• El chico de la ultima fila (Cabana 2) de Susanna Herrero

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    ?Quien es Dylan Carbonell?
    ?Ese chico indescifrable, de sonrisas invisibles y miradas impactantes, que copa las revistas y los medios de comunicacion?
    ?Un genio de la musica?
    ?La nueva promesa del rock and roll espanol?

  • Los saltos de Sara. La historia completa de Susanna Herrero

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    Este libro es una recopilacion de la historia completa de Sara Summers que incluye los titulos: Los saltos de Sara, Las caidas de Sara, Las decisiones de Sara y Simplemente Sara.

  • Las caidas de Sara (Sara Summers 2) de Susanna Herrero

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    Bum bum bum. El corazon de Sara late desenfrenado. El castillo de naipes que con tanto cuidado ha construido a su alrededor cae sin remedio. Los sentimientos que creia conocer comienzan a desdibujarse, y los que creia controlar se escapan, sin previo aviso, de su control. Aun asi, la vida le va a ensenar que es mejor un corazon descontrolado, un corazon indomable, a uno que deja de latir. Un acontecimiento inesperado y espeluznante provocara que Sara, Oliver y Adam se vean obligados a replantearse todo su futuro.

  • Simplemente Sara (Sara Summers 4) de Susanna Herrero

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    Sara ya tiene veinticuatro anos. Y tanto sus saltos, como sus caidas y sus decisiones la han llevado a ser lo que es: simplemente Sara.

  • En cada cancion de Susanna Herrero

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    Justo antes de empezar su nueva vida, Penny llega a Riviera Maya dispuesta a enfrentarse a aquello que removio todo su mundo anos atras. Mike es un joven apuesto que muestra sonrisas enigmaticas y que viaja al Caribe con sus primos para pasar unos dias lejos de todo su mundo: ha tenido que crecer demasiado rapido y no confia en nadie. No puede hacerlo. La caida de una toalla propicia un encuentro entre ellos que derivara en un amor de verano de los que dejan huella. Pero no es mas que eso: una historia corta de quince dias. Intensa pero imposible de continuar. Mike y Penny vuelven a la realidad dispuestos a olvidar el mejor verano de su existencia, pero la vida les tiene preparada una sorpresa.

  • No es amor, es diciembre de Susanna Herrero

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    Adam Wallace es abogado. No le gustan los quimicos.
    Ariadna Cabana es quimica. No le gustan los abogados.

  • Las decisiones de Sara (Sara Summers 3) de Susanna Herrero

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    -Tengo miedo, tios. ?Y si hemos estado viviendo en una burbuja y se rompe cuando nos vayamos de aqui?

  • El ultimo minuto de nuestras vidas de Susanna Herrero

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    One, two, three --entona Dylan a traves del microfono. Despues, un par de acordes en el piano que percuten en todo el estadio. Dylan y los musicos van al encuentro del tono de la melodia. Improvisan. Calientan. Crean. Y lo hacen con soltura frente a noventa mil personas, entre grada y pie de pista, y frente a otros noventa millones mas desde sus casas, en uno de los conciertos beneficos mas multitudinarios de los ultimos anos, retransmitido en directo en mas de cincuenta paises. Sobre el escenario, artistas de la talla de Lady Gaga, Beyonce, Taylor Swift, Ed Sheeran, Harry Styles, Madonna... Y el amor de mi vida con sus vaqueros y su camiseta y las Adidas blancas que le regale por su ultimo cumpleanos. --Ta, ra, ra, ra. Lo tengo. One, two, three... Dylan se acerca al borde del escenario. Alla va. Con los anos, he memorizado los gestos de su rostro de tal manera que se en que momento exacto va a comenzar a cantar. I’ve paid my dues. Time after time. I’ve done my sentence. But committed no crime. And bad mistakes. I’ve made a few. I’ve had my share of sand. Kicked in my face. But I’ve come through. La musica, por encima de los cien decibelios, resuena en cada rincon de este recinto al aire libre en las afueras de Paris (el mayor estadio del pais) y tambien en mi pecho, al igual que aquella vez en el concierto en Madrid, cuando lo conoci. Y como si se hubieran colado en mi sistema, hoy tambien retumban en mi caja toracica y en el estomago las guitarras electricas, el bajo, el piano, la bateria y la voz de baritono tan inconfundible del vocalista. Pero nada es igual. El vocalista. Mi vocalista. Creo que jamas me acostumbrare a esto. A estar aqui arriba y no ahi abajo. A su voz, que vibra en cada molecula de nitrogeno y oxigeno del aire, interpretando uno de mis temas favoritos de Queen, We are the champions, con el recuerdo de su susurro en mi oido --<>-- hace menos de cuatro minutos. Al calor de los focos sobre mi cabeza y mi rostro. Al sudor de su cuello y de su frente en mi paladar a pesar de la distancia. A los miles de fans aclamandolo con los brazos en alto. A asumir que es un personaje publico, querido y admirado por millones de personas. Puede que Dylan Carbonell sea Dylan Carbonell. Pero para mi es mi marido. Me siento orgulloso de verlo sobre el escenario, con el microfono en la mano, moviendose arriba y abajo con esa naturalidad y esa confianza absoluta en lo que hace. Pero tambien me siento orgulloso cuando se levanta de la cama a las tantas de la madrugada y se va a su estudio a componer. O cuando agarra un microfono imaginario y se sube encima del sofa a hacer el idiota. Y me vuelven loco esos pantalones ajustados. Para mi, Dylan es como el verano. Siempre me apetece. Me apetece todo el. Tocarlo. Besarlo. Sentirlo. Amarlo. And we mean to go on and on and on and on. --Esa baba, veterinario, que nos inundas el backstage. Miro hacia abajo y aparto la mano de Cata de mi barbilla al tiempo que elevo los ojos al cielo. O al techo, que tiene forma eliptica. --No estoy babeando. --Claro, y yo no estoy embarazada de tu hermano mayor. Me lo he comido y por eso estoy asi de gorda, no porque este de treinta y seis semanas. Imagino a Cata abriendo la bocaza que tiene (en sentido figurado, porque no calla ni cuando duerme) y devorando a mi hermano. Rio de forma involuntaria. Eh, podria pasar. --?Te ries porque en tu imaginacion me estoy comiendo a River Maldito Cabana? --Absolutamente. --Rio mas todavia--. Y... ?River Maldito Cabana? --?No te lo habia dicho? Su hijo no nato me esta destrozando la espalda, el sueno y el buen humor, asi que he recuperado la buena costumbre de llamarlo asi. La observo con los parpados entrecerrados. Cata esta exultante de felicidad debido al embarazo, y hasta ahora no ha sido de las que se quejan, por muchas molestias que pudiera tener. --?Que te pasa? --Nada. No cuela. Lo dejo pasar porque no es el momento de entrar en conversaciones profundas. --Tu tambien babeas, por cierto. --Es que miralo, Hugo. Miralo --me dice con una sonrisa en todo su rostro--. Es nuestro chico, delante de millones de personas. Lo hago. Lo miro. Dios, cuanto lo quiero. Cada pedacito de el. Somos los primeros en abandonar el recinto una vez finalizado el concierto. Hay una celebracion en el backstage con la musica de Never ending story de fondo, pero Dylan ha insistido en salir a cenar los tres juntos por Paris, a nuestro aire. El protocolo se lo pasa por el forro. Cata se ha quejado un poco, o mas bien un mucho, por no poder permanecer mas tiempo entre Gaga y Styles, pero es lo que hay. Dylan lleva mas de diez dias aqui, preparandolo todo y ayudando a la organizacion del evento en lo que ha podido, y ahora solo desea pasar unas horas con su familia. Nos ha echado en falta. Y nosotros a el. Y tanto. Como que nos hemos venido a Paris un dia entre semana, dejando la clinica en manos de mi ayudante y a River con nuestros tres perros y su gato, muy cabreado porque el embarazo de Cata esta casi a termino. Yo no quiero ir de listo, pero aun le faltan cuatro semanas para salir de cuentas, y ademas tengo un palpito: se le va a retrasar. Y malo seria que se pusiera de parto justo los dos unicos dias en todo el embarazo en que ha salido del pueblo. Me rio solo de pensarlo. Es casi imposible. Y yo, de esto, controlo. Justo antes de marcharnos, uno de los artistas invitados al evento le toca el culo a Dylan. Es la tipica palmada de <> o de <> o de yo que cojones se, pero no me hace ni puta gracia. Le meto un par de guantazos con los ojos y la boca me la muerdo como nunca, porque este es el entorno laboral de Dylan y no quiero liarla parda. Pero... me falta el canto de un duro. De camino al restaurante tambien me muerdo la lengua; Dylan ha estado increible y me niego a darle la noche. Estoy un poco cabreado con el. Quiza no deberia, aunque me importa una mierda. ?Se deja tocar el culo a menudo por sus companeros? Dylan es muy liberal y no se toma nada en serio, pero a mi, si alguien me tocara el culo, le diria alto y claro que la proxima vez le pongo la cara del reves. Creo que hay limites que no se deben cruzar, por mucho cachondeo que te traigas. Para mi, el contacto fisico intimo no es ninguna tonteria. Dylan apenas se ha inmutado cuando el tipo en cuestion (me niego a decir su nombre) ha ejecutado, con premeditacion y alevosia --y con demasiada naturalidad--, la gran hazana. Es mas, parecia divertido. Ja. A mi me hace una gracia de la hostia tambien. ?No se me nota? Ja. Ja. En el restaurante nos acomodan en una mesa alejada de la multitud pero cercana a la cristalera: las vistas de la ciudad son impresionantes y la musica de Lewis Capaldi es el complemento perfecto. Ya ha anochecido. Mis mejores recuerdos de esta ciudad son por la noche. En el Arco del Triunfo. Con Dylan. Cruzo una mirada con el y me guina un ojo con descaro. Esta pensando en lo mismo. <>, me susurra. No le respondo. --Voy a pedir un plato de cada, chicos. --Cata saliva mientras lee la carta de arriba abajo--. Tengo tanta hambre ahora mismo que podria comerme la Torre Eiffel cubierta de chocolate y vainilla. --Yo no se si ahi dentro llevas un bebe o un dinosaurio. Mi marido y sus dinosaurios. Yo me lo como a el. Cuando se me pase el mosqueo. --Por la forma de la criatura en las ecografias, a mi tampoco me queda claro --anado yo. Cata me da un codazo y hace un mohin. --Muy gracioso. Para vuestra informacion, va a ser un bebe precioso. --Pues claro, no hay Cabana feo. Sin presion, ?eh? --Eso no lo ponemos en duda, Cata, pero ?un bebe humano precioso o un bebe dinosaurio precioso? Dylan y yo reimos juntos y abrimos nuestras respectivas cartas al mismo tiempo. Yo le guino un ojo y el me lanza un beso. Supongo que hay costumbres que son inevitables, por muy picajoso que este yo. Y luego Marcos dice que las tias son complicadas. Yo no encuentro diferencia entre ellas y nosotros, la verdad. O entre ellas y yo. --Dejaos de gracietas y dadme de comer, nenes.

  • Los saltos de Sara (Sara Summers 1) de Susanna Herrero

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    Sara Summers es superdotada, lo que le acarrea mas problemas que beneficios. A los nueve anos, y sin que pueda hacer nada para evitarlo, su padre decide matricularla, junto a sus hermanos, en un internado elitista ubicado en el centro de Escocia. Sus patines son su unica via de salida, el hielo es su refugio. Pero eso cambia cuando choca con la primera persona que conseguira arrancarle una sonrisa: Adam J. Wallace. La presentacion a su grupo de amigos no va todo lo bien que deberia. Es un grupo un tanto peculiar; mas bien, Oliver Aston lo es, pero no sera ella la que hable de peculiaridades con lo que lleva sobre las espaldas. Un salto al agua desde once metros los unira para siempre y sus vivencias entre los muros del Crowden School se convertiran en el eje que decidira sus destinos. Amistad, familia, amor, celos, venganza y competitividad son algunos de los nuevos sentimientos que Sara tendra que aprender a gestionar.

  • Aquel ultimo verano de Susanna Herrero

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    Alex y Priscila se conocieron un verano de color verde y de canciones de los 90, cuando solo tenian ocho y cinco anos, el llego de Londres y se mudo a la casa de enfrente.
    Alex y Priscila se dieron su primer beso dos veranos mas tarde, flotando en esas aguas que eran parte de su historia.
    Alex y Priscila se besaron de verdad cinco veranos despues en un juego de la botella y con la noche de San Juan como telon de fondo.
    Alex y Priscila vivieron juntos muchisimas aventuras mas.
    Para ella, Alex era el vecino que le enseno a contar numeros y a poner colores a los veranos.
    Para el, Priscila era el angel con zapatos de pompones y lazos extravagantes, la chica ingeniosa y la Reina del Desierto.
    Pero entonces sucedio aquello y Priscila huyo al otro lado del oceano.
    Cuatro anos despues, Priscila regresa a su pueblo natal para asistir a la boda de uno de sus hermanos.
    Regresa a su amado Mediterraneo, al sol y al agua, pero tambien a. Alex.
    Alex, que no quiere saber nada de ella.
    Alex, cuyos ojos solo reflejan resentimiento y hostilidad.
    Alex, que continua siendo su marido.
    ?Que fue lo que ocurrio aquel ultimo verano?