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En cuanto Rocio oyo los pasos que se acercaban a la cocina, intento cerrar apresurada la ventana del navegador. Maldijo cuando la maldita X de la esquina superior se nego a reaccionar bajo sus persistentes clics y estuvo a punto de estampar el estupido raton contra la mesa con la intencion de comprobar si maltratandolo se volveria mas docil y obediente. En el ultimo segundo logro abrir la aplicacion del solitario y, para cuando su hermano Javier se hubo echado un vaso de agua y se giro hacia ella, habia conseguido incluso estirar los labios en una debil sonrisa. Por desgracia, basto que los profundos ojos castanos se posaran sobre ella para darle a entender que no lo habia enganado. --?Conseguiste enviar el proyecto a tiempo? --le pregunto Rocio con la voz mas alegre y despreocupada que pudo fingir. --Si, acabo de hacerlo. Manana sabre si han aceptado mi propuesta. --!Genial! Eso se merece una celebracion. Javier se apoyo en la encimera de la cocina, se cruzo de brazos y la estudio. --He quedado para jugar unas manitas de cartas en casa de Aitana. ?Por que no te apuntas? Sara tambien vendra. Puede que te ayude a distraerte, sabes que lo necesitas. La sonrisa se le congelo y dejo de fingir. Que el tuviese razon no significaba que estuviera preparada para hacerlo. --Hoy no, tal vez otro dia. --Ro, tienes que... --Nunca he hecho buenas migas con Aitana, ya lo sabes --lo interrumpio antes de que pudiera soltarle otro de esos discursos de los que ya estaba hasta las narices. Javier suspiro con pesadez. --La tia Gloria se pasara luego por aqui a hacerte un poco de compania. ?Estaras bien hasta que llegue? --Sus ojos parecian atravesarla para detectar hasta el mas minimo titubeo. --No tienes que preocuparte por mi, te lo he dicho. No hare ninguna tonteria. --Rocio se ahorro el esfuerzo de sonreirle, pero le sostuvo la mirada. Tras un asentimiento su hermano saco el paquete de pastillas de la vidriera, le llevo una con un vaso de agua y se acuclillo ante ella. --Te estas haciendo dano, Ro. --Por si le quedaba alguna duda de a que se referia, le echo una corta ojeada a la pantalla del portatil--. Tienes que pasar pagina y la unica que puede hacerlo eres tu. --Se levanto y le dio un beso en la frente--. Estare de regreso antes de las diez, si necesitas algo, llamame. Ella espero a oir la puerta al cerrar, bajo despacio la tapa del portatil y miro fijamente la pastilla que le habia dejado sobre la mesa. Agotada, se froto la frente. Su hermano tenia razon, no podia seguir torturandose asi. No era como si fuese una anciana a la que se le hubiera muerto el amor de su vida y la hubiese dejado abandonada. Segun las estadisticas, con treinta y tres anos aun no habia alcanzado ni el ecuador de su vida. Tenia tiempo de comenzar de nuevo, desde cero o desde veinte, o desde donde a ella le diese la gana. Solo tenia que poner de su parte, dar el primer paso y olvidarse de Raul. Como si su cuerpo no estuviese conectado a su cerebro, alzo la cabeza y abrio de nuevo el portatil. Bastaron tres clics para entrar en Facebook y ni siquiera tuvo que pensar el siguiente movimiento, sus dedos teclearon el nombre en modo automatico. La imagen que aparecio ante ella era la misma que habia estado contemplando cuando la interrumpio su hermano: Raul abrazado feliz a su nueva novia y la gente, los que ella considero una vez sus amigos, felicitandolos por la hermosa pareja que formaban. Le habria gustado poder convencerse de que la risa no llegaba a los ojos de Raul, o que el reloj que llevaba seguia siendo el que ella le regalo para su ultimo cumpleanos, o que aquella camiseta, los pantalones e incluso los calcetines se los habia elegido ella, pero nada cambiaba el hecho de que la habia dejado por otra, y que esa otra estaba alli con el, disfrutando de lo que siempre habia considerado suyo. Ambos reian felices en tanto que ella seguia alli sentada en la cocina, sin trabajo, sin una casa propia y, lo que era aun peor, incapaz de sentir otra cosa que no fuese el dolor que la consumia desde dentro. Ni siquiera la ironia de que cada dos por tres le apareciera la publicidad de una pagina de contactos animandola a encontrar el amor de su vida le permitia soltar una carcajada seca. ?Como de patetico era que incluso los sistemas estadisticos de Google y Facebook hubiesen detectado que la habian abandonado? Con un resoplido pincho en el anuncio de la web de contactos. La pantalla se lleno de personas con enormes sonrisas y miradas interesantes, de ese tipo que atraia a cualquiera, pero del que luego nadie se enamora, porque son como una de esas preciosas mecedoras de diseno en las que sentarse es una proeza y levantarse un imposible. El registro en la pagina parecia sencillo, solo requeria especificar si lo que buscaba era a un hombre o a una mujer, facilitar un email de contacto y una contrasena. Nada complicado en realidad, aunque para ella supusiera un mundo. No era tonta, era facil adivinar que en cuanto abriera esa diminuta pestana empezarian las preguntas: nombre, telefono, edad, gustos que nadie mas que ella deberia conocer y foto. ?Que sentido tendria una web como aquella sin fotos? ?Y que pasaria cuando la subiera? ?Y si alguien de su entorno la reconocia y se corria la voz? No queria ni plantearse lo humillante que seria. Cerro la pantalla del navegador, bajo de nuevo la tapa del portatil y vacio el vaso de agua en el fregadero, procurando que arrastrase la pastilla a su paso. Fue al salon y se acerco a la cristalera del balcon con aquella sensacion de vacio que ya habia comenzado a formar parte de ella. Observo a las personas que pasaban por la calle. La senora del tercero estaba paseando a su altivo yorkshire, indiferente a que mease en la esquina de la panaderia marcando territorio. En el bar de Pepe, la camarera, que estaba sirviendole unas cervezas a una mesa atestada de hombres trajeados, mostraba una sonrisa avinagrada. Como de costumbre, estarian echandole piropos sin adivinar, o sin que les importara, que la chica iba a casarse dentro de seis semanas con un abogado que la adoraba y que cada dia la recogia, puntual como un reloj, para acompanarla a sus clases en la escuela de adultos. Un ciclista se paro frente a la tienda de zapatos, y en cuanto toco el agudo timbre de su manillar, Maria salio y se abalanzo sobre el para devorarle a besos. Con una carcajada la revoloteo por el aire, ignorante de como Rocio los espiaba llena de envidia. Envidia, si, eso si era capaz de sentirlo. Envidia y anoranza porque alguien la abrazara asi, con aquella mezcla de pasion y carino, como si fuese la cosa mas valiosa del mundo, alguien que creyera que era digna de ser protegida, cuidada y amada cada dia con la fuerza del inicio. Amar. Esa era la palabra clave. No era de Raul de quien se trataba en realidad aquello, se trataba de ella, de ella y de su infinita necesidad de que la amaran, de que se lo dejaran sentir, creer, y que ella pudiera retornarlo, sacando lo que tenia dentro hasta desbordarse de sentimientos. ?Que posibilidades existian de que ella encontrase un amor como ese? ?De que se cruzase con alguien como ese chico de Maria, capaz de quererla incluso, aunque no tuviera mucho, o nada, que ofrecerle? Se abrazo. Ya ni siquiera le quedaban amistades. Las suyas desaparecieron cuando comenzo a salir con Raul y las que tuvo durante su tiempo con el... no eran amigos suyos, eran los de el. Cuando la parejita feliz se despego como si les uniera una enorme fuerza magnetica que les impidiera alejarse el uno del otro y tuvieran que hacerlo poco a poco, regresando una y otra vez con besos y toques y caricias sin intenciones mas alla de la demostracion de su carino, Rocio estuvo por salir al balcon para chillarle al mundo que ella tambien tenia derecho a que la amaran. Con brusquedad se aparto de la cristalera y regreso a la cocina. Evito mirar el portatil y se echo una taza de leche fria que le calmara la acidez en el estomago. Por mas que tratara de resistirse, la presencia del ordenador y la tentacion que representaba eran tan fuertes que la atraian con cada fibra de su ser, como si incluso de espaldas a el pudiera sentir su poder. Al soltar la taza apoyo la frente en el mueble de la cocina. --!Nada de espiar de nuevo a Raul! Y si lo haces... si lo haces... --?Que iba a hacer si volvia a caer ante aquella enfermiza fascinacion por hurgar en sus heridas? Recordo el anuncio y la pagina atestada de rostros felices y sonrientes que habia visitado antes. Enderezo los hombros y se giro hacia la mesa--. Prometo que, si vuelvo a escribir, aunque solo sea su nombre, entrare a esa dichosa web de contactos a ligar con todo lo que se menea y... y... !Bueno, ya se vera! Capitulo 2 El olor a cafe recien hecho la recibio nada mas pisar la cocina. Con una mueca trato de ignorar el pungente olor a granos quemados que le levantaba el estomago. --?Son imaginaciones mias o ya esta empezando a hacer calor? --Situandose al lado de su hermano, comprobo si a ella tambien le estaba haciendo el desayuno--. Buenos dias --grazno con unas cuerdas vocales que sentia tan asperas como hinchados seguian sus ojos. --Mayo en Sevilla. Da gracias de que la prevision de hoy solo sea de treinta y un grados --murmuro el, distraido. --Genial, y el aire que sigue estropeado --rezongo, mas para ella misma que para el. --Volvere a llamar luego al servicio tecnico a ver que pasa. --Javier enchufo la tostadora y se apoyo en la encimera removiendo su cafe. --Mejor bajamos las persianas para que no entre demasiado sol. Rocio cogio su taza de te y la pastilla que estaba al lado y, tras dejarla caer disimuladamente en el bolsillo de su pantalon de pijama, ocupo su sitio en la mesa. --Las bajare antes de que pegue fuerte --confirmo su hermano con un asentimiento ausente. Cuando el incesante tintineo de la cucharilla dejo claro que la intencion de su hermano parecia ser la de marear el cafe, Rocio estampo su taza sobre la mesa, haciendo que el diera un respingo, sobresaltado. --?Cuando piensas contarme lo que pasa? --le exigio sin rodeos. --?Que te hace pensar que pase algo? --El entrecejo masculino se fruncio. --?Hola? Soy yo, Rocio, tu hermana. ?Piensas tomarme por tonta? Con un suspiro, Javier se paso los dedos por el cabello. --No. Tienes razon. --?Que ocurre? --Mientras mas tardaba en contestarle, mas le crecia a ella el nudo de ansiedad en su interior. --Anoche ingresaron a la madre de Aitana en la UCI. --?Que le paso? Aunque la hija le caia como el culo, Marta, la madre, era un encanto, y demasiado le habia pasado ya en la vida como para que ahora encima le fallase la salud. Ademas, independientemente de lo estupida que Aitana solia ser con ella, la madre trataba a Javier como a un segundo hijo. --Notamos que se le trababa la lengua y que estaba como aturdida y la llevamos a urgencias. Y menos mal. Al parecer era un pequeno infarto cerebral y van a tenerla en observacion durante unos dias. --Vaya por Dios. Espero que se recupere pronto. Por lo que conozco a Marta, no se va a quedar tranquila mientras este ingresada. Javier se froto los ojos antes de mirarla. --Lo hara. Sabe que necesita cuidarse y le he prometido que me ocupare de Aitana. --?Que? --Rocio abrio la boca y volvio a cerrarla de golpe. ?Se habia vuelto loco?--. ?No hay alguna agencia en la que puedan contratar ayuda a domicilio cualificada? Manana es domingo, ?y si poneis un anuncio en el periodico? --?Tienes idea de lo que cuesta eso? --resoplo el. --Solo seran unos dias. ?Cuanto va a estar internada? ?Una semana? ?Dos como mucho? Javier sacudio la cabeza. --Es imposible saberlo antes de que le hagan unas pruebas. Ademas, al salir tambien necesitara tomarse las cosas con calma. Con la senora que venia a ayudarles cuatro horas al dia ya casi se comian la pension de ella y Aitana sigue en juicio para que le paguen el dinero de la indemnizacion. --?Por que sigue sin trabajar? Es arquitecta, por el amor de Dios. No es como si la silla de ruedas le impidiera pensar. --Ro solto una ristra de tacos cuando se dio cuenta de que estaba echandole azucar por segunda vez a su infusion. --Ro, calmate. No necesitas pegar voces --mascullo Javier molesto. --!No estoy pegando voces! --Ro se giro alterada cuando el apreto los labios. Verse de buenas a primeras viviendo sola, aunque fuese por un par de semanas, la asustaba. De alguna forma hacia temblequear la seguridad y proteccion que sentia teniendolo a el al lado, ocupandose de todo. Cansada se paso una mano por la frente. Estaba siendo egoista. Podia sobrevivir unos dias sin el. Al fin y al cabo, era una adulta. --Ro... --De acuerdo. --Rocio hizo un aspaviento con la mano para restarle importancia--. ?Cuando te iras? --No me ire, es ella quien vendra aqui. --!?Como?! Eso sera una broma, ?no? --Rocio lo miro incredula. --No pienso dejarte sola durante tanto tiempo. --!Por Dios, Javi, ya te he dicho que estoy bien! !No va a pasarme nada! --Justo a tiempo se percato de que habia estado tocandose la sensible linea rojiza en su muneca. --No pienso arriesgarme. --El se mantuvo en sus trece--. Ademas, nos vendra bien a todos. Asi, cuando yo tenga que salir a defender el proyecto, Aitana podra estar echandote un ojo, y... --!No necesito a ninguna pija engreida que me eche un ojo! !Te he dicho que estoy bien! --No solo se trata de ti, Ro, tambien de ella. Aun no se ha habituado a la silla de ruedas y necesita que le echemos una mano. Es una mujer. Seria demasiado violento que yo la aseara, ?no crees?
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