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Sus pasos urgentes resonaban en las frias baldosas; habia perdido su sombrero hacia rato. El sudor resbalaba por la frente y por el cuello mientras corria intentando sortear desperdicios, animales famelicos y bultos humanos, los cuales habitaban los apestosos callejones. Desesperado, doblo en una esquina; su pie piso algo viscoso y por poco cae de bruces. Sin importar el dolor, siguio avanzando. En el fondo sabia que era inutil escapar; no importaba cuanto corriera o donde se escondiera: lo encontraria. Y cuando eso ocurriera… El terror lo invadio; tropezo y cayo con un golpe seco. Jadeando, intento levantarse, pero las piernas no le respondian. Lagrimas de impotencia y de terror nublaron su vista; no podia mas, no podia seguir. De repente, un escalofrio le subio por la espalda y los vellos de la nuca se le erizaron. Lentamente, giro su cabeza; entonces, lo vio. A solo unos pasos estaba su verdugo. Las piernas, separadas e inmoviles. Las sombras lo envolvian y el silencio lo rodeaba. No escuchaba murmullos provenientes de las tabernas ni de los antros; ni tampoco ladridos de perros furiosos. Extranamente, oia un llanto desesperado; cayo en cuenta de que era el suyo. Sin decir palabra, el hombre comenzo a acercarse. A cada paso, el sentia su corazon estallando dentro de su pecho. Nunca penso que su vida acabaria asi: muriendo en un callejon lleno de mugre y hedor. El desconocido siguio avanzando; la luz de la luna ilumino su rostro por un instante. Lo miraban unos ojos oscuros y frios que no habia visto antes. No reflejaban nada: ninguna emocion ni atisbo de pensamiento; ni siquiera parecia estar agitado por la carrera. Lo asombro descubrir que su perseguidor aparentaba al menos ser un caballero, pero uno como jamas habia visto, uno sin alma. Un demonio. La sangre se le congelo en las venas; el caballero levanto su mano derecha y apunto su arma hacia el. Quiso gritar, pero su boca no emitio sonido. Intento levantarse, tal vez podria convencerlo de alguna manera. Frenetico, metio las manos en los bolsillos. El tenia mucho dinero, seguramente podria… La fuerte explosion resono en las paredes y, un segundo despues, cayo en la oscuridad. Capitulo 1 Raiz de todos los males es el amor al dinero. 1deg Timoteo 6:10 No mires su apariencia; pues el simple hombre mira lo que esta delante de sus ojos, pero Dios mira el corazon. 1deg Samuel 17:6 Nicholas Bladeston, noveno duque de Stanton, dejo suavemente el periodico sobre la mesa de desayuno, pensativo. Hace un tiempo, su naturaleza curiosa habia captado una serie de hechos: asesinatos de hombres pertenecientes al mundo elegante, precisamente. Las victimas fueron halladas en diferentes callejones de los peores bajos fondos de Londres. Pero lo mas curioso era que todos habian muerto de una misma manera: de un unico y certero disparo. Las autoridades, al parecer, pensaban que existian indicios suficientes para creer que se trataban de hechos aislados. Pero el no estaba de acuerdo; demasiadas coincidencias y muchos abismos en las investigaciones de cada hecho alimentaban sus dudas. Sin contar que ninguno de los muertos frecuentaba los lugares donde habian sido hallados sus cuerpos; no habia testigos ni mas pistas, todo era muy turbio y el estaba seguro de que las autoridades callaban algo. Como los asesinatos continuaban, Nicholas decidio ponerse en contacto con una persona de confianza del rey y averiguar si sus sospechas eran certeras. Lo que descubrio lo dejo de una pieza. No solo era atinada su conjetura de la conexion entre las muertes, sino que todas las victimas estaban, de alguna manera, involucradas en el contrabando que acaecia entre Francia e Inglaterra. El mismo incluia tanto armas como mercancias y el negocio mas peligroso: la venta de informacion. Por lo que, de inmediato, concerto una cita con el ministro de guerra; antes habia trabajado para el pasando informacion y datos utiles. El ministro le confio que estaban tras una pista de espionaje y posible traicion al rey Jorge. Ademas, al parecer, alguien se habia percatado de esto y el cabecilla de la organizacion intentaba cubrir su rastro eliminando sus miembros mas expuestos. La seguridad britanica tenia la certeza de que el asesino y posible traidor era un noble; alguien ubicado en el corazon de la nobleza, con las mejores conexiones, lo que le permitia ir siempre un paso adelante. Por esto, se le encomendo ponerse a disposicion de la corona y usar el acceso y los beneficios que su titulo de duque le otorgaban para intentar desenmascarar al traidor y descubrir sus planes. La puerta del comedor se abrio y aparecieron su madre --la duquesa-- y su hermana menor. No parecian tener secuelas de haber regresado a altas horas de la noche, luego de haber asistido a otro interminable baile. Su hermana, que acababa de ser presentada en sociedad y que --por lo que habia escuchado-- ya causaba sensacion entre la poblacion masculina, lo miro y arqueo una dorada ceja. --?Jugando al detective otra vez, hermanito? --La risa le bailaba en los ojos. --Buenos dias, madre --dijo Nicholas poniendose de pie--. Estas radiante como siempre, hermana --dijo, haciendo una inclinacion con la cabeza. Su hermana le saco la lengua juguetonamente y luego tomo un plato para ella y para su madre. Con una sonrisa, Nicholas volvio a sentarse. <
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