzig, luego se hizo cura en Halberstadt, en Brunswick, despues preboste aqui y alla, hasta que, tras sufrir numerosas tribulaciones entre la horda de los partidarios de Lutero, salio de su agujero, en 1520, cuando fue nombrado predicador en Zwickau. Zwickau Mas alla de las fronteras de Sajonia, Zwickau es poco conocida. Es un simple villorrio. Zwicker quiere decir quevedos, Zwickel, bolsillo de chaleco, Zwiebel, cebolla, y zwiebeln, atormentar, vejar. Pero Zwickau no quiere decir nada, o bien significa mondaduras, fulanos, buenos negocios, si, eso quiere decir Zwickau: fulanos y buenos negocios. Porque en Zwickau se teje, se teje muchisimo, se teje para todo el mundo, para la gente de Frankfurt y de Dresde; incluso en Paris se cuenta que antano algunos dormian en sabanas de Zwickau. Y tambien se excava en la tierra, se explotan minas. Y asi, inmediatamente despues de los Welser y los Fugger, vienen los burgueses de Zwickau. Los burgueses oyeron predicar a Muntzer, en la iglesia de Santa Maria; pero, al regresar Egranus, a quien habia sustituido, nombraron a Muntzer predicador en la iglesia de Santa Catalina, parroquia de los tejedores y de los mineros. Alli, Muntzer debio de codearse con el grupo de los profetas de Zwickau: Storch, Stubner, Drechsel. Aquellas tres sombras se agitaban con todas sus fuerzas, inmersas en el extasis, las visiones y los suenos, pendientes del momento en que Dios les hablaba directamente . La gran controversia la suscitaba predicar un bautismo voluntario y consciente. Bueno, es que resulta un tanto anticuada esa idea de bautismo, ese racionalismo de locos furiosos, ese Aufklarung del copon. Pero en realidad es una reaccion a la corrupcion de la Iglesia, a la irracionalidad de la doctrina y de los sacramentos. Porque los locos furiosos de Zwickau no leen a Agustin y a Tomas de Aquino, no, ellos leen a Erasmo y a Nicolas de Cusa, leen a Raimundo Lulio y a Jan Hus, polemizan, argumentan, quieren mantenerse desnudos en la verdad. Asi, la ciudad esta dividida en dos. Por un lado, los patricios, en Santa Maria, por el otro la plebe, en Santa Catalina. La razon y la pureza se la llevaran los pobres; ante ellos comienza a agitarse Muntzer, ahi se aviva la herida. El habla. Se le escucha. Cita los Evangelios: <>. Cree que los textos pueden leerse sencillamente, al pie de la letra; cree en una cristiandad autentica y pura. Cree que todo aparece es- crito con pelos y senales en san Pablo, que en los Evangelios se encuentra todo lo que es menester. Eso cree. Y eso es lo que predicara a los pobres tejedores, a los mineros, a sus mujeres, a todos los menesterosos de Zwickau. Cita el Evangelio anadiendo signos de exclamacion. Y le escuchan. Y se remueven las pasiones, porque los tejedores son conscientes de que, si se tira del hilo, detras ira todo el tapiz, y los mineros, de que, si se excava demasiado, se desmoronara toda la galeria. Entonces comienzan a decirse que les han mentido. Desde hacia tiempo los asaltaba una impresion perturbadora, desasosegante, habia un monton de cosas que no se entendian. No se entendia por que Dios, el dios de los mendigos, crucificado entre dos ladrones, necesitaba tanta pompa, por que sus ministros necesitaban tanto lujo, a veces eso les hacia sentirse incomodos. ?Por que el dios de los pobres se situaba tan extranamente junto a los ricos, con los ricos, sin cesar? ?Por que hablaba de abandonarlo todo por boca de quienes se habian apoderado de todo?

  • Contigo en la Tempestad de Lorena Cervantes

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    Es la historia de dos jovenes que se enamoran a pesar de pertenecer a clases sociales diferentes, en una sociedad llena de prejuicios rodeada de intrigas, secretos, medias verdades, y traiciones, lo que hace que su amor se bambolee como lo hacen las olas del mar.

  • Jardin de Pablo Simonetti

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    Temo que brote la culpa por mi desidia al momento de venderla. Sin embargo aqui estoy, hundido en el asiento de mi auto, arropado con un chaqueton que me pesa y una bufanda que me quita el aire. Intento protegerme de este dia de invierno y de cualquier otra inclemencia.>>

  • La piel de Elisa Mayo

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    Cuando no eres capaz de mirarte en el espejo, evitas incluso que te toquen.
    ?Como es una vida sin caricias?
    Y, ?como se despierta una piel?

  • Olvidame tu de Vanessa Lorrenz

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    Alexa pensaba que la vida no tenia ningun sentido despues de que su matrimonio fracasara, su perfecta vida planeada al lado del amor de su vida de un momento a otro se vio derrumbada. ?Que sucede cuando el hombre al que juraste amar, de pronto decide que la vida a tu lado no es lo que esperaba?, ?hay segundas oportunidades? Como continuar tu vida con el corazon destrozado en mil pedazos. Descubre si Alexa es capaz de decir Olvidame tu...

  • Tres son multitud de Tricia Ross

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  • El camino de Greta de Rosa Boliart

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    Greta, Yolanda y Marta son tres amigas que deciden realizar el Camino de Santiago. El primer dia conocen a un hombre que viaja solo y con el cual comparten vivencias.
    Al salir de sus rutinas cotidianas surgen situaciones que ponen al descubierto actitudes y secretos personales. Las diferencias entre ellas aparecen cuando conversan sobre temas que antes no habian tratado y una de ellas se siente atraida por el desconocido.
    Al regresar a sus casas ya nada es igual, ni la relacion entre ellas, ni la relacion de la protagonista con su entorno familiar. Greta confecciona un plan para cambiar de vida, pero un reves causado por una circunstancia repentina le hace dar un vuelco a sus planes al tener que tomar la decision mas importante y dura de su vida.

  • Donde habita el olvido, Lorena Franco de Lorena Franco

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    Desde que Tom Levy murio en extranas circunstancias hace doce anos, Amy Campbell no ha vuelto a ser la misma. A sus treinta y siete anos, lleva una vida solitaria y tranquila en Chelsea (Londres). No tiene amistades y evita a los hombres que se interesan por ella. Aun recuerda las ultimas palabras de Tom; misteriosas y sin sentido antes de morir. Como si las visiones y pesadillas que tenia desde nino le alertaran de una muerte inminente. Tom aun la visita en suenos, algo que complica irremediablemente la vida de Amy.
    Una manana, de camino al trabajo, siente que alguien la sigue y la observa desde la lejania. Dias antes habia visto al misterioso hombre desde la ventana, siempre mirando hacia ella. Vigilandola. Mas adelante, recibe la inesperada llamada de un hombre que dice ser el abogado de Tom y su familia y de cuya existencia, Amy no sabia nada. Le informa que es la propietaria de una casa solitaria en un acantilado de la bahia de Dingle (Irlanda), que Tom construyo especialmente para ella. Amy decide ir y enfrentarse a los demonios que la acechan; los propios y los ajenos. Lo que no podria imaginar jamas, es que el pequeno y pacifico pueblo irlandes se convierte en una autentica pesadilla, cuando se inician unos macabros asesinatos que le recuerdan demasiado a un traumatico pasado del que no puede huir.

  • Las hijas perdidas de Simone St. James

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    Un lugar oscuro donde las chicas problematicas, las hijas de madres solteras o las que han cometido un desliz… desaparecen. ?Lograra Fiona Sheridan descubrir el misterio que envuelve Idlewild Hall?

  • Limpia con amor de Caroline Mickelson

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    ?Esta segura de que no recuerda nada? --Zoe Watson miraba intensamente a su clienta, buscando alguna senal que indicase si su intento de borrar un recuerdo doloroso de la mujer habia sido un exito. La senora Hendrickson parpadeo un par de veces y miro a Zoe. Su confusion era evidente en la forma en que fruncia el ceno. --?Que es lo que debo recordar? Zoe se reclino en los cojines del sofa, bastante satisfecha por un trabajo bien hecho. La expresion confusa de su clienta casi le bastaba para confirmar que habia ayudado a borrar un recuerdo doloroso. Pero, aun asi, lo tenia que confirmar. --Me estaba hablando de su marido y de como habia tenido que salir de la ciudad por negocios durante varias semanas inmediatamente despues de que habian nacido los gemelos. Me decia que el deberia haber sabido que usted lo necesitaba aqui. Una dulce sonrisa se dibujo en los labios de la reciente madre. --Bueno, seguramente estaba haciendo una montana de un grano de arena. Se que se tenia que ir. Lo mas importante es que nos quiere, ?verdad? Zoe asintio. --Exactamente. --?Y no fue un gesto maravilloso que contratase a su empresa para que viniera a limpiar? --Paseo la mirada por el salon--. Todo esta espectacular. Me siento mucho mas feliz que cuando llego. Zoe se levanto. --La felicidad es nuestro objetivo. --Me gustaria que pudiera mandar uno de sus equipos de limpiadores de forma regular --expreso por encima de su hombro mientras acompanaba a Zoe a la puerta principal--. ?Seria posible? --Me temo que no. Limpia con Amor se especializa en una sola limpieza en profundidad. --"Bueno, en eso y en la eliminacion de recuerdos problematicos que se interponen entre personas que se aman", penso. Saco una tarjeta de visita del bolso y se la dio a la mujer--. Recomiendo mucho esta empresa de limpieza que si puede venir de forma regular. Son de los mejores. --Gracias por todo, Zoe. Ahora me siento mucho mas tranquila. La sonrisa de Zoe era calida. Esa era la mejor parte de su trabajo y le encantaba. --Dele las gracias a su marido cuando llegue a casa esta noche. El es quien se puso en contacto con nosotros. --Creame, se lo agradecere como no le han agradecido nada hasta ahora. La sonrisa de Zoe seguia ahi un buen rato despues de haberse despedido y dirigido a la oficina. Iba a encender la radio del coche cuando su Bluetooth senalo una llamada entrante; conecto el manos libres. --Limpia con Amor, habla Zoe. --Hola, Zoe, te habla tu infrarremunerada e infravalorada secretaria ejecutiva. --Hola, madre. --Zoe miro por el retrovisor y cambio de carril--. Si me llamas para pedir un aumento de sueldo, la respuesta es no porque no necesitas el dinero. Pero, si me llamas para que te alabe, desde luego que te lo mereces. Eres la mejor organizadora que una hija podria desear. --Me conformare con eso --dijo su madre--. Dime, ?como fue el trabajo de los Hendrickson? --Me alegra decir que muy bien. Ademas de que su casa esta como una patena, creo que pude eliminar totalmente cualquier residuo de resentimiento que hubiera en la senora Hendrickson. Mision cumplida. --Estoy muy orgullosa de ti, Zoe. Has aprendido a usar tu don para hacer el bien. --Gracias. --Zoe venia de una larga estirpe de mujeres nacidas cada una con un don unico. El suyo, segun habia descubierto antes de haber llegado a la escuela secundaria, era ayudar a la gente a olvidar momentos dolorosos o tristes de su vida. Comparado con el de sus familiares, su don le habia parecido insulso, poca cosa. Pero, con la ayuda y apoyo de su madre, habia aprendido a aceptar su habilidad. Juntas habian creado el concepto de Limpia con Amor, un servicio de limpieza que, ademas de eliminar polvo y desorden, incluia una visita de Zoe, cuyo resultado era la deteccion y borrado de un recuerdo triste o doloroso. Su tia describio una vez la actividad de Zoe como "la eliminacion de espinas emocionales"--. Tu eres una parte importante del exito. Estoy en deuda contigo. Su madre aprovecho el momento. --Me encanta que digas eso.

  • Los ninos de mangle de Martin Doria

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    Los ninos de mangle inicia la saga del personaje Efrain Sanchez (alias El Caiman), en la tradicion del relato detectivesco urbano. El escenario es el Caribe Colombiano, desde la peninsula desertica que se adentra en el Mar de las Antillas hasta el corredor del gran turismo que opera en las ciudades coloniales de Santa Marta y Cartagena, con cuartel central en la Barranquilla moderna y cosmopolita. La muerte de una prostituta y la desaparicion de su hija, la pequena Carol, sumergen a Efrain (expolicia militar, fanatico del beisbol y de las mujeres caribenas) en el mundo de las redes de turismo sexual infantil en las pobrisimas comunidades anfibias de la Cienaga del Magdalena. Una trama que se desarrolla en el entorno de la liberal epoca de carnavales, con las negociaciones del tratado de paz con las FARC como dramatico telon de fondo. <>. FERNANDO MARIAS