Ver todos los libros de: E. R. Dark
Izar Galvez paseaba de un lado a otro del despacho que ella y su amiga Elena habian montado hacia ya siete anos en el piso de esta ultima en pleno barrio de la Barceloneta. Se detuvo varias veces para mirar por los ventanales. Tenian unas vistas inmejorables del paseo maritimo y siempre que ella miraba hacia el mar la relajaba e inspiraba a partes iguales. Izar era una escritora de literatura romantica de exito, mientras que Elena era la que se encargaba de la publicidad, relaciones publicas, maquetacion, redes sociales... En resumen, de todo lo que hacia perder la paciencia a Izar, que apenas soportaba las redes sociales. En ese aspecto, Izar era mucho mas reservada con su vida privada. Empezaron aquella aventura juntas casi por casualidad, cuando hacia mas de siete anos Izar habia acabado el manuscrito de su primera novela, una historia de amor medieval, pero que tras un ano de viajar por las manos de una lista interminable de editores, habia vuelto a sus manos rechazada por todos. Ella estaba dispuesta a publicarla igualmente, ese y los libros que vinieran detras, pues en ese ano de espera, habia escrito dos libros mas pero que no habia mandado a nadie. Lo que no sabia era como hacerlo. Mirando por la red, investigando, habia encontrado un blog que le habia llamado la atencion. Elena resulto ser la persona tras el blog sobre como darse a conocer por las redes sociales y crear tu propio blog, pero Izar, tras desesperarse con tanto tutorial que no coincidia nunca con lo que a ella le aparecia en la pantalla, se vio incapaz de hacer todo aquello, asi que despues de varias conversaciones por privado, quedaron a tomar un cafe en The Beach House, ya que, por suerte, la chica tambien vivia en la Barceloneta, y por una de aquellas extranas coincidencias, no demasiado lejos de ella. No era raro no conocer a tus vecinos en una ciudad tan grande y con semejante ritmo de vida, por lo que no le extrano que la cara de la muchacha no le resultara ni ligeramente familiar. Se cayeron bien desde el primer segundo, y cuando se dieron cuenta, aquel cafe a primera hora de la tarde, acabo en una cena y en una cita para el dia siguiente en casa de Elena para poner en marcha todas aquellas ideas. Dos meses despues, su historia de amor medieval estaba en las principales plataformas de libros digitales y cosecho un sinfin de premios, fans y buenas criticas, aunque tambien las hubo malas, pero las supo encajar y aprender de ellas. Desde entonces, trabajaban juntas. Elena la ayudaba con el texto como su primera lectora cero, ademas de que despues creaba una portada preciosa, lo maquetaba y mimaba para que luciera perfecto en las manos de las lectoras, y algun que otro lector tambien. Gracias al trabajo de las dos, para el momento en que iban a publicar el tercer libro que Izar habia escrito, recibieron la llamada de una editorial interesada en tenerla entre sus autores. Aquella noche lo celebraron por todo lo alto, y desde entonces, no habian parado de trabajar y disfrutar de sus exitos. Eran un equipo muy unido y, sin embargo, Izar estaba nerviosa, ya que lo que le propondria a Elena, era algo bastante atrevido, incluso para ella. Era algo mas propio de su alocada amiga Laura. Esta vez se habia superado hasta a si misma. Finalmente, cogio aire, se aparto de la ventana desviando la vista del mar en calma y se paro junto a la mesa donde estaba sentada Elena, mirandola interrogante. Hizo girar con maestria su boligrafo entre los dedos, pasandolo de uno a otro, antes de lanzarse a hablar. --Elena, tengo una idea. --?Solo una? --bufo, soplandose el flequillo que le caia sobre los ojos--. Llevas semanas apuntando en esa libreta tuya. --Lo se, pero esta vez he superado con creces mis ideas mas descabelladas. Tengo una corazonada. --Esta bien, escupe. Normalmente aciertas. --Apoyo la cabeza sobre la mano mirandola expectante. Izar sonrio sin parar de jugar con el boligrafo entre sus dedos, una costumbre que tenia desde el instituto. --Sujetate bien a la silla porque vas alucinar. --Alzo ambas cejas con una media sonrisa en el rostro, ni ella misma se creia lo que se le habia ocurrido--.Voy a ir al club Eros. --!Joder! --dijo dando un respingo en la silla --Pero ?tu sabes lo que se hace alli? Porque yo, desde luego, no… --Algo he leido. Es un club de intercambio de parejas. Quiero escribir sobre ello, Elena, darle un giro a mis historias, y para eso necesito informacion de primera mano. Ademas, ya que estare dentro quizas surja algo que me alegre el cuerpo, aunque lo dudo. No creo que encuentre al hombre de mis suenos en un lugar como ese. --Estas como una cabra --dijo riendose, pero sabia que Izar tenia instinto para aquello. No era de las que creia que la documentacion se hacia solo usando Google, ya que si podia, lo veia todo de primera mano. Como cuando habia escrito su cuarto libro. La trama transcurria en una escapada de fin de semana en Londres, y a Izar no se le habia ocurrido otra cosa que coger un avion y plantarse las dos alli. Habian ido a todas partes, y sacado miles de fotos, probado la comida, escuchando la musica y empapandose del ambiente. El libro habia quedado perfecto, y todas aquellas fotos las habia aprovechado tanto para la portada del libro como para la promocion en las redes sociales. Si, Izar podia ser puntillosa, pero el resultado solia ser realmente bueno. --Eso es lo que mas te gusta de mi. --Le guino un ojo-- Te mantendre informada de todo lo que suceda alli --insinuo divertida. --Eso espero, o tu proximo libro solo lo leeran en Laponia. --Capulla. --Golpeo su hombro riendo--. Voy a arreglarme, que esta noche tengo una cita conmigo misma. --Diviertete, jefa. --Se intentara... Aunque no lo tenia muy claro, hacia ya varios anos que fracasaba estrepitosamente en sus relaciones y todavia estaba intentando descubrir que fallaba en ella. A sus treinta y ocho anos habia tenido varias relaciones serias, al menos por su parte. La primera de ellas fue en la universidad con Valen, un italiano que estudiaba periodismo en su misma facultad. Todo fue bien hasta que el termino su carrera y volvio a su pais. Le dijo, con buenas palabras, que la distancia era un serio problema. Tenia que reconocer que le dolio, aunque se lo esperaba. Nunca habia viajado con ella para presentarle a su familia mientras que el si conocia a la suya. Su escusa siempre era que cuando ellos podian viajar a Italia, su familia estaba de vacaciones. Ella, como tonta, se lo habia creido todo. Asi que, tras asumir que solo habia sido la chica para pasar la universidad y su estancia en Espana acompanado, paso pagina tambien, como habia hecho el. Despues llego Raul, un arquitecto rubio de ojos verdes que la enamoro de tal manera que penso que no podria haber nunca otro hombre en su vida que no fuera el, y fue el que mas dano le hizo cuando la rechazo. Siempre recordaria sus duras palabras cuando lo encontro en la terraza de un restaurante de lujo junto a una elegante mujer de forma acaramelada. El, al verla, se acerco para evitar un escandalo en el restaurante. Fue al pedirle explicaciones cuando la hundio en la miseria con sus duras palabras: "?De verdad creias que ibamos en serio? Nunca podria casarme con una mujer como tu, mi esposa tiene que pertenecer a mi misma clase social." Ese fue el peor San Valentin de su vida. Sabia que la familia de el era rica, que su fortuna era herencia de varias generaciones, y que ella era solo la hija de un matrimonio trabajador que habia pagado una hipoteca por anos y que le costo un gran esfuerzo costearle la universidad, pero, inocentemente, habia pensado que eso a el no le importaba, que solo eran dos personas que se querian. Le costo un ano cicatrizar aquella herida y varios mas volver a tener otra relacion. Para entonces, aparecio Jordi, un bombero de Barcelona, que la enamoro con su sonrisa de pirata y sus bromas. Cayo en sus redes para ser rechazada y sustituida unos meses despues por una morena exotica. Le dolio, logicamente, pero ya no tanto como con Raul. No entendia que habia de malo en ella que los alejaba; era fiel, carinosa y aventurera en las relaciones. No les decia "te quiero" tras la primera noche de sexo, ni los llevaba en menos de un mes a conocer a sus padres, o los acosaba con mensajitos de carinines, ni los llamaba a todas horas. Les daba libertad, como tambien la queria ella. No entendia que buscaban los hombres. Asi que se prometio a si misma no volverse a enamorar y de momento lo llevaba bastante bien. Hacia dos anos que solo salia con hombres esporadicamente. No se involucraba emocionalmente y asi debia ser, por el bien de su cordura y su corazon. No obstante, anhelaba un hombre que la abrazara por las noches y le diera los buenos dias. Ansiaba escuchar, de los labios de un hombre, que era lo mas importante de su vida, que la amaba mas alla de lo comprensible. Estaba cansada de sus noches solitarias y despertar con el lado izquierdo vacio de una cama fria ?Pero ese hombre la anhelaria a ella de la misma forma? ~Ytm Las horas pasaban volando y demasiado pronto se encontro frente al espejo de su habitacion, vestida con un corto y escotado vestido negro, que se adaptaba a la perfeccion de sus curvas, y zapatos de salon con un tacon de infarto. Su melena ondulada y rubia caia suelta en cascada hasta media espalda. Se sentia sexy y guapa, y esperaba no desentonar en el Eros. Iba a observar, no a participar en lo que fuera que pasara alli, asi que destacar de manera negativa no era una opcion. Respirando hondo, salio hacia el club conduciendo su propio coche. Habia sopesado la idea de ir en un taxi, pero si salia de alli corriendo muerta de verguenza o miedo, preferia no tener que estar media hora en la puerta esperando que la recogieran. Con los nervios a flor de piel, y mil ideas a cada cual mas descabellada y absurda, condujo hasta el centro de Barcelona. No le resulto dificil encontrar el club. Habia mirado la direccion por Google, y habia respirado aliviada al comprobar que habia un parquin publico a la vuelta de la esquina. Sabia que iba a pagar un dineral dejando alli el coche, pero no queria quedarse sin via de escape. Tras aparcar, camino los metros que la separaban de su destino, y pronto llego a la fachada del local, que no distaba mucho de la de cualquier discoteca o pub que podias encontrar en Barcelona. Al llegar a la puerta habia estado tentada de dar media vuelta. Las dudas y el miedo a que encontraria ahi dentro, de nuevo estaban haciendo mella en ella. Sin embargo, su cabezoneria y curiosidad podian mas. La puerta era de cristal rojo con la palabra Eros escrita en letras grandes y negras ocupando en diagonal casi toda la puerta. Inspiro para volver a darse animos, asi que, apretando el bolso donde llevaba la libreta, llamo al timbre que habia junto a la puerta sin tiradores. Su corazon iba a mil por hora, pero ya no podia dar marcha atras. Una chica morena, vestida con un escueto top rojo, y una minifalda, que mas bien parecia una bufanda negra, y que dejaba ver perfectamente las medias de liga negra que lucia, la recibio con una sonrisa amable.
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