• Nuviana 02 de Stacy Westwood

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    Entre la inconsciencia y la consciencia advierto un dolor persistente. Lo intento pero me es imposible abrir los ojos. El miedo de las tinieblas me estremece. Respiro freneticamente tomando bocanadas de aire. Cada respiracion duele, quema con el poco aire que jalo hacia mis pulmones ?Es que me encuentro en el infierno? Con dificultad logro abrir mis parpados. Mi vista es nublada. Intento reconocer el lugar donde me encuentro pero es inutil, a mi cerebro le falta claridad para sus funciones mas basicas. Transcurren minutos hasta que mis ojos logran fijarse en un objeto en mi vientre. Intento descifrar la imagen borrosa. Es un tubo de metal atravesando mi esternon. Mas confuso aun, ver mi brazo doblado en diversos angulos extranos. Un equipo de atareados doctores se ocupa de mi estado. Debo tener la cabeza vendada porque no veo mi cabello cayendo sobre mis hombros. Uno de los doctores tiene una sierra que activa haciendo que la cuchilla gire y la acerca hacia mi. Quiero pedirles que aleje esa herramienta, que no se atreva a tocarme ni un hueso, que no deseo que me amputen ninguna parte de mi cuerpo. No soy capaz de articular mi espanto en mis palabras, asi que comienza a cortar. Poco a poco el sentido del olfato se activa permitiendome reconocer un olor a metal quemado. Han logrado cortar el tubo que me atraviesa para poder llevar a cabo una cirugia intentando salvarme la vida. Colocan una mascara de oxigeno sobre nariz y boca. A los pocos segundos tengo las piernas adormecidas. Estoy a punto de regresar al estado inconsciente donde es imposible saber si han pasado minutos, horas, semanas o meses... Mis suenos me llevan a pensar en algo muy personal, en esa relacion magica que se entabla entre padre e hija, mi unica historia de amor perfecto que puedo relatar. Real, tierna, perfecta, sencilla y sin condiciones. El primer hombre en mi vida que se convirtio en el centro de emociones y atencion al aportar la mirada masculina a mi vida. Es verdad que no nos frecuentabamos mucho, pero el saber que estaba pendiente de mi sabiendo que era parte de este mundo me hacia feliz. Extrano oir su voz, el como la regula cuando me habla develando su amor por mi. Echo de menos el escuchar sus ocurrentes halagos remarcando lo guapa que me veo, infundiendome seguridad. Sus divertidos comentarios sobre una falda que le parecia demasiado corta, para luego retractarse rapidamente diciendo que me veia genial dandose cuenta que ya no era una nina, sino que su pequena, habia florecido convirtiendose en una mujer llena de anhelos por escribir su propia historia de amor. Ese sentimiento magico capaz de cambiar toda nuestra existencia. Mi sueno se termina. Lamentablemente mi estado de salud se deteriora arrastrandome a los limites entre la muerte y un estado de coma vegetativo. Dicen que el inconsciente escucha, y el tierno beso de mi padre sobre mi frente estabilizo mis signos vitales a los pocos dias. Habia viajado desde Italia para ver la situacion critica en la que me encontraba en el hospital en Beverly Hills. Tras su visita, el coma dio muestras de recuperar un cierto grado de consciencia pasando a un traumatismo craneoencefalico moderado en la escala de Glasgow. Desafortunadamente el nunca se percato de ello. El optimismo de los doctores duro poco cuando uno de ellos, por error, comento en mi presencia que Flavio Balzaretti habia fallecido de un infarto al miocardio. Mi papa dio por hecho que no sobreviviria el accidente y se dejo abrumar por la tristeza de ver a su hija exhalando sus ultimos suspiros acorralada por la muerte. En ese instante perdi a la unica persona que acobijaba mi alma en este mundo. Con su partida, la esperanza de recuperarme murio con el. Mi inconsciente decidio que ante la severidad del dano neurologico era mejor batirme con las tinieblas a afrontar mi solitaria realidad. Cai en un profundo coma. Un estado que refleja el estupido letargo de mi vida colocandome por tiempo indefinido en las garras de la incertidumbre. ?Por que? ?Por que debo pasar esto? ?Que he hecho mal? --me pregunto iterativamente entre el laberinto de suenos y pesadillas. Fuiste demasiado lejos... te atreviste demasiado... Una voz retumba en mi cerebro dandome la respuesta pero demoro en comprender el significado de esas palabras. Transcurren horas, dias, o semanas sin poder relacionarlo con mis acciones, o tal vez solo ha pasado un minuto, no lo se... en la obscuridad de la inconsciencia el tiempo es inexistente. Finalmente lo entiendo, se refiere a que hay lugares que jamas debi haber visitado. No estaban predestinados para soportar mi presencia. Al violar los planes del destino con mi altivez profanando esos sitios, tomo venganza castigandome con esta despiadada ira. Es claro que el haber insistido en visitar el apartamento de mi adorado Peyton, descubriendo que en su bizarra intimidad tenia a una mujer secuestrada y a la merced de un sadico, habia sido un sacrilegio, una ruptura en los planes del demonio. En el momento que lei esa nota de auxilio firmada por Patricia Lynch, mi mente se horrorizo pensando en el sufrimiento e impotencia que debio sentir al estar a la merced de las atrocidades de un enfermo mental. El destino que mi hermana Melanie debia haber cumplido, se arraiga al mio de un modo incomprensible, manifestandose en mi vida a traves de Peyton y Kyler. Capitulo 1 Desvanecer Institucion Mental, Hollywood Hills California. Departamento de Psiquiatria. Unos dedos vagan casualmente por mi rostro acomodando un rizo extraviado sobre mi frente. La caricia se extiende deambulando por mi sien hasta llegar detras de la oreja. Una segunda caricia que se desliza por el borde de mi cabello se asegura que el flequillo permanecera en su lugar. El tacto suave de esa mano se pasea por mi nuca cambia de rumbo en direccion sur. El debil pulso de mi vena yugular llama su atencion. Desciende a la largo de ella extendiendo su caricia por mi cuello expuesto. La placentera sensacion provoca un delicioso cosquilleo al alcanzar mis claviculas. Mueve los dedos sobre una de ellas como si tocara una partitura de piano. --Si supieras lo mucho que te he extranado... --dice una voz que parece lejana mezclada con lo que creo que es arrepentimiento. Repite la caricia. Su tacto no es intrusivo, sino tierno, de esos que deseas que se queden en la piel para siempre--.No importa cuanto tiempo te tome recobrar el conocimiento, estare junto a ti hasta que despiertes --comienza a tararear una melodia. Las yemas de sus dedos rozan mi piel al ritmo de la sonata numero seis de Antonio Vivaldi. Su exploracion continua. Sus unas largas recorren mi antebrazo acariciandolo hasta mi hombro. El delicado tacto me provoca piel de gallina haciendo que los vellos rubios de mi antebrazo se ericen. A cualquier otra persona le hubiera pasado el gesto inadvertido, pero no a la que me acompana en mi cuarto del hospital esta noche. Denota la reaccion de mi cuerpo e inmediatamente cesa de tararear la melodia. La mano se retira de mi piel. El silencio regresa. Se lo ha llevado el viento. Ni siquiera escucho su respiracion. O se ha ido, o se ha convertido en parte del mobiliario. --No se si puedas escucharme... --mis pecho se sobresalta escuchando la voz directamente en mi oido--... pero veo que tu cuerpo reacciona a mi tacto. --El beep del electrocardiofago que monitorea los latidos de mi corazon aumenta su ritmo, el susto ha acelerado mi pulso--. Finalmente regresaras de tu largo viaje. Desconozco lo que nos espera cuando abras tus preciosos ojos verdes y puedas verme. Lo que estoy seguro es que cuidare de ti. Lamentablemente cuando despiertes todo sera diferente. Ya no aceptaras mas mis besos, asi que permiteme hacerlo esta ultima noche. Unos labios resecos con cicatrices se posan sobre los mios, su temperatura es anormalmente baja. Apenas si logro mover mis labios, mojandolos para intuir el sabor que deja sobre su superficie. El beso deja un extrano gusto. De haber sido la estrella de la pelicula de Hollywood regresando de un profundo sueno al ser besada por el hombre de sus suenos, hubiera esperado un sabor a moras salvajes mezcladas con vainilla, canela y notas de roble. En su lugar sabe a drogas farmaceuticas con una fuerte sabor amargo impregnado en sus labios. El olor me es conocido... si, se trata de Lamictal, un farmaco anticonvulsivo para estabilizar el animo depresivo. Desconozco como lo se, pero es lo que me viene a la mente. Abro lentamente los ojos mientras jala suavemente mi labio inferior con los suyos asperos. Mi vista es borrosa, solo distingo el color miel de sus ojos. Sorprendido de que lo vea, da un paso hacia atras. --!Dios! Tu mirada es aun mas penetrante que la de Melanie... el tono verde de tu iris es hechizante. Volvere en cuanto duermas --se nota contrariado, finge un tono de voz dulce sin conseguirlo. El tono es mas bien rasposo, rayando en afonico provocando que mis sentidos se alerten pensando que estoy en peligro. Se coloca sobre la cabeza la capucha de un hoodie negro que viste. Antes de salir de la habitacion pasa junto a la comoda frente a mi cama para retirar del florero la rosa del dia anterior y coloca una fresca que ha traido consigo. --Se mejor que nadie lo que es despertar en este lugubre edificio y confrontarse con los tonos tristes de la habitacion. Yo estuve aqui encerrado durante anos. Espero que esta flor te anime. Habla como si nos conocieramos pero no logro ver su rostro. La capucha produce una sombra sobre su cara. Sin decir mas, cierra la puerta. Un silencio sepulcral vuelve a inundar mi entorno. Estoy demasiado debil para poder hablar. Hubiera querido preguntarle el lugar donde me encuentro. Escucho un grito ahogado proveniente de una de las habitaciones contiguas. ?Donde estare? En un panteon al menos se oye la brisa pasar, aqui parece el purgatorio con esos extranos gritos llenos de dolor ahogado