• 49 y mas alla del sol - Isabel Cortijo

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    La ventana de la habitacion se encontraba entreabierta y el aire, que hasta hacia unos dias habia sido tan agradable sentir por la manana, me obligaba a estirar de la sabana y arroparme hasta el cuello. Dormia en un colchon de uno cincuenta. Una cama en la que podia dar vueltas de lado a lado sin encontrar obstaculos, porque desde hacia mas de seis anos no compartia con nadie besos, abrazos y gemidos. Era una mujer de cuarenta y nueve anos y mi vida, en aquella epoca, transcurria apaciblemente entre mi trabajo, mis hijos, mis amigos y mi madre. Atras quedo mi separacion, el duelo por la muerte de mi padre y mi cancer de mama. Me habia divorciado de Victor y, salvo los dos primeros anos despues de la separacion, en los que tuvimos bastantes asperezas, nuestra relacion era cordial. Durante mi enfermedad me presto una gran ayuda. Se comporto como el mejor padre y atendio a los chicos con la mayor dedicacion. Sabia que necesitaba gran parte de mi energia para curarme y asumio lo que yo no podia sobrellevar; eso hizo que olvidara rencores y volviera a sentir un verdadero afecto por el. En apariencia, mi vida no habia cambiado mucho, pero solo en apariencia, porque esos acontecimientos vividos en los ultimos anos me marcaron y me hicieron mirar con otros ojos mi presente. A veces tenia la sensacion de que, antes de esas situaciones traumaticas, mi vida no era la mia. A excepcion del nacimiento de mis hijos, me deje guiar por los caminos que te lleva la inercia, y aquellos choques emocionales me habian hecho despertar, hacer un stop, mirar a mi alrededor y darme cuenta de que mis pasos, quiza, me condujeron a donde no queria ir. Existia un antes y un despues, una especie de linea divisoria que separaba a <> de vivir aquellos sucesos de <>. La nueva Elisa ya no se dejaba llevar por inercias y habia aprendido a tomar decisiones, reduciendo los miedos que se agrandan en la mente y que dejan poco espacio para volar. Estaba experimentado lo que Julia me contaba: <>. Y lo sentia asi, a pesar de que en algunas ocasiones a <>, en el trasiego de lo cotidiano, tambien le enrabietaran las pequenas contrariedades, aunque le fuera dificil mantener el enfado cuando se percataba de que carecia de sentido enojarse por una nimiedad. Despues de la destruccion y pasado el duelo, la reconstruccion me estaba haciendo sentir mas viva y fortalecida, renovada tras desprenderme de la piel muerta. Consciente de la brevedad y la fragilidad de la existencia, queria saborearlo todo. Degustaba las cosas mas sencillas, los pequenos detalles, intentaba compartir mas momentos con las personas que queria y consideraba todo aquello como un regalo de la vida... Si, disfrutaba de casi todo, salvo de una parcela que pensaba que se habia borrado para siempre. No habia vuelto a retomar mi vida en el plano sentimental. Esa parte la suprimi. Tenia la sensacion de que en el terreno sexual y amoroso todo estaba acabado para mi. Habia recibido alguna que otra proposicion y aceptado alguna que otra cita, aunque no sabia muy bien por que lo hacia. ?Quiza con la idea de que surgiera algo? Pero cuando llegaba o se insinuaba el <>, no queria ni podia continuar hacia adelante. A veces me dejaba dar algun que otro beso para ver si el sapo se convertia en principe, y no, no habia principes para mi. La ultima proposicion fue la de Pedro. Pedro era el asesor fiscal de la empresa en la que trabajaba. Un viudo tan solo unos anos mayor que yo, de buena presencia, con los hijos ya independizados y la vida resuelta economicamente. Empezo a frecuentar la oficina. Se mostraba siempre dispuesto a personarse en la empresa ante cualquier contratiempo y a resolver el mas minimo problema, aunque a veces parecia que los creaba el para justificar su presencia. Nieves y Rosario, que eran mis ayudantes, me lo decian: <>. Yo no le prestaba atencion hasta que un dia me invito a cenar. Me pillo con el dia tonto y le dije que si. Pedro tenia un atico al final de la avenida del Oeste, enfrente del Mercado Central. Era un piso de esos que te dejan con la boca abierta: mas de doscientos metros y una terraza espectacular desde la que se divisaba la Valencia monumental, con sus tejados, torres y cupulas. Un escenario unico, embellecido con la calida iluminacion nocturna de la ciudad. Era una noche de verano y en la terraza habia preparada una mesa adornada, vestida con un mantel blanco de ligeros bordados, un jarron de cristal con flores frescas, velas perfumadas con llamas que temblaban ligeramente a cada golpe de brisa, y una vajilla y cristaleria muy vistosas y coloristas. Colgaban por la pared, enredadas en algunas plantas, ristras de diminutas lucecitas que creaban una atmosfera con un cierto toque navideno. Todo un entorno que parecia sacado de la mejor revista de decoracion. El conjunto estaba predispuesto con todos los detalles para abandonarse a los sentidos. El mismo se molesto en preparar personalmente la cena. Se deshacia en atenciones. La velada estaba siendo agradable, hasta que empezo a intentar algun que otro acercamiento que me llevo a <>, buscando distancia fisica. A cada aproximacion, yo iba levantando una barrera mas alta, no una simple valla que se cae con el viento, sino un verdadero muro que me separaba del deseo de sentir el cuerpo de aquel hombre. El problema no era que no me hiciera tilin, el problema era que no me hacia tilin ningun hombre. Me habia convertido en una especie de <> sexual, ajena a todo lo que suponia una atraccion por el otro sexo, incluso se podria decir que sentia rechazo. En lo relacionado con el deseo estaba muerta y enterrada. Los acercamientos fisicos para intentar besarme habian sido frustrados, por lo que Pedro opto por las palabras. Me cogio la mano que tenia languidamente apoyada sobre la mesa y me la apreto con la suya. --Elisa, te quiero decir que llevo bastante tiempo pensando en ti, no se si te habias dado cuenta. --Si, me he dado cuenta de que pasabas a menudo por la oficina sin una necesidad real. --Habia una necesidad: la de verte. Estaba viviendo una situacion incomoda. Su mujer habia fallecido hacia dos anos y el no era ningun picaflor; me estaba desnudando su corazon y yo, en lo que se referia a la piel, era una cyborg. Pedro continuo hablandome. --Me gustaria tener una relacion contigo. Me gustas. Me apetece rehacer mi vida, compartirla con una mujer como tu. Creo que eres idonea para mi. En honor a la verdad, me senti atraido por ti antes de quedarme viudo, pero respetaba demasiado a mi mujer como para haberte insinuado algo. Yo escuchaba atenta su discurso que, tras una pausa, como para tomar aliento, continuo. --Si te digo que empezaste a gustarme cuando estabas en pleno tratamiento y llevabas la peluca... Iba alguna vez por la oficina, te veia por el cristal de tu despacho y Nieves me decia que apenas faltabas al trabajo y que tu talante era el de una mujer positiva y luchadora; y eso, precisamente, es lo que empezo a gustarme de ti: me parecias una mujer fuerte. A mi mujer la quise mucho, pero se quejaba por todo y la menor contrariedad le superaba. --No soy tan fuerte, no lo creas. El cancer lo viven cientos de hombres y mujeres y seguro que con mas valentia que yo. Por suerte, el mio lo cogieron a tiempo y no fue muy virulento, pero he de confesarte que tuve bastantes momentos de debilidad. Aunque me resulta curioso lo que dices, que te sintieras atraido por mi cuando entonces, fisicamente, estaba hecha un adefesio. !Vaya, tambien era un hombre sensible! !?Que mas se podia pedir?! No sabia que decir para no herirle. Era encantador y poseia muchas cualidades: todavia guapo, con buena conversacion, con un agradable perfume a Acqua di Parma y me miraba con los ojos embelesados. Cualquier mujer se hubiera sentido halagada y estaria saboreando esos momentos. Desde luego, el problema debia estar en mi. --Pedro, no se que decirte --le conteste--. Yo, de momento, no me veo compartiendo mi vida con un hombre. --No digas eso, Elisa. Eres una mujer todavia joven y atractiva --me dijo con una expresion indefinida, supongo que intentando disimular su decepcion al escuchar mis palabras. No le explique que, para tener una relacion, lo primero que habia que sentir eran ganas y yo habia dejado de tenerlas. Ya no me apetecia meterme en la cama con un hombre. Recordaba los ultimos encuentros sexuales con Victor. Por decirlo de alguna manera, el hacia el amor por un lado y yo por otro, es decir, no lo haciamos. Esos encuentros se convirtieron en una sucesion de movimientos mecanicos, desapasionados y sin conexion que buscaban la propia satisfaccion sin pensar ya en el otro, o eso es lo que me parecia a mi. Pero ?que sentiria el cuando me venia a buscar y yo, simplemente, me dejaba hacer? Seguro que percibia mi falta de ganas..., pero nunca lo hablamos; ya habia demasiadas cosas rotas entre nosotros que no tenian reparacion alguna. Incluso esos encuentros sexuales llegaron un dia a terminarse e inicie una especie de hibernacion, un letargo sexual. Dormia en el larguero de la cama evitando cualquier contacto que supusiera un comienzo de la ceremonia sexual. El calor se esfumo y en nuestra cama se formaban tempanos; podian construirse iglus. Seguro que todo eso me habia dejado huella, pero ?por que no pusimos remedio antes a aquella situacion? ?Tal vez no habia tenido buen sexo y para mi empezar una nueva relacion era como retomar mas de lo mismo? ?Existia el buen sexo? ?Podria volver a recuperar el deseo? ?Queria volver a recuperarlo? ?Para que lo necesitaba? ?Por que crearme una necesidad que no tenia? Acabamos la cena y el pobre Pedro, en los meses siguientes, insistio alguna que otra vez mas, hasta que desistio, y yo me alegre. Capitulo 1 Al levantarme, antes incluso de pasar por el aseo, iba derecha a poner la cafetera. Me gusta el cafe de cafetera italiana. Hasta me resulta agradable escuchar su pitido y ver como sale el vapor cuando empieza a subir. Mi madre me habia regalado una de capsulas que solo usaba cuando venia de visita. Se empenaba tambien en traerme de vez en cuando las dichosas capsulas, pero yo se las regalaba a mi amiga Julia y hacia como que las gastaba para que no sospechara que seguia prefiriendo el olor y el sabor del cafe de mi cafetera italiana. Que mentirijillas tan absurdas usamos los humanos; todo para no herir su corazon cuando se enterase de que su regalo no me habia gustado y no tenia ninguna intencion de darle uso. Al olor del cafe aparecia Rocco, reclamando tambien su desayuno. Un poco de pienso y arreglado. El siguiente paso era la emision de unas cuantas voces combinadas con la apertura de las puertas de las habitaciones de mis hijos para invitar a Violeta y Marcos a levantarse. Al poco tiempo, aparecian por el pasillo, somnolientos, dirigiendo entre bostezos sus pasos a la cocina, que se convertia en el primer lugar de encuentro familiar al empezar el dia. Violeta estaba a punto de cumplir los dieciseis y Marcos tenia veinte. No eran ningunos ninos, pero su madre, que era yo, les seguia preparando las tostadas y su vaso de leche, con la intencion de que se fueran bien desayunados a clase. Cosas de las madres. Ellos tomaban el desayuno en la mesa, pero yo habia cogido la costumbre de dejar el mio sobre la encimera de la cocina. De pie, agarraba mi taza de cafe y, entre sorbo y sorbo, ponia el lavavajillas o hacia cualquier otra cosa de logistica domestica. Esos eran mis desayunos diarios salvo los fines de semana, en los que me acercaba a la terraza del bar de al lado y me sentaba, sin mirar el reloj, a tomar un capuchino y leer la prensa acompanada de Rocco. Le encantaba bajar conmigo el sabado y el domingo por la manana. Se tumbaba en el suelo con paciencia y, cuando lo miraba, me parecia que pensaba: <>. Creo que Rocco pensaba eso, y he de decir que yo tambien. Ya estaba establecido que era yo quien bajaba al perro por la manana. Habia optado por dejar de renir con mis hijos; desgastaba mas el entrar en debates mananeros sobre a quien de los dos le tocaba sacarlo que madrugar un poco mas y bajarlo sin batallas. Despues de ducharme ya lo tenia detras de mi porque sabia que era la encargada de su paseo matutino. Desayunados, duchados y vestidos saliamos de la casa para afrontar el dia, dejando a Rocco como guardian del hogar. Tardaba en llegar a mi lugar de trabajo unos veinte minutos a pie; habia decidido hacer el trayecto andando para disfrutar de un paseo mientras aspiraba el aire de la manana y, de paso, hacer un poco de ejercicio. Usaba zapato plano para hacer el recorrido, pero en la taquilla de mi despacho siempre guardaba dos pares con algo de tacon, unos negros y otros marrones, que me calzaba en ocasiones para ir por la oficina.

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  • El hombre que siguio viviendo de Daniel Aguirre Rodriguez

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    Una inteligencia instalada es el siguiente paso en inteligencia artificial. Ya no se trata solo de un organismo sintetico pensante, sino que la mente del hombre es transferida a una maquina -- dijo el medico --. Te lo dire de forma menos complicada: continuaras <> dentro de un tipo de metaordenador avanzado. Mientras el neurocirujano les hablaba; se abrio la puerta, y un androide de servicio, mas parecido a un humano que a un robot, se acerco a ellos y les ofrecio cafe y unas galletas. Lucas y su esposa Anne se encontraban en una de las tantas reuniones que tendrian con los especialistas, en el Centro de Alta Tecnologia. La sala era amplia y luminosa, y estaba en el quinto piso del edificio, ubicado en el centro de Oslo. --Bueno... Como te he contado, desgraciadamente tu enfermedad no tiene ninguna cura en la actualidad. Lo unico que te sigo recomendando es que disfrutes de lo mas valioso en la vida: la familia y los amigos, de la mejor manera en estos ultimos meses --El doctor le hablaba con calma --. Muy pronto te ofreceremos las medicinas para aliviar los fuertes dolores que sobrevendran al final. Lucas se rasco la nuca. --Doctor, ?cuanto me queda? --Hemos discutido tu caso con mis colegas una y otra vez. Pero no nos resulta facil determinar el tiempo en que se van a propagar los sintomas, puesto que varian segun la edad y el estado fisico de cada uno. --?Como seran los proximos meses? --La afeccion empezara a expandirse por los musculos, los tendones, los ligamentos y las fascias; los cuales se iran atrofiando de modo gradual. Lucas y su mujer estaban sentados, agarrados de la mano, y con lagrimas en los ojos, que caian por sus mejillas enrojecidas a causa del estres. El miro a su esposa, y a continuacion, a la ventana, llevando la vista a un punto lejano alla fuera. Estaba absorto. Trataba de digerir lo que escuchaba. El neurocirujano continuo hablando: --Sin embargo, la etapa terminal es mas grave. Llegara el punto en el que perderas la facultad de moverte, de hablar, y de comer en forma natural. <>, es como llamamos vulgarmente a este estadio, pues todo movimiento sera irrealizable. En ese tiempo, el personal de enfermeria te asistira en las necesidades basicas, durante todo el dia y toda la noche. Nunca olvides que, en tanto que los musculos se atrofiaran por completo; tu intelecto, por su parte, permanecera intacto, por lo que seguiras pensando con total naturalidad --El medico se detuvo por un instante --. Por eso, yo considero que copiar tu conciencia a una maquina, es la mejor opcion en tu caso. Al finalizar la visita, tomaron el bus de regreso a casa. Ellos vivian en las afueras de Oslo, no lejos del centro, en una casa escandinava tipica, de madera pintada de blanco, y con mucho aislamiento, por los frios y largos inviernos. Lucas se recosto en el sofa. Estaba pensativo, callado, repasando todo lo que el medico les habia explicado. --!Papa! La nevera dice que no tenemos leche --dijo Gustav.

  • La muerte de Cristine de Sharlin Jimenez

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    Cristine Wilson era una chica alegre, no era muy social y se pasaba su vida en los libros; ajena al mundo real. Su vida cambio a los quince anos cuando sufrio de una violacion bastante precipitada y luego fue degollada.
    Cristine Zamora viene junto a su familia y su novio a vivir a la antigua hacienda de su tia y su madre.
    Ella encontrara varios acontecimientos extranos en dicho lugar y sera testigo de cosas que cambiaran el mundo que conoce. Pero tiene a alguien que jamas le fallara: su novio. ?Acaso Cristine oculta mas de lo que aparenta? ?El amor podra ganarle a la maldad?
    Recuerda: todos tenemos un villano en nuestras vidas.

  • Lealtad y sangre de Raul Garbantes

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    LO UNICO QUE Linda Amatista escuchaba, despues del ruido del agua fria estrellandose contra su cuerpo y el suelo, era el sonido del viento corriendo entre los arboles. Por un instante, eso era todo lo que existia, como un hechizo. Se aferro lo mas que pudo a ese sonido que era un oasis en el infierno que estaba viviendo, por un tiempo que empezaba a parecerle inconmensurable. Solamente entendia que ahora la unica realidad era el dolor. A medida que volvia en si, cada parte de su cuerpo daba fe de vida a traves del suplicio que le hacia padecer. Ya el mundo de afuera se habia vuelto borroso, sonidos, formas y colores vagos; pero su mundo interno era un enjambre de senales de dolor vertiginoso que hacia parecer su cuerpo mas extenso de lo que en realidad era. Mas que un cuerpo humano, un continente de sufrimiento. --Ya es hora --escucho decir. Sintio el resplandor de una luz a traves de los parpados hinchados. Trato de taparse la cara un poco con uno de sus brazos. Ambos se alzaban sobre su cabeza inclinada, pendiendo de las munecas esposadas, estas, a su vez, entrelazadas con una cadena que se elevaba hasta un liston de madera en el techo. Las rodillas tocaban el suelo, pero ya casi no sostenian todo el peso de su cuerpo, los tobillos atados tambien. Trato de abrir los ojos. Era como si su rostro hubiera mutado a una mascara tallada por los golpes. Ahora podia escuchar hasta el zumbido de la unica bombilla de aquel pequeno lugar, una que colgaba desnuda de un cable; tambien escucho el rechinar de la madera con los pasos del torturador. Apenas podia ver su vaga silueta del otro lado del cobertizo, tomando algo entre las manos, quiza una soga. --Todo va a terminar pronto --dijo el hombre. <>, penso ella, desconcertada; como si no la hubiera abusado ya lo suficiente, como si de esa forma no la hubiera despojado ya de cada parte de su persona: treinta y tres anos, Linda Amatista, oficial de Policia condecorada del distrito de Olivares. El orgullo de su madre y de sus amigas. El hombre se acerco y libero las esposas de la cadena. Ella dejo caer todo su cuerpo al suelo, sintiendo la madera rugosa y el frio de la noche que erizaba su piel, el viento ahora golpeaba con mas fuerza que antes, produciendo un silbido cuando chocaba con el cobertizo. Por fin podia respirar hondo, por fin sus musculos se distendian, y aquel alivio mitigo un poco el calvario que atravesaba. Vio la silueta del hombre acercarse, sus contornos difusos por la luz de la bombilla, pero, sobre todo, por la mezcla de sangre y sudor que se acumulaban entre los parpados de ella. Sintio una sombra cubrirla por completo y luego un ardor cuando el retiro la cinta adhesiva de su boca, removiendo luego el panuelo del interior de esta. El frio, el miedo y el dolor le sacaban sonidos involuntarios que no lograba reprimir por mas esfuerzo que pusiera. Lo escucho reir para si y sintio ira, quiso hacer sufrir a cada hombre que conocio alguna vez, quiso hacerlos suplicar por la muerte que ella ahora deseaba para si. Sintio toda la saliva y sangre acumuladas en su boca y trato de decir algo. Su garganta estaba tan seca que apenas dejaba salir aire. --?Que? --pregunto el hombre, acercando el rostro. Enseguida se cubrio de una sustancia rojiza y viscosa al recibir un escupitajo de su victima. En el silencio que siguio, ella supo percibir la rabia acumulandose en su abusador. Esta era la unica victoria que podia permitirse, asi que sonrio como pudo, esperando que el regocijo la acompane hasta el ultimo momento. --Eres una guerrera --escucho decir al hombre--. Para nada como las otras. <>, penso Linda. Mientras, ella se obligo con todo su ser a no darle esa satisfaccion, la de verla quebrarse mentalmente. Entonces recordo las palabras de su mejor amiga, Aneth Castillo, cuando estaban en la academia de Policia. Cuanto le hubiera gustado verla una ultima vez. Quiso permanecer un poco mas en aquel recuerdo, pero su captor habia comenzado a golpearla de nuevo. Tomo algo de tiempo para que el hombre se percatara del propio frenesi en el que habia caido. Se sorprendio a si mismo con el rostro desencajado por una mueca que mezclaba rabia y placer. Estaba jadeando cuando se detuvo y la vio ante si, casi inconsciente otra vez. Bajo los brazos y subio el rostro, cerrando los ojos, como si alguna sustancia invisible lo estuviera banando. Su respiracion se volvio a calmar. Trato de penetrar lo mas profundo que podia en aquella calma, instalarse alli, en la satisfaccion y el alivio que no era capaz de experimentar de otra forma y que solo era superado por lo que pensaba hacer despues. Volvio a esposar a la mujer con los brazos atras. La vio moverse cuando ajusto el nudo de la soga en su cuello. Tomo un extremo y lo avento por encima del liston. Dio unas vueltas a la soga por su antebrazo para lograr un mejor agarre, tomandola luego con ambas manos. Despues de una respiracion profunda, comenzo a tirar de la soga. Lo hacia de forma lenta para observar a su victima contorsionarse mientras agonizaba. Y, con cada tiron de la soga, se sumergia de a pocos en un extasis unico. Para cuando la mujer ya habia dejado de moverse, ahorcada, estaba consumido por una euforia total que se concentraba en su entrepierna. Mantuvo la escena congelada un momento. Cuando sintio que ya la habia absorbido lo suficiente, solto la soga. El sonido grave del cuerpo golpeando contra la madera le disgusto. Quiza le parecio que rompia con la solemnidad que estaba experimentando. No se dejo consumir por el hecho, pues el mal humor lo sacaria por completo de la atmosfera que habia creado para si. Entonces volteo el cuerpo para que mirara hacia el techo y se comenzo a desvestir. 1 UN CASO PELIGROSO PARA LOS QUE aun no me conocen soy Goya. La primera vez que fume un cigarrillo ya estaba separado de mi mujer y mi hija me odiaba. Recuerdo que salia de un bar en la madrugada, con el aliento a licor. Estaba en camino a convertirme en un alcoholico; mejor dicho, en un adicto. El cerebro de un adicto es muy particular, saben. Es una persona compulsiva. Si logra superar una adiccion, siempre existe el riesgo de que alguna otra cosa pase a llenar ese vacio. Trato de no pensar mucho en esto. Pero la realidad no siempre colabora con los propositos de nuestra voluntad. Por el contrario, pareciera colocarle obstaculos. Esta ha sido una manana inusual en mas de un sentido. El mas evidente: el sol radiante brillando en medio de un cielo despejado. Cosa que detesto. No por aborrecer de lo que el comun de la gente disfruta, sino por el calor que produce un sol radiante por la manana en Sancare. En la comisaria todo parece brillar exageradamente, iluminado casi sin dejar sombra alguna. Siento la pelicula de sudor con la que me cubre el calor y la humedad de la ciudad, casi como una segunda piel. Siento las gotas cayendo por mi nuca, mi camisa adhiriendose a mi cuerpo incomodo y ansioso. Sobre mi escritorio hay pilas de papeles esperando por mi. Cierro los ojos y escucho el bullicio de la comisaria, manotazos sobre mesas, golpes metalicos, voces, ordenes, carcajadas, correteos por los pasillos. Cada elemento, hasta el mas insignificante, exaspera mi paciencia. Este es el dia en que se supone debemos traer a alguien de la familia para compartir un rato y que vean lo que hacemos. Una idea ridicula donde las haya. Pero mas ridiculo es que yo haya imaginado siquiera que mi hija Laura contestaria mis llamadas para invitarla. --Goya --escucho decir a Valeria desde un escritorio cercano. Tras ella esta su madre, Aneth Castillo, mi companera que sonrie e intercambia palabras con Hilario Cota, otro miembro del equipo de Homicidios. Quiza se burlan de mi porque saben cuanto detesto este lugar ahora mismo. Sin embargo, le sonrio a la nina. Me recuerda a Laura cuando tenia su edad. La alegria que veo en mi companera tambien me recuerda a mis propios animos cuando comence a trabajar con la Policia. Esta idea me refresca un poco el pesimo humor que tengo y, mientras, trato de no pensar en ciertas cosas. Escucho la puerta del comandante Sotomayor abrirse con la premura usual, que poco tiene que ver con la urgencia de lo que va a comunicar. Lo miro. Me hace un gesto con la mano. Por la cara que tiene, no debe de ser nada grave. Entro a la oficina y veo al comandante de pie, alargandome el telefono, como quien se lava las manos de una tarea fastidiosa. --?Inspector Goya? --escucho preguntar del otro lado del receptor, es la agradable voz de una mujer quiza entrando en la cuarentena. --El habla. --Es un gusto hablar con usted --dice--. Soy la fiscal Vera Simmons, del distrito de Villablanca. --?En que la puedo ayudar fiscal? --Vera, estoy manejando un caso delicado y he dado con uno de los sospechosos principales, al cual pienso interrogar en las proximas horas. Creo saber a donde se dirige la conversacion. Y no me disgusta el pronostico. --Su don de gentes --continua--, si me permite la expresion, es famoso entre algunos de nosotros, y su ayuda me pareceria invaluable. --?Quiere que interrogue a su sospechoso? --No --dice con cierta risa--. Eso lo haria yo. Pero me encantaria su asesoria, saber sus impresiones sobre el sujeto durante el interrogatorio. Solo quiero saber si deberia seguir cavando este hoyo. Le digo que con mucho gusto podria ayudarla con eso. Nada mas oportuna que una excusa para dejar la comisaria en este momento. --Goya --dijo el comandante Sotomayor, reteniendome, cuando ya cruzaba la puerta--. Recuerda que hoy es la cena del alcalde con las nuevas autoridades. Te espero alli. Un embotellamiento inesperado me mantiene en el centro de la ciudad, entre humo, bocinas de autobuses y vendedores ambulantes. Ha empezado a correr el viento, arrastrando nubes con lentitud, volviendo benevolo el calor. La luz de esta manana da a los colores y a las texturas de los edificios una nitidez particular. Un hombre mayor de piel tostada pasa por la ventana de mi auto vendiendo diarios. Le pregunto si sabe que ocasiona el trafico. --Es una manifestacion de obreros --me dice con una voz ronca--. Pero ya se estan retirando. Le compro una copia y le agradezco. Reviso por encima los titulares. <>. <>. <>. El ajetreo de siempre. Por fin los autos comienzan a avanzar. Veo un grupo de hombres con cascos de proteccion dispersarse. Al rato ya he dejado el caos del Centro y las vias se tornan mas acomodadas, los edificios mas modernos, cobran mas presencia las areas verdes con caminerias y personas haciendo ejercicios o paseando a sus mascotas: todo ocurre como si se tratara de otro mundo, uno desentendido de las noticias en la prensa y de las intenciones mezquinas de quienes abusan del poder. Asi, como en una ciudad paralela, entro al distrito de Villablanca. Sigo la direccion que me proporciono la fiscal Simmons. No demoro en llegar y, despues de anunciarme en la recepcion, la chica que me atiende me informa que la misma fiscal bajara a recibirme. No pasa mucho hasta que veo salir de un ascensor a una mujer muy atractiva y elegante. Viste un pantalon de punto grueso y corte cenido de color gris con rayas delgadas y claras, una chaqueta que hace juego con el pantalon y una blusa de tonalidad crema. Lleva tacones bajos, pero de punta fina. Tiene el pelo suelto, largo, oscuro y abundante. Ya cerca, la veo sonreir levemente, una sonrisa muy expresiva sin ser exagerada. Diria que esta entusiasmada de verme, aunque no nos conocemos. Despues de haber destruido mi matrimonio con Silvia, al punto de no dirigirme la palabra hasta el sol de hoy, nunca me vi realmente cautivado por otra mujer. Pero la fiscal Simmons ha logrado causar una impresion en mi, aunque me cueste reconocerlo. --Inspector Goya, que gusto --me dice, su voz es todavia mas agradable de escuchar en persona. Le extiendo la mano sin saber en verdad que decir o hacer, excepto un sonido vago. --Debo decir que esperaba con anticipacion nuestro encuentro --afirma mientras caminamos al ascensor. --Dejame adivinar --replico algo incomodo--, algun profesor trasnochado te hizo estudiar uno de mis casos viejos. --Espero que excuse mi cursileria. Pero es famoso, entre los de mi generacion al menos. Segui su carrera hasta que, bueno... --Hasta que lo mande todo al demonio --la interrumpo. --Exacto. A medida que subimos, el paisaje de Villablanca cobra perspectiva a traves de los cristales, sus cuadriculas perfectamente planeadas, sus espacios publicos, otros en construccion. Salimos a un piso limpio y aclimatado, de techo alto, con varios pasillos, varias oficinas y salas.

  • La paloma de Ravensbruck de Carme Marti

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    El amor, la alegria, la barbarie. La vida de Neus Catala, explicada por ella misma y revisada a traves de una ambiciosa novela magistralmente construida por Carme Marti.

  • Mi sol, mi luna de Calista Sweet

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  • Y si tu me olvidas (Alana 1) de Iris Romero Bermejo

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    Primera entrega de la trilogia <> que hara las delicias de los lectores.

  • El sacrificio del Verdugo de Noelia Amarillo

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    Un mundo de fantasia donde nada es lo que parece, las princesas son salvajes driades; los plebeyos, principes encantadores, y el rey, el mas insaciable de los verdugos.

  • Afortunada de Monica Garcia

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    Lucia es una chica con un pasado complicado, Daniela es una chica con una vida sin preocupaciones hasta que la enfermedad de su madre lo cambio todo, Lucia y Daniela afrontaran juntas la enfermedad de Pilar que no se sabe a ciencia cierta como evolucionara. Una historia de superacion, reflexion y autoayuda. La historia contiene relatos reales mezclados con ficcion para ayudar al lector a seguir la vida de Lucia.

  • Oculta en las tinieblas (Canada 2) de Mariah Evans

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    Taylor y Sandra dejaron un asunto amoroso pendiente cuando iban al instituto. El Pentagono recluto por sorpresa a un joven Taylor, que no tuvo ni la opcion de despedirse de ella.
    Quince anos despues Taylor vuelve a su pueblo natal, donde un encuentro casual, con la mujer que jamas ha podido olvidar, le hara ser consciente de que aun sigue enamorado de ella. Sandra, dolida por la forma en la que el se marcho, lo rechazara continuamente, aunque en el fondo aun sienta algo por el.
    Un medallon antiguo capaz de desatar el caos mas absoluto es codiciado tanto por lobos como por brujas y hara que se inicie una guerra a tres bandos. Sandra, anticuaria de profesion, no tiene ni idea de que el medallon se encuentra entre las reliquias que conserva en su pequena tienda de antiguedades. Taylor y su equipo tendran que hacerse con ese medallon antes que nadie, por el bien de la humanidad.
    ?Podra el equipo hacer frente a lobos y brujas a la vez??Podran proteger el medallon y evitar que caiga en malas manos? Y Taylor, entre tanto lio, ?podra ganarse de nuevo el corazon de Sandra?

  • Tu seras mi chica de la puerta azul de Claire Phillips

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    Ella era timida, del todo ajena al mundo en el que el se movia y carecia del aspecto que solian tener las mujeres que el llevaba colgadas de su brazo, aun asi, lo atraia de un modo que lo desconcertaba y lo asustaba.
    El era demasiado atractivo, demasiado seguro de si mismo, demasiado arrogante, era demasiado de todo lo que ella detestaba. Era un capullo con mayusculas, aun asi, lograba desconcertarla y despertar su lado mas desconocido, atrayendola y poniendola en guardia hasta el punto de querer esconderse para no salir herida.
    Dedicar sus vacaciones a viajar a un pueblecito italiano para cuidar y atender al hermano de Ron, marido de una de sus mejores amigas, que, tras un pequeno accidente necesitaba ayuda, no habia sido la mejor de sus ideas y menos cuando el hombre a su cuidado era tan guapo y atractivo como “capullo”. De hecho, Clara no tardo en pensar en Alex como un capullo arrogante merecedor del premio al “mayor capullo sobre la faz de la tierra”.
    Quizas habia algo malo en ella para que ese capullo lograse enfadarla con la misma facilidad que lograba atolondrarla con sus sonrisas de seductor y su aspecto de perfeccion masculina cuando ya habia logrado olvidarse de el y de su breve y forzada convivencia muchos meses atras.
    Alex no sentia gusto alguno por las parejas estables, de hecho, no escogia a sus amantes por sus atributos fuera de la cama, sino precisamente por la falta de ellos para ser novia formal. ?Por que demonios iba a sentirse atraido por esa espanola que tiempo atras le cuido como un favor a su hermano? Quizas fuesen remordimientos de conciencia por lo mal que se porto con ella o quizas simple curiosidad por un tipo de mujer completamente alejado de aquello a lo que estaba acostumbrado y que le gustaba. Ademas, ?por que iba a querer cambiar su vida, su estupenda vida, para llevar una distinta?

  • Todas las estrellas son para ti, J. De La Rosa de J. De La Rosa

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    Ines lleva diez anos viviendo en Noruega, donde ha erigido una nueva vida: el trabajo de sus suenos, un apartamento decente y Bjorn, el hombre con el que intenta construir un futuro. Una noche recibe una llamada inesperada. Su padre acaba de fallecer y debe regresar a Sevilla para el funeral. Aquel era el hombre con el que ella habia medido a todos los demas, el caballero perfecto, y es entonces cuando descubre una vieja carta escrita por el, en la que declara su amor a una mujer que no es su madre. Confundida, incredula, Ines recurre al unico que puede ayudarla, un viejo amigo que es ahora inspector de policia. Reticente, Pedro se ofrece a resolver el misterio, pero la razon por la que Ines huyo de Espana quiza tenga mucho que ver con el, y los fantasmas del pasado pueden resurgir con el color asombroso de los ojos de este antiguo amor.

  • Corre hasta el fin del mundo de Adrian J. Walker

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    Solo hay una forma de sobrevivir:

  • Agatha Christie de Maria Romero

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    “Aprendi que no se puede dar marcha atras, que la esencia de la vida es ir hacia delante. La vida, en realidad, es una calle de sentido unico”, escribio Agatha Christie sobre ella. Nacida cuando la emancipacion de la mujer aun parecia lejana, la escritora inglesa fue un espiritu libre. Hecha a si misma, movida por su tenacidad y con una curiosidad sin limites, con las convenciones sociales para vivir experiencias solo reservadas a los hombres. Vivencias -algunas extraordinarias, pero tambien las dolorosas- que se convertirian en el motor de su obra y la llevarian a ser la escritora mas exitosa de todos los tiempos.

  • El caso del linaje amenazado de Raul Garbantes

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    El empresario Stephen Fairfax aparece asesinado en una casa que estaba construyendo, justamente, para su proteccion. Tom y Nadine encuentran una misteriosa frase en el lugar del crimen, y se entrevistan con el hijo y la viuda de Fairfax, cada uno con sus propios problemas y sus propios secretos.

  • Inhumano de Patricia Cornwell

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    La doctora Scarpetta se enfrenta a uno de los desafios mas dificiles de su carrera.

  • Patrulla Vecinal de Leila Mila Castell

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    Una atraccion irresistible.Una oscura obsesion.Una comunidad de locos y las mas inverosimiles situaciones.Bienvenidos al 30 de Fools Place.Atrevete a entrar y descubre sus secretos.Intensa, inquietante y divertida.

  • La acabadora de Michela Murgia

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    Fillus de anima. Asi es como llaman a los ninos engendrados dos veces, por la pobreza de una mujer y por la esterilidad de otra. De este segundo parto era hija Maria Listru, fruto tardio del alma de Bonaria Urrai. Cuando la anciana se detuvo bajo el limonero a hablar con la madre de Maria, Anna Teresa Listru, la nina tenia seis anos y era el error despues de tres aciertos. Sus hermanas eran ya unas senoritas, asi que ella jugaba sola en el suelo a hacer un pastel de barro amasandolo con hormigas y poniendo el esmero de una mujercita. Las hormigas movian sus rojizas patas entre la masa mientras iban muriendo lentamente bajo las decoraciones de flores silvestres y el azucar de arena. Al cruento sol de julio, el pastel le crecia en las manos, hermoso como a veces lo son las cosas malas. Cuando la nina levanto la cabeza del barro, vio a su lado a la tia Bonaria Urrai a contraluz, sonriendo con las manos apoyadas en su vientre seco, satisfecha por algo que Anna Teresa Listru acababa de darle. Que era exactamente, Maria no lo comprendio hasta pasado un tiempo. Se marcho con la tia Bonaria ese mismo dia, con el pastel de barro en una mano y en la otra un cesto lleno de huevos frescos y perejil, miserable viatico de agradecimiento. Aunque sonreia, la nina intuia que en alguna parte habria un motivo para llorar, pero no consiguio que le viniera a la mente. Tampoco pudo conservar el recuerdo del rostro de su madre mientras se alejaba, como si la hubiera olvidado hacia ya tiempo, en el momento misterioso en que las hijas deciden por si solas con que es mejor amasar el barro de los pasteles. En cambio, durante anos recordo el cielo ardiente y los pies de la tia Bonaria calzados con sandalias, uno asomando por el borde de la falda negra y el otro oculto debajo, en una alternancia muda cuyo ritmo las piernas seguian con dificultad. La tia Bonaria le proporciono una cama solo para ella en un dormitorio lleno de santos, todos malos. Alli, Maria comprendio que el paraiso no era un sitio para ninos. Dos noches paso en silencio, escudrinando con ojos bien abiertos la oscuridad para sorprender lagrimas de sangre o destellos en las aureolas. La tercera noche se dejo vencer por el miedo al Sagrado Corazon, que apuntaba hacia su pecho chorreante con un dedo que el peso de tres rosarios hacia visiblemente amenazador. No aguanto mas y grito. Menos de un minuto despues, la tia Bonaria abrio la puerta y encontro a la nina de pie junto a la pared, abrazando la almohada de basta lana escogida como peluche defensor. Luego miro la imagen sangrante, que le parecio mas proxima a la cama que nunca. Cogio el Sagrado Corazon y se lo llevo sin decir palabra; al dia siguiente desaparecieron tambien del mueble la pila de agua bendita con el altorrelieve de santa Rita y el cordero mistico de escayola, de pelaje crespo como un perro vagabundo y feroz como un leon. Maria tardaria un poco en volver a rezar el avemaria, y lo haria en voz baja, para que la Virgen no la oyera y la tomara en serio en la hora de nuestra muerte, amen. No resultaba facil calcular los anos de la tia Bonaria por aquel entonces, pero eran anos detenidos desde hacia tiempo, como si hubiera envejecido de golpe por decision propia y luego se hubiera limitado a esperar pacientemente a que el tiempo la alcanzara con retraso. Maria, en cambio, habia llegado demasiado tarde incluso al vientre de su madre y de inmediato se habia acostumbrado a ser la ultima preocupacion de una familia que ya tenia demasiadas. Sin embargo, en casa de aquella mujer experimentaba la insolita sensacion de haberse vuelto importante. Cuando por la manana dejaba la puerta a su espalda y apretaba la enciclopedia entre las manos camino del colegio, tenia la certeza de que, si se volvia, la encontraria alli, mirandola, apoyada contra el quicio como si sujetara las bisagras. Maria no lo sabia, pero la anciana la observaba sobre todo de noche, en esas noches corrientes sin ningun pecado al que culpar de estar despierto. Entraba en el dormitorio a hurtadillas, se sentaba frente a la cama de la nina y la miraba en la oscuridad. Aquellas veladas, Maria, que creia ser la primera de todas las preocupaciones de Bonaria Urrai, dormia sin sentir aun el peso de ser la unica. En Soreni comprendian sobradamente las razones de Anna Teresa Listru para haberle dado su hija menor a la anciana. Desatendiendo los consejos de la familia, habia hecho un mal matrimonio y se habia pasado los quince anos siguientes quejandose de aquel hombre que solo sabia hacer bien una cosa. Con las vecinas, Anna Teresa Listru se complacia en lamentarse de que su marido no habia conseguido serle util ni en la muerte, pues ni siquiera habia tenido el detalle de morir durante la guerra a fin de dejarle una pension. Declarado no apto, Sisinnio Listru habia acabado sus dias tan estupidamente como los habia vivido, aplastado igual que un grano de uva en el lagar bajo el tractor de Boreddu Arresi, para quien trabajaba de vez en cuando como aparcero. Al quedar viuda con cuatro hijas, Anna Teresa Listru habia pasado de la pobreza a la miseria y aprendido a hacer el puchero, aseguraba, hasta con la sombra del campanario. Ahora que la tia Bonaria le habia pedido a Maria como hija, no acababa de creerse que pudiera echar todos los dias a la olla dos patatas de las tierras de los Urrai. Si el precio era la criatura, pues muy bien: a ella, criaturas aun le quedaban tres. En cambio, nadie entendia realmente por que, a su edad, la tia Bonaria Urrai se habia hecho cargo de la hija de otra. Los silencios se alargaban como sombras cuando la anciana y la nina pasaban por la calle juntas, suscitando comentarios a media voz entre la vecindad. Bainzu el estanquero se regodeaba con la idea de que un rico tambien necesitaba en la vejez dos manos que le limpiaran el culo. Pero Luciana Lodine, la hija mayor del fontanero, no veia la necesidad de buscar una heredera para que hiciera lo que podia hacer cualquier sirvienta bien pagada. A Ausonia Frau, que de culos sabia mas que una enfermera, le gustaba poner fin a la conversacion sentenciando que ni siquiera la zorra quiere morir sola, y llegados a ese punto nadie anadia nada. Por supuesto, si no hubiera sido rica, Bonaria Urrai habria acabado como todas las que se quedan sin hombre, que no es precisamente teniendo una fill'e anima. Viuda de un marido que no habia llegado a desposarla, en otras condiciones quiza habria sido prostituta, o monja, con los postigos siempre cerrados y vestida de negro hasta el ultimo aliento. El vestido de novia se lo habia robado la guerra, aunque en el pueblo se decia que no era verdad que Raffaele Zincu hubiera muerto en las riberas del Piave, donde se habian librado terribles combates: lo mas probable es que, con lo espabilado que era, hubiera encontrado hembra alli y se hubiera ahorrado el viaje de vuelta para dar explicaciones. Tal vez por eso Bonaria Urrai era vieja desde joven, y ninguna noche se le antojaba a Maria tan negra como su falda. Pero el pais estaba repleto de viudas de maridos vivos; eso lo sabian las mujeres que chismorreaban y tambien Bonaria. Por ese motivo, cuando iba por la manana a comprar el pan recien hecho, andaba con la cabeza alta sin pararse nunca a hablar y volvia directa a casa como la rima de una octava cantada. En la decision de adoptar una fill'e anima, lo mas dificil para Bonaria no habia sido ni mucho menos la curiosidad de la gente, sino la reaccion inicial de la nina. Despues de seis anos compartiendo el aire de un solo cuarto con sus tres hermanas, era evidente que el espacio que Maria consideraba propio no iba mas alla de lo que podia abarcar con un brazo. La llegada a la casa de Bonaria Urrai trastoco esa geografia interior; entre aquellas paredes, los espacios unicamente suyos eran tan amplios que la pequena tardo semanas en comprender que en las puertas de las numerosas habitaciones cerradas no apareceria nadie diciendo: <>. Bonaria Urrai jamas cometio el error de invitarla a que se sintiera en su hogar, ni dijo ninguna de esos topicos que suelen decirse para recordar a los invitados que no estan en su casa. Se limito a esperar a que los espacios que durante anos habian permanecido vacios tomaran gradualmente la forma de la nina, y cuando, al cabo de un mes, todas las puertas de las habitaciones habian sido abiertas para siempre, tuvo la sensacion de no haberse equivocado dejando que la casa se adaptara. Una vez que se sintio segura de la nueva confianza adquirida con aquellas paredes, Maria empezo a mostrar poco a poco mayor curiosidad por la mujer que la habia llevado a vivir con ella. --?De quien es hija usted, tia? --pregunto un dia, mientras comia menestra. --Mi padre se llamaba Taniei Urrai, era ese senor de ahi... Senalo la vieja fotografia amarillenta colgada sobre la chimenea, en la que Daniele Urrai, tieso con un chaleco de pana, aparentaba unos treinta anos. A la nina podia parecerle cualquier cosa excepto el padre de la anciana que tenia delante, incredulidad que Bonaria leyo en su cara sonrosada. --Ahi era joven, yo aun no habia nacido --preciso. --?Y no tuvo madre? --insistio Maria, que no estaba muy familiarizada con la idea de que se pudiera ser hija de un padre. --Claro que si, se llamaba Anna. Pero ella tambien murio hace muchos anos. --Como mi padre --anadio, seria, la pequena--. A veces lo hacen.

  • Maleza de Daniel Ruiz

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    Nadie dijo que la vida fuera facil. Pero lo es mucho menos en Balseras, barrio de la periferia. Un nino huerfano busca al asesino de su perro Bruto, con la ayuda de su primo y otros amigos, miembros de una banda que a pesar de su juventud conocio tiempos mejores. Un comercial del sector de los electrodomesticos se topa en una de sus habituales carreras nocturnas con una mano amputada de mujer, y decide, contra cualquier asomo de cordura, llevarsela a casa. Un disminuido psiquico trabaja en el mantenimiento de una comunidad de vecinos de alto nivel, donde vive la nina Sonia, por la que estaria dispuesto a dejarlo todo. Tres historias salvajes y extranamente liricas, que confirman a Daniel Ruiz como gran narrador.

  • Recuerdos prohibidos (eLit) de Julie Miller

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  • Te necesito en mi vida de Janis Sandgrouse

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    Daniela es una joven que regenta una pequena casa rural en un pueblo a las afueras de Madrid.Hace mucho tiempo que no tiene a nadie a su lado. Ocupa todo su tiempo en su trabajo, sus sobrinas y su hermana.Tras los graves sucesos que le ocurren a su hermana, afloran los recuerdos de su adolescencia, aquellos momentos en los que debia maquillarse mas de la cuenta para ir al instituto.Y en la sala de espera del hospital, se encuentra con el.Su primer amor, su primer beso, su primera despedida creyendo que nunca volveria a verle.

  • La construccion del Estado en Espana de Juan Pro

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    El Estado es un fenomeno caracteristico de la Edad Contemporanea: aparece en el siglo XIX como resultado de la Revolucion liberal, y sustituye a la Monarquia del Antiguo Regimen. Se trataba de superar la tradicion monarquica de mantener el orden para hacer realidad la ambicion revolucionaria de transformar el pais: la Administracion publica fue el instrumento ideado para que la accion de gobierno llegara hasta los ultimos rincones del territorio, impulsando el progreso en las mas diversas actividades de una sociedad que se concebia como “nacion”.

  • E de Evidencia de Sue Grafton

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    Todo empieza en el lunes de esa semana algo tonta que media entre Navidad y Ano Nuevo en el que Kinsey Millhone se encuentra empantanada en un caso de reclamacion por incendio provocado. Algo le molesta, pero no consigue dar en el clavo. Para colmo, al abrir el correo de la manana, se da cuenta de que en la propia cuenta bancaria le han ingresado erroneamente 5000 dolares. Kinsey nunca ha creido en Papa Noel y no va a cambiar de idea a estas alturas. De modo que, resignada, llama al Banco: de pronto el deposito de 5000 dolares deja de ser un error para pasar a ser un buen lio. Tras las primeras averiguaciones, Kinsey descubre que su futuro inmediato esta intimamente ligado al pasado de una familia y el explosivo secreto que la ha protegido durante veinte anos. Al ahondar en el caso, descubre que poner a prueba el pasado --y mas si es el de una familia-- puede tener consecuencias letales, ya que se encuentra siguiendo las huellas de un crimen que conducen al umbral de su propia puerta...

  • Chispa y humo de Sofia Navarro

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    Pidete una copa, elige tu asiento preferido y espera a que suene el jazz. En el barrio de Chueca, todos usan mascara, pero solo una mujer se disfraza de arana. Tarantula esta sola, terminando su ultimo cigarrillo antes de volver a casa. Deja de mirarla y de intentar adivinar quien es, que si la juzgas demasiado, acabara por saberlo todo de ti.

  • Novia Tropical (Novias del Paraiso 1) de Vicky Loebel

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    Anna Williams abrio un cuaderno de dibujo sobre el apoyabrazos del sillon para visitas y miro por la ventana mientras atardecia. --Esta nevando --le comento a su amiga, que estaba en la cama de un hospital--. Otra vez. Diane apenas echo un vistazo. --Por supuesto que esta nevando. --Oprimio un boton de forma ritmica en la pantalla de su movil--. Es febrero. Es Milwaukee. Es ley. --No creo que haya una ley sobre la nieve. --Anna dibujo la forma cuadrada de la ventana--. No conducir tu motocicleta por avenida Downer en una tormenta de nieve… Tal vez haya una ley sobre eso. --Su amiga habia tenido la suerte de salir solo con una pierna rota--. Podrias haber terminado en la carcel. --Los policias fueron muy comprensivos. Les dije que me habia quedado sin cerveza. --Conducir bajo los efectos del alcohol. Buena idea. --Un farol de la calle parpadeo en un halo de vapor. Anna lo dibujo con trazos debiles de lapiz --. Si decias que habias robado un banco, tal vez ahi habrias tenido problemas. --Ja, ja. Una serie de cables brillaban sobre el estacionamiento semivacio del hospital. Anna dibujo una linea en la hoja. >>Como sea --continuo Diane--. No les dije a los policias que habia bebido. Dije que tenia que celebrar haber ganado un lugar en Novia tropical. --Ya veo. --Anna sombreo un poco de escarcha en la cara interna del cristal de la ventana--. Mentiste. --No fue una mentira. Fue una verdad prematura. Aun queda media hora para entrar en el concurso. Eso me recuerda que tambien usaremos tu telefono para participar. --Diane estiro la mano con la palma hacia arriba--. Damelo. Anna cerro el cuaderno y entrego el movil. No le molestaba pasar la tarde con su amiga, aunque en realidad no podia darse el lujo de cancelar las clases particulares de natacion que daba. Diane habia acompanado a Anna durante dieciocho meses de examenes y cardiologos, y durante el baipas de su padre, aun despues de que ellos habian tenido que cerrar la pasteleria de la familia, lo que habia dejado a Diane sin empleo. La cirugia habia sido exitosa. Anna golpeo los nudillos sobre la madera de la silla. "Papa esta bien. Si tan solo la nieve amainara… Si tan solo la primavera llegara para que el pudiera salir y jugar unas rondas de golf…". Los medicos querian que su padre se levantara y caminase, pero el clima glacial lo mantenia en casa. --!Esta al aire! !Novia tropical! --La tablet de Diane estaba abierta en el sitio web del concurso--. Estan mostrando videos de la serie mientras eligen a las ultimas cuatro mujeres. --Tomo ambos telefonos y accedio al concurso con los pulgares. Anna se acerco a la cama con la silla. Durante tres semanas, ella y Diane habian mirado la transmision en vivo de Novia tropical, donde las mujeres hacian el ridiculo en Internet: comian insectos, llevaban pilas de cocos sobre la cabeza, luchaban por convertirse en la novia de Ryan Andersen, el atractivo soltero millonario del programa. Esa noche, Novia tropical seleccionaria a las ultimas mujeres para unirse al concurso en el Paradise Resort en las Islas Virgenes de Estados Unidos. Habria tres semanas mas de competencia y luego --suponiendo que Ryan y una de las mujeres se enamoraran--, una boda magnifica. Tap. Tap. Diane oprimio "enter" una y otra vez en ambos telefonos. Para cuando eso terminara, necesitaria cirugia en los pulgares, ademas de la de la pierna. Un video mostro a un grupo de mujeres que buceaban en jaulas rodeadas de tiburones. Anna fruncio el ceno, pero no pudo resistir la vista del agua cristalina y de los peces de colores. Las palmeras se mecian suavemente detras de Bobbie, la sofisticada conductora, y casi podia sentir la suave brisa tropical. El video termino. Aparecio un mensaje que anunciaba la primera de las ultimas concursantes. Anna debia admitir que era buena publicidad sumar mujeres mientras el programa estaba en curso. Contuvo la respiracion. Nada ocurrio. Anna suspiro con suavidad. --Esos policias volveran para arrestarte --le comento a Diane--. De todas maneras, no se por que te inscribes. No puedes competir con una pierna rota. --Es el destino. --Su amiga volvio a oprimir letras--. Tengo un presentimiento. Los presentimientos de Diane habian perdido la loteria de Wisconsin ciento setenta y seis veces seguidas. Miraron un video de mujeres en bikini que se desplazaban, al estilo Tarzan, de arbol en arbol, y luego otro que involucraba un frisbee y mucha locion bronceadora. No eran todas hermosas. No se podia esperar eso en un programa que seleccionaba inscripciones al azar. Pero hasta las menos atractivas se veian notablemente distinguidas. Los nombres de dos participantes mas fueron enviados por mensaje de texto. >>Ademas --argumento Diane--, podriamos ganar en tu movil. Piensa en el sol, en la arena, en que puedes llevar a tu propio estilista. Imagina lo bien que le haria un campo de golf tropical a tu padre. Anna imagino a su padre fuerte y bronceado, tal como habia estado dos anos atras, en lugar de la sombra irritable que habia pasado el invierno caminando de un lado al otro detras de la ventana de la sala de estar. >>Hace veintisiete grados en el Caribe --senalo Diane--. Todo el ano. Anna fruncio el ceno ante la nieve que caia. >>Y, si Ryan Andersen no elige una novia, la ganadora del concurso se lleva veinticinco mil dolares. Apuesto a que por eso enfrentarias a unos cuantos tiburones desde una jaula. --Enfrentaria a unos cuantos fuera de la jaula. --Veinticinco mil dolares pagarian muchas cuentas--. Aunque seria preferible hacerlo en la arena. Un video mostraba a mujeres que armaban un vestido con algas y con cascaras de banana. El concurso selecciono a la ultima participante. El telefono sono. --!Oh, cielos! --exclamo Diane. --No es gracioso. Al sonido original le siguio medio tono de llamado. Diane dio un salto de entusiasmo y luego se agarro el yeso con un gesto de dolor. --!Si! !Au! !Si! En el sitio web de Novia tropical, un Ryan Andersen en diferido pregunto: "?Esta mi futura novia en Milwaukee?". >>!Manana! --Diane hablaba efusivamente por telefono--. Cinco de la manana. Aeropuerto internacional Mitchell. Sin duda. !Gracias! La llamada finalizo. El movil volvio a sonar con una seguidilla de mensajes de texto. --!No puedes ir! --objeto Anna--. !No puedes competir con una pierna rota! Diane sonrio. --Dame mi bolso. Anna se inclino y abrio un cajon. --No te ayudare a escaparte del hospital. --Le paso el bolso a su amiga --. !Acabas de pasar por una cirugia! Diane saco cuatro billetes de veinte dolares. --Es todo el efectivo que tengo. Pero el Paradise Resort tiene todo incluido, asi que estaras bien. --?De que hablas? Diane coloco el dinero en manos de Anna. --Si necesitas… ?Que estoy diciendo? Nada de "Si…". --Saco las llaves de su departamento--. Pasa por casa y recoge algo de ropa. Lleva las sandalias doradas. Te quedan de maravilla. ?Estaba loca? Por un instante, Anna imagino que llevaba a su padre de vacaciones, pero luego se cruzo de brazos y sacudio la cabeza. --No puedo hacerme pasar por ti. !Es fraude! --?Quien dijo algo sobre eso? --Diane levanto el movil. Por primera vez, Anna se dio cuenta de que aparato habia sido el utilizado--. Tu fuiste la elegida. --No es posible. --Anna se sintio mareada. --Si, lo es --respondio Diane--. Y asi fue. Y faltan apenas doce horas para el vuelo. !Asi que largate de mi habitacion de hospital, ve a casa y dile a tu padre que empaque! Una catarata de sonidos salio del telefono. Anna leyo mensajes que confirmaban los boletos y le explicaban como llegar a las Islas Virgenes de Estados Unidos. Le permitian llevar un estilista personal, con todos los gastos pagos, y todas las maletas que quisiera. --Cielo santo. --Anna no estaba segura de tener una maleta--. No puedo creerlo. --No tenia ningun interes en aparecer en un reality show en Internet, mucho menos en ganarse un esposo rico. Sin embargo… Anna levanto la vista. Por la ventana del hospital se veia una noche llena de nieve. "Papa necesita vacaciones"--. Parece que me voy al Caribe. --No me digas, Sherlock. !Ahora, muevete! Anna se acerco despacio a la puerta, con los ochenta dolares de Diane. --Gracias por esto. --Entre las facturas medicas de su padre y los gastos mensuales, lo unico que Anna podia obtener de un cajero automatico era una carcajada--. Te lo devolvere. --Se que lo haras --remarco Diane con una sonrisa--. Porque, cuando seas rica, !reabriras la pasteleria de tu padre y triplicaras mi sueldo!

  • Las Bronte fueron a Woolworths de Rachel Ferguson

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    Aunque el mundo adulto se cierne sobre ellas, las tres hermanas Carne se resisten a marcar las fronteras entre la fantasia y la realidad. Deirdre, la mayor, trabaja como periodista; Katrine es una actriz principiante, y la joven Sheil aun tiene institutriz. Juntas llevan una vida al margen en su bohemio hogar londinense e, irreprimiblemente imaginativas, siguen inventando historias, tal y como han hecho desde ninas. Asi ocurria con sus juguetes parlantes, y asi sucede con su ficticia amistad con el juez Toddington del Tribunal Supremo. Sin embargo, al conocer Deirdre a la esposa del magistrado, se producira un autentico colapso. Y cuando la fantasia y la realidad choquen, ?se desprenderan para siempre las hermanas Carne de sus invenciones infantiles?, ?aceptaran Toddington y su mujer a esas chicas tan excentricas como encantadoras?, ?quien podra asegurar si los juguetes hablan de verdad, si el juez usa pijamas de seda color lavanda o si, en efecto, las Bronte fueron de compras a Woolworths?
    Las Bronte fueron a Woolworths (1931) tuvo una extraordinaria acogida en el momento de su aparicion y ha llegado a convertirse entre los lectores en uno de los mas queridos clasicos de la narrativa inglesa de entreguerras.

  • Mar de nubes de Mari Jungstedt

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    En la pequena habitacion reinaba un ligero olor a hierbas y una luz tenue. Por un altavoz situado en el techo sonaba una suave musica oriental. Las paredes estaban barnizadas en tono oscuro y en un rincon habia una planta. Le pidio a la mujer que se desnudara y se tumbara en la camilla. Ella se bajo un poco el vestido y se sintio desprotegida e indefensa. Por una parte deseaba dar media vuelta y marcharse de alli, pero habia algo que la retenia en aquel lugar. Una especie de curiosidad, de expectacion sobre lo que podria pasar a continuacion. Un calido cosquilleo le recorrio la piel. Sintio la boca seca y se humedecio los labios. El le dirigio una mirada rapida, y en ese mismo instante ella fue consciente de como habria de interpretar el su gesto de humedecerse los labios con la lengua. Sonrio insegura, sintio como se ruborizaba. Empezo a toquetearse uno de los tirantes. El se comporto con delicadeza y se dio media vuelta mientras ella se quitaba el vestido. Al colgar la ropa en el gancho de la pared le temblaban las manos. Titubeo, sin saber si debia conservar las bragas puestas. No habia hecho eso nunca antes, no sabia cual era el ritual, que se esperaba de ella. Se acomodo en la camilla tapizada de cuero y se tumbo boca abajo. Intento relajarse. Cerro los ojos mientras inspiraba por la nariz, espiro lentamente por la boca. El joven se dio la vuelta y le coloco una toalla sobre las piernas y nalgas, de tal manera que quedo justo bajo el borde de las bragas. Se movia con seguridad. Cuando la rozo con las yemas de los dedos sintio un escalofrio, a pesar de que en la habitacion hacia calor. Alzo la mirada. El se habia quitado la bata blanca. Le dio tiempo a entrever un atletico cuerpo bronceado y juvenil con prominentes brazos musculados. Abdomen plano y duro. Caderas estrechas. Apenas vello en el pecho y unos pezones pequenos y marrones. Sintio un ligero cosquilleo entre las piernas. El llevaba unos pantalones blancos de algodon. La fina tela le apretaba las caderas y tenia el trasero respingon. No podia dejar de pensar en como seria por debajo. Volvio la cabeza de nuevo, un poco abochornada. Tenia que concentrarse en relajarse, tal y como le habia dicho la persona que le aconsejo ese lugar. Sentir. Dejarse llevar. Concentrarse en el momento. Advirtio que el joven se giraba de nuevo, oyo como extraia aceite de una de las botellas que habia en una mesa y como, al frotarse las manos, el liquido rezumaba entre sus dedos. Ella respiro hondo. El masajista se situo a su lado, pegado a ella. Comenzo a acariciarle la espalda desnuda con movimientos largos y firmes. Sin querer, a ella se le escapo un suave gemido de placer. Sus manos eran fuertes y decididas. Cerro los ojos. Intento seguir con la respiracion el ritmo de los movimientos. Las manos se deslizaban por la espalda, le masajeo el cuello, los hombros, llego al final de la columna, le sujeto las caderas, trabajo con pequenos movimientos circulares. Los pulgares presionaban su piel desnuda. El hizo una pausa, le bajo las bragas y aparto la toalla de forma que el culo quedo al descubierto. Le masajeo las nalgas, que se tornaron suaves y escurridizas. Volvio a gemir. El hombre agarro las bragas a medio bajar y con un suave movimiento tiro de ellas y se las quito. Ahora se encontraba totalmente expuesta. El siguio masajeando los muslos con manos firmes y decididas. La tocaba con cuidado, le separo las piernas para poder llegar con facilidad a la parte interior de los muslos. Se encontraba a escasos milimetros de su sexo. Sintio humedad entre las piernas; respiraba con la boca abierta y apretaba la cara contra la abertura circular de la camilla. El siguio masajeandola, muy cerca, pero sin llegar a tocarle el sexo. Ella se sentia completamente aceitosa y brillante. El agarro la toalla que seguia en las pantorrillas y le pidio que se diera la vuelta. De forma mecanica hizo lo que le pidio, se tumbo boca arriba, y el pecho se balanceo junto a el. Le coloco la toalla encima, de forma que los pezones quedaron tapados, y se coloco detras, junto a la cabeza. Ella cerro los ojos. Intento concentrarse solo en vivir el momento. El se encontraba alli, justo encima de ella. Sentia la suavidad en todo su cuerpo abandonado, ahora anhelante, dispuesta a entregarse a el por completo. Empezo a masajearle la nuca y el cuello, dejo que las manos se deslizaran, ejerciendo pequenas presiones, hacia los hombros, prosiguio por la clavicula. La acaricio con cuidado siguiendo el borde de la toalla, junto al pecho. Ella respiraba pesadamente y al parecer, el tambien. No sabia si era a causa del esfuerzo o si el tambien estaba excitado. Estaba totalmente concentrada en sus manos y en anticipar sus movimientos. Como se deslizaban por su cuerpo. Movimientos decididos, carinosos, que le provocaban pequenas chispas en el sexo. Tenia una sensacion de vertigo y aturdimiento. Sobre su suave piel, las manos resultaban calidas y duras. Al fin, aparto la toalla del todo. Dejo que las manos se le deslizaran sobre los pechos. Y entonces se sintio perdida. 1 Martes 24 de junio Erika Bergman se encontraba frente al espejo de la habitacion, amueblada de forma espartana, y se peinaba minuciosamente la larga melena. Lo hacia con movimientos firmes y ritmicos para dejarla lisa y brillante. En realidad no tenia mucho sentido, pues el solia despeinarla tan pronto como podia. Contemplo satisfecha su cuerpo bien entrenado. Los muchos anos de practica regular de yoga habian servido para algo. Habia elegido con cuidado la ropa interior. Sintio como una ola en el vientre al pensar en lo que le esperaba esa noche. Erika esbozo una sonrisa; no era esa clase de practica con la que habia contado al reservar el viaje de yoga a Gran Canaria. La escuela de yoga se encontraba en un lugar apartado, lejos de los complejos turisticos con discotecas, bares y clubes nocturnos. Miro por la ventana y vio las montanas de mas de mil metros de altura que se perfilaban alrededor, las laderas con las plantaciones de frutas y, a lo lejos, las resplandecientes aguas del Atlantico. Este lugar era inusualmente verde para encontrarse al sur de Gran Canaria. Las plantaciones de platanos, papayas, calabacines, tomates, naranjas y limones se extendian hasta las playas de cantos rodados junto al mar. Apartada, a una buena distancia del vecino mas proximo, se hallaba la escuela de yoga Samsara Soul. La escuela se encontraba practicamente oculta tras un viejo muro que la protegia de miradas y visitas inesperadas. Pasaria alli dos meses, alejada de todo y de todos. Se dedicaria a entrenar, recibir masajes, dar paseos, tomar el sol y banarse. A recuperar el equilibrio para poder proseguir con su vida. Comenzaba a sentir que iba por buen camino. Cuando llego, hacia unas semanas, se sentia destrozada. No habia contado con ningun amorio, esto habia sido una inesperada recompensa. Dejo el cepillo y se pinto levemente los labios de rojo. Saco uno de los pocos vestidos que habia traido y se lo enfundo. Se puso unos zapatos de tacon. Miro el reloj, ya casi era la hora. Percibio un repentino movimiento junto a la ventana. Como si al otro lado pasara una sombra rapida y silenciosa. Tan cerca del cristal que casi lo rozo. Se quedo paralizada. Encontro su rostro en el espejo, reconocio su mirada temerosa. Creia que habia conseguido alejarse de ella, que la habia dejado en Suecia. Pero la habia seguido. Y ahora notaba la paralizante sensacion de que alguien la vigilaba. Tendria que echar un vistazo antes de salir y cerrar la puerta con llave. Ultimamente se asustaba por cualquier cosa. Permanecio inmovil un rato mientras escuchaba posibles sonidos, pero reinaba el silencio. Un silencio casi desagradable. Nadie solia pasar junto a su habitacion, que se hallaba al fondo de la casa, y su ventana daba a un pequeno patio donde solo habia unos arbustos. Entonces, con el rabillo del ojo percibio otro movimiento, apenas una sensacion de algo real. No se lo habia imaginado. Un escalofrio le recorrio la espalda. Se acerco con cuidado a la ventana, echo un vistazo hacia ambos lados. Una lagartija correteaba sobre el terreno reseco y desaparecio bajo unos arbustos. Se quedo ahi un buen rato, mirando por la ventana. Algo se ocultaba entre los arboles, mas alla, junto al muro que rodeaba la escuela. El corazon le latia desbocado. Entonces lo vio. El perro salio de entre los arbustos, husmeando un rastro en el suelo. Era grande, de pelaje marron cubierto de polvo, y parecia abandonado. Erika emitio un suspiro de alivio. Solo era un perro.

  • Consummatum est (Versos, canciones y trocitos de carne 3) de Cesar Perez Gellida

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  • La retribucion de Jack (Seleccion RNR), Betzacosta de Betzacosta

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  • El Secreto de la Sirena de Laura Garcia

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    Tras una tragedia familiar, Aneris decide dejarlo todo atras para regresar a su pueblo natal con la finalidad de desenterrar su pasado.

  • Tu sangre me llama (Hermanos Banes 2) de Rachel Rp

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    Cala siente que no encaja en ningun sitio, desde pequena ha sido repudiada por unos y odiada por otros. Ahora esta en Ciudad V dispuesta a hacer lo necesario para buscar informacion sobre Liam, el problema es que no es a el a quien encuentra...

  • Dominada por el vikingo de Esmeralda Lynn

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    La dama Juliet Bowen esta aburrida de su vida como noble; mientras sus padres ya le han elegido un marido, ella solo fantasea con un muchacho vikingo que estuvo a punto de secuestrarla diez anos atras.

  • La redencion del tiempo de Baoshu

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    Al final del cuarto ano de la Era de la Crisis, YunTianming, enfermo de cancer, decide acabar con su vida. Esta decision es el principio de un viaje hasta el final del universo. Congelan su cerebro y lo suben abordo de una nave espacial lanzada para interceptar a los trisolarianos.

  • Segundas oportunidades (Una semana contigo 2), Monica Murphy de Monica Murphy

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    Drew ha apartado a Fable de su vida porque cree que no la merece, pero no puede olvidarla.
    Fable ha intentado pasar pagina y seguir con su vida. Su madre sigue siendo un problema constante y es ella quien tiene que cuidar de su hermano Owen. Para poder pagar las facturas, Fable encuentra otro trabajo en The District, el nuevo bar de moda de la ciudad, que dirige el misterioso Colin.
    Pero cuando el equipo de futbol de Drew elige celebrar un cumpleanos en The District, el corazon de Fable da un salto al pensar que volvera a verlo.
    Segundas oportunidades vuelve a montar a Drew y a Fable en una montana rusa de emociones. De la alegria mas desbocada a la pena mas oscura, Drew y Fable son dos almas que se enfrentan al dolor de su entorno con el poder del amor y la pasion que hay entre ellos.

  • Ultimo alegato al corazon de Jessica Galera Andreu

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    Cuando Marian salio del edificio, penso en regresar a casa y dar por finalizada aquella inacabable jornada. Los pies le dolian horrores, la cabeza estaba a punto de estallarle y el cielo, ademas, amenazaba con descargar lluvia de un momento a otro. Lo que le faltaba, penso para si. Suspiro y retomo el paso calle arriba, sonriendo al recordar la cara con la que aquella mujer la habia mirado despues de que le explicase que sus catorce anos como contable se limitaban al reducto de su hogar, donde siempre habia controlado ingresos y gastos con agudo ingenio. Sin embargo, aquello no habia resultado suficiente, ni siquiera para la vacante de recepcionista por la que habia acudido. Definitivamente encontrar un empleo resultaria algo mucho mas complicado de lo que habia creido inicialmente. A pesar de la escasa experiencia que completaba su curriculum en trabajos de oficina, Marian se consideraba una mujer perfectamente capacitada para muchos de los puestos para los que habia conseguido concertar una entrevista sin que ninguna de ellas - seis hasta el momento- hubiera resultado satisfactoria. Cierto era que no habia estudiado; ni siquiera habia llegado a obtener la mas basica titulacion, pues las circunstancias habian convertido aquella etapa de su vida en un terrorifico infierno que dia a dia trataba de olvidar, pero que la habia condicionado de forma ineludible, con un embarazo no deseado a los 16 anos. Con apenas 18 habia huido practicamente del hogar familiar, dejando al cuidado de sus padres a una nina con la siempre habia mantenido una relacion extrana, distante y fria. Despues de desenvolverse de un lugar a otro y de un trabajo a otro, los ultimos cuatro anos de su vida, los habia vivido con Nicolas, un buen hombre a priori, bastante mayor que ella, de buena posicion economica y bastante chapado a la antigua, que le habia exigido ocuparse solo de la casa, llegando a convencerla de que unicamente buscaba su bienestar y su proteccion. Marian habia aprendido, sin embargo, que aquello con cuanto contaba en su vida, el unico seguro infalible, era ella misma, por lo que ceder su independencia habia sido algo contra lo que, interiormente y en silencio, se habia rebelado. Ella se sabia una mujer inteligente, con gran capacidad y curiosidad por aprender; emprendedora, receptiva y muy despierta. Demasiado, en opinion de la hermana y algunas de las amigas de Nicolas. Harpias que no perdian ocasion de lanzarle puyas, recordandole continuamente la forma correcta de vestir o de llevar el pelo; criticandola por disfrutar empapandose bajo la lluvia o para seguir sonando despierta con ambiciones que ellas calificaban de estupidas e inutiles, como por ejemplo llegar a culminar algun dia la carrera por la que habria sentido verdadera pasion: magisterio. Paradojicamente y a pesar de la compleja situacion que vivia con su propia hija, se le daban bien los ninos y ensenar era algo que le encantaba. Pensar en la posibilidad de dejar su impronta en las mentes de esas criaturas de ojos grandes y curiosos, inquietas y anhelantes de aprendizaje le agradaba. Y aunque aun le quedaria un largo camino para lograrlo, no se rendiria. Tal vez no fuese a llegar a tiempo de plantarse en una escuela y ensenar, pero si podria titularse y poner sus conocimientos al alcance de otro tipo de ninos, menos afortunados e inaccesibles, que consumian sus vidas en la calle en la forma en la que no deberia hacerlo un nino. Pero lo que finalmente habia sido una tregua con Nicolas termino y a medida que ella expresaba sus anhelos, los recelos y prohibiciones creian hasta que la propia Marian le puso punto y final a la relacion. Y ahora tocaba empezar otra vez desde cero. Se detuvo de nuevo, esta vez ante la puerta acristalada de un enorme edificio. Eran numerosas las empresas que se establecian alli pero ella se dirigia solo a una: Segovia Asociados, un prestigioso y conocido bufete de abogados, que necesitaba personal para la limpieza de las oficinas. Aunque enfundarse una bata y pasear la fregona no era algo que la asustase, debia admitirse que a pesar de haber sido seleccionada para el citado trabajo, habia tenido la esperanza de conseguir algo mejor y no tener que presentarse alli aquella manana para que le dieran las ultimas indicaciones y para conocer, en persona, al propietario del bufete, un hombre extremadamente controlador que queria conocer, segun habia podido saber, la identidad de todos y cada uno de los empleados que, de un modo u otro, pudieran estar relacionados con el bufete, incluido el personal de limpieza. Su telefono movil sono mientras aguardaba la llegada del ascensor y cerro los ojos, resoplando, al comprobar que se trataba de Nicolas. Su futuro exmarido mostraba cada vez un caracter mas agrio e insoportable con ella, sobre todo desde que Marian le exigiera el divorcio. -?Si? -?Se te ha pasado ya la pataleta? -No es ninguna pataleta, Nicolas. Te dije que queria el divorcio y lo mantengo. No se por que sigues llamandome con lo mismo. -Bien, si vas en serio, iremos todos en serio. El miercoles tengo una cita con mi abogado. Ven y te explicara las condiciones. -Nicolas, te pedi mas tiempo -respondio ella. -Si pero no. Ahora pero mas tarde. Si quieres el divorcio lo tendras pero no voy a estar cinemdome a tus condiciones de cria caprichosa. ?O es que acaso no tienes aun abogado? -Claro que lo tengo -mintio ella-. Y de hecho sera el quien estudie la documentacion, asi que no es necesario que yo me persone alli. Ademas, estoy bastante ocupada con la mudanza y lo del trabajo. -Deberas salir lo antes posible del apartamento. Voy a alquilarlo. -El apartamento era de tu madre y ella dijo que podia utilizarlo siempre que quisiera. -Si, y que lo pusiera a tu nombre pero por fortuna no se hizo. ?Lo quieres ahora para ti? -No lo quiero para mi; solo te estoy pidiendo un poco de tiempo hasta que encuentre algo. -Lo siento, ya te he dicho que voy a alquilarlo. -Nicola,s ese piso nose ha alquilado nunca. -Siempre hay una primera vez para todo. Tienes diez dias. El ascensor llego hasta el vestibulo y se abrio, emitiendo una senal acustica. Ella entro en el pequeno habitaculo y se retoco ante el espejo que le devolvia la imagen agotada de una bonita mujer de ojos claros y cabello ondulado. -?Como llevas lo del trabajo? -pregunto Nicolas-. Supongo que tampoco has encontrado nada, ?no? -Aun no me han respondido en la mayoria de las entrevistas que he hecho -explico, mientras hacia una mueca, consciente de que inventar le resultaba mucho mas sencillo de lo esperado. -Tu curriculum no es precisamente una maravilla. Deberias volver a pensar en lo que estas haciendo. La aventurilla de saltar del nido es emocionante, no te lo niego pero no tienes donde caerte muerta, Marian. Estoy dispuesto a pasar por alto este pequeno acto de rebeldia. -Hubiera ayudado no estar recluida en casa durante cuatro anos pero en cualquier caso, la culpa es mia. Tengo muy claro que voy a saltar el nido, como tu dices. Y ahora tengo que dejarte, Nicolas. Adios. Corto la llamada e introdujo el telefono movil en su bolso, mientras se recogia algunos de los mechones que se le escapaban del pelo negro. Despues de todo el dia para arriba y para abajo, no llegaba alli precisamente con su mejor aspecto pero era lo que habia. Sonrio, tratando de encontrar una mueca agradable y de desterrar la llamada de Nicolas. Desde que ella le habia solicitado el divorcio, el se mostraba hiriente y ofensivo; desafiante incluso sobre las incapacidades que lastrarian el futuro de Marian, obligandola a regresar con el, una posibilidad que el aceptaba sin oponer nada al respecto. De igual modo, tambien la azuzaba a abandonar el pequeno apartamento en el que vivia, propiedad del mismo Nicolas, aunque la madre de el le habia solicitado a Marian que lo adecentase antes de morir y alli, las dos habian vivido largas horas de charlas y confidencias. El carino sincero de dona Isabel era, probablemente, lo unico positivo que se llevaba de aquellos cuatro anos. Al abrirse el ascensor, Marian quedo frente a las oficinas acristaladas, cuyos trabajadores podia ver al otro lado. Camino con fingida seguridad, preguntandose por que el dueno de aquel bufete querria conocer personalmente a aquellos que se encargarian de que su trasero tomase contacto con una silla limpia y reluciente. Sin embargo, Manuel Segovia, el flamante propietario y heredero de aquel imperio de la abogacia que le habia dejado su padre, era un hombre que controlaba todo al milimetro. No habia sido el quien la habia entrevistado una semana atras pero precisamente por esa razon, ahora queria conocerla. Llego hasta la recepcion y se detuvo ante una mujer joven de unos 30 anos, cabello castano y ojos oscuros, protegidos tras los cristales de unas pequenas gafas, que tecleaba el ordenador. -Buenos dias -la saludo Marian.

  • Tan tuyo. Tan mio de Efren Reyero Fernandez

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    Cuando Efren me propuso que escribiera unas palabras para el prologo de su primer libro, Tan tuyo... tan mio, reconozco que tuve sentimientos encontrados. Sorpresa por pensar en mi para algo tan importante para el. Miedo a no estar a la altura. Y emocion por la responsabilidad que esto suponia. Cuando tuve el manuscrito en mis manos, me di cuenta de que no podia decirle que no. Entre estas paginas hay tanto encanto, tanto carino, tanta fuerza... Y es que es tan evidente que lo ha escrito con el alma, que se ha abierto completamente, dejandose llevar por las emociones... que, cuando lo leais, me entendereis. Ha demostrado ser un mago de las palabras, enlazandolas con total sentido y armonia y provocando sentimientos, recuerdos y algun que otro nudo en la garganta. Porque lo que cuenta es tan real, que a veces hasta duele leerlo. Estoy segura de que evocara en vosotros imagenes que creiais olvidadas, pero no lo estaban, sino que yacian escondidas esperando el momento para salir y mostrarse ante nosotros en forma de recuerdo. Efren tiene la capacidad de poner palabras a situaciones que vivimos y de que estas se cuelen directamente en el corazon. Tan tuyo...tan mio es un libro para leer una y mil veces, para detenerte en los textos y recordar, viajar, volar con ellos... Efren, gracias por dejarme ser participe de algo tan intimo, tan personal. Para mi es muy especial haber formado parte, a traves de estas palabras, de algo que se que sera muy grande. Porque tu lo eres. Y antes de terminar, me cino a una de las frases que encontrareis entre estas paginas, que dice asi: <>. Y estoy segura, amigo, de que a este libro lo van a pensar mucho, no a escoger. Maria Beatobe, escritora @mariabeatobe <>. E. R. F. Y por eso te digo: vuelve Y solo te digo vuelve. Porque se que te dije: <>, y que mis palabras fueron hirientes. Pero quiero que recuerdes que cuando se amo de verdad, no se puede olvidar de repente. Y es que me miento mas estando solo y liberado, que fingiendo no quererte cuando estoy contigo y encerrado... Por eso !vuelve! Y ahora que pienso Y ahora que pienso, mi corazon dice que siento, que es mi boca la que se queda sin tu aliento. Mis manos ya no te tocan por dentro y el olor desvanecido de tu cuerpo hace que mis ojos se inunden hasta mis huesos. Y dejemos los argumentos Y dejemos los argumentos porque no se quien mierda nos conto ese cuento ni quien nos comio la cabeza con sus tormentos, cuando todo lo nuestro se arregla con un beso. Amor en descuento Con tanto amor de descuento, el nuestro se nos va entre lamentos. Y dime donde quedaron nuestros suenos en los que nuestro mundo seria eterno. Y el tiempo Y que nos pasa con el tiempo. Creemos vivir en un templo donde nos instalamos en el pasado, como un barco en el puerto anclado. Sonamos con el futuro, como un nino grafiteando un muro, sin vivir nuestro presente, que es lo que tenemos realmente. Nos pasamos media vida intentando encontrar nuestra mitad, para pasar la otra media vida intentandola olvidar... El tiempo. Y ahora, quien me viste Y ahora quien me viste, si el alma te llevaste cuando te fuiste. Sentado en mi cama mirando donde te acostaste, porque lo unico que me queda es el perfume que dejaste. Gritando me encuentro, intentando callar el silencio que hay aqui dentro. Y ahora quien me viste, si el alma te llevaste cuando te fuiste. Porque ahora todos me aconsejan, pero no se dan cuenta de que de ti me alejan. Intentan hacerme salir y reir, pero olvidan que lo que necesito es ser feliz. Y ahora quien me viste, si el alma te llevaste cuando te fuiste. Fijate que sin ti muero de sed, pues tu eras la unica fuente que hidrataba mi ser. Yo, que era de no se, y tu de muchos por que... Ahora quien me viste, si el alma te llevaste cuando te fuiste. Y del dolor de verte con otro Y del dolor de verte con otro, a estar feliz por ver la sonrisa en tu rostro. Cuando pensaba que nada tenia sentido, llega mi amiga soledad y me dice en que te has convertido. Cuando me decias que no salieran nuestras palabras por la puerta, ahora me encuentro con que todas estan abiertas. Mi cabeza sentia que mi mundo se habia desmontado y mi corazon me muestra que, al irte, hasta los planetas se han alineado. Y es que, del dolor a la felicidad, solo estan tus ganas de ser y estar. Y ya nunca volvera Y ya nunca volvera un balon viejo con el que todos los ninos quieran jugar. Esas cuatro piedras rebuscadas para hacer las porterias donde el gol se marcaba. Esas chapas con las que jugar, aquellos bancos en los que saltar. Y ya nunca volveran esos vecinos que al romper sus ventanas gritaban, pero al rato te daban galletas porque te amaban. Alla donde las consolas eran las calles y de los videojuegos de la mente aun recuerdo detalles, donde los telefonos moviles eran las voces y nuestro internet eran los roces. Aquellos momentos donde, de ser mejores amigos, por una discusion pasabamos a ser enemigos. Y es que no pasaban ni cinco minutos cuando teniamos la necesidad de volver a estar juntos. Y ya nunca volvera... la infancia. Y tu, imaginate Tu imaginate que nunca se hiciera tarde, porque las agujas de mi reloj tu guardes. Tu imaginate que, al mirarte en el espejo, sea mi rostro el que veas en el reflejo. Tu imaginate que todo se detiene, pero no te preocupes porque a tu lado me tienes. Tu imaginate que un dia no nos vemos; tranquila, cierra los ojos y siente lo que nos queremos. Tu imaginate que no imaginamos mas, Vivamos y que los que imaginen sean los demas... P. D.: Tu imaginate que nos imaginamos lo que queremos imaginarnos. Y un dia despierto Y un dia despierto y ya no estas. Me faltaron <> y <> por dar. El recoger las sabanas juntos en la manana se quedo en un recuerdo que mi cama extrana. Y un dia te despiertas y ya no estan esos buenos dias ni a quien despertar, No hay ropa sucia por el suelo que recoger, se llevo el olor de tu cuerpo ese amanecer. Y un dia te despiertas y ya no estan las dos copas de vino frente al sofa. Las mantas ya no saben a quien calentar porque tu ausencia no han sabido aceptar. La vida da muchas vueltas La vida da muchas vueltas. Parece una caja de herramientas con muchas tuercas, todas chocando con el movimiento intentando encajar, y cuando se cierra la caja, no sabemos ni con quien dar. La vida da muchas vueltas. Un dia, encima de la ola te encuentras, te crees que de la ola no te bajaras jamas y al dia siguiente en la orilla te ves solo, sin mas. La vida da muchas vueltas. Al principio parece faltarte cielo en tu ala delta, viajas por el sin rumbo fijo, pero al final siempre vuelves al mismo prefijo. La vida da muchas vueltas. Por eso vive tu vida, goza de todas las vueltas y recuerda que: <>.

  • El bouquet del miedo de Xabier Gutierrez

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    En pleno mes de septiembre, tiempo de vendimia, y a pocos dias para que empiece la recoleccion de la uva, al subcomisario de la Ertzaintza Vicente Parra le asignan la investigacion del asesinato de la enologa Esperanza Moreno, encargada hasta entonces de la elaboracion del vino de las Bodegas Saenz de la finca Marbil, una de las mas prestigiosas haciendas de La Rioja, y productora del apreciado vino VVV. Su cuerpo ha sido hallado sin vida en su piso del barrio antiguo de San Sebastian, en medio de un charco de sangre y con la garganta seccionada. Todo parece indicar que se trata de un crimen pasional, cuando a las pocas horas de encontrar el cadaver, desaparece el novio de la victima, Roberto, operador de camara en uno de los programas de television de cocina mas exitosos del pais y dirigido por un afamado cocinero.

  • Pachinko de Min Jin Lee

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    Yeong-do, Corea, 1911

  • El rostro de las termitas de A. J. Fuentes

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    Tras una brutal agresion, el emergente escritor Roberto Garcia adquiere prosopagnosia, una enfermedad que le impide reconocer los rostros de las personas que le rodean. Ante la permanente inquietud que le causa vivir en la ciudad, se traslada junto a su mujer a su pueblo natal, Malon. Sin embargo, esa tranquilidad se ve alterada cuando Roberto se convierte en testigo de un asesinato en un sanatorio abandonado al pie de las montanas. Desde ese momento se convierte en el centro de una investigacion repleta de incertidumbres por atrapar a un asesino sin rostro, y que desembocara en una red de secretos que parecian hallarse enterrados mucho tiempo atras.

  • Lo eres todo de Fran Moran

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    CERRO los ojos y escucho su voz, como siempre lo hacia cuando la camara se movia de ella a algun invitado o pasaba a algun rollo B de la historia que ella estuviera relatando. El no necesitaba informacion sobre otro tiroteo en alguna escuela, o sobre los gatitos rescatados de un desague. Solo queria saber de ella. Eso era todo lo que veia en las noticias. Eloy Marti. Sus rasgos eran suaves y dulces, acompanados de una cabellera rubia oscura y rizada, que caia hasta sus hombros en suaves ondas. Sus ojos emanaban calidez y empatia. Tenia labios rosados, y sus pechos bajo la elegante y cara blusa lo volvian loco. Cristo, el la queria. Siempre lo habia hecho. Desde aquel dia en la universidad cuando entro en la biblioteca de Harvard y la vio. Con su apariencia, dinero y posicion en el Upper East Side de Nueva York, el podria tener a cualquier mujer que quisiera, y habia tenido bastantes. Pero siempre recordaria esa. La que se le escapo. La chica de la camiseta rosa. Ese dia, la biblioteca estaba tranquila y casi vacia. Ella estaba sola en uno de los pasillos, leyendo. Miro hacia arriba cuando el se acerco. Era una chica pequena, delgada y joven, tal vez de diecisiete, o dieciocho anos. Al mirarlo, le sonrio. A su parecer, era encantadora, no solo bonita, sino dolorosamente hermosa. Tenia grandes ojos de color marron intenso y una calida y amistosa sonrisa. Para ese momento, su cabello colgaba casi hasta su cintura, luciendo suave y un poco desordenado. Ella le habia quitado el aliento. Era la chica que habia estado buscando. Y asi como asi, se habia ido. Una voz detras de el la habia llamado. Ella se despidio con una sonrisa y paso junto a el. En menos de treinta segundos, su vida habia cambiado para siempre. Y ahora ella estaba en su television todas las noches. Pero esta noche, sin embargo, las cosas serian diferentes. Sabia donde encontrarla, y donde llevarla. Su lugar en el campo era aislado y seguro. Ella definitivamente aprenderia a amarlo alli. Abrio los ojos cuando escucho al reportero devolverle el pase a Eloy, y sonrio cuando vio su hermoso rostro de nuevo. Esta noche, querida, esta noche… ELOY CERRO las noticias con una sonrisa y espero hasta que la camara apagara la lucecita para asegurarse de que estuvieran fuera del aire. --Gracias a todos. Sonrio para sus companeros mientras el personal del piso le aplaudia. Era una de las pocas anclas que trataba a todos por igual y siempre habia sido amable y cortes. Eloy se rio de sus aplausos, ignorando a su co-presentador que se quejaba del sonido. Su asistente, Rae, se rio mientras Eloy la levantaba un poco y la hacia girar. --Alguien esta de buen humor. Bajo a su amiga, y volvieron a su camerino. --Puedes apostar a que si. Guido me va a recoger y vamos a tener dos felices semanas de nada mas que sol, mar, arena y divertido sexo sucio. Rae se rio. --No estoy celosa en lo absoluto. Realmente, realmente no. Eloy se rio. --Lo siento, boo. No deberia regodearme, pero Dios, he estado esperando esto desde siempre. --Escucha, te lo mereces. ?Entre tu y yo? Me preocupa que trabajes demasiado. --No --Eloy le sonrio--. Sabes que vivo y respiro las noticias. Escucha, ya que compartimos secretos… cuando regrese, le preguntare a Jack si puedo hacer mas periodismo de investigacion. Me encanta ser ancla, pero tambien extrano estar en el campo. Rae le sonrio. Ella tenia unos cincuenta anos, era afroamericana y la crema y nata de las asistentes personales. Ellas se conocieron hacia ya un ano, y desde entonces eran inseparables. Ahora mismo, charlaba con Eloy, mientras ella se ponia unos jeans y una camiseta, y se preparaba para encontrarse con su novio, Guido Wheeler. Llevaban dos anos juntos, y estaban tan enamorados como siempre. Eloy sabia que el era el indicado, su personalidad divertida y ferozmente inteligente los hacian coincidir en todo lo que hacian. Guido llego poco despues y la beso, permaneciendo ambos en un abrazo prolongado. Le sonrio, y sus ojos marrones oscuros, se volvieron alegres y llenos de emocion. --?Estas lista, nena? --Vamos, guapo. Se tomaron de la mano al salir del edificio hacia la cabina de espera, y no fue hasta que escucho su nombre que Eloy se dio la vuelta para ver al hombre que esperaba detras de ellos. Empezo a sonreir, ya que era su respuesta automatica para los fans que la esperaban fuera del estudio. De pronto, todo parecio ir mas despacio cuando ella vio el arma. Escucho el grito de Guido, oyo un disparo y vio su pecho explotar. Ella grito de rabia cuando el hombre le apunto con el arma, pero aun asi se lanzo sobre el sin pensar en las consecuencias. Sintio tanto dolor, que su vision se volvio negra. Por la manana, en el hospital, despues de horas de cirugia, le dieron la noticia. Guido habia fallecido, y el hombre que lo habia matado se habia escapado, desapareciendo en el frio viento de la noche. Eloy sabia que nunca mas sentiria la calidez de la felicidad, o la sensacion de estar a salvo. CAPITULO UNO UN ANO DESPUES ELOY MARTI DEJO de existir en el momento en que cerro la noticia esa noche con una sonrisa para su publico, seguida de su habitual y alegre despedida. Charlo con Rae como de costumbre, se puso su ropa y le dijo a su amiga que la veria manana. Usando un baston que ya no necesitaba, pero que guardaba para desviar la atencion, salio cojeando hacia la limusina que la esperaba, y entonces, desaparecio. Mientras el auto, conducido por uno de los choferes del FBI, se adentraba en la oscuridad del estado de Nueva York y se dirigia al refugio, la Eloy que todos conocian quedo en el pasado, y en su lugar, nacio Sunday Kemp. En el refugio, su cabello rubio oscuro fue tenido profesionalmente hasta alcanzar un tono marron oscuro que lucia natural, sus ojos marrones fueron cubiertos con lentes de contacto violetas, su nariz perforada, e incluso se hizo un pequeno tatuaje en su muneca. Entonces, el jet privado que la llevaria a su nueva casa estuvo listo, y ella supo que eso seria todo. El ultimo momento de su antigua vida. Dudo una vez mas antes de subir al avion. Sam, su protector, que se habia convertido en un buen amigo durante el ultimo ano, le puso una mano en el hombro. --?Estas bien, Sunday? Sunday. Su nuevo nombre. Lo habia elegido para honrar a Guido, a quien conocio un dia domingo. Kemp era el apellido de soltera de su madre. Cuando perdio a Guido, sintio que de hecho perdio a ambos. Habia sido demasiado doloroso para la familia de el volver a verla, aunque Patricia, la madre de Guido, se habia quedado al lado de Eloy mientras esta se recuperaba del disparo. Tan pronto como fue dada de alta, sin embargo, se quedo sola. Su propia familia, dispersa desde hacia mucho tiempo por el mundo, habia enviado sus condolencias, pero ninguno de ellos la habia visitado. Rae habia sido su familia, y ahora tenia que dejar atras a su unica amiga. Se fue desde Nueva York, el unico hogar que habia conocido, hasta la vida de pueblo en las Rocosas, Colorado. Paso de presentadora de noticias a mecanografa de alguien. Le habian encontrado trabajo con un artista que vivia en el pequeno pueblo cerca de Telluride y ella se reuniria con el el lunes siguiente. Hasta entonces, se instalaria en su nuevo hogar, un pequeno apartamento en la calle principal de la ciudad, en lo alto de las Montanas Rocosas. No habia traido nada de casa, ni siquiera ropa interior, excepto una fotografia de Guido que habia colado en el bolsillo de su chaqueta. El FBI le habia dicho que dejara todo lo que pudiera atarla a su antigua vida. --Todo sera provisto para ti --fue lo que dijeron--. Tienes que dejar tus cosas atras --le dijo Sam gentilmente--. Si apareces en la ciudad con millones en el banco… --Lo entiendo --dijo. El dinero no significaba nada mas para ella que una herramienta para hacer su vida mas conveniente; nunca habia sido una mujer avara. Pero odiaba dejar sus libros, su piano, y sobre todo, a sus amigos y companeros en la estacion. Las amenazas a su vida eran constantes. El, quienquiera que fuera, era implacable y muy sigiloso. Constantemente le enviaba recordatorios de que estaba cerca, que terminaria el trabajo, que le haria pagar por su "traicion". Imbecil. Su intestino se retorcia de la rabia, y a veces deseaba que su acosador mostrara la cara. Aunque la matara, al menos tendria la oportunidad de vengarse. El FBI estaba preocupado, y para cuando la convencieron de la posibilidad de que su atacante fuera alguien conectado a la mafia y que nunca escaparia de el, Eloy, o Sunday, casi se habia resignado a morir joven. El equipo del FBI, y Sam Duarte en particular, finalmente la convencieron de que se protegiera. --Tienes mucha mas vida que vivir --le dijo Sam, un hombre amable de unos cuarenta anos--. Tienes veintiocho anos, carino. Vive. Vive para honrar la memoria de Guido. No podria haberlo dicho de otra manera que pudiera persuadirla. De repente, un ritmo de vida mas lento, y tener tiempo para llorar por Guido, sonaba mas tentador que continuar con su carrera en Nueva York. En el jet privado, Sam le sonrio. --?Estas lista, Sunday? Ella asintio. --Creo que estoy lista, Sam. Gracias por organizar todo esto, en serio. Y el trabajo tambien. Me volveria loco sin algo que hacer. El le dio una palmadita en la mano. --No se mucho sobre tu futuro empleador, excepto que mantiene sus cosas para si mismo. Es muy reservado. --Bien. Se sintio aliviada al oir eso. Sabia que su nuevo jefe tenia una casa grande y esperaba que no se cruzaran tanto y asi tener espacio suficiente para trabajar y pensar. El avion aterrizo en Telluride, y los agentes le dieron las llaves de un todoterreno de segunda mano. Todo era parte del engano, ella lo sabia, pero realmente no le importaba. Era comodo y fiable. En la parte de atras habia maletas llenas con su nuevo guardarropas. Sam se aseguro de que estuviera comoda. --Te seguiremos hasta el nuevo apartamento --le dijo--, pero mantendremos la distancia para no llamar la atencion. Parecera que has llegado por tu cuenta. El lugar esta amueblado, por lo que deberias ser capaz de instalarte rapidamente. Hay un par de bolsas con alimentos basicos en la camioneta. ?Tienes el telefono desechable que te di? Sunday cavo en su bolso y se lo mostro, sacudiendo su mano ligeramente. --Buena chica. Entonces, estare en contacto. Manten eso contigo, pero consigue uno nuevo para usar con tus nuevos amigos aqui.

  • Alteravita de Estefania Yepes

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    En algun momento dado, todos almacenamos en nuestra memoria el recuerdo de un acto, decision, palabra o gesto, que nos remueve por dentro y nos martillea la sien. Duele. Tanto como solo lo hacen aquellas cosas que viven en un interior desprovisto de visitas ajenas, donde el propio yo es dueno y senor de nuestras emociones mas ocultas, recordandolas cada vez que se siente dispuesto a castigarnos con ellas. Los remordimientos existen desde tiempos inmemorables. Residen en el ser humano y constituyen parte de su propia existencia, cohabitando junto con todos los buenos pensamientos. Son casi tan importantes como ellos, tal vez incluso mas. Se aprende a partir de las ensenanzas, pero tambien de los errores. Estos, precisamente estos, son los que generan una sensacion en el cuerpo imposible de emular por cualquier explicacion doctrinal o farmaco. Resulta muy facil entender que si tu sonries a una persona justo despues de desearle que tenga un buen dia, existe un noventa y ocho por ciento de posibilidades de que esta te responda del mismo modo, lo cual, provocara en ti emociones de placer, serenidad y lo mas importante, permitira la liberacion de las llamadas endorfinas, los neurotransmisores responsables de hacer que nos sintamos felices y al mismo tiempo, disminuiran los niveles de estres. Sin embargo, nadie nos prepara para la llegada de aquel momento en el que, sobrepasados quiza por ciertas circunstancias, tal vez una noche de insomnio o bien, una semana cargada de tension en el trabajo, cuando alguien nos sonrie tras desearnos ese radiante "buenos dias" respondemos con un despiadado bufido, enarcamos las cejas y le recriminamos que todavia siga en la cama cuando deberia de estar haciendo algo productivo con su vida, y no dejar que todo el peso de la casa recaiga sobre uno mismo, justo antes de cerrar la puerta a tus espaldas y desaparecer con el corazon batiendo con fuerza contra el pecho. Tras ese dos por ciento de posibilidades que existen de que esto suceda, cuando la furia inicial remite y la razon consigue hacerse un hueco e imponerse sobre la excitacion sobrevenida, surge lo que se conoce como los remordimientos. Los remordimientos no son mas que sentimientos, un patron de pensamiento segun el cual, el ser humano ahonda y rememora unos actos, reacciones o palabras que quiza podria haber evitado, en la mayoria de ocasiones de forma muy sencilla. Los hay productivos, es decir, todos aquellos que nos permiten aprender de un error y afrontar nuestro futuro de un modo distinto; pero tambien, existen los considerados como improductivos, capaces de sepultarte y hundirte sin piedad en un infierno de emociones con las que no podras cambiar absolutamente nada e incluso, de destruir cada recodo de tu ser. Dicen que de los errores se aprende. La historia que os traigo a continuacion no versa unicamente sobre ellos, sino sobre la capacidad que tiene el ser humano para caer, levantarse, comprender, crecer y, en la mayoria de los casos, volver a caer. Dar el siguiente paso, ya solo depende de uno mismo. ?Cuantas veces os habeis preguntado "que habria pasado si..."? 0. El principio... o tal vez el final. Desperte demasiado tarde. Bueno, en realidad no lo hice. Pero, por lo visto, una ya no podia dormitar tranquila ni siquiera a las siete de la manana. Me sentia agotada por culpa de las incesantes horas de trabajo a las que me veia sometida y mi jefe no parecia tener muy por la mano el concepto "limites". Una cosa era tener disponibilidad horaria completa y otra muy distinta no respetar el descanso de tus empleados. Sali del bano envuelta en una nube de vapor, el pelo encrespado y el maquillaje sin sellar. Me esperaba un dia duro. Debia despedir a mi secretaria y a dos de los chicos de mantenimiento despues de una remodelacion de plantilla. Llevabamos toda la semana con reuniones a casi todas horas. El comite nos exigia cifras con las que respaldar una decision que me provocaba nauseas. Me mire frente al espejo del armario y mis ojeras no me devolvieron el saludo. Por lo visto, ellas tambien me odiaban. Toda yo me odiaba por tener que dar ese paso. A mis espaldas, Sam continuaba tumbado en la cama, como si el mundo no fuera con el. La serenidad se reflejaba en su rostro, aquella calma que solo reside en las personas que no viven con remordimientos o tal vez, aquellas que con el tiempo, han aprendido a gestionarlos sin que estos logren aduenarse de su cordura. Uno de sus pies reposaba apacible sobre las sabanas, al que le seguia una pierna musculada y fibrosa. Senti rabia y muchisima envidia. Rabia porque el pudiera dormir con tal placidez cada noche, ajeno a todas las emociones que me hacian tambalearme, sufrir migranas hasta altas horas de la madrugada y acabar llorando hecha un ovillo cuando la tension me sobrepasaba. Envidia de que el pudiera seguir durmiendo mientras yo debia ir al despacho y afrontar el que seguramente seria uno de los peores dias, cuando lo unico que deseaba era quedarme en casa, servirme una copa de vino y encargar una tarta con crema de mantequilla. --Buenos dias, mi amor --me saludo feliz, con un ojo entreabierto y algunos mechones ondulados cubriendo su frente. Mostraba una de esas sonrisas mananeras, obnubiladas por un sueno del que aun no habia despertado por completo. Si, me moria de rabia, de envidia y estaba furiosa con el, por un motivo que ni siquiera le concernia. --Eso lo sera para ti --espete en un tono hosco que no se merecia--. Te pasas las mananas durmiendo sin hacer nada de provecho. Ya podrias levantarte y salir a hacer la compra por lo menos, seria todo un detalle por tu parte. A traves del espejo vi que levantaba ligeramente la cabeza, contrariado por aquel ataque gratuito que acababa de recibir. Me dedico una mirada de estupor nada fingida. Cerre los ojos y sostuve la cabeza en alto, arrepintiendome en ese mismo instante de lo que acababa de decirle. Pero no tenia tiempo para disculpas. Cogi el bolso que habia sobre la silla, me coloque el panuelo en el cuello y me despedi con un simple e impersonal "adios". Llegue a la oficina con el estomago encogido y una aguda jaqueca, por no mencionar la presion que me oprimia el pecho. El metro a esas horas de la manana era un horror. Se formaban grandes tumultos y algunos de los viajeros, sin haber pasado previamente por una ducha calida y necesaria, me conducian con su impaciencia a un estado de mayor irritacion. No me gustaban las aglomeraciones, pero nos habiamos quedado sin coche y el chico del taller dijo que tardaria dos o tres dias en darnos una respuesta al problema. Hacia tiempo que no iba en metro y ahora no podia pensar en otra cosa que no fuera lo mucho que llegaba a odiarlo. Entre en la oficina con el pulso disparado y un ligero temblor en las manos. Todavia podia escuchar mis propias palabras mientras el rostro de Sam me interrogaba atonito desde la cama. Me habia pasado con el. No se merecia mi descaro. Algo se removio en mi interior y supe que tenia que disculparme cuanto antes. Eleve la mirada al techo, puse los ojos en blanco y exhale un suspiro mientras mi conciencia se encargaba de mortificarme. Sentia la imperiosa necesidad de pedirle perdon y hacerle saber que en realidad, no queria decir lo que habia dicho. Era consciente de que trabajaba hasta muy tarde y que nuestros horarios a veces resultaban incompatibles, pero queria que supiera que no creia que fuera un hombre sin pretensiones ni dedicacion, ni mucho menos. Al llegar a mi despacho, deje las cosas en el perchero, encendi el ordenador y saque el telefono movil para enviarle un mensaje. Sin embargo, mi jefe aparecio en ese mismo instante, dispuesto a cortar de raiz mis intenciones. --Llegas tarde. Estan todos en la sala de juntas. Date prisa. Le hice un gesto afirmativo con la cabeza y me vi obligada a dejar de lado mis propositos para coger los portafolios antes de salir tras el como un rayo. Respire con profundidad un par de veces a sus espaldas y me dije a mi misma que en cuanto hicieramos el primer descanso le enviaria el mensaje. El debia de seguir durmiendo y seguramente, despertaria a media manana, daba igual que el mensaje llegara a las ocho menos cuarto que a las diez.

  • La desheredada. La reina del highlander de A. R. Cid

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    Me acusaron de traicion cuando no era mas que una nina, me culparon por las decisiones de mi padre y con crueldad trataron de acabar conmigo. El clan MacLeod me ataco sin piedad, quisieron arrebatarme mucho mas que la vida... Por suerte logre escapar.

  • Las montanas azules de Kimberley Freeman

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    En 1926 Violet Armstrong es contratada como camarera en el hotel-balneario Evergreen, donde celebridades de toda Australia pasan sus vacaciones de invierno, como Flora Ho!neychurch-Black y su disoluto hermano Sam. Entre Violet y Sam surgira un romance tan apasionado como prohibido, y que parece tener los dias contados porque pronto concluira la temporada de invierno. Sin embargo, todos ellos quedaran atrapados en medio de una gran tormenta de nieve de con!secuencias impredecibles. Tal vez sus secretos queden ente!rrados, pero cuando la nieve se derrita todos saldran a la luz. Ochenta y ocho anos mas tarde, Lauren Beck comienza a trabajar en una cafeteria de las Montanas Azules, primera etapa en un intento de devolver al hotel-balneario su antiguo esplendor. Alli conoce a Tomas, el arquitecto danes que su!pervisa el proyecto. Conforme su relacion se hace mas intima, Lauren descubre una serie de cartas de amor apasionado que se remontan a 1926, y que aluden a un asunto tempestuoso y a un secreto tragico. Lauren se empenara en desentranar este misterio largo tiempo olvidado, aunque la verdad oculta pue!da obligarle a cambiar toda su vida.

  • Bilogia completa Nadie mas que tu de Claudio Hernandez

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    En este libro encontraras dos los libros que protagoniza el nuevo inspector del ano.

  • Los hermanos Burgess de Elizabeth Strout

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    Perseguidos por el extrano accidente en el que fallecio su padre, Jim y Bob huyen de su pueblo natal en Maine, dejando alli a su hermana Susan, y se instalan en Nueva York tan pronto como se lo permite la edad. Pero su fragil equilibrio emocional se ve desestabilizado cuando Susan los llama desesperada pidiendo ayuda. Asi, los hermanos Burgess vuelven a los escenarios de su infancia, y las tensiones que moldearon y ensombrecieron las relaciones familiares, silenciadas desde hace anos, afloran de manera imprevisible y dolorosa.

  • Pasion fantasmal de Esmeralda Lynn

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    A pocos meses de casarse con su novio de toda la vida, la desempleada Cassy recibe una extrana noticia; ha heredado una vieja casona victoriana que le pertenecia a sus ancestros.

  • La vida despues de ella de Abril Camino

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    Esta es la historia de un encuentro que no tendria que haberse producido.
    Es la historia de cuatro dias en una casa en las montanas.
    La historia de dos personas que ya no tienen ninguna razon para ser familia. O quiza si.

  • Los leones de Sicilia de Stefania Auci

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    Los Florio, una poderosa dinastia convertida en leyenda que dejo su huella en la historia de Italia.

  • Espejo, hombro, intermitente de Dorthe Nors

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    Sonja, que tiene ya mas de cuarenta anos, vive en Copenhague. Sono con ser escritora, pero se gana la vida como traductora de thrillers nordicos ultraviolentos. La suya es una profesion solitaria, que contribuye a aislarla. Su vida es rutinaria y no se siente muy feliz con ella. Y, para colmo, empieza a padecer vertigos, acaso provocados por un problema en el oido interno, o tal vez anuncio de un proceso depresivo.

  • Vuelo 19 de Jose Antonio Ponseti

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  • El sueno de Tanato de Jose Antonio Ortega

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    La aparicion de un cadaver que podria ser Michael Jackson en el hotel Ritz de Madrid en enero de 2015 es el punto de arranque de una trama que tiene como protagonistas a un periodista y un funcionario del Cuerpo Nacional de Policia.

  • El show de las marionetas de M.w. Craven

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    Una novela de suspense oscura y repleta de giros brillantes, ideal para los fans de Michael Connelly, Peter James y de la serie de television Luther.
    Bienvenidos a El show de las marionetas.

  • Un extrano en mi cama de Kristen James

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    Megan despierta de un coma a una vida que parece no ser suya y un marido que actua como si la amara… pero ?le esta mintiendo? ?Enganandola? ?Que esta pasando realmente? Toda la evidencia dice que son felices y legalmente casados, y sin embargo, sus fragmentados recuerdos dicen lo contrario. Todas las personas que conoce parecen estar de acuerdo, a menos que ella este sufriendo de paranoia debido a su lesion cerebral. Ellison es la clave de su pasado y futuro, incluso aunque no pueda confiar en el. Eso no evita su atraccion hacia el. Megan interpreta a un agente doble, trabajando con “Eli” para reconstruir su vida mientras trata de descubrir la verdad. ?Por que haria el eso? ?Sabe ella algo que no deberia? El tiene una explicacion para todo, hasta que las respuestas nuevas conducen a una historia aun mas retorcida. ?Que tendra que hacer para descubrir la verdad y saber quien es realmente?