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M 001 – Un bano accidentado e encanta bajar a la playa en esta epoca. En septiembre ya no hay tanta masificacion de turistas, aunque no faltan en todo el ano. Tenemos una playa denominada Playa de los Alemanes, y no creo que haga falta que os jure de donde vienen la mayoria de los turistas que se dejan caer por aqui. Trabajar en la recepcion de un hotel a pie de playa es la octava maravilla del mundo. No hay nada como salir de trabajar y darte un buen chapuzon para liberar el estres de la jornada laboral. Me encanta mi trabajo, pero hay dias en que saldria huyendo para que nadie me encontrara. Hace un par de anos comence a trabajar como camarera de pisos en el hotel donde sigo trabajando, a pesar de ser licenciada en Filologia Alemana. En aquel momento, era el unico puesto vacante y yo necesitaba el trabajo con bastante urgencia. Tras dos meses bajo las ordenes de Carmela, la gobernanta, ya era ayudante de Recepcion. Los clientes, en su mayoria alemanes, y el bajo nivel de dicho idioma entre lo recepcionistas jugaron a mi favor. El dia que el jefe de Recepcion me escucho hablando aleman en uno de los pasillos con un cliente, no lo dudo ni por un instante y me recluto para Recepcion del hotel. Siempre que recuerdo a Pepe lo hago con muchisimo carino, porque gracias a el, hoy estoy donde estoy. El fue el que obligo a los altos cargos a ponerme bajo su mandato y, despues de aquello, todo fue rodado. En seis meses pase de ayudante de Recepcion a recepcionista, y el dia que cumpli un ano en la empresa y crei que me darian la patada en el culo, me hicieron un contrato indefinido y me ascendieron a segundo jefe de Recepcion. Hace seis meses que Pepe se jubilo y, aunque fueron momentos de transicion porque el hotel estaba cambiando de duenos, me promovieron a jefa de Recepcion. Manana es un dia que promete ser largo y duro en el hotel porque llega el nuevo director, y tiemblo cada vez que lo recuerdo. He investigado un poco por Internet, ya que son duenos de varios complejos hoteleros en otros paises, y tengo la impresion de que a la mayoria de los que trabajamos aqui nos van a dar una patada que vamos a llegar a Madrid. Todos los empleados son guapos, rubios, con ojos claros, altos, las chicas de talla 38 y ellos con cuerpos de anuncio. La primera patada me la voy a llevar yo, pero no voy a llegar a Madrid, sino a Marte. Talla 44, pelo negro como el tizon, ojos oscuros, piel morena --y no precisamente por la playa--, con mas curvas que el circuito de Jerez y no llego al metro setenta. Lo suficiente para haber estado acomplejada toda la vida y estar esperando esa patada. Son las seis de la tarde, y deberia darme un chapuzon porque no me gusta conducir con la ropa mojada y necesito nadar un rato. Tambien porque he quedado con unos companeros para tomar unas cervezas y no puedo llegar tarde si no quiero ser la que invite. A ver si asi conseguimos dejar de pensar un rato en el dia que nos espera manana. El agua esta perfecta: fria pero no helada; y muy limpia, hasta el punto de verme los pies en ella. Me lanzo a nadar cuando me llega el agua a la altura de la cintura y recuerdo las palabras que siempre me decia el abuelo cuando era una nina: <>. Y eso hago mientras pienso en el, en ese hombre que me crio cuando mi madre murio y mi padre me abandono a mi suerte. !Joder! Pero !que cono...! !Que golpe me he dado en la cabeza! No se contra que o quien he chocado, pero, sea lo que sea, ha crujido, y me va a escuchar... !Esto es un hombre guapo y lo demas son tonterias! Me acabo de quedar sin palabras. Rubio, con el pelo corto pero no demasiado, alto, fuerte... Y esos brazos... Un empotrador en toda regla. !Para, petarda! A lo que ibas, que te despistas. --Pero ?usted no mira por donde va? Menudo golpe me ha dado en la cabeza. --?Perdona? Tu has dado a mi. !Conio, como duele la nariz! --?Conio? --Intento no reir, pero no me puedo resistir--. ?Aleman? --Asiente; aun asi, sigo mi discurso en espanol--: Es que os pensais que la playa es vuestra. Ni siendo finales de septiembre me puedo banar tranquila. Hace un gesto de dolor con la cara y me corta la frase: --?Casi me rompes la nariz y la culpa es mia? --!Madre del amor hermoso, dame paciencia! Vamos al botiquin para que te miren la nariz. No la tienes rota porque no sangra, pero deberian echarte un vistazo. --?Contigo? No, serias capaz de matarme... --!Seras capullo! Ademas, estamos discutiendo, pero ya estamos en la orilla. --Me estoy empezando a marear. --Voy yo solo. No tienes que preocupar por mi. --Esta bien, haz lo que... --Me apoyo sobre las rodillas, agachando la cabeza. --Pues claro que... ?Que te pasa? Se acerca a mi y observo que tiene unos pies bastante grandes pero muy bonitos. --Vete y dejame tranquila. --Me voy a caer. --Pero ?como te voy a dejar?, si estas blanca como pared y... Lo interrumpo porque me esta sacando de mis casillas: --Pues dejandome. Estoy perfectamente y puedo ir sola hasta el botiquin. --No estas bien, casi no puedes estar en pie. Dejame ayudarte. --Ademas, ni tan siquiera se como te llamas ni me interesa, asi que coge tu camino, que yo cojo el mio. --Me llamo... --Te he dicho que no me interesa. --Tengo ganas de matar a este aleman imbecil. --!Que cabezona! Y yo pense que gente aqui ser amable. Ahi te quedas, loca. --?Me has llamado loca? Por momentos, mas enfurezco, pero estoy tan terriblemente mareada que no puedo seguir hablando. --Si, loca... No veo nada. Todo se nubla a mi alrededor y siento que dos fuertes brazos no me dejan caer a la arena.
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